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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 329, de 21/10/1994
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1994 V Legislatura Núm. 329
DE ESTUDIO SOBRE LA INTERVENCION
DEL BANCO ESPAÑOL DE CREDITO
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 23
celebrada el viernes, 21 de octubre de 1994



ORDEN DEL DIA:
Comparecencia de don Alfredo Sáenz Abad, Presidente del Banco Español de
Crédito, para informar en relación con la investigación que está
realizando la Cámara sobre el citado Banco. A solicitud del Grupo
Parlamentario Socialista. (Número de expediente 219/000386.)



Se abre la sesión a las diez de la mañana.




El señor PRESIDENTE: Señorías, comienza la sesión.

Punto único del orden del día: comparecencia de don Alfredo Sáenz,
Presidente del Banco Español de Crédito, para informar en relación con la
investigación que está realizando la Cámara sobre el citado Banco. Esta
investigación, de acuerdo con el mandato que ha recibido la Comisión por
parte de la Cámara, consiste en el conocimiento de la situación provocada
por la gestión de aquella entidad financiera. Por tanto, se trata de que
el señor Sáenz explique a la Comisión la situación del Banco a 28 de
diciembre de 1993, así como la gestión y las prácticas bancarias que
condujeron a esta situación a 28 de diciembre de 1993.




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Agradecemos al señor Sáenz, en nombre de la Mesa de la Comisión, ésta su
cuarta comparecencia ante la misma. También agradecemos, por supuesto, su
excelente disponibilidad para la Comisión y para sus trabajos y, en
función de la solicitud de comparecencia y a estos extremos que he citado
anteriormente, le damos la palabra.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Quiero hacer una pequeña
introducción porque creo que algunos puntos deben quedar absolutamente
claros; puntos que no son en absoluto cuestionables, que no se encuentran
en la zona de la ambigüedad o en la zona de la duda y que tampoco
responden a juicios subjetivos o a valoraciones personales o a
estimaciones más o menos discrecionales, como en algunos momentos se ha
querido dar la impresión ante la opinión pública. ¿Cuáles son estos
puntos? Estos puntos son, básicamente, dos, aunque mi exposición va a
versar sobre tres.

El primer punto es que el 28 de diciembre de 1993 el banco estaba,
técnicamente, financieramente, en quiebra. Y éste es un primer punto
absolutamente incuestionable, que no es ambiguo, que no está en zona de
duda, que no responde a juicios subjetivos ni a ninguna valoración
personal o a estimaciones más o menos discrecionales. Estaba en quiebra.

Es decir, que sus pasivos, sus obligaciones con terceros, eran superiores
a los activos, a sus derechos, lo que no significa que sus fondos propios
eran negativos. Y esto, de alguna forma, lo voy a intentar soportar.

Segunda idea clave. El 28 de diciembre de 1993 el banco estaba gestionado
de forma incorrecta, estaba utilizando prácticas de forma consistente y
continuada, prácticas bancarias heterodoxas, malas, equivocadas,
transgrediendo de forma consciente la normativa vigente, de carácter
tanto contable como prudencial, por ponerle un adjetivo a lo que es la
labor supervisora del Banco de España, por encima de lo que es la pura
labor contable. Esta es la segunda idea que voy a desarrollar.

Y la tercera idea que voy a desarrollar es que el esfuerzo de corrección
de esta situación, tanto de carácter financiero --que es el plan de
saneamiento-- como de carácter de gestión, ha sido, está siendo y va a
tener que continuar siendo extraordinariamente duro, durante los próximos
años, tanto en el desembolso, en el volumen de fondos que se han tenido
que poner en el banco por parte de los caudales públicos y privados y en
el considerabilísimo esfuerzo de gestión que se está haciendo y que se va
a tener que seguir haciendo, en los próximos años, con resultados
arriesgados.

La primera idea que he dicho es que es absolutamente incuestionable --y
se pone de manifiesto claramente-- que en el banco existe un desfase
patrimonial de 605.000 millones de pesetas y una capacidad de generación
de resultados negativa. Es decir, el banco estaba, recurrentemente, con
unas fortísimas pérdidas en el mes de diciembre de 1993. Y esta situación
no se produce de la noche a la mañana. Los procesos son acumulativos y
tienen su origen en la gestión profesional realizada en el banco en los
últimos años, que, como después diré, ha estado basada en prácticas
bancarias equivocadas, incorrectas y no ortodoxas.

Primera idea --decíamos--, saneamiento necesario para el banco: 605.000
millones. Los 605.000 millones, señorías, no son elásticos, como alguna
opinión tendenciosa ha querido dar a entender. La situación que detectó
el Banco de España, en su momento, a lo largo del año 1993, era de tal
gravedad y de tal magnitud que el propio Banco de España, con carácter
provisional --está dicho por escrito--, evaluaba las necesidades de
saneamiento en 503.000 millones de pesetas. Y entonces afirmaba que este
resultado o que esta cifra debía considerarse como provisional y a
reserva de un total conocimiento de la situación del banco. No es de
extrañar que el Banco de España hiciese esta reserva, en estos momentos,
cuando los propios informes de la inspección --los inspectores--, decían
que estaban encontrándose con numerosas dificultades para obtener la
información necesaria en orden a evaluar la situación del banco,
dificultades que se habían traducido en notables retrasos en la entrega
de informaciones y en el carácter incompleto de dichas informaciones.

Por tanto, el 31 de diciembre de 1993, que es la fecha de referencia,
estos saneamientos de 605.000 millones los podíamos calificar como
mínimos y, de hecho, los informes de los auditores es, cuando cerramos
este saneamiento, reflejaron una opinión, que también está escrita,
diciendo que era conveniente estudiar provisiones adicionales para otras
posibles contingencias.

Lo que quiero decir sobre este punto --porque se ha debatido mucho si el
saneamiento necesario era de 605.000 millones o era otra cantidad-- es
que la contabilidad puede no ser una ciencia exacta, es verdad, pero de
lo que no cabe duda es de que la contabilidad está sujeta a unas reglas,
a unos principios y a unas normas bien establecidas. Incluso está sujeta
a reglas en sus criterios interpretativos --cuando hay zonas de opinión--
en la forma de opinar y en la forma de interpretar. No son
interpretaciones arbitrarias o subjetivas o venales. Es decir, esto es lo
que constituye lo que yo llamo las reglas del juego. Si estamos jugando
al fútbol, no se puede llevar el balón con la mano; hay que llevarlo con
el pie. Por tanto, hay que jugar con las reglas, y las reglas son las
reglas, y la contabilidad tiene unas reglas, repito, aunque no sea una
ciencia exacta. Por tanto, querer jugar el partido con otras reglas, no
vale. Es que yo ganaría cinco a cero si me dejan llevar el balón desde la
defensa hasta la portería contraria debajo del brazo. Claro, o 25 a cero.

Pero no estamos hablando de ese juego. Estamos hablando del juego de la
contabilidad bancaria y de las normas contables que rigen los principios
de contabilidad de la banca. Esas son las reglas del juego, y con esas
reglas hay que jugar; y con esas reglas y con sus principios y con sus
normas y, repito, con las reglas interpretativas en las zonas que son
interpretables --que también hay unas reglas interpretativas, que tampoco
es arbitrario--, el saneamiento sale el que es. Es decir, cuando el Banco
de España dice que un crédito moroso --o sea, vencido y no pagado-- al
cabo de tres años tiene que estar provisionado en el cien por el cien, es
que tiene que estar provisionado en el cien por cien. Yo puedo decir: Es
que yo creo que dentro de otros cinco años



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le voy a cobrar el 30 por ciento. Pues me dirán: Usted creerá lo que
quiera, y es muy libre, pero usted me provisiona el cien por cien, porque
son las reglas. Entonces, no vale decir, al cabo de cinco años: como
cobró el 30 por ciento, fíjese usted que mal hizo la provisión hace tres
años. No vale; ésas no son las reglas. No sé si me explico, porque se
están diciendo bastantes tonterías --con perdón-- sobre si se recupera
más, sobre si se recupera menos, sobre si se va a recuperar más, sobre si
se va a recuperar menos. Eso es absolutamente irrelevante. Esas no son
las reglas. Si se va a recuperar más o se va a recuperar menos, no vale
para nada, es irrelevante.

Por tanto, los 605.000 millones responden a un ajuste normativo, a unos
principios de contabilidad, a unas reglas del juego. Es un mínimo, no es
elástico, no es tendencioso, y es susceptible en el futuro de concretarse
en cualquier cifra de más o en cualquier cifra de menos, pero, repito,
eso es absolutamente irrelevante para lo que estamos hablando, para lo
que son las necesidades de saneamiento de cualquier tipo de institución
que tiene que responder a unos determinados criterios. Por tanto, repito
--y con esto termino un poco este argumento--, es una ligereza que
implica un craso desconocimiento de las reglas contables; es tendencioso,
es equívoco pretender deducir que, porque un crédito se recupere más de
lo que se ha provisionado, de acuerdo con las reglas, las provisiones
eran hinchadas, que eran innecesarias, que no eran las adecuadas, porque,
repito, el resultado final de esta recuperación, cuando la provisión se
ha hecho de acuerdo con las reglas --y entiendo por reglas lo que he
dicho antes--, es absolutamente irrelevante. Además --y para terminar con
este tema--, nosotros, los responsables en este momento de Banesto, desde
el principio dijimos que estábamos dispuestos a vender todos los activos
dañados y toda la cartera de valores por el valor neto, y no nos dejaron.

Para entendernos, el Fondo de Garantía de Depósitos nos dijo: No, no, se
quedan ustedes con ello y lo gestionan ustedes. Pero nosotros quisimos
vendérselos todos al Fondo por el valor neto. O sea, no quisimos jugar el
juego de la eventual posibilidad de ganar o no ganar. En cierto modo, nos
han obligado a ello.

Por tanto, el saneamiento necesario es de 605.000 millones, y, además, se
ha estudiado con una tremenda profesionalidad. Yo les puedo decir, por
ejemplo, que se han analizado, cuando se hizo esta estimación, uno por
uno todos los créditos del Grupo Banesto de más de 25 millones de
pesetas, y éstos fueron 4.000 y pico. Se ha estudiado, uno por uno, el 60
por ciento de los casos que estaban en dudosos, que eran unos 128.000
millones de pesetas, sobre 225.000. Se ha estudiado el 40 por ciento de
todo lo que se llama los vencidos fuera de normas, que son unos 50.000
millones, sobre 120.000, uno por uno. Se estudiaron el 100 por cien de
todos los créditos que tenían alguna señal de alerta, con independencia
de su cuantía, hasta los de 300.000 pesetas, uno por uno. Y así se dedujo
la necesidad de saneamiento, de acuerdo con las normas, vuelvo a repetir.

Y se estudiaron una por una todas y cada una de las participaciones del
banco de cartera de valores.

Por tanto, si efectivamente el saneamiento es de 605.000 millones y los
fondos propios del Banco, a 31 de diciembre, eran de 357.000, pues la
quiebra era de 247.000, y eso es una resta. Es decir, los fondos propios
negativos eran de casi 250.000 millones, y no quiero que se equívoca la
cifra que sale en la auditoría, porque la auditoría no suma, más bien
resta el diferimiento de fondo de pensiones de 27.000 millones, con lo
cual da una quiebra un poco más pequeña, 27.000 millones menos, porque
difiere el tema de pensiones. Por tanto, ésta es la primera idea.

Sobre el saneamiento del banco se ha dicho que a la banca y a los
banqueros esta crisis no les ha costado nada y que en ninguna cuenta de
resultados de ningún banco aparece ninguna partida que ponga «para
Banesto». Y hago una cita textual. Pues también es una frivolidad decir
eso. En todas las cuentas de todos los bancos hay una frase que no pone
«para Banesto», pero que dice «para el Fondo de Garantía de Depósitos». Y
donde pone «para el Fondo de Garantía de Depósitos», está la cuota de
«para Banesto». Es decir, la cuenta que han pagado los contribuyentes ha
sido de 142.000 millones y la cuenta que ha pagado la banca, de otros
142.000 millones, porque ésa ha sido la contribución del Fondo de
Garantía de Depósito, que, como saben ustedes, se constituyó al 50 por
ciento. Y la cuenta que han pagado los accionistas del Banco ha sido de
320.000 millones. Por tanto, la crisis de Banesto ha costado mucho
dinero.

También se ha dicho, en algunos momentos y en algunas declaraciones, que
al 20 de diciembre de 1993 Banesto no exigía ningún tipo de reducción de
capital. Esto es otra frivolidad. Está absolutamente más que probado que
cualquier decisión que no implicara una reducción de capital para hacer
frente a la quiebra hubiera sido absolutamente heterodoxa, tanto desde el
punto de vista técnico, como para los accionistas, como «miss leading»
para el mercado, y en definitiva, equívoco para cualquier accionista
futuro. Es más: técnicamente hablando, se podría haber llevado la
reducción de capital al cero absoluto, que no se llevó, pero técnicamente
se podía haber llevado.

¿Cuáles son las causas de la crisis de Banesto? De alguna forma, hay un
primer componente de causas que yo podría llamar explicativas y hay otra
serie de causas que podríamos calificar de no buenas prácticas bancarias
o incluso, siendo más claros, de malas prácticas bancarias. Voy a empezar
por las razones explicativas.

La primera razón explicativa es la fuerte política de expansión de
crédito que Banesto llevó a cabo en el período entre los años 1988 y
1991, aproximadamente, que fue una política de expansión paralela, en la
economía española, de unos síntomas clarísimos de recesión y cuando todo
el resto de los bancos estaba ya empezando a moderar su ritmo de
crecimiento, por razones obvias. Creo que es una lección bancaria
absolutamente conocida y común --de primero de bachiller bancario-- que
expansiones de crédito fuertes cuando los demás bancos están extremando
su prudencia y se están deshaciendo de los créditos más arriesgados y
cuando la situación económica está en recesión, lo que produce es que a
los bancos más agresivos les cae todo lo malo. Y esta experiencia
demuestra que este tipo de agresividad tiende a bajar el listón de la
prudencia,



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que al cabo de unos cuantos años la morosidad aflora y que es la causa,
generalmente, de las crisis bancarias. Si tienen ustedes alguna
experiencia --aunque sea de periódico-- de las crisis bancarias, todas
las crisis bancarias, sin excepción, han tenido como origen los problemas
de calidad de crédito. Ningún banco ha quebrado por tener más gastos
generales de los normales y ningún banco ha quebrado por tener una
plantilla superior a la media. Todos los bancos han quebrado por tener
una calidad de crédito inferior a la que es soportable por la capacidad
de solvencia del banco. Esa es la primera causa explicativa.

Segunda causa. Una ausencia de control interno y problemas de gestión
impidieron que esta morosidad aflorase contablemente, se ocultó. Como
consecuencia de que no se aflora la morosidad, las provisiones para
saneamientos practicadas por Banesto se iban situando muy por debajo de
lo que otros bancos iban haciendo y, por supuesto, muy por debajo de las
necesidades reales de saneamiento. En 1993 el problema de calidad de
cartera de inversión era ya realmente de deterioro considerabilísimo; la
proporción que Banesto tenía entonces de créditos dudosos y morosos
excedía considerablemente a la de los demás bancos y su nivel de
dotaciones era absolutamente insuficiente, como se detectó por la
inspección del Banco de España.

La necesidad de financiar esta expansión del crédito muy fuerte exigía
incrementar también sus recursos, y Banesto se lanzó a una carrera de
captación de pasivo muy cara. Coincidió la guerra del pasivo, Banesto se
manejó no bien en esa guerra del pasivo y esta subida general de tipos le
condicionó muchísimo el crecimiento del coste de sus recursos. Además de
eso, Banesto tuvo que acudir al interbancario para financiar este
crecimiento fortísimo del crédito y esto, cruzando el límite, le llevó a
una pequeña crisis de liquidez el año 1992, que, como saben ustedes, tuvo
que ser apoyado por el Banco de España, pero es que, además, para
financiar esta expansión y para respaldarla necesitaba recursos propios,
y para levantar recursos propios, que no se podía y que no podía hacerlo,
se metió en operaciones de intercambio de paquetes accionariales o de
financiación para colocación de paquetes muy complicados, operaciones que
tuvieron muy baja rentabilidad y que en muchísimos casos condujeron a
fortísimas pérdidas, todas las operaciones digamos de «parking» de
recursos propios. Aparte de eso, tuvo que levantar fondos en los mercados
a base de emisiones de deuda subordinada con costos carísimos. Se
agravaba el tema doblemente cuando la necesidad de fondos propios
aumentaba debido a la concentración de riesgos, la corporación no puede
salir a Bolsa, se tiene que quedar en la propia cartera de Banesto y,
como saben ustedes, las necesidades de capital para créditos muy
concentrados o para elevada concentración de créditos es considerable,
con lo que esto exigía más fondos propios. Naturalmente se comenzó una
política de desinversión en la corporación para aliviar las necesidades
de financiación y de fondos propios, pero esta política de alivio de la
corporación se tuvo que truncar como consecuencia, en primer lugar, de la
guerra del Golfo y, sobre todo, como consecuencia de la baja coyuntura o
de la mala coyuntura que hizo poco fácil la venta de las acciones. No
obstante, se vendieron algunas de las piezas de la corporación, que,
además, paradójicamente, se reinvirtieron en sectores de alto riesgo y de
bajísima rentabilidad, medios de comunicación, etcétera, con tremendas
concentraciones. Banesto se va encontrando poco a poco con un activo que
contiene un alto porcentaje de activos improductivos, un alto porcentaje
de activos de baja rentabilidad, un alto porcentaje de créditos en mora o
dudosos, con una cartera de participaciones mala que le renta poco y,
además, con un pasivo encarecido. Adicionalmente se mete en un programa
de gastos muy elevado, contrata mucho personal, lo paga muy bien, se mete
en programas de gastos de consultorías muy importantes, hace unas
inversiones informáticas tremendamente fuertes, muy ambiciosas, quizá
excesivamente rápidas, y todo esto lleva en definitiva a un deterioro del
margen muy fuerte, margen que se demuestra insuficiente para hacer frente
a las necesidades de saneamiento.

Resumiendo, llegamos al 28 de diciembre, se plantea una necesidad de
ajuste por 605.000 millones, 605.000 millones que, repito hasta la
saciedad, es un ajuste necesario, es un ajuste mínimo, no es un ajuste
arbitrario, no es un ajuste elástico, no es un ajuste tendencioso, está
ajustado a las reglas, es técnicamente indiscutible y, al final, como he
dicho antes, es irrelevante cuál sea el resultado final de este ajuste,
porque, hecho de acuerdo con las normas y con las reglas contables, es el
que tiene que ser y, por tanto, yo creo que es absolutamente claro que el
Banco estaba al 28 de diciembre en quiebra técnica.

La segunda idea que debería quedar absolutamente clara es que Banesto
estaba gestionado de forma profesionalmente incorrecta, utilizando, como
he dicho antes, de forma continuada y persistente prácticas bancarias
equivocadas, malas, lo que se llama --no es por utilizar un anglicismo,
pero en este mundo se utilizan mucho estas cosas--, lo que se llama,
repito, los «unsafe and unsound practices», prácticas poco seguras y poco
consistentes, transgrediendo, como he dicho antes, de forma persistente,
la normativa vigente de carácter contable y de carácter prudencial.

¿En qué se concreta esto, para entendernos? Se concreta en lo siguiente.

En primer lugar, una política de crecimiento del crédito alta, en un
ciclo económico recesivo. Esto ya lo hemos dicho y no voy a insistir en
ello, pero quiero añadir una cosa. Hemos podido constatar internamente
que se han venido aplicando criterios no adecuados para la concesión de
créditos. Es decir, política de atribuciones y delegaciones claramente
erróneas, comités poco operativos, sistemas de información y control
absolutamente inadecuados, tanto para el propio control interno del banco
como para cumplir con la normativa del Banco de España. Ese es, digamos,
el primer producto de malas prácticas.

Segundo tema de malas prácticas. Altísima concentración de riesgos, con
criterios ajenos a la ortodoxia bancaria. Tener 80.000 millones de
exposición en el Grupo Oasis es una mala práctica; tener más de 65.000
millones invertidos en medios de comunicación es una mala práctica; tener
40 y tantos mil millones invertidos en el Grupo Dorna, en sentido amplio,
es una mala práctica; tener



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150.000 millones más de riesgos con la Corporación industrial es una mala
práctica. Son prácticas no ortodoxas, según la idea bancaria.

Tercero. Políticas de inversiones permanentes en sectores de alto riesgo
por motivos que yo calificaría como no estrictamente bancarios, al menos.

Un caso particular: yo tuve una comparecencia particular aquí sobre el
caso de los medios de comunicación. Incluso otros, determinadas
inversiones en el extranjero podríamos también calificarlas con criterios
no claros o no estrictamente bancarios. Por ejemplo, Italia.

Cuarto. Política absolutamente expansiva e incontrolada en gastos de
inversiones y en inmovilizado. Cuando vemos, por ejemplo, que en
remodelación de sucursales, en edificios singulares se han gastado en
cuatro años prácticamente 65.000 millones de pesetas; cuando vemos que en
inversiones informáticas se han gastado 60.000 millones de pesetas;
cuando los gastos publicitarios en los últimos cuatro años han sido por
encima de 18.000 millones, profesionalmente hablando, con mi juicio
profesional, tengo que decir que esta política de gastos la tengo que
calificar de absolutamente expansiva e incontrolada.

Quinto. Malas prácticas concretadas en la forma de actuar en operaciones
singulares. Por ejemplo, instrumentación de operaciones de compras de
acciones mediante sociedades fiduciarias para soslayar la legislación
vigente; son los casos de las fiducias hechas con Heatimore y Emperor
para soslayar la Ley de OPAS en el tema de Carburos Metálicos. Mala
práctica. Movimientos societarios para beneficios de terceros,
incomprensibles mercantilmente, como son los temas de la fusión de Urbis
con Mas Camarena, con Ceisa y todas las transacciones relacionadas con
esta operativa. Tomas de participación en empresas absolutamente
irrazonables, que inducen a pensar en propósitos distintos a los
mercantiles. Clarísimamente, en esta Comisión se ha hablado
larguísimamente del Grupo Oasis--probablemente de los más claros, por lo
menos para mí--, la operación de Gescam, la operación de Kerino, la
operación de Valyser-Isolux, la operación de Dorna, la operación de
Oil-Dor. Operaciones de «parking» de acciones soslayando la operación,
como las famosas operaciones de Namroj o incluso la del Dresdner Bandk y
otras que han aparecido por aquí. Pagos de comisiones exagerados o no
justificados u honorarios exagerados o no suficientemente justificados,
los gastos de salida a bolsa de la Corporación, los gastos pagados por la
Corporación en ventas concretas, etcétera.

Sigo la enunciación de malas prácticas. Favorecer a determinadas
sociedades de obras de suministros sin procedimientos internos de
adjudicación y sin un control adecuado, y no quiero dar nombres: pagos
importantísimos a sociedades desconocidas o ambiguas, el caso de
Argentia, malas prácticas; instrumentación de pagos por servicios
mediante créditos aparentes, que devengan intereses que se apuntan en la
cuenta de resultados y que son, desde el inicio, pactadamente
incobrables. Por fin, empleo de sociedades instrumentales en paraísos
fiscales profusísimamente, con accionistas siempre opacos, no
transparentes, para encubrir claramente la identidad real de los
beneficiarios.

Permítanme que a la vista de esta enunciación de lo que podríamos llamar
malas prácticas bancarias, y al calor de este argumento, intente destruir
algunos comentarios que se han hecho sobre este particular. Se ha dicho
que con el plan de saneamiento hecho a Banesto, con las ayudas que este
plan implica, con los 700.000 millones de pesetas prácticamente que se
han inyectado y con el empujón que vendrá de la coyuntura económica
ascendente en los próximos años, la antigua administración también
hubiera sido capaz de sacar Banesto adelante. Pues es posible, pero yo
creo que ni los accionistas ni la comunidad financiera ni los
contribuyentes hubieran puesto estos recursos en esas manos que no
podemos por menos de calificar como impropias de un empresario ordenado y
de un representante leal. Pero esto se ha dicho.

También se ha dicho que la culpa del deterioro de la morosidad la tuvo la
situación económica. Es decir, que el hecho de este tremendo crecimiento
o deterioro de la calidad del activo la ha tenido la mala coyuntura
económica. Yo quisiera matizar, porque dicho así parece que el deterioro
de la economía justifica cualquier cantidad de morosidad, y esto no es
así. El deterioro de la economía lo sufren todas las entidades
financieras sin excepción y a todas las entidades financieras les aumenta
la morosidad. La morosidad aumenta desde un 2 ó un 2,5 por ciento hasta
un 7 por ciento y en las cajas un poquito menos, hasta un 6,6 por ciento,
donde se estanca. Ese es el techo al que llegan todas las entidades
financieras, que es muchísimo, por cierto; tener un 7 por ciento de
morosidad es muchísimo, está casi en el umbral de la señal de alerta.

Pero si es que si a finales de 1993 la media de morosidad de la banca era
del 7 por ciento, la morosidad de Banesto era del 45 por ciento. Por
tanto, no es necesario decir que la culpa de la morosidad la ha tenido la
coyuntura económica. La coyuntura económica no es el ungüento amarillo
que justifica cualquier cantidad de morosidad, porque el resto de las
entidades se han movido como he comentado.

Tercer núcleo de ideas: ¿Qué se ha hecho, qué se está haciendo y qué se
tiene que seguir haciendo? Yo dividiría la solución de la crisis en tres
fases, que están entre sí bastante solapadas (sobre todo la segunda y la
tercera), pero son distintas, por lo menos virtualmente, por el tipo y
por la naturaleza de las actuaciones y por las prioridades que cada una
de ellas están teniendo o han tenido. La primera fase --es una fase ya
pasada-- empieza con la sustitución de los responsables de la gestión. Se
reconoce la situación patrimonial, se pone de manifiesto la necesidad de
saneamiento y se establece un plan de equilibrio patrimonial mediante,
por una parte, el saneamiento con cargo al accionariado y al Fondo de
Garantía de Depósitos, la asunción de pérdidas por parte del Fondo de
Garantía, la ampliación de capital y el préstamo blando que se recibe del
Fondo para, en su fase inicial, regenerar la cuenta de resultados.

La segunda fase se inicia, aproximadamente en el mes de abril o mayo, con
la adjudicación del nuevo capital desembolsado por el Fondo de Garantía
de Depósitos al



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Banco de Santander, en la subasta hecha por el Fondo de Garantía, momento
en que Banesto empieza ya a contar con el respaldo accionarial de un gran
banco, el Banco de Santander. En esta segunda fase fundamentalmente se
prioriza y se enfatiza la gestión hacia la recuperación de la morosidad.

Se trabaja en la recuperación del pasivo perdido durante la crisis; por
cierto, que también se echa la culpa de los males de Banesto a la pérdida
del pasivo por la crisis, pero, en definitiva, como se dice en Derecho
--yo lo tengo muy olvidado--, el que es causa de la causa es causa del
mal causado, no se puede echar la culpa de la pérdida del pasivo a la
intervención, la intervención es una consecuencia de otra causa. Se
trabaja fundamentalmente en un plan para poner a punto un dispositivo de
realización de activos y se implanta una política drástica de reducción
de gastos. De hecho estamos en fase, estamos en la fase de enderezar
básicamente la situación.

La tercera fase, que aunque está solapada en cierto modo es distinta, por
lo menos conceptualmente, se está orientando sobre todo a rediseñar la
estrategia del Banco, a rediseñar la organización y a implantar esquemas
procedimentales y sistemas de información necesarios para conducir el
Banco de forma ordenada, con criterios de profesionalidad y de eficacia.

Lo único que quiero poner de manifiesto es que la reconversión de Banesto
no está siendo, ni va a ser, un tema fácil. La gestión anterior de
Banesto instaló en el Banco unas prácticas heterodoxas, unas prácticas
malas. La política de deficiente control interno probablemente
posibilitó, o facilitó al menos, la realización de operaciones atípicas.

Los procedimientos existentes en materia de riesgos, en materia de
inversiones son débiles, son insuficientes, son incapaces de garantizar
unas decisiones correctas. La información de gestión es deficiente, es
defectuosa, no está orientada a los resultados y no está orientada a una
gestión eficiente de los recursos. La información contable está dañada,
ha sido tendenciosa y ha estado soportando una política de información
pública equívoca y no veraz y, por tanto, el esfuerzo que está realizando
y que se tendrá que seguir realizando durante un largo período de tiempo
va a ser tremendo. Esto es lo que quiero dejar bastante claro. Por
ejemplo, por darles un dato, se ha tenido que poner a punto un
dispositivo de recuperación de morosos de más de 800 personas dedicadas
exclusivamente a las recuperaciones; un dispositivo que probablemente es
tres o cuatro veces más importante que el que existe en cualquier banco
en un momento de coyuntura como el actual en el que hay mucha morosidad.

Esto simplemente por darles una idea del tipo de esfuerzo organizativo
que se ha tenido que hacer. Y evidentemente no sólo es poner 800
personas, es además dotar este dispositivo de soportes organizativos, de
soportes informáticos muy potentes para garantizar de alguna forma su
gestión. El cambio de rumbo ha sido fuerte, ha sido total y absoluto,
pero tendremos que persistir en este esfuerzo durante mucho tiempo y los
resultados, como decía antes, no están garantizados. Evidentemente
tenemos un accionista, núcleo duro de referencia, que le da a Banesto una
solvencia de última instancia accionarial, pero no cabe duda de que vamos
a tener que trabajar mucho durante los próximos años.

Con esto prácticamente he terminado. Simplemente quiero repetir que la
crisis de Banesto no ha sido el resultado de una crisis económica
generalizada, en absoluto; otros bancos no han quebrado, otros bancos no
han tenido estos problemas. La crisis de Banesto es el resultado de una
gestión que el accionariado de Banesto, en la acción social de
responsabilidad, califica de impropia de un ordenado empresario y un
representante leal y que, además, la propia autoridad de control la tacha
de irregular en el expediente administrativo disciplinario y que, en su
momento, el Ministerio Fiscal calificará desde el punto de vista penal.

La crisis de Banesto ha ocasionado perjuicios directos graves a la propia
entidad y a sus accionistas y ha causado perjuicios graves al resto del
sistema bancario y a los contribuyentes. Yo creo que si no se hubiera
atajado este problema a tiempo los resultados, los perjuicios hubieran
sido de mucha mayor gravedad, el banco hubiera tenido que quebrar
jurídicamente, el quebranto a los accionistas hubiese sido total y no
parcial, el Sistema bancario del Fondo de Garantía de Depósitos hubiera
soportado mayores costes que los que ha soportado, los depositantes no
hubiera podido recuperar sus saldos más que en lo que hubieran sido
garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos, evidentemente los
empleados hubieran perdido sus puestos de trabajo, con el consiguiente
perjuicio, y el sistema financiero español hubiese visto mermada su
credibilidad global.

Creo que, vista la situación del Banco, se han tomado las medidas
necesarias patrimoniales y de gestión. Se ha saneado el banco, se han
inyectado --que a veces se olvida-- 700.000 millones de pesetas de dinero
fresco y se ha encontrado un accionista o una posición de control y, por
tanto, de responsabilidad institucional básico, que es el Banco de
Santander, lo cual elimina los riesgos que pueden ser inherentes a todo
proceso de reflotamiento. Se está aplicando o se está intentando aplicar
una gestión profesional sin más miras ni objetivos que el estrictamente
empresarial. Se están planteando exigencias de responsabilidad por las
diferentes instancias, y yo tengo la impresión de que se ha regenerado la
confianza necesaria para el funcionamiento normal del Banco que, como
toda entidad bancaria, se basa en la confianza. Se está diseñando y se ha
puesto en práctica un programa profesional de actuación y, como
consecuencia de todo lo anterior, podríamos decir que se ha cerrado esta
crisis con daños mínimos para el sistema, en unas circunstancias que no
han tenido precedentes en el sistema financiero español.

Y por mi parte, como exposición previa, nada más, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sáenz.

¿Grupos que desean intervenir? ¿Todos, verdad?
Por el Grupo Socialista tiene la palabra la señora Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Gracias, señor Presidente.

Quiero agradecerle, señor Sáenz, esta nueva y doblemente última
comparecencia suya en la Comisión de seguimiento



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de Banesto. Y quiero agradecerle también sus explicaciones y la
colaboración que Banesto ha prestado a los trabajos de esta Comisión a lo
largo de estos meses.

Con su intervención se completa el proceso de recabar información,
aportaciones y los diferentes puntos de vista que la Comisión ha
considerado necesario tener en cuenta para la elaboración del dictamen
sobre las causas de la crisis de Banesto. Y hoy, cuando usted cierra de
manera significativa el programa de comparecencias, creo necesario decir
--no podemos dejar de ponerlo de manifiesto-- que la situación actual del
Banco Español de Crédito es de normalidad y radicalmente distinta a la
que dejó el señor Conde tras su sustitución, por el Banco de España, el
28 de diciembre de 1993; aun y todo normalidad, aun y todo teniendo en
cuenta los problemas y las dificultades a las que usted se refiere que
han de afrontar todavía. Nos congratulamos por esta situación de
normalidad y quisiera transmitirle, en nombre del Grupo Parlamentario
Socialista, nuestros mejores deseos para una nueva etapa de plena
consolidación del camino recorrido acertadamente bajo su presidencia en
estos meses y, fundamentalmente, nuestros mejores deseos en ese esfuerzo
al que usted se refería que todavía han de realizar en un futuro.

Su intervención, junto con la del Director General del Banco de España,
don José Pérez, en la sesión de ayer, han completado de manera
determinante para el Grupo Socialista las conclusiones que estamos
elaborando sobre la situación de Banesto en diciembre de 1993 y sobre la
gestión y las prácticas llevadas a cabo por el ex Presidente de Banesto,
señor Conde, en el período que gestionó la entidad. Por tanto, no le voy
a preguntar sobre su exposición, y en otras circunstancias no le hubiera
hecho ninguna pregunta, pero creo necesario trasladarle preguntas o
interrogantes que quedaron abiertas en la comparecencia del señor Conde,
preguntas o interrogantes que no fueron contestadas, o que lo fueron
insatisfactoriamente, y que inciden precisamente sobre lo que usted ha
denominado malas prácticas en su intervención.

La primera pregunta es la relativa a la operación Argentia Trust.

Quisiera que pudiese confirmar usted, en primer lugar, que existen dos
operaciones diferentes: una, la operación Navalón, consistente en
créditos por valor de 600 millones de pesetas, y otra, la operación
Argentia Trust, por 600 millones de pesetas también (se ha jugado a la
confusión con la coincidencia de estas dos cifras). Quisiera que, en la
medida de lo posible, usted pudiera confirmar esta cuestión y también, a
partir de la información de que dispone el Banco, el concepto y el
destinatario final (quizá esto sea imposible) de dicha transferencia
ordenada por el señor Conde, en el año 1990, a un banco suizo,
concretamente por ocho millones de francos suizos.

La segunda pregunta, que serían varias, se refiere a la venta de warrants
sobre acciones de Carburos Metálicos. Le trasladaré textualmente las
preguntas que le formulé al señor Conde. Primera: ¿Quién vendió a Air
Products unos warrants que le daban derecho a adquirir, a un determinado
precio, 672.000 acciones de Carburos Metálicos? ¿Quién vendió? ¿Qué
sociedad o sociedades tenían las acciones de Carburos sobre las que se
concedía a Air Products la opción? ¿En cuánto se vendieron los warrents y
quién percibió --según nuestros datos aquí existe un serio enigma-- el
importe de la venta? Finalmente quiero conocer --creo que usted ya lo ha
mencionado-- si Air Products se dirigió a Banesto para que certificara
esta operación y, en ese caso, cuál era la razón.

Tercera cuestión: ¿Cuál es su valoración, desde el punto de vista
bancario, de la venta del 20 por ciento del capital del Banco argentino
Shaw, del que era accionista mayoritario en un 80 por ciento Banesto, en
1993, venta que se produjo a un amigo personal --según aceptó-- del señor
Conde, el señor César Catena? Quisiera saber también si el precio pagado
fue el correspondiente a la cotización de las acciones y la razón de
recompra recientemente de dichas acciones por parte de Banesto.

Para concluir los datos sobre la operación Kerino con el grupo Oasis,
quisiera que nos dijera quién presidió el comité de dirección del banco
en el que se aprobó dicha operación, comité que se reunió el 30 de
noviembre de 1992, según mis informaciones.

Por otra parte, para completar nuestra valoración sobre las operaciones
efectuadas por la Corporación Industrial y por La Unión y El Fénix con
las sociedades Valyser y Promociones Hoteleras, quisiera conocer, en
relación a la operación Isolux, cuáles fueron los resultados para Banesto
de dicha operación, si estos resultados han comportado alguna minusvalía
y, en virtud de todo ello, cuáles fueron, en su opinión, las razones que
motivaron la venta de Isolux y posterior recompra por parte de la
Corporación Industrial Banesto. Respecto a Promociones Hoteleras, una
sociedad que estaba participada por Valyser, sociedad a la que
Corporación adquirió una opción de compra por 130 millones de pesetas
sobre el edificio de la calle Fernando el Santo 12-14 de Madrid, y en el
que se realizaron gastos de remodelación y arrendamiento sin haberlo
utilizado nunca, por un importe global de 765 millones hasta el 30 de
noviembre de 1992, quisiera conocer, teniendo en cuenta que esta sociedad
fue adquirida por La Unión y El Fénix, si Corporación renunció a la
opción de compra, que, según mis datos, vencía algún mes a lo largo del
año 1995. Asimismo quisiera confirmar la existencia de garantías
bancarias, de garantías prestadas por Bandesco a los accionistas de
Promociones Hoteleras, Valyser, Asni Investment y el abogado y
representante del señor Conde don Mariano Gómez de Liaño en la compra, en
1990, de las acciones de dicha sociedad producida cuatro meses antes de
realizar las operaciones a las que antes me refería con Corporación
Industrial. Quisiera que nos informara de la situación económica de la
sociedad Veblinsa cuando fue adquirida, en 1993, por la Corporación la
participación del 60 por ciento que poseía Valyser.

La última pregunta es respecto a los criterios de valoración de la
Corporación Industrial y Asturiana del Zinc. Este asunto fue utilizado
por el señor Conde como ejemplo para cuestionar la credibilidad de los
datos elaborados por los administradores provisionales del Banco, en
enero de 1994, sobre la situación de Banesto, según consta en «Diario de
Sesiones» del pasado día 30. La pregunta concreta, señor Sáenz, es la
siguiente: ¿Cuál era la razón por



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la que el señor Conde se negaba a aceptar las normas de valoración del
Banco de España en relación a la Corporación Industrial? Y una segunda
pregunta, muy precisa, sobre Asturiana del Zinc: ¿Qué finalidad podía
tener el acuerdo firmado por los consejeros delegados de Banesto y
Corporación Industrial, el 25 de abril de 1993, por el que Banesto se
comprometió a compensar a Corporación la diferencia, en el año 2005,
entre el importe en libros de Corporación de su participación en
Asturiana del Zinc y su valor teórico contable auditado? Quisiera conocer
también si fue contabilizada esta contingencia en Banesto y por qué
importe, si usted está en disposición de decírnoslo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Sáenz.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): La primera pregunta que me
ha hecho su señoría creo que ha sido sobre Argentia Trust. Efectivamente,
ésta es una operación que se paga en julio de 1990 por 600 millones de
pesetas. Aquí delante tengo la factura. Es una factura contra Banesto
Industrial Investment Inc, en las Islas Caimán, y pone textualmente: Por
trabajos realizados de carácter jurídico, financiero y de marketing, con
objeto de estudiar la aceptación por los mercados financieros
internacionales de una colocación privada de acciones de la Corporación
Industrial y Financiera, les facturamos pesetas, 600 millones. Favor
remitir el importe arriba mencionado en francos suizos o en US dólares,
por télex, a favor de Argentia Trust, cuenta número 225 con E.B.C.

Sweiss. A.G., en Zurich, Suiza. Este papel tiene una apostilla a máquina,
sin firmar, que dice: Aprobado en comisión ejecutiva, 10-7-90, consejero
delegado, proceder a su pago, y una nota manual que pone: Juan Rozas, que
entiendo que es la persona a la cual se le envía esta copia; esta persona
es el responsable de tesorería.

¿Qué es lo que sabemos de Argentia Trust? Nada. ¿Quién está en Argentia
Trust? No lo sabemos. ¿Cuál es la finalidad última de este pago? Tampoco,
más allá de lo que dice la factura no lo sabemos. Para entrar en este
tema, como hemos comentado alguna vez, tendría que ser objeto de una
investigación judicial. Se tendría que llamar, por quien procediera, a
los socios de esta sociedad para que declarasen quiénes eran, por qué
cobraron este dinero y cómo se lo repartieron. En estos momentos no
tenemos más información que ésta.

No tenemos ninguna conexión entre esta operación y la llamada operación
Navalón; no tenemos ninguna conexión. El grupo Navalón tiene con Banesto
varios créditos por importe aproximado de 600 millones de pesetas, 670
millones exactamente, que parece que coincide en el importe con esta
factura, pero entendemos --y éste es un juicio personal-- que no tiene
nada que ver, son temas distintos. El grupo Navalón, a través de tres
sociedades, tiene tres créditos con Banesto. Dos sociedades son,
digámoslo así, operativas: una dedicada a la explotación de un bingo y
otra a un restaurante. Hay un tercer crédito de 200 millones a una
sociedad de estudios y asesoramiento, que creo que es un poco a lo que se
refiere su señoría. Sobre este crédito, al parecer --y digo al parecer
porque yo no lo he visto-- existe una carta, una de mis colaboradoras ha
visto una fotocopia, pero no nos la han suministrado formalmente todavía
el Banco, que dice más o menos lo siguiente, según me han contado.

Primera cosa, que Banesto reconoce que le debe a este señor 200 millones,
primer párrafo. Segundo párrafo, Banesto dice que este señor tiene un
crédito. Tercer párrafo que dice que el producto de los cobros que
Banesto realice de principal e interés de ese crédito se aplicará al pago
de la deuda. Con lo cual parece que está queriendo decir no tanto que se
compensa cuanto que tú me pagas los intereses y el principal y yo, cuanto
te vaya cobrando, te voy pagando la deuda. Parece que eso es lo que se
deduce. Esto es lo que yo sé. Sé que una persona, un colaborador mío, ha
visto una fotocopia de esa carta, no la tenemos, todavía no nos la han
mandado formalmente --entiendo que lo harán-- para que procedamos a la
compensación, aunque sea por este camino, de este crédito, pero se
refiere exclusivamente, del conjunto de posiciones, a estos 200 millones.

No tiene nada que ver --eso es otra historia y nosotros actuaremos
bancariamente-- con el resto de los créditos a estas dos sociedades que,
repito, son sociedades operativas, una tiene un bingo y la otra un
restaurante. ¿He contestado? (Asentimiento.)
La segunda pregunta era el tema de los warrants de Carburos. Yo voy a
leer textualmente una nota que tengo sobre este tema, que es incompleta y
que no aclara la situación, obviamente, y nuevamente nos encontramos con
que para aclararla sería necesario alguna actuación complementaria que
Banesto por sí mismo no es capaz de hacer. El tema es el siguiente. El
día 4 de abril de 1990 Banesto --entiendo que Banesto banco-- concede una
opción de compra a Air Products sobre 672.000 acciones de Carburos a un
precio de 10.230 pesetas por acción, ejercitable en cualquier momento y
hasta el 27 de julio de 1994. Esa es la opción que ofrece. En ese
documento no se especifica el importe del precio correspondiente a esa
opción. El 6 de abril de 1990, es decir, dos días después, Air Products
transfiere 18.578.933 francos suizos, es decir, contravalor 1.344
millones de pesetas, a una firma de abogados suizos llamada Hamburger
Ackermann. Por correspondencia posterior de Air Products, el referido
importe correspondía a la prima por la opción anterior, aunque no se
recogiera en el primer documento, como he dicho; es decir, el pago a
Banesto por darle la opción. No existe ningún recibí de Banesto por este
importe, aunque sí existen algunas cartas de Air Products reclamando la
firma del mismo. O sea, Air Products reclama de Banesto que le demos el
conforme, el recibí de esta transferencia, recibí que evidentemente
Banesto no ha dado, entre otras cosas porque no la ha recibido, y el
cobro de esta prima, de estos 1.344 millones de pesetas, no consta como
recibido ni como contabilizado en los libros de Banesto ni en ninguna
otra sociedad del grupo, por lo que parece nunca se recibió
«institucionalmente» este importe. Esto es lo que puedo decir. Ya sé que
no es suficiente, pero está claro. (La señora Aroz hace signos de
negación.) ¿No está claro?



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La señora AROZ IBAÑEZ: ¿Pregunto ahora o después, señor Presidente?



El señor PRESIDENTE: Señora Aroz, las cuestiones que queden pendientes,
en un segundo turno.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Explicativamente, damos una
opción, esa opción parece que tiene un precio, Air Products lo paga a un
tercero, nos dice que le mandemos el recibo como cobrado, nosotros no se
lo mandamos porque no lo hemos cobrado y no lo hemos cobrado nunca. Por
tanto, lo ha cobrado un tercero. ¿Quién es ese tercero? Hamburger
Ackermann, abogados suizos. ¿Quién está detrás de Hamburger Ackermann? No
lo sabemos. Ese es el resumen un poco vulgar de la situación.

En cuanto a la venta del 20 por ciento del Banco Shaw al señor César
Catena, cuando se hizo la venta --yo no sé por qué se hizo, se comenta
que porque era una persona influyente y prestigiosa en el país y, por
tanto, que podía ayudar al desarrollo del Banco--, efectivamente se
vendió este 20 por ciento por el valor de libros, sin ningún tipo de
prima. Tampoco quiero calificar el tema, eso es así. Nosotros después se
lo recompramos. ¿Por qué? Fundamentalmente por dos razones: primero,
porque pensábamos que era una persona que no era deseable para nosotros
tenerla en el Banco con un porcentaje importante; y segundo, porque
teníamos el propósito de vender el Banco y pensábamos --en las relaciones
con él lo vimos-- que podía ser una persona que nos crease dificultades a
la hora de proceder a la venta. En la estimación que teníamos de lo que
podría valer el banco, llegamos a un acuerdo que para él era remunerador
porque cobraba más de por lo que se le vendió, pero que a nosotros nos
pareció también bueno porque le pagábamos bastante menos de lo que
pensábamos que valía el banco y de su valor de realización. En
definitiva, hablando claro, fue una acción casi recuperatoria. A nosotros
nos convino. Efectivamente, en esa operación el señor Catena ganó dinero,
lo que no tengo aquí es cuál es la diferencia de precio, pero se lo puedo
mandar en cualquier momento porque no hay ningún problema.

No tengo que repetir la operación Kerino, porque creo que es
archiconocida. Efectivamente, esta operación Kerino se aprobó en una
comisión el 30 de noviembre de 1992, que fue presidida por don Mario
Conde, por lo menos en las actas consta que esta reunión se celebró bajo
su presidencia, otra cosa es que estuviera o no.

En el tema Valyser, efectivamente, se produce un quebranto en la
corporación o en el grupo Banesto, me da lo mismo. En julio de 1990, la
corporación vende a Valyser el 40 por ciento de Isolux por 600 millones.

En enero de 1992, Valyser vende un 10 por ciento a Portland Ibérica, que
era Banesto, por 1.100 y, en enero de 1993, un año más tarde, vende el 30
por ciento restante a una sociedad que se llama Ibiser, que a su vez lo
vende a la corporación por 3.300. Es decir, desde julio de 1990 hasta
julio de 1993, la corporación vende por 600 millones y lo recompra, por
diferentes vías, por 3.576 más 1.100 que había pagado vía Portland, es
decir, por 4.676. El quebranto es ése: 4.676 menos 600 millones de
compra. ¿Por qué se vendió?, es la segunda pregunta. Pues no lo sé.

El tema de Promociones Hoteleras no lo tengo aquí, o sea que casi
prefiero enviar una nota perfectamente identificada, porque, aunque me lo
sé, no lo conozco con una gran precisión, y es un tema relativamente
complicado. Lo que sí sé es que en el edificio famoso llegamos al acuerdo
de que se lo quedase La Unión y El Fénix, porque en esa separación, en
ese divorcio con La Unión y El Fénix hubo bienes que parte se quedaron
ellos y parte nos quedamos nosotros. Nosotros nos quedamos con Banesto
Seguros, con la famosa Costa Canaria Veneguera, y ellos se quedaban con
este edificio y con alguna otra cosa. Lo que me ha preguntado S. S. en
relación con la opción de compra, no lo tengo a mano y se lo mandaré.

El tema de Vebrinsa creo que lo tengo por aquí. El tema de Vebrinsa, de
forma simplificada, es una operación muy sencilla, en la cual una
sociedad que no vale nada y se argumenta que puede valer mucho en base a
los contratos de seguridad que Banesto le puede dar, se vende por 900
millones de pesetas, cuando sus fondos propios son, más o menos, 175. Es
una sociedad que tiene un fondo de 175, que prácticamente no tiene ningún
valor, ningún fondo de comercio y, por tanto, su valor de mercado es 175
o incluso menos, se argumenta que esta sociedad va a tener las exclusivas
de servicios de seguridad de Banesto y, como consecuencia de eso, Banesto
(cuando digo Banesto, me refiero a través de una filial), compra esa
sociedad por 900 millones. Esta es, digamos, la historia de Vebrinsa. Es
un poco más complicado, desde el punto de vista instrumental, por los
socios, las sociedades, como ocurre con casi todas las cosas en Banesto,
donde en vez de comprar y vender yendo al notario y pagando con un talón,
siempre hay circuitos complicadísimos de sociedades intrumentales, con lo
cual la compraventa más sencilla cuesta tres días entenderla. También
éste es un caso que tiene su vericueto.

Sobre los criterios de valoración de Asturiana del Zinc y, en general, de
la Corporación Banesto, he querido hacer referencia a esa problemática
cuando he hablado en mi intervención. Asturiana del Zinc es una compañía
cuyo valor contable neto en libros al 30 de junio de 1994 era de 3.655
millones de pesetas. Esta es una sociedad que en el año 1994 va a perder,
aproximadamente, entre 4.000 y 6.000 millones de pesetas. El valor
patrimonial contable de esta sociedad es prácticamente cero; esto ocurre
en muchas sociedades de la corporación, como he dicho antes. Las reglas
de valoración, tanto de los activos crediticios como de las
participaciones, son las que son. Es decir, hay sociedades que se cotizan
o se valoran de acuerdo con principios de contabilidad aceptados a
precios de mercado o sociedades que se valoran a valor en libros o
empresas que se valoran en funciones.

En el caso de Asturiana del Zinc sí se ha tenido una plusvalía como
consecuencia de la venta del 22 por ciento que se hizo el otro día. Es
una plusvalía contable; es decir, teníamos contabilizada la operación de
revertir a precio inferior al que se ha vendido ese 22 por ciento. Lo que
pasa es que como he dicho antes esto no es relevante; en primer lugar,
porque nadie cuenta con que la corporación este año



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va a perder diez mil millones. Esos, dónde están, porque los va a perder.

Segundo, las reglas de valoración de Asturiana del Zinc, cuando se hizo
la valoración por la auditoría del Banco de España y nosotros, fue de
acuerdo con los principios de contabilidad generalmente aceptados. El
hecho de que después la cotización haya dado a esta compañía un mayor
precio, porque el zinc ha empezado a subir, son cosas que pasan y como he
dicho antes, es irrelevante, ese no es un tema que tenga que ver, o sea
que es «misleading», que no estamos confundiendo la gimnasia con la
magnesia.

En tercer lugar, en un proceso liquidativo, como el de la corporación o
como el de activos crediticios, no es lícito hablar de si hay plusvalías
o si hay minusvalías hasta el día final. Suelo decir en Banesto que aquí
tenemos una olla de la cual hay que levantar la tapa el último día. Lo
que no me vale es decir en esto he ganado mucho, me olvido de lo que he
perdido, me olvido del costo de financiación de las pérdidas, me olvido
de todo y no quiero ver más que lo que veo, lo que quiero ver. Siempre
digo: dentro de dos años, cuando hayamos terminado todo el proceso
liquidativo levantemos la tapa y vamos a ver lo que queda dentro. Ese es
el final de la historia, esa es la verdad.

Por tanto, poner el foco, la luz en una operación concreta y decir: han
ganado ustedes dos mil millones... Es verdad ¿Y qué? ¿De qué estamos
hablando? Esa es un poco la reflexión sobre la corporación, sobre
Asturiana y sobre esta operación de Asturiana.

Además, sobre Asturiana hay otro tema, que es el famoso tema de la
garantía de los beneficios de Asturiana. Eso ha sido, pura y simplemente,
una habilidad para que el auditor no meta el ajuste correspondiente en la
auditoría; es decir, el auditor quería meter un ajuste muy fuerte en la
auditoría diciendo que había unas contingencias muy importantes que
ponían en cuestión el cierre del año 1992 y, como decía el año 1992 era
fundamental, porque el aumentar las pérdidas Asturiana, producían en la
corporación industrial, por consolidación un incremento muy fuerte de
pérdidas y, en Banesto, por consolidación de ese incremento tan fuerte de
pérdidas había que parar ese ajuste contable. Entonces, ¿cómo se para?
Pues habrá que sacar una garantía. Es decir, yo le garantizo que éstas
son las pérdidas o los beneficios, y si no se producen, yo los pongo. Esa
es la garantía; garantía que no se contabilizó, por otra parte, que es,
digamos, la perversión, porque si se contabiliza, no resuelve nada, como
es obvio. Si yo contabilizo la garantía, lo que no va en lágrimas va en
suspiros, si no me lo apuntan en Asturiana, me la apuntarán en la
corporación, o me lo apuntarán en Banesto, pero en algún sitio me lo
apuntan. Esa garantía tiene sentido, en la medida en que no la
contabiliza; es decir, la oculto, que fue lo que se hizo. Pero ése es el
objetivo de la garantía.

Creo que he contestado a todo, señoría.




El señor PRESIDENTE: Señora Aroz.




La señora AROZ IBAÑEZ: Muchas gracias por sus explicaciones y las
clarificaciones que ha podido realizar.

Sólo le quiero hacer una pregunta sobre la venta de los «warrants» de
acciones de Carburos. En primer lugar, quisiera manifestarle mi total
perplejidad, porque en una operación del banco hayan desaparecido 1.344
millones de pesetas, aunque quizá debería estar curada de espanto a estas
alturas después de haber examinado detalladamente otras operaciones en
esta Comisión.

La pregunta concreta que quería hacerle, señor Sáenz, es si cuando usted
considera que Banesto necesita ayuda para clarificar este enigma, esta
desaparición, se refería --al igual que había hecho anteriormente al
mencionar la operación Argentia Trust-- a una ayuda del tipo de
investigación judicial.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Sáenz.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Eso es lo que quiero decir.

Es decir, señoría, yo no tengo instrumento, capacidad legal para decirle
a los señores Hamburger Ackermann que declaren. No tengo poder para
hacerles declarar qué han hecho con ese dinero. Eso solamente lo tiene un
juez --a pesar de que sean abogados suizos-- que les puede emplazar para
que manifiesten, para que declaren, para que digan de dónde les vino el
dinero, a quién fue destinado y qué hicieron con él. A eso me refiero. En
un momento determinado me encuentro con una pared de hormigón que yo no
puedo tirar, que no puedo traspasar, y esto pasa --como yo creo que se ha
visto en esta Comisión-- en muchas operaciones; operaciones donde después
de seguirles la pista, terminas en un sitio a partir del cual no puedes
continuar por tus propios medios.




El señor PRESIDENTE: Por parte del Grupo Popular, el señor Fernández de
Troconiz tiene la palabra.




El señor FERNANDEZ DE TROCONIZ MARCOS: Muchas gracias, señor Sáenz, por
su comparecencia, y créanos que nos alegra enormemente que Banesto haya
dejado de ser algo más que un banco, en desafortunadas palabras de
determinadas personas; nosotros entendemos que no era un banco, que era
otra cosa, y que por fin Banesto haya vuelto a ser un banco, nos alegra
enormemente. Dicho lo cual, y tras desearle los mayores éxitos en su
gestión al frente de Banesto, me gustaría hacerle las siguientes
preguntas:
Por una parte, en lo que se refiere a los acuerdos posteriores en
relación con el Grupo Oasis, con el señor Pedro Pueyo, y la aparición
posterior del famoso documento del señor Portillo, don Herminio Portillo,
del mejicano, que es diferente del inglés, nos gustaría saber en qué
fecha tienen ustedes conocimiento del documento suscrito entre el señor
Pueyo y el señor Portillo, y si este documento aparece de repente o,
efectivamente, ustedes tenían conocimiento de este documento cuando
inician las negociaciones con el señor Pueyo para separar las
participaciones entre Banesto y el señor Pueyo o, mejor dicho, en vez del
señor Pueyo, la Fundación Kieselstein Stiftung, la separación y
materialización



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de los activos integrantes de Oasis International Group.

Por otra parte, y en relación a la recompra que se hace a las sociedades
Marenma y Reve Holding, del 51 por ciento que anteriormente habían
adquirido del Fénix Español, ¿nos podría enviar la documentación de
respaldo de esta operación que se hace posteriormente de recompra de este
51 por ciento frente a la operación anterior que había habido de compra,
que produjo a La Unión y el Fénix unas plusvalías, si no recuerdo mal, de
6.000 millones de pesetas?
Asimismo, nos gustaría saber, porque se nos ha negado o, al menos, se nos
ha dicho que existían instrucciones concretas al respecto (y si se tienen
instrucciones al respecto nos gustaría que nos enviase la documentación
de soporte que lo acredita), si se había prohibido que Banesto otorgase
préstamos a empleados y clientes para la suscripción de acciones en el
aumento de capital, los 95.000 menos los 23.000 millones de pesetas del
Fondo Corsair, realizados entre mayo y agosto de ampliación de capital
del Banco Español de Crédito. Nos gustaría que también nos aclarase si no
es menos cierto que, sin embargo, se otorgaron préstamos a clientes y
empleados para la suscripción de acciones de esta ampliación de capital;
préstamos que no sabemos si eran en condiciones de mercado en cuando a
sus tipos de interés, si tenían garantías normales de mercado, si tenían
plazos de devolución normales de mercado, o bien eran préstamos
especialmente diseñados para realizar esta operación.

También me gustaría saber, si tiene usted el dato a mano, cuál fue el
porcentaje de accionistas que votó en contra de la operación de
saneamiento del Banco Español de Crédito en la Junta General de 26 de
marzo de 1994.

Por otra parte, también me gustaría que enviase a esta Comisión los
documentos valorativos realizados por American Appraisal de Dorna,
Promoción del Deporte, y Oil-Dor, S. A., que motivaron y justificaron la
adquisición de ambas compañías, en sus 50 por ciento, por parte de la
Corporación Industrial y Financiera de Banesto, así como el informe
elaborado, en 1993, valorativo de Dorna, Promoción del Deporte, por don
Vicente de la Parra, para Banesto.

Se ha dicho aquí que Banesto Gruppo Finanziario está en quiebra y que ha
originado a Banesto unas pérdidas por importe de 18.000 millones de
pesetas y por parte de su predecesor (no sé si se puede decir predecesor
en el puesto, dado que anteriormente parece que no se desempeñaba el
puesto de presidente de un banco sino de presidente de otra cosa) se ha
dicho que las pérdidas y la quiebra en Banesto Gruppo Finanziario eran
debidas a la mala gestión llevada a efecto por el Director General de
Banca Corporativa en la intervención de Banesto, don Javier Abad. Mucho
nos tememos que esto puede haber sido una mera manifestación de
represalia por las manifestaciones que hizo cumplidamente don Javier Abad
ante esta Comisión. Nos gustaría que nos aclarase si la quiebra de
Banesto Gruppo Finanziario se debe a don Javier Abad o sin don Javier
Abad no tiene absolutamente nada que ver --como nos parece-- en la
quiebra o en el quebranto patrimonial habido para Banesto por parte de
esta filial italiana.

Por otro lado, se ha dicho y se ha corrido en los últimos tiempos, el
rumor o noticia, que nos gustaría que nos confirmase o desmintiese, de
que durante la gestión anterior del Banco Español de Crédito se llevó a
efecto un paralelismo absoluto en lo que se refiere a la prestación de
los servicios jurídicos en el banco y que estos servicios jurídicos en el
Banco, en lo que se refiere básicamente a ejecuciones hipotecarias y a
otro tipo de ejecuciones de morosos, se lleva a efecto por un determinado
bufete de abogados de Madrid, con ramificaciones en toda España,
solapándose los servicios jurídicos normales del banco. Nos gustaría que
nos lo confirmase o desmintiese, si esto es así, que nos indicase cuál es
este bufete de abogados y si este bufete tenía alguna relación
particular, directa o inmediata con el anterior Presidente --no voy a
decir de Banesto, porque no era un banco-- de esto, también llamado
predecesor.

Por último y lamento preguntárselo, nos gustaría confirmar si es cierto,
y cuándo desaparecerá esta situación, que el Banco Español de Crédito
--ahora sí Banco Español de Crédito-- paga los guardaespaldas o la
seguridad del anterior presidente de esto.




El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Tema de Oasis. Nosotros,
efectivamente, en el mes de marzo firmamos con Pedro Pueyo un acuerdo de
separación de intereses --yo lo llamo de divorcio--, diciendo: hay estos
bienes, vamos a valorarlos; hay estos créditos, vamos a valorarlos; esto
da un neto patrimonial y como somos socios al 50 por ciento, como siempre
es lógico, se pagan primero los créditos y, una vez que se pagan los
créditos, valorando los activos, si sobra algo, nos lo repartimos a la
mitad porque, en definitiva, Banesto es socio al 50 por ciento de Oasis.

Cuando se hizo este cómputo, evidentemente, estaba el documento Portillo
y la obligación de 15.000 millones de dicho documento. En aquel momento
--en este tema como en tantos otros-- lo dimos por bueno, porque estaba
allí, y lo incluimos en el acuerdo. Por tanto, al ser una obligación, esa
obligación disminuía el neto patrimonial, como es natural, y esto dio
lugar al reparto. Este acuerdo se firmó e inmediatamente después de
firmarlo se enviaron copias a diferentes personas del banco para su
implementación. Una de ellas la recibió la asesoría jurídica y, en
concreto, el señor don Antonio Sáez de Vicuña, y cuando don Antonio Sáez
de Vicuña vio el documento dijo: esto está mal, porque yo soy consejero
de Oasis veo que aquí hay una obligación de la cual no tengo
conocimiento; y siendo consejero de Oasis, una obligación de este tipo
tenía que haber pasado por el Consejo de Administración. Entonces fue
cuando él y don Javier Abad, ambos consejeros representantes de Banesto
en Oasis, se dirigieron a un notario, declararon notarialmente y mandaron
un requerimiento al Consejo diciendo que esa obligación era falsa; vamos
a precisar, que esa obligación no había pasado por el Consejo, que era
obligatorio que pasara por el Consejo, que si se había contraído una
obligación que no obligaba a Oasis



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había sido una decisión unilateral del señor Pueyo y que Banesto no se
hacía responsable ni solidario de esa obligación. Eso fue lo que dio
lugar, digamos, a la invalidación del acuerdo del mes de marzo; los
hechos fueron así.

Su pregunta era: ¿conocíamos el acuerdo Portillo? Lo conocíamos.

¿Conocíamos, digamos, la presunción de irregularidad de dicho acuerdo? No
la conocíamos, la conocimos inmediatamente después. Y ¿por qué la
conocimos? Porque las personas que tenían que haber intervenido en esa
obligación nos pusieron de manifiesto que no habían intervenido y que el
Consejo de Administración de Oasis no había conocido ese tema. De ahí se
ha derivado un poco la presunción de que ese acuerdo Portillo o documento
Portillo es una cosa rara. ¿Le he contestado? (Asentimiento.)
Respecto al tema de Marenma y Reve Holding, que es la operación que
ampara las plusvalías de los inmuebles en La Unión y El Fénix y, como
consecuencia, de Banesto entiendo que lo que quiere S. S. es que enviemos
la documentación correspondiente. La operación es conocida, no hace falta
que la repita.

Me dice: ¿se había prohibido en Banesto la financiación a clientes y
empleados para compra de acciones de la última ampliación de capital? Que
yo sepa, no, y cuando digo que yo sepa es porque no he visto ninguna
prohibición y lo que he visto son créditos, y numerosísimos, a empleados
y a clientes. Luego deduzco que no ha habido ninguna prohibición. Si
hubiese habido alguna prohibición hubiese sido el ejército de Pancho
Villa. Si el Presidente prohíbe al Banco dar esos créditos y el Banco da
14.000 créditos a clientes y no sé cuántos mil a empleados, es una cosa
como bastante chusca ¿no? Por tanto, si se han dado esos miles de
créditos a clientes y se han dado esos miles de créditos a empleados hay
que deducir que no existía tal prohibición, porque, repito, si no sería
una cosa dramática ¿no?
Porcentaje de accionistas que votó en contra del plan de saneamiento de
la Junta. En este momento no lo recuerdo, pero yo diría que fue mínimo,
supersimbólico, pudo ser el 2 por ciento; enviaremos exactamente el dato,
no lo tengo en la cabeza, pero, repito, fue una minoría tremendamente
simbólica.

Valoraciones de American Appraisal y de don Vicente de la Parra, el
primero del tema Dorna y Oil-Dor, las enviaremos. Evidentemente son
bastante sorprendentes, como creo que ya se ha puesto de manifiesto en
alguna otra ocasión en esta Comisión.

Banesto Gruppo Finanziario. Efectivamente, Banesto Gruppo Finanziario ha
sido una mala operación. Como todo en la vida, en una mala operación con
un responsable siempre se tiende a culpar al responsable de la mala
operación, pero eso es normal; que el causante de este problema haya sido
don Javier Abad tengo que decir que es un poco exagerado en el sentido de
que esto es una operación en la cual más participación que nosotros tiene
el Banco de San Paolo, de Torino. Hay otros bancos italianos como la
Banca Popular de Novara y otros, es decir, es una operación hecha por un
consorcio de bancos relativamente importante encabezada por un banco que
creo es el primer banco en este momento en Italia en dimensión, el Banco
de San Paolo, en Torino, y, por tanto, desde ese punto de vista una
operación más o menos razonablemente bien planteada, supongo, en su
momento. Habría que retrotraerse al momento en que se planteó y se
decidió. Ha sido una operación planteada en Italia por un grupo de bancos
de primera categoría encabezada por el San Paolo, de Torino, operación de
contenido básicamente inmobiliario y, como consecuencia de la caída del
mercado inmobiliario en Italia, ha producido las pérdidas derivadas de un
cambio de coyuntura. Efectivamente, se le pueden echar las culpas al
ejecutivo, pero probablemente si yo hubiese tenido que tomar la decisión
la hubiese tomado igual. También podrían haberme echado las culpas a mí.

Entiendo que es un error de apreciación en un negocio que ha salido mal.

Una relación causa-efecto tan directa, como entiendo que S. S. me
preguntaba, es exagerada.

¿Existió paralelismo o un solapamiento de los servicios jurídicos? Yo no
sé si había un solapamiento o un paralelismo. Sí tengo que decir que
existía una apelación a servicios jurídicos externos --creo que el bufete
de Gómez de Liaño, que es al que se refiere S. S.-- digamos anormalmente
alta. Un banco, tiene normalmente unos servicios jurídicos
suficientemente potentes y más en una situación normal. Desgraciadamente,
en este momento estoy apelando mucho a servicios jurídicos externos, pero
no estoy en una situación normal, como he dicho antes. Tengo quinientos y
pico mil millones de demora y no tengo fuerzas suficientes como para
poder afrontar la situación. En una situación normal, la asesoría
jurídica de un banco es capaz de manejar sus temas con una razonable, que
generalmente es pequeña, apelación a ayudas externas, bien por razones de
complejidad bien de extraterritorialidad. Si se tiene un tema complicado
en Australia, normalmente hay que contratar un abogado australiano. Salvo
situaciones de este tipo, normalmente la factura que paga un banco
razonable por servicios externos normales no es muy alta.

Efectivamente, en Banesto había una apelación a servicios jurídicos
externos que yo calificaría, como he calificado antes respecto a gastos
generales, de desproporcionada. ¿Se puede llamar a eso paralelismo? No lo
sé, se puede calificar de cualquier forma, pero sí es excesiva.

¿Banesto paga la seguridad del ex Presidente? Sí, hasta el día 31 de
diciembre de 1994. Tampoco la seguridad entendida sin límite; hay un
acuerdo, me parece recordar, para pagar dos personas de seguridad al
anterior Presidente hasta el 31 de diciembre de 1994. Esto puede ser más
o menos comprendidos pero también tengo que decir que suele ser algo
bastante razonable y normal en la Administración pública y en la privada.

Normalmente, con un ex Ministro se hacen estas cosas y con un ex
Presidente de banco también se hace durante un cierto tiempo. Me dirán
que éste es un caso especial. Puede ser un caso especial, pero las leyes
de la decencia, digamos, también juegan, a pesar de estas cosas. Se paga
hasta el 31 de diciembre de este año y creo que son dos personas de
seguridad.

¿He contestado a todo?



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El señor PRESIDENTE: Señor Fernández de Troconiz.




El señor FERNANDEZ DE TROCONIZ MARCOS: Muy brevemente, señor Presidente.

En relación con El Fénix Español, nos gustaría no tanto conocer el
documento de primera compra por Reve Holding y Marenma, cuanto la
recompra que se hace a Reve Holding y Marenma del 51 por ciento del Fénix
Español; la recompra que se hace posteriormente, a fines de 1993.

En relación con el Grupo Pueyo. ¿cuál es la situación actual?



El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Nuestra situación actual es
complicada. En este momento, me voy a poner en una postura absolutamente
pragmática, aquello de más vale pájaro en mano que ciento volando.

Respecto al Grupo Pueyo, tenemos la estimación, que puede estar
equivocada --ojalá-- de que todo lo que vale en el Grupo Pueyo, es decir,
todo lo que está detrás de los 80.000 millones de pesetas de exposición
que tiene Banesto, tiene un valor entre 51.000 y 56.000 millones. Repito
que es una estimación valorativa y ojalá me equivoque y, en vez de 56,
sean 86, pero me temo que es tirando de 51 a 56 más que ninguna otra
cosa. Por tanto, ahí se va a tener un quebranto importante, porque eso es
todo el patrimonio.

Por otra parte, jurídicamente hablando, aparte de que tenemos un acuerdo
en que el único punto que nosotros objetamos es el de esta obligación,
del documento Portillo, la situación jurídica es un poco curiosa, porque
normalmente las empresas que tienen los activos no son las empresas que
tienen los créditos, con lo cual si fuéramos, por la vía de ejecución de
créditos, a intentar quedarnos con los activos, nos encontraríamos con
que nos encontramos sin nada, lo cual es una situación divertida. Estamos
negociando en un intento pragmático y bancario de minimizar nuestra
pérdida y de agarrar lo que podamos, lo cual, dicho así, es bastante
triste, pero es la pura y dura realidad.

Estamos negociando y probablemente llegaremos a un acuerdo, que será malo
para Banesto pero que será el mejor de los posibles y que producirá un
quebranto muy importante. Me gustaría que se conociera y que se hable
mucho de ello. Igual que se habla de la plusvalía de Asturiana, que se
hable mucho de éste. Porque, claro, éste es el otro, y es así, pero de
esto se olvida todo el mundo.

El Banco de España dijo que el quebranto se podía estimar en 25.000
millones de pesetas. Pues esos 25.000 millones de pesetas se nos van a
quedar en el primer pase y de esto nadie dice nada y se olvidará. Se
hablará de la plusvalía de la Corporación, pero de esto no. Por eso digo
que hay que levantar la tapa el último día y mirar lo que queda dentro, y
ahí aparece lo de más y lo de menos. Llegaremos a un acuerdo, que va a
ser malo, pero que va a ser el que podamos conseguir. Desgraciadamente,
esa es la situación y, además, yo creo que vamos a llegar relativamente
rápido porque nos conviene llegar rápido.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Señor Sáenz, como otras veces, le deseamos los
mejores éxitos al frente de su nueva responsabilidad del Banesto
reflotado.

Tal como usted muy bien ha dicho, la cifra es la que era, las necesidades
eran las que eran y la aportación dineraria ha sido la que ha sido, y en
función de la nueva aportación dineraria y patrimonial era obvio y
evidente que había que cambiar los gestores, para que una inyección
patrimonial tan grande como la que ha representado los casi 142.000
millones de pesetas del sector privado y del sector público estuviese en
nuevas y --esperemos y deseamos y estamos seguros de que así será--
mejores manos que en las que estuvo Banesto antes.

Usted nos ha hecho una breve pero para mí muy reveladora exposición de la
situación actual, en tres puntos: cuál era el desfase, cuál la necesidad
--creo que esto ha quedado más que claro-- y algunas razones explicativas
de orden general para entender el porqué este Banco, como otros (Crédit
Lyonnais, por ejemplo), han tenido en el mismo año percances importantes
por razón de la excesiva expansión crediticia, y no voy a insistir más en
ello puesto que está suficientemente probado y documentado en las
sesiones de esta Comisión.

Esta Comisión vela por el interés general, interés general que ha debido
aportar 142.000 millones de pesetas del erario público para solucionar
una situación en la que ha podido haber mala práctica (usted ha hablado
de prácticas insanas o inconsistentes) y quizá al final resultará también
que prácticas delictivas, pero quien tenga que dilucidarlo ya lo dirá.

Esta Comisión debe llegar hasta donde pueda en esta línea de resarcir a
la soberanía popular, al erario público, aquello que ha debido aportar
por la mala gestión de unos gestores.

Por lo tanto, mis preguntas van a centrarse en el segundo punto de su
exposición para pedir alguna aclaración de alguna de estas prácticas
insanas e inconsistentes.

En este sentido --y el señor Fernández de Troconiz ya ha entrado en el
tema-- querría preguntarle (si le parece que lo que ha dicho ya es
suficiente no me responda a eso, pero si cree que puede aportar más datos
se lo agradecería) sobre el estado actual y que hiciese un cierto
desglose de la negociación Grupo Pueyo-nuevo Banesto. Porque creo que
aquí, con lo que sabemos de Oasis y de sus empresas fantasmas o
fundaciones en paraísos fiscales, su explicación puede dar un poco más de
luz. Por lo tanto, le pido que explique usted un poco más el estado de la
negociación de la separación Grupo Pueyo-Banesto.

Sobre esta cuestión hemos probado en esta Comisión --aunque se nos ha
negado enfáticamente por parte del anterior Presidente y quisiera de
nuevo una contraprueba-- que existía, que existió pacto de recompra del
1,5 por ciento de las acciones de Oasis. Mi pregunta es, primero, ¿existe
este documento? Yo creo que sí porque lo he visto, pero usted lo debe
tener. Yo sólo lo he podido ver, usted lo



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debe tener. ¿Existe este documento? ¿Había un asiento en la cuenta de
orden para que ese documento fuese realmente operativo? ¿Existió un
asiento contable en el que se hizo efectivo? Ya sé que no, pero en todo
caso, si existió el pacto de recompra, debía haber las dos cosas, cuenta
de orden antes y asiento contable después, porque si no hay ni una cosa
ni otra, ya veremos...

Segundo bloque de preguntas. Nos gustaría saber también en qué estado se
encuentra la ejecución de otra de estas operaciones, que yo llamaría, no
ya de ingeniería financiera, sino de mero «bricolage» financiero de
aprendiz, del señor Hachuel. He leído en la prensa que en estos días
estaban pendientes de ejecución créditos. Supongo que debe haber también
una carta de negociación y de divorcio, de separación amistosa, como
usted dice, pero ¿cómo está el tema de la ejecución de los créditos del
señor Hachuel?
Perdón que vuelva hacia atrás. Respecto de Oasis, pacto de recompra y
situación del divorcio Grupo Pueyo-Banesto, explíquenos, hasta donde
usted conozca, esta situación que ya intuíamos, que ya sabíamos, que
intentábamos poner de manifiesto, pero que usted ahora, en frase feliz,
ha puesto aún más claramente de manifiesto. Es decir, los activos están
en poder de uno y los créditos están en la famosa Kieselstein Stiftung y
en todas sus empresas subsidiarias (Puffin, Yellowwodd, etcétera). Puede
usted explicar un poco más a la Comisión cómo se monta esa operativa, qué
criterio le merece a usted lo de dar créditos a sociedades, no ya
instrumentales sino fundaciones, en paraísos fiscales y sin garantías y,
claro, qué capacidad usted tiene ahora de recuperar aquellos créditos y
que estas sociedades no sean meras pantallas, meras tenedoras y que
puedan ser vaciadas, desaparecidos sus testaferros y, por tanto, el
crédito perdido. Lo digo porque el anterior presidente nos vino a decir
que eso era una minucia, e incluso algún medio de comunicación parece
ironizar sobre la insistencia de este Diputado en aclarar esa cuestión de
créditos sin garantía a fundaciones en paraísos fiscales, y usted lo
acaba de señalar muy bien: es que los activos están en unas manos y el
crédito está en otras, y éste es el «bricolage» financiero.

Estos días, en función de estas prácticas insanas e inconsistentes, se ha
producido un quebranto que ha pagado la sociedad y la comunidad bancaria,
pero que han sufrido en sus carnes los propios accionistas, y usted lo ha
recordado. En este sentido hay varias vías de resarcimiento. Está abierta
la vía de la acción social de responsabilidad, está el pliego de cargos
de Banco de España y después estará el dictamen de esta Comisión. Mi
pregunta es: ¿El banco como tal, o accionistas del banco, igual que han
hecho otros accionistas en acciones muy recientes --hablo de días--, no
se ha planteado la posibilidad de una demanda penal por posible comisión
de delitos que ha llevado a quebrantos importantes, a quebrantos en su
bolsillo particular? Lo digo porque pocos, pero parece que efectivos,
accionistas de Gran Tibidabo han conseguido grandes éxitos a través del
recurso a la justicia. Ustedes, que son muchos más accionistas y que
tienen mucho más poder, ¿no podrían conseguir éxitos parecidos?
Sobre medios de comunicación usted hizo una comparecencia específica en
esta Comisión; la tengo aquí. Nos recordó y nos enumeró detallada y
precisamente las participaciones del Banco que usted «heredaba», entre
comillas: Antena 3, «El Mundo», Telecinco, Grupo Zeta, revista «Epoca».

Me gustaría que hiciese un pequeño repaso de cómo están las cosas en
estos distintos medios, y sé de su esfuerzo por desinvertir y cuál es ese
esfuerzo. También sabe usted, como yo, como todos sabemos, que, sin
querer, está contraviniendo la normativa de nuestro país sobre televisión
privada. Me gustaría que nos ilustrase al respecto.

Sobre Banesto o Grupo Financiero, yo no le pediría mayores explicaciones
(creo que lo ha explicado suficientemente) pero sí me gustaría saber,
porque no lo he podido captar o entender, en qué consistía la operación;
es decir, se ha producido el quebranto, pero, primero, ¿cuánto se ha
perdido? (no lo recuerdo) y, segundo, ¿qué era el proyecto? En dos
palabras, simplemente.

Por último, señor Presidente, me gustaría conocer la opinión del señor
Sáenz sobre la carta de Morgan del 27 de diciembre de 1993 al Banco de
España. En mi opinión, es una carta en la que únicamente viene a decir
que a Morgan le viene muy bien continuar ganando dinero como líder de
Management, colocando inversiones de Banesto. Yo creo que no dice más que
eso, pero me gustaría contrastar mi opinión con otros pareceres, porque
aquí se nos ha dicho que aquella carta era ni más ni menos que la piedra
filosofal que explicaba que todos estaban equivocados y que los
anteriores gestores de Banesto y J. P. Morgan tenían la verdad y la razón
y que ahí lo explicitan. De la lectura atenta y repetida de esta carta yo
no saco esa conclusión, pero me gustaría saber qué conclusiones saca
usted de ella.




El señor PRESIDENTE: Señor Sáenz, tiene la palabra.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Tema Oasis. Señor Espasa,
yo, de verdad, me considero casi incapaz de explicarle, se lo digo con
absoluta sinceridad, la maraña del grupo Oasis. A mí me lo han explicado,
no le exagero, catorce veces, con papeles, y cada vez que me lo explican
lo entiendo, y cada vez que me levanto se me olvida (Risas.), porque es
complicadísimo; de verdad. Yo le mandaré una documentación exhaustiva del
tema, pero no me lo sé, y lo digo con absoluta claridad. Y no me lo sé
porque es muy complicado. Y, repito, me lo han explicado muchas veces, he
tenido bastantes reuniones, docenas de reuniones, y cuando estás metido
en el tema, lo entiendes y lo ves, porque tienes los papeles, tienes los
mapas..., pero, una vez que te marchas a casa, al día siguiente se te ha
olvidado, porque es una cosa muy complicada.

En el fondo, hay tres o cuatro ideas que son las que yo he expuesto antes
y que son las claras, al menos las que yo tengo claras, que son poquitas.

La primera idea, clarita: que yo he puesto 80.000 millones de pesetas y
que aquello vale 50.000, y que me ponga como me ponga voy a tener un
quebranto impresionante. Segunda: que no tengo acciones legales claras
más que los típicos declarativos, larguísimos, sobre sociedades que
además no están domiciliadas



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en España, están domiciliadas en Méjico, en Jersey..., y no hace falta
ser muy listo para darse cuenta de que yo me jubilo antes de que salga
algo en limpio de todo esto. Y tampoco hace falta ser muy listo para
darse cuenta de que me llega la jubilación y lo que pueda ganar no me
vale para nada, porque no voy a coger ni un duro, y yo entiendo que, en
beneficio de mis accionistas, tengo que agarrar lo que pueda, y por eso
tengo que pactar, aunque, en el plano de los fueros, es bastante
desagradable tener que ceder o tener que aceptar una situación de ese
tipo, en la que uno se siente engañado. Porque luego hay una reflexión
que en este tema (en este y en algunos otros de Banesto) nosotros nos
hacemos, y es la siguiente: hay veces que se da un crédito a una empresa,
que la empresa va mal, que pierde dinero, que el mercado no va, y este
señor de alguna forma no te puede pagar porque lo ha perdido: lo ha
perdido en una mala inversión, lo ha perdido en un mal negocio, lo ha
perdido porque le ha salido mal. Pero es que hay otros casos, y son
numerosos en Banesto, en los que el dinero no se ha perdido. Simplemente,
ha desaparecido, que es distinto; alguien lo tiene, no se ha perdido;
alguien lo tiene o alguien, diríamos, se ha aprovechado de él. Y eso es
un poco lo que a todos nos lleva los demonios, hablando en plata. Pero
luego hay que apaciguarse, hay que tranquilizarse, hay que ponerse frío y
decir: Bueno, ¿qué posibilidades tengo yo en este tema de sacar algo?
Pocas y, por tanto, no tengo más remedio que hacer pactos. Esa es la
síntesis.

Por curiosidad intelectual, si S. S. quiere saber eso, yo se lo mandaré
entero, pero le va a pasar igual: cuando lo lea lo va a entender, y al
día siguiente se va a volver a olvidar, porque es complicadísimo, es una
cosa muy complicada. Yo tengo papeles y ayer, preparando esta
comparecencia, pensé en traérmelos, pero dije: no me los voy a llevar
porque no voy a saber explicarlos, me voy a atrancar, va a llegar un
momento en que tenga que decir que de tal cosa no me acuerdo. Perdonen,
pero es así.

¿Existió pacto de recompra? Evidentemente; el pacto de recompra está,
está escrito, está firmado y está absolutamente formalizado; lo que
ocurre es que no está contabilizado. Un pacto de recompra es una
obligación, aunque sea una obligación contingente en el sentido de que la
otra parte la puede ejecutar o no. Como ocurre con un aval técnico que se
da a una constructora; es una obligación contingente que no
necesariamente hay que ejecutar. Muchas veces los avales desaparecen
porque sucede que las cosas no dan lugar a más, pero esa contingencia hay
que contabilizarla. Si yo hago un pacto de recompra, lo tengo que apuntar
en algún sitio; es decir, que cuando venga mi auditor tiene que saber que
yo he dado una carta con un pacto de recompra, y eso, técnicamente, se
suele hacer en cuentas de orden, pero, es lo mismo donde se haga, al
final hay que apuntarlo porque es una obligación contraída por la
sociedad que en un momento determinado recae sobre la sociedad y puede
producir un quebranto, y eso incluso se valora cada año. Si, por ejemplo,
yo doy un pacto de recompra a 5.000 pesetas y la cotización está a 3.000,
el auditor me dirá: de entre sus obligaciones que no son de cuenta de
resultados hay una contingencia por 2.000 pesetas por acción, y como esto
le puede caer a usted y tiene un millón de acciones, son 2.000 millones.

Ese pacto no estaba contabilizado en Banesto y no lo estaba porque no
podía estarlo; si estuviera contabilizado ya no tendría emoción (Risas.),
ya no se podía conseguir el efecto previsto, el efecto querido. Porque
eso es un parking. El Banco de España, como saben ustedes, en un caso de
este tipo lo que hace es, si se hace a través de un crédito, obliga a
dotarlo, y la venta de las acciones la descuenta de los recursos propios;
es decir, es como si fuera autocartera. Por tanto, si se contabiliza, uno
enseña... Y no se contabiliza.

Como esta opción de compra después no se ejercitó, porque probablemente
se compensó de otra forma, no está el asiento contable de su ejercicio.

Si se hubiese ejercitado, tampoco hubiese aparecido ese asiento;
probablemente hubiese sido un asiento de autocartera, de compra de
propias acciones si se hubiese hecho directamente por Banesto, y si se
hubiese podido instrumentar cualquiera sabe lo que se podría hacer hecho.

Tercer pregunta: estado de la ejecución del asunto de Hachuel. Los temas
de Hachuel se están ejecutando a medida que van venciendo los créditos,
porque esto son créditos y como tales tienen su vencimiento, de interés o
de principal, y no se puede, digamos, poner en marcha la máquina
ejecutoria hasta que se incumplen. Yo ya sé de algunos que se van a
incumplir, pero con mi presunción de incumplimiento no vale para ir donde
el juez a ejecutar un crédito. Hace poco se ejecutó el de Servifilm; esto
tiene una mecánica. Todavía no nos hemos hecho con las acciones de
Telecinco, o sea que todavía no estamos incumpliendo la ley;
probablemente la incumpliremos dentro de poco tiempo, pero hoy estamos
limpios. (Risas.) Cuando ese crédito se ejecute, estaremos en una
situación formal de incumplimiento que habrá que comunicar a las
autoridades correspondientes. Esto pasa en muchos casos en los bancos
como consecuencia de este tipo de cosas. No hay ningún pacto con Hachuel
ni ninguna conversación tendente al pacto, entre otras razones porque
tenemos la indicación de que no está dispuesto a dar una peseta más de
los bienes que ha puesto en garantía, que son los que son, pocos en
relación con el volumen total de los créditos, muy pocos, y ahí se va a
producir un quebranto muy importante. Por cierto, que también apunte
alguien, al lado de las acciones de Asturiana, el quebranto de Hachuel,
pero como digo, no hay ningún tipo de conversación. Ahí sí tenemos, a
diferencia del caso de Oasis, garantías concretas. Lo malo es que son
garantías que son muy insuficientes, son una serie de casas que no valen,
ni de lejos, el importe de los créditos. Las ejecutaremos, nos quedaremos
con ellas, las venderemos y nos resarciremos parcialmente.

¿Nos han planteado algunos accionistas la acción penal? La verdad es que
no. Yo no digo que no exista un cierto «tam tam» de que sería deseable,
por algún mecanismo, que se abriera una investigación o un sumario, me
parece que se llama (yo soy licenciado en Derecho, pero no soy abogado y
no me manejo muy bien desde hace muchos años); que se abriera algo en el
tema penal. De hecho, entiendo que el Banco de España está enviando al
Fiscal General toda la documentación de la inspección y las actuaciones



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posteriores, un poco en la idea de que sea el propio Fiscal quien abra
ese caso penal o ese sumario. No tenemos nada más. Así como la acción
civil de responsabilidad sí fue pedida de forma, diría, mayoritaria y
repetidísima por los accionistas en la Junta General, los temas de acción
penal son una especie de rumor general, pero no hemos tenido peticiones
específicas en ese sentido.

¿Cómo están las cosas en los medios de comunicación? Hombre, están mal,
porque hemos vendido lo fácil y no hemos vendido nada de lo gordo; lo
gordo básicamente es Antena 3 y Tele 5. Las demás pequeñas operaciones
que teníamos las hemos ido quitando de en medio, pero eso no es
sustantivo. Mucho más no puedo decir. Estamos en conversaciones y estamos
siendo activos, pero el tema no es fácil. De hecho no hemos conseguido
nada todavía, aunque lo que sí quiero es, de alguna forma, volver a
insistir en una idea que me ha llegado en algún momento por algún tipo de
información, y es que Banesto estaría dispuesto a conservar un porcentaje
minoritario. Eso es absolutamente falso. Por favor, que quede totalmente
claro. Banesto está dispuesto, si aparece alguien por la puerta --y yo
tengo poderes para hacerlo--, a firmarle ahora mismo la venta de todo el
paquete accionarial y crediticio de las dos cadenas. Como tengo poderes,
lo firmo ahora mismo; ni el diez, ni el nueve, ni el ocho, ni el siete,
ni el seis, ni el cinco, ni el cuatro, ni el tres ni nada; o sea, cero,
no nos vamos a quedar con nada. Por favor, que quede suficientemente
claro.

Banesto Grupo Financiero, ¿qué es? ¿Cuántas pérdidas se han producido en
Banesto Grupo Financiero? Calculo que se van a perder entre 18.000 y
20.000 millones, quizá un poco menos. Ahora estamos negociando con los
bancos italianos, dado que ellos son mayoritarios en el proyecto, que
están en Italia y que el tema es italiano, para que se queden con el
tema; para nosotros es muy difícil gestionarlo. Calculamos que si se
quedan ellos con nuestra parte tendremos unas pérdidas de ese orden.

¿Cuál es la naturaleza del proyecto? Es un desarrollo inmobiliario,
hablando en términos, digamos, simples. Para ser exactos hay dos
proyectos en Italia. Hay un desarrollo inmobiliario, que es en el que
creemos que vamos a tener las pérdidas; es un desarrollo inmobiliario
complejo, porque tiene parte inmobiliaria y parte de terrenos, con
recalificaciones en la comuna de Roma; es un lío inmobiliario. Pero, para
entendernos, es un tema inmobiliario. Luego hay una segunda parte que es
una financiera, pura y simple, y eso es sencillo. Es una financiera que
se dedica a financiación de automóviles y de bienes de consumo, que, por
cierto, no va mal. No es éste, digamos, el objeto del problema. El Grupo
Financiero tiene las dos patas y el problema es en el tema inmobiliario.

¿Cuál es mi opinión sobre la carta de Morgan de 27 de diciembre? Dicho en
lenguaje un poco castizo, es un brindis al sol; no dice nada. No hay que
hacer más que leérsela con un poquito de cuidado para darse cuenta de que
no dice nada, ni se compromete a nada.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Espasa.




El señor ESPASA OLIVER: Respecto a su capacidad para olvidar la
complejidad de Oasis, la compartimos, señor Sáenz. A mí también me cuesta
mucho recordar los esquemas que me hago y los mapas, como usted dice, que
hay que hacerse para entender la cronología de los créditos, el circuito
de los créditos y el destino final. Pero creo que hoy usted ha añadido
una precisión muy importante, que es esta separación --al menos este
Diputado no había acabado de entender eso que es importantísimo-- entre
crédito y activo; eso aún da más la clave de por qué se hacía toda esta
operativa y por qué esta obsesión de los antiguos gestores de Banesto de
los intercambios accionariales con sociedades, para llamarlas
piadosamente, de flujos futuros descontables.

Quisiera repreguntarle sobre el tema de los medios de comunicación. Usted
ha sido muy claro, pero me ha contestado sólo de Telecinco, y si mis
datos, que son los suyos, no fallan, ustedes no sólo incumplen la
normativa en Telecinco, sino también en Antena 3, porque entre lo que
tenían, 24,9 por ciento, y la ejecución del crédito Renvir, otro 24 por
ciento, están ustedes en el 50.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Nosotros también incumplimos
la norma.




El señor ESPASA OLIVER: Y el 12 por ciento del «put» de Bank of America
para el Grupo Zeta cómo está?



El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): El 12 por ciento nos lo
ejercitó el Bank of America en el mes de enero, me parece que allá por el
día 12. Fue uno de los primeros sustos que me pegué yo en Banesto, que me
vino un «put» del Bank of America y lo tuvimos que comprar. Es decir, en
este momento nosotros tenemos el 12,5 por ciento del Grupo Zeta por
ejecución del «put» del Bank of America las primeras semanas de enero.

Nosotros hemos vendido el cuatro y pico que teníamos de «El Mundo»; creo
que ha sido lo único que hemos vendido. Lo que teníamos en «Epoca» no
hemos podido venderlo, y lo de Telecinco y Antena 3 tampoco.

Efectivamente, y lo digo con un poco de retintín, nosotros también
incumplimos la Ley de Televisión, porque tenemos el 25 por ciento.

¡Hombre!, estamos potencialmente en situación de incumplimiento, tampoco
la incumplimos, porque tenemos un crédito concedido a una sociedad que no
es nuestra y que tiene garantía de esas acciones, y si ejecutáramos el
crédito y nos hiciéramos con las acciones estaríamos en caso de
incumplimiento. Eso es un poco lo que se va a producir próximamente en el
caso de Telecinco.




El señor ESPASA OLIVER: Quería preguntarle por «Epoca», pero usted ya lo
ha mencionado. Por tanto, creo que los hemos repasado todos. Nada más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Sánchez i Llibre.




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El señor SANCHEZ I LLIBRE: Agradezco la comparecencia de don Alfredo
Sáenz a la Comisión de seguimiento de Banesto, pues con su intervención,
tal como ha hecho en otras ocasiones, ha ayudado a clarificar la
actuación del Banco de España en su intervención a «esto», como lo
llamaba antes el ilustre portavoz del Grupo Popular --la entidad
financiera Banesto--, así como la actuación del equipo gestor que ha
entrado en la nueva dirección de esta entidad financiera. Para nosotros
es importantísimo definir el marco general y, tal como lo definió ayer el
Director General de la Inspección, el señor José Pérez, y hoy don Alfredo
Sáenz, está clarísimo que el Banco Español de Crédito existía, al 28 de
diciembre de 1993, un quebranto patrimonial de 605.000 millones de
pesetas, ocasionado básicamente por la deficiencia de coberturas de
provisiones de crédito, que ascendían a 281.000 millones de pesetas; por
unas minusvalías de carteras de valores, que ascendían a 185.000 millones
de pesetas; por unos 42.000 millones de pesetas correspondientes a gastos
activados de pérdidas, 77.000 millones de pesetas correspondientes a
fondos de pensiones, y 20.000 millones de pesetas que eran las pérdidas
ocasionadas en el ejercicio del año 1993. Todo este conjunto ascendía a
la cifra total de 605.000 millones de pesetas, que, restándoles los
recursos propios de la entidad, arrojaban una quiebra técnica de la
entidad que ascendía a 246.000 millones de pesetas, que fueron la excusa,
por decirlo de alguna manera, por la que el Banco de España intervino al
Banco Español de Crédito.

Para nosotros ésta es la razón fundamental, y creemos que esto es lo que
ha de quedar muy claro, porque también explica el comportamiento del
Banco de España. Sabemos --después usted también lo ha añadido en su
intervención-- que, a raíz de esta intervención por esta quiebra técnica
de la entidad, usted calificaba la gestión de los anteriores gestores del
Banco Español de Crédito como incorrecta, heterodoxa, mala y equivocada,
y yo añadiría, a estas matizaciones que ha hecho usted de imprudente y
temeraria, la de peligrosa, y digo peligrosa porque, en definitiva, esta
quiebra técnica de la entidad empezaba a poner en peligro los depósitos
de todos los clientes que habían confiado en ella.

Por lo tanto, por lo menos nuestro Grupo de Convergència i Unió piensa
que valdría la pena manifestar, como ya dijimos en la comparecencia del
ex presidente del Banco Español de Crédito, don Mario Conde, que, si no
era un error o una equivocación, sí podríamos calificar su gestión como
imprudente, temeraria y peligrosa. Y los datos que usted nos ha dado hoy
y la comparecencia del señor don José Pérez, Director General de la
Inspección del Banco de España, así lo demuestran.

Respecto a las operaciones especiales, creo que ha quedado perfectamente
clarificado en las intervenciones de los portavoces que me han precedido
en el uso de la palabra que llevaron a quebrantos importantes a la
entidad en el grupo Oasis, en el grupo Dorna, en el grupo Hachuel, en el
grupo Euman Valyser, etcétera. Lo que no nos ha quedado demasiado claro,
desde el punto de vista de la gestión por parte del anterior equipo
gestor, fue la operación Dorna. A nosotros siempre nos ha llamado
muchísimo la atención que, en un momento determinado, Banesto comprará
unas acciones, concretamente el 40,5 por ciento, a Dorna Promoción del
Deporte, con una plusvalía del 800 por ciento, ascendiendo a una cantidad
de 8.150 millones de pesetas; que por el centro comercial Concha Espina
se aplicara una valoración que correspondería a un incremento del valor
teórico contable de las acciones del 3.550 por ciento, ascendiendo dicha
cantidad a 1.776 millones de pesetas y que por el 50 por ciento de
Oil-Dor se pagara una plusvalía correspondiente al 3.300 por ciento,
equivalente a 6.000 millones de pesetas. Toda esta operación supuso unos
pingües beneficios para el vendedor de dichas acciones, en este caso el
señor García Pardo, que en comparecencia en esta Comisión, reconoció unos
beneficios importantes que ascendían a 15.931 millones de pesetas.

Este Diputado, cuando compareció el señor Mario Conde le detalló
específicamente dichas operaciones, dichos datos, y él dijo que esto se
debía a una economía libre de mercado, que cuando el empresario invierte
ha de contar con unos beneficios importantes. Pero a nosotros nos llama
muchísimo la atención que Banesto, solamente en base a unas valoraciones
que hizo una empresa determinada --y algún Diputado les ha pedido a
ustedes la copia de estas valoraciones--, pudiera pagar plusvalías tan
importantes y en algunos casos con empresas que prácticamente, según el
informe del Banco de España, están en quiebra.

También nos gustaría saber si nos podría definir en este momento la
composición actual, después de la OPV, del capital del Banco Español de
Crédito y si el ex presidente de dicha entidad acudió a esta oferta
pública de acciones y el porcentaje determinado.

Respecto a las participaciones del Banco Español de Crédito en medios de
comunicación, que creo que usted en su anterior comparecencia las
calificó de intolerables e inadmisibles dentro de una práctica bancaria
normal y corriente, quisiera que supiera que cuando hice esta apreciación
al ex presidente del Banco Español de Crédito me confirmó que justamente
había hecho este montante importante de inversiones en medios de
comunicación porque estaba convencidísimo de que estas inversiones
conllevarían una gran rentabilidad por la entidad, lo que después de su
intervención, vemos que es a la inversa.

Por último, le quiero felicitar a usted concretamente, como Presidente de
la entidad, y a su equipo gestor. Pensamos que les queda un largo camino
que recorrer, seguramente con muchos obstáculos, y queremos desearles
mucha suerte, porque estamos convencidos de que les va a hacer falta,
para que el Banco Español de Crédito deje de ser esto y vuelva a ser una
gran entidad financiera, como era en épocas anteriores.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Sáenz.




El señor PRESIDENTE DE BANESTO (Sáenz Abad): Efectivamente, en Dorna hay
una compra por parte de la Corporación del 40,5 por ciento. Esta sociedad
tenía un valor neto patrimonial en octubre de 1990, cuando se



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compra, de unos 1.000 ó 1.100 millones de pesetas y se paga por el 40 por
ciento de la sociedad, no por toda, 8.150 millones de pesetas. Esto se
apoya en una valoración de American Apraisal por el método --que nosotros
llamamos un poco divertidamente-- de flujos futuros estimados
descontados, que es una forma de decir que el papel lo aguanta todo.

(Risas.)
¿Qué calificación doy al tema? No le doy calificación. Usted me ha hecho
ahora la referencia de que el anterior Presidente decía que en una
economía de mercado las inversiones bien hechas dan pingües dividendos.

Yo diría, como decía «La Codorniz», que era una revista que los que somos
ya un poco mayores conocemos, que más que dividendo daba multiplicandos.

(Risas.)
Lo mismo tengo que decir de Oil-Dor. Es un poco parecido. Se paga el 50
por ciento de Oil-Dor, seis mil millones de pesetas; es una sociedad con
un capital de 400. Aquí se paga la mitad en acciones de Banesto, lo cual
puede, de alguna forma, amparar determinados tipos de «parkings», pero,
en definitiva, nos pongamos como nos pongamos, Oil-Dor tenía un neto
patrimonial de 36 millones de pesetas y repito que por el 50 por ciento
se pagan seis mil millones. También es otro multiplicando.

¿Justificación? No tiene ninguna.

El tema del centro comercial Concha Espina es un poco más complicado,
pero en definitiva, responde a los mismos esquemas.

¿Cuál es la composición actual después de la OPV? La verdad es que, en
estos momentos, todavía no he visto la lista definitiva de accionistas.

Tengo la información de que han acudido a la OPV el noventa y muchos por
ciento, el noventa y cuatro por ciento, aproximadamente, de los
accionistas y también tengo entendido que el anterior presidente ha
acudido por la vía de una previa venta de acciones, de un pico, lo que se
llama digamos «operación blanca», que es vender viejas para comprar
nuevas. Y entiendo que ha vendido un número de viejas necesario para
financiar las cuatrocientas pesetas por acción. Aproximadamente, eran
seis millones de acciones, menos, más o menos, el 20 por ciento, que es
lo que le habrá hecho falta vender, significa que ha tenido que vender un
millón doscientas o un millón trescientas, con lo cual nos ponemos en
cuatro ochocientos millones; cuatro ochocientos más dos cuatrocientos,
que es la OPV, serían siete doscientos, que sobre seiscientos quince
millones de acciones, que es el total de acciones del banco, es un poco
más del uno por ciento. Esa es la posición accionarial resultante del
anterior presidente. Creo que ésa era la pregunta que se ha hecho. Más o
menos por ahí van los tiros. No lo preciso, pero no se separará mucho de
esta cifra.

Participación en medios de comunicación. Nadie tiene la bola de cristal.

Yo no sé si la participación en los medios de comunicación, en los
importes y en los volúmenes que tiene Banesto, son rentables. Lo que yo
sí digo y constato es que es una inversión que se hace el año 1991 y que
1991, 1992, 1993, 1994 y probablemente 1995 y 1996 es una inversión
pesadísima, de rendimiento cero. Eso es evidente, no da dividendos y no
hay plusvalías. Y eso, en un banco, que tiene, de alguna forma, que
optimizar el rendimiento de unos activos en un momento en que está débil
--y no digo ahora, estaba débil el día 27 de diciembre--, no parece que
es lo más sensato. Repito, aquí no se trata de una especie de
confrontación, de ver quién tiene razón, de si tal cadena va a ser
rentable o no. No es ése el problema. Igual es un día rentable. El
problema es otro. El problema es si una entidad financiera, en la
situación en que se encontraba, no digo el 28, el 25 de diciembre de
1993, es sensato, es prudente, se ajusta a las buenas prácticas, que son
conservadoras, como tienen que ser siempre las buenas prácticas de un
banco, si es sensato que meta ese montonazo de miles de millones de
pesetas en un negocio que sabe perfectamente bien que en los próximos ene
años, siendo ene más de cuatro, no le va a dar ni una peseta de
rendimiento. No es sensato. Punto. Dentro de unas reglas ortodoxas que,
repito, siempre son conservadoras, y deben serlo así, en un banco. Ese es
simplemente mi argumento. No quiero ir más lejos y no quiero entrar en la
discusión de si la cadena A o la cadena B va a ser o no rentable. Creo
que eso es irrelevante para lo que estamos diciendo.

Agradezco muchísimo al Diputado los buenos deseos que nos ha transmitido
de éxito, que nos harán falta.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sáenz, y gracias también por su
estimable colaboración para los trabajos de esta Comisión, que le vuelve
a expresar, como ya lo hiciera en la declaración de primero de junio de
este año, los mejores deseos de éxito.

Muchas gracias.

Se levanta la sesión.




Eran las doce y quince minutos del mediodía.