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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 608, de 02/11/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 608
INFRAESTRUCTURAS Y MEDIO AMBIENTE
PRESIDENTE: DON LEOPOLDO ORTIZ CLIMENT
Sesión núm. 54
celebrada el jueves, 2 de noviembre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia de la señora Secretaria General de Comunicaciones (Salgado
Méndez), para: --Explicar los planes del Gobierno en relación con el
grado de competencia que pretende establecer entre los operadores
públicos de telecomunicaciones, así como sobre la política de
privatizaciones que pretende aplicar para Telefónica, Retevisión y
Telégrafos. A solicitud del Grupo Popular. (Número de expediente
213/000636). (Página 18464)
--Informar sobre la autorización concedida al Ente Público Retevisión,
para segregar su red en una nueva empresa estatal (Optel), así como sobre
el futuro de ésta y de sus repercusiones previsibles en el sector. A
solicitud del Grupo Popular. (Número de expediente 213/000637). (Página 18464)
Comparecencia de la señora Presidenta de la Red Nacional de Ferrocarriles
Españoles, Renfe (Sala i Schworkowski), para explicar la situación en que
queda el transporte ferroviario entre Madrid-Extremadura tras la
supresión del Talgo «Luis de Cam¢es». A solicitud del Grupo Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya. (Número de expediente 212/001524).

(Página 18479)



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Se abre la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DE LA SEÑORA SECRETARIA GENERAL DE COMUNICACIONES (SALGADO
MENDEZ) PARA:



--EXPLICAR LOS PLANES DEL GOBIERNO EN RELACION CON EL GRADO DE
COMPETENCIA QUE PRETENDE ESTABLECER ENTRE LOS OPERADORES PUBLICOS DE
TELECOMUNICACIONES, ASI COMO SOBRE LA POLITICA DE PRIVATIZACIONES QUE
PRETENDE APLICAR PARA TELEFONICA, RETEVISION Y TELEGRAFOS. A SOLICITUD
DEL GRUPO POPULAR (Número de expediente 213/000636.)



--INFORMAR SOBRE LA AUTORIZACION CONCEDIDA AL ENTE PUBLICO RETEVISION,
PARA SEGREGAR SU RED EN UNA NUEVA EMPRESA ESTATAL (OPTEL), ASI COMO SOBRE
EL FUTURO DE ESTA Y DE SUS REPERCUSIONES PREVISIBLES EN EL SECTOR. A
SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR. (Número de expediente 213/000637.)



El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías. Iniciamos la sesión número
55 de la Comisión de Infraestructura y Medio Ambiente. Esta vez es la
presidencia la que pide la benevolencia de los miembros de esta Comisión
para manifestar un desahogo personal, puesto que antes de venirme a
Madrid me he enterado de que un muy buen amigo mío, que también ha estado
en política, ha fallecido esta mañana en Valencia, y dado que no estoy
allí con su familia y sus amigos quisiera desde aquí mandar un testimonio
de amistad y de solidaridad. Se llamaba José María Coll Comín, ha sido
Conseller de Agricultura del Gobierno de la Comunidad Valenciana, una
persona inteligente, entrañable, tolerante, divertida, una gran pérdida
para Valencia, para la política valenciana y para la política española.

Después de agradecer a todos los miembros de esta Comisión que me hayan
permitido esta expansión anímica, quiero dar una vez más la bienvenida a
doña Elena Salgado, Secretaria General de Comunicaciones, cuya
comparecencia ha sido solicitada por el Grupo Parlamentario Popular por
dos motivos distintos, tal como refleja el orden del día. Recogiendo el
sentir de los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, y
contando con la capacidad de síntesis y de respuesta a todas las
intervenciones que los representantes de los grupos parlamentarios tengan
a bien hacer, sugerimos que se realicen las dos comparecencias
conjuntamente. En primer lugar tendrá la palabra la compareciente doña
Elena Salgado, a continuación la portavoz del Grupo Popular, solicitante
de ambas comparecencias, luego habrá un turno de réplica y, finalmente,
los distintos portavoces de los grupos parlamentarios que lo consideren
oportuno podrán hacer uso de la palabra. Con posterioridad, tendremos la
comparecencia de don Manuel Acero Valbuena, Director General de Servicios
Logísticos de Transporte, en sustitución de doña Mercé Sala, Presidenta
de Renfe, que por motivos justificados para esta Mesa no ha podido
comparecer. El solicitante de su comparecencia, el Grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, ha tenido a bien aceptar dicha
sustitución. Este es el programa de trabajo para el día de hoy.

Sin más dilación, tiene la palabra doña Elena Salgado para una breve,
concreta y precisa información.




La señora SECRETARIA GENERAL DE COMUNICACIONES (Salgado Méndez): Señor
Presidente, quiero unirme a su sentimiento por el fallecimiento de esta
persona por lo que representa para la política española, como usted muy
bien ha dicho, y porque es amigo suyo, como usted mismo ha expresado.

Yo agradezco que se me permita unir las dos comparecencias, pero también
quisiera centrar un poco a qué voy a dar respuesta y a qué cuestiones
creo que se responde de una manera muy inmediata y sin mayor explicación.

El Grupo Popular nos pedía que explicáramos los planes del Gobierno en
relación con el grado de competencias que se pretende establecer entre
los operadores públicos de telecomunicaciones, así como para informar de
la política de privatizaciones que pretende aplicar para Telefónica,
Retevisión y Telégrafos.

En cuanto a la política de privatizaciones que se pretende aplicar para
Telégrafos, no hay ninguna. La actividad de Telégrafos es deficitaria.

Sin embargo, constituye un servicio público esencial en nuestro país que
está prestando el organismo autónomo Correos y Telégrafos en régimen de
exclusividad. Además, mucho nos tememos que por ser estructuralmente
deficitaria no sólo en España, sino en prácticamente todos los paíes, si
se quisiera privatizar esta actividad, difícilmente habría quien se
hiciera cargo de ella. En todo caso, el organismo autónomo Correos y
Telégrafos la lleva a cabo con eficiencia suficiente, de manera que no
haya en ningún momento que pensar en cambiar la modalidad de prestación
de este servicio. Es un servicio que se presta sobre una red que ha ido
modernizándose con el tiempo. Es una actividad que se presta desde hace
muchos años. Ya el telégrafo óptico se utilizó en algunos de los asedios
de las últimas guerras carlistas. Por tanto, es una actividad que como
tal, aunque por supuesto con tecnologías y redes distintas, viene
desarrollándose en nuestro país desde hace más de 150 años. Por
consiguiente, no hay ninguna política de privatización sobre Telégrafos.

En cuanto a la política de privatizaciones sobre Telefónica, el Estado
acaba de vender un 12 por ciento del 32 por ciento que tenía como
participación en este momento. Por tanto, sigue siendo propiedad del
Estado únicamente en un 20 por ciento. Entre los operadores europeos, con
la excepción del Reino Unido, es el operador de telefonía básica en el
que el Estado tiene una participación menor. En estos momentos en Francia
sigue siendo cien por cien participación del Estado. En Holanda se va a
privatizar en un porcentaje



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inferior al 50 por ciento en los próximos meses. En Alemania se pretende
privatizar un porcentaje del 40 por ciento el próximo año. En Francia,
como he dicho, no está prevista la privatización. En una parte de Italia
la privatización está también en marcha. Pero en ningún caso la
participación del Estado va a quedar por debajo del 20 por ciento.

¿Quiere decirse con esto que no se va a vender ese 20 por ciento? Yo creo
que, por el momento, no hay planes para la venta de ese 20 por ciento que
sigue siendo propiedad del Estado. Previsiblemente --al menos es la idea
del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente-- sería
conveniente que el Estado tuviera una participación en Telefónica de
España mientras los servicios de telefonía básica que presta sigan
aplicándose en régimen de exclusividad, es decir, por lo menos hasta el 1
de enero de 1998. Como saben SS. SS., no es el Ministerio de Obras
Públicas, Transportes y Medio Ambiente el que tiene las acciones de
Telefónica, éstas corresponden a la Dirección General de Patrimonio, y la
presencia del Ministerio en el consejo de administración es
fundamentalmente la que creemos que se necesita para ejercer el control
del cumplimiento del contrato que tiene el Estado con Telefónica y que se
refiere a los servicios de telefonía básica que se prestan en régimen
exclusivo. Por tanto, sería el Ministerio de Economía el que tendría que
dar respuesta a esta pregunta, pero le puedo anticipar que la opinión del
Ministerio de Obras Públicas es que, al menos en el tiempo que media
hasta el año 1998, el Estado continúe manteniendo una participación que
ya es pequeña en términos porcentuales.

Respecto a los planes del Gobierno en relación con la privatización de
Retevisión, uniré mi respuesta a la siguiente pregunta relativa a la
información sobre la autorización concedida al ente público Retevisión
para segregar su red en una nueva empresa estatal, así como el futuro de
ésta y las repercusiones previsibles de su actuación en el sector. Debo
decir que no se ha autorizado al ente público Retevisión a segregar su
red en una nueva empresa estatal. El acuerdo del Consejo de Ministros que
crea Optel no dice nada de la red. Optel se crea con el objeto de
desarrollar, implantar, explotar y comercializar los servicios de
telecomunicación que puedan prestarse en régimen de competencia, pero el
acuerdo del Consejo de Ministros que la crea no dice nada sobre la
transferencia de los activos de red. Es una transferencia que puede
hacerse, pero que en modo alguno está acordada por el momento. Por tanto,
yo daré respuesta, si me lo permite, a la pregunta relativa a los planes
del Gobierno en relación con el grado de competencia que pretende
establecer entre los operadores públicos de telecomunicaciones y el papel
que en esta competencia entre los operadores de telecomunicaciones puede
darse a Retevisión y a Optel. La competencia que se pretende establecer
entre los operadores públicos de telecomunicaciones --como después
veremos-- entre los operadores de telecomunicaciones, puesto que
Telefónica ya no es pública y Retevisión en un futuro --tal y como
explicaré ahora-- tampoco lo será, al final el grado de competencia será
el que se pretenda establecer entre los operadores básicos de
telecomunicaciones y el papel de Retevisión y de Optel en este proceso.

Centrando mi comparecencia fundamentalmente en esta cuestión, debo decir
que hace poco más de seis meses tuve la oportunidad de dirigirme a esta
Comisión para exponer las líneas estratégicas de la política de
telecomunicaciones del Gobierno en el período transitorio entre el año
1994, al que se refería el acuerdo que describí en la mencionada
comparecencia, hasta la liberalización total de las telecomunicaciones en
el año 1998. Han transcurrido sólo seis meses desde mi comparecencia
anterior y, lo que en aquellos momentos nos parecía ya urgente, en este
momento nos parece que es imprescindible acometer en los próximos meses:
un proceso que nos coloque en situación de hacer frente a una competencia
generalizada en el año 1998, haciendo así cierto también para España el
momento en el que se liberalizan las telecomunicaciones en el resto de
los países de la Unión Europea. Algunos países que lo han solicitado
seguirán estando en períodos transitorios, como por ejemplo Portugal,
Grecia y tal vez algún pequeño país como Luxemburgo, pero nuestra idea es
que España pueda incorporarse a ese proceso en la misma fecha que
Francia, Alemania, Holanda o Bélgica, por mencionar algunos de los países
más importantes.

Entre los aspectos que pueden favorecer que España esté en situación de
enfrentarse con éxito a una competencia generalizada en el año 1998, el
más importante, sin duda, es el que se refiere a la constitución de un
operador de telecomunicaciones que esté ya en disposición de comenzar a
prestar servicio el 1 de enero de 1998 y que ese segundo operador de
redes y servicios de telecomunicaciones sea quien garantice la presencia
de capital español en ese mercado abierto, sea quien rentabilice al
máximo las infraestructuras existentes y sea, por tanto, quien pueda
hacer frente a la competencia internacional que en 1998 se va a
manifestar. Creemos que la existencia de un segundo operador el 1 de
enero de 1998 evitaría la fragmentación de la competencia y la
fagocitación de los pequeños operadores que pudieran surgir por grandes
operadores extranjeros que pudieran implantarse en nuestro país. Este
proceso de creación, en primer lugar, de un único segundo operador, antes
de abrir el mercado a una competencia generalizada, es un proceso que han
entendido de igual manera algunos de los países de nuestro entorno. La
creación de un segundo operador es el instrumento utilizado en otros
países en su proceso de liberalización para romper el monopolio en el
servicio telefónico. El caso más antiguo y más conocido entre los de
Europa es el británico, con la aparición de Mercury, que se creó en 1982,
pero hay otros países que han seguido esta estrategia de crear un único
segundo operador en una etapa inicial antes de abrir el mercado:
Australia, por ejemplo, con la creación de Optus y Suecia con la creación
de Tele-2. En este momento están también en ese proceso países como
Holanda y, aunque con algunas modalidades específicas, Alemania. En todos
estos países el Gobierno ha propiciado que ese segundo operador sea
mayoritariamente de capital nacional y, por tanto, ha diseñado un proceso
--al que me referiré a continuación, en la medida en que nos gustaría que
ése fuera el proceso en el caso español-- que garantiza que ese segundo
operador es de capital nacional, aunque con un socio



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tecnológico que en la mayoría de los casos es extranjero. De esta manera
los países más desarrollados, los países de la OCDE, podríamos agruparlos
en dos categorías. Aquellos de gran tamaño, con un mercado muy grande,
como Estados Unidos o Japón, que han autorizado desde su inicio varios
segundos operadores y, aunque les han limitado su ámbito de actuación, no
todos pueden actuar en todos los ámbitos. En Japón, por ejemplo, hay
segundos operadores que tienen limitado su ámbito de actuación únicamente
a la telefonía internacional. Por el contrario, otros países con mercados
más pequeños, que han propiciado, en primer lugar, la creación de un
segundo operador para después, en una segunda fase, al cabo de cuatro,
cinco o seis años, abrir el mercado a la competencia. En el Reino Unido,
por ejemplo, se creó el segundo operador en el año 1982 y se abrió el
mercado en la competencia generalizada en el año 1989. En Australia
también se han garantizado siete años de un único segundo operador antes
de abrir el mercado a la generalidad de otros que quisieran estar
presentes en el suelo australiano.

¿Cuál sería el perfil en España de un segundo operador? Un perfil muy
similar a los perfiles hoy existentes en el mundo. Si examinamos el
perfil del segundo operador británico, sueco o australiano, salvando las
diferencias, podemos identificar en todos ellos algunas características
comunes. En primer lugar, el segundo operador dispone en todos los casos
de una red troncal propia, una red troncal que utiliza para prestar los
servicios para los que está habilitado o para arrendar parte de su
capacidad a otros operadores. El control de esta red troncal propia se ha
revelado como un elemento crítico en la configuración y en el éxito del
segundo operador, puesto que si no fuera así el operador principal podría
decir que sólo existe su red como una forma de discriminación para, de
esta manera, mantener su ventaja frente al segundo y, por decirlo de
alguna manera, podría incluso ahogarse el nacimiento del segundo. Esto no
quiere decir que en sus inicios los nuevos operadores no hayan utilizado
parte de la red del primero. Es evidente que la instalación de una red es
un proceso largo que no siempre se puede acometer en un período corto de
tiempo y, por tanto, será necesario garantizar que la forma de acceso de
este segundo operador a la red del primero que sea necesario que utilice
se haga en condiciones no discriminatorias. Sin embargo, se pueden
utilizar otras redes, y eso es lo que han hecho los segundos operadores
en todo el mundo. Han utilizado su propia red troncal y en aquellos casos
en los que no era suficiente otras infraestructuras disponibles, no sólo
las del primer operador sino también las de las compañías de
ferrocarriles, las de las empresas eléctricas, las de las conducciones de
agua o de gas.

La segunda característica que es común a los segundos operadores
británico, sueco y australiano es la de los mercados en los que actúan y
la forma en la que han ido actuando en los sucesivos mercados. Los
segundos operadores centran su actividad inicial fundamentalmente en el
negocio de la telefonía básica, con un énfasis especial en las
comunicaciones interurbanas e internacionales, así como en la conmutación
y en la transmisión de datos. Esto es así porque lo que tienen siempre,
como ya hemos dicho, es una red troncal, y lo que les resulta más difícil
de tener como propia es una red de acceso local. Además de estos
servicios que suponen la mayor parte de la cifra de negocios de ese
segundo operador, los segundos operadores, generalmente, tienen
participaciones, aunque no mayoritarias, en la telefonía móvil, en la
televisión por cable y en otros servicios de telecomunicaciones, pero
insisto en que el núcleo de su actividad es la telefonía básica y la
conmutación y transmisión de datos, y dentro de la telefonía básica el
negocio de las comunicaciones interurbanas y las comunicaciones
internacionales.

En una segunda fase, los segundos operadores abordan siempre el
suministro de servicios de telefonía local, una vez que han alcanzado en
los segmentos de la larga distancia una penetración suficiente. La razón
para acometer esto en una segunda etapa es la dificultad de disponer de
su propia red local para llegar al abonado doméstico, porque las
inversiones necesarias para ese último extremo de la red, para ese bucle
de abonado, son muy elevadas, han sido ya realizadas por el operador
establecido en la etapa en la que tenía los servicios en monopolio y por
tanto son difíciles de acometer de una vez por el segundo operador. Por
ello, los segundos operadores utilizan tres vías para acceder a ese
abonado doméstico para la telefonía local. Utilizan la red del primer
operador, utilizan las redes de cable para televisión en esos otros dos
países donde ha habido redes de televisión por cable distintas de otro
servicio de telecomunicaciones, o bien asumen por sí mismas el cableado
de los clientes, lo cual sólo es posible en los casos de mayor tráfico.

Es decir, a veces hacen el último tramo de la red para las empresas, para
las instituciones y para otros grandes consumidores. Evidentemente, todo
esto puede cambiar cuando el último tramo de acceso sea posible hacerlo
utilizando las tecnologías de radio y no sea necesario hacer un tendido
físico que llegue hasta el abonado doméstico. Pero, hoy por hoy, con la
tecnología actualmente disponible, normalmente sólo se accede por medio
del segundo operador bien a los grandes consumidores, bien al abonado
doméstico a través de las redes de cable que se utilizan para la
televisión.

La importancia de acceder al mercado de la telefonía local y poder
constituirse así en un operador integral de la telefonía básica, es
decir, que nuestros abonados domésticos no tengan que hacer un contrato
distinto para la telefonía internacional o interurbana de aquel que
tienen que hacer para la telefonía local, ha movido a las autoridades
responsables de las telecomunicaciones en los países donde se ha creado
un segundo operador a regular muy estrictamente la forma de acceso del
segundo operador a las redes del operador primero, a las redes del
operador ya establecido, así como los costes de interconexión. Tan
consciente es la Unión Europea de la necesidad de regular la forma en la
que el segundo operador accede a las redes locales de ese primer operador
que en la directiva de interconexión se contienen los principios básicos
que deben regular, en todos los países, el acceso a las redes urbanas del
operador que ya está establecido por parte de los operadores que
pretendan entrar en ese mercado. Esa directiva de interconexión va a
discutirse el próximo 27 de noviembre bajo la



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presidencia española y previsiblemente estará aprobada en los primeros
meses del año próximo.

Igualmente, para que el acceso del abonado mediante las redes utilizadas
hasta ahora en otros países para la televisión por cable sea posible, la
regulación nacional debe autorizar que esas infraestructuras de los
operadores de televisión por cable puedan utilizarse para la prestación
de los servicios de telecomunicaciones. Esta es la tendencia que se está
imponiendo en los países donde se han desarrollado segundos operadores, y
este respecto la Comisión Europea, haciendo uso del artículo 90.3, ha
aprobado muy recientemente (hace un par de semanas) una directiva que
elimina las restricciones en el uso de las redes de televisión por cable
para la prestación de servicios de telecomunicaciones liberalizados. Esta
obligatoriedad ha sido necesaria en muchos países porque, como ustedes
saben, en Inglaterra, en Bélgica y en Alemania se han desarrollado unas
redes distintas para televisión del resto de las redes de
telecomunicaciones, y lo que dice esa directiva aprobada por la Comisión
es que esas redes de televisión por cable --porque en esos países son
sólo de televisión por cable-- podrán ser utilizadas para prestar otro
tipo de servicios de telecomunicación que estén liberalizados. En el caso
español, como nuestro proyecto de ley de telecomunicaciones por cable ya
contempla la posibilidad de que las redes sirvan para prestar todo tipo
de servicio de telecomunicación, incluida la telefonía básica a partir
del año 1998, podemos decir que esa directiva de la Comisión Europea, que
tantas repercusiones económicas tiene en otros países, en nuestro caso va
a ser irrelevante puesto que no tenemos un gran desarrollo de redes de
cable, y cuando lo tengamos, desde su inicio, va a estar permitido que
puedan prestarse a través de ellas todos los servicios de
telecomunicaciones. También en nuestro propio proyecto de ley ya
establecemos la manera en la que la red de Telefónica de España va a
tener que estar accesible a esos operadores de cable en condiciones no
discriminatorias. Por tanto, lo que en otros países están teniendo ahora
que regular en una segunda fase nosotros lo tendremos ya regulado desde
su inicio.

Hay otro rasgo que de alguna manera es común a los segundos operadores,
sea el segundo operador australiano, el segundo operador sueco, el
segundo operador británico o el que se está configurando en Holanda, y es
el que se refiere a su estructura accionarial. Los segundos operadores se
han constituido con un núcleo accionarial mayoritariamente nacional y han
incorporado uno o varios operadores de telecomunicaciones extranjeros
como socios minoritarios. El núcleo nacional agrupa entidades financieras
o de seguros y grandes empresas industriales o de servicios que suelen
ser propietarias de infraestructuras que le resultan de utilidad a ese
segundo operador. El operador extranjero aporta el conocimiento y la
experiencia necesarias para poner en marcha en tiempo y coste razonable
ese segundo operador de redes y servicios, y su inclusión generalmente
resulta imprescindible, dado que la existencia de monopolio ha impedido
que otro operador distinto del establecido haya podido desarrollar
conocimientos y experiencia en cada uno de los países que hoy se abren a
la competencia. Los segundos operadores nacen también en todos estos
países con capital privado, contrariamente a lo que ocurrió, en general,
con los primeros operadores. No fue el caso de España, en que Telefónica
de España nació en 1924 con capital mayoritariamente privado, pero sí del
resto de los países que hoy configuran la Unión Europea.

En España se dan todas las circunstancias para que el segundo operador
pueda seguir un modelo de desarrollo similar al de otros países de la
Unión Europea. En principio, en España podríamos tener como socios del
segundo operador a los propietarios de infraestructura de
telecomunicaciones o de derechos de paso, empresas eléctricas o empresas
de ferrocarriles, aunque algunos de ellos podrían preferir simplemente un
acuerdo de utilización de infraestructuras sin llegar a ser accionistas,
como ha ocurrido con las compañías ferroviarias en Suecia. Podríamos
tener bancos o cajas de ahorro de diferente tamaño, así como otras
entidades que podrían jugar el papel de socios financieros y podrían
aportar también negocio y maneras de distribución de productos o de
acceso a clientes. Podríamos tener otras grandes empresas españolas de
diversos sectores de actividad, que ya están participando en el negocio
de las telecomunicaciones. Por ejemplo, en el segundo operador de
telefonía móvil tenemos socios que no son ni bancos ni cajas de ahorro ni
propietarios de infraestructura de telecomunicaciones o de derechos de
paso; tenemos otras grandes empresas españolas de distintos sectores de
actividad, y podríamos tener uno o dos operadores de telecomunicaciones
extranjeros, si fuera posible, con experiencia internacional en el
desarrollo de segundos operadores de redes y servicios. Y por último,
cómo no, parte del capital del segundo operador en España podría ser
puesto al alcance de pequeños accionistas o de fondos de pensiones o de
inversión, a través del mercado de capitales.

En conclusión, el perfil del segundo operador español sería una empresa
privada de telecomunicaciones, con red troncal propia, centrada
inicialmente en los negocios de telefonía internacional, interurbana y
datos. Debería de partir de la mayor parte de los recursos de red
existentes en España y alternativos a Telefónica. Se daría entrada a uno
o dos socios minoritarios extranjeros que tuvieran la condición de
operadores de telecomunicaciones, aunque en condiciones predeterminadas.

Esta sería, pudiéramos decir, la configuración de un segundo operador en
España, siguiendo el modelo de otros países.

¿Cuál sería el papel de Retevisión en la creación del segundo operador?
El Gobierno piensa que a la hora de impulsar un segundo operador --y así
se estableció en el acuerdo del Consejo de Ministros del pasado mes de
octubre-- Retevisión es el instrumento adecuado para acelerar la creación
de ese segundo operador de redes y servicios en España. Retevisión
actuará así como núcleo inicial, con el que se asociarían otros
poseedores de infraestructura y al que se incorporarían también socios
financieros y tecnológicos. ¿Cuáles son las razones por las que pensamos
que Retevisión debe configurar el núcleo del segundo operador? En primer
lugar, porque posee ya una red de telecomunicaciones de ámbito nacional,
que puede por tanto servir de base para esa red troncal propia, que hemos
visto que es un rasgo definitorio de todos los segundos operadores



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que se han creado. La red digital de radioenlaces y fibra óptica de
Retevisión tiene cobertura nacional y está sustentada por más de 1.400
emplazamientos provistos de infraestructura básica, y eso la coloca como
la red con mayor cobertura de España, después de Telefónica. Retevisión
tiene firmados ya, además, acuerdos de utilización parcial de sus redes
de telecomunicaciones con Renfe, la red que discurre siguiendo el AVE,
por poner un ejemplo, que es una red de fibra óptica que ya está siendo
utilizada por Retevisión y hace pocos meses ha firmado un acuerdo para
utilizar la red de telecomunicaciones del organismo autónomo Correos y
Telégrafos, haciendo así realidad uno de los mandatos del acuerdo de
Consejo de Ministros que decía que debería de habilitarse a Retevisión
para prestar el servicio de alquiler de circuitos, usando en todo aquello
que le fuera de utilidad la red de telecomunicaciones del organismo
autónomo Correos y Telégrafos. Por tanto, para la configuración de este
segundo operador, la utilización de esas redes, tanto las propias de
Retevisión como aquellas otras con las que ya tiene acuerdos, permitiría
acortar notablemente los tiempos de implantación de ese segundo operador
y reducir significativamente las inversiones necesarias.

Retevisión es también ya un operador de telecomunicaciones a pleno
rendimiento y después de Telefónica es, en nuestro país, la segunda
operadora de servicios de telecomunicaciones en términos de experiencia,
de volumen de facturación y, lo que es más importante, de personal
técnico especializado. Retevisión dispone de un conjunto de unas 1.400
personas, que es el activo más importante que tiene en términos de
telecomunicaciones; es un personal que está acostumbrado a tener
disponible una red 24 horas sobre 24. Por ejemplo, la red de difusión de
televisión no puede tener ningún fallo. Retevisión tiene también una
amplia experiencia en la provisión de servicios especializados de
telecomunicaciones, no sólo en las áreas de televisión y radio, sino
también en servicios de comunicaciones empresariales como servicios VSAT
y de difusión de datos. Retevisión actúa también como servicio portador
para los operadores de radio-búsqueda, para los operadores de «trunking»
y para los operadores de telefonía móvil. Quiero hacer notar que en la
primera fase de implantación del segundo operador de telefonía móvil
Airtel, más del 60 por ciento de la red básica corresponde a los acuerdos
que han firmado para la utilización de Retevisión. Además, Retevisión
está comenzando ya a suministrar circuitos alquilados en competencia con
Telefónica.

Por tanto, la utilización de Retevisión como núcleo de este segundo
operador permitirá partir de una cultura española de comunicaciones;
permitirá partir de un operador que ya conoce perfectamente la
legislación actual, que conoce sus interlocutores, conoce sus
competidores y conoce el mercado. Por consiguiente, estas características
son fundamentales para establecer una interlocución técnica adecuada con
un socio extranjero. Retevisión también --y esto es extraordinariamente
importante-- está en condiciones de ser privatizada, y privatizada además
partiendo de una empresa que obtiene beneficios todos los años. Es una
empresa muy saneada, es una empresa que no tiene exceso de personal y es
una empresa que está en condiciones inmejorables para sufrir un proceso
de privatización. Retevisión tiene, evidentemente, algunas carencias como
núcleo de segundo operador. Entre otras necesitaría, desde luego,
completar su capacidad de red, lo que aconsejaría su asociación con otras
infraestructuras puesto que, hoy, a cualquier operador de
telecomunicaciones se le exigen unos niveles de redundancia superiores a
los que tiene Retevisión en este momento. Entre esas otras
infraestructuras que podría asociar a las suyas están, como ya he dicho,
la red básica de transmisión de correos, que ya está utilizando, y la red
de ferrocarriles, con sus correspondientes derechos de paso. Podría estar
también la red de radioenlaces y de fibra óptica de compañías eléctricas,
y entre ella, por supuesto, los tendidos de fibra óptica de Red Eléctrica
Española instalados sobre su red de líneas de alta tensión. Algunas de
estas infraestructuras pueden ser operativas en períodos de tiempo de
escasos meses y con unas inversiones muy moderadas, y entre la red de
Correos, la red de Renfe y las redes de las compañías eléctricas tienen
un razonable grado de complementariedad. Por tanto, nos parece que una
alianza entre el mayor número de ellas sería muy positiva para el éxito
del proyecto de creación de un segundo operador a partir de Retevisión.

Con estos planteamientos básicos, ¿cuál sería, desde nuestro punto de
vista, el proceso? El proceso para que Retevisión se constituya en el
segundo operador sería que a partir de Retevisión se creara una sociedad
anónima, cuyo capital fuera inicialmente cien por cien de Retevisión.

Este paso ya se ha dado; por acuerdo del Consejo de Ministros de 12 de
mayo de este año 1995 ya se ha creado una sociedad, Optel, de la que
Retevisión tiene por el momento el cien por cien del capital. Por
supuesto, podría ser otra; sin embargo, dado que esta sociedad anónima
Optel ya está constituida, nos parece que podría ser perfectamente la que
se utilizara para pilotar el proceso. En este momento Optel no es nada
más que una empresa con 300 millones de capital social, cien por cien
propiedad de Retevisión, y, por tanto, habría que ir a sucesivas
ampliaciones de capital para que fuera el segundo operador.

Como paso inicial tendría que concederse a Retevisión, y en el plazo más
breve posible, una segunda licencia de telefonía básica, pero válida para
operar a partir del 1.º de enero de 1998. Creemos que la licencia debe
concederse ya, si bien con la especificación de que sólo comenzará a
operar el 1.º de enero de 1998. También deberían modificarse los
estatutos de Retevisión para preparar el proceso de transferencia de sus
activos a una sociedad anónima que podría ser Optel.

Por tanto, los pasos que nosotros creemos deben ser iniciales son los
siguientes: elaborar una norma con rango de ley (nosotros estimamos que
la forma más adecuada sería un decreto-ley, para poder acortar los plazos
al máximo) y que en esa propia norma con rango de ley o decreto-ley se
estableciera que se concede a Retevisión esa segunda licencia de
telefonía básica válida para operar a partir del 1.º de enero de 1998,
pero que también se estableciera un plazo máximo de unos meses, podrían
ser tres meses a partir de la aprobación de esa norma con rango de ley o
de decreto-ley,



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para que la licencia fuera transferida a esta sociedad anónima Optel.

Asimismo, la norma debería establecer la obligación de que el Estado
pierda la mayoría de capital en dicha sociedad en un plazo preestablecido
que nos gustaría no fuera superior a doce meses.

Por tanto, habría una sociedad anónima que tendría transferido un título
habilitante para operar en la telefonía básica a partir del 1.º de enero
de 1998, que ya tendría transferidos los activos de Retevisión, entre
ellos esta licencia que, sin duda, sería el principal activo de
Retevisión, y que pasaría a ser privatizada en un 51por ciento como poco,
antes del 1.º de enero de 1997, de manera que la sociedad privada ya, en
posesión de ese título habilitante, durante todo el año de 1997, podría
realizar dos tipos de actuaciones: en primer lugar, prestar todos los
servicios de telecomunicaciones que ya estén liberalizados, todos los
servicios que tiene la Optel, actual para prestar debería tenerlos esa
sociedad así como la capacidad para ofrecerlos durante todo ese año de
1997, y preparar su personal, su estructura, sus instalaciones, para
poder comenzar a prestar el servicio de telefonía básica desde el mismo
1.º de enero de 1998. Nos parece que dieciocho meses, que sería el tiempo
que tendría Optel para prepararse cara a este proceso, sería el plazo
mínimo para acometerlo con éxito. Por este motivo, proponemos la fórmula
de aprobación de un decreto-ley como vía más rápida de tener aprobada
esta norma. Por supuesto, antes de privatizar sería necesario hacer la
valoración de Retevisión, tanto de sus activos como de las licencias de
que pueda ser titular, una valoración que se habría de hacer por un banco
de negocios independiente, especializado en privatizaciones y en ventas
de activos de telecomunicaciones. Retevisión ya ha comenzado este proceso
de asesoría con un banco de negocios independiente y ha seleccionado uno,
entre una quincena de bancos que se presentaron a la convocatoria abierta
que se realizó para este fin. Esto no quiere decir que esta primera
valoración y este banco que se encargue de la primera etapa del proceso
sea el que realice la etapa final de la privatización, pero, en cualquier
caso, la valoración que ahora se haga deberá servir de referencia para
esa privatización futura de Retevisión.

Este sería el proceso que nosotros hemos diseñado y que trataríamos de
instrumentar para la creación de este segundo operador de redes y
servicios en España. Deberían incorporarse socios que pudieran aportar
otras infraestructuras complementarias, socios financieros que puedan
aportar capital, un socio tecnológico, que deberá ser extranjero, que
pudiera aportar su «know-how» en telecomunicaciones y en la constitución
de segundos operadores en otros países; y, finalmente, un capital
repartido entre pequeños accionistas españoles o extranjeros.

El resultado final de todo este proceso sería un segundo operador de
redes y servicios que operará en cuatro áreas de negocio: los actuales
servicios audiovisuales que presta Retevisión; el servicio portador de
televisión y radio, que también dejará de estar en monopolio; los
servicios de telefonía básica, internacional, interurbana y
progresivamente, mediante acuerdos bien con el primer operador o bien con
los operadores de cable local; y ya desde su inicio, transmisión y
conmutación de datos. Este segundo operador de redes y servicios podría
participar en una operadora de telefonía móvil, bien mediante este
segundo operador actual de GSM, o bien optando, en coincidencia con otros
socios, a una futura licencia de telefonía móvil en la frecuencia de
1800. También podría participar en los operadores de cable, aunque no
necesariamente de forma mayoritaria, porque en todo caso estaría
interesado en utilizar sus redes.

Este proceso que he descrito deberá ir acompañado del desarrollo de una
regulación que permita la competencia efectiva de este segundo operador
con el primero, evitando que la posición dominante de este primer
operador de Telefónica en España, ya establecido, pudiera hacer que el
segundo no se desarrollara. En todos los países se coincide en que el
éxito del segundo operador depende de manera crítica de las reglas de
competencia que exige la Administración. En consecuencia, la
Administración deberá regular de manera adecuada las cuotas y condiciones
técnicas de interconexión de este segundo operador con las redes del
primero, los mecanismos de contribución de unos y otros a la
obligatoriedad del servicio universal, el reajuste de las tarifas y
precios del primer operador a sus costes, la igualdad de acceso del
segundo operador a la red del primero y el control y regulación de la
numeración telefónica por parte de la Administración. Esto en España ya
se tiene; sin embargo, en otros países el control de la numeración, que
cada vez va siendo el recurso más escaso, sigue estando a veces en manos
del primer operador de telefonía básica, y la numeración es un factor
crítico para establecer una competencia en términos igualitarios. Todos
estos aspectos implican una modificación en profundidad de la Ley de
Ordenación de las Telecomunicaciones en línea con los principios que se
van a establecer en la directiva de aplicación de la oferta de red
abierta e interconexión, que es la directiva de la que les he hablado,
que va a discutirse, en Bruselas, el próximo día 27 de noviembre, y que
previsiblemente será aprobada en los primeros meses del próximo año. De
momento, nosotros planteamos que se modifiquen los artículos de la LOT
que sean imprescindibles para otorgar esa licencia de operación en
telefonía básica a este segundo operador a partir de 1998, y que también
se modifique, como no podía ser menos, la ley, que es una ley de
presupuestos, por la que se crea Retevisión, con el fin de permitir la
transferencia de sus activos y todas sus actividades a esta sociedad que
estimamos debe ser privada en un plazo muy corto y, en todo caso, antes
del 1.º de enero de 1998.

Si queremos que este segundo operador esté en disposición de iniciar su
actividad el 1.º de enero de 1998 en la telefonía básica, debemos
comenzar a actuar en seguida. Evidentemente se puede trabajar en paralelo
la regulación apropiada; toda la que establezca las maneras de
interconexión de la red de este segundo operador con la red del primero
puede irse desarrollando en estos dos años que quedan hasta la
liberalización, mientras que el segundo operador compite en los servicios
ya liberalizados y materializa las inversiones en su red telefónica. Sin
embargo, es preciso decir que las inversiones que habrá que realizar
serán



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tanto menores cuantas más infraestructuras se asocien al proyecto, pero
en todo caso considerables y, por tanto, el segundo operador deberá
contar con recursos financieros suficientes para poder efectuar estas
inversiones. Así, pues, nosotros entendemos que debe privatizarse y, por
tanto, obtener esos recursos como propios en el plazo más breve posible.

Esta es la razón por la cual el Gobierno plantea su intención de realizar
por decreto-ley esas modificaciones que les he mencionado, un decreto-ley
que evidentemente convalidaría en esta Cámara, y un decreto-ley para el
que nos gustaría contar con el consenso de todos los grupos
parlamentarios. Entendemos que esta iniciativa de creación de un segundo
operador que pueda facilitar en España una competencia efectiva a partir
de 1.º de enero de 1998 (una competencia si es posible española o
mayoritariamente española, una competencia también privada) y tratar de
que sea una competencia por parte de una empresa española es un objetivo
suficientemente importante, suficientemente estratégico para el futuro de
las telecomunicaciones en nuestro país, como para que nos haga solicitar
el apoyo de todos los grupos políticos.

No quisiera prolongar más mi intervención. Unicamente decir que la
creación de este segundo operador, aunque pueda parecer que no consigue
una competencia total --insisto en que ha sido el proceso seguido por
otros países-- facilita el proceso de liberalización; si desde el
principio ya la competencia se disgrega en múltiples pequeños operadores
cada uno con una parte pequeñísima del mercado, en definitiva, el
operador que sale ganando y el único que existe al cabo de un año vuelve
a ser el operador inicial, el operador Telefónica, porque ninguno de los
otros es capaz de subsistir. Por otra parte, la creación de este segundo
operador en este momento y a partir de Retevisión maximizaría el
aprovechamiento de las infraestructuras existentes y también daría a
Telefónica de España dos años para conocer cuál va a ser el entorno al
que va a tener que enfrentarse en el año 1998 y, por tanto, en esos dos
años podría prepararse para hacer frente a esa competencia efectiva.

Sería necesario, por tanto, conceder esa licencia de telefonía básica ya
para eliminar la incertidumbre y que ese segundo operador pudiera
comenzar desde ese mismo momento a realizar las inversiones que van a ser
necesarias para comenzar el servicio de telefonía a partir del año 1998.

Además, con esa concesión de licencia de telefonía básica, se maximiza el
valor de Retevisión y, por tanto, en un proceso de privatización, se
maximizarían los ingresos obtenidos por el Estado.

Por mi parte, he terminado la exposición.




El señor PRESIDENTE: A continuación, en nombre del Grupo Parlamentario
Popular, que ha sido el solicitante de la comparecencia, tiene la palabra
doña Ana Mato.




La señora MATO ADROVER: En primer lugar, quiero agradecer a la señora
Salgado las explicaciones y detalles que nos ha dado sobre las cuestiones
que le habíamos planteado, que la verdad es que han sido muy extensos,
con mucho detalle y nos han ilustrado perfectamente sobre dichas
cuestiones.

No obstante, nosotros habíamos venido aquí esta tarde a hablar de tres
temas claves que al final se resumen, como usted bien ha dicho, en lo que
sería la liberalización de los telecomunicaciones. Queríamos hablar sobre
Optel, empresa sobre la que ya tuvimos oportunidad de debatir en este
Parlamento hace escasos días, con motivo del debate presupuestario,
empresa de la que nos quedaron muchos datos sin conocer, porque en las
comparecencias que tuvimos no se nos pudieron facilitar esos datos, datos
que necesitábamos para comprender la creación de esta empresa, sus
propuestas y los proyectos de futuro que había para la misma. Algunos de
estos proyectos usted nos los ha detallado esta tarde y, en cuanto a los
otros, esperamos conseguir esos datos, que también hemos solicitado por
escrito, en relación a la necesidad de la creación de Optel.

Nosotros creemos, y ya lo indicamos entonces, que un asunto de tanta
entidad como es el tema de las telecomunicaciones y la creación de esa
sociedad, que sobre todo va a exigir grandes inversiones (aunque no hemos
hablado de ello, suponemos que se necesitan grandes inversiones) y va a
afectar a todo el sector, no debe llevarse a cabo con secretismo. Por
tanto, agradecemos las explicaciones que nos ha venido a dar hoy y
esperamos seguir compartiendo más datos al respecto.

En segundo lugar, veníamos a hablar sobre liberalización y competencia y
de las palabras que usted nos ha dicho y de los datos que usted nos ha
facilitado --como ampliaré también después-- nos parece que la
liberalización se encuentra un poco lejana.

Por último, también veníamos a hablar de privatización. Usted ha hablado
de la privatización del 12 por ciento de Telefónica. Nosotros creemos que
hasta ahora esas medidas liberalizadoras de privatización que han hecho
ustedes con Telefónica --me estoy refiriendo a la venta de
participaciones-- no han sido más que simples medidas presupuestarias
para reducir el déficit público y que, en realidad, ustedes no tienen
previsiones al respecto. Aunque nos ha dicho que hasta el año 1998 no
pretenden privatizar nada más (Telefónica, Retevisión) sabemos que hay
unos planes de privatización, lo que no sabemos es cuáles son los planes
concretos, las fechas ni la manera de privatizar. Es lamentable que
exista una ausencia de calendario de privatizaciones de unas empresas
públicas de tal magnitud y tan importantes para este sector y estamos
seguros de que al final, si ustedes llevan a cabo esas privatizaciones,
se harán en el último momento, de forma precipitada y sin ninguna
planificación, como vienen haciendo hasta ahora.

Antes de empezar a comentar con detalle todos los temas que usted ha
planteado, me gustaría señalar una cuestión previa, ya que usted ha
vuelto a aludir al tema del consenso con los grupos parlamentarios
también en materia de segundo operador.

Nuestro grupo siempre ha creído que el sector de las telecomunicaciones
es un sector básico para el Estado y por eso siempre hemos estado
dispuestos al diálogo sobre cualquier cuestión. Lo que no nos parece
posible, y nosotros



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no aceptamos en estos momentos, es que sin presupuestos generales para el
año 1996, con unas elecciones previstas para el mes de marzo, ustedes
continúen dando pasos sin contar con el consenso de los grupos políticos
y sin el consenso de Grupo Popular. Un Gobierno moribundo (Rumores.) no
puede tomar decisiones de este tipo sin consenso de los demás grupos.

Nosotros estamos dispuestos a hablar sobre la posibilidad de que exista
un segundo operador. Debatiremos ampliamente por qué hay necesidad de un
segundo operador ahora y no lo había hace un año, cuando creíamos que era
más conveniente que se hubieran empezado estos trámites, como el propio
señor Borrell decía hace un año. Estamos dispuestos a hablar de ello, de
todos los temas de segundo operador y de telecomunicaciones y
liberalización, sin perjuicio de que ustedes han tratado y están tratando
de imponer una ley del cable sin el consenso del Grupo Popular.

Señora Salgado, no se puede estar dispuesto a dialogar sobre una cuestión
y, sin embargo, no dialogar sobre otras y parece que el Gobierno está
decidiendo selectivamente con quién quiere hablar de cada cosa y con qué
grupo quiere pactar cada uno de los distintos temas. Estamos dispuestos a
llevar a cabo un diálogo sobre el segundo operador, pero --y se lo digo
desde ahora, aunque ya entraré en más detalle-- tendrá que ser a través
del correspondiente proceso concursal.

Nosotros no creemos que en estos momentos pueda haber un segundo operador
público otorgado por decreto-ley, creemos que se debe convocar un
concurso y no entendemos por qué, si ya se ha hecho con la telefonía
móvil, no se puede convocar un concurso de segundo operador en estos
momentos.

En materia de telecomunicaciones, señora Salgado, como decía antes y como
hemos dicho en multitud de ocasiones, cuando hemos tenido oportunidad de
hablar de la ley del cable, que como usted también ha mencionado está muy
vinculada con este tema y, sobre todo, con la liberalización de las
comunicaciones, ustedes van con mucho retraso y además, la mayoría de las
veces, cuando actúan lo están haciendo obligados por las circunstancias,
actúan con precipitación. No tengo que decirle, por ejemplo, que en
cuanto a la regulación de la televisión local ustedes no han movido un
dedo hasta que ha habido innumerables televisiones locales funcionando en
régimen de alegalidad. Respecto al tema del cable, para qué decirles que
ustedes tampoco han tenido ningún interés en sacar adelante la ley del
cable hasta que algunos ayuntamientos han decidido dar pasos para poner
en marcha la televisión por cable.

Por lo que se refiere al segundo operador de telecomunicaciones, yo no sé
si ustedes no han tenido interés o no han sabido hacerlo --lo cual es
bastante más grave-- porque, si de verdad ustedes han tenido o tienen
interés en que se llegue al año 1998 con una liberalización de las
telecomunicaciones, con una posibilidad real de que seamos competitivos
en cuanto a liberalización de las telecomunicaciones, ustedes tenían que
haber empezado a dar estos pasos desde el año 1990. Ya en el año 1994, el
Ministro Borrell empezó a hablar del segundo operador y desde antes,
incluso, los medios de comunicación y los expertos en el tema habían
hablado de la posibilidad y necesidad de un segundo operador. Resulta que
ahora, en el mes de noviembre de 1995, en vísperas de 1996 y en vísperas
de unas elecciones generales, ustedes han decidido que es imprescindible
y necesario que se constituya un segundo operador para que empiece a
funcionar en el año 1998. A nosotros nos gustaría saber si de verdad
ustedes piensan liberalizar las telecomunicaciones en el año 1998 o su
previsión es que se amplíe un poco el plazo, como pasará con otros
países, en cuyo caso no estaremos en el primero sino en el segundo nivel
de Europa, como nos ha pasado también en otros temas, a la altura de
Portugal, de Italia y de Irlanda. Si de verdad ustedes pretenden
liberalizar las telecomunicaciones en el año 1998, nos gustaría saber, en
primer lugar, por qué no se ha promovido antes la creación de este
segundo operador; en segundo lugar, si creen que en dos años se va a
consolidar como segundo operador global y qué medidas van a adoptar para
que se consolide como tal; en tercer lugar, qué crecimiento espera de ese
operador para que tenga competencia total a partir de 1998.

En cualquier caso, nos gustaría que usted dijera por qué no se confía en
la iniciativa privada. Nosotros creemos que la iniciativa privada podría
abordar perfectamente, sin cargas y sin riesgos para el contribuyente, la
creación de este segundo operador. Ahora bien --usted lo ha comentado con
mucho detalle y voy a tratar de utilizar sus mismas palabras--, al igual
que en la ley del cable se ha garantizado la forma de acceso en
condiciones no discriminatorias, nosotros creemos que a cualquier empresa
que quisiera actuar como segundo operador también, lógicamente, habría
que garantizarle tanto los costes de interconexión como el acceso a las
redes del primer operador y de Retevisión. Creo que el Estado tendría que
garantizar la forma de acceso en condiciones no discriminatorias, en
condiciones transparentes y no tratar de crear un segundo operador de
telecomunicaciones también de control público porque, como usted dice,
hasta el año 1996 no se privatizaría el 51 por ciento o más. Estamos
hablando de dos operadores: Telefónica, que es una empresa de control
público, y Retevisión, que también sería un segundo operador de control
público. Al final, ¿a qué vamos?, ¿a un monopolio disfrazado o a un
duopolio bastante imperfecto? En cualquier caso, nosotros creemos que ésa
no es la solución y consideramos que, de ser necesario un segundo
operador (por supuesto, si usted nos puede explicar las razones para que
se cree un segundo operador en estos momentos, entenderemos la
conveniencia de que así se haga), tiene que ser vía concurso y que sea la
iniciativa privada la que opte por el mismo.

En segundo lugar, señora Salgado, un tema muy im-portante. Ya que parece
que a ustedes en estos momentos --aunque con mucho retraso, como decía--
les preocupa de verdad la liberalización del mercado de las
telecomunicaciones y quieren llegar a ella, nos gustaría saber cuál es la
razón por la que no se están liberalizando las infraestructuras
alternativas existentes en el país. Si esas infraestructuras alternativas
se liberalizaran a partir de ahora, se les podría dejar que buscaran
alianzas dentro del libre mercado y se fueran preparando para ser un
operador global a



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partir del año 1998, que es lo mismo que usted propone para Retevisión.

Al final, señora Salgado, ustedes proponen que la segunda licencia de
telefonía se otorgue por decreto a una empresa pública, Retevisión, que
en este caso sería Optel, y esta empresa buscaría unos socios. Por
supuesto, como también ha ocurrido con el acuerdo que el Gobierno aprobó,
aceptó, o autorizó para que Telefónica, con otra empresa privada, pudiera
emitir televisión por cable, en este caso, a través de un decreto, se
autoriza a una empresa pública, Retevisión, para que busque unos socios,
sin transparencia, sin concurso, socios que le van a acompañar en la
operación para ser un segundo operador. Como le he dicho antes, nosotros
creemos que sería mucho más lógico que, en primer lugar, se fuera a un
concurso libre, para que fuera una empresa privada, un grupo de empresas
privadas o una sociedad privada la que se hiciera cargo de este segundo
operador de telecomunicaciones. Por un lado, estaría Telefónica y, por
otro, un segundo operador, que tendría que tener disposición para
utilizar las infraestructuras ya existentes en el país --estoy de acuerdo
con usted--, que serían las redes de Telefónica, las de televisión y
cualquier otra red troncal u otro medio que creyese conveniente.

En segundo lugar --y se lo repito-- nosotros creemos imprescindible que
se liberalicen las infraestructuras alternativas. Y si volvemos al tema
del cable, puesto que se liberaliza el mercado en 1998, si hay alguna red
de cable que esté disponible y en funcionamiento, también podrá empezar a
emitir telefonía. Por tanto, la liberalización se podrá hacer también a
través de las redes de cable, como usted ha mencionado. Creemos que no es
lógico que usted trate de incrementar más la participación del sector
público en las telecomunicaciones y nos gustaría saber los motivos por
los que no se liberalizan las infraestructuras alternativas para permitir
el libre funcionamiento del mercado; motivos por los que se ha optado
porque sea una empresa pública, con unos socios elegidos aleatoriamente
por el propio Gobierno, para crear un segundo operador; y por qué no se
ha optado porque sea un concurso, como se hizo con GSM, el que decida
quién es este segundo operador; si es necesaria su existencia antes del
año 1998. También sería importante que usted nos dijera si cree de verdad
que de aquí al año 1998 hay posibilidades de que ese segundo operador
esté en disposición de competir con otros operadores que vengan de fuera
y con el primer operador de España. Igualmente nos gustaría saber qué
costes e inversiones tiene previstas el Gobierno para garantizar la
existencia de ese segundo operador, que en principio es público, aunque
usted pretenda privatizarlo, sólo en parte, porque ya sabemos que va a
seguir siendo de control público de aquí a 1997.

Para terminar, señora Salgado, en vísperas de unas elecciones generales
no se pueden tomar decisiones que afectan y condicionan a un futuro
gobierno. (La señora Pardo Ortiz pronuncia palabras que no se perciben.)
No, con nuestro gobierno, no, porque todavía no hemos ganado las
elecciones; pero sin contar con el partido que podría ser futuro gobierno
y que, en todo caso, tiene representación suficiente como para que los
posibles inversores tengan necesidad de saber las reglas de juego
estables, cuáles son las reglas de juego hoy, en noviembre, y cuáles van
a ser las reglas de juego en el mes de marzo. Por tanto, nos gustaría que
aclarara estos conceptos.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra la señora
Secretaria General, para contestar a la señora Mato. (Rumores.)



La señora SECRETARIA GENERAL DE COMUNICACIONES (Salgado Méndez): He
solicitado al Presidente contestar a la señora Mato porque algunas cosas
que he escuchado me han sorprendido extraordinariamente, y voy a decir
por qué.

En el proceso final de consenso sobre la Ley de telecomunicaciones por
cable, por parte del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio
Ambiente, y por parte de esta secretaria general, creo que se ha
mantenido una discreción exquisita respecto a las negociaciones para ese
consenso, pero yo no puedo por menos de contestar cuando la misma persona
que anula dos veces el mismo día una reunión, reunión convocada y
mantenida por mí, convocada antes de la reunión de los alcaldes y
mantenida durante la reunión de los alcaldes, y después; cuando la misma
persona que me llama por teléfono dos veces el mismo día, para decir,
primero, que la pospone, después, que la pospone otra vez y, finalmente,
que la anula, dice aquí que no se ha querido consensuar con el Grupo
Popular la Ley de las telecomunicaciones por cable, a mí me parece que mi
discreción tiene un límite.

Quiero decir aquí, para que conste en el «Diario de Sesiones», que el
ofrecimiento al Grupo Popular para consensuar la Ley de
telecomunicaciones por cable fue efectuado en público por el ministro con
motivo de su comparecencia en el mes de septiembre; que se mantuvieron
varias reuniones con el Grupo Popular en las que éste presentó un
proyecto de ley de telecomunicaciones por cable que difería muy poco, y
desde luego en ninguna cuestión esencial, del proyecto del Gobierno; que,
pasado el tiempo, se convocó una reunión de alcaldes, y por parte de esta
secretaria general se habló con el alcalde anfitrión diciéndole nuestros
puntos de vista y puesto que estaban abiertas las conversaciones con el
Grupo Popular al mismo tiempo que con el resto de grupos políticos,
entendíamos que de todas maneras podíamos consensuar una ley que diera
satisfacción a las aspiraciones legítimas de los distintos grupos,
respetando, en todo caso, la Constitución. Aunque por parte de la señora
Mato ahora se nos acusa de no haber querido consensuar suficientemente
esa ley, se propusieron reuniones por parte del Grupo Parlamentario
Socialista con asistencia de la Secretaria General de Comunicaciones y
del Director General de Telecomunicaciones, de la misma manera que habían
asistido a las reuniones con otros grupos parlamentarios.

La señora Mato, como he dicho, pospuso la reunión de la mañana a la
tarde, luego a última hora de la tarde, y finalmente hasta el día
siguiente porque las peticiones no se referían a los artículos de la ley
del cable, sino a cuestiones



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que no tenían nada que ver con el proyecto de ley del cable.

Esta es una página que ya ha pasado. Afortunadamente el resto de grupos
parlamentarios han demostrado más interés en lo que es el futuro de las
telecomunicaciones en este país y ha sido posible consensuar un texto que
creo puede servir para el futuro de las telecomunicaciones y para la
consecución de unas telecomunicaciones avanzadas para España.

Pasada esta página quiero decir que yo he venido para ofrecer, por parte
del Ministerio, y espero que el Grupo Parlamentario Socialista haga suyo
también este ofrecimiento, toda nuestra colaboración para consensuar un
proyecto de segundo operador que entendemos va a ser fundamental para el
futuro de las telecomunicaciones en nuestro país, con independencia de
cual pueda se el Gobierno que esté en el año 1998, aunque sí quiero hacer
la salvedad que, en todo caso, la regulación hasta marzo seguirá siendo
la misma que existe hasta ahora, porque hasta entonces no espero, ni creo
que esperará usted, ningún cambio de Gobierno. En todo caso como le digo,
esta página de las telecomunicaciones por cable ya ha pasado. Tienen
ustedes oportunidad de sumarse a ese proyecto en el Senado, oportunidad
que espero y deseo aprovechen, con lo cual esa ley de telecomunicaciones
por cable podría ser aprobada con el consenso de todos los grupos
parlamentarios.

Dicho esto voy a pasar a dar respuesta a alguna de las cuestiones
concretas que usted me ha planteado.

Usted me pregunta por qué no se liberalizan las infraestructuras
alternativas. Las infraestructuras alternativas han decidido dividirlas
en Europa en dos tipos: las infraestructuras de televisión por cable y el
resto de infraestructuras alternativas. Tras mucha discusión entre todos
los países, todos ellos partidarios de la liberalización, han decidido
proceder a la misma en dos fases. En primer lugar, la Comisión ha
decidido liberalizar las infraestructuras que se utilizan ahora para la
prestación de servicios de televisión por cable y que esas
infraestructuras puedan utilizarse para todo tipo de servicios; pero ni
la Comisión, no el Consejo han dicho nada sobre la liberalización del
resto de infraestructuras alternativas, antes del año 1998, por una razón
muy sencilla: porque la mayor parte de esas infraestructuras alternativas
han sido financiadas con rentas provenientes de otros servicios que se
prestan en monopolio, aunque esos monopolios sean regionales o
territoriales. Las infraestructuras eléctricas han sido financiadas con
las tarifas eléctricas que en todos los países son precios regulados; en
las infraestructuras del gas ha pasado exactamente lo mismo y también en
las infraestructuras de agua. Hasta tanto no se establezcan mecanismos
que eviten las subvenciones cruzadas, no ya entre distintos servicios de
un mismo sector, sino entre sectores, no será posible proceder a la
liberalización de esas infraestructuras alternativas, so pena de que los
que han financiado esas infraestructuras con las tarifas eléctricas
puedan ofrecerlas a precios marginales a otros operadores de
telecomunicaciones, mientras que el operador de telecomunicaciones
tradicional ha tenido que financiar las infraestructuras con las rentas
provenientes de su propio servicio. Por esta razón en ningún país se han
liberalizado las infraestructuras alternativas y no se va a hacer hasta
el año 1998. De todas maneras es un plazo, como usted ha dicho en su
argumentación, suficientemente corto. Espero que lo haya comprendido.

Me dice usted por qué se constituye como segundo operador una empresa
pública. Tengo que decirle que no se constituye una empresa pública como
segundo operador (y convendrá usted conmigo en que será segundo operador
cuando comience a funcionar, no cuando tenga el título guardado en un
cajón) porque cuando ese segundo operador comience a funcionar ya no será
público, será privado. El primer operador tampoco es público más en un 20
por ciento, aunque admito con usted que, en lo que se refiere a la
telefonía básica, mientras siga prestándola en régimen de monopolio,
seguirá teniendo un control público por el contrato con el Estado.

Me dice usted también que los socios se van a seleccionar a dedo. En mi
intervención en ningún caso he dicho eso. He dicho quienes creo que
serían los socios ideales y usted debería convenir conmigo en que los
socios ideales serían los poseedores de infraestructuras, las
instituciones financieras, los pequeños accionistas, un operador
tecnológico. Esto no es elegir a dedo porque hay muchos operadores
tecnológicos, muchas instituciones financieras y muchos poseedores de
infraestructuras alternativas que podrán ser utilizadas a partir del año
1988.

Usted pregunta si creo que de aquí al año 1998 ese operador estará en
condiciones de competir. Depende de lo que hagamos. Si no comenzamos a
actuar pronto, seguramente no estará en condiciones.

Alternativamente usted me plantea la cuestión del lado contrario y me
dice cómo es que hemos tardado tanto en diseñar este segundo operador. Yo
no sé si hemos tardado mucho o poco; únicamente sé que en el año 1981 fue
cuando el Gobierno inglés decidió crear ese segundo operador, y desde
entonces hasta 1995 no se ha creado ninguno más en Europa (se creó en
Suecia, pero cuando ésta no pertenecía a la Unión Europea); por tanto,
aunque hayamos tardado mucho, no ha sido más que lo que han tardado el
resto de nuestros socios comunitarios, incluso pretendemos tardar algo
menos. Precisamente porque según el calendario electoral en unos meses no
va a ser posible tramitar proyectos de ley, tratamos de que se apruebe
por un decreto-ley para el que, vuelvo a repetir, solicitaremos el máximo
consenso.

Creo que las decisiones se deben tomar en cualquier momento de la vida
política, entre otras cosas porque cada vez más nuestras decisiones, y
mucho más en un tema como las telecomunicaciones, dependen muy mucho de
las decisiones de la Unión Europea, que son bastante insensibles a los
procesos electorales que están en curso en cada uno de los países.

En cuanto a por qué no se confía en la iniciativa privada tengo que
decirle que se confía absolutamente en la iniciativa privada.

Inmediatamente después de aprobarse el decreto-ley se comenzará el
proceso de privatización de la empresa a que se haya concedido la
licencia; por tanto, cuando la licencia sea efectiva el operador ya
estará privatizado.




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Con esto creo que he dado respuesta a todas las cuestiones que usted ha
planteado.




El señor PRESIDENTE: A continuación tiene la palabra, para un breve turno
de réplica, la señora Mato.




La señora MATO ADROVER: Con toda brevedad.

No voy a dejar de mencionar que estamos hablando de la ley del cable. Es
una ley que todavía, desgraciadamente, no tenemos en España y al final se
va a aprobar apresuradamente y con precipitación, como ocurre con todos
los temas de telecomunicaciones que plantea el Gobierno, y en este caso
sin contar con el consenso del grupo mayoritario de la oposición. No voy
a entrar en detalles de si se han anulado unas reuniones y otras. Es
cierto que hay reuniones que se han anulado. No voy a entrar en detalles
sobre si se han solicitado unos temas y otros, sino en la conclusión
final. Al final se ha aprobado una ley con prisas, precipitadamente. Y se
ha llegado a un acuerdo porque unos ayuntamientos han decidido convocar
unos concursos determinados y para paralizar esa actuación se han
movilizado los grupos parlamentarios.

Otra cosa muy distinta fue cuando se firmó un acuerdo entre Telefónica y
un grupo privado, que en ese momento fue por cierto --y no quiero dejar
de resaltarlo-- cuando usted dice que el señor Borrell hizo el
ofrecimiento de consenso. Le reitero, por si usted no lo sabe, que este
ofrecimiento de consenso no lo hizo el señor Borrell, sino esta Diputada,
en nombre del Grupo Parlamentario Popular, y el portavoz de Izquierda
Unida. Entonces fue cuando se hizo el ofrecimiento al Gobierno para que
esa ley se aprobara por consenso; ofrecimiento que yo vuelvo a reiterar
ahora. Nosotros creemos que esta ley se tiene que aprobar por consenso.

Ello implica que esta ley no pueda estar sujeta ahora mismo a un acuerdo
cerrado y globalmente entre cuatro grupos parlamentarios, como ocurre en
estos momentos.

Sí tiene usted razón cuando dice que hay algunos puntos en común entre
nuestro texto sobre el cable y el suyo. Lo que pasa es que nuestro
proyecto de telecomunicaciones por cable al final liberaliza las
telecomunicaciones en materia de cable y el suyo, sin embargo, sigue
manteniendo privilegios a determinadas empresas. Ese es el tema
fundamental que nos diferencia. Al final nosotros apostamos porque haya
creación de empleo y riqueza y ustedes por seguir controlando mediante la
iniciativa pública.

Me decía la señora Salgado que no se pueden liberalizar las
infraestructuras alternativas. Usted siempre que habla de
telecomunicaciones nos compara con otros países. Me gustaría que
comparara las condiciones de España en materia de telecomunicaciones con
las de los demás países, porque si estuviéramos en las mismas condiciones
no tendríamos ningún problema para que en el año 1998 se liberalizaran
nuestras telecomunicaciones y empezáramos a competir. Lo que pasa es que
en este momento nosotros no somos competitivos. Por tanto, nuestro Grupo
cree que hay que buscar los medios más oportunos para que España pueda
avanzar lo más rápidamente posible. Aunque usted crea que no hemos
tardado mucho y que no se ha demorado el segundo operador, también a lo
mejor creen que no se ha tardado mucho en aprobar la ley del cable. Lo
cierto es que la ley del cable llevaba seis años de retraso y todavía
estamos sin ella. Aunque a usted le parezca poco, a nosotros nos parece
que es un retraso muy importante para las telecomunicaciones, que es el
futuro de España y de muchos países durante los próximos diez años, según
sus propias palabras. Entonces eran seis o diez años y ahora serán ocho o
doce años, porque ha pasado mucho tiempo desde que usted lo dijo. El
sector de las telecomunicaciones va a ser el motor más importante para
España en lo que se refiere a las infraestructuras que todavía nos quedan
por hacer. Esas eran palabras suyas de hace unos cuantos años. Lo que
pasa es que esos cuantos años los llevamos de retraso.

En cuanto al segundo operador, ciertamente, usted propone a estas alturas
que haya un segundo operador y que de aquí a 1998 esté en marcha. No
sabemos si dará tiempo. Creemos que no a va dar tiempo, pero si se
hubiera hecho en 1990 no habría duda de que en 1998 estaría en marcha.

Por tanto, creemos que se ha tardado mucho y quiero resaltarlo.

Le hablaba de la liberalización de las infraestructuras. Nosotros creemos
que si se pudieran ir liberalizando las infraestructuras alternativas
sería bueno para España, porque se podía ir creando un mercado, haciendo
empresas más competitivas y se podrían ir utilizando esas
infraestructuras de cierta manera. También le recuerdo que las
infraestructuras de Telefónica y de Retevisión se han hecho con dinero
público y, sin embargo, las vamos a utilizar.

Decía usted que el segundo operador que empieza a funcionar no va a ser
público, porque cuando comience en 1998 va a ser privado. No va a ser
privado. Pensé antes de escucharla, por lo que íbamos leyendo y
conocíamos, que sí iba a ser operador privado, pero ya nos ha confirmado
usted que no se va a privatizar al cien por cien. Por tanto, nunca va a
ser un operador privado, sino de control público, según su propuesta. En
cualquier caso, nosotros creemos que si se le da ya la licencia para ser
segundo operador, éste va a ser público.

En cuanto a los socios, ahora entraré en detalle, porque está claro que
unos tienen que ser socios tecnológicos, otros socios financieros y otro
tipo de socios. Usted se ha referido a cuál va a ser el perfil que tienen
que tener esos socios tecnológicos, financieros. ¿Cómo se van a elegir
esos socios? Eso es lo que no nos ha dicho. ¿Se va a decir: necesitamos
un socio tecnológico, que se presente; necesitamos dos socios
financieros, que se presenten? Eso no lo ha dicho. Mucho me temo que sean
elegidos por el Gobierno a dedo. Desde luego, el procedimiento parece ser
que si no es previo concurso no va a ser transparente, y puede pasar algo
similar a lo que ha ocurrido con Telefónica, que al final los socios se
eligen por una empresa, que en este caso sí que es pública, como
Retevisión. Nos gustaría saber qué procedimiento se va a utilizar y si de
verdad va a haber transparencia al respecto.

Un tema al que usted no me ha contestado es por qué no se puede ir a un
concurso directamente, sin que sea Retevisión quien deba tener el título
de segundo operador; por



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qué no se puede convocar un concurso para segundo operador de
telecomunicaciones. Simplemente, se convoca un concurso para segundo
operador de telecomunicaciones; se presentan las empresas que quieran,
contando con las redes de Telefónica, con las redes de Retevisión o con
las que consideren convenientes, o con sus propias inversiones, y el
Gobierno decide cuál va a ser al final la empresa que reúne mejores
condiciones para afrontar la competencia en 1998. Esas con las cuestiones
básicas.

Al final, se va a hacer un segundo operador que --insisto-- va a seguir
siendo público, con lo cual tendremos dos de aquí a 1998. En ese año va a
ser semipúblico, de control público, y parece ser que el proceso de busca
de socios no va a ser transparente. Eso es lo que nos gustaría que nos
aclarara.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea la señora Salgado intervenir ahora o contesta
después?



El señor ANDREU ANDREU: Señor Presidente, se está obviando a los otros
grupos parlamentarios.




La señora SECRETARIA GENERAL DE COMUNICACIONES (Salgado Méndez): Perdón,
señor Andreu, he sido yo quien se lo había pedido al señor Presidente.




El señor ANDREU ANDREU: Hay un Reglamento sobre el comportamiento en las
intervenciones. Ruego que lea el Reglamento.




El señor PRESIDENTE: Señor Andreu, efectivamente, hay un Reglamento y se
está cumpliendo. Lo he consultado y soy consciente de que no hace falta
leer el Reglamento. Lo puede usted comprobar después. El Reglamento
permite que la compareciente pueda contestar a la señora Mato. Después
podrá hacer usted uso de la palabra en el turno de réplica para
interpelar a la señora Salgado, así como los demás grupos que lo deseen
hacer. Así me lo había solicitado la señora Salgado.

No obstante lo anterior, vamos a conceder la palabra a los grupos
parlamentarios que deseen formular preguntas a doña Elena Salgado. A la
señora Mato le contestará a continuación la señora Salgado.

¿Grupos parlamentarios que deseen intervenir? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Andreu, en nombre del Grupo Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.




El señor ANDREU ANDREU: Quiero manifestar que no es habitual que haya un
debate entre un grupo parlamentario y el compareciente,
independientemente de la intervención de los otros grupos.




El señor PRESIDENTE: Perdón, no es independiente sino a continuación del
otro.




El señor ANDREU ANDREU: De acuerdo, señor Presidente.

Señora Salgado, tal como usted ha planteado el asunto, parece como si el
debate importante se producirá en el momento en que envíen a esta Cámara
el decreto ley. Ahí es donde probablemente se producirá ese debate.

Sin embargo, quisiera que usted leyera algún debate que se produjo entre
este portavoz y el Ministro señor Borrell, en noviembre de 1994, a
propósito de la concesión del segundo operador de telefonía móvil, que
era Airtel. En ese momento, mi Grupo parlamentario manifestó que nuestro
deseo hubiera sido que ese segundo operador fuese Retevisión. Nosotros
hubiéramos deseado que fuera un operador público. Ojalá que esos deseos
que ha manifestado la anterior portavoz fueran realidad. Ojalá
estuviéramos hablando de auténticos operadores públicos, tanto en la
telefonía móvil como en el segundo operador general. Ojalá fuera así,
aunque me temo que las apariencias engañan bastante y que la introducción
de elementos privados en el segundo operador es mucho más sutil de lo que
cree la portavoz del Grupo Popular.

Recuerdo que en esa interpelación el Ministro Borrell negaba que en otros
países el segundo operador global fuera público. Curiosamente, esto es
algo que está en contradicción con lo que usted ha expresado hoy aquí.

Nosotros ya manifestábamos que nos parecía de lo más oportuno hacer todo
lo posible por parte del Gobierno para conseguir que ese segundo operador
fuera público. Entonces lo negaba el Ministro Borrell, hoy parece que
usted afirma lo contrario, que el Gobierno está haciendo todo lo posible
por que haya la máxima participación del sector público dentro de este
segundo operador. La verdad es que nos alegraríamos de que realmente
fuera con la mayor participación pública posible, aunque nosotros tenemos
serías reticencias sobre cómo se está produciendo todo este proceso. No
creemos que la culpa de todo esto la tenga exactamente el Gobierno, creo
que comparte la culpa con los organismos de la Unión Europea en esta, a
nuestro juicio, inmensa farsa que se está produciendo con la
liberalización de las telecomunicaciones. A nosotros nos llama mucho la
atención, por ejemplo, cómo en la privatización del primer operador
quienes están interviniendo, quienes están comprando los principales
paquetes accionariales son los grandes bancos españoles y, por tanto, en
última instancia, el primer gran operador, que es Telefónica, está
cayendo en manos del capital privado y fundamentalmente de la gran banca
española. Nosotros creemos que aquel negocio que hizo Airtel de luchar
por ser el segundo operador de telefonía móvil, que en el fondo lo que
quería Airtel era ponerse en la mejor posición posible para ser el
segundo operador global, esa maniobra de Airtel no le ha ido muy bien, y
creo que, no solamente los bancos, sino otros inversores multinacionales,
han aprendido la lección de que es mucho mejor comprar acciones en las
empresas que están participadas por el sector público, para estar así
dentro del primero o del segundo operador, sin la necesidad de participar
en un concurso. Me explicaré de forma más clara, si se quiere. Creo que
en el fondo lo que se está haciendo es dar entrada a grandes operadores
privados, nacionales o internacionales, para conseguir ser el primer
operador o, en este caso, segundo operador. Y éste es el temor que tiene
mi



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Grupo parlamentario, que no estamos precisamente ante que el segundo
operador sea del sector público, sino que en el fondo lo que se está
ofreciendo a la iniciativa privada, o a determinados sectores o segmentos
de la iniciativa privada, de la banca privada o de las grandes
transnacionales de la comunicación, es la gran tajada de participar en el
segundo operador global de las telecomunicaciones en España; y eso a
nosotros nos preocupa extraordinariamente. (El señor Vicepresidente,
Morlán Gracia, ocupa la presidencia.) Por tanto, nuestra visión es
radicalmente diferente a la de la portavoz que me ha precedido en el uso
de la palabra. Yo creo que lo que viene a delatar la portavoz que me ha
antecedido, es que su Grupo parlamentario estaría dispuesto a darnos el
veneno en una sola dosis, y ustedes nos dan el veneno poquito a poco,
suavemente, suave que me estás matando... y, poco a poco, con ese suave,
usted nos está metiendo a todas las grandes multinacionales y, por lo
visto, de una forma más grosera, se nos querían meter por la vía que se
nos ha propuesto con las anteriores intervenciones.

Nosotros, que hemos participado en el acuerdo de la televisión por cable,
desde luego no estaríamos dispuestos a ofrecer un apoyo parlamentario
gratuito, ni muchísimo menos, en un decreto como el que usted nos ha
manifestado. Depende mucho de cuáles sean los rasgos que traiga este
decreto, porque, como le he manifestado anteriormente, todo el proceso
indica que, lejos de construir un auténtico segundo operador público, lo
que se plantea es facilitar la entrada a estas grandes ITT, ATT, o banco
zutano o banco mengano. Eso es lo que nos preocupa de todo este proceso.

Por tanto, nosotros vamos a estar a la espera de cómo se plantea este
Real Decreto-ley, que yo le solicitaría que nos dijera en qué fechas
piensa el Gobierno aprobarlo y cuándo se piensa traer a las Cortes y,
desde luego, los visos que tiene la redacción de este decreto para
nosotros son extraordinariamente preocupantes. En el fondo pensamos que
con todo este proceso de liberalización de las comunicaciones, que se
está produciendo en todos los países, lo que se está haciendo es darle
una puerta de entrada a todos estos grandes operadores privados, no
solamente en España, sino en todos los países, y dudamos muchísimo de que
esto suponga auténticos beneficios para los consumidores. Es una forma
bastante suave, bastante dulce de participar en un inmenso negocio que se
va a producir en los próximos años, que es el negocio de las
telecomunicaciones, que va a mover una importantísima cantidad de
billones de pesetas, y la forma en que, en los países europeos, en los
cuales los operadores de telecomunicaciones eran operadores públicos, el
capital privado trata de intervenir en las telecomunicaciones es a través
de estas alambicadas y a veces maquiavélicas fórmulas de crear segundos
operadores que, en principio, son públicos, pero que terminan siendo
mucho más privados que públicos.




El señor VICEPRESIDENTE (Morlán Gracia): Por el Grupo Socialista, tiene
la palabra el señor García-Arreciado.




El señor GARCIA-ARRECIADO BATANERO: Aunque no está presente el señor
Ortiz, me quisiera unir a la condolencia que nos ha manifestado por la
muerte de un amigo. Aunque es una persona a la que no conocemos, basta el
aval de su amistad con el señor Presidente para que nos unamos al pesar
por su fallecimiento.

También quiero dar las gracias a la señora Salgado por la comparecencia
que ha hecho. Yo creo que pocas veces --desde luego me cuesta recordar un
ejemplo anterior-- esta Comisión ha recibido una formación más puntual,
más detallada y más precisa sobre un proyecto del Gobierno. Lo general,
en nuestro sistema parlamentario, es que las Cortes y los grupos
parlamentarios nos enteremos de las grandes iniciativas del Gobierno casi
en el mismo instante en que se materializan en la norma correspondiente.

Este es un caso excepcional, que yo creo que nos debe hacer sentir a
todos el legítimo orgullo de tener la posibilidad de participar con
nuestros criterios en una toma de decisión importante como la que se nos
avecina y se nos anuncia. Hemos tenido la ocasión de escuchar a la señora
Secretaria General exponiendo un modelo equilibrado de tránsito de un
sistema de monopolio, casi secular, a un sistema de competencia, sin
sobresaltos. Esto de la competencia está muy bien y desregular el sector
de las telecomunicaciones está muy bien, pero lo importante no es llegar
primero, señora Mato, sino saber llegar con la prudencia, con la mesura
contenidas en el proyecto que se nos ha anunciado y que tiene el no
desdeñable aval de que la mayoría de los países de nuestro entorno han
operado de esa forma. La competencia no se puede imaginar como que el
horizonte de dos años una pléyade interminable de iniciativas del capital
estarían dispuestas a entrar en el sector. La competencia nosotros la
entendemos, en primer lugar, como la enorme responsabilidad de dotar a
este país de un segundo operador de capital privado, señora Mato, por si
no le ha quedado suficientemente claro. Me resulta difícil entender cómo
en el mercado de capitales, cuando salgan las acciones de OPTEL, es
posible actuar con el dedo. Yo no logro entender cómo se puede tener esa
prevención. Un segundo operador de carácter privado nacional, que ponga
en valor infraestructuras actualmente existentes en este país que han
costado muchas decenas de miles de millones y en torno al cual, y
fundamentalmente Retevisión, se puede constituir ese segundo operador que
esté en condiciones de introducirnos en un razonable, no esquizofrénico,
régimen de competencia. Ese es el esquema que hemos escuchado y, a falta
de desarrollar con los contenidos concretos del decreto-ley o de la norma
que se nos proponga, nos parece que no debe suscitar el rechazo inicial
de los grupos parlamentarios. Tanto el perfil del segundo operador en lo
que hemos escuchado como las disponibilidades de infraestructura, de
capital técnico y humano que tiene actualmente Retevisión, así como el
procedimiento de adjudicación de una licencia que no podrán poner en
funcionamiento hasta la fecha prevista, pero que va a poner en valor
Retevisión, va a incentivar precisamente, señora Mato, que el capital
privado tenga una expectativa de lucro razonable y, por



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tanto, acuda a una ampliación de capital que dejará al Estado en minoría,
lo cual nos parece muy bien. (El señor Presidente ocupa la Presidencia.)
Desde septiembre de 1993 vengo oyendo a portavoces cualificados del Grupo
de la señora Mato decir que tenemos que ir a unas elecciones anticipadas.

Para su Grupo, señora Mato, estamos en una permanente situación de
vísperas de elecciones generales que, afortunadamente, no ha creado
doctrina y escuela en esta Cámara y durante dos años y medio la Cámara ha
venido trabajando y sacando multitud de proyectos de ley, sin esa
permanente admonición de que «cuando lleguemos al poder la vamos a
cambiar». Lo dudo, señora Mato. En el caso concreto del cable, lo dudo,
señora Mato. Ustedes tienen en este tema dos discursos. Uno, demencial,
en el que parece haberles introducido el nuevo portavoz de su partido en
estos asuntos, que acaba de aparecer en el horizonte de la política de
este país y, otro, el de su discurso de las enmiendas al texto del
proyecto de ley del cable, donde, en lo sustancial, ustedes coinciden con
nosotros, señora Mato. Son ustedes los que dicen que la concesión es una
competencia estatal, así como el establecimiento de las normas técnicas
de las redes del cable, y adjudican a los municipios, mediante sus
enmiendas, la mera facultad de otorgar licencias de ocupación del dominio
público municipal. ¡Pues no faltaba más! Ese discurso que están haciendo
ustedes en sus enmiendas, que son los textos oficiales sobre los que nos
hemos de pronunciar, es radicalmente distinto del que hacen ustedes en
los municipios, donde alguno de ellos, sobre la marcha, ha tenido que
traducir el fax recibido de la calle Génova dos horas antes del Pleno, y
alguna ciudad española ha tenido que introducir modificaciones en un
texto que decía que la ciudad se divide en dos partes, separadas por la
Castellana. Y ustedes han lanzado en ciclostil el pliego de bases de las
condiciones técnicas y administrativas que están pretendiendo aprobar en
su municipio.

No hay planes de privatización del Gobierno. Yo creo que de la
intervención de la señora Salgado se puede sacar cualquier conclusión
menos ésa. Desde luego lo que no hay es el plan de expulsión radical del
sector público del sector de telecomunicaciones, como se aventuró a decir
el señor Aznar en una reciente reunión en Madrid. Nosotros no queremos
que el sector público sea expulsado de las telecomunicaciones, porque
tienen algunas servidumbres de universalidad en la prestación del
servicio que loco estaría el sector privado si las asumiese. El capital
tiene una función básica, y es la ganancia. Y me parece muy bien y muy
legítima. No hay desde el Grupo Socialista, ni desde el Partido
Socialista, absolutamente nada que oponer a la ganancia del capital
privado. Crea riqueza, mueve los países, es el que crea empleo; sin duda.

Pero no lleva el teléfono a Las Hurdes, señora Mato. El teléfono a Las
Hurdes, los servicios del cable, los servicios de valor añadido, llegarán
únicamente a las zonas menos desarrolladas de este país si hay una
capacidad de intervención y regulación del sector público. Lo otro,
señora Mato, es querer construir una sociedad dual. Naturalmente que no
faltaría capital que pudiese invertir en redes del cable en las zonas más
cremosas o en los circuitos más rentables, por supuesto en los
internacionales hasta que se cambien las tarifas y se compense la escasez
de las tarifas de la red capilar, que sólo tiene Telefónica.

No es ésa la privatización que nosotros queremos. Queremos competencia,
pero queremos una competencia creativa, no una competencia que machaque a
los sectores menos desarrollados del país. Y mucho me temo, señora Mato,
que en su proyecto, a pesar de la continua apelación que hacen al
progreso y a la libertad, encierran una concepción dual e inquietante de
la sociedad española. No tan inquietante --como he comentado en algunas
ocasiones-- como la concepción que he oído al señor Aznar sobre el
problema del agua: ¡Hombre! Dios hizo media España seca, media España
húmeda y ¿cómo vamos a alterar esa realidad con inversiones públicas?
Naturalmente que habrá que alterar con inversiones públicas, señora Mato,
esa dualidad y otras dualidades, porque --insisto-- loco estaría el
capital que no es público si se metiese a solucionar ese tipo de
problemas que ellos llaman, con palabras muy cursis de ahora,
externalidades; eso son costes externos que no deben afectar a la
realidad económica de un proyecto.

Pide S. S. un consenso con un Gobierno moribundo. Yo le aseguro, señora
Mato, que los muertos que «vos matas» gozan de espléndida salud. Tan
espléndida salud, que la tienen a usted desquiciada en el último mes.

Usted hace apelación a un consenso sobre la ley del cable. Dice que no sé
con cuántos años de retraso llega la ley del cable. Lo cierto es que
llegó antes que las proposiciones de ley de su Grupo, que se referían
solamente a Televisión, en un concepto completamente superado por la
tecnología de las redes digitales que pueden dar servicios de banda «H».

Pero ese consenso todavía es posible. Lo que temo es que la condición la
humille, que no es la intención. Es posible si ustedes se adhieren al
acuerdo mayoritario de doscientos parlamentarios de esta Cámara que han
consensuado un texto en el que ustedes no han querido entrar. Odio las
referencias a las dos reuniones que ustedes desconvocaron. No lo he dicho
nunca, pero lo voy a decir ahora para que conste en el «Diario de
Sesiones» de la Cámara. Convocaron ustedes la reunión con deslealtad,
porque el mismo día que se negaron, por dos veces, a ir a las reuniones
convocadas para llegar a un acuerdo sobre el cable, reunieron ustedes a
los 54 alcaldes para tomar la decisión que todos hemos conocido.

Nosotros confiamos en la iniciativa del capital privado, pero no nos
emboba, no nos encandila. Los que no parecen confiar son ustedes. Porque
del sector que estamos hablando hemos sacado en los últimos días --contra
su voto-- la Ley de Televisiones locales que, corrigiendo el texto del
Gobierno, da entrada a la iniciativa privada. Hemos sacado la Ley de las
Telecomunicaciones por satélite --con su abstención-- que desregula el
sector por completo. Anuncian ustedes ahora una serie de no sé qué
extraños prejuicios sobre algo que, en principio, deberían estar de
acuerdo: un segundo operador del capital privado, pero nacional. Deje S.

S. que sea nacional, ¿por qué no va a ser Retevisión, que tiene 160.000
kilómetros de circuitos? ¿Por qué no va a ser esta compañía nacional el
germen, dando entrada, posteriormente, a la adjudicación de



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la licencia del segundo operador, precisamente para poner en valor la
empresa que se constituya en segundo operador dentro de muy pocos años?
En cuanto al cable, vuelvo a repetir lo dicho anteriormente. Ustedes han
buscado todas las excusas posibles. Yo he hablado con usted sobre el
cable, señora Mato, no más de 45 segundos, así como también no más de ese
tiempo con el señor Rato. ¿A qué instancia han dirigido ustedes esa
permanente voluntad de negociación y ese querer llegar a un acuerdo?
Porque el resto de los grupos se han dirigido al Grupo Parlamentario
Socialista al mismo tiempo que al Gobierno y ello ha permitido fraguar
una mayoría que nos puede permitir, en el plazo de unos días, disponer de
una ley del cable.

Volviendo al tema que nos trae hoy aquí, señora Salgado --lo que sucede
es que era imposible no hacer referencia a la permanente e impertinente
alusión de la portavoz del Grupo Popular a la supuesta falta de voluntad
de consenso en la ley del cable--, he de decirle que apoyamos el proceso
de creación del segundo operador en los términos que nos ha sido expuesto
y manifestamos nuestra voluntad de que en el capital que se configure
haya un núcleo duro de capital nacional que no nos deje en manos de
capital extranjero en un sector estratégico tan importante. Creemos que,
aparte de la modificación de la LOT para permitir el paso de un régimen
de monopolio a la competencia, tendríamos que avanzar paralelamente en la
redefinición de las tarifas que, como todos sabemos, están ahora sesgadas
a favor de las interurbanas y de las internacionales en detrimento de las
tarifas urbanas. Sin ordenar las tarifas, resultaría suicida --como he
tenido ocasión de escuchar-- liberalizar esos servicios, porque la
célebre mano ciega que rige en el mercado es ciega pero no es tonta y se
dirigiría a la parte más cremosa del mercado, dejando sin inversiones la
parte menos importante o los sectores menos desarrollados de la sociedad
española. Al mismo tiempo, creemos que en este proceso de liberalización
o de desregulación hay que mantener una importante capacidad reguladora
del Estado como garantía de una cierta universalidad, por lo menos en los
servicios básicos que se puedan prestar. (La señora Mato Adrover pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Perdón, señora Mato, ¿cuestión de orden?



La señora MATO ADROVER: Señor Presidente, pido la palabra, si quiere a
efectos de réplica o si quiere a efectos de alusiones, porque la misión
del portavoz socialista en esta comparecencia, en teoría, sería fijar su
posición respecto a lo que ha dicho la señora Salgado; sin embargo, ha
dedicado íntegramente su intervención a contestar a las cuestiones que yo
he planteado. Por tanto, creo que merezco por lo menos un minuto de
réplica, ya que el señor García-Arreciado ha dirigido toda su
intervención a la señora Mato y no a la señora Salgado.




El señor PRESIDENTE: Señora Mato, yo no he apreciado motivos para la
réplica, por tanto no quiero reabrir el debate. Su señoría ha tenido, su
turno de réplica y sinceramente creo que las alusiones han sido cruzadas
por ambas partes dentro de un proceso parlamentario normal que no creo
que merezca en estos momentos el turno de réplica.

A continuación tiene la palabra doña Elena Salgado para que dé respuesta
y haga las matizaciones que considere oportunas al señor Andreu y al
señor García-Arreciado.




La señora SECRETARIA GENERAL DE COMUNICACIONES (Salgado Méndez): En su
última intervención, la señora Mato hacía la suposición de que, como yo
no había explicado punto por punto y con todo detalle cómo iba a ser el
proceso, eso quería decir que no iba a ser transparente. No, eso no
quiere decir que no va a ser transparente, le aseguro que lo va a ser, lo
que ocurre es que el proceso de detalle no tiene por qué estar en una
norma con rango de ley, sino en una norma reglamentaria, y espero que
deje usted que el Gobierno lo reglamente en el momento oportuno. En
cualquier caso, va a ser un proceso transparente.

Decía usted también que debería de seleccionarse por concurso, porque así
se podrían ofrecer las infraestructuras de Telefónica. Nosotros creemos
que Telefónica, como accionista, no debe estar en el segundo operador,
debe estar en el primer operador y no en el segundo.

En cuanto al resto de las cuestiones que me ha planteado, creo que puedo
contestarle en la medida en que lo haga al representante de Izquierda
Unida.

Al representante de Izquierda Unida le diré que yo no entraría en la
consideración de si nosotros preferimos un segundo operador público o un
segundo operador privado; yo le diría simplemente que piense en la
alternativa. El Comisario Bangemann y el Libro Blanco de Delors, cuando
hablan del futuro de las telecomunicaciones, siempre consideran que la
inversión en telecomunicaciones debe ser una inversión privada. Nosotros,
de alguna manera, pensamos que en buena parte debe ser así, porque las
inversiones futuras en telecomunicaciones, aparte de las que ya ha hecho
el primer operador, las inversiones de los segundos operadores, van a ser
inversiones que produzcan una rentabilidad; por tanto, entendemos que
esas inversiones puede perfectamente hacerlas el sector privado y dejar
el presupuesto para otro tipo de inversiones de rentabilidad económica no
tan garantizada. En cualquier caso, nuestra preocupación por el sector
público yo creo que puede ser satisfecha en la medida en que, poniendo en
valor los activos públicos de Retevisión, en su proceso de privatización,
el presupuesto obtendrá los recursos necesarios para acometer todas las
inversiones que se necesiten en ese sector y en otros. Por decirlo de
otra manera, Retevisión, si siguiera con su configuración de cien por
cien de capital público, si quiere ser el segundo operador, tiene que
efectuar unas inversiones muy importantes en un plazo muy corto de
tiempo, inversiones que sólo se recuperarían en un plazo bastante largo;
por tanto, cargaríamos al presupuesto con inversiones que podía
perfectamente acometer la iniciativa privada. Nosotros preferimos
rentabilizar los activos públicos «ab initio», privatizando una
Retevisión a la que se le haya dado ya una segunda licencia para operar
en telefonía



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básica a partir del año 1998. Con ello querría decirle que la alternativa
a este proceso que he descrito no es otra que no contar con un segundo
operador antes del año 1998. Todos los países nos hemos comprometido a
abrir nuestro mercado a la competencia a partir del año 1998, lo que va a
suponer la aparición de segundos operadores que ya no nos van a preguntar
si van a ser públicos o privados; seguramente van a ser privados, aunque
también podrán ser públicos, pero en todo caso extranjeros. En un proceso
ordenado como el que nosotros planteamos, sigue estando vigente el
artículo de la LOT que dice que en los operadores de los servicios
finales de telecomunicaciones (y la telefonía básica está conceptuada
como un servicio final o de servicios portadores) la participación de
capital extranjero se limite al 25 por ciento, salvo acuerdo del Consejo
de Ministros que permita superar ese porcentaje. Por tanto, una vez
realizado el proceso como nosotros proponemos, podríamos limitar la
presencia de los socios extranjeros y constituir un segundo operador de
capital mayoritariamente nacional, garantía que posiblemente no
tendríamos a partir del año 1998.

Al representante del Grupo Socialista no tengo más que agradecerle sus
palabras, así como su ofrecimiento de prestar su apoyo al Decreto-ley
cuando se apruebe y llegue a este Congreso.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, doña Elena Salgado.




--DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA RED NACIONAL DE FERROCARRILES ESPAÑOLES
(RENFE) (SALA I SCHNORKOWSKI), PARA EXPLICAR LA SITUACION EN QUE QUEDA EL
TRANSPORTE FERROVIARIO ENTRE MADRID-EXTREMADURA-LISBOA TRAS LA SUPRESION
DEL TALGO «LUIS DE CAMÍES». A SOLICITUD DEL GRUPO DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 212/001524.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al tercer punto del orden del día, con la
comparecencia de don Manuel Acero Valbuena, Director General de Servicios
Logísticos de Transportes, que, según el escrito que ha dirigido a esta
Presidencia la Presidenta de Renfe, doña Mercé Sala, va a reemplazarla en
esta comparecencia, de acuerdo con el Grupo solicitante de la misma que
es el Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Señorías, damos la bienvenida a don Manuel Acero Valbuena, Director
General de Servicios Logísticos de Transporte.

La comparecencia ha sido subsumida por el señor Acero, cuando había sido
solicitada para la Presidenta de Renfe --ya he explicado por qué no está
presente la señora Sala--, y el motivo de la comparecencia es para
explicar la situación en que queda el transporte ferroviario entre
Madrid-Extremadura-Lisboa, tras la supresión del Talgo «Luis de Cam¢es».

Esta comparecencia ha sido solicitada por el Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya y, sin más dilación, doy la palabra al
señor Acero, para que haga la explicación correspondiente.




El señor DIRECTOR GENERAL DE SERVICIOS LOGISTICOS DE TRANSPORTE (Acero
Valbuena): Con el permiso del señor Presidente, en primer lugar, me
gustaría hacer una referencia muy breve a las causas generales que
motivaron el cambio de oferta que hemos realizado en Extremadura para las
relaciones a que se ha referido el señor Presidente.

En primer lugar, nos encontrábamos con un exceso de oferta para la
relación internacional Madrid-Lisboa que tenía como consecuencia unas
pérdidas acumuladas, que además iban en continuo crecimiento. En el año
1994 superaron los 80 millones de pesetas en los dos trenes que teníamos
para cubrir esa relación que, como ustedes saben, eran un tren Talgo
diurno, el «Luis de Cam¢es», que es el que finalmente se ha suprimido, y
un tren expreso internacional nocturno, que era el «Lusitania Expreso»,
con material convencional. Este tren diurno de calidad, el Talgo «Luis de
Cam¢es», por los estudios de mercado que hemos ido realizando, llevaba
aproximadamente un cincuenta por ciento de viajeros de tráfico
exclusivamente nacional. Las pérdidas acumuladas y el hecho de que
teníamos un índice de ocupación de los trenes bastante bajo, aunque
siempre superior en el tren nocturno que en el diurno, nos llevó a tener
la certeza de que teníamos que efectuar un cambio en la oferta para esos
recorridos. Además, había el planteamiento de que, si bien los ingresos
que generaban esos trenes iban orientados tanto a Renfe como a la
Compañía de los Ferrocarriles Portugueses, sin embargo, el riesgo de
poner el tren en explotación solamente lo compartía Renfe. Vimos que
debíamos realizar un cambio de criterio en la misma línea que hemos
efectuado con los trenes internacionales hacia el norte, en que estamos a
punto de constituir una agrupación europea de interés económico con los
ferrocarriles franceses y ello nos condujo a plantear a los ferrocarriles
portugueses que teníamos que realizar el estudio de mercado y remodelar
la oferta bajo una óptica comercial de riesgo compartido. De esa manera,
el objetivo final del reajuste de oferta en estos recorridos
internacionales era, por una parte, una oferta de mayor calidad, que se
debía concretar en un material mejor que aquel que venía desarrollando el
servicio y con unas prestaciones a los clientes a bordo mejores también
que las que se venían dando en el «Lusitania Expreso». Todo en el marco
de especialización de la oferta que está recogido en el contrato-programa
Estado-Renfe, en el sentido de que a cada segmento de mercado le tenemos
que dar el tipo de tren que necesita para cumplir adecuadamente las
necesidades demandadas. Abordamos la remodelación de la oferta y
consideramos que era necesario dar una respuesta a ese segmento de 50 por
ciento de viajeros que iban a bordo del «Luis de Cam¢es» que simplemente
hacían recorridos nacionales, que no pasaban a Portugal. En definitiva,
se produjo el reajuste a que me he referido anteriormente y que ha
motivado la comparecencia en esta Comisión.




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El servicio ha quedado de manera que tenemos un tren Talgo con material
Talgo pendular, que es el material más moderno de que dispone Renfe en
este momento, que es el tren-hotel Lusitania, a riesgo compartido con los
ferrocarriles portugueses, 64 por ciento de riesgo y de ingresos para
Renfe y 36 por ciento para los ferrocarriles portugueses, después de
haber suscrito el correspondiente contrato. Asimismo, mantenemos un tren
Talgo que hacía el recorrido Barcelona-Madrid-Cáceres-Mérida-Badajoz,
también con material pendular, que es concretamente el «Triana», que se
mantiene exactamente igual a como existía antes de la remodelación de
oferta, y se crea un nuevo tren diurno, con material Talgo III,
exactamente con el mismo material que estaba sirviendo el «Luis de
Cam¢es» y que hace el recorrido Madrid-Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz.

Quiero llamar la atención sobre el hecho de que este tren para en
Plasencia, que era una estación que no tenía servicio hasta ahora con
material Talgo. Es un tren, tanto en tiempos de recorrido como en
precios, que si
SS. SS. tienen interés con mucho gusto pasaría después a comentar, que es
totalmente competitivo con la carretera, con el vehículo privado y el
autobús.

Por tanto, los trenes de largo recorrido, diurnos, son estos tres a los
que me he referido. Todas las relaciones con Extremadura pasan a estar
servidas con trenes Talgo, que es nuestro mejor material en las líneas de
ancho español que tenemos en servicio y, por último, queda un tren
diurno, que circula por temporadas, que circula diariamente en las épocas
de alto tráfico, que se denomina «Sierra de Gredos», con material
convencional, y que hace el recorrido Cáceres-Plasencia-Madrid-Barcelona.

Como digo, es un tren de temporada, con una configuración de precios muy
a tenor del tipo de clientes que tenemos que atender con este tren, que
solamente oferta plazas de segunda y lleva cafetería. En las épocas de
bajo tráfico, sustituimos la circulación de ese tren con otro
autopropulsado diesel 592, que denominamos nosotros en nuestro argot, que
cumple el trayecto Cáceres-Plasencia-Madrid.

Esta oferta de largo recorrido se complementa --y así se había hecho el
diseño en la remodelación de la oferta para Extremadura-- con una oferta
de trenes regionales, en los cuales tenemos cuatro relaciones diarias
entre Madrid y Extremadura y viceversa y unos trenes de fin de semana,
regionales también, que unen Madrid con Plasencia y Cáceres y Cáceres con
Madrid.

Así ha quedado configurada la oferta, si bien hay que señalar que, por
los acuerdos del convenio que hemos suscrito con la Junta de Extremadura,
mediante el cual la Junta asume la subvención para el mantenimiento de
los servicios en determinados trenes de carácter regional, hay una Mesa
de seguimiento que estudia cuál es la evolución de los trenes regionales
en Extremadura, y, en función de los datos de que va disponiendo, tiene
la capacidad, y así lo hará, para proponer modificaciones en los
servicios de trenes regionales con objeto de conseguir el máximo de
complementariedades y de sinergias con el servicio de los trenes de largo
recorrido y con los servicios de transporte que se prestan por otros
modos, como pueden ser los autobuses por la carretera.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Acero.

A continuación, tiene la palabra el señor Andreu, en nombre del Grupo de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.




El señor ANDREU ANDREU: Gracias, señor Acero, por la exposición que ha
hecho.

La inquietud sobre las conexiones de ferrocarril con Lisboa desde Madrid
es cierto que empezó por los movimientos que se produjeron con la
desaparición del «Luis de Cam¢es» en San Vicente de Alcántara y en
Valencia de Alcántara, de ahí nacieron esas preocupaciones, aunque a mí
me parece que se han extendido y han tomado más cuerpo. Siendo importante
el hecho de que San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara no
tuvieran comunicación por ferrocarril una vez que desaparecía el «Luis de
Cam¢es», siendo importante ese hecho, yo creo que se ha trascendido
cuando hemos comprobado la situación en que quedan las comunicaciones
ferroviarias entre Madrid y Lisboa, ya que, de los cuatro trenes que nos
ha manifestado que hay comunicando Extremadura con Madrid e incluso con
Barcelona, que son de largo recorrido, de esos cuatro, si no le he
entendido mal, solamente uno de ellos, el «Lusitania», es el que sería de
tráfico internacional Madrid-Lisboa.

Nos llama muchísimo la atención que una línea que tiene tanta
importancia, como es la de Madrid-Lisboa, por multitud de razones,
razones de relaciones económicas con Portugal, razones de que puede ser
una línea de un futuro importantísimo y en la cual el ferrocarril tendría
mucho que decir, como, por ejemplo, lo ha tenido en la de Madrid-Sevilla,
que una distancia un poco mayor que la de Madrid-Sevilla, pero no mucho,
como es la de Madrid-Lisboa, con dos núcleos extraordinariamente
importantes, como decía, solamente quede con un servicio nocturno, el
«Lusitania», porque diurno no queda ninguno. Nosotros creemos que ahí hay
una mala política de futuro, creemos que esa línea que se va abandonando
luego difícilmente es recuperable y que difícilmente se puede montar
clientela, y no digo ya esas previsiones que se hicieron en los planes
europeos de que incluso hubiera una línea de alta velocidad entre Madrid
y Lisboa, sino que otras previsiones mucho más modestas serían difíciles
de consolidar si poco a poco se va perdiendo el hábito de que exista una
línea diurna entre Madrid y Lisboa.

Nosotros pensamos que la desaparición del «Luis de Cam¢es» demuestra poca
visión de futuro y se está perdiendo la oportunidad de que se consiga un
servicio importante, acompasado y con un ritmo suficiente entre Madrid y
Lisboa, por el cual nosotros apostamos y en el que pensamos que el
ferrocarril es claramente competitivo. Yo creo que esto se enmarca en la
política que está llevando Renfe de ir destruyendo servicios poco a poco,
incluso servicios que pueden tener esta gran perspectiva de futuro.

En cuanto a las líneas que usted nos ha manifestado que existen, no nos
ha indicado su periodicidad, y yo le rogaría que nos lo dijera; una ya
nos ha dicho que es puramente temporal, el «Sierra de Gredos», y de las
otras dos lo desconocemos,



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cuántas veces se hace ese recorrido, diaria o semanalmente.

Desde luego, las instalaciones del Talgo tren no son precisamente las más
modernas, y yo me temo que si bien el «Lusitania» es un Talgo pendular,
los otros servicios no estén hechos por material moderno ni por material
que pueda incentivar el uso del ferrocarril de Extremadura, ni en el
largo recorrido, ni en los propios recorridos regionales.

Yo creo sinceramente, señor Acero, que la línea de Madrid-Lisboa, que
pasa por San Vicente de Alcántara, tiene mayores perspectivas de las que
ustedes le están dando, y, en última instancia, yo le rogaría que me
dijera qué proyectos de futuro existen para estas líneas, si Renfe ha
renunciado totalmente a plantear en el futuro servicios diurnos entre
Madrid y Lisboa y la desaparición del «Luis de Cam¢es» no es más que el
anuncio de que desaparece cualquier perspectiva de futuro en el uso de
esa línea, o si, por el contrario, puede tener noticias más
esperanzadoras, si hay un intento o alguna previsión de futuro de crear
una línea con una mayor periodicidad entre Madrid y Lisboa y si ustedes
consideran que el ferrocarril puede ser realmente un medio de transporte
competitivo entre Madrid y Lisboa, de cara al futuro, sobre todo teniendo
en cuenta que hay eventos, como la Exposición Universal de Lisboa de
1998, en los que algo tendrán que decir los transportes desde Madrid
hasta Lisboa. Nosotros pensamos que puede haber una determinada afluencia
de visitantes, como la hubo hacia Sevilla en 1992, probablemente no de la
misma manera porque no es baladí que una se haya desarrollado en
territorio español y la otra en un país hermano, pero no deja de ser algo
distinto, y nos parece que ésa es una perspectiva importante que podría
generar tráficos que podrían ser la antesala de un futuro de una
consolidación del tráfico ferroviario entre Madrid y Lisboa.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos parlamentarios que desean intervenir?
(Pausa.) Tiene la palabra el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
señor Roncero.




El señor RONCERO RODRIGUEZ: Muchas gracias al director general de
Servicios Logísticos de Transporte don Manuel Acero por sus
explicaciones.

Voy a hacer una breve intervención como Diputado extremeño, Diputado por
Cáceres, y conocedor de esta línea y de este transporte ferroviario,
puesto que lo he utilizado en multitud de ocasiones, y, además, he visto
la evolución que ha tenido el transporte ferroviario en estos años en
Extremadura.

Dentro de la comedida intervención que ha tenido el señor Andreu como
portavoz de su Grupo, lo que quizá no se conoce es esa evolución a la
hora de valorar o evaluar cómo están los servicios ferroviarios en
Extremadura o en la propia relación Madrid-Extremadura-Lisboa. Todos
deberíamos recordar que antes de 1988 no había ninguna relación Talgo con
Extremadura ni con Lisboa, ninguna. Desde dicho año hacia acá,
paulatinamente se han establecido dos relaciones Talgo, una con Lisboa,
que atravesaba Extremadura por Cáceres-San Vicente-Valencia de Alcántara,
y otra relación Talgo a Badajoz, también pasando por la línea de Cáceres;
incluso hubo un momento en que coexistió con otra relación Talgo vía
Puertollano. Y ahora hemos pasado a esta última reestructuración, que yo
creo que ha sido perfectamente explicada por el director de los Servicios
Logísticos, de un exceso de oferta en esa línea Madrid-Lisboa
concretamente, con el Talgo diurno y el Expreso y, además, con los datos
de que más del 50 por ciento de esos viajeros eran nacionales y hacían el
recorrido nacional que va a estar cubierto con esa nueva relación que se
establece con el nuevo Talgo, de relación nacional también, que cubre la
espina dorsal ferroviaria de Extremadura, que es Badajoz, Mérida,
Cáceres, Plasencia, incluso con un material mejor que el anterior y con
una buena prestación.

Es necesario saber esa evolución para poder evaluar esto correctamente.

Para evaluar el futuro también hay que conocer un poco la historia y las
perspectivas. La relación Madrid-Lisboa está contemplada en todos los
planes europeos como un posible enlace de alta velocidad o lo que también
podría llamarse velocidad alta. Sigue estando contemplada así y además
con cierto sentido de que la relación seguirá pasando por Extremadura.

La renovación de vía que se ha efectuado hasta Cáceres es una línea de
160 kilómetros/hora, con prestaciones de esas características, que, como
decía el director general, pro lo menos en relación Madrid-Cáceres, hace
el trayecto competitivo con la autovía. Por autovía, si se circula a la
velocidad máxima permitida y con una mínima parada para echar combustible
o tomar café, se llega prácticamente en el mismo tiempo que utilizando el
Talgo a Cáceres. Por tanto, hay una oferta en ese sentido competitiva con
la carretera, como también ha sido puesto de manifiesto por el propio
director.

Conociendo esa evolución, se puede afirmar con total seguridad que, a
pesar de ciertas nostalgias o romanticismos que puedan quedar en ciertos
sectores de que el ferrocarril debe cubrir cualquier ciudad, cualquier
pueblo, cualquier estación, con las mismas prestaciones, las relaciones
fundamentales de los núcleos que generan tráfico en Extremadura hoy están
mejor que nunca en sus relaciones con Madrid. Otra cosa es que
efectivamente determinadas estaciones o determinadas localidades
concretas puedan tener una relación diferente, pero tienen el servicio
público garantizado por otro tipo de transporte alternativo, que es de lo
que se trata: garantizar la movilidad y el transporte público a todos los
ciudadanos por igual, y eso lo está con los transportes por carretera en
las localidades que puedan haber quedado descolgadas.

Respecto a alguna referencia que ha hecho el señor Andreu a la Expo 98,
en esas perspectivas de un enlace a definir, como está contemplado en los
programas europeos y en los planes europeos, en el Plan director de
Infraestructuras o en el Plan director de líneas de alta velocidad, he de
decirle que a la Expo 98 desde luego no llegamos, salvo con la
infraestructura actual que, como temporada alta, dará seguramente para
establecer servicios logísticos especiales y específicos. De todas
formas, no olvidemos que en esas fechas el transporte aéreo cubrirá la
mayoría de las relaciones



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así como el transporte por carretera, ya que, además de que, en la
autovía Madrid-frontera, se inaugurará el último tramo de los túneles de
Miravete dentro de quince o veinte días escasamente, la autopista que se
está construyendo en la parte portuguesa, hasta Evora y prácticamente
hasta Elvas en su segunda fase, posiblemente será acelerada para que esté
concluida para la Expo 98. Así pues, para la oferta de transporte este
nuestro país y la Expo'98 en Lisboa no hay ninguna otra mejora de
infraestructura, ya que no daría tiempo material de poder competir con
estas dos ofertas. Otra cosa es que efectivamente habrá trenes de
temporada alta, que seguramente tendrán que ser puestos, al igual que en
época de verano, de turismo específico, etcétera, y que de hecho me
consta que se han puesto en algunas ocasiones por Renfe, como, por
ejemplo, el «Sierra de Gredos», como ha sido manifestado.

Por tanto, en cuanto a periodicidad, servicios etcétera, yo creo que la
oferta está muy adecuada a la demanda e incluso por encima de ella, lo
cual está consiguiendo generar más demanda. Esa oferta que Renfe está
haciendo con mayor calidad y con un cierto exceso de oferta, a la vez
contribuye a generar más demanda en una población --no olvidemos-- muy
pequeña, de un millón de habitantes en toda la región, que no es ninguna
masa crítica para generar periodicidades más altas ni volúmenes de
transportes que puedan ser competitivos.




El señor PRESIDENTE: A continuación, tiene la palabra, para dar respuesta
a las intervenciones del señor Andreu y del señor Roncero, el señor
director general, don Manuel Acero.




El señor DIRECTOR GENERAL DE SERVICIOS LOGISTICOS DE TRANSPORTE (Acero
Valbuena): En primer lugar, quisiera llamar la atención sobre un hecho, y
es que me he referido en un principio a que el cambio de oferta en la
relación Madrid-Lisboa ha venido precedido por un acuerdo entre la
compañía de transporte ferroviaria portuguesa, la CP, y Renfe. Este
acuerdo se motivó como consecuencia de que veníamos teniendo unas
pérdidas que eran siempre crecientes y que en el año 1994 alcanzaron las
cifras en el talgo «Luis de Cam¢es» de 78 millones de pesetas y en el
«Estrella Lusitania» de 68 millones de pesetas y los datos de los que
disponíamos a lo largo del año 1995, antes del 7 de mayo, que es la fecha
en que se produjo el cambio de oferta, eran todavía más negativos, porque
habíamos perdido ya en el Talgo «Luis de Cam¢es» 42 millones de pesetas y
en el «Estrella Lusitania», 58 millones de pesetas.

Estos datos, unidos a los índices de ocupación que teníamos en ambos
trenes y al conocimiento de que, como decía antes, el 50 por ciento de
los viajeros que se trasladaban a borde del «Luis de Cam¢es» lo hacían
entre Cáceres-Madrid, Badajoz-Madrid, en un trayecto nacional, nos llevó
en nuestras consideraciones y en nuestras conversaciones con la CP a
considerar la necesidad de realizar un análisis de flujos y un estudio de
mercado que nos pusieran en situación de conocer qué tipo de oferta y de
demanda teníamos ahí y, en consecuencia, la oferta que debíamos definir.

Mientras se habían puesto en funcionamiento las nuevas infraestructuras,
la autovía de Extremadura.

Es sobradamente conocido que los dos elementos para nosotros clave son el
tiempo de viaje y el coste, el precio del billete. Nuestros viajeros, por
la experiencia que tenemos y por los resultados de los estudios de
mercado a los que me he referido, se posicionan siempre, en primer lugar,
por tiempo de viaje y luego, en segundo lugar, por precio. En los casos
en que el tiempo de viaje por ferrocarril es muy superior al tiempo de
viaje por carretera tenemos poco que hacer.

En definitiva, se realizaron esos análisis de flujos teniendo en cuenta
también cuál era la oferta de modos alternativos; en el caso de Lisboa,
fundamentalmente el avión, con once vuelos diarios y con unos precios
significativamente superiores a la oferta que hemos puesto ahora en
funcionamiento.

Ambas compañías, bajo ese criterio de riesgo compartido, llegamos a la
conclusión de que los números a lo que nos llevaban era que a lo más que
podíamos ofertar era un tren de 200 plazas, como oferta base, y ese tren,
además, nacería --y está así establecido en los datos de que disponemos
en el acuerdo-- con pérdidas en el primer año, pero lógicamente eran
pérdidas inferiores a las que veníamos soportando como consecuencia de la
acumulación de ambos trenes. Por lo tanto, en el primer año de
funcionamiento de la nueva oferta internacional deberíamos afrontar entre
las dos compañías 101 millones de pesetas, con lo cual Renfe tendría una
reducción importante del nivel de pérdidas que venía soportando y luego,
en función de los incrementos de flujos que eran previsibles y en función
de la penetración que este nuevo producto iba a tener en el mercado
captando más viajeros, iríamos reduciendo esas pérdidas hasta llegar al
cuarto año, que coincide precisamente con el evento a que se ha referido
el señor Andreu en Lisboa, en que pasaríamos a tener beneficios. Se han
considerado también los incrementos de tráfico que pudiéramos tener como
consecuencia de la captación de tráficos motivados por las personas que
pudiéramos atraer al tener una oferta más atractiva y también por la
movilidad adicional que se podría producir hacia Portugal como
consecuencia de la Feria de Lisboa.

Todo esto se ha considerado y se ha visto que con los niveles de
ocupación que veníamos manteniendo en ambos trenes --una oferta base de
204 plazas con un tren de mucha calidad, como son los trenes hoteles
Talgo, y ofertando un segmento de oferta bastante variado (ofertamos
ahora 26 plazas en primera, 96 en segunda, 10 camas-ducha, 12
departamentos cama doble y 60 camas turista; ésta es la composición base)
se llegó a la conclusión de que ésta era la oferta más adecuada-- y el
tiempo de viaje prácticamente se dejaba fuera de competencia un tren
diurno para cubrir esa relación. Eso es lo que nos dio el estudio de
mercado y es lo que hemos puesto.

Evidentemente, esa composición base, si hay incrementos de oferta como
consecuencia de puntas de demanda temporales o porque detectemos que, por
lo que sea, hay un incremento de flujos entre Madrid-Lisboa o entre
poblaciones intermedias y Lisboa, es muy flexible; hay posibilidad



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de realizar cambios con mucha velocidad para incrementar la oferta. Cosa
distinta es si tuviéramos que establecer un segundo tren, donde ya
podríamos entrar en problemas de material.

Por lo tanto, aquí lo único que puedo decir es que hemos puesto la oferta
que entendemos que soporta el mercado y una oferta que nos va a obligar a
seguir perdiendo dinero durante algún tiempo, pero con una expectativa de
generar resultados positivos en ese tren en el cuarto año de
funcionamiento.

En cuanto a la periodicidad de los trenes, en el sistema, es diaria en
todos los trenes a que me he referido. Es decir, el Talgo nuevo
--digamos--, el Talgo Madrid-Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz es diario;
el Barcelona-Madrid-Cáceres-Mérida-Badajoz, el «Triana», también es
diario y el tren-hotel «Lusitania» también. Solamente he dicho que había
un tren, un tren que responde a necesidades temporales, que concretamente
se denomina «Sierra de Gredos», que únicamente funciona en épocas de alto
tráfico y que une Cáceres con Barcelona, pero que cuando éste no
funciona, por ser época de bajo tráfico, lo sustituimos por un tren
autopropulsado, que tiene una oferta mucho más reducida de plazas. Por
tanto, se puede entender que todos los trenes a que me he referido en el
nuevo sistema son diarios.

En cuanto al material Talgo III, lamentamos no disponer de componentes
suficientes para poder poner un material de última generación en todas
nuestras líneas; ya nos gustaría; pero estamos ofertando en este corredor
el mismo material que en el corredor más rentable para Renfe,
Madrid-Levante, la relación Madrid-Alicante, concretamente, que está
servida por seis Talgo III diarios y un Talgo pendular, y en este caso,
en Extemadura, como he dicho, queda con dos Talgos pendulares, que es el
mejor material de que disponemos, y con un Talgo III. De todas maneras,
el Talgo III es un material con el que, aunque tiene muchos años, estamos
haciendo un esfuerzo en su remantenimiento y es un material magnífico,
que ha resistido muy bien el paso del tiempo y es muy bien aceptado por
nuestros clientes, pero, evidentemente, tenemos un plan para ir
sustituyendo también este parque en los ritmos que nos permite y que
están establecidos en el contrato programa Estado/Renfe. Por tanto, según
vayamos cambiando el parque, todas las relaciones que se cubren con Talgo
III irán siendo sustituidas por nuevas generaciones de material Talgo.

Expectativas de futuro para esta línea. Tenemos las expectativas del
mercado. Como muy bien sabe S. S., tenemos que hacer frente a un
horizonte, en 1998 y años inmediatamente sucesivos, de que los servicios
de largo recorrido no son subvencionables y, en consecuencia, tenemos que
hacer nuestros planteamientos de cara al mercado para garantizar que,
aunque hay un período de transición, que son los años fijados en el
contrato programa, tenemos que ir avanzando hacia una situación al menos
de equilibrio económico; se detectamos, a través de los estudios que
continuaremos realizando con la compañía de los ferrocarriles
portugueses, nuevas oportunidades, evidentemente trataremos de
aprovecharlas, siempre que esté claro y haya posibilidades. En este
sentido, mantenemos conversaciones y hacemos un seguimiento desde hace
poco tiempo con nuestros colegas portugueses y, con este planteamiento de
compartir riesgos, que es exactamente el mismo que estamos desarrollando
con SNCF o con suizos e italianos, estamos avanzando.

Deseo agradecer, en el caso de la intervención del señor Roncero, las
palabras de aprecio que ha tenido hacia el esfuerzo que ha realizado
Renfe para modernizar sus servicios y que sean cada vez más adecuados a
la demanda que detectamos, con las restricciones que supone el hecho de
que tenemos que dar siempre cuenta a todos ustedes y a todos los
ciudadanos, con nuestros resultados económicos, de cómo vamos cumpliendo
con los compromisos que hemos adquirido con el Estado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Andreu, para turno de
réplica.




El señor ANDREU ANDREU: Ha dicho el señor director general que entre
Madrid y Lisboa, hoy hay once vuelos diarios. Había menos vuelos diarios
entre Madrid y Sevilla y se llevó a cabo la construcción del AVE, que hoy
en día, tiene ocho o nueve servicios diarios y que, desde luego, ha
dejado los vuelos en una cantidad muy inferior. Quiero decir con esto que
el mercado potencial que existe entre Madrid y Lisboa, con un posible
recorrido ferroviario, es un mercado potencial importantísimo. Y si Renfe
habla, en muchas ocasiones, de la necesidad de inducir tráficos por las
mejoras de servicios, yo creo que tanto vale eso para una línea como para
otra y no es ésta de las líneas que tienen menos argumentos como para que
se pudieran inducir los tráficos, porque las relaciones económicas entre
Madrid y Lisboa, afortunadamente, aumentan cada vez más y las
posibilidades que habría de que esta línea tuviera un incentivo
importante son extraordinarias.

Ahora bien, si esa línea se va dejando poco a poco, si esa línea va
haciendo que se pierda el hábito de coger el tren Madrid/Lisboa, si sólo
queda un servicio nocturno, el Lusitania, lógicamente esa línea se irá
perdiendo, y nosotros consideramos que, en ese sentido, no es una
política de futuro la que está realizando Renfe.

Yo comprendo que el planteamiento que usted me hace es el de un gestor de
Renfe, de lo cual soy consciente, por lo que también modero mi
intervención, ya que no es lo mismo que la compareciente hubiera sido la
señora Sala, cuya intervención habría sido de otra naturaleza; por la
perentoriedad del asunto y por lo cercano que parece que está el final de
la legislatura, mi Grupo Parlamentario ha transigido en que no sea la
señora Sala quien comparezca. Pero nosotros pensamos que en Renfe se está
perdiendo la oportunidad de que líneas de un gran potencial como es, en
este caso, Madrid-Lisboa, se consolide dicho potencial. Con ello no le
estoy sugiriendo que pase de suprimir el «Luis de Cam¢es» a construir un
AVE. No. Lo que le estoy sugiriendo es que haya una posición, a nuestro
juicio, más sensata y de mayor potencialidad en cuanto a la línea
Madrid-Lisboa. Nosotros pensamos que es posible restituir ese tren e
incluso la posibilidad de crear un mayor ritmo de tráfico entre Madrid y
Lisboa, pero todo es cuestión de poner la



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voluntad en una política o en otra. Si continúa la misma política que
está llevando Renfe hasta ahora, probablemente todo el mercado entre
Madrid y Lisboa se lo terminará llevando el avión y la carretera y se
perderá completamente el tráfico por ferrocarril, cuando pensamos que el
ferrocarril, en un recorrido de esta naturaleza, puede tener un papel
importantísimo. Y ustedes lo dicen continuamente y usan los argumentos de
otra manera cuando interesa a Renfe; cuando a Renfe le interesa dice que
hay que luchar por una determinada línea o por un determinado mercado
porque, si no se conquista ese mercado, se perderá en no mucho tiempo. A
mi juicio, se está haciendo una política bastante suicida, porque, como
digo, no es una línea cualquiera, sino una línea de una envergadura
similar a la que pueda tener Madrid-París e incluso, si se me permite, en
mi opinión --que es muy particular--, de mayor importancia, porque pueden
ser de mayor importancia las relaciones que tenemos con Lisboa y Portugal
que las que podemos tener con Francia en algún sentido.

Por tanto, la opinión de mi Grupo Parlamentario es la de que no solamente
para la exposición de 1998, sino con una perspectiva mayor de futuro,
sería muy conveniente potenciar esa línea Madrid-Lisboa y, en ese
sentido, pensamos que es muy negativo que haya desaparecido el servicio
del «Luis de Cam¢es».

Confiemos en que la política de Renfe no solamente se rija por tener en
un año determinado pérdidas de 50 ó 70 millones, sino que se haga con
perspectivas de futuro mucho mayores; nosotros estaremos en ese esfuerzo,
aunque no sé si estarán el resto de los grupos parlamentarios.




El señor PRESIDENTE: El señor Roncero tiene la palabra durante un minuto.




El señor RONCERO RODRIGUEZ: Señor Presidente, voy a contestar a las
últimas palabras del señor Andreu sobre la posición de otros grupos
parlamentarios.

Nuestro Grupo, en el campo que ha expresado el señor Andreu en su segunda
intervención, se ha manifestado reiteradamente. La solución no compete a
Renfe; la decisión sobre esa posible relación de mejor infraestructura
Madrid-Lisboa, sea de alta velocidad, velocidad alta, es una decisión
intergubernamental, entre los dos gobiernos; un acuerdo internacional y
un acuerdo dentro de la propia Unión Europea sería deseable, pero hay que
partir de la base de que la futura línea que se pudiera convenir en ese
acuerdo internacional nada tendría que ver, o muy poco, con la línea
actual. La oferta que se haga desde Renfe tiene que ser desde el punto de
vista de una compañía ferroviaria que gestiona unos servicios y que tiene
que dar cuenta de su contrato programa y de las condiciones de su
relación bilateral con la compañía de otro país en riesgo compartido,
como se ha explicado aquí. La línea que todos deseamos, y que podría ser
la oferta que pudiera ser rentable frente a la carretera e incluso el
avión, no tiene nada que ver con la línea actual. Esta es una decisión
que no compete a Renfe. Por parte de nuestro grupo continuaremos en esta
discusión. El Gobierno ha establecido a niveles ministeriales un grupo
técnico con el Gobierno portugués para trabajar en el futuro enlace de la
línea Madrid-Lisboa, dentro del esquema europeo de líneas de alta
velocidad ferroviaria. Pero esto no tiene nada que ver con lo que aquí se
ha planteado de las relaciones actuales y de la gestión de una línea, que
es lo que compete a Renfe como compañía ferroviaria. La posición de
nuestro Grupo es la de trabajar por la mejora de las relaciones en el
futuro en ese esquema europeo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, por un minuto, el señor Acero por
si tiene algo que añadir, y con ello cerramos el debate.




El señor DIRECTOR GENERAL DE SERVICIOS LOGISTICOS DE TRANSPORTE (Acero
Valbuena): De alguna manera ha quedado recogido lo que yo iba a decir en
la intervención del señor Roncero. Simplemente quiero llamar la atención
sobre el hecho de que Renfe es una empresa de transporte y que esto está
ya en el contrato-programa. En consecuencia, nosotros lo que tenemos que
hacer es la mejor oferta posible en términos de rentabilidad para que a
su vez nos haga posible cumplir las exigencias del contrato-programa.

Está claro que para un viaje de diez horas a Lisboa no es competitivo un
tren diurno, como conocemos por el estudio de mercado que se ha realizado
para este tráfico. Por tanto, hay que poner más oferta siempre que sea
competitiva. Cuando la oferta no es competitiva porque el tiempo de viaje
en este caso, que es el primer factor de discriminación de nuestro
cliente, según conocemos, es totalmente desincentivador para un tren
diurno, los trenes diurnos por encima de cuatro horas y media de viaje,
por la experiencia acumulada, tienen mucha dificultad para poder se
competitivos con los otros modos de transporte, especialmente con el
avión. Por lo cual hemos tenido que plantear una oferta para ser
competitivos con el segmento potencialmente capturable. Este segmento
está determinado en el estudio y se le da una adecuada respuesta con la
oferta de un tren nocturno de calidad.

Lamento que el señor Andreu no comparta el punto de vista de Renfe, pero
estoy dispuesto, en nombre de mi compañía, a facilitarle cuantos datos
considere necesarios sobre este tema para que vea que la decisión está
fundamentalmente desde nuestro punto de vista.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Director General. Con ello
damos por finalizado el debate y el trabajo de hoy de esta Comisión.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y quince minutos de la tarde.