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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 299, de 15/10/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 299



PRESUPUESTOS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. NARCIS SERRA I SERRA



Sesión núm. 16



celebrada el miércoles, 15 de octubre de 1997



ORDEN DEL DIA:



Comparecencia de personalidades y funcionarios de la Administración del
Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al Proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1998. (Número de expediente
121/000082.)



Se abre la sesión a las nueve y diez minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1998. (Número de expediente
121/000082.)



--DEL SEÑOR GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (ROJO DUQUE). A SOLICITUD DE
LOS GRUPOS SOCIALISTA DEL CONGRESO



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(Número de expediente 212/000984) Y POPULAR EN EL CONGRESO (Número de
expediente 212/000992).




El señor PRESIDENTE: Buenos días, señorías.

Comenzamos esta segunda sesión de comparecencias en relación al
presupuesto de 1998 agradeciendo a don Luis Angel Rojo, Gobernador del
Banco de España, que haya accedido a comparecer en esta Comisión.

A diferencia de otras comparecencias, vamos a dar la palabra, en primer
lugar, al Gobernador del Banco de España y después a los grupos
parlamentarios que pidieron la comparecencia.

Tiene la palabra el Gobernador del Banco de España.




El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Rojo Duque): Señor Presidente,
señorías, comparezco una vez más ante esta Comisión, encargada de
informar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año
1998, y lo hago, como siempre, agradeciendo la oportunidad que se me
brinda de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre sus
implicaciones macroeconómicas. Esta es la perspectiva que corresponde al
ámbito de competencias del Banco de España, que tiene encomendada la
tarea de perseguir y preservar la estabilidad de los precios y que, como
es lógico, no interviene en la elaboración del proyecto de presupuestos.

Llegar a 1998 en condiciones de formar parte del grupo de países que
inicien la tercera fase de la Unión Monetaria Europea ha sido una
referencia constante en la definición de la política económica de los
últimos años, tanto en nuestro país como en la mayoría de los países
europeos. En estos momentos se puede afirmar que España cumplirá
plenamente todos los criterios de convergencia a la hora del examen y que
previsiblemente formará parte de los países fundadores de la Unión
Monetaria.

El hecho de que España pueda alcanzar este importante y difícil objetivo,
a la vez que se ha consolidado una firme recuperación económica, es
ilustrativo de los beneficios que derivan de la perseverancia en la
instrumentación de unas políticas encaminadas al logro de la estabilidad.

No quiero cansar a SS. SS. con cifras. Además, en el proyecto de
presupuestos se presenta un escenario macroeconómico que, en líneas
generales, me parece razonable y ajustado a las tendencias que en estos
momentos se perciben en la economía española. Me limitaré a repasar, muy
brevemente, aquellos aspectos de la situación económica que mayor
incidencia tienen sobre la evolución de los equilibrios macroeconómicos.

Todos los pronósticos apuntan a que la economía española terminará el año
1997 con tasas de crecimiento interanual del producto interior bruto real
claramente por encima del 3 por ciento. Este crecimiento estará cada vez
más determinado por el que irá experimentando la demanda nacional, ya que
las importaciones irán acompasando su ritmo al aumento de la demanda,
tendiendo a disminuir progresivamente la aportación del saldo neto
exterior al incremento de la producción. Dentro de la demanda nacional,
la formación bruta de capital fijo seguirá consolidando su tasa de
avance, al incorporarse la inversión en construcción, todavía con cierta
desigualdad entre sus componentes, a la senda expansiva que está
registrando la inversión en equipo. En cualquier caso, dejando a un lado
el consumo público, que cerrará el año con tasas de variación real
próximas a cero, será la recuperación del consumo privado, tras varios
años de relativa atonía, el factor más novedoso de la actual etapa
expansiva.

Otro rasgo propio de esta situación que merece destacarse es que las
elevadas de tasas de crecimiento económico que se están alcanzando no
amenazan el equilibrio de las cuentas exteriores. Los avances en el
control de la tasa de inflación y las ganancias de competitividad que
ello comporta han dotado de un dinamismo especial a las exportaciones,
que seguirán beneficiándose de un crecimiento de los mercados exteriores
cada vez más generalizado, como consecuencia del despegue que están
experimentando las economías europeas que se encontraban en una posición
cíclica más atrasada. En el informe sobre la inflación recientemente
publicado por el Banco de España se realizaba un análisis detallado de
los factores que han permitido importantes avances registrados en el
control de la inflación. Sólo quisiera resaltar que la senda que han
seguido los precios de consumo en la parte transcurrida del año permitirá
cumplir con holgura la referencia del 2,5 por ciento que se estableció en
la programación monetaria del ejercicio con el fin de aproximarse al
objetivo del 2 por ciento, aproximadamente, durante 1998. Además, desde
el mes de junio pasado estamos cumpliendo el criterio de convergencia en
la inflación en su sentido más estricto, de manera que este requisito,
que era probablemente el de más difícil cumplimiento para España, puede
considerarse que será plenamente satisfecho en el momento del examen.

En cuanto a la evolución de las cuentas públicas, el avance que se aporta
en el proyecto de presupuesto sobre el cierre del ejercicio del Estado en
1997 parece razonable y resulta compatible con el cumplimiento de los
criterios de convergencia, esperándose que el déficit del conjunto de las
administraciones públicas se sitúe sin problemas en el 3 por ciento del
producto interior bruto, o incluso parece que ligeramente por debajo.

Creo, por tanto, como dije al principio, que la economía española entrará
en 1998 en una coyuntura propicia para afrontar con éxito el comienzo de
una etapa muy importante para definir nuestro futuro dentro de la Unión
Europea. El ritmo de crecimiento es sostenido y se encuentra bien
fundamentado; los avances en la corrección de los desequilibrios que
tradicionalmente han coartado nuestras posibilidades de desarrollo
--déficit exterior, tensiones inflacionistas y desequilibrio de las
cuentas públicas-- han sido notables, y el aumento del empleo, en fin,
está siendo también considerable, por lo que se está reduciendo la
elevada tasa de paro. La combinación de las políticas macroeconómicas
instrumentadas en un contexto internacional favorable y el impulso de las
que, desde el lado de la oferta, tienden a flexibilizar la economía, han
permitido que se alcance esta situación, sin olvidar el esfuerzo de los
agentes económicos que han asumido la importancia de la



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estabilidad para lograr resultados económicos positivos y duraderos.

Las políticas económicas que van encaminadas, coherentemente, hacia un
mismo objetivo, tienden a favorecerse las unas a las otras, reforzándose
sus efectos. El firme compromiso de la política monetaria con el control
de la inflación ha permitido, a medida que se iba logrando, una
importante reducción de los tipos de interés, que se ha generalizado a
los distintos plazos y mercados, contribuyendo a sanear la posición
financiera de familias y empresas y propiciando la recuperación de la
actividad. Esta situación ha facilitado el control del déficit público,
por la doble vía de estimular el crecimiento de los ingresos y reducir la
elevada carga de los gastos financieros, lo que, a su vez, ha reforzado
las expectativas favorables que se habían generado en los mercados,
haciendo más fácil la instrumentación de la política monetaria.

No quisiera que estas palabras se escucharan simplemente como una
declaración de complacencia con una situación económica que tiene,
objetivamente, muchos elementos positivos. La institución a la que
represento tiene el mandato de esta Cámara de velar por la estabilidad
económica, y la mejor forma de hacerlo es alentar y prevenir los riesgos
a los que puede verse sometida. Los alentadores resultados alcanzados
deben permitir aprovechar las grandes ventajas que pueden derivarse de la
participación, con la preparación adecuada, en un área integrada de
estabilidad monetaria. Y para no desperdiciar esta oportunidad
excepcional es necesario perseverar en las políticas convenientes y
reforzar la vigilancia frente a los riesgos potenciales.

En la presente coyuntura, la política económica debe vigilar
especialmente que el dinamismo del gasto no desborde las posibilidades de
crecimiento no inflacionista. Aunque las actuales previsiones económicas
apuntan a una expansión equilibrada, hay que tener en cuenta la
influencia que puede ejercer la reciente incorporación del consumo
privado al crecimiento de la demanda con un vigor considerable, una vez
que han mejorado las expectativas de los consumidores sobre la situación
económica y la evolución del mercado de trabajo. El ahorro acumulado en
períodos anteriores, el aumento de la renta disponible real y las
importantes ganancias de riqueza que se han producido como consecuencia
del descenso registrado por los tipos de interés crean unas condiciones
propicias para que el crecimiento del gasto de los consumidores alcance
mayor fortaleza. Esto, que es necesario para el mantenimiento de tasas de
crecimiento del producto elevadas, podría resultar perjudicial si llegara
a generar tensiones inflacionistas que terminarían por afectar a las
exportaciones, al verse dañada la competitividad de nuestros productos, y
a la inversión, por el posible cambio de expectativas.

En un contexto en el que la política monetaria irá perdiendo margen de
autonomía a medida que se vaya aproximando el momento de nuestra
integración en el área monetaria común, es imprescindible que otros
instrumentos de política económica asuman mayor protagonismo en el
mantenimiento de unas pautas de crecimiento estable. La política fiscal
debe prestar especial atención a su influencia sobre el crecimiento del
gasto en función de la posición cíclica de la economía, y la políticas de
oferta deben procurar aumentar la flexibilidad y la eficacia en el
funcionamiento de los mercados para impulsar el potencial de crecimiento
y de generación de empleo estable sin inflación.

Algunos factores de riesgo par el patrón actual de crecimiento estable
pueden provenir del ámbito exterior. Aunque el desarrollo internacional
se caracteriza en general por la ausencia de tensiones inflacionistas, la
economía de los Estados Unidos, tras un período muy prolongado de fuerte
expansión con pleno empleo, podría registrar un repunte de la inflación
en el próximo futuro, como vienen señalando las autoridades monetarias
americanas. Las economías europeas continentales vienen registrando, por
su parte, en un elevado número de casos, subidas moderadas de sus índices
de precios de consumo, desde los niveles muy bajos en que se habían
situado, como consecuencia principalmente de la intensificación de sus
ritmos de expansión económica a lo largo del año actual y de los efectos
de la apreciación del dólar sobre sus precios de importación. No cabe
destacar, por tanto, que en el año próximo, y en un contexto de
crecimiento económico más generalizado, puedan registrarse elevaciones en
los precios de las materias primas, los productos intermedios y las
manufacturas en los mercados internacionales.

En el ámbito interior, lo importante es que la economía logre mantener un
período prolongado de expansión continuada, que es la condición necesaria
para conseguir incrementos importantes y firmes en el nivel de empleo.

Ahora bien, un período prolongado de expansión continuada requiere una
evolución estable de precios y costes, especialmente de cara a nuestro
ingreso en la Unión Monetaria. La Unión Monetaria ha de tener, en
principio, un efecto expansivo para nuestra economía, pero, una vez
incorporados a ella, las desviaciones alcistas de precios y costes
respecto de las otras economías del área de la moneda única, tenderán a
conducir, si se producen, a pérdidas de competitividad, recesiones y
aumentos del paro. Es, por consiguiente, muy importante que, en un
período de expansión de la actividad y de aumento del empleo, los
incrementos de salarios mantengan su tendencia a la desaceleración y
superen su resistencia, notablemente desigual entre los distintos
sectores y colectivos implicados, a acomodarse a las bajas tasas de
inflación vigentes.

A comienzos del año próximo puede producirse un repunte en la tasa de
crecimiento interanual del componente alimenticio del índice de precios
del consumo como consecuencia, principalmente, de la comparación con unos
meses de 1997 en los que se registraron descensos muy acusados en los
precios de determinados alimentos. Es necesario, por tanto, que los
precios de los productos industriales mantengan su tónica de estabilidad
y que la tasa de inflación de los servicios reanude su tendencia a la
desaceleración, interrumpida recientemente aunque en la cifra de precios
de ayer parece haber recuperado una evolución más favorable. De esta
forma, el rebrote transitorio del IPC en los primeros meses de 1998 se
atenuará considerablemente, volviendo a tomar con rapidez una evolución
compatible con los objetivos que pretende mantener la tasa de inflación
próxima al 2 por ciento y, en todo caso, con un



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grado de estabilidad de precios similar al de los demás países
participantes en la Unión Monetaria.

Desde esta perspectiva, el proyecto de presupuestos del próximo año ha de
considerarse en función de sus efectos coyunturales, por una parte, y de
los compromisos de estabilidad fiscal a medio y largo plazo, por otra
parte.

Si se atiende a la evolución coyuntural, lo fundamental es que los
presupuestos para 1998 se instrumenten con rigor, especialmente en lo que
se refiere a los límites establecidos al crecimiento de los gastos, no
sólo por razones de disciplina presupuestaria o por necesidades derivadas
del cumplimiento de los objetivos establecidos en el programa de
convergencia, sino para evitar que el sector público pueda contribuir a
una expansión de la demanda más allá de lo que pueda resultar compatible
con el mantenimiento del control de la inflación. Una instrumentación
rigurosa de lo presupuestado permitirá a la política monetaria proseguir
la convergencia hacia las condiciones monetarias comunes que prevalecerán
al inicio de la Unión Monetaria, sin poner por ello en peligro los
objetivos últimos de estabilidad.

En esta delicada transición desde la autonomía de la política monetaria
hasta su integración en la política monetaria única, resulta muy
importante que la política presupuestaria desempeñe eficazmente su
función estabilizadora. De esta manera, si el dinamismo económico
tendiese a exceder el inicialmente programado, el aumento resultante de
los ingresos públicos debería dedicarse íntegramente a reducir en mayor
cuantía el déficit público, sin aprovechar la holgura surgida para
superar los límites establecidos para el crecimiento del gasto. Esta
forma de reacción, que es la que se deriva del estricto cumplimiento de
los presupuestos, contribuiría por sí misma a moderar el crecimiento de
la demanda y a contrarrestar las presiones inflacionistas que pudieran
generarse.

En la misma línea, serán de gran ayuda todos los avances que puedan
producirse en el funcionamiento de los mercados mediante medidas
liberalizadoras que aumenten la competencia y permitan que el aumento de
la demanda se transmita más fácilmente al crecimiento de la producción y
el empleo, sin alimentar los focos inflacionistas que pueden pervivir en
los sectores menos eficientes y competitivos.

Los esfuerzos que haga la política económica en 1998 merecerán la pena
porque permitirán no sólo superar con comodidad los retos que la economía
española tiene planteados para ese año, sino asegurar una integración en
la Unión Monetaria en las mejores condiciones posibles.

El cumplimiento de los criterios de convergencia establecidos en el
Tratado de Maastricht no es, a pesar de su obvia importancia, el punto
final de las políticas económicas en que están embarcados los países de
la Unión Europea, especialmente aquellos que aspiran a incorporarse al
área de la moneda única desde un principio. El pacto por la estabilidad y
el crecimiento, referencia de una buena parte de los compromisos
incorporados a los programas de convergencia aprobados en los últimos
meses para los diferentes países del área, entre ellos España, recuerda
el camino que aún resta por recorrer para fundamentar la consolidación
fiscal sobre unas bases sólidas a medio y largo plazo. Y los problemas de
flexibilización de los mercados que esos mismos programas señalan,
completan el ámbito de las reformas necesarias para que el área europea,
y en ella España, pueda afrontar con éxito los problemas del crecimiento
y el empleo en un mundo crecientemente competitivo, sometido a rápidos
cambios tecnológicos e importantes variaciones en la estructura
internacional de ventajas comparativas.

Europa se ha adentrado en un período de expansión que promete ser
prolongado si cuidamos de los problemas de estabilidad en el corto plazo.

Los períodos de expansión son los más favorables para las reformas, y los
países que muestren más decisión y tino en la adopción de las reformas,
serán los países que más ventajas obtendrán de la creación de la Unión
Monetaria Europea.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Socialista, tiene la palabra don
Luis Martínez Noval.




El señor MARTINEZ NOVAL: Bienvenido, señor gobernador, a la Comisión de
Presupuestos, y muchas gracias también por su comparecencia esta mañana.

Es una comparecencia que tiene lugar en un contexto en el que creo que
pocas veces se puede decir que la escena pública otorga a los
gobernadores de los bancos centrales un protagonismo tan fuerte como en
estos momentos están personalizando buena parte de los responsables de
las políticas monetarias de los países occidentales en lo que tiene que
ver no sólo con el acceso a la moneda única de los países de la Unión
Europea, sino también más allá del Atlántico.

Es un hecho curioso para cualquier persona que tenga una cierta inquietud
por cuestiones económicas que el gobernador de la Reserva Federal de los
Estados Unidos sea capaz de cambiar el curso de las finanzas mundiales
sencillamente poniendo en paralelo un sustantivo y un adjetivo. Es la
segunda vez ya que, con motivo de una comparecencia en el Comité de Banca
de la Cámara de Representantes --cosa también curiosa--, el gobernador de
la Reserva Federal utilice un sustantivo seguido de un adjetivo para
referirse a la situación de los mercados financieros y de ahí se deriven
cataclismos, hecatombes o al menos apuntes potenciales de que pueden
sobrevenir esos cataclismos y hecatombes en un mundo como el financiero,
que en estos momentos parece tan estable y tan complaciente de sí mismo.

Por cierto, que en esa comparecencia del gobernador de la Reserva Federal
en el Comité de la Cámara de Representantes, él mismo avanzó lo que se ha
denominado por algunos medios como un nuevo paradigma del comportamiento
de la inflación en nuestras sociedades al que luego me quiero referir
para tratar de aplicarlo a nuestra realidad.

Por si fuera poco, todo ese protagonismo del gobernador de la Reserva
Federal fue sucedido por el del Consejo Rector del Bundesbank, del Banco
Central de Alemania, cuando decide elevar el tipo de los report del 3 al
3,30 por ciento. De manera que vivimos en unos momentos, señor
gobernador, de protagonismo de su trabajo y de su ocupación. Por eso
decía al inicio de mi intervención que pocas



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veces esta comparecencia se produce en un contexto de esa naturaleza.

Vamos a ver si la aprovechamos también aquí, en nuestro país.

Este, señor gobernador, es también un buen momento para explicar
recientes decisiones que ha tenido que tomar el Banco de España. Yo creo
que se puede afirmar que cuando usted y el banco reducen 25 puntos
básicos el tipo de intervención decenal el día 3 de octubre del mes en
curso, esa decisión fue seguida de lo que pocas veces se ha visto en
nuestro país; es decir, no eran muy habituales en España esas decisiones
del Banco central, al menos desde el año 1984, año en el que tiene plena
autonomía para el cumplimiento del contenido del artículo 7.2 de su ley,
en lo que se refiere a la responsabilidad en el mantenimiento de la
estabilidad de los precios. Insisto en que creo que pocas veces se ha
vivido una situación como ésta a la que hemos asistido el día 4 de
octubre y siguientes, una situación que da lugar a que algunos analistas
hayan visto con recelo y hayan adoptado una actitud crítica respecto a la
decisión que el Banco de España tomó en ese momento. ¿Cuáles son los
argumentos que esos analistas y que muchas personas capaces de analizar
ese tipo de decisiones han sentido frente a la rebaja de los 25 puntos
básicos del día 3? Pues una muy sencilla, señor gobernador. Mucha gente
no se explique por qué se toma una decisión de rebaja de tipos de
interés, que era largamente esperada, que era conveniente para la
economía nacional, que está en la línea de la convergencia hacia un tipo
de interés único en toda Europa, y a los tres días, creo que en sus
propias palabras, desde el Banco de España se llama la atención sobre los
potenciales peligros de presiones inflacionistas que pueden estar
presentes en nuestra realidad económica. Esas son dos cosas un tanto
contradictorias, porque es difícilmente entendible que esa decisión de
rebaja de tipos de interés se tome en un contexto --el dato de inflación
del mes de septiembre lo corrobora luego-- en el que se apunta a una
tendencia al menos levemente alcista de la inflación en España y no a una
tendencia a la baja.

Señor gobernador, decía que ahora aparece el dato del IPC del mes de
septiembre con un incremento de 5 décimas. Sin lugar a dudas es un mal
dato, porque eleva la inflación interanual al 2 por ciento, y en lo que
va de año supone un incremento del nivel de precios del 1,6 por ciento.

Yo decía antes que esto apunta a una tendencia que se viene manifestando
desde el mes de abril, que el propio banco recuerda en el último informe
sobre la inflación. En el mes de abril la tasa interanual era del 1,5; en
mayo era del 1,6; en junio era del 1,6; en julio era del 1,8, y ahora en
septiembre el 2 por ciento. Eso quiere decir que hay una evidente
tendencia al alza de la inflación en nuestro país y desgraciadamente se
constata desde el mes de abril. Tanto más preocupante es esa tendencia
por cuanto que en los últimos meses del año se puede esperar, en un
análisis no muy fino de la cuestión, que se siga produciendo ese repunte
de la inflación, en la medida en la que los tres meses de final de año de
1996 han sido unos meses excepcionales en el comportamiento de la
inflación y, por tanto, es de esperar que esta tendencia que se apunta
desde abril, apoyada en esa excepcionalidad positiva de los meses de
octubre, noviembre y diciembre del año 1996, no contribuya a otra cosa
que a la continuidad y puede que a la profundización o intensificación de
esa tendencia al alza. De hecho, en esos tres meses finales del año 1996
el índice sólo aumentó en 4 décimas, lo cual quiere decir que,
efectivamente, estamos ante un comportamiento bastante extraordinario.

Además de eso, señor gobernador, también le quiero traer a colación el
hecho que denota con toda claridad la evolución del IPC del mes de
septiembre. Deja claro que buena parte, no quiero exagerar, de los logros
obtenidos en la lucha contra la inflación en nuestro país obedecen a
causas incontrolables; obedecen, ni más ni menos, que a la buena
climatología que en el pasado permitió la consecución de unas cosechas
extraordinarias que ocasionaron la reducción, muy considerable por
cierto, del precio de los alimentos, tanto de los elaborados como de los
no elaborados. Eso es claro. Si el índice general, en términos
interanuales, ha aumentado un 2 por ciento medido a finales de
septiembre, la alimentación en ese mismo período se ha elevado en un 0,7
por ciento, lo cual quiere decir que buena parte de los avances en la
lucha antiinflacionista obedecen a cuestiones que no están ni bajo el
control del Banco de España, porque no hay política monetaria que pueda
cambiar el clima, ni tampoco obedecen a políticas del Gobierno.

¿Tendremos el mismo clima en los meses que tenemos por delante? Ojalá la
providencia se siga apiadando de nosotros y haga posible que el índice de
precios al consumo se mantenga en bajos niveles como en estos momentos
estamos disfrutando. Le hablo de la intervención de la providencia, señor
gobernador, porque, sin embargo, hay otras rúbricas en el índice de
precios al consumo que no muestran en modo alguno el mismo comportamiento
positivo que muestran los alimentos, sean elaborados o no. Me refiero a
la rúbrica de otros servicios, que se resiste a ceder a la baja, por
cuanto, medida a finales de septiembre, dicha rúbrica sigue manteniendo
un incremento del 3,7 por ciento en términos interanuales.

Por otra parte, señor gobernador, usted se ha referido al comportamiento
de los salarios como un factor que, potencialmente, pudiera contribuir a
la generación de expectativas inflacionistas en el futuro, y sobre todo
en el año 1998. Nosotros creemos, señor gobernador, que los salarios
están manteniendo un comportamiento bastante moderado en el año 1997, y
así parece que será también en el año 1998. Yo creo que debemos de ser
todos conscientes de que, a medida que la inflación se reduce, resulta
más difícil que los trabajadores acepten ese comportamiento al que usted
apelaba, que consiste en adaptarse a los bajos niveles de inflación. Eso
no es posible --ahora hay teorías bastante elaboradas al respecto-- en
muchas empresas que con tasas de inflación muy bajas incluso puede que se
tengan que ver obligadas, para adaptarse a sus circunstancias
coyunturales, a reducir sus salarios nominales, no sólo los salarios
reales, sino incluso, repito, sus salarios nominales. En el bien
entendido de que por buenas que sean las circunstancias económicas y la
coyuntura, no todas las empresas, por desgracia, pueden disfrutar de las
mismas circunstancias positivas.




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Señor gobernador, le quiero hacer una pregunta muy concreta. Si la
inflación repunta en los últimos meses del año en la perspectiva de
acercamiento a un tipo de interés que los analistas han consensuado que
puede estar en torno al 4 por ciento, tipo de interés a corto plazo de
convergencia, en esas circunstancias, parece que repunte de la inflación
y necesidad de converger en el entorno del 4 por ciento, ¿qué margen
tiene el Banco de España para converger en tipos de interés y, al tiempo,
preservar la estabilidad de los precios en nuestro país? No lo tiene
usted fácil, señor gobernador, es una tarea complicada, y se lo
reconocemos; además, creo que en la medida en que este proceso de
convergencia en tipos de interés se produzca también en una coyuntura muy
expansiva de todas las economías europeas, dificulta no sólo su tarea
sino la de todos sus colegas en el ámbito de la Unión.

Aparte, señor gobernador, quiero conocer su opinión sobre un asunto que
en estos momentos está dando preocupación y está siendo muy comentado por
todos los analistas de los mercados financieros. Me refiero al hecho de
que parece que los bancos centrales, cada vez en mayor medida, no tienen
posibilidades de controlar tanto la inflación de precios de bienes y
servicios, cuanto también la de los precios de los activos financieros.

Parece aceptado por todo el mundo que sólo con el instrumento de los
tipos de interés es imposible atender al control de los precios de bienes
y servicios, y, a la vez, con los tipos de interés también permitir que
no se produzcan en los mercados financieros ese fenómeno que el
gobernador de la Reserva Federal llamaba exuberancia irracional o vías
insostenibles. Puede que también por la vía de la excesiva elevación de
los precios de los activos financieros se esté atizando, a su vez, la
inflación en el sector de bienes y servicios, por razones obvias (el
precio de los activos financieros en los mercados, presión en alza, el
valor de la riqueza neta de las empresas y familias), y por esa vía se
atiza y se fomenta el consumo privado.

Por cierto que me gustaría que usted comentase a toda la Comisión un poco
ese nuevo paradigma del que le hablaba, que parece ser que desarrolló el
gobernador de la Reserva Federal en su comparecencia en la Cámara de
Representantes americana. Da la impresión de que ahora hay una corriente
que otorga una mayor responsabilidad al crecimiento acelerado de la
demanda interna de los países en el repunte inflacionista, que al
comportamiento por el lado de la oferta, a la presión de los costes en
las empresas, etcétera. Me gustaría oír un comentario suyo a propósito de
esta cuestión.

Por último, señor gobernador, también nos gustaría un comentario suyo en
relación con el elevado crecimiento de los agregados monetarios que
estamos experimentando en estos momentos, en particular de los agregados
monetarios más estrechos que tienen crecimientos sobradamente por encima
del 10 por ciento. Le pregunto si esos crecimientos, en la medida que
hablan de un exceso de liquidez en la economía, no están también
permitiendo o al menos contribuyendo a la generación de algún aumento de
las expectativas inflacionistas, en la medida en la que los activos más
líquidos son --parece ser siempre-- los que vienen potencialmente
asociados con un mayor impacto inflacionista. Por tanto, ¿en qué medida
el Banco de España tiene en estos momentos capacidad para rebajar un poco
ese crecimiento de agregados monetarios más líquidos?
Esto, señor gobernador, es todo lo que yo quería decir y preguntar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
don Ramón Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Bienvenido, señor gobernador.

Después de haber tomado nota de que es la providencia el origen de los
avances en la inflación de 1997, no puedo por más, señor gobernador, que
hacerle una primera pregunta. Yo, desde luego, ni confirmo ni estoy al
lado de aquellos que piensan que la providencia está en el origen del
control de la inflación, sino que soy de los que pienso que los avances
registrados en esta variable en el primer semestre de 1997 son avances
tan intensos que inclusive desde el Gobierno y desde mi grupo se había
anticipado la revisión del objetivo de inflación, teniendo presente que
el último semestre iba a registrar algún tipo de repunte transitorio. No
sé si todavía queda algún grupo en la Cámara que crea que el objetivo de
inflación para 1997 no se va a cumplir; me ha parecido entender que hay
algún grupo que considera que eso es así, y contrasta con las opiniones
que ayer le escuché al señor Eguiagaray cuando hablaba sobre el descarte
absoluto de que pudiera existir algún nubarrón sobre ese cumplimiento.

Pero puede ser, repito, que todavía alguien tenga dudas, mi grupo no las
tiene.

Yo he tomado nota de lo que ha dicho el señor gobernador en relación con
la inflación de 1997: que hay avances muy significativos en el control de
la inflación, que se va a cumplir con holgura la inflación en 1997 y que
se está plenamente en situación satisfactoria con el criterio de
convergencia. En este sentido le formularé, señor gobernador, algunas
cuestiones: ¿considera, aunque sea reiterarse, el señor gobernador del
Banco de España que la inflación es una variable que en este momento se
encuentra bajo control? ¿El objetivo de inflación revisado del Gobierno a
la baja, del 2,5 al 2,2, se va a cumplir con o sin holgura? ¿Está España
cumpliendo el criterio de convergencia? Y lo digo con estas precisiones
porque veo que todavía hay alguien que duda y sería bueno salir de dudas
en esta materia.

No puedo expresar más que coincidencia con el análisis que el gobernador
ha hecho respecto al comportamiento de los equilibrios macroeconómicos en
1997. Yo diría que no nos podríamos situar en una declaración de
complacencia o de autocomplacencia, sino sencilla y llanamente que
estamos calificando la evolución de la economía en 1997 como muy
favorable y que apenas tiene críticas, hasta el punto que he podido
escuchar en la persona que me ha precedido en el uso de la palabra, el
señor Martínez Noval, que ha tenido que referirse concretamente durante
toda su intervención a la inflación y hacer algunas consideraciones sobre
pronunciamientos de autoridades internacionales en materia económica,
pero no ha podido referirse al comportamiento



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de las variables de la economía en 1997, porque en este momento esas
variables son la crítica que quedaría cargada de debilidad. Por tanto,
expreso la satisfacción de mi grupo al corroborar que el gobernador del
Banco de España ha venido a subrayar el buen comportamiento de las
variables.

En estabilidad de precios y en avance de convergencia ha considerado
inclusive razonable y ajustada la política económica a las tendencias; ha
confirmado que el crecimiento estará por encima del 3 por ciento, y ha
confirmado también que las cuentas públicas inclusive tendrán un ligero
descenso en sus objetivos, con lo cual me parece haber entendido que
respalda las declaraciones del vicepresidente económico en relación con
que el déficit se situará por debajo del 3, más concretamente en el 2,9.

Sobre los riesgos que nos ha apuntado de cara a 1998, señor gobernador, a
mí me gustaría conocer concretamente si el cuadro macroeconómico que
acompaña a los presupuestos de 1998 le merece a usted el mismo grado de
confianza que le mereció el de 1997. Es decir, señor gobernador, estos
presupuestos, ¿considera usted que van a contribuir a cumplir los
objetivos de inflación, los objetivos de déficit, y todo ello contribuirá
de manera favorable a una evolución descendente de los tipos de interés?
Se ha preguntado anteriormente cuál sería la evolución prevista de los
tipos de interés. Yo creo que uno de los grandes logros de este año 1997
ha sido, precisamente, la caída de los tipos de interés. En ese sentido
me gustaría requerir su opinión sobre cuáles considera que han sido las
ventajas principales de esta caída de los tipos de interés y cuál es la
perspectiva de la evolución de los tipos de interés en 1998, si
entendemos que estos presupuestos contribuirán favorablemente.

Por último, señor gobernador, querría hacer una leve mención a la opinión
que le merece la ejecución presupuestaria de 1997, y esa ejecución como
elemento de aval para prever cuál va a ser la ejecución presupuestaria de
1998. Nos decía usted, y lo compartimos, que tendría que ser el rigor en
el límite de crecimiento de gastos, el destino de la mayor recaudación a
eliminar déficit, todas ellas funciones estabilizadoras para la ejecución
presupuestaria de 1998. Considero que la ejecución presupuestaria en
1997, y es mi pregunta, está dentro del rigor y mayores disciplinas,
hasta el punto que cabría calificar que la institución presupuestaria
española ha recuperado la credibilidad que tenía perdida en etapas
anteriores. Esa ejecución presupuestaria de 1997, que a nosotros nos
merece satisfacción, querríamos conocer su opinión respecto a la misma.

Ha introducido usted un elemento sobre el que nos gustaría ser algo más
precisos. Nos ha hablado de que uno de los complementos para poder
escoltar la política monetaria y presupuestaria es, sin duda, las medidas
liberalizadoras que eviten alimentar las tensiones y los focos
inflacionistas, y sobre todo que eliminen esas resistencias que se están
encontrando en algunos sectores, muy concretamente en los sectores de
servicios, que creo que usted mismo ha mencionado. A su juicio, señor
gobernador, ¿qué medidas liberalizadoras quedarían pendientes para
pefeccionar el círculo virtuoso en el que se encuentra la economía
española?
Por último, dos cuestiones. ¿Considera el señor gobernador que España
está en condiciones de mantenerse, y valga la redundancia, establemente
en el pacto de estabilidad que hemos suscrito con Europa? ¿Cuál es, a su
entender, la tendencia que va a seguir la variable de deuda en España?
Con estos interrogantes, y agradeciendo al gobernador que haya tenido la
claridad de calificación del momento de la política y del venidero,
espero respuesta puntual a las cuestiones que he planteado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor gobernador del Banco de
España.




El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Rojo Duque): Muchas gracias por
sus preguntas, que me dan la oportunidad de exponer ante esta Comisión
brevemente cuáles han sido las ideas que han ido dominando el pensamiento
y las decisiones del Banco de España en los últimos meses.

Si me permiten ustedes decirlo de este modo, yo en esta Comisión de
Presupuestos soy solamente un artista invitado. Yo soy un habitual en la
Comisión de Economía y, por consiguiente, ante la Comisión de Economía,
en reiteradas ocasiones y desde hace bastantes meses, he ido expresando
estas ideas y he ido justificando las decisiones del Banco de España, y
creo que hasta ahora no hemos incurrido en ninguna contradicción ni nos
hemos visto sorprendidos por lo que iba ocurriendo. Esto no quiere decir
en absoluto que seamos infalibles, sino que lo que estaba ocurriendo era
relativamente fácil de seguir y de prever. Voy a tratar de explicar aquí
brevemente lo que, como algunos de ustedes saben, ya he explicado
detenidamente ante la Comisión de Economía en mis comparecencias durante
los últimos meses.

¿Qué ha sucedido con la inflación en este país durante el último año y
medio o dos años? Realmente no puede decirse que sea una evolución
desinflacionista debida exclusivamente a factores climatológicos. Se
trata de una evolución desinflacionista que aparece inserta en lo que es
la amplia ola de desinflación que ha venido afectando a Europa durante
los dos o tres últimos años. Efectivamente, han bajado los precios de los
alimentos, y ahora me referiré a este tema, especialmente a los últimos
meses del año 1996 y los primeros meses del año 1997. Pero debemos tener
en cuenta cuál ha sido la evolución, que es muy importante, de aquellos
componentes del índice de precios al consumo que no incluyen los
alimentos, y especialmente los alimentos no elaborados, y tenemos que
atender a cuál es la evolución de cada uno de esos otros componentes no
alimentarios del índice de precios al consumo.

Hay que decir que la evolución de los precios industriales a lo largo de
estos dos o tres últimos años ha sido muy buena. Tenemos que decir
también que ha evolucionado razonablemente bien durante bastante tiempo,
hasta finales del año pasado, la evolución del índice de precios de
servicios, y que sólo con posterioridad el índice de precios de



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servicios ha mostrado una gran resistencia a reducir sus tasas de avance,
aunque ahora podría, a juzgar por el índice publicado ayer, dar lugar a
una nueva fase de reducción de las tasas. De todas maneras, es verdad que
el índice de servicios se ha detenido en zonas cercanas al 4 por ciento,
que es un nivel muy alto.

Esta evolución de los precios industriales y de los precios de los
servicios da la tónica básica de lo que ha sido el proceso de
desinflación que ha venido viviendo este país durante los últimos dos o
tres años. A ello hay que superponer la evolución de los precios de los
alimentos. En varias ocasiones he señalado cómo hemos recibido, a lo
largo del último año y medio, buenas noticias de los alimentos, pero
también malas, y que esto ha afectado a la evolución básica del índice de
precios al consumo.

El año 1996 fue un año, desde el punto de vista del Banco de España
--que, efectivamente, no puede pretender controlar la inflación en el
corto plazo, sino sólo en el medio plazo y que por eso define sus
objetivos en el medio plazo--, el año 1996, digo, fue en algunos momentos
bastante desesperante desde el punto de vista de la evolución de los
precios y, concretamente, de los precios de la alimentación. Y no tengo
que recordar nada más que dos hechos de gran importancia. En primer
lugar, el tema de la crisis de las vacas locas, que perturbó
tremendamente los precios de los productos cárnicos (con repercusiones en
otros renglones como, por ejemplo, el pescado) en la primavera y
comienzos del verano del año pasado y que impulsó al alza el nivel de
precios de consumo oscureciendo su tendencia básica al declive. Por otra
parte, las resistencias a la baja de productos, tan importantes por su
ponderación en el índice de precios al consumo como el aceite de oliva,
que tardó muchos meses en recoger lo que era la influencia básica que
procedía del mercado, debido a las resistencias de los mayoristas a
permitir que el precio del aceite de oliva bajara hasta los niveles que
la situación de las cosechas señalaba como adecuado, y que de hecho sólo
se consiguió, y de un modo muy brusco, en los primeros meses de este año.

De modo que a lo largo del año 1996 tuvimos, desde el punto de vista de
la evolución del índice de precios al consumo, algunos momentos con muy
malas noticias procedentes del ámbito de los precios de los bienes
alimenticios, que tendieron a oscurecer la tendencia desinflacionista
básica que estaba viviendo la economía.

Después las cosas se inclinaron del otro lado y, en los primeros meses de
este año, a diferencia de lo que había sucedido el año anterior, tuvimos
un conjunto de muy buenas noticias procedentes de los alimentos, que
eran, en cierto modo, corrección de las malas noticias del año anterior.

Y, entonces, no sólo se desveló la tendencia básica del índice de precios
al consumo, sino que, además, esa tendencia declinante básica de los
precios de consumo se vio acentuada y perturbada por lo que era una caída
muy brusca de los precios de un conjunto de alimentos. Evidentemente, lo
que creo que hay que hacer para tratar de juzgar la verdadera situación
es eliminar esas perturbaciones de los alimentos en una u otra dirección.

Eliminadas esas perturbaciones, ¿qué es lo que se puede decir? Que
seguramente la desinflación básica del año 1996 fue mayor de lo que
parecían indicar las cifras del índice general de precios al consumo,
mientras que, en los primeros meses de este año, la caída tan brusca de
renglones muy importantes como los precios de los alimentos tendieron a
acentuar en exceso lo que era la caída fundamental de los precios de
consumo. Esto es lo que me importa señalar respecto de la evolución de
los precios durante el último año y medio.

Naturalmente, en la medida en la cual había en el año 1996 un elemento
alcista perturbador y pasajero en los precios de los alimentos, había que
esperar que más tarde se recuperara la tendencia declinante en el índice
de los precios al consumo. Igual que, situados a la altura del mes de
abril de este año, los que eran componentes anormales en la caída de
algunos alimentos hacían esperar que se produjera un cierto rebote del
índice de precios al consumo situándose a un nivel mayor. Yo siempre
dije, en la Comisión de Economía de esta Cámara, que nos parecía que el
nivel normal de evolución de la inflación en el año iba a situarse en la
zona del 1,9-2 por ciento; y alguno de los señores diputados que asisten
a esa Comisión podrán recordar que efectivamente lo he dicho. Nunca
pensamos que la inflación podría quedar en el 1,5 por ciento.

A este fenómeno de alteraciones de los precios de los alimentos ha venido
a sumarse en toda Europa otro componente importante para explicar el
comportamiento de los precios en los últimos meses, y es que Europa, la
Europa continental, por fin, y después de muchas vacilaciones, ha entrado
a lo largo de este año, con diferente intensidad según los países, en una
etapa de clara expansión. Naturalmente, esto ha puesto freno a lo que ha
sido el clima desinflacionista que ha vivido Europa en los últimos
tiempos.

Al mismo tiempo, la apreciación del dólar, extraordinariamente importante
desde principios de este año, ha afectado a los precios de importación y
ha determinado también una tendencia a la elevación de precios en
numerosos países de Europa. De modo que si echan ustedes un vistazo a los
índices más recientes de precios al consumo armonizados publicados por la
Comisión de Bruselas, verán ustedes que, efectivamente, si comparan el
mes de agosto, que es la última cifra que han publicado, con el mes de
abril, por ejemplo, hay muchos países, algunos de ellos países del más
alto grado de estabilidad, que han registrado subidas importantes en sus
precios de consumo. Y, si me lo permiten SS. SS., puedo señalarles
algunos casos. Hablando siempre de las tasas interanuales, quitando
Italia, Grecia, Portugal e Irlanda, todos los demás países están
registrando subidas de precios. Y esto no lo digo para excusar la
situación española, sino para tratar de entender dónde estamos. Holanda
ha pasado de un 1,2 a 2,5 entre abril y agosto. Francia, que en los
últimos tiempos quizá no sea buena referencia para otras cosas, pero sí
es un ejemplo de estabilidad de precios, ha pasado, de abril a agosto,
del 1 al 1,6. Dinamarca ha pasado del 1,5 al 2,4. Alemania, incluso, ha
pasado del 1,2 en abril al 1,7 en agosto. Es decir, que estamos en un
momento en el que, como consecuencia de la fuerte recuperación en el
ritmo de crecimiento de las economías europeas y también como
consecuencia de los efectos de la apreciación del dólar, se



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están registrando movimientos de precios, que son generales en toda el
área europea. Esto no debe reducir nuestra vigilancia y nuestras
preocupaciones, pero es algo que tenemos que tener en cuenta para ver
cuál está siendo la situación de los precios.

Esto por lo que se refiere al comportamiento pasado y reciente de los
precios. Paso ahora a la situación de la política monetaria vista dese el
ángulo del Banco de España. Efectivamente, como S. S. ha indicado, el
Banco de España lo tiene difícil en este período. Yo no sé en qué medida
puede decirse que ésta es una época muy importante desde el punto de
vista del papel de los gobernadores, como decía usted; yo me inclino a
considerar que los gobernadores del área posible de constitución de la
Unión Monetaria más bien están despidiéndose que otra cosa. En la Unión
Monetaria entran grupos de países muy distintos; muy distintos en las
estructuras, pero también bastante diversos desde el punto de vista de lo
que podríamos llamar la madurez de su ciclo. Es decir, hay países que
están en una fase cíclica más avanzada que otros. Por tanto, tienen tasas
de crecimiento de la actividad más altas, ritmos de crecimiento de la
demanda más altos, etcétera. Y el tema está en que a la Unión Monetaria
se entra con una política monetaria común y se entra con un tipo de
interés único. Esos grupos de países con diferentes posiciones cíclicas
relativas coinciden también en buena medida con países que, por una
parte, han pertenecido desde hace muchos años al núcleo básico de
estabilidad europea y, por otra parte, con países como España, que
pertenecen al grupo que ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años por
reducir las tasas de inflación.

Por consiguiente, los países del núcleo básico de estabilidad, como es
lógico, se acercan al proceso de convergencia hacia el tipo único de la
Unión Monetaria europea, con unos tipos de interés básicos que son
notablemente más bajos que los tipos de interés que todavía tienen que
mantener los países que vienen de tasas de inflación bastante altas y que
han vivido, recientemente, unos procesos de desinflación considerables,
que tienen que tratar de consolidar. Por tanto, tenemos ahí un problema
importante. Es imposible saber cuál es, en estos momentos, el tipo de
interés que prevalecerá al llegar el momento del comienzo de la Unión
Monetaria y de primera definición, por parte del Banco Central Europeo,
del tipo de interés básico en toda el área.

Los mercados tienen su opinión. Esta se puede encontrar observando cuáles
son los tipos de interés de los mercados de futuro, referidos a Alemania,
como país básico en esa evolución, para el último trimestre del año 1998.

Si uno atiende a lo que es la apuesta de los mercados, resulta que los
mercados están pensando en este momento que el tipo de interés (que puede
servir como referencia de lo que puede ser el tipo de interés único de la
política monetaria común a principios de 1999) es, aproximadamente, del
4,35 al 4,50 por ciento; es decir, los mercados esperan que,
efectivamente, los tipos vayan a subir en esa dirección, desde la
situación de tipos en la que se encuentran los países del núcleo básico
de estabilidad y que van a ser, por otra parte, tipos de interés más
bajos, no tan bajos como piensan muchas personas ingenuamente pero más
bajos que los tipos de interés que predominan en los países del grupo que
viene de tasas de inflación más altas y que está tratando de consolidar
tasas de inflación más reducidas. Si las cosas son así, resulta que en
este momento España tendría todavía que bajar algo los tipos de interés
de cara a la Unión Monetaria, y los otros países tendrían al final que
aceptar una subida de tipos para entrar en un tipo rector único, adecuado
a la política monetaria en el período de iniciación de la Unión
Monetaria. Unos y otros países tienen un problema, que es el del ritmo al
cual se producen esos ajustes de tipos de interés. Esto, naturalmente,
depende de cuál sea la evolución de la expansión que está viviendo Europa
en los últimos meses --una expansión realmente bastante marcada--, de
cuál sea la evolución de otros factores --factores que, por otro lado,
afectan a la tasa de inflación--, como la situación del dólar y, por lo
tanto, los precios de importación, la situación de los mercados
internacionales de materias primas e incluso de manufacturas; y esto va a
determinar ese proceso de convergencia de un grupo y de otro de países.

En la medida en la cual los países tengan estos rebrotes de precios que
se están observando en los últimos meses, tendrán que ser cada vez más
cuidadosos y, en unos casos, adelantar lo que hubieran sido subidas más
tardías de los tipos de interés y, en otros casos, retrasar los procesos
de descenso de esos tipos de interés hacia lo que va a ser el tipo de
interés único.

Esta situación (que el otro día algún periódico denominaba la paradoja
del Banco de España y que no es tanto una paradoja como una situación muy
peculiar que tenemos que tener claramente en la cabeza, es decir, que
España se va a beneficiar de la Unión Monetaria porque va a tener tipos
de interés más bajos de los que hubiera tenido en otro caso) durante
algún tiempo va a ser así, porque los tipos de interés que hubiera tenido
España seguramente habrían sido más altos de los que va a tener dentro de
la Unión Monetaria, y esto nos da claramente más posibilidades de
crecimiento. En este sentido, la Unión Monetaria puede ser muy favorable
para la evolución de la economía española.

Por otra parte, tenemos que ser conscientes de que para poder
beneficiarnos de ello tenemos que ser muy cuidadosos respecto de las
condiciones con las cuales evolucionan precios y costes en el país,
porque podríamos encontrarnos con que entramos en la Unión Monetaria con
una desviación alcista de costes a la que me he referido antes, sin una
política monetaria autónoma, sin posibilidades de recurrir a una
depreciación del tipo de cambio, y eso acaba conduciendo a pérdidas de
competitividad y, con mayor o menor amplitud por sectores, acaba llevando
a situaciones de recesión y de paro.

Por consiguiente, para mantener un proceso de crecimiento alto y estable
tenemos que ser muy cuidadosos con el comportamiento de la estabilidad de
la economía en el corto plazo. Esta es la razón por la cual el Banco de
España ha sido tan cuidadoso, a pesar de que era difícil porque
reconocerán ustedes que teníamos toda clase de voces diciéndonos que no
bajábamos los tipos adecuadamente y



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preguntándose por qué no los bajábamos más deprisa. No los bajábamos más
deprisa porque teníamos esta situación en la cabeza, y bajamos los tipos
de interés rápidamente cuando la inflación estaba bajando muy fuertemente
y aquellas perturbaciones del año pasado habían desaparecido, pero
también tratamos de frenar una bajada excesivamente rápida de tipos a
partir del mes de abril y, desde entonces, mantuvimos quieto el tipo
básico de intervención del Banco de España.

Se trata, en definitiva, de administrar la bajada de tipos en la medida
que sea necesaria, porque va a depender de lo que hagan los tipos de
interés de los países más estables, administrarla en función de cómo vaya
la economía, de su grado de evolución y su tasa de inflación, y eso
aconsejará que se vaya más despacio, más deprisa, etcétera. Al final, hay
una meta móvil que depende de cuál vaya a ser la evolución de los tipos
de interés de los países del área estable, que son los que al tener
economías además mucho más amplias e importantes van a determinar el tipo
básico que va a dominar en los primeros momentos de la Unión Monetaria.

Tiene usted toda la razón respecto a que lo tenemos difícil, pero yo
trataría de señalarle que esto es perfectamente compatible --el hecho de
reconocer que lo tenemos difícil-- con la interpretación de lo que
estamos haciendo. Estamos tratando de bajar los tipos de interés
lentamente para asegurarnos de que la inflación no levanta la cabeza y
que, si lo hace, sea como en otros países europeos, moderadamente y al
mismo ritmo.

Por otra parte, tenemos que señalar dónde están los riesgos. Los riesgos
están en algunos de los puntos que usted ya ha señalado. Primero, hay un
problema, ciertamente, de ajuste de los salarios. No digo que los
salarios no se hayan ajustado, pero se han ajustado muy parcialmente a la
evolución de los precios y esto está afectando especialmente a algunos
sectores más que a otros; por ejemplo, la evolución desinflacionista del
componente de precios industriales está verdaderamente afectada porque
los precios industriales están creciendo a un ritmo mucho más bajo que al
que están creciendo los salarios en el sector industrial. Esto ha sido
posible, entre otras cosas, por las ventajas que las empresas han
obtenido como consecuencia de la baja tan fuerte de los tipos de interés;
pero ese elemento no va a persistir en los próximos tiempos. Por
consiguiente, es fundamental que los salarios traten de ajustarse porque
si no será imposible que las tasas de inflación en el sector de productos
industriales vayan tan bien como han ido durante los últimos tiempos.

En el sector de servicios, que es muy preocupante porque presenta muchos
más problemas de competencia, es fundamental que se rompa la resistencia
del precio de los servicios a la baja, que en ese caso no es tanto el
resultado del crecimiento de los salarios, ya que éstos no han crecido
tanto como en la industria, especialmente por la utilización del trabajo
a tiempo parcial. En el sector de los servicios hay un problema de
márgenes: en cuanto aumenta la demanda los márgenes tienden a reaccionar
en muchos sectores, según se ha observado, una vez más, en los últimos
tiempos. En ese sector es absolutamente fundamental que se trate de
romper la resistencia de los precios y que el Gobierno avance en su
política de liberalización, eso que llamamos reformas estructurales, que
consisten, simplemente, en aumentar la competitividad y el grado de
liberalización de los sectores que más lo necesitan. De modo que ahí
encontramos uno de los puntos que hay que atender.

Hay que atender, por otra parte, al crecimiento de la demanda. La
economía va a acabar el año con una tasa de crecimiento real que puede
ser del orden del 3,1 ó 3,2 --ya saben ustedes que nunca me peleo por las
décimas-- y va a entrar en el año con una tasa de crecimiento que por lo
menos será del 3,2.

¿Estoy de acuerdo con el cuadro macroeconómico que acompaña a los
presupuestos? Ya dije en mi intervención inicial que, efectivamente, creo
que una tasa de crecimiento del 3,4 es perfectamente razonable para el
año que viene. Si uno la compara con las otras previsiones disponibles,
la de la OCD, que ha dado el 3,4 para los años 1998 y 1999, la de la
Comisión de Bruselas, que en las previsiones de ayer da una tasa del 3,4
al 3,5, y la nuestra, que está en una zona de 3,3 a 3,4, se observa que
realmente hay una coincidencia básica en las tasas de crecimiento real
esperadas.

Tal y como van las cosas, sería perfectamente posible que la economía se
acelerase más, que el consumo presionara más, que la inversión elevara
sus ritmos de crecimiento --y de hecho ya lo han hecho tanto el consumo
como la inversión-- y, por consiguiente, que se crease una situación de
evolución demasiado tensa y acelerada de la demanda desde el punto de
vista del interés básico de mantener un crecimiento alto, pero estable y
continuado, durante varios años. Eso es fundamental para la mejora del
empleo y no crecer rápidamente en un año y encontrarse con que después la
economía se tiene que desinflar en el año siguiente para corregir su
pérdida de competitividad. Es esencial mantener un crecimiento estable
para el crecimiento del empleo. En este sentido hay que tener mucho
cuidado con la evolución de la demanda. Esta es la razón por la cual yo
he señalado que lo importante desde el punto de vista del presupuesto es
que no se aumenten los gastos públicos por encima de lo que está
presupuestado y que cualquier incremento de la actividad, de la renta
nominal, que dé lugar a mayores ingresos del sector público --ingresos
mayores de los presupuestados-- no se utilice para ampliar los gastos
--que es siempre la tentación--, sino para reducir el déficit público,
porque el presupuesto tiene que cumplir una función estabilizadora en el
año 1998. Reconozco que es extremadamente difícil --excepto en los
libros-- atribuir funciones anticíclicas, estabilizadoras, a la política
fiscal. Pero la verdad es que todo lo que pueda hacerse en ese sentido
debe ser considerado como bueno y razonable en esta situación en la que
nos vamos a encontrar en el año 1998.

Efectivamente, la ejecución presupuestaria en el año 1997 ha sido
bastante razonable. Si no me equivoco con el avance del presupuesto, los
pagos no financieros han registrado un exceso de 348.000 millones, de los
que 44.000 corresponden a la cesión del 15 por ciento del IVA y otros



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155.000 a los mayores gastos financieros resultantes de las
amortizaciones anticipadas de deuda. De modo que la ejecución
presupuestaria ha sido bastante ajustada, y lo que yo estoy pidiendo es
que eso vuelva a suceder y, si es posible, que todavía el ajuste sea
mayor. Esto me parece realmente importante.

Me preguntaba el señor Martínez Noval si tengo que hacer algún comentario
respecto de las opiniones del señor Greenspan sobre el nuevo paradigma en
el cual parece que los precios en esta situación dependen más de la
demanda que de los factores de oferta. En esta discusión lo que hay que
tener en cuenta es que el contexto básico al que se refiere el señor
Greenspan en su argumentación es completamente distinto al de los
gobernadores europeos, porque la situación es distinta. Creo que el señor
Greenspan (al que yo personalmente tengo profunda admiración) lo está
haciendo muy bien en política monetaria, pero se ha visto favorecido, por
así decirlo, por una situación muy especial, que es la situación del
mercado americano, con un alto nivel de competitividad en los sectores de
productos y con un mercado de trabajo que nada tiene que ver con el
europeo; y con ello no digo que el europeo lo tenga que tomar como
referencia y modelo, pero sí que es completamente distinto del europeo.

Se está produciendo una situación en la que la economía americana puede
estar creciendo a ritmos muy fuertes durante bastantes años, en una
situación de pleno empleo y en la que, sin embargo, no hay presiones de
costes. En este sentido el señor Greenspan tiene que decir, tal y como
están las cosas, que el riesgo básico ante el que se encuentran es que la
demanda crezca demasiado y ésta tire de los precios. No es que la oferta
sea irrelevante para los precios, sino simplemente que en Estados Unidos,
como sabe S. S., los salarios reales en las decilas inferiores de
salarios han bajado en los últimos quince años, aproximadamente, entre un
10 y un 15 por ciento en términos reales, dependiendo de los sectores.

Esto hace que sea más fácil mantener la inflación, lo cual no significa
que la situación global sea mejor ni peor que la europea, sino que, como
ésa no es la situación en Europa, hay que tener muchísimo más cuidado,
porque los componentes de oferta está continuamente presionando al alza.

El año próximo en Europa, y concretamente en España, estaremos ante una
nueva experiencia. En el pasado el problema salarial en España ha
consistido en que los salarios han tendido a moverse al alza, dependiendo
no tanto de la tasa de inflación como del ritmo del crecimiento del
empleo; por tanto, vamos a estar en un período con ritmos vivos de
crecimiento del empleo y lo absolutamente deseable es que los salarios
sigan ajustándose a las tasas de inflación prevalecientes y que, por
consiguiente, se pueda mantener un clima razonable de estabilidad de los
precios.

Es cierto que para un Banco central es difícil controlar los precios de
los bienes y, al mismo tiempo, los precios de los activos, pero esto me
permite hacer algunas consideraciones de lo que ha sido una de las
dificultades básicas de la política monetaria española en los últimos
tiempos. Hemos registrado una baja muy importante de tipos de interés a
lo largo del último año y medio. Naturalmente que cuando bajan tanto los
tipos de interés se producen unas reestructuraciones lógicas e
inevitables en las carteras de activos, especialmente de activos
financieros, del público. Por consiguiente, ¿qué es lo que ha sucedido
como consecuencia de esa baja de tipos de interés? Que el público ha
tendido a desplazarse (con ayuda, por otra parte, de ventajas fiscales
relativas) desde el ámbito de los pasivos bancarios --activos desde el
punto de vista del público-- hacia otro tipo de activos que eran los
activos de fondos de inversión, que, a su vez, han canalizado esos fondos
hacia los mercados bursátiles. Como los mercados bursátiles españoles son
unos mercados bastante estrechos, esa ampliación muy fuerte de la demanda
--que es inevitable, dada la caída de tipos de interés-- se ha encontrado
con una oferta incapaz de responder rápidamente ante ese aumento de la
demanda, y ello ha determinado una subida muy fuerte de los precios de
los activos correspondientes en esos mercados, generando plusvalías muy
considerables que, a su vez, como he señalado a S. S., han afectado al
consumo y también han beneficiado a las empresas por otros caminos. Esto
no es ni bueno ni malo, es un hecho. Es decir, si bajan mucho los tipos
de interés se producen desplazamientos de fondos hacia otros sectores.

El resultado ha sido que nuestra antigua variable básica de control, los
activos líquidos en manos del público, ha crecido poco, a tasas del 4 o
del 5 por ciento, porque el público se ha desplazado desde activos que
están incluidos en los antiguos ALP hacia otros activos que quizás tienen
algún grado menor de liquidez, aunque no es muy seguro que sean mucho
menos líquidos que los que están dentro de ALP pero que en definitiva son
activos que no están computados dentro de ALP.

Lo primero que hemos hecho ha sido no dejarnos engañar por esa situación,
pasando a computar a efectos nuestros --que de hecho publicamos-- una
magnitud más amplia, los ALPF, que incluyen posiciones en fondos, de
inversión y efectivamente, en esta nueva magnitud se observan
crecimientos como señalaba usted, de entre el 9 y el 11 por ciento, que
desde luego es más de lo que nos gustaría que creciera. Me pregunta usted
qué podemos hacer. La única solución posible sería subir los tipos de
interés. En definitiva, en las subastas decenales el Banco de España fija
un tipo de interés y proporciona al sistema la liquidez que le pide a ese
tipo, con el objeto de presionar sobre las magnitudes monetarias a través
de la presión sobre la liquidez básica del sistema. Por tanto, lo único
que podría hacer el Banco de España es subir los tipos de interés, pero
estamos en una situación, como he tratado de explicar antes, en la que
ésas no son las expectativas. Por consiguiente, tenemos ahí un problema y
por eso es tan importante atender a todos los frentes que puedan afectar
al crecimiento de los precios y los costes el año próximo: sector de
política fiscal, sector de las llamadas reformas estructurales, que a mí
me gusta --insisto-- llamarlas medidas o reformas de introducción de
mayor competitividad en diferentes sectores de la economía. En este
contexto, el Banco de España trata de administrar con prudencia el
proceso de acercamiento de los tipos de interés hacia un objetivo móvil.

Esta es la situación efectivamente difícil en la



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que nos encontramos, desde el punto de vista del Banco de España.

¿Puede España mantenerse, dentro de la Unión Monetaria, dentro del pacto
de estabilidad? Yo creo que sí, pero depende de lo que hagamos. En lo que
yo insisto es en que, en condiciones normales, vamos a tener por delante
un proceso de expansión que si se cuida adecuadamente va a ser largo, y
un período de expansión es un período favorable a las reformas. Como
todos sabemos, tenemos pendiente todavía muchas reformas por hacer y ese
período será el período más favorable para acometerlas y los países que
acometan esas reformas serán países a los cuales, dentro de la Unión
Monetaria, les irá mejor que a aquellos que sean más tímidos y más lentos
en la introducción de esas reformas. Por consiguiente, yo tiendo a
presionar para que esas reformas se estudien y se acometan. El Banco de
España no puede entrar en la discusión de esas reformas, eso es cosa de
ustedes, y yo, en ese sentido, digo que soy un artista invitado aquí,
pero realmente ése es un tema que me parece que es muy importante de cara
al futuro. Lo que nos pase en la Unión Monetaria, y no es de extrañar
porque esto ocurre en todos los aspectos de la vida, dependerá de lo que
nosotros hagamos, ya que nadie nos regalará nada.

Señor presidente, creo que no tengo nada más que añadir.




El señor PRESIDENTE: Si ningún grupo quiere hacer uso de la palabra,
terminamos esta comparecencia agradeciendo la presencia del señor
Gobernador del Banco de España en esta Comisión.




--DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (FOLGADO
BLANCO). A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de
expediente 212/000967), DEL GRUPO POPULAR EN EL CONGRESO (Número de
expediente 212/000989) Y DEL GRUPO DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER
CATALUNYA (Número de expediente 212/001017).




El señor PRESIDENTE: Señorías, reanudamos la sesión agradeciendo la
presencia del secretario de Estado de Presupuestos y Gastos.

En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra don José
Borrell.




El señor BORRELL FONTELLES: Señor secretario de Estado, ha sido usted
llamado a comparecer para contribuir al conocimiento que mi grupo
parlamentario y los demás grupos de la oposición, obviamente, tienen del
presupuesto que va a ser debatido en la Cámara y al que ayer mi grupo
presentó una enmienda a la totalidad.

No se trata, señor secretario de Estado, de entrar, como otros años, en
largas exposiciones de conceptos o de opiniones que están recogidos en
los documentos y que son conocidos, porque todos sabemos cuáles son los
programas electorales de los distintos partidos, sino de contribuir al
conocimiento que del presupuesto podemos tener los que tenemos la
obligación de criticarlo, aclarando algunos conceptos que no lo están en
la documentación o facilitando información adicional. Por eso he
procurado formularle un conjunto de preguntas lo más concretas posible,
hasta un total de 30, aunque algunas de ellas probablemente no se las
formularé en aras al tiempo disponible, y le rogaría, si fuera posible,
que su respuesta se dirigiese concretamente a las preguntas que le voy a
formular. Insisto en que no me mueve más intención que la de conseguir
más información para poder participar en el debate presupuestario de la
forma más responsable y constructiva posible.

Señor secretario de Estado, la primera pregunta sería: ¿Por qué utilizan
ustedes distintos criterios para comparar la evolución de los ingresos
del Estado y de la Seguridad Social? ¿Por qué en un caso los comparan con
la previsión de liquidación del año 1997 y en el otro los comparan con el
presupuesto inicial de 1997? Supongo que es usted consciente de ese
extraño procedimiento. ¿Cuál es su base científica o su intencionalidad?
Y si lo hicieran de forma homogénea, comparando, siempre, en todos los
casos, con el mismo concepto, siempre con el presupuesto inicial o
siempre con la previsión de liquidación, ¿cuál sería la evolución de la
presión fiscal global?
Segunda pregunta. ¿En qué se equivocan los que dicen desde la patronal, u
hoy mismo desde la Cámara de Comercio de Barcelona, que la presión fiscal
crece, cuando ustedes mantienen que disminuye?
Tercera pregunta. ¿Qué parte de las cotizaciones contributivas al
desempleo utilizan ustedes para financiar políticas activas y, por tanto,
en qué proporción se podrían bajar las cotizaciones al desempleo si
ustedes no las usaran para financiar cosas que nada tienen que ver con
ellas?
Cuarta pregunta. ¿Cuál sería la evolución del gasto público si no se
tiene en cuenta el capítulo 3, cuya evolución está controlada por
variables totalmente ajenas, en principio, a las decisiones
discrecionales de gasto? Ustedes dicen que el gasto público disminuye,
¿cuál sería la evolución del gasto público si no tomamos en cuenta el
capítulo 3?
Quinta pregunta. Si aceptamos que los llamados préstamos del Estado a la
Seguridad Social son en realidad transferencias no recuperables, que su
carácter de préstamos es puramente nominativo y, por tanto, entendemos
que es un déficit de la Seguridad Social que se cubre con una
transferencia desde los recursos públicos, efectuando la consolidación
por este concepto, ¿cuál sería la evolución del déficit primario del
conjunto de las administraciones públicas?
Sexta pregunta. La inversión pública respecto al PIB, teniendo en cuenta
todos los conceptos de inversión, la directa, capítulo 6, la indirecta,
capítulo 7, y la que podríamos denominar inducida, vía capítulo 8, ¿diría
usted que aumenta, se mantiene constante o disminuye respecto al PIB por
todos los conceptos de inversión, y en qué proporción, podría usted
cuantificarlo? Es una variable imposible de extraer de la documentación
presupuestaria.

Octava pregunta. ¿Puede usted garantizar que España no perderá fondos
estructurales por falta de proyectos de



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inversión? Este verano, responsables muy importantes de la Comunidad
Europea han hecho manifestaciones diciendo que España corre el riesgo de
perder 200.000 millones de pesetas de fondos estructurales ante la falta
de proyectos por parte de la Administración central. En la reciente
reunión con las comunidades autónomas para coordinar el uso de los fondos
estructurales, la Administración central dio información sobre el uso que
de los mismos hacen las comunidades autónomas, pero no dio ninguna
información sobre el uso que ella misma hace de estos recursos. Tenemos
conocimiento e información suficiente como para temer que España, como
consecuencia de su incapacidad para poner en marcha nuevos proyectos de
inversión, pueda perder 200.000 millones de fondos estructurales. Así lo
temen también en Bruselas. Quisiéramos conocer su opinión al respecto.

Novena. ¿Por qué han modificado ustedes en el artículo nueve de la ley de
presupuestos el artículo 59 de la Ley General Presupuestaria, que con
gran bombo y platillo modificaron ustedes hace un año y ahora vuelven a
modificar? Explíquenos usted el porqué y las consecuencias que tiene.

¿Por qué vuelven ustedes a modificar el artículo 61, apartados 2 y 3, de
la Ley General Presupuestaria, que con gran bombo, platillo y escándalo
modificaron ustedes hace un año? ¿Por qué lo modifican y qué
consecuencias tiene?
Décima. ¿Va a haber algún alto cargo que experimente un incremento
salarial superior al establecido para los funcionarios?
Undécima. El hecho de que en la liquidación de 1996 la ejecución
presupuestaria no haya llegado al 60 por ciento en los capítulos de
inversiones y que algo parecido vaya a pasar en 1997, ¿usted lo atribuye
a un fenómeno de rigor, a un fenómeno de austeridad o a un fenómeno de
incompetencia?
Duodécima. Si no se hubiese producido el cambio en el sistema de
financiación autonómica, ¿cuál sería el crédito que aparecería en el
presupuesto de 1998 de transferencias a las comunidades autónomas por
participación en ingresos del Estado? Se supone que la cifra es distinta
en un caso y en otro. ¿Cuál es la diferencia? Y le agradecería que me
ayudase a algo que me está siendo imposible de conseguir que es, una vez
homogeneizados por las nuevas transferencias competenciales, en términos
comparables, ¿cuál es el incremento de financiación que luce en el
presupuesto de 1998 para el conjunto de las comunidades autónomas? Esto
es imposible de extraer de la documentación presupuestaria por mucho que
uno se esfuerce, y le aseguro que lo he intentado.

Decimocuarta. ¿Qué volumen de recursos presupuestaron ustedes en el año
1997 que iban a obtener por privatizaciones, y cuál va a ser el resultado
realmente obtenido? Esta pregunta es fácil. Estamos ya en octubre, usted
debe poder decirme ahora cuánto presupuestaron de ingresos por
privatizaciones y cuánto van a obtener.

Decimoquinta. ¿A qué lo han dedicado ustedes? ¿En qué parte ha ido a
amortizar deuda, en qué parte ha ido a financiar inversiones
extrapresupuestarias --las famosas inversiones extrapresupuestarias--, en
qué parte se ha usado para reducir el déficit y en qué parte ha ido a
financiar pérdidas de empresas no rentables fuera del circuito
presupuestario normal?
Decimosexta. ¿Dónde podría encontrar este diputado en el presupuesto los
déficit de explotación de Hunosa en los años 1997 y 1998? ¿Dónde podría
encontrar, si su curiosidad fuera todavía mayor, los déficit de
explotación del conjunto de empresas públicas de distintos sectores y
dónde podría encontrar la forma en cómo se cubren?, porque supongo que
desaparecer no habrán desaparecido; me refiero de la realidad, del
presupuesto sí han desaparecido. Y le recuerdo que la Constitución dice
que el presupuesto debe contener la totalidad de los ingresos y gastos
del sector público estatal. ¿Dónde podríamos encontrar esta información?
Seguro que usted la tiene. Si no me puede decir en qué parte del
presupuesto la puedo encontrar, dígame usted, con su conocimiento
añadido, cuál es.

Decimoséptima. El conjunto de pérdidas de explotación de las empresas
públicas que se cubren por el presupuesto de forma directa o indirecta,
¿aumenta o disminuye en 1998 con respecto a 1997? ¿Y cuál es la cifra,
señor secretario de Estado? ¿Cuál es el volumen de pérdidas de
explotación de empresas que se cubren de forma directa o indirecta? Me
veo obligado a preguntárselo porque tampoco es posible extraer esta
información vital, por supuesto, de la documentación presupuestaria.

Decimoctava. No han negociado ustedes un nuevo contrato-programa con
Renfe, ¿o sí lo han hecho? Porque si no lo han hecho, me gustaría que me
dijera si en los recursos presupuestados para 1997 y en su proyecto de
presupuestos para 1998 se ajustan ustedes a las transferencias previstas
en los contratos-programas en vigor, es decir, si están ustedes haciendo
las cosas de acuerdo con los criterios que les sirvieron para sacarse de
la manga el decreto-ley del famoso agujero presupuestario de julio de
1996. ¿Están ustedes aplicando en los presupuestos de 1997 y 1998 los
contratos-programas en vigor con Renfe? Y si no, ¿qué diferencia hay?
Decimonovena. ¿Puede usted confirmarme que parte de los recursos
obtenidos de las privatizaciones, es decir, de la venta de un stock de
capital público, no se ingresarán en los presupuestos del Estado y serán
destinados extrapresupuestariamente a la cobertura de pérdidas de
empresas públicas no rentables? Es decir, ¿están ustedes aplicando la
liquidación de un stock a la cobertura de flujos? Tampoco aparece eso en
las cifras del presupuesto, pero ustedes han dicho que va a ser así. De
dos cosas, una: o va a ser así o no va a ser así y, si no va a ser así,
cómo va a ser. Es una pregunta muy concreta, que tiene que ver con la
definición constitucional de lo que el presupuesto debe ser, señor
secretario de Estado. Se lo advierto porque es evidente que su respuesta
es determinante a la hora de que nos fijemos una opinión sobre la
adecuación del presupuesto con el mandato constitucional. Las
declaraciones hechas al respecto deben ser interpretadas como han sido
hechas o puede usted matizarlas.

Vigésima. ¿Qué parte del crédito de 1997 para cubrir desfases de
tesorería a la Seguridad Social se va a consolidar? ¿O va a ser todo
devuelto por la Seguridad Social al final del ejercicio? ¿Cuál es el
importe de activos financieros



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que el Estado prevé para la Seguridad Social el próximo año, tanto los
que lucen en el presupuesto del Estado como gastos como los que lucen en
el presupuesto de ingresos de la Seguridad Social? ¿Puede usted
garantizarme que todos los que aparecen como gasto en un presupuesto
aparecen como ingresos en el otro, o hay alguno que falta?
Vigésima primera. Hemos oído declaraciones de importantes responsables de
Convergència i Unió asegurando la existencia de un pacto para financiar
la sanidad catalana con 51.000 millones de pesetas adicionales. ¿Puede
usted decirme si esta cifra está incluida en los presupuestos? Y si es
así, dónde, y si no, qué reflejo presupuestario tienen en este momento
los acuerdos existentes, preexistentes o presumibles en esta materia. Si
no lo hay, ¿cómo piensan ustedes financiarlos cuando los haya?
Vigésima segunda. Lo que podríamos llamar la calderilla presupuestaria o
las inversiones en humo. ¿Es usted consciente de que hay una multitud de
proyectos de inversión, de elevado coste, que aparecen en el presupuesto
con cantidades insignificantes. Cervera-Igualada (¡anda, no está aquí el
señor Homs!), que el año pasado iba a ser financiada por procedimientos
extrapresupuestarios, este año luce en el presupuesto con la astronómica
cantidad de 90 millones de pesetas, con lo que seguramente se podrán
pagar los carteles que la anuncien pero no mucho más? Si sumamos todas
las inversiones cuya consignación inicial no pasa de ser calderilla, ¿qué
volumen de inversión se va a esterilizar como consecuencia de que esas
ínfimas cantidades no permitirán poner en marcha ningún proyecto?
Puede usted decirme, por ejemplo --sé que ahora no podrá pero apúntelo--,
cuál es el volumen de inversión consignado en presupuesto por aquellos
proyectos cuya consignación presupuestaria es inferior en un 5 por ciento
al coste total del proyecto en el primer año, y cuál es el volumen que va
a pesar dentro de dos años como consecuencia de estos proyectos, es
decir, la anualidad de dentro de dos años de los proyectos que ustedes
presupuestan hoy para poder hacer las ceremonias propagandísticas de las
que el presupuesto es escenario, pero que es imposible ejecutar como
usted supongo sabe.

Dígame, ¿cuál es el grado de ejecución en este momento del crédito de
150.000 millones del capítulo 8 para inversiones denominadas
extrapresupuestarias (es obvio que no lo son, si están en el presupuesto)
o método alemán, o privadas, según convenga en el contexto en el que se
use?
La 25. ¿Dónde puede encontrar este diputado la información sobre los
proyectos de inversión que se van a ejecutar con los 140.000 millones de
pesetas del capítulo 8? Se usarán para algo, y algo más sabrán ustedes
este año de lo que sabían el año pasado; digo algo más porque el año
pasado no sabían nada, pero en un año habrán adquirido algún
conocimiento. ¿Dónde podemos encontrar en el presupuesto esta
información? Son 140.000 millones de pesetas de este año y 150.000 del
anterior. ¿A qué van ustedes a destinar 300.000 millones de pesetas de
inversión? Díganos dónde podemos encontrar esta información, o si cree
usted que la Cámara no debe tenerla, que no es necesario que dispongamos
de ella, y, para evitar que nos distraigamos inútilmente, no nos la han
mandado.

Dígame si se reafirman ustedes en que el gasto en sanidad crece el 8,6
por ciento, o si más bien lo que es cierto es que crece el 4,8. ¿Crece el
8,6 o crece el 4,8? ¿Qué diferencia hay entre gasto sanitario y
financiación del gasto sanitario con aportaciones públicas? ¿Son
equivalentes ambas variables?
Finalmente, con esto acabo, ¿puede usted compararme el gasto educativo en
el año 1998 previsto en su presupuesto con el del último presupuesto
ejecutado por el Gobierno socialista en el año 1995, en términos
constantes con respecto al PIB? ¿Qué parte del incremento del gasto
educativo es pura y simplemente consecuencia del incremento salarial de
los funcionarios?
Podría hacerle muchas preguntas más, pero creo que las que le he
formulado le permiten contribuir a un mejor conocimiento del presupuesto.

Le estaremos muy agradecidos si así es.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor Presidente, el objetivo de la comparecencia
para Izquierda Unida está centrado en obtener lo que pudiéramos llamar
explicaciones adicionales de multitud de información distribuida entre
distintos documentos, pero también la base de argumentación general. Yo
creo que una presentación de presupuestos debería empezar por la
comparecencia de usted para, así, después, poder ver en la distribución
sectorial toda la argumentación general que debería darse sobre el porqué
de las cifras. Usted debe ser el que elabora el presupuesto, por tanto,
el que da la información suficiente para que lo podamos conocer, el que
aporta los elementos para que los distintos grupos podamos después
producir nuestras enmiendas, nuestras aportaciones.

A mí me gustaría solicitarle, antes de cualquier tipo de pregunta, algo
que están planteando en otras comparecencias y que se lo voy a pedir a
usted, que es en realidad el que puede facilitarla. Uno es el tema de la
liquidación de presupuestos, no del año 1996, sino la de este año. Este
es el documento resumen que nos han aportado del avance de liquidación de
presupuestos. Para poder distinguir lo que este año han hecho sobre la
base de lo que han cumplido, sus anuncios, sus compromisos del año
anterior, esto no solamente no es suficiente sino que no es indicativo de
nada.

Es más, si no se da un detalle mayor de la liquidación del presupuesto,
los datos que aquí están totalmente colocados en función de previsiones
que contablemente son muy difíciles de distinguir. Le voy a poner un
ejemplo. Las obligaciones reconocidas que nos dan de ejecución del
capítulo 1, que es el gasto de personal, están al 96 por ciento. Le voy a
hacer una pregunta muy sencilla. ¿Cómo es posible que, teniendo ustedes
en torno a un 15 por ciento de vacantes, por tanto están presupuestadas,
puedan liquidar al 96 por ciento el capítulo de gastos de personal? Es
imposible,



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no está gastado. Es decir, la liquidación de obligación reconocida,
gastos comprometidos y pagos realizados, a nivel de ejecución de
presupuestos, distribuidos por grandes capítulos en las distintas
secciones, nosotros no los conocemos. Tampoco puede estar al nivel de 98,
98, 98, 110, 100... Es imposible.

Por tanto, yo le pediría que, si es posible, se acompañase a los
presupuestos una liquidación con las grandes cifras de las distintas
secciones a lo contraído al momento en que se presenta al presupuesto,
que creo que es el 31 de agosto del año en curso, porque sí que es un
avance de gestión; lo otro es una estimación. Ustedes con haber tomado la
decisión ya está el gasto comprometido, pero el gasto comprometido no me
dice nada, porque la obra se puede hacer entera el año que viene, y el
ordenador comprarlo el año que viene y no tener una evolución exhaustiva
para poder medir los objetivos que ustedes han marcado.

La segunda es otra demanda de información, que no sé si será reiterada el
año que viene. Yo creo que tendríamos que ir, o en teoría se había
añadido en la técnica presupuestaria a algo diferente a lo que
tradicionalmente se había hecho con los presupuestos; frente a la
distribución orgánica y a la distribución funcional del gasto, se había
añadido una literatura que se llamaba objetivos, actividades. En teoría,
hacemos una presupuestación por programas, pero yo no puedo seguir
numéricamente esa presupuestación, no porque ustedes me digan: hemos
cumplido los objetivos que nos marcamos, que me lo pueden decir y yo
creérmelo o no, sino porque ustedes han comprometido un volumen de
dinero, un volumen de gasto, tanto gastos materiales, como gastos de
inversión, a unos objetivos; es decir, si se podrían distribuir por
objetivos (ustedes al final hacen un resumen donde ponen todas las
actividades reunidas por objetivos) los recursos que destinan para esos
objetivos en cada programa. Si eso se hiciese así, como sí lo tenemos por
programas (conocemos lo que van a gastar en cada uno de los programas, en
carreteras, en ferrocarril, en cada uno de ellos), si lo hiciéramos por
objetivos, podríamos medir si ustedes han cumplido un objetivo, porque no
es lo mismo cumplir el objetivo en ferrocarril de alta velocidad (que no
lo han cumplido) que cumplir el objetivo de la red general del Estado,
que la red comarcal o más de zona. No es lo mismo cumplir un objetivo que
otro. Esa es la demanda de información que me gustaría que, en lo
sucesivo, como usted elabora los presupuestos, se pudiera añadir para así
poder seguir toda la evolución.

La última pregunta de carácter general tiene relación con algo que se ha
preguntado ahí: si es posible que se utilicen las mismas comparaciones,
las mismas estadísticas, para poder conocer con mayor claridad y
transparencia todos los datos que ustedes nos aportan; es decir, si
ustedes comparan el presupuesto de gastos con el presupuesto del año
anterior, si ustedes comparan con el IPC, si ustedes comparan con el PIB,
que las proyecciones, las comparaciones, las estadísticas, los cuadros
los den por igual para todos: en ingresos, en gastos, en todos los datos
que utilicen, porque no es lo mismo comparar con el PIB que teníamos en
el año 1997, que con el que tendremos en 1998; la comparación del
presupuesto de gastos con el PIB es una, que evoluciona, en cuanto a los
gastos, a una velocidad tremenda hacia abajo; ustedes reducen, comparado
con el PIB de un presupuesto de gastos del Estado en el año 1997, casi
diez puntos. Si lo comparamos con el IPC, hay una evolución, y si lo
comparamos con el año anterior, también hay otra evolución. En suma,
claridad en los datos para evitar que se maquillen las cifras o que se
maquillen los grandes compromisos, las grandes macrocifras. Antes ha
habido una batería de preguntas que hacen referencia a lo mismo.

Las dos primeras preguntas irían dirigidas a saber por qué un Estado que
va a crecer económicamente cuatro billones de pesetas, va a reducir el
gasto en 400.000 millones de pesetas. El presupuesto de gastos del
Estado, que está cifrado en 23.400 millones de pesetas, es 400 millones
de pesetas menos que el año pasado, que era 23.800. ¿Por qué un país que
crece cuatro billones en riqueza, reduce el gasto del Estado, es decir,
lo que invierte en el interés general del país, en escuelas, en
carreteras, en ferrocarril, en educación, cuando además los impuestos
crecen el 6 por ciento?, aunque hay que decir que los impuestos
indirectos crecen un 9 por ciento, mientras que los impuestos directos
decrecen un 6 por ciento. La segunda pregunta sería, por tanto: ¿por qué,
como voluntad de este Gobierno, se reduce la progresividad fiscal, y
mientras los impuestos directos reducen un 6 por ciento, los indirectos
suben el 9 por ciento?
En cuanto a las cifras de los presupuestos, me gustaría que usted me
explicase, si es posible, qué es esto que ustedes nos proponen en la
argumentación de las clases pasivas para el personal del Estado, que van
a tener en cuenta el 2,1 por ciento de subida de las pensiones, el
movimiento de los pensionistas, y hay un razonamiento para esta evolución
que dice: disminución derivada de la diferencia entre el IPC esperado en
el año 1997 y el aplicado en la regularización del ejercicio. ¿Me podría
explicar qué quieren decir ustedes con esto? ¿Me podría decir si esto
quiere decir que como el año pasado hubo una valoración de inflación
determinada y se subió, ahora se va a ajustar al final del ejercicio?
Esto está puesto como argumentación para explicarnos por qué suben el 2,6
por ciento los presupuestos en clases pasivas, los que cobran del Estado;
me refiero a los funcionarios, las clases pasivas del Estado. Eso sería
bueno aclararlo, porque todavía no tenemos claro en esta evolución cuál
va a ser esa actuación por parte de ustedes.

También nos gustaría saber por qué en un año donde ustedes han decidido
la contención y la reducción del gasto los gastos corrientes crecen; por
qué ustedes suben los gastos de funcionamiento en bienes y servicios, el
capítulo 2, un 3,6 por ciento. La verdad es que si echamos mano a los
argumentos que ustedes nos dan en los distintos libros, vemos que los
gastos diversos suponen un 35 por ciento y las comunicaciones un 14 por
ciento. Esto de las comunicaciones, estudiándolo en la distribución de
presupuestos, es chocante, porque ustedes van a gastar menos en
combustible, pero en teléfono duplican el gasto; se ve que todos van a
tener que llamar más por teléfono o que nos van a subir el recibo del
teléfono. Lo mismo ocurre con los transportes, qué van a hacer ustedes
con otros sistemas distintos al



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combustible que gasta su parque móvil. Yo no entiendo por qué este año
van a subir ustedes los gastos corrientes. El año pasado anunciaron que
el Gobierno anterior había despilfarrado en gastos corrientes y que iban
a ser austeros porque ahorraban en gasto corriente, y los redujeron; pero
este año ustedes han dicho: vamos a abrir un poco más la mano.

Por último, dentro de los gastos corrientes, ¿cuál es la razón para que
ustedes gasten 40.000 millones en indemnizaciones en razón de servicio?
Es una partida importante dentro de este volumen de gasto. La
indemnización en razón de servicio va ligada a muchas cosas. Puede haber
una cierta argumentación en cuanto a las Fuerzas Armadas, por ejemplo, o
del Ministerio del Interior, pero es que en general suben esa
indemnización por razón de servio en otros programas que no son ni
Fuerzas Armadas ni Policía.

Por otro lado, nos gustaría saber por qué ustedes han reducido las
transferencias corrientes, es decir, las transferencias a entes,
organismos. Es verdad que es en un porcentaje pequeño; las transferencias
corrientes las reducen ustedes solamente el 0,3 por ciento, pero es
significativo en algunos organismos. Por ejemplo, el Inem ustedes lo
reducen el 20,9 por ciento; el Inem tendrá este año un volumen menor; a
Renfe, que lo reducen un 1,3; a entes territoriales --donde están los
municipios, las comunidades autónomas--, que lo reducen un 10,3. Aquí es
verdad que hay un porcentaje que tendríamos que tener en cuenta que se va
a compensar vía 15 por ciento de IRPF que gestionan las comunidades
autónomas, pero es uno de esos porcentajes, no es todo el porcentaje.

En cuanto al capítulo 6, de distribución de presupuestos, me gustaría que
me explicara por qué en el volumen de inversión, que ustedes catalogan
como un éxito el que lo hayan subido, este año vamos a tener
aproximadamente unos 875.000 millones de inversión del Estado, cuando
usted sabe que en el año 1995 tuvimos 1,2 billones. La verdad es que
ahora sube 60.000 millones de pesetas, pero, en comparación, el esfuerzo
inversor de un Estado que gasta 35 billones de pesetas es pequeño. El
esfuerzo para dinamizar la economía, para tirar de la economía, cada
inversión pública en la obra pública tira de otra actividad privada, es
pequeño. El año pasado nos anunciaron que esto se debía a que ustedes
iban a tomar una medida de complementación de la inversión al Estado,
iban a crear unos organismos que llamaban economía creativa, que iba a
suponer una inversión privada de 300.000 millones. ¿Me podría usted decir
cuántos de esos anuncios que ustedes hicieron de inversión privada --esos
300.000 millones que anunciaron-- ligada a la obra pública, ligada al
ferrocarril, a la carretera, ligada a la obra del medio ambiente,
hidráulica, se han hecho? Sería bueno que cuando ustedes anuncian una
cosa para un año, después saliera también en las primeras páginas lo que
no han cumplido, porque los datos que yo tengo son cero pesetas, y no
solamente en el GIF, que ya metieron ustedes 40.000 millones, pero que no
han gastado un duro, no por nada, sino porque se está poniendo en marcha
el aparato administrativo ahora mismo.

Pero mi pregunta es: ¿por qué en esta inversión crece la inversión nueva
un 4 por ciento, mientras que la inversión de reposición crece el 12 por
ciento? En concreto, a mí me gustaría que usted nos explicara lo que es
el inmovilizado inmaterial, porque ese inmovilizado inmaterial no
inventariable puede ser muy abierto, puede ir desde una campaña de
publicidad hasta cualquier otra actuación y me gustaría que me precisara
cuál es, porque la cifra no es muy importante, pero son 22.000 millones,
y si se destinan a una cosa o se destinan a otra, podríamos trabajarlo
desde una valoración distinta.

En cuanto al capítulo 8, a mí me gustaría que usted nos explicara esta
subida del 19 por ciento a estos instrumentos que ustedes han creado
nuevos, tanto al GIF, que le dan 60.000 millones de pesetas para
capitalizarlo, a lo que es la inversión en ferrocarril, a la de
carreteras, que le dan 40.000, o en los 50.000 que aportan al otro
instrumento que iban a poner en marcha. Son instrumentos que en teoría
iban a captar inversión privada, pero que hasta ahora lo único que
tenemos son aportaciones del Estado; son instrumentos públicos o
semipúblicos que ustedes capitalizan y después administrarán otro dinero.

Para llamarlo en román paladín, puede ser una fórmula para que la acción
o la amortización de la inversión que se pueda acometer por estos
instrumentos no se contabilice a nivel de déficit público en cifras
normales y corrientes. Puede ser como una puerta para ir dilatando los
pagos de las inversiones que se puedan hacer; pero ahí suben estas
cifras. Sin embargo, ustedes bajan en compensación de seguros y en fondos
FAD. La previsión que ustedes tienen es de 2,3 menos. Me gustaría saber
cuál es la razón para que ustedes tengan una previsión en este capítulo 8
de menor aportación a fondos FAD y a lo que es la compensación de seguros
y que, sin embargo, suban este porcentaje del 19 por ciento en estos
instrumentos, que el año pasado, ahora que no nos oye nadie, han
funcionado poco, al año que viene no sé lo que funcionarán, pero a lo
mejor todavía siguen con los motores en marcha, y cuando arranquen estos
instrumentos arrancarán a una velocidad tremenda.

Por último, en cuanto al capítulo 9, me gustaría que nos explicara por
qué la amortización de deuda pública a largo plazo la reducen. Hubo un
momento en este país que nosotros hicimos lo contrario, la deuda a corto
plazo la intentábamos renegociar y resituar a largo plazo, sin embargo
ustedes este año, tanto en lo que es la amortización a largo plazo en
moneda extranjera, como lo que es en moneda nacional, la reducen. ¿Cuál
es la razón de buscar plazos más cortos? Me imagino que los intereses
serán más baratos, pero también la amortización será más grande, por
tanto, la proyección será mayor en los dos años, aunque ahora mismo,
hablando de largo y medio plazo, la cosa es un verdadero lío, porque para
lo que para uno es largo plazo, para otro es corto plazo; es decir, dos a
cinco años, seis meses o un año, incluso ya se trabaja con instrumentos
de tres meses, ni siquiera de seis meses. Nuestro objetivo, por tanto, es
conocer en las grandes cifras, porque después nosotros actuaremos sobre
cada sección, estas precisiones de carácter general, que me imagino que
son decisiones políticas que su Ministerio toma y que traslada a todos
los ministerios.




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A mí me gustaría terminar con una cuestión: los presupuestos pueden
obedecer a una distribución de políticas generales, que se atribuyen en
términos concretos, o a una distribución de pagos. Yo querría saber por
qué abundan tanto, en estos presupuestos, lo que pudiéramos llamar
partidas que no obedecen a criterios generales y que pagan, en ciertas
regiones, determinados recursos. Por poner un ejemplo, ¿por qué se reduce
el transporte colectivo en todos los municipios y se sube de 1.500 a
3.000 en Canarias? ¿Por qué se introduce un plan de obras y servicios
específicos de 2.500 millones para Cataluña? ¿Por qué se paga una
carretera a una comunidad autónoma como Castilla y León a través de
transferencias a entes territoriales y no desde los presupuestos?
En suma: estos presupuestos dan la imagen de que se están terminando de
cuadrar no por políticas generales, no por una gran distribución, sino
por los pagos de apoyo a los que tienen que ultimar la salida de estos
presupuestos, y eso es negativo, porque genera gran controversia, gran
confrontación y, sobre todo, cuando todavía hoy, en visitas a
determinados grupos, siguen pidiendo más miles de millones para conseguir
ese apoyo. ¿Qué quiere decir esto? Esto quiere decir que quiebra una
línea presupuestaria, que quiebra un modelo de Estado y se tercia en la
distribución graciable a unos, en función de si me apoyan o no, y si eso
es partidariamente no pasa nada, lo malo es cuando se crean agravios
comparativos y demandas comparativas. Eso crea una complicación tremenda.

A mí me gustaría que usted nos explicara si eso es un hábito y qué
volumen suponen estos pagos, que van en determinadas partidas como
transferencias directas, o como modificación de criterios generales en
beneficio de una sola comunidad.




El señor PRESIDENTE: En nombre del Grupo Popular, tiene la palabra don
Vicente Martínez-Pujalte.




El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: En primer lugar, quiero agradecer la
comparecencia del secretario de Estado. Me uno a la petición de don Pedro
Antonio Ríos de que durante muchos años, diez o doce años, siga viniendo
a comparecer. No sé si es bueno para él, pero para este grupo
parlamentario seguro que sí (Varios señores diputados pronuncian palabras
que no se perciben.) y para España seguro que también.

Estamos ante un trámite parlamentario para ayudar a que los diputados
podamos entender los presupuestos y así se planteó ayer. Yo creo que las
explicaciones que aquí se vierten pueden ayudar a que realicemos las
valoraciones oportunas, tanto con la obligación de que la oposición sea
crítica como con la obligación del Grupo Parlamentario Popular de apoyar
estos presupuestos, pero conociéndolos con profundidad. Por eso, mi grupo
parlamentario quiere hacerle una serie de preguntas para conocer más a
fondo estos presupuestos, la base sobre la que están construidos y,
además, algunas preguntas complementarias que también nos ayuden a
entender la filosofía global de los presupuestos, y más teniendo en
cuenta que está hoy aquí el secretario de Estado de Presupuestos y Gasto
Públicos.

Para nuestro grupo parlamentario desde luego estos presupuestos no crean
ningún tipo de alarma ni pueden transmitir a los ciudadanos ningún tipo
de miedo. Ayer, con ocasión de estas comparecencias, se decía desde los
grupos de la oposición que eran unos presupuestos que creaban alarma o
que creaban miedo. Esta misma mañana el gobernador del Banco de España,
una autoridad independiente, ha dicho que eso no es así, por lo menos
para el propio Banco de España. Yo también creo que es bueno que el
secretario de Estado de Presupuestos y Gasto Público haga una referencia
sobre la credibilidad que están obteniendo estos presupuestos en los
mercados y en la sociedad. A nosotros nos sorprende el porqué de las
críticas, porque el año pasado se decía que el presupuesto no era
creíble, porque no iba a lograr obtener los resultados oportunos, decían
que no se podía cumplir (y hago este comentario porque luego me referiré
a una serie de preguntas sobre la ejecución presupuestaria), decían que
no se iba a poder cumplir el presupuesto, que era demasiado optimista,
que se planteaban demasiadas reformas y este año se dice lo contrario,
que es un presupuesto moderado en las previsiones e incluso que no hay
reformas.

Se ha hablado del capítulo 3 y se le ha pedido en una pregunta una
comparación del incremento de gastos, sin contabilizar el capítulo 3; por
eso a mí me gustaría también que, en la medida en que pueda, haga alguna
referencia a la evolución del capítulo 3. ¿Cómo evoluciona el capítulo 3?
¿Por qué está teniendo una evolución tan positiva? Porque me imagino que
no será debido a una deidad exterior a la política económica del
Gobierno. Yo no sé si me fallan los datos, pero según los que yo tenía
del capítulo 3 (y que quiero que confirme en caso de tenerlos), había ido
evolucionando, por ejemplo, pasando de 1,3 billones en 1989, a 3,2
billones en 1996; iba en un incremento casi exponencial. ¿Por qué
evolucionó positivamente el capítulo 3? Ayer se habló aquí, en esta sala,
de las operaciones que estaba haciendo el Gobierno para dar más
sostenibilidad a los presupuestos en el futuro, canjeando deuda pública a
largo plazo, o amortizando deuda pública con intereses altos por deuda
pública con intereses más bajos. Me gustaría que también hiciese alguna
referencia a eso. Yo creo que ya nadie niega que el presupuesto de 1997
cumplirá sus objetivos, pero me gustaría preguntarle sobre la ejecución
presupuestaria, tanto en lo que se refiere a los gastos como en lo que se
refiere a los ingresos.

Me gustaría también si lo cree conveniente, que haga una referencia a la
nueva previsión del déficit público. El ministro de Economía anunció una
rebaja en la previsión del déficit público, situándola en el 2,9 por
ciento. ¿Se ha cumplido o se va a cumplir el objetivo del déficit? ¿Desde
cuándo? El año pasado parece que se cumplía. ¿Cuántos años anteriores no
se estaba cumpliendo nunca el objetivo del déficit público? ¿Ha exigido
reformas o esfuerzos adicionales a la Administración el cumplimiento del
objetivo del déficit público, incluso su rebaja, como ya anunció el
vicepresidente hace un par de días? ¿Se ha cumplido la ejecución de
gastos e ingresos? ¿Cómo están evolucionando los gastos de 1997? ¿Cómo
acabaremos el ejercicio según sus previsiones, señor Folgado?



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Yo recuerdo que, en enero de este año, el antiguo entrenador del Grupo
Socialista --hablando de entrenadores y de jugadores de fútbol-- dijo que
no íbamos a poder acabar 1997 sin hacer recortes presupuestarios; ¿han
hecho falta recortes presupuestarios? Esa es una pregunta que, de alguna
manera, espero que usted me responda.

He hecho un conjunto de preguntas sobre la ejecución y ahora me gustaría
hacerle otro conjunto de preguntas, señor secretario de Estado, sobre la
sostenibilidad del presupuesto. Yo creo que el presupuesto no necesita
ser vendido, goza de absoluta credibilidad en los mercados y esa
credibilidad queda reflejada en los tipos de interés. Nos parece que
cuando un presupuesto obtiene la credibilidad de los mercados, de la
sociedad, permite que los tipos de interés sean bajos, eso se debe a que
el presupuesto se está ejecutando con rigor, porque, indudablemente, los
mercados, los ciudadanos, cuando ponen la confianza en un presupuesto, no
la ponen porque nadie les haya engañado, la ponen porque entienden que
ese instrumento al servicio de la política económica es el necesario para
conseguir los objetivos. Pero se están planteando algunas dudas, en los
momentos anteriores a la tramitación de los presupuestos, sobre la
sostenibilidad en el futuro.

Las preguntas que yo quiero hacerle hacen referencia a su opinión sobre
la sostenibilidad de estas cifras presupuestarias en el futuro. ¿Es
previsible que podamos mantener la línea de reducción del déficit público
en los ejercicios futuros? ¿En qué basaría el señor secretario de Estado
su opinión acerca de la sostenibilidad futura de estos presupuestos?
Me gustaría hacerle otro grupo de preguntas sobre cómo este presupuesto,
este instrumento al servicio de la política económica, puede ayudar a
conseguir los objetivos que tenemos planteados. Se ha hablado mucho de
que es un presupuesto --incluso el ministro de Economía lo dijo, y el
secretario de Estado de Economía también-- al servicio de la creación de
empleo, que era un presupuesto que buscaba conseguir una mayor
convergencia real, en términos de creación de empleo, en términos de
renta per cápita, con el resto de los países europeos. ¿Qué instrumentos
tiene este presupuesto para conseguir aumentar la convergencia real de
España con el resto de los países europeos? ¿Hay medidas que ayuden a la
creación de empleo? ¿Cómo las valorarían? ¿Qué aportan estos presupuestos
para ayudar a mejorar la cohesión social?, que era el segundo gran
objetivo que teníamos en estos presupuestos.

En esta línea de preguntas me gustaría hacerle alguna muy concreta: se
dice que la sanidad y la educación aumentan por encima del 6 por ciento;
el peso de los gastos de sanidad y educación del capítulo 1, el capítulo
de personal, es una parte muy importante --no sé cifrar en qué
porcentaje-- de los gastos de sanidad y de educación; si el capítulo 1
aumenta el 2,1, y la sanidad y la educación aumentan por encima del 6 por
ciento, eso qué significa, ¿significa mayores inversiones en
infraestructuras sanitarias, en infraestructuras educativas?
Como tercera pregunta en torno a cómo ayudan a los objetivos de política
económica ¿hay una verdadera reducción en el gasto público? ¿Cómo
entiende el señor secretario de Estado que han funcionado a lo largo de
1997 las medidas aprobadas el año pasado sobre el control del gasto
público, disciplina presupuestaria? Y en ese control del gasto público
¿qué opina el señor secretario de Estado sobre el cumplimiento de lo que
ahora los ingleses han puesto en primer lugar en sus objetivos
presupuestarios, la regla de oro, que las inversiones se financien con
deuda o con déficit, pero no los gastos corrientes? ¿Cómo está cumpliendo
el presupuesto ese objetivo?
Sobre la financiación de las comunidades autónomas yo entiendo que el
presupuesto recoge sólo las partidas de transferencias del Estado a las
comunidades autónomas; no recoge por tanto lo que el año pasado aprobó
esta Cámara, que es la parte del IRPF que se ha cedido; con lo cual es
muy difícil homogeneizar las cifras, porque lo que se ha hecho es una
cesión de competencias a los parlamentos autonómicos, que este año,
además, podrán modular su IRPF con nuevas deducciones --algunas
comunidades autónomas ya lo han anunciado--, o podrán modular sus
ingresos con subidas o bajadas de la tarifa autonómica del IRPF. Por
tanto, entiendo que lo que pone el presupuesto son los ingresos a cuenta
del tramo del IRPF no cedido, hasta que se acabe la cesión de
competencias de educación, y la participación en los ingresos del Estado,
que es la cantidad residual resultante después de la cesión de una parte
del IRPF. Así leo yo las cifras presupuestarias. Agradecería que me lo
confirmase.

Se habla también de la presión fiscal. La verdad es que eso ayer quedó
muy claro en esta sala; el secretario de Estado de Hacienda explicó
detalladamente que la presión fiscal en España no iba a subir en 1998,
incluso bajaba ligeramente con cifras homogeneizadas, y que en 1999, de
acuerdo con el Plan de Convergencia, iría bajando. Agradecería que me
confirmase ese dato, que ya el secretario de Estado de Hacienda explicó
ayer detalladamente.

Sobre lo que aquí se habla del capítulo 8, activos financieros, entiendo
que lo que hará el Estado es destinar una parte del dinero a la compra de
nuevos activos y, por tanto, no se podrá hablar de proyectos concretos de
inversión, porque va destinado a la compra de activos; no se puede hablar
de inversión a través del capítulo 8; creo que ésa es una apreciación no
correcta del entendimiento presupuestario, y querría que me lo aclarara.




El señor PRESIDENTE: Para responder, tiene la palabra el señor secretario
de Estado de Presupuestos y Gastos.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Son muy numerosas las preguntas. Ojalá pueda contestar con precisión a la
mayoría de ellas. Algunas quisiera remitirlas a la exposición que hizo
ayer --porque está directamente relacionada con la vertiente
presupuestaria de ingresos-- el secretario de Estado de Hacienda, en la
que tuvieron ocasión SS. SS. de preguntarle todo lo relacionado con esa
vertiente, así como el tema de la financiación de las comunidades
autónomas, la cesión de tributos y demás, puesto que es el área que él
puede contestar directamente con mucha más amplitud. Con independencia de
eso, por supuesto, si desean información



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adicional, estamos a su disposición, y remitiremos la documentación
pertinente para SS. SS.

Creo que hay una serie de cuestiones importantes de carácter general en
torno al tema de los presupuestos. Tras las numerosas preguntas que se
han formulado planea, en definitiva, una cuestión importante: tal como se
están elaborando y ejecutando los presupuestos del Estado por el actual
Gobierno, ¿estos presupuestos merecen credibilidad?; ¿estos presupuestos
dan sostenibilidad al sistema económico?, por empezar por algunos
aspectos generales, porque luego entraremos directamente a algunos de los
capítulos que tratan de responder a algunos grupos de preguntas
relacionadas con algunos de los capítulos de la clasificación económica,
incluyendo, naturalmente, el capítulo 8 de activos financieros.

Entendemos claramente, y creo que estaremos todos de acuerdo, en que el
presupuesto es el principal instrumento de política económica, y que hay
unos objetivos muy claros que se quieren conseguir con él; si no no
entenderíamos luego muchas de las cuestiones concretas. Algunos aspectos
serán discutibles, y a algunos no sabré responder con precisión por no
tener aquí la información precisa, que ya se remitirá. En cualquier caso,
no debemos perder de vista los aspectos fundamentales que definen la
estrategia presupuestaria. Se quieren conseguir claramente dos cosas:
una, que los presupuestos sirvan para la convergencia real, dentro de la
Europa comunitaria. Es decir, que los presupuestos permitan lograr que el
crecimiento del producto interior bruto y del empleo sea mayor que la
media de los países de la unión monetaria, de los cuales queremos formar
parte en esta última fase. (El señor Borrell Fontelles pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Borrell.




El señor BORRELL FONTELLES: Señor presidente, me veo obligado a pedirle
que me deje interrumpir, por una cuestión de orden.

El compareciente viene aquí a contestar a las preguntas que le hemos
formulado, que no pueden ser más concretas. No es en absoluto de recibo
que se nos venga a explicar que el presupuesto es el principal
instrumento de la política económica. He formulado treinta preguntas y
ruego que se me conteste a las treinta preguntas. (El señor
Martínez-Pujalte López pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Martínez-Pujalte.




El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Como conocen SS. SS., éste es un trámite
parlamentario en el que diversos grupos hemos pedido la comparecencia del
secretario de Estado. Mi grupo la ha pedido, también le he formulado
algunas preguntas y aparte de a las preguntas del señor Borrell me
gustaría contestar a las mías, aunque me estaba dando por contestado en
alguna de las cosas que estaba planteando el secretario de Estado.




El señor PRESIDENTE: En todo caso, cree la presidencia que tenemos que
esperar a que termine el secretario de Estado antes de decidir si ha
respondido o no a todas las preguntas formuladas.

Ruego que todos nos ciñamos el máximo al objetivo de estas comparecencias
que, en el segundo día de tramitación se hacen un poco más difíciles de
llevar que cuando las empezamos.

Señor secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
La forma de poder explicar muchas de las preguntas es a partir de aquí.

Queremos compaginar estabilidad y crecimiento y cohesión social y, por
consiguiente, tenemos que elaborar, instrumentar, aplicar unos
presupuestos que permitan atender a esos objetivos de la convergencia
real y de la cohesión social. Y así están elaborados, con esa finalidad.

Para lograr un crecimiento económico sostenido, más que la media de otros
países, y del empleo, los presupuestos tenían que empezar con lo que para
nosotros era objetivo básico: reducción del déficit público sistemático,
porque creemos es la única forma de lograr la convergencia real. Frente a
quienes afirmaban que con una alta tasa de paro, en una situación de
recursos ociosos, era necesario aumentar el gasto y el déficit público,
estamos viendo cómo a través de este ajuste presupuestario de reducción
del déficit se está logrando un crecimiento más sostenido de la actividad
y del empleo.

Hubo una primera etapa en la cual la reducción del déficit público obligó
a medidas que pueden ser impopulares, pero que en todo caso contribuyeron
a la confianza de los mercados y a esta situación actual favorable de
evolución de las inversiones y del empleo en el conjunto de la economía
española. Medidas como la congelación salarial, la modulación de los
gastos de inversión y algunas otras con vistas a reducir el déficit
público.

En 1998 los presupuestos van a permitir, por un lado, reducir el déficit
público para lograr ese espacio a la iniciativa privada, la continuación
de la reducción de los gastos financieros a través de evitar que el
sector público con un déficit público elevado tenga rivalidad con el
sector privado y provoque altos tipos de interés. Esta reducción del
déficit público provoca esa situación de sintonía entre el sector público
y el privado para la inversión.

Al mismo tiempo que se reduce el déficit público, dadas las
características del presupuesto, se pueden aumentar las inversiones
públicas para hacer colaborar la inversión pública con la inversión
privada en orden a lograr esa convergencia real y, a la vez, se dan otras
medidas incentivadoras del empleo, de la investigación y desarrollo
tecnológico; en definitiva, estamos hablando de medidas todas ellas
encaminadas, desde la reducción del déficit al aumento de las
inversiones, a un aumento del producto interior bruto y del empleo
fuerte, mayor que la media comunitaria.

Ahora bien, esta política necesariamente tenía que ir sobre la base, no
de aumento de la presión fiscal, sino de la contención de los gastos y,
en particular, de los gastos corrientes. De hecho, la reducción del
déficit público es más de medio punto en relación con el PIB se consigue
plenamente



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sobre la base de la reducción del peso de los gastos corrientes en el
PIB.

Sólo por los gastos financieros --y con esto respondo a una de las
preguntas en torno a que es el capítulo 3, el de gastos financieros, el
capítulo que proporciona sostenibilidad--...




El señor BORRELL FONTELLES: ¿Puedo rogar al presidente que intente que el
compareciente conteste a las preguntas que ordenada y numéricamente le
hemos formulado?, porque hemos suprimido la exposición inicial que hacía
el compareciente para pasar a hacer las preguntas. No tiene ninguna
gracia que el compareciente sustituya la respuesta a las preguntas por su
discurso inicial. Vaya usted contestando, por favor, a las preguntas que
le he hecho. Ahórrese las demás explicaciones.




El señor PRESIDENTE: En estas comparecencias la Mesa tiene que ser
flexible, puesto que no están reguladas de forma estricta. Precisamente
sin estar previsto en el Reglamento damos un segundo turno de palabra a
los señores diputados que formulan preguntas con la intención de que
tengan una segunda oportunidad de precisar las demandas que se han
formulado y de dejar en claro si a su juicio las respuestas han sido o no
adecuadas.

Dejemos que cada compareciente, señor Borrell, responda en la forma que
estime oportuna y resérvese el juicio sobre la comparecencia en función
de las respuestas de cada compareciente.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Creo que había una pregunta relacionada sobre el tema del capítulo 3 y
cómo evolucionan los gastos sin el capítulo 3. En definitiva, creo
entender que tras esa pregunta está la de en qué medida la evolución de
los gastos le dan sostenibilidad al presupuesto. Estaba tratando de
responder a esta pregunta, porque además esa cuestión ha sido suscitada
también por otros grupos. De manera que estaba tratando de responder por
orden y en función de unos determinados objetivos de política
presupuestaria que hay muy claros.

Dado el objetivo básico de reducir el déficit público, objetivo básico
que tiene este Gobierno de reducirlo a través de la contención de los
gastos y que sea de los gastos corrientes, de hecho los gastos de
inversión aumentan --y luego hablaremos también de otro bloque de
preguntas relacionado con los distintos capítulos de gastos de
inversión--, está claro que el capítulo 3, de gastos financieros,
contribuye poderosamente a la reducción del déficit público. De hecho, de
cara al año que viene pierden un peso notable los gastos financieros,
pero la reducción de los gastos financieros no es algo que cae del cielo,
sobre todo porque, aun dentro de un contexto internacional favorable a la
contención sobre los tipos de interés, lo que ha habido,
fundamentalmente, ha sido una reducción sustancial del diferencial de
tipos de interés que España tenía con otros países, hasta el punto de
pasar de cuatro puntos de diferencia que había hace año y medio en
relación, por ejemplo, con Alemania, medido por lo bonos a diez años, a
una diferencia inferior a medio punto. Qué duda cabe que eso está
contribuyendo sobremanera a la reducción de estos gastos, pero eso es
fruto precisamente de una política económica y, en particular,
presupuestaria, que ha generado la confianza suficiente para la reducción
de esos gastos. Eso a su vez va a darle sostenibilidad a los presupuestos
en el futuro y nos permitirá reducir la carga de la deuda, en definitiva,
reducir el peso relativo de la deuda pública y el coste medio de esa
deuda pública. De hecho, algunas de las operaciones que estamos haciendo
en la actualidad, que implican mayor aumento del gasto financiero, en
términos de caja más de 150.000 millones de pesetas, están hechas con la
perspectiva de lograr una mayor sostenibilidad en el medio plazo.

Esto creemos que es importante, pero no sólo se basa en el capítulo de
gastos financieros la reducción del gasto público, la reducción del
déficit y la sostenibilidad de la política presupuestaria, sino también,
y para nosotros era básico, en la contención de los gastos de
funcionamiento, o la reducción del peso relativo de los gastos de
funcionamiento en el producto interior bruto. De hecho, el aumento de los
gastos de personal en un 3 por ciento y de los gastos en bienes y
servicios en un 3,6 por ciento, ambos claramente por debajo del
crecimiento del PIB monetario del 5,7 por ciento, hace perder peso en el
conjunto del producto interior bruto y contribuye a la sostenibilidad de
la política presupuestaria. No sólo se han reducido los gastos
financieros en virtud de una política presupuestaria, y más que en otros
países, sino también los propios gastos de funcionamiento contribuyen a
la sostenibilidad presupuestaria, a una política presupuestaria
coherente. La contención de los gastos de funcionamiento se basa en una
política de rigor, en una oferta de empleo público por debajo de la tasa
de reposición y el establecimiento de mecanismos de un sector público
quizá menos grande en número de empleados y en gastos de funcionamiento,
pero más eficaz.

En cuanto a los gastos de inversión, creemos que es muy importante, en
una estructura equilibrada de un presupuesto que busca a la vez los
objetivos de estabilidad y crecimiento, que, aun creciendo poco los
gastos totales, el 3,2 por ciento, muy por debajo del PIB, y perdiendo
peso, medio punto, los gastos de inversión, capítulos 6 y 7, crecen
claramente muy por encima del producto interior bruto. Se había hecho la
pregunta de cómo evolucionaban los gastos de inversión en presupuestos y,
luego, los capítulos 6 y 7, operaciones de capital, y también cómo
evolucionan los gastos de inversión por otras fórmulas que no están
directamente ligadas a ellos.

En el Estado --ya lo saben SS. SS.--, aumentan las operaciones de capital
el 8,9 por ciento, un aumento realmente muy importante y, a nivel de
sector público estatal, el 8,7 por ciento. Tanto las inversiones que
realiza directamente el Estado como las que se realizan por otros entes o
agentes, a través de las transferencias de capital que hace el Estado
para que inviertan ellos, crecen mucho más que el año anterior. En este
sentido, sí hemos podido llevar a cabo una acción que no se realizó en
los presupuestos anteriores, pero en éstos sí ha sido posible, un aumento
de las inversiones para el próximo ejercicio que permita, juntamente



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con el sector privado, aumentar la formación bruta de capital de la
economía de manera notable como un pilar del crecimiento no inflacionista
absolutamente indispensable.

Contestaré también a algunas otras preguntas relacionadas con inversiones
que no están en los capítulos 6 y 7, sino en otros sistemas, como el
sistema concesional. Estamos hablando, por ejemplo, de las inversiones a
través del GIF, del Ente Público Gestor de Infraestructuras Ferroviarias,
del sistema concesional en autopistas o del sistema concesional de obra
hidráulica.

Antes de esos bloques de inversión, creo que merece una palabra lo que se
denomina sistema de abono total. Ya saben SS. SS. en qué consisten las
inversiones por el sistema de abono total: es la licitación de una obra
por cuenta y riesgo del contratista que, luego, cuando está hecha y con
las características que se estipularon en el contrato, la adquiere el
Estado. (Rumores.)
Había una pregunta directamente relacionada con las inversiones
complementarias por el sistema de abono total sobre las inversiones de
los capítulos 6 y 7. Creo que era así.

Como saben SS. SS., ya se están licitando las obras correspondientes al
sistema de abono total de 1997 y, en los próximos meses, a comienzos de
1998, saldrá a concurso otro conjunto de obras, por un importe global de
unos 320.000 millones de pesetas entre Fomento y Medio Ambiente, y por un
período medio aproximado de cuatro año. (El señor Borrell Fontelles pide
la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Borrell?



El señor BORRELL FONTELLES: A efectos de evitar tener que provocar un
incidente que desearíamos no producir.

Señor secretario de Estado, ya que está usted explicándonos el método
alemán, cosa que no le hemos pedido, ¿podría, en ese punto concreto
contestar a una pregunta concreta que tiene que ver con eso que me está
usted explicando? ¿Cuál es el importe de la ejecución del crédito al que
está usted haciendo referencia ahora en este año? (El señor
Martínez-Pujalte López pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Martínez-Pujalte?



El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Señor presidente, podemos establecer
otro trámite parlamentario a imagen y semejanza del señor Borrell. Ayer
tuvimos unas cuantas comparecencias, el Grupo Socialista las desarrolló
con absoluto orden, los comparecientes contestaron como entendieron y el
Grupo Parlamentario Popular formuló sus preguntas cuando había pedido la
comparecencia. En la comparecencia de hoy, por cualquier motivo,
probablemente ajeno a las comparecencias, se está organizando un debate
en paralelo cortando al compareciente cada cinco minutos. A mí me parece
que, si hemos de seguir un trámite parlamentario largo con los
presupuestos, convendría que la Mesa fuera la que moderara los debates y
no se interrumpiera más a los comparecientes.

El señor PRESIDENTE: Señor Borrell, está claro que su concepto de
precisión en las respuestas no es el mismo que el del secretario de
Estado de Presupuestos; incluso puede ser que el criterio del presidente
tampoco coincida con el del secretario de Estado, pero estamos aquí para
amparar los criterios con que cada compareciente quiera responder a las
preguntas. Por tanto, vamos a esperar a que termine el secretario de
Estado y, en el segundo turno de intervenciones, los señores diputados
que han formulado preguntas podrán manifestar su criterio sobre cómo
deberían haber sido respondidas. Vamos a dejar que termine el señor
secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Estaba diciendo precisamente el importe global de las inversiones por el
sistema de abono total para el presente año y cuál es el proceso que se
está siguiendo. Son 157.695 millones este año y 166.157 para el año que
viene. En estos momentos está llevándose a cabo toda la tramitación
oportuna para que, a lo largo de los primeros meses de 1998 puedan
iniciarse las obras relacionadas con las que ahora están saliendo a
concurso.

Estamos hablando de un sistema nuevo, pero qué duda cabe que es muy
importante, en un período de restricción presupuestaria, evitar que la
propia legislación presupuestaria provoque recisión dentro de tres años
porque no se pueda invertir hoy debido a que no hay margen en los
créditos presupuestarios. Por eso se compaginan las inversiones,
capítulos 6 y 7, con el sistema perfectamente controlado, tal como está
la legislación vigente. Para evitar cualquier problema de control por
parte de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos y de la
Intervención General de la Administración del Estado, se ponen unos
determinados límites, muy concretos, el 30 por ciento de la inversión,
pero se permite dar una carga de obra complementaria. Su señoría había
formulado una pregunta en relación con esto. En estos momentos se está en
un proceso muy avanzado para sacar a concurso; de hecho, varias obras ya
han sido licitadas, otras lo serán en el próximo futuro, sobre todo en
Medio Ambiente, que ha ido con algo más de retraso que Fomento, pero
están siguiendo su curso y, en los primeros meses de 1998, una vez
abierto el proceso, saldrán las correspondientes a 1998. De manera que
nuestro propósito es que, a lo largo de 1998, estas obras entren
claramente en actividad. Pero S. S. sabe muy bien que hay un proceso en
el que más vale hacer las cosas bien, con garantías, con relaciones entre
Administración y administrados, entre quien saca a concurso y quien
recibe una obra para evitar cualquier tipo de problemas en un sistema que
es nuevo. Si después en la réplica surge alguna cuestión, responderé.

Está claro que, si lo que pregunta es cuál era el proceso, es éste, para
que durante el próximo año estén en pleno funcionamiento las inversiones
complementarias que van por el capítulo 6 normalmente.

Junto a ellas están también las inversiones relacionadas con el GIF, el
ente Gestor de Infraestructuras Ferroviarias. Se le dotó de capital por
60.000 millones de pesetas y por



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80.000 para 1998. Se han aprobado ya los estatutos y el organigrama. Se
han licitado y adjudicado los estudios geológicos entre Madrid y
Zaragoza, por 500 millones de pesetas. También se va a adjudicar dentro
de este año la redacción de los proyectos constructivos. Desde luego,
durante el año que viene habrá una carga de obra que se espera esté
cercana a los 300.000 millones de pesetas.

Tengo que advertir que estamos hablando de una inversión por parte del
GIF de enorme envergadura, con enormes implicaciones. De acuerdo en que
se ha retrasado unos meses la entrada en funcionamiento, pero nosotros
preferíamos actuar sobre seguro. Se elaboraron los documentos pertinentes
en castellano y en inglés y se enviaron a Bruselas para ver si realmente
se obtenía la aprobación y se estaban haciendo las cosas conforme a los
criterios que determinan el sistema europeo de cuentas integradas. Es
preferible que se retrasen algunos meses y no haya problemas ni de tipo
contable ni jurídico ni financiero. En estos momentos los proyectos
constructivos están ya en plena ejecución.

Probablemente a finales del presente año o comienzos del que viene
saldrán adjudicadas algunas obras del sistema concesional de autopistas
con las que la Administración tendrá una relación distinta a la que había
hasta ahora, concediendo créditos reembolsables. Entrarán en
funcionamiento en el próximo ejercicio. Igualmente se están elaborando en
la actualidad los reglamentos y las disposiciones oportunas para que
entre en funcionamiento el sistema concesional de obra hidráulica.

Creemos que a través de estos mecanismos se produce una colaboración
estrecha entre el sector público y el privado para la generación de
infraestructuras y, en particular, en materia de obra hidráulica, entre
asociaciones de regantes y confederaciones hidrográficas para que se vea
implicado el propio sector privado, poniendo dinero en algo que es
importante y de interés conjunto para el sistema. Esto también está
avanzando, por lo que esperamos que en 1998 esté a pleno rendimiento,
puesto que próximamente se constituirán algunas sociedades que van a
funcionar relacionando el sector público y el sector privado. Me parece
que de esta manera quedaría configurado un esquema de inversión amplio
(capítulos 6, 7) que va por el sistema concesional de carreteras, de
autopistas, de obra hidráulica, del ente Gestor de Infraestructuras
Ferroviarias y por el sistema de abono total, que propiciaría que, bien
el sector público directamente, a través del capítulo 6 y del sistema de
abono total, bien en colaboración con el sector privado, las inversiones
aumentasen mucho.

Preguntaba cuánto representaban todas estas inversiones respecto al PIB.

No se puede hacer una comparación global del sistema de abono total con
las inversiones que están en el presupuesto, ya que el montante global
que aparece por el sistema de abono total se va a invertir a lo largo de
varios años. Habría que prorratear en ese período, si hubiera una
inversión uniforme del sistema alemán, todas esas inversiones. Podrían
ser aproximadamente unos 80 ó 90.000 millones por año, que se
adicionarían a las inversiones ordinarias, junto a las otras que se están
realizando por el capítulo 8. Creemos que no se puede dar una cifra
exacta con relación al producto interior bruto, pero qué duda cabe que es
muy superior. Simplemente, a título de ejemplo, si a las inversiones por
el sistema normal, capítulo 6 y 7, se le adicionan las inversiones por el
sistema del abono total, prorrateando por el período medio, daría un
aumento de las inversiones del 14 por ciento, por ejemplo, que creemos
que es relevante.

Otro grupo de preguntas iba relacionado con las privatizaciones, su
volumen y cuál era su destino. Como saben SS. SS., todos los recursos que
se obtienen por privatizaciones tienen un destino: reducción de deuda.

Mejor dicho, ninguno de los recursos que se obtienen por privatizaciones
va a la reducción del déficit público. Es más, no reducen el déficit
público, no sólo los recursos de privatizaciones que van al capítulo 5,
sino que también se excluyen a efectos del cómputo de déficit público los
ingresos por privatizaciones relacionados con el Impuesto sobre
Sociedades de las plusvalías que se generan como consecuencia de esas
privatizaciones. Por ejemplo, en el presente año tenemos computados hasta
estos momentos 557.000 millones de ingresos por privatizaciones, de los
cuales 140.000 millones de pesetas habrían ido a contabilidad
presupuestaria por capítulo 1, en Impuestos sobre Sociedades, y el resto
a capítulo 5, ingresos patrimoniales. Todos esos recursos quedan
excluidos como ingresos computables a efectos de déficit público. Mes a
mes el Gobierno hace público los datos de la ejecución presupuestaria
(ingresos, gastos y déficit) excluyendo de entre los ingresos los
obtenidos por privatizaciones, porque así lo exige el sistema europeo de
cuentas integradas, y se está atendiendo escrupulosamente a esa realidad.

Eso es así de claro. No computan a efectos de déficit público, porque así
está establecido. Ahora bien, existe un holding llamado Sociedad Estatal
de Participaciones Industriales que, desde el punto de vista del
funcionamiento del sistema económico, responde a una sociedad, no a
Administraciones Públicas. Dentro de ese holding naturalmente se
proyectan sus políticas. Por un lado, con la consolidación y con la
desaparición de la Agencia Industrial del Estado ha obtenido todos los
activos y, por otro, también todos los pasivos que las empresas de la
Agencia Industrial del Estado podían tener. Naturalmente, este holding
tiene que hacer frente a toda la deuda histórica recibida, como la del
INI o también otras cargas sociales. En el decreto de constitución de la
nueva SEPI se dice que se constituyen fondos propios por importe de
900.000 millones de pesetas, fuente de recursos de todo tipo, y con ellos
hará frente a sus obligaciones. Pero lo que sí creemos que tiene que
quedar claro, y es importante, es que los ingresos por privatizaciones no
sirven para la reducción del déficit público.

Pérdidas de empresas públicas. Las pedidas de explotación, por ejemplo,
que tenga la minería para el próximo ejercicio, están contempladas en los
Presupuestos Generales del Estado por un importe algo superior a los
100.000 millones de pesetas para atender a la diferencia de precio en la
tonelada de carbón, entre el precio de importación y el coste de
producción de la misma en el ámbito nacional, al mismo tiempo que se
dotan y aprovecho para decirlo,



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unos recursos por importe de 35.000 millones de pesetas para inversiones
en las zonas mineras que se ven afectadas por la reconversión y por el
acuerdo al que se ha llegado de reducción de producción y empleo a lo
largo de los próximos años.

En principio, se está llevando a cabo todo un conjunto de acciones por
parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales de
saneamiento del conjunto de las empresas dentro de ese grupo; por
ejemplo, un acuerdo con los sindicatos, en Astilleros, para que esas
empresas, en no mucho tiempo, entren en números negros. En principio
creemos que éste es el sistema más adecuado para lograr el saneamiento de
las empresas públicas. El objetivo de la SEPI es lograr que todas esas
empresas entren en números negros y ponerlas, algún día, dentro de la
política que el Gobierno está llevando a cabo, en manos del sector
privado, igual que se está procediendo a vender ahora Endesa.

En cuanto a los gastos en algunos programas sociales, como en sanidad y
educación, es cierto que en el presupuesto del Estado las aportaciones a
sanidad aumentan el 8,6 por ciento, pero también es cierto que ahí se
está procediendo a la separación de fuentes de financiación del sistema
social. Lo que ocurre es que al tomar el Estado cerca de 100.000 millones
de financiación, que se realizaba vía cuotas, eso hay que excluirlo a
efectos de ver cuál es el aumento de gastos en sanidad para el próximo
ejercicio. En principio el aumento es --y está establecido conforme
acuerdo-- como el PIB, ajustando la base como corresponde al PIB
monetario y, además, 25.000 millones de pesetas adicionales, lo que hace
que los gastos en sanidad crezcan por encima del 6 por ciento, tal y como
está en los presupuestos. Igual pasa con los gastos en educación. Esto
con independencia de que, tras llegar a acuerdos definitivos el Gobierno
con las comunidades autónomas, haya fuentes complementarias de
financiación de la sanidad, entre ellas los recursos que se puedan
obtener a través de ahorros en la incapacidad temporal. En ese sentido se
está trabajando porque creemos que ahí se pueden obtener, sin duda
alguna, con la colaboración conjunta del Estado y las comunidades
autónomas, recursos adicionales para la financiación de los gastos de
sanidad. Hoy día existe una percepción --y en esto estar de acuerdo todos
los grupos-- de que las necesidades reales de sanidad son importantes,
que hay unas necesidades complementarias a los recursos que se están
aportando y se está tratando de llegar a acuerdos. En ese sentido se está
trabajando, para lograr esos recursos complementarios.

En el ámbito educativo crecen los gastos el 6,4 por ciento. Habida cuenta
que los gastos de personal representan cerca de dos tercios, estamos
hablando de un ámbito en el que, creciendo el 6,4 por ciento, y dado que
estamos en un crecimiento de los precios realmente bajo, esto permite
mantener el poder adquisitivo, aumentando los salarios el 2,1 por ciento
y las derivas propias que se pueden producir por trienios y sexenios. Y
permite liberar recursos dentro de ese aumento del 6,4 por ciento para
las cuantiosas inversiones que en este ámbito, de hecho, se quieren
llevar a cabo para atender a todas las necesidades que tiene este sector,
teniendo en cuenta el coste real de la educación en estos momentos,
porque es objetivo del Gobierno proceder a la transferencia de las
competencias del área MEC. Nosotros creemos que esta dotación
presupuestaria puede atender perfectamente al coste real de la educación
porque, de hecho, las inversiones realizadas a través de la Agencia de
Infraestructuras de Educación prácticamente ven duplicado su presupuesto.

Una de las preguntas que ha hecho el señor Borrell era a dónde iban los
proyectos de inversión de los 140.000 millones del capítulo 8. Me parece
que he hablado de ello, puesto que estamos hablando, vía capítulo 8, de
80.000 millones al GIF, de 40.000 millones para infraestructura
hidráulica y de 40.000 millones para el sistema concesional de
autopistas. Ya he dicho en qué momento procesal estábamos, desde el punto
de vista de llevar a cabo esas obras, y he afirmado que en los próximos
meses, después de todo un proceso de preparación que no es fácil, ya que
cada uno de esos frentes tiene sus singularidades, se va a traducir en
obras concretas. Pero es preferible hacer las cosas bien, desde el punto
de vista legal, contable y financiero, sobre todo cuando se trata de
obras de envergadura e innovadoras, a que no se haga ninguna obra.

En cuanto a la utilización de distintos criterios, como decía el señor
Borrell, a efectos de comparación de los ingresos, tengo que decirle que
tradicionalmente se vienen haciendo los análisis, tanto sobre previsión
de liquidación en ingresos como sobre presupuesto inicial. Parece
correcto que siempre se haga un planteamiento de comparación presupuesto
inicial, sobre presupuesto inicial, puesto que, en definitiva, en el
ejercicio siguiente ya veremos cuál es la ejecución. Lo que sucede es que
también es relevante hacer en algunas ocasiones --así lo hacía el
anterior Gobierno y esto se viene haciendo tradicionalmente, es
relevante, ilustrativo y nosotros lo hacemos-- la comparación con
previsiones de liquidación en lo que se refiere a ingresos, por cuanto da
un claro reflejo de qué movimiento ha habido en lo que son puras
estimaciones en ingresos; así como los gastos tienen un carecer
limitativo, los ingresos, qué duda cabe, pueden tener un comportamiento
más errático, como de hecho está sucediendo en las distintas figuras
tributarias. Aprovecho para decir que se ha empleado cualquiera de los
dos sistemas, los dos son ilustrativos y, depende de cómo se quieran
hacer los análisis, son positivos. Por tanto, no tiene nada de particular
hacer la comparación de una u otra manera, siempre que se explicite
claramente qué es lo que se está haciendo, por qué, etcétera. En
definitiva, creemos que es relevante hacerlo, desde el punto de vista de
los ingresos, con previsiones de liquidación una vez que va avanzando el
año, sin duda alguna. También puede suceder que haya unos ingresos
estacionales que se tienen un año determinado, por ejemplo en el presente
año, como se tiene el gravamen relacionado con el Impuesto sobre
Sociedades, por cierto algo superior a los 101.000 millones de pesetas,
por variación de los activos empresariales, que no va a tener continuidad
en el próximo futuro, por citar un ejemplo. También dentro de la
contabilidad presupuestaria estarían las privatizaciones que pueden tener
comportamiento errático.




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En cuanto a las aportaciones que el Estado realiza a desempleo y que el
Estado realiza a políticas activas de empleo, qué duda cabe que en los
últimos años se está produciendo, como consecuencia del aumento del
empleo y la bajada del desempleo, en lo cual algo tendrá que ver la
política económica, un mayor reequilibrio de esas partidas relacionadas
con el desempleo entre cuotas y prestaciones por desempleo. Lo que está
haciendo el Gobierno es aplicar más recursos a políticas activas de
empleo que aumentan un 28 por ciento. Yo supongo que en comparecencias de
los representantes del Ministerio de Trabajo habrán hecho un análisis más
amplio y exhaustivo de este tema, pero creemos que es muy importante
asignar crecientes recursos a políticas activas de empleo, mucho más
positivo que no a meras políticas pasivas de empleo, si bien se siguen
asignando recursos naturalmente a políticas relacionadas con cobertura de
desempleo, donde las cuotas en general cada vez van cubriendo una mayor
parte. Dentro del ámbito del desempleo hay un desequilibrio en lo que son
los contratos temporales, donde las aportaciones de las cuotas son
claramente inferiores a las prestaciones por desempleo que reciben estos
contratados. Ahí existe un desequilibrio mayor que en el otro ámbito de
la contratación indefinida. Pero en definitiva lo que ha hecho el Estado
precisamente ha sido cambiar políticas pasivas por políticas activas.

En lo relativo a si hay altos cargos con incrementos salariales
superiores a funcionarios, no es así, que yo sepa. No hay altos cargos
que vayan a recibir incrementos salariales superiores. Lo que ocurre,
pura y simplemente, es que alguna categoría, en particular secretarios de
Estado, que no son Gobierno, pasa a percibir retribuciones por
productividad. En principio la medida está adoptada porque me parece que
es una irregularidad que las retribuciones en este ámbito se produzcan
como consecuencia de asistencia a consejos de administración. Esto no es
precisamente de ahora, no es un tema reciente, y me parece que a través
de la medida que se pretende adoptar se quiere regularizar una situación
y hacerla mucho más clara y transparente, ya que el otro sistema desde
luego es absolutamente atípico o incluso podría decirse que está fuera de
lo que sería una lógica normal retributiva, puesto que los consejos de
administración no deben ser utilizados, y menos en un ámbito en el cual
hay un proceso de privatizaciones, como un complemento de retribuciones.

Es decir, los consejos de administración tienen que ser más otra cuestión
y no un elemento de retribución. Por tanto, en principio no hay ningún
tipo de medida que contemple discriminar o dar mayores retribuciones a un
determinado estamento, en absoluto.

En cuanto a las preguntas relacionadas con las comunidades autónomas,
remitiría a lo expuesto por el secretario de Estado de Hacienda y, en
cualquier caso, si hubiera alguna pregunta específica, le rogaría que la
dirigiera a la Secretaría de Estado de Hacienda, para que se la responda,
por supuesto con muchísimo gusto. Está claro que desde el punto de vista
del actual Gobierno, el proceso de cesión de tributos forma parte de una
filosofía de mayor autonomía en ambas vertientes de ingresos y gastos y
de mayor responsabilidad por parte de las comunidades autónomas, y esto
desde luego es positivo, con independencia de que, desde el punto de
vista estadístico, desde el punto de vista de análisis, provoque algunas
dificultades a la hora de interpretación o de dudas que puedan surgir en
algo que, por otra parte, no podía se de otra manera siendo nuevo.

En cuanto a las diferencias que puede haber entre el volumen de
privatización que se puso en el presupuesto, que creo recordar que fueron
450.000 millones de pesetas, y los ingresos que se pueden tener por
privatización en la realidad, desde luego insisto en lo que dije
anteriormente: nos preocupa muy poco desde el punto de vista de la
contabilidad nacional, desde el punto de vista del cumplimiento de los
objetivos que tenemos en cuanto al logro del déficit público, con arreglo
a los criterios del sistema europeo de cuentas integradas, porque
cualquiera que sea la cifra va perfectamente a reducir pasivos
financieros. Eso es así. Entonces, en la medida en que haya unas mayores
privatizaciones, en un año eso permitirá reducir el volumen global de
deuda y, por consiguiente, darle más sostenibilidad a la política
presupuestaria de cara al futuro.

En cuanto al contrato-programa de Renfe, hay un grupo de trabajo que está
estudiando su revisión, pero queremos dejar claro que las cifras
presupuestadas para Renfe no rompen lo que estipula el contrato-programa.

Si se tiene en cuenta que el contrato-programa permite una interpretación
sobre la valoración de que hay determinados componentes como gastos
financieros o como gastos de personal, etcétera. De hecho, en el presente
año la aportación del Estado a Renfe, inferior a lo que en origen tenía
estipulado el contrato-programa, no es inferior a lo que realmente son
las necesidades de Renfe. De hecho, la reducción de las cargas
financieras o la medida adoptada por el Gobierno en materia de
congelación salarial, aunque ahí ha podido haber discusiones sobre si era
o no de aplicación a efectos de contrato-programa --nosotros decimos
naturalmente que sí--, los recursos que transfiere el Estado a Renfe se
ajustan a las necesidades reales, aunque sea inferior a lo que
teóricamente estaba en el contrato-programa.

En cuanto a los créditos que el Estado da a la Seguridad Social, como
sabe S. S. hay un tramo que está relacionado directamente con el abono de
lo que es insuficiencia en el presupuesto de la Seguridad Social, que es
el déficit que se asigna --en particular en el presente año 155.000
millones, al año que viene 125.000 millones-- y una financiación
complementaria para financiar los desfases de tesorería que, como
sabemos, en Seguridad Social, por los desfases que se producen entre
ingresos y gastos, son considerables. Los pagos son automáticos el día 1
de cada mes y los ingresos, naturalmente, no tienen la misma cadencia, de
manera que se produce ese desfase de tesorería. Quiero suponer, por otra
parte, que de manera complementaria a esta explicación, la Secretaría de
Estado de la Seguridad Social en su comparecencia habrá expuesto lo que
se supone que corresponde a la misma. En cualquier caso, estaríamos
dispuestos a ofrecer la explicación complementaria que desee S. S.

En cuanto a que hay multitud de proyectos con cantidades pequeñas, eso
pasa ahora y ha pasado siempre por una razón muy simple, porque en el
diseño de una estrategia de



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inversión hay una primera etapa en la cual los análisis técnicos nada
tienen que ver en su coste con lo que es luego la ejecución de la obra.

En cualquier caso, como sabe S. S., el anexo de inversiones no es
vinculante, no lo h asido nunca y, desde luego, está claro que, por
supuesto, se puede modular, cambiar en función de las necesidades o de
las prioridades. Pienso que es normal que en el inicio los proyectos
tengan unas cantidades que sean realmente reducidas, por cuanto se trata,
simplemente, de diseños y, obviamente, nada tienen que ver con lo que es
el coste de ejecución.

Hay algunas otras preguntas relacionadas, por ejemplo, con el aumento de
las retribuciones en clases pasivas. El aumento de las retribuciones en
clases pasivas es del 2,1 por ciento sobre la base del presente año.

Desde luego, lo que hemos hecho es homologar el aumento de las
retribuciones de clases pasivas, es decir, de los funcionarios retirados,
al sistema general de Seguridad Social. De hecho, hay un artículo que
expresamente trata de establecer la homologación plena y que se le
aplique también el artículo 48 de la Ley de consolidación de la Seguridad
Social.

En cuanto a que este año sube el capítulo 2 frente a la caída del año
anterior, por supuesto que un capítulo de funcionamiento no podía tener
caídas varios años consecutivos, puesto que ya sería falto de todo
realismo. De hecho, lo que sucede es que aumenta claramente por debajo
del producto interior bruto; además, hay algunos ministerios que por
razones operativas de funcionamiento, de nuevos ámbitos, por ejemplo, en
el Ministerio de Justicia o en el Ministerio de Interior, tienen
incrementos notables en algunos conceptos de este capítulo, que hace que
el global crezca el 3,6 por ciento. Pero lo más importante es que sigue,
desde luego, bajo el criterio del rigor y la austeridad, puesto que el
aumento, después de la caída que se planteó para el presente año, es
claramente reducido.

En cuanto a por qué se reducen las transferencias al INEM y a Renfe, creo
haber explicado ya, de alguna manera, la razón. Se reducen las
transferencias al INEM, concretamente las que se refieren a prestaciones
por desempleo, pero aumentan muy notablemente las transferencias
relacionadas con las políticas activas de empleo. En cuanto a las
transferencias a Renfe, que se reducen muy poco, el 1,3 por ciento, es
debido precisamente a que se están reduciendo parte de los gastos y del
déficit, gastos financieros y gastos de personal, que permiten esa
reducción de las cuantías que se transfieren a esa empresa pública.

En cuanto a lo que planteaba el representante de Izquierda Unida, en
relación con el capítulo 6, volumen global de inversiones, que sigue
siendo inferior a otros años, le diré que lo importante aquí son dos
cosas. Una, la tendencia, que sea compatible con el sostenimiento
presupuestario, compatible con el objetivo de reducción del déficit
público, y, dos, unirlo al complemento de inversiones que se realizan por
el sistema alemán o las otras inversiones de colaboración entre el sector
público y el sector privado para la generación de infraestructuras. A
este respecto, hacía referencia también al capítulo 8, al ente Gestor de
Infraestructuras Ferroviarias; creo haber respondido lo mismo para
carretera que para obra hidráulica.

En cuanto a por qué se incrementa la amortización de deuda a largo plazo,
o sea, por qué se reducen las emisiones de deuda a largo plazo, creo que
es importante decir que la política de la Dirección General del Tesoro va
encaminada, como es obvio, a optimizar lo que es la reducción del coste
financiero de la deuda. A mediados de 1996 se intensificó la emisión de
letras a un año; era muy importante en un proceso de descenso de los
tipos de interés hacer emisiones relativamente a corto plazo para que
luego se puedan hacer emisiones nuevas, cuando se haya consolidado de
forma suficiente la bajada de los tipos de interés, con inversiones a más
largo plazo. Pero es muy importante modular esto desde el punto de vista
de la perspectiva o la tendencia que están teniendo los tipos de interés.

De hecho, en las operaciones que está llevando a cabo el Tesoro, que han
implicado aumento de los gastos en contabilidad presupuestaria, gastos
financieros, superiores a los 150.000 millones de pesetas, obviamente,
con una reducción importante en términos de contabilidad nacional, van
destinados precisamente a dar sostenimiento a la política presupuestaria,
puesto que lo que se está haciendo es llevar a cabo canjes de deuda con
tipos de interés muy elevados, por otra con tipos de interés mucho más
bajos, varios puntos más bajos. De hecho, todavía quedan cerca de 10
billones de pesetas en deuda, en bonos y pagarés, con un tipo medio
superior al 10 por ciento. Está claro que en una política de gestión de
la deuda pública conviene modular lo que es el corto, el medio y el largo
plazo con vistas, precisamente, a optimizar esto y a reducir el coste
financiero. Con esa perspectiva, la Dirección General del Tesoro y
Política Financiera, que sabe mejor que los demás, con arreglo a la
evolución de los mercados, cuál es la política que debe seguir, ha
instrumentado también la política de emisión de deuda a 18 meses,
etcétera.

Es verdad que hay que tratar de ir perfeccionando la política
presupuestaria en el sentido no sólo de elaborarla desde el punto de
vista de lo que es el sistema clásico, es decir, la clasificación
orgánica, la clasificación económica, la clasificación por programas,
sino llegar a una presupuestación por objetivos clara y cuantificada que
se pueda luego evaluar. En esa línea estamos trabajando ahora para que
haya toda una filosofía de valoración económica de los presupuestos. En
todos los países hay, naturalmente, dificultades importantes --habida
cuenta de que estamos hablando de cómo se manejan los recursos de todos
los ciudadanos-- respecto a cómo conseguir, por un lado, un control de
los recursos públicos y, por otro, evitar que se produzcan desviaciones,
obligando, por tanto, a mantener los sistemas de clasificación clásicos,
de imputación de responsabilidades, el sistema orgánico, de clasificación
económica, con otros sistemas, que permitirían una mayor flexibilidad en
el uso de recursos públicos a través del establecimiento de objetivos
debidamente cuantificados y valorados y con una exigencia de
responsabilidades adecuadas a los distintos gestores.

Estamos trabajando en ello. Desde luego, existe ya, pero lo que queremos
es profundizar en esa línea de la presupuestación por objetivos. Creemos
que todavía hay que avanzar en el perfeccionamiento de ese sistema --y
tiene



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razón S. S. en que convendría avanzar por ahí--, sin dejar naturalmente
los otros sistemas de clasificación orgánica y económica, porque es
absolutamente indispensable para un control adecuado de los recursos
públicos.

No he entendido muy bien. Hablaba del presupuesto de gasto del Estado y
de 23 billones. Estamos incluyendo todos los capítulos y es obvio que se
desacelera el capítulo 9, pero lo que importa, desde el punto de vista de
la política presupuestaria, es precisamente aquellos capítulos que son
relevantes por la conformación del déficit en términos de contabilidad
nacional, que son los siete primeros capítulos. Lo importante es cómo
está evolucionando el gasto de esos capítulos y, en definitiva, cómo
evoluciona el déficit relacionado con el control del gasto en este
ámbito. No quiero decir que no tengan importancia presupuestaria los
otros capítulos --por ejemplo, el capítulo 8 va a ser superior al billón
de pesetas con un ligero incremento respecto al de este año--, pero
realmente lo importante, desde el punto de vista económico, es el
análisis de lo que son las operaciones no financieras. Y ahí la
contención del gasto es notable, perdiendo más de medio punto de peso en
el Producto interior bruto.

En cuanto a algunas reformas muy mínimas de la Ley General
Presupuestaria, quiero decir que nosotros seguimos en la Ley General
Presupuestaria con los criterios que obliguen, desde luego, a un
cumplimiento escrupuloso de los presupuestos y que las desviaciones
presupuestarias sean las mínimas. Lo que sucede es que se han hecho
pequeños cambios relacionados fundamentalmente con la posibilidad de
realizar acuerdos de carácter plurianual sobre activos financieros para
que se puedan llevar a cabo operaciones relacionadas con inversiones de
activos financieros en investigación y desarrollo, inversiones que
realiza el Ministerio de Industria en algunas empresas como Bazán,
etcétera.

Es posible, señor presidente, que me hayan quedado algunas cuestiones por
responder. Para algunas les podré remitir informe desde el Gobierno, si
así lo solicitan, pero los aspectos fundamentales creo que están
respondidos en lo que se refiere a unos presupuestos que pretenden
compaginar crecimiento, estabilidad y cohesión; políticas sociales,
políticas para la estabilidad --es decir, reducción de los gastos
corrientes y de funcionamiento-- y política presupuestaria destinada al
crecimiento económico --el empleo, la convergencia real-- a través de la
reducción de los gastos financieros, a través de la reducción del
déficit, a través del aumento de las inversiones públicas y a través de
la incentivación de las políticas activas de empleo.




El señor PRESIDENTE: Abrimos el segundo turno, y dado el desfase respecto
a la programación de esas comparecencias, yo ruego, siguiendo el criterio
de flexibilidad que hemos mantenido hasta ahora, que los señores
portavoces limiten en la medida de lo posible el tiempo al máximo.

Por el mismo orden que en el primer turno, por el Grupo Parlamentario
Socialista, tiene la palabra don José Borrell.

El señor BORRELL FONTELLES: Señor secretario de Estado, no voy a
calificar su intervención, se califica sola. Ha hecho usted un papelón
del que no puede ciertamente sentirse satisfecho, ni siquiera recitando
el Padre nuestro final, ese discurso que tenía usted aprendido y que ha
intentado colocarlo viniese o no viniese a cuento.

Vamos a retomar las preguntas que le he formulado, que es lo que creo
oportuno desde mi punto de vista. Primero, ¿por qué usan ustedes
distintos criterios para comparar la evolución de los ingresos del Estado
y la Seguridad Social y qué pasaría si lo hicieran de forma homogénea? Su
respuesta ha sido un divagar sobre que es posible una cosa u otra, que se
usan según convenga, que todos tienen su propio significado, que es
evidente que una cosa quier decir una cosa y otra, otra. Totalmente de
acuerdo, pero ¿me quiere usted explicar por qué en la página 97 de este
Libro Amarillo, que es la lectura básica del presupuesto, ustedes
computan la presión fiscal comparando los ingresos del presupuesto de
1998 con la previsión de liquidación de los ingresos de 1997, y en la
página 175 de este libro, para computar la misma presión fiscal en la
parte que genera la Seguridad Social, comparan la previsión del
presupuesto de 1998 con el presupuesto inicial de 1997? Ya sé que usted
puede usar el uno, el otro, según le convenga, pero lo que no puede es
sumar peras con manzanas. Y usted está sumando peras con manzanas, porque
en la página 97 utiliza un criterio de comparación para sacar un cómputo
de presión fiscal y en la página 175 utiliza otro, porque le conviene. Y
mi pregunta era: ¿qué pasaría si usara siempre el mismo, el que a usted
le guste más? Y en vez de contestar a la pregunta --que me imagino que
usted sabía por qué se la formulaba, porque sería grave que no lo
supiera--, me ha dado una lección de primer curso de facultad diciendo
que cada criterio tiene su significado y que a veces se usan unos y a
veces se usan otros. Pero la pregunta es: ¿por qué usan en la página 97
uno y en la página 175, otro, y suman después el resultado, señoría? ¿Por
qué? Sabe muy bien por qué, porque en un caso las cotizaciones sociales
--el secreto mejor guardado del reino, porque ayer tampoco conseguimos
saber cuánto se está recaudando-- van a caer muy por debajo de la
previsión y, por eso, utilizan la previsión inicial, porque si no, la
presión fiscal crecería. Y como en ingresos del Estado ocurre al revés,
utilizan la previsión de liquidación final, para evitar que la presión
fiscal suba.

Señoría, eso es una trampa burda sobre la que esperaba alguna explicación
más que un divagar esotérico sobre el significado y la oportunidades de
utilizar un criterio u otro, y por eso tiene razón el señor Cuevas y la
Cámara de Comercio de Barcelona --pregunta a la que usted tampoco ha
hecho referencia-- cuando dicen que la presión fiscal sube. Y fíjese que
a mí no me parece mal que este país tenga los recursos necesarios para
hacer frente a los gastos que tiene. Lo que me parece intolerable es que
tengamos un Gobierno que amañe de una forma tan... --me ahorro
calificativos-- la presentación de las cuentas públicas para hacer acorde
su discurso ideológico con la realidad de sus cuentas. ¿Cuál sería la
presión fiscal si computaran ustedes las cosas bien? Espero que nos mande
un documento que lo explique.




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Segunda pregunta: ¿Qué parte de las cotizaciones contributivas al
desempleo se utilizan para financiar políticas activas de empleo? Es una
pregunta muy concreta. ¿Qué proporción de las cotizaciones sociales
contributivas que van destinadas a financiar unos gastos específicos,
ustedes, aprovechando la bonanza económica, dedican a financiar otras
partidas de gasto, de gasto público, señor secretario de Estado de la
cosa, de presupuesto y gasto público? Es lamentable que usted diga: No,
eso pregúnteselo al de la Seguridad Social. No, eso se lo pregunto a
usted, que es el responsable del gasto público de este país en segunda
instancia, después del ministro. ¿Qué parte de las cotizaciones sociales
contributivas aprovechan ustedes la bonanza económica para dirigirlas a
la financiación de políticas activas que deben ser financiadas con
impuestos, minando las bases del equilibrio financiero de la Seguridad
Social?
Le he preguntado también si el gasto público crecería o disminuiría si
descontásemos el capítulo 3. Respuesta, no precisamente brillante, sobre
el significado que tiene en la actual coyuntura económica la caída de los
tipos de interés. Pero si yo ya sé que usted sabe el beabá de la economía
básica, faltaría más; lo que le digo es que no necesita explicarlo aquí y
tiene la obligación de contestar lo que se le pregunta. Por que, por si
no lo sabe, esto es el Parlamento español, porque parece desconocerlo, y
aquí estamos representando a unos ciudadanos que quieren formarse un
criterio sobre lo que ustedes hacen. Y yo le pregunto --y recuerde que no
está en primer curso de una facultad--, si descuenta el capítulo 3,
¿crece o no crece el gasto público con respecto al PIB? Sobre eso usted
tampoco ha contestado nada.

¿Qué me puede usted decir sobre los fondos de cohesión? Sobre eso no se
ha tomado la molestia ni siquiera de disimular. No ha hecho referencia
alguna a la pregunta. ¡Ah! Ahora se acuerda. Pues conteste, por favor.

¿Qué sabe usted de los graves problemas --si es que sabe algo, o hay que
llamar a una tercera persona también en este caso-- que tiene España para
cumplir la presentación de proyectos y obtener la financiación integral
de los fondos de cohesión? Me gustaría que me dijera que no hay ningún
problema, pero dígalo.

¿Cuál es el sentido de la modificación del artículo 61, apartados 2 y 3,
de la Ley General Presupuestaria? No, es para que ahora también... ¿Sabe
usted para qué es? Para que ahora se pueda gastar sin crédito en la
compra de activos financieros. Debe ser un ejemplo de rigor. Para que
ahora se pueda, sin crédito y con cargo a los ejercicios futuros,
adquirir activos financieros de todo tipo. Un ejemplo de rigor y
disciplina donde los haya. Por cierto, este artículo fue modificado por
ustedes hace un año, como ejemplo de rigor, y ahora lo vuelven a
modificar para adaptarse a su coyuntura.

No me ha dicho usted nada del artículo 59 de la Ley General
Presupuestaria. ¿También se le ha olvidado? Porque tiene usted interés en
olvidarlo, señoría. Porque este artículo fue también modificado por
ustedes a bombo y platillo para poner coto a la corrupción y al
despilfarro de los socialistas --artículo que establecía créditos
vinculantes para cada partida de gasto, entre ellos los fondos reservados
y los gastos de representación, el teléfono y demás utilidades--,
diciendo: no, cada uno lo suyo, faltaría más, así evitaremos las
transferencias entre ellos. Y nosotros les advertimos que iba a ser el
caos, porque no iban a poder administrar un gasto tan parcelado en
parcelas tan pequeñas. Pues bien, un año después ustedes lo modifican
para decir que el ministro de Hacienda puede autorizar transferencias
entre todos esos subcréditos que ustedes habían acotado de forma
disjunta. Y autorizan al ministro de Hacienda a que aumente el crédito de
gastos reservados o a que aumente el crédito de los gastos de
representación con los créditos de todas las utilidades del sector
público. No, si ya comprendo que a usted se le haya olvidado. Dígame si
estoy en un error. Ya, ya sé que ustedes no se suben el sueldo, los
secretarios de Estado; cobrarán lo mismo que cobraban por los consejos de
administración tan denostados a través de un concepto, la productividad,
tanto o más opaco que cualquier otro. Hace falta tener la epidermis de
titanio, señor secretario de Estado (Rumores.), para venir a decir que no
hay modificaciones salariales en las retribuciones de los secretarios de
Estado.

¿Dónde está el déficit de explotación de Hunosa en el presupuesto de
1997? ¿Dónde está? ¿Dónde está en el de 1998? ¿Es que no hay déficit de
explotación en Hunosa? ¿Cuál es el déficit de explotación de Hunosa,
señor secretario de Estado? ¿Cuál es y en qué rúbrica presupuestaria
está? Ha estado en todos los presupuestos. ¿No tiene déficit Hunosa? Si
lo tiene, ¿cuál es, dónde está y cómo lo han financiado? Porque usted ha
tenido, no sé cómo llamarlo, la capacidad de decir que todo el dinero de
las privatizaciones --quedará registrado el «Diario de Sesiones»-- ha ido
a amortizar deuda. ¿O he oído mal? Entonces, ¿cómo han cubierto el
déficit de Hunosa? ¿Cómo han cubierto todos los déficit de explotación de
las empresas públicas que no tienen consignación presupuestaria? ¿Cómo lo
van a hacer el año que viene? Dígame dónde está en el presupuesto.

¿Reconoce usted que el contrato-programa de Renfe no está recogido en el
presupuesto? No han pactado uno nuevo y, por interpretaciones cuyo
contenido no ha desvelado, el presupuesto no recoge el contrato-programa.

Quiero recordarle la pataleta y el escándalo que montaron ustedes en
julio del año 1996 cuando descubrieron que las interpretaciones del
contrato-programa obligaban a hacer un crédito extraordinario porque no
se había consignado, etcétera. Hacen exactamente lo mismo, porque les
conviene ahora trucar las cosas a la inversa de como las trucaron en el
principio de su mandato. Modifican ahora la Ley General Presupuestaria en
sentido contrario a como la modificaron hace un año. Yo no sé cómo llamar
a esto, señorías. ¿Coherencia, rigor...? Pero usted pasa sobre ascuas
diciendo: No, interpretaciones diversas permiten que el presupuesto no
recoja el contrato-programa de Renfe.

¿Qué parte del crédito financiero a la Seguridad Social se va a
consolidar, porque no va a tender a desviaciones de tesorería sino a un
déficit estructural? Usted me contesta que se lo pregunte el secretario
de Estado de la Seguridad Social. ¿Pero usted no es el secretario de
Estado de Presupuesto y Gasto Público? ¿Usted no sabe qué parte del
crédito



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que usted administra se va a consolidar? Es realmente lamentable. ¿Qué
parte del crédito se va a consolidar? Me gustaría que me dijera que
ninguna, pero tenga cuidado que después las cosas, aparte de las
palabras, quedan reflejadas en los números. ¿Dónde están los 51.000
millones de pesetas que CiU argumenta haber obtenido para financiar la
sanidad en Cataluña? ¿Están? No están. ¿Cuánto crece el gasto sanitario?
Porque usted ha dicho que podía crecer el 8,6 o el 4,8, según se vea.

Dígame si estoy en un error. Lo que crece el gasto sanitario es el 4,8,
porque usted, como no se atrevía a decir que crecía el 4,8 y no se
atrevía tampoco a reafirmar la falsedad de que crece el 8,6 ha optado por
la calle de enmedio diciendo que crecerá en torno al 6. Explíqueme de
dónde sale el 6, porque lo que crece el gasto es un 4,83; lo que crece un
8 es la aportación a la financiación del gasto sanitario de una
determinada fuente, pero como la otra baja, lo que crece el gasto, que es
lo que cuenta, es un 4,83 por ciento. Dejen ya de decir cosas que no son
verdad. Un ministro de Economía no puede decir a los españoles que el
gasto en sanidad crece el 8,6, porque es literalmente falso. Y si no es
falso, explíqueme usted cómo y por qué debo creerme que es cierto.

Le he preguntado cuánto gasto de educación va a la enseñanza pública y
cuánto va a la enseñanza privada, y se ha ido por los cerros de Ubeda, o
por los más cercanos que ha encontrado. Usted no sabe la respuesta
¿verdad? Yo sí la sé. La enseñanza pública crece un 5 y los conciertos
con la privada un 9,2. ¿Es o no es cierto? ¿Cuál es el grado de ejecución
de los 150.000 millones del capítulo 8? De verdad se lo digo, usted...

No, si lo vuelvo a preguntar, claro que lo vuelvo a preguntar. ¿O es que
no tengo derecho a volver a preguntar lo que no me contestan? (Rumores.)
Usted me ha largado una larguísima disquisición sobre cómo funciona el
método alemán, que creo que sigue sin entender, me ha explicado que es
todo muy complejo y difícil y que hay que hacer las cosas bien. Yo no lo
diré que haya que hacerlas mal, pero le pregunto qué es lo que ha
ejecutado usted de ese crédito. No me diga cuánto ejecutará al año que
viene. Le pregunto: ¿cuánto ha ejecutado en este año? (Una señora
diputada pronuncia palabras que no se perciben.)
¿Decía, señoría?



El señor PRESIDENTE: No tiene que haber diálogo entre SS. SS.




El señor BORRELL FONTELLES: En cuanto a la inversión en calderilla, o la
inversión en humo, usted dice: No, los créditos son pequeños porque
estamos en la fase de diseño. No está el señor Homs aquí, ¿verdad? ¡Qué
pena! Porque sabría que la carretera entre Cervera e Igualada está en
fase de diseño. El año pasado le prometieron ustedes hacer la
cofinanciación extrapresupuestaria --al menos eso dijeron aquí--, de la
cual nunca más se supo, y este año, para una inversión que cuesta unos
25.000 millones de pesetas, como están en fase de diseño y son ustedes
unos generosos, le ponen 90 millones. ¿Qué es lo que van a diseñar? Pero
es que ése no es un solo caso, es que nos hemos dedicado a sumar las
partidas que son el estribo para que hagan demagogia, publicidad y
marketing político en todo el territorio.¿Sabe cuánto suman? Hay más de
36.000 millones de pesetas divididos en ínfimas partidas para decir que
lo van a hacer todo, que en el presupuesto está todo, sabiendo
perfectamente que así no van ustedes a poder hacer nada. Magnífico. Pero
de eso usted tampoco sabe nada. ¿A quién hay que preguntarlo en este
caso? Porque de comunidades autónomas tampoco sabe usted nada. Me dice
que hay que preguntarlo al secretario de Estado de Hacienda. Pues no,
toda rúbrica de un presupuesto de gastos me parece adecuado preguntársela
a usted y la pregunta es bien fácil: ¿Cuánto crece en homogeneidad
competencial la financiación de las comunidades autónomas de 1997 a 1998?
Si le preguntara cuánto crece el gasto en teléfono de la dirección
general de Obras Hidráulicas, me podría decir que no lo sabe, pero del
conjunto de las comunidades autónomas, en términos de igualdad
competencial, dígame cuánto crece la financiación en aplicación del nuevo
modelo. (El señor Martínez-Pujalte pronuncia palabras que nos se
perciben.) Si lo sabe usted dígalo, porque quizá él no lo sepa, pero
entre los dos podrían explicarlo tal vez. No me diga que se lo pregunte
al secretario de Estado de Hacienda. Se lo pregunto a usted que tengo
entendido que es el secretario de Estado de Gasto Público.

Le pregunto luego, dígame cuánto crece la inversión con respecto al PIB
por todos los conceptos. Usted me da una cifra que no tiene ninguna
relación con la realidad, porque ¿cuánto hay en el capítulo 8 de
financiación alemana extrapresupuestaria y demás adjetivos este año?
¿Verdad que hay menos que el año 1997? Pues si hay menos y la otra
rúbrica crece como el PIB, la suma no puede crecer más que el PIB.

Tampoco me ha contestado nada sobre eso.

En fin, hay tal cantidad de preguntas que le he formulado sobre las
cuales usted no dice nada, que contestará otro o lo diluye en ese
discurso tan manido de que el presupuesto es riguroso, de que el
presupuesto es austero, que hay que hacer las cosas bien, cosas como que
la Dirección General del Tesoro tiene por función optimizar la
financiación de la deuda, algo muy original y novedoso, sin duda, o que
el presupuesto es el principal instrumento de la política económica que
usted convierte sus comparecencias en una burla, señor secretario de
Estado, que tenemos que soportar pacientemente pero que no podemos por
menos de demostrar, de explicar y denunciar.

Le voy a dirigir estas preguntas por escrito y voy a acogerme a la
protección de la Presidencia, cuyo amplísimo criterio flexible lo hubiese
acogido a usted aunque hubiera cantado La Traviata, para que nos
contesten por escrito a las preguntas que formulamos y que S. S. por lo
visto es incapaz de contestar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra don Pedro Antonio Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor presidente, no voy a ser tan exhaustivo,
tan intensivo, pero sería bueno para el



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Parlamento que supiéramos administrar los tipos de comparecencia. Las
comparecencias ahora deberían servir para responder las dudas, las
imprecisiones que tienen los diputado, más que para hacer un tipo de
comparecencia de presentación, de argumentación, de defensa de la
política presupuestaria, porque si eso se hace así, luego falta precisión
para la respuesta, para la explicación. Lo único que conseguimos con eso
es alargar innecesariamente estas comparecencias y no sacar producto de
ellas, con lo cual la inversión, salvo lo que puedan ser flecos o
proyecciones, es bastante reducida.

La primera pregunta que le he hecho la ha dirigido a los temas de
liquidación presupuestaria. Usted ha empezado su explicación diciendo que
iba a dar unas razones de por qué estos presupuestos --ha englobado
varias preguntas-- merecen credibilidad y dan estabilidad a la economía.

La liquidación presupuestaria que nos ha dado, la argumentación que ha
utilizado, a la que me voy a referir en algunos casos, ha sido distinta y
discrepante de la que han dado otros miembros comparecientes aquí, por
ejemplo, el responsable del GIF o el de la Seguridad Social. Los dos
comparecieron en el día de ayer y estuve por casualidad en las dos
comparecencias y los argumentos y datos que dieron son distintos de los
que usted ha dado. ¿Por qué no merecen credibilidad? En función de que la
liquidación y las argumentaciones que se nos dan no explican qué hicieron
ustedes con lo que anunciaron. Por ejemplo, el año pasado hablaron de
300.000 millones de inversión extrapresupuestaria, para lo que ponían
180.000 millones en estas experiencias del capítulo 8. ¿Cuántas de esas
inversiones se han hecho? El presidente del GIF dijo ayer que ese dinero
es como una capitalización de la empresa que el Estado ha dado, la ha
puesto a cuenta. Usted ha dicho que en el año 1999 pondrán 300.000
millones. El dijo 100.000 de inversión el año que viene. Al año
siguiente, 100.000. En el 2001, 300.000, y en el 2002, otros 300.000.

¿Qué es lo que estoy intentando decirle? Que ustedes anunciaron, no para
el 2000, sino para el año 1997, la inversión complementaria de 300.000
millones y han invertido cero millones. No se ha conseguido la inversión.

Si no, dígame qué obra, qué actuación en ferrocarril, en depuradoras, en
obras hidráulicas, en carretera. ¿Cuál se ha iniciado en ese modelo en
1997? Dígame una sola, para ver si el modelo es creíble o no.

Han hablado de la financiación autonómica y ha dicho que en el año 1998
estarán transferidas las competencias de educación, pero no va a ser así.

Sólo dos comunidades autónomas, de las diez, van a tener las competencias
de educación en 1998 y no van a poder aplicar en este año el 30 por
ciento del IRPF a las comunidades autónomas. En 1998 no habrá 30 por
ciento del IRPF en las comunidades autónomas, a lo mejor, en 1999; el
modelo era para cuatro o cinco años.

Ustedes anunciaron la lucha contra el fraude. En fin, hay una serie de
cosas que, en función de la liquidación de presupuestos, deberíamos ver
si es creíble lo que proponen este año, en función de lo que han hecho
durante el año pasado o en función de su experiencia. Por ejemplo, ¿qué
deslizamientos vamos a tener? Respecto de las economías, sabe que hay
obras que por no haberse iniciado en el año 1997, se van a trasladar al
año 1998 en la cuantía que estaba prevista para 1997? Enteras, porque no
se han empezado.

En suma, esos datos son los que darían claridad, conocimiento y nos
harían ver si ustedes son capaces de gestionar, si son capaces de una
exigua capacidad de inversión, ya que el año pasado no fueron capaces de
invertir. La inversión no se ha ejecutado en las cifras que ustedes
anunciaron. Han dicho que se va a concentrar en este año, van a ejecutar
las de este año más las del año pasado, con lo cual en 1999 podrán
inaugurar lo que hagan durante los dos años. Muy bien, experiencias hay
para poder hacerlas o discutirlas.

Respecto a los porcentajes, voy a utilizar el libro que nos han entregado
del presupuesto. En cuanto al gasto, en la página 122, el gasto del
Estado sube menos 1,9; decrece; 23.400 millones frente a 23.800 millones
del año anterior. Si vamos dos páginas atrás, el gasto del Estado sólo
crece el 0,7, porque ya añaden lo financiero y lo no financiero. De
24.111, crece el 0,7. Volvemos más atrás y en la página 71 tenemos todo
lo homogeneizado y consolidado, 35.000 millones de pesetas, sube el 2,1.

El año pasado anunciaron dos grandes medidas para demostrar que era un
Gobierno austero, que reducían en 138 los altos cargos que el Gobierno
socialista había creado en exceso y reducían además los gastos de
funcionamiento en un porcentaje. Ahora usted, para argumentarme por qué
suben, compara con el PIB el crecimiento del gasto corriente, que sube el
3,6, mientras que el PIB sube el 5,7 por ciento, según su previsión,
porque ya veremos cómo termina el crecimiento económico al final del año.

Pero el gasto está aquí, no es la previsión; el PIB crecerá más o menos.

¿Podríamos utilizar una homologación para que las cifras, las
comparaciones y documentos pudiéramos tenerlos en cosas homogéneas para
poder administrarlas? El gasto corriente que ustedes suben, el 3,6, lo
veo excesivo en algunas partidas. Quizás en esta comparecencia ha sido
difícil que me pueda responder.

Los altos cargos. Este año han subido 500 y ha pasado de puntillas sobre
este asunto. 500 altos cargos han subido ustedes. En gabinete, en
personal eventual o de confianza. ¿Porque era necesario? Muy bien.

Miento, no son 500, son 484. Es una contradicción lo que denunciaron el
año pasado con lo que anuncian éste.

En suma, señor presidente, lo bueno sería que pudiéramos actuar en estas
comparecencias sobre lo que ha sido centro de interés de los grupos, que
pueden estar totalmente equivocados. La argumentación de clases pasivas.

El documento que nos aportan ustedes para hablar de lo que iba a ser el
incremento de clases pasivas, el 2,6 por ciento, lo dan ustedes en tres
razones: una, que el IPC sube 2,1; otra, que el incremento de
pensionistas es un porcentaje, y luego ponen otro apartado, disminución
derivada de la diferencia del IPC esperado en 1997 y el final producido.

Eso no lo ponen en la Seguridad Social. El presupuesto presentado ayer
por la Seguridad Social no habla de esos tres razonamientos para la
subida del gasto de la Seguridad Social. Habla de tres razonamientos:
uno, un crecimiento



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del 1,68, por lo que son nuevos pensionistas; dos, 1,88 en cuanto al
coste del efecto sustitución y, tres, el crecimiento del 2,1, pero no me
habla de este porcentaje. Y yo le he preguntado si eso significa que
vamos a aplicar algún criterio. Usted me ha respondido que va a ser un
criterio homogéneo, en base a la ley. Pero aquello no quedaba claro. No
me lo ha dejado usted claro en su respuesta; me ha referido a una ley
anterior a esta propuesta y de la discusión que ha habido en medio. Si
esto es sencillísimo, la respuesta es sencilla. Y usted me dice que la
subida anterior de las claves pasivas del Estado se mantendrá y no
tendrán una proyección reducida de lo que ha sido la diferencia de la
previsión de IPC con lo que en realidad han perdido y que, además, se les
va a subir el 2,1 sobre el consolidado final. Y me lo dice así y yo me
quedo tan pancho. ¡Olé con su respuesta! Porque me ha respondido a lo que
le he preguntado.

En suma, señor presidente, yo termino, sería larguísimo entrar en esta
cuestión a fondo, porque esto ya es reiterado, ayer volvió a pasar igual;
haces unas preguntas y te dan la explicación que tenían prevista. O
cambiamos el sistema y primero el secretario de Estado nos expone su
teoría y después preguntamos, o si preguntamos que nos responda. Ese es
nuestro planteamiento. Yo lo quiero decir con total desenfado y con total
tranquilidad porque como arrieros somos y nos vamos a seguir viendo aquí,
el clima tiene que ser el normal para decir las cosas con total
tranquilidad y sin molestar a nadie.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra don Vicente
Martínez-Pujalte.




El señor MARTINEZ-PUJALTE LOPEZ: Mi grupo parlamentario no tenía
intención de intervenir en este segundo turno, no queríamos intervenir,
no lo hemos venido haciendo a lo largo de las diversas comparecencias,
porque entendíamos que había un tono de corrección en las comparecencias
y un tono de corrección con los comparecientes.

Agradezco la corrección del portavoz de Izquierda Unida, me parece que ha
estado correcto, me parece que uno puede criticar, puede preguntar, en un
tono de corrección. Ya resultan aburridas en la Comisión de Presupuestos
algunas intervenciones extemporáneas, teatralizando una situación a lo
largo de la comparecencia que distorsiona el buen funcionamiento. Desde
luego, mi grupo parlamentario no tiene que defender a nadie pero, si en
estos trámites se rompe la cortesía parlamentaria que se ha mantenido con
otros comparecientes, nos vemos obligados a hablar.

Se han vertido calificativos impropios y quiero decir que este portavoz
se siente absolutamente satisfecho con las respuestas dadas. No podía ser
de otra manera, porque nos parece que los objetivos conseguidos por la
política presupuestaria, la credibilidad conseguida con ella hace que
nosotros demos credibilidad a este presupuesto. Además, nos resulta
patético que se hagan algunas afirmaciones, como inversiones en humo,
cuando se han dejado montones de convenios firmados sin cobertura
presupuestaria, cuando se han dejado agujeros presupuestarios, cuando se
han dejado unas cuentas públicas desde la responsabilidad del anterior
Gobierno absolutamente descompensadas. Se ha empezado una intervención
diciendo que faltaba un dato y que como faltaba el señor secretario de
Estado había hecho un papelón, que como faltaba un dato el secretario de
Estado había hecho un amaño en los números. Yo quiero decir que el dato
que faltaba, el dato que algún portavoz no encontraba, el dato comparando
los importes del presupuesto inicial y el presupuesto de 1997 y de 1998
se encuentra en la página 386 del informe económico y financiero. Se
puede teatralizar, pero lo que no se puede hacer es engañar; lo que hay
que hacer es leerse todos y cada uno de los documentos, y parece que eso
no ha sido así. Evidentemente, el talante de algunos portavoces marca el
ritmo de un trámite parlamentario. Otros portavoces, incluso del mismo
grupo, no tienen ese mismo talante. Y no quiero decir nada, pero es
difícil ser portavoz de un grupo parlamentario, presidente de la comisión
y compareciente a la vez. En este trámite el protagonismo es muy bajo y a
veces no cubren los deseos de vanidad de este trámite las intervenciones.

Mi grupo no puede más que afirmar que se ha respondido a las preguntas.

Nosotros estamos satisfechos. Se ha dicho también que bajaban los gastos;
yo creo que es bueno que en estas comparecencias se lean bien los
documentos. En la página 122, cuando se comparan los gastos, se elimina
la cesión del 15 por ciento del IRPF y, evidentemente, eso distorsiona la
comparación presupuesto inicial con presupuesto inicial, porque eso va
directamente a las comunidades autónomas. Decir que el gasto baja por eso
es una falsedad total y hay que decirlo. (El señor Zabalía Lezamiz pide
la palabra.)



El señor PRESIDENTE: El señor Zabalía me pide hacer uso de la palabra,
aunque no pidió la comparecencia. ha sido criterio de la Presidencia
otras veces que, por un plazo breve, a los miembros de la Comisión que
pidan hacer uso de la palabra, se les conceda.

Tiene la palabra el señor Zabalía.




El señor ZABALIA LEZAMIZ: Gracias, señor presidente. Indudablemente, los
grupos que no pedimos comparecencias no solemos intervenir y en este
caso, dada la situación, todavía es más de agradecer a la Presidencia que
me haya dado la palabra.

Voy a ser muy breve. Ante todo, quiero agradecer también la disposición
del secretario de Estado en esta Comisión; aunque tenga que intervenir,
su disposición yo creo que es elogiable. Por mi parte, no quería
desaprovechar esta oportunidad, aunque, como digo, no había solicitado su
comparecencia, para aclarar, si se puede, algún aspecto de los
presupuestos y, en concreto, lo relacionado con los temas que tienen
incidencia en las inversiones en la Comunidad Autónoma del País Vasco y
Navarra, porque permanentemente estamos denunciando lo que nosotros
entendemos que es una discriminación por parte de los gobiernos, no sólo
de éste, lo ha sido a lo largo de estos últimos años, hacia las
inversiones que se territorializan en la Comunidad Autónoma del País
Vasco y Navarra; concretamente



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y, sobre todo, en los temas que hacen referencia a la financiación de
proyectos con fondos de cohesión. Creemos que los criterios de selección
que se están utilizando no son respetuosos con la distribución de
competencias en materia de carreteras y no hay más que ver que para el
período 1997-1999 sólo hay un proyecto seleccionado, en Baracaldo, de
3.082,8 millones de pesetas. Teniendo en cuenta que la dotación a España
de los fondos de cohesión en el año 1997 creo recordar que asciende a
242.436 millones, desde 1993 hasta 1999, en este período, la
participación en los fondos de cohesión de la comunidad autónoma con
respecto al Estado es del 1,52 por ciento, y concretamente para este
período de 1997-1999 va a ser del 0,57 por ciento. De ahí viene siempre
la permanente denuncia por nuestra parte de la discriminación en cuanto a
la utilización de los fondos de cohesión y mi pregunta sería en ese
contexto qué proyectos de inversiones financiadas con fondos de cohesión
figuran en el año 1998 y si nos pueden dar los importes
territorializados.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra don José Folgado, para cerrar la
comparecencia.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE PRESUPUESTOS Y GASTOS (Folgado Blanco):
Había una pregunta en relación con los fondos de cohesión y, en general,
supongo que por extensión, con los fondos estructurales comunitarios; se
me ha preguntado en qué medida se están teniendo retornos de los mismos.

Quiero dejar constancia de que los retornos comunitarios en relación con
los fondos de cohesión y Feder están siendo muy elevados. Desde luego,
hemos sido objeto incluso de comentarios favorables precisamente por ese
uso elevado. Dentro de lo que son las restricciones presupuestarias, con
el objetivo prioritario de reducción del déficit público, hemos tratado
por todos los medios de dar prioridad a los proyectos de inversión,
precisamente desde el punto de vista de que éstos sean elegibles. En
primer lugar, siempre proyectos de inversión que tengan retornos en
presupuesto de Estado y, si no es directamente Estado, dentro de lo que
es el ámbito de los Presupuestos Generales del Estado, por tanto, entes
públicos, empresas, y, si no, que lo reciba también España. En
definitiva, que los recursos procedentes de la comunidad vengan de los
fondos de cohesión y de los fondos Feder.

Es verdad que, en cuanto a fondos de cohesión, en 1997 hay un ligero
descenso en relación con el ejercicio anterior, porque hubo un anticipo
de fondos que correspondían a 1997 y se ingresaron en 1996, por un
importe de algo más de 20.000 millones de pesetas. También es verdad que
hemos procedido a una reordenación de proyectos, a la luz de la
experiencia, en esta segunda etapa, 1997-1999, precisamente para tratar
de lograr que en el conjunto de dicho período no se pierdan fondos. Lo
cierto es que tenemos un porcentaje de retornos muy superior a otros
países. Estamos tratando de arbitrar medios para evitar que dejen de
obtenerse retornos comunitarios, en particular, por ejemplo, no ya a
través de la reordenación de los proyectos de fomento y de medio
ambiente, que lo hemos hecho, incluso acabamos de presentar ahora
proyectos a Bruselas, que lo hemos hecho elegibles, proyectos que ya se
habían ejecutado de ejercicios pasados.

Además de los que son proyectos de los ministerios inversores, también
estamos tratando de llevar a cabo todo lo necesario para que el GIF, el
ente gestor de infraestructuras ferroviarias, tenga retornos comunitarios
en el próximo ejercicio. Desde luego, está claro que será de manera
creciente, a medida que los proyectos de inversión se consoliden, al ser
un ente nuevo, realmente complejo en su fase inicial de puesta en marcha,
pero que luego va a tener, con arreglo a todas las previsiones, una muy
alta carga de trabajo, de actividad y tendrá también los correspondientes
retornos comunitarios.

Igualmente, estamos llevando a cabo diálogos con las comunidades
autónomas para que haya un ensamblaje entre el tramo del fondo de
cohesión que realiza el Estado y el que realizan las comunidades
autónomas. De hecho, los fondos estructurales comunitarios, tal como
aparecen en las cifras, salvo que se produjo ese anticipo en 1996 --que,
en principio, correspondía a 1997--, me parece que están manteniendo una
evolución satisfactoria y, sobre todo, tal como lo tenemos ahora mismo,
una vez reformulados los proyectos para el período 1997-1999, en 1998
habrá un importante crecimiento en ambos, en los retornos comunitarios de
fondos de cohesión y de los fondos Feder.

Puedo decir que representantes de la Comisión de Presupuestos del
parlamento italiano han realizado una visita a España precisamente para
ver los procedimientos a seguir para poder tener un porcentaje de
retornos realmente mucho más elevado, puesto que en el caso de ellos es
algo así como la mitad del nuestro. Para nosotros es muy importante, como
digo, dentro de lo que son las limitaciones presupuestarias, darle
prioridad a los proyectos que sean elegibles.

Insiste sobre el tema de la sanidad y, desde luego, me reitero en lo
dicho. El presupuesto de sanidad aumenta el 4,83 si S.S. hace una
comparación absolutamente heterogénea; es decir, hay que hacer una
comparación sobre la base de ajustar la propia base de cálculo, la base
de 1997. Si se hace ese ajuste en la base, entonces, en lugar de ser la
base 3 billones 561.000 millones, son 3 billones 495.000 millones. En ese
caso, el aumento es del 5,7 por ciento y ello sin incluir los 25.000
millones de pesetas adicionales a lo que resulta de ese aumento conforme
a PIB del 5,7.

Insisto también en que, por supuesto, los recursos que se necesitan para
sanidad son o pueden ser superiores (sin duda ninguna las necesidades son
reales) a los que surgen como consecuencia de este aumento, el PIB más
los 25.000 millones, es decir, el 6,4 por ciento. En ese sentido, estamos
en diálogo con las comunidades autónomas, precisamente para la obtención
de recursos adicionales y llegar a un acuerdo. No hay en etos momentos un
acuerdo firme y cerrado, individualizado, sobre el tema de los recursos
sanitarios. Lo que sí hay, naturalmente, es un consenso para recabar
fondos complementarios por diversas vías y una de ellas es, como mencioné
anteriormente, a través de los recursos que se pueden obtener procedentes
de los ahorros en incapacidad temporal.




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Me reitero en lo dicho en relación con el contrato-programa de Renfe y en
relación con los créditos financieros a la Seguridad Social. Ahora mismo
no se puede hacer ningún tipo de afirmación en relación con unos créditos
que son simplemente para financiar desfases de tesorería. Son desfases de
tesorería y punto y, como tales, se le están financiando a la Seguridad
Social.

En cuanto al contrato-programa de Renfe, sin duda ninguna estamos
financiando todo lo que Renfe precisa, conforme a los recursos que
necesita para cumplir con el espíritu del contrato-programa, no con la
cifra que se estableció a priori, sino aplicando el contrato-programa en
función de lo que son la propia realidad de evolución de los gastos
financieros, gastos de personal, etcétera. Con independencia de eso, si
el grupo de trabajo que estudia el contrato-programa llega a una revisión
en otros términos, luego se procedería en consecuencia.

En cuanto a los gastos de educación, es verdad que aumentan los gastos en
la financiación concertada pero aumenta porque aumentan también las
exigencias derivadas de lo que se está llevando a cabo en cuanto a grupos
menos reducidos, con unas exigencias ahora mismo también mayores, además
de la ampliación de la edad de escolarización.

Grado de ejecución del capítulo 8. Insisto en lo mismo, en el capítulo 8,
que es un tema nuevo, se está procediendo a llevar a cabo todas las
acciones en todos los frentes: en el GIF, en infraestructura... En
concreto, por ejemplo, dije que en el tema del GIF se están dando ya
todos los pasos, incluso qué pasos se estaban dando para que haya una
carga de obra a lo largo del próximo ejercicio superior a los 250 o
incluso los 300.000 millones de pesetas.

También dije que, por ejemplo, en materia de sistema concesional de
autopistas, podrían salir incluso antes de terminar el año dos concursos
concretos. En materia de infraestructura hidráulica también hice
referencia a que va a salir en el futuro próximo la constitución de
algunas sociedades mixtas de asociaciones de regantes con confederaciones
hidrográficas para la creación de infraestructura hidráulica.

A mí me parece que todo esto es muy importante; si S. S. quería verlo
hecho hace tres meses... Cuando algo es nuevo, todo tiene un proceso, y
creo que estamos todavía muy a tiempo para poder ejecutar y realizar unas
obras que, en todo caso, se entiende que van a dar unos frutos muy
importantes desde el punto de vista de la colaboración entre el sector
público y el sector privado, cosa que en otros tiempos --que yo sepa-- no
se realizó.

Insisto, en cuanto a clases pasivas, que quedan totalmente homologadas al
sistema que se aplica para el sistema de pensiones en el régimen general
de la Seguridad Social. (El señor Borrell Fontelles pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Borrell, su turno de réplica ha terminado. ¿Es
por un tema de procedimiento?



El señor BORRELL FONTELLES: No, era para hacer un ruego, un ruego humilde
y devoto.

El señor PRESIDENTE: De medio minuto.




El señor BORRELL FONTELLES: Señor Folgado, ¿podría usted decir si la
modificación que ustedes introducen en el artículo citado de la Ley
General Presupuestaria permite o no permite hacer transferencias de
créditos...? (El señor Martínez-Pujalte López pide la palabra.--Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Señor Borrell, intuyo cuál es la intervención del
señor Martínez-Pujalte; no podemos abrir un tercer turno de cuestiones.




El señor BORRELL FONTELLES: ¿Podría pedirle al compareciente que
contestara a las preguntas?



El señor PRESIDENTE: Puede usted, y tendrá no el amparo de la Presidencia
sino de toda la Mesa, formularlas por escrito, y pasarán por la Mesa las
respuestas para garantizar que existe respuesta por escrito a cada
cuestión.

Terminamos así la comparecencia del secretario de Estado de Presupuestos
y Gastos, y quiero decir a SS. SS. que, sin solución de continuidad,
vamos a votar los dos créditos extraordinarios para, inmediatamente,
iniciar la comparecencia del director del Ente Público Radiotelevisión
Española.




--RATIFICAR LA PONENCIA ENCARGADA DE INFORMAR EL PROYECTO DE LEY SOBRE
CONCESION DE UN CREDITO EXTRAORDINARIO POR IMPORTE DE 429.966.757
PESETAS, PARA ATENDER EL DEFICIT DE EXPLOTACION DE LOS FERROCARRILES DE
VIA ESTRECHA (FEVE) (Número de expediente 121/000074).




--DICTAMINAR, A LA VISTA DEL INFORME EMITIDO POR LA PONENCIA, EL PROYECTO
DE LEY SOBRE CONCESION DE UN CREDITO EXTRAORDINARIO, POR IMPORTE DE
429.966.757 PESETAS, PARA ATENDER EL DEFICIT DE EXPLOTACION DE LOS
FERROCARRILES DE VIA ESTRECHA (FEVE) (Número de expediente 121/000074).




El señor PRESIDENTE: Creo que tenemos quórum suficiente para votar los
créditos extraordinarios. En primer lugar, el relativo al déficit de
explotación de los Ferrocarriles de Vía Estrecha. Pregunto a SS. SS. si
algún grupo quiere hacer uso de la palabra en relación a este tema.

(Pausa.)
Tenemos que ratificar la ponencia y luego votar el proyecto de ley, de
acuerdo con el informe emitido por la ponencia. ¿Algún grupo solicita que
votemos formalmente, o podemos aprobar por asentimiento esos dos puntos
del orden del día? (Pausa.) ¿Ratificamos por asentimiento la ponencia
encargada de informar el proyecto de ley sobre la



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concesión del crédito extraordinario? (Asentimiento.) Queda ratificada
por asentimiento.

¿Dictaminamos por asentimiento en relación al crédito extraordinario para
los Ferrocarriles de Vía Estrecha? (Asentimiento.) Queda dictaminado.




--RATIFICAR LA PONENCIA ENCARGADA DE INFORMAR EL PROYECTO DE LEY SOBRE
CONCESION DE DOS CREDITOS EXTRAORDINARIOS, POR IMPORTE TOTAL DE
120.277.891 PESETAS PARA EL PAGO DE INDEMNIZACIONES NO CONCRETADAS
DURANTE LA INSTRUCCION DEL PROCESO POR EL INCENDIO DE LA DISCOTECA DE LA
CALLE ALCALA, 20, SEGUN AUTO DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID DE 3 DE
MARZO DE 1997 (Número de expediente 121/000075).




--DICTAMINAR, A LA VISTA DEL INFORME EMITIDO POR LA PONENCIA, EL PROYECTO
DE LEY SOBRE CONCESION DE DOS CREDITOS EXTRAORDINARIOS, POR IMPORTE TOTAL
DE 120.277.891 PESETAS, PARA EL PAGO DE INDEMNIZACIONES NO CONCRETADAS
DURANTE LA INSTRUCCION DEL PROCESO POR EL INCENDIO DE LA DISCOTECA DE LA
CALLE ALCALA, 20, SEGUN AUTO DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID DE 3 DE
MARZO DE 1997 (Número de expediente 121/000075).




El señor PRESIDENTE: En segundo lugar, tenemos los créditos
extraordinarios, esta vez relativos al cumplimiento de la sentencia de la
Audiencia Provincial de Madrid en relación al incendio de la discoteca de
la calle Alcalá, 20. Otra vez pregunto a SS. SS., ¿algún grupo quiere
hacer uso de la palabra en relación a estos dos créditos? (Pausa.)
¿Estamos de acuerdo en que votemos por asentimiento? (Pausa.)
¿Ratificamos la ponencia por asentimiento? (Asentimiento.) Queda
ratificada.

¿Se aprueba el proyecto de ley según el informe de la ponencia?
(Asentimiento.) Queda aprobado. (El señor Ríos Martínez pide la palabra.)
Señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor presidente, por una cuestión de orden, me
gustaría conocer el quórum de los que estábamos.




El señor PRESIDENTE: Es 17, 19, 21 y la Mesa 25.




El señor RIOS MARTINEZ: Sólo es para que quede reflejado en el acta. (La
señora Fernández González pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Doña Mercedes Fernández me pide la palabra también?
(Asentimiento.) ¿En relación a estos temas?
La señora FERNANDEZ GONZALEZ: No.

Señor presidente, a efectos de poder organizar las comparecencias,
quisiéramos saber si la Mesa ha dispuesto que la última comparecencia que
figura en el orden del día, referida a la agencia Efe, se produzca en
esta misma mañana o, finalizada la mañana, al inicio de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Iba a cortar un minuto para hablar con los
portavoces y acordarlo con ellos. En relación a las dos comparecencias,
¿qué prefieren? Por descontado, la Mesa se ajustará a lo que se decida.

(El señor Ríos Martínez pide la palabra.) Señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor presidente, yo preferiría que fuese
seguido, con independencia de que se organice la Mesa. Ayer se cortó a
una hora determinada, aunque empezase luego a las 4,30. Lo digo porque
las personas que están ya aquí lo pueden hacer; si no tendríamos que
producir un cambio sustantivo. Pero yo me ajusto a lo que ustedes digan,
aunque personalmente prefiero que sea seguido.




El señor PRESIDENTE: ¿El Partido Popular también prefiere todo seguido?
(Asentimiento.) En este caso, como el Partido Socialista también lo
prefiere, vamos a hacerlo seguido.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1998 (Número de expediente
121/000082). (Continuación):



--DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RADIOTELEVISION ESPAÑOLA
(LOPEZ-AMOR GARCIA). A PETICION DEL GRUPO PARLAMENTARIO VASCO (PNV)
(Número de expediente 212/000879), DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO (Número
de expediente 212/000918), DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA DEL
CONGRESO (Número de expediente 212/000986) Y DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA (Número de expediente
212/001027).




El señor PRESIDENTE: Señorías, continuamos la sesión con la comparecencia
del director general del Ente Público Radiotelevisión Española, al que
agradezco su asistencia a los trabajos de esta Comisión, distinta de la
que tuvo precisamente el año pasado como diputado portavoz de ella.

Vamos a seguir, como en todas las comparecencias, el orden de
intervenciones por grupos parlamentarios de mayor a menor y, por tanto,
vamos a empezar dándole la palabra a doña Rosa Conde, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista.




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Dada la hora, sé que es ocioso, pero voy a pedir a los portavoces de los
grupos parlamentarios que hagan un esfuerzo de concreción que permita
debatir todas las cuestiones que quieran plantear, pero con la mayor
brevedad de tiempo posible, de forma que podamos terminar las dos
comparecencias que faltan a una hora razonable.

Tiene la palabra doña Rosa Conde.




La señora CONDE GUTIERREZ DEL ALAMO: Gracias, director general, por su
presencia en esta Comisión de Presupuestos. Voy a intentar, como dice el
señor presidente, ser breve aunque no va a ser fácil, porque en estos
presupuestos hay bastantes elementos de preocupación y, por tanto,
bastantes incógnitas que despejar.

Ustedes, señor director general, durante años han estado hablando de
gestión más barata, y en los dos presupuestos que llevan han aumentado el
gasto. Ustedes hablaron de sanear las cuentas del Ente Público
Radiotelevisión Española y han metido a éste en un callejón sin salida.

Ustedes, señor director general, hablaron de optimizar los recursos
propios y cuentan cada vez menos con el personal y cada vez más con
producción ajena. Ustedes, señor director general, hablaron hasta la
saciedad de gastar menos y de ingresar más, pero en este presupuesto,
como en el anterior, gastan más e ingresan menos. Ustedes no sólo no
arreglan la casa, sino que se meten en otras aventuras que no sabemos a
dónde van a llevar a Televisión Española.

Mire usted, señor director general, usted ha presentado un presupuesto
consolidado de 226.588 millones de pesetas, pero, de estos presupuestos,
147.574 millones son pérdidas; es decir, las pérdidas representan un 65
por ciento del presupuesto consolidado. Al igual que en el presupuesto
del año pasado, de cada 100 pesetas que se mueven en Radiotelevisión
Española, dos tercios son pérdidas. Realmente, señor director general, no
parece que esto sea un ajuste.

Usted ha pedido una subvención de sólo 11.043 millones de pesetas (luego
hablaremos de esto) y nos encontramos con una deuda autorizada para
cubrir todos los gastos del ente de 149.246 millones de pesetas. Estos
presupuestos, señor director general, con estas magnitudes no se
sostienen y, además, van en contra de lo que ustedes han predicado
durante todos estos años atrás.

Creo de verdad, ya se lo he dicho en otra ocasión en la Comisión de
Control Parlamentario, que a este Gobierno no le interesa la televisión
pública. Quieren hacer política en y con la televisión, pero no le
interesa la gestión. No sé si a usted le interesa, desde luego al
Gobierno parece que no. Ustedes han presentado unos presupuestos que
hacen inviable la radio y la televisión pública dentro de unos años. ¿De
verdad cree el señor director general que el Estado puede hacer frente a
una deuda de 593.370 millones de pesetas a finales de 1998?
Por cierto, señor director general, ¿le ha preguntado al presiente del
Gobierno de dónde sacan los 500.000 millones de pesetas de deuda que dice
habíamos dejado los socialistas en 1996? No, señor director general, a
usted no le interesa la televisión pública, sólo quiere utilizarla en su
propio beneficio y luego lo que sea de ella ya no es asunto suyo. Sólo
así yo puedo entender estos presupuestos que han presentado ante la
Cámara.

El Gobierno, y usted como director del Ente Público Radiotelevisión
Española, está en una operación para tener sus propios medios de
comunicación. Han usado Telefónica, como en breve utilizarán Endesa, para
comprar medios de comunicación que les sean afines y que puedan
utilizarlos sin pasar por el Parlamento.

Me preocupa, señor director general, y me preocupa porque lo que está en
juego es la libertad de expresión. Este Gobierno manipula la televisión
pública y los medios de comunicación públicos. Compra, a través de
presidentes amigos o de empresas amigas, medios privados de comunicación,
y amedrenta a los medios que no le son afines. Y esto, señor director
general, es muy grave en una democracia consolidada a finales del siglo
XX.

Nosotros, señor director general, vamos a denunciar constantemente esta
operación, como vamos a hacer una apuesta por los medios públicos de
comunicación, es decir, por la radio y la televisión pública.

Este proceso de deterioro de la radio y de la televisión pública sólo
lleva, a medio plazo, a la liquidación. No sé cuáles serán sus planes,
porque no tienen un plan de viabilidad, ni un plan estratégico. No sé de
qué manera quiere acabar con la casa, pero no queremos encontrarnos
dentro de unos años con una propuesta de privatización porque el proyecto
sea inviable o porque el Estado no pueda asumir la deuda. Busquen una
salida que no sea la que están planteando y la que figura en estos
presupuestos, porque con ésta encontrarán en nosotros siempre una fuerte
oposición.

Señor director general, mi grupo está extremadamente muy preocupado por
estos presupuestos y por lo que suponen. Le citaré cuatro aspectos que me
parecen extremadamente graves. El primero es la deuda, y en esto
coincidiré con otros grupos parlamentarios. En el tiempo que ustedes
llevan gestionando televisión han duplicado la deuda. De 229.000 millones
de pesetas que dejamos en 1996, ustedes han pasado a 444.124 millones.

Sólo en los siete primeros meses de 1996 ustedes aumentaron la deuda en
35.173 millones de pesetas y para 1998, casi la han triplicado, para ser
exactos, la han multiplicado por 2.6. Es decir, la deuda pasa, en tan
sólo dos años y pico de su gestión (si contamos hasta finales de 1998),
de 229.000 millones de pesetas a 529.370 millones de pesetas.

Yo le voy a hacer sólo un recordatorio que usted lo tendrá en la cabeza.

Si usted hubiera seguido el plan estratégico o similar al que los
gestores socialistas habían dejado en los últimos años de gestión
socialista, esta cantidad hoy sería de 112.959 millones, en lugar de
593.000 millones. Y lo que más me sorprende de todo esto, señor director
general, es que usted ni se moleste en pedir al Gobierno asunción de la
deuda. ¿Por qué no pide al Gobierno asunción de la deuda, señor director
general? ¿Por qué no tiene en cuenta algunas de las sugerencias y de los
criterios del plan estratégico que se hizo en los últimos años de gestión
socialista mientras usted elabora el suyo? ¿Qué medidas va a adoptar el
señor director general para impedir que la deuda siga subiendo? Es una
deuda intolerable. ¿Cuándo va a tomarse



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de verdad en serio, señor director general, la deuda de Radiotelevisión
Española?
El segundo aspecto de preocupación es la subvención. en el presupuesto de
este año, como veíamos antes, usted solicita una subvención de tan sólo
11.043 millones de pesetas. Es una subvención claramente insuficiente. Si
usted quisiera, tendría el apoyo de mi grupo parlamentario y de otros
grupos para pedir una subvención por una cantidad similar a la de Radio
Nacional de España, que es lo que se venía haciendo en los últimos años
de gestión socialista; es decir, por un valor de 25.150 millones de
pesetas. ¿Por qué limita a una cantidad tan pequeña la subvención que
pide al Gobierno, señor director general? ¿No considera razonable que una
cantidad similar al presupuesto de Radio Nacional sería la adecuada? ¿Qué
le impide negociar con el Gobierno una subvención mayor? ¿Tanta es la
presión del Gobierno sobre usted que hace que ni siquiera usted plantee
unos presupuestos un poco más osados en este sentido?
El tercer aspecto que nos preocupa son las pérdidas. En los últimos años
de gestión del Gobierno socialista se venía haciendo un esfuerzo para
reducir las pérdidas y, de hecho, cada año se iban reduciendo
progresivamente. En el ejercicio presupuestario de 1997 ustedes subieron
las pérdidas a 151.173 millones de pesetas; es decir, de 99.181 millones
de pesetas pasaron a 151.173 millones. Las pérdidas, en el primer año de
su gestión subieron un 52 por ciento, algo más de 50.000 millones de
pesetas, y ésta es una cantidad similar a la de los presupuestos de este
año, que suben a 147.574. Es verdad que se reduce un poquito en relación
al año pasado, pero se mantienen bastante fuertes. Este indicador también
es extremadamente preocupante, porque denota que usted o, yo diría,
ustedes no tienen el menor interés en enderezar los problemas de la radio
y la televisión públicas. No se ve por ninguna parte un esfuerzo de
gestión. Este presupuesto lleva irremediablemente al ente público a la
deriva. Yo le diría, señor director general, ¿qué medidas va a adoptar
para evitar que sigan subiendo las pérdidas?
El cuarto elemento de preocupación que le quería citar en relación al
ente público, es el aumento del gasto de personal. También en los gastos
de personal, en los últimos años de gestión socialista, se venía haciendo
un esfuerzo. Concretamente, desde 1991 se venían reduciendo
progresivamente. En el primer año, 1997, ustedes pasan de 63.688 millones
de pesetas a 69.000; es decir, suben un 7 por ciento. Y en los
presupuestos de 1998, en relación a los de 1996, suben a 71.254 millones
de pesetas, es decir, un 13 por ciento. Esta subida no se corresponde con
el incremento del 2,1 establecido en el anteproyecto de ley de
presupuestos para 1998. A mí esto me lleva a pensar que o ha habido una
contratación de personal desmesurada, o bien una subida de los pluses
también desmesurada.

Señor director general, ¿qué ha pasado realmente con los sueldos y con
los salarios? Los sueldos de sus directivos han subido, en algunos casos,
un 400 por ciento, se dice pronto, ¿verdad? ¡Un 400 por ciento! ¿Se
imagina qué pasaría si los trabajadores del ente pidieran aunque sólo
fuera un 10 por ciento de esa subida? Pues, señor director general, que
tendría que subir los sueldos un 40 por ciento, en lugar del 2,1 que
señalan los presupuestos. Yo le diría más: ¿qué pasa con los salarios de
las estrellas que contrata? ¿Por qué no utiliza más personal de la casa,
en lugar de contratar a tanta estrella invitada?
Además de estas preocupaciones genéricas del ente, hay algunos elementos
del presupuesto concreto de Televisión que también me preocupan. Me
preocupa, en general, el aumento presupuestario. Usted ha hablado muchas
veces de que están haciendo un esfuerzo en el control del gasto. Yo,
viendo estos presupuestos, creo que esto es absolutamente falso. No se
está haciendo un control del gasto ni en valores absolutos ni en
porcentajes. Si yo no he hecho mal las cuentas, en el año 1997 el
presupuesto sube, en relación a 1996, un 17,3 por ciento; y el año 1998,
frente al año 1996, sube un 18,6 por ciento. ¿No le parece una subida un
tanto exagerada? ¿Cree que es una subida razonable, en un año de
presupuestos austeros?
Además, querría hacerle algunas preguntas muy concretas. ¿Me podría
decir, señor director general, cuál es en estos momentos el último cierre
presupuestario del año que viene? ¿Me podría decir en qué grado de
cumplimiento se encuentra? Le preguntaría, además: ¿ha habido trasvases
de diferentes partidas en el actual ejercicio? Si ha habido trasvases,
¿cuáles son esas partidas y a cuánto asciende la cantidad trasvasada?
Por partidas, me preocupa especialmente la subida en compras, que sube un
28,6 por ciento, comparando el año 1997 con 1996, y sube nada menos que
un 34,8 si comparamos 1998 con 1996. Usted, en este ejercicio, ha
incrementado la partida de compras de Televisión de 48.442 millones de
pesetas, inicialmente, a 56.583. ¿Está usted en condiciones de afirmar en
esta Comisión que esta partida no va a sobrepasar las previsiones
iniciales? Le insisto en lo que le preguntaba antes: ¿han hecho, señor
director general, alguna transferencia al capítulo de compras? A 31 de
diciembre de 1996, tenían un comprometido para 1997 en el capítulo de
compras de 36.169 millones de pesetas y u presupuesto inicial, como
veíamos antes, de 56.583. ¿Va a superar, señor director general, ese
compromiso?
Me preocupa, ya lo he señalado antes, la subida de los gastos de personal
también en Televisión Española, además del ente. Los gastos de personal
en este ejercicio de 1997, cuando no ha habido subida salarial, han
aumentado un 9,9 por ciento. ¿A qué se debe esa subida? ¿Tan fuerte, como
le decía antes, es la subida de los directivos de la casa o de las
estrellas de fuera de la casa que usted contrata?
Me preocupa también la disminución de ingresos. Ustedes, en el pasado,
acusaban a Radiotelevisión Española de competencia desleal con el sector
privado. Yo creo que este concepto es difícil que lo utilicen, dado que
casi todo el sector, o una parte importante del sector, lo gestionan
privadamente, aunque desde el poder. Pero, al margen de esta afirmación,
que sé que me la va a rebatir, lo que sí es demostrable es que en la
actualidad existe una mayor saturación publicitaria, que han disminuido
sus expectativas de ingresos y que, con esta saturación, están
deteriorando el producto del ente. A día de hoy y ante esta Comisión,
¿nos



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puede decir el señor director general si se van a alcanzar los ingresos
previstos para este ejercicio, o va a haber alguna disminución, como ya
les pasó en el ejercicio anterior?
Por último, señor director general, quisiera hacerle algunas preguntas en
relación a Vía Digital. Usted ha planteado la necesidad de reducir en
1.500 personas la plantilla de Radiotelevisión Española. ¿Por qué no ha
aprovechado usted el nacimiento de esa sociedad, participada por
Radiotelevisión Española, para trasladar una parte del personal altamente
cualificado, en el caso de que sobre, hacia Vía Digital?
En los presupuestos de la televisión temática figuran unos gastos de
explotación de 7.490 millones de pesetas. Por cierto, le indico que esta
cantidad figura de forma diferente en el articulado de la ley y en la
página 911 del anexo de los presupuestos. En una ocasión --en el anexo--
figuran 7.490 millones de pesetas, en el articulado de la ley, 4.000
millones, y, en otra ocasión, página 911, 8.000 millones. En algún sitio
tiene que estar el error. No le recrimino nada, porque supongo que eso es
un error de transcripción, porque no puede entenderse que una cantidad
aparezca de tres formas distintas en tres lugares distintos de los
presupuestos. Pero, en fin, los gastos de explotación, cojamos el dato
del anexo, son 7.490 millones de pesetas, y apenas figuran unos ingresos
al ente por este concepto de 2.664 millones de pesetas. Esto, según yo lo
veo, señor director general, quiere decir que usted va a perder este año
5.126 millones de pesetas, o que le va a regalar a Vía Digital 5.126
millones de pesetas. Si esto son pérdidas, como yo lo entiendo, ¿cómo
explica estas pérdidas? ¿Por qué una empresa pública regala a una empresa
privada una cantidad semejante? Y esto, señor director general, sin
contar los gastos de personal y sin imputar los gastos generales del ente
público a la empresa filial.

Esta es una aventura muy arriesgada que puede suponer fuertes pérdidas
para Radiotelevisión Española. ¿Usted ha previsto estas pérdidas? Si las
ha previsto, ¿en qué partida contempla las pérdidas previsibles de esta
aventura digital, señor director general? A los importantes problemas
económicos y de gestión, se une una aventura política como la de la
televisión digital. ¿De verdad, cree, señor director general, que con
estos presupuestos podemos pensar que ustedes quieran sacar adelante la
radio y la televisión públicas?
Para terminar, quería hacerle sólo una pregunta: ¿cree usted realmente en
la radio y la televisión públicas?



El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a doña Rosa Conde por su concisión,
al menos en relación a otras intervenciones.

En el turno que nos hemos fijado, doy la palabra, en nombre del Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a don Felipe Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Bienvenido a esta Comisión, señor director
general de Radiotelevisión Española.

Yo creo que hay en la arena política y social datos que dan a ver la
crítica, la opinión en todo caso, que merece la actuación del señor
director general y, muy concretamente, los presupuestos que acaba de
presentar a esta Cámara y que se van a discutir de cara a 1998. Hay una
crítica que incluso ya está caminando. Hay una posición social y política
que se está expresando fuera de esta Cámara. El día 25 hay un acto
convocado en un teatro, en defensa de la radio y la televisión públicas,
por los trabajadores e intelectuales y gente conexa con esta enorme
preocupación, que ha aumentado muchísimo en este último período. El día 8
se ha convocado una manifestación, que posiblemente termine ante la
puerta de este Congreso de los Diputados, también en defensa del futuro
de Radiotelevisión Española, en función de las preocupaciones que se han
duplicado a raíz de la presentación de este presupuesto.

Ayer mismo usted vivió un debate de reprobación o cese en el seno del
Consejo de Administración de Radiotelevisión Española; un debate que
culminó con una votación en empate, cinco votos frente a cinco. Se podría
decir que estamos hoy aquí tirando los penalties de desempate, y sin duda
tienen un sentido que hay que marcar, a partir de ahora, de una manera
muy nítida y eso me dispongo a hacer de forma sucinta, señor presidente;
porque no sólo se están moviendo estas cosas sino que incluso usted ha
logrado cabrear a un nuevo grupo parlamentario, el Grupo Federal de
Izquierda Unida, y digo el Grupo Federal de Izquierda Unida porque es un
grupo que le puede hablar desde fuera de la dinámica de acumulación de
deuda, otros grupos quizá no tendrían tanta autoridad como nosotros. Si
usted repasa las actas de un tiempo a esta parte y aunque en otros
momentos el grupo ha tenido otras denominaciones, de 13 años a esta parte
verá que nunca hemos estado de acuerdo con que, en función de los modelos
europeos, el dinero presupuestario siga subvencionando a la
radiotelevisión española. Desde la etapa en que el señor Calviño
prescindió de esta subvención, nosotros hemos criticado este proceso de
acumulación.

Hemos esperado, con una cierta esperanza, la gestión del Gobierno del
Partido Popular y la gestión de los dos directores generales en este
tema, doña Mónica Ridruejo y usted, en función de expectativas que
crearon algunas intervenciones del señor Alvarez-Cascos, pero hemos visto
que, a final, se vuelve a la matriz de fondo, que ahora incluso de una
manera mucho más acelerada está amenazando el futuro de la radio y la
televisión pública.

El señor Alvarez-Cascos ha dicho en este Congreso de los Diputados que se
disponía a pensar una estrategia para enjugar el endeudamiento, pero, si
seguimos por este camino, a finales de este siglo puede llegar a cerca
del billón de pesetas. Teniendo en cuenta las cuestiones que estamos
sufriendo, los silencios, la falta de funcionamiento y ahora mismo la
estructura de este presupuesto, nosotros pensamos que hay una intento
encubierto por privatizar Radiotelevisión Española o, dicho de otra
manera, hay una estrategia de voladura calculada de la radio y las
televisiones públicas en función de presupuestos programáticos (figura la
privatización parcial en el programa del Partido Popular) y en función
también del presupuesto ideológico y de funcionamiento.




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Estos presupuestos a nosotros nos hacen que se nos enciendan las luces
rojas de alarma y de cabreo, como le he dicho anteriormente.

A nuestro juicio, ¿cómo se puede invertir esta situación? Se lo digo en
tres palabras. Se puede invertir llegando a un acuerdo para subvencionar,
con dinero presupuestario, esta acumulación de deuda; subir, por ejemplo,
de 11.000 a 25.000 millones el presupuesto de Radio Nacional, y el resto,
hasta 149.000 millones (es decir, otros 136.000 millones) como subvención
y que no fuesen a aumentar el monto correspondiente a la deuda que venía
arrastrada.

Una vez detenida la deuda, nosotros pensamos que el año 1998, sin meter
ningún expediente de regulación de empleo ni de extinción de contrato,
debía ser el año de la gran negociación, de lo que usted llamó el pacto
de Estado. Bien, sentémonos, señor López-Amor, que nos convoque alguna
vez el presidente de la Comisión constitucional, siquiera sea para
constituir la subcomisión que aquí se ha aprobado. Que no se nos diga que
falta un documento previo. El documento previo existe, son los
presupuestos, que están llenos de intención política, y si no son éstos,
¿por qué no se trae el documento de una vez, señor López-Amor? Porque es
una vergüenza para este Parlamento, y para los grupos parlamentarios, el
cachondeo en la iniciación del rodaje de esta subcomisión, que se creó en
el mes de abril y no ha empezado a trabajar. Si esta subcomisión no
empieza su rodaje, por una parte, y, al mismo tiempo, recibimos estos
presupuestos, señor López-Amor, nosotros lo único que podemos decir es
que damos por cancelada la posibilidad de un pacto de Estado, e
inmediatamente pasaríamos a que, en función de la propia proposición de
ley que hemos presentado en esta Cámara, el director general de
Radiotelevisión Española debiera elegirse aquí por consenso de todos los
grupos, remitiéndonos fundamentalmente a la idea de una persona
independiente, de prestigio y que pertenezca, de una manera o de otra, al
campo audiovisual.

Esta es nuestra posición y vemos que pasan los días, que se acumula la
deuda, que se anuncia un recorte de plantilla de 1.500 personas y un paso
de 500 de ellas a Retevisión, posiblemente; que los presupuestos aparecen
con una serie de estrategias ocultas, que a nosotros no nos convencen
pero que tienden a esto que le acabo de decir. En un momento determinado,
figúrese usted, cuando se convoquen las elecciones generales, ganen
ustedes o pierdan, pueden decir que si ganan se encuentran con una
televisión con 750.000 ó 950.000 millones de endeudamiento, si ganan
están ya en los presupuestos en un punto de no retorno (no es salvable la
radio y la televisión pública) y, si pierden, dicen: ahí va ese muerto.

Nosotros de este año no podemos ya pasar, de estos presupuestos no
podemos pasar, no podemos esperar más. No se convoca la subcomisión, el
pacto de Estado se ha convertido en una burbuja, en una pompa de jabón y
estos presupuestos son absolutamente inaceptables.

El gasto en estos presupuestos es de 226.588 millones (43 millones menos
que el año pasado); los ingresos por publicidad son de 79.014 millones y
el déficit que se deriva, consecuentemente, es de 149.246 millones. La
deuda acumulada --como aquí se ha reiterado-- es de 593.370 millones; una
deuda acumulada --en gran parte deuda del Estado-- que empieza ya a
privatizarse (ahora le haré la pregunta que usted no me quiso tampoco
contestar en la comisión de Radiotelevisión) y no sabemos a qué empresa
se le está trasladando la deuda a corto plazo que se está privatizando;
sigue la misma subvención, 11.043 millones, que puede subir a 25.000,
como en otros presupuestos, pero que no arregla en el fondo nada en
función de las cifras que estamos barajando, y las inversiones se reducen
aproximadamente en un 64 por ciento con respecto a ejercicios anteriores.

Nosotros pensamos, señor López-Amor, que no basta con un esfuerzo de
consenso con otros grupos en el sentido de subir la subvención de Radio
Nacional a 25.000 millones, sino que hay que subir la subvención hasta un
total de 149.000 millones, sumando los 14.000 de Radio Nacional y los
136.000 para detener, frenar en seco la deuda que venía acumulada de
ejercicios anteriores.

El tema de la deuda es de una enorme importancia. Nosotros venimos
luchado desde hace mucho tiempo, venimos pidiendo planes estratégicos y
planes de futuro. Se nos entregan planes estratégicos como uno que
conocimos anteriormente que no fue aprobado, que no fue siquiera
discutido porque partía de la base de reducir la dimensión, de reducir la
producción propia, de reducir la plantilla y de no cambiar el fondo del
organigrama. Por tanto, nosotros lo que pedimos es que se haga un
documento estratégico en donde aparezca como pieza fundamental la
asunción de la deuda por parte del Estado, según parece, deuda
caracterizada como de triple A, es una deuda del Estado, no es un débito,
no es una pérdida de Radiotelevisión Española, es una deuda que tiene que
pagar este Estado y que debiera ya afrontar de una manera clara porque se
está jugando el futuro de la radio y de la televisión pública.

En el fondo podemos perder no sólo una batalla de tipo audiovisual,
porque estamos en una batalla de tipo cultural, y ustedes el centro ni lo
huelen. No sólo estamos defendiendo a una radio y a una televisión
pública, estamos, repito, en una batalla cultural de primerísima magnitud
que podemos perder y que nosotros no vamos a perder en silencio porque,
indudablemente, venimos protestando desde hace muchísimos años. En este
sentido, señor López-Amor, hay que detener en seco esa deuda, si es que
de verdad sigue en pie la figura del posible pacto de Estado. Si no se
detiene la deuda, si no se diseña el futuro, si no se dimensiona bien la
televisión, nosotros no podemos estar en ningún tipo de debate, porque
sería un debate no sólo superfluo sino en el fondo un debate falso. La
única respuesta que ustedes nos han dado es Maastricht, la respuesta
fundamental, la respuesta de fondo es Maastricht y ya se lo dije en la
Comisión, lo mismo que hacía Boch cambiando el proverbio antiguo:
Maastricht ahoga pero no aprieta, y a ustedes los ha ahogado al máximo
nivel. ¿Cuál puede ser la explicación? Que no se cree en la televisión
pública.

Sólo hay dos explicaciones. Una explicación dogmática y a fondo de
Maastricht, cuando ayer se nos dijo aquí que ya hemos entrado en el
núcleo duro de la tercera fase, por



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tanto, sería un esfuerzo injustificado, a no ser que se quiera no sólo
ser los primeros de la clase, sino niños auténticamente prodigio en esta
última etapa ante el examen final de marzo o abril de 1998. O la segunda
parte es que ustedes no creen de ninguna manera en la radio y la
televisión pública. En este país ya no se cree en la radio y la
televisión como ente público, prestando un servicio público esencial.

Contéstenos usted porque, si no, no se entiende.

Señor López-Amor, usted ha discutido con el señor Alvarez-Cascos, que
tiene en Presidencia esta competencia, y con el señor Rato, que tiene la
competencia de cuadrar, porque últimamente están diciendo que han
convertido el círculo en un cuadrado, eso debe ser la economía creativa;
ha hablado con ellos y les ha dicho, supongo que con cierto miedo, que ya
doña Mónica Ridruejo intentó subvencionar con dinero presupuestario y
enjugar una parte importante de la deuda. Digo con miedo porque quizá le
costó el cuello esta pretensión. Pero no sé si usted ha peleado con el
señor Rato y con el señor Alvarez-Cascos o ha ido allí y le han dicho: No
hay dinero, Maastricht; la televisión la hemos recibido con muchos
agujeros --llegó a decir el presidente del Gobierno 500.000 millones-- y
no los vamos a tapar nosotros. ¿Cuál es debate que se ha establecido
entre el director general del ente, que es el gerente que tiene que
cuidar de los intereses de esta empresa con respecto al Gobierno, que
tiene que dar el dinero y al final también tiene que aportar a este
Congreso una propuesta sobre su concepto de radio y televisión pública?
Indudablemente tampoco son austeros estos presupuestos, porque aumentan
mucho, incluso se han dado aquí cifras que pertenecen a una parte, mínima
pero sí muy simbólica, del presupuesto; el organigrama directivo vuelve a
crecer en número de jefes y mucho en algunos casos en cantidad de dinero
y, en general, siempre en proporcionalidad al alza del dinero que se
paga.

Las compras también suben mucho. Aumento de 57.778 millones a 60.334
millones de pesetas. Los servicios exteriores disminuyen, pero los
servicios profesionales independientes crecen en 793 millones de pesetas,
lo que quiere decir que no hay austeridad, porque, efectivamente, la
producción propia empieza a bajar, empieza a tener un corsé muy serio y,
al mismo tiempo, como dije en la Comisión, no es en absoluto un signo de
autoridad contratar a más de cien personas para el canal 24 horas, todo
noticias y no utilizar, no aprovechar, los servicios de los excelentes
profesionales que sin duda tiene la casa.

Respecto al personal, usted ya plantea la necesidad de reducir en 1.500
personas la plantilla de nueve mil y pico que actualmente tiene la casa.

Vemos que en el texto de los presupuestos reducen un 14 por ciento sus
aportaciones a los planes de pensiones. En Radio Nacional los sueldos y
salarios aumentan sólo un 0,8 por ciento. Aparece dinero para una
cobertura de 2.162 trabajadores cuando realmente ahora hay en la casa
2.369 y la aportación al plan de pensiones baja de 209 a 176 millones,
por tanto, hay una reducción casi del 16 por ciento.

En Televisión Española aparece dinero para 6.000 trabajadores, el
incremento del gasto en personal es aproximadamente de un 6 y pico por
ciento y la aportación a planes de pensiones se reduce de 419 millones a
363 millones, es decir, un 13,36 por ciento. Esto quiere decir que junto
a otras partidas a las que nos referimos en la comparecencia anterior, se
prevé, sin haberlo discutido con nadie, un recorte de plantillas de unas
1.500 personas, una reducción estructural muy seria, no sólo en la
plantilla sino consecuentemente de las dimensiones de esta empresa;
aparece en los presupuestos de forma encubierta. Ese expediente de
regulación, a nuestro juicio, necesita una aprobación previa del Consejo
de Administración de la casa, necesita que pase por este Parlamento el
plan de futuro de Radiotelevisión Española, que supone no hablar en
abstracto sino hablar de organigrama y de plantillas, de estructuras de
personal, de dimensión y de producción propia, y supone también, sin
duda, una negociación con los trabajadores. Con los trabajadores se ha
iniciado la negociación con respecto al convenio, pero no con respecto a
la reducción encubierta de plantillas que se contiene en estos
presupuestos. De ahí que, teniendo en cuenta las dos cosas, la estructura
negativa de estos presupuestos y la marcha de la negociación del convenio
colectivo, haya indicios muy serios de movilización, de protesta y de
crítica, de conflicto respecto a los temas que se están planteando. Yo le
pregunto, si esto es así, ¿qué se prevé para el próximo futuro? ¿Esta
serie de reducciones no suponen un cambio encubierto de la estructura de
la plantilla? ¿Qué prevé en el futuro de cara a la dimensión de la casa?
También le pregunté en la anterior ocasión, sin obtener respuesta, el
descenso de la deuda a largo plazo mientras sube la deuda a corto plazo.

El problema es con quién se ha contratado la deuda a corto plazo y si se
piensa seguir este camino. Usted me dirá que es más barata o que hacía
falta por razones transitorias, en el nivel que usted las quiera situar,
pero nosotros pensamos que podríamos encontrarnos con que las entidades
pueden negociar la deuda a corto en un momento de crack interno de la
empresa, si las cosas siguen así, y nos podríamos encontrar con agujeros
que tienden de manera natural a la privatización o a la transformación de
esta empresa en otra cosa: en un proceso de privatización encubierta que,
a nuestro juicio, es interno al texto que usted nos ha presentado aquí y
que hoy estamos debatiendo. Yo le pregunto quiénes son los titulares de
la deuda, si es el Estado o son titulares privados, y si son titulares
privados, quiénes son; si se piensa seguir con esta política y en qué
cantidades se piensa ir privatizando la deuda a corto y por qué razones.

Termino, señor presidente. Nosotros vamos a presentar una enmienda de
totalidad a estos presupuestos, pero quiero repetirle nuestra posición.

Nuestra posición es que no podemos seguir por este camino, nosotros no
estamos dispuestos a seguir por este camino. Yo creo que en esta Comisión
y en la Comisión de control de Radiotelevisión Española se conocen
nuestras opiniones, en general, desde hace muchos años y se conoce
nuestro estilo de negociar, no de hablar de cuestiones de minutaje o
cosas por el estilo. Esos son otros problemas que discutiremos en otros
momentos, no nos preocupan los minutajes tanto como a otras fuerzas.

Ahora estamos hablando del futuro de Radiotelevisión Española, y aquí en
este momento decimos



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que vamos por muy mal camino. Hace falta poner en marcha la subcomisión,
en base al documento que usted prometió y que todavía no aparece por
ningún lado. El Gobierno tiene que mandarlo al Consejo de Administración
y el Consejo de Administración aquí, pero si no viene ese documento yo
creo que esa subcomisión tiene que constituirse y discutir en su seno qué
sentido tiene. Somos seis personajes en busca de autor, en busca de
documento; discutir en su seno si con este documento presupuestario
podemos empezar a trabajar, porque contiene un diseño de la casa y del
futuro de Radiotelevisión Española. En todo caso, si lográramos un pacto
a lo largo de 1998, éste sería serio si al mismo tiempo y de antemano
hemos congelado la subida de la deuda, no aceptando la acumulación de
150.000 millones más para 1998. Al final de este proceso, es lógico, como
siempre hemos repetido, que se aprobara la correspondiente reforma del
Estatuto, y si no se hace así, de cara a la elección de un nuevo director
general que se hiciera por consenso de esta Cámara, que fuese de
extracción parlamentaria, con las condiciones que le he dicho
anteriormente.

Señor López-Amor, le ruego que, puesto que estas respuestas no las hemos
conseguido en la Comisión de control, nos las dé ahora; que no sólo
hablemos de números, sino de política presupuestaria. Lo que no está en
los presupuestos no existe; estamos hablando de lo que existe en la
concepción que tienen ustedes de la red de atención pública, el resto son
palabras o compromisos no cumplidos o expectativas que se crearon y que
han terminado en frustraciones. Lo que tenemos ahora es lo que existe; lo
que no está en los presupuestos no pertenece al mundo de los vivos y le
ruego que conteste, porque, repito y termino, señor presiente, todo se
está moviendo: el día 8 de noviembre hay una convocatoria, el 25 de
octubre otra, ayer se produjo un debate importante en el seno del Consejo
de Administración y, desde luego, nosotros, como Grupo Federal de
Izquierda Unida --tenemos cierta autoridad para decirlo--, creemos que no
hay un cambio de fondo que posibilite decir que se piensa en el futuro de
Radiotelevisión Española desde un punto de vista positivo.




El señor PRESIDENTE: También había pedido la comparecencia el Grupo
Vasco, pero no veo ningún diputado de este grupo. Por tanto, tiene la
palabra don Manuel Alcaraz, en nombre del Grupo Mixto.




El señor ALCARAZ RAMOS: Ante todo, para centrar mi intervención, quiero
hacer una afirmación desde la izquierda, afirmación que nos parece que
debe presidir cualquier reflexión sobre esta materia, tanto desde el
punto de vista estrictamente presupuestario como ante cualquier otra
comparecencia del director general de Radiotelevisión Española: nosotros
estamos convencidos de que, mientras el procedimiento de designación del
director general esté politizado, en el peor sentido, en el sentido
peyorativo que desgraciadamente tiene este término, y, en última
instancia, sea un cargo estrechamente ligado a políticas gubernamentales,
el director general se va a convertir siempre en un objeto de crítica
política. Tratar de deshacer ese equívoco está en manos de todos --luego
tendré que referirme a esos posibles acuerdos--, pero no deja de ser
cierto que siempre estará en manos del propio Gobierno y de la mayoría
parlamentaria que lo sustenta modificar las normas. Si esto es así en
general, y hace que cualquier director general de Radiotelevisión
Española se convierta en una persona bajo sospecha para la oposición, con
independencia de las simpatías personales, en su caso, por las
circunstancias que concurrieron en su nombramiento, esa sospecha se ha
incrementado, y mucho nos tememos que no va a dejar de planear sobre
usted y sobre su gestión mientras esté al frente de Radiotelevisión
Española. Esas sospechas y esa especie de conversión del director general
en un comparsa del Gobierno, en su caso hace que más bien se convierta en
un cómplice de determinadas políticas muy específicas del Partido Popular
y del Gobierno. Digo esto en la Comisión en la que nos encontramos en
base a los datos y a la posición que ante ese proyecto de presupuestos
usted ha venido adoptando. (El señor vicepresidente, Sanz Palacio, ocupa
la Presidencia.)
No voy a repetir datos aportados por anteriores intervinientes porque
sería innecesario, pero, ciertamente, el déficit previsto de 150.000
millones, el que usted solamente pida 11.000 o esa previsión de
acumulación de deuda a finales del próximo año de 593.000 millones, hacen
pensar que alguna causa de índole política justifica su actuación más que
actividades de tipo puramente empresarial.

Me van a permitir que les lea una frase brevísima que está en el «Diario
de Sesiones» del 20 de noviembre del año pasado. En el debate sobre
presupuestos, el señor vicepresidente primero del Gobierno decía: En este
momento, Radiotelevisión Española está en el camino de la normalidad, se
han despejado todas las incertidumbres, se ha puesto fin a los malos
hábitos y ahora, en los distintos frentes de negociación y de decisión,
se puede hablar del futuro sin hablar del pasado. En la misma página, al
acabar el señor Alvarez-Cascos, dice: «Aplausos en los bancos del Grupo
Popular.» Supongo que entre esos aplausos se contaría el suyo. Menos mal
que, según avisó el vicepresidente primero del Gobierno el año pasado, en
Radiotelevisión Española se había entrado en la normalidad; menos mal,
porque, si no llega a ser así, ya no sé qué hubiera pasado con estos
presupuestos. Normalizar exige algo tan sencillo, y que debería ser el
eje de cualquier reflexión, como es que hace falta mucho dinero público
para que así el principal servicio público de cultura y de educación,
junto con el sistema educativo, en un Estado moderno y desarrollado, se
financie básicamente desde lo público, atendiendo a criterios públicos y
no a criterios partidistas. Eso es lo que usted no está haciendo y, como
ahora le diré, también se refleja en los presupuestos.

Este año no ha habido avances, sino retrocesos. No se ha atendido al
Consejo de Administración, no se ha atendido a los trabajadores en estas
materias, no se ha hecho caso de las reiteradas advertencias en la
Comisión de Control Parlamentario de Radiotelevisión Española, y de la
subcomisión ni hablo, porque sería repetir lo que aquí ya se ha dicho. La
subcomisión ha entrado en el terreno de lo legendario y hay que decir
claramente que la responsabilidad



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última de que no se convoque, de que no funcione, la tiene el Partido
Popular y la tiene el Gobierno, y cualquier otra matización sobra. Esto
nos lleva a la única conclusión posible: que hay una ausencia de voluntad
política del Gobierno popular, inmerso en otras maniobras de control
mediático, que deja para el final este caro juguete de la Radiotelevisión
Española. Desde ese punto de vista, este proyecto de presupuestos ofrece
una imagen hiperrealista de unos objetivos políticos que usted está
llamado a administrar, pero que, con independencia de la buena voluntad o
de las afirmaciones que se hagan aquí o en otro contexto, sirven y van a
servir para desacreditar cada vez más a la radiotelevisión pública, que
va a ser percibida como un pozo sin fondo. Ya lo intentaban hacer cuando
estaban en la oposición, pero lo más triste es que lo siguen haciendo
cuando están en el Gobierno.

Muy brevemente voy a tratar de formularle algunas preguntas. ¿Puede
comparar la aportación pública prevista en nuestros presupuestos con la
de otros Estados de la Unión Europea, que, por cierto, también están
inmersos en un proceso de convergencia? ¿Qué planes de reducción de
plantilla se ocultan o se preparan en estos presupuestos? ¿Cómo valora la
actuación del Consejo de Administración en el debate sobre presupuestos?
¿A qué se debe el incremento de la deuda en las magnitudes previstas?
¿Qué plan tiene de reducción de la deuda? ¿Cómo va a incidir en la
gestión económica, en todas sus vertientes posibles, la participación de
Radiotelevisión en la televisión digital? ¿Tiene algún proyecto para
incrementar los ingresos provenientes de origen comercial, los ingresos
provenientes de publicidad, sin vulnerar el marco legal vigente, que
parece ya bastante saturado en cuanto a inserciones publicitarias, o la
venta de productos propios? Y, en su caso, ¿cómo se compatibiliza esta
situación con el incremento en compras y el descenso en la producción
propia? ¿Por qué pide sólo 11.000 millones de subvención directa? Y ahora
le formularé dos últimas preguntas, que le ruego que entienda en el marco
político que antes le decía: ¿no cree que su papel en esta tesitura es un
factor objetivo de contribución al desastre financiero? ¿No ha
considerado la posibilidad de dimitir? Piénseselo porque, en realidad,
creo que ésa sería su mejor contribución a una radiotelevisión pública
creíble en España.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Para responder a las preguntas
planteadas por los grupos parlamentarios, tiene la palabra el señor
director general de Radiotelevisión Española.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (López-Amor García): En
primer lugar, quería agradecer a SS. SS. la atención que me van a prestar
en esta intervención en la que intentaré contestar a todas las
preocupaciones que han manifestado diferentes portavoces parlamentarios.

En este sentido, voy a empezar por una afirmación, que ha sido pregunta,
por parte de algunos portavoces de si creía en la radio y en la
televisión pública. Pues porque creo en la radio y en la televisión
pública estoy aquí y asumí la dirección general del Ente Público
Radiotelevisión Española ya hace unos meses. Esa creencia me lleva a
tomar todo tipo de medidas que yo entienda que son las más adecuadas para
fortalecer una televisión que debiera ser orgullo de este país, que es un
bien de Estado y no de un partido político, y que desde luego tiene un
capital humano que lo hace absolutamente insustituible. Por ello tengo
que decir que las intervenciones que he oído aquí me preocupan, porque
son una repetición bis de una interpretación absolutamente política, que
no económica, de lo que son los presupuestos del Ente Público
Radiotelevisión Española y que se votarán en esta Cámara conjuntamente
con los Presupuestos Generales del Estado. Y digo que ha habido unas
interpretaciones de carácter político porque a pesar de que el señor
Alcaraz, don Felipe, ha hablado de lo que existe, es decir, de los
presupuestos, yo creo que su intervención en gran parte, como la de los
otros portavoces, ha sido una fabulación digna de la mejor prosa, pero,
desde luego, no de una comparecencia en una Cámara como esta para hablar
de los presupuestos. En este sentido, quiero contestar al mayor número de
preguntas, pero si alguna se me queda en el alero, les rogaría a los
señores portavoces que me la recordaran en el segundo turno y veríamos si
estoy en disposición de contestársela.

Haciendo, de alguna manera, un mínimo común denominador, digamos que en
las tres intervenciones que me han precedido ha habido una preocupación
general sobre un tema y es por qué la subvención del Estado alcanza sólo
la cifra de 11.043 millones --estoy citando de memoria--. Pues se lo voy
a contestar. Yo creo que estos presupuestos son en cierta medida
rupturistas, y no porque lo diga yo, sino porque los análisis que ha
efectuado la prensa especializada --que no quiere decir eso que tenga
menos criterio o menos rigor que la prensa de carácter generalista-- así
lo dice: «El grupo reduce el presupuesto un 7 por ciento» --Cinco días--.

Por primera vez en su historia Radiotelevisión Española reducirá su
presupuesto un 7,6 por ciento --Expansión--, y así podría seguir con toda
la prensa especializada o prensa conocida como de color salmón. En este
sentido, tengo que decir que dentro del marco de ser unos presupuestos
absolutamente de ruptura y donde, desde luego, se va a administrar por
primera vez con un criterio de rigurosidad absoluta la última peseta que
los contribuyentes algún día tendrán que poner para pagar lo que se va
apuntando en cuenta, porque por definición, señores portavoces,
Radiotelevisión Española no tiene déficit; lo que tiene es una
financiación hasta este momento externa de carácter bancario, pero, por
definición una radiotelevisión pública nunca tiene déficit. Me canso de
explicarlo todos los días allá adonde voy, pero básicamente se podría
formular en una igualdad matemática de la siguiente manera.

El coste total de la radiotelevisión pública es igual a los ingresos de
cualquier tipo, fundamentalmente publicitarios, más la financiación,
normalmente por vía de subvención, de cualquier Estado. Cuando esa
financiación de carácter mixto que está prevista desde el año 1980 en el
estatuto vigente de Radiotelevisión Española ha sido incumplida
sistemáticamente desde la época en que el director general de la casa se
llamaba Calviño yo diría que ha habido una mala costumbre, pero quiero
aprovechar lo que



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de positivo ha habido en algún mensaje y, en este caso, el del señor
Alcaraz, don Manuel, y es que he creído percibir en su intervención que
es hora ya de fundamentar y poner los cimientos sólidos de una
radiotelevisión pública de futuro --tema en el que coincido con usted--
y, desde luego, evitar en cualquier caso que Radiotelevisión Española sea
permanentemente un escenario de confrontación partidaria. Yo creo que ésa
es precisamente la herida que tiene esta empresa y que este director,
porque cree en la radiotelevisión pública, intenta cerrar siempre que
puede.

Estaba en por qué la subvención es de 11.043 millones de pesetas. Por
varias razones. La primera, hay una voluntad de llegar a un pacto de
Estado sobre el modelo de televisión pública, sobre la estructuración de
un marco financiero estable y, además, porque, a diferencia de lo que
ocurrió cuando yo solicité aquí por primera vez un pacto de Estado sobre
este tema, ha habido un hecho que viene a enriquecer el marco de esta
situación, y es que el protocolo de Amsterdam, firmado durante el verano,
para ser más exactos el 17 de julio, abre por primera vez --y, a mi
juicio, cierra de manera casi definitiva-- aquella acusación que, desde
sectores privatizadores y desde sectores de la competencia concesionaria,
hablaba de que la televisión pública se estaba beneficiando de un doble
marco de financiación. El lenguaje ahora es distinto, ahora es que,
efectivamente todas las grandes televisiones públicas de Europa, que son
orgullo de sus Estados correspondientes --quiero recordarles la BBC, la
RAI, por ponerles algunos ejemplos--, hoy ya no se financian de manera
privilegiada, hoy se ha creado, dentro de la Unión Europea, una zona
franca, una zona de exclusión, por la importancia --y coincido con lo que
aquí ha dicho algún portavoz-- que tiene la radiotelevisión pública, no
sólo desde el punto de vista de unos resultados económicos sino desde el
punto de vista de una rentabilidad social. Un país que se precie tiene
que tener una potente radiotelevisión pública, y más cuando ese país
tiene una lengua como la española, que es una lengua emergente y la
hablan 300 millones de personas en este planeta. Estas son las razones
fundamentales de por qué la petición de esta subvención. Se podría
formular también de la siguiente forma, que este director general no ha
querido marcar el campo de juego, no ha querido predeterminar las
condiciones futuras de un pacto de Estado. Para eso habría que abrir un
transit, habría que hacer un compás de espera, estar en un stand by
futuro, para resolver precisamente cuál es el modelo que queremos y cómo
lo vamos a financiar. El protocolo de Amsterdam no es una simple llamada
de atención a algo a lo que siempre se apela cuando no se quiere entrar
directamente al terreno de juego y es algo que está ahí. Esta mañana
alguien les ha dicho que, a lo mejor, el año que viene o dentro de dos
años, no comparece porque ya no es gobernador de un banco, porque todo
cambia; pues aquí pasa lo mismo. En el acuerdo que se aprobó en Amsterdam
y que se incorpora al Tratado de la Unión Europea se exige a los Estados
definir el concepto de servicio público para sus televisiones públicas.

Evidentemente, eso tendremos que definirlo entre todos, porque pienso que
no es responsabilidad de este modestísimo director general. Creo que debe
ser tarea de todos, no sólo del Gobierno que, legítima y
democráticamente, está administrando la cosa pública. Por tanto, hay
razones de peso para no marcar ese campo y creo que respondo con
suficiente claridad a la primera cuestión que ustedes han planteado.

La segunda duda que quería despejar, dadas sus intervenciones,
fundamentalmente políticas, es el problema de lo que yo denomino la
financiación externa de carácter bancario. Pues bien, hay que decir que
esa deuda disminuye en su crecimiento de forma importante y rompe por
primera vez una tendencia; para ser más exacto, la necesidad de la
apelación a esa financiación externa disminuye un 17 por ciento con
respecto al año pasado. Yo creo que son ratios verdaderamente importantes
que están ahí, pero es que, además, le diré que, en contraposición, los
gastos financieros disminuyeron para el año que viene de forma
importante, lo cual quiere decir que estamos en un proceso de
optimización de recursos, de refinanciación de la deuda de gran
importancia. Y no se preocupe usted, don Felipe, porque le voy a mandar
quiénes son nuestros proveedores en materia financiera para que usted
tenga la relación exacta. Aquí no hay ninguna duda y aunque sea materia
de una Comisión que no es la de Presupuestos, sino la de control
habitual, yo se la voy a mandar para que la tenga usted a su disposición,
porque creo que es bueno para que usted despeje esos fantasmas históricos
que le corren a veces por su cerebro.

No puedo esperar a que el Parlamento constituya dentro de esa Comisión
Constitucional una subcomisión que analice los problemas de la
radiotelevisión pública, que, por cierto, en segunda derivada, afectaría
sin ninguna duda al resto de televisiones autonómicas que existen en este
país, incluso a alguna de las propuestas que su grupo político ha
presentado. Dicho esto, creo que es un problema importante, porque afecta
no sólo a Radiotelevisión Española, sino que, por segunda derivada, va a
afectar a seis televisiones autonómicas, como usted bien sabe.

Yo creo, y lo vengo repitiendo desde que estoy aquí, que ésta es una
televisión de calidad, una televisión de referencia y es la única
televisión casi que hay en España que, al menos, intenta en una parte
importantísima de su producción hacer una televisión de carácter
formativo, de carácter educacional y una televisión que sea sensible y dé
respuesta a las necesidades de aquellas minorías tanto políticas como
raciales, como aquellas que tienen problema de alguna discapacitación. En
eso estamos haciendo verdaderamente esfuerzos, porque nuestra
rentabilidad no está en una pura cuenta de resultados; si estuviera en
eso, a lo mejor haríamos una televisión muchísimo peor, como, sin duda,
ustedes estarán de acuerdo conmigo.

También he dicho en alguna ocasión que Televisión Española lo mismo que
tiene unos grandísimos profesionales, tiene una plantilla, para los
momentos en que estamos viviendo, que está sobreexcedida a la que está
aprobada por consejo de administración, y eso no es un invento mío. Se
aprobó siendo director general el señor Candau y con una mayoría muy
distinta en el consejo de administración. Esa plantilla es la que yo
entiendo que es la de referencia de Radiotelevisión Española y, por
tanto, ese plan de regulación



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de empleo, vuelvo a decir, nunca va a ser traumático, sino que va a ser
pactado, negociado, hablado no sólo con la representación de los
trabajadores sino con los trabajadores uno a uno, porque le voy a decir
una cosa, hay un gran clamor por parte de los trabajadores que pueden
estar en las condiciones objetivas de ese ERE que está demandando esta
dirección que se pongan en marcha inmediatamente. Yo, por
responsabilidad, como director, tengo que equilibrar y armonizar los
intereses de esas personas que permanentemente están acudiendo a la
dirección de recursos humanos de la casa y a mí mismo como director
general pidiéndonos que se ponga en marcha cuanto antes ese expediente de
regulación de empleo. Como no es un problema de carácter individual
solamente, aunque es importante, sino de carácter general, lo
negociaremos con los sindicatos si tienen voluntad de negociarlo.

Le voy a decir una cosa. El otro día me quedé sorprendido porque, ante
esa manifestación del día 25 en defensa de la radiotelevisión pública, lo
que le pregunté al comité de trabajadores es si podía firmar yo el
primero. No se me ha permitido firmar el primero en defensa de la
radiotelevisión pública y yo creo que en este sector y en Radiotelevisión
Española mi firma vale algo todavía, aunque al señor Alcaraz le gustaría
que valiera menos y valiera más la suya. Desgraciadamente es al
contrario, vale más la mía que la suya.

Dicho esto, también he de señalar que Radiotelevisión Española desde que
estoy yo está haciendo unos esfuerzos importantísimos no sólo en
optimizar todos los recursos que tiene, sino también el personal. De ello
es demostrativo que en las últimas medidas de programación que ha
aprobado el consejo la producción propia que se están haciendo en la casa
asciende al 52 por ciento, producción que nunca ha alcanzado ese
porcentaje en los últimos años. Le daré otro dato que es motivo de
satisfacción, que la producción propia en directo es la mayor de
cualquier otra televisión pública europea. Digo esto para que la gente
deje de decir de una vez que la producción propia no existe en Televisión
y que las productoras son las que hacen todo. Hay un equilibrio y desde
luego se está incrementando la producción propia, aunque este director
general no tiene sacralizada ni la propia ni la ajena. En unos casos será
mejor la propia y en otros la ajena.

Doña Rosa Conde ha hecho algunas preguntas, aparte de esa intervención
que ha tenido, que, desde luego, no responde a la realidad, y lo lamento,
la realidad es la que yo le estoy contando, pero le voy a intentar
contestar a las preguntas presupuestarias. Ha leído otros presupuestos
sin duda distintos a los míos y a los que están en esta Cámara. De todas
maneras, yo le agradezco que haya detectado usted un error, porque queda
constancia a efectos de los servicios de la Cámara y del Ministerio de
Hacienda que, sin duda, lo modificarán. Luego ha hecho la cita bien, lo
que quiere decir que en algunas partes sí ha leído usted bien los
presupuestos.

Yo creo que en algunas cosas he contestado con carácter general porque
han sido preocupación de todos los portavoces parlamentarios.Ya he
contestado que en esta casa hay financiación bancaria; por lo tanto hay
que desterrar ese concepto que no quiero ni mencionar de pérdidas o de
déficit, porque no existe como tal, sino que está previsto que sea como
yo le digo. En este sentido tengo que salir en defensa --cómo no-- de
alguna alusión que se ha hecho a alguna persona que no está aquí, que es
el señor presidente del Gobierno. Ha dicho usted que el presidente del
gobierno el otro día habló de una cifra de 500.000 millones de pesetas.

Sin duda es cifra existía; exactamente eran 496.049 millones de
endeudamiento sin asunciones de deuda. ¿Qué quiere decir? La deuda que
usted está manejando es un stock de deuda que tenía dos columnas, una, la
propia de Radiotelevisión Española y, otra, la que se transfería a la
deuda general del Estado. Eso es lo que significa la asunción de la
deuda. Es una transferencia pura de capital, pero sumadas las dos que
ustedes diseccionaban --y no dudo que a lo mejor con acierto en este caso
concreto; yo nunca he criticado a un director general ni lo voy a hacer,
vaya eso por delante-- son 496.049 millones de pesetas y lo digo para que
conste en el «Diario de Sesiones» de esta sesión.

Nosotros no estamos en operaciones de control de medios de comunicación.

Yo soy un modestísimo director general. A mí no me venga con esas cosas,
que son de altísima política. Le voy a decir más, la libertad de
expresión de que se goza en Radiotelevisión Española en estos momentos
era impensable hace bien poquito tiempo. Hoy se están viendo programas de
televisión en donde el que es vapuleado dialécticamente, sin posibilidad
además de defensa, es el director general de la casa, donde se está
criticando al Gobierno y yo creo que ése es el buen camino. Cualquiera en
esa casa puede y debe decir lo que sienta o lo que le interese decir,
pero desde luego no estamos coartando la libertad de expresión sino
fomentándola y profundizándola. Quizá es que haya personas o grupos que
tienen vértigo a la libertad de expresión y les da miedo. Desde luego
este director general tiene el mandato expreso de que la libertad de
expresión se respete totalmente en Radiotelevisión Española. Tan es así
que los resultados demuestran que los grados de aceptación y de
credibilidad, por ejemplo, de los servicios informativos de Televisión
Española son los mayores de su historia; no de audiencia, que también,
sino de aceptación y de credibilidad. Yo creo que le he contestado a
parte de lo que usted ha preguntado.

Luego ha formulado una serie de preguntas del ejercicio presupuestario
actual. Yo pensaba que la comparecencia era para el ejercicio
presupuestario que viene, es decir, para el proyecto de presupuesto. Por
lo tanto, se la contestaré en la Comisión de Control Parlamentario de
Radiotelevisión Española o esta misma tarde al salir de aquí, en persona,
pero, por no aburrir a SS. SS, creo que no es el momento oportuno.

Voy a contestarle en cuanto a la participación. Sé que la participación
de Televisión Española en Vía Digital le preocupa. Esa es una decisión
que me encontré ya tomada y que continúo, pero me parece que fue una
decisión acertada. Lo creo firmemente porque pienso que hay que estar en
vanguardia de las nuevas tecnologías y participando en aquellos proyectos
de televisión que son más importantes y por los que va el mundo. Eso
permite actuar en un doble



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frente a Radiotelevisión Española, que es el de ser accionista de una
sociedad, accionistas modestos --nuestra participación final quedará
establecida en alrededor de un 17 por ciento--, pero proveedores
preferentes de contenido, y esto va en beneficio de los trabajadores de
Radiotelevisión Española, porque en este momento están haciendo siete
canales para Vía Digital. Es muy importante que lo sepan todos los
parlamentarios y medios de comunicación. En este momento Televisión
Española tiene en el aire diez canales de televisión, lo cual quiere
decir que es una televisión buena y potente, y eso va en beneficio de
todos los trabajadores de Radiotelevisión Española. Posiblemente, si no
hubiéramos tomado decisiones como ésa, los planes de regulación de empleo
no serían pactados y aceptados libremente por los trabajadores que los
demandan, sino que hubieran tenido que ser con procesos traumáticos de
reducción de plantilla.

Yo creo que con esto he contestado a casi todas las preguntas. Hay
algunas que me ha hecho don Manuel Alcaraz que voy a pasar a contestar
muy rápidamente, porque, al final, usted ha sacado una batería de
preguntas. Lo de la plantilla ya le he contestado. Hay una plantilla
aprobada por el consejo de administración que es menor que la que
actualmente tiene Radiotelevisión Española en alrededor de 2.300
personas, Por lo tanto, el plan de regulación de empleo, como ve usted,
es bastante posible y, sobre todo, siguiendo los deseos de una mayoría de
los trabajadores.

¿Cómo valoro las actuaciones del consejo de administración? Yo no tengo
por qué valorarlas. Eso lo hará cada consejero en la representación que
ostenta, pero evidentemente lo que le digo es que será una de las cosas
que esa subcomisión dentro de la Comisión Constitucional tendrá que
modificar sin ninguna duda.

Lo del incremento de la deuda se lo he comentado. Esto no es más que un
stand by, que es un respeto y una deferencia hacia todos ustedes, que son
los que van a tener que decidir, como representantes legítimos y
soberanos del pueblo español, qué quieren hacer con la televisión. Lo que
no debo hacer nunca, salvo en los actos de administración y de gestión
normales de cualquier empresa, es marcar el terreno, marcar la baraja con
la que ustedes tienen que jugar esa partida.

Los ingresos publicitarios van a aumentar prudentemente el año que viene,
porque nosotros no estamos en una guerra publicitaria, desde luego no
vamos a hacer dumping publicitario, ni tampoco vamos a alterar lo que es
el derecho del telespectador a tener una veladas normales sin una
agresión especial por parte de la publicidad.

La verdad es que creo que son los mejores presupuestos que ha tenido
nunca Radiotelevisión Española. Por lo tanto, la última pregunta se la
dejo sin contestar.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Vamos a abrir ahora un segundo y
último turno de intervenciones de los distintos portavoces
parlamentarios. Dado lo avanzado de la hora y teniendo en cuenta que está
esperando el presidente de la Agencia Efe para comparecer, les ruego la
máxima concreción y brevedad en sus intervenciones.

Tiene la palabra doña Rosa Conde.

La señora CONDE GUTIERREZ DEL ALAMO: Gracias, señor director general, por
sus explicaciones, que obviamente no me han convencido, pero me ha
parecido que hoy está mucho más explícito que en la Comisión de Control
de Radiotelevisión; al menos no ha leído los papeles que tenía preparados
y ha contestado a algunas cosas. No me he quedado conforme con todo y,
por eso, le voy a hacer algunas observaciones.

La primera de todas es que me parece un recurso muy fácil que usted
utilice --y es la segunda vez que lo hace-- lo de que no leo bien los
presupuestos; ya me contestó así cuando hizo unas declaraciones a los
medios de comunicación y me lo vuelve a decir hoy. No sé si sé leer o no
los presupuestos, pero bastante gente en mi grupo los sabe leer y,
además, yo sé leer los presupuestos, llevo quince años en la
Administración pública y le recuerdo que he sido ministra cinco años. En
todo caso, yo los he comparado porque me interesaba no sólo, que también,
saber cómo cambiaban los presupuestos en relación a 1997, sino por ver
qué había pasado desde que el Partido Popular llegó al Gobierno; por
tanto tenía que compararlos con el año 1996 y muchas cifras las he dado
comparadas con 1996 porque me ha preocupado el crecimiento. Hoy no
estamos en la Comisión de control, hoy estamos en una sesión y de lo que
se trata es ver cómo podemos entender estos presupuestos para hacer unas
enmiendas y hacer un trabajo parlamentario que nos parece que es
necesario. Así pues, yo hoy no venía con deseo de batalla, como a veces
ocurre en la Comisión de control, sino simplemente para aclarar una serie
de cosas, aunque he explicado mis preocupaciones, que son de fondo.

Evidentemente, yo, como algunos otros diputados que han hecho uso de la
palabra, he hecho una pregunta retórica: si usted cree en la televisión
pública. Usted ha contestado de forma retórica. Obviamente, qué va a
decir, cree en la televisión pública. Insisto, creo que los hechos
demuestran que no; no sé usted, pero desde luego su Gobierno, no. Por eso
empezaría a distinguir ahora entre usted y su Gobierno. Creo que tiene
suficientes presiones --y este mes se ha demostrado-- como para que su
situación empiece a ser un poco incómoda. Lo fue para su antecesora y lo
empieza a ser para usted. Considero que su Gobierno, no sé usted, no cree
en la televisión pública y, desde luego, estos presupuestos lo
demuestran. Usted ha tenido que hacer unos presupuestos que le acepten en
el Gobierno para que vengan a la Cámara y seguramente no ha podido hacer
los presupuestos que hubieran sido necesarios. Ocurrió el año pasado y ha
vuelto a pasar este año.

Luego le volveré a hacer las preguntas a las que creo que no me ha
contestado, cuya respuesta me parece necesaria, porque aunque le haga
preguntas que son sobre el presupuesto de este año, es necesario tener
esa información para entender los presupuestos que nos han presentado.

En relación a la subvención, aparte de que usted cita a la prensa como
argumento de autoridad --yo diría que ahora determinada prensa no puede
ser citada como argumento de autoridad porque es una prensa que está
amedrentada por el Gobierno--, realmente creo que este Gobierno



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tiene un problema importante con los medios de comunicación. Una parte de
ese problema son los medios públicos de televisión y la utilización
partidaria de éstos, y de eso, quiera usted o no, como es el gestor,
tendrá que responder. Y hay otra parte que no le corresponde a usted,
pero usted forma parte de este Gobierno y en ese sentido sí le
corresponde: la operación del Gobierno a través de Telefónica, y veremos
dentro de poco a través de Endesa, para utilizar o quedarse con algunos
medios de comunicación, con una ventaja: usted tiene que pasar por este
Parlamento; los directivos de Antena 3, no. Por eso he señalado
claramente que hay tres pasos en la actuación de este Gobierno: uno, la
manipulación de los medios públicos de comunicación, fundamentalmente la
televisión y la radio pública; también la Agencia Efe, aunque en menor
medida --y luego trataremos ese problema--. El segundo es la compra de
medios privados a través de empresas que hace poco fueron públicas y hoy
son privadas, con la presidencia de un amigo del presidente. El tercero
es el amedrantamiento de los medios de comunicación, y eso lo hay, como
también lo hay, y luego hablaremos de ello, en Televisión Española.

Usted cita ese argumento de autoridad y yo no creo que lo sea porque está
citando prensa amiga, pero en realidad cuando habla de la subvención dice
que no ha pedido una subvención mayor --y ha aludido a algo a lo que se
refiere sistemáticamente-- por su voluntad de pacto. Realmente creo que
usted tiene voluntad de pacto de Estado para llevar a cabo las
transformaciones que hay que hacer en la televisión pública, pero creo
que su grupo no le acompaña. Señor director general, hace más de seis
meses el Pleno de la Cámara votó e instó por unanimidad al Gobierno para
que presentara un informe para poder empezar a debatir sobre el futuro de
Televisión; seis meses después el Gobierno no ha dado señales de vida.

Casi al mismo tiempo se aprobó la creación de una subcomisión, que es un
recurso que está utilizando el Gobierno cada vez que no quiere tomar
decisiones. No quiere tomar una decisión en sanidad y crea una
subcomisión de sanidad, no quiere tomar decisiones en Televisión y crea
una subcomisión. Pues bien, por parte de su grupo no ha habido ningún
interés en convocar esta subcomisión. Es verdad que algunos grupos
estamos diciendo que antes de empezar a trabajar hay que hablar de
algunas cosas, que hay que hablar de los informativos, que hay que hablar
de la manipulación de información, que hay que hablar de la programación.

No hemos tenido ni siquiera oportunidad de dar nuestros argumentos,
porque la subcomisión no se reúne.

Señor López-Amor, he analizado bien el mes de septiembre y yo creo que en
él se ha demostrado que usted no tiene el respaldo de su grupo, en un
sentido. El otro día, el presidente del Gobierno, en una pregunta
parlamentaria, respondió algo así como que le respalda mientras esté en
el cargo. Yo le quiero recordar que fueron las palabras que utilizó con
el señor Ortiz Urculo y al poco tiempo lo había cesado. Yo espero que no
sea su caso, porque nos estamos acostumbrando a usted y yo creo que si le
sustituyen pondrán a otro peor, por tanto, espero que no sea su caso,
pero quiero que sepa que usted puede explicar aquí como quiera la
voluntad de pacto. Su grupo, sobre todo este Gobierno, no tiene ninguna
voluntad de pacto, porque no le interesa la televisión pública y no
estamos haciendo política, estamos explicando los Presupuestos Generales
del Estado en su partida del ente público Radiotelevisión Española.

Usted habla de la deuda y la denomina algo así tan exótico como
financiación externa de carácter bancario. Llámela como la llame, hay una
deuda importantísima que el Estado no puede asumir y que lleva a la ruina
de Televisión.

A mí no me ha contestado y me parece que tendría que haberlo contestado,
¿por qué no pide una mayor asunción de la deuda? Yo sé que ustedes están
haciendo ahora una cuenta, que es una cuenta extraña, porque suman el
endeudamiento con la asunción de la deuda. Así explica, al menos lo ha
explicado la primera vez, porque hemos intentado que nos expliquen
distintos portavoces oficiales las declaraciones del presidente del
Gobierno y hasta ahora no habíamos tenido una contestación. Para mí es
sumar churras con merinas, pero, en todo caso, me vale al menos la
explicación; algo nos ha dicho.

Sobre el control de los medios, ya le he contestado. Pienso honestamente
que con este Gobierno tenemos un problema de libertad de expresión,
porque es un mecanismo el que está poniendo en marcha de afianzarse en el
poder a través de los medios de comunicación; sobre esto debatiremos
políticamente en otro momento, pero quiero que quede constancia en esta
Comisión de que esto no es una aseveración política, sino una afirmación
que está basada en hechos reales que vienen sucediendo en los últimos
meses.

Sobre Vía Digital, usted me dice que es una decisión acertada, de
acuerdo, es una decisión acertada, no podemos quedarnos al margen de los
avances tecnológicos, es como poner puertas al campo. Ahora, esa
operación se ha politizado al margen de sus deseos. Es más, yo creo que
sé que usted tiene problemas con la televisión digital, porque quieren
que vaya un poquito más allá de lo que razonablemente puede ir. Me dice
que usted es un proveedor preferente para televisión digital. Eso habría
que estudiarlo jurídicamente, pero no sé si es posible que usted dé sus
archivos, su documentación, etcétera, a una televisión digital en
perjuicio de la otra. En todo caso, ¿no me puede decir que es en
beneficio de los trabajadores, como no es en beneficio de la audiencia,
el que tres canales que hasta hace poco tiempo se veían en abierto ahora
lo vean sólo los 20.000 abonados de televisión digital, de Vía Digital?
No me puede decir que eso es correcto porque usted no puede pensar que
eso sea correcto.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Señora Conde, perdón. Le ruego
vaya terminando y concretando las preguntas referidas a lo que es objeto
de la comparecencia en los presupuestos de 1998.




La señora CONDE GUTIERREZ DEL ALAMO: Gracias, señor presidente. No estoy
de acuerdo con su amonestación, pero en todo caso iré a las preguntas.




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El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): No es una amonestación, es un
ruego, para que concrete. Muchas gracias.




La señora CONDE GUTIERREZ DEL ALAMO: Hay una serie de preguntas que le he
hecho y que le repito, si no me las puede contestar hoy, le rogaría que
me las contestara por escrito; se las haré por escrito, porque creo que
son pertinentes.

Insisto, ¿cuál es el último cierre presupuestario del año? Según mi
información, cada mes hay un cierre presupuestario. Puede ser que no
tenga el de agosto o el de septiembre, pero puede tener el de julio. Yo
querría conocer el cierre presupuestario y en qué grado de cumplimiento
se encuentra. El consejo de administración se lo ha pedido muchas veces.

Usted todavía no lo ha dado, y es un dato que es necesario para mi grupo
parlamentario para analizar los presupuestos de 1998. Insisto, ¿ha habido
trasvase de diferentes partidas en el actual ejercicio? Más
concretamente, ¿ha habido trasvases al capítulo de compras? Tengo alguna
información que querría comprobar y querría que quedara constancia en
esta Comisión.

Sobre los ingresos, tampoco me ha contestado. Yo insisto en si los
ingresos previstos para este ejercicio van a alcanzar o va a haber alguna
disminución. Quiero saberlo. ¿Cómo relaciona los gastos de personal? ¿A
qué se debe ese aumento del 9,9 por ciento de gastos de personal? No ha
habido subida salarial. ¿Tanto ha aumentado el sueldo de los directivos?
Otra pregunta en relación a Vía Digital, que no me ha contestado. ¿Por
qué regala 5.126 millones de pesetas a Vía Digital? ¿Porque es proveedor
preferente? En unos presupuestos que usted dice rigurosos, esa partida no
se entiende.

Por último, le he dicho que Vía Digital creo que tendrá pérdidas, puede
que usted piense lo mismo. Usted participa con un 26,5 por ciento --por
cierto, con un 1,5 más de lo que la ley permite-- y tendrá que asumir la
parte de la deuda de Vía Digital. ¿En qué partida contempla esta
previsible pérdida?



El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Por el Grupo de Izquierda Unida,
tiene la palabra don Felipe Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor López-Amor, no sé qué concepto tiene usted
de lo que son unos presupuestos generales del Estado. Sería posible
recordar ahora cuál fue el principio de los parlamentos y por qué se
crearon. Se crearon porque se trata de controlar los presupuestos
generales de cada Estado, en cuanto documento político fundamental de
cada año, de su ejecución y de las previsiones que hace con respecto al
futuro. Por tanto, son un documento político de primerísima magnitud y
encierran estrategias políticas y fundamentalmente previsiones de cara al
futuro.

Desmenuzando los datos que le hemos citado, entrando en los
fundamentales, hemos hablado de deuda a corto, de deuda a largo plazo, de
acumulación de la deuda, de planes de reducción de personal, del futuro
de la producción propia, de la contratación de personal de fuera de la
casa, sin tener en cuenta los profesionales, del aumento de dedicación en
gastos de personal con respecto al organigrama de cargos directivos, de
la subida. Le hemos dado los datos de todo esto, de las compras
exteriores, de la bajada fundamental con respecto a las inversiones.

Pero, a continuación, le hemos dicho que estos datos significan la
voladura calculada, puesto que esto sigue así con respecto a ejercicios
inmediatamente anteriores, la descreencia total con respecto al futuro de
Radiotelevisión Española. Usted me dice, en cuanto ejercicio de fe,
contestando a la pregunta que le ha hecho la señora Conde: Yo creo en el
servicio público o la radio pública y la televisión pública. Usted cree
en eso y al mismo tiempo presenta estos presupuestos. Usted se cree que
yo soy tonto. No, no.

A usted se le conocen dos documentos: uno es éste, del que usted es
coautor con el señor Alvarez-Cascos o con el señor Rato; y otro documento
que se le conoce, que después resumió en un folio, es el de la propuesta
que hizo a los representantes de UGT y Comisiones Obreras para la
reducción de plantillas. Esos son los dos únicos documentos que se le
conocen a usted. El resto es poesía, etopeya prosopopeya o digresión;
pero esos documentos están escritos, negro sobre blanco, y significa que
esos documentos resumen y reducen su política. Usted no puede después
desconocer que ha defendido esos documentos y que hoy acaba de defender,
sin admitir ningún tipo de matización, el texto de los Presupuestos
Generales del Estado para 1998. Lo ha hecho. Luego usted es eso. Usted en
cuanto a director general de Radiotelevisión Española es eso, no otra
cosa. Y si es eso significa que no estamos de acuerdo, ni nosotros, ni
los trabajadores, ni me parece, cuando se comunique a la sociedad el
futuro que espera a la radiotelevisión pública, que la gente estará de
acuerdo.

Señor López-Amor, le pedí en la Comisión de Control de Radiotelevisión
Española, y usted no me contestó prácticamente nada, que me mandara el
control de la deuda privada y sus adquirentes. Entonces no me dijo
absolutamente nada y ahora me dice que sí, que lo voy a tener y que no me
preocupe. Tengo que preocuparme porque entonces ni siquiera me contestó.

Ahora lo voy a tener. Esto es interesante para saber quién ha comprado la
deuda y cómo puede en el futuro hacer uso de ella, teniendo en cuenta la
deriva que ha tomado la radio y la televisión pública.

Con respecto al plan de regulación de empleo, señor López-Amor, usted
acaba de decir algo que va a sorprender muchísimo a los trabajadores y a
su representación legítima, los comités de empresa y el comité general de
intercentro. Ha dicho que hay muchísimos trabajadores que están
interesadísimos en que se ponga en marcha cuanto antes el expediente de
regulación de empleo. No se debe usted haber referido a las centrales
sindicales. ¿Verdad que no? Se refiere usted a contactos privados que
haya podido tener usted, pero puede empezar a cometer el mismo y
gravísimo error que cometió el señor Candau: puentear constantemente a
las secciones sindicales, a los comités de empresa, a Comisiones Obreras
y a UGT. Eso es un error gravísimo que cometió el señor Candau y que
esperamos que



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no cometa usted, porque se puede encontrar con la sorpresa de que el día
25, de una parte --ahora hablaremos por qué no le dejan firmar el
manifiesto--, y de otra, el día 8 de noviembre, la gente diga muy
explícitamente, y supongo que presentará a este Congreso un escrito
detallado, por qué no pueden aceptar una reducción de plantilla, tal y
como usted ha defendido aquí. Usted presentó un folio, cero que fue a
finales de julio o primeros de septiembre, que era resumen de un
documento previo que había entregado a los trabajadores, donde hablaba de
reducir la plantilla en 1.500 trabajadores, como mínimo, y al mismo
tiempo hablaban de reducir derechos laborales y condiciones de trabajo
que contempla el convenio colectivo vigente de Radiotelevisión Española y
que, efectivamente, era un convenio adecuado que, por ser adecuado,
supera al convenio que tienen otras televisiones, en este caso las
privadas. Pero éste es un convenio adecuado, que no hay por qué
asimilarlo a otros que no son adecuados y que no han logrado conquistar a
los trabajadores en su empresa. Usted se ríe porque dice: claro, ya lo he
tocado, porque él me dice que es un convenio que habrá que asimilar a los
convenios de la televisión privada. No, yo le digo que, en todo caso,
habrá que, desde la televisión privada, intentar parecerse al convenio
colectivo que hasta ahora se ha logrado por presión legítima, democrática
y constitucional de los trabajadores alcanzar en la radio y la televisión
pública. Pero esta propuesta que usted hizo fue absolutamente rechazada
por los trabajadores, y cuando hablo de trabajadores hablo de su
representación legal, las centrales sindicales y los comités
correspondientes. Además, se dijo que nunca la reducción de plantilla ha
supuesto una reducción real del endeudamiento, puesto que la inversión,
que es la palabra exacta, en los trabajadores de este sector audiovisual
es una inversión real, no es un gasto de personal. Es una inversión nueva
y viva que va en consonancia directa con la producción propia que se
exige y con la dimensión productiva que tiene la casa. Por tanto, hablar
de gastos de personal en el caso de Radiotelevisión Española es,
fundamentalmente, hablar de inversión. Y quitar esa inversión supone, a
nuestro juicio, reducir consecuentemente la dimensión de la casa,
reduciendo no sólo la producción propia, sino otros servicios y alcances
que hoy tiene la radio y la televisión pública, que empezó a tener 14.000
trabajadores y que va ya por 9.300. Ya se ha hecho una reducción
adecuada. La reducción de ahí para abajo en las cantidades a las que
usted se refiere, 1.500 por un lado y 5.000 que se pasarían a Retevisión,
supone tener otro concepto de la dimensión que ha de tener la televisión
pública y la radio pública. Permítame usted que interprete políticamente
yo los presupuestos. Usted me ha dicho que este expediente va para
adelante porque los trabajadores lo desean. Yo le digo que no es así, y
hay otros sitios de donde sacar la reducción del gasto en Radiotelevisión
Española, esta vez sí del gasto, no de la inversión en cuanto a elementos
productivos en el sector audiovisual. Por ejemplo, una drástica reducción
del organigrama de dirección, que se lo hemos pedido muchísimas veces a
usted y a otros directores generales; la drástica reducción de mandos
intermedios; la reconducción de políticas de compra de la casa; la
contratación de profesionales externos y de figuras del mundo televisivo
que va, naturalmente, subiendo muchísimo los gastos de la casa y,
consecuentemente, el déficit. También le hemos pedido la necesidad de una
revisión de la colaboración con productoras privadas que permita la
recuperación de mayores cuotas de producción propia en Radiotelevisión
Española.

Por tanto, no hay que tirar por el camino de la reducción a la que usted
aludía, y ésta es la respuesta, usted lo sabe muy bien, que le dieron los
representantes legales libremente elegidos de los trabajadores.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Señor Alcaraz, le ruego vaya
terminando y concretando sus preguntas.




El señor ALCARAZ MASATS: Su firma vale más que la mía. Supongo que sí,
pecuniariamente hablando. Pero, en cuanto al concepto de Radiotelevisión
Española, no le han dejado firmar por esto que acabo de decir. Si usted
ahora dijera que está de acuerdo con ese manifiesto, pequeño pero que va
al fondo de la cuestión, al futuro de Radiotelevisión Española, y no
hubiese presentado estos dos documentos, el expediente de regulación y
los presupuestos de cara a 1998, es posible que en ese momento dudaran y
le dejaran firmar, pero ahora es imposible que le dejan firmar un
manifiesto en defensa del futuro de Radiotelevisión Española. Usted está
empezando a convertirse en uno de los principales obstáculos para el
futuro de Radiotelevisión Española. Y, en este sentido, tiene el
compromiso político de aclarar las cosas con el señor Alvarez-Cascos de
cara a ese documento. Y me da la impresión de que ha aceptado
pasivamente, sin una sola mueca en su cara, el límite gravísimo que ha
interpuesto en contra de estos presupuestos y la acumulación de
endeudamiento el señor Rato. Por lo que parece, Maastricht a usted le
obnubila, señor López-Amor. ¡Pero si ya estamos dentro! ¿No se lo han
dicho? (Rumores.) Maastricht es un corsé que nos está ahogando. Queremos
ser lo primeros de la clase, teniendo dos millones y medio de parados y
una televisión pública...




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Señor Alcaraz, le ruego concrete
su intervención en el tema que es objeto de la comparecencia. Tiene un
minuto para terminar.




El señor ALCARAZ MASATS: Es que estaba contestando a esta interrupción.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Ya sabe que el diálogo no
funciona en ese sentido; tiene que dirigirse el portavoz al
compareciente. Le ruego vaya terminando.




El señor ALCARAZ MASATS: Maastricht no puede ahogar estos presupuestos,
señor López-Amor. Maastricht no puede ahogar llevando la deuda de 600.000
millones de pesetas, como no ha ahogado a ninguna televisión de países
que están por debajo de indicadores de convergencia,



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como Francia, Alemania, Italia, que están pagando la televisión pública y
este año han vuelto a pagarla. Luego tampoco es excusa. Ustedes han
decidido unas dimensiones marginales para la radio y la televisión
pública española, en consonancia con el programa de ustedes que aquí
contradijeron (se han leído palabras del señor Alvarez-Cascos), pero
cuando se ha llegado a los hechos, al presupuesto, vuelven a retomar ese
programa que conduce a una reducción drástica de la televisión pública y
a una privatización encubierta, que se puede producir a medio plazo,
andando el camino en la dirección en la que ustedes han empezado a
hacerlo.

No me ha convencido usted en absoluto. No admite ningún tipo de enmiendas
y, además, se lo toma con tranquilidad. Con la misma tranquilidad, yo le
digo que a partir de ahora no creemos en el pacto de Estado en que usted,
como figura fundamental, basó su discurso de investidura, permítame la
expresión. Por lo tanto, no creemos que eso sea posible en estos
momentos.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Tiene la palabra don Manuel
Alcaraz. Le ruego la máxima brevedad, concretando su intervención.




El señor ALCARAZ RAMOS: Coincido con la anterior intervención y con la
sorpresa de que usted se sorprenda de que en un debate sobre los
Presupuestos Generales del Estado se hable de política. ¡No sé de qué
quería que habláramos! Es bastante obvio que nos encontramos ante
seguramente el debate político normal más importante del año. Y lo
lamento por lo que ello significa de desgaste personal, pero no puede
sustraerse a depender de un Gobierno que está bajo sospecha en su
política de medios. Y si no se ha enterado de ello, será porque sólo ve
Televisión Española, que informa poco de ese hecho.

En realidad, no ha contestado a ninguna de las preguntas que se han
formulado, ni siquiera con el mínimo detalle ni el mínimo rigor a las que
le he formulado yo y otros portavoces. Nos pide que hagamos un acto de fe
en sus buenas intenciones. El problema es que esas buenas intenciones se
contradicen en los fines que usted anuncia con los medios que tenemos,
que son estos Presupuestos Generales del Estado. Si tuviera que definir
su intervención, diría que lo que usted ha hecho ha sido un programa de
eufemismos con abundantes cortes publicitarios. Uno de esos eufemismos, y
le digo de antemano que coincido en este caso con usted, es eso de que no
hay déficit. Yo, antes de dedicarme a las tareas parlamentarias fui
durante algún tiempo miembro de un consejo de administración de una
televisión autonómica, y ese argumento, básicamente como usted lo
expresaba, lo tenía que dar todos los días para defenderme de los ataques
que el Partido Popular hacía a las televisiones públicas. Ese es el
problema. El problema es que ustedes no han acabado de definirse en si
tenían razón antes o ahora y en definitiva nadie ha generado la confianza
en los hechos para que de verdad podamos creer que ustedes hacen una
apuesta seria y decidida por la radiotelevisión pública. En cualquier
caso, el concepto de utilizar un eufemismo de que no hay déficit hay que
ponerlo en relación con la calidad del servicio público prestado, y más
allá de sus opiniones sobre la calidad de Radiotelevisión Española, mucho
nos tememos que no alcanza los estándares que nos gustaría de auténtica
calidad, de auténtico servicio público, en comparación, por ejemplo, con
otras televisiones de nuestro entorno.

En cuanto a la subvención, usted ha dado dos argumentos de por qué pide
esa cantidad, que son el Protocolo de Amsterdam y el pacto de Estado. El
Protocolo de Amsterdam --que nos puede provocar mucha satisfacción en el
punto concreto que usted advierte-- es una asociación de otros documentos
y de otros debates que se han producido en instituciones europeas donde
siempre se ha resaltado la necesidad de los servicios públicos de
Radiotelevisión, para conformar incluso una opinión pública europea. Eso
nos parece muy bien, pero el contexto del Protocolo de Amsterdam exige
que haya precisamente más inversión pública para mejorar la calidad del
servicio, porque ésa es la filosofía de las iniciativas de la Unión
Europea, y no la contraria.

En segundo lugar, nos alegramos mucho de que usted no quiera condicionar
el pacto de Estado, pero comprenderá conmigo que traer a colación esa
cuestión en este punto concreto no tiene mucho sentido. Mucho mejor
funcionará cualquier pacto si la aportación pública y la financiación
está garantizada y no si tenemos que estar debatiendo siempre sobre el
déficit, sobre ausencia de financiación pública o sobre deuda. También es
cierto que usted no condiciona el pacto de Estado, pero algunas alusiones
que usted ha hecho a que en su opinión deberían recortarse --así lo he
entendido yo-- las funciones del consejo de administración, organismo
plural en materia presupuestaria, o --y no voy a insistir-- las alusiones
a la regulación de empleo, me parece que pueden crear un marco
desfavorable a un pacto de Estado, porque lo que ustedes no pensarán es
que el pacto de Estado sea que los grupos de la oposición vayan a apoyar
la propuesta del Gobierno para legitimar lo que hagan. En definitiva, la
duda que me queda es, si no hubiera existido el Protocolo de Amsterdam o
no estuviera esta leyenda del pacto de Estado flotando sobre esta casa,
si usted hubiera pedido más dinero de subvención o menos, porque con los
argumentos que usted ha dado podía haber pedido más que menos, y no
entendemos por qué precisamente es esa cifra.

Me complace que usted haya reconocido --se lo agradezco vivamente-- que
en mi intervención haya aludido a la necesidad de superar que
Radiotelevisión Española sea un escenario de confrontación. Yo estoy de
acuerdo con eso, pero sólo hay una forma de hacerlo, y quien tiene la
responsabilidad de gobernar con las leyes vigentes son ustedes, y usted
en la materia que le toca, que es romper un círculo vicioso. Ustedes
viven de las rentas argumentales, de los errores de los anteriores y de
dejar una herencia terrible para sus sucesores. Esa es la realidad. O
rompen ustedes con esa dinámica en los hechos, en los argumentos y en las
políticas de radiocomunicación global, o entenderán que la confrontación
va a estar servida y cada vez se va a agravar.




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Entiendo que mi última pregunta no la contestara, porque son esas
preguntas retóricas que se contestan con los hechos, porque obras son
amores y no buenas razones. Cuando usted dice que cree en la
radiotelevisión pública, a mí me recuerda una anécdota: en la fase
terminal de la monarquía absoluta en Francia, en que los reyes elegían a
los obispos, a un rey le sometieron al nombramiento de un obispo y dijo:
No me propongáis a ése, porque para ser obispo por lo menos hay que creer
en Dios. Yo no dudo que usted crea en la radiotelevisión pública; el
problema y la duda es en qué radiotelevisión pública cree y si es posible
con esta dinámica que exista en el futuro una radiotelevisión pública.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Ha solicitado intervenir el Grupo
Popular. De acuerdo con las normas que nos hemos fijado para el
funcionamiento de estas comparecencias, tiene la palabra por un tiempo
limitado, rogándole concrete al máximo su intervención, el señor
Peñalosa.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Seré breve.

Señor director general, se han confirmado los pronósticos y ha sucedido
lo que desgraciadamente es habitual cuando se abordan los asuntos de
Radiotelevisión Española por parte de algunos grupos parlamentarios. Se
trata de aprovechar cualquier cosa, por ejemplo esta comparecencia para
informar sobre el presupuesto, para hablar de cualquier otra cosa
distinta, sobre todo para desprestigiar a Radiotelevisión Española, para
descalificar al Gobierno y para mezclarlo todo. Desde luego, hay que
armarse de paciencia para soportar a estas horas, para digerir, algunas
manifestaciones que se han hecho en esta comparecencia. Expresiones que
tienen que ver con la manipulación de la información, con los riesgos de
la libertad de expresión, o con la amenaza de privatización en
Radiotelevisión Española, causan estupor en boca de quien las pronuncia.

Yo no sé si el presupuesto de Radiotelevisión Española para el próximo
año es o no osado, pero, desde luego, estoy convencido de que sí lo son
algunos portavoces parlamentarios.

Nosotros, desde el Grupo Parlamentario Popular, lamentaríamos
profundamente que tuviera algún éxito la estrategia del Partido
Socialista en relación con Radiotelevisión Española. Y lo lamentaríamos,
no porque sea una estrategia que proviene de un adversario político, de
otro partido, sino porque es una estrategia basada en una rotunda y
constante falsedad. No es razonable sembrar inquietud, no hay datos que
lo justifiquen, entre los trabajadores de Radiotelevisión Española,
hacerlo con tanta frecuencia y hablando siempre de la inestabilidad y del
futuro. No es razonable tampoco que Radiotelevisión Española se desligue
de los avances tecnológicos y del futuro digital y que se cuestione
permanentemente esa importante iniciativa a través de alarmas
injustificadas y de problemas inexistentes.

En el Grupo Parlamentario Popular creemos firmemente en Radiotelevisión
Española y el tiempo transcurrido de gestión, desde que se produjo el
cambio de Gobierno, creo que lo acredita y creo que confirma esta
aseveración. Creemos en Radiotelevisión Española, creemos en la radio y
la televisión públicas y por eso creemos que este presupuesto que se ha
presentado no compromete su viabilidad futura. Creemos en la radio y
televisión públicas y, por eso, nos sumamos a esa batalla, no sólo
semántica, de dejar de hablar ya de pérdidas para hablar de deuda.

Curiosamente, el último director general de Radiotelevisión Española de
la Administración socialista decía constantemente la expresión «coste de
Estado», que también sería bueno utilizar, pero no la de pérdidas. Hay
que ser insistente; desde luego, lo es el director general, lo son
también algunos grupos y lo quiere ser el Grupo Parlamentario Popular.

Porque creemos también en la radiotelevisión pública hemos apostado por
alcanzar ese pacto de Estado, esa invitación sincera que el director
general hacía en su primera comparecencia ante la Cámara. Y porque
creemos en la radiotelevisión pública, creemos que este presupuesto para
1998 otorga la capacidad financiera suficiente para mantener el liderazgo
que hoy ostenta Radiotelevisión Española. Ese liderazgo de la audiencia,
esa apuesta firme por la libertad de la información, yo creo que es la
apuesta más clara por su futuro y por su prestigio.

Desde nuestro punto de vista, el presupuesto de Radiotelevisión Española
para 1998 no es ajeno a las líneas generales de los Presupuestos
Generales del Estado en lo que se refiere al rigor, a la austeridad y a
la racionalización de los gastos. Tampoco es ajeno, y no podía serlo, a
las exigencias de la contabilidad nacional en relación con los objetivos
establecidos en Maastricht. Nos parece que es un presupuesto realista,
creemos que es el presupuesto posible, que no es fácil hacer otro, que
lleva aparejada una mejora de la gestión apreciable, que no compromete
tampoco la definición de un nuevo modelo, que garantiza el futuro de
Radiotelevisión Española y que lleva aparejado también el reconocimiento
de una deuda que es importante; pero es distinto del maquillaje, de la
operación cosmética que se hacía en los últimos años de la Administración
socialista y que dio lugar, quizá alguien se pueda extrañar hoy, a que
esa deuda ascendiera a 500.000 millones de pesetas hace tan sólo dos
años.

Hace un año, el 17 de octubre de 1996, en un acto idéntico a éste, el
portavoz del Grupo Parlamentario Socialista hacía la siguiente
consideración. Independientemente de los planes a largo plazo que pueda
tener Televisión y el ente en su conjunto, parecería conveniente respecto
a los presupuestos, por un lado, intentar aumentar o al menos mantener
los ingresos y, por otro, reducir los gastos. Creo que los presupuestos
para 1998 en Radiotelevisión Española siguen ese razonable consejo que
daba en ese momento la oposición. Así lo hacen los presupuestos de
Radiotelevisión Española para 1998 que ha presentado el Gobierno, no los
que algún otro grupo ha podido manejar. Tal vez en ese mismo equívoco el
año pasado tuvimos ocasión de debatir una enmienda a la totalidad que era
una copia equivocada de un plan que tampoco existió nunca oficialmente.

El presupuesto de Radiotelevisión Española, que sí existe, que sí ha
elaborado el Gobierno y del que se ha informado



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esta mañana, prevé, como se ha dicho ya, una disminución importante
respecto al año 1997. Disminuyen los gastos corrientes dos puntos
porcentuales en términos reales; disminuye la necesidad de financiación
ajena, también se ha dicho; se reducen los gastos de servicios exteriores
y los gastos financieros, asuntos de una indudable trascendencia y los
ingresos comerciales experimentarán también un crecimiento del 5,1 por
ciento. Por tanto hemos cumplido escrupulosamente con ese consejo que nos
daba el año pasado la oposición y me parece que también son unos datos
muy importantes de este presupuesto que, unido al incremento del control
del gasto, van a merecer desde luego el apoyo decidido de nuestro grupo
parlamentario en esta tramitación que se inicia estos días.

Finalmente, señor presidente, para cumplir con lo prometido en cuanto a
la brevedad, quisiera reiterar en nombre de nuestro grupo parlamentario,
y a pesar de lo que a veces hay que oír, nuestra mejor disposición a
encontrar pronto un punto de acuerdo parlamentario respecto al nuevo
modelo de televisión y radio públicas y en cuanto al sistema de
financiación que dé la estabilidad que todos deseamos a Radiotelevisión
Española.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacios): Muchas gracias, señor Peñalosa
por su brevedad.

Para cerrar la comparecencia, tiene la palabra el señor Director General
de Radiotelevisión Española.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (López-Amor García): Ya
en último turno para contestar a los portavoces intervinientes y antes de
terminar, empezaré por el Grupo Popular agradeciendo el apoyo prestado a
estos presupuestos que sin duda suponen un esfuerzo importante por parte
de toda la organización de Radiotelevisión Española, por parte de los
trabajadores de la casa y por parte, en definitiva, de todos los
planteamientos intelectuales y conceptuales que sobre la administración
de Radiotelevisión Española existían hasta el momento. Creo que son unos
presupuestos, como he dicho antes, importantes, son unos presupuestos que
nos va a permitir estar en una situación de mayor fortaleza cuando se
aborde el pacto de Estado, y hay que entender que mi llamamiento al pacto
de Estado es un llamamiento sincero, en el cual no he querido a través
del documento presupuestario --que como muy bien dice el señor Alcaraz es
el documento político más importante del año-- marcar las cartas con las
que los grupos parlamentarios deben afrontar y desde un ambiente,
entiendo yo, de generosidad este pacto de Estado. Por tanto, creo que son
los mejores presupuestos que se podían hacer sobre la Radiotelevisión
pública y en este sentido decir que no voy a entrar a valorar algunas de
las cuestiones que aquí se han dicho.

Le quiero decir a la portavoz del Grupo Socialista que no ha sido mi
ánimo ofenderle, he manejado cifras distintas a las suyas en alguna
ocasión, usted ha citado cifras que en algún caso son totalmente
acertadas y ha advertido un error que yo le he agradecido con
anterioridad, pero desde luego mi ánimo no era ofensivo hacia su persona.

Lo que sí le voy a decir es que la prensa de este país no está
amedrentada, eso es verdad, y se lo digo desde mi modesta opinión de
director de un grupo mediático, como dicen ahora, que no tiene nada que
ver con la prensa pero es audiovisual. Creo que la prensa no está
amedrentada. Es más, veo a periodistas que acuden a debates que se
realizan en mi casa y hablan de todo lo divino y lo humano, evidentemente
sin censura, sin tener en cuenta sus adscripciones ideológicas y
partidarias. Además, quiero recordar una cosa que seguro que les es bien
querida a todos los portavoces parlamentarios, y es que ahora en
diciembre se va a cumplir un importante aniversario de la Declaración de
Derechos Humanos, y en la conmemoración de ese aniversario creo que es
importante que en la casa de todos, que es la Radiotelevisión pública
española, pueda todo el mundo manifestarse con esa libertad de expresión,
porque no hace mucho tiempo desde luego en mi casa no había tales grados
de libertad. Esa es una constatación de que la sociedad empieza a
respirar, a comprender y lo que es mejor, a aprender. Todo el mundo sabe
que Radiotelevisión Española es un campo de libertad.

Dicho esto, le indico que mi grupo, señora Conde, apoya estos
presupuestos, como ha dicho su portavoz, y no tengo que hacer ningún
esfuerzo en desmentirle; he agradecido al grupo parlamentario el apoyo
que da a estos presupuestos y el que permanentemente da a este director
general, como agradezco a mi presidente del Gobierno la confianza que
tiene en este director general. Yo sé que a ustedes les hubiera gustado
que me hubiera cesado y que hubiera puesto a otro director general; pues
no lo ha hecho, y aquí estoy yo.

Señor Alcaraz, don Felipe, le agradezco sinceramente sus consejos. Sabe
usted perfectamente que cuando han tocado temas laborales lo primero que
he querido, por deferencia y por reconocimiento público, ha sido tratar
con los secretarios generales de los sindicatos más representativos.

Usted lo sabe, y como no me lo puede negar, comprenderá que mi postura
siempre es de negociación y de apertura. Pero que no se confunda la
gente, porque hay cosas que se pueden negociar hasta determinado punto.

Desde luego, no se puede caer en la interpretación tan curiosa que hace
usted de los gastos de personal de Radiotelevisión Española como gastos
de inversión. Es un gasto necesario, es un gasto que va destinado a lo
mejor que tiene Radiotelevisión Española, que son sus trabajadores, pero
no es un gasto de inversión, es un gasto de personal. Así viene en todos
los sitios donde se enseña economía y contabilidad: es un gasto de
personal.

Le diré que usted nos ha esbozado una teoría político-sindical sobre los
convenios colectivos, que sabe que se están negociando en nuestra casa.

Pero a veces las presiones, cuando la situación no es de equilibrio,
conducen a abusos, sea por cualquiera de las dos partes. Desde luego, lo
que intento es que no haya abusos por parte de ninguna, ni por parte de
la dirección ni por parte de los trabajadores. Le voy a contar un ejemplo
que parece curioso, y no es un ataque contra los trabajadores. El año que
viene, usted lo sabe --y si no se lo voy a decir yo--, la mitad de la
plantilla tiene derecho a tres meses de vacaciones pagadas. No hay
ninguna empresa en este país que tenga esos privilegios;



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porque eso no es una conquista legítima, eso es un privilegio.

Efectivamente, Maastricht es importante para mí, no me obnubila, no me
quita el sueño, pero es importante para mí porque esta Cámara lo ha
votado como un objetivo preferente de convergencia, como un objetivo
político de primera magnitud para todo el país, por mayoría
parlamentaria. A mí me gusta respetar la mayoría parlamentaria cuando una
cosa se somete a votación en esta Cámara, porque la tengo enorme respeto,
ya que he sido parlamentario. Por tanto, Maastricht se convirtió, por
votación de esta Cámara, en un objetivo políticos de primera entidad.

Pero usted sabe que Maastricht no se acaba cuando se pasa una raya, esto
no es una carrera de caballos. Maastricht supone una unión europea y
monetaria que hay que profundizar y continuar. Por tanto, no se crea
usted --a usted, que no le gusta Maastricht-- que esto se termina en una
fecha determinada, el 1 de enero de 1999.

Es cierto que se habla del modelo económico español; afortunadamente, ya
era hora de que en el mundo entero se hablara de un país de referencia
que se llama España, que tiene un modelo económico que se ha puesto en
marcha, que ha rendido frutos apetecibles y apetecidos, las dos cosas, y,
además, la banca de inversiones de todo el mundo está recomendando España
como un país de inversión preferencial. De eso hay que sentirse
orgulloso, y yo lo digo como ciudadano español, no como director general
de Radiotelevisión Española. El modelo económico español está ahí, encima
de la mesa, ya se habla del mismo en todos los periódicos económicos, y
eso tiene, evidentemente, unos responsables políticos, que son los que lo
han dirigido, y unos sujetos activos que han hecho posible ese milagro,
que son los españoles.

Don Manuel, yo no hago actos de fe, la verdad es que me gusta ser casi
agnóstico en casi todo tipo de materias, salvo en las confesionales, y le
diré que lo que es financiación externa bancaria es financiación externa
bancaria. Pero sí le voy a hacer dos matizaciones para que no haya
equívocos. Respeto profundamente al consejo de administración de mi casa.

Yo no he dicho que tenga amplias facultades o pocas facultades. Lo que he
dicho --y lo reitero para que conste en acta-- es que seguramente es una
de las cosas que sin duda habrá que modificar cuando se hable del
estatuto en ese pacto de Estado. Por tanto, mi total respeto al consejo
de administración, como no puede ser de otra forma.

A los trabajadores hay que decirles también que, evidentemente, respondo
a las peticiones de algunos que, legítimamente, quieren llegar a la edad
de jubilación un poquito antes que lo pactado, porque además van a
obtener una indemnización, digamos, apetecible, jugosa, y quieren
descansar ya, porque han trabajado mucho y pertenecen a unas generaciones
que se incorporaban al mercado laboral con extrema prontitud. Creo que
tienen bien merecido un descanso y si lo piden habrá que atenderles. Eso
no significa que se hurte la negociación con los representantes legítimos
de los trabajadores; eso es, también, un acto democrático, de
profundización democrática. Lo voy a negociar con ellos, tal y como le he
dicho a su compañero, señor Alcaraz, y mi primera acción ha sido de
deferencia hacia los secretarios generale de esos sindicatos.

¿Sabe usted lo que es Radiotelevisión Española hoy, después de nueve
meses de estar yo? En canales de televisión exactamente el doble, cinco
canales más, algunos muy importantes, que están percibiendo la visión y
la lectura que del mundo hace España, y se está viendo ya en toda
Latinoamérica, en América del Norte, en Europa y, dentro de muy pocos
días, en Asia, y eso es absolutamente fundamental. Le voy a decir más,
¿sabe usted en qué modelo de radiotelevisión creo? En la pública y en la
española.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Con esto damos por concluida su
comparecencia.

Reanudaremos la sesión en dos minutos con la comparecencia del señor
presidente de la Agencia Efe.




--DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA AGENCIA EFE (GOZALO SAINZ). A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO (Número de expediente 212/000919) Y GRUPO
SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente 212/000985).




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): La última comparecencia de la
mañana en esta Comisión de Presupuestos es la del presidente de la
Agencia Efe, don Miguel Angel Gozalo, a quien damos la bienvenida.

La comparecencia ha sido solicitada por el Grupo Socialista del Congreso
y por el Grupo Mixto, señor Alcaraz.

En primer lugar, tiene la palabra doña Amparo Valcarce, por el Grupo
Socialista del Congreso.




El señor VALCARCE GARCIA: Señor presidente de la Agencia Efe, usted
comparecía en esta Cámara el pasado 23 de junio ante la Comisión
Constitucional. En ella trazó a grandes rasgos lo que sería el dibujo del
plan de empresa de la agencia. Yo quisiera destacarle de entre los
objetivos que usted se marcó, al menos los siguientes. En primer lugar,
usted quería consolidar la presencia de la Agencia como el medio de
comunicación de agencias más significativo en lengua española y, por
tanto, en el mercado español e iberoamericano. En segundo lugar, usted se
marcaba como objetivo convertir a la empresa en una gran agencia
multimedia. Indudablemente, para conseguir estos dos objetivos, usted,
además, expresó dos medios para lograrlos: primero, una reestructuración
de los medios de la Agencia, en especial de los recursos humanos, y
segundo, dijo que su deseo era afrontar una renovación tecnológica de la
propia agencia.

En aquella comparecencia, mi grupo parlamentario le expresó tres
cuestiones: primera, que era muy importante no olvidar que el mayor
activo de la agencia era su credibilidad; segunda, que si la
reestructuración de los recursos humanos pasaba por un plan de
viabilidad, desde luego a los socialistas nos preocupaba enormemente la
posibilidad de que ello supusiera pérdida de puestos de trabajo, y
tercera,



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le recordábamos que nos preocupaba sobremanera que el contrato de
servicios con el Estado hubiese sufrido una merma de algo más de 400
millones de pesetas.

Repasando su comparecencia y la posición que entonces el Grupo
Socialista, y contrastándolo con los Presupuestos Generales del Estado
que usted presenta como responsable de Efe, desde luego, hay algo que no
cuadra a mi grupo parlamentario. Nos parece que la situación y las
expectativas de futuro de la Agencia que muestran estos presupuestos son
inquietantes; desde luego, inquietantes para nosotros porque presentan
incertidumbres e incógnitas importantes y, si me permite, voy a hacer un
repaso en cuatro apartados.

Señor presidente de la Agencia Efe, usted ha tenido el dudoso honor de
presentar el año pasado las peores cuentas en la historia de la Agencia;
pero es que este año, las cuentas, todavía, si cabe, han empeorado.

Permítame que le recuerde que las pérdidas acumuladas en los casi dos
años en los que se ha hecho cargo de la Agencia, ya se multiplican por
algo más de 2,7, casi se han triplicado. Y si tenemos en cuenta las
pérdidas del año 1996 para 1997, suponen un 117 por ciento. Pero es que
este año usted no contaba con perder, sino con ganar dinero. Usted tenía
previsto ganar 409 millones de pesetas y lo cierto es que perdió nada
menos que 2.849 millones de pesetas. Sus previsiones para el año 1998 no
sólo no mejoran, sino que empeoran. Usted tiene previsto que las pérdidas
supongan un 25,7 por ciento más que el ejercicio pasado. Indudablemente
estos datos no son halagüeños. Desde luego, en toda empresa, cuando hay
pérdidas, lo que hay que revisar al menos es el plan de negocio de la
misma. Es cierto que sólo a la vista de los presupuestos no podemos saber
cuál es su plan de negocio, pero, por lo que usted expresó, sí algo sobre
la situación de la Agencia en la comparecencia a la que ya me he
referido.

Quiero preguntarle algunas cuestiones muy puntuales sobre el plan de
negocio. En primer lugar, quiero saber por qué usted sigue pensando que
va a perder cuota de mercado. Me baso en que usted el año 1996 tenía una
facturación de 12.375 millones de pesetas, en el año 1997 esa facturación
baja a 11.095 millones de pesetas, pero es que para el año 1998 usted no
tiene previsto ni siquiera recuperar lo que eran sus cifras del año 1996,
es decir, lo deja en 12.213 millones de pesetas. Usted, de partida, cree
que va a perder cuota de mercado. Indudablemente la valoración política
que yo debo hacer de ello es el abandono por parte de este Gobierno de la
presencia de los medios públicos que, como el caso de la Agencia Efe,
compiten en el mercado libre de la información. Además yo quiero
preguntarle, porque eso no se ve en el presupuestos, cuál va a ser la
cantidad a la que va a ascender el contrato de servicios con el Estado.

En segundo lugar, y sobre el plan de negocio, quiero preguntarle cuál va
a ser su política comercial de tarifas. ¿Está previsto por parte de la
Agencia rebajar sus tarifas? Y en tercer lugar, una cuestión muy puntual:
¿cuánto paga Telemadrid por Efetexto?
Si me permite, pasaremos a otro apartado de los presupuestos que es el
que se refiere a la financiación. En el terreno de la financiación hay
dos cuestiones que me preocupan. La primera de ellas: quiero saber si la
aportación financiera del Estado de 4.000 millones de pesetas se refiere
a una ampliación de capital de la que usted parece que ha dado algunas
referencias. En segundo lugar, quiero hacerle una valoración: que esa
mejora en el balance financiero, en lo que se refiere a los costes de la
deuda, no es nada más que un efecto de maquillaje. En realidad usted lo
que está haciendo es pasar la deuda a corto plazo a deuda a largo plazo.

Nada que objetar, pero no es en absoluto un dato positivo.

Por último, quiero plantearle las incógnitas que mi grupo parlamentario
ve en la, a nuestro juicio, importantísima partida de personal, donde hay
al menos tres cuestiones a destacar. Una de ellas, el incremento en
gastos de personal es muy significativo, supone un 19 por ciento más que
en el ejercicio anterior, claro que esta distribución no es homogénea a
lo largo de todas las subpartidas de gastos de personal. Por ejemplo, en
lo que se refiere a sueldos, crece un 9 por ciento. Tratándose de una
agencia pública desde luego este crecimiento es importantísimo, y, por
ello le planteo las siguientes cuestiones: la primera de ellas, ¿va a
haber nuevas contrataciones puesto que hay un incremento muy importante
en la partida de sueldos? Segunda, ¿cuál va a ser el incremento de
salarios de los trabajadores de la Agencia? ¿Va a ser del 2,1 por ciento
que parece que es el porcentaje que se va a adoptar para el resto de los
funcionarios, para el resto de las agencias o empresas públicas, o, por
el contrario, dado que ésta es una empresa con pérdidas, se van a
congelar sus sueldos, o, por el contrario, se les va a aplicar una subida
de un 1,8 por ciento como prórroga del convenio colectivo del ejercicio
1997?
La tercera cuestión es sobre los sueldos. ¿Puede decirme de los 7.162
millones de pesetas que se van a dedicar al pago de sueldos qué cantidad
global va a ir a los pluses extra convenio, qué parte de los 7.162
millones de pesetas constituyen la masa de estos pluses extra convenio?
Como decía, en los datos de personal hay un incremento muy fuerte, pero
desde luego la parte del león se la lleva el capítulo de indemnizaciones,
que pasa de los 50 millones de pesetas simbólicos del ejercicio 1997 a
los 868 millones de pesetas que están previstos para el año 1998. ¿Está
aquí incluidos el plan de viabilidad de la empresa? ¿Está aquí incluido
un plan de reconversión de la empresa que afecte a su plantilla? Quiero
saber si va a haber despidos en la Agencia Efe. Este incremento de 868
millones de pesetas, ¿a qué se va a dedicar en concreto? En primer lugar,
¿hay despidos? En segundo lugar, ¿va a haber prejubilaciones? En tercer
lugar, ¿va a haber bajas incentivadas? ¿Qué partes porcentuales de estos
868 millones se van a dedicar a cada una de las partidas? Pero le ruego,
por la tranquilidad de mi grupo parlamentario y no me cabe la menor duda
que también por la tranquilidad de los trabajadores de Efe, que me diga,
sobre todo, si va a haber despidos en la Agencia.

Por mi parte, nada más y espero en la contrarréplica poder extenderme
ampliamente en la valoración de los presupuestos que ha presentado el
señor presidente.




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El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Tiene la palabra el señor
Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: Este debate que se ubica a continuación de otro
que ha tenido un nivel de debate político de alta intensidad, diría que
es de baja intensidad, pero yo no quiero olvidar que también lo que haga
la Agencia Efe y, por lo tanto, también sus presupuestos, forma parte de
una política informativa del Gobierno. Sin duda deberíamos considerarlo
como parte de la política de Estado, pero antes de que la situación sea
susceptible de empeorar, es bueno que aquí aprendamos de los errores en
Radiotelevisión Española y no dejemos que el tema se vaya de las manos;
por eso algunos de los elementos de estos presupuestos son preocupantes.

Seguramente haría falta una reforma de la normativa que regula la Agencia
Efe para que la pluralidad, la transparencia, etcétera, quedaran
garantizadas y así no planeará ninguna duda sobre si las intenciones de
su presidente o de la gestión obedecen a ciertos dictados del Gobierno o
hasta qué punto son legítimos ciertos dictados del Gobierno en una
materia como ésta.

El señor Gozalo dirigía una carta el 7 de octubre, una carta a la
presidenta del comité intercentros que es pública y entiendo, por tanto,
que no le molestará que lea algún párrafo. En estos párrafos que voy a
leer hay elementos positivos, y así lo manifiesto de antemano, y otros
elementos que crean incertidumbres preocupantes. Dice así. Dice, por
ejemplo, sobre el plan de empresa que la situación de expectativas de
futuro de la Agencia que se reflejaban en las cuentas anuales del
ejercicio de 1996 y en el presupuesto de 1997 fueron motivo de seria
preocupación para la dirección, para el consejo de administración, para
el accionista y, por supuesto, para el personal de la Agencia. Todos
estos colectivos coincidieron en la necesidad de cambios profundos en la
tecnología, organización, etcétera, para garantizar su viabilidad. Aparte
de que se podía crear una cierta confusión en la distinción entre la
dirección, el consejo de administración y el accionista, que no se sabe
muy bien si políticamente no son todos lo mismo, lo que no sé es por qué
no se explicó esa preocupación en el debate sobre presupuestos de 1997 y
se hace tan a toro pasado. Otro párrafo dice: Por un lado, el Estado
aportará, vía ampliación de capital, los recursos financieros necesarios
para realizar la renovación tecnológica indispensable y acometer gastos
extraordinarios vinculados con la reorganización. Además, se incrementará
paulatinamente el importe del contrato de servicios, etcétera. Y --es el
último párrafo que quiero leer textualmente-- para ello deberá realizar
las inversiones comprometidas, reorganizar aquellos departamentos no
rentables y no vinculados con lo fundamental del proyecto y corregir los
elementos disfuncionales de su organización en los aspectos salariales y
de plantilla. Como usted comprenderá, crea perplejidad y preocupación en
los trabajadores, y nos la debe crear también a los diputados que tenemos
la responsabilidad de aprobar estos presupuestos.

Hay una reunión, si no estoy equivocado, convocada para mañana para
presentar ese plan de futuro. No sé si es una casualidad que sea mañana
después de la comparecencia de hoy. Creo que coincidirán conmigo en que
hubiera sido más útil para el Congreso de los Diputados y, en definitiva,
para el debate del proyecto de presupuestos, conocer de antemano cuáles
son los proyectos de viabilidad, plan de futuro o plan de empresa, que no
que todo ello se conozca después que el debate parlamentario se haya
producido o se esté produciendo. Creo que desde el punto de vista de una
lógica programación de inversiones, sería más adecuado conocer los
objetivos para ajustar los medios a ellos, porque si no, el presidente
tiene datos en este momento respecto de ciertos elementos que lógicamente
nosotros no tenemos. Es cierto que esta comparecencia se hace para
recabar esos datos, pero también entenderá, señor Gozalo, que por mucho
que usted desee informar, difícilmente va a ser una información tan
exhaustiva de la que hubiéramos podido disponer los diputados si
hubiéramos conocido ese plan antes. Por eso pido a la Mesa que se envíe a
los grupos el plan de futuro cuando sea presentado en la forma y momento
que sean oportunos.

Entrando en el contenido del proyecto de presupuestos y relacionándolo
con lo que acabo de leer, en aportación de capital se habla de 400
millones de pesetas. Ese es uno de los capítulos que llama más la
atención. Se entiende que es una ampliación de capital; si no es así, que
se explique, porque cuando se habla en la carta, dentro del plan de
futuro, de una ampliación de capital, el concepto que más se parece a eso
es el de la aportación de capital de 4.000 millones. Que se explique
exactamente por qué esa cantidad y no otra.

En cuanto al control de servicios, al cual también se alude en la carta,
me gustaría saber cuál es la cifra, porque como tal no aparece
explícitamente. Podemos deducir, si acudimos a los presupuestos del
Ministerio de la Presidencia, que podrían ser 5.440 millones de pesetas.

Le digo a beneficio de inventario o a beneficio de compareciente, si me
puede afirmar que ésa es la cifra. Si es ésa la cifra, no entendemos por
qué no queda presupuestariamente bien registrada y nos evitaríamos
problemas de posible interpretación. Si ésa es la cifra, es cierto que
hay un incremento, de lo cual nos congratulamos, de unos 110 millones de
pesetas, aproximadamente, respecto del contrato de servicios del año
anterior, pero todavía estaría unos 200 millones por debajo del contrato
de servicios de 1996. Por tanto, la pregunta obligada, más allá del gusto
personal que el señor presidente pueda tener por disponer de más cantidad
económica, es si considera auténticamente suficiente este incremento,
que, insisto, en ningún caso llega todavía a igualar la cifra, sin hablar
de inflación, del año 1996.

En cuanto que estamos hablando de ingresos, de alguna manera habrá que
aludir --y ésa es una pregunta que ha formulado la señora Valcarce, pero
que yo reitero-- a la política de tarifas que se va a seguir, ligada,
supongo, a la captación de mercados, al mantenimiento de mercados
existentes o al abandono de potenciales mercados.

En cuanto a gastos de personal, evidentemente la preocupación es
compartida, pero hay un dato interesante. En los últimos años ha habido
una subida salarial creo y un estancamiento prácticamente de plantilla.

Sin embargo, para



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el período 1996-98 hay un incremento global del 13,39 por ciento. Cómo se
explica. Ya se ha citado aquí, pero lo reitero porque es una cifra que
llama mucho la atención por su incremento vertiginoso en el capítulo de
indemnizaciones, de gastos de personal, a 868 millones. ¿Significa el
capítulo de indemnizaciones la cara dulce de los posibles sacrificios que
parece que van implícitos en esta organización en los aspectos salariales
y de plantilla que en su carta dice? En definitiva, ¿se va a producir una
reducción de plantilla? ¿Puede cuantificarse ya, de alguna manera, en sus
trazos más gruesos? Igualmente reitero la pregunta sobre el incremento
salarial para el próximo año.

En cuanto al capítulo del balance de situación del pasivo, hay un dato
que llama la atención, y es el incremento hasta 8.674 millones previstos
en los acreedores a corto plazo. Es decir, unos 1.300 millones de
incremento respecto a los presupuestos del año pasado y unos 4.300
millones respecto a los presupuestos de 1996. ¿Significa eso que se va a
pagar más deuda? ¿Significa que hay una renegociación de la deuda? En
definitiva, ¿cuál es el alcance último del incremento tan importante en
esa partida?
Finalmente llegamos al asunto más preocupante, que no se puede desligar
de otros aspectos también preocupantes de la política general de este
Gobierno, que al fin y al cabo es quien presenta el proyecto de
presupuestos, en materia de los medios de comunicación, en este caso de
la Agencia Efe, en definitiva de empresas públicas ligadas a la
comunicación. Pese a que en ventas netas se prevé un incremento, nos
encontramos con un abundante incremento de las pérdidas. Ya se han citado
aquí los 3.584 millones frente a los 2.849 millones del año pasado o a
los 1.351 del año 1996. La anterior interviniente ha dado suficientes
datos porcentuales, lo cual me redime a mí de tener que aburrir a SS. SS.

Llegados a este punto, la pregunta en definitiva es cuál va a ser la
intensidad de ese proyecto de futuro en relación con el concepto de
pérdidas. Si va a ser una bola de nieve inevitable, cómo se va a cortar.

En definitiva, nos gustaría que el señor Gozalo pudiera hoy, aunque
dudamos que así pueda ser, despejar una duda muy preocupante, y es que
estos presupuestos, que en esta materia serían prolongación de los del
año pasado, significan o siguen significando una hipoteca de futuro para
la Agencia Efe.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el presidente de la Agencia Efe.




El señor PRESIDENTE DE LA AGENCIA EFE (Gozalo Sainz): Yo no soy ni he
sido parlamentario como el compareciente anterior, cuya intervención tan
brillante me ha encantado. Ha dicho antes el señor Alcaraz, no don Manuel
sino don Felipe, que aquí se viene a hablar de números y de política, y
que lo otro es poesía. Pues si ustedes me lo permiten, yo querría hablar
de poesía, porque la Agencia Efe es algo más que números y, desde luego,
no es política. En todo caso, si es política, es política en grado
excelso, es decir, es política de Estado. Como yo no soy parlamentario y
no lo pretendo --aunque no hay que poner límites a la divina
providencia-- me tengo que limitar a explicar aquí mi gestión como
periodista que soy, presidente director general de la Agencia Efe, y
desde luego a tranquilizar a SS. SS. Comparto las preocupaciones de todos
en lo que es este país y por dónde va, pero quiero asegurar que
justamente ese documento que el señor Alcaraz ha tenido a bien leer, que
es una carta mía dirigida a los trabajadores, expresa lo que siento sobre
la Agencia Efe. La Agencia Efe es un proyecto de Estado, es la cuarta
agencia del mundo, tiene una presencia tremenda en Iberoamérica y, según
los últimos datos que tengo, más del 40 por ciento de los impactos de la
prensa iberoamericana son nuestros, y el siguiente creo que en este
momento es France Presse y no llega al 18.

Dada la hora que es y dado que hay que empezar por negar la mayor, que es
lo que voy a hacer ahora, no quiero entrar a leer unos papeles que traía
muy pormenorizados. Yo me anticipo a la preocupación y a la sospecha del
señor Alcaraz de que no puedo dar los datos del plan de empresa porque el
plan de empresa está haciéndose en este momento. Eso es lo que condiciona
a estos presupuestos que han venido a esta Cámara y sobre los cuales yo,
no sólo porque es mi obligación sino porque lo deseo ardorosamente, estoy
dispuesto a explicar lo que haga falta.

Decía la señora Valcarce que hay algo que no cuadra. No. Es que no cuadra
nada, señora Valcarce. Hay que empezar por ahí. Hace un año nos ocurrió
lo mismo. Nosotros hacemos los presupuestos con una enorme anticipación
y, naturalmente, después la realidad los corrige de una manera tremenda.

Y este año con una causa mayor, que es la causa central de este desajuste
que ustedes ven, y es que este primer presupuesto efectivamente tiene ese
incremento que apuntaba el señor Alcaraz de un 2 por ciento o sea, ciento
y pico millones sobre el año anterior, que no es una cantidad para echar
cohetes pero es una primera corrección del estado de cosas anterior que
era una disminución. Este presupuesto forma parte de un plan de seis
años. Nosotros en estos seis años vamos a llegar a ganar dinero, señora
Valcarce, o a cuadrar las cuentas, partiendo de una cosa que tengo que
decir siempre a quien me pregunta y siempre que llego aquí. ¿Qué es la
Agencia Efe? La Agencia Efe es la agencia de bandera de este país. La
Agencia Efe no se ha inventado ayer, no es un proyecto político alicorto
de pertenencia a ningún partido, sino que es patrimonio de todos los
españoles. Y todo lo que ha dicho antes mi predecesor, el señor
López-Amor, sobre Televisión Española como bien de Estado lo suscribo
respecto a la Agencia Efe, sin duda. Y cualquiera de ustedes --lo saben
perfectamente sus señorías-- que conozca la importancia la Agencia Efe,
lo que ha representado todos estos años en la vida española, lo que está
representando en este momento, y la necesidad que tiene de adaptarse a un
mundo tecnológicamente muy competitivo, comprende que estemos haciendo
los esfuerzos que estamos haciendo.

Cuando hablo de la Agencia Efe siempre recuerdo una cosa en la que no me
voy a extender en atención a la hora y porque tampoco está en las
preguntas que me han hecho y a las que voy a contestar inmediatamente.

Recuerdo una frase de un documento que hemos encontrado que se llama algo
así como Largo estudio sobre la Agencia Efe, que



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dice lo siguiente: Vaya por delante una afirmación previa. Lo que en este
escrito se propone no es un negocio, puede serlo, debe aspirar a serlo,
pero la utilidad económica inmediata no es su finalidad esencial. La vida
de un pueblo lleno como el español de vitalidad creadora no está
determinada solamente por fuerzas económicas, sino también y
fundamentalmente por fuerzas espirituales a las que aquellas se
subordinan siempre. Las mismas relaciones comerciales de un país con los
demás no son, casi nunca, sino la resultante de un prestigio moral
elaborado por la normalidad interior, por la eficacia y el arraigo de sus
instituciones permanentes, por la virtualidad de una unidad interna.

¿Saben sus señorías de cuándo son estas frases? De diciembre de 1938,
cuando se concibió la Agencia Efe, unos días antes de que acabara nuestra
guerra civil. Y si se le quita a ese largo documento --que con mucho
gusto pasaré a los señores diputados que me lo requieran, porque en él
está su filosofía y sé que al señor Alcaraz, que es un experto en temas
de comunicación, como catedrático de Derecho constitucional, le va a
interesar mucho-- el perfil que en él puso el momento político que se
vivía, después de una contienda tan desgarradora, el enfoque, en general,
sobre lo que debía ser la Agencia no era incorrecto y sigue teniendo
validez. Se quería que España tuviera una voz en el mundo y eso se ha
conseguido. La Agencia Efe es hoy un instrumento democrático al servicio
de todo el país, al margen de las batallas políticas, y como decía el
anónimo redactor de ese texto, de hace seis décadas, su valor no es
estrictamente mercantil.

Usted habla de las líneas de negocio y le voy a contestar a eso. Nuestro
negocio está en la libertad, en el servicio a la verdad, en contribuir a
la mejora de la información de los españoles, en difundir por todo el
mundo la realidad cambiante de España y en particular, en el ámbito de la
comunidad iberoamericana, una cultura y una manera de ser común a todos
nuestros pueblos que aporte datos concretos sobre cobertura y publicación
en América de sucesos españoles e iberoamericanos. En este momento Efe es
la primera agencia del ámbito iberoamericano, en cuyos periódicos tenemos
una presencia del 40,58 por ciento frente a un 18 de Agencia France
Presse --la cifra que les di antes--, un 15 por ciento de Associated
Press, que es la gran agencia del mundo, un 13 por ciento de Reuter y un
6 por ciento de Ansa. Eso es Efe.

Podría seguir hablando de este tema, como ustedes imaginan, mucho rato,
pero no creo que sea el momento y voy a concentrarme en las preguntas.

Por eso digo que a partir de ahí hemos planteado al Estado, que es
nuestro accionista, que hay que sostener eso y naturalmente yo sería el
último, como en los barcos, que aceptase que se puede retroceder. De
ninguna manera. Estamos poniendo todo el énfasis, pero lo que ocurre es
que es un plan que estamos negociando con Patrimonio a seis años y en
este primer año aparecen esos gastos, pero no los gastos a que usted
refiere, señora Valcarce, porque no son exactamente así.

Como ha recodado estuve aquí el 23 de junio, hace cuatro días como quien
dice, antes de las vacaciones parlamentarias, y de ese plan de empresa
dije que había que consolidar la presencia en Iberoamérica, que había que
reestructurar la casa para multimedia y que había que renovarla
tecnológicamente.

A ustedes, a su grupo, a doña Rosa Conde, que estuvo muy cordial conmigo,
les preocupaba la credibilidad, el plan de viabilidad, los recursos
humanos y la merma del contrato de servicios, pues decían que esos datos
eran inquietantes y creaban incertidumbre. Me dijeron también --y es una
frase que no me mortifica-- que tengo el dudoso honor --no es ningún
honor-- las peores cuentas de la Agencia. ¿Qué le voy a hacer? Esta
Agencia tenía un contrato con Telemadrid que hizo el señor Leguina,
compañero suyo, y cuando se suprimió nos dejaron colgados de la brocha.

Doña Amparo ha preguntado cuánto pagan por el teletexto en Telemadrid.

Casi no me atrevo a decírselo. Es que pagan muy poco. Casi nos cuenta
dinero. Le he planteado al señor Ruiz de Gauna, mi colega en Telemadrid,
una cosa que dicen los gallegos: amigos muy amigos, pero la vaquiña por
lo que vale. (Risas.) Y sucedió que la vaquiña de teletexto iba metida en
un contrato de 1.500 millones de pesetas, que yo no negocié, en cuyas
cláusulas de indemnización no se contemplaba la posibilidad de que si se
marchaban de allí Efe pudiera seguir. Hemos discutido eso, pero
naturalmente ese agujero en la cuenta de resultados no se puede resolver
de la noche a la mañana. Estamos haciéndolo lo mejor que podemos y le
aseguro que tener el dudoso honor, como ha dicho usted, de tener las
peores cuentas no va a contribuir a mi biografía como periodista, pero lo
asumiré gustosamente si he conseguido a cambio que la Agencia Efe se
modernice y que se concentre en los productos que sabe hacer, que si hace
una reasignación de recursos como es debido y tenemos para el futuro una
empresa que nadie ponga en duda, como no se pone en duda en este momento
por nadie.

Me preguntaba usted por el plan de negocio, que si pienso que se va a
perder cuota de mercado. Yo no lo pienso, en absoluto. ¡Cómo se va a
perder cuota de mercado! Al contrario, vamos a hacernos los productos.

Por ejemplo, un dato que usted a lo mejor ignora: en diez años se ha
duplicado la plantilla. Era una agencia con 600 personas y ahora somos
casi 1.200. Hay unas disminuciones que ahora comentaré. Es evidente que
desde el punto de vista de la gestión pura y dura, incluso en una empresa
tan atípica como es una empresa de prensa, en un momento como el actual
no es un dato estimulante. Efe ha hecho más cosas. Todo eso es producto
de Telemadrid, de algunos contratos y proyectos que se abordaron como el
servicio en inglés, que se hacía en Manila, un servicio en árabe y una
serie de proyectos que ahora, sin renunciar de ninguna manera a perder
cuota de mercado, vamos a reconducir y a intentar optimizar.

La valoración política que debe usted hacer --he copiado textualmente--
es el abandono del partido del Gobierno. No, señor; no lo creo en
absoluto. No pertenezco al mundo de la política; pertenezco al mundo de
la comunicación y tengo la obligación de estar informado sobre lo que
pasa en este país. No me dedico a otra cosa en todo el día. Yo hice la
broma de que pertenezco otra vez a las dos Españas y alguien me lo
reprochó. Pero es cierto. Hay una España que madruga y otra que trasnocha
y yo estoy en la



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Agencia Efe justamente para saber lo que ocurre, para preocuparme de la
gestión y sobre todo para tener conciencia --y se lo puedo transmitir--
de que en modo alguno este Gobierno va a abandonar la Agencia Efe, y no
la ha abandonado.

Preguntas concretas. Se lo digo al señor Alcaraz y contesto a los dos al
tiempo. Todo esto es verdad. Ha sido pura casualidad. Esta comparecencia
sobre los presupuestos la tuve la otra vez con el señor Leguina enfrente,
al cual tuve el placer de decirle que su presencia no me preocupaba lo
más mínimo. El título de su novela es Tu nombre envenena mis sueños y le
dije: don Joaquín, su nombre no envenena mis sueños porque le conozco muy
bien y conoce muy bien --y me dio mucho gusto--, como estoy seguro de que
ustedes también lo conocen, lo que es la Agencia Efe. Lo que pasa es que
las cifras habían sufrido algunos cambios y una disminución terrible.

Ahora pasa un poco eso. Estamos en la negociación de ese contrato de
servicios con el Estado. Nosotros creemos que se va a incrementar. ¿Cómo
no se va a incrementar? Y la cifra de los 4.000 millones que usted ha
mencionado, señor Alcaraz, responde a la previsión que habían hecho de
cuánto puede ser la ampliación de capital, que se hará por una sola vez y
que resolverá básicamente --y es lo que estamos buscando-- los
desequilibrios estructurales de la cuenta de resultados. Nosotros tenemos
que recomponerlos porque esos desequilibrios están en los ingresos de la
Agencia, que vienen del contrato con el Estado, en los nuevos proyectos
que vamos a abordar --ahora hablaré de ellos-- y en los gastos.

Naturalmente, tendemos a la reducción de gastos. No son ciertos los
gastos de personal que ustedes apuntan. Esos datos los tienen en los
documentos, clave 1031. En 1997 la partida destinada a sueldos y salarios
asciende a 7.089 millones y para 1998 figuran 7.162 millones. El
incremento es el 1 por ciento, no el 9 por ciento.

Ahora bien, ¿qué está pasando con algunos puestos necesarios? Me he
traído los deberes hechos y yo lamento que sea tan tarde pero no lo puedo
dejar de decir. ¿Qué cosas hemos hecho desde que yo estoy en la
presidencia? Como les dije, se ha mejorado el servicio de inglés, que
estaba en Manila. No quiero criticar lo anterior porque, sinceramente
--ya que son casi las cinco de la tarde, es la hora taurina para
decirlo--, todo el mundo torea lo que sale por los chiqueros en cada
momento y mis predecesores al frente de la Agencia han tenido que lidiar
lo que había, y hubo alguien que pensó que el servicio en inglés había
que hacerlo en Manila. Asesorado por gente competente que hay en la casa,
hemos llegado a la conclusión de que hay que trasladarlo a Miami, que es
nuestro terreno, donde además están los hispanos; hay 27 millones de
personas que hablan nuestro idioma. Hemos suscrito un acuerdo con la CMA,
que es una empresa brasileña de información de mercados en tiempo real,
con un sistema conjunto de información dirigido al mundo empresarial de
Iberoamérica; es líder en Brasil en información financiera, parecida a
Bloomberg y a Reuter. Por cierto, con Bloomberg también tenemos un
acuerdo. La red V-Sat de difusión es una red americana y se han
habilitado canales con 2.400 bits por segundo que duplican la velocidad
anterior. Sobre el satélite Hispasat para cubrir el mercado nacional
hemos solicitado un canal de 128.000 bits. Todos éstos son datos técnicos
que no los voy a detallar porque no les quiero aburrir. Por ejemplo,
hemos cambiado el sistema central de telefotografía y comunicaciones.

Hemos cambiado los transmisores digitales de telefotografía. Hemos
renovado técnicamente todas las delegaciones nacionales y también las del
extranjero. Hemos desarrollado un editor de noticias nuevo que sustituye
a un veterano editor que tenía ya más de ocho años de vigencia. Tenemos
una agencia de voz en radio. Estamos empezando a implantar el archivo
gráfico digital, cuya misión será digitalizar, comprimir y almacenar las
imágenes que se producen día a día y las de mayor interés de nuestro
archivo histórico. Hemos invertido en equipamiento gráfico, adquiriendo
19 equipos fotográficos completos de primer nivel profesional. Al tiempo
que se llevaba el inglés a Miami, hemos implantado el servicio para
hispanohablantes en Estados Unidos. Hemos mejorado la infraestructura
informática de la gestión. Hemos hecho ese acuerdo que he dicho con
Bloomberg, que ya expliqué en el Congreso y por eso no tengo que
extenderme mucho más, que es un producto a nivel internacional para la
casa muy beneficioso. Y en televisión, donde seguimos teniendo nuestro
talón de Aquiles por lo que ya he explicado --y no se trata de llorar
sobre la leche derramada, eso está ahí y las herencias se asumen
completas--, hemos intentado --estamos haciéndolo-- reconvertir todo el
aparato de Efe-televisión en una agencia de noticias de televisión. Como
esa estructura de televisión está muy entrenada y hay gente muy
competente, yo creo que las perspectivas de trabajo son muy
esperanzadoras porque ya empezamos a tener contratos con otras
televisiones. Todo esto es lo que hemos hecho. ¿Cómo se ha hecho? Con
algunas inversiones, señora Valcarce. No queda más remedio. De ahí que la
cuenta de resultados se resienta, pero si eso lo periodificamos, si
consideramos el presupuesto de este año como parte de un proyecto
dinámico, yo creo que vamos en la buena dirección.

Respecto a las cantidades que usted ha mencionado, yo no quiero ocultar
los datos, pero lo estamos negociando en este momento con Patrimonio. Es
otra cosa aparte de lo que viene en los presupuestos. Nos ha parecido
correcta la fórmula adoptada por el Gobierno de decir una subida de un 2
por ciento de momento, pero qué duda cabe que nosotros aspiramos a que
esas dos partidas que yo ponía en la carta a los trabajadores se cumplan:
una sensible ampliación de capital que permita estas inversiones y una
mejora para el futuro del contrato de servicios con el Estado.

La política comercial de tarifas. Como ustedes imaginan, no tengo el
menor deseo de bajar. Efe es una empresa pública pero tiene que ser una
empresa eficiente. Naturalmente que nosotros vamos a pelear hasta donde
podamos, aceptando que en el mundo hay problemas, hay grupos multimedia,
eso se negocia, pero nuestra política comercial de tarifas es así.

Ya le he contestado a la cuestión que me ha planteado en relación con
Efetexto. No nos compensa. Es una pérdida para nosotros porque cuando yo
llegué a la Agencia en Efetexto había 29 personas. Ahora los periódicos
tienen



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unas inmensas plantillas, pero para que usted comprenda esto le diré que
en mi época, cuando yo trabajaba en periódicos --y ya desgraciadamente
empieza a hacer mucho tiempo de eso--, era una redacción. Actualmente, la
tecnología permite que los propios redactores puedan trasladarlo a los
ordenadores suyos, por lo que se puede disminuir el número de personas,
tenemos 15, y aspiramos a una cosa tan simple como que Telemadrid nos
compense en la medida de sus fuerzas por lo que realmente vale ese
trabajo. Yo creo que lo vamos a conseguir. Estoy en buenas relaciones con
ellos.

Me preguntaba usted por la ampliación de capital. Ya he dicho que creo
que no vamos a tener problemas. El señor Alcaraz también me ha preguntado
por la financiación. En el ejercicio de 1997 --yo lo tengo aquí anotado
como una cosa muy eficaz de nuestra casa-- cabe destacar dos actuaciones
de la actividad financiera con amplio impacto en la cuenta de resultados
y balance de la Agencia Efe. En modo alguno es una cosa negativa. En
primer lugar, la firma de una cooperación de cobertura de riesgo de tipo
de cambio que ha permitido garantizar que el coste del dólar
estadounidense no superara de media, en el período febrero de 1997 a
febrero de 1998, las 145 pesetas. Como saben ustedes, el dólar subió más
y nosotros sí tuvimos una línea de defensa adecuada. En segundo lugar, la
firma en julio de una operación crediticia sindicada, con vencimiento a
tres años y medio, que permite reconvertir 5.000 millones de
endeudamiento a corto plazo de la Agencia en largo plazo, lo que
contribuye a garantizar la estabilidad financiera de la Agencia. La
operación se ha realizado manteniendo los mismos márgenes aplicados a
corto plazo, lo que pone de manifiesto la confianza de la banca en el
proyecto informativo de nuestra casa.

Personal. Ese es el nudo de su intervención y de la señora Valcarce. En
cuanto al incremento de los gastos de personal, habrá habido algunas
nuevas contrataciones que habrán sido necesarias justamente para algunos
proyectos. Me pregunta si va a haber nuevas contrataciones. Si lo
requiere el desarrollo de algunos de estos proyectos que tenemos en
marcha, las habrá, pero se está contando en primer lugar, como es
natural, con la gente de la casa. Yo llevo ya un año y medio en este
puesto y creo que el número de gente que se ha contratado en la casa se
cuenta con los dedos de la mano, y en los casos de directivos aún menos.

¿Cuál va a ser el incremento de salarios? ¿Se van a congelar? El año
pasado nosotros tuvimos ese problema también y yo vine a explicar y a
pelear con los políticos. Nosotros aspiramos a que como empresa pública
al menos tengamos ese incremento, y el año pasado lo conseguimos cuando
se tendía a que se congelara. Yo no tengo por qué desconfiar. No creo que
se vaya a congelar. Todavía no estoy en condiciones de contestar, es
producto de una negociación posterior, pero tampoco tengo motivo alguno
de alarma para los trabajadores. Me ha preguntado usted por los pluses
extraconvenio. Lo que sí le dije al comité de empresa y vuelvo a decirlo
aquí, ahora, es que lo que queremos es que sea transparente. El plan de
empresa culmina con un plan laboral, y en ese plan laboral aspiramos a
poder negociar con los trabajadores. Porque yo quiero decirle, señora
Valcarce --y lo traía aquí escrito--, que los trabajadores de la Agencia
son conscientes del momento histórico que estamos viviendo y que queremos
que ellos participen activamente en la realización de este ambicioso
proyecto. Eso yo lo sigo sosteniendo. Los pluses extraconvenio
naturalmente tendrán que conocerse en el futuro. En este momento en la
casa hay 36 clases de pluses, lo cual me parece excesivo a todas luces.

Vamos a intentar racionar eso con la ayuda de expertos, operación en la
que estamos. Quiero decir que eso forma parte también del plan general de
empresa, que lamento no poder anticipárselo al señor Alcaraz hasta que
esté hecho, porque la reunión que tengo mañana con el comité es
justamente para adelantarles algo de las líneas maestras de ese plan,
pero no está ultimado ni mucho menos.

El capítulo de indemnizaciones que figura en el presupuesto corresponde,
efectivamente, a esa cadencia que teníamos hacia el futuro de seis años.

Me preguntaba si esa partida está incluida en el plan de viabilidad de la
empresa, si va a haber despidos, jubilaciones o bajas. Eso sí que se lo
puedo anticipar. Dicha partida se tendrá que utilizar en el futuro y vaya
por delante que ese plan laboral no contempla soluciones traumáticas.

Nosotros vamos a negociar eso con el comité, porque, naturalmente, ésta
es una empresa que, como digo, ha tenido un incremento de plantilla en
estos últimos años que a algunos quizá les ha parecido desmedido, y no se
le puede negar la posibilidad de rejuvenecer esa plantilla acudiendo a
bajas incentivadas, a prejubilaciones, pero, desde luego, lo que se
conoce como despidos en sentido estricto no va a haberlos, por lo menos
los expertos que lo están preparando no me han hablado en ningún momento
de eso. Ahora bien, la otra vez el señor Alcaraz me preguntó si iba a
haber despidos y yo le dije que mediante los planes no, produciéndose a
los dos días un incidente laboral en una delegación en que dos personas
fueron despedidas, pero fueron despedidas por otros motivos, y el comité
de empresa tuvo la cordialidad de sacar un comunicado que decía: Gozalo
mintió en el Congreso; despidos en Efe. Pues no. Quiero decir que no es
así, no va a haber despidos, va a haber un plan laboral, eso es lo que
queremos hacer.

Desearía tranquilizarla respecto al futuro de la Agencia Efe en la medida
en que yo creo que usted comparte conmigo y con la mayor parte de los que
estamos aquí el deseo de que España tenga una agencia que estamos
gestionando de la mejor manera que sabemos, aunque tengamos el dudoso
honor de tener en estos momentos unas cuentas, que es por lo que
justamente acudimos a un plan de empresa, que hay que tratar de corregir,
pues llevan una trayectoria que nos parece equivocada.

Le agradezco mucho, señor Alcaraz, que haya dicho que esta comparecencia
tan tardía es de baja intensidad. Yo lo celebro, porque quería que fuera
de baja intensidad, puesto que lo que tengo que explicar aquí ya lo he
explicado dos veces. Esta es la tercera, y vengo con mucho gusto, pero no
hay muchas novedades. Sólo insistir en que el plan está en marcha; en que
creemos que el Gobierno nos va a apoyar y que el Estado, que es el
accionista, no



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tiene el menor deseo de que la Agencia Efe pierda potencia, sino todo lo
contrario.

Usted me dice, y es una pregunta saducea, como se ha dicho alguna vez en
esta Cámara. ¿Es suficiente este contrato? Por supuesto que no, señor
Alcaraz. Yo soy consciente de ello y seguiré peleando, pero creo que en
el futuro, dentro del plan de empresa y en seis años, que es cuando
tenemos que hablar de eso, nosotros conseguiremos que esta casa tenga
unas cifras mucho más estimulantes sin haber perdido capacidad ni haber
creado problemas laborales, al contrario, habiendo mejorado en algunos
aspectos su funcionamiento actual.

Sobre la política de tarifas, ya he contestado. Nos tenemos que someter
al mercado, pero ahí estamos también peleando.

En cuanto a la reducción de plantillas, lo mismo que he dicho antes. La
reducción de plantillas está en nuestro convenio actual, existe la
posibilidad de acogerse a jubilaciones anticipadas. En esa línea es en la
que queremos trabajar, conscientes de que una agencia de esta envergadura
tiene un capital humano que viene de muy atrás, como digo yo siempre, que
es muy competente y que estoy seguro nos va a ayudar a resolver nuestros
problemas.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Tiene la palabra la portavoz del
Grupo Socialista, doña Amparo Valcarce.




La señora VALCARCE GARCIA: Señor presidente de la Agencia Efe, a estas
alturas de la tarde quisiera agradecerle la lectura de ese hermoso texto
de 1938, que espero recibir, y le aseguro que me interesa no porque sea
catedrática de Historia, sino porque creo que me ayudará a conocer un
poco más la Agencia Efe, y es bueno conocerla para poder afrontar los
retos que usted nos ha presentado hoy aquí.

El caso es que no cuadran, insisto, esos grandes objetivos, esas bellas
palabras, esa poesía, como usted ha dicho, con la realidad pura y dura de
los números que contiene el presupuesto. No cuadran, y eso es algo que
debe cuadrar, porque, si no, esos objetivos se quedarán sólo en eso, en
bellas palabras y vacíos absolutamente de contenido. Yo comparto, como no
puede ser de otra manera, esos objetivos, y le aseguro que también los
comparte mi grupo parlamentario. Quiero decirle que estoy absolutamente
convencida de que usted personalmente desea llevar a buen puerto la
Agencia Efe, porque, efectivamente, lo que usted transmite es interés por
la agencia, pero el interés, si no va más allá de las declaraciones de
intenciones, no sirve absolutamente de nada. El problema, señor Gozalo,
es que el Gobierno no cree en la Agencia Efe. A usted le pasan cosas,
como que la agencia pierde, por ejemplo, exclusivas, y usted lo sabe;
sabe las cosas que están pasando en la agencia y que, probablemente no
son objeto hoy de esta comparecencia, sino que seguramente lo serán en
adelante en la Comisión constitucional. Me voy a referir, por tanto,
estrictamente a los datos numéricos del presupuesto, que es lo que hoy
nos ocupa aquí, pero, insisto, usted tiene un problema muy grande, porque
este Gobierno del Partido Popular quiere llevar a la Agencia Efe a la
liquidación, y por eso se encuentra usted con el presupuesto que se
encuentra, porque este Gobierno no cree en los medios de comunicación
públicos, no cree en el servicio público de la información. Ese es el
gran problema al que usted se enfrenta y por eso se tiene que encarar a
estos números que, efectivamente, son gravísimos. Pero es que hay muchas
formas de enfrentarse a un presupuesto como el que usted tiene entre
manos y, desde luego, creo que ha elegido la peor. Usted hoy aquí ha dado
la sensación de que este presupuesto es ciencia-ficción, es que ni usted
mismo se lo cree. La partida de 800 millones para indemnizaciones dice
que es un punto de partida para abordar no sé qué. No, un presupuesto se
elabora en base a indicadores, y lo que yo le he preguntado es qué
indicadores le llevan a usted a la cifra de 800 millones para
indemnizaciones. Usted tiene que darnos los indicadores para saber por
qué llega a la cifra de 800 millones y no a la de 50, como el año pasado,
o a la de 1.000, como puede ser el próximo año. Eso es algo muy
importante.

Usted no puede decir que, efectivamente, los 4.000 millones son
ampliación de capital que suscribirá el Estado para empezar. ¿Cómo que
para empezar? Tendrá que decirnos exactamente por qué este año hay 4.000
millones y cuáles son sus planteamientos cara a los cinco ejercicios
siguientes, puesto que usted, como ya ha comunicado por escrito, está
pensando en un plan a seis años. Desde luego, lo que es absolutamente
inquietante es que usted no haya despejado hoy absolutamente ninguna
incógnita en materia de personal. Eso es muy grave, porque en una empresa
los trabajadores son parte esencial para hacerla funcionar y, de verdad,
lo que ya no me parece admisible es que usted pretenda rejuvenecer una
agencia que se basa, sobre todo, en la acumulación de inteligencia, y la
acumulación de inteligencia es mucha experiencia. Yo quiero creer que de
verdad usted eso no lo piensa y no lo cree.

Hoy no nos ha dado absolutamente ningún dato. Usted decía que suscribía
el que ésta es una comparecencia de baja intensidad, pero es que usted la
ha convertido en una comparecencia absolutamente opaca, en una
comparecencia que no nos conduce a conocer absolutamente nada sobre el
presupuesto, porque usted no ha dado ninguna respuesta, o al menos yo no
me siento respondida, a ninguna de las cuestiones, a ninguna de las
preocupaciones que tiene mi grupo parlamentario sobre la situación de la
agencia. Me estoy refiriendo a los gastos de personal. Le reitero, y lo
puede usted recordar, que el incremento es del nueve por ciento en gastos
de personal; puede usted comprobarlo simplemente con un vistazo a los
números. Si se pasa de 6.531 a 7.162, la diferencia son 631 millones.

Pero esto no es lo fundamental, lo que queremos saber es cómo es posible
que usted haya calculado el gasto de personal y no sepa cuál va a ser
incremento salarial en su empresa. Es totalmente inadmisible. Si usted no
tiene aquí los datos --cosa absolutamente comprensible--, lo que haré en
nombre de mi grupo parlamentario será cursar todas estas preguntas por
escrito, y así, si en su contrarréplica no me responde, podrá hacerlo por
correo.




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Después de haberle escuchado, ¿a qué conclusión tengo que llegar? A pesar
de su declaración de intenciones, que desde luego es muy meritoria, este
año, el presupuesto es todavía peor. El año pasado usted decía que lo
asumía sin dramatismo; yo creo que este año lo asume usted con absoluto
estoicismo, porque probablemente no hay otra manera de enfrentarse a
estos datos; no hay otra manera.

Mi grupo parlamentario lo que quiere transmitirle son tres cosas. Este es
un presupuesto miope, porque no afronta ninguno de los objetivos de
futuro que usted ha reiterado hoy aquí que se ha marcado para la empresa;
no puede haber renovación tecnológica, es imposible, y, además, no puede
caminar por la senda que usted mismo ha marcado de mayor presencia
internacional de la Agencia Efe cuando está retrocediendo en cuota de
mercado, y eso es así porque sus propios indicadores lo dicen. No es que
yo quiera que sea así, es que lo dicen sus indicadores económicos en el
presupuesto.

Este es un presupuesto hipócrita, porque usted, como tiene deuda, lo que
hace es trasladarla a largo plazo. Además, no afronta el problema
esencial, que son las pérdidas que están acumulando. Piense que usted las
ha multiplicado por tres en menos de dos años. Aquí no se está afrontando
el problema de forma decidida, y con esto usted va a ir a un lugar muy
próximo a la persona que tanto nos ha alabado, que es el anterior
compareciente. Va usted por el mismo camino y por eso está usted a tiempo
todavía de rectificar. También es injusto, porque este presupuesto
trasluce una cuestión, que los grandes paganos de todo esto van a ser,
por una parte, los trabajadores y, por otra parte, la propia agencia como
institución pública, y eso, señor Gozalo, estará en su debe. Por eso
entiendo que debe pedir rectificación. Usted pienso que cree en la
Agencia Efe, pero el Gobierno no. Pídales que rectifiquen.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Tiene la palabra don Manuel
Alcaraz.




El señor ALCARAZ RAMOS: Le agradezco vivamente que, a falta de otro
sustento material, usted nos proporcione el sustento de la poesía a estas
horas. Lo que sucede es que creo que a usted le gustaría convencernos de
que interpretáramos un «Fuenteovejuna, todos a una», pero más bien
consigue que entendamos que la vida es sueño, no en el sentido de que nos
aburra su intervención, sino en el sentido que nos quiere contagiar de
sus ensoñaciones, pero con poco éxito.

Le agradezco la lectura de ese texto con el laconismo militar propio del
estilo de la época, pero, ante eso, no me sustraigo de leerle también
otro texto a la Agencia Efe, sólo que éste es más actual, es un teletipo
del famoso centro de Miami para el servicio en inglés, a propósito de la
boda de la princesa Cristina --princesa porque lo dice aquí, no dice
infanta--, en el cual se dice que nuestro monarca está casado con la
reina Sofía de Grecia y que el príncipe Felipe de Borbón será el futuro
monarca de la república democrática de España. Hasta ahí, casi se lo
podría perdonar. Lo que no le puedo perdonar es que, encima, amplíe el
período de la dictadura de Franco, porque dice que el que gobernó durante
la segunda república desde 1931 fue el jefe de Estado de España.

Yo ya sé que esto es una anécdota y no voy a elevar la anécdota a otra
categoría. Pero seguramente convendría también que en los análisis de
calidad de la información y de esos impactos que circulan por toda
Latinoamérica se cuidarán más ciertas cosas, porque, si no, uno se
arriesga a que pasen anécdotas como ésta. Por cierto, supongo que habrá
una razón estratégica para la instalación en Miami. A lo mejor lo de
Manila era poco comprensible, pero a mí, personalmente, no me hubiera
importado que se hubiera situado en Méjico, en Buenos Aires o en Santiago
de Chile.

Siguiendo en esa línea, le agradezco mucho la información sobre el 40 por
ciento del número total de impactos en países latinoamericanos. Lo que me
gustaría es que me dijera, si no ahora, que tome nota y que por favor me
conteste, el número de impactos en la prensa española y la tendencia
comparada con impactos provenientes de agencias privadas. Este me parece
que es un dato, sin desdeñar el otro que aplaudimos y por el que le
felicitamos, que es el dato importante, porque significa de verdad
entender cuál es una tendencia que se está produciendo en nuestro país.

Lo lamento, pero debo coincidir con la señora Valcarce cuando decía que
la vaguedad de sus respuestas se aproxima a que no ha habido tales
respuestas cuando nos tenemos que poner a hablar de números. Usted ha
utilizado un mecanismo que seguramente, desde el punto de vista del
compareciente, es sensato, y es que en las respuestas nos ha remitido al
plan de futuro o al plan de empresa. Me parece lógico. La pregunta que le
hago ahora es ¿por qué ese plan de empresa no se presentó hace muchos
meses? ¿Por qué no se comenzó a elaborar? ¿Por qué no se empezó a debatir
y ahora tendríamos alguna respuesta más? Ese es el problema, porque si lo
que hacemos es un presupuesto previendo que va a haber un plan, que
mañana se dan a conocer al comité intercentro las primeras líneas de
avance, largo me lo fiáis, amigo Sancho. A partir de ahí, no sé si cuando
llegue el próximo presupuesto todavía estaremos debatiéndolo, con lo cual
nos encontraremos en la misma inconcreción y habrá que ver entonces cómo
se gestiona este proyecto que se presenta si ese plan no existe.

Yo he hecho una pregunta, por ejemplo, sobre el contrato de servicios.

¿Usted confirma la cifra que he dado, los 5.540 millones de pesetas? ¿Es
eso el contrato de servicios para este año? Sepamos por lo menos esa
cifra, porque es la básica junto con la de la deuda. Usted ha reconocido
que es insuficiente, lógicamente, no esperaba menos de usted. Ahora, si
es insuficiente, ¿en qué servicios o en qué actuaciones concretas va a
repercutir esa insuficiencia?
Usted ha aludido al contrato de seguro de cambio, que me parece una
operación sensata, pero no contesta a lo que yo planteo. Es que lo que
crece en 1.300 millones es el pasivo respecto de acreedores a corto
plazo, no a largo plazo. Sigue sin quedar claro el destino, salvo esa
nebulosa, del plan de futuro de los ochocientos y pico millones de
indemnizaciones, y yo creo que los que estamos aquí nos vamos a levantar
con la sensación, desgraciadamente, de que se van a producir reajustes de
plantilla. Si son traumáticos



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o no son traumáticos es un concepto, como usted entenderá, poco
presupuestario y más bien subjetivo, pero nos tememos que eso se va a
producir y que se está preparando, argumental y presupuestariamente, el
camino para que sea así. Como no sabemos en realidad, más allá de esa
vaga definición sobre el rejuvenecimiento de plantillas, cómo se va a
hacer, esa inquietud es preocupante.

Acepto gustoso las explicaciones que ha dado sobre mi anterior
intervención y los despidos que se produjeron a los dos días. Le ruego
que pasado mañana no haya ni siquiera dos despidos. Que si hay un
incidente lo aplacen un poco más.

Para concluir, me parece que la joya poética de su intervención y donde
está la clave del asunto es cuando usted al señor López-Amor le acusó de
eufemismos; me va a permitir --creo que lo agradecerá-- que emplee el
término metáfora. Usted ha dicho que unos son sus deseos pero luego la
realidad los corrige. En este caso la realidad es una metáfora para
designar al Gobierno y ése es el problema, usted mismo lo ha dicho en su
intervención: le gustaría más, pero no es posible, etcétera. La realidad
es el Gobierno, y es el Gobierno quien no tiene la decisión de aumentar
un contrato de servicios que iguale por lo menos al que había en 1996. Es
el Gobierno quien no está dispuesto a que se corte por lo sano, ahora que
se está a tiempo, un problema muy grave, el problema más preocupante que
pone en tela de juicio el futuro de una agencia que todos compartimos. El
que debe ser la voz en el mundo y todas esas frases bonitas está bien,
pero estamos en un terreno prosaico; el problema es la bola de nieve del
endeudamiento. Ahora se estaba en condiciones de corregirlo, pero se deja
pasar la ocasión por el Gobierno, y mucho nos tememos que usted tendrá
que seguir viniendo, salvo que su enfrentamiento con la realidad lo
llevara a tener que abandonar el lugar que hoy ocupa, año tras año o
algún año a tratar de justificar como se pueda el incremento de esa bola
de nieve del endeudamiento. Eso es auténticamente lo malo, más allá del
envejecimiento de tecnología, que todos estaremos de acuerdo en que hay
que renovar; más allá del rejuvenecimiento de plantillas, que según y
cómo estaremos de acuerdo o no, pero lo auténticamente grave, repito, es
que esa bola de nieve se siga produciendo.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Para un breve turno, tiene la
palabra el portavoz del Grupo Popular, don Jorge Trías Sagnier.




El señor TRIAS SAGNIER: Voy a consumir un brevísimo turno. Quiero
agradecer al señor presidente de la Agencia Efe todos los datos que nos
ha ofrecido, aunque me temo que no hay peor sordo que aquel que no quiere
oír, y, diga usted lo que diga, todo le parecerá mal concretamente a la
representante del Grupo Socialista, cuyas palabras a mí me gustaría poder
calificarlas de cínicas, pero me temo que sus palabras son tan sólo una
ristra de despropósitos, y en algunos casos casi podríamos decir que son
una ristra de tonterías, como eso de que no cuadran las cifras. Pero
¿cómo puede decir que no cuadran las cifras, si --y es una de las cosas
que me gustaría que aclarase el señor presidente-- el contrato que se
tenía con la Agencia Efe, que firmó su señor Leguina, no contemplaba ni
siquiera, según los datos que tengo, una cláusula de indemnización, que
es una cláusula prácticamente tipo en todo contrato jurídico? ¿Cuál fue,
además, el pasivo laboral que se quedó la Agencia Efe y que supongo que
está reciclando en otro tipo de cometidos que tampoco se contemplaban en
ese contrato y que se vio obligado a contratar precisamente para dar todo
ese servicio que dio durante mucho tiempo a Telemadrid? Esas son las
preguntas que me gustaría también que nos aclarase el señor presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Para cerrar esta comparecencia,
tiene la palabra el presidente de la Agencia Efe.




El señor PRESIDENTE DE LA AGENCIA EFE (Gozalo Sainz): Según la señora
Valcarce, este Gobierno no cree en la Agencia Efe, el señor Alcaraz no
cree en mí y yo creo que el único que cree un poco en mí es el señor
Trías Sagnier, al que le agradezco mucho sus palabras.

Doña Amparo, le pido amparo, abusando de su nombre. Yo no puedo pretender
aquí --y en eso juega con ventaja el señor Alcaraz-- competir con dos
profesores, lo cual celebro, que además son políticos y me quieren
arrinconar en el terreno de la política. Yo no me dejo arrinconar ahí,
con su permiso. Dice usted que es una comparecencia opaca. No es opaca,
es que el plan de empresa está sin hacer, se está discutiendo. Hay dos
tochos --como dicen ahora los castizos-- muy grandes que yo no tengo el
menor inconveniente en que usted los conozca, y le he dicho lo mismo al
comité de empresa, pero eso está en fase de discusión con el Patrimonio
del Estado, del cual yo sí me tengo que fiar. Usted no cree en mí, señora
Valcarce; usted tampoco, señor Alcaraz, y los dos no creen en el
Gobierno, pero yo, repito, creo en el Patrimonio del Estado, eso sí que
es una metáfora, y yo creo que no me están engañando cuando me dicen:
preséntenos unos papeles y hacemos un plan de empresa. Y ese plan de
empresa ¿qué es? Pues lo que conoce usted de la carta de los
trabajadores. Además, lo que yo voy a hacer --si usted me lo permite,
señor Alcaraz, y no se lo toma a mal-- es que cuando quiera saber cómo
piensa el comité de empresa, acudiré a usted, porque tiene una
información privilegiada sobre la casa, lo cual aplaudo; me complace
mucho que esté interesado y bien informado. Lo que sucede es que eso es
una revisión de los productos uno por uno.

El señor Trías Sagnier ha mencionado la televisión. Yo, respecto al
contrato con Telemadrid, aunque todavía no me ha concedido Dios el don
del olvido sobre la mayor parte de las cosas, ahí he tenido una memoria
muy cortés, porque ha sido una cosa absolutamente intolerable desde el
punto de vista de la gestión. Naturalmente, y como ha recordado el señor
Trías, y se lo agradezco, ese personal se ha tenido que quedar allí y no
se ha ido a Telemadrid. Nosotros les dijimos a los responsables: hemos
sido matrimonio durante ocho años, hagan el favor de arreglarnos este
asunto. Y dijeron: no hemos sido un matrimonio. Yo les



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respondí: es que nos habéis dado tratamiento que ni de pareja de hecho.

Esa es una de las dificultades que tenemos; eso sí que repercute en la
cuenta de resultados. Pero hemos tenido que asumir ese excedente laboral
y lo estamos reciclando en la agencia de televisión.

Usted citaba la realidad y el deseo; decía que ha sido una intervención
poética. Yo creo que no ha sido nada poética por mi parte. Lo que sí que
le digo es que nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, y eso
es lo que nos está pasando en la Agencia Efe, que tenemos que adaptarnos
a la realidad actual, que no es el Gobierno, que es el mercado, es la
competencia, son los impactos, como dice usted muy bien, de la prensa
española. Claro que a mí me gustaría que todos los periódicos dijeran Efe
desde arriba: ABC, versión Efe, y El País lo mismo. Pues no, hay libre
competencia, pero eso pasa en todos los ámbitos. ¿Qué le pasa al señor
López-Amor? Que también tiene televisiones privadas. Nosotros procuramos
hacerlo bien y creo que lo hacemos bien.

Dice usted que cómo no he traído el plan de empresa antes. Pues porque no
me ha dado tiempo, a pesar de que le dedicamos todo el que hace falta.

Naturalmente, estamos arreglando la casa por dentro, que llevaba muchos
años con cosas como eso de Manila, como eso de Telemadrid y muchas
delegaciones obsoletas que hemos cambiado, que hemos mejorado; a eso
hemos dedicado el tiempo y también se ha ido haciendo lo de Telemadrid.

Nosotros creemos que la esencia de la gestión es distinguir lo
fundamental de lo accesorio. Lo fundamental --y ésta es mi obsesión con
la casa-- es transmitir eso en lo que no cree la señora Valcarce, y yo lo
lamento: que hay proyecto en Efe, que estamos fortaleciendo la agencia.

Eso es lo que queremos hacer y lo otro es accesorio. Incluso es
accesorio, y yo lo lamento, el dato relativo al contrato; creo que son
esas cifras y se las voy a mandar, les voy a mandar todos los papeles.

Exactamente creo que son los 5.000 millones, es un dos por ciento sobre
el incremento del año pasado, así de sencillo, son ciento y pico millones
más. Parto del supuesto de que esos datos que ustedes manejan no se
corresponden con la realidad. Esos datos se elaboraron en junio de este
año, y los de hoy son otros, que naturalmente afectan a los datos de los
seis años. Señora Valcarce, es así de sencillo. Es decir, nosotros en
junio presentamos unos datos presupuestarios, que esos sí que los tengo,
y decían: un incremento del contrato de servicios en 1.066 millones,
equivalentes a 900 millones netos; una ampliación de capital de 4.000
millones. Y al plantearle al Patrimonio del Estado el plan de empresa,
dijimos: vamos a hacer, por favor, una proyección a seis años, por eso
algunos datos le pueden parecer de ciencia ficción, y no son de ciencia
ficción.

Luego hay ese dato preocupante de los 800 millones de indemnizaciones. Se
calculó que habría jubilaciones anticipadas y que costarían ese dinero,
pero tampoco es un dato alarmante. Usted tiene la preocupación de los
despidos; vamos a intentar que se hagan de la manera menos traumática
posible. Pero lo que tampoco se le puede hacer a la Agencia Efe, que
viene aquí a dar cuenta y a someterse --con todo gusto por parte del
presidente, que quede claro-- a sus preguntas, es maniatarla en materia
de reglamentación laboral y en materia de funcionamiento interno. Somos
una empresa como las demás, tenemos que ser eficientes, y naturalmente
haremos todo lo que haya que hacer respetando la legalidad, por supuesto.

En cuanto a rejuvenecer la agencia, claro que es necesario, señora
Valcarce. ¿Cómo no va a ser necesario? ¿Se basa en la acumulación de
inteligencia? Por supuesto. Pero tenemos la plantilla congelada y el
trabajo de la agencia --y si nos hace el honor de venir un día a vernos
se lo explicamos pormenorizadamente-- consiste en muchas cosas. Esto es
una multimedia y somos un supermercado de la información. Tiene que haber
gente joven para salir a la calle a buscar las noticias. No todos los
redactores que han acumulado inteligencia a lo largo de los años hacen
siempre lo mismo, y naturalmente los senadores de la casa tienen su
sitio, pero necesitamos becarios que se puedan quedar allí y ahora no lo
podemos hacer. Todos estos datos, todos estos reproches yo los resumo y
podemos echarnos atrás. Cuando estaban ustedes al frente de las
responsabilidades del Gobierno tuvieron congelado ese contrato, y se
cometieron algunas alegrías que ahora, desgraciadamente, estamos
intentando corregir.

Respecto a la última cuestión, Miami y la perla que nos ha leído, estamos
entrenando algunas gentes nuevas, concédanos usted que algunos de los
nuevos redactores, que son cubanos e iberoamericanos contratados allí
porque son más baratos para la agencia que mandar personal de España (eso
también interesa que se sepa), han cometido ese error; eso ha pasado y no
ocurre nada. Podríamos haber estado en Méjico, efectivamente, en Puerto
Rico se pensó también, hay muchas capitales, pero hemos ido a Miami
porque nos parece que, en este momento, y eso es otro dato, es un poco la
capital de todo lo hispánico y tiene la proyección hacia los Estados
Unidos.




El señor VICEPRESIDENTE (Sanz Palacio): Muchas gracias, señor presidente
de la agencia Efe, por su presencia y por las contestaciones.

Con esto damos por concluida la comparecencia y la sesión de
presupuestos.

Se levanta la sesión.




Eran las cinco y cinco minutos de la tarde.