Estudió Filosofía en Murcia y Derecho en Orihuela, graduándose como abogado en Madrid. Durante el Trienio Liberal era oficial de la Milicia Nacional; como consecuencia de haber participado en la "acción del Campillo de Arenas (Jaén)" tuvo que refugiarse en Montpellier (Francia) y no regresó a España hasta 1824 para ejercer como abogado en Alicante. Tuvo responsabilidades de Gobierno, bajo la dirección de Calatrava, asumiendo el Ministerio de la Gobernación entre septiembre de 1836 y enero de 1837, y la Presidencia del Consejo de Ministros en dos ocasiones durante 1843, al tiempo que ocupaba el Ministerio de Gracia y Justicia. Enfrentado a Espartero por su falso progresismo, y a Narváez por su liberalismo conservador, su vida política empezó a declinar a finales de 1843 cuando dimite como presidente del Consejo de Ministros y como ministro de Gracia y Justicia.

Fue procurador y diputado entre 1834 y 1843. Se presentó por varias circunscripciones lo que le obligó, en cada caso, a optar por cada una de ellas: Alicante, Madrid, Albacete, Valencia, Barcelona, La Coruña, Málaga, Cáceres, Cádiz, Toledo; en algunos casos se presentó por cuatro circunscripciones, como ocurrió en las elecciones del 15 de septiembre de 1843, a las cuales se presentó por Alicante, Cáceres, Cádiz y Toledo, optando por Toledo, el 26 de octubre de 1843.

Es destacable su discurso, en calidad de ministro de la Gobernación, pronunciado en enero de 1837 sobre la batalla de Luchana, acaecida durante la primera guerra carlista que terminaría con la liberación de Bilbao, el 24 de diciembre de 1836: "Señores, desde el principio del sitio de Bilbao conoció el Gobierno la absoluta necesidad de librar á los habitantes de aquella poblacion heróica... Las Córtes acaban de oir la relacion de todo lo ocurrido; en ella todo es admirable, todo es elevado, todo es heróico. Con tales jefes y soldados, señores, nada es imposible, nada es difícil; se hace cuanto se quiere, se manda al destino, y se escala hasta el cielo, realizándo la fábula de los titanes..." (Sesión de 2 de enero de 1837).

Será el último presidente de las Cortes Constituyentes de 1836-1837; lo fue tan solo por cuatro días, entre el 1 y el 4 de noviembre de 1837. En ese momento, López y López aprovecha la ocasión para hacer un balance de la legislatura que tocaba a su fin; y al tiempo que se despedía de la presidencia, aludía a la Constitución de 1837 que se había aprobado: "... Las Córtes, señores, según la revelación que acaba de hacernos el Gobierno, tocan ya a su término, y muy cerca está el momento de nuestra separación... nacido el Congreso en circunstancias azarosas y de desgracia, ha sabido cruzar el grande espacio de su larga existencia sin que jamás la precipitación nociva, sin que jamás ni aun las pasiones generosas, pero funestas, hayan justificado los temores y los riesgos que no pueden menos de reconocerse en política en el establecimiento de una Cámara sola. La prudencia y circunspección de sus indivíduos ha sabido fijar una excepcion á esta ley, casi constante, de los cuerpos políticos, y esta excepcion es sumamente honrosa á las Córtes de 1837 (Bien, bien.)... esta Constitucion, objeto de veneración y de culto para los españoles, es la égida de su libertad y la prenda más segura de su prosperidad y ventura" (Sesión de 4 de noviembre de 1837).

Por Real Decreto de 21 de abril de 1847, fue nombrado senador vitalicio. Falleció en Madrid, ciudad de la que fue alcalde, el 14 de noviembre de 1855.

La biografía procede de la publicación "Los presidentes del Congreso de los Diputados, 1810-2010" (2010), coordinada por Sofía Gandarias Alonso de Celis y Mateo Maciá Gómez, y editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados. Los textos fueron realizados por ambos coordinadores, con la colaboración de Esperanza Prieto Hernández.