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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 460, de 22/03/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 460
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 35
celebrada el miércoles, 22 de marzo de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Ministro de Asuntos Exteriores (Solana
Madariaga), para: --Dar a conocer la postura del Gobierno ante las
últimas operaciones militares desarrolladas por el Gobierno de México en
el Estado de Chiapas, así como las posibles acciones diplomáticas
tendentes a favorecer el respeto a los derecho humanos en dicho
territorio y una solución pacífica al conflicto. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente 213/000534). (Página 13990)
--Informar sobre la situación creada en México como consecuencia de la
declaración del Presidente y la consecuente operación militar contra la
guerrilla zapatista. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número
de expediente 213/000539). (Página 13990)
--Informar de los resultados de la reunión mantenida en Londres entre los
representantes de los gobiernos de España y Gran Bretaña el día 26 de
enero de 1995 sobre tráfico ilícito en Gibraltar. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000544). (Página 13998)



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--Explicar las condiciones en las que se ha producido la detención ilegal
de pescadores españoles en aguas internacionales por parte de patrulleras
canadienses y de los medios, tanto bilaterales como en el seno de la
Unión Europea (UE) que haya adoptado para obtener la inmediata liberación
de los pescadores y de los pesqueros, así como de las medidas que en el
futuro impidan definitivamente este tipo de situación. A solicitud del
Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente 213/000559). (Página 14005)
--Informar de las medidas y gestiones que haya podido realizar el
Gobierno recientemente con motivo del encarcelamiento del líder
ecuatoguineano Severo Moto, así como de las perspectivas y evolución de
las relaciones bilaterales entre España y Guinea Ecuatorial en función de
los recientes acontecimientos. A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 213/000560). (Página 14020)
--Dar cuenta de las gestiones efectuadas por dicho Ministerio respecto de
la operación para la puesta a disposición judicial de don Luis Roldán. A
solicitud del Grupo Parlamentario Federal IU-IC. (Número de expediente
213/000553). (Página 14027)
--Informar del momento y de las maneras en que el citado Ministerio tuvo
noticia de las actividades realizadas en el exterior de España por el
Ministerio de Justicia e Interior tendentes a la puesta a disposición de
la justicia del prófugo don Luis Roldán, así como de los servicios que
del Ministerio de Justicia e Interior recabó el Ministerio de Asuntos
Exteriores en ese contexto, y de cualquier otro tipo de información que
pueda resultar relevante para el conocimiento de la actividad del
Ministerio de Asuntos Exteriores en ese caso. A solicitud del Grupo
Parlamentario Popular (Número de expediente 213/000561). (Página 14027)
Dictamen sobre acuerdo de colaboración y cooperación por el que se
establece una colaboración entre las Comunidades Europeas y sus Estados
miembros, por una parte, y la Federación de Rusia, por otra, hecho en
Corfú el 24 de junio de 1994. («BOCG» serie C, número 177-1, de 7-2-95.

Número de expediente 110/000143). (Página 14039)



Se abre la sesión a las nueve y treinta minutos de la mañana.




COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (SOLANA MADARIAGA)
PARA:



--DAR A CONOCER LA POSTURA DEL GOBIERNO ANTE LAS ULTIMAS OPERACIONES
MILITARES DESARROLLADAS POR EL GOBIERNO DE MEXICO EN EL ESTADO DE
CHIAPAS, ASI COMO LAS POSIBLES ACCIONES DIPLOMATICAS TENDENTES A
FAVORECER EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS EN DICHO TERRITORIO Y UNA
SOLUCION PACIFICA AL CONFLICTO. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER CATALUNYA. (Número de
expediente 213/000534.)



--INFORMAR SOBRE LA SITUACION CREADA EN MEJICO COMO CONSECUENCIA DE LA
DECLARACION DEL PRESIDENTE Y LA CONSECUENTE OPERACION MILITAR CONTRA LA
GUERRILLA ZAPATISTA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL
CONGRESO. (Número de expediente 213/000539.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a esta sesión de la
Comisión de Asuntos Exteriores. Antes de empezar quisiera hacer un par de
consideraciones. La primera es que de las siete comparecencias fijadas en
el orden del día hay algunas que se refieren al mismo tema y, por
consiguiente, las vamos a discutir conjuntamente. Me refiero a las
comparecencias números 1 y 2, una a solicitud del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y la otra del Grupo
Parlamentario Popular, que se refiere a la situación existente en Méjico,
que discutiremos conjuntamente. Lo mismo vamos a hacer con la
comparecencia número 4, solicitada por el Grupo Parlamentario de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, y la comparecencia número 7,
cuyo autor es el Grupo Parlamentario Popular, que se refieren ambas a las
condiciones y circunstancias en que tuvo lugar la puesta a disposición
judicial de don Luis Roldán.

Por lo demás, teniendo en cuenta el número y la importancia de todas las
comparecencias, tendremos que ajustarnos al máximo al tiempo
reglamentario. Mi intención es hacerlo así.

Sin más, y dando la bienvenida más cordial al Ministro de Asuntos
Exteriores, pasamos a la discusión de las comparecencias número 1 y 2.

Ruego a los grupos solicitantes



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que aclaren si desean introducir el tema o prefieren que lo haga primero
el señor Ministro. (Pausa.) Tiene la palabra el señor Ministro para hacer
la introducción.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, trataré de dar la explicación que en este momento puedo dar
sobre la situación en Méjico con la máxima brevedad y, si es posible, en
las formulaciones que SS. SS. hagan trataré de dar más datos que posea.

Como SS. SS. saben bien, Méjico atraviesa en estos momentos una situación
compleja en la que se junta una crisis económica profunda, que conocen
SS. SS. bien, y dificultades de orden público entre las que quizá merezca
la pena destacar el conflicto de Chiapas. Creo que se debe afirmar que la
administración del Presidente Zedillo consideró desde el primer momento
la solución de crisis de Chiapas, abierta tras el alzamiento del
denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el 1 de enero de
1994, como una de sus prioridades más urgentes. Si recuerdan SS. SS.,
desde el discurso de su toma de posición, el 1 de diciembre pasado,
Ernesto Zedillo, Presidente de Méjico, ha mostrado una voluntad
negociadora con aquellas personas del ejército zapatista cuyas demandas
sociales consideró --me importa recordar-- legítimas en su primera
intervención y su deseo de resolver la crisis por la vía política y no de
enfrentamiento armado. Como SS. SS. saben bien, propuso la creación de
una comisión legislativa, con participación de todos los partidos con
representación parlamentaria, para intentar encontrar una solución
política. También apoyó los esfuerzos de la Comisión Nacional de
Intermediación, la denominada CONAI, presidida por el obispo Ruiz, para
encontrar un arreglo. Incluso envió, como saben SS. SS., al nuevo
secretario de Gobernación de su Gobierno, a Esteban Moctezuma, a
entrevistarse con el subcomandante Marcos.

El Presidente Zedillo decidió el 9 de febrero, ante el descubrimiento de
dos arsenales en las ciudades de Méjico y Veracruz, dar instrucciones al
procurador general de la República para detener a los dirigentes del
ejército zapatista y entre ellos al subcomandante Marcos, a quien
identificó como Rafael Sebastián Guillén Vicente, como saben bien, a la
par que ofrecía una amnistía a aquellos guerrilleros que depusieran las
armas. La ofensiva del ejército mejicano para recuperar los municipios
del Estado de Chiapas controlados por el ejército zapatista, como
recuerdan SS. SS., duró cinco días y la operación se desarrolló sin
encontrar oposición zapatista, al haberse replegado más allá de la selva
de Lacandona. El 14 de febrero se volvió a ofrecer la vía de la
negociación, al ordenar al Presidente de las Fuerzas Armadas y a la
Procuradoría General que no se realizaran acciones ofensivas de ningún
tipo contra la guerrilla y que limitaran sus actividades a patrullar el
Estado de Chiapas para prevenir actos de violencia.

Otros elementos refuerzan la conducción política de la situación, que ha
sido siempre el objetivo del Presidente Zedillo. El Gobierno de Méjico,
como saben, está desarrollando una intensa labor social para propiciar el
regreso de la población indígena que abandonó sus comunidades ante el
despliegue militar. No podemos olvidar que el Gobierno mejicano ha
reconocido, desde el primer momento, que el problema de Chiapas tiene sus
raíces en una situación de injusticia social --reitero una vez más que en
el discurso inaugural del Presidente Zedillo ya consideró las
reivindicaciones como legítimas-- y, en consecuencia, ha ofrecido
fórmulas de solución que prometen tener en cuenta las reivindicaciones
históricas de la población indígena marginada. La voluntad de diálogo por
parte de las autoridades mejicanas ha quedado claramente puesta de
manifiesto con la aprobación, por parte del Congreso mejicano, de la ley
que primero parecía que podría llamarse de amnistía y que después se ha
cambiado su nombre para dar sensación del sentido más profundo que tiene
la Ley para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, en
vigor desde el 12 de marzo. El texto de la ley remitida al Congreso, como
saben, ya ha sido firmado por el Presidente y por la totalidad de los
miembros de la Comisión legislativa de diálogo y conciliación para
Chiapas, integrada por todos los partidos políticos. En esta iniciativa
ha confluido el consenso entre el poder legislativo y el poder ejecutivo
y se ha creado ex profeso para lograr las soluciones que aseguren una paz
perdurable y digna en Chiapas.

Los objetivos de la ley son los siguientes: asegurar la paz justa, digna
y duradera en Chiapas; atender a las causas que originaron el conflicto y
promover, por tanto, soluciones consensuadas; propiciar que los
integrantes del ejército zapatista participen en el ejercicio de la
política, dentro de los cauces pacíficos legales; conciliar las demandas
e intereses legítimos de los diversos sectores en el Estado de Chiapas y
promover el bienestar social y el desarrollo en la región. La ley crea,
asimismo, dos organismos responsables de su ejecución y del avance del
proceso: la Comisión de Concordia y Pacificación y la Comisión de
Seguimiento y Verificación.

Para darles una información de la posición que el Gobierno ha tenido en
todo este proceso, les quiero decir que tuve ocasión de visitar Méjico no
hace muchas semanas, teniendo la oportunidad de entrevistarme
prácticamente con la totalidad de las fuerzas políticas y sociales, desde
el Presidente de la República, los dirigentes de todas las formaciones
políticas que apoyan al Gobierno y de la oposición, a sectores sociales,
académicos, etcétera. Les puedo decir que, en todo momento, los
borradores de la ley en que se estaba trabajando --entonces se iba a
denominar de la amnistía y hoy se llama para la pacificación, el diálogo
y la paz digna en Chiapas-- encontraron el apoyo para que se pusiera en
marcha este mecanismo que recoge la ley. Por tanto, he de decirles que
por parte del Gobierno hemos estado siempre detrás de este tipo de
iniciativas, entendiendo que Méjico es un país próximo a nosotros con el
que colaboramos para su estabilidad y prosperidad, y todo lo que se pueda
hacer por la vía del diálogo, por la vía de la negociación, para resolver
este conflicto, siempre ha estado entre nuestras prioridades apoyarlo.

Bien es verdad que el Presidente Ernesto Zedillo desde el principio ha
estado en esta posición, y me gustaría subrayarlo en esta sede
parlamentaria. Hace muy pocos días estuvo aquí el Ministro de Asuntos
Exteriores, José Angel Gurría, que también tuvo ocasión de verse con los
distintos grupos del Parlamento



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español y darles una explicación puntual de cómo se estaba pasando a la
acción con la ley a la que acabo de hacer referencia. Por tanto, nuestro
deseo es que se cumpla esa ley, el espíritu que la anima, y se resuelvan
los problemas tanto políticos como económicos de un país amigo como
Méjico, de un país que para nosotros tiene una importancia muy especial.

Eso es lo que deseamos y en esa línea hemos estado trabajando desde el
Gobierno. Algunos miembros de la oposición también han visitado Méjico;
asimismo, lo han hecho sectores sociales españoles, que están tratando de
apoyar para que la crisis económica se resuelva y para que, como
consecuencia no sólo de ello sino también de un clima más positivo en la
propia sociedad, se puedan resolver los problemas de carácter social por
los que todavía, desgraciadamente, atraviesa este país amigo.

Nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Por uno de los grupos solicitantes de la
comparecencia, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la palabra
el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Ministro, nuestro Grupo Parlamentario
solicitó esta comparecencia que se produce en un momento, felizmente, de
satisfacción y de consenso de todas las fuerzas políticas, al menos de
España, por el desarrollo positivo que el problema de Chiapas, la
insurgencia aparecida hace un año está alcanzando. Es decir, la Ley para
el diálogo, la conciliación y la paz digna de Chiapas, votada por la
práctica unanimidad de los diputados del Congreso mejicano, es un
elemento de satisfacción para nosotros, y supongo que para todas las
fuerzas políticas, y un rayo de esperanza en la solución política,
constructiva y positiva de aquel conflicto. Por tanto, si nos atuviésemos
sólo al momento actual prácticamente podríamos concluir nuestra
intervención haciendo un llamado a la esperanza y a la confianza en que
las fuerzas políticas mejicanas y el ejército Zapatista de Liberación
Nacional sabrán, en el marco de que se han dotado, encontrar las
soluciones políticas, económicas, sociales y culturales suficientes para
desatascar aquel grave conflicto; un conflicto que en este mundo nuevo de
la globalización, en este mundo mediático, casi parece sacado de una
novela de aventuras.

En un país que pretendía estar en el primer mundo con la firma del
Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Méjico, el mismo día que
lo firma aparece una imagen no diré de tercer mundo, pero sí de rebelión,
de propuesta revolucionaria, de cambio radical de las condiciones
económicas y sociales en un Estado, el de la República de Méjico, que
todos reconocen que no puede seguir así, que no puede continuar con la
marginación de indígenas y campesinos, con la terrible y desigual
distribución de la riqueza, de la propiedad, de la tierra, del acceso a
la cultura, del acceso a la dignidad de la condición de persona humana y
de ciudadano de un país como Méjico. Sin embargo, las cosas suceden así.

Asistimos durante un año a una situación de tregua y diálogo sin un
amparo legal, a través exactamente de esta tregua acordada entre la
insurgencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el propio
Ejecutivo de la República, hasta que --como usted muy bien ha relatado--
de forma sorprendente, aunque para nosotros no tanto (creemos que muy
condicionada por la situación financiera de Méjico, por el cuantiosísimo
préstamo internacional en dólares que Estados Unidos, a la cabeza de un
grupo de países, acuerda conceder a Méjico para que no entre en
bancarrota), se produce un viraje fundamental del Presidente Zedillo, una
incriminación de futuros atentados a los responsables del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional y, en función de esta incriminación, un
cambio radical en la situación que alarma a las fuerzas sociales y
políticas en Méjico y a buena parte de Iberoamérica y del resto del
mundo, que rápidamente se movilizan reclamando la vuelta a un cauce de
diálogo político, de concordia, y es ahí donde se incardinaría nuestra
petición de comparecencia y nuestra preocupación en tanto que fuerza
política, como Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

En aquellos días que van del 14 de febrero hasta que finalmente se
aprueba la Ley --tantas veces citada-- del diálogo, la conciliación y la
paz digna de Chiapas, nosotros vemos que la actitud de nuestro Presidente
de Gobierno, don Felipe González, la actitud del Ministro señor Solana no
está entre las que encabezan la reflexión y el llamado al diálogo, a la
concordia, a la reconducción del proceso y del problema por vías de
conciliación y de diálogo, por vías pacíficas. Asistimos consternados a
declaraciones que reconocen la necesidad y la capacidad del ejecutivo y
del ejército mejicanos de imponer el orden, como sea, en Chiapas, y no
oímos voces, no oímos posicionamientos de nuestro Gobierno, de nuestro
país, de España, llamando a esta concordia, a esta reconciliación, que
finalmente parece que se ha producido. Estamos ahora en un momento en que
hemos no sólo de acatar sino de aplaudir entusiásticamente que el
Congreso mejicano haya sido capaz de elaborar esta ley tantas veces
citada, y estamos siguiendo con la máxima atención cómo se va
desencadenando el proceso. Nosotros también, como grupo político, hemos
estado muy recientemente en Méjico y hemos hablado con todas las fuerzas
políticas, con el PAN, el PRI y el PRD, hemos estado en San Bartolomé y
hemos hablado con el obispo Samuel Ruiz y sabemos que hay una gran
esperanza en que esta ley se desenvuelva de forma positiva. Sin embargo,
insisto --y no quiero alargarme más, señor Presidente--, señor Ministro,
en señalar con decepción que no vimos en el momento adecuado a nuestro
Gobierno, a nuestro país, por boca de sus máximos representantes, el
Presidente del Gobierno y el Ministro de Asuntos Exteriores, apostando
claramente por la conciliación, por el diálogo, y en cambio sí les vimos
en los peores días de la actuación del ejecutivo mejicano y del
Presidente Zedillo, cuando parecía que todo se fiaba a la solución
militar, a la solución de imponer la opinión de unos sobre otros, cuando
todos en Méjico reconocen --y el propio Presidente Zedillo, como usted
recordaba señor Ministro, lo reconoció en su discurso inaugural y después
ha venido a ratificarlo-- que el problema de Chiapas no se puede resolver
de forma autoritaria, recurriendo a la fuerza, sino que requiere
profundísimos cambios económicos, sociales,



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culturales y políticos, y que el atraso --el tremendo atraso-- y la
marginación que sufren los indígenas y los campesinos en Chiapas
requerirán un gran esfuerzo de toda la ciudadanía de Méjico. Hará falta
también --y parece que esta ley puede ser el vehículo-- una profunda
regeneración del sistema democrático en Méjico. Creemos que esta ley y
los compromisos para el acuerdo nacional y para revisar todo lo que de
viciado tiene el sistema político y electoral mejicano, estos dos
acuerdos, el compromiso para el acuerdo nacional y esta ley tantas veces
citada, pueden abrir el camino a una auténtica y profunda regeneración
democrática en Méjico, que abra a su vez el paso a un cambio en las
estructuras sociales y económicas en el conjunto de la República,
especialmente en el Estado de Chiapas.

Nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE; Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Brevemente
quiero matizar algunas de las reflexiones que ha realizado el portavoz de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

En primer lugar, comparte conmigo la afirmación de que estamos en un
momento de consenso social en Méjico, del que creo que todos tenemos que
felicitarnos, y que esto es positivo para Chiapas, para la resolución
definitiva del conflicto de Chiapas, que esperemos que se pueda realizar
por la vía del diálogo, enmarcándolo en la ley que se acaba de aprobar
con el apoyo de todas las fuerzas políticas y sociales. Por tanto, todo
esto lo compartimos y nos parece muy bien, pero quisiera clarificar
algunos extremos.

Permítame que le diga a S. S. que el planteamiento que hace no es
correcto, no se atiene a la verdad. El razonamiento de S. S. es que a la
llegada del Presidente Zedillo se produce una situación de levantamiento
en Chiapas, que el Presidente, poco más o menos, está tambaleándose y sin
saber muy bien qué hacer, por fin, debido a presiones de carácter
internacional, decide actuar militarmente en el Estado de Chiapas y,
después, gracias a las movilizaciones de algunos partidos mejicanos, con
la colaboración de otros partidos más allá de Méjico, reflexiona el
Presidente Zedillo y cambia de manera de opinar. Esta es una novela
completamente irreal, en nada se parece a la realidad. Le quiero decir
sinceramente lo que ha acontecido y se lo voy a explicar hoy. Se lo he
querido explicar a los dirigentes de su Grupo Parlamentario en todos los
momentos importantes, con poco éxito por mi parte.

El 1 de diciembre el Presidente Ernesto Zedillo dice, como he tenido
ocasión de reiterar hace un minuto, que él quiere resolver, por la vía de
la negociación y del diálogo, el conflicto de Chiapas. No sólo dice eso,
públicamente reconoce que la situación de Chiapas es grave, de injusticia
social, lo que comparte S. S. conmigo y con el Presidente Zedillo. Le
quiero decir que quien le habla, desde ese momento hasta el día 14 de
febrero, prácticamente un día sí y otro no habla con los responsables
mejicanos. El día 14 de febrero a las cinco de la tarde, hora de Madrid,
hablo con el Presidente Zedillo y expone las medidas que va a tomar y a
poner en marcha posteriormente en relación con Chiapas, incluida la ley
de amnistía. Esa misma tarde llamo al líder de la oposición e intento
hablar con su grupo parlamentario para contarles estas cuestiones y la
conversación que tengo con el Presidente Zedillo. El día 20, es decir,
seis días después, voy a Méjico y me veo con el Presidente Zedillo y con
todos los dirigentes políticos, incluidos los del PRD (a quienes S. S.

conoce muy bien porque si no ha sido él alguno de los miembros de su
grupo parlamentario ha estado con ellos en múltiples ocasiones y ellos
han visitado España invitados por su partido), y todos afirman que ésta
es la vía de solución, en el fondo todos comprenden la estrategia que se
ha puesto en marcha en febrero hasta el momento de la aplicación de la
ley. Por tanto, creo que hay una estrategia responsable, sólida, de buen
sentido común por parte del Presidente Zedillo para enfrentarse con el
conflicto de Chiapas, y a los hechos me remito.

Hace un minuto S. S. ha dicho conmigo que estamos en la fórmula de
solución mejor, más esperanzadora. Todo esto no se ha hecho por azar;
estas cosas se hacen con sentido común, con tenacidad, a veces con mucha
dificultad. Permítame que le diga que el Presidente Zedillo ha tenido en
lo primeros cien días de su mandato algo que nunca pensó que le iba a
ocurrir, una crisis económica de una gravedad que no solamente ha puesto
en cuestión a Méjico sino prácticamente al Sistema Monetario
Internacional. Ha intentado resolver ese tema y también el conflicto de
Chiapas, proceso en el que está muy implicado personalmente, y le hablo
con un buen conocimiento de causa. Así son los acontecimientos. Lo
importante no es que discrepemos o estemos de acuerdo en ello, sino que
estemos de acuerdo en el final, en que este proceso, a través de la ley
para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, es una buena
decisión. Eso es lo que quiero decir. Pero me parce que quizá es
--permítame que se lo diga, sin ganas de ofender-- un poco simple el
análisis que S. S. ha planteado. Honestamente creo que el análisis, un
poquito más complejo, que estoy haciendo en este momento se atiene más a
la verdad de los acontecimientos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Será muy breve, señor Presidente.

Señor Ministro, estoy de acuerdo con su explicación, pero usted la
simplifica tanto que me recordaba al Pangloss de Voltaire cuando dice
tout est bien qui finit bien. Ahora estamos en un buen momento, pero lo
que he reclamado, conociendo perfectamente los entresijos de lo que ha
sucedido y siendo mi explicación forzosamente esquemática por no ocupar
más tiempo, es que en el período que va del 14 de febrero hasta la
aprobación de la ley, aunque no dudo de sus buenas actuaciones entre
bambalinas, lo que nuestro Grupo y yo hemos pedido a usted y al
Presidente del Gobierno era una declaración explícita de apoyo a la vía
del diálogo. Esto no se produjo y es lo que reclamamos.




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Muchas veces hemos discutido en esta Comisión que, además de hacer cosas,
hay que dar signos y puntos de referencia. Para Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya faltó la referencia del Gobierno de
España, de su Ministro de Asuntos Exteriores o del Presidente del
Gobierno, cuando se opina sobre lo que sucede en Méjico, la firme y clara
llamada a la conciliación que se compadeciese con lo que usted ha dicho
que ha hecho entre bambalinas. Quizás hubiese sido mejor, además de
hacerlo, decirlo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor Espasa,
quizás una buena división del trabajo podría ser ésa, que usted haga las
declaraciones y yo trabaje para resolver las cosas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor
Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Este es un problema, señor Ministro, que creo que
trasciende la propia dimensión de lo que en sí mismo estamos discutiendo.

Es decir, Chiapas es un fenómeno que surge de manera aparentemente
repentina --y subrayo aparentemente-- y que cuestiona prácticamente la
totalidad de la situación interna y el sistema político mejicano; al
decir sistema político incluyo el sistema económico y social.

En un reciente libro analizando estos hechos, Carlos Fuentes dice,
exactamente en la página 127, que como aquéllos al desaparecer --se está
refiriendo a los problemas del comunismo en el mundo y de la dictadura de
Franco en España-- carece de respuestas viables al problema central de
Méjico la falta de coincidencia entre la sustancia económica, social y
cultural del país y sus instituciones políticas. Creo que lo que está
ocurriendo en Méjico en este momento, que es extremadamente grave desde
todos los puntos de vista, queda perfectamente circunscrito a este
análisis somero y elementalmente esbozado por Carlos Fuentes.

Señor Ministro, lo de Chiapas, como digo, es un hecho extraño,
sorprendente. Amanece el 1 de enero de 1994, justo en el momento en que
Méjico se abre a unas grandes reformas internas, inducidas por el hecho
mismo de la firma del Tratado de Libre Comercio, TLC o NAFTA. Se produce
de forma aparentemente espontánea, aunque no es así. Había conocimientos
amplios de que se estaba preparando un movimiento con fecha fija. Yo supe
que periodistas españoles que se fueron veinte días antes para prepararse
en los procesos informativos inmediatos de esa explosión revolucionaria.

Existían datos antiguos, por lo menos diez años antes, en confesión del
mayor Mario, lugarteniente del subcomandante Marcos, al «Universal» de
Méjico el 18 de enero de 1994, que dice: Llevamos diez años en empezar el
entrenamiento militar y queremos que haya paz. Es decir, lo que está
ocurriendo en Chiapas no es nada fortuito, tiene una fenomenología
perfectamente descriptible y alguna concomitancia con otros hechos que
hemos estudiado abundantemente en el centro del istmo iberoamericano:
Nicaragua, El Salvador, Guatemala, etcétera. Es decir, hay procesos de
guerrilla que obedecen a razones objetivas en sí mismas consideradas,
como es el caso de las perentorias necesidades que se producen justamente
en Chiapas, que se agravan mucho más por el hecho de que desde el siglo
XVI nadie ha acometido en serio una reforma, puesto que incluso los
mejores historiadores mejicanos --el propio Enrique Krause lo dice--
están denunciando que ni siquiera la revolución entró en Chiapas el año
1910, cuando se produce en la totalidad de los estados de Méjico. El tema
se agrava por el hecho de que continúa un fenónemo indigenista,
reivindicativo ya desde el propio origen de la colonización española;
véase la acción de Bartolomé de las Casas, que se produce justamente en
Chiapas y que es el antecedente de lo que está ocurriendo en San
Cristóbal de las Casas con el obispo Samuel Ruiz. Consecuentemente, es un
fenómeno de muchos siglos, tres, que se agudiza últimamente con problemas
muy graves de contradicciones internas, de orden social, de orden
económico. Las estructuras sociales son profundamente injustas. La
concomitancia --y lo denuncian todos los libros y análisis que he leído
últimamente sobre el tema-- entre los poderes fácticos de los
terratenientes y la institución política del Gobierno era escandalosa y,
en algunos casos, se producen ciertos hechos muy extraños y paradójicos
como que el propio Salinas de Gortari, metido de lleno en las profundas
reformas estructurales económicas, se ve forzado en un momento
determinado a relevar a ciertos gobernadores, no sólo en Chiapas sino
también en otras partes como Guerrero, Oaxaca, Tabasco, etcétera, donde
la democracia federal mejicana se encuentra en 1994 con diecisiete
gobernadores nombrados a dedo en treinta y dos estados. Es decir, de
alguna manera se está alterando el orden federal, el orden político e
institucional.

A todo esto, señor Ministro, lo que ocurre en Chiapas acaba abocando a un
desafío real a la democracia mejicana. Méjico en este momento se
encuentra sumido en una crisis muy profunda, de orden económico, que se
deriva fundamentalmente de un problema de orden político. Yo creo que
nadie, ningún analista puede dudar de que el origen real es un problema
eminentemente político, con resistencias internas al propio sistema
verdaderamente escandalosas --los dinosaurios, etcétera--, con
manifestaciones yo diría que hasta cierto punto paranoicas de la
situación política, como son los asesinatos clave e inexplicados hasta
ahora que empiezan por el cardenal Posadas, que nadie lo cita, que es el
íncipit de este proceso, un hombre que cuestiona la teología de la
liberación como primado de Guadalajara, que incide directamente en el
proceso de Chiapas puesto que ahí está formulada, en toda su dimensión,
la teología activa de la liberación, que pasa por el asesinato del
candidato Colosio, que ha dado un paso al frente respecto a las reformas
económicas de su antecesor, Salinas de Gortari, y propone una profunda
reforma social, y que acaba como remate con el asesinato de Ruiz Massieu,
en que realmente se está tratando de retardar hasta el movimiento interno
del PRI, donde se formula de hecho, de una forma clara y evidente, la
necesidad del reformismo



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interno del sistema. Por tanto, Chiapas es un epifenómeno, de alguna
manera es la punta de lanza en un proceso y, como decía un empresario
judío mejicano muy importante, Chiapas las tenemos en todas las esquinas,
y ésa es la realidad.

En el mes de enero el proceso de Chiapas hace crisis, pero es que el
proceso de Chiapas se contagia a Tabasco, como usted sabrá, señor
Ministro, donde se cuestiona la legitimidad electoral del propio
gobernador de Tabasco, que había sido elegido mayoritariamente, era un
hombre del PRI y el PRD cuestiona esa legitimidad cuando todos decían que
había sido muy correcta aquella elección. Y el proceso es tan dubitativo
que el Presidente Zedillo, improvisado presidente en tres meses a causa
del asesinato de Colosio, hace que se cuestione la legitimidad de la
permanencia en el cargo de un hombre que había sido legítima y
democráticamente elegido gobernador. Por tanto, se produce una inflexión
que de alguna manera manifiesta la extensión del problema en Chiapas a la
dimensión general de los estados mejicanos.

Con todo esto --y para ir terminando-- yo quisiera plantear al señor
Ministro varios problemas. En primer lugar, nosotros como grupo estamos
profundamente preocupados por las razones objetivas internas del proceso
de Chiapas que no están acometiendo en toda su dimensión, cual es la
reforma social y estructural del Estado de Chiapas. En segundo lugar,
estamos muy preocupados por las injerencias foráneas que se producen de
forma evidente en Chiapas. Yo podría citar aquí abundantes párrafos del
libro de Luis Pazos, que es un análisis sobre qué pasa en Chiapas, donde
aparecen claramente definidas posturas de la teología de la liberación
activa con nombres y apellidos, aportaciones de grupos económicos
europeos que a mí mismo, cuando he ido en enero, no me han sabido
explicar claramente, por ejemplo, el grupo Misereor de Alemania, que
nadie sabe qué está buscando en Chiapas con sus financiaciones. En tercer
lugar, aportaciones clarísimas de guerrilleros y movimientos guerrilleros
del centro del istmo, de Centroamérica, que se han refugiado en Chiapas,
a lo mejor buscando un acomodo a una solución terminal de un proceso que
parece ser que se está rematando en esa zona. Y en cuarto lugar,
problemas que de alguna manera se sintonizan, según dicen los propios
mejicanos, con posibles intereses del vecino del norte o el gran hermano
peligroso para los mejicanos.

Dicho esto, nos gustaría en primer lugar, que nos aclarara, si es
posible, algunos de estos puntos, porque entendemos que ello de alguna
manera podría perfilar qué está sucediendo y cómo va a responder el
Gobierno español ante la dimensión de estas cuestiones. En segundo lugar,
nos gustaría subrayar que como grupo no estamos de acuerdo con posiciones
de este tipo de corte revolucionario, sí reformista profundo, sí a la
idea de los Pactos de la Moncloa, como dice Carlos Fuentes, trasladada al
proceso de Méjico en la reforma política en este momento. Evidentemente,
somos partidarios de estas reformas profundas y también del diálogo como
solución.

Nos gustaría que nos aclarara el señor Ministro cuál ha sido la postura
del Gobierno español respecto a la incidencia en estas dos vías: diálogo
como fórmula y reforma como solución. En tercer lugar, ha habido momentos
en que no ha parecido claro en este proceso el comportamiento
político-militar respecto...




El señor PRESIDENTE: Señor Milián, perdone que le interrumpa pero vaya
terminando.




El señor MILIAN MESTRE: Estoy terminando, señor Presidente.

En este proceso de los derechos humanos hay datos un tanto
contradictorios del comportamiento de las fuerzas armadas, de esos 50.000
hombres inseridos en la selva Lacandona, donde no hay controles de
garantía y donde las contradicciones se muestran en las diferentes
manifestaciones según sea quien opine o quien informe de una parte o de
la otra. Si hacemos caso a los sacerdotes de la zona, se quejan de malos
tratos y de violencias, violencias y asesinatos; si hacemos caso al
Gobierno mejicano, se está tratando de hacer las cosas de la mejor manera
posible, aunque no siempre se pueden evitar determinados males. Por
tanto, respeto a los derechos humanos.

Y en cuarto lugar, entendemos que el problema de Chiapas y el problema
mejicano nos infieren no solamente por la solidaridad cultural y
fraternidad de origen histórico, sino por otras razones que creo que son
de sumo interés --y termino con esto--, razones muy específicas. Méjico
está dando un salto importante hacia el futuro, pero está cuestionando
todo el sistema el propio proceso de ese salto. Y lo dicen todos los
grandes expertos en el tema mejicano. Méjico está tratando de buscar una
salida, pero hay elementos retardatarios --dinosaurios, PRI e
instituciones más o menos inseridas en el fondo del sistema-- que frenan
ese proceso. Como decía un importante historiador mejicano, el año 10
empezó con una revolución, en el año 29 se produjo el movimiento de las
instituciones revolucionarias, y en el año presente, en 1994, se tiene
que producir el movimiento de las instituciones democráticas. Ese paso a
las instituciones democráticas reales entiendo que es la tarea
fundamental del apoyo que nuestro Gobierno debe dar sobre todo a partir
de la fijación, en el mes de enero, claramente definida de lo que era el
ejemplo de los Pactos de al Moncloa y de las posibilidades que en España
produjo una transición que en ese caso es mucho más grave, puesto que las
contradicciones sociales son terroríficas: 90 millones de habitantes
--van a ser 100 millones el año 2000--, 40 millones de pobres y 18
millones de miserables. Es decir, escenario social que agrava muy mucho
las condiciones y que nos tiene que hacer considerar este problema.

Por tanto --y concluyo-- nosotros en este caso, analizando estos hechos,
no somos partidarios de la violencia revolucionaria, como parece ser que
algunos postulan, en Chiapas, y tampoco somos partidarios...




El señor PRESIDENTE: Señor Milián, su tiempo ha concluido.




El señor MILIAN MESTRE: Estoy terminado.




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Tampoco somos partidarios, señor Ministro, de la postura diríamos ciega
que pueda un Gobierno aplicar de forma rutinaria o mimétrica a través de
las experiencias anteriores de los gobiernos del PRI.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro de Asuntos Exteriores tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Voy a ser muy
breve.

En primer lugar, quiero decir que estoy totalmente de acuerdo con S. S. y
con las intervenciones que se han producido anteriormente sobre que el
conflicto de Chiapas o la situación de Chiapas viene de muy atrás.

Evidentemente, no es algo que tenga su nacimiento en los días últimos del
año 1993 y primeros de 1994; viene de muy atrás, sin duda ninguna.

En segundo lugar, quiero decirle que quizá todo el problema del
Gobernador de Tabasco tenga menos relación con Chiapas de lo que S. S. ha
dejado entrever. Son temas que sí tienen que ver con el PRI y la relación
entre el PRI, el PRD e incluido el PAN, pero veo una relación mucho más
laxa --aunque S. S. la ve más intensa-- con el conflicto de Chiapas.

Contestaré muy brevemente a las cuatro cuestiones que S. S. ha formulado.

Primero, en cuanto a que está preocupado por Chiapas socialmente, todos
lo estamos.

Segundo, por lo que se refiere a las influencias foráneas, S. S. habla de
la teología de la liberación, no sé si como influencia foránea, moral o
física, pero sí le puedo decir que por el conocimiento que tengo (no
diría que muy profundo pero sí bastante profundo de la realidad de la
región; he visitado El Salvador inmediatamente antes, he estado en
contacto con la guerrilla guatemalteca, he estado también en Honduras y
en Nicaragua) en este momento no se podía afirmar que hay relación entre
los antiguos movimientos guerrilleros centroamericanos con el conflicto
de Chiapas. Yo no tengo datos de investigación probados, pero de las
conversaciones con los antiguos dirigentes de los movimientos
guerrilleros centroamericanos y los contactos con el propio Gobierno, los
servicios de inteligencia mejicanos, creo que no se puede entablar en
estos momentos una relación. Es más un problema estrictamente mejicano y
no sólo de Chiapas, como S. S. sabe. Es un conflicto que tiene su origen
en Chiapas pero que tiene su manifestación sociológica en la Plaza del
Zócalo fundamentalmente.

Tercero, yo no estaría de acuerdo con que al vecino del norte -- por usar
su propia terminología-- le puede interesar el hundimiento de Méjico. No
creo que ése sea el caso; al contrario. Después de la firma del Tratado
de Libre Comercio, creo que la compatibilidad y el estar compenetradas
las dos economías es una apuesta que se hace y, por tanto, no creo que
sea el deseo del llamado vecino del norte poner de rodillas a Méjico, por
usar una teminología parecida a la suya. La otra cuestión de que habla su
señoría, el diálogo como forma y la reforma como solución, creo que son
expresiones de los discursos del propio Presidente Enresto Zedillo. Por
tanto, ahí hay un gran acuerdo. Y en cuanto al respeto a los derechos
humanos, lógicamente estamos de acuerdo.

Y por último, estamos totalmente de acuerdo en que las relaciones entre
Méjico y España no son relaciones cualesquiera; son relaciones entre dos
países que tienen mucho en el ayer y que necesariamente tenemos todavía
mucho terreno que recorrer juntos en el futuro. Por tanto, en términos
generales, creo que hacemos un análisis similar todos los grupos
parlamentarios de la Cámara.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, brevemente, el señor Milián.




El señor MILIAN MESTRE: Señor Ministro, simplemente quiero hacer alguna
puntualización respecto a Tabasco. El problema de Tabasco yo no digo que
sea del mismo signo, pero sí que tiene incidencias derivatorias de una
experiencia con otra. Hay petróleo en Chiapas y hay petróleo en Tabasco.

En esas zonas hay importantes y subrayables intereses creados,
estratégicamente hablando, y hay posturas muy claras del PRD en Chiapas
que coinciden con las de Tabasco. Es decir, hay ciertas concomitancias de
análisis.

Sobre lo que he dicho del vecino del norte hay dos hechos que he recogido
en informaciones internas. El primero, que hay ciertas respuestas
extrañas del sindicalismo norteamericano respecto a los intereses que el
TLC está proyectando en la economía común. Es decir, la apertura del
mercado está provocando que se pierdan ciertos puestos de trabajo --se
habla de más de 800.000 en los Estados Unidos-- que se proyectan en las
zonas norte de Méjico a través de las empresas maquileras, puesto que el
coste salarial no tiene nada que ver. Consecuentemente, hay ciertas
resistencias internas en el proceso de los sindicatos norteamericanos.

Pero también hay un hecho claro. Hay una respuesta negativa de ayuda a
Méjico por parte del Congreso americano cuando se plantea el problema
monetario y el plan del señor Clinton no puede ser respondido en toda su
dimensión justamente porque existe una respuesta de un sector determinado
de la opinión pública norteamericana que se niega a esa solidaridad o
cooperación que, por otra parte, es secundada parcialmente por el
Gobierno español y a lo mejor no por el Gobierno alemán cuando se está en
otras cuestiones complementarias para buscar una solución tapón a ese
problema monetario.

Consecuentemente, no digo que el problema sea del norte. Hay estudios
como el del señor Pazos, por ejemplo, que denuncia claramente ciertas
injerencias en determinados grupos norteamericanos en Chiapas. Y es
verdad que existen ciertas injerencias extrañas, puesto que todo el mundo
me preguntaba a mí en el mes de enero que qué hacía el dinero alemán en
Chiapas. Por tanto, son injerencias foráneas. Como he dicho, llega una
asociación, Misereor, que está aportando recursos, no se sabe muy bien, a
una cierta cultura indigenista que está provocando tensiones directas en
Chiapas. Y tengo que decirle que lo que allí ocurre en algunos aspectos
es muy extraño, puesto que el propio ex Subsecretario de Gobernación en
una cena me dijo que había comprobado que en los dos primeros meses,



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enero y febrero, de 1994, cuando acudió a Chiapas como portavoz del
Gobierno para analizar y expresar internacionalmente lo que allí estaba
sucediendo, había observado extrañas injerencias también de personajes
del norte.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Muy
brevemente, señor Presidente, porque no contesté una cosa. Es que es
verdad que están presentes en Chiapas organizaciones no gubernamentales
europeas; eso es cierto y está perfectamente demostrado. No sólo
organizaciones no gubernamentales alemanas; hay varias organizaciones de
este tipo de países nórdicos que están trabajando en esa zona, algunas
desde hace muchos años, y otras han incrementado su presencia con motivo
de los últimos acontecimientos que estamos relatando. Algunas creo que
van con ideas generosas, la mayoría entiendo yo, pero no hay por qué
ocultar que puede haber alguien a quien le gustara colaborar en la
revolución que no le gustaría que tuviera lugar en su país.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra? (Pausa.)
Tiene la palabra, por el Grupo Socialista, el señor Yáñez.




El señor YAÑEZ-BARNUEVO GARCIA: El tiempo transcurrido desde la petición
de esta comparecencia sobre Chiapas, en Méjico, y la comparecencia misma
ha permitido que, efectivamente, como se está diciendo aquí, haya una
situación más favorable a una solución negociada, pacífica, entre el
Gobierno mejicano y el ejército zapatista, las fuerzas sublevadas en
Chiapas. Creo que eso es bueno y debemos concentrar el debate en qué
podemos hacer como Gobierno y como Parlamento para ayudar en esa
dirección. La vía debe ser, en mi opinión, no hacerlo para satisfacer
nuestro ego o nuestra imagen de Presidente de Gobierno, de Ministro o de
portavoces parlamentarios, sino para dar una solución real a los
problemas. Todos los que hemos tenido y tenemos relaciones con el mundo
de la política internacional sabemos que en ocasiones son términos
antagónicos; aquel que se pone al frente de una manifestación a lo mejor
no es el más adecuado para mediar, arbitrar o ayudar a unas soluciones.

Es algo archisabido.

Segunda observación. Siempre me ha llamado la atención que cuando en esta
Comisión se analizan situaciones como ésta, de un país tercero, se hagan
con frecuencia análisis o estudios académico-históricos, con pretensiones
científicas, que cualquier diputado tiene derecho a hacer, pero que no
tienen mucho sentido desde el punto de vista parlamentario. Creo que hay
que tratar de enfocar los problemas y sus soluciones.

Méjico, como ha dicho el Ministro, es un país de una enorme importancia
para España por razones históricas, por razones culturales, por razones
políticas de muy diverso tipo. Se da la circunstancia, además, de que el
Presidente de Méjico tiene una estrecha relación no solamente con el
Presidente del Gobierno español sino también con el Ministro de Asuntos
Exteriores, entre otras razones porque ambos coincidieron en la cartera
de educación en épocas anteriores, y yo tuve ocasión de estar presente en
alguna de sus conversaciones. Méjico es quizá el primero o el único de
los llamados países del Tercer Mundo que ha ingresado en la OCDE. El
tratamiento en relación a Méjico no debe hacernos caer en una cierta
tentación, que a veces casi inevitablemente nos llega, de paternalismo o
de mirar por encima del hombro y dictarle las soluciones que nos parecen
mejores, entre otras razones porque no nos gustaría tampoco que nos lo
hicieran a nosotros desde el Parlamento mejicano. Pero insisto en que
podemos hacer mucho en el sentido de la ayuda, del apoyo a la profunda
transformación que Méjico está conociendo desde el punto de vista
democrático, desde el punto de vista económico y desde el punto de vista
social.

En el tema concreto de Chiapas nadie ignora, empezando por el propio
Gobierno mejicano, que el origen de la situación es una profunda
injusticia socioeconómica --siempre se ha dicho que es uno de los pocos
estados donde no triunfó la revolución-- y que esa situación ha sido
aprovechada por un grupo insurreccional que nos puede hacer caer en la
tentación de la fascinación que en Europa se ha sentido siempre por la
mística guerrillera o revolucionaria, sobre todo si es lejana, mientras
más lejana mejor. Esa tentación debemos resistirla porque nos puede hacer
cometer errores como los que hemos cometido a lo largo del siglo XX,
nosotros o nuestros predecesores, en muchísimas ocasiones.

Me ha encantado oír --lo digo sin ninguna segunda intención, sin ninguna
ironía-- en boca de portavoces del centro-derecha la reivindicación de mi
paisano el padre Las Casas. Me acordaba del inolvidable don Manuel
Jiménez Fernández, que si levantara la cabeza se sentiría encantado de
oír que no es condenado el autor de «La destrucción de las Indias» por
las voces de siempre.

Termino, señor Presidente, con una frase que hoy mismo viene en un
artículo de Régis Debray, sobre el análisis que hace del comandante
Marcos, que dice que ha comprendido que en la actualidad lo virtual
siempre vence a lo real, el personaje al individuo y la oposición al
Gobierno; así transforma su máscara, su pasamontañas, en un espejo con
facetas en el que todo el mundo puede reflejarse a placer.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Gracias,
señor Presidente.

Muy brevemente, quiero agradecer al portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista sus palabras y la comprensión sobre los planteamientos que se
están realizando por parte del Gobierno de España con un país como Méjico
que, como él ha dicho bien, es muy importante para España, de la misma
manera que España es muy importante para Méjico.

Estoy totalmente de acuerdo en que a veces no es lo mismo intentar ayudar
a solucionar el problema que estar



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en la vanguardia o en la primera línea de las cosas. Yo creo que o se es
parte de la solución o se es parte del problema. Yo siempre he optado por
ser parte de la solución, independientemente de que uno esté en la foto
de una u otra manera. No me interesa nada todo ese tipo de cuestiones. Sí
le diré que me parece que no nos damos cuenta de las transformaciones tan
profundas que se han producido en Méjico. Es verdad que en este momento
Méjico no está, desde el punto de vista económico ni desde el punto de
vista de su prestigio internacional, en su mejor momento después de los
acontecimientos políticos, económicos y algunos escándalos que se han
producido. Pero quisiera que no dejáramos pasar alguna de las
transformaciones profundas, desde el punto de vista económico y desde el
punto de vista político, que se han producido en Méjico. Desde el punto
de vista económico piensen por un momento, señorías, que Méjico era un
país, hace 10, 12 ó 13 años, que en su balanza comercial al exterior el
80 por ciento de los recursos venían de las exportaciones del petróleo.

Diez o doce años después solamente el 14 por ciento de los recursos del
comercio exterior vienen ligados al petróleo. Se ha producido, por tanto,
una transformación extraordinaria en el tejido productivo, en el tejido
industrial, de servicios, en la sociedad mejicana, etcétera. Eso es algo
que no podemos olvidar porque es un país que se ha encauzado, desde el
punto de vista de su estructura económica, por un camino por el que
parecía muy difícil que se pudiera avanzar. ¿Es un país con profundas
injusticias sociales? Sin duda ninguna. Lo más chocante cuando un viajero
imparcial llega a Méjico es la desigualdad. Es un país donde realmente la
desigualdad sale nada más abrir los ojos, pero eso es algo que el
Presidente Zedillo y los presidentes anteriores han reconocido, y las
transformaciones que se están realizando van en la dirección de tratar de
cerrar esa zanja que separa las distintas clases sociales.

El momento actual es muy grave desde el punto de vista económico --hay
una pérdida del valor adquisitivo extraordinaria de los salarios--, pero
creo que los planes que se están poniendo en marcha con mucha valentía
por el Presidente Zedillo tienen que dar su fruto. Serán unos meses,
quizá más de 12, de una cierta dificultad económica y política, pero
estoy seguro y confío --y confío ardientemente-- que el Gobierno mejicano
y la sociedad mejicana sean capaces de superar esta situación por el bien
de todos, por el bien de los mejicanos y también por las relaciones que
con España y con Europa van a tener. Por nuestra parte haremos todo lo
posible para que en el año 1995, si el Gobierno mejicano está dispuesto
--y parece ser que lo está-- no sólo mejoremos las relaciones
bilaterales, sino que hagamos un esfuerzo por abrir un camino de relación
entre Méjico y la Unión Europea que desean. Yo creo que sería una buena
cosa, para que Méjico diversificara sus relaciones internacionales,
políticas y económicas, que tuviera unas relaciones más intensas con
Europa. Si podemos ayudar a ello, ayudaremos.




El señor PRESIDENTE: Damos por concluidos estos dos primeros puntos del
orden del día que hemos debatido de manera conjunta.




--INFORMAR DE LOS RESULTADOS DE LA REUNION MANTENIDA EN LONDRES ENTRE LOS
REPRESENTANTES DE LOS GOBIERNOS DE ESPAÑA Y GRAN BRETAÑA, EL DIA 26 DE
ENERO DE 1995, SOBRE TRAFICO ILICITO EN GIBRALTAR. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000544.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto número 3 del orden del día:
Comparecencia del señor Ministro ante la Comisión para que informe de los
resultados de la reunión mantenida en Londres entre los representantes de
los gobiernos de España y Gran Bretaña, el día 26 de enero de 1995, sobre
tráfico ilícito en Gibraltar. La comparecencia es a petición del Grupo
Parlamentario Popular, al que pregunto si quiere introducir el tema.




El señor MUÑOZ-ALONSO LEDO: Señor Presidente, podemos seguir el mismo
método de las comparecencias anteriores, que el señor Ministro primero
haga su exposición y después nuestra intervención.




El señor PRESIDENTE: Señor Ministro, tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, con sumo gusto trataré de enmarcar la comparecencia para que
luego, por la vía del diálogo entre los distintos grupos políticos y el
Gobierno, podamos ir aclarando lo que no haya quedado claro.

En la formulación de la comparecencia se pide información, entiendo,
sobre la reunión de Sevilla, aunque quizá está mal formulada. La reunión
de Sevilla, como SS. SS. saben, trae causa de la que se tuvo antes de
finalizar el año en Londres, que se enmarcaba en la novena de la
reuniones ministeriales dentro del proceso negociador, y que
prácticamente coincidió con el décimo aniversario de la Declaración de
Bruselas de noviembre de 1984, que, como saben SS. SS., inició este
proceso. La ocasión de esa reunión de diciembre se prestaba, pues, a una
cierta reflexión por el momento en que se producía --diez años después de
iniciarse el proceso-- y al impulso de un proceso en el que el Gobierno
de España continúa con su tarea de decidida voluntad negociadora que se
pone de manifiesto en las medidas de confianza del Gobierno, ciertamente
con poca respuesta por parte del Gobierno de Gran Bretaña, y por las
cuestiones de soberanía que siempre están sobre la mesa en cualquier
ocasión que un responsable del Gobierno o del Parlamento de España se
sienta con sus colegas de Gobierno o de Parlamento del Reino Unido. Por
tanto, la cuestión de soberanía estuvo también presente, pero no es lo
que S. S. me pregunta hoy, a menos que luego quiera que le dé más
información.

Paso, por tanto, a darle la información más precisa que dispongo en este
momento sobre la reunión de Sevilla de 26 de enero de 1995. El carácter
de la reunión era el siguiente. La delegación española estuvo presidida
por el



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Gobernador Civil de Cádiz y la británica por el Director del Departamento
de Investigación de Aduanas. Por ambas partes asistieron representantes
de administraciones locales con competencia en estos temas. Se trata, por
tanto, de un grupo de trabajo, de naturaleza técnica, surgido del
capítulo de la cooperación en beneficio mutuo del proceso de Bruselas. Es
un grupo, como decía, señoría, bilateral, con presencia de las
administraciones locales en la medida que tengan competencias en lo que
es el objetivo fundamental, la represión de los tráficos ilícitos, y no
es por tanto una reunión tripartita. En cuestiones de tráficos ilícitos
creo, señoría, que interesa particularmente que seamos eficaces --la
efectividad de la prevención y de la represión--, y si el mecanismo de
Sevilla quiere ser realmente eficaz, hay que integrar en él a todas las
entidades públicas, incluyendo las locales, que posean algún tipo de
competencia en estos temas.

Entiende el Gobierno que el nuevo grupo refuerza la cooperación que ya
existe como consecuencia de la aplicación a Gibraltar, por Canje de Notas
del año 1991, del Acuerdo entre España y el Reino Unido sobre la
prevención y la represión del tráfico ilícito de drogas del año 1989. En
el marco de aplicación de dicho acuerdo tuvieron lugar unas reuniones con
asistencia de las autoridades competentes. Se han demostrado creo que
claramente insuficientes las reuniones que traen causa de lo que antes le
decía y, de hecho, desde 1993 prácticamente dejaron de tener lugar. Se
imponía, pues, un replanteamiento más firme, con objetivos más claros y
con formulaciones más eficaces. Este fue el nuevo mecanismo de
cooperación que se puso en marcha, tratando de fortalecer esa cooperación
e impulsar la lucha fundamentalmente contra los tráficos ilícitos,
incluido --me importa subrayarlo-- el contrabando de tabaco, algo que a
los británicos les cuesta mucho aceptar como uno de los ilícitos que se
producen, y someter dicho mecanismo, el de cooperación, que se iba a
poner en marcha en el proceso de Bruselas con la supervisión de los
respectivos Ministerios de Asuntos Exteriores de España e Inglaterra.

¿Cuáles fueron los temas tratados, señoría? En la reunión de Sevilla la
delegación española expresó su firme voluntad de combatir, con todos los
medios legales a su alcance, todos los tráficos ilícitos y el deseo de
que el Reino Unido se sumara también a este objetivo. La conexión,
señorías, entre el contrabando de tabaco y el narcotráfico es
absolutamente evidente. De esta manera, si se ataca a la raíz de estos
ilícitos --el contrabando de tabaco-- seremos capaces también de avanzar
y de terminar con el contrabando del narcotráfico. Los medios de
introducción de tabaco y droga en España en la zona de Gibraltar son
básicamente los mismos, las lanchas rápidas que operan desde la colonia.

De aquí que, en primer lugar, se deba centrar la atención del modo más
firme posible en acabar con las actividades ilícitas de dichas
embarcaciones. Se trataron también en la reunión aspectos relativos más
específicamente al contrabando de tabaco y de hachís. Dentro de las
competencias directas de las respectivas administraciones centrales se
abordaron también cuestiones referentes al sistema financiero: blanqueo
de dinero, legislación sobre sociedades en Gibraltar --tema importante--
y asistencia judicial. Estos fueron los temas que se trataron.

¿Cuáles fueron los acuerdos que se alcanzaron? En primer lugar, el
establecimiento de un sistema de cooperación respecto a las actividades
sospechosas de las planeadoras. Este sistema incluirá no sólo a las
planeadoras que hagan el trayecto Gibraltar-Marruecos-España-Gibraltar,
fundamentalmente ligadas al narcotráfico, sino también
Gibraltar-España-Gibraltar, más estrechamente ligadas a las redes de
tabaco. Las autoridades españolas denunciarán a las locales gibraltareñas
los movimientos sospechosos de planeadoras cuando no haya sido posible su
detención. Las autoridades correspondientes en Gibraltar, según los
casos, pasarán la información sobre la embarcación y los usuarios,
abrirán expedientes en los que se vayan registrando todos los movimientos
sospechosos, actuarán sobre la embarcación y los usuarios imponiendo las
sanciones correspondientes por los mecanismos que sean o por las causas
que sean --no identificación de los mismos, no utilización de las señales
adecuadas, etcétera-- y se establecerá un sistema de lo que pudiéramos
denominar línea roja, o línea caliente, para que esta información pase de
la manera más rápida posible a través de los enlaces que se han designado
al efecto.

En segundo lugar, como otro gran bloque, se va a impulsar la cooperación
ya existente en relación con las operaciones conjuntas contra el
narcotráfico. El Reino Unido se compromete también a informar de las
medidas tomadas en Gibraltar sobre el importante tema del blanqueo de
dinero, en concreto sobre la trasposición de la Directiva sobre blanqueo
de dinero, que ya se traspuso a Gibraltar en diciembre de 1994, según nos
dijeron los ingleses, pero todavía no hemos podido confirmar ese extremo.

Asimismo, en el marco convencional del que España y el Reino Unido son
parte, se considera la posibilidad de establecer funcionarios de enlace
respecto a narcotráficos en la zona de Gibraltar, y finalmente
consideraremos las actuaciones a uno y otro lado del sistema judicial
respectivo para mejorar la cooperación en este campo.

Por tanto, en Sevilla se acordaron un conjunto de medidas cuyo
cumplimiento habrá que ver en reuniones de seguimiento en el intervalo de
tiempo que fijemos, de aproximadamente tres meses. El Reino Unido sugirió
que la próxima reunión se celebrara a finales de abril en Londres. Estos
son, señorías, los datos que le puedo dar de la reunión de Sevilla. Le
puedo dar, si quiere S. S., más información específica de algunos
acuerdos más puntuales, de los nombres de las personas que se han
encargado por parte de las autoridades o los servicios de seguridad
españoles y de Gran Bretaña; creo que no es necesario hacerlo público,
pero si S. S. lo quiere, con sumo gusto se lo hago saber.

Este es el planteamiento que tuvo el Gobierno en la reunión de Sevilla,
pero vuelvo a insistir en que no se trata de una decisión aislada, sino
que son unas decisiones que se enmarcan en un proceso que se inició ya
hace diez años con motivo de la declaración de Bruselas y en el que
España sigue trabajando con tenacidad, bien es cierto que con un
comportamiento por parte de los británicos que no está



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a la altura de lo que el Reino de España desearía, también lo quiero
decir con franqueza.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Muñoz-Alonso.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Gracias, señor Ministro, por su presencia y
por sus explicaciones sobre la reunión de Sevilla que tuvo lugar el
pasado mes de enero. No se le oculta al señor Ministro que nuestra
preocupación no solamente es el problema de los tráficos ilícitos sino
todo el problema de Gibraltar, del cual en este momento la cuestión de
los tráficos ilícitos aparece con una especial relevancia. Todo el
Proceso negociador de Gibraltar, como ha recordado aquí S. S. hoy, se
enmarca dentro de la declaración conjunta de Bruselas de noviembre de
1984, y creo que es bastante oportuno recordar que a lo largo de esta
década hemos avanzado muy poco, parece que estamos como apresados en la
rueda del eterno retorno, siempre estamos en el mismo sitio, y el
problema de Gibraltar presenta un aspecto prácticamente idéntico
asimismo, idéntico a lo que ha sido en estos tiempos de atrás. El
elemento más relevante de toda esta situación me atrevo a decir que es la
duplicidad británica, es decir, los británicos practican el doble
lenguaje: hablan de una manera cuando lo hacen con los gibraltareños y
hablan de una manera diferente cuando lo hacen con nosotros, y lo cierto
es que esta situación de doble lenguaje está constituyéndose en estos
momentos como un elemento clave de esta situación, y por parte británica
siempre se pone un pretexto, la población del Peñón, la población de
Gibraltar.

Creo que es oportuno recordar --S. S. lo ha dicho de pasada-- que en
aquella declaración de Bruselas de 1984 se señaló que había que tratar
las cuestiones de soberanía, y lo cierto es que yo no sé si habla de las
cuestiones de soberanía en alguna de las reuniones, pero desde luego no
aparece a la luz nada de lo que se dice sobre ese tema tan importante, el
más importante, el que más nos interesa, que es el tema de la soberanía,
y en cualquier caso nunca hay acuerdos sobre esa cuestión, que al final
es la más destacada. En resumidas cuentas, señor Ministro, creo que no es
exagerado decir que en esa cuestión, que es la primordial, hemos perdido
el tiempo, llevamos perdida por lo menos una década desde que se
plantearon las cuestiones así, y mientras tanto, sin embargo, han surgido
nuevos problemas. Ha surgido el problema del uso conjunto del aeropuerto,
bloqueado, se dice que por Gibraltar, pero para cualquiera que tenga un
mínimo conocimiento del derecho internacional es evidente que el único
responsable es el Gobierno de Londres. Ha surgido, en segundo lugar, el
problema de las fronteras exteriores de la Unión Europea, también
paralizada por la incomprensión británica. Ha surgido, en tercer lugar,
el problema de las aguas jurisdiccionales españolas, pero apropiadas de
facto por Gibraltar, se ha producido ahí de hecho una auténtica
usurpación. Y ha surgido, por último --y no estoy intentando agotar los
problemas--, la cuestión de los tráficos ilícitos a los que aludía S. S.

hoy aquí en su comparecencia, unos tráficos ilícitos, señor Ministro,
sobre los que en una comparecencia suya anterior, creo que
aproximadamente hace un año, daba el dato de que aproximadamente el 15 o
el 20 por ciento del producto interior bruto de Gibraltar procede o está
ligado con el contrabando, y aludía entonces --y hoy ha vuelto a salir
aquí-- a la no aplicación de la normativa comunitaria sobre control
bancario y financiero, tema que, como S. S. ha señalado esta mañana,
sigue sin estar resuelto.

En suma, Gibraltar se ha convertido en un territorio narcotraficante,
dedicado al blanqueo de dinero y a otras actividades ilícitas, como
aquellas islas del Caribe de tiempos históricos que escapaban totalmente
a toda ley internacional; cada vez se parece más a esa situación. En la
reciente declaración conjunta de Londres de diciembre de 1994, se
prestaba una especial atención al problema de los tráficos ilícitos, se
reconocía que hay un problema de tráfico ilícito, en particular de
drogas, en el área de Gibraltar, y se convenía en la necesidad de
establecer un mecanismo eficaz.

Creo que la reunión de Sevilla del pasado mes de enero de alguna manera
intentaba abordar la creación de ese mecanismo eficaz, y entiendo que las
explicaciones que nos ha dado aquí S. S. esta mañana están en esa línea,
pero a mí no me queda más remedio que subrayar cómo los reiterados e
insistentes gestos de buena voluntad española no han tenido
correspondencia por la parte británica, y entretanto --y creo que también
vale la pena tenerlo presente-- desde Gibraltar el señor Bossano ha
puesto en marcha, ya hace al menos casi un par de años, una nueva
estrategia en la que aparece la utilización de los conceptos de
nacionalismo y autodeterminación, conceptos que creo está muy claro para
todos que están utilizados en este caso de una manera absolutamente
anómala y también contraria a toda lógica política e histórica, contraria
a los textos y resoluciones de las Naciones Unidas y contraria al
principio de integridad territorial, e incluso podemos decir que a la
letra y al espíritu del Tratado de Utrecht. Esta nueva estrategia de
Bossano creo que podemos decir que se inicia de una manera clara en
octubre de 1993, cuando el llamado Ministro Principal de Gibraltar
comparece ante la Cuarta Comisión de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, y a mí me preocupa que ante tales abusos la diplomacia española
no haya reaccionado hasta ahora --creo que se puede afirmar-- ni con la
habilidad ni con la energía que serían del caso y que de alguna manera
son la energía y la habilidad con que han reaccionado y están reaccionado
nuestros adversarios en este problema.

Señor Ministro, en una comparecencia suya aquí en octubre de 1993 decía
usted que Gibraltar era un asunto prioritario, no sólo para el Ministerio
de Asuntos Exteriores, sino para la Administración española en general.

Yo quería preguntar, en ese contexto, qué se ha hecho más allá de esos
contactos, que yo creo que son positivos, y le estimulamos desde nuestro
Grupo a que continúen, pero qué se ha hecho para llegar más al fondo del
problema. ¿Se ha elaborado un plan conjunto de acciones, ya que se está
hablando de que es un problema que afecta a toda la Administración
española? ¿Está implicada toda la Administración española en la solución
de este problema? ¿Se han intentado



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de alguna manera también contrarrestar los abusos de que somos víctimas,
abusos que son ya endémicos, por parte británica, y por supuesto con la
connivencia de los gibraltareños?
El portavoz de mi Grupo en esta Comisión, señor Rupérez, decía hace
aproximadamente un año, en abril de 1994, que no podíamos perder de vista
el objetivo final, que es la recuperación de la soberanía del Peñón. Yo
quiero insistir en que ése es nuestro objetivo final, deseamos reiterar
que ésa es la solución a la que intentamos acercarnos y, como decía
entonces también el señor Rupérez, no queremos por ninguna razón
acostumbrarnos a este problema, pensar que es un problema que está ahí,
que de alguna manera casi inconsciente pensamos que no tiene solución y
que tenemos que --por utilizar quizás una expresión castiza-- marear la
perdiz en torno a Gibraltar continuamente, pero sin avanzar de ninguna
manera efectiva.

Nuestro punto de vista creo que es muy claro, nosotros tenemos que
respetar a la población de Gibraltar, pero sin equívocos ni
tergiversaciones, y reiterando esos ofrecimientos generosos que están
implícitos en nuestra Constitución y que podrían sin ninguna duda
resolver los problemas que artificialmente se plantean en ocasiones desde
Gibraltar. El territorio de un Estado está sometido a la soberanía del
pueblo que lo habita, pero sobre una base militar, que al fin y al cabo
eso vendría a ser Gibraltar, las gentes que allí se instalan no tienen
ningún tipo de derecho ni jurisdicción. Derechos humanos para los
gibraltareños, todos; derechos soberanos, ninguno, porque no los tienen.

La actitud del Reino Unido, por ejemplo, en el caso de Hong Kong --y
estoy de acuerdo en que hay unas diferencias esenciales en los dos
casos-- indica sin duda hasta qué punto la cuestión de la población de
Gibraltar es para Londres un puro pretexto y una manera de dilatar la
solución de un problema, sobre el que ofrece buenas palabras en
ocasiones, pero que luego no se corresponden con los hechos. Señor
Ministro, nosotros somos socios de los británicos tanto en la Unión
Europea como en la OSCE, por no hablar de otras organizaciones
internacionales, y hasta ahora tenemos la impresión de que el formar
parte de esas organizaciones, el ser consorcios de ellos no ha servido
para nada. No los hemos sabido utilizar hasta ahora como palanca para la
solución que queremos del problema.

Señor Ministro, Gibraltar no es el único asunto exterior, como en algún
momento se pudo decir, pero hasta que no se solucione este problema ni
podrán normalizarse nuestras relaciones con el Reino Unido, ni siquiera
estará normalizada nuestra propia situación dentro de la Unión Europea.

Decía usted, señor Solana, en abril --cito literalmente--: Me parece bien
y le agradezco al Grupo Popular que nos espolee sobre esta cuestión. Pues
bien, me permito terminar mi intervención diciéndole, señor Ministro, que
le volvemos a espolear benévolamente de nuevo, porque creemos que es un
problema en el que sería muy necesario que diéramos pasos y pasos
efectivos.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra? (Pausa.)
El señor Espasa, por Izquierda Unida, tiene la palabra.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Ministro, hemos hablado varias veces de
Gibraltar en esta Comisión de Exteriores y probablemente tendremos que
hacerlo más a menudo. Yo quisiera señalar que nuestro Grupo Parlamentario
está dispuesto, y lo ha propuesto repetidamente --y hoy lo vuelve a hacer
de forma solemne--, a que en el seno de esta Comisión se establezca
--llámenlo ustedes como quieran-- una célula de reflexión, una ponencia
conjunta, algún mecanismo en el que todas las fuerzas políticas estemos
de acuerdo y que permita avanzar de forma más seria y contundente a la
diplomacia española en la resolución del problema de Gibraltar. Por
tanto, mantenemos nuestro ofrecimiento a crear algún foro que permita
aunar esfuerzos y aparecer de forma más compacta y cohesionada si cabe en
el tema de Gibraltar, y no por una cuestión, que también, de soberanía
--el señor Muñoz-Alonso lo ha dicho perfectamente y suscribo todas sus
palabras--, no por una cuestión, que también, de tráficos ilícitos --y
suscribo igualmente lo que ha dicho hoy el Grupo Popular y lo que dijo en
una comparecencia anterior la Diputada por Cádiz que hablaba en nombre
del Partido Popular y que nos explicó el impacto de los tráficos ilícitos
en la provincia de Cádiz y en el sur de Andalucía. Yo creo que lo que
hemos de poner de relieve como el nuevo problema de Gibraltar para
España, y es un problema cada vez más importante o es la forma en que se
plantea el tradicional problema de Gibraltar para España en el siglo XX
--y lo voy a decir con palabras un poco contundentes y duras, pero es
así-- es la nueva forma de piratería del siglo XX, esto es, los tráficos
ilícitos y la elusión fiscal que la existencia de Gibraltar supone para
el Tesoro público español.

Todos sabemos la enorme cantidad de sociedades ficticias que se
domicilian en Gibraltar y que producen una gravísima elusión fiscal al
Tesoro público español. Esto no puede continuar así. Esta nueva forma de
piratería de los siglos XX y XXI no puede continuar. No podemos estar
cruzados de brazos. El tema de Gibraltar es un atentado a la soberanía de
España, es un atentado el tema de los tráficos ilícitos, pero cada vez
más, y eso quizá lo decimos poco, es un grave atentado a la solidaridad,
tal como entendemos nosotros el tema de la fiscalidad y del Erario
público, que Gibraltar se esté convirtiendo en un auténtico nido no sólo
de tráficos ilícitos, de narcotráfico y de dinero negro criminal, sino
también de dinero negro opaco fiscalmente en cuanto a sus obligaciones
con el Tesoro público español. Muchos extranjeros, pero también muchos
españoles, domicilian sus falsas sociedades en Gibraltar; compran
propiedades y hacen negocios en Andalucía y en el resto de España, y no
aportan nada al fisco español. Eso no puede continuar así, y ésta ha de
ser la nueva línea, no diré de ataque, pero sí de reivindicación de que
las cosas no pueden continuar así, ante Londres, por supuesto, y no sólo
ante los gibraltareños.

Sabe usted, señor Ministro, que tenemos quizás una de las armas más
importantes --hablo en términos metafóricos, por supuesto-- de que ha
dispuesto España en el contencioso de Gibraltar que dura más de dos
siglos, como todos sabemos. Está el famoso acuerdo de fronteras externas
en el que tenemos una llave importante para obligar a Londres



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y a los gibraltareños a sentarse a la mesa. Ahí deberíamos estar --lo
hemos dicho varias veces todos en esta Comisión-- todos inequívocamente
unidos y firmes en señalar que no habrá acuerdo de fronteras externas si
no hay desbloqueo de la situación en Gibraltar, si no hay inicio serio de
conversaciones entre España, Londres y, si hace falta también, por qué
no, los habitantes de Gibraltar, pero entendiendo, por supuesto --no
quiero extenderme-- que no renunciamos al cumplimiento estricto del
Tratado de Utrecht; por tanto, no hablamos de soberanía con los
ciudadanos de Gibraltar, sino de otras cosas, pero debemos avanzar en
esta cuestión, porque, insisto, es el nuevo problema. Hasta ahora
Gibraltar podía haber sido un problema de soberanía, y lo continúa
siendo; podía haber sido un resorte para la movilización de nostálgicos,
para hacer falsos nacionalismos, pero es que ahora empieza a ser un
problema económico importante para España y para la cohesión de nuestras
finanzas públicas, de nuestros ingresos al Tesoro público. Y puede ir
aumentando mucho más. De hecho, la progresión con la que estas sociedades
pantalla se inscriben en el paraíso fiscal de Gibraltar es alarmante,
sigue una curva exponencial. Por tanto, esta elusión fiscal que he
denunciado va a continuar progresando de forma exponencial. Hemos de
hacer algo, hemos de ponernos manos a la obra, tenemos algunos resortes,
hemos de buscar otros, pero, en definitiva, y no por una cuestión de
nacionalismo trasnochado, aunque sí reivindicando legítimos derechos de
España sobre la Roca, sino sobre todo por eliminar este problema que
representa el paraíso fiscal de Gibraltar, las cosas no pueden continuar
así; no podemos continuar reuniéndonos en grupos técnicos, intercambiando
información sobre tráficos ilícitos, sobre planeadoras, sino que hemos de
ir al núcleo del asunto, que, como usted sabe tan bien como yo o quizá
mejor, es ahora la auténtica supervivencia económica de Gibraltar. En
cuanto la aportación del Ministerio de Defensa inglés ha bajado,
Gibraltar se aguanta gracias a este tráfico ilícito como paraíso fiscal.

No hay otra explicación al mantenimiento de --entre comillas-- el
«apogeo» comercial y económico de Gibraltar. Es un «apogeo» comercial y
económico hecho a espaldas y sobre las costillas de los españoles y de
los andaluces. Eso no podemos continuar tolerándolo, y hemos de ponernos
manos a la obra, como he dicho.

Nosotros proponemos la creación de un núcleo de trabajo, de una ponencia
--llamémosla como queramos--, que implique que todos los grupos
parlamentarios y España se ponen en marcha para acabar --no sé en cuánto
tiempo-- con el problema de Gibraltar por esta razón sobreañadida a todas
las históricas tradicionales por la que hemos reivindicado la retrocesión
del Peñón, en virtud de la aplicación del Tratado de Utrecht.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Santos.




El señor SANTOS JURADO: Señor Presidente, la negociación sobre los
asuntos de Gibraltar todos sabemos que es un proceso tortuoso, lento y
casi exasperante en todos los términos tremendamente variados que
componen el problema, ya sea, y por citarlo con toda intención el tema de
la soberanía --y digo que lo cito con intención en primer lugar--, como
el asunto de la utilización conjunta del aeropuerto, el blanqueo de
dinero, el contrabando de drogas y tabaco, etcétera. Hoy estamos tratando
sobre este último, el tráfico ilícito y a nosotros nos interesa empezar
en este tema por una cuestión que nos parece fundamental y es que no vale
diferenciar entre tráfico ilícito o contrabando de tabaco y tráfico de
drogas, sencillamente porque se trata de una diferenciación absolutamente
cínica del problema que las autoridades de Gibraltar han intentado hacer.

Debo comenzar felicitando al Ministro y al Gobierno por no haber caído en
esa trampa, y eso se puso de manifiesto tanto en la reunión de Londres
como en esa reunión de Sevilla, donde se quería intentar por parte de las
autoridades de Gibraltar, con cierta connivencia evidente por parte de
las autoridades británicas, entrar en esos derroteros. Todo el mundo sabe
que los mismos que se dedican al contrabando de tabaco lo utilizan de
tapadera para el tráfico ilícito de drogas, ya sea de cocaína, de hachís
o de cualquiera de sus derivados. Por tanto, cualquier justificación al
respecto por parte de Gibraltar sólo es un intento de ocultar la
verdadera razón de todo esto, que no es ni más ni menos que a Gibraltar
le supone una jugosa fuente de ingresos.

En el mismo sentido, queremos hacer un ruego a todas las fuerzas
políticas y sociales, porque por nuestra parte debemos reconocer todos
que no todo depende del Gobierno de la nación y que no toda la
responsabilidad es del mismo. Creo que sería también conveniente en este
acto resaltar lo importante de crear una conciencia social también en
nuestra zona, en la parte que nos corresponde, sobre algunas actividades
que se producen y que nos parece que son tremendamente lamentables y que
a veces no se condenan con toda la contundencia con que se deberían
condenar, y se producen espectáculos lamentables de agresiones a las
fuerzas de seguridad, a la Guardia Civil y a la policía, concretamente en
La Línea, cuando estas fuerzas de seguridad están reprimiendo ese
contrabando de tabaco y de drogas que viene en lanchas desde Gibraltar; o
como cuando el Gobierno, a través del Gobierno Civil de Cádiz, establece
controles en la verja para reprimir también --porque se produce ese tipo
de contrabando a través de la verja-- ese tráfico y eso genera unas
críticas tremendas por parte de determinadas fuerzas políticas. Por
tanto, en la parte que nos corresponde --y hablo de todos, nos metemos
todos-- habría que intentar crear una cierta conciencia social de que eso
termina perjudicando a todos y que no es una cuestión de Estado con
mayúsculas, sino que termina afectando a toda una comunidad social, como
es la del Campo de Gibraltar y Andalucía en general y todo nuestro país.

Así pues, creo que la reunión de Sevilla, consecuencia de la de Londres,
es positiva y hay que resaltarla como tal, pero necesita un seguimiento
serio, eficaz y sobre todo coordinado, y en esa línea le instamos, señor
Ministro, a que no bajemos la guardia, que la mejor forma de no hacerlo
es la constancia y ante todo, señor Ministro, no caer en la táctica
dilatoria y de adormecimiento en la que siempre



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nos trata de envolver Londres. Creo que hay que denunciar todas las veces
que haya que hacerlo ese comportamiento, se ha dicho anteriormente por
otros portavoces, de mirar para otro lado cuando se deja que sigan
teniendo actividad esa serie de sociedades a través de las cuales se
blanquea dinero procedente del contrabando de tabaco y de drogas, hay que
seguir denunciándolo y no basta con que las autoridades de Gibraltar nos
pidan que nosotros denunciemos. Gibraltar y Londres tienen que tener una
actitud activa en ese tema y son ellos los que deben tomar la iniciativa.

Nosotros colaboraremos, como ya se está haciendo, en todo lo que haga
falta, pero mayor información, para darse el problema in situ en su
territorio, deben tenerla ellos, y nosotros debemos colaborar en la
medida de lo posible y con todas nuestras fuerzas, como se está haciendo.

Resaltando lo positivo de esa reunión, desde luego eso no indica que nos
podamos dar por satisfechos. Hay que seguir, erre que erre, intentando
hacer el seguimiento y desde luego no ponérselo fácil ni a Bossano ni a
Londres, en esa táctica que sólo esconde, como he dicho anteriormente,
las dificultades económicas que tiene Gibraltar para financiarse
legalmente e intenta hacerlo con actividades ilícitas de este tipo.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra si desea
contestar.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, con sumo gusto contesto a los portavoces de los grupos
parlamentarios.

En primer lugar, al portavoz del Grupo Parlamentario Popular, el señor
Muñoz-Alonso, agradeciéndole la forma de su intervención, le puedo
contestar quizás en cuatro puntos para clarificar un poco más la
presentación.

Primero, soberanía. Tenga la certeza de que sigue siendo, lógicamente, el
objetivo fundamental --su señoría lo ha recordado, yo lo reitero una vez
más hoy, como lo he afirmado en todas las comparecencias
parlamentarias--, sigue siendo la preocupación fundamental y debe ser el
objetivo de todos. No hay que acostumbrarse a esa situación, estoy
totalmente de acuerdo con S. S., y por tanto ahí podemos y debemos
trabajar y espero que podamos hacerlo juntos.

Al segundo aspecto a que quería hacer referencia es a los temas de
carácter económico y financiero. Sin duda ninguna, se ha dicho por S. S.

y por otros portavoces de los grupos parlamentarios, la novedad que creo
que deberíamos utilizar inteligentemente, es una situación presupuestaria
de Gibraltar distinta y un planteamiento que desde ese punto de vista
abre algunas posibilidades si sabemos utilizarlas de la manera
inteligente en que entiendo que todos debíamos intentar hacerlo. Hay un
problema presupuestario que tiene unas vías de solución en este momento
por parte de Gibraltar y de Gran Bretaña en la siguiente dirección. Por
parte de Gran Bretaña, fundamentalmente, se trata de aprobar en el seno
de la Unión Europea directivas que permitan a Gibraltar convertirse en
una plaza financiera. Ahí, como sabe, hay oposición seria --y no
solamente por parte de España-- para que las directivas no sean
«tramposas», entre comillas, sino que sean directivas que vayan
acompañadas de todo el rigor de que van acompañadas las demás directivas
en el sistema financiero y seguros. Como S. S. sabe, la prueba que se
intentó por parte de Gran Bretaña para ver si la Unión Europea estaba
débil o firme en este tema fue la de empezar no por plazas financieras en
el sentido de directivas de aplicación del sistema financiero, sino que
se inició por el tema de seguros, y con ello se intentó ver qué pasaba en
el seno del Ecofin. Claramente hubo una posición más que mayoritaria,
prácticamente unánime, de los demás países diciendo que por ahí iban a
encontrar grandes dificultades, que no siguieran por ese camino y que no
siguieran, lógicamente, por el siguiente paso que supondría las
directivas de carácter financiero. El segundo plano es Gibraltar, que
pretende compensar sus presupuestos con temas relacionados con el
narcotráfico, eso está claro, el narcotráfico en el sentido amplio, y ahí
no solamente debemos oponernos los españoles, sino que debe oponerse
también la comunidad internacional, en un momento en que la lucha contra
el narcotráfico se convierte en uno de los objetivos fundamentales del
conjunto de la comunidad internacional.

En tercer lugar, su señoría hace referencia a declaraciones del propio
Bossano, de que abusa de sus declaraciones. Creo que al señor Bossano se
le trata de contestar con equilibrio para no dar más importancia a sus
declaraciones de las que corresponde. Ahora bien, alguna de sus
declaraciones se han hecho en España no hace muchos días en un famoso
Club en el que he visto alguna vez a S. S., yo hace mucho que no voy,
pero a S. S. le vi hace muchos años en él, que entiendo que en este
momento está presidido por una persona dignísima, que fue antiguo
Ministro de la Unión de Centro Democrático, con el que traté de hablar
para que no se produjera esa invitación, ex Ministro de la UCD, buen
amigo de muchas de SS. SS., y no entendí muy bien la razón por la cual se
daba esa plataforma, en el Club Siglo XXI, al señor Bossano, si no era
para que luego me pudiera usted hacer estas reflexiones de no contestar a
las manifestaciones del mismo. Entiendo que no es ésa la causa y por
tanto no insisto sobre esa cuestión.

La cuarta cuestión que me parece importante es lo que S. S. dice sobre el
conjunto de la Administración trabajando para un mismo objetivo. Yo creo
que eso es buenoÉ (Rumores en los bancos del Grupo Popular.) Cuando tenga
la información del señor Ortega Díaz-Ambrona podré seguir. Le decía a S.

S. que eso es bueno, es bueno que se exija y es bueno, que por nuestra
parte lo ratifiquemos. Todo lo que tiene que ver con la reunión de
Sevilla es una operación no solamente del Ministerio de Asuntos
Exteriores sino de toda la Administración, y cuando digo la
Administración incluyo al Banco de España, que ha jugado un papel muy
relevante en estas cuestiones. Por lo tanto, con estos cuatro puntos
entiendo que contesto a algunas de las cuestiones que ha planteado S. S.,
pero la más importante, sin ningún género de dudas, es la primera, el
objetivo básico que nos debe seguir preocupando a todos y sobre el que
tenemos que continuar trabajando.




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Le contestaré a una pregunta que no me ha formulado, es decir, si estoy
satisfecho con lo que ha pasado desde la reunión de Sevilla hasta ahora.

Le diré que no, que en absoluto estoy satisfecho. La colaboración
práctica no es la que hubiéramos deseado y, por lo tanto, en la próxima
reunión de abril tendremos que seguir insistiendo sobre esta cuestión.

En cuanto al Diputado portavoz del Grupo de Izquierda Unida señor Espasa,
en relación con la propuesta que ha hecho, desde el punto de vista
parlamentario, no me pronuncio; les corresponde a SS. SS. tomar la
decisión que estimen oportuna, pero sí comparto totalmente su reflexión
sobre lo que ha dado en llamar la piratería de los siglos XX y XXI: el
narcotráfico y la evasión fiscal. Las dos cosas están relacionadas con
Gibraltar. La evasión fiscal es lo que hace que la presión sobre el
tabaco sea tan importante, porque en el fondo lo que estamos haciendo es
imposibilitar una proporción de los recursos fiscales que correspondería
lógicamente tener a las arcas españolas y a las arcas europeas. De ahí la
importancia que tiene la sensibilización de otros países de la Unión
Europea, porque con el tema del tabaco hay una clara evasión fiscal, no
solamente --insisto-- para nuestras arcas, sino para las arcas de la
comunidad internacional, en este caso de la Unión Europea.

Y por el fin el convenio de fronteras exteriores nos brinda una palanca
más, un instrumento más, creo que lo estamos utilizando, como S. S. sabe,
y puede tener la tranquilidad de que no dejaremos caer esta palanca que
en este momento se nos ofrece para tratar de presionar en el ámbito de la
Unión Europea. En el Consejo de Essen, como S. S. sabe, se llegó a una
resolución que, en pocas líneas, decía que se hicieran todos los
esfuerzos posibles para que en el Consejo de Cannes, que tendrá lugar los
días 8 y 9 de junio, pudiera avanzarse en el ámbito del convenio de
fronteras exteriores. Le tengo que decir que hasta este momento no se ha
avanzado prácticamente nada.

Al portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, el Diputado señor Santos,
le agradezco su intervención, el apoyo que da al Gobierno y, sobre todo,
que diga que no hay que caer en la trampa, como S. S. ha dicho, entre
tabaco y droga, que es donde Gran Bretaña quiere situarse. Gran Bretaña
quiere situarse en una diferenciación entre contrabando, narcotráfico y
tabaco. El tabaco entienden que es una cosa distinta. No hemos caído en
esa trampa y mantenemos la relación entre tabaco y droga; tabaco como
primer peldaño de una escalada de evasión fiscal y narcotráfico.

La última reflexión sí se la acepto, acepto con gusto que S. S. haya
tenido el coraje, siendo Diputado por donde es, de ponerla sobre la mesa.

Es verdad que tenemos que hacer un esfuerzo, más allá del Gobierno, por
las fuerzas sociales, para concienciarnos de que los temas de los que
estamos tratando en este momento son ilegales, son tráficos de ilícitos,
y que aunque pueda ser positivo el narcotráfico o los ilícitos o el
contrabando para algunos ciudadanos de la provincia que S. S. tan
dignamente representa, no es la forma razonable como podemos colaborar a
resolver el problema. Las diversiones que por parte de algunas personas
se han hecho en algunos casos con la policía o las malas pistas dadas a
los agentes de policías locales o incluso a la policía nacional, para
permitir que en ese momento pudiera llegar alguna patrullera o
planeadora, me parecen, francamente poco tolerables por parte de las
autoridades de Gibraltar, de la Comunidad Autónoma andaluza, de los
ayuntamientos y del Gobierno de la nación. Por tanto, lo que podamos
hacer en ese proceso de concienciación de la zona y lo que podamos ayudar
también, desde el punto de vista de la cooperación económica y de otras
actividades --y S. S. sabe que estamos en ello-- lo haremos. Yo le
agradezco mucho el coraje político que ha tenido en plantear esta
cuestión, siendo representante político de la zona, porque entiendo que
es importante. En los últimos días--y cuando digo los últimos me refiero
a los muy últimos--, este fin de semana, cuando ha habido que hacer un
esfuerzo, como S. S. sabe, enorme en seguridad en una zona no muy lejana
de Cádiz, hemos visto algunos comportamientos que desde luego dejan mucho
que desear.




El señor PRESIDENTE: ¿El señor Muñoz-Alonso desea hacer uso de la
palabra? (Asentimiento.)
Tiene la palabra.




El señor MUÑOZ-ALONSO Y LEDO: Señor Ministro, simplemente deseo
asegurarle, aunque creo que es innecesario, que ni yo ni mi Grupo tenemos
que ver nada con las andanzas del Señor Bossano ni con los foros en los
que se le pueda acoger.

Por lo que hace a la necesidad de fortalecer lo que podemos llamar la
conciencia patriótica con relación al problema de Gibraltar, estamos
plenamente de acuerdo. En ese aspecto, desde luego, siempre podrá contar
con nuestra posición clarísima.

Finalmente, también celebro, señor Ministro que no se sienta satisfecho
con lo que ha pasado hasta ahora --en referencia a la reunión de
Sevilla--. Termino diciéndole que le espoleamos para hacer que se sienta
satisfecho. Estaremos muy satisfechos de que usted se sienta satisfecho.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Para decirle
que en mis palabras no vea más allá que una licencia parlamentaria. Sé
perfectamente que usted no está detrás del señor Bossano, lo sé
perfectamente desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, tómelo como una
licencia parlamentaria.

Con respecto a espolear, con sumo gusto pongo mi lomo para ser espoleado.

Sí le quiero decir que no solamente pasen la espuela por el lomo, sino
que también pasen alguna vez la palma de la mano.




El señor PRESIDENTE: El señor Espasa tiene la palabra.




El señor ESPASA OLIVER: Medio minuto, señor Presidente.




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Quiero subrayar, una vez más, que cuando hemos hablado, tanto este
Diputado como el Ministro --quiero subrayarlo por mi parte--, de
piratería del siglo XXI y de la elusión fiscal, me refería a ella para
señalarla no sólo respecto del tabaco y del narcotráfico sino de las
actividades económicas normales, señor Ministro. Se tiende a demonizarlo
todo. En la Edad Media se demonizaba sobre las brujas. Las brujas del
siglo XXI serían el narcotráfico y el contrabando. No. Actividad
económica, constructoras españolas que se domicilian en Gibraltar para no
pagar impuestos; ciudadanos españoles que se domicilian en Gibraltar para
comprar propiedades en Andalucía y no pagar impuestos. Este es el cáncer
que hemos de erradicar, éste es el nuevo problema de Gibraltar, no sólo
el tabaco, no sólo la droga, que también, sino la actividad económica que
produce elusión fiscal a través de la domiciliación de sociedades en
Gibraltar. Esta es mucho más importante, en términos económicos, en
términos sociales y, por lo tanto, en términos políticos, que la droga y
el tabaco, señor Ministro. Supongo que coincidirá conmigo. Como usted se
ha referido sólo a droga y tabaco, yo quiero subrayar desde mi Grupo
Parlamentario que la gran preocupación de nuestro Grupo hoy respecto a
Gibraltar es la elusión fiscal por actividades económicas normales, que
deberían realizarse en el marco del sistema fiscal y tributario español y
que eluden este marco mediante la domiciliación de sociedades en
Gibraltar. Esto es lo que hemos de combatir, señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Yo creo que
sí me he referido a ello, quizá no de la manera tan explícita como lo ha
hecho S. S., pero he hablado de narcotráfico y evasión fiscal. Y cuando
he hablado de evasión fiscal no la he relacionado sólo con el tabaco, que
es muy importante --insisto--, no solamente para las arcas españolas,
sino para las arcas comunitarias, porque el presupuesto de la Unión
Europea se financia de una determinada manera, y algo tiene que ver con
el pago de impuestos de algunos de los productos que estamos hablando.

Sí he dicho que todo el tema de las directivas comunitarias tendentes a
conseguir que Gibraltar sea una plaza financiera están en la misma
dirección que S. S. está apuntando, porque hay plazas financieras
legítimas y plazas financieras cuyo único objetivo es el objetivo
ilícito, desde nuestro punto de vista, que S. S. estaba apuntando. Por lo
tanto, sí me he referido a ello y tengo una gran preocupación.

Cuando he contestado a don Alejandro Muñoz-Alonso sobre la coordinación
interna de la Administración he incluido también al Banco de España,
porque me parece que es importante que haya una coordinación, no
solamente en los aspectos que puedan ser represivos con respecto al
tránsito ilícito de contrabando de tabacos, sino al planteamiento
jurídico con respecto a tráfico de bienes más inmateriales que se produce
a través de las fronteras y que es verdaderamente muy dañino para las
economías de todos. Le diré también lo mismo que le decía al Diputado
señor Santos, que a veces no se encuentra toda la colaboración que se
desearía por los propios ciudadanos españoles, y no quiero señalar. Sabe
S. S. muy bien que hay de un lado y de otro lado de la verja empresas
españolas que hacen la competencia de una manera no del todo leal a otros
empresarios españoles que están a un lado o a otro de la verja, más bien
a éste lado. Esa es una realidad y me alegro de que S. S. lo manifieste,
pero es así.




El señor PRESIDENTE: Damos por concluido el punto tercero del orden del
día.

Como he anunciado al principio, el punto cuarto se discutirá
conjuntamente con el séptimo, por tratarse del mismo asunto referido a la
actividad del Ministerio en relación con la puesta a disposición judicial
de don Luis Roldán. A petición del Grupo de Izquierda Unida, este punto
cuarto se acumula al séptimo y no al revés, por lo que lo trataremos en
el momento de abordar el punto séptimo.




--EXPLICAR LAS CONDICIONES EN LAS QUE SE HA PRODUCIDO LA DETENCION ILEGAL
DE PESCADORES ESPAÑOLES EN AGUAS INTERNACIONALES POR PARTE DE PATRULLERAS
CANADIENSES Y LOS MEDIOS, TANTO BILATERALES COMO EN EL SENO DE LA UNION
EUROPEA (UE) QUE HAYA ADOPTADO PARA OBTENER LA INMEDIATA LIBERACION DE
LOS PESCADORES Y DE LOS PESQUEROS, ASI COMO LAS DEMAS MEDIDAS QUE EN EL
FUTURO IMPIDAN DEFINTIVAMENTE ESTE TIPO DE SITUACION. A SOLICITUD DEL
GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente
213/000559.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto quinto del orden del día, que es la
comparecencia solicitada por el Grupo Parlamentario Popular para que el
señor Ministro explique las condiciones en las que se ha producido la
detención ilegal de pescadores españoles en aguas internacionales por
parte de patrulleras canadienses y los medios, tanto bilaterales como en
el seno de la Unión Europea, que haya adoptado para obtener la inmediata
liberación de los pescadores y de los pesqueros, así como las medidas que
en el futuro impidan definitivamente este tipo de situación.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, siguiendo la práctica habitual,
invitaríamos al señor Ministro a consumir el primer turno.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.

Por consiguiente, damos la palabra al señor Ministro.




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El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Sobre la
petición de comparecencia del Ministro en esta sesión, en relación con la
detención del pesquero «Estai» por patrulleras canadienses, me gustaría
tratar de ser lo más preciso posible en mis afirmaciones y empezaré, por
tanto, por los hechos. El apresamiento del pesquero «Estai», señorías,
creo que ha sido abundantemente descrito por los medios de comunicación.

Sin embargo, quisiera aportar una serie de precisiones.

Como antecedente inmediato del incidente, creo que es bueno citar el
ultimátum planteado por las autoridades canadienses, tanto a España, de
manera bilateral, como a la Unión Europea, por vía de la Comisión. El
ultimátum, como SS. SS. quizá recuerden, se produce el viernes día 3 de
marzo y consiste en que los buques de la Unión Europea deberán cesar la
pesca del fletán negro en áreas reguladas por NAFO, fuera de las 200
millas de la zona económica exclusiva canadiense, a más tardar el lunes 6
de marzo. Las autoridades canadienses, según las conversaciones entre los
patronos de los diversos buques pesqueros presentes en la zona, alrededor
de 38 españoles y 12 portugueses, estiman que la pesca efectuada por los
barcos españoles había alcanzado ya, aproximadamente, 7.000 toneladas de
fletán negro, lo que duplicaba la cuota atribuida a la Unión Europea en
el marco del convenio NAFO. Esta es la posición de las autoridades
canadienses.

El ultimátum canadiense, como saben SS. SS., es rechazado por la Unión
Europea en declaración efectuada por el Consejo de Asuntos Generales, el
día 6 de marzo, en Bruselas, en cuyo orden del día se había introducido
el asunto a petición de España. La argumentación básica por parte de la
Unión Europea que determina el rechazo del ultimátum canadiense es que la
Unión Europea había objetado la distribución de cuotas, por considerar
que lesionaba seriamente los intereses de la Unión Europea y que, en
consecuencia, estaban actuando dentro de la legalidad prevista por el
convenio NAFO del que tanto la Unión Europea como Canadá son partes. Les
diré que al efectuar una objeción la parte que objeta se atribuye una
cuota autónoma de pesca, que en este caso correspondía prácticamente al
70 por ciento --al 69 para ser más exactos--, de la captura máxima
previsible, del TAC acorde en marzo, 18.630 toneladas de cuota autónoma
sobre 27.000 toneladas del TAC.

En la tarde del día 9 de marzo las autoridades canadienses deciden
proceder al apresamiento de un buque extranjero, singularizando para ello
al «Estai», que es perseguido por dos lanchas patrulleras y un remolcador
a lo largo de varias horas. Los primeros intentos de abordaje son
rechazados por la tripulación, que corta las redes, emprendiendo el buque
la huida. La persecución se prolonga por espacio de unas cuatro horas y
media. Hasta que las patrulleras canadienses disparan tiros de
advertencia, momento en que el buque se detiene, subiendo al mismo entre
quince y veinte personas para apresarle. Todos estos hechos que les
describo se desarrollan en aguas internacionales, fuera de la zona
económica exclusiva de 200 millas canadienses, y las coordenadas exactas
de situación del pesquero en el momento de iniciarse la persecución
--para que consten en acta-- son las siguientes: latitud 48º norte y
longitud 46º 26½ al oeste. A partir de su detención el buque es conducido
lentamente a puerto, adonde llega el domingo 12 de marzo. Estos son los
hechos.

¿Cuáles son las reacciones ante los hechos? Desde el primer momento la
reacción española, manifestada tanto al Gobierno de Canadá como a los
socios de la Unión Europea y a otros países, distingue entre el aspecto
pesquero del asunto y el incidente de violación muy grave, del Derecho
internacional llevado a cabo por los barcos canadienses.

Por lo que se refiere al aspecto pesquero la postura definida es que el
procedimiento de objeción previsto en NAFO, es decir en el acuerdo, y
adoptado unánimemente por la Unión Europea, es perfectamente legal, y, en
consecuencia, la posibilidad de que el barco, español en este caso, un
barco de la Unión Europea en cualquier caso, pescara al amparo de la
cuota autónoma antes mencionada es también perfectamente legal. Nunca se
ha rechazado la posibilidad de mantener conversaciones con Canadá sobre
esta cuestión, pero estas conversaciones no pueden sustituir al marco
jurídico apropiado que es el convenio de NAFO y, por supuesto, no pueden
celebrarse si se produce un hecho como el que ocurrió en esas fechas.

Una vez producido el apresamiento nos situamos ya en una perspectiva de
violación muy grave del Derecho internacional, que determina la adopción,
tanto por parte de la Unión como bilateralmente por España, de medidas de
réplica al acto ilícito cometido por Canadá. La acción bilateral se
centra en los diversos ámbitos posibles, bilateral y multilateral hacia
la Unión y hacia terceros países miembros de NAFO, para obtener, en
primer lugar, la sensibilización de los demás países ante los graves
hechos cometidos. Se realizan, de esta forma, gestiones inmediatas por
todos los embajadores acreditados en países de la Unión Europea,
provocando la condena inequívoca de los hechos a través de los mecanismos
propios de la Unión. El Coreper se reúne durante el fin de semana, así
como el lunes día 13, obteniéndose, efectivamente, una postura
condenatoria, cuyos puntos básicos son los siguientes. Primero, Canadá ha
cometido una violación grave del Derecho internacional. Segundo, la Unión
exige la liberación del buque como condición previa al comienzo de
conversaciones con Canadá. Tercero, la Unión se reserva el derecho a
revisar sus relaciones con Canadá y adoptar las medidas oportunas de
retorsión en los diversos ámbitos posibles. Les recuerdo, señorías, que
difícilmente se encontrará, desde el inicio de la Unión Europea, una
posición tan firme, con una sola voz, por parte de la Unión Europea, no
sólo en un tema de pesca sino en cualquier otro.

Como primeras medidas adoptadas por parte de la Unión Europea puede
señalarse la suspensión de la firma del acuerdo de investigación y
desarrollo que había sido previamente aprobado, la suspensión de
reuniones y seminarios que debían haberse celebrado la semana pasada, y
lo que a mi juicio políticamente es más importante, porque es la primera
vez que se produce, al suspensión de una reunión de la troika de
directores políticos con sus homólogos canadienses, que estaba prevista
para el día 14 de marzo. No les oculto que hubo un debate de una cierta
intensidad



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para conseguir este objetivo que, a nuestro juicio, era un objetivo
importante, pero que muchos países entendían que no era la mejor forma de
contestar. Desde nuestro punto de vista sí lo era y afortunadamente esta
batalla se ganó.

Paralelamente, España realiza gestiones cerca de los otros países
miembros de NAFO, convocando a los embajadores en España y haciendo lo
propio en los respectivos países, entregándoles la documentación descrita
para que conocieran bien toda la posición española sobre el asunto, en
esta materia. Esta preparación y esta sensibilización es necesaria
pensando que debe haber una próxima reunión de NAFO, que se ha convocado
urgentemente, ya que éste es a nuestro juicio el foro donde pueden y
deben resolverse los aspectos pesqueros y de control que corresponden al
caso. En todo este tiempo hemos mantenido contactos intensos con el
Gobierno canadiense y con numerosos miembros de otros gobiernos europeos,
incluso al más alto nivel, así como con el Presidente de la Comisión y
los diversos comisarios implicados en el asunto. Les recordaré que yo me
pasé un día entero en Estrasburgo, no sólo hablando con los
parlamentarios europeos, sino aprovechando que era el día que la Comisión
se reunía en Estrasburgo, dialogando y trabajando con todos los miembros
de la Comisión.

Medidas que se pueden adoptar y que España adopta de carácter bilateral.

Como primera medida de apoyo a la flota pesquera, el Gobierno decidió el
envío de un patrullero de altura que salió el viernes 10 de marzo y que
está ya en este momento en la zona, cooperando intensamente con los
pescadores que allí están. En el marco de las relaciones bilaterales, se
ha decidido facultar a quien les habla para poner en marcha una respuesta
graduada de las actuaciones canadienses. La primera medida ha consistido
en la suspensión de visitas de alto nivel entre ambos países. Señalo en
este sentido que la semana pasada estaba prevista una visita del
Secretario de Estado canadiense de Ciencia y Tecnología, que fue anulada.

Se podría decidir igualmente la suspensión del acuerdo de supresión de
visados con Canadá, que se pone en marcha --queda solamente la decisión
de implementarla o no--, así como el acuerdo de cooperación judicial en
materia penal y mercantil. España ha dispuesto ya, después de una
preparación, creo que muy positiva, por un grupo de expertos nacionales e
internacionales, los trámites para llevar el tema al Tribunal
Internacional de Justicia de La Haya. Tengo que decir que toda respuesta
bilateral, por esencia, a nuestro juicio, debe corresponder y ser
gradualmente puesta en marcha en relación con la gravedad de la respuesta
de Canadá en cada momento. Por otra parte, no hay que olvidar que algunas
de las competencias que en otras épocas estaban bajo la decisión de los
gobiernos de los países de la Unión, hoy forman parte ya de competencias
transferidas a la Unión Europea, tal como puede ser el comercio,
competencia que, como saben SS. SS. --y se puso de manifiesto en la
negociación del GATT--, forma parte ya del acervo comunitario y
corresponde a la Comisión ponerla en marcha. Por tanto, puede decirse que
la actuación ha sido intensa, constante y decidida en todos los planos en
los que se puede actuar, el político, el jurídico y el diplomático.

Hay que resaltar que, a diferencia de las actuaciones canadienses, la de
la Unión Europea y de España se enmarca en el respeto de la legalidad
internacional como principio rector de nuestra acción. Entendíamos, y
seguimos pensando así, que no se puede responder con acciones ilegales a
acciones ilegales, sino que la Unión y España tienen que responder dentro
del marco de la legalidad internacional, incluso a la violación de un
principio básico de la norma internacional como la que se ha producido
por parte de Canadá. En este espíritu continuaremos trabajando hasta
obtener la restauración de la legalidad internacional que permita
devolver a su punto inicial las relaciones con Canadá y a normalizarlas.

¿Cuál es, señorías, la situación del barco en estos momentos? Recordarán
SS. SS. que la liberación sin condiciones del barco constituyó un punto
esencial, tanto por parte de la Unión como de España, para permitir el
comienzo de un entendimiento en las negociaciones. Este punto es
ciertamente importante y se ha visto alterado, una vez más, por la
política canadiense de hechos consumados y, secundariamente, por la libre
decisión del armador a quien el cálculo coste-beneficio de su propia
actividad empresarial le ha movido a depositar una fianza de 500.000
dólares canadienses para permitir la salida del buque.

El acto de fuerza cometido una segunda vez por Canadá ha consistido en el
comienzo de la descarga del buque ante el primer rechazo del armador a
depositar la fianza, manifestado ante un tribunal local. Según explican
las autoridades canadienses, para permitir la salida del buque, su
legislación prevé la descarga de la pesca en sustitución de la garantía a
que antes he aludido. Es aquí donde interviene la decisión empresarial
del armador, para quien es menos perjudicial depositar la fianza que
permitir la situación en la que se encontraba el barco. En todo momento,
lo tengo que decir con toda claridad, la posición del Gobierno español ha
sido que la liberación del buque debía efectuarse sin condiciones, pero
el armador era libre de actuar de acuerdo con sus intereses. De cualquier
forma, la presentación de la fianza, tanto por el capitán del buque como
por el buque, se ha hecho rechazando en todo momento la legislación
canadiense y la competencia del tribunal para juzgar los hechos, de forma
que no se perjudique la posición jurídica de fondo. Esto ha quedado
perfectamente claro. La decisión que tomó el armador es una decisión
libre, pero estuvo en contacto con nuestro Embajador, quien a su vez
estuvo en contacto conmigo en la madrugada de aquel día. Yo también
continué en contacto con las personas con quienes había estado en
comunicación a lo largo del fin de semana, el Presidente de la Junta de
Galicia y el Alcalde de vigo, quienes a su vez estaban en contacto con
los armadores de Galicia.

¿Cómo se pueden enfocar las acciones de futuro? Está claro que todavía
queda una serie de cuestiones pendientes alrededor del hecho del
apresamiento. Me refiero a la pesca descargada, a la devolución de las
fianzas prestadas por el capitán y por el buque y, en un plano más
amplio, a la derogación de la legislación canadiense que permite actuar



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contra los buques de la Unión Europea de la manera en que lo ha hecho. Si
la restitución de la legalidad es la condición necesaria para poder
desbloquear el diálogo con Canadá, éste no debe constituir el método por
el cual se asegure el futuro. No es aceptable una política de fuerza sino
únicamente un planteamiento que respete la legalidad por parte
canadiense.

Nos podemos preguntar cómo puede concebirse el diálogo y sobre qué puntos
debe centrarse. Me gustaría decir a SS. SS. que debe hacerse, a nuestro
juicio y a juicio de la Comisión, sobre cuatro puntos. Primero, la
restitución de la legalidad en lo que concierne al barco, es decir, la
devolución de las fianzas y de la pesca descargada. Segundo, el
establecimiento de medidas de control adecuadas en el marco del NAFO, al
que pertenecen tanto la Unión Europea como Canadá. Estas medidas deben
ser adoptadas, forzosamente, en el marco multilateral. Tercero, una
distribución de cuotas de pesca que asegure simultáneamente que no se
sobrepase el global del TAC de 27.000 toneladas, acordado a efectos de
conservación, y, en paralelo, que la Unión reciba, dentro de este TAC, la
parte que corresponde a su presencia histórica y al hecho de que se trata
de aguas internacionales, donde el Estado costero no debe tener una
preeminencia especial. Cuarto punto, la derogación de la legislación
dirigida contra la Unión Europea. De no ser así, tendríamos
permanentemente una espada de Damocles pendiente sobre los barcos de la
Unión.

Señor Presidente, este conjunto de capítulos ha sido examinado en los
primeros contactos con la delegación canadiense en Bruselas,
registrándose desgraciadamente muy pocos avances. Por el momento,
continúan los contactos de carácter técnico, pero las propuestas
canadienses distan mucho de la posición comunitaria en este momento.

Esperemos que en el futuro próximo pueda haber una aproximación más
realista, aunque el veto de Canadá y Rusia a la celebración de una
próxima reunión de NAFO no es una buena señal. Solamente por el camino de
una negociación multilateral pueden establecerse los mecanismos que
regulen las cuestiones, importantes sin duda ninguna, de cuotas y de
control de la actividad, y, en paralelo, sólo por la vía de la
restitución de la legalidad internacional puede consolidarse el
entendimiento sereno entre Canadá y la Unión Europea en esta materia.

Quiero decir a SS. SS., para terminar, que el tema que nos ocupa, además
de tener esta vertiente de violación de la norma internacional, tiene
otros elementos de fondo que, a nuestro juicio, debemos contemplar. Lo
que está en juego no es tanto cuánto se pesca, porque me parecería una
ofensa para los ciudadanos españoles y los europeos pensar que los
argumentos conservacionistas pueden tener una mayor acogida entre los
ciudadanos de Alemania, Dinamarca o Canadá que entre los ciudadanos de
España, Portugal, Francia o Italia. Me parece que ese principio es
claramente rechazable. No hay por qué pensar que unos ciudadanos de la
Unión Europea o de la comunidad internacional tienen una sensibilidad
mayor que otros en relación con el medio ambiente. Por tanto, no es tanto
una cuestión de cuánto se pesca, pues todos estamos de acuerdo en que hay
que tener cuidado para que las especies marinas no desaparezcan, sino de
quién puede pescar. Yo creo que es ahí donde la posición de la Unión
Europa está cargada de razón, por razones no solamente del hoy sino
históricas. Esta es la posición.

También me gustaría decir a SS. SS. que creo que la Unión Europea ha
puesto de manifiesto una gran cohesión en este tema. Es la primera vez
que la Unión Europea habla durante todo el conflicto con una única voz,
sin que haya ni una sola matización formal por ninguno de los países
miembros. Si echan la mirada hacia atrás, verán SS. SS. que no es posible
encontrar en un conflicto de esta naturaleza una posición de cohesión tan
firme de la Unión Europea. Se podrá achacar a la Unión Europea otros
déficit o dificultades, pero tengo que decir en honor a la verdad que en
este conflicto ha sido una posición unánime la que ha mantenido la Unión
Europea, sin ruptura en ningún caso por parte de nadie.

Esto es lo que les puedo decir en este momento, señorías. Debido a la
hora en que estamos --es de noche en Canadá--, no les puedo avanzar la
situación del Gobierno en Canadá, pero creo que, a lo largo de la tarde,
hora europea, primeras horas de la mañana en Canadá, se pueda tomar algún
contacto, no de negociación sino más bien contactos informales, entre la
Unión Europea y Canadá para ver si se puede avanzar en las próximas
horas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, vaya por delante que nosotros
compartimos plenamente sus palabras sobre la gravedad de los
acontecimientos y sus propósitos sobre la condena de los mismos. Es más,
tengo que añadir que hemos contemplado este incidente con una gran
perplejidad. Que un país que se reclama de la civilización, incluso de
grandes organizaciones que pretenden reflejar esa civilización en el
plano universal, como es la OTAN, se permita este tipo de actuaciones
produce una irritación a veces difícilmente contenible.

Es cierto que la acción canadiense, con independencia de cualquier otro
tipo de consideración que se sitúe en el marco de lo que son las
actividades pesqueras o las actividades reguladas en el marco de la NAFO,
no tiene ningún posible tipo de justificación internacional. El Derecho
Internacional se ha visto violado doblemente por las acciones del
Gobierno canadiense, tanto por lo que supone la actuación fuera de las
aguas jurisdiccionales, cuando no hay ningún tipo de referencia de
Derecho Internacional vigente que pueda autorizar esa acción, como
también por la acción que viola el Derecho Internacional, que ha supuesto
la utilización del uso de la fuerza o de la amenaza de la misma para
arreglar un litigio entendido de manera peculiar. Desde ese punto de
vista, quiero decir que no sólo la situación que se produjo en el momento
del apresamiento ilegal del «Estai», sino también las actuales
circunstancias nos siguen produciendo exactamente la misma convicción de
condena. Esta situación, en donde los pesqueros españoles se ven todavía,
hoy mismo, en este mismo momento, acosados por la presencia de
patrulleras y de aviones del



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Ejército canadiense, en una clara situación de amenaza ilegal del uso de
la fuerza, produce exactamente la misma condena.

Es cierto que en todo el delicado y complejo terreno de lo que es el
Derecho del Mar se producen situaciones complejas, a las cuales, de una
manera breve, se ha referido el señor Ministro. Es cierto que existen
determinadas convicciones sobre cuál es el alcance de la Convención del
Derecho del Mar de 1982, ya hoy en vigor, y es cierto, por ejemplo, que
Canadá tiene una visión un tanto restrictiva del planteamiento de dicha
Convención del Derecho del Mar. Es cierto que determinados países que
tienen una amplia fachada oceánica, como es el caso de Canadá, pretenden
ampliar las nociones de lo que es la plataforma continental a una noción
que no es coincidente, cual es la de las aguas territoriales. Es cierto
que por parte de Canadá, y por parte de otros países con esa fechada
oceánica, se detecta, y no es de ahora esa constatación, un deseo de
proceder progresivamente a la ampliación de sus aguas territoriales. Por
ejemplo, el mismo Canadá ha presentado toda una serie de proyectos de
resoluciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas con fines
generalmente dedicados a la protección de las especies marinas, pero al
mismo tiempo también con la pretensión de ampliar sus aguas
territoriales. Quiero decir que desde nuestro punto de vista, donde se
suma lo político con lo estrictamente jurídico, ésa no puede ni debe ser
la actitud mantenida por España, que se debe limitar estrictamente a los
términos de Derecho Internacional positivo, tal como están recogidos en
este momento en la Convención del Derecho del Mar de 1982 y,
naturalmente, entendemos que este Gobierno o cualquier otro gobierno
español debe atender a la estricta aplicación y al estricto respeto de
los textos a los que he hecho referencia.

Hay toda una serie de casos en donde se pretende esta ampliación de la
zona económica exclusiva en beneficio de los países ribereños. Me he
referido al caso citado de Canadá. Querría hacer una breve mención
también al intento por parte de Canadá y por parte de otros países con
fachada oceánica amplia, de proceder a lo que los técnicos llaman la
«creeping jurisdiction», la jurisdicción rampante que, a través de vías
de hecho, pretende pura y simplemente la ampliación de esas aguas
territoriales. Es cierto que existe una Conferencia de las Naciones
Unidas sobre las poblaciones de peces cuyos territorios se encuentran
dentro y fuera de las zonas económicas exclusivas y las poblaciones de
peces altamente migratorias, Convención abierta a su firma en 1993. Es
cierto que existe una ley argentina de 1991, extendiendo la normativa
argentina de conservación de recursos más allá de las 200 millas sobre
esas especies migratorias. Es cierto que existe el llamado agujero del
Mar de Bering, el agujero de las Islas Malvinas, el de Namibia, que nos
afecta de manera muy negativa, y el denominado mar presencial chileno.

Teniendo en cuenta todos esos datos, señor Ministro, nos parece, sin
embargo, importante volver al principio. No hay absolutamente ninguna
justificación, ni en la política ni en la moral ni en el Derecho
Internacional, para las acciones canadienses, que merecen, desde nuestro
punto de vista, como desde el punto de vista del Gobierno, la más amplia
y total de las condenas. He llegado a escuchar, también con enorme
perplejidad, algunas declaraciones de responsables gubernamentales
canadienses en donde decían reconocer que no tenían la razón legal, pero
que, sin embargo, decían tener la razón moral. No se le oculta al señor
Ministro y a todos los comisionados que si permitiéramos la más mínima
desviación por esa pendiente, lo que trabajosamente hemos construido
nosotros y todos los que nos precedieron durante centenares de años en
una comunidad mínimamente regida por principios civilizados de Derecho
Internacional, volvería pura y simplemente a ser la ley de la selva. De
manera que, de nuevo, no hay absolutamente ningún tipo de justificación
para ese tipo de proceder.

La segunda cuestión que queríamos preguntar, y que preguntaremos de
manera progresiva a lo largo de estos días y que nos hemos preguntado en
el curso de los últimos días, es si el Gobierno español y la Unión
Europea han hecho todo lo que podían para prevenir y solucionar el
conflicto en función de la defensa de nuestros propios intereses. Tengo
algunas dudas al respecto, señor Ministro. Hace ya varios meses yo mismo
tuve ocasión de someter a la consideración del Gobierno una serie de
preguntas sobre la decisión adoptada por el Gobierno de Canadá,
autorizándose a capturar pesqueros más allá de las 200 millas de la zona
económica exclusiva canadiense; sobre medidas en el contexto de la NAFO,
que España eventualmente debería tomar para defender sus intereses contra
la decisión unilateral canadiense de autorizar la captura de pesqueros
más allá de las 200 millas de la zona económica exclusiva canadiense; y
sobre la opinión del Gobierno español acerca de la repercusión de la
decisión unilateral canadiense de autorizarse la captura de pesqueros más
allá de las 200 millas económicas. Esas preguntas fueron realizadas con
fecha 16 de septiembre de 1994 y solventadas en una sesión de esta
Comisión de Asuntos Exteriores con fecha 21 de diciembre de 1994. En
aquella ocasión fueron realizadas por mi compañero y amigo don Alberto
Durán y compareció el Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica. Algunas preguntas del señor Durán en
torno a este mismo asunto, el señor Dicenta nos decía literalmente que:
se está a la espera de una reacción a la nota verbal del 10 de junio de
1994 --nota verbal de la Unión--, y eso es todo lo que por el momento se
puede decir. Sabíamos --calculo que el Gobierno debería saber-- que se
había producido esa decisión unilateral canadiense, que es la que trae
causa de estas decisiones absolutamente ilegales; decisión canadiense que
en sí misma ya era una decisión ilegal y contraria a la legislación
internacional. Yo me pregunto, señor Ministro, si en aquel momento el
Gobierno español y la misma Unión Europea, porque al fin y al cabo
estamos hablando de temas que son comunitarios, tomaron efectivamente
todas las medidas oportunas para prevenir la producción de este
lamentable conflicto.

Nos enumera el señor Ministro toda una serie de medidas, medidas
claramente de represalia --yo creo que si hay algún caso en donde están
justificadas las represalias es en éste--, medidas de tipo comunitarias y
medidas de tipo bilaterales.




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Medidas de tipo comunitarias. Dice el señor Ministro que contamos con una
amplia solidaridad de la Unión Europea. Me gustaría que elaborara un poco
más esa solidaridad. Tenemos noticias de que algunos países comunitarios,
algunos países europeos, estarían en una situación en la que determinados
límites comenzarían a aparecer ya en sus mentes con relación a lo que con
Canadá se pudiera hacer al respecto. Nos gustaría saber cuáles son los
nombres de esos países, los límites que esos países estarían dispuestos a
respetar o a transgredir y cuál es, en definitiva, el alcance de esa
solidaridad comunitaria.

Nos habla el Ministro también de algunas decisiones bilaterales
perfectamente plausibles en lo más inmediato. Es lógico que en estas
condiciones no se deberían mantener las relaciones normales con Canadá,
desde el punto de vista de la intensidad con que se presume que las hemos
mantenido en el curso de los últimos años. Es de buena ley el que las
visitas previstas se suspendan de manera inmediata, pero como veo,
efectivamente, la autorización del Consejo de Ministros al Ministro de
Asuntos Exteriores para suspender la aplicación de diferentes acuerdos
bilaterales con Canadá, me gustaría que el señor Ministro nos explicara
cuál es el catálogo de esos diferentes acuerdos que está autorizado a
suspender, según la evaluación de las circunstancias por parte del mismo
Ministerio de Asuntos Exteriores.

Hemos observado también, señor Ministro, algún tipo de vacilación en la
enunciación de esas medidas y quiero decirle también, en nombre de
nuestro Grupo, que nosotros no contemplaríamos favorablemente la ruptura
de relaciones diplomáticas con Canadá, porque ésa sería una medida
ciertamente extrema, sería una medida que tendría una lógica
prácticamente prebélica, como en otros casos ha tenido --hay que recordar
que España sólo en un caso realmente extremo ha cortado sus relaciones
diplomáticas con un país en el curso de los últimos decenios--, y creo
que, por lo menos, hay que mantener la capacidad técnica de comunicación,
sin dar a esa capacidad técnica ninguna consideración de grado político
o, en este caso concreto y en función de las circunstancias,
especialmente amistoso. Quizá lo que se ha producido, y lo constatamos
con una cierta perplejidad, por parte de la opinión pública y por parte
de nosotros mismos, es una cierta sensación de cambio y marcha atrás por
parte del Gobierno que nos gustaría ver ampliamente negada o refutada por
los mismos acontecimientos. No pediremos la adopción de medidas
desmesuradamente duras, pedimos, pura y simplemente, la adopción de
medidas eficazmente contundentes o contundentemente eficaces, de manera
que tengan en cuenta cuáles son los intereses que están en juego y de
manera también que en la adopción o en el anuncio de algunas medidas no
se puedan poner en peligro algunos intereses nuestros como consecuencia
de efectos laterales de esa misma situación.

No se le oculta al señor Ministro tampoco que se ha podido producir en
determinados círculos, concretamente los más afectados de la opinión
pública española, una cierta sensación, real o falsa, pero en cualquier
caso percibida psicológicamente como cierta, de desamparo. El hecho de
que el armador en su momento decidiera el pago de la multa, el hecho de
que se produzcan todavía en estos momentos manifestaciones por parte de
sectores pesqueros directamente afectados quejándose de lo que ellos
denominan la inacción del Gobierno, no deja de producir una cierta
preocupación. No digo yo que la inacción sea cierta ni digo yo que el
armador pudiera o no tener razón al adoptar la decisión inmediata que
adoptó. Hubiera sido mucho mejor que la liberación del pesquero se
hubiera producido sin ningún tipo de condiciones y, además, sin que se
produjera la confiscación ilegal de la carga. Pero es evidente que, por
las razones que fueran, el armador ha considerado que sus intereses se
veían mejor defendidos si actuaba de manera inmediata y sin ningún tipo
de consideración ulterior que no esperar a que las actitudes, tanto de la
Unión Europea como del Gobierno español, surtieran efecto.

No es posible evitar en esas condiciones, señor Ministro, y nos gustaría
también que lo tuviera en cuenta, una sensación de cierto aislamiento por
parte de la postura española. El señor Ministro ha hecho bien en pasarse
un día en Estrasburgo; sería conveniente quizá que se pasen unos días más
usted y su colega de Agricultura y Pesca en Estrasburgo, sobre todo que
realizaran de una manera activa una tarea de comunicación mucho más
agresiva de la que hasta ahora han realizado. Leyendo algunos periódicos
europeos uno comprende que quizá esa tarea de comunicación no se ha
realizado con la contundencia y eficacia que desgraciadamente han sabido
emplear en ese caso, cuando no tenían ningún tipo de razón, los
canadienses.

Creemos que España debe actuar con flexibilidad y con contundencia en la
defensa de sus intereses. Este es un asunto grave y complejo y afecta al
menos a cuatro cosas distintas. Afecta a nuestros intereses pesqueros,
afecta a la solidaridad comunitaria, afecta a la solidaridad atlántica y
afecta, en general, al orden internacional en cuanto está por medio, como
antes decía, el régimen de los mares. Creo que convendría atender
simultáneamente a las cuatro cosas mediante una adecuada interrelación
para que se ayuden mutuamente. Deberíamos evitar el mero arrinconamiento
en el ámbito pesquero bilateral. Por el contrario, estimamos que al
tiempo que España protege sus específicos intereses pesqueros puede y
debe erigirse en portavoz y adelantado de determinados intereses
multilaterales de la comunidad internacional. No parece que el Gobierno
se lo haya planteado todavía así.

Nos parece también que habría que plantearse la realización de una
operación a largo plazo, que necesitará esfuerzo y tesón y también
agilidad en la maniobra. Por ejemplo, no nos parece que hasta ahora haya
utilizado el Gobierno adecuadamente el instrumento que tiene a su alcance
de la Alianza Atlántica. El señor Ministro ha hecho alguna declaración
genérica sobre la solidaridad atlántica, pero no se trata de vagas
invocaciones genéricas a esa solidaridad interaliada, sino de aplicar
disposiciones taxativas del Tratado de Washington que hay que recordar
que, además de prever determinados casos de defensa frente a la agresión
exterior, establece preceptos para salvaguardar la cohesión interaliada.

Diríase que a estas alturas el Gobierno todavía no se ha enterado de lo
que dice el Tratado de Washington, concretamente



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en su artículo 2.º, donde dispone que las partes evitarán conflictos en
sus políticas económicas. Y si hay un caso donde ese conflicto se ha
producido por iniciativa de Canadá, es precisamente éste. Es cierto que
ese artículo todavía, según mi memoria, no ha entrado en funcionamiento,
aunque hay algún caso histórico, en los primeros momentos de la
existencia de la Alianza, donde parece que fue precisamente Canadá quien
requirió su puesta en funcionamiento con relación a un oscuro asunto de
exportaciones de pulpa y de pasta de papel. Ahora podríamos seguir su
ejemplo.

Pero en la fase actual en la que se encuentra la NATO, precisamente en
fase de revitalización y de búsqueda de nuevas orientaciones para el
futuro, la aplicación de ese artículo 2.º pudiera configurarse, más allá
del litigio pesquero, como una valiosa aportación a esa cohesión
interaliada, no menos estimable que la defensa frente a la agresión
exterior, máxime cuando estamos pensando, precisamente, en la ampliación
de la NATO.

En último lugar, hay que reconocer también que la conducta canadiense en
este litigio, como antes decía, se inscribe en unas pretensiones tan
antiguas como ambiciosas de hegemonía en los océanos vecinos. Tal es el
caso del Océano Artico, donde pretende montar un control, y hay que
recordar el episodio del petrolero «Manhattan» cruzando el Artico hace
todavía pocos años, incluso el proyecto, que luego abandonó el propio
Canadá, de dotarse de una flotilla de submarinos nucleares para imponer
su presencia naval en las aguas árticas. Es evidente que Canadá está
intentando erigirse en guardián y ejecutor de principios generales de
tipo ecológico y biológico.

Estos son algunos de los temas que en este momento tenemos que tener en
cuenta y que nos llevarán, señor Ministro, en fecha inmediata, a
presentar una proposición no de ley solicitando, entre otras cosas, del
Gobierno español que proceda a la petición de una convocatoria urgente
del Consejo Atlántico para pedir la puesta en funcionamiento del artículo
2.º del Tratado de Washington. En la misma proposición no de ley
indicaremos también nuestra convicción de que el Gobierno debería hacer
lo mismo a través de los órganos correspondientes de la Organización
sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, para recordar a Canadá los
compromisos contraídos en función del Acta final de Helsinki y de la
misma Carta de París. Por supuesto, pediremos al Gobierno --y le
apoyaremos si así lo hace-- que no deje de llevar ante el Tribunal
Internacional de La Haya las consecuencias de este conflicto.

Señor Ministro, acabo con ello, nos hubiera gustado que en el curso de
estos últimos días el Gobierno hubiera tenido una comunicación más activa
con la oposición para la consulta de esas medidas. Ciertamente está
constitucionalmente en el derecho de aplicarlas sin esa consulta, pero yo
creo que los intereses españoles hubieran salido beneficiados si hubieran
tenido lugar esas consultas que ahora tenemos con unos ciertos días de
retraso. No es nuestra actitud la de extenderle al Gobierno ningún cheque
en blanco, pero sí la de ofrecerle de nuevo el apoyo de nuestro Grupo
para reforzar toda medida razonable, viable y, por supuesto, legal que
conduzca eficazmente a la defensa de nuestros intereses, porque ahí no
fallaremos nunca, aunque en estos momentos complicados para nuestra
política doméstica y para nuestra política exterior nos tememos que
podemos encontrar momentos de fragilidad y un cierto desvarío. Por eso,
señor Presidente, señor Ministro sepa que nuestra actitud será la de
apoyar de manera sistemática y contundente cualquier tipo de medida que
contribuya a la defensa eficaz de nuestros intereses.




El señor PRESIDENTE: Señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Voy a tratar
de contestar a algunas de las preguntas que me ha formulado el Diputado
señor Rupérez, como portavoz del Grupo Parlamentario Popular. Le haré muy
brevemente algunas reflexiones a algunas partes de su intervención.

La perplejidad del comportamiento de Canadá no solamente se ha producido
en España o en el Parlamento español sino, en general, en toda la
comunidad internacional. Canadá es uno de los países que ha tenido
históricamente un comportamiento, desde el punto de vista de la comunidad
internacional, más positivo, y es cierto que no era de esperar que su
comportamiento se desarrollara en las líneas en que ha tenido lugar. De
ahí también algunas de las críticas que S. S. ha formulado sobre la
prevención. A su señoría le ha sorprendido mucho el comportamiento de
Canadá, a los demás también y a la Unión Europea también, y, por tanto,
las medidas de prevención quizá han sido tomadas pensando que el país con
el cual se estaba tratando era un país con una tradición de
comportamiento en los foros internacionales muy positiva y casi, casi, en
algunos casos, incluso modélica. Por tanto, no es de extrañar que en
algún momento y en algunas instancias internacionales haya un momento de
pausa, por pensar que no puede ser Canadá quien rompa de una manera tan
clara las normas internacionales, un país que ha tenido siempre a gala el
no hacerlo. Pero sí le quiero decir que la respuesta --y me alegro mucho
coincidir con S. S.-- de la Unión Europea y de España no debe ser al
margen de la legalidad internacional. Contestar con una ruptura de la
legalidad internacional, con un planteamiento también de ruptura de la
legalidad internacional no seria positivo. Así lo hemos entendido y así
lo ha entendido también la Unión Europea. Por tanto, en cuanto a los
temas de prevención a los que S. S. ha hecho referencia le contesto, no
sé si del todo a su satisfacción, que sí es verdad que ha habido algo de
confianza en que el sentido común por parte de las autoridades de Canadá
sería el que prevaleciera.

En Canadá, como S. S. sabe bien y quizá mejor que yo, hay un problema en
estas horas de carácter doméstico. Si S. S. mira ahora mismo las
declaraciones del Gobierno de Canadá, verá que hay muy pocas del Ministro
de Asuntos Exteriores, cosa distinta a lo que está pasando en España. El
Ministro de Asuntos Exteriores canadiense prácticamente está ajeno a todo
este debate. Quien está llevando el peso del debate es una persona muy
específica. Es el Ministro de Pesca, que es de un grupo político muy
involucrado en la región próxima a las aguas donde se está pescando,



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y es el que está haciendo afirmaciones que me consta que, en algún caso,
no son de satisfacción tampoco de la mayoría parlamentaria que en este
momento apoya al Gobierno.

Su señoría dice que no se ha hecho --y con esto contesto a otra
formulación suya-- un esfuerzo de comunicación. Yo le rogaría que hiciera
un esfuerzo de hemeroteca en los últimos días --no son muchos-- y que
mirara la prensa internacional en relación con este suceso. Pocas veces
en la prensa anglosajona --que, lógicamente, de acuerdo con los esquemas
históricos, hubiera estado en todo momento detrás de la posición de
Canadá-- se ha visto una fisura tan significativa. Le cito algo que me ha
sorprendido en unos de los periódicos que no voy a mencionar, en uno de
los periódicos clásicos de la prensa anglosajona que en estos momentos
estaría sin duda ninguna de parte de Canadá. Dice y titula así: «La Unión
Europea respondió ante Canadá como nadie soñaba, con una sola voz por
primera vez en la historia». (Este es un titular de un periódico que no
voy a decir cuál es, lo puede usted mirar, de gran peso en lo que es la
formación de la conciencia y de la comunicación en el mundo anglosajón.)
Es decir, que no nos dejemos engañar. Estamos en el Parlamento, no
estamos haciendo demagogia fuera del Parlamento, estamos en el Parlamento
y tenemos que ser objetivos en el análisis de lo que esto ha supuesto
desde el punto de vista de un paso en la construcción de la Unión
Europea, que, vuelvo a insistir, ni tan siquiera Francia, cuando negoció
o intentaba negociar algo que también estaba comunitarizado, como era el
GATT, consiguió una posición tan unánime de todos los países por el
tiempo que sea, pero no la hubo. Esto afecta básicamente a España como
miembro de la Unión Europea. Por tanto, seamos objetivos en esto.

¿Ha sido perfecto? No, qué duda cabe; no ha sido perfecto. ¿Cabía esperar
en este momento del desarrollo una posición mejor? Le ruego, señoría, que
haga una lectura de la comparecencia de la Comisaria Bonino en el
Parlamento de Estrasburgo los días 14, 15 y 16, y seguramente no
encontrará un discurso en todos los anales de la Unión Europea de un
comisario que defienda el tema con la contundencia y con la pasión con
que lo ha hecho estando frente a grupos parlamentarios de países que, no
nos engañemos, no confían «a priori» en que el comportamiento de los
pescadores españoles sea el idóneo. Eso lo saben S. S., no nos podemos
engañar tampoco. Hay países que tienen un apriorismo sobre el
comportamiento de la pesca española. No se olvide S. S. tampoco que no
hace muchos meses dimos una batalla espectacular, con su colaboración
--con la colaboración de su Grupo Parlamentario-- para conseguir que
España adelantara del año 2005 al año 1996 su entrada en la política
pesquera común, decisión que S. S. sabe muy bien ha dejado muchas heridas
--lo sabe S. S. muy bien--. ¿En qué países? En los países que tienen un
interés pesquero mayor, en países que están más próximos a la posición de
Canadá.

Por tanto, si analizáramos todo este conjunto de hechos, que es lo que
tenemos que hacer los que tenemos responsabilidad, quizá llegaríamos a
conclusiones más matizadas de las que estamos haciendo. Insisto: la
situación no es buena, la reacción no es perfecta, pero si lo
relacionamos con el desarrollo histórico de los últimos años y de los
últimos meses, quizá pudiéramos sacar alguna conclusión que nos
permitiera contemplar el futuro con un poquito más de esperanza de lo que
a veces nuestras propias declaraciones dicen.

El desamparo, por tanto, de la comunidad internacional creo que no se ha
producido. Al contrario, creo que hemos encontrado amparo por vez primera
en materia de pesca, que es donde nunca lo hemos encontrado. No hay que
olvidar que somos la primera flota europea y una de las primeras flotas
del mundo que pesca en todos los mares --desgraciadamente pescamos muy
poco en nuestras costas, en nuestro mar, porque está ya muy acabado--,
pero es verdad que también tenemos una plataforma muy distinta de la que
tiene Canadá. Canadá, como otros países de Africa o como algún país de
Latinoamérica, tiene una plataforma mucho más extendida y, por tanto,
como S. S. reconocía bien, alguna ambigüedad potencial puede existir en
el futuro sobre el tema de las 200 millas.

Y le diré más, señoría. Dice que ha echado en falta mi presencia. No es
por ponerme ninguna medalla, señoría, pero le recordaré que el día 14 era
martes. Pasé ese día y esa noche en Estrasburgo. Le digo también que
utilicé dos horas para volar, desde las 12 de la noche a las 2 de la
mañana, horas en las que sabía que las autoridades canadienses no estaban
a pie de teléfono. Llegué a Torrejón a las 3 de la mañana --creo
recordar-- y estuve hablando con el Ministro de Asuntos Exteriores de
Canadá desde la Base de Torrejón hasta cerca de las cinco y media de la
mañana. Me enteré de la decisión del armador volviendo del viaje de
Estrasburgo. Luego haré referencia a ello. Pero diré más. Eso era el
martes-miércoles, el jueves estaba reunido en París con todos los
miembros de la Unión Europea. El viernes estaba reunido con todos los
miembros de la Unión Europea, del grupo de Río y de los países del centro
y del este de Europa. El sábado me pasé todo el día con el Presidente de
la Comisión y todos los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión
Europea. El domingo lo pasé hablando, entre otras cosas, de éstas, con el
Presidente de la Comisión y con todos los ministros de Asuntos Exteriores
de la Unión Europea. El lunes me pasé todo el día en París con todos los
ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea y todos los ministros
o primeros ministros del centro y del este de Europa y también tuve
ocasión de hablar de todas estas cuestiones. Por tanto, si por algo me
puede criticar es por haber estado muy poco en España esos días, pero por
la presencia en los foros internacionales presionando y hablando sobre
este tema poco se me puede criticar.

Digo más. Tuve ocasión también, en las pocas horas que estuve en Madrid
entre la madrugada del martes y miércoles, de recibir al Ministro de
Asuntos Exteriores de Cuba --le hice venir desde París para hablar con
él-- y hacerle saber muy claramente cuál era la posición de España en
relación con la NAFO y el comportamiento que había tenido Cuba. Por
tanto, me puede usted pedir algo más, pero difícilmente mucho más sobre
el aislamiento. Ha habido durante estos días una declaración «ex
professo» y



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particular del Presidente de la Comisión, que nunca había hecho sobre una
cuestión como ésta, y la hizo a solicitud mía el propio sábado por la
mañana desde Carcasson, Francia, y está en todos los teletipos. He estado
en contacto con la Comisaria Bonino prácticamente todos los días, de la
misma manera que lo ha estado el Ministro de Pesca de España.

Le quiero decir, por no entrar otra vez en los medios de comunicación
mundiales --que sí me gustaría que los volviéramos a ver; insisto, no
digo que sean todos pro-posición española--, que sí creo que hay un
pequeño cambio en alguno de los medios de comunicación, sobre todo
anglosajones, no le digo en Francia, porque los editoriales franceses han
sido todos enormemente partidarios de la posición española. El
«European», el periódico de Europa, sí ha sido tajantemente contrario, ha
publicado un editorial muy favorable a Canadá y muy contrario a la Unión
Europea en su conjunto, pensando que no era la posición que debieran
tomar. No hay que ocultar de dónde sale toda esa información y esos
posicionamientos, pero insisto, la prensa británica y algunos de los
importantes rotativos y revistas de Estados Unidos han tratado el tema
con una gran sorpresa frente a lo que creían que no iba a pasar, una
reacción tan firme por parte de la Unión Europea, abandonando un poco,
entre comillas, lo que sería la posición Commonwealth o la posición
anglosajona.

Paso a las gestiones de los foros internacionales. Como tuve ocasión de
decir el sábado por la mañana, reunido en el Ministerio de Asuntos
Exteriores, donde estuve sábado y domingo, hicimos un llamamiento a todos
los embajadores de España en todas las embajadas para que hicieran desde
ese momento --estamos hablando del sábado por la tarde-- las gestiones
pertinentes para que se comprobara y se hiciera hincapié en la posición
española en todos los foros, incluida la Alianza Atlántica. Es verdad que
no se ha utilizado el artículo 2.º, y honestamente creo que debería S. S.

pensar un poco más si la utilización del artículo 2.º es lo correcto o no
en la Alianza Atlántica. Su señoría ha dicho que no es partidario de
romper relaciones en ningún caso. Le rogaría que pensara un poco en lo
que significa utilizar el artículo 2.º de la Alianza Atlántica, creo que
es algo que deberíamos pensar y que debe S. S. pensar si quiere plantear
una proposición no de ley en el Parlamento. Seguramente no es la decisión
más sensata que S. S., involucrando incluso a su Grupo Parlamentario,
pudiera tomar.

En la Alianza Atlántica, como sabe --y si no lo sabe, se lo digo--, en el
almuerzo del propio día 14 de los embajadores de la Otan, se sacó este
tema a petición del Embajador de España, y le leo solamente, aunque no
debiera, la posición de quien tuvo una actitud más firme, como le
correspondía hacerlo, aparte del Embajador de España, que fue el
Embajador francés, que habló como miembro de la Alianza, como Presidente
de la Unión Europea, y dijo textualmente lo siguiente: Primero, quiero
resaltar públicamente el apoyo que todos los que estamos aquí damos a
España --éste es el resumen--. Segundo, Canadá debe liberar
inmediatamente al buque y la tripulación. Tercero, la actitud canadiense
es inadmisible, y cuarto, no puede uno pretender hacer justicia en sí
mismo. Estos son los cuatro puntos en que resume el Embajador la
intervención de Francia en el seno de la Alianza. Por tanto, en el seno
de la Alianza, sin llegar al artículo 2.º, que entiendo que deberíamos
pensarlo todos un poco más, el propio día 14 se planteó el tema. Se ha
planteado en Naciones Unidas, se ha planteado y se va a presentar en el
Tribunal de La Haya por un equipo de magníficos juristas que están a
punto de terminar el dictamen. Por tanto, no veo yo que por ahí se pueda
hacer más, aunque puede gustar o no.

Yo creo que S. S. ha dicho bien cuando ha hablado de desamparo o
aislamiento real o ficticio, yo creo que ha sido más ficticio que real,
porque es verdad que los armadores y los pescadores gallegos,
lógicamente, han ocupado una parte muy importante de la comunicación, y
es lógico que así sea, pues es a los que les ha correspondido el
sufrimiento mayor en estos días y los que desgraciadamente todavía tienen
una situación de dificultad, pero nos corresponde a los que estamos aquí
sentados, como representantes del pueblo, tener un poco más de serenidad
y ver las cosas con un poco de distancia, reconociendo los errores --yo
los reconozco el primero--, pero pensando que alguna lección tendremos
que sacar.

Paso por fin al tema de los armadores. La posición del Gobierno de España
en todo momento, a través del Embajador, con el que he estado en contacto
--el Embajador ha estado en Saint JohnÕs todo el tiempo, así lo han
reconocido el armador y los pescadores, con el agradecimiento al
comportamiento de la Embajada y del Embajador--, era no pagar la multa al
capitán ni pagar la fianza por el barco, y así se les hizo saber, y que,
en cualquier caso, si consideraban en el último momento que lo debían
hacer de acuerdo con sus propios intereses, debía quedar bien claro que
eso no podía en ningún caso significar un acatamiento de la jurisdicción
canadiense y, lógicamente, del acto ilegal de Canadá. Eso está por
escrito y tengo un teletipo y el telegrama que se le mandó al Embajador,
que éste mandó al armador y que el armador conoce perfectamente.

En la madrugada del martes al miércoles fue cuando se produjo la posición
distinta del armador. Los abogados del armador me han enviado todas las
minutas --se las puedo hacer llegar--, y el desarrollo puntual de lo que
fue aconteciendo, y desde el principio los abogados del armador le
sugieren que es mucho mejor pagar. Yo creo que se negocia bastante bien,
porque eran ocho millones de dólares la fianza que se solicitaba al
principio y quedó reducida a 500.000 dólares. Los abogados, una firma
importante de abogados internacionales, en todo momento le recomiendan
que pague y que se vaya, por muchas razones, por razones de medios de
comunicación y por muchas razones que no es necesario en este momento
especificar. Al final, él decide pagar. Se me comunica de madrugada ese
cambio de posición del armador, yo hablo con el Presidente de la Junta,
le comunico la decisión, y hablo con el Alcalde de Vigo, porque eran los
dos interlocutores que habíamos tenido a lo largo de todo el fin de
semana, y todos están de acuerdo en que es una decisión del armador y
que, en cualquier caso, había que dejar claro que eso no significaba el
acatamiento de las leyes de Canadá. Así lo



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hacen los abogados en un escrito, que está muy bien hecho, y desde ese
punto de vista, por tanto, creo que se han salvado las cosas.

Yo no sé si debería haber estado más en contacto con la oposición o no.

Lo que sí le puedo decir es que he estado en contacto con la oposición,
con su Grupo Parlamentario, y les he dado las informaciones
correspondientes que creo que eran relevantes. He estado en contacto
también con los demás grupos parlamentarios a lo largo de las horas más
importantes, y desde luego en todo momento he estado en contacto con el
Presidente de la Junta de Galicia, que comprendo que para usted no sea
suficiente, pero a mí me parecía que era una persona, por estar tan en
contacto con los armadores y con los pescadores, que debía estar
informada en todo momento, y así lo hice, igual que con el Alcalde de
Vigo, que me dijo que estaba en contacto permanentemente con todos los
armadores. Lo sabían el Presidente de la Junta y el Alcalde de Vigo. Por
tanto, puedo hacer más, sin duda ninguna, estar más en contacto, pero
entiendo que de las propias declaraciones del Presidente de la Junta y
del Alcalde de Vigo se puede desprender que hubo un contacto fluido y que
ha habido siempre una compenetración en las posiciones que hemos
mantenido a lo largo de esta crisis, crisis que desgraciadamente todavía
existe. Como saben SS. SS., en este momento hay todavía un buen número de
barcos españoles que están faenando en la zona y que se están
aproximando, aunque a velocidades no muy altas, a la zona conflictiva, y
ya se ha hecho saber una vez más a todas las autoridades de Canadá y de
la Unión Europea que cualquier otro incidente sería de una enorme
gravedad. Esta es la posición que en este momento tenemos, reconociendo
que es un problema de gran dificultad, de gran calado, y le diré por
tanto que las actuaciones que el Gobierno debe tener bilateralmente en el
ámbito de la Unión Europea tienen que graduarse de acuerdo con el buen
sentido que S. S. también ha demostrado en alguno de los planteamientos.

Le diré que a lo que el Consejo de Ministros, al que yo no pude asistir,
me autorizó fue a poner en marcha los mecanismos de los convenios de
circulación de personas, cooperación judicial, investigación y desarrollo
tecnológico, cuestiones consulares y extradición, que son los que en este
momento tenemos con Canadá y cuya aplicación se puede tratar de modular,
en caso de necesidad, de acuerdo con los intereses de nuestro país.

Por fin acabo, señorías, diciendo que el mar y la pesca seguirán siendo
un tema difícil para España, como lo han sido otros temas en la historia
de España o de otros países de la Unión Europea. La conciencia mundial
sobre la pesca está cambiando a una gran velocidad. Deseamos todos que
ese cambio de conciencia sea de una conciencia legítima, que no trate de
ocultar, detrás de lo que pudieran ser sentimientos aparentemente
generosos sobre el conservacionismo y el medioambiente, intereses
bastardos de carácter comercial. Tenemos que analizar con inteligencia
todas estas cuestiones y hacer saber a quien corresponda la legalidad o
legitimidad de los planteamientos. No vayamos a tener, bajo
planteamientos aparentemente morales, planeamientos estrictamente
comerciales. Es verdad que hay una conciencia creciente en el mundo sobre
la necesidad de protección de las especies marinas y que se piensa, quizá
con razón, que se han expoliado demasiado los mares. Eso lo tenemos que
hacer de manera tal que avancemos por esa vía sin necesidad de dificultar
a los pescadores españoles, que no tienen por qué pagar nada más que lo
que les corresponda de la factura mundial en relación con la pesca.

Esto es, Presidente, señorías, lo que quería decirles en esta
intervención.

Agradecer muy sinceramente al portavoz del Grupo Parlamentario Popular la
posición, yo creo que serena y responsable, que ha mantenido, y decirle
que estoy a disposición plena para tener los contactos que sean
necesarios para cambiar impresiones sobre cuál debe ser la mejor posición
en cada momento, dejando también enormemente claro que las
responsabilidades son mías y que las asumo plenamente.




El señor PRESIDENTE: El señor Rupérez tiene la palabra, brevemente.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, un par de cuestiones, porque lo
que nosotros queremos es que se solucione el incidente o los incidentes
cuanto antes y de acuerdo con nuestros intereses. Eso es lo que nos lleva
a mantener una actitud, por una parte, de coincidencia plena en la
definición de los hechos y, por otra, de cierta prudencia en la
estimación de las acciones del Gobierno.

Quería decirle que es bueno tener previsión de los hechos, y si se toma
usted la molestia de leer las actas correspondientes de la Comisión de
Asuntos Exteriores donde planteamos esas preguntas, observará que nuestro
portavoz en aquel caso, el señor Durán, ya se manifiesta alarmado por la
posibilidad de que Canadá llevara a cabo sus amenazas y pusiera en
práctica sus decisiones unilaterales.

Como efectivamente la pesca no es un tema fácil hoy en día, y como ya se
nos anuncia por los medios comunitarios, y otros que no lo son, las
futuras dificultades con que nos podemos encontrar, sería bueno para los
intereses de todos que el Gobierno extremara su vigilancia en la
previsión de los acontecimientos.

Segundo, que el Gobierno tuviera en cuenta también cuáles son las
relaciones de causa-efecto sobre las medidas de represalia que se tomen,
que son perfectamente lícitas, legítimas y explicables, pero que antes de
tomarlas, y sobre todo cuando no se vayan a tomar, tenga en cuenta los
peligros que puede tener la manifestación verbal pública no
suficientemente pensada de esas medidas, no vaya a ser que en la adopción
de algunas medidas los intereses afectados no sean los de los demás,
concretamente los de los canadienses, sino los nuestros propios, y además
no produzcan eficacia en los efectos que estamos buscando, que es
precisamente la retroacción a la situación anterior.

Al fin y al cabo, ¿qué es lo que se pretende en la aplicación del
artículo 2.º del Tratado de Washington, cuya lectura atenta recomiendo de
nuevo al Gobierno? Recordar que en ese ámbito estricto e íntimo de la
Alianza Atlántica se producen planteamientos que tienen que ver, no
únicamente



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con la defensa militar de determinados intereses, sino también con
determinadas obligaciones que están recogidas en los artículos 1.º y 2.º
El señor Ministro sabe perfectamente que las líneas que nos ha leído
corresponden a un almuerzo informal de los embajadores de la Alianza
Atlántica. Eso no se debe transmitir, porque no es así, como decisión
formal de la Alianza Atlántica. Sin embargo, sí sería una decisión formal
de la Alianza Atlántica, y desde luego corresponde al Gobierno español
como parte del Consejo Atlántico, el llevar a la consideración del
Consejo Atlántico lo que quiera o lo que no quiera llevar. Nuestra
convicción, se lo subrayo, señor Ministro, para que no se equivoque, es
que el Gobierno haría bien en llevar a la consideración del Consejo
Atlántico ese artículo 2.º, y otras cosas en otros foros, pero
fundamentalmente ese artículo 2.º. Seguramente el Gobierno, que consulta
o no, pero a lo mejor debería escuchar un poco más lo que dice la
oposición, se encontraría con que los efectos que todos estamos buscando
se servirían de una manera más eficaz a través de ese tipo de
planteamientos.

Tercero, nuestra preocupación es que los desamparos, pueden ser ficticios
o reales, en la medida en que responden a una determinada situación
psicológica son, desgraciadamente, reales. Es interés del Gobierno, y
ciertamente preocupación nuestra, el que nadie en España se crea sentir
desamparado por decisiones que corresponden al Gobierno de la nación,
porque sería grave, de manera que entre sus actividades --y ya sabemos
que el Ministro viaja mucho últimamente, nos parece muy bien porque, al
fin y al cabo, para eso le pagan-- estuviera también el cubrir esas
sensaciones psicológicas de desamparo que en el fondo no revelan nada más
que una determinada convicción de determinadas incapacidades. Todo lo que
ustedes y nosotros hiciéramos conjuntamente para cubrir esos desamparos
iría en beneficio de los intereses nacionales.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muy brevemente, señor Presidente.

En primer lugar, agradecer al señor Ministro la información que ha dado y
decirle cuál es la posición de Coalición Canaria, desde la racionalidad y
la sensatez, pero también con la preocupación por lo que se nos puede
venir encima a las flotas españolas que, operando en puertos canarios o
del Sur de España, se encuentran ya en la antesala del conflicto de
Marruecos, que nos puede llevar por derroteros en los que hará falta todo
el apoyo de los instrumentos diplomáticos y legales que tenga el Gobierno
a su alcance.

¿Dónde encuadramos nosotros la solución del problema? En el mantenimiento
del Derecho Internacional y, sobre todo, teniendo en cuenta el balance de
la relación Canadá-España. Nosotros tenemos pocas palancas de fuerza en
un conflicto bilateral con Canadá; nuestra balanza comercial es débil, no
hay muchos instrumentos, como no sea lo que nosotros recomendamos: que
España actúe desde la estrategia de la Unión Europea. La Unión Europea es
el instrumento fuerte en la relación con Canadá. Canadá le puede tener
poco respeto a España y nuestros intereses canadienses pueden ser dañados
por una postura radical española. No vamos a llegar a la ruptura
diplomática y el catálogo de acuerdos que el señor Ministro tiene la
posibilidad de suspender, congelar o replantear, tampoco van más allá de
lo que sería una artillería muy ligera. La artillería pesada está en el
seno de la Unión Europea.

Ahí es donde yo pido que el Gobierno español inserte su política, y sobre
todo en un próximo semestre en que España va a presidir la Unión Europea,
porque Canadá sí respetará a la Unión Europea. Ese es el instrumento que
hay que utilizar y presionar no solamente ante la Comisaría de Pesca, que
lleva el problema técnico-jurídico, sino exponiendo también ideas claras,
porque a Canadá no hay que dejarle argumentos legales unilaterales para
replantearse. Por ejemplo, no hay que admitir que cuando se ha votado una
restricción de la cuota pesquera, Canadá hábilmente esté dejando que dé
la cara exclusivamente el Ministro de Pesca, aunque con un arropamiento
de sus patrulleras, de la Armada. Lo primero que tenemos que denunciar
son los acuerdos de NAFO. En NAFO resulta que a Canadá le viene muy bien
que la Unión Europea figure como un solo voto, y cuando se replanteó el
tema de las capturas se perdió por 6 a 5, porque resulta que de los 11
miembros que votaban, seis lo hacen a favor de las tesis canadiense y
cinco en contra, pero uno de los que vota en contra es la Unión Europea.

Lo del voto ponderado está descubierto en las instituciones democráticas
desde hace mucho tiempo y plenamente asumido. Ese voto de la Unión
Europea no puede ser un voto numérico más en los acuerdos de NAFO para
que Canadá, manipulando a terceros más débiles, obtenga una teórica
mayoría de votos, cuando el voto de calidad de la Unión Europea está
sustentado por la cantidad de flota y de capturas que allí se realizan.

Esto es importante que se sepa en las actuaciones diplomáticas.

Por tanto, hay que denunciar desde el seno de la Unión Europea este tema,
porque ésa es la palanca para levantar a Canadá de sus conductas; hay que
denunciar la mala gestión que Canadá viene haciendo desde hace años de
sus propios recursos pesqueros; quien más ha esquilmado los caladeros ha
sido una anárquica flota canadiense. Por tanto, denúnciese desde la Unión
Europea. No pase Canadá la factura de su mala gestión de recursos
pesqueros a flotas de la Unión Europea, en este caso la española o la
portuguesa, las que están faenando ahí, pero que son flotas de la Unión
Europea, porque como nos salgamos del marco de la Unión Europea, Canadá
nos va a tomar por el pito del sereno, valga la expresión popular. La
fuerza nos la da el pertenecer a la Unión Europea.

Denunciar los acuerdos NAFO tiene que ser una de las primeras cuestiones
a plantear por la Unión Europea frente a Canadá, para que no interprete
después el voto a su favor, puesto que solamente se da un voto aritmético
de unidad a toda la Unión Europea, ni más ni menos, frente a otros



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países que ni en captura, ni en flota, ni en presencia, ni en intereses
representan eso.

Segundo, señor Ministro, nosotros entendemos que la cuestión a replantear
es la de las cuotas de capturas y que Canadá acepte, vía NAFO y ante la
Unión Europea, que no puede ser ella la administradora de las restantes
cuotas de capturas, porque está lesionando intereses, y dentro de un
contexto internacional también Canadá tiene que ser solidario con ellos.

Esto hay que hacerlo manteniéndonos en un lenguaje de firmeza, pero al
mismo tiempo con un marco jurídico adecuado, porque es donde está el
punto de apoyo de nuestra palanca. Nuestras razones sin el punto de apoyo
de la palanca de la Unión Europea poco pueden obtener frente a una
potencia como Canadá, que se considera, además, como una especie de
custodia de unos recursos, como es el caso del fletán negro, que están
incluso fuera de sus aguas territoriales de soberanía ordinaria, pero se
considera administrador en virtud de los defectos que tiene el acuerdo
NAFO.

Señor Ministro, nosotros apoyamos la postura de que el Gobierno español
se inserte en este marco de la Unión Europea, que creo que es donde
tenemos nuestro punto de apoyo, y más en el próximo semestre de
presidencia española, con todas las gestiones que ahí se pueden hacer.

Esta es la línea que quería expresar, de forma breve, por parte de mi
Grupo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro de Asuntos
Exteriores.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Quiero
contestar al señor Mardones por cortesía parlamentaria.

Estoy de acuerdo con su planteamiento. Usted pide que la denuncia de los
acuerdos NAFO, vaya más allá de la denuncia concreta de los acuerdos
últimos, que vaya más directamente incluso al equilibrio, a la
ponderación de votos en el seno de NAFO. Es verdad que el peso de la
Unión Europea en votos en el seno de NAFO es inferior a lo que le
correspondería por su presencia numérica y por su potencia pesquera. La
ausencia de Noruega, por ejemplo, en la Unión Europea nos produce alguna
dificultad. Es verdad que hay islas muy pequeñas, históricamente afines a
algún país de la Unión Europea que tienen el mismo peso que la Unión
Europea. Esa es la situación que viene desde hace ya mucho tiempo y no sé
si será fácil cambiar las relaciones de fuerzas internas en la
ponderación de votos en el seno de NAFO.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Convergència i Unió, el señor
Recoder tiene la palabra.




El señor RECODER I MIRALLES: Señor Presidente, también brevemente.

Nuestro Grupo Parlamentario traía su posición apriorística ante esta
comparecencia y debo decirle al señor Ministro que no podemos hacer más
que confirmarla tras oír su amplia intervención, y esta posición no es
otra que la de manifestar nuestro total apoyo a la actitud y actuación
que ha realizado el Gobierno ante un incidente que nos parece gravísimo;
la actitud ante una actuación sorprendente de un país que tenemos por
civilizado y que no ha dudado en recurrir a un acto de la más clara
piratería para defender sus intereses, un acto contrario al Derecho
Internacional.

Como decía al inicio de mi intervención, quiero manifestar nuestro apoyo
a las medidas que ha adoptado el Gobierno, fundamentalmente en aquello
que se refiere a conseguir el consenso de la Unión Europea respecto de la
defensa de la posición del Gobierno español. Como ha dicho muy bien el
señor Mardones ahí está nuestra gran fuerza y nos parece que esta
respuesta unánime por parte de la Unión Europea ha de constituir un paso
importante en lo que es uno de los objetivos de la misma Unión que no es
otro que el de la política exterior común. De cara al futuro, ha
manifestado el señor Ministro que se debe mantener este consenso, lo que
nos parece fundamental.

Queremos manifestar también nuestro apoyo a las medidas bilaterales que
pueda adoptar el Gobierno, medidas que deben revestir la necesaria
gradualidad, entendiendo que siempre estarán dentro de la legalidad
internacional. Ahí está también nuestra gran fuerza. Este es un país
civilizado que actúa también civilizadamente en el contexto
internacional.

Para terminar, quiero exponer dos últimas cuestiones, señor Ministro.

Primero, han manifestado ya los perjudicados directos, es decir, armador
y pescadores, que han contado en todo momento con el apoyo de la
representación diplomática española en Canadá; ello es importante, lo
celebramos y además felicitamos al Embajador español ante ese país. Ahora
bien, esperamos y deseamos que ese apoyo se mantenga en todos los
frentes, no sólo en el diplomático, en tanto en cuanto entendemos que
ellos no son más que la cabeza de turco de un conflicto mucho más amplio
y que, en definitiva, les ha tocado a ellos como podía haber sucedido con
cualquier otro barco pesquero español.

Por último (entiéndalo, señor Ministro, en la literalidad de las
palabras), cuando este conflicto se reconduzca y esté en vía definitiva
de solución, tómese unas vacaciones. Repito, que estas palabras se deben
tomar en su literalidad, no con sentidos figurados, porque considero que
realmente se las merece. (Risas.) El señor PRESIDENTE: El señor Ministro
tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, en este caso, por cortesía parlamentaria y más allá de la
parlamentaria, quiero agradecerle sus palabras y decirle que el apoyo que
la Embajada ha prestado, que yo creo que es donde se ha prestado
realmente el apoyo, ha sido total y nadie podría ponerlo en duda. El
propio Embajador, con el que he tenido ocasión de contactar de madrugada,
hablaba desde lugares insólitos, para tratar de que por el teléfono
celular no le escucharan lo que me estaba diciendo. Yo creo que hay que
felicitar al Embajador y a todo el equipo de la embajada (cónsul y
servicios diplomáticos), porque se han comportado



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bien, como no podía ser de otra manera, en ayuda de unos ciudadanos
españoles.

Gracias por sus palabras.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Presidente, intentaré hacer nuestra
fijación de posición con suma brevedad y, para ello, me ceñiré a señalar
los, en nuestra opinión, ocho puntos más importantes que pueden deducirse
del amplio debate que sobre esta cuestión hemos tenido.

En primer lugar, para empezar, subrayar el acuerdo con unas afirmaciones
del Ministro, cuando decía que lo importante no es tanto cuánto se pesca,
sino quién lo pesca. Y yo añadiría que estamos de acuerdo en que se debe
pescar lo adecuado, pero este volumen total y el reparto de cuotas no
puede ser nunca impuesto por un solo país, sino, en este caso, por la
organización correspondiente, la NAFO, o, si es necesario, por ámbitos
más amplios; pero, en todo caso, tener ahí una postura muy clara de no
caer en falsos argumentos conservacionistas para deslizarnos del cuánto
se pesca a quién lo pesca.

En segundo lugar, mantener la definición, incluso no ya por una cuestión
nominalista sino para futuras actuaciones de España y de la Unión
Europea, de la plena y total ilegalidad del acto del apresamiento por
parte de Canadá. No voy a extenderme en esta cuestión, puesto que otros
oradores lo han expuesto ya.

En tercer lugar, cultivar de forma activa la solidaridad que se ha
manifestado en el seno de la Unión Europea, de la que aparece ya algún
signo preocupante de posible resquebrajamiento, y sumarme a las palabras
del portavoz de Coalición Canaria para decir que éste es nuestro
específico y fundamental terreno de juego: contribuir, consolidar,
aumentar la solidaridad de la Unión Europea, esta actuación única y
unitaria por primera vez, como usted ha subrayado, puesto que, si no es
así, en otros campos --y después me referiré a algún otro campo que se ha
sugerido, en mi opinión, claramente disparatado-- tenemos todas las de
perder. Podemos y debemos ganar desde la firmeza de la posición española
y desde la firmeza de la solidaridad de la Unión Europea, en este tema y
en otros muy próximos --se han evocado ya y quizás merezca la pena
recordarlos--. Pronto tendremos que hablar de otras áreas. Me estoy
refiriendo a las aguas territoriales de Marruecos, donde deberemos apelar
otra vez a la cohesión de la Unión Europea, en defensa de los intereses
de la Unión y de los intereses de España.

En cuarto lugar, las medidas de retorsión que la Unión y España pueden
aplicar --usted nos ha apuntado algunas-- las apoyamos. Creemos que de
forma flexible, pero también contundente, deben continuar aplicándose,
gradualmente por supuesto, y en un equilibrio entre acciones españolas y
acciones comunitarias.

De entre estas medidas, la que creemos más importante es, además de la
solidaridad de la Unión Europea, que ya he mencionado, el recurso, cuanto
antes mejor, al Tribunal internacional de La Haya. Usted nos ha anunciado
que ya está prácticamente ultimado el dictamen jurídico para presentar la
correspondiente denuncia y demanda. Nos parece que éste es un elemento
absolutamente fundamental de nuestra actuación exterior.

En quinto lugar --y aquí añadiría una pregunta--, no minar en absoluto la
acción jurídica y política de España, en tanto que parte de la Unión y en
tanto que Estado y nación, respecto de Canadá. Usted nos ha asegurado,
pero tenemos márgenes de duda, que el pago de la fianza, la multa, la
aceptación de la confiscación de parte de la carga no menoscaba en
absoluto los derechos jurídicos de España. Otra cosa serán los derechos
particulares del armador. Pero ahí sí que deberíamos estar completamente
seguros de que esto se ha mantenido así y se va a mantener así, que no ha
habido ninguna cesión de derechos jurídicos y políticos del Estado
español respecto de Canadá en esta cuestión.

En sexto lugar --y es quizás en lo que usted menos se ha manifestado, lo
ha citado sólo de pasada--, usted ha dicho: Canadá continúa haciendo uso
de la fuerza o de la amenaza del uso de la fuerza. Esto es así, lo
sabemos, lo vemos a través de los medios. Esto me sugiere otra pregunta:
¿Qué vamos a hacer si se produce otro acto de flagrante ilegalidad o
piratería, llámelo como quiera? No es descartable, señor Ministro.

Deberíamos avanzar posiciones españolas y de la Unión Europea, porque
espero y deseo que no suceda, pero no está ni en mis manos ni en las
suyas, ni en las de España ni en las de la Unión Europea asegurar que no
pueda suceder. Ahí sí que deberíamos tener formulada una posición,
incluso no formulada, sino anunciada.

El séptimo y octavo los resumo en un solo punto. Anunciamos ya clara y
contundentemente nuestra radical oposición a trasladar el litigio y el
debate de este grave litigio a otros foros que no sean el del Tribunal
Internacional de La Haya y el de la Unión Europea. Nos parece un
despropósito llegar a la OTAN a través del fletán negro. Nos parece un
auténtico despropósito, que no secundaremos si se presenta la iniciativa
que se nos ha anunciado, porque, aparte de posiciones genéricas sobre la
Organización del Tratado del Atlántico Norte, parece la vía más adecuada
para perder todas las posiciones de España respecto de Canadá. Como se ha
dicho por parte de otros oradores y también por parte del Ministro, si
alguna fuerza tenemos es en el marco de la Unión Europea y cambiar de
marco sería un tremendo error. Se podrían hacer muchas ironías, pero
espero que a los componentes del Grupo Socialista no les resulte
demasiado irónico o sarcástico que digamos que esperamos que si en su día
no dijeron aquello de «OTAN, no», al menos lo digan hoy.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Voy a ser muy
breve al contestar al portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya en los ocho puntos. Creo que la práctica totalidad de todos
ellos son compartibles.




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Su señoría habla de las retorsiones. Ahí sí quisiera hacer una mención.

Las retorsiones de la política con Canadá, por parte de la Unión Europea,
fundamentalmente tienen que ser en el ámbito comercial. La política
comercial que la Unión Europea tiene en estos momentos, después de la
firma del GATT, tiene unos márgenes de maniobra que no son tan amplios.

Por ejemplo, en productos industriales es poco el margen de maniobra que
se tiene. Por tanto, tendríamos que hacer los esfuerzos, concentrar los
esfuerzos en productos agrícolas y en productos de pesca, que es donde
todavía hay margen de maniobra compatible con el GATT. Lo que pasa es que
no es donde más importantes o más incisivas pueden ser las medidas de
retorsión, que serían más en el ámbito de productos industriales.

Con respecto al sexto punto, diré que la patrullera «Vigía» está allí y
está haciendo una buena labor.

Por lo demás, no tengo nada más que decir.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Curiel.




El señor CURIEL ALONSO: Quisiera comenzar, para fijar la posición de
nuestro Grupo, haciendo una referencia a una de las casi últimas palabras
o frases del Ministro, porque creo que vale la pena llamar la atención
sobre ello. El señor Ministro decía que estamos en una crisis abierta, si
he entendido bien. No estamos hablando solamente de un acontecimiento ya
ocurrido, solventado, resuelto o no resuelto, sino que estamos en medio
de una crisis que todavía puede continuar.

¿Por qué digo esto, señor Presidente? Porque me parece que es
especialmente importante que, si esto es así, hiciéramos un esfuerzo
todos los grupos parlamentarios por entender que, de la misma manera que
se ha llamado la atención, en términos positivos, de la capacidad del
Gobierno para generar un amplio consenso en el ámbito de la Unión
Europea, la posición española también se refuerza si hacemos un consenso
en el ámbito de esta Casa, si convertimos este tema, sin duda, de
extraordinario calado --nunca mejor dicho-- para un sector muy importante
de nuestra industria, no en un tema de confrontación entre Gobierno y
oposición, sino en un tema donde el diseño de la posición del Gobierno
sea compartido, yo diría que unánimemente, casi, por todos los grupos
parlamentarios. Eso reforzaría la posición del Gobierno en Bruselas, eso
reforzaría a nuestros armadores, eso reforzaría el propio prestigio de
esta Casa, saber aparcar los aspectos que nos dividen para subrayar y
defender los intereses generales de nuestro país.

Por eso quiero decir que agradezco especialmente la posición de Coalición
Canaria, que agradezco especialmente la posición de Convergència i Unió y
que agradezco especialmente la posición de Izquierda Unida, porque me
parece que, con matices, en un sentido o en otro, trabajan en una
dirección similar y entiendo yo que no hay grandes diferencias en cuanto
a la estrategia a seguir y al apoyo general a la estrategia mantenida por
el Gobierno y especialmente por usted, señor Solana, durante estos
difíciles días sin duda.

El Gobierno --es la opinión de nuestro Grupo-- ha actuado con rapidez,
con contundencia y con claridad y eso nos ha permitido generar una
situación distinta o mejor que la que podíamos tener en el momento en que
sucede la detención o el asalto --como queramos llamarlo-- del buque
«Estai».

¿Cuál es la gravedad de fondo de este asunto? Usted lo ha dicho, señor
Solana; desde nuestro punto de vista, coincidimos. Que Canadá ha roto un
equilibrio. Ha roto un equilibrio de un tema que, como usted sabe muy
bien y lo ha dicho, desde hace veinte años viene discutiéndose. Hay un
cambio de cultura en el tema pesquero, un tema que afecta
multilateralmente a una inmensa cantidad de países, con enormes intereses
y, por su propia naturaleza, si se rompe el equilibrio se rompe para
todos. Esta es la enorme irresponsabilidad de Canadá, que unilateralmente
rompe el equilibrio de un organismo en el que participa, a pesar de que
no haya acuerdo, como es el organismo NAFO. Esto implica que se
desencadena, sin solución de continuidad, toda una serie de mecanismos
internacionales, cuando se rompe, como usted ha dicho, la legalidad
internacional.

Esta es la responsabilidad política, pensamos, gravísima que asume el
Gobierno de Canadá que tiene una respuesta y es un éxito para la
diplomacia española --y nos importa subrayarlo-- que ustedes hayan sido
capaces de generar esa posición unánime dentro de la Unión Europea,
porque eso refuerza la posición de nuestro país, como ya han dicho otros
portavoces.

Canadá impone la ley del más fuerte y eso se contradice radicalmente con
los más elementales principios del Derecho internacional y de las
relaciones internacionales. Evidentemente, estamos convencidos de que eso
no va a ser así, que se restituirá la legalidad, el Derecho, y podremos
defender en ese ámbito, los intereses legítimos de nuestros pescadores,
de nuestros armadores y, en general, de todo un sector --hay que
decirlo-- ya extraordinariamente castigado, como usted sabe, señor
Solana.

Sería absurdo no destacar que, además de como portavoz del Grupo
Socialista, en este caso, hablo como Diputado por la provincia de
Pontevedra, vigués por lo demás, y usted sabe muy bien --y ya lo ha
dicho-- la enorme preocupación que este hecho ha causado allí. La flota
ha hecho ya una gran reconversión en los últimos 15 años, hemos perdido
muchos caladeros, eso ha tenido un coste extraordinario y un esfuerzo por
parte de nuestros armadores que, naturalmente, en este momento se
encuentran en una situación difícil. Por eso a veces hay que comprender
--como usted también decía-- una cierta rudeza --digámoslo así-- en los
juicios públicos, aunque no tengan mucha razón. Pero es comprensible
porque realmente la situación que se viene viviendo desde hace ya casi 20
años es muy dura para, repito, una actividad clave en el sector pesquero.

Antes señalaba que hay una razón de fondo, la de la ruptura del
equilibrio, y el señor Ministro ha hecho alguna alusión más al porqué,
por qué Canadá ha hecho esto. Y se apuntaban algunas cosas sobre las que
me gustaría insistir, señor Ministro. No sé si coincidirá usted con la
preocupación yo creo que de todos nosotros. Yo diría que hay tres



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cosas que nos preocupan. La primera --y el señor Rupérez se refería a
ella y con razón-- es si detrás de esta decisión no estaremos ante el
principio de una estrategia de ampliación de las 200 millas a 300 millas.

Si eso se generaliza supone un cambio muy importante, yo diría radical,
en ese equilibrio al que antes hacía referencia, que en los últimos 20
años se ha venido cambiando y que nos ha colocado en una situación
bastante difícil. Esta es nuestra preocupación, que se está utilizando
esta Ley de Protección de Recursos Marinos como excusa para ir abriendo
camino --valga la expresión-- a una ampliación de las aguas de Canadá,
abrir el debate de la ampliación a 300 millas, lo que significaría un
cambio muy profundo en ese equilibrio que antes mencionaba.

Segunda. Creemos que hay algo --y usted lo ha dicho también-- de política
interna en este asunto por parte de Canadá. Las dificultades o las tasas
de desempleo que en algunos momentos las autoridades canadienses han
utilizado como «explicación» --dicho sea entre comillas-- para proceder
al asalto del buque «Estai» recuerdan un poco aquello de buscar al
enemigo exterior, buscar al enemigo exterior a los efectos de desviar la
atención de la opinión pública ante problemas internos. Recuerda un poco
aquello.

También conviene llamar la atención de la opinión pública española sobre
que podemos estar ante algo parecido a esto y, además, con un buque
español, con las resonancias que esto tiene y en las cuales parece mejor
no hacer hincapié.

Tercera, usted ha dado unos datos de la TAC, es decir de la tasa máxima
de captura. Los que yo tengo no sé si serán exactos, señor Ministro, los
del desacuerdo. Que de las 40.000 toneladas Canadá se había regulado el
60 por ciento de la cuota, había concedido a la Unión Europea el 12,5 y a
Rusia también el 12,5, y después faltan unos números que no conozco, pero
la geografía es más o menos ésa. Y eso es tremendo, eso es romper las
reglas del juego y abrir una polémica con las cuotas que no es de recibo
por parte de la Unión Europea ni, desde luego, por parte de España. Eso
lo compartimos totalmente.

Por eso, repito, tal vez haya esas razones de fondo que «expliquen»
--entre comillas-- esta inaceptable posición de la Administración
canadiense. Pero la pregunta a hacerse --se la ha hecho el señor Solana y
compartimos su criterio-- es qué hacer en este momento. Tal como están
las cosas, qué hacer, por dónde caminar. Usted lo ha diseñado y ha
dibujado un camino con el que coincidimos.

Me importaría, antes de entrar en este asunto, hacer una acotación: creo
que es bueno que no hablemos --cuanto menos hablemos, mejor-- del pago de
la sanción. En todo caso no culpemos al Gobierno de una decisión
absolutamente libre del armador. Más vale, en un proceso de
autocontención, que lo dejemos ahí, que lo dejemos donde decía el
portavoz de Izquierda Unida, señor Espasa, que en todo caso quede claro
que esto no condiciona en absoluto la posición del Gobierno español en
cuanto a las iniciativas que se puedan tomar, son cosas distintas. Es
mejor que lo dejemos ahí y que, desde luego, no culpemos a la inacción
del Gobierno de una decisión que nada tiene que ver. Repito que, por
autocontención, debemos dejarlo ahí y punto, y no voy a decir más.

La diplomacia española. Es uno de los temas clave en la idea de qué hacer
y yo creo que es claro lo que han dicho muchos portavoces y que nosotros
compartimos. Nuestra fuerza política y diplomática está en conseguir
avanzar cuanto más podamos con nuestros socios de la Unión Europea. Para
mí ésta es la clave, señor Ministro; cuanto más, mejor, y cuanto más
unidos, mejor. Y ese equilibrio habrá que guardarlo. Y ustedes lo están
haciendo perfectamente, de manera que no le voy a decir nada, y me consta
por la ocasión que tuve hace una semana de hablar con nuestros
diplomáticos en Bruselas que ése es el equilibrio, no avanzar tanto que
se nos quede algún socio digamos a medio camino y no avanzar tan poco
como para que el consenso sea absolutamente inerme. Este es el equilibrio
que ustedes tienen que hacer, éste es el problema político. Aquí se ha
dicho que probablemente algún país del ámbito anglosajón, como dice algún
diplomático, enseñe la oreja en algún momento. Pues en ese caso habrá que
tener la habilidad para que no la enseñe y si la enseña que todos vayamos
juntos por la senda constitucional hacia el fletán negro.

Termino, señor Presidente. Creo que los cuatro puntos que usted ha
expuesto, que constituyen en este momento el núcleo del consenso de
Bruselas, son correctos: tenemos que transitar en esa dirección. Y
quedaría por decir: y ahora ¿quién mueve? Yo pienso que mueve Canadá? No
sé si usted estará de acuerdo .¿Qué quiere decir que mueve Canadá? Que
nuestra posición es clara en el ámbito de Bruselas, que los cuatro puntos
tienen que ser unos puntos firmes y que será Canadá inexorablemente quien
tendrá que modificar su posición abriendo un proceso de negociación con
la Unión Europea, modificando su criterio en el ámbito NAFO y
comprometiéndose naturalmente a que no vuelva a ocurrir bajo ningún
concepto un acto de agresión como el perpetrado contra el buque «Estai»
Si fuéramos capaces --por eso no voy a entrar en otros temas laterales en
los que quizá haya desacuerdo y termino por donde empecé, señor Ministro
y señor Presidente--, de ir gestando esta posición común de todos los
grupos parlamentarios, a través de las conversaciones que usted pueda
mantener con los diferentes portavoces, sería muy importante y como
Cámara Baja, como Congreso de los Diputados prestaríamos un gran servicio
a nuestro país.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro de Asuntos Exteriores tiene la
palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Quiero
agradecer al Diputado señor Curiel que haya hablado como Diputado global
y también como diputado de la provincia de Pontevedra; es absolutamente
lógico que así sea, porque, realmente, es una de las regiones, o de las
zonas, o de las provincias españolas que, sin duda, está pasando por el
momento de mayor dificultad en estos momentos. Yo tuve ocasión de hablar
varias veces con el Alcalde de Vigo, que ha sido un poco el portavoz
porque ha estado en contacto con los armadores, y realmente



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he sido consciente de la preocupación que existe, que se puso de
manifiesto en la gran manifestación que se produjo el miércoles por la
noche.

La idea que me gustaría subrayar es la búsqueda de un cierto consenso
sobre esta materia; me parece enormemente importante y fructífera para lo
que S. S. decía, reforzar dentro de lo que podamos nuestra posición en
todos los foros, sabiendo que hay una posición suficientemente común en
el ámbito de los distintos grupos parlamentarios. Eso sería muy bueno y
por mi parte haré todo lo posible para que así sea. Sí le digo también a
S. S. y a los demás portavoces que éste es un tema que es de esta
Comisión pero no en todas sus manifestaciones y que tiene que haber
contactos con otras personas de los distintos grupos parlamentarios que a
lo mejor no se sientan en esta Comisión.

Ha mencionado S. S. tres puntos y me voy a referir muy brevemente a los
tres. Respecto al primero he de decir que, sin duda, el problema de la
ampliación de las 200 millas está en la agenda, pero en la agenda muy
próxima. A finales de este mes de marzo en Naciones Unidas se vuelven a
plantear temas relativos al Derecho del mar; a finales de este mes. La
historia de la ampliación de las millas --SS. SS. lo conocen bien-- es un
tema que cambia con el tiempo. Yo creo que la tendencia en este momento
de algunos países es una tendencia a presionar en esa dirección y mucho
más con aquellos países que tienen una plataforma grande. No es el caso
nuestro, es el caso de Canadá, es el caso de Argentina, es el caso de
algún país de Africa que tiene una gran plataforma y que, por tanto, la
ampliación de las 200 millas les viene como anillo al dedo. Tenemos que
estar preparados para afrontar este debate.

Le diría también que Canadá, que está jugando sus cartas en este tema de
pesca --supongo que SS. SS. lo saben y si no se lo digo--, se desvinculó
del Tribunal de La Haya en cuanto a temas pesqueros hace dos años. Es
decir, ésta no es una estrategia de hoy, es una estrategia que viene de
más atrás, en esa dirección de intentar recuperar algo de la pesca
perdida, digamos. Tenemos que estar muy lúcidos para no caer en ello. Se
trata de un tema que se va a revestir con ropaje conservacionista --sin
duda ninguna, hay un elemento de conservación de las especies marinas--,
pero no nos dejemos engañar pues hay temas de carácter comercial, de
intereses comerciales enormemente importantes y deberíamos ser capaces de
desvincular los unos de los otros. Conservacionistas, como los que más,
pero no nos dejemos engañar con ropaje conservacionista de lo que son en
algunos casos, nada más y nada menos que operaciones comerciales.

Por decirlo una vez más, la Unión Europea aceptó sin ningún problema la
cifra del TAC, la cifra de las capturas máximas, porque ése no es el
problema, desde nuestro punto de vista; el problema no es de
conservación, con lo que estamos de acuerdo, sino de cómo se reparte
después, quién pesca y qué intereses mantienen los que pescan.

Quiero decir, señor Presidente, que el dictamen que tengo de los abogados
sobre el comportamiento del armador es absolutamente claro y en absoluto
supone una dejación de los derechos del armador, por tanto de España, en
cuanto a la jurisdicción y al hecho ilegal. Está perfectamente
determinado por abogados de solvencia; también del Derecho anglosajón.




El señor PRESIDENTE: Damos por concluido este punto del orden del día.




--PARA QUE INFORME DE LAS MEDIDAS Y GESTIONES QUE HAYA PODIDO REALIZAR EL
GOBIERNO RECIENTEMENTE CON MOTIVO DEL ENCARCELAMIENTO DEL LIDER
ECUATOGUINEANO SEVERO MOTO, ASI COMO DE LAS PERSPECTIVAS Y EVOLUCION DE
LAS RELACIONES BILATERALES ENTRE ESPAÑA Y GUINEA ECUATORIAL EN FUNCION DE
LOS RECIENTES ACONTECIMIENTOS. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000560.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto número 6, comparecencia, solicitada
por el Grupo Parlamentario Popular, para que el señor Ministro informe de
las medidas y gestiones que haya podido realizar el Gobierno
recientemente con motivo del encarcelamiento del líder ecuatoguineano
Severo Moto, así como de las perspectivas y evolución de las relaciones
bilaterales entre España y Guinea Ecuatorial en función de los recientes
acontecimientos.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Trataré de
hacerlo con la máxima brevedad, puesto que el día 28 de febrero, no hace
mucho tiempo, dediqué parte de mi intervención a exponer la posición del
Gobierno español en relación con el tema que nos ocupa, el arresto
domiciliario en que se encontraba el presidente del Partido del Progreso,
el señor don Severo Moto. Me voy a centrar en lo sucedido desde aquella
fecha, haciendo hincapié en aquellas gestiones realizadas por nuestra
Embajada en Malabo o directamente por el propio Ministro de Asuntos
Exteriores aquí en Madrid u otras instancias españolas.

Sus señorías recordarán bien que la preocupación principal de nuestra
Embajada, compartida con otras misiones diplomáticas acreditadas en
Malabo, era que el procedimiento transcurriese siempre dentro del marco
legal y con todas las garantías judíricas para los acusados. Llegamos al
acuerdo de que eso era lo más importante que teníamos que hacer.

Por tanto, por iniciativa de nuestro Embajador, tuvo lugar en los últimos
días del mes una reunión de los representantes de Francia, España, el
Encargado de Negocios de Estados Unidos y el representante, residente en
Malabo, del PNUD de Naciones Unidas, para adoptar una posición común en
este asunto y poder así realizar gestiones complementarias y conjuntas.

Esta preocupación se transmitió al Gobierno de Guinea, que dio
seguridades de que todo se haría de acuerdo con la ley.




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La vista del proceso contra el señor Moto y el Secretario de Finanzas de
su Partido fue pública, como se había pedido, y tuvo lugar los días 3 y 4
de marzo ante el Tribunal de Apelación de Malabo. La audiencia se
celebró, como saben SS. SS., en el cine Marfil, que es el lugar habitual
de estos procesos de importancia que se producen en Malabo. El juicio
duró dos largas sesiones, asistieron miembros del Gobierno,
personalidades de la oposición y un público entre el que se encontraban
simpatizantes del señor Moto y de su Partido y representantes
diplomáticos de España, de Francia y de Estados Unidos.

Según los asistentes, el juicio se desarrolló normalmente, dentro de un
formalismo jurídico apreciable. No se utilizaron argumentos de índole
política por parte de la acusación ni de la defensa ni tampoco de los
propios acusados en sus declaraciones. Los señores Moto y Elo fueron
procesados por delitos de cohecho o corrupción activa y de calumnia por
intentar sobornar a miembros de la seguridad presidencial, con objeto de
tener un supuesto expediente o atestado policial que probaría la posesión
de cierta cantidad de droga por parte del Presidente de la República, así
como por las declaraciones del señor Moto en Radio Exterior de España
acusando al presidente Obiang de narcotráfico.

Después de practicarse las habituales pruebas documentales y
testificales, la acusación pidió seis años de cárcel para Moto y tres
para Elo, una indemnización de 250 millones de francos CFA, en concepto
de responsabilidad civil, y apenas accesorias de limitación para el
ejercicio de cargo público. La acusación particular solicitó una
indemnización de 50 millones de francos y la defensa la libre absolución.

Hecha pública la sentencia el día 6, lunes, y encarcelado Severo Moto el
mismo día, nuestro embajador en Malabo se entrevistó el propio martes 7,
por la mañana, con el Ministro delegado de Asuntos Exteriores y el mismo
día por la tarde con el presidente Obiang. Transmitió a ambos el interés
y la preocupación de nuestro Gobierno en este tema y pidió garantías de
la seguridad e integridad física de los detenidos, solicitando que se
reintegrase al señor Moto a su situación anterior, de arresto
domiciliario, mientras no fuese firme la sentencia, momento en el cual se
esperaba que el presidente Obiang hiciese uso de su facultad de gracia,
por el bien del proceso democratizador y la concordia en el país.

Tanto el presidente Obiang como el Ministro delegado se mostraron
receptivos a este planteamiento, pero se escudaron en el argumento de que
el caso estaba todavía en manos de la justicia y no podían interferir en
un proceso que se estaba desarrollando con normalidad y con garantías.

En todo caso, éstas son las primeras gestiones que se realizaron y
tuvieron como resultado que el mismo día mejorasen un poco las
condiciones de estancia del señor Moto, mejora relativa, dadas las muy
deficientes condiciones de la cárcel de Malabo.

Durante esa semana nuestra Embajada coordinó las acciones de los países
donantes, los cuales hicieron una gestión colectiva común, pidiendo lo
siguiente: primero, que se permitiese la visita inmediata del presidente
de la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial al señor Moto, para verificar su
estado físico y sus condiciones de vida. La visita tuvo lugar el sábado
11, constatándose por parte del presidente de la Cruz Roja que no había
sufrido el señor Moto malos tratos y que su estado de salud era
relativamente bueno, aunque se encontraba abatido, lógicamente, por su
situación de aislamiento y las malas condiciones de la prisión.

Segundo, se insistía en la petición de que el señor Moto fuese
reintegrado a su situación anterior, de arresto domiciliario, mientras no
fuera firme la sentencia. Justamente el tribunal ha dictado un auto en
ese sentido, notificándolo a los abogados del señor Moto el pasado día
13; está siendo estudiado por ellos, por estimar que sus términos son
inaceptables.

Tercero y último, los representantes diplomáticos piden que el presidente
utilice su facultad de gracia o clemencia para que este asunto no
complique el proceso democratizador y las próximas elecciones
municipales.

Nuestra Embajada se mantiene en contacto constante con la familia, con
los simpatizantes de los señores Moto y Elo, para estar puntualmente
informados de su condición física, y con sus abogados, que ya han
presentado recurso de casación contra la sentencia, habiéndose fijado un
plazo de quince días para la comparecencia ante la Corte Suprema y la
sustanciación del recurso.

Existen en este momento otros motivos de preocupación, ya que los
abogados no han podido ver al señor Moto desde su ingreso en prisión el
pasado día 6. Tampoco se ha podido realizar el día 18, sábado, una nueva
visita del presidente de la Cruz Roja y un representante de la Oficina de
Derechos Humanos de Ginebra, que ya estaba programada, aparentemente
porque, al estar en Bata, por el congreso, todos los responsables
políticos, nadie ha querido asumir la responsabilidad de autorizar esta
visita. Nuestro embajador ha recibido instrucciones de reclamar, con la
máxima energía, que se autorice la visita de los abogados, por ser un
derecho recogido en los pactos de Naciones Unidas sobre derechos humanos,
y del presidente de la Cruz Roja.

En Madrid, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, el embajador de Guinea
fue convocado, nada más conocerse la sentencia, por el Director General
de Política Exterior para Africa, quien le comunicó la posición de España
y la preocupación del Gobierno español sobre este asunto, reafirmando una
vez más la petición que había formulado nuestro embajador en Malabo.

El Secretario de Estado para la Cooperación se reunió el domingo, día 12,
en Copenhague con el Ministro de Estado para Asuntos Exteriores y
Cooperación de Guinea Ecuatorial, señor Oyono, a quien reiteró la
preocupación por la seguridad e integridad física de los señores Moto y
Elo, así como las repercusiones que se podrían derivar para el proceso de
democratización del país, insistiendo en que el Gobierno español esperaba
y consideraba necesario que el Presidente Obiang hiciese un gesto de
buena voluntad que permitiese que la tensión decreciera.

Esta semana se está trabajando en este asunto en Bruselas, en el grupo de
trabajo de Africa, dentro del mecanismo



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de la política exterior y de seguridad común, en el que nuestro
representante propondrá la adopción de una declaración común de los
Quince, así como medidas cautelares que afecten las relaciones entre la
Unión Europea con Guinea si no se encuentra una solución satisfactoria a
este problema.

En estos días se encuentran en Guinea dos Diputados de este Parlamento,
atendiendo una invitación del Presidente Obiang, para asistir como
observadores al Congreso y aprovechar esta ocasión para reforzar sobre el
terreno y de manera directa, las gestiones en favor de don Severo Moto,
visitarle en la prisión y mantener contactos con otros miembros de la
oposición. Ya han mantenido, según me consta por el Embajador, un
encuentro con el Presidente Obiang, que les ha asegurado que haría lo
posible para que pudieran entrevistarse con Severo Moto antes de su
regreso a España. En todos los encuentros se ha puesto de manifiesto que,
como consecuencia de este proceso, el Partido del Progreso de Guinea
Ecuatorial decidía no participar en las próximas elecciones municipales;
éstas difícilmente, entiendo, podrán ser legitimadas desde el punto de
vista internacional.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, el Gobierno español quiere
seguir colaborando con el Gobierno y con todas las fuerzas políticas de
Guinea para que el proceso democratizador no se interrumpa, por lo que se
espera que encontremos entre todos el camino que nos lleve a una solución
del problema. Yo creo que tenemos que mantener la esperanza y el Gobierno
confía en que las gestiones de nuestra Embajada y de otras instancias
internacionales de países amigos, reforzándose en estos días por
presiones de los grupos parlamentarios, tengan éxito, obteniendo una
revisión de la sentencia o que el Presidente Obiang haga uso de su
derecho de gracia en el momento en que la legislación se lo permita.

Acabo diciendo que Su Majestad el Rey mantuvo el pasado día 14 una
conversación telefónica con el Presidente Obiang, en la que hizo
hincapié, una vez más, en que la situación se resolviera y que el
Presidente Obiang hiciera uso de las facultades de gracia que se le
permite de acuerdo con la legislación de Guinea. Esto es lo que les puedo
decir que de los últimos acontecimientos desde el 28 de febrero, en que
tuve ocasión de comparecer ante SS. SS. para darles información sobre
este asunto.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Popular, que ha presentado la petición
de comparecencia, tiene la palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, es evidente que tendremos casi
que incluir el tema de Guinea Ecuatorial como uno de los puntos fijos de
la agenda de la Comisión de Asuntos Exteriores. Estoy seguro de que al
señor Ministro no le importa y a nosotros nos parece cada vez más
indispensable, dada la convulsa evolución de los acontecimientos.

Por nuestra parte, en lo que se refiere a estos últimos incidentes que
han desembocado en el encarcelamiento de los dos miembros del Partido del
Progreso en las condiciones que el señor Ministro ha descrito, nos
atenemos a la declaración institucional que hizo esta Comisión de Asuntos
Exteriores hace todavía pocos días, y querríamos, sobre todo, reiterar y
reforzar las peticiones que en esa declaración se hacían directamente al
Presidente de la República de Guinea Ecuatorial, para que eventualmente
ejerza sus prerrogativas de gracia y de clemencia frente a los señores
Moto y Elo, ampliables también a otros presos políticos, con
independencia de cuál sea su ideología o su partido político, que en este
momento se encuentran en estas condiciones.

Tengo que confesar, señor Ministro, que nosotros en este momento nos
encontramos sumidos en el pesimismo. Claro que mantenemos la esperanza y
seguiremos colaborando, sin ningún tipo de matizaciones o excusas, con el
Gobierno y con otras fuerzas políticas para conseguir la democratización
de Guinea Ecuatorial. Pero la evolución de los acontecimientos en estos
últimos días nos deja poco resquicio para la esperanza, no sólo por lo
que está ocurriendo con los señores Moto y Elo, sino porque las noticias
que se amontonan ante nuestros ojos son preocupantes. Por ejemplo, no sé
si esta Comisión es consciente de que en un día indeterminado de la
semana pasada don Manuel Bacá, Presidente del Consejo Geográfico del
Partido del Progreso en la provincia continental, murió tras ser
torturado de manera inhumana en la cárcel.

No sé si esta Comisión sabe que don Norberto Enculu, miembro del Partido
del Progreso, ha sido torturado también durante la semana pasada en la
cárcel. Deberíamos ser conscientes de que las últimas noticias que se
están produciendo con respecto a la evolución judicial de los casos de
los señores Moto y Elo no son precisamente esperanzadoras, porque se
habla de la presencia del capitán de corbeta, don Roberto Embá Dong,
especializado en otros juicios sumarísimos, siempre de infausta
recordación en el caso del Gobierno de Guinea Ecuatorial.

En el curso de los últimos días, aprovechando lo que creímos que era un
resquicio para la reconsideración de las relaciones incluso con el
Gobierno, estuvimos dispuestos --y así lo anunciamos-- a enviar una
delegación del Grupo Parlamentario Popular a Guinea Ecuatorial. Creo que
esta Comisión debería saber, aunque sea sucintamente, cuál fue el destino
de esa delegación. Yo personalmente comuniqué al Embajador de Guinea
Ecuatorial en Madrid que esa delegación se trasladaría a Guinea
Ecuatorial si se le garantizaba no sólo la asistencia al Congreso, que
estaba garantizada de por sí y, al fin y al cabo, uno de los motivos del
viaje era responder a la invitación que había sido dirigida al Presidente
del Partido Popular, el señor Aznar, para que enviáramos una delegación,
sino, además, que contara con la libertad sin restricciones de moverse
por el territorio de Guinea Ecuatorial y visitar a don Severo Moto y al
señor Elo en la cárcel. No se nos ofrecieron garantías de que lo último
fuera posible y entendimos y entendemos que en esas circunstancias la
presencia de representantes, Diputados, del Partido Popular en Guinea
Ecuatorial podría servir para una manipulación evidente del punto y hora
en que el Congreso se celebra en Bata, las comunicaciones entre Bata y
Malabo son harto difíciles, como todos sabemos, y



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podríamos ser, al final, instrumentados exclusivamente para la mayor
gloria del señor Obiang. No quiero con esto expresar ningún tipo de
crítica a la presencia de otros parlamentarios que seguramente no han
expresado ese tipo de condiciones y, consiguientemente, están un poco a
merced de las decisiones del Presidente de la República. Y digo más, si
esa presencia es útil, seremos los primeros en alegrarnos en la medida en
que, efectivamente, puedan constatar las condiciones en que están
detenidos los señores Moto, Elo y otros y, al mismo tiempo, hacer llegar
de una manera muy directa las manifestaciones clamorosas que se han
producido por parte de todos los grupos políticos en el sentido de pedir
gracia y clemencia y una reconsideración general de toda la situación.

Nuestra experiencia en este momento nos hace ser si no pesimistas, sí
claramente escépticos con respecto a la evolución de los acontecimientos
en Guinea Ecuatorial y sobre la disposición del Gobierno en este momento
para favorecer y permitir, no ya para fomentar, la evolución democrática
de Guinea Ecuatorial.

Nosotros --también lo anuncio-- vamos a seguir sistemáticamente pidiendo
la expedición de visados, sin ningún tipo de condición, para que un grupo
del Partido Popular pueda trasladarse a Guinea en la fecha en que se
pudiera producir este viaje, para realizar las tareas que no hemos podido
realizar.

De nuevo, señor Presidente, me dirijo a usted para decirle que creo que
en estas condiciones la presencia de una delegación no ya de este u otro
partido, sino de esta Comisión de Asuntos Exteriores en Guinea
Ecuatorial, con el peso que esa delegación podría y debería tener,
incluso con el peso que tendría la petición oficial por parte de la
Cámara del envío de esta delegación, es una cuestión no ya conveniente,
sino claramente urgente. De manera que, una vez más, y seguramente para
ello contaría, aun sin consultárselo, con el parecer del resto de los
grupos parlamentarios, me dirijo a usted para pedírselo, porque pienso
que estamos otra vez en el primer cuadrado del juego y tenemos que volver
a recuperar exactamente los pasos que deberían llevar a la reconciliación
nacional ecuatoguineana y, consiguientemente, a la existencia de un
mínimo de democracia y de prosperidad.

Quiero recordar --el señor Ministro seguramente lo recordará muy bien y,
además, nos parece enormemente plausible esa declaración común a 15 y ese
estudio de las sanciones correspondientes-- que, según nuestras cifras,
por lo que afecta a la cooperación internacional, a la cooperación para
el desarrollo de nuestro país, en el conjunto de la suma de las cifras de
vida en el concepto del Instituto del Crédito para el Desarrollo y CESCE,
Guinea Ecuatorial aparece con 3.782 millones de deuda vencida y con 3.546
millones de deuda por vencer. No hemos hecho un cálculo, pero seguramente
en términos de deuda vencida y por vencer per cápita sería el primer
deudor de España.

Somos perfectamente conscientes de la dificultad que entraña seguir
adelantando las medidas del Gobierno en el terreno de los recortes de la
cooperación internacional, porque la que se presta en estos momentos es
prácticamente en su totalidad humanitaria, sanitaria o educativa y
porque, al final, como en otros casos ocurre, el recorte adicional sería
claramente en perjuicio, no ya de tal o cual dirigente político, sino de
la misma población ecuatoguineana. Pero sí nos parece importante que en
ese conjunto de medidas que en el curso de los próximos días examine la
Unión Europea se tengan en cuenta estas cifras y otras para,
efectivamente, por las buenas o por las no tan buenas, por la razón o por
la imposición de determinadas acciones, se haga de nuevo recapacitar al
señor Obiang sobre la necesaria, imprescindible y urgente necesidad de
sentar las bases para la progresiva democratización ecuatoguineana. En
eso estamos todos comprometidos, seguiremos comprometidos, y naturalmente
seguiremos hablando del tema siempre que sea necesario.




El señor PRESIDENTE: Quiero decirle, señor Rupérez, como Presidente que,
efectivamente, tomo nota de la petición --que ya hizo usted en una
reunión anterior-- de que una delegación de esta Comisión viaje a Guinea
Ecuatorial.

La Mesa se reúne después de esta sesión a considerar esta petición, pero
me gustaría conocer la opinión de todos los grupos para poder tomar una
decisión que, efectivamente, cuente con el consenso de todos. En este
caso, someteremos la petición a la Mesa y desearía que la propia Mesa
tuviese un criterio uniforme sobre este asunto.

¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muy brevemente, señor Presidente.

Coalición Canaria viene siguiendo todos estos temas por una serie de
razones históricas y de relaciones comerciales desde la antigua colonia
de España de Guinea Ecuatorial y la estación intermedia que en las
comunicaciones marítimas y en las actuaciones comerciales y de servicios
representó el Archipiélago Canario.

Insertamos toda esta problemática, que en este caso concreto de la
comparecencia de hoy se refiere al proceso contra el líder
ecuatoguineano, señor Moto, presidente del Partido del Progreso, dentro
de las circunstancias genéricas y generales que afectan a lo que llamamos
el sistema político del régimen de Obiang y que afecta a Guinea
Ecuatorial, donde las virtudes democráticas brillan por su ausencia.

También lo insertamos dentro de lo que es un pragmatismo de relaciones
bilaterales entre el Gobierno de España y el Gobierno del señor Obiang.

Creemos que la postura del Gobierno español debe ser realizar unas
actuaciones, en primer lugar, genéricas en el marco de la defensa de los
valores democráticos. En segundo lugar, prestar apoyo a todo grupo
político ecuatoguineano que esté marginado por razones puramente
subjetivas, aleatorias y políticas de discrecionalidad del régimen del
señor Obiang. Esta cobertura debe ser prestada por todas aquellas
instituciones españolas, desde las gubernamentales y las diplomáticas
hasta las de otros medios de comunicación. Por ejemplo, el señor Ministro
ha dicho que una de las acusaciones formales, en el proceso jurídico



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que se ha seguido contra Severo Moto, la realizó Severo Moto en Radio
Exterior de España acusando, dicen, presuntamente o no, al señor Obiang
de narcotráfico. Me voy a fijar no en la anécdota de este simple hecho,
sino en el instrumento que para la política exterior española sobre
Guinea Ecuatorial representa el positivo método y medio de Radio Exterior
de España.

Lo que a estas alturas de los acontecimientos y desde el punto de vista
de los intereses lingüísticos, para el mantenimiento de un conocimiento
del español entre la población ecuatoguineana, no es muy plausible que el
horario de emisión de Radio Exterior de España sea de una hora al día,
entre cinco y seis de la tarde.

Auméntense, señor Ministro, esos horarios de emisión de cualquier tipo de
programa, de divulgación cultural, comercial, de noticias, técnica,
etcétera, a través del idioma español, así como de las entrevistas a
líderes políticos.

En este momento para Coalición Canaria existe la sospecha de que hay
presiones del Gobierno de Obiang sobre el Gobierno español para
determinadas limitaciones. Me gustaría que el señor Ministro aclarase
aquí o me desmintiese si existen presiones sobre instituciones españolas
para limitar la voz y la expresión de líderes disidentes de fuerzas
políticas de la oposición. Algunas incluso no han podido verse
representadas en partidos políticos legalizados por el régimen
ecuatoguineano porque han sido declaradas ilegales por el propio régimen
del señor Obiang, como todos aquellos que han intentado de alguna manera
agrupar en fuerzas políticas a la etnia bubi. Nosotros creemos que, por
ejemplo, en este momento sobre la población bubi de Guinea Ecuatorial se
está produciendo una auténtica discriminación política, a la cual España
tiene que prestar la voz de su denuncia y las instrumentaciones
diplomáticas, técnicas, económicas, etcétera, para hacer reconsiderar al
señor Obiang y a su régimen esta auténtica conculcación de derechos
políticos que deben estar plenamente amparados.

Nosotros tampoco quisiéramos que se sacralizara determinada persona,
partido, etcétera, por el mero hecho de que su base política esté
reconocida por el régimen del señor Obiang, sino que hay que presionar
para que todas las representaciones políticas democráticas tengan su
cauce.

Dicho esto, en la cuestión que nos ha expuesto el señor Presidente yo
quisiera también definir la postura de Coalición Canaria. Ya lo dije en
una anterior comparecencia; pedía que en el proceso electoral municipal
inmediato que se va a celebrar en Guinea haya una representación
parlamentaria española, sin perjuicio de que parlamentarios o
comisionados españoles asistan en el marco de Naciones Unidas o de la
Unión Europea. España está obligada a tener una delegación supervisora o
visitadora propia, con el nombre que se la quiera dar, como se ha hecho
en algún que otro proceso electoral de otros países.

En este caso, nosotros estamos a favor de que haya una representación en
Guinea de esta Comisión, del Parlamento español, de todas las fuerzas
políticas que están presentes en él, no sólo de una o de dos, sino que
cada una de nuestras formaciones pueda enviar el representante competente
y adecuado en esta delegación española, que nos parece una muestra
testimonial no solamente en los afectos, sino en nuestro compromiso de
que los procesos democráticos tengan allí la máxima transparencia y
firmeza.

Si en el propósito del Gobierno está el mantenimiento de esta línea,
Coalición Canaria estará de acuerdo con esta política.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: En primer lugar, respecto a la pregunta que
nos formulaba el señor Presidente, como nuestro Grupo Parlamentario no
está presente en la Mesa, quisiera manifestar nuestra conformidad de
entrada. Consideramos conveniente que haya una delegación de esta
Comisión que viaje a Guinea Ecuatorial, pero también nos gustaría conocer
--ahora quizá no es el momento-- si desde la perspectiva del Ministerio
de Asuntos Exteriores éste puede ser un viaje útil o, contrariamente,
puede perjudicar la posición que está manteniendo la diplomacia española
en ese país. Nos parece un elemento importante conocer la opinión del
Ministerio de Asuntos Exteriores respecto de la conveniencia de ese
viaje, aunque no pienso que sea imprescindible que nos lo manifieste el
señor Ministro en este momento.

En cuanto a la comparecencia --brevemente porque tuvimos hace muy poco la
ocasión de debatir en esta misma Comisión el problema de Guinea
Ecuatorial--, nosotros ya manifestamos en ese momento que nos sentíamos
pesimistas ante la evolución de los hechos en ese país, y, tal como se
desencadenan los acontecimientos, de momento no tenemos ningún elemento
para cambiar nuestra posición como quisiéramos.

Queremos hacer constar en este momento nuestra preocupación acerca de la
situación del líder del Partido del Progreso, Severo Moto, más todavía
cuando en el mes de enero el Fiscal General de Guinea Ecuatorial en su
informe al Jefe del Estado manifestaba que no había justicia en Guinea
Ecuatorial, y si a esa situación debía enfrentarse el propio líder del
Partido del Progreso, Severo Moto. Por eso mismo estamos seguros de que,
tras la condena, las actuaciones que se pueden haber realizado desde el
Ministerio de Asuntos Exteriores, así como desde otras cancillerías y
desde diversos foros internacionales, han sido importantes y eficaces
para evitar que la situación de Severo Moto pudiera degenerarse más de lo
que está. En este sentido, queremos manifestar nuestro total apoyo y
nuestra demanda al Ministerio de Asuntos Exteriores para que continúe
velando por la situación no sólo de Severo Moto sino de todas aquellas,
líderes o no líderes, personas, que mantienen una posición política
contraria a la predominante en Guinea Ecuatorial y que, por esa condición
de opositores, pudieran verse perjudicados por el Gobierno de Guinea
Ecuatorial. Pero que no se interprete como una minusvaloración del papel
de Severo Moto, porque si tiene algo en su haber que le honra
profundamente es haber abandonado España y haberse trasladado a Guinea
Ecuatorial para mantener su posición de oposición al Gobierno



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desde el interior del país, hecho que nuestro Grupo parlamentario valora
mucho.

Una última cuestión. Ha manifestado el portavoz del Partido Popular,
Grupo solicitante de la comparecencia, que el Partido del Progreso no va
a participar en las elecciones municipales. Yo quisiera recordar, como ha
hecho el señor Mardones, que el Partido del Progreso no es el único
partido político de Guinea Ecuatorial que no va a participar en las
elecciones municipales, pero así como en este caso puede existir una
decisión unilateral del Partido del Progreso, que debo decir que
desconocía, hay otros grupos políticos en Guinea Ecuatorial que, por la
propia ley electoral y por el hecho de no presentar candidatos o no estar
en disposición por su idiosincrasia territorial de presentar candidatos
en todas las circunscripciones que delimita la Constitución de este país,
quedan fuera de la legalidad, hecho que nos parece absolutamente
rechazable y que creemos que supone de entrada un obstáculo más al
proceso de democratización de ese país.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya tiene la palabra el señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Quiero empezar por agradecer al señor Ministro
las acciones que se han producido por parte de la diplomacia española
tras la aparición de la situación del señor Moto y el señor Elo. Yo creo
que estas dos personas están siendo un símbolo en este momento y habría
que condicionar la solución razonable y positiva de su proceso a la
credibilidad del propio proceso democrático que sigue Guinea, pero no
habría que olvidar, como se ha citado anteriormente, que no es sólo el
problema del señor Moto y del señor Elo, sino de muchos otros políticos y
de muchas otras posiciones políticas que se podrían mantener en Guinea y
que no pueden hacerlo en función de su exclusión de lo que es la
existencia permitida de partidos políticos.

A mí me parece --y a lo mejor es un problema de información por mi
parte-- que mi partido no ha sido invitado al Congreso del partido del
señor Obiang, y no pienso que sea por connivencia con la etnia bubi, sino
por otro tipo de condicionantes ideológicos, condicionantes ideológicos
que deberían ser tenidos en cuenta a la hora de aceptar o de valorar la
credibilidad de esa transición democrática en Guinea.

En cualquier caso yo creo que lo que España tiene que hacer es mantener
la presión diplomática que hasta ahora ha ejercido, mantenernos todos en
el marco de la declaración institucional que produjo esta Comisión hace
escasos días. Comparto la posición expresada por el señor Rupérez sobre
la conveniencia de enviar una delegación de esta Comisión para seguir de
cerca el proceso, con unas fechas lógicamente limitadas, para que el peso
del conjunto de la Comisión pueda ser coadyuvante, sinérgico, con la
acción de la diplomacia española mucho más que lo podrían ser, aunque no
excluyo esa posibilidad, las acciones individuales o colectivas, pero de
uno u otro partido. La representación de todos creo que sería mucho más
conveniente para la solución de este proceso.

Independientemente de que uno tenga más o menos esperanza en la
resolución correcta del problema y que confíe más o menos en que la
transición democrática se produzca en los términos en que debería
producirse sin las necesarias exclusiones que, a fin de cuentas, lo que
van a hacer, va a ser poner muy bajo el listón de la credibilidad de ese
proceso, esta Comisión, la acción diplomática española y el conjunto del
Estado español deben mantener la actitud de presión sobre el Gobierno del
señor Obiang. Se debe mantener la posibilidad de que haya una revisión de
la sentencia y si ésta no se produce a través de los mecanismos legales
mantener la presión sobre el señor Obiang a fin de que puedan acceder en
los casos de los señores Moto y Elo, a esas medidas de gracia y de
clemencia a las que les faculta posiblemente su propio ordenamiento
jurídico y nada más.

Ya he dado la posición de mi Grupo respecto a la conveniencia de hacer
una visita de una delegación de esta Comisión, no sólo para asistir al
proceso, sino además para entrevistarse con el señor Moto y con otros
presos políticos que, sin duda, existen en la República de Guinea.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo parlamentario Socialista tiene la
palabra el señor Cremades.




El señor CREMADES SENA: A nadie se le ocultan las turbulentas relaciones
que con altibajos ha habido entre España y Guinea, muchas veces
frustrantes, lo cual no debe hacernos perder la esperanza y el optimismo
de que se produzca una evolución positiva fruto de las gestiones que el
Gobierno español viene haciendo, no por este incidente concreto, por este
símbolo, como decía el portavoz de Izquierda Unida, sino a lo largo de
mucho tiempo.

Quiero recordar la frustración que todos experimentamos con las
elecciones legislativas de 1993, donde de la esperanza de que fuesen las
primeras elecciones democráticas y en libertad pasamos a que a la hora de
la verdad la credibilidad de ese proceso fue totalmente negativa. Esto no
nos puede llevar, en ningún caso, a tirar la toalla en la responsabilidad
y el compromiso que hemos de tener con un país de las características de
Guinea, con el que tenemos tantos intereses, de tipo cultural, histórico
y económico.

Los instrumentos con los que España cuenta --al tener ese tipo de
presiones del que tantas veces hemos hablado, a veces hemos estado todos
de acuerdo, otras, ha habido algunos grupos que, estando de acuerdo en lo
fundamental han discrepado en alguna medida de mayor o menor presión--,
con un país soberano, puede ser, en primer lugar, la cooperación
dimensionándola en lo que se refiere a disminución en cuanto a ayuda
directa al Gobierno. En algunos momentos, si ese proceso se va truncando,
sin olvidar, evidentemente, que Guinea es un país prioritario para
nosotros como área de cooperación; así lo hemos decidido en este Congreso
y así debe seguir siendo, porque no hay que olvidar que una cosa son las
presiones de ayuda que se puedan hacer en cooperación hacia el Gobierno y
otra cosa



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es la cuestión humanitaria en temas educativos y sanitarios, que debe
seguir recibiendo en todo caso el pueblo guineano.

España cuenta con otro instrumento que es la incidencia en los foros
internacionales, en definitiva en tres foros internacionales, como son
Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en
los temas de tipo financiero; la conferencia de los países donantes; y,
finalmente, la Unión Europea. Quiero recordar que los dos programas, el
programa político y el programa económico de cooperación, que también
tiene la Unión Europea, pueden ser otra vía de presión, no para resolver
ya el tema puntual de la situación de Severo Moto, sino para continuar en
la presión hacia ese proceso democrático que todos deseamos.

De todas formas, los compromisos que España tiene con Guinea, y que
debemos seguir manteniendo --creemos desde mi grupo que tenemos que ser
fuertes y seguir manteniéndolos--, consisten en prestar una asistencia lo
mejor posible al proceso democratizador en ese país, una cooperación
económica y social que, paralelamente a la apertura democrática, sea
capaz de poner las condiciones básicas para incrementar la solidez de la
sociedad civil para que sea capaz de llevar con éxito ese proceso
democrático y de intermediar en todos y cada uno de los foros
internacionales que yo he citado anteriormente. Estos tres objetivos creo
que siguen vigentes para España a fin de normalizar las relaciones
bilaterales, mejorar el clima de respeto de los derechos humanos, de las
libertades, no sólo de los partidos políticos que están reconocidos, sino
también de aquellos que desgraciadamente no lo están, como aquí se ha
dicho; en definitiva, creemos que ése tiene que seguir siendo el camino
que tenemos que utilizar, contestando a la pregunta que se hacía sobre
perspectivas y evolución de las relaciones bilaterales entre España y
Guinea.

La perspectiva de cooperación debe seguir incidiendo en ese camino. En
ese sentido, agradecemos la información que el Ministro nos ha dado de
las gestiones, creemos correctas, que se han hecho después del incidente
de los dirigentes del Partido del Progreso, y nos sumamos, evidentemente,
a la observación que han hecho otros grupos políticos de que podría ser
conveniente la presencia en Guinea de una delegación de esta Comisión,
desde luego siempre que las condiciones políticas fuesen suficientes para
la eficacia de nuestra presencia allí de cara a la consecución de los
objetivos que todos pretendemos. Animamos al Gobierno a seguir
presionando en esa dirección, en el sentido de repulsa porque se estén
transgrediendo derechos humanos y libertades en Guinea y esperamos que el
futuro, con mayor o menor optimismo, pueda hacernos tener la esperanza,
por lo menos, de que Guinea no esté entre el escaso número de países del
área subsahariana que, desgraciadamente, no se han sumado a los sistemas
de libertad y de democracia internacionalmente reconocidos.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Con la máxima
brevedad, puesto que tuve ocasión de debatir con SS. SS. hace menos de un
mes sobre estos temas que nos ocupan, he de decir que la posición del
Gobierno se mantiene constante, como no podía ser de otra manera, en los
mismos términos que venimos diciendo desde hace ya muchos meses y que
tengo ocasión de comentar con SS. SS. prácticamente en todas las
comparecencias.

La posición de SS. SS. en prácticamente todas las intervenciones tiene
cierto tono de pesimismo que yo comparto. Es decir, los acontecimientos
de los últimos días nos permiten abrigar esperanzas no crecientes en este
momento, sino más bien decrecientes, sobre el proceso. Nuestra
determinación tiene que ser ayudar, colaborar y cooperar para que el
proceso se realice de la mejor manera posible. Cuando hablo del proceso
hablo de todo el proceso de transición en Guinea Ecuatorial que en estos
momentos precisos está en una situación peor por lo que, a nuestro
juicio, es un tratamiento excesivo con los presos políticos, no solamente
con los que se han mencionado, sino, en general, con los que existen en
las distintas cárceles de Guinea.

Sobre la comisión parlamentaria no tengo nada que decir en este momento.

Si los señores diputados llegan a la conclusión de que es bueno, con sumo
gusto les ayudaríamos en todo lo posible para que su labor fuera útil.

Al Diputado señor Mardones le diré que Radio Exterior, como ya tuve
ocasión de decir en la última comparecencia, sigue siendo un instrumento
de cierta voz e ideas; ideas que compartimos todos nosotros --no podía
ser de otra manera--, ideas que comparte la sociedad española en relación
con Guinea de manera clara.

Al señor Recoder le diría, respecto a la comisión, que estamos abiertos a
hablar con los diputados que decidan o con la Presidencia, sobre el
momento más idóneo y sobre la oportunidad en cada ocasión. También quiero
decirle que, por nuestra parte, habrá todo el apoyo que se pueda dar,
tanto desde los servicios centrales, como desde la embajada, en caso de
que la decisión sea tomada por los señores diputados. Algo de pesimismo,
como ya he dicho, sí tenemos y lo compartimos con S. S. Estoy de acuerdo
con S. S. que tenemos que preocuparnos por la situación de todos los
presos.

Al Diputado señor Vázquez quiero agradecerle sus palabras y decirle
prácticamente lo mismo que he dicho a los demás. No hay ninguna
diferencia fundamental entre los planteamientos de unos y de otros. Lo
mismo le digo al Diputado señor Cremades, a quien agradezco su
intervención.

Como tendremos ocasión de seguir debatiendo sobre estos asuntos con
cierta periodicidad, no me voy a remontar al origen de todas y cada una
de las intervenciones. Creo que no tiene sentido y por la eficacia de
nuestras propias comparecencias, basta con decir las novedades e
intercambiar las posiciones novedosas que se hayan podido producir, desde
el punto y hora que todos tenemos una filosofía que, en términos
generales, compartimos y que estamos tratando de llevar a la práctica
conjuntamente. (El señor Rupérez Rubio pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez.




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El señor RUPEREZ RUBIO: Quiero hacer una pequeñísima precisión.




El señor PRESIDENTE: Muy breve, por favor.




El señor RUPEREZ RUBIO: Dice el representante del Grupo Catalán que yo he
dado por cierto que el Partido del Progreso no iba a concurrir a las
elecciones. No he sido yo el que lo ha dicho; creo que ha sido el señor
Ministro el que ha afirmado esa posibilidad. Todavía no está decidido y a
mí no me consta fehacientemente; pero añade algunas consideraciones sobre
otros partidos que no podrían concurrir a las elecciones.

Quiero decirle al respecto, y es importante decirlo en esta ocasión, que
por nuestra parte, como me imagino que por parte de todos los grupos
parlamentarios, haremos todo lo posible para que la concurrencia
electoral en el momento que se produzca sea libérrima y, además,
plenamente igualitaria. Nuestro grupo político tendrá la máxima
reticencia hacia formaciones políticas que propongan la secesión de
Guinea Ecuatorial. Si algún otro grupo político quiere participar en ese
tipo de apoyo que lo haga. A nosotros nos parecería gravemente
irresponsable que así fuera.




--DAR CUENTA DE LAS GESTIONES EFECTUADAS POR DICHO MINISTERIO RESPECTO DE
LA OPERACION PARA LA PUESTA A DISPOSICION JUDICIAL DE DON LUIS ROLDAN. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL IZQUIERDA UNIDA-INICIATIVA PER
CATALUNYA. (Número de expediente 213/000553.)



--INFORMAR DEL MOMENTO Y DE LAS MANERAS EN QUE EL CITADO MINISTERIO TUVO
NOTICIA DE LAS ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL EXTERIOR DE ESPAÑA POR EL
MINISTERIO DE JUSTICIA E INTERIOR TENDENTES A LA PUESTA A DISPOSICION DE
LA JUSTICIA DEL PROFUGO DON LUIS ROLDAN, ASI COMO DE LOS SERVICIOS QUE
DEL MINISTERIO DE JUSTICIA E INTERIOR RECABO EL MINISTERIO DE ASUNTOS
EXTERIORES EN ESE CONTEXTO, Y DE CUALQUIER OTRO TIPO DE INFORMACION QUE
PUEDA RESULTAR RELEVANTE PARA EL CONOCIMIENTO DE LA ACTIVIDAD DEL
MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES EN ESTE CASO. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000561.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos a la última comparecencia solicitada. Como
he mencionado en el momento inicial de esta sesión, vamos a subsumir en
un solo turno dos peticiones de comparecencia: una la realizada por el
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, para que
el señor Ministro dé cuenta de las gestiones efectuadas por el Ministerio
de Asuntos Exteriores respecto de la operación para la puesta a
disposición judicial de don Luis Roldán; y la solicitada por el Grupo
Popular, para que informe del momento y de las maneras en que el
Ministerio tuvo noticia de las actividades realizadas en el exterior de
España por el Ministerio de Justicia e Interior tendentes a la puesta a
disposición de la justicia del prófugo don Luis Roldán, así como de los
servicios que del Ministerio de Justicia e Interior recabó el Ministerio
de Asuntos Exteriores en ese contexto, y de cualquier otro tipo de
información que pueda resultar relevante para el conocimiento de la
actividad del Ministerio de Asuntos Exteriores en este caso.

Vamos a tratar estas dos comparecencias en un solo turno. (El señor
Martínez Martínez, don Miguel Angel, pide la palabra.)
Señor Martínez.




El señor MARTINEZ MARTINEZ (don Miguel Angel): Quería preguntar a la
Presidencia si tiene alguna previsión en cuanto al tiempo, o nos vamos a
las cinco de la tarde, porque ya se ha producido esto en varias
ocasiones. ¿Tenemos alguna previsión del tiempo dentro del orden del día?
Lo digo para poder cumplir el resto del programa de actividad que tenemos
en el día de hoy. Este es un tema muy importante en el que nos
encontramos a las dos menos cuarto de la tarde.

¿Hay alguna previsión de seguir por la tarde, o continuar hasta las cinco
en hilo directo? ¿Qué previsión tiene la Mesa al respecto?
Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: La previsión, señor Martínez, es continuar la sesión
de manera ininterrumpida hasta que terminemos. Por consiguiente, no se
trata de hacer aquí una pausa y continuar por la tarde, sino de acabar el
orden del día, porque además el señor ministro tiene que salir con cierta
urgencia para un viaje a Turquía y no podemos de ninguna manera
interrumpir la sesión. Vamos a concluir cuando concluyamos; no hay más
previsión que ésta.

De todas maneras, sí pediría a los grupos que intenten mantenerse dentro
de los límites razonables de tiempo. Como ustedes han visto ya en el
curso de esta sesión, he procurado ser flexible, pero creo que estamos en
un momento muy tardío, estamos todos un poco fatigados, y es un tema de
extrema importancia, sin duda alguna. Por consiguiente, creo que la
concisión no es incompatible con el rigor y rogaría a todos que fueran lo
más concisos posible para que podamos terminar la sesión habiendo
aclarado las cuestiones que se tengan que aclarar, naturalmente sin que
eso signifique coartar la libertad de ningún grupo, pero dentro de un
horario razonable.

Sin más, pasamos a la sustanciación de las dos comparecencias.

Si los grupos solicitantes de la comparecencia no desean intervenir, el
señor ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Trataré en
una única intervención las



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solicitudes de comparecencia de los dos grupos parlamentarios, al
entender que el objeto de las mismas básicamente es el mismo. Voy a
contestar con la máxima precisión a las formulaciones presentadas por los
dos grupos parlamentarios, y diré lo siguiente.

El día 23 de febrero, jueves, la Secretaria de Estado de Interior pidió a
los servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores (les recuerdo que en
esos momentos yo me encontraba en Méjico) se le proporcionase el nombre
del Ministro del Interior de Laos y sus números de teléfono, con objeto
de tratar directamente un asunto relacionado con temas de su competencia.

Horas después, el mismo día 23 de febrero, la Secretaria de Estado de
Interior informó que no habían podido comunicar telefónicamente con el
número que se le había proporcionado del Ministerio del Interior de Laos,
por lo que nuestro Embajador en Bangkok, tras hacer unas gestiones,
transmite otros números de teléfono de dicho ministerio, información que
le da la propia Embajada de Laos en Bangkok y que traslada inmediatamente
a la Secretaria de Estado de Interior.

El día 24 de febrero, viernes, constatando que hay dificultades de
comunicación directa entre la Secretaría de Estado y el Ministerio del
Interior, nuestra Embajada en Bangkok insiste ante la Embajada de Laos en
dicha ciudad para que dé algún otro número de teléfono. La Embajada de
Laos le indica que los temas de narcotráfico eran competencia del
Viceministro de Asuntos Exteriores, le da su teléfono y se conviene una
hora para que se produjera una comunicación el día 27, lunes. A partir
del día 27 de febrero los contactos ya no fueron con la Secretaría de
Estado de Interior, sino con la Secretaría de Estado de Justicia.

El jueves, 2 de marzo, la Dirección General de Codificación y Cooperación
Jurídica Internacional remitió a la Dirección General de Asuntos
Consulares una serie de documentos que habían sido entregados a la
policía española en el momento de la detención del ex Director de la
Guardia Civil y cuya autenticidad se deseaba verificar con las
autoridades laosianas. Dichos documentos fueron enviados por valija
conducida a nuestra Embajada en Bangkok, el mismo día 2.

El día 6 de marzo, lunes, el Embajador de España en Laos, con residencia
en Bangkok, presenta una nota verbal en el Ministerio de Asuntos
Exteriores de Laos solicitando la comprobación de la autenticidad de los
documentos a que acabo de hacer referencia. El mismo día 6 el Ministerio
de Asuntos Exteriores de Laos, el Director General de Asuntos Consulares,
comunicó oralmente al embajador lo siguiente; primero, los documentos no
eran auténticos; segundo, el señor Roldán no había obtenido ningún visado
laosiano y no constaba su estancia en aquel país; tercero, las
autoridades de Laos iniciarían una investigación para tratar de averiguar
el origen de la falsificación.

El mismo día 7, como saben SS. SS., el Gobierno de Laos hizo público un
comunicado, primero en castellano y después en francés, que SS. SS.

conocen y, por tanto, no vuelvo a dar lectura del mismo. Hasta este
momento el Ministerio de Asuntos Exteriores de Laos no ha contestado por
escrito a la nota verbal de la Embajada española, del día 6 de marzo.

Esta es la información que puedo comunicar a SS. SS. con la máxima
precisión.




El señor PRESIDENTE: Los grupos solicitantes de la comparecencia, y en el
mismo orden por el que fueron presentadas, tienen la palabra.

En primer lugar, el representante del Grupo Izquierda Unida.




El señor VAZQUEZ ROMERO: La señora Aguilar sustituye en este trámite al
señor Anguita.




El señor PRESIDENTE: Señor Vázquez, tenía que haberlo comunicado al
empezar el turno.

Tiene la palabra la señora Aguilar.




La señora AGUILAR RIVERO: Subsanado el error reglamentario, el Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya ha
presentado esta solicitud de comparecencia del Ministro de Asuntos
Exteriores en esta comisión parlamentaria porque entendemos hay que
aclarar, por obligación política y ética, todas las circunstancias que
han rodeado la llegada del señor Roldán a España. En este sentido lo
hemos manifestado y no nos importa reiterarlo; valoramos en su justa
medida que Roldán esté hoy en la cárcel, que era obligación del Gobierno
español capturarlo, pero nos parece imprescindible que en el foro
adecuado, que es precisamente este Parlamento, se responda a
interrogantes fundamentales que han surgido como consecuencia de las
oscuras circunstancias que han rodeado a la operación Roldán que ha
montado el Gobierno, de la cual es directamente responsable, y a la que
parece no ser ajeno el Ministro de Asuntos Exteriores.

En ese sentido, señor ministro, hemos de manifestarle que tenemos una
constatación y es que el señor Belloch, que conforma el Gobierno con
usted, ocultó datos en su primera comparecencia ante los medios de
comunicación. Creo que está perfectamente demostrado y sobradamente
comprobado que faltó a la verdad a la hora de informar al conjunto de los
ciudadanos. Acaso eso se produjo por la prisa que tenía el propio señor
Belloch --permítaseme esta expresión-- de ponerse el sólo y
exclusivamente la medalla que podía suponer la captura de Roldán.

Además de esa constatación, tenemos también una comprobación, y es que el
señor Belloch se burló del Parlamento en su comparecencia ante la
Comisión de Justicia e Interior, porque en lugar de aclarar, informar y
explicar todo cuanto sabía en torno a la operación Roldán (que si él
hubiera optado por esto posiblemente hubiera evitado la solicitud por
parte de nuestro grupo parlamentario de su comparecencia en este
Parlamento), como digo, no optó por eso, sino por no informar de nada,
por descalificar, incluso por insultar a los propios grupos
parlamentarios que conformamos la Cámara.

Además de la constatación y de la comprobación, tenemos un deseo, desde
el punto de vista político, y es que en lo que respecta a esta
comparecencia y a su ministerio en



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relación al asunto Roldán, usted nos pueda responder, nos pueda informar
y nos pueda aclarar una serie de puntos que afectan al área de su plena
competencia, porque hay que plasmar y constatar también una realidad, y
es que, políticamente, usted ha salido mal parado en toda esta operación
que ha montado el señor Belloch. No sabemos si ha sido evitado o
puenteado por el propio biministro Belloch y el Presidente del Gobierno,
que, al parecer, era pleno conocedor de toda la operación, y queremos que
nos responda a algunas preguntas que nos parecen fundamentales para
empezar a dar luz a esta situación que sigue postrada en la opacidad y en
la oscuridad.

En este sentido, nosotros quisiéramos saber, señor Ministro, si usted
conocía la existencia de los contactos que el señor Belloch estaba
teniendo con autoridades de Laos, si aprobaba estos contactos y los
compartía en función de todo un diseño de la operación. Si conocía o no
toda la operación que había montada para conseguir encarcelar al señor
Roldán. Si en ese sentido la intervención de la Embajada española en
Bangkok fue con su conocimiento, con su aquiescencia y participación o
usted simplemente no conocía esta situación hasta una vez ocurrida la
misma y ha sido precisamente el señor Belloch el que ha conducido todos
los aspectos de la operación, incluidos los que afectaban a su propio
Ministerio. Hay que decir algo que nos parece también fundamental y es
que nos parece que en un momento determinado usted hizo una comparecencia
ante los medios de comunicación, y negó la mayor, se puede decir; usted
dijo que no conocía prácticamente nada de la operación y en aquel momento
incluso hizo referencia a algunas circunstancias que habían concurrido en
la captura de algún terrorista a nivel internacional tiempos atrás que a
nosotros nos pareció tremendamente desafortunada por el paralelismo que
en aquel entonces se podía establecer entre los dos casos; pero lo
importante, lo relevante políticamente, desde nuestro punto de vista, es
que usted, como se suele decir, negó la mayor, es decir, negó conocer
algo en relación a la operación. Después de haber negado usted esto se ha
demostrado que la Embajada española en Bangkok había intervenido en toda
esta operación que se había montado en torno al señor Roldán.

Desearíamos nos aclarara --y no de soslayo como ha pasado en su primera
intervención-- qué ha ocurrido con el fax que desde la embajada se envió
el día 24 de febrero de 1995. Digo que lo ha tocado de soslayo porque ha
hecho referencia muy de pasada al tema del narcotráfico y no sabemos si
es que el señor Ministro con esa intervención que acaba de hacer en
relación al fax que acabo de mencionar, de 24 de febrero, quiere traer
aquí a colación que el tema del narcotráfico era algo que afectaba a la
propia operación Roldán, tenía relación directa con la misma, o es que
quiere introducir el tema del narcotráfico exclusivamente referido a la
responsabilidad que ostenta el Viceministro de Asuntos Exteriores
laosiano y en ese sentido es simplemente un dato que no tiene mayor
importancia. No sabemos por qué usted ha querido introducir el tema del
narcotráfico en su intervención así en ese contexto y nos gustaría, en
todo caso, nos aclarara qué es lo que ha querido decir. ¿Ha querido decir
que la señora Robles quería hablar con el Viceministro de Asuntos
Exteriores de Laos temas del narcotráfico y que no tenían nada que ver
con la operación Roldán? ¿Ha querido darle esa salida a ese fax que
curiosamente se produjo en el contexto y en la fecha en que se estaba
montando toda la operación Roldán? ¿Ha querido decir que la operación
Roldán tiene también que ver algo con los temas de narcotráfico?
Explíquenoslo porque nos parece que poner una sombra más, una duda más a
toda la opacidad que tiene la operación Roldán es ciertamente difícil de
comprender desde el punto de vista político.

En ese sentido, señor Ministro, nosotros sólo pretendemos una cosa, es
nuestra obligación como oposición después de toda la chapuza que se ha
montado en el tema Roldán y es que nos diga usted en esta comparecencia
todo lo que sabe que contribuya con una actitud política positiva a
esclarecer todas esas sombras, todas esas dudas, toda esa tremenda
oscuridad que rodea la operación Roldán; que contribuya, lógicamente, y
haga un favor con esa actitud política a nuestra propia democracia.

Nosotros creemos que en esa primera intervención con el relato de datos
que usted nos ha dado no contribuye, ni mucho menos, a esclarecer, sino
que se hace cómplice de la ocultación de datos en relación a toda la
operación Roldán y, sobre todo, no nos responde políticamente cuál ha
sido su intervención, cuál ha sido su grado de conocimiento, cuál ha sido
la intervención de la Embajada española en Bangkok, cuál ha sido la
intervención del Embajador Spottorno cuando aparece en los medios de
comunicación agradeciendo a las autoridades laosianas su comportamiento
con el Gobierno español. Hay una cuestión que preocupa profundamente al
Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, y es
que, desde nuestro punto de vista, la imagen de España, en esta
operación, tal como se ha llevado, ha salido muy mal parada, ha salido
dañada en el ámbito internacional. Ha llegado un momento en el que nadie
entendía nada; incluso ha habido en ese contexto internacional algunas
manifestaciones públicas de diplomáticos en las que dejaban...




El señor PRESIDENTE: Señora Aguilar, vaya terminando, por favor.




La señora AGUILAR RIVERO: Voy concluyendo, señor Presidente.

Decía que ha habido manifestaciones que dejaban muy en evidencia la
actuación del Gobierno español. Incluso decían públicamente que no
entendían cómo el Gobierno español había podido «creerse» --y permítame,
entre comillas este creerse-- la actuación de la policía laosiana
poniendo a disposición en la zona de tránsito del aeropuerto de Bangkok
al señor Roldán. No entendían cómo se había realizado esa operación
trazada por el propio Gobierno español con el Gobierno laosiano.

En ese sentido, nosotros, señor Solana, esperamos que responda en lo que
es de su competencia (lo que es de competencia de otras esferas del
Gobierno, como es el caso del señor Belloch, ya vimos que no tenía
voluntad política de hacerlo); pero sí nos gustaría que nos aclarara cuál



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ha sido la intervención de su Ministerio y cuál era el grado de
conocimiento que tenía usted, señor Ministro, de toda la operación,
absolutamente de toda la operación, si conocía o no conocía. Si no
conocía, cuándo lo ha sabido, cuándo lo ha conocido, cómo ha sido su
intervención, en qué medida el Embajador español en Bangkok ha estado
implicado en toda la operación. Porque el señor Belloch, en su
comparecencia --concluyo con esto, señor Presidente-- dijo algo que a
nosotros nos ha preocupado mucho, y es que el riesgo político que él
corría en toda la operación era el de que los documentos fuesen
verdaderos. Esto encierra una afirmación de tremenda gravedad, desde
nuestro punto de vista, y nosotros queremos saber si en la esfera de su
Ministerio, que después ha tenido que actuar con esos documentos para
validarlos, también se temía lo mismo o se conocía perfectamente que
fuesen falsos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Con sumo
gusto contesto a la Diputada señora Aguilar, y le diré que las cosas,
desde la perspectiva de quien está hablando en este momento, son mucho
más simples que la mente tortuosa de S. S.

Vuelvo a decir lo que he dicho. El jueves 23 de febrero, estando yo fuera
de España --estaba en Méjico-- la Secretaria de Estado de Interior pidió
que se le proporcionase el nombre del Ministro del Interior de Laos y sus
números de teléfono, con objeto de tratar directamente un asunto
relacionados con temas de su competencia.

Señoría, ¿en su sano juicio podría entrar que la Secretaria de Estado de
Interior, persona responsable, llamara a los servicios del Ministerio de
Asuntos Exteriores para decirles: déme usted el teléfono del Ministro de
Interior de Laos, el nombre y su número de teléfono, porque voy a detener
a Roldán? ¿Le cabe a usted en la cabeza semejante irresponsabilidad por
parte de la Secretaria de Estado de Interior? No. Por tanto, la
Secretaria de Estado de Interior, que no tenía por qué dar más
explicaciones a los servicios del Ministerio, dijo lo que tenía que decir
y lo que tenía que hacer. El servicio exterior de España, en toda su
extensión, se pone al servicio del Ministerio del Interior, como ha hecho
siempre, como ha hecho a lo largo de estos meses en múltiples ocasiones,
sin preguntar más de lo que tiene que preguntar, de la misma manera que
el Ministerio del Interior no me pregunta a mí cuando no tienen que saber
o yo no quiero decir alguna cosa que está realizando el Ministerio de
Asuntos Exteriores. Por tanto, ése es el primer contacto que el
Ministerio de Asuntos Exteriores tiene y lo tiene el propio Subsecretario
por una llamada de la Secretaria de Estado de Interior.

Horas después, como le he dicho, nuestro embajador, al ver que no se
podía poner en comunicación --la Secretaria de Estado lo dice-- pide a la
Embajada de Laos, en Bangkok que dé más teléfonos de los que se habían
dado, porque no se podía comunicar, y dan dos teléfonos más.

El viernes día 24, el Embajador, inteligentemente, por solicitud del
propio Subsecretario, con quien había vuelto a hablar la Secretaria de
Estado de Interior, le dice que busque si hay alguien que tenga otra
relación con otros teléfonos; se pone en contacto el responsable de los
servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores en temas de narcotráfico y
se dan los teléfonos correspondientes, que se pasan a la Secretaria de
Estado de Interior, conviniéndose una cita telefónica para el lunes, día
27, porque la Secretaria de Estado estaba fuera de Madrid en ese momento.

Eso es todo. No hay más cosas. El fax que S. S. conoce, que es público,
es el fax que manda --tengo aquí el original-- el Embajador de España,
diciendo las gestiones que ha hecho, los números de teléfono y las horas
en que se puede llamar de acuerdo con el cambio horario. No hay más
cosas.

Regreso de Méjico el sábado por la mañana, quiero recordar, y no hay más
contactos hasta que el jueves, 2 de marzo, se nos solicita que se abra el
proceso de validación. Cuando el Ministro Belloch dice que se va a poner
en marcha el proceso de convalidación o validación de los documentos,
lógicamente todo el servicio exterior se pone al servicio de ese
objetivo, objetivo que también había solicitado alguno de los grupos
parlamentarios para que, en ningún caso, en ninguna instancia judicial,
posteriormente se pudiera poner en cuestión si los documentos eran a), b)
o c), sin haber tenido el proceso de validación del Gobierno de Laos. Eso
es lo que se hace. Tengo que decir que, con gran eficacia, don Carlos
Spottorno, Embajador de España en Bangkok, también con representación en
Laos, ha cumplido las obligaciones que yo le he mandado, que eran
fundamentalmente la validación de los documentos y lo ha hecho con gran
sentido común, con gran generosidad, realizando lo que tiene que hacer un
buen servidor público. En este momento tengo que decir públicamente que
don Carlos Spottorno ha realizado una labor espléndida en las poquísimas
horas que ha tenido que ver con este tema; lo ha hecho con gran eficacia
y con gran discreción, que creo es algo que también se debe pedir al
servicio diplomático español.

Esto es lo que le puedo decir. No tengo más información que darle. La
información, a partir de ese momento, la conoce S. S. porque es pública,
después de las comparecencias del Ministro de Justicia e Interior en
varios foros, no en esta Comisión, pero sí en la de Justicia e Interior.

No hay más. Todo lo demás, señoría, es pura invención. El servicio
exterior de España en este caso concreto lo que ha hecho es esto, con
fechas y horas, como les he dicho.

No tengo más que añadir.




El señor PRESIDENTE: La señora Aguilar tiene la palabra. Brevemente.




La señora AGUILAR RIVERO: Voy a intervenir con absoluta brevedad, señor
Presidente.

En primer lugar, cabe deducir de las palabras del señor ministro que él
estaba fuera, que no se ha enterado de nada, que cuando volvió de Méjico
tuvo la primera noticia en torno a la operación Roldán.

Tengo que decir, señor ministro, porque parece que yo tengo más
información que usted, que la operación se estaba gestando muchísimo
antes de que usted se marchara a



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Méjico. Diga que como miembro del Gobierno no se había enterado de esta
operación que llevaba a cabo el señor Belloch y de la cual había
informado al menos al señor González, al señor Serra y al señor
Rubalcaba. Resulta sorprendente que no le hubiera informado a usted,
señor ministro, cuando el señor Belloch era perfectamente consciente de
que el ámbito de su ministerio tenía que intervenir tarde o temprano en
la operación que él estaba gestando.

En segundo lugar, no me diga que tengo mente tortuosa. Son ustedes los
que han puesto la interrogante en la operación Roldán. Nosotros,
cumpliendo nuestra obligación para con la sociedad, queremos aclarar y
despejar esta interrogante y esta oscuridad que ustedes han puesto. No la
hemos puesto nosotros; la operación la han diseñado ustedes, la han
pactado ustedes, la han realizado ustedes y la han conformado ustedes.

Por tanto, explíquenla. Es lo único que le estamos pidiendo. Es curioso
que cuando se piden explicaciones, automáticamente se devuelve una
descalificación, cuando no se quiere responder a temas que nos parecen
fundamentales.

En tercer lugar, señor Ministro, ¿cabe en su sano juicio que el señor
Belloch estuviese intercambiando fax con alguien de Laos, no se sabe muy
bien a estas alturas quién, pensando que era alguien del Gobierno de
Laos, sin comprobarlo? ¿Cabe esto en su sano juicio? ¿Usted como ministro
se pondría en contacto con las autoridades de Laos o de cualquier país
del mundo sin saber realmente a quién le está enviando un fax o con quién
está hablando? ¿Verdad que no cabe en el sano juicio de ninguna persona
normal que un ministro de Gobierno, en este caso del Gobierno español,
esté teniendo relación con las autoridades de un Gobierno, sea de
cualquier parte del mundo, insisto, sin saber realmente si con quien está
hablando es con el ministro o con una persona que no se sabe tan siquiera
cuál es su identidad? Esto sí que no cabe en el sano juicio de nadie. Por
eso queremos despejarlo. ¿A quién se le mandaron los fax desde el
Ministerio de Justicia e Interior? No se sabe o no se quiere decir. Usted
convendrá conmigo en que esto no cabe en el sano juicio de nadie.

Lo único que pretendíamos --y con esto concluyo; se lo he dicho en mi
intervención-- era poner luz donde ustedes han puesto sombra, oscuridad y
opacidad. Ya vemos que la opción del Gobierno, desde el Presidente hasta
el último ministro, es no aclarar absolutamente nada de lo que ha habido
detrás de la operación Roldán. ¿Y sabe qué es lo lamentable de todo esto?
Que pudiéndolo aclarar en el Parlamento, siendo el foro adecuado el
Parlamento, revitalizando de esta manera las instituciones y, a partir
del debate, dando la información a los ciudadanos, al final nos
acabaremos enterando, como siempre, por los medios de comunicación y
luego incluso criticarán esos medios.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: El señor ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Contesto
brevemente, también, a la intervención de la diputada señora Aguilar.

Lógicamente, no entro en valorar sus capacidades mentales más que
metafóricamente; como bien sabe S. S., no seré yo quien me meta en
vericuetos que no me corresponden. Estamos en una Comisión que quizá S.

S. conoce poco, es una Comisión donde las cosas se tratan con serenidad y
buen sentido. Quizá su presencia en esta Comisión con más periodicidad a
lo mejor fuera una buena práctica pedagógica para todos, para nosotros y
para S. S. Sí le quiero decir que ésta es una operación policial donde el
servicio exterior de España sólo tiene que hacer lo que tiene que hacer y
lo que tiene que hacer es lo que acabo de decir. Desde el día 23 de
febrero hasta el día 7, lunes, éstos son los pasos que el servicio
exterior de España ha dado.

Sus valoraciones sobre lo que los miembros del Gobierno deban saber o no
saber me parecen muy legítimas y no me importa nada que sus afirmaciones
sean las que han sido. Yo le puedo decir que he cumplido con mi
obligación, como ha cumplido el Ministro del Interior y como han cumplido
las Secretarias de Estado de Interior y Justicia. Desde luego, por mi
parte, nada más tengo que decir, salvo las precisiones que he dicho en
las horas y en los momentos. Creo honestamente que la Secretaria de
Estado de Interior actúa prudentemente y con sensatez cuando se pone al
habla con el Ministerio de Asuntos Exteriores para solicitar contacto.

Los números que están contenidos en todos los telefax son los números que
proporciona al servicio exterior la propia Embajada de Laos en Bangkok.

Esto es lo que le puedo decir y no hay nada más, señoría. Todo lo demás
ya forma parte de otra cosa que no son los hechos. Estos son los hechos
tal y como yo los puedo relatar porque son los que conozco.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra
el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, antes que ninguna otra cosa
déjeme le diga que me produce cierta sorpresa. Debe ser usted el primer
Ministro de Asuntos Exteriores, en mi conocimiento, que presume de no
saber cosas; y eso me preocupa. Me preocupa porque no es que todos los
ministros tengan que saber todo de todo, pero precisamente, el sentido de
su comparecencia, tal como nosotros la entendemos y la hemos pedido, es
demostrar las razones extraordinariamente anómalas que han hecho que
usted y su departamento no sepan nada de nada y lo grave que eso ha sido
para el funcionamiento, no únicamente de su ministerio, sino de toda la
Administración pública española. Roldán no es un cualquiera; Roldán,
posiblemente, tenga el mérito, mérito extraño y negativo, de ser el más
ilustre prófugo que hemos tenido en memoria histórica. Un prófugo con
unas cualificaciones harto especiales que, desde el primer momento, en su
cualidad de prófugo, tendrían que haber interesado a la Administración
exterior del Estado.

El señor Roldán había sido durante siete años Director de la Guardia
Civil con varios Gobiernos socialistas y si nos fiamos --yo me fío y
nuestro grupo se fía de los datos que ha arrojado la comisión de
investigación que se produjo



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en torno a su persona-- el señor Roldán había acumulado un patrimonio
inmobiliario de 900 millones de pesetas a los cuales había que sumar los
200 de su esposa; había procedido sistemáticamente, desde 1991, a otorgar
a dedo todas las obras que se realizaban desde la Guardia Civil; 40.000
millones de pesetas en 309 proyectos; los constructores que le habían
construido dos chalets habían llevado 1.100 millones de pesetas en
comisiones. Entre 1992 y 1993 el prófugo Roldán había participado en el
tráfico de armas con Angola, aparte de ostentar varias identidades
falsas; había situado 2.000 millones de pesetas en bancos suizos, había
movido 4.000 millones de pesetas en el curso de los últimos años y sólo
entre agosto y septiembre de 1990 había percibido, como comisiones
ilegales, 2.600 millones de pesetas.

Se le acusa de delitos tales como malversación de caudales públicos,
cohecho, prevaricación, fraude, exacciones ilegales, delitos contra la
Hacienda pública y falsificación de documentos.

Este es el prófugo, es decir, técnicamente, un delincuente que se escapa
de la justicia española, sale hacia el exterior y recorre, durante diez
meses, una serie de países de lo que dirían los castizos: la parte del
extranjero. La parte del extranjero le corresponde a usted, señor
ministro, y le corresponde al Ministerio de Asuntos Exteriores; no me
diga que no, porque le corresponde.

Lo primero que hay que preguntarse y es también el sentido de nuestra
petición de comparecencia, es qué gestiones realizó el Ministerio de
Asuntos Exteriores, desde el mismo momento de escape del prófugo, para
obtener información, cooperación en torno al mismo prófugo. Es decir, no
se trata de saber exacta o únicamente qué ha pasado en el momento final
de la historia --desgraciada por demás-- sino también de saber cuál ha
sido la participación del Ministro español de Asuntos Exteriores en el
seguimiento, la información y la cooperación para conseguir la captura
del prófugo, y sabe usted perfectamente, señor ministro, que por razones
sustanciales o por razones abjetivas a usted le corresponde. No vaya a
ser que nos encontremos con que en los 10 meses transcurridos el
Ministerio de Asuntos Exteriores no haya cursado ni un telegrama, por
circular o anónimo que fuere, alertando de la fuga del prófugo; no vaya a
ser que nuestros diplomáticos no hayan tenido absolutamente ningún
conocimiento de otros servicios del Estado, policiales o de seguridad,
algunos a las órdenes del embajador (estamos hablando de jefes de misión
algunos de los cuales tienen a su servicio y bajo su responsabilidad y
autoridad organismos dependientes de la Seguridad del Estado); no vaya a
ser que esos jefes de misión nunca hubieran tenido ningún tipo de
información de la existencia de un prófugo, de la categoría del prófugo
ni de las actividades realizadas para la búsqueda del prófugo. Usted nos
responderá. Nos da la impresión de que no; nos da la impresión de que el
Ministerio de Asuntos Exteriores ha sido conspicuamente mantenido al
margen de toda esta historia, desde el momento en que se produce.

Nos podemos preguntar, ¿es que era imprescindible la información al
Ministerio de Asuntos Exteriores de lo que estaba ocurriendo, antes,
durante y en el momento final? Usted dirá que no; nosotros decimos
claramente que sí, y decir que sí no es simplemente una manifestación de
algún diplomático que se irrita porque está desinformado, o incluso de un
probo funcionario que le gustaría saber para quién está trabajando o qué
tipo de cosa está haciendo; no es siquiera el prurito --por lo demás
justificado-- de saber para qué sirven los instrumentos de la
Administración exterior del Estado que pagamos entre todos los españoles
y que están precisamente destinados a este tipo de funciones, dedicarse
hacia lo exterior, sino saber si el Ministerio de Asuntos Exteriores
tenía algo que ver o debía haber tenido algo que ver con todo el proceso
de recuperación eventual del prófugo, en términos legales, en términos
jurídicos y en términos diplomáticos.

A mí me parece que es gravemente lesivo para el funcionamiento de la
democracia justificar la no información como ha hecho su colega el señor
Belloch, en el temor a supuestas filtraciones, en un país donde
--desgraciadamente, lo sabemos-- posiblemente no todas pero sí el 99 por
ciento de las filtraciones provienen, lamentablemente, o tienen su origen
en los aparatos de la Seguridad del Estado. Sin embargo, creo que ni
siquiera es por esas razones, señor ministro, por las cuales el
Ministerio de Asuntos Exteriores y usted mismo deberían haber estado
informados. Es que la extradición a la que sistemáticamente se ha
referido el biministro de Justicia e Interior exige también la
participación de los órganos del Ministerio de Asuntos Exteriores, y no
«a posteriori» sino antes de que se produzcan los acontecimientos.

No hace falta que le diga exactamente cuáles son los términos legales en
los que se produce la extradición, porque están en la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. No hace falta que le diga exactamente cuál es la
práctica seguida, en donde a un suplicatorio ordenado por un juez,
efectivamente y de manera inmediata, actúan los instrumentos de la
Administración exterior del Estado, es decir las embajadas, para tramitar
las peticiones correspondientes. Nada de eso se ha producido. Se han
producido una serie de acontecimientos confusos, «a posteriori», que nada
tenían que ver con lo que hubiera debido ser absoluta y necesaria
participación del Ministerio de Asuntos Exteriores para gestionar
cualesquiera que fueran los trámites necesarios para producir la
extradición del prófugo. Nada de eso se ha hecho, señor ministro. El
Ministerio de Asuntos Exteriores ha quedado sistemáticamente fuera no ya
de la información sino, simplemente, de la actuación que por ley y por
práctica política y administrativa es necesario que sea y se haga así.

Uno se puede preguntar si lo que se intentaba es una extradición en
aplicación del principio de reciprocidad o una extradición, que por
cierto no existe en nuestro ordenamiento, mal que le pese al biministro
de Justicia e Interior, cual es la extradición administrativa. En
cualquier caso, cabe preguntarse por qué se le ha mantenido
sistemáticamente al margen de cualquier tipo de información sabiendo que
las razones alegadas por el señor Belloch no son en absoluto atendibles y
sabiendo que se ha producido una clara violación de los principios
mínimos y básicos de actuación de la Administración del Estado y de la
Administración



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exterior del Estado. Las respuestas son bastante claras, señor ministro.

El señor Belloch no ha querido informarles por desconfianza a usted; a
usted mismo. En sus declaraciones, señor ministro, el día 2 de marzo,
justifica no haber sido informado por Belloch de lo que estaba haciendo
para detener a Roldán diciendo --dijo usted y le cito-- que no hay muchos
funcionarios en la embajada en Bangkok como para poder enviar uno a Laos;
al final lo tuvo que enviar. Pero ¿sabe usted cuántos funcionarios hay en
la Embajada española de Bangkok? En la lista diplomática figuran el
Embajador, dos diplomáticos, un agregado canciller y el consejero
comercial, todos ellos, también, acreditados en Laos.

En ese momento usted no habla de la desconfianza que el mismo Belloch
manifiesta cara al servicio exterior cuando dice que no ha realizado esa
información por temor a las filtraciones. En ese contexto en donde, digo
y repito, las filtraciones proceden fundamentalmente de los Servicios de
Seguridad del Estado, uno se pregunta, ¿a quién se refería el señor
Belloch cuando decía a quién se podía filtrar? ¿A usted quizá, señor
Solana, dada su rivalidad en el delfinato del Primer Ministro? ¿A la
prensa? Usted parece aceptar ese tipo de argumentación por parte de
Belloch. ¿Significa que usted tampoco se fía del servicio exterior? ¿Hará
usted algo al respecto para justificar esa desconfianza?
Usted también justificó la ignorancia del Gobierno sobre la falsedad de
los documentos por la diferencia horaria con el país asiático, cosa que
produce cierta perplejidad cuando no cierta sonrisa, porque ¿significa
eso que nuestras embajadas trabajan exclusivamente con el horario español
y no con el local? ¿No está disponible acaso el Ministerio de Asuntos
Exteriores durante las veinticuatro horas para cualquier tipo de
eventualidad que se pueda producir? ¿Sabe usted, señor ministro, o se le
ha olvidado que también hay diferencias horarias, aunque en el otro
sentido, con otras partes del mundo, por ejemplo, con los Estados Unidos
y que eso no parece impedir la actuación normal de nuestro servicio
exterior y diplomático? Si eso es así en el curso general de los
acontecimientos nos podemos preguntar --y usted se ha referido
exclusivamente a eso-- dónde aparece o reaparece el servicio exterior del
Estado. Efectivamente, el servicio exterior del Estado aparece en la
gestión final del Embajador Carlos Spottorno para intentar la validación
de los documentos en Laos con los resultados de todos conocidos y a los
cuales usted ha hecho suficiente referencia.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, por favor, vaya terminando.




El señor RUPEREZ RUBIO: Sí, señor Presidente.

Cierto es que se habían requerido los servicios de exteriores en dos
ocasiones anteriores y a una de ellas se ha referido el señor ministro.

Señor ministro, lo que pasó o lo que debió pasar es que ante una llamada,
por demás intempestiva desde el punto de vista de los asuntos a tratar
que no se conocían, por parte del Subsecretario de Asuntos Exteriores a
la Embajada de España en Bangkok solicitando los números de teléfono y
los nombres de los ministros o de las autoridades laosianas, seguramente
los funcionarios diplomáticos españoles debieron pensar que se trataba de
algún elemento relativo al narcotráfico, no porque lo supieran o porque
se lo dijeran, sino porque era una deducción lógica, porque lo evidente
es que en esa comunicación una vez más el biministro le mantiene a usted
en la más absoluta de las oscuridades sin contarle para qué sirve ese
tipo de información. Pero es que, además, en una situación que bordea
claramente el ridículo, el 28 de febrero, por la mañana, el viceministro
tailandés recibe al Embajador Spottorno quien, siguiendo esta vez
instrucciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, quiere agradecerle,
en nombre del Gobierno español, la colaboración tailandesa en la
detención del prófugo. El viceministro, amablemente, le responde que, por
supuesto, está encantado de colaborar con las autoridades españolas,
dadas las excelentes relaciones que existen entre los dos países y las
dos familias reinantes, y que Tailandia está dispuesta a seguir
haciéndolo, pero añade el viceministro, ante la sorpresa del embajador
español, no saber muy bien aquello que el Gobierno español le está
hablando y agradeciendo. De hecho, sólo posteriormente el mismo político
tailandés tuvo que recabar de sus propios servicios las informaciones
correspondientes.

Señor Ministro, si la historia de Roldán, incluyendo las peripecias de su
fuga, sumieron al país en la vergüenza, las circunstancias de su
detención, en gran parte todavía desconocidas, nos han sumergido en el
ridículo. Dijo González una vez aquello tan famoso de que se puede morir
de éxito; se le olvidó añadir que también se puede morir de ridículo.

Carlos Spottorno, el Embajador de España en Tailandia y Laos, ha
encarnado, con estoica y patética dignidad, la representación del papelón
que ustedes han hecho jugar a España en toda esta peripecia. Entre otras
cosas, ha contemplado cómo los servicios diplomáticos habituales en un
país razonable han sido marginados, olvidados, despreciados, y sólo al
final requerirlos para pagar los platos rotos.

En una ocasión, el hoy Vicepresidente señor Serra, todavía Ministro de
Defensa, tuvo una cena con diplomáticos, en Bruselas, y al final de la
misma, en un tono un tanto de superioridad, dijo que no sabía para qué
servían los diplomáticos. Uno de los presentes le recordó: Los
diplomáticos sirven para recomponer los platos que ustedes rompen y,
además, hacerlo sigilosamente. Posiblemente, en ninguna otra ocasión se
ha producido una aplicación mejor de esa afortunada frase que en el caso
del Embajador Spottorno.

Señor ministro, usted ha presidido, con su habitual vacilación, la
marginación sistemática de los servicios exteriores con que cuenta el
Estado, que están bajo sus órdenes, en la realización de una maniobra tan
asombrosamente chapucera como desvergonzado ha resultado su inspirador,
el Ministro de Justicia e Interior. Usted es perfectamente consciente de
que, en los tiempos de descomposición en que ustedes están
definitivamente instalados, esa maniobra no tenía otra finalidad que
situarle a usted al margen de la operación que su rival en el Gobierno,
había concebido para exclusivo lustre personal.




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El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, vaya terminando, por favor.




El señor RUPEREZ RUBIO: Usted debe saber a estas alturas los daños que
tal proceder han producido en la imagen exterior de España, en la moral
de sus funcionarios públicos y en su propia reputación, señor ministro.

Me permitiría sugerirle, señor ministro, que usted tuviera la grandeza
política de ánimo que su colega el señor Belloch no ha tenido, quizá
porque nunca la tuvo, quizá porque la haya ya definitivamente perdido, y
ponga públicamente su cargo a disposición del Presidente del Gobierno, es
decir, que dimita.

No es usted responsable del desaguisado, es cierto, pero cuando un
responsable gubernamental, como usted, queda tan conspicuamente al margen
de decisiones de su competencia, la única manera de no tragarse el marrón
que Belloch le ha cocinado es pedir el propio relevo; al menos quedaría a
salvo su propia dignidad comprometida, como lo está irremediablemente la
de todo el Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, le he advertido en dos ocasiones que
estábamos al límite del tiempo y no ha hecho usted el más mínimo caso.

Comprenderá que, como Presidente, me siento un poco desautorizado. Sabe
usted que normalmente procuro no interrumpir, pero una cosa es no
interrumpir y otra es que se me ignore completamente cuando aviso.

Estamos en el Congreso de los Diputados, hay unas normas de juego y
permítame le diga que hay incluso unas normas de lenguaje. A mí no me
importa el lenguaje que usted utilice, pero lamento que se refiera a un
tal González, que me imagino debe ser el señor Presidente del Gobierno o
por lo menos un diputado. Por consiguiente, creo sería necesario que
también en estas cosas cuidásemos las formas, señor Rupérez.

Señor ministro, tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Agradezco
mucho al diputado señor Rupérez que nos haya leído la intervención del
señor Alvarez-Cascos. Esperaba un poco más de su altura intelectual y de
su sentido común, pero veo que desde hace algún tiempo, desgraciadamente,
no nos encontramos en esa situación.

Siempre le he tratado con una gran corrección, señoría, y pretendo seguir
tratándole así por el respeto que me produce S. S.; pero es verdad que
cuando se deja usted llevar por no sé qué pasiones no sé si habla el
señor Alvarez-Cascos, el diplomático señor Rupérez o habla el político
señor Rupérez, porque usted también romperá platos como el político, ¿o
no? ¿Usted no rompe platos como político? ¿Está contestando como político
o como diplomático? No esperaba esa intervención de S. S., pero de
sorpresas vive uno y va construyendo su propia ideografía de sorpresas.

Le tendré que decir, primero, que yo sí presumo a veces de no saber
cuando no tengo que saber. Su señoría presume siempre porque cree que
sabe, cuando no sabe; yo presumo de no saber cuando no sé, y no miento y
digo que sé lo que no sé. Por tanto, en algo S. S. y yo nos
diferenciamos. Su propia intervención es una muestra de pretender saber
lo que no sabe y de tratar de no reconocer lo que no sabe, teniendo que
reconocerlo. Yo reconozco lo que no sé y presumo de no saber lo que no
sé, como responsable de la política exterior de España. Así lo he hecho y
lo tendré que seguir haciendo, porque eso es lo que tengo que hacer en
defensa de los intereses de mi país.

Segunda cuestión: le diré que, sin ninguna duda, todos los jefes de las
misiones diplomáticas de España en el exterior han estado informados de
lo que tenían que saber para realizar las gestiones que tenían que
realizar desde el inicio de todas las operaciones. ¿Cree que los jefes de
la diplomacia española son tan cortos de vuelo como algunas veces parece
ser S. S., que ha sido jefe de misión? Los jefes de misión de España son
personas serias, responsables en su mayoría, que están perfectamente
informados y actúan, lógicamente, como deben actuar, de acuerdo con su
buena fe. Por tanto, todos han trabajado durante muchos meses, con muchas
horas de trabajo, que yo creo deberíamos agradecer. Y no están
desmoralizados, señoría; algunos están desmoralizados a veces cuando
escuchan hablar a SS. SS. Yo no creo que se pueda decir que el servicio
exterior de España está desmoralizado.

Hemos tenido hoy una sesión larga, señor Rupérez; desde las nueve y media
de la mañana estamos trabajando, señoría, todos aquí, tratando de poner
de manifiesto lo que está haciendo el servicio exterior de España. ¡Pero
si hace una hora estaban todos ustedes echándole elogios al servicio
exterior de España! Hace una hora escasa; hace hora y media, lo
contrario. ¿Pero cómo pueden estar ahora diciendo lo que están diciendo?
Por tanto, yo creo que eso, señoría, no es producto nada más que de la
demagogia de una intervención que S. S., con mucho tiempo de retraso
sobre el horario previsto (porque llevamos ya mucho tiempo de retraso
sobre el horario previsto), ha tenido que poner de manifiesto.

¿Trabajan las embajadas veinticuatro horas? Señoría, es que da un poco de
vergüenza tenérselo que decir a S. S. ¡Si llevamos hablando de todo el
tema de Canadá y hemos visto cómo se han trabajado horas, noches, sin
desmayo! ¿Cómo puede decir S. S. que las embajadas de España no trabajan
veinticuatro horas? Trabajan veinticuatro horas y cuarenta y ocho, cuando
tienen que trabajar. Por tanto, señoría, no diga esas cosas, porque me
parece que no son procedentes. Su señoría sabe muy bien, lo sabe mejor
que la mayoría de los que están sentados en esta Cámara, que hay muchas
extradiciones (o expulsiones) en las que nada tiene que ver el servicio
exterior de España, ¡nada!; y usted lo sabe mejor que nadie en esta casa;
mejor que nadie en esta sala. ¿O tendríamos que preguntarnos, señoría,
cómo se han producido algunas liberaciones de presos etarras, por
ejemplo? ¿Es que estaba el servicio exterior de España trabajando ahí, se
hacía por los servicios especiales y por la policía, o se hacía a través
de los embajadores? Usted lo sabe muy bien, señoría. ¿Pero cómo se llama
usted andana en estos momentos, a la edad que S. S. tiene (Risas.), con
la experiencia política que S. S. tiene, y decir semejante tontería?
¡Hombre, por Dios, señoría, haga usted el favor



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de tener un poco respeto por la historia y un poco respeto por las cosas
que han pasado, que pasan y que pasarán! Digo más, señoría: don Carlos
Spottorno, Embajador de España en Bangkok, sabía, por boca del
Subsecretario, que la solicitud de la Secretaría de Estado era para un
tema de narcotráfico, porque así fue como se produjo. Y me parece además
de una gran sensatez, por parte de la Secretaría de Estado (vuelvo a
insistir), que no dijera que estaba solicitando el teléfono del Ministro
del Interior porque iban a detener a Roldán. Eso se le ocurriría, quizá,
a alguna persona irresponsable; ni a usted mismo se le ocurriría hacer
eso. Por tanto, lo lógico es que se hagan las cosas de esta manera para
no descubrir lo que no se puede descubrir.

Hay algo que me resulta interesante tener que decirlo. Su señoría dice
que podrían tener miedo a filtraciones. Yo no tengo miedo a ninguna
filtración, porque lo que hago, normalmente, puede ser conocido por todo
el mundo; pero no le extrañará a usted que haya una filtración; que el
tema del narcotráfico está en una filtración. Por tanto, lo que la
Secretaria de Estado dice al subsecretario, y el subsecretario dice al
embajador, y al embajador correspondía hacer la gestión que tuvo que
hacer, es un telegrama interno y está en un periódico. Con eso no quiero
decir nada. Lo que quiero decir es que cosas de éstas pasan, y S. S.

puede decir que son los servicios secretos, etcétera --puede decirlo--,
pero en este caso creo que no es así el tema que nos ocupa.

Por tanto, señoría, el servicio exterior de España, del que S. S. forma
parte --no en este momento que está excedencia-- y que está al servicio
del Gobierno, actúa, ha actuado y actuará con el sentido que siempre lo
ha hecho, ayer, hoy y mañana. Afortunadamente, tenemos un magnífico
servicio exterior de España que funciona bien, que ha funcionado muy bien
en esta ocasión para aquello que el Estado ha demandado que operara; para
otras cosas, no. Lo que se le ha pedido que hiciera lo ha hecho, y lo ha
hecho muy bien, y otras cosas no tenía que hacerlas porque no
correspondería hacerlas al servicio exterior, y eso lo sabe S. S.

perfectamente bien.

Poco más tengo que decir. Les he relatado cronológicamente todas las
cosas que han pasado desde el día en que por primera vez el Ministerio de
Justicia e Interior se pone en contacto con el Ministerio de Asuntos
Exteriores; todo lo que ha pasado desde ese momento no se lo he dicho en
minutos y segundos, pero lo tengo cronológicamente expresado en minutos y
segundos si S. S. lo quiere, pero creo que no aporta ninguna luz más al
problema, y esto es lo que yo creo que tendríamos que intentar. Decía
esta mañana que buscamos la solución o buscamos el problema, y yo estoy
tratando de buscar con SS. SS., honestamente, la solución a sus
preocupaciones y a sus dudas. Lo que no puedo hacer es buscar la solución
a las dudas que SS. SS. tienen de otras cosas o que quieren traer aquí,
pero no en el sentido de esta comparecencia. Le diré, por tanto, que el
servicio exterior de España no ha hecho el ridículo y que el prestigio de
España no ha caído en absoluto. Su señoría lo sabe y lo sabe muy bien,
porque tiene buenos amigos por ahí que se lo pueden decir; si no se lo
digo yo. Por tanto, una vez más quiero romper una lanza no por quien
arregla los platos rotos, que no es así, sino por los representantes del
servicio exterior de España que han trabajado bien en aquello que se les
ha solicitado, lo han hecho bien, y lo han hecho como lo tenían que
hacer, en aquello que les correspondía hacer, no en aquello que no les
correspondía hacer.

Por lo que se refiere a las otras cosas que ha dicho S. S., no voy a
entrar en ellas porque me parece que la confianza o la desconfianza es
algo que, como seguramente en sus pagos existe, tratan ustedes de
generalizarlo en otros pagos. En los míos no existe esa desconfianza y,
por tanto, no tengo por qué justificar nada de esas cosas. Esto es lo que
le puedo decir con el máximo afecto y con el máximo respeto hacia su
persona, no siempre hacia las ideas que desde su cabeza surgen.




El señor PRESIDENTE: El señor Rupérez tiene la palabra.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Ministro, usted tiene cierta facilidad para
descomponerse en estos últimos tiempos, eso no ayuda, en absoluto, ni a
su figura ni a su papel ni al papel del Ministerio de Asuntos Exteriores
de España. Y usted en la descomposición, posiblemente individual y
compartida con una descomposición general, lo que tiende a hacer es
confundir los planes de manera --no voy a calificarlo siguiendo su
ejemplo-- poco acorde con la verdad política y con las necesidades
objetivas del momento. Usted se cree que cualquier tipo de evaluación
sobre su competencia o incompetencia --más bien la última-- tiene que ser
respondida con alusiones personales. Yo voy a escaparme sistemáticamente
de ese tipo de planteamiento, pero sí le voy a decir una cosa.

Necesitamos precisiones de las cosas que han pasado, y ustedes
sistemáticamente las evaden. Necesitamos informaciones sobre las cosas
que han pasado, y ustedes no las dan. No sólo no las dan sino que,
además, siguen un comportamiento en esta Cámara (no voy a decir que el
suyo sea afortunadamente todavía comparable al que el otro día pudimos
observar del biministro en esta misma Cámara y en esta misma sala) que es
profundamente --y lo digo con lamento-- antidemocrático; antidemocrático
porque es la negación de la información que la Cámara exige, es la
negación de las consecuencias de sus propias acciones y,
consiguientemente, es la tergiversación continua de los hechos. Aquí
nadie ha hablado del servicio exterior. Aquí he hablado de usted y del
ministerio que usted dirige como responsable político. No he hablado de
otras responsabilidades más que de las suyas, y las suyas, señor
Ministro, en este caso han quedado profundamente alteradas. Y no lo digo
por razones personales que me pueden afectar más o menos, sino porque
creemos que lo que se ha demostrado en el caso de la fuga del prófugo
Roldán, y su todavía incierta recuperación, demuestra hasta qué punto
este Gobierno es incapaz de estar a las alturas de los compromisos
democráticos que, según la Constitución, debería haber contraído. No
compare situaciones ni haga referencias al pasado ni a otras
circunstancias porque, suponiendo que otras situaciones hubieran sido
irregulares, la irregularidad de ésta no se justifica con otras
irregularidades. Ese es su



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pecado, ése es su tremendo democrático pecado, señor Ministro.

Con respecto a usted, señor Presidente, nunca he faltado al respeto que
me merece la Presidencia y tampoco he hablado de un tal González.

Seguramente el oído le ha debido traicionar. He hablado simplemente de
González, lo cual es una manera perfectamente lógica de referirse al
apellido que ostenta el señor Presidente del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, no tengo ningún interés en polemizar
con usted, pero ésta es una Comisión que creo que tiene un determinado
clima y en la que las formas para mí son muy importantes, lo digo con
toda sinceridad. Si quiere usted, será un aspecto protocolario, pero es
algo más que eso. Ese es mi único punto de inquietud. En cuanto a lo que
cada uno quiera decir o cómo quiera decirlo, naturalmente es libre de
hacerlo y ahí yo no intervengo ni debo intervenir, pero sí en las formas.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Voy a
contestar brevemente alguna de las afirmaciones del señor Rupérez como
responsable, representante o portavoz del Grupo Popular. No tengo por
costumbre descomponerme mucho, me parece a mí. No sé si S. S. entiende
que me descompongo mucho la figura, pero ni soy torero ni me importa nada
descomponerme. Creo que mantengo un tono parlamentario correcto, por lo
menos así me lo han reconocido todos, incluida S. S. hasta este momento.

No creo que haya roto hoy ninguna norma de comportamiento.

Cuando he contestado a su anterior intervención, que se lo ha tomado de
una manera quizás demasiado personal, no era ésta la vez que le estaba
hablando en términos personales. Hablé muy directamente a su persona el
día 28, pero no hoy. Hoy lo que he estado intentando transmitir a S. S.

es que sabe bien, pero no por ser quien es don Javier Rupérez, sino
porque ha sido miembro importante en una larga etapa, y lo sigue siendo,
de un partido político, que hay muchísimas entregas de personas que
tienen delitos en España y fuera de España que se producen sin ningún
contacto con el servicio exterior --lo sabe muy bien--, y no son sólo de
ayer, sino que son de ayer, de hoy, de mañana y de muchos momentos y van
a seguir siendo así, como ocurre en Francia, en Alemania y en todos los
sitios, y a nadie se le ocurre hacer algunas de las afirmaciones dichas
por un experto diplomático, como es S. S., porque sería un absurdo.

Hay un libro --voy a ver si me acuerdo esta tarde y se lo mando antes de
irme a Turquía-- donde están muy bien contadas, por un historiador y
profesor de Derecho internacional, todas las extradiciones que han tenido
lugar en los últimos diez u once años en circunstancias que no se
ajustaban a lo que era la tónica general; son muchas. España no aparece
más que en el caso de los etarras y no aparece más. Francia aparece en
cuatro o cinco páginas y Alemania en siete. Señoría, en muchas, en
muchísimas no tiene nada que ver o no tiene una implicación directa el
servicio exterior de España. Esta es una de ellas. Es un tema
especialmente complejo --usted lo ha dicho al principio-- por la
personalidad del prófugo y por la implicación que tienen los servicios de
seguridad, porque, no nos engañemos, ha sido el jefe de uno de los
servicios de seguridad del Estado. Por tanto, no busquemos en esta
componente, la que nos ocupa esta mañana, que es el papel del servicio
exterior, más de tres pies al gato. Le vuelvo a decir que todo lo que el
servicio exterior ha hecho se lo he descrito con toda precisión y
milimétricamente, se lo puedo decir con horas y segundos porque tengo
pedido un diario de los minutos y segundos en que se produjeron todas las
conversaciones. Por tanto, desde ese punto de vista búsquelo, si quiere,
de otra manera, pero no ahí, porque ahí no hay mucho más que buscar.

Por consiguiente, asumo mis responsabilidades, las asumo totalmente, como
las he asumido siempre, y lo que no puedo aceptar es que S. S. me diga
que me comporto antidemocráticamente. Creo que ya llevo muchos años a mi
espalda para que no se diga que me comporto antidemocráticamente.

Vuelvo a reiterar lo que les he dicho en la primera parte de mi
intervención. Esto es lo que es y nada más que lo que ha tenido el
servicio exterior de España, el cual ni se siente humillado ni
maltratado, sino que ha colaborado cuando ha tenido que colaborar desde
hace muchos meses, como lo ha hecho en otras ocasiones desde hace muchos
años, a intentar resolver un problema que todos deseábamos que se
resolviera, y entiendo que S. S. también: que el señor Roldán estuviera a
disposición de la justicia, y cada uno hemos puesto nuestro granito de
arena para que eso se consiguiera. Hoy, afortunadamente para todos, el
señor Roldán está a disposición de la justicia.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Rupérez.




El señor RUPEREZ RUBIO: Señor Presidente, si me lo permite diré que hay
una afirmación repetida por parte del señor Ministro que a mí me preocupa
muchísimo, y es el intento de justificación de la ilegalidad. Comprendo
que la vida tiene mucha riqueza y no toda la vida pasa necesariamente por
la legalidad, pero antes le han recordado algún tipo de referencia que
hizo a formas en donde los franceses habían conseguido la recuperaciónÉ



El señor PRESIDENTE: Señor Rupérez, por favor.




El señor RUPEREZ RUBIO: É y en este momento se vuelve a repetir
exactamente. Simplemente quiero dejar constanciaÉ



El señor PRESIDENTE: No, señor Rupérez. La regulación de las
comparecencias admite un segundo turno si el Presidente así lo decide.

Los demás grupos no han hecho uso de él y no voy a tener yo ahora que
hacer una excepción con usted, sobre todo cuando quedan todavía muchas
intervenciones. Entiendo perfectamente que usted quiera precisar esto,
pero vamos a dejarlo. En todo caso, no está usted en el uso de la
palabra.




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El señor RUPEREZ RUBIO: Simplemente quiero dejar constancia de la
preocupación --volveremos sobre ello-- por la forma que el Ministro de
Asuntos Exteriores y este Gobierno tienen de lanzarse por la pendiente
inclinada y peligrosísima de la justificación de la ilegalidad.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Señor
Presidente, señorías, no creo que en ningún momento haya defendido yo, ni
hoy ni ayer ni anteayer, ni lo pretendo hacer mañana, la ilegalidad. Si
su señoría entiende que lo he hecho, me imagino que su señoría entiende
mal.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean hacer uso de la palabra? (Pausa.)
Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señor
Carrera.




El señor CARRERA I COMES: Comprobará cómo en esta parte final voy a
intentar recuperar tiempo, porque mi intervención va a ser telegráfica,
quizá porque en el fondo la cuestión ya no dé más de sí. Por tanto,
gracias, señor Ministro, por su información sobre un tema sin duda de
actualidad, constante, variable, polémico, aunque también muy
reiterativo. Hablar del señor Roldán en algunas de sus vertientes tengo
que reconocer que al menos a mí me produce un cierto cansancio.

Nada que objetar a las iniciativas de los grupos que hoy han pedido su
comparecencia, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y Popular, pero
de verdad los hechos no sé si son los que son, pero están donde deben
estar. Desde el trabajo de la Comisión Roldán, de la que formé parte, la
fuga, los meses de incertidumbre y el regreso hay un cúmulo de hechos,
contrahechos, declaraciones, rumores, sospechas, incongruencias y
realidades que desbordan, señor Ministro, cualquier supuesto. También hay
que reconocer que las declaraciones y afirmaciones iniciales del Ministro
Belloch no han ayudado tampoco a aclarar todo el cúmulo de noticias
posteriores. En mi opinión, el tema está debatido, hablado y valorado,
sin duda de distintas formas, y está en otra vía. De todas formas,
repito, ninguna objeción a pedirle todo tipo de explicaciones, señor
Ministro, sobre el conocimiento y la actuación de su Ministerio en la
puesta a disposición judicial del señor Roldán. He tomado nota de la
información facilitada, concretamente sobre el calendario, llamadas y
contactos. Mi conclusión, por tanto, es que ninguna nueva aportación ha
habido, ni de argumentos reiterativos ni de preguntas hechas una y otra
vez, ni en las respuestas ya conocidas. Por tanto, continuamos
quedándonos con lo importante, también conocido, asumido y manifestado
por todos, que es la puesta a disposición judicial de don Luis Roldán.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Gracias al
señor Carrera por su intervención. También estoy yo cansado, muy cansado
de todo esto.

Es muy difícil que se aporte por quien está hablando en este momento en
la representación que tiene en este momento. Otra cosa es que se me
preguntara a mí como dirigente de un partido político, pero estoy
hablando como Ministro de Asuntos Exteriores de España. Por tanto, estoy
diciendo lo que el servicio exterior, que ha obedecido las normas que yo
he dado, ha realizado. Por tanto, ni voy a hacer ni más ni menos
valoraciones. Tengo que atenerme a lo que SS. SS. me han preguntado y por
lo que estoy aquí. Estoy aquí para contarles, porque me lo han pedido,
todas las relaciones que ha tenido el Ministerio de Asuntos Exteriores, y
se las he dado con horas y días en que se produjeron. Es todo lo que les
puedo decir. Fuera de aquí podemos hablar de lo que SS. SS. quieran, pero
en este momento yo soy el Ministro de Asuntos Exteriores y estoy aquí
compareciendo por lo que me han pedido sus señorías.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista tiene la palabra el señor
Jover.




El señor JOVER PRESA: Muchas gracias, señor Ministro, por sus
explicaciones en esta comparecencia.

La verdad es que hace ya dos semanas que el señor Ministro de Justicia e
Interior compareció ante la Comisión correspondiente de esta Cámara para
informar sobre las circunstancias que concurrían en la detención y
posterior puesta a disposición judicial de don Luis Roldán. Entonces
tuvimos un debate en el que participaron todos los grupos parlamentarios,
un debate amplio, apasionado, diría yo, pero creo que suficiente. Por
tanto, señor Presidente, mi Grupo venía a esta comparecencia pensando
que, en función incluso de lo que se pedía en la misma, hoy aquí lo único
que teníamos que discutir era cuál había sido la intervención que el
Ministerio de Asuntos Exteriores había tenido en todos estos hechos.

Intervención que, como aquí ha quedado claro tras la comparecencia del
señor Ministro de Asuntos Exteriores, se limita básicamente a dos cosas.

Primero, a aportar una serie de datos que eran pedidos por parte de la
Secretaría de Estado de Interior, por un lado, y, por otro, ya en la fase
final, a verificar la autenticidad o falsedad de los documentos
supuestamente enviados por algunos ministerios del Gobierno de la
República Democrática Popular de Laos.

La verdad es que a mi Grupo, señor Presidente, no le sorprende que, una
vez más, aquí se traigan a colación cuestiones, hechos que ya han sido
discutidos y que, además, en ni modesta opinión, no son de la competencia
de esta Comisión. Aquí casi se ha hablado más del señor Ministro de
Justicia e Interior que de lo que corresponde a esta Comisión, lo cual me
parece muy bien, porque yo también soy miembro de la Comisión de Justicia
e Interior y, por tanto, me parece estupendo que aquí se hable de todas
esas cosas. Pero se vuelven a sacar a colación temas relacionados con
aquella comparecencia, se añaden las frases habituales sobre chapuza,
sobre si el Ministerio de Justicia e Interior fue engañado o no, sobre si
el engañado fue



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el señor Roldán, si fueron los dos o ninguno, y se añaden cosas nuevas a
las que después me referiré. Yo, señor Presidente, no voy a entrar en
esos temas, porque, repito, me parece que no son los que corresponden a
la comparecencia del día de hoy. Pero algo tendré que decir, porque no es
posible que algunas afirmaciones del estilo de «irregularidades» o
«ilegalidad» en la detención del señor Roldán queden sin respuesta. En
ese sentido, señor Presidente, que queden claras algunas cosas que todos
los ciudadanos saben con claridad meridiana, pero que parece que aquí hay
que repetir una vez más.

Primero, el señor Roldán, el tránsfugo más buscado de España, huido
durante 10 meses, ya está, finalmente, detenido y preso a disposición de
la justicia española. Eso lo ha hecho este Gobierno. Es algo tan claro
que no habría que repetirlo, pero parece que sí, que hace falta
repetirlo. Agradezco a la señora interviniente en nombre del Grupo de
Izquierda Unida que lo haya reconocido, añadiendo a continuación que era
obligación del Gobierno. Es verdad que era obligación del Gobierno, pero
algunos grupos durante 10 meses no se han cansado de decir que el
Gobierno esa obligación no la iba a cumplir.

Segundo, el señor Roldán ha sido detenido con absoluto respeto a la
legalidad interna y a la legalidad internacional. Que quede esto bien
claro. No voy a repetir aquí los argumentos que se dieron suficientemente
durante la comparecencia celebrada aquí mismo, en esta sala, del señor
Ministro de Justicia e Interior. Quedó suficientemente claro --y hoy día
nadie, hasta ahora, lo cuestionaba-- que esa detención fue totalmente
legal, tanto desde el punto de vista de la legalidad interna como desde
el punto de vista de la legalidad internacional. Sobre este segundo tema
sí que convendría que dijésemos algo, porque nos corresponde a nosotros
como miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores. Está claro que ni la
costumbre internacional ni los convenios prohíben, ni mucho menos, este
tipo de detenciones. Se hacen continuamente con plena legalidad y hay
sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, claramente conocidas
por todos, que han validado detenciones en las cuales incluso el detenido
había sido engañado, había sido puesto en un avión, engañándosele,
haciéndosele creer que ese avión iba a otro lado; ese avión había hecho
una escala técnica ficticia en el territorio que le reclamaba y se le
detiene, caso clarísimo que fue validado por parte del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos y de la Comisión Europea de Derechos Humanos.

No ha sido ésta una detención ilegal, ni mucho menos, aunque yo comprendo
que por parte de algunos Diputados haya ciertas exigencias al respecto.

Porque es verdad que, durante los últimos años, en las relaciones
internacionales se han producido detenciones de este tipo que podían ser
irregulares. No ha sido éste el caso que nos corresponde. Yo, que tengo
muchos más años que otros señores que han intervenido aquí, recuerdo, por
ejemplo, las condiciones en que fue puesto a disposición de la justicia
francesa el coronel Argoud, conocido miembro de la OAS, y aquello no fue
considerado como ilegal por la justicia francesa; o más recientemente,
cómo han sido puestos a disposición de determinadas justicias de países
próximos señores como el conocido terrorista Carlos o como Camarena, cuya
detención fue validada por la Corte Superior de Estados Unidos. Este no
ha sido nuestro caso. El Gobierno español eso no lo ha hecho, que quede
claro. Ha realizado una actividad perfectamente compatible con la
legalidad internacional. Finalmente, señor Presidente, el señor Roldán
será juzgado por todos y cada uno de los delitos de los que se le acusa,
por todos, y esto ha de quedar suficientemente claro.

Dicho esto, señor Presidente --voy acabando ya mi intervención para que
no me llame al orden; comprendo que la hora es muy avanzada--, voy a
referirme con más rapidez al tema que realmente nos debería ocupar hoy,
que es la intervención que ha tenido el Ministerio de Asuntos Exteriores
en todo este proceso. La verdad es que aquí hemos asistido a una
especulación absolutamente carente de sentido, que se ha organizado,
construido y creado con la finalidad de pedir la dimisión del señor
Ministro. Aquí parece que por parte del Grupo Popular hay una especie de
carrera de obstáculos para ver quién pide más dimisiones. Así, en la
Comisión de Justicia e Interior se pidió la dimisión del señor Ministro
de Justicia, como antes se había pedido la dimisión del anterior ministro
porque se escapó el señor Roldán, cuando se trae también se pide la
dimisión, y ahora no vamos a ser menos nosotros en esta Comisión. ¿Cómo
no vamos a pedir también la dimisión? Pues se pide también una dimisión.

No tiene ningún sentido esto. Es una cosa tan irreal que yo creo que no
vale la pena que nos dediquemos a hablar más de ello.

Se ha hablado de que el señor Ministro no se ha enterado, de que ha sido
puenteado, de que el servicio exterior ha sido mantenido al margen, de
que ha habido desconfianza en relación con el servicio exterior. Se ha
dicho que el servicio exterior ha sido marginado y que los instrumentos
de la administración exterior del Estado, que todos pagamos, están para
estos menesteres. Pues bien, yo no pienso así. Precisamente para eso es
para lo que no están; para estos menesteres es para lo que no está la
administración exterior del Estado. No está entre las competencias del
Ministerio de Asuntos Exteriores buscar prófugos, perseguirlos, conseguir
detenerlos y ponerlos a disposición de la justicia. Estas son actividades
que normalmente en todos los Estados se desarrollan a través de la
cooperación policial, de la cooperación judicial y pocas veces a través
del servicio exterior. Y en ese sentido sí que me gustaría, señor
Presidente, aclarar un tema que es de pura legalidad internacional pero
que ha quedado un poco en el aire. Aquí se ha hablado mucho de la
extradición. Se ha dicho que siempre en estos casos es absolutamente
imprescindible la actuación de los servicios de la administración
exterior, y esto no es verdad. Ya lo ha dicho el señor Ministro de
Asuntos Exteriores, pero yo quiero insistir en ello. No es cierto.

Incluso en los casos de una extradición realizada de acuerdo con la
normalidad, cuando hay convenio o tratado --que no es éste el caso-- la
extradición no requiere necesariamente la intervención de los servicios
exteriores de cada Estado, ni mucho menos. Hay convenios y tratados que
dicen lo contrario. Es más, yo diré una cosa porque parece que aquí no se
sabe. El convenio de extradición más



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importante de los firmados por España, que es el Convenio de Extradición
Europeo, precisamente lo que establece es la pauta contraria, que no
intervienen los Ministerios de Asuntos Exteriores, y esto es lo que quedó
claro con la reforma de ese convenio que se hizo por el II Protocolo
adicional, el año 1978, cuyo artículo 12.1 --señor Presidente, lo leo
textualmente-- dice: «La solicitud se formulará por escrito y se dirigirá
por el Ministerio de Justicia de la parte requirente al Ministerio de
Justicia de la parte requerida. Podrá convenirse otra vía mediante
acuerdo directo entre dos o más partes.» Eso es lo que se hace en la
mayoría de los casos. El convenio de extradición que tiene suscrito
España a este nivel afecta a 29 países europeos. O sea, que no es verdad,
no es cierto que necesariamente siempre tenga que actuar en estos casos
el servicio exterior. Yo diría que en los más importantes no actúa.

Por consiguiente, señor Ministro, mi Grupo se da por satisfecho
enteramente con la intervención que ha tenido el servicio exterior en
esta materia. yo quiero recordar, además, que en este caso --y ya lo han
reconocido todos-- no nos encontramos...




El señor PRESIDENTE: Señor Jover, vaya terminando.




El señor JOVER PRESA: Acabo, señor Presidente.

No nos encontramos ante una extradición ordinaria, normal, regulada
mediante convenio, como aquí se ha pretendido decir. No. Era un caso
realmente excepcional que exigía la máxima reserva, que hacía conveniente
la no utilización directa de la vía diplomática y que, por tanto,
requería una serie de cautelas que son las que se han tenido por parte
del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Con la máxima
brevedad, dada la hora, quiero dar las gracias al Diputado portavoz del
Grupo Parlamentario Socialista por su intervención y decir una vez más lo
que he tratado a lo largo de toda la mañana; de toda la mañana, no
solamente de esta última parte de la sesión. Les recuerdo que llevamos
aquí desde las nueve y media de la mañana.

yo asumo todas las responsabilidades, todas, de los actos que realizo,
como no podía ser de otra manera. Pero lo que sí me gustaría dejar bien
claro es que asumo también los errores que haya podido tener el servicio
exterior de España cuando son míos, porque en el tiempo que llevo como
Ministro de Asuntos Exteriores me he encontrado siempre con un servicio
exterior bueno, positivo, entregado a la defensa del Estado en todas las
ocasiones en que he tenido que tratarme con él de manera difícil en
algunos momentos; muy difíciles porque algunas de las cuestiones que
hemos tenido que tratar en estos años han sido complicadas. No tengo nada
más que decir que lo han hecho muy bien y que quiero agradecerles su
labor. Quiero que conste en el «Diario de Sesiones» que asumo todas las
responsabilidades, todas, y que me siento muy orgulloso de poderlas
asumir. Gracias.




El señor PRESIDENTE: Damos por concluido este punto del orden del día.




--DICTAMEN SOBRE ACUERDO DE COLABORACION Y COOPERACION POR EL QUE SE
ESTABLECE UNA COLABORACION ENTRE LAS COMUNIDADES EUROPEAS Y SUS ESTADOS
MIEMBROS, POR UNA PARTE, Y LA FEDERACION DE RUSIA, POR OTRA, HECHO EN
CORFU EL 24-6-94. (Número de expediente 110/000143.)



El señor PRESIDENTE: Entramos en el último punto del orden del día:
Dictamen sobre el acuerdo de colaboración y cooperación por el que se
establece una colaboración entre las Comunidades Europeas y sus Estados
miembros, por una parte, y la Federación de Rusia, hecho en Corfú el 24
de junio de 1994.




El señor DE PUIG I OLIVE: Señor Presidente, antes de comenzar esta sesión
habíamos comentado con el señor Ministro que aprovechando su presencia
aquí, y puesto que vamos a tratar en el siguiente punto del orden del día
la aprobación del acuerdo de colaboración y cooperación de la Unión
Europea con la Federación de Rusia, nos diera una mínima información
sobre su última reunión, acaecida hace muy pocos días, casi pocas horas,
con su presencia en Moscú con la troika, que tiene mucho que ver con lo
que vamos a aprobar. No sé si en el momento en el que nos encontramos es
pertinente, pero quizá una intervención, aunque sea de dos minutos,
podría darnos alguna información más para el turno que luego debemos
consumir en defensa de este acuerdo.




El señor PRESIDENTE: Si el señor Ministro está de acuerdo y nadie pone
objeción al respecto, podemos hacerlo así.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): Seré lo más
breve posible al dar la información última sobre la posición de la Unión
Europea en relación con este tema.

En la visita de la troika no hace mucho tiempo a Moscú, como saben SS.

SS., no se firmó el acuerdo interino de relación entre la Unión Europea y
la Federación Rusa, y no se firmó por razones relacionadas con la
situación en Chechenia. El fin de semana pasado, en la reunión de los
Ministros de Asuntos Exteriores, hemos vuelto a pasar revista al tema del
acuerdo interino y en el próximo Consejo de Asuntos Generales del mes de
abril --creo que el día 6-- volveremos a mirarlo, porque es nuestro deseo
mantener una relación lo más profunda posible con Rusia. Pero sí es
verdad que la situación de Chechenia impide que se dé el paso en este
momento.




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Cuatro son las sugerencias que se le han hecho al Gobierno de la
Federación Rusa para intentar resolver este problema. Primera, que se dé
la aceptación a una misión permanente de la Organización de Seguridad y
Cooperación en Europa en Chechenia; segunda, que haya un diálogo;
tercera, que haya un cese del fuego; y cuarta, que se permita la ayuda
humanitaria para que llegue a las localidades de Chechenia donde es
necesaria. Estos son los cuatro elementos a partir de los cuales se va a
ir construyendo la posición de la Unión Europea en las próximas semanas.

La posición del Gobierno de España es que cuanto antes se den las
circunstancias, antes se debería hacer la firma del acuerdo interino, de
la misma manera que somos partidarios de que en cuanto se den las
circunstancias también se dé un paso en el Consejo de Europa. Creemos que
es bueno no tener aislada a la Federación Rusa, o con sentimiento de
aislamiento, sino más bien con una relación lo más estrecha posible con
la Unión Europea.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro. En este momento queda usted
liberado de su tarea y puede retirarse si lo considera conveniente.




El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES (Solana Madariaga): No es que lo
considere conveniente, es que me tengo que ir a Turquía desde hace media
hora. (Risas.)



El señor PRESIDENTE: Esa es una forma de considerarlo conveniente.

¿Grupos que deseen hacer uso de la palabra? (Pausa.) Por el Grupo
Popular, tiene la palabra el señor Muñoz-Alonso.




El señor MUÑOZ-ALONSO LEDO: Tenemos encima de la mesa la concesión de
autorización del acuerdo de colaboración y cooperación entre la Unión
Europea y sus Estados miembros, por una parte, y la Federación rusa por
otra. Se trata del acuerdo que fue firmado en la Cumbre de Corfú en junio
del año pasado, en presencia de los jefes de estado y de gobierno de
todos los países miembros de la Unión, incluso estaban presentes los que
en ese momento eran candidatos y después se incorporaron, a partir del
día 1 de enero, a la Unión Europea, y estuvo presente el Presidente
Yeltsin. Quiero decir con esto, en primer lugar, que fue un acuerdo
firmado en condiciones de solemnidad y que fue saludado en su momento
como un elemento muy positivo para vincular a Rusia a la Europa de la
libertad y de la democracia, y, en segundo lugar, como un factor de
garantía del éxito de las reformas políticas y económicas que la
Federación rusa tenía en marcha. A partir de aquel momento --y hablo del
verano del año pasado-- vinieron una serie de sombras, vinieron las
elecciones de diciembre de 1994, en las que triunfaron los grupos
nacionalistas radicales y neocomunistas, como el de Zhirinovski, y desde
entonces también progresivamente, el Presidente Yeltsin dio la impresión
de quedar preso de los sectores más conservadores, en el sentido ruso de
la expresión, e incluso más reaccionarios. Finalmente, vino Chechenia.

En esta situación, nos encontramos con un momento muy difícil en las
relaciones de Rusia y Europa, unas relaciones que yo quisiera decir --no
es el momento, además, por las horas en que nos encontramos-- que han
sido históricamente positivas. El acuerdo empieza hablando de los lazos
históricos entre Rusia y los países del occidente europeo, y creo que es
una buena oportunidad para recordar que esos lazos existen y que este
acuerdo que tenemos encima de la mesa, de alguna manera, debe ser
entendido como un instrumento para favorecer esas relaciones entre la
Federación rusa y los países del occidente de Europa.

Una serie de circunstancias a las que ya se ha aludido aquí, la visita de
la troika a Moscú, por una parte, y posteriormente la reunión de los
Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea en Carcassone el
pasado 18 de marzo, han puesto las relaciones entre Rusia y la Unión
Europea en una nueva situación, y se ha llegado a una serie de acuerdos
que, si se instrumentalizan, entendemos que pueden ser muy positivos para
esas relaciones a las que nos estamos refiriendo.

Por lo que respecta, ya en concreto, al acuerdo que vamos a someter a
autorización, quisiera señalar, simplemente, que parte de los principios
acordados en el Acta final de Helsinki y en la Carta de París, y que hace
referencia a una serie de puntos que muy sintéticamente destacaría como
más principales. Primero, el diálogo político: se prevé el
establecimiento de un mecanismo de diálogo permanente basado en cumbres
presidenciales bianuales y en un consejo de cooperación a nivel
ministerial, así como en una comisión parlamentaria de cooperación. En
segundo lugar, se prevé para tan pronto como sea posible, e incluso se
establece la fecha de 1998 como posible principio de las negociaciones,
una zona de libre cambio, y en tercer lugar, como elemento también más
importante, se prevé el establecimiento de la cláusula de nación más
favorecida.

Señor Presidente, señorías, este acuerdo debe ser ratificado, y nosotros
vamos a apoyar con nuestro voto su ratificación. Creemos que puede ser un
elemento positivo en el difícil juego de ayudar a la democracia rusa, de
no aislarla, de exigir el respeto también a sus compromisos, es decir, no
transigir con los abusos, pero hacer de ello un elemento positivo para
las buenas relaciones de Rusia y los países del occidente de Europa y
para el progreso de la democracia también en Rusia. Esa es nuestra
posición.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Anuncio que nuestro Grupo va a votar
favorablemente este acuerdo. Debo decir que lo vamos a hacer sin un
especial entusiasmo, en tanto en cuanto, como ya ha sido expuesto
anteriormente, la situación de Chechenia, que tuvimos ocasión de debatir
muy recientemente --hace menos de un mes-- en esta propia Comisión,
enturbia el horizonte de respeto a los derechos humanos en Rusia. De
todas formas, repito, nuestro Grupo Parlamentario va a votar a favor del
mismo.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida, tiene la palabra el
señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Mi Grupo va a votar también favorablemente este
acuerdo entre las Comunidades Europeas y la Federación rusa, pero quiere
hacer alguna consideración previa, no sólo la referida a Chechenia, que
sin duda significó y ha significado una especie de parada en esas
relaciones de cooperación entre la Unión Europea o las diferentes
instituciones de las Comunidades Europeas y la Federación rusa, sino
también al hecho de la consideración que nos merecen los actuales
gobernantes de ese gran país. Vamos a votar positivamente pensando, sobre
todo, en los intereses del pueblo ruso, más que en las conveniencias,
repito, de sus actuales dirigentes.

El acuerdo que nos ocupa tiene una gran complejidad, no sólo por ser el
país que es, sino por el gran número de reservas y de declaraciones de
una y otra parte, algunas conjuntas y otras unilaterales, que sin duda
expresan la complejidad de ese tipo de relaciones. No obstante, nos
gustaría añadir alguna reflexión mínima.

Se dice, por ejemplo, en el segundo párrafo de la página 2, que la
Comunidad Europea y Rusia desean mantener y aumentar los lazos históricos
que existen entre ellas, y se hace referencia a unos acuerdos de la
Comunidad Económica Europea y la Comunidad Europea de Energía Atómica con
la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre cooperación comercial
y económica. Si por parte de la Unión Europea y del mundo occidental en
su conjunto hace unos años se hubiera tenido una actitud diferente,
probablemente la situación actual de Rusia sería otra; si no sólo se
hubiera pretendido vencer, sino además humillar, y se hubiera prestado la
ayuda necesaria en el momento adecuado, es posible que la situación de
estabilidad de ese gran país, que a todos nos implica, sería otra. Esto
es una reflexión, repito, que hago al hilo de este acuerdo, que nos
parece que puede aportar alguna estabilidad y posibilidad de futuro a ese
enorme país, y que va a beneficiar (ésa es nuestra intención al votarlo
positivamente) las condiciones de vida de los ciudadanos rusos.

Dicho esto, nos gustaría que la aprobación de este acuerdo significara un
estímulo para que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España siguiera
haciendo gestiones para conseguir la ratificación, por parte de los
órganos competentes de la Federación rusa, del acuerdo de seguridad
social firmado entre España y Rusia, y que fue suscrito en octubre de
1994. Este es un tema importante para no pocos españoles que tuvieron
ocasión de vivir en Rusia por las circunstancias históricas de nuestro
propio país.

Por tanto, repito, vamos a votar favorablemente pensando en los intereses
del pueblo ruso y pasando por encima de la consideración que nos merecen
los actuales gobernantes de Rusia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
De Puig.




El señor DE PUIG I OLIVE: Nuestro Grupo va a votar también a favor de
este acuerdo de colaboración y cooperación de la Unión Europea con la
Federación de Rusia.

A nosotros no nos cabe ninguna duda de que el acuerdo es positivo, lo era
cuando se redactó, se acordó y se firmó, y lo sigue siendo, no sólo por
su contenido, que ha sido detallado por el señor Muñoz-Alonso, sino por
su proyección, contenido, diálogo político, relaciones comerciales e
inversiones. Es una cláusula evolutiva que puede abrir la puerta a que un
día se establezca una zona de libre comercio que nos parece fundamental,
y no sólo por su contenido mismo y lo que puede significar para ayudar a
la evolución económica de Rusia, sino por el significado político que
tiene un acuerdo de este tipo. Es evidente que todos apostamos porque en
Rusia se produzca una transformación desde el punto de vista económico y
se produzca una consolidación de la democracia. Pero todos estamos
convencidos de que no habrá verdadera democracia en Rusia si no hay un
desarrollo que pueda impulsar a este país a un determinado nivel, puesto
que sabemos que no hay democracia si no hay un mínimo nivel de evolución
económica. Esta es una realidad con que nos encontramos rápidamente. Por
tanto, era lógico que los países occidentales, los países de la Unión
Europea, trataran de hacer este esfuerzo de ayudar al desarrollo de Rusia
para ayudar también a consolidar su democracia.

Lo que ha sucedido es que, como se ha señalado ya, en el transcurso de
este tiempo se han producido situaciones tan críticas, tan desgraciadas
en Rusia, por decisiones políticas, por el caos interno general, y sobre
todo por el caso de Chechenia, que a todos nos ha interpelado respecto a
la bondad o no de seguir por el camino de aprobar este tipo de tratado.

Es más, el Parlmento Europeo, en un momento determinado, votó en contra
de que se aplicara automáticamente el acuerdo. Lo que nos ha contado el
señor Ministro ocurrió en virtud de una decisión del Consejo Europeo que
le planteó a Rusia una serie de condiciones, puesto que para llegar a
este tipo de ayuda debemos exigir unos mínimos de respeto a los derechos
humanos, de proceso democrático, etcétera.

La disyuntiva era y es delicada. No sabe uno nunca si favoreciendo a los
actuales gobernantes de Rusia en la situación actual vamos a conseguir
que cesen estos aspectos tan desgraciados de la vida rusa en estos
momentos, o si, por el contrario, el no conceder estos tratados, el no
aplicarlos puede ser un elemento de presión que haga que las cosas
evolucionen más rápidamente.

En cualquier caso, en el Consejo de Europa hemos tenido esta discusión,
no en relación al tratado, pero también ese tema entró en el debate --lo
sabe nuestro Presidente y alguno de los colegas que están en la
Delegación--, puesto que hemos tomado la decisión de suspender el proceso
de integración de Rusia al Consejo de Europa como medida de fuerza para
que se actuara con mayor celeridad hacia la paz y hacia la negociación de
una solución política en Chechenia. Lo que pasa, como digo, es que la
disyuntiva es delicada. Hemos visto, por otra parte, que el Fondo
Monetario Internacional no ha ayudado a conceder una ayuda sustancial a
Rusia, aunque piensan que sin estas ayudas las cosas pueden aún empeorar.




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No obstante, en lo que respecta a la ratificación que hoy tenemos que
hacer aquí, a mí me parece que no debemos tener dudas, puesto que la
Unión Europea está vigilante --como ha dicho el Ministro--, va a mantener
unas condiciones y va a hacer la presión suficiente para que este tratado
se aplique en el momento en que se considere que se ha ejercido
suficiente presión. Lo que no deberíamos hacer nosotros es no ratificarlo
y crear una especie de veto, por vía indirecta, y que incluso la Unión
Europea, en el momento en que se tomara la decisión de aplicar el
tratado, no pudiera hacerlo.

Por estas razones y por la bondad misma y lo positivo que es este
acuerdo, creo que no debemos tener ninguna duda. Por ello, señor
Presidente, nosotros vamos a votar a favor del mismo.




El señor PRESIDENTE: Terminados los turnos de intervención, vamos a
proceder a la votación.




Efectuada la votación, dijo:



El señor PRESIDENTE: Queda aprobado por unanimidad.

Señorías, se levanta la sesión.




Eran las tres y quince minutos de la tarde.