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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 88, de 13/12/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 88
CONTROL PARLAMENTARIO RTVE
PRESIDENTE: DON JUAN CARLOS GUERRA ZUNZUNEGUI
Sesión núm. 6
celebrada el lunes, 13 de diciembre de 1993



ORDEN DEL DIA:
Comparecencias:
--Del señor Director de Radio Nacional de España, RNE (Diego Carcedo),
para informar sobre la programación de RNE, S. A., en el último trimestre
del año 1993 y la previsión para el año 1994. A solicitud de don Juan
Carlos Vera Pro (Grupo Parlamentario Popular) y 14 Diputados. (Número de
expediente 212/000328) (Página 2742)
--Del señor Director de Televisión Española, TVE (Colom Esmatges), para
informar sobre la programación de TVE, S. A., en el último trimestre del
año 1993 y previsiones para el año 1994. A solicitud de don Juan Carlos
Vera Pro (Grupo Parlamentario Popular) y 14 Diputados. (Número de
expediente 212/000329) (Página 2752)
--Del señor Director General del Ente Público, RTVE (García Candau), para
informar sobre los planes que en estos momentos contempla en relación a
Televisión Española (TVE) y las conversaciones que ha mantenido
recientemente con diversos Presidentes de Comunidades Autónomas. A
solicitud de don Juan Carlos Vera Pro (Grupo Parlamentario Popular) y 14
Diputados. (Número de expediente 212/000367) (Página 2767)



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Se abre la sesión a las cuatro y cincuenta minutos de la tarde.




El señor PRESIDENTE: Señoras y señores Diputados, en primer lugar, quiero
agradecer a los servicios de la Cámara que, por fin, estemos en una sala
que no tiene los inconvenientes que hemos padecido en otras ocasiones en
la sala de arriba. De todas maneras, la sonoridad, como ya se ha dicho en
otras comisiones, no es excesivamente buena, por lo que ruego el mayor
silencio cuando intervengan tanto los directores de Radio Nacional de
España o Televisión Española como el Director del Ente Público RTVE, así
como alguno de los señores Diputados.




COMPARECENCIAS:



--DEL DIRECTOR DE RADIO NACIONAL DE ESPAÑA (Diego Carcedo), PARA QUE
INFORME SOBRE LA PROGRAMACION DE RNE, S. A., EN EL ULTIMO TRIMESTRE DEL
AÑO 1993 Y LA PREVISION PARA EL AÑO 1994. A SOLICITUD DE DON JUAN CARLOS
VERA PRO (GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR) Y 14 DIPUTADOS. (Número de
expediente 212/000328.)



El señor PRESIDENTE: En primer lugar, en el orden del día figura la
solicitud de comparecencia del Director de Radio Nacional de España ante
la Comisión de Control para que informe sobre la programación de Radio
Nacional en el último trimestre de 1993 y la previsión para el año 1994.

Esta solicitud de comparecencia se ha efectuado por el diputado don Juan
Carlos Vera Pro, del Grupo Popular, y catorce diputados.

Señor Director General, tiene la palabra.




El señor DIRECTOR DE RADIO NACIONAL DE ESPAÑA (Diego Carcedo): Gracias,
Presidente.

Debo decir que esperaba responder a preguntas. Creía que, como ocurrió
otras veces, sería el Director General de Radiotelevisión Española quien
explicaría las líneas generales de la programación de Radio Nacional de
España; pero, dentro de lo que cabe, trataré de responder a esta cuestión
global.

Radio Nacional de España, como SS. SS. saben, está dividida en varias
cadenas y también en una red de 61 emisoras y delegaciones distribuidas
por toda España. La programación de estas cadenas, cuatro con ámbito de
cobertura nacional, una de cobertura regional y una internacional, la
hemos concebido globalmente. Tenemos, como SS. SS. saben, dos emisoras
especializadas (Radio-2 y Radio-3, que yo definiría de carácter
cultural), dedicadas íntegramente a la música; en el caso de Radio-1,
dedicada a la música clásica, y Radio-3, a la música moderna, pero
funcionando también dentro de unos planteamientos de música seleccionada,
respondiendo al interés musical estrictamente de las composiciones
modernas que en esta cadena se ofrecen.

Radio Exterior de España, por irnos quizá a la parte más alejada y menos
conocida en España, intenta llegar con sus emisiones a 83 países de
diferentes continentes, que es lo que abarca su ámbito de cobertura, a
través fundamentalmente de una emisión ininterrumpida en castellano
durante 24 horas al día, que está estructurada, sobre todo en torno a lo
que llamamos el servicio mundial de Radio Exterior de España, en
programas de una hora, dedicados en parte a información permanentemente
actualizada y el resto a programación de carácter cultural, turístico,
deportivo; en fin, en líneas generales, una programación que tiende a
ofrecer a los oyentes que están en el extranjero la realidad española de
cada momento. Esta programación se completa también con emisiones diarias
en inglés, francés, ruso, alemán y árabe. Hay emisiones semanales,
además, en portugués, para Brasil, y en sefardí dirigidas a Israel. Toda
la programación está orientada conforme a los usos horarios de cada área
geográfica a la cual va dirigida, pensando siempre en el interés que
pueda ofrecer también en aquellas latitudes. Una prueba evidente del
interés que despierta Radio Exterior de España en el extranjero lo han
reflejado estos días todos los medios de comunicación con la incidencia
que nuestra programación ha tenido, concretamente, en Guinea Acuatorial
durante todo el período de elecciones que allí se ha desarrollado. Por
otra parte, también, Radio Exterior de España mantiene programas
semanales en las otras lenguas del Estado español: en euskera, catalán y
gallego. Así, tratamos de acercar a los españoles a través de sus lenguas
maternas con la programación que Radio Exterior ofrece.

La programación de Radio Exterior está dirigida, fundamentalmente, por
una parte, a los españoles residentes en el extranjero. Tiene también una
importante incidencia en los españoles que están trabajando en el mar,
los que están faenando en las costas más alejadas de España, a donde no
llegan las emisiones convencionales de Radio-1 y Radio-5, e, igualmente,
por supuesto, en todos aquellos extranjeros que, bien por el interés que
les despierta nuestro idioma o bien por el interés que les despierta
nuestra cultura o nuestro país, están interesados en todo aquello que
genéricamente podríamos describir como España.

Nos quedan las tres emisoras digamos de carácter convencional. Radio-4 es
una emisora de ámbito regional en Cataluña, que desarrolla una
programación en catalán; hoy precisamente cumple 17 años. Es una
programación de carácter general, con la que trata de contribuir no sólo
al desarrollo y al mantenimiento de la lengua catalana, sino también a
proporcionar, en esta lengua, todo aquello de interés en la actualidad
catalana para el ámbito catalán.

Radio-5, que hasta ahora tenía, y todavía tiene, un carácter
estrictamente comercial, está dejando de tener este interés desde el
momento que ha dejado de ofrecer publicidad. Entendemos que ya no se
justifica una emisora con una programación de carácter comercial como la
que venimos ofreciendo, y en estos momentos los servicios de
planificación de Radio Nacional de España



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trabajan para la puesta en antena en fecha breve --todavía no podemos
concretarla-- de una programación dedicada íntegramente a la información.

Entendemos que hay un vacío dentro de la amplia oferta que tiene la
radiodifusión española en el ámbito de la información, salvo en Cataluña,
donde sí existe ya una emisora especializada en este sentido. Creemos que
no existe una radio de las que comúnmente se conocen en el extranjero
como all news y precisamente queremos convertir a Radio-5 en una radio de
esta naturaleza, con oferta de noticias las 24 horas del día, debidamente
actualizadas de forma continua.

Finalmente Radio-1 es lo que podríamos describir como Radio Nacional de
España por antonomasia. Ha estructurado su programación, así la viene
ofreciendo desde el comienzo de la nueva temporada de radio --comienza
generalmente en septiembre-- y proyectamos seguir haciéndolo en los
próximos meses, a lo largo de toda la temporada. Esta programación tiene
como objetivo permanente y fundamental, igual que el resto de las
emisoras de Radio Nacional, el servicio público de radio, estructurado
sobre la base de dos ideas fundamentales: la información y el seguimiento
de la actualidad. Además, todo ello con una importante componente de
atención a la actividad cultural y, por supuesto, a todo aquello que
pueda representar el servicio público para la audiencia. Entendemos que
un servicio público de radio tiene que partir de tener una amplia
cobertura nacional, y Radio-1 la tiene --cubre prácticamente todo el
territorio nacional--, y de ofrecer un atractivo en su programación que
haga que ese servicio público pueda llegar, cada día más, a un número
creciente de oyentes. Creemos que eso se está consiguiendo y las líneas
generales que ofrece la programación las podríamos dividir en tres
bloques.

Uno está vertebrado por los servicios informativos; hay servicios
informativos en todas las horas del día --hablo de servicios informativos
de carácter general-- y con cuatro grandes informativos o diarios
hablados, que cubren fundamentalmente las primeras horas de la mañana,
entre las seis y las nueve, lo que se conoce como «España a las seis»,
«España a las siete» y «España a las ocho», que son, como es sabido por
SS. SS., justamente las horas en que la audiencia tiene mayor interés por
la información. Después de todas las horas de sueño no cabe duda que
todos nos despertamos con una especial necesidad por saber qué ha
ocurrido durante todas estas horas en que hemos estado durmiendo, de ahí
que nuestra oferta en este aspecto se mantenga y queramos seguir
mejorando en la medida que nos sea posible esta información entre las
seis y las nueve. Igualmente tenemos, por supuesto, informativos de
carácter general entre las dos y las tres de la tarde, entre las ocho y
las ocho y media de la noche y entre las once y las doce y media de la
madrugada.

El ritmo que seguimos en información comienza, como les decía, a las seis
de la mañana con resúmenes --repetitivos además-- de la información
general, procurando ofrecer, por otra parte en directo, no solamente
todas aquellas noticias que se estén produciendo sobre la marcha sino
también a través de llamadas telefónicas y de entrevistas en directo, con
un desarrollo de la información en vivo de todo aquello que ofrezca un
interés especial. Buscamos que el desarrollo y el análisis de la
información la ofrezcan los propios protagonistas de esta información.

A partir de las nueve de la mañana entramos en uno de los tres grandes
magacines en que también se estructura la programación de Radio-1. Es un
magacín que esta volcado fundamentalmente a la actualidad y que comienza
con «Los desayunos de Radio-1», en los que se procura que uno de los
protagonistas de la actualidad de la jornada desarrolle el análisis de la
información del día, aparte de todo aquello que dentro de su especialidad
o de su campo pueda ofrecer un interés para el oyente.

El ciclo informativo se reanuda de nuevo a la una de la tarde, comenzando
por la información local y territorial, aquello que de hecho nos es más
próximo, aquello que conforme a la ley más elemental del periodismo es lo
que nos ofrece un interés más inmediato. En este sentido, Radio Nacional
de España intenta, en todas sus cadenas pero especialmente en la 1 y en
la 5, intensificar cada día más la atención a la información local y
territorial, porque entendemos que ofrece un interés creciente, muchísimo
más teniendo en cuenta el desarrollo autonómico de nuestro país, la
política de nuestro país. Entre las dos y las tres continúa este
desarrollo con la información general, que abarca todos los géneros de
información para el interés de la audiencia: política, cultura,
deportiva, económica, etcétera. Entre las tres y las cuatro mantenemos el
programa «Las cosas como son», en el que diferentes especialistas en
distintas cuestiones, fundamentalmente políticas, sociales, económicas y
religiosas, desarrollan, en una fórmula de debate abierto, la actualidad
del día y también todas aquellas cuestiones de carácter general que
puedan resultar de interés para una audiencia especializada. Entre las
cuatro y las cinco mantenemos un programa muy popular, muy conocido de
todo el mundo, con una gran implantación, «Clásicos populares», que
creemos está prestando un excelente servicio para dar a conocer y
promover el interés por la música culta, por la música clásica
especialmente; es un programa que consideramos de relax, aparte de su
interés de carácter cultural, que da paso, a partir de las cinco, a un
programa dedicado íntegramente al seguimiento de la actualidad en
directo, «Edición de tarde», que se prolonga hasta las ocho, en el
transcurso del cual no solamente se realizan entrevistas y reportajes de
desarrollo de la información y de la actualidad de la jornada, sino que
también se hace un seguimiento en directo no ya de todo lo que ha
ocurrido en las ocho horas precedentes sino de todo aquello que está
ocurriendo.

El informativo entre las ocho y las ocho y media es un resumen en el que
se sintetiza toda la información de la jornada, que intenta poner al día
a todas las personas que en ese momento están regresando a casa desde el
trabajo, a todas las personas que se van a ir al cine, que van a realizan
cualquier otra actividad de diversión en las horas nocturnas, a las que
intentamos llevar la actualidad a



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través de esta información, tras la que comienza un ciclo de información
especializada, entre las ocho y media y las diez, con «Radiogaceta de los
deportes», programa decano de la radio deportiva española, dedicado
íntegramente a los deportes. A las diez, después del «Boletín
informativo», tenemos también unos minutos para la información taurina,
de alto interés para un creciente número de aficionados a los toros en
España. Entre las diez y diez y las once de la noche tenemos otro
programa especializado, asimismo de actualidad y de información, que es
«El ojo crítico». «El ojo crítico» --creo que SS. SS. lo conocen-- hace
un año fue galardonado con el premio «Ondas» de radiodifusión. Creemos
que está cumpliendo una labor muy importante de difusión de la actividad
cultural, no solamente en nuestro país sino en todo el mundo, y por ello
intentamos potenciarlo y cuidarlo más cada día.

Entre las once y las doce y media, el programa «24 Horas» es un resumen
informativo desarrollado de todo lo acontecido en la jornada, pensado
para todas aquellas personas que se van a acostar y quieren hacerlo
sabiendo todo aquello que ha ocurrido. Después entramos en otra hora de
programación yo diría que de entretenimiento, «Noches de amor», para, a
continuación, seguir con otro de los magacines de programación de
entretenimiento en los cuales se estructura Radio-1. Finalmente, entre
las cinco y las seis ofrecemos un programa dedicado exclusivamente a la
música moderna española, con el cual realmente lo que pretendemos es
ayudar a que nuestros oyentes se despierten yo diría que con buen humor y
a que lleven mejor los timbrazos del despertador.

Yo sintetizaría el resumen global de la idea que preside la programación
actual y para esta temporada de Radio-1 como una programación que intenta
lograr un servicio que llegue cada día a un mayor número de oyentes,
pero, eso sí, cuidando mucho el que estos oyentes respondan a lo que
nosotros, en el argot profesional, denominamos como el estándar de Radio
Nacional de España en cuanto a rigor y a calidad y que en ningún momento
caigamos en ese intento de conseguir audiencia a cualquier precio.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Carcedo.

A continuación, en primer lugar, intervendrá el Grupo Popular y después
los grupos de menor a mayor.

Por el Grupo Popular el señor Peñalosa tiene la palabra.




El señor PEÑALOSA RUIZ: Esta comparecencia, solicitada por el Grupo
Parlamentario Popular, como ya se ha dicho, tenía por objeto recabar
información en torno a la programación de Radio Nacional de España para
el último trimestre de 1993 y conocer la prevista para el año 1994.

Estábamos interesados en comprobar, señor Carcedo, desde el Grupo
Parlamentario Popular, en todo caso en confirmar, si así fuera, que Radio
Nacional de España cumple, en sus criterios de programación, con los
cometidos que para un servicio público esencial y con una financiación
exclusiva de los Presupuestos Generales del Estado a partir de la firma
del contrato-programa establece el Estatuto de Radiotelevisión. Tal vez
convenga hoy refrescar la memoria de la Comisión y recordar que estos
cometidos son los que se establecen en el preámbulo del Estatuto:
favorecer la información y participación política de los ciudadanos,
contribuir a la formación de la opinión pública, cooperar con el sistema
educativo, difundir la cultura española y la de las nacionalidades y
regiones, contribuir a la libertad y a la igualdad, prestar una especial
atención a los marginados y evitar la discriminación de la mujer.

Para llevar a cabo esta tarea, Radio Nacional de España ha contado en
1993 con un presupuesto de 27.469 millones de pesetas, de los que 19.083
millones corresponden a gastos de personal. Se dispone de cinco emisoras
básicamente: Radio-1, Radio-2, Radio-3, Radio-5 y Radio Exterior de
España, sin olvidar Radio-4, en el ámbito autonómico de Cataluña.

Aproximadamente se dispone de 115.000 horas de emisión, que en 1993 se
han distribuido en los siguientes tipos de programas y porcentajes:
programas de revista, el 34,43, por ciento; informativos, el 22,01 por
ciento; musicales, el 17,95 por ciento; de información y debate, el 12,92
por ciento; deportivos, el 11,5 por ciento; para grupos especiales, el
0,83 por ciento; educativos, 0,27 por ciento y religiosos, el 0,08 por
ciento. Sabemos también que los índices de audiencia durante 1993 y para
el total de las emisoras han sido de 3.558.000 oyentes, de acuerdo con el
Estudio General de Medios en su primera ola, correspondiente a
enero-marzo, y de 3.455.000 oyentes, cien mil menos, en la segunda ola,
de mayo-junio. Parece que la tercera ola, según datos publicados
recientemente, confirma ese descenso. Al parecer ninguno de los programas
de Radio Nacional de España aparece entre los líderes de audiencia, pero
eso para nosotros tiene una importancia relativa en función de los
objetivos que debe alcanzar esta radio pública.

Sabemos que para 1994 el presupuesto de Radio Nacional de España es de
27.837 millones, el 1,34 por ciento más que en 1993, y que seguirá siendo
el personal, con 19.793 millones, el capítulo más importante. Sabemos que
se emitirán unas 115.000 horas a lo largo del año y que la previsión de
audiencia realizada por los responsables de Radio Nacional se estima en
3.200.000 oyentes, 340.000 menos que en el mejor momento de 1993.

Con todo ello, señor Director de Radio Nacional de España, y desde la
idea fundamental de que la programación de Radio Nacional debe responder
a las características y objetivos de un servicio público, por lo que
estaría justificada una oferta diferenciada con respecto a la que
realizan las radios privadas, deseamos plantear algunas cuestiones no
suficientemente claras en la información que ya disponíamos y que tampoco
se han facilitado esta tarde en la comparecencia del Director de Radio
Nacional. Como el señor Carcedo quería, estaba deseoso de responder a las
preguntas, le vamos a hacer algunas desde el Grupo Popular.

En primer lugar, ¿podría detallar el porcentaje de programas educativos,
religiosos, deportivos, etcétera, que



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ha emitido cada una de las emisoras de Radio Nacional de España durante
1993 y el mismo detalle y el mismo desglose para las previsiones de 1994?
¿Cree, señor Director de Radio Nacional de España, que con estos
contenidos se cumplen los objetivos recogidos en el preámbulo del
Estatuto de Radiotelevisión para una radio pública, para nuestra radio
pública?
En segundo lugar, parece que la producción radiofónica de Radio Nacional
de España está realizada casi íntegramente por los trabajadores de
plantilla, pero existen, de acuerdo con una información facilitada por
Radiotelevisión Española, determinados gastos externos para la producción
de programas por un importe aproximado de 1.100 millones de pesetas en
1993. Por ello deseamos saber cuántos de los programas que emiten las
distintas emisoras de Radio Nacional de España son producciones propias,
especificando el importe de la producción, el tipo de programa a que se
refiere y la emisión en la que se inserta. Nos gustaría conocer estos
datos referidos a las emisiones de 1993 y las previstas para el año
próximo. Relacionado con lo anterior, también quisiéramos saber cuál es
el volumen de stock de producciones no emitidas, en caso de que existan,
especificando por tipos de programas y su destino.

En tercer lugar, quisiera que nos informara sobre la forma en que se
determina el contenido de los programas de información y debate que, con
14.830 horas, consumirán el 13 por ciento de la emisión de este año y los
programas de revista que, con 40.000 horas, supondrán el 34,5 de la
emisión total. A veces se tiene la sensación de que no es el interés
general, el interés público, el que prima en los criterios de
programación de estos espacios y por eso se lo queremos plantear esta
tarde.

En relación con la audiencia le pregunto cuáles son, a su juicio, las
causas del descenso continuado de audiencia durante 1993 y la previsión,
aún más baja, establecida para el año próximo. En 1992 se alcanzó una
audiencia de 3.480.000 oyentes. El momento más álgido de 1993 situó a los
oyentes en tres millones y medio. Yo soy de los que creo que aun
renunciando a la comercialización, como se ha hecho, no es utópica una
programación pública y, además, que se pueda escuchar mayoritariamente
por los ciudadanos; incluso si me permite la anécdota, aunque seguramente
no lo sea tanto, es igualmente llamativa la cantidad de posibilidades de
encontrar Radio Nacional de España en cualquier dial, tanto en onda media
como en frecuencia modulada, lo que hace suponer que hay una buena
dotación técnica y que, por tanto, no se escucha no porque no se pueda
escuchar.

Planteadas estas preguntas, quisiera hacer un breve repaso a cuál va a
ser el futuro más inmediato de todas y cada una de las emisoras para el
año próximo. Parece que, de acuerdo con la información que nos facilita
--y nos ha dado con detalle datos sobre la programación-- Radio-1 va a
mantener una programación fundamentalmente informativa y dirigida a
grupos heterogéneos. En Radio-2 se anuncia igualmente una programación
especializada de música clásica, como venía sucediendo hasta ahora, y en
Radio Exterior también se dice que se va a mantener la misma línea de
carácter internacional que tiene esta emisora. Por cierto que en este
caso somos partidarios de la creación de una sociedad independiente
respecto a Radio Exterior de España y me gustaría conocer también cuál es
su opinión sobre ello. Respecto a Radio-3 y Radio-5 se habían anunciado
algunos cambios sustanciales, lo había hecho ante esta misma Comisión de
Control el Director General de Radiotelevisión Española, el pasado 29 de
septiembre, que anunciaba --insisto-- para Radio-3 y Radio-5 --decía
textualmente-- nuevos proyectos, para los cuales existen ideas básicas,
con cambios radicales en sus actuales líneas de programación. Sobre
Radio-3 no hemos tenido hoy noticia de ningún cambio sustancial. Sí
parece que va a haber en el caso de Radio-5 --lo anunciaba entonces
García Candau y lo hace usted hoy también-- una conversión en emisora
íntegramente dedicada a la transmisión de noticias y, por tanto,
modificando su actual programación, centrada en el entretenimiento y en
la información local, provincial y territorial. Sobre este proyecto, que
aunque yo tengo la sensación de que no es nuevo y ha sido aparcado en
varias ocasiones, tenemos muchas dudas que me gustaría, aunque sea
brevemente, plantearle también esta tarde. ¿Cuándo se va a poner en
marcha --si realmente va a ser así-- este proyecto? ¿Cuándo se va a poner
en marcha esta nueva idea? ¿Qué va a ser de los trabajadores que
actualmente prestan sus servicios en Radio-5? ¿Qué va a ser de los
programas estelares que hoy se emiten a través de Radio-5? ¿Se ha
considerado por parte de Radio Nacional de España el fracaso de otras
experiencias en nuestro propio país de hacer radios íntegramente
informativas? ¿Incluso se ha considerado la dificultad de parecernos en
este proyecto a otros que existen en otros países del mundo? ¿Qué
tratamiento van a recibir los problemas locales, territoriales, los más
cercanos, que venía atendiendo Radio-5, a partir de esa nueva idea? Sobre
estas cuestiones básicamente queríamos esta tarde preguntar al Director
de Radio Nacional de España.




El señor PRESIDENTE: El señor Mardones, por el Grupo de Coalición
Canaria, tiene la palabra.




El señor MARDONES SEVILLA: Quería agradecer al señor Carcedo, en primer
lugar, la información que ha dado, en términos generales, de la
programación de Radio Nacional de España y hacerle una pregunta derivada
de la misma, cuando se ha referido a la existencia de una cadena de
ámbito regional. Como no ha concretado su ubicación geográfica, le hago
la siguiente pregunta. Respecto al centro emisor de Radio Nacional de
España en Canarias, ¿la programación que viene efectuando en el ámbito
del archipiélago tiene alguna correlación fuera de las conexiones con el
programa nacional de informativos y bajo qué criterios se efectúan las
emisiones que allí se realizan? ¿Es una decisión autónoma del director
del centro en Canarias o está coordinada con la dirección que usted
ostenta dentro de Radio Nacional de España?
Al hilo de esta pregunta quería saber si existe la posibilidad de que
Radio-5 actúe como una emisora de ámbito



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regional para toda la temática informatica, cultural, deportiva,
etcétera, que se viene produciendo. Creo que sería positivo y en todo lo
que se pueda hacer para su mantenimiento le animo, señor Carcedo, porque
precisamente es la única manera de que en una comunidad autónoma, sin un
ente puramente autonómico, cualquier personalidad de la vida cultural,
política, deportiva, etcétera, pueda tener reflejo allí, así como la
propia información insular canaria.




El señor PRESIDENTE: El señor Recoder tiene la palabra.




El señor RECODER I MIRALLES: Quiero agradecer, en primer lugar, la
comparecencia del Director de Radio Nacional esta tarde y, asimismo, la
información que nos ha facilitado.

Deseo decirle que nuestro Grupo Parlamentario considera que el producto
que ofrece Radio Nacional de España lo es básicamente bueno, de calidad.

También debo decirle que Radio Nacional, en el conjunto de su
programación o de las distintas emisoras que la integran, ha sido
especialmente estricta en lo que constituye el cumplimiento de los
objetivos que fija para la radio el Estatuto de Radiotelevisión Española,
así como los objetivos que se fijan en el contrato-programa.

Hecho este breve preámbulo, también brevemente quiero hacerle algunas
consideraciones sobre lo que es estrictamente la programación de Radio
Nacional. En primer lugar, en cuanto a Radio-1 es importante reforzar los
contenidos informativos de la cadena, no sólo lo que podrían ser los
diarios hablados sino informativos más amplios, programas divulgativos,
magacines. Creemos que es importante porque las emisoras privadas están
incidiendo esencialmente en la radio de tipo recreativo. Por ello es
importante que la principal emisora pública del país pueda tener una
dedicación especial a la información.

En segundo lugar, nos anunciaba --lo que ya sabíamos-- el proyecto de
convertir Radio-5 en una radio que básicamente constituyera un servicio
continuo de noticias. Ha citado usted un ejemplo que se produce en
Cataluña, el de «Catalunya Informació», radio pública, que en el tiempo
que lleva funcionando creo que lo está haciendo suficientemente bien.

Este tipo de emisora tiene su público y yo, personalmente, soy un fan de
este tipo de radio y creo que también puede funcionar que, a nivel de
todo el Estado, Radio-5 se transforme en una emisora de servicio
continuado de noticias. Es más, en el caso de Radio-5 va a poder contar
con todo el potencial informativo de Radio Nacional de España, con sus
corresponsales y sus centros territoriales, por lo que el servicio que se
va a dar va a poder ser de calidad.

Por último, no puedo terminar esta intervención sin referirme a una
realidad que hoy celebra una onomástica --usted lo ha citado también--,
Radio-4. Concretamente hoy hace 17 años que Radio-4 está en
funcionamiento y creo que, en lo que es su ya larga historia dentro del
panorama radiofónico de Cataluña, ha prestado un servicio muy importante
a la sociedad catalana. Por ello nuestro Grupo Parlamentario --y no va a
constituir novedad alguna porque lo he manifestado repetidamente en esta
Comisión en comparecencias del Director General del Ente-- cree que es
esencial que se mantenga Radio-4. Sabe usted, señor Carcedo, que en este
momento existe una preocupación importante en la sociedad catalana
respecto a qué va a ser de Radio-4. También existe esa preocupación en
los profesionales implicados en el día a día de la radio. Existe el temor
de que, aprovechando el redimensionamiento del Ente, Radio-4 acabe
languideciendo o se pueda transformar en una emisora residual. Sabe usted
--lo reitero y lo repito-- que nuestro Grupo Parlamentario cree que eso
no debe suceder, sino que Radio-4 tiene que ser una emisora que continúe
funcionando competitivamente en el panorama radiofónico catalán y en
catalán, y por ello se debe mantener, y en el momento en que se discuta
el plan estratégico es conveniente que el caso de Radio-4 se estudie
oportunamente, porque creo que Cataluña todavía no puede prescindir de lo
que es esta emisora. Por ello sería de agradecer que usted pudiera decir
unas palabras, que espero sean tranquilizadoras, sobre el futuro de la
emisora, si cabe, una vez más.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya, tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Señor Carcedo, no he entendido nada, porque con
la descripción que usted ha hecho del modo de funcionar de la
programación en marcha y prevista no hay forma de entender que intenten
rebajar el 50 por ciento del personal; con la descripción de la
programación que usted ha hecho no puede quitar ni una persona de Radio
Nacional. Por tanto, o esa programación no va a ser real en el año que
viene y los siguientes, o ustedes no pueden eliminar al personal que
tienen previsto en un porcentaje del 49 por ciento. Por ello le ruego que
me aclare la programación del año que viene, ya que de ninguna manera me
cuadran las cuentas.

Yo creo que ustedes están empezando al revés, absolutamente al revés y de
manera poco rigurosa. Ustedes han diseñado lo que quieren hacer, han
diseñado lo que quieren reducir, hablando, en principio, sólo de personal
y no de programación. Usted no ha quitado ni un ápice de la programación
y le aseguro que no se puede mantener con la reducción de personal que
anuncian. En función de esa reducción de personal de casi el 50 por
ciento, en función de reducir a la tercera parte el presupuesto para
finales de la legislatura, 1997, como dice el contrato-programa, es
decir, bajar de los 31.000 millones actuales --estoy redondeando cifras--
a 11.000 millones de pesetas, en función de esos criterios ustedes están
empezando, aunque todavía no han puesto las cartas sobre la mesa, a
dibujar la reducción de la radio pública. Absolutamente al revés. A
juicio de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, ustedes tendrían que
haber diseñado el modelo de radio pública que quieren como servicio
público esencial, en el



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seno de lo que es el Estatuto, de lo que son las leyes, de lo que es la
Constitución, y después ver cómo se financia siguiendo la BBC, Radio
France, etcétera, siguiendo lo que son los servicios públicos esenciales
en esta Europa de la que ustedes tanto hablan. A partir de ahí habría que
haber diseñado la programación y en función de ella el personal, y
hubieran salido los 3.000 actuales o más. Y eso es pagable si se hace un
servicio público esencial en radio y en televisión; eso es asumible por
la gente si se hace bien. ¿Cuál es el problema? Que ha habido una crisis
controlada y calculada de credibilidad. Se está operando una crisis de
credibilidad casi de laboratorio en Radio Nacional de España y en
Televisión Española.

El año pasado se manejó una encuesta procedente del Ministerio de Cultura
que decía que casi todos los días el 84 por ciento de la población ve
televisión, el 56 por ciento oye radio y el 29 por ciento lee prensa.

Esto quiere decir que la radio empezaba a imponerse como foco informativo
fundamental, ya que los televidentes, en gran parte por razones de
programación, pasaban a la información de la radio, quedándose en
entretenimiento, en películas, en concurso, gran parte del tiempo
empleado en televisión. Eso, enmarcado en el Estatuto, en la situación
del servicio público que estamos defendiendo y que teóricamente ustedes
también defienden, demuestra que se podía haber aprovechado el prestigio
tremendo de Radio Nacional en el tema informativo para aumentar el
liderazgo del servicio público informativo: Radio Nacional, Televisión
Española --luego hablaremos de información y de cultura-- y convencer a
la gente con total facilidad de que eso hay que financiarlo públicamente,
de que hace falta en función de la necesidad de una información plural,
objetiva, con capacidad de acceso de las minorías, de todo tipo de
asociaciones, cultural, limpia, con una ecología de la comunicación
frente al sexo, racismo, machismo, xenofobia, etcétera. Pero ustedes no
han hecho eso.

El tinte gubernamental, el control de los informativos ha sido un
objetivo obsesivo en este último período en Radio Nacional de España. Ha
empezado en un cierto grado --creo que todavía corregible-- a establecer
una ruptura en el prestigio de Radio Nacional de España y de los
profesionales. Al mismo tiempo también han intentado decir que había que
contratar a supuestas estrellas porque, por lo visto, no había cantera en
la casa para intentar solucionar índices de audiencias competitivos
respecto a la privada, cuando tampoco la captación de audiencia debe ser
como dios, como becerro de oro que todo lo prima y todo lo contempla con
una especie de neurosis que se está creando en toda Europa,
fundamentalmente en España, con la televisión y la radio pública. Aquí es
cuando se produce la crisis calculada de credibilidad de Radio Nacional
de España en todas sus vertientes. A partir de ahí nos lanzan la idea de
reducir el 49 por ciento del personal. Ya está sobre el tapete. No me
estoy inventando nada. Nos dicen que hay que quitar a la mitad del
personal y usted ahora dice que hay que mantener la misma programación.

¿En qué quedamos? Dicen que hay que bajar de 31.000 y pico millones
--contrato-programa-- a 11.000 millones, la tercera parte, a finales de
esta legislatura. Sin embargo no se ha atrevido a decir cómo quedaría la
programación. Por eso le decía desde un principio que no entendía nada.

Yo creo que esa programación no se corresponde con la realidad. Por
ejemplo, el futuro de Radio-4 es absolutamente incierto y usted no lo
reconoce aquí, porque hay dos lenguajes, el de la reducción de personal y
el de la programación y perspectivas reales, las previsiones reales con
respecto a lo que tiene que ser Radio Nacional de España. Nació,
efectivamente hoy hace 17 años, en defensa de la lengua, de la cultura,
de la democracia y del territorio catalán y está a punto de morir por
inanición. Se está intentando incorporar con contratos precarios a
personas ajenas a la emisora, despidiéndose previamente a más de cien
trabajadores. Este es el timing que se está señalando para Radio-4.

Respecto al resto de las emisoras, la programación que usted da es la
misma, luego el personal debiera ser el mismo. La programación que
pediríamos sería superior a la actual, rectificando algunas
circunstancias que he intentado denunciar sintéticamente y que suponen lo
que he pretendido caracterizar como una ruptura de la credibilidad,
ruptura calculada, prevista, sistemática de Radio Nacional de España.

Radio-1, a la que ustedes en ocasiones denominan en ciertos círculos la
joya de la Corona, es una seña de identidad cultural de este país para
muchos de los que aquí estamos, con un gran prestigio informativo. Por
tanto, debe cuidar la información en todas sus facetas y no debe basarse
en supuestas estrellas, sino en la combinación del protagonismo personal
con la solidez y eficacia de unos equipos de trabajo de la plantilla que
son los que en definitiva pueden garantizar la continuidad del esfuerzo y
del resultado.

Usted ha descrito bien Radio-2, aunque puede reducir su alcance si
ustedes siguen manteniendo esa restricción de plantilla. A nuestro
juicio, debe alejarse de lo que puede parecer un hilo musical --yo
saludo, como usted, «Clásicos Populares» como un programa modélico-- para
adentrarse en la divulgación y promoción de la música culta, es decir,
establecer una serie de variantes combinatorias con respecto a lo que es
«Clásicos Populares» y no dejarlo como un islote en el seno de un gran
hilo musical durante mucho más tiempo. Junto a la música clásica, debería
estudiar la incorporación de objetivos culturales, espacios literarios,
lecturas radiofónicas de textos, profundización en cultura y música no
comercializable o difícilmente accesible.

Radio-3, con la fórmula actual como emisora indefinida --me refiero al
último período--, perdió la audiencia, perdió su sentido de empresa
pública. Era una radio sin aristas y habría que fortalecerla para que
recuperara su punta crítica, sus aristas, contribuyendo a la formación de
un sentido racional, participativo y dialogante con los oyentes y
acogiendo intereses de las minorías, aunque se muestren apartadas y
recelosas de las mayorías sociales y culturales.




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Radio-4, a nuestro juicio, no debe morir por inanición. A pesar de que
aquí se ha utilizado un tono muy conciliador, me parece que ese tono no
concuerda con la realidad de la eutanasia activa que está sufriendo
Radio-4.

Usted anuncia una Radio-5 de 24 horas informativas. ¡Muy bien!
¡Magnífico! En función del Estatuto, con conexiones regionales,
provinciales y locales. Por tanto, ¿cómo va usted a reducir personal con
esos esquemas que usted acaba de exponer y teniendo en cuenta que hay que
aumentar --usted así lo ha dicho-- su sentido de radio pública, de
servicio esencial y cuando, además, Radio Exterior, que resulta ahora un
tanto marginal, ustedes la van a promover todavía más? Por eso le decía
al principio, señor Diego Carcedo, que no lo entiendo. Esa programación
que usted ha expuesto aquí no es la del año que viene; la reducción de
personal quizá sí, pero la programación, no. Nosotros creemos que ese
personal es el mínimo exigible. Puede haber reciclaje, sobre todo de cara
a Radio Exterior, pero, por ejemplo, una Radio-5, con un buen volumen...




El señor PRESIDENTE: Perdón, señor Alcaraz. Le ruego concluya porque esta
Presidencia ha sido muy generosa con las intervenciones, pero nos estamos
pasando excesivamente del tiempo.




El señor ALCARAZ MASATS: Perdón, señor Presidente. Termino de inmediato.

Por lo tanto, esa Radio-5 exige también mucho más personal, a menos que
--y lo digo como una barbaridad-- intenten contratar productoras para
informativos, no lo sé. En todo caso, a mí no me cuadran los números y le
ruego que me lo aclare.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra el señor Aguiriano.




El señor AGUIRIANO FORNIES: Muy brevemente.

Quiero empezar agradeciendo al Director de Radio Nacional de España su
comparecencia y la información que nos ha dado sobre la programación,
tanto la de este último trimestre como la del próximo año, porque el
motivo de esta comparecencia es hablar de programación y no, como algunos
parecen pretender, de la reestructuración de la plantilla. Eso fue objeto
de la última comparecencia del Director General, y entonces se decía que
se estaba hablando sin modelo y sin programación, y ahora, cuando se
habla de programación, resulta que esta programación no puede ser porque
no le cuadran los números al que interviene. Pero, bueno, ése es otro
problema. En cualquier caso, yo creo que con la información que nos ha
dado el Director, esta distribución en la programación en las diferentes
emisoras de Radio Nacional cumple perfectamente con las exigencias del
Estatuto de la Radio y la Televisión Pública Española. La distribución de
espacios entre cultura, información y deporte yo creo que es lo
suficientemente equilibrada y cumple el gran objetivo de cualquier medio
público, de cualquier medio de información como es el de formar y el de
informar, con capítulos especiales, a los que han hecho referencia otros
grupos, tanto a Radio-2 como a ese programa tan querido por muchísima
gente como es el de «Clásicos Populares».

Yo estoy convencido de que si en este momento en este país no hubiese
radio pública, si nos pusiésemos a pensar cómo debía ser una radio
pública que pudiésemos crear, no iba a separarse en mucho de lo que es
actualmente Radio Nacional de España en sus diferentes cadenas, y
fundamentalmente la información de tipo político, que hace de Radio
Nacional de España la radio más plural que existe en este momento en
nuestro país, que no recibe críticas habitualmente --yo no estoy
acostumbrado a leerlas--, salvo en este momento que me parece que algún
grupo critica, aunque a los cinco minutos después nos habla del gran
prestigio y la gran imagen que tiene la radio. No hay nada más que
realizar cualquier encuesta entre los ciudadanos, entre los oyentes y ese
prestigio y esa imagen de imparcialidad y de objetividad que sigue
nuestra radio queda perfectamente clara. Lo mismo podemos hablar de la
gran labor que hace Radio-2. No viene mal recordar que no hace todavía
mucho tiempo se auguraban catástrofes impresionantes, que la actual
dirección de Radio Nacional iba a acabar con Radio-2 basándose en no sé
qué ideas, en no sé qué proyectos o en no sé qué prejuicios que algunos
tenían, y el tiempo ha demostrado que todo aquel catastrofismo, que con
tanto interés se anunció por tanta gente, ha resultado que no tiene
absolutamente nada que ver con la realidad, y la actual Radio-2 demuestra
lo equivocados que algunos agoreros estaban.

Le quiero dar mi fecilitación, y la de mi Grupo también, por esa
transformación futura previsible de Radio-5 en una emisora de noticias,
que creo que viene a redundar una vez más en ese servicio fundamental de
una radio pública que es la información.

Por todo ello, quiero mostrarle la satisfacción de mi Grupo por el
prestigio que tiene esta Radio Nacional y estoy convencido, como dicen
las encuestas y como yo he dicho antes, de que la gran mayoría de los
oyentes de Radio Nacional de España reconocen en ella su radio nacional.




El señor PRESIDENTE: Quiero recordarle, señor Director, que la
comparecencia es exclusivamente para programación y que, por lo tanto,
algunos datos que se le han pedido, si quiere puede darlos, pero la
comparecencia no es nada más que para la programación. Si algunos datos
son muy concretos, puede dirigirlos por escrito a la Presidencia, porque
quizás no los tenga en estos momentos preparados. Pero le recuerdo que la
comparecencia es exclusivamente para la programación de Radio Nacional.

Señor Diego Carcedo, tiene la palabra.




El señor DIRECTOR DE RADIO NACIONAL DE ESPAÑA (RNE) (Diego Carcedo): No
sé si hay que contestar por un orden determinado, comenzando por el
principio o por el final.




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El señor PRESIDENTE: Como usted quiera.




El señor DIRECTOR DE RADIO NACIONAL DE ESPAÑA (RNE) (Diego Carcedo): Casi
empezaría por el final, que es lo que tengo más reciente.

Quisiera agradecer al señor Aguiriano su felicitación y sus palabras de
estímulo, que indudablemente siempre son muy importantes cuando se está
intentando hacer algo cada día mejor como lo que estamos intentando hacer
en Radio Nacional de España y, sobre todo, con la puesta en marcha de
Radio-2.

Efectivamente hace unos meses hubo una cierta polémica en torno a una
mejora que hemos introducido en la programación de Radio-2, precisamente
para poder ofrecer más música clásica presentada de una forma más
asequible --digamos-- para todos los aficionados de la música clásica de
España, reforma que ha llevado a que la audiencia haya aumentado, como
hemos visto recientemente en los controles de audiencia del estudio
general de medios, y que también ha llevado, por supuesto, a mejorar esa
oferta de radio clásica en directo, puesto que en el año 1992 hemos
aumentado cerca de un 28 por ciento el número de conciertos que Radio-2
transmite en directo respecto a 1992, que a su vez había supuesto un
importante récord dentro de las retransmisiones de conciertos de Radio-2.

Ahora mismo estamos en un índice de transmisión de conciertos de más o
menos 2,5 conciertos por día, lo cual creo que puede dar buena idea del
interés que Radio-2 está prestando a toda la música culta, incluida por
supuesto, como no podía ser menos, toda la música culta contemporánea,
para la cual tenemos lógicamente espacio y atención muy especial.

Respecto a las preguntas que formulaba el señor Alcaraz, realmente no he
visto ninguna pregunta en su intervención. Le agradezco mucho el
reconocimiento expreso que ha hecho del prestigio de los informativos de
Radio Nacional de España, así como, por supuesto, toda una serie de
observaciones de las que he tomado nota y a las que tendré en cuenta,
como no podría ser menos. Simplemente me limitaría a contestarle que lo
que estamos intentando hacer desde la dirección de Radio Nacional de
España, teniendo en cuenta la situación actual de Radiotelevisión
Española y de Radio Nacional de España, su capacidad presupuestaria y sus
disponibilidades, es conseguir cada día un mejor aprovechamiento de los
recursos técnicos de los Presupuestos y sobre todo de los recursos
humanos con que contamos. Radio Nacional de España tiene muy buenos
profesionales y lo que tratamos es que esos buenos profesionales puedan
prestar cada día una mejor colaboración al servicio público que está
prestando Radio Nacional de España.

Siguiendo el orden del final al comienzo, también quiero agradecer al
señor Recoder sus palabras de estímulo, su reconocimiento al esfuerzo que
estamos haciendo. Efectivamente, ha planteado una matización a mi primera
intervención respecto a que ya existe en España, concretamente en
Catalunya, una radio dedicada a la información, un all news, «Catalunya
Informació», que nosotros seguimos con mucho interés; creemos que es una
excelente experiencia y naturalmente la tendremos muy en cuenta.

Este tipo de radio está imponiéndose en todos los países desarrollados,
donde la demanda de información es cada día mayor. Hoy he estado hojeando
un informe que me pasaban del proyecto que tiene la «BBC» británica para
poner en marcha una emisora de estas características en el mes de abril y
sabemos, por supuesto, que iniciativas similares tienen lugar en otros
muchos países, comenzando por el que nos es más próximo geográficamente,
que es Portugal. Hay que decir que la iniciativa de «Catalunya
Informació» cuenta en nuestro ánimo y, naturalmente, como tenemos muy
buenas relaciones con esta emisora, tendremos un intercambio de
información con ellos para poder aprovecharnos un poco de esta
experiencia, en la cual se nos han anticipado.

Respecto a Radio-4, efectivamente cumple hoy 17 años, y esa preocupación
a la que S. S. hacía alusión creo que ha quedado disipada desde el
momento en que el Consejo de Administración, en fecha no muy lejana,
determinó la continuación en pleno funcionamiento de Radio-4, conforme a
los esquemas con que está funcionando. Aquí yo quisiera decirle que es
intención de la dirección de Radio Nacional de España, y en este sentido
estamos trabajando con la dirección de Radio Nacional de España en
Cataluña, potenciar y mejorar en cuanto nos sea posible la programación
de esta emisora, cuyos planteamientos ya son conocidos. Creo que las
preocupaciones que puedan existir sobre el futuro de Radio-4, al estar
disipadas, ahora tienen que centrarse fundamentalmente en que podamos
mejorar esa oferta de radio que desde hace 17 años ya venimos brindando.

Pido disculpas porque tengo gripe y me cuesta mucho hablar.

Respecto a las cuestiones planteadas por el señor Mardones, a quien
también quiero agradecerle el reconocimiento que ha hecho de la
programación de Radio Nacional de España, quisiera sobre todo
agradecerle, insisto, el estímulo que me ha brindado y que, por supuesto,
es del máximo interés para quienes trabajamos en Radio Nacional de
España, y también disipar sus preocupaciones sobre este servicio público
en las Islas Canarias. Precisamente, cuando se establecieron las
plantillas futuras de Radio Nacional de España se tuvo muy en cuenta la
insularidad de Canarias y nuestras tres emisoras allí dan un tratamiento
adecuado en este sentido a las necesidades informativas y de programación
de aquellas islas. Por lo demás, el planteamiento de estas emisoras es
similar al de las restantes de España, una territorial, una provincial y
una local, y yo quisiera ofrecerle las plenas garantías de que seguiremos
esforzándonos porque allí la programación sea cada día mejor.

Respecto a su pregunta, el director territorial y, por supuesto, el
director de las emisoras locales tienen actualmente el control --como no
podía ser de otra forma-- de la programación que allí se emite en
desconexión tanto en Radio-1 como en Radio-5 (en la Radio-5 actual y en
la Radio-5 del futuro), y añadiría que no solamente mantendrá la actual
oferta de servicio público de información



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que venimos prestando en radio, sino que, a través de la nueva fórmula,
con varias desconexiones a lo largo del día, unas de ámbito territorial y
otras de ámbito local, la multiplicarán.

Finalmente, respecto a la intervención del señor Peñalosa, también la
agradezco sus observaciones, y quisiera añadir algunas informaciones en
las que, al hacer mi exposición, que como no podía ser menos --me dijeron
que disponía de diez minutos-- tenía que tener un lógico carácter
general, no pude entrar en detalles, sobre todo en algunos asuntos que he
observado que le preocupan respecto al cumplimiento que Radio Nacional de
España, y de manera especial Radio-1, está haciendo de lo que determina
el Estatuto, es decir, en programas de carácter educativo, programas de
tipo cultural, programas dedicados a las minorías, los grupos marginales.

Yo he hablado en general de programas de servicio público, pero con mucho
gusto responderé que, primero, en lo que respecta a programas educativos,
Radio Nacional de España ofrece durante dos horas al día, a través de la
frecuencia de la emisora ionosférica que se escucha en toda España, las
lecciones de la UNED, entre las ocho y media y las once y media de la
noche. Precisamente este año hemos ampliado este servicio a la antena
ionosférica para poder llegar con esas lecciones a la geografía española
más alejada de las universidades, al medio rural, que es donde yo creo
que la UNED tiene un mayor campo de acción.

Por otra parte, en lo que respecta a programas culturales, hablé
naturalmente de «Clásicos populares» y de «El ojo crítico», pero cabría
añadir que también estamos, por ejemplo, trabajando --y esto tiene una
menor repercusión dentro de España-- en lo que, dentro del ámbito de
nuestra labor internacional encuadrada en Radio Exterior de España, es el
servicio de transcripciones, una programación enlatada que elaboramos
semanalmente y que se envía a 520 emisoras de diferentes países de todo
el mundo, que la ofrecen después a través de sus emisiones, y con la cual
contribuimos a la difusión --estos son programas de tipo cultural y
artístico, sobre todo cultural y musical-- de la cultura española a
través de la radio y, por supuesto, también a la difusión del
conocimiento de la lengua española. Por otra parte, tenemos otra
iniciativa, que funciona desde hace tres o cuatro años también, que es un
sistema de difusión cultural que permite que trimestralmente enviemos
unos programas especiales a alrededor de 300 universidades de todo el
mundo, concretamente a cátedras de español, para que les sirva de ayuda
para la difusión y la promoción del idioma castellano.

Respecto a programas para minorías, tenemos varios dedicados a ellas,
como por ejemplo el «Club de la vida», que tiene una importante audiencia
entre la tercera edad y que se emite los sábados y los domingos por la
mañana. Asimismo, tenemos programas dedicados, por ejemplo, a los
minusválidos y, por supuesto, tenemos programas religiosos varias veces
al día y, entre ellos, la transmisión de la Misa los domingos para todos
aquellos enfermos o imposibilitados de acudir a una iglesia.

Finalmente, la preocupación que mostraba sobre la atención que la futura
Radio-5 pueda prestar o vaya a prestar a la información local, quiero
tranquilizar a S. S., porque, como creo que ya repetí anteriormente, no
solamente se mantendrá esa atención en la cobertura de todo aquello que
va a suponer el interés informativo local para sus propias audiencias,
tanto en las ciudades como en las comunidades autónomas donde está
implantada Radio Nacional de España, sino que también la multiplicaremos.

Las emisoras de nuestra red, con esta fórmula de Radio-5, van a dedicar
su actividad futura fundamentalmente a elaborar y a ofrecer esa
información, tanto a través de las desconexiones en Radio-1, que se
mantendrán igual que hasta ahora, como en todas las desconexiones de
carácter territorial y local que se van a establecer en la futura
parrilla de Radio-5. Así, las emisoras, además de ofrecer esta
información, contribuirán, en el caso de las emisoras locales, a
enriquecer y a completar la información en desconexión de carácter
territorial en cada una de las 17 comunidades autonómas y, por supuesto,
actualmente también a aportar esa información a la programación nacional
de Radio-1, a la programación nacional informativa de Radio-5 y a la
programación internacional de Radio Exterior de España.




El señor PRESIDENTE: ¿Algún señor Diputado quiere intervenir?, pero, por
favor, un minuto y con preguntas muy concretas respecto de la respuesta
que ha dado el señor Director.

El señor Peñalosa tiene la palabra.




El señor PEÑALOSA RUIZ: No haré nuevas preguntas, porque me he quedado
sin recibir contestación a las que hice antes y, por tanto, lo que voy a
pedirle al director de Radio Nacional de España es que nos las remita por
escrito, agradeciéndole el esfuerzo que hace por su deteriorado estado de
salud en la tarde de hoy. Le agradeceremos nos remita por escrito el
detalle de la programación de cada emisora, por tipos de programa. A mí
me parece que cuando el total de la programación educativa es el 0,27 por
ciento, algo falla en relación, por ejemplo, con ese asunto. Pero
quisiéramos ver antes los datos y por tanto no pronunciarnos hoy sobre
ellos sin conocerlos.

Igualmente, no he recibido contestación sobre la producción radiofónica
de Radio Nacional de España. Quisiéramos conocer exactamente cómo está
ese asunto. Tampoco he recibido ninguna indicación en relación con la
forma en que se determina el contenido de los programas de información y
debate y en los de revista, que representan nada más y nada menos que el
90 por ciento del total de la programación. Tampoco conozco la opinión
del Director de Radio Nacional de España sobre la audiencia y, en
relación con Radio-5, creo que merecerá la pena que sigamos de cerca los
avances que se vayan produciendo en torno a eso que parece que es todavía
una idea muy primaria, muy básica y por la que yo, por tanto, tampoco en
este momento me atrevo, como han hecho otros, a felicitarle, porque no lo
conozco, pero creo



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que también seguiremos la pista de esto en los próximos meses.

Por lo tanto, y termino, señor Presidente, queremos agradecerle su
contestación, pero le pedimos que, si es posible, por la vía escrita nos
conteste detalladamente a todas y a cada una de las preguntas que le
hemos formulado.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Hay que ver lo difícil que es mantener un debate
en este Parlamento. Poco a poco esto se convierte en un frontón cada vez
más seco y corremos el riesgo de convertirlo en una especie de
charlaterio o, por lo menos, en un Parlamento con gripe.

Le voy a hacer tres preguntas muy concretas, señor Diego Carcedo, y
espero que se tenga en cuenta que anteriormente he argumentado que
suponen algo importante en cuanto a descubrir, a clarificar la radio en
esta sesión. En primer lugar, ¿piensa usted que la audiencia de Radio
Nacional es baja con respecto a sus posibilidades, o que ha bajado, y que
puede ser debido, como siempre en la radio, sea pública o privada, a la
falta de pluralidad y de punta crítica? Porque en la radio siempre se
busca información y, si ésta no tiene la suficiente pluralidad o punta
crítica, se puede producir una crisis de credibilidad. ¿Usted piensa que
se ha producido una falta de credibilidad en algún grado?
En segundo lugar, usted ha dicho que van a hacer una radio teniendo en
cuenta las posibilidades. Supongo que se refería a las posibilidades
presupuestarias: 31.000 millones ahora; 10.000 millones en 1986/87. ¿Cómo
va a afectar la reducción ya anunciada del 49 por ciento de personal y
que se ha empezado a negociar a la programación? Si se reduce la mitad
del personal, ¿de qué manera va a afectar a la programación? ¿O es que no
va a afectarla? Y, si no la afecta, ¿en función de qué parámetros, de qué
criterios? ¿Qué tipo de funcionamiento van a plantear?
Y, en tercer y último lugar, ¿qué condiciones, qué programas, qué
cadenas, qué criterios se van a mantener teniendo en cuenta las
posibilidades presupuestarias y la mejora de los recursos humanos de cara
al futuro, tal como usted ha anunciado? Yo quiero concreción, porque
sabemos por sobradas informaciones que tenemos que van a reducir el 49
por ciento de personal y usted me dice que se va a mantener todo e
incluso que se va a mejorar. Esto no me cuadra, señor Carcedo. (El señor
Aguiriano Fornies pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: El señor Aguiriano tiene la palabra.




El señor AGUIRIANO FORNIES: Brevemente. Quería agradecerle su presencia
al Director de Radio Nacional, más teniendo en cuenta su estado de salud,
y volver a felicitarle por el tema fundamental de la pluralidad de Radio
Nacional de España. Además, y lo reitero, le felicito por la idea de
convertir Radio-5 en una emisora de noticias. Como es lógico y a nadie se
le escapa, no le puedo felicitar por el funcionamiento de Radio-5 como
una emisora de noticias porque todavía no funciona.

Por otro lado, si el Parlamento se convirtiera en un frontón, el problema
sería que unos querrían jugar a pelota y otros a baloncesto. Estamos
hablando de programación y no de otra cosa.




El señor PRESIDENTE: El señor Diego Carcedo tiene la palabra para
contestar.




El señor DIRECTOR DE RADIO NACIONAL DE ESPAÑA (Diego Carcedo): Muchas
gracias a los señores Diputados que se han preocupado por mi salud. Hoy
no estoy en la mejor situación, pero esto no quiere decir que no esté
dispuesto a contestar cuantas preguntas quieran formularme sus señorías.

Para eso he venido, para contestar a preguntas en torno a la programación
de Radio Nacional de España.

En cuanto a la intervención del señor Alcaraz quisiera decirle que he
venido para contestar a preguntas y no para debatir, y no porque esté mal
de la garganta. He venido para contestar a las cuestiones sobre
programación que ustedes me formulen, que es mi función como Director de
Radio Nacional de España. Respecto a la pregunta concreta sobre baja
audiencia que me formuló, le diré que aquí se han barajado algunos datos
que yo no me sé de memoria, puesto que no venía para hablar de audiencia.

Se han extrapolado algunos datos de varias emisoras muy dispares entre
sí, pero si nos centramos en lo que es Radio-1, que conforme al último
estudio general de medios está en torno a los 2.200.000 oyentes, le diré
que es la tercera emisora convencional de España. Está por encima de los
dos millones de oyentes; creo que es una audiencia importante, sobre todo
si tenemos en cuenta el tipo de programación de servicio, una
programación informativa, de actualidad, con atención especial a la
cultura y a la difusión cultural que venimos ofreciendo. Tenemos una
audiencia importante y muy sólida si tenemos en cuenta su estabilidad y
el hecho de que Radio-1 no hace ninguna concesión a ningún tipo de
programación basada en el sensacionalismo, en el amarillismo, en el
tremendismo informativo ni en nada que se le parezca.

Respecto a los planteamientos nuevos que me ha hecho el señor Peñalosa no
tengo aquí datos acerca de esos porcentajes, pero, por supuesto, se los
proporcionaremos por escrito. Sí quisiera, respecto a una pregunta
concreta que formuló, decirle que dentro de la programación de la
producción radiofónica de Radio Nacional de España no hay producción
externa de ningún tipo. En esta programación colaboran algunos
contratados, pocos, y la programación es toda de producción interna y
propia de nuestra sociedad y de cada una de las emisoras. Respecto a la
forma en que se producen los programas, Radio Nacional de España mantiene
una estructura muy similar a la que mantienen otras emisoras de estas
características, y ahí la responsabilidad de los contenidos de cada



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uno de los programas es de los directores responsables de esos programas;
naturalmente, en los programas informativos, la responsabilidad es de la
dirección de informativos y también, por supuesto, de los editores de
cada uno de estos programas.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Diego Carcedo, por su
comparecencia.




--DEL DIRECTOR DE TELEVISION ESPAÑOLA (TVE) (COLOM ESMATGES), PARA QUE
INFORME SOBRE LA PROGRAMACION DE TVE, S. A., EN EL ULTIMO TRIMESTRE DEL
AÑO 1993 Y PREVISIONES PARA EL AÑO 1994. A SOLICITUD DE DON JUAN CARLOS
VERA PRO (DEL GRUPO POPULAR) Y 14 DIPUTADOS. (Número de expediente
212/000329.)



El señor PRESIDENTE: A continuación vamos a pasar al segundo punto del
orden del día, comparecencia del Director de Televisión Española en la
Comisión de Control para que informe sobre la programación de TVE, S. A.,
en el último trimestre de 1993 y previsiones para el año 1994.

Ruego al señor Colom, Director de Televisión Española, que ocupe la
tribuna. (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Colom.




El señor DIRECTOR DE TELEVISION ESPAÑOLA (Colom Esmatges): Muchas
gracias, señor Presidente, señoras y señores Diputados. Me hubiera
gustado que mi exposición --que en algunos casos desborda mis
responsabilidades y mis competencias-- la hubiese iniciado el Director
General del Ente Público Radiotelevisión Española por cuanto la filosofía
de la programación emana de su criterio, de acuerdo también con el
Consejo de Administración, y mis funciones a veces están en la
aplicación. Una vez dicho esto, para hablar de la programación sobre este
último trimestre y sobre el próximo año 1994, tengo que hacer una
exposición, por decirlo de algún modo, básica.

Si yo tuviera que definir la actual programación de Televisión Española,
al margen de relatársela, diría, con pocas palabras, que es la que
corresponde a una televisión pública y a una televisión en competencia.

Digo a una televisión pública, pero una televisión pública de casi
mediados de los noventa, una televisión pública evolucionada. Y, ¿cómo
hay que entender ese concepto de televisión pública en 1994? Si me lo
permiten, como la televisión del público, como la televisión de todos los
públicos. En cuanto a que es una televisión en competencia, hay poco que
aclarar. Televisión Española dejó de estar en monopolio o cuasi monopolio
en el momento en que comenzaron a emitir las televisiones explotadas por
sociedades de titularidad privada.

Existe una piedra angular sobre la que se basa nuestra televisión, que es
una verdad --me parece, incluso, cursi decirlo-- científica, pero es así.

El espectador mira lo que quiere, en el momento que quiere. Esta es una
ley universal de la televisión en competencia aplicable a todas las
sociedades occidentales. Es imposible obligar al espectador a ver lo que
no quiere ver, lo que no le interesa. A este criterio básico le podemos
incluir los elementos de corrección necesarios --que de ellos también
hablaremos--, pero por mucho que el programador insista en un programa
que no interesa, no conseguirá que sea visto. Por eso siempre pido a los
expertos, a los presuntos expertos, a los que quieren ser expertos y
trabajar en la televisión, que dejen de lado a veces las ideas
preestablecidas, los prejuicios y las soluciones basadas en argumentos
ajenos a la televisión.

Estamos casi a final de siglo cuando la aldea televisiva mundial es una
realidad palpable y en donde hay métodos y experiencias científicas para
conocer la realidad televisiva. Los que hacemos la televisión he de
reconocer que a veces nos entristecemos al leer las opiniones que sobre
la televisión tienen personas dignas de todo respeto. En muchas ocasiones
descargan su ira sobre la televisión y, a continuación, reconocen que
ellos no ven mucha televisión o no ven casi ninguna televisión. Hay otros
que desconocen la realidad y los programas concretos de Televisión
Española, incluso a veces por culpa nuestra, y siempre hay una realidad.

Una cosa es ver un programa de televisión o una película en una première,
en un preestreno o en una sala de visionado y otra es verla en el salón
de estar de casa. No sucede solamente en España, sucede también en otros
países. En casi todo el mundo hay un desprecio por los resultados de los
audímetros, que no son más que instrumentos de sondeos permanentes, que
permiten saber toda una serie de datos sobre los que los profesionales
constatamos gustos, pero también sobre los que nos interrogamos a menudo.

Por ejemplo, que tal o cual telecomedia ha divertido por igual a un
médico del País Vasco o a un agricultor extremeño; o que tal informativo
ha interesado de igual manera al pescador de Galicia o a un abogado
valenciano. Los que condenan la dictadura del audímetro me temo que no
saben muy bien a veces de qué hablan. El dimisionario Presidente de las
cadenas públicas francesas, Hervé Bourgs, les llama predicadores del
oscurantismo; yo no me atrevería a tanto. El audímetro es un termómetro
para conocer a los telespectadores, sus preferencias y sus costumbres, y
lo único --y lo digo, espero, en voz bien alta-- es que debe hacerse un
buen uso de este termómetro. Del mismo modo que el termómetro clínico no
sirve para curar enfermos sino para conocer su temperatura, igual sucede
con el audímetro.

Nuestra programación, la que estamos emitiendo, la que venimos emitiendo
en las últimas temporadas, la del próximo año, se basa en los resultados
de la audiometría, aunque sean datos incoherentes, datos que a veces no
acabamos de entender. Pero, no teman ustedes, no programamos únicamente
aquello que va a arrasar en el audímetro, no es así. Tomando como base
esos datos, intentamos saber por dónde van los gustos y las tendencias de
los telespectadores actuales, de todos los espectadores, incluso de
aquellos que son minoritarios, para



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hacer posteriormente una oferta completa, una carta de platos incluso
incompatibles de unir en nuestro propio menú. Pero es que, a diferencia
de la televisión en monopolio, no queremos obligar al espectador a tomar
el menú único de la casa, sino que queremos que el espectador,
libremente, confeccione su programación con nuestra oferta de programas y
con la de las otras emisoras de televisión.

La razón de ser de un medio de comunicación, al igual que de cualquier
medio de expresión o comunicación personal, se halla en el otro, en los
otros, en el destinatario, en el público. Si nosotros estamos allí, en
cualquier casa de cualquier calle, de cualquier barrio, de cualquier
ciudad, es porque está allí el espectador. Ninguno de nosotros habla
solo, en un pasillo, frente a una pared, para que nadie nos escuche.

Hablamos para ser escuchados, escribimos para ser leídos, interpretamos
un papel, si somos actores, para ser disfrutados por el público, y los
que hacemos la televisión programamos la televisión para ser vistos.

Todo el mundo tiene ideas sobre la televisión. Cuando llegan las cartas,
las críticas, las preguntas son siempre contradictorias: ¿Por qué
programa usted esos terribles grupos musicales cuando la ópera casi sale
de puntillas? Y cuando damos ópera, hay voces que se levantan y dicen: ¿Y
por qué dar ópera si es un género muerto? Otras personas dicen: ¿Por qué
las películas buenas se dan a media noche y subtituladas, mientras las
películas malas se ponen a una hora mejor? Hay otras voces que dicen que
no hay derecho a que demos toros en las horas infantiles; hay otros, los
chavales, que piden más horario infantil, incluso a las nueve y media o
las diez de la noche. Podríamos seguir sucesivamente con las críticas. A
veces los programadores seríamos felices de poner otras cosas en antena,
satisfaciendo nuestros gustos personales, con otros planteamientos, pero
nos quedaríamos solos e incluso también creo arreciarían sobre nosotros
las críticas por dar eso que no interesa a nadie. La verdad es que
podríamos hacer también otro tipo de programación, más interesante de
cara a los audímetros, por decirlo de algún modo, pero también les diré
que a muchos de esos programas que en estos momentos dan otras cadenas de
televisión, cuando nos han sido ofrecidos, hemos dicho que no porque no
se corresponden con nuestra filosofía.

No quiero que piensen que estoy aquí para contarles chascarrillos
televisivos. Voy a ir a mi argumentación principal, cómo es nuestra
programación. Nuestra programación es aquella que combina programas para
todos los públicos y todos los gustos, pero programas que tengan un
mínimo de audiencia. Permítanme que haga un elogio del gran público, pero
permítanme también que les diga algo que ustedes considerarán a lo mejor
como provocador, pero que es una realidad: es el público el que hace la
televisión y no a la inversa. La principal crítica que se hace a las
cadenas de televisión en nuestro país --y posiblemente me adelanto a
alguna de sus preguntas-- es la falta de sensibilidad por los asuntos
culturales, pero del mismo modo que hay Cultura con ce mayúscula y
cultura con ce minúscula, y hay cultura y cultureta --como diría Joan de
Segarra--, hay también una cultura de la televisión. Esa cultura --y no
hago ningún chiste-- existe, es una cultura que no es ni muy vanguardista
ni muy audaz, y la clave hay que buscarla en el hecho de que los
espectadores tienen muchos puntos de referencia y que prefieren los
territorios conocidos. Entonces ustedes se preguntarán, ¿no hay solución
para la cultura en las cadenas de Televisión Española? Sí que la hay, por
supuesto, pero hay que buscarla de otro modo. Cuando uno produce una
serie como «El Quijote» o como «Celia», está haciendo dos cosas
simultáneamente, producir una serie de ficción, de entretenimiento, y, a
la vez, hacer una oferta cultural. Pero también hay que buscarla a estas
alturas del siglo en las programaciones complementarias, tanto en la 1
como en la 2, y sobre todo en las cadenas complementarias, como las que
veremos en fecha inmediata, sea a través del satélite o a través del
cable. Nuestra experiencia no es diferente a la del resto de países de
Europa. Lo mismo sucede --insisto-- en cualquier país occidental, y por
eso soy un claro defensor de la existencia de cadenas complementarias
como la europea Arte, con la que Televisión Española sigue desarrollando
sus negociaciones. Al hablar de Arte, traigo aquí unas declaraciones
recientes de su Presidente, Jérôme Clement, con motivo del I aniversario
de una cadena sin duda magnífica. Arte --dice Clement-- no es una cadena
de demanda sino de oferta. Es coherente con lo que he dicho hasta ahora,
es una televisión complementaria que no busca resultados de audiencia,
que no llega al uno por ciento de audiencia en Francia, pero que ofrece
un trabajo de experimentación, de investigación, de reflexión, una cadena
que es criticada por elitista, por no mayoritaria, que no es sufragada
por la publicidad sino íntegramente por el Estado.

Entonces, ¿cuál es el sentido del servicio público de televisión? Pueden
ser muchos, pero dejo uno sobre la mesa, ese que inspira nuestra
programación, el de hacer una televisión para todos, una televisión
generalista que no excluya ningún género y que expulse de sus
programaciones aquellos programas y personas que inciten a la violencia o
a la exclusión por motivos de raza, sexo, religión, etcétera; una
televisión que no niegue a priori a ningún público y que pueda ofrecer
una clara expresión de la diversidad social de nuestro país; una
televisión sin intereses privados ni singulares; una televisión que nos
acoja a todos y que no sucumba ni a los intereses puramente comerciales
ni a los puramente elitistas; una televisión, como Televisión Española,
que se define como la televisión de todos, que está al servicio de todos
sin distinción ninguna y para ofrecer todo tipo de programación, no
solamente aquellos programas mayoritarios ni tampoco únicamente los
minoritarios.

Tampoco crean ustedes que mi exposición es un paseo triunfal. Este es un
objetivo que queremos conseguir cada día. La programación no es una
ciencia exacta. No hay fórmulas que garanticen el éxito y, además, en la
televisión pública, en las televisiones públicas, deben ser tenidos en
cuenta ciertos planteamientos. Algunos de los programas, insisto, que
triunfan en estos momentos en otras cadenas han pasado antes como
proyectos por Televisión



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Española y les hemos dicho no. No vale todo a cualquier precio, pero sí
hay que luchar, o queremos luchar, para que, con nuestra programación,
Televisión Española sea la cadena líder, lo cual significa que sea la que
más gusta a todos; en otras palabras, que siga siendo la televisión de
todos los públicos. En otras palabras, si me lo permiten, la programación
que hacemos es una televisión cuyo objetivo no es la audiencia, ni cuya
protagonista es tampoco la comercialidad. Ahí está nuestra diferencia.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo proponente, el señor Michavila tiene la
palabra.




El señor MICHAVILA NUÑEZ: Yo no sé si ha agotado ya su turno de palabra
porque en el orden del día figura que íbamos a hablar de la programación
de Televisión Española del último trimestre del año 1993 y de las
previsiones para 1994, y la verdad es que no hemos oído nada a ese
respecto, con lo cual las palabras de este Diputado tienen que valerse no
sobre lo que ha dicho sino sobre los hechos.

Realmente, este Diputado no es un experto ni es un presunto experto, ni
siquiera es de los que quiere ser un experto en materia de televisión.

Por eso sí que puedo no dejar de lado las ideas, como pedía el Director a
esos presuntos expertos o expertos, y hablar con las ideas que tiene un
Diputado, que es sencillamente eso, un Diputado, una persona que
representa a los ciudadanos, que representa a los contribuyentes, que
representa a un grupo importante, a un numeroso grupo de telespectadores
y que tiene algo que decir respecto de la programación. Se nos ha dado
aquí una visión de lo que debería ser la programación de Televisión
Española y el Director no ha entrado ni en un solo detalle del contenido
concreto de la programación, sino que se ha movido en una filosofía
bastante gaseosa y evanescente de lo que debería ser la programación de
una buena televisión. Y resulta que a esos ciudadanos, que a esos
votantes, que a esos contribuyentes, no les interesa esa filosofía sino
la consecuencia, su aplicación práctica. Y si les interesa esa filosofía
es precisamente para que se cumpla, y realmente el contraste entre la
filosofía expuesta y la realidad marca un abrumador sentido negativo del
contenido actual de la programación de la televisión pública española.

Quizá pueda decir el señor Director que esta descalificación se hace por
motivos políticos o porque no se es experto. Quizá pueda tener alguna
razón para decirlo en la medida que él es el Director, elegido por, a su
vez, el Director General del Ente Público Radiotelevisión y, por lo
tanto, elegido por este Gobierno. Pero creo que más allá de esa razón
difícilmente puede sostener que el contenido de la programación actual de
la televisión pública cumple el servicio público y cumple el Estatuto de
la televisión. Y no es que lo diga yo, no es que lo diga el Grupo
Parlamentario Popular. El Grupo Parlamentario Popular sí que ha querido
acudir a expertos y ha pedido un informe a expertos cualificados, incluso
alguno de ellos trabaja en el propio Ente Público Radiotelevisión, en el
cual hay expertos muy cualificados, y esos expertos, en el informe que
nos han remitido, dicen que ha sido evidente el abandono en la televisión
pública estatal y el olvido en los últimos años de los programas de
servicio público. También dicen estos expertos que si se cuantifica la
parrilla actual de la programación de la Primera Cadena, se obtendrá que
menos del 10 por ciento de su programación de prime time es programación
de servicio público.

Pero quizás es que el Partido Popular, en el afán de criticar al
Gobierno, acude a expertos no del todo objetivos y rectos. Pero es que
hoy es un clamor unánime en la opinión pública el criticar la situación
de la televisión pública y de las emisiones de las televisiones. Quiero
recordar que hay mucha gente que dice que no ve esa televisión --y
algunos de ellos hacen curiosos gestos en estos momentos--, y, sin ir más
lejos, quiero recordar a Delibes, que recientemente hablaba de la
televisión en general y también de la pública; a Amando de Miguel, al
propio Ibáñez Serrador, a Teodoro González Ballesteros, que es
catedrático de Ciencias de la Información, que escribía muy recientemente
y nos decía, como experto, que en las televisiones públicas (y él habla
de la televisión pública, aunque a veces se trata de hacer una bolsa y de
decir: vamos a repartirnos las culpas televisión pública, televisión
privada) hoy en día se está acudiendo a una programación innecesaria de
violencia, de sexo gratuito, de series norteamericanas --utiliza algunos
descalificativos que no quiero reproducir aquí--, y dice que
manifiestamente se está incumpliendo por el Gobierno el Estatuto de la
Radiotelevisión. Esto no lo dice el Grupo Parlamentario Popular; lo dice
un catedrático de Ciencias de la Información. Además, también hay otros
expertos, incluso profesionales, que denuncian esta situación. Quiero
recordar que un profesional de la calidad de Arturo Pérez Reverte, que es
Premio Ondas, ha abandonado la dirección de un programa diciendo que
dicho programa --que le había pedido dirigiera Televisión Española--
superaba los niveles éticos y deontológicos para dirigirlo.

Incluso podríamos acudir al propio Gobierno, al Partido Socialista, ya
que hace poco tiempo en esta Cámara un Diputado que representa a la
mayoría que soporta al actual Gobierno, decía que sería urgente que las
televisiones de este país, sea cual sea su titularidad --se dice
claramente--, sean televisiones públicas o privadas, refuercen cuanto
antes la dimensión cultural y educativa y dejen de ser agentes
ocasionales de una relativa «primariedad» en las conductas, que se
excluyan los mensajes de violencia de su contenido, y se insta a la
propia Televisión a emitir programaciones y contenidos más positivos.

Hace sólo tres días la Ministra, doña Cristina Alberdi, decía en
declaraciones de agencia que los reality shows emitidos por las
televisiones han tratado la imagen del menor con enorme inconsciencia. Ha
habido un aluvión de lo que se ha llamado reality shows en los que se ha
tratado la imagen del menor con una enorme inconsciencia. Y en ese
aluvión ha participado, con abundancia notable, la propia televisión
pública.

No estamos emitiendo una crítica al contenido de la programación de
televisión en el sentido de que sea política o partidista. A este
Diputado y al Grupo Parlamentario



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que representa les encantaría poder decir lo que decía antes algún
portavoz de otro Grupo Parlamentario en relación con la programación de
Radio Nacional, donde se cumple satisfactoriamente el Estatuto.

Sinceramente, nos gustaría poder decirlo como representantes de
ciudadanos, como representantes de votantes y como representantes de
contribuyentes --que a veces este aspecto se olvida desde Televisión
Española--, nos gustaría poder decir que la televisión cumple un servicio
público. Sin embargo, no es así. Resulta que la programación es
descalificada y nos encontramos con que la actual televisión pública --y
me remito a las cifras que la propia TVE ha presentado-- tiene en su
primer canal un 86 por ciento de programación destinado a ficción,
largometrajes, variedades e informativos, lo cual quiere decir que sólo
el resto, es decir el 14 por ciento, atiende a musicales, deportivos,
divulgativos, arte, humanidades, ciencias, educativos, religiosos y otros
programas. ¿Es eso cumplir con el servicio público? Podría decirse que sí
porque el servicio público impone el deber de información, pero es que a
informativos sólo se destina el 15 por ciento. Entonces ¿qué razón de ser
tiene una televisión que lo que está buscando --como usted mismo ha dicho
en sus palabras-- es aumentar la audiencia? Tal vez tuviera alguna razón
de ser toda esa filosofía de que es público el que hace la televisión,
que hay que seguir la cultura de la televisión y que hay una ley
universal de la televisión, que es la competencia. A lo mejor tendría
razón de ser, pero si eso tuviera razón de ser, quizá lo primero que
tendrían que hacer sería presentar su renuncia, puesto que ese fin no lo
están consiguiendo. La audiencia les está sancionando a ustedes. Día a
día Televisión Española va perdiendo audiencia y, en una contestación a
esta Cámara parlamentaria, el propio Director General del Ente Público
RTVE reconoce que las expectativas de audiencia para el año 1994
presentarán un descenso. Eso quiere decir que si usted fuera coherente
con esa filosofía, quizá debería replantearse la gestión. Pero es que ni
este Grupo Parlamentario ni la mayoría de los ciudadanos compartimos la
filosofía de que el servicio público haya que mercantilizarlo. El
servicio público no está sólo para atender a la «mercantilización» del
servicio. Eso sería tanto como decir que tenemos un instrumento para
crecer en audiencia porque el crecimiento de audiencia nos da publicidad
que nos permite mantener... ¿El qué? ¿Los informativos, quizá? Porque si
el aumento de publicidad no deriva en mejores servicios, no entiende este
Grupo Parlamentario para qué se hace. Pero es que resulta que en
Televisión Española en su Primera Cadena a publicidad se dedica tres
veces más que a deporte, tres veces más que a espacios religiosos, dos
veces más que a espacios de arte o humanidades, y treinta y cuatro veces
más que a espacios educativos. Se puede decir que los educativos se han
pasado a la Segunda Cadena, pero es que en espacios educativos, entre la
Primera y Segunda Cadena, se llega sólo al 4 por ciento de programación.

Cierto es que la Segunda Cadena tiene un mayor contenido de servicio
público, pero sumando la programación de las dos cadenas, lo que es
netamente servicio público, excluidos informativos, es decir, variedades
musicales, programas deportivos, divulgativos, arte, humanidades,
ciencias, programas educativos y religiosos, llega al 30 por ciento. ¿El
resto se justifica para alimentar esos programas que, además, en prime
time, es decir, en tiempos de mayor audiencia, no alcanzan ni siquiera el
10 por ciento, y se utilizan tiempos marginales? Los espectadores estamos
echando de menos esos espacios que existían y de los que se ha producido
una postergación, como «Ventana abierta» o «Jazz»; «Metrópoli» tiene un
horario que no hay quien lo vea. Resulta que los pocos programas
culturales que quedan no hay quien los siga. Tenemos algún documental,
que hay que agradecer a la Segunda Cadena: «National Geographic» u «Otros
pueblos», pero es que se han emitido tantas veces que usted habrá
comprobado que en ocasiones se corta, porque deben estar desgastados. Se
ha hecho un uso tan abusivo de repetición de esos programas que hoy el
espectador ve con estupor que la cultura española, aparte de comprarse
fuera, resulta que es muy repetitiva.

Nos hubiera gustado...




El señor PRESIDENTE: Perdón, señor Michavila, le ruego que acabe.




El señor MICHAVILA NUÑEZ: Voy acabando, señor Prsidente.

Nos hubiera gustado que fuera otro el contenido de su exposición. Nos
gustaría, efectivamente, que Televisión Pública Española respondiera a
otros criterios y a apoyar la producción nacional. Resulta realmente
incoherente que con una televisión pública estatal, cuyo Director General
--no lo olvidemos, porque no ocurre siempre así en el ámbito comparado--,
es nombrado por el propio Gobierno, ahora ese Gobierno esté clamando al
cielo por los acuerdos del Gatt. El Partido Popular comparte que hay que
proteger la industria audiovisual en este país, pero, ¿cuál es la
inversión? Donde de verdad está el dinero para favorecer esos sectores es
en televisión, básicamente. En el Ente Público Radiotelevisión se podía
hacer una eficaz política de protección de nuestro audiovisual. Se le
puede llenar al Gobierno la boca de decir que quiere proteger la
industria interior con leyes. ¿Muy oportuno? De acuerdo. Pero quizá fuera
también muy oportuno que el Gobierno y el Director General que lo
representa tuvieran una política acorde con esa defensa de la producción
nacional.

Finalmente y dado que no ha planteado nada respecto de la programación,
nos gustaría que no considere al público como decía Lope: puesto que es
necio, hablémosle en necio y así le damos gusto. El Partido Popular
considera que el público no es necio, y de ahí que se esté alejando de la
televisión. Recuperen el sentido del servicio público --tienen ahora una
ocasión excelente para ello-- de la televisión. Me gustaría que
contestara a unas preguntas, toda vez que el trámite parlamentario da pie
para ello. ¿Considera que el contenido de la programación responde a los
criterios de servicio público? ¿Considera que es necesario que se aplique
la directiva



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comunitaria para que Televisión Española, órgano público, cumpla las
normas de protección de la infancia en su programación? ¿Considera que es
necesaria la protección de la industria audiovisual por parte del
Gobierno contra la liberalización que propugna el Gatt para proteger la
producción nacional? ¿Considera que la tercera edad es digna también de
tener un espacio especialmente dirigido a ella? Se ha dicho que la
Segunda va dirigida a los jóvenes; pensamos que quizá también con ese
criterio habría que contemplar a la tercera edad y no marginarla de una
televisión claramente de servicio público.

¿Cuál es el «stock» que existe en este momento de producción en
Televisión Española? Hemos oído muchas noticias en el sentido de que
Televisión Española o ha comprado o ha producido cosas que todavía no ha
emitido.

¿Cuál es el porcentaje de producción propia y de producción ajena en cada
uno de los segmentos de emisión de la propia Televisión Española?
¿Cuánto está gastando la televisión en autopublicidad? Porque resulta que
aquí tenemos recogido el tiempo de publicidad en el espacio destinado a
ella, pero entendemos que en otros --continuidad, etcétera-- se mete la
autopublicidad. Se está haciendo una enorme campaña de autopublicidad.

¿Qué coste viene a tener eso? Lo preguntamos como mero elemento de
información, que no de crítica, porque quizá sea bueno que se proceda a
la autopublicidad cuando el contenido es bueno.

¿Cuál es la relación de la aparición de responsables políticos respecto a
su real implantación? No puede desconocer usted que, tanto en el Libro
Verde de la Comunicación de la Comisión Europea, como en otros países,
existen criterios de transparencia, de pluralismo, que establecen una
proporcionalidad entre la representación en la Cámara y la aparición en
televisión de los distintos grupos políticos.

Existen incluso condenas, así como una cierta opinión muy bien fundada de
que no se está respetando esa relación y que hay mayor presencia de
miembros del Gobierno y de la mayoría que apoya al Gobierno que del resto
de los Grupos parlamentarios, incluso en términos absolutos, cuando hoy
no se mantiene esa proporción.

¿Cree que para mantener una clara neutralidad en algunos contenidos
informativos de Televisión Española es preciso que el Gobierno acuda al
impulso democrático o se puede conseguir simplemente con reglas internas
de neutralidad?
Acabo, señor Presidente, con mi última pregunta. ¿Por qué razón los
gastos de programación y algunos otros de directivos no se dan a esta
Cámara, persistiendo Televisión Española en una conducta de cierta
opacidad informativa?



El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que quieren intervenir? (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Señor Director de Televisión Española, en
primer lugar he de agradecerle la información y las reflexiones de tipo
intelectual con que usted ha hecho ese análisis, en cuanto a los
contenidos y su distribución, de acuerdo con áreas en la programación de
un medio.

Solamente le voy a hacer dos preguntas, una de carácter general y otra
referida concretamente a la Comunidad Autónoma de Canarias. Qué duda cabe
que si esta comparecencia hubiera tenido lugar antes de la ley de las
televisiones privadas, hablar de programación para el ente público, en
este caso en la televisión, hubiera sido una cuestión mucho más
aritmética, más cómoda. Pero no nos vamos a engañar. Usted sabe que se
está planteando en la competencia con las televisiones privadas la lucha
de la contraprogramación, y sería verdaderamente ingenuo pensar que a
veces se pueden hacer explícitas concesiones en una estrategia comercial
en la que está legitimada toda empresa y toda entidad pública o privada
para mantener las garantías de cara a su audiencia y de cara a los
contratos de publicidad que nutren la economía. En este caso se comparte
por la televisión pública y la televisión privada esa situación.

Al hilo de esto, yo le pregunto: ¿Cree usted que, de la misma manera que
medios informativos de prensa han establecido las bases de un código de
ética profesional, sería el momento en España de que entre las
televisiones públicas, estatales o autonómicas, y las privadas se pudiera
establecer una norma de comportamiento en el respeto a la programación
sin que fuera necesario establecer la contraprogramación precisamente por
esa lucha económica?
La segunda cuestión es referente a la Comunidad Autónoma de Canarias. Nos
produjo ya satisfacción, a la representación que ostento aquí de
Coalición Canaria, la intervención del Director General del Ente Público
en la Comisión que celebramos el 29 de septiembre, cuando estableció las
directrices o líneas generales de los proyectos precisamente en el campo
de la televisión, abriéndonos una línea de expectación en la Comunidad
Autónoma de Canarias con la posibilidad de contratos-programas o de
actividades que respeten precisamente a aquellas comunidades autónomas,
que no tienen, como ocurre en Canarias, una televisión autonómica propia
y no desean meterse en gastos de una instalación de la misma,
aprovechando el segundo canal, por ejemplo, de Televisión Española para
potenciar, con las desconexiones pertinentes, aquellas líneas de
actividad social, deportiva, cultural, política, propias de esa comunidad
autónoma y que en un sentido democrático viene ya recogido en el vigente
Estatuto de Radiotelevisión. Por tanto, mi propuesta, señor Director, va
dirigida a potenciar, a través de la 2, aquellas líneas en comunidades
autónomas que no tienen este tipo de televisiones autonómicas, como es el
caso del archipiélago canario. Por sus condiciones geoestratégicas sí
sería conveniente, y ya le anuncio que recibiría nuestra ayuda y
estímulo, porque creo que se está haciendo una gran labor precisamente en
el archipiélago a través de la 2. Es necesario también dar un impulso en
la redacción de programas, en la ejecución de los mismos, en la
producción. No olvidemos que la demanda



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que haya de esta información pública, referente a los aspectos
propiamente autonómicos y que no cubre ningún otro medio, público o
privado, se podría obtener a través de la magnífica estructura que tienen
ustedes a través de Televisión Española en Canarias. Quiero hacer un
reconocimiento a la altísima profesionalidad de las personas que ustedes
tienen allí, al tremendo sentido del respeto a los valores culturales que
en este momento, de un carácter o de otro --europeo, español o propio de
la cultura canaria-- se vienen desarrollando en aquel entorno español y
geográfico.




El señor PRESIDENTE: El señor Recoder tiene la palabra.




El señor RECODER I MIRALLES: Gracias al señor Colom por su comparecencia
ante esta Comisión.

Yo le voy a formular una serie de preguntas sobre lo que es estrictamente
el motivo de la comparecencia, es decir, la programación de Televisión
Española. Pero ya que usted en su intervención nos ha manifestado una
filosofía general de lo que constituye de hecho el presente y de lo que
ha de constituir el futuro de la televisión, déjeme que muy brevemente
manifieste, porque lo hemos indicado sobradamente en esta Comisión, cuál
es nuestro punto de vista al respecto. Muy especialmente quisiera
pronunciarme sobre alguna afirmación que usted ha efectuado.

Nosotros pensamos que nuestro marco de referencia ha de ser el de los
países de nuestro entorno, es decir, ha de existir una concurrencia entre
televisiones públicas y privadas. Esto permite al espectador la
posibilidad de escoger entre las diferentes ofertas y, por tanto,
favorece el pluralismo. Asimismo facilita que la producción audiovisual
se dinamice, crezca y, en general, la creatividad de este sector cultural
y de la comunicación encuentre la posibilidad de ser difundida a través
de los canales.

Piensa este Grupo Parlamentario que es fundamental, en estos momentos de
convulsión de un sector en emergencia --y no tiene nada que ver el
panorama televisivo audiovisual actual al de hace simplemente cinco
años--, que la televisión pública halle en su programación elementos que
la definan claramente como una televisión de servicio público,
entendiendo el servicio público como la búsqueda de un nivel de calidad,
de presencia de los ámbitos culturales y educativos, del trabajo hecho
con densidad y contenidos, y ello, a veces, señor Colom --y usted creo
que va a estar de acuerdo conmigo--, está reñido con los índices de
audiencia.

Usted nos manifestaba muy ilustrativamente la oferta que han tenido de
determinados programas, a los cuales no han accedido, y se han ido hacia
la competencia porque supongo que consideraban que era incompatible con
el servicio público.

Para nuestro Grupo Parlamentario ello está muy claro. Tiene que existir
una labor clara de selección y de discriminación por parte de la
televisión pública, porque hoy más que nunca la televisión pública debe
cargarse de razones respecto a su existencia y necesidad. Es decir, no
debemos fijarnos exclusivamente en los índices de audiencia.

Nosotros entendemos que no debe ser una televisión minoritaria, sino que
debe tratarse de una televisión que aspire a llegar a una amplia mayoría
de la sociedad, y para ello creemos que no es necesario bajar el listón.

En los últimos tiempos es probable que globalmente el listón haya
descendido. Y como la televisión pública no debe renunciar a financiarse
mediante la publicidad, aunque sea parcialmente, es lógico que tenga
también programación más liviana porque la televisión no sólo debe
contribuir a informar, a difundir los valores culturales, sino también a
entretener, pero siempre dentro de la mayor dignidad posible, siempre
dentro del buen gusto.

En todo caso, me gustaría hacer una serie de precisiones y preguntas
respecto a las líneas de programación. En primer lugar, deseo manifestar
nuestra alarma porque llegan noticias de que en el conjunto de las
televisiones públicas europeas, que por lo general todas están pasando
por dificultades económicas, existe la tendencia a disminuir el
presupuesto de la programación de informativos, o más concretamente de la
programación informativa en general; es decir, no sólo de los
noticiarios, sino también de los programas de investigación, de los
grandes reportajes de actualidad, etcétera. Esta disminución de peso
específico de la programación informativa respecto a la divulgativa o de
entretenimiento es preocupante para este Grupo parlamentario y querríamos
conocer si en Televisión Española puede darse este proceso o existe en
este momento la tentación de reducir los costes, que son elevados,
ocasionados por los informativos.

En segundo lugar, una cuestión que ya se ha suscitado, que es reiterativa
también en la Cámara y que a este Grupo parlamentario le preocupa
especialmente: el de la programación infantil.

En una comparecencia anterior del Director General ante la Comisión, ya
tuvimos ocasión de referirnos al código deontológico que en su momento
firmaron las televisiones públicas, las privadas, el Ministerio de
Educación y las Consejerías de Educación de aquellas comunidades
autónomas que tienen competencias en la materia.

Es evidente que no deja de ser un elemento de presión moral, un
autocontrol, pero importante, al fin y al cabo. Sabemos que no es fácil
programar para niños porque a partir de determinada edad lo que les
interesa es el mundo de los adultos, ya que quizá no se encuentren
satisfechos con una programación dirigida específicamente a ellos. Esta
realidad existe y, por tanto, todos los esfuerzos para hallar un tipo de
programas que les llame la atención y que reflejen contenidos que sean
verdaderamente positivos para su fase de formación y crecimiento serían
muy bien recibidos.

También debo señalar, a mayor abundamiento, que la Cámara aprobó en el
último Pleno una proposición no de ley, en la cual se instaba al Gobierno
a que adoptara determinadas medidas, para que tanto las televisiones
públicas como las privadas lograran estos principios de la protección a
la infancia en su programación. Es más, está



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en marcha la trasposición de la Directiva Comunitaria de la Televisión
sin Fronteras, la cual hace una incidencia muy específica en este tema.

Quisiéramos saber qué línea se marca Televisión Española en su
programación respecto de la programación infantil.

Otra cuestión a la que quisiéramos que nos contestara es la que se
refiere a la programación en lengua catalana, que se emite desde el
centro de San Cugat, que al margen de su importante función de centro de
producción de programas para todo el Estado tiene una función muy
específica, como es la de emisión de programas para Cataluña.

Nuestra actitud positiva respecto a la estabilidad y fortalecimiento
global de Televisión Española y a la disposición para la solución de sus
problemas globales incluye, sin duda, un posicionamiento respecto a que,
pese a la crisis, no debe haber un abandono de esta programación, sino
una potenciación, y nos interesaría también conocer qué línea se marca
Televisión Española al respecto.

Por lo que se refiere a la definición de las dos cadenas, tenemos
noticias de que, en principio, se marcan una primera con un tono más
generalista y familiar, y una segunda, que es alternativa o
complementaria, que busca un público juvenil. Ello nos parece atractivo,
pero nos preocupa que puedan quedar desubicadas algunas facetas de la
programación de tipo cultural, programas para minorías, etcétera.

Estamos convencidos de que se está trabajando para configurar a la 2 como
un canal atractivo para la juventud, pero hay un sector de la audiencia
que encontraba muy interesante mucha de su anterior programación. Sería
bueno que ese punto de equilibrio se encontrara y que dentro de un tiempo
pudiéramos comprobar que a la hora de diseñar esta cadena se ha sumado y
no se ha restado. Creemos que determinados contenidos no deberían quedar
asignados a la programación del canal clásico del satélite. También
quisiéramos saber qué proyectos tiene Televisión Española al respecto.

Otra cuestión. Tal como se ha desarrollado en los últimos tiempos puede
hacer pensar que nos encontramos en una cierta contradicción, y me
refiero al tema de la producción ajena. Por un lado, se han elevado
críticas a Televisión Española en años anteriores, porque acudía
excesivamente a la producción ajena, pero ahora nos encontramos ante una
directiva europea que impondrá precisamente una cuota de producción
ajena. Nuestro Grupo no lo considera malo, sino lo contrario, porque va a
suponer dar trabajo al sector privado de la producción, lo que es
dinamizador, pero también sería importante para nosotros saber qué va a
suponer ello para Televisión Española.

Ultima cuestión que le quisiera plantear, señor Colom. Existe una
coincidencia en la opinión pública respecto a debatir o pronunciarse
sobre determinados tipos de programas muy en boga. Primero eran los
culebrones y ahora son los que se denominan los «reality show». Ya antaño
un grado importante de violencia en las producciones cinematográficas de
mayor éxito, que luego acaban en televisión, etcétera, suscitaron un
principio de debate sobre este tema. Nos interesaría conocer cuál es el
límite o cómo conseguir que no se escape el control de este tipo de
programación, muy cuestionada pero también muy seguida por la audiencia,
y cuál es su punto de vista al respecto.

Le he dicho que era la última cuestión, pero la última se la planteo en
este momento. Se han suscitado también muy recientemente en algunos
medios de comunicación información respecto de lo que es el cumplimiento
de la normativa de publicidad por parte de las distintas cadenas. Esta
información (y me refiero a un reportaje de la revista «Cambio 16» de
hará una semana, o al propio reportaje que «La Vanguardia» incluía en su
edición de este domingo) viene a constatar lo que ya suponíamos, y es que
existe un incumplimiento generalizado de la normativa de publicidad.

Debo decir que ustedes son los que salen mejor parados, son los que están
cumpliendo mejor esa normativa. Pero también es cierto que no siempre la
cumplen. Quisiera, si es posible, que me diera su opinión sobre esta
polémica, sobre el porqué se está produciendo esta situación, y, sobre
todo, que nos manifestara el compromiso de Televisión Española de ser
escrupulosa en cumplir la normativa sobre publicidad, más cuando la
directiva que le he citado hace un momento tiene contenidos muy exigentes
en cuanto a la temática y a los tiempos de publicidad. Por tanto, creo
que ya es hora de que todas las televisiones del Estado español se
acostumbren a ser estrictas en el cumplimiento de esa normativa, porque
si no la exigencia va a venir por la vía comunitaria.

Nada más y muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: El señor Alcaraz tiene la palabra.




El señor ALCARAZ MASATS: Gracias, señor Presidente.

Señor Colom, usted trae una táctica diametralmente opuesta a la del señor
Carcedo, porque introduce el debate situándolo en el terreno que mejor
puede permitirlo, el de la filosofía, el de la generalidad; aunque lo ha
introducido usted, desde luego, tiene el don de la ambigüedad, con enorme
confusión.

Por un momento, como se suele decir en Andalucía, yo tenía en la cabeza
cuatro monos y tres sillas. No sabía bien cómo situarme ante su discurso,
híbrido, respecto a un medio de comunicación público, servicio público
esencial, porque usted me estaba dibujando un medio entre Mariano Ozores
y La Bohème, entre el Padre Mundina y Búffalo Bill, y no acababa yo de
entender en principio lo que usted quería decir cuando hablaba de la
radiotelevisión pública y de competencia. Al final he llegado a la
conclusión de que sobre lo que ustedes están teorizando es de lo
complementario, desde una nueva conceptuación. Usted ha hablado de lo
complementario; por cierto que aquí hay portavoces del PSOE o de la
propia dirección de la casa, que dicen que es un término que les pone los
pelos de punta...




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El señor PRESIDENTE: Le ruego se dirija a esta Presidencia.




El señor ALCARAZ MASATS: No, no noy a hacer ninguna alusión, no se
preocupe, señor Presidente. Simplemente estaba mirando al tendido.

Yo creo que ustedes están teorizando lo complementario, desde un punto de
vista específico que yo así, a bote pronto, intentaría caracterizar,
porque es de enorme importancia, ya que, efectivamente, usted tiene
razón, yo no le voy a decir que se ha salido del tema. Usted está
hablando de la matriz de la programación, del tema fundamental; de por
qué programan así, de por qué es así Televisión Española, y, desde ese
punto de vista, están teorizando lo complementario.

Ahora bien, antes he de entrar un poco en este tema: lo complementario,
desde el punto de vista de la ambigüedad que usted ha utilizado, puede
ser un camino de transición. ¿Quién nos asegura que no? De transición
hacia un modelo televisivo de las grandes televisiones europeas, la BBC,
la italiana, la danesa, la sueca..., o también puede ser un camino de
transisión hacia el modelo norteamericano, una cosa marginal... Usted me
dirá que no, que al contrario; pero es que usted con esa ambigüedad no me
define el objetivo hacia el que vamos. Y si ahora esto se combina
(perdóneme, señor Presidente, que haga alusión, pero son cosas
inseparables, como según dicen algunos, el cuerpo y el alma) con la
reducción de personal de la que ustedes hablan, es imposible que el
camino vaya hacia el modelo de las grandes televisiones europeas.

Televisión pública: ¿cuál es la línea divisoria; la que usted marca;
pública pero menos; comercial pero menos? Yo el otro día intentaba
referirlo en el Pleno del Congreso aludiendo a un cartel norteamericano,
cuando llegó el debate sobre la venta de armas, y decía que había un
cartel con un arma apuntando al objetivo, por tanto, consecuentemente, al
entrecejo de quien mirara el cartel, y la leyenda era: Míralo desde este
punto de vista. El punto de vista de la televisión pública es el del que
está a este lado, el espectador, el televidente, el receptor; es el punto
clave a la hora de definir un medio de comunicación; eso mezclado, claro
está, al Estado social democrático de Derecho y a las leyes que
concretamente dicen que es un receptor; no es un consumidor, fíjese por
dónde. Usted estaba definiendo a un consumidor; es un ciudadano, y, al
ser un ciudadano, conecta con un principio básico del estatuto y de la
Constitución: la televisión es para profundizar la democracia, para
integrar, para articular, para educar, para defender lo público; no como
público comercial, sin interferencias, el comercio libre, la libertad
total de comercio... entre otras cosas porque no existe, veamos lo del
GATT. Usted ha expuesto un híbrido en el punto de confluencia, en el
momento más sensible en que hay que definir una televisión pública. Usted
dice: sí, estamos a final de siglo; estamos en el momento de la aldea
televisiva mundial. ¡Pero eso se llama GATT! ¡Ustedes, que acaban de
comprar 30.000 millones de pesetas en películas a la Warner Bross! Esa es
una pregunta que yo le hago. ¡Eso se llama GATT!, y es vital, porque
termina el 15 de diciembre (posiblemente porque el Congreso ha marcado
esa fecha y nosotros nos la hemos tragado), y dice que no hay fronteras.

Y ustedes están transmitiendo solamente el 16 por ciento de cine nacional
en Televisión Española, y naturalmente no están cumpliendo lo que debiera
ser la coproducción con independientes, la coproducción televisiva,
etcétera, no lo están cumpliendo al nivel deseable, y en muchos casos a
ningún nivel.

Usted hablaba de un consumidor en una sociedad desvertebrada. Por eso
hablaba de audímetros y de mercado libre, en un mercado que está
absolutamente intervenido, actualmente al 80 por ciento, y que puede
estar intervenido al cien por ciento a partir del 15 de diciembre si no
se aprueba la excepción cultural, que mañana vamos a votar en esta
Cámara, y esperemos a ver lo que vota cada uno de estos Grupos. Por
cierto, la proposición no de ley que ha presentado el Grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya es igual a la de Convergència i Unió.

Espero que, por lo menos esta vez, Convergència i Unió vote...




El señor PRESIDENTE: Le ruego que no se dirija a los grupos. Mañana en el
Pleno tendrá ocasión de hacerlo.




El señor ALCARAZ MASATS: A los grupos sí puedo, señor Presidente, hacer
referencia.

Desde ese punto de vista, usted ha utilizado al revés el problema de par
demanda/oferta. Usted dice: no es de demanda, sino de oferta. Tenía que
haber añadido los apellidos, porque usted ha cambiado el tema: no es de
demanda social, sino oferta publicitaria lo que usted ha defendido. Si
eso se conecta con la contraprogramación que aquí se ha citado, les diré
que ustedes están tremendamente pendientes de la programación de las
televisiones privadas para competir en ese terreno, y cambian
constantemente la parrilla en busca de más megocio y están utilizando los
mismos métodos y los mismos contenidos. Padecen la misma neurosis: la
captación de audiencia al coste que sea para obtener más publicidad y,
por lo tanto, más negocio. Entran en ese juego y, ya se sabe, el
espectador es pasivo y todo lo que se mueva, cuanto más se mueva, si es
morboso, violento, sexual, sexista, mejor; todo eso vende más y se
aumenta y se lleva a horas de «prime time».

Vuelvo a lo de complementariedad. Ustedes sitúan a la hora de máxima
audiencia algo que llaman espacios no públicos, que son los que se
costean con publicidad. El espacio público, el cultural, el que no se
costea con publicidad lo llevan ustedes a horas de mínima audiencia. Ese
es otro concepto de complementariedad que están ustedes utilizando.

Y el tercero que han utilizado ustedes nos hace que, en todo caso, nos
hagamos socios de una cadena que emite cultura fundamentalmente, ya que
ustedes van a mandar esa programación totalmente al Hispasat. Desde ese
punto de vista, nos curamos en salud y cumplimos complementariamente el
sentido público.

Esto nos lleva a una conclusión muy lógica y ya



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veremos en qué termina el impulso democrático y con quiénes coinciden
ustedes. Esto les lleva a cambiar el Estatuto de Radiotelevisión, a
cambiar todas las leyes; esto les lleva a una trasposición de la
televisión sin fronteras que se va a parecer a la directiva europea como
un huevo a una castaña; directiva europea cuyo plazo terminaba en marzo
de 1991 y ustedes no han redactado hasta ahora. Ya veremos en qué
consiste. Lo que sí le digo es que a las 24 medidas que la Ministra
Alborch presentó el 15 del mes pasado para que se aprobaran en el Consejo
de Ministros, sólo se han aprobado ocho, y desvirtuando los aspectos
fundamentales de esas medidas.

Veo que le están llamando la atención, señor Presidente, por lo que voy a
ir terminando.




El señor PRESIDENTE: Señor Alcaraz, a este Presidente no le llaman la
atención, pero si continúa me voy a ver obligado a llamársela yo a usted.

Le ruego que termine y se ciña a la cuestión.




El señor ALCARAZ MASATS: Perdón, señor Presidente; fue una broma.

Estoy en la cuestión. Antes porque me refería a lo concreto y ahora a lo
filosófico, lo cierto es que no puedo hablar nunca, señor Presidente. Si
el campo que ha abierto el señor Colom es un océano. Yo estoy en ese
terreno, pero voy a terminar. Además, no creo que se me conteste, porque
antes no se me ha contestado a nada. En todo caso, le haré preguntas
concretas respecto al tema de la contraprogramación. Quisiera saber si
van a intentar evitarla como sea, si «Informe Semanal», que ha bajado de
audiencia --tuvo una media de 3.123.000--, lo van a cambiar de nuevo al
sábado, si la 2 la van a llevar a ese 43 por ciento de menores de 30 años
haciéndola una televisión comercial directamente, quitando todo lo
cultural y metiendo juegos, anuncios, etcétera; si van a seguir con esa
falta de impulso a favor de la industria audiovisual española (ahí está
la respuesta que dio el señor Candau el otro día respecto a lo que se
emite, a los porcentajes de las películas en función de su procedencia) y
si de verdad tienen presupuestado, programado, llevar espacios de máxima
calidad en horas de máxima audiencia, porque la televisión pública tiene
que marcar ese liderazgo respecto a la privada y ustedes lo hacen al
contrario, están intentando imitar a la privada porque están cayendo en
lo de captar audiencia, que supone publicidad y mercancía. Sintetizo todo
lo que usted ha dicho y cuál era su concepto. No sé si son esos programas
que ustedes han contratado ahora, no lo creo; ustedes están haciendo un
experimento que les lleva a una reducción de personal y a una televisión
complementaria a muchos niveles, yo le he dado dos o tres. Me parece que
en el fondo de su intervención está bullendo esto, porque usted ha dado
la matriz de fondo, y esa matriz de fondo, señor Colom, no coincide con
la de las televisiones públicas europeas.




El señor PRESIDENTE: El señor Aguiriano tiene la palabra.




El señor AGUIRIANO FORNIES: Gracias, señor Director de Televisión por su
comparecencia. Usted nos ha explicado --por lo menos yo pienso así--
cuáles son los fundamentos de la programación, cuáles son las ideas
generales en que se basa la programación actual y usted mismo ha dicho
que ésos son, un poco, los objetivos; a veces se consiguen en un 100 por
ciento y a veces no se consiguen, porque esto no es una ciencia exacta,
pero el objetivo final va más o menos en la línea que usted nos ha
señalado.

Sobre ese tema y sobre lo que debe y puede ser la televisión pública,
estoy convencido que la crítica es muy sencilla; cualquier portavoz de
los que estamos aquí, cualquier Diputado o cualquier ciudadano de fuera
de esta Cámara, sea crítico, comentarista, catedrático o ciudadano
normal, tiene o puede tener una idea de lo que debe ser una televisión
pública. Seguramente, si sumamos todas esas opiniones resulta que nos
llevaríamos bastantes sorpresas sobre lo que los ciudadanos quieren, pero
no me estaba refiriendo fundamentalmente a eso, a lo que me estaba
refiriendo es a que resulta muy fácil hacer una crítica sobre lo que debe
ser una televisión pública, olvidándose del contexto de lo que es nuestra
televisión pública.

La televisión pública está definida en un contexto aprobado por estas
Cortes, cuando decidimos tener una televisión pública cuya única fuente
de ingresos fuese el mercado; yo creo que es la única televisión pública
de Europa que no recibe subvención vía presupuestos; ni subvención
directa del presupuesto ni subvención a partir de un impuesto especial
por posesión de aparatos de televisión. Eso es lo que tenemos que
criticar. Con este modelo, con una televisión cuyo único objetivo, cuyo
único fin para subsistir económicamente es obtener ingresos del mercado
publicitario, partiendo de esa base, debemos criticar si esta televisión
con esos condicionamientos está cumpliendo o no los objetivos del
Estatuto. La crítica es muy sencilla. A veces se hace una crítica
amparándose en declaraciones de ministros o de ministras que critican (y
la crítica estaba clarísimamente dirigida a la invasión de la infancia
por alguna cadena que no ha sido la televisión pública), pero todo tipo
de críticas que van dirigidas a cualquier tipo de televisión, se apuntan
siempre a la televisión pública española aunque no tenga nada que ver. Se
está diciendo por críticos, comentaristas y catedráticos, que Televisión
tiene que recuperar el servicio público, que lo ha perdido, pero los
mismos que critican eso deberán reconocer en sus planteamientos, que hace
poco tiempo Televisión tenía un clarísimo interés de servicio público,
pero es que en aquellos momentos también la criticaban. La critican ahora
que dicen que ha perdido ese servicio público, pero cuando ellos decían o
parecían dar a entender que existía ese clarísimo servicio público, la
criticaban exactamente igual.

Creo que Televisión Española tiene un clarísimo servicio público para
todos los ciudadanos cuando retransmite en directo debates de estas
Cortes, sea la investidura del Presidente del Gobierno, sea el debate del
estado de



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la nación, sin ningún tipo de interés comercial y aun sabiendo que eso va
a ocasionar pérdidas y disminución de ingresos, o cuando se transmiten en
directo, con una gran demostración de eficacia técnica y profesional,
acontecimientos como fue en su momento la conferencia de países de
Oriente Medio, como fue la conferencia de presidentes de países
iberoamericanos. ¿Esas son o no son retransmisiones con un clarísimo fin
de servicio público? ¿O no son servicio público importante los centros
territoriales, cuyo objetivo de obtención de ingresos vía publicidad creo
que son escasos y es un servicio público fundamental sobre todo en
aquellas comunidades que no tienen propia televisión autonómica? ¿O no es
servicio público el esfuerzo que está realizando Televisión Española, yo
creo que siempre, pero fundamentalmente en los últimos meses, después de
firmar el acuerdo deontológico que se firmó entre las cadenas de
televisión y el Ministerio de Educación? Creo que cualquier espectador
medianamente avisado habrá podido comprobar que realmente se está
haciendo un esfuerzo. ¿O no está haciendo servicio público --no es que lo
diga yo, lo han dicho los propios profesionales-- cuando la actuación de
Televisión Española es prácticamente la única que está garantizando la
existencia del cine en nuestro país? No lo he dicho yo. Los que en algún
momento criticaron a Televisión porque se ponía en duda la posibilidad de
que Televisión siguiese financiando y coproduciendo películas, por lo
menos dijeron que sin la ayuda de la propia Televisión el cine español
desaparecería. ¿O no es servicio público el apoyo a deportes
minoritarios, deportes que en su momento eran minoritarios y algunos de
ellos se han convertido en deportes mayoritarios, como pueden ser el
tenis o el baloncesto, que se están promocionando vía transmisiones,
deportes que en estos momentos tienen una escasísima audiencia, pero
Televisión está fomentando que cantidad de españoles puedan acceder
directamente a una retransmisión?
Dado el contexto real de cuál es la televisión en estos momentos en
nuestro país, dadas sus posibilidades y dado, como digo, que tiene que
obtener todo su dinero del mercado publicitario, con una durísima
competencia, por todas esas razones, creo que Televisión Española está
cumpliendo perfectamente los objetivos en las condiciones que tiene
marcadas y por eso quiero felicitar al Director de Televisión Española
por la programación que nos está dando, a un Director nombrado por un
Director General nombrado por el Presidente del Gobierno, igual que en
casi todos los países de Europa occidental. Esto no es ninguna excepción,
la excepción es la otra. Es un Director General nombrado por este
Gobierno, exactamente igual que en la mayor parte de los países de
Europa.

Por todo ello, gracias al señor Director de Televisión Española por su
comparecencia y por la información que nos ha dado.




El señor PRESIDENTE: Señor Director.




El señor DIRECTOR DE TELEVISION ESPAÑOLA, S. A. (Colom Esmatges): Voy a
intentar ser lo más rápido posible. Sobre todo, pido a ustedes disculpas
porque, aunque he intentado anotar las observaciones que hacen a la mayor
velocidad posible, me temo que no todas las he transcrito correctamente y
también me temo que no tengo respuesta para todos. Empezaré por el orden
que han utilizado ustedes.

En primer lugar, al señor Michavila, del Grupo Parlamentario Popular, de
entrada, le quiero agradecer el tono de la exposición. Acepto sus
planteamientos, en algunos casos coincido, en otros, no; posiblemente, a
lo mejor no nos hemos explicado muy bien. Usted me recrimina que yo no
hable de programas concretos presentes y en el futuro. He pensado que, si
leyese la rejilla de programación, es una información que tienen ustedes
y que sería más positivo contar la filosofía que sustenta esa rejilla de
programación. Por otro lado, pueden cambiar unos programas por otros,
pero las líneas de programación son aprobadas por el Consejo de
Administración y seguirán, más o menos, siendo las actuales.

En cuanto a lo de los presuntos expertos, no se dé usted por aludido, no
tenía ninguna intención de ofenderle, si es que le he ofendido. Creo que,
en este país, dentro de cada uno de los ciudadanos anida un experto en
televisión, porque todos y cada uno de nosotros queremos una televisión
en función de nuestras medidas. La filosofía a usted le puede parecer
gaseosa y evanescente, a mí no me lo parece; creo que son unos
planteamientos. Dice usted que a los ciudadanos a lo mejor no les
interesa la filosofía y que la filosofía no se cumple. He de reconocer
que no somos hermanitas de la caridad muchas veces y que intentamos
cumplir la filosofía y llevarla a la práctica, aunque a veces no sea
exactamente así. Dice usted que tenemos menos del 10 por ciento de
servicio público y yo discrepo. Lo que yo digo es que, a estas alturas de
la película o del programa de televisión, como quiera usted decirlo, la
televisión pública --y por eso he hecho esa exposición-- tiene que ser
entendida como la televisión de todos los públicos y hay algunos
programas que a lo mejor son para todos los públicos y que quizá no son
entendidos como de servicio público. Yo creo que estamos haciendo un
servicio público cuando conseguimos congregar a todos los ciudadanos de
este país --no digo a todos porque eso es imposible, pero sí a un sector
de ciudadanos de este país-- que se interesen por unas mismas historias,
sean de una comunidad autónoma o de otra, de una extracción social o de
otra.

En cuanto a las personas que usted me cita, estoy de acuerdo con muchos
de ellos, no en todo, pero sí en parte. Con Miguel Delibes, estamos de
acuerdo. Recientemente, con motivo del Premio Cervantes, hicimos una
noche dedicada al señor Delibes. Con Chicho Ibáñez Serrador hemos
discutido mucho, la prueba está que sigue en nuestra cadena. Con Amando
de Miguel, que fue profesor mío, coincido con algunas cosas y discrepo de
otras, al igual que con Teodoro Ballesteros. Si usted pone una lista de
expertos, yo puedo poner otra lista de expertos; yo puedo poner encima de
la mesa un montón de libros, usted puede poner encima de la mesa otro
montón de libros, y confrontarnos.




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De todos modos, señor Michavila, yo creo que no estamos muy lejos en
algunas posiciones. Nosotros y he dicho textualmente que es uno de
nuestro objetivos --lo he dicho y lo voy a repetir otra vez-- queremos
una televisión para todos, una televisión generalista, que no excluya
ningún género y que expulse de su programación aquellos programas y
personas que inciten a la violencia o a la exclusión por motivos de raza,
sexo, religión, etcétera. Ese es uno de nuestros objetivos y lo estamos
intentando.

Hemos elaborado un código deontológico, que en estos momentos tiene el
Director General para ser estudiado, que pensamos será aprobado
próximamente, aunque ya algunos de esos criterios son llevados a la
práctica, y se han avanzado en algunos programas como Código uno, del
señor Pérez Reverte, que usted citaba.

Voy a decir una cosa, porque ésta es la única vez que se me ha
posibilitado, y es que el señor Pérez Reverte en ningún momento tenía
obligación de hacer eso y lo podía haber dejado en el momento que él
hubiera querido, como si no hubiera querido empezar el programa. Si él lo
empezó y lo siguió, he de decir que en algunos casos concretos no fue a
gusto de la Dirección General, del director general ni del Director de
Televisión Española, y así se le señaló en algunos momentos concretos. El
señor Pérez Reverte en estos momentos está desempeñando otros trabajos
informativos dentro de Televisión Española.

Usted dice que hay abundancia notable de ese tipo de cosas en los
«reality show», intentamos que no sea así y voy siguiendo más o menos sus
preguntas. No queremos mercantilizar el servicio a base de aumentar la
audiencia, no; simplemente constatamos hechos. Voy a ponerle un ejemplo.

Nosotros dábamos ópera hasta hace muy poco y la dábamos de madrugada.

Tomamos una decisión con motivo del acuerdo que hemos hecho con el Gran
Teatro del Liceo de ofrecerla los sábados a las cuatro o a las cinco de
la tarde, que es una hora a disposición de todos los espectadores. La
audiencia que tuvo la ópera el sábado pasado fue de 216.000 espectadores,
y nosotros estamos contentos de esos 216.000 espectadores que se
interesaron por «Fedora». Posiblemente, si hubiésemos puesto otro
programa, tal vez hubiese tenido más audiencia que la ópera de Giordano,
pero lo sabíamos, y esa es nuestra complementariedad, que luego aclararé
también.

En cuanto a otros programas, como es el caso del programa de jazz, que
usted menciona, yo tomé la decisión de que desapareciese un programa
llamado «Jazz entre amigos», porque pensé que en la televisióon pública
española tiene más sentido hacer un programa sobre flamenco o sobre las
músicas autóctonas españolas que no sobre el jazz. Esa fue la decisión,
haciendo desaparecer un programa semanal, pero seguiremos atentos a las
manifestaciones de jazz. Hemos dado el festival, si no recuerdo mal, de
Vitoria, hemos dado el Festival de San Sebastián y hemos dado el Festival
de Madrid; durante esas tres semanas en donde se concentra la actualidad
del jazz, nosotros damos jazz todos los días que duran los conciertos. De
todos modos, es verdad que podríamos volver a la fórmula antigua (aquí no
hay que eliminar nada por principio) de coger todos los conciertos que se
graban y volverlos a dar semanalmente a una hora determinada.

En cuanto a los documentales, los tenemos de producción propia, de
producción ajena y, si me permite el chiste, mediopensionistas. Yo creo
que los documentales tienen una gran ventaja, salvo algunos de temas
socio-políticos, y es que se pueden repetir perfectamente. Una de las
grandes satisfacciones que a uno le producen las medidas que hemos tomado
y que hemos puesto en marcha ha sido un bloque de documentales que se
emite en el segundo «prime time» de la cadena, que es el de las tres y
media de la tarde. Estamos orgullosos y hemos aumentado ese porcentaje de
documentales. Antes se emitía simplemente una hora y en este momento se
emite hora y media de documentales. Si se cortó ese documental que usted
vio debió ser por el mal estado de la copia, señor Michavila, pero no
porque de tanto repetirlos se nos gasten. Le voy a decir que tenemos más
documentales, entre ellos los nuevos del National Geografic, para darlos
próximamente, y los disfrutaremos entre todos.

En cuanto al tema de la producción nacional, usted me habla de proteger
el audiovisual. Yo le diría que la postura que mantenemos en Televisión
Española, tanto por parte del director general como por la mía y de los
otros directivos, es que nosotros no tenemos por qué proteger el
audiovisual, sino que tenemos que trabajar con la industria audiovisual
española de igual a igual. Lo único que hemos pedido a la federación de
productores en las últimas reuniones que hemos tenido es que nos respeten
como la primera productora del país y que trabajen con nosotros, como la
primera productora del país. Están completamente de acuerdo y supongo que
precisamente a partir de ese trabajo conjunto con la industria
audiovisual protegeremos el audiovisual español. Pensamos que no hay que
protegerlo, sino darle suficientes alas para que tenga vida propia y se
considere una industria puntera en nuestro país.

Estoy de acuerdo en la mención que hace a Lope. Yo creo que el público no
es necio y precisamente la exposición que he hecho consiste en decir:
escuchemos lo que quieren los espectadores porque no son necios y no son
tontos. Podemos equivocarnos también nosotros en servirles cosas que
ellos a lo mejor no quieren, pero en ningún caso yo he creído que la
audiencia sea tonta.

En cuanto a las preguntas que me ha hecho, para algunas tengo respuestas
y para otras no. Respecto a los criterios de servicio público, desde
nuestro punto de vista, le diré que sí. En cuanto a la directiva relativa
a la protección de la infancia, hemos sido los primeros en tomar medidas
de levantar series; yo diría que los primeros y casi los únicos en tomar
la decisión de levantar series. No únicamente estamos dispuestos a
levantar series, sino que le diré que hemos establecido, dentro del área
de emisión de Televisión Española, un pequeño comité que visiona la
programación que se emite a horas infantiles, por si hay algún error
anterior que no se vuelva a repetir.

Creemos que hay que proteger a los menores, que no se puede dar cualquier
producto a cualquier hora. Es muy



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curioso que a una hora en que hay público infantil --también podemos
equivocarnos nosotros--, otras cadenas emiten series que han sido
concebidas para emitirse a las once de la noche en Estados Unidos, porque
contienen claros elementos sexuales y de violencia. No es nuestro caso y
estamos orgullosos de hacer eso porque pensamos que corresponde a la
televisión.

En cuanto a la tercera edad, no tan sólo no la tenemos olvidada, sino que
nuestros principales espectadores de Televisión Española, especialmente
de la Primera Cadena, son las personas de la tercera edad. Vamos a seguir
satisfaciéndoles. Yo no sé si con un programa o un magacín propio para la
tercera edad; pero desde luego teniendo en cuenta los gustos de esa edad
a la hora de confeccionar la programación.

En cuanto a los «stocks», lo desconozco en estos momentos, pero le puedo
mandar por escrito la respuesta.

Hay otros temas que creo están fuera de lugar, como cuando dice que la
neutralidad se debe al impulso democrático. Nosotros intentamos siempre
ser neutrales, aunque haya veces que a lo mejor ustedes no lo crean así.

En cuanto a si nuestra conducta es opaca, yo creo que no lo es.

Posiblemente me he dejado alguna pregunta por contestar, pero si me la
dice luego, muy gustosamente se lo mandaré por escrito.

Gracias también al señor Mardones por sus observaciones. Toca usted un
tema clave, que es el de la contraprogramación; en Francia, lo llaman la
desprogramación, que es otra manera de entenderlo y cambiar las cosas en
el último momento. Nosotros somos completamente partidarios, y estamos
abiertos, a que haya un pacto entre todas las cadenas de televisión para
que no se contraprogramen. Pero también le voy a decir otra cosa. Yo
entiendo perfectamente que cualquier cadena de las existentes, cuando un
producto o un programa no le va bien, quiera cambiarlo porque se ha
equivocado. Eso sucede aquí, en Estados Unidos y en cualquier parte,
porque uno pone la mejor de las ilusiones en los proyectos, pero no
siempre salen como uno quiere, sino como salen también, a veces, los
hijos.

En cuanto a Canarias, la reflexión me parece positiva. El director
general tiene en sus manos ese «dossier» y cuando dé luz verde al
planteamiento, podremos avanzar en esa línea en Televisión Española.

Señor Recoder, muchas gracias por sus preguntas, que voy a intentar
contestar lo más rápidamente posible. La primera pregunta es relativa a
la disminución del presupuesto de informativos, ¿va a bajar? El
presupuesto de este año para Televisión Española es inferior al del año
pasado. Sin embargo, si hay un área donde prácticamente no se ha tocado
el presupuesto, es la de servicios informativos. De todos modos, pensamos
que es posible reducir algunos costos de los servicios informativos si lo
permitiesen la ordenanza laboral y algunos otros planteamientos, pero
estamos contentos de nuestros servicios informativos y no va a bajar la
producción.

Programación infantil. Estamos ya en la segunda fase, no tan sólo de
respetar los códigos deontológicos relacionados con los niños y los
jóvenes sino en la siguiente, es decir qué tipo de producción hacemos
para esos niños y para esos jóvenes que no sea únicamente producción
ajena. Vamos a retomar el «dossier» de la coproducción de una serie
infantil, que ha tenido éxito en todas las televisiones públicas del
mundo en que se emite, que es «Barrio Sésamo»,
para coproducir la quinta etapa de la serie y repetir algunas de las
interiores.

Lengua catalana. Le puedo dar alguna estadística que tengo aquí sobre las
horas de emisión en catalán de Televisión Española en Cataluña. En el año
1992, la primera cadena emitió 146 horas, y en 1993 serán 195. En 1992,
la segunda cadena emitió 845 horas, y este año serán 1.495 horas. También
hay que decir que el año pasado disminuyó el número de horas de emisión
debido a los Juegos Olímpicos, que nos dejaron durante unos meses sin
posibilidad de estructura en Cataluña.

Producción ajena ante la directiva europea. Somos partidarios --se lo he
dicho al señor Michavila-- de trabajar con la industria audiovisual
española y europea para incrementar la industria europea. No estamos de
acuerdo con la lucha por las cuotas y contra los criterios del GATT
únicamente de boquilla sino que intentamos llevarlos a la práctica.

Tiene usted razón cuando decía que los culebrones fueron motivo de
polémica, como en estos momentos los «reality show». ¿Cuál es el límite?
Yo no sé expresarlo en estos momentos. Lo que le digo es que algunos de
los programas de los «reality show», que emiten otras cadenas en estos
momentos, nos fueron ofrecidos y los rechazamos, simplemente, y nos hemos
quedado muy a gusto a pesar de que algunos de esos «reality show» nos
ganan en audiencia los días que se emiten.

Es verdad que en la normativa de publicidad somos los que salimos mejor
parados, según el estudio de «La Vanguardia» que vio ayer, así como en el
de «Cambio 16». Pensamos que no tiene que haber incumplimiento y también
creemos que la aplicación de la directiva europea beneficiará
fundamentalmente a los espectadores de televisión, a los ciudadanos de
este país.

Agradezco al señor Alcaraz sus planteamientos. Hay una cosa que le diría
de entrada: tal vez usted considera que he sido ambiguo y posiblemente lo
haya sido, pero lo que pasa es que no he sido suficientemente extenso y
quizá este marco permite una discusión a fondo de muchas horas, sobre lo
que estamos hablando. Usted ha puesto como ejemplo que nosotros queremos
hacer una programación entre Mariano Ozores y «La Bohème» y el padre
Mundina y no sé quién. Tal vez los nombres no son los más claros y
concretos; pero nosotros, cuando decimos que queremos una programación
complementaria, pensamos claramente en lo que decimos de programación
complementaria, que hay programas mayoritarios y programas minoritarios
pero que son complementarios de los mayoritarios. No es un juego de
palabras. No queremos mandar la complementariedad al satélite y el hecho
claro es que las negociaciones que estamos manteniendo en estos momentos
con la Cadena Arte son para difundir en España toda una serie de
programas --para ser



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difundidos a través de la 2 y en algún caso concreto de la 1--, al margen
de lo que emita la cadena de satélite de Televisión Española.

Usted dice que evidentemente he intentado hablar de la matriz de la
programación y me alegra que lo haya constatado también así, porque esa
era mi intención. Dice usted que estamos en un camino de transición y que
podemos ir hacia el modelo norteamericano. No, es literalmente imposible
que vayamos hacia el modelo norteamericano, porque no queremos el modelo
norteamericano de cadenas mayoritarias ni el modelo norteamericano de
cadena pública, como la PBS, absolutamente minoritario. Queremos una
programación integrada que permita integrar también a los ciudadanos y
que se desenvuelva con completa libertad en el marco español.

Cuando decimos que queremos hacer una cadena como la 2, no pensamos hacer
una cadena supercomercializada, como usted ha dicho. La prueba está que
algunos de los programas que hemos puesto en marcha en ese planteamiento
de la 2, como es un programa de participación de los jóvenes que se emite
los lunes por la noche y que se llama «¿Y tú de qué vas?», no tiene nada
que ver con ese modelo de programación. Hay otros programas que pueden
tener éxito de audiencia, de público, de crítica, que pueden aportar
publicidad, como es «El peor programa de la semana», pero no tiene una
voluntad claramente comercial y de pactos comerciales. Decía al señor
Michavila que considero que el espectador no es necio, y digo claramente
que los jóvenes de nuestro país no son necios y saben distinguir
claramente una cosa de otra. Creo que hay que dejarles moverse en su
salsa.

En cuanto a «Informe semanal», mis datos no coinciden con los suyos.

«Informe semanal» en las últimas semanas, desde que se emite el domingo,
con algún altibajo, ha aumentado la audiencia que tenía el sábado por la
noche, compitiendo con el fútbol; insisto, señor Alcaraz, compitiendo con
el fútbol. Otra historia es «Informe semanal» cuando no tiene la oferta
del partido de Liga --institucional, por decirlo de algún modo-- a través
de la 2 y de la Forta, es decir, en verano, que evidentemente tiene más
audiencia; pero, si hacemos la comparación de lo que tenía en las últimas
semanas y en la última temporada contra el fútbol, el domingo por la
tarde no va mal. De todos modos, como le dijo el director general en su
última comparecencia, estamos estudiando la posibilidad --está por
decidir-- de si se vuelve a emitir otra vez el sábado por la noche.

En cuanto al porcentaje que usted ha dado del cine español, yo también le
diría otra cosa, y es que, a lo mejor, no hemos cumplido ese presunto
porcentaje que dice o que iba a decir la transposición de la directiva
europea, pero el borrador de esa directiva, tal como ha quedado, si no
recuerdo mal, dice que el 50 por ciento de la producción tiene que ser
europea, y de ese 50 por ciento el 25. Quizá no hemos cumplido el
porcentaje correspondiente a la industria española, pero sí hemos
cumplido posiblemente el de la europea. Le aseguro que somos claros
defensores de la transposición de la directiva europea porque pensamos
que beneficiará fundamentalmente al panorama audiovisual español, que
defenderá a los ciudadanos de este país; yo prefiero llamarlos ciudadanos
y no consumidores de televisión.

Gracias también a las reflexiones del señor Aguiriano. Vuelvo a decir lo
mismo que he dicho a los portavoces de los otros grupos parlamentarios.

El servicio público se puede entender de muchas maneras. Se entiende
colaborando con el Ministerio de Educación haciendo la televisión
educativa o con el Ministerio de Educación respetando los criterios en
cuanto a la televisión para niños. Pero también pienso --y vuelvo al
argumento que he citado antes-- que cumplimos con el servicio público
cuando hacemos un tipo de programas que puede interesar a cinco, siete u
ocho millones de españoles que unimos delante del televisor con unos
mismos sentimientos, opiniones, creencias, como quiera usted llamarle.

Muchas gracias a todos.




El señor PRESIDENTE: Si algún señor Diputado quiere hacer alguna pregunta
sobre la última exposición que ha hecho el señor Director le ruego que lo
haga muy brevemente porque vamos muy mal de tiempo. (Pausa.)
Señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Muy brevemente, señor Presidente.

Señor Colom, hago una precisión. Usted ha dado unas cifras de emisiones
en catalán en 1992 y 1993, y me señalaba que se producía un incremento en
1993 respecto de 1992. ¿Va a continuar esa tendencia de crecimiento o se
va a estabilizar en 1994? Quisiera que me lo aclarara.

Un par de comentarios. En primer lugar, me parece muy bien que vayan a
coproducir «Barrio Sésamo» porque recuerdo que era una serie muy buena,
de mucha calidad, la prueba es el éxito que tuvo en su momento. En
segundo lugar, quisiera también señalarle que nuestro grupo piensa que
debe felicitarles por la iniciativa del acuerdo a que han llegado con el
Gran Teatro del Liceo para emitir óperas. Lamentamos que tuviera tan poco
seguimiento la primera edición, pero estoy seguro de que existe un sector
de público importante que puede estar interesado por ese tipo de
emisiones.

Por último, en el tema de la publicidad usted no se ha mojado. Yo lo
entiendo. Usted no es tampoco quien debe hacerlo. En cualquier caso,
alguna cosa está pasando en nuestro país porque se está incumpliendo de
forma generalizada esa normativa. No sabemos exactamente qué puede pasar
si se exige el cumplimiento estricto. Ya le he dicho que ustedes son los
que están quedando mejor parados. En cualquier caso, existen unos
derechos de unos ciudadanos que ven la televisión que los poderes
públicos no pueden pasar por alto y creo que algo se va a tener que hacer
al respecto.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Alcaraz.




El señor ALCARAZ MASATS: Voy a aludir a algo que se ha dicho aquí antes
que no se corresponde con la letra



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del Estatuto y es que deba financiarse la televisión con dinero
comercial. Tiene que ser dinero presupuestario. En la última etapa de
Calviño incluso se renunció a 11.000 millones de pesetas de subvención
pública. Por tanto, eso está en la base de un estatuto que no se ha
cumplido desde el principio. Claro que para financiar la televisión
pública en las condiciones actuales hay que arrostrar un riesgo de
impopularidad. ¿Por qué? Porque la televisión pública no ha jugado el
papel de liderazgo cultural, ético y moral que tenía que haber jugado.

Ahí no vamos a coincidir usted y yo, señor Colom, pero le agradezco que
haya entrado en debate. Le agradezco que esto se parezca un poco a un
Parlamento de vez en cuando, pero no vamos a coincidir en esa idea. Es
posible que haya que desbrozar mucho el terreno para llegar al debate de
la realidad, porque el debate real se está haciendo no sobre las palabras
sino sobre los hechos; ya veremos con qué cadencia, con qué ritmo. En esa
reducción de personal que usted hace no me ha contestado a los 30.000
millones de la Warner Bross y la falta de producción propia conduce a un
modelo que, a mi juicio, no es el que don Felipe González, en una
entrevista en «El País», dijo textualmente que era el suyo, la BBC. Me
parece que no, en absoluto. Sobre los hechos, efectivamente, los medios
humanos que ustedes están diseñando no se corresponden con el modelo
europeo que conocemos.

En la segunda cadena hay una abolición del liderazgo cultural. Usted cita
unos programas que, independientemente considerados, a lo mejor son
presentables, de mayor o menor calidad. El problema no es ése; el
problema es que el conjunto de la 2, tal como lo han diseñado, es
fundamentalmente publicitario para un sector social muy determinado y en
el que parece que van a insertar algunos programas de tipo cultural. Pero
ya veremos el resultado, señor Colom.

Voy a plantear dos cosas muy concretas, señor Presidente. Si no tengo
razón en lo que he dicho --o no tenemos, para no asignarme ninguna pluma
que no me corresponda-- respecto a «Informe Semanal», ¿por qué están
pensando en cambiarlo de nuevo al sábado? ¿Cuáles son las causas? Alguna
causa habrá para que retorne al horario que ha tenido durante veinte
años. Es de audiencia, señor Colom.

Finalmente, usted reconoce que no han cumplido ni la cuota del 25 por
ciento prevista, por cierto, en la directiva sin trasponer de televisión
sin fronteras, pero sí han llegado a esa cuota con el culebrón, hasta el
23 por ciento, fundamentalmente de producción sudamericana. Yo creo que
hay que rectificar eso y hay que rectificar también el tormento creciente
de ver películas, incluso en Televisión Española, absolutamente rotas,
cortadas por publicidad; suprimen el final de las películas, que puede
contener música o escenas, por unas razones o por otras. Todo esto son
señas de identidad de una televisión escrupulosa, pulcra, que me parece
que son detalles que no cuestan trabajo pero que hay que mantener desde
el punto de vista de la televisión pública.

Le agradezco su presencia, señor Colom, así como la del señor Carcedo
antes y que este debate no haya caído en el vacío.




El señor PRESIDENTE: El señor Michavila tiene la palabra.




El señor MICHAVILA NUÑEZ: Seré breve porque, sin duda, este portavoz
disfrutó antes de la amabilidad de la Presidencia de la Comisión. Por
tanto, no me voy a alargar en exceso.

Quiero agradecer la contestación del señor Director, que por lo menos ha
bajado un poco de la filosofía y ha entrado a dar algunas contestaciones.

Sin embargo, sus contestaciones han sido enormemente desarticuladas y el
problema esta vez ha sido el contrario, que se ha olvidado precisamente
de la filosofía. De las respuestas que ha dado la que más me preocupa es
la de que esté absolutamente satisfecho de que la programación actual de
la televisión pública responda plenamente a los requisitos de servicio
público. Todo lo demás son matices, pero ésta es la esencia de la
cuestión, que proclame la satisfacción respecto de la programación actual
cuando existe un sentir mayoritario de la opinión pública reclamando de
la televisión pública --también de la privada, pero estamos hablando de
la pública-- otros contenidos; esa autosatisfacción supone olvidarse
desgraciadamente de los ciudadanos, que son a los que debe dirigirse el
servicio público, que no olvidemos que es un servicio al público y no
servirse del público como en ocasiones parece que pretende la televisión,
sirviéndose de aumentar la audiencia para financiar sus propios espacios.

Quizá lo que quepa a este Grupo Parlamentario es la satisfacción de ver
que sus argumentos son lo suficientemente sólidos como para que el Grupo
Parlamentario que representa o que sostiene al Gobierno haya dedicado su
intervención a seguir el guión de la de este Grupo Parlamentario para ir
contradiciendo. También hay ahí autosatisfacción y, la verdad, nos parece
que no es momento éste para la autosatisfacción. No se trata de dar lista
de expertos que denuncien, ni siquiera lista de ministros --estamos ya
muy acostumbrados a que los portavoces socialistas disientan de sus
propios ministros--, sino que se trata de sentir, de pulsar la opinión
generalizada, incluso acudiendo a su propio argumento. Me alegro de que
coincida con este Diputado en que el público no es tonto y como no lo es,
como no es necio, resulta que el público se está alejando de la
televisión pública y está cayendo su audiencia precisamente porque no lo
es, porque no es necio, porque quiere otros contenidos de mayor calidad,
y eso es lo que reclama el Partido Popular. Hay que ir exactamente al
núcleo de la cuestión, que no es filosofía gaseosa, sino un sentido claro
de lo que debe ser el servicio público.

Este Grupo Parlamentario criticaba antes a la televisión pública y es
consciente del contexto actual, que no ha provocado él por otra parte. Lo
criticaba antes no tanto por el fin genérico que debe tener el servicio
público, sino por cuanto que el medio que se utilizaba era el monopolio y
porque no se cumplía el fin. Y hoy



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criticamos lo mismo, no el fin que se proclama del servicio público, sino
que el medio que se tiene para mantener un teórico servicio público sea
exclusivamente el de mercantilizarlo (quienes antes abominaban del
mercado hoy parece que lo idolatran y mercantilizan el servicio público)
y porque no sólo no cumple con los medios sino que tampoco cumple con el
fin; es decir, no se está atendiendo verdaderamente a un fin de servicio
público y los porcentajes están ahí, yo no me los invento. Yo he dicho
antes, y quiero matizarlo, que expertos señalan que sólo el 10 por ciento
es servicio en prime time. A eso me he referido, no a toda la emisión
global; y respecto de la emisión global, sólo el 30 por ciento, excluido
informativos, era servicio público considerado como tal estrictamente. A
eso me refiero.




El señor PRESIDENTE: Le ruego concluya. Vamos muy mal de tiempo.




El señor MICHAVILA NUÑEZ: Quiero decir simplemente que han quedado muchas
preguntas sin contestar y con el amparo del Presidente las remitiré por
escrito. En alguna de ellas tiene la Cámara un enorme interés, sobre todo
porque considera que hay opacidad en televisión cuando no se están
trasladando muchos datos. Hay una muy concreta que querríamos repetir y
es cuál es la proporción de aparición de cargos públicos socialistas en
televisión en relación con la real representación en la Cámara, pues
entendemos que hay una desproporción en favor de ese Grupo y sus
representantes.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director.




El señor DIRECTOR DE TELEVISION ESPAÑOLA (Colom Esmatges): También voy a
ir lo más deprisa posible y a lo mejor me dejo matizaciones por hacer.

En la programación en catalán, en principio, no está prevista una
reducción cuantitativa. Lo que sí queremos es un cambio cualitativo, y
voy a poner un ejemplo. La quinta temporada de «Barrio Sésamo» será
producida en los estudios de Sant Cugat, con un claro objetivo de
producirlo en catalán y en castellano, de tal modo que la serie la verán
los niños de Cataluña en catalán. En cuanto a la iniciativa del Liceo es
una de las que hay. Estamos orgullosos de trabajar con la otra televisión
pública catalana no únicamente en los temas de deporte, sino incluso en
coproducciones como la de la serie «El Compte Arnau», sobre la que nos
hicieron una oferta que vamos a estudiar. Estamos satisfechos de ello.

Señor Alcaraz, evidentemente no coincido con la primera parte de su
intervención. Como usted dice que no voy a coincidir, pues no coincido,
pero le voy a pedir dos cosas. Déjenos un margen de tiempo y verá cómo
esa oferta cultural, que cree usted que va a ser reducida y eliminada, no
será reducida sino que, al contrario, tendrá otros hervores más hermosos,
incluso creo que tendrá más gancho.

En cuanto a «Informe Semanal» hay un problema, y es que son veinte años
de emitirse en sábado por la noche y, aunque los números dicen que, en
estos momentos, el domingo por la tarde lo ven más personas siempre nos
queda una especie de adicción --uno lo puede decir claramente-- a verlo
el sábado por la noche o a trabajar el sábado por la noche en «Informe
Semanal».

En cuanto al porcentaje sudamericano que usted dice, según las cifras que
les dieron en una intervención parlamentaria del Director General, no
hace referencia al culebrón sudamericano, sino a que durante el año 1992
Televisión Española programó toda una serie de películas bajo el epígraje
«Cine-92», que era cine hecho en Latinoamérica, y de ahí que el
porcentaje de producción sudamericana aumentase.

Yo creo que con la aplicación de la directiva europea el número de cortes
en las películas se va a reducir y que el espectador y el anunciante
saldrán ganando. En cuanto a una crítica que se nos hace mucho
últimamente sobre el corte de los títulos de crédito al final de las
películas, no los cortamos todos, pero --iba a decir un disparate, no lo
digo-- hay títulos de crédito que duran cinco minutos. Yo tengo la
sensación de que puede haber un interés por saber el reparto de una
película, pero saber quién es la empresa que sirvió el «catering» en
Chicago durante el rodaje o la compañía de seguridad que estuvo en el
rodaje de los exteriores en Kansas, que vienen en esos títulos de
crédito... (El señor Alcaraz Masats: La música.) Ya sé que también la
música, pero no siempre hay música. A veces es un fondo negro con títulos
de crédito. Hablábamos antes de las mayorías, pero la prueba está en que
la inmensa mayoría de los telespectadores, a los treinta segundos de
títulos de crédito, desaparecen porque no quieren verlos. Es así.

En cuanto al señor Michavila y a su Grupo, vuelvo a decir lo que he dicho
antes. Yo digo que siento satisfacción, pero yo nunca estoy contento. Es
más, le voy a decir que soy neuróticamente inquieto y casi nunca estoy
satisfecho con muchas de las cosas que hago. Me refiero a que yo creo que
el servicio público se puede entender de muchas maneras y que también se
entiende haciendo programas que gusten a la mayoría de españoles. Dice
usted que se nos alejan los espectadores. A veces es verdad y otras no lo
es, pero le aseguro que cuando dejan una oferta de Televisión Española
para irse a otra normalmente la oferta que gana es mucho más bestia,
mucho más sucia, mucho más bruta que la que ofrece Televisión Española.

Lo digo de una manera sencilla y me gustaría que nadie se sintiese
ofendido.

Yo creo en la economía libre de mercado --no soy un converso en esa
historia--, lo creo desde hace muchos años, pero a la economía de
mercado, para que funcione, evidentemente hay que añadirle unos elementos
de corrección en razón de cada una de nuestras sociedades. Nosotros no
estamos de acuerdo en mercantilizar --vuelvo a insistir-- el servicio
público. En lo que sí estamos de acuerdo es en hacer un servicio público
que guste a la inmensa mayoría de nuestros espectadores que son los
ciudadanos españoles.




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--DEL DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (GARCIA CANDAU), PARA QUE
INFORME DE LOS PLANES QUE EN ESTOS MOMENTOS CONTEMPLA EN RELACION A
TELEVISION ESPAÑOLA (TVE) Y LAS CONVERSACIONES QUE HA MANTENIDO
RECIENTEMENTE CON DIVERSOS PRESIDENTES DE COMUNIDADES AUTONOMAS. A
SOLICITUD DE DON JUAN CARLOS VERA PRO (G. POPULAR) Y 14 DIPUTADOS.

(Número de expediente 212/000367.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al punto tercero del orden del día:
Solicitud de comparecencia del Director General de RTVE ante la Comisión
de Control para que informe de los planes que en estos momentos contempla
en relación a Televisión Española y las conversaciones que ha mantenido
recientemente con diversos presidentes de comunidades autónomas.

El señor Director General tiene la palabra.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (García Candau): Muchas
gracias, señor Presidente.

En relación a la solicitud de mi presencia en el día de hoy, debo decir
que el día 1 de diciembre, hace doce días, comparecí ante esta Cámara y
respondí con la amplitud necesaria o, al menos, todo lo que podía
comunicar sobre esa materia. No ha habido ninguna novedad. Doy por
reproducidas aquellas palabras y estoy a disposición de los señores
Diputados para las preguntas que quieran formular.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo que ha pedido la comparecencia, la
señora Mato tiene la palabra.




La señora MATO ADROVER: Señor Director General, le iba a agradecer su
presencia para informarnos sobre este particular porque pensé que nos iba
a informar. Ya veo que las actitudes prepotentes, aunque no se tenga
mayoría absoluta y aunque uno no debería ser político, siguen vigentes en
esta Comisión, y usted ha decidido que no nos va a informar. Cierto que
hace doce días contestó usted en la Comisión de Control a una pregunta de
un Diputado de nuestro Grupo que, como usted sabe, tiene el tiempo
tasado, y nosotros no tuvimos oportunidad de contrapreguntar, de hecho lo
hicimos pero usted no contestó, es por lo que pedimos esta comparecencia
que hoy reproducimos aquí.

Le quería decir, señor Director General --me conteste o no, es lo mismo,
en todo caso se lo voy a decir--, que usted se puede reunir, puede y debe
reunirse con presidentes de comunidades autónomas tanto individual como
colectivamente; lo que no debe usted hacer es reunirse con presidentes de
comunidades autónomas por su color político, es decir, con presidentes de
comunidades autónomas socialistas. No es lógico que usted se reúna con
unos presidentes y no con otros. Decía usted en su contestación a la
pregunta que no habían acudido a la reunión todos los que habían sido
citados. Le puedo decir que los presidentes de Galicia, Baleares, Navarra
y Castilla-León, cuatro presidentes, ninguno de ellos fue citado a esa
reunión. Me imagino que a lo mejor fueron citados otros presidentes.

Luego viene la segunda parte, que quizá sean presidentes de comunidades
autónomas que accedieron a la autonomía por la vía del artículo 143,
quizá alguno del 151; no lo puedo decir. Y digo lo del 151 porque, sin
embargo, luego usted dijo que había tenido contactos con el señor Fraga
para reunirse individualmente con él. Me parece muy bien que usted se
reúna individualmente con los presidentes, y me gustaría que lo hiciera
más veces, pero creo que desde el año 1991 usted no se ha reunido con
ellos, por lo menos no con los del Partido Popular. Por otro lado, está
bien que usted tenga contactos con los presidentes del Partido Popular,
me parece lógico. Decía usted en la comparecencia que ya tenía algunos
contactos. Sé que su gabinete se ha puesto en contacto con el Presidente
de Castilla y León para concertar una entrevista. No me consta, sin
embargo, que haya usted hecho ninguna gestión con el Presidente de
Navarra ni con el Presidente de Baleares. A lo mejor es que su gabinete
va un poco retrasado y la información que usted nos facilitó iba por
delante de la gestión de su gabinete. En todo caso estamos pendientes de
esa reunión. Sigo pensando que reunirse con responsables del Partido
Socialista, salvo que sea como miembro del Partido Socialista y en una
reunión de partido, sería un comportamiento inadmisible en un director de
un ente público que representa, por ejemplo, a Canarias, que no estaba
presente en la reunión, a Cantabria, a Extremadura y, por supuesto, a las
comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular.

Una vez sentado que no parece oportuno que usted se reúna con presidentes
de un solo partido, le preguntaba si la reunión habría sido solamente con
las comunidades autónomas que accedieron a la autonomía por la vía del
143, ya que las cinco comunidades accedieron por esa vía. Cierto que me
faltan Canarias, Cantabria y Extremadura, que también accedieron por esa
vía y no estaban representadas en esa reunión, pero a lo mejor son esas
tres a las que usted había convocado y no pudieron asistir porque es
difícil conciliar agendas. En todo caso, me gustaría saber si se ha
reunido con esas comunidades o con comunidades que no tienen televisión
autonómica, que podría haber sido otro criterio. En resumen, me gustaría
saber cuál ha sido el criterio. En todo caso, si usted ha decidido
reunirse con comunidades autónomas que no tengan televisión autonómica,
me gustaría saber si tiene pensado buscar la viabilidad a los centros
territoriales de las comunidades autónomas que no tengan televisión
autonómica y que va a hacer usted con los centros territoriales en las
comunidades autónomas donde sí hay televisión autonómica. No sé si usted
piensa que desaparezcan esos centros, no sé si usted piensa que la
televisión autonómica se haga cargo del centro, y la verdad es que me
gustaría mucho saberlo.

También le gustaría saber a nuestro Grupo si usted tiene pensado, cuando
hable con el señor Fraga y con los presidentes de las comunidades
autónomas que sí tienen



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televisión autonómica, plantear algún tipo de convenio o alguna fórmula
para evitar duplicidad de gastos en la utilización de los centros
territoriales, como se ha comentado en esta misma Comisión, de manera que
informaciones regionales, de ámbito nacional, se puedan transmitir a
través del centro regional y que las televisiones autonómicas no compitan
con la televisión pública estatal, la televisión pública estatal con la
televisión autonómica y, de paso, con los centros territoriales. No
parece muy lógico que en una época en que Televisión Española está
presupuestariamente muy mal (de hecho se intenta hacer unos convenios
para que las comunidades autónomas se hagan cargo de los centros
territoriales), por ejemplo, para cubrir las elecciones en Rusia el Canal
Sur envíe un equipo y Televisión Española envíe otro, en vez de que
Televisión Española facilite las imágenes a Canal Sur y Canal Sur
facilite las imágenes sobre determinados temas de importancia en
Andalucía, importancia a nivel nacional, a Televisión Española. Me
gustaría saber si usted tiene pensado algún tipo de convenio para evitar
duplicidad de gastos. Lo mismo decíamos en el tema de Canarias: si
Canarias tiene buenos equipos y hay información de Canarias, si podría
facilitar el centro territorial de Canarias la información al centro
territorial de Televisión Española nacional.

Otro tema que nos gustaría saber es el de la regionalización de la 2. No
es lo mismo ampliar la programación regional que regionalizar la segunda
cadena. Nos gustaría saber qué es lo que va a pasar, si usted va a
regionalizar la segunda cadena o si va a ampliar la programación.

También nos gustaría saber los resultados de las conversaciones que ha
tenido con los presidentes de su Partido. Me gustaría saber si usted les
planteó una oferta diferente a la que planteó a algunos presidentes en el
año 1991, aproximadamente 400 millones de pesetas por una hora de
programación, y que fue rechazada. Me gustaría saber si existe algún
convenio firmado con algún gobierno autonómico. Tengo entendido que hay
algunos protocolos con algunas comunidades autónomas que están
funcionando y que incluso algunos gobiernos autonómicos tienen
aproximadamente 200 millones de pesetas en sus presupuestos para
Televisión Española para la firma de algún convenio. Me gustaría saber en
qué se está utilizando ese dinero y si se está programando de manera
distinta.

También me gustaría saber por qué hay diferencias de horas de emisión
entre unos centros territoriales y otros; por qué un centro territorial
merece más dedicación por parte de Televisión Española, más horas, y
otros sin embargo, merecen menos horas. Hay centros que tienen 40 minutos
en total al día de emisión y, sin embargo, parece ser que hay otros que
tienen más de cuatro horas diarias de programación.

Otro tema que le quería plantear es el de la reducción de plantilla.

Sabemos que usted está planteando una reducción de plantilla a nivel de
toda España y que va a afectar a los centros territoriales, pero me
gustaría saber si la decisión sobre los centros territoriales, ampliación
de emisión o no, va a afectar a la plantilla o si usted primero va a
arreglar la plantilla (o a desarreglarla) y después va a decidir si
amplía la programación, porque en ese caso nos podríamos ver en el
desastre de, después de haber despedido la plantilla, tener que contratar
plantilla porque se va a ampliar la programación, salvo que usted me diga
(y yo creo que es así) que con los mismos efectivos que hay ahora en los
centros territoriales, por ejemplo, 69 en un centro territorial, 56 en
otro, pueden hacer más de 40 minutos de programación, y que sin ningún
coste adicional se podría ampliar la programación de los centros
territoriales. También me gustaría saber si se puede ampliar la
programación sin coste adicional, aunque usted pida dinero a las
comunidades autónomas para ello.

El tema de la publicidad también lo voy a tocar, por lo siguiente. En
algunas comunidades autónomas los centros territoriales emiten sus
informativos y, por ejemplo, los lunes se reducen a doce minutos porque
los últimos se dedican a hablar de deportes. Los deportes, por supuesto,
van patrocinados por Caja España o por alguna otra entidad. Me gustaría
saber si la política a seguir por el Director General es conseguir más
patrocinios para los programas informativos de los centros territoriales
y si considera que la financiación de la comunidad autónoma a estos
centros territoriales sería contraria a estos patrocinios porque
incurriría en la doble financiación de estos entes.

Me gustaría que me dijera qué piensa hacer con los centros territoriales
en el caso de que las comunidades autónomas dieran dinero para que estos
centros ampliaran la programación; si piensa hacerlo en régimen de
cogestión, si piensa transferir estos centros a las comunidades
autónomas, o si piensa transferir a las televisiones autonómicas los
centros territoriales donde hay televisión autonómica.

Por último quería tratar el tema de la programación de los centros
territoriales. ¿Va usted a ampliar la programación de los centros
territoriales donde no hay televisión autonómica hasta convertirla en un
tercer canal de televisión, o solamente va a ampliarla hasta el límite de
lo que dé de sí el personal, los profesionales que hay en los centros
territoriales en este momento? Si fuera usted a aprovechar los recursos
de que se dispone en los centros territoriales, nos parecería bien esa
ampliación de programación; en el caso contrario por supuesto que
estaríamos en contra.

Mo voy a entrar en los contenidos informativos de los centros
territoriales porque creo que no son objeto de sus conversaciones, aunque
como son sólo con el Partido Socialista pudiera ser, pero, como digo,
creo que no deben serlo. Lo único que quería comentar es el tema de la
programación de los centros territoriales en lengua castellana. Me
gustaría saber si el Director General ha pensado que los centros
territoriales emitan en lengua castellana en lugar de emitir en otras
lenguas cuando hay una televisión autonómica encargada de la
normalización lingüística. La Constitución marca que los españoles tienen
el deber de conocer el castellano y el derecho a utilizarlo. Parece
lógico que una televisión pública estatal que se financia con el dinero
de todos los españoles se emita



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en castellano en los sitios donde ya hay una televisión autonómica que
hace la labor de normalización lingüística en favor del catalán, del
vasco, del gallego, del valenciano. Me gustaría saber, señor Director
General, si usted tiene pensada alguna política tendente a que la
televisión española emita en lengua castellana en estos sitios donde ya
hay una televisión autonómica, también pagada por los ciudadanos, que
emite en lengua catalana, en lengua vasca o en lengua gallega.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Recoder.




El señor RECODER I MIRALLES: Simplemente quería agradecer al señor García
Candau su comparecencia ante esta Comisión.

Nuestro Grupo Parlamentario, en cuanto al primer objeto de esta
comparecencia, ya ha manifestado sus puntos de vista en la anterior
comparecencia, la del Director de Radio Televisión Española, y en cuanto
al segundo punto, la reunión que usted mantuvo con los presidentes
autonómicos, nuestro Grupo no tiene nada que decir al respecto. No nos
parece bien ni mal, sino normal dentro de la actividad del Director
General.

Para terminar, quisiera puntualizar que nuestro Grupo no tiene intención
de abrir debates bilaterales con otros grupos de esta Cámara. En
cualquier caso, quiero dejar constancia de que mi intervención anterior
con motivo de la comparecencia del señor Colom nuestro Grupo ha expuesto
puntos de vista diametralmente opuestos a los vertidos por la portavoz
del Grupo Popular en cuanto al papel de los centros territoriales en
aquellas comunidades con lengua propia.




El señor PRESIDENTE: El señor Alcaraz tiene la palabra.




El señor ALCARAZ MASATS: Creí que se había ido ya el señor García Candau,
ya que el debate anterior ha durado tanto. En fin, la última vez que le
vi venía usted de firmar el contrato con la Warner Bross.

Yo conecto este debate con uno anterior, en el sentido de cómo quedaría
la 2 en función de la posición que ustedes adopten de cara a esas
entrevistas que aquí se han reseñado. La 2 me da la impresión de que
sufriría una amputación en ciertos territorios. Quiero que me lo aclare.

Si lo digo en este tono de pregunta es porque me parece que el debate
sobre la 2 no ha quedado completo en función de las previsiones que
ustedes tengan al respecto. En todo caso, parece que habrá que completar
una reflexión sobre la estructura territorial de Televisión Española, que
no se hizo a su debido tiempo, cuando se aprobó la Constitución de 1978,
que rompía la estructura centralista del Estado anterior. Habrá que hacer
esa reflexión en este momento. Yo simplemente aporto algunos matices
desde mi respeto a los centros territoriales de Televisión Española, que
han supuesto en el tema informativo, fundamentalmente en este tema, tanto
con respecto a las informaciones regionales que han emitido (en
Andalucía, por ejemplo, Telesur es una seña de identidad de la
información televisual), cuanto a las aportaciones que en otra época
hicieron, después mucho menos, a «Informe Semanal» o a otros informativos
de ámbito estatal. Después empezaron a sufrir embajadas y miniembajadas
de gente que iba allí a grabar, incluso grababan los goles de los
partidos de fútbol (ni siquiera se grababan en el centro territorial),
cosa sobre la que habrá que seguir reflexionando para que estos centros
tengan la importancia que les corresponde. Habría que recordar que desde
el punto de vista de la financiación publicitaria sólo --aunque esto para
mí no es un argumento, sí un argumento de tipo estadístico que excluyan
los centros de producción de Madrid, Barcelona y Canarias-- los
territoriales facturaron en 1991 algo más de 10.000 millones de pesetas,
con algo más de mil trabajadores en la plantilla global de los mismos.

Esto parece que arrastrado, eso sí, por la programación nacional, pero
fundamentalmente lo permitía la desconexión de tipo regional. Nosotros
apoyamos a fondo estos centros territoriales desde el punto de vista de
un servicio específico en el marco del Estado de las autonomías, eso sí,
teniendo en cuenta la falta de reflexión previa que ha habido y que ahora
habrá que complementar de cara a estas entrevistas que usted ha tenido
(que yo no voy a calificar aquí, simplemente estoy en un plano
informativo), pero a nuestro juicio estos centros territoriales deben
funcionar cada vez con más fuerza en el sentido de centros de producción,
aumentando igualmente su capacidad en lo informativo, es decir, estos
centros territoriales, a nuestro juicio, deben tener una fuerte
delegación informativa.

Con respecto al otro tema --y termino, señor Presidente-- que puede
conectarse con la idea que ustedes parece que están barajando, Televisión
Española quizá no debe ser una empresa con emisiones regionalizadas
--parece que no van por ahí, porque sería amputar, por lo menos
territorialmente, la 2--, sino al revés, una empresa con emisiones
nacionales producidas simultáneamente en los centros de producción --en
los centros territoriales también-- y con la excepción de que se debe
regionalizar la información en la cuota que corresponda. Por tanto
Televisión Española debe mantener sus emisiones de información
territorial. En este caso le pido información sobre la reflexión que
ustedes están haciendo para posteriormente entrar en debate, cuando
corresponda --creo que habrá tiempo de sobra--, y tomar la posición
consecuente a toda la información que obtengamos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Aguiriano.




El señor AGUIRIANO FORNIES: Señor Presidente, voy a ser muy breve porque
el Grupo Socialista se considera satisfecho con la contestación que dio
el Director General a una pregunta relativa a este mismo tema en la
sesión de preguntas del pasado día 1.

Pienso que un director general, sea de una empresa pública o privada, sea
de televisión o sea de lo que sea, en su trabajo habitual se reúne con
multitud de gente y en



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esas reuniones se plantean a veces problemas comunes a los interlocutores
y se empiezan a plantear posibles soluciones. Me da la impresión, por lo
menos fue lo que dijo el otro día el Director General y así lo creo, que
esta primera entrevista era una toma de contacto para poner sobre la mesa
un problema que interesaba a los dos tipos de interlocutores (por un
lado, presidentes de comunidades autónomas, por otro lado, director
general), referente a temas relativos a la Segunda Cadena y a los
programas de los centros territoriales.

Creo que esto no es más que una primera toma de contacto. Si hubiera
existido un preacuerdo en cualquiera de las soluciones que se puedan
plantear, bien sea amplitud del horario de los centros territoriales,
bien sea lo que algunos están hablando de regionalización o bien sea lo
que otros hablan de aumento de producción de los centros territoriales, a
nuestro Grupo le parecería razonable el plantear preguntas de ese tipo y
que el Director General nos dijese cómo van las cosas en estas
conversaciones, cuál es el futuro que se prevé, qué soluciones se van a
aportar a los problemas que se han planteado, pero cuando las
conversaciones estuvieran bastante más avanzadas.

En la primera toma de contacto que se realiza sobre un tema como éste,
que no es más que un intercambio de opiniones, supongo que lo que surge,
como suele ser habitual, es que cada parte se va a dedicar a estudiar las
posibles soluciones para intentar encontrar una vía común de acuerdo
entre todos, y yo confío plenamente en la buena fe de todos los grupos
parlamentarios, pero a veces a uno le da la impresión de que lo que se
pretende es boicotear este tipo de actuaciones, porque pedir
comparecencias sobre esta primera toma de contacto y hacer una batería de
preguntas sobre temas que estoy absolutamente convencido que no han
tenido ni tiempo de hablar de ellos, me parece fuera de lugar.




El señor PRESIDENTE: Antes de que el Director General conteste, quiero
hacer una indicación. El Director General ha tenido la deferencia de
esperar más tiempo porque me preguntó que cuánto tiempo llevarían los dos
primeros puntos del orden del día y le indiqué que media hora. Para que
esto fuera cada vez más Parlamento, esta Presidencia no ha cortado las
intervenciones de las señoras y señores Diputados. Quiero agradecer al
señor Director General la deferencia que ha tenido en la espera, que
rogamos disculpe.

Señor Director General, tiene la palabra.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (García Candau): Muchas
gracias, señor Presidente. He esperado con gusto y satisfacción, sobre
todo por las brillantes y magníficas intervenciones de mis dos
colaboradores, los directores de Radio Nacional de España y de Televisión
Española.

En cualquier caso, señor Presidente, antes de entrar a contestar a SS.

SS., debo decir que yo creía que había venido aquí a contestar en
relación a mis conversaciones con los presidentes de las comunidades
autónomas, que es algo que se había tratado en dos preguntas en mi última
comparecencia. Nada de todo eso corresponde a algunas de las
intervenciones que hoy he podido escuchar. De todas maneras, señor
Presidente, y para que no se diga, como ha dicho la representante del
Partido Popular, que, con la prepotencia correspondiente, no respondo o
no acudo como merece la ocasión, voy a tratar de dar contestación a las
múltiples cuestiones que nada tienen que ver con esta comparecencia, pero
que han sido formuladas por los señores Diputados. Evidentemente, dije
que daba por reproducidas mis palabras porque no había existido ninguna
novedad desde hace doce días hasta este momento y, por tanto,
difícilmente podía dar más información que la que facilité en mi anterior
presencia ante esta Cámara.

La señora Diputada me pregunta si esto sólo va a ser con los presidentes
de las comunidades socialistas. Es evidente que no es así. El próximo día
28 de diciembre tengo una reunión con el Presidente de Castilla y León,
el día 29 con el Presidente de Baleares --no le han informado bien,
porque el mismo día que se hizo el contacto con Castilla y León se hizo
con Baleares--, el 15 de enero tengo prevista una reunión con el
Presidente de Canarias, hemos hablado con el Presidente de Galicia, le
dije que tenía interés en reunirme con él, y habrá una cita a través de
las secretarías correspondientes, así también lo haré con el Presidente
de Navarra, hasta que culmine todos mis contactos previos, como bien
decía el señor Aguiriano, de una toma de contacto, para poder profundizar
con posterioridad en esta materia. También he hablado ya con los
presidentes de Andalucía y de Valencia.

En cuanto a posibles convenios, y reitero lo manifestado en mi anterior
presencia ante esta Comisión, éstos vienen provocados por una razón
fundamental. Algunas comunidades autónomas, que han renunciado a la
puesta en práctica de un tercer canal, solicitan la ampliación de
programación en sus comunidades autónomas. A petición de algunos
presidentes, me reuní con ellos, precisamente para tratar de este
problema que afecta a varias comunidades autónomas. Eso conlleva, sin
duda, la posibilidad de suscribir algún convenio, una vez se haya hablado
con todas las comunidades autónomas de este país y conocidas cuáles son
las pretensiones de cada uno, y armonizar todas esas pretensiones en un
mismo acuerdo, aunque luego se tenga que suscribir paralelamente con los
diferentes presidentes de las comunidades autónomas, porque nada tienen
en común en este aspecto.

La señora Diputada plantea algunas cuestiones como es la regionalización
de la 2. Todo esto depende de qué se entiende por regionalización de la
2. Desde nuestro punto de vista, lo que se entiende es simplemente la
posibilidad de ampliar la programación regional que en estos momentos es
de una hora diaria; es la posibilidad de que se hagan más programas en
cada una de las comunidades autónomas, evidentemente mediante un acuerdo
con las comunidades autónomas que estén interesadas, que yo espero que
sean las máximas. Ya hay un protocolo de intenciones, firmado con la
Comunidad Autónoma de Asturias, que se suscribió ya hace algún tiempo.




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En cuanto a si las horas son distintas en los diferentes centros
territoriales, debo decirle que no es así, salvo en los dos centros de
producción de Canarias y Cataluña, que sí tienen más horas de producción
que el resto de los centros territoriales, que tienen en estos momentos
la emisión completamente distinta.

Con respecto a las plantillas de los centros territoriales, la señora
Diputada, como siempre, con ese proceso especulativo, dice: si ahora
usted lo que hace es reducir plantillas, pero más tarde, mediante unos
acuerdos, amplía la programación, habrá echado a la gente y luego tendrá
que contratar otra, etcétera. Es un sistema que utiliza con una cierta
habilidad la señora Diputada, pero evidentemente no es así. Si usted
hubiera visto los papeles que se refieren a las plantillas de los centros
territoriales comprobaría que no hay en las futuras plantillas de los
centros territoriales prácticamente diferencia alguna salvo en la de
emisión de algunas comunidades autónomas, que, por tener algunas unidades
informativas, sin duda van a tener mayor número de personas que en otras
comunidades como, por ejemplo, las uniprovinciales.

Es cierto que en estos momentos hay plantillas distintas en cada centro,
pero es más cierto que en las nuevas plantillas se amplía, o al menos se
mantiene, el mismo número de trabajadores para la organización periférica
de Televisión Española. La única diferencia en esas plantillas-tipo, en
esas plantillas que deseamos tener en cada uno de estos centros, es que
hay ciertas disfunciones en razón de que hay algunas categorías
profesionales en exceso en unos centros y en menor número en otros
centros. Por tanto, dentro de lo que podría ser una reordenación de los
centros territoriales, aumentarían o mantendrían al menos el mismo número
que tienen en la actualidad. Sólo que si pudiéramos hacer esa
reorganización, sin duda estarían capacitados en su momento para producir
aún más que en la actualidad.

Ahora bien, a otra pregunta que planteaba de si se podría hacer con ese
número de trabajadores la ampliación de la programación de estos centros
territoriales, debo decirle que no, que para hacer más producción sin
duda necesitaríamos algún personal más del que tenemos. Por tanto, en
cuanto a qué vamos a hacer con esos centros territoriales, si los vamos a
transferir, como usted comprenderá ni siquiera es una decisión que pueda
adoptar este Director General, ya que eso tendría que venir en la reforma
del Estatuto, porque es en la propia Ley, que yo respeto (aunque algunos
no, parece ser, al menos en algunas de las interpretaciones), donde se
exige la presencia en cada una de las comunidades autónomas de un centro
territorial de Televisión Española, al igual que de Radio Nacional de
España. Por tanto, eso sería una decisión política que no corresponde a
este Director General sino al Parlamento en sí.

En cuanto a si eso podría llevar a la creación de algún tercer canal por
parte nuestra, en definitiva, una cierta estructura del tercer canal,
para nada en absoluto, y, en cuanto a si debemos eliminar o no el catalán
de nuestra estructura o de nuestra programación o emisión en Cataluña, no
está previsto, ya que ése ha sido un servicio permanente, histórico por
parte de Radiotelevisión Española a través de San Cugat, al igual que
Radio-4, de lo que antes han tenido ocasión de hablar largamente el
Director de Radio Nacional de España y el señor Recoder, y por tanto, no
hay un cambio a corto plazo que vaya precisamente por ese camino. Otra
cosa bien distinta sería que en el momento de plantearse el plan
estratégico de Radiotelevisión Española hubieran decisiones políticas muy
por encima de la propia autonomía de la voluntad que pueda tener este
Director General, por lo que tampoco correspondería a este Director
General resolver esa cuestión.

En cuanto al señor Recoder, que ya está ausente en estos momentos, estoy
de acuerdo con lo que él ha planteado.

Creo que, de alguna manera, ya he contestado con anterioridad al señor
Alcaraz, pero vamos a entrar en algún detalle. El señor Alcaraz dice que
no se ha hecho un planteamiento político-jurídico-administrativo con
posterioridad a la Constitución, a lo que debo decirle que el actual
Estatuto de Radiotelevisión es posterior al año 1978, con lo cual ahí, si
hubo ocasión, no se hizo, y, en cualquier caso, creo que se hizo de tal
manera que hoy existe un papel vertebrador de nuestro país a través de
esos centros territoriales en ámbitos de las comunidades autónomas, al
igual que hace también un gran papel en ese campo Radio Nacional de
España.

En cuanto a si la producción de «Informe semanal» la hacen equipos que
van de Madrid a algunos lugares, eso es así en casi todos los casos,
salvo en algunos en que, por la propia temática, haya soluciones o
personal que pueda, con el nivel de disponibilidad que pueda tener un
centro, afrontar un reportaje de esa dimensión. Muchas veces se puede
criticar el que un equipo se desplace a alguna comunidad autónoma, pero
es precisamente porque ése es uno de los programas más cuidados de
Televisión Española, como antes ha tenido ocasión de decirle el Director
de Televisión y, por tanto, tratamos de tener un equipo que se ocupe
específicamente de esa misión.

Le voy a dar respuesta al «Informe semanal» de ayer. De cuatro reportajes
que se emitieron, si no recuerdo mal, dos estaban elaborados precisamente
por las corresponsalías, en este caso de Nueva York y Moscú. Quiere eso
decir que cuando hay razones y posibilidades técnicas para hacer
reportajes del «Informe semanal», o bien en los centros territoriales o
bien en las corresponsalías se encargan de elaborar esa producción. En
cualquier caso, siempre es decisión de la dirección de Televisión el
tener un equipo que se ocupe específicamente de la producción de ese
programa, y no los centros territoriales, que tienen que atender
cotidianamente las necesidades y las demandas informativas que requiere
el informativo regional.

En cuanto a si hemos reducido o vamos a reducir el ámbito de informativos
de los centros territoriales, debo decirle que desde hace unos meses
hemos hecho todo lo contrario: lo hemos duplicado. Hasta ese tiempo
teníamos un informativo regional a las dos de la tarde y ahora hay uno
también por la tarde de media hora y además



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a plena satisfacción de la dirección de Televisión Española.

Por tanto, en ese aspecto, creemos que estamos haciendo el papel que
debemos. Otra cosa distinta sería en el caso de que se ampliara la
programación, aunque yo no creo que se produjera una desnaturalización de
la Segunda Cadena porque hubiera una o dos horas regionales más en la
Segunda Cadena. El resto sería, sin duda alguna, una programación
nacional y sólo en el ámbito de cada comunidad autónoma habría programas
específicos que tendrían una relación con toda la programación. Es decir,
no sería una isla en la propia rejilla de programación, sino que tendría
una serie de contenidos que podrían ser armonizados dentro de la línea
general de programación de la Segunda Cadena. Por tanto, señor Alcaraz,
no le preocupe para nada ese papel de la posible ampliación de la
programación de la 2 en el ámbito regional, sino todo lo contrario.

En cuanto al señor Aguiriano, deseo agradecerle sus palabras y compartir
sus criterios.




El señor PRESIDENTE: ¿Señores Diputados o Diputadas que quieran
intervenir por espacio de un minuto? (Pausa.)
La señora Mato tiene la palabra.




La señora MATO ADROVER: Señor Director General, en primer lugar, de todo
lo que nos ha dicho, me preocupa la costumbre que usted está adquiriendo
en esta Comisión de venir a replicar y a contestar lo que los Diputados
del Grupo Popular y de otros grupos le preguntan en lugar de venir a
informar. Le recuerdo que ésta es una comparecencia informativa. Lo
lógico es que usted hubiera informado y, luego, nosotros hubiéramos
replicado lo que usted hubiera dicho, y no al contrario. No ha sido
solamente hoy, sino que su hábito normal es hacer eso, lo que me preocupa
porque es contrario a lo que deberían ser los debates parlamentarios en
esta Comisión, que, además, es de control parlamentario de
Radiotelevisión Española.

Me preocupa también que usted siempre conteste en un tono enfadado cuando
se le pregunta algo. No entiendo que tenga que usar un tono enfadado
porque los Diputados de este Grupo quieran saber más sobre un determinado
tema y sobre unas conversaciones que afectan a los ciudadanos. Parece que
se olvida de los ciudadanos y de los telespectadores que ven Televisión
Española. Se olvida de ellos y parece que le molesta que se le pregunte
sobre cualquier tema que, en realidad, les afecta a ellos mucho más que a
usted.

En tercer lugar, le agradezco la información que me ha facilitado y que
no me había dado en la comparecencia anterior, puesto que dice que nada
tiene que ver con las conversaciones. No me ha contestado al cien por
cien a muchos temas, pero en todo caso le agradezco lo que me ha dicho,
porque algo más que otras veces sí ha sido. No obstante, ahora sí que me
preocupa mucho lo que usted habló con los presidentes de las comunidades
autónomas del Partido Socialista, porque en unos sitios se decía que se
habló de regionalización de la 2 y usted nos habla de la posible
ampliación de las horas de emisión. Pero ahora me dice que lo que habló
no tiene nada que ver ni con la regionalización de la 2, ni con la
ampliación de la televisión, ni con evitar duplicidad de gastos entre las
televisiones autonómicas y centros territoriales, ni con la reducción de
plantilla, ni con el tema de la publicidad y ni siquiera me ha contestado
si prevé hacer transferencias de los centros o efectuar una cogestión. Si
no habló de todos esos temas, me gustaría saber de qué habló con ellos,
porque me da la impresión de que si no me puede informar sobre lo que
habló en dicha reunión, no me informó en la Comisión anterior y no me
informa ahora, será porque era una reunión de partido y sobre los temas
de partido es lógico que no me informe, pero no es lógico que no me
informe sobre el futuro de la Televisión Española.

Por último, solamente quiero decirle que volveremos a pedir su
comparecencia sobre este tema siempre que lo creamos conveniente, y que
creemos que es importante que usted facilite más datos a esta Comisión,
no después de que haya firmado los acuerdos sino previamente, para que
esta Comisión pueda saber lo que se está haciendo por la Dirección
General de Radiotelevisión Española.

En cuanto al tema de la plantilla, tal vez en Baleares tiene la cita el
día 29, pero Navarra se le ha olvidado y también me gustaría que hablara
con el señor Presidente de Navarra, porque está pendiente de su
conversación. Y le recuerdo que pida datos sobre temas de personal en los
centros citados, porque creo que los suyos son un poco peores que los
míos. Sé que en Valencia se ha reducido ya la plantilla de 82 a 69
profesionales; en Castilla y León ya van por 69, y en Asturias está
previsto pasar de 64 a 54. Pero ésta es la previsión anterior y ahora
debe haber una nueva, salvo que haya cambiado radicalmente. Y otra
preocupación que tengo es que las bajas, normalmente, son en
departamentos implicados en la producción, por lo que hay que decir que
los centros territoriales quedan francamente mermados.

Nada más, señor Director.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (García Candau): A mí me
preocupa notablemente que S. S. no me entienda nunca, porque creo que he
dicho exactamente lo mismo que la última vez, salvo señalar las citas que
tengo en estos momentos establecidas con algunos presidentes, lo cual no
me parece una gran novedad. Me preocupa, aunque acabo de descubrir por
qué no me entiende. Quizá es que por mi acento valenciano --y en esto del
catalán, hoy la he visto muy interesada-- tenga usted cierta animosidad a
entender algunos temas, como es el hecho diferencial del catalán. Y eso
sí me preocupa. Me preocupa y de manera importante, pero debo decirle una
cosa, señoría: yo procuro contestar a las preguntas que se me formulan,
lo que no puedo contestar es a toda una serie de especulaciones y a



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toda una serie de juicios de valor que S. S. plantea, porque es evidente
que yo no vengo a contestar juicios de valor, lo que puedo es informarle
de aquello que me pregunta. En la anterior convocatoria lo expliqué ya
con detalle a dos señores Diputados que estaban interesados por esas
conversaciones y dije exactamente lo mismo que hoy. Están interesados en
que se amplíe la programación. ¿Y qué habría que hacer para ampliar esa
programación? He vuelto a reiterar lo mismo: voy a tratar de saber qué es
lo que opinan todos los presidentes de las comunidades autónomas y
quiénes son los que están interesados en esa ampliación, porque,
evidentemente, esa ampliación conlleva un acuerdo, un convenio, que
permita la financiación de esa nueva ampliación de los centros
territoriales.

Usted dice que no le he contestado y, por ejemplo (para que vea usted
cómo hace juegos malabares en sus intervenciones sobre las transferencias
de los centros territoriales), le he dicho (pero lo reitero y a ver si
ahora trato de vocalizar y tengo menos acento y por eso me entiende
mejor) que yo no puedo transferir ningún centro territorial, porque por
ley existen y, salvo una modificación legal, difícilmente este Director
General podría hacer ningún tipo de transferencia de los centros
territoriales.




La señora MATO ADROVER: Pido la palabra por alusiones, señor Presidente.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra por un minuto, señora Mato.




La señora MATO ADROVER: Gracias, señor Presidente.

En primer lugar, señor Director General, quiero decirle que me parece una
falta de cortesía que usted aluda a un planteamiento serio y razonable,
que le he hecho, del tema de la utilización de Televisión Española y de
los centros territoriales en los sitios donde existe televisión
autonómica como normalización lingüística en favor del castellano. Es una
propuesta que se le ha hecho desde el Partido Popular que creo que es
respetable. Es discutible, pero, en todo caso, es respetable.

Respecto a que su acento es valenciano, la verdad es que no se le nota
mucho; pero si se compara el valenciano con el catalán creo que debe ir
poco por Valencia, porque los valencianos no hablan catalán, y tal vez el
acento catalán no lo entiendo, pero el valenciano seguro que sí.

En tercer lugar, no creo que usted pueda decir a ningún Diputado de esta
Cámara, ni a ningún ciudadano normal, que no le entiende a usted por uno
u otro acento, porque, en ese caso, le hubiera pedido que me repitiera
sus palabras, no le hubiera dicho que no he entendido lo que decía. Y le
digo, para su conocimiento, que mi madre es gallega, habla gallego y la
entiendo perfectamente; mis abuelos son mallorquines, y también les
entiendo perfectamente, y tengo muchos amigos catalanes y valencianos,
como el señor Michavila, a los que también entiendo perfectamente. (El
señor Director General del Ente Público RTVE, García Candau, pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: Muy brevemente, señor Director General.




El señor DIRECTOR GENERAL DEL ENTE PUBLICO RTVE (García Candau):
Simplemente manifestarle, en relación al tema idiomático, que al señor
Michavila le entiende porque habla un castellano perfecto, no habla
valenciano. En cualquier caso, debo decirle una cosa, señora Mato: yo no
voy a discutir con usted respecto al tema de la lengua, sobre el que
estoy convencido que ni usted ni yo somos expertos. Sí le voy a decir una
cosa: yo voy a ver al Presidente balear y hablaré como hablo en Valencia,
y voy a ver al Presidente de Cataluña y hablaré como hablo en Valencia, y
seguramente nos vamos a entender. No voy a discutir cuál es la lengua
pero nos vamos a entender.




El señor PRESIDENTE: Recuerdo a las señoras y señores Diputados que la
próxima sesión se celebrará el día 21 a las once y media de la mañana.

Se levanta la sesión.




Eran las ocho y veinticinco minutos de la noche.