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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 578, de 10/10/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 578
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 43
celebrada el martes, 10 de octubre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia de personalidades y funcionarios de la Administración del
Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 1996. (BOCG serie A, número 135-1,
de 30-09-95. Número de expediente 121/000120.)



Se abre la sesión a las 16 horas.




COMPARECENCIA DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACION DEL
ESTADO, AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 1996 (número de expediente
121/000120):



--DEL SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (WESTENDORP Y
CABEZA). A SOLICITUD DEL GRUPO POPULAR. (Número de expediente
212/001703.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a la sesión de la
Comisión de Asuntos Exteriores en relación con la tramitación del
Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 1996. Antes que
nada



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quiero dar la bienvenida al señor Secretario de Estado para las
Comunidades Europeas, el señor Westendorp, que ya sabe que está en su
propia casa, y espero que nos siga visitando mucho más.

El señor Westendorp tiene la palabra, por consiguiente, para introducir
el debate.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Supongo que el interés de SS. SS. debe residir más en conocer el
saldo financiero y los flujos entre la Unión Europea y España que en
conocer los avatares del presupuesto reducido de la Secretaría de Estado
para las Comunidades Europeas, en el que nos hemos guiado por un criterio
de reducción del gasto, siguiendo obedientemente instrucciones del
Ministerio de Hacienda. Es el programa 132C., Acción diplomática ante las
Comunidades Europeas, cuyos rasgos fundamentales son los siguientes:
capítulo 1, «Gastos de personal», que pertenece al Ministerio de Asuntos
Exteriores en general y, por lo tanto, les rogaría a SS. SS. que las
preguntas que desearan hacer sobre este tema se las hicieran al
Subsecretario de Asuntos Exteriores, que es el que coordina y tiene la
responsabilidad de todo el gasto de personal. La Secretaría de Estado
tiene básicamente el capítulo 2, «Gastos corrientes en bienes y
servicios», donde hemos operado una reducción de 97.385.000 pesetas con
relación al año anterior, que es una reducción del gasto del 10,7 por
ciento del presupuesto con relación a 1995. Los detalles son:
«Arrendamiento y cánones», una disminución de 6 millones (estoy
redondeando cifras); «Reparaciones, mantenimiento y conservación», una
reducción de 41.700 millones de pesetas, dado que durante estos dos años
se mantienen las garantías y, por lo tanto, se puede reducir esta
partida, aunque sin bien, una vez transcurrido el período de garantía,
tendremos que volver a reintroducirlo; en «Material, suministros y
otros»: «Material de oficina», reducción de 3.300.000 pesetas; en
«Suministros», de 12.500.000 pesetas, «Comunicaciones», 16.500.000
pesetas; «Transportes», 6.700.000 pesetas. Solamente tenemos un aumento,
que es en «Tributos», 3.000.000 de pesetas, por las obligaciones
especialmente de carácter tributario a las que tenemos que hacer frente.

En cuanto a trabajos de otras empresas hemos reducido 9.000.000 de
pesetas.

En «Indemnizaciones por razones de servicio» no hay variación ninguna, y
en «Inversiones reales», capítulo 6, se ha reducido el crédito en
65.700.000 pesetas, lo que supone una reducción del 51 por ciento con
relación al presupuesto del ejercicio anterior. Estas son básicamente las
grandes cifras del presupuesto de la Secretaría de Estado, que es un
presupuesto reducido, como han podido comprobar SS. SS.

Quería hacer una mención, y es que la Presidencia española está
realizando la tarea de poner de acuerdo a los quince Estados miembros y
al Parlamento Europeo en el Presupuesto para 1996. La tarea está muy
avanzada. Es el primer presupuesto en donde hay quince Estados miembros,
y está dentro de las perspectivas financieras. Yo creo que este año
podremos evitar el recurso ante el Tribunal de Justicia, como se realizó
el año anterior. Y esperamos que con las enmiendas que introduzca el
Parlamento Europeo podamos llegar a un presupuesto en el Pleno del
Parlamento Europeo en la sesión de diciembre. Este es uno de los
elementos que quería destacar. Y el otro es las relaciones, los flujos de
aportaciones españolas y de recepción. En el presupuesto hay unas
previsiones que SS. SS. conocen y que suponen lo siguiente: en cuanto a
nuestras aportaciones al presupuesto comunitario, se han presupuestado
879.133 millones de pesetas, que unidos a los 16.000 millones del Fondo
Europeo de Desarrollo totalizan 895.133 millones de pesetas. En cuanto a
aportación española, esto supone un aumento del 4,9 con relación al año
anterior (en lo que se refiere a la aportación al presupuesto) y una
disminución del 15,3 en la contribución al Fondo de Desarrollo. Este
aumento se debe fundamentalmente al descenso de la aportación neta por
IVA, debido a las reducciones del tipo uniforme y a la entrada en
funcionamiento pleno del producto nacional bruto como nuevo recurso. Esto
en lo que se refiere a las aportaciones españolas.

Las recepciones, lo que va a recibir España, transferencias totales en el
ejercicio del 96, está estimado en 1 billón 674.422 millones de pesetas;
esto supone un ligero aumento con relación al año anterior, y este
aumento se desglosa de la siguiente manera: Feoga-Garantía, sección
agricultura, 856.246 millones, un aumento del 13,6 por ciento con
relación al año anterior; y en fondos estructurales tenemos un total, en
1996, de 650.000 millones de pesetas, un ligero descenso con relación al
año anterior, donde se habían contabilizado partidas no abonadas en el
año 1994. Por eso, el año anterior eran unos flujos mayores de los que se
espera este año. Eso en cuanto a fondos estructurales. Fondo de cohesión:
en el año 1996 vamos a recibir 147.400 millones de pesetas, de los cuales
132.800 corresponden a acciones cofinanciadas por el Estado y con reflejo
en el presupuesto de ingresos; y el resto, 14.600 millones, van dirigidas
a otras administraciones, básicamente a las administraciones autonómicas.

Y hay otras partidas, como es la partida CECA, que es de 20.776 millones
de pesetas.

Esto quiere decir que el saldo financiero neto esperado entre España y la
Unión Europea en 1996 es de 779.289 millones de pesetas. El saldo
estimado financiero de caja del año anterior era de 999.281 millones de
pesetas, que, por lo tanto, superó ampliamente las previsiones del año
1995. La diferencia de esta cifra se estima en que, precisamente lo que
decía antes, que se recibieron en el año 95 pagos que eran imputables al
año anterior. Este saldo neto de 1 billón y medio casi de pesetas es lo
que se espera para el año 1996.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado. ¿Grupos
que desea hacer uso de la palabra? (Pausa.) El señor Martínez Casañ, por
el Grupo Popular, tiene la palabra.




El señor MARTINEZ CASAÑ: Agradezco en nombre del Grupo Popular al
Secretario de Estado la información que nos ha dado y aprovecho su
presencia en esta Comisión para hacer una serie de reflexiones y
plantearle también



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algunas preguntas. Quizá no me pueda contestar algunas en este momento,
pero, en ese caso, le agradecería que nos hiciera llegar la información
por el cauce adecuado.

El señor Secretario de Estado nos ha dado unas cifras bastante
descriptivas de lo que van a ser los presupuestos de la Unión Europea
este año, y la contribución española, así como las percepciones totales.

Yo quisiera quizá desgranar un poco esta información y llegar a
respuestas un poco más detalladas y exactas.

La aportación española al presupuesto comunitario en 1996 se ha calculado
desde la hipótesis de que antes del día 31 de octubre de este año se va a
ratificar la decisión del Consejo relativa al sistema de recursos propios
y que introduce los cambios acordados por el Consejo Europeo de
Edimburgo. En este sentido, me gustaría que el señor Secretario de Estado
me hiciera una valoración de cómo afecta al presupuesto esta decisión.

En segundo lugar, la aportación española al Presupuesto General de la
Unión Europea, cuyas cifras nos ha facilitado el Secretario de Estado,
que asciende a 879.133 millones y que supone un aumento del 4,9 por
ciento sobre el ejercicio de 1995, nos gustaría saber cuáles han sido las
tasas de retorno para el presupuesto español mediante aportaciones de
programas comunitarios, especialmente los estructurales y de cohesión en
1994. Y aunque sean cifras estimadas todavía, ¿cuáles están siendo los
retornos para el 95? Asimismo, nos gustaría saber cómo afectará al saldo
neto de las relaciones con la Unión Europea el hecho de que en el
ejercicio de 1996 la aportación española haya aumentado debido
principalmente a una mayor aportación del PNB y el hecho de que el
presupuesto comunitario aumente en 8,2 por ciento.

Respecto a la contribución de España al FED, que no ha mencionado el
señor Secretario de Estado, si mal no recuerdo, que es de 16.000 millones
de pesetas, en línea con el presupuesto general del FED, inferior en un
15 por ciento al del 95, al no ejecutarse proyectos del octavo FED por
retrasos en la ratificación en este último, la pregunta sería la
siguiente: ¿Desarrolla el Ministerio de Asuntos Exteriores o algún otro
ministerio actividades de información sobre el alcance y contenidos de
estos proyectos y su posible beneficio para las empresas que acudan a
ellos? Comparativamente, ¿qué puesto ocupa España en cuanto programas FED
de la Comunidad?
Otra pregunta sería respecto al Feoga-Garantía. Para España estos fondos
ascenderán a 856.246 millones de pesetas. Hay que tener en cuenta que en
1995 la Comunidad ha anticipado como medida preventiva financiera contra
los efectos de la sequía 106.000 millones de pesetas que deberán
percibirse en 1996. Por otra parte, en 1996 la Comunidad dejará de abonar
a los Estados miembros el importe de los intereses financieros de los
anticipos que estos últimos pagaban a los agricultores, y los intereses
financieros correspondientes a 1995 ascenderán a 6.444 millones de
pesetas. ¿Qué puesto ocupará España en relación a los demás países
comunitarios en cuanto a percepciones procedentes del Feoga-Garantía? ¿Ha
mejorado o ha perdido puestos con la entrada en vigor de la reforma de la
PAC?
Otra pregunta que me gustaría hacer al señor Secretario de Estado, es:
dado que el presupuesto del Fondo de Cohesión se puede aplicar únicamente
a los proyectos en los ámbitos de medio ambiente y de las
infraestructuras de transporte (el señor Secretario de Estado nos ha dado
las cifras), ¿cuáles son las prioridades del Gobierno para el próximo
ejercicio en este ámbito? ¿Cómo afectará a España en relación con este
fondo el no cumplimiento, o el posible no cumplimiento de la
convergencia, puesto que ésta es una de las condiciones de creación del
fondo?
Otra pregunta que interesaría mucho conocer la respuesta a nuestro grupo
sería: bajo el epígrafe de «Otras transferencias» se dice que se
ingresarán en 1996, 20.776 millones de pesetas. Este es un concepto que
nos parece poco claro y quizá requeriría una cierta explicación por parte
del señor Secretario de Estado. También nos gustaría saber cómo ha
afectado a España la adaptación de las perspectivas financieras con
motivo de la última ampliación de la Unión Europea (Austria, Finlandia y
Suecia), puesto que con ellas se modifican no sólo las cuantías y
cálculos para las aportaciones del presupuesto comunitario, sino también
las salidas del presupuesto, los gastos a través de los distintos fondos.

Otro tema que nos interesa también muchísimo, y sobre el cual ya hemos
hecho algunas preguntas parlamentarias, es el tema del fraude. Como sabe
el señor Secretario de Estado, la Unión Europea está haciendo un gran
esfuerzo de lucha contra el fraude en lo que a las ayudas comunitarias se
refiere. En un país como el nuestro, en el que desgraciadamente el fraude
y el abuso en las ayudas estatales, subvenciones, subsidios, pensiones,
etcétera, es tan grave, es presumible que puedan existir irregularidades
en cuanto a la aplicación del presupuesto comunitario. ¿Qué medidas ha
adoptado España para frenar el fraude en la utilización de los fondos
comunitarios, con qué criterios y con qué resultados?
Respecto al saldo neto que el señor Secretario de Estado nos ha dado, la
cifra es 779.289 millones en las relaciones financieras con la Unión
Europea, es importante que sea positivo y alcance un importe como el que
se ha mencionado, pero nos parece que es necesario también tener la
información para poder contrastar los datos con la realidad, a fin de
poder seguir la evolución de estos ingresos y gastos y procurar su
correcta aplicación, con lo cual nos gustaría tener quizá un desglose.

Y, por último, nos gustaría también saber, puesto que no es pronto para
reflexionar acerca de la necesidad de la reforma del presupuesto
comunitario, de cara a la futura ampliación en los países del Este y
Centro de Europa, una vez concluidas en 1999 las actuales perspectivas
financieras de España que en algún momento dejará de ser beneficiaria
¿qué medidas se están adoptando para este caso?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS:
Sin duda alguna yo le suministraré los datos exactos, porque de algunos
de ellos le voy a dar cifras aproximadas.




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La primera cuestión es la ratificación, cómo afecta la falta de
ratificación del sistema de recursos propios por algunos países. Hay dos
o tres países que todavía no lo han ratificado y, por lo tanto, no ha
entrado en vigor dicha decisión. No va a afectar al Presupuesto del 96,
puesto que la situación económica en alguna medida ha mejorado sobre lo
esperado en la Unión Europea y se ha podido encajar todo el Presupuesto
del 96 dentro del techo del 1,2 por ciento. Por lo tanto, siguen en vigor
las mismas cifras de la línea directriz agrícola, por una parte, y del
límite de gasto fijado por las perspectivas financieras, por otro. Por lo
tanto, no ha sido necesario aumentar al 1,22 por ciento, que es a lo que
se llegará cuando se ratifique la decisión de recursos propios. De manera
que estas cifras del presupuesto, en lo que se refiere a España, siguen
siendo válidas, sin incidencia ninguna, salvo, evidentemente, que no se
ratificasen, hecho por el que la Comisión de Recursos Propios pondría en
una situación complicada a la Unión Europea.

En cuanto a las tasas de retorno, los retornos en los que se refiere a
fondos estructurales y Fondo de Cohesión son, básicamente, retornos netos
de los que tendría que descontarse sin duda alguna la cofinanciación
estatal y autonómica, a la que ya me he referido antes cuando he
mencionado Fondo de Cohesión. Pero las cifras más exactas se las haré
llegar, con mucho gusto, a SS. SS.

En cuanto al FED, creo haberme referido a él. La aportación en el 95 fue
de 18.800 millones y en el 96 se estima en 16.000 millones. Esta
disminución se debe a la dificultad de realizar proyectos con cargo al
Fondo Europeo de Desarrollo. Sin embargo, las estimaciones de Caja de
nuestra aportación para el 95 han sido inferiores a las previstas en el
95: en vez de ser 18.000 millones han sido 16.000 millones.

¿Qué es lo que se hace para sensibilizar a las distintas empresas que
participan en los fondos de desarrollo o se pueden beneficiar de los
mismos? Hay un amplio programa llevado a cabo no solamente por la
Administración española, por la Secretaría de Estado de cooperación, por
el ICEX, por el Ministerio de Comercio, sino también por la CEOE y las
distintas asociaciones patronales, es constante esta acción; se han
editado guías, libros, aconsejando cómo se deben utilizar mejor los
fondos y, a pesar de ello, el índice de retornos que tenemos en esta zona
donde se realiza esta importante acción de cooperación está por debajo,
claramente por debajo, de nuestra aportación al Presupuesto. Como SS. SS.

saben, la aportación al presupuesto FED venía siendo en torno al 6 por
ciento, inferior, por lo tanto, a nuestra aportación al Presupuesto
general, pero el retorno desgraciadamente no se acerca ni con mucho a esa
cifra y, no me gustaría hablar de memoria, pero desde luego no debe
superar el 2%. Por lo tanto, esto es algo que, a todos los niveles,
deberíamos intentar hacer llegar a nuestras empresas, para que puedan
beneficiarse de estas ayudas. Sin embargo, el índice de retornos en otras
áreas, que no son las áreas de excolonias británicas y francesas, es
bastante superior. Por ejemplo, en América latina o en el Mediterráneo
son índices de retorno incluso superiores a nuestra aportación al
presupuesto.

Sin duda alguna el anticipo de sequía será un anticipo a cuenta y, por lo
tanto, será descontable de la cifra estimada del Feoga-Garantía para el
año 1996.

En cuanto a las proyecciones del Fondo de Cohesión para 1996 en el
reparto «Medio ambiente-Transportes», las previsiones es mantener
básicamente la misma estructura que hasta ahora, es decir,
aproximadamente un 52 por ciento a favor de Transporte y un 48 por ciento
para Medio ambiente.

Las consecuencias del no cumplimiento de los criterios de convergencia
son bien conocidas, están previstas en el Tratado de la Unión; y si esto
se llegara a producir, es decir, si la Comisión detectara un
incumplimiento de los criterios de convergencia y el Consejo así lo
ratificara, está previsto que se retiren durante ese año donde no se
cumplan los criterios de convergencia las ayudas imputables al Fondo de
Cohesión. De todas maneras, ésta es una eventualidad que esperemos no se
produzca, pero está ahí y la consecuencia sería clara: la retirada de la
ayuda del Fondo de Cohesión durante ese año.

Lucha contra el fraude. Por parte comunitaria se están introduciendo
medidas para que el Presupuesto de la Unión Europea tenga el menor índice
de fraude posible, se están dando mayores poderes al Tribunal de Cuentas
y, en la reforma institucional que se está pensando, el Tribunal de
Cuentas tiene realmente que regirse en el verdadero motor de la lucha
contra el fraude. Eso a nivel europeo. A nivel de ejecución nacional, el
Tribunal de Cuentas debería entrar, y esto es una de sus
reivindicaciones, en contacto directo con los tribunales de cuentas
nacionales para colaborar en la lucha contra el fraude. Se han tomado
también distintas medidas a nivel comunitario que está impulsando la
Presidencia española. Por lo tanto, en lo que se refiere a las
instituciones y a los organismos comunitarios, la lucha contra el fraude
es algo en lo que cada vez se está estrechando más el círculo. Dado que
uno de los principales factores de irritación contra los que, en
principio, tenemos vocación de ser receptores netos del fondo durante un
tiempo --esperemos que sea lo más largo posible--, es precisamente el
fraude, es necesario llevar a cabo un adecuado control del fraude contra
los fondos comunitarios.

Y una palabra sobre la ampliación. Sin duda alguna, la ampliación al Este
es algo que va a repercutir sobre la financiación de la Unión Europea, a
pesar de lo que algunos países que son contribuyentes netos dicen. Es muy
difícil que hoy día podamos pensar en un aumento del doble de miembros,
es decir, pasar de 15 a 27 miembros, sin que cueste nada a las arcas
comunitarias, sin duda alguna va a costar. Los estudios que se están
realizando son muy variados; la Comisión está ahora realizando el estudio
más adecuado en lo que se refiere a fondos estructurales y a agricultura,
y esperemos que en el Consejo Europeo en Madrid tengamos una visión más
aclara. Pero digo que los estudios que se han realizado, tanto por la
Comisión a título preliminar, como por algunos institutos de tipo
privado, o encargados también por la Comisión, varían enormemente entre
un 50 y un 100 por



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cien en lo que refiere, sobre todo, a fondos estructurales y a
agricultura.

Las medidas que se van a tomar para que este impacto sea lo más reducido
posible, todavía están por decidir. Pero sin duda alguna, una de esas
medidas, la que está en círculos oficiales, pero todavía no en una
discusión abierta, es la de que la transición sea una transición larga,
es decir, que la ampliación de la Unión a los países del Centro y del
Este de Europa, Chipre, Malta y bálticos, va a ser una ampliación más
parecida a lo que fue la entrada de España y Portugal, con períodos de
transición más largos, e incluso superiores a los que tuvimos entonces,
que a la ampliación reciente con los países nórdicos, que se hizo
prácticamente sin período de transición. Y esto, precisamente, para
diluir en el tiempo el impacto presupuestario que pueda tener sobre todos
los países, tanto sobre los propios candidatos como sobre los países que
ya estamos dentro de la Unión Europea. A pesar de lo que se diga en
algunos medios de algunos países, concretamente en los contribuyentes
netos, lo que realmente va a ser imposible es que el coste de la
ampliación sea sufragado solamente a costa de un grupo reducido de
países, que somos los que nos beneficiamos de fondos estructurales, o por
un grupo de ciudadanos de la Unión Europea, concretamente los
agricultores. Yo creo que la operación de la ampliación es una operación
tan importante para Europa que va a haber que financiarla, sin duda
alguna, con fondos adicionales, y además habrá que financiarlo
equitativamente entre todos. No es una operación que vaya a resultar
gratis, ni es una operación que sólo la vayan a pagar unos cuantos.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Martínez Casañ desea añadir algo?



El señor MARTINEZ CASAÑ: Sí, señor Presidente. Agradezco al señor
Secretario de Estado las explicaciones que nos acaba de dar. Entiendo que
hay una serie de respuestas que no puede proporcionar en este momento y
confío en que, como él ha dicho antes, nos las hará llegar por los
procedimientos oportunos.

Sí quería hacer unos últimos comentarios. No voy a extenderme en el tema
del FED y de los retornos que tiene nuestro país, puesto que éste es un
tema en el que tendrá algo que decir mi compañero, señor Hernando, cuando
trate del objeto de su petición de comparecencia. Sí me gustaría añadir
que espero, como espera también el Secretario de Estado, que el no
cumplimiento de los criterios de convergencia no afecte a la percepción
del Fondo de Cohesión con que cuenta nuestro país. Esperemos todos que
España pueda continuar percibiéndolos, por los menos mientras continúen
siendo necesarios para reformar las estructuras que se tienen que
reformar en nuestro país.

En la lucha contra el fraude esperamos también que, tal como ha dicho el
señor Secretario de Estado, a nivel nacional se pongan en marcha los
procedimientos necesarios para que nuestro país no quede, a nivel
comunitario, como un país en el que el fraude se realiza con impunidad,
porque a la larga no nos beneficia a ninguno, a nosotros nos perjudica
principalmente. La imagen que tenemos en Europa es una imagen que después
va a costar mucho tiempo enderezar si no ponemos en marcha los
procedimientos oportunos, y creo que debemos esforzarnos para que haya
una buena articulación de las vías de lucha contra el fraude a nivel
comunitario y a nivel español.

Creo que el señor Secretario de Estado ha confundido mi pregunta respecto
a la ampliación. Yo preguntaba, no los efectos de la próxima ampliación,
sino cómo afectaba a España la adaptación de las perspectivas financieras
con motivo de la ampliación que tuvo lugar a los tres países, Austria,
Finlandia y Suecia, puesto que con ellas se modifican no solamente las
cuantías y cálculos para las aportaciones al presupuesto comunitario,
sino también las salidas del Presupuesto, los gastos a través de los
distintos fondos.

No me quiero extender más porque entiendo que la tarde es larga y hay más
comparecencias previstas; simplemente confío en el buen hacer el
Secretario de Estado y espero las respuestas, que seguro nos llegarán lo
antes posible.




El señor PRESIDENTE: ¿Quiere añadir algo el Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS: Simplemente
le pido disculpas, había entendido mal la pregunta. No tengo cifras
exactas, pero los cálculos que se habían hecho es que los nuevos países
miembros de la Unión Europea, pasado el primer año, serían básicamente
contribuyentes netos. Eso quiere decir que el efecto neto de la
aportación española al Presupuesto tiene un efecto muy reducido; es
decir, que la menor aportación que pueda hacer España, por razón de la
presencia de estos países, en el primer año o en el segundo, que es
cuando todavía eran receptores netos de fondos (se había hecho de tal
manera que estos países empezaban a ser contribuyentes netos a partir del
primero o segundo años), tiene un efecto que, prácticamente, se anula el
uno con el otro. Yo no tengo aquí las cifras exactas, pero me da la
impresión de que debe ser un efecto muy, muy reducido. En todo caso,
todas estas precisiones se las haré llegar a S. S. por escrito.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, ¿desean hacer uso de la
palabra? (Pausa.) No es así. Por consiguiente, esta comparecencia, señor
Westendorp, ha concluido. Le damos las gracias por su presencia, y lo que
decía al principio lo mantengo: deseo verle con más frecuencia aquí entre
nosotros.




--DEL SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (DICENTA BALLESTER). A SOLICITUD DEL GRUPO MIXTO. (Número de
expediente 212/001624) Y GRUPO POPULAR. (Número de expediente
212/001700.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, continuamos con el orden del día. Quiero
saludar la presencia del señor Dicenta,



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Secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para
Iberoamérica.

El señor Secretario de Estado me informa que prefiere que le hagan
ustedes las preguntas que consideren pertinentes, para contestarlas una
por una. De modo que tiene la palabra por el Grupo Popular, si entiendo
bien, el señor Hernando.




El señor HERNANDO FRAILE: Una vez conocido el proyecto de Presupuestos
Generales del Estado, uno de los asuntos que más ha preocupado a mi Grupo
Parlamentario es la importante reducción, señor Secretario de Estado, que
observamos en los presupuestos de Cooperación y Ayuda al Desarrollo para
1996. Así, sobre el presupuesto inicial de 1996 comparado con el
presupuesto inicial de 1995 se observa una reducción de un 14,7 por
ciento, se pasa de los 22.233 millones presupuestados en el 95 a los
18.967. Esto, como decía antes, supone un 14,7 por ciento, sin embargo,
si lo comparamos con la realidad de los presupuestos de 1995, lo que en
verdad hay es una reducción aún mayor, porque a esos 22.233 millones
presupuestados inicialmente hay que añadir los acuerdos parlamentarios
que se realizaron en esta Cámara y que supusieron que el presupuesto de
1995 estuviera en torno a los 30.000 millones. Es decir, en realidad,
señor Secretario de Estado, se produce una reducción de casi el 40 por
ciento sobre el presupuesto para 1996. Eso, entenderá usted que es
difícilmente aceptable por nuestro Grupo, y yo no sé qué es lo que
pensarán otros grupos de la Cámara, máxime cuando la política de
cooperación ha ido dirigida por los acuerdos que consensuadamente hemos
alcanzado en la Cámara, y tendentes fundamentalmente al incremento de
nuestras dotaciones en estos capítulos. No sé cómo, señor Secretario,
esto puede casar con los acuerdos parlamentarios en ese intento de
conseguir que en 1996 se llegara al 0,5 por ciento, que fue el acuerdo
parlamentario. Nos vamos a alejar más, evidentemente, con este
presupuesto del objetivo del 0,7 por ciento para el año 2000; nos vamos a
alejar más del presupuesto del 0,5 por ciento para el año 1996. Y, sin
duda, nos parece que este presupuesto es un paso atrás ciertamente
importante. Pero ya, por entrar en cuestiones más concretas, hemos visto,
por lo que se refiere al capítulo 1, que hay un congelación del capítulo
1 en la Secipi, si bien en la Aeci existe un incremento del 6,5 por
ciento. Me gustaría que me diera detalles sobre estos datos referentes la
congelación en Secipi y el incremento de la Aeci, y si ese incremento de
la Aeci va de alguna forma vinculado al crecimiento de las competencias
que presumiblemente debe adquirir la Aeci o el Secipi para realizar el
control y evaluación de los programas y proyectos que se han aprobado a
lo largo de este año 1995 por parte de la Aeci, que ya suponen 7.580
millones para ONG, como usted bien recordará, aprobado por Resolución del
1 de agosto de 1995, y al que le falta todavía un capítulo importante de
otros 2.500 millones de los Presupuestos que proceden de la cuota del
IRPF. Es decir, ese incremento notable de proyectos aprobados en 1995 sin
duda, a nuestro juicio, debería provocar cambios estructurales en la
composición de la Aeci y cambios importantes en lo que se refiere a la
Oficina de Planificación y Evaluación. En cuanto a la posibilidad de
controlar esta serie de asignaciones realizadas en 1995 ya hemos
anunciado en la prensa que nos causa grave preocupación y consternación
porque ha sido un paso atrás sin duda de lo que creíamos que debían ser
nuestras aportaciones a organizaciones no gubernamentales para ese año,
en el sentido de intentar conseguir una mayor profesionalización de las
mismas y una mayor concentración, por tanto, de las dotaciones económicas
que debíamos de haber realizado a estas organizaciones no
gubernamentales. Fíjese usted que los presupuestos, si sumamos lo que
supone la Aece y lo que supone el Secipi, son en realidad 4.374 millones
para 1996, y eso no casa para nada con los casi 11.000 millones que van a
ser en el 1995 realmente ejecutados. Me contará usted cómo van a resolver
este asunto, y me explicará usted cómo se ha producido esta grave
disminución y a qué responde.

Pero también existen otros capítulos en los que se realizan reducciones.

Se realiza también una importante reducción en el capítulo 7,
«Transferencias de capital», que baja de los 2.338 millones en 1995 a tan
sólo 808 para el próximo ejercicio, dividido fundamentalmente en dos
programas: el Plan especial de cooperación, dotado con 397 millones (nos
gustaría que nos diera más explicaciones sobre las razones de este Plan
especial de cooperación y las líneas generales que van a dirigir el
mismo) y otro de 400 millones para ayuda al equipamiento, uno de los
programas que a nuestro juicio deberían de haber tenido mayor desarrollo
y que no lo va a tener viendo las dotaciones que existen para 1996.

También nos gustaría que nos diera detalles sobre si, por fin el
Secretario de Estado ha previsto que para 1996 se ponga en marcha la
escuela de cooperación o la escuela de cooperantes, un proyecto
aconsejado por el Congreso de los Diputados en su Ponencia de 1992 y
reiteradamente reaconsejado por la Ponencia del Senado el año pasado en
sus conclusiones.

Otro de los asuntos que me gustaría que me comentara, si es posible, y es
algo que no hemos conseguido detallar ni averiguar en los Presupuestos,
es si tienen previsto realizar algunos programas de condonación de deuda,
y si estos programas van a responder a algún tipo de criterio o van a
responder a impulsos, como parecen que son los últimos procesos de
condonación de deuda realizados, en los cuales no sabemos qué
contraprestaciones ha habido; porque, a nuestro juicio, señor Secretario
de Estado, condonación de deuda por condonación de deuda no va a llevar a
nada. La condonación de deuda tiene que llevar unas condiciones y una
complementariedad, y esas condiciones deben de ir fundamentalmente
dedicadas a conseguir que esos países vinculen por lo menos una cuantía
similar a la condonada a proyectos de desarrollo en su país. Porque si
no, al final, señor Secretario de Estado, lo que estamos haciendo es
financiar malos gobiernos, y nosotros lo que queremos es ser solidarios
con los países más empobrecidos, pero ser solidarios también con los
buenos gobiernos. Y por eso nos parece este tema importante. Sé que es
posible que usted me diga que más bien es competencia de Economía y
Hacienda, pero me parece, señor Secretario de Estado, que éste es un
sistema y una palanca de indudable



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importancia para nuestra ayuda oficial al desarrollo en el exterior, y
creo que renunciar a estos programas y no hacerlos de una forma adecuada,
es desaprovechar una oportunidad por su Secretaría de Estado. Me
gustaría, por tanto, que me diera mayores detalles sobre este asunto.

Otro de los temas que nos preocupaba era el de la dimensión de la Aeci,
que se lo venía a comentar al principio. Es decir, ya hemos visto que sí
hay un incremento de las dotaciones de personal del 6,5 por ciento,
superior a lo que es el aumento lineal que se produce en el resto de los
conceptos presupuestarios referentes a personal, pero nos gustaría que
nos dijera en base a qué se va a producir ese incremento y a qué va a ir
dirigido. Nos tememos, por lo que hemos visto hasta ahora, que no va a
ser precisamente para uno de los elementos básicos de la Aeci, como es la
Oficina de Planificación y Evaluación, que tiene --como decía al
principio-- que ser mucho más dotada debido al incremento de las
dotaciones de la propia Aeci.

Por mi parte, nada más. Espero sus contestaciones y, si quiere,
complementamos en el siguiente turno alguna de las cuestiones, si es que
se quedan sin contestar adecuadamente.




El señor PRESIDENTE: El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): En primer lugar quisiera señalar que
los recortes que, efectivamente, se producen en el presupuesto de la
Secipi (y cuando hablo de la Secipi hablo también de la Agencia) son
recortes determinados por un proyecto de Presupuestos restrictivos, como
lo fue el proyecto anterior, pero que no implica necesariamente que todos
y cada uno de los capítulos se vean mermados en los Presupuestos de 1996.

En primer lugar, porque siempre trataríamos, como hemos hecho hasta
ahora, de reducir gastos o de mermar capítulos que tengan menor
incidencia en la evolución, desarrollo, etcétera, de los programas y
proyectos ya en marcha. Y, por otra parte, porque igual que ha ocurrido
este año, hay una posibilidad de complementar esos recortes por la vía de
los créditos ampliables, y por esa vía trataríamos igualmente de que
ninguna de las iniciativas que consideramos importantes desde el punto de
vista de la cooperación y ayuda al desarrollo no se viera cubierta. Es
verdad que no es el ideal --y eso quiero decirlo aquí muy claro-- el que
se recorte el presupuesto de Cooperación y de Ayuda al Desarrollo, pero
esperamos que, igual que este año, sea verdad también que no haya una
marcha atrás en el proceso de acercamiento, de aproximación hacia el 0,7
por ciento y que, aunque fuera en menor medida de la que todos
desearíamos, se siga avanzando en esa dirección. Este año se ha producido
ese avance; se producirá al término del año un porcentaje de ayuda
oficial al desarrollo mayor que el que hubo en el año 1994; estamos
seguros de que en 1996 va a ser igual. Y, por consiguiente, aun
lamentando que los incrementos no se hayan producido como esperábamos, es
más, lamentando que haya habido efectivamente reducciones en algunos
capítulos, no creemos, primero, ni que se interrumpa el proceso de
crecimiento de la proporción AOD/PNB, ni creemos tampoco que tengamos por
qué cancelar o suspender ninguno de los proyectos de cooperación en
macha. Y, por último, esperamos una vez más contar, como en este año, con
la posibilidad del recurso que abren los créditos ampliables.

En el capítulo 1 de los Presupuestos de 1996, al que S. S. se ha
referido, de «gastos de personal», hay efectivamente un incremento de
gasto respecto al Presupuesto del año 95. Ha habido un incremento de 157
millones, groso modo, y este incremento quisiera explicárselo en base a
tres principios: en primer lugar, porque en el anteproyecto de
Presupuesto del año 96 ha desaparecido el concepto 7.9.1 que decía: para
toda serie de gastos, incluido personal, derivado de la cooperación con
Guinea Ecuatorial, y, en consecuencia, el crédito que existía en ese
concepto y que se destinaba a satisfacer las retribuciones del personal
que estaba destinado, en la Oficina Técnica de Cooperación de Guinea se
ha traspasado al capítulo 1, lo cual supone un importe de 55 millones de
pesetas. En segundo lugar, porque la valoración de las retribuciones del
personal funcionario se ha hecho considerando que la relación de puestos
de trabajo del organismo está cubierta el 31 de diciembre del 95, para lo
cual se ha convocado ya un concurso de méritos y está previsto convocar
otro más. Tener la plantilla totalmente cubierta se considera
absolutamente esencial, al margen de la disponibilidad de fondos, para la
buena marcha de las actividades de cooperación que se mantienen en
continuo crecimiento. Esta partida supone unos 11 millones de pesetas.

Por último, se recoge el incremento en las retribuciones de personal que
para el año 96 está previsto en el 3,5 por ciento y que representa la
cifra de 91 millones de pesetas.

Se ha referido su señoría a minoraciones en las consignaciones
presupuestarias. Yo creo que hay que destacar las reducciones que se
producen en el Programa 134B, que es el de cooperación, promoción y
difusión cultural en el exterior. En este programa se nos reducen los
capítulos 2 y 4 en 131 y 134 millones, respectivamente. Son capítulos que
afectan principalmente a los epígrafes de «Gastos de publicidad y
propaganda», donde hay una reducción de 36 millones de pesetas, y
«Reuniones y conferencias», que se reduce en 69 millones. De manera que,
evidentemente, las acciones que en estos dos capítulos se podrán realizar
en 1996 serán inevitablemente inferiores, considerablemente inferiores a
las que hemos podido llevar a cabo en el año 95.

En cuanto a las actividades a materializar por la Agencia, que sufren una
minoración de créditos muy considerable de casi 3.000 millones de pesetas
(2.965 para ser exactos), tiene una especial relevancia la disminución
del presupuesto de gastos en el capítulo 4, por importe de 1.510
millones, que va a afectar principalmente a los proyectos de ayuda
oficial al desarrollo y, de otra parte, a las ayudas que se conceden al
exterior por la vía del capítulo 7, que lo serán por un importe de 1.529
millones de pesetas. De manera que efectivamente hay una sensible
minoración de créditos, por lo que hay que tratar de compensar por otra



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vía, como decía antes, los recortes que en este sentido se van a
producir.

No hay prevista una escuela de cooperación, por la que su señoría me
preguntaba, pero no porque no sigamos pensando en ello, estamos pensando
en dónde se puede ubicar. Hemos tenido contactos con la dirección de la
Escuela Diplomática como una de las posibles sedes para esa escuela de
cooperación, pero la verdad es que es un proyecto en el que no quisiera
anunciar que en breve va a haber una escuela de cooperación porque
tendrán que pasar todavía varios meses para que se llegue a una acuerdo
primero, a una transformación de infraestructuras después, y a poder
abrir una escuela de cooperación como desearíamos que existiera. Es más,
con toda sinceridad debo confesar a sus señorías que he visto varias
escuelas de cooperación (voy a ver dentro de unas semanas la que tiene la
OIT en Turín) y no estoy muy seguro de cuál es el mejor concepto de
escuela de cooperación, ni cuál es la mejor forma de estructurarla, por
lo que --repito-- no creo que sea un proyecto que se pueda poner en
marcha de manera apresurada ni inmediata, lo cual posiblemente redundaría
al final en perjuicio de lo que debe ser una escuela sólida, bien
estructurada y con muchos años de trabajo por delante.

En cuanto a la condonación de la deuda, que es la siguiente cuestión que
ha tocado su señoría, me parece un tema importante en el que no hay, como
sus señorías bien saben, una posición homogénea en la comunidad
internacional de donantes. Más bien todo lo contrario. Hay posiciones muy
antagónicas en cuanto a la forma en que se deben condonar las deudas y a
qué países deben o no ser condonadas. En cualquier caso, en el principio
yo sí creo. Es decir, no creo que sea cierto que la condonación de deudas
a países en vías de desarrollo, a países más necesitados, deba equivaler
necesariamente a financiamiento de gobiernos malos. Es posible que los
gobiernos hayan tenido mala administración, es posible que la deuda sea
producto incluso de corruptelas, pero también es cierto que en general
estamos hablando de países en vías de desarrollo, que cuentan, por tanto,
con unas estructuras de gobernabilidad, de administración pública,
etcétera, muy deficientes, muy débiles, y en los que probablemente se
puede producir un endeudamiento con mucha mayor facilidad que en países
que cuentan con estructuras más sólidas, más preparadas y más serias. Es
decir, que el estar los países endeudados no consideramos que deba
equivaler a que sean malos los gobiernos con los que se puede tener una
relación y tratar de solucionar de alguna forma los problemas de
condonación de deuda.

Me planteaba también un tema que consideramos importantísimo y al que le
damos, yo por lo menos le doy una importancia casi prioritaria: el de la
dimensión de la Agencia. Como sus señorías saben, la Agencia es el
producto último de todo un proceso en el que se han ido transformando
instituciones en otras instituciones hasta que ha acabado siendo la
Agencia Española de Cooperación Internacional, donde al mismo tiempo han
acabado realizando sus funciones múltiples funcionarios y personas que en
unos casos sí tienen o han tenido relación con la cooperación, con la
ayuda al desarrollo, y en otros casos proceden de áreas o de sectores que
poca relación tienen con la cooperación internacional y que plantean,
evidentemente, un problema. Efectivamente hay un sobredimensionamiento de
la AECI en cuanto al número de personas que trabajan en determinados
sectores. Hay otros sectores, en cambio, donde hay un
infradimensionamiento como, por ejemplo, en la OPE, que está físicamente
instalada dentro de la Agencia y que este año ha tenido que analizar,
porque ha habido más medios para distribuir entre los proyectos
presentados por las ONG, muchos más proyectos, 454 proyectos, con el
mismo personal. Ese es un sector que habría que dimensionar hacia arriba
y, en cambio, habría que dimensionar hacia abajo otros sectores en los
que quizá sobre gente.

Quisiera señalar a su señoría que la Agencia en el capítulo 2 mantiene el
mismo presupuesto, prácticamente el mismo presupuesto que tenía en 1995.

El año pasado tuvo 1.957 millones y en el anteproyecto de 1996 tiene
1.956 millones. Hay, por tanto, una disminución de 1.480.000 pesetas.

Quiero señalar también que la Agencia ha llevado a cabo un esfuerzo
importante de contención del gasto, como se ha manifestado en el hecho de
que con un incremento considerable en la actividad del organismo, el
capítulo 2, como acabo de señalar a sus señorías, prácticamente se
mantiene igual: hay una reducción de 1.480.000 pesetas. ¿Cómo se ha hecho
esto? Para ello hemos tenido que reducir el crédito de un subconcepto, el
2.2.7.06, «Estudios y trabajos técnicos», que pasa de 680 a 480 millones
para el año 96, lo cual va a suponer, como es lógico, incrementar la
carga de trabajo y, en consecuencia, la productividad del personal de la
Agencia, ya que el organismo, con los mismos recursos humanos, tendrá que
efectuar determinados estudios sobre viabilidad de proyectos,
cumplimiento de objetivos, etcétera, que en otro caso habrían sido
contratados a empresas de consultoría.

También se ha disminuido en 20 millones el crédito destinado a financiar
las comisiones de servicio del personal, lo cual va a llevar a una
reducción en el número de viajes o en la duración de los mismos. A pesar
de todo, el organismo cuenta con 200 millones para comisiones de servicio
que esperamos que le permitan cumplir adecuadamente la función, teniendo
en cuenta sobre todo que la función de la AECI, como sus señorías saben,
se realiza en buena parte en el exterior. Repito que hay un capítulo de
200 millones para comisiones de servicio del personal. Estas
disminuciones a su vez se han visto compensadas con incrementos en otros
conceptos distintos como pueden ser arrendamientos, suministros,
comunicaciones y tributos, logrando finalmente un presupuesto del
capítulo 2 que está más de acuerdo con las necesidades reales del
organismo. Además, hay que destacar la creación de un concepto, el
2.2.6.10, «Gastos de actividades de centros culturales y de formación de
España en el exterior», al que se dota con 200 millones, que va a
permitir atender los gastos de funcionamiento de esta clase de centros a
través de los cuales, como bien saben sus señorías, se vehicula una parte
importante de la actividad en el exterior que en el presupuesto de 1995
simplemente no existía y, por tanto, supone una



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indudable mejora en la estructura presupuestaria del propio organismo.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Hernando desea añadir algo?



El señor HERNANDO FRAILE: Sí, señor Presidente. Solamente unas
puntualizaciones.

Señor Secretario de Estado, nosotros pensábamos que las líneas de crédito
ampliables fueron una medida presupuestaria que se aplicó el año pasado
un poco por la presión exterior de la calle y porque los propios grupos
parlamentarios llegamos a un acuerdo. Nosotros entendíamos que
precisamente si esas líneas de crédito eran ampliables y se habían
utilizado, esas líneas de crédito iban a aparecer ya consolidadas sobre
los presupuestos de 1996. Eso era lo que nosotros creíamos, lo que
nosotros esperábamos, y ahí está fundamentalmente gran parte de nuestra
decepción, y tengo que manifestárselo así.

Nos alegramos de la reducción en publicidad y propaganda.

Respecto a la escuela de cooperación, sus manifestaciones relativas al
apresuramiento creemos que ya no están en su lugar, porque llevamos
demasiado tiempo pensando en este proyecto. Este mismo año, en la
convocatoria del 1 de agosto hemos dotado a distintas organizaciones no
gubernamentales con un poco más de 200 millones de pesetas para realizar
programas de formación de cooperantes. Nosotros entendíamos que eso ya
tendría que haber podido poner en marcha, no digo haber iniciado, como
nosotros prentendimos en nuestra proposición de ley en junio, ya para
este ejercicio la escuela de cooperación. Se podía haber previsto en el
presupuesto de 1996 el desarrollo de ese programa y la puesta en marcha
de esa escuela de cooperación.

Usted sabe que nosotros también hemos sido defensores de la condonación
de deuda en la Comisión de Cooperación; y lo hemos pedido. Sin embargo,
nosotros decimos que esas condonaciones de deuda tienen que ir ligadas al
cumplimiento de determinadas condiciones. Lo que yo estaba sugiriendo en
estos momentos en la Comisión es que iguales cuantías a la condonada se
pida a esos gobiernos que dediquen a proyectos de desarrollo en sus
países, ya sea con organizaciones no gubernamentales o empresas de origen
español.

Respecto a la Oficina de Planificación y Evaluación nos damos la razón
los dos. Creemos que está poco dotada. Los dos estamos en la misma línea.

Lo que le pido es que de manera prioritaria se tome este asunto como algo
importante porque, evidentemente, hemos pasado en cooperación
centralizada en organizaciones no gubernamentales de 3.000 millones en el
año 94 a casi 11.000 millones en el año 95. Nosotros hemos detectado,
viendo la primera convocatoria, la existencia de gran cantidad de
organizaciones no gubernamentales cuyo origen es desconocido, han surgido
46 nuevas organizaciones a las cuales se han dado distintos proyectos de
cooperación. Nosotros no estamos en contra de la aparición de nuevas
organizaciones no gubernamentales, pero ello nos lleva a la necesidad de
que el control y la evaluación debe ser una tarea prioritaria que no
merece ninguna demora.

Por mi parte, nada más, señor Secretario de Estado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LA COOPERACION INTERNACIONAL Y PARA
IBEROAMERICA (Dicenta Ballester): Sólo quiero señalar que el sistema de
créditos ampliables, entre otras cosas, ha demostrado que tiene una
flexibilidad muy escasa y, por tanto, muy poco aplicable a un mundo en
donde los trámites crediticios, presupuestarios, tienen que funcionar con
rapidez. No solamente no se han consolidado, sino que yo señalaría que no
es la mecánica ideal para instrumentar acciones de cooperación que
requieren mucha mayor agilidad que la que les permite este instrumento.

Sobre la escuela de cooperantes hay poco que decir. Simplemente que este
año hemos estado muy metidos en el tema de la creación de fondos mixtos
en diversos países latinoamericanos. Hemos hecho una cooperación
importante, como tendré ocasión de explicar en algún momento, en
territorios ocupados; hemos preparado un anteproyecto de ley de
cooperación; hemos preparado y puesto en marcha un consejo de
cooperación. Y todo esto lamentablemente ha hecho que en el tema de la
escuela de cooperantes no se haya podido adelantar lo suficiente como
para poder cerrarlo en breve, pero sobre ello estamos y pensamos que hay
que trabajar y darle una solución cuanto antes.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, el señor Cremades tiene la
palabra.




El señor CREMADES SENA: Señor Presidente, quiero agradecer al señor
Secretario de Estado su comparecencia hoy aquí en este eterno debate de
los presupuestos, en el que año tras año se vienen repitiendo esquemas
parecidos, como no podía ser de otra manera. Cuando se están elaborando
unos presupuestos realistas, con objetivos importantes de la convergencia
europea, como sus señorías conocen, es evidente que en todas las
comparecencias de todas las comisiones, como así será también en el
debate en el Pleno, existe la reivindicación compartida, podríamos decir,
con el objetivo por todos los grupos de más cantidad de recursos con los
que desgraciadamente no se puede contar, sobre todo en un momento como el
que estamos atravesando en los últimos años y con unos compromisos
importantísimos para la política exterior española. Este es el problema
que nos trae hoy aquí en esta Comisión y en este capítulo concreto de la
cooperación. Por esa razón yo comparto algunas de las aspiraciones y de
las críticas que hace el Diputado del Grupo Popular señor Hernando,
aunque tengo que destacar algunas cosas que me han parecido muy
positivas. En primer lugar, el hecho de que la perspectiva de la relación
AOD/PNB no vaya a tener un retroceso en este ejercicio 96, como no lo
tuvo --sino todo lo contrario-- en el año 1995; en segundo lugar,
confirmar la satisfacción de que España, siendo tan joven



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en cooperación con respecto a los demás países donantes, es un país que
se sitúa ya en algunas décimas por encima de la media de la CAD; y en
tercer lugar, que los recortes que hay previstos para el ejercicio 96
vayan destinados a una mayor eficacia y una mayor gestión, especialmente
reduciendo gastos en aquellas partidas que son menos lesivas para la
cooperación real, es decir, la cooperación que perciben los países
receptores, y no en aquellos otros capítulos que podrían ver lesionados
los intereses de la cooperación y de la ayuda al desarrollo.

Siempre hemos estado de acuerdo en la condonación de deuda como uno de
los mecanismos de ayuda al desarrollo, al margen de las consideraciones
posteriores que se puedan hacer en una mayor o menor complementariedad de
esas medidas que podríamos discutir (es un tema abierto, no cerrado aquí
ni en el resto de los países donantes), y que es un tema en el que
debemos seguir profundizando.

El hecho de que la AECI reestructure poco a poco la cantidad de personas
que están trabajando en cada una de sus áreas, algunas de ellas, como
decía el Secretario de Estado, sobredimensionadas y otras
infradimensionadas, como decía el señor Hernando, y yo coincido con él,
el incremento tremendo en estos últimos años en la gestión del dinero por
parte de las organizaciones no gubernamentales es una cuestión positiva,
pero que requiere, evidentemente, un mayor control y una mayor gestión de
esos dineros públicos, aunque, por otra parte, posibilita que la propia
sociedad civil estructurada, las ONG tengan más protagonismo a la hora de
hacer la cooperación de ayuda al desarrollo.

Estamos de acuerdo en la reducción de gastos en publicidad, propaganda,
viajes, etcétera, aunque entendemos que son los capítulos en que se debe
recortar el presupuesto restrictivo, y en ese sentido lo vemos de manera
totalmente positiva.

La escuela de cooperación es una de las reivindicaciones importantes que
venimos haciendo todos los grupos por consenso, el que podamos contar
pronto con una escuela de formación de cooperantes, pero también es
cierto que la actividad de la cooperación en este ejercicio 95 ha sido
vertiginosa. Es verdad que el salto ha sido muy importante. La cantidad
de estudios, tanto el anteproyecto de creación del consejo de cooperación
como el debate de la ley de cooperación y de la ley de los créditos FAD,
realizados por las administraciones y por nosotros mismos durante el año
95, han hecho que haya sido un año tremendamente positivo para la
cooperación, aunque a veces cuestiones como ésta importantísima de la
escuela de cooperación no estén todavía plasmadas presupuestariamente,
pero que con el capítulo del crédito ampliable hay la posibilidad de
intentar, como ha dicho el Secretario de Estado, que en cuestión de
meses, si no he entendido mal, se tome una decisión sobre dónde se va a
ubicar, cómo y quiénes van a gestionar esta escuela de formación.

Por tanto, nosotros creemos que el presupuesto de cooperación para el
próximo año es realista, probablemente corto para lo que todos y cada uno
de nosotros quisiéramos, pero también nos pondría en una tesitura difícil
a todos los que aspiramos a mayores recursos para la cooperación y ayuda
al desarrollo, que es lo que más ocupa a este grupo de Diputados, a la
hora de decidir de qué otras partidas tendríamos que quitar esos
recursos, si tuviéramos que decirlo aquí, y probablemente los Diputados
que trabajan en las distintas comisiones tendrán el mismo problema que
nosotros. Creemos que en estas condiciones el presupuesto es bastante
ajustado, aunque evidentemente en la cuestión de los dineros cada uno
quiere más, y también al Grupo Socialista le gustaría que contáramos con
más, pero entendemos que no es posible de momento, aunque valoramos muy
positivamente que la línea iniciada desde hace unos años por este país no
se quiebre en el 96 y que podamos tener esperanzas en que con la mejora
de la eficacia de la cooperación, que es lo que creo que hace el esfuerzo
de estos presupuestos restrictivos de la Secretaría de Estado en este
tema concreto, podamos valorar muy positivamente el dinero destinado al
año 96.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea añadir algo el señor Secretario de Estado?
(Denegaciones.) Pues damos por concluida esta segunda comparecencia,
agradeciéndole al señor Secretario de Estado su presencia y deseándole
mucha suerte en el futuro.




--DEL SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (EZQUERRA CALVO), A SOLICITUD
DEL GRUPO POPULAR (Número de expediente 212/001701.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, la siguiente comparecencia es la del
Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, señor Ezquerra, a
quien damos la bienvenida y agradecemos su presencia hoy aquí. Y sin más
cuestiones ¿quiere introducir el tema o prefiere que le hagan las
preguntas los portavoces de los grupos parlamentarios?



El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Señor
Presidente, yo creo que en aras de la eficacia es mejor que hagan las
preguntas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Robles Orozco.




El señor ROBLES OROZCO: Señor Presidente, en primer lugar quiero dar las
gracias al señor Subsecretario una vez más por su comparecencia y hacer
unas reflexiones previas sobre el presupuesto que espero también sirvan
para que, sin ser una formulación concreta de preguntas, el señor
Subsecretario nos haga su reflexión de qué se puede hacer en la acción
exterior española con este presupuesto que, una vez más, nos sirve para
repetir los argumentos de ejercicios presupuestarios anteriores; lo que
sucede es que esta vez se agrava notablemente. Cada año venimos poniendo
de manifiesto lo que es una pérdida de peso real del presupuesto del
Ministerio de Asuntos Exteriores en el conjunto del Estado, en el
conjunto del presupuesto de los diferentes ministerios, y se va
produciendo un desequilibrio importante que a nuestro juicio va limitando
las posibilidades



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reales de la acción exterior española, afectando a importantes servicios
que debería prestar el Ministerio de Asuntos Exteriores, y que, como
digo, este año sufre un agravamiento muy importante.

Ya hemos puesto de manifiesto en muchas ocasiones que existe una carga
excesiva en el Ministerio en el capítulo que se refiere fundamentalmente
al pago de cuotas y que una vez más hay que poner de manifiesto. Dentro
del programa de acción multilateral, de estos casi 39.000 millones, un 36
por ciento se emplea básicamente para pagar a organismos internacionales.

Nos parece claramente un peso desmesurado, que no sabemos en estos
momentos si España está en condiciones de afrontar de forma coherente con
su situación presupuestaria y con lo que en grandes objetivos y en
grandes proyectos se ha planteado hacer el Ministerio de Asuntos
Exteriores. Se coordina mal el proyecto de objetivos que acompaña a los
presupuestos con los presupuestos que realmente después se presentan en
la Cámara, y es difícilmente entendible que se puedan conseguir estos
objetivos con este presupuesto. Por tanto, es a nuestro juicio un tema
que hay que aclarar, y hay que saber cuál va a ser la forma de manejar
esta situación que yo creo que empieza a ser asfixiante para el propio
Ministerio de Asuntos Exteriores. Algo similar pasa también con el
capítulo de personal, que sigue siendo una parte sin duda muy importante
del Ministerio, y afortunadamente inevitable porque es parte de la acción
exterior, pero que cada vez va absorbiendo una proporción mayor en
nuestra acción exterior y que, por tanto, también debe de alguna manera
reequilibrarse y saberse cuál es la política que se va a seguir a este
respecto.

Las inversiones reales, por el contrario, señor Subsecretario, han tenido
este año lo que podríamos decir en términos coloquiales un hachazo
mortal. Es decir, yo creo que es la partida fundamentalmente sacrificada,
pues hay una disminución del 23 por ciento en este capítulo de
inversiones respecto al ejercicio anterior, lo que significa que se van a
hipotecar importantes planes de inversión del departamento. Lo mismo
podría decirse de aquellos capítulos, como el 2, que se refieren a la
acción bilateral y multilateral, porque, como he dicho, tanto el capítulo
de personal como el de transferencias a través de cuotas absorben gran
parte de este presupuesto. Tendremos después la ocasión con el Director
General del Instituto Cervantes, y la hemos tenido ahora con el
Secretario de Estado para la Cooperación, de hablar de estos temas
específicos, pero no quiero pasar por alto que, a nuestro juicio, este
año también se va a ver afectada una de las partes más importantes del
Ministerio de Asuntos Exteriores, que es la política de cooperación, que
ha sido un arma y un instrumento fundamental en la acción exterior
española, y hay que poner de manifiesto que va a sufrir también un
significativo recorte que va a limitar o va a condicionar, por tanto, la
acción exterior española.

Quiero destacar, de igual manera que he dicho que tendremos la ocasión de
hablar más específicamente con el Director del Instituto Cervantes, que
una de las partes que sufren de nuevo una demora importante --y ya van
siendo varios los ejercicios presupuestarios en los que tenemos que
repetir estos argumentos-- es la formación de nuestro personal
diplomático, que tiene una cifra tan ridícula y tan pequeña como la que
aportan estos presupuestos de 130 millones de pesetas, con lo que creo
que es difícil no solamente formar nuevo personal diplomático, sino
también reciclar o dar la formación continuada necesaria y poner al día
al personal que en estos momentos está al servicio de la Administración
del Estado en este capítulo. Sirva esto como reflexión e introducción
general, y espero también sirva para que nos dé una explicación de cómo
piensa afrontar esta nueva situación presupuestaria, es decir, los retos
que tiene planteados, y cómo se pueden coordinar los objetivos que marca
la memoria con este presupuesto.

Señor Subsecretario, año tras año venimos acumulando un déficit en los
ejercicios del Ministerio, y esto lógicamente también ocasiona
dificultades para alcanzar los objetivos y las propias metas
presupuestarias que nos hemos planteado. Por tanto, a mí me gustaría
saber qué expectativas globales tiene el Ministerio de Asuntos Exteriores
para este ejercicio 96, habida cuenta de la insuficiencia de dotaciones,
y cómo se va a poder soportar todo esto durante ese ejercicio.

Si nos centramos en el proyecto del año 96, que se ha remitido a la
Cámara, vemos que hay una minoración de 2.621 millones de pesetas en el
capítulo 2 del departamento, y que esto supone aproximadamente una tasa
negativa del 6,70 por ciento. Esta minoración, como he dicho, que va a
afectar a los gastos de infraestructuras básicamente, debe tener unas
repercusiones, y yo quisiera saber cuáles son esas repercusiones, es
decir, en qué proyectos concretos se van a producir esas minoraciones y
qué retrasos vamos a tener que estar preparados de nuevo para asumir. Me
estoy refiriendo al capítulo 2.

Parecería también razonable que, coherentemente con esta política
restrictiva en estos capítulos de los que hemos hablado, hubiera un
proyecto para poder asumir la reorganización central de los servicios
centrales, valga la redundancia, del Ministerio de Asuntos de Exteriores.

Me gustaría saber cuáles son las ideas que tiene el Ministerio de Asuntos
Exteriores para reorganizar sus servicios centrales, para poder asumir
este recorte importante del presupuesto, sin merma, lógicamente, de los
servicios que tiene que prestar.

Como ya he dicho antes, el tema de las cuotas y de las aportaciones es
vital. Hay una desproporción clara cada año en el presupuesto del
Ministerio. Me gustaría saber en este momento (si no tiene toda la
planificación nos la podría hacer llegar por escrito) cómo va a manejarse
este capítulo este año. Es decir, qué cuotas vamos a mantener, dónde se
van a producir retrasos o renegociaciones y cómo va a afectar esto a
nuestra participación en organismos internacionales. Me gustaría, si es
posible, tener una visión global de este capítulo y cómo lo entiende el
señor Subsecretario.

El capítulo 6, que alcanza este año una minoración de 1.200 millones de
pesetas, puesto que el concepto en total son 3.700, hace referencia
evidentemente al mantenimiento de inversiones. Es obvio que algunos de
estos proyectos no van a poderse mantener y que en algún sitio se



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van a ver afectados estos proyectos. ¿Cuáles van a ser estos proyectos de
inversiones que se van a ver afectados y cómo va a afectar todo esto al
más importante de todos ellos, que es precisamente la nueva sede del
Ministerio de Asuntos Exteriores, que tenía unas fases y unos planes de
desarrollo que, supongo, van a verse afectados?
Le hemos planteado en otras ocasiones el tema de la red de consulados.

Como usted sabe, incluso ha sido noticia en los medios de comunicación
con alguna frecuencia la posibilidad de una reorganización de esta red
consular para atender más adecuadamente los servicios que deben prestar,
y ahora parece que eso que en sí mismo debería haber sido un objetivo se
torna ya urgente con la política de inversiones destinada a la red
consular, es obvio que habrá que plantearse una reestructuración o una
nueva orientación para que, con estos presupuestos, pueda sobrevivir en
condiciones de prestar los servicios que estaban previstos. Por cierto,
aprovecho, señor Subsecretario, para recordarle que ya el año pasado, y
creo que también en alguna comparecencia de seguimiento de presupuestos,
le planteábamos el tema de las tasas consulares, y en ese momento quedó
usted en el compromiso de remitir a la Cámara, a través de la Presidencia
de la Comisión, cuando dispusiera de esa información, el estado de los
ingresos procedentes de las tasas consulares. Simplemente se lo vuelvo a
recordar para que en el momento que crea conveniente y pueda lo remita a
la Cámara, porque creo que es una información que podría sernos muy útil
a la hora de valorar en conjunto los ingresos que provienen por este
concepto y también el propio servicio de la red consular.

Yo creo que poco más se puede decir en cuanto a las preguntas concretas.

Nos reafirmamos en nuestra preocupación por la situación en la que va
quedando el presupuesto de este Ministerio tan importante para la acción
exterior española y para la acción de la política del Gobierno en
general, al ver cómo año tras año no solamente pierde peso en el conjunto
de los ministerios sino que se produce una desproporción entre los
objetivos a conseguir y los instrumentos presupuestarios que se le
asignan, especialmente en lo referido al capítulo 1, al capítulo de
inversiones y al capítulo de transferencias a través de nuestras cuotas
al exterior.

Dicho esto, le agradezco como siempre su presencia y espero su
contestación.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Subsecretario.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Muchas
gracias, señor Robles, por sus apreciaciones sobre la importancia del
Ministerio de Asuntos Exteriores para la acción exterior del Gobierno.

Indudablemente es una preocupación del Subsecretario, es una preocupación
del Ministerio conseguir los recursos necesarios para poder hacer frente
a esos compromisos afortunadamente crecientes de la política exterior
española. El proyecto de presupuesto para 1996 es un presupuesto
ajustado, es un presupuesto que ha tratado de seguir las líneas marcadas
por el Gobierno de someternos a los esfuerzos para llegar a cumplir las
normas de convergencia, y supone indudablemente un presupuesto yo no
diría restrictivo sino fundamentalmente ajustado a nuestras necesidades.

En efecto, en 1996 el proyecto de presupuesto alcanza un límite de
106.520 millones, lo que supone una disminución sobre el presupuesto de
1995 del 2,40 por ciento. Indudablemente se trata de una disminución,
pero cuando se observa la línea general de la reducción de los
presupuestos dentro de los diferentes departamentos se puede llegar a la
conclusión de que la reducción que se aplicará en el caso de la Sección
12, Ministerio de Asuntos Exteriores, es extraordinariamente moderada.

Creo que ello obedece a dos razones. A una razón de principio, en cuanto
que, como indicaba antes, la política exterior española la podemos
calificar de expansiva. Hemos alcanzado la universalidad en nuestras
relaciones exteriores, nuestra presencia en el exterior es mayor, por
tanto no pueden aplicarse restricciones en esa acción. Pero al mismo
tiempo hay una razón estructural. El Ministerio de Asuntos Exteriores no
es un ministerio de inversiones, es un ministerio fundamentalmente de
capítulo 1, un ligero capítulo 2 y unas transferencias importantes que
son las cuotas. Pero las cuotas a los organismos internacionales no
debemos considerarlas en abstracto, sino simplemente como el resultado
precisamente de nuestra política exterior. Cuando se analiza, y después
analizaré brevemente, sin perjuicio de que enviemos a la Cámara la
documentación necesaria, cuáles son las cuotas que abona el Ministerio de
Asuntos Exteriores se ve que son consecuencia de la acción exterior del
Estado español. Hemos realizado un análisis muy cuidadoso de las mismas,
hemos obtenido reducciones en algunas de ellas, hemos reducido parte de
nuestras contribuciones voluntarias y hemos presupuestado, esperamos que
adecuadamente, sobre los cambios esperables de nuestra moneda respecto a
las monedas en que se abonan las cuotas. Se trata, por tanto, a mi modo
de ver, de un presupuesto que, dentro de la restricción general de la
política aplicable para 1996, es extraordinariamente favorable puesto que
nos plantea la posibilidad tan sólo de tener que reducir el 2,40 por
ciento sobre los presupuestos de 1995.

Decía su señoría que el Ministerio viene acumulando déficit desde hace
varios años. En realidad, en 1995 con un presupuesto de 109.000 millones
de pesetas sufrimos una limitación de obligaciones, que fue general para
toda la Administración central, en el caso nuestro de unos 11.000
millones de pesetas. En realidad, esto no supone la acumulación de un
déficit, no supone que llevamos esa carga que debamos de reabsorber en el
año 1996, sino que es una operación, en el caso de la Sección 12,
simplemente presupuestaria. Es decir, yo no puedo contraer obligaciones
hasta el límite de 109.000 millones que fijaba el presupuesto del 95,
sino hasta 109.000 menos 11 que son 98.000 millones de pesetas. No puedo
contraer en el año 95 esas obligaciones, pero sí puedo iniciar las
operaciones contables, es decir, emitir los documentos A y D, como
haremos a finales de año, para incorporar en 1996 esas cantidades. Lo que
haremos a lo largo de noviembre será emitir documentos A y D por los
11.400 millones de la limitación de



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obligaciones y a lo largo de 1996 solicitar la incorporación;
incorporación que es relativamente fácil, como hemos podido comprobar en
1995 en el caso de esta sección, puesto que hemos logrado que las
limitaciones del año 94 sobre el año 95 no se computaran en la tasa de
reconocimiento de obligaciones y fueran incorporadas por tanto al
ejercicio del año 95. Con las limitaciones del año 95 haremos sobre el
año 96 lo mismo. Es decir, no se trata de un déficit acumulado sino una
distribución en el tiempo de esas capacidades.

Señalaba asimismo que la carga de cuotas de 39.000 millones de pesetas,
en números redondos, presupuestada para 1996 es un peso excesivo. Si lo
consideramos que es sobre el presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores, supone indudablemente un capítulo muy importante, pero --como
digo-- es simplemente la consecuencia de una acción general del Estado.

Las cuotas de 1995 las calculamos sobre un cambio de divisas de
aproximadamente (tomando como base el dólar como principal moneda de
cambio) 125 pesetas por dólar. A lo largo del año 1995 hemos visto que la
tasa de cambio ha sido más favorable. Podemos calcular que llegaremos al
final de año con una media de 121,5/122,5 pesetas por dólar, lo cual
supone un ahorro significativo en las cantidades que presupuestadas en
pesetas vamos a abonar a lo largo de 1995. Esto nos ha hecho también que
podamos ajustar para el año 1996 unos presupuestos más bajos. Tomemos al
azar una cifra cualquiera, por ejemplo, la organización de Naciones
Unidas. Nuestra cuota a la ONU, llamémosle organismo central, sufrirá un
incremento puesto que se ha votado en Naciones Unidas una mayor
participación de los países más ricos; en el caso español nos vemos
afectados, nuestro porcentaje se eleva ligeramente. La elevación se
produce no de forma tan rápida como temíamos en 1995 para el propio año y
para 1996, sino que hemos conseguido el alargamiento de ese aumento de la
cuota a lo largo de 3 años y, a pesar de haber subido un 0,3 puntos
nuestra participación en los gastos de Naciones Unidas, vamos a pasar de
3.279 millones a 3.527 millones. Como consecuencia de la traslación en el
tiempo vamos a subir en tres escalones, y también como consecuencia de un
mejor cambio, de un cambio más favorable del dólar y de otras monedas
respecto de la peseta, pero en numerosos otros organismos hemos ido
disminuyendo, siempre que ha sido posible, nuestra participación. Así,
por ejemplo, en los gastos de política exterior y seguridad común dentro
de la dinámica europea, de las acciones PESC, vamos a pasar de 3.000
millones que presupuestamos para 1995 a 1.500 millones para 1996.

En resumidas cuentas, manteniendo todas nuestras obligaciones (en muchos
casos incrementadas), el año 95 teníamos previsto 22.800 millones como
cuotas obligatorias y en el año 1996 presupuestamos 27.300 millones,
cantidad en la cual va incluida la cuota ya incorporada definitivamente a
nuestra participación en el CERN (Centro Europeo de Investigación
Nuclear), que para el año pasado eran 4.751 millones y para el año
presente van a ser 10.969 millones. Es decir, el capítulo de cuotas es un
capítulo doloroso en el momento en que se presupuesta porque supone una
carga importante, pero es una carga inevitable y es una carga
consecuencia de nuestra acción exterior y de nuestra presencia en los
organismos internacionales.

Puedo señalar también que en las contribuciones para operaciones de
mantenimiento de la paz, contribuciones obligatorias, se han producido
notables rebajas y pasamos de 11.527 millones presupuestados en 1995 a
8.400 para 1996. ¿A qué se debe esta baja? Se debe a la desaparición, a
la financiación de algunas operaciones de mantenimiento de la paz, como
la correspondiente a las misiones de observadores de Naciones Unidas en
Uganda y en Ruanda; a la finalización de la operación de Naciones Unidas
en Somalia; a la notabilísima reducción de la operación de Naciones
Unidas en Mozambique; a la terminación también de la operación de
Naciones Unidas en El Salvador, etcétera. Frente a ello, sin embargo, se
producen aumentos, principalmente en el mantenimiento de la fuerza de
Naciones Unidas de la paz en la antigua Yugoslavia que va a pasar
teóricamente de 3.500 millones a 5.500 millones, pero esto realmente es
imposible de presupuestar porque no sabemos cuál va a ser la evolución de
los acontecimientos; y misiones que se inician en 1995 y van a aumentar
considerablemente en 1996, como es la misión de Naciones Unidas en Haití,
que vamos a pasar de 8.800.000 a 500 millones de pesetas.

Simplemente con enumerar estos capítulos de lo que suponen las cuotas de
participación española en organismos internacionales y en operaciones de
paz se ve la inevitabilidad de las mismas. Supone, como digo, una carga,
y una carga importante para el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero la
asumimos con satisfacción puesto que responde simplemente a la ejecución
de nuestra política exterior. Por otro lado, este Ministerio, de forma
coherente con el Ministerio de Hacienda, ha sido siempre partidario de
unificar las cuotas a fin de evitar lo que pudiera ocurrir en más de un
caso, que es el doble abono de la misma cuota al mismo organismo por
parte de diferentes ministerios. Y así, si hiciéramos una clasificación
de las cuotas de organismos internacionales según el Ministerio que
origina ese gasto, es decir, el Ministerio interesado en la realización
de esa participación, y atribuyendo al Ministerio de Asuntos Exteriores
todo lo que responda a una política general de Estado, podríamos ver que
sobre la dotación de 1996 el Ministerio de Asuntos Exteriores asumiría la
mayor parte de ese presupuesto: 15.890 millones. Son acciones generales
del Estado. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación asumiría
245 millones; el de Obras Públicas, 89 millones; el de Economía y
Hacienda, 72 millones; el de Educación y Ciencia, 10.969 millones, es el
CERN; el de Trabajo y Seguridad Social, 82 millones; el de
Administraciones Públicas, 2.366.000 pesetas; el de Justicia e Interior,
1.900.000 pesetas. Es decir, esta concentración de las cuotas en un solo
organismo pagador permite un mejor control y en algún caso en el pasado
ha permitido reducir nuestras cuotas puesto que a veces estábamos
contribuyendo por partida doble a un mismo programa.

Señalaba la importancia extraordinaria del capítulo 1 sobre el
presupuesto general del Ministerio. En efecto, los gastos de personal
sobre la totalidad de 106.000 millones van a suponer en el año 96 29.868
millones, con un incremento



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del 5,7 por ciento. El Ministerio de Asuntos Exteriores padece quizá de
macrocefalia. Si se analiza la distribución del personal en Exteriores,
los funcionarios y personal contratado equivalente a los niveles A y B en
la Administración es un componente muy superior sobre los niveles B, C y
D. Esto produce este fenómeno de macrocefalia que no sé si es una ventaja
o un inconveniente, pero sería difícil de modificar en la actualidad.

En cuanto al capítulo de inversiones señala su señoría que ha sufrido lo
que califica, sin eufemismos, como hachazo. En efecto, se ha rebajado un
23 por ciento. Es un capítulo no excesivamente importante para nosotros.

En el año 94 era de 4.100 millones, el año 95 de 4.900 millones, y este
año nos encontramos con 3.757 millones. Dado que en ejercicios anteriores
se había realizado una ambiciosa política (aprovechando la existencia de
recursos para ello) de construcciones y de adquisiciones, ha sido posible
en el ejercicio 95 (y lo será en el ejercicio 96) ceñirnos al
mantenimiento, mejora de las estructuras existentes y limitar al máximo
las adquisiciones. Puedo señalarle, por ejemplo, que en 1994 nuestras
adquisiciones en el exterior se redujeron a comprar la residencia del
embajador en Bulgaria, la residencia del embajador en el Consejo de
Europa y la cancillería en Jamaica. En 1995 tenemos como únicas
realizaciones la adquisición de los nuevos locales del consulado general
en Caracas y de la residencia del embajador en Honduras. Y para 1996 las
únicas obras nuevas que iniciaremos serán el proyecto de la nueva
residencia de la embajada en Washington, la readaptación de la vieja
embajada en Berlín, que pasará a ser en los años futuros la Embajada de
España y de otros países en la República Federal Alemana, y la
construcción de viviendas para funcionarios en Angola, que, dada la
situación del país, es la única forma de conseguir vivienda digna para
los funcionarios que allí destinamos. El resto del capítulo de
inversiones irá dedicado fundamentalmente al mantenimiento. Nos gustaría
contar con unos recursos superiores, pero no creo que ello vaya a impedir
nuestra política de lenta adquisición de propiedades y el mantenimiento
de las que existen.

Señala asimismo su señoría que le parece escasa la dotación de recursos
para la Escuela Diplomática. Hemos de tener en cuenta que la Escuela
Diplomática vive en buena parte gracias a los recursos y a la cooperación
con otras organizaciones estatales. El trabajo de los funcionarios del
Ministerio de Asuntos Exteriores que asumen la formación de los nuevos
diplomáticos va incluido en el capítulo 1, luego el coste de los salarios
correspondientes son muy superiores. Los convenios existentes con las
diversas universidades madrileñas, de Barcelona y de la Autonomía de
Galicia nos permiten con muy poco coste asumir funciones que contribuyan
a la formación de nuestros funcionarios futuros, al reciclaje de nuestros
funcionarios presentes y a la acción de cooperación a través de los
cursos de estudios internacionales y de los cursos que hemos ido
organizando para diplomáticos de los países emergentes como consecuencia
de la desaparición de la Unión Soviética y también de algunos de los
países del Centro y del Este de Europa. Como digo, estos convenios nos
permiten realizar unas funciones con un coste aparente escaso pero que en
realidad repercute sobre el resto del presupuesto del Ministerio.

La nueva sede es asumida en su construcción, tanto desde el punto de
vista técnico como desde el punto de vista económico, por la Dirección
General de Patrimonio del Estado. Es decir, en este momento y hasta la
terminación de lo que llamamos la obra civil es a cargo de los
presupuestos de la Dirección General de Patrimonio, y el Ministerio de
Asuntos Exteriores empezará a hacer inversiones en esa sede cuando se
inicie su acondicionamiento interior. Está prevista la construcción en
tres años. Todos sabemos que los proyectos de construcción, tanto
privados como públicos, suelen tardar algo más de lo proyectado, por lo
que en el presupuesto de 1996 y en el de 1997 no tendremos preparada
ninguna cantidad para esta inversión importantísima que generosamente nos
ofrece Patrimonio del Estado.

En cuanto a la reorganización de la Administración central, no presumo en
modo alguno de que la organización del Ministerio de Asuntos Exteriores
sea la mejor posible, pero es la que, dentro de las limitaciones
existentes, nos ha permitido hacer frente razonablemente a nuestros
compromisos. Concretamente los reajustes realizados en esa organización
de la Administración central, como consecuencia de nuestra integración en
la Unión Europea, se han demostrado yo creo suficientemente eficaces para
poder hacer frente con dignidad, como se está haciendo, al esfuerzo
extraordinario que supone la Presidencia española, la preparación de la
misma y esperemos que también su continuación después de este semestre,
sin que sea necesario de momento realizar esfuerzos extraordinarios en
ese campo.

En cuanto a la representación de España en el exterior, los esfuerzos hay
que realizarlos, por desgracia, en sentido restrictivo. Ni nuestros
recursos humanos ni nuestros recursos económicos nos permitirían hoy día
realizar el despliegue complementario que en el exterior quisiéramos
realizar. Aludía antes a la desaparición de la Unión Soviética y la
aparición de nuevos Estados, lo que ha supuesto la reaparición como
Estados soberanos de los países bálticos. Ello exigirá un esfuerzo en los
años próximos de apertura de embajadas, lo cual requerirá una
redistribución de los recursos humanos; redistribución que creo que
resulta posible puesto que las dimensiones de buena parte de nuestras
embajadas en los países comunitarios hoy día tienen una carga de trabajo
distinta, no quiero decir si superior o inferior pero sí distinta, y que
se puede atender de distinta forma a la carga de trabajo que existía en
el exterior, y nos permitirá ir redistribuyendo esos recursos humanos
para las nuevas necesidades. Como digo, hoy por hoy es un esfuerzo
difícil de afrontar pero en los años próximos se irá poco a poco
realizando nuestro nuevo despliegue; despliegue que en algunos casos
supondrá el cierre de alguna embajada, medida siempre dolorosa y costosa
porque se busca uno, sin querer, no diré la enemistad pero sí la fría
amistad del país que sufre esa reducción (y esta Cámara ha conocido
recientemente el cierre por parte de un país amigo de un consulado en una
determinada ciudad española, provoca, como



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es lógico, la incomodidad en esa ciudad, en el Gobierno autonómico
correspondiente y en el propio Gobierno central, que desearía una mayor
presencia de los países amigos en nuestro territorio.

Es necesario también redistribuir nuestros consulados. Es una medida que
vamos haciendo poco a poco, pero quisiera señalar que muchas veces la
finalidad de atender los servicios que proporcionan los consulados se
puede conseguir sin necesidad de la apertura de un consulado. Me voy a
fijar en el caso concreto de la Federación Rusa. Actualmente, en teoría,
en Rusia no tenemos un consulado, tenemos simplemente una sección
consular de la embajada en Moscú. Sin embargo, esa sección consular se ha
potenciado en el sentido de proporcionarle unas oficinas de casi 600
metros cuadrados, dos funcionarios diplomáticos encargados de la misma y
casi 20 funcionarios y personal contratado para las labores de esa
sección consular que ha permitido que en el año 1995 podamos expedir,
esperamos, unos 120.000 visados Schengen, frente a 80.000 que se
expidieron en 1994, y 30.000 que se expidieron en 1993. Es decir,
aparentemente, sin haber creado ningún consulado nuevo, sin haber
modificado nuestra red consular, hemos podido hacer frente a una carga
extraordinaria y hasta cierto punto inesperada, de demanda de flujo
turístico de nacionales rusos hacia España. Eso, al mismo tiempo de
atender nuestras responsabilidades de otro género hacia nuestros
españoles, como ha sido el reciente envío, por fin, al Congreso, a la
Duma rusa, del acuerdo complementario que permitirá la repatriación en
condiciones dignas de «los niños de la guerra» --entre comillas, que
quedan en territorio de la Federación Rusa.

En cuanto a las tasas consulares, tiene razón S. S. al recordarme que
había prometido una información detallada. Renuevo mi promesa, en estas
cantidades que quedan a disposición del Tesoro, y que el Tesoro
frecuentemente nos permite utilizar como fondo de maniobra. Es decir, las
tasas están perfectamente contabilizadas, están a disposición del Tesoro,
y muchas veces, por necesidades del Tesoro, resulta más económico la
autorización de utilización de esos fondos que el envío de otros fondos
con los gastos de cambio (unas veces positivos y otras veces negativos)
que suponen para el Tesoro. Son cantidades contabilizadas perfectamente y
que llevan, además, muchas veces una carga también de contabilización,
puesto que la contabilización ha de adaptarse trimestralmente al valor de
las distintas monedas, así que no resulta una cantidad uniforme a lo
largo de un año, no sólo porque se producen ingresos, sino porque estas
cantidades tienen distintos valores en pesetas según las fluctuaciones de
la moneda. Precisamente, para evitar esas fluctuaciones se concentran en
una serie de monedas que consideramos estables y que no producen por
tanto pérdidas para el Tesoro.

Volviendo a una de las preguntas de S. S. sobre las cuotas, mandaremos a
la Comisión información detallada sobre las cuotas, tal como las hemos
presupuestado en 1995, en 1996, y las reducciones existentes en sus
distintos capítulos.

Creo que he contestado, al menos he pretendido contestar, a la mayoría de
las preguntas de S. S.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor subsecretario.

Señor Robles, ¿desea añadir algo?



El señor ROBLES OROZCO: No. Simplemente agradecer al señor subsecretario
la información detallada y admirar su optimismo, es decir, considerar que
con un recorte exclusivamente del 2,5 se siente feliz. Evidentemente, en
el país de los ciegos el tuerto es el rey, con lo cual puede ser
entendido como una suerte el Ministerio de Asuntos Exteriores con este
«pequeño», entre comillas también, recorte que yo creo viene acumulando
pequeños recortes demasiado tiempo y que, aunque el señor subsecretario
ha hecho un esfuerzo encomiable de demostrar que no se va a perder
eficacia en la acción exterior de España, mucho nos tememos que va a
tener que poner mucha sabiduría administrativa, que sin lugar a duda
tiene el señor subsecretario, para hacer posible compatibilizar la amplia
memoria de objetivos que acompañan este presupuesto.

Esperamos esa información adicional que nos ha dicho sobre el tema de las
cuotas, al que damos importancia capital, y lamentamos decir que esa
política de restricción va a limitar algunas de las acciones exteriores
que España debería plantearse en el terreno inmediato.

En todo caso, una vez más, muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Robles.

Señor subsecretario, ¿desea añadir algo?



El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): No.

Simplemente agradecer a S. S. que me atribuya ese optimismo, que no me
caracteriza, pero yo accedí a este cargo en junio de 1994 con un
presupuesto aprobado de 95.632 millones de pesetas y nos enfrentamos para
1996 con un presupuesto de 106.000 millones de pesetas, luego registro el
11,40 por ciento de incremento y, como en el chiste de Lourdes, quisiera
quedarme así. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: Como verá usted, señor Robles, el concepto de
felicidad es muy relativo, ante un mismo vaso medio lleno uno puede ser
feliz y otro infeliz.

Señor Martín Mesa, por el Grupo Socialista, tiene la palabra.




El señor MARTIN MESA: De forma muy breve quisiera dejar fijada la postura
del Grupo Socialista respecto al Presupuesto del Ministerio de Asuntos
Exteriores.

Repetimos un año más, ante la presencia del señor subsecretario, el
esquema de discusión que viene siendo habitual en los últimos años.

Probablemente este año por primera vez se tenga razón en alguna de las
afirmaciones que se dicen porque, si mis datos no me engañan --y creo que
no porque los tengo delante--, este año sí es verdad que el presupuesto
se reduce en algo más del dos por ciento; sin embargo, el año pasado, que
veníamos a decir la insuficiencia de los recursos, situaciones
asfixiantes, y objetivos similares a los que hoy se han puesto de
manifiesto, el Presupuesto



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creció el 14 por ciento, o 1994 respecto a 1993 tuvo un incremento del 33
por ciento.

A pesar de estos incrementos, nosotros compartimos, como venimos
compartiendo estos años atrás con el Grupo Popular, que nos gustaría que
el Presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores fuera mayor. De
cualquier forma yo creo que para el Grupo Socialista, y debe ser así,
supongo, para la mayoría de grupos de la Cámara, el objetivo esencial de
la política exterior para el ejercicio 1996 y también para 1997 no es
sino la convergencia con Europa; es decir, que en 1997 podamos cumplir
los criterios de convergencia que nos permitan estar el 1.º de enero de
1999 en el grupo de países de cabeza que inicie la tercera fase de la
Unión Económica y Monetaria. Naturalmente, para conseguir ese objetivo
hay que presentar unos presupuestos que permitan la reducción del déficit
público. Por eso digo que creo que, aunque sea una manifestación de
política interior, el principal objetivo de la política exterior es
llegar efectivamente en 1996 a un déficit público, es decir, del conjunto
de las administraciones públicas, del 4,4 por ciento del PIB, lo que
implica reducir del 5,9 en que previsiblemente se cierre 1995, pues punto
y medio del producto interior bruto.

Naturalmente, esto significa reducir, reducir los presupuestos, y se está
produciendo aquí, en la Comisión de Asuntos Exteriores, como se ha
producido en la Comisión de Educación, en la Comisión de Presupuestos y
en cualquier otra Comisión, una queja, un lamento generalizado de la
reducción presupuestaria, pero es incompatible reducir el déficit público
y alcanzar los criterios de convergencia si no se hace sección a sección,
capítulo a capítulo, ministerio a ministerio, para poner en marcha una
política presupuestaria que permita cumplir el objetivo de déficit
público y arrastrado de él, previsiblemente, el objetivo de tipos de
interés, inflación, etcétera, etc.

A juicio del Grupo Socialista, es probable también que el presupuesto,
como en ejercicios anteriores, pueda ser escaso en alguna partida. Es un
presupuesto austero, pero yo creo que es un presupuesto ajustado, palabra
que utilizaba el señor subsecretario, y que nosotros compartimos. En
ningún caso, a nuestro juicio, creemos que sean unos presupuestos
insuficientes. Es un presupuesto que puede permitir, como está
permitiendo estos ejercicios anteriores, asegurar la presencia de nuestro
país en la esfera internacional, además una presencia cada día más
importante, una presencia cada día de mayor calidad y cantidad;
presupuesto ajustado, a nuestro juicio, complementando algunas de las
ideas que el señor subsecretario ponía de manifiesto, pues creo que
efectivamente, así lo es. Hay un incremento en el personal, se ha dicho,
un incremento que es lógico. Es decir, si al 3,5 por ciento de incremento
salarial, más las previsibles fluctuaciones del tipo de cambio, se toma
en consideración respecto a ejercicios anteriores que la ayuda de
vivienda a funcionarios en el exterior, que estaba en capítulo 2, se
contabiliza en capítulo 1, hay que pensar que no todo el capítulo 1 que
aquí aparece personal, son sueldos y salarios, sino que hay un
complemento de pago en especie, o ayuda de vivienda a funcionarios en el
exterior que posiblemente infle artificialmente el capítulo 1 y habría
que tomar en consideración a la hora de hacer juicios de carácter global.

En técnica presupuestaria creo que el presupuesto del Ministerio de
Asuntos Exteriores es un presupuesto ortodoxo para lo que es un
presupuesto restrictivo. Sencillamente, el presupuesto de gastos
corrientes prácticamente se mantiene; lógico y ligero incremento en
personal; reducción del capítulo 2 de gastos corrientes y mantenimiento
de capítulo 4. Sin embargo, la reducción global se consigue precisamente
mediante una reducción del presupuesto de inversiones. Para conseguir
tener unos presupuestos restrictivos y austeros hay que restringir
precisamente en inversiones, en inversiones nuevas, mantener las
inversiones de reposición, de mantenimiento, y lógicamente mantener el
capítulo de gastos corrientes. Creo que en ortodoxia presupuestaria
responde a este esquema de lo que es un presupuesto transitorio para
época de ajuste como es el año 1996 y habrá de serlo necesariamente el
año 1997, si queremos estar donde desde luego el Grupo Socialista quiere
estar que es en cabeza de los países europeos, entrando en la tercera
fase de la Unión Económica y Monetaria.

He de reiterar pues ideas que ya planteamos en el presupuesto anterior.

La productividad de los recursos que se asigna al Ministerio de Asuntos
Exteriores creo que es patente, es decir, unos recursos ajustados,
escasos; sin embargo, el provechoso fruto que se está obteniendo es
innegable.

En el tema de cuotas, el señor subsecretario lo decía, y creemos que es
bastante evidente, yo creo que en el global de cuotas hay una reducción,
una reducción si se exceptúa una cuota, que es la del Consejo Europeo de
Investigación Nuclear, en el sentido de que este incremento de 4.000 a
11.000 millones de pesetas, sin embargo, no se ve incrementado en el
total de las cuotas, lo cual quiere decir que ha habido una política de
ajuste en el resto de cuotas que exige una situación restrictiva como la
actual. Creo que, a nuestro juicio, esto es evidente, y aparte tampoco
habría que poner demasiado énfasis en el tema de cuotas cuando esto es el
reflejo de nuestra política exterior. Un país que esté aislado del
exterior o con una menor presencia de la que tiene nuestro país, pues
lógicamente sus cuotas por pertenencia a organismos internacionales será
inferior.

En definitiva, creo que hay dos ejes esenciales en estos presupuestos.

Uno está claro, es un presupuesto para la convergencia europea. Hay otro
que, a nuestro juicio, también debe de quedar claro, y que en cualquier
caso ya se ha planteado en la comparecencia anterior y seguiremos
planteándolo, y es el tema de la ayuda oficial al desarrollo. No hay que
tener miedo, yo creo que hay una definición clara por parte del Grupo
Socialista, por parte del Grupo Popular, por parte de la mayor parte o de
la totalidad de los grupos de la Cámara, en el sentido de incrementar la
ayuda oficial al desarrollo. Hay un compromiso, adoptado por la Cámara,
que naturalmente mediante la vía de créditos ampliables nos va a
permitir, previsiblemente al final del ejercicio, que el presupuesto
liquidado sea superior al presupuesto inicial, vía incremento de la ayuda
oficial al desarrollo, de las partidas que se canalizan por la Sección
12,



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con independencia de las que se canalizan por otras secciones del
presupuesto. Para nosotros sí es importante, es decir, el compromiso del
0,50 en la vía del 0,70 para el siglo XXI, para el año 2000, sí creemos
que hay que mantenerlo y, evidentemente, el presupuesto, tal y como está
concebido, puede responder a ello. Por eso, sin ser optimista ni
pesimista, ni vaso medio lleno ni medio vacío, creemos que es un
presupuesto circunstancial que cumple perfectamente lo que a nuestro
juicio es el principal objetivo de la política española, que es la
política de convergencia, y no creemos que vaya a afectar a lo que es la
presencia, la importante presencia exterior de España.

Por nuestra parte nada más. Muchas gracias, señor Subsecretario; muchas
gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Martín Mesa.

Si el señor subsecretario quiere añadir algo, tiene la palabra.




El señor SUBSECRETARIO DE ASUNTOS EXTERIORES (Ezquerra Calvo): Muchas
gracias, señor Presidente.

Quería agradecer a S. S. el complemento de información que ha dado en
relación con el capítulo 1, lo había omitido, y es el hecho que, tanto
del ejercicio 1995 como de 1996, la ayuda oficial de vivienda, la ayuda
de vivienda a los funcionarios residentes en el extranjero se computa no
en el capítulo 2, sino en el de gastos de personal, en el capítulo 1, con
lo cual ha supuesto un incremento que dependerá, además, del aumento de
los alquileres en los países respectivos. A este respecto quisiera
señalar la política que sigue el Ministerio de Asuntos Exteriores con las
ayudas de vivienda. Nuestra política es que estas ayudas se conceden no
como un complemento de sueldo, sino como una ayuda necesaria para poder
adoptar determinada responsabilidad al representar al Estado. Por eso
nuestra política es no permitir a los funcionarios que opten por lo que
se llama el módulo alto, es decir, percibir directamente un complemento
de vivienda del que hacen el uso que estimen oportuno, sino decretar o
determinar, de acuerdo con el nivel del funcionario y de acuerdo con los
índices de precios de cada país, una cantidad como máximo que se puede
pagar para conceder una vivienda, cantidad que se atribuye no al
funcionario, sino a la vivienda, y también previo control del contrato
que se haya realizado. Esto permite un mayor control, primero, respecto
al carácter representativo de las viviendas que se ocupen (es la
finalidad fundamental de nuestra política), y también un control exacto
sobre las responsabilidades asumidas y las posibilidades de aumento, o
disminución en muchos casos, de esas cantidades.

Esta política, que es engorrosa desde el punto de vista de una política
de gestión de personal, creo que, sin embargo, obtiene buenos resultados
en cuanto a la asignación de recursos para el objetivo que se persigue.

Agradezco a S. S. que me haya ofrecido esta oportunidad de aclarar algo
que había olvidado.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea añadir algo, señor Martín Mesa? (Pausa.)
Por consiguiente, damos por terminada esta comparecencia. Una vez más, en
nombre propio y en nombre de todos los miembros de la Comisión, agradezco
al señor subsecretario su presencia aquí y aliviarlo ya de esta tarea de
hablar del presupuesto.




--DEL DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboin). A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente
212/001702.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a continuar la sesión.

Igual que en las dos últimas comparecencias, el señor Director del
Instituto Cervantes prefiere que hagan ustedes directamente las preguntas
que tengan a bien formularle. De modo que, sin más, doy la palabra al
señor Robles Orozco, del Grupo Popular, para que formule las suyas.




El señor ROBLES OROZCO: En primer lugar, agradecer la presencia y dar la
bienvenida al Director del Instituto Cervantes y, una vez más, tener que
expresar lo que nos parece este presupuesto, que desearía tenerlo que
hacer en otros términos. Estaba ojeando la comparecencia del señor
director en el anterior ejercicio presupuestario, y casi podríamos
reproducir exactamente lo mismo que entonces dijimos. Es decir, la verdad
es que la situación presupuestaria es muy similar y, si me apura, peor
que la del año anterior. No nos agrada francamente tener que decir esto,
porque sabe muy bien usted que hemos apoyado y seguimos apoyando al
Instituto Cervantes como un instrumento extraordinariamente válido para
la difusión de nuestra cultura y de nuestra lengua y, por tanto,
desearíamos podernos expresar en otros términos y que realmente la
evolución o las expectativas que se habían puesto durante estos últimos
años en el Instituto Cervantes se hubieran ido realizando y plasmando de
forma muy distinta.

Como digo, la situación del presupuesto es prácticamente similar a la del
ejercicio anterior con desequilibrios importantes en el presupuesto,
sobre todo con una situación de inversiones reales muy comprometida, y
que en el caso del ejercicio que vamos a analizar en este momento,
fundamentalmente en la parte de inversión nueva, sufre un recorte
bastante importante. Incluso, si me permite, la escasísima subida, que en
torno a los 97 millones de pesetas tiene el presupuesto, es una subida
aparente, un tanto engañosa, porque más bien se produce un recorte en el
presupuesto, pues si vemos el presupuesto que proviene de la propia
Sección 12, es decir, de lo que es Ministerio de Asuntos Exteriores, lo
que realmente se produce es un recorte de 400 millones de pesetas en el
presupuesto del instituto, solamente debido a que permite al instituto
manejar precisamente y acumular las reservas de fondos es por lo que
encubre un mayor recorte del que realmente aparenta. Por tanto, podemos
hablar claramente de un presupuesto disminuido, recortado, recisivo, y
que, como digo, solamente



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por esa técnica presupuestaria que permite al instituto manejar los
fondos acumulados encubre esa situación, pero no encubre la situación de
posibilidades de funcionamiento que realmente están al descubierto por la
dinámica de estos años y por el propio presupuesto.

Usted mismo en la comparecencia del año anterior creo recordar nos dijo
que, aun siendo razonable que una parte importante fuera destinada al
capítulo 1, capítulo de personal, que en la medida que este capítulo
siguiera absorbiendo un mayor gasto y produjese un mayor desequilibrio,
empezarán a ser realmente peligroso para el propio instituto que ya
estábamos prácticamente en dos tercios del conjunto del instituto y que,
efectivamente, eso podría crear graves alteraciones en el funcionamiento.

Creo que ésa es la situación en este momento; es decir, ese desequilibrio
se ha acentuado, se sigue acentuando, y no se ha hecho lo suficiente por
corregirlo. Por tanto, hay una política de excesiva carga al capítulo 1,
hay una disminución importante en el capítulo de inversiones que va a
comprometer, a mi juicio, ese desarrollo; y, por tanto, se mantiene el
análisis que hicimos en el presupuesto anterior.

Valga esto como una reflexión general, a la que espero tener una
respuesta en términos generales por parte del director del instituto para
saber realmente cuál es la situación, qué se puede esperar con este
presupuesto con que nos enfrentamos y cómo piensa hacer frente de alguna
manera al ajuste que realmente se ha producido una vez más en el
Instituto Cervantes.

En aquel momento quedaron sobre la mesa algunas preguntas sobre la
posibilidad que tenía planteada el instituto de hacer un esfuerzo
importante en la captación de recursos propios, bien por la vía de
ingresos de los propios servicios que de alguna manera da, por
entendernos, el instituto, o bien por lo que se entendía como
financiación complementaria, es decir, lo que se llamó los
patrocinadores. De alguna manera convendría saber cómo están estos dos
importantes capítulos, los ingresos propios y el concepto de
colaboradores o patrocinadores que, habida cuenta, insisto
reiteradamente, de esta situación, pues empiezan a cobrar vital
importancia.

Por ir de lo general a lo particular, volvemos a tener que poner de
manifiesto que se han producido demasiadas movilidades en los altos
directivos del instituto en los últimos años. Al margen de lo que puedan
ser dinámicas propias del equipo directivo, a mí me gustaría saber si
tiene algo que ver, precisamente con la frustración que se ha podido
producir en algunos cargos directivos del Instituto, la imposibilidad de
llevar a la práctica ese, nunca plasmado pero de alguna manera diseñado,
plan de implantación, que me imagino enganchó en forma positiva e
ilusionó a gente que se vinculó al instituto y que quizá por
frustraciones acumuladas, ha ido abandonando de alguna manera estas
tareas directivas. Quisiera saber si hay algo o tiene alguna relación con
esta situación.

En cuanto a los gastos concretos de funcionamiento del instituto, el
único aumento que se produce aparentemente es en el capítulo 2,
precisamente el capítulo en donde más nos llama la atención que se
produzca, este aumento, que pasa de ser de 950 millones de pesetas en el
año 1996. Me gustaría saber el verdadero sentido de este aumento, es
decir el destino de estos fondos y qué justificación tiene precisamente
que en una política de ajuste se haya producido un aumento en este
capítulo.

Ya se lo he mencionado en la reflexión general, pero la reducción en el
capítulo 6, capítulo de inversiones, es una reducción también importante,
especialmente en lo que se refiere a inversión nueva, y supongo que esto
va a tener lógicamente que afectar a algunos proyectos que estuviesen
planteados o que, incluso, estuvieran planteados por fases. ¿Cuáles son
esos proyectos que se van a ver afectados?, ¿cómo va a afectar la marcha
de la implantación del instituto?, y ¿cómo, incluso, también va a afectar
al mantenimiento de algunos de los centros que en la anterior
comparecencia mencionó el director?
En un capítulo que hace referencia a los trabajos realizados por otras
empresas, hay 97 millones de pesetas. Me ha llamado la atención porque
con un capítulo de personal tan importante y tan abultado dentro del
instituto no sé si se justifica, o por lo menos no encuentro la
explicación adecuada en la memoria de los presupuestos, a qué se debe,
cuál es esta partida que se destina a trabajos realizados por otras
empresas y profesionales, cuando parece que el propio instituto debe
tener recursos humanos suficientes para poderlo hacer. Quizá una
contestación en este sentido aclararía el tema.

En tema de personal, me gustaría una explicación sobre cómo valora usted
este desequilibrio que ya nos anunciaba el año pasado.

Por último, decir que me gustaría expresara cuál es, a su juicio, el
futuro que tiene el instituto con esta situación, cuál va a ser la
posibilidad de remontar esta situación, y si se va a ver realmente
afectada la política cultural lingüística que desarrolla el Gobierno
español a través del instituto por este recorte real, es decir el de este
presupuesto, solamente, como digo, encubierto aparentemente por esta
posibilidad de utilizar recursos procedentes de recursos de ejercicios
anteriores.

Nada más, y muchas gracias, señor director general.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Robles Orozco.

Señor Director, tiene la palabra.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboín):
Contesto ahora o...




El señor PRESIDENTE: Como usted prefiera. Si quiere damos la palabra al
Grupo Socialista, y de este modo tiene usted todo el abanico de posibles
respuestas. Como prefiera. (Pausa.)
Tiene la palabra entonces.




El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboín): Con
mucho gusto contesto y creo que el diagnóstico que yo pueda hacer sobre
este presupuesto no va a variar demasiado del que S. S. ha hecho.




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Efectivamente, el capítulo de inversiones no crece tanto como S. S. desea
y yo también; es cierto que respecto a la transferencia del Ministerio de
Asuntos Exteriores existe una disminución, el presupuesto de instituto no
escapa a los recortes generales, es efectivamente de 375 millones, ahora
bien, esta disminución de transferencias queda compensada ampliamente, y
es lo que da lugar al incremento muy limitado del presupuesto general,
esto está compensado por el aporte de los remanentes de tesorería del
instituto. El instituto ha contado con remanentes porque en su gestión ha
procurado no agotar todos los créditos que iba recibiendo, a no ser que
fueran necesarios. Ha habido una política bastante conservadora, de
emplear solamente los recursos necesarios cuando estaba plenamente
justificadas y esto ha hecho que existan remanentes; estos remanentes son
los que ahora se aportan, y se han aportado también en el ejercicio
anterior, sobre todo al capítulo de inversiones.

También es cierto que el otro punto que había puesto de manifiesto, ese
desequilibrio que hay entre los gastos del capítulo 1 y la totalidad del
presupuesto se mantiene demasiado alto. Estamos pues de acuerdo sobre el
diagnóstico y lo que puedo hacer es algunos comentarios respecto a
cuestiones más generales.

Es muy cierto que una de las ambiciones del Instituto Cervantes es captar
mayores recursos de diversas procedencias, en unos casos recursos propios
por lo que se pueda obtener de matrículas. En esto señalo que en el año
académico que ha terminado, en el verano anterior, el número de alumnos
ha incrementado el 14 por ciento y, por consiguiente, esto ha repercutido
en un incremento de las matrículas que en este momento no podría decir si
es igual al incremento del número de alumnos o ha sido un poco mayor
porque ha habido también modificaciones en las matrículas, de modo que
podía haber sido algo anterior. Por otro lado, en el ejercicio académico
del año pasado, en la memoria que hemos estado elaborando para
presentarlo precisamente mañana en la reunión del patronato, ahí ha
quedado claramente de manifiesto que en las actividades culturales, por
suerte, hemos obtenido, hemos sabido obtener el concurso de muchas
instituciones públicas y privadas, tanto españolas como de los países
receptores, y también de las empresas, de tal manera que una parte muy
importante de las actividades culturales, que en este momento no me
atrevería a definir cuantitativamente, han recibido apoyos económicos
directos o indirectos, y esto es lo que nos ha permitido realizar unas
actividades culturales mayores, en número pero también en calidad, a la
que nuestros propios recursos permitían.

En cuanto al patrocinio, que de alguna manera está ya contemplado en lo
que acabo de decir, debo manifestar que seguimos con la idea de
establecer una fundación, estamos estudiando la manera de establecer una
fundación que en toda España logre movilizar recursos a favor del
instituto. Estas actividades no se producen de la noche a la mañana,
llevan un momento de rodaje, espero que en un futuro no demasiado lejano
podamos contar con este suplemento.

Su señoría ha planteado también otras cuestiones como por ejemplo el
problema de la movilidad, si es motivo de frustración o no por parte de
los directivos que han formado parte del cuadro del instituto. Yo diría
más bien que el instituto se encuentra en una situación de competencia
con otras ramas de Administración, o con otras ramas de la actividad
privada, y que si algo ha perdido el instituto es ese plus de atracción
que en algún momento pudo tener y que ahora se encuentra en una situación
en la que hay personas que aceptan ofrecimientos en otras instituciones.

Por lo que se refiere a los gastos del capítulo 2, yo creo que el
incremento que queda reflejado en los presupuestos es un incremento
bastante reducido y el destino de este incremento no es sorprendente. El
instituto a medida que crea centros, a medida que mejora las
instalaciones, mejora la dotación de los centros, tanto didáctica como
sobre todo de bibliotecas. Ahí yo haría un gran hincapié porque las
bibliotecas este año han mejorado considerablemente, han sido
informatizadas, digamos, en un 70 por ciento, han incrementado también el
número de volúmenes, aunque en otros casos ha habido un expurgo, con lo
cual se ha reducido el volumen pero la calidad es mejor. Toda esta
operación supone unas inversiones, unos gastos en bienes, en servicios y
en bienes corrientes que redundan naturalmente en la calidad de lo que el
instituto está ofreciendo.

Los proyectos que tenemos iniciados de creación o renovación de ciertos
edificios de centros, no han quedado afectados en este año pasado, ni
creo que queden afectados el año que viene. El dinero que el instituto
aporta de remanentes de su propia tesorería permite concluir las obras de
los centros que ya habían empezado e incluso concluir esas obras en
centros nuevos que se van a incorporar. Es cierto que esta situación va a
dejar el remanente de tesorería para el futuro muy mermado, y que para el
futuro sí se plantearán problemas respecto a nuevos proyectos. Quizá se
pueda decir en relación con lo que usted ha mencionado, que los proyectos
ya en marcha no han sido afectados y no van a ser afectados, pero no se
pueden hacer nuevos proyectos porque no hay en el horizonte recursos
disponibles para ello.

En cuanto al capítulo sobre contratación con otras empresas que ha
mencionado, debo manifestar que aquí están incluidos los arrendamientos
de servicios. En los centros hay profesorado, hay personal que está
contratado en forma de arrendamiento de servicios, y esto es necesario
por cuanto los centros no pueden tener personal, profesores de plantilla,
para atender a la totalidad de los alumnos, en previsión de posibles
reducciones temporales en el semestre de primavera y las hay o no puede
prever una plantilla que dé satisfacción a los incrementos de alumnos que
se notan en todos los centros, hasta que este incremento quede
consolidado. De modo que aquí hay una necesidad; una necesidad, digamos,
básica que obliga a tener una partida destinada a este capítulo.

Con esto respondo a la cuestión del personal. El personal del instituto
en la sede central no se ha incrementado, y debo reconocer que ésta es
una gran preocupación porque se crean cuellos de botella en el trabajo,
hay un recargo en el trabajo del personal. Hemos estado gestionando en la
Comisión internacional de retribuciones la autorización de ampliación de
la plantilla y obtenido una autorización muy limitada pero que supone la
posibilidad de contratar nuevo



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personal para este ejercicio. En cuanto a los incrementos de personal que
se hayan podido dar, aun mínimos, se han dado sobre todo en el
profesorado. Ahí es donde se nota, yo diría que casi el 9 por ciento de
incremento de profesorado de plantilla.

En cuanto al futuro del instituto, creo que ese futuro no está en manos
de los administradores del instituto; el futuro del instituto está en
manos del Gobierno y del Parlamento y en la medida que el instituto
reciba mayores recursos podrá cumplir esos fines que todos buscamos. Lo
que sí puedo señalar es que el instituto tiene en estos momentos ya
cuatro años de andadura, cuatro años en que con dificultades, pero
también con entusiasmo, se ha creado una estructura, tiene una red
estabilizada; y en el caso de que recibiera mayores recursos, tiene ya un
núcleo a partir del cual podría rápidamente absorber esos recursos y
destinarlos a un crecimiento de la red del instituto.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Sánchez-Albornoz.

Si el señor Robles Orozco desea hacer uso de la palabra, la tiene.




El señor ROBLES OROZCO: Sí, brevemente. En primer lugar, para agradecer
la sinceridad y franqueza con que se ha expresado el director, el señor
Sánchez-Albornoz, y lamentar que efectivamente sus palabras confirmen lo
que nosotros hemos expuesto y que nos gustaría que fuera de otra manera.

Sabe que no sólo nuestro apoyo político, sino también nuestro apoyo
presupuestario y nuestro esfuerzo ha sido constante a lo largo de estos
años, y es de lamentar que efectivamente esta situación presupuestaria
limite de alguna manera las posibilidades del Instituto Cervantes.

Es claro que, como nos ha confirmado, se produce de hecho este año un
retroceso en el presupuesto, es decir, una merma del presupuesto, porque
lo que va a pasar es que va a consumir los recursos de tesorería
acumulados prácticamente en este ejercicio y que efectivamente no va a
haber nuevos proyectos de inversión, cosa que nos parece grave. Sí notar
que quizá con esa afirmación que nos ha hecho de los arrendamientos de
servicios el desequilibrio en el capítulo 1 realmente, aunque sea
encubierto de otra forma, es aún mayor, con lo cual realmente agranda el
problema. En todo caso esperemos que sea una situación transitoria, por
el bien de un instrumento tan importante para la política exterior y la
política cultural y lingüística del Estado Español.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Robles Orozco.

¿Desea hacer uso de la palabra para contestar? (Pausa.)
Pues damos la palabra al representante del Grupo Socialista, señor Martín
Mesa.




El señor MARTIN MESA: Con toda brevedad, comenzaré agradeciendo al señor
Director del Instituto Cervantes la información que nos ha dado esta
tarde y, desde luego, agradecerle igualmente la sinceridad que por demás
es habitual en su comparecencia ante esta Comisión de Asuntos Exteriores.

La verdad es que los juicios que tanto el portavoz del Grupo Popular como
el señor director del instituto han manifestado son juicios compartidos
por todos los grupos. Se lo decíamos el ejercicio anterior y se lo
volvemos a repetir este ejercicio: a todos nos gustarían unos mayores
presupuestos. El año pasado teníamos unas limitaciones y este año, voy a
ahorrar a ustedes repetir lo que ya decía en la comparecencia anterior, a
nuestro juicio sólo diré que el objetivo prioritario de la política
exterior e interior española es la convergencia y, consecuentemente, como
condición previa y necesaria la reducción del déficit público. Sin
embargo, creo que la voluntad del Grupo Socialista en cuanto a dotar de
crecientes recursos presupuestarios al Instituto Cervantes está puesta
más que de manifiesto. Concretamente, quiero recordar a SS. SS. que en el
ejercicio presupuestario anterior el Grupo Socialista presentó una
enmienda de 300 millones de pesetas, 250 millones en capítulo 1 y 50 en
capítulo 2, que es lo que permite que en los papeles que manejamos, el
presupuesto de 1995 la dotación fuera de 4.461 millones de pesetas, y no
4.161 con que inicialmente figuraban cuando vinieron del Gobierno.

Nos gustaría, y queremos expresamente ponerlo de manifiesto, tener la
oportunidad en este ejercicio, en la tramitación parlamentaria, superado
el debate de totalidad, volver a presentar una nueva enmienda que permite
incrementar el capítulo 1, capítulo 2, incluso capítulo 6, del
presupuesto del instituto. Esperemos que los grupos parlamentarios nos
den la oportunidad de plasmar lo que el año pasado decíamos en una
comparecencia idéntica a la de hoy; que íbamos a presentar esta enmienda,
ya la estamos preparando, y que tengamos oportunidad, ¡ojalá sea así!
(ojalá por el bien del país), de tramitar los presupuestos y
efectivamente presentar una enmienda de incremento en las partidas que
más necesita el instituto.

El año pasado se ponía de manifiesto quizá algún escepticismo respecto al
funcionamiento de nuevos centros. El señor director me corregirá si me
equivoco. Sencillamente comparando los anexos del presupuesto del
ejercicio 1996, del proyecto de presupuestos de 1996, y los de 1995,
encuentro tres centros que aparecen en 1996 y no aparecían en 1995: son
los Bremen, Chicago y Brasilia. Quería confirmación a este respecto y
desde luego también solicitar al director las previsiones que tienen para
el año 1996, pues con estos presupuestos ajustados, restrictivos,
reducidos, pero que en ningún caso están rompiendo las expectativas que
inicialmente se crearon con la puesta en funcionamiento del instituto
como instrumento de fomento de la cultura y de la lengua, de las culturas
y de la lengua española en el exterior.

Recogiendo una de las palabras que decía el director del instituto, es
verdad que el futuro está en manos de todos, está en manos de los
gestores, está en manos del Gobierno, está en manos del Parlamento, está
en manos de un establecimiento de prioridades de la política general del
país; y, desde luego, yo estoy seguro de que a ningún grupo le cabe duda,
ni al señor director del instituto tampoco, que



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entre las prioridades está seguir potenciando, en la medida que los
recursos presupuestarios lo permitan, al Instituto Cervantes como
instrumento esencial de difusión de nuestra cultura.

No comparto la apreciación del representante del Grupo Popular en cuanto
que la utilización de remanentes encubre un recorte. La realidad es que
el instituto va a tener 4.558 millones de pesetas de crédito disponible,
para gastar durante el ejercicio presupuestario 1996 en el momento que se
aprueben los presupuestos, más los incrementos que la tramitación
parlamentaria pudiera permitir, y que durante el ejercicio 1995 estos
créditos disponibles fueron 4.461. Hay un incremento real, pequeño, muy
pequeño, realmente del 2,18 por ciento; pero teniendo en cuenta que el
presupuesto global de la Sección 12 no sólo no se ha incrementado el
2,18, sino que ha descendido en algo más del dos por ciento,
prácticamente el 2,40 por ciento, yo creo que es un signo más del
tratamiento diferenciado que el propio Instituto Cervantes tiene dentro
de la política presupuestaria global del departamento.

En la medida en que el señor director pueda aclararnos estas dudas que le
hemos planteado, animarle a que dentro de la escasez de recursos tal y
como se viene haciendo hasta el momento, el instituto siga respondiendo a
las expectativas iniciales, y sencillamente desear que, alcanzado el
objetivo de descenso del déficit público que nos permita estar en la
tercera fase de la Unión Económica y Monetaria en 1999, desde luego tenga
la seguridad de que el Grupo Socialista pondrá el mayor énfasis en que el
instituto cuente con los recursos que le permitan cumplir sobradamente
las funciones que tiene encomendadas por la ley de creación del mismo.

Nada más, señor Presidente. Muchísimas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Martín Mesa.




Señor Director, ¿desea hacer uso de la palabra?



El señor DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES (Sánchez-Albornoz Aboín): Ante
todo quiero dar las gracias a S. S. por la alegría que me ha dado al
anunciarme que va a haber una enmienda y, además, me ahorra tratar de
solicitar que la haga para el presupuesto del año que viene.

Su señoría ha señalado que está prevista la inauguración de tres centros
(Bremen, Chicago, Brasilia), y se ha quedado corto, Tolouse estará en
funcionamiento el mes próximo y, en cambio, Chicago no está inaugurado
pero espero que sea en el mes de febrero, en enero o febrero.

Por lo demás, en cuanto a los proyectos en curso para ser concluidos el
año próximo señalo que están avanzadas las obras de Utrecht, que
posiblemente queden terminadas antes de fin de año, y también Manchester
y Bruselas. Espero que no surjan dificultades que en algunos casos han
surgido, y que el año 1996 podamos terminarlo con la incorporación de
estos nuevos centros que, a mi modo de ver, son muy importantes. Estos
centros van a absorber este remanente que yo mencionaba antes, a estos
centros va este rubro que aparece en los presupuestos en el capítulo de
inversión. Yo creo que este empleo, el empleo de este remanente es bueno
en sí, es decir no creo que por conservar un remanente alto debiéramos no
emprender estas obras. Las circunstancias hacen que no puedan venir
inversiones a través de las transferencias, es el momento de utilizar los
remanentes que hemos acumulado antes e, insisto, espero que a fin del año
que viene podamos contar con una ampliación de la red del instituto, más
lenta de lo que esperábamos pero que sigue.

Quiero, además, señalar que esta ampliación de la red es significativa en
cuanto que el año pasado hemos abierto centros en Bucarest y Varsovia, lo
cual nos da una apertura hacia los países del Este donde no teníamos
ninguna presencia anterior. El centro de Chicago y el centro de Brasilia
amplían nuestra presencia en América. En el caso de Bremen cubre el norte
de Alemania donde no teníamos ninguna presencia; y no necesito señalar la
importancia de Bruselas, de Tolouse o de los otros.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Sánchez-Albornoz.

¿Desea añadir algo el señor Martín Mesa? (Pausa.) Pues no habiendo
ninguna solicitud más de palabra, doy las gracias, señor
Sánchez-Albornoz, por su presencia entre nosotros, ya sabe que siempre es
bienvenido a esta Comisión, espero que lo siga siendo por mucho tiempo y
que pueda culminar el desarrollo del instituto teniendo los mismos éxitos
que hasta ahora se han venido obteniendo, con paciencia pero con
perseverancia. Muchas gracias, señor Sánchez-Albornoz.

Señorías, se levanta la sesión.




Eran las siete de la tarde.