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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 603, de 25/10/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 603
EDUCACION Y CULTURA
PRESIDENTE: DON JOSE LUIS MARTINEZ BLASCO
Sesión núm. 50
celebrada el miércoles, 25 de octubre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Rector de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia, UNED (Costas Rodríguez), para informar sobre el curso escolar
1995-96 en la citada Universidad. A solicitud del Grupo Socialista.

(Número de expediente 212/001594). (Página 18350)
Preguntas:
--De la señora Cremades Griñán (Grupo Popular), sobre fecha prevista para
la regulación de las condiciones de acceso al curso de cualificación
pedagógica necesario para la aplicación de la Ley Orgánica de Ordenación
del Sistema Educativo (LOGSE). (BOCG serie D, número 272. Número de
expediente 181/001657). (Página 18358)
--Del señor Soriano Benítez de Lugo (Grupo Popular), sobre
irregularidades y déficit existentes en la Universidad de La Laguna.

(BOCG serie D, número 272. Número de expediente 181/001659). (Página 18359)
--Del señor Nieto González (Grupo Socialista), sobre medidas para poner
en marcha las actividades de estudio alternativas a la enseñanza de la
religión, reguladas por la Orden ministerial de 3-8-95. (BOCG serie D,
número 275. Número de expediente 181/001664). (Página 18361)



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Se abre la sesión a las cuatro de la tarde.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION
A DISTANCIA, UNED (COSTAS RODRIGUEZ), PARA INFORMAR SOBRE EL CURSO
ESCOLAR 1995-1996 EN LA CITADA UNIVERSIDAD. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO SOCIALISTA. (Número de expediente 212/001594.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, buenas tardes. Vamos a comenzar la sesión
correspondiente al día de hoy, cuyo orden del día, para no ser menos, ha
sufrido alguna pequeña modificación. En primer lugar, estaba prevista la
comparecencia del señor Rector de la Universidad de Murcia, a petición
del Grupo Popular, y se recibió en la Comisión un fax de dicho señor
Rector señalando que no podía acudir a esta sesión porque tenía
programada una reunión previamente para este día y a esta hora. La
petición del Rector es que su comparecencia se aplace. En principio, si
les parece a SS. SS., vamos a dejar esto en suspenso, entre paréntesis,
si es aplazamiento o se considera decaída, ya que habrá que consultar al
grupo proponente. En todo caso no se va a poder celebrar la comparecencia
del señor Rector de la Universidad de Murcia. Por tanto, pasamos al
siguiente punto del orden del día, la comparecencia de don Genaro Costas
Rodríguez, Rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia,
que ha sido solicitada por el Grupo Socialista, y el objeto es informar
sobre el curso 1995-1996.

Contamos con la presencia del señor Rector a quien agradecemos la misma,
y para formular los términos de la comparecencia, por si no estuviesen
claros en el escrito, por parte del Grupo Socialista tiene la palabra el
señor Paniagua.




El señor PANIAGUA FUENTES: Señor Presidente, señorías, el Grupo
Socialista ha invitado al Rector de la Universidad Nacional de Educación
a Distancia a que defina cuáles son las condiciones de dicha universidad,
teniendo en cuenta el carácter supraautonómico de la misma, y teniendo,
además, una amplia y dilatada tradición en esta Comisión el que los
rectores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia expongan, a
petición de los grupos parlamentarios, cuál es su problemática en función
del ámbito de todo el territorio español y en relación con unas
condiciones sociales por parte de los alumnos. Esta es una de las
universidades con características específicas en función de su modelo de
enseñanza a distancia, que la hace una de las mayoritarias desde el punto
de vista de la oferta educativa y de la receptividad por parte de los
ciudadanos españoles.

Por tal motivo, el Grupo Socialista ha pedido la comparecencia del Rector
y le da la bienvenida en esta Comisión.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Rector. En todo caso
quiero advertirle que, de acuerdo con el escrito recibido en la Comisión,
su comparecencia se circunscribe a informar sobre el curso 1995-1996, y
tiene obligación de responder únicamente a este punto, aunque,
efectivamente, puede hablar en términos generales, como ha sugerido el
señor Paniagua.




El señor RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA
(Costas Rodríguez): Señor Presidente de la Comisión del Congreso de los
Diputados, señoras y señores Diputados, quiero comenzar esta
comparecencia expresando, en primer lugar, mi gratitud y satisfacción por
haber sido invitado a hablar de nuestra universidad, y digo nuestra en el
sentido de que varios compartimos la responsabilidad del buen
funcionamiento de la misma, ya que, como SS. SS. bien saben, la UNED
depende, por ley, de este Parlamento, y en un futuro no lejano será la
única universidad pública que deberá rendir cuentas ante él.

Aunque me consta que la mayor parte de SS. SS. conoce la UNED, me van a
permitir que haga una brevísima recapitulación de los fines fundamentales
de mi institución antes de pasar a describir la estructura actual y la
situación económico-financiera.

De entre las funciones que los estatutos atribuyen a la UNED quiero
destacar hoy estas dos. En primer lugar, facilitar el acceso a la
enseñanza universitaria a todas las personas que no puedan frecuentar las
aulas por razones laborales, económicas, de residencia o cualquier otra
de similar consideración. En segundo lugar, facilitar la creación de una
comunidad universitaria amplia y plural fundada en unos conocimientos
científicos y culturales que sirvan de unión y fomenten el progreso y la
solidaridad de las regiones y pueblos de España.

La primera finalidad mencionada hace de la UNED una universidad marcada
por una función social muy peculiar, ya que si toda la educación es un
servicio social, la UNED permite el acceso a la enseñanza superior a un
potencial humano muy motivado en sus estudios que de otro modo se
perdería. Como prueba de esa necesidad baste mencionar la imparable y
creciente demanda de nuestros servicios, que han alcanzado el curso
pasado la cifra de 142.000 alumnos. Pero en esta cifra hay que incluir,
también de manera creciente, un porcentaje cada vez mayor de alumnos no
típicos de la UNED, que debido a las limitaciones de plazas en las
universidades presenciales acuden a nuestra institución en busca de la
enseñanza que en otros lugares se les niega. Ello nos plantea numerosos
problemas tanto de infraestructura como metodológicos, pero este
rectorado es consciente de que ésa es también una función social no
prevista en nuestros estatutos, sino impuesta por la dinámica de la
sociedad actual, que debemos atender siempre que dispongamos de los
medios necesarios para ello.

La segunda función aludida, que recuerdo a SS. SS., facilitar la creación
de una comunidad universitaria amplia y plural, fundada en unos
conocimientos científicos y culturales que sirvan de unión y fomenten el
progreso y la solidaridad de las regiones y pueblos de España, entra de
lleno en el tema del modelo de universidad a distancia que tiene la UNED.

En el mundo hay dos tipos básicos de universidades



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a distancia. El modelo estatal, nacional o supraautonómico (como a mí me
gusta denominarlo de acuerdo con nuestra organización
político-territorial) es el que han adoptado las grandes universidades
europeas a distancia, tales como la inglesa, la alemana, la holandesa y
la española. Por contra, el modelo de facultad o división a distancia
dependiente de una universidad presencial es el adoptado por otros países
como Francia o Italia, modelo que a todas luces ha fracasado, ya que,
utilizando el símil de nuestro anterior rector, «el árbol grande no deja
crecer junto a él al árbol chico».

Podríamos añadir más argumentos en defensa de nuestro modelo, como el
interesante párrafo de nuestros estatutos que acabo de leerles, pero
nuestro conocimiento deriva de la propia experiencia en nuestro
prolongado contacto con otras universidades a distancia, principalmente
de ámbito europeo e iberoamericano. Eadtu es una asociación europea de
universidades a distancia en cuya fundación, hace unos diez años en
Holanda, tuve ocasión de participar en representación de la UNED. Es,
como digo, una asociación liderada por las grandes universidades europeas
antes mencionadas y cuya presidencia le ha correspondido a la UNED en
este último período. También la UNED figura a nivel mundial en otro grupo
llamado de las 10 megas o universidades a distancia con mayor número de
alumnos, del que forman parte la Open inglesa y otras ocho grandes
universidades no europeas.

La Eadtu está dando sus primeros pasos para la constitución de una red de
universidades a distancia europeas con el fin de intercambiar
información, cursos, etcétera, a través de una serie de centros llamados
«eurostudy centers» en donde están incluidos nuestros centros asociados
de La Coruña, Tarrasa y Valencia, y a los que se incorporarán algunos más
próximamente.

Por otra parte, la UNED ostenta la Presidencia de la Aiesad, Asociación
Iberoamericana de Enseñanza Superior a Distancia. En nuestra universidad
de ubica la sede de la Secretaría Permanente de dicha Asociación, lo cual
es buena prueba del importante papel que juega la UNED en el contexto de
la educación a distancia en Iberoamérica.

Conscientes, sin duda, de las ventajas de este modelo, los legisladores
encomiendan a la UNED la enseñanza superior a distancia en todo el
territorio nacional. Como un elemento que refuerza la cohesión
territorial de la UNED, hay que contemplar el reciente Real Decreto sobre
convenios de la UNED con sus centros asociados. Se trata de crear una red
básica de centros con una serie de peculiaridades de infraestructura,
organización y financiación que permita a la UNED disponer, al menos, de
un centro en cada comunidad autónoma o región, con una mayor garantía de
estabilidad y calidad que las actualmente existentes. Ello es debido al
número actual de centros asociados, 58 en todo el territorio nacional, y
a las dificultades de financiación por las que atraviesan en muchos de
ellos sus patrocinadores, que son fundamentalmente los ayuntamientos y
las diputaciones. Pero ello en modo alguno quiere decir que la UNED vaya
a desentenderse de los centros que no entren en la red básica, que
seguirán recibiendo una subvención de la sede central, y tampoco debe
conducir a las instituciones locales a dejar de financiar a los centros
de la red básica. Creemos que la aportación de las instituciones locales
para el mantenimiento de estos centros es un modelo a seguir por lo que
supone de implicación de la sociedad en la formación superior de sus
propios conciudadanos.

Tampoco la creación de nuevas universidades en ciudades donde antes sólo
había centro de la UNED debería suponer merma alguna en esta
colaboración. Nuestra experiencia nos dice que allí donde existe una
universidad presencial se crea un ambiente de estímulo al estudio que
lleva a nuestra universidad a aquellos alumnos que por diversas razones
no pueden o no quieren asistir a las aulas. En una palabra, no competimos
en cuanto a alumnado con las universidades presenciales sino que nos
complementamos perfectamente.

Sin embargo, esta estructura territorial que acabo de describir necesita
el apoyo económico correspondiente, por lo que paso a exponerles, como
último punto de esta intervención, la situación financiera de la UNED.

Estamos ahora en pleno proceso de elaboración y aprobación del
presupuesto para el año 1996, y ello nos permite hacer una radiografía
nítida de nuestra situación económica, que es sin duda alarmante. No
quiero cansar a SS. SS. con demasiados números, ya que sé que estos días
el presupuesto de la nación ha sido tema de sus debates. Por ello, me
limitaré a someter a su consideración, de forma casi telegráfica, una
serie de indicadores que por sus desequilibrios suscitan la alarma y
preocupación de nuestro equipo de gobierno.

Comenzando por las grandes cifras, la estimación para el ejercicio de
1995 es de 13.745 millones de ingresos y 15.687 millones de gastos. Igual
déficit contable se produjo en 1994, con 12.491 millones de ingresos y
14.430 millones de gastos. Una de las principales causas de dichos
déficit ha sido el presupuesto extraordinario para infraestructuras que
necesitaba con urgencia nuestra universidad, a la que se aplicaron los
diversos remanentes que se generaron en ejercicios anteriores al no
disponer de financiación externa específica.

El Ministerio de Educación y Ciencia se comprometió a reintegrar las
cantidades anticipadas a estos fines a partir de 1995, compromiso que no
ha podido cumplir debido, en parte, al recorte que ha sufrido en su
presupuesto de inversiones, según se nos ha comunicado.

La previsión de ingresos y gastos para 1996 es del mismo tenor que la de
los años precedentes, pero con la desventaja de no disponer de remanente
para salvar la diferencia de unos 2.000 millones entre ingresos y gastos,
y ello por las razones expuestas, sobre todo por una que nos parece la
raíz fundamental del problema, el capítulo uno, gastos de personal. En
1994, este capítulo ascendió a 6.574 millones, mientras que la subvención
del Ministerio de Educación y Ciencia fue de 4.802 millones. Igual
desequilibrio se producirá en 1995, con unos gastos de 7.329 millones y
una subvención de 4.903 millones.

La estimación para 1996 es aún más pesimista debido a dos factores:
primero, el gasto de personal se incrementará en unos 700 millones, en un
escenario de mantenimiento



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estricto de la plantilla; segundo, por otra, la prórroga de los
presupuestos supone el mantenimiento, en términos reales, de la
subvención ordinaria del Ministerio de Educación y Ciencia. Si a ello
añadimos algún factor que va a incidir en la disminución de ingresos
propios, como es la reducción de tasas a las familias de tres miembros,
que estimamos en unos 400 millones, obtendremos un cuadro preocupante. El
agravio comparativo respecto a las otras universidades, cuyo capítulo uno
es subvencionado íntegramente, resulta palmario.

Urge, por tanto, de cara a mantener el servicio que prestamos a esos
140.000 alumnos, tomar alguna medida urgente y extraordinaria que nos
permita afrontar, con la tranquilidad que requiere nuestro trabajo, este
curso 1995/1996 que ahora comienza.

Aún podría añadir otros datos que refuerzan la necesidad de prestar mayor
atención a una universidad que silenciosa pero sufridamente ha ido
creciendo hasta convertirse, de hecho, en la más numerosa del país; una
universidad, además, cuyas titulaciones tienen igual validez que las de
las demás universidades, cuyos profesores y personal tienen la misma
cualificación y categoría que en las demás, y cuyos alumnos están sujetos
a idénticos precios públicos que el resto.

Muchas gracias por su atención, señorías, y sólo me resta instarles a
promover o apoyar cualquier medida que pudiera paliar, de inmediato, las
carencias de mi universidad.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Rector.

En nombre del Grupo solicitante de la comparecencia, tiene la palabra el
señor Paniagua.




El señor PANIAGUA FUENTES: Señorías, en un estudio que publicó la propia
universidad denominado «Plan de futuro para la UNED», cuya data es de
1990, se afirmaba que el crecimiento de la UNED había sido muy fuerte y
que sólo en los últimos tres años --estamos en la referencia de 1990--
había supuesto, con respecto a las demás universidades que entonces
habían crecido un 18 por ciento, un 60 por ciento. Evidentemente, estos
datos, correspondientes a hace cinco años, en la actualidad, a través de
la propia información que la UNED ha ofrecido y de las palabras que el
señor Rector ha manifestado en esta Comisión, denotan que esta
universidad ha tenido un éxito probablemente no pensado por los que en su
día, allá por los años 70 --en el año 1972 concretamente--, la
concibieron. De hecho, nadie podía haber previsto que esta universidad
--la UNED-- tuviera el éxito social que en estos años la han consolidado
no sólo ya como una universidad mayoritaria desde el punto de vista del
número de alumnos, sino, además, por la rectitud y consideración de lo
que representan los títulos de esta universidad. Es decir, el éxito
social de la misma es hoy una cuestión indiscutible.

Si apuramos los razonamientos y las ideas de los movimientos sociales y
de las consideraciones de por qué las instituciones arraigan en una
sociedad, si lo aplicáramos esto a un factor de mercado, diríamos que la
Universidad Nacional de Educación a Distancia --la UNED-- ha tenido plena
consistencia y ha sido aceptada por esta sociedad, por la sociedad
española, y cuando digo la sociedad española me estoy refiriendo a todo
el Estado, a toda la nación, por cuanto que la UNED, como antes destacaba
el Rector, tiene un carácter supraautonómico y, por tanto, una
vinculación con sectores sociales de esta sociedad muy diferentes. No
puede hablarse de que en tal o en cual sitio tenga mayor o menor arraigo;
el arraigo ha sido generalizado en comunidades autónomas, y la prueba
está en sus titulaciones y en el aumento considerable que tiene cada año
su matrícula. No hay más que verlo en este mismo curso, donde incluso ya,
como destacaba el propio rector, al margen de esa función del acceso a
los estudios universitarios de una parte de la población española que no
pudo acceder en su día --como este déficit educativo que hemos ido
cubriendo en estos últimos años--, y además como segunda opción de
personas que querían acceder a un título universitario con otra
titulación que no fuera la que profesionalmente ostentaban, se ha dado
también la característica de personas que acceden a la universidad por
primera vez que no han podido obtener plaza en la universidad presencial.

Los datos del curso pasado nos daban entre un 17 y un 18 por ciento de
alumnos, y ya no era el típico alumno de los últimos 20 años que la UNED
había tenido.

A todo esto hay que añadir un ámbito estatal con una red de centros --el
mismo Rector ha dado su número, 58--, que ha crecido como una expectativa
para muchas poblaciones de tener en su zona, en su ciudad o en su pueblo
unos estudios universitarios, aunque bien es verdad que el ánimo que
orientó a las instituciones que pidieron en su día estos centros fue un
deseo de servicio y acceso a los estudios de universidad. Con el paso del
tiempo, el propio crecimiento de la universidad española --nuevas ofertas
educativas--, sin que haya mermado la capacidad de la UNED para seguir
soportando y acogiendo a más alumnos, ha hecho que muchas de estas
instituciones replanteen --bien por razones propiamente estratégicas de
cambios en su composición política, bien por la situación de los
presupuestos-- la consideración primitiva de apoyo a estos centros de la
UNED.

A lo largo de estos años, la UNED siempre ha luchado por tener una
reglamentación, por poseer una base jurídica que permitiera realmente dar
consistencia a esto que en su día, por la comisión gestora que en su
momento --en el año 1971--, se creó por Consejo de Ministros, se le llamó
centro asociado. Yo creo, señorías, que el Decreto de 21 de julio da un
paso adelante en esta consideración. Ha supuesto una realidad nueva, la
constitución de una red básica. Hay otras universidades de igual sentido,
por ejemplo, la universidad alemana, o la holandesa, o el caso de la Open
University, que fue la primera que se constituyó en Europa en aquella
campaña electoral de 1968, iniciada por el entonces ministro Wilson y que
sólo tiene 13 centros regionales, mientras que nosotros hemos hecho una
red, bien es verdad que en cumplimiento de las expectativas de muchos
ciudadanos, cuyo número ha resultado ser de 58, y con una situación
presupuestaria en algunos casos preocupantes. Es, por tanto, una buena
solución que por el Ministerio de Educación se haya podido dar cobertura
mediante este Decreto.




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Pero el ámbito estatal de esta universidad no sólo se está refiriendo a
la cobertura de lo que son las expectativas de los ciudadanos españoles.

Es una universidad que tiene contacto, como el Rector ha señalado, con
otras universidades de igual signo en Europa. Pertenece a un organismo,
que es el Eadtu, de una gran consistencia en lo que puede ser el futuro
de las universidades a distancia, que son prioritarias y pioneras en
nuevas tecnologías. No hay que olvidar que la UNED ha introducido en su
consideración elementos tecnológicos que otras universidades no tienen,
bien es verdad que por su característica peculiar, señálese la red
informática, señálese además el sistema de videoconferencias; por tanto,
un esfuerzo presupuestario importante en estos últimos años que la hacen
ser una universidad con una capacidad de absorción de nuevas tecnologías,
y, al mismo tiempo, en este ámbito supraestatal, no solamente
supraautonómico, la lleva a la consideración de tener el proyecto no sólo
español sino europeo, el de la Unión Europea, en lo cual fundamentalmente
este Grupo Socialista ha creído desde sus inicios.

Junto a esto, señorías, existe, como el propio Rector ha señalado, un
problema presupuestario. Hay que tener en cuenta que aun habiéndose hecho
esfuerzos considerables durante estos años --destacados en esta misma
Comisión por el que fuera su rector y le diera el impulso a esta serie de
capacidades que la UNED ha ido desarrollando en infraestructuras, don
Mariano Artés--, esta universidad ha llegado a un punto en el cual se
hace necesario darle una cobertura económica, no sólo legal desde el
punto de vista de lo que ha sido en estos momentos la consideración de la
red básica y su estructura en todo el Estado, sino también desde el punto
de vista de que es una universidad que tiene, como ya he dicho antes, una
función social, sin menoscabar, naturalmente, que las otras también la
tienen; es decir, que gracias a ella una gran parte de los ciudadanos
españoles que no pudieron acceder a los estudios universitarios están
haciéndolo y otros, que no hubieran tenido la posibilidad de una plaza en
una universidad presencial, la están teniendo. Por tanto, necesita una
consideración clave y fundamental para su consistencia. Lo que cuesta un
alumno en la universidad presencial, tomando como referencia, por
ejemplo, la Universidad Autónoma de Madrid o la Universidad de Valencia
--la llamada Estudi General o Literaria anteriormente--, o la Universidad
de Barcelona, puede estar alrededor de 200.000-250.000 pesetas por
alumno; lo que está costando en estos momentos un alumno de la UNED está
entre las 40.000 y 50.000 pesetas.

Quiero decir con esto, señorías, que a pesar de la consideración que se
ha tenido con esta universidad, es este momento uno de los más
importantes para llevar a cabo su consolidación definitiva y apostar por
un tipo de enseñanza que puede ser probablemente la del año 2000.

Precisamente el hecho de que esto estuviera así consignado en los
presupuestos (presupuestos que la oposición ha rechazado y que, por
tanto, pone en seria dificultad el llevar a cabo una serie de medidas que
podían haber sido adoptadas) dificulta tal vez la incidencia de mejora y
de consolidación de esta universidad. Supongo que los que han rechazado
estos presupuestos tendrán su responsabilidad en este tratamiento.

Expuesto lo anterior, nos gustaría que el Rector pudiera especificar, de
acuerdo con las previsiones para el curso 1995-1996 que ha comenzado,
cuáles son, desde el punto de vista de las grandes magnitudes, las
dificultades más perentorias que a juicio de su equipo deben superarse,
como remedio fundamental, para el buen funcionamiento de esta
universidad.




El señor PRESIDENTE: Además del Grupo proponente, ¿qué otros grupos
desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene
la palabra el señor Cruz.




El señor CRUZ ORIVE: En primer lugar, señor Rector, le quiero dar la más
cordial bienvenida en nombre del Grupo Federal de Izquierda Unida.

Comenzaré mi intervención, a ser posible breve, recordando que nuestro
Grupo, tradicionalmente --y quiero que usted lo sepa--, ha tenido una
sensibilidad especial hacia los problemas que envuelven a la UNED,
económicos y de todo tipo. Aunque yo soy nuevo en estas lides, como
Diputado y como portavoz en temas de educación me he preocupado de
estudiar anteriores debates en torno a la UNED, y he podido constatar
que, a lo largo de los últimos años, esa sensibilidad se ha concretado en
solicitudes de comparecencias de los anteriores rectores de la UNED, en
preguntas orales y escritas, incluso en documentos y negociaciones con
las autoridades administrativas --con el propio Ministerio-- recabando
soluciones y, por supuesto, con enmiendas a los presupuestos.

Posteriormente haré alguna alusión a este tema, puesto que el portavoz
del Grupo Socialista lo ha traído a colación.

También hemos sido sensibles a las manifestaciones del Consejo Social de
la UNED, que se ha quejado en reiteradas ocasiones. He recabado
diferentes actas del Consejo Social de la UNED de distintas fechas a lo
largo del tiempo y la síntesis textual de los problemas que la envuelven,
todos actuales, podría ser la siguiente: falta de medios de la
universidad, desaliento ante la penuria y discriminación económica en que
se tiene sumida a esta universidad, incumplimientos de sus propios
programas de inversión, precariedad ante la penuria de medios de los
centros asociados, etcétera.

Nosotros, sensibles a estas mismas preocupaciones, hemos intentado poner
de manifiesto --negro sobre blanco en diferentes documentos que
entregamos en su momento al Ministerio-- la necesidad de incrementar las
transferencias corrientes a la UNED, que siempre han sido escasas; la
necesidad de que se cumplan las inversiones previstas en los distintos
planes elaborados. Como usted sabe, hubo un plan para los años 1990-1993,
otro anterior que creo que se le conocía como el de las tres medidas,
etcétera. También hemos tratado de abrir --creo que esto compete al
conjunto de esta Comisión-- un proceso de discusión entre la
administración educativa, el Consejo Social de la UNED y esta Comisión
para buscar un marco normativo específico para la UNED. Ahora se está
hablando de ese real decreto relativo a los convenios de los centros
asociados con las diferentes administraciones, pero creo que tendríamos



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que ir más allá --además, han sido compromisos anteriores de esta
Comisión-- y estudiar entre las tres partes, como he señalado, la
posibilidad de un marco normativo específico para la UNED, porque es una
universidad del Estado. En su intervención, usted decía que puede ser la
única universidad en la que tengamos competencias directas, por lo que,
además de ocuparnos de su financiación, etcétera, creo que desde aquí
podríamos estudiar ese marco normativo.

Desde nuestro punto de vista, a la UNED, además de para los fines
sociales para los que fue creada, hay que entenderla en el sentido del
papel que está cubriendo, que es, digamos, de embalse del número de
alumnos que rebosa la universidad presencial. En el conjunto de alumnos
cada vez está teniendo más peso este porcentaje que pierde su primera
opción de ir a los centros que ellos han elegido y que llegan a la
universidad a distancia para no perder el tiempo y aprovechar ese primer
año. Qué duda cabe que desde aquí también va nuestro reconocimiento a la
labor que está cumpliendo la UNED y a la calidad de sus títulos. Podemos
decir que es una universidad con prestigio y ese número de alumnos cada
vez juega un papel más importante. Le agradecería que posteriormente nos
diera cifras actualizadas sobre el porcentaje que supone ese número de
alumnos, porque al portavoz socialista le he oído que andaba en torno al
18 por ciento y me gustaría comprobar estos datos, si usted dispone de
ellos. Desde el año 1988, el papel que está jugando la UNED en este
sentido ha llevado a un problema de masificación, y de ahí también la
precariedad de medios, lo que ha llevado aparejada una serie de problemas
que nosotros hemos denunciado en numerosas ocasiones, y se nos tiene que
entender más en su enunciado descriptivo que en su enunciado
reivindicativo; eso lo tengo que señalar en este debate.

Quiero recordar a SS. SS. que nosotros ya hablábamos en el año 1992
--pero es un tema continuo a lo largo de los diferentes documentos que
hemos ido haciendo al estudiar la problemática de la UNED-- de la
burocratización de las relaciones profesor-alumno, del retraso e
ineficacia en la gestión administrativa y de la insuficiencia de los
medios materiales. Creo que éstos son tres componentes en los que hemos
venido redundando a lo largo de nuestro análisis y diagnóstico de la
problemática de la UNED.

Como creo que no es éste el momento de tratar todos los temas que nos
pueden interesar en torno a la UNED, sino que estamos en esta Comisión
para introducir elementos positivos de avance, diseñar el futuro e ir
resolviendo los problemas, nosotros resumiríamos diciendo que,
evidentemente, hay unos problemas económicos graves. Por supuesto, estoy
de acuerdo en que el puesto escolar en la UNED sale mucho más barato que
en los centros presenciales; sin embargo, se financia un 50 por ciento
con las tasas y el otro 50 por ciento es subvención del Ministerio --
tengo estos datos con interrogantes, por lo que me gustaría que usted me
los concretara--, y en el resto de las universidades la subvención del
Ministerio de Educación y Ciencia por puesto escolar está entre el 75 y
el 80 por ciento; por tanto, hay una clara discriminación. Yo creo que
aquí, además de hacer panegíricos del buen funcionamiento y de los éxitos
políticos, de lo que se trata es de resolver los problemas concretos, es
decir, la situación económica angustiosa que tiene la UNED, como acaba de
expresar el Rector. Creo que los Diputados estamos aquí para intentar
resolverlo.

Recuerdo que en otras comparecencias surgió el debate en torno al
endeudamiento de la UNED, su imposibilidad de endeudarse cuando a otras
universidades sí se les facilitó el endeudamiento; evidentemente, se les
pusieron sus condiciones, pero con ello pudieron resolver problemas de
inversión. El anterior Rector se quejaba de la imposibilidad de
endeudamiento que tenía la Universidad a Distancia y nos gustaría que no
se cerrara ese debate. Todos los grupos políticos de esta Cámara
deberíamos plantearnos la posibilidad de una normativa para que la UNED
tuviera la posibilidad de endeudamiento, desde luego con unas
limitaciones. Por ejemplo, que se dedicara toda la deuda a inversión y no
a gastos corrientes, que los gastos financieros y de amortización de esa
deuda no superaran el cinco por ciento del presupuesto, etcétera. Es
decir, con unas limitaciones que se podrían poner para facilitar el
endeudamiento y para facilitar también su desarrollo, inversión,
infraestructuras y medios tecnológicos avanzados, de los que depende la
propia metodología de la UNED, etcétera, para ir resolviendo esa
situación.

También queríamos decir, para clarificar cifras, que los propios
Presupuestos --la Sección 18 la he leído detenidamente-- hablaban de un
número de alumnos en torno a los 126.000 para el año 1996 y usted ha
significado que ya teníamos 142.000 en el año 1995. Imagino que habrá un
número de alumnos de características especiales o, quizá, de educación no
reglada. Me gustaría también contrastar estos datos. Creemos que la
situación económica difícil por la que atraviesa la UNED se ve agravada
con estos grados de masificación, con estas cifras tan enormes, por
encima de la propia Complutense. Por poner un ejemplo, el Centro Asociado
de Madrid es más grande que la Universidad de Alcalá de Henares o más
grande que la Universidad Carlos III. Este es el otro grave problema que
queríamos traer a debate para intentar resolverlo, no solamente para
hacer un análisis catastrofista ni un panegírico ensalzando los valores
patrios. Lo que hay que decir es que, evidentemente, hay problemas
tremendos de financiación y que hay que intentar resolverlos.

Tradicionalmente también ha habido un problema de control adecuado de los
centros asociados desde la UNED, por sus propias características, porque
a veces se depende de patronatos y luego no se controla el funcionamiento
del propio centro. Quizá esto lo haya venido a resolver ese Real Decreto.

Como no lo he estudiado con intensidad no lo conozco y por eso voy a
retirar de mi intervención este capítulo. Espero que se haya ido
resolviendo porque, evidentemente, dentro de nuestras preocupaciones éste
constituía uno de los problemas más álgidos.

Una vez expuestos los problemas, seguimos haciendo las mismas propuestas
que hemos hecho en otras ocasiones, que siguen vigentes. Para nosotros la
UNED, por ser la única Universidad que depende directamente de esta
Cámara, debe ser objeto de comparecencias y de actuaciones



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periódicas en esta Comisión o en conjunto con la correspondiente del
Senado. Es decir, hay que encontrar un método para que, lo mismo que
existe el compromiso del Ministro de dar cuenta ante esta Comisión al año
siguiente de la aplicación de la LOGSE, tuviésemos encuentros periódicos
sobre cómo ha ido el curso escolar, qué problemas de financiación, de
infraestructuras, de inversiones, etcétera, tiene la Universidad a
Distancia. (La señora Vicepresidenta Rodríguez Ortega ocupa la
Presidencia.)
En segundo lugar, seguimos haciendo hincapié en que hace falta una
normativa --sea ley o real decreto-- de la UNED en la que se recojan
todas sus funciones en el exterior, de relación con las comunidades
autónomas, etcétera, y se fije un nuevo Consejo social con presencia de
la representación del Congreso y del Senado. Sería una cosa muy
interesante.

En tercer lugar, evidente porque ha sido el hilo conductor de mi
intervención, se debería recibir una financiación acorde con el nuevo
papel que se asigna a la UNED. Es decir, el papel tradicional de cumplir
esa acción social de alumnos que no tienen centro acorde con sus
aspiraciones en su propia localidad de origen o que quieren hacer otra
carrera mientras están trabajando, hoy ya ha cambiado y está cumpliendo
el papel de aliviadero de esos alumnos que no pueden ir, como primera
opción, a un centro tradicional, a un centro presencial y que, por lo
tanto, se refugian en la UNED para poder solventar sus expectativas
educativas y sacarlas adelante, con lo que la tendencia natural va a ser
la de seguir incrementándose el número de alumnos. Por ello, creo que se
tiene que hacer un mayor esfuerzo en los Presupuestos Generales, en el
Ministerio de Educación y Ciencia. En este sentido, tenga en cuenta,
señor Rector, que contará con todo nuestro apoyo en la negociación con el
Ministerio de cara a solventar los problemas financieros.




La señora VICEPRESIDENTA (Rodríguez Ortega): Por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra la señora Barrios.




La señora BARRIOS CURBELO: Señor Rector, en nombre del Grupo Popular le
doy la bienvenida por ser ésta su primera presencia en la Comisión y le
agradezco sus estimables opiniones.

Le hemos escuchado con atención. Sabemos que lleva muy poco tiempo
dirigiendo los destinos de la UNED y que la UNED, frente a universidades
convencionales --como usted y los anteriores intervinientes han dicho--,
se extiende a centros que están establecidos en toda España, y que, como
su nombre indica, no sólo es que su característica sea la educación a
distancia sino que también --y es algo que nos preocupa-- el grueso de
los alumnos en su mayoría tienen más de 28 años y compaginan sus estudios
con unas determinadas obligaciones familiares y laborales.

También recogía en su intervención las diferentes características
laborales, económicas, geográficas, etcétera, que conllevaba la
existencia de esta Universidad. Todo ello exige una peculiaridad docente,
una metodología didáctica específica, que es el autoaprendizaje. Exige no
clases presenciales, con un asesoramiento de tutorías y unos exámenes a
distancia y presenciales.

Pero si bien la UNED --eso lo reconocemos todos-- en un inicio funciona
muy bien y cumple escrupulosamente su función, al ampliarse
considerablemente el número de sus alumnos, alrededor de 150.000 en el
curso pasado, la calidad educativa disminuye y surgen múltiples problemas
en su funcionamiento. Le hemos escuchado hablar de problemas de
infraestructura, financieros, de subvenciones, de la problemática que se
puede presentar con la reducción de las tasas para las familias numerosas
a partir del tercer hijo, etcétera. Parece ser --después de escucharle a
usted y a mis compañeros-- que todos estamos de acuerdo en que se deben
establecer mecanismos adecuados para solventar estos problemas y, sobre
todo, dedicar prioritariamente recursos humanos y materiales para que
cumpla bien su cometido, que no podemos en este momento obviar, ya que en
España (lo recogía el Rector de la UNED anterior a usted en su
comparecencia ante esta Comisión en el mes de abril) el porcentaje de
población entre 25 y 64 años que dispone de título superior es de un 10
por ciento frente, por ejemplo, a Alemania, que asciende a un 30 por
ciento, lo que significa que existe en nuestro país una demanda
insatisfecha y que la oferta educativa de la UNED, por razones de
racionalidad y de tiempo, puede ser una opción cada vez más aquilatada,
por lo que se debe mejorar su funcionamiento y su oferta. (El señor
Presidente ocupa la Presidencia.)
También quería hacerle una serie de preguntas, porque me gustaría, si es
posible, que me especificara un poco más algunos de los problemas que en
ese momento se plantearon y que me parece que continúan en candelero,
respecto a la financiación de los centros --ya se han referido a ello mis
compañeros anteriormente--, y me pareció escuchar que usted demandaba una
mayor financiación. No podemos olvidar que el curso pasado, al aprobarse
la red de centros básicos, se recogió que su financiación iba a ser el 50
por ciento respecto a sus propias tasas y que los centros que no fueran
asociados su financiación sería solamente de entre un 15 y un 30 por
ciento.

En abril de este año el Rector anterior consideraba que era necesario
intentar que en los Presupuestos Generales del Estado se aumentara la
subvención a 8.000 millones de pesetas --quiero recordar-- para conseguir
una subvención total. ¿Qué opina usted al respecto?
En segundo lugar, ¿se ha solventado el problema que se les plantea a
muchos alumnos en esta Universidad, cuando al comenzar el curso académico
no disponen muchas veces de material de ninguna clase y necesitan
específicamente de una presencia especial de los tutores?
Respecto a la figura del profesor-tutor, en su intervención el anterior
señor Rector de la UNED habló especialmente de esta figura, asimilándola
a la de los profesores asociados de universidades convencionales, ¿qué
piensa usted al respecto? ¿Deben seguir con este asesoramiento? ¿Quizá se
precise de una función más específica --como algunos llevan a cabo--, es
decir, casi de auténticas clases presenciales?



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Otra pregunta que le quería hacer se refiere a la presencia que tiene la
Universidad Nacional de Educación a Distancia en los medios de
comunicación. Se quejaba el anterior Rector de la necesidad que tienen
las autoridades de la UNED en cada curso académico de tener una mejor
presencia en estos medios de comunicación. ¿Se ha conseguido solventar
este problema?
Es respecto a estos apartados a los que especialmente querría que me
contestara, pero no quisiera acabar mi intervención sin decir que si en
este momento la Universidad Nacional a Distancia, una universidad tan
importante ahora en España, tiene muchos problemas económicos y de
infraestructuras, no se debe a que la oposición hoy mismo haya rechazado
los Presupuestos, sino que, desgraciadamente, desde el año 1982, han
existido unos Presupuestos que han sido aprobados y donde no se ha
recogido una auténtica ayuda económica, una auténtica subvención para que
esta Universidad salga adelante.

Adelantándole las gracias por sus respuestas, estoy a la espera de las
mismas.




El señor PRESIDENTE: Como ya ha indicado esta Presidencia, ruego que el
debate no se centre en demasía en los aspectos jurídicos o normativos,
puesto que fueron objeto de análisis no hace muchos meses. Además, quiero
recordar a esta Comisión que está en manos de sus propios miembros
resolver la paralización que tiene la Ley de Reforma Universitaria y que
esta Mesa y esta Ponencia no hacen más que instar a que se desatasque del
trámite en el que se encuentra, que es el de Ponencia, para que se puedan
resolver algunos de los aspectos jurídicos a los que se hace mención.

Tiene la palabra el señor Rector para contestar a las preguntas,
sugerencias y cuestiones planteadas por los diferentes Grupos.




El señor RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA: En
primer lugar, quiero agradecer la amabilidad que han tenido al hacer
estas observaciones y preguntas, porque he detectado en todos un gran
conocimiento de la problemática de nuestra Universidad y un gran interés
por resolver sus problemas.

En cuanto a la intervención del señor Paniagua, me preguntaba por las
dificultades más perentorias. Yo creo que en este momento mi mensaje
refleja una situación crítica para este curso próximo. Y sugeriría que
necesitamos un apoyo inmediato para resolver el curso 1996, cuyo
presupuesto estamos elaborando con grandes dificultades de financiación.

A mí se me ocurre solicitar a la Comisión y a los Grupos aquí presentes
alguna medida de tipo urgente --yo no sé cuál se puede arbitrar, sería
cuestión de estudiarlo--, para aportar los medios que necesitamos para
este curso. Puede ser algún crédito extraordinario y a ese respecto el
señor Cruz apuntaba también la posibilidad del endeudamiento de la
universidad, pero yo entiendo que será el Estado el que se endeude al
mismo tiempo, por lo que nos daría igual. Nosotros necesitamos una
solución, bien endeudarnos nosotros o bien el propio Ministerio.

Una de las necesidades más perentorias, como decía en mi intervención, es
sin duda el desfase entre la subvención ordinaria para el capítulo 1 y
los gastos que realmente tenemos en personal, hay un desfase de 2.000
millones, y aludía al agravio comparativo con otras universidades a las
que se les subvenciona al menos en su totalidad el capítulo 1, de manera
que una solución podría ser ésta. Yo creo que podríamos afrontar el curso
próximo simplemente con que se nos subvencionase en su totalidad el
capítulo 1. Pienso yo que no es mucho pedir ni es un gasto nuevo que el
Ministerio pague a su personal, nada más.

En cuanto a la intervención del señor Cruz, que ha demostrado también un
perfecto conocimiento de nuestra Universidad (a través del Consejo
Social, en el que yo he participado en etapas anteriores, he conocido
allí --también tienen representación-- a compañeros suyos), no vamos a
insistir en la escasez de subvención. El marco normativo específico es un
tema pendiente que no depende naturalmente de nosotros, sino de las
Cámaras, para poner al día la LRU o reformarla.

En cuanto a la precisión de cifras de alumnos, en la cifra global que yo
he dado de 142.000, que puede pasar a 150.000, están incluidas,
naturalmente, las enseñanzas regladas y las no regladas. Llamamos
regladas a las que dan lugar a una titulación de las oficiales, y las no
regladas son formación de profesorado y actualización científica del
profesorado. También tenemos un programa que se llama de enseñanza
abierta, por el cual cualquier persona que esté interesada en una materia
puede estudiarla y se le da un diploma que no tiene validez académica
para un currículum, y para ello no se le exige una titulación previa, ni
siquiera de grado medio. Es decir, cualquier persona que desee estudiar
arte, por ejemplo, lo puede estudiar durante un curso, sufre el examen
correspondiente y recibe un diploma que, como digo, no tiene validez
oficial, sino la de satisfacción personal de alumno.

En esa cifra están englobados aproximadamente 126.000 alumnos en torno a
los de enseñanzas regladas, y el resto, entre doctorados, enseñanza
abierta, etcétera, completa nuestro número total de alumnos, pero también
entra dentro de los objetivos de la UNED esa formación continua, esa
extensión universitaria, que parece que es un aspecto muy importante de
nuestro servicio educativo.

En algún momento también ha hecho alusión al número de alumnos que yo
llamaba no típicos de la enseñanza a distancia. En una encuesta que ha
hecho hace poco el COIE nuestro, el Centro de Orientación, Información y
Empleo, creo recordar que se decía que aproximadamente un 70 por ciento
son alumnos que trabajan al mismo tiempo que estudian --en diversos
trabajos, naturalmente--, y en el otro 30 por ciento restante hay que
incluir parados y alumnos que, saliendo del COU, no acceden a las
universidades presenciales y acuden a nuestra Universidad. Respecto a
este tema, puede surgir, y ha surgido de hecho, alguna polémica en
nuestra Universidad sobre si estamos obligados a aceptar a estos alumnos.

Yo le puedo decir, como dije anteriormente en mi exposición, que quizá
ésta sea una nueva función no prevista para esta Universidad, y por tanto
mi equipo de gobierno y yo mismo consideramos que debemos cumplir esta
función, pero para ello necesitamos la ayuda correspondiente de las
autoridades.




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Nosotros entendemos que es mejor que estos chicos estudien con nosotros,
aunque nos plantea graves problemas, porque son chicos que tienen en
mente la enseñanza presencial. Esto ocurre sobre todo en centros urbanos
grandes, como Madrid, Barcelona y otras ciudades de estas dimensiones,
donde estos alumnos pretenden que se les den unas clases presenciales
--con eso también respondo en parte a su pregunta-- y es una lucha entre
nuestra metodología, que debe ser a distancia, y las necesidades
«mentales» de esta gente que no es alumno típico nuestro.

También se ha hecho alusión al centro de Madrid. Efectivamente el centro
de Madrid plantea gravísimos problemas por estas razones. Yo les puedo
comentar ahora algo más del Centro de Madrid y procuraré ser muy breve.

Les puedo decir que, por ejemplo, en Derecho hemos tenido que dejar fuera
aproximadamente a unos 5.000 solicitantes, de ellos gran parte de Madrid
y de las grandes ciudades; en Informática hemos tenido que dejar fuera
también a otros 5.000 alumnos.

Nuestro ideal es no dejar fuera a ningún alumno, pero es que
materialmente es imposible atender a este número de alumnos. Comprendan
que en Derecho tenemos 40.000 en toda España. Derecho e Informática son
las dos únicas carreras en las que nos hemos visto obligados a poner un
límite de admisión, porque si no estaríamos desbordados por la gran
demanda que hay.

Preguntaba el señor Cruz por el control de los centros asociados. Como
sabe, los centros asociados están financiados en su mayoría por las
instituciones locales, fundamentalmente ayuntamientos, diputaciones, y
algunas entidades financieras, cajas de ahorro, etcétera. En la mayoría
de los casos el control económico lo ejercen las mismas instituciones
mediante la intervención de ayuntamientos y diputaciones, aunque,
evidentemente, el control académico es nuestro.

Lo que ocurre con la aprobación de la red básica, como decía en mi
intervención, es que nos permite por lo menos tener una serie de puntos
fijos en cada comunidad autónoma o en cada región donde nuestra
participación económica y nuestra participación en todas las decisiones
sea mayor.

Están surgiendo, como decía también el señor Paniagua, problemas con las
entidades que patrocinaban antes. Por ejemplo, las Cajas de Ahorro no son
muy proclives a aceptar compromisos de aportar cantidades fijas a
nuestros presupuestos, y esto nos plantea problemas. Ya saben también las
dificultades económicas por las que pasan los ayuntamientos. Se trata de
apuntalar nuestra Universidad en una serie de puntos con una mayor
dotación económica, con una mayor infraestructura y con un mayor servicio
a nuestros alumnos, puesto que en estos centros de la red se deben
impartir todas las enseñanzas, tienen que tener una biblioteca digna,
tienen que tener un número de tutores y una infraestructura de todo tipo.

Yo no sé si estoy mezclando algunas de las preguntas. Si no le importa,
voy contestando también a la señora Barrios, que hablaba de la
financiación de los centros en la red básica.

Los centros de la red básica serán financiados en gran parte por la UNED,
pero a través del siguiente mecanismo. Es decir, que percibirán de los
presupuestos de la sede central de la UNED el 50 por ciento de las tasas
de matrícula de los alumnos de ese centro. Luego, ese porcentaje hay que
ir aplazándolo durante un período de cinco años hasta llegar al 50 por
ciento, del cual un 80 es automático y un 20 es para cuestiones
específicas.

Los otros centros que no entren en la red básica tendrán también una
subvención, pero no es fija. Hasta ahora había una limitación por Decreto
que era común a todos los centros asociados de la UNED, por la que no
podía pasar del 10 por ciento de su presupuesto. Ahora se libera esa
limitación, sobre todo en los centros de la red básica.

El señor Paniagua ha aludido al gran número de centros asociados que
tenemos, pero yo creo que es una necesidad que nace en las capitales de
provincia, en un principio en aquellas que no tenían universidad
presencial, sin embargo, como he dicho antes, incluso ahora, en las que
se ha creado universidad presencial, nuestros centros siguen teniendo la
misma demanda de alumnos o quizá superior, porque en cualquier sitio
siempre habrá muchas personas que han dejado pasar el tiempo de estudiar,
por diversas razones, y muchas personas que quieren mejorar en su trabajo
a través de una formación superior. De modo que esta demanda no se
acabará fácilmente. Yo creo que se puede reducir antes la demanda normal,
quizá por cuestiones demográficas, que la nuestra.

En cuanto a la calidad educativa, a los materiales, sobre lo que me
preguntaba la señora Barrios, evidentemente, pero siempre, como la
pescadilla que se muerde la cola, volvemos a la cuestión del dinero y de
la ayuda a esta Universidad. Nosotros deseamos que la oferta de nuestro
servicio educativo sea la mejor, pero para ello se necesitan medios, como
han opinado todos los intervinientes.

El nuevo equipo tiene grandes proyectos de renovación metodológica y de
nuestros medios educativos. Tenemos que ir a la utilización constante y
masiva de las nuevas tecnologías, como es la videoconferencia, que
permitirá enlazar a unos centros asociados con otros, que los centros que
no son de la red básica puedan enlazar, a través de videoconferencia, con
los de red básica que dispone de mayor profesorado, y también con la sede
central para evitar viajes. Es la utilización típica que se debe hacer de
la metodología a distancia.

Tampoco podemos prescindir en este momento de la utilización de todo tipo
de redes informáticas. Tenemos proyectado crear una serie de redes
informáticas para unir los centros asociados entre sí y con la sede
central. Estamos pensando en la utilización de todos estos medios.

En cuanto a la transformación de los profesores-tutores en profesores
asociados, creo recordar que en la intervención de mi predecesor, el
Rector Artés, ya se comentó el problema. Es una reivindicación constante
de nuestros profesores-tutores. Piensen que entre todos los centros
asociados tenemos alrededor de 4.000 profesores-tutores, aunque son de
diversa índole. En unos casos son el magistrado, el juez, presidentes de
audiencias o secretarios de hacienda, y, en otros casos, son catedráticos
de instituto, profesores de universidades cercanas o de la misma ciudad.

O sea que nuestros profesores-tutores conforman un



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estatus muy diverso, lo que también le da cierto dinamismo a nuestra
Universidad, que cuenta con las fuerzas intelectuales de cada localidad.

En cuanto a sus reivindicaciones, que parten de un sector de estos
tutores, son el reconocimiento, fundamentalmente a través de la LRU, de
la categoría de profesor-tutor, es decir, que figure en alguna parte para
que tenga efectos en el currículum profesional y académico de aquellas
personas a las que les interese, cosa que ahora no sucede. Por tanto,
nosotros hemos demandado a las autoridades ministeriales que en cualquier
reforma de la LRU se contemple la especificidad de este profesorado y se
les incluya, por decirlo así, en el catálogo de profesores como un
profesorado muy específico de la enseñanza a distancia.

Por último, para no cansarles, en cuanto a la presencia en los medios de
comunicación, yo no sé si ha mejorado, aunque algunas entrevistas ya
están saliendo. De todas formas, yo le diría que sólo nos gustaría salir
en los medios de comunicación para lo bueno. Personalmente no tenemos
tampoco un interés especial en estar muchas veces en los medios de
comunicación, porque además, si me permite la ironía, con 140.000
alumnos, si nos hacemos mucha propaganda, no sé a dónde podríamos llegar,
pero es simplemente una ironía. Se les informa a los alumnos
periódicamente y, cuando se plantean cuestiones, tratamos de utilizar los
medios de comunicación. Yo no sé si hace falta una mayor presencia, pero
yo no lo creo muy necesario. No sé en qué sentido me hacía la pregunta.




La señora BARRIOS CURBELO: En el sentido, señor Rector, de que muchísimas
veces se utiliza, pero muchísimas no se utiliza el medio de la radio...




El señor PRESIDENTE: Señora Barrios, deje al señor Rector terminar.




El señor RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA
(Costas Rodríguez): No, yo ya he concluido.




El señor PRESIDENTE: Señora Barrios, ¿qué quería?



La señora BARRIOS CURBELO: Es que al dirigirse a mí el señor Rector y
decir que no entendía bien en qué sentido le hacía la pregunta, se lo
quería especificar. Me refería a que en la exposición de las clases por
medio de la radio parece ser que se están teniendo problemas.




El señor RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION A DISTANCIA
(Costas Rodríguez): ¿Usted se refería a que hay problemas en la radio? Yo
creí que hablaba del otro tema, perdone por no haberle entendido. Ha
habido en algún momento algún problema, en el sentido de que se nos sacó
de la frecuencia habitual de Radio Nacional a una de satélite, pero esos
problemas se han solucionado y hemos vuelto a la frecuencia de Radio
Nacional, incluso este año hemos firmado un convenio con Radiotelevisión
para un programa diario de televisión educativa, mediante el cual
nuestros alumnos podrán recibir las explicaciones, las instrucciones y
las clases, de una hora diaria de televisión, a través de Hispasat.

Yo no tengo nada más que añadir, simplemente quiero agradecerles a todos
su atención y pedirles su colaboración para resolver los problemas que
aquí hemos planteado. Me pongo a disposición de ustedes para cuando
deseen alguna información más precisa de nuestra Universidad, ya que se
la daremos gustosamente.




El señor PRESIDENTE: Tenga total seguridad de la sensibilidad --como
algún portavoz ha hecho mención a ello-- de esta Comisión, que asume la
responsabilidad de que la Ley establece que las demás universidades
dependen en su devenir normativo de los parlamentos respectivos, y de que
la UNED es, efectivamente, la única que nos queda. En todo caso, no me
voy a privar de aportar mi granito de arena --no es normal que esta
presidencia lo haga--, que sirve no ya para el debate, que ha concluido,
pero sí para ver la situación en que efectivamente está la UNED.

Anteayer, cuando este Presidente se matriculó, de cuatro programas sólo
había uno, todavía no estaba el material de los otros tres a las alturas
que estamos del mes de octubre. En todo caso, esto lo digo como anécdota
de que efectivamente todos debemos incrementar los esfuerzos para que
funcione mucho mejor la Universidad más grande de España y que,
evidentemente, tiene mucho prestigio.

Concluido, por tanto, el debate de este punto, agradecemos de nuevo la
presencia del señor Rector. Yo supongo que en lo que nos queda de período
legislativo no podremos volver a repetir debates sobre la UNED, salvo que
la ponencia termine sus trabajos sobre la Ley de Reforma Universitaria,
que ahí sí que estaba este tema, pero parece que los diferentes grupos no
se ponen de acuerdo en sacarla adelante. En todo caso, quedamos
mutuamente a disposición para el intercambio de las opiniones.




PREGUNTAS:



--DE LA SEÑORA CREMADES GRIÑAN (GRUPO POPULAR), SOBRE FECHA PREVISTA PARA
LA REGULACION DE LAS CONDICIONES DE ACCESO AL CURSO DE CUALIFICACION
PEDAGOGICA NECESARIO PARA LA APLICACION DE LA LEY ORGANICA DE ORDENACION
DEL SISTEMA EDUCATIVO (LOGSE). (BOCG serie D, número 272. Número de
expediente 181/001657.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al segundo punto del orden del día, que son
las preguntas. Como había señalado al principio de la reunión, el orden
del día ha tenido alguna modificación, ya que respecto a la primera
pregunta, que había sido formulada por la señora Cremades Griñán, ha sido
solicitada su retirada y, por tanto, así se considera.




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--DEL SEÑOR SORIANO BENITEZ DE LUGO (GRUPO POPULAR), SOBRE
IRREGULARIDADES Y DEFICIT EXISTENTES EN LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA.

(BOCG serie D, número 272. Número de expediente 181/001659.)



El señor PRESIDENTE: La segunda pregunta ha sido formulada por el señor
Soriano y va a ser contestada por el señor Secretario de Estado de
Universidades. Para formularla, tiene la palabra el señor Soriano.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: En su edición del pasado 11 de
septiembre, el periódico «El Mundo» informaba de que la Universidad de La
Laguna había perdido 700 millones de pesetas, que la Dirección General de
Universidades del Gobierno de Canarias había adelantado para hacer frente
al pago de deudas contraídas con varias empresas privadas. En un informe,
que a raíz de esta información se dio a la publicidad, al menos en los
medios de comunicación canarios, se indicaba que 17 expedientes, la
mayoría de obras, están sin tramitar, y se añadía que las facturas sí
están debidamente verificadas por la Dirección General de Universidades
del Gobierno de Canarias, que las había abonado al centro superior, pero
que las empresas aún no habían cobrado. Lógicamente, después de estas
informaciones, se organizó el correspondiente revuelo y, en declaraciones
a la prensa, el Rector de la Universidad había anunciado que este
agujero, entre comillas, había sido denunciado ante este Ministerio y
había convocado, al propio tiempo, una rueda de prensa que tendría lugar
al día siguiente. El nuevo rector que sustituyó al anterior equipo
rectoral en el mes de febrero de este año, decía textualmente --y leo de
lo publicado en los medios de comunicación, que es, por otra parte, la
única información que poseo-- que en la gravedad de estos hechos podría
hallarse la causa de los incontables y muy preocupantes problemas por los
que atraviesa esta institución y que pudieran ser objeto de
procedimientos adecuados que depurarán la eventual responsabilidad
administrativa en que hubieran podido incurrir sus autores.

Se indicaba también en el periódico «El Mundo» que se vincula el déficit,
ya denunciado por el rector, de 2.544 millones, con las presuntas
irregularidades en la tramitación de determinados expedientes, déficit,
por otro lado, que viene arrastrando la Universidad, de una deuda de esta
cantidad de 2.544 millones, y que sólo en el ejercicio de 1994 el déficit
se incrementó en 776 millones, de los que 294 millones corresponden a
gastos que sobrepasan el presupuesto estipulado y 482 millones a ingresos
que no se produjeron.

Lo cierto y verdad es --y fue admitido por el rector-- que las deudas de
la Universidad de La Laguna se han incrementado considerablemente en los
últimos cinco años y que el problema radica en que los ejercicios
contables siempre han superado las cantidades estipuladas en los
presupuestos y contabilizaban ingresos que el centro nunca había
percibido.

La Audiencia de Cuentas de Canarias, por otro lado, está realizando una
auditoría, según manifestó el propio rector. Al propio tiempo, el rector
manifestó --en la línea con lo denunciado por el periódico «El Mundo»--
que se había abierto una investigación, por parte de la Inspección
General de Servicios del Ministerio, a la cual se había trasladado toda
esta situación por parte del equipo rectoral, para averiguar la situación
de seis profesores del centro, y a lo mejor alguno más, que habían
incumplido en la docencia, y otras irregularidades que se habían
remitido, como digo, a la Inspección General de Servicios del Ministerio
de Educación.

El equipo rectoral de la Universidad de La Laguna descubrió al tomar
posesión --decía el rector--, en febrero, la situación irregular de
algunos profesores del centro y decidió abrir una investigación en la que
se están estudiando los casos de, al menos, seis docentes. Sin embargo,
el rector no quiso pronunciarse sobre los nombres y la actual situación
de estos profesores, y remitió la postura de su equipo de Gobierno a que
concluyan las investigaciones y se pronuncie el órgano ministerial.

Al día siguiente, el rector convocó una rueda de prensa, de la que se
hicieron eco todos los medios de comunicación, donde insistió, una vez
más, en que se habían remitido varios informes a la Inspección General de
Educación y solicitado una auditoría de la Audiencia de Cuentas y, según
el rector, se habían adoptado estas decisiones desde el 18 de abril,
fecha en que tuvo lugar la primera junta de gobierno que presidió, ante
las anomalías detectadas en la gestión contable del anterior equipo de
gobierno de la Universidad de La Laguna.

Según explicaciones del propio rector, los dineros públicos fueron
consignados al centro superior de una forma finalista, pero se cumplió
con esta finalidad. Con estos datos, la investigación de la Inspección
Ministerial podría estar dirigida hacia el presunto uso indebido de
fondos públicos, según manifestó el propio rector.

Se indicaba que al menos seis profesores del centro también están siento
investigados en Madrid por falta de dedicación a la docencia y otras
causas que no especificó el rector. Sin embargo, aclaró que había llegado
a La Laguna un inspector del Ministerio para estudiar el asunto y que
éste no era el primer caso, ni tampoco la primera visita por parte de la
Inspección General del Ministerio.

En definitiva, el gabinete jurídico del Ministerio, y por lo visto
también el gabinete jurídico de la Universidad, ante la posibilidad de
competencias compartidas entre el Gobierno Autónomo, Universidad o el
propio Ministerio, se había entendido que era correcta la intervención
del Ministerio de Educación y Ciencia, sin duda porque le corresponde al
Ministerio la alta inspección de los servicios.

El propio rector decía textualmente que se vio obligado a reconocer que
la herencia dejada por sus antecesores en el pabellón de gobierno de la
institución académica es tan caótica, en determinados aspectos del orden
financiero, que ha hecho necesario poner el asunto en manos de instancias
externas.

Lo que ocurre es que, con frecuencia, la autonomía universitaria se viene
entendiendo como una especie de bula, para poder hacer lo que les viene a
bien a las respectivas universidades, sin someterse al control debido de
auditorías



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externas, entendiendo la autonomía de una forma que no coincide
exactamente con los cauces jurídicos que deben presidir el funcionamiento
de una institución de esta naturaleza, financiada, en definitiva, con
dinero público.




El señor PRESIDENTE: Señor Soriano, esta Presidencia le ha concedido la
palabra para que formule la pregunta.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: Termino ya, señor Presidente.

En definitiva, se trata de preguntar al señor Secretario de Estado qué
información tiene ya el Ministerio; suponemos que ya el Ministerio y la
Inspección General de Servicios habrán tomado decisiones , a la vista de
una información que vienen realizando desde hace varios meses, y espero
que no ocurra lo mismo que tantas otras veces, que se nos dice que las
actuaciones en vía administrativa llevan sus cauces, no se nos da
información, pero lo cierto es que éste es un tema que está planteado
ante la opinión pública y se trata de un dinero público, ya que las
universidades son financiadas por todos los ciudadanos. Espero y deseo
que el señor Secretario de Estado nos dé cumplida información acerca de
estas irregularidades que, como digo, han tenido gran resonancia en todos
los medios de comunicación del Archipiélago.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado para
contestar a la pregunta.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES E INVESTIGACION (Banda
Tarradellas): Como preámbulo a mi contestación, quisiera recordar que la
Universidad de La Laguna fue transferida a la Comunidad Autónoma de
Canarias mediante Real Decreto del año 1986, del 12 de diciembre. También
quiero recordar que el artículo 16 del Real Decreto 898, de 1985, de 30
de abril, determina que cada universidad cuenta con un servicio de
inspección, y el artículo 19 del mismo Real Decreto faculta al rector y
al Consejo Social para solicitar de las administraciones públicas la
realización de informes e inspecciones.

Dicho esto, puedo informar que con fecha 31 de julio de 1995, el rector
de la Universidad de La Laguna solicitó la colaboración del Ministerio de
Educación y Ciencia para el esclarecimiento de presuntas irregularidades.

Al amparo del artículo 19 del Real Decreto que he mencionado
anteriormente, con fecha 3 de agosto se atiende la solicitud de
colaboración del rector y se autoriza la práctica de una inspección y
elaboración de un informe sobre dichas irregularidades. El informe, que
quedará finalizado esta misma semana, se ha calificado por parte del
Ministerio de Educación y Ciencia como materia reservada, puesto que
compete a la Universidad, y sólo a la Universidad, incoar expedientes que
pudieran proceder como resultado de la investigación realizada.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Soriano.




El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: Como era de esperar, una vez más, la
nebulosa sigue existiendo, puesto que si el informe estará finalizado
esta misma semana, el Ministerio tiene que tener cumplido conocimiento
del asunto. No sé entonces a qué ha venido la intervención del
Ministerio; yo ya sé de sobra que la Universidad está transferida a la
Autonomía de Canarias desde el año 1986, pero, entonces, no alcanzo a
entender por qué razón el Ministerio ha entrado en la cuestión de que la
Inspección de Servicios haga un informe.

Una vez más, tengo que quejarme de que, cada vez que se pregunta por una
información de esta naturaleza, se nos dice que el asunto es materia
reservada, que no hay manera de entenderse, que es la propia Universidad,
etcétera. En definitiva, estoy convencido de que estas nebulosas no
contribuyen a clarificar la situación. En un régimen democrático los
ciudadanos tienen derecho a saber cuál es el uso del dinero público. A mí
me gustaría saber a través de qué disposición se ha hecho la calificación
de materia reservada, al amparo de qué norma jurídica, puesto que las
materias reservadas exigen una instrumentación jurídica. Quiero saber
cuándo se va a levantar esa calificación de materia reservada, si el
informe estará finalizado esta misma semana; cuándo vamos a poder saber
los ciudadanos qué irregularidades hay en la Universidad de La Laguna,
cuándo vamos a poder saber el déficit que alcanza, cuándo vamos a saber
cómo se va a arreglar esa situación. Porque, en definitiva, de lo que se
trata, probablemente, porque es lo que siempre sucede, es de que se
destina dinero a seleccionar personal, cada vez hay más personal en las
universidades; con la LRU se trató de acabar con los PNN y hoy, a través
de la figura de los profesores asociados, hay más que entonces, y el caos
en las universidades está a la orden del día.

De manera que yo lamento que, una vez más, no se nos haya dicho
absolutamente nada y los ciudadanos tengan que seguir desconociendo lo
que ocurre en una institución pública, como es la Universidad.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES E INVESTIGACION (Banda
Tarradellas): Me extraña que usted no comprenda por qué hemos calificado
esta materia de reservada, cuando lo que nos pide el rector de La Laguna
es que colaboremos en una inspección que no nos compete. Simplemente
colaboramos con la Universidad y nosotros le proporcionaremos la
investigación y los resultados de la investigación a la propia
Universidad. Por tanto, en cualquier caso tiene que ser el rector el que
facilite esa información, no tiene que ser el Ministerio de Educación y
Ciencia, porque éste lo único que ha hecho ha sido aceptar la petición de
colaboración del rector de La Laguna. Por ello, me parece obvio y educado
el que nosotros no demos esa información, sino que sea el que nos la ha
pedido el que disponga de ella para la información pública o para lo que
pudiera proceder.




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El señor SORIANO BENITEZ DE LUGO: Pero no me ha contestado la resolución
por la que se declara materia reservada. Eso en sí es un trámite
jurídico.

Señor Presidente, abuso de su benevolencia, que sé que es mucha, y le
ruego que me disculpe.




El señor PRESIDENTE: ¿Tiene algo que decir, señor Secretario de Estado?



El señor SECRETARIO DE ESTADO DE UNIVERSIDADES E INVESTIGACION (Banda
Tarradellas): No, no voy a contestar.




--DEL SEÑOR NIETO GONZALEZ (GRUPO SOCIALISTA), SOBRE MEDIDAS PARA PONER
EN MARCHA LAS ACTIVIDADES DE ESTUDIO ALTERNATIVAS A LA ENSEÑANZA DE LA
RELIGION, REGULADAS POR LA ORDEN MINISTERIAL DE 3/8/95. (BOCG serie D,
número 275. Número de expediente 181/001664.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la siguiente pregunta, formulada por el
señor Nieto, del Grupo Socialista, que va a ser contestada por el señor
Secretario de Estado de Educación.

Tiene la palabra el señor Nieto para formular la pregunta.




El señor NIETO GONZALEZ: A raíz de la publicación de las normas que
regulan las actividades de estudio alternativas a la enseñanza de la
religión, que están establecidas en el Real Decreto 2438/1994, de 16 de
diciembre --me estoy refiriendo al desarrollo de este Decreto, a través
de la orden de 3 de agosto de este año y las resoluciones de fecha 16 de
agosto, también de este año--, se produce una verdadera avalancha de
opiniones críticas sobre dichas normas que abarcan todo el abanico
posible, desde las opiniones manifestadas por la CEAPA, fijando una
posición no confesional clara sobre el tema, hasta una serie de
posiciones manifestadas por la Iglesia Católica y organizaciones afines,
señalando claramente cuál es la posición confesional en esta materia.

La CEAPA, por citar dos posiciones extremas, manifiesta que debería
anularse esta regulación y establecerse que las clases de religión se
diesen a primera o a última hora de la jornada escolar, sin alternativa
alguna, para aquellos alumnos que no opten por la enseñanza religiosa.

Además, plantean que debería darse al comienzo o al final de la jornada
escolar, fuera del propio horario escolar. Es una postura manifestada por
esta organización de padres.

En el extremo opuesto aparecen toda una serie de opiniones por parte de
la jerarquía eclesiástica y voy a citar algunas a título ilustrativo,
para que veamos por dónde discurrieron los acontecimientos hace unos
días, hace ya casi un mes, que fue cuando estuvo, más en auge este
asunto.

Decía el Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, que las alternativas
que propone el Ministerio de Educación a la clase de religión son una
prueba más de la insensibilidad del Gobierno para que se constituya el
imperativo básico de toda actividad educativa, que es la formación y
desarrollo integral de la persona. Dice: Esta es impensable e imposible
sin una sólida formación religiosa del alumno.

Decía el Presidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, sobre las
alternativas a la clase de religión, que el acuerdo Iglesia-Estado no se
respeta y se introduce un sistema por el que la enseñanza religiosa queda
discriminada. Estas dos afirmaciones que acabo de leer aparecen
publicadas en el diario conservador «ABC», en fecha 17 de septiembre de
1995.

Decía el Obispo de Salamanca, Braulio Rodríguez, publicado en el diario
«El Adelanto», en fecha 3 de octubre, que algunas alternativas a la clase
de religión son una tomadura de pelo, expresión textual que recoge el
rotativo salmantino.

Recogía en fecha 18 de octubre el diario conservador «ABC» unas palabras
del Obispo de Avila, Monseñor Cañizares, que señalaba que, cuando se
olvidan las raíces y la tradición, a un pueblo se le deja a merced de
intereses bastardos. El Obispo de Avila calificaba de suicida la
legislación sobre la enseñanza de la religión.

También por aquellas fechas recogía el diario «Ya» un extracto de una
carta dominical publicada por el Arzobispo de Pamplona, Fernando
Sebastián, que decía: El hecho de que los alumnos que cursen religión
tengan una clase con toda seriedad, y los que no dediquen ese tiempo a
juegos y entretenimientos, es una burla a los compromisos adquiridos y un
ataque al mantenimiento de las clases de religión en los centros
públicos. Y seguía: Así no se respeta el derecho a la libertad religiosa
ni de los alumnos ni de sus padres o tutores.

Y finalmente, como ilustración, sirva la afirmación que hacía el Cardenal
Primado de España, Marcelo González, que también recogía el diario «ABC»,
que calificaba de injuria al pueblo el que las clases de religión puedan
ser sustituidas, según la voluntad del alumno, por actividades lúdicas,
como jugar al parchís, a la cometa, o a la resolución de pasatiempos. A
jugar al parchís, dice el Cardenal Primado, le llaman actividad
académica. Y a continuación llama ignorantes a quienes aprueben o
promulguen una ley en este sentido. Sigue diciendo: El pueblo quiere que
se le hable de Dios y no del parchís.

Estas afirmaciones realizadas por tan importantes jerarquías
eclesiásticas parecen más bien dirigidas a otro país y a otra realidad.

Desde mi punto de vista, quieren desconocer nuestra legalidad y nuestra
realidad. Quieren desconocer nuestra legalidad que, simplemente por citar
la disposición adicional segunda de la LOGSE, dice que la religión será
de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los
alumnos; y nuestra realidad es que todos los centros públicos ofertan
enseñanza de la religión católica, a la que asisten todos los alumnos que
voluntariamente lo desean; la realidad es también que la enseñanza de la
religión católica es impartida por profesores designados por la Iglesia,
por la Conferencia Episcopal; y la realidad es también que estos
profesores son pagados con dinero público.




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La jerarquía eclesiástica ha aparecido en este asunto, desde mi punto de
vista, situada en unos extraños mundos...




El señor PRESIDENTE: Señor Nieto, vuelvo a decirle lo mismo que en la
pregunta anterior. El primer turno es para formular la pregunta. Todavía
no se le ha producido una contestación para hacer juicios de valor.




El señor NIETO GONZALEZ: Sólo habrá un turno, señor Presidente.

Espero que sea una situación pasajera y se abandone pronto ese mundo de
la demagogia a través del cual se intenta identificar las enseñanzas
alternativas a la religión con la enseñanza del parchís; que se abandone
el mundo de la intolerancia a través del cual, desde mi punto de vista,
aparece un afán por torpedar constantemente la libertad del otro, de
aquel alumno que opta por no recibir enseñanza religiosa. Se añora,
pienso yo, lo que en otros tiempos era en muchos casos la escuela, que
era la sacristía de alguna iglesia.

Y también espero que se abandone pronto el mundo de la hipocresía. Se
trata de confundir a la opinión pública con la afirmación falsa de que el
Gobierno está eliminando la clase de religión en las escuelas públicas.

Estas son afirmaciones y actitudes que, a juicio de este Diputado, están
produciendo y producían, especialmente hace una quincena, cuando se
hablaba de esto con más intensidad, una cierta alarma social. Por ello,
me parecía aconsejable que el Gobierno compareciera en esta Comisión de
Educación y Cultura para aclarar la situación. Ese fue el motivo de
presentar la pregunta que consta por escrito en el orden del día que hoy
estamos debatiendo. Por tanto, pido al Secretario de Estado que comparece
en nombre del Gobierno que dé respuesta a la pregunta que le he
formulado.




El señor PRESIDENTE: Señor Nieto, el señor Secretario de Estado ha
acudido aquí para contestar a una pregunta sobre las medidas a tomar para
poner en marcha las actividades de estudio alternativas a la enseñanza de
religión, reguladas por la orden ministerial. Lo digo porque esta
Presidencia considera que las opiniones de la jerarquía de la Iglesia
Católica no son objeto de debate, porque podrían introducir elementos de
distorsión en la propia dinámica de la Comisión. Si el trámite elegido
hubiese sido una comparecencia del Gobierno, en la que todos los demás
grupos de la Cámara hubieran tenido la oportunidad de opinar, sería
coherente hacer alusiones a determinados sectores, pero, como no ha sido
así, yo, como Presidente, ruego que la respuesta se circunscriba a la
pregunta, sin perjuicio de que, si se considera oportuno suscitar el
debate sobre este tema entre los diferentes sectores de la sociedad
española, en lugar de una pregunta se busque la fórmula parlamentaria de
la comparecencia, donde todos los grupos tienen la oportunidad de opinar.

En cualquier caso, la libertad es total, tanto para el señor Nieto, que
ha formulado la pregunta, como para el señor Secretario de Estado al
contestar.




El señor NIETO GONZALEZ: Perdón, señor Presidente.

Yo respeto la manifestación que acaba de hacer ahora, pero la pregunta
está hecha en los términos que aparecen en el orden del día, y todo lo
que acabo de decir es simplemente una justificación de por qué se realiza
esa pregunta. Esto se hace habitualmente en esta Cámara con cualquier
tipo de pregunta.




El señor PRESIDENTE: Perfectamente, señor Nieto, pero esta Presidencia le
ha interrumpido precisamente porque, además de relatar, S. S. hacía
juicios de valor sobre las opiniones que estaba leyendo.




El señor NIETO GONZALEZ: Citaba, nada más.




El señor PRESIDENTE: Su señoría podrá comprobar en el «Diario de
Sesiones» que, además de las citas, ha hecho comentarios y juicios de
valor sobre las opiniones y esta Presidencia, sólo en el sentido de
procurar la paz y la tranquilidad dentro de la Comisión, se ha sentido
obligada a decir que, si parece oportuno un debate general a todas las
bandas, la fórmula parlamentaria es la comparecencia, porque todos los
grupos tienen oportunidad de opinar. Tal vez la pregunta es un sistema
excesivamente estrecho, pero, en todo caso, insisto en que, igual que el
señor Nieto ha tenido libertad para opinar, el Gobierno tiene, por
supuesto, libertad para contestar.




El señor NIETO GONZALEZ: Señor Presidente, para que su conciencia quede
tranquila, le diré que todas las referencias que he hecho eran simples
citas. No he tratado de reflejar un juicio de valor sobre las mismas,
sino que simplemente estaba leyendo lo que ha aparecido en la prensa en
los últimos tiempos en relación con este tema. Por tanto, repito, eran
citas. Quiero expresarlo así para que conste en el «Diario de Sesiones».




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE EDUCACION (Marchesi Ullastres): Si se
solicita la comparecencia para poder mantener un debate con todos los
grupos presentes en la Cámara, sin lugar a dudas estaremos dispuestos a
hacerlo, pero ahora me centraré en la pregunta que me ha formulado el
señor Nieto.

Las enseñanzas alternativas a la religión han supuesto una enorme
polémica de forma permanente. Como bien ha comentado el señor Nieto,
ninguna de las soluciones que se han arbitrado han supuesto una sensación
de tranquilidad y de aceptación para todos los sectores que están
implicados en este debate. Como bien se sabe, y el señor Nieto lo
manifestaba en su reflexión, el desarrollo de las normas para el
ejercicio de la libertad de elección en materia religiosa en los centros
educativos es objeto de controversia entre los sectores más laicos, que
defienden que no debe haber enseñanza de la religión en los centros
educativos y, en todo caso, si la hubiera, no debería haber una
alternativa



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a la religión, y aquellos sectores más confesionales, que defienden su
presencia y una alternativa vinculada a la formación ética o a la cultura
religiosa.

Como ha dicho el señor Nieto, el Gobierno, a lo largo de todos estos
años, ha sido totalmente respetuoso con los acuerdos suscritos entre el
Estado y la Santa Sede y, en ese sentido y por esta razón, todos los
centros tienen la obligación de ofertar la asignatura de religión durante
todos los cursos; por tanto, todos los alumnos tienen libertad y
posibilidad de cursar estas enseñanzas. Por parte del Gobierno no hay
ningún interés en limitar el estudio de la religión en los centros y, por
tanto, va a haber tantos profesores como sean necesarios para el estudio
de la religión en los centros. Cualquier opinión que dudara del objetivo
del Gobierno y de su seriedad respecto a este objetivo, es una opinión
que este Secretario de Estado en modo alguno puede compartir, puesto que
los hechos y los datos son los que acabo de formular. Tanto es así, que
en los últimos años el Parlamento, el Gobierno, en su propuesta de
presupuestos, ha incrementado durante estos últimos años las dotaciones
para el profesorado de religión. En los presupuestos que se han
presentado hoy (y que no han sido aprobados por esta Cámara) había un
incremento importante, significativo, para la financiación de los
profesores de religión. Esto quiere decir que, en la medida en que hay
más demanda y más profesores, el Gobierno incluye en sus presupuestos la
ayuda correspondiente.

¿Dónde está el problema? El problema no está ahí, porque yo creo que hay
un acuerdo, y sólo una voluntad que me cuesta valorar puede dar otra
opinión; el problema está en qué es lo que realizan los alumnos para los
que sus familias eligen libremente alternativas diferentes a la religión,
y aquí hay que recordar un principio fundamental del sistema educativo
que se está configurando: que la educación moral, la educación ética es
un objetivo educativo para todos los alumnos. No hay, no queremos que
haya una distinción entre aquellos que estudian religión y aquellos que
estudian ética. No; la ética y la formación moral son una obligación para
todos los alumnos, cualquiera que sea su opción religiosa, y por eso
hemos incorporado en los currículos, en los planes de estudio de toda la
educación, la educación cívica, la educación moral y la educación ética
como formación básica de los alumnos, y en un curso hemos establecido una
asignatura específica de reflexión ética para alumnos mayores, para
alumnos de quince y dieciséis años. No tendría sentido, y supongo que ahí
coincido con S. S., que, como algunos plantean, la ética deba
incorporarse desde los tres a los dieciséis años; lo que sí hemos hecho
ha sido incorporar la educación ética como elemento constitutivo de la
educación de todos los alumnos y una materia específica de reflexión
sobre la ética.

Planteadas así las cosas, lo que deberían hacer el Gobierno y el
Ministerio de Educación, y así lo hemos hecho, es analizar a qué se
pueden dedicar aquellos alumnos cuyos padres deciden que no estudien
religión, e insisto de nuevo en que la alternativa no es en modo alguno
la ética, porque ética es un objetivo compartido por todos los alumnos y
está presente en su currículum.

En el año 1991 ó 1992, como desarrollo de la LOGSE, el Gobierno
estableció en el decreto correspondiente el estudio asistido como
alternativa a la religión para los alumnos que no elegían religión.

Sectores vinculados a la jerarquía eclesiástica recurrieron ese decreto y
el Tribunal Supremo estableció que el estudio asistido no era aceptable
jurídicamente. Pero no era aceptable--y ésa fue la razón que dio el
Tribunal Supremo-- porque, frente a lo que pensaban los que defendían ese
decreto, el Tribunal Supremo consideró que el estudio asistido
beneficiaba a los alumnos que no elegían el estudio de la religión,
porque les permitía repasar las materias fundamentales, con lo que podían
tener ventaja a la hora de los exámenes o de las evaluaciones en las
materias que repasaban. Además, el Tribunal Supremo estableció que en la
posible alternativa a la religión no debía haber contenido alguno que
estuviera incorporado en los planes de estudio, en el currículo, para
todos los alumnos. Por tanto, el Ministerio ha tenido que establecer las
actividades alternativas a la religión con elementos que no están --que
no pueden estar, porque así lo ha dicho el Tribunal Supremo-- en los
contenidos comunes para todos los alumnos.

¿Qué hemos hecho? Por una parte, hemos establecido un repertorio de
actividades posibles, para que los centros las concreten como actividades
alternativas al estudio de la religión, para aquellos alumnos que
libremente no elijan su estudio. Les leo algunas: actividades
topológicas, reflexión sobre América latina, asociacionismo juvenil,
aprender a conocernos, audiciones musicales, ciencia y fantasía,
biblioteca escolar, colecciones, debates sobre temas de actualidad,
dilemas morales, democracia paritaria, dramatizaciones, fiestas
populares, exposiciones, historia del cine, juegos lógicos --motivo de
polémica--, en la medida en que creemos que este repertorio de
actividades puede permitir a los centros elegir algún tipo de actividad
que no estuviera establecido en el currículo y permitir a los alumnos
tener una actividad interesante. Al mismo tiempo, como bien se sabe,
hemos establecido para los alumnos mayores tres cursos de estudio, de
lectura, sobre las diferentes culturas religiosas.

En ese sentido, debo compartir las apreciaciones de S. S., que hago mías,
en el sentido de que la valoración negativa, la valoración distorsionada
de esta propuesta es un claro ejercicio de demagogia y de no tener en
cuenta las propuestas que ha hecho el Ministerio.

Insisto de nuevo en que lo que no se puede olvidar es que haya objetivos
educativos y formativos para todos los alumnos y que la religión es una
materia --dice el Acuerdo con la Santa Sede-- equiparable a las demás
materias fundamentales; pero en ningún lugar dice el Acuerdo con la Santa
Sede que la alternativa a la religión sea equiparable a las demás
materias fundamentales.

El Ministerio ha considerado que ésta es una alternativa viable para
aquellos que no quieran la enseñanza de la religión, y lo que sorprende
es que la jerarquía eclesiástica, o los sectores más confesionales,
quieran establecer los estudios de aquellos que explícitamente no quieren
elegir la religión. Son más bien las asociaciones de padres, las
asociaciones más vinculadas a aquellos alumnos



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que --en el ejercicio de su derecho a la elección-- han preferido no
elegir religión, con las que debemos contar para adoptar las decisiones
pertinentes. Y en esa dirección de respeto al estudio de la religión para
todos los alumnos que lo deseen y de encontrar una vía acorde con los
intereses de los distintos colectivos, acorde con la sentencia del
Tribunal Supremo y que permita una actividad interesante, pero que no
entre en colisión con el currículo establecido, hemos formulado este
repertorio de actividades, a las que he hecho mención, que creo que son
de suficiente interés para la actividad educativa de un alumno, entre las
cuales se han incorporado tres años de cultura religiosa para los alumnos
de esas edades. Otro planteamiento para alumnos más pequeños --estamos
hablando de alumnos de tres, cuatro, cinco, seis o siete años--,
posiblemente nos llevaría al aburrimiento o al abandono por parte de
aquellos alumnos que, insisto, no han querido elegir el estudio de la
religión.

Por tanto, éste es el planteamiento que hemos defendido, un planteamiento
equilibrado entre unos sectores y otros, que nos parece que recoge los
compromisos que el Gobierno tiene con los ciudadanos y con el conjunto de
los sectores y asociaciones educativas.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea intervenir, señor Nieto?



El señor NIETO GONZALEZ: Sí, señor Presidente, para pedir una aclaración.

Señor Secretario de Estado, comparto el planteamiento que acaba de
realizar y creo que la explicación que acaba de dar es una explicación de
la realidad.

Simplemente quería hacerle una pregunta tendente a profundizar en el
sentido de la pregunta general que le he hecho. La puesta en marcha,
durante el curso escolar que acaba de empezar, de esta serie de
actividades de estudio alternativas a la clase de enseñanza de la
religión ¿ha perjudicado en alguna medida la enseñanza de la religión en
los centros escolares públicos, como se afirmaba de forma insistente al
comienzo del curso escolar por parte de estos sectores confesionales y
especialmente por parte de la jerarquía eclesiástica, como señalaba en mi
primera intervención? ¿Cree que de alguna forma estas alternativas vienen
a perjudicar la enseñanza de la religión o, por el contrario, vienen a
dar exclusivamente cauce a aquellos alumnos que, por no asistir a clase
de religión --porque así voluntariamente lo han decidido-- tienen que
realizar otras actividades en esas horas en que sus compañeros van a
clase de religión? ¿Se ha perturbado, en alguna medida, la enseñanza de
la religión a través de estas actividades o, por el contrario, no ha sido
así?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE EDUCACION (Marchesi Ullastres): No tengo
todavía perspectiva suficiente para hacer una evaluación categórica de lo
que ha sucedido. Sin embargo, tengo muchas reuniones con profesores y
equipos directivos en las que abordamos todos los temas que preocupan al
profesorado. Hoy he estado en Getafe, con todos los equipos directivos de
Getafe, entre los que habría unos 200 profesores, y a la una he ido a
Móstoles, donde no habría menos de 400 ó 500 profesores, para llevar a
cabo un debate sobre la reforma. Asimismo, mañana voy a Zaragoza y me
entrevistaré con los directores de Zaragoza. Es decir, mantengo un
contacto bastante permanente con los profesores. Dicho esto, puedo
señalar, en primer lugar, que no he encontrado problema alguno en la
etapa de educación primaria, hasta los 14 años. Las mencionadas
alternativas al estudio de la religión no han supuesto dificultad alguna
y todo ha ido con una enorme tranquilidad. Sí he de señalar que --frente
a lo que se podía haber pensado hace unos meses, por las intervenciones
que ha habido, a las que el señor Nieto hacía mención-- si algo está
suponiendo algún tipo de problemas para los profesores no es la enseñanza
de la religión en la etapa de educación secundaria y el bachillerato,
sino que algunos sí me han manifestado ciertas dificultades para obtener
un programa y organizar aquellas actividades que, para los alumnos
mayores, hemos establecido en relación con las distintas culturas
religiosas. ¿Por qué? Porque hace falta una preparación, hacen falta unos
materiales, y hace falta una tradición que posiblemente no tenemos.

Repito, sí me han manifestado algunos profesores ciertas dificultades, en
modo alguno relativas a la enseñanza de la religión, sino, curiosamente,
por las críticas que en general se han vertido, y no precisamente hacia
esta alternativa, para organizar de forma seria, como queremos hacerlo,
la formación de los alumnos en las distintas culturas religiosas.

Por lo demás, considero que en los centros docentes, en la elección de
las familias, hay una sensación de enorme tranquilidad, de enorme
sosiego, y que todas las familias son conscientes de que hay una real
garantía de elección ante la opción de estudio de la religión o la opción
de no estudio de la religión.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado.

Concluidas las preguntas y concluido el orden del día, se levanta la
sesión.




Eran las seis de la tarde.