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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 472, de 04/04/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 472
D E F E N S A
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 26
celebrada el martes, 4 de abril de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias:
--Del señor Ministro de Defensa (García Vargas), para informar acerca del
fundamento de la información publicada sobre supuestas actividades del
Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) relacionadas con la
aparición de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). A petición
propia. (Número de expediente 214/000095). (Página 14382)
--Del señor Vicepresidente del Gobierno (Serra i Serra), para dar cuenta
del conocimiento o, en su caso, implicación del Gobierno con la trama
hecha pública por el diario «El Mundo», según la cual el Centro Superior
de Información de la Defensa (CESID) ha puesto en marcha una operación
dirigida por el Vicepresidente del Gobierno con el objetivo de conseguir
testigos falsos para atribuir a los gobiernos de la Unión de Centro
Democrático (UCD) la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación
(GAL). A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de
expediente 213/000545.) Esta comparecencia ha sido cumplimentada por el
señor Ministro de Defensa, según acuerdo de la Mesa de la Comisión de
fecha 23 de marzo de 1995. (Página 14382)



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--Del señor Director General del Centro Superior de Información de la
Defensa (CESID) (Alonso Manglano), para informar de las acciones e
investigaciones realizadas por dicho Centro relacionadas con la trama de
los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), con especial referencia a
la veracidad o falsedad de la información publicada el día 20 de febrero
de 1995 relativa a la creación de grupos terroristas anti-ETA bajo los
gobiernos de Unión de Centro Democrático (UCD). A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular. (Número de expediente 212/001398.) Esta
comparecencia ha sido cumplimentada por el señor Ministro de Defensa,
según acuerdo de la Mesa de la Comisión de fecha 23 de marzo de 1995.

(Página 14383)
--Del señor Director General del Centro Superior de Información de la
Defensa (CESID) (Alonso Manglano), para dar cuenta del conocimiento, o en
su caso implicación del Gobierno con la trama hecha pública por el diario
«El Mundo», según la cual el citado Centro ha puesto en marcha una
operación dirigida por el Vicepresidente del Gobierno con el objetivo de
conseguir testigos falsos para atribuir a los gobiernos de la Unión de
Centro Democrático (UCD) la creación de los Grupos Antiterroristas de
Liberación (GAL). A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC.

(Número de expediente 212/001399.) Esta comparecencia ha sido
cumplimentada por el señor Ministro de Defensa, según acuerdo de la Mesa
de la Comisión de fecha 23 de marzo de 1995. (Página 14383)
--Del señor Ministro de Defensa (García Vargas), para dar cuenta del
posible destino de fondos públicos asignados al citado Ministerio, bajo
el epígrafe de fondos reservados, al pago de cuotas de inscripción y
periódicas del «Club Puerta de Hierro» del señor Manglano y sus
familiares. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de
expediente 213/000287). (Página 14394)
--Del señor Ministro de Defensa (García Vargas), para informar sobre la
participación de España en la Guerra del Golfo y sobre las presiones que,
en este sentido, se hubieran podido originar por una posible operación de
pagos ilegales a políticos y entidades españolas, fomentados por el
Gobierno de Kuwait. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC.

(Número de expediente 213/000245). (Página 14395)
Pregunta del señor Robles Fraga (Grupo Parlamentario Popular), sobre
razones de la tardanza del Ministro de Defensa en realizar una visita
oficial a Arabia Saudí, Kuwait y Qatar, tras la Guerra del Golfo Pérsico.

(BOCG serie D, núm. 189, de 10-2-95. Número de expediente 181/001293).

(Página 14397)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, comienza la sesión.

En primer lugar, he de comunicarles que el punto 5, una petición de
comparecencia del Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, ha sido aplazado a petición del Grupo.

En segundo lugar, les comunico que, por acuerdo de la Mesa y de los
portavoces, los primeros cuatro puntos del orden del día se agruparán en
uno sólo. A continuación, se debatirá el punto 6.o y, finalmente, los
puntos 7 y 8 también de manera agrupada.




COMPARECENCIAS:



--DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (GARCIA VARGAS), PARA INFORMAR ACERCA DEL
FUNDAMENTO DE LA INFORMACION PUBLICADA SOBRE SUPUESTAS ACTIVIDADES DEL
CENTRO SUPERIOR DE INFORMACION DE LA DEFENSA (CESID) RELACIONADAS CON LA
APARICION DE LOS GRUPOS ANTITERRORISTAS DE LIBERACION (GAL). A PETICION
PROPIA. (Número de expediente 214/000095.)



--DEL SEÑOR VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO (SERRA I SERRA), PARA DAR CUENTA
DEL CONOCIMIENTO O, EN SU CASO, IMPLICACION DEL GOBIERNO CON LA TRAMA
HECHA PUBLICA POR EL DIARIO «EL MUNDO», SEGUN LA CUAL EL CENTRO SUPERIOR
DE INFORMACION DE LA DEFENSA (CESID) HA PUESTO EN MARCHA UNA OPERACION
DIRIGIDA POR EL VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO CON EL OBJETIVO DE CONSEGUIR
TESTIGOS FALSOS PARA ATRIBUIR A LOS GOBIERNOS DE LA UNION DE CENTRO
DEMOCRATICO (UCD) LA CREACION DE LOS GRUPOS ANTITERRORISTAS DE LIBERACION
(GAL). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 213/000545.)



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--DEL SEÑOR DIRECTOR GENERAL DEL CENTRO SUPERIOR DE INFORMACION DE LA
DEFENSA (CESID) (ALONSO MANGLANO), PARA QUE INFORME DE LAS ACCIONES E
INVESTIGACIONES REALIZADAS POR DICHO CENTRO RELACIONADAS CON LA TRAMA DE
LOS GRUPOS ANTITERRORISTAS DE LIBERACION (GAL), CON ESPECIAL REFERENCIA A
LA VERACIDAD O FALSEDAD DE LA INFORMACION PUBLICADA EL DIA 20-2-95
RELATIVA A LA CREACION DE GRUPOS ANTITERRORISTAS ANTI-ETA BAJO LOS
GOBIERNOS DE UNION DE CENTRO DEMOCRATICO (UCD). A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 212/001398.)



--DEL SEÑOR DIRECTOR DEL CENTRO SUPERIOR DE INFORMACION DE LA DEFENSA
(CESID) (ALONSO MANGLANO), PARA DAR CUENTA DEL CONOCIMIENTO O, EN SU
CASO, IMPLICACION DEL GOBIERNO CON LA TRAMA HECHA PUBLICA POR EL DIARIO
«EL MUNDO», SEGUN LA CUAL EL CITADO CENTRO HA PUESTO EN MARCHA UNA
OPERACION DIRIGIDA POR EL VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO CON EL OBJETIVO DE
CONSEGUIR TESTIGOS FALSOS PARA ATRIBUIR A LOS GOBIERNOS DE LA UNION DE
CENTRO DEMOCRATICO (UCD) LA CREACION DE LOS GRUPOS ANTITERRORISTAS DE
LIBERACION (GAL). A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
212/001399.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la comparecencia, a petición propia, del
Ministro de Defensa ante la Comisión para informar acerca del fundamento
de la información publicada sobre supuestas actividades del Centro
Superior de información de la Defensa relacionadas con la aparición de
los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). A su vez, esta solicitud
de comparecencia también incluye las solicitadas por el Grupo Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y por el Grupo Popular.

A estos efectos, tiene la palabra el señor Ministro de Defensa.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Muchas gracias, señor
Presidente.

Señorías, al tener conocimiento de la información publicada el día 20 de
febrero del presente año por el diario «El Mundo», que titulaba: «El
Cesid busca testigos falsos para atribuir a la Unión de Centro
Democrático la creación de los GAL», decidí, en primer lugar, desmentir
rotundamente esta información en nota oficial de prensa y, en segundo
lugar, solicitar esta comparecencia para informar a SS. SS. de la
falsedad de lo publicado.

Entonces se afirmó (lo hice personalmente y lo hicieron también otros
miembros del Gabinete, incluido el propio Presidente, y ahora lo reitero)
que el Cesid nunca ha proyectado o realizado ninguna maniobra para
intentar atribuir a los gobiernos de la Unión de Centro Democrático la
creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación, ni ningún otro
grupo, ni ha recibido órdenes de ningún miembro del Gobierno en este
sentido. Tampoco ha realizado ninguna actividad para investigar, como en
algún lugar se ha dicho o escrito, las posibles implicaciones de los
gobiernos y responsables de los servicios de seguridad, durante los
mandatos de los presidentes Suárez y Calvo-Sotelo, en actividades
ilegales contra el terrorismo.

En consecuencia, no ha convocado reunión alguna con ese fin, ni la
supuesta reunión a la que aludió la información del periódico, ni ninguna
otra, como tampoco ha convocado para ello a miembros de los servicios
especiales de la Guardia Civil, de identidad desconocida.

Como conclusión de lo anterior, don Emilio Jambrina, miembro del Cesid,
no ha tomado parte en esa supuesta reunión. Concretamente, las fechas en
que, según lo publicado, se celebró la supuesta reunión, el señor
Jambrina no se encontraba en Madrid, y puede probarlo así.

Hechas estas afirmaciones, quiero ahora, señorías, expresar algo que los
distintos gobiernos de mi Partido han reiterado a lo largo de los
mandatos que les ha confiado el pueblo español: el respeto por quienes,
antes de los Gobiernos socialistas, asumieron la responsabilidad de
gobernar España. Esta confianza y respeto ha sido una constante en los
años transcurridos desde 1983 y no ha variado en este tiempo. Yo mismo,
como Ministro de Defensa, señorías, he declarado mi convicción sobre la
honorabilidad y rectitud de los gobernantes que llevaron a cabo nuestra
transición política. Es más, debo dejar constancia hoy de mi
identificación con la labor de mis predecesores en el Ministerio de
Defensa antes de 1982. Las grandes reformas militares diseñadas por el
Capitán General Gutiérrez Mellado, y aplicadas por los Ministros
Rodríguez Sahagún y Oliart, fueron el precedente inmediato, en sus líneas
generales, de las ejecutadas en el Ministerio de Defensa por el hoy
Vicepresidente, señor Serra, y por mí mismo. Estas reformas incluyen las
de los servicios de inteligencia llevadas a cabo antes de 1982.

Esta posición no oculta, sin embargo, que la historia vivida en aquellos
años demuestra que existieron grupos o movimientos de distinto signo que
utilizaron procedimientos y medios al margen de la legalidad para
enfrentarse al fenómeno terrorista. Pero esta realidad no permite, en
forma alguna, involucrar a los Gobiernos de la Unión de Centro
Democrático en la creación y sostenimiento de esos movimientos o grupos.

Si la posición de lo sucesivos Gobiernos socialistas ha sido, y es, la
que les transmito, es impensable que el Centro Superior de Información de
la Defensa, el Servicio de Inteligencia del Estado, haya convocado
ninguna reunión con un fin completamente opuesto.

Sé que sobre el Cesid, como institución, existen todo tipo de mitologías,
fruto de imaginaciones desbordadas o de intoxicaciones interesadas. Eso
sucede con todos los



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servicios de inteligencia del mundo. Pero no es admisible la duda sobre
su neutralidad política y sobre su profesionalidad y lealtad al Estado y
a la Constitución. Nadie puede creer que un servicio de inteligencia
pretenda, en una sociedad libre y transparente como es hoy la española,
montar una operación de búsqueda de falsos testigos para reescribir la
historia de hace sólo quince años, ofreciendo compensaciones económicas u
otras ventajas materiales. Menos aún se puede creer que una operación
como la que se describió en esa información, se planifique en un lugar
público, una gasolinera, y próximo, además, a la sede del propio Cesid.

Desconozco, señorías, cuál puede ser el origen o el autor de esta
invención, ni tampoco el móvil que puede haber inducido a esa falsa
noticia, que no fue contrastada ni con el propio Cesid ni con lo
servicios de comunicación del Ministerio de Defensa.

El Gobierno sabe que ha existido algún anónimo dirigido a ciertas
personas con altas responsabilidades en Gobiernos de UCD y a algún medio
de comunicación, con falsas informaciones intoxicadoras. Su finalidad
última es desconocida por el Gobierno y su carácter hace imposible
cualquier acción legal. En cuanto a sus autores, también son
desconocidos. Tampoco, señorías, hay que conceder mayor importancia a un
hecho como éste.

Debo reiterar, una vez más, que el Cesid no es un centro de inteligencia
militar, ni un cuerpo policial, ni tiene atribuidas competencias de esta
naturaleza. Dicho de otro modo, en este último supuesto, carece de
habilitación legal para investigar acciones delictivas, para perseguir o
reprimir delitos, o para poner a disposición de los jueces a sus autores.

Es un servicio de inteligencia del Estado, con misiones directamente
relacionadas con su seguridad y defensa y, por ello, sus cometidos se
centran en obtener, evaluar y difundir información para adoptar medidas
de carácter preventivo. Si SS. SS. examinan el Real Decreto 2632/85 y la
Orden Ministerial 135/1982, que regulan la estructura interna, las
relaciones y cometidos del Cesid, comprobarán que todas sus misiones
tienen esta finalidad.

Con respecto a esta cuestión, señorías, termino afirmando que es falso
que el Cesid haya proyectado o convocado reunión alguna con tan
singulares fines; que haya intentado encontrar testigos falsos para tan
burda maniobra; y que sus miembros no han intervenido en ella, si es que
ha existido.

Relacionada directamente con esta información, el mismo diario publicó,
el 27 de febrero, que el Cesid grabó con micrófonos ocultos a Suárez
mientras hablaba sobre ETA. Esta información fue desmentida a través de
una nota oficial que, sin duda, conocieron sus señorías. En esta cuestión
sólo quiero confirmar que, si esa grabación se realizó, tuvo lugar en
1978, mucho antes de que el Partido Socialista accediera al Gobierno; que
el Director General del Cesid, nombrado en 1981, no recuerda en absoluto
que en 1987 --habían pasado ya ocho años de la supuesta grabación--
tuviera conversación alguna sobre dicha cinta y que nunca la escuchó ni
tuvo conocimiento de su contenido. Una vez más, la falta de lógica parece
adueñarse de estas informaciones, porque, desde todo punto de vista, no
es creíble que en 1987 se pensara, siquiera con intención oculta,
utilizar ocho años más tarde una conversación grabada y empleada en
contra del Presidente Suárez.

Señorías, si existió la cinta, nunca fue registrada o archivada en el
Centro, y quienes dicen que la conocen o la poseen, la tendrían en su
poder ilegítimamente y sin conocimiento alguno del Centro.

Por último, señorías, quiero reiterar la confianza del Gobierno en el
Director General del Cesid, que ha prestado grandes servicios al Estado y
la sociedad española; y en todos los miembros del Centro, que trabajan
por una mejor seguridad para todos los españoles.

En estos tiempos en que las reglas del comportamiento político no siempre
están basadas en el debate sosegado y racional, tengo que hacer una
petición a SS. SS. para que no se dejen influir por informaciones no
contrastadas, a veces producto de intoxicaciones interesadas, por razones
personales o de otra índole, y al margen de la normal competencia
política entre partidos democráticos.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, solicitante también de la comparecencia, tiene la palabra, en
primer lugar, el señor Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Señor Presidente, señor Ministro, el Cesid, según
su versión, no ha realizado nunca ninguna maniobra para relacionar a la
Unión de Centro Democrático con la guerra sucia contra el terrorismo,
contra ETA.

En un debate sobre el estado de la Nación, y ante la insistencia del
entonces portavoz de Izquierda Unida, Gerardo Iglesias, sobre el caso
GAL, Felipe González, enfadado y airado, se refirió al Batallón Vasco
Español. Más tarde dijo que la democracia también se defiende en las
alcantarillas, que es la justificación intelectual, moral y política de
la guerra sucia contra el terrorismo.

En un artículo reciente en el diario «El País», del señor Solé Tura, se
habló de la herencia recibida de la Unión de Centro Democrático. El
propio Felipe González, en un debate en esta Cámara como Presidente del
Gobierno, se refirió a que los grupos violentos descoordinados existían;
que su Gobierno no creó el GAL; que lo que hizo su Gobierno fue acabar
con el GAL, cuando las primeras víctimas del GAL se producen en 1983,
unos meses después de la llegada del PSOE al Gobierno, en 1982, y, a
partir de ahí, se siguen produciendo hasta el año 1987.

Cuando se abre el caso GAL y el Gobierno es situado contra las cuerdas
hay un debate político y jurídico en nuestro país y un proceso abierto en
la cúpula de Interior. En ese terreno todos los dirigentes del Partido
Socialista hablan de una situación heredada, de la época de la Unión de
Centro Democrático. En ese debate hay una coherencia con esa actitud del
Gobierno en dar instrucciones --podemos pensar en eso-- al Centro
Superior de Información de la Defensa para que consiga algún elemento de
prueba que vincule a la Unión de Centro Democrático a la guerra sucia
contra el terrorismo y se sitúe como una herencia de la Unión de Centro
Democrático el tema del GAL y no como exclusiva responsabilidad del
Gobierno de Felipe González.




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Esa actitud política, ese debate es trasladado a la sociedad civil
española cuando se abre el proceso judicial. En ese terreno, usted
mantiene aquí que el Centro Superior de Información de la Defensa no ha
hecho ninguna maniobra, que no poseía cinta alguna heredada de las
conversaciones anteriores en los servicios de inteligencia en relación
con la lucha contra ETA y con la presencia de Suárez en esa conversación.

Señor Ministro, cuando usted manifiesta que si alguien la tiene, la tiene
ilegalmente, ¿qué quiere decir? ¿Que legalmente debería estar en el
Centro Superior de Información de la Defensa? ¿Que existe esa cinta?
Porque usted no ha negado la existencia de esa cinta. Usted señala que si
alguien la tiene, la posee ilegalmente. No ha dicho aquí, en la Comisión
de Defensa del Congreso de los Diputados, que esa cinta no existe, sino
que se produjo ese encuentro, que esa cinta puede existir y que si la
tiene alguien, la ha conseguido de manera ilegal. Luego, si esa cinta
existe, ¿quién custodia, quién se encarga de que esos documentos grabados
en esa época no salgan a la luz, tengan la seguridad debida teniendo en
cuenta la naturaleza de los temas que se han abordado? Ahí hay una
responsabilidad porque sale en un momento en el que hay un Ministerio y
un Director General que tienen la obligación de evitar que una cinta de
estas características salga del Centro Superior de Información de la
Defensa.

Yo quiero decirle, señor Ministro, que estamos ante una situación en la
que el Gobierno dio marcha atrás, forzado por el debate político y por la
acción judicial; pero hubo un intento político claro de implicar a la
Unión de Centro Democrático en la creación del GAL y en la guerra sucia
contra ETA. Está todo escrito. Aquí mismo, en esta Cámara, se han
producido debates que planteaban políticamente esa hipótesis de trabajo
y, al final, ustedes cambiaron de estrategia y retiraron esa línea de
actuación. Hubo un artículo del señor Leopoldo Calvo-Sotelo refiriéndose
a la herencia de la UCD y hubo noticia de la gran indignación de Adolfo
Suárez cuando algunos ángulos intentaban vincularle a la guerra sucia
contra ETA. Yo creo, sinceramente, señor Ministro, que aquí, el Gobierno
fue por lana y salió trasquilado: que hubo una serie de estrategias
tendentes a involucrar a la UCD en la guerra sucia contra ETA.

Lo que nosotros queríamos poner de manifiesto es la falta de grandeza
política o de perspectivas de futuro al implicar al servicio de
inteligencia en la búsqueda de pruebas o en el montaje para conseguir
algo consistente que determinara esta actitud. Nosotros estamos muy
preocupados por ese asunto. Creemos que el GAL nace y muere con el
Gobierno de Felipe González; que los procesos judiciales que hay abiertos
determinarán la responsabilidad de la cúpula de Interior y de miembros
del Gobierno en este asunto, y la credibilidad que tienen sus palabras es
la credibilidad que usted le dé. Ustedes han dicho en más de una ocasión
que no tienen nada que ver con el Informe Crillon y, al final, la
Justicia ha abierto unas investigaciones y, al parecer, hay un proceso
penal contra usted y contra el Vicepresidente del Gobierno para depurar
responsabilidades por financiar un informe de estas características con
dinero público. Si no le creímos cuando habló de que no tenían nada que
ver con el Informe Crillon, por qué razón le vamos a creer ahora cuando
dice que el Cesid no ha celebrado ninguna reunión, no ha articulado
ninguna estrategia para intentar implicar a Adolfo Suárez y a los
Gobiernos de la transición y de la UCD en la guerra sucia contra el
terrorismo de ETA. Usted tiene la credibilidad que tiene, la que tiene su
Gobierno: muy poca. Nosotros seguimos manteniendo que esa tesis existió,
y ahí están los datos. Basta leer los discursos de los Ministros y del
Presidente del Gobierno; basta oír a los portavoces del PSOE durante la
época en que se dividió el debate en la sociedad española en dos etapas:
una, que era un problema heredado de la transición y de la época de la
UCD; y otra, que era comprensible que la gente actuara por los atajos de
la guerra sucia porque ETA asesinaba, secuestraba y maltrataba a la
sociedad española en un terrorismo intenso en aquella época. Esas han
sido las dos líneas de actuación de su Gobierno, con una tercera, que
argumentaba que en países democráticos más maduros, como por ejemplo
Alemania, este tema se hubiese llevado de otra forma y, a partir de ahí,
poniendo obstáculos para que la Justicia investigue el alcance de la
guerra sucia y del terrorismo de Estado contra el terrorismo de ETA.

Por eso nosotros seguimos manteniendo nuestra opinión sobre estas
hipótesis de trabajo y sobre estos datos reales y evidentes que han
surgido en el debate político, jurídico social y moral por el que ha
atravesado la sociedad española en este último período.

Usted dirá que nosotros no tenemos ningún motivo para pensar así, pero
nosotros podemos devolverle la pregunta diciendo que ustedes no tienen
ninguna credibilidad para demostrarnos lo contrario.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Martín Villa.




El señor MARTIN VILLA: Señor Ministro, mi Grupo manifiesta su
agradecimiento por su comparecencia, pero muestra un cierta extrañeza por
la decisión, gubernamental o parlamentaria, de que no comparezca aquí el
propio director del Centro Superior de Información de la Defensa. Con
independencia de que acompañe al señor Alonso Manglano su condición de
oficial general y teniente general del Ejército, es un Director General
del Ministerio de Defensa y podría, en la medida que yo conozco las
disposiciones orgánicas del Ministerio y del propio Centro, ser un civil.

En todo caso, es una autoridad política de libre designación del Gobierno
que hubiera debido de comparecer, en nuestra opinión, al modo como se
realizan las comparecencias habituales de los dirigentes de la
Administración. Al tiempo que mostramos nuestra extrañeza por la decisión
--tenga el origen donde lo tenga-- de la no comparecencia hoy del señor
Alonso Manglano, simétricamente tenemos que reconocer y agradecer la
buena disposición del Ministro y su asunción de responsabilidades --las
suyas y algunas que no lo son-- al comparecer en la mañana de hoy.

Yo no soy miembro de la Comisión de Defensa y he de agradecer a mis
compañeros, y al portavoz de la Comisión,



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que me hayan encomendado ser hoy su portavoz en razón de mis antiguas
responsabilidades, de mi antiguo oficio de Ministro del Interior en los
Gobiernos de UCD, porque ésa era la razón de nuestra pregunta. Se
preguntaba cuáles podían haber sido las responsabilidades del Cesid en
relación con noticias aparecidas sobre supuesta fabricación de pruebas
--en este caso doy por seguro, también como cualquiera, pruebas falsas--
para demostrar posibles implicaciones de los Gobiernos de UCD en la lucha
contraterrorista desde la ilegalidad.

Dice el señor Ministro que no hay que dar más crédito que el que se debe
a informaciones de este estilo. Pero si la información publicada en la
prensa es precedida por la intervención del señor Presidente del Gobierno
en el debate del estado de la Nación, en que dice que luchas ilegales
contra el terrorismo, grupos ilegales contra el terrorismo, existen desde
1975 y es precisamente su Gobierno quien las acaba en 1989, sin decir más
que eso; si posteriormente a esa publicación surge el tema de las cintas
--y parece claro que existen esas cintas--, en las que figuran los
entonces Presidente y Vicepresidente del Gobierno, como resultado de unas
conversaciones tenidas en la sede del propio Cesid; si por aquellos días
algunos portavoces políticos, me parece que el propio portavoz del Grupo
Parlamentario Socialista, dice que ahora la UCD sólo se acuerda de lo
bueno y se ha olvidado de lo malo (cuestión que, por otro lado, es cierta
y que demuestra la buena crianza del pueblo español que en la política
siempre está bastante a favor de los muertos, lo cual me parece que le
califica de forma positiva); todo esto, señor Ministro, por muy ingenuo
que uno sea, y sin que yo ahora plantee ningún juicio de intenciones y ni
siquiera sea capaz de decir que aquí hubo una estrategia perfectamente
diseñada desde el Gobierno, porque por haber sido Gobierno sé cuán pocas
posibilidades hay desde los gobiernos para diseñar estrategias de este
estilo y con tanta perfección, le debe llevar a comprender que el Grupo
Parlamentario Popular y, en concreto, las gentes que hemos tenido
responsabilidades en los Gobiernos de UCD, nos mostremos ciertamente
inquietos y sorprendidos.

Yo tuve ocasión de decir que los Gobiernos socialistas presididos por don
Felipe González no se encuentran con este problema. Es cierto que en
tiempos de la UCD hubo iniciativas de combate ilegal del terrorismo.

También es cierto que estos movimientos cesaron con posterioridad a mi
etapa de Ministro del Interior, exactamente en diciembre de 1980, dos
años antes de la toma de posesión de don Felipe González como Presidente
del Gobierno. Es decir, que él no se encuentra con este tipo de
movimientos y los Gobiernos por él presididos no se encuentran con ningún
tipo de herencia en este campo. Podrán haberse encontrado con otras
herencias, pero no con éstas.

En todo caso, señor Ministro --y usted lo ha reconocido-- a los servicios
de inteligencia en España y en el mundo les acompañan una cierta aureola,
unos mitos, unas exageraciones en su enjuiciamiento y, seguramente, algún
tipo de inexactitudes. Pero también hemos de decir que los servicios de
inteligencia se desarrollan en un campo bastante impreciso y, en todo
caso, prácticamente ausentes del control político y parlamentario. Me
temo que, a lo mejor, las actividades de algunos de sus miembros incluso
están ausentes o son ajenas al control de las propias autoridades
políticas, del Gobierno, del Ministerio de Defensa; aquí y en el mundo.

Tampoco tenemos que escandalizarnos excesivamente, pero sí tomar las
medidas necesarias para tratar de impedirlo o paliarlo. A ello me
referiré al final de mi intervención.

En España, en razón de la propia transición, de nuestra reciente
historia, los servicios de información de la Defensa, que tienen su
precedente en los servicios de información de la Presidencia del Gobierno
--como ha dicho el señor Ministro, en el año 1978 toman su configuración
actual--, han estado servidos por un tipo de personas, fundamentalmente
militares de los tres Ejércitos. He de decir, en la medida en que yo
conozco este mundo, que de un nivel importante de carácter profesional,
en el que su contacto con la vida civil les ha inducido a una cierta
tentación a intervenir en la vida política y a una resistencia a volver a
los cuarteles a los niveles propios de su grado militar. Hemos de
reconocer todos, y más los gobernantes de entonces que los actuales, que
desde la Constitución en todas las intentonas de alteración del sistema
constitucional, del sistema de libertades, o de poner chinas al proceso
iniciado fundamentalmente por los Gobiernos presididos por Adolfo Suárez
y por la Unión de Centro Democrático, más o menos exageradas, más o menos
ciertas, más o menos veladas, siempre ha habido alguna intervención de
personas ligadas a este tipo de servicios. Son cuestiones generales, pero
hemos de reconocer --por otro lado, es lógico-- que en España han tenido
una naturaleza muy específica.

De tal suerte, señor Ministro --se lo digo con toda sinceridad--, que yo
le creo todo lo que nos ha dicho. Acepto todas sus explicaciones y doy
por seguro que, desde el señor Ministro para arriba --no tengo por qué
pensar de otra manera-- no ha habido instrucción alguna para que ese tipo
de pruebas puedan ser fabricadas.

Tendrá que reconocerme que no podemos ser especialmente rotundos al
afirmar que la cinta con las voces del Presidente señor Suárez, y del
Vicepresidente, señor Gutiérrez Mellado, no sea cierta, que esa cinta fue
fabricada por los entonces responsables de los Servicios de Información
de la Defensa, lo que nos induce a la mayor de las desconfianzas porque
cualquiera de nosotros podemos ser llamados por el Centro a acudir a
cualquier tipo de reunión, y siempre tendremos el recuerdo histórico de
que, a lo mejor, nos están grabando la conversación. Yo no me atrevería a
decir --creo que el propio señor Ministro tampoco lo ha dicho-- si esas
cintas no han formado parte regular o irregularmente, de los archivos del
propio Centro Superior de Información de la Defensa.

Señor Ministro, con la misma claridad que en nombre de mi Grupo acepto
sus explicaciones, le pondría un cierto aire de desconfianza acerca de si
el señor Ministro, aguas abajo de su autoridad y de su jerarquía, puede
clara, rotunda y ciertamente tener la seguridad de que no se ha producido
alguna iniciativa en esa dirección.




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Ello me lleva a plantearle al señor Ministro en nombre de mi Grupo, y con
ello concluyo, que sería bueno que el Gobierno tomara algunas
iniciativas. No se puede pasar del descontrol absoluto, de la falta de
transparencia --me estoy refiriendo al control parlamentario-- a un
control exacto, igual al que se realiza con el conjunto de las
actividades públicas. Pero tampoco podemos persistir durante más tiempo,
porque creo que eso es peligroso, fundamentalmente para el Gobierno, en
la situación actual. Tenemos una experiencia reciente, que al señor
Ministro le afecta en parte, como son los fondos reservados, en los que
todos nos hemos puesto de acuerdo para atemperar y adecuar un sistema de
control de los fondos reservados al sistema general del control de los
fondos públicos. Somos conscientes de que no se pueden controlar los
fondos reservados como se controlan los fondos destinados al pago de un
funcionario o a la construcción de un hospital o de una escuela, pero eso
no nos debe llevar a que no haya ningún tipo de control.

En ese sentido, desde la diligencia del Grupo Popular, hemos tenido que
combatir la pereza gubernamental en no abordar ese tema. Bien es verdad
que ahora está a punto de ser resuelto definitivamente. También
pretenderíamos, con las ideas que la vamos a manifestar al señor
Ministro, que hubiera una diligencia y no pereza gubernativa que
tuviéramos que suplir dentro de unos meses. El Gobierno tiene que pensar
en algún control parlamentario como representación de la soberanía
popular.

De otra parte, a veces se dice que la democracia española es una
democracia joven. Yo he de afirmar que el sistema constitucional español
tiene ya una veintena de españoles que han sido o son presidentes de
Gobierno, Presidentes del Consejo General del Poder Judicial, Presidentes
de las Cámaras y Presidentes de los altos tribunales. Esta gente que hoy
son un patrimonio del Estado --son lo mismo que eran, pero no son lo
mismo después de haber pasado por estas responsabilidades-- son personas
a las que el Gobierno, el país, la nación podría integrar en una especie
de consejo al que no se tuvieran que detallar todas y cada una de las
iniciativas que en servicio de la Defensa tuviera que abordar el Centro
de Información de la Defensa, pero sí serviría para que todos --y pienso
que los gobiernos los primeros-- estuviéramos medianamente tranquilos
--digo medianamente--, más tranquilos que ahora en relación con estas
actividades.

Señor Ministro, al Grupo Popular le gustaría que, en plazo breve --hay
legislación comparada que lo permite, singularmente en el área
anglosajona--, el Gobierno enviara a las Cámaras un proyecto de lo que
podría ser un consejo de información de la Defensa, con participación
parlamentaria, y quizá con participación de personalidades que han
servido al Estado en otras épocas, porque en ellos podría depositar la
soberanía popular el ejercicio de su acción de control, atemperado y
adecuado a la naturaleza específica de estos servicios.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Mixto, tiene la palabra el señor Mur.




El señor MUR BERNAD: Quiero dar las gracias al señor Ministro por su
comparecencia en un tema que es delicado, que me atrevería a calificar de
grave, sobre todo porque son estas cuestiones las que siguen socavando la
confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones.

Si es posible que usted pueda negar aquí, con la rotundidad con que lo ha
hecho, las informaciones aparecidas en el diario «El Mundo» y que no pase
nada, que no se tome ningún tipo de medida y que esto permita que estemos
todo el día como jugando al frontón: el Gobierno diciendo que no, los
medios de comunicación diciendo que sí y creando en torno a estos asuntos
una duda y una desconfianza que no beneficia a nadie, permítame que le
diga que su rotundidad debería ir acompañada de algo más.

¿Van a tomar ustedes alguna medida contra la publicación de noticias que
son tan radicalmente falsas como usted ha desmentido hoy aquí? También
convendría que nos dijera qué finalidad tienen, a su juicio, esas falsas
noticias, calificadas así por usted. Porque no creo que contribuyan a
nada positivo sino a socavar el crédito de las instituciones y, sobre
todo, a crear un clima de desconfianza y de inquietud que no es
precisamente lo que más necesita en estos momentos la sociedad española.

También nos preocupa el que no haya podido desmentir con rotundidad la
existencia de la famosa cinta grabada en la que aparecen las voces del ex
Presidente Suárez y del Vicepresidente del entonces Gobierno de UCD.

Porque el hecho de que usted no la tenga, o de que haya sido llevada a
sitios inapropiados, no disminuye la gravedad de su existencia, si es que
eso no se puede desmentir con rotundidad. Debería de hacer algo más que
acusar, en todo caso, de ilegalidad a quienes en este momento pueden
tener la cinta o publicar su transcripción.

Habla de intoxicaciones interesadas. ¿Quién intoxica? ¿Quiénes son los
intoxicadores? ¿A quién beneficia? ¿A quién interesa esta intoxicación?
¿No serán ustedes mismos con algunos de sus comportamientos (recuerdo el
pasado debate del estado de la Nación cuando el Presidente Felipe
González fue tan turbio al hablar de estas cuestiones y dejó sembrada una
duda, no sabemos si deliberada o no) los que quizá hayan animado a seguir
insistiendo en ensanchar cuando menos esta duda, que algunas veces más
que duda ya es certeza, según algunos medios de comunicación?
Afortunadamente parece que algunas de estas cuestiones están ya en
procesos judiciales. Y digo afortunadamente porque es la última esperanza
que nos queda de saber alguna vez la verdad, si todavía creemos en la
independencia del Poder Judicial y en la capacidad para investigar estos
temas. No es bueno que todos estos asuntos acaben en procesos judiciales,
porque la erosión que podrían hacer a la credibilidad de las
instituciones, incluso al trabajo de este Parlamento, sería irreparable.

Me gustaría conocer si su Ministerio ha abierto o va a abrir una
investigación sobre todas las personas que pueden estar implicadas. Ha
dado unas ciertas garantías, pero me ha parecido, quizá porque es usted
una persona muy prudente, que no ha sido categórico a la hora de
desmentir la participación de algunas personas del Cesid o relacionadas



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con él en los asuntos que hoy estamos debatiendo. Me gustaría saber si
han abierto una investigación interna o si piensa hacerlo.

En cualquier caso, aunque sean temas delicados, creo que la claridad y la
información oportuna y a tiempo en parte, como lo ha hecho usted hoy
aquí, evitaría que estos temas, que como digo son bastante erosionantes
ante la opinión pública, adquirieran una importancia que a lo mejor no
tienen en sí mismos, pero que la tienen en la medida de que están
rodeados de secretismo y de oscurantismo.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra
el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Ministro, en primer lugar, mi
reconocimiento por el testimonio que ha expuesto hoy ante esta Comisión.

Aparte de como opinión de mi Grupo, lo digo también porque, como ha dicho
el señor Martín Villa, en la segunda legislatura formamos parte del grupo
residual de doce Diputados del Grupo Parlamentario Centrista de la UCD.

En primer lugar, señor Ministro, sus palabras sobre el tema concreto y
específico de su comparecencia vienen a significar una especie de
corrección puntual y detallada --yo la doy por buena, creo que es eso lo
que usted ha dicho-- de las que en sentido contrario pronunció, así como
del aserto que hizo el señor Presidente del Gobierno, don Felipe
González, en el último debate del estado de la Nación.

Aquí hay una primera reflexión. Un gobierno, a nivel de su máxima figura
de su Presidente, debe de tener una prudencia exquisita y un tacto
especial con las aseveraciones, afirmaciones o insinuaciones que se hagan
no ante una eventual rueda de prensa, sino, nada más y nada menos, ante
el propio Pleno del Congreso de los Diputados reunido para el debate del
estado de la Nación. Hay que medir la responsabilidad de lo que se dice.

Sus palabras de hoy, señor Ministro, corrigen totalmente, en mi opinión,
lo dicho por el Presidente del Gobierno. Ese problema lo tienen usted
ustedes ahí, pero también conviene que ante el Parlamento se especifique.

En segundo lugar, me siento incómodo, señor Ministro, por su presencia
aquí en su calidad de Ministro de Defensa, porque debería estar aquí el
Vicepresidente del Gobierno, señor Serra, o el Director General de Cesid,
don Emilio Alonso Manglano. Esta va a ser, señor Ministro, mi reflexión
de fondo. Esto pone en evidencia que hay que reorganizar, junto a otras
propuestas del Gobierno que se han hecho aquí, el Cesid, porque está
colocado en el sitio más inoportuno orgánicamente, dependiendo del
Ministerio de Defensa. Creemos que la Comisión de Defensa y el Ministerio
de Defensa deben estar circunscritos a todos aquellos problemas
específicos y concretos del área de la Defensa, a través de los
organismos propios de las Fuerzas Armadas.

El que el director del Centro Superior de Información de la Defensa,
Cesid, proceda de escalafones civiles o militares de la Administración
del Estado es puramente circunstancial. Tomemos el ejemplo de otros
países de nuestro entorno occidental, de los Estados Unidos a Gran
Bretaña, en los que las agencias de inteligencia nacional, de seguridad
general del Estado tienen otras vinculaciones orgánicas distintas del
Ministerio de Defensa. Que los ejércitos tengan, como tienen otros
países, sus servicios de inteligencia militar, pero ante una Comisión de
Defensa se responde de lo que son servicios de inteligencia militar y no
de todo este tremendo galimatías que se nos está formando, que parece un
crucigrama maldito de palabras cruzadas: GAL, Cesid, Defensa, Interior.

Resulta que al final viene a responder el señor Ministro de Defensa de
toda esta urdimbre verdaderamente compleja y complicada de estas siglas o
departamentos, como decía: GAL, Cesid, Defensa, Interior o Presidencia
del Gobierno. Creo, señor Ministro, que ésta es una primera obligación
del Gobierno: poner al Cesid orgánicamente dependiendo de la Presidencia
del Gobierno, o darle la responsabilidad al señor Vicepresidente o al
Ministro de la Presidencia del Gobierno, a quien proceda, menos al
Ministerio de Defensa, para que no ocurra lo que estamos viendo en la
sesión de hoy.

Estoy de acuerdo con lo que ha dicho algún otro portavoz de que lo único
que tendría que tener el Director General del Cesid de general es eso:
ser director general. Se ha citado otras veces en Comisiones, como la de
Roldán, al señor Manglano en su condición de Director General del Cesid,
pero no porque sea teniente general de las Fuerzas Armadas. Por cierto,
nunca he visto al señor Manglano vestido de militar. Supongo que esto
forma parte de la exposición exterior. Conste que lo digo por respeto a
su persona tanto por su origen profesional como por su actual cargo. La
propia Administración le viste de paisano para todos los actos de
representación del Ministerio de Defensa, incluso en los asesinatos de
altos mandos de nuestras Fuerzas Armadas por terroristas etarras.

La tercera cuestión que le quiero plantear, señor Ministro, entra en el
motivo de su comparecencia de hoy --y repito palabras de otros Diputados
que me han precedido en el uso de la palabra--: una prueba que usted no
ha negado. Pues bien, dice usted que esa prueba, unas cintas, pueden
existir y que quien las tenga, las tendrá ilegalmente. Es que tienen una
ilegalidad de origen, no vamos a hacer ahora responsable de la ilegalidad
a quien las tiene; puede ser el que las haya facilitado, pero no quien
las tiene.

Le tengo que decir, señor Ministro, con este recuerdo del Gobierno
anterior, que en la posible, imputable y democrática crítica a cualquier
gobierno, la relación con los GAL no cabe endosársela a la larga lista de
errores que puede haber cometido el Gobierno de UCD. En sus palabras
usted lo ha venido también a corregir y a decir que no cabe ese endoso,
sobre todo por tratarse de dos personas que, de alguna manera, han
guardado un discreto silencio y que las limitaciones de esta Cámara
pueden impedir que comparezcan en la misma, como deberían haber
comparecido el señor Serra o el señor Manglano, en su condición de
Director General de un departamento de la Administración del Estado.

Haber lanzado sobre dos personas cuyo nombre debe quedar perfectamente
limpio de cualquier acusación, por encima de responsabilidades de grupo
político o de partido, que son el ex Presidente del Gobierno,



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don Adolfo Suárez, y el que usted ha llamado --y tiene bien merecido ese
tratamiento-- capitán general, que demostró precisamente con su conducta
el 23-F lo que es un comportamiento democrático que honra y honrará
siempre en la Historia de España al General Gutiérrez Mellado, haber
lanzado, digo, una sombra, por muy leve que sea, de una
corresponsabilidad en formar grupos armados de lucha antiterrorista
sucia, parece que es hacer caer sobre los españoles el olvido total de la
intachable conducta democrática del General Gutiérrez Mellado y del ex
Presidente del Gobierno, don Adolfo Suárez.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Moya.




El señor MOYA MILANES: Deseo agradecer al señor Ministro la información
que nos ha facilitado esta mañana sobre un tema delicado. Mi Grupo
comparte plenamente la información que nos ha suministrado, en primer
lugar, porque como Gobierno nos merece todo el crédito derivado de la
coincidencia en los fines y en los medios de su acción política.

En segundo lugar, porque, además, la información suministrada concuerda
con la trayectoria general de buen hacer de una institución que ha
realizado importantes servicios a la democracia en nuestro país y al
fortalecimiento de nuestra seguridad interior y exterior. No está de más
que en tiempos de tanta crítica fácil o de tanto juicio apresurado,
supiéramos, como responsables públicos, al menos de vez en cuando,
reconocer los esfuerzos y los servicios que instituciones importantes han
prestado y prestan a nuestra sociedad.

En tercer lugar, porque, en todo caso, no nos parece buena técnica dar de
entrada por buenas (y no se ha hecho hoy por la mayoría de los grupos
parlamentarios, que han tenido un tono medido y, en la mayor parte de las
intervenciones, correcto) cualquier versión o información que cualquier
medio de comunicación --con frecuencia siempre el mismo-- nos ofrece casi
a diario poniendo en tela de juicio no ya la credibilidad del Gobierno,
sino la de instituciones que siempre cumplen con esfuerzo, a veces
lógicamente con errores, la tarea que se les encomienda.

Es un tema recurrente. Ha vuelto a surgir otra vez en el seno de este
debate la necesidad, la oportunidad de la instrumentación de mecanismos
de control en relación con las informaciones de carácter reservado o con
las actividades de los servicios de inteligencia. Recientemente, no hace
más de un mes, tuvimos en el Pleno del Congreso un debate sobre esta
misma materia. Mi Grupo puso entonces de manifiesto su posición en
relación con la existencia --visto el Derecho comparado, parece que
bastante plausible, comparándolo con instituciones y con mecanismos que
existen en otros países-- de una comisión de seguimiento para los temas
reservados y secretos en el ámbito de la Cámara, que, a mi juicio, es
mecanismo e instrumentación suficiente para el control que desde el
Parlamento se puede hacer de este tipo de informaciones.

Quizá no está de más recordar también que a veces, por lo menos en alguna
ocasión, se solicitan con extrema urgencia comparecencias en estas
comisiones para el conocimiento de informaciones derivadas del Centro de
Información de la Defensa sobre temas puntuales. Esos grupos pierden
interés una vez que se ha suscitado el debate y ha aparecido en los
medios de comunicación y esas comparecencias se demoran indefinidamente y
en ocasiones no se llegan a realizar porque los propios grupos que las
han pedido luego muestran un interés claramente manifiesto en no acudir a
ellas y no tienen el menor interés en conocer el contenido de esas
informaciones.

Ha ocurrido en alguna ocasión. Han transcurrido meses y meses y grupos
que han solicitado la convocatoria para conocer informaciones sobre un
tema concreto luego han dejado morir el asunto por falta de interés. No
lo digo simplemente por realizar una crítica hacia esos grupos, sino por
colocar en los propios términos del debate todos los aspectos
relacionados con el control parlamentario y las exigencias del mismo.

Compartimos también la información del Ministro. Me parece importante
resaltarlo, porque damos crédito a su palabra y no se lo damos a turbias
e interesadas fuentes de información que pueden estar enrareciendo el
clima político con procedimientos nada claros que persiguen la erosión
del Gobierno aun a costa del descrédito de las instituciones.

Nos parece, por otra parte, que es muy burda la pretensión contenida en
todos los extremos de estas informaciones de atribuir por parte del
Ejecutivo la creación de los GAL a gobiernos de UCD. Si se leen
exactamente las manifestaciones del Presidente del Gobierno en el debate
del estado de la Nación se verá que ni ésas fueron las palabras exactas
del Presidente del Gobierno, ni el Gobierno ha hecho ni hace ninguna
acusación a los gobiernos de UCD en ese sentido, ni tiene el menor
interés en alimentar una polémica de esa naturaleza.

Por otra parte, hay una cierta obsesión --no sólo en España, se ha
reconocido por parte de todos-- en casi todos los países de ver a los
servicios de inteligencia detrás de todo lo que no se conoce o de lo que
se conoce y no se entiende, lo cual yo creo que forma parte de una cierta
visión conspiradora de la realidad, en una democracia madura deberíamos
todos intentar superar.

Por todo ello, saludamos las palabras del Ministro y animamos a los demás
grupos a hacer gala siempre de una serenidad en el juicio, que en esta
sesión se ha hecho por buena parte de los intervinientes, a la hora del
tratamiento de estos temas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Contestando por orden a los
grupos parlamentarios, debo decir al señor Romero que, aunque esté en
precampaña electoral él personalmente, no intente hacer decir al Gobierno
lo que el Gobierno nunca ha dicho. No es cierto que al tratar el asunto
de los GAL les haya hablado nunca de la herencia recibida. Sí se ha hecho
una reflexión general, quizá no bien matizada, sobre las dificultades que
ha habido



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siempre para impedir la actuación ilegal de grupos o individuos contra el
terrorismo. Eso ocurrió hasta 1986 y sucedió también antes de 1982, a
pesar de los meritorios esfuerzos del Gobierno de UCD, que lograron
evitarlo en dos años muy importantes, 1981 y 1982. Intentar forzar lo que
el Gobierno dice, señoría, es una pretensión inútil, porque las cosas
dichas están reproducidas en los «Diarios de Sesiones».

Con respecto a sus comentarios sobre la cinta grabada supuestamente al ex
Presidente Suárez, si se grabó debería figurar en las cajas de seguridad
del Centro. No es lo normal, pero, si se grabó en 1978 --no ha sido lo
normal después, insisto--, debería estar allí. Sin embargo, no figura. Ya
ha explicado el Gobierno que no está en las cajas de seguridad del Cesid.

Si alguien dice que la tiene, hay dos posibilidades: la primera es que la
cinta fuera grabada, archivada y sustraída antes o después de 1982 o,
segunda, que la cinta no fuera archivada y alguien, simplemente, se la
guardara. En ambos casos hubo una actuación ilegítima y eso es lo que yo
he explicado en mi primera intervención.

Con respecto a la credibilidad, señoría, yo sé cuál es la mía
perfectamente. Todo responsable político debe saberlo siempre. La labor
de usted es hacer de altavoz de eco de cualquier noticia contra el
Gobierno. Usted asume gustosamente ese papel, incluso con cierta gracia e
ingenio, debo decir, porque normalmente usted agrava la noticia y la
adorna con algún chascarrillo, lo cual casi siempre es de agradecer en
estos tiempos en los que nos reímos bastante poco generalmente.

Debo agradecer al señor Martín Villa, del Grupo Popular, la aceptación de
mis explicaciones. Es de buena crianza política el saber agradecer la
posición de un miembro de la oposición. Debo agradecer, sobre todo, que
se haya elevado sobre el simple comentario de las noticias, cosa que
tampoco sucede con frecuencia en estos tiempos en que los responsables
políticos, con demasiada frecuencia, comentamos lo que otros políticos
han dicho o comentamos simplemente lo que un medio de comunicación ha
escrito o ha puesto en imágenes.

Le quiero reiterar, señor Martín Villa, por lo que le afecta, además,
personalmente, la posición del Gobierno. Lo he dicho antes claramente,
pero lo reitero: el respeto absoluto por el trabajo, la honorabilidad, la
eficacia que ustedes desplegaron, los que tuvieron responsabilidades al
frente de los Cuerpos de Seguridad hasta 1982. A usted le tocó ser
Ministro del Interior precisamente en una época muy difícil. Todos
recordamos que una de las entrevistas que más impactaron en los tiempos
de la transición fue una suya aparecida un domingo en «El País», en la
que explicaba que siempre que sonaba el teléfono lo primero que uno
pensaba es que era una mala noticia. Sinceramente, me he acordado muchas
veces, desde que ocupé el Ministerio de Defensa, de aquella entrevista,
porque, efectivamente, el teléfono casi siempre trae malas noticias. Por
tanto, señoría, reitero lo que yo he dicho, lo que han dicho el
Vicepresidente y el propio Presidente del Gobierno y lo que han mantenido
siempre los sucesivos gobiernos socialistas desde 1982.

Ha suscitado S. S. un comentario que tiene un calado político bastante
importante, que es el control político de los servicios de inteligencia y
la posibilidad de llevar a cabo ese control a través de comparecencias
parlamentarias. Señoría, es conveniente que si hay una asignación
orgánica a un ministerio sea el miembro del Gobierno que se ocupa de ese
departamento el que comparezca para dar explicaciones.

Yo tengo perfectamente asumido, señoría, que el Ministro del que dependen
los servicios de inteligencia siempre corre un riesgo, siempre corre el
riesgo político de los posibles errores que puedan producir esos
servicios tan delicados. Lo mismo sucede con el Ministro del Interior. Su
titular siempre corre un riesgo. Por tanto, yo lo asumo, sé que forma
parte del cargo y creo que no hay un valor añadido en una comparecencia
del Director General del Centro. Incluso la asunción de responsabilidades
políticas siempre es más fácil cuando comparece el Ministro en lugar de
comparecer el Director General.

Ha suscitado S. S. una cuestión ciertamente complicada, que es el control
efectivo de esos servicios. Hay que reconocer que hay dificultades para
ese control efectivo, que siempre hay casos individuales en los que ese
control se hace complicado, dificultoso. Es muy humano, en casos
individuales muy aislados, que existan tentaciones de usar la experiencia
profesional, sobre todo una vez que ya se ha dejado de pertenecer
formalmente a los servicios, o utilizar la información adquirida a través
de esa experiencia profesional para represalias, para ajustes de cuentas
personales, para propósitos que casi siempre tienen carácter individual.

Por lo tanto, esa dificultad de control efectivo existe, por supuesto,
señoría.

Respecto a las sugerencias que S. S. ha hecho para hacer más eficaz dicho
control, yo creo que tenemos --S. S. lo ha citado-- un precedente
inmediato, que es la Ley de Fondos Reservados; es una ley que propone el
Gobierno, pero que se redacta por acuerdo de todos los partidos de la
oposición. Hay la posibilidad de que exista también un control
parlamentario a través de la Comisión de Secretos Oficiales. En más de
una ocasión me he ofrecido para informar sobre asuntos concretos. También
se puede hacer sobre el funcionamiento del Centro, durante un año o el
tiempo que SS. SS. decidan o prefieran. Podría utilizarse la Comisión.

Esto no implica más que ponerse de acuerdo. Siempre he mostrado, señoría,
mi disposición a comparecer y, en algunos casos, he esperado durante
mucho tiempo a que se produjera dicha presencia y al final no lo he
conseguido.

En cualquier caso, señoría, hay un proceso de reforma discreta,
paulatina, de los servicios de inteligencia, es lógico. La regulación
actual procede de 1985, refundiendo textos de 1984 y de 1982. Por lo
tanto, es normal que se vaya procediendo a una reforma paulatina de los
Servicios. A lo largo de este año de 1995 se va a producir una reforma
del sistema retributivo del Centro. Esto ya se ha explicado en esta
Comisión en algún momento. En este instante ya está prácticamente
finalizado, en trámite de consulta con los cuarteles generales de los
Ejércitos, el estatuto de personal, que es la pieza esencial de
funcionamiento del Centro.




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A partir de ahí, señoría, ¿podría seguir la constitución de algún consejo
asesor dentro del centro? La idea me parece aprovechable. Por lo tanto,
se puede pensar y hablar sobre ello, sobre todo porque los servicios han
cambiado mucho en los últimos tres o cuatro años. El mundo ya no es igual
y, por lo tanto, están muy volcados hacia el mundo internacional y
probablemente hay que reforzar ese área y disminuir el área interior. En
el área interior quizás haya que llevar a cabo un esfuerzo para poner a
disposición de los intereses nacionales --y cuando hablo de intereses
nacionales no lo hago sólo de los intereses del Estado; hablo, por
ejemplo, de los intereses de empresas españolas en el exterior--, la
información, la explotación de inteligencia que el Centro lleva a cabo.

En cuanto a las reflexiones que ha hecho el señor Mur, señoría, tengo
mucha resistencia a dar explicaciones sobre el origen, las personas o la
naturaleza de intoxicaciones, rumores o anónimos que circulan por ahí y
sobre el propósito que persiguen, porque no estoy dispuesto a darles
crédito y a hacerme eco de ellos para amplificar el efecto que puedan
tener, precisamente en una época en la que cualquier persona puede,
interesadamente, provocar noticias sobre un responsable político o sobre
hechos políticos incluso en contra de la lógica. Y tenemos un ejemplo
bien evidente. El caso Roldán se ha convertido en el caso papeles de
Laos, en contra de toda lógica, pero ahí está el hecho.

Por lo tanto, señoría, soy poco proclive a contribuir indirectamente a
hacernos eco de ese tipo de rumores y de noticias interesadas y nada
menos que aquí, en el Parlamento, con el eco que eso produciría. Como he
dicho antes, señoría, se pueden utilizar las comparecencias en la
Comisión de Secretos oficiales si está interesado en algún asunto
particular. Creo que lo que estamos tratando hoy no merece la pena que se
trate en esa Comisión. Sí podríamos tratar otros asuntos que pudieran
surgir en el futuro o los que están por encima de la mesa, que pudieran
afectar al Cesid, que tuvieran realmente contenido.

En cuanto a los comentarios que ha hecho el Diputado señor Mardones, yo
no corrijo al Presidente del Gobierno, yo no he corregido las palabras
que él dijo en el Pleno sobre el estado de la nación, sino que más bien
lo que he hecho ha sido insistir en el exacto sentido que tenían esas
palabras.

Y con respecto a mi incomodidad, he de decir que no la tengo, señoría. Ya
he dicho antes que un responsable político de los servicios de
inteligencia del Estado siempre corre el riesgo de que alguna noticia
sobre esos servicios le pueda perturbar, pero eso va con el ejercicio
normal del cargo.

Creo que no es el momento de iniciar aquí un debate sobre el carácter
preponderantemente civil o preponderantemente militar que pudiera tener
el Centro en el futuro y sobre el carácter civil o militar que debiera
tener su director. Tengo una posición clara a ese respecto, pero es mía
personal, no es del Gobierno. Se la puedo decir: yo creo que es muy
conveniente que el director del Centro siga siendo un militar. Es muy
conveniente porque la naturaleza de esos servicios tiene que ser siempre
muy jerarquizada, muy discreta y, por lo tanto, la formación profesional,
incluso la idiosincrasia que imprime la profesión de militar es la
adecuada para dirigir un servicio de ese tipo. No obstante, sobre ese
asunto, se puede abrir cualquier debate, pero no a vuelapluma o con
ocasión de una comparecencia por otro motivo.

Con respecto a las precisiones que ha hecho el señor Moya, debo agradecer
la moderación y la sensatez que ha demostrado --por cierto, que ha sido
la tónica general en todas las intervenciones habidas en el día de hoy--
y sobre todo por hacerse eco de las dificultades que hay en estos tiempos
para distinguir lo que es cierto de lo que no lo es, en medio de todo el
ruido y toda la hojarasca. Eso es cuestión de paciencia, sobre todo de
tenacidad y coherencia. Pero estas circunstancias no son muy originales,
suceden también en otros países en estos momentos. Por lo tanto, el
Gobierno está tranquilo, señoría, yo en particular estoy absolutamente
sereno, y cualquier noticia de esta naturaleza le puedo garantizar que me
la tomo con mucha filosofía, que es la que he intentado trasladar hoy a
SS. SS. (El señor Romero Ruiz pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿A qué efectos pide la palabra, señor Romero?



El señor ROMERO RUIZ: A los efectos de hacer una aclaración. Desde luego,
me considero aludido de manera directa por las expresiones del Ministro.

Siempre se han dado por la Presidencia dos minutos para aclaraciones en
comparecencias de este tipo.




El señor PRESIDENTE: Señor Romero, ya sabe que el artículo 203, por el
que se tramitan estas comparecencias, permite a la Presidencia autorizar
excepcionalmente este turno de aclaraciones o preguntas concretas, y en
esta ocasión no va a ser menos. Hágalas, señor Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Voy a formular tres preguntas concretas para
aclaraciones. También quiero decirle al señor Ministro que el Rey ha
firmado el Decreto de convocatoria de elecciones municipales y
autonómicas en Manila y hubo quien, con cazadora, salió a cazar jabalíes
este fin de semana (Risas.), incluso contando sus propios chascarrillos.

A partir de ahí...




El señor PRESIDENTE: Señor Romero, eso entra fuera de las aclaraciones.




El señor ROMERO RUIZ: Es una aclaración, por si el Ministro...




El señor PRESIDENTE: Señor Romero, ya sabe cuál es el estilo de esta
Comisión. Así que aténgase estrictamente a las preguntas. Si no, le
aseguro que le quito la palabra.




El señor ROMERO RUIZ: Señor Presidente, la aclaración al señor Ministro
es que no sólo yo, personalmente, estoy en campaña, sino toda España.

Pero el problema es



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otro, el problema es que nosotros no hemos planteado forzar discursos y
afirmaciones del Gobierno. Eso no es verdad. Los discursos y las
afirmaciones del Gobierno están escritas y lo que está escrito, escrito
queda. En el «Diario de Sesiones» queda recogido que hay una herencia
recibida de la Unión de Centro Democrático. Lo ha dicho el Presidente del
Gobierno y otros miembros del mismo. Está claro que esa herencia de la
Unión de Centro Democrático en materia de guerra sucia contra ETA es lo
que ustedes han venido planteando y afirmando con rotundidad.

Sobre la cinta hay tres preguntas que usted debería aclarar y que no ha
aclarado en esta comparecencia, que era el objeto de nuestra solicitud.

La cinta no está en las cajas de seguridad del Centro. Primera pregunta.

¿La cinta no llegó a depositarse en las cajas de seguridad? Segunda
pregunta. ¿Cuándo desapareció? Y tercera pregunta: ¿La cinta pudo
desaparecer antes de 1982 o después de 1982 o recientemente? Usted no ha
contestado a ninguna de esas preguntas precisas. Por lo tanto, ¿por qué
tengo yo que creerle? ¿Dónde está escrito que yo tenga que creerle a
usted? Si le leo una serie de afirmaciones que ustedes han hecho y de
manos en el fuego que ustedes han puesto le humillaría en esta mañana de
hoy y no quiero hacerlo. Por lo tanto...




El señor PRESIDENTE: Señor Romero, creo que ha terminado.




El señor ROMERO RUIZ: He terminado porque usted lo dice (Risas.) porque
yo tengo un minuto más para aclarar los temas.




El señor PRESIDENTE: No tiene un minuto, ha hecho ya las preguntas y
están perfectamente claras para ser respondidas. Estas disquisiciones se
salen efectivamente de las normas reglamentarias a que todos tenemos que
atenernos.




El señor ROMERO RUIZ: No sea usted temeroso del debate. Me quedaban
cincuenta segundos.




El señor PRESIDENTE: Sabe usted que este turno se lo da excepcionalmente
la Presidencia, generosamente.




El señor ROMERO RUIZ: ¿Puedo continuar medio segundo?



El señor PRESIDENTE: Ha dicho un absurdo, porque en medio segundo no va a
decir ni una palabra, pero le doy el medio segundo.




El señor ROMERO RUIZ: No haga usted el ridículo, señor Presidente,
sinceramente. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: No sé quién lo hace, no exagere tanto.




El señor ROMERO RUIZ: Me tiene usted presionado de tal manera que le pido
medio minuto, luego rebajo a medio segundo y usted se niega a que
continuemos aclarando un par de temas que quedaban pendientes.

Si me quita la palabra, renuncio a ella, pero, señor Presidente, usted
nunca lo ha hecho y no sé por qué en la mañana de hoy tiene usted esa
preocupación, cuando yo quería terminar diciendo que no soy altavoz de
noticias negativas contra el Gobierno. Las noticias negativas las produce
el propio Gobierno, la prensa se hace eco de ellas, y un Parlamento y un
Diputado que se precien de estar al día de lo que pasa en su país tiene
que plantear estos temas en el Parlamento del Estado. Si no hubiésemos
tratado los temas que se han abordado por la opinión pública y en la
Prensa este Parlamento no hubiera cumplido con su responsabilidad de
representar al pueblo español.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, en este turno, el señor Martín
Villa.




El señor MARTIN VILLA: Señor Presidente, simplemente me gustaría quedar
tranquilo en relación con la información del señor Ministro.

He dicho --y lo reitero-- que creo en la información del señor Ministro,
pero tengo una cierta desconfianza aguas abajo del señor Ministro. Las
informaciones que el señor Ministro ha proporcionado a la Comisión en
relación con la presunta fabricación de pruebas falsas en relación con
los gobiernos de UCD, del archivo o no archivo o de la existencia o no de
la cinta en la que figuran --a lo que parece-- las voces del Presidente
Suárez y del Vicepresidente Gutiérrez Mellado, esas informaciones,
repito, ¿son resultado de un simple despacho y de la información que le
proporciona el señor Alonso Manglano o bien se ha decidido a abrir algún
expediente informativo? Y si se ha decidido ¿en qué estadio está, hay
algunas conclusiones de ese expediente informativo y son dichas
conclusiones las que aquí son causa de las afirmaciones rotundas --que,
insisto, yo creo-- del señor Ministro?



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muy brevemente, señor Presidente, para
agradecerle al señor Ministro la contestación que ha dado a mi
intervención, pero, por si ha confundido mi expresión, quiero dejar bien
claro lo siguiente. Cuando hablaba de su incomodidad aquí, también la
siento yo como miembro, digamos purista, de la Comisión de Defensa que
desearía que aquí, por respeto --que todos lo tenemos--, no se viera
involucrado el departamento que comprende la política de la Defensa y de
nuestras Fuerzas Armadas --de los tres Ejércitos-- y no tuviera que
hablar de estos temas que podían ser de la competencia y entrar en el
sueldo de otro miembro del Gobierno. Comprendo que, por la dependencia
orgánica del Cesid, le ha tocado a usted venir aquí a hacer frente, y lo
hace, pero le han dejado a usted que dé la cara cuando tenían que haber
venido otros.

En segundo lugar, permítame que le diga, señor Ministro, que usted ha
dado unos argumentos de la dependencia militar del Director del Cesid,
que yo no cuestiono, de la misma manera que los norteamericanos pueden
tener de



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director de la CIA a alguien procedente de las escalas militares de
Tierra, Mar o Aire, a un catedrático, a un profesor de universidad, a un
funcionario o a un señor que tiene la confianza del Presidente de la
República de los Estados Unidos, pero ese mismo argumento que usted ha
dado, señor Ministro, se contradice con el que dieron cuando justificaron
la presencia de un civil al frente de la Guardia Civil, el señor Roldán.

Ustedes dicen que como hay unas escalas de mando y una disciplina,
etcétera, el Director del Cesid debe ser militar... Yo no cuestiono que
sea militar o civil, pero si usted emplea esos argumentos, empléelos
también para un cuerpo fuertemente jerarquizado, con un reglamento de
disciplina militar y con una dependencia del Ministerio de Defensa como
es la Guardia Civil. Todos estos temas son discutibles, y entiendo que
éste no es el marco del debate, pero se ha implicado a una serie de
instituciones del Estado y buena sería esta reflexión para corregirlo.

En todo lo demás, muchas gracias por su explicación.




El señor PRESIDENTE: Les recuerdo a todos que el Reglamento dice
exactamente que en casos excepcionales se les puede dar la palabra para
que escuetamente puedan formular preguntas o pedir aclaraciones sobre la
información facilitada. Escuetamente. (El señor Mur Bernad pide la
palabra.)
El señor Mur me hace cambiar de nuevo el turno, porque tenía que haber
pedido la palabra antes, pero no tengo inconveniente en concedérsela.




El señor MUR BERNAD: Perdón, señor Presidente, es que intentaba adaptarme
a lo que antes usted había propuesto, pero voy a ver si puedo ceñirme,
por lo menos, a lo que dice el Reglamento.

Pregunta concreta, señor Ministro: ¿Usted no va a tomar ninguna medida
contra quienes dan noticias que luego tienen que producir comparecencias
aquí? ¿Usted no cree que tiene posibilidades de desmentir, de enviar
algún comunicado oficial, de tomar algún tipo de medidas, o vamos a
seguir jugando al pim pam pun? Algunos, los intoxicadores, a los que
usted no quiere proporcionar ningún eco o altavoz, pueden seguir diciendo
cosas y ustedes se callan, el que calla, a veces, otorga, y eso nos
obliga a venir después aquí a quedarnos más o menos insatisfechos.




El señor PRESIDENTE: Señor Mur, me ha prometido que se iba a atener
escuetamente al Reglamento y no lo está haciendo, permítame que se lo
diga como Presidente.




El señor MUR BERNAD: Señor Ministro, solamente le rogaría que me
respondiera a si van ustedes a tomar algunas de las medidas que están a
su alcance para evitar estas confusiones con las noticias que se
producen.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Respecto a la pregunta
concreta del señor Martín Villa sobre el expediente informativo, señalaré
que éste no es un mecanismo que se utilice con relación al servicio de
inteligencia. Cuando hay una investigación se hace siempre a través del
director general; no está previsto que haya un órgano, un consejo o una
comisión que puedan realizar expedientes de esa naturaleza. La
responsabilidad es del director y el director es el que tiene que dar
cuenta de lo que ha hecho, en ese sentido.

Efectivamente, el señor Manglano realizó una investigación sobre lo que
había ocurrido con la cinta que hoy mencionamos y, posteriormente, me dio
una explicación bastante detallada sobre lo que él pensaba,
racionalmente, que había ocurrido. ¿Y qué había ocurrido --que es también
a lo que se refiere el señor Romero, que hace tres preguntas-- llegó a
depositarse? Señoría, lo he dicho antes, no consta que se depositara. No
era lo normal que se depositara. Al fin y al cabo, aquello no fue sino
una visita, y no fue la única, hubo varias del Presidente del Gobierno de
aquella época y muchas del Vicepresidente, el entonces General Gutiérrez
Mellado, y no era normal que se grabaran las cintas y sobre todo que se
archivaran.

Respecto a cuándo desapareció, no hay constancia. Pudo ser antes de 1982
o pudo ser después. Pero, repito, no es normal que se grabaran ni que se
guardaran. ¿Cuándo desapareció? Precisamente es lo que constituye la
curiosidad de todos.

Desde luego sí le debo agradecer que no me humille con su ingenio, con
sus lecturas, con su capacidad de interpretar las noticias de la prensa.

Le agradezco mucho que no me haya humillado hoy.

Con respecto a la posición que ha expresado el señor Mardones, yo he dado
una opinión personal, y después de una temporada en el Ministerio de
Defensa creo que esa opinión personal es fundada, pero no es el momento
de hablar de ello porque no es una posición del Gobierno sino personal
mía.

En cuanto a la pregunta del señor Mur, le diré, señoría, que siempre se
producen comunicados del Ministerio de Defensa cuando hay que desmentir
algo. Es muy habitual. Le voy a poner un ejemplo: ayer desmentimos que le
fuéramos a comprar fragatas a Canadá. En este momento no está el
presupuesto de Defensa para comprar fragatas, cuando menos en Canadá.

Para eso se producen en la Bazán, ojalá pudiéramos hacerlo. Pues bien,
hoy, un medio de comunicación reitera la noticia y, además, se critica la
falta de coordinación del Gobierno por adquirir fragatas en Canadá;
imposibilidad metafísica en los tiempos presupuestarios que corren.

Por tanto, hay una gran profusión de comunicados pero, señoría, hay algo
que resulta imposible que es reaccionar actuando legalmente contra lo que
es un mero rumor o lo que es un simple anónimo. Es imposible, señorías,
porque, además, los servicios legales no darían abasto. Por tanto, pienso
que lo que hay que hacer es mantener la serenidad y el sentido común.

Mucho sentido común para, fríamente, saber qué merece ser respondido y
qué no, y lo que no merece ser respondido, señoría, es mejor que no se
responda porque, de hacerlo, añadimos confusión a la que ya existe.




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El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (GARCIA VARGAS) PARA DAR CUENTA DEL
POSIBLE DESTINO DE FONDOS PUBLICOS ASIGNADOS AL CITADO MINISTERIO, BAJO
EPIGRAFE DE FONDOS RESERVADOS, AL PAGO DE CUOTAS DE INSCRIPCION Y
PERIODICAS DEL «CLUB PUERTA DE HIERRO» DEL SEÑOR MANGLANO Y SUS
FAMILIARES. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL IZQUIERDA
UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente 213/000287.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto sexto del orden del día,
comparecencia del señor Ministro de Defensa para dar cuenta del posible
destino de fondos públicos asignados al citado Ministerio, bajo el
epígrafe de fondos reservados, al pago de cuotas de inscripción y
periódicas del «Club Puerta de Hierro» del señor Manglano y sus
familiares.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Presidente, señorías,
en su momento, hace ya un año, se dieron las oportunas explicaciones
sobre los motivos que aconsejaron la inscripción del director general el
Cesid como socio del Club Puerta de Hierro, inscripción que tuvo lugar
con carácter institucional e individual, es decir, por ser titular de
dicha dirección general, nunca con carácter privado o familiar. Este pago
se realizó con cargo al concepto presupuestario 226, gastos diversos.

Los servicios de inteligencia, señorías, precisan de lugares de reunión
de carácter reservado y alto nivel en ciertos casos. A esta clase
pertenece el Club Puerta de Hierro de Madrid, que tiene el acceso
limitado a los socios y dispone de instalaciones reservadas. Por otra
parte, los representantes de centros de inteligencia extranjeros, que
visitan España según el plan anual de intercambios, requieren en
ocasiones de atención social en una entidad del tipo del club citado. La
elección de una entidad de estas características recayó en 1986 en el
Club Puerta de Hierro por su céntrica ubicación. Los estatutos de dicho
club no permiten que haya socios institucionales sino individuales, por
lo que la inscripción del Cesid tuvo que personalizarse en su director.

La junta del club aceptó ese año el ingreso, que supuso el abono de
900.000 pesetas.

No se ha abonado ninguna cantidad en relación con la familia del director
del Cesid y así lo desmintió el propio director en carta al diario «El
Mundo», que fue publicada por ese medio. La pertenencia al club sólo se
ha autorizado con fines institucionales y el director del Cesid nunca ha
utilizado sus instalaciones a título privado. Cuando cese como director
del Centro, cesará también como socio de dicho club y será el nuevo
director quien adquiera esta condición con idénticos fines.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Efectivamente, se dio una explicación y nosotros
queríamos que se diera en sede parlamentaria, porque se trata de un
control presupuestario y político. En su día, se publicó la presencia del
señor Manglano en el Club Puerta de Hierro y hay un dato no
suficientemente esclarecido. Si sólo pueden admitirse socios en dicho
Club Puerta de Hierro, los jefes de los servicios de inteligencia
extranjeros no lo son; si no se admite la presencia institucional de
ninguna persona, sino que debe hacerse a título personal y por eso el
centro se vio obligado a inscribir y pagar el abono del señor Manglano,
está claro que la presencia allí de jefes de servicios extranjeros es una
cosa extraña a los estatutos de ese club. Pueden reunirse y hablar en
otro lugar, hay hoteles y otros lugares donde la gente puede tener
entrevistas y reuniones. A nosotros no nos parece bien y tenemos derecho
a manifestarlo, tenemos todo el derecho del mundo a manifestar que no nos
parece bien. En ese terreno, quiero decir que nos parece inadecuado que
se haga una afiliación de carácter institucional, con cargo a los
Presupuestos Generales del Estado, en un club de estas características.

Sinceramente, a pesar de sus aclaraciones aquí en el Parlamento diciendo
que se trata de él personalmente y no de sus familiares, queremos mostrar
nuestra disconformidad con esa decisión política e institucional de
inscribir en un club de estas características al señor don Emilio Alonso
Manglano. En nombre de mi Grupo Parlamentario quiero mostrar nuestra
oposición por creer que una inscripción de este tipo no es adecuada para
el desarrollo de su trabajo. El Gobierno piensa lo contrario, tiene todas
las facultades para realizarlo, pero creemos que no se debe actuar de
esta forma, teniendo en cuenta no sólo la situación sino lo que se
desprende del ejemplo que se debe dar en todo ejercicio de cargo público.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir sobre esta cuestión?
(Pausa.)
Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor López Valdivielso.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Señor Presidente, no tengo mucho que
comentar, simplemente creemos que ustedes hacen algunas cosas bien,
incluso muy bien, otras regular, otras mal y también otras rematadamente
mal. Quizá estemos ante uno de estos ejemplos. Creo que el Cesid en
general, no centrándonos en este asunto en concreto, por la naturaleza de
las misiones que realiza, debería pasar desapercibido. No pretendo que se
haga lo que pasaba en el Reino Unido, donde aunque todos los taxistas de
Londres sabían dónde estaba la sede de los servicios secretos, se negaba
oficialmente su existencia, no pretendo eso, pero habría que evitar que
el Cesid estuviese todos los días en los medios de comunicación, aunque
sea por supuestas o presuntas irregularidades; admito que sean supuestas
o presuntas. Simplemente, señor Ministro, no es bueno que el Cesid y
asuntos relacionados con el Cesid estén todo el



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día en tela de juicio en los medios de comunicación y en este Parlamento
y quizá una cuestión como ésta no debería haber sido así.

Yo no creo que la seguridad del Estado esté mejor garantizada porque el
señor Alonso Manglano sea miembro del Club Puerta de Hierro y tampoco
creo que sea imprescindible para mantener entrevistas de alto nivel que
el señor Manglano sea miembro del Club Puerta de Hierro. Dicho esto,
consideramos que es innecesario que así sea y que hay otros muchos sitios
donde mantener reuniones de alto secreto y con personalidades cuya
identidad debe quedar fuera del común conocimiento. Consideramos que no
es procedente el pago de esta cuota. Si usted dice que solamente se
utiliza para estos casos, estamos como en el caso anterior, también le
creemos, aunque me extraña que no haya utilizado el club para otras
cosas, con lo que entraríamos en pagos en especies y en partes
proporcionales, pero son cuestiones menores. En definitiva, tampoco
creemos que esto sea razonable y que hay otras muchas formas de que el
director general del Cesid cumpla con sus misiones. Por tanto, no tendría
que haberse pagado, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, su
pertenencia a un club privado.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Novella.




El señor NOVELLA SUAREZ: La verdad es que, después de un año de que se
hayan producido los hechos, la petición de comparecencia me deja un poco
extrañado. Uno de los argumentos que se dan es que se aclaren en sede
parlamentaria los mismos argumentos que en su día se dieron, pero ahora
se cambia un poco el turno y se habla, incluso en el orden del día, de la
familia, dejando siempre la puerta abierta a la sospecha, en esa
estrategia de la sospecha en la que estamos permanentemente.

El Grupo al que ahora represento comparte plenamente la información que
nos ha suministrado el señor Ministro, y esta pregunta me sorprende
muchísimo. Yo pertenezco, como muchos de ustedes, a entidades o clubes
deportivos y es norma que distintas entidades bancarias, financieras o
públicas, incluso a subdirectores, cuando llegan al puesto, los hagan de
determinados clubes en los que tienen que desarrollar su labor. En este
caso, no es para solaz del director general de los servicios de
inteligencia del Estado sino para realizar con mayor efectividad y
discreción su trabajo. Alguna vez el diccionario tendrá que recoger una
voz --no sé cuál podría ser aunque podría sugerir algunas-- por la que se
calificaran algunas actitudes que se caracterizan por la ausencia de
responsabilidad, por la incontinencia verbal y por hacer un flaco favor a
algunas cosas que creo que no pueden estar todos los días en los medios
de comunicación.

Por eso mismo, señor Presidente, creemos que lo que hay en estos casos,
en concreto en este que nos ocupa, es una exageración, una mitificación,
como antes se ha reiterado aquí, y querer hacer de cualquier cosa que
tenga que ver con los servicios de inteligencia una noticia, muchas de
las veces, lamentablemente, para plataforma personal de malísimos
lectores de Le Carré o de Erick Campbell, que a lo mejor preferirían que,
en vez de ser el Club Puerta de Hierro, al que tampoco hay que hacer
mucha propaganda, fuera la Asociación de Cazadores de la localidad que
fuere.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): No hay mucho que añadir. Yo
no soy, señor Romero, socio de este club, por lo que no conozco sus
estatutos, pero sí me consta que cualquier socio puede llevar invitados a
sus instalaciones.

Quiero hacer un comentario general porque, quizá, de las apreciaciones
que se han manifestado aquí se podría derivar otra cosa. Desde luego, las
instalaciones no se usan para tener ninguna reunión secreta; la reunión
secreta se tiene en el Centro. Pero, a veces, hay que tener cierto tipo
de atención social, fuera ya de las horas de trabajo, sobre todo con
miembros de otros servicios, que son cien, aproximadamente, en el mundo,
que visitan el Cesid a lo largo del año, y parece que ése es el lugar
idóneo, por su proximidad y sus características, para poder dar a esos
colegas de otros países una atención social que ellos, cuando un miembro
del Cesid se desplaza a uno de esos países, puedan dar a través de
clubes, aunque no sean del tipo del de Puerta de Hierro.

No quisiera que todo lo que estamos hablando aquí fuera en demérito de un
club de la categoría de ése. (El señor Romero Ruiz pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Romero?



El señor ROMERO RUIZ: Una cuestión de orden. Viendo la fecha de la
iniciativa, comprenderá el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista
que, aunque hace un año que sucedieron los hechos, es hoy cuando se
introduce en el orden del día. Por eso tiene la redacción que tiene y por
eso se ve en este momento, manteniendo lo que he dicho anteriormente.




El señor PRESIDENTE: Efectivamente, esto aparece en su día y la solicitud
se hace en el mismo sentido que tenía en su día, señor Romero.




--DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (GARCIA VARGAS) PARA INFORMAR SOBRE LA
PARTICIPACION DE ESPAÑA EN LA GUERRA DEL GOLFO Y SOBRE LAS PRESIONES QUE,
EN ESTE SENTIDO, SE HUBIERAN PODIDO ORIGINAR POR UNA POSIBLE OPERACION DE
PAGOS ILEGALES A POLITICOS Y ENTIDADES ESPAÑOLAS, FOMENTADOS POR EL
GOBIERNO DE KUWAIT. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL DE
IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de expediente
213/000245.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto 7.º del orden del día:
comparecencia del señor Ministro de Defensa para informar sobre la
participación de España en la guerra



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del Golfo y sobre las presiones que, en este sentido, se hubieran podido
originar por una posible operación de pagos ilegales a políticos y
entidades españolas, fomentados por el Gobierno de Kuwait, comparecencia
solicitada por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya.

El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Muchas gracias, señor
Presidente.

Debo decir que la pregunta me ha sorprendido mucho, pero la contesto con
sumo gusto.

España decidió a finales de 1988 iniciar su participación en misiones de
paz y ayuda humanitaria, después de más de tres décadas de ausencia, en
una de las más importantes empresas de Naciones Unidas: las misiones de
paz y ayuda humanitaria, que constituyen hoy el eje de la principal
actividad de esta organización, y la salvaguarda de la paz y el respeto
al Derecho internacional.

Sus señorías conocen perfectamente cuáles fueron las decisiones del
Gobierno sobre nuestra participación en estas operaciones, y muy
concretamente en las que Naciones Unidas organizó respecto a la crisis de
Kuwait a finales del año 1990. Recordarán que el 2 de agosto de 1990 Irak
decidió invadir el Emirato de Kuwait, con 100.000 hombres y más de 300
carros de combate, decisión que desencadenó una de las respuestas más
unánimes de la comunidad internacional, y para cuya solución el Consejo
de Seguridad aprobó 13 resoluciones.

Nuestra participación, que fue extensamente debatida en esta Cámara en
diversas comparecencias ante el Pleno y ante esta Comisión, contó con la
presencia en el área de una fuerza naval, la Agrupación Bravo, compuesta
por una fragata y dos corbetas. La presencia española en esta misión no
tuvo otro interés que contribuir a la aplicación del Derecho
internacional, violado gravísimamente por la invasión de un país soberano
y su anexión a otro mediante el uso de la fuerza.

El Gobierno tiene que desmentir la existencia de presiones, y más aún de
operaciones de pagos ilegales a políticos o autoridades españolas para
influir sobre nuestra presencia en esta operación que, reitero, no tuvo
otro interés que cooperar con las instituciones internacionales de
seguridad, en este caso la Unión Europea Occidental que, a requerimiento
de Naciones Unidas, llevó a cabo un embargo para obligar al Gobierno de
Irak a abandonar el territorio conquistado en Kuwait.

Muchas gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Señor Romero.




El señor ROMERO RUIZ: Efectivamente, como usted bien ha dicho, señor
Ministro, hubo un gran debate en su época, y no era ése el que queríamos
suscitar, aunque la redacción de la petición de comparecencia haya dado
pie a ello, sino la parte final de la solicitud sobre el pago a partidos
políticos, a personalidades o a autoridades por el Gobierno de Kuwait.

Todo el mundo conoce que en esta Cámara se debatió a fondo la utilización
de la base de Morón, la de Rota, el papel de España, las dos varas de
medir en la comunidad internacional; ahora podíamos hablar de lo que está
pasando con Turquía y el norte de Irak, y podíamos hablar de otros temas.

Pero no es eso lo que nosotros queríamos lograr con esta comparecencia;
ya lo debatimos en su día, todo el mundo sabe qué posiciones se adoptaron
en relación con la guerra del Golfo.

Lo que sucede es que, hace unos meses, en Europa, en Gran Bretaña y en
Francia, así como en Alemania, se publicaron en los medios de
comunicación una serie de noticias relativas a la financiación, por parte
de Kuwait, de partidos políticos, autoridades o instituciones para
conseguir que hubiese en aquel momento esa campaña articulada en torno a
las decisiones norteamericanas en la ONU en relación con la guerra del
Golfo y con las consecuencias posteriores, de la democratización, de los
derechos humanos, de las elecciones libres en el Emirato, de los derechos
humanos también en los países del entorno, del respeto a las fronteras
históricas, etcétera. A raíz de esas publicaciones que han surgido en una
serie de países, por la prensa y por los medios de comunicación, en
España, cuando se abre el proceso a Javier de la Rosa, también surgen una
serie de comentarios en relación con la posibilidad de recibir dinero de
las cuentas que quedaron en su día en el exterior, en distintos
organismos internacionales, para la reconstrucción, etcétera, cuando se
embargaron una serie de cuentas con los bloqueos y con el abastecimiento
por la ONU de restricciones económicas y financieras.

Ahí es donde nosotros queríamos preguntarle (y ésta sí es una
responsabilidad del Cesid, y algo que usted debería saber) si le consta,
si tiene en este momento algún dato preciso sobre la financiación, por
parte de Kuwait, o de sociedades financieras ligadas a Kuwait, de
políticos, autoridades o instituciones en nuestro país en relación con la
guerra del Golfo. Esa era nuestra pregunta, para que, en sede
parlamentaria, repito, usted haga esa afirmación, porque nosotros hemos
venido siguiendo de cerca todo lo que se ha publicado en otros países y
en el nuestro, a raíz del proceso abierto al señor De la Rosa, y queremos
saber qué posibilidades reales hay detrás de esas informaciones, o de
esos comentarios, o de esa sospecha que existe en amplios sectores de la
ciudadanía, de que se pudieron utilizar fondos de Kuwait para ganar
voluntades y conseguir adhesiones en relación, no sólo con lo que
significó la guerra en el Golfo, sino con las consecuencias posteriores.




El señor PRESIDENTE: ¿Otros grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Al Grupo Socialista desde luego le preocupa
que se traigan este tipo de temas en la manera en que se traen, porque
las palabras que acabamos de escuchar del portavoz de Izquierda Unida son
una insinuación insidiosa basándose en ninguna prueba, basándose en
ningún dato concreto; simplemente lanza la



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insinuación de que responsables políticos, responsables de instituciones,
responsables de no se sabe qué, pudieran haber recibido, evidentemente de
manera ilegal, fondos del Gobierno de Kuwait. El mismo valor que podría
tener si se extrapolasen a nuestro país las informaciones, que también se
publicaban en la prensa internacional en aquellos días, de que el
Gobierno irakí estaba realizando una campaña internacional y estaba
intentando ganar voluntades, con o sin dinero por medio.

Evidentemente, hubo campañas de imagen de uno y otro contendiente, y en
España pudimos ver cómo por parte de Kuwait se producían anuncios en
prensa, etcétera, pero me cuesta trabajo aceptar, a menos que el portavoz
de Izquierda Unida traiga algún dato fehaciente, algún dato concreto, que
de ahí se pueda inferir que ha habido una actuación ilegal en el sentido
de comprar voluntades políticas, que es lo que subyace, en definitiva, en
la afirmación del portavoz de Izquierda Unida y que yo le pediría que
probase, justificase y razonase, o simplemente lo retirase, porque si no
queda la insidia y la calumnia.




El señor PRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Muchas gracias, señor
Presidente.

Yo también leí esas noticias, por cierto que no aparecieron en la prensa
internacional en un lugar destacado; no han recibido ninguna atención por
parte de los gobiernos, tampoco por parte de la opinión pública y creo,
señoría, que no hay mucho más que comentar; se ha quedado ahí, en mero
rumor, procedente, probablemente, no se sabe de qué servicio de
inteligencia de algún país.

Muchas gracias. (El señor Romero Ruiz pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: ¿Señor Romero?



El señor ROMERO RUIZ: Una aclaración.




El señor PRESIDENTE: No hace falta aclaración. Me imagino que me pide la
palabra por alusiones del portavoz del Grupo Socialista. Me la debía
haber pedido en su momento.




El señor ROMERO RUIZ: Bueno, la he pedido después del Ministro.

Señor Presidente, efectivamente, se ha producido una alusión que yo no
considero que se haya hecho con ese ánimo y lo quiero interpretar como
aclaración.

Si tuviéramos un dato fehaciente, iríamos al juzgado, no vendríamos aquí
al Parlamento. No se trata de calumniar a nadie, porque no hemos citado a
ninguna persona en concreto. Ha circulado una información general y está
aquí el Ministro de Defensa, a cuyo Ministerio pertenece el Centro
Superior de Investigación de la Defensa, el Cesid, que él dirige. Hemos
pedido si le consta, si tiene algún dato, que lo diga; y si no lo tiene,
dirá que no lo tiene. Si luego, al final, cuando pase el tiempo, se
descubren algunas cosas que hoy no conocemos, no quedará ante la opinión
pública que ningún representante del pueblo hizo una serie de preguntas
en petición de información. Era sólo petición de información.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Romero.




--PREGUNTA SOBRE RAZONES DE LA TARDANZA DEL MINISTERIO DE DEFENSA EN
REALIZAR UNA VISITA OFICIAL A ARABIA SAUDI, KUWAIT Y QATAR, TRAS LA
GUERRA DEL GOLFO. FORMULADA POR EL SEÑOR ROBLES FRAGA (GP). (Número de
expediente 181/001293.)



El señor PRESIDENTE: Punto octavo del orden del día: Preguntas. Pregunta
del señor Robles Fraga, que tiene la palabra para formularla.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Presidente, se trata de conocer las razones
de la tardanza del Ministro de Defensa en realizar una o unas visitas
oficiales a los países del Golfo después de la guerra con motivo de la
invasión de Kuwait.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Presidente, señoría,
desde que acabó la guerra del Golfo en 1992, el Gobierno español ha
tenido el mayor interés por dar constancia de su presencia en el
conflicto y de sus intereses en la zona a través de relaciones
bilaterales con los países de la península arábiga y también con los
países del Consejo de Cooperación del Golfo. Sin embargo, las visitas no
fueron fáciles a lo largo de 1993. Los gobiernos de la zona estaban mucho
más preocupados por la reconstrucción de Kuwait y por la fijación
definitiva de las fronteras entre Irak y Kuwait que por intensificar las
relaciones con los países europeos que participamos en el conflicto a
través de una presencia limitada. Por tanto, en los años 1992 y 1993 sólo
se produjeron visitas por parte de empresarios, apoyados directamente
tanto por el Ministerio de Defensa, a través de los agregados, como por
el Ministerio de Asuntos Exteriores, obviamente, a través de sus
embajadas, y concretamente se produjo la visita del director general de
Armamento y Material del Ministerio de Defensa para entrevistarse con
colegas suyos de la zona en la Feria Internacional de Armamento IDEX-93,
que tuvo lugar en la primavera de ese año. Posteriormente, en el pasado
1994, se produjo la visita del Ministro de Defensa de Kuwait a título
privado, que dio ocasión a que hubiera un encuentro en el Ministerio de
Defensa y pudiéramos hablar de intereses comunes que afectaban sobre todo
a las empresas españolas. Con posterioridad, en noviembre de 1994, S. S.

conoce perfectamente que se produjo la visita de Sus Majestades los Reyes
a Arabia Saudita, acompañados por el Ministro de Asuntos Exteriores. Más
recientemente, en enero de 1995, se pudo llevar a cabo la visita de



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una delegación del Ministerio de Defensa, encabezada por mí, a Arabia
Saudita, a Kuwait y a Qatar. Y hace escasamente un mes se ha producido
otra visita mía a Emiratos Arabes, aprovechando la celebración de la
Feria Internacional IDEX-95, aunque con carácter de visita oficial.

Anteriormente, señoría, le insisto en que no hubo muchas facilidades para
visitas, que en el caso del Ministerio de Defensa tienen que tener un
doble contenido: en primer lugar, conocer cuál es la situación de
seguridad en la zona. Esto lo pude comprobar personalmente en el viaje
del pasado enero, desplazándome en helicóptero a la frontera, visitándola
con los responsables de Naciones Unidas y comprobando que la situación es
perfectamente tranquila, que se han normalizado mucho la separación de
los dos Estados, Kuwait e Irak, que hasta ahora era confusa. En segundo
lugar, tiene que tener un carácter eminentemente comercial, y yo no
oculto que en todos mis viajes procuro que no se olvide esta faceta; y
cuando digo comercial, me refiero a toda la industria española, pero
particularmente a la que tiene más relación con mi Departamento: la
industria de defensa. El interés por esta segunda faceta de la visita
durante la época de grandes dificultades presupuestarias, que aún no
están resueltas en Arabia Saudita y en Kuwait, no ha sido muy grande; el
interés no ha podido ser muy grande porque había grandes limitaciones.




El señor PRESIDENTE: El señor Robles tiene la palabra.




El señor ROBLES FRAGA: Señor Presidente, señor Ministro, precisamente en
el momento de la reconstrucción es cuando más falta hacía la presencia de
autoridades españolas con objeto de promover la actividad de nuestros
empresarios, recordando que, además, en el terreno que nos ocupa, se
trata de empresarios públicos y que no cabe dejar a la alegría del
mercado el éxito de nuestras industrias, especialmente cuando se trata de
industrias de defensa. Desde 1990/1991, en que tiene lugar el conflicto,
hasta ahora, muy grandes deben haber sido las dificultades para que hasta
enero y febrero de 1995 el señor Ministro no haya podido visitar los
países del Golfo.

Desde luego, ha visitado los países del Golfo en el peor momento posible
para vender nada, porque entre el precio del dólar, el precio del
petróleo y la situación política de la zona, difícilmente podíamos
recordar que no solamente participamos, si bien modestamente, en el
esfuerzo bélico de 1990/1991, sino que también somos uno de los
contribuyentes de la Unión Europea, el mayor donante de la zona, que está
destinando un mayor volumen de fondos, muchos miles de millones de
pesetas, a la paz y al desarrollo de la región.

Señor Ministro, yo no sé si es que vivimos un cierto aletargamiento en la
actividad de promoción comercial (me gustaría que usted me lo
desmintiese), pero hace falta, en cualquier caso, mayor rapidez y mayor
energía, por no decir mayor dinamismo, en la rentabilización de nuestros
esfuerzos de política exterior. Es evidente que una de las primeras
facetas del Ministro de Defensa es la promoción de nuestra industria
militar, por muy alicaída que ésta esté, y mucho más cuando esta
industria sufre restricciones presupuestarias de todos conocidas.

Yo me alegro, de pasada y con la venia del señor Presidente, de que usted
haya desmentido unas noticias recientes sobre temas que tienen que ver
con materias presupuestarias y de inversiones de su departamento. Me
gustaría, desde luego, que esa coordinación necesaria en toda nuestra
actividad exterior, que es sólo una, se mantuviera y que en futuras
ocasiones pudiéramos obtener resultados más concretos que los que
aparentemente se han obtenido en el esfuerzo que realizó nuestro país con
motivo de la guerra del Golfo, que no fue, como se ha dicho, una guerra
interesada, pero en la que se jugaban intereses básicos y vitales de
nuestro país.

No sé si el Ministro puede ser preciso, pero me gustaría conocer,
finalmente, qué resultados se han obtenido de esos viajes; si ha existido
algún tipo de indicios que puedan significar futuros contratos o
actividades de nuestra industria de defensa en aquella zona.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Robles, le agradezco
esta pregunta y el tono de su intervención, porque es muy conveniente que
en la Comisión de Defensa se hable sin complejos de la actividad
exportadora española de armamentos, y que no suceda, como frecuentemente
nos ocurre, que hablar de estos asuntos os produce incomodidad, timidez y
pensemos que forman parte de los intereses económicos y generales de
nuestro país. Además, el marco de una pregunta es escaso; esto da para
hacer una comparecencia sobre la situación global del comercio español de
armamento en defensa de nuestros puestos de trabajo, en defensa de
nuestras industrias, en defensa de nuestros propios intereses
estratégicos y de presencia en determinadas zonas.

Hoy me quiero extender, señorías, sobre algo que conozco con cierta
precisión, que es la situación financiera de Arabia Saudita y de Kuwait,
países que durante muchos años fueron grandes acumuladores de ahorro,
debido a la diferencia entre ingresos y gastos en sus cuentas corrientes
de balanza de pagos. Esta situación cambió a partir de 1991 y estas
naciones ya no son oferentes de ahorro, de fondos en los mercados
internacionales, sino lo contrario: son demandantes. Esto explica --y es
una de las razones que está detrás de la crisis financiera que sufrimos
desde hace una temporada y que se agudiza recurrentemente-- que en el
mundo haya una escasez de ahorro, globalmente hablando, porque han
desaparecido grandes suministradores, que se han convertido en tomadores
de fondos. Este es el caso de Kuwait desde 1992, y el caso más reciente
de Arabia Saudita.

Por tanto, éstas son naciones que en este momento tienen problemas de
balanzas de pagos y, sobre todo, problemas fiscales. No tienen un sistema
fiscal bien organizado, por lo que los gastos del Estado, sobre todo los
de reconstrucción de Kuwait, se han tenido que financiar apelando a los
mercados internacionales. La reconstrucción ha sido



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extraordinariamente costosa. Debo decir a SS. SS. que la aportación
extranjera a esa reconstrucción se ha hecho con una distribución de los
pedidos directísimamente proporcional al esfuerzo económico realizado por
las naciones que contribuyeron a la liberalización de Kuwait y de forma
muy directamente relacionada con la influencia política que Estados
Unidos y, en menor medida, el Reino Unido y Francia tienen en la zona.

Por tanto, señoría, estamos en una situación incómoda en aquellos
mercados, y no solamente nosotros, sino todos los países que tienen la
dimensión intermedia que posee nuestro país.

Por consiguiente, hemos reducido nuestra presencia en el mercado de
armamento de los países del Golfo y de los países de la península
arábiga. A cambio, hemos aumentado la presencia en otros mercados. Nunca
habíamos vendido nada en los países de Centro Europa y gracias a los
contactos bilaterales, a los acuerdos de cooperación que, desde hace
cuatro o cinco años (se firmaron aproximadamente en el año 1990 ó 1991),
se vienen aplicando para ayudar a esos países a reformar sus fuerzas
armadas y a darlas una situación democrática, hemos conseguido contratos
como el de la modernización de carros de combate soviéticos en
Eslovaquia, la estabilización de las torretas que hace Indra, y estamos a
punto de conseguir algún contrato como la adquisición de aviones de
transporte en Polonia.

Gracias al esfuerzo comercial en otras zonas del mundo, estamos abriendo
los mercados de Extremo Oriente: los mercados de Corea, de Tailandia, y
espero que los de Malasia, en mayor medida los de Indonesia, y también
podamos penetrar en china; pero éste es un esfuerzo a largo plazo y, si
quiere S. S., sobre esto podemos hacer una comparecencia específica para
explicar zona a zona cómo se ha podido exportar más en determinadas zonas
del mundo para suplir lo que no se podía exportar a otra que
tradicionalmente compraban, no mucho, pero compraban en España.

Por otra parte, usted sabe, señorías, que los mercados de armamento están
sufriendo una crisis agudísima. No había una competencia por parte de
Rusia y por parte de Ucrania hasta hace un par de años y le puedo
asegurar que están aprendiendo a toda velocidad a vender, a asegurar el
suministro de los repuestos y a financiarlo a largo plazo, ofreciendo
unos precios con los que no se puede competir y una relación
calidad-precio en la que España, Francia, o cualquier país occidental no
pueden competir.

Por otra parte, Estados Unidos, a pesar de que sigue manteniendo un
presupuesto muy elevado, nada menos que el 4 por ciento de su producto
interior bruto, está reduciendo sustancialmente la demanda de productos
de defensa para dotar a sus ejércitos y en este momento controla el 60
por ciento del mercado mundial de armamento. ¿Cómo se puede competir, por
un lado, con Rusia, con unos precios realmente bajos, y, por otro, con la
capacidad política y de penetración comercial de Estados Unidos? Le
aseguro que esto es francamente difícil. Si a esto añadimos la presión de
Francia, Inglaterra y Alemania, como grandes productores de Europa
Occidental, nos encontramos en un momento complicado y de gran dificultad
para las empresas españolas.

Sobre los resultados de los viajes concretos a los países del Golfo tengo
que decir que ha habido un intento de venta de aviones de patrulla
marítima y de transporte, y tenemos grandes posibilidades de conseguir
uno de esos contratos en Emiratos. Ha habido contactos con Arabia Saudita
para asuntos más pequeños, comercialmente hablando, de munición y de
armamento ligero, de BMR, y se está tratando sobre ello. Con Qatar ha
habido un contacto comercial en sentido inverso: se ha producido la
adquisición de aviones F-1 que el Gobierno de Qatar está sustituyendo por
el Mirage 2000 en unas condiciones financieras y técnicas bastante
atractivas. Estos países son bastante complicados, usted lo conoce
perfectamente, donde la presión política de Estados Unidos es fortísima.

Y esa presión política se utiliza claramente --y me parece legítimo, no
estoy criticando a nadie-- para forzar una presencia comercial superior a
la que tradicionalmente han tenido.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Antes de levantar la sesión, ruego a los portavoces que se queden al
finalizar la misma.

Se levanta la sesión.




Eran las doce del mediodía.