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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 566, de 28/09/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 566
P R E S U P U E S T O S
PRESIDENTE: DON RODOLFO MARTIN VILLA
Sesión núm. 32
celebrada el jueves, 28 de septiembre de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Secretario de Estado de Hacienda (Martínez
Robles) para explicar, previa remisión del informe correspondiente, la
evolución de la ejecución del Presupuesto del Estado hasta el 31 de
agosto de 1995 y dé cuenta de las medidas que hayan podido adoptarse para
corregir las desviaciones que se hayan producido hasta la mencionada
fecha con el fin de cumplir el objetivo del déficit público para el año
1995. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente
212/001534.)



Se abre la sesión a las siete y cinco minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, comienza la sesión con
la comparecencia habitual del señor Secretario de Estado de Hacienda, de
acuerdo con las normas propias de la Comisión. En primer lugar, el señor
Secretario de Estado de Hacienda informará. Los portavoces de los grupos
pueden plantear aquellos aspectos, si es que los hay, que en su criterio
debieron de estar, y no están, bien en el informe escrito, bien en sus
manifestaciones orales. En ese caso, el señor Secretario de Estado
completará



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la información y luego ya intervendrán los portavoces de los grupos por
el orden reglamentariamente establecido, contestación del señor
Secretario de Estado de Hacienda, posible segundo turno y cierre por el
señor Secretario de Estado.

Tiene la palabra el señor Martínez Robles.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Muchas
gracias, señor Presidente. Agradezco también a esta Comisión que haya
retrasado la hora de estos trabajos a petición mía. Sin más, inicio el
breve resumen que suelo hacer del informe en este primer turno.

Señorías, durante el período de enero a agosto de 1995, el déficit de
caja no financiero del Estado se ha situado en dos billones 183.000
millones, lo que supone una reducción del 4,7 por ciento en relación al
mismo período del año anterior. Esta favorable evolución del déficit es
el resultado de la política de rigor y disciplina presupuestaria que ha
venido aplicando el Gobierno a lo largo del año y del reflejo en las
cuentas públicas de la sustancial mejora de la economía española. En el
comportamiento del déficit cabe destacar el aumento interanual del 5,6
por ciento en los ingresos no financieros y el ligero incremento del 3,4
por ciento en los pagos de igual naturaleza. El aumento de los ingresos
es aún más relevante si se tiene en cuenta que se verá fortalecido en los
meses posteriores cuando se materialicen los ingresos pendientes
derivados de las privatizaciones anunciadas por el Gobierno. Por su
parte, el moderado avance de los pagos pone de manifiesto la confirmación
de los efectos esperados de la política de contención del gasto. Ambos
factores nos permiten concluir que la ejecución presupuestaria se
encuentra en una senda de reducción del déficit que se consolidará en los
meses que restan del año y permitirá cumplir los objetivos marcados en el
Programa de Convergencia.

Una vez expuestas las líneas generales que han definido la ejecución
presupuestaria del Estado, durante los ocho primeros meses del año,
analizaré con mayor detalle las cifras del presupuesto. En el cuadro de
la página número 4 observarán que el déficit de caja en agosto se ha
reducido en casi 107.000 millones respecto al registrado hace un año por
esta fecha, lo que supone que el déficit en términos del PIB se sitúa en
el 3,1 por ciento, 0,4 puntos menos que el ejercicio anterior.

En la página 5 pueden ver que si al déficit total se le deducen los
intereses de la deuda pública nos resultaría un déficit primario de
117.000 millones, casi la mitad de lo obtenido en agosto de 1994. En
términos del PIB el déficit primario se sitúa en el 0,2 por ciento, una
décima menos que en 1994.

En el cuadro de la página 6 podrán comprobar que las necesidades globales
de endeudamiento del Estado se han situado en dos billones 817.000
millones, cifra significativamente más elevada que los 832.000 millones
de 1994. Sin embargo, este aumento interanual se debe exclusivamente a
que en 1995 los recursos depositados en la cuenta corriente del Banco de
España para financiar operaciones del Estado se han incrementado en
233.000 millones, mientras que el año pasado se dispuso de un billón
872.000 millones, por lo que si se deduce la incidencia de esta operación
en ambos ejercicios, en agosto de 1995 la necesidad de endeudamiento
sería un 4,5 por ciento inferior a la alcanzada en igual período del año
anterior.

El resto de la variación de activos financieros lo pueden ver también en
la página 6. La cartera de títulos/valores en poder del Estado ha
aumentado hasta 86.400 millones, lo que supone un incremento del 58,2 por
ciento respecto del año anterior. En sentido contrario, los créditos
concedidos por el Estado han disminuido un 12,6 por ciento, hasta
alcanzar 401.000 millones. La Seguridad Social es el agente que recibe
préstamos de mayor importe, con 296.000 millones destinados a hacer
efectivo el préstamo aprobado por la ley de presupuestos para garantizar
el equilibrio financiero y asegurar la adecuada ejecución de la actividad
propia de la Seguridad Social. Esta cifra es inferior en un 20 por ciento
a la alcanzada en 1994, puesto que en el pasado ejercicio el Estado
concedió al Insalud la última anualidad --por 140.000 millones--
correspondiente al préstamo destinado a sanear las obligaciones derivadas
del coste de la asistencia sanitaria generado hasta finales de 1991. En
cuanto a los restantes créditos destacan los destinados al crédito
oficial para su aplicación al Fondo de Ayuda al Desarrollo, por 23.900
millones, y al Consorcio de Compensación de Seguros, por 79.000 millones.

Por último, en la rúbrica de «Otros activos netos» los ingresos han
excedido a los pagos en 86.000 millones, fundamentalmente porque los
anticipos concedidos a la Unión Europea han sido menores que las
devoluciones efectuadas.

En el cuadro de la página 9 podrán observar las distintas fuentes de
financiación utilizadas por el Estado durante los dos primeros
cuatrimestres de 1995. En concepto de créditos en moneda extranjera la
financiación recibida ha ascendido a casi 700.000 millones, de los cuales
400.000 millones corresponden a préstamos del exterior y los 300.000
millones restantes son préstamos de disposición gradual correspondientes
a la línea de crédito multidivisa utilizada por el Estado. Por otra
parte, en el concepto de deuda interior a medio y largo plazo se ha
obtenido un billón 499.000 millones. Esta cifra es notablemente superior
a la del año pasado, pero, como ya les he apuntado, esta circunstancia
obedece exclusivamente a que en 1994 se dispuso de la cuenta corriente
del Tesoro en el Banco de España por importe de un billón 872.000
millones.

Entrando en la ejecución del presupuesto de ingresos del Estado hasta
agosto de 1995, les diré que en el cuadro de la página 12 pueden ver que
los derechos reconocidos alcanzan un importe de 8 billones 999.000
millones y la recaudación efectuada en caja asciende a 9 billones 138.000
millones, lo que supone una tasa de realización sobre las previsiones
iniciales del 64,6 por ciento, prácticamente la misma tasa de realización
que hasta agosto de 1994. El buen comportamiento de los ingresos, con un
crecimiento interanual del 5,6 por ciento, se explica especialmente por
dos factores de signo inverso: por una parte, la favorable evolución de
los ingresos tributarios, y en especial de la imposición directa e
indirecta, que crecen a tasas del 7,8 y del 5,6 respectivamente y, por
otra parte, los ingresos de



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naturaleza no impositiva, que han registrado un descenso del 3,4 por
ciento, pero exclusivamente por la caída del 29,2 por ciento de los
ingresos patrimoniales. En 1995 los beneficios ingresados por el Banco de
España han sido 338.000 millones inferiores a los ingresados en 1994 y,
además en el ejercicio pasado se obtuvieron unos dividendos por la
privatización parcial de Argentaria de 98.000 millones, mientras que en
el presente ejercicio, como ya les anticipaba, están pendientes de
ingreso las privatizaciones anunciadas por el Gobierno y no realizadas
hasta la fecha.

El detalle de la recaudación por impuestos directos lo tienen en el
cuadro de la página 14. A finales de agosto, los ingresos por impuestos
directos ascienden a 4 billones 550.000 millones, lo que supone un
incremento del 7,8 por ciento respecto del año anterior. La recaudación
por el Impuesto sobre la Renta, con tres billones 627.000 millones y un
aumento del 6,7 por ciento, y los ingresos por el Impuesto sobre
Sociedades, con 839.000 millones y un aumento del 13,2 por ciento,
explican la totalidad de la recaudación por imposición directa.

Si pasan al cuadro de la página 15 podremos comentar con mayor detalle
las circunstancias que han determinado el comportamiento favorable en el
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. En primer lugar, cabe
destacar el aumento en un 14,1 por ciento de los ingresos por retenciones
sobre rendimientos del trabajo, que ha alcanzado la cifra de dos billones
575.000 millones, a pesar de la deflactación en un 3,5 por ciento de los
porcentajes de retención a partir de enero de 1995, si bien ha habido dos
factores positivos como son el aumento en el número de cotizantes de la
Seguridad Social y la inclusión, a partir de enero de 1995, como rentas
sujetas a retención de los rendimientos de actividades agrícolas o
ganaderas. También ha tenido un comportamiento favorable la recaudación
por pagos fraccionados, que ha alcanzado la cifra de 334.000 millones, un
4,2 por ciento más que en 1994, si bien, como se explica en el informe,
dentro de estos ingresos, los devengados en el último trimestre del año
pasado crecieron un 26,6 por ciento, mientras que los devengados en los
dos primeros trimestres de 1995 disminuyeron un seis por ciento, en ambos
casos como consecuencia de modificaciones normativas.

El crecimiento de los conceptos anteriores ha sido suficientemente amplio
como para compensar las mayores devoluciones registradas en 1995 (333.000
millones frente a 266.000 millones en 1994), sobre todo la reducción de
un 8,8 por ciento de los ingresos por retenciones sobre los rendimientos
del capital mobiliario, que han ascendido a 535.000 millones y que
básicamente se ven influenciados por el nivel de los tipos de interés y
porque durante 1994 se produjeron ingresos por un importe de 22.000
millones por la Sociedad Estatal Patrimonio I, procedente de la segunda
privatización de Argentaria.

Con relación al Impuesto sobre Sociedades, los ingresos se han situado en
839.000 millones, un 13,2 por ciento más que en 1994. Este fuerte
crecimiento del impuesto es aún más relevante si se tiene en cuenta que
en la recaudación de este tributo ha influido negativamente el descenso
en un 10,8 por ciento de los rendimientos del capital mobiliario, por las
mismas razones que en el Impuesto sobre la Renta, sin embargo, por cuota
diferencial neta se han ingresado 618.000 millones frente a 493.000
millones en 1994, a pesar de que en 1994 se ingresaron 28.000 millones
procedentes de la primera y segunda privatización de Argentaria sin
contrapartida en el presente ejercicio. La razón se debe a que los
ingresos correspondientes a la declaración anual del ejercicio 1994 de
las empresas cuyo ejercicio económico coincide con el año natural,
efectuada en julio y agosto de 1995, ha crecido un 23 por ciento, lo que
viene a demostrar que los efectos de la recuperación económica ya se
están reflejando en las cuentas de explotación de las empresas.

A continuación me referiré a los impuestos indirectos. Si acuden al
cuadro de la página 17 podrán observar que la recaudación del período
asciende a tres billones 570.000 millones, un 5,6 por ciento más que el
año anterior. El crecimiento en un 4,5 por ciento del IVA y en un 6,8 por
ciento de los Impuestos Especiales son los factores que explican este
favorable comportamiento. Los ingresos por IVA han sido dos billones
200.000 millones, un 4,5 por ciento más que en agosto del año anterior.

Hay que tener en cuenta que a pesar del incremento de un punto de los
tipos impositivos, en virtud de la Ley de Presupuestos Generales del
Estado para 1995, la recaudación por operaciones interiores ha crecido
tan sólo un 1,7 por ciento. Esto se explica porque mientras que el
volumen de devoluciones gestionadas en 1995 ha ascendido a 715.000
millones, en 1994 tan sólo alcanzaron 578.000 millones. Este
significativo crecimiento en las devoluciones obedece, fundamentalmente,
a los efectos del Real Decreto de 21 de septiembre de 1994 por el que se
establece un procedimiento más rápido para la gestión de las devoluciones
del IVA a determinados sectores y operadores, de modo que si se analizan
los ingresos en términos brutos el crecimiento se situaría en el 8,6 por
ciento.

Con relación a los Impuestos Especiales, en ese mismo cuadro pueden
observar que la recaudación ha alcanzado el importe de un billón 256.000
millones, un 6,8 por ciento más que en 1994. La principal fuente de
ingresos de estos tributos recae en el Impuesto sobre Hidrocarburos, con
unos ingresos de 856.000 millones y un crecimiento interanual del 6,2 por
ciento. El impuesto que grava las labores del tabaco, con unos ingresos
de 238.000 millones, ha crecido un 14,3 por ciento en relación al año
anterior. Los otros dos impuestos especiales de fabricación, sobre el
alcohol y bebidas derivadas y sobre la cerveza, aportaron una recaudación
de 58.000 millones y 19.000 millones, respectivamente. En todos estos
impuestos, además de la influencia que ha tenido la recuperación del
consumo, parte de su crecimiento obedece al aumento de los tipos que
gravan el alcohol, cerveza, labores de tabaco e hidrocarburo a partir de
1995. Por último, la recaudación del impuesto especial sobre determinados
medios de transporte ha descendido un 6,6 por ciento, básicamente por los
incentivos fiscales para la renovación de vehículos de turismo, por la
reducción, a partir de enero, del tipo general del impuesto del 13 por
ciento al 12 por ciento y por el moderado



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aumento de las ventas de automóviles durante lo que llevamos transcurrido
del año.

En lo que se refiere al resto de la recaudación por operaciones
corrientes, si vuelven al cuadro de la página 13 observarán que sobresale
el descenso del 29,2 en los ingresos patrimoniales. Si bien, tal como les
comenté con anterioridad, la caída de estos ingresos obedece
fundamentalmente a la reducción de los beneficios ingresados por el Banco
de España, así como los dividendos ingresados por Argentaria en 1994, sin
contrapartida en el presente año. Por otra parte, el Estado ha ingresado
por transferencias corrientes 167.000 millones, un 4,4 por ciento más que
en 1994. De estos ingresos, los más significativos son los
correspondientes a las loterías y apuestas del Estado, con 117.000
millones, y las aportaciones a las cargas generales del Estado realizadas
por Navarra y País Vasco, con 10.000 millones y 9.000 millones,
respectivamente.

Respecto de las operaciones de capital, la recaudación obtenida hasta
agosto de 1995 se ha situado en 212.000 millones, lo que supone un avance
del 70,1 por ciento respecto a 1994. La razón principal cabe encontrarla
en el incremento del 74,6 por ciento de las transferencias de capital,
aunque esta variación es aleatoria porque así lo es la distribución
mensual de las transferencias procedentes del presupuesto comunitario.

Por último, la recaudación por enajenación de inversiones reales ha
alcanzado casi 7.000 millones y procede, en su mayor parte, de reintegro
de operaciones de capital.

Finalmente, como saben ustedes, en el informe que les he entregado se
incluyen las aportaciones a la Comunidad Europea, exclusivamente
recibidas por el Estado. Sin embargo, muchas de las aportaciones
comunitarias son percibidas por las comunidades autónomas y otros
organismos y entes públicos distintos del Estado. En este sentido, los
ingresos totales recibidos por España de la Unión Europea hasta agosto de
1995 han ascendido a un billón 86.000 millones, de entre los cuales por
Feoga-Garantía se han obtenido 477.000 millones, de Feder 292.000
millones y del Fondo Social Europeo unos 100.000 millones.

Entrando ya en el ámbito del gasto, en la página 21 tienen la liquidación
del presupuesto de gastos del Estado. Los créditos iniciales ascienden a
17 billones 326.000 millones. Las modificaciones presupuestarias han
alcanzado 355.000 millones. Por tanto, los créditos finales se sitúan en
17 billones 681.000 millones, de los cuales se han reconocido
obligaciones por 11 billones 529.000 millones y se han efectuado pagos de
presupuesto corriente por importe de 10 billones 313.000 millones, lo que
determina unas obligaciones pendientes de pago de un billón 216.000
millones. Por último, si a los pagos de presupuesto corriente se le
añaden un billón 66.000 millones de pagos correspondientes a ejercicios
anteriores y los derivados de operaciones no presupuestarias, el
resultado son unos pagos totales, hasta agosto de 1995, de 11 billones
321.000 millones.

En el cuadro de la página 23 tienen el detalle de las modificaciones de
crédito aprobadas los ocho primeros meses de 1995. Los créditos
extraordinarios han ascendido a 43.000 millones, lo que supone una
reducción del 2,5 por ciento respecto a 1994. Esto es aún más importante
si se tiene en cuenta que de los 43.000 millones tan sólo tienen
incidencia monetaria en 1995 créditos extraordinarios por 32.000
millones, destinados a financiar obras hidráulicas y otras actuaciones
necesarias para abastecer de agua a zonas afectadas por la sequía, los
3.620.000 millones aprobados para hacer frente al pago de las
prestaciones a los afectados por el síndrome tóxico y 3.000 millones en
concepto de contribución española al CERN. El resto de los créditos
extraordinarios asciende a 4.575 millones y no tienen incidencia
monetaria en el presente año, puesto que en 1994 se tramitó el
correspondiente anticipo de Tesorería y en 1995 simplemente se han
aplicado al presupuesto. De estos 4.575 millones, 3.145 millones se han
destinado al pago de indemnizaciones a titulares de oficinas de farmacia
y 1.430 millones a completar el pago a Hunosa, de acuerdo con lo
establecido en su contrato programa.

Por último, quiero comentarles que, al referirse el informe entregado al
mes de agosto, no aparece computado un crédito extraordinario por importe
de 800 millones, por el que se adoptan medidas urgentes para reparar los
daños causados por las inundaciones en la provincia de Guadalajara.

Las incorporaciones de créditos se han reducido en un 29,7 por ciento
hasta situarse en 135.000 millones. De este importe, 69.266 millones
corresponden al Fondo de Compensación Interterritorial y 48.238 millones
a gastos en inversión civil. En el ámbito de las ampliaciones de
créditos, las modificaciones aprobadas ascienden a 118.000 millones, de
los cuales cabe reseñar los 58.589 millones para hacer efectiva la
aportación del Estado al Insalud para financiar sus operaciones
corrientes y los 18.994 millones de gastos por envío de tropas a Bosnia
según los acuerdos de la ONU.

Entrando en la clasificación económica del presupuesto de gastos, en el
cuadro de la página 26 pueden observar que los gastos de personal se han
elevado a un billón 822.000 millones, lo que supone un crecimiento del
6,9 por ciento respecto del año anterior, tanto por el incremento de las
retribuciones de personal activo, un 3,5 por ciento, como por el aumento
del gasto en pensiones derivado de la revalorización de las mismas, mayor
número de pensionistas y del efecto sustitución.

Por su parte, el gasto en bienes corrientes y servicios, con 207.000
millones, experimenta un descenso, en relación a agosto de 1994, del 3,7
por ciento. Los gastos derivados de los intereses de deuda pública se
aprecian con mayor detalle en el cuadro de la página 34. Los gastos
financieros han ascendido a dos billones 143.000 millones, un 6,5 por
ciento más que en 1994. De este importe, la práctica totalidad
corresponde a la carga financiera derivada del endeudamiento interior,
que asciende a un billón 951.000 millones, ya que los gastos por
endeudamiento exterior tan sólo suponen 191.000 millones. Por último,
dentro del endeudamiento interior, los intereses derivados de la deuda a
medio y largo plazo, con un billón 270.000 millones, duplican al gasto
por intereses de la deuda a corto plazo, que se sitúa en 610.000
millones.

Si pasan al cuadro de la página 27 pueden ver que los gastos por
transferencias corrientes ascienden a seis billones



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350.000 millones, un 5,3 por ciento más que en agosto de 1994. Atendiendo
a los agentes perceptores de estas transferencias, se puede comprobar que
el primer destinatario de los mismos ha sido la Seguridad Social, con un
total de dos billones 289.000 millones, y el destino fundamental de estos
fondos ha sido financiar la asistencia sanitaria, complementar las
pensiones mínimas y cubrir las pensiones no contributivas. En todo caso,
cabe señalar que en la aportación del Estado a la Seguridad Social se
incluyen 153.000 millones destinados a la compensación de la pérdida de
ingresos derivados de la reducción en un punto de las cotizaciones a la
Seguridad Social. Los entes territoriales han recibido un conjunto de dos
billones 121.000 millones, correspondiendo la práctica totalidad de este
importe a transferencias en concepto de la participación de estos entes
en los ingresos del Estado. Por último, del total de transferencias a
organismos autónomos administrativos, las más importantes son las
concedidas al Inem, por 488.000 millones, para la cobertura al desempleo.

Este importe es inferior en un 18,7 por ciento al registrado en 1994 como
consecuencia de la mejora del mercado laboral y de la favorable evolución
del empleo.

Volviendo al cuadro de la página 26 pueden comprobar que el gasto en
operaciones de capital, con algo más de un billón de pesetas, se ha
reducido en un 2,1 por ciento. Esta caída se explica por la evolución del
capítulo de inversiones reales, que ha alcanzado 470.000 millones, lo que
supone un 8,8 por ciento menos que en 1994.

En el cuadro de la página 29 aparece el detalle del otro componente de
las operaciones de capital, es decir, de las transferencias de capital,
distribuidas por entes. Como pueden ver, el mayor volumen de estas
transferencias se ha destinado a las empresas y entes públicos con
135.000 millones, un 49,7 por ciento más que en 1994, básicamente porque
los fondos transferidos a Renfe han pasado de 43.000 millones el año
pasado a 83.000 millones en el presente ejercicio, en virtud de los
establecido en el contrato-programa que regula las relaciones del Estado
con dicha empresa pública. Por su parte, las transferencias a organismos
autónomos administrativos ascienden a 77.000 millones, correspondiendo la
mayor parte al Iryda, para que este organismo pueda llevar a cabo las
actuaciones necesarias para modernizar las explotaciones agrarias y
reparar los efectos producidos por la sequía.

Con todo esto que les he comentado, la conclusión que se puede extraer de
los datos de agosto sobre el déficit de caja es que, a final de año, se
van a cumplir las previsiones contempladas en el programa de
convergencia. El reflejo de la situación económica sobre los ingresos
permitirá finalizar el año con una recaudación de 14 billones 77.000
millones y los resultados de la política de rigor y disciplina
presupuestaria, reforzados por los mecanismos de seguimiento y control
del gasto aplicado en 1995, se materializarán en unos pagos, a final del
año, de 17 billones 297.000 millones, con lo que el déficit de caja en
1995 será del 4,4 del PIB, tal como queda claramente puesto de manifiesto
en el avance de liquidación del presupuesto actual, que se ha entregado
con motivo de la presentación del proyecto de ley de presupuestos
generales del Estado en 1996, hoy mismo, en esta Cámara y que se
discutirá en su tramitación parlamentaria.

Si a lo anterior unimos los datos económicos disponibles, globalmente
considerados, que sitúan el crecimiento previsto del PIB para 1995 en el
3,1 por ciento, la tasa de inflación interanual en agosto del 4,3 por
ciento, y la reducción en dicho mes del número de desempleados inscritos
en el Inem en 17.876 personas, se puede enfocar lo que resta del año,
incluso el ejercicio próximo, con un claro optimismo respecto a nuestra
capacidad de crecimiento económico, de reducir la inflación, de generar
empleo y de lograr la senda trazada en materia de déficit público.

Por último, como ustedes saben, el pasado 13 de enero, por acuerdo del
Consejo de Ministros, se aprobaron una serie de medidas para seguimiento
y control del déficit contenido en el programa de convergencia para 1995.

En este acuerdo se establecía la necesidad de fijar un límite máximo de
obligaciones a reconocer por cada departamento ministerial y una
periodificación mensualizada de las mismas.

En respuesta a la petición formulada por el Grupo Parlamentario Popular
se ha adjuntado, como anexo al informe sobre el déficit de caja, un
documento que recoge la periodificación mensual de las obligaciones
reconocidas hasta el 31 de agosto de 1995. Como podrán comprobar, en este
documento se detalla, tanto por sesiones como por capítulos, el límite
actualizado de obligaciones a reconocer a 31 de agosto, que asciende a 12
billones 118.000 millones, y las obligaciones reconocidas a esta fecha,
que se sitúan en 11 billones 529.000 millones.

En los datos anteriores también se puede observar el cumplimiento
satisfactorio de los límites por parte de los departamentos
ministeriales, que ha alcanzado un porcentaje de realización del 95,14
por ciento, con lo que el margen para el reconocimiento de obligaciones
asciende a 588.000 millones.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado.

¿Algún portavoz de grupo quiere manifestar su opinión en torno a algunos
aspectos que creyera debieran estar incluidos en el informe del señor
Secretario de Estado y no lo estuvieran? (Pausa.)
A continuación, vamos a dar la palabra a los grupos parlamentarios por el
orden establecido.

En primer lugar, en nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la
palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Mi Grupo quiere agradecer la presencia del
señor Secretario de Estado en un agradecimiento doble. En primer lugar,
por la diligencia con la que ha enviado la documentación a los grupos
parlamentarios (y manifiesto este agradecimiento porque sabe el señor
Secretario de Estado que, en ocasiones anteriores, siempre había habido
algún tipo de dificultad y tengo que reconocer que, en esta ocasión, la
diligencia de la Secretaría de Estado ha sido digna de subrayar hoy aquí)
y, en segundo lugar, porque ha cumplido con la petición que le



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formulamos en su anterior comparecencia de enviarnos una documentación
que pudiera hacernos seguir con mayor proximidad el efecto y la
aplicación del reajuste presupuestario de 1995.

No obstante, en relación con este último punto, debemos reconocer que las
cifras que nos facilita no guardan, en principio, relación con las cifras
que facilitó, en su momento, el señor Solbes a esta misma Comisión, en su
comparecencia del mes de febrero, para presentar el ajuste del
presupuesto de 1995.

En ese sentido, sin querer hacer mayor crítica, simplemente queremos
saber a qué cifras nos tenemos que atener para poder hacer nuestros
cálculos porque, si tomamos las cifras facilitadas por el señor Solbes,
el ajuste será uno y, si tomamos las cifras facilitadas en esta ocasión,
el ajuste será otro y debemos reconocer que la diferencia es francamente
llamativa. Si en este momento estuviéramos hablando de un ajuste con las
cifras facilitadas en febrero, podríamos estar trabajando en diferencias
de aproximadamente 350.000 millones. Por tanto, como no queremos en
ningún caso plantear una discrepancia sobre las cifras, simplemente nos
gustaría saber si son correctas las cifras facilitadas en el documento
que exhibo, y que nos fue facilitado con motivo de la comparecencia del
señor Solbes, o si lo son las cifras de otro documento idéntico, pero
facilitado ahora por el señor Secretario de Estado. Nos gustaría saber
qué documento vale, si el primero o el segundo. Las cifras no son las
mismas y quisiéramos saber a qué documento nos debemos atener.

Hecha esta consideración previa, tenemos que seguir esta intervención
señalando que consideramos positivo que, por primera vez en muchísimo
tiempo, se haya registrado un crecimiento negativo del déficit de caja.

Ahora, tendríamos que levantar algún tipo de cautela sobre este
reconocimiento de que estamos ante un dato positivo. Esta cautela, que
nos llevaría sobre todo a no dar rienda suelda a un optimismo, que por el
momento no está excesivamente justificado, se basaría fundamentalmente,
en primer lugar, porque, como sabe el señor Secretario de Estado, hoy
estamos aquí analizando una reducción del déficit de caja de menos 4,7.

Por tanto, hasta podríamos decir que se está produciendo un cambio de
tendencia. Vamos a ver si se consolida en meses posteriores, pero en
cualquier caso sí ha habido un cambio de signo, de positivo a negativo.

Esto es satisfactorio, pero tiene que reconocer, con la misma
tranquilidad con que lo hacemos desde el grupo de la oposición, que el
objetivo del año de variación del déficit es de menos 8,4. Por tanto, si
estamos en este momento en una corrección de menos 4,7, quiere decir que
el ritmo es bastante lento. Esta distancia tan abultada entre el menos
8,4 del objetivo y el menos 4,7 de la evolución del déficit, comparada
año con año, pone, como mínimo, cautelas para saber si estamos ante el
camino y la senda adecuada de consecución del objetivo de déficit.

Además, el objetivo de déficit --lo sabe el señor Secretario de Estado--
está seriamente amenazado por el bajo ritmo de recaudación; un ritmo de
recaudación que no cubre, ni de lejos, lo previsto para el presupuesto de
1995.

En tercer lugar, siendo como es, que no lo discutimos, un dato positivo
que el déficit primario se acerque al equilibrio, coincidirá con nosotros
en que es un dato que deja al descubierto otro, que prácticamente la
totalidad del déficit de caja está justificado por el volumen de los
intereses. Y cuando el déficit está justificado en su totalidad por el
capítulo de intereses, eso viene a indicarnos que en anteriores
ejercicios ha habido una presupuestación francamente errónea que está
generando estos intereses que estrangulan la consecución del saneamiento
del déficit.

Hay un crecimiento explosivo de la partida de intereses que justifica la
totalidad del déficit que hay en este momento. Y, lógicamente, cuando
estamos analizando estas características del déficit (insistimos como
hemos empezado), cabría preguntarnos, aunque parece ser que ya lo ha
querido advertir al final de su intervención, si el señor Secretario de
Estado estima que se va a cumplir el objetivo de déficit. Muchos
observadores han hecho pública su opinión negativa en esta materia.

Parece que es exclusivamente el Gobierno el que está en la tesis de que
se va a cumplir el déficit. Pero nos gustaría que nos dijera en clave de
qué se puede cumplir el déficit si mantenemos una recaudación tan baja
como la que aquí se acaba de expresar. Ya llegaremos al capítulo de
ingresos.

Para la valoración de las cuentas del Estado sabe usted que es casi mejor
indicador la necesidad de endeudamiento que el propio déficit. Tenemos
que constatar aquí que la necesidad de endeudamiento ha registrado una
tasa de variación del 238 por ciento. Insisten en su forma de
presupuestar, insisten en realizar operaciones a través de las partidas
de activos financieros, con el solo objetivo de eludir en el cómputo de
gastos presupuestarios el déficit que generarían estas partidas si no se
hicieran como activos financieros. Ustedes insisten en conceder préstamos
a organismos para cubrir operaciones que no son financieras, y lo que
consiguen al utilizar esta figura, que yo casi me atrevería a calificar
de extrapresupuestaria si habláramos en términos de déficit, es trasladar
lo que es déficit a deuda de una forma directa.

Queremos insistir, porque nuestro Grupo lo ha venido diciendo en
ocasiones anteriores, en que ésta es una operación contable que maquilla
el déficit. Esta necesidad de endeudamiento, como le decía al inicio, ha
registrado una tasa de variación del 238 por ciento. Parece que este
crecimiento viniera justificado casi de manera exclusiva por el aumento
de una sola partida, la de acciones y participaciones en sectores no
residentes, que crece un 58,2 por ciento.

Pero, curiosamente, en la lectura que hemos realizado del documento, en
el que se nos dice que ésta es la partida que justifica este crecimiento,
no se nos explica por qué y cuáles son las causas. ¿Podría abordar el
señor Secretario de Estado en una segunda intervención la explicación de
la evolución de esta partida? Mi Grupo se lo agradecería.

Ya que estamos en el turno de explicaciones, podemos observar en el
cuadro de la página 6 del documento que, en crédito oficial, se produce
una caída del 48,8 por ciento. Esta caída, según se explica después, está
justificada fundamentalmente por el comportamiento de los créditos FAD.

Nos gustaría saber, señor Secretario de Estado, qué



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está ocurriendo en los créditos FAD para que se esté registrando esta
bajísima ejecución, máxime si tenemos presente que en el año 1995 los
créditos FAD han registrado una mayor dotación que en años anteriores.

Con esta interrogante pasaríamos, señor Secretario de Estado, al capítulo
de ingresos, y al igual que hemos tenido que comenzar el capítulo del
déficit afirmando que encontramos positivo que se haya producido una
evolución con signo negativo del crecimiento del déficit, cuando hablamos
de ingresos tenemos que comenzar nuestra intervención subrayando que el
elemento más preocupante de la ejecución que hoy se nos presenta, el
elemento que puede encerrar un nivel mayor de amenaza, sobre todo para la
consecución del objetivo de déficit, es la mala evolución de la
recaudación. Y vamos, por lo menos, a intentar explicar por qué
calificamos de mala la evolución de la recaudación. Sabe usted que la
previsión de recaudación que existe para 1995 está en torno a un
crecimiento del 9,4 por ciento para todo el ejercicio 1995. En estos ocho
primeros meses, es decir, consumida una gran parte del año, el
crecimiento que están ustedes registrando en el capítulo de ingresos es
tan sólo del 5,6 por ciento. Queremos calificar este crecimiento de
insuficiente, y también queremos advertir que, si se mantiene este ritmo
de crecimiento, hemos de pensar que el objetivo de recaudación, al que
hemos hecho mención anteriormente, va a ser inalcanzable. Y hemos hecho
un pequeño cálculo que, además, hemos contrastado con algunos gabinetes y
observatorios económicos. Ese cálculo nos lleva a determinar que, si se
mantiene este ritmo de crecimiento que, como digo, lo calificamos de
insuficiente, podremos tener al final de año una desviación de una
cuantía cercana a los 200.000 millones. Hay otros autores --pero nos
vamos a poner en la postura menos pesimista-- que nos han facilitado el
dato de que esa desviación podría alcanzar la cifra no desestimable de
350.000 millones. Por tanto, aquí creemos que reside uno de los problemas
que presenta esta ejecución presupuestaria en 1995. Hay un elemento muy
preocupante que es el mal comportamiento de la recaudación.

Como podrá observar en el cuadro de la página 12, en el que se habla de
la composición de la recaudación total, y en el que se detalla cómo ha
evolucionado la recaudación del presupuesto corriente, la recaudación de
presupuestos anteriores, o la recaudación por operaciones no
presupuestarias, hay dos datos que nos gustaría subrayar y sobre los que
pediríamos explicaciones. Si ésa es la composición de la recaudación
total, si elemento preocupante resulta que es que la recaudación esté
creciendo a un ritmo mucho más bajo del previsto, más preocupante todavía
es observar que la realización de la recaudación del ejercicio corriente
es todavía más baja, es del 3,6. ¿Qué opinión le merece al señor
Secretario de Estado que la recaudación del presupuesto corriente sea
todavía más baja que la propia recaudación total? Y hay otro capítulo en
la composición de la recaudación que es el comportamiento de la
recaudación de operaciones no presupuestarias, que registra --y se puede
fijar en el cuadro de la página 12-- un crecimiento del 60,4 por ciento.

Debemos reconocer que no hemos conseguido advertir en la redacción del
documento explicación a este crecimiento, y nos gustaría que nos diera
una explicación, si fuera tan amable, del porqué del crecimiento de esta
partida.

Decía en el capítulo de ingresos que consideramos insuficiente la
evolución y el ritmo de recaudación y que se está registrando una mala
recaudación. De la lectura de este capítulo coincidirá con nosotros en
que el comportamiento de dos figuras tributarias --IRPF e IVA-- estaría
en el origen de esa mala evolución de la recaudación. Por tanto, si
coincide con nosotros en que esas dos figuras del sistema tributario
justifican esta recaudación baja --no le vamos a pedir que esté de
acuerdo con el calificativo que nosotros damos, pero la recaudación es
baja, y supongo que no discutirá que éstas son las dos figuras que están
justificando esa recaudación--, señor Secretario de Estado, le querríamos
hacer algunas preguntas en torno a estas dos figuras tributarias.

Nos ha parecido advertir que justifica el mal comportamiento de estas dos
figuras tributarias por características y novedades de su marco
normativo. Si ésa fuera la razón, ustedes --como nosotros-- conocían las
modificaciones normativas de ambas figuras tributarias y, si conocíamos
esas modificaciones normativas, tendríamos, o tendrían ustedes, por lo
menos, que haber previsto las consecuencias de esas modificaciones
normativas y haberlas arrojado sobre la previsión de recaudación para que
no estuviéramos hoy con la amenaza de esta desviación. Por tanto, si es
ésa la contestación, tenemos que decir que nos parece, como mínimo,
incompleta y le rogaríamos nos diera una valoración respecto al
comportamiento de estas dos figuras tributarias, fijándonos especialmente
en dos interrogantes. ¿Cuál va a ser su política de devolución en materia
de IRPF? Y, como le he venido a decir antes, ¿cuáles son las verdaderas
razones de la baja recaudación del IRPF y del IVA?
Por último, en este capítulo de ingresos, quisiéramos referirnos a los
ingresos patrimoniales. En el cuadro que recoge el comportamiento de los
ingresos patrimoniales podemos observar que éstos disminuyen en un 29,2
por ciento, debido fundamentalmente a la fuerte caída registrada por los
ingresos procedentes del Banco de España, que no han sido compensados por
los ingresos por privatizaciones. Si es así y coincide con nosotros en
esta afirmación, y teniendo presente lo que nosotros calificamos de
preocupante comportamiento de la recaudación, sería necesario conocer
cuál es la opinión del Secretario de Estado en relación con la previsión
que tiene sobre la evolución de ingresos del Banco de España y la
previsión que tiene, hasta fin de año, sobre la evolución de ingresos
provenientes de privatizaciones. Con estos interrogantes terminaríamos el
capítulo de ingresos y pasaríamos al capítulo de gastos.

En el capítulo de gastos debemos empezar también con un reconocimiento, y
es que el grado de realización de este presupuesto es similar al de 1994.

Pero nuevamente nos encontramos con el hecho de que aumenta la morosidad
del Estado, lo que nos hace suponer que se están reduciendo saldos
pendientes de ejercicios anteriores y se están dejando de atender saldos
reconocidos de este presupuesto.




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Señor Secretario de Estado, nosotros ponemos de manifiesto aquí que
existen diferencias sustanciales entre obligaciones reconocidas, el ritmo
de crecimiento de los pagos y el abultado embalse de las obligaciones
pendientes de pago. ¿Podría valorarnos la relación de estas tres
magnitudes del presupuesto?
Siguiendo en el capítulo de gastos, por las cifras que nos presenta el
documento podríamos afirmar que se registra un mayor crecimiento en la
partida de personal; un crecimiento que, si no recuerdo mal, alcanza el
6,9, aproximadamente. ¿A qué obedece este crecimiento y de qué forma va a
influir en una futura cláusula de revisión? También parece que se están
pagando facturas de ejercicios anteriores y que se están dejando de
reconocer facturas del ejercicio 1995. ¿Se está pretendiendo diferir
pagos del 95 al 96? Esa es otra de las preguntas que nos gustaría
despejar.

Y hay un capítulo importante, en el presupuesto de gastos que se nos
presenta, en materia de transferencias corrientes a empresas públicas. En
este capítulo se ha producido una importante reducción de las
transferencias corrientes a empresas públicas. Cabría pensar que esa
reducción de transferencias viniera justificada porque se estuviera
produciendo un mejor funcionamiento de estas empresas; o también cabría
pensar que esas menores transferencias se están produciendo porque estas
empresas están, a través de los avales que les otorga el Estado,
endeudándose en el mercado. Nos gustaría saber exactamente cuál de las
dos opciones que acabamos de exponer o, si hay una tercera, esa tercera,
es la que justifica la importante reducción de las transferencias
corrientes a empresas públicas.

En último lugar --y con ello, señor Presidente, voy terminando--, debemos
reconocer que las modificaciones de crédito están teniendo su
protagonismo fundamentalmente a través de las ampliaciones de crédito y
de las incorporaciones de crédito. Es bien sabido que la ampliación de
crédito ha sido históricamente la figura utilizada para provocar el mayor
grado de desviaciones en la ejecución presupuestaria y, en esta ocasión,
vuelve a ser también utilizada nosotros consideramos que en exceso. Pero
si esta figura de modificación de crédito la consideramos principal
protagonista del capítulo de modificaciones, lo es más, si cabe, la de
incorporaciones de crédito, con un total de 135.000 millones.

Tendríamos que recordar, señor Secretario de Estado, las palabras del
señor Solbes cuando explicó el reajuste presupuestario del mes de enero.

Entonces se dijo que se iba a permitir, del total previsto inicialmente
de 250.000 millones, sólo en materia de incorporaciones de crédito,
100.000 millones, de forma que se produciría un recorte de 150.000
millones. Vemos aquí clarísimamente que aquel recorte anunciado, que se
iba a producir a través de incorporaciones de crédito, no se está
cumpliendo.

Por tanto --y concluyendo--, señor Secretario de Estado, mi Grupo
considera, a diferencia de lo que usted declara, que sí está en peligro
la consecución del objetivo de déficit del Estado para 1995; considera
que ese peligro reside fundamentalmente en el mal comportamiento de los
ingresos, protagonizado principalmente por el IRPF y por el IVA, y estima
que en el presupuesto de gastos se está volviendo a producir un nivel
considerable de morosidad del Estado, amén de poder estar asistiendo a un
intento de diferir pagos de 1995 a 1996.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Ríos.




El señor RIOS MARTINEZ: Señor Presidente, la verdad es que yo quisiera
sumarme a lo que ha sido el agradecimiento del portavoz del Grupo
Popular, en el sentido de que hemos tenido la documentación para la
liquidación del presupuesto con el tiempo suficiente para poder
estudiarlo, y los últimos datos, en cuanto a las obligaciones
reconocidas, los hemos tenido previamente. En todo caso, a mí me gustaría
entrar, en nuestras apreciaciones y en la solicitud de información al
señor Secretario de Estado, a decir fundamentalmente que, de los datos
que concluyen lo que son los distintos apartados de esta liquidación
presupuestaria de los primeros meses del año, hasta el 31 de agosto,
aparentemente, parece ser que el objetivo de contención de reducción del
déficit público está caminando, si no al cien por cien, en un porcentaje
determinado (después me referiré a que, dependiendo de cómo sumemos los
números, puede salir así, y algunas preguntas haré al señor Secretario de
Estado al respecto).

Mi intervención va a ir dirigida a cómo, a costa de qué o de qué manera
se proyecta ese objetivo de reducir el déficit. Me centraré en dos ejes
para analizarlos. ¿Hemos reducido los ingresos que hemos tenido con los
gastos que hemos podido ejecutar? ¿Qué ingresos son los que hemos
producido con mayor porcentaje? ¿Cuáles son los impuestos que han tenido
mejor gestión, mejor recaudación de la prevista inicialmente? ¿Hemos ido
a una contención del gasto, a un no hacer frente a unas obligaciones,
como se anunció en el mes de enero, cuando se dijo que se contenían las
obligaciones reconocidas e inclusive se anunciaba que algunas de las
actuaciones a acometer en el ejercicio anterior podrían derivarse sobre
este ejercicio pero sin el dinero suficiente, por tanto, deslizábamos
obligaciones del año pasado para hacer frente con recursos de este año?
A mí me gustaría comentar tres posiciones. Una, los ingresos no
financieros han crecido en este período una tasa aproximada del 5,6 por
ciento. En la página 4 que usted nos ha aportado se viene a decir que ése
ha sido el crecimiento de los ingresos no financieros, pero la realidad
es que en ese mismo ejercicio el crecimiento está por debajo del
crecimiento de la actividad económica. El crecimiento del PIB es del 7,2;
han crecido los ingresos menos que nuestra actividad económica. Pero
siguiendo con los datos que nos da en la página 4, el porcentaje sobre el
PIB de los ingresos no financieros acumulados al final del ejercicio es
inferior en 0,2 puntos sobre el año pasado, sobre el ejercicio 1994.

¿Esto puede significar que haya una cierta regresividad fiscal? ¿Puede
significar que estamos con una fiscalidad no tan equitativa o no tan
efectiva cara a la progresividad que se había anunciado?



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Segunda reflexión. En esta misma página se dice que la diferencia entre
los ingresos y los pagos efectivos de carácter real ha sido una, pero,
por utilizar la comparación que se nos da en otra página más adelante,
cuando habla de las obligaciones reconocidas, la relación entre los pagos
efectuados en el presupuesto corriente y las obligaciones reconocidas en
el propio período ha caído 2,6 puntos. Eso quiere decir que hay un
incremento aproximadamente del 40 por ciento de las obligaciones
pendientes de pago generadas en este período, o lo que es lo mismo, hemos
incrementado lo que pudiéramos llamar el retraso del pago de las
obligaciones, hemos postergado el momento del propio pago. ¿Eso no puede
estar derivando hacia otro tiempo posterior esta equiparación de ingresos
y gastos?
El tercer comentario dirigido a los gastos se referiría al tema de las
propias inversiones. Hay una contención fundamentalmente de la inversión,
el Gobierno anunció para este ejercicio el compromiso del 5 por ciento
del PIB. ¿Cuál ha sido el porcentaje de PIB en cuanto a la inversión
ejecutada? Porque también en la página 26, si miramos lo que es la
diferencia entre obligación reconocida y créditos iniciales, en la
inversión ha caído esa relación de obligación reconocida con respecto a
los créditos iniciales si comparamos 1994 y 1995.

Nosotros creemos que intentar aplicar el objetivo de contener el déficit
público no ha significado progresividad fiscal o progresividad en los
ingresos. Y en cuanto a la contención del gasto, ha sido dirigida
fundamentalmente a la contención de inversiones y, es cierto, también a
las transferencias corrientes a algunos organismos, en concreto el Inem,
que ha tenido una mayor transferencia corriente por la evolución que haya
podido tener el número de personas con derecho a prestación o a subsidio.

En cuanto al tema de los ingresos, comparando lo que es el documento que
usted nos aporta, nos gustaría que se nos precisara a qué se debe la
evolución contenida en cuanto al IVA, porque es verdad que el IVA ha
crecido en relación a lo que son los impuestos directos, pero lo cierto y
verdad es que, si lo comparamos con lo que ha sido el crecimiento de las
devoluciones, creemos que el IVA no significa un relanzamiento de lo que
ustedes anunciaron en su día: promover el consumo privado. No ha crecido.

No sé si porque los españoles han preferido incrementar el ahorro o
porque no se ha gastado, máxime cuando el IVA ha subido un uno por ciento
en este ejercicio en las tres vertientes. Por cierto, siempre le pregunto
por la distribución de los tres tipos de ingreso de IVA, y siempre me
responde usted que es muy difícil tenerlo. Me hubiese gustado poder
disponer de esa distribución, pero sé que no ha sido posible.

Respecto a la disminución del ingreso del Impuesto sobre el Patrimonio,
tengo que decir que la gestión de ese Impuesto, comparado con los otros
ingresos, deja bastante que desear, ya que vuelve a caer un 3,3 por
ciento en comparación relativa. Yo no sé si es que en este país nadie
tiene patrimonio o es que nuestra imposición la debemos de revisar. Por
tanto, si debemos buscar ingresos por alguna razón, éste puede ser un
camino.

Termino con este tema refiriéndome a los ingresos patrimoniales. La
liquidación de los ingresos patrimoniales puede llevarnos a una
confusión. Hay una reducción del 29,2 por ciento. Mientras que el año
pasado sumábamos los tramos de privatización de Repsol y Argentaria, este
año todavía no se ha incorporado lo que pueden significar los ingresos
patrimoniales de la venta de parte de Telefónica. Por tanto, al final del
ejercicio se va a producir un equilibrio de este ingreso que ahora mismo
es inferior.

En cuanto al tema de los gastos, me gustaría, si es posible, ya que en
los documentos que usted nos ha aportado no hay un análisis específico,
que me informara sobre los beneficios fiscales. Uno de los centros de
discusión que hay para el próximo ejercicio es buscar la fórmula de
producir menos gastos en determinados beneficios para algunas
actividades. En ese sentido me gustaría que nos dijera, aunque fuera más
adelante, cómo han funcionado en estos meses los beneficios fiscales.

Referente a los gastos, las modificaciones presupuestarias están
contenidas si las comparamos con 1993. La modificación presupuestaria que
se precisa en la página 24, suma, fundamentalmente, las incorporaciones
de remanentes con volúmenes mayores de los 355.000 millones de pesetas, y
las ampliaciones presupuestarias.

En la incorporación de remanentes no se ve bien aquel ajuste
presupuestario que se hizo a primeros de enero. A mí me gustaría conocer
cuántas incorporaciones de remanentes pueden verse afectadas con dicho
ajuste presupuestario. Me explico. En el ajuste presupuestario se decía
que una parte de los 150.000 millones de pesetas era por no acometer las
actuaciones no iniciadas, y que otra parte obedecía a actuaciones que,
estando iniciadas, no estaban acompañadas de su crédito y que, por tanto,
debería de hacerse frente a lo que pudiéramos llamar previsiones del
ejercicio de 1995.

En cuanto a las transferencias de comunidades autónomas, que es una de
las reducciones sensibles, hay un descenso del 31,9 por ciento,
situándose en 78.000 millones de pesetas. Estas transferencias están
dirigidas al FCI. Nos gustaría conocer qué parte de las mismas se ven
afectadas por el ajuste que se tomó en el presupuesto en el mes de marzo
con la obligación no reconocida.

Respecto al crédito oficial, hay una reducción a finales de agosto del
48,8 por ciento. La verdad es que, comparándolo con el año anterior, son
casi 20.000 millones de pesetas menos. Pero este año se había anunciado
como un año --después de todo el debate y la plataforma del 0,7-- en que
íbamos a caminar creciendo hacia estas vertientes. Había incluso un
compromiso de llegar a un porcentaje de 0,35, mas luego, si había
créditos extraordinarios, lo haríamos, y ahí sumábamos --quiero
recordarle al señor Secretario de Estado-- los FAD y los dineros que iban
para cooperación. Sin embargo, en los datos que nos dan aquí dicen que
hay una contención de ese gasto. Por lo menos significa un atranque de
aquella política que se definió, o un no seguimiento de esa línea de
actuación. Puede obedecer a mil razones: a que las empresas que pueden
acceder a estos recursos no lo hayan hecho, o puede obedecer a un cambio
en las políticas de ayuda al desarrollo de determinados países.

En cuanto al Plan Renove, a mí me gustaría saber cuál ha sido el saldo
neto de los ingresos del Estado por la aplicación



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de ese Plan, ya que, por un lado, se daban subvenciones para chatarra de
los propios coches y, por otro, se disminuía el Impuesto de Matriculación
en un punto. Me gustaría conocer cuál ha sido el saldo neto para los
ingresos del Estado de ese Plan Renove.

A nosotros, en suma, nos gustaría, en cuanto a la política de gastos,
resaltar que la misma ha ido fundamentalmente, con el objetivo de reducir
el déficit, a una no ejecución de la inversión y a una contención de lo
que pudiéramos llamar políticas activas. Lo cierto es que en la
liquidación de los gastos van los 50 programas más importantes, pero no
otros. El comentario termina en la parte funcional; lo demás va como
anexo, por así decirlo, en los programas. Y si miramos esos 50 programas,
los dirigidos a políticas activas (por ejemplo, la función industrial),
tienen también una economía importante o una no ejecución importante,
cuando estamos en pleno proceso de reconversión industrial.

En resumen, señor Presidente, y con esto termino, nosotros creemos que
los datos que se nos dan en cuanto a la consecución del objetivo de
déficit no está claro que obedezcan a esa gestión real. En la política de
ingresos no creemos que haya una realidad ajustada. Los impuestos
directos han funcionado unos de una manera y otros de otra, porque
tampoco todos los impuestos directos han funcionado de una manera
determinada. Por poner un ejemplo, lo que pudiéramos llamar la retención
por capital mobiliario ha tenido una reducción con respecto a lo que son
las retenciones de las rentas del trabajo, por poner un ejemplo en un
impuesto que ha funcionado bien, puesto que su gestión es importante.

En cuanto a la política de gastos, ha sido una renuncia a políticas
anunciadas. Es decir, nos encontramos con una política que no es la que
necesitamos, desde el punto de vista de Izquierda Unida. Pero como no es
el motivo de la comparecencia, sino confirmar que sigue la línea que se
trazó, los movimientos de trazo que ha tenido la liquidación de estos
presupuestos confirman lo que anunciaban al principio, aunque agrandan
algunas distancias para nosotros ya anunciadas en el debate de totalidad,
que esperamos poder confirmar en la discusión de los presupuestos de
1996.




El señor PRESIDENTE: El señor Hernández Moltó, por el Grupo Parlamentario
Socialista, tiene la palabra.




El señor HERNANDEZ MOLTO: Mi intervención es a efectos del «Diario de
Sesiones», y obviamente para que conste el agradecimiento del Grupo
Parlamentario Socialista a la presencia del señor Secretario de Estado de
Hacienda, que supongo que le pasará lo que a mí, que estará bastante
decepcionado de la marcha general del debate, porque, a tenor de los
antecedentes y de los fuegos de artificio que se suelen echar por delante
cuando hay una Comisión, uno esperaba encontrar aquí todo tipo de
argumentos para que realmente a usted le hubieran sacado los colores en
relación a la evolución del presupuesto, a la ejecución, al déficit
público; que le hubieran pedido explicaciones sobre --leo aquí, en
titulares de prensa, y lo digo con sonrisa a efectos del «Diario de
Sesiones»-- lo que dice el señor Aguirre en declaraciones a los medios de
comunicación: «los tres billones de déficit oculto entierran el
presupuesto». Alarmado estaba el Grupo Parlamentario Socialista, y
pensaba que aquí iba a haber una aportación importante al debate
parlamentario, viendo si realmente era algo de lo que había que
preocuparse o por lo que había que preocuparse era por lo que se ha
manifestado, por la poca prudencia con la que el Grupo Parlamentario
Popular se pronuncia en temas tan importantes y los pocos argumentos de
crítica al Gobierno.

Yo me alegro, y voy sinceramente a disculpar, a entender y a comprender
que éstas son declaraciones que muchas veces se hacen pensando que no se
van a leer, y se leen, y cuando uno las lee, sobre todo el que las suele
hacer, se sonroja. Pero entenderé el motivo por el que se hizo y no
entraré en la cuestión.

Sin embargo, entraré más en la cuestión de lo que coincido con el Grupo
Popular y coincido con el Grupo de Izquierda Unida, lo digo sin rubor,
porque he apuntado textualmente, y el «Diario de Sesiones» así lo
recogerá, el reconocimiento de la evolución positiva del presupuesto. Es
una frase que año tras año se pronuncia, se dice que se le reconoce al
Gobierno, que se le felicita incluso, aunque después quieran ponerle
sordina, y no se compadezca con el debate económico que se trata fuera, o
con las declaraciones, o con el clima. La verdad es que nos desconcierta
un poco, y, en este sentido, este tipo de comparecencias suele ser
clarificador.

Es lástima que sea a estas horas de la noche, y quizá con los mismos
taquígrafos, pero con menos luz, y sobre todo con menos medios de
comunicación que pudieran trasladar algo que yo creo que no debe sonrojar
a nadie, yo creo que debe animar a los grupos parlamentarios.

¿Se da usted cuenta que no le han atacado? Nada más y nada menos, fíjese
usted, señor Secretario de Estado, que las dos consideraciones de
envergadura son la preocupación por si se va a cumplir el objetivo, ya
que los ingresos no van del todo bien, y porque puede haber un cierto
embalsamiento de pagos. Apaga y vámonos. Para este viaje, desde luego, no
se necesitaban otras alforjas.

Creo que ésta es una buena ocasión para quitarnos los manguitos y la
visera y no hacer el debate de contable público, sino hacer el debate de
lo que corresponde a una Cámara, el debate político de la evolución de un
presupuesto. Por tanto, no me va a importar excesivamente si el Capítulo
III se ha desviado un 0,1 o un 0,3, lo que me va a preocupar en un debate
de Presupuestos Generales del Estado es si se va a cumplir el objetivo,
que por cierto era uno de los motivos de la comparecencia. Quiero
recordar que esta comparecencia no es sólo porque tocaba, es que la había
pedido urgentemente el Partido Popular. Por eso las expectativas que
pensábamos que traía, debido a orquesta previa, eran superiores.

Nosotros estábamos también preocupados por ver si se van a compartir
objetivos, y hemos mirado también --como decía el señor Aguirre-- autores
y observadores. Lo que pasa es que debemos siempre leer autores
distintos, porque nunca solemos coincidir con las apreciaciones de



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los analistas, de los observadores, y después nos ponen verdes porque no
coinciden unos con otros, pero los nuestros suelen coincidir y acertar.

El problema es que, permanentemente --es preocupante, además--, los
observadores y los autores --que a mí me gustará que vayan saliendo del
anonimato, sobre todo para no consultarlos en los próximos años-- yerran
que da gusto, como usted ha podido comprobar cuatrimestre tras
cuatrimestre, año tras año.

Mi Grupo ve con tranquilidad que esto lleva buen camino, que el
presupuesto, una vez más, está teniendo un comportamiento que ya en la
senda que hemos entrado difícilmente va a tener unas desviaciones
importantes a final de año. Por consiguiente, nos parece que el ajuste de
gastos va bien. Las medidas de control presupuestario que ustedes
pusieron en marcha en un debate, glorioso por cierto, que tuvo esta
Comisión en febrero, cuando se pidieron explicaciones al Gobierno con
eslóganes que hacían temblar al más pintado, estuvieron bien, ya que se
han puesto de manifiesto como muy convenientes, tan convenientes que los
observadores, los autores, dicen que la Comisión Europea (yo cito el
observador) dice que vamos a cumplir el 5,9 del déficit para este año.

Por supuesto que incluso los grupos de expertos (que no son del Gobierno
ni del Grupo Socialista repasen la composición y verán cómo más confianza
política, al menos le deberían suponer otros grupos que el nuestro),
están viendo que el programa de convergencia se está cumpliendo.

Hace tiempo que vengo diciendo que esto va bien, que las finanzas
públicas y la economía nacional están saliendo de la crisis convergiendo,
disminuyendo la divergencia. Nunca había encontrado estadísticas que
pudieran entenderlas hasta el señor Frutos, que es una persona a la que
le gusta entrar en los ejemplos más concretos, y por fin la he
encontrado. Es una lástima que el «Diario de Sesiones» no recoja esta
estadística que tengo aquí. Este comportamiento es el que ha seguido, por
ejemplo, la inflación en la época de crisis. El señor Aguirre no mira
para no creérselo. Después se lo pasaré, porque es un comportamiento
evidente, en el que se demuestra dónde estábamos y dónde estamos. Esto se
llama corregir dificultades, corregir desviaciones, corregir
deficiencias. (El señor Ríos Martínez: Es de Argentaria.)
En 1993 entramos en crisis, y estamos en una senda de ir recortando
desequilibrios, de ir disminuyendo el déficit público, de ir
acercándonos. Esto se llama converger, y supongo que habrá sido gracias a
algo. La verdad es que es ilustrativo. Muchas veces entra mucho mejor una
estadística, un gráfico que un buen discurso. Esto me da pie a pensar que
vamos, repito, por el buen camino, que además nos supone haber recortado
--he hecho los cálculos-- nada menos que el 20 por ciento de
desequilibrio en el déficit público desde el año 1993 a 1995. España, en
el año 1993, estaba a punto y medio de diferencia respecto a la media de
los Quince, no del objetivo de Maastricht; en el año 1994 corregimos una
décima, estábamos en el 1,4 de diferencia, y en el año 1995 en el 1,2 de
diferencia. La política presupuestaria del Gobierno es tenaz, pues va
acortando diferencias. Alguno dirá que respecto al objetivo de
Maastricht, no. Pues respecto al objetivo de Maastricht también. En el
año 1993 teníamos un nivel de divergencia de cuatro puntos y medio
respecto al límite superior de la banda de Maastricht, y hemos acortado
un 1,6 en dos años. Aquí siempre vamos con exceso de modestia, y la
verdad es que a veces no hacemos bien no reconociendo las cosas sin
complejos.

Señor Secretario de Estado, enhorabuena, felicidades. Ya sé que muchos,
incluso algunos de los ausentes hoy, en otras condiciones también le
hubieran felicitado, si no tuvieran elecciones y si no tuviera cada uno
sus circunstancias. Estoy seguro que lo hubieran hecho en un día como
hoy, cuando ayer se presentó el efecto económico y social de los
Presupuestos, que para algo sirve y no sólo para hacer aquí un alarde.

(El señor Ríos Martínez: No está la persona a que se refiere.) Dice el
señor Ríos que no está. Es una lástima, pero ya me leerá en el «Diario de
Sesiones». Hoy es un buen día porque ayer, insisto, se hizo la
presentación del informe de coyuntura. No voy a sacarlo hoy aquí para no
abrir otro debate y para que nadie piense que no queremos hablar del
déficit del presupuesto. Pero para lo que se hizo este presupuesto está
sirviendo. Está sirviendo para la sociedad, para el mercado de empleo,
para el crecimiento, para los mercados financieros, para nuestras
balanzas.

Algo que parece que es de otra Comisión --aquí dividimos con demasiada
pulcritud los temas económicos de los temas fiscales--, como el cuadro
macroeconómico, que también figuraba en ese presupuesto, se está
cumpliendo con holgura. También tengo las cifras, porque hemos encontrado
el modelo de ordenador adecuado para que las barras --no estrellas-- se
vean perfectamente, para ver cómo vamos en relación con el programa de
Maastricht. (El señor Ríos Martínez: Hay altibajos.) Sí, hay altibajos,
pero vemos cómo estamos en los tipos de interés; cómo vamos en relación
con la inflación, con el mercado de empleo, etcétera.

Ayer mismo tenía un debate con alguno de los ilustres miembros de esta
Cámara en otro foro. Aún no se había presentado, por cierto, el informe
de coyuntura. Hicimos un repaso de cómo están las cosas y hablamos de la
velocidad de crucero de creación de puestos de trabajo que hemos tenido
desde el año 1995 y la que estimamos para el año 1996. Se reprochaba que
están mejor fuera, pero para ser rigurosos con estas cosas resulta que
nosotros estamos mejor que estábamos entonces en muchos de los
desequilibrios. No hago ningún ejercicio de optimismo cuando digo que las
finanzas españolas, que la política económica española, que los
resultados españoles están siendo buenos; cuando digo que en España hemos
salido de la crisis con menos rasguños que muchos otros países lo digo en
relación a nuestra situación anterior, ¡cómo no!, no en relación a la
economía sueca, danesa o alemana, cada uno tiene sus circunstancias. En
este sentido va bien. Estamos teniendo un nivel de crecimiento económico,
producto de esa actividad presupuestaria que, por timidez o por olvido,
ningún grupo ha reconocido, ni tampoco ha felicitado al Gobierno por el
resultado de la creación de empleo.

En resumen, señor Secretario de Estado, si tiene oportunidad traslade al
Ministro y al Gobierno la satisfacción



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del Grupo Parlamentario Socialista por la evolución del presupuesto y
también manifiesto nuestro reconocimiento por la generosidad que han
tenido los otros grupos parlamentarios de coincidir, aunque con algo más
de ambigüedad y de timidez, en esta misma apreciación. (El señor Aguirre
Rodríguez pide la palabra.)
Tiene la palabra el señor Aguirre.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Perdón, señor Presidente. Considera mi Grupo
que el representante del Grupo Socialista ha abierto un nuevo turno al
haber establecido en su réplica una contestación a unas declaraciones en
medios de comunicación y no al tema de la convocatoria.

Consulto a la Mesa si es procedente contestar a ese turno abierto por el
Diputado socialista.




El señor PRESIDENTE: Bien sabe, señor Aguirre, que existen unas normas un
tanto «sui generis» para este tipo de comparecencias. Pero si S. S. se
siente aludido conteste ahora. Unicamente le rogaría que lo hiciera con
brevedad para recuperar el ritmo obligado que tenemos en virtud de las
normas que presiden este tipo de comparecencias.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: El motivo de solicitar la palabra no es que
me haya sentido aludido, es que he sido mencionado, citado y exhibida
fotocopia de unas declaraciones en un medio de comunicación que se salen
del motivo de esta comparecencia.

Debo reconocer que tendrá algún otro argumento el representante del Grupo
Socialista, pero el problema es que esa afirmación no la hago yo, esa
afirmación está leída del contenido de diferentes informes del Tribunal
de Cuentas. (El señor Vicepresidente, García Ronda, ocupa la
Presidencia.)
Tengo que señalarle, señor Moltó, para su conocimiento, que sólo
consistiría en que usted repasase los informes del Tribunal de Cuentas de
los años 1985 a 1987 para ver que, respecto a la Cuenta General del
Estado, el alto Tribunal fiscalizador venía a identificar que la
representación de la actividad económica y financiera de las cuentas del
Estado era adecuada. Eso ocurría en las cuentas de los años 1985, 1986 y
1987.

Pero a partir de los años 1988, 1989 y 1990, el alto Tribunal, en la
Cuenta General del Estado, comienza a determinar una frase que ya no es
con calificativo positivo, y el contenido literal de la frase del
Tribunal de Cuentas respecto a la gestión de la ejecución presupuestaria
de los gobiernos socialistas de aquel momento venía a resumirse así: «...

aun cuando aparecen tal cúmulo de irregularidades, salvedades,
excepciones e infracciones de las normas presupuestarias y contables, que
el adecuado reflejo de la actividad económica y financiera se encuentra
condicionado.»
El alto Tribunal pasa de una época a otra de tener una sanción favorable
a comenzar a tener auténticas reservas sobre la calidad de las cuentas
del Estado. Pero por si falta poco, a medida que iba avanzando la gestión
de esos gobiernos socialistas, aparece en el año 1991 una confirmación de
que las cuentas no van por buen camino. El Tribunal de Cuentas, en
relación con el ejercicio de 1991, llega a decir --y leo también el
párrafo entero-- respecto a las Cuentas del Estado lo siguiente: «Las
salvedades e infracciones de las normas presupuestarias y contables que
se expresan en los siguientes apartados limitan el reflejo en la Cuenta
General del Estado de la actividad económica y financiera llevada a cabo
en el ejercicio por el Estado y sus organismos autónomos, así como de su
situación patrimonial.»
Por lo tanto, podrá comprobar usted mismo que es el Tribunal de Cuentas
el que está poniendo de manifiesto que la Cuenta General del Estado no es
precisamente un lujo de virtudes. Pero, por si faltara poco, el
ministerio fiscal de dicho Tribunal llega a relatar en el documento que
se acompaña a la Cuenta General del Estado la siguiente frase: «Cuando se
analiza la Cuenta de Resultados del ejercicio de 1991, los que se
presentan quedan de tal manera afectados por las anomalías que su
parecido con la realidad es muy escaso.» Esto, señor Hernández Moltó, no
lo dice el señor Aguirre, lo dice el fiscal del Tribunal de Cuentas. Y en
esas mismas cuentas, señor Hernández Moltó, analizadas año tras año,
aparece una partida que, bajo el título de «Déficit acumulado y no
contabilizado», determina que en el año 1986, por este capítulo, la
Cuenta General del Estado encerraba un billón de pesetas; en 1987, 1,2
billones de pesetas; en 1988, 1,3 billones de pesetas; en 1989, 2,2
billones de pesetas; en 1990, 2,2 billones de pesetas; en 1991, 2,9
billones de pesetas. Es el Tribunal de Cuentas y no este Diputado el que
hace esas afirmaciones. Yo le remito a que usted se lea esos documentos
del Tribunal de Cuentas y a que si usted tiene alguna discrepancia sobre
cómo hace las fiscalizaciones el Tribunal de Cuentas, las debata con él y
ponga en claro ese déficit acumulado y no contabilizado, y las frases tan
contundentes que le he leído --y no vuelvo a leérselas porque ya quedan
recogidas y las puede usted leer en el «Diario de Sesiones»-- dan idea de
una situación que degrada bastante a la institución presupuestaria
española. Otra cosa distinta, señor Hernández Moltó --dicho, como sabe
usted, con el afecto que se le profesa en esta portavocía--, es que
ustedes no quieran saber nada de la ejecución presupuestaria de 1993 para
atrás. Eso ya es problema de su forma de enfocar la cuestión.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Creo que hemos quedado
suficientemente ilustrados acerca de la historia de los presupuestos de
los años pasados y yo creo que con esto podría quedarse cerrada esta
polémica; si no corremos el peligro de duplicar esta comparecencia. (El
señor Hernández Moltó pide la palabra.) Señor Hernández Moltó, ¿a qué
efectos?



El señor HERNANDEZ MOLTO: A los de replicar la alusión, porque,
obviamente, se me han interpretado cuestiones que él ha dicho. Voy a ser
muy breve, muy breve porque...




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Tiene, señor Hernández Moltó, un
minuto para evitar precisamente ese alargamiento innecesario.




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El señor HERNANDEZ MOLTO: Mi intención era invitar también al Secretario
de Estado a entrar en este debate porque ha estado en los medios de
comunicación y, por lo tanto, tenía razón el señor Aguirre. Es pertinente
el sacar una cita para mí de autoridad, equivocada en este caso, que es
el propio señor Aguirre, haciendo referencia a los billones de déficit
ocultos, que eran una losa para estos presupuestos. Por lo tanto, estaba
puesto en razón.

Simplemente, repasando el «Diario de Sesiones», se entenderá
perfectamente la tergiversación --no diría yo manipulación-- de la
situación cuando hablamos de términos contables que están situados en el
año 1991. Aún no ha sido aprobada la cuenta de 1992. No ha sido remitida
la cuenta de 1993. Hemos hecho un vuelo histórico hasta 1986. Ha habido
adaptaciones contables del presupuesto. Ha habido múltiples debates que
han clarificado hasta sus últimas consecuencias, porque si no, muy
preocupantes hubieran sido las consecuencias fiscales, incluso las
jurídicas, de la ejecución presupuestaria. Por lo tanto, vuelvo a
reiterar que, aun comprendiendo las razones de esgrima política que hace
manejar este tipo de conceptos, no juzgo responsable arrojar una mancha
sobre los presupuestos que no tiene fundamento. El propio informe del
Tribunal de Cuentas habla de carácter contable, el Gobierno lo ha
corregido en múltiples ocasiones, los «Diarios de Sesiones» de la
Comisión del Tribunal de Cuentas y de esta propia Comisión lo han dejado
claramente despejado y recurrir a estas alturas a estos argumentos es
porque no se tienen otros.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): A continuación, voy a darle la
palabra al señor Secretario de Estado para que conteste a las
apreciaciones de los señores portavoces con referencia al motivo de su
comparecencia y, por favor, le ruego que no entre en absoluto en esta
otra cuestión derivada que ha surgido aquí y que supongo que tendrá su
foro en otro momento de esta Comisión o de otras.

Tiene la palabra el señor Martínez.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): En primer
lugar, quiero agradecer a todos los portavoces que han hecho uso de la
palabra el tono de su intervención, yo creo que ha sido muy positiva. En
ese sentido, y enlazando con la intervención del señor Hernández Moltó,
quiero repetir lo que ya dije al principio nada más iniciar mi
intervención, y es que una vez puesto de manifiesto cuál había sido en
líneas generales la evolución de los gastos, de los pagos, de los
ingresos y del déficit, los datos que tenemos en agosto nos permiten
concluir --lo leo-- que la ejecución presupuestaria se encuentra en una
senda de reducción del déficit, que se consolidará los meses que restan
del año y permitirá cumplir los objetivos marcados en el Programa de
Covergencia.

Yo creo que de los datos que hemos analizado hoy ésta es la deducción,
que, además, se ve complementada, y lo verán SS. SS. próximamente cuando
analicen la documentación que hoy se ha entregado en este Parlamento con
motivo de la presentación del presupuesto para 1996 que, como saben,
incorpora un avance de la liquidación del año 1995, donde ya se pone de
manifiesto cuáles son las previsiones de cierre del ejercicio de 1995.

En ese sentido, quiero decir en primer lugar que el objetivo fundamental
del Gobierno en relación con la ejecución de este presupuesto es el
cumplimiento estricto del programa de convergencia. Por tanto, toda su
actuación está encaminada hacia este objetivo; en ese sentido se han
tomado unas medidas concretas, y si fuese necesario tomar otras medidas
en el futuro, se tomarán. Con los datos que tenemos parece que no es
necesario tomar más medidas suplementarias de las que ya se tomaron en su
día y, como digo, todos los datos nos llevan a pensar que vamos a
alcanzar el objetivo relacionado con el déficit.

Efectivamente, es el primer mes en el que se ha producido una reducción
del déficit de caja en relación con el año anterior. Bien es verdad que
nosotros hemos venido anunciando y diciendo desde enero que eso se iba a
producir y que, simplemente, no se producía a lo largo de cada uno de los
años por la distinta periodicidad que, como saben SS. SS., tienen los
ingresos y los gastos. Por tanto, el dato de agosto nos confirma que las
previsiones que nosotros veníamos señalando sobre la evolución de los
ingresos y de los gastos eran correctas. En dicho mes ya se ha producido
un signo de reducción del déficit, que se va a consolidar en los meses
siguientes y, como les digo, ya se ha plasmado en el avance de
liquidación que se ha aportado. Ahí se recoge un déficit de caja para
diciembre de 1995 del 4,4 por ciento del PIB, que es compatible con el
objetivo establecido en el programa de convergencia, en términos de
contabilidad nacional, que, como saben, señala para el Estado un objetivo
del 4,6 por ciento.

Efectivamente, una de las cuestiones sobre las que se puede reflexionar
--y así lo ha hecho el señor Aguirre-- es sobre el bajo ritmo de
recaudación. Creo que no tenemos un bajo ritmo de recaudación. Ahora lo
veremos un poco más pormenorizadamente. Creo que vamos según las
previsiones. Le recuerdo --y ya lo hice en abril-- que cuando discutimos
las previsiones del presupuesto para 1995, el representante del Grupo
Popular, en aquel caso el señor Costa, me decía que las previsiones que
figuraban en el presupuesto eran muy bajas y ocultaban una mayor
recaudación que no queríamos aflorar para no asustar en general. Yo le
dije entonces que aquélla era una previsión ajustada, lo que,
efectivamente, se está poniendo de manifiesto. Creo que vamos recaudando
según las previsiones; ahora lo veremos, en alguna de las cuestiones más
concretas que planteaba el señor Aguirre.

Efectivamente, estamos al borde de tener un superávit primario. Así se
pone de manifiesto, como digo, para 1996, que se presenta con un
superávit primario, consecuencia del esfuerzo que se está haciendo en
corregir los desequilibrios que existen en el presupuesto, que no
proceden, como ha dicho el señor Aguirre, de una presupuestación errónea,
sino que, como bien sabe él tienen su origen en unas razones distintas,
que tienen que ver con la crisis económica ocurrida en los años 1992 y
1993 fundamentalmente. Por tanto, ya le digo --lo dije en mi primera
intervención y lo digo ahora otra vez, puesto que es una cuestión



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que le preocupa-- que, desde nuestro punto de vista y basándonos en los
datos que tenemos, vamos a cumplir el objetivo en cuanto a déficit.

El señor Aguirre manifiesta que esto sólo lo dice el Gobierno y que otros
analistas no lo dicen. Hay que recordar que, en los últimos años, es el
Gobierno el que viene acertando con mayor precisión sobre las previsiones
en torno a la recaudación presupuestaria. En cualquier caso, lo
importante, para no hacer una apuesta sobre mis palabras, aunque se
deduzcan del análisis de los datos, es decirle al señor Aguirre que si
hubiese alguna desviación se corregiría inmediatamente, bien por el
camino de limitar lo gastos, bien por el camino de limitar los gastos
como consecuencia de una menor recaudación.

Además, tras examinar el cuadro que figura en la página 6, el señor
Aguirre ha hecho una consideración en relación a que la necesidad de
endeudamiento se aumentaba en un ejercicio en relación al otro el 238 por
ciento. Ha señalado que la causa es la distinta evolución de las acciones
y participaciones, que ha puesto de manifiesto que crecen en un 58 por
ciento, pero la causa no es ésa, y así aparece explicado en el texto. Esa
cifra, si bien tiene un crecimiento de un 58 por ciento, tiene un efecto
ponderado muy pequeño, ya que se trata de 54.000 millones en 1994 y
86.000 millones en 1995. La causa de la diferente necesidad de
endeudamiento del Estado es el comportamiento en relación a la cuenta en
efectivo del Banco de España. El año anterior hubo una disminución de
este saldo de un billón 475.000 millones y este año ha habido 233.000
millones de incremento. ¿Qué quiere decir eso? Eso sólo pone de
manifiesto que la política de financiación del Tesoro, como es lógico, no
coincide con la del año anterior. El Tesoro recoge los recursos en el
mercado cuando existe esa posibilidad y los aplica cuando los tiene que
aplicar. Si recuerdan SS. SS. el saldo de la cuenta del Tesoro en el
Banco de España a final de 1993, sabrán que era muy considerable, como
correspondía a la situación de los tipos de interés en el mercado en
aquel momento. Por tanto, aunque efectivamente hay este incremento del
238 por ciento en la necesidad de endeudamiento, es debido a la
utilización del saldo de la cuenta del Banco de España en 1994 y, por
otra parte, creo que no tiene mayor importancia.

Después, el señor Aguirre ha hablado de una cuestión que ya hemos
debatido en otros momentos y que, sin duda, tiene que ver con el debate
mantenido por los señores Hernández Moltó y Aguirre. El señor Aguirre ha
señalado --y yo creo que no es correcto y que debiera corregirlo-- que a
través de los préstamos que se hacen por el presupuesto a organismos para
financiar su gasto se produce un maquillaje --ha dicho maquillaje-- del
déficit. Le corregí en otra ocasión y le vuelvo a corregir, porque no se
produce, en absoluto, ningún maquillaje, ni de gasto, ni de déficit. El
gasto financiado con esta operación financiera, como es lógico, aparece
perfectamente recogido en la contabilidad, así como en los déficit que se
dan cada uno de los años. Creo que el señor Aguirre debiera corregir su
punto de vista sobre esta cuestión porque, sin duda, eso le lleva a hacer
alguna consideración probablemente no muy acertada sobre los déficit y,
además, sobre la posibilidad de sumar los déficit de distintos años, que
tienen causas distintas y contrapuestas. Es importante tener presente que
no se produce ninguna operación de maquillaje, e incluso yo creo que por
parte del Gobierno no se puede admitir que se estén haciendo operaciones
de maquillaje en la contabilidad porque, como es lógico, la contabilidad
está sometida a las normas de contabilidad y se lleva correctamente. Ya
es la segunda vez, si no ha sido alguna más, que hemos discutido esta
cuestión, y creo que debería corregir esa consideración porque no sé si
entiende bien el juego de la contabilidad de estas operaciones.

En cuanto a los FAD, no tengo aquí los datos de la evolución de los
mismos a lo largo de 1995, pero probablemente las causas han debido de
ser de dos tipos: por un lado, la posibilidad de que los FAD se financien
en parte con la propia devolución que se produce en los FAD, y, por otro
lado, la falta de periodicidad de los mismos. En cualquier caso --ésta es
una cuestión por la que también había preguntado el señor Ríos--, le
remitiremos al señor Aguirre los datos sobre la evolución de estos
créditos y por tanto de la gestión de los FAD en el año 1995. No
obstante, hay una comisión, que creo que es la de Economía, Comercio y
Hacienda, que se dedica especialmente al seguimiento de los FAD, y estoy
seguro que esta Cámara conoce muy bien cuál ha sido su evolución durante
todos los años. No dispongo de los datos en este momento pero se los
remitiré.

El señor Aguirre señalaba que el tema que le preocupaba más era el de los
ingresos, puesto que en la evolución de los mismos ve una amenaza para
conseguir el objetivo. Ya le he dicho anteriormente, en términos
generales, que, desde nuestro punto de vista, la recaudación tributaria
marcha según las previsiones puesto que los ingresos se van incrementando
en un 5,6 por ciento hasta llegar a ese incremento del 9,4 por ciento que
señalaba el señor Aguirre. Como sabe S. S., sobre estas cifras incide un
aspecto global importante, que es una disminución de cerca del 30 por
ciento en los ingresos patrimoniales, como hemos tenido ocasión de
contemplar, y a medida que va transcurriendo el año y esos ingresos se
van complementando, alcanzaremos ese objetivo. Yo creo que nuestras
previsiones sobre la evolución de los ingresos son ajustadas.

El señor Aguirre ha hecho mención a ciertos analistas que dicen que la
desviación que se va a producir va a ser de 200.000 a 300.000 millones en
los ingresos. Yo también he leído esa previsión en la prensa, pero le
puedo decir que el Gobierno ha hecho una previsión sobre cómo ha de ir la
evolución de los ingresos que figura en el avance de liquidación del
Presupuesto que ha sido presentado, como ya mencioné en mi anterior
intervención. En estos momentos no encuentro la cifra, pero la previsión
es alcanzar el objetivo en términos presupuestarios con la excepción de
70.000 millones, lo que perfectamente nos va a permitir alcanzar el
objetivo de déficit.

En el cuadro de la página número 12 --ahora veremos más detenidamente los
ingresos-- hacía referencia el señor Aguirre a que había una serie de
operaciones no presupuestarias por un importe de 487.000 millones. Ya
hemos tenido ocasión en otras comparecencias de examinar un



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cuadro como éste. En realidad, aquí están consideradas como operaciones
no presupuestarias simplemente cantidades que están pendientes de aplicar
a esa fecha. Si compara este cuadro con el de la página siguiente, verá
cómo para el año 1995 esta cantidad de nueve billones 138.000 millones,
que es el total en el que están comprendidos estos 487.000 millones,
están perfectamente clasificados en cada uno de los impuestos en los que
aparecen referidos. Por tanto, es una rúbrica meramente temporal que no
tiene mayor importancia y que no significa, en ningún caso, anomalía
alguna, sino simplemente una posición transitoria de contabilización.

Como les decía, creo que los aspectos más importantes son los relativos
al Impuesto sobre la Renta y sobre el Valor Añadido. En estos momentos el
Impuesto sobre la Renta, agosto sobre agosto, recaudación neta, tiene un
crecimiento de un 6,7 por ciento; el Impuesto sobre el Valor Añadido
conjuntamente tiene un crecimiento de un 4,5 por ciento. Inciden en esta
evolución una serie de cuestiones, algunas de ellas de índole normativa
--ya las vimos desde el primer momento, desde que estaban hechas las
previsiones--. Teníamos hechos estos cálculos. Creo que los cálculos
estaban bastante bien y así se ha producido. Lo que ocurre también es que
la incidencia de algunas de las modificaciones no se producen a lo largo
de todo el año sino fundamentalmente en los primeros meses, como ha sido
el caso de la supresión del decalaje en la deducción del IVA soportado
por las importaciones de la Unión Europea, que ha hecho disminuir
grandemente los ingresos del Impuesto sobre el Valor Añadido en el primer
ejercicio. Concurren esas circunstancias. En el informe hay una serie de
circunstancias analizadas. Quizás el aspecto más importante --al que se
hace referencia, pero no viene señalado detenidamente-- es la distinta
incidencia de las devoluciones en las recaudaciones. También el ritmo de
las devoluciones hacen perder la periodicidad perfecta en los ingresos.

Si analizamos los crecimientos de recaudación de estos dos impuestos en
términos brutos, tenemos que agosto sobre agosto el Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas tiene un incremento del 7,8 por ciento y el
IVA del 8,4 por ciento. Estas son tasas de crecimiento que se producen
según lo esperado, que nos permiten alcanzar los objetivos propuestos.

Ello es congruente con un aumento considerable de las devoluciones en el
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y en el Impuesto sobre el
Valor Añadido. Se dice en el informe por qué aumentan estas devoluciones.

En lo que va de año (también hacía referencia a cuál era la política de
devolución en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas)
llevamos devueltos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas,
en agosto de 1995, 325.000 millones, que significa más de un 22 por
ciento de lo que se devolvió en agosto de 1994, que eran 266.000
millones.

Aproximadamente el 23 por ciento es el incremento de devoluciones en el
Impuesto sobre el Valor Añadido en agosto de 1995 sobre agosto de 1994.

En agosto de 1995 se han devuelto 711.000 millones frente a 579.000
millones en el año anterior.

Por tanto, como les decía al principio, analizados detenidamente los
datos, teniendo en cuenta los elementos normativos o fácticos que afectan
a los datos de recaudación neta y teniendo en cuenta las devoluciones,
nos permite ser optimistas y considerar que se van a cumplir los
objetivos de recaudación que se esperaban para estos dos impuestos.

En cuanto a los impuestos patrimoniales, efectivamente se van a alcanzar
las previsiones que estaban señaladas. Según los últimos datos, los
beneficios procedentes del Banco de España serán del orden de 10.000
millones más de los que estaban previstos en el presupuesto de 1995. El
Banco de España ha tenido, aproximadamente, esos mayores beneficios
durante 1995 y también se alcanzarán los dividendos previstos por las
privatizaciones. Por tanto, esperamos cubrir, a lo largo de los meses que
nos quedan de este año, ese atraso del 30 por ciento que tenemos en
relación al capítulo 5, de ingresos, y esperamos alcanzar las previsiones
que se contenían en el presupuesto de ingresos de 1995.

Por lo que se refiere a gastos, el señor Aguirre incide en la misma
cuestión que señalaba en el mes de abril, que era el aumento de la
morosidad, indicando cómo se estaba produciendo un embalse --ahora le
llama abultado-- de pagos del Estado. Bien es cierto que probablemente no
ha tenido tiempo de comprobarlo, porque si bien la tasa de incremento de
obligaciones pendientes del ejercicio corriente era del 40 por ciento en
el mes de agosto, en abril era del 47 por ciento. Estamos caminando en
sentido contrario.

Si me lo permite, no puedo admitirle que considere que existe un
embalsamiento de pagos porque no es así. No se puede decir que existe un
embalsamiento de pagos cuando los efectuados en agosto de 1995 son
mayores que los realizados en agosto de 1994. Hay un incremento de las
obligaciones pendientes y hay también un incremento considerable en el
pago, hasta este mes, de las obligaciones reconocidas en ejercicios
anteriores. Por tanto, no hay una política de embalsamiento de gasto. No
se puede considerar, además, que este embalsamiento es abultado, sino
todo lo contrario. Creo que hay una marcha normal de los pagos. Las
previsiones y la evolución de las obligaciones pendientes de pago en el
ejercicio de 1995 son normales en cuanto a la evolución en los ejercicios
anteriores. Y, como le digo, no puede decirse eso en un ejercicio en que
se están pagando cifras mayores de las que se abonaron en el año
anterior.

Pasando después a la evolución concreta de determinados gastos, hacía
referencia a que el capítulo 1 había tenido un incremento de un 6,9 por
ciento. Efectivamente, ha tenido este incremento. Ya se explica en el
informe que este incremento procede, de un lado, del crecimiento nominal
de los sueldos y salarios habidos en el ejercicio de 1995, que es un 3,5,
y también del efecto pensiones. Aquí está incluida la paga que se dio a
principios de 1995 para recuperar el atraso derivado de la aplicación del
índice de inflación de 1994, el efecto sustitución y el efecto de aumento
de las pensiones.

En realidad, el crédito inicial del capítulo 1, presupuesto sobre
presupuesto, tenía un crecimiento de un 5,75



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por ciento. El crédito final --hubo después una pequeña modificación-- de
1995 sobre 1994 tenía un crecimiento de un 5,63 por ciento. Los pagos
realizados en estos momentos representan un 6,5 por ciento y las
obligaciones reconocidas un 6,8 por ciento. Creo que los porcentajes
están de acuerdo con las previsiones y que la marcha del capítulo 1
podíamos considerarla como normal.

Después ha hecho referencia --aunque no lo ha concretado yo creo que era
al capítulo 2-- y parecía que no sabía que se estaban pagando en este
momento gastos que correspondían al ejercicio anterior. Creo que se debe
referir a la diferencia que hay en pagos en el capítulo 2. Efectivamente,
en el cuadro que figura en la página 24 aparece un crecimiento de los
pagos en el capítulo 2 de un 13,5 por ciento. Hemos tenido ocasión en
otro momento de ver a qué se debe esta diferencia. Hemos visto cómo en
los datos referidos al año 1994 está incidiendo sobre ese capítulo una
aplicación de un pago a cuenta que se hizo en 1993 de 13.000 millones a
la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Como quiera que la cancelación de
anticipos figura como un pago negativo en la contabilidad, eso hace que
los datos de referencia del año 1994 aparezcan reducidos en 13.000
millones. Si se hace esa operación --el cuadro era de la página 35, antes
he dicho una página equivocada, pero efectivamente es el 13 por ciento--
y en el avance del año 1994 se incluyen 13.465 millones que tienen
deducidos por este pago realizado en el año 1993, verán que el
crecimiento es acorde con la reducción que lleva este capítulo en cuanto
a reconocimiento de obligaciones, que es una reducción del 3,7 por
ciento. Ya sabe que estamos practicando una política importante de
contención del gasto en relación al capítulo 2, que se muestra en esta
cifra.

En cuanto a los otros capítulos, la reducción a empresas públicas no está
amparada en el aumento de los avales de endeudamiento de las empresas
sino en la reducción de las transferencias que se hacen a Renfe,
fundamentalmente, entre otras, con motivo de los acuerdos que se
contienen en el contrato programa que se firmó entre el Ministerio y el
Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente respecto a
Renfe.

Al principio hice una referencia --que ahora es pertinente porque tengo
aquí apuntados los temas de modificaciones de créditos-- y unas
consideraciones en el sentido de que la documentación, la información que
habíamos aportado sobre los límites de obligaciones a reconocer a cada
uno de los ministerios no coincidían y no eran congruentes con la
información aportada por el Ministro en esta Cámara en el mes de febrero,
pero he de decir que sí lo son y que lo que hay es simplemente una
evolución. Son perfectamente congruentes, pero han pasado seis meses más.

Por tanto, estas limitaciones, como es lógico, se han visto afectadas por
las ampliaciones, las modificaciones de créditos y las incorporaciones,
pero son perfectamente congruentes y en cualquier otro momento, con más
detenimiento, se lo puedo enseñar al señor Aguirre. Se sigue en la misma
línea; ya sabe que el ajuste llevado a cabo en febrero de 1995 tenía dos
objetivos: por un lado, la no incorporación de 150.000 millones de
ejercicios anteriores y, segundo, señalar 407.000 millones de reserva de
créditos.

Ya saben que en virtud de lo dispuesto en el artículo 11 de la Ley de
Presupuestos no se puede superar la cifra total de créditos de
obligaciones a reconocer, según la cifra total de obligaciones que figura
en el presupuesto. Esta cifra --creo recordar de memoria-- es de 17
billones 426.000 millones, y sobre esta cifra se ha hecho una reducción
de 407.000 millones precisamente para amparar y para no sobrepasar este
límite máximo con el total de modificaciones presupuestarias. Ahora ya
sabe que vamos, según la información que se ha aportado, en un total de
modificaciones de crédito de 355.000 millones. Hay que tener en cuenta
que a los efectos del artículo 11 una parte no se considera, como son los
43.000 millones de crédito extraordinario, incluso una parte de
incorporaciones. Por tanto, si sobre la cifra de 355.000 millones le
quitamos estos 43.000 millones y le quitamos una parte de
incorporaciones, estamos aún dentro del margen de 407.000 millones, con
una amplitud considerable, lo que nos permite pensar que en el año 1995
no vamos a tener desviación en cuanto a los gastos.

Además, ha podido ver, en la información que le hemos facilitado, cómo en
los límites señalados para los ministerios en el mes de agosto hay
todavía una diferencia entre el límite actualizado y las obligaciones
reconocidas de 588.000 millones, porque, efectivamente, sobre este límite
actualizado los ministerios están ejecutando al 95,14 por ciento. Por
tanto, estas consideraciones, que son las consideraciones finales que
hacía sobre las modificaciones de crédito, unidas a las consideraciones
que le hacía sobre la evolución de los ingresos, me permitan volver al
punto donde estaba al principio y decirle que esperamos, con fundamento,
que la ejecución del presupuesto de 1995 sea ajustada a las previsiones
que se contienen en el Programa de Convergencia. Por tanto, creo que S.

S. no debería temer que estuviese en peligro la consecución del objetivo
del déficit sino que podría pensar que efectivamente este déficit se iba
a alcanzar.

La cifra de recaudación, que antes nos recordaba, que aparece recogida en
el avance de liquidación como previsión de recaudación para este año, es
de 14 billones 77.000 millones.

El señor Ríos hacía algunas consideraciones en la misma dirección de las
que me hacía el señor Aguirre. Creo que algunas de ellas podrían
considerarse contestadas con lo que le he dicho al señor Aguirre. El
señor Ríos hacía una consideración sobre los ingresos diciendo que crecen
un 5,6 por ciento por debajo del crecimiento nominal de la economía; por
tanto, eso pone de manifiesto que el sistema de ingresos no está
funcionando de manera progresiva. Creo que el señor Ríos no tiene en
cuenta que esta cifra del 5,6 por ciento, al estar referida a todos los
ingresos y además al no tener en cuenta estos efectos de la
aperiodicidad, no nos dice absolutamente nada. Por tanto, para ver si el
sistema se está comportando o no de la forma debida y si aquellos
impuestos que son progresivos se están manifestando de una manera y los
que no lo son se están manifestando de otra, habría que ir a las cifras
de cada uno de los ingresos. Creo que aquí también valen las
consideraciones y las cifras sobre los incrementos de cada una de



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las figuras impositivas que le había señalado antes al señor Aguirre.

Por tanto, esta consideración global de que el sistema crece un 5,6 por
debajo de lo que crece la economía no es significativa de que no vaya
creciendo el sistema de ingresos de forma progresiva.

Incide el señor Ríos en el tema del retraso de pago o del embalse. Ya
hemos considerado cómo eso no se está produciendo y cómo se está
produciendo un aumento de los pagos en el mes de agosto de 1995
superiores a los de 1994. Por otro lado, señalaba el señor Ríos que se
estaba produciendo una retención de los gastos, especialmente en el tema
de inversiones. Ya hemos considerado en otro momento cómo la evolución
del capítulo de inversiones es distinta de la de los demás capítulos,
teniendo en cuenta que las inversiones tienen unos ritmos propios que
tampoco coinciden con el ritmo mensual que tienen otros gastos.

El objetivo de alcanzar el 5 por ciento del PIB de la inversión está
referido a todas las administraciones públicas, a toda la inversión
pública, porque se incluyen también los entes, las empresas, etcétera. Es
un esfuerzo que vienen realizando todas las administraciones y todos los
entes públicos de este país y que, además, no está referido a cada uno de
los años. Lo único importante es considerar que, incluso en estos años en
los que las inversiones en España están creciendo menos que en otros
ejercicios, estamos haciendo un esfuerzo de inversión muy superior al que
hacen los demás países europeos.

Efectivamente, hay una disminución en las transferencias al INEM, a la
que se refería el señor Ríos, pero ello es consecuencia de una evolución
favorable del paro y, por tanto, de una necesidad menor de estas
transferencias. Así estaba previsto en el presupuesto de 1995. Por tanto,
el presupuesto se está conduciendo en este punto según lo esperado.

A los ingresos del IVA ya me he referido al contestar al señor Aguirre.

Lo único que quería decir, aunque sea también para que conste en el
«Diario de Sesiones», porque el señor Ríos me ha dicho que quería leer
mis respuestas en el «Diario de Sesiones», es que se trata de algo que
siempre me pregunta. Ya le mandé en noviembre de 1994 los datos de
recaudación del IVA, especificando los que correspondían a cada uno de
los tipos del impuesto.

Por lo demás, el señor Ríos se fija en el Impuesto sobre el Patrimonio.

Dicho impuesto en la Administración central es de poca significación,
porque sólo se gestiona, como conocen SS. SS., en Madrid, Ceuta y
Melilla. Es una recaudación muy pequeña y por tanto insignificante. Las
previsiones de recaudación para este año son de alrededor de 29.000 ó
30.000 millones. En cuanto a los ingresos patrimoniales esperamos que se
produzcan, como le decía al señor Aguirre, las previsiones que están en
el presupuesto. Ya se han producido los ingresos procedentes de la
privatización de un porcentaje del capital de Repsol y próximamente se
producirán los ingresos correspondientes a la privatización de una parte
del capital de Telefónica.

En cuanto a los gastos fiscales, cuestión por la que se interesaba el
señor Ríos, deberíamos diferir cualquier cuestión sobre los gastos
fiscales al análisis de la documentación del presupuesto del 96, porque
como estaba previsto en la Ley de Presupuestos de 1995, al informe
económico financiero de 1996 se acompaña una memoria especial sobre los
gastos fiscales. Este año se ha hecho un esfuerzo especial en este
sentido y aparece muy detallada en esta memoria cómo son, qué cantidad
hay de gastos fiscales para cada uno de los impuestos, cómo ha sido su
evolución, etcétera. Es un análisis que deberíamos hacer en el estudio de
la documentación del presupuesto de 1996.

Sobre las modificaciones presupuestarias, también valen las
contestaciones que le he dado al señor Aguirre.

Después se refiere el señor Ríos a la evolución de las transferencias de
capital a comunidades autónomas. Ya hemos comentado en otras ocasiones
cómo el índice norma de ejecución del Fondo de Compensación
Interterritorial anual es alrededor del 50 por ciento del crédito de cada
uno de los años. Por tanto, la marcha de la gestión de este crédito en el
presupuesto debe considerarse normal. Hay que tener en cuenta aquí que
los pagos que se produzcan por este concepto dependen de la forma en que
las comunidades autónomas van acreditando ante la Administración que se
están realizando las inversiones correspondientes.

Los efectos del Plan Renove ya se publicaron por el Ministerio. Se lo
volveremos a mandar al señor Ríos, aunque ya han aparecido en una
publicación de la Dirección General de Coyuntura de hace un par de meses,
y aparece con mucho detalle un análisis sobre su posible incidencia en
los ingresos y en los gastos en total.

Vuelvo a insistir al señor Ríos que también hacía consideraciones sobre
que no se estaba ejecutando el presupuesto de manera progresiva, según
los objetivos que se pretenden conseguir en el lado de los ingresos, y
que se estaba haciendo una reducción del gasto pero no llevando adelante
las políticas activas previstas en el presupuesto. Ello no es así, sino
que se está desarrollando la gestión presupuestaria, tanto en ingresos,
como en los gastos según lo previsto y llevando adelante las políticas
previstas en el presupuesto.

En cuanto al señor Hernández Moltó, trasladaré al Ministro las palabras
que me ha expresado sobre la gestión del presupuesto. Convengo con él en
que a veces es difícil ver los efectos del presupuesto sobre la economía
en general y sobre todo sobre los ciudadanos y sobre la situación. Es
importante ver, cuando ha pasado el tiempo y cuando se han ejecutado los
presupuestos, cuáles fueron las primeras impresiones que se dieron cuando
estos presupuestos aparecieron. Es importante recordar las cosas que se
dijeron al aparecer el presupuesto de 1994, que se consideró que era un
suicidio para la economía española, o las consideraciones que se han
hecho para 1995, y que probablemente se harán para 1996. Lo cierto es que
el presupuesto y la gestión del presupuesto, como no puede ser de otra
manera, y en esto estoy totalmente de acuerdo con el señor Hernández
Moltó, ha sido la pieza clave para la recuperación de la economía
española en el año 1994 y para la consolidación de esta recuperación a la
que estamos asistiendo a lo largo de 1995. (El señor Aguirre Rodríguez
pide la palabra.)



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El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Muchas gracias, señor Martínez
Robles. Con sus palabras termina esta comparecencia que creemos que habrá
sido de la satisfacción de todos los portavoces, ya que ha sido
exhaustiva, precisa y absolutamente detallada.

Señor Aguirre, supongo que pide un turno de gracia, porque el Reglamento
no contempla la cuestión, pero, no obstante, tiene usted tres minutos
para no hurtar cualquier detalle que quiera precisar.




El señor AGUIRRE RODRIGUEZ: Simplemente es por encontrar aclaración en un
nuevo turno del Secretario de Estado a tres incógnitas que me quedan
todavía. Gracias, señor Presidente.

Señor Secretario de Estado, quiero agradecerle la exposición y el tono
también y quiero señalar que no es cuestión de que me guste decir que no
coinciden las cifras del documento entregado por el señor Solbes y con
las del entregado por usted, pero no coinciden. Por tanto, tomando como
bueno el argumento que utiliza para que coincidan, que sería sumarle al
presupuesto de gastos iniciales las modificaciones contempladas hasta el
momento, los 355.000 millones, tengo que reconocer --y estará usted
conmigo-- que si el presupuesto de gastos inicial era 17,3 billones, si
les sumamos los 355.000 millones, nos sale un presupuesto inicial
supuesto de 17,683 billones. Yo quisiera que me explicara de dónde le
sale a usted que el nuevo límite, según el documento que nos ha
entregado, es de 12,1 billones, porque yo, en los cálculos que consigo
hacer, no paso de 11,7 billones, aun imputando el crecimiento por
modificaciones. Yo no tengo ningún inconveniente en reconocer que me
estoy confundiendo, pero en el cuadro que yo he hecho de simulación de la
aplicación del efecto del reajuste presupuestario de 1995 nunca alcanzo
ese nuevo límite que usted nos plantea de 12,1 billones; lo más que
alcanzo después de su explicación, es decir, después de imputarle al
presupuesto de gastos las modificaciones registradas hasta la fecha, es
el límite de 11,7 billones. Por tanto, hay una fuerte diferencia. Yo
quisiera que me explicara de dónde le sale a usted el 12,1 billones.

Paso a la segunda cuestión. Puede ser que en la intervención yo no haya
conseguido ser lo preciso que hubiera deseado, pero cuando usted hablaba
de la necesidad de endeudamiento, de su crecimiento, yo coincido con
usted en que viene justificado por el comportamiento de los ingresos del
Banco de España y, probablemente, en el afán de preguntarle que me dijera
a qué obedece el comportamiento de acciones y participaciones en sectores
no residentes y su evolución, he omitido que el origen de la evolución de
la necesidad de endeudamiento residía fundamentalmente en los ingresos
del Banco de España.

La tercera cuestión sobre la que me gustaría escuchar sus explicaciones,
que no se las he oído, es la relativa a la forma en que pueda afectar a
la revisión salarial la evolución del capítulo de gastos de personal.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Señor Hernández Moltó, ¿quiere
hacer alguna consideración o alguna aclaración?



El señor HERNANDEZ MOLTO: No, muchas gracias, señor Presidente. Coincido
con usted en que la explicación ha sido suficiente y exhaustiva.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Tiene la palabra el señor
Martínez Robles.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE HACIENDA (Martínez Robles): Veo que la
cifra que tiene el señor Aguirre, en cuanto al límite total de
reconocimiento de obligaciones, es de 11 billones 699.000 millones, 11,7
como le llaman, al mes de agosto. Esta es una cuestión puntual que
después podemos ver, pero la cifra máxima en el mes de diciembre son
16,907 billones, que es el efecto de disminuir el crédito inicial en
407.000 millones. Esta cifra inicialmente para el mes de agosto eran 11
billones 699.000 millones entonces. Estos 11 billones 699.000 millones se
ven afectados por 354.000 millones de modificaciones aprobadas y por
63.000 millones de redistribuciones autorizadas que se compensarán en
meses subsiguientes. La suma de estas cifras dan la cantidad de 12,118
billones, que aparece en el cuadro que le he remitido. Creo que así
conciliamos las cifras que tenemos pendientes entre unos y otros.

Hay que tener en cuenta que, efectivamente, como en el límite inicial lo
que hicimos fue disminuir 407.000 millones, a medida que se van
produciendo estas ampliaciones, incorporaciones, etcétera, vamos
aumentando ese límite. Por eso, el límite inicial del mes de agosto, que
eran 11,699 billones, se aumenta por 354.000 millones, que son las
modificaciones aprobadas a esta fecha, algunas de las cuales, como les
decía antes, no tienen efectos en lo que se refiere al artículo 11,
créditos extraordinarios, etcétera. Por eso le decía también, al
considerar esta evolución, que estamos perfectamente dentro del límite
establecido en el artículo 11, con una holgura considerable, a pesar de
las modificaciones presupuestarias que han tenido lugar. Creo que ahora
que hemos aclarado esta cuestión, podemos conciliar las cifras que
manejábamos.

En cuanto a las cifras de aumento de la cartera a que se refería S. S.,
de acuerdo con los datos que tengo aquí, hasta agosto, como aumentos más
importantes, ha habido una ampliación de capital de 16.000 millones de
Agesa --creo que está recogida en el informe--, de 11.000 millones en
SIEP, de 4.000 millones en Enausa, de 1.000 millones en Mayasa, de 20.000
millones en AHV-Ensidesa y en la CSI ha habido una adquisición de
acciones de 13.600 millones. Estas son las partidas más importantes de la
modificación de la cartera a la que hacía referencia.

Por último, respecto a cómo ha de incidir la evolución del capítulo 1 en
relación al acuerdo que se suscribió entre el Gobierno y los sindicatos
en septiembre del año 1994, habrá que esperar a ver cómo ha sido la
evolución durante todo el año 1994 y cómo han ido las variables
macroeconómicas. Como sabe, aquél era un acuerdo que estaba en función
del cumplimiento de los objetivos macroeconómicos, de los objetivos de
déficit y de si el capítulo 1, por cuestiones diferentes del aumento
nominal de las retribuciones, aumentaba o no más del índice de inflación
previsto.




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Por tanto, es pronto para ver si efectivamente se produce lo previsto en
esa cláusula de revisión. Lo veremos en su momento. Ya se ha tenido
contacto con los sindicatos para ver cuál es el capítulo 1 del
presupuesto para 1996 y se irá viendo, durante estos meses y sobre todo
al final del ejercicio, cómo ha sido la evolución del capítulo 1 con los
sindicatos, para comprobar cuál es el grado de cumplimiento de los
acuerdos alcanzados en su momento.

Nada más, Presidente.




El señor VICEPRESIDENTE (García Ronda): Muchas gracias, señor Martínez
Robles, por estas explicaciones complementarias, con las cuales termina
su comparecencia.

Muchas gracias a todos.

Se levanta la sesión.




Eran las nueve y veinticinco minutos de la noche.