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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 438, de 01/03/1995
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1995 V Legislatura Núm. 438
ECOMOMIA, COMERCIO Y HACIENDA
PRESIDENTE: DON ANGEL MARTINEZ SANJUAN
Sesión núm. 39
celebrada el miércoles, 1 de marzo de 1995



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia del señor Presidente de la Sociedad Estatal Fomento del
Comercio Exterior, S. A., FOCOEX (Cuñat Arias), para informar sobre las
irregularidades apreciadas en la citada empresa por el Tribunal de
Cuentas en el informe de fiscalización remitido al Congreso de los
Diputados el 29 de noviembre de 1994. A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 212/001275). (Página 13356)
Comparecencia cuatrimestral del señor Secretario de Estado de Economía
(Pastor Bodmer), para informar de la evolución de la coyuntura económica
(relacionada con la proposición no de ley número de expediente
161/000031). (Número de expediente 212/001411)(Página 13376)



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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESTATAL «FOMENTO DEL
COMERCIO EXTERIOR, S. A.» (FOCOEX), PARA INFORMAR SOBRE LAS
IRREGULARIDADES APRECIADAS EN LA CITADA EMPRESA POR EL TRIBUNAL DE
CUENTAS EN EL INFORME DE FISCALIZACION REMITIDO AL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS EL 29-11-94. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR.

(Número de expediente 212/001275.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, buenos días.

Se abre la sesión de la Comisión de economía para dar cuenta del orden
del día definitivo que SS. SS. conocen después de la modificación del
inicial, con la alteración del orden de las comparecencias a lo largo de
la mañana de hoy como consecuencia de problemas de tipo técnico por parte
del Secretario de Estado de Economía para poder estar a las diez de la
mañana, pero estará a las doce.

En primer lugar, tenemos la comparecencia del Presidente de la Sociedad
Estatal Fomento de Comercio Exterior (Focoex), don Roberto Cuñat, para
dar cuenta de la petición de comparecencia únicamente del Grupo
Parlamentario Popular, por cuanto que la petición de comparecencia
212/868, del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, ha sido retirada con fecha de ayer.

Para formular brevemente, tal y como suele ser habitual en esta Comisión,
los términos de la petición de la comparecencia por el grupo
parlamentario popular, el señor Hernando tienen la palabra.




El señor HERNANDO FRAILE: Señor Presidente, efectivamente, nosotros
habíamos presentado, en relación con la gestión de la empresa pública
Focoex, no sólo la petición de comparecencia, para hablar del informe del
Tribunal de Cuentas, del señor Roberto Cuñat Arias, actual Presidente de
Focoex, sino también del anterior Presidente, señor Germán Calvillo, en
cuanto el informe del Tribunal de Cuentas afectaba a su gestión.

Además, he de decir que tenemos solicitada la comparecencia del señor
Ministro para hablar sobre este mismo tema, y que en el mes de junio
habíamos solicitado una comparecencia también del señor Ministro para
hablar del tema de los subcontratistas, que es la comparecencia que ha
sido retirada por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya.

Nosotros lo que pretendemos es recibir las explicaciones, en este momento
procesal, del señor Roberto Cuñat Arias, presidente de Focoex, que es
quien comparece, y estaremos a lo que él diga para formular las
alegaciones oportunas.

Por tanto, si le parece bien, señor Presidente, cedemos la palabra al
señor Cuñat Arias para que informe sobre el documento que ha presentado
el Tribunal de Cuentas.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Cuñat.




El señor PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESTATAL FOMENTO DEL COMERCIO EXTERIOR,
jS. A. (FOCOEX) (Cuñat Arias): Buenos días. Con la venia del señor
Presidente, me gustaría hacer una breve introducción metodológica. Yo
tenía preparada una intervención, si a la Mesa le parece bien, para ser
leída, en la cual iba a centrar los dos aspectos que correspondían a las
diferentes preguntas por las cuales tiene lugar esta comparecencia, la de
Izquierda Unida y la del Partido Popular.

Como ya ha dicho el señor Presidente, la primera ha sido retirada.

Entonces, si me permite, lo que haré será, sobre la marcha, efectuar una
refundición de mi exposición. Digo una refundición porque los aspectos
que se contenían en la pregunta de Izquierda Unida los iba a tocar de
todas formas en la constestación a la pregunta del Partido Popular. Para
mí es relativamente sencillo hacer esa refundición, y creo que será
clarificador para la Mesa y para todos los asistentes hacer esta
exposición.

Si me permite, brevemente daré lectura al informe y luego quedaré a su
disposición para contestar cualquier pregunta que proceda.

Voy a realizar una breve introducción, con la venia de SS. SS., sobre la
empresa que presido, que pueda ser útil para marcar el contenido de esta
comparecencia.

Fomento de Comercio Exterior, conocida comúnmente como Focoex, S. A., fue
constituida en el año 1950 por el Banco Exterior de España. Es una
sociedad anónima regida y regulada por el Código de Comercio, por la Ley
de Sociedades Anónimas y por otras normas concordantes, su personal está
sometido a la legislación laboral y su régimen económico es el normal de
cualquier empresa mercantil.

En el año 1976 se produjo una ampliación a otros dos accionistas,
entraron el Ministerio de Comercio y el Instituto Nacional de Industria,
que actualmente están representados por el ICEX, el Instituto Español de
Comercio Exterior, y por Teneo. La representación de los tres socios es
la siguiente: El Instituto Español de Comercio Exterior, Icex, tiene el
60 por ciento, concretamente el 60,6; el Banco Exterior de España tiene
el 23,6, y el resto, el 15,4 aproximadamente, está en poder de Teneo,
digo aproximadamente porque quizá sería cuestión de cuadrar la suma y
eliminar los decimales. Es decir, el 60 por ciento sería de Icex, el
Banco Exterior de España tiene el 24 por ciento, realmente, y Teneo el 16
por ciento.

La finalidad perseguida con la reforma de la sociedad en el año 1976, que
fijó la composición accionarial que acabamos de ver, quedó
suficientemente recogida en el artículo 2 de los Estatutos sociales, que,
si me permiten SS. SS., voy a leer rápidamente. Dice así: La sociedad
tendrá por objeto la realización, por sí o por cuenta de terceros, de
cualquier actividad tendente a la consecución de toda clase



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de operaciones de comercio exterior, tales como la exportación, la
importación, la representación, depósito o compraventa de toda clase de
productos, bienes o servicios, dedicando especial atención a aquellas
operaciones que le encomienden las autoridades comerciales. Las
actividades del objeto social podrán ser desarrolladas por la sociedad,
total o parcialmente, de modo indirecto, mediante la titularidad de
acciones o participaciones en sociedades con objetivo idéntico o análogo.

Termina la cita del objeto social: Fomento de Comercio Exterior se
refundó en el año 1976, como decía, con vocación de ser un instrumento
para fomentar los intercambios comerciales internacionales de nuestro
país. La denominación, la composición accionarial y el objeto social son
suficientemente expresivos de esta intencionalidad.

La sociedad ha ido, en estos casi 20 años, adecuándose a los cambios y
transformaciones que han tenido lugar en la economía española y en los
mercados internacionales, que han sido profundos, como todo el mundo
conoce; durante todos estos años, desde su fundación, se puede decir que
Focoex ha fomentado, efectivamente, la exportación española,
participando, ya sea como titular o bien como agente comercial o
financiero, en la exportación de bienes y servicios por un valor cercano
al billón de pesetas. Solamente en el año 1994 esta cifra de contratación
ascendió a 68.000 millones.

Por otra parte, hay que destacar que sus operaciones se han realizado
fundamentalmente en países no desarrollados, que preferimos tipificar
como países no OCDE, con graves problemas de desarrollo, de estructura
económica y de financiación de sus compras externas, y donde, además, el
Estado era hasta ahora, aunque sigue siendo, principal agente económico.

Fomento de Comercio Exterior ha tenido resultados positivos en todos los
ejercicios económicos desde el año 1976, salvo en el segundo año de su
existencia, que fue 1977, es decir, son 18 ejercicios económicos.

Destacamos el resultado económico como un elemento de éxitos porque al
haberse optado por una fórmula jurídica mercantil privada para constituir
Focoex, la sociedad anónima de capital por acciones, las autoridades
administrativas españolas estaban pronunciándose expresamente sobre su
voluntad de renunciar a que esa iniciativa se alimentase de los
Presupuestos Generales del Estado, poniendo a sus gestores la obligación
de obtener beneficios.

La sociedad no hubiera podido desarrollar su objeto social si hubiera
tenido que recurrir reiteradamente a aportaciones de sus socios para
desarrollar ese fin social; muy al contrario, los primeros 175 millones
de pesetas de capital inicial del año 1976 (por coger esa fecha como la
de fundación real, una vez que fue refundada, como ya he mencionado),
esos 175 millones de pesetas se han convertido a finales de 1994 en más
de 4.000 millones de pesetas de fondos propios, y eso habiendo repartido
dividendos todos los años. Ello ha sido posible porque la sociedad ha
podido ofrecer, año tras año, unos resultados antes de impuestos muy
satisfactorios, que suman, en esos 18 años, 6.000 millones de pesetas.

Solamente en los últimos tres años la cifra de resultados antes de
impuestos ha sido de 2.270 millones de pesetas. El año 1994, para
conocimiento de SS. SS., se ha cerrado con 920 millones de pesetas de
resultados antes de impuestos.

Fomento de Comercio Exterior, aparte de su estructura central en Madrid,
dispone en la actualidad de siete delegaciones en el exterior, creadas en
función de dos criterios, como son la necesidad de penetrar en un mercado
o el volumen de negocio establecido. Dichas delegaciones están en Buenos
Aires, que cubre el Cono Sur; en Venezuela; en Colombia; en Ecuador; en
Méjico, desde donde se cubre Centroamérica; en Angola, desde donde se
cubre el Africa Austral, y en Marruecos.

Fomento de Comercio Exterior ha utilizado también activamente la
posibilidad de trabajar a través de filiales, y en la actualidad dispone
de un cuadro de ellas compuesto por la filial cien por cien, llamada
Focoex Internacional, que nosotros llamamos FISA, de carácter puramente
instrumental para apoyo de la matriz en determinados mercados o zonas
geográficas. La otra empresa filial, que es importante de destacar en
estos momentos, es una sociedad llamada Internacional de Comercio
Exterior, Sociedad Anónima, de capital variable (Incoex), en Méjico, que
es una empresa de reciente constitución (hace un año y pico fue creada),
en la que Focoex se ha asociado con dos empresas mejicanas: Internacional
de Servicios Financieros, del Grupo Pryme, llamada Isefi, y Banco
Nacional de Comercio Exterior, conocido por todos, que se llama Bancomex,
la primera de capital privado y la segunda de capital público, en un
intento de internacionalizar nuestras capacidades de prestación de
servicios de exportación. Focoex participa en esta empresa
minoritariamente, con un 45 por ciento.

Aun así, el mayor activo de Focoex es, sin duda, su capital humano, que
garantiza y asegura día a día el éxito de su negocio. La plantilla
asciende, a fines de año, a 31 de diciembre de 1994, a 99 personas,
habiendo mejorado ampliamente en sus ratios y aumentado
extraordinariamente su productividad en el período que estamos
analizando. La empresa cuenta con algunos de los mejores expertos
españoles en comercio exterior y está orgullosa de haber tenido en su
seno a lo largo de su vida a profesionales que hoy ocupan relevantes
puestos en las empresas de exportación de nuestro país.

Me gustaría entrar ahora en describir brevemente la forma de actuar de
Focoex. Fomento de Comercio Exterior actúa a partir del contacto que se
establece con un posible comprador extranjero o con un suministrador
nacional o internacional, a iniciativa nuestra o de ellos, de cara a la
formalización y ejecución, en su caso, de una determinada operación de
exportación. Una vez establecido el debido acuerdo entre las partes en
relación con el alcance de los servicios a prestar, se organiza y
desarrolla el cometido, que culminará con su buen fin a satisfacción de
todas las partes. La base exportadora es normalmente la oferta española
de bienes y servicios, aunque si las operaciones así lo requieren, por
razones técnicas o bien comerciales, Focoex puede integrar y aportar
bienes y servicios tanto del país comprador como de terceros países.




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Nuestra experiencia, red y cercanía a los mercados permiten que activemos
negocios a favor de nuestros clientes, asumamos las tareas técnicas,
comerciales o financieras que constituyen nuestras especialidades
específicas y descarguemos así a nuestros exportadores del coste de
estructura que tales especialidades requieren.

En algunos casos, y tratándose de exportación de paquetes amplios de
operaciones llave en mano, de agrupaciones de distintos suministros o por
cualquier otra razón técnica, Focoex asume la condición de titular de la
operación en su conjunto y en esas circunstancias nuestra remuneración
viene determinada por el margen comercial que ganemos en la operación.

En otras ocasiones operamos como agente, ya sea comercial y/o financiero,
facilitando al exportador todo tipo de servicios, tales como preparación
de ofertas, representación en el exterior, asesoramiento y apoyo local,
pudiendo recibir nuestra remuneración en forma de comisiones o de
honorarios, según los casos.

La acción tradicional de Focoex en mercados de países en vías de
desarrollo nos ha ido situando en escenarios muy ligados a la cooperación
al desarrollo, que, como SS. SS. conocen, operan con financiación llamada
concesional, ya sean préstamos o donaciones, y ya sean éstas bilaterales
o multilaterales. Creo que somos reconocidos en el mercado como
especialistas en la materia.

Debo decir que también hemos avanzado mucho en la prestación de servicios
a proyectos empresariales privados en tales países, con fórmulas
existentes en el mercado o que nosotros mismo hemos desarrollado.

Por tanto, por el tipo de servicios prestados hemos sido y somos un
instrumento comercial orientado a la internacionalización de la empresa
española. Este concepto refleja una corriente de avance empresarial que
en España se ha firmado ya, definitiva y creo que afortunadamente, y que
señala como objetivo interno fundamental para nuestro desarrollo
económico el crecimiento de la presencia de nuestras empresas en el
exterior.

Me gustaría también añadir que, dentro del mercado global, los países en
vías de desarrollo son un mercado de vital importancia para cualquier
país exportador, ya que está absorbiendo en algunos casos de países
desarrollados hasta el 30 por ciento de su exportación total, siendo en
España sólo del 20 por ciento según las cifras del año pasado, por lo que
tenemos un largo camino por delante en cuanto a la captación de cuota de
mercado no OCDE. Este es un aspecto en el que, si SS. SS. lo estiman
conveniente, podíamos entrar después, en las preguntas, porque creo que
tiene una relevancia especial para la política comercial.

El continuo impulso internacionalizador en nuestro país, la magnitud del
mercado no OCDE, es decir, la dimensión multilateral, así como la
complejidad instrumental y técnica de la cooperación internacional al
desarrollo, hace indispensable realizar por el sector exportador español
un esfuerzo de participación y de adaptación a las fórmulas más avanzadas
de penetración en dichos mercados, incluso diseñando políticas e
instrumentos que optimicen las peculiaridades propias, siempre que
nuestros compromisos internacionales así lo permitan.

Focoex, debido a la cualificación técnica obtenida a lo largo de sus
muchos años de conocer la realidad de dichos mercados y también a la
visión institucional que tiene de los mismos por su vinculación con el
sector público y administrativo español, viene siendo requerida, desde su
fundación, a participar en la identificación, programación, ejecución y
evaluación de múltiples proyectos y misiones de alcance internacional. La
dimensión y las características específicas de las mismas obligan, en la
mayoría de los casos, a dotarse de sistemas de organización y
herramientas operacionales muy variadas. Las tareas de coordinación, ya
sea poner en marcha iniciativas que requieran para su gestión la
participación de decenas de empresas, proveedores e instituciones
públicas o privadas, y las tareas de programación ejecutiva, es decir,
trabajar por la obtención de recursos financieros mixtos de orígenes muy
variados, tanto privados como públicos, concesionales y comerciales,
bilaterales y multilaterales, superan las posibilidades de
especialización de los departamentos de exportación de las empresas
industriales y de servicios, y en muchos casos las propias posibilidades
de despliegue de empresas de comercio exterior de reducido tamaño.

El reto al que se enfrenta Focoex es el de adaptar progresivamente sus
características operacionales y sus estructuras a ese nuevo perfil
necesario de la presencia española en el exterior, tarea ya iniciada en
los últimos años y en la que está avanzando con gran rapidez, incluso
liderando el proceso en algunos aspectos, pudiendo presentarnos, en la
actualidad, como los suministradores de una oferta integrada de servicios
operacionales que están siendo, sin duda, valorados por las empresas que
están haciendo uso de ellos.

Me gustaría hacer referencia a los aspectos de la contratación de Focoex
y de la política llamada de adjudicaciones.

Durante los últimos seis años --y tomamos desde 1989, es decir, los cinco
años mencionados en la original solicitud de comparecencia de Izquierda
Unida más el año 1994 completo, que hemos creído oportuno añadir--,
Focoex ha participado como titular o como agente en la contratación de
334.187 millones de pesetas, divididos en 237 operaciones en el exterior.

Dicha cifra representa cerca del uno por ciento de lo que España exportó
a todo el mundo en ese período y cerca del cuatro por ciento de lo que
España exportó a países no OCDE. Me gustaría añadir que es una
comparación matizable por el desfase temporal que hay entre los contratos
y la materialización de las exportaciones, pero creo que da un orden de
magnitud.

Si distribuimos geográficamente dicho cómputo de seis años también es
esclarecedor, porque nos da un 47 por ciento para América Latina, un 43
por ciento para Africa y el 10 por ciento restante entre Europa --y
cuando digo Europa me refiero a los Balcanes--, Asia y Oriente Medio.

Por sectores, las operaciones también han abarcado una distribución muy
variada, que me gustaría poner de manifiesto en este marco. Simplemente
voy a enumerar los sectores y sus porcentajes, para no aburrirles. Me
interesa que quede clara la diversidad de actuaciones. Los sectores son:
agroalimentario, aluminio, automoción, educación, eléctrico,



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electrónico, ferroviario, herramientas, de manutención, de maquinaria, de
metamecánica, naval, obras públicas, pesquero químico, salud,
telecomunicación, urbanismo y un apartado de varios. Son 20 sectores, de
los cuales el mayor sería quizás el eléctrico, con un 30 por ciento del
total; en segundo lugar, el sector salud, con el 16 por ciento; en tercer
lugar, el sector ferroviario, con el 9,5 por ciento y, en cuarto lugar,
el sector de educación.

También puede ser de interés para los señores diputados si hacemos una
división de este trabajo por fuentes de financiación, es decir, de los
237 contratos mencionados por tres orígenes de financiación. De fuentes
bilaterales --como los señores diputados conocen nos referimos a fuentes
ligadas a la exportación del producto español por las características de
la financiación que la soporta, ya sean préstamos de ayuda al desarrollo
puros o mixtos, ya sean préstamos comerciales asegurados por riesgo
político por CESCE-- tendríamos un 83 por ciento en ese período, con 198
contratos. Sin embargo, con fuentes multilaterales, es decir, concursos
ganados por nuestra actividad, bien como titulares bien como agentes,
ante organizaciones multilaterales como el BID, el Banco Mundial, el
Banco Africano de Desarrollo, la Unión Europea o las Naciones Unidas,
tenemos una cifra de 28 contratos, con un 12 por ciento. Finalmente, de
otras fuentes, que van desde las de mercado hasta la propia
autofinanciación de proyectos, tenemos otros 11 contratos, con un cinco
por ciento.

Me gustaría poner de manifiesto después, en el trámite de preguntas de
los señores diputados, que realmente esto da una fotografía que no
explica que las fuentes multilaterales, en las cuales vamos avanzando con
mucha rapidez, son producto de una política que hemos emprendido en los
últimos años. Por tanto, el peso de las fuentes bilaterales es mayor,
pero no hace ese matiz en esta distinción.

Si nos atenemos a la ratio titular/agente, Focoex ha funcionado más bien
como agente que como titular. Dos tercios en modalidad de agente en los
años que estamos explicando y un tercio en la modalidad de titular. Sin
embargo, ha habido fuertes disparidades. En el año 1992 la ratio fue al
contrario, 82 por ciento como titular y 18 como agente, y en el año 1993,
la ratio fue 17 por ciento como titular y 83 por ciento como agente.

Yo creo que los rasgos a destacar de este desglose operacional son los
siguientes, si están de acuerdo conmigo los señores diputados: Primero,
su importancia absoluta en términos cuantitativos es decir, estamos
hablando de trescientos y pico mil millones en seis años; la
concentración geográfica en países no OCDE, pero fundamentalmente en
Africa y Latinoamérica (y tendré mucho gusto de explicar a los señores
diputados la razón de que, por ejemplo, no estemos en Asia); la creciente
diversidad de fuentes de financiación utilizadas, tema que he mencionado;
la primacía de la modalidad agente sobre la de titular, y la gran
diversidad sectorial.

Desearía añadir a todo esto que Focoex, a fines del año 1994, a 31 de
diciembre, tenía una cartera de operaciones de cerca de 420.000 millones
de pesetas, dividida en 225 operaciones en 40 países, lo que creo que da
idea de la riqueza y profundidad de nuestra actividad exterior.

Quisiera precisar qué entendemos por cartera. Por cartera entendemos en
este caso las operaciones contratadas que se están ejecutando, las
operaciones contratadas que están pendientes de ejecución por razones de
tipo técnico, pero que se ejecutarán con seguridad, y las operaciones en
gestión que están próximas a ser contratadas, que llamamos en gestión
avanzada. Con ello quiero decir que ahí no incluimos los varios cientos
de operaciones que podríamos tener en estudio.

Atendiendo al interés que yo creo que hay en todo el colectivo de
profesionales y personas interesadas en nuestro funcionamiento, y que
también ha dado lugar en el informe del Tribunal de Cuentas a unas
matizaciones, que es lo que llamaremos la política de adjudicaciones, me
gustaría aclarar una serie de cosas.

Nuestras compras directas sólo tienen lugar en aquellos casos en los que
Fomento de Comercio Exterior actúa como principal, bien porque haya
ganado un concurso o bien porque se trate de una venta directa. Pero
incluso si vamos de titular o si lo hacemos en consorcio con otras
empresas, pueden los términos del consorcio condicionar la política de
suministros de la operación. Además, vayamos de titular solos o en
consorcio, las condiciones implicarán siempre una previa selección y
acuerdo con proveedores que estén en la línea de precios y calidades
requeridas.

Con todo ello quiero desmontar la idea simplista que alguien se haya
podido formar, posiblemente por no conocer en profundidad cómo opera el
sector, y concretamente Focoex, de que siempre hay un pedido a repartir
en un momento dado y cabe poder elegir entre alternativas similares de
aprovisionamiento, como, por ejemplo, cuando Iberia saca a concurso un
lote de furgonetas. Esta circunstancia se da raramente. Quizá sólo se da
realmente en determinadas operaciones singulares donde exista un depósito
previo de fondos, por ejemplo, una operación de intercambio de materias
primas por productos, en la cual se va abonando en una cuenta el
contravalor de los embarques de la materia prima que envíe el futuro país
comprador de nuestros productos, y contra esa cuenta se giran las cartas
de crédito que movilizan las ventas de productos. Debo decir que, aun
así, esas cuentas, que serían como fondos que se podrían desarrollar,
suelen ser de propiedad del país dueño de la materia prima o, en todo
caso, mixtas, y éste pone muchas condiciones que limitan la libre
disposición de los fondos, fundamentalmente en el campo de la selección
de proveedores.

También se da el caso de que cuando en fase inicial detectamos un
proyecto en el exterior y lo atraemos al sector exportador español,
tenemos que decir con quién pensamos que habría que desarrollarlo. Yo
diría, si me permiten SS. SS., que es casi más importante y usual esta
decisión --la de traer un proyecto y pensar con quién lo vamos a hacer en
una perspectiva de largo plazo-- que la de seleccionar suministradores
para un contrato firmado donde vayamos de principal. Pues bien, en ambos
casos nos atenemos a una serie de procedimientos internos derivados del
uso y de la experiencia propios del sector empresarial y que estamos
perfeccionando continuamente.




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En el último caso mencionado de tener que buscar empresas que se puedan
hacer cargo de proyectos a realizar en el futuro, la dirección comercial
correspondiente desarrolla una solución de colaboración puntual, y el
comité de operaciones interno de la casa lo sanciona o lo rechaza. La
praxis del comité es de contar con los grupos y empresas solventes y
rotar. No cabe un proceso objetivo más externo que sea práctico y
realista, en nuestra opinión. No es viable, por ejemplo, un concurso
externo objetivado, porque, entre otras cosas, avisaríamos a la
competencia exterior.

Si tomamos la lista de las primeras cien empresas exportadoras españolas
que componen el 45 por ciento de la exportación, seguro que hemos
trabajado una u otra vez con la mayor parte de las que están en la línea
de nuestra actividad sean de automóviles, de barcos, de aviones, de
productos transformados, de materias primas, de electrónica, de productos
farmacéuticos, de telecomunicaciones, de productos químicos o de bienes
de consumo.

Pero permítanme volver al primer caso indicado, cuando ya hay un contrato
firmado por Focoex en calidad de titular y producto de un largo proceso,
sin duda. Suponiendo que nada nos impida ir al mercado a buscar
suministradores, ¿cómo se solucionan esos proveedores o cómo se les pide
oferta previa?
En este caso, la dirección de ejecución, que es la competente, trabaja
libremente sobre un fichero histórico, en el cual consta un amplio
colectivo de empresas proveedoras, tratando de solicitar tres ofertas
directamente con criterio, asimismo, de contar con todo el mundo. Esto es
extensible a la compra de servicios de seguros y fletes. En los casos más
significativos, este proceso es convalidado por el comité de operaciones.

Repito que hay que evitar la concepción errónea de que hay hitos
temporalmente definidos y cuantitativamente precisos en nuestro
desarrollo operacional que permiten una objetivación fácil del proceso de
selección, tanto si es ex ante al contrato como si es ex post. No
obstante, debo insistir, y máxime después de las apreciaciones del
Tribunal de Cuentas sobre concurrencia, que estamos extremando los
procedimientos de homologación y concurrencia de proveedores y preparando
una nueva normativa interna al respecto que intente maximizar nuestra
neutralidad, sin perjuicio de la eficiencia del proceso.

Nuestras fuentes de consultas sobre posibles proveedores se extienden
también a los bancos de datos públicos y privados --a Icex, cámaras de
comercio, etcétera--, y mantenemos relación con servicios de apoyo a la
exportación de las comunidades autónomas, por ejemplo, del País Vasco y
de Cataluña. También participamos en el trabajo de distintas asociaciones
de exportadores como miembros de las mismas y mantenemos la mejor
relación con instituciones patronales de todos los sectores.

El segundo aspecto importante que me gustaría destacar, que está en la
línea de la respuesta a la pregunta del Partido Popular sobre el informe
del Tribunal de Cuentas y supuestas irregularidades, es la política de
comisiones y control de las mismas.

Ya he explicado que Focoex ayuda a vender o vende directamente en el
exterior bienes y servicios. Ello obliga a pagar, a veces, comisiones a
agentes comerciales por sus servicios de apoyo a dichas ventas. Tanto los
importes como los procedimientos que se utilizan son los normales y
corrientes en el sector, siendo siempre el perceptor último para Focoex
el agente con el que contrata y estando documentada absolutamente esta
relación.

Estas comisiones son siempre ajustadas en términos relativos, tanto si
comprenden operaciones ligadas --es decir que tengan financiación
concesional o asegurada contra riesgos políticos-- como si no. No
olvidemos que el legislador prevé tal eventualidad al permitir el pago de
comisiones y gastos comerciales hasta un 5 por ciento en el caso primero
--es decir, cuando hay FAD o CESCE-- y deja libre el pago en el segundo
caso. Es la Orden Ministerial de Hacienda de 5 de marzo de 1987.

Que Focoex subcontrata agentes está en el orden de las cosas, pues no
puede abarcar todo el espectro geográfico no OCDE, financiero o
comercial. Es una actividad consustancial al propio comercio y ha tenido
un tratamiento legal, abundante y preciso. El Código de Comercio dedica
el Título III, del Libro II, configurándolo como el único contrato de
colaboración en el ámbito de comercio, y la Unión Europea dedica, además,
dos directivas al tema, la 64/224 y la 86/653.

La última razón del agente comercial radica en la dificultad de los
mercados para facilitar el intercambio de bienes y servicios, dificultad
que viene determinada por la distancia, el desconocimiento, la falta de
transparencia o cualquier otra causa que seamos capaces de imaginar, y,
desde luego, la trasnacionalidad es una de las causas que dificultan las
relaciones comerciales. Mercados remotos, diferencias lingüísticas,
horarias, legislativas, relaciones con instituciones públicas y privadas,
acceso al conocimiento de ofertas y concursos públicos, su seguimiento y
presentación de documentación, adaptación de normas y especificaciones
técnicas, recepción de mercancías, transporte y entrega, agilización de
pagos, informaciones fidedignas y fluidas, facilidad en los viajes,
traslados locales y visitas a clientes son una somera enumeración de los
problemas habituales que en países con poco desarrollo comercial y con
situaciones de inestabilidad social o económica pueden llegar a ser
extremadamente complejas y generar dificultades que están fuera de toda
duda.

A esta labor micro habría que añadir una auténtica acción comercial de
captación de clientes potenciales, promoción y presentación de la propia
empresa, búsqueda de financiación, etcétera; en definitiva, toda la
tramitación que conlleva el buen éxito de una operación de comercio
exterior, contratos que a veces, en el caso de Focoex, suponen la centena
de millones de dólares, cuya negociación suele tener una duración media
de nueve meses y cuya ejecución, una vez firmados, se prolonga a lo largo
de dos años y tres meses como media.

Fomento de Comercio Exterior ha utilizado, desde sus orígenes
empresariales, a comisionistas o intermediarios comerciales cuando era
necesario extender su radio de acción a diferentes países o para
potenciar su acción comercial. Exportar a cualquier parte del mundo sin
disponer de una importante red de agentes comerciales es irrealizable.




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Su sustitución por delegaciones ni es económicamente rentable, ya que
sería un crecimiento desproporcionado de los gastos fijos, ni la función
de los delegados es equivalente a la de los agentes. La diferencia entre
agentes y delegados, señorías, es sustancial, y ambas tienden a
complementarse y no a sustituirse.

Focoex abre delegaciones en aquellos países donde hay una certeza de
trabajo importante, motivada, fundamentalmente, por estar en ejecución
diversos contratos. Fomento de Comercio Exterior tiende, como política
contrastada con los años, a poner en manos de agentes externos la labor
promocional de búsqueda de mercados y clientes si tienen fuerte
implantación en el país, no sólo por motivos económicos sino también
porque únicamente el que está profundamente enraizado en su medio tiene
los conocimientos y las perspectivas necesarias para la consecución de
operaciones. Obtenidas éstas, y habiéndose dado a conocer en un país,
tiene sentido y rentabilidad establecer una delegación para garantizar la
presencia y asegurar el adecuado cumplimiento de los compromisos.

Para su mejor conocimiento, me gustaría enumerar las fases de tramitación
de un acuerdo de comisión comercial con un agente externo. En primer
lugar, hay una aprobación de la operación y términos del compromiso con
la empresa comisionista por acuerdo del comité de operaciones, que se
refleja en un acta. En segundo lugar, hay un acuerdo de honorarios por
gestiones de apoyo comercial firmado entre ambas empresas. En tercer
lugar, una factura con instrucción de domicialización de los pagos. En
cuarto lugar, la tramitación y aprobación de estos pagos, según la
normativa vigente en la empresa sobre contratación y pagos por
operaciones, es decir, de acuerdo con la norma de pagos interna nuestra
y, finalmente, hay un recibo de los pagos efectuados.

En este aspecto me gustaría informar a la Comisión de que los pagos por
comisiones comerciales se contabilizan en el apartado «Otros gastos de
explotación», del debe de la cuenta anual de resultados. Del importe de
dicha partida en los últimos seis años, es decir, de la partida «Otros
gastos de explotación», la correspondiente a comisiones comerciales ha
ascendido sólo a un 24 por ciento de dicha cifra. Si tomamos el importe
de las comisiones comerciales de esta naturaleza sobre el global de la
facturación de los últimos seis años, significa exactamente el 3,9 del
total. Si tomamos el importe de comisiones sobre el total de la
contratación de los últimos seis años, significa el 1,3. Ambas cifras
están no solamente en línea, sino, seguro, por debajo de la media del
sector.

Me gustaría ahora entrar en un tercer apartado dentro de lo que
entenderíamos que es una manifestación nuestra en relación con el
contenido de la comparecencia y, fundamentalmente, con lo expuesto por el
Grupo Popular referido a las irregularidades apreciadas en el informe del
Tribunal de Cuentas que ha entrado en la Comisión Mixta Congreso-Senado
recientemente.

Dentro de la estructura de la presentación que les estoy haciendo, y como
ya he dicho al principio, tenía una parte que se refería más bien a la
pregunta de Izquierda Unida, que esta mañana se me ha informado que había
sido retirada, por tanto, los aspectos de concurrencia y de comisiones
los he tocado con amplitud, porque también son importantes en relación
con la respuesta a la pregunta del Grupo Popular, y no volveré sobre
ellos, pero sí quedan algunas otras cosas importantes que pertenecen a
este ámbito.

En primer lugar, me gustaría comentar, aunque todas sus señorías seguro
que lo conocen, que el día 20 de febrero del año 1995 la Presidenta del
Tribunal de Cuentas presentó en esta Cámara, en la Comisión Mixta
Congreso-Senado de Relaciones con el Tribunal de Cuentas, el segundo
informe de fiscalización de la historia de Focoex, porque el primero fue
realizado en 1984, abarcando los años 1980, 1981 y 1982. Me remito al
acta de dicha sesión para afirmar que las irregularidades apreciadas, tal
como reza la solicitud de comparecencia que permite esta intervención,
son, en mi opinión, una forma de apreciación muy particular del Grupo
Popular. Focoex ha colaborado estrechamente con el Tribunal de Cuentas
facilitando al mismo toda su cooperación mediante la presentación de toda
la documentación que ha sido solicitada. En nuestra opinión, la
imposibilidad de contrastar la documentación ofrecida con la propia de
nuestros clientes o agentes colaboradores, no está en función de nuestra
voluntad de cooperación, sino de la competencia propia del Tribunal de
Cuentas de fiscalizar o no a empresas privadas, españolas o extranjeras.

De esta simple constatación no se pueden derivar acusaciones sobre
opacidad de Focoex. Me gustaría añadir que son cuatro, al menos, las
menciones que hace el Tribunal de Cuentas en su informe final sobre la
colaboración de Focoex.

Fomento de Comercio Exterior, por otra parte, es una sociedad anónima.

Como tal, su régimen jurídico es privado y las operaciones que realiza
están amparadas por la legislación mercantil. No tiene obligaciones
señaladas por la ley por las que deba ajustar sus pautas de contratación
a las propias de las administraciones públicas. A lo largo de esta
comparecencia he tenido ocasión de explicitar los mecanismos de
contratación que emplea, pero el objetivo que nos planteamos es de tipo
económico empresarial y nos amina el logro de resultados positivos en
nuestra cuenta de resultados.

Focoex trabaja con las herramientas que sus estatutos y naturaleza
jurídica le permiten, que son las de cualquier empresa. Ya se ha dicho
que cuando las operaciones no son presentadas por los clientes no cabe
elegir otra fuente de suministro que el propio cliente que demanda el
servicio, y que cuando es Focoex quien plantea nuevas operaciones existe
un procedimiento de selección para elegir la mejor opción. Es evidente
que los procedimientos son siempre susceptibles de mejora, y a tal
objetivo cualquier crítica, por dura que sea, es siempre bienvenida. En
particular somos muy sensibles a las críticas que nos puedan llegar de
nuestros clientes, actuales o potenciales, es decir, de la comunidad
empresarial.

No obstante, me permito apuntar que Focoex, durante los últimos años, ha
subcontratado con cientos de proveedores. En el año 1989, con 108; en el
año 1990, con 50; en el año 1991, con 85; en 1992, con 271; en 1993, con
155,



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y en 1994, con 255. Si sumáramos todas esas cifras nos darían 924
proveedores. Prefiero dársela a SS. SS. desglosada porque algunos de
estos proveedores serían recurrentes. Estamos refiriéndonos,
naturalmente, a los proveedores a los cuales hemos subcontratado cuando
íbamos de titular. A esta cifra habría que añadir, quizás, otros 50 o más
en esos seis años de empresas contactadas como socios en operaciones de
agencia. Serán, por tanto, cientos las empresas con las cuales ha
participado Focoex de una forma u otra en operaciones de exportación en
dicho período, lo que no es una dimensión modesta, en nuestra opinión.

Es verdad que algunas empresas han tenido un peso específico mayor, pero
desmiento, como Presidente de Focoex, absolutamente cualquier imputación
de que la empresa opere con criterios restrictivos y favorezca a
sabiendas, y reiteradamente, a empresas perjudicando a otras. Cada
operación tiene su historia, y su análisis lo demuestra. Podemos entrar
después en las preguntas y analizar estos aspectos, pero el hecho de que
haya empresas o grupos que hayan sobresalido en su relación con Fomento
de Comercio Exterior hay que buscarlo más bien en la calidad y
profundidad exportadora de dichos grupos, lo que ha posibilitado
operaciones recurrentes.

No quiero cansar a SS. SS. volviendo al tema de las comisiones, que creo
que he mencionado con amplitud, pero sí quisiera comentar los aspectos
relativos a la gestión interna, que yo creo que es la tercera cuestión
importante de la comparecencia que nos trae hoy aquí. Entiendo que la
tercera porque la concurrencia sería una, comisiones otra, y la gestión
interna sería la tercera. Cuando digo aspectos de gestión interna me
refiero a contabilización de operaciones comerciales o financieras, o a
la política de dotaciones, la política de filiales, la de transmisiones
societarias, la política de remuneraciones, la laboral y de directivos o
los aspectos fiscales.

Aquí debo decir que nuestras alegaciones al informe entregadas en su
momento creemos que son amplias y contundentes, y me debo remitir a
ellas, máxime cuando ya obran en poder de esta Cámara.

Creo, sinceramente, que cada aspecto ha sido alegado en profundidad y que
son contadas aquellas cosas en que se hayan podido cometer errores de
gestión cuya puesta de manifiesto hemos, desde luego, de agradecer al
Tribunal de Cuentas y a cualquiera, y de subsanar inmediatamente si no se
ha hecho ya.

Para terminar, señorías, me gustaría precisar otra vez determinados
aspectos que interpretados de manera poco rigurosa pueden falsear la
imagen de la Compañía, y quiero que quede una postura clara por nuestra
parte en estos aspectos, que serían: en la sociedad obran todos los
soportes y documentos en cumplimiento de lo dispuesto en la legislación
mercantil y en la fiscal; no cabe, pues, hablar de responsabilidad en
estos ámbitos. Focoex no sólo opera con un número reducido de empresas
exportadoras, sino que el número de éstas en los últimos ejercicios
alcanza varios centenares y se acerca al millar. El control de eficacia y
eficiencia de Focoex debe hacerse, no a través de sus documentos
internos, sino de la comparación en el mercado de su estructura de
costes, de márgenes y de penetración. En estos aspectos todos los que
trabajamos en Focoex no solamente estamos orgullosos, sino que, además,
creemos que podemos soportar dicha comparación, véase, si no, nuestra
cuenta de resultados. La Compañía no paga comisiones por encima de lo que
disponen las leyes o, en caso de no existir restricción de lo que es
usual en el mercado, conservando todas las facturas y comprobantes, según
lo requiere el Código de Comercio, la legislación fiscal y el buen uso de
los comerciantes. La Compañía contabiliza sus operaciones según lo
requerido en el Código de Comercio, en la Ley de Sociedades Anónimas y en
el Real Decreto 1643/90 del Plan General de Contabilidad, sometiendo sus
cuentas, en las que se incluyen las relaciones matriz-filiales, a
controles públicos y a auditores privados externos.

En cuanto a la política de indemnizaciones, quiero deshacer desde este
momento un equívoco que parece ser causa de cautelas sobre este punto. En
Focoex, según la legislación laboral vigente sobre las que son pacíficas
la opinión de la doctrina y la práctica jurisprudencial, no hay más
personal sometido al Real Decreto sobre altos cargos 1282/85 que, en su
caso, el Presidente de la Compañía. Al resto del personal hay que
aplicarle el común de lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores,
pudiendo ser indemnizados hasta 45 días por año trabajado, con un máximo
de 42 mensualidades. No obstante, atendiendo a las circunstancias del
asunto concreto, a la dedicación, antigüedad y siempre al beneficio de
Focoex, pueden haberse superado estos límites, cumpliéndose en todo caso
con la legislación fiscal. A saber, declarando tal remuneración y
sometiendo el exceso a retención.

Otra cuestión es la política remunerativa de Focoex, que, en mi opinión,
no se diferencia de aquellas otras seguidas en el conjunto del sistema
empresarial español, aunque, en este caso, sujeta a las directrices de
sus accionistas públicos. En primer lugar, los administradores de la
sociedad no perciben cantidades radicalmente diferentes que en el resto
de las empresas públicas con el volumen de negocio y la cuenta de
explotación que tiene nuestra Compañía, independientemente de que dichas
cuantías se perciban por asistencia al órgano de administración o, como
es nuestro caso, se perciban por asistencia a un comité y al consejo.

Respecto a la remuneración de los directores, subdirectores y delegados
de Focoex, ésta se ha mantenido en la media de las empresas del sector,
como se puede comprobar en el informe de Ingenieros Consultores, S. A.,
cuya referencia les doy para su consulta. «Informe sobre remuneraciones,
cargos ejecutivos y personal cualificado, ICSA, División de recursos
humanos, 1993.»
Por último, las subidas salariales se han efectuado previa negociación
con el comité de empresa, de acuerdo con las siguientes pautas:
aplicación del convenio de oficinas y despachos de comercio exterior --no
el de oficinas y despachos, sino aquel dedicado a nuestra actividad--, lo
que supone unas subidas ligeramente superiores, y una política de
incentivos ligada a resultados, que nosotros llamamos dirección por
objetivos, DPO, importada de otros grupos públicos y en la media del
sector, donde, como SS. SS.




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pueden suponer, se depende fundamentalmente de la presión sindical y de
otros factores externos.

En los ejercicios de 1993 y 1994 se han seguido instrucciones del
Ministerio de Comercio, que, en síntesis, han determinado subidas del 3,5
y del 2,5, respectivamente, para el personal, con subida cero para los
directores, que en los dos años han dado 1.000 millones de resultado
antes de impuestos cada uno.

Me permito recordar la importante manifestación de la Presidenta del
Tribunal de Cuentas ante esta Cámara el pasado día 20 de febrero en orden
a recomendar la posibilidad de incluir, en la próxima y anunciada reforma
del Tribunal de Cuentas, mecanismos que, al tiempo que permiten cumplir
al máximo las tareas fiscalizadoras de dicho Tribunal, aseguren la
confidencialidad de la información sensible de las empresas, en línea con
la legislación de países de nuestro entorno, haciendo compatible el
control público con los derechos de las empresas señalados en el Tratado
de Roma. Aquí existe una verdadera laguna legislativa que, en nuestra
opinión, exige una urgente solución.

Finalmente, desearía hacer una mención al Tribunal de Cuentas, cuya labor
expresamente respetamos, no en vano han estado casi un año compartiendo
todo con nosotros. Respetamos su función y su trabajo, y agradecemos que
hayan puesto de manifiesto aspectos de gestión interna y de relación con
terceros que podemos mejorar.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que deseen intervenir? (Pausa.) En primer
lugar, por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Hernando.




El señor HERNANDO FRAILE: El señor Presidente de Focoex ha venido a
realizar una serie de alegaciones que coinciden con las que hizo en su
momento al Tribunal de Cuentas y que, a raíz de las conclusiones que
dicha institución ha emitido, fueron en su mayoría desestimadas. Es
decir, hace una serie de alegaciones que desestiman las que hoy nos ha
venido a presentar el Presidente de la Empresa pública Focoex,
fundamentalmente debido a su carácter público. No estamos hablando de una
empresa privada; aunque su régimen de funcionamiento sea el derecho
privado, lo cierto es que, como el repetido informe del Tribunal de
Cuentas señala, el objeto social de Focoex es la especial atención a
aquellas operaciones que le encomienden las autoridades comerciales y los
órganos gestores del sector público. Además, como usted sabe, en gran
parte de sus operaciones funciona con créditos FAD; es la empresa pública
y privada que ha recibido mayor número de créditos FAD a lo largo de la
historia, en torno a los 55.000 millones, y, como usted sabe también, el
artículo 6 del Real decreto en el que se regula el FAD obliga al
sometimiento, control y evaluación de estas operaciones por parte de la
comisión interministerial. Por tanto, ustedes están sometidos no sólo al
control del Tribunal de Cuentas, sino también del Parlamento.

En este sentido, en la página 29, el informe del Tribunal de Cuentas,
refiriéndose a la implicación de la responsabilidad de los consejos de
administración, dice lo siguiente: Incumbe a los consejos de
administración de aquellas entidades en las cuales la participación del
Estado sea mayoritaria --como es el caso-- cuidar del cumplimiento de los
principios de rigurosa preparación de los proyectos, de publicidad y de
concurrencia en la contratación, al objeto de conseguir un comportamiento
homogéneo del sector público. Además, dice que la peculiar naturaleza de
Focoex hace que la transparencia de sus actividades sea exigible con
mayor intensidad que al resto de las sociedades mercantiles. Y en la
conclusión, en las referencias a sus alegaciones, sigue diciendo: En la
consideración de este Tribunal no puede escapar aspecto o justificación
alguno del ámbito del ejercicio ordinario de la función de control si
previamente no se les ha atribuido a nivel normativo el carácter de
reservados. Esta es la cuestión: si no se les ha atribuido a nivel
normativo el carácter de reservados. Esto lleva al propio Tribunal de
Cuentas a sacar una serie de conclusiones en las que se sigue hablando de
opacidad; se habla expresamente de opacidad, no es una conclusión que
haya sacado el Grupo Popular. Se habla de opacidad, señor Presidente de
Focoex, en el tema de las comisiones, y se dice: Por lo que respecta a
las comisiones para terceros, tanto la necesidad de dichas comisiones
como la actividad desarrollada por los intermediarios, y en consecuencia
la idoneidad de la cuantía y el destino final de las mismas, han
resultado imposibles de contrastar.

Continúa diciendo: El perceptor de las mismas se identifica con personas
jurídicas privadas establecidas en el extranjero y que cobran las
comisiones en los denominados paraísos fiscales. Y concluye: La opacidad
documental y la carencia de datos aludidas impiden verificar la necesidad
de las propias comisiones en el origen y buen fin de la operación y, en
consecuencia, el adecuado control y evaluación económico-financiera de
estas operaciones, que corresponden al Tribunal de Cuentas.

Además, debo decirle, señor Presidente de Focoex, que en este caso el
propio Gobierno, en 1992, cuando le hacíamos una serie de preguntas
relativas a operaciones o a pagos que la empresa que usted preside hoy
había realizado en bancos suizos y panameños entre los años 1987 y 1989,
por un importe de 356 millones, nos remitía al control por parte del
Tribunal de Cuentas y nos decía en aquel momento que era imposible que se
nos diera esa información por considerarla confidencial, pero que no nos
preocupáramos porque el Tribunal de Cuentas tendría debido cumplimiento
sobre a quién se habían pagado esas comisiones y que, por tanto, podría
controlar que, efectivamente, ese pago de comisiones era adecuado y que
estaban vinculadas a las operaciones comerciales. Esto es, señor
Presidente, lo que no ha podido demostrar el Tribunal de Cuentas y esto
es, señor Presidente, lo que nos preocupa hoy. Usted nos pide que hagamos
un auto de fe, que creamos y entendamos que esas comisiones han ido a
parar a agentes comerciales que han contribuido al normal desarrollo de
esa operación, y eso es lo que no podemos constatar; eso es lo que
ustedes dijeron que podía constatar el Tribunal de Cuentas y no ha sido
así, con lo cual se demuestra, señor Presidente de Focoex, que en aquel
momento el Gobierno mintió descaradamente y por escrito al Partido
Popular, como mintió



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también en otros asuntos, y es el caso de los subcontratistas. Usted sabe
que obtener los listados, las relaciones de subcontratistas ha sido una
auténtica lucha. Realizamos una serie de preguntas sobre los criterios
para la selección de subcontratistas y quiénes habían sido, y ustedes, en
principio, nos enviaron solamente los criterios. Cuando el señor
Gómez-Navarro se vio acosado en el Parlamento, no sólo por la oposición
sino por una resolución del propio Presidente del Congreso, que concedió
amparo a este Grupo, ustedes remitieron las listas de los
subcontratistas. Ustedes nos remitieron dos tipos de listas, unas en las
que nos daban una relación de todas las empresas subcontratistas, hasta
un total de 245, en equipamiento hospitalario y educativo, suministro de
bienes de equipo y electrificación, vehículos y equipos farmacéuticos.

Como decía, las empresas subcontratistas ascendían a 245. Nosotros
hicimos una comprobación y lo que sí pudimos vislumbrar en los registros,
porque queríamos saber precisamente si se cumplían esos criterios de los
que usted hablaba en la selección de subcontratistas, de personas o
empresas que tuvieran experiencia en el sector. Cuál fue nuestra sorpresa
que muchas de ellas no estaban inscritas en el Registro Mercantil
central. Eso fue lo que nosotros denunciamos en su momento, y aquí tiene
usted copia de las notas informativas del Registro Mercantil central, en
el que 125 de esas empresas no aparecen registradas, cuando usted sabe
que algunas de ellas sí tendrían obligación de haberlo estado.

Pero, además, ustedes nos remitieron otra serie de subcontratistas para
unas operaciones muy concretas. Eran operaciones vinculadas a la
concesión de créditos FAD, la mayoría de ellas hacían referencia a tipos
educativos y equipos sanitarios, y lo que vimos es que ustedes nos dieron
una relación de subcontratistas en la que se excluyeron algunas empresas,
empresas que además, según no sólo informaciones que se han publicado,
sino según informaciones que han obrado en poder del propio Ministro,
eran las principales empresas subcontratistas, no los suministradores,
señor Presidente de Focoex, no los suministradores sino los principales
subcontratistas. ¿Por qué se ocultó esa información al Grupo Popular,
señor Presidente de Focoex? ¿Por qué se manipularon esos datos y se
ocultaron esas empresas?
Yo le voy a dar la referencia de los contratos para que no tenga usted
duda. Los que ustedes enumeran son cinco contratos, en los que se ha
ocultado algún subcontratista: el 8.801, en Argentina, de educación; el
9.002/030, de salud, también en Argentina; el 9.009, en Chile, de
material educativo; el 8.711, en Méjico, de equipamiento hospitalario; el
8.507, en Uruguay, de material educativo. El importe total de esos
contratos será de 12.739 millones de pesetas.

Pero usted ha hecho referencia también al sistema de selección de esos
subcontratistas y usted ha señalado que es la dirección de ejecución la
que utiliza un archivo histórico --parece ser-- y selecciona los
subcontratistas, y, luego, nos ha dicho que son muchos los
subcontratistas con los que ha participado Focoex. A mí me parece que no
son muchos los subcontratistas; sí serán muchos los suministradores pero
no los subcontratistas, porque el informe del Tribunal de Cuentas en este
caso es muy claro y dice que Focoex subcontrata, con un número reducido
de empresas, importantes volúmenes de negocio (conclusión, número 4 de
las que realiza el Informe del Tribunal de Cuentas). Además, señala,
señor Presidente de Focoex, la inexistencia de concurrencia, lo que
impide concluir que los precios y cantidades de los bienes se ajusten a
los del mercado. Usted sabe que en el informe de evaluación que ha
realizado el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que afecta
precisamente a los créditos FAD, una de las cuestiones que se denuncia es
la falta de concursos realizados por parte del Gobierno y de la
Secretaría de Estado de Comercio a la hora de conceder estos créditos FAD
para determinadas operaciones. Así que no es ése el sistema normal que se
utiliza en otros países. En otros países, señor Presidente, hay concursos
y esto se hace de una forma algo más transparente.

También dice, referido a los subcontratistas, que no se ha podido
determinar que la modalidad de su participación en cada operación haya
respondido a criterios económicos financieros previamente fundamentados
ni que la selección de subcontratistas atienda, como decía antes, a la
necesaria transparencia. Además, tampoco el Tribunal pudo verificar la
consecución del destino final previsto para los bienes y servicios
exportados. Es decir, si el Tribunal de Cuentas no puede verificar la
consecución del destino final; si la Comisión Interministerial del Fondo
de Ayuda al Desarrollo ha incumplido reiteradamente la obligación que le
marca el Real Decreto de 31 de marzo de 1977 en el que se obliga, en su
artículo 6.º, a realizar el control y evaluación de las operaciones,
tendrán ustedes que entender que nosotros tengamos una buena fe que tiene
sus límites.

Pero, además, señor Presidente de Focoex, en el propio informe del
Tribunal de Cuentas se hace referencia a otras cuestiones, se hace
referencia a la realización de artificios contables. Usted hablaba de que
la empresa pública Focoex jamás había tenido pérdidas. Pues bien, en el
año 1991, según se deduce de las propias conclusiones del informe del
Tribunal de Cuentas, si la contabilidad se hubiera realizado como se
debería de haber hecho, se habrían producido pérdidas en ese ejercicio.

Yo ya sé que usted en parte del ejercicio no era el Presidente de la
empresa pública Focoex, ya sé que usted recibía una herencia. Nosotros
hubiéramos deseado que hubiera estado aquí el señor Calvillo, pero es
usted quien ha decidido el Grupo Socialista que esté para hacer
referencia a toda la gestión.

Entre esos artificios contables, hay que destacar la contabilización
incorrecta de los envíos de fondos de Focoex a ICC, una empresa filial,
como inversión financiera (página 146, conclusión decimotercera). Además,
según la propia auditoría de Arthur Andersen, las cuentas de 1991 no
reflejaron los efectos que se hubieran producido de haberse aplicado
criterios de consolidación contable, lo que hubiera implicado una
reducción de 66,5 millones en los resultados de ese ejercicio (página 7
del informe de la auditoría de Arthur Andersen). La no dotación de
provisiones por la situación de Sovhispan, a la que se había dotado de un
valor contable por 862 millones, cuando su valor teórico era sólo de 317,
es, a nuestro juicio, otro artificio contable (conclusión decimoquinta,
página 148).




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Además, se han realizado o se realizaron intercambios accionariables en
1991, entre Focoex y la Compañía de Tabacos de Filipinas, de Sovhispan y
Fococafe, para mejorar ficticiamente la cuenta de resultados mediante la
obtención de plusvalías (conclusión decimocuarta, página 147). Se han
observado además deficiencias en el sistema de imputación de resultados,
que permitieron influir en los resultados del ejercicio y que pueden
afectar a la representatividad de los estados financieros anuales
(páginas 26 y 27 del informe). Además, señor Presidente, en esta época se
realizaron, a nuestro juicio, inversiones temerarias, como lo fue la
compra del 18 de diciembre de 1990, del 16 por ciento de Sovhispan a la
Compañía de Tabacos de Filipinas por 444 millones, cuando el valor
teórico de las acciones, según balance, era de 148 millones; como es
también una inversión temeraria la compra de un paquete de acciones del 9
por ciento de las acciones de Sovhispan, la misma compañía que antes, por
225 millones, el 8 de abril de 1991, a la Compañía de Tabacos de
Filipinas, a pesar de que el presidente de esa empresa pública el 26 de
febrero había reconocido la problemática situación de esa empresa en un
comité ejecutivo de Focoex. Focoex se convirtió de esa forma en el único
accionista español, con el 50 por ciento de esa compañía. Da la
casualidad de que, en ese momento, el presidente de Focoex y de la
Compañía de Tabacos de Filipinas eran la misma persona, el señor Germán
Calvillo, un presidente que es presidente de una empresa pública y, a su
vez, de una empresa de mayoría de capital privado y que realiza esta
serie de cambios accionariales con el único fin, señor Presidente de
Focoex, de modificar y alterar las cuentas de resultados y que Focoex no
tuviera pérdidas en ese año.

Pero, además, usted ha hablado de las operaciones en el exterior, de la
promoción de empresas y de la contribución a la internacionalización de
la empresa española por parte de Focoex, asunto que no discutimos que se
haya conseguido en muchas ocasiones, no se lo discutimos, pero el
problema es que ustedes presentan algunas cosas que luego la realidad,
que es terca, se encarga de desmentir. El 13 de octubre de 1992, en la
Comisión de Industria, Obras Públicas y Servicios, comparecía el señor
Secretario de Estado de Comercio y Presidente del Instituto de Comercio
Exterior, el señor Feito Hernández. Ahí decía (página 15525, del «Diario
de Sesiones» de la Comisión), referida a una de las operaciones más
importantes que nunca ha realizado su compañía, la operación de barter en
Angola, decía: Hemos obtenido una operación de mucho éxito en Angola, de
financiación de exportaciones diversas procedentes de España, y ha sido
una operación que le ha permitido mejorar sus resultados a la empresa
pública Focoex.

Según el informe del Tribunal de Cuentas, las importaciones diversas no
fueron en su totalidad procedentes de España, ni tan siquiera en su mayor
parte fueron procedentes de España. Según el informe del Tribunal de
Cuentas, donde se da detalle de esta operación, tan sólo el 35 por ciento
del material exportado a Angola fue material español; el resto tenía
procedencia de otros países, con lo que la empresa pública Focoex, que si
bien en algunos casos ha contribuido sin duda alguna a mejorar las
exportaciones españolas, en este caso, de 29.000 millones de pesetas,
señor Presidente de Focoex, la mayor operación que nunca ha realizado
Focoex, solamente el 35 por ciento era material procedente de España, a
pesar de lo que decía el señor Feito de las repercusiones importantes que
iba a tener para el comercio exterior español y para la creación de
puestos de trabajo en España. Al final, los camiones procedían de otros
países y no se crearon puestos de trabajo en España sino en otros países.

Parece ser que incluso hasta a Irán se fueron a buscar algunos camiones,
cuando usted sabe que había empresas españolas que tenían contratos
firmados con Angola anteriores a esta operación y que ahora están en
quiebra.




El señor PRESIDENTE: Señor Hernando, vaya concluyendo.




El señor HERNANDO FRAILE: Voy concluyendo.

Me gustaría que viera algún detalle sobre la empresa pública FISA, Focoex
Internacional, que fue creada en 1987, con domicilio en Panamá,
trasladado luego a Bahamas. ¿Cuál era el objeto de que una empresa
pública, dependiente del Ministerio de Hacienda en aquel momento, tuviera
su domicilio en paraísos fiscales? ¿Era la elusión fiscal o el pago de
comisiones? ¿Cuál era el objeto? Me gustaría que nos diera algún detalle
más sobre esto.

Por lo que se refiere a la gestión de personal o a la política
retributiva, es cierto que algunos de los salarios son los normales del
mercado, sobre todo el salario del Presidente; lo que no es normal en
estas empresas de comercio exterior es que haya tantos directivos que
cobren tanto. En una empresa de 94 personas hay 9 directivos situados
entre los 17,5 millones y los 20,5 millones. Además, el informe dice que
a tres de ellos se les practicaron retenciones por debajo de lo que marca
la ley. A ello hay que añadir que últimamente se han producido
indemnizaciones, según consta en el informe del Tribunal de Cuentas, a
personas que han abandonado la empresa, superando los límites marcados en
el Real Decreto 1382/1985, de 1 de agosto. Sobre eso, señor Presidente,
tengo que decirle que éstos son sueldos de directivos, que las relaciones
contractuales son de directivos, por lo que no se entiende por qué se ha
incumplido la legalidad en las indemnizaciones y por qué se les ha
indemnizado a estas personas más de lo que les correspondía, a pesar de
las alegaciones que usted hizo en su día al Tribunal de Cuentas y que
éste ha desestimado.

El informe del Tribunal de Cuentas concluye que las reuniones del comité
ejecutivo y del consejo de administración se producen en el mismo día,
con los mismos asuntos, las mismas personas y con media hora de
diferencia, pagándose a cada uno de los miembros dietas por cada una de
las reuniones, lo que constituye un claro caso de fraude por cobro de
dietas dobles. Yo no sé si ésta es la práctica habitual en el resto de
las empresas públicas españolas, pero sí sé que el informe del Tribunal
de Cuentas denuncia que es en su empresa donde se realiza esta práctica.

Por ir concluyendo, señor Presidente, en una de las últimas conclusiones
del informe del Tribunal de Cuentas hay



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algo que nos ha llamado mucho la atención, la última conclusión. Dice que
la entidad ha suscrito 300 millones de deuda pública especial para hacer
frente a contingencias fiscales devenidas de la comprobación
administrativa. Sin perjuicio de la licitud de la operación, que prevé la
disposición adicional decimotercera de la Ley 18/1991, es cuando menos
chocante que una entidad pública acceda a este procedimiento que implica
la ocultación de beneficios a la Hacienda pública. Es más, todo parece
indicar que las actas de inspección lo han calificado de infracción
grave, es decir, con inclusión de sanciones, lo que equivale a que se ha
apreciado una conducta dolosa o culpable de la entidad. Insistimos en que
ese proceder no está demasiado acorde con la conducta necesaria de una
entidad pública.

En definitiva, señor Presidente, aceptando la defensa que usted ha hecho
de su empresa, seguimos encontrando irregularidades importantes, no sólo
por lo que refleja el informe del Tribunal de Cuentas, sino por lo que
deja de reflejar, que a nuestro juicio tiene que tener una sustanciación
diferente. No puede ser, señor Presidente, que una empresa pública pueda
tener fondos reservados a su disposición sin ningún tipo de control por
parte del Parlamento. Eso no puede tenerlo una empresa pública. Si
ustedes ahora creen que es necesario que se cubra el vacío legal y que se
adopte algún tipo de resoluciones mediante una proposición de ley,
nosotros estamos dispuestos a estudiar lo que propongan. Lo que no puede
ser, señor Presidente de Focoex, es que un informe del Tribunal de
Cuentas sea tan concluyente a la hora de denunciar opacidad, a la hora de
denunciar la imposibilidad de fiscalizar sus cuentas, a la hora de
denunciar las limitaciones que al mismo se le han puesto y que, además,
ello venga refrendado con mentiras a la oposición que, en su labor de
control, ha realizado las preguntas oportunas que, como decía antes, no
han sido correctamente contestadas por parte del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda Unida, tiene la
palabra el señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: Señor Cuñat, este debate sobre Focoex tiene para
nosotros una entidad que va más allá del propio debate. Está encima de la
mesa el debate sobre la empresa pública, su funcionamiento, si es claro,
si es opaco, por tanto sobre su transparencia; sobre la posibilidad de
desarrollar desde la empresa pública, dentro de la economía general, una
actividad favorable para el conjunto de la economía, en este caso
concreto para el comercio. Al mismo tiempo, tiene importancia en relación
al comercio exterior español y a potenciar las posibilidades de este
comercio desde el sector público, así como a intervenir en él, en un
momento en que se está hablando y aplicándola en la práctica concreta, de
una globalización no controlada democráticamente por nadie, sin que
ningún organismo internacional democráticamente controle una
globalización que se está produciendo, que no es internacionalización
sólo, es una globalización económica. Por ello, es importante que este
debate se vea más allá de lo que es el debate en sí, con tener ya éste
una importancia extraordinaria.

Me acuerdo que, cuando hace unos cuantos meses, estábamos en la Comisión
llamada Rubio chocábamos muy a menudo con una muralla en el momento de
intentar investigar determinados procesos en relación a dineros o a
determinadas operaciones, intento que siempre se estrellaba, repito, en
ese muro de los paraísos fiscales europeos, centroamericanos, etcétera;
siempre nos encontrábamos con eso. Parecía, y supongo que todavía parece
e incluso debe ser realidad, que los grupos parlamentarios en
representación de las fuerzas políticas de esa Comisión decían de forma
seria y rigurosa que estaban contra estos paraísos fiscales, que tenían
ganas de investigarlos y de que dejasen de existir, al menos en una parte
importante, de modo que continuamos estando en las mismas tesis. Por
tanto, estamos hablando de una serie de cuestiones que afectan a un
determinado funcionamiento de Focoex, pero al mismo tiempo estamos
hablando de una serie de cosas que exigen una intervención, no retórica
sino con propuestas concretas, por parte de España en el plano europeo e
internacional. Por tanto, este debate sobre Focoex tiene mucha
importancia.

El comercio exterior, en este caso concreto a través de Focoex, actúa en
algunos casos como si de fondos reservados se tratase, como si fuera una
cuestión casi secreta, de Estado, y no se puede decir por qué se pierde
el santo y la limosna. Aquí, en el informe del Tribunal de Cuentas se
habla de carencias, de insuficiencias de documentación en la sociedad,
por lo que no ha sido posible conocer de una manera suficiente la
naturaleza de algunas operaciones de mediación, ni las gestiones
realizadas por la sociedad para la selección de sus proveedores o de
entidades colaboradoras con su actividad. Estamos hablando --y esto fue
motivo de unas determinadas preguntas que hizo mi Grupo allá en el lejano
mes de junio del año 1994-- naturalmente de casos de posible favoritismo
a determinadas empresas, en este caso concreto relacionadas con la
educación. Y continúa: Por ello, los fiscalizadores no han podido
pronunciarse sobre el cumplimiento de los principios de eficiencia y
economía en la gestión de las referidas actividades. Yo le creo, estoy
por creerle, yo tengo una vocación natural que me inclina a creer a todo
el mundo, porque pienso que todo el mundo es bueno o debería ser bueno o
debería tender a ser bueno, a mejorar incluso su comportamiento, pero
aquí el Tribunal de Cuentas dice que hay una serie de faltas de
documentación que impiden conocer, por ejemplo, algo que usted ha
afirmado con rotundidad, que es una eficiencia en la economía en la
gestión de la referidas actividades, etcétera.

Se me ha dicho en otras ocasiones que determinada publicidad --y voy a
intentar buscar las palabras para que públicamente no afecten a nuestros
intereses exteriores-- e incluso el conocimiento de la existencia de
determinadas comisiones podrían dañar determinadas operaciones. Yo creo
que a nivel internacional, algo que puede ser normal en un momento
concreto de una coyuntura --una coyuntura a lo mejor muy larga-- debe
tender a eliminarse, y un Estado medio, como el nuestro, que está en el
marco de la Unión Europea, en el marco internacional, que tiene
propuestas, debe tender con sus propuestas no a hacer milagros



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y liquidar de la noche a la mañana algo que tiene toda una tradición y
tiene un peso, el comercio internacional, pero sí a tender a que el
comercio internacional sea absolutamente cristalino, no tenga ninguna
opacidad y que, en todo caso, si en un momento determinado puede haber o
debe haber alguna opacidad, que se cree en esta Comisión o en otra
Comisión, como se hace, por ejemplo, en el sector de defensa, un
mecanismo que permita informar, con el debido secreto, de determinadas
operaciones, y entonces cada fuerza política, cada grupo tendrá la
responsabilidad que tenga en el momento de decidir qué es lo que hace con
esta información; información que, repito, yo creo que debería ser
mantenida en secreto para un funcionamiento mínimamente coherente, desde
el punto de vista político y parlamentario.

Yo creo, que el comercio internacional debe tender a funcionar mejor,
cualquier actividad, y que debe ser posible en cualquier momento, trátese
con el país que se trate y aunque haya operaciones que a veces pueden no
parecer muy significativas en el momento de dar información, que se
conozca. Ya sabemos que en una sociedad, en nuestra sociedad también,
funcionan determinados mecanismos que hacen que unas fuerzas políticas
defiendan, en el plano internacional también, unas operaciones más que
otras, porque son partidarios de unas operaciones más que de otras, por
ejemplo, que puedan ver bien una compra de armamento a determinado país,
y no puedan ver bien una ayuda solidaria a otro país. Muy bien, pues que
se discuta políticamente, y que la ciudadanía sepa de qué se trata y lo
que hace cada fuerza política en el plano internacional y qué defiende.

Para terminar, y voy a ser muy breve en esto, quiero señalar que nosotros
vamos a seguir muy atentamente toda la actividad de Focoex en el futuro
inmediato y más adelante, en la medida también de nuestras posibilidades.

Nosotros vamos a seguir en esta tesitura, pero pensamos que, de salida,
ya en este momento concreto, las cosas pueden hacerse bastante mejor y
que no debe haber este secretismo en determinadas operaciones. Se tiene
que buscar otra forma de hacer las cosas si queremos ser consecuentes
naturalmente con lo que decimos a nivel de cómo deben funcionar las
cosas, tanto en el plano nacional como en el plano internacional.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Caballero.




El señor CABALLERO ALVAREZ: Yo creo que en este debate --que me resulta
familiar, porque parece que está repetido de alguno anterior que hubo en
otra Comisión-- estamos mezclando dos cuestiones que metodológica y
políticamente deberían estar separadas. La primera es el planteamiento
general de empresas de estas características dependiendo del sector
público y si es conveniente, a estas alturas y con un comercio exterior
como el que nosotros tenemos, que siga habiendo empresas de estas
características; y la segunda cuestión es el caso concreto de Focoex. Yo
creo que es bueno separar las dos, porque probablemente eso nos facilite
la comprensión de por qué estamos aquí y por qué estamos teniendo este
debate de forma mezclada.

Voy a entrar, primero, en lo concreto, para acabar después haciendo una
reflexión política sobre lo general. La verdad es que en lo concreto,
todo lo que tiene que ver con esta empresa debería llevarnos primero a
leer muy detalladamente todos los papeles que están encima de la mesa,
debería llevarnos a leer muy detalladamente el informe del Tribunal de
Cuentas, y yo creo que resulta de gran ayuda leer también las alegaciones
que hace la empresa, porque cuando se tiene que hacer y se tiene que
fijar un criterio político, uno tiene que recibir el máximo de
informaciones posibles. Por tanto, aun cuando el dictamen del Tribunal de
Cuentas tenga un rango obviamente y las alegaciones de la empresa tengan
otro, algunas cuestiones se clarifican al leerse a fondo de verdad las
alegaciones de la empresa, como yo creo que ha clarificado la
comparecencia del Presidente de la empresa sobre la que estamos
debatiendo hace unos minutos, que ha dejado algunas cosas bastante
claras.

Si todos los juicios que uno oye sobre cuestiones políticas de estas
características son como la acusación al Gobierno de que miente, como yo
acabo de oír, uno se queda perplejo. Yo tengo aquí delante una respuesta
del Gobierno a una pregunta del señor Hernando Fraile. La tengo
literalmente y yo creo que vale la pena leerla, porque sobre esta
cuestión acabamos de oír algo así como que el Gobierno afirmó que lo
desvelará al Tribunal de Cuentas, o algo similar que no me ha dado tiempo
a coger literalmente, pero que en todo caso creo que era el espíritu de
lo que acabo de oír. El Gobierno dice, entre otras cosas: Por todo ello,
no resulta posible que las empresas públicas desvelen una información muy
concreta que entra de lleno dentro del secreto comercial. Primera
afirmación tajante que hace el Gobierno sobre esta cuestión en una
respuesta pública al Senado. Pero antes había dicho el Gobierno también,
hablando de las comisiones comerciales, que son gastos vinculados a
operaciones comerciales y que se encuentran liberalizados en la normativa
española, de conformidad con lo establecido en el derecho comunitario. El
Gobierno sigue diciendo en esta respuesta: Dicha liberalización alcanza
indistintamente a todas las empresas residentes en España, con
independencia de que sean privadas o públicas, aunque éstas se encuentren
específicamente sometidas en todas sus actuaciones a la supervisión de la
Intervención General de la Administración del Estado y al Tribunal de
Cuentas. Esto es lo que dice el Gobierno. El Gobierno no afirma lo que
oímos aquí que decía que el Gobierno decía, y valga la redundancia. El
Gobierno dice lo que dice en una respuesta que yo tengo aquí delante. Por
tanto, es bueno ir procediendo a profundizar en las cosas con suficiente
tranquilidad.

Otra de las cuestiones de las que se oye hablar es de si hay múltiples
empresas subcontratistas o no las hay. Yo acabo de oír aquí al Presidente
de la empresa decir que las hay. Efectivamente, el Tribunal de Cuentas
dice: Focoex subcontrata con un número reducido de empresas. Aclárelo,
señor Presidente, aclárenos si estamos hablando de cinco empresas, de
siete, que sería un número reducido, o



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estamos hablando de 300 ó 400, que sería un número bastante amplio, o si,
como usted nos acaba de decir, estamos hablando de 1.000 empresas, que es
la cifra que usted utilizó para este período, y difícilmente a un número
de esa magnitud se le podría denominar reducido. Yo creo que es bueno que
usted lo aclare, y debería ir más allá, y se lo quiero solicitar en
nombre del Grupo Socialista. Dénos la lista, no en este momento, porque
probablemente no la tenga usted aquí, pero dénos la lista de todas las
empresas con las que ustedes colaboran en las operaciones de comercio
internacional. Supongo que eso no viola ningún secreto empresarial, ni
nada que tenga que ver con la confidencialidad, porque debe ser público.

Seguramente usted disiparía, dándonos esa lista, algunas de las sombras
que se intentar arrojar sobre la cuestión, y como yo estoy seguro --usted
lo acaba de decir-- de que es un número importante, probablemente
eliminásemos otro de los pretendidos elementos de debate.

Por algunas de las intervenciones que he oído, y no me refiero solamente
hoy aquí, porque éste es un tema ya muy tratado, se habla de la cuestión
de la idoneidad de los precios y de los destinos. Yo creo que sería bueno
que usted nos dijera cómo se podría comprobar si los precios que se
aplican a estas operaciones son los precios de mercado, y por tanto los
precios óptimos, o responden a otras cuestiones, porque ustedes en las
alegaciones al Tribunal de Cuentas hacen alusión a la forma de averiguar
estas cuestiones, que a mí me parece también bastante satisfactoria. Por
tanto, quizá sería bueno conocerlo aquí.

Algunas veces se oye hablar --y el Tribunal así lo hace-- de alguna
empresa que tiene un mayor nivel de contratación. A mí me gustaría saber
si hay varias empresas que tienen un volumen importante de contratación.

No es necesario que dé los nombres, porque probablemente tampoco sea ésta
la cuestión ahora, pero ustedes afirman en sus alegaciones que hay
bastantes empresas que tienen un nivel elevado de contratación con
ustedes, y por tanto nunca se puede singularizar en una única, y eso
probablemente también aclare bastante cómo se está operando desde esta
empresa.

Otra de las cuestiones sobre las que se habla largo y tendido tiene que
ver con las comisiones, comisiones comerciales, por su puesto, aquellas a
las que las empresas Focoex procede. La primera cuestión que a uno le
surge es de una cierta perplejidad, incluso en el informe del Tribunal de
Cuentas, porque éste dice, hablando de estas comisiones: «Sólo se ha
tenido constancia documental de las cuantías abonadas según registros
contables.» Es decir, que hay registros contables de las cuantías
abonadas, lo cual parece un principio bastante razonable, es lo que uno
espera encontrar cuando va a una empresa, que aparezca en la contabilidad
que se pagaron las comisiones comerciales. Sigue diciendo el informe del
Tribunal de Cuentas: «Así como del perceptor de las mismas» --es decir,
que la empresa le facilita al Tribunal no solamente el registro contable
de la comisión, sino quién la percibe--, «perceptor» --dice el Tribunal--
«que, en la mayoría de los casos, se identifica con personas jurídicas.»
Parece que es bastante razonable que en muchos casos las intermediaciones
comerciales las hagan personas jurídicas, porque se pueden contratar
estas intermediaciones comerciales con empresas que son personas
jurídicas. Y continúa: «Establecidas en el extranjero.» Parece bastante
razonable que si uno tiene que realizar operaciones de exportación con
--iba a decir un país que está estos días de moda, pero no lo digo-- (un
señor Diputado: Laos) cualquier país, con Argentina o Chile, lo normal es
que contrate a alguien de Argentina o de Chile para que le facilite la
operación. Yo soy un lego en este tipo de operaciones comerciales;
simplemente opero con la lógica. Luego el propio Tribunal dice que tiene
registros contables de los perceptores de las comisiones, y que son
personas jurídicas establecidas en el extranjero. La cuestión adicional
es que lo cobran en paraísos fiscales. Háganos usted un comentario sobre
si esto es habitual en este tipo de cuestiones.

Después de esto surge una cierta perplejidad sobre el informe del
Tribunal, porque a continuación dice que no es posible verificar que las
comisiones estén destinadas al buen fin de la operación. Aquí se tiene
que ir uno también a lo que dicen en sus alegaciones, pero antes quería
hablar de otra cuestión. Decía el propio Tribunal en este informe que ha
resultado imposible contrastar el destino final de dichas comisiones.

Parece que se conoce quiénes son los perceptores y no se conoce el
destino final. No entiendo qué es lo que quiere decir este informe. Me
gustaría que usted nos lo aclarase, si ésta es alguna cuestión especial o
si es que es habitual que, una vez que se paga a un señor y que firma
haber recibido la comisión comercial, se sepa qué es lo que este
perceptor hace con esa comisión. Son cuestiones que yo creo que, usted
las explica, quedarán suficientemente claras, porque el propio informe lo
es también.

Yo quiero seguir diciendo que en las alegaciones de la empresa --y me
gustaría que usted ratificara que es así-- ésta pone al servicio del
Tribunal las cartas de servicios comerciales reconociendo las comisiones,
las facturas y las actas del comité de operaciones. Me gustaría que usted
ratificara que esto es así y que, por tanto, toda esta documentación está
disponible. En consecuencia, a partir de aquí parece que hay una cierta
cantidad de información sobre todo lo relacionado con las comisiones
comerciales, porque a veces resulta que desde los debates políticos se
intenta arrojar sombras sobre cuestiones que a lo mejor no tienen tantas
sombras. Desde mi primera aproximación a este tema, me gustaría que usted
lo aclarase.

Otro de los temas que aparecen es la empresa FISA y su domiciliación en
un paraíso fiscal, creo que en este momento las Bahamas, tras haber
pasado por Panamá. Yo le quiero decir algo que estoy seguro de que
representa la opinión de mi Grupo. A nosotros nos gusta que empresas
dependientes de empresas mayoritariamente públicas estén en paraísos
fiscales, y quiero dejar por tanto este criterio político bien sentado.

Por tanto, me gustaría que nos aclarase la función de esta empresa y por
qué ahí, y probablemente exista una justificación, aun diciendo de
antemano que nosotros hubiéramos preferido --y yo hubiera preferido-- no
haber encontrado una empresa, FISA, domiciliada en un paraíso fiscal,
porque arroja sombras sobre



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el proceso, y con esto no estoy haciendo ninguna imputación; solamente
estoy diciendo que domiciliar una empresa en una paraíso fiscal puede
arrojar alguna sombra, y me gustaría conocer de su boca que está
infundado crear opacidad y sombras solamente sobre la base del hecho de
la domiciliación.

Más cuestiones todavía, todo lo relativo a los incrementos salariales de
la empresa. Después de leerme el informe, que dice que los incrementos
salariales en el año 1991 fueron del 8 por ciento y en el año 1992 del
6,5, me fui a la información estadística del Instituto Nacional de
Estadística, a buscar cuáles fueron los incrementos promedios en
convenios del sector habidos en ese año en este país. En el año 1991, el
promedio de los incrementos de convenios en el sector fue en toda España
del 8 por ciento, igual que el incremento salarial de su empresa, y en
1992 el incremento de convenio por sector fue del 7,3, que es superior al
6,5 de la empresa Focoex. Luego no hablemos de cuestiones que no implican
más que mezclar un debate y no aclarar las cosas. Dejemos esas cosas y
vayamos a lo estrictamente sustancial.

Yo creo que hay una segunda cuestión sobre la que me alegro que el señor
Frutos en su intervención abriese el camino y en la que yo tenía pensado
entrar, que es el debate un poco más general de: uno, ¿cómo se controlan
desde el Parlamento algunas cuestiones que requieren un cierto nivel de
confidencialidad? Es evidente que si una empresa mayoritariamente
participada por el sector público tiene que dar a sus operaciones
comerciales una publicidad sustancialmente más importante que la que
hacen sus competidores, eso la va a dañar. ¿Por qué? Pues porque algunas
empresas serán reticentes a contratar con esta empresa pública porque va
a haber un mayor nivel de publicidad y, por tanto, puede no gustarles.

¿Por qué? Por que en muchas operaciones comerciales las empresas reclaman
discreción, no están dispuestas a que se conozcan con pelos, datos y
señales --empresas privadas, me refiero-- todas sus operaciones. Por
tanto, ésta sí es una limitación política que nosotros tenemos que
afrontar desde el Parlamento, porque yo creo que esto, que se puede
entender, no puede traer como consecuencia la ausencia de fiscalización
política desde el Parlamento de operaciones comerciales realizadas por
empresas mayoritariamente participadas por el sector público. Yo aquí sí
quiero, en el ámbito de la dialéctica, recoger el guante que arrojó la
Presidenta del Tribunal de Cuentas y hace un rato el señor Frutos, porque
yo creo que sí tenemos que abrir un debate sobre la forma de afrontar
estas cuestiones. No es conveniente que amparándonos desde el Parlamento
en que tienen que ser operaciones no publicitadas y con una cierta
discreción ello impida que las controlemos políticamente. Por tanto, creo
que no es una cuestión imputable a la empresa de la que estamos hablando,
pero que sí requiere un cierto debate político entre los grupos que
estamos en la Cámara y singularmente en esta Comisión.

Pero creo que hay que ir incluso más allá y el más allá, señor presidente
(ya acabo, señor Presidente, ya veo que me hace gestos de que me estoy
extendiendo, pero creo que el tema tiene una cierta embergadura y por
tanto vale la pena detenernos en él; tratemos de eliminar algunas
cuestiones e ir, por lo menos para el futuro, si es posible, acabando el
debate y, si no, comprimiéndolo, porque no deberíamos estar siempre
debatiendo de lo mismo, ya que algunas cuestiones se van aclarando), la
última cuestión es si es conveniente que haya empresas públicas de estas
características y si creemos que es bueno que el sector público tenga
empresas participadas mayoritariamente que se tengan que desenvolver en
una competencia feroz, durísima, como es la competencia del comercio
internacional, por lo que hay que hacer operaciones comercialmente
aceptables pero que a lo mejor son discutibles en otros ámbitos, y vuelvo
a repetir que no me gusta que FISA esté domiciliada en un paraíso fiscal.

Y para cualquier empresa comercial, para cualquier empresa privada sería
absolutamente trivial y nadie lo estaría cuestionando. Por tanto, tenemos
pendiente ese debate y lo tenemos pendiente desde diferentes posiciones
políticas, y yo también quiero hablar de la mía. A mí no me disgusta en
absoluto --y entiéndase muy bien lo que estoy diciendo-- que haya
empresas públicas. Creo que las empresas públicas tienen un papel que
cumplir, en este país lo cumplieron, pero sí es conveniente en este
momento hacer el debate de empresas públicas de estas características,
porque a veces pueden dar lugar a debates políticos que malinterpretan el
objetivo y la forma de operación.

Creo, señor Presidente, y señor Presidente de la empresa Focoex, que su
intervención hoy aquí fue bastante clarificadora. Algunas cuestiones para
mí quedaron claras y espero que en su siguiente intervención acabe de
aclararnos, de una vez por todas, estas cuestiones y podamos en el
Parlamento proseguir con otros temas, singularmente la comparecencia del
señor Secretario de Estado, que me parece especialmente relevante en este
momento.




El señor PRESIDENTE: Para contestar tiene la palabra el señor Presidente
de Focoex.




El señor PRESIDENTE DE LA EMPRESA FOMENTO DEL COMERCIO EXTERIOR (FOCOEX)
(Cuñat Arias): Señor Presidente, agradezco a todos los representantes de
los grupos la atención prestada a mis palabras y las apreciaciones
hechas, que me resultan, tanto a mí personalmente como en mi calidad de
representante de la empresa estatal Focoex, de gran utilidad.

Quisiera comenzar haciendo una apreciación de orden general para
contestar a sus preguntas y después pasar a contestar, si es posible, a
las apreciaciones que cada uno de los intervinientes han hecho. Me
gustaría aprovechar el marco en el que estoy para hacer una pequeña
intervención en clave política, que es el marco adecuado.

Entenderán, señorías, que me presento por primera vez como Presidente de
Focoex --creo que ha habido algunos otros presidentes que han intervenido
en Comisiones, pero en años muy anteriores-- con gran placer, porque creo
que la función que se me ha encomendado es de gran importancia y que, por
tanto, interesa a mucha gente, y a mí personalmente me interesa ver cómo
se ve desde fuera, cómo se valora, cómo se enjuicia, conocer las
opiniones autorizadas



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de gente que ha estado durante mucho tiempo además siguiendo el
desarrollo de la empresa; me interesa muchísimo esa opinión. Cuando digo
que hablo en clave política quiero decir clave política dentro de lo que
soy capaz de conocer.

Ustedes entenderán que en el año 1976, producto de uno de los planes de
fomento de la exportación, el Gobierno de entonces, un Gobierno de signo
político distinto del actual, decide meterse como operador en el comercio
exterior y forzar la contratación en el exterior de operaciones, y crea
una empresa; después ha creado diferentes empresas más pequeñas, cada una
ha tenido su desarrollo, pero realmente crea esta empresa que creo que es
la más grande y la más potente, y nos da una consigna, que es una
consigna bíblica, que es la de creced y multiplicaos. Focoex, agrupando
bajo ese nombre montones de personas que han pasado, que ya no están, que
siguen estando, diferentes empresas, emprende el cumplimiento de esa
consigna, y veinte años después está en condiciones de hacer balance, y
en condiciones muy positivas si atendemos a términos cuantitativos y
cualitativos. Yo, por ejemplo, tomo esta comparecencia y tomaría otras,
si tengo el honor de ser requerido otra vez, para seguir haciendo
balance, para poder explicárselo a gente no conocedora, por la naturaleza
de estos temas específicos, y que puedan formar un criterio, que pueda
ser coincidente con el nuestro o distinto, y como decía el representante
del Partido Socialista, incluso un criterio que venga a decir que tal
tipo de empresa en estos momentos no es necesaria por las circunstancias
en las que se desenvuelve y que es preciso otro tipo de cobertura
accionarial para que siga haciendo lo mismo, porque lo que sí creo que es
necesario es salvaguardar como sea la cartera que tenemos y las prácticas
que hemos sabido desarrollar.

Como digo, se nos dice: creced y multiplicaos, y volvemos al cabo de los
veinte años, y decimos: mire, no solamente hemos crecido, sino que nos
hemos multiplicado y podemos presentar un balance muy positivo de
realizaciones geográficas, instrumentales, sectoriales, de todo, y ahí no
me quiero extender, pero en algún momento me gustaría tener la
oportunidad de explicar a SS. SS. la amplitud, la complejidad y la
sofisticación de la actuación comercial que estamos haciendo en estos
momentos. Es verdad que vengo y digo: hemos crecido y nos hemos
multiplicado, pero lo hemos tenido que hacer en las condiciones del
sector, en las condiciones particulares de la empresa que es privada, en
el ordenamiento jurídico español y en las condiciones internacionales de
funcionamiento y ahí entraríamos en los temas de comisiones.

A lo mejor alguien se llama a engaño porque no conoce el sector, pero
cualquiera que lo conozca --y la prueba de ello es que pueden preguntar
fuera de este marco a las empresas y a las personas responsables de la
actividad exterior-- les dirá que no les suena nada raro que en los
mercados no OCDE se tengan que utilizar agentes comerciales, y ahora
hablaremos, si me permiten, del abuso de ese concepto, en el cual
coincidiría en muchos aspectos con la intervención del señor Frutos. Pero
en el tema de proveedores le digo a las personas que me mandan al mercado
a desarrollar unas consignas: bueno, pero tenemos que trabajar en
condiciones de mercado, no se hacen concursos, porque no es técnicamente
viable, y se trabaja con quien se puede, y además las empresas de
exportación con las cuales hay que trabajar en mercados de este tipo son
empresas fuertes, importantes. O sea que estoy ayudando a empresas que ya
son fuertes, no de cobertura accionarial para que siga haciendo lo mismo,
porque lo que sí creo que es necesario es salvaguardar como sea la
cartera que tenemos y las prácticas que hemos sabido desarrollar.

Como digo, se nos dice: creced y multiplicaos, y volvemos al cabo de los
veinte años, y decimos: mire, no solamente hemos crecido, sino que nos
hemos multiplicado y podemos presentar un balance muy positivo de
realizaciones geográficas, instrumentales, sectoriales, de todo, y ahí no
me quiero extender, pero en algún momento me gustaría tener la
oportunidad de explicar a SS. SS. la amplitud la complejidad y la
sofisticación de la actuación comercial que estamos haciendo en estos
momentos. Es verdad que vengo y digo: hemos crecido y nos hemos
multiplicado, pero lo hemos tenido que hacer en las condiciones del
sector, en las condiciones particulares de la empresa que es privada, en
el ordenamiento jurídico español y en las condiciones internacionales de
funcionamiento y ahí entraríamos en los temas de comisiones.

A lo mejor alguien se llama a engaño porque no conoce el sector, pero
cualquiera que lo conozca --y la prueba de ello es que pueden preguntar
fuera de este marco a las empresas y a las personas responsables de la
actividad exterior-- les dirá que no les suena nada raro que en los
mercados no OCDE se tengan que utilizar agentes comerciales, y ahora
hablaremos, si me permiten, del abuso de ese concepto, en el cual
coincidiría en muchos aspectos con la intervención del señor Frutos. Pero
en el tema de proveedores le digo a las personas que me mandan al mercado
a desarrollar unas consignas: bueno, pero tenemos que trabajar en
condiciones de mercado, no se hacen concursos, porque no es técnicamente
viable, y se trabaja con quien se puede, y además las empresas de
exportación con las cuales hay que trabajar en mercados de este tipo son
empresas fuertes, importantes. O sea que estoy ayudando a empresas que ya
son fuertes, no estoy ayudando a empresas pequeñas que ése es otro tema
totalmente distinto en la exportación, del cual podríamos hablar
ampliamente. Estoy ayudando en mercados difíciles a empresas
experimentadas, y al ayudarles tengo que ir desde el principio con ellos,
y eso significa que estoy ligado con ellos. Rara vez puedo venir con una
operación y abrir un concurso, aunque sea directo y restringido o
interno, con procedimientos de empresa. Por tanto, a los profesionales
del comercio exterior nos resulta a veces chocante que nuestros
controladores o nuestros directores externos se extrañen de que tengamos
que utilizar los sistemas para los cuales hemos sido creados.

Otra cuestión que me resulta especialmente dolorosa es que cuando vengo y
digo: señores, aquí tienen ustedes mis poderes (no solamente los míos,
perdóneme la expresión, naturalmente me refiero a los poderes de la
empresa), un billón de pesetas de contratación, 250 operaciones
realizadas en los últimos seis años, cientos en otros años, cientos



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de proveedores y una cartera que asegura el futuro de la empresa aunque
se privatice, una cartera impresionante. Por ejemplo, les señalaría una
praxis que se concreta en aspectos que a lo mejor fuera de nuestro sector
no tienen importancia, pero, por ejemplo, el año pasado Focoex ha sido la
empresa que más ha ganado concursos multilaterales en las organizaciones
internacionales; después de una larga experiencia en la financiación
bilateral, hemos pasado a la financiación multilateral,
complementariamente a la otra, y con unos equipos que las empresas más
pequeñas no podrían dedicar, y esos equipos han generado ya resultados
para todo el sector exportador español. Yo puedo venir y decir: aquí
están nuestros poderes, y además con esos problemas que somos conscientes
que tenemos: tenemos que neutralizar nuestra actividad lo más posible,
con la máxima concurrencia, y a veces no es posible, y tenemos además que
trabajar con sistemas que no nos gustan tampoco y en paraísos fiscales
que tampoco nos gustan.

Cuando digo que me resulta doloroso me refiero a otro aspecto y es que me
digan: es que además se ha hecho mal o se ha hecho con mala gestión
interna. Comprendo que ahí me tengo que enfrentar a opiniones del
Tribunal de Cuentas, que son totalmente respetables, y lejos de nosotros,
de mí y de mis colaboradores polemizar con el Tribunal de Cuentas, que
han hecho una labor para la cual está dotado y es competente, y además
nosotros no tenemos por qué evaluarla. Ahí sólo tengo que decir que si yo
tuviera la mínima conciencia de que tengo que admitir una mínima parte de
las cosas que se imputan --no ya por el Tribunal de Cuentas, porque creo
que no se imputan, sino que hay unos comentarios que valen para mejorar y
hay algunas otras cosas que podemos admitir como errores-- por alguna
fuerza política de que la gestión interna ha sido mala, yo no estaría
aquí delante de ustedes, no tendría vergüenza para estar delante de
ustedes, sobre todo como funcionario de la Administración destinado al
frente de Focoex, porque, como saben ustedes, soy técnico comercial y
economista del Estado.

Entonces, ahí estoy dispuesto a pelear por el buen nombre de todos, de la
empresa y del nuestro. Creemos que algunas apreciaciones del Tribunal de
Cuentas no han recogido alegaciones nuestras muy contundentes,
especialmente la de que todos los directores y subdirectores de la
empresa, aunque sean directores, están sometidos a contratos laborales
según el Estatuto de los Trabajadores con lo cual ya podemos ponernos
como nos pongamos que no les podemos aplicar el Real Decreto de altos
cargos, a no ser que entráramos en unas peleas que perderíamos,
costosísimas en términos de dinero y en términos además de prestigio y de
tiempo para la empresa.

Además la gestión interna tiene otro problema. Yo soy un especialista en
comercio exterior, que me responsabilizo de todos los aspectos de la
empresa, pero tengo directores y tengo responsables que se ocupan de
estos temas, a los que yo amparo totalmente, y que son los que les
podrían dar una información mucho más precisa sobre algunas de las cosas
que ha dicho el Diputado señor Hernando --al que vuelvo a agradecer su
ayuda--, pero que yo rechazo.

Focoex es una empresa bien llevada, que ha cometido errores en algunos
casos que estamos dispuestos a asumir y que además estamos dispuestos a
subsanar inmediatamente en el quehacer diario. Eso me gustaría que fuera
un poco la conclusión de mi intervención general correspondiente a lo que
SS. SS. han apuntado.

En aspectos concretos de lo que SS. SS. han manifestado, me gustaría, si
tienen tiempo para ello, hacer alguna intervención puntual, pero antes de
ello quisiera volver a repetir que explicarles todo lo que se ha hecho y
lo que se está haciendo es un tema largo y tendido. Estoy a disposición
suya, tanto a nivel particular vis-à-vis, con cada grupo, en otra
Comisión o a hacerlo de alguna forma que satisfaga a todo el mundo. Creo
que sería enriquecedor y desde luego a nosotros nos ayuda mucho que
personalidades de la vida política como ustedes tengan una idea clara de
lo que hacemos y de nuestras limitaciones.

En cuanto a la opacidad que mencionaba el Diputado señor Hernando y que
él decía que afecta a diferentes cosas, el Tribunal de Cuentas dice que
no puede entrar, no valora lo que ha sacado al entrar. Y no puede entrar
porque yo creo --permítame que lo diga, volviendo a repetir que no
polemizamos con el Tribunal y que respetamos su función-- que estamos
hablando de procedimientos distintos. El procedimiento que tiene el
Tribunal de Cuentas no es el que se aplica en las empresas privadas, en
mi opinión. Por tanto, hay cosas que no puede hacer. Cuando nosotros le
decíamos: ¿Por qué no va a Buenos Aires el funcionario determinado y mira
los containers en el puerto, el proceso, todo lo que tiene que ser para
que vea que los containers han llegado, que se han desembalado y que hay
un hospital que ha sido inaugurado y funciona con cargo a eso? No van no
porque no quieran, sino porque no están dotados para ello, ni tienen
jurisdicción. O le decíamos: ¿Por qué no va a la empresa equis y mira, si
la empresa equis quiere, todos los procesos de gestión de productos, de
gestión de precios? Tampoco están dotados jurisdiccionalmente para ello,
con lo cual ahí hay una limitación evidente que genera imposibilidad de
juicio. Otra cosa es que la palabra opacidad aparezca, pero sin que desde
luego quiera decir falta de transparencia. Ya digo que en cuatro
ocasiones el Tribunal dice que hemos colaborando absolutamente con él.

Debo discrepar otra vez, y comprendo que es un tema que habrá tenido su
capital en términos de imagen en un momento determinado, cosa en la que
tampoco quiero entrar, respecto al tema de los subcontratistas. No es un
tema del Tribunal de Cuentas, pero lo ha mencionado el señor Hernando. El
sabe, porque se lo dijimos en julio en una entrevista, que para nosotros
es incluso ofensivo pensar que nuestros proveedores no están totalmente
clarificados. Ya saben que en el contexto de las sociedades anónimas,
muchas veces, no todas ellas están registradas, lo cual no quiere decir
que no tengan su NIF o no tengan su identificación. Además, la
legislación al respecto ha cambiado o al menos la cobertura, hay unos
registros provinciales. Sin embargo, yo tendría mucho gusto en darle la
lista en este momento si la quiere, cuando termine la reunión, pero ya le
dijimos que de las 271 empresas respecto a las cuales



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mantenía, y yo creo que lícitamente, la duda de que no sabía si estaban
registradas, están registradas 261 de ellas, y de las otras 10, tres
habían quebrado, cuatro son extranjeras y dos estaban en una situación
particular. Es decir, las tenemos perfectamente identificadas. Tengo que
decir al señor Hernando que es verdad que conseguir los registros de
todas nos costó una temporada y unos recursos de la empresa valiosos,
pero supongo que para eso estamos, para clarificar. La realidad es que
están todas identificadas. Nosotros así se lo hemos hecho saber al
Gobierno y tiene la lista. Creo que en ese caso tampoco hubo una
petición, si he entendido bien, formal de esa lista por parte suya. Sin
embargo, la haya habido o no, cosa en la que no entro, sí le digo que la
lista está a su disposición y a disposición de cualquiera.

En cuanto a los temas de selección de proveedores creo que he entrado
suficientemente en ellos, dentro de lo que son, porque no estoy diciendo
que tengamos unos sistema concursales, funcionamos como una empresa, pero
ahí sí les quiero insistir en que tenemos verdadera votación de
neutralidad. Es más, la empresa funciona como lo que es, una empresa
privada, pero es que además funciona muy privadamente. A veces,
injustamente, a las empresas públicas se les imputan unos tipos de
comportamientos, de burocracia o tal, pero Focoex funciona como una
empresa de la calle normal, y en ese funcionamiento normal entenderán
ustedes que se intente trabajar con los proveedores que se conocen, que
es un poco la práctica normal e incluso es lo que dice la praxis y la
técnica de aprovisionamientos y de compras. La pelea de la dirección
siempre es neutralidad, da juego, da juego, da juego. Conociendo como
conozco el funcionamiento interno de Focoex, ahí yo no tengo ningún
problema. Es cierto que ha habido empresas que han trabajado más con
nosotros.

Hay un concepto que es el de empresas de excelencia, que yo quisiera
trasladar a SS. SS., si me lo permiten, aunque es un poco cursi, con
perdón, la expresión. Cuando he conocido bien el funcionamiento de
Focoex, me he dado cuenta, después de los años, de que verdaderamente
Focoex es una empresa que trabaja para ayudar a otras empresas que ya
están. Cualquier lego podría pensar entonces que por qué el Estado no
crea una empresa que ayude a exportar a las pequeñas y medianas empresas
o a las empresas que empiezan. Esa me parece una línea de razonamiento
muy válida y que yo creo que tiene su desarrollo técnico, tiene sus
fórmulas, que quizá no son las nuestras pero que podrían desarrollarse.

Sin embargo, si se coge la lista de las empresas que han trabajado con
nosotros, y que no me gustaría precisar aquí con nombres concretos porque
no creo que proceda, se ve que está la flor y nata del empresariado
español, y que con algunas de ellas hemos trabajado recurrentemente. En
concreto se ha planteado el tema de si hemos trabajado más
recurrentemente con una empresa dedicada a los sectores educativos y de
salud perteneciente a un gran grupo de comunicación. Efectivamente, es de
todos conocido. El Tribunal de Cuentas menciona esa empresa con un 20 por
ciento de nuestra contratación en los dos años que analiza. El grado de
magnitud de esa cifra es correcto, pero es un poco exagerado si
mencionamos sólo dos años, porque en los seis años es de un 9 por ciento
y no de un 20. Sin embargo, ha sido una relación muy fructífera, que
tiene una explicación técnica que necesita un cierto tiempo --quizá, si
me lo permitiera el Presidente, después podría entrar en ello, pero ahora
no quiero hacerlo para no agotar el tiempo--, que justifica plenamente
haber trabajado de esa forma. Son operaciones que si no se hubieran hecho
así, no se hubieran hecho. Son operaciones que han desplazado a otros
países y son operaciones que si no se hacen, serán cubiertas por otros
países. Es decir también ahí hay un factor de competencia internacional
que siempre olvidamos en estas cosas y que no sólo hay que tocarlo en el
tema de las comisiones.

La expresión artificios contables, señor Hernando, me produce escalofríos
después de las cosas que vamos todos leyendo y viendo en este país
durante los últimos años. Por tanto, preferiría que utilizara otra
expresión. No hay artificios contables. Puede haber interpretaciones
distintas. No se olvide que nosotros funcionamos con una auditoría
externa internacional que nos marca el camino y que es la que nos envía
el accionista para decirnos si las cosas las hacemos bien o mal.

Entonces, hay cosas que sometemos a su criterio y efectivamente hay cosas
opinables, ¿incluso la legislación va cambiando de un año para otro y lo
que se podía hacer por leasing en el año 1989 no se puede hacer ya en el
año 1992 y lo que se podía hacer en el año 1991 con otros temas no se
puede hacer después. Quisiera ahorrar al auditorio entrar en el detalle
de estos temas, aunque naturalmente me ofrezco a realizar una explicación
puntual y personal en el marco que quieran.

Vuelvo a las alegaciones, que creo que son muy contundentes, y rogaría a
los señores Diputados que las leyeran, puesto que el informe del Tribunal
ya obra en su poder. De todas formas, si aún así siguiesen teniendo
dudas, pueden acudir a mí para que intente despejárselas, pero partiendo
de la base de que, ni en las retenciones, ni en las indemnizaciones, ni
en el nivel de salarios, ni en el grado de avance de la contabilización
de las operaciones, en mi opinión, aparece ningún tema capital que nos
pueda llevar a admitir un error que haya podido causar perjuicio a la
empresa.

Hay otro tema que también daría para mucho, que es el de la
internacionalización conseguida y el porcentaje de exportadores
extranjeros que a veces introducimos en las operaciones; un tema muy
bonito y muy importante para el comercio exterior español. La
internacionalización no es un concepto vacío; cuando una empresa se
internacionaliza tiene que empezar a comprar en otros sitios, ese
«know-how» es el que tiene y es el que nosotros traemos al mercado
español.

En el caso de Angola tengo que disentir del Diputado señor Hernando
porque la explicación es muy clara. Si no hay operación de compensación
con petróleo no hay ninguna exportación, cero. La negociación a llevar a
cabo es cuánta exportación española podemos introducir a cambio de
introducir más extranjera, porque así lo demanda el cliente, que es el
dueño del producto que nos da a cambio y que, además, no tiene ninguna
financiación concesional: ni FAD, ni Cesce, ni nada. No sé si ha sido el
30 o el 50,



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pero si se ha exportado el 50 por ciento de 320 millones de dólares,
bueno es; se ha exportado el 10, fantástico. Si no, no se hubiese
exportado nada. La ausencia de operación es la ausencia de exportación.

Además, ocurre otra cosa --y en este punto me gustaría referirme al caso
de Incoex--, Focoex tiene un capital tecnológico en cuanto a prestación
de servicios de exportación que es apreciado por países extranjeros y por
empresas extranjeras que nos dicen que por qué no creamos empresas con
ellos para llevar a cabo esa labor. Países latinoamericanos que ya
cuentan con un poco de financiación a la exportación a su sistema y con
un Ministerio de Comercio Exterior nos dicen que por qué no nos asociamos
con ellos para ayudarles a exportar. ¿Qué cosa más importante puede haber
para una empresa española que asociarse con un estado latinoamericano
para generar luego un instrumento de fomento de la exportación a países
no OCDE? Incluso aunque tengamos que ayudarles en algún momento a
introducirse en España, cosa que no hacemos. Esa es la filosofía de
internacionalización que estamos practicando, cuyo primer caso ha sido el
de Incoex, en la que somos socios nada más y nada menos que de Bancomex,
que cualquiera que conozca Méjico sabe que es Cesce, Icex, Banco Exterior
y cuatro o cinco instituciones más españolas agrupadas en una sola y que
es el organismo de fomento a la exportación. Estamos asociados con ellos
y también con un banco privado para ayudar, y ganar dinero en el proceso,
a las exportaciones mejicanas a países no OCDE utilizando nuestro
«know-how» También les diría que siete de nuestros 10 principales
clientes están instalados ya en Méjico, con lo cual, cuando se habla de
internacionalizar la empresa española, se podía entender también que una
solución de este tipo supone una ayuda a las empresas que están fuera, y
no solamente eso sino que también estamos dispuestos a ayudar a las
empresas del país puesto que para eso ha sido creado.

Si me permite, señor Hernando, la relación que aparece en el informe del
Tribunal de Cuentas de países a los que se ha comprado para abastecer a
Angola representa un factor de prestigio; no es un factor de crítica. La
propia operación de Irán, a la que me ha hecho mucha gracia que usted se
refiriera, se llevó a cabo en un momento en el que las empresas estaban
cerradas en el mes de agosto, lo que nos impedía poder disponer de una
partida de camiones que al final conseguimos en Irán; pues bien, no saben
ustedes la cantidad de veces que el Gobierno iraní nos ha dicho que ésa
era una forma fantástica de trabajar con España, y no saben ustedes la de
puertas que nos ha abierto en Irán el haber llevado a cabo esa operación.

Por tanto, yo creo que es una palanca de internacionalización. Y si
Focoex se quedara en el nivel español sería un planteamiento autárquico
totalmente inadmisible.

¿Por qué se creó Ficsa? Yo sé por qué se creó, puesto que estaba en el
Consejo de Focoex en el momento de su creación, Consejo al que pertenezco
desde 1983, si bien soy Presidente desde 1991. En su momento, el equipo
directivo apuntó la creación de Ficsa y el consejo dio su conformidad
porque lo consideró razonable para obtener unos instrumentos para la
ejecución de las operaciones en ciertos países latinoamericanos que
exigían una empresa con personalidad jurídica totalmente responsable de
toda la obra. Existían unos problemas de garantías que establecían como
necesidad interponer unas empresas intermedias para mayor seguridad, pero
nunca se habló de comisiones, ni de elusión fiscal, por supuesto. Y es
lógico que no se hablara de comisiones porque, como usted conoce, al
trabajar mucho Focoex con financiación que se llama concesional, los
países que compran a las empresas españolas con los créditos que les da
España no quieren comprar en paraísos fiscales, aparte de que si los
créditos que se dan a empresas españolas nos lo diesen a nosotros la
imputación por parte de gobiernos extranjeros a estos créditos no podría
ir a empresas en paraísos fiscales.

En cuanto a la elusión fiscal, ya sabe usted que sí es posible que en
algún momento haya pensado alguna empresa privada remansar beneficios en
un paraíso fiscal, pero, en este caso, nunca ha sido así. La conclusión
que saca usted o que puede sacar otra persona, y la que saca también el
Tribunal de Cuentas es que no ha sido útil. Yo creo que es bastante
cierto, realmente no ha sido muy útil, no se ha utilizado para pagar
ningún tipo de comisiones u operaciones (creo que tan sólo una vez), por
tanto, no ha sido necesaria ni útil y seguramente, atendiendo también a
las manifestaciones del representante del Partido Socialista, veremos a
ver si podemos pasar sin ella, si bien, como SS. SS. conocen,
prácticamente está sin actividad operacional.

En cuanto a los temas fiscales y de deuda pública, lo único que tendría
que decir respecto a la inspección es que las bases descubiertas por la
inspección realizada en los años 1984 a 1988, que suman 300 millones de
cuota, han tenido su origen en cuestiones interpretativas y no de
ocultación, tal como se reconoce en las propias actas. Las cuotas
procedentes de dichas bases alcanzaron la cuantía de 300 millones de
pesetas, quedando reducida esta cuantía a 200 después de que la Oficina
Nacional de Inspección apreciara parte de nuestras alegaciones. En estos
momentos, las actas definitivas están en fase de reclamación ante el
Tribunal Económico-Administrativo central.

Respecto a la deuda pública especial, no solamente puede aplicarse a
activos o patrimonios ocultos, también fue de aplicación a todo tipo de
bases imponibles determinadas por la inspección, tales como las derivadas
de la interpretación de las normas, y Focoex se encontraba en este último
caso. En todo el tema fiscal, que lo tenemos recurrido, nos atenemos a la
interpretación de las normas, que además es fácil de entender porque, al
ser una empresa totalmente estatal, lo que no va por dividendos, va por
impuestos. Nosotros tenemos tendencia a defender la buena gestión fiscal,
pero tampoco tendríamos ningún problema en defender una política muy
agresiva fiscalmente cuando el Estado es nuestro socio principal.

Con esto me gustaría dar por terminados los comentarios a la intervención
del señor Hernando.

Para mí ha sido especialmente interesante la intervención del señor
Frutos porque me ha permitido constatar que hay personas que están en la
misma línea de preocupación en relación con los temas de comisiones.

Ya hemos dicho que los temas de comisiones son práctica del sector.

Nosotros tenemos documentado que es verdad



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que algunas de las comisiones se pagan en paraísos fiscales a empresas,
una práctica del sector que nosotros no defendemos pero que existe, y,
aunque creemos que los porcentajes relativos son muy disciplinados,
mínimos en relación con lo que ocurre en el sector --y créanme, señores
Diputados, que Focoex ha sido un factor de disciplina en el tema de
comisiones--, no dejamos de reconocer, porque estamos en el mundo, que
ese tema de comisiones llevado al abuso puede ser un tema verdaderamente
desgraciado. Cuando digo que nosotros hemos tenido un factor de
disciplina implico con ello que nosotros hemos intentado que no se abuse
de ese concepto. Pero estoy de acuerdo con el señor Frutos en que hay una
preocupación internacional al respecto que nosotros no desconocemos y en
la cual participamos.

Me gustaría decir dos cosas: en primer lugar, existe esa preocupación
internacional, incluso hay movimientos internacionales propiciados por
gobiernos y empresas serias, empresas grandes, multinacionales que
intentan de alguna forma corregir y evitar los abusos de ese concepto de
comisiones comerciales. Ya saben ustedes que, por ejemplo, los americanos
tienen una ley que prohíbe la mala utilización de esas comisiones en el
exterior. Europa no ha llegado a tanto pero, por ejemplo, en Berlín hay
una asociación que se llama Transparencia Internacional, creada por un ex
exportador, que está empezando a gozar de apoyo y se le está empezando a
escuchar en la Comunidad, en la OCDE y en los diferentes grupos
empresariales europeos, que proclama que, sin entrar en la caza de
brujas, hay que intentar que el Norte, lo que se llama el Norte en la
dialéctica Norte-Sur, se autolimite en ese tema. Ellos acuñan un concepto
que se dice en inglés «grand corruption», o gran corrupción, que tiene
que ver con compras de cosas muy grandes, donde las comisiones, que en
este caso ya no son comerciales, pudieran ser de más de dos dígitos o de
dos dígitos; acuñan ese concepto, de alguna forma toman como objetivo
reducir eso, y respecto a la pequeña corrupción que pudiera existir
dicen: ésa ya llegará más tarde. Y nosotros, no como socios, participamos
de esa preocupación, estamos colaborando con empresas europeas que están
presentes en esa institución o en instituciones similares y estamos
dispuestos a avanzar por ese camino.

La pregunta sobre si, como el avance será lento, el Estado puede estar en
una empresa que, efectivamente, tenga que utilizar esos instrumentos,
presumiendo su no abuso, pero presumiendo que en un momento determinado,
por la propia dinámica de los paraísos fiscales, puede dar lugar a
abusos, me parece muy lícita. A lo mejor, en los años 50 ó 60, cuando
realmente había que exportar a toda costa, volvemos a la consigna creced
y multiplicaos, tenía más respuesta a favor de hacer lo que fuera para
exportar. Yo creo que el sector exportador español, que está siendo el
que tira de la demanda, tanto de la exportación como del turismo, siempre
ha tenido una importancia específica como sector clave y había que hacer
cosas para sacarlo hacia adelante. En el año 1995, ante la más mínima
posibilidad de que alguna empresa estatal que trabaje en el exterior
tenga que utilizar este instrumento y se deteriore... No están en eso. Yo
no tengo nada contra ello, porque creo que es un tema delicado e
importante. Y, desde luego, si se creara cualquier fuero especial para
poder hablar con más seguridad y más ampliamente del tema, yo estaría a
disposición en todo momento, porque creo que es importante, pero, repito,
lo que nosotros hemos hecho está en la más perfecta ortodoxia. Quizá ésa
es la parte más importante de la intervención del señor Frutos.

Agradezco mucho al representante del Grupo Socialista su intervención y
sus matizaciones sobre nuestro trabajo. Creo que he contestado a todos en
el transcurso de esta exposición que espero que no sea demasiado larga,
pero, de todas maneras, estaría dispuesto a entrar con más detalle en su
demanda, y, por supuesto, con mucho gusto le daría la lista de empresas
con las que trabajamos, aunque siempre nos gusta mantener la máxima
confidencialidad sobre este tema.

Sí me gustaría volver a referirme a un aspecto que nos preocupa
extraordinariamente. Como saben ustedes, la Ley de Sociedades Anónimas,
el Código de Comercio y la Ley de Defensa de la Competencia y su
correspondencia en la legislación comunitaria dan la máxima «privacidad»
a la acción comercial, a los datos y a la acción de las empresas
privadas; de las empresas, porque en España no hay empresas públicas o
privadas, todas las empresas son de naturaleza mercantil privada; otra
cosa es que sean de naturaleza pública por el dueño que tienen. Sin
embargo, la Ley del Tribunal de Cuentas y los instrumentos de control del
Estado como es conocido, tienen potestad para entrar en una serie de
temas, analizarlos y publicarlos. La ley de sociedades anónimas alemana
en dos artículos como ustedes saben, dice que las organizaciones del
Estado, en el caso de empresas públicas, tendrán derecho como accionistas
que son a entrar a fondo en todo lo que se haga, pero que la publicación
de esos datos será sometida a la mismas condiciones que las empresas que
no son propiedad del Estado. Un conocido jurista me decía hace poco que
cuando se hizo la Ley de Sociedades Anónimas se dejó ese tema fuera por
razones que desconozco y está pendiente.

Por tanto, nosotros nos encontramos en la situación de que, sea bueno o
sea malo el informe del Tribunal de Cuentas diga lo que diga, en este
caso mencionando datos de doce operaciones --les haré la matización de
que el informe que nos hicieron en el año 1984 tenía 40 hojas y era un
informe denso y profundo, y el de este año tiene 170 y la diferencia son
solamente datos de operaciones--, estamos condenados a la publicación de
eso por la propia dinámica legislativa. Naturalmente no estoy haciendo
ningún juicio de valor sobre ninguna de las instituciones, cada una
funciona como tiene que funcionar, pero nos puede perjudicar
terriblemente. Este es un tema que se podía haber previsto antes o no, no
lo sé, es difícil negar al Tribunal de Cuentas, siendo una empresa
estatal, la entrada en una compañía y no había por qué, pero si sus datos
los tiene que publicar, ahí hay datos empresariales que son importantes y
que en puridad no debían publicarse, aunque debían investigarse todo lo
que hiciera falta si estima que se necesita hacerlo así.




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No quisiera cansar al Presidente y a sus señorías. He hecho comentarios a
todo lo que he escuchado. (El señor Hernando Fraile pide la palabra.) El



señor PRESIDENTE: Sabe el señor Hernando que este turno es excepcional y
sólo por una matización le doy la palabra.




El señor HERNANDO FRAILE: Señor Presidente, quería hacer una referencia a
las alusiones del señor Caballero sobre una contestación del Senado y
luego en dos minutos el resto.

He de decir al señor Caballero que no encuentro la contradicción entre lo
que yo he expuesto aquí referido a las comisiones y lo que dice la
contestación del Gobierno, que es clara. No nos da los datos de las
comisiones, que se lo he preguntado. Y dice expresamente que las
actividades de Focoex están sometidas en todas sus actividades a la
Intervención General del Estado y al Tribunal de Cuentas. El pago de
comisiones es una de las actividades de esta empresa pública, sobre todo
cuando en los últimos tiempos se han gastado más de 12.000 millones en
esta cuestión. Es el 4 por ciento, me parece que ha dicho el señor Cuñat
Arias, de su actividad, el pago de comisiones, de sus gastos.

Ya, por retomar la comparecencia, he de decir lo siguiente: Nosotros
estamos a favor de cualquier mecanismo que favorezca el comercio
exterior, y no sólo ahora, sino que lo hemos estado siempre. Quizá haya
habido unos años en que una política monetaria del Gobierno haya
provocado que esos mecanismos de fomento en política exterior y empresas
públicas, como la que usted preside, haya sido para algunas empresas la
única fuente o el único mecanismo para obtener financiación privilegiada
que le permitiera salir al exterior; durante esos años también se ha
destruido mucho tejido industrial, precisamente debido a que no podían
exportar, y se han destruido muchas empresas que antes exportaban y no lo
han podido hacer. Pero yo creo que usted ha entrado en algunas
contradicciones, y es que usted ha dicho que su objetivo es fomentar la
internacionalización de las empresas españolas para decirnos a
continuación que lo que han hecho a lo largo de este año es apoyar a las
más fuertes y experimentadas. Ese es el quid de la cuestión. Es una
empresa pública, con un objetivo público. Usted sabe y también ha hecho
referencia a ello, que en los dos últimos años ustedes se han dedicado a
aportar sus esfuerzos en el tema multilateral, tema en el que sí
estábamos bastante huérfanos y en el que nuestros retornos son bastante
deficientes. Y yo creo que para eso sí puede estar este tipo de empresas.

Para lo que no puede estar, señor Presidente de Focoex, es para competir
contra otras empresas españolas, cosa que sí ha hecho la empresa pública
Focoex, para amedrentar a otras empresas españolas, cosa que sí ha hecho
la empresa pública Focoex, y en ningún caso para ocultar datos al
Parlamento, que es el garante de la soberanía popular y, por lo tanto,
del accionista fundamental de su empresa, que es el Estado.




El señor PRESIDENTE: Señor Caballero, tiene la palabra.




El señor CABALLERO ALVAREZ: Señor Presidente, observo con satisfacción
que el señor Hernando cambió enteramente su tono, de la primera a la
segunda intervención. Esta es una buena cuestión; vamos avanzando. Yo
creo que esta comparecencia ha servido, cuando menos, para eso.

En segundo lugar, sobre la pregunta al Gobierno, antes dijo una cosa y
ahora dice otra. Antes le llamó mentiroso, incluso, al Gobierno, porque
decía que el Gobierno le había dicho que se la iban a dar, y ahora,
cuando lee, lo único que lee es que la empresa está sometida a la
supervisión del Tribunal de Cuentas. No dice que le vaya a dar el
Tribunal de Cuentas ningún dato, dice supervisión del Tribunal de Cuentas
y, por tanto, de acuerdo con lo que es supervisar. Antes dijo: No, es que
el Gobierno nos dice en la respuesta que el Tribunal de Cuentas nos va a
dar los datos. Consta en el «Diario de Sesiones»; afortunadamente, estas
cosas quedan en el «Diario de Sesiones». Ahora rectifica y vamos dándonos
cuenta de que, al final, se creyó que no teníamos la pregunta. Quiero
entender eso. En fin, esto es la dialéctica parlamentaria. De todos
modos, no es bueno tensionarla demasiado llamando mentiroso al Gobierno
en una cuestión que está escrita y que, por tanto, no se sostiene.

Solamente me queda hacerle una petición, señor Presidente de Focoex, como
consecuencia de lo anterior. Por favor, dénos la lista de este año para
que sepamos si sus colaboradores fueron unos pocos muy fuertes o fueron
muchas empresas. Así nos evitaremos estar continuamente en este tipo de
debates. Yo creo que sería bueno que nos diera la lista, aunque
violentara de algún modo, en tono menor, el derecho y la necesidad de
privacidad porque yo le aseguro que eso eliminará de una vez por todas
una polémica falsa, no fundamentada y, al final, será mucho mejor para la
empresa y para sus colaboradores.




El señor PRESIDENTE: Antes de dar la palabra al señor Cuñat, le quiero
comunicar que si desea hacer llegar a la Comisión alguna documentación,
lo puede hacer a través de la Presidencia de la Comisión.




El señor PRESIDENTE DE FOCOEX (Cuñat Arias): Muchas gracias. Aprovechando
la petición del representante del Grupo Socialista, le haré llegar una
lista de proveedores, hasta el detalle que estime conveniente para su
total información.

En primer lugar, quisiera decir al representante del Grupo Popular que el
debate sobre si se apoya a las grandes o a las pequeñas empresas, a mí me
parece muy interesante; yo siempre estoy dispuesto a él. Por tanto, no
acepto sus palabras. Es evidente que se necesitan instrumentos y sistemas
distintos, pero estoy de acuerdo en que la pequeña y mediana empresa
necesita su sistema. Como hemos dicho, al trabajar en mercados no OCDE,
la pequeña y mediana empresa tiene gran dificultad, por tanto, es natural
que vayamos a las grandes.

En segundo lugar, en cuanto a su pregunta --me atrevo a decir-- sobre que
el Estado tiene su sistema para ayudar a las empresas grandes y no tiene
otro para ayudar a las pequeñas, habría que verlo, porque puede ocurrir a
nivel no



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operacional, pero a nivel de promoción tiene diferentes instrumentos,
tiene las comunidades autónomas, etcétera. En todo caso, creo que es un
tema de debate que, por la urgencia que veo en este momento, no creo
oportuno entrar en él, pero desde luego nosotros rechazamos totalmente el
concepto de competencia desleal; no el de competencia. Aquí también hay
otra cuestión. ¿Es que nos creemos que cuando el Estado interviene con
una empresa en el proceso de fijación de precios no hace una competencia
fuerte? ¡Claro que la hace! La hace y hay que intentar que no sea
desleal. Yo me niego a aceptar que esa competencia sea desleal, pero
claro que la hace. Para matizar, yo también le diría que actualmente el
sector de nuestra competencia sería el de empresas de comercio exterior y
ése es un sector que en España es muy limitado, tiene su nombre y
apellidos. La gran pregunta que todos nos hacemos es si sería más grande
si no existiéramos nosotros, si sería más pequeña o si no existiría; ésta
es otra cuestión para debate. Sin embargo, nosotros vemos a casi todas
estas empresas de comercio exterior como colaboradores nuestros, no como
competidores, porque tenemos un nivel distinto.

Finalmente, en un tono un poco más humorístico, le tengo que decir que la
cantidad de interpelaciones y preguntas que hemos respondido el año
pasado, especialmente del Partido Popular, me llevan a aceptar muy mal su
manifestación respecto a que tengamos cualquier tipo de reserva en
facilitar datos; quizá no lo hacemos bien. Hay un concepto, que es el de
subcontratistas y suministradores, que es delicado de entender, pero
realmente la disposición es absoluta y total, tanto a nivel de esta
Comisión, como del Parlamento en su conjunto como al Grupo Popular o a
usted directamente.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Cuñat.

Damos por concluido el primer punto del orden del día con la
comparecencia del señor Presidente de Focoex.

Suspendemos la sesión durante tres minutos.




Se reanuda la sesión.




--COMPARECENCIA CUATRIMESTRAL DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMIA
(PASTOR BODMER) PARA INFORMAR DE LA EVOLUCION DE LA COYUNTURA ECONOMICA
(RELACIONADA CON LA PROPOSICION NO DE LEY N.º DE EXPEDIENTE: 161/000031)
(Número de expediente 212/001411.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, reanudamos la sesión, con la presencia del
Secretario de Estado de Economía, comparecencia cuatrimestral, para
informar de la evolución de la coyuntura económica. Posteriormente, al
término de esta comparecencia se dará cumplida cuenta a la petición de
respuesta a dos preguntas formuladas por los señores López Garrido y
Frutos Gras.

Como es habitual en este tipo de comparecencias, en primer lugar, tiene
la palabra el Secretario de Estado de Economía, para completar o ampliar
la información que por escrito fue suministrada a los miembros de esta
comisión, haciendo referencia al informe de coyuntura económica del
pasado año 1994; después de la intervención del señor Pastor, tendrán la
palabra los diferentes grupos parlamentarios que deseen fijar su
posición.

Tiene la palabra el señor Pastor.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMIA (Pastor Bodmer): Buenos días,
señorías.

Permítanme empezar no ampliando, sino, más bien, resumiendo el informe de
coyuntura del mes de enero, que ustedes tienen ya desde hace unos días,
para pasar después a hablar de lo que vemos hasta el momento sobre 1995.

El resumen de 1994 es claramente el de un año de inicio y consolidación
de una recuperación. Como ustedes saben, en el presupuesto de 1994 se
previó un crecimiento del PIB del 1,3; este crecimiento será, al final,
no inferior al 1,9, es decir que las previsiones en este terreno se
quedan cortas. Esperábamos en el presupuesto de 1994 que la totalidad del
crecimiento se debiera al empuje del sector exterior, y esto no ha sido
así. El sector exterior se ha comportado también como esperábamos;
pensábamos que aportaría al crecimiento del PIB del orden de 1,2 puntos
y, al final, será del orden de 1,1, pero, en cambio, la demanda interna,
que esperábamos que todavía en el año 1994 no iba a tener una
contribución apreciable al crecimiento del PIB (estábamos pensando que
sería de alrededor de 1 décima), al final habrá crecido un 0,8. De este
0,8, como suele ser normal en estos casos, el consumo ha sido la variable
más débil --ha crecido un 0,4--, hay que recordar que bajó en el año 1993
bajó 2 puntos, y la inversión ha crecido 1,1, tanto en construcción como
en bienes de equipo. La inversión en 1993 tuvo un crecimiento negativo
del 10,5 por ciento. De manera que el año 1993, al final, y todo el año
1994 marcan la salida de una recesión y el inicio de una recuperación.

En cuanto a los desequilibrios básicos de la economía, inflación, paro y
déficit público, los resultados del año 1994 van en el sentido que se
esperaba. Por lo que se refiere a la inflación desciende de 4,9 a 4,3 6
décimas; es un descenso inferior al que se había programado como objetivo
en el presupuesto de 1994, que era del 3,5, ya sabíamos en aquel momento
que era más un objetivo de una previsión, y las desviaciones se deben
fundamentalmente, aparte de las cuestiones de pura técnica estadística
que son menores, a que el componente de alimentación que se había
comportado muy bien al final de 1993, se comportó mucho peor en el último
trimestre de 1994.

Por el contrario, hay que destacar el papel muy positivo que desempeña el
comportamiento de los salarios. Como recordarán, en un año como 1992,
todavía estaban creciendo no los salarios sino los costes unitarios del
trabajo al 6,5 por ciento, mientras que en 1994 crecen del orden del 1,3;
es decir, que, aunque con cierto retraso con respecto a la evolución de
la coyuntura, la moderación salarial acaba siendo un hecho.




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Por lo que se refiere al sector exterior, la verdad es que ha sido
difícil este año hacerse una idea exacta sobre cuál había sido nuestro
saldo de balanza corriente, porque, como ustedes saben, hemos tenido el
fenómeno del lavado de cupón que nos ha complicado mucho la contabilidad.

Si bien en los datos oficiales verán ustedes que nos quedamos en un
déficit por cuenta corriente de 0,8, creemos que casi la totalidad de esa
cifra se debe precisamente al fenómeno de lavado de cupón, de tal forma
que, eliminado ese efecto, el saldo por cuenta corriente quedaría
prácticamente equilibrado. Hay que destacar que eso es normal en una fase
de ciclo como la que corresponde a 1994 y, si acaso, hay que pensar que
la corrección del sector exterior es menor de lo que podríamos habernos
imaginado. Habíamos pensado que quizá tendríamos un ligero superávit por
cuenta corriente en un año como 1994, pero, al final, no ha sido así.

Esto se debe no al comportamiento de las exportaciones, que han crecido
en 1994 el doble de lo que crecieron en 1993 (en 1993 crecieron un 8,3
por ciento; en 1994, han crecido un 17,6), sino a un crecimiento
extraordinariamente rápido de las importaciones, que ha ido más allá de
lo que nuestros modelos pueden explicar.

Por lo que se refiere a la situación del mercado laboral, como ustedes
saben, entre diciembre de 1993 y diciembre de 1994 se crean del orden de
46.000 empleos netos, que es más de lo que habíamos previsto y, sin
embargo, la media de 1994 con respecto a 1993 todavía es negativa.

Hay que pensar que la variable paro será de las últimas que se recupere,
porque, aunque la creación de empleo está yendo más deprisa de lo que
habíamos pensado, también es verdad que está aumentando la población
activa, de manera que un aumento de la creación de empleo no se traduce
inmediatamente en una disminución del paro.

En la medida en que nuestra tasa de participación es todavía
relativamente baja, hay que esperar que este fenómeno no se corrija con
mucha rapidez.

En 1995 --como pueden imaginarse estamos hablando nada más de
previsiones--, las previsiones que tenemos son de un crecimiento del 2,8
del producto interior bruto; de ese 2,8, un 2,3 correspondería a la
demanda interna y sólo un 0,5 al sector exterior. Este es el patrón
normal de crecimiento en nuestra economía y en otras muchas, de manera
que esperamos que en 1995 sea la demanda interna la que tome el relevo
del sector exterior en el crecimiento del PIB.

En particular en el sector exterior pensamos que la tasa de crecimiento
de las exportaciones será inferior en 1995 a lo que fue en 1994 y que
será ya muy parecida a la tasa de crecimiento de las importaciones.

Estamos pensando en un crecimiento de las exportaciones del orden del
10,7 por ciento y de un crecimiento de las importaciones del 9,5. Por
consiguiente, muy similares las dos.

Confiamos en terminar el año con una tasa de inflación entre el 3,5 y el
4 por ciento. El que haya ese margen de incertidumbre se debe
fundamentalmente al efecto de la subida del IVA y de otros impuestos, que
acabe trasladándose a los precios finales, y también del ritmo al que lo
haga.

Si el año 1994 terminamos con una situación de práctico equilibrio en la
balanza por cuenta corriente, creemos que esta situación empeorará
ligeramente en el año 1995 y pensamos quedarnos en un déficit por cuenta
corriente del orden de dos décimas del PIB. Pensamos también en una
reducción de una a tres décimas de la tasa de paro.

El último desequilibrio al que hay que referirse de 1994 y 1995 es el del
déficit público. Como ustedes saben, en el presupuesto de 1994 nos
habíamos fijado una cifra de déficit, como porcentaje del PIB, del 6,7
por ciento. En su momento se dijo que ésta era una cifra modesta, y la
verdad es que no pudimos por menos que estar de acuerdo con esta
apreciación, pero en aquel momento nos pareció más importante poner una
cifra que pudiéramos cumplir que una cifra que fuera demasiado ambiciosa.

Algo parecido nos sucede en 1995, en que la reducción del déficit es del
6,7 a 5,9, mientras que las correspondientes a 1996 y 1997 son mucho
mayores. La razón es la misma que en 1994. Nos ha parecido sumamente
importante poner unas previsiones y unos objetivos de déficit que
tuviéramos una cierta seguridad de poder cumplir y no correr el riesgo de
tener desviaciones en sentido negativo.

Quizá para terminar este repaso del informe de enero de este año y de las
perspectivas de 1995, antes de entrar en el debate, interesen a esta
Comisión mis impresiones de las diversas visitas que he tenido ocasión de
realizar en Alemania, Inglaterra, Francia y Estados Unidos durante las
últimas cuatro o cinco semanas, visitas que han tenido como objeto
explicar cuál es, a nuestro juicio, la situación, de la economía
española, cuáles son sus perspectivas y en que consiste la política
económica del Gobierno.

La visión --y ahora estoy hablando de impresiones personales y, por
consiguiente, de impresiones que se basan en una información limitada--
de la economía española es un conjunto favorable. Lo que ha causado una
cierta extrañeza es que una economía que rara vez es noticia, lo haya
sido con tanta frecuencia en los últimos meses, no siempre por motivos
económicos y en general con un acento negativo. Esto ha creado en los que
siguen hasta cierto punto el mercado español una cierta inquietud. Desde
luego, el propósito de las visitas que he realizado era, explicando cuál
era, a nuestro juicio, la situación y cuáles eran nuestros objetivos,
tratar de disipar esas inquietudes.

Yo creo --aunque seguramente en esto no soy imparcial-- que en este
terreno algo se ha conseguido. Una explicación de cuál es nuestro
programa de convergencia, en qué consiste, hasta qué punto es un programa
generalmente compartido, todas estas cosas han ayudado a que, en mi
opinión, se serenase un poco el clima, por lo que se refiere a la
situación de nuestra economía.

Hemos podido percibir que nuestra economía en su conjunto, no sólo en
nuestra política económica, tiene todavía un cierto problema de
credibilidad. Lo tiene desde 1993. Yo creo que ésa fue la primera
constatación que inspiró la política económica que se ha venido
desarrollando desde entonces, que teníamos por delante la tarea de
recuperar la confianza de los mercados internacionales.

Hemos tratado de hacerlo, y así lo he dicho en estas visitas, a base de
ponernos objetivos que creíamos que podíamos



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cumplir. En este sentido, nuestra situación en este momento es mejor de
lo que era hace un año, en la medida en que ahora tenemos ya el resultado
de un presupuesto, que es el de 1994, en el que se ha podido cumplir el
objetivo que se había fijado el Gobierno. Hemos insistido --por lo menos
yo lo he tratado-- en que nuestra política económica en este momento
estaba guiada estrictamente por lo que dice nuestro programa de
Convergencia. Estos objetivos son objetivos que nos hemos puesto, que
nuestros colegas comunitarios han considerado satisfactorios pero
indispensables, que tienen que cumplirse necesariamente. Tomaron muy
buena nota del compromiso del Gobierno de corregir todas las desviaciones
que se produjeran sobre el presupuesto original a medida que se fueran
produciendo.

Finalmente, ellos insisten --la verdad es que igual que nosotros-- en la
necesidad de moderar la inflación y sobre todo, en la medida en que esto
es más la responsabilidad directa de un Gobierno, en la necesidad de ir
conteniendo el déficit.

Yo creo que con esto podría dar por terminado este repaso.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Secretario de Estado de
Economía.

¿Grupos que desean fijar posición? (Pausa.)
En primer lugar, tiene la palabra el señor Montoro, por tiempo máximo de
quince minutos. El reglamento dice diez.




El señor MONTORO ROMERO: Estoy seguro de que, con la magnanimidad con que
usted suele otorgar los tiempos, en función de la importancia de la
cuestión que se está viendo, dispondremos del suficiente en la mañana de
hoy en el Congreso de los Diputados para tratar un asunto como es la
situación de la economía española y su futuro.

Es la primera comparecencia, en este caso del Secretario de Estado de
Economía, tras el envío del informe, sobre la situación de nuestra
economía en cumplimiento de aquella propuesta del Grupo parlamentario
Popular de tener este tipo de debate, puesto que es importante que la
sociedad española conozca que es en el Congreso donde se plantean las
opciones de política económica, donde se plantean los análisis más
completos y más rigurosos sobre la situación de nuestra economía y sobre
las perspectivas de esa economía, que es como decir las perspectivas de
solución de los problemas económicos de nuestros ciudadanos.

Hemos recibido el informe del Ministerio de Economía, informe que hemos
leído y que hemos analizado atentamente. Es un buen informe de coyuntura
económica, si bien tenemos que decir que hubiéramos deseado un informe
más completo en su contenido, en definitiva y ahora me referiré a los
aspectos. Incluso me ha sorprendido --y tengo que advertirlo así-- que en
su intervención el Secretario de Estado de Economía todavía no tuviera la
capacidad de darnos un resultado definitivo de la balanza de pagos de la
economía española a estas alturas del año. Con mucho gusto yo se lo voy a
facilitar, la situación de esos saldos. Quiero decir que es un informe
incompleto. Tampoco incluye las aportaciones de la EPA del último
trimestre del año ni da una visión completa de lo que ha sido nuestro
mercado de trabajo. En ese sentido también me ha sorprendido, y no puedo
por menos que decirlo, la afirmación que ha hecho el Secretario de Estado
de Economía sobre la evolución de la población activa. Pero yo le voy a
facilitar a continuación el dato de cuál es el comportamiento de la
población activa en nuestro país en el año 1994. Y hubiéramos deseado
también un informe sobre todo más comprometido en el análisis de lo que
está pasando, de los problemas que estamos sufriendo, por qué nuestro
país sufre una elevación de tipos de interés como la que estamos
padeciendo, por qué vemos amenazado nuestro futuro económico por esa
crisis financiera y cómo se sale de ahí, sobre todo cómo se resuelve,
cuáles son la vías de salida, las soluciones viables, para poder superar
una situación como la que estamos viviendo.

Realmente el informe dedica a la crisis financiera un párrafo, dos
párrafos a lo sumo. No hay un análisis pormenorizado de las causas de esa
situación, ni siquiera indicativo de las consecuencias de esa crisis
financiera como el señor Secretario de Estado de Economía sabe
perfectamente, no hace falta que se le insista, en su condición de
economista reputado, de académico antaño y de profesional, en definitiva,
antes que de político en ejercicio, la incidencia de esa crisis
financiera es grave y severa sobre nuestra economía.

Decía que, a iniciativa del Grupo Popular, tenemos que desarrollar
comparecencias de estas características, tenemos que debatir con el
Gobierno cuál es la situación de nuestra economía, cuáles son las vías de
salida a los problemas y cuál es la política económica que el Gobierno
piensa aplicar para facilitar esas salidas.

Suponemos que el señor Secretario de Estado de Economía es el Gobierno.

Esa es la primera cuestión que yo quisiera que nos indicara, cuál es su
responsabilidad dentro del Gobierno, puesto que, debido a otro tipo de
acontecimientos, ya tenemos dudas sobre lo que son los cargos en este
Gobierno, en el Gobierno socialista. Creemos que estamos hablando con el
Gobierno y como estamos convencidos de ello, de que estamos hablando con
el Gobierno, a través del Secretario de Estado de Economía, del señor
Pastor, lo que me gustaría es que de una vez por todas nos indicara cuál
es la frontera que usted establece entre objetivos y previsiones
económicas cuando habla de la inflación, por esa sutil frontera que
parece establecer. Al insistir en que el Gobierno cuando habla de
inflación habla de objetivos y no de previsiones, ¿qué quiere decir? ¿Qué
es lo que tiene que hacer una persona que tiene la responsabilidad de la
definición de la política económica y la posibilidad de inducir
expectativas en los agentes económicos? ¿Tiene que trazar objetivos o
tiene que hacer previsiones económicas? Esta es otra pregunta. Porque
cuando se falla en un objetivo, las consecuencias del error en materia de
inflación son bastante severas, bastante graves, y no se está fallando en
una previsión. Una previsión es lo que hace un analista cuando estudia
una situación y a partir de ahí expresa, de acuerdo con métodos más o
menos científicos, su



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opinión sobre lo que puede ocurrir. Pero usted, en condición de
Secretario de Estado de Economía, me imagino que no va por el mundo
haciendo ese tipo de previsiones. Usted, cuando habla, expresa objetivos
del Gobierno y es responsable, por lo tanto, de su cumplimiento, algo que
es fundamental para ganar credibilidad en las políticas económicas y para
que los agentes económicos se comporten de acuerdo con la credibilidad
que emana de esa política económica. Por eso esta distinción entre
objetivo y previsión. Yo le rogaría que, en virtud de que en España haya
una política económica que merezca la credibilidad nacional e
internacional, la dejara de hacer y asumiera los riesgos que tiene la
expresión de objetivos y, a partir de ahí, el incumplimiento de los
mismos, aceptando sus consecuencias negativas.

En lo que se refiere a la situación económica, España está viviendo,
efectivamente, una recuperación, que es, en buena medida, consecuencia
del cambio de ciclo que se produce en Europa; es una recuperación que
viene de fuera y sigue viniendo de fuera fundamentalmente. La experiencia
de los ciclos económicos en España advierte que precisamente en la propia
evolución del ciclo encontramos a veces la naturaleza de los problemas de
nuestra economía. A ese respecto, seguramente el Secretario de Estado de
Economía conoce el informe sobre la situación económica y financiera de
España elaborado por la Dirección General para Asuntos Económicos y
Financieros de la Comisión de la Unión Europea en el mes de octubre del
año 1994. En ese informe se advierte que precisamente la severidad de los
ciclos ha sido muy negativa para España y se demanda la responsabilidad
de la política económica para graduar la evolución de esos ciclos y, a
partir de ahí, como se afirma en este informe, fortalecer los procesos de
convergencia real de la economía española y de convergencia nominal o
convergencia monetaria con Europa. La lectura del contenido de este
informe es muy recomendable para estudiar, para conocer los problemas de
una economía que se definen como el alejamiento de su evolución cíclica
respecto de lo que es su crecimiento potencial. Ahí radica el problema.

Estamos, efectivamente, en esa recuperación, en ese cambio de coyuntura;
tenemos por delante el desafío de consolidar esa recuperación y la
urgencia y necesidad de conseguir que esa recuperación sea percibida por
los ciudadanos. Tenemos que hacer que la ciudadanía española perciba los
efectos de esa recuperación y para eso es fundamental que el crecimiento
económico sea fuertemente intensivo en la creación de empleo. Eso no está
ocurriendo. Y en el comienzo del informe no se habla de recuperación. En
la tercera o cuarta línea del informe se habla de una consolidación de la
fase expansiva que se inició a mediados de 1993. Se habla de fase
expansiva en el peor año de la historia de la economía española. Hay que
cuidar las palabras. En un informe de estas características, en un
informe técnico decir que se consolida la fase expansiva que se inició a
mediados del año 1993 es, cuando menos, exagerado y hay que pedir rigor
en la exposición de esos términos, porque cuando estamos en una fase
depresiva del ciclo y cuando comienza a dejarse atrás, estamos en la fase
de recuperación. La expansión no comienza en el año 1993, no hemos
llegado y la cuestión es llegar efectivamente a registrar esa fase
expansiva de nuestro ciclo económico.

De momento, lo que estamos viviendo es un crecimiento económico, que,
como se insiste en el propio informe y se dice con total rotundidad, es
inferior a la media europea. Europa, como media, ha salido más fuerte de
lo previsto y bastante más fuerte que España. Nuestra salida sigue siendo
relativamente, digamos, débil o poco coherente con lo que debería ser
nuestro patrón ideal de salida. Porque es verdad que estamos saliendo
gracias al sector exterior, es ver que estamos saliendo gracias a la
exportación, pero seguimos teniendo una duda fundamental sobre las causas
últimas del excelente comportamiento de la exportación en España. Porque
la exportación está yendo bien en nuestro país gracias a las
devaluaciones competitivas --entre comillas-- de la peseta, devaluaciones
que seguimos repitiendo y seguimos insistiendo en esa línea, una línea
muy peligrosa para fomentar lo que es la presencia de nuestra producción
en los mercados internacionales, y gracias a la propia caída de la
demanda interna, y a partir de que algo se mueve en la demanda interna,
registramos esa sorprendente recuperación de las importaciones que
ustedes en el informe, y usted mismo en su exposición ha dicho, que no es
explicable por nuestros modelos. Exactamente no sé a qué modelo se
refiere y usted sabe perfectamente que la explicación es peligrosa. Esto
quiere decir que seguimos teniendo una inclinación a la importación muy
elevada, que puede convertir al sector exterior en una restricción
temprana para el crecimiento de la economía española. Dígalo con esas
palabras e incluso diga que no se explica por los modelos y para la
explicación de esos modelos o con las elasticidades de renta conocidas
hasta ahora. Eso quiere decir, señor Secretario de Estado de Economía,
que las importaciones están creciendo demasiado rápido, incluso en
función de lo que ha sido un crecimiento peligroso en el pasado. Ahora sí
estamos en ese crecimiento relativamente peligroso y podemos convertir el
sector exterior en una restricción para el crecimiento de la economía
española en el futuro.

En lo que se refiere a los desequilibrios económicos, que usted ha dicho
exactamente que «se han mantenido en lo esperado», le diré que esperado
es registrar una inflación como la que estamos registrando, que es una de
las causas de pérdida de competitividad de la economía española, que es
una de las causas de divergencia con Europa; esperado es registrar un
déficit público, que es un lastre de primera magnitud para la evolución
de la economía; esperado es ir hacia un saldo de la balanza de pagos como
el que tenemos, y a continuación le voy a dar el dato, puesto que parece
que usted lo sigue desconociendo. Eso es lo «esperado», por lo que vuelvo
a insistir en la pregunta de si con ese término se refiere al objetivo o
es una previsión. Si es el objetivo del Gobierno tener estos registros,
hay que decir que en inflación ha habido un incumplimiento bastante
severo del objetivo del Gobierno, puesto que demuestra que la inflación
en España tiene una resistencia muy acusada a descender, incluso en fases
depresivas del



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ciclo económico, como dicen todos los informes, aunque esta mañana sólo
utilizaré el informe citado de la Dirección General de Asuntos Económicos
y Financieros de la Comisión. Ahí se dice bien claro que ésta es una de
las características, de los problemas de la economía española, y fallar
sucesivamente en el enunciado, en la emisión de esos objetivos, equivale
a perder credibilidad en términos de política económica y hace que los
agentes económicos no se guíen por los criterios que emanan de esa
política económica; en definitiva, traslada al exterior la imagen de que
España no está haciendo los deberes pendientes a la hora de corregir sus
desequilibrios básicos.

En cuanto a déficit exterior, usted sigue insistiendo en que el déficit
de cuenta corriente, ajustado por las operaciones conocidas como «lavados
de cupón», se acerca al cero por ciento, al equilibrio. Estos no son los
datos del Banco de España. Según los datos del Banco de España el déficit
por cuenta corriente de la economía española --si quiere, le paso con
mucho gusto estos datos para que los conozca el Ministerio de Economía--
en 1994, después del ajuste, del «lavado de cupón», es del 0,8 por ciento
del producto interior bruto, y la pregunta que yo quiero hacerle es si
eso es financiable, si estamos en condiciones de financiar cómodamente
déficit por cuenta corriente cercanos al 1 por ciento, en cumplimiento de
las duras exigencias de los mercados financieros internacionales que se
están manifestando estas últimas semanas y estos últimos meses.

Esa era la pregunta que quería hacerle y decirle que, desde luego, me ha
sorprendido la información que nos ha dado esta mañana, porque en los
datos del Banco de España, que están ya elaborados y publicados, se ve
que la evolución de la balanza de pagos de la economía española arroja un
déficit por cuenta corriente importante, y la causa de ese déficit la
conoce usted: el déficit del pago al exterior de rentas procedentes de
inversiones. Eso ha compensado la buena evolución de los servicios, el
superávit de servicios, y se suma a un déficit comercial que sigue siendo
muy importante. Esa es la balanza de pagos de la economía española, a lo
que hay que sumar un retraimiento también muy importante de la balanza de
capitales del exterior, con un retraimiento de la inversión que es motivo
de preocupación en estos momentos, puesto que necesitamos financiarnos
con el exterior. Ese es el resumen de nuestra balanza de pagos. Si
quiere, después analizamos los datos uno por uno, pero la fuente es el
Banco de España, por eso es asombroso que el Ministerio de Economía esta
mañana nos ofrezca otros datos. Con ese ejercicio de opacidad, lo que
hacemos es confundir a quienes nos están examinando tan detenida, tan
minuciosamente desde dentro y desde fuera.

Tenemos un problema en el sector exterior --vamos a decirlo así--, que se
llama falta de competitividad de nuestra economía, y no estamos reparando
el problema ni, por tanto, superando este desequilibrio básico.

En términos de empleo esta resignación suya también me resulta muy
sorprendente. Le voy a dar solamente cuatro datos de lo que ha sido la
media de 1994 frente a 1993 y usted me dice, por favor, si los datos
están incorrectamente calculados. En 1994 --media del año y con datos de
población activa, que es como se hacen estos cálculos en términos
económicos, como se escribe la historia de un país-- el crecimiento de la
población activa en España ha sido de 149.500 personas frente a 164.000
personas en 1993; es decir, que el crecimiento de la población activa en
1994 es inferior al crecimiento en el año 1993, el año horrible de la
economía española, el año récord de la destrucción de empleo. En el año
1994 no se ha recuperado la población activa; no puede usted decir que
ésa es la causa de por qué no está bajando la tasa de paro. En España no
está bajando la tasa de paro porque no estamos creando empleo al ritmo en
que lo deberíamos estar creando, a pesar de que la economía puede haber
registrado un crecimiento por encima del 2,5 por ciento en el último
trimestre. Dígalo así, con esas palabras, y si no corríjame, pero a la
sociedad española hay que decírselo así. Tenemos que estar preocupados
porque seguimos registrando crecimientos que no son intensivos en la
creación de empleo, lo que hace que los españoles sigan, como se llama
técnicamente, «desanimados», pero que sociológicamente es muy importante.

La población activa no está creciendo al ritmo que debería y el día que
lo haga, que ese crecimiento espabile, si me permite la expresión, vamos
a tener más tasa de paro que ahora si no somos capaces de compensarla con
una creación neta de empleo importante.

El horizonte que tenemos de tasa de paro es un horizonte muy difícil y es
un horizonte que exige la aplicación de políticas económicas que
refuercen ese crecimiento económico, porque si no lo que tenemos que
decir a los españoles es que, como sigamos por esta senda, vamos a estar
condenados a registrar esa tasa de paro, que, por cierto, es una de las
peor valoradas por esos mercados financieros internacionales, como usted
sabe bien, puesto que nos ha descrito esos encuentros con los analistas
financieros internacionales, encuentros que también intentamos tener los
demás para saber qué piensan de nosotros. Usted sabe perfectamente la
preocupación que emana de un país que tiene esa tasa de paro y, desde
luego, por esta vía no lo resolvemos ni en los próximos 10 años. Con ese
pronóstico que usted ha hecho de bajar 0,2 ó 0,3 décimas la tasa de paro
en el año 1995 no lo resolvemos. Desde luego, estamos en una vía de
solución --y eso hay que decírselo así a los españoles-- con la que no
resolvemos el problema del paro, sino todo lo contrario, parecemos
condenados a registrar una tasa de paro insoportable para una sociedad
moderna.

No sigo leyendo los otros datos de población activa; lo que tenemos que
hacer a estas alturas del año 1995 es una valoración completa de lo que
ha sido 1994 en el mercado de trabajo, aunque, como digo, paso los datos
--con mucho gusto-- al Ministerio de Economía para que haga esa
valoración y poder ayudarle a corregir sus propias estimaciones.

El déficit público en España, y usted lo sabe, es uno de los puntos
críticos de por qué estamos siendo penalizados internacionalmente y por
qué no generamos confianza en nuestro propio país. Usted ha dicho que el
Gobierno renuncia a la ambición a la hora de definir sus objetivos de



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déficit público. Se conforma con una evolución del déficit público, y ése
es el problema, señor Secretario de Estado de Economía. Su conformismo
está lastrando la recuperación económica por la vía del déficit público.

Ustedes están poniendo unos objetivos muy bajos. No se puede decir
públicamente que en España se ha reducido el déficit público en 1994
respecto al 1993 en 0,7, después de que ha continuado subiendo desde el
año 1993 hasta el 7,5 por ciento. Es una reducción absolutamente mínima,
con una recuperación económica que todos estamos reconociendo mucho más
intensa de lo que en principio estaba prevista. ¿Cómo se casan esos dos
elementos? ¿Cómo se puede decir que un país tiene una recuperación del
producto interior bruto del 50 por ciento de lo previsto porque la
previsión oficial del Gobierno es un 1,3 y se está llegando casi a un
dos? ¿Cómo se puede decir que repercuta en el déficit público la
corrección de alguna décima, cuando el déficit público del año 1993 --y
se lo recuerdo al señor Secretario de Estado de Economía-- es un déficit
público que viene del hallazgo de un cadáver en el armario? ¿Se acuerda
de la tesis de que ese déficit público era que se habían encontrado con
que había unos impagos realizados de años anteriores? Cuando eso es así,
se coge el cadáver y se le entierra. Huele un poco mal, las finanzas
públicas se desequilibran un año, pero después se vuelve al equilibrio o
al desequilibrio de los años anteriores, a los niveles anteriores. ¿Pero
que han hecho ustedes? ¿Qué pasa, que se siguen encontrando cadáveres en
el armario, o es que el cadáver en el armario se llama presupuestos que
no estaban reconociendo el auténtico gasto público que requerían esos
servicios? Porque si se hubiera enterrado, ya está. Los pagos se han
realizado, se han puesto los contadores a cero y el déficit público en
España debería haber vuelto a los niveles del año 1992. ¿Y cuál era el
déficit público del año 1992? El 4,4 por ciento del producto interior
bruto. ¿Por qué no estamos ahí? Porque, en definitiva --y eso hay que
decírselo claramente a la sociedad española-- el problema no eran unos
impagos, como se venía diciendo, del Inem, etcétera. No es ése el
problema. El problema era el no reconocimiento de presupuestos. Por
tanto, el presupuesto estaba mal hecho en España y eso es lo que, en
definitiva, está provocando ese déficit público. Y darle credibilidad a
esta política presupuestaria por las reducciones de décimas del déficit
público no es el certificado de autenticidad que necesitamos en la
situación presente.

España está cada vez más lejos de Europa. Convergencia real. ¿Cuál es la
pérdida de convergencia real, cuál es la estimación del Ministerio de
Economía, cuánto estamos perdiendo en convergencia real en estos tres
últimos ejercicios? El dato, si quiere, se lo doy y la fuente es la
Comisión de la Unión Europea. El dato es absolutamente fiable porque,
obviamente, una fuerza política, por importante que sea, no elabora sus
propios datos, no tiene la capacidad de elaborar las estadísticas
propias, por lo que utiliza las estadísticas más fiables a las que tiene
acceso.

¿Cuál es la diferencia que estamos estableciendo en Europa? ¿Cuánto
tiempo vamos a tardar en recuperar terreno respecto de Europa? ¿Con esa
previsión de crecimiento del año 1995 nos vamos a acercar a Europa? ¿En
convergencia real estamos en esa línea? ¿Y en convergencia nominal?
A usted, que ha hecho este periplo por los diferentes grandes centros
financieros del mundo, ¿le han dicho cómo ven a España en esa carrera
europea? ¿A usted le han dicho que estamos siendo calificados como un
país que no es capaz de correr hacia la Unión Monetaria Europea? Esta es
la imagen que le han tenido que transmitir, si a todos nos hablan con el
mismo lenguaje. Y esto hay que decírselo así a la sociedad española,
porque el que no estemos en esa tercera fase de la Unión Monetaria
Europea es un riesgo real. Ese es el riesgo que estamos corriendo. Si
perdemos esa carrera vamos a perder una auténtica oportunidad histórica,
y lo que hay que advertir en informes del Ministerio de Economía es la
gravedad de esa situación y la voluntad del Gobierno de que eso no
ocurra, de conseguir que cumplamos los criterios de convergencia nominal.

Sin embargo, no debemos colar expresiones como las de este informe, donde
se dice que es verdad que hemos perdido el único requisito que cumplíamos
en la deuda, pero --y ahí hay unas frases diciéndolo-- que eso les pasa a
muchos. Ya estamos con el triste consuelo de que eso les pasa a muchos.

Mire usted, el consuelo de muchos no vale para nada en este caso, porque
lo que le está ocurriendo a España es que estamos descalificados por esos
mercados financieros y por eso repercute tan negativamente todo lo que
ocurre fuera y dentro de nuestro país. Eso es lo que le está ocurriendo a
España a partir de la descalificación de esos mercados financieros. Y
sabe usted perfectamente que ya no son razones de carácter objetivo
económico --únicamente económicas--, sino que son razones de carácter
político las que nos están llevando a esa descalificación de los mercados
financieros.

¿Usted sabe --y sería importante que esta mañana nos lo dijera-- que la
peseta está técnicamente infraestimada, con los valores que está
registrando? Eso lleva a una conclusión --y yo le pregunto si está de
acuerdo con esto--, que la variable política es la que explica la
posición de la peseta. Es la crisis de confianza que está emanando de una
crisis política en España; y esa crisis política tiene un protagonista,
que es exclusivo, además, puesto que no es una crisis general, no es una
crisis del sistema de partidos, no es una crisis de instituciones, es una
crisis que tiene un protagonista claro, y este protagonista es el
Gobierno del que usted es miembro y en el que usted tiene la obligación
de corregir esa crisis porque sabe que la estamos pagando muy duramente.




El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Montoro.




El señor MONTORO ROMERO: Voy concluyendo, señor Presidente, con su
benevolencia.




El señor PRESIDENTE: La benevolencia del Presidente hace ya tiempo que
habría sobrepasado los límites. Le ruego vaya concluyendo.




El señor MONTORO ROMERO: Acabo en un par de minutos, señor Presidente.




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Quería preguntarle al señor Secretario de Estado de Economía cuál es la
valoración, cuál es la cuantificación que hace de esa variable política;
hasta qué punto es la variable política la que está determinando, la que
está provocando que en España la prima de riesgo es la que es; esos 430 ó
420 puntos básicos; si los padecimientos de la peseta son explicables por
otra causa que no sea esa crisis política, y, además, queremos
preguntarle por el resultado de su viaje, porque hemos visto que después
del viaje se ha fortalecido la peseta y ha merecido un recorte bastante
sustancial la prima de riesgo de nuestro país. Eso nos conforta mucho,
sobre todo cara al futuro. Y le invitaremos a que siga usted viajando, a
que siga saliendo más, pero también le recomendaríamos que haga su labor
aquí, como miembro de este Gobierno, para evitar esas consecuencias.

Consecuencias que también se las quiero preguntar.

Quiero aprovechar esta comparecencia para que nos explique qué le pasa a
un país como el nuestro, que tiene que recuperar la confianza como
elemento fundamental de consolidación de la recuperación económica, como
base de esa recuperación económica, que tiene que recuperar la inversión;
qué le pasa a este país cuando se suben los tipos de interés, en términos
reales, a los niveles que está actualmente, y cuál es su incidencia
económica, porque seguro que sobre eso el Ministerio de Economía habrá de
tener una estimación, y no hará falta que la oposición se la facilite,
así como la cuantificación de ese diferencial de tipos de interés.

¿Qué le pasa a un país cuando la peseta, cuando su moneda, se infravalora
de esa manera? ¿Qué le ocurre, cuáles son los efectos económicos que se
producen? ¿Cuál es el efecto sobre la inflación que espera el Ministerio
de Economía que se registre? Porque lo que ha hecho esta mañana ha sido
elevar, modificar, el famoso objetivo del 3,5 por ciento; eso es lo que
ha hecho. En la comparecencia de esta mañana ha dicho ya que es posible
que nos vayamos al cuatro por ciento. Ese cuatro por ciento que está
estimando ¿por qué es? ¿Por la subida del IVA? ¿Por el comportamiento no
suficientemente valorado de los salarios, o es por el efecto de la
peseta, que ya empieza a pasar una factura, en términos de incremento de
precios internos, por esas continuas devaluaciones?
Acabo, señor Presidente, con una consideración (que es la que, en
definitiva, el Grupo Popular está sosteniendo desde que comienza esta
crisis financiera que es un grave riesgo para la continuidad de la
recuperación económica en España) que es la de que la economía española
es muy vulnerable, extraordinariamente vulnerable, a demasiadas
circunstancias: a claves políticas, a pérdida de confianza de los
inversores internacionales, no fundamentada, no debida a condiciones y
circunstancias económicas. Y desde esa extrema vulnerabilidad, además del
diagnóstico correcto de la situación, lo que esperamos son reacciones del
Gobierno para corregir estos elementos, estos factores que están causando
una amenaza para la continuidad del crecimiento económico.

Y a ese respecto quiero aprovechar la comparecencia para formular al
señor Secretario de Estado de Economía la siguiente cuestión: ¿Cuál es el
límite que el Gobierno establece para el aumento de los tipos de interés?
¿Hasta dónde pueden llegar los tipos de interés en España? ¿Está de
acuerdo el Gobierno con esos valores que ya han descontado los mercados
de subida de tipos de interés a corto, cercanos a un 10 por ciento? ¿Está
de acuerdo con esas estimaciones? ¿Dónde está el límite, qué puede
ocurrir con el futuro tipo de interés en España en este año 1995?
¿Cuál es el límite para el Gobierno de la depreciación de la peseta? ¿Qué
piensa el Gobierno hacer en cuanto a soluciones para devolver a la peseta
la estabilidad dentro del Sistema Monetario Europeo? Piensa pedir una
revisión de las paridades para volver a ganar la banda ancha, para tener
más margen de fluctuación? ¿Qué piensa hacer este Gobierno a ese
respecto? ¿Qué está haciendo de hecho ya este Gobierno con los socios
europeos para que la peseta pueda permanecer dentro del Sistema Monetario
Europeo?
Y otra pregunta que no es sobre una información de cantidad, y eso quiero
dejarlo bien explícito, sino sobre una información de valoración. ¿Está
el Gobierno ateniéndose a límites razonables en el empleo de la reserva
de divisas de nuestro país a la hora de sostener la peseta? Porque no
hace falta que recuerde ahora aquí que el responsable de las
intervenciones en favor de la peseta en los mercados de divisas es el
Gobierno, potestad que le concede la Ley de Autonomía del Banco de
España. La pregunta es: ¿estamos manteniéndonos en límites razonables en
este apoyo a la peseta; dónde está el límite de la actuación del Gobierno
en ese apoyo a la peseta; qué puede ocurrir con la reserva de divisas y
cuál es la voluntad expresa del Gobierno en esta materia? Voluntad de la
que no hemos oído explicación pública alguna pero que sí es importante,
porque no podemos seguir asistiendo a que en las páginas de economía de
los medios de comunicación aparezcan noticias que hablan de que el empleo
de reserva de divisas es muy grave, es incluso peligroso para el futuro
de España. ¿Dónde está el límite de esa crisis financiera que el Gobierno
está dispuesto a soportar?
Con esto acabo. Gracias, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Federal de Izquierda Unida-Iniciativa
per Catalunya, tiene la palabra el señor Frutos.




El señor FRUTOS GRAS: El Secretario de Estado de Economía ha afirmado, en
la línea de lo que es la filosofía del Gobierno, que estamos en una
recuperación, y además dice que es una recuperación sólida, firme y que,
aunque hay algunos elementos que van más lentamente, se están recuperando
macromagnitudes importantes.

Pero yo últimamente tengo necesidad de creer en alguien, y hasta estoy
dispuesto a creer al señor Secretario de Estado de Economía para
garantizarme una cierta estabilidad personal en un mundo tan caótico como
el que estamos viviendo en la economía y en la política española. Es
decir, que vaya por delante una gran voluntad por mi parte de creerle.

Pero la verdad es que tengo dudas. Dice usted que nuestra economía tiene
todavía un cierto problema de credibilidad desde 1993. Yo creo, señor
Pastor, que es desde bastante antes, desde mucho antes: desde el batacazo
de



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1992, cuando todavía estábamos jugando al balón y ya se nos decía desde
distintos ámbitos del Gobierno y de la sociedad, de fuerzas económicas
del exterior, que podíamos apretarnos el cinturón, porque íbamos a entrar
en una recisión, en una crisis de caballo.

Pero es que esta secuencia tiene ya precedentes muy importantes en este
país, y yo creo que no es conveniente olvidarlos; no es conveniente
tampoco referirse siempre a la historia de la guerra de los treinta años,
o de otras cuestiones ya muy pasadas en el tiempo; pero sí es interesante
referirse a las políticas que se han practicado en este país durante un
cierto tiempo, por ejemplo desde la aparición fantasma de aquel célebre
libro blanco de la reindustrialización en 1984, que apareció e
inmediatamente se liquidó, hasta el punto de que, desde responsabilidades
importantes del Gobierno, se decía (más o menos, no lo cito textualmente,
porque luego soy contestado) que eso de la política de industrialización
no es tan importante, porque, en definitiva, el mercado asigna.

Aquí tengo un informe del Instituto de Crédito Oficial que dice que, en
estos momentos concretos, el 98,7 por ciento del sector del automóvil
está en manos extranjeras, en concreto, francesas, alemanas,
norteamericanas, italianas; que el 36 por ciento del mercado de grandes
superficies está más o menos en las mismas manos; un 18 por ciento del de
la alimentación. Por cierto, parece ser que ha habido aquí una importante
desviación en la inflación por el efecto que ha tenido la alimentación en
el índice. A lo mejor sería necesario que usted explicase si es que la
sequía ha adelgazado tanto los pollos que, necesariamente, al tener que
producir más pollos para surtir al mercado, han aumentado los precios de
la alimentación, u otros productos relacionados también con la sequía
porque parece ser que la sequía tendrá una parte de responsabilidad (no
toda).

En definitiva, se habla del sector interior y exterior, de competición
(no me gusta el término, maldito para mí, de competitividad en el sentido
de que se está expresando modernamente), de ser capaces de tener una
posición buena, discreta, en el mercado internacional, a través de unos
productos buenos, también de buena calidad, con buen diseño, etcétera.

Este problema de credibilidad que, a nivel internacional, tiene nuestra
economía, yo creo que tiene unos fundamentos bastante importantes, que se
basan en un determinado crecimiento de la economía, porque, claro, ahora
estamos hablando de unos efectos positivos que ha tenido por ejemplo, la
devaluación de la peseta durante este período, pero, al mismo tiempo,
cuando debatíamos el otro día también en la Comisión de Economía los
problemas del comercio exterior, con la información que entonces se nos
facilitó, vimos que hay toda una serie de elementos que es necesario en
este momento racionalizar, modernizar, etcétera.

Señor Pastor, esto choca frontalmente con toda la política que se ha
realizado en los últimos años. Y yo quiero creer en alguien, yo quiero
creer en lo que diga usted, pero no solamente hoy, porque tenga confianza
en la persona, sino mañana, pasado mañana, y que no se me cambien los
índices o las magnitudes cada tres o cuatro meses. Quiero que haya una
verosimilitud.

Nosotros afirmamos desde nuestro Grupo, con humildad, con los
conocimientos de la situación que teníamos, que la estrategia de
convergencia nominal con Europa no era una estrategia adecuada. Creo que
se está demostrando en estos momentos concretos que esta estrategia,
tanto en la situación interna española, como en nuestro papel en Europa
es una estrategia fracasada, por toda una serie de historias: políticas
monetarias fracasadas, por una entrada que me parece absolutamente
suicida en el Sistema Monetario Europeo (ya nos pareció y lo dijimos en
aquel momento; lo dijeron también entonces los sindicatos); por no
existir una política industrial; es decir, por tener cada vez bases más
débiles en el tejido industrial, tejido industrial que se ha destruido en
gran parte y, naturalmente, el vacío siempre lo ocupa alguien, y en este
caso concreto el vacío que se ha creado en el tejido industrial español
lo han ocupado empresas que tienen una base importante en Europa y en el
mundo y la han aprovechado para asumir cotas de nuestro mercado, sin
crear tejido industrial nuevo, en muchos casos comprando empresas y
liquidándolas al cabo de un tiempo, pero permitiendo que estas empresas,
o sus redes comerciales, pudieran al mismo tiempo aumentar un poco la
cuota de presencia dentro de España. Es decir, son muchas cosas
relacionadas, y como son de los últimos años (no son de los últimos
decenios), yo creo que debemos debatirlas y tenerlas en cuenta en el
momento de abordar los problemas.

Y dice usted que nuestra economía, en su conjunto, en estos momentos no
es capaz de crear el empleo suficiente. Incluso con los índices de
crecimiento económico que se plantean para el año 1994 se dice que
realmente esto no variará en lo sustancial.

Yo, señor Secretario de Estado, le digo que en estos momentos, y se lo
digo también para la posible reflexión que ustedes puedan hacer, o la que
podamos hacer conjuntamente en este Parlamento, cuestiono totalmente, en
profundidad, que los ciclos económicos tengan el mismo efecto económico,
social y laboral que antes. Y cuando digo antes, hablo de seis o siete
años atrás, de diez años atrás, de un par de decenios atrás. Estoy
convencido en estos momentos de que, con crecimientos de los que se están
planteando a nivel teórico para el año 1995, no hay posibilidades de
salir de los índices de paro que tenemos ahora. No hay ninguna
posibilidad. Y lo están señalando ya personas que considero que están
bastante documentadas en el terreno económico, en el terreno del mercado
de trabajo, en el de la legislación laboral, etcétera. Están planteando,
en sentido positivo, que se está cerrando un ciclo y que la visión
mecánica que teníamos de que los ciclos económicos expansivos repercutían
inmediatamente en creación de empleo, en creación de puestos de trabajo
en estos momentos se está demostrando ya como un elemento falso. Por
tanto, tenemos que partir de otras coordenadas, porque --entro en lo que
me preocupa fundamentalmente o preocupa fundamentalmente a nuestro
Grupo-- incluso en un momento en el que pudiera haber una recuperación de
las macromagnitudes económicas, que puede haberlo en cierta



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manera, ya lo hay ahora y lo puede haber todavía más, continúan
manteniéndose los efectos y las secuelas sociales más perniciosas para el
conjunto de los trabajadores y de la sociedad en elementos tan
importantes como, por ejemplo, es la creación de empleo.

Es decir, hay recuperación, van bien las cosas, pero hay más paro en la
sociedad o se mantiene el mismo tipo de paro. Hay más trabajo precario,
por tanto, las condiciones sociales y laborales con las que los
trabajadores acceden al mercado de trabajo se están degradando, se están
deteriorando y, al mismo tiempo, esto se refleja ya en un miedo, en
sectores importantes de la sociedad, en la medida en que no saben si
tienen garantizado su futuro para mañana o pasado mañana. Y no tener
garantizado el futuro quiere decir que tienen un gran cuidado en el
momento de poner en marcha determinados gastos que yo calificaría de
absolutamente necesarios, de sociales. Esto es, dudo también de la
posibilidad de que haya un lanzamiento, una recuperación económica
importante, a partir del sector interno, existiendo este miedo y una
cierta pérdida de la capacidad de decidir libremente la gente, en la
medida en que este miedo representa, en cierta manera, que la gente se
encuentra más vulnerable ante determinadas reacciones del mercado de
trabajo, que la legislación que se ha ido propiciando durante el último
período es una legislación que no sirve, en absoluto, para fomentar una
determinada seguridad del ciudadano, del trabajador o la trabajadora en
lo que puede hacer de cara al futuro, sino, al contrario, le va
restringiendo esta capacidad.

Paso a formular unas cuantas preguntas en relación a todo esto y una
explicación de las mismas para que las conteste usted, si quiere, si
puede, hoy.

¿Consideran ustedes conveniente profundizar --lo digo de una forma muy
eufemística-- en la reforma del marco de las relaciones laborales? En
plata, señor Secretario de Estado, ¿son aceptables las exigencias de
Convergència i Unió en torno al trabajo, al empleo, al despido, etcétera?
¿Cómo valoran los efectos de lo que nosotros llamamos contrarreforma
laboral y ustedes reforma laboral, ya, en concreto, en estos momentos? Me
refiero a los efectos sociales que han tenido sobre los trabajadores, no
me hable únicamente de macromagnitudes, de si se han creado más o menos
contratos o si se han firmado más o menos contratos, no tanto puestos de
trabajo, sino contratos. Desde nuestro punto de vista, creemos y
resaltamos, porque es así, que en 1994, en medias anuales, el mercado del
paro en nuestro país ha aumentado en 257.000. Hay 257.000 parados más y
se han destruido 108.000 empleos.

Es verdad que esto representa que se está moderando extraordinariamente
la destrucción de empleo y el aumento del paro también se está
reduciendo.

La reactivación económica debida, según ustedes, a la reforma laboral, a
la moderación salarial y a la recuperación del excedente empresarial, no
es capaz de solucionar eficazmente el problema del desempleo. Estamos
instalados de nuevo en el 24 por ciento de desempleo, según la EPA; en
casi el 17 por ciento, según el Inem. Por cierto, una pregunta que quiero
hacerle: en el momento de valorar el desempleo global que hay, ¿sería
útil que el Inem incluyera en sus estadísticas información adicional
sobre los que buscan trabajo fuera de los mecanismos del Inem?
Aprovechando otros canales, en concreto, la puesta en funcionamiento de
las agencias privadas de colocación. ¿Se valora lo que representa la
petición de trabajo a través de estas agencias de colocación en lo que
son los resultados finales del Inem?
El empleo, como he señalado, se ha precarizado aún más, se está
reduciendo el empleo estable y se produce un efecto sustitución por
empleo precario. Y los efectos negativos de la temporalidad de las
plantillas sobre la formación, el consumo, la propia actividad económica
y, por tanto, el empleo deberían ser conocidos en estos momentos y
valorados como lo que realmente son. Por tanto, existen razones fundadas
para pensar que se está abonando la capacidad de destruir empleo con
mayor intensidad en las recesiones y con un aumento de los puestos de
trabajo muy débil, muy elemental, por razones estructurales y, también,
por estas razones de la precarización del mercado de trabajo en los
momentos de crecimiento económico.

¿Qué opinión le merece a usted el control del excedente y la creación de
fondos de inversión? A nuestro entender, debería estar presente siempre
cuando se formulan negociar incrementos salariales por debajo de la
productividad. ¿Debería haber fondos de inversión? La creación de fondos
de inversión es una vieja historia propuesta por Izquierda Unida desde
siempre. La hemos defendido, que yo sepa, al menos en dos debates sobre
los presupuestos generales del Estado en los cuales he participado y
pensamos que continúa siendo importante en un momento en el que hay un
excedente empresarial superior.

¿Creen prudente insistir en rebajar cotizaciones sociales e incrementar
el IVA? ¿Cómo afectaría esta medida a la financiación del sistema
contributivo de la Seguridad Social? ¿Consideran apropiado endurecer las
condiciones de acceso a las pensiones y reducir su cuantía?
Independientemente, o en el marco, si ustedes quieren, del Acuerdo de
Toledo sobre las pensiones. Pero como es necesario que haya la máxima
claridad y rotundidad en la afirmación de todos los grupos parlamentarios
y formaciones políticas, lo es también para dar la seguridad al ciudadano
de que lo que se dijo en Toledo o lo que se está afirmando genéricamente
se está afirmando con la boda grande y no con la boca chica. Y, además,
porque ha habido pronunciamientos en este país por parte de destacados
dirigentes de las finanzas españolas que han dicho, en concreto, que aquí
cada uno tiene que espabilarse. Son personas que tienen una entidad y una
personalidad suficiente como para ser atendidos por parte del Gobierno,
como se ha hecho en muchas otras ocasiones. ¿Puede ser un peligro o puede
ser una necesidad objetiva, por ejemplo, la que planteó hace pocos días
el señor Botín? Es importante recordar que no podemos negar que hay una
cierta penalización de las cotizaciones sociales sobre lo que representa
el factor trabajo, sobre lo que son los costes unitarios, pero hay otros
factores que pesan más, sobre todo, el factor trabajo.

Termino ya, señor Presidente, diciendo que buena parte del desempleo
estructural que sufre la economía española obedece a la debilidad
productiva de nuestra economía,



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que las deficiencias estructurales del tejido productivo español
constituyeron una barrera, en su momento, que impidió hacer frente a los
momentos de la competencia establecidos a partir de 1986. Se entró en
malas condiciones en la Comunidad Europea, se hizo una entrada política
sin negociar a fondo una serie de elementos que eran muy importantes en
un momento en el que había una debilidad industrial, ya no larvada, sino
bastante importante y, al mismo tiempo, había una situación determinada
en el sector agrícola. Recordará usted que el Gobierno decía que Europa
iba a temblar cuando nuestros productos entraran libremente. Pues bien,
el sector agrícola se ha demostrado uno de los más débiles en el momento
de tener una presencia como dicen ustedes competitiva, en el terreno
europeo y está demostrando bastantes más debilidades, incluso con
sectores agrícolas europeos que deberían estar bastante más desfasados
que el español, no por otra cuestión que el clima, simplemente.

¿No resulta curioso que después de doce años el Gobierno lance ahora una
propuesta de política industrial y no sabemos si de política agrícola
también? ¿Consideran posible una política industrial al margen de la
empresa pública y además bajo la filosofía privatizadora? ¿A partir de
que la privatización generará recursos para reducir el déficit público,
pero al mismo tiempo será más efectivo para la competencia a nivel
internacional?
Con estas preguntas que quisiera que me contestara el señor Secretario de
Estado de Economía, doy por terminada mi intervención.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra la señora
Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Quisiera también en nombre del Grupo Socialista
agradecer la comparecencia del señor Secretario de Estado de Economía en
este inicio de comparecencias periódicas ante la Comisión de Economía en
el Congreso, para analizar la evolución de la coyuntura económica, y en
el día de hoy la coyuntura económica en relación al último trimestre de
1994 y los primeros datos del año 1995.

En el análisis de la situación económica actual, coinciden, en opinión
del Grupo Socialista, dos apreciaciones contradictorias: Por una parte,
la preocupación por la evolución de los mercados financieros y el
equilibrio inestable en el que se encuentra nuestra moneda coincide con
la satisfacción y la confianza en la evolución y las perspectivas de la
economía real. Esta evolución de nuestra economía en los últimos meses
muestra que no hay razones económicas para la desconfianza en la economía
española y sí, por el contrario, suficientes elementos en nuestra
realidad, en la acción del Gobierno, en la actitud y contribución de los
agentes económicos y sociales para que se mantenga y se incremente la
confianza internacional en nuestra economía.

Esta es una primera conclusión que quiere señalar el Grupo Socialista y
un mensaje que hoy, en nuestra opinión, debería trasladarse desde esta
institución parlamentaria a la sociedad y a los mercados financieros e
internacionales, para contribuir a que los datos fundamentales, los datos
económicos se impongan sobre el componente doméstico, nacional, que es
una cierta incertidumbre política, que forma parte, con otros factores
más importantes de carácter internacional, de la tormenta monetaria en la
que estamos inmersos en este momento.

En esta conclusión, en este mensaje, el Grupo Socialista se siente
acompañado por la mayoría de los grupos de esta Cámara --hay grupos que
hoy no están presentes que están tratando de apoyar este mensaje de
confianza--; se siente acompañado también por la crítica constructiva que
ha realizado el portavoz de Izquierda Unida, pero es evidente que estamos
ante una excepción importante, relevante, de lanzamiento de un mensaje de
desconfianza, que es el que está lanzando reiteradamente, y hoy también,
con claridad, el portavoz del Grupo Popular. Porque cuando se hacen
análisis que cuestionan cualquier avance, que obvian los datos
económicos, que enfatizan los problemas para crear el peor escenario
posible, cuando se descalifica por principio la política económica del
Gobierno, cuando, de hecho, se está negando viabilidad y futuro a la
recuperación económica, se está lanzando un mensaje negativo, se está
haciendo un llamamiento a la desconfianza y se está contribuyendo a la
inestabilidad.

Y la realidad económica, señorías, es bien distinta. La realidad
económica, la que se basa en una interpretación mesurada de los datos
económicos, es otra bien distinta. Se ha afianzado a lo largo de 1994 la
recuperación económica, y esto es un hecho innegable; se está avanzando
en la convergencia hacia los criterios de Maastricht, y bueno será
recuperar los datos concretos para mantener esta afirmación; se está
aplicando una política económica y se están llevando a cabo reformas
estructurales que son plenamente congruentes, que están en consonancia
con las recomendaciones de la Unión Europea. Y el Gobierno está
trabajando, y creo que es importante resaltar el esfuerzo que se está
haciendo y que explicaba el señor Secretario de Estado de Economía, para
mejorar la credibilidad de la política económica y para mejorar la
confianza internacional, esfuerzo que ha intentado ridiculizar también el
portavoz del Grupo Popular.

Yo diría, señorías, que la recuperación económica, con datos en la mano,
marcha por el camino previsto y que ha mejorado, incluso, algunas
previsiones en datos que son importantes.

Tres son los aspectos que el Grupo Socialista considera relevantes en
esta marcha de nuestra economía. En primer lugar, el ritmo de crecimiento
de la actividad económica se ha hecho vigoroso a lo largo de 1994 y, si
bien es cierto que acabaremos el año con un resultado del 1,9, que
señalaba el señor secretario de Estado --en definitiva, el 2 por
ciento--, es también cierto que el crecimiento en el último trimestre
coincide perfectamente con el ritmo de la media de la Unión Europea,
porque en España este crecimiento ha sido del 2,7 en el último trimestre,
y la media europea ha sido del 2,8. Por tanto, estamos en el mismo ritmo
de crecimiento que la Unión Europea y esto hay que señalarlo.




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El segundo aspecto relevante que nuestro Grupo quiere señalar es el
cambio de signo en el comportamiento del empleo y también, aunque esta
afirmación pueda chocar con algunos datos que conocemos, y yo le pediré
al señor Secretario de Estado de Economía que nos dé algunos datos en
relación a esta afirmación, la mejora de la calidad del empleo que se
está creando.

En 1994 ha habido creación de empleo neto, por primera vez en cuatro
años. Este es un dato que también merece la pena que destaquemos, porque
se ha dado como consecuencia de una serie de factores, de reformas, que
ha producido por apoyo mayoritario esta Cámara, pero también por la
contribución, el esfuerzo y el sacrificio, de los agentes económicos,
fundamentalmente de los agentes sociales.

Hay un dato especialmente importante en lo que ha sucedido en el empleo
en el año 1994, que es un dato esperanzador para el futuro, como es la
reducción del umbral de crecimiento del producto interior bruto para que
se cree empleo. Con un crecimiento de apenas el 2 por ciento, se ha
creado empleo por primera vez en la economía española, pero también en
otras economías de la Unión Europea se ha reducido ese umbral necesario
para crear empleo que antes estaba por encima del 3 por ciento. Este es
un dato esperanzador también para el futuro, para crear empleo, para
reducir nuestra abultada, abultadísima bolsa de paro.

En relación a la calidad del empleo que se está produciendo y que decía
que ha mejorado, es evidente que hay una preocupación compartida, como
señalaba el portavoz de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya,
preocupación que comparte el Grupo Socialista --la preocupación que hay
en la sociedad entre los trabajadores--, la comparte el Gobierno también,
y hay una moción aprobada en esta Cámara para tratar de resolver lo que
es la excesiva temporalidad que tiene el empleo que se está creando, que
representa aproximadamente el 35 por ciento, mientras que la media de los
países más avanzados de la Unión Europea está en el 15 por ciento. Por el
dato al que yo me refería, y que quisiera que nos pudiera explicar con
precisión, porque no quisiera equivocarme en los números, es que ha
mejorado la duración en los contratos temporales y se ha triplicado en
relación a la duración que se estaba produciendo en los contratos
temporales hace apenas un año o año y medio. Por eso quisiera que nos
proporcionase, señor Pastor, este dato que nos parece relevante.

La tercera consideración respecto al análisis de la situación económica
es la confirmación en la tendencia a la disminución de los desequilibrios
básicos de nuestra economía, como ya se ha señalado por parte del señor
Secretario de Estado.

En cuanto al proceso de convergencia dentro de la Unión Europea, creo que
se está poniendo énfasis, a veces interesado, tendencioso, en la falta de
cumplimiento en el momento actual, de las condiciones y de los criterios
de Maastricht. Es una realidad que en estos momentos no se cumplen los
criterios, pero, a nuestro modo de entender, lo que interesa, lo que es
importante es saber la distancia que nos separa de dichos criterios y ver
si la evolución de la economía nos va a permitir alcanzar, lograr el
cumplimiento de estos criterios en el momento que tenemos que cumplirlos,
que no es el año 1995, sino el año 1997.

En este sentido, también con los datos en la mano, la realidad muestra
que la distancia respecto a esos criterios de Maastricht se ha reducido
en 1994 y que si se sigue adelante con las previsiones y la evolución de
la economía española en 1995, se va a seguir reduciendo en 1995, porque
el diferencial de inflación en 1994 se ha reducido y ha pasado del 1,7,
en 1993, al 1,2, en 1994. A veces no se tiene en cuenta a la hora de
establecer comparaciones que debe hacerse en relación a los límites de
Maastricht, es decir, la media de los países mejor situados más un punto
y medio, para hacer las comparaciones de manera correcta.

En relación al déficit público, España ha reducido 8 décimas en 1994 y la
media de la Unión Europea se ha reducido únicamente en 4 décimas. El
diferencial se ha reducido también y ha pasado del 1,5 al 1,1. Por tanto,
también en déficit se ha producido un acercamiento.

En deuda pública es en el único apartado en que no cumplimos y por eso se
está enfatizando más, pero también para hacer una comparación correcta
hay que realizarla en términos de la evolución que se ha producido en los
otros países europeos y en la media europea y ésta ha crecido 2,8 puntos,
en términos del PIB, de 1993 a 1994; la media europea es 68,9 a finales
de 1994. Esta evolución coincide con la evolución que ha seguido la deuda
pública en España entre 1993 y 1994, que ha pasado del 59,8 del producto
interior bruto al 62,7 y, por tanto, también ha incrementado 2,9; es
decir, la evolución ha sido totalmente coincidente y paralela. Se ha
pasado a incumplir este criterio fijado en el 60 por ciento del PIB,
evidentemente, pero nuestra situación no es peor, diría que es más
favorable que la del conjunto de los países de la Unión Europea.

La segunda conclusión que extrae el Grupo Socialista del análisis de la
situación actual y de la evolución de la economía española es que, en
términos de aproximación y de cumplimiento de los criterios de
convergencia, no se cumplen en 1995, eso es evidente, pero que es preciso
valorar el grado de cumplimiento y las posibilidades de acercamiento. Los
datos muestran que hemos reducido distancias y nada permite considerar
que la economía española no está bien situada para que, aplicando
estrictamente las políticas diseñadas en el programa de convergencia,
podamos cumplir los criterios en el momento que hay que cumplirlos que es
el año 1997.

Una cuestión que quisiera plantearle, señor Secretario de Estado --no es
una conclusión, sino una cuestión para una reflexión en esta Cámara--, se
refiere a la percepción ciudadana de la recuperación económica, porque se
cuestiona a veces el futuro de la recuperación, la fortaleza o el vigor
en virtud de que no existe en estos momentos una percepción popular,
ciudadana, de la recuperación económica. Incluso tenemos en estos
momentos en trámite una interpelación y posterior moción que abunda en
esto. Es evidente que la doctrina económica contiene factores
explicativos del retraso en esa percepción. Que la actividad económica
precede, como es sabido, a la recuperación del empleo; que el consumo
privado depende del nivel de empleo,



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de la renta disponible y también de las expectativas; que el desarrollo
de la recuperación es selectivo y que no se produce al mismo tiempo en
todos los sectores económicos, pero, aceptando que ese retraso se
produce, quisiera preguntarle, si es posible --no sé si es posible, que
pueda haber una respuesta concreta--, señor Secretario de Estado, cuándo
van a notar los ciudadanos, cuándo van a notar las familias la
recuperación económica, que es una pregunta que está en la calle y que
nuestro Grupo recoge.

Y voy a hacer una reflexión de carácter más general ya para terminar.

Estos son los aspectos que en mi opinión del Grupo Socialista son
relevantes de la situación económica. No niega nuestro Grupo los
problemas, no niega nuestro Grupo los retos y los desafíos que tiene ante
sí la economía española, pero creo que es preciso reconocer los avances y
los logros, porque no se puede negar a la sociedad su propio progreso, no
se puede negar la capacidad de nuestro país para afrontar estos retos.

Nuestra memoria reciente nos dice que hemos sido capaces de afrontarlos.

Desde 1986 la economía española ha tenido un tremendo reto ante sí, la
internacionalización de nuestra economía, la integración en Europa, que
ha ido resolviendo satisfactoriamente. Creo también, señor Presidente,
señorías, que no se puede negar los evidentes frutos que está dando la
política económica del Gobierno español.




El señor PRESIDENTE: Para contestar, tiene la palabra el señor Pastor.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMIA (Pastor Bodmer): Trataré de ser
breve, aunque debo empezar agradeciendo a esta Comisión la ocasión que me
brinda de comparecer ante ella; deseo que estas comparecencias sean más
frecuentes, porque lo que se puede decir en esta Comisión no se sustituye
por informes de coyuntura, por bien hechos que estén.

Agradezco al señor Montoro que diga que éste es un buen informe de
coyuntura --yo creo que lo es-- pero, claro, no es más que un informe de
coyuntura. No pretende ser un documento de posición de la política
económica del Gobierno. Por otra parte, como se terminó cuando se
terminó, no hubo tiempo de recoger los últimos datos que entonces estaban
disponibles, como la EPA del cuarto trimestre, y ahí están sustituidos
por estimaciones.

Creo que esta Comisión es un lugar adecuado para debatir aspectos como la
posible crisis financiera, la evolución de nuestro sistema monetario
europeo, etcétera. Me parece, en cambio, que un informe, de coyuntura o
no, que sea de conocimiento general no es un instrumento adecuado, porque
si ustedes tienen ocasión de vivir en tiempo real las reacciones de los
mercados en un momento determinado, les aseguro que se volverán tan
cautos como yo en las cosas que dicen, pues la expresión más inocente y
la verdad más obvia a veces son interpretadas de manera completamente
inesperada.

Probablemente el mejor ejemplo que tenemos de esto es la subida de los
tipos de interés del Banco de España el día 4 de enero. En realidad, fue
la reacción a esta subida una de las razones que nos movieron a tratar de
explicar la situación de la economía española fuera de aquí, porque era
evidente que los mercados habían interpretado mal la acción del Banco de
España. Los mercados habían interpretado de forma unánime que la subida
de tipos de interés del Banco de España se había hecho para defender el
tipo de cambio y, por consiguiente, la reacción fue sumamente negativa.

Es uno de los pocos casos en la vida en que uno puede estar absolutamente
seguro de que esto no fue así, porque la decisión del Banco de España de
aumentar los tipos de interés se produce cuando ya se sabe que en el
presupuesto vendrá un aumento del tipo del IVA y un aumento de los
impuestos especiales. Como el objetivo del Banco de España es utilizar
los tipos de interés para tratar de anticipar la inflación que pueda
producirse, en ese momento el Banco de España piensa que esta subida
anunciada del IVA repercutirá necesariamente en la inflación y que hay
que tomar alguna medida lo antes posible. Esto se interpreta
completamente al revés por parte de los mercados y no es más que un
ejemplo de las reacciones que se pueden suscitar de manera absolutamente
inesperada por decir cosas que a lo mejor no sólo no son ciertas, sino
además absolutamente inocuas.

Quisiera detenerme un momento sobre la distinción entre objetivos y
previsiones, porque yo creo que quizá no la haya explicado nunca bien,
pero y desde mi punto de vista es una distinción que está perfectamente
clara.

Dos casos límites: desempleo y déficit público. Es evidente que en el
caso del desempleo el Gobierno no puede tener un objetivo. El desempleo
no es una variable de política económica. El Gobierno puede tratar de
crear las condiciones necesarias para que se cree más empleo, y eso es lo
que trata de hacer, pero el Gobierno no tiene un control directo ni
indirecto sobre el volumen de empleo que se crea. Lo único que puede
hacer es crear condiciones.

El otro caso es el del déficit, y lo que sería perfectamente ridículo es
que el Gobierno hiciera una previsión del déficit. El Gobierno tiene un
objetivo de déficit. Es más, el éxito o el fracaso de su política
económica se mide, en primer lugar, por el cumplimiento de esa cifra de
déficit. Por lo menos ésa es mi opinión.

En el medio tenemos la inflación. ¿Qué hacemos con la inflación? ¿Una
previsión o un objetivo? Ahí quiero hacerles dos consideraciones. En
primer lugar, y al igual que sucede con el déficit, la cifra de inflación
que se pone en los Presupuestos Generales del Estado y que constituye
--digamos-- la cifra oficial de inflación manda una señal a los mercados.

Imaginémonos, por ejemplo, que se nos ocurriera poner una previsión de
inflación del 5 por ciento para 1995, sabiendo que nos íbamos a quedar en
el 4. Esto sólo crearía una perturbación tremenda en todos los mercados
y, por consiguiente, en el caso de la inflación, ¿qué es lo que hacemos?
Lo que hacemos es ponernos una cifra que nos parezca alcanzable, pero que
nos parezca más bien ambiciosa. Además, en el caso de la inflación, el
Gobierno no tiene el control de esa magnitud, como tiene la
responsabilidad del déficit, pero sí tiene unos ciertos instrumentos y
unos ciertos mecanismos para influir sobre la inflación. Instrumentos y
mecanismos que son cada vez más



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marginales, porque cada vez hay menos empresas públicas, cada vez hay
menos precios intervenidos, autorizados e incluso comunicados, pero esos
instrumentos todavía existen. Por consiguiente, el tener un objetivo de
inflación para lo que nos sirve en política económica es para tomarlo
como referencia en el momento de autorizar subidas de tarifas o de dar
pautas de salarios para las empresas públicas. En este sentido nos es
útil tener un objetivo de inflación que sea lo más bajo que nos parezca
alcanzable. Esa es la distinción entre objetivo y previsión y por eso
hablamos de un objetivo de inflación y de una previsión de desempleo y de
un objetivo de déficit.

Yo no tengo una cabeza tan buena para las cifras como el señor Montoro y
tenía la impresión de que el 0,8 que venía en los datos del Banco de
España era antes del lavado del cupón, porque en mis datos tengo un 1 por
ciento y desde luego es antes del lavado del cupón. De todas maneras, no
voy a discutirle la cifra porque, desde mi punto de vista, lo importante
es lo que he dicho después, es decir, que la reducción del déficit
corriente ha sido menos grande de lo que hubiéramos podido esperar y, por
consiguiente, es verdad que las importaciones pueden convertirse en una
restricción como había sucedido en ciclos precedentes. Yo creo que eso es
algo que estamos vigilando todo lo estrechamente que podemos porque
efectivamente ése es un riesgo. Efectivamente ese es un riesgo que no se
presentará con la misma intensidad con la que se presentó en ciclos
anteriores, fundamentalmente porque nuestra economía es mucho más abierta
de lo que era entonces. En el año 1959 nuestro sector exterior estaba
formado por la cantidad de reservas que había en el Banco de España, no
había nada más. En este momento los flujos de recursos que vienen del
exterior a nuestra economía son mucho más complejos y mayores en número.

Por consiguiente, ésta es una posible restricción, nosotros que la
estudiamos con cierta frecuencia, creemos que en este momento no es un
riesgo inmediato --ni mucho menos-- que tuviéramos una crisis de balanza
de pagos, la dificultad no está ahí.

Dentro del sector exterior, ¿las exportaciones van bien gracias a
devaluacines competitivas? Yo creo las tres devaluaciones que han tenido
lugar desde septiembre de 1992 hasta mayo de 1993 son devaluaciones que
lo que hacen es situar a una peseta que estaba claramente sobrevalorada
en su nivel. Hay que decir que es más fácil saber que la peseta está
sobrevalorada cuando las cosas han pasado, es más fácil saberlo tres
meses después que saberlo el mismo día, pero yo creo que en este momento
los datos nos indican claramente que entre los años 1990 y 1992 la peseta
estuvo sobrevalorada. Esto tuvo unos efectos negativos sobre nuestro
sector exportador y sobre nuestra economía real en términos generales. Yo
no creo que los efectos benéficos, en términos de inflación, compensaran
esos efectos negativos. En cualquier caso lo que se hizo entre septiembre
de 1992 y mayo de 1993 fue situar a la peseta en un nivel adecuado.

Prueba de ello es que desde agosto de 1993 hasta finales de 1994 osciló
en torno al marco en una paridad más o menos constante, sin que hubiera
ninguna acción de intervención sobre los tipos de interés ni de
transacciones por parte del Banco Central. Eso fue lo que ocurrió. Esta
causa fue indispensable para que nuestro sector exterior empezara a
tirar.

El señor Montoro se refiere a si podemos decir de verdad que nuestros
desequilibrios se están corrigiendo de acuerdo con lo esperado. Quizás mi
aportación fundamental en todas estas conversaciones que he tenido con
personas de fuera, no ha sido tanto explicarles en qué consiste nuestro
programa de convergencia --que también lo he hecho--, sino recordarles
las enormes transformaciones que ha sufrido nuestra economía y nuestra
sociedad en los últimos años, lo rápidas que han sido y hasta qué punto
nuestra economía y nuestra sociedad se han adaptado con éxito a esas
transformaciones. Yo creo que esto es algo que todos los que tenemos
alguna responsabilidad en la Administración, en un parlamento, en los
medios de comunicación y demás, debemos tener siempre presente. Yo creo
que el pesimismo que a veces tenemos respecto al futuro inmediato de la
economía española es un pesimismo que nuestra historia no confirma.

Es verdad que tenemos ante nosotros problemas importantes; no hay que
minimizar lo que supone tener nuestra tasa de desempleo, no hay que
minimizar las dificultades que supone reducir nuestro déficit público
hasta donde tiene que estar en 1997, pero no creo que esos retos sean más
difíciles que los que todos nosotros hemos tenido que superar en los
últimos 10, 15, 20 años --lo que ustedes quieran-- en nuestra historia
reciente. Yo creo que eso siempre hay que tenerlo presente. Curiosamente
es algo que la gente de fuera espera oír. Cuando hablamos de cosas que
son ya indiscutibles porque pertenecen al pasado, es algo que la gente
agradece oír y que, en el fondo, tranquiliza más que lo que puede ser la
política económica de un gobierno, porque lo que refleja es una dinámica
más amplia, es la dinámica de una economía o de una sociedad.

No voy a entrar en las cifras de la evolución del desempleo. La verdad es
que yo sólo he citado una, que es la relativa a la creación de esos
46.500 puestos de trabajo entre diciembre de 1993 y diciembre de 1994,
que creo que viene de la EPA. Es verdad que la población activa crece
menos en 1994 que en 1993, pero para que yo tenga razón basta con que
crezca, no hace falta que crezca más que el año anterior, crece menos,
pero crece, por consiguiente, la creación de empleo se refleja sólo en
parte en la reducción del paro.

Yo no creo --y en ello coincido con lo que ha dicho la señora Aroz-- que
estemos más lejos de la convergencia con Europa en términos nominales, y
tampoco creo que en los dos próximos años, en términos reales, es decir
en términos de renta «per capita» como porcentaje de la media europea,
vayamos a tener una gran convergencia. En términos nominales sí, pero en
términos reales seguramente no durante los dos próximos años. No creo que
nos sigamos alejando, como venimos haciendo desde el año 1992, pero
tampoco creo que vayamos a recuperar esa distancia tan pronto.

Paso ya a referirme a las cuestiones más concretas que me planteaba el
señor Montoro al final de su intervención: límites de tipos de interés,
límites sobre el tipo de cambio, límites sobre el uso de reservas.




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Por lo que se refiere a límites de tipos de interés, yo creo que hay que
ser perfectamente claros en una cosa y es que el tipo de interés no es, a
nuestro juicio, un instrumento para mantener el tipo de cambio. Dicho de
otra forma, no se ha intentado ni se va a intentar mantener la cotización
de la peseta aumentando los tipos de interés.

Límites al tipo de cambio. Nosotros estamos convencidos, y yo creo que en
este punto todo el mundo nos da la razón, que en este momento la peseta,
mediante cualquier cálculo que uno quiera hacer, está claramente
infravalorada. Seguramente también lo está el franco francés, seguramente
también lo está la lira italiana, o si quieren para simplificar, es
posible que en este momento esté sobrevalorado el marco alemán frente a
todas las demás monedas.

Si pudimos creer, al principio del mes de enero, que la peseta era objeto
de una especial desconfianza dentro del sistema, yo creo que en las
últimas semanas esto no es así. Es decir, la peseta ha sufrido, al igual
que otras monedas del sistema, el fenómeno de la apreciación del marco y,
en algunos casos, se ha comportado mejor que otras monedas, como por
ejemplo el franco francés. Por tanto, en este momento, no es que seamos
objeto de una desconfianza especial, ni desde luego de ataques
especiales, es que estamos sufriendo el fenómeno de revalorización del
marco y, evidentemente, estamos más cerca del límite superior de la banda
de las demás monedas.

Por otra parte, este fenómeno de apreciación del marco tiene unos
orígenes muy distintos de los que produjeron la apreciación a partir del
año 1990 y que acabaron con el sistema de la banda estrecha de 1993, por
una razón, porque ya se sabía, en el año 1990, que el fenómeno de la
reunificación y, por consiguiente, la necesidad de una política fiscal
muy expansiva, combinado con la voluntad de mantener una inflación baja,
iba a obligar a Alemania a mantener unos tipos de interés muy altos. Ese
fue el origen de la apreciación del marco, y se sabía que éste no era un
fenómeno que se pudiera corregir de la noche a la mañana. Por
consiguiente, como ustedes saben, ya en el año 1990 se propuso una
revaluación del marco, que no fue aceptada por la mayor parte de los
Estados miembros de la Unión, y por eso no se hizo.

En este momento, el fenómeno es muy distinto. La apreciación del marco se
debe fundamentalmente a que desde hace una o dos semanas el marco se está
convirtiendo en una moneda refugio, cuando hay un montón de
incertidumbres, que empiezan con el peso mejicano, siguen con el dólar y
se trasladan también a otras monedas europeas. Por consiguiente, ese
fenómeno de apreciación del marco es perfectamente posible que sea un
fenómeno reversible, y que, en consecuencia, no haga necesaria ninguna
acción dentro del sistema.

Naturalmente, en estas circunstancias, como en otras, existe siempre un
estrecho contacto entre, fundamentalmente, los gobernadores de los bancos
centrales, que son los que tienen la primera responsabilidad en este
terreno, y entre los ministros, en segundo término; esos contactos se han
producido durante los últimos días y, que yo sepa, no se ha tomado
ninguna decisión.

Finalmente, por lo que se refiere a las reservas, somos el único país que
habla públicamente del uso que se hace de sus reservas, ningún otro país
lo hace. Yo creo que esto no es una voluntad de ocultar nada, pero sí
creo que es una muestra de prudencia, es decir, cualquier información
buena o mala sobre las reservas puede desencadenar una reacción
completamente desproporcionada. En este momento, no tengo ningún dato
sobre cuál ha sido, si es que ha habido, el volumen de intervención por
parte de nuestro Banco central; si lo tuviera, creo honradamente que
sería mucho mejor no darlo, y confiar en la prudencia del Banco central
para que gestione adecuadamente sus reservas.

El señor Montoro me pide si nosotros tenemos alguna estimación acerca del
efecto sobre la inflación del tipo de cambio, por una parte, de la
moderación salarial o del crecimiento salarial, por otra, y de los
impuestos, en tercer lugar. Yo creo que si estamos hablando de 1995, el
efecto singular de más relieve es la subida de los impuestos. Yo creo que
la depreciación que sufre la peseta recientemente no tiene un efecto
apreciable sobre la inflación; tiene un efecto mucho mayor, por ejemplo,
el aumento de las materias primas. El aumento de los precios de las
materias primas es mucho mayor que cualquier depreciación de la peseta
que se pueda tener en este momento. En cuanto a la moderación salarial,
yo creo que se está manteniendo durante este año. Este es un factor
enormemente positivo. He dicho varias veces que no creo que esa
moderación salarial tenga que ser aún más moderada, pero que debería
mantenerse así, porque claramente éste es un factor de competitividad
para nuestra economía que también contribuye a la creación de empleo.

Finalmente, me refiero a un asunto que quizá sea el más delicado, pero lo
cierto es que el señor Montoro me ha hecho la pregunta. ¿Hasta qué punto
nuestra moneda o nuestra economía está descalificada en los mercados
financieros y está descalificada por razones políticas? Ahí, lógicamente,
la percepción es muy distinta según se trate de países que tenemos muy
próximos o de países que tenemos más lejanos.

Tuve ocasión de viajar fuera de España una vez antes del debate del
estado de la Nación y las restantes veces después, y de lo que había
llegado a los analistas internacionales había un factor que me fue
comentado por todo el mundo (que no fui yo el que lo sacó), y de manera
uniforme también de forma muy positiva, que era el convencimiento de que
se había alejado la perspectiva de unas elecciones generales en 1995.

Toda la gente con la que yo he hablado fuera de aquí me ha dicho que les
ha parecido una señal sumamente tranquilizadora el que se emplee este año
para la consolidación de la recuperación, para afrontar retos como el que
tenemos del Presupuesto de 1996 y otros muchos y que se pospongan esas
elecciones generales.

En cuanto a las preguntas del señor Frutos, creo que éste no es el
momento de iniciar un debate sobre política industrial. El señor Frutos
sabe seguramente que yo me he ocupado de estas cosas durante algún
tiempo, con el resultado de una enorme frustración, porque si bien es
verdad que uno empieza pensando que la política industrial es muy
necesaria, también acaba concluyendo que es muy difícil.




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Espero que el documento que acaba de lanzar el Ministerio de Industria,
que yo he leído con atención, pueda ser un marco para que se puedan
discutir muchas cosas que sin duda en este terreno nos quedan por hacer.

Por lo que se refiere a la influencia de las medidas legislativas sobre
la creación de empleo, difiero de la visión que tiene el señor Frutos en
una cosa. Hay toda una corriente de pensamiento que entiende que el
entretenimiento mejor y la diversión más intensa de los empresarios
consiste en despedir a los trabajadores. Yo no he sido estrictamente
empresario, pero sí he sido presidente de una empresa pública, y la
verdad es que no hay nada más desagradable y más triste que verse
obligado a despedir a alguien o a decir a alguien que hay que prescindir
de él. No me cabe duda que quizás en el mundo empresarial haya
empresarios que disfruten despidiendo a su gente, pero estoy seguro de
que es una minoría. Por consiguiente, la legislación no debe partir del
supuesto de que hay que hacer lo posible para que los empresarios no
puedan despedir bajo ningún concepto y bajo ninguna circunstancia a sus
trabajadores, porque lo normal es que no los quieran despedir.

La legislación no puede imponer unas condiciones que el empresario no
pueda cumplir, porque, si eso se hace, el empresario, que es el que al
final crea puestos de trabajo de verdad, no los creará, porque el
empresario tiene la alternativa de crearlos o no crearlos. Por
consiguiente, creo que la legislación tiene que hacer un esfuerzo por
creer lo que dice el empresario. No quiero decir que esto vaya al límite,
porque tiene que proteger los derechos del trabajo, pero quizás en los
últimos años ha estado demasiado sesgada, en el sentido de pensar que el
empleo era algo de lo que el empresario podía disponer libremente; que si
no creaba puestos de trabajo era porque no quería y que, por
consiguiente, lo que había que hacer era obligarle a que los creara e
impedirle que los destruyera. Esto, en la práctica, no sólo no ha tenido
un efecto positivo, sino que, además, ha creado entre la clase
empresarial una enorme desconfianza. El uso del factor trabajo en nuestra
economía es anormalmente bajo. Este es uno de los factores que influye
sobre nuestra tasa de desempleo. No es el único, pero es uno de los que
influyen. Creo que es anormalmente bajo porque el uso del factor trabajo,
en muchos casos, es muy poco atractivo. Para el empresario supone un
enorme riesgo, porque es una decisión que difícilmente es reversible. Por
consiguiente, en una economía como la nuestra, en la que tenemos una mano
de obra bien formada, en la que tenemos un sistema de protección social
suficiente, no es malo que la legislación se oriente en el sentido de
proteger los derechos del trabajador, sí, pero también respetando lo que
son las restricciones del empresario, porque si no es imposible que estos
empresarios creen empleo suficiente.

No creo que la calidad de nuestro empleo haya disminuido. Es verdad que
hay muchos más contrato de tiempo indefinido que contratos indefinidos.

Creo que esto está ocurriendo en todos los países y responde a que, por
suerte o por desgracia, las empresas se ven sometidas a vaivenes mucho
mayores que, por ejemplo, entre los años 1950 y 1970. Dicho esto, creo
que no basta con medir el porcentaje de contratos de una clase y de otra
para hacerse una idea de lo que es el grado de precariedad de nuestro
empleo. Recojo el dato que suministra la señora Aroz por lo que se
refiere a la duración modal de los contratos temporales. Hace un año, a
finales de 1993, si no recuerdo mal, esa duración media era de cuatro a
seis meses y en este momento es de uno a dos años. Por consiguiente, si
bien es verdad que hay un gran número de contratos temporales --hay más
que antes-- también es verdad que durante este último año los contratos
temporales duran más.

Hay otros datos, que son más fragmentarios, que nos indican que si un
trabajador pasa los seis primeros meses de un contrato temporal la
probabilidad de quedarse en la empresa al final de terminar su contrato,
es decir, la probabilidad de pasar a contrato definitivo transcurridos
esos primeros seis meses es del 94 por ciento, lo que nos viene a indicar
--repito, con datos fragmentarios-- que en muchos casos esos contratos
temporales acaban convirtiéndose en contratos fijos.

En este momento no está previsto nada por lo que se refiere a rebajas de
las cotizaciones de la Seguridad Social y de impuestos indirectos, por lo
que es una pregunta que no puedo contestar salvo para decir que no hay
nada previsto en este momento.

Por lo que se refiere a las propuestas que ha hecho Convergència sobre el
despido tengo entendido que son propuestas que están todavía a nivel
ideal general y que, por descontado, tienen un elemento positivo, que es
que pueden contribuir a reducir la incertidumbre que el empresario tiene
sobre lo que pueden ser los costes de despido de un trabajador. Yo no sé
si la fórmula que han leído en los periódicos es la fórmula que propone
Convergència, pero tengo entendido que no ha hecho ninguna propuesta
concreta. La fórmula que he leído en alguna parte, y que consiste que el
trabajador individualmente pacte el coste de su despido en el momento de
firmar el contrato, probablemente significaría un trato muy desigual
entre el trabajador y la empresa. Por consiguiente, si la idea de reducir
esa incertidumbre por parte del empresario es buena, seguramente la
fórmula tendrá que ser otra.

Por lo que se refiere al sistema de pensiones, creo que el paso que se ha
dado con la firma del documento de Toledo es enormemente importante, en
este sentido porque, a mi juicio, en el marco que dibuja este documento
cabe la reforma del sistema de la Seguridad Social, que hace falta. Es
decir, yo no creo que haya nada de lo que necesita nuestro sistema de la
Seguridad Social que sea contradictorio con los principios que sienta
este documento.

Tampoco he oído las declaraciones del señor Botín de primera mano y, por
consiguiente, no sé muy bien qué es lo que ha dicho. Sin duda me parecía
una imprudencia comparar el sistema chileno con el nuestro, y sólo por
una razón, porque el sistema chileno en muy joven, es muy reciente, y
cuando aparecen los problemas en un sistema de seguridad social es mucho
más tarde. Por consiguiente, el que en este momento este sistema sea o no
un éxito, que no lo sé, no prejuzga, para nada, lo que sería su
trasplante a nuestro país. Trasplante que, en primer lugar, creo que no
es necesario y, en segundo lugar, creo que sería imposible.




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Yo creo que con esto he contestado a las preguntas del señor Frutos,
quizá con una excepción, y es lo que se refiere a las privatizaciones.

Creo que la posición de este y de anteriores Gobiernos es bien conocida
en el sentido de que la presencia del Estado en este sector Público
empresarial debe ser si acaso la excepción, y excepciones que justifiquen
esa presencia hay poquísimas. Es una opinión que comparto y a la que
dedicado muchos años, es una afirmación que ni es dogmática ni gratuita.

Por lo que se refiere a la intervención de la señora Aroz agradezco todo
lo que tiene de encomiástico para la labor del Gobierno. Considero,
sinceramente, que las posibilidades de acción del Gobierno en política
económica en una economía como la nuestra son importantes, pero son muy
limitadas. Como ha dicho, el éxito o el fracaso de la política económica
de este Gobierno se mide fundamentalmente por el cumplimiento de los
objetivos del programa de convergencia, y creo que en este momento
estamos en una fase crucial que debería culminar lo que ya son 35 años de
esfuerzo. Desde 1959 España ha seguido una línea de política económica de
manera consistente, que ha sido la de apertura de nuestras fronteras al
exterior y la liberación de nuestra economía. Ha habido momentos de
avance mayor, ha habido momentos de avance menor, ha habido algún
retroceso de vez en cuando, pero ésta ha sido una línea de política
económica coherente. Es una línea de política económica que nos ha dado
muy buenos resultados. En 1952 nuestro producto interior per cápita era
de 212 dólares, mientras que en Turquía era 210; es decir, en 1952
nuestra renta per cápita era la de Turquía. En este momento estamos
varios órdenes de magnitud por encima. En términos generales, esta
política nos ha dado muy buenos resultados. Los dos o los cuatro próximos
años, 1997 ó 1999, son claramente una fase decisiva. ¿Por qué? Porque
tenemos la oportunidad de estar en una Unión Europea más estrecha, que
todavía no sabemos como será, pero a la que, desde luego, no podremos
acceder si no cumplimos estas condiciones. Por esta razón la política
económica del Gobierno es tan limitada, porque en mi opinión --me refiero
únicamente a la política económica-- dicha política debe concretarse en
estos objetivos, porque estos objetivos son requisitos previos para todo
lo demás.

¿Cuándo empezarán a notar la mejoría los ciudadanos? Yo creo que ésa es
una pregunta difícil de contestar, y también depende de a cuáles
ciudadanos nos vayamos a referir. Si el año pasado nos concentramos tanto
en la reforma del mercado laboral fue porque pensamos que era
indispensable que los grandes colectivos que no ha accedido al empleo,
los jóvenes por ejemplo, tuvieran un acceso más fácil. Nos parece que
esto es absolutamente vital. No es lo mismo tener una tasa de desempleo
alta pero en la que haya mucha rotación, que una tasa de empleo
igualmente alta pero que se concentre en gente menor de 20 años y que no
ha tenido acceso al mercado de trabajo, o en gente que tiene más de 40 y
que tiene la sensación de que nunca más volverá a tener un trabajo, y el
sentido de la reforma laboral, la intención del Gobierno era ésta. Este
nos pareció el problema más urgente.

Los efectos sobre el empleo ya se están empezando a notar de manera muy
modesta, y hay que confiar en que se noten con mayor intensidad en 1995.

Al revés de lo que hacemos con el déficit, en el caso del paro hacemos
una previsión, y esa previsión la hacen nuestros modelos, que son modelos
mucho menos sofisticados que el Moisés.

Yo creo que hacemos una previsión conservadora. Es decir, yo creo que
este año la tasa de paro será menor de lo que ponemos en nuestros números
y que la creación de empleo será mucho mayor también.

¿Cómo se puede notar esa mejoría de las condiciones fuera del empleo?
¿Podríamos pensar en los impuestos? Creo que el ciudadano tardará en
notar una mejoría en los impuestos. Honradamente, creo que si tenemos que
cumplir las condiciones del déficit en 1996 y en 1997, no nos vamos a
poder permitir reducciones significativas de los grandes impuestos. La
verdad es que me quedaría muy satisfecho si estos objetivos se pudieran
conseguir sin aumentos significativos de los impuestos. Me apresuro a
decirles que en este momento no hay ninguno previsto, pero mirando los
números de 1996 y 1997, me daría por satisfecho, y haremos todo lo
posible por que sea así, con que se consiguieran estos números sin
aumentos generalizados de los impuestos.

Esto es todo lo que puedo decir sobre esta cuestión.




El señor PRESIDENTE: Muy brevemente, tiene la palabra, en primer lugar,
el señor Montoro.




El señor MONTORO ROMERO: Con la brevedad que exige lo tardío de la hora,
quería hacer una reflexión en un pensamiento sobre la importancia de lo
que estamos haciendo aquí esta mañana, porque si no, se desprende de
críticas que se reciben de determinados grupos parlamentarios algo que
realmente cuesta aceptar. Señorías, si todos estamos de acuerdo con que
un Estado de derecho necesita la acción judicial para que haya control y
una aplicación de las leyes, las instituciones democráticas necesitan el
control parlamentario de Gobierno. Por tanto, la democracia se robustece
cuando existe una oposición que en sí misma es una alternativa de
Gobierno; en su programa de acción puede sustituir al programa del
Gobierno sin que ello represente ningún trauma para la sociedad. Esa es
la democracia fuerte, con futuro, es lo que afortunadamente tenemos en
España y ése es el ejercicio que estamos volviendo ha hacer aquí esta
mañana. El Partido Popular es consciente de la responsabilidad que tiene
que desarrollar en un ambiente de crisis de confianza como el que estamos
padeciendo, y esa conciencia es la que nos lleva a ejercer el control del
Gobierno cuando hacemos valoraciones en esta materia económica o en
cualquier otra materia y cuando insistimos en ofrecer una alternativa de
Gobierno como la que ayer mismo presentábamos a los medio de comunicación
en los departamentos de esta Cámara.

Tengo que insistir en que tenemos algo así como unos nuevos jueces de la
economía sobre nosotros, que son esos mercados financieros, y esos
mercados financieros nos están diciendo que nuestro país padece una
crisis de credibilidad. Eso es lo que nos están diciendo esos mercados
financieros



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con el juicio que van realizando cada día. Eso no significa que las
fuerzas políticas y el Partido Popular no tengan una gran confianza en
España y en la economía, como ha demostrado esa economía cuando se la
somete a choques externos, a choques de apertura, y reacciona tan
positivamente como lo ha hecho. Eso es algo que parece obvio clarificar,
pero los que vivimos esa realidad económica, porque es nuestra tarea,
porque estamos obligados a vivirla, sabemos perfectamente que en las
decisiones de los nuevos jueces no pesa tanto la historia como lo que
estos jueces estiman que puede ser nuestro futuro. Haciendo afirmaciones
como la de que tenemos la inflación más baja de los últimos veinticinco
años no es como ganamos credibilidad. Eso lo sabe perfectamente el señor
Pastor porque está todos los días cerca de esos ambientes económicos,
cuyo presente depende de su capacidad de vaticinio del futuro. Por tanto,
la historia es un indicador, pero no nos recreemos en la historia cuando
vivimos momentos de tensión y nos estamos jugando este futuro. Señorías
no estamos hablando de cuestiones menores, no estamos para recrearnos en
lo que ha sido la evolución de la renta per cápita, no vamos a entrar
ahora en un debate sobre las causas de esta motivación y, sobre todo, no
vamos a apuntar lo que ha sido el progreso económico de España al Partido
Socialista porque precisamente la política económica que está practicando
es una de las causas de esta falta de credibilidad.

Señor Pastor, usted lo acaba de decir perfectamente en sus últimas
palabras. Los dos próximos años son claves para la historia de España,
ésa es la cuestión. Para ver si estamos cerca o lejos de la convergencia
europea no juzguemos la inflación con parámetros pasados, juzguémosla con
la capacidad que tenemos para reducir en el futuro esa inflación. Igual
sucede con los otros desequilibrios, como es el déficit público. Tenemos
un lastre sobre nuestras espaldas, y ese lastre se llama paro y tenemos
que ser capaces de articular y aplicar políticas económicas que corrijan
el paro a la vez que corrigen esos desequilibrios básicos. Por cierto,
ésta es una nueva situación, es todo un desafío en materia de política
económica respecto de lo que ha sido la concepción pasada de la política
económica dentro de nuestro país y fuera de él. Tenemos nada menos que
ese desafío, y el tiempo está contando en contra. Por tanto, no hagamos
ejercicios de recreo como los que se escuchan en estas Cámaras, no
hagamos estos ejercicios porque son negativos; son negativos para el
juicio de los mercados, en primer término, lo es esa negación de la
realidad. Si un país no reconoce su propia realidad no reconoce sus
propios problemas, está condenado a permanecer con esos problemas. Ese es
el juicio que hacen en los mercados financieros y ése es el juicio que
hace cualquier persona, cualquier analista que siga la evolución de estos
fenómenos.

Además hay que decir a la sociedad que hay que reducir el déficit público
y que hay que reducir la inflación, que la inflación actual es excesiva.

Eso hay que decírselo a los ciudadanos españoles y hay que decirles que
para conseguir eso hay que reducir, a su vez, el déficit público, hay que
reducir el gasto público. Aunque eso sea impopular, hay que decírselo y
hay que asumir las cuotas de responsabilidad. Lo que está ocurriendo es
que determinados partidos políticos no solamente no lo dicen, sino que,
al contrario, se recrean todos los días en una evolución positiva
--dicen-- de los desequilibrios básicos, evolución positiva que sólo ven
ellos, y lamentablemente esa miopía es lo que está enfrentándonos a un
muro que vamos a pagar caro entre todos los españoles si fallamos en esta
oportunidad que tenemos abierta delante de nosotros de la convergencia
europea.

Tenemos una crisis de credibilidad --se llama así: crisis de
credibilidad--, que es lo que está haciendo que nuestra economía sea
especialmente vulnerable, y esa crisis no se debe al papel de la
oposición. Si hay algo válido en España, que se cotiza positivamente, es
la fortaleza de las instituciones democráticas, que requieren la
fortaleza de la oposición, tanto en el control del Gobierno como a la
hora de ofrecer esas alternativas de política económica.

Esta es la base desde la que tenemos que resolver esa crisis de
credibilidad, yendo a la raíz de los problemas, y eso significa, en
primer término, reconocer que los problemas tienen una raíz política.

Porque, como usted ha insistido esta mañana aquí, efectivamente la peseta
está infravalorada, y si está como está, y ninguno de nosotros sabemos
dónde puede llegar a estar esa peseta e incluso puede llegar a una
situación peor --lo saben los analistas financieros y los que toman esas
decisiones, que son los que colocan a la peseta en nuevas posiciones-- es
porque están descontando fenómenos políticos y no hechos económicos
únicamente. Ningún especulador del mundo atacaría a la peseta si no
estuviera convencido de que hay otros elementos que explican que la
peseta puede incluso llegar a situaciones de más bajo valor, porque si no
sería no arriesgado, sino suicida por su parte.

Por tanto, si hay una crisis de credibilidad es porque esa crisis tiene
raíz política, y no coincido con su valoración, con su estimación, con
ese juicio que le han transmitido supuestamente de que sólo se resuelve
la crisis si asentamos una recuperación no convocando elecciones
generales. No se entiende, porque si hay una crisis política, lo que
vamos a vivir es un diferencial de tipos de interés, una prima de riesgo
excesiva en España y eso va a pasar una factura los años próximos y en el
presupuesto del Estado también pasará la factura. No se entiende, porque
si son claves políticas las que están produciendo la depreciación de la
peseta hasta el punto de hacerle peligrar en su pertenencia a Sistema
Monetario Europeo, realmente no se comprende cómo puede decir que la
continuidad de esta situación política, que es fuente de inestabilidad,
es lo que garantiza que, en definitiva, permanezca la peseta como está y
permanezcan los tipos de interés como están, que es la amenaza para el
futuro. Por tanto, hay una contradicción fundamental en la única
aseveración política que usted ha hecho, que es la de que no se deben
adelantar las elecciones generales porque eso produciría desconcierto.

No, no es así, porque hay una raíz política de los acontecimientos
actuales y, por tanto, mientras persista esta raíz y dependamos de si
traemos a un señor de un país lejano y en qué condiciones lo hemos
traído, mal asunto, muy mal asunto



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para España, y nos estamos jugando ese futuro de España en la pertenencia
a Europa.

Lo que usted ha dicho aquí esta mañana, en cuanto a claves económicas,
también es importante, y se lo resumo. En primer lugar, ha corregido el
objetivo de inflación, lo ha ampliado. Ha dicho, de 3,5, puede ser el 4
por ciento. Mal indicador para los mercados financieros, señor Pastor,
muy mal indicador.

En segundo lugar, para corregir el déficit público no ha dicho que habrá
que subir los impuestos, eso es cierto, pero ha dicho que cuidado con los
impuestos, que no solamente no pueden bajar, sino que veremos lo que pasa
el día de mañana. Es decir, usted lo que acaba de hacer es una renuncia
explícita a la contención del gasto público. Muy mal mensaje para los
mercados financieros, que saben perfectamente que la subida de impuestos
lo que hará será complicarnos la vida en claves económicas, o sea, será
perjudicial para la competitividad, será perjudicial para la inflación,
será perjudicial para la creación de empleo. Muy mal mensaje el que se ha
lanzado esta mañana aquí para los mercados financieros, reconociendo que
no hay margen de maniobra en materia de gasto público.

En tercer lugar, usted ha reconocido que el déficit por cuenta corriente
es cercano al uno por ciento, después de los lavados de cupón, etcétera,
que es el 0,8 por ciento, y es que es así, ésa es la estimación del Banco
de España, y eso es lo que saben los mercados financieros. Lo que no es
tan cómodo es que el Ministerio de Economía acuda a una comparecencia
diciendo una cifra de una magnitud tan importante para la competitividad
de la economía española que indique un desconocimiento de esa cifra. Mal
indicador para los mercados financieros, que están valorándonos en
nuestra capacidad de competir, como lo están haciendo sobre nuestra
formación de ahorro, sobre nuestra formación de la capitalización.

Y es más, usted ha dicho esta mañana que en el año 1997 no llegaremos a
cumplir los criterios de convergencia. Eso es lo que ha dicho, que no
vamos a llegar a cumplirlos en ese año. Esto es descalificar el programa
de convergencia, porque en el mismo está estimado que entremos en 1997
cumpliendo esos criterios de convergencia, y otra vez estamos
confundiendo a los inversores dentro y fuera de nuestras fronteras. O
estamos en los criterios de convergencia en 1997, o no estamos, y esa es
la responsabilidad del Gobierno. No puede mantener unos criterios tan
importantes (porque significan el cumplimiento de los objetivos de
política económica) en la ambigüedad; no puede hacer eso. No puede hacer
eso, señor Pastor, esta mañana aquí, porque si pone usted en duda esto,
entonces ponemos en duda lo que es la propia carrera de España en el
proceso de integración en la Unión Monetaria Europea. Y como hace poco el
señor Ministro de Economía empezó a insinuar que tampoco sería tan grave
la salida de la peseta del Sistema Monetario Europeo, ya observamos por
parte del Gobierno una relajación en los criterios de convergencia que es
la peor señal que se puede lanzar a los mercados financieros.

Como ve, el resumen que le he hecho creo que es un resumen exacto de las
apreciaciones, incluso cuantitativas, de evolución de inflación, de cómo
modificar el déficit público, de evolución de la balanza de pagos y de lo
que podemos llamar la voluntad política del Gobierno en el cumplimiento
de ese programa de convergencia. Por tanto, por lo que estamos viendo
esta mañana, la voluntad del Gobierno para estar en ese programa de
convergencia (en la convergencia europea, no en el programa en sí mismo,
sino en lo que es el proceso de la entrada de España en la tercera fase
de la Unión Monetaria Europea) está flaqueando. Es decir, no tiene
voluntad, no tiene capacidad, y eso es lo que estamos demostrando una vez
más en un acto celebrado en esta Cámara, y esto es preocupante, porque,
insistimos en lo fundamental: vivimos una crisis de credibilidad que
requiere gobiernos fuertes, gobiernos capaces de aplicar políticas
económicas, gobiernos que si se tienen que sustentar en otro Grupo
Parlamentario, no lo hagan a través de la prensa en cuanto a reforma del
mercado de trabajo futuro; si sus socios de Convergència i Unió les
tienen que decir algo sobre la reforma del mercado de trabajo, esperemos
que no utilicen a los periódicos, porque tienen capacidad para hablar con
ustedes, si tenemos que hacer nuevas reformas del mercado de trabajo, y
así lo que estamos viendo es que seguimos en este trance de una crisis de
credibilidad que es preocupante para el futuro de España.

Acabo, señor Presidente, insistiendo en esa advertencia y en esa oferta
alternativa. Ese es el papel que tiene que jugar la oposición en un
sistema democrático.




El señor PRESIDENTE: Le recuerdo, señor Montoro, que este turno suele ser
excepcionalmente de aclaraciones, no un turno ni de resumen ni de
repetición permanente de lo que se ha dicho en el primer turno.

El señor Frutos tiene la palabra.




El señor FRUTOS GRAS: Yo no le voy a dar suero al Gobierno para que se
revitalice. El otro día en una interpelación dije que lo mejor que podía
hacer el banco azul era jubilarse. Lo que pasa es que los datos, señor
Secretario de Estado, se me están poniendo muy abrumadores ante la
trascendencia de la hora; no de la hora de ir a a comer ahora, sino de la
hora europea. Me parece que lo justifica todo. Hace poco tiempo, la
política de convergencia era inatacable, era lo que se tenía que hacer,
no podíamos perder el tren europeo y además teníamos que estar en la
estación a primera hora, etcétera, y ahora parece que se relaja. Pero no
me preocupa esto fundamentalmente, se lo digo sinceramente. Yo creo que
hay unos jueces, no sé si tan eficaces como los mercados financieros,
pero en todo caso, para mí, se acercan más a la realidad de lo que yo
quiero defender desde posiciones de izquierda, y esos jueces están en la
sociedad.

Señor Secretario de Estado, usted dice que no ha disminuido la calidad de
nuestro empleo, contestando a una pregunta mía. ¿Lo dice en serio, se lo
cree? Porque si lo dice en serio, le voy a hacer una recomendación muy
amigable. Señor Secretario, más calle; más visitas a los centros de
trabajo, no a las direcciones de los centros de trabajo, a la gente que
trabaja; menos despacho y más



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sensibilidad social. Porque hay más contratos temporales y precarios. El
98 por ciento de los contratos que se firman, que no de los puestos de
trabajo que se crean, son absolutamente temporales y precarios. Hay más
trabajadores en paro de larga duración, y le doy sólo tres datos,
fundamentales para mí, desde una visión y una sensibilidad social. Hay
más enfermedades psíquicas y físicas producto del tiempo que la gente
está sin un puesto de trabajo y producto de la inseguridad que tiene en
los puestos de trabajo actuales para sectores muy amplios. Esto no me lo
invento yo; usted lo sabe mejor que yo. Son análisis muy rigurosos y,
naturalmente, no tienen ningún peligro de ser interpretados en clave
izquierdista ni en clave cavernaria, porque no lo son. Por lo tanto, la
realidad de esta.

Usted dice que hay toda una corriente de pensamiento que cree que los
empresarios tienen como tarea fundamental despedir a la gente. No sólo no
he dicho esto yo, sino que no lo creo. Yo no creo que los empresarios
sean criaturas más perversas que el resto de los humanos. Tienen unos
intereses concretos, que muchas veces chocan con los del resto de los
humanos y sobre todo tienen unas políticas concretas, que son facilitadas
por este Gobierno y que serán facilitadas todavía más, en la medida en
que se vayan aceptando las propuestas que va haciendo Convergència i
Unió, que por cierto, no está presente en esta Comisión; supongo que se
sentirá ya bien representado por el Partido que da el apoyo al Gobierno.

Pero sí que debo decir que la propuesta concreta de Convergència i Unió
es, en definitiva, abaratar los despidos para crear más empleo estable.

Yo le aseguro, señor Secretario de Estado, que los despidos se abaratarán
más, si se sigue la orientación de Convergència i Unió, pero no se van a
crear más empleos estables, porque hay la suficiente maraña de
legislación para ir destruyendo el trabajo estable, independientemente de
lo que representen los despidos o la cantidad que se pague por los
despidos.

Para terminar, en relación con las pensiones, sobre las que cabe la
reforma de la Seguridad Social en el marco de los acuerdos de Toledo,
tengo que decir que ya tengo la mosca detrás de la oreja. Me acuerdo
todavía de los debates que tuvimos hace diez años, entre la primavera y
el invierno del año 1985. Se decía: Es necesario cambiar el sistema de
las pensiones, es necesario hacer una reforma, de tres años pasar a ocho,
porque a partir de aquí, sí que garantizamos una estabilidad permanente,
absoluta, a piñón fijo. Hubo una huelga y unas movilizaciones convocadas
por los sindicatos, pero la reforma tiró adelante. Ahora, desde hace un
año y medio, como mínimo --antes también lo hubo--, hay un fuego graneado
continuo contra el sistema de pensiones público, desde todas partes,
desde el Gobierno también ¿eh?, porque no es lo mismo lo que dice un
ministro que lo que dice otro; lo que dice un secretario de Estado que lo
que dice otro. Naturalmente, da la impresión, aunque haya un ministro que
salte muy enfadado ante las declaraciones de determinados dirigentes del
Fondo Monetario y del Banco Mundial, en la pasada Conferencia del mes de
octubre. Lo cierto es que, inmediatamente después de estas reacciones
airadas --por tanto, políticas-- para que la ciudadanía se tranquilice,
al cabo de unos meses se vuelve a hablar, desde distintos ámbitos del
Gobierno, diciendo: bueno, ya lo miraré. No quisiera que el acuerdo o el
pacto o la conversación o el «cafetito» de Toledo fuera solamente esto,
un poco de historia pequeña para pasar inmediatamente a la política
gorda, que es continuar haciendo lo de siempre, tranquilizar a la
ciudadanía, pero ir preparando las medidas concretas para ir planteando
las modificaciones que van a afectar naturalmente a la ciudadanía.

Finalmente, no estamos de acuerdo, en absoluto --y vale la pena dejarlo
claro aquí--, en que la participación del Estado en el sector público
debe ser mínima; si no, explíqueme usted o que me explique el Gobierno
qué sector de la economía española actual va a hacer de motor que suponga
un crecimiento del conjunto de la economía, y que además este crecimiento
tenga una cierta articulación y tenga un cierto equilibrio con mantener
unas determinadas posiciones, igual que hacen todos los países europeos
para mantener una cierta autonomía en el marco de unas leyes que son
generales; leyes que, repito, porque lo he dicho ya muchas veces, se
pueden cambiar también. Las leyes, incluidas las aprobadas en Maastricht,
no son leyes irreversibles ya para toda la historia; si son injustas
económica y socialmente y si son injustas en concreto para nuestro país,
nosotros debemos batallar para cambiarlas.




El señor PRESIDENTE: Por último, tiene la palabra la señora Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: En este turno de benevolencia del Presidente
quiero hacer una reflexión también en la línea a la que hacía referencia
antes el portavoz del Grupo Popular.

Yo quisiera decir que hace apenas un año estábamos en una situación de
recesión que se ha considerado que ha sido la peor de nuestra historia
reciente, y se discutía entonces por el Grupo Popular la credibilidad de
las políticas del Gobierno para ayudar a superarla y la capacidad de la
economía española para afrontar y salir de esa situación. Hoy, un año
después, estamos instalados en una clara recuperación y se está
desarrollando una política económica adecuada para hacer duradera la
recuperación económica. Por tanto, parece evidente que la interpretación
a convenencia de la realidad económica y el pesimismo a ultranza que
destilan todas las intervenciones y análisis del Partido Popular se
derrumban ante los hechos. Los hechos no le han dado la razón a las
previsiones catastrofistas realizadas por el Partido Popular hace un año
y no le están dando la razón, señoría, en la evolución positiva de la
economía española a lo largo de 1994 y de 1995.

Yo quisiera decir que a estas alturas ya parece también evidente que el
Partido Popular encaja mal las buenas noticias, encaja mal los datos
positivos para el país, y ayer se produjo una buena muestra de lo que
quiero decir con la reacción malhumorada del Partido Popular ante un
éxito policial que alegra a todo el país, y señor Montoro, siento



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que usted parezca lamentarlo, pero la economía española va por buen
camino.




El señor MONTORO ROMERO: Para una cuestión de orden, señor Presidente.

Las intervenciones de los portavoces del Grupo Socialista, señor
Presidente, yo no sé si lo que pretenden es...




El señor PRESIDENTE: Tiene un minuto por alusiones.




El señor MONTORO ROMERO: Es que es técnicamente abrir el debate.




El señor PRESIDENTE: Tiene un minuto por alusiones.




El señor MONTORO ROMERO: Realmente, sorprende que el Grupo Socialista,
que tanto tiene que apoyar y potenciar una política económica que
recupere esa crisis de credibilidad, gaste el tiempo atacando,
descalificando lo que son las opiniones de la oposición, y además lo hace
de un modo gratuito, con unas aseveraciones gratuitas, que no se
confirman en absoluto con lo que son los análisis, del Grupo Popular,
como ya he tenido ocasión de insistir desde el primer momento. Los
análisis del Grupo Popular son exactamente los análisis que se están
haciendo en todos los mejores centros de análisis económicos dentro y
fuera de nuestras fronteras. Con ello, recomendaría al Grupo Socialista
que hiciera lo mismo: que se leyera algunos informes, que no mezclara lo
que son medias anuales con crecimientos intertrimestrales. Que hubiera un
poco más de rigor nos iría muy bien como país, porque lo que tenemos con
esa crisis de credibilidad es falta de rigor como país, y que cuando se
intenta despejar lo que significa una oposición como alternativa, que se
haga con rigor desde los análisis, desde la interpretación de las cifras,
desde la utilización de las fuentes, etcétera, y no con referencias aquí
al éxito de la traída a España del señor Roldán, éxito que vamos a tener
ocasión de seguir interpretando en los próximos días, seguramente, y,
desde luego, vaya por delante que el éxito de la Justicia es un éxito
reconocido en todo momento por el Partido Popular. Por el Grupo Popular.

Pero si no hubiera habido casos como el del señor Roldán, la prima de
riesgo de nuestra economía, señor Presidente, no sería lo que es, y yo,
en aras del rigor, pediría a todos que examinasen el gráfico de la
evolución de la prima de riesgo de España y verán la estrecha
coincidencia que tiene con las apariciones de casos como el del señor
Roldán. Evidentemente, la Justicia es lo que valida al Estado de Derecho
y la oposición es lo que valida a la institución democrática.




El señor PRESIDENTE: Por último, tiene la palabra el señor Secretario de
Estado de Economía.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ECONOMIA (Pastor Bodmer): Señor
Presidente, en primer lugar hago uso de la palabra para contestar muy
brevemente al señor Frutos solamente una cosa. Coincido plenamente con
usted en el papel motor que tienen esas empresas en nuestra economía;
pero eso, desde mi punto de vista, no es porque sean empresas públicas:
es porque son empresas grandes. Y esas empresas grandes de aquí, yo creo
que habría que preservarlas siendo de aquí. Además, creo que, en términos
generales, estarán mejor llevadas si no son de titularidad pública que si
son de titularidad pública; y con muy escasas excepciones, yo creo que
los últimos años nos dan la razón. Ha citado usted precisamente la que
todos tenemos en la cabeza; pero no hay muchas más.

Con respecto a lo que ha dicho el señor Montoro, me parece imposible que
me haya entendido tan mal. En primer lugar, por lo que se refiere al peso
de los fenómenos políticos en nuestra economía, yo me he limitado ha
transmitir las opiniones que he recogido durante estos días; no tienen
ninguna validez estadística, pero son veraces. A mí no me han transmitido
supuestamente nada: me lo han transmitido. Han sido media docena de
personas, las más enteradas o las menos enteradas, pero eso es lo que me
han dicho.

En términos generales, la gente, fuera de aquí, conoce mucho menos la
política española de las que nosotros nos imaginamos y se interesa --y
sigo hablando en términos generales y puedo, naturalmente, citar ejemplos
concretos-- y la sigue mucho menos de lo que nosotros creemos. Uno se ve
sorprendido, a veces, porque determinadas cosas que a nosotros nos
parecen absolutamente determinantes, fuera de aquí son desconocidas. Lo
que, desde luego, no desconocen son nuestras magnitudes económicas, y es
fundamentalmente en eso en lo que se fijan.

Cuando le digo que en los contratos que he tenido, que, como le he dicho,
no tienen valor estadístico alguno, lo que me ha dicho la gente antes y
después del debate del estado de la Nación es que lo que les
tranquilizaba era la idea de que se había alejado la perspectiva de unas
elecciones generales en el año 1995, le estoy diciendo la verdad; le
estoy diciendo estrictamente lo que he oído y no hago de ello valoración
alguna.

El objetivo de inflación del Gobierno es el 3,5 por ciento para el año
1995; no es el del 3,5 ó el 4 por ciento: es el 3,5 por ciento. Si he
dicho entre el 3,5 ó el 4, lo he dicho mal: el objetivo es el 3,5 por
ciento.

Por lo que se refiere al déficit de 1995, yo no he dicho, en absoluto,
que haya que reflejar el gasto; al contrario: cuando usted y todos veamos
lo que va a ser el presupuesto de 1996, todos veremos que el gasto no
sólo no se va a rebajar, sino que va a hacer lo contrario. Lo que he
dicho es que la reducción del déficit que tenemos que llevar a cabo en el
año 1996 es de tal magnitud que no es nada seguro que la consigamos
únicamente con una reducción de los gastos y, fundamentalmente, con una
reducción del consumo público. Eso a mí me parece imposible y, por
consiguiente, para cumplir ese objetivo habrá que pensar en otras cosas.

Pero, desde luego, la disciplina del gasto en 1996 tiene que ser más dura
todavía que en el año 1995. Esto es algo que ya se dijo en el año 1993,
es decir, que nuestros problemas fiscales no se iban a arreglar en



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un ejercicio, sino que iban a requerir varios años de austeridad, y 1996
va a ser, en este sentido, más austero que 1995.

Finalmente, por el cumplimiento de los criterios de convergencia, el
programa de convergencia dice lo que dice, y esas cifras no se han
cambiado ni yo las voy a discutir, pero creo que en sentido estricto no
vamos a cumplir el criterio de la deuda en 1997 porque no vamos a estar
en el 60 por ciento, y eso no está previsto. Por consiguiente, en sentido
literal ese criterio no lo vamos a cumplir. Es verdad que ese criterio
admite una interpretación más flexible, es decir, el resto de los Estados
miembros pueden considerar que estamos lo bastante cerca y que el
descenso ha sido lo bastante grande como para que se pueda considerar
esto un cumplimiento, pero en la literaridad del tratado no lo vamos a
cumplir. Eso es todo lo que he querido decir.




El señor PRESIDENTE: Las dos preguntas que quedaban a continuación, del
señor López Garrido y del señor Frutos Gras, quedarán aplazadas para una
próxima comparecencia, dados algunos problemas de tipo técnico y lo
avanzado de la hora.

Sin más, se levanta la sesión.




Eran las tres y cinco minutos de la tarde.