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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 66, de 10/11/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 66
D E F E N S A
PRESIDENTE: DON JUAN MUÑOZ GARCIA
Sesión núm. 4
celebrada el miércoles, 10 de noviembre de 1993



ORDEN DEL DIA:
Preguntas:
--Del señor López Valdivielso (Grupo Parlamentario Popular), sobre el
tiempo durante el que se prolongará la presencia de tropas españolas en
la antigua Yugoslavia. (BOCG, serie D, número 13, de 4-10-93. Número de
expediente 181/000017) (Página 1950)
--Del mismo señor Diputado, sobre consecuencia del relevo de la
Agrupación Canarias por la Agrupación Madrid en el conflicto de la
antigua Yugoslavia. (BOCG, serie D, número 13, de 4-10-93. Número de
expediente 181/000018) (Página 1950)
--Del mismo señor Diputado, sobre perspectivas acerca de la posible
evolución del conflicto de la antigua Yugoslavia. (BOCG, serie D, número
13, de 4-10-93. Número de expediente 181/000019) (Página 1950)
--Del mismo señor Diputado, sobre planes del Gobierno acerca del
incremento de nuestra presencia en Bosnia-Herzegovina, de llevarse a cabo
el plan de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de
enviar 50.000 soldados. (BOCG, serie D, número 13, de 4-10-93. Número de
expediente 181/000020) (Página 1950)



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--Del mismo señor Diputado, sobre medida en la que el recrudecimiento de
los combates en Bosnia-Herzegovina supone un cambio de la misión
humanitaria a una función de fuerza de interposición. (BOCG, serie D,
número 13, de 4-10-93. Número de expediente 181/000021) (Página 1950)
--Del señor Rupérez Rubio (Grupo Parlamentario Popular), sobre
sometimiento del contingente español al mando y control operativo de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una misión de
implantación de un hipotético acuerdo de paz en Bosnia-Herzegovina.

(BOCG, serie D, número 17, de 8-10-93. Número de expediente 181/000076)
(Página 1951)
--Del mismo señor Diputado, sobre posición del Gobierno acerca de la
cuestión del mando y el control por parte de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) de una futura operación de implantación de un
hipotético acuerdo de paz en Bosnia-Herzegovina. (BOCG, serie D, número
17, de 8-10-93. Número de expediente 181/000077) (Página 1951)
--Del señor Ramírez González (Grupo Parlamentario Popular), sobre razones
que han provocado la decisión del Ministerio de Defensa de prohibir los
vuelos comerciales de carácter civil, no regulares, que utilizaban la
Base Aérea de Los Llanos (Albacete). (BOCG, serie D, número 8, de
17-9-93. Número de expediente 181/000002) (Página 1961)
--Del señor Peralta Ortega (Grupo Parlamentario Federal de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya), sobre fecha prevista para el empleo
exclusivo de fines civiles de la base aérea de Manises, Valencia. (BOCG,
serie D, número 13, de 4-10-93. Número de expediente 181/000046) (Página 1963)
--Comparecencia del señor Ministro de Defensa (García Vargas) para que
exponga los fundamentos estratégicos, tácticos y logísticos en que se
basa la nueva organización del Ejército de Tierra, Plan Norte. A
solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente
213/000067) (Página 1965)
--Comparecencia del señor Secretario de Estado de Administración Militar,
Arévalo Arias (en sustitución del señor Ministro de Defensa, por acuerdo
de la Mesa de fecha 27-10-93) para exponer los criterios, fundados en la
organización numérica de los Ejércitos, que hayan servido de base para la
determinación de los efectivos que figuran en el proyecto de ley de
plantillas de las Fuerzas Armadas. A solicitud del Grupo Parlamentario
Popular. (Número de expediente 213/000066) (Página 1973)



Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.




CONTESTACION A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:



--SOBRE EL TIEMPO POR EL QUE SE PROLONGARA LA PRESENCIA DE TROPAS
ESPAÑOLAS EN LA ANTIGUA YUGOSLAVIA. FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ
VALDIVIELSO (GRUPO POPULAR). (Número de expediente 181/000017.)



--SOBRE LAS CONSECUENCIAS DEL RELEVO DE LA AGRUPACION CANARIAS POR LA
AGRUPACION MADRID EN EL CONFLICTO DE LA ANTIGUA YUGOSLAVIA. FORMULADA POR
EL SEÑOR LOPEZ VALDIVIELSO (GRUPO POPULAR). (Número de expediente
181/000018.)



--SOBRE LAS PERSPECTIVAS ANTE LA POSIBLE EVOLUCION DEL CONFLICTO DE LA
ANTIGUA YUGOSLAVIA. FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ VALDIVIELSO (GRUPO
POPULAR). (Número de expediente 181/000019.)



--SOBRE LOS PLANES DEL GOBIERNO ACERCA DEL INCREMENTO DE NUESTRA
PRESENCIA EN BOSNIA-HERZEGOVINA, DE LLEVARSE A CABO EL PLAN DE LA
ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN) DE ENVIAR CINCUENTA
MIL SOLDADOS. FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ VALDIVIELSO (GRUPO POPULAR).

(Número de expediente 181/000020.)



--SOBRE LA MEDIDA POR LA QUE EL RECRUDECIMIENTO DE LOS COMBATES EN
BOSNIA-HERZEGOVINA SUPONE UN CAMBIO DE LA MISION HUMANITARIA A UNA
FUNCION DE FUERZA DE INTERPOSICION. FORMULADA POR EL SEÑOR LOPEZ
VALDIVIELSO (GRUPO POPULAR). (Número de expediente 181/000021.)



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--SOBRE EL SOMETIMIENTO DEL CONTINGENTE ESPAÑOL AL MANDO Y CONTROL
OPERATIVO DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE (OTAN) EN
UNA MISION DE IMPLANTACION DE UN HIPOTETICO ACUERDO DE PAZ EN
BOSNIA-HERZEGOVINA. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GRUPO POPULAR).

(Número de expediente 181/000076.)



--SOBRE LA POSICION DEL GOBIERNO ACERCA DE LA CUESTION DEL MANDO Y EL
CONTROL POR PARTE DE LA ORGANIZACION DEL TRATADO DEL ATLANTICO NORTE
(OTAN) DE UNA FUTURA OPERACION DE IMPLANTACION DE UN HIPOTETICO ACUERDO
DE PAZ EN BOSNIA-HERZEGOVINA. FORMULADA POR EL SEÑOR RUPEREZ RUBIO (GRUPO
POPULAR). (Número de expediente 181/000077.)



El señor PRESIDENTE: Comienza la sesión.

Primer punto del orden del día: preguntas. Las preguntas números 1 a 7
serán realizadas por el Diputado señor López Valdivielso, que tiene la
palabra.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Quiero pedir disculpas por el retraso. Hace
una hora y diez minutos estaba en el kilómetro siete de la carretera de
La Coruña.

Como ha dicho el señor Presidente, voy a agrupar los siete primeros
puntos del orden del día en una sola intervención. El objeto de la
pregunta es que, una vez más, señor Ministro, queremos recabar de usted
información sobre el desarrollo del conflicto en Bosnia-Herzegovina, en
términos generales, y sobre la presencia de nuestras tropas en la zona,
en particular. Le adelanto, señor Presidente, que en esta iniciativa no
hay ninguna intencionalidad crítica ni mucho menos y que no nos guía más
que el deseo de estar informados de primera mano sobre los últimos
acontecimientos. Quiero decir una vez más, para que así conste, que sobre
este asunto, bien haya sido porque la initicativa ha partido del señor
Ministro de Defensa o a instancias de nuestro Grupo o de otro Grupo, la
información no nos ha faltado, y muestro por ello nuestra satisfacción.

Este conflicto, señor Ministro, por desgracia y en contra de lo que todos
hubiésemos deseado, se está deslizando hacia un peligroso enquistamiento.

Creo que ésa era una de las preocupaciones y de los temores de todo el
mundo, y que se está produciendo. Las soluciones se ven no sólo cada vez
más lejanas, sino también más complejas, difíciles e incluso frágiles.

Nuestras Fuerzas Armadas llevan allí ya un año. Ya sé que no había un
plazo fijo o cerrado, pero, en principio, fueron con la idea de estar más
o menos seis meses. Es claro que no se puede fijar una fecha o un plazo
límite, pero no es menos claro que la presencia de las tropas españolas
en la nación no puede prolongarse indefinidamente. Podríamos dar muchas
razones, por ejemplo, el riesgo permanente de poder sufrir nuevas bajas,
y conste que nosotros tenemos muy claro que no hay que asustarse ni
escandalizarse por las bajas en sí mismas. Entiéndaseme bien, sufrir
bajas es siempre muy lamentable y quiera Dios que no se produzca ninguna
otra, aunque tiene justificación cuando es el precio a pagar por algo que
merece la pena, pero son inútiles y gratuitas si la presencia allí es
también inútil. Otra razón por la que nos preocupa que se perpetúe
nuestra presencia en la zona es el costo que la operación supone, en unos
momentos de asfixia y graves carencias presupuestarias de nuestras
Fuerzas Armadas. Aunque parte de ese costo total sea a cargo de las
Naciones Unidas, sabemos que hay otros costos que no son absorbidos por
la ONU. Hay una razón definitiva, la progresiva inutilidad, salvo que las
cosas cambien, de nuestra presencia en los acontecimientos que allí están
sucediendo, según lo que sabemos simplemente a través de los medios de
comunicación.

Por eso, señor Ministro, formulamos nuestra primera cuestión. Queremos
conocer, y no pido una fecha, señor Ministro, porque yo sé que ni usted
ni nadie puede darla, pero queremos conocer qué previsiones tienen en el
Ministerio sobre el tiempo que se puede prolongar la presencia de
nuestras Fuerzas Armadas en la zona.

Por otro lado, y entrando ya en otras cuestiones, el relevo de la
Agrupación Canarias por la Agrupación Madrid supuso cierto cambio en las
misiones que nuestro contingente venía desempeñando. De la mera escolta
de convoyes, misión inicial que también llevó a cabo la Agrupación
Málaga, nuestros soldados pasaron a ser utilizados como fuerzas de
interposición en zonas de combate, como sucedió en Mostar, donde se
produjo, por cierto, el famoso incidente del secuestro de parte de
nuestro contingente, no suficientemente aclarado, aunque sobre el mismo
el señor Ministro, muy hábilmente y una vez solucionado el problema,
diese una versión bastante airosa del asunto.

La llegada del invierno puede hacer más necesario mantener abiertas las
vías de comunicación para el abastecimiento de víveres, de medicinas y de
combustible. ¿Será posible hacer esto? ¿Volverán nuestras tropas a llevar
a cabo su misión original para la que allí fueron? Estoy planteando al
mismo tiempo las preguntas que figuran como puntos segundo y quinto del
orden del día, añadiendo una cuestión anexa.

Parece ser que la llegada del batallón nórdico está imprimiendo una
especie de nuevo estilo en Unprofor, consistente en que, según nuestras
noticias, la amenaza del uso de la fuerza por las tropas internacionales
desplegadas allí está siendo muy eficaz para poder llevar a cabo esas
misiones. Por el contrario, las fuerzas españolas son las únicas, según
nuestras noticias, que tienen instrucciones precisas de no responder al
fuego enemigo (esto del fuego enemigo es una expresión, ya sabemos que
allí no hay enemigo, en fin, de no responder al fuego, que en todo caso
no será fuego amigo), aunque las Naciones Unidas se lo permitirían a las
fuerzas allí desplegadas cuando fuese necesario. ¿Prevé, señor Ministro,
algún cambio en este sentido en las instrucciones dadas a la Agrupación
Madrid, que es la que está en estos momentos allí desplegada?



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Por lo que se refiere a la pregunta número 3 --y me hago cargo de que
entre las condiciones o cualidades exigibles para ser Ministro no está el
don de la adivinación o de la premonición--, en la seguridad de que el
señor Ministro dispone, por razón de su cargo, de información que
nosotros no entendemos, nos gustaría saber cuál es su diagnóstico sobre
la posible evolución del conflicto concretando, sin ánimo exhaustivo y
sólo a modo indicativo, algunos asuntos sobre los que nos gustaría
conocer su impresión. Por ejemplo, qué análisis global realiza el
Ministro en estos momentos sobre el conflicto, si ve alguna posibilidad
de alcanzar un acuerdo de paz entre los contendientes a corto plazo, si
considera posible y viable alguna acción internacional que sea realmente
eficaz para la pacificación de la zona, cuál sería la posición del
Gobierno sobre un uso selectivo de la fuerza a utilizar en la zona o cuál
es su opinión sobre el resultado del embargo tanto económico a Serbia
como de armas a los diferentes contendientes. En la globalidad de esta
pregunta-diagnóstico sobre la situación, le sugerimos estos puntos en
concreto, incluido el de si existe un riesgo cierto o previsible de que
el conflicto pueda extenderse a otras áreas, como tantas veces se ha
dicho, al Kosovo o a Macedonia.

Por último, muy brevemente. Aunque comprendo que esta pregunta está un
poco anticuada, en un momento determinado se habló de un plan de
despliegue de 50.000 soldados al mando de la OTAN para controlar una
situación en el área, y sería preciso preguntar al señor Ministro su
opinión en relación con esto y, segundo, qué contingente aportaría
nuestro país en el caso de que la OTAN decidiera enviar una fuerza
numerosa a Bosnia para aplicar ese hipotético acuerdo de paz. Muy ligado
a esto, qué disponibilidad de soldados profesionales tenemos en estos
momentos, ya no para el envío de un contingente tan importante sino
incluso para un próximo relevo, si es que es necesario mandar un próximo
relevo a la Agrupación Madrid.

Muy brevemente también, formulo las preguntas que habían sido hechas en
su momento por don Javier Rupérez. Si la OTAN obtuviese el control
absoluto de la operación, cuál sería el mecanismo de engarce de nuestras
Fuerzas Armadas dentro de la estructura militar de la Alianza, cuál es la
opinión del Gobierno respecto a esto, si preferiría un control OTAN o un
control ONU.

Estas son, señor Presidente, de la manera más rápida y más breve posible,
las cuestiones que nos interesa que nos aclare el señor Ministro.




El señor PRESIDENTE: Para contestar, tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Está prevista la
comparecencia conjunta de los titulares de Exteriores y de Defensa para
tratar en detalle la evolución del conflicto en la antigua Yugoslavia.

Por lo tanto, algunos de los detalles implícitos en las preguntas del
señor López Valdivielso los aclararemos conjuntamente los dos ministros.

No obstante, creo que algunos de los aspectos fundamentales de estas
cuestiones implícitas en las preguntas del señor López Valdivielso se
pueden contestar ahora.

En realidad, el señor López Valdivielso está preguntando sobre todo en
general, porque está haciendo una lista de preguntas tan completa que
obliga a referirse a la globalidad del conflicto en la antigua
Yugoslavia.

Comenzando por lo más importante a efectos de responder al fondo de la
cuestión, cuál es la perspectiva de solución del conflicto que se dirime
en aquella tierra, les diré que las perspectivas del acuerdo de paz
fueron dramáticamente interrumpidas --como SS. SS. saben-- tras el
fracaso de las conversaciones entre las tres partes a finales de
septiembre. En la famosa reunión en un portaaeronaves de un país aliado
se chocó con un escollo que era el de las cesiones territoriales por
parte de serbios, también por parte de croatas aunque en menor medida.

Después de ese fracaso, que ha supuesto una gran decepción para todos los
gobiernos interesados en la evolución del conflicto, se han mantenido
conversaciones bilaterales que no han interrumpido el propio proceso de
negociación, pero que no permiten por ahora vislumbrar una salida. Las
conversaciones bilaterales se han tenido entre las tres partes, en alguna
ocasión también ha habido reuniones discretas a tres, pero hasta ahora no
se ha llegado a lograr un avance y, de hecho, lo que se consiguió en el
proceso de negociación hasta finales de septiembre no ha podido dar lugar
a un paso adicional que sería el definitivo.

Está sobre la mesa ahora --y quizá es lo que a SS. SS. más les interese,
aunque el señor López Valdivielso no lo ha mencionado-- una propuesta por
parte de dos gobiernos de la Unión Europea, Francia y Alemania, propuesta
que fue presentada al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores
recientemente, la semana pasada, y que ha sido objeto de información por
parte de muchos medios. Quisiera hacer un resumen de la propuesta tal
como se presentó, por escrito, puesto que tal como ha sido resumida por
los medios de comunicación podría dar lugar a alguna confusión.

La propuesta de Francia y Alemania supone optar por un enfoque
globalizador. Hasta ahora se estaba tratando de resolver, por una parte,
el conflicto en Bosnia; por otro lado, el conflicto en las Krajinas,
entre Serbia y Croacia, y se opta ahora por tratar de darle un enfoque
general a todo el conflicto de la antigua Yugoslavia, puesto que es
cierto que las diferentes partes que lo componen se afectan mutuamente.

Se tendería, pues, a una solución general y no sólo a la de Bosnia. Con
esto se sigue el cambio de estrategia que a principios de octubre
propusieron los dos mediadores internacionales, Owen y Stoltenberg, que
insistieron en la necesidad de volver a ese enfoque, puesto que ya se
veía que la solución independiente o individualizada del conflicto de
Krajinas o el conflicto de Bosnia no se iba a conseguir.

Por tanto, proponen la convocatoria de una conferencia de paz, que sería
global, y que supondría retomar el sistema de negociación que ya se
ensayó en la conferencia de Londres. Esta se había llamado en realidad la
conferencia de Londres-III. Ahora veremos qué es la



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conferencia de Londres-II, teniendo en cuenta que la primera que se
celebró, obviamente, sería la I.

Los patrocinadores de la propuesta, los Ministros de Asuntos Exteriores
francés y alemán, consideran que la organización de una conferencia de
estas características llevará tiempo, llevará probablemente meses, y como
no estamos en condiciones de esperar ese tiempo, mientras que la
conferencia se va preparando, se tomarían otras iniciativas.

Concretamente, se trataría de compaginar el enfoque global con
negociaciones bilaterales o trilaterales, de forma que continuaría el
proceso de negociación, que no se ha interrumpido nunca, y que ha
continuado después del fracaso de finales de septiembre.

Ese enfoque de negociaciones bilaterales o trilaterales, sobre todo para
resolver problemas concretos, comenzaría a restablecer una acción común
para la ayuda humanitaria. Habría que aumentar los medios financieros
para esa ayuda, medios que últimamente están en una situación
relativamente preocupante; es decir, en este momento Naciones Unidas
dispone de medios limitados. Incluso se habla de que aumente la lista de
países que hasta ahora han aportado esa ayuda a Naciones Unidas,
concretamente se mencionan los países islámicos. Para que esa ayuda
humanitaria pueda llegar (ahora hablaremos concretamente de la situación
de la ayuda humanitaria), los dos patrocinadores sugieren que se
intensifique la fluidez en los corredores y especialmente en el corredor
central, el que va desde la costa a Sarajevo por el Valle del Neretva
--menciona también otros--, habla de la necesidad de controlar el reparto
de la ayuda ante la situación que se ha podido comprobar a lo largo de
los últimos meses: la ayuda se utiliza a veces por los contendientes para
alimentar la propia guerra. Y habla de la necesidad de que los corredores
terrestres no estén funcionando aisladamente, sino que sean
complementados por una ayuda aérea, a través de los pasillos aéreos que
llevan a Sarajevo, y mencionan también la necesidad de apertura de los
aeropuertos de Tuzla y de Mostar.

En cuanto a la solución para Bosnia, insisten en algo que todos
compartimos: no se puede perder el activo de acuerdos pequeños, que
forman una importante suma, que se consiguieron en las negociaciones de
septiembre y que, finalmente, fracasaron por una cuestión de porcentajes
de territorio asignados a cada una de las comunidades. Por tanto, es
necesario proteger ese activo, mantenerle y partir siempre de él para las
conversaciones bilaterales que han de tener lugar durante este período de
meses, mientras se prepara la nueva conferencia de Londres.

Por ello hablan de la necesidad de mantener en este período un principio
fundamental, que es la protección del trazado de las fronteras exteriores
de Bosnia, principio en el que todos estamos de acuerdo, probablemente el
más elemental de todos, y hablan de la conveniencia, de la necesidad más
bien, de que se atiendan las peticiones o las exigencias territoriales
musulmanas, sobre todo por parte de los serbios. De ese tres o cuarto por
ciento del territorio, quizá lo más importante sea la calidad, no la
cantidad.

En cuanto a los territorios de las Krajinas, dentro de las fronteras de
Croacia, hablan de la necesidad de encontrar un «modus vivendi» entre las
dos comunidades, la comunida serbia y la comunidad croata, hasta
encontrar una solución definitiva, en realidad, ampliar la situación en
las Krajinas para que no se produzca una escalada, como todos estamos
teniendo y como hemos visto que se iniciaba a lo largo de los últimos dos
meses.

Me pregunta si hay una solución para Bosnia, partiendo del activo
negociador conseguido hasta septiembre. Si se encuentra ese «modus
vivendi» para las Krajinas que permita abordar una solución definitiva
con garantía de éxito, se intensificarían (puesto que nunca han dejado de
funcionar) los trabajos de la conferencia de Ginebra. Conferencia de
Ginebra que endosaría lo acordado por la comunidad internacional y lo
acordado por las partes. Esto constituiría, en realidad, el llamado
paquete (es una interpretación mía) Londres-II; es decir, que todo esto
podría llevarse, una vez conseguido ese acuerdo en Ginebra, a la
conferencia de Londres, confirmar estos acuerdos bilaterales entre las
partes, endosar por la comunidad internacional esos acuerdos y ya pasar a
ese enfoque globalizador que decía al principio.

En este segundo encuentro, el de Londres-II, se tratarían dos planes
específicos: uno, para la reconstrucción de toda Yugoslavia y, otro, para
el desarme, la normalización de relaciones y la reintegración de Serbia a
la comunidad internacional. Y aquí se produce el aspecto que ha resultado
ser el más polémico en la presentación de esta iniciativa, que es el
levantamiento progresivo del embargo a Serbia si estos acuerdos
bilaterales se produjeran. Luego hablaremos de cuál es la posición del
Gobierno español al respecto.

En definitiva, se llevaría a Ginebra todo lo que bilateralmente fuera
consiguiendo, se endosaría por la comunidad internacional y se pondría en
marcha la discusión de estos dos planes específicos. Todo ello en una
conferencia que prepararía la conferencia definitiva de carácter global.

Ese sería el último paso, el llamado Londres-III. Este es el fondo de la
cuestión en el terreno de la negociación en este instante.

Vamos a pasar ahora a ver cuál es el situación sobre el terreno, la
situación tanto humanitaria como la posición de las partes en el día a
día de las últimas semanas. La situación humanitaria, como saben
perfectamente SS. SS., no ha dejado de deteriorarse sobre el terreno. Ha
habido incluso actos de agresión deliberada contra convoyes de ayuda
humanitaria, concretamente contra un convoy holandés hace dos semanas,
causando víctimas, incluso alguna mortal, entre el personal humanitario,
y esto ha conducido a que el 25 de octubre, Acnur decidiera suspender el
tráfico de convoyes de ayuda humanitaria en todo el territorio de Bosnia.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados considera
que esta es una decisión inevitable, puesto que las partes no están
dispuestas a garantizar la libre circulación de estos convoyes, aunque
esto tenga, en un plazo no demasiado largo, consecuencias dramáticas para
la población civil. Acnur y Unprofor están trabajando en este momento con



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las partes para reanudar esa ayuda, pero sobre una base (una base
conseguida sobre el terreno), que es una tregua para la ayuda humanitaria
durante el invierno. No hay razón --y ésta es una posición que considero
razonable-- para reanudar esta ayuda sin que exista antes esa tregua,
puesto que volveremos en pocos días a estar en las mismas circunstancias,
y sin que continúen por un camino razonable las conversaciones de paz.

Hay acusaciones permanentes entre los contendientes que dicen que
solamente se ayuda a los otros; evidentemente, es algo demagógico y no es
cierto. No obstante, la postura entre las partes tiene que ponerse en
relación con esa decisión del Consejo Europeo del 21 de octubre que
decidió iniciar la acción común a favor de la ayuda humanitaria, a la que
antes me he referido. Sobre el terreno, la posición de las partes,
naturalmente, es de fragmentación y de oposición unos a los otros, como
conocen SS. SS.; esto no ha mejorado sino que ha empeorado.

Concretamente, los serbios, que son los más proclives en este momento a
conseguir o a facilitar esa tregua, sin embargo no parece probable que
acepten que la totalidad o la mayoría de las rutas pasen por su
territorio justo cuando ellos están sufriendo en estos momentos un
bloqueo que les está afectando muy gravemente. Por otra parte, tampoco
los croatas aceptan que se abra la ruta del Neretva. Ya conocen ustedes
cuál es la situación en esa ruta. Concretamente, sabrán que a principios
del verano se voló uno de los puentes esenciales para el funcionamiento
de la ruta, en las dos últimas semanas se ha volado un viaducto en las
inmediaciones de ese puente y, más recientemente, se decidió también,
presumiblemente por croatas --estoy hablando de que son presumiblemente
croatas, no puedo decir que tenga evidencia, pero lo digo con
conciencia--, la voladura de los pilares que quedaban en pie después de
la voladura del puente. Por tanto, en este momento, la suya es una
actitud muy intransigente, relacionada probablemente con la situación de
Mostar. El argumento en contra de que se abra la ruta desde Mostar a
Sarajevo es que pudiera servir de penetración a los refuerzos musulmanes
para ayudar a los miembros de la Armija y a la población civil que están
rodeados y asediados en Mostar desde hace ya varios meses. En cualquier
caso, insisten en que en todo el territorio controlado por ellos no se
aceptará más que el paso de víveres y en ningún caso combustible. Sus
señorías saben que de cara al invierno --y la experiencia del año pasado
lo avala-- lo fundamental es tener la oportunidad de llevar combustible y
ropa de abrigo.

Después de las voladuras de esos puentes no ha habido tampoco una
reacción de la comunidad internacional en contra de los croatas, no ha
habido una presión muy fuerte, y yo creo que éste es uno de los problemas
esenciales. Aunque se resolviera el problema de los puentes, no estaría
expedita la vía de la costa a Sarajevo por el Neretva. Hay una trinchera
cavada --una trinchera muy extensa, de más de seis metros de anchura--
una vez pasado Mostar. La misma ciudad asediada constituye en este
instante un cuello de botella. Está a tiro de la artillería serbia y, al
mismo tiempo, está sometida, de cuando en cuando, a disparos esporádicos,
voluntarios o involuntarios, de mortero, debido a la contienda dentro de
la ciudad. Por tanto, no sería fácil la apertura de esa ruta.

En cuanto a los musulmanes, tampoco se puede decir que faciliten en todos
los casos el paso de la ayuda humanitaria. Esto es consecuencia en parte
de la fragmentación que hay en su seno. De forma que, dependiendo de los
jefes locales, se puede atender o no a las comunidades croatas, que a su
vez también están rodeadas en Bosnia central. Como la fragmentación
afecta también, aunque en menor medida, a croatas y a serbios, el
panorama desde luego no es nada halagüeño.

¿Cuál sería la posición del Gobierno español ante estas iniciativas,
tanto la propuesta de Francia y Alemania, como las iniciativas sobre el
terreno, como las medidas que se han propuesto para resolver esta
situación y, concretamente, la propuesta de Mitterrand para forzar la
ayuda hacia Bosnia central? Sobre la propuesta de apertura de una línea
de abastecimiento a Bosnia central, la alternativa al Valle del Neretva
es la ruta que va de Split a Jablanica pasando por el Este, por la ciudad
de Tomislavgrad. Ya se utilizó en el invierno pasado y se ha utilizado
también durante la primavera. Hay alguna ruta secundaria, que es la que
utilizan normalmente los convoyes de Acnur, escoltados por españoles y
por ingleses, que están llegando a Bosnia central sin pasar por la ruta
del Neretva interrumpida por la voladura de los puentes. Es una ruta que
tiene problemas, aunque el invierno pasado fue reparada y habilitada por
zapadores de los cascos azules, pero durante el invierno, al menos
durante algunas semanas, tiene problemas de circulación por la nieve. Ya
he dicho cuáles son los problemas de la ruta del Neretva, los tres cortes
que hay actualmente: la trinchera, el puente y el viaducto, el cuello de
botella de Mostar y un problema global, y es que en este momento gran
parte de la ruta es la línea de separación entre la Armija y la HVO. Por
tanto, es muy difícil que se pueda proceder al paso de convoyes en las
mismas cirscunstancias del invierno pasado. Estarán afectados por los
enfrentamientos que de manera recurrente se producen a lo largo de toda
la línea.

Ha habido una actitud muy prudente por parte del señor Owen, porque la
propuesta de Mitterrand incluía el posible uso de la fuerza para abrir la
ruta o para defenderla. Los mediadores consideran que los cascos azules
nunca deben ser un combatiente más, y por eso la postura del Gobierno
español --conociendo, además, muy bien la situación de la ruta-- es la de
que, sin acuerdo entre las partes, es prácticamente imposible que se
pueda producir esta reapertura, puesto que la reconstrucción de los
puentes del viaducto podría ser fácilmente neutralizada con fuego desde
las alturas o simplemente volando uno de los múltiples túneles que hay a
lo largo de la ruta. Por tanto, se podría reparar en un lado, pero se
podría interrumpir en otro. Por tanto, si no hay acuerdo entre los
combatientes, es difícil que la propuesta de Mitterrand se pueda llevar a
cabo.

El Gobierno español considera que esa propuesta es oportuna y positiva.

Por tanto, tienen que verse las otras alternativas, como la de Split,
Tomislavgrad, Jablanica, o puede verse la ruta secundaria que estamos
utilizando en



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estos mismos instantes. Es decir, que siendo difícil el que se pueda
llevar a cabo fundamentalmente a través del Neretva (aunque no podemos
tampoco tirar la toalla), a corto plazo, puesto que ya no hay tiempo para
la reparación --la reparación de los puentes llevaría en algunos casos
bastantes semanas--, hay que actuar por otras rutas alternativas, y el
Gobierno español está dispuesto a hacer lo posible con los cascos azules
para que esas rutas alternativas funcionen.

La posición del Gobierno español respecto a la propuesta franco-alemana,
como la del resto de los gobiernos de la Unión Europea, es que se
considera oportuna y debe ser la línea de trabajo de todos los gobiernos
comunitarios en los próximos meses. Quizá el punto esencial sea ver cuál
es la reacción de las partes ante esta estrategia, que no me atrevo a
llamar nueva porque en realidad lo que se hace es retomar la forma de
trabajo que inicialmente llevaron a cabo los mediadores. En cualquier
caso, las partes están muy intransigentes y no vamos a ver de manera
inmediata una reacción positiva. Es inaceptable, en cualquier caso, la
reacción inicial que han tenido los serbios. La agresividad serbia,
además, se ha expresado a través del bombardeo de la ciudad de Sarajevo
de este fin de semana. Hemos visto cómo se han vuelto a producir víctimas
inocentes en un bombardeo que no tenía ningún valor militar, solamente el
valor de la intimidación. Por tanto, sin gestos por parte de los serbios
de reducción de esa agresividad que sistemáticamente utilizan y que
invalida las razones concretas que puedan tener en favor de su causa,
creo que es imposible llevar a cabo esta iniciativa. Pienso que tenemos
que seguir insistiendo diplomáticamente en el mantenimiento del embargo,
puesto que cualquier idea equivocada a este respecto puede ser
interpretada perversamente por parte del Gobierno de Belgrado. Este, por
cierto, es un error que cometen todas las partes, porque los croatas y
los musulmanes también cometen el error sistemático de interpretar mal
las acciones de la diplomacia occidental. Concretamente, creen que cada
vez que se hace una declaración que pudiera darles la razón en algún
punto concreto, eso supone que la comunidad internacional, los gobiernos
occidentales en particular, se ponen incondicionalmente de su parte.

Habrá, por tanto, que insistir en que para poder avanzar en este terreno
habrá que evitar que se ponga siempre énfasis por parte de los gobiernos
de las partes contendientes en la razón que supuestamente les dan los
gobiernos occidentales cuando hacen una declaración que pretende ser
equilibrada. Todos han cometido atrocidades y todos necesitan que se haga
sobre ellos esta presión. Por tanto, la propuesta es correcta, esa idea
de globalidad probablemente permitirá interrelacionar las diferentes
partes que componen el conflicto. Hay que seguir insistiendo en el activo
negociador que se consiguió hasta septiembre, pero repito que lo
fundamental es que todos den signos de ceder en sus posiciones y todos
eviten pensar que la comunidad internacional está de su parte cuando
simplemente intenta ser equilibrada y neutral.

Paso ahora a las preguntas concretas que hacía el señor López
Valdivielso. La primera hacía referencia al tiempo de permanencia.

Ustedes saben que el Gobierno español ha aceptado desplazar cascos azules
a Yugoslavia, bajo bandera de Naciones Unidas, por un período de cuatro
meses ampliable a dos más, en realidad por semestres, y que esos
semestres se han ampliado en dos ocasiones para la Agrupación Málaga y
para la Agrupación Madrid.

Coincido, señoría, con lo que usted ha insinuado de que se observa un
principio de cansancio en la opinión pública española respecto a este
conflicto y, por tanto, respecto a la presencia de cascos azules
españoles en el mismo, pero hay que ser conscientes de que cuando se hace
un ofrecimiento de este tipo, y lo hemos hecho con pleno acuerdo de todos
los grupos de esta Cámara, eso supone un compromiso con la comunidad
internacional, no solamente con Naciones Unidas bilateralmente. En este
caso, este compromiso tiene además una derivación muy importante y es la
posición de la Unión Europea, recién estrenada, sobre este conflicto.

La Unión Europea tiene unas responsabilidades por la proximidad del
conflicto, porque éste tiene lugar en nuestro continente y porque desde
el principio ha llevado a cabo una acción diplomática que se podrá
considerar más o menos eficaz, pero que ha sido la única acción constante
que ha habido con relación a este problema. Por tanto, lo que nosotros
hagamos no solamente afecta a Naciones Unidas, sino que afecta también a
la política exterior común de la Unión Europea. Así pues, aunque no está
decidido todavía el relevo de la Agrupación Madrid, dependemos de que nos
vayamos acercando o no a un acuerdo de paz.

No podemos estar ahí, S. S. tiene razón, como cascos azules, sin
perspectivas de que haya un acuerdo en algún momento; no podemos estar
ahí en un clima de hostigamiento a los cascos azules por los distintos
contendientes y no podemos aceptar que los contendientes hayan integrado
la presencia de los cascos azules y la ayuda humanitaria como un elemento
más de las hostilidades entre ellos y que se utilice la ayuda humanitaria
como una forma de perjudicarse los unos a los otros. Todo esto es cierto
y, por tanto, tenemos que hacer llegar a las partes la voluntad de no
estar eternamente en el conflicto, de no estar por un tiempo indefinido
en él. Pero si se produjera una retirada unilateral por parte de España,
no solamente perjudicaríamos la acción de Naciones Unidas, no solamente
causaríamos un perjuicio a la política exterior común de la Unión
Europea, sino que incluso podríamos perjudicarnos a nosotros mismos,
puesto que el prestigio obtenido por España por la presencia de nuestros
cascos azules en el conflicto podría evaporarse, incluso ser sustituida
por una crítica generalizada a nuestro país.

Sabíamos como Gobierno, y sabía esta Cámara también, que este era un
conflicto difícil, cuyas perspectivas de finalización no iban a estar
claras y, por tanto, tenemos que compaginar los dos aspectos: por un
lado, este compromiso internacional que tenemos con Naciones Unidas y con
la Unión Europea y, por otro lado, la presión sobre las partes para que
la actuación de los cascos azules sea permitida, sea eficaz y pueda
llevar ayuda humanitaria a su destino. Por supuesto que pensando en



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el largo plazo habrá que establecer algún mecanismo de relevo de los
contingentes de Naciones Unidas si el conflicto se extiende.

Con respecto a la segunda pregunta, que se refería al cambio de las
misiones, debo decir que no existe tal. Los cambios de misiones no se han
producido, puesto que el cambio de Agrupación se hace simplemente para
que el período de estancia no sea más largo de lo conveniente, pero todas
ellas siguen llevando a cabo las misiones que les ordena el Comando de
Naciones Unidas para Bosnia-Herzegovina y este mando, como parte de
Unprofor, responde a lo que establecen las resoluciones del Consejo de
Seguridad. Por tanto, la misión principal sigue siendo la del apoyo a la
ayuda humanitaria, con las modalidades que las distintas resoluciones han
ido introduciendo.

Hay un error, señor López Valdivielso, que es el de las reglas de
enfrentamiento del batallón español, puesto que son las mismas reglas de
enfrentamiento que las del resto de los batallones. De hecho, ningún
gobierno puede alterarlas, podrá poner énfasis en algunos de los puntos
que las componen, pero no las puede modificar y, por tanto, nuestro
batallón puede y debe, en ciertos casos, responder a las agresiones, o
usar la fuerza en defensa de prisioneros o heridos que le hayan sido
encomendados y tienen instrucciones de que respeten y apliquen esas
reglas en todas las circunstancias. Actúa exactamente igual que los
demás.

Hay también un pequeño error y es el del incidente de Mostar en agosto.

En algunas ocasiones he dicho que este incidente, por desagradable que
fuera, suponía un riesgo relativamente controlado para nuestros soldados,
que por cierto fueron capaces de negociar sobre el terreno con gran
habilidad y resolverlo brillantemente, convirtiendo lo que era una
retención por parte de población civil en un acuerdo de paz que permitió
durante todo el mes de septiembre evacuar heridos, intercambiar
prisioneros y hacer llegar convoyes a Mostar que no habían llegado
durante los tres o cuatro meses previos. Por tanto, fue un incidente
resuelto correctamente y, además, en un sentido que supuso darle la
vuelta, es decir, convertir una retención en la apertura de la ciudad de
Mostar para la ayuda humanitaria.

Con respecto a la perspectiva de evolución del conflicto, ya he hecho una
descripción bastante larga de cuáles son las iniciativas diplomáticas que
están ahora sobre la mesa. Veremos en las próximas semanas cómo son
aceptadas por las partes estas iniciativas.

El conflicto ha entrado en realidad en un cierto compás de espera hace ya
varias semanas, en el que todas las partes muestran signos positivos y
signos negativos. El signo más negativo es el que ya he dicho antes de la
fragmentación dentro de cada una de las tres comunidades. Esa
fragmentación se expresa también en Serbia a través de la convocatoria de
elecciones anticipadas. Por cierto, no hay más que dos opciones: la dura
y la muy dura, y ninguna opción diplomática. No hay ningún candidato de
la oposición democrática. Por tanto, de esas elecciones no cabe esperar
nada, pero sí cabe esperar del efecto del embargo que está afectando muy
duramente a toda la población de Serbia y Montenegro. La llegada del
invierno va a suponer el que esta población civil, sin duda, presione en
favor de soluciones negociadas. Esto ocurrirá también en la zona
musulmana y, quizá en menor medida, pueda suceder en Croacia, pero
tampoco los croatas parece que hayan alcanzado resultados muy positivos
en la campaña de primavera-verano --la campaña militar-- y, por tanto,
tampoco están en condiciones de resistir a las demandas de la población
civil, sobre todo en Bosnia central.

En respuesta a la pregunta que se refería a la presencia incrementada de
cascos azules españoles en caso de que se llevara a cabo el plan OTAN,
debo decir que la postura del Gobierno español ha sido la de informar a
la Alianza de que no incrementaríamos el número de cascos azules en caso
de que el plan se llevara a cabo. Mantendríamos el mismo contingente, en
torno a unos 1.100 hombres, tanto si el plan se lleva a cabo como si no.

En alguna ocasión he expresado mis dudas con respecto a la implementación
de este plan, sobre todo en lo que se refiere al volumen de contingentes
puesto a su disposición. Me pareció siempre que 50.000 hombres era un
número muy elevado, muy difícil de conseguir --aunque suponía que la
mitad aproximadamente sería aportada por los Estados Unidos--, pero,
sobre todo, pensé siempre que el número de misiones que se asignaba a
este contingente de OTAN, en nombre de Naciones Unidas, era efectivamente
largo. El volumen de misiones era enorme, la lista era larguísima y
algunas de las partes de esa lista en mi opinión no correspondían a
misiones a llevar a cabo por una organización de carácter
político-militar como es la OTAN, sino que tenían más bien un carácter
humanitario y, por tanto, deberían llevarse a cabo por contingentes
civiles, por los propios civiles o por las propias autoridades del
territorio Bosnia-Herzegovina. No es el momento de entrar en la discusión
de esa lista porque, entre otras cosas, el proceso de paz está en ese
compás de espera que he dicho antes y no tiene tampoco perspectivas de
llegar a un acuerdo inmediato, por lo que se ha dilatado en el tiempo la
aplicación del plan OTAN.

En este momento seguimos en una situación de cierta penuria de efectivos
por parte de Unprofor; de forma recurrente, tanto el mando de Zagreb como
el mando de Kiseljak, insisten en la necesidad de aumentar el número de
contingentes. También el Consejo Europeo ha insistido en ello y en este
momento está previsto que se incorporen un batallón de Holanda --que
parece que está a punto de llegar a la zona-- y otros tres batallones:
uno de Malasia y dos de Pakistán. Estos tres batallones tienen quizá el
problema de que no serían bien recibidos por parte de algunas de las
comunidades contendientes. En cualquier caso, no es seguro que estén en
la zona por lo menos en un período que yo pueda en este momento fijar.

Finalmente, el señor López Valdivielso preguntaba también si había un
cambio en la misión humanitaria. Ya he dicho hace un momento que los
cambios se producen en virtud de resoluciones del Consejo de Seguridad y
siempre en la misma dirección, con el mismo objetivo



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fundamental, que es hacer llegar la ayuda humanitaria. La Resolución 776
del Consejo de Seguridad, de 1992, fijó cuál era el contenido de esta
misión humanitaria, que era la protección de los convoyes y de los
detenidos liberados en Bosnia-Herzegovina. Por cierto que esta actividad
de los detenidos liberados nunca fue tan intensa como en el verano y en
los últimos meses, incluso ahora. Es decir que si han disminuido los
convoyes, ha aumentado la actividad de intercambio de prisioneros y de
intercambio de heridos. Por lo tanto, hay que estar satisfechos de la
presencia de los cascos azules allí porque siguen consiguiendo cumplir el
objetivo esencial: salvar vidas humanas.

Posteriormente, y sobre todo en fecha 23 de abril de 1993, se ampliaron
las misiones, en cumplimiento también de resoluciones, y concretamente
para incluir en ella la interposición de fuerzas y aquellas otras que se
derivaran de las resoluciones de Naciones Unidas aprobadas hata el
momento --estoy leyendo el texto concreto de acuerdo con el Consejo de
Ministros a este respecto--, con el fin de acomodar la participación de
las Fuerzas Armadas Españolas a la nueva situación surgida en la citada
República. Por tanto, a la protección de convoyes y de los detenidos
liberados, que continúa siendo la función prioritaria, se une la
interposición y otras misiones ya de carácter menor establecidas por
resoluciones de Naciones Unidas.

Queda una última pregunta, la presentada por el señor Rupérez, a la que
también ha hecho referencia el señor López Valdivielso, que es: En el
caso de que se llevara a cabo la misión de la OTAN, ¿cuál sería la
relación del contingente español con el mando que se estableciera para
ello? Pues sería el tipo de relación establecido en los acuerdos de
coordinación. Nosotros no estamos en la estructura militar integrada. Los
acuerdos de coordinación, que siguen la filosofía contenida en el
documento MC 313, dan respuesta automática a la pregunta del señor López
Valdivielso. Nuestra participación sería siempre bajo mando español.

Entraríamos una vez más en el terreno de distinción de lo que es control
operativo, que se entiende como la asignación de fuerzas para misiones
específicas y que se utilizaría para que nuestras fuerzas pudieran actuar
conjuntamente con las otras de la Alianza. No tendríamos, por tanto, el
mando, sino que estaríamos bajo el control operativo de la OTAN y, en
último término, naturalmente de Naciones Unidas. Así lo expresó el
Embajador permanente de España ante la Alianza, en carta al Secretario
General de la OTAN el pasado mes de junio, diciendo que no se haría una
aportación española a las misiones de paz que pudiera poner en marcha la
OTAN de acuerdo con la ONU bajo el mando operativo de la OTAN, sino sólo
bajo este control operativo.

Yo creo, señor Presidente, que con esto he contestado a todas las
preguntas que ha expresado el Grupo Popular.




El señor PRESIDENTE: El señor López Valdivielso tiene la palabra.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Quiero ser muy breve.

El señor Ministro ha anunciado una comparecencia conjunta con el Ministro
de Exteriores próximamente. Haremos alguna valoración política de algunos
de los aspectos que ya ha planteado el señor Ministro, pero quisiera
adelantar con respecto a la propuesta a la que se ha referido, a la
propuesta que está sobre la mesa, presentada por Francia y Alemania, dos
reflexiones: primera, que es un precedente muy peligroso en tanto en
cuanto supone cierta aceptación de un «statu quo» o de una situación a la
que se ha llegado para la utilización de la fuerza. En ese sentido, esa
propuesta, aunque nada más es una reflexión y habría que matizarla,
parece un precedente muy peligroso. Una segunda reflexión es que, como
certeramente ha dicho el señor Ministro, se supone que debemos consolidar
y reafirmar la Unión Europea Occidental y choca que dos miembros de la
Unión Europea Occidental, sin consultar con el resto de los países
aliados, lancen una propuesta y ahí esté.

En todo caso, en términos generales, uno tiene la sensación de que aquí
no pasa el tiempo. Es decir, esta comparecencia, con matices, por el
relato de los hechos, de los acontecimientos y por la postura del
Gobierno se parece mucho a la que se produjo hace tres meses, hace seis y
hace nueve. Yo he empezado por decir que no le pedía al señor Ministro ni
concreciones ni adivinaciones, pero quizá empezamos a echar en falta
algún análisis político o, quizá mejor, algunas posiciones más concretas
sobre las previsiones del Gobierno español en relación con nuestra
participación allí. Yo he planteado en concreto el tiempo que el señor
Ministro considera que nuestras tropas han de seguir allí. Yo comparto
con él que ya no podamos decidir una retirada unilateral, pero el señor
Ministro, ¿se refiere a la UEO o a otros organismos internacionales?
Parece como si tuviésemos siempre que ir a remolque de lo que van
decidiendo. La UEO somos nosotros y en la institución estatal estamos
nosotros. No vale decir que se hará lo que vayan decidiendo otras
instituciones; allí estamos nosotros y también será necesario aportar
nuestros planteamientos, nuestras previsiones, nuestros puntos de vista,
porque, si no, efectivamente, esta situación de enquistamiento puede
consolidarse.

Parece claro que va a ser muy difícil que nuestras tropas sigan
cumpliendo misiones de escolta de convoyes de ayuda humanitaria. Parece
claro que las previsiones de que se den las condiciones oportunas para
que eso pueda ser se aleja cada día más. Ahora hay cierto cansancio en la
opinión pública; yo creo que este asunto está un poco olvidado por la
opinión pública y, por tanto, no hay una presión en relación a la
necesidad de replegar nuestras tropas. Yo creo que es una posibilidad que
hay que barajar cada vez más y con más posibilidades de que se produzca
en un tiempo muy remoto porque, insisto, en que ahí están nuestras
tropas, expuestas, como he dicho, a todos los riesgos que la situación
comporta. Y no estamos desde el Partido Popular planteando que se
produzca la retirada de nuestras tropas, pero sí una previsión del
Gobierno un poco más concreta en el sentido de decir que vamos a seguir
ahí y ya veremos lo qué pasa y a ver



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qué es lo que decide la UEO. Ahí nos gustaría algo más de concreción por
parte del Gobierno.

Hay otro asunto que nos preocupa y al que el señor Ministro no se ha
referido. Se trata de la capacidad de regeneración de tropa. Allí hay un
contingente formado, fundamentalmente, por profesionales y algún número
escaso de soldados de reemplazo que están allí voluntarios. Si tenemos
que seguir allí habrá que proceder a un relevo de la «Agrupación Madrid»,
habrá que conformar una nueva agrupación y yo vuelvo a repetir la
pregunta, porque es un asunto que nos preocupa. ¿Tenemos un número de
personal suficiente como para poder conformar un nuevo contingente de
profesionales sin que tengan que repetir profesionales que ya han estado
allí?
Me he referido a la opinión del Gobierno sobre el Plan OTAN. El Ministro
se ha mostrado no muy de acuerdo con este Plan OTAN, pero supongamos que,
efectivamente, esos organismos internacionales a los que pertenecemos y
cuyas decisiones acatamos deciden que hay que enviar 50.000 soldados y
que, por tanto, a España, como miembro de esa comunidad internacional, le
corresponde mandar más de los 1.200 que parece que como límite son los
que estamos dispuestos a enviar. ¿Qué haríamos, estaríamos en disposición
de enviar ese contingente? O tendríamos que decir a nuestros aliados, no,
no podemos mandar otro contingente, no nos parece ni bien ni mal;
simplemente, no podemos mandar un nuevo contingente porque no tenemos
soldados profesionales suficientes para ello.

Sobre todos estos asuntos nos gustaría algo más de concreción. Porque hay
un argumento que hemos utilizado en muchas ocasiones. Nuestros
compromisos internacionales nos van a exigir que cada vez más tengamos
más tropas disponibles para poderse desplazar a los conflictos. Respecto
al Plan OTAN, decía el señor Ministro que esto se puede hacer con
contingentes civiles. La verdad es que yo dudo mucho que, estando la
situación como está, no siendo capaces en estos momentos de garantizar la
situación con un contingente militar, realicen esta labor contingentes
civiles, sin las infraestructuras, sin los apoyos, sin la organización
que tienen las tropas militares de los distintos países. Me parece un
plan muy atractivo que sean civiles quienes realicen esta labor, pero
considero que es algo bastante irrealizable, a mi juicio.

Sobre estos puntos y sobre otros muchos de su información, nos gustaría
tener algo más de concreción, desde el punto de vista, como he dicho
antes, desde la perspectiva o de la visión política del Gobierno al
respecto, que no le pido en estos momentos, porque, insisto, próximamente
va a haber una comparecencia en la que estoy seguro que se nos podrá
concretar mucho más estos aspectos.

Quería plantearle una última cuestión. Es algo sobre lo que --le
confieso-- no tenemos toda la información; esperemos que el señor
Ministro nos la pueda dar. Parece que ha habido algún pequeño conflicto
entre el último relevo de nuestro contingente, la llegada de la
Agrupación Madrid y las Naciones Unidas, debido a que, por un problema de
plazos, podría ser que la ONU no estuviese dispuesta a sufragar parte de
esos gastos que tiene que sufragar, en relación con los contingentes
desplazados allí. No tengo toda la información y si nos la facilita el
señor Ministro, nos evitaría tener que seguir profundizando en el tema
para luego formularle la pregunta.

En general, señor Ministro, le repito la frase que pronuncié hace un
rato. Parece que no pasa el tiempo, esto está ciertamente enquistado y yo
creo que ha llegado el momento en el que el Gobierno español debe empezar
también a tomar decisiones respecto al futuro, no digo a cortísimo plazo,
pero sí en el futuro, al plazo medio, en relación con ese conflicto y
sobre todo nuestra presencia --puesto que estamos en la Comisión de
Defensa-- militar en la zona.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Hace S. S. referencia a
algo que podría hacer llegar a las partes y yo se lo agradecería, porque
parece que no pasa el tiempo para las partes, que son los afectados por
la guerra, y parece que no pasa el tiempo para las autoridades que ven
cómo sus poblaciones civiles sufren --y cada vez más-- y, sin embargo, lo
contemplan insensiblemente, sin reaccionar. Yo me puedo encargar de hacer
llegar esta preocupación, que comparto plenamente, y me puedo sumar a
ella. Parece que no pasa el tiempo para estos dirigentes políticos. Es
verdad que parecen tener un sentido del tiempo que no es el nuestro, un
sentido oriental del tiempo. Es sabido que en la cultura oriental el
tiempo transcurre más despacio que en la cultura occidental. Uno de los
grandes descubrimientos del Renacimiento es el valor del tiempo. Yo creo
que eso del tiempo es oro lo inventó más bien un filósofo cristiano que
un filósofo oriental.

Sí quisiera hacer constar que S. S. hace referencia a la UEO. Por
ejemplo, él hablaba de remolque de la UEO. No, señoría, aquí hay un
error. Es la Unión Europea, no es la Unión Europea Occidental, es la
Unión recién estrenada, es el Consejo Europeo de Ministros de Exteriores
al que nos estamos refiriendo en el que nos sentamos y opinamos y donde
tenemos bastante que decir porque somos uno de los tres países que más
contingente tiene en la zona. Por lo tanto, no tenemos que referirnos a
la UEO porque la UEO, si tiene que intervenir, será instrumentando algo
que decida el Consejo Europeo. En este Consejo Europeo, tanto en el de
Ministros de Asuntos Exteriores como en el de cualquier otro campo, en el
de Ministros de Finanzas o de Medio Ambiente, las propuestas de los
países son las que sirven de base para tomar decisiones. Normalmente, o
es la Presidencia de turno o es un país concreto el que presenta una
propuesta y, por lo tanto, se trabaja sobre ello. Hay un procedimiento
normal basado precisamente en la iniciativa de los socios que, aun
teniendo distinto tamaño, tienen igualmente de derechos y tienen la
libertad para presentar iniciativas cuando lo estimen conveniente y sobre
eso se discute. Por tanto, señoría, la propuesta francoalemana es normal



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dentro del funcionamiento de los Consejos europeos, en este caso, el de
Asuntos Exteriores. Ya ha visto S. S. lo que piensa el Gobierno español
de esa propuesta. Si es positivo hay que tomarla en consideración, puesto
que, además, pone énfasis en una acción común para que la ayuda
humanitaria se intensifique y sea eficaz cara al invierno y porque,
además, trata de encontrar un enfoque nuevo, puesto que es verdad que las
conversaciones bilaterales llegaron a un cierto punto muerto a finales de
septiembre, cuando la cuestión de reparto territorial impidió que se
firmara lo que todos esperábamos que era un acuerdo de paz.

La propuesta francoalemana --y me sumo al resto del Consejo-- trata de
apoyar, además, lo que los dos mediadores Owen y Stoltenberg vienen
pidiendo desde hace aproximadamente un mes y medio. En realidad, también
esta iniciativa es hasta cierto punto original. La propuesta de
globalización estaba sobre la mesa desde la segunda parte de octubre,
aproximadamente. Por tanto, nos parece correcta y nos parece que quizá lo
que haya que trabajar intensamente sean los aspectos técnicos, los
aspectos concretos y, sobre todo, de plazo de negociación, de cómo se
llega, por fin, a ese encuentro primero en Ginebra, luego en Londres, de
todas las partes y de todos los gobiernos que patrocinaron la conferencia
de Londres del año pasado. Por tanto, hay algunos aspectos que hay que
trabajar con mucha precisión para evitar falsas interpretaciones, como es
la referencia a las cesiones territoriales que tengan que hacer los
serbios a cambio de un levantamiento progresivo del embargo. El embargo
es el instrumento más sólido que tenemos para hacer razonar a la parte
que hasta ahora ha sido más agresiva. En mi opinión, no se debería
descartar, incluso, el que el embargo se pudiera extender, en caso de
necesidad, a otros contendientes; por tanto, ese aspecto lo tenemos que
manejar con cuidado para no dar lugar a falsas interpretaciones, para que
nadie piense en ninguna capital que se le da la razón y que su actitud
agresiva, por tanto, está respaldada o bien activamente o bien
pasivamente por las autoridades de los gobiernos occidentales.

En cuanto a la retirada española, que alguna vez ha insinuado su Grupo,
ya sabe, señoría, que tenemos un compromiso con Naciones Unidas y con la
Unión Europea, pero incluso, me atrevo a decir, tenemos un compromiso
directo con los gobiernos e incluso con los ejércitos que han enviado
contingentes también a Bosnia-Herzegovina, concretamente con franceses,
ingleses, contingentes mayores que los nuestros, pero también con los
belgas, holandeses, daneses, que tienen desplazados o bien contingentes
de cascos azules que participan directamente en los convoyes o bien en
contingentes para comunicaciones o para apoyo logístico en general. Por
tanto, hay un compromiso con nuestros socios, con nuestros amigos
europeos y con nuestros aliados; hay también un contingente canadiense.

En cuanto a la sustitución del contingente, habrá problemas, por
supuesto, y habrá problemas porque el número de profesionales que tenemos
es limitado, pero se podrá hacer. Ahora bien, yo no me quiero comprometer
a nada y no lo quiero hacer por una razón elemental. ¿Cómo me voy a
comprometer en la Comisión a que va a hacer un cuarto contingente cuando
la posición del Gobierno español es hacerles llegar a los contendientes
que eso no está asegurado, que si ellos no hacen lo que tienen que hacer,
que es llegar a un acuerdo de paz, nosotros no llegaremos más lejos? Si
ellos están en esa actitud de dejar pasar el tiempo a ver qué sucede,
nosotros no vamos a reaccionar pasivamente. No podemos asegurar que vaya
a haber un cuarto contingente si las partes no trabajan para llegar a ese
acuerdo de paz, pero, por otra parte, tampoco podemos decir que no lo va
a haber, porque tenemos un compromiso con la Unión Europea, con Naciones
Unidas y con nuestros amigos, socios y aliados. Desde luego no va a haber
más profesionales si se pone en marcha alguna de las propuestas que
recientemente ha hecho su Grupo. Quiero aprovechar, ya que habla de
profesionales, para decir que recientemente --supongo que S. S. lo
desmentirá-- su Grupo ha propuesto que no se suba el sueldo a los
profesionales, en la medida que está incluida en la Ley de Presupuestos,
para aumentar el haber en mano. Ahí S. S. siempre incurre en una
contradicción --naturalmente, siempre pilla al Gobierno; son estos
pequeños trucos parlamentarios que legítimamente se usan--, y es decir:
Tiene usted pocos profesionales, pero no les suba el sueldo lo que usted
piensa porque conviene que demos el haber en mano a los soldados que van
por el contingente, el servicio militar. Cuidado con esto, porque los
experimentos con estas cosas tan delicadas conviene hacerlos con mucho
cuidado. Por tanto, señoría, aprovecho para decirles que me pareció poco
razonable esa propuesta. Su Grupo y el mío comparten la prioridad de que
el número de profesionales aumente, entre otras cosas para esto, para que
podamos tener cascos azules suficientes; cuidado con esto, ¿eh?
En cuanto al Plan Otan, señoría, quisiera ser muy prudente en mis
expresiones para que no se interpretaran mal. Estoy de acuerdo con el
Plan de la Otan. ¿Cómo no voy a estarlo si he participado en reuniones en
las que este Plan se ha ido poniendo en marcha? Lo que he dicho es que
desde el principio el Plan era excesivamente ambicioso, ambicioso en los
objetivos que quería cubrir, la lista de misiones era excesivamente
larga, y ambicioso también el número de efectivos que quería conseguir,
puesto que 50.000 me parecía un número difícil de alcanzar. Pero estoy de
acuerdo con que la Otan, atendiendo el requerimiento de Naciones Unidas,
acepte llevar a cabo la vigilancia, el control de la aplicación de los
acuerdos de paz. ¿Cómo no voy a estar de acuerdo? Me parece elemental que
si Naciones Unidas le pide a la Otan que lo haga, lo haga, entre otras
cosas porque no abundan en este mundo las organizaciones de carácter
político-militar sólidas, bien organizadas, que puedan aportar a la ONU
lo que tantas veces se muestra como una carencia de la Organización de
Naciones Unidas, que es tener una estructura militar estable y disponer,
además, de contingentes homogéneos en todos los sentidos y que tenga ya
ensayado un sistema de trabajo en común, con sistemas



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de mando y control, con procedimientos comunes para todos.

Reitero lo que dije antes, y lo quiero matizar, cuando hablé de que
contingentes civiles tendrían que encargarse de aspectos esenciales de la
aplicación de los acuerdos de paz y concretamente de aspectos esenciales
de la reconstrucción de los servicios. Yo no me he inventado esta
expresión, señorías, sino que es del propio Secretario General de
Naciones Unidas que en varias ocasiones, a lo largo de los últimos meses,
viene hablando de la necesidad de que contingentes civiles acompañen a
los contingentes militares, porque hay muchas misiones que pueden ser
desarrolladas con gran eficacia por civiles, sin despertar --caso más
reciente Somalia-- la reacción, a veces poco favorable, de los
contendientes respecto de los cascos azules.

Quisiera explicar, con todo gusto, lo que S. S. preguntaba sobre el
incidente en el relevo de la Agrupación Madrid, lo que llama incidente,
que no fue incidente, simplemente fue un acortamiento del semestre por
parte de la Agrupación Madrid, por un compromiso contraído antes.

Concretamente, hace dos semanas tuvo lugar el ejercicio «Ardente» entre
contingentes de Italia, Francia y España, fundamentalmente, pero también
con presencia de compañías o unidades un poco más pequeñas --más
pequeñas, me refiero de la aportación francesa, italiana y española, es
decir, a nivel de compañía o dos compañías de holandeses, belgas y, creo
recordar, incluso de griegos--. Fue un ejercicio, en el contexto de la
Unión Europea Occidental, que tuvo lugar en Italia con un supuesto de
extrema realidad: era la evacuación, con uso de la fuerza de un volumen
de aproximadamente 2.000 ó 3.000 ciudadanos europeos que se encontraban
aislados en un país que hipotéticamente se ve dividido en dos grandes
facciones, que estaba en guerra civil y que utilizaban a los residentes
de países occidentales como rehenes. El ejercicio consistió en aportar
fuerzas navales, aéreas y terrestres para liberar a ese grupo de dos mil
y pico conciudadanos occidentales. Lamentablemente no ha tenido mucha
repercusión en los medios de comunicación porque coincidió su final con
la huelga general en Italia; creo que es una pena porque fue un ejercicio
realmente interesante y necesario.

Habíamos asignado a ese ejercicio fuerzas de la Legión, con bastantes
meses de antelación, sin que se fijara la fecha. La fecha se fijó después
para finales de octubre, cuando habíamos pensado que se realizaría a
principios de noviembre, y, por tanto, tuvimos que acortar tres meses la
estancia de la Agrupación Madrid en Bosnia-Herzegovina. Se comunicó a
Naciones Unidas que se produciría ese acortamiento, pero que la presencia
española no sufría menoscabo, porque sería sustituido por otro
contingente, que es lo que se ha hecho. Por tanto, después de esa
explicación no hay ninguna cuestión en litigio con Naciones Unidas.

Quiero reiterar que, efectivamente, no estamos en tiempos nada favorables
presupuestariamente --las Fuerzas Armadas están sufriendo unas
restricciones presupuestarias importantes--, pero hay pleno acuerdo en el
seno de las Fuerzas Armadas para que esta misión se lleve a cabo. Lo que
hemos aprendido en esta cuestión, el prestigio, el peso conseguido por
nuestros cascos azules merece la pena, aunque tengamos ese coste
adicional que en el tiempo transcurrido está en torno a 6.000 millones de
pesetas. No es un coste elevado para la trascendencia que ha tenido esta
actuación española y no solamente a efectos militares, sino, sobre todo,
a efectos diplomáticos, a efectos de la imagen y el peso que nuestro país
ha adquirido por estar allí y por hacerlo bien, por las dos cosas.

Por lo tanto, el gasto creo recordar que han sido unos seis mil y pico
millones de pesetas --lo ha dicho bien S. S.--; menos de la mitad, un 40
ó un 45 por ciento, corresponde sufragarlo a Naciones Unidas y el otro 55
por ciento lo sufraga el Gobierno español, al margen del presupuesto del
Ministerio de Defensa, puesto que se hace por un crédito especial.




El señor PRESIDENTE: Señor López Valdivielso, me imagino que desea una
intervención muy breve y que se acoge al artículo 71.3 del Reglamento.

Tiene la palabra.




El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Si dice que es el artículo 71.3 será ese
artículo.

El señor Ministro nos ha acusado de incurrir en contradicción por una
enmienda que hemos presentado a los Presupuestos. Hemos considerado que
el incremento del 40 por ciento de la partida para aunar tropa
profesional y dado que por parte del Gobierno se nos dijo que las
cantidades que se abonaban a los soldados profesionales eran suficientes,
hemos considerado que en estos momentos de crisis y de necesidad de la
mejor utilización de los recursos, en vez de producirse este año un
aumento del 40 por ciento, se produzca un aumento de sólo el 20 por
ciento, que es ya un porcentaje importante, y que el otro 20 por ciento
se dedique para remuneración de los soldados de reemplazo. O sea, señor
Ministro, que no hay ninguna contradicción, no estamos diciendo nada que
no hayamos dicho siempre. Además, nos confirma que estamos tan mal de
profesionales como que nuestra participación en unas maniobras nos hace
modificar nuestros planes y nuestra presencia de un contingente muy
pequeño en Bosnia-Herzegovina.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señoría, yo he traído
--como es muy breve no voy a esgrimirlo-- el texto de alguna afirmación
suya en esta Comisión exigiendo al Gobierno que cumpla lo prometido en la
Ley de Presupuestos de hace dos años, para que se homologara el sueldo de
los profesionales al nivel correspondiente de funcionarios del Estado.

Usted me lo ha exigido y lo vamos a hacer en dos años. Por un lado me
exige que lo haga y por otro me exige que no lo haga. Fácil manera de
cogerle al Gobierno. Eso --permítame que se lo



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diga cariñosamente-- es como lo que acaba de decir en cuanto a las
maniobras: se me está haciendo especialista en coger el rábano por las
hojas, porque cuando decimos, con meses de antelación, que vamos a hacer
una misión con unidades que tienen que estar compaginadas entre sí y que
tienen que ir adquiriendo un entrenamiento, es lógico que se haga así y
que estemos de acuerdo. La Legión española, que era la unidad que tenía
que ir a la Ardente, tiene que ser compatible y complementaria con
fuerzas de los paracaidistas franceses que estaban también allí y con
fuerzas de las fuerzas de acción rápida italiana, que estaban allí. Eso
no pasará solamente en esta ocasión de la Ardente, pasa en algunas otras
ocasiones en que hay que mover las unidades, porque queremos que sea ésa
la que participe, porque es la Legión la que va a estar sistemáticamente
en ese tipo de misiones.




--SOBRE RAZONES QUE HAN PROVOCADO LA DECISION DEL MINISTERIO DE DEFENSA
DE PROHIBIR LOS VUELOS COMERCIALES DE CARACTER CIVIL, NO REGULARES, QUE
UTILIZABAN LA BASE AEREA DE LOS LLANOS (ALBACETE). FORMULADA POR EL SEÑOR
RAMIREZ GONZALEZ, (GP). (Número de expediente 181/000002.)



El señor PRESIDENTE: Antes de pasar a la siguiente pregunta, les he de
comunicar que la Ponencia para informar del proyecto de ley de plantillas
se reunirá una vez acabada esta sesión y que la Comisión dictaminará este
informe el día 15, lunes, a las once horas.

Pregunta del señor Ramírez González, quien tiene la palabra.




El señor RAMIREZ GONZALEZ: Señor Ministro, el pasado verano, las agencias
de viaje de Albacete y sus clientes se vieron desagradablemente
sorprendidos ante la negativa de las autoridades militares para la
utilización de la base aérea de Los Llanos para unos vuelos chárter ya
programados y vendidos entre los clientes.

Aunque posteriormente la prohibición fue levantada ante la reacción
popular que se produjo en la ciudad, eso no es óbice como para que esta
pregunta carezca de actualidad, en relación con la posible utilización
civil de las instalaciones de la base aérea de Albacete, ubicadas en las
cercanías de la ciudad que, como todos saben, es la ciudad más importante
de Castilla-La Mancha, con cerca de 150.000 habitantes, con una
floreciente universidad y, en definitiva, una ciudad que exige y demanda
servicios de carácter terciario para abastecer esta demanda que existe
entre los ciudadanos.

Nos planteamos, señor Ministro, la necesidad de programar, con el
suficiente tiempo, la utilización civil de la base aérea de Albacete.

Todos sabemos el carácter prioritario que tiene esta base para la defensa
y todos reconocemos que el destino prioritario de la base aérea de Los
Llanos es colaborar en la defensa del espacio aéreo español. Pero ello
nos exige, simultáneamente, la posibilidad de que, tras las negociaciones
pertinentes, se establecieran calendarios que permitieran el uso civil de
estas instalaciones, instalaciones que cuentan con unas grandes pistas,
que posibilitan la utilización de aeronaves importantes de gran
capacidad, que abaratan sensiblemente los viajes. Albacete está alejada
de cualquier aeropuerto civil en cerca de doscientos kilómetros. El más
cercano es Alicante, lo que encarece sensiblemente los viajes y la
imposibilidad de utilizar, en el momento adecuado, este tipo de ofertas
de operaciones turísticas que abaratan realmente los costos y que ofrecen
un servicio más a los ciudadanos.

Tampoco hay que recordar aquí, señor Ministro, la gran aportación de la
provincia de Albacete a la defensa española. En las proximidades de
Albacete existen almacenamientos importantes de defensa en la cercana
localidad de Chinchilla. Igualmente, en la sierra de Chinchilla existe
una de las bases de maniobras más importantes de España, con una
extensión de varios miles de hectáreas, que afectan a cinco municipios y
que, en algunos momentos, ha habido dificultades de convivencia con los
vecinos y con los ayuntamientos. Eso pone de manifiesto, señor Ministro,
la necesidad de que exista entendimiento entre la utilización de la base
y las exigencias de una ciudad pujante que tiene que contar con esa
alternativa turística como es la programación con tiempo de los vuelos
chárter para las agencias de turismo.

No es, y no sería, la primera base militar que tiene utilizaciones
civiles. Jerez, San Javier, Manises, toda una larga serie de
instalaciones militares no solamente son utilizadas por vuelos chárter,
sino que tienen bases regulares de aviación civil con vuelos regulares,
con lo que ello conlleva de utilización diaria.

Nosotros pretendemos, señor Ministro, que exista esa posibilidad de
negociar y de conocer con antelación cuáles son los períodos, las
semanas, los días que, a lo largo del año, la base aérea de Albacete
puede ser utilizada por los vuelos chárter, por los vuelos de gran
capacidad puestos al servicio de turismo de masas. Creo que eso
beneficiaría a todos, beneficiaría a la base, acercaría la base a la
ciudad, ésta se vería reflejada en su base aérea y, en definitiva, todos
saldríamos beneficiados de un talante negociador por parte de las
autoridades militares que permitieran ese uso no militar de la base aérea
de Los Llanos.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señor Ramírez, los
beneficios de la presencia de las Fuerzas Armadas en Albacete son también
evidentes. La primera empresa de Albacete, La Maestranza, del Ejército
del Aire, es la que da un mayor volumen de puestos de trabajo en toda la
provincia. Por lo tanto, es verdad que hay que agradecer a Albacete la
existencia del campo de maniobras de Chinchilla, pero también hay que
agradecer a las Fuerzas Armadas y concretamente al Ejército del Aire la
presencia de la primera empresa de la provincia



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que es la Maestranza y que es la mejor, probablemente, del Ejército del
Aire o una de las más especializadas en un tipo de aviones.

Señorías, el criterio del Ministerio de Defensa, respecto a la
utilización de las bases militares es que todas ellas, si tienen algún
uso civil, tienen que tener un carácter extraordinario, valorando
previamente el carácter de cada vuelo, su circunstancia, la necesidad de
oportunidad y teniendo en cuenta las necesidades sociales de la zona
donde esa base esté ubicada. Este criterio no ha cambiado, pero
frecuentemente hay que recordarlo y hay que restringirlo puesto que hay
un fator esencial, señor Ramírez, que es el de la seguridad.

Por otra parte, las bases aéreas tienen un carácter militar y, por tanto,
están adaptadas a las necesidades de las aeronaves militares; por ello no
están dotadas de la más mínima infraestructura o de los servicios que son
requeridos por los aeropuertos. Si el número de vuelos va más allá de
cierta cantidad, empezaríamos a tener, además de problemas de seguridad,
otros relacionados con el propio funcionamiento de la base; concretamente
los aeropuertos --no las bases-- tienen que disponer de medios para el
control de equipajes, y las bases aéreas, naturalmente, no. Entonces, no
hay en Albacete, como no lo hay en otras bases aéreas, medios para
control de equipajes y de pasajeros civiles, que es una competencia de
las Fuerzas de Seguridad del Estado, no de los miembros de las Fuerzas
Armadas.

También se tiene que cumplimentar la legislación estatal respecto a las
tasas de aterrizaje y de estacionamiento, y en este caso el Ejército del
Aire no está autorizado como organismo para percepción de las mismas. Por
tanto, las tasas no se cobran. Tiene --y esto es fundamental-- que
disponerse de medios adecuados para prestar auxilio en tareas de
recuperación o en casos de accidente. Yo, señoría, en esto soy
extraordinariamente cuidadoso, porque en el caso de que hubiera un
accidente en la base de Albacete o en cualquier otra el responsable sería
yo, no sería el Ministro de Transportes, sería yo y usted me
preguntaría, probablemente: ¿cómo es que no disponía usted de medios de
auxilio y recuperación? Pues porque tengo los adecuados para una base
militar, no para un aeropuerto.

El Ejército del Aire, además, no está cubierto de las responsabilidades
de daños causados a los pasajeros, incluso al personal militar si
ocurriera un accidente. Es más: es que ni siquiera hay en Albacete un
sistema de aprovisionamiento de combustibles para aviones civiles. Los
combustibles no son siempre iguales; incluso le digo más: es que la
pista, que es verdad que es de gran longitud para el despegue sin ninguna
traba de aviones de reactores de combate, está pensada para aviones de
combate que tienen un peso notablemente inferior a los aviones de gran
capacidad. Todos estos son factores esenciales. Su señoría se sonríe pero
yo no me sonrío, porque si cada cuatro o cinco años hay que reparar la
pista --y eso vale bastante millones-- y eso se hace cada menos tiempo,
evidentemente, si no me lo paga alguien no lo hago; si no me paga alguien
ese desgaste adicional de la pista no se podrá aceptar que se desgaste la
pista más allá de lo que es su tiempo normal. Supongo que S. S., que
también será muy consciente de los problemas financieros, también estará
de acuerdo con este criterio.

Por tanto, señoría, todo lo que hagamos en este terreno tiene que hacerse
con gran cautela, y estamos totalmente de acuerdo en que con carácter
excepcional pueden producirse vuelos civiles; de hecho, creo recordar que
el Club de Fútbol Albacete usa normalmente este aeropuerto. En ese
sentido, hay una regularidad en el uso civil de la base aérea, pero de
ahí a que convirtamos a una de las principales bases aéreas en un
aeropuerto sin estar dotado de los medios de seguridad, sobre todo, y de
control de pasajeros y de tráfico que requiere un aeropuerto, media
bastante distancia. Así que, señorías, de acuerdo con las autoridades
provinciales podrá irse autorizando concretamente y caso a caso el
aterrizaje de aviones civiles, sobre todo si vamos resolviendo estos
problemas de carencias como aeropuerto que no es de la base y
garantizamos que se respete al máximo la seguridad.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ramírez.




El señor RAMIREZ GONZALEZ: Yo pensaba, señor Ministro, que iba usted a
salir de la anécdota e iba a entrar en las categorías, pero si entramos
en la anécdota le dire que, efectivamente, la base tiene unas
limitaciones, la pista, el peso, pero cuando hay un viaje programado de
protocolo por parte del Presidente de Castilla-La Mancha, señor Bono, y
puede operar el Concorde en la base aérea de Albacete, entonces nadie
puso ningún tipo de limitaciones. Por tanto, si el Concorde puede
utilizar la base, señor Ministro, podemos y debemos intentar hacer la
relación de cuestiones que Defensa entiende que debe tener la base, y si
esa relación se pone sobre una mesa, efectivamente habrá instancias
locales, provinciales y de la Comunidad Autónoma a las que exigiremos que
destinen fondos para dotar esa mínima infraestructura que haga posible la
superación de la seguridad, de las infraestructuras, del control de
equipajes, etcétera, y dónde y cómo se tienen que pagar las tasas de
utilización.

Lo que pretendemos, señor Ministro, es que la utilización no tenga ese
carácter tan extraordinario al que usted ha hecho referencia que
imposibilite cualquier programación. Todos sabemos cómo se mueve la
oferta turística, todos sabemos que la programación es a largo plazo o
con tiempo previo que permite la utilización y poder beneficiarse de este
tipo de oferta; lo que no podemos estar es pensando programar un viaje a
Canarias y no saber 15 días antes si las autoridades militares van a
autorizar o no el uso de la base. Pretendemos salvar el carácter
prioritario de la base, carácter que en algunos casos ustedes no han
tenido en cuenta; han desmantelado la mitad de los Mirages que había en
Albacete para llevárselos a Manises, habida cuenta que los Mirages en
Manises estaban fuera de operación. Por tanto, ese carácter prioritario
que tenía Albacete ha sido pospuesto por parte de Defensa para atender
Manises con aviones



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ubicados y destinados en Albacete. Por tanto, desgraciadamente, la
situación financiera de Defensa está dejando a medio gas, por utilizar
una expresión vulgar, la importancia estratégica de Albacete. Lo que
pretendemos, señor Ministro, es que Defensa diga: Estas son las
instalaciones mínimas que tiene que tener la base aérea para hacer un uso
programado y esporádico de carácter civil, y obtendremos, estoy seguro,
las instalaciones y las construcciones, porque, efectivamente, dinero hay
en la comunidad autónoma para destinarlo, por ejemplo, como sabe S. S., a
comprar un automóvil de lujo a una empresa para que lo utilizara la
asesoría jurídica de la empresa; fíjese si no vamos a tener dinero para
construir un pabellón, por ejemplo, de pasajeros civiles. Prográmese y
negóciese con los operadores turísticos cuáles son estos posibles
calendarios y, en función de esa buena voluntad, señor Ministro,
obtengamos entre todos que la base aérea de Albacete, como muy bien ha
dicho S. S., provincia pionera en los servicios a la defensa del Estado,
a la defensa del territorio nacional, con importantes servidumbres
militares, pueda contar con la base aérea como un elemento no regular,
sino fruto de la negociación al servicio de los ciudadanos.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): No sabía que el Concorde
había aterrizado una vez en Albacete. Si lo fuera, desde luego su
carácter excepcional está a la vista; que el Concorde aterrice en
Albacete cuando normalmente hace el vuelo París-Nueva York realmente es
excepcional, y yo me congratulo que la base funcione tan bien como para
que se pueda venir de Nueva York a Albacete, o de Albacete a París.

(Risas.) Estoy francamente satisfecho del buen funcionamiento de la base,
por lo que usted me dice. No sé exactamente quién fue el que propuso
esto, pero, desde luego, si de lo que se trataba era de poner a punto el
buen funcionamiento de la base, se lo agradezco.

En cuanto a salvar el carácter esencial de la base, me congratula,
señoría, ver que estamos de acuerdo. Estamos hablando de bases aéreas y,
por tanto, tenemos que evitar que suceda esto que vemos con cierta
frecuencia. Creo que hay una pregunta sobre esto también, y concretamente
podríamos establecer las relaciones estratégicas a nivel de la UEO, de la
OTAN entre Albacete y Manises. En España se está dando, señoría, una
situación que considero peligrosa para las Fuerzas Armadas. Donde hay
bases aéreas que lo han sido toda la vida, incluso existieron antes que
el aeropuerto civil, se nos está pidiendo que nos vayamos, y donde hay
bases aéreas que se consideraba que iban a ser bases aéreas y nada más
para siempre, se nos dice que autoricemos vuelos civiles. Entonces, esta
preocupación que hay por las Fuerzas Armadas y sus problemas financieros,
que yo agradezco que S. S. los comparta, ¿no se entiende también a que
las instalaciones militares sean militares y no les demos usos para los
que no estaban previstas? Dejo la pregunta aquí en el ambiente, porque va
a haber otra después, señoría. No estamos contestando sólo su propuesta,
que razonablemente expone; es que después hay otra pregunta sobre Manises
para que deje de haber allí instalaciones militares. Entonces, ¿dónde
acabamos? Porque la preocupación por las Fuerzas Armadas que, por fin, he
logrado llevar al ánimo de todos los españoles, sobre la situación
financiera, se debe extender también a esto. Señoría, lo que no puede ser
es que los aeropuertos civiles estén programados en su número y ubicación
por el Ministerio de Transportes, y que esa programación después se
modifique a través del uso civil de los aeropuertos militares. No puede
ser, señoría. Este asunto se tiene que tratar en la Comisión de
Transportes, y hablar entonces de un aeropuerto civil Castilla-La Mancha,
al cual yo, naturalmente, doy todo tipo de facilidades. Pero no puede
pretenderse que las bases militares se conviertan poco a poco en
aeropuertos civiles, por una razón fundamental, y esta discusión la hemos
tenido también en otro aeropuerto, en una zona también muy turística, que
es la de Murcia, al lado de La Manga, el aeropuerto de San Javier, y
hemos tenido durante un año y pico unas consideraciones sobre la mesa,
que eran sobre todo la seguridad. Señoría, si todos estos aspectos de los
que estamos hablando se pueden solucionar, porque el número de vuelos no
sea excesivo, pues ¿cómo no lo vamos a atender? Tengo la lista de los
vuelos que se han autorizado a lo largo de este año, y son bastantes,
señoría. Es decir, el Ejército del Aire está actuando en esto muy
consideradamente. Por tanto, señoría, sigamos con el mismo mecanismo.

Vamos autorizando; aquí ha habido vuelos incluso de aviones bastante
grandes, porque estamos hablando de 735. Ya hablaremos un día de la
pista, señoría, ya que tan generosamente ha dicho que va a hacer lo
posible porque se arregle; cuando haya que repararla antes del tiempo
previsto por el uso de aviones militares, ya hablaremos de este tema; le
llamaré, sin duda, señor Ramírez. No me importa quien lo pague. Está bien
lo pague quien lo pague. Pero ha habido bastantes vuelos y yo creo que en
ese régimen podríamos seguir. Por parte del Ejército del Aire va a haber
una actitud positiva, ya lo verá, pero con lo que usted acaba de decir,
con el criterio de que el carácter esencial de estas instalaciones es
militar y no lo debemos desvirtuar. (El señor Ramírez González pide la
palabra.)



El señor PRESIDENTE: No, señor Ramírez, ya ha concluido su turno. No
tiene la palabra. Ya se ha cumplido la pregunta, la respuesta, la réplica
y la contrarréplica.




--SOBRE FECHA PREVISTA PARA EL EMPLEO EXCLUSIVO PARA FINES CIVILES DE LA
BASE AEREA DE MANISES (VALENCIA). FORMULADA POR EL SEÑOR PERALTA ORTEGA
(GIU-IC). (Número de expediente 181/000046.)



El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Peralta.




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El señor PERALTA ORTEGA: Señor Ministro, usted ya he hecho alguna
referencia al contenido de la pregunta que le voy a plantear. Yo creo,
señor Ministro, que no podemos aventurar hipótesis en el sentido de que
haya voluntad de retirar a las Fuerzas Armadas de todas partes, al menos
no es la voluntad, desde luego, de nuestro Grupo. Las Fuerzas Armadas
tienen que estar allí donde operativamente las requieran las necesidades
de defensa de nuestro país, y esas necesidades de defensa de nuestro país
van cambiando y son muy distintas hoy de los momentos en que nuestro país
estaba al margen de organizaciones internacionales; la situación
internacional no era lo que es hoy día, en la que, por ejemplo, uno de
los dos bloques militares ha desaparecido, se está cuestionando el papel
del otro bloque militar, la situación en los países del Magreb es
distinta, etcétera. Por tanto, es necesario adecuar en cada momento --y
éste es un trabajo que lleva a cabo el Ministerio de Defensa-- las
utilidades y los distintos medios de los que disponen. En el caso de
Manises, donde existe una base aérea, se ha producido esta adecuación de
hecho, una adecuación que, en nuestra opinión, ha venido motivada por
tres razones: en primer lugar --ya se ha hecho referencia a ella--, la
retirada del servicio activo por envejecimiento de los escuadrones que
estaban destinados inicialmente en esa base aérea; en segundo lugar, han
incidido los recortes presupuestarios que sufre el Ministerio de Defensa
y que afectan lógicamente a todos los medios de las Fuerzas Armadas. Ya
ha hecho usted alguna referencia a detalles concretos de este tema. Y, en
tercer lugar, tal como decía antes, a la necesidad de una nueva
definición de los planes de defensa en función de nuestra pertenencia a
organizaciones internacionales, en función de los cambios que se producen
a nivel internacional. Todo eso da lugar a que en la actualidad la base
militar de Manises tiene muy escasa actividad. Teóricamente es utilizada
por parte de los escuadrones que formalmente están destinados en la base
de Albacete.

Esta situación de evolución que se ha ido produciendo en los destinos
militares de la base de Manises ha coincidido en el tiempo con una mayor
necesidad de instalaciones aéreas civiles en el caso de la ciudad de
Valencia. Yo oí hablar antes del turismo de masas de Albacete, pues
habría que hablar del turismo de multitudes en el caso de Valencia y
Levante, donde las necesidades de este tipo, sólo de este tipo, dejemos
al margen necesidades de carácter económico, etcétera, de nivel de
población, son muchísimo mayores que las que puedan apreciar en relación
con otras ciudades. En alguna ocasión un alto cargo ministerial
precisamente del Ministerio de Transportes, al que usted hacía
referencia, dijo que para Valencia era más importante mejorar el
aeropuerto civil que el AVE. Ahora bien, la mejora del aeropuerto civil
está íntimamente relacionada con la posibilidad de utilizar lo que hoy
son las instalaciones de la base militar. Yo creo que el proceso de
creciente utilización de cara a fines civiles es un proceso que está en
marcha, así como su progresiva disminución de fines militares. En
concreto, yo, señor Ministro, le preguntaría si este proceso que en la
práctica se está produciendo, tiene por parte del Ministerio de Defensa,
y en función de que las propias necesidades de la defensa lo hagan
viable, algún final programado y cuál serían los pasos que conducirían a
ese final.




El señor PRESIDENTE: El señor Ministro de Defensa tiene la palabra.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): No, señor Peralta, no está
previsto el que la base aérea de Manises se desmantele y que sus
instalaciones pasen a Albacete o a cualquier otro sitio. Efectivamente,
Manises está en una situación provisional en cuanto a la dotación de
aviones desde la retirada de los MIR-3. Esto ya se ha respondido en
preguntas de carácter oral, incluso también en alguna comparecencia,
puesto que en el futuro el número de aviones que hay en Manises se podrá
aumentar cuando los actuales F-1 se sustituyan por el EFA, el nuevo avión
de combate. Ya hemos explicado en varias ocasiones que la Fuerza Aérea
española se estructura en cuanto a bases en torno a un eje que va desde
Zaragoza a Torrejón hasta Canarias, pasando por Albacete. Esas son las
cuatro bases que constituirían la línea fundamental de nuestras Fuerzas
Aéreas, pero hay otras que tienen importancia por su posición estratégica
y, concretamente, cara al Mediterráneo, la de Palma de Mallorca y la de
Manises. El Mediterráneo puede ser eventualmente una zona de crisis, y la
presencia de bases adelantadas cara a todo ese mar es importante para la
defensa aérea de España. Por tanto, con la actividad actual, con un
número reducido de aviones seguirá funcionando como base aérea, y no creo
que, además, esto dé lugar a ningún problema, señor Peralta, porque el
aeropuerto de Manises tiene unas pistas lo suficientemente largas y tiene
unos medios de control aéreo lo suficientemente sofisticados como para
que en ningún caso se hayan producido dificultades de operatividad de la
base aérea por estar al lado de una civil o a la inversa. Conviven
perfectamente. No hay ningún riesgo. En este momento, las relaciones
entre ambas parte del aeropuerto son perfectas, como lo han sido en el
pasado. Así que, señoría, pensando en esa posición estratégica de Manises
y de Palma de Mallorca, esas dos bases seguirán siendo bases operadas por
el Ejército del Aire español. Usted sabe que, por otra parte, ha habido
ya desmantelamiento de otras bases, concretamente la de Jerez, también la
de Reus. El resto va a seguir funcionando tal como está previsto.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Peralta.




El señor PERALTA ORTEGA: Señor Ministro, creo que la situación actual de
la base de Manises acertadamente dice usted que es provisional. Esta es
la realidad, señor Ministro; es una base con muy escasa utilización
militar y tenemos que partir de esta situación. Será necesario definir
claramente los destinos de una base que en estos momentos con las
necesidades de defensa que tenemos, tal como usted indica, se estructura
en torno a un



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eje que no pasa precisamente por Manises. Por tanto, asumamos este hecho
concreto.

Asumamos, asimismo, señor Ministro, el que la posible utilidad de las
instalaciones militares para fines civiles no viene motivada,
afortunadamente --y yo no he hecho la menor referencia en ese sentido--,
porque haya malas relaciones entre la parte civil y la parte militar o
que en estos momentos las instalaciones del aeropuerto civil de Manises
funcionen mal. No es esa la razón. La razón es que las instalaciones que
tiene el aeropuerto de Manises son insuficientes; en concreto,
recientemente se planteaba la necesidad, por ejemplo, de una nueva pista
de rodadura y de una nueva pista de aterrizaje que tuviera la posibilidad
de que los grandes aparatos con mucha carga, como puedan ser los de
viajeros, puedan despegar en condiciones normales. Se habla de 4.000
metros; en estos momentos la pista de Manises tiene 2.700 metros, estoy
hablando del aeropuerto civil.

Por tanto, señor Ministro, la posibilidad de utilizar lo que hoy son
instalaciones militares de cara a fines civiles parece bastante
plausible.

Le consta, por otra parte, al señor Ministro que no todo lo que en estos
momentos es espacio de la base aérea militar se destina a fines
militares; alguno de los proyectos, por ejemplo, que se han barajado en
torno a la construcción de esas nuevas pistas de rodadura y nueva pista
de aterrizaje de Manises podrían afectar a algún campo de golf que forma
parte de la base militar de Manises.

Por tanto, señor Ministro, quisiera llevarla a la reflexión de la
necesidad de que en ese proceso de redefinición de las bases militares,
en función de las necesidades de la defensa y atendiendo también a otras
consideraciones, a que lógicamente se tiende en la medida en que son
decisiones de todo el Gobierno y no sólo del Ministerio de Defensa, se
pudiera contemplar la creciente utilización de lo que hoy son
instalaciones militares, de cara a fines civiles.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Señoría, hay razones
fundamentales, aparte de consideraciones técnicas que podríamos matizar,
como el hecho de que la pista principal no es de 2.000 metros, señoría,
es de 8.845 pies, aproximadamente, 3.000 metros. Es una pista bastante
grande. La secundaria, que efectivamente tiene 5.428 pies, se utiliza
sólo para aviones pequeños. Además, esta pista principal dispone de una
calle de rodaje que discurre paralelamente a la pista de despegue y
también a través de la pista pequeña, que tiene calles de rodaje, se
puede acceder también a la cabecera de la pista principal. Estos detalles
técnicos son importantes.

No es verdad que el aeropuerto de Manises esté tan constreñido, sobre
todo en cuanto a pistas. Por otra parte, las pistas seguirán siendo las
que son; el uso que se hace de ellas por parte de aviones militares es
reducido y, como hemos visto, perfectamente integrado en el
funcionamiento normal.

Por tanto, no pienso, señoría, que sea tan fundamental para el aeropuerto
de Manises esta desaparición de la base aérea. Sobre todo hay una razón
que nos aconseja mantener las cosas como están y no mezclarlo con
consideraciones estratégicas que con el tiempo pudieran resultar
equivocadas: por prudencia, señorías, dado que la situación internacional
es muy fluida y es difícil prever lo que vaya a ocurrir dentro de diez
años. Por prudencia creo que es mejor que mantengamos la base aérea donde
está y que la mantengamos como base orientada hacia crisis en el
Mediterráneo, junto con la de Palma de Mallorca. Porque en una crisis no
hace falta solamente un aeropuerto militar, hacen falta más, por si
ocurre cualquier cosa.

No creo que deba usted coger al pie de la letra lo que he dicho de que en
cuanto a número de aviones está en situación provisional. Por supuesto,
el número de 12 F-1 es relativamente reducido. No creo tampoco que en el
futuro hubiera más de un escuadrón, 18 aviones, cuando el EFA estuviera
disponible. El número que vamos a mantener será en torno al que hay ahora
y es provisional en cuanto al modelo asignado a Manises, pero no lo es en
cuanto al uso de la base como base avanzada al canal mediterráneo.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas), PARA QUE
EXPONGA LOS FUNDAMENTOS ESTRATEGICOS, TACTICOS Y LOGISTICOS EN QUE SE
BASA LA NUEVA ORGANIZACION DEL EJERCITO DE TIERRA (PLAN NORTE). A
SOLICITUD DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO Y CATALAN
(CONVERGENCIA I UNIO). (Número de expediente 213/000067.)



El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día:
comparecencia del señor Ministro para que exponga los fundamentos
estratégicos, tácticos y logísticos en que se base la nueva organización
del Ejército de Tierra (Plan Norte), a solicitud del Grupo Popular y
también, aunque no consta en el orden del día, a solicitud del Grupo
Catalán (Convergència i Unió), cuya petición tuvo entrada en Comisión el
pasado día 3 de noviembre.

Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): La razón última de la
redacción de este documento, que todavía no está convertido en plan,
puesto que el Gobierno no lo ha estudiado ni ha adoptado aún ninguna
decisión sobre él, está en el acuerdo de esta Cámara de junio de 1991. En
este acuerdo decidimos cuál iba a ser la dimensión de las fuerzas armadas
de cara al futuro, una dimensión bastante más reducida que la que tenían
en ese instante y que la que tienen incluso ahora: 180.000 frente a
208.000, aproximadamente, que tiene como total de efectivos.

Posteriormente, la Directiva de Defensa Nacional 1/92 y la Directiva de
Defensa Militar de noviembre del año



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1992 desarrollaron el contenido en el campo estratégico de ese acuerdo de
la Cámara de 1991, y esto había que traducirlo ya en modificaciones
concretas de los tres ejércitos que componen nuestras fuerzas armadas.

Esto, por tanto, no afecta solamente al Ejército de Tierra, a través de
este plan que denominamos norte, sino que afecta también a la Armada y al
Ejército del Aire. Los planes de reorganización de los tres se tienen que
estudiar conjuntamente e incorporar los documentos del planeamiento que
se reinicia el año próximo, después del período de 1991-1992, en el que
fueron sustituidos por esa Directiva de Defensa Militar y esa Directiva
de Defensa Nacional, que cambian sustancialmente el enfoque de nuestras
fuerzas armadas.

Los principios y conceptos que han orientado la elaboración del plan y
que se derivaban de esos documentos, el acuerdo de la Cámara, las dos
Directivas, incluso el proyecto de ley de plantillas que estos días están
debatiendo sus señorías, son los siguientes. En primer lugar, el marco
estratégico en el que se concibe ahora nuestra seguridad; un marco en el
que, como tantas veces se repite, no hay bloques, pero en el que hay la
posibilidad de múltiples focos limitados de conflicto, focos que, por
otra parte, estamos viendo que pueden ser de mayor intensidad. Es decir,
la agresividad de los focos de tensión que hay actualmente abiertos en el
mundo es cada vez mayor. Por tanto, esa visión un poco optimista que
teníamos hace un par de años se está modificando, no porque haya amenazas
globales, que no las hay en absoluto, no porque España vaya a sufrir
amenazas exteriores, sino porque España tiene responsabilidades en la
resolución de esos conflictos. Esa responsabilidad supone que se han
ampliado considerablemente los escenarios de una posible intervención de
nuestras fuerzas armadas; es decir, no se concibe ahora como algo tan
inmediato y tan factible una amenaza exterior, como la necesidad de hacer
frente a una responsabilidad concreta para contribuir con un contingente
internacional a solucionar un problema concreto en una zona de interés
para España.

En segundo lugar, se tiene en cuenta el principio de la gran relevancia
adquirida por las operaciones de paz, lo que obliga a organizar nueustras
fuerzas armadas de otra manera, con una fuerza de acción rápida y con
unas fuerzas de reacción que puedan participar en ellas. Por tanto, esto
obliga a revisar incluso el entrenamiento dado a nuestras fuerzas y la
necesidad de potenciar los campos de maniobras o los campos de
ejercicios.

En tercer lugar, el nuevo concepto de estructura de fuerzas que conocen
bien sus señorías, como fuerza permanente, reserva movilizable y fuerza
prevista, obliga también a que demos una mayor trascendencia a las
fuerzas que van a tener una mayor estabilidad y una mayor responsabilidad
en esas nuevas misiones internacionales de nuestras fuerzas armadas. Por
tanto, distingamos, tanto en composición como en emplazamieto, entre las
unidades que están en uno de estos tres grandes grupos de las Fuerzas
Armadas.

El cuarto elemento que se tiene en cuenta, aparte de esta nueva dimensión
más reducida, concretamente para el Ejército de Tierra 115.000 hombres,
es la mayor proporción de profesionales, que tiende a ser el 50 por
ciento, lo cual requiere también que a las bases del Ejército de Tierra,
las que van a ser ubicación de las Fuerzas con mayor tasa de
profesionalidad, se las pueda dotar de medios adicionales que hasta ahora
no tenían, por ejemplo, viviendas. Si va a haber más profesionales, más
efectivos con carácter estable, con familia, en determinadas bases, hay
que prever este tipo de equipamiento.

En quinto lugar, como principio, estamos considerando que la actual
estructura territorial, que es una estructura muy dispersa, prácticamente
con presencia en todas las comunidades autónomas, tiene que ser
sustituida por una visión distinta. Hasta ahora lo que se tenía más en
cuenta era la defensa del territorio. hasta hace poco había incluso la
posibilidad de una invasión exterior en un contexto de conflicto global
entre bloques. Ahora lo que prima precisamente es la posibilidad de
cumplimiento de misiones, muchas de ellas fuera del territorio; otras,
dentro del propio territorio. Por tanto, el carácter funcional de las
unidades y de las bases queda reforzado. De lo que se trata ahora es de
que el Ejército se organice territorialmente, de manera que esta
distribución dentro del territorio nacional sea funcional y para serlo
tiene que ser también una organización basada en unidades que se puedan
manejar mejor. Concretamente se pasa de una orgánica centrada en
divisiones a otra organización centrada en una unidad fundamental más
pequeña, que es la brigada.

El sexto principio que se contempla es el que se refiere a la proporción
adecuada entre efectivos y equipamiento, compensando el equipamiento que
tenemos y que podemos tener con los efectivos de que disponemos; vieja
pretensión, por otra parte, de todos los estudiosos de nuestras Fuerzas
Armadas.

Por último, se ha tenido en cuenta el principio de integración en
organizaciones conjuntas de nuestras unidades y en organizaciones
combinadas dentro de los propios ejércitos españoles, a efectos de que se
puedan componer unidades con mayor diversidad de la que había hasta
ahora.

En cuanto a los fundamentos estratégicos, están incluidos en el nuevo
concepto de política de seguridad y defensa --explicado ya en este
Parlamento-- y, sobre todo, están contemplados en la Directiva de defensa
nacional del año 1992, concretamente dando una mayor relevancia a las
misiones que el Ejército de Tierra pueda cumplir fuera del territorio
nacional, las cuales no estaban previstas hasta ahora en ningún documento
de esta relevancia.

El Ejército de Tierra tiene que estar capacitado para llevar a cabo
misiones dentro de un gran abanico donde conceptos como el de rapidez o
el de oportunidad alcanzan ahora una relevancia que hasta hace poco no
tenían. Eso significa que también tenemos que componer las unidades y
ubicarlas en lugares donde estos criterios de rapidez u oportunidad se
puedan alcanzar.

En cuanto a los fundamentos orgánicos son siete. Concretamente se trata
de dotar a la Fuerza de una estructura funcional orientada a las misiones
a cumplir que permita



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la constitución de organizaciones operativas de forma rápida y eficaz y
su integración en organizaciones conjuntas y combinadas, todo ello
compatible con la estructura de nuestros aliados.

En segundo lugar, disponer de una adecuada capacidad de movilización, que
se pueda dotar a estas unidades que están como fuerza de reserva. Por lo
tanto, se tiene que modificar la actual legislación de movilización y
contemplar también el adiestramiento periódico de los reservistas.

En tercer lugar, alcanzar una dimensión equilibrada de los tres grandes
núcleos que constituyen el Ejército de Tierra, que son el cuartel
general, la fuera terrestre y el apoyo a ésta, dando una mayor
importancia a este último núcleo, al apoyo a la fuerza, puesto que las
unidades van a necesitar en todos los casos que ese apoyo sea dinámico,
rápido, y gran parte de este apoyo se tiene que reorganizar.

En cuarto lugar, estructurar territorialmente el apoyo a la fuerza
distribuyendo de otra manera, dentro del territorio nacional,
progresivamente, con todo cuidado, las áreas de responsabilidad, sobre
todo en el terreno logístico, de manera que esas áreas de responsabilidad
logísticas otorguen cobertura a todas las unidades y a los organismos
desplegados en cada una de las áreas.

En quinto lugar, adoptar unas plantillas de carácter modular para
pequeñas unidades que proporcionen homogeneidad a todas ellas, que las
unidades estén estandarizadas.

En sexto lugar, planificar la instrucción y el adiestramiento con
carácter selectivo, de forma que, en virtud del tipo de unidad, el
adiestramiento sea diferente. Y, en séptimo lugar, contiuar con la
política de infraestructuras que hemos llevado a cabo durante los últimos
años.

Tengan en cuenta, señorías, que el Ejército de Tierra lleva ya un período
muy largo de concentración de unidades en paralelo con el proceso de
reducción de nuestras Fuerzas Armadas, tanto por razones demográficas
como por disminución del período del servicio militar y por resolución
del problema de exceso de personal, especialmente de cuerpos superiores,
y que se ha llevado a cabo durante los últimos años. A medida que el
Ejército de Tierra ha disminuido en volumen, ha disminuido también el
número de sus unidades.

El Jefe del Estado Mayor del Ejército ya les dio una relación bastante
larga de unidades que se habían suprimido y de instalaciones que se
habían ido desafectando a lo largo del decenio pasado y de los años
transcurridos de éste; la lista realmente es larga e importante.

Este proceso es el que tendrá que continuar, puesto que el Ejército de
Tierra actualmente tiene una dimensión en torno a 130 ó 135.000 efectivos
y tendrá que disminuir a 115.000 dentro de esta misma década. Por tanto,
se produce todavía una dispersión en sus unidades. Hay un número excesivo
de instalaciones que tendremos que reducir. Esto se haría en virtud no
solamente del Plan Norte, que se hará, sino también del Plan Meta, o del
Plan Reto, que fueron los anteriores que aplicó el Ejército de Tierra y
que preveían que se fueran desafectando instalaciones a medida que este
volumen del Ejército se fuera reduciendo.

Todos estos principios ahora tendrán que articularse en un único
documento que, a su vez, por parte del Jefe del Estado Mayor de la
Defensa, tendrá que coordinarse con el Ejército del Aire y de la Armada.

Y todo eso dará como resultado que el Gobierno se pronuncie, con una
decisión formal, sobre el futuro de la organización de los tres
ejércitos. Esto constituirá un ensamblaje organizativo que va más allá
del Plan Norte, que está referido sólo al Ejército de Tierra.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

¿Grupos que desean fijar posición?
Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor López Valdivielso. (El
señor Vicepresidente, Fernández de Mesa Díaz del Río, ocupa la
Presidencia.)



El señor LOPEZ VALDIVIELSO: Comprendo que el señor Ministro se ha atenido
a la letra de lo que dice la solicitud de comparecencia y no sé si esto
será coger el rábano por las hojas o no, pero nos ha dado menos
información de la que ya tenemos. Algunos medios de comunicación, es
posible que la revista de Defensa y otras informaciones, dan más detalles
de los que usted ha dado con respecto al Plan Norte. He estado muy atento
a su exposición, en la que nos ha hablado de una serie de principios
generales que ya conocíamos, que se vienen repitiendo con frecuencia en
todo tipo de intervenciones, pero no nos ha dicho nada de cómo va a estar
estructurado en el futuro el Ejército de Tierra; no se ha referido a
cuántas serán las brigadas, cómo van a ser los mandos, ni dónde van a
estar. No ha dicho absolutamente nada de lo que va a ser el Plan Norte.

Nuestro Grupo Parlamentario y algún otro grupo hemos pedido una
comparecencia del señor Ministro para que nos hable del Plan Norte y yo
tenía alguna esperanza de que lo explicase, de que nos hablase sobre ese
plan y no sobre los principios generales que lo van a inspirar, cuando lo
haga.

Me dice el señor Ministro que el Gobierno no ha tomado ninguna decisión
aún y que el plan no está redactado. Según mis informaciones, el plan
tiene una serie de fases, lo que ya de por sí supone un período largo de
tiempo. Estamos hablando de que el Plan Norte acabará de consolidarse en
el año 2010, estamos hablando a 18 años vista. Dentro de estas fases, la
previa era en 1993. Se decía que la adaptación sería de 1993 a 1996, si
mi información es correcta; la ejecución, de 1997 al año 2000, y la
consolidación del 2000 al 2010. Si no han avanzado ustedes más de lo que
han dicho, no sé cómo van a iniciar la fase de adaptación en el año 1993.

Vamos a pedir otra comparecencia al señor Ministro para que nos hable de
los planes de reforma, dentro de esa globalidad que han planteado, de la
Armada y del Ejército del Aire, aunque, como vayan con esta diligencia,
con esta rapidez con que se avanza en el Plan Norte, no sé cuándo van a
tener viabilidad estos tan cacareados planes de reestructuración de
nuestros Ejércitos.




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Que conste que nosotros estamos de acuerdo con la filosofía de que es
necesario un plan de reestructuración de nuestras Fuerzas Armadas;
incluso lo estamos --por lo que ya sabíamos, no por lo que nos ha contado
usted-- respecto al Plan Norte; es más, consideramos que todo esto lleva
un retraso muy considerable. Aquí, una vez más, se ha empezado la casa
por el tejado. Desde hace ya muchos años el Ejército de Tierra --y me
refiero a él porque a esto se refiere la comparencia-- ha visto reducirse
de forma drástica, dramática, diría, sus presupuestos y sus contingentes,
pero sin haber procedido a una reestructuración de su organización; por
eso digo que se ha empezado la casa por el tejado.

¿Qué ha traído esto como consecuencia? Lo que he dicho en muchas
ocasiones: que hasta ahora se han vaciado muchas unidades, a las que se
ha dejado en una situación de absoluta inoperatividad. ¿Por qué? Porque
se ha querido mantener en activo una estructura para cuyo funcionamiento
era necesario el doble de presupuesto y, como no lo había, esa estructura
no funcionaba.

Hasta ahora, como digo, han hecho reducciones de contingentes y de
presupuesto, y eso nos ha llevado, al no haber hecho una
reestructuración, a la situación en que nos encontramos: disponer de
muchas unidades que no sirven para casi nada. Por eso digo que la
reestructuración debería haberse realizado antes que los recortes o, por
lo menos, debería haberse avanzado un poco más en esa reestructuración.

No nos ha dicho cuándo van a empezar a tomar decisiones y supongo que
tendrán un calendario para ello.

Hay una cuestión muy importante; en definitiva, el Plan Norte es un plan
de reconversión y cualquier plan de reconversión, para ser viable, exige
disponer de medios para ponerlo en práctica. El señor Ministro nos ha
dicho que son necesarias importantes obras de infraestructura, que es
necesario compensar o mejorar las dotaciones de las distintas unidades en
cuanto a material y armamento, etcétera. No sé si esto lo tendrán
calculado; si es así, ¿van a disponer de los recursos suficientes para
poderlo llevar a cabo? Antes comentaba el señor Ministro algunas
contradicciones que había encontrado en mis discursos, pero si analizamos
los discursos del señor Ministro en los últimos años y los comparamos con
lo que de verdad hace no tendríamos tiempo en esta Comisión para ponerlas
de manifiesto.

Me he referido ya al tiempo. Me parece que uno de los problemas del Plan
Norte es su excesivo alargamiento. Y, si eso me preocupaba antes, ahora
me preocupa mucho más, ya que veo, por las palabras del señor Ministro,
en qué fase nos encontramos. Este es un plan que se culmina en el 2010 y,
según ha dicho el señor Ministro, para todo eso se ha tenido muy en
cuenta el nuevo marco estratégico, las exigencias de la Defensa, el
panorama internacional. A ver si va a tener el don de la adivinación,
puesto que saber qué va a pasar aquí del 2000 al 2010 y cuándo va a estar
consolidado este plan es bastante complicado, sobre todo cuando usted,
señor Ministro, ha dicho que no hacían un plan conjunto para los dos
próximos años porque la situación era muy cambiante.

Este plan de reestructuración, el Plan Norte --supongo que lo tendrán
previsto y espero que me conteste al respecto en su próxima
intervención--, supone la movilización geográfica de las unidades y
movilizar a muchas personas, militares y civiles. Supongo, repito, que el
Ministerio y el señor Ministro tendrán previstos planes para afrontar
estos traslados de la forma menos costosa y menos dañina.

Finalmente, señor Ministro, le voy a proponer una cosa. Aquí hubo --se ha
referido a ello-- una Ponencia, de la que, al final, deriva todo esto.

Esta es una reforma ambiciosa, de gran profundidad y el plazo del que
estamos hablando exigiría que hubiese, tanto sobre el plan del Ejército
de Tierra como sobre los planes de los otros Ejércitos, el mayor consenso
posible entre las distintas fuerzas políticas, porque a saber quién
estará gobernando aquí en el año 2000, y no digo que no sean ustedes. Yo
propondría --es una sugerencia, no una propuesta ni, mucho menos, una
exigencia, sobre todo teniendo en cuenta la mella que le hacen al señor
Ministro las exigencias que le hacemos desde el Grupo Parlamentario
Popular-- que se pudiese construir en el seno de esta Comisión una
Ponencia que estudiase el desarrollo del Plan Norte. Hay asuntos muy
importantes y otros que lo son menos; en una intervención anterior ha
hecho usted referencia, contestando a unas preguntas, a que cada vez que
se quiere cambiar una base de sitio --abrir, cerrar o modificar-- hay
reacciones en la población civil. Si ciertamente va a haber que reducir
el número de instalaciones militares, se va a plantear un problema, ya
que no habrá Parlamentario que no pregunte qué pasa con el cuartel de su
pueblo. A lo mejor, si eso se trata en el seno de una Comisión donde
están representadas todas las fuerzas políticas nos evitamos todas esas
cuestiones. Esto es una anécdota en relación con todo ese trabajo que
podría hacer esta Comisión, cuya parte fundamental sería tenernos
informados permamentemente de las distintas fases de desarrollo de los
diferentes planes; como tendrá que ser un plan asumido por todas las
fuerzas políticas, iríamos teniendo esa información a medida que se fuera
produciendo.

En una anterior intervención le dije que me gustaría más concreción,
comprendiendo que estábamos hablando de cuestiones que no sólo afectan a
nuestro país, sino que afectan a la comunidad internacional, a la Unión
Europea, a la Unión Europea Occidental, a la ONU, por lo que el Gobierno
no puede tomar decisiones ni hacer todo lo que quisiera, ni mucho menos,
pero no es ése el caso --supongo-- del Plan Norte. Aquí lo que esperamos
son decisiones del señor Ministro. Ya sabe usted que yo comparto gran
parte de lo que dice en su discurso, lo que pasa es que, al final, esos
buenos deseos, esas buenas intenciones, no tienen una realidad, porque
las Fuerzas Armadas, no es que estén igual que hace unos años, sino que
están cada vez peor y, si no nos damos prisa, no va a hacer falta el Plan
Norte porque no va a haber nada que reestructurar.

Nada más.




El señor VICEPRESIDENTE (Fernández de Mesa



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Díaz del Río): Como peticionario también de la comparecencia, tiene la
palabra, por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), el
señor Carrera.




El señor CARRERA I COMES: La exposición que nos ha hecho en esta
comparecencia sobre el conocido, por lo menos desde el punto de vista del
titular, Plan Norte se ha basado en acuerdos ya tomados sobre la
dimensión de las Fuerzas Armadas, que hay que reducir. La propia
normativa de noviembre de 1992 que desarrollaba estos acuerdos que se
tomaron en su momento y, en conjunto, estas dos decisiones implicaban una
serie de modificaciones que afectaban no solamente al Ejército de Tierra,
sino a todos los Ejércitos.

Sus comentarios en esta comparecencia se han basado sobre todo en dos
cuestiones: los principios y los fundamentos. En estas dos cuestiones más
o menos ha desarrollado siete puntos, con los que estamos totalmente de
acuerdo: marco estratégico, que realmente ha variado, y estoy de acuerdo,
señor Ministro, en que hay menos optimismo del que había en su momento,
sobre todo en los conflictos en varios escenarios en los que nuestra
participación tiene que ser efectiva; relevancia de las misiones de paz;
nuevo concepto de las Fuerzas Armadas; la mayor proporción de
profesionales requiere más equipamientos; la actual estructura
territorial que hay que cambiar y, por tanto, hay que ir a una nueva
organización territorial y, al mismo tiempo, funcional; que debe existir
una nueva proporción entre efectivos y equipamientos y, si se va a este
nuevo modelo, habrá que varirar también los equipamientos, y el séptimo
punto, el principio de integración. Luego ha entrado usted, señor
Ministro, en fundamentos orgánicos para resumir un poco los comentarios
que ha hecho en esta comparecencia y venía a terminar diciendo que hay
que continuar --es bien cierto-- desafectando instalaciones, que es un
camino que se ha seguido con anterioridad y que habrá que continuar, y no
solamente desafectar instalaciones, sino reducir efectivos.

De sus explicaciones, señor Ministro --que, sin duda, agradezco como
portavoz de nuestro Grupo Parlamentario--, debería decirle lo siguiente:
Ha habido y seguro que habrá mucha expectación en cuanto al Plan Norte y
más por las noticias aparecidas en la propia prensa, la cual comenta
muchos más detalles, hace muchas más especificaciones de cambios
posibles, dando una idea global, pero también concreta, de lo que podría
ser el Plan Norte. En realidad, señor Ministro, echo en falta mucha más
concreción por su parte en la explicación de este Plan. Hay unas líneas
generales que, repito, me parecen totalmente correctas, pero me hubiera
gustado que me explicara cuál va a ser la base de estudio y de desarrollo
del Plan Norte.

Mi interés es que concrete mucho más, o, por lo menos, algo más, lo que
podría ser el Plan Norte. Repito, las noticias aparecidas daban una
visión mucho más concreta y creo que el señor Ministro debería avanzar en
ese sentido.

Una vez hecha la petición de que concrete más, a partir de ahora, ¿qué
camino va a seguir, qué estrategia va a seguir el propio Ministerio y el
señor Ministro en cuanto al diseño final de este Plan Norte que es motivo
de esta comparecencia?



El señor VICEPRESIDENTE (Fernández de Mesa Díaz del Río): Por el Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias, señor Ministro, por su
comparecencia y por la información que nos ha dado.

Quiero decirle que, desde el punto de vista de nuestra formación
política, siempre hemos forzado en este plan militar un anexo, el anexo
canario como yo le llamo, dentro del marco estratégico. Usted ha puesto
como primer punto --y eso lo valoramos mucho-- el marco estratégico en
que se concibe nuestra seguridad, la seguridad de esa parte de España
que, por su lejanía, por su proximidad a Africa y por su enclave
geoestratégico, siempre lo ha requerido. Prueba de ello es que el mando
político y el mando militar han venido haciendo últimamente una serie de
consideraciones de organización, como es un mando conjunto, unas fuerzas
conjuntas basadas en una defensa territorial sin caer, como digo, en lo
que usted ha denunciado hoy, que es la tremenda dispersión. Está bien una
ocupación del territorio, pero sin llegar a un debilitamiento de las
propias unidades operativas.

Comprendo, señor Ministro, que meterse con una reforma del Ejército es
como cuando los papas hablan de una reforma de la Iglesia. Vamos a
echarle unos cuantos siglos igual que los arquitectos los echan a la
construcción de una catedral. Quisiera pedirle que en sucesivas
informaciones podamos tener un seguimiento de aquellos avances que se
puedan hacer en algo tan complejo y, sobre todo, tan complicado como es
reestructurar unas Fuerzas Armadas en cuanto a su distribución sobre el
territorio y a su organización interna. La verdad, como bien sabe el
señor Ministro, es que estamos en una época muy cambiante de la doctrina
militar y saber qué talla tenemos que tener para nuestras Fuerzas
Armadas, para que los hombres estén cómodos dentro de ese uniforme
orgánico es verdaderamente fundamental.

Quisiera, si es posible en este momento, señor Ministro, que nos
informase si en este abanico de criterios y conceptos con los cuales se
pretende hacer esta reorganización, en la que estamos muy de acuerdo,
aunque no sé el tiempo que se necesitará. Se pretende conseguir, en
primer lugar, esa reducción de la dispersión. Una cuestión que me
preocupa, al hilo del planteamiento que usted hace, es lo que yo llamo
concentración de efectivos, es decir, ir a unidades tipo brigada, a
unidades o fuerzas de intervención inmediata. Quería ver si ahí se
contemplan también estas unidades que hoy día ya se quieren poner a
disposición de las Naciones Unidas como fuerzas de intervención, no digo
ya rápidas, sino inmediatas para cualquier conflicto exterior. Usted
sabe, señor Ministro, que toda concentración de efectivos conlleva una
serie de problemas, no de la propia operatividad del Ejército con



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este nivel que usted llama de apoyo a la fuerza como áreas de responsable
de logística. Lo que me preocupa es ese bagaje de exigencias humanas,
domésticas y familiares que lleva la concentración.

Los Estados Unidos, por poner un ejemplo, se plantearon hace tiempo ya
reorganizaciones sobre el territorio de sus Fuerzas Armadas. No es lo
mismo tener en una población 500 ó 5.000 militares con sus familias que
tener esos profesionales y sus familias en un núcleo urbano. Me estoy
refiriendo, señor Ministro, al problema de la vivienda de los militares y
de los servicios. Este tema es muy importante. Cuando he hablado con
responsables de Estados Unidos o del Reino Unido he podido comprobar que
llegaron a la política de las bases militares porque tenían que
concentrar efectivos. Por ejemplo, en Estados Unidos no se encuentran
guarniciones militares en cada provincia y en cada cerro, como hemos
llegado a tener aquí; hay una concentración, de forma que de base a base,
de efectivo militar a efectivo militar hay muchos kilómetros y eso da
idea de una racionalización. Ahora bien, cuando se llega al punto donde
han ubicado la fuerza, bien la de tierra, la de aire, o la Armada, bien
los apoyos logísticos, etcétera, con una gran concentración de medios,
porque eso lleva a la racionalización, se ve que aquello tiene un
contexto de servicios que reclaman precisamente esos profesionales y sus
familias.

Este es el aspecto que quería resaltar y sé la complejidad que esto
conlleva. No estoy pidiendo una política de guetos o de bases aisladas.

Tendríamos que discutir sociológicamente si eso es bueno o malo, cuando,
por ejemplo, vemos que los Ministerios de Interior y de Defensa abandonan
la política de las casas cuartel de la Guardia Civil, porque se entiende
que es mucho mejor una permeabilidad y una ósmosis entre personal civil y
militar en la convivencia ordinaria, sin crear guetos, aunque, en verdad,
hay países, como Estados Unidos o el Reino Unido que tienen bases que son
unidades cerradas donde tienen no solamente el cuartel general, los
barracones, el material, etcétera, sino que tienen escuelas, economatos,
todas las unidades de servicio.

Esto es lo que yo quería resaltar y pedirle que, si no está, se
contemple, poque si no, a la larga, esto puede dar origen a dificultades
en el traslado de personal, en la ubicación y otras.

Finalmente, señor Ministro --dentro del voluntarismo lo que podamos hacer
hay que hacerlo y yo creo que en esta línea es un vector adecuado que
indica una dirección en la que se quiere ir--, quería preguntarle si en
relación a las fuerzas terrestres y los sistemas logísticos se puede
tener la consideración de que estas fuerzas operativas que ocupan unos
determinados puntos de territorio tengan también una capacidad de
servicio civil. Me estoy refiriendo a las unidades militares, no
concebidas solamente dentro de una logística militar y una estrategia
militar y territorial, sino como tremendamente eficaces, en caso de
catástrofes, incendios forestales, etcétera.

Querría saber si esto se contempla de alguna manera. No existe hoy en día
provincia que con un incendio forestal no llame inmediatamente a la
autoridad militar para que mande allí las unidades de ingenieros o de
zapadores correspondientes.

En toda esta distribución de la nueva estructura de fuerzas, ¿hay una
valoración de las necesidades civiles, para casos como este que estoy
planteando, señor Ministro, de emergencias, catástrofes nacionales,
territoriales, etcétera? Es a esto a lo que me refiero, a una utilización
de la ubicación de estas unidades. Porque ahora esta dispersión
territorial ha venido resultando cómoda --por decirlo de alguna manera--
en estos usos civiles contra inundaciones, incendios forestales,
etcétera. Quisiera saber si esta nueva estructura contempla también esta
proyección.

Por todo lo demás, nosotros apoyaríamos todo lo que fuera un proceso de
racionalización y, por supuesto, entendemos que no se puede hacer un
planteamiento, como haría el Plan Norte, considerándolo aisladamente,
fuera de las imbricaciones con el Ejército del Aire y la Armada, poque,
en caso contrario, los apoyos a las fuerzas terrestres serían sólo de
pizarra teórica, pero no conseguible y aplicable en el campo práctico.

Como --vuelvo a decir-- esto está hoy en día en revisión como cuestión de
enseñanza militar en lo que es la doctrina de guerra o la doctrina
territorial militar, lo dejo para que el tiempo pueda ir haciendo buena
la dirección de este vector con las correcciones pertinentes y que se
mantenga informada la Comisión.




El señor VICEPRESIDENTE (Fernández de Mesa Díaz del Río): Por el Grupo
parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Estrella.




El señor ESTRELLA PEDROLA: Nuestro Grupo no considera que llegue con
retraso, como algún portavoz ha señalado, lo que ahora nos trae el
Ministro, todavía como reflexión, que aún no ha llegado al Consejo de
Ministros.

Si miramos a nuestro entorno, vemos cómo en otros países donde se están
produciendo procesos similares, caso por ejemplo, de Holanda, se aprueba
un libro blanco en el año 1991 cuyas conclusiones son rectificadas
profundamente dos años después. Había una previsión inicial de reducción
de efectivos de un 35 por ciento, ahora va a ser una reducción del 45 por
ciento. En el caso del Reino Unido, el ampuloso título de «Opciones para
el Cambio», con el que fue bautizado el gran documento aprobado en el año
1990, se convierte poco después en unas previsiones de defensa que
modifican de manera importante las iniciales, y ya este año, un poco más
modestamente, bajo el título de «Defendiendo nuestro futuro», se
introducen modificaciones muy importantes. Sin irnos tan lejos, nuestro
país vecino, Francia, todavía está por aprobar el llamado Libro Blanco
sobre la Defensa y probablemente estará terminado a comienzos del año
próximo.

Yo creo que esto nos ha de llevar a una conclusión y es que en un mundo
cambiable nada es inmutable y que incluso las previsiones que están
contenidas en el mal llamado Plan Norte al día de hoy serán probablemente
modificables y la lógica aconsejará su adaptación a la



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realidad en el futuro, no así, por ejemplo, en lo que sea --y es lo que
está fuera del Plan-- adquisición de material, equipamiento, etcétera.

De la intervención del Ministro querría resaltar algo y plantearle un par
de cuestiones. Había una estructura inicial desde el año 1990 donde se
hablaba de una fuerza de acción rápida, de una fuerza de maniobra y una
fuerza de defensa territorial. ¿Qué es lo que se modifica con relación a
ese diseño? Cuando oímos hablar ahora de fuerza de aumento, ¿se está
hablando de la misma fuerza de maniobra de la que se hablaba antes? (El
señor Presidente ocupa la Presidencia.)
El Ministro ha aportado en su intervención algo que es muy importante y
que a este Diputado le resulta especialmente atractivo, que es la
creación de una fuerza de reserva.

Parece lógico que si estamos en un proceso de reducción de nuestras
Fuerzas Armadas, ese proceso de reducción, en lo que se refiere a los
efectivos, tiene un límite, que es la capacidad de cubrir las
necesidades, los requerimientos de la Defensa. Y la lógica parece
aconsejar que puesto que existe un personal que ha sido entrenado, que ha
sido formado en el uso de material, se utilice esa capacidad para hacer
posible precisamente las reducciones.

El Ministro se ha referido a ello. Ha hablado de la creación de las
Fuerzas de reserva. Esto tiene un interés operativo importante. Querría
preguntar al Ministro cómo se articularía, si existiría un núcleo de
mando y una unidad de mantenimiento del material al que estarían
asignadas las unidades de reserva, etcétera, o si tendrían misiones
específicas. Me parece importante destacarlo, porque quizá, en los años
futuros, veremos cómo puede ser uno de los instrumentos para profundizar
mejor el consenso nacional en la actuación, en el despliegue militar, en
situaciones de crisis.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro.




El señor MINISTRO DE DEFENSA (García Vargas): Estamos discutiendo,
señorías, algo que va más allá del contenido de la propia pregunta o de
la propia petición de comparecencia. La comparecencia decía que se
explicaran los fundamentos y a eso me he atenido. Por otra parte, tampoco
podía ir mucho más allá, dado que el planteamiento del Plan Norte no está
concluido y lejos de mí la intención de dar aquí --con todo gusto, por
supuesto a SS. SS., pero no simultáneamente a los medios de
comunicación-- por definitivo algo que todavía no lo es y que, además,
todavía no conocen los profesionales. Por una elemental norma de buen
funcionamiento de las organizaciones son los interesados los primeros que
tienen que conocer las decisiones que les van a afectar a ellos los
primeros. Por lo tanto, SS. SS. aceptarán conmigo que este asunto lo
tratemos cuando esté perfectamente redactado y sea conocido por los
miembros del Ejército de Tierra, los cuarteles generales y los mandos de
los otros dos Ejércitos que también se van a ver afectados,
indirectamente, por todo este proceso.

El Plan estará terminado cuando el ciclo de planeamiento esté
definitivamente concluido y cuando el Gobierno lo apruebe y lo dé a
conocer. Yo, en ese momento, serñorías, lo explicaré gustosamente en esta
Comisión, que, además de tratarlo, podrá seguirlo en su aplicación. Todo
ello espero que con cautela y con prudencia, porque es verdad que el Plan
queremos que sea aplicado pausadamente, por el mismo argumento que antes
di cuando hablábamos de la base de Manises, porque en estos asuntos
conviene ir con cierta prudencia y no precipitarse para no tener --como
decía el señor Estrella-- que dar marcha atrás y luego adelante.

Además, no hay vacío. Tampoco tenemos razones para precipitarnos, porque
en el Ejército de Tierra se está aplicando el plan Meta y la reducción de
las unidades, la supresión de, por ejemplo, batallones o regimientos, la
desafectación de edificios, se está produciendo con toda normalidad, sin
prisa, y se viene haciendo ya desde hace varios años en virtud del Plan
Reto, que tenía como precedente al Plan Meta y que tenía, además, como
previsión el que se iba a aplicar a lo largo de los años noventa. Por lo
tanto, no hay vacío.

Señor Carrera, las noticias que han aparecido en los medios de
comunicación, desde luego, no las ha dado el Ministerio. En algunos
medios de comunicación han aparecido parcialmente, de forma más o menos
completa, documentos en los que se estaba trabajando. Estos documentos,
además, son conocidos por los mandos de las unidades, sobre todo de las
unidades a las que puede afectar, y, a veces, son cosas que salen a la
luz pública; pero, desde luego, no lo ha dado el Ministerio. Por tanto,
esos detalles que se han dado en algunas noticias caen fuera de mi
responsabilidad. Yo no voy a ser, por consiguiente, quien los desmienta o
quien los confirme.

Hay muchos puntos que están todavía sin aclarar. El señor Mardones se ha
referido indirectamente a varios de ellos. Concretamente, hay decisiones
todavía esenciales que no están adoptadas. ¿Cuál va a ser el carácter
definitivo de la tercera Brigada, incluida la Fuerza de Acción Rápida?
Está en estudio todavía. ¿Cuál va a ser la ubicación definitiva de estas
tres brigadas de la Fuerza de Acción Rápida? No lo sabemos, porque, por
ejemplo, alguna de la bases que estábamos considerando como más adecuada,
la de Almería, nos encontramos con que está ubicada en un área en la que
carecemos prácticamente de viviendas militares. El señor Mardones,
precisamente, ha hablado de la necesidad de no hacer anuncios en falso,
de no dar pasos en falso. Yo creo que es una buena reflexión, porque
estamos afectando a los profesionales y a sus familias; anunciar que los
vamos a concentrar, aquí o allá, sin tener previsto el problema de la
vivienda, sobre todo, cuando van a ser unidades en las que el volumen de
profesionales casados va a ser mayor, es absurdo. Por tanto, no hay que
dejar como un asunto menor el hecho de que se disponga de viviendas para
dichos profesionales. Es un problema que tenemos concretamente en la
Brigada de Paracaidistas, en la Legión o en las unidades más
profesionalizadas; los sueldos no son muy altos y acceder a una vivienda
no es fácil. En



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consecuencia, aunque pudiera estar perfectamente definido cuál es el
componente de cada uno de los tres niveles de fuerza; aunque supiéramos
cuáles son los lugares en los que se producirá el despliegue, si no están
resueltos todos estos asuntos de carácter más social, el Ministerio
seguirá dándole vueltas con los cuarteles generales a las decisiones que
se adopten, y si algunas decisiones no se pueden adoptar ahora y
previamente hay que tomar otras, como no hacer mayores inversiones por
parte del INVIFAS, se retrasará la decisión hasta que los profesionales
sepan que lo que se hace cuenta con ellos y que nos preocupamos de
ellos.«
Quisiera muy de pasada decir al señor Mardones que la decisión de las
casas-cuartel no tiene como principal objetivo que haya un mayor volumen
de guardias civiles que se pueden dedicar a tareas policiales, porque con
las casas-cuartel, y más con el volumen tan pequeño de guardias que hay
en ellas, exigen una vigilancia y eso detrae de esas funciones policiales
un volumen de guardias que cada vez es en proporción más preocupante. Hay
que valorar estos aspectos de carácter social, que necesitarán que les
dediquemos tiempo.

A mí me preocupa que el señor López Valdivielso me pregunte y me diga que
tiene que ser antes de 1993. Hasta que no sepa exactamente cómo va a
quedar el conjunto de los profesionales en el nuevo despliegue, no se lo
podré decir, señoría, y, además, los profesionales lo van a entender
perfectamente y lo van a agradecer. Lo que sí le puedo decir es que los
factores que se están teniendo en cuenta para el despliegue son bien
sencillos. Hay que tener en cuenta las condiciones actuales de los
acuartelamientos; hay que tratar de aprovechar los que están mejor, las
bases que últimamente han sido objeto de una inversión más cuidadosa. En
segundo lugar, hay que considerar las facilidades para el adiestramiento
que estas ubicaciones tienen; puede haber una base estupenda, en cuanto a
condiciones de habitabilidad, y, sin embargo, que no tenga campo de
maniobras. Es necesario contar con el campo de maniobras y, por tanto,
las que están cerca de uno de estos campos tienen que recibir una mayor
atención. Por último, hay que tener en cuenta también la red de los
servicios sociales, a la que me refería hace un momento. Yo añadiría un
criterio que ya no es militar, que sería de carácter más político, y es
que comunidades autónomas esenciales, grandes, de gran peso en el
conjunto de España, no pueden verse privadas de la presencia de las
Fuerzas Armadas. Pero ése es un criterio que no corresponde fijar a los
cuarteles generales, sino al Gobierno. Entramos ya en otro tipo de
consideraciones.

Respondiendo a consideraciones concretas que hacían SS. SS., el señor
Estrella hablaba de que se había introducido un nuevo concepto.

Probablemente, yo le expliqué mal, señoría, porque los tres tipos que
seguimos considerando son los que estableció la Alianza Atlántica y hemos
adoptado todos los países: posición rápida, reacción o maniobra o
aumento. Y, probablemente, la confusión viene porque yo no expliqué bien
el apoyo a la Fuerza, que se configura como una estructura que apoya
estos tres niveles, entre los que debemos incluir transmisiones,
artillería antiaérea, logística en general, y que supone un volumen
considerable de efectivos, un volumen muy grande.

Preguntaba el señor Mardones si se tienen en consideración las
necesidades de la defensa civil. Naturalmente que sí. No es el factor
esencial, pero sí que se tienen en cuenta. La defensa civil obliga al
Ministerio de Defensa quizá de una forma un poco más particular, junto
con el Ministerio del Interior, que a otros Departamentos. Por tanto, sí
se tiene en cuenta.

Al señor Carrera le tendría que decir que es cierto que las noticias que
aparecieron fueron de mayor concreción que la que yo estoy dando, pero yo
no me responsabilizo de ellas; lo mencioné antes. Sobre las
consideraciones que hacía el señor López Valdivielso, insisto en que no
hay un vacío en cuanto que se sigue aplicando el Plan Meta. El Ejército
de Tierra está haciendo un gran esfuerzo en este sentido y es justo
reconocérselo, porque lo hace con mucha discreción y parece que no se
cierra a nada; pero el señor Carrera, el otro día, cuando compareció el
Jefe del Estado Mayor del Ejército en la Comisión, pudo escuchar la lista
sólo en Barcelona de diez acuartelamientos que habían sido desafectados,
más un volumen similar de acuartelamientos en el conjunto de la Comunidad
Autónoma de Cataluña; pero eso está sucediendo prácticamente en toda
España. El esfuerzo que está haciendo el Ejército de Tierra es muy
grande, y como lo hace en silencio, como lo hace discretamente, como no
hace mucho hincapié en ello, parece que no lo estuviera realizando. Lo
hace en virtud de la aplicación del Plan Meta y así vamos a seguir en los
próximos meses, hasta que, definitivamente, redactemos el Plan Norte. No
crean SS. SS. que va a haber un salto tan grande del Plan Reto al Plan
Norte, igual que no hubo del Meta al Reto. Ha habido entre los tres
planes una sucesión de continuidad y una sucesión de decisiones. Por
supuesto que el Plan Norte supone una decisión de ir a una dimensión más
pequeña que la que había previsto el Plan Reto.

Quisiera decir al señor López Valdivielso que gustosamente informaré a
esta Comisión de la redacción final y de cómo se va aplicando, que tendrá
que ser con cautela, con cuidado. Insisto una vez más en que decisiones
en este terreno, sin saber lo que va a ocurrir en el mundo dentro de 20
años, se tienen que tomar con una cierta tranquilidad, sin muchas prisas.

Lo que no puedo aceptar, señoría, son esos enfoques que usted hace, que
son injustos y que, además, son falsos. Esto de cascarón vacío y que poco
habrá que reestructurar; todo esto quizá quede bien para marcar
distancias con el Gobierno, pero tratando las cosas de esta manera, poco
avanzaremos. Es injusto que se diga eso, y lo digo, en gran medida, en
nombre de los propios profesionales de las Fuerzas Armadas. Parece que
esto se hiciera para quedar bien con las Fuerzas Armadas. S. S. queda
mal. A los profesionales de las FAS, y se lo digo con toda sinceridad, no
les gusta que se hagan afirmaciones de este tipo, porque no es verdad,
porque las Fuerzas Armadas de nuestro país tendrán muchos problemas, pero
están llenas de contenido.




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Nuestras Fuerzas Armadas tendrán carencia de ciertos medios, pero son
perfectamente capaces de hacer frente a eso, que no es probable, pero que
usted menciona últimamente con cierta frecuencia, una amenaza exterior o
incluso sugiere una especie de invasión exterior. No es verdad, señoría,
y no es justo. A las Fuerzas Armadas les parece un tratamiento
inadecuado, puesto que su trabajo lo hacen con gran profesionalidad. No
tienen las Fuerzas Armadas más que lo que tendrían otros grandes
servicios sociales, las infraestructuras o cualquier otro de los aspectos
de funcionamiento del Estado.




El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ministro.

Vamos a suspender la sesión durante cinco minutos.




--COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ADMINISTRACION MILITAR
(AREVALO ARIAS), EN SUSTITUCION DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA, POR
ACUERDO DE LA MESA DE 27.10.93, PARA EXPONER LOS CRITERIOS, FUNDADOS EN
LA ORGANIZACION NUMERICA DE LOS EJERCITOS, QUE HAYAN SERVIDO DE BASE PARA
LA DETERMINACION DE LOS EFECTIVOS QUE FIGURAN EN EL PROYECTO DE LEY DE
PLANTILLAS DE LAS FUERZAS ARMADAS. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
POPULAR EN EL CONGRESO. (Número de expediente 213/000066.)



El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.

Comparecencia del señor Secretario de Estado de Administración Militar,
para que exponga los criterios, fundados en la organización numérica de
los ejércitos, que hayan servido de base para la determinación de los
efectivos que figuran en el proyecto de ley de plantillas de las Fuerzas
Armadas.

El señor Secretario de Estado tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ADMINISTRACION MILITAR (Arévalo Arias):
Señor Presidente, antes de entrar en el tema específico que nos trae
aquí, a solicitud del Grupo correspondiente, y para encuadrar la
información concreta que responde a las solicitud, permítame hacer un
pequeño esquema de lo que ha sido nuestra evolución durante los últimos
años y que explica bien la situación en la que nos encontramos en
relación con el mundo de las plantillas de los efectivos de las Fuerzas
Armadas.

Para tener clara la perspectiva hay que alejarse hasta el año 1984, donde
tiene lugar la elaboración del primer Plan estratégico conjunto como
respuesta y dando cumplimiento a lo previsto en la Ley Orgánica 6/1980,
de 1 de julio, sobre criterios básicos de la Defensa nacional. En ese
Plan estratégico conjunto y con una perspectiva, un horizonte temporal,
de diez años, se fijan unos efectivos militares de 315.000 totales, lo
que supone una reducción del 15 por ciento sobre la cifra existente aquel
año, de los cuales 58.000 son cuadros de mando y 257.000 son soldados. La
situación de partida en el año 1984, año de elaboración del primer Plan
estratégico conjunto, era de 66.500 cuadros de mando y 306.500 soldados.

Durante los años 1984-1986 tiene lugar la elaboración de las
correspondientes leyes de plantilla, enmarcadas en lo dispuesto en ese
primer Plan estratégico conjunto, donde se establece una reducción para
el Ejército de Tierra de un 15,5 por ciento de efectivos y para el
Ejército del Aire y la Armada de un 8 por ciento, aproximadamente.

Con este marco de referencia se inicia el proceso de ajuste previsto en
el Plan estratégico conjunto, que cuenta como elementos básicos de la
instrumentación y gestión de ese proceso de ajuste con los siguientes: En
primer lugar, una política de ingresos rigurosa en la carrera militar. En
segundo lugar, el establecimiento de la figura de la reserva transitoria,
mediante la incentivación de bajas voluntarias y, en tercer lugar, tercer
instrumento para la gestión de lo previsto en la Ley de plantillas a que
antes he hecho referencia, la rebaja de edades para pase a la situación
de reserva.

El resultado del proceso en este trabajo conjunto entre el Ejecutivo y
las Cámaras, plasmado en las disposiciones a que antes hemos hecho
referencia, puede calificarse claramente de halagüeño, tanto en
cuantificación de lo logrado como en el tiempo en que se consiguen las
metas previstas. Así, esas metas se alcanzan antes de finalizar el
período transitorio previsto por las leyes, 1989-90, y en concreto los
257.000 soldados previstos en la disposición, se alcanzan ya en el año
1989.

En este mismo año 1989 tiene lugar la discusión y aprobación por las
Cámaras de la Ley 17/1989, de la Función Militar, donde se prevé y se
establece una nueva estructura de cuerpos, escalas y empleos y,
consiguientemente y de manera coherente, parece clara la necesidad de
establecer unas nuevas plantillas.

Sobre la base de esta última disposición y entrando ya en lo que fue la
legislatura antecedente a ésta en la que nos encontramos, tienen lugar
una serie de importantes elementos, de carácter exógeno o endógeno, que
van a determinar todo el trabajo posterior y los logros actuales; en
definitiva, a informar lo que es el proyecto de ley de plantillas que en
este momento se encuentra en trámite de discusión por la Cámara.

En primer lugar, habría que hablar del vuelco estratégico internacional
que tiene lugar al calor y donde actúan como indicadores aspectos tales
como la caída del muro de Berlín y la desaparición del bloque soviético,
lo que implica que determinadas verdades estratégicas, orgánicas y
logísticas hasta entonces vigentes, y sin ninguna solución de
continuidad, quiebren y sea preciso elaborar un nuevo esquema, programar
un nuevo paradigma en el aspecto estratégico, en el aspecto logístico y
en el aspecto orgánico, cosa a la que se dedican y abordan prácticamente
todos los países de nuestro entorno.

En segundo lugar y teniendo en cuenta el contexto precedente y los logros
habidos en relación con alcanzar antes de lo previsto la previsión
establecida para diez



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años en el año 1989, se comienza ya a trabajar en el Ministerio de
Defensa y en el Congreso de los Diputados, para la definición de lo que
sería el modelo de Fuerzas Armadas del futuro. En ese contexto de quiebra
de principios estratégicos hasta muy poco antes vigentes y que podría
preverse hubieran sido o pudieran ser inmutables teniendo en cuenta lo
antecedente, se comienza a definir y diseñar cuál debe ser nuestro modelo
de Fuerzas Armadas del futuro.

No hago mención, por suficientemente conocidos, de aquellos factores de
carácter ambiental o cultural que exigen también replantear y reflexionar
sobre cuál debe ser nuestro modelo de Fuerzas Armadas del futuro.

Mientras tanto y como había que responder a lo previsto en la Ley
17/1989, se elabora un Real Decreto de plantillas, que es una disposición
eminentemente transitoria y eminentemente transitiva a una nueva
situación, que es la que va a conformarse y cosificarse en la ley de
plantillas actualmente en discusión en las Cámaras. Ese Decreto 255/1991,
de 1.º de marzo, necesario para que entre en funcionamiento el sistema de
la Ley 17/1989 en lo que atañe a las plantillas, no aborda por su
carácter transitorio o transitivo sino mínimamente una disminución de
efectivos, pero sí sirve de importante punto de referencia tanto por la
acumulación de estudios que supone la elaboración de dicho decreto y la
evaluación de las plantillas y de los puestos entonces existentes en las
Fuerzas Armadas, como para facilitar la transición hacia la ley
precedente.

Un nuevo aspecto destacado para enmarcar adecuadamente el tema que nos
ocupa y que viene a consolidar y a dar cima a esos trabajos emprendidos
por el Ejecutivo y el Legislativo para definir cuál debe ser el modelo
español de Fuerzas Armadas en el futuro, tiene lugar en junio de 1991 con
el pronunciamiento y el correspondiente acuerdo del Congreso de los
Diputados sobre el modelo de Fuerzas Armadas.

Quiero recordar a SS. SS. que partiendo de la situación internacional,
teniendo en cuenta nuestras necesidades objetivas y lo que hacen otros
países y otros ejércitos incorporando las nuevas doctrinas estratégicas
que comienzan a configurarse en el nuevo escenario internacional, se
llega al diseño de unas Fuerzas Armadas más reducidas y más tecnificadas,
más móviles y más flexibles --de aquí la creación de la fuerza de acción
rápida que en ese marco tiene lugar-- y para ello se define un modelo de
Fuerzas Armadas cuyos parámetros básicos, a alcanzar al final de la
década, son que se trate de unas Fuerzas Armadas de carácter mixto, con
unos efectivos totales entre 170.000 y 190.000 personas y
profesionalizadas en torno al 50 por ciento.

Este acuerdo, tantas veces citado y que tantas veces se citará en el seno
de esta Comisión de Defensa, es el documento que básicamente informa el
quehacer del Ministerio, y entiendo yo que el quehacer de toda la
administración interesada afecta a los temas de Defensa, y
consiguientemente y en el caso concreto del Gobierno y del Ministerio de
Defensa informa la Directiva de Defensa Nacional 1/1992, aprobada en
marzo de 1992 por el Presidente del Gobierno, que sustituye a la vieja
Directiva de Defensa Nacional de 1986, y posteriormente, de acuerdo con
la anterior Directiva de Defensa Militar, aprobada por el Ministro de
Defensa en diciembre de 1992, donde se concreta que, de acuerdo con lo
establecido en la horquilla del Congreso de los Diputados, el número
total de efectivos será de 180.000 soldados. También tienen en cuenta,
por supuesto, ambas Directivas los últimos cambios acaecidos hasta
entonces, que venían teniendo lugar en el panorama y en el contexto
internacional.

En definitiva, señorías, y para cerrar esta introducción, el Ministerio
de Defensa se ha visto confrontado a una doble exigencia. Por un lado, la
necesidad ineludible de poner en marcha la Ley 17/1989 y, por otra parte,
la necesidad de efectuar un ajuste de efectivos mediante la
correspondiente elaboración de nuevas plantillas, pero se era
absolutamente consciente de que este último aspecto requería el
establecimiento previo del modelo de Fuerzas Armadas del futuro,
establecimiento previo que se satisface con el tantas veces citado
acuerdo del Congreso de los Diputados y hasta que dicho acuerdo no
tuviera lugar y diseñase las grandes líneas de lo que serían y deben ser
las Fuerzas Armadas del futuro, no podía ni debería abordarse.

De aquí que de acuerdo con estos vectores de incidencia, estos dos
«inputs» actuando sobre plantillas y en gestión de personal del
Ministerio de Defensa, se abordase la revisión de las plantillas en las
dos etapas ya antedichas mediante el Real Decreto 255/1991, precondición
esencial --insisto una vez más-- para la elaboración posteriormente del
modelo que informa el actual proyecto de ley de plantillas, en discusión
en las Cámaras, puesto que obligó a los órganos centrales del Ministerio
y a los cuarteles generales de los ejércitos a analizar de manera
exhaustiva, minuciosa y proporcionada las distintas plantillas a
determinar de acuerdo con los criterios que se estableciesen en la nueva
ley.

Como consecuencia, por último, de los cambios habidos en el panorama
internacional y del dictamen del Congreso sobre el futuro modelo de
Fuerzas Armadas, se promulgaron las dos directivas nacionales
antecedentes, los cuarteles generales trabajaron sobre ese cálculo
preciso y con ello llegamos al proyecto de que se trata.

Una vez enmarcados los aspectos legislativos y cronológicos esenciales
que nos llevan a los parámetros y aspectos cuantitativos y cualitativos
contemplados y contenidos en el proyecto de ley de plantillas, en
discusión en las Cámaras, pasaré a explicar a SS. SS. los criterios por
los que se ha llegado a las evaluaciones cuantitativas que figuran en el
proyecto de ley. Lógicamente este análisis lo haremos excindiendo el
total del colectivo profesional y de efectivos contemplado en dos grandes
grupos: En primer lugar, el que atañe a los cuadros de mando y a la tropa
y, en segundo lugar, a la tropa y marinería profesionales.

En relación con los cuadros de mando, primero de estos dos colectivos que
vamos a considerar, lo previsto y la situación de partida establecida en
el Real Decreto



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transitorio 255/1991, de 1.º de marzo, se han visto modificadas por
varios factores que paso a enumerar y enunciar a SS. SS.

En primer lugar, teniendo en cuenta la definición prácticamente unánime
sobre unas Fuerzas Armadas más reducidas, parece evidente que esas
Fuerzas Armadas más reducidas, como las que preveía el Congreso en su
dictamen, van a necesitar menos cuadros de mando. Una vez conocidos con
el grado de aproximación necesario, los modelos de los futuros ejércitos
y contando con los datos conseguidos en la elaboración del citado
decreto, resultó relativamente sencillo calcular las plantillas de
cuadros de mando de esos futuros ejércitos. No obstante, este no ha sido
el único factor que se ha considerado para evaluar cuantitativamente el
proyecto de ley de plantillas. Si el dictamen del Congreso obliga a
modificar uno de los parámetros de la estructura de los ejércitos, como
era el referente a la tasa de profesionalización, hasta situarla en un
parámetro del 50 por ciento, la Directiva de Defensa Nacinal, y la propia
dinámica interna del departamento, atendiendo también a lo que sucedía
allende nuestras fronteras, requerían modificar otros parámetros y
singularmente el referente a la tasa de encuadramiento, entendida como la
proporción de cuadros de mando correspondiente al total de efectivos y
singularmente a los efectivos de tropa y marinería.

Los estudios comparativos llevados a cabo en el Ministerio de Defensa
indicaban, y es evidente, que nuestros parámetros dejaban de desear y
necesitaban corregirse al alza para atender lo que deberían ser nuestras
necesidades y el logro de unas Fuerzas Armadas más eficientes y adaptadas
a la realidad efectiva a que tenían que atender. Esa mejora, además, de
la tasa de encuadramiento, tenía como corolario o consecuencia dos
aspectos interesantes a tener en cuenta: En primer lugar, la mejora de
esta tasa de encuadramiento suponía que el esfuerzo de la reducción de
plantillas de cuadros de mando no tendría que ser tan drástica como en
una visión superficial e inmediata pudiera tenerse, dado que se habría de
dotar de una mejor y mayor proporción a los efectivos totales de esos
cuadros de mando. En segundo lugar, había que tener en cuenta que esa
reducción debería ser menor en lo que afecta a los suboficiales que en la
referente a los oficiales, ya que en este caso concreto, nuestros
parámetros estaban muy lejos de satisfacer las necesidades, no solamente
de las Fuerzas Armadas y sus efectivos entonces existentes, sino, sobre
todo y fundamentalmente, las que hacían referencia al modelo de Fuerzas
Armadas del futuro, diseñado en sus grandes aspectos en el acuerdo del
Consejo de Ministros a que hemos hecho referencia. (Rumores.)



El señor PRESIDENTE: Perdón señor Secretario de Estado. Ruego a aquellas
personas que tengan algo que comentar que lo hagn fuera de la sala y
también les recuerdo que está recomendado no fumar durante la sesión.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ADMINISTRACION MILITAR (Arévalo Arias):
Dentro de este marco general así definido, la Secretaría de Estado de
Administración Militar y los cuarteles generales, mediante
consideraciones sucesivas y continuas aproximaciones en procedimiento de
trabajo que cabría calificar de interactivo, llegaron a una evaluación
razonablemente satisfactoria de las plantillas que se consideraban
necesarias para atender las necesidades de encuadramiento y efectivos de
nuestros ejércitos, de acuerdo con las misiones que deberían
corresponderles. Estas plantillas, incluidas en el proyecto de ley que el
Gobierno remitió a las Cortes, como saben SS. SS., han sido respetadas
taxativamente por el Gobierno en el nuevo envío del proyecto de ley a las
Cortes como consecuencia del decaimiento habido a raíz de la convocatoria
de elecciones generales.

Cabría preguntarse, señorías, en qué medida las plantillas establecidas
satisfacen las necesidades previstas de las Fuerzas Armadas. La respuesta
a esta pregunta debería ser doble: En primer lugar, hay que decir que
estas plantillas corresponden y son coherentes con el modelo de Fuerzas
Armadas definido por el Congreso de los Diputados. En segundo lugar,
estas plantillas representan un paso importante en el proceso de
modernización de nuestras estructuras de personal. No se trata, mera y
exclusivamente, de una reducción gratuita de efectivos cuando tiene
lugar, sino que esto es consecuencia de una previa visión de cuáles
tienen que ser las necesidades cuantitativas de efectivos y cuadros de
mando y la excisión entre profesionales y efectivos de reemplazo de
nuestras Fuerzas Armadas.

No deseo abrumar con cifras a SS. SS., pero sí cabe señalar que, de
acuerdo con lo previsto en el proyecto de ley de plantillas, la tasa de
profesionalización, que previa a dicha ley era aproximadamente del 21 por
ciento, va a ser incluso superior al 50 por ciento establecido en el
acuerdo del Congreso de los Diputados, al finalizar esta década, pudiendo
alcanzar el 55,4 por ciento.

En segundo lugar, la tasa de encuadramiento de las Fuerzas Armadas
españolas anormalmente baja y en una cifra absolutamente no deseable, va
a pasar del escaso 18 por ciento que suponía el objetivo a alcanzar en
1994, según el Plan Estratégico Conjunto, a cerca del 28 por ciento. Es
decir, esto va a suponer un incremento en la tasa de encuadramiento del
50 por ciento sobre las cifras previstas en el Plan Estratégico Conjunto.

En tercer lugar, la proporción de suboficiales-oficiales que estaba en
relación 1/1, va a pasar a ser de casi 1,7/1, según lo previsto en el
proyecto de ley que, si las Cámaras lo tienen a bien y lo aprueban, se
convertirá en ley. Es decir, ello va a suponer un incremento del 70 por
ciento sobre la tasa o «ratio» preexistente.

Si analizamos lo que va a suceder en cada Ejército, como consecuencia de
lo previsto en la ley de plantillas, hay que decir que la tasa de
encuadramiento no puede tener un comportamiento uniforme homogéneo, según
los diferentes ejércitos, sino que tiene que corresponderse con las
características tecnológicas internas de cada uno de los ejércitos. Así
esa tasa de encuadramiento va a oscilar entre el 23,3 por ciento,
aproximadamente en el Ejército de Tierra, y casi el 36 por ciento en el
Ejército del



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Aire, con un valor intermedio en el caso de la Armada. La relación
suboficiales/oficiales igualmente va a moverse entre los parámetros
1,5/1, en el caso de la Armada; 1,6/1, en el caso del Ejército de Tierra,
y de 2/1, en el caso del Ejército del Eire.

La referencia que hemos hecho, señorías, a los parámetros precedentes y
al incremento que han tenido lugar entiendo que marca bien la mejora que
va a tener lugar con el proyecto de ley de plantillas, específicamente si
éste por voluntad de las Cámaras se convierte en ley, sobre la situación
procedente y marca también que no se trata de un mero ejercicio gratuito
y frívolo de disminución de efectivos, sino que se encuadra en una
coherente gestión de personal para dotar a nuestros ejércitos de los
medios humanos que precisan para hacer frente a las misiones que les
corresponden.

Hay que decir, es bueno y honesto confesarlo, que con esto no se pretende
decir, y no pretendo hacerlo, señorías, que todos los problemas y todas
las carencias, insuficiencias y disfunciones de que puede disponer el
sistema organizativo en cuanto a personal de las Fuerzas Armadas queden
superados. En principio y en primer lugar, tal cosa no cabe predicarla de
ningún sistema complejo como es la gestión del sistema militar, pero sí
me parece indudable que el proyecto de ley supone un importante paso
adelante en la dirección correcta y, en definitiva, viene a configurar un
cuadro de mejoras razonables y válidas sobre la situación preexistente.

El segundo agregado en el que hemos escindido el colectivo plantillas de
los ejércitos, el referente a tropa y marinería profesionales, hay que
decir que su inclusión es pertinente en la ley de plantillas en cuanto
que, por primera vez y en este tipo de disposiciones, permite una visión
globalizada y de conjunto y hace posible formular en un único cuerpo
legal una propuesta coherente para conseguir profesionalizar a nuestros
ejércitos y, en definitiva, atender a satisfacer las metas establecidas
en el tantas veces citado acuerdo o dictamen del Congreso de los
Diputados. También, es evidente que debe contemplarse porque existe una
lógica relación entre los efectivos de cuadros de mandos, singularmente
los referentes a los suboficiales y lo que se prevenga para lo que sean
las plantillas de tropa y marinería general y seguramente para las
plantillas de tropa y marinería profesional.

Este colectivo tenía a principios de esta década --estamos hablando de
tropa y marinería profesionales-- un volumen reducido y va a experimentar
un muy importante incremento a lo largo de toda ella. Para el cálculo y
establecimiento de las plantillas finales que deberían corresponderles se
ha buscado un equilibrio razonable entre las necesidades cuantificadas
para cada ejército y las posibilidades de su reclutamiento, posibilidades
de reclutamiento que tienen que ver singularmente con la capacidad de
gestión del aparato de defensa para que se dé ese reclutamiento y ese
encuadramiento y que tienen también que ver lógicamente con la capacidad
de financiación del proceso, capacidad de financiación del proceso que no
atiende solamente a la remuneración específica de los profesionales de
que estamos hablando sino a otra serie de aspectos como son la formación,
entre otros, que implica también un coste económico significativo. En
definitiva, se trata de lograr una síntesis razonable entre necesidades,
insisto una vez más, capacidad de gestión y capacidad de financiación del
proceso, y, en relación con la capacidad de gestión hay que tener en
cuenta y quisiera subrayar el hecho de que nos enfrentamos ante un
proceso radicalmente novedoso en el campo de las Fuerzas Armadas
españolas.

Otros ejércitos tienen una larga tradición de profesionalización; aquí la
profesionalización en cuanto a tropa y marinería es algo que estamos
abordando recientemente; nos encontramos por tanto ante una situación no
prevista en la que no existe tradición en nuestras Fuerzas Armadas. No
obstante, teniendo en cuenta las premisas precedentes, esperamos que sea
factible alcanzar en el plazo establecido la cifra de 50.000 soldados y
marineros profesionales, lo cual implica un incremento anual neto,
teniendo en cuenta los retornos lógicos que existen en el proceso de unos
2.500 a 3.000 militares de empleo de tropa y marinería profesional
durante la presente década.

¿Cuáles son las necesidades de los ejércitos que va a atender esta
dotación de tropa y marinería profesional? En primer lugar, básicamente,
se va a tender a completar aquellas unidades que requieren un elevado
grado de disponibilidad y, por tanto, de adiestramiento. Y, en segundo
lugar, para cubrir aquellos puestos que requieran un nivel de instrucción
y de preparación profesional o un plazo de permanencia en filas
superiores a los que cabe obtener con el actual período de servicio
aplicable a la tropa y marinería no profesional sino de reemplazo.

La aplicación de estos criterios generales para todos los ejércitos a
cada uno de los mismos sería en una visión tentativa y aproximativa la
siguiente: En el caso del Ejército de Tierra, el 75 por ciento
aproximadamente de los efectivos que le van a corresponder --los 27.500
soldados que le corresponden--, van a prestar servicio a la fuerza. Ello
va a permitir, esencialmente, sobre todo, profesionalizar la Brigada
Paracaidista y la Legión, que tradicionalmente se han nutrido, como
conocen muy bien SS. SS., de voluntarios, y cuyas posibles misiones
encajan perfectamente dentro de eso a que nos hemos referido de una
elevada profesionalización, instrucción y adiestramiento. También va a
permitir profesionalizar parcialmente otras unidades de la Fuerza de
acción rápida y cubrir aquellos puestos de especial y sobresaliente
cualificación que exijan las fuerzas de maniobra.

En el caso de la Armada, como saben SS. SS., va a disponer de 13.000
militares de empleo de tropa y marinería profesional, de los cuales 8.200
aproximadamente van a ser marineros y el resto soldados de infantería de
Marina, que se van también a destinar, al igual que sucede en el caso del
Ejército de Tierra, a dotar la Fuerza, de manera que se logre un muy alto
grado de profesionalización de las dotaciones de buques de la flota y las
de algunos otros que, no formando parte de ella, por la singularidad de
sus misiones desaconsejan que la dotación sea prevista en base a
marinería de reemplazo. Como un ejemplo menor pero quizá significativo,
es el caso de la



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dotación del Buque-escuela «Juan Sebastián Elcano». Igualmente, va a ser
prioritaria la profesionalización del Tercio de Armada, que requiere
--como saben SS. SS.-- un nivel de disponibilidad perfectamente
homologable con el que caracteriza a la Fuerza de acción rápida del
Ejército de Tierra.

En cuanto al Ejército del Aire, que va a disponer de 10.500 efectivos de
tropa y marinería profesional, las especiales características orgánicas y
funcionales no hacen posible hablar en este caso de profesionalización de
unidades completas y la tropa profesional más bien va a ocupar y a
ocuparse en aquellos puestos que requieren una especial cualificación en
el caso de la fuerza o en el caso de apoyo a la fuerza.

Por último, terminando ya, señorías, quisiera poner de manifiesto algunos
aspectos relevantes del proyecto de Ley que se encuentra en las Cámaras;
es, sobre todo, un instrumento flexible que va a hacer posible una buena
o una razonablemente buena gestión de personal dentro del departamento.

Esto proyecto, además, atiende, y quisiera referirme a ello, a dos
aspectos importantes en cuanto al establecimiento de plantillas. Las
plantillas se establecen por categorías y no por empleos como han tenido
lugar dicho establecimiento en tiempos precedentes, y ello por dos
razones: una razón de origen legal, y es ser coherentes y consecuentes
con lo previsto en la ley 17/1989, y otra razón, de carácter funcional y
de carácter de gestión, en cuanto que este establecimiento va a permitir
al Departamento, sea cual sea el partido titular del Gobierno, una
gestión que, partiendo de una visión cuantitativa global, permite en el
tiempo, y mediante ajustes sucesivos, ponderar muy adecuadamente la
conducción de esta eficaz política de personal.

El segundo aspecto que quisiera destacar, que ya he hecho referencia
anteriormente al mismo, es la inclusión de los militares de empleo y no
sólo los de carrera, dentro del proyecto de ley. Creemos y entendemos que
ello va a añadir un importante margen de maniobra adicional a la gestión
coherente de personal y singularmente a determinadas categorías de
militares de carrera, concretamente los oficiales y los suboficiales, y
entendemos que las plantillas de los oficiales de carrera habrán de
establecerse teniendo en cuenta las posibilidades ofrecidas por la otra
vía de obtención de oficiales, en definitiva la obtención de oficiales
por la vía de militares de empleo a la categoría de oficial.

Para concluir, y ya sí que finalizo, señorías, quiero poner de manifiesto
dos cosas: en primer lugar, que el proyecto que ha entrado en las Cámaras
y a la razón de cuyos parámetros acabo de referirme, no es algo que nace
en el vacío y sin tener una importante historia detrás, una historia que
no solamente es legislativa sino que es de evaluación cuantiativa de
necesidades, categorías, escalas y puestos de trabajo, y, por otro lado,
es consecuencia esencial y singular y sigue plenamente el proyecto de que
se trata y las evaluaciones a que hemos hecho referencia en el diseño y
modelo de lo que deben ser las Fuerzas Armadas del futuro, establecido a
partir del dictamen del Congreso de los Diputados. Por tanto, no es una
mera reducción de efectivos, sino un paso muy importante en la mejora de
nuestra estructura de personal.

No pretendemos, insisto una vez más, haber resuelto todos los problemas
ni tener una respuesta cerrada e inmutable a unas circunstancias que son
inevitablemente cambiantes, más en un tiempo de aceleración histórica
como el que estamos viviendo desde hace escasos años, que en muchísimos
casos, hago caso omiso de referencias que conocen todas SS. SS., son
difícilmente previsibles en un horizonte temporal inmediato. Véase el
caso del derrumbe del bloque soviético al que hemos hecho referencia. Sí
entendemos que hemos dado un paso positivo hacia unas Fuerzas Armadas más
eficientes y mejor dimensionadas que las preexistentes.




El señor PRESIDENTE: ¿Grupos que desean fijar posición?
Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor Fernández de Mesa.




El señor FERNANDEZ DE MESA DIAZ DEL RIO: Gracias, señor Secretario de
Estado. Después de oírle a usted y de escuchar, en la comparecencia de
esta mañana, al Ministro sobre el Plan Norte, da la sensación de que nos
encontramos ante un proceso similar al de la pescadilla que se muerde la
cola: primero, se reestructuran las unidades con el Plan Norte, con el
Plan Operativo Naval, con el Plan Aéreo y, después, se dotan de las
plantillas necesarias, o bien primero fijamos las plantillas que vamos a
tener en el futuro y, a partir de ahí, veremos qué es lo que puede
mantener como instalaciones o unidades cada uno de los tres ejércitos.

Realmente, estoy convencido de que en el Ministerio de Defensa se trabaja
al unísono entre la Secretaría de Estado de Defensa y la Secretaría de
Estado de la Administración Militar para que en este proceso, que
desembocará en lo que todos queremos como las Fuerzas Armadas del año
2000, la realidad sea tan sumamente veraz de acuerdo con las necesidades
de España que no tengamos que arrepentirnos de ninguna de las decisiones
que se estén tomando hoy por hoy.

Nadie duda de la necesidad de readaptar las plantillas militares, no sólo
por nuestra diferente situación estratégica, como decía antes el
Secretario de Estado, puesto que no sólo la caída del muro de Berlín, la
desaparición de bloques, sino la creación de nuevos conflictos en otras
partes del mundo, han llevado a que España deje de ser un país
permanentemente en retaguardia y pase a ser hoy en día un país de
vanguardia, a tener un distinto carácter estratégico y a tener que
adecuar nuestras plantillas, nuestras Fuerzas Armadas, no sólo a lo que
España necesita, sino a lo que el mundo, en concreto los organismos
internacionales a los que pertenecemos, esperen de nosotros.

Es verdad que desde el año 1982 hasta ahora da la sensación de que a las
Fuerzas Armadas se les ha metido, en materia de personal y de
reestructuración, en una coctelera permanente y que aún hoy es el día que
no ha



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parado de agitarse; con el Plan Estratégico Conjunto en el año 1984, con
la Ley 17/1989 de profesionales de las Fuerzas Armadas, con el real
Decreto transitorio 255/1991 y con esta nueva Ley de Plantillas que, aun
sin haber sedimentado lo que hasta ahora habíamos planificado, ya va a
dar un nuevo impulso y una nueva forma de entender la mecánica de
personal de las Fuerzas Armadas en un futuro no muy lejano.

Realmente, señor Secretario de Estado, de ese Plan Estratégico conjunto
del año 1984, donde se habla de la política de ingreso rigurosa, que
usted mencionaba ahora, de la creación de la reserva transitoria y de la
rebaja de edades para el pase a la reserva, nosotros no tenemos en modo
alguno un balance tan positivo como el que hace el Secretario de Estado
de Administración Militar. Si bien es verdad que la política de ingresos
en las distintas academias o escuelas militares, tanto de oficiales como
de suboficiales, ha mantenido criterios muy parecidos, similares o
incluso iguales que en años anteriores, a no ser el cambio de plan de
estudios y que todos se examinan absolutamente de lo mismo para ingresar
en cada una de las academias, no es menos cierto que la reserva
transitoria ha supuesto una fuga de innumerable personal, quizá de los
mejor cualificados en muchos de los casos, que se ha abierto camino en la
vida civil y ha dejado un tanto huérfanas en muchas materias a nuestras
Fuerzas Armadas y, lo que es más grave todavía, con una cantidad de
agravios comparativos entre el personal en activo y el personal en
reserva transitoria, que, como usted bien sabe, tiene prácticamente los
mismos derechos e incluso el mismo salario en muchas ocasiones, lo que ha
llevado a tener una lacra auténtica de cerca de 48.000 millones de
pesetas anuales para pagar a este personal en reseva transitoria.

Eso no sería lo más grave. El pase a la reserva y la rebaja de edades ha
sido un auténtico castigo para aquellos militares que, por ser los más
adelantados de la clase --por decirlo de alguna manera--, por ser los
primeros en ingresar en sus cuerpos o escalas, a los 32 años de servicio
se ven abocados al pase a la reserva. Me estoy refiriendo a todos
aquellos que ingresen con dieciocho años y que con los cincuenta años
mantengan el empleo de coronel, que se verán abocados a irse a su casa
con cincuenta años, y todos aquellos que hubieran ingresado en su última
oportunidad, con veintiuno o veintidós años, tendrían prolongada su
carrera en activo, con lo que hemos conseguido que, aunque la gente vaya
perfeccionándose y mejorando a lo largo de su vida profesional, no se
está primando en modo alguno lo que ha sido la diligencia o, en su caso,
el ingreso prematuro o temprano --por decirlo de la mejor manera-- en las
academias militares.

También habría que decir que en esa reserva en la que se encuentran
cantidad de militares en edades entre los cincuenta y dos y los sesenta y
cinco años, en edad plenamente facultada para trabajar, el Ministerio de
Defensa se gasta del orden de los 48.000 millones de pesetas al año para
un personal al que se le podría sacar algún tipo de rendimiento y que,
desgraciadamente, está en su casa. Por contra, se presupuestan más de
82.000 millones de pesetas para personal laboral contratado o para
contrataciones laborales, cuando en este Ministerio en el que hay que
hacer más economías que en muchos otros por la carencia presupuestaria
reconocida por todos los grupos de la Cámara, es necesario mantener la
operatividad de nuestras Fuerzas Armadas. Así, por ejemplo, nos
encontramos con que personal en la reserva, con cincuenta y dos,
cincuenta y cuatro y hasta sesenta y cinco años, podría estar
desempeñando destinos que no fueran operativos, que no fueran de unidades
de elite o de fuerza, como las Fuerzas de Acción Rápida, destinos de
personal en activo, con un complemento de destino que rebajaría en mucho
esos 82.000 millones de pesetas que, por otro lado, se está gastando el
Ministerio de Defensa en un momento en el que no tiene dinero ni
capacidad para poder realizarlo.

El señor Secretario de Estado hablaba de que se pasa del capítulo de la
Ley de Régimen de Personal Militar del año 1989, la Ley 17/1989, a una
nueva Ley de Plantillas cuando, señor Secretario de Estado, todavía hay
cantidad de heridas sin cerrar. Ahí está el tema de la integración de
escalas, que está produciendo cantidad de recursos en distintos
tribunales territoriales de España, con fallos favorables en unos y con
fallos contrarios en otros, aunque sean el mismo tipo de personas, con
las mismas características, las que llevan sus problemas a uno o a otro
de estos tribunales.

Nos encontramos con que las escalas auxiliares o las escalas de
especialistas están atravesando por uno de los momentos más difíciles y
es un capítulo todavía no cerrado de esa Ley 17/1989, y nos encontramos
también con que, en otro tipo de materias dentro de la Ley 17/1989, que
no se han desarrollado, el Ministerio todavía debería de realizar algún
tipo de esfuerzo. Me refiero al tipo de reclutamiento o incluso de
profesionalización.

Hoy se hablaba aquí de la guerra de la antigua Yugoslavia y no se acuerda
nadie, o por lo menos no se trae a colación, de las unidades navales que
se encuentran en el mar Adriático, la Baleares o la Extremadura en este
caso concreto, de las que tengo que decirle, señor Secretario de Estado,
que de los ciento cincuenta marineros profesionales que debería de haber
en estas fragatas, no se llega ni a la veintena; el resto son
voluntarios. Si a eso añadimos que en otro tipo de unidades, incluso las
navales también, existen todavía oficiales que tienen que atender dos
destinos a la vez por la carencia de personal real que existe no sólo en
las instalaciones navales, no sólo en las unidades a flote, no sólo en
las instalaciones de tierra, nos encontramos con un nuevo recorte de
plantillas. Me imagino que será de acuerdo con ese Plan que evoluciona,
Meta-Reto, y lo que será en el futuro el Plan Norte y que no será
necesario utilizar todo este personal.

Quiero decir, en una palabra, que todavía existe carencia de personal
para atender cantidad de destinos; ahí está la reivindicación de los
subtenientes de los tres ejércitos, que están realizando guardias en los
cuarteles generales, cuando esto sería asignado por ley y por reales
ordenanzas a oficiales y no los hay para que puedan cumplirlos. Nos
encontramos ante un nuevo recorte de



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plantillas a lo que digo de entrada, como ya he expresado al principio,
que el Grupo Parlamentario Popular no se opone. Prueba de ello ha sido
que no hemos votado a favor de la enmienda de totalidad presentada por el
Grupo de Izquierda Unida, sino que hemos planteado seis enmiendas al
articulado.

Voy a terminar, señor Secretario de Estado, diciendo que se hace una
reducción de cuadros de mandos y se hace una especie de valoración de lo
que va a ser la relación de marinería o tropa con suboficiales, con
oficiales, pero no se llega a hablar del tema de los oficiales generales,
que prácticamente se mantienen, desde hace más de una década, en el mismo
número. No parece lógico que, reduciéndose la plantilla en oficiales
superiores, oficiales, suboficiales e incluso tropa y marinería, el
número de oficiales generales continúe siendo el mismo. Nosotros creemos
--y en ese sentido hemos presentado una enmienda-- que sería necesario
racionalizar esa pirámide de personal y conseguir que la cúpula sea lo
más puntiaguda posible, es decir, que tenga el menor número de personas
posible, pero que tengamos una plantilla equilibrada, que es lo que se
busca, en definitiva, para las Fuerzas Armadas. Tiempo habrá para hablar
de ello, tiempo habrá para expresar nuestras opiniones, por ejemplo,
mantener en el puesto de tenientes generales, de almirantes o de
generales de división en cada uno de los tres ejércitos, y así
sucesivamente hasta la escala de suboficiales.

Nosotros creemos, como decíamos el otro día, que, efectivamente, España
necesita unos ejércitos más reducidos, en virtud de la reducción de
instalaciones que se ha venido realizando desde el año 1982, unos
ejércitos más operativos y mejor dotados, y, desde luego, estamos
convencidos de que tienen que ser más móviles, adecuados a lo que son las
actuales necesidades internacionales que de España demandan. Lo que pasa
es que va a permitirme que seamos un tanto escépticos, señor Secretario
de Estado, puesto que desde hace tiempo venimos oyendo la voluntad del
Gobierno, incluso del Grupo Parlamentario Socialista expresado en la
Cámara y de la mayoría de los grupos parlamentarios, de incrementar el
presupuesto en el capítulo de Defensa. Y si es algo que se viene diciendo
incluso con algunos acuerdos aprobados en el Pleno de la Cámara, no es
menos cierto que el presupuesto de Defensa continúa bajando, que el
presupuesto de Defensa no se acerca, en modo alguno, al 2 por ciento del
producto interior bruto y que, al hablar de otros países que están
acometiendo este tipo de reducciones de instalaciones y de personal, y de
readaptación de lo que son sus plantillas, no es menos cierto que todos
ellos superan con creces el 2 por ciento del producto interior bruto, que
está medianamente aceptado por todos los países de la NATO.

Nosotros hemos presentado una serie de enmiendas a esta ley de plantillas
de las Fuerzas Armadas, que esperamos se entiendan como lo que son. No es
una negativa a la ley de plantillas, sí son unas enmiendas que pretenden
cooperar con el Gobierno y que pretenden alcanzar algún grado de consenso
a la hora de presentarlas, porque creemos que mejor servimos así al
Estado y a las Fuerzas Armadas. Entendemos que son fácilmente asumibles,
puesto que están dentro del espíritu definitivo que el Secretario de
Estado y que el propio Gobierno, en boca de su Ministro, ha venido
defendiendo a lo largo de muchos años.

El Grupo Parlamentario Popular, que de momento y antes de que se
defiendan en la Ponencia, mantiene sus enmiendas, agradece al Secretario
de Estado su intervención. Esperamos que esta ley de plantillas sirva
para, de una vez por todas, llevar la tranquilidad al colectivo de las
Fuerzas Armadas que si, como decía el Ministro en su intervención
anterior, aceptan disciplinadamente cualquier propuesta de reforma que se
hace, no nos olvidemos de que, si fueran trabajadores de Seat o de
cualquier otra empresa, tendrían su derecho legítimo a hacer sus
reivindicaciones y que no las hacen precisamente por estar en una
situación jerarquizada en la que se lo prohíben las leyes. Desde este
Parlamento, debemos hacer todos un esfuerzo por tratar de traer a las
leyes que vayamos a aprobar, por lo menos, su opinión a la hora de
aprobar leyes que les van a ser aplicadas con carácter definitivo, sobre
todo para todos aquellos que están hoy en día ejerciendo como
profesionales de las Fuerzas Armadas.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán (Convergència i Unió), tiene la
palabra el señor Carrera.




El señor CARRERA I COMES: Señor Presidente, intervendré muy brevemente.

Entiendo que éste es un proyecto de ley que no podía demorarse más. No
solamente no podía demorarse, sino que nos viene impuesto por acuerdos
anteriores a los que ha hecho mención el propio Secretario de Estado, de
los años 1984, 86 y 89, y sin duda por el último acuerdo que hubo sobre
el modelo de Fuerzas Armadas, en 1991. Este es un proyecto de ley al cual
hay que dar la bienvenida, porque esta imposición requería que se tomara
esta decisión con la máxima urgencia posible.

No voy a entrar en valoraciones a tiempo pasado, aunque realmente hay
muchas cosas a mejorar, pero repito que en este trámite no voy a entrar
en dichas valoraciones. Solamente quiero dejar constancia de una cosa.

Entendemos que éste es un proyecto de ley muy importante, al cual nuestro
Grupo Parlamentario no ha presentado ni enmiendas a la totalidad ni
enmiendas parciales. Por otra parte, compruebo que, al margen de
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, que, en defensa de un modelo de
ejército profesional al cien por cien, formula enmiendas en este sentido,
pocas han presentado el resto de los grupos parlamentarios. Así pues, por
mi parte y en este trámite, sólo me queda agradecer la comparecencia del
Secretario de Estado. Tomo nota de los criterios que han servido de base
para elaborar este proyecto de ley de plantillas, que me sirven de
complemento a la información necesaria para el debate posterior en
Ponencia y en Comisión de dicho proyecto de ley.




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El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Lagunilla.




El señor LAGUNILLA ALONSO: Señor Presidente, yo también voy a intervenir
con mucha brevedad en este trámite que hoy nos ocupa. En primer lugar,
quiero agradecer, como no podía ser menos, al Secretario de Estado su
comparecencia hoy ante esta Comisión, y no como una fórmula de cortesía
parlamentaria, sino porque creo que la importancia de esta ley hace que
esta comparecencia adquiera una relevancia muy especial. Por lo tanto,
repito, que mi agradecimiento no es sólo cortesía, sino también una
valoración y un criterio absolutamente político, que manifiesto en nombre
del Grupo Parlamentario Socialista.

Una vez expresado ese agradecimiento, repito, no de cortesía, sino de
valoración política, poco más tengo que manifestar por parte del Grupo
Socialista ante esta comparecencia, puesto que, como ya hemos dicho en
nuestra oposición a la enmienda de totalidad presentada por el Grupo
Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, estamos de
acuerdo básicamente en el contenido de este proyecto de ley y es lógico
que estemos de acuerdo en los criterios que han servido de base, y que
hoy nos ha explicado aquí el Secretario de Estado, para elaborar dicho
proyecto de ley; criterios que, como no podría ser de otra forma, están
inspirados en toda la normativa, en las discusiones que el Secretario de
Estado nos ha manifestado, pero que también se incardinan de forma
perfecta en el planeamiento militar.

Digo que es muy importante esta comparecencia porque es importante la ley
sobre cuyos principios hoy nos informa aquí el Secretario de Estado en
nombre del Gobierno. Esta es una ley importante en el camino que estamos
siguiente, desde hace ya unos cuantos años, de adaptación y modernización
de nuestras Fuerzas Armadas. Esta importancia ha sido puesta de
manifiesto por todos los intervinientes que me han precedido en el uso de
la palabra, pero hay que insistir en ella porque eso es lo que hace
valorar más el proceso que estamos siguiendo. Esta importancia de la ley
hace que el Grupo Socialista desee --y para ello va a aportar todo el
esfuerzo posible-- que se aprueba con el máximo consenso posible. Sería
deseable el consenso de todas las fuerzas políticas, pero por lo menos de
todas aquellas que han manifestado reiteradamente, a lo largo de estos
últimos años, defender un modelo similar, un modelo en cuyos principios
básicos estamos todos de acuerdo. Yo estoy seguro de que los datos y
precisiones que nos ha hecho hoy aquí el Secretario de Estado van a
conseguir que en el trámite subsiguiente, que es la discusión
parlamentaria en Comisión, se pueda lograr ese consenso en el mayor grado
posible. Estoy seguro de que en la posterior tramitación parlamentaria se
producirán acercamientos en aquellas enmiendas en las que sea posible
para que, al final, se apruebe esta importante ley sobre la modernización
de nuestras Fuerzas Armadas con las mayores aportaciones y consenso
posibles.

Por lo tanto, y con esto termino, como estoy seguro de que estas
explicaciones que se están dando hoy aquí van a colaborar a la
consecución de la aprobación mayoritaria de esta ley, con las
modificaciones que sean pertinentes, agradezco de verdad la presencia y
las informaciones que el Secretario de Estado nos ha dado en este
trámite.




El señor PRESIDENTE: tiene la palabra el señor Secretario de Estado.




El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ADMINISTRACION MILITAR (Arévalo Arias):
En primer lugar, quiero congratularme de que los planteamientos que aquí
hemos oído no son antagónicos, sino que acentúan de manera diferente
diversos aspectos o circunstancias que están en el entorno de la ley. Esa
visión crítica me parece absolutamente legítima y, más aún, positiva en
cuanto que tiene lugar como ejercicio absolutamente respetable de lo que
es la función opositora, pero me congratulo una vez más en que no hay
ningún planteamiento, ni visión antagónica al respecto.

Quisiera hacer una reflexión previa antes de entrar a considerar algunos
de los temas aquí tratados. Es el hecho concreto de que nuestra historia
es como es y no como quisiéramos que hubiera podido ser. Esa historia, en
el caso concreto español, nos lleva a que en nuestra realidad se han
subsumido dos fenómenos diferentes muy importantes que han afectado
decisivamente y de lleno a lo que es el sistema FAS. A uno ya hemos hecho
referencia, que es la quiebra de principios y concepciones estratégicas
vigentes desde hacía casi 40 años y que ha tenido lugar hace escasísimo
tiempo. A otro, quisiera hacer ahora referencia, es al hecho concreto de
que cuando tiene lugar el proceso de transición política en nuestro país
nos encontramos con un sistema FAS, con un sistema de Defensa claramente
retrasado en cuanto a su gestión, a su orgánica y a su logística con lo
que debería haber correspondido a un país con un desarrollo económico
como el nuestro.

Lo que ocurría con el sistema FAS, con el sistema de Defensa, no es algo
diferente a lo que sucedía en otros muchos aspectos de la realidad
nacional, y es que hemos tenido que afrontar la superación de las
disfunciones, problemas y atraso existentes en muy escaso tiempo,
teniendo en cuenta que ese escaso tiempo amenazaba, de no gestionarlo con
rapidez y eficacia, con devorarnos. Aquí viene una congratulación
adicional y es que, en el caso concreto de la Defensa, los distintos
partidos, las Cámaras y el Ejecutivo, han tenido una enorme sensibilidad
de que, salvaguardando los legítimos puntos de vista diferentes, en lo
esencial exista un acuerdo básico para seguir adelante.

Este contexto explica por qué la progresiva reforma del capital humano de
nuestras Fuerzas Armadas sea una reforma coherente, razonable, siempre
perfeccionable, por qué no, y sobre todo y singularnente, una reforma
prudente.

Los organismos burocráticos, ya sean en los sistemas burocráticos civiles
o militares, son por su esencia, no ya subjetiva de sus miembros, sino
objetiva de su concepción



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como tales, esencialmente conservadores. Los equilibrios preexistentes no
pueden ponerse en cuestión gratuita ni frívolamente. El alcance de los
nuevos objetivos y de las nuevas situaciones y metas establecidas tiene
que hacerse mediante pautas regladas y extraordinariamente prudentes.

Esto cabe aplicarlo perfectamente a lo que se ha hecho en relación con la
gestión del capital humano en las Fuerzas Armadas.

Se parte de la Ley 17/1979, por la que se regula todo lo que es la
profesión militar. Se parte de una definición del modelo de Fuerzas
Armadas por parte del Congreso de los Diputados, que establece y fija el
número de efectivos en una horquilla en la que prácticamente el Ejecutivo
sólo tiene que sacar la media para llegar a la cifra concreta sobre la
que se va a actuar, pero el Parlamento ya ha establecido una horquilla
suficientemente próxima. Se parte de un decreto de plantillas puente,
transitivo, al que he hecho antes referencia, el de 1991, cuya
elaboración exige un estudio exhaustivo, detallado y pormenorizado de
plantillas y puestos de trabajo en las Fuerzas Armadas (permítaseme la
expresión de la Administración civil trasladada al contexto del sistema
FAS) y, consiguientemente, que el banco de datos allí acumulado permite
una evaluación adecuada de las futuras necesidades de personal militar,
de capital humano en nuestras Fuerzas Armadas. Se parte también de la
inevitable necesidad de incrementar nuestras tasas de profesionalización
y de encuadramiento. Llama la atención, en este sentido, que si
contrastamos las cifras de nuestro país en cuanto tasas de encuadramiento
y de profesionalización, nos encontrábamos muy lejos de los parámetros
que deberían corresponder a un país industrial avanzado, como el nuestro,
y a sus Fuerzas Armadas y, consiguientemente, se nos marcaba un nuevo
vector de tendencia.

Se partía igualmente de la ineludible necesidad de rejuvenecimiento de
nuestros cuatros de mando de las experiencias de terceros países al
respecto. El bloque de disposiciones y el bloque de datos de gestión
permitían llegar a un acuerdo en el sistema FAS, al Ministerio de Defensa
y a los cuarteles generales en trabajo y proyectos interactivos de lo que
deberían ser, más/menos un mínimo por ciento de ajuste y de holgura que
inevitablemente se da en el manejo de las grandes cifras de un sistema
tan complejo como el sistema FAS, de lo que deberían ser las necesidades
en capital humano de nuestras Fuerzas Armadas. Esas son las cifras que
están contempladas en el proyecto que nos ocupa.

Las transiciones inevitablemente requieren sumo cuidado al abordarlas y
necesitan ser financiadas. Es evidente, señoría, que la reserva
transitoria tiene que ser cara, pero no parece posible encontrar un
procedimiento más discreto, más prudente y más respetuoso con derechos
subjetivos, atendiendo en cualquier caso a la variable básica de
restricción del modelo, como es que las necesidades del sistema queden
salvaguardadas, para que pudiéramos abordar la inevitable reducción de
personal excedente en nuestras Fuerzas Armadas.

Es de alabar la prudencia manifestada por ambos poderes y, en el caso que
le corresponde, por el Ejecutivo, en financiar este proceso, que coincido
plenamente con S. S. en que es extraordinariamente costoso. Pero también
y de manera más relevante, era inevitablemente necesario si queríamos
atender a la reducción de un capital humano excedente.

Hay que tener también en cuenta que los procesos de transición son
delicados y dan lugar a visiones no siempre objetivas, pero que tienen la
materialización subjetiva de sentirse agraviados o preteridos. Ello
acontece también en cualquier sistema complejo de que se trate, ya sea un
sistema civil o militar. Si se tienen «in mente» los procesos de
agrupación que ha habido en el caso de la Administración civil de
diferentes cuerpos preexistentes, podremos entenderlo; yo particularmente
(permítanme la argumentación «ad personam») he vivido uno por razón de mi
pertenencia al Cuerpo de Inspectores Financieros y Tributarios del Estado
y sé cómo estos procesos son siempre delicados y complejos. Lo que yo
habría que destacar, señorías, no son los posibles recursos que se hayan
producido, sino que ese número de recursos ha sido extraordinariamente
limitado, extraordinariamente poco numeroso. Eso tiene que ver con que el
planteamiento del proceso ha sido prudente, discreto y atendiendo a
situaciones personales que deberían ser en cualquier caso respetadas,
como variable básica de restricción del modelo que tenía que realizarse
porque afectaba a los intereses de la colectividad nacional, y también
tiene que ver con la capacidad de las personas para asumir cuáles eran
sus intereses y sus necesidades.

Lo verdaderamente relevante no es que haya tenido lugar algún recurso en
relación con el modelo FAS, establecido a partir de la Ley 17/1989. Lo
sustantivo y significativo es que esos recursos hayan sido tan reducidos,
en este momento prácticamente ya casi inexistentes y circunscritos a una
determinada escala.

Por último, quiero decir, en el caso de los generales, que durante los
últimos años también ha habido una importante reducción en el número de
oficiales generales. En concreto, si contrastamos los efectivos
existentes en 1985 y los previstos en el proyecto de ley de plantillas,
observamos que se pasa de un total de 342 oficiales generales y
almirantes, a un total de 275 en el proyecto de ley de plantillas. Es
decir, se reducen casi 70, con una disminución del 20 por ciento de los
efectivos de oficiales generales existentes en el año 1985.

No obstante, el Ministerio es sensible a la argumentación planteada por
su señoría y nos gustaría llegar a algún acuerdo en este ámbito y en este
aspecto que permita que el proceso de discusión de la ley sea lo más
consensuado posible. Yo entiendo, por lo aquí manifestado, que ese nivel
de consenso va a ser razonablemente elevado.

Por último, quiero señalar que la prudencia en el recorte en relación con
las cifras efectivas de las Fuerzas Armadas --recorte que se prevé en la
Ley de plantillas--, hace que no supere el cinco por ciento.

Nada más.




El señor PRESIDENTE: Se levanta la sesión.




Eran las dos y cinco minutos de la tarde.