Estudió Filosofía y Jurisprudencia en Oviedo y se licenció en Leyes y Cánones en 1822. En ese año se trasladó a Madrid donde ejerció como abogado, siendo un asiduo del Ateneo. Con la caída del liberalismo, en 1823, se refugió en Cádiz hasta que en 1828 regresó a su tierra natal. En 1834 les alcalde en Cangas de Tineo (actual Narcea); a partir de esa fecha ejerció de juez de primera instancia en León y Lugo; y en 1837 y 1838 magistrado de la Audiencia de Pamplona y fiscal del Tribunal de Cuentas. A partir de 1840 se trasladó a París, a consecuencia de haber sido destituido de la fiscalía por Espartero; no obstante durante 1840 y 1843 fue presidente de la Academia de Legislación y Jurisprudencia; en 1844 fue nombrado ministro de Gobernación en el gabinete de Narváez. Durante su gestión en este Ministerio llevó a cabo las reformas de Correos y de Presidios, además de leyes administrativas, de empréstitos, carreteras y telégrafos. En 1846 repite como ministro en la misma cartera ministerial, pero esta vez en el Gobierno de Istúriz; y en 1848, Narváez le encomienda la cartera de Estado, cargo que ocupa también en 1856. En 1857 fue presidente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, y embajador en Roma, puesto del cual dimitió con la subida de los liberales al poder. En 1859 se quedó paralítico. Un año antes de fallecer, en 1866, recibió el Toisón de Oro.

Diputado por Oviedo desde 1839, repitiendo en las Cortes de 1840, 1843, 1844, 1846, 1850, 1851, 1853, 1857, 1858 y 1863. Participó en las comisiones de reunión de los mandos militar y político en la provincia de Madrid y destacó en los debates sobre los sucesos acaecidos en el Palacio Real, en la Legislatura de 1843-1844. Al comienzo de su carrera como parlamentario se dio a conocer con un discurso a favor del restablecimiento de los diezmos que habían sido abolidos.

Elegido presidente de las Cortes el 27 de noviembre de 1843 en sustitución de Salustiano de Olózaga, que lo había sido de forma interina al comienzo de la Legislatura, de su discurso de alocución destacan estas palabras: "Señores, agradezco como debo el alto honor que me acaba de dispensar el Congreso de Diputados de la Nacion española, al mismo tiempo que conozco mi insuficencia para tan dificil é importante cargo. Sin embargo, cuento con la cooperacion de todos los Sres. Diputados, porque este es un cargo de imparcialidad. Creo de mi deber proponer un voto de gracias al Sr. Presidente [cf. Olózaga] que ha ocupado este puesto hasta que ha sido llamado para otra mision importante por la Corona" (Sesión de 27 de noviembre de 1843).

Elegido senador vitalicio por Real Decreto de 1 de febrero de 1864, en el expediente de senador consta la notificación de su fallecimiento comunicada por su hijo Luis Pidal y Mon el 9 de enero de 1866.

Como autor tiene un libro de poemas titulado "Ocios de mi edad juvenil", Oviedo, 1818; estuvo vinculado al periodismo fundando el periódico "El Ciudadano" en 1820, en Oviedo; fue director del periódico asturiano "El Aristarco"; redactor de "El Espectador de Madrid"; y director y colaborador asiduo de la "Revista de Madrid" entre 1839 y 1843. Entre 1842-1843 dirigió el "Album pintoresco universal". Además publicó "Galería de hombres célebres contemporáneos", Madrid, 1841-46; "Colección de algunas poesías castellanas anteriores al siglo XV para servir de contribución a las publicadas por don Tomás Antonio Sánchez", Madrid, 1841; "Historia de las alteraciones de Aragón en el reinado de Felipe II", Madrid, 1862-63; y, póstumo, "Estudios literarios", Madrid, 1890, con unos apuntes autobiográficos. Dejó al morir una riquísima biblioteca, en la que figuraba el códice del Poema del Cid.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.