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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 293, de 13/10/1997
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CORTES GENERALES



DIARIO DE SESIONES DEL



CONGRESO DE LOS DIPUTADOS



COMISIONES



Año 1997 VI Legislatura Núm. 293



INFRAESTRUCTURAS



PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESUS POSADA MORENO



Sesión núm. 30



celebrada el lunes, 13 de octubre de 1997



ORDEN DEL DIA:



Celebración de las siguientes comparecencias:



--Del señor director general de Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE)
(García-Romeu Fleta), para explicar la política que se va a llevar a cabo
en los próximos años, así como futuras actuaciones e inversiones. A
petición del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya. (Número de expediente 212/000056) (Página 8640)



--Del señor secretario general de Telecomunicaciones (Villar Uribarri)
para informar sobre la política y acciones del Gobierno en relación con
la televisión local. A solicitud del Grupo Catalán (Convergència i Unió).

(Número de expediente 212/000736) (Página 8472)



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Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde.




CELEBRACION DE LAS SIGUIENTES COMPARECENCIAS:



--DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DE FERROCARRILES DE VIA ESTRECHA (FEVE)
(GARCIA-ROMEU FLETA), PARA EXPLICAR LA POLITICA QUE SE VA A LLEVAR A CABO
EN LOS PROXIMOS AÑOS, ASI COMO FUTURAS ACTUACIONES E INVERSIONES. A
PETICION DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER
CATALUNYA. (Número de expediente 212/000056.)



El señor PRESIDENTE: Vamos a comenzar la sesión.

Tenemos con nosotros a don José Enrique García-Romeu, director general de
FEVE, en sustitución del presidente de dicha entidad, tal y como fue
solicitada por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya.

En mi poder tengo una carta que me dirige el presidente de FEVE, don José
María Gurruchaga, el cual, como presumimos en la reunión de la Mesa y
portavoces, al ser la comparecencia para explicar la política que se va a
llevar a cabo en los próximos años, así como futuras actuaciones e
inversiones de FEVE, responsabilidad del señor García-Romeu, ha
considerado que era la persona más indicada, como había supuesto, para
llevar a cabo esta comparecencia.

Aprovecho esta situación, y pido disculpas al señor García-Romeu, para
comunicar que doña Rita Barberá no puede asistir a las cinco y media,
como estaba convocada, por problemas de agenda. Habíamos pensado que
viniera doña Luisa Fernanda Rudi, como presidenta de la Comisión de
Urbanismo, ya que la comparecencia se refería a su opinión sobre el
proyecto de ley del suelo y ella es alcaldesa de Zaragoza, pero hoy 13 de
octubre le es también imposible asistir. Quiero hacer constar, como
presidente, que la Mesa ha acordado que se lleve a cabo esta
comparecencia, como decidiremos después de terminada la Comisión,
probablemente en la próxima reunión, que será el día 29 de octubre.

A su vez, para evitar la espera a los parlamentarios, hemos conseguido
que don José Manuel Villar Uribarri, que era la tercera comparecencia,
pase a la segunda y que a las cinco y media esté presente para que
podamos llevarla a cabo.

También aprovecho para decir que mañana, como conocen los portavoces,
tendremos comparecencias de la ley de presupuestos, de las que supongo
que ya tienen el orden del día. Comienzan a las cuatro de la tarde y la
última es a las 21,30. El señor Villar se ha dirigido a mí para ver si
era posible cambiar su comparecencia, que es a las 5,30, por la del
director general del organismo autónomo Correos y Telégrafos, que es a
las 9,30, de tal forma que la de Correos sería a las 5,30 y la suya a las
9,30, ya que desde que hoy comparece hasta mañana tiene que ir a Ginebra.

Me ha parecido oportuno decirle que, tanto la Mesa como los portavoces,
estaríamos de acuerdo con ese cambio.

Dicho esto, y sin más avisos que dar... (El señor García-Arreciado
Batanero pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Es inevitable, señor presidente, un
comentario por nuestra parte, sin que eso vaya en desdoro de la
satisfacción que nos produce que esté aquí el señor García-Romeu. Quiero
decir que esos cambios alteran un poco el sentido de la comparecencia; no
es la mía y, por tanto, no me voy a referir a ella, porque la ha pedido
el señor Santiso. Lo que sí me parece menos de recibo es que problemas de
agenda de autoridades que no figuran en el apartado, si es que existe, de
las agendas intocables, impidan que esté hoy con nosotros la señora
Barberá o en sustitución de ella la señora Rudi. Es éste un
comportamiento extraño que no debe ser tolerado con frecuencia, salvo
excepciones realmente justificadísimas por la Mesa de la Comisión y por
el conjunto de los comisionados. En tal sentido, expresamos nuestra
protesta por la imposibilidad de agenda que impide que estén aquí las dos
señoras que tenían que haber comparecido para un tema que, por lo demás,
está en el calendario. Todos sabemos las dificultades que tiene la ley
del suelo en el Congreso, y me temo que la razón última que ha impedido
su comparecencia es tener quince días más para ver si es posible acordar
posturas en torno a una ley que, hoy por hoy, no tiene los votos
suficientes para ser tramitada en el Congreso.




El señor PRESIDENTE: Señor García-Arreciado, usted ha expresado su
protesta y está dentro de sus competencias hacerlo. No voy a decir nada
sobre una opinión suya, pero sí quiero manifestarle que como presidente
de esta Comisión lamento, y lo he hecho siempre, que las comparecencias
que esta Comisión pide no se realicen de la forma adecuada; la defensa de
sus intereses es algo que me ha guiado siempre. Lo que sí puedo asegurar
es que el compromiso personal de este presidente es que antes de que se
vea en el Pleno el proyecto de ley del suelo comparezca --por eso hablaba
del día 29-- la representante de la Federación de Municipios y
Provincias.

Tiene la palabra, para realizar su comparecencia, el señor García-Romeu,
a quien agradecemos su presencia.




El señor DIRECTOR GENERAL DE FERROCARRILES DE VIA ESTRECHA (FEVE)
(García-Romeu Fleta): En la comparecencia se me pregunta cuál es el plan
de actuación de FEVE en los próximos años y qué inversiones vamos a
realizar para satisfacer ese plan. Contestaré a las dos preguntas
conjuntamente, puesto que están íntimamente relacionadas, y lo haré de
acuerdo con los datos que estamos manejando en este momento como
consecuencia de la elaboración de un plan a cinco años, de 1997 a 2001.

En este momento está próximo a su terminación y, tras las oportunas
conversiones con las centrales sindicales, será sometido, espero que
próximamente, al Ministerio



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de Fomento y al de Hacienda, y que ha de traducirse, espero que a
primeros de 1998, en la elaboración de un contrato programa que marque la
actuación de FEVE en los siguientes años.

Recogiéndolo de ese plan, que como digo su terminación está próxima, me
referiré a los objetivos que se pretenden en estos cinco años, a las
inversiones que se deben realizar para cumplir con estos objetivos, al
plan de seguridad que hemos elaborado para garantizar a nuestros viajeros
y a nuestras mercancías, a la calidad como un concepto que debe presidir
las actuaciones de FEVE y, finalmente, haré una breve referencia a la
política de personal de FEVE.

¿Qué pretendemos en estos próximos cinco años? Mejorar nuestra posición
en el mercado, ampliar la cuota que tiene FEVE en este momento en el
transporte terrestre y aumentar el número de viajeros transportados y el
número de mercancías que trasladamos de un lugar a otro. ¿En qué
proporciones? En las que nos permite una competencia feroz con la
carretera, que ha disfrutado, como todo el mundo sabe, en los últimos
tiempos de unas inversiones fortísimas, permitiéndole una posición de
privilegio frente al ferrocarril, que no ha tenido ese mismo trato de
favor respecto a las inversiones. Pretendemos, igualmente, mejorar
nuestra posición en mercancías, que ha sido objeto de una gran mejora en
los últimos tiempos, hasta el punto de que hoy en día, en 1997, la
facturación por mercancías ha superado a la facturación por viajeros.

En el servicio de cercanías de viajeros se pretende incrementar un 50 por
ciento el número de trenes/kilómetro, y en los regionales un 12,5 por
ciento, de tal manera que, sumando uno y otro, aumentemos el número de
viajeros/kilómetro transportados en un 30 por ciento. Por tanto, mejorará
nuestra posición en el servicio de cercanías y conservaremos en una línea
estable el número de viajeros regionales que últimamente viene sufriendo
un deterioro lento pero constante.

En cuanto a mercancías, el crecimiento operado en los últimos tiempos es
importante. Pretendemos seguir en esta misma línea y aumentar el número
de toneladas aproximadamente en 28 por ciento, para pasar de 2.300.000
toneladas a 3.000.000, y en toneladas/kilómetro, que es un dato más
significativo, un 78 por ciento, pasando de 225 a 400 millones de
toneladas.

¿Qué hemos de hacer para conseguir este incremento? Como decía al
principio, tenemos que realizar las inversiones necesarias para que
podamos competir en condiciones de igualdad frente a nuestro competidor
natural que es la carretera. Tenemos que mejorar la confortabilidad de
nuestros trenes, su regularidad, su puntualidad, la limpieza, las
estaciones, todo el servicio que permita al cliente escoger con absoluta
libertad un medio de transporte u otro, y no hacerlo porque las
condiciones objetivas son mejores en el transporte por carretera que en
el ferrocarril. Para ello, en primer lugar vamos a mejorar y modernizar
las unidades móviles de que disponemos; vamos a licitar, antes de fin de
año, y adjudicaremos en los primeros meses del año 1998, la adquisición
de nueve unidades de tracción eléctrica que van a permitir aprovechar al
cien por cien todo el sistema de tracción eléctrica de la que actualmente
dispone FEVE. Hoy en día, como no tenemos unidades suficientes, en
algunos tramos electrificados siguen circulando unidades diesel. Con
estas nueve unidades completaremos la red y utilizaremos al cien por
cien, como digo, el sistema de tracción eléctrica. Vamos a proceder a la
reparación general de las 25 unidades de tren diesel eléctricas que son
conocidas vulgarmente con el nombre de Apolos. Es una licitación ya
realizada y está adjudicado el prototipo. En el mes de febrero o marzo
tendremos ese prototipo terminado, y si, como esperamos, coincide con las
esperanzas que hemos puesto en él y se adecua a nuestras necesidades,
llevaremos adelante la reforma, de acuerdo con este prototipo, de las 25
unidades de que disponemos. Estas unidades tendrán un aspecto
completamente diferente por fuera, aerodinámico, y unos asientos
anatómicos, cómodos y adecuados a las necesidades del viajero en
transportes de cierta longitud. Tendrán aire acondicionado, cosa de la
que en este momento no dispone ningún tren de FEVE, etcétera.

En esta misma línea, nos proponemos, aunque con un poco más de calma,
instalar aire acondicionado en todas las unidades de FEVE. Es verdad que
se dice que FEVE circula por zonas del territorio nacional en las que el
aire acondicionado no es indispensable. Efectivamente, en Asturias o en
Santander hace menos calor que en Cartagena, pero dar en este momento un
transporte sin aire acondicionado es algo que pertenece a una fase ya
superada. Por eso, ningún autobús en la zona cantábrica circula sin aire
acondicionado, como no sería posible vender un coche en esas zonas sin
disponer de aire acondicionado. Este conjunto de inversiones que vamos a
proponer, que en algunos casos ya están adjudicadas y que en otros se van
a adjudicar en breve, suponen una inversión aproximada de unos 10.000 a
12.000 millones de pesetas.

Después de hablar de las unidades móviles, me referiré a las
instalaciones fijas, en las cuales también pretendemos hacer inversiones
de cierta importancia. Empezaremos por la duplicación de vía que vamos a
acometer en un tramo de 89 kilómetros. Se distribuyen de la siguiente
forma por comunidades autónomas: en Galicia, 8 kilómetros, de Ferrol a
Jubia; en Asturias, 54 kilómetros, Gijón-Avilés, El Berrón-Coruxona,
Sotillo-Florida, El Berrón-Pola de Siero; Cantabria, 14 kilómetros,
Puente San Miguel-Torrelavega, Nueva Montaña-Maliaño, Astillero-Orejo; en
el País Vasco, 13 kilómetros en el tramo Zaramillo-Zaya. Por tanto,
pasaremos de tener 68 kilómetros de vía doble a 157 kilómetros.

Electrificaremos 79 kilómetros más de los que tenemos actualmente, en
Asturias de Pola de Siero a Infiesto y de Oviedo a San Esteban de Pravia,
y en el resto electrificaremos todos los tramos duplicados a excepción
del tramo Ferrol-Jubia porque entendemos que no es necesario hacerlo para
dar el servicio cómodo que pretendemos. De esta manera, el número de
kilómetros de líneas electrificadas pasará de 236 a 315.

Haremos nuevos ramales. En Castilla y León el acceso a la universidad de
León ya está en trámite muy avanzado de negociación con la Junta de
Castilla, y en Asturias, el



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nuevo enlace de las líneas Gijón-Laviana con Gijón-Avilés para desviar
las mercancías, que hoy en día hacen un recorrido muy largo por Oviedo y
deberían ir por Gijón sin entrar en la ciudad, con un cruce en Avilés que
nos permitiría ganar varias horas de tiempo. Renovaremos la vía, la
modernizaremos en 296 kilómetros, de los cuales corresponden a cercanías
155 kilómetros de vía única y 21 de vía doble, en regionales 83
kilómetros y en ramales 37 kilómetros.

Junto con esto pretendemos hacer fuertes inversiones en instalaciones de
seguridad y, por tanto, instalaremos BAU con CTC en Avilés-Cudillero y en
Oviedo-San Esteban de Pravia, bloqueo automático de una sola línea doble
con CTC en Pola de Siero e Infiesto y pasaremos al bloqueo eléctrico
manual de Morera a Collanzo y de Orejo a Aranguren.

Todas aquellas estaciones afectadas por los nuevos bloqueos serán dotadas
de los enclavamientos necesarios y asimismo se actuará en los tramos
regionales para dotar a las estaciones de enclavamientos reducidos. Y
como una medida que completa el sistema de seguridad vamos a instalar
radioteléfonos que permitan la comunicación de los puestos de mando con
todos los trenes de viajeros y con todas las estaciones de la red de
FEVE. Esta es una operación que ya está licitada, que se adjudicará en el
próximo Consejo de Administración y que esperamos que esté en
funcionamiento a finales del año 1997.

Hay un tema que es muy preocupante para FEVE, como para todos los que
viven de cerca los problemas del ferrocarril, que son los pasos a nivel.

En FEVE tenemos 2.015 pasos a nivel, de los cuales están operativos o en
servicio aproximadamente 1.400. Pretendemos, y lo hacemos cada día, estar
dentro de la legislación vigente. Nosotros cumplimos estrictamente la
orden de 1 de diciembre de 1994. Como saben ustedes, esta orden establece
distintas obligaciones a medida que van siendo diferentes los resultados
de multiplicar el número de automóviles por el número de trenes. Nosotros
el número de automóviles lo desconocemos, lo solicitamos a las
comunidades autónomas y a las corporaciones locales y a veces tenemos
información y otras veces nos dicen que no lo saben. Para evitar esta
contestación hemos hecho una inversión reciente en tres medidores, y en
todos aquellos pasos a nivel en los que suponemos, por el número de
automóviles que aparentemente circulan por ahí, que el A por T se ha
modificado, practicamos la medición y si efectivamente se ha modificado
ese A por T y supera los límites --que como saben son 2.500, 10.000 y
24.000--, procedemos de inmediato a instalar los sistemas que la orden
ministerial nos exige.

En todo caso, nos proponemos en estos cinco años suprimir 42 pasos a
nivel: en Asturias, 20; en Cantabria, 11: en el País Vasco, 8; en
Castilla y León, 2, y en Murcia, 1. Esto lo estamos realizando en una
colaboración muy estrecha con las comunidades autónomas, especialmente
Asturias y Cantabria, hasta el punto de que ya, sin necesidad de llegar a
firmar el convenio que todavía está en tramitación, Asturias y Cantabria
han iniciado la supresión por su cuenta de algunos pasos a nivel contando
con que posteriormente la Administración central asumirá las obligaciones
que le corresponden y suprimirá otros cuantos; repito que serán 42 pasos
a nivel.

Tenemos, igualmente, un plan de estaciones. Pretendemos modernizar las
estaciones de FEVE, algunas de las cuales están en un estado que no dudo
en calificar de lamentable, y para ello prevemos una inversión aproximada
en los próximos años, 1998 y 1999, de 1.000 millones de pesetas. Esto
completa las inversiones en instalaciones fijas y seguridad que
representan unos 35.000 millones de pesetas en cinco años, de modo que
sumados a los 10.000 millones que decía al principio de unidades móviles,
más los 35.000 de instalaciones fijas, más los 1.000 de estaciones,
completan aproximadamente unos 46.000 a 50.000 millones de pesetas, que
son las inversiones que FEVE pretende plantear al Gobierno para su
contrato-programa y su inclusión en los próximos presupuestos del Estado.

Vamos a disponer de una estación nueva en Oviedo como consecuencia de las
obras del cinturón verde; remodelaremos aquellas estaciones de cercanías
que precisen algún tipo de actuación, como Santander, Torrelavega,
Basurto, Pola de Siero, Bezana, Cartagena, La Unión; actuaremos en
aquellas estaciones regionales más importantes que precisen
acondicionamiento, la semana pasada hemos tomado la decisión de proceder
de inmediato a la reparación de la estación de Luarca, que está en unas
condiciones muy malas; cerraremos estaciones con los sistemas de control
automático, comenzando por la cercanía de Bilbao- Valmaseda, y
procederemos al recrecido de andenes en cercanías en aquellas estaciones
que así lo precisen.

Pero hay otro tema también importante en relación con la seguridad y con
las actuaciones de FEVE en el futuro, que son los puentes y túneles. FEVE
tiene aproximadamente 248 túneles, algunos de los cuales son muy largos,
por ejemplo el de la Florida es de más de cuatro kilómetros de longitud.

Estos túneles suelen estar en condiciones muy malas y por eso, repito,
también tenemos un plan de actuación que pretende modernizarlos, acometer
las reparaciones necesarias para que estén en condiciones de seguridad
suficientes para que no tengamos ningún incidente con ellos como caída de
piedras o desprendimientos que a veces se producen.

Como digo, todo esto se va a traducir en una inversión en los próximos
cinco años de unos 50.000 millones de pesetas, contando con que este año
de 1997 la obra licitada y adjudicada en diciembre pretendemos que sea
aproximadamente de 7.500 millones de pesetas.

Junto a eso tenemos una gran preocupación por mejorar la seguridad de
nuestros viajeros y de nuestros transportes, para lo cual, con
independencia de las inversiones en infraestructura y en instalaciones de
seguridad a que me he referido y que sin duda han de contribuir de forma
muy importante a la mejora de esa seguridad, hemos elaborado en los
últimos meses un plan que no solamente contempla estas instalaciones,
sino también otras muchas medidas referentes a circulación, material y
personal, que han de contribuir a que nuestros viajeros circulen cada vez
más seguros. En este sentido menciono nada más, por ejemplo, en
circulación que se contempla todo lo relativo al control de puestos de
mando, control de tracción con lectura de cinta



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de tacógrafo, modificación de la normativa adaptándola a las exigencias
de los tiempos modernos, homologación de contenedores, material,
rodaduras, suspensiones, etcétera. En cuanto al personal, mediante la
elaboración y puesta en práctica de un plan de formación continua de los
agentes más implicados en la seguridad, tales como maquinistas, jefes de
maquinistas, interventores, factores de circulación, jefes de estación,
inspectores, agentes de estación, etcétera.

Todo esto desde el punto de vista organizativo se completa con la
creación, que se ha hecho recientemente, de una gerencia de seguridad que
tiene como misión principal la elaboración del plan, su puesta en
práctica y su permanente revisión. Siempre me ha llamado la atención,
desde el primer día que entré en FEVE, que no había ningún organismo en
toda la casa --y es una casa bastante compleja organizativamente
hablando-- que estuviera encargado de la seguridad como misión
específica. Pues bien, esta gerencia de seguridad viene a atender a una
exigencia que me parece fundamental para la tranquilidad de todos.

Decía al principio que me iba a referir muy brevemente a la calidad como
concepto integral de una operadora ferroviaria que quiere mejorar su
cuota de mercado. La calidad, debo decirlo así de claro, no es un
concepto que haya tenido una virtualidad hasta ahora en FEVE, es un
concepto inexistente; sin embargo, pienso que es absolutamente
fundamental para la supervivencia de la empresa y para que ocupe el lugar
que a mi juicio le corresponde en la distribución del transporte
terrestre. Hemos de dar el mejor servicio en las mejores condiciones para
poder competir con la carretera, lo cual pasa por pequeñas inversiones de
detalle, como mantener limpias las estaciones, mantener limpios los
trenes, dar un servicio regular, puntual, etcétera, megafonía en las
estaciones, vigilancia a través de televisores interiores, y junto a ello
--que son cosas que se pueden hacer y que se están acometiendo en la
medida de nuestras posibilidades económicas-- es preciso que el concepto
de calidad forme parte de la vida común de todos los empleados de FEVE,
sea algo de lo que se hable y de lo que se preocupen todos aquellos que
forman parte de la dirección de FEVE y de mandos intermedios. Para ello,
y como primera experiencia --pues como digo la calidad no era algo que
formara parte de la idiosincrasia de FEVE--, hemos creado unos grupos de
trabajo presididos por el director de cada una de las áreas con la misión
de elaborar y poner en práctica pequeñas medidas organizativas y
concretas que permitan mejorar la calidad del producto que ofrecemos a
nuestros clientes. Es una experiencia nueva que esperamos que nos dé el
resultado apetecido.

Finalmente, quiero decir unas palabras sobre la política de personal.

FEVE, puedo decir como premisa única, no tiene problemas de personal, es
decir, no está sometida, ni lo estará en el futuro, a ninguna reducción
de plantilla, puesto que ya se hizo en su momento. FEVE, en el año 1987,
disponía de 3.000 agentes y a 31 de diciembre de 1996 dispone de 2.009
agentes exactamente, ya que se hizo un reajuste de plantilla a base de
bajas incentivadas, jubilaciones pactadas, prejubilaciones, etcétera, lo
que ha permitido que la plantilla esté en estos momentos muy ajustada.

Incluso en el futuro habrá que hacer una reclasificación, porque
empezamos a tener dificultades con el número de trabajadores en los
puestos clave (maquinistas, interventores, etcétera) y en cambio nos
empiezan a sobrar en puestos que tradicionalmente realizaba FEVE, pero
que se pueden externalizar, como pueden ser, por ejemplo, los de vías y
obras.

En términos generales, yo diría que lo que pretendemos es el
mantenimiento de la plantilla actual, amortizando simplemente las bajas
vegetativas; la formación continua de la plantilla mediante un plan de
formación, que existe y se pone en práctica, para su adaptación
permanente a las necesidades de la producción; la contratación de
personal temporal en momentos coyunturales, motivada por la acumulación
de tareas, vacaciones, actividades estacionales, como puede ser el
transcantábrico; contratación de los trabajos de mantenimiento que no se
puedan cubrir con la plantilla disponible, externalizando el servicio y
permitiendo que esa plantilla pase a ocupar otras categorías más
necesarias para nuestro servicio ferroviario; la reclasificación de
categorías, que es algo prohibido por las centrales sindicales y que
estamos abordando en el convenio que en este momento se está discutiendo,
y el incremento, para finalizar, de los niveles de seguridad y salud
laboral, consignando en nuestros presupuestos las cantidades o partidas
presupuestarias suficientes para atender como se merece un tema tan
importante como éste.

Espero haber contestado a las preguntas que se me han hecho, pero estoy a
su disposición para cualquier aclaración o complemento que se pretenda.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, como autor de la iniciativa, el
portavoz del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, señor Santiso.




El señor SANTISO DEL VALLE: En primer lugar, quiero decir al director
general que agradezco su presencia aquí porque el único objetivo de esta
comparecencia por parte de Izquierda Unida es conocer, como plantea la
petición, cuáles son los planes existentes para FEVE, dado que hace
tiempo que no tenemos datos concretos sobre sus previsiones de futuro.

Quería decir también que creemos que el señor presidente podía haber
comparecido, puesto que de lo que estamos hablando es de política general
de la empresa, y pienso que ésa es una de las funciones clave de
cualquier presidente de una empresa. Por tanto, entiendo que, sin
desmerecer en absoluto y agradeciendo la presencia del señor director
general, el señor presidente de FEVE tenía que estar aquí para explicar
hoy cuál es la gestión que prevé para su empresa. Creo que obedece a
otros problemas su ausencia y que no favorece a la propia situación de
FEVE este planteamiento. Yo entiendo que haya que buscar a veces el
encaje para cambiar a las personas con tiempo, etcétera, pero tampoco es
bueno mantener situaciones de interinidad que producen también un cierto
desasosiego en la propia empresa. Incluso para el propio interesado creo
que no es una situación agradable.




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Dejando de lado este asunto, quiero decir que nosotros, como grupo
parlamentario, seguimos creyendo en la viabilidad de FEVE, que apoyaremos
todas aquellas iniciativas que supongan impulsar nuevas inversiones y
recuperar el tiempo perdido. He de decir que FEVE tuvo su mejor momento,
en cuanto a inversiones --en nuestra opinión--, cuando se abordaron las
inversiones en el País Valençiá; lo que pasa es que, desgraciadamente,
como era de esperar, a continuación se produjo una segregación de la
empresa, quedando todo en manos de la Generalidad. Con todo respeto, y
siendo muy positivas para el Pais Valençiá estas inversiones, lo cierto
es que se perdió la oportunidad de haber compensado también al norte, que
es el que en realidad, salvo la excepción de Cartagena, hoy tiene el peso
fundamental dentro de FEVE.

Este tiempo perdido ha producido un deterioro, en nuestra opinión, muy
difícil de remontar por la falta de inversiones, sobre todo de
renovaciones significativas de vía, de emprender acciones en estaciones,
salvo actuaciones que han ido en función, sobre todo, de las líneas de
cercanías. Incluso en algún momento se barajó la posibilidad de
interrumpir la continuidad de FEVE en la cornisa, como era el hecho de El
Ferrol-Gijón. También hay que apuntar en el haber de la dirección
anterior que se consiguió salvar, cuando prácticamente estaba cerrado, La
Robla-Valmaseda. En esa línea en particular, o se continúa con una
política de renovación de la vía, etcétera, o esa línea se cerrará por sí
sola. Por tanto, no basta con la voluntad política aparente de
mantenerlas, sino que si no se produce de verdad una renovación de todo
el trazado, difícilmente se podrá mantener incluso por problemas de
seguridad, a pesar de que se ha demostrado que es una vía competitiva,
sobre todo en mercancías, incluso con la carretera y ello por distintos
estudios que se han hecho. Nos preocupa evitar el cierre de un solo
kilómetro más de línea férrea, y en particular de FEVE, sobre todo porque
tiene sentido en función de algo que usted mismo reconocía: que FEVE
tiene una potencialidad todavía importante para las mercancías, y con una
gestión adecuada, en nuestra opinión, puede ser viable y aún más en
trazados como son los de la cornisa, donde, aunque se estén mejorando las
infraestructuras de carretera, todavía hoy tiene bastantes dificultades.

De hecho se está produciendo un aumento considerable de tráfico
siderúrgico, por ejemplo, lo que demuestra que con una agilización de la
gestión se puede competir, porque no es un problema de alta velocidad ni
nada similar, sino de poner vagones a tiempo a disposición de los
usuarios y gestionarlos. Podría citar anécdotas, como por qué se
perdieron algunos tráficos, por ejemplo, entre Navia y Asturias por falta
de coordinación entre Renfe y FEVE en el intercambio de contenedores, un
tren diario que se podía haber hecho en este itinerario entre Navia y
Asturias. Hay que mejorar también esa coordinación en los puntos de
intercambio modal, tanto con Renfe como con los puertos, su
accesibilidad, y espero que las inversiones vayan también destinadas,
entre otras cuestiones, a mejorar los puntos de contacto en un momento en
que ya el transporte no tiene sentido sino en un tráfico combinado ágil
entre los distintos modos.

Es preocupante todavía el gran número de pasos a nivel; ha habido
incidentes significativos incluso este verano, desgraciadamente, porque
hay demasiados pasos sin barrera. Es verdad que es un problema no sólo de
FEVE, sino también de las administraciones autonómicas y de que no se
tiren la pelota unos a otros sobre quién pone el dinero para desviar, en
algunos casos, esos puntos negros; también es verdad que a veces se es
poco ágil en resolver situaciones que son un problema casi de mera
señalización o de poner una serie de barreras, como sucedió en algún
punto de las cercanías de Arriondas. Por tanto, yo pido una mayor
agilidad en detectar esos puntos que son en muchos casos conocidos y
donde se producen incidentes con una cierta frecuencia, a veces por una
mala señalización combinada entre la carretera y el ferrocarril, lo que
hace que personas que no conocen las zonas se metan sin darse cuenta
encima de las vías de ferrocarril, produciéndose incidentes en algunos
casos con víctimas.

En cuanto a la señalización, vamos a conocer en detalle el plan, pero,
desde luego, en muchos tramos de FEVE continúa descansando la seguridad
en el factor humano, lo cual hace que haya habido incidentes importantes
en los últimos años, porque la seguridad no puede descansar solamente en
el factor humano, en posibles errores entre maquinistas y factores de
circulación, etcétera, sino que hoy la técnica permite tener medios
adecuados para evitar dichos incidentes.

Usted ha hablado de algunas actuaciones. Me gustaría también saber si en
algunos casos se plantea, por ejemplo, instalar el Asfa, una intervención
entre la máquina y la propia vía.

Respecto a la política de personal, a mí me preocupa lo que usted dice
sobre externalizar, he creído entender, absolutamente la actuación del
personal de vías y obras. Es compatible mantener un personal propio,
sobre todo para instalaciones de seguridad, que son elementos bastante
delicados, incluso para conservación de vía, con actuaciones más
importantes que requieren quizá la externalización o la contratación
externa. Si FEVE fueran unas líneas absolutamente nuevas y modernas, en
las que era previsible que con una serie de intervenciones menores se
podría mantener estaría bien, pero hay tanto que hacer que hay
justificación en muchos tramos para mantener una plantilla propia de
personal de vías y obras en sus distintas especialidades, entre otras
cosas porque sigue siendo más barato si se organiza bien, ya que FEVE no
tiene entre sus funciones la de ganar dinero, como cualquier empresa a la
que se externaliza, que lógicamente tiene un 20 ó 25 por ciento de
beneficios. También espero que esta política de externalización mejore
situaciones anteriores. Quiero decirle que la conozco bastante bien,
porque, entre otras cosas, he sido firmante de cuatro o cinco convenios
de FEVE.

Me preocupa que, a veces, cuando hemos intentado simplemente colaborar,
se ha malinterpretado --de hecho somos todavía parte querellada en una
actuación de FEVE-- sólo por haber anunciado que en un determinado tramo
se habían instalado algunos tornillos usados, cosa que el juez acaba de
demostrar de nuevo en las actuaciones que ha realizado; también por una
denuncia mía, el accionista



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principal, Alfredo Fernández de la Riva, de una empresa que trabajaba con
FEVE, Construcciones Marola, fue condenado por estafa a Renfe en el año
1986, aproximadamente. Creo que algunas de estas cuestiones son
revisables, y quiero decirle que lo hacemos siempre desde el intento de
colaborar, no de crear alarma; simplemente en aquel momento lo que
pedíamos era que se comprobara por parte de FEVE, porque teníamos datos
fehacientes de que podía haber habido alguna irregularidad. Espero que
esta política de contrataciones mejore y se adjudique a la mejor oferta,
a la más competitiva, y no por otro tipo de criterios que luego suelen
dar bastantes problemas.

Querría que nos explicara, o por lo menos que nos adelantara algunos
datos --usted apuntaba alguna cosa en cuanto que ha adelantado los
ingresos de mercancías a los viajeros-- de cuál ha sido la evolución
aproximada en los dos o tres últimos años de los datos de viajeros y de
mercancías. Me gustaría saber también --recientemente hemos aprobado un
crédito extraordinario para complementar las necesidades de FEVE-- cómo
tienen previsto para el próximo año abordar de nuevo su financiación. Ya
sé que no es una responsabilidad directa de FEVE, sino del propio
ministerio, que tiene que presupuestar, valga la redundancia, en los
Presupuestos Generales del Estado las consignaciones suficientes para
evitar que FEVE, de forma sistemática, tenga que endeudarse externamente
o tenga que recurrir a la vía del crédito extraordinario para suplir las
carencias que no le cubren en la vía de presupuestos en su momento;
además, eso produce unos costes financieros añadidos que luego tienen sus
repercusiones.

Me parece positivo lo que usted ha anunciado de crear un departamento
específico de seguridad. Pienso que el modelo de Renfe en muchos casos
puede servir como sugerencia; es una comisión de seguridad en la que
participan distintos estamentos de la empresa y que suele ser bastante
rigurosa, con seguimientos puntuales y mensuales de todas las incidencias
que hay, tanto de descarrilamientos, de atropellos y otro tipo de
incidentes, y que permite evaluar y realizar, de una manera independiente
dentro de la propia empresa, una labor que es vital precisamente para el
propio prestigio del ferrocarril y para evitar pérdidas aún mayores de
tráfico.

Quiero decirle que ojalá estos cincuenta y tantos mil millones que usted
anuncia sean una realidad. Nosotros vamos a apoyar fehacientemente este
tipo de propuestas, incluso si es posible la mejoraremos. Deseamos
también que la política de personal utilice la concertación para abordar
procesos que siempre son complejos. Las reclasificaciones de personal
suelen ser bastante difíciles, hasta para los propios sindicatos, y son
muy difíciles de gestionar, porque en muchos casos no terminan ni con los
objetivos que pretenden alcanzar los sindicatos, o la propia empresa. La
experiencia que yo tengo en cuanto a reclasificaciones es que son de muy
difícil gestión, y tardan después muchos años en poderse reajustar, a
veces por un malentendido, porque muchas veces se piensa que una
reclasificación es un mero ascenso de categoría. Como sugerencia, a veces
son más fáciles las reclasificaciones cuando suponen mejorar las
expectativas y las funciones del personal inferior que cuando se pretende
lo contrario; cuando se pretende que un jefe de estación haga funciones
de trabajador de vía y obras es muy complicado; cuando se pretende
precisamente --y FEVE tiene todavía una plantilla joven-- dar
oportunidades a gente que puede estar hoy en servicios de inferior
categoría de actuar en otras funciones de nivel superior, para las
cuales, dado que la mayoría de las convocatorias han sido por oposición,
están preparados, puede resultar más sencillo y más útil para la propia
empresa que entrar en una confrontación, porque se puede percibir, a
veces, como una merma del propio estatus del trabajador y crear
dificultades adicionales que no resuelven nada.

Les deseo, por tanto, suerte, aunque nos parece que han tardado un
poquito, ha pasado un año desde las elecciones, en estudiar cuáles son
las necesidades de FEVE; esperemos que ahora recuperen el tiempo perdido
y veamos pronto aquí un contrato-programa que cuente con el apoyo de los
sindicatos y que también nosotros podamos apoyar.




El señor PRESIDENTE: Me comunica el director general que él contestará a
las intervenciones de los tres grupos. Sí quiero yo contestar, porque no
es su responsabilidad, sino la del presidente de la Comisión, sobre la
presencia del director general en vez del presidente. Ciertamente,
respetando su derecho a manifestar libremente su opinión sobre el tema.

sí he de decir, porque así consta, que en Mesa y Junta de Portavoces,
cuando pedimos la comparecencia del presidente de FEVE, se acordó
unánimemente que pudiera ser sustituido por el director general.

Para su intervención, tiene la palabra el portavoz del Grupo Socialista,
señor García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Al mismo tiempo que le doy
formalmente la bienvenida a esta Comisión al señor director general, don
José Enrique García-Romeu, quiero decirle, al igual que ha manifestado el
señor Santiso, que en esta Cámara seguimos, con diferente fortuna, creo
que más bien escasa, la política de intentar hacer lo que esté en nuestra
mano para facilitar el desarrollo del transporte ferroviario en general y
el de FEVE en particular y, como él ha hecho, me ofrezco para, en
cualquier iniciativa o medida que pueda depender de la opinión de esta
Cámara, ayudar a FEVE en todo lo que nos sea posible.

Quiero decir que lo que he escuchado me ha gustado. Parece claro que hay
un plan de empresa coherente y con unos objetivos bien marcados, bien
definidos; además bastante cuantificados. No es normal, por desgracia,
escuchar en esta casa a los ejecutivos de las empresas públicas
pronunciarse con la profundidad y con la extensión de datos con que lo ha
hecho el señor García-Romeu y se lo agradezco muy sinceramente.

Nosotros hemos escuchado, señor García-Romeu, lo que pudiera ser el
presupuesto de gastos del plan de empresa de FEVE. Quisiéramos escuchar
algo más extenso sobre el presupuesto de ingresos de FEVE, si esa
financiación que estima usted del orden de los 50.000 millones está
garantizada. Los últimos precedentes del año anterior recogieron



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en los presupuestos una disminución de las transferencias a FEVE; este
año no me atrevo a afirmarlo, porque no hemos llegado a ese grado de
concreción en el estudio de los presupuestos, pero, dada la envolvente
general en la que los mismos se desenvuelven, no me extrañaría que este
año hubiese también una disminución o, en el mejor de los casos, una
congelación de las transferencias de capital o de las transferencias
corrientes a FEVE.

Por tanto, señor García-Romeu, para hacérselo más fácil, a nosotros nos
gustaría que nos remitiese el documento de ese plan de empresa, el
documento completo, porque son excesivas las veces en las que hay que
pedir a los ejecutivos de las grandes empresas públicas que en sus
listados de mailing, en los que mandan los informes de gestión y las
memorias anuales, todos sus balances y sus proyectos, etcétera, a no sé
qué centenares de ciudadanos, tuviesen el buen criterio de incluir por lo
menos a la Comisión de Infraestructuras del Congreso de los Diputados. No
es una alusión personal a usted; como digo es una cosa general. Para
conocer qué pasa en Renfe hay que pedir los papeles a Renfe, igual que a
Retevisión, o a Correos, etcétera, y alguna iniciativa al respecto vamos
a tomar en el futuro para que, de oficio, los ejecutivos de las empresas
manden al Congreso sus planes de inversiones, sus cuentas de resultados,
de beneficios, las memorias anuales, etcétera. Yo le ruego, por favor,
que nos remita el plan de empresa del que usted ha entresacado esta
intervención, que considero extraordinariamente correcta y bien diseñada,
y la memoria anual de gestión del año 1996 y la del año en curso, cuando
esté disponible lógicamente, porque aún no lo estará. Y esto, si fuera
posible, con carácter sistemático; es decir, que tomen nota los servicios
de la empresa de que este Congreso quiere saber de FEVE, quiere ayudar a
FEVE, quiere saber cómo está FEVE y para eso, mejor que las páginas de
los periódicos, o las notas que nos hacen llegar personas interesadas en
temas concretos, es la información oficial de la empresa, que para
nosotros es la de mayor calidad y la de mayor solvencia.

Al margen del motivo de su comparecencia, quiero plantearle un par de
cuestiones. La primera es que el señor consejero de Fomento del
Principado de Asturias parece ser que ha anunciado en sede parlamentaria
la redacción de un plan ferroviario para Asturias. No conocemos si lo
tiene acordado con el Ministerio ni si en ello ha intervenido FEVE o
Renfe; tampoco sabemos cómo se relacionará este plan ferroviario para
Asturias con el actual plan intermodal del transporte y el papel que van
a jugar los actuales servicios de cercanías y las líneas
supracomunitarias en su redacción. Por eso, queremos que nos conteste si
conoce el presidente de FEVE, en este caso el señor director general, las
líneas directrices o algún tipo de información sobre el plan ferroviario
de Asturias, que, como digo, no lo puedo demostrar, no me consta, pero
parece ser que ha sido presentado por el señor consejero de Fomento en la
Cámara del Principado.

Quisiéramos también, señor director general, conocer la cuenta de
explotación del Transcantábrico, en el año 1996 y en el período
transcurrido del año actual, así como una relación de los invitados con
carácter gratuito a viajes en el Transcantábrico y las razones o la
justificación por las que se ha considerado oportuno proceder a esos
pases de favor, si los hay.

Aprovecho para felicitarle, ya que considero que la empresa tiene un
sólido plan y lo que deseamos es conocerlo más en profundidad. Ese es el
motivo por el que le solicito la remisión del soporte documental
correspondiente.




El señor PRESIDENTE: Señor García-Arreciado, le rogaría que esa idea
sobre las empresas públicas la trajera a la Mesa y portavoces, para que
la estudiáramos, porque me parece una idea muy apropiada.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Existe una proposición no de ley para
ello.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
su portavoz, señor Carreño.




El señor CARREÑO RODRIGUEZ-MARIBONA: En primer lugar, quiero agradecer al
director general de FEVE, señor García-Romeu, su exposición sobre la
política de inversiones que va a llevar a cabo FEVE en los próximos años.

Es una comparecencia hace largo tiempo solicitada y deseada. Fue
solicitada por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya el 4 de julio de
1996 y por razones de enfermedad del presidente de la empresa, don José
María Gurruchaga, fue demorada con la aceptación en todo momento de las
poderosas razones que influían en ese retraso, comprendido --como digo--
por Mesa y portavoces. La definitiva y total recuperación del señor
Gurruchaga creo que la deseamos todos. Incluso la comparecencia
solicitada en el debate del proyecto de ley de Presupuestos Generales del
Estado para 1997, hace ahora prácticamente un año, fue asumida entonces
por el secretario de Estado de Infraestructuras, señor Abril Martorell.

No podemos hablar de la política futura de FEVE, de sus inversiones y de
sus presupuestos, sin hablar de su pasado inmediato y, como consecuencia
de ello, de su presente. Como en otras empresas públicas, la técnica
presupuestaria consistía en aprobar unos presupuestos absolutamente
insuficientes, totalmente deficitarios desde su origen, a pesar de lo que
señalan clarísimamente los artículos 56 y 58 del estatuto de
ferrocarriles de vía estrecha, que dicen que si al final del ejercicio
fuera innecesaria la aplicación total de dichos créditos, se reintegrará
la diferencia al Tesoro. Es obvio que en ningún ejercicio se dio esa
circunstancia. Lo que también se incumplió anualmente es el otro aspecto
de que si, por el contrario, los créditos resultasen insuficientes según
la liquidación de explotación, el Gobierno gestionará, inmediatamente de
que exista constancia de este hecho, el oportuno expediente de suplemento
de crédito. Es evidente que el 31 de diciembre de cada año se conocían
perfectamente los resultados de explotación e «inmediatamente» podía ser
a partir del 1 de enero del año siguiente.

Sin embargo, los déficit de explotación de los años 1991 y 1992 fueron
saldados en los presupuestos del Estado para 1995, un «inmediatamente»
harto largo y harto



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tranquilo; ascendieron a 9.248 millones de pesetas. Y el del año 1993,
por real decreto ley de 26 de julio de 1996, 721.000 millones de pesetas
que pretendían liquidar las cuentas, los retrasos de ejercicios
anteriores --por cierto, en aquel caso, correspondían a FEVE 7.665
millones de pesetas--, que evidentemente no han supuesto la liquidación
de los ejercicios 1994 y 1995 como mañana mismo tendremos ocasión de
comprobar en la Comisión de Presupuestos, puesto que en esa Comisión,
mañana a primera hora, se tiene que aprobar un crédito extraordinario
correspondiente a la liquidación del presupuesto de FEVE, al déficit de
la explotación de FEVE en el año 1994, anticipo de unos créditos
extraordinarios muy superiores en el ejercicio de 1995. A esto era a lo
que me refería al plantear esa comparecencia de política e inversiones en
años posteriores.

Esta técnica presupuestaria y el consiguiente abandono inversor trajeron
como consecuencia el deplorable estado de la línea Ferrol-Gijón y, como
consecuencia, su cierre parcial dentro de Asturias al tráfico de
pasajeros y unas inmediatas, urgentes e importantes actuaciones aprobadas
por FEVE --hace bien pocos días-- que corregirán aquella lamentable
actuación política.

En este ejercicio de 1997, primero del Gobierno Aznar, se han corregido
en una primera fase los presupuestos y subvenciones a FEVE y podemos ver
ya --están en el Congreso-- en el proyecto de ley de Presupuestos del
Estado para 1998 una nueva corrección hacia la realidad de FEVE; 10.072
millones de pesetas, subvenciones a explotación, y 3.500 millones,
subvenciones para inversiones.

El itinerario y población a la que afecta FEVE, la crisis del transporte
de carbón, en especial la de Hunosa, llevan a unas cifras de explotación
con la plantilla existente que requieren un gran esfuerzo inversor del
Estado y de gestión por parte de los directivos de FEVE. De ahí que
consideremos absolutamente imprescindible ese plan de empresa que citaba
el señor García-Romeu, en elaboración avanzada, base del futuro y
necesario contrato programa. También ratifico y coincido con lo expuesto
por el director general de FEVE, en el tema de la seguridad, ésta debe
primar sobre la prestación del servicio. De ahí que le felicite por ese
corte del servicio de viajeros entre Novellana y Vegadeo, algo más de 30
kilómetros, y las medidas urgentes adoptadas para su restablecimiento.

Yo preguntaría al señor García-Romeu, dentro del tema de la seguridad --y
quiero nuevamente felicitarle por el establecimiento de una gerencia de
seguridad y por el establecimiento de calidad en el servicio, hasta ahora
desconocido dentro de FEVE, aunque lo ha adelantado en la exposición-- si
existen estudios en FEVE sobre el plan de supresión de pasos a nivel, la
repercusión económica que tendría eso y con qué criterios se debe
establecer un plan racional en el caso de un problema que se plantea en
más de mil puntos de la red viaria de FEVE. Me alegra también la
existencia de un plan de promoción de personal, cuando en este momento
existe algún planteamiento por parte de maquinistas, de conductores, en
cuanto a duración de jornada u horas extraordinarias.

Me adhiero a la petición del señor García-Arreciado y lamento que no se
pueda hacer con efectos retroactivos, porque el Grupo Popular nunca tuvo
las memorias de FEVE y de Renfe en la Comisión de Infraestructuras.




El señor PRESIDENTE: Para responder a las preguntas hechas, tiene la
palabra el señor García-Romeu.




El señor DIRECTOR GENERAL DE FERROCARRILES DE VIA ESTRECHA (FEVE)
(García-Romeu Fleta): Si he anotado bien las preguntas que se me han
formulado, voy a intentar responderlas todas; si faltara alguna y me lo
recuerdan, con mucho gusto la contestaría. Yo también creo en la
viabilidad de FEVE. Por supuesto. Pienso que es una infraestructura muy
importante en el norte de España que comunica pueblos que de otra manera
estarían muy mal comunicados o incluso incomunicados en épocas de
invierno. Por otra parte, las cercanías prestan un servicio muy bueno a
determinadas poblaciones, Oviedo, Gijón, Santander, etcétera. Asimismo
creo en la viabilidad de los servicios regionales, aunque estos servicios
tienen muy mala prensa porque hasta ahora, hay que decirlo así, se ha
dado en muy malas condiciones, con unidades móviles en muy mal estado y
con una vía en situación de cierre o precierre en muchos puntos. El
ferrocarril fue el medio de transporte del siglo XIX y lo será el siglo
XXI, aunque no sea más que por la congestión de las ciudades y por el
problema de medio ambiente que cada día va a pesar más sobre las
decisiones económicas y, por tanto, sobre optar por carretera o por
ferrocarril. Me parece que hay que conservar FEVE en las mejores
condiciones posibles, haciendo las inversiones que le permitan dar un
transporte seguro, rápido, fiable, confortable, etcétera.

Es verdad que durante los últimos años tradicionalmente las líneas de
cercanías han prevalecido sobre las regionales en FEVE. Es perfectamente
comprensible porque las cercanías tienen movimiento, suben viajeros y se
factura, y las regionales llevan una vida lánguida, bastante penosa, pero
yo entré en FEVE en abril y, en el mes de mayo, he creado una gerencia
regional, que no existía, nadie se ocupaba de las regionales en FEVE. En
este momento, hay una persona, con el equipo correspondiente, encargada
de promocionar las regionales en la medida de lo posible y de plantear el
problema del regional frente al de la cercanía.

Tenga la seguridad de que no vamos a cerrar más líneas de FEVE. Es más
--ya se ha dicho dos veces y quisiera aclararlo--, la línea
Cudillero-Ribadeo, de un poco más de 30 kilómetros, aunque ésta es la
parte peor, estaba en unas condiciones lamentables. Este verano hemos
tenido un incidente muy desagradable. Transportando en unos vagones
especiales de alta calidad, de caoba, a unos funcionarios de la Unión
Europea, ha descarrilado; le aseguro que las risas de estos funcionarios
han sido tremendas, han dicho que parecía que estaban en el Senegal y que
era una vergüenza. He tomado la decisión de suspender el tráfico de
viajeros por esta línea y en el próximo consejo, que se celebrará el día
30 de este mes, se adjudicarán las obras para la reparación de estos
kilómetros, que suponen una inversión de 1.500 millones de pesetas,
inversión que



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no estaba prevista y que nos va a costar financiarla, pero creo que la
seguridad debe prevalecer sobre cualquiera otra condición financiera. Por
tanto, no tenemos más remedio que abordar este problema, porque de otra
forma acabaremos cerrando Cudillero-Ribadeo y, a partir de ese momento,
los regionales desaparecerán.

Lo mismo ocurre con la línea Arija-Guardo, que, como sabe, está cerrada
al tráfico de viajeros me parece que desde el año 1993. En el plan de la
minería, que recientemente ha aprobado el Gobierno, hemos presentado una
inversión importante para restablecer esta línea, tanto para el
transporte del carbón transcantábrico, que, como sabe, se hace, pero no
en condiciones óptimas, como de otros productos especiales que se puedan
realizar los fines de semana, como excursionistas y otros. Nuestro
propósito firme es abrir la línea Arija-Guardo; lo que ocurre es que,
como tenemos otras prioridades, esto tendrá que ser financiado con fondos
especiales, como son aquellos a los que me acabo de referir.

Evidentemente, las mercancías tienen un mercado potencial muy fuerte,
siempre limitado por el hecho de que el ferrocarril circula por una línea
y no se puede salir de ella; uno de los grandes inconvenientes que tiene
con respecto al transporte por carretera. En este momento estamos
transportando --seguramente usted lo sabe-- un carbón que viene de
Santander; lo estamos llevando hasta Guardo con enormes dificultades
porque la vía está en malas condiciones, pero estamos decididos a hacerlo
porque, si lo hacemos bien, y hasta ahora está saliendo aceptablemente
bien, podemos aspirar a transportar a Guardo todo el carbón de
importación que venga por Santander o Bilbao. Eso significa, sin duda, un
avance importante en nuestra posición en el transporte de mercancías. Lo
mismo ocurre con los siderúrgicos. Nuestra relación con la CSI era
relativamente débil hace tres años y hoy en día es muy fuerte; facturamos
casi 800 millones de pesetas. Hemos introducido una vía que va a entrar
en la propia factoría. Están contentos con nosotros y seguimos en esta
línea. Vamos a intentar por todos los medios conservar esta posición que
hemos ganado con mucho esfuerzo.

Esto ocurre con otros transportes. Seguramente sabe usted que hemos
firmado un convenio con los ferrocarriles vascos, en virtud del cual
estamos entrando en este momento en el puerto de Bermeo con nuestros
trenes y estamos sacando de dicho puerto las suficientes mercancías, de
las que llegan a ese puerto, para transportarlas a su destino. Esto lo
hemos hecho ya en dos ocasiones; los ferrocarriles vascos están muy
interesados en este tipo de colaboración. Además, esta colaboración se
está llevando por un antiguo empleo de FEVE que hemos cedido a los
ferrocarriles vascos, precisamente para que la relación entre ambos
ferrocarriles sea la mejor posible.

Demasiados pasos a nivel. Por supuesto, son muchísimos. Cuando se dice
que tenemos 1.400 en servicio, entra un cierto escalofrío, pero yo le
quisiera hacer una consideración. Yo calculo que seguramente en Madrid
habrá entre 500.000 y un millón de cruces de calles. Solamente el 10 por
ciento está señalizado con semáforos y otro 10 por ciento con «ceda el
paso»; el resto se rige por la conocida regla de preferencia de la
derecha. Le aseguro a usted que en Madrid, en un solo día, hay muchos más
accidentes de tráfico que los que hay en toda la historia de FEVE. Lo que
ocurre con los pasos a nivel es que los accidentes que se producen son
muy espectaculares y normalmente muy desagradables, aunque, este año, por
ejemplo, en el accidente de Llanes que usted mencionaba antes, hemos
tenido mucha suerte porque hemos salido --hay que decirlo con la boca
pequeña-- solamente con una pierna cortada y podría haber sido una
catástrofe total. Esta mañana he leído el informe de la Guardia Civil
sobre ese accidente y está clarísimo que la responsabilidad total fue del
conductor del autobús.

Yo quisiera suprimir todos los pasos a nivel, pero la supresión de un
paso a nivel supone entre 200 y 300 millones de pesetas de inversión y, a
veces, unos problemas expropiatorios tremendos. Multiplique usted 1.400
por 200 millones y saldrá algo implanteable. En cuanto a la mecanización
del paso a nivel, un paso a nivel mecanizado vale entre 15 y 20 millones.

También son cifras de una inversión absolutamente imposible para
nosotros.

Me ha preguntado qué estamos haciendo y si tenemos un plan. Sí tenemos un
plan, estamos escribiendo cartas a todas las comunidades autónomas y a
todas las corporaciones locales que, según esa orden ministerial, tienen
responsabilidad, recordándoles que son ellos los que tienen que suprimir
el paso a nivel. Por otro lado, por nuestra parte, tan pronto como la
medición de a2t da más de 10.000, ponemos inmediatamente un paso
automático. Pretendemos tenerlo todo bastante bien, lo cual no quiere
decir que, probablemente, en un plazo muy breve, aunque no estén en el
a2t, voy a suprimir algunos, por las condiciones de visibilidad y porque
determinados accidentes o donde hay peligro de accidente han demostrado
que son más peligrosos de lo que dice la a2t. Por tanto, voy a
automatizar algunos pasos a nivel, a pesar de que, con la orden
ministerial, no estaría obligado a hacerlo. Espero que no se vuelva en mi
contra, que no me digan que he hecho algo que no debía hacer porque no lo
hago en todos los pasos a nivel.

Me hablan de la seguridad. Por supuesto que en este momento tenemos un
sistema de seguridad incompleto, pero bastante avanzado. Hay ASFA en
todas las líneas de cercanías, excepto en las de Cartagena y León; en el
resto, lo hay en cercanías, no en regionales. El proyecto que tenemos es
que a finales del año 1999 habrá ASFA en todas las líneas de FEVE. Le
digo como curiosidad --y que no se emplee en contra de FEVE-- que el
viernes pasado se ha demostrado que el ASFA funciona. Hubo un maquinista
que se saltó un semáforo en rojo y el ASFA frenó el tren cuando el
mercancías venía de frente. Pudo ocurrir una desgracia muy grande y, sin
embargo, el ASFA funcionó perfectamente y detuvo el tren. Estoy de
acuerdo con usted en que hay que mejorar las instalaciones de seguridad
en todo lo que se pueda y en eso estamos. Vamos a tener un CTC nuevo,
como consecuencia del cinturón verde y, como le digo, el programa
consiste en que, en el plazo de dos años, todo FEVE tendrá ASFA en todas
las líneas, de cercanías y regionales.




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Vías y obras. Por supuesto, todas las vías de FEVE no son suficientemente
nuevas, pero hay muchas que sí lo son. Tenemos tramos en condiciones muy
buenas y nuestra pretensión es que, en un plazo de cinco años, todas sean
nuevas, por lo menos remozadas con calidad suficiente. Por tanto, en los
tramos en que las líneas vayan siendo nuevas, sí podemos escenalizar y
que los de vías y obras pasen a otro tipo de servicios. Esto que le digo
fue propuesto en el último Consejo de Administración por el consejero
representante de UGT, de modo que está pactado y aceptado por las
centrales sindicales, siempre que se haga de forma razonable para evitar
problemas de falta de personal en otras áreas en las que sería necesario.

Me hace usted una referencia muy concreta a un tema que me he encontrado
hecho y le aseguro que yo nunca hubiera actuado como se hizo en la
empresa. Es el tema de los tirafondos y de la constructora que usted
mencionaba, La Mariola. Si yo hubiera estado en ese momento en
responsabilidades ejecutivas no hubiera decidido presentar una demanda.

Creo que esa demanda, que no es una querella, sino una demanda por
defensa del honor, tiene unas consecuencias de otro tipo que son más
negativas que el posible triunfo de la demanda. He intentado, por cierto,
tomar contacto con algún diputado autonómico de Asturias. Me fue difícil
ir en un momento dado, no pude, no sé qué pasó, y el proceso está tan
avanzado que me parece que ya es un poco tarde para llegar a ningún
acuerdo. Insisto en que en esto tiene usted toda la razón. No había
motivos, aunque quizá no midieron suficientemente bien sus palabras,
porque hablaron de la seguridad en público y la seguridad es un tema muy
importante en el ferrocarril. Crear públicamente situaciones de
inseguridad condiciona después toda la actuación del ferrocarril. Por eso
se hizo, pero insisto en que yo no lo hubiera hecho.

Tengo los datos de viajeros y mercancías. Le puedo dar a usted una copia,
pero además se los voy a leer muy brevemente. Viajeros/kilómetro, en
Asturias, en el año 1995, fueron 61 millones; en 1996, 68 millones y en
lo que va de 1997 hay un incremento del 19 por ciento. Se lo daré
después. En Cantabria, 64 millones, en 1995; 52 millones, en 1996, ya que
hubo una huelga de maquinistas que impidió que el número subiera, y en
1997 estamos mejorando pero sin recuperar el nivel de 1995. En Vizcaya,
hay 30,5 millones, 32 millones y 19,800, con un crecimiento del 10 por
ciento. En Galicia, 3,5 millones, 3,5 millones y dos millones. En
Castilla y León, 5,5, 6,5 y 4,100. En Murcia, 6,900, 6,900 y cuatro
millones. En mercancías, en toneladas/kilómetro: En carbones, 1995, 72
millones, 64 y 40; baja. En siderúrgico, hemos pasado de 37 en 1995 a 71
en lo que llevamos de año. En aluminio estamos en 21, 23 y 13 este año.

Arena: 42, 43, 26; estos datos se refieren a finales de julio. Dolomía:
12, 11 y 5. Productos sódicos: 17, 19 y 11. Y otras mercancías: 8, 8 y
10. Como le he dicho, los datos están a su disposición.

En cuanto al presupuesto de 1998, los datos que yo tengo son un cuadro
que manda el Ministerio de Fomento a las empresas públicas, en el que les
dice cuáles son las partidas que ha incluido en el proyecto que en este
momento está en discusión parlamentaria. Para nosotros es una
satisfacción decir que cumple todas y cada una de las peticiones que le
hemos hecho. No podemos poner ningún pero. Nos da el dinero que hemos
pedido para inversiones. Nos aumenta la subvención de explotación. Nos da
un dinero que no teníamos para amortizar créditos. Nos permite una
capacidad de endeudamiento suficiente. Quiero decirle con esto que por
nuestra parte rogaríamos que se aprobara el presupuesto tal como viene o,
en todo caso, un poco mejor.

La gerencia de seguridad no sólo es el único organismo de seguridad.

Existe el comité de circulación, que usted ha mencionado. Se reúne cada
tres meses y tiene como misión estudiar las cosas concretas que se han
producido: desprendimientos, vías en mal estado, transporte de carbón con
descarrilamientos, etcétera. El último se ha celebrado la semana pasada y
creo que hemos acordado cosas interesantes para la empresa.

Ya le he hablado de la política de personal y la concertación. Nosotros
llevamos a rajatabla la política de concertación, entre otras razones
porque en FEVE la normativa laboral es tan rígida que sin los sindicatos
es imposible modificarla. Hay un contacto permanente con ellos; lo que se
hace es porque está concertado o consensuado y sin ellos no sería
posible. Es muy difícil la reclasificación. Renfe lo intentó y lo
consiguió. En eso estamos nosotros, tratando de copiar el sistema y las
clasificaciones de Renfe y adaptándolas a nuestras necesidades. Yo soy
optimista, porque los sindicatos tienen mucho interés en que se haga y, a
pesar de las dificultades, yo confío en que en esto obtengamos un éxito.

Al representante del Grupo Socialista yo le agradezco mucho su
ofrecimiento y las palabras cariñosas que ha tenido para mi intervención.

Me pregunta por el presupuesto de ingresos de FEVE. Nosotros el año que
viene tendremos un pequeño incremento en ingresos por viajeros y por
mercancías, poco, pero sí vamos a tener un incremento importante en
subvención a la explotación que, según el dato que acabo de decir que
proviene del Ministerio, será de 10.072 millones, frente a 5.000 ó 6.000,
que era la subvención que normalmente se consignaba en el presupuesto. Es
un aumento muy importante que nos va a permitir disminuir nuestro
endeudamiento crónico y, por lo tanto, tener menos gastos financieros,
mejorando nuestra cuenta de explotación.

Remitir el documento. El plan de empresa todavía es un borrador, tiene
que negociarse, pero yo, por supuesto, estoy a las órdenes de la
Comisión; a través de su presidente y con mucho gusto remitiré el
documento y, por supuesto, las memorias, que no son ocultas, sino que las
hacemos para que se divulgue lo que hacemos y sobre todo para que los
bancos sigan confiando en nosotros y nos traten lo bien que nos suelen
tratar hasta ahora. Así pues, yo les entrego a ustedes la memoria
encantadísimo; mandaré unos cuantos ejemplares al presidente para que los
distribuya.

El plan de Asturias. Efectivamente, el consejero de Fomento de Asturias
hizo unas declaraciones que salieron en toda la prensa local anunciando
un plan de inversiones muy fuerte del ferrocarril. Aunque había hablado
con nosotros, este plan lo hizo sin contar con nosotros oficialmente.




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El plan no se refiere sólo a FEVE, sino también a Renfe. Después de eso
se puso en contacto con nosotros y creamos una pequeña comisión junto con
el Ministerio de Fomento para ver cómo se articulaba aquello. En este
momento histórico yo no le puedo decir cómo está el plan. Sé que el
Ministerio tiene algunas dificultades para comprometer las inversiones
que iban a hacer, no sé cuáles son, pero por lo que respecta a nosotros
próximamente firmaremos un plan con el Principado de supresión de pasos a
nivel y de estaciones y apeaderos. Eso es lo que vamos a firmar nosotros.

Yo confío en que el resto se haga. A nosotros nos vendría muy bien,
porque disminuiría las necesidades de inversión. No sé si lo hará el
Ministerio o el Principado, pero en todo caso sí le puedo garantizar que
si ninguno de ellos lo hace lo haremos nosotros, porque este plan es
imprescindible para que FEVE pueda seguir funcionando adecuadamente en
Asturias.

Me ha preguntado sobre la cuenta de explotación del Transcantábrico. El
Transcantábrico factura 130 millones y gasta 125; de modo que hasta
podría decir que tiene un pequeño beneficio. Bien es verdad que en esos
gastos el área correspondiente ya procura no introducir gastos de
infraestructura; por tanto, no es exacto que eso sea así, pero en fin, yo
comprendo que ellos se defienden de alguna manera para justificar el
Transcantábrico que, por otra parte, es una unidad emblemática de FEVE y
que en ningún caso se va a suprimir. Este año va aceptablemente bien.

Pretendemos darle un poco más de confort. El año que viene vamos a poner
en funcionamiento una nueva unidad con duchas individuales y una especie
de salita de estar, cuatro compartimentos que serán más caros, y si eso
funciona trataríamos de que todo el mundo pudiera ducharse
individualmente en el Transcantábrico, lo cual seguramente aumentaría el
número de pasajeros. Ahora se duchan juntos. Es una cosa que a mí me ha
llamado mucho la atención. La verdad es que yo no estoy acostumbrado a
ducharme en colectividad, salvo en la mili. (Risas.) Espero que este
vagón resulte bien.

Invitados con carácter gratuito, que yo sepa, no ha subido nadie. Pero
como lo dice usted y debe decirlo por alguna razón, mañana mismo voy a
ordenar la investigación correspondiente a ver si ha habido alguna
invitación y, si es así, le remitiré a usted la justificación que ha
tenido. Yo creo que en el Transcantábrico no ha ido gratis nadie, pero lo
investigaré.

Voy a contestar ahora al representante del Grupo Popular. Esta política
presupuestaria, que se ha practicado siempre pero en los últimos años de
una forma contumaz con empresas deficitarias, a mí siempre me ha parecido
un error. Oculta déficit, engaña, el presupuesto no es más transparente
y, por otra parte, obliga a un endeudamiento que se traduce en gastos
financieros y mayor déficit público en el futuro. Por eso, yo estoy muy
satisfecho con el proyecto, porque he visto que hay un cambio de
orientación, que se va a presupuestar una cantidad muy aproximada a la
que nosotros necesitamos para subvenciones y eso nos va a permitir sanear
nuestras cuentas. Si además esta Cámara tramita con rapidez, no sólo el
proyecto de ley al que S. S. hacía referencia de cuatrocientos y pico
millones, sino uno de 5.600 millones que tenemos del año 1996 y los seis
mil y pico con que vamos a terminar 1997, nos permitiría ingresar unos
12.000 millones de pesetas, con lo cual cancelaríamos nuestros préstamos
a largo plazo y presentaríamos unas cuentas muchísimo mejores en cuanto a
los resultados de explotación de FEVE. Ya he dicho que el proyecto de
1998 para nosotros es muy bueno y que por tanto satisface prácticamente
todas nuestras necesidades.

En cuanto a la seguridad, es tan importante para nosotros que he cerrado
una línea con gran dolor de mi corazón, porque me parecía que estábamos
corriendo un grave riesgo. Vamos a seguir en esa dirección. Cerraremos
cualquier punto negro y lo arreglaremos, pero no estoy dispuesto a que
pasen ferrocarriles con riesgo para las personas en nuestras líneas.

Finalmente, en cuanto a la supresión de pasos a nivel, insisto en lo que
he dicho. Suprimiríamos todos. No tenemos dinero, pero le aseguro que
nosotros cumplimos rigurosamente y con cierta generosidad la orden
ministerial de 1 de diciembre de 1994, que es la que regula esta materia.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor García-Romeu.

Para alguna intervención, pero muy corta y sobre algún tema muy concreto,
no para reabrir la comparecencia, tiene la palabra el señor Santiso.




El señor SANTISO DEL VALLE: Simplemente para un par de aclaraciones.

Creo entender que la renovación necesaria entre Cudillero y Ribadeo no
está incluida este año en los presupuestos del Estado; por tanto, si es
así, propondremos una enmienda para que se incorpore a los presupuestos
del Estado de este año, entendiendo que es vital para reabrir esa línea.

Igual que es a nuestro parecer razonable plantear el tema de Guardo
dentro del plan del carbón, puesto que precisamente afecta a las comarcas
mineras. Eso creo que es positivo y es una posibilidad.

Termino con dos cosas muy breves. Creo que es razonable buscar una
homologación entre las plantillas de FEVE y Renfe, en el sentido de que
además nosotros siempre hemos defendido que en algún momento habrá que
replantear la posibilidad de la fusión entre FEVE y Renfe para una mejor
gestión, teniendo además, como tiene, zonas de contacto. Otra cosa es que
permanezca como una unidad de gestión dentro de Renfe, etcétera, pero
siempre hemos pensado que el futuro pasaba por la fusión de las dos
empresas para racionalizar también costes.

Por último, un tema que siempre nos ha preocupado. Creemos que --además
las propias directivas de la Comunidad Europea lo proponen así-- hay que
ir a la separación contable de lo que son los gastos de infraestructuras,
porque si no estaremos en el eterno debate de considerar como déficit lo
que en realidad son inversiones en ferrocarril, en nuevas
infraestructuras; permitiría evaluar mejor la gestión y, por tanto, las
inversiones deberían ser, en nuestra opinión, a cargo del Ministerio de
Fomento, con carácter general, o ente similar que, aunque esté dentro de
FEVE, tenga una separación contable absoluta para evitar el discurso



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maniqueo entre carretera y ferrocarril. Todo lo que se gasta en hacer
nuevas carreteras todo el mundo lo saluda como inversiones, y en
ferrocarril lo computamos siempre como un aparente déficit.

Nada más y muchas gracias por su comparecencia.




El señor PRESIDENTE: Señor García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Señor director general, consciente de
que los gastos de amortización de infraestructuras no deben estar en la
cuenta del Transcantábrico es por lo que le he pedido la cuenta de
explotación, no la de resultados, que recogería ese input de costo.

Yo reitero mi confianza en lo que he escuchado, en la capacidad
profesional que usted tiene y en la existencia de un plan de empresa
correcto, a mi criterio, para los próximos años, y voy a mantener esa
confianza a pesar del lamentable remake completamente trucado que hemos
escuchado sobre el pasado de FEVE. No me va a excitar para mostrarme de
ahora en adelante contrario a FEVE por el simple hecho de que la voluntad
popular haya decidido que la Administración sea distinta.

Si alguna vez vienen aquí siete, ocho o nueve mil millones, consecuencia
de insuficiencias financieras de FEVE, los vamos a apoyar sin duda
ninguna porque, en definitiva, es calderilla; no llega a ser ni el 3 por
ciento de los 250.000 millones de endeudamiento que en los últimos 18
meses se ha endeudado Radiotelevisión Española. Por tanto, tendrá nuestro
apoyo con toda seguridad, tanto si las técnicas del presupuesto son
correctas como si no lo son, como si contienen 250.000 millones en
activos financieros para aportaciones a proveedores de infraestructuras,
que ni sabemos quiénes son ni podemos tener oportunidad de saberlo,
porque están completamente fuera del control de los presupuestos
generales por las Cortes; o este método alemán que consiste en
centrifugar el pago de las obras que se hacen ahora a no se sabe muy bien
cuándo.




El señor PRESIDENTE: Señor García-Arreciado, le ruego que se atenga a la
cuestión.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Ni aunque haya deterioro inversor; el
año pasado ya lo hubo, 150.000 millones menos en fomento; este año ha
mejorado: 4.000 millones menos que el año pasado. Basta además entrar en
Internet, aunque tiene un problema, que antes de entrar en la Dirección
General del Presupuesto hay que aguantar durante veinte segundos la
sonriente foto de un secretario de Estado, que es el que da entrada a El
Gobierno informa en Internet.

Al furor mostrado por algún parlamentario en esta Comisión le voy a dar
un sabio consejo, aunque no creo que sea mayor que él: las carreras se
ganan en el último metro. Cuidado con los ardores iniciales, porque la
vida y la política dan más vueltas que los caballitos, de manera que hay
que tener mucho cuidado con las alusiones que se hacen al reciente
pasado, porque el inmediato futuro puede posiblemente situarnos en la
tesitura de tener que ver situaciones como ésta con los toreros situados
en barreras diferentes. Llevo once años siendo portavoz de esta Comisión
y jamás he escuchado a ningún portavoz del Partido Popular solicitar
--como yo lo he hecho hoy-- que con carácter general las empresas
públicas remitan información al Congreso de los Diputados, y eso mi
palabra de honor que no es culpa mía, sino del Partido Popular, que
durante los años que ha estado en la oposición ha debido de estar
interesado en otras cuestiones y no ha echado en falta una documentación
que, en mi criterio, es absolutamente precisa para los trabajos de esta
Comisión.




El señor PRESIDENTE: No me gustan esas alusiones al pasado, que
involucran en parte a este presidente, que no va a entrar en ellas,
porque va a seguir ejerciendo de presidente.

El señor Carreño tiene la palabra.




El señor CARREÑO RODRIGUEZ-MARIBONA: Nada más que ratificar mi
felicitación al señor García-Romeu, cosa que acreditan la exposición
primera de los representantes de Izquierda Unida y del Grupo Socialista,
y la segunda intervención del representante del Grupo Socialista, que se
ha ido, no hacia los cerros de Ubeda, sino hacia Radiotelevisión,
Internet y otras cuestiones.

Muchas gracias, señor Romeu.




El señor PRESIDENTE: El señor García-Romeu tiene la palabra para terminar
la comparecencia.




El señor DIRECTOR GENERAL DE FERROCARRILES DE VIA ESTRECHA (FEVE)
(García-Romeu Fleta): Muy brevemente.

No me he explicado bien. El presupuesto interior nuestro determina una
serie de obras a hacer, pero el presupuesto del Estado da una cantidad
que no tiene precisiones. Por tanto, cuando yo decía que no teníamos
presupuesto para esta obra, es que no teníamos previsto en nuestro
programa hacer esta obra. ¿Qué quiere decir? Que los 1.500 millones de
pesetas que nos vamos a gastar en esta obra no los gastaremos en otra,
pero afortunadamente todavía tenemos dinero para acometerla.

Naturalmente, cualquier dinero que venga será bienvenido, por supuesto.

En cuanto a la homologación, yo creo que nosotros tenemos que tener unas
clasificaciones de categorías muy parecidas a Renfe, cuyos problemas son
muy semejantes a los nuestros. Por otra parte, el proceso de
clasificación fue muy costoso en Renfe y nosotros pretendemos
aprovecharnos para que el desgaste que ellos sufrieron no lo volvamos a
sufrir nosotros, y dar por supuestas cosas en las que ellos ya trabajaron
y acordaron. Es en ese sentido en el que yo me refería a la necesidad de
seguir la misma línea de Renfe.

En cuanto a la separación contable, por supuesto que se hace. Por un lado
tenemos infraestructura y por otro explotación, comercialización,
etcétera. Eso se hace por orden de la Comunidad Europea y por orden del
Ministerio de Fomento; por supuesto que lo venimos haciendo.




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En cuanto al representante socialista, yo le agradezco una vez más sus
palabras. Le aseguro que el Transcantábrico tiene una vida longeva. Vamos
a ver si siguen subiendo los viajeros, que hasta ahora suben; pero yo me
refería a que también los gastos generales, los ingresos y gastos de sus
viajeros, influyen en el Transcantábrico y ellos no los contabilizan. El
sueldo del director general en alguna parte influirá también en el
Transcantábrico, pero yo no lo contabilizo. A eso me refería.

Yo creo que lo de Internet está muy bien, pero no me afecta.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor García-Romeu. Le agradecemos
su presencia aquí, y se suspende por un instante la sesión antes de dar
paso a la siguiente comparecencia. (Pausa.)



--DEL SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE TELECOMUNICACIONES (VILLAR URIBARRI),
PARA INFORMAR SOBRE LA POLITICA Y ACCIONES DEL GOBIERNO EN RELACION CON
LA TELEVISION LOCAL. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO CATALAN
(CONVERGéNCIA I UNIO). (Número de expediente 212/000736.)



El señor PRESIDENTE: Segunda y última comparecencia de la tarde, la de
don José Manuel Villar Uribarri, Secretario General de
Telecomunicaciones, ante esta Comisión para informar sobre la política y
acciones del Gobierno en relación con la televisión local, solicitada por
el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió).

Damos la bienvenida al señor Villar y le agradecemos que haya adelantado
su comparecencia para que todos los parlamentarios aquí presentes no
tuviéramos una hora en blanco.

Tiene la palabra el señor Villar.




El señor SECRETARIO GENERAL DE TELECOMUNICACIONES (Villar Uribarri):
Muchas gracias, señor presidente.

Básicamente, vamos a indicar lo que se ha hecho y lo que, a partir de
ahora, se puede hacer.

En materia de televisión local existe una ley reciente, la ley 41/1995,
de 22 de diciembre, que se ha pretendido alterar, como muy bien sabe
quien hace la pregunta, y se formuló en su día un proyecto de ley, el 31
de enero de 1997, en el que se proponía alguna modificación respecto de
la ley de 1995. Quizá la alteración más significativa afectaba a la
liberalización de la televisión, por supuesto siempre que el espectro lo
permita, y a la desaparición del régimen de concesión administrativa y a
su sustitución por un régimen autorizatorio; donde había un concurso para
la adjudicación de la concesión pasa a existir una licitación, en caso de
que no haya frecuencias suficientes, pero el régimen deja de ser
concesional y pasa a ser autorizatorio. Por otra parte, desaparecía la
preferencia de las administraciones municipales para la explotación de
este tipo de títulos habilitantes. Se quiso llegar a un acuerdo respecto
al contenido del texto, finalmente se introdujeron algunas enmiendas,
pero, tras su introducción, se vio claramente que el texto resultante de
la modificación se asemejaba de forma extraordinaria al contenido de la
ley 41/1995, de 22 de diciembre. Se reputó entonces que tramitar como ley
un proyecto de esas características, donde se venía a mantener el régimen
preexistente, particularmente en lo atinente a la existencia de un
régimen concesional, no parecía idóneo. El texto de la ley es el que es;
si existe una voluntad concordante en su modificación y, desde luego, esa
posibilidad queda abierta, y en recoger un régimen de liberalización
siempre que el espectro lo permita (es decir, de liberalización, paso de
concesión a licencia administrativa), luego, por supuesto, hay que estar
al recurso escaso del espectro; si existe un concurso para esa
modificación, la modificación podría producirse.

En otro orden de cosas, y como muy bien conoce el señor diputado que
suscita la cuestión, ha habido en el ámbito de la Generalidad de Cataluña
un reglamento de desarrollo de la ley de 1995. Ese reglamento de
desarrollo, que es del 1 de octubre de 1996, si no recuerdo mal, previó
en su artículo 16 que correspondía a la Comunidad Autónoma de Cataluña la
inspección del espectro. Ese precepto, el artículo 16, y algún otro
concordante fueron objeto de un recurso contencioso-administrativo por
entender que la norma reglamentaria asumía o atribuía a la comunidad
autónoma competencias genuinamente estatales con arreglo al artículo
149.1.21 de la Constitución y preceptos concordantes de la Ley de
Ordenación de las Telecomunicaciones y de la propia ley 41/1995, recurso
contencioso-administrativo que todavía se está sustanciando.

Es bien cierto también que ha habido conversaciones, y se está ahora en
conversaciones con la Generalitat, tendentes a concluir este
procedimiento. Ha habido un cruce de cartas durante la semana pasada y,
si se produjesen determinadas alteraciones en el reglamento, no habría
ningún obstáculo para el desistimiento, junto con el desistimiento
correlativo del acto de la Administración del Estado que, en función de
ese reglamento impugnado, denegó determinadas frecuencias que se habían
solicitado. Producidos esos desistimientos, el reglamento podría tener
plena vigencia y se podría realizar una planificación deseable, tomando
en cuenta las necesidades del espectro y, sobre todo, el desarrollo de la
televisión digital.

Como muy bien conocen, la televisión digital tiene como nota
característica que permite un aprovechamiento mucho más fructífero del
espectro. Donde cabe un canal analógico caben hasta cinco canales
digitales o cinco programas; en el ámbito analógico, canal es igual a
programa, en el ámbito digital, canal es igual a distintos programas.

Para lograr un mejor aprovechamiento del espectro, un aprovechamiento más
beneficioso y más rico, se está realizando una planificación digital. No
tiene mucho sentido hipotecar el espectro con uso analógico siendo así
que, dentro de muy poco tiempo, si esta planificación digital que está en
curso se lleva a cabo, ese canal que se emplea para un solo programa
analógico va a ser útil para



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entre cuatro o cinco programas dentro de un mismo canal digital.

Esta es la situación. Hay conversaciones con la Generalidad de Cataluña.

Creo que lo adecuado sería el desistimiento recíproco de los recursos
entablados y, con unas modificaciones del reglamento catalán de no
excesiva entidad, artículos 16 y 21, creo, según la carta que se ha
remitido a la Generalidad de Cataluña, se podría lograr un
aprovechamiento idóneo del espectro. Es más, cabría la posibilidad de
establecer un adelanto del programa donde existan determinadas reservas
de frecuencias para uso analógico, pero, en todo caso, no todas las que
se pretende, porque el reservar todas las que se pretende impediría en
muy buena medida el desarrollo de la tecnología digital y un mejor
aprovechamiento del espectro.

Este es, básicamente, el contenido de la contestación.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario
Catalán (Convergència i Unió), señor Recoder.




El señor RECODER MIRALLES: El objeto de esta solicitud de comparecencia
del señor Villar era el de pedirle aclaraciones y que nos intentara
dibujar cuál iba a ser el futuro de la televisión local en nuestro país
y, especialmente, los planes que tiene el Gobierno.

Después de esta primera intervención, debo decir que las dudas que tenía
al respecto continúan todas vivas. Es decir, no se han resuelto, porque
la información que nos ha facilitado el señor Villar sólo en parte es
novedosa. También lo entiendo, el Gobierno tiene una posición determinada
que no va a cambiar cada semana.

Ahora bien, debo manifestar a partir de ahí nuestra preocupación por el
desarrollo que está teniendo, no sólo la legislación de la televisión
local, sino todo el proceso concesional que quedó dibujado en la ley
41/1995, de 22 de diciembre, es decir, si no me equivoco, la última o una
de las últimas leyes que se aprobó por esta Cámara en la anterior
legislatura; creo recordar que en el último Pleno del año 1995 aprobamos
esta ley.

Era una ley muy esperada y usted, señor Villar, lo conoce perfectamente,
porque la televisión local no nació con la ley 41/1995, sino que era un
fenómeno que tenía una cierta tradición y antigüedad y, en algún caso,
ésta era una norma que debía servir de marco para legalizar situaciones
de hecho que se venían dando desde hacía, aproximadamente, 15 ó 16 años.

Debía ser una ley marco que regulara un fenómeno, como el de la
televisión local, con una extensión bastante notable en el territorio, en
unas comunidades más que en otras. Era un fenómeno también diverso y lo
sigue siendo porque, a pesar de que no tenemos todavía este desarrollo
cerrado, esas televisiones locales continúan funcionando, muchas veces de
una forma precaria o más precaria de lo que sería deseable, pero también,
lógicamente, nadie se lanza al vacío y, si no saben exactamente qué va a
suceder, es decir, sin una licencia en la mano, hay muchas iniciativas
que se retraen. Pero, como decía, es un fenómeno diverso y también lo
conoce. Dentro del nombre de televisión local tenemos desde iniciativas
surgidas de la sociedad civil, es decir, entidades y asociaciones sin
ánimos de lucro, que lo que han intentado es ocupar un espacio
comunicacional totalmente olvidado o desatendido desde otras iniciativas
televisivas de un ámbito superior --y éste es, muy sintéticamente, el
fenómeno de televisión local que tenemos en Cataluña, que no es
exactamente el mismo que se da en otras comunidades autónomas--; hay
otros casos donde la televisión local es una televisión básicamente
auspiciada desde los poderes municipales, también con esa intención de
atender especialmente el ámbito de información y de interés local y, en
otros casos, surgen iniciativas empresariales, muy legítimas, que
intentan aprovechar la demanda que puede haber de información de ese
tipo.

A todas estas iniciativas distintas intentaba dar cobertura la ley del
año 1995. Esta ley fue aprobada después de una larga discusión y de un
consenso bastante amplio, del que quedó fuera el Partido Popular, y yo
siempre he creído que más por una cuestión de estrategia política que el
PP llevaba en aquel momento, que de convencimiento, porque seguramente
hubiera sido muy bienvenido al consenso y a la negociación; un consenso
en el que todos aportamos algo. Al final, salió una ley que seguramente
no era la mejor del mundo, no es la ley que nuestro grupo parlamentario
hubiera hecho si hubiera dispuesto de mayoría absoluta en la Cámara,
tampoco era la ley que el Partido Socialista o el Partido Popular
hubieran hecho de tener mayoría absoluta, pero era una ley que daba
cobertura a este tipo distinto de iniciativas. Inicialmente, la ley era
concebida desde una perspectiva muy municipalista, se contemplaba una
sola licencia y lo ampliamos a una segunda licencia de tipo privado, es
decir, en cada municipio podía haber dos licencias, una pública o una
privada. Pero esto es historia que usted, repito, conoce y quienes lo
conocen perfectamente son los diputados que están en esta Comisión y que
participaron en el debate.

Como usted decía, en esta legislatura el Partido Popular presenta un
proyecto de ley de reforma auspiciado, supongo, desde su Secretaría
General. Era un proyecto de ley polémico, novedoso; y era un proyecto de
ley que a algunos grupos parlamentarios de la Cámara nos creaba más
problemas que complicidades con lo que ahí se proponía. Nos ha citado el
tema de las autorizaciones, nos ha citado el tema de la liberalización,
es decir, tantas licencias por municipio como puedan caber en el espacio
público radioeléctrico, cosa que a nosotros no sólo nos parecía mal, sino
que nos parecía fatal, nos parecía abrir la puerta a la marginación de la
televisión local, llevándola a situaciones parecidas a las de otros
países de nuestro entorno, donde acaba siendo, repito, un fenómeno
marginal. También introducían otro tema que usted no ha citado, pero que
creo que es importante subrayar, y muy novedoso por la vía que abría, que
era la obligación de las televisiones públicas de optar entre la
subvención con cargo a los presupuestos municipales o la publicidad,
aspecto que también fue polémico, y lo sabe usted perfectamente. Algunos
nos preguntábamos por qué no empezábamos, si debíamos abrir esa vía, por
ejemplo, por Radiotelevisión Española.




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Discutimos el proyecto y yo recuerdo el día del debate de totalidad en el
que el portavoz del Partido Popular, que hoy no está aquí, don Juan José
Ortiz, diputado por Castellón, manifestó la intención del Partido
Popular, en aras al consenso y de sacar una ley con una amplia mayoría
parlamentaria, de introducir una serie de modificaciones precisamente en
la línea de corregir estos aspectos que usted ha citado como más
novedosos del proyecto. Lo que pasa es que también la propuesta del PP no
es que desactivara totalmente el proyecto de ley, porque algunos de los
aspectos que ahí se proponían, o algunas de las soluciones, realmente
suponían un cambio importante en relación a la ley de 1995. Por ejemplo,
se decía: vamos a considerar la posibilidad de obligar a las televisiones
públicas a optar entre publicidad y subvención; ahora bien, vamos a
condicionar la subvención al carácter de servicio público de las
televisiones locales. Creo que había una mayoría en la Cámara que podría
aceptar esa vía. Luego hubiera venido la discusión en Comisión
exactamente sobre lo que entendíamos como servicio público o lo que no
entendíamos como servicio público. También estaba el tema de las
frecuencias. Nuestro grupo parlamentario, por ejemplo, y no quiero
erigirme en portavoz de nadie más en esta Comisión, proponía --lo dijimos
en el debate-- que si las comunidades autónomas, haciendo uso de sus
competencias en materia de medios de comunicación social, querían
restringir o bien abrir el número de licencias a la capacidad del
espectro, estábamos totalmente de acuerdo; si en Castilla-La Mancha o
Castilla y León quieren que en cada municipio pueda haber equis
licencias, tantas como quepan en el espectro, totalmente de acuerdo.

Nosotros, en principio, en Cataluña, con dos teníamos más que suficiente,
allí donde cupieran. Por tanto, esta posibilidad podría quedar plasmada
en el proyecto de ley y permitir que fueran las comunidades autónomas las
que finalmente decidieran el número de licencias que otorgaban, como ya
les reconocía la ley del año 1995.

Como usted ha comentado, en el mes de agosto se produce la retirada del
proyecto por parte del Gobierno. Volvemos de vacaciones y nos encontramos
con esta noticia que, inicialmente, pasó bastante desapercibida.

Hasta aquí, un breve repaso de lo que ha sido el procedimiento
legislativo que nos ha conducido a esta situación. Lo que tenemos es la
ley del año 1995, plenamente vigente, una ley absolutamente en vigor, y
sin ningún horizonte de reforma, ya que cuando el Gobierno intenta la
reforma después la retira por razones diversas, porque quiero recordarle,
señor Villar, que las razones que usted ha aducido como fundamento de la
retirada del proyecto de ley no son exactamente las mismas que adujo el
Gobierno en el documento de retirada que presentó a las Cortes, firmado
por el vicepresidente del Gobierno, señor Alvarez-Cascos. Pero ésta es
una cuestión absolutamente secundaria.

Nos preocupa el despliegue de la ley del año 1995. ¿Por qué nos preocupa?
Vamos a reiterar cuestiones que son muy conocidas por usted. Hay algunas
comunidades autónomas que inician el proceso concesional al amparo de la
ley 41/1995, y cuando tienen ese proceso en un trámite bastante avanzado,
cercano a la conclusión, al amparo de lo que dice, si no recuerdo mal, el
artículo 10 de la ley de 1995, se dirigen a la Secretaría General de
Comunicaciones para que les comunique la reserva provisional de
frecuencias. La respuesta de la Secretaría General de Comunicaciones es
que no pueden realizar esa comunicación, también por motivos diversos: en
primer lugar, no pueden hacerlo porque están elaborando el reglamento
(eso es lo que se dice; no sé exactamente qué reglamento, porque en la
ley de 1995 no hay ninguna disposición final que obligue al Gobierno a un
despliegue reglamentario; en algún caso se dice que se podrá hacer; pero
es igual, estamos hablando, repito, de la ley de 1995); en segundo lugar,
afirma lo que usted ha reiterado hace un momento, que los estudios sobre
el despliegue de la televisión digital en España no aconsejan hipotecar
el espectro público radioeléctrico. Esto ciertamente es una afirmación
que a mí, realizada de esta forma, se me escapa, porque no soy ingeniero
de telecomunicaciones, usted tampoco lo es, lo que pasa es que usted está
especializado en estos temas y sabe más que yo; o sea, que, en principio,
podría aceptar su afirmación; lo que pasa, es que luego, cuando me
asesoro con personas que entienden más que yo --no sé si más que usted,
más que yo, seguro--, me dicen que ésa no es una excusa válida, porque el
espectro público radioeléctrico es suficientemente amplio para que quepan
las frecuencias reservadas a Retevisión, las utilizadas por los canales
públicos autonómicos, los que en principio serían reservados para la
televisión local y que serían utilizados para terminar el proceso
concesional. Y ahí, encima, caben también los canales que se reservarían
para la televisión digital y todavía sobrarían. Por tanto, repito,
palabra de expertos, no es mi palabra; es una argumentación la suya que
no me acaba de convencer y que no me sirve como explicación suficiente
para que no se realice esta asignación de frecuencias.

Yo no sé exactamente qué está pasando, señor Villar, pero la verdad es
que estamos alargando hasta extremos interminables este proceso de
legalización, íbamos en el año 1995 por quince años y ahora ya vamos
aproximadamente por diecisiete. Permítame que le confiese que, visto el
proceso de reforma legislativa y el camino que ha seguido su proyecto de
ley en el Parlamento y su posterior retirada, debo ser mal pensado (y no
lo soy normalmente), pero, claro hay un cúmulo de situaciones que me
hacen temer y me hacen sospechar que estemos simplemente ante una
situación de decir: Como mi proyecto no sale adelante, el vuestro tampoco
va a tirar adelante; así quedamos en tablas y ya veremos exactamente
quién es el que gana esta batalla y ya vendréis a comer a mi mano. Esta
es la sospecha que yo tengo y quisiera que me la desmintiera; estaría
encantado de que me la desmintiera, pero lo tiene que hacer con hechos.

Porque también nos ha citado otro elemento que no tiene una relación
directa con el fin del proceso concesional, pero sí que refuerza mi
convicción que ahora le manifestaba, que es el tema del recurso, por
ejemplo, en el caso de Cataluña. Desconozco el estado en que se encuentra
el proceso concesional en otras comunidades autónomas. Usted recurre al
decreto de la Generalitat de Cataluña, es cierto, piden su suspensión
ante el Tribunal



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Superior de Justicia de Cataluña y éste lo deniega. Por tanto, el decreto
de la Generalitat de Cataluña está totalmente vigente. El hecho de que
ustedes hayan impugnado un decreto y que exijan en este momento la
modificación de dos artículos, cuyo contenido desconozco, tampoco debería
influir de ninguna forma en el proceso concesional, porque estamos
hablando de un decreto y de una ley perfectamente vigentes y publicados
en los boletines oficiales correspondientes.

Nada más, señor presidente. Estas son las cuestiones que le quería
plantear al señor Villar y que agradecería que me pudiera aclarar.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Bienvenido, señor Villar, a esta
Comisión, como siempre. Nosotros también queremos hacer una intervención
breve.

La verdad es que, por razones que nunca supimos, el señor ministro se
ausentó del debate de esta ley y no tuvo a bien responder a los turnos en
contra de su admisión, y tuvo que ser, como todos recordamos, el señor
Ortiz quien, ante el aluvión de críticas que recibía de todos los grupos
menos del suyo, ofreció a la Cámara algo que no podía ser: ofreció a la
Cámara el café para todos, que se aceptarán todas las enmiendas. Como
hemos tenido ocasión de escuchar, cuando se quiso poner blanco sobre
negro llegaron al descubrimiento de que la ley que iba a salir del
Parlamento era la misma que se había pretendido cambiar por el Gobierno.

También por razones que nunca hemos sabido, más allá del escueto
documento del Gobierno, éste tuvo a bien proceder a la retirada de la
ley. El resultado es que una de las administraciones públicas de este
país, más pequeña pero no menos importante que las demás, es la única que
en estos momentos, como ha sido ya recordado, no tiene una norma que le
permita ofrecer estos servicios igual que los ofrecen las otras dos
administraciones: las que han querido de carácter autonómico y la
Administración central del Estado.

Esta es una paralización, señor secretario general, que afecta a la gente
que está queriendo cumplir con la ley; como no se dan las frecuencias,
están en una situación de stand-by esperando que alguien --estas Cortes o
el Gobierno-- les diga cómo se aplica en este país una ley que está
publicada en el «BOE», que bien es sabido se pretendió modificar, pero
que no se pudo hacer. La ley sigue siendo un instrumento jurídico del que
tienen derecho a hacer uso todos los españoles y, sin embargo, está
facilitando un desarrollo alegal de los listillos, de los que son
conscientes de la extraordinaria dificultad de cualquier administración
para cerrar lo que ya está funcionando; por eso existe una absoluta
proliferación incontrolada de un conjunto de televisiones que no cumplen
con los mínimos requisitos ni de calidad ni de tecnología que les son
aplicables.

Vamos a salir de esto con la tecnología digital, hemos escuchado aquí
hoy. Pues lo dudo, señor secretario general. Para salir de esto con la
tecnología digital tendremos que esperar los seis, siete, ocho o diez
años que se tardará en cambiar el parque de los televisores españoles,
porque ahora son analógicos. El mío es analógico. Yo no puedo ver una
emisión digital, y no quiero mentar la bicha, salvo que nos metamos otra
vez en la discusión de los descodificadores digitales. Pero mientras se
desarrolla la televisión digital en España, la generalista, es evidente
que estamos hablando de un horizonte temporal entre ocho y diez años. Y a
uno se le suben las orejas porque el cambio es radical. Hace dos meses se
decía que todas las que quepan en el espectro, y dos meses después se
dice que el espectro está muy ocupado y no hay sitio para nadie, de
manera que solamente en la tecnología digital, que tiene una mínima
ocupación del espectro, será posible el desarrollo de esas televisiones.

El espectro ya se lo conoce uno en esta época y en la anterior. El
espectro es el arcano que manejan las administraciones en
telecomunicaciones para hacer en cada momento lo que creen que es
conveniente. Igual que en el siglo XIX un espectro recorrió Europa, pues
todo el Ministerio de Fomento --ahora y antes-- está dominado por un
espectro que es un arcano que nadie interpreta y que cuando interesa es
como el chicle y en Galicia salen 45 emisoras de FM, y cuando no, es como
el hierro, absolutamente inextensible, y en Andalucía sólo salen 20; en
fin, que esto es el espectro. Hay unas razones tecnológicas que no
podemos elevarlas a una categoría política, y la situación es la que le
ha sido definida: ¿cómo utilizan los españoles, los empresarios o los
ayuntamientos que quieren ser respetuosos con una ley vigente el
instrumento jurídico que le hemos dado a la Administración local, donde
ya en el artículo 4, no faltaba más, se hacía alusión a que dos, si lo
admitía el espectro, sino solamente una? ¿Cómo utilizan el derecho leal
que tienen a poner en marcha estas televisiones?
Yo creo que coincide básicamente con lo que hemos escuchado hasta ahora,
quisiera que me lo recordara usted, subrayándole que en la tecnología
digital mucho me temo que o se le subvenciona a la gente el cambio del
televisor o algo más del 80 por ciento de los españoles que seguimos sin
tener un televisor digital estaremos excluidos del disfrute de estos
servicios.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, la señora Mato tiene la
palabra.




La señora MATO ADROVER: También seré breve, incluso más que los
portavoces de los grupos que han intervenido con anterioridad, aunque sí
con la obligación de hacer un poco de historia, porque se ha hecho
bastante, aunque muy reciente, ya que estamos hablando solamente de hace
dos años aproximadamente en que se aprobó la Ley de televisión local, ley
que hoy está vigente, lo que quiere decir que hay un marco legal para las
administraciones más pequeñas, como las llaman algunos portavoces, que
tienen un marco legal, insisto, unos reglamentos para sus televisiones
locales y alguna otra tiene un reglamento de desarrollo que, como ha
informado --y quiero agradecer su presencia-- el secretario general, está
pendiente



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de un recurso contencioso-administrativo y de unas negociaciones que se
están realizando por la Secretaría General de Comunicación y la
Generalidad de Cataluña en aras a conseguir un acuerdo para que siga
adelante, simplemente con la modificación de algunos artículos. Eso me ha
parecido entender, y la verdad es que felicito al secretario general por
ese afán que tiene de diálogo con todas las administraciones para
conseguir llegar a acuerdos sin necesidad de tener que ir a un
contencioso-administrativo, que siempre es más problemático. Por tanto,
le insto a que continúen por esa vía, que creo que es la mejor para
resolver los asuntos que tienen que ver en este caso con lo que son las
comunicaciones y los medios de comunicación.

En cuanto a la pequeña historia que decía, no es que el Partido Popular
en la legislatura pasada tuviera una estrategia y fuera ésta su voto en
contra de la ley de televisión local, sino que simplemente éramos
partidarios de un modelo de televisión local diferente, un modelo de
televisión local que, como ha explicado el secretario general y figura en
el proyecto de ley que presentó el Gobierno ante esta Cámara me parece
que fue a mitad del año 1996, pretendía liberalizar la televisión local
al igual que se han liberalizado las telecomunicaciones. El Partido
Popular, desde que se hizo cargo del Gobierno, ha tenido un afán especial
por liberalizar las telecomunicaciones, telecomunicaciones que estaban
muy retrasadas, y hablo de telecomunicaciones porque hoy, en vísperas del
siglo XXI, es muy difícil diferenciar y separar lo que es la comunicación
de lo que son las telecomunicaciones. Yo creo que hay que hablar de todo
en conjunto. La verdad es que en España teníamos un retraso muy
importante, estábamos en el furgón de cola de los países europeos, y el
Gobierno decidió emprender la tarea de liberalizar las telecomunicaciones
y, con ello, poner a la televisión en vanguardia para poder competir con
todos los sectores y con todos los países europeos. En esa línea se trató
también de ir a lo que pretendía el Partido Popular cuando en el
Parlamento expuso su posición, que era ir a una liberalización de la
televisión local de manera que no se le pusieran puertas al campo, que la
televisión se concediera con autorizaciones y no por medio de
concesiones, y pretendíamos que las arcas municipales tampoco estuvieran
ahogadas con el tema de televisión por lo que respecta a la publicidad,
tema del que hablaba el portavoz de Convergència i Unió, señor Recoder.

Me sorprende oír algunas declaraciones o algunas expresiones que hemos
escuchado aquí esta tarde --también en otras ocasiones, pero
concretamente esta tarde--, por dos veces. El proyecto de ley que
presentó el Gobierno socialista pretendía que hubiera una televisión
local que fuera municipal; solamente podría haber una cadena de
televisión y la tendrían que sufragar los ayuntamientos. Eso quiere decir
que el coste de las televisiones locales recaería en los ciudadanos de
los municipios, sin perjuicio de que estos ciudadanos prefirieran dedicar
ese dinero a parques y jardines, a transporte o a otras cuestiones que
consideraran más importantes que la televisión. El proyecto que presentó
el Gobierno socialista, repito, decía que la televisión la pagarían los
ciudadanos de los ayuntamientos respectivos y, por tanto, se proponía que
hubiera una sola televisión; el espectro sólo daba para una televisión y
tenía prioridad la municipal. Al final, se consiguió que hubiera dos
televisiones, una municipal y otra privada.

Pero decía que me sorprende --porque parece que hay una doble vara de
medir-- que se compare, se diga, se hable del déficit de Radiotelevisión
Española, que, por cierto, es muy sustancioso, aunque yo he augurado en
esta Cámara, en base a todos los datos de estos últimos años, que en el
año 2000 llegaríamos a un déficit de un billón de pesetas si no se
tomaban medidas. Creo que vamos por buen camino, porque me parece que no
vamos a llegar al billón de pesetas en el año 2000 gracias al esfuerzo
que están realizando los actuales gestores de Radiotelevisión Española,
aunque es cierto que la deuda sigue siendo muy elevada, puesto que
tampoco se pueden hacer milagros en un año. Hace un año yo,
personalmente, insisto, denunciaba en esta Cámara que el déficit de
Televisión Española iba a ser de un billón de pesetas en el año 2000 y
creo que es buena señal que ya no vayamos a llegar a ese billón, aunque,
aun así, hay que hacer muchísimos más esfuerzos para conseguir reducir
ese déficit.

De la misma manera, creemos que no se deben incrementar las pérdidas de
los ayuntamientos por motivo de las televisiones, ya que, como todos
ustedes saben, normalmente se convierten en aparatos propagandísticos de
las autoridades de turno de cada uno de los municipios. Nosotros éramos
partidarios de que las televisiones locales se financiaran con dinero
privado, a través de empresas privadas, y que no corriera el gasto a
cargo de los ayuntamientos y, por tanto, de los vecinos de cada uno de
los municipios. Ese era el proyecto de ley que se presentó por el
Gobierno para modificar la ley que aprobó el Partido Socialista.

Ciertamente, en aras a lograr un acuerdo --no había suficiente consenso
en esta Cámara--, el Grupo Popular decidió presentar una serie de
enmiendas al texto que había presentado el Gobierno, texto que, como
digo, era acorde con lo que el Partido Popular había venido defendiendo
durante mucho tiempo.

El Grupo Popular decidió que, en aras a lograr un acuerdo, un consenso en
materia de comunicación --por el que siempre hemos abogado también en
materia de televisión--, íbamos a presentar una serie de enmiendas para
modificar el texto que había presentado el Gobierno. Ciertamente, las
enmiendas que presentamos, que no se llegaron a introducir en el texto
porque no las llegamos a debatir en la Cámara, suponían una modificación
sustancial del texto presentado por el Gobierno y, por tanto, el
mencionado Gobierno decidió que ésa no era la posición que habían
planteado. El secretario general dice que el texto se hubiera parecido
mucho a la actual ley que rige las televisiones locales y, por tanto, que
no merecía la pena seguir adelante con ese proyecto, sin perjuicio de
que, además, ahora se va a empezar a regular la televisión digital, que
es cierto que en España se incorporará dentro de cinco, seis o siete
años, pero tenemos que ir por delante de las circunstancias y no por
detrás.

Yo recuerdo cuando se aprobó en esta Cámara la televisión local y siempre
he pensado que es una ley que podíamos decir que nació muerta, puesto que
ya no se adecuaba



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a las circunstancias. Cuando nació la Ley de televisión local, incluso
cuando la presentó el Gobierno socialista, ya estaban funcionando muchos
canales de televisión local, muchos canales emitiendo en perfectas
condiciones y, por tanto, la ley no recogía las expectativas del sector
de la televisión local. Incluso todavía --lo han comentado algunos de los
portavoces que han intervenido anteriormente-- hay muchas televisiones
locales funcionando de manera alegal, sin tener una cobertura legal, y no
la van a tener nunca, porque la Ley de televisión local que presentó el
Gobierno socialista y se aprobó en la legislatura pasada no cubría las
expectativas de todas las televisiones locales que ya estaban
funcionando. Repito que esa ley nació sin adecuarse a las circunstancias.

¿Qué es lo que pasa ahora? Que el Gobierno ha decidido que se va a
regular la televisión digital. Como es lógico, la televisión digital se
impondrá dentro de seis o siete años, pero es bueno que se vaya regulando
desde ya para que llegue con una cobertura legal y que no llegue la
cobertura después de estar funcionando y tengamos televisión digital
alegal durante mucho tiempo.

En consecuencia, el empezar a plantearse el futuro de la televisión
digital --también a nivel local-- no es una excusa, sino una cosa
bastante serie, y creo que es importante que se le dé la importancia que
tiene que tener. Es bueno que haya televisión local y nuestro grupo apoya
las televisiones locales en el ámbito de los municipios, tantas
televisiones locales como permita la técnica. En el caso de la televisión
digital habrá muchas televisiones locales y creo que debe ser el mercado
quien decida qué televisiones deben funcionar y cuáles no, así como creo
que hay que exigir una calidad a las emisiones de televisión y para eso
están las leyes. Sin ninguna duda, las leyes están para cumplirse, y una
vez que se apruebe una ley de televisión digital --y en el futuro la
tecnología digital se impondrá para la televisión que actualmente es
analógica--, será mucho más fácil que haya tantas televisiones como
reclamen los ciudadanos.

Agradezco su intervención al secretario general; sigan por este camino
que es el más conveniente para los intereses de todos los televidentes
españoles.




El señor PRESIDENTE: Para responder a las cuestiones planteadas, tiene la
palabra el señor Villar.




El señor SECRETARIO GENERAL DE TELECOMUNICACIONES (Villar Uribarri): Voy
a intervenir muy brevemente y con el mejor de los deseos; con un deseo de
concordia, que no de comer en la mano de nadie. Creo que nuestra función
en el seno de la Administración es que se realicen buenos proyectos para
la sociedad, que se apliquen y sean beneficiosos, pero, como digo, con el
mejor de los deseos y con el ánimo de limar asperezas.

El motivo de la retirada del texto fue, básicamente, una nueva
planificación proyectada. Estoy seguro de que en la Generalidad de
Cataluña hay técnicos que saben mucho más que yo de las disponibilidades
del espectro, pero también hay técnicos en la Administración del Estado
formados, con criterio y que saben de la coexistencia de televisión
analógica y digital que permita una migración razonable de frecuencias
durante un período dilatado de tiempo; la misma preocupación que tiene el
señor García-Arreciado se tiene en la Administración. A un usuario que
tiene un aparato receptor analógico no se le pueden digitalizar todos los
programas de la noche al día, pero sí es importante permitir a ese
pequeño usuario beneficiarse de las nuevas tecnologías en un dilatado
período de tiempo. Es algo parecido a lo que ocurrió con el tránsito de
la televisión en blanco y negro a la televisión en color. La televisión
digital es una televisión de mucha más calidad y, desde luego, no es una
televisión para ninguna elite, sino para el común de los usuarios. ¿Qué
se pretende hacer? Un programa de digitalización, de emigración, durante
un período dilatado de tiempo, de tal manera que quien emite, si pasa a
digital, viene obligado a mantener la emisión analógica durante ese
período de tiempo. Para ello hay que maximizar las posibilidades del
espectro porque, en ese período de tiempo, se va a producir la
convivencia de la emisión analógica y de la emisión digital.

Contestando a esa cuestión que suscita el señor Recoder, hay que decir
que se quiere ir a la tecnología digital. Es verdad que en el espíritu
del texto del proyecto que se presentó inicialmente, en enero de 1996, se
aludía a la liberalización, tanto como el espectro permita.

Evidentemente, el espectro no es como el chicle, sino que tiene
limitaciones y las sufrimos quienes trabajamos día a día en el mundo de
las telecomunicaciones. Se partía de la liberalización. ¿Por qué? Porque
se entiende que la fórmula concesional en materia de televisión es
perniciosa y se prefiere el régimen autorizatorio. ¿Por qué? Porque se
entiende que la espontaneidad informativa brota con más facilidad en el
ámbito liberalizado de la licencia --el licenciatario no se debe a
nadie-- que en el ámbito de la concesión. En el ámbito de la concesión,
el concesionario es tributario del concedente desde el punto de vista de
renovación, es el ámbito de discrecionalidad que últimamente ha puesto de
manifiesto la jurisprudencia; es decir, en una concesión administrativa
se puede obviar el informe técnico previo, se puede obviar el informe
jurídico previo, pero el ámbito de la discrecionalidad permite al órgano
concedente un amplio margen de libertad. No se quiere ese amplio margen
de libertad, sino que se prefiere un sistema de autorización donde
preexiste el derecho de quien pretende emitir vía televisión.

En cuanto a la segunda de las cuestiones, la doble financiación, que
suscitaba el señor Recoder y con buen criterio, se ha producido un hecho
sobrevenido desde aquel momento hasta ahora, que es la aprobación de un
anexo al Tratado de la Unión por el Parlamento Europeo, en donde se habla
de que las televisiones públicas que realicen una misión de servicio
público podrán tener un sistema de financiación específico. Ha habido un
cambio. Hasta ese momento la Comisión Europea estaba incidiendo en algo,
que es la prepotencia de las televisiones públicas para tener un régimen
privilegiado de financiación. Es verdad que hay un problema con la
televisión pública estatal, pero es que la televisión pública estatal se
retrotrae al año 1956, es decir, llevamos más de 40 años en la
explotación de esta



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televisión, con un déficit acumulado en la administración, que es una
cuestión de Estado que hay que resolver. ¿Qué ocurre? Que las
televisiones locales son más incipientes en su puesta en funcionamiento.

Si de raíz se ataja el problema, conociendo que las bolsas de déficit en
las administraciones públicas municipales no tienen sentido, mejor que
mejor. En todo caso, si se anuda --como se hizo en el texto-- a la doble
financiación la circunstancia de que la televisión preste una efectiva
función de servicio público, es decir, que sea de carácter lingüístico
--como muy bien en las reuniones que mantuvimos nos preocupamos de
precisar--, de promoción de lenguas propias de las comunidades autónomas,
de carácter cultural, de carácter educativo, eso sí puede determinar una
doble financiación. Si se trata de una pura televisión comercial, no es
idóneo incidir en la doble financiación. Eso se estudió y se llegó a un
acuerdo franco, que creo que puede subsistir ante un eventual texto
normativo.

Respecto al modus operandi, ¿qué ocurre? Tenemos el artículo 10 de la ley
vigente. Es verdad que esta ley, la 41/1995, sí determina que, en todo
caso, de forma previa a la convocatoria de los concursos para el
otorgamiento de las concesiones, se tiene que planificar el espectro. Y
el mismo día en que se publica en el «Diario Oficial de la Generalitat»
el texto del reglamento, se publica la convocatoria del concurso, es
decir, ni siquiera se pide la planificación del espectro; se pide la
planificación a posteriori, como hecho consumado, y, en el fondo, lo que
hay que recoger a través de la planificación son las concesiones ya
convocadas. Eso no tiene sentido. Si se quiere una planificación del
espectro como espacio único dentro de todo el territorio del Estado, lo
lógico es la planificación previa.

Desde luego, yo no desisto de planificar, y de planificar en función de
las posibilidades del espectro y de las necesidades de cada
administración. Muy probablemente se pueda conseguir una planificación y
muy probablemente puede coincidir, en una parte, con la planificación
querida por la Generalitat, pero lo que entiendo es que hay que seguir
los tiempos adecuados. No se puede decir: como yo he convocado estas
concesiones, prepáreme usted las frecuencias idóneas para otorgarlas. No
es así. Primero se planifica y luego se convocan las concesiones en
función de la planificación establecida. Este es el mecanismo, y si por
este mecanismo vamos, creo que podremos conseguir cosas.

No es verdad que el espectro sea limitado, ni muchísimo menos. Si tenemos
que determinar un período de tiempo de coexistencia analógica y digital,
lo bueno es aprovechar al máximo el espectro. Según los técnicos --de los
que yo me fío, porque en ese aspecto tengo mucho que aprender-- si se
crea una analógica más, bien en el ámbito del Estado, bien en el ámbito
de una comunidad autónoma, se está hipotecando el paso a digital, un paso
razonable, lógico y simultáneo para que haya un incentivo para una
renovación del parque de televisores. Ese dato, estrictamente técnico, es
el que tengo en mi poder y estaré encantado de contrastarlo con quien lo
desee, desde luego, con la Administración pública catalana si se suscita
el tema.

En todo caso, la vigente ley 41/1995, en su artículo 14, supedita la
planificación a las necesidades del espectro. Creo que cuando la
Constitución, los distintos estatutos de autonomía, la Ley de Ordenación
de las Telecomunicaciones y la propia Ley de Televisiones locales ponen
tanto cuidado en el espectro no es porque el espectro sea una pura
abstracción, sino porque es algo reducido que hay que planificar y cuidar
de forma adecuada.

En todo caso, no se exige la modificación de ningún precepto, sería una
prepotencia contraria a la coexistencia de las distintas administraciones
en el Estado español. Lo que se ha pedido desde la Generalitat es el
desestimiento del recurso. Se desiste del recurso si se modifican los
preceptos impugnados, y si hay un desestimiento correlativo del recurso
formulado frente al acto de la Administración del Estado. Exigencia no la
hay de ningún tipo y en ningún momento, ni se ha promovido desde la
Administración del Estado. Se mantienen conversaciones, y ojalá que
lleguen a buen término, pero exigencias no hay de ningún tipo, y de
ninguna de las maneras. Se ha pedido el desestimiento y se condiciona a
la modificación de determinados preceptos. En todo caso, creo que podemos
llegar a un acuerdo, partiendo de que es necesario planificar el paso a
digital y partiendo también de que es posible que determinadas emisiones
analógicas puedan producirse en un ínterin, siempre supeditadas, en
cuanto a su existencia, al tránsito a digital. Por ese camino vamos, en
eso se está con la Consejería de Presidencia de la Generalitat, y lo
deseable sería llegar a un acuerdo, en este ámbito y en otros muchos, con
el deseo de hacer normas buenas y útiles para la sociedad, catalana en
particular y española en general.

Referente a las cuestiones que suscitaba don Genaro García-Arreciado, sí
quería comentar una cosa. Es verdad --es una de las cuestiones que
suscita-- que no se va a obligar al pequeño usuario que tiene un aparato
analógico en su domicilio a cambiarlo de la noche al día, en absoluto. Lo
que se va a obligar es a que quien emite lo haga en analógico y en
digital durante un período de tiempo, así como a que sea posible la
comercialización de un aparato adaptador --vamos a llamarlo adaptador, si
le parece bien al señor García-Arreciado, por cambiar un poco y caminar
hacia delante-- de menor coste que un receptor, que permite recibir las
imágenes a través del sistema digital.

Hay otra cuestión que le preocupa al señor García-Arreciado. Señala que
en diciembre de 1995, es decir, terminando el año 1995, ha habido una ley
y que, sin embargo, no hay un desarrollo como sería exigible ahora, en el
año 1997. Se está haciendo una planificación y se quiere acelerar el
adecuado desarrollo. Y yo me atrevo a recordarle una cosa. La LOT de 18
de diciembre del año 1987 previó una regulación específica para el cable.

Transcurrieron los años, cambió la década, y la regulación no acababa de
existir. Unos pequeños propietarios de casas de electrodomésticos, de
cocinas, y Telesatélite Mazarrón empezaron a emitir por cable, no se
afecta al espectro y la Administración cerró las emisiones, pero sin más
contemplaciones. Y fue necesario que el Tribunal Constitucional, en la
sentencia 31/1994, de 31 de diciembre, dijese que ese cierre era
contrario al artículo 20 de la Constitución y contrario al derecho



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de libertad de expresión y de libertad de información para que saliese la
ley de 1995, pero pasaron ocho años, ocho años y una sentencia
contundente del Tribunal Constitucional frente al cierre de emisoras.

Lo que yo sí pediría para este año y medio es que se nos deje planificar,
sobre todo cuando sobrevenidamente ha aparecido la tecnología digital que
va a beneficiar a los usuarios y que obviamente va a aportarles unas
mayores posibilidades en cuanto a recepción de imágenes. Se desea la
implantación de televisiones en todos los ámbitos, pero con arreglo a
otros principios --eso sí es verdad--, con arreglo a un principio más
liberalizador, porque se entiende que así se facilita más la
concurrencia, y sobre todo se da una mayor espontaneidad a la
información, pero en todo caso se quiere el desarrollo de la televisión
en todos los ámbitos sin incurrir en ningún tipo de demora.

Como muy bien señalaba doña Ana Mato, es verdad que la digitalización es
compleja y representa un esfuerzo. Se está en ello, se quiere elaborar un
plan en un período de tiempo corto y someterlo a la consideración del
sector con objeto de hacerlo viable. Si ese plan se respeta, si se
permite la digitalización --y de eso se sabe mucho en la Generalitat de
Catalunya porque en su día incluso se realizó un informe técnico para
ello--, entiendo que va a ser posible la existencia de emisoras
analógicas. Creo que no hay demasiadas trabas para los desestimientos
mutuos de los recursos planteados; creo que puede ser una cuestión, con
buena fe por ambas partes, de menos de un mes. Vamos a ver si con ese
reglamento ya depurado y plenamente vigente, resolvemos el problema del
recurso. El problema del recurso preocupa, con razón, a la Generalitat
porque no va a conceder títulos sabiendo que los concesionarios tienen la
espada de Damocles y un recurso. No se ha suspendido la eficacia de la
norma, pero es verdad que el recurso está hecho. Vamos, por tanto, a
orillar diferencias, llegar a un texto razonable y, en función de eso y
de las posibilidades digitales, hacer una planificación también
razonable. Pienso que ha habido una cierta precipitación, puesto que el
que se convoquen las concesiones el mismo día en que se aprueba el
decreto sin que haya una planificación previa, quizá no es lo más idóneo.

Podemos conseguir la planificación más útil, necesaria y querida por la
Generalitat llegando a un acuerdo. Esto es, básicamente, lo que creo que
se puede hacer.




El señor PRESIDENTE: Puesto que la réplica ha sido más extensa y con más
contenido que la primera intervención, voy a dar un turno a todos los
portavoces, pero les ruego que sean lo más breves posible.

Señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Seré breve, aunque creo que vamos bastante
bien de tiempo, cosa que no es habitual en esta Comisión.

El señor Villar se ha puesto hoy su traje más conciliador, traje que
tiene en el armario junto a otros. La gente que no le conoce como los que
tratamos el tema de las telecomunicaciones no sabe que usted tiene otros
trajes. Repito que hoy se ha puesto el traje conciliador. De invierno
todavía no, pero pronto, porque el cambio de tiempo está anunciado para
esta semana. A estas alturas del debate ya debería haber conseguido su
objetivo de confundir a toda la concurrencia, porque, ciertamente, usted
nos ha llevado a una especie de maraña, de situaciones complejas, donde
mezcla las telecomunicaciones con leyes y reglamentos, y lo que
tendríamos que hacer es separar el grano de la paja y saber exactamente
qué hay aquí en este momento.

Ya me he referido antes a las contradicciones argumentales que ha
utilizado usted desde el Gobierno para negarse a cumplir una ley del año
1995 y para tener paralizado el proceso de despliegue y legalización o
cierre del marco de la televisión local en este país, porque, al fin y al
cabo, estamos hablando de centenares de televisiones locales que no
pueden emitir con normalidad, no son capaces de acometer unas inversiones
más o menos importantes porque tienen encima la espada de Damocles y no
tienen licencia porque usted se lo está impidiendo.

Los argumentos, repito, son contradictorios, pero vamos al asunto
fundamental, que es el relativo a la televisión digital. Voy a poner un
ejemplo, que es el que me toca más cerca. Yo soy diputado por Barcelona,
provincia que tiene un núcleo central, que es lo que se llama la comarca
del barcelonés, que comprende Barcelona, Hospitalet de Llobregat,
Badalona, Santa Coloma de Gramanet y Sant Adrià de Besòs, más o menos
tres millones de personas. Ahí, en la banda de 470 a 872 megahertzios,
que es donde están los canales de la televisión analógica, actualmente en
funcionamiento reserva del 21 al 69. En total, 49 canales. Retevisión
utiliza 5 canales; la Corporación catalana de radiotelevisión utiliza 2;
la televisión digital terrestre tiene 11 canales reservados de acuerdo
con las previsiones formuladas por su Secretaría General. Quedan
reservados 11 canales para la televisión local, que permitían un mínimo
de 2 canales por población. En total, 29. Y quedan 20 canales más, que se
reservan para comarcas vecinas, para que no haya el solapamiento que se
puede producir en estos casos. Conclusión: dificultades técnicas parece
que no existen. Lo que hay aquí son dificultades políticas, pero no
técnicas. Usted puede ir experimentando y haciendo de aprendiz de brujo
con la televisión digital, pero deje que la televisión local funcione.

Tiene una banda de 11 canales en el barcelonés, que es una de las zonas
más pobladas de todo el Estado, y tiene espacio absolutamente de sobra
para funcionar.

El problema es el incumplimiento de una ley por razones que yo me he
atrevido a expresar en voz alta en mi anterior intervención, razones que,
de momento, usted no ha contradicho o yo no me he sentido defraudado en
mis ideas iniciales. ¿Qué se tiene que hacer para que usted cumpla el
artículo 10 de la Ley de 1995? ¿Llevarle a los tribunales de lo
contencioso a exigir que la Secretaría General de Telecomunicaciones
cumpla lo que dice la ley? Usted conoce perfectamente, porque es abogado
del Estado, lo que supone meterse en un procedimiento de ese tipo. El
tiempo lo tiene ganado de entrada.

La solución es, simplemente, política y ahí es donde tenemos que ir. No
nos perdamos en cuestiones de tipo técnico, porque, además, permítame que
le diga, señor Villar,



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sus consideraciones técnicas siempre son muy acertadas y muy
contundentes, pero luego son desmentidas por la Comisión Europea, como le
ha sucedido en el tema del real decreto-ley digital, donde nos afirmaba
con toda rotundidad que el real decreto primero era perfectamente
compatible y se había transcrito al pie de la letra lo que decía la
normativa comunitaria. Sin embargo, hace 10 días, dos semanas, aprobamos
el segundo real decreto-ley en esta Cámara y le aseguro que nuestro grupo
parlamentario se calló todo lo que le podíamos haber dicho, porque ya se
lo habíamos dicho antes. Subimos a la tribuna, expresamos aquello que
entendíamos que faltaba en este real decreto-ley y que nosotros también
hubiéramos modificado, lo que entendíamos que la Comisión exigía
modificar pero que ustedes no modificaban; el señor Monti ha dicho que
está de acuerdo y el señor Bangemann, como decimos en catalán, alabado
sea Dios y ya está, no añadimos nada más. La contundencia argumental ha
sido contradicha alguna vez, es decir, en este tema no sé quién le va a
tener que contradecir.

No voy a extenderme más, porque todas las afirmaciones, argumentos y
acusaciones que teníamos que realizar usted y yo ya las hemos hecho esta
tarde con toda cordialidad. Simplemente quiero reiterarle que aquí hay un
problema político y que se tiene que encontrar una solución política.

Permítame que le diga que, hasta que este tema no esté resuelto, entre su
Secretaría General y nuestro grupo parlamentario habrá un escollo en la
relación, es un escollo que va a surgir permanentemente en esta Comisión
en el momento en que usted nos traiga una ley a la Cámara, porque,
lógicamente, la relación de confianza que debería existir entre ustedes y
nosotros a la hora de aprobar una ley en este caso no existe porque usted
la ha quebrado unilateralmente. Obviamente, nos lo vamos a pensar mucho
antes de aprobar artículos que le reconocen a usted la facultad total y
absoluta de otorgar los canales, las frecuencias en que deben basarse
otras administraciones para realizar sus concesiones, porque luego no las
cumple.




El señor PRESIDENTE: Señor García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: El escollo al que se refería el señor
Recoder está en nuestro grupo. Lo que tiene con Convergència i Unió es
una escollera. Nuestro escollo se puede obviar fácilmente, el que tiene
con Convergència i Unió en este asunto es más bien un obstáculo
insuperable, una escollera.

Usted ha hecho una segunda intervención de escenarios de futuro, sobre
los que después me voy a manifestar, pero no me dice cómo se resuelve el
problema actual de que una ley en vigor pueda ser utilizada por los
españoles a los que estaba dirigida y puedan utilizar los instrumentos
jurídicos que en ella se ponen a su disposición. De eso no me contesta
formalmente nada y se remite a una planificación de futuro, una especie
de compartición del espectro entre la señal analógica y la digital. Si
ése es el paso previo para una ley de televisión local por ondas
terrestres y tecnología digital, estamos de acuerdo; si con la
planificación están ustedes queriendo sustituir una ley y dejarlo en una
planificación concertada con el sector, no estaríamos conformes. A
nosotros nos parece que la ordenación del espectro para la tecnología
digital debe tener una norma con rango de ley, igual que la tiene ahora
las ondas terrestres con tecnología analógica.

Si esto es una ley, yo he escuchado cosas que me interesan. A mí me
parece razonable que el Gobierno traiga aquí un proyecto de ley en el que
durante algún tiempo tengan que coexistir las tecnologías analógicas y
digitales. En eso tendría nuestro apoyo. También tendría nuestro apoyo en
la financiación. Anticipándose a la modificación del tratado, este
modesto diputado, en nombre de su grupo parlamentario, presentó una
enmienda diciendo que aquellos contenidos que tuviesen función y carácter
de servicio público podrían ser atendidos con cargo a los presupuestos
municipales, y que aquellos que tuviesen contenidos estrictamente
comerciales podrían competir con otros servicios que hubiese en el
mercado.

Hay una cosa que no le he entendido, seguramente porque no la debe de
haber dicho usted así: que dar una televisión analógica más impediría el
desarrollo del espectro y obstaculizaría el paso de la tecnología
analógica a la digital y su futuro desarrollo. Con el futuro no tenemos
que tener problemas porque una de las cosas que votamos en el célebre
real decreto-ley era que los nuevos televisores tenían que ser capaces de
admitir las señales en analógico y en digital. Nos preocupa no haber
escuchado hablar de una nueva norma de rango legal que desarrolle el
futuro del sector de la tecnología digital en las televisiones locales y
habernos quedado en una mera planificación, porque, como usted sabe, ni
existe obligación del Gobierno, como en cualquier planificación
estratégica, de traerla al Congreso y, si la trae, se pueden hacer todas
las resoluciones que se quieran pero no se puede enmendar el contenido de
la planificación.

Quiero combatir una idea que en su exposición se ha deslizado de manera
muy ligera y en la que han insistido algunas intervenciones. Se dice que,
puesto que tenemos la experiencia de que las televisiones son una ruina,
vamos a asegurar que la Administración local no se arruine con las
televisiones. Quiero presentar mi frontal rechazo a dicho principio
jurídico. La autonomía de la Administración local incluye el derecho de
cada municipio a arruinarse como le dé la gana. Es como si los diputados
nos volvemos locos y hacemos unos presupuestos generales que arruinan al
país. Nos tendrán que echar, pero tenemos ese derecho.

La mejor prueba de que cada municipio se arruina como quiere se demuestra
en el que yo vivo, que es Huelva, por no citar otro, con mayoría del
Partido Popular, donde han decidido pagar de los presupuestos municipales
500 millones para que un equipo de baloncesto de Huelva juegue en la ACB.

Van siete partidos; ha perdido los siete y perderá los quince siguientes.

La ciudad de Huelva se ha gastado 500 millones y ha creado un patrimonio
de comunicación municipal con diseño en periódicos, revistas y televisión
de 200 millones anuales. Hemos criticado, en términos de inmoralidad
pública, porque lo es, la medida, pero jamás la competencia del
ayuntamiento de Huelva. Si la mayoría de los concejales lo decide --en
este caso, con



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el apoyo de IU--, lo harán así. Si ésa ha sido su intención --creo que
no, porque en otras intervenciones ha sido más claro--, nosotros
manifestamos nuestro rechazo total a que la autonomía de la
Administración local esté subordinada o tutelada, en los presupuestos o
en cualquier tipo de actuaciones, a otras administraciones de rango no
superior sino diferente.




El señor PRESIDENTE: La señora Mato tiene la palabra.




La señora MATO ADROVER: De nuevo, con muchísima brevedad, intervengo para
agradecer al secretario general su explicación en el segundo turno de
réplica, que ha sido muy concreto sobre los asuntos que se han planteado.

Reitero, como he hecho en mi primera intervención, que los avances
tecnológicos son importantes. Es preciso que los legisladores los
tengamos en cuenta y sigamos camino de la liberalización, que va a
llegar, queramos o no, a España con bastante rapidez. Es interesante que
en materia de telecomunicación también nos encontremos preparados para
ello. Además, debemos apostar por la liberalización porque siempre trae
competencia. Yo siempre he dicho y nuestro grupo también lo ha mantenido
en todos los debates, incluido el de televisión digital, que la
competencia es buena para los usuarios, para el ciudadano porque siempre
ofrece mejores precios y mayor calidad. Si aquí todos estamos apostando
por la calidad, también en televisión local, es bueno que apostemos por
la competencia.

Yo estoy de acuerdo con que las televisiones no tienen por qué ser una
ruina. Es cierto que algunas televisiones privadas parece que no lo son;
si no, no habría tanto empeño por parte de empresarios privados por
meterse en televisión, aparte de otros riesgos. Es cierto que el dinero
que se utiliza en las televisiones públicas --hasta ahora ha sido así;
también lo fue con la única televisión pública y lo denunciamos en esta
Cámara en varias ocasiones-- es dinero de nadie, en vez de pensar que es
dinero de todos. Por tanto, hay mayor tendencia a no tener límite en
cuanto a las cantidades de dinero que se invierten en televisión. Eso es
lo que lleva a que se produzca un mayor déficit del que existe en otras
televisiones, que tienen un tope de dinero, porque es con el que cuentan
y después se paralizan.

Nosotros somos partidarios de que el dinero se utilice mejor para las
preferencias que tienen los ciudadanos, porque los de cualquier municipio
de España optarán porque haya televisión pero preferirán no tener que
pagar por ella. Sería conveniente que los legisladores tuviéramos en
cuenta también que los contribuyentes españoles, incluidos los de los
municipios, tienen derecho a tener una serie de servicios de los que no
van a poder disfrutar si se gasta mucho dinero en una televisión o en
otros asuntos que tengan poca importancia y que pueden ser llevados a
cabo por otras entidades sin coste alguno para los ciudadanos. Ya que
hablábamos de Andalucía, también me consta que en Córdoba funcionaba una
televisión local, que tenía bastante audiencia, y, sin embargo, el
Partido Popular cuando llegó al Ayuntamiento decidió que las arcas
públicas no tenían que financiarla.

Hay que tener en cuenta que la televisión local es un instrumento de
comunicación, es un medio por el que los ciudadanos pueden recibir el
impacto más directo de las noticias de sus localidades. Creo que es bueno
que exista cualquier medio de comunicación y que haya competencia. En lo
que discrepo en parte es en que los ciudadanos tengan que financiar ese
medio de comunicación de su bolsillo cuando tendrían posibilidades de
contar con televisiones locales sin necesidad de tener que pagar por
ello.

Me gustaría que la liberalización de las televisiones locales llegara lo
antes posible. Si llega por vía digital, sería positivo para todos porque
habría posibilidad de mayor competencia y mayor número de cadenas de
televisión. Como he dicho en la anterior intervención, que sea el mercado
el que decida y los ciudadanos, los usuarios quienes opten por una, dos o
tres televisiones locales por municipio.




El señor PRESIDENTE: Para terminar la comparecencia, tiene la palabra el
señor Villar.




El señor SECRETARIO GENERAL DE TELECOMUNICACIONES (Villar Uribarri):
Quiero decir al señor Recoder que el afán conciliador, cualquiera que sea
el traje, es permanente.

Es verdad que cuando accedí a la Secretaría General me encontré el
recurso. El decreto es de octubre. Con distintos representantes de la
Generalitat he intentado el desistimiento, avenirnos y yo creo que lo
vamos a conseguir. Desde luego, en esto y en otras muchas cosas hay
voluntad de acercamiento.

El denostado real decreto-ley digital que entonces se dictó no se ha
tocado, en absoluto; no se ha modificado por este real decreto-ley
último. Son dos preceptos que se introdujeron en la tramitación
parlamentaria. El real decreto-ley que se criticó no se ha modificado
para nada y la Comisión Europea, respecto de aquel texto primitivo, no
tiene objeciones. Fueron dos preceptos posteriores: un párrafo del
artículo 7.º y la disposición transitoria primera. En cuanto al real
decreto-ley, que fue tan criticado por motivos totalmente distintos al de
circulación de mercancías y servicios --se han dado todo tipo de
argumentos, los artículos 30 y 59 del tratado relativos a la circulación
de mercancías y servicios no tienen nada que ver--, sigue vigente
íntegramente. Fueron dos preceptos introducidos después. ¿A qué
Administración del Estado no se le ha declarado inconstitucional una ley
y ha tenido que modificarla? No se ha dejado sin efecto ningún precepto,
ha sido por un deseo de acercamiento --no ha habido resolución definitiva
ni de ningún tribunal-- por lo que se ha modificado el último apartado
del artículo 7.º a) y la disposición transitoria primera. Desde luego, se
está dispuesto a modificar lo que sea oportuno si ello va en aras a una
mayor armonía y si razonablemente resulta procedente. En todo caso, lo
que hay es deseo de armonía aquí y en otros muchos ámbitos y cualquier
tiempo que perdamos en esa actividad es tiempo ganado.

Sin perjuicio de que los técnicos de la Generalitat, que los hay muy
buenos, puedan aportar datos, lo cierto es que



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en nuestro presupuesto, como sabe muy bien el señor Recoder, hay una
serie de frecuencia ocupadas, sin más. Se pide que se desocupen, sin
cerrar ni clausurar nada. Pero la ocupación, con la Administración
anterior y con la actual, ha devenido un actuar casi cotidiano. Lo que sí
es verdad es que cada vez que hay una ocupación de ese tipo, se pide que
se desocupe la frecuencia ocupada y se reconduce la actividad a otra
frecuencia distinta. Es decir, hay diálogo técnico permanente, y yo creo
que sirve para las dos administraciones. Lo que se quiere es que el
diálogo vaya a más y que vaya a las distintas materias y ámbitos. El
criterio de los técnicos de la Administración del Estado no es dar
disponibilidad de canales para uso digital, como usted indica, es
muchísimo menor. Hay que tener en cuenta que hablamos de televisión
terrenal digital, que se sustenta en unos determinados repetidores.

Cuanto mayor es la inversión que tiene que hacerse en el tiempo, mayor
posibilidad de rescate de canales hay. Pero lo cierto es que, en estos
momentos, en función de la disponibilidad actual, el número de canales
disponibles --y esto se lo puedo demostrar en el momento que él quiera--
es menor. Por supuesto, se desea que sea el suficiente y se quiere el
desarrollo de la televisión digital en Cataluña y en el resto de España.

Hacia eso tendemos. ¿Diálogo? El que se quiera, pero diálogo en los
distintos ámbitos. En todo caso, diálogo permanente.

En cuanto a la planificación, es verdad que hoy existe un plan de
televisión privada, del año 1989, pero no es ninguna ley. La Ley de 3 de
mayo de 1988, de televisión privada, no planifica absolutamente nada. Lo
que hace es remitirse a un reglamento de desarrollo, para que sea el
reglamento el que planifique, lo cual es plenamente lógico. (El señor
García-Arreciado Batanero: Hay también una ley.) La Ley de 1988, en
cuanto a la planificación, se remite al plan de televisión privada del
año 1989, que es reglamentario todo él, y es lógico. La mutación que se
produce en el espectro exige la existencia de un instrumento de rango
puramente reglamentario, para dar satisfacción a las necesidades
cambiantes. Otra cosa es no conocer los cambios que se producen y los
cambios tecnológicos. La propia exposición de motivos de la Ley de 1988
señala que la necesidad de asumir cualesquiera cambios tecnológicos que
en el futuro se produzcan, hace que esta ley remita a una norma
reglamentaria la regulación de la planificación de la televisión privada.

Lo cual no deja de ser lógico. Es necesario que en una ley estén las
normas garantistas básicas y que en un reglamento estén las disposiciones
de carácter más técnico, que permitan el cambio de tecnología y el avance
tecnológico sin necesidad de recurrir a una modificación legal.

Creo que ésta es la idea. Probablemente, el contraste de criterios
técnicos puede ser enriquecedor. Desde luego, el deseo conciliador
existe. Algunas veces ha habido conciliaciones y se han hecho normas
comunes, con todos los grupos aquí presentes. Por supuesto, sería
adecuado que normas técnicas que son buenas para el común de la sociedad
no resulten empañadas por desencuentros previos. Desencuentros, desde el
punto de vista de los criterios de los distintos grupos, plenamente
justificados. Eso enriquece la actividad parlamentaria. Pero que normas
que constituyen una incorporación de una directiva comunitaria, que lo
que hacen es crear riqueza y potenciar el tejido industrial, puedan verse
empañadas por una determinada actuación previa que afecta al mundo de los
medios --el mundo de los medios es el que más concita desencuentros--,
entiendo, desde mi humilde opinión --conciliadora pero absolutamente
humilde-- que no es bueno. Siempre que haya normas --y hemos conseguido
antes algunas con una gran base de consenso-- que técnicamente sean
buenas, que abran a la sociedad y que abran al futuro, deben provocar la
confluencia entre los distintos grupos parlamentarios.

Muchísimas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Villar.

Se levanta la sesión.




Eran las siete de la tarde.