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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 518, de 07/06/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 518
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENCIA DE DON ALEJANDRO MUÑOZ-ALONSO Y LEDO,
VICEPRESIDENTE PRIMERO
Sesión núm. 39
celebrada el miércoles, 7 de junio de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Asuntos Exteriores (Solana
Madariaga), para:
--Informar sobre la postura que España mantiene en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear
(TNP), así como de todos los aspectos que puedan determinar el futuro del
mismo. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente
213/000592). (Página 15861)
--Informar de las instrucciones impartidas a los representantes de España
en la Conferencia de examen sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear
(TNP), así como de la posición de España ante su prolongación y la
posible entrada en vigor de un Tratado de prohibición de ensayos
nucleares(CTBT). A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC.

(Número de expediente 213/000595). (Página 15861)
--Informar de la posición y las posibles acciones diplomáticas del
Gobierno ante las operaciones militares de la República de Turquía en el
Kurdistán, incluida la zona iraquí. A solicitud del Grupo Parlamentario
Federal IU-IC. (Número de expediente 213/000568). (Página 15861)



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--Explicar la posición del Gobierno ante los recientes ataques sobre la
población kurda en el norte de Irak por parte de las fuerzas turcas. A
solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente
213/000577). (Página 15861)
Preguntas:
--Del señor Rupérez Rubio (Grupo Parlamentario Popular), sobre
explicación de lo que entiende el Gobierno por una economía viable para
Gibraltar. (BOCG serie D, número 189, de 10-2-95. Número de expediente
181/001301). (Página 15872)
--Del mismo señor Diputado, sobre razones por las que los operadores
turísticos españoles han manifestado que cien mil turistas rusos pueden
dejar de venir a España por la burocracia de la Embajada española en
Moscú. (BOCG serie D, número 191, de 17-2-95. Número de expediente
181/001335). (Página 15872)
--Del señor Vázquez Romero (Grupo Parlamentario Federal IU-IC), sobre
realización de alguna petición ante el Gobierno de El Salvador referida
al cumplimiento de los acuerdos de 1992. (BOCG serie D, número 194, de
24-2-95. Número de expediente 181/001342). (Página 15872)
--Del señor Rupérez Rubio (Grupo Parlamentario Popular), sobre posición
del Gobierno respecto a la posible celebración de una cumbre de la Unión
Europea (UE) sobre Argelia, propuesta por el Presidente francés François
Mitterrand. (BOCG serie D, número 194, de 24-2-95. Número de expediente
181/001345). (Página 15874)
--Del mismo señor Diputado, sobre análisis de la grave situación en
Argelia y sus perspectivas de evolución futura. (BOCG serie D, número
194, de 24-2-95. Número de expediente 181/001346). (Página 15874)
--Del mismo señor Diputado, sobre implicaciones que tiene la crisis
argelina en el resto de los países del Magreb. (BOCG serie D, número 194,
de 24-2-95. Número de expediente 181/001347). (Página 15874)
--Del mismo señor Diputado, sobre repercusiones que tiene en los
intereses económicos, políticos y de seguridad de España, la crisis
argelina. (BOCG serie D, número 194, de 24-2-95. Número de expediente
181/001348). (Página 15874)
--Del mismo señor Diputado, sobre acciones del Gobierno para facilitar
una salida pacífica al conflicto en Argelia. (BOCG serie D, número 194,
de 24-2-95. Número de expediente 181/001349). (Página 15874)
--Del señor Milián Mestre (Grupo Parlamentario Popular), sobre supuestas
operaciones de contrabando de materiales nucleares relacionadas con
ciudadanos españoles. (BOCG serie D, número 229, de 11-5-95. Número de
expediente 181/001535). (Página 15879)
--Del mismo señor Diputado, sobre información del Gobierno español acerca
de las operaciones del «plutonio gate». (BOCG serie D, número 229, de
11-5-95. Número de expediente 181/001539). (Página 15879)
--Del mismo señor Diputado, sobre origen exacto de los materiales
nucleares utilizados en supuestas operaciones de contrabando. (BOCG serie
D, 229, de 11-5-95. Número de expediente 181/001536). (Página 15882)
--Del mismo señor Diputado, sobre certeza de la información aparecida en
medios informativos sobre las acciones de tráfico de plutonio iniciadas o
concebidas desde España. (BOCG serie D, número 229, de 11-5-95. Número de
expediente 181/001537). (Página 15882)
--Del mismo señor Diputado, sobre datos que posee el Gobierno respecto a
las informaciones aparecidas en medios de comunicación relacionado a la
Embajada de la República Federal Alemana con supuestas operaciones de
contrabando de materiales nucleares. (BOCG serie D, número 229, de
11-5-95. Número de expediente 181/001538). (Página 15883)
Dictámenes sobre:
--Acuerdo entre España y Rumania para la promoción y protección recíproca
de inversiones, hecho en Bucarest el 25 de enero de 1995. (BOCG serie C,
número 193-1, de 29-4-95. Número de expediente 110/000156). (Página 15885)
--Acuerdo sobre protección de información clasificada entre el Reino de
España y el Estado de Israel, hecho en Madrid el 13 de febrero de 1995.

(BOCG serie C, número 191-1, de 27-4-95. Número de expediente
110/000157). (Página 15886)
--Protocolo relativo a las consecuencias de la entrada en vigor del
Convenio de aplicación del acuerdo de Schengen, hecho en Bonn el 26 de
abril de 1994. (BOCG serie C, número 192-1, de 27-4-95. Número de
expediente 110/000158). (Página 15888)



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Se abre la sesión a las cuatro y treinta y cinco minutos de la tarde.




COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (SOLANA MADARIAGA) PARA:



--INFORMAR SOBRE LA POSTURA QUE ESPAÑA MANTIENE EN LA CONFERENCIA DE LAS
NACIONES UNIDAS SOBRE LA REVISION DEL TRATADO DE NO PROLIFERACION NUCLEAR
(TNP), ASI COMO DE TODOS LOS ASPECTOS QUE PUEDAN DETERMINAR EL FUTURO DEL
MISMO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO.

(Número de expediente 213/000592.)



--INFORMAR DE LAS INSTRUCCIONES IMPARTIDAS A LOS REPRESENTANTES DE ESPAÑA
EN LA CONFERENCIA DE EXAMEN SOBRE EL TRATADO DE NO PROLIFERACION NUCLEAR
(TNP), ASI COMO DE LA POSICION DE ESPAÑA ANTE SU PROLONGACION Y LA
POSIBLE ENTRADA EN VIGOR DE UN TRATADO DE PROHIBICION DE ENSAYOS
NUCLEARES (CTBT). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 213/000595.)



El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): Señorías, buenas tardes.

Vamos a comenzar el desarrollo de esta sesión de la comisión, pero antes
quiero someter a la consideración de la Comisión la retirada de dos
comparecencias, las que figuran con los números 3 y 4 del orden del día,
relativas ambas al Tratado de no Proliferación Nuclear.

¿Acepta la Comisión la retirada? (Asentimiento.) Quedan retiradas, por
tanto, del orden del día.




--INFORMAR DE LA POSICION Y LAS POSIBLES ACCIONES DIPLOMATICAS DEL
GOBIERNO ANTE LAS OPERACIONES MILITARES DE LA REPUBLICA DE TURQUIA EN EL
KURDISTAN, INCLUIDA LA ZONA IRAQUI. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
213/000568.)



--EXPLICAR LA POSICION DEL GOBIERNO ANTE LOS RECIENTES ATAQUES SOBRE LA
POBLACION KURDA EN EL NORTE DE IRAK POR PARTE DE LAS FUERZAS TURCAS. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente
213/000577.)



El señor VICEPRESIDENTE: Pasamos, por tanto, al desarrollo del orden del
día con las comparecencias números 1 y 2 que, por versar sobre el mismo
tema, si los grupos proponentes no tienen inconveniente, las abordaremos
conjuntamente.

¿El Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya quiere
introducirlo? (Pausa.)
¿El Grupo Mixto tampoco quiere introducirlo? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Trataré de
introducir la posición del Gobierno en cuanto a la solicitud de
comparecencia de los dos grupos parlamentarios.

Se trata de explicar la posición y las posibles acciones diplomáticas del
Gobierno de España ante algunas operaciones militares que han tenido
lugar en Turquía y explicar también la posición ante los ataques que se
han producido sobre la población kurda en el norte de Irak.

Como SS. SS. saben, esta operación, que es causa de la comparecencia del
Gobierno, afortunadamente está tocando a su fin, si no lo ha tocado ya en
estas mismas horas. No obstante, creo que bien merece la pena que hagamos
un pequeño análisis de la situación por la que en estos momentos
atraviesa Turquía, las relaciones de Turquía con la comunidad
internacional y, muy en particular, las relaciones de Turquía con la
Unión Europea. Como saben, estamos en un momento especialmente singular
de las relaciones de Turquía y la Unión Europea, y al hilo de esta
comparecencia me gustaría hacer algunas reflexiones sobre ello y
compartirlas con SS. SS.

El Gobierno, como SS. SS. se pueden imaginar, sigue atentamente la
evolución del conflicto en el sureste de Turquía, que enfrenta al
Gobierno turco con el grupo terrorista PKK ya desde hace mucho tiempo,
desde 1984, del que he tenido ocasión de informar varias veces a SS. SS.

Desde la incursión del Ejército turco, el 20 de marzo, en la zona del
norte de Irak, con aproximadamente 35.000 hombres, para eliminar la
retaguardia del Partido PKK, el Partido de los Trabajadores del
Kurdistán, esta atención se tiñó desgraciadamente de grave preocupación,
que tenía su origen en motivos diversos, y señalaré algunos. En primer
lugar, porque estos acontecimientos ocurrían en una de las zonas más
críticas e inestables de nuestra tierra, del planeta, muy concretamente
próxima a Europa, donde se enfrentan, como SS. SS. saben bien, intereses
diversos y, a la vez, intereses contradictorios y donde, además, desde la
crisis del Golfo hay un cierto vacío de poder.

En segundo lugar, porque se trata de una zona especialmente castigada
desde el punto de vista humanitario, ya que a raíz el conflicto del Golfo
se produjeron movimientos de población fuertes, intensos, apareciendo
miles de desplazados entre los que se encontraban 18.000 turcos de origen
kurdo. La operación Provide Confort, que conocen SS. SS., apenas si
alcanza a cubrir las necesidades fundamentales de este gran número de
refugiados, que se han visto de nuevo empujados hacia el interior de Irak
por la operación militar turca.




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Finalmente, y en tercer lugar, porque tenía como protagonista principal a
un país como Turquía, que es un aliado nuestro en la Alianza Atlántica.

Turquía, país con el que mantenemos relaciones intensas, relaciones
excelentes desde el punto de vista bilateral --y hablo desde España--,
está a punto de anudar lazos especiales con la Unión Europea. El Gobierno
español desea que estos lazos se estrechen. No obstante, estos vínculos
corrían peligro si la operación militar en Irak no terminaba cuando
antes.

Voy a dar unas breves palabras de antecedentes. Precisamente por lo mucho
que estaba en juego, al tomar posición sobre la operación militar turca
en el norte de Irak, creo necesario ser lo más riguroso posible y colocar
en sus justos términos un conflicto cuya complejidad es enorme y que
presenta facetas múltiples que, de no ser tenidas en cuenta en su
totalidad, podrían quizá dar una visión distorsionada de la realidad.

Permítanme que les transmita algunos datos básicos sobre esta cuestión.

La llamada «operación acero», lanzada el 20 de marzo, tenía como objetivo
desmantelar las bases del Partido del PKK en Irak en el marco de un
conflicto no entre el pueblo kurdo y el gobierno turco, sino entre el
pueblo turco y este Partido, el PKK, organización que, como saben
ustedes, tiene una ideología de carácter marxista-leninista y que en 1984
optó por la lucha armada y la insurrección mediante la utilización de
métodos terroristas. Por cierto, como saben SS. SS., algunos españoles
fueron, no hace mucho tiempo, víctimas de sus acciones en Estambul. No
cabe, pues --me importa subrayarlo--, una identificación entre el PKK, un
partido, y el pueblo kurdo, y cualquier análisis que se base sobre esta
premisa crean, a mi juicio por lo menos, que está viciado desde origen.

El pueblo kurdo, como SS. SS. saben, está dividido entre cuatro países:
Turquía, Siria, Irak e Irán. Tiene una estructura fuertemente tribal y,
por tanto, carece de una identidad nacional clara. No toda la población
que vive en el sureste de Turquía es kurda e, incluso entre los kurdos,
la simpatía por el PKK no es una actitud de carácter mayoritario. Además,
y a consecuencia de los desplazamientos de población, tanto los debidos a
razones económicas (como saben muy bien, el sureste es una zona
económicamente muy deprimida), como los derivados de la guerra, una buena
parte de los 15 millones de turcos de origen kurdo vive en otras zonas
del país; y así Estambul, por poner un ejemplo, es la primera ciudad en
número de habitantes de origen kurdo.

A pesar de la ilegalización del único partido político kurdista en el
Parlamento, el DEP, siempre ha habido y todavía hay en la vida política
turca y en el Parlamento representantes del mismo. Entre los más
destacados hay que mencionar al ex Presidente Ozal, que pertenecía a los
partidos del grupo turco, y al viceprimer ministro, que en este momento
se encuentra formando parte del Gobierno y que fue anteriormente Ministro
de Asuntos Exteriores, el señor Cetín. En la Gran Asamblea Nacional hay
al menos un centenar de diputados de origen kurdo.

Ahora bien, señor Presidente, lo cierto es que la Constitución turca, de
carácter fuertemente centralista, no recoge en ningún modo el hecho
diferencial kurdo, ni el de las otras cuarenta etnias que componen la
población de Turquía. Al contrario, el Tratado de Lausana de 1923, en el
que se configura la moderna Turquía en sus actuales fronteras, no
reconoce como minoría a los kurdos.

Además, la identificación que se hace por la ideología de Atatürk del
nuevo país surgido de las cenizas del Imperio otomano con lo turco,
pondría en marcha una serie de políticas de asimilación y homogeneización
con el objetivo último de erradicar las diferentes etnias, lo cual es
precisamente el germen de lo que damos en llamar la cuestión kurda.

El tratamiento inadecuado de ese hecho diferencial kurdo por los
sucesivos gobiernos turcos ha incidido en una población cultural,
económica y políticamente atrasada, de forma tal que reivindicaciones que
tenían en el origen un aspecto económico y cultural se trasladan
definitivamente al plano de lo político. Y, al mismo tiempo, la falta de
una respuesta en ese plano político a esas reivindicaciones, las ha hecho
derivar, en unos casos, al ámbito --como he dicho anteriormente-- de la
acción violenta y el terrorismo --momento en que surge el PKK-- y, en
otros, a opciones políticas antisistema, como el islamismo en
crecimiento.

Quedaría así definida lo que damos en llamar la cuestión kurda como un
estado de malestar, un conjunto de reivindicaciones de tipo social,
cultural y económico que presenta un segmento de la población turca de
origen kurdo, reivindicaciones que cobran virulencia como resultado de la
falta de respuesta y de cauce de expresión político, y quedaría también
definido el PKK como una --y me gustaría subrayar que sólo una y
violenta-- de las manifestaciones de la cuestión kurda.

El PKK, como SS. SS. saben, se funda en 1974 y tiene como objetivo crear
--y cito textualmente-- un «Estado basado en los principios
marxistas-leninistas» y en 1984, tras el golpe de 1980, que reprimió
duramente a los radicales y separatistas, inicia la lucha armada y el
terrorismo. A partir de entonces, la espiral acción-reacción ha ido
desarrollándose de forma vertiginosa, arrojando en 10 años el saldo de
15.000 muertos --entre población civil y combatientes de ambas filas--;
tres millones de desplazados; entre cinco y ocho mil millones de dólares
al año en gastos militares y 300.000 soldados movilizados en el sureste
del país. Esto es, en cifras, la tragedia de la que estamos hablando.

Obviamente, el PKK, con sus entre 5.000 y quizá 10.000 militantes, no
podría haber conseguido un resultado tal. Hay que tener en cuenta, por
tanto, que la organización cuenta además con ayudas de otro tipo: un
soporte de unos 35.000 colaboradores, además de, aproximadamente, 300.000
simpatizantes en territorio turco; unos ingresos monetarios --hay que
subrayarlo-- muy importantes procedentes de organizaciones kurdas de
Europa, de extorsiones a ciudadanos y empresarios turcos, tanto dentro
del país como en otras naciones europeas y pruebas hay de que alguna
relación tienen con el tráfico de drogas; una gran libertad de acción
--me importa también subrayarlo-- en los países vecinos. Siria ha
cobijado durante años a la plana mayor del PKK, y en territorio libanés
controlado



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por Damasco ha existido una academia militar kurda. La clara rivalidad
turco-iraní por el predominio regional hace que Teherán cierre los ojos a
las actividades del PKK dentro de sus fronteras. Y, finalmente, entre las
secuelas de la guerra del Golfo está la creación de una zona
desmilitarizada en el norte de Irak, recordarán SS. SS., verdadero
santuario para el PKK, precisamente protegido, en parte, por la sombrilla
de una fuerza aérea multinacional basada en territorio turco. Además, la
dureza del terreno en el sureste turco es seguramente un escenario ideal
para una guerra de guerrillas que no podrá nunca ganar Turquía, aunque
emplee métodos sofisticados desde todo punto de vista: medios aéreos y
masivos ataques desde el aire, pero la táctica más empleada hasta el
momento sigue siendo ésa.

Señorías, los gobiernos sucesivos turcos han manejado, quizá con una
cierta torpeza, la cuestión kurda al empeñarse en darle una solución
estrictamente militar y represiva e identificarla con su lucha contra el
PKK, sacrificando además, en aras de ese objetivo, las libertades de
expresión, de reunión y de asociación que caracterizan una democracia con
la aparición consiguiente de inadmisibles violaciones de derechos
humanos.

Al distorsionar así la realidad, el gobierno turco, paradójicamente, ha
sido quizá uno de los mejores aliados del PKK y ha permitido a esta
organización terrorista utilizar todo su aparato propagandístico para
identificar la cuestión kurda con su lucha de carácter partidista. Esto
tiene, al menos, dos consecuencias. La primera, que la opinión pública
interna turca haya acabado por percibir cualquier avance en el
reconocimiento del hecho diferencial kurdo como una claudicación ante los
terroristas. En segundo lugar, que, ante la opinión pública
internacional, la legítima persecución de las actividades terroristas del
PKK por el gobierno turco se interprete como una represión reprobable del
conjunto del pueblo kurdo. Hasta aquí, señorías, señor Presidente, los
antecedentes.

Se me preguntaba en la solicitud de comparecencia por la posición
española y por la posición de la Unión Europea. ¿Cuál es la posición
española? La cuestión que acabamos de ver es compleja y tiene un
trasfondo de antecedentes conflictivos de raíces diversas y de
responsabilidades en distintos grados, lógicamente, compartidas que hay
que ponderar a la hora de tomar una posición por parte del Gobierno. Sin
embargo, la posición del Gobierno español ha sido siempre clara, y con
toda claridad se le ha transmitido a las autoridades turcas tantas veces
como ha sido necesario. Y ello tanto en el nivel bilateral como en los
foros multilaterales que compartimos. Teniendo presente esta distinción
entre la cuestión kurda y el PKK, esta posición consiste básicamente en
lo siguiente.

Por un lado, respeto a la soberanía y a la integridad territorial de
Turquía y apoyo al gobierno turco en su legitima lucha contra el
terrorismo, siempre que ésta se realice con el más escrupuloso respeto a
los derechos humanos.

Por otra parte, convicción de que, en este caso particular, no cabe un
enfoque puramente represivo de la cuestión de fondo y que, por tanto,
para facilitar una solución es imprescindible, a nuestro juicio, una
profundización de la democracia y, por consiguiente, una ampliación del
ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas.

Esta posición conjuga nuestros principios con nuestros intereses en la
zona, que son, como no podría ser de otra manera, el mantenimiento de una
Turquía democrática, estable y ciertamente anclada en nuestro continente,
en Europa.

Dos palabras sobre la crisis de la que estamos hablando y la Unión
Europea. Como saben SS. SS., la operación militar turca se produjo en un
momento crucial para la consolidación de la aproximación de Turquía a la
Unión Europea. Como saben, el acuerdo de la unión aduanera entre Turquía
y la Unión Europea es, a nuestro juicio, una pieza clave para el anclaje
de Turquía.

La práctica coincidencia temporal del inicio de lo que hemos dado en
llamar la «operación acero» con el viaje que tuve ocasión de realizar, en
nombre de la troika europea, el pasado 23 de marzo, me permitió, tanto en
los encuentros bilaterales como en los que mantuve en formato troika con
las máximas autoridades turcas, trasladarles nuestra posición ante esta
operación de la que estoy hablando, opinión que coincide con la del resto
de nuestros socios comunitarios y es, por tanto, lógicamente, la posición
de la Unión Europea.

El mensaje que se envió entonces a las autoridades turcas era doble. En
primer lugar, la Unión Europea respeta la soberanía e integridad
territorial de todos los Estados de la zona y, por tanto de Turquía, pero
también de Irak. Por ello, la Unión Europea apoya el legítimo derecho de
Turquía a la autodefensa en su lucha contra el terrorismo y comprende la
necesidad de intervenir para acabar con los santuarios del PKK instalados
al albur de los combates entre facciones kurdas iraquíes y la ausencia,
derivada de la guerra del Golfo, de una autoridad estatal efectiva en la
zona. Ahora bien, hay unos límites ciertamente claros: que los medios
utilizados fuesen proporcionales al objetivo que se persigue; que la
acción tuviese un límite temporal el más breve posible, y, finalmente,
que durante la operación se respetasen los derechos humanos y se
mantuviese al margen a la población civil y no se entorpecieran las
actuaciones de carácter humanitario.

En segundo lugar, y partiendo de la base de que la cuestión kurda
presenta facetas que no pueden resolverse con un enfoque estrictamente
militar, abogamos por un enfoque que pudiéramos denominar integral
--económico, social, cultural y político-- que insista en la
democratización e incluya el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales y por lo tanto, también, los derechos culturales
y sociales de los ciudadanos turcos de origen kurdo.

Por ello, y por el temor a que una prolongación de la operación militar
pudiera dar al traste con la puesta en marcha de la Unión Aduanera, y la
apuesta modernizadora que implica esta decisión del Gobierno turco y de
la Unión Europea, los Estados miembros de la Unión urgimos al Gobierno
turco a poner término, lo antes posible, a esta ocupación.

La respuesta de las autoridades turcas inicialmente fue imprecisa --hay
que decirlo--, comprometiéndose a no



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prolongar la «operación acero» ni un día más de lo que fuera necesario
para la consecución del objetivo buscado y de respetar los derechos
humanos a la población civil y las acciones humanitarias.

En el aproximadamente mes y medio que duró la operación se realizaron no
menos de cinco gestiones de la propia Unión Europea ante el Gobierno
turco a través de los embajadores de la troika europea y, por tanto,
también de la representación española.

Por mi parte, al margen de mis conversaciones bilaterales con la Primera
Ministra y con el Ministro de Asuntos Exteriores, con ocasión de mi viaje
a Ankara, hice llegar la posición del Gobierno al Ministro de Asuntos
Exteriores turco durante un encuentro con el Ministro señor InÜnü en el
sur de Francia el día 9 de abril.

El anuncio de Turquía, el pasado día 8 de mayo, de la conclusión de la
retirada de las tropas que aún permanecían en el territorio iraquí fue,
por tanto, recibida con gran satisfacción. Son alentadoras también las
seguridades que a todos los niveles nos dan las autoridades turcas de la
puesta en marcha de un impulso democratizador con la reforma de la
Constitución y con la reforma también del artículo 8.º de la Ley
Antiterrorista, que contribuirán a sentar las bases de una solución, a
nuestro juicio, política a las dificultades actuales.

Hay que sumar a ello el anuncio de la ampliación de las libertades de
reunión y asociación --anuncio inminente--; el levantamiento de las
restricciones a la libertad de expresión que la actual Ley Antiterrorista
impone y una amnistía limitada a estos delitos. Todo esto nos permite
albergar la esperanza de que una pronta mejoría de los niveles de
democracia en Turquía debe contribuir a desactivar la cuestión kurda.

Les diré que en las ultísimas horas he tenido ocasión de hablar con el
Ministro de Asuntos Exteriores turco, una vez más, para hacerle ver la
importancia que tiene que cumplan los compromisos que adquirieron con la
visita de la troika a Ankara que, como saben, fundamentalmente, era,
primero el paquete democratizador, la reforma de 23 artículos de la
Constitución y la reforma del artículo 8.º, al que ya he hecho
referencia, de la Ley Antiterrorista que limita severamente la libertad
de expresión. Tanto la Primera Ministra, por conversaciones telefónicas
como por la entrevista que tuve con ella en Moscú, como el Ministro de
Asuntos Exteriores, dan garantías de que esto se va a llevar a efecto.

¿Por qué es tan importante que se lleve a efecto? Porque el Parlamento
Europeo, en sesión que tendrá lugar a lo largo del segundo semestre de
1995, tendrá que dar el «avís» conforme a la decisión que el Consejo de
Ministros ha tomado ya sobre la Unión Europea y Turquía en cuanto al
nuevo acuerdo aduanero.

Desde nuestro punto de vista, todo lo que podemos hacer para que el
acuerdo aduanero se produzca en tiempo útil sería, yo creo, un gran
servicio que daríamos a la estabilidad europea de Turquía.

No soy optimista en este momento sobre que el Parlamento Europeo en
fechas próximas pueda pasar esa resolución si no se dan los dos
compromisos a los que antes he hecho referencia: la modificación de 23
artículos de la Constitución y la modificación del artículo 8.o de la Ley
Antiterrorista.

Esto es lo que les puedo decir, señorías, sobre la situación de Turquía
en este momento en relación con la política interna de Turquía, con la
población turca y con la Unión Aduanera que en estos momentos está
pendiente del debate parlamentario en el Parlamento Europeo, que
significaría un paso en las relaciones entre la Unión Europea y Turquía.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Vázquez Romero.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Sin duda, señor Ministro, la cuestión kurda es
compleja e incluso antigua. Tampoco es la primera vez que en esta
Comisión hablamos del problema de los kurdos, pero en la primera parte de
su exposición, cuando usted ha hecho un resumen de la historia reciente
de las relaciones entre el pueblo kurdo y el Gobierno turco, yo creo que
ha estado usted poco ponderado y ha defendido fundamentalmente las tesis
más sesgadas del Gobierno turco. Siendo verdad algunas de sus
afirmaciones, habría que empezar por reconocer un primer hecho: el no
reconocimiento, por parte del Gobierno turco, de la existencia de una
minoría nacional kurda en Turquía. Primera cuestión. Para el Gobierno
turco los kurdos no existen, simplemente; no existen.

Cuando en diferentes foros internacionales, en los que participamos
algunos de lo miembros de esta Comisión, se plantea una vez más este
tema, porque se ha planteado muchísimas veces, por ejemplo en el Consejo
de Europa, la primera respuesta de los representantes turcos es que los
kurdos no existen. Difícilmente a un pueblo al que se le niega su
existencia se le puede exigir que respete, digamos, al extremo lo que
sería la convención civilizada de relaciones dentro de un propio país. No
entienda --ni usted ni nadie-- de mis palabras que yo voy a apoyar o a
dar pretexto a las acciones terroristas del PKK, que yo también califico
así. Pero si algunas de las acciones del PKK son así calificadas
exactamente igual pueden serlo algunas de las acciones del pasado
reciente de los gobiernos turcos precisamente sobre ese pueblo kurdo.

Si hubiera un ranking de pueblos maltratados por la historia,
probablemente los kurdos estarían en primer lugar. Los kurdos son
actualmente una población de aproximadamente 35 millones de personas
distribuidos en diferentes países, la mayoría en Turquía, Irán, Irak y
Siria, donde no son reconocidos como personas, como nación, con una
cultura, con una lengua e incluso con una religión diferente de las otras
de su entorno y sometidos, a lo largo de la historia, a maltrato por los
diferentes gobiernos de los distintos países donde se asientan. En el
caso concreto de Turquía, por parte del Gobierno turco.

Decía usted que en la Convención de Lausana no se reconoce por parte de
la comunidad internacional la existencia del pueblo kurdo como tal, lo
cual da pie a ese no reconocimiento del gobierno turco. Y ha hecho
referencia a la



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política de Atatürk de intentar limar las posibles diferencias étnicas o
nacionales dentro de la Gran Turquía. Habría que recordar que los kurdos
contribuyeron no poco a la construcción de esa Turquía moderna
precisamente con Atatürk. A partir de ahí, el no reconocimiento de su
entidad nacional, el maltrato habitual a sus gentes, la imposibilidad de
expresarse en su lengua, de practicar sus ritos culturales, religiosos,
etcétera, la inexistencia de algún derecho cultural o político podría
justificar, al menos en el plano intelectual, la autodefensa del pueblo
kurdo con acciones del estilo de las que usted y yo condenamos, del PKK;
pero, repito, colocando la misma balanza en los dos lados del problema.

Dice usted que Teherán cierra los ojos a las actividades del PKK por su
tradicional enemistad con Irak. De la misma manera, la Unión Europea y la
comunidad internacional ha cerrado durante mucho tiempo los ojos ante las
actividades del Gobierno turco. En el pasado, probablemente por ser
frontera exterior de la OTAN y, por tanto, país inmediatamente contiguo a
la Unión Soviética. En la actualidad, cuando ya no existe la Unión
Soviética, por ser el bastión occidental contra el peligro del
fundamentalismo islámico, lo que le está dando a lo largo de la historia,
por una posición geopolítica muy concreta a Turquía una especie de alibí
para hacer aquello que le venga en gana --valga la expresión--, lo que me
parece algo intolerable por parte de la comunidad internacional.

Dice usted, señor Ministro, que la Unión Europea ha apoyado a Turquía en
su soberanía territorial, se le ha apoyado en sus acciones de lucha
antiterrorista, siempre y cuando ello se haga dentro del respeto a los
derechos humanos, circunstancia que usted sabe bien que no se da. Es
decir, el gobierno turco no se ha comportado dentro del respeto a los
derechos humanos con las minorías kurdas a lo largo de la historia, ni en
la reciente, ni en la pasada. Que ese acuerdo aduanero que está por
alcanzar entre la Unión Europea y Turquía pueda ayudar al desarrollo
económico y, por tanto, a través de ese desarrollo económico, a aumentar
la democratización de Turquía, probablemente sirva como desiderátum, pero
yo creo que sería obligación de la Unión Europea, y de España dentro de
la Unión Europea, exigir que ese respeto a los derechos humanos, a los
derechos democráticos, a los derechos culturales y también políticos del
pueblo kurdo, de alguna manera, tuvieran un período de prueba. Lo que
ustedes le están diciendo a Turquía es: Prométannos que van a portarse
bien con los kurdos, que no van a violar los derechos humanos, que van a
reconocer algún derecho cultural (político, seguramente ninguno), y
nosotros les vamos a favorecer el acuerdo aduanero con la Unión Europea.

Yo creo que lo primero que habría que decirles es lo siguiente: Respeten,
en primer lugar, los derechos humanos, traten civilizadamente a los
kurdos, denles cauces de expresión para sus reivindicaciones también de
tipo político y, a continuación, cuando podamos constatar esos hechos,
favoreceremos su incorporación a Europa, que a todos nos interesa; pero a
continuación, y no antes.

Esas acciones militares recientes, iniciadas el 20 de marzo, de Turquía
sobre el pueblo kurdo, con el objetivo teórico de acabar con las bases de
apoyo del PKK en el sudeste de Turquía --más exactamente habría que decir
en el Kurdistán--, como conoce usted bien, señor Ministro, se han
producido fundamentalmente por medio de fuerzas terrestres y de aviación,
bombardeando poblaciones y, sin duda, causando daño, muerte y destrucción
de población civil, y además masivamente. ¿Que esa población civil puede
ser incluida dentro del apoyo logístico al PKK? Es una suposición. Lo
cierto y evidente es que, a través de esas acciones militares, que han
durado casi tres meses, la población civil de aquella zona, ya bastante
maltrecha, ha sufrido la acción militar del gobierno turco, cuando desde
la comunidad internacional se le estaba diciendo: No se pasen ustedes, no
hagan demasiado... Sin embargo, no se ha llevado a cabo ninguna acción
contundente, ni se les ha dicho: Dejen ustedes ya de cometer este tipo de
atrocidades, vuelvan ustedes a sus bases, e intenten resolver el problema
por una vía pacífica.

Y yo quiero recordarle a usted, porque sin duda lo sabe, que el PKK, en
concreto, ya hace algún tiempo que está haciendo ofertas de negociación a
Turquía; ofertas de parar esa guerra que ya dura 10 años, de entrar en
una solución negociada del problema, buscando una especie de salida
autonómica. Esa propuesta la está planteando no sólo el PKK sino también
el DEP, representación legal en el Parlamento turco, que ha visto cómo
algunos de sus diputados han sido encarcelados, condenados a muerte y
algunos de ellos han tenido que huir del país. Turquía insiste en una
solución militar al problema, cuando la parte afectada está haciendo
propuestas de negociación para una posible salida pacífica del problema,
sin reivindicar ya como apriorismo la existencia de un Estado kurdo, sino
simplemente la negociación de una posible solución autonómica, del estilo
de la que nos hemos dotado en nuestro país, afortunadamente en un pasado
ya casi lejano.

Lo que no se puede hacer desde la diplomacia española, en el seno de la
diplomacia europea, es seguir con una actitud de tibieza ante Turquía,
cuando en Turquía se violan los derechos humanos. Y añado más, señor
Ministro. Puesto en una balanza, yo creo que son mucho menos disculpables
--entiéndame bien lo que digo-- las acciones violentas de violación de
derechos humanos, de violación de derechos democráticos, por parte del
gobierno turco, que las acciones terroristas del PKK. Yo creo que eso,
intelectualmente, usted lo tiene que aceptar. No es lo mismo un Estado
constituido que una expresión, no mayoritaria si usted quiere, de un
pueblo que se siente oprimido a lo largo de la historia y que, en un
momento determinado, opta por una solución que yo no comparto y que no
aplaudo, pero es más disculpable esa actividad del PKK que la constante
violación de derechos humanos por parte del gobierno turco. Eso hay que
entenderlo así para que, desde la diplomacia de la Unión Europea, se
hagan muchos más esfuerzos para que Turquía encuentre una salida
negociada al problema, para que cese la violación de derechos humanos,
para que se capitalice la democracia en Turquía, y así, a través de esos
acuerdos económicos de la Unión Europea con Turquía y del desarrollo que
ello pueda significar, poder atajar el problema en origen. Pero, mientras
la actitud



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sea tímida, Turquía va a seguir haciendo lo que ha estado haciendo en el
pasado reciente, con una cierta complicidad por su silencio de la
Comunidad Europea, aquello que le venga en gana en el interior de sus
fronteras, sin respetar ningún tipo de convención democrática, de
derechos humanos, etcétera.

Hace unos días, en el Pleno del Congreso --y todos nos felicitamos por
ello, de ahí que quisiéramos solemnizarlo a través de una intervención
precisamente en el Pleno--, todos aplaudimos la aprobación de la
Convención europea de respeto de las minorías nacionales. Yo creo que eso
se compadece mal con la actitud diplomática hacia Turquía por parte de la
Unión Europea. Eso sucedía el mismo día que aprobábamos también un
Acuerdo de protección de inversiones mutuas entre España y Turquía, un
acuerdo similar a los que España tiene firmados con muchos países y que
son positivos, por tanto, no había nada que decir al mismo, sin embargo,
en plena invasión militar del norte de Irak, en plena acción armada del
gobierno turco sobre el pueblo kurdo, no nos parecía adecuado, en aquel
momento, que ese acuerdo se presentara a la Cámara; no hubiera pasado
nada por posponerlo un mes. Se pospuso durante dos o tres semanas el
trámite entre la Comisión y el Pleno y, finalmente, se aprobó en el Pleno
del día 11 de mayo de 1995. Instamos a que en Turquía se den pasos hacia
una democratización mayor, a que se produzca un mayor respeto de los
derechos humanos pero, al mismo tiempo, en nuestras relaciones habituales
con Turquía, vamos concediendo un cierto placet a lo que viene siendo una
política tradicional de ese país.

Si no se cambian esas actitudes, si no se es mucho más contundente con
Turquía, difícilmente estaremos ayudando a obtener mayor talla moral,
como a usted gusta decir y yo comparto. Por otra parte, habría que
realizar el esfuerzo de hacer entender a Turquía que la solución del
problema no es militar, que es fundamentalmente político, que la parte
contraria está dispuesta a ese tipo de negociación, que ha rebajado
muchísimo sus planteamientos iniciales y que, probablemente, a través de
una negociación, podrían llegar a un acuerdo que pudiera representar la
solución definitiva del problema, a medio o largo plazo, y así nos
dejarían de conmover, día sí y día no, esas escenas de violencia, a veces
gratuita, en ese país, que aparecen reflejadas en los diferentes medios
de comunicación.




El señor VICEPRESIDENTE: No hay ningún representante del Grupo Mixto, que
es el proponente de la segunda comparecencia.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Coalición Canaria quiere expresar su opinión
en este tema verdaderamente enojoso en el Derecho internacional, pero no
de ahora, habría que buscar sus causas y orígenes históricos, el más
inmediato la situación en que, después de la Primera Guerra Mundial,
queda el denominado entonces Imperio turco, así como el grado de
responsabilidad que, en el diseño de fronteras, superponiéndolas al
territorio del Kurdistán clásico, han tenido anteriores gobiernos
británicos, que son fundamentalmente los que diseñan las fronteras de
Irak, Irán y Siria sobre despojos del desaparecido Imperio turco.

Heredamos una situación verdaderamente complicada. Coalición Canaria
entiende que la posición que ha expresado aquí el señor Ministro de
Asuntos Exteriores es la correcta y por eso la apoyamos en un doble
sentido aunque, a veces, no sería la solución óptima y deseable,
verdaderamente primaveral, en un sentido poético de la palabra. Es de una
aspereza tremenda y, por tanto, el realismo y el pragmatismo de las
relaciones internacionales están ahí. Vuelvo a repetir el doble sentido
en el que lo apoyamos: en su contenido de formas, de respeto al principio
de no injerencia en lo que podríamos denominar asuntos internos, pero, al
mismo tiempo, que España enmarque esa posición en la política exterior de
la Unión Europea.

Se ha dado un primer paso con la visita de la troika comunitaria de la
Unión Europea --como ha relatado el señor Ministro-- a Ankara y se ha
hecho ver esa posición --califíquese como se califique, de tibia o de lo
que sea, pero la única posible--, entendiendo que también hay una
complicación por lo que ha sucedido de peculiar, es decir, la penetración
de las fuerzas del Ejército turco en territorio de la soberanía de otro
país, en este caso Irak. Tal vez si Irak no estuviera en las
circunstancias posteriores a lo que ocurrió en la guerra del Golfo el
Ejército turco no hubiera entrado y serían las clásicas batallas o
escaramuzas que estos cuatro países sobre los cuales está superpuesto en
sus fronteras el Kurdistán vienen haciendo de operaciones militares, que
se rechazan, de castigo, de lo que ellos entienden como asunto de
sometimiento del pueblo kurdo.

Hay que buscar en estos foros en los que participa España, como la OTAN,
donde también participa Turquía, en su demanda ahora de entrar en la
unión aduanera, que sea el Parlamento Europeo el que defina cuál es la
presión que hay que ejercer sobre las autoridades turcas para efectuar
cambios en su Constitución, así como para la aceptación del acuerdo sobre
minorías a que se ha referido el portavoz del Grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, que aprobamos aquí el mes pasado de
respeto a las minorías y el respeto a los territorios en los que hay que
hacer valer la no injerencia.

A veces hay que hacerse valedor de causas muy difíciles, pero nosotros
entendemos, y con ésto termino señor Presidente, que la posición es la de
una política realista y de no tener la solución mágica de un pacto hecho
entre los cuatro países y en el marco de Naciones Unidas para reconocer
la soberanía del Kurdistán, que sería el desiderátum de un reconocimiento
de una nación sobre principios étnicos. La realidad que nos dictan las
circunstancias es la que se está llevando a cabo en el marco de la Unión
Europea, porque España aisladamente en este conflicto no tendría una
fuerza moral ni fáctica para hacer al Gobierno turco partícipe de
conductas que estando muy bien definidas y de forma muy bonita en unos
juegos florales, en la realidad eso no ocurre.

Lo que nosotros queremos dejar claro es que la igualdad de los derechos
humanos afecta a toda persona y a toda



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autoridad, y que no es menos grave un atentado a los derechos humanos por
un Estado que por una organización terrorista, en el sentido que allí
pueden tener facciones que utilizan el nombre del pueblo kurdo para
llevar adelante sus extremismos.

Por todo lo demás, en lo que sea mantener una política de pacificación,
Coalición Canaria comparte con el Gobierno esas líneas directivas en el
seno de la Unión Europea. Nada más.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió),
tiene la palabra el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Ciertamente, nos encontramos ante un hecho
lamentable que hay que circunscribir, como decía el señor Ministro, a un
conflicto complejo y, además, muy antiguo, como acertadamente nos ha
expuesto.

Ahora bien, creo que en gran parte el conflicto es complejo por la propia
actitud que el Gobierno turco mantiene en relación al mismo. Parece como
si se colocara una venda delante de los ojos y se negara a aceptar la
realidad. ¿Qué nos dice la diplomacia turca respecto del problema del
Kurdistán? Nos niegan --como ha expresado el portavoz de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya-- la existencia del Kurdistán. Recuerdo
que en la última Asamblea plenaria del Consejo de Europa nos afirmaban
los representantes turcos que en Turquía sólo existen tres minorías: la
griega, la armenia y la judía. Por tanto, la minoría kurda no existe, por
lo que --silogismo muy sencillo y muy pueril-- no existe el problema
kurdo y, en consecuencia, estas gentes a las que nos obstinamos en llamar
kurdos no tienen ningún derecho, no digo ya de tipo nacional sino tan
siquiera de tipo cultural, lingüístico, etcétera.

El tercer elemento que ayuda a esta ceremonia de confusión o de situarse
la venda delante de los ojos, provocada por el propio Gobierno turco, es
su obstinación en intentar confundir a la opinión pública internacional
asimilando el pueblo kurdo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán,
cuando es evidente que esto no es así. El PKK representa a una minoría
muy minoritaria del pueblo kurdo, pueblo que, además de sufrir este
rechazo al reconocimiento de sus derechos más elementales, tiene que
padecer una represión, no sólo de tipo cultural, por parte del Gobierno
turco.

Aquí quisiera hacer un apunte, señor Ministro, y es que hablamos
reiteradamente del terrorismo del PKK, y aunque todos estamos de acuerdo
en considerar al PKK como un grupo terrorista quizá convenga realizar un
análisis sobre el alcance real de este terrorismo, porque al terrorismo
no se le combate con aviones y con tanques, como hemos visto muy
recientemente que hacía el Gobierno turco. A veces, este problema del PKK
adopta tintes de guerra abierta. En cualquier caso, nada tiene que ver
con el terrorismo que en estas latitudes de Europa estamos acostumbrados
a sufrir, por desgracia.

Pues bien, dentro de este conflicto ahora hemos vivido un paso más, una
acción militar que nuestro Grupo Parlamentario condena, del Gobierno de
Turquía dentro del territorio de Irak pero territorio de nadie, y,
además, como hemos podido ver a través de los medios de comunicación, con
una acción indiscriminada que ha afectado, y mucho, a la población civil,
hecho que debemos rechazar contundentemente.

Nos duele de todo este proceso, de todo lo que acompaña a la acción del
Gobierno turco en el norte de Irak esta especie de chantaje permanente a
que somete el Gobierno turco a Occidente: O se aceptan por parte de
Occidente las acciones desmesuradas del Gobierno turco en contra del PKK,
del pueblo kurdo más concretamente y definiendo mejor la realidad de la
acción, o la alternativa es el caos; la alternativa es el
fundamentalismo; la alternativa es perder a un aliado indispensable para
Occidente. Tengo la sensación de que Turquía somete a Occidente a un
chantaje permanente que no deberíamos aceptar de ninguna forma, o, al
menos, deberíamos intentar hacer comprender al Gobierno turco que estar
en Occidente, que formar parte de la Europa occidental, que es el ámbito
natural donde Turquía debe encontrarse como Estado, implica una serie de
exigencias en el respeto a los derechos humanos. Creo que allí es donde
deberíamos ser especialmente exigentes y contundentes los gobiernos
occidentales, en que Turquía fuera capaz de mejorar si nivel de respeto a
los derechos humanos, situándose al nivel del resto de los países
occidentales. Dentro de este concepto global de defensa de los derechos
humanos, que en Occidente conforma el nivel mínimo que todos debemos
respetar, no caben acciones como la que ha adoptado recientemente el
Gobierno de Turquía, no caben actitudes como la que el Gobierno de
Turquía mantiene con el pueblo kurdo.

No sé qué va a decir el Parlamento Europeo en el momento de ratificación
de la unión aduanera, pero, en cualquier caso, sí sé el acuerdo que
adoptamos en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en el Pleno
del mes de abril. Como sabe usted, señor Ministro, hubo inicialmente una
propuesta del Grupo Socialista, que nosotros suscribíamos, pero que
finalmente para conseguir un amplio consenso en la Cámara se edulcoró,
simplemente era una advertencia al Gobierno turco de que debía dar pasos
en esta línea en la que hace un momento insistía, es decir, la de adecuar
sus instrumentos legislativos, su Constitución, sus actitudes, al respeto
amplio a los derechos humanos. La respuesta fue, simplemente, el gesto
altivo por parte de la representación turca de abandonar la Asamblea
Parlamentaria y, en cierta forma, comprometer al Comité de Ministros del
Consejo de Europa a enmendarle la plana al plenario de la Asamblea
Parlamentaria.

Nuestro Grupo Parlamentario le solicita formalmente que en el momento en
que se plantee el tema en el Comité de Ministros, la actitud de nuestro
Gobierno sea precisamente ésta que ahora definía, es decir, exigir al
Gobierno turco que adopte las medidas de tipo legislativo, incluso las
reformas constitucionales pertinentes, para situar a Turquía en el nivel
de respeto a los derechos humanos y a las libertades públicas que son
exigidos en el resto de los países de Europa.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Milián.




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El señor MILIAN MESTRE: Por nuestra parte, señor Ministro, creo que
muchas de sus explicaciones eran esperables y esperadas. No es que
estemos en contra de lo que ha dicho, sino que de alguna manera
corroboramos que la postura que España ha tomado ante este problema no
podía ser otra y nos parece la correcta.

Sin embargo, queremos subrayar algunos aspectos de este conflicto que no
son hueros, a la vista de ciertos hechos que se están produciendo en el
área, es decir, circunscribir en el área el conflicto que ha surgido, con
la intervención de los turcos, y que obviamente plantea una serie de
cuestiones, tanto de Derecho internacional como hasta de derecho como un
pueblo. En ese caso, hay hechos graves y circunstancias dramáticas para
este pueblo, que se acomoda muy mal (por tanto, ya el término no es el
justo), se acomoda en un territorio plural de diferentes estados o
naciones y, en consecuencia, está muy mal tratado en cualquiera de las
geografías donde está radicado el pueblo turco.

En segundo lugar, y es el tema que quizá más nos preocupa como Grupo
Parlamentario, no podemos menospreciar los precedentes en conflictos de
esta naturaleza, cuando todos sabemos que la prospectiva nace del
análisis y el análisis a veces nos anuncia los hechos futuros. Pero ello,
aquí la tentación es para analizar de alguna manera las situaciones
extrañas, irregulares, conflictivas y problemáticas del pueblo turco que,
obviamente, se corresponden también, en algún sentido, con las que
conocíamos hace cinco y diez años en Yugoslavia y que hemos visto después
a dónde nos han llevado. Los analistas advertían claramente los riesgos
de Yugoslavia y preveían un conflicto futuro, pero el régimen yugoslavo,
y sobre todo el concierto, o desconcierto, de las naciones principalmente
europeas respecto a la evaluación de ese problema en su día, ha llevado a
un conflicto tan grave como el que vivimos y del cual, en plena ratonera,
no sabemos cómo vamos a salir.

En este sentido sí nos preocupa que un problema real, cual es el del
pueblo turco, que está muy mal resuelto desde hace por lo menos un siglo,
cuyas ubicaciones yo diría que son casi etéreas, puesto que se desplaza
fácilmente de un lugar a otro según las conveniencias, y que provoca
conflictos permanentes (lo vimos hace dos o tres años con el norte de
Irak y la consecuente reacción, muy oportuna, de Naciones Unidas, y sobre
todo de la Unión Europea, de ayuda por razones humanitarias); pero es que
ahora mismo estamos viendo que ese problema ha surgido también en Turquía
con una respuesta harto distinta y, consecuentemente, nada fácil de
juzgar.

Por tanto, entendemos que estos datos sientan algunos precedentes
preocupantes. Razonablemente, si se hace una visión nacionalista de la
historia, entenderíamos que hay unos derechos adquiridos como pueblo para
ser ubicados en un Estado, pero que no es ésta una suposición en este
momento ni muchos menos. Lo que sí es cierto es que hay un precedente,
que es que mover fronteras siempre es peligroso, y después del Tratado de
Versalles obviamente Europa tiene muy males experiencias en este sentido.

En Bosnia estamos viviendo las más dramáticas y sangrientas de estas
experiencias. Por ello, no vamos a abonar esa tesis, pero sí vamos a
abonar una «peticio» de Derecho de que alguna formulación hay que
proporcionar a un pueblo que está desesperadamente esparcido,
descoordinado y al que ciertamente no se le da una solución, lo cual
quiere decir que hay razones internas a los países afectos en ese
problema, y razones externas a la coyuntura o circunstancia de un
escenario que, obviamente, es muy inquietante por su proximidad al Golfo
Pérsico y especialmente a la zona conflictiva, Irán, Irak, y no menos a
la zona euroasiática, donde todos sabemos que están surgiendo algunos
datos preocupantes.

Otro factor que haría justificable esta posición, sobre todo por razones
de seguridad internacional, y por la proximidad de intereses de la OTAN
en la zona, es el de la región de Adana o la base de Incirlik, que usted
sabe mejor que yo qué sensible es y, consecuentemente, bromas con
terrorismos en esa zona no son admisibles, y eso podría también
justificar de alguna manera ciertas actuaciones del gobierno responsable
de esa zona.

Usted verá por estos datos de mi análisis que nosotros estamos muy
conformes con que hay que hacer una prudente política para solucionar y
enjuiciar ese problema, pero nosotros somos del parecer, como Grupo
Parlamentario, señor Ministro, de que Turquía tiene que tomarse muy en
serio esta cuestión para resolverla de una forma, si se puede llamar,
definitiva. Creo que el término definitivo en estos conflictos
nacionalistas, y a veces tribales, no vale, pero sí es cierto que hay que
buscar fórmulas, hay que buscar un traje que se acomode a ese cuerpo, y
alguien ha dicho antes (me parece que ha sido el portavoz de Izquierda
Unida) que alguna fórmula de nuestra propia experiencia político-jurídica
se podría arbitrar en la zona, cual es el autonomismo y, en consecuencia,
buscar una solución que quizá sería a convenir entre los diferentes
Estados, cuatro concretamente, Irak, Irán, Siria y Turquía, para buscar
una formulación más o menos autonomista que apaciguara ese problema y
que, sobre todo, erradicara la ignición de ese terrorismo del PKK, que no
solamente se proyecta en esa zona con sensibilidades militares muy
preocupantes, sino que también a veces se proyecta en el corazón de
Europa, como hemos visto frecuentemente en Alemania.

Esta es nuestra postura. Nosotros coincidimos en sus criterios, como
representante del Gobierno español, en el trato que se le ha dado
internacionalmente al problema, pero sí queremos subrayar que así las
cosas no pueden seguir y que, sin tocar fronteras, por las pésimas
experiencias después del Tratado de Versalles, alguna solución habría que
buscar.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor De Puig.




El señor DE PUIG I OLIVE: Señor Ministro, he aquí un problema complicado,
un problema que, como otros que hemos tratado estos días, viene de lejos:
la situación en el llamado Kurdistán o, si se quiere, los últimos
acontecimientos entre el Gobierno de Turquía, su minoría turca y la
operación en Irak. Un problema que no sería justo, correcto,



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ni adecuado embestirlo desde la especulación intelectual, al margen de la
realidad política de aquella zona, de toda la zona, y desde un punto de
vista también de su influencia sobre la geoestrategia.

Yo creo que es injusto, en primer lugar, asimilar el PKK a los kurdos, en
la misma medida que es injusto asimilar a los kurdos al PKK. Cuando se
critica desde Turquía, a veces se asimila, simplemente, la existencia de
un pueblo kurdo a un grupo terrorista, que es esto fundamentalmente,
terrorista, porque cuando este grupo ha sido atacado o incluso han sido
juzgados sus miembros y condenados, no ha sido porque pertenecían a un
partido marxista-leninista, sino porque eran responsables de acciones
terroristas; ésta es la realidad. Pero esto, como sabemos muy bien, no es
la representación genuina, ni mucho menos, del pueblo kurdo. Hemos tenido
ocasión muchos de nosotros de tener conversaciones en instituciones
internacionales con representantes del pueblo kurdo, que han llegado en
ocasiones a acuerdos con el Gobierno turco y que en cualquier caso han
sido aceptados, escuchados, en la comunidad internacional. Por ello,
tengamos claro que lo que pueden ser acciones contra el PKK y lo que es
el pueblo kurdo.

Al mismo tiempo, creo que es injusto dar a entender que Europa ha
admitido y aceptado siempre todo lo que ha hecho el Gobierno turco en
materia de los kurdos, simplemente porque no es la verdad. No es la
verdad, y la historia en los últimos quince años es la historia de una
presión de los gobiernos occidentales, de la Unión Europea, del Consejo
de Europa, tanto a nivel ministerial, como a nivel parlamentario, como
nos recordaba el señor Recoder, una presión muy importante que ha dado en
ocasiones grandes resultados sobre el Gobierno turco para que actuara de
una forma más dialogante con el pueblo kurdo.

Todos recordamos cuál fue la salida de la dictadura en Turquía, en el
primer Gobierno de Ozal, cuando se producía una situación de casi
persecución de los kurdos en general (desde luego del PKK, pero de los
kurdos en general), y cómo el propio Ozal, después de ser Primer
Ministro, cuando fue Presidente, abrió la puerta no sólo a un diálogo,
sino a la concesión de determinados derechos, por ejemplo, lingüísticos,
que estaban todavía muy lejos de lo que son los principios del Consejo de
Europa en la Unión Europea, en el campo occidental, lo que consideramos
que son los derechos básicos o mínimos culturales y lingüísticos; estaba
muy lejos, pero era la primera ocasión en la historia en que se abría
esta puerta. Esto se realizó gracias a la presión internacional y, muy
claramente, gracias a la presión de gobiernos e instituciones
internacionales europeas. Hay que poner en la balanza también eso, porque
fueron avances extraordinarios, avances que, a mi juicio, simplemente han
puesto en peligro la actividad terrorista del PKK. Sin ninguna duda, como
decía el señor Ministro, el PKK ha sido el peor enemigo de los kurdos. Yo
lo creo. Yo creo que es así, como es así en otras partes más cercanas.

Los grupos radicales terroristas siempre se convierten en el peor enemigo
de su propia causa, en general, y creo que se reproduce en Turquía.

Quiero recordar también que en momentos difíciles, como la guerra
Irán-Irak, la actitud del Gobierno turco respecto a los kurdos debía ser
suficientemente abierta, desde el propio punto de vista de los kurdos,
porque resulta que donde iban huyendo los kurdos de Irán y de Irak era a
Turquía. Todos recordamos aquellas enormes ocupaciones y aquellos
campamentos de refugiados que iban a Turquía.

¿Quiero decir con ello que Turquía ha tratado bien a los kurdos? Todo lo
contrario. Lo he dicho al principio. Creo que no; pero en el contexto
general, probablemente, la situación es tan desgraciada que donde mejor
se les ha tratado, a pesar de todo, ha sido en Turquía. Así están las
cosas en Irán o en Irak. Quizá valdría la pena, puesto que vamos a
exigirle mucho al Gobierno turco, que recordemos lo que hay que exigir a
los demás gobiernos donde habitan los kurdos, que se encuentran en una
situación todavía mucho peor.

Creo que podemos ser autocríticos respecto a lo que ha hecho la comunidad
internacional, la Comunidad Europea, las instituciones y los gobiernos de
Europa, pero tenemos que reconocer que ha habido importantes niveles de
presión, que ha habido esfuerzos, en el sentido de la democratización de
Turquía y en el sentido de reconocimiento de los derechos de los kurdos,
culturales, lingüísticos o políticos. Hemos discutido muchas veces con
ellos y se habían realizado avances, lo que no obsta pensemos que todavía
hay que avanzar mucho más. Creo que la comunidad internacional y nuestro
Gobierno, como todos los gobiernos de Europa, se encuentran ante la
necesidad de una presión muy exigente y muy seria, como se ha dicho aquí,
respecto al Gobierno turco para intentar encauzar la causa de los kurdos
y encontrar las fórmulas de reconocimiento, desde luego en el marco de la
soberanía del Estado, etcétera.

Luego, en unos niveles de diálogo y de reconocimiento, nos encontramos
también con la propia situación de Turquía. Quisiera terminar mi
intervención señalando esto. No estamos ante un país como Inglaterra,
como Francia o como Alemania, de una democracia totalmente asentada, sin
nubarrones de ningún tipo en el horizonte. Estamos ante una sociedad
compleja que dio el salto histórico hacia la occidentalización de la
democratización en un momento dado, pero ahora aparece un peligro de
islamismo --como en otras partes--, un peligro real de desenganche de
occidente, siendo un país, como todos entendemos, clave en esta zona. No
quiero decir que su situación geoestratégica nos haga admitir cualquier
tipo de política. Creo que había que condenar, y se condenó, la operación
en Irak. La Unión Europea la condenó, los gobiernos la condenaron, las
organizaciones internacionales la condenaron. Como ha señalado el señor
Recoder --para recordarlo todo-- hubo una posición de los socialistas
europeos y, entre ellos, los socialistas españoles fuimos los que
avanzamos, en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, la
denuncia, incluso el planteamiento de la suspensión de mandatos de
Turquía; sin embargo, hemos de tener siempre presente hasta qué punto
debemos mantener un equilibrio para impedir que Turquía se deslice hacia
posiciones políticas y hacia una evolución histórica que pudiéramos
considerar negativas.

Estoy de acuerdo con el señor Ministro en el enfoque que planteaba de la
Unión Europea. Creo que es lo que han



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dicho también los diputados que me han precedido en el uso de la palabra.

Un enfoque integral de solución del problema desde el punto de vista
económico, político y cultural. Desde el punto de vista político,
digámoslo claro, habrá que presionar al Gobierno turco para que encuentre
fórmulas de reconocimiento de esa realidad cultural, política, social que
son los kurdos de Turquía, para entrar en una etapa histórica mucho más
positiva que la actual.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): En primer
lugar, quiero agradecer a los grupos parlamentarios la forma en que se
han expresado, y poner de manifiesto que de las intervenciones de los
portavoces se deduce la complejidad del problema. Creo que todos los
grupos parlamentarios, con sentido común y con sentido de la
responsabilidad, han puesto de manifiesto, con mayor o menor acento aquí
o allá, que el problema no es sencillo, que es muy complejo, que viene de
muy atrás y que, quizá, ha tenido una mayor relevancia en los últimos
meses por el hecho de que las tropas turcas han atravesado una frontera
para tratar, injustificadamente a mi juicio, de argumentar que se
refugiaban detrás de esa frontera en un territorio, casi casi de nadie,
como luego tendré ocasión de demostrar, grupos que podrían ser enclaves
desde los cuales se producían los actos terroristas en Turquía.

Voy a contestar muy brevemente a los distintos portavoces de los grupos
parlamentarios. Al diputado señor Vázquez, de Izquierda Unida, le diré
que entiendo que, tras escuchar su intervención, calificara la mía de
ponderada. Su señoría ha estado, en líneas generales, bastante en
sintonía con los elementos fundamentales que componían mi intervención.

Por tanto, no creo que la misma haya sido poco ponderada. He afirmado
desde el principio que hay dos cosas que no se deben hacer. La primera es
asimilar kurdos con PKK, creo que en eso estamos todos de acuerdo y,
recíprocamente --como acaba de señalar el diputado señor Puig-- no hacer
la inversa, es decir, no asimilar PKK con todos los kurdos. Las dos cosas
creo que las debemos tener claras.

La segunda cuestión es que este problema, que, insisto, data del año
1993, Acuerdo de Lausanne, no tiene una solución militar. Creo que en eso
estamos todos de acuerdo. Requiere una solución de carácter político. ¿En
qué dirección? Su señoría apuntaba algunas que pueden ser comprensibles
para un país, pero que se añade a las dificultades que S. S. apuntaba --y
que yo también he tratado de apuntar--, que no es un problema concentrado
en un solo país. Hay varios países en la región donde, afortunada o
desgraciadamente, la historia ha situado a ciudadanos kurdos.

Quiero decir que hay ciudadanos kurdos que tienen plenitud de derechos en
Turquía. Lo saben SS. SS. bien y alguno me consta que le conoce. El
Viceprimer Ministro, que antes fue Ministro de Asuntos Exteriores, el
señor Cetin, persona de gran contenido humano y de gran peso político
--espero que lo siga teniendo en el futuro--, es un personaje de origen
kurdo y, sin duda ninguna, los que han tenido la oportunidad de hablar
con él en extensión (me consta que representantes de grupos
parlamentarios que se sientan en esta Cámara lo han hecho) habrán
comprendido algunos de los problemas más profundos que, puestos de
manifiesto por una persona de origen kurdo que tiene un puesto de
responsabilidad hoy en el Gobierno turco, no digo que solucione el
problema ni tan siquiera intelectualmente, pero sí es verdad que arroja
ángulos, luz donde algunas veces vemos una sombra exagerada.

Es cierto que Turquía tiene una Constitución muy particular. Realmente
desde los últimos golpes militares la Constitución prácticamente no ha
cambiado ni una coma. Se está gobernando en Turquía en un marco
jurídico-formal ciertamente complejo. Se están haciendo cosas que, a
veces, ni tan siquiera se compadecen con la letra de la propia
Constitución que está en vigor en este momento. Por tanto, la adecuación
de la Constitución a la vida real, política y social de Turquía es algo
muy importante.

Tuve el privilegio --porque entiendo que fue un privilegio-- de estar en
Ankara al día siguiente de que las primeras fuerzas del ejército turco
atravesaran las fronteras hacia la parte norte de Irak, y tuve ocasión de
decir al Presidente de la República de manera muy clara, acompañado por
el ministro francés y el ministro alemán, la impresión y la opinión que
nos producía ese acontecimiento. Nos parecía un acto equivocado y que
debía acabarse a la mayor brevedad posible, por entender que la solución
de este problema no es una solución estrictamente militar. Sí les diré,
por añadir alguna reflexión más a las reflexiones que SS. SS. han
producido esta tarde, que la situación de la zona norte de Irak es
ciertamente compleja, es tierra de nadie. Las consecuencias de la Guerra
del Golfo han hecho que en esa zona prácticamente no haya gobierno
alguno, no haya autoridad alguna. ¿Por qué la situación no se ha
deteriorado hasta estas fechas, hasta marzo, abril o incluso, si me
permiten, febrero de este año 1995? Porque las dos facciones kurdas que
existían al otro lado de la frontera campaban por sus respetos y quemaban
todas sus energías, como SS. SS. saben bien, no en una pelea en Turquía,
sino fundamentalmente en una pelea entre ellos, y esa anulación de la
potencia terrorista para actuar en terceros países o en otros países la
tenían toda entregada a una pelea terrible, a una guerra terrible entre
las dos facciones kurdas que existían al otro lado de la frontera.

Recuerdo muy clara y muy vívidamente cómo la Primera Ministra Çiller nos
decía con toda contundencia a los tres ministros de Asuntos Exteriores
que estábamos con ella que abogaba, que exigía y que pedía a la comunidad
internacional que tomara alguna decisión, que se debía haber derivado del
final de la Guerra del Golfo, sobre esa zona del territorio de Irak,
porque respetando la integridad territorial de Irak no era razonable que
la válvula de escape para acciones de carácter terrorista en Turquía
fuera la ausencia de autoridad en esa parte, y que corresponde a la
autoridad internacional tomar alguna decisión. Como S. S. sabe, en este
momento lo único que está en vigor es una operación, la que se da en
llamar el «provide confort», que no es más que una operación aérea por la
cual se mandan



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en paracaídas alimentos, pero no hay nada más; prácticamente no hay
autoridad en esa zona.

Lo mismo se le dijo, y se le dijo con toda claridad, al Presidente del
Parlamento, que es quien debe impulsar de manera más clara esas reformas
que yo creo todos estaríamos de acuerdo en que deben tener lugar. ¿Qué
reformas se deben producir y cuál es la presión que pusimos, que ponemos
y que seguiremos poniendo? Los cambios que se deben producir son dos: De
una parte, la modificación de veintitrés artículos de la Constitución,
que está perfectamente identificado cuáles son; y, segundo, el artículo
8.º de la Ley antiterrorista, que permite, si el Gobierno lo desea, tomar
acciones que yo creo no se compadecen con lo que es el respeto a los
derechos humanos. Estos son los temas que yo creo son fundamentales y a
los que hay que tratar de atacar. Por tanto, hay una parte de ayer,
digamos histórica, y una parte del problema que se ha concentrado en los
últimos meses. Afortunadamente, la operación Tránsito de frontera se ha
acabado o está a punto de acabarse, y yo creo que eso es un signo de que
alguno de los errores, a nuestro juicio mayores, que se habían producido
se reconocen y se les da marcha atrás.

Por otra parte, señoría, sí le quisiera decir que yo doy una enorme
importancia a todo el tema relativo a la unión aduanera. Yo creo que con
Turquía debemos tener la comprensión de analizar el problema en toda su
globalidad. En Turquía, como S. S. sabe, hay muchos movimientos
potencialmente inestables. A S. S. y a mí nos sorprendería, y nos
sorprendió el día que vimos, tras las últimas elecciones locales, cómo en
las dos ciudades más importantes de Turquía, en este caso Ankara y
Estambul, la mayoría de los partidos que pudiéramos llamar laicos perdían
la posibilidad de seguir gobernando esos ayuntamientos. Dos ciudades
importantísimas de Turquía, Estambul y Ankara, están en manos de partidos
que se consideran los partidos más fundamentalistas; es decir, la
estabilidad de Turquía es algo que nos debe preocupar a todos.

Tenemos, por tanto, cierta responsabilidad en una dirección doble:
resolver el problema kurdo, o ayudar a resolverlo --no está en nuestras
manos resolverlo--; y, por otra parte, tratar de apoyar y de alentar
aquellas componentes de la sociedad turca y de las fuerzas políticas
turcas que tienen una orientación que pudiéramos denominar como más
pro-europea. Creo que la iniciativa de la unión aduanera, que como sabe
estaba llamando a la puerta de Europa desde hace muchos años, no
solamente por los problemas de los que hemos hablado hoy, por los
problemas de derechos humanos, por los problemas constitucionales,
etcétera, sino por un problema que también viene de la finalización de la
Guerra Mundial, o casi de su finalización, como Chipre ha tenido
dificultades enormes por la posición, como SS. SS. saben bien, del veto
de Grecia para que pudiera avanzar. Intentar arreglar en cierta manera el
problema greco-chipriota y sus relaciones con Turquía y como corolario la
posibilidad de aproximación de Turquía a la Unión Europea, no por la vía
de su incorporación, pero sí por la vía de este paso intermedio que será
la unión aduanera.

Por tanto, comparto y comprendo la posición de los grupos parlamentarios,
comprendo la suya, pero sí le pediría que fuéramos capaces de introducir
la reflexión sobre Turquía en toda su dimensión. Tiene la dimensión de la
que estamos hablando hoy, muy importante porque afecta a derechos
humanos, pero tiene una dimensión estratégica que puede quizá no ser
patente que afecte a los derechos humanos de hoy pero sin duda ninguna
puede afectar de manera quizá peor a los derechos humanos de mañana. Por
tanto, me parece que en este caso prevenir también es enormemente
importante.

Sobre quién tiene más culpa en materia terrorista, a mí no me gusta
entrar en ese tipo de disquisiciones. El terrorismo es malo siempre,
venga de donde venga, y por tanto no entraría yo en quién es más
responsable en los atentados de carácter terrorista.

Sí le quisiera decir que su grupo parlamentario tiene en este momento
cierta responsabilidad añadida, no aquí, en esta Cámara, pero sí en el
Parlamento Europeo. Una de las personas que va a hacer de relator de la
posición inicial en la Ponencia del Parlamento Europeo milita en sus
filas, y le pediría --yo lo he hecho ya directamente-- que me ayudara a
que la presentación que se hiciera, la reflexión que se hiciera, tuviera
en cuenta todos estos ingredientes de los que estamos hablando aquí esta
tarde, porque es un tema absolutamente fundamental para la estabilidad
del continente, y no solamente de este continente clásico de Europa, sino
hablando en sentido más amplio del continente euroasiático. Una
inestabilidad en Turquía podría tener consecuencias muy malas para todos.

Al diputado señor Mardones le agradezco mucho el apoyo a la posición del
Gobierno. De verdad es enojosa la situación, que, como S. S. ha
reconocido bien, viene de atrás, viene de 1923, por hablar de alguna
fecha no muy lejana en el tiempo; seguramente viene de más atrás todavía,
pero fijémosla en la distribución que se hizo al final de la Primera
Guerra con el acuerdo de Lausanne, y es ciertamente muy complicada.

Agradezco el apoyo en una posición que ciertamente tiene que ser matizada
y prudente, que no puede negar o cerrar los ojos a las violaciones de los
derechos humanos, pero que tampoco debe cerrar los ojos a las posibles
violaciones más profundas de derechos humanos que se puedan producir en
el futuro. No hace muchos días, el lunes pasado, hace una semana, tuve
una larguísima conversación en Holanda con Ioanoc, el nuevo Ministro de
Asuntos Exteriores de Turquía. Le hice ver con toda claridad el riesgo
que nos encontramos y que el Parlamento Europeo no puede dar su
conformidad a la aprobación de la unión aduanera. Si eso se produce,
sería a mi juicio un golpe muy duro para las fuerzas promodernizadoras de
Turquía y tendríamos que hacer el máximo esfuerzo posible para presionar
y que nos dieran la posibilidad de que les ayudemos, porque a veces son
ellos los que no se dejan ayudar al no poner en marcha algunas
modificaciones que se han comprometido a hacer, algunas constitucionales,
como he tenido ocasión de decir, y otra relativa a la Ley antiterrorista.

Al diputado señor Recoder he de decirle lo mismo, la complejidad sin duda
es enorme. Es verdad que el Gobierno turco, como S. S. decía y entiendo
que dice bien, no debe ocultarse bajo yo o el caos; es decir, las
políticas que



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estoy poniendo en marcha o, de lo contrario es el caos. Yo creo que hay
situaciones inteligentes, sin ninguna duda, intermedias entre lo uno y lo
otro. La situación actual, desde el punto de vista de los derechos
humanos, no puede permanecer, pero ciertamente el caos que se podría
producir con una ruptura de Turquía o una acción violentísima de Turquía
tampoco la desea nadie. Está en manos de la inteligencia de los
políticos, con la ayuda de la comunidad internacional. Es un país que
forma parte de alianzas a las que pertenecen el mayor número de países de
la unión Europea y de otras instancias multilaterales de las que somos
parte, no sólo nosotros, sino la Unión Europea o la mayor parte de sus
países, que deben hacer un esfuerzo para insistir, impulsar, etcétera. La
solución, como se ha dicho, no puede ser militar; es una solución
política, y en eso estaríamos todos de acuerdo.

¿Cuál será la posición que mantendremos los quince miembros de la Unión
Europea? Como saben, tras una negociación dificilísima con Grecia, ya
aprobamos la posibilidad de que fuera al acuerdo que debe dar el
Parlamento Europeo, la unión aduanera. Muy posiblemente el día 12, es
decir el lunes que viene, tendremos que volver a analizarlo y hacer una
pequeña evaluación de cómo está la situación desde las promesas y los
compromisos que adquirió Turquía y ver también en qué estado de ánimo se
encuentra el Parlamento Europeo. No nos compete a nosotros insistir sobre
el Parlamento Europeo, pero sí nos debe preocupar la situación y la
evolución futura por las razones que antes apuntaba. Entiendo, como S.

S., que sin el inicio de un cambio en los extremos a los que antes he
hecho referencia del marco jurídico-formal del país, será muy difícil que
el Parlamento Europeo dé este paso.

Al diputado señor Meilán, del Partido Popular, le agradezco que el
análisis sea más o menos similar. En realidad hace una reflexión de gran
valor que a veces tiene un contenido intelectual profundo, pero es muy
difícil sacar las consecuencias y llevarlas a la práctica.

Es cierto que la diplomacia preventiva, y más que eso, el análisis
conceptual a que S. S. hacía referencia, ha fallado en algunos momentos y
de manera muy dramática, y S. S. citaba el ejemplo de Yugoslavia. Es
verdad, también, que la aceleración de la historia en los últimos años ha
sido tal que si nos fiáramos de los análisis que unos y otros podríamos
haber hecho sobre la evolución de la región de la que estamos hablando,
incluso más, de la propia región europea en la que estamos nosotros, la
Unión Europea, nos hubiéramos llevado sorpresas enormes. Por tanto, hay
análisis que desgraciadamente son negados por la realidad demasiado
deprisa para poder sacar conclusiones que puedan ser operativas.

Vuelvo a decir que en la dialéctica prudencia-presión es donde deberíamos
encontrar quizás la forma más equilibrada de nuestra relación y de
nuestra reacción.

No hemos mencionado a lo largo de la sesión un tema muy importante de
carácter económico que tiene que ver con el petróleo. El petróleo es un
ingrediente fundamental, no en cuanto a la posesión de petróleo que
Turquía puede tener, sino que una buena parte de los oleoductos se desea
que pasen por ahí para que no pasen por otras regiones potencialmente
todavía más inestables de la zona. Todo lo que tiene que ver con el
terrorismo y el petróleo, como saben muy bien SS. SS., tiene gravedad
desde todos los puntos de vista, y enorme desde nuestra propia
estabilidad.

Quiero recordar que los ciudadanos kurdos están divididos en varios
países. Por tanto, haciendo mía su expresión de no cambiemos las
fronteras, en el pacto europeo de estabilidad uno de los ingredientes más
importantes fue: hagamos todo lo que haya que hacer, pero no toquemos las
fronteras, que cuando se tocan no se sabe cómo acaba. La minoría kurda
está distribuida por varios países no precisamente modelos de
estabilidad; estamos hablando de Irak, estamos hablando de Siria y
estamos hablando de Irán, aparte de Turquía. Por tanto, desgraciadamente
no estamos hablando de territorios fáciles de manejar por parte de la
comunidad internacional.

Al diputado señor Puig insisto en que aquí no estamos haciendo sólo un
ejercicio intelectual, sino un ejercicio de política. Por tanto, hay que
tener en cuenta todos los ingredientes para construir una posición
política que pueda ser eficaz. Podemos hacer análisis conceptuales
hermosos, pero a lo mejor el viento los arrastra y la realidad hace
imposible que se lleven a efecto.

Es verdad que Europa no ha estado ajena a las transformaciones y a las
presiones, muchas o pocas, según la valoración de cada uno para decir si
son suficientes o insuficientes, que en Turquía se han producido en los
últimos años. Vuelvo a insistir que el marco jurídico-formal en que se
mueve Turquía es muy particular. Se ha transformado más la práctica de la
vida política y la vida social en Turquía que lo que se ha modificado el
marco constitucional.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE:



--EXPLICACION DE LO QUE ENTIENDE EL GOBIERNO POR UNA ECONOMIA VIABLE PARA
GIBRALTAR. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO, GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR. (Número de expediente 181/001301.)



--RAZONES POR LAS QUE LOS OPERADORES TURISTICOS ESPAÑOLES HAN MANIFESTADO
QUE CIEN MIL TURISTAS RUSOS PUEDEN DEJAR DE VENIR A ESPAÑA POR LA
BUROCRACIA DE LA EMBAJADA ESPAÑOLA EN MOSCU. FORMULADA POR EL SEÑOR
RUPEREZ RUBIO, GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente
181/001335.)



--REALIZACION DE ALGUNA PETICION ANTE EL GOBIERNO DE EL SALVADOR REFERIDA
AL CUMPLIMIENTO DE LOS ACUERDOS DE 1992. FORMULADA POR EL SEÑOR VAZQUEZ
ROMERO, GRUPO PARLAMENTARIO IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA.

(Número de expediente 181/001342.)



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El señor VICEPRESIDENTE: Señorías, retiradas por su autor las preguntas
que figuran en el orden del día con los números 5 y 6, pasamos a la que
lleva el número 7, de la que es autor el señor Vázquez Romero:
Realización de alguna petición ante el Gobierno de El Salvador, referida
al cumplimiento de los acuerdos de 1992.

Señor Vázquez Romero.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Cambiando de continente y también de premura
histórica en el asunto, aunque el caso que ocupa esta pregunta tampoco es
baladí.

El interés de la pregunta, señor Ministro, está en conocer si en la
reciente visita que usted y el Presidente del Gobierno efectuaron a la
República de El Salvador, tuvieron algún tipo de iniciativa en la
petición al Gobierno salvadoreño de cumplimiento de los acuerdos que
pusieron fin a la guerra entre el FMLN y el ejército regular de El
Salvador durante diez años.

Tuve ocasión de asistir a la celebración de esas elecciones en marzo del
año pasado en El Salvador, y de conocer «in situ» las tensiones que
todavía vive aquel pequeño país centroamericano. De allá para acá he
seguido lo más atentamente posible la evolución de la situación política
en aquel país, y es evidente que aunque hay un sistema democrático
establecido, unas elecciones que fueron aceptadas por la comunidad
internacional, con muchos observadores que participamos en las mismas,
siguen pendientes muchos de los temas que fueron motivo del inicio de la
guerra y la más importante, quizá, el reparto de tierras. Hay alguna más
que crean tensión política más inmediata como las pensiones a los
ex-movilizados, fundamentalmente del Ejército, que han ocupado en alguna
ocasión el parlamento de El Salvador y han creado un conflicto, más de
orden público interno que de otro estilo; pero el problema de fondo está
en aumentar el grado de cumplimiento de los acuerdos, fundamentalmente
con lo que hacíamos referencia, que es el reparto de tierras para
procurar algún medio de desarrollo individual y colectivo a mucha gente
de aquel país, porque sin ese desarrollo económico la situación de
estabilidad democrática actual seguirá siendo de estabilidad inestable
mientras en aquel pequeño país continúen las enormes desigualdades
sociales que existían antes y que siguen existiendo ahora.

Como decía al principio, el interés de mi pregunta está en conocer si
ustedes tuvieron algún tipo de iniciativa diplomática en este sentido, y
cuál fue la actitud de El Salvador al respecto.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): A la pregunta
de si se había realizado alguna petición ante el Gobierno de ese país,
referido al cumplimiento de los acuerdos de 1992, la contestación es muy
simple y lacónica: sí. Cuando digo sí es que se hicieron en todos los
niveles. Se hizo por parte del Presidente del Gobierno --yo tuve el honor
de acompañarle en aquel viaje-- y lo hice yo en los niveles de
entrevistas que tuvieron lugar en mi presencia. En la Asamblea
Legislativa salvadoreña, como saben, el Presidente del Gobierno tuvo una
intervención que muy probablemente S. S. haya visto, y se hizo especial
hincapié en la preocupación que S. S. ha señalado en cuanto al reparto de
tierras. Se insistió también en las conversaciones bilaterales que el
Presidente del Gobierno tuvo con el Presidente Calderón Sol, y las que yo
tuve con el Ministro de Asuntos Exteriores, con el objetivo fundamental
de completar los aspectos que todavía quedan pendientes de los acuerdos
de Chapultepec. Por tanto, tranquilidad y calma. Me gustaría tranquilizar
a S. S. porque eso ha sido y seguirá siendo así.

Sabe muy bien S. S. porque ha estado allí y conoce el proceso a veces tan
sorprendentemente extraordinario que se ha producido en El Salvador, y
donde creo que España tiene la satisfacción y el honor de haber
contribuido de manera muy importante a que así se produjera. (La señora
Vicepresidenta, Pla Pastor, ocupa la Presidencia.)
Seguimos comprometidos, en los acuerdos de paz, como amigos del
Secretario General y le quiero decir que, tras esa visita, la acción de
España continúa orientando su cooperación hacia lo que pudiéramos llamar
las instituciones que nacen de esos acuerdos de paz. Creo que es la labor
más importante que podemos hacer y la traición más grande que podríamos
hacer, y que no vamos a hacer, sería haber estado comprometidos en el
proceso de paz y en el momento en que la paz se alcanza, abandonar a ese
país cuando tienen que consolidarse las instituciones básicas: la
Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos, el Tribunal Supremo
Electoral, la Corte Suprema de Justicia, la Policía Civil, etcétera. No
le vuelvo a narrar mi experiencia con la Policía Civil, que fue uno de
los acontecimientos que yo he vivido, y que S. S. ha vivido también. Ví
la entrega de los despachos a la primera promoción y me produjo una
emoción que difícilmente podré olvidar.

Su señoría se refiere de manera más concreta al reparto de tierras y a la
reinserción de ex-combatientes. Le tengo que reconocer, sin ningún género
de dudas, que son los capítulos en que más se han acumulado los retrasos.

El problema es que son muchos: problemas de carácter burocrático, las
dificultades propias de la ejecución de los programas, la financiación de
los mismos, ya que a veces algunos de los países que se habían
comprometido a su financiación o incluso Naciones Unidas han sido más
lentos en sus aportaciones, hacen que hasta el momento sólo se haya
realizado aproximadamente el 50 por ciento de los mismos, y eso es algo
que todos lamentamos, a pesar de que durante el último trimestre de 1994
se adoptó un conjunto de medidas legales extraordinarias, que no estaban
pensadas en el momento, y que han contribuido, a mi juicio, a cierta
aceleración de ese proceso. Junto a ello y en cumplimiento de las
recomendaciones de la denominada Comisión de la Verdad y la reforma de la
Administración de Justicia, me parece que representan un valor
importantísimo y creo que nos debe dar cierta confianza que todos esos
problemas, que desgraciadamente todavía quedan pendientes, encuentren vía
de solución. Le diré por qué.

El pasado día 27 de abril, creo recordar, el Gobierno y la oposición
firmaron el denominado Programa de Trabajo para finalizar la ejecución de
los Acuerdos de Paz. En este



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documento, que no sé si obra en su poder y si no se lo haré llegar, se
prevé terminar el proceso de transferencia de tierras durante el próximo
mes de agosto, si bien es cierto y debo matizar que el propio informe
posterior del Secretario General del Consejo de Naciones Unidas estima
que quizá sea una fecha excesivamente voluntarista. en cualquier caso
existe la voluntad de que antes de finalizar el año 1995 el proceso tenga
un impulso que permita acabarlo.

También tengo que decirle existe la decisión de que Onusal no termine
completamente su mandato. El pasado 30 de abril salió Onusal, pero
permanece en San Salvador un contingente menos numeroso que el anterior,
ocho personas, con la misión de ejecutar el programa de cooperación
técnica de Naciones Unidas en apoyo del Gobierno de El Salvador, para
afrontar los retos que todavía quedan pendientes y que son muchos,
algunos de carácter institucional, que son importantes, pero son más
importantes, si cabe, aquéllos que tienen que ver con la lucha contra la
pobreza y la marginación social.

Sí le quiero decir que España nuevamente se siente comprometida a
participar con efectivos humanos en la Oficina que Naciones Unidas
mantiene, que ahora se llama Minusal, y en el programa de asesoría
técnica a la Policía Nacional Civil. Por tanto, aunque las cosas no van
al ritmo que hubiéramos deseado, sí le puedo decir que hay voluntad por
parte de todas las instituciones que tienen todavía compromisos,
incluidos España y el Secretario General de Naciones Unidas, para dar un
impulso a la reinserción de excombatientes y a los temas referidos al
reparto de tierras que era el objeto de su pregunta.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Muy brevemente para manifestar mi acuerdo con
las palabras del Ministro, porque creo que la intervención española en la
historia reciente de El Salvador la podemos calificar todos como muy
satisfactoria y no está de más tirar alguna flor cuando se puede.

La participación de España, tanto a través de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado como del propio Ejército, fue decisiva en los tramos
finales de la negociación y al principio de implementación de los
acuerdos. Me parece absolutamente necesario --coincido con usted-- que
España, una vez conseguida la paz y empezando el funcionamiento
normalizado del país, no lo abandone, sino que mantenga sus compromisos y
la mayor vinculación posible para que los acuerdos se cumplan y seguir
aportando el apoyo técnico en aquellos aspectos en los que hasta ahora lo
estaba haciendo. En su día, cuando estuvimos allí, pudimos comprobar «in
situ», y fue motivo de orgullo para nuestra delegación, compuesta por
todos los grupos políticos, el aprecio a la labor de España por parte de
las dos fuerzas en conflicto, tanto el Gobierno y especialmente por parte
del Frente Farabundo Martí, que valoraba muy positivamente la actitud del
Gobierno y de la delegación de informática española en aquel país, porque
sin duda fue esencial para conseguir los acuerdos y para empezar el
funcionamiento más o menos normalizado del país.




--POSICION DEL GOBIERNO RESPECTO A LA POSIBLE CELEBRACION DE UNA CUMBRE
DE LA UNION EUROPEA (UE) SOBRE ARGELIA, PROPUESTA POR EL PRESIDENTE
FRANCES FRANÇOIS MITTERRAND. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO, GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente 181/001345.)



--ANALISIS DE LA GRAVE SITUACION EN ARGELIA Y SUS PERSPECTIVAS DE
EVOLUCION FUTURA. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO, GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente 181/001346.)



--IMPLICACIONES QUE TIENE LA CRISIS ARGELINA EN EL RESTO DE LOS PAISES
DEL MAGREB. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO, GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR. (Número de expediente 181/001347.)



--REPERCUSIONES QUE TIENE EN LOS INTERESES ECONOMICOS, POLITICOS Y DE
SEGURIDAD DE ESPAÑA LA CRISIS ARGELINA. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ
RUBIO, GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR. (Número de expediente 181/001348.)



--ACCIONES DEL GOBIERNO PARA FACILITAR UNA SALIDA PACIFICA AL CONFLICTO
EN ARGELIA. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO, GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR. (Número de expediente 181/001349.)



La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Señorías, pasamos a continuación a
tramitar conjuntamente, por tratar sobre un mismo tema, las preguntas que
aparecen en el orden del día con los números 8, 9, 10, 11, 12, y cuyo
autor es el señor Rupérez Rubio, que será sustituido en el trámite por el
señor Muñoz-Alonso y Ledo.

Señor Muñoz-Alonso, tiene la palabra.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Señor ministro, el objeto último de todas
estas preguntas es plantear la situación que se vive en Argelia y
requerir una explicación sobre cuál es la política que se está adoptando
con relación a este país tan cercano a nosotros --está a 45 minutos de
avión--, que reúne todos los ingredientes de un auténtico polvorín, que
llegará o no a explosionar, pero que, en cualquier caso, no puede por
menos que afectarnos.

Esta misma mañana veíamos cómo los noticiarios aludían a la muerte, al
asesinato, de un matrimonio francés, uno más en esa cadena del terrorismo
que se viene produciendo desde enero de 1992, que supone una guerra
civil,



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al menos una guerra civil larvada, y que según cálculos de uno u otro
tipo ha costado ya entre 30.000 y 40.000 vidas (no hay una cifra exacta,
pero por ahí van los cálculos); una guerra civil larvada en la que sería
una ingenuidad, y desde luego un error, pensar que por una parte están
los buenos y por otra los malos. Creo que es una situación muy compleja,
que requiere un análisis muy cuidadoso y, desde luego, muy matizado. Una
situación en la que aparece un abierto carácter xenófobo. Lo estamos
viendo por la misma noticia de esta mañana. De esas víctimas a las que
aludía hace un momento, prácticamente un centenar son extranjeros y de
ellos ya les ha tocado el turno a los españoles. Hace unos pocos meses,
en esta misma Comisión, usted aludía y nos explicaba, señor Ministro, la
muerte de las dos religiosas españolas que fueron asesinadas el 22 de
octubre.

En esta situación aparece también un difícil factor de tipo étnico sobre
el hecho diferencial bereber, que a veces no se aborda, pero que tiene
mucho que ver con algunos de los aspectos del problema. Desde luego, nos
encontramos ante una violación masiva de los derechos humanos por parte
tanto de la actual Junta Militar que dirige el país magrebí como de los
diversos grupos islamistas. Todo ello, sin ninguna duda, tiene incidencia
en España. Ya hemos tenido algunos casos de secuestros de aviones que han
llegado aquí, pero es que hay mucho más. El señor ministro decía el otro
día en esta Comisión, cuando hablábamos de este asunto, creo que era en
el mes de diciembre, que España tiene en Argelia intereses permanentes.

Estamos plenamente de acuerdo. Decía que España y Argelia son países
vecinos muy interdependientes; sin ninguna duda.

La situación socio-económica de Argelia tiene todas las características
que facilitarían la inestabilidad. Hay una demografía creciente, 26
millones de habitantes, con una tasa de crecimiento del 2,8 que es la más
alta de la región y creo que también una de las más altas del mundo. Un
paro juvenil del 25 por ciento, con una población activa excepcionalmente
reducida, de sólo el 23 por ciento de la población total. El
analfabetismo, elemento que creo es importante para entender algunos de
los factores y evoluciones que allí se producen, es del 50 por ciento,
que en el caso de las mujeres alcanza el 63 por ciento.

El producto nacional bruto es de 14.400 millones de dólares (utilizaría
como elemento de comparación que Marruecos tiene 21.600 millones de
dólares; es decir, mucho más); la renta per cápita en 1990-1991 era de
2.230 dólares, pero dicen los analistas que está disminuyendo, tanto por
el aumento del crecimiento demográfico como por la regresión de la
actividad económica. La deuda exterior era de 23.600 millones de dólares
en 1991-1992, ya que es una cifra que no tengo actualizada. Marruecos
tiene también una deuda exterior importante, pero no llega a los 20.000
millones; se queda en los 19.500 millones de dólares. Todas estas
características nos llevan a que la situación de Argelia reúne elementos
estructurales, con independencia de la coyuntura política, de mucha mayor
inestabilidad que los de Marruecos. Se trata de una economía que tiene un
grado de apertura al exterior muy reducido. Voy a insistir en algunas
cifras, porque creo es muy significativo decir que para la Unión Europea
Argelia representa el 0,41 de las exportaciones y el 0,52 de las
importaciones y que esta misma Unión Europea absorbe el 74 por ciento de
las exportaciones argelinas y supone el 62 por ciento de las
importaciones.

Hay un dato que me parece especialmente significativo: Argelia importa el
80 por ciento de los alimentos que consume; prácticamente toda la
alimentación viene de fuera. Este país al que aludimos tiene unas
estructuras de producción muy rígidas, a pesar de las reformas que se
iniciaron en 1987 con el objetivo de facilitar las inversiones
extranjeras que, desgraciadamente, por la situación política que
atraviesa el país, no se ha avanzado es esas inversiones.

Por supuesto, la economía está muy poco diversificada y se basa
fundamentalmente en los hidrocarburos, que suponen el 30 por ciento del
PIB, el 97 por ciento de los ingresos por exportación y el 60 por ciento
de los ingresos fiscales; podemos decir que es un país de monocultivo, ya
que vive exclusivamente de los hidrocarburos, petróleo y gas, en sus
distintas manifestaciones. De ahí se deduce la enorme importancia que
tiene, y en concreto tiene para nosotros, el gasoducto euromagrebí, de
1.845 kilómetros. Creo que ése es un elemento fundamental de estabilidad.

Me gustaría que el señor ministro nos aclarara los datos y nos pusiera al
día las informaciones sobre el gasoducto. Por supuesto, quiero insistir
en cómo España depende fuertemente de las importaciones de gas natural
licuado procedentes de Argelia. Según datos recientes, en el pasado
otoño-invierno se produjo una reducción de las exportaciones argelinas y
nos afectó mucho más de lo que se reflejó en la prensa; España tuvo que
solventar este problema con algunas operaciones en otros países --creo
que hubo que hacer operaciones desde Noruega hasta Nigeria--, porque
tenemos una dependencia, creo que excesiva, de Argelia, cosa que se
refleja en algunas cifras que el señor ministro dio aquí, en esta
Comisión: España es el tercer proveedor y es el quinto cliente de
Argelia; vale la pena recordarlo.

Quería insistir, señor ministro, y ése era el objetivo de estas
preguntas, en cómo se prevé que evolucione la situación. Casi todos
piensan que el régimen actual no va a perdurar y que antes o después
--dicen muchos de los analistas-- ese régimen será sustituido por otro.

Aquí se plantea el problema de los fundamentalistas. Eso de los
fundamentalistas habría que aclararlo un poco más, porque en ocasiones
les metemos a todos en el mismo saco y yo creo que hay muchos tipos de
fundamentalistas, pero, en todo caso, se plantea un problema: ¿se puede
negociar con los fundamentalistas? Conocemos la posición de los Estados
Unidos, que parece está queriendo decir que habría que intentarlo y
parece que ha iniciado conversaciones con alguno de los líderes
fundamentalistas del FIS que están exiliados, algunos de ellos en
Washington; Francia, por el contrario, parece que no es nada optimista
respecto a esa posibilidad. Se ha comentado cómo es curiosa la actitud de
estos dos países, porque, con relación a otro país como Irán, que también
tiene un problema fundamentalista, se cambian las actitudes: Francia es
partidaria de negociar o mantener un diálogo abierto con Irán y Estados
Unidos piensa que



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no se puede negociar, lo cual indica cómo hay otros factores que quizá
van más allá de lo que significan en sí mismo los fundamentalistas.

¿Cuál es la posición española con relación a este problema? ¿Piensa el
ministerio que se puede dialogar con los fundamentalistas? Si piensa
afirmativamente, ¿se está haciendo algún tipo de aproximación? ¿Cuáles
podrían ser, en la medida que eso se puede explicar y se puede hablar,
esas aproximaciones? En cualquier caso, creo que sería útil intentar
algún tipo de diálogo, de negociación con los moderados, podríamos decir.

Hay algunos que dicen que en el fundamentalismo no hay moderados, lo cual
nos llevaría al problema de que nos encontramos con una posición
imposible. También hay quien ha pensado que negociar con los moderados
los debilita y se ha contado el caso de Madani, el líder fundamentalista,
que cambió su actitud inicialmente prosaudí en la Guerra del Golfo porque
en aquel momento la importancia de lo que representaba Sadam Husein así
se lo aconsejaba, lo cual indica que todo esto es extraordinariamente
complicado.

¿Qué pasaría, señor Ministro, con un hipotético régimen islamista en
Argelia, una hipótesis que geográficamente puede que sea muy próxima e
históricamente no sabemos, pero también podría ser muy próxima dada la
fuerte dependencia de Europa, no voy a insistir en las cifras, y que no
se podría excluir incluso un endurecimiento de la situación?
Quería también preguntarle cómo piensa, señor ministro, que puede incidir
la evolución de la situación de Argelia en los otros países del Magreb, y
especialmente en los vecinos, Túnez y Marruecos. En ocasiones se suele
hablar de que Túnez y Marruecos están a salvo del fundamentalismo, pero,
¿estamos totalmente seguros de que el fundamentalismo es un fenómeno
estrictamente argelino y que no tendría repercusión? Sabemos que los
regímenes actuales de Ben Alí, en Túnez, y del Rey, Hassan, en Marruecos,
parece que excluyen la posibilidad de un problema fundamentalista en esos
países, pero, ¿qué pasaría en un hipotético después de esos actuales
regímenes?
En suma, quiero terminar, señor ministro, pidiéndole que nos explique si
de alguna manera se está elaborando una política española con relación al
Magreb, una política que tenga en cuenta todos los factores, los factores
políticos, los factores económicos, los factores de seguridad; una
política que se base, como decía el señor ministro aquí mismo en el mes
de diciembre, en una lectura serena de la situación. Yo le pediría algo
más: una lectura serena y una serie de planteamientos que vayan mucho más
allá del puro análisis y supongan una posición política. Prever, en suma,
las diversas evoluciones posibles que se pueden dar en Argelia y,
teniendo siempre en cuenta esos intereses permanentes de España, la
propia dimensión norteafricana de España, por lo que significan Ceuta y
Melilla y, por supuesto, la situación de los españoles en Argelia. ¿Cómo
está la situación de los españoles en Argelia? ¿Sigue habiendo muchos
españoles en Argelia? En la última comparecencia sobre este tema nos
habló de esto; me gustaría que nos pudiera actualizar la información.

También quiero plantearle un problema. ¿No es previsible una inmigración
masiva y desordenada en el caso de que la crisis de Argelia se agravara,
y podría agravarse? La inmigración argelina actual va fundamentalmente a
Francia, pero, en caso de una crisis más grave, no tenemos que descartar
que esa inmigración nos afectara. ¿Ha pensado en eso el ministerio? ¿Hay
algunas políticas previstas para ese caso?
En resumen, para ir terminando, creo que hemos de intentar fijar una
política de acuerdo con todos los grupos de la oposición, por lo que le
agradeceríamos mucho la información.

Terminaré recordando unas palabras, dichas en julio de 1991, cuando
todavía no había estallado la crisis argelina, cuando todavía no se había
producido el golpe de Estado y la interrupción del proceso electoral,
palabras del entonces Primer Ministro, Ahmed Gozali, quien, ante la
Asamblea Nacional argelina aludió a esos demonios que llevamos nosotros
mismos dentro; es decir, ya veía el problema que había en Argelia. No sé
si podemos ayudar a los argelinos a dominar esos demonios, pero sí me
gustaría que estuviéramos en condiciones de evitar que la sombra de esos
demonios se proyectara sobre nosotros.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Las
preguntas, las cinco preguntas que formula el diputado señor
Muñoz-Alonso, son de una complejidad enorme para ser contestadas de
manera breve.

A mí me gustaría hacer algunas reflexiones en voz alta, y para no perder
el hilo del debate, desearía hacer las contestaciones siguiendo como
pauta las cinco preguntas que S. S. ha formulado, que nos pueden ayudar a
centrar los temas para no dispersarlos en demasía.

La primera cuestión es el análisis que se realiza sobre Argelia. Lo hemos
hablado en múltiples ocasiones. Creo que todos los observadores
nacionales e internacionales, están de acuerdo en que Argelia atraviesa
una crisis profunda y una crisis además multidimensional, en la que
inciden problemas de todo tipo, también problemas políticos, como S. S.

ha puesto de manifiesto con datos muy precisos, problemas de índole
socio-económica --la demografía, por ejemplo, es uno de los datos que S.

S. ha aportado-- y también de carácter cultural, entendiendo el carácter
cultural en el sentido más amplio que podamos dar a la palabra.

Desde España, seguimos, lógicamente, todas las instancias que podemos, y
en cooperación con los demás países de la Unión Europea, y no sólo de la
Unión Europea, porque tengo que decirle que Estados Unidos, como ha
señalado S. S., siguen con la máxima atención también el problema
argelino. No hace muchos días, en la visita del Secretario de Estado
Warren Christopher, dedicamos una buena parte de nuestro intercambio de
ideas, no sólo en Madrid sino también en Holanda, sobre la situación en
Argelia.

La raíz de esta situación actual se encuentra, hay que reconocerlo, en la
crisis del modelo político y económico vigente



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en Argelia casi desde su independencia, que es lo que ha demostrado su
incapacidad para enfrentarse con los problemas del mundo de hoy. La
complejidad de estos factores, políticos, económicos y sociales, no
contribuye lógicamente a hacer fácil el análisis de prospectiva sobre el
rumbo que los acontecimientos en Argelia puedan tener, como tampoco nos
autoriza a hacer análisis ni aportar soluciones simplistas. Creo que la
complejidad del problema argelino debe hacer que las respuestas que demos
tengan también cierto grado de complejidad. Lo elemental, lo simple, es
contrario a cualquier análisis que podamos hacer de Argelia y a enfocar
las soluciones.

Cabe afirmar, por tanto, en este sentido que el futuro de Argelia debe
depender de la evolución, al menos, de tres variables fundamentales. En
primer lugar, la variable política, sin duda ninguna y ésta es la más
importante. El futuro de Argelia está, en buena medida, determinado por
la capacidad que tengan los propios agentes políticos para definir un
sistema político institucional que garantice de manera adecuada las bases
de una convivencia pacífica entre los ciudadanos que en este momento,
desgraciadamente, no existe.

En segundo lugar, la puesta en marcha de un plan económico --algunos
pasos se han dado ya-- que eficazmente resuelva parte de los problemas
gravísimos de carácter económico. Su señoría ponía de manifiesto algo
verdaderamente sorprendente para una persona que haya seguido la
evolución histórica de Argelia. De ser un país agrícola ha pasado a ser
un país que prácticamente está importando la casi totalidad de su
alimentación.

Desde 1994, año en que Argelia puso en marcha el plan de liberalización
con el apoyo del Fondo Monetario Internacional, ha renegociado ya su
deuda externa y entiendo que en esa dirección se han dado pasos
positivos; insuficientes sin ningún género de dudas, pero positivos. Lo
único que le puedo decir es que confío y confiamos la comunidad
internacional en que se mantenga esa tónica desde el punto de vista
económico y que Argelia pueda adentrarse pronto en una dinámica de
crecimiento económico, cosa que no tiene.

Con los datos que S. S. ha aportado de crecimiento de la población, de
demografía, se pone de manifiesto más si cabe la imperiosa necesidad de
crecimiento económico.

En tercer lugar, el tratamiento de los problemas sociales derivados de
esa crisis económica, también del crecimiento económico y del éxodo rural
que se ha producido de manera tremenda.

Creo que todos estos problemas han supuesto una enorme disminución del
nivel de vida de la población y lógicamente ha tenido implicaciones en el
plano político.

Su señoría se preguntaba en la segunda parte de su intervención, qué
repercusiones presentes y futuras tiene la crisis argelina en los
intereses económicos, políticos y de seguridad ya españoles, los
nuestros. Ha dicho --y ha dicho bien-- que España y Argelia son países
vecinos y países muy interdependientes. La última vez que hablamos sobre
este tema en la Comisión todos lo pusimos de manifiesto, que están
ligados por vínculos muy estrechos en todos los ámbitos de la vida
económica. Por tanto, para nuestros intereses, la consolidación de
Argelia, la estabilidad de Argelia es un ingrediente, no solamente de
seguridad para Argelia, sino también para el conjunto euro-magrebí y para
las relaciones que tiene con España y con el resto de Europa, como S. S.

acertadamente ha puesto de manifiesto.

Las relaciones entre España y Argelia se mantienen a un nivel
satisfactorio, sorprendentemente quizás, a pesar de la crisis que afecta
a nuestro país vecino. Es un dato que todos debemos valorar
positivamente. Hay tal entramado de intereses y de vínculos, tanto a
nivel gubernamental cuanto a nivel de la sociedad, que se ha favorecido,
sin duda, este resultado que creo es positivo de mantener unos niveles de
relación tan significativos, tan importantes, independientemente de la
situación en que se encuentra.

En el plano político, los dos Gobiernos han proseguido el diálogo
bilateral de carácter permanente, gracias a la existencia de los cauces
institucionalizados que mantenemos. Yo creo que eso es bueno. Y en el
marco multilateral son también muy frecuentes los contactos con los
responsables de Argelia, especialmente en los foros internacionales, en
el Consejo de Cooperación con la Unión Europea y en otros de carácter
mediterráneo, incluida la Organización de Seguridad y Cooperación en
Europa.

Dos palabras sobre el tema económico. España apoya lógicamente, y de
forma decidida, el proceso de apertura y liberalización que emprendió
Argelia o sus autoridades. Como se ha dicho ya, negoció en octubre de
1994 la refinanciación de su deuda con nuestro país, por un valor no
pequeño, 700 millones de dólares, y en la actualidad el Gobierno ha
ofrecido un nuevo esquema financiero de apoyo para nuestras relaciones
económicas, sobre lo que luego diré algunas palabras.

Mientras tanto, es interesante que la exportación española sigue siendo
muy activa, enormemente activa. No solamente no ha disminuido, sino que,
por primera vez en muchos años, la tasa de cobertura --y esto es
sorprendente-- de 1994 arrojó un saldo favorable a nuestro país, teniendo
en cuenta que somos un país que importamos nada más y nada menos que una
buena componente de nuestros recursos energéticos. Es decir,
introduciendo incluso en la balanza de intercambios la energía, el gas
fundamentalmente, tenemos un saldo positivo; tal es la fluidez de la
relación comercial que España tiene con Argelia.

En el terreno específicamente energético, la crisis argelina tampoco ha
afectado negativamente a nuestros intereses. Las compras españolas de
hidrocarburos, hasta este momento, se efectúan sin problemas y en cuanto
al gasoducto, al que S. S. ha hecho referencia, las obras del tramo
argelino marchan a buen ritmo. No hace mucho ha habido una reunión de
ministros del Magreb y ministros europeos para seguir las obras de este
empeño, a mi juicio extraordinariamente importante. Sí es verdad que,
desde una perspectiva de sensatez y de responsabilidad, estamos tomando
contactos muy activos con otros países, como por ejemplo, Noruega,
Francia o Trinidad-Tobago, en los cuales estamos abriendo vías, para el
caso de que tuviéramos problemas con el suministro de bienes energéticos
para España.




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Respecto a las acciones emprendidas o que piensa emprender el Gobierno
--que sería la tercera parte de su pregunta-- para facilitar una salida
pacífica del conflicto en Argelia, la contestación no es fácil. El
problema que S. S. ha diseñado y que yo he tratado de contribuir a su
clarificación es un problema multidimensional y, por tanto, los esfuerzos
encaminados a superarlo han de incidir en una acción, entiendo que bien
decidida, sobre todas las variables: la variable política, la económica y
la social.

El Gobierno español, partiendo de una lectura serena --decía S. S., pero
también activa-- de la situación está contribuyendo a un esfuerzo global
de diferentes maneras. En primer lugar, hemos expresado insistentemente
la convicción de que la paz civil y el desarrollo económico de Argelia
aconsejan, como S. S. ha puesto también de manifiesto, evitar una
polarización entre los sectores más radicales de la sociedad argelina.

Eso no conduciría a nada y si podemos contribuir a que no se produzca
debemos hacerlo. Las fuerzas democráticas deberían desempeñar, por tanto,
un papel relevante, a la vez que se debería tender a ampliar los espacios
de libertad. Creo que la mejor manera para poner fin a la violencia (que
en cualquier caso España y todas las fuerzas políticas debemos condenar),
sería a nuestro juicio la iniciación de un diálogo político; un diálogo
político serio por parte del Gobierno argelino con las fuerzas
representativas del país, incluido --y ahí me hacía la pregunta, y quiero
contestarle-- el sector político del movimiento islamista no ligado al
terrorismo. El diálogo, ¿qué objeto debiera tener? Debía tener por objeto
la definición de una transición democrática con todas las garantías que
fueran necesarias.

España, como saben SS. SS., ha seguido con el máximo interés las
conversaciones que tuvieron lugar en Roma, al calor del convento de San
Egidio. Fruto de ello ha sido un documento final que, en líneas
generales, puede considerarse como un punto de partida y de utilidad para
el futuro.

Como saben, la respuesta del Gobierno argelino no ha sido una respuesta
muy prometedora en la primera instancia. La respuesta ha sido la
convocatoria de elecciones presidenciales en el curso de este año, es
decir, en este semestre de 1995. ¿Qué le puedo decir? Sería sin duda
enormemente esperanzador que, aprovechando esta oportunidad de las
elecciones próximas, se pudiera abrir un diálogo político que condujera a
sentar las bases para que ese proceso fuera un proceso útil y que evitara
lo que S. S. y yo hemos denominado la confrontación entre los dos
extremos.

Estamos haciendo un esfuerzo en esa dirección, no sólo España, la Unión
Europea, pero le quiero decir que la complejidad del proceso hace que
seamos enormemente prudentes en tanto en cuanto el lanzamiento de
iniciativas concretas y específicas. Hasta este momento lo que llega a
Argelia por parte de la Unión Europea y de España son declaraciones,
conversaciones, citas --no muchas, pero visitas de ellos hacia Europa y
hacia España-- para tratar de que la luz se pueda abrir en esta
dirección. Los Estados Unidos de América --y como decía, tuvimos un
intercambio de opiniones la semana pasada con el Secretario de Estado--
estarían también en esta línea.

Por lo tanto, yo no pierdo la esperanza de que, en el segundo semestre de
1995, al calor de las iniciativas que se pueden poner en marcha en la
Unión Europea y en otros países --no es que tenga garantía ni certeza
ninguna, pero no pierdo la esperanza-- y teniendo en cuenta el proceso
electoral que se abre en Argelia, alguna rendija de esperanza se pudiera
abrir.

En el terreno económico España va a mantener sus compromisos con Argelia
y estamos convencidos de que el mantenimiento de las relaciones
comerciales y financieras contribuirán, sin duda, a ser un apoyo para esa
potencial y futura estabilidad que nosotros deseamos y ensayamos
ardientemente, como S. S. sabe. No le aburro a S. S. con todos los datos
de lo que es nuestra cooperación en este momento con Argelia --tuve
ocasión de expresarlos en la última comparecencia--, pero sí le quiero
decir que ésa seguirá siendo nuestra línea de actuación.

Su señoría me preguntaba sobre alguna iniciativa que se ha planteado por
parte del antiguo Presidente de la República Francesa. Yo creo que eso no
es más que una declaración de buenas intenciones que todos compartimos.

En Francia --me preguntaba S. S.-- puede que haya un ligero cambio en su
posición en relación con Argelia tras las últimas elecciones. Su señoría
tuvo ocasión --cosa que hizo-- de ver el último debate electoral entre el
candidato Jospin y el candidato Chirac y una parte --no muy larga pero
creo que enjundiosa-- de ese debate se produjo sobre Argelia.

La política que existía anteriormente bajo el gobierno Balladur en
relación con Argelia era una política que pudiéramos calificar como casi
bifronte. Creo que podemos esperar en este momento una política más
coordinada entre los ministerios que tienen relación para que prime la
política sobre algunos otros ingredientes, muy importantes en las
relaciones entre Francia y Argelia, pero que, a mi juicio, debían estar
subordinados a la política.

Desde nuestra perspectiva, coordinaremos durante nuestra presidencia la
acción con los demás países que tienen intereses muy específicos,
concretos, en Argelia y con los demás países, que, sin tener unos
específicos intereses concretos, los tienen por la estabilidad de este
país tan próximo a nosotros y S. S. lo ha definido bien en su proximidad.

Por tanto, no sería capaz de describir con la palabra optimismo lo que
pueda acontecer de aquí a final de año, pero si quisiera abrir una
pequeña rendija de esperanza.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Tiene la palabra el señor
Muñoz-Alonso.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Intervengo muy brevemente.

Muchas gracias, señor Ministro por sus informaciones.

Por supuesto que estoy de acuerdo en que no valen las respuestas ni las
soluciones simplistas, pero yo insistiría en que sería muy conveniente
elaborar un diseño de política que en la medida de lo posible tenga en
cuenta las evoluciones previsibles y que elabora maneras de afrontar esas
distintas evoluciones posibles.




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Quería señalarle en todo caso, porque no hemos hablado suficientemente de
ello, me parece, el problema de los derechos humanos. Habría que hacer
algún tipo de presiones sobre el gobierno argelino para lograr un respeto
más amplio de los derechos humanos.

Los informes de las ONG sobre la situación de los derechos humanos en
Argelia son realmente muy preocupantes. Yo me quedaría mucho más
satisfecho si escuchara de S. S. que se está haciendo algún tipo de
esfuerzos para que el Gobierno argelino empiece a tener en cuenta el
problema de los derechos humanos.

Por lo que hace al problema del diálogo, sí, qué duda cabe que del
diálogo siempre pueden salir cosas fructíferas, pero el diálogo de Roma,
al que S. S. aludía, parece que no ha tenido resultados satisfactorios,
tanto por la respuesta negativa del Gobierno argelino como porque los
participantes en ese diálogo, por decirlo de una manera un tanto castiza,
ni eran todos los que estaban ni estaban todos los que eran. Hubiera sido
conveniente que hubiera intervenido otro tipo de participantes en esas
conversaciones.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (SOLANA MADARIAGA): Intervengo
muy brevemente por completar algunas de las preguntas implícitas en la
intervención del diputado señor Muñoz-Alonso.

Una que no he contestado es la influencia que puede tener una evolución
no deseada de Argelia en los demás países de la región. Su señoría me
había preguntado sobre ello. La contestación es que las consecuencias
pueden ser muy graves.

Túnez es un país que ha sido capaz de mantener un gobierno con unos
elevados grados de laicidad y que, ha prohibido como SS. SS. saben, en
una ley no hace mucho tiempo --ya lo había prohibido antes, pero ahora
hay una ley muy importante en el Parlamento-- cualquier partido que tenga
connotaciones religiosas, argumentando que la religión no es patrimonio
de uno u otro partido y que, por lo tanto, quedan fuera de la ley todos
los partidos religiosos.

Es verdad que Túnez es un país más pequeño y es un país, por tanto, con
unas posibilidades de desarrollo económico y político más fácil que las
que tiene Argelia, donde, como S. S. ha dicho también en su intervención,
existen algunas diferencias de carácter regional y territorial que
también hay que tener en cuenta.

Y, por fin, quiero decir una palabra sobre los españoles en Argelia, que
tampoco he contestado a esa parte de su pregunta; me la he dejado en el
tintero. Los españoles que están allí son muy pocos ya. Todos los
españoles que quisieron salir pudieron hacerlo. Se les dio todas las
facilidades para salir. Los que quedan son personas que tienen un
compromiso extraordinario y extraordinariamente generoso con Argelia.

Quedan dos tipos de personas: aquellas que tienen vínculos familiares con
Argelia desde hace ya tiempo y que prefieren continuar su vida en
Argelia, de una parte; de otra, personas que están al servicio de
organizaciones no gubernamentales, laicas o religiosas, que han decidido
libremente seguir trabajando por el desarrollo y el bienestar de los
ciudadanos de Argelia en hospitales, en servicios de carácter médico o,
en general, para ayudar a su bienestar.

Quisiera romper una lanza en público por el servicio que está realizando
nuestra Embajada. Yo creo que no hay en este momento, no lo hay, en
Argelia una embajada extranjera que esté realizando una labor más útil,
más generosa, más entregada que la Embajada española. Como saben, algunas
embajadas europeas, sin cerrar del todo, prácticamente no están operando.

La Embajada española permanece con todos sus funcionarios allí,
encabezados por el Embajador y, sin duda ninguna, se han convertido en el
centro de la posición extranjera en Argelia, el lugar donde se encuentran
los españoles y no sólo los españoles; donde se da cobijo, ayuda,
consejo, etcétera, a los no argelinos que viven en Argelia.

Sí quisiera que públicamente constara en acta la labor tan extraordinaria
que están realizando nuestros funcionarios en Argelia y nuestros
ciudadanos y conciudadanos que viven todavía allí entregados a labores,
normalmente, de carácter humanitario.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): Señorías, habiendo sido retiradas
las preguntas que figuran en el orden del día con las números 13 y 14,
pasamos a las números 15, 16, 17, 18 y 19, que también serán tramitadas
conjuntamente por su autor, el señor Milián Mestre, que tiene la palabra.




--SUPUESTAS OPERACIONES DE CONTRABANDO DE MATERIALES NUCLEARES
RELACIONADAS CON CIUDADANOS ESPAÑOLES. FORMULADA POR EL SEÑOR MILIAN
MESTRE (GP). (Número de expediente 181/001535.)



--INFORMACION DEL GOBIERNO ESPAÑOL ACERCA DE LAS OPERACIONES DEL
«PLUTONIOGATE». FORMULADA POR EL SEÑOR MILIAN MESTRE (GP). (Número de
expediente 181/001539.)



El señor MILIAN MESTRE: Yo quisiera hacer una petición, y es hacer dos
bloques: En uno, la 15 y la 19 y, en otro, la 16, 17 y 18.




La señora VICEPRESIDENTA (Pla Pastor): De acuerdo.




El señor MILIAN MESTRE: Señor Ministro, éste es un tema que no es ajeno a
esta Comisión, puesto que en fecha 21 de diciembre yo ya intervine
preguntando --y en aquel momento creo que me contestó el Secretario
General del Ministerio-- sobre este particular.

El tema es de una enorme gravedad, él mismo lo reconoció, por cuanto se
están produciendo hechos francamente preocupantes. Hechos preocupantes
que tienen



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como origen la aparición de tráficos en Europa de elementos nucleares,
materiales muy sensibles susceptibles de utilización militar que aparecen
de forma sincopada, en algunos momentos como una lluvia de estrellas,
aparecen de golpe y simultáneamente en varios países de los antiguos
pertenecientes al Comecón y, en otras ocasiones, de manera muy puntual,
especialmente en dos operaciones perfectamente documentadas como son, la
primera la de Tengen, la incautación de plutonio en Tengen, antes de la
segunda y gran operación, que es la que tiene algunos interrogantes
significativos, que fue la del 10 de agosto de 1994, en Munich.

El hecho es de tanta gravedad que, como podemos observar, atiende a una
serie de razones o sinrazones que se están produciendo en este momento en
los grandes tráficos internacionales, bien sea por afanes especulativos,
bien sea por afanes estratégicos de ciertos países ambiciosos de generar
armamento nuclear. Lo cierto es que en estos hechos, documentados
suficientemente por la prensa internacional y por algunos gobiernos,
aparecen datos muy escalofriantes. Por ejemplo, desde la caída del muro
de Berlín, se han podido contabilizar y detectar no menos de 800 partidas
de materiales radiactivos, desde 1989, en Europa, la mayor parte en torno
siempre a Alemania y a algunos países centroeuropeos; Eslovenia, que es
el último caso. Esto me parece que invita a reflexionar acerca de la
garantía de seguridad no solamente en el tráfico europeo descontrolado,
sino de seguridad incluso, en algunos casos, de los propios viajeros que
se encuentran sumidos en grandes riesgos, como ha denunciado Lufthansa,
por ejemplo, en los transportes de estos materiales, a veces desconocidos
y, a veces, con algún conocimiento, parece ser que permitidos. Pero, por
otra parte, existe el otro riesgo de que hay países que demandan este
consumo, como es, por ejemplo, el caso de Pakistán, Corea del Norte e
Irak, donde, en el pasado quedó muy claro, incluso hay algún Banco que
extendió créditos, concretamente el Banco Central norcoreano, para poder
adquirir materiales susceptibles de ser empleados después en armamento
nuclear. Por tanto, son dos aspectos francamente preocupantes que inciden
en el panorama europeo y, de modo especial, como digo, en torno a
Alemania.

En este contexto, se produce la operación Hades, lo que se ha denominado
por la Policía alemana, por los servicios secretos alemanes, Operación
Hades; Hades, como todo el mundo sabe, es el dios de los infiernos en la
mitología griega; en la latina es el señor Plutón, y de ahí viene el
plutonio, probablemente.

La intención, si esta operación es cierta --puesto que está en los
tribunales yo voy a ser muy delicado, sobre todo, en la adjetivación de
los términos, porque entiendo que es un tema que está «sub iudice» en
Alemania y con personas implicadas y no quisiera que nuestra intervención
sirviera para afectar a nadie de los implicados; pero sí quisiera que se
nos aclararan los conceptos respecto a estos tráficos y a su relación
posible con España--, la intención, digo, por lo visto, según lo que he
podido yo estudiar, es demostrar la evidencia de un alto riesgo en el
peor de los peligros, el tráfico más mortífero de materiales procedentes
del Este. Esta era, según parece, la intención de la operación Hades.

El monto de la operación era 236 millones de dólares, más de 30.000
millones de pesetas, según publicó en su día «Der Spiegel», que lanzó al
conocimiento general este escándalo. Se llevó a término, la que yo me
refiero y la que da pie a esta reflexión, el 10 de agosto de 1994 en
Munich, y parece ser que los servicios secretos alemanes no son ajenos a
este tráfico, según parece, para apuntarse un tanto, como vulgarmente se
dice en términos periodísticos o de información, y para prevenir de otros
riesgos de mayor alcance en un momento determinado. Lo cierto es que este
dato o este hecho dio lugar a una carta que dirigió a Boris Yeltsin el
propio Canciller Kohl, advirtiéndole de la gravedad de estos datos
procedentes del Este, lo cual quiere decir que no era humo de pajas lo
que allí se estaba dilucidando y, consecuentemente, esto hacía pensar que
otros tráficos no controlados podían dar pie a operaciones de mayor
envergadura. No es posible, entiendo yo, jugar con una cierta
insensibilidad ante un caso como éste que afecta al corazón de Europa y,
de alguna manera, nos refiere a nosotros mismos.

¿No se comprometió en su día, me pregunto, la Comunidad Europea, Alemania
y Estados Unidos, a financiar un programa de permanencia de científicos
rusos en los propios laboratorios de investigación de Rusia, para evitar
esos riesgos de difusión nuclear descontrolada y que creo que fue
razonablemente aceptado por todas las partes, incluso con alto coste
económico? En este sentido y en este contexto, los hechos que la prensa
internacional ha reflejado, y de forma muy escandola, por cierto, con
grandes portadas --por ejemplo, el «Newsweek», «The Times», «Der
Spiegel», etcétera, y el propio diario «El País» ha dado abundantísima
información y muy precisa sobre el particular-- nos lleva a ciertas
posibles implicaciones con el territorio español. Ahora, yo pido una
explicación sobre el tema en general, con una afección al tema español,
pero después me referiré directamente a los casos concretos en el segundo
bloque de España y Embajada alemana.

¿Hay responsabilidades españolas? Yo no lo sé. Es lo que quisiéramos
nosotros saber con toda delicadeza. ¿Existe una colaboración activa de
determinados servicios de seguridad? No lo sabemos, aunque la prensa así
lo afirma, y es algo que me gustaría conocer. ¿Hay un grado de
conocimiento por parte del Gobierno español de estos hechos? Tampoco lo
sabemos, aunque se afirma, de alguna manera, que sí; en cambio, otros
dicen que no; por ejemplo, el Ministro Schmid Bauer, alemán, dijo
claramente que el Gobierno español tenía conocimiento de este tema. Y a
este respecto, yo quiero decir, y es el motivo fundamental de mi
inquietud por el tema, que, creo que fue en el año 1990 ó 1991 --a lo
mejor hay aquí algún compañero que participó en aquel desayuno con el
Ministro Schmid Bauer, en la Cancillería de Bonn; yo estaba presente--
nos alertó de ciertos riesgos que desde España podían producirse con la
entrada en el Mercado Unico de ciertos tráficos, y nos dio datos muy
concretos, referenciados en aquel caso, al narcotráfico. Lo cierto es que
ahora vuelve a ser Schmid Bauer, bien como ministro o bien como
coordinador



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de los servicios de inteligencia alemanes, el que de nuevo vuelve a poner
el dedo en la llaga. Y nos gustaría conocer hasta qué punto eso es
cierto. ¿Existe o existió por nuestra parte, España, tolerancia pasiva
ante ciertos hechos, puesto que son españoles los implicados? ¿Existió
omisión simplemente de esos hechos? ¿Existió acaso una autorización
explícita? Todas estas son preguntas que me gustaría que me contestara y
saber hasta qué punto uno y otro hecho tienen alguna interrelación.

Ciertamente, algún periódico, «El País» concretamente, el 17 de mayo
pasado, dice que existe desconcierto en el Gobierno español. Me gustaría
conocer esto para aclarar el contexto de estas dos preguntas. Muy
preocupante resulta el silencio del Gobierno acerca de la condición del
guardia civil en la reserva activa como agente implicado, Rafa, don
Rafael Ferreras. ¿Ha investigado la Guardia Civil este caso? ¿No es
alarmante el hecho de que un país extranjero y amigo contrate a un
miembro de los Cuerpos de Seguridad del Estado español?
«Der Spiegel» ha escrito que el Canciller Kohl estaba al corriente de esa
operación de tráfico desde Moscú a Munich. ¿El Gobierno español tenía
también conocimiento de todo ello o se ha visto claramente sorprendido?
¿Fueron los servicios españoles incapaces de detectar que uno de sus
miembros destacado sostenía tales contactos para una operación de tanto
riesgo? ¿Cómo es posible que un servicio secreto engañe al de un país
aliado, como es el caso nuestro? Y, ¿qué medidas se han adoptado para
evitar que un caso similar se pueda reproducir en el futuro?
Estas son las preguntas del contexto que le formulo, señor Ministro,
porque en las dos preguntas, como usted verá, primero, queremos conocer
hasta qué punto esos materiales nucleares relacionados con ciudadanos
españoles se han producido en el tráfico y hasta qué punto nuestro
Gobierno ha tenido conocimiento acerca de operaciones del «plutoniogate»,
como se llama este caso concreto, o de otras acciones a las que he
aludido anteriormente.




El señor VICEPRESIDENTE (Muñoz-Alonso y Ledo): El señor Ministro tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, dos cosas para empezar. Primero, las preguntas que S. S.

formula, S. S. sabe que están contestadas ya por parte del Ministro de
Defensa; por tanto, información existe en esta Cámara sobre el
particular. Segunda cuestión, sobre los temas de carácter general, antes
de pasar a contestar específicamente a las dos preguntas que me formula
en este primer bloque, nos encontramos ante un delito internacional, de
los muchos delitos nuevos que están existiendo en los últimos años, para
los cuales es absolutamente imprescindible que el seguimiento y su
persecución sea también de carácter internacional.

Su señoría ha hecho mención a una carta del Canciller Kohl al Presidente
Yeltsin. Cierta, existe, en los términos que S. S. ha relatado, pero le
diré también que en el Consejo Europeo de Essen, uno de los temas que se
trató, quizá con mayor profundidad, desde la perspectiva del tercer pilar
de la Unión Europea, fue el relativo a los tráficos ilícitos y, muy
concretamente, al tráfico ilícito de materia nuclear.

¿Por qué se trató con tanto interés en aquel momento? Porque ciertamente
se conocía ya el tráfico ilícito de material nuclear fisible. Pero los
conocimientos que se tenían en ese momento hacían pensar que todavía esos
tráficos tenían relación con volúmenes de material fisible pequeño y, por
tanto, de interés fundamentalmente para asuntos ligados más con la
medicina o con algunas cuestiones relativas a detectores de carácter de
tecnología avanzada, pero detectores no implicados con ninguna acción que
pudiera tener consecuencias de carácter militar.

¿Cuál es la novedad del caso que nos ocupa y que S. S. trae a colación
esta tarde? La novedad es doble. Primero, la pureza del material; quizá
su señoría no lo ha dicho, y no sé si está recogido en los documentos que
tiene en su poder o que ha aportado. La pureza del material lo hacía de
indudable interés militar. Como S. S. sabe, el uranio 238 tiene
utilidades, pero muy escasas desde la perspectiva nuclear; el uranio 235,
ya enriquecido, tiene una posibilidad de utilización militar, y el
plutonio, en este caso el plutonio 239, el isótopo 239, sí puede tener
una aplicación directa desde el punto de vista militar.

El hecho que nos ocupa esta tarde sí tiene una novedad: la primera, que
tiene que ver con la limpieza del material, que lo hace ya de posible
utilización de carácter militar; y la segunda, y tan importante como la
primera, es la cantidad. No solamente el material tiene que ser de un
isótopo químico útil, sino que tiene que tener un determinado umbral en
cuanto al volumen para ser utilizable. Por tanto, esas dos novedades,
limpieza y volumen, sí pusieron en alerta a todas las operaciones de los
servicios de muchos países y concretamente de quien su señoría ha
mencionado, que es Alemania. Sí le diré que, debido a todo ello, se han
puesto en marcha en el ámbito de Europol, en el ámbito de todos los
servicios que la Unión Europea tiene, no solamente los servicios de cada
país, sino los que la Unión Europea tiene en conexión también con los
servicios de otros países, concretamente con los Estados Unidos de
América, para hacer todo lo posible para ver si ese tráfico de ilícitos,
con consecuencias a veces irreparables, se puede estar produciendo.

¿Dónde puede estar el origen de estos tráficos? Sin duda ninguna tiene
que estar en países que tengan en este momento disponibilidad de
materiales de estas características bajo un control exiguo o bajo un
control laxo; los países están en la mente de todos. Por tanto, hay que
tener una especial vigilancia, unos servicios de vigilancia, los
servicios secretos de cada uno de los países, haciendo el máximo esfuerzo
para que no se genere un tráfico de ilícitos en material que tenga
potencialidades de ser fisible y, consecuentemente, de ser utilizado en
materia militar.

Lo mismo se puede afirmar, cuando se analizan con un poco de detenimiento
los datos que su señoría ha aportado, que las personas que han estado
implicadas en la fase que se conoce de este tráfico de ilícitos de
carácter nuclear no eran, ninguno, especialistas en materia nuclear. Los
que



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han estado manipulando en la parte que se conoce del tránsito de estos
tráficos de ilícitos no son verdaderos especialistas en el campo nuclear;
tenían conocimientos muy rudimentarios por la forma en que hicieron
alguno de los trasvases que se produjeron a lo largo del tiempo y que hoy
se pueden conocer a través de reescribir alguno de los episodios más
significativos en relación con ello.

Se puede y se debe luchar por la vía policial, como le he dicho, por los
servicios, como he dicho, y también por las normas internacionales. Creo
que el haber aprobado el Tratado de no proliferación de la manera en que
se ha aprobado en Nueva York --hoy íbamos a haber hablado de él, pero
afortunadamente se ha resuelto sin necesidad de que volviéramos a
tratarlo-- es un paso significativo en la conciencia internacional de los
gobiernos para que circunstancias de estas características no se vuelvan
a repetir.

Paso a contestarle, muy brevemente, a las dos preguntas que forman parte
del primer bloque, de las cinco que S. S. tiene formuladas. La primera es
qué conocimiento tenía el Gobierno de las supuestas operaciones de
contrabando de materiales nucleares relacionados con ciudadanos
españoles. Le puedo contestar con toda contundencia que el Gobierno no
tuvo conocimiento de esta operación de contrabando de materiales
nucleares, desarticulada en Munich, hasta que fueron detenidas por la
policía alemana las personas que en ella participaron. Por lo que se
refiere al territorio español, se han detectado algunas ofertas
ocasionales de materiales nucleares fisibles, plutonio, incluso uranio
enriquecido, y se han investigado. Investigadas estas ofertas, resultaron
ser meros intentos de estafa, sin ninguna validez, poniéndose de
manifiesto, una vez más, que los supuestos traficantes nunca llegaban en
realidad a disponer de los materiales que ofrecían. Por tanto, hay
también operaciones de estafa que han tenido lugar, sin que se tuviera ni
tan siquiera la posibilidad remota de poseer semejante material.

Con respecto a la quinta pregunta que S. S. me formulaba, que si no
recuerdo mal es: ¿Estuvo el Gobierno español en todo momento informado de
las operaciones del «plutoniogate», como dice S. S., como afirma el
Ministro de Estado de la Cancillería Federal? Ya se lo he dicho. El
Gobierno fue informado de la operación y de sus resultados una vez
finalizada ésta con la detención de las personas implicadas y no fue
advertido de la operación o de que estaba en curso, por lo que no estaba
al corriente ni de su desarrollo ni de su ejecución.




El señor VICEPRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Tiene la palabra el señor Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Gracias por la información, que ha sido breve y
clara.

Yo quisiera preguntarle todavía si realmente, en el contexto de estas dos
preguntas, hay mayor acopio de datos posibles de ser conocidos por esta
comisión. Yo desconocía por completo lo que usted acaba de decir de la
información del Ministro de Defensa y, por tanto, no puedo aludir a eso
puesto que lo ignoro. Pero si hubiera alguna mayor información que
pudiera aportar, lo agradecería, puesto que existen algunas coincidencias
curiosas. Por ejemplo, la coincidencia de que el 11 de abril pasado usted
mismo condecoró al Ministro Schmidbauer con la Orden del Mérito Civil
Español; no sé si eso es una coincidencia o si realmente ha habido algún
agradecimiento por ciertas ayudas o comportamientos del señor Ministro.

Al mismo tiempo, el 9 de mayo de 1994, el propio Ministro Schmidbauer
condecoraba en Bonn al Teniente General Emilio Alonso Manglano, lo cual
yo no sé si puede ser una correspondencia, no sé si simplemente
protocolaria, de la que usted hizo a posteriori o tenía algun otra razón
de ser. Es decir, a través de lo que conocemos por el análisis de los
mass-media --no tengo más información que ésa--, parece ser que existen
unas ciertas contradicciones. Schmidbauer insiste --y tengo aquí un
recorte de «El País»-- en el hecho de que él hizo una declaración, que él
ha declarado que el Gobierno español tuvo conocimiento. Esto es una
contradicción con aseveraciones como la que usted acaba de hacer. Yo no
tengo más argumento, por tanto, no voy a contradecirle, puesto que yo no
me fío tampoco solamente de lo que digan los medios de comunicación, si
no está al alcance de uno poder verificar o contrastar esa información.




El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Brevemente.

Vuelvo a insistir en que el Gobierno español fue informado de la
operación y de sus resultados cuando finalizó. Esto es compatible con la
afirmación del Ministro federal alemán. Entre los servicios españoles y
los servicios del Gobierno de la República Federal Alemana que, como S.

S. sabe --y si no se lo digo--, los dirige este Ministro de Estado de la
Cancillería Federal, que tiene entre sus obligaciones ésta y no muchas
más, pero ésta desde luego la tiene, lógicamente hay relaciones de
cooperación y de amistad. No se escapará a la imaginación de S. S. las
múltiples ocasiones en que los servicios españoles y los alemanes han
tenido, tienen y tendrán que trabajar conjuntamente.




--ORIGEN EXACTO DE LOS MATERIALES NUCLEARES UTILIZADOS EN SUPUESTAS
OPERACIONES DE CONTRABANDO. FORMULADA POR EL SEÑOR MILIAN MESTRE (GRUPO
POPULAR). (Número de expediente 181/001536.)



--CERTEZA DE LA INFORMACION APARECIDA EN MEDIOS INFORMATIVOS SOBRE LAS
ACCIONES DE TRAFICO DE PLUTONIO INICIADAS O CONCEBIDAS DESDE ESPAÑA.

FORMULADA POR EL SEÑOR MILIAN MESTRE (GRUPO POPULAR). (Número de
expediente 181/001537.)



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--DATOS QUE POSEE EL GOBIERNO RESPECTO A LAS INFORMACIONES APARECIDAS EN
MEDIOS DE COMUNICACION RELACIONANDO A LA EMBAJADA DE LA REPUBLICA FEDERAL
ALEMANA CON SUPUESTAS OPERACIONES DE CONTRABANDO DE MATERIALES NUCLEARES.

FORMULADA POR EL SEÑOR MILIAN MESTRE (GRUPO POPULAR). (Número de
expediente 181/001538.)



El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Milián para las
restantes preguntas.

Le agradecería el máximo de síntesis, dada la hora en que nos
encontramos.




El señor MILIAN MESTRE: Voy siendo muy sintético.

Las otras tres preguntas afectan directamente al origen exacto de los
materiales utilizados en estas transacciones y a la certeza de la
información aparecida en los medios informativos sobre las acciones de
tráfico de plutonio iniciadas o concebidas desde España y, concretamente,
la tercera y última, a si esas informaciones acerca de la implicación
directa de la Embajada de Alemania en Madrid tiene razón de ser, es
verosímil o es cierta esa realidad.

Han surgido muchas informaciones que así lo atestiguan, y, desde luego,
implicaciones de ciertos agentes alemanes en nuestro país parecen
demostrar que eso es cierto.

El problema de dónde procede el plutonio tampoco es un problema baladí,
puesto que yo he visto enormes contradicciones informativas a este
respecto desde hace varios meses. Yo leí, por ejemplo, una cierta
información hace seis meses, de que una de las hipótesis es que pudiera
proceder de alguna central occidental, concretamente hablaban de las
fábricas de tratamiento de material enriquecido de Francia y en algún
caso se especificaba también como hipótesis Vandellós. Yo no me
conformaré con la información de prensa, vi una alusión a un informe de
Greenpeace, y me dirigí personalmente a Greenpeace para que me aclararan
este punto, y tengo que decir que muy amablemente me dijeron que era una
hipótesis de análisis, no era una evidencia y que, desde el punto de
vista técnico --usted sabe más que yo, puesto que usted es físico y yo un
ignorante absoluto, soy de letras--, me certificaron que la capacidad
técnica de Vandellós sí que estaba dotada para poder ofrecer materiales
que fueran susceptibles de enriquecimiento posterior, pero que ello no
implicaba la causalidad del origen en este caso. Aporto simplemente esta
contestación.

Se afirma que procede de centros de producción militar de Rusia. Yo he
visto muchas informaciones sobre eso, incluso un periodista occidental se
invistió de comprador, se dirigió a ciertas ciudades secretas, como
Tomsk, por ejemplo, y trató de comprar, y parece ser que a cambio de unas
cajas de cerveza consiguió alguna muestra de estos productos.

Se ha afirmado en el proceso de Munich por algún testigo que venía de un
laboratorio de investigación y no fue generado inicialmente por
fabricación de armas nucleares. Esto lo ha dicho el químico Lothar Koch,
uno de los testigos.

El Viceministro ruso de Energía Atómica --y aquí entramos ya en el
terreno del análisis geopolítico del tema--, Victor Sidorenco, ha
señalado que este tráfico --textualmente dice, abro comillas-- «fue una
provocación bien organizada» --cierro comillas.

También se ha insinuado por parte de este Viceministro que las
autoridades alemanas habían permitido el transporte arriesgando a quienes
iban en el avión de Lufthansa; en Lufthansa hay una nota de queja de este
riesgo asumido inconscientemente, pero con la salvedad de que en este
caso se da la coincidencia de que el propio Viceministro griego viajaba
en ese avión porque fue invitado por su homólogo de Baviera, el señor
Thomas Goppel.

Hay una serie de datos muy curiosos, que no son meramente anecdóticos,
pero que de alguna manera implican una cierta inconsciencia o
irresponsabilidad de ciertos grupos de seguridad, servicios de
inteligencia o gobiernos a manejar, si es cierta esta hipótesis. Digo si
es cierta, y lo subrayo, puesto que está «sub iudice» y ellos lo
aclararán; hay testimonios en contra, evidentes también, por parte del
Gobierno alemán. Pero es cierto que aquí aparecen algunas concomitancias
extrañas y curiosas que merecen ser explicadas, puesto que a nadie le
gustaría viajar en un avión que tuviera alguno de estos materiales en las
bodegas.

En segundo lugar, y respecto a las maniobras que se han producido en
torno a esta operación, es cierto también que aparecen algunos españoles
implicados de forma directa. Yo los enumeraré: primero, Rafael Ferreras
Fernández, alias Rafa, el famoso guardia civil de 41 años que está en la
reserva activa de la Guardia Civil, que parece ser que sigue colaborando
con los servicios españoles y que a su vez está contratado por los
servicios alemanes; luego aparece un Roberto alemán, que es el nombre de
guerra, Roberto, pero que el tal Roberto está ubicado en Málaga en una
finca de su propiedad y ahora está gozando de la cárcel española por el
tráfico de drogas; en tercer lugar, aparece Jorge Fernández Martín,
agente de ventas, que es el promotor del negocio, que dice que estaba
tratando de vender helicópteros y no de comprarlos, y no tráficos de esta
naturaleza; en cuarto lugar, Javier Bengoechea, posible víctima, si es
cierta la hipótesis del engaño, empresario español inductor de la
operación; en quinto lugar, Julio Orozco, que está metido de lleno en el
proceso; y, en sexto lugar, el colombiano Salustiano Torres, que podía
ser el técnico de la operación.

Estos son los nombres que de alguna manera se implican en este proceso
que acaba afectando directamente, según «Der Spiegel» y otros medios, a
la seguridad española, porque de hecho en la información del 16 de abril
de 1995 de «Der Spiegel» se pone como punto de origen de esta operación
la Embajada en Madrid.

¿Eso puede afectar a las excelentes relaciones hispano-alemanas a las que
usted acaba de aludir en este momento?
Parece muy probable la acción y la intermediación del agente Rafa, ex
guardia civil. ¿Podría tener responsabilidades derivadas para un centro
español de seguridad e investigación



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el que estuviera Rafa involucrado en el mismo?
¿Qué consecuencias se derivarían respecto a otros gobiernos afectados,
como el ruso? Hemos visto ya la protesta del Viceministro y vimos también
el enfado o el mal humor del Presidente Boris Yeltsin cuando recibió
ciertas alusiones directas por considerarle el causante indirecto de la
tolerancia, de sus desmanes, en la propia industria nuclear rusa, por el
descontrol de estos materiales sensibles o estratégicos.

¿No le parece sospechoso, señor Ministro, que en esta operación aparezcan
implicados dos españoles --ya los he dicho, Javier Bengoechea y Julio
Orozco-- con el colombiano Torres, y que todo esto haya nacido en la
Embajada, insisto, en la Embajada de Alemania en Madrid, lo cual, si es
cierto, no deja de ser preocupante?
Y ¿eso formaría parte de un escenario de tráficos que Schmidbauer, el
Ministro, tiene forjado en el territorio español, según él mismo me dijo
en esa ocasión, hace tres o cuatro años, en aquel desayuno?
Es decir, nos preocupa, no que España esté implicada directamente, puesto
que parece ser, por su respuesta taxativa, que no es ése el caso (al
decir España, me refiero Gobierno, obviamente), pero sí que España pueda
ser escenario de estos tráficos y a veces que pueda tener ciertas
concomitancias, como la información general que apareció en ciertos
medios sospechosos de que un vasco pudiera tener alguna relación derivada
hacia el terrorismo. Esto lo pregunté el 21 de diciembre y me fue
contestado taxativamente que no, pero yo lo aludo porque ciertamente
éstas son las luces de alarma que se encienden cuando uno ve que en
nuestro país existen posibilidades de estos tráficos y que hay españoles
irresponsables que, consciente o inconscientemente, se meten en estos
negocios tan peligrosos que al final pueden acabar provocando ciertos
problemas de geopolítica o de intereses generales de seguridad.

Esto es, señor Ministro, lo que yo razono en torno a estas tres preguntas
y me gustaría, por supuesto, tener la mayor concreción en las respuestas.




El señor VICEPRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Trataré de
ser lo más conciso posible en las respuestas, pero permítame que le diga
que la ignorancia se asienta en las filas de las ciencias y de las
letras. Hay mucho ignaro también en las ciencias.

Le quería contestar a las tres preguntas que me formula, pero antes de
nada quisiera volver a reiterar lo que ya S. S. sabe: en relación con
cualquier concomitancia con el terrorismo, un no rotundo, un no tajante.

Ya lo conocía S. S., pero como ha vuelto a salir, me gustaría no dejarlo
pasar una vez más.

Las cuestiones que plantea S. S. es si tenía conocimiento el Gobierno del
origen exacto de los materiales nucleares. No tenía, pero sí puedo decir
que hoy se tiene alguna información más, no precisa, no exacta, y lo que
se puede decir es que permite concluir que el material intervenido
procede lo más probablemente de un laboratorio o centro de investigación.

Por tanto, en este momento, por las informaciones que tienen quienes
están llevando la investigación en Alemania, se descarta casi al 100 por
ciento --nunca al 100 por ciento-- que provenga de una instalación
militar o de una instalación de generación de energía, aunque todavía no
se puede precisar el país de origen. Sí puede S. S. quedarse tranquilo en
que Vandellós difícilmente puede ser el origen, por muchas razones,
incluso por razones estrictamente técnicas o tecnológicas es imposible
que una central de esas características produjera plutonio 239.

Con respecto a la información que ha aparecido en determinados medios
informativos sobre estas acciones de tráfico iniciadas, sí le puedo decir
que, de los medios que S. S. tiene y de otros muchos que hay donde se han
publicado noticias sobre ello, hay informaciones que son completamente
ajenas a la verdad y otras que tienen datos que son verídicos, los
nombres de las personas, etcétera, pero no le podría contestar sobre la
afirmación de todas ellas, porque no lo son; algunas informaciones,
lógicamente, en un volumen de información como el que se ha producido en
algunos periódicos, en cuanto a fechas y nombres, etcétera, verídicas,
pero no en su totalidad; hay más de ficción en algo que ha tenido gran
impacto mediático por la novedad que podía suponer, aunque ciertamente
contrabando de material fisible ya existía desde prácticamente el año
1989. Es verdad que en condiciones, como he dicho anteriormente, quizá
más modestas y quizá de una pureza, desde el punto de vista del material,
menor.

Por último sí le puedo decir que el Gobierno no tiene conocimiento alguno
de la participación de la Embajada de la República Federal Alemana en
Madrid. Eso se lo puedo decir también con toda contundencia. Por tanto,
las actuaciones que pudieron tener un inicio en Madrid, pero no en la
Embajada alemana, luego tuvieron el discurrir que S. S. ha relatado; fue
posteriormente en Munich donde se produjo el intercambio más importante y
la denuncia eficaz, porque se produjo allí también el arresto de este
tráfico de plutonio.

Quiero insistir una vez más en que es una tema de enorme envergadura la
posibilidad de que material fisible, con posibles connotaciones
militares, pueda ser fruto de delitos internacionales, de tráfico
internacional. Tanto las agencias especializadas como los servicios
españoles en los países de la Unión y los que colectivamente la Unión
tiene y otros países --piense en Estados Unidos, piense en la propia
Rusia-- todos están cooperando para que no se produzca una situación de
estas características por el altísimo riesgo que puede tener para todos.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Muy brevemente.

Quisiera hacer dos apostillas a lo que usted acaba de decir. La primera:
Ciertamente el tema es más que inquietante, y ve que yo lo estoy tratando
con una delicadeza de guante blanco casi de seda, porque realmente las
implicaciones de estos servicios y la confusión, que los jueces veremos



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si aclaran, son muy grandes. Es este sentido, quiero consignar que el
Bundestag ha constituido una comisión de investigación, dada la
naturaleza y gravedad del tema, y sería muy interesante que nosotros
podamos conocer su dictamen. Y si hubiera alguna aclaración a hacer por
parte del Gobierno español no se hurtara a esta Comisión.

La segunda apostilla sería tratar de saber si realmente la Guardia Civil
o los servicios españoles han iniciado algún tipo de investigación
respecto a estos agentes dobles o no dobles, no lo sé, que han incidido
en el operativo. Consecuentemente, conocer si desde dentro nos estamos
preocupando sobre qué hacen nuestros hombres para evitar confusiones al
respecto.




El señor VICEPRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Quiero
recordarle, señoría, que no se trata de agentes. Como S. S. ha reconocido
bien, se trata más bien de ex agentes. Y sí le puedo garantizar que los
servicios españoles son servicios que trabajan a la perfección y que
cumplen con su deber, cualquiera que sea éste.




El señor VICEPRESIDENTE: Señorías, concluimos así el bloque del orden del
día dedicado a comparecencias y preguntas.

Agradecemos al señor Ministro una vez más su presencia en esta Comisión.

(Pausa.)



DICTAMENES SOBRE:



--ACUERDO ENTRE ESPAÑA Y RUMANIA PARA LA PROMOCION Y PROTECCION RECIPROCA
DE INVERSIONES, HECHO EN BUCAREST EL 25 DE ENERO DE 1995. (Número de
expediente 110/000156.)



El señor VICEPRESIDENTE: Proseguimos el desarrollo del orden del día,
pero antes el señor Puig quiere intervenir.




El señor PUIG I OLIVE: Sólo quería que constara en el «Diario de
Sesiones», ahora que vamos a discutir los tres dictámenes que tiene el
orden del día, que en uno de ellos debería intervenir por nuestro Grupo
don Enrique Curiel. Dadas las circunstancias que se han producido esta
semana y el susto que hemos tenido todos, quiero desde mi Grupo hacer
votos para su rápido restablecimiento. Tenemos buenas noticias. Creo que
puede ser compartido por todos, los compañeros suyos de esta Comisión,
que esperamos que muy pronto se encuentre entre nosotros.




El señor VICEPRESIDENTE: Todos celebramos que el señor Curiel vaya
evolucionando positivamente después del susto que, efectivamente, todos
tuvimos hace unos días.

Pasamos al punto número 20 del orden del día: Acuerdo entre España y
Rumania para la promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en
Bucarest el 25 de enero de 1995.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
El señor Martín Mesa tiene la palabra, por el Grupo Socialista.




El señor MARTIN MESA: Intervengo muy brevemente para decir que el grupo
Socialista va a dar su voto favorable a la autorización por las Cortes de
este acuerdo entre españa y Rumania para la promoción y protección
recíproca de inversiones.

Es un acuerdo que tiene como objetivo fundamental, desde el punto de
vista español, fomentar la inversión productiva en aquel país y,
naturalmente, ofrecer un marco jurídico de protección a las inversiones
que se dirijan a Rumania, y, desde el punto de vista rumano, captar
inversión extranjera que contribuya al desarrollo económico dentro del
proceso de apertura y de liberalización de la economía del país.

Se trata, en definitiva, de un acuerdo que pretende intensificar la
cooperación económica entre los dos países en beneficio recíproco y sobre
todo contribuyendo al desarrollo de un país en transición, un país que,
según los últimos datos que poseemos, de 1992, con una población que no
llegaba a 23 millones de habitantes, tenía un producto nacional bruto de
24.800 millones de dólares, lo que viene a determinar un producto
nacional bruto per cápita de 1.090 dólares. Señorías, 137.000 pesetas.

Compárenlo con casi el 1.800.000 pesetas per cápita que teníamos en
España en aquella misma fecha. En definitiva, un país en transición y en
vías de desarrollo, que ocupa el lugar 141, de los 225 países o
territorios que clasifica el Banco Mundial, y que además está atravesando
momentos económicos difíciles, con tasas de inflación que están llegando
y superando en algunos casos ampliamente los tres dígitos.

Este APPRI, este acuerdo de promoción y protección recíproca de
inversiones, tiene los elementos normales en este tipo de acuerdos, trato
equitativo y no discriminatorio, tratamiento nacional y de nación más
favorecida, pago de indemnizaciones por expropiación o por pérdidas de
vida por guerras u otros conflictos; prevé todo lo relativo a las
transferencias de renta contempla los recursos de arbitraje internacional
en la solución de controversias.

La motivación del Gobierno no es otra que apoyar las iniciativas
empresariales de apertura al exterior, evitando riesgos no comerciales,
sobre todo para todas aquellas empresas que opten por su
internacionalización vía inversiones en países en vías de desarrollo como
es el caso de Rumania.

Es un acuerdo, un APPRI, en el mismo contexto que tantos otros suscritos
a lo largo de 1994. Argelia, Corea del Sur, Cuba, Honduras, Kazajstán,
Lituania, Nicaragua, Malasia, Venezuela, etcétera; les ahorro a ustedes
la larga y amplísima lista de convenios de esta naturaleza que se han
firmado a lo largo de 1994.

Este acuerdo con Rumania en principio iba a ser firmado en mayo de 1994;
sin embargo, finalmente se retrasó a enero de 1995, y ello ha permitido,
a instancias de Rumania, incorporar alguna modificación en el artículo 8
del



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texto que inicialmente se había consensuado y que no altera la esencia
del mismo.

En suma, señor Presidente, señoras y señores Diputados, el Grupo
Socialista está convencido de que este acuerdo, por una parte, va a dar
garantía jurídica a las inversiones españolas en Rumania y a los pagos
que de ellas se deriven y, en segundo lugar, va a favorecer los
intercambios y contribuirá al desarrollo económico, en la medida de lo
posible, de este país en transición.

Por estas dos razones, el Grupo Socialista, señor Presidente, dará su
voto favorable a la autorización del mismo por las Cortes Generales.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Este acuerdo establece las garantías que
aseguren un tratamiento no discriminatorio de las inversiones recíprocas
de ambos países, tanto respecto a terceros países como a la libre
repatriación de los rendimientos de la inversión. También se establecen,
señorías, cláusulas especiales respecto a la posibilidad de
nacionalizaciones y a indemnizaciones en tales casos, así como las
pérdidas ocasionadas por guerras y otros conflictos armados.

Con este tratado se pretende limitar el riesgo político al que se ve
sometida una inversión. Al establecer principios generales de libre
disponibilidad de la rentabilidad de la inversión, el tratamiento no
discriminatorio frente a terceros países y el establecimiento de un
sistema de arbitraje en caso de controversias. Hay que señalar, no
obstante, que un acuerdo como el suscrito, dada la situación relativa, y
como ya se ha indicado, del desarrollo de España y Rumania, así como la
necesidad de este último país de captar inversiones procedentes del
exterior tiene como objetivo fundamental incentivar la inversión
extranjera en este último país. La única diferencia importante, señorías,
que este acuerdo presenta respecto a otros previamente firmados es una
modificación del artículo 8, tras el segundo párrafo, que supone una
reducción de los organismos de arbitraje internacional a los que es
posible acudir en caso de controversias, pasando estos organismos de
cuatro a dos, al no considerar la parte rumana al Instituto de Arbitraje
de la Cámara de Comercio de Estocolmo ni a la Corte de Arbitraje de la
Cámara de Comercio Internacional de París como instancias especializadas
en controversia en materia de inversiones. Parece, según los informes que
obran en el expediente, que ello no comporta la eliminación, no obstante,
del arbitraje internacional y que esto no supone la disminución de las
garantías para los inversores al permanecer la garantía jurídica que
supone la independencia de los tribunales internacionales de arbitraje.

Sin embargo, señorías, la modificación del artículo 8 no señala qué
sentencia de las dictadas por los dos tribunales --el nacional o el
internacional--, si se dieran, prevalecerá en el caso de que sean
diferentes.

Señor Presidente, son cuantas observaciones deseamos hacer al acuerdo que
se propone, al que daremos nuestro voto favorable.




El señor VICEPRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Vázquez Romero.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Intervendré de forma breve para mostrar la
disposición favorable de mi Grupo a votar positivamente este acuerdo
entre España y Rumania, que es, como se ha dicho, uno más de los que
nuestro país firma con diferentes países, que tiene como objetivo la
protección de inversiones y que puede significar un estímulo en este caso
para la inversión de capital rumano en nuestro país --lo cual es poco
probable-- como de capital español en Rumania, ayudando al desarrollo
económico de este país que se encuentra en una situación delicada.




El señor VICEPRESIDENTE: Vamos a proceder a la votación de dicho acuerdo.




Efectuada la votación, dijo:



El señor VICEPRESIDENTE: Queda aprobado por unanimidad.




--ACUERDO SOBRE PROTECCION DE INFORMACION CLASIFICADA ENTRE EL REINO DE
ESPAÑA Y EL ESTADO DE ISRAEL, HECHO EN MADRID EL 13-2-95. (Número de
expediente 110/000157.)



El señor VICEPRESIDENTE: Punto número 21 del orden del día: Acuerdo sobre
protección de información clasificada entre el Reino de España y el
Estado de Israel, hecho en Madrid el 13 de febrero de 1995.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Coalición Canaria tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Coalición Canaria va a dar su voto favorable a
este Acuerdo para la protección de la información clasificada entre
España e Israel y quiere significar lo siguiente: Es un acuerdo que entra
dentro de la lógica de los sistemas de seguridad, el intercambio de
información que puede haber existido --y sobre ello hay muchas noticias
de prensa-- entre los servicios de seguridad de España con los de Israel
sobre grupos terroristas operando en aquella zona o en España.

Es curioso este Acuerdo, en primer lugar, dentro de la premura con que
llega aquí --se firmó el pasado mes de febrero en Madrid--, porque, como
bien se encarga de garantizar la cláusula número dos, que es el ámbito de
aplicación, viene de hechos de rango institucional jurídico. Se dice que
este Acuerdo se aplicará a las negociaciones y será una parte integrante
de cualquier acuerdo que sea firmado en el futuro entre las partes
relacionados con los siguientes temas, que están fundamentalmente en el
área de la defensa. Señalo la singularidad de poner --como se dice en el
refrán español-- el parche antes de que salga el grano. Porque con Israel
no hay ni parece que pueda haber visos de firmar un acuerdo de
cooperación en materia de



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defensa o de actuaciones conjuntas de fuerzas armadas españolas con
fuerzas armadas israelíes. Indudablemente, si de hecho se están haciendo
intercambios de información entre los servicios secretos israelíes y los
servicios secretos españoles, había que dar alguna forma jurídica de
protección de esa información.

Aunque la cláusula número cuatro parece que hace hincapié en la
información que se puede dar en el tema de armamento y material, porque
encomienda por parte española la recepción para las visitas de
«información técnica» --entre comillas--, dentro del seno del Ministerio
de Defensa, en la Dirección General de Armamento y Material, y sabiendo
también que incluso Israel ha hecho ofertas y se han realizado
actuaciones cuando el famoso contrato de mantenimiento y remotorización
de los Mirage de la aviación española, aunque ya existía información
israelí y las controversias a que aquello dio lugar en relación con la
tecnología o el registro de propiedad de la tecnología con que se iba a
realizar aquello en los servicios aeronáuticos israelíes, no es menos
cierto que, a la hora de establecer las garantías gubernamentales de
seguridad, recaiga esta autoridad de seguridad gubernamental por parte de
España en el CESID y por parte de Israel en el famoso Director de la
Seguridad para el establecimiento y garantías de la Defensa y el famoso
servicio, de él dependiente, el Mosad.

Nosotros entendemos este tema dentro del pragmatismo y creemos que era
necesario, si de hecho está ocurriendo ese trasvase de información, que
se les dieran las garantías pertinentes tanto para la garantía de
seguridad de España como la israelí.

Por tanto, sin entrar en más disquisiciones, nosotros vamos a votar
favorablemente la aprobación de este Acuerdo.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Izquierdo.




El señor IZQUIERDO JUAREZ: Señor Presidente, seré muy breve.

El Acuerdo sobre protección de información clasificada entre Israel y
España en términos generales es similar a los ya concertados con países
como Alemania, Francia, Italia, Noruega y Grecia. Tiene como objeto la
protección de información y datos sobre material clasificado, lo que
facilitará una cooperación tecnológica industrial entre ambos países que
posibilite un mayor intercambio comercial incluido material de defensa,
mediante medidas que garanticen a ambas partes la seguridad de las
informaciones clasificadas en el ámbito de la defensa nacional.

Se está aplicando, como ya se ha dicho, provisionalmente desde el 13 de
febrero pasado, fecha de su firma y consta de trece cláusulas en las que
se determina correctamente su ámbito de aplicación, los principios de
protección de la información clasificada y medidas a tomar en caso de
violación, pérdida o exposición a riesgo de información o material
clasificado.

A nuestro juicio, señorías, procede que sea dictaminado favorablemente,
tal y como se propone.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el
señor Cremades.




El señor CREMADES SENA: Señor Presidente, al sustituir en este trámite al
compañero Enrique Curiel, permítame que personalmente manifieste mi deseo
de su pronto restablecimiento y su presencia en esta Comisión.

Voy a ser muy breve porque los compañeros que me han precedido en el uso
de la palabra han dicho más o menos las características de este acuerdo
sobre protección de información clasificada entre el Reino de España y el
Estado de Israel.

El acuerdo pretende garantizar la seguridad de informaciones clasificadas
en el ámbito de la defensa y que se intercambien entre otros países, bien
sea para cubrir necesidades de la Administración o bien para actividades
que se encomienden a organismos privados públicos de ambos países.

El interés del Gobierno por este tipo de convenios bilaterales, tanto con
países aliados como con países con los que mantenemos buenas relaciones,
hace que sea muy similar a otros ya suscritos con Italia, Francia,
Grecia, República Federal de Alemania o con Noruega, por ejemplo.

En primer lugar, quiero decir que se remite a la legislación de ambos
países, en este caso en España a la Ley 9/1968, sobre Secretos Oficiales,
modificada, como todos conocen por la Ley 48/1978. La cláusula diez, que
se ha citado aquí y que establece la aplicación provisional a partir de
la firma de dicho acuerdo, viene dada por la propia urgencia de proteger
la información que sea transferida en el marco de contratos industriales
en marcha, que son de gran interés para España y que en estos momentos se
están realizando, como ya he dicho.

Finalmente, quiero decir que el acuerdo a nivel formal consta de un
preámbulo y trece cláusulas donde se establecen las distintas
definiciones, las distintas equivalencias en materia de seguridad, los
ámbitos de aplicación, se regula el acceso a esa materia reservada y
también los mecanismos de su transmisión.

Mi Grupo va a dar su apoyo a este acuerdo puesto ya en marcha
provisionalmente. Esperamos que entre en vigor una vez notificado, porque
tanto en Israel como en España se han cubierto los distintos requisitos
que la legislación interna correspondiente de cada país requiere para que
definitivamente sea un acuerdo más suscrito en materia de defensa por
nuestro país.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Presidente, permítame, antes de iniciar mi
intervención, que, en nombre del señor Vázquez y mío propio, nos sumemos,
como Grupo Parlamentario, a los deseos ya expresados en esta Comisión del
pronto restablecimiento del Diputado señor Curiel para que en breve
tiempo pueda estar entre nosotros desplegando su trabajo en el marco de
su Grupo Parlamentario.




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Sobre el Acuerdo que nos ocupa, señor Presidente, nuestro Grupo va a
abstenerse, no porque no esté de acuerdo en los contenidos y en las
distintas cláusulas que lo configuran, sino por el entorno en el que se
produce. Un entorno que apunta hacia la esperanza de una consolidación
definitiva del proceso de paz en el Próximo Oriente, pero proceso de paz
que no está concluido, proceso de paz que está pendiente de acuerdos
importantes entre el Estado de Israel y la autoridad nacional palestina y
otros estados limítrofes de la región. En estas condiciones nos parece
aventurado firmar un acuerdo de protección mutua de información
clasificada, pues de alguna manera podría venir a coaccionar por parte
del Estado español actuaciones que bajo la capa de la lucha
antiterrorista resultase que no se pudiesen del todo clasificar --nunca
mejor dicha esta palabra-- en esta actividad, puesto que lo que en el
pasado fue calificado de terrorismo hoy es calificado de proceso hacia la
paz, sobre todo el protagonizado por el Consejo Nacional Palestino, hoy
autoridad nacional palestina.

Por estas razones de contexto, no de contenido estricto del acuerdo,
nuestro Grupo Parlamentario, que no quiere expresar un voto negativo, va
a optar por la abstención.




El señor VICEPRESIDENTE: Vamos a proceder a la votación.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 19;
abstenciones, dos.




El señor VICEPRESIDENTE: Queda aprobado.




--PROTOCOLO RELATIVO A LAS CONSECUENCIAS DE LA ENTRADA EN VIGOR DEL
CONVENIO DE DUBLIN SOBRE CIERTAS DISPOSICIONES DEL CONVENIO DE APLICACION
DEL ACUERDO DE SCHENGEN, HECHO EN BONN EL 26 DE ABRIL DE 1994. (Número de
expediente 110/000158.)



El señor VICEPRESIDENTE: Pasamos al punto 22 del orden del día: Protocolo
relativo a las consecuencias de la entrada en vigor del Convenio de
Dublín sobre ciertas disposiciones del convenio de aplicación del Acuerdo
de Schengen, hecho en Bonn el 26 de abril de 1994.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.) Por el Grupo Popular tiene la
palabra el señor Robles Fraga.




El señor ROBLES FRAGA: En primer lugar, solicito a la Presidencia que
transmita el deseo de todos los Diputados del Grupo Popular de
restablecimiento de nuestro compañero Enrique Curiel. Espero que ese
deseo unánime sea transmitido por la Presidencia a sus familiares y a él
mismo en cuanto esté en condiciones de recibir este tipo de mensajes de
afecto.

Nos ocupa la aprobación del Protocolo relativo a las consecuencias de la
entrada en vigor del Convenio de Dublín sobre ciertas disposiciones del
convenio de aplicación del Acuerdo de Schengen. En esta cuestión
repetimos las dudas que para el Grupo Popular existen por el artículo 19
de este convenio que establece que sus disposiciones se aplicarán
únicamente al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, no se
aplicarán a los territorios europeos de cuyas relaciones exteriores sea
responsable el Reino Unido, salvo si el Reino Unido efectúa una
declaración en sentido contrario. Esto abre la posibilidad de que de
manera unilateral el Reino Unido pueda declarar aplicable, de manera
automática, este convenio al territorio de Gibraltar. Esto es, que Gran
Bretaña pueda, unilateralmente, en un momento determinado y conforme a
sus intereses, declarar a Gibraltar tierra de asilo, lo que sin duda y
teniendo en cuenta las circunstancias que concurren en el territorio de
Gibraltar (recordaré la serie larga de tráficos de todo tipo que se
produce con base en Gibraltar) sería una consecuencia jurídica
extremadamente perjudicial y grave y, desde luego, contraria a los
intereses españoles.

Ya solicitamos en su día que fuera enmendado el apartado que se refiere a
la posibilidad de extender a Gibraltar unilateralmente por el Reino Unido
las disposiciones de este convenio. Solicitamos que no fuera aceptado por
la Cámara y fuera devuelto para una posterior negociación en el seno de
la Unión Europea. Y precisamente por no haber sido aceptada esta
enmienda, por no haber sido despejadas las dudas que afectan a intereses
graves, importantes y legítimos de España, nos abstendremos en esta
votación. Desde luego, no que no está en juego es la cuestión de la
soberanía. Lo que está en juego son intereses concretos y precisos de
nuestro país, que son intereses nacionales, intereses fundamentales de
política exterior, que pueden ser perjudicados gravemente por la
posibilidad que se abre ahora de que se declare unilateralmente a
Gibraltar tierra de asilo y, sin discutir Schengen ni el Convenio de
Dublín, ni poner en duda los objetivos de estos dos convenios,
consideramos que las razones que nos mueven son lo bastante graves como
para reiterar nuestra postura y reafirmarnos en abstenernos en esta
votación.




El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Socialista tiene la palabra el
señor De Puig.




El señor DE PUIG Y OLIVE: Decía un viejo tratado de retórica que la mejor
intervención oral es aquella que tiene un buen principio, un buen final y
el tiempo más corto posible entre los dos. Yo creo que esto puede ser un
buen principio. Quiero decir, en el camino entre el principio y el final,
que el jueves pasado hubo un debate en el plenario sobre este tema. En
ese debate fijamos nuestra posición, mostramos nuestro desacuerdo con la
enmienda presentada por el Grupo Popular, y ahora no voy a infligirles el
castigo de volver a repetir todo lo que dijimos el jueves pasado en el
plenario. Creo que no hay que reiterar nunca y mucho menos hay que
reiterar lo reiterado. Por tanto, he llegado al final. No sé si ha sido
bueno el principio y corto el tiempo entre los dos, pero el final es muy
bueno porque es el siguiente: ya he terminado, señor Presidente.




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El señor VICEPRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Yo también intentaré ser breve, puesto que ya
fijamos nuestra posición en el Pleno.

Sintéticamente, nosotros anunciamos en el Pleno que nos íbamos a abstener
y hoy repetimos nuestra posición. En su día votamos en contra de
Schengen, porque creíamos que era una limitación al necesario espacio
jurídico y policial de toda la Unión Europea, y dijimos al Grupo Popular
que en el pecado llevaba la penitencia. Habiendo votado a favor de
Schengen, ahora encontraba un pequeño escollo en el desarrollo de este
tratado. Como no compartimos la filosofía de Schengen, no podemos ahora
pronunciarnos ni a favor ni en contra de este pequeño escollo, y por
tanto nos vamos a abstener.




El señor VICEPRESIDENTE: Vamos a proceder a la votación.




Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 12;
abstenciones, nueve.




El señor VICEPRESIDENTE: Queda aprobado.

Muchas gracias, señorías.

Se levanta la sesión.




Eran las siete y cuarenta minutos de la tarde.