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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 467, de 30/08/2021
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2021 XIV LEGISLATURA Núm. 467

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PAU MARÍ KLOSE

Sesión núm. 19 (extraordinaria)

celebrada el lunes,

30 de agosto de 2021



ORDEN DEL DÍA:


Comparecencia del señor ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (Albares Bueno):


- A petición propia, para informar de las líneas generales de la política de su departamento. (Número de expediente 214/000123) ... (Página2)


- A petición propia, para informar sobre la crisis de Afganistán. (Número de expediente 214/000137) ... (Página2)


- Para que explique las líneas generales que tiene previsto seguir al frente de su departamento. A petición del Grupo Parlamentario Ciudadanos. (Número de expediente 213/001305) ... (Página2)


- Para informar sobre las líneas de actuación a seguir desde su departamento durante la XIV Legislatura, tras la aprobación del Real Decreto 525/2021, de 10 de julio, por el que se nombra ministro de Asuntos Exteriores a don José Manuel
Albares Bueno. A petición del Grupo Parlamentario VOX. (Número de expediente 213/001322) ... (Página2)


- Para informar sobre las prioridades y medidas que piensa impulsar en lo que resta de la XIV Legislatura. A petición del Grupo Parlamentario Plural. (Número de expediente 213/001331) ... (Página2)


- Para informar sobre las líneas generales de la política de su departamento. A petición del Grupo Parlamentario Republicano. (Número de expediente 213/001385) ... (Página2)


- Para que explique la posición del Gobierno de España ante la crisis de Afganistán y el plan de repatriación del personal diplomático allí destinado, así como de los



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afganos que colaboraron con el Ejército español. Por acuerdo de la Diputación Permanente. (Número de expediente 213/001441) ... (Página2)


Se abre la sesión a las once y cinco minutos de la mañana.


El señor PRESIDENTE: Buenos días. Se abre la sesión. (El señor Hispán Iglesias de Ussel pide la palabra).


Primero explicaré cómo será la comparecencia y luego le daré la palabra.


En primer lugar, quiero darles la bienvenida. Espero que hayan descansado, que se hayan relajado y que comencemos con energía esto que no es periodo de sesiones porque es una comparecencia extraordinaria.


Las peticiones de comparecencia se tramitarán acumuladamente. Tras la intervención inicial del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, al que agradezco su presencia, intervendrán los grupos solicitantes de las
comparecencias por orden de antigüedad de presentación de la iniciativa; después intervendrán el resto de grupos de menor a mayor. Tras la contestación del ministro, habrá un turno de réplica, cerrando el debate la intervención del ministro. Los
tiempos para los grupos parlamentarios serán de doce y tres minutos respectivamente.


Hay siete solicitudes de comparecencia. La primera, a petición propia, para informar de las líneas generales de la política del departamento. La segunda, a petición propia, para informar sobre la crisis de Afganistán. La tercera, del
Grupo Parlamentario Ciudadanos -estoy leyendo por orden de antigüedad-, para que explique las líneas generales que tiene previsto seguir al frente de su departamento. La cuarta, para informar sobre las líneas de actuación a seguir desde su
departamento durante la XIV Legislatura, del Grupo Parlamentario VOX. La quinta, para informar sobre las prioridades y medidas que piensa impulsar en lo que resta de la XIV Legislatura, del Grupo Parlamentario Plural. La sexta, para informar sobre
las líneas generales de la política de su departamento, del Grupo Parlamentario Republicano. La séptima, para que explique la posición del Gobierno de España ante la crisis de Afganistán y plan de repatriación del personal diplomático allí
destinado, así como de los afganos que colaboraron con el ejército español, que fue aprobada en Diputación Permanente y refleja la solicitud del Grupo Popular.


Hay una cuestión de orden.


El señor HISPÁN IGLESIAS DE USSEL: Pido la palabra por el artículo 72.1. Quiero manifestar la disconformidad de mi grupo por este orden del día. La única razón por la que nos encontramos hoy aquí es porque el miércoles pasado la
Diputación Permanente obligó al señor ministro a venir a esta Comisión, porque hasta entonces el señor ministro no había manifestado ninguna disponibilidad para ello, a pesar de la crisis de Afganistán. A pesar de las consecuencias internacionales
y nacionales que tiene, la voluntad del ministro era nula. Esta Comisión se va a llevar a cabo a partir de que la Diputación Permanente obligó al señor ministro y al Grupo Socialista a convocarla. Es inaceptable que la razón por la que nos
encontramos aquí sea el séptimo punto del orden del día, casi a la altura del de ruegos y preguntas. El orden del día que se ha elaborado es inaceptable y ruego su reconsideración por el presidente.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Quiero recordar que estamos en periodo extraordinario y el orden del día no lo ha elaborado esta Presidencia. No corresponde a esta Presidencia elaborar órdenes del día en periodo extraordinario, entre otras cosas
porque no se ha reunido la Mesa.


El señor HISPÁN IGLESIAS DE USSEL: Me he referido a la Presidencia, no a usted.


El señor PRESIDENTE: No tiene la palabra.


Esta Presidencia no ha intervenido en la elaboración del orden del día. Se ha seguido una práctica habitual en la confección de dicho orden del día en periodo extraordinario. En todo caso, le quiero recordar que en periodo extraordinario
había una solicitud del ministro a petición propia. Creo que se trató en la Mesa antes de la sesión. En todo caso, me parece que no es el objeto de esta sesión. He mencionado que el acuerdo de la Diputación Permanente refleja la solicitud que
hizo el PP a la Diputación Permanente.


Cedo la palabra al señor ministro. Me ha pedido poder retirarse la mascarilla, y no creo que haya ningún inconveniente.



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El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Si es posible, quisiera quitarme la mascarilla para que se me entienda mejor y poder respirar, porque la intervención será larga. (Rumores).


El señor PRESIDENTE: No es la primera vez que el interviniente se retira la mascarilla. De hecho, lo han hecho otros ministros en sus intervenciones en esta misma sala. Yo recuerdo por lo menos una. Yo no tengo inconveniente, pero lo
lógico es preguntar a los miembros de la Mesa. (El señor Echániz Salgado intercambia unas palabras con el señor presidente de la Comisión.-Pausa). Por lo que tengo entendido, no hay ninguna normativa que lo impida, hay una recomendación médica.
Le dejo al señor ministro la posibilidad de quitársela.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, comparezco hoy ante ustedes, a petición propia, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, en periodo extraordinario, para informar de la crisis de Afganistán y la evacuación por parte de España, así como para exponer
también mis primeras acciones al frente del ministerio que dirijo de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y las líneas generales del departamento. Soy muy consciente del papel fundamental que debe jugar el Parlamento en todos los
ámbitos, pero muy especialmente en la política exterior, así como de la importancia de rendir cuentas ante los representantes de la soberanía nacional, que son ustedes. Lo hago con una convicción profunda. La política exterior es y solo puede ser
una política de Estado. Esto no quiere decir que no pueda ser objeto de debate, pero manteniendo siempre en mente -y espero que hoy todos lo tengamos en mente- que hay un interés superior: España y los españoles. Para que a los españoles les vaya
bien dentro, nosotros, España, tenemos que hacerlo bien fuera. Pueden estar seguros de que siempre estaré disponible para ustedes, como ya tuve ocasión de comunicar a los portavoces en el primer contacto que tuve, también a iniciativa propia, el
pasado 30 de julio y por teléfono, también a iniciativa propia, el día 16 de agosto para informarles sobre la evacuación en Afganistán.


Como esta es mi primera comparecencia desde mi nombramiento, les expondré las acciones, como les decía, que he llevado a cabo en estos cuarenta y nueve días desde que soy ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y las
principales líneas políticas en el exterior que pienso desarrollar al frente del ministerio. Pero antes, evidentemente, es obligado hablar de la mayor crisis de los últimos años que se está desarrollando en estos mismos momentos en los que les
hablo en Afganistán. Quiero recordar de manera emocionada a los 102 fallecidos durante nuestro despliegue en Afganistán y a sus familias. España no les olvida. Como tampoco olvida a todo el personal, militar y civil, desplegado en el país a lo
largo de todos nuestros años de presencia allí. Resalto también el compromiso y la vocación de servicio a España demostrada por el personal en Kabul, empezando por el embajador, Gabriel Ferrán, la segunda jefatura de la embajada, Paula Sánchez, y
el administrativo de la embajada, Sayed Saber, afgano que decidió no abandonar el país durante la evacuación hasta el último momento, de los GEO, de los miembros de la Unidad de Intervención Policial del contingente y del personal desplegado desde
Madrid, tanto por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, como por los ministerios de Defensa y de Interior.


Quiero poner también en valor la completa dedicación de todo el personal que está participando en el dispositivo en Madrid, muy particularmente al que está acompañando a las personas evacuadas en la base de Torrejón. Es un esfuerzo conjunto
en el que estamos trabajando tanto el ministerio que dirijo como Defensa, Presidencia, Interior, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y Sanidad, así como varias organizaciones de la sociedad civil, entre las que destaco ACNUR o la Cruz Roja.
La coordinación y la solidaridad, tanto del Gobierno como de la sociedad española, son los dos elementos que definen este operativo.


He pedido comparecer para explicarles en persona la situación en Afganistán y el desarrollo del operativo de evacuación desde el aeropuerto de Kabul que finalizó el pasado viernes 27 de agosto al dejar de reunirse las mínimas condiciones de
seguridad y que continuará ahora por otras vías. Esas condiciones dependían de la presencia de las tropas estadounidenses en el aeropuerto que han garantizado que nuestra operación de evacuación, así como la de nuestros socios y aliados haya podido
llevarse a cabo de manera segura durante estas semanas. Su retirada hace inviable poder continuar con el operativo de esa manera. Esta es una de las evacuaciones más complejas que la comunidad internacional ha tenido que gestionar desde la crisis
de Berlín de 1948 por la extrema dificultad de las condiciones en las que se



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ha llevado a cabo, por el tiempo récord en que fue montada, pero, sobre todo, por su objetivo. Nuestra consigna ha sido y sigue siendo clara en todo momento: no dejar a nadie atrás.


La razón de haber tenido que organizar con tan poco tiempo es que nadie preveía el hundimiento del Gobierno afgano en cuestión de días. Las previsiones realizadas por la comunidad internacional, incluyendo la OTAN y la Organización de las
Naciones Unidas, eran que a pesar de la retirada estadounidense las autoridades afganas tenían la capacidad de resistir a los talibanes al menos durante meses. Había datos objetivos que apoyaban esta previsión. El ejército afgano contaba
oficialmente con unos 300 000 efectivos y con el apoyo de una fuerza aérea con la que no contaban los talibanes. Frente a ellos, las fuerzas talibanes estaban estimadas en unos 75 000. Incluso al comienzo de la ofensiva talibán, las fuentes de
inteligencia descartaban que esta pudiera culminar tan rápidamente con la toma de Kabul. Como ejemplo, diversas fuentes indicaban a principios de agosto que la ofensiva talibán estaba perdiendo fuelle. El 11 de agosto, días antes de la caída de
Kabul, fuentes norteamericanas todavía evaluaban la capacidad de resistencia en tres meses. No fue así y hubo que adaptarse -y nos adaptamos- rápidamente a la realidad sobre el terreno.


En cualquier caso, ya en mayo pasado el Gobierno español se activó ante el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses. Tanto los veinticuatro efectivos militares como los dos intérpretes afganos que trabajaban con ellos en ese
momento salieron de Afganistán el 13 de mayo. El 11 de mayo se acordó firmar un memorándum con la Embajada de Estados Unidos que ha facilitado la evacuación por helicóptero de nuestro personal español hasta el aeropuerto de Kabul, firmado el 14 de
julio. Previamente, el 5 de julio, y ante la evolución de la situación en Afganistán, desde el Ministerio de Exteriores se actualizaron las recomendaciones de viaje para desaconsejar el desplazamiento en cualquier circunstancia, y el 15 de julio se
recomendaba a todos los españoles abandonar el país. Desde la embajada en la capital afgana se avisó uno por uno a los miembros de la colonia española para aconsejarles que salieran del país o no regresasen si ya estaban fuera, un mes antes de la
toma de Kabul. Por eso, en el momento en el que la situación se agravó drásticamente durante el fin de semana del 15 de agosto, únicamente quedaban en el país cinco españoles, aparte, evidentemente, del personal español de la embajada.


También en el mes de julio se tomaron iniciativas como la expedición de visados para facilitar que las personas vinculadas a la Embajada de España en Kabul y sus familiares que así lo deseasen pudiesen desplazarse a España. Así lo hicieron
dos miembros del personal de mantenimiento y sus familias a principios de agosto. En Madrid, también a principios de agosto, se mantuvieron reuniones interministeriales convocadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
para tener listo un operativo de evacuación del personal local de la embajada y otros grupos de personas que hubiesen tenido vinculación con España. La primera reunión del grupo técnico con todos los ministerios implicados fue convocada por
Exteriores el 10 de agosto. Se ha reunido al menos una vez diariamente hasta el fin de la evacuación. Los planes se aceleraron a partir del 14 de agosto, cuando la situación sobre el terreno cambió drástica e imprevisiblemente.


El primer avión desde España despegó la noche del 16 al 17 de agosto, pocas horas después de la caída de Kabul. Unas horas antes de ese despegue hablaba yo personalmente por teléfono con ustedes para darles detalles de esa operación y
ponerme a su disposición en adelante para aclarar cualquier duda sobre el mismo. Disposición que reitero públicamente aquí para este caso o para cualquier otro que pueda atañer a la defensa de España y de los españoles.


Hemos trabajado sin descanso en todos los frentes para asegurar una respuesta rápida y coordinada a la crisis, teniendo en cuenta también las necesidades de nuestros aliados y socios. En el frente político expuse en el Consejo de Asuntos
Exteriores extraordinario del pasado 17 de agosto, por indicación del presidente del Gobierno, que España se ofrecía como punto de llegada para las personas vinculadas al Servicio Europeo de Acción Exterior a la espera de tramitarse su asilo en
otros países de la Unión Europea. Este ofrecimiento fue unánimemente aceptado por las instituciones y los veintiséis Estados miembros restantes en una demostración de confianza en las capacidades de España; una confianza que se ha visto
justificada por los hechos. En Madrid, lo que se ha denominado mediáticamente el hub o centro de acogida para colaboradores del Servicio Europeo de Acción Exterior ha recibido más de 300 personas, de las que España se ha comprometido a acoger a 50.
Como dijo de manera muy bella la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en su visita con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a este hub, España ha ofrecido con esta iniciativa un ejemplo del alma europea.


También participé en el Consejo extraordinario de la OTAN y hablé tanto con el secretario general de la Organización Atlántica como con mi homólogo estadounidense, el secretario de Estado Antony Blinken,



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con el objetivo de reforzar la cooperación sobre el terreno y de cara a las evacuaciones. El pasado 23 de agosto firmamos un memorándum con Estados Unidos para la acogida temporal de afganos protegidos por Estados Unidos en la bases de Rota
y Morón antes de su desplazamiento a Estados Unidos. Este dispositivo permite albergar hasta un máximo de cuatro mil personas durante un tiempo máximo de catorce días.


Más allá de las evacuaciones, España no ha querido dejar de prestar atención a lo que estaba pasando en Afganistán. Hemos impulsado dos declaraciones sobre los derechos humanos de las mujeres y las niñas en Afganistán, principales
amenazadas en estos momentos. La primera, en el marco de la Unión Europea y a la que se han sumado otros países como Estados Unidos, Canadá, Senegal y Argentina, solo por dar una visión de la amplitud, además de todos los países de la Unión
Europea. La segunda, en el Consejo de Derechos Humanos de manera conjunta con Australia.


Pero ha sido en el frente humano y consular en el que hemos centrado nuestras mayores energías con el despliegue de una operación de evacuación inédita en la historia de España. Permítanme exponerles la magnitud de este esfuerzo. Hemos
desplazado a sesenta y dos personas a Kabul, incluyendo cincuenta y siete militares y cinco aviones para asegurar un puente aéreo continuado. Todo el Estado y la Administración pública se han volcado en esta operación. Desde entonces, 2206
personas, principalmente afganos que han colaborado con España han aterrizado en Torrejón en diecisiete vuelos, once de España y seis del Servicio Exterior de la Unión Europea. Hemos seguido un esquema de repatriaciones que podríamos denominar
escalonado. En primer lugar, repatriamos a los españoles en Afganistán, un total de cinco personas que fueron evacuadas en el primer vuelo fletado. Todo el personal de la embajada, ya fuese empleado directamente o subcontratado, ha sido totalmente
evacuado en este dispositivo. Seguidamente, priorizamos a nuestros colaboradores afganos y a sus familias, evacuando a más de mil de ellos. Nuestro compromiso y nuestra solidaridad no han sido únicamente con nuestros ciudadanos y nuestros
colaboradores afganos y sus familias en un sentido amplio, hijos, cónyuges, ascendientes dependientes y hermanas solteras, desde el primer momento hemos tenido claro que esta no era una operación que pudiéramos ver únicamente en clave nacional, era
una prueba del compromiso y la responsabilidad de España con sus socios y sus aliados. Por ello, también hemos evacuado a personal local que ha colaborado con la Unión Europea durante estos años y a personal colaborador de Estados Unidos y de la
OTAN. Pero hemos querido ir más allá, demostrado que siempre se puede contar con la solidaridad de los españoles. Así, hemos evacuado también a personas en situación de riesgo específico, minorías de todo tipo, cargos públicos, activistas y
defensores de los derechos humanos. Pienso, por ejemplo, en Nilofar Bayat, deportista paralímpica afgana, en la primera alcaldesa de Afganistán o en la que fue en su momento la diputada más joven del Parlamento afgano. Muchas historias de vida,
muchas personas que comparten nuestros valores y muchas personas que estaban en peligro por distintos motivos.


Detrás de todo esto ha habido un dispositivo muy complejo que ha trabajado en perfecta coordinación en todas sus fases con la consigna de traer al mayor número de gente en el menor tiempo posible. En la selección de las personas se ha
llevado un cuidadoso cribado de seguridad, en colaboración tanto con el Ministerio del Interior como con el Centro Nacional de Inteligencia. Posteriormente, y una vez realizadas las comprobaciones, se procedía a enviar por teléfono, correo
electrónico, y especialmente mensajes de wasap un mapa del punto al que acudir, un mensaje con las indicaciones a seguir en español, en inglés y en dari, y el certificado español que permitía acceder al aeropuerto. Una vez llegados a los controles
en las afueras del aeropuerto, los afganos, haciéndose ver con banderas o gritando España, eran identificados por los GEO o por los militares españoles a la entrada. A la llegada, el personal de la embajada verificaba la información, contrastaba su
inclusión en las listas, sus documentos, hacía entrevistas para los casos dudosos y llamaban a las autoridades encargadas en Madrid para verificar la identidad de las personas y recabar cualquier dado que pudiera ser útil. Durante la escala en
Dubái se hacía una última verificación de las personas evacuadas. Una vez pasado este último filtro, los nacionales afganos eran conducidos a una zona habilitada en la base militar donde se les proporcionaban productos básicos como mantas o
alimentos y se les atendía hasta el despegue.


La logística aérea puesta en marcha ha permitido maximizar la frecuencia de vuelos y el ritmo de la evacuación. Esta ha consistido en el establecimiento de un doble puente aéreo: uno, de Kabul a Duábi y otro de Dubái a España. Tomando
como base de operaciones Dubái, cinco A400 blindado, avión, por cierto, que se ensambla en la FAL de Sevilla, son los que han llevado a cabo la evacuación desde Kabul a Emiratos, país al que quiero agradecer hoy y aquí su apoyo. En la base militar
de Alminar, en Dubái, los



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evacuados hacían trasbordo a los aviones de Air Europa. En total, se han llevado a cabo diecisiete vuelos desde Kabul y once desde Dubái. De esta manera hemos conseguido minimizar los tiempos del vuelo y permitir una mayor rotación de
aviones en Kabul. Los vuelos de España han sido, junto a los de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Turquía, los que han salido con un mayor número de pasajeros. En la práctica totalidad de los vuelos los aviones iban al máximo de su
capacidad. Otro dato importante que quiero resaltar. El embajador de España, junto con los de Estados Unidos, Reino Unido, Turquía y Francia han sido los únicos que han permanecido en Kabul al frente de esta operación hasta su retirada el último
día, quedando las representaciones de otros países a menor nivel.


Todo lo anterior no hubiera sido posible sin la extraordinaria cooperación entre administraciones: Exteriores, Defensa, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Sanidad y Presidencia, y todo ello bajo la presidencia y dirección del
presidente del Gobierno, pero también de las comunidades autónomas y ayuntamientos que se han ofrecido para acoger a ciudadanos afganos. Hemos visto las imágenes de estos días en las que la palabra España se ha convertido en un sinónimo de
esperanza para cientos de afganos. En definitiva, señorías, España ha estado a la altura de las circunstancias y ha sido un ejemplo de los valores europeos de solidaridad, de compromiso y de igualdad. Quiero expresar aquí mi orgullo como español y
como ministro por lo que entre todos hemos hecho.


Señorías, todos hemos visto las durísimas imágenes de estos últimos días y la amenaza que representa el régimen talibán para los derechos humanos de los afganos, muy especialmente para las mujeres y las niñas. En 2001 Afganistán era un país
asolado por más de treinta años de guerra continua. Toda la comunidad internacional se volcó en su reconstrucción. A este esfuerzo contribuyó decisivamente España. Cuando llegamos a Badghís, la provincia de la que nos hicimos cargo en 2005, la
región era la segunda menos desarrollada del país. En menos de diez años conseguimos que la provincia ascendiera al segundo puesto entre las provincias afganas en calidad de servicios públicos. Construimos 160 kilómetros de carreteras, equipamos
el primer hospital provincial de Badghís, construimos siete clínicas rurales, desarrollamos una red de agua y saneamiento en la capital, construimos tres institutos de educación secundaria, uno de ellos femenino, seis escuelas rurales para 20 000
niños y niñas y desarrollamos proyectos de alfabetización y empoderamiento económico de las mujeres. Quiero aquí reconocerá la extraordinaria labor de los más de 25 000 miembros de las Fuerzas Armadas, sin los cuales todo esto no hubiera sido
posible. No podemos resignarnos a que esto sea un paréntesis en Afganistán.


Gracias a esos esfuerzos la sociedad afgana no es la misma que hace veinte años. Con respecto a cuando llegamos, el PIB por habitante del país se ha prácticamente doblado, la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad y también se ha
reducido a la mitad el número de niños con malnutrición y el riesgo de muerte en el parto. Casi la mitad de la población afgana tiene hoy acceso a servicios sanitarios muy por encima del 25 % de comienzos de siglo. Hay hoy 8 millones de niños más
en las escuelas afganas que en 2001. La proporción de niños cursando la educación secundaria ha pasado del 12 % al 55 %. En 2001 Save the Children calculó que tan solo un 5 % de las mujeres estaban alfabetizadas. Hoy esa cifra es del 30 %. Antes
de que llegáramos, el número de niñas recibiendo escolarización era prácticamente del 0 %, prácticamente inexistente. En 2018 esa cifra llegaba al 80 %. Todo esto es lo que está en riesgo hoy en Afganistán y por lo que continuaremos luchando para
preservarlo en los próximos tiempos.


En estas circunstancias sepan sus señorías que vamos a seguir reflexionando, trabajando y colaborando con nuestros socios, aliados y amigos en el mundo para mantener una vigilancia estrecha sobre todo lo que suceda en Afganistán, impulsando
una respuesta coordinada y firme. Como ya he manifestado anteriormente, el Gobierno no se plantea, por supuesto, reconocer al nuevo régimen impuesto por la fuerza. La reflexión que habrá que hacer con nuestros socios y aliados es si hay que
desarrollar contactos operativos con las autoridades de facto con tres objetivos: sacar del país a los afganos que han ayudado a España en su labor de cooperación durante el tiempo que duró nuestra presencia en el país; poder trasladar ayuda
humanitaria siempre en beneficio exclusivo de la población y garantizar el respeto de los derechos humanos de la población afgana y muy especialmente de las mujeres y niñas afganas.


Termino aquí esta exposición sobre la situación en Afganistán que en gran parte justifica mi comparecencia a petición propia hoy ante ustedes. Sé que ha sido exhaustiva, pero creo que, como representantes de la soberanía nacional, sus
señorías merecen conocer los pormenores.


Una vez detallada la situación en Afganistán, permítanme ahora que pase a exponer las líneas principales de la acción exterior que impulsaré como ministro, el contexto actual y las acciones que he llevado a cabo en estos cuarenta y nueve
días como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.



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Estas líneas y estas acciones que desarrollo y desarrollaré han de tener necesariamente en cuenta el contexto internacional que vivimos, marcado por la lucha contra la pandemia y la recuperación económica, ello en el marco de un cambio
profundo de nuestro modelo económico y social por la revolución digital y la emergencia climática. Ambos fenómenos tienen el potencial de desestabilizar el escenario internacional, creando nuevas crisis y agravando las existentes. La pandemia del
coronavirus es la mayor crisis sanitaria producida en cien años y un ejemplo de cómo la seguridad de todos en nuestro mundo se puede jugar muchas veces en el territorio de uno solo.


Quiero rendir homenaje a todas las personas que durante los peores meses de la crisis estuvieron en sus puestos de trabajo poniendo su vida en riesgo para mantener los servicios esenciales: el personal sanitario, los policías, los
trabajadores y trabajadoras de los servicios de limpieza y de los supermercados, los transportistas y todo el personal diplomático y de nuestra red consular que trabajó para poder facilitar que los españoles que se encontraban en el exterior
pudieran regresar a casa. La sociedad española ha demostrado una vez más su solidaridad y su calidad humana en los momentos más difíciles.


Con el paso de los meses, y el avance en el proceso de vacunación, creo que ha pasado suficiente tiempo para analizar la situación con un cierto optimismo. Hemos desarrollado, producido e inyectado varias vacunas eficaces en un tiempo
récord. Esto no hubiera sido posible sin el programa de compras conjuntas de vacunas de la Unión Europea. Hoy en día la Unión Europea es la región del mundo con mayor tasa de vacunación y los países europeos estamos entre los primeros del mundo en
proporción de población vacunada. Como digo, entramos ahora en una situación de mayor optimismo marcada por la recuperación y hablar de recuperación exige hablar del Plan de Recuperación de la Unión Europea. No puedo incidir lo suficiente sobre
cómo de significativo es, puesto que es la primera vez que se emite deuda conjunta, algo que resultaba inconcebible hace apenas un año.


La respuesta ante esta crisis sin precedentes no puede ser más diferente a la que se dio en la crisis de 2008 cuando la austeridad agravó la crisis y debilitó el proyecto europeo. España, segundo mayor receptor del fondo, con 69 500
millones en transferencias, ha recibido este mismo mes 9000 millones de euros de la Unión y esperamos recibir otros 10 000 antes de finales de año. Este dinero financiará las reformas e inversiones necesarias para reforzar la economía española allí
donde más se necesita de cara a la transición ecológica, a la digital y a una economía más inclusiva.


El Plan de Recuperación y Resiliencia del Gobierno prevé que estos fondos sirvan, entre otros, para apoyar a más de 3000 empresas para su internacionalización, formar a 2,6 millones de personas en competencias digitales, promover el sector
turístico sostenible, construir más de 300 kilómetros nuevos de ferrocarril o expandir el parque móvil de vehículos hidroeléctricos hasta los 250 000 en 2023. No buscamos meramente la recuperación, queremos una transformación profunda del país.
Este es el contexto en el que he asumido la dirección del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.


Quiero exponerles las acciones más relevantes que he llevado a cabo durante mis cuarenta y nueve días como ministro. En este mes y medio largo he llevado a cabo una remodelación del ministerio y he recuperado la Secretaría de Estado para
Iberoamérica a la que se añade el título y el Español en el Mundo. Esta decisión pone de relieve la particular importancia que el mundo iberoamericano tiene para la política exterior de España y la particular importancia que daré en mi acción,
dando visibilidad al español como gran patrimonio cultural de Iberoamérica que nos define y nos sitúa en el mundo. De esta manera, el ministerio queda configurado en cuatro secretarías de Estado: la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y
Globales; la Secretaría de Estado para la Unión Europea; la Secretaría de Estado para Iberoamérica, el Caribe y el Español en el Mundo y la Secretaría de Estado de Cooperación. Al frente de ellas he nombrado un equipo paritario de dos hombres y
dos mujeres. He nombrado embajadores en países clave para España como Reino Unido e India, que llevaban varios meses vacantes por la jubilación del anterior titular. También he designado al nuevo presidente de Casa de América en un ejemplo de
colaboración institucional con la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, que también se puso de manifiesto con la exitosa candidatura del eje Prado-Recoletos para ingresar en la lista de patrimonio mundial de la Unesco y que demuestra que, cuando las
distintas fuerzas políticas se suman a una política de Estado, esto redunda en beneficio de España y de los españoles.


También he querido mostrar mi compromiso con todo el personal de nuestro servicio exterior. En esa línea, mi primera decisión como ministro fue facilitar la vacunación de todo el personal del servicio exterior y sus familias para evitar
cualquier situación de desigualdad o discriminación hacia los trabajadores al servicio de España por el hecho de encontrarse en el extranjero.



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Más allá de los asuntos internos del ministerio, he mantenido una intensa agenda de contactos políticos y de llamadas con mis homólogos de más de quince países, incluyendo Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos, así como representantes
de la Unión Europea, como el vicepresidente de la Comisión Maroš Šefcovic, el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, el alto representante de la Unión Europea o la secretaria general iberoamericana. Como he mencionado
anteriormente, en el contexto de la coordinación de la cooperación de evacuación en Afganistán, he hablado con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, y con el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell.


Mi primer viaje de trabajo fue al Reino Unido, al día siguiente de que se publicara el mandato para la negociación del acuerdo Unión Europea-Reino Unido sobre Gibraltar. Reino Unido es, además, nuestro quinto socio comercial en el mundo y
uno de nuestros principales interlocutores fuera de la Unión Europea. Abordamos todas las cuestiones de la agenda bilateral y convinimos en la importancia de reforzar el diálogo bilateral, una vez que han abandonado la Unión Europea. Mi primer
viaje a un país miembro de la Unión Europea fue a nuestro vecino y hermano Portugal. La relación con Portugal, con quien compartimos una doble identidad, europea e iberoamericana, es clave para España. Abordé con mi homólogo prioridades como la
cooperación transfronteriza, la lucha contra la despoblación a ambos lados de La Raya o las interconexiones, así como la celebración de la próxima cumbre entre nuestros países. Asimismo, acompañé a su majestad el rey para asistir a la toma de
posesión del presidente Castillo y allí tuve reuniones bilaterales con mis homólogos de Argentina, Chile y Brasil y pude hablar con todos los demás.


Al acabar esta comparecencia me dirigiré inmediatamente a recibir al ministro de Exteriores esloveno, Anže Logar, que visita España en el marco de su presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y con el que abordaré las principales
prioridades europeas durante este semestre de su presidencia: vacunación, Fondo de Recuperación y asuntos migratorios.


Ha sido una de mis prioridades estrechar relaciones con Estados Unidos, como socio y amigo clave que es, durante estos cuarenta y nueve días. He mantenido dos llamadas telefónicas con el secretario de Estado, Antony Blinken, en las que
hemos abordado la situación en Afganistán, por supuesto, pero también los desafíos globales, el cambio climático e Iberoamérica. Hemos identificado puntos de posible cooperación que fueron desarrollados en la llamada que mantuvo el presidente del
Gobierno con el presidente Biden. La coordinación con Estados Unidos ha sido esencial, y quiero subrayarlo aquí, para garantizar la operación de evacuación de Afganistán, como demuestra la firma del memorándum sobre Rota y Morón. El papel de
España ha sido reconocido públicamente por el presidente Biden, por la Casa Blanca, por el Departamento de Estado y por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos en comunicados públicos.


Desde el ministerio también hemos trabajado junto a Presidencia y Sanidad para poner en marcha el dispositivo de envío de vacunas a otros Estados dentro del Plan de acceso universal de vacunas. Hemos realizado ya entregas por valor de 2
millones de dosis desde principios de agosto, incluyendo a Paraguay, Guatemala, Ecuador, Perú, Nicaragua, Bolivia, Costa Rica, Surinam, Jamaica, Argentina y Honduras. Vendrán más si nuestros hermanos latinoamericanos los necesitan.


También hemos mostrado nuestra solidaridad con nuestros socios mediterráneos, Grecia y Turquía, en momentos muy difíciles para ellos por los incendios a través del mecanismo europeo de protección civil. El ministerio que dirijo, junto con
los de Defensa y Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha coordinado el despliegue de doce hidroaviones y un contingente especializado en Turquía, así como de un avión y una dotación de la UME en Grecia.


Visto el contexto y mis primeros pasos al frente del ministerio, quiero exponerles las prioridades de lo que será la acción exterior de España. Estas líneas parten de una premisa básica: no hay política más central y más importante para
los españoles que la política exterior en sentido amplio.


Las vacunas contra la COVID que nos ponemos, la moneda que usamos, la seguridad diaria de la que disfrutamos, la lucha contra la inmigración irregular y la lucha contra el cambio climático son todas ellas consecuencia de una decisión y una
acción consciente y decidida no solamente por España, no solamente por un único país en el mundo por muy poderoso que sea, sino por un conjunto de socios y aliados que tenemos dentro de la Unión Europea y el mundo. Para hacer frente a todos esos
retos solo nuestra acción exterior puede dar respuesta junto a nuestros socios, aliados y amigos en el mundo.


La respuesta a la COVID y el hub desplegado en Torrejón muestran cómo de importante es la solidaridad y la cohesión europea en los momentos de crisis, en los momentos donde nos la jugamos



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como sociedad. La primera de las líneas, y la que más impacto tiene sobre los españoles, es la política europea. Europa no es una dimensión más en la acción exterior de España, sino una realidad integrada en la propia identidad española.
Ser español es ser europeo y por ello, al igual que la política exterior o, más aún si cabe, la política europea de España ha de ser, y les invito a que se sumen a ello, una política de Estado.


Teniendo en cuenta la evolución mundial que he descrito anteriormente, solo o a través de la integración europea y la puesta en común de nuestras soberanías los Estados europeos podemos defender ese modelo y me refiero a cuestiones clave
para el bienestar de los españoles como los estándares alimentarios mundiales, las normas medioambientales y la protección de sus datos personales. Todo eso está en juego.


El objetivo, con la vista puesta en nuestra presidencia del segundo semestre de 2023, es avanzar hacia una Unión Europea fuerte que no deje a nadie atrás. En primer lugar, necesitamos una Europa más social, con más capacidades estratégicas
y que defienda nuestros valores dentro y fuera de la Unión. Tenemos que seguir avanzando en una Unión cada día más social y seguir construyendo sobre los cimientos de Gotemburgo y Oporto hasta nuestra presidencia en 2023. El pilar europeo de
derechos sociales tiene que pasar a ser en los hechos y en el derecho un pilar fundamental de nuestra Unión. Reforzar este gran éxito que supone la Unión Europea supone también completar algunos logros de la construcción europea que siguen
incompletos: la Unión Económica y Monetaria y la política común de migración y asilo, a la vez que afrontamos nuevas prioridades como la unión sanitaria europea.


En segundo lugar, hay dos prioridades en las que la Unión debe, si quiere consolidar un liderazgo a nivel mundial, centrarse: la lucha contra el cambio climático y la revolución digital, esto es, el Pacto Verde para proteger nuestro planeta
de la emergencia climática y la Agenda Digital para mantener la competitividad de nuestras economías. Una de nuestras principales tareas será asegurarnos de que todos los europeos participen de los beneficios de la transición verde digital. Hay
que avanzar también por el camino de una mayor democratización de la Unión y completar la construcción institucional. Dentro de las reformas institucionales, crisis como la de Afganistán muestran la necesidad de reformar la política exterior y de
seguridad común.


Por último, me referiré a Gibraltar. El pasado mes de julio la Comisión presentó un borrador de mandato para la negociación de un acuerdo Unión Europea-Reino Unido sobre Gibraltar. Aunque únicamente es una posición de partida de la Unión
Europea para la negociación, el texto es muy positivo para los intereses de España en Gibraltar. En los próximos meses seguiremos la negociación muy de cerca. El acuerdo final deberá contar con el consentimiento previo de España y puedo
asegurarles que nuestro país solo aceptará un acuerdo que proteja adecuadamente nuestros intereses y nuestra posición sobre la soberanía.


Señorías, el debate público que generan en nuestro país y en otros países situaciones como las elecciones en noviembre en Nicaragua, las manifestaciones recientes en Cuba, la posible negociación en Venezuela, la constituyente chilena o la
situación social en Colombia muestran que los españoles nos sentimos directamente afectados, y es correcto ese sentimiento, por lo que ocurre en Iberoamérica. Creo que esto refleja que si una cara de la moneda de la identidad española es la
europea, la otra es la iberoamericana. Estoy convencido de que hay una manera iberoamericana de ser y estar en el mundo y de que ningún ciudadano iberoamericano se siente extranjero en otro país iberoamericano. Es un legado que hemos recibido, que
enriquece nuestro país y que refuerza nuestra posición e influencia en el mundo. Por eso, todos los países de América Latina son igualmente importantes para mí, independientemente de su tamaño o de su peso económico porque lo son para España y los
españoles.


Muy ligada a nuestra manera de entender nuestra relación con Iberoamérica es el español, que seguiremos promocionando en todos los campos. España tiene que ser el puente entre Iberoamérica y la Unión Europea, pero también tiene que intentar
acercar las distintas sensibilidades iberoamericanas. En la medida que sea posible, España tratará de acercar las posiciones de los distintos actores en una región que, al igual que el resto del mundo, tiende a estar cada vez más polarizada. A
corto plazo debemos centrarnos necesariamente en facilitar el acceso a la vacuna. El presidente del Gobierno anunció durante la última cumbre iberoamericana el compromiso de donar 7,5 millones de vacunas a Iberoamérica y, como les he señalado
anteriormente, estamos cumpliendo. A largo plazo debemos hacer frente a los desafíos regionales a los que se enfrenta la región, una región de renta media, lo que requiere apostar allí también por un futuro verde y digital, especialmente en los
ámbitos de la educación y el empleo. Estos elementos son insoslayables en una recuperación pospandemia.



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Naturalmente, gran parte de estos esfuerzos deberán hacerse a través de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Como encarnación política de esta comunidad, las cumbres iberoamericanas que, por cierto, cumplen tres décadas este año, son el
foro ideal para promover la respuesta iberoamericana a los grandes desafíos. Como prueba, el lanzamiento de nuestra campaña de donación de vacunas se realizó precisamente en la última cumbre en Andorra. Seguiré impulsándolas como espacios para
promover la Agenda Iberoamericana de la mano de la Secretaría General Iberoamericana. Quiero, ya que la quedan muy pocos días, el día 10 de septiembre se retira de ese cargo, agradecer y subrayar el inmenso trabajo que ha hecho Rebeca Grynspan al
frente de esa secretaría.


Tiene que estar claro que lo que queremos para los iberoamericanos son los mismos derechos y libertades de los que gozan los españoles, la capacidad de expresar libremente sus opiniones, de asociarse y de elegir a sus representantes
políticos, pero también una redistribución económica y una protección social como la que existe en España. Buscaremos alcanzar ese objetivo con el diálogo y nos concertaremos con nuestros amigos tanto en Europa como en América Latina cuando veamos
que el diálogo no da resultados.


Señorías, nuestros hermanos iberoamericanos pueden contar con nosotros para defender sus intereses en la Unión Europea y en el resto del mundo, igual que nosotros sabemos que podemos contar con ellos. Una manifestación especial de este
compromiso será seguir impulsando los acuerdos comerciales con Mercosur, Chile y Méjico.


Señorías, los acontecimientos de Afganistán y el uso de las bases de Morón y Rota, así como la conversación reciente entre el presidente del Gobierno y el presidente Biden o mis distintas conversaciones con el secretario de Estado Blinken
nos muestran que hoy más que nunca España debe permanecer al lado de sus aliados y, en especial, de Estados Unidos. Más allá de Afganistán tenemos una interlocución fluida a todos los niveles con la administración del presidente Biden y vamos a
seguir cooperando estrechamente con Estados Unidos en defensa de los valores que compartimos: la lucha contra el cambio climático, la reducción de las desigualdades, la imposición justa, la defensa de la democracia a nivel mundial y el
multilateralismo.


Otro ámbito esencial de esa cooperación es y seguirá siendo la OTAN. El próximo año celebraremos en Madrid la cumbre de la OTAN en la que se adoptará el nuevo concepto estratégico de la organización. Este documento será conocido de manera
muy gráfica como el concepto de Madrid. España utilizará esta cumbre para liderar los esfuerzos de la organización en su aproximación al sur y revitalizar el diálogo mediterráneo.


Por cercanía, por vínculos y por historia si hay una región que incide especialmente en el bienestar y la seguridad de España es el Mediterráneo y, en particular, el Magreb. Cada vez más nuestra prosperidad está ligada a la del norte de
África y Oriente Próximo, que es ya nuestro principal mercado fuera de la Unión Europea.


La reciente ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos y la crisis del Líbano nos muestran cómo de frágil puede ser la estabilidad en la zona y debe servirnos para redoblar nuestro compromiso con la prosperidad, la paz y la estabilidad
en la región.


Desde nuestra adhesión a las comunidades europeas hemos abogado por una política mediterránea que permita ir reduciendo paulatinamente las brechas socioeconómicas existentes entre la ribera norte y la ribera sur del Mediterráneo. Desde este
ministerio que dirijo trabajaremos en una doble faceta: por un lado, desde una perspectiva multilateral, revitalizando los procesos de integración y cooperación regionales como la Unión por el Mediterráneo o el Diálogo 5+5 del que España asume
precisamente este año la presidencia, así como la puesta en marcha de la nueva hoja de ruta de la política de vecindad de la Unión Europea y, por otro lado, en el plano bilateral una atención prioritaria para los países del Magreb. Una de mis
principales prioridades serán las relaciones con Marruecos y Argelia, países socios y amigos.


También quiero acompañar a Túnez en su proceso de consolidación democrática y contribuir a los esfuerzos por una solución política a la crisis en Libia. Por lo que respeta a Oriente Próximo, región en la que se originan algunos de los más
acuciantes desafíos de nuestra realidad cotidiana, trabajaremos por la paz y la estabilidad y por contribuir al desarrollo socioeconómico de la región.


España participa en la misión de las Naciones Unidas en Líbano, un país en extrema dificultad en estos momentos. Quiero reconocer la aportación a todo el personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desplegados allí. El pueblo libanés
debe saber que contará con España.


Señorías, el empeoramiento de la situación política y de seguridad en el Sahel es un recordatorio de que no podemos descuidar nuestra política exterior hacia África y, en concreto, hacia África subsahariana.



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La población de África representa en torno a 1300 millones de personas, pero está previsto que se doble hasta 2050. Esto nos da una idea de la magnitud y del desafío al que nos enfrentamos conjuntamente con los países de la región. Seguiré
impulsando la cooperación a nivel bilateral, pero también la prioridad que África debe recibir en la política exterior europea. Las relaciones de España con África son históricas y hoy el modelo de cooperación y colaboración de nuestro país con
Estados como Senegal o Mauritania, que van mucho más allá de la gestión de la migración y abarcan una pléyade de intereses, marcan un objetivo: el progreso económico y social de esos países.


Señorías, nuestra proximidad geográfica con el Sahel nos lleva a abordar retos compartidos en el ámbito del desarrollo, la inmigración, la lucha contra el terrorismo y los tráficos ilícitos. En el Sahel nos jugamos nuestra propia seguridad.
Mantenemos un especial compromiso con Mali, país clave para la estabilidad de la región y exigimos con la CDAO el cumplimiento de la hoja de ruta de la transición y la celebración de elecciones libres y transparentes en 2022. Hemos aumentado
nuestro apoyo a EUTM-Mali con un contingente de más de 500 soldados y tres helicópteros y estamos participando en la extensión regional de la misión a Níger y Burkina Faso. Pero la victoria frente al terrorismo no podrá alcanzarse solo por medios
militares, sino también con desarrollo y buen gobierno. Con este triple objetivo he asumido como ministro la Presidencia de la Asamblea General de la Alianza del Sahel. España continuará involucrada en el desarrollo y la seguridad de África
subsahariana también desde el cuerno de África, donde liderábamos la operación EU Navfor Atalanta y en Mozambique, donde acabamos de apoyar la creación de una misión europea que habrá de desplegarse antes de final de año.


Señorías, creo que la crisis de Afganistán es un elemento más que indica que España no puede permitirse no estar presente en todas las regiones del mundo. España tiene que tener una voz y una opinión en todos los temas relevantes de la
agenda internacional, tanto individualmente como influyendo en la formación de la posición de la Unión Europea. El mundo actual se ve marcado por la posición y aparición de potencias emergentes cuyo peso demográfico se ha empezado a traducir
rápidamente en una clara influencia internacional -India, Nigeria, Indonesia- que se unen a países con los que tenemos consolidados vínculos económicos y diplomáticos -Japón, Corea del Sur-. España tiene que pensar en esos países en los que
reforzaremos nuestra presencia política y diplomática en los próximos años.


Me preocupa el aumento de entradas irregulares a partes de nuestro territorio, en particular Canarias, que tendrá también una parte importante en la acción exterior de España. Durante los próximos años seguiré aplicando el modelo que creo
que da los mejores resultados: cooperación y diálogo con los países de origen y tránsito, lucha contra las causas profundas de la migración y combate contra las mafias de traficantes de seres humanos. La migración es un fenómeno global y duradero
que debemos gestionar con inteligencia y con humanidad. La importancia e influencia de China trasciende evidentemente las lógicas regionales, hoy en día es un actor esencial en la respuesta global a desafíos conjuntos como el cambio climático, la
protección de la diversidad o la salud pública. No podemos entender un orden internacional sin China con quien tenemos buenas relaciones y un alto nivel de interlocución, a pesar de que también tenemos diferencias. Sin embargo, esta necesidad de
cooperación en lo económico y en los principales asuntos de la agenda global debe partir de la base de que defendemos modelos diferentes. Nuestra relación con Rusia se halla incardinada en los principios que articula la relación de la Unión Europea
con este país y que contempla la posibilidad de mantener un diálogo selectivo en áreas de interés común -como la lucha contra el cambio climático, lucha contra el terrorismo o la situación en Oriente Medio- al tiempo que nos mantenemos firmes ante
cualquier violación del derecho internacional. Para España es fundamental que tengamos un diálogo claro y bien definido a través de la Unión Europea. Por supuesto, España continuará apoyando el respeto a la soberanía e integridad territorial de
Ucrania y apoyando las aspiraciones democráticas del pueblo bielorruso.


La crisis de Afganistán, el mecanismo Covax para la entrega de vacunas demuestran que multilateralismo es hoy más importante que nunca. No quiero olvidarme de cuánto se beneficia España de un orden multilateral fuerte y predecible. Los
recientes incendios en el Levante, en Cataluña, en Ávila, en el Mediterráneo y las temperaturas máximas que sufrimos este verano son síntomas de una emergencia climática que no podemos abordar si no es a través de un multilateralismo eficaz. La
preservación y reforzamiento del orden multilateral -ya sea en el marco de las Naciones Unidas, del G-20 o de otras organizaciones multilaterales- es una prioridad política y de seguridad nacional. La ausencia de este marco, que lleva
necesariamente acciones multilaterales, multiplica las crisis y es uno de los grandes desafíos que observamos en la esfera internacional. Un paso fundamental debe ser revitalizar aún más Naciones Unidas para adaptarla a los nuevos tiempos, y por
ello apoyamos la reelección del secretario



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general António Guterres. Promoveré la presencia institucional de España en la organización con una atención especial a nuestra candidatura al Consejo de Seguridad para el bienio 2031-2032. Apoyaremos además a los organismos de Naciones
Unidas con sede en España, como el centro de comunicaciones de Quart de Poblet o la Organización Mundial del Turismo, de la que inauguraremos en Madrid una nueva sede lo antes posible. España ya ha anunciado su candidatura para un tercer mandato
como miembro del Consejo de Derechos Humanos en el periodo 2025-2027.


Actuaremos a favor de las labores de los defensores y defensoras de los derechos humanos a través del Programa de acogida temporal de defensores de derechos humanos en situación de riesgo, extendido ya a más de 380 personas. El liderazgo en
España en la igualdad de género está fuera de toda duda. Hemos suscrito, entre otras iniciativas, la Plataforma de Acción de Beijing, el Convenio de Estambul, el Commitment 20-25 y la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad. Estamos trabajando en el
impulso de la transición ecológica justa y sostenible para lo que España participará activamente en la COP26, que se va a celebrar en Glasgow en noviembre y continuará con los compromisos y conclusiones suscritos durante la COP25 que se celebró
exitosamente en Madrid. Asimismo, participamos en la COP15 sobre Biodiversidad prevista para el mes de octubre en Kunming.


La cooperación española como reflejo de nuestra solidaridad debe ser algo que marque nuestra acción exterior. Señorías, el reciente terremoto en Haití, país al que acabamos de enviar treinta toneladas de ayuda humanitaria pone en evidencia
cuán necesaria es la cooperación para contribuir al bienestar de muchos países de la comunidad internacional. Por ello, una de las principales expresiones de nuestro compromiso con el multilateralismo y con la idea de contribuir a hacer un mundo
mejor es la cooperación española. Este es el momento de la cooperación, tanto nivel mundial -en el marco de la respuesta ante la triple crisis: sanitaria, económica y social desencadenada por la pandemia de la COVID-19- como en España. Tiene que
ser una cooperación que promueva los derechos de las mujeres y su participación efectiva en el desarrollo de su país, como en el caso de Afganistán. Para que a los españoles les vaya bien dentro, les decía, que tenemos que hacerlo bien fuera, pero
en el contexto actual cabe añadir también que para que a los españoles les vaya bien dentro es indispensable que a nuestros socios les vaya también bien. Es difícil pensar en un momento histórico en el que nuestros intereses y nuestros valores se
encuentren más alineados.


La cooperación no es caridad, es una política pública que trata de dar respuesta a los problemas globales del planeta para lo que se requiere un esfuerzo coordinado entre países. La cooperación es y debe ser una verdadera política de
Estado, forma parte de nuestros valores y de lo que aspiramos a ser y a representar como país. La prioridad número uno en estos momentos es la vacunación. La contribución a Covax de 175 millones de euros y 22 millones de vacunas representa el
compromiso de España con este esfuerzo mundial para erradicar la pandemia. España es el tercer mayor donante de vacunas a nivel mundial de la Unión Europea y principal donante europeo a América Latina y Caribe. Este es también el momento de la
cooperación española. España debe tener un sistema de cooperación moderno, eficaz, que alcance los objetivos de la Agenda 2030. Necesitamos reformar el sistema de cooperación para el desarrollo para adaptarlo a los nuevos retos y a la realidad
internacional más de dos décadas después de la Ley de 1998.


Vamos a trabajar con todos ustedes, con todos los grupos políticos para avanzar en una reforma profunda y ambiciosa en nuestro sistema de cooperación. Agradecemos el valioso trabajo de la Comisión de Cooperación del Congreso y su informe,
que nos parece una base muy sólida para preparar una nueva ley de cooperación que se adapte y esté a la altura de los tiempos.


Señorías, con la operación de evacuación en Afganistán queda demostrado que la política exterior del ministerio será siempre una política que tenga en el centro la protección de los españoles en el exterior. Tenemos una de las comunidades
más globales del mundo, según el INE a comienzos de 2021 había más de 2,5 millones de españoles residiendo en el exterior. Son una extraordinaria fuente de diversidad y riqueza para nuestro país, cada uno de ellos es un embajador de todo lo bueno
que ofrecemos como país y como sociedad; también nuestras empresas, actores claves en la prosperidad de España y en la creación de empleo de calidad. Para proteger y asistir sus intereses hemos desarrollado una de las redes consulares más
extensas, garantistas y eficientes, pero todavía tenemos trabajo por hacer.


Mi objetivo es que los españoles puedan sentirse como si estuvieran en casa cuando vayan a renovar el pasaporte, a inscribir a sus hijos o a casarse a un consulado. También los extranjeros, para quienes muchas veces es su primer contacto
con España. Quiero una red consular que muestre el exterior lo mejor de la Administración española. Por ello, estoy lanzando la digitalización de los consulados con más de 60



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millones de euros de inversión europea. Revisaremos la dotación de los consulados e intentaremos corregir las deficiencias allí donde se identifiquen; crearemos además un sistema de evaluación del rendimiento de los consulados generales
del que deberán responder sus jefes de visión; me interesaré personalmente por los casos consulares más graves -como he hecho desde que soy ministro de Asuntos Exteriores con el caso, por ejemplo, de Juana Ruiz con mi homólogo de Israel y el de
Pablo Costas, que precisamente ayer fue puesto en libertad en Yemen- y les garantizo que los servicios del ministerio seguirán muy de cerca estas situaciones. Todas estas iniciativas se enmarcarán dentro de los esfuerzos por dar una nueva
orientación al servicio exterior de nuestro país.


Como diplomático de carrera que soy, sé perfectamente que la política exterior solo puede desarrollarse en condiciones si hay detrás una maquinaria eficiente y engrasada que la impulse. Tengo la suerte de tener a mi cargo a un excelente
equipo humano de 5500 personas, a las que quiero reconocer públicamente hoy aquí su labor. No obstante, las tendencias y las dinámicas de la acción exterior de nuestro país, similares a las del resto de países, aconsejan un mayor énfasis en
criterios como la especialización o el conocimiento de idiomas en los puestos donde se desarrolle.


Culminaré lo antes posible el traslado del ministerio a su sede histórica en Marqués de Salamanca, conservando por supuesto el que es el verdadero referente histórico, el Palacio de Santa Cruz, y nos trasladaremos allí después de diecisiete
años fuera. Esta sede -completamente renovada y modernizada- permitirá que el ministerio funcione más eficientemente, al permitir instalarse en él a la práctica totalidad de sus servicios, que ahora se hallan diseminados en varias localizaciones.


Señorías, si hubiera un mensaje con el que querría que se quedaran tras esta comparecencia sería el siguiente: quiero una política exterior de Estado, respaldada por hechos, respaldada por acciones y que tenga como prioridad la defensa de
los intereses y valores de los españoles. Y quedo por supuesto, como he hecho desde que soy ministro, a su disposición para cualquier pregunta que quieran plantearme. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor ministro.


A continuación, hacen uso de la palabra los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, comenzando por los autores de las iniciativas, por un tiempo de doce minutos. Por tanto doy en primer lugar la palabra por el Grupo Parlamentario
Ciudadanos a la señora Martínez Granados. Tiene la palabra.


La señora MARTÍNEZ GRANADOS: Muchísimas gracias, presidente.


Bienvenido, ministro, a la Comisión de Exteriores, a la que esperamos que acuda con asiduidad para tratar los temas que hoy ha esbozado, pero de los que tendremos que hablar en el futuro bastante. En primer lugar, he de decirle -previamente
a entrar en el asunto que hoy creemos que es el más importante, que es el de la evacuación de Afganistán- que nos parece que acumular tantísimas comparecencias en un día como hoy, que el tema central tendría que ser el de Afganistán -que es por lo
que se votó en la Diputación Permanente de la semana pasada su comparecencia-, es negativo. Es negativo porque al final tenemos muy poco tiempo para debatir, no da tiempo para responderse a todas las preguntas, y creemos que esto debería haberse
hecho en otra sesión; aunque, como usted no había realizado la primera comparecencia que se suele hacer cuando uno es nombrado como ministro, entendemos que quiera tocar algunos asuntos. Con lo cual, que quede dicho.


Hablando de Afganistán, mi grupo parlamentario -como no puede ser de otra manera- quiere dar las gracias a todos los profesionales de las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a todo el personal la Embajada de
España en Kabul, en especial al embajador Gabriel Ferrán por el liderazgo que ha mostrado y por el trabajo que ha hecho y, como usted bien ha dicho, por haberse mantenido allí en su puesto hasta el último momento para terminar de coordinar los
últimos vuelos de la evacuación. Y, en este sentido, también queremos sumarnos al reconocimiento expresado por el ministro y esperamos que acepte nuestra petición de condecorar a estas personas mediante un reconocimiento con distintivos rojos por
su heroicidad, como ya hemos pedido formalmente en esta Cámara. No solo deben ser palabras, como usted bien ha dicho, sino también hechos que respalden el trabajo y el riesgo en que han puesto su vida todas estas personas, y creemos que sería algo
muy importante para ellos.


Además de darle la bienvenida, como ya he hecho, queríamos decirle que creemos que cuando se tratan estos asuntos aquí, tanto en la Comisión como en el Pleno, son política. También esta cuestión de la evacuación es parte de la política,
pero en la política no vale todo. Y digo esto porque queremos agradecer y reconocer el trabajo que se ha hecho; la evacuación ha sido positiva, se ha podido hacer una evacuación en tiempo récord pese a los muchísimos problemas que había de acceso
al aeropuerto y a las



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muchísimas externalidades, que lo hacían cada vez más difícil. Hoy he podido escuchar en algún medio de comunicación a militares que han estado allí en primera línea, al lado del aeropuerto, y nos comentaban todos los problemas que han
tenido y lo duro que ha sido. Por lo tanto, cuando algo se ha hecho bien y además ha sido beneficioso no solo para evacuar a los españoles, sino también a las familias afganas, creo que hay que ponerlo de manifiesto.


Dicho esto, tengo que decirle que echamos en falta la comparecencia del presidente del Gobierno. En una cuestión de esta envergadura creemos que el presidente del Gobierno debería haber comparecido en sede parlamentaria; otros presidentes,
a nivel europeo, lo han hecho en su país. Y eso no significa que no esté pendiente del problema o que no esté encima minuto a minuto, como se ha dicho por la prensa sobre el presidente del Gobierno, pero tenía que haber venido aquí a comparecer,
porque este asunto es demasiado importante para que no lo haya hecho.


Nosotros agradecemos sinceramente la reunión previa que tuvimos al principio de su llegada, una reunión telemática que tuvo con los portavoces -lo agradecemos- y la llamada que nos hizo justo antes de iniciar la evacuación, pero no es
suficiente. No lo es no porque no hayamos tenido información en aquel momento -que ya le digo que se lo agradecemos-, sino porque los españoles también merecen tener esa información y merecen que sea el presidente del Gobierno el que venga aquí, al
Congreso de los Diputados, a dar toda esa información pormenorizada. Le felicitamos, por supuesto, creemos que es un gran logro, que ha sido una evacuación de muchísimas más personas de las que inicialmente parecía que iban a evacuarse, pero
echamos de menos y vamos a solicitar la comparecencia del presidente, porque creo que debe venir y dar la cara, como lo han hecho otros presidentes incluso durante la crisis. Sí se puede hacer, si lo hacen otros presidentes, por ejemplo Angela
Merkel, puede hacerlo también el presidente del Gobierno de España.


Algo que nos llama la atención también es que sabemos que ese acercamiento de los talibanes hasta Kabul ha sido muy rápido; en veinte días han hecho una escalada mucho más rápida de lo que podíamos esperar, pero nos llama la atención que se
diga que no se podía saber. Es cierto que ya había indicios de que esa escalada iba a ser rápida porque ya estaban tomando posiciones de manera muy rápida. Nosotros, ya el 2 de agosto, registramos una pregunta para hablar de un plan de evacuación.
Es decir, creemos que aunque haya sido muy rápido y nadie se lo esperaba, sí había indicios de que podía suceder. No podemos agarrarnos a que no se podía saber porque algún indicio había y así lo han dicho muchísimos expertos en estos temas.
Quería hacerle un par de preguntas sobre esto. Queremos saber qué personas se han quedado por evacuar por parte de España, incluyendo tanto a colaboradores de nuestra misión como de otros Estados miembros de la Unión Europea, porque sabemos que
España ha colaborado para traer a personas de otras nacionalidades, es decir no solo a afganos y a españoles. Queremos saber cuántas personas se han quedado, por desgracia, en Afganistán al no poder alcanzar el aeropuerto. Tenemos números y
sabemos que ha sido una evacuación exitosa, pero queremos saber cuánta gente se ha quedado atrás y si hay una planificación que permita unas negociaciones o un posible acceso en el futuro para esas personas.


Esta situación, que es tan crítica y que además supone el mayor reto geopolítico de lo que llevamos de siglo, ha llevado a todos los líderes de las naciones implicadas a explicar este problema, y nosotros queremos saber, en relación con la
Unión Europea, cómo se está articulando la distribución de los afganos a otros países de la Unión Europea, qué mecanismos de incentivos ha comunicado la Comisión Europea al Gobierno de España que pondrá en marcha para que todos los Estados miembros
participen en el reparto de refugiados, y qué ocurriría si hay más países como Austria, que se ha negado a acoger en sus fronteras a estas personas. En Ciudadanos -usted también lo ha comentado- en comunidades autónomas o en corporaciones locales
donde gobernamos, hemos movilizado y hemos puesto a disposición del ministerio, tanto del de Interior como del de Exteriores, nuestros medios y así lo hemos reflejado, y queremos saber qué va a pasar con las personas que llegan a nuestro país, si
existe un plan real o si solo queda ese compromiso en la evacuación. Queremos saber qué va a pasar con estas personas. En concreto queremos saber qué itinerarios de inclusión tiene previsto poner en marcha el Gobierno para cumplir las obligaciones
que asumimos al haber hecho esta evacuación y qué medidas plantean para acortar los plazos de resolución de solicitudes de asilo, dado que sabemos que son muchísimas las solicitudes que han llegado y llegarán para los afganos y también para otro
tipo de nacionalidades.


Por otro lado, en lo referente al exterior, Afganistán va a seguir provocando inestabilidad regional en el área de Asia central y global. Mientras las naciones de la OTAN nos retiramos de la presencia en el país



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como un fracaso claro -eso sí tenemos que decirlo, pues después de veinte años en veinte días se ha perdido todo lo que parecía que se había podido construir-, creemos que hay países como Rusia, China y Paquistán que tienen claro que deben
aprovechar ese vacío para sus propios intereses. Los tres países ya han ofrecido su apoyo al régimen talibán precisamente en un intento de defender y hacer valer esos intereses, con lo que esto supone para los nuestros, donde como liberales creemos
que no podemos compartir que la Unión Europea plantee mantener relaciones ordinarias con los talibanes ni reconocer su legitimidad ni nada parecido. Por ello, la Unión Europea debe ejercer, de una vez por todas, ese papel de liderazgo y no tener
complejos para defender y hacer valer sus intereses en el mundo. Tenemos que dar impulso a la cooperación estructurada permanente en seguridad y defensa para que se convierta en el embrión de un ejército europeo que dé respuesta rápida, que pueda
desplegarse en cualquier lugar del planeta para defender el interés de todos los europeos y, por supuesto, que exista una respuesta coordinada a cualquier acción que se implemente en Afganistán de aquí al medio y largo plazo.


En relación con esto quería preguntarle qué acciones tiene previsto tomar el Gobierno de España, especialmente en el seno de las instituciones de la Unión Europea, para poner la presión necesaria sobre el régimen talibán con el fin de evitar
que se convierta en un refugio de terroristas, algo que también nos preocupa, y que se pierda el control de Afganistán. ¿Qué medidas y qué acciones van a tomar para que se respeten unos mínimos de derechos humanos para las mujeres, niñas y personas
de confesiones no musulmanas o personas LGTBI? ¿Qué plazos contempla el Gobierno para elevar la inversión de seguridad y defensa hasta alcanzar al menos el 2 % del PIB que marcan los acuerdos suscritos en el seno de la OTAN? ¿Qué acciones llevará
a cabo el Gobierno en el marco de sus relaciones bilaterales con Rusia, China y Paquistán para evitar que estos países puedan aprovechar ese vacío de presencia occidental en Afganistán para poner en cuestión la estabilidad internacional?


Para el resto de cuestiones usaré mi turno de réplica y haré una serie de preguntas para los temas más generales. Muchas gracias, ministro, y enhorabuena por la evacuación. Aprovecho, aunque no es su Comisión, para agradecer la labor que
ha hecho la ministra Robles, que creemos que ha tenido un papel muy importante en lo que a defensa se refiere.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Granados.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Gracias, señor presidente.


Buenos días, señor Albares, y felicidades por su reciente nombramiento como ministro de Asuntos Exteriores. Me gustaría darle también la bienvenida al Congreso. Me gustaría, pero no puedo hacerlo, porque su presencia hoy aquí oculta una
gran ausencia, que es la de Pedro Sánchez: el peor presidente posible en el peor momento posible, que una vez más, ante lo que representa ya uno de los acontecimientos más relevantes de los últimos años, con el voto de muchos de los grupos aquí
presentes, ha optado por no dar la cara y parapetarse en uno de sus ministros. El presidente Sánchez impulsa actos propagandísticos, preside ruedas de prensa sin preguntas, se hace fotos, pero no viene a la sede de la soberanía nacional a debatir
sobre un asunto central para determinar el papel de España en el mundo y para nuestra seguridad. Con todo el respeto, le envía a usted, como envía en otras ocasiones a otros ministros, y lo hace además diluyendo el debate sobre Afganistán en un
debate general en el que aborda líneas generales de política de su departamento, y que revela mucho sobre la intención que tiene este Gobierno de no someterse al debido control en esta Cámara.


Señor ministro, pese a la relevancia de la salida de Afganistán, pese al ingente y ejemplar esfuerzo realizado durante estos casi veinte años por parte de nuestras Fuerzas Armadas, pese a las dificultades para repatriar al personal
diplomático y a nuestros colaboradores, Pedro Sánchez decidió no interrumpir sus vacaciones y reaparecer tres días después, a través del plasma y en alpargatas, para no decir nada, y eso, señor ministro, es una falta de respeto a España y a los más
de 27 000 militares, diplomáticos y personas civil que a lo largo de estos veinte años de misión han servido a España subordinando la honrada ambición a la íntima satisfacción del deber cumplido, e incluso han ofrecido en algunos casos su vida por
defender un mundo más libre, más seguro y más respetuoso con los derechos humanos.


En la tarde del 26 de enero de 2002, en el marco de la misión ISAF de la ONU, llegaba a Afganistán la primera unidad militar española. La primera persona en pisar suelo afgano fue el coronel del aire Manuel Mestre, posteriormente ascendido
a teniente general, hoy orgulloso diputado por VOX, algo que también nos llena de orgullo a sus compañeros de grupo parlamentario. (Aplausos). El general Mestre no



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sabía entonces que 104 de sus compañeros perderían la vida en la misión de Afganistán o que 80 resultarían gravemente heridos o que al final tendrían que regresar los demás en unas condiciones caóticas y dolorosas, con muchas implicaciones.
Es el momento de recordarles a todos ellos, de agradecer su patriotismo y de honrarles y de decir a sus familias que la muerte no es el final y que su servicio no fue en vano.


España estuvo donde tenía que estar, al lado de nuestros aliados, defendiendo la democracia y la libertad, formando parte de una gran coalición internacional para hacer frente a una de las mayores amenazas a occidente tras los atentados del
11 de septiembre, del que por cierto se cumplen dentro de poco también veinte años. Fue importante impedir que Afganistán siguiera siendo el santuario de grupos terroristas desde el que planeaban y organizaban atentados contra países occidentales,
y sí lo logramos durante casi veinte años.


Señor ministro, en el último año y medio el Ejército norteamericano no había sufrido ni una sola baja, hasta hace unos días en que lamentablemente fallecieron trece marines en atentado terrorista. La situación en Afganistán se mantenía con
una fuerza de 3500 militares, era posible y era incluso obviamente deseable organizar una retirada ordenada que garantizara la seguridad de los colaboradores y articulara formas de apoyo a las fuerzas gubernamentales afganas. La Administración
Biden, sin embargo, ha optado por la deserción ordenando una retirada de tropas humillante, abandonando a los afganos a su suerte, provocando una gravísima crisis de refugiados y entregando el país a los talibanes. Por cierto, que junto con el país
la Administración Biden ha dejado atrás, según el congresista norteamericano Jim Banks un enorme arsenal militar valorado en al menos 85 000 millones de dólares, incluyendo 75 000 vehículos, más 200 aeronaves entre aviones y helicópteros, más de 600
000 armas cortas y armas ligeras, equipamiento de visión nocturna y todo tipo de material adicional. En resumen, un tesoro armamentístico que en manos de los talibanes supone un auténtico peligro para la seguridad mundial.


No obstante, creo que sería injusto hablar del nefasto papel del presidente Biden y de Estados Unidos y no asumir nuestra propia responsabilidad. Desde hace más de cuatro meses el Grupo Parlamentario VOX, a través de multitud de
iniciativas, advertimos al Gobierno y preguntamos sobre cómo se iba a producir el repliegue del personal español. Este fin de semana conocimos que también el embajador en Afganistán alertó al Gobierno del desastre. No solo no fue escuchado, sino
que además fue cesado. Por supuesto a su llegada a España no faltó la foto de Pedro Sánchez con el embajador cuando se supo del coraje de su labor, que hoy aquí queremos poner en valor.


La dejadez durante meses para comenzar a articular la salida explica que España haya dejado a mucha gente atrás, y esto es trágico porque son personas que habían confiado nuestro país y con quienes tenemos un deber de justicia y de lealtad.
En VOX hemos instado al Gobierno a repatriar a todos y cada uno de los colaboradores afganos de España, a los que trabajaron en nuestras misiones diplomáticas y militares, porque no les podemos dejar solos. Hemos solicitado que se considere
prioritario a los cristianos de etnia hazara, de religión cristiana, en situación de altísimo riesgo y que con el regreso de los talibanes no tienen sitio en Afganistán. En Afganistán, o conversión o muerte. Lamentablemente no se ha hecho lo
suficiente por ellos. -Por eso desde VOX hemos tomado distintas iniciativas paralelas a través de otras instituciones de las que hablaremos cuando su seguridad lo permita. Pero hemos sido y seguiremos siendo muy críticos con la puesta en marcha
del hub o centro de entrada general de refugiados afganos en territorio español porque es un despropósito para nuestra seguridad nacional. Esta iniciativa representa un coste inasumible para España en términos de riesgo y es una idea irresponsable
que solo se hace como forma de propaganda del señor Sánchez con el objetivo de que el señor Biden, al que el presidente ve en la cumbre veinte segundos, le vuelva a coger el teléfono alguna vez.


Señor ministro, la amenaza yihadista es muy real. En Francia han detenido ya a cinco afganos evacuados de Kabul que tenían vínculos con los talibanes. Además, esto incrementa la tensión migratoria en nuestro país, ya azotado por la mayor
presión de inmigración ilegal de Europa a través de Ceuta, Melilla, la costa y las islas. Donde mejor van a ser acogidos los musulmanes es donde mayor capacidad de integración tengan, y eso será en países que además de próximos se caractericen por
compartir sus costumbres y valores, y revisar un mapa puede ser muy ilustrativo: Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistan, Irán, Pakistán, todos países islámicos que hacen frontera con Afganistán. Pero podemos seguir recorriendo el mapa. Tenemos a
Omán, Emiratos Árabes, Qatar, Bahréin, Arabia Saudí, Kuwait, Irak, Jordania, Turquía, Egipto, Libia, Túnez, Argelia, todos son países más cercanos física y culturalmente a Afganistán que a España. ¿Cuál es la razón del empeño de Pedro Sánchez en
intentar colocarse delante de ellos? Y si esos países no fueran suficientes hay otros igualmente cercanos como, por ejemplo, India o China, que



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se ha elevado a la categoría de potencia mundial y que debe saber que ser potencia mundial conlleva también ciertas responsabilidades. En cualquier caso, España no tiene que incrementar su ya excesiva presión migratoria. Ni siquiera
Alemania, el principal promotor de la política de fronteras abiertas a los refugiados hace seis años, quiere repetir ahora la experiencia. La señora Von der Leyen sonreía en Torrejón, y es verdad lo que usted decía, que pronunciaba palabras bellas
dedicadas a España, pero eso sí, a los cuatro días la Comisión Europea reconocía que no existe plan alguno para reubicar a los afganos que llegan a nuestro país. Nos quieren mucho, pero solo cuando asumimos problemas que ellos no quieren.


Señor ministro, la posición de España en el resto del mundo sigue siendo desalentadora. No parece que se hayan logrado muchos avances con Estados Unidos, un aliado estratégico, fundamental, que ha dejado de considerarnos. El viaje de Pedro
Sánchez a Estados Unidos a finales de julio volvió a ser un fiasco; la propaganda no pudo ocultar la incapacidad manifiesta para cerrar encuentros políticos de primer nivel y también para atraer inversiones. España sigue marginada. Y claro, ahora
que nos devuelvan una llamada, como estamos viendo en la crisis de refugiados, nos está costando muy caro. En Cuba un mes y medio después del inicio de las movilizaciones, de las manifestaciones que crearon una gran esperanza en tantos y tantos
sometidos al yugo comunista durante seis décadas, después de un despertar patriótico con 'Patria o vida', el Gobierno de España continúa callado. Un silencio cómplice. Artistas como Hamlet Lavastida son detenidos, pero Sánchez calla; líderes
opositores como José Daniel Ferrer, son encarcelados, pero Sánchez calla; Internet es suspendido, pero Sánchez calla. Quien no calló, por cierto, fue el embajador de España, eso sí, para mostrar su complicidad con el régimen tirano. Y el
embajador, por cierto, sigue en su cargo. Es la enésima señal de complicidad de un Gobierno incapaz de llamar a una tiranía por su nombre. España no puede ser cómplice ni por acción ni por omisión de los tiranos que someten y reprimen a sus
pueblos. Nuestro compromiso con los derechos humanos, sobre todo con aquellos países hermanos, tiene que ser real, exigente, porque de nuestra firmeza depende la vida de mucha gente. Señor ministro, en Nicaragua Daniel Ortega y Rosario Murillo
están instaurando una nueva dictadura sandinista para lo que no dudan en eliminar a todos sus rivales políticos en procesos judiciales groseramente ilegales. En Perú, desde VOX hemos gritado para exigir una auditoría electoral ante las evidencias
de fraude masivo. Una vez más nos quedamos solos. Y no tranquiliza mucho ver un Gobierno poblado de exguerrilleros marxistas y ministros que defienden el terrorismo. En Bolivia, un Gobierno que se decía feminista calla ante el injusto proceso de
privación de libertad al que se ha sometido a la expresidenta Jeanine Áñez. En Venezuela, España no puede prestarse a una farsa que blanquee al régimen de Maduro. El Gobierno debe ser claro, tenemos que acabar con cualquier tipo de complicidad
representada en episodios vergonzantes como el encuentro con Delcy Rodríguez en Barajas o la concesión de treinta y cuatro millones de euros a la compañía aérea Plus Ultra, porque el régimen de Maduro mata, el régimen de Maduro tortura, el régimen
de Maduro encarcela, el régimen de Maduro exilia, el régimen de Maduro da cobijo al terrorismo internacional y a los narcotraficantes, y el régimen de Maduro no tiene intención alguna de que en Venezuela haya una democracia donde se respeten los
derechos humanos. Los actores del chavismo deben ser tratados como criminales y eso se lo vamos a demandar desde VOX solicitando una ampliación del listado de personas a quienes se apliquen las sanciones del Consejo Europeo, porque las sanciones
funcionan.


Señor ministro, España nunca debió abandonar la defensa de sus intereses y valores en política exterior; recuperarlo será urgente pero lo es más tras el desastre de Afganistán. Puede que sea cuestión de vida o muerte. Me gustaría mucho
que fuera así -y alguna de sus palabras la verdad es que suenan bien- pero sé que no podemos confiar en este Gobierno. Desde que está Sánchez en el poder, España ha sufrido un deterioro inimaginable en todas y cada una de las que deberían ser
nuestras prioridades en política exterior: en el Estrecho, en las relaciones con Estados Unidos o en nuestro liderazgo en Iberoamérica. España necesita recobrar credibilidad internacional, abandonar la frivolidad, asumir con realismo y
responsabilidad nuestro papel en el mundo. Y la receta para volver a ser respetados no puede ser colgar el cartel de Welcome Refugees que los demás no quieren colgar.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Espinosa de los Monteros.


Por el Grupo Parlamentario Plural, en principio tengo dos intervenciones. En primer lugar, el señor Miquel y después la señora Illamola.



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El señor MIQUEL I VALENTÍ: Gracias, presidente.


Señor ministro, en primer lugar quiero felicitarle por su nuevo cargo, a usted y a su gabinete, y ponernos a su disposición para cualquier cuestión que sea necesario abordar. De su intervención, ministro, yo creo que se puede entender que
entre todos los escenarios previstos no estuviera el escenario final por la complejidad de la situación y la velocidad a la que avanzaban los hechos. Por el mismo motivo creo que se puede entender que la evacuación tuvo que ser forzosamente
improvisada puesto que no se preveía el escenario final, pero me sorprende que no haya habido en su intervención un poco de crítica después de que ningún país hubiese podido prever o hubiese calculado tan mal la fuerza de los talibanes y hubiese
planificado tan mal sus planes de evacuación y de trabajo en el terreno. Como le digo, entendemos la improvisación de la evacuación a la que creo que se pueden hacer pocos reproches y por eso queremos hacerlo constar hoy aquí.


Quiero plantar algunas cuestiones rápidas, porque dispongo de poco tiempo. En primer lugar, quisiera saber si están trabajando, si tienen un plan para que todo el trabajo hecho durante estos años en territorio afgano no sea destruido y que
sea defendido como tiene que ser. En segundo lugar, cuáles son los colectivos prioritarios a los que tienen previsto priorizar para sacarlos del país. Usted ha pasado por encima, pero me gustaría saber si tienen definidos cuáles son estos
colectivos. Lo digo porque personajes como Amelia Valcárcel, miembro del Consejo de Estado y afín a su partido, ha afirmado ya públicamente que los varones homosexuales no corren riesgo en Afganistán. Yo discrepo profundamente de esta idea y
quería saber cuál es su opinión. En último lugar, ayer supimos que Francia lidera la búsqueda de un consenso para crear una zona segura en Kabul para poder evacuar a ciudadanos. Quería saber cuál es, o cree que debería ser, el papel de España en
este trabajo de liderazgo que está teniendo el Gobierno de Emmanuel Macron.


Muchas gracias y quiero felicitarle de nuevo por su responsabilidad.


El señor PRESIDENTE: Adelante, señora Illamola.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Moltes gràcies, senyor president.


Le reitero la felicitación, señor ministro, que ya le hice a finales de julio. Hay muchos temas que han salido y yo empezaré por Afganistán e iré avanzando en los distintos temas. Algunas cosas ya se han dicho, entre ellas que agradecí la
llamada; lo que me sorprende es que después hubo silencio. No hemos recibido ninguna otra información hasta ahora, y esto es un poco de lamentar. En Junts entendemos la complejidad de toda la situación en Afganistán, de toda la gestión,
evidentemente, pero no por ello dejamos de ser críticos.


Le voy a exponer los puntos que no nos parecen adecuados de cómo se ha llevado o que nos han generado dudas. Nosotros hemos tenido contacto con personas de su gabinete y también con personas de emergencias consulares, a quienes agradezco
que nos contestaran siempre, a veces más rápido a veces menos rápido, es lógico, pero también nos contestaban lo que podían decirnos, y claro, echábamos de menos concreción, porque nos decían: tomamos nota de este nombre, lo ponemos en la lista, lo
pasamos, pero no hemos sabido después quién ha formado parte de esta fantástica lista y quién no ha formado parte de la misma. Usted nos ha dicho que ha habido unos cribajes por tema de seguridad. Muy bien, pero entonces, ¿todos los nombres que se
han pasado de personas que estaban en peligro han formado parte de la lista? ¿No lo han formado? ¿Por qué? ¿Sobre la base de qué criterios? Lo que tampoco sabemos es en qué orden de prioridad se ponía a una persona cuando se la ponía en la lista
y tampoco sabemos qué personas han sido evacuadas. Sabemos que algunas de las personas cuyos nombres hemos pasado han sido evacuadas porque estas personas nos lo han dicho, pero no se nos ha comunicado de ninguna forma oficial. Le pongo también
otro ejemplo. Usted ha hablado en su exposición de que ha habido cooperación con ayuntamientos y con comunidades autónomas. En el caso de la Generalitat de Catalunya, el Departament d'Afers Exteriors ha pasado nombres y si la cooperación es que
ustedes recibían la lista, pues sí, ha habido cooperación, pero ellos también lamentan que no han tenido ningún retorno en este sentido.


Usted no ha hecho mención aquí, pero en el plan de evacuación ha habido personas que se han pasado más de veinticuatro horas en el punto de encuentro esperando a ser recogidas o a las puertas del aeropuerto (denegaciones del señor ministro
de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Albares Bueno), mientras que personas que iban a ser evacuadas por otros países no han tenido que hacer estas esperas tan largas. Ellos mismos nos decían que veían pasar a colaboradores de otros



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países. Usted dice que no, pero yo le doy el testimonio que me han trasladado personas que se han encontrado en esta situación y me gustaría que me lo explicase.


Asimismo, hemos conocido que España -usted lo ha dicho- ha dado por concluida la evacuación, pero también han dicho que la misma continuará por otras vías. Le agradecería que nos explicase a través de qué vías y cómo están trabajando para
que ello sea posible. Lo digo porque, después del pasado viernes, en que oficialmente se culminó la primera evacuación, nosotros hemos pasado más nombres de personas, mayoritariamente mujeres o activistas o políticas, que querían salir del país por
alguna otra vía y la respuesta que hemos recibido ha sido: Vamos a considerar cuál es la mejor manera de atenderlas y, por supuesto, las tendremos en cuenta. ¿Cómo lo van a hacer? Le decía al principio que queremos un poco más de concreción, pues
no nos parece que esta sea una respuesta suficiente en este sentido.


Continuando con Afganistán, nos ha dicho que España no va a reconocer el régimen talibán, si lo he entendido bien, pero que se prevén algunos contactos operativos para intentar -supongo- sacar a más personas del país y que España quiere
influir en la posición de la Unión Europea. Le comento esto por las declaraciones del Alto Representante de la Unión Europea, el señor Josep Borrell, que dijo que los talibanes habían ganado la guerra y que había que tratar con ellos. Cuando dice
que hay que tratar con ellos -ya sé que no es un reconocimiento de un país-, ¿se refiere a contactos únicamente operativos o de qué tipo? ¿Y en base a qué mandato? ¿Usted sabe por qué hizo el señor Borrell estas manifestaciones, el alto
representante, teniendo en cuenta que él solo tiene competencia de coordinación de la política exterior y no de decidir y expresar su opinión? No sé si es que antes los jefes de Estado o el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea le
habían dado este mandato -lo desconozco-, así que le agradecía que nos los aclarase.


Otro tema relacionado con Afganistán. Usted ha mencionado dos declaraciones en las que España ha participado. Supongo que tiene conocimiento de que la molt honorable presidenta del Parlament de Catalunya, Laura Borràs, envió una carta a
los presidentes de distintas instituciones de la Unión Europea, así como al presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en la que instaba, exigía -en este caso, la carta exigía- que se adoptasen acciones concretas para salvar la
vida de las diputadas afganesas. En este sentido, le avanzo que desde Junts per Catalunya, en la Junta de Portavoces, promoveremos que se adopte no una declaración formal, sino una declaración con alguna medida efectiva que ayude realmente a paliar
la situación de estas personas. Supongo que tendrá conocimiento de la carta enviada y le insto a que desde el Gobierno, ya que es un Gobierno progresista y feminista, apoyen esta iniciativa que vamos a impulsar.


Para concluir con el tema de Afganistán, hay una cuestión que nos parece esencial: la valoración. El presidente del Gobierno ha dicho que la evacuación es un éxito de país. La ministra de Defensa, por su parte, ha dicho que no da el
número de personas que iban a ser evacuadas, sino que se queda con el número de personas que han traído. Nosotros no dudamos de que se haya hecho todo lo que se haya podido, pero creemos que la autocrítica también es necesaria y no nos ha parecido
que por parte del Gobierno se haya hecho autocrítica. Es decir, no es un éxito si no se ha podido evacuar a todas las personas que estaban en peligro; no es un éxito si todavía quedan personas que dicen que desearían ser evacuadas porque sus vidas
corren peligro por distintas razones. Echamos de menos que no haya un poco de valoración con el objetivo no de criticarlo negativamente, sino de mejorar qué se ha hecho mal, qué no hemos terminado de hacer bien para que no se haya podido evacuar a
todas las personas, reconociendo, evidentemente, la dificultad de la situación, que no la negamos. Somos muy muy conscientes de ello. La situación es muy complicada, pero consideramos que no basta con la frase general, autocomplaciente, de que ha
sido un éxito y no entramos a valorar los detalles, flequillos que quizá, desde nuestro punto de vista, podrían haberse mejorado.


Cierro el apartado de Afganistán, que era el motivo por el que en parte solicitamos la comparecencia, el motivo de actualidad, y voy a las cuestiones más generales de las que usted ha hablado, relativas a la nueva organización. Ha hablado
del tema consular y ha dicho que los casos consulares más graves los cogerá con un interés personal. Ha comentado el caso de Juana Ruiz y el de Pablo Costas. Pues bien, hay otros dos casos que, si no recuerdo mal, le planteé en la conversación
telefónica que tuvimos y en la reunión telemática. Uno es el de Fátima Ofkir Reyes -está en Omán, tiene veintiún años y una sentencia de veinticinco años de prisión- y otro es el caso de un catalán que está en China, en Shanghái, que lleva en
prisión preventiva desde diciembre y cuyo juicio empezó el pasado veinticinco. Nos consta -al menos es lo que nos han dicho desde el ministerio- que algunas acciones se han llevado a cabo, pero ¿por qué no los ha cogido con ese interés personal del
que nos ha hablado en relación con los otros casos? El



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primero se trata de una joven, una mujer, que está en prisión y el segundo es una persona a la que se le está juzgando por un caso erróneo. Lo dejo aquí y en el segundo turno continuaré.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Moltes gràcies, senyora Illamola.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Rosique.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Gracias, president.


Gracias, señor ministro. Le seré sincera. Nos ha preocupado bastante su intervención, no veníamos tampoco con estas expectativas. Especialmente, nos ha preocupado su afirmación en distintas ocasiones y con distintas expresiones de seguir
promoviendo la intervención extranjera como modus operandi de la política internacional. Esperamos que hayan sido unas falsas declaraciones y que, lejos de dejarse influir por la derecha española, que de hecho justo antes le estaba felicitando, sea
respetuoso con la soberanía de los otros territorios. Precisamente, desde nuestro grupo parlamentario queríamos hablarle de un concepto relacionado con los derechos humanos que, a nuestro parecer, debería guiar su política internacional: la
coherencia. Coherencia es respetar la soberanía de todos los territorios y no únicamente la de los que puedan interesar según un contexto o según qué contacto. Usted lo ha dicho, la cooperación no es caridad, por lo que les animamos a promover más
la cooperación en detrimento de la intervención política, económica y militar. La cooperación salva vidas; en cambio, el seguidismo de la OTAN las pone en riesgo. Coherencia, por ejemplo, es que no se ejecuten devoluciones forzadas de menores en
Ceuta mientras que se acoge a personas de Afganistán.


Hablando de Afganistán, que es lo que nos ha traído hoy aquí, creemos que debemos partir de un reconocimiento del fracaso de la intervención extranjera. Lo comentamos en la Diputación Permanente la semana pasada. Estados Unidos y la OTAN
han admitido que no pretendían promover la democracia en el territorio, sino proteger a los Estados Unidos de América y no podemos olvidar que en su momento fueron los Estados Unidos los que armaron a los talibanes en el combate contra los
soviéticos, de la misma forma que tampoco podemos olvidar que ha habido un negocio militar detrás de esta intervención que ha hecho que varias empresas estadounidenses se hayan beneficiado de ello. Quizá esto puede haber influido en el alargamiento
de la intervención extranjera en el territorio. Nos gustaría -lo comentamos también la semana pasada- saber qué implicación han tenido exactamente aquí, en este negocio militar, las empresas españolas, pero también en qué ha consistido exactamente
la intervención militar del Estado español. Sabemos que ha constituido un gasto aproximado de 3500 millones de euros, más de 27 000 militares, pero no tenemos datos absolutos, sino simplemente estimaciones, por lo que nos gustaría poder acceder a
algún informe al respecto y también poder analizar, estudiar, los resultados obtenidos durante estos años de intervención militar española.


En cuanto a los planes de evacuación inmediatos, aquí sí que celebramos la implicación del Estado español en el momento. Nos ha tranquilizado que haya comentado que han podido evacuar a defensores de derechos humanos, pero nos consta que ha
habido una priorización de los trabajadores de las instituciones de la Unión Europea y que, precisamente, muchos de los defensores de derechos humanos se han quedado en el territorio. También siguen en el territorio muchas familias de los afganos
que residen actualmente en el Estado español y, muy a nuestro pesar, sigue quedando en el territorio la gente que está más afectada directamente: mujeres, niños o minorías étnicas como los hazara, a muchos de los cuales se les está amenazando de
muerte. Como comentaba la compañera de Junts per Catalunya, les hemos ido pasando varios listados que creíamos que debíamos compartir y así poder colaborar. De hecho, en la llamada telefónica ya nos ofrecimos a colaborar en esta situación y, por
tanto, todos los listados que nos han ido llegando los hemos ido trasladando; de familiares de afganos que viven en Cataluña, cincuenta diputadas, defensoras de derechos humanos, pero muchos de ellos siguen sin establecer contacto alguno con el
Ministerio de Asuntos Exteriores o con ningún otro Estado miembro de la OTAN, y esto evidentemente nos preocupa, porque además nos comprometimos ante ellos a trabajar tanto como pudiéramos para poder conseguir su evacuación lo más pronto posible.
También creemos que se deben reconocer algunos límites de la evacuación, y es que, por parte de Estados Unidos, si ya se había tomado la decisión de retirar las tropas igual sí que se podría haber previsto con más antelación todo lo que ha implicado
la evacuación. Quizás también podría haber -y es algo a mejorar- más contacto directo con las asociaciones de afganos que residen en el Estado español, como son los de Cataluña. Por todo ello, nosotros también tenemos varias preguntas que hacerle
con el objetivo de mejorar y que todo ello permita una evacuación rápida, sobre todo a las personas que están más afectadas directamente. Nos



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preguntamos qué vías concretas existen ahora mismo para la evacuación, si están hablando con organizaciones que están fletando vuelos, cuál es la situación actual. Asimismo, qué tienen previsto hacer con las personas heridas por los
atentados en el aeropuerto, personas que estaban en los listados del Ministerio de Asuntos Exteriores que pueden haber resultado heridas y que se encuentran ahí todavía en el aeropuerto o directamente en la ciudad de Kabul, si tienen previsto
promover acciones de cooperación con los afganos presentes dentro del territorio, pues esta podría ser una buena forma de encarar todo este conflicto. Y respecto a la Unión Europea, creemos que debe asumir su propio papel más allá de la OTAN. En
ese sentido, no puede volver a cerrar fronteras, como sigue haciendo con los refugiados sirios. Por tanto, lo que nosotros planteamos es que desde el Gobierno español se inste a la Unión Europea a poder agilizar todos los procesos para acceder a
visados humanitarios, que se haga una adecuada distribución de los refugiados que lleguen a la Unión Europea y que se abran vías legales y seguras. Para ello, creemos que no hacen falta nuevos tratados, sino simplemente implementar los tratados ya
existentes; eso también queremos recalcarlo, que con los tratados existentes se puede avanzar hacia este corredor humanitario.


Asimismo, nos preocupa algún planteamiento que incluso también se ha hecho aquí -antes, con el ministro esloveno, ha salido y está saliendo también en los medios de comunicación estos días-, y es la opción de externalizar la responsabilidad
a los países fronterizos con Afganistán. Creemos que esta no debe ser la vía, que debemos asumir la responsabilidad que tenemos desde la Unión Europea de acoger y, por tanto, evidentemente se debe promover la asistencia humanitaria en los
territorios fronterizos, pero sin dejarles la responsabilidad únicamente a ellos. También creemos que es un buen momento para impulsar un mecanismo de seguimiento de los crímenes que se vayan cometiendo en Afganistán por parte de las Naciones
Unidas y, en ese sentido, poder colaborar en lo que haga falta para que podamos tener todos los datos sobre la mesa y podamos trabajar sobre ellos.


Respecto a la acogida, como decía, consideramos que el Estado español debe asumir también su responsabilidad por su parte dentro de lo que implica la Unión Europea. En ese sentido, también tenemos varias preguntas que hacerle aprovechando
la ocasión de que usted está compareciendo aquí. ¿Cuántas personas va a acoger el Estado? ¿Cuánto tiempo, además, se prevé que estén estos 2200 afganos que están en el campamento de Torrejón? ¿Por qué no se está explicando a los refugiados -esto
nos ha llegado- que tienen derecho a asistencia jurídica? Nos ha llegado que en los propios campamentos no se está explicando y entonces la gente no lo pregunta y no accede a ello. Esto no pasa únicamente en el caso de Afganistán, sino que también
pasa en muchas otras muchas ocasiones, y creíamos importante trasladarlo. También quisiéramos saber si está prevista alguna distribución territorial en coordinación con las comunidades autónomas para poder ofrecer esta acogida en condiciones.
Asimismo quisiéramos conocer si se está previendo algún cambio en la legislación de extranjería, tanto por lo que implica la Ley de extranjería como la reforma del reglamento, que de hecho nos consta que la reforma del reglamento se encuentra
obstaculizada y esto está provocando que extutelados ahora mismo estén al margen de la ley, únicamente por esta ocasión. Sé que esto no concierne únicamente a su ministerio, pero también implica al círculo de la migración y ahora mismo,
evidentemente, también le implica a usted. Luego, quisiera saber si está previsto traspasar las competencias de acogida a la Generalitat de Catalunya; tenemos dieciocho sentencias que así lo consideran que se debe hacer y, por tanto, creemos que
es un buen momento. Además, la Generalidad de Catalunya se ha ofrecido a acoger a las personas refugiadas afganas y, por tanto, puede ser un momento ideal para hacerlo. También creemos que se debería cumplir con lo acordado en los presupuestos
generales del año 2020, en los que se dijo que habría una dotación presupuestaria específica destinada a la cofinanciación entre la Generalitat y la Administración General del Estado con 4 millones cada uno para proyectos de ayuda humanitaria para
refugiados y asilados, y no sabemos si por parte del Estado español esto ya se está haciendo y se está aprovechando la ocasión para ello. En todo caso, ante toda esta agonía provocada, simplemente creemos que se debe conseguir evacuar no únicamente
a los colaboradores de las instituciones europeas y norteamericanas, sino sobre todo ayudar a la gente que sigue ahora mismo en Afganistán, e intentar también que este conflicto no quede únicamente en un conflicto del que hablamos durante dos
semanas, que esto ya lo hemos visto con demasiados conflictos aquí durante esta legislatura, sino que sea una cuestión presente también en la agenda política durante los meses que vienen y, por tanto, que podamos estar al día de todo lo que esté
ocurriendo en el territorio.


Queríamos hablar también de otras cuestiones, por aprovechar el tiempo del que disponemos, como, por ejemplo, de las relaciones con Marruecos. Antes hablaba de coherencia, y para nosotros coherencia



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también es que no se exporte armamento a Marruecos, y eso supone fortificar fronteras o dotarles de herramientas de opresión hacia el Sáhara Occidental o el Rif. Por tanto, queríamos comentarle que nos preocupan varias cuestiones de las
nuevas relaciones con Marruecos en este cambio de ministerio. Para ello queríamos preguntar si forma parte del acuerdo con Marruecos el hecho de que se devolvieran o que se haya intentado devolver de forma forzada a menores en Ceuta. Nos
preguntamos también si los negocios armamentísticos para fortalecer la frontera van a seguir; qué impacto ha tenido exactamente la ruptura de relaciones con Argelia en las relaciones de Marruecos y si el Gobierno español va a asumir su
responsabilidad sobre el territorio del Sahara Occidental, que aún es reconocida por la ONU, y si intercederá con el Gobierno marroquí para que el referéndum en el Sáhara Occidental pueda llegar a ser una realidad.


Acabo aquí. Luego aprovecharemos para comentar otras cuestiones.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Moltes gràcies, senyora Rosique.


Seguidamente, se abrirá un turno para los portavoces del resto de los grupos, de menor a mayor, por un tiempo de doce minutos. Comienza el Grupo Parlamentario Mixto. Tiene la palabra el señor Botran.


El señor BOTRAN PAHISSA: Gracias, presidente.


Gracias, señor ministro, por la comparecencia. Con relación a las cuestiones planteadas, yo también tenía algunos comentarios y preguntas, empezando por la más urgente y la que ha centrado buena parte de su intervención, que es Afganistán.
También he echado en falta una mínima autocrítica en cuanto al hecho de que se ha participado de una coalición internacional que ha fracasado en la labor que más o menos se proponía. Luego, resulta que se han enmendado los Estados Unidos y dicen
que no es lo que se proponían, pero el hecho de que el Gobierno no haya aguantado ni el tiempo previsto también es porque era un Gobierno carente de legitimidad, porque el régimen de ocupación ha situado en el Gobierno a unos gobernantes que han
tenido muchos defectos, entre ellos, la corrupción, etcétera. Y si Afganistán no ha podido soportar ni el tiempo previsto la presión de los talibanes también es por responsabilidad de la coalición ocupante, que asimismo tiene responsabilidades en
Irak que terminan repercutiendo en Afganistán a través de Estado Islámico, como estamos viendo. Pero usted ha elogiado muchísimo a Estados Unidos y dice, en un discurso que me ha parecido propio de un ministro del Partido Popular, que debemos
acercarnos todavía más a la política exterior de Estados Unidos, cuando es un absoluto desastre lo que ha hecho Estados Unidos en muchas partes del mundo, incluyendo también el régimen de ocupación en los últimos veinte años en Afganistán.


Y sobre el operativo en concreto, nosotros vemos que se ha priorizado la gente que ha trabajado más cercanamente con el Estado español, ya sea a través de las fuerzas militares o personal de la embajada, y se ha dejado en un segundo plano a
gente que también merecería ser acogida como refugiada, desde trabajadores o gente vinculada con la defensa de los derechos humanos hasta los propios familiares de gente afgana que reside en el Estado español. Entonces, eso de que se ha priorizado
no dejar a nadie atrás no es cierto, como mínimo de momento. Y ahora nos cuenta que se ha cerrado la evacuación y que se abrirán otros canales. Es importantísimo que se abran estos canales y que sigan atendiéndose las peticiones, por ejemplo, de
gente muy preocupada, como son los afganos residentes en el Estado español, hacia familiares o personas que saben que se encuentran en una situación de riesgo; eso debe escucharse, puesto que el fracaso de la coalición internacional de la cual el
Estado español formaba parte a través de la OTAN la obliga también a una responsabilidad en la acogida de refugiados. Por cierto, el Estado español destaca por ser un Estado muy rácano y muy egoísta en cuanto a acogida de refugiados. Según las
últimas cifras de este año, se resuelven positivamente tan solo un 5 % de las solicitudes de asilo; es decir, se presentan alrededor de 90 000 -unas 88 000 solicitudes- y se resuelven positivamente solo unas 6000. ¿Qué quiere decir eso? Un 5 %,
cuando la media de los países de la Unión Europea es muy superior, un 33 %. Entonces, no costaría nada ser bastante más generosos de lo que se está siendo, empezando por la gente que está Afganistán que tiene familiares en el Estado español. Por
cierto, hoy hay una concentración en Barcelona de la comunidad afgana que lo que piden es esto, auxilio a sus familiares y a personas que corren riesgo con el acceso de los talibanes al poder.


Sobre las otras cuestiones, en relación con las vacunas tan solo quiero hacer un comentario. Lo que pide la mayoría de los países del mundo es la liberalización de las patentes; no piden que se exporten más vacunas, sino que lo que están
pidiendo es la liberalización de las patentes, y en este caso la Unión Europea está teniendo un triste papel. El propio Parlamento Europeo lo aprobó mayoritariamente y parece



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que los Estados no van a estar en ese compromiso, y no se entiende que se esté bloqueando de esta forma la liberalización de las patentes.


En relación con Iberoamérica, pensamos que si de verdad preocupa la situación de la sociedad cubana o venezolana la prioridad es no participar más de las acciones económicas del bloqueo, que perjudican muchísimo la economía de estos países y
la propia salud, como ahora con la pandemia lo hemos visto. Esta sería una prioridad. El Estado español ha tenido un papel muy lamentable en el caso de Venezuela en particular, reconociendo a un presidente autoproclamado, como era Juan Guaidó, en
contraste con el papel que han tenido otros Estados, que han jugado un papel más proactivo y constructivo, como Noruega, que acoge unas conversaciones de paz entre Gobierno y oposición, que esperemos que salgan bien y que el Estado español siga esta
línea y no la línea de fomentar un presidente autoproclamado.


Finalmente, quiero plantear dos cuestiones de las que no ha hablado porque supongo que son cuestiones incómodas. Una es la venta de armas a países que están en conflicto. Lo digo aunque esto, por supuesto, implica a más ministerios e
incluso implica a más instituciones del Estado. Supimos que el rey Juan Carlos ha sido comisionista durante muchos años de la venta de armas a Arabia Saudí, pero ustedes, como Ministerio de Exteriores, también forman parte de esta nefasta
aportación al orden mundial. Ya pueden ustedes adornarlo con palabras como multilateralidad, paz, nuevo orden, cooperación, etcétera, que si se siguen vendiendo armas -y España es uno de los principales exportadores de armas, si no me equivoco el
séptimo a nivel mundial- a países en conflicto, eso ni nuevo orden ni Agenda 2030 ni paz ni nada. Eso perpetúa muchos regímenes dictatoriales o cuasi dictatoriales y un orden mundial desastroso que tiende a más conflictos y a resolverlos por la
fuerza. Es el caso de Turquía; ustedes son grandes vendedores de armas a Turquía, que está involucrada en varios conflictos en Siria, en Libia, contra los kurdos o, más recientemente, lo hemos visto en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. No
sé si está documentado -debería estarlo-, pero puede que se haya usado armamento español en este último conflicto. Por lo tanto, ya podemos ir aprobando declaraciones de que la paz debe ser el camino, etcétera, pero, al final, esas armas que se
usan forman parte de la diplomacia española. También en el caso de Israel, que es por todos conocido; en el caso de Colombia, que tiene un conflicto civil abierto y es uno de los países que más está utilizando la violencia contra su propia
población y es también con armas españolas, y, como también he citado, en el caso de Arabia Saudí, que forma parte de una larga tradición con vinculación directa de la Casa Real y que, como saben ustedes, también está manteniendo vivo un conflicto
de los más silenciados, pero no por eso menos injusto y desgraciado, que es el de Yemen.


Finalmente, me gustaría comentar la cuestión de Cataluña en el exterior. Nosotros sabemos, por noticias que a veces pasan medio desapercibidas y poco destacadas, que este gran equipo diplomático que usted ha citado, estas más de cinco mil
personas, también trabaja contra los intereses de las instituciones catalanas cuando han tratado de explicar la realidad de Cataluña, las aspiraciones mayoritarias del pueblo catalán, etcétera. En la crisis con Marruecos de la pasada primavera pasó
desapercibido, pero hubo un comunicado del Gobierno marroquí en el que les trataba de poner en contradicción a ustedes preguntando por qué se metían con lo del Polisario si Marruecos ha sido obediente a lo que le ha pedido el Estado español en
relación con Cataluña. Se entendía que había habido presiones para evitar alguna visita de instituciones catalanas, etcétera.


Y también en el caso de los países bálticos, que quizá es del que sabemos algo más concreto, puesto que un predecesor suyo, el señor Margallo, lo llegó a contar en un foro: que se habían pagado muchos favores para comprar ciertos silencios
y que esos favores, entre otras cosas, se pagaban también con despliegue militar a través de la OTAN, etcétera. Sabemos -nos gustaría entenderlo y por eso le pregunto acerca de este tema- que la presencia de militares españoles en los países
bálticos es muy destacada y no vemos demasiados motivos para que haya esta presencia en los países bálticos. No sabemos por qué España es el país que más aviones, más efectivos de la fuerza aérea ha aportado a los países bálticos. Asimismo, si no
me equivoco, hay un contingente de unos 300 soldados en estos países bálticos y no sé si esto puede guardar alguna relación con esta diplomacia que ustedes ejercen hacia ciertos países que han tenido posiciones, como mínimo, un poco más abiertas en
relación con el conflicto que les plantea la sociedad catalana que quiere decir su futuro. Sin ir más lejos, recordarán ustedes que el señor Pedro Sánchez estuvo haciendo una rueda de prensa en julio, en Lituania, delante de un avión Eurofighter
español, rueda de prensa que tuvo que levantarse porque el avión tenía que participar en una maniobra aérea, algo que trascendió poco y por eso le pregunto al respecto.


Para finalizar, simplemente quiero recordar la situación de Juani, en Palestina, ciudadana del Estado español. Ustedes dicen que están pendientes de la cuestión, pero ya lleva muchos meses encarcelada a



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la espera de juicio y nosotros les urgimos a que hagan lo que tengan que hacer para facilitar su liberación y que cualquier procedimiento contra ella tenga las más estrictas garantías, aspecto que en el Estado de Israel, como mínimo, hay que
poner en duda.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Moltes grácies, señor Botran.


Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Eguerdi on y bienvenido, señor ministro.


En primer lugar, como lo cortés no quita lo valiente, enhorabuena por su nombramiento. Le deseo suerte en todo aquello que compartamos y no tanta en lo que no compartimos.


Se le ha criticado -y esto va en el cargo, como usted sabe-por no haber informado, por la descoordinación, pero yo quiero poner en valor que de los cinco ministros de Exteriores que he conocido en el periodo que llevo en las Cortes Generales
ha sido usted el único que ha realizado una llamada telefónica para informar sobre un suceso que está ocurriendo; es cierto que de una manera somera, pero quiero pensar que no lo hizo para decir que lo ha hecho sino que va a seguir con esta
costumbre, diferenciándose en este aspecto, y va a mantener informados a los portavoces de esta Comisión en todo aquello que pueda tener especial interés, como es el caso de la evacuación en Afganistán.


Ayer leí una entrevista interesante que le hacían en el diario La Vanguardia, en la que dijo una frase que da mucho que pensar. Decía usted que la diplomacia pide paciencia y tiempos lentos. A mí me vino a la cabeza que la diplomacia sí,
pero que la política exterior pide determinación y tiempos rápidos, actuar de manera veloz. Usted, en este mes o mes y medio que lleva como ministro de Exteriores es cierto que se ha encontrado con varias patatas calientes, eso hay que reconocer
que no ha sido fácil, empezando por la cuestión de Afganistán, donde creo que la evacuación de personas cuyas vidas estaban o están en peligro es una buena noticia y hay que reconocerlo, sean quienes sean los que les han evacuado o ayudado; creo
que hay que ponerlo en valor. Pero en estas últimas semanas de periodo vacacional yo he estado en otro Estado miembro de la Unión Europea que ha evacuado a más personas que España y en los medios de comunicación y por parte de su Gobierno no se ha
mostrado el triunfalismo que en algunas ocasiones se ha intentado vender por parte de las autoridades españolas, tal vez porque son culturas diferentes o maneras de trabajar distintas, pero cuando yo el sábado leía: Misión cumplida, se ha evacuado
a más de 2200 personas, más del doble de los que estaban previstas. Y, a la vez, leía que una ministra decía que nunca olvidará a las personas que no han podido ser evacuadas y que se han quedado allí. Vamos a ver, si hay personas que se han
quedado allí y tenían que ser evacuadas, no es misión cumplida, la misión está por cumplir todavía. Ayer mismo escuchábamos al presidente Macron diciendo que están hablando con los talibanes; usted mencionaba que van a ver qué posición se toma de
manera conjunta en la Unión Europea. Pues, por lo que parece, hay Estados que ya están trabajando por su cuenta. Y en el caso de que fuera cierto, y hoy aparece en la prensa que hay diálogos o negociaciones con los talibanes para que se amplíe el
periodo o que haya una zona segura de evacuación, ¿continuarán ustedes? ¿Volverá a haber vuelos para ayudar a evacuar gente que necesita salir por pertenecer a colectivos vulnerables, o por ser mujeres o niñas, una de las razones que existen
lamentablemente en este momento en Afganistán para estar en peligro o tener menos derechos? ¿Qué van a hacer ahora? Porque la cuestión es ¿y ahora qué? ¿Qué van a hacer? ¿Van a establecer vías seguras para que puedan salir estas personas?
Porque esta misma semana veíamos cómo se inauguraba un nuevo muro entre Grecia y Turquía. ¿Va a haber vías seguras y legales para que todas esas personas que están allí puedan tener protección internacional? De igual forma, y lo mencionaba el
portavoz de las CUP, España tiene el triste record dentro de la Unión Europea de reconocer las menos de las solicitudes de asilo que se presentan. El año pasado y el anterior llegaron al 5 %. ¿Van a reforzar el sistema de asilo y de protección
internacional? Porque yo creo que sería importante.


Señor ministro, como decía, me han chocado algunas imágenes y algunas declaraciones un tanto victoriosas; me han dejado un poco anonadado. ¿A usted le parece bien la manera en que se ha salvado a personas que estaban en riesgo a las
puertas de ese aeropuerto mostrando algunos símbolos o gritando España, España? ¿No le parece que debería ser ese el mismo cauce para las personas que están solicitando ayuda en las vallas de Ceuta y Melilla? Recuerdo que el 80 % de ellos, según
Acnur, son potenciales solicitantes de asilo. ¿Usted cree que se debería abrir esa valla para ayudar a esas personas? Si es bueno en Afganistán, será bueno también que se haga en Ceuta y en Melilla, ¿verdad? O si se han



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establecido esos cauces de aviación para ayudar a evacuar a esas personas, ¿no habría que actuar de igual manera para todos aquellos colectivos vulnerables, ya sea en Mali, Níger o en el Sahel, que están también en riesgo por esa amenaza
yihadista? Si es bueno en Afganistán, será bueno también el Sahel o en otros lugares, ¿verdad? Es una cuestión de coherencia.


Señor ministro, otro de los asuntos que no ha querido tratar, y supongo que no es casual porque ha tenido tiempo, es la otra patata caliente que se ha encontrado, que es la cuestión de Marruecos. Una de las lecciones de primero de
manipulaciones es: si quieres, genera un problema y luego propón una solución. Cuando le escuchaba decir que el mensaje del rey de Marruecos a favor del diálogo con España es prometedor y que ya se anuncia el fin de la crisis, he pensado que si
hay una crisis unilateral generada por un actor que ahora da muestras de que va a dar cauce a la solución, estamos como estábamos. Marruecos ha hecho un win-win porque la cuestión de fondo es el Sáhara Occidental, que, vuelvo a insistir, es
responsabilidad histórica directa de España; es decir, España no es un actor más, no es un actor miembro de la Unión Europea que quiere ayudar en el consenso de Naciones Unidas; no, la situación dramática del pueblo saharaui fue ocasionada por los
acuerdos ilegales de Madrid, y a día de hoy hay que buscar una solución. Es cierto que usted ha dicho que toda solución para el Sáhara Occidental será en el marco de Naciones Unidas, algo que se viene repitiendo de manera histórica en esta Cámara
por los diferentes ministros y los diferentes Gobiernos, ahora bien, señor ministro -y, por favor, contésteme con claridad-, ¿está España haciendo o va a hacer alguna gestión para que Naciones Unidas cambié de posición? Ese es mi temor porque, como
usted bien sabe, hay Estados, algunos de ellos dentro de la Unión Europea, que tienen un posicionamiento claro y están de acuerdo con algunas de las propuestas que ha puesto encima de la mesa el Reino de Marruecos, ahora bien, no es aquella que
defiende el pueblo saharaui, que no es otra que ser dueño de su futuro; esto es, poder votar en un referéndum libre y democrático cuanto antes, que ya va treinta años tarde. ¿Cuál va a ser el posicionamiento de España ante ello? Porque ya sé que
ustedes se quieren llevar bien con Marruecos, y me parece perfecto. Todo Estado tiene la obligación, el deber de llevarse bien no solamente con sus vecinos sino con todo el mundo. Ahora bien, cuando hay un chantaje de fondo, que es el
reconocimiento o no de un pueblo colonizado, como es el saharaui, y en este caso responsabilidad directa de España, creo que hay que ser claros.


Señor ministro, otra de las cuestiones, y por encima -porque lo ha comentado también otro portavoz-, es el asunto de Turquía. Yo creo que es preocupante; estamos viendo cómo Turquía, la Turquía del señor Erdogán, está incendiando todo su
vecindario, ya sea en el Mediterráneo, ya sea en Oriente Próximo, y recientemente en el Cáucaso. Turquía es miembro del Consejo de Europa, miembro de la OTAN -segundo ejército más importante de la OTAN- y me gustaría saber qué relaciones o qué
posición defienden ustedes en la Unión Europea en relación con este Estado teniendo en cuenta lo que está sucediendo en todo su entorno.


Otra cuestión que se ha comentado es en relación al conflicto histórico de más de un siglo de existencia árabe-israelí o, más en concreto, el palestino-israelí. La anterior ministra -su antecesora- nos anunciaba que a colación del 30.º
Aniversario de la Conferencia de Madrid el ministerio estaba planteando algún tipo de iniciativa. Me gustaría saber qué iniciativas van a tomar -este otoño, supongo- para conmemorar esos eventos y si hay alguna propuesta de solución encima de la
mesa. Es cierto que el señor Sánchez, antes de ser presidente, anunciaba que cuando fuera presidente reconocería Palestina como Estado; ahora yo no lo menciona tanto. Me gustaría saber si durante su mandato se va a desarrollar esa declaración.


Y para ir acabando, señor ministro, en relación con la Unión Europea -también se ha comentado por algún otro portavoz-, el pasado mes de junio el Parlamento Europeo solicitaba la paralización de las patentes de las vacunas contra el COVID de
manera temporal. Me gustaría saber cuál es el posicionamiento, qué medidas van a tomar en relación con Estados como pueden ser el Reino Unido o Alemania -miembro de la Unión Europea, que en este caso está posicionado en contra-, cuáles son los
debates, cuáles son las conversaciones, qué postura van a tomar.


Sobre Iberoamérica -usted ya nos lo comentó en la reunión que se celebró de manera telemática el pasado 30 de julio-, dijo que va a ser una de sus prioridades, establece una nueva secretaria de Estado y decía que ningún iberoamericano se
siente extranjero en otro país iberoamericano. Y se me han venido a la cabeza los cientos de personas iberoamericanas -hay de otras nacionalidades también- que están internadas en los CIE y de igual forma esos cientos de personas -mayormente son
colombianos los que son expulsados anualmente, un país iberoamericano como es Colombia- que, lamentablemente no se sentirán pero sí son vistos como extranjeros y tratados de manera atroz, como es el caso de las personas



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ingresadas en los CIE. Y, como ya digo, no solamente me parece mal que ingresen a iberoamericanos sino a cualquier persona y pedimos su cierre.


Y para acabar -aprovechando la generosidad del presidente-, me gustaría saber, al igual que mencionaba el caso de la señora Ruiz en los territorios palestinos, qué labores están desarrollando en asuntos importantes como puede ser el caso de
la chica detenida en Omán en una situación compleja e igualmente el del ciudadano que en este momento está viéndose, un caso que podría ser de risa si no fuera tan preocupante- juzgado en este momento en China por un error, por una confusión. Le
pediría -y se lo dije de manera telefónica- algún protocolo para que cualquier diputado, diputada o miembro de las Cortes Generales se pueda poner en contacto con alguien de su ministerio, siempre la misma persona, para poder tratar estos asuntos.
Y sin más, como he dicho, le deseo suerte.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Iñarritu.


Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el señor Esteban.


El señor ESTEBAN BRAVO: Gracias, presidente.


Quiero dar también la bienvenida al nuevo ministro; ahora bien, este tipo de comparecencias son imposibles. Su exposición, al final, en lo que se ha convertido, al menos mi sensación mientras escuchaba según iba avanzando, es en un amasijo
de temas, interesantes todos ellos, pero sinceramente inabarcables para los portavoces y menos en doce minutos. Por lo tanto, sinceramente, si queremos que esta Comisión sea mínimamente eficaz, o centramos las cosas o reducimos los debates, porque
hablar del mundo mundial un ratito está muy bien, como una tertulia, pero desde luego no resulta nada eficaz. Entiendo la estrategia ministerial, pero no por habitual es serio. Creo que deberíamos concentrar más los temas. En ese sentido, yo voy
a preguntar más que a hacer afirmaciones, aunque alguna sí haré.


En primer lugar, de esa amalgama de asuntos, ¿esto cómo encaja en la exposición que hizo su antecesora y que presentó para esta legislatura? Ella marcó cinco ejes; no sé si todos, si algunos usted los ha apartado, pero esos temas estaban
ordenados en cinco ejes, ¿eso es válido o no es válido ya para el Gobierno? ¿Qué pasa con la estrategia de política exterior? ¿La asume en su integridad? Porque también fue presentada por el Gobierno en su momento. Imagino que sí. ¿O no? ¿O
hay que hacer alguna matización? En definitiva, ¿en qué se va a diferenciar su labor, sus objetivos, sus tareas y sus líneas de trabajo con la dirección que llevaba antes la señora González Laya? Quizás saber eso nos ayudaría a discernir más cuál
es esa nueva impronta que le quiere dar usted. Sí se ha producido algo diferencial, en realidad era el motivo de la Comisión, y es que en la comparecencia inicial de la ministra para exponer sus planes generales no se pronunció ni una sola vez en
toda la Comisión la palabra Afganistán, ni por ella ni por parte de ninguno de los presentes; sin embargo, ahora se ha convertido en un tema que nos ocupa.


Ahora bien, yo no comparto -al menos yo lo he entendido así- esa afirmación que ha hecho de que se llegó allí para ayudar, para mejorar, Badghís, una zona que no había ni un km²... Bueno, ¿por qué se va allí? Porque lo pide Estados Unidos.
¿Y por qué va Estados Unidos? ¿Va a salvar a las mujeres afganas, va a luchar por los derechos humanos? Digamos las cosas como son, eso ha venido después porque había que vestir las cosas y me parece que es una labor encomiable y está bien, pero
fueron a por la cabeza de Al Qaeda, a por el máximo responsable del ataque contra las torres gemelas. Y, curiosamente, lo encuentran en uno de los países grandes vencedores del momento actual. Porque los grandes vencedores de esta desgraciada
guerra y después de tantos muertos han sido sobre todo los grandes fabricantes y comerciantes de armamento, y el máximo vencedor es Pakistán, en cuyo territorio se encontró a Bin Laden, y Estados Unidos y también la Unión Europea, y por lo tanto
también España, han tenido que lidiar una suerte de difícil equilibrio con una potencia nuclear que te daba pero al mismo tiempo te quitaba y que en el fondo estaba apoyando también a los talibanes. Yo creo que es hora de que empecemos hablar de
Pakistán y de cuál va ser la posición de la Unión Europea estratégicamente con respecto a ese país. Porque desde luego es clave en ese nuevo juego -lo era ya pero ahora todavía más- geoestratégico que se abre en una zona muy delicada.


La verdad es que tengo que seguir insistiendo. ¿Colaboración con Estados Unidos? Bueno, se va porque lo pide la Unión Europea, que al final empuja; de hecho, una vez que nos retiramos de Irak se aumenta la dotación militar allí. Pero,
señor Albares, usted ha dicho que España tiene que tener una voz en todas partes. ¿Realmente ha tenido el Estado español una voz en el conflicto afgano? A mí me da la sensación de que se va porque había que ir por los compromisos internacionales y
te vas cuando lo deciden los Estados Unidos. La Administración Trump -por cierto, no la de Biden, la de Biden ha hecho



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muchas cosas mal ahora, pero la Administración Trump- empezó a negociar unilateralmente y sin encomendarse a nada ni a nadie con los talibanes y lo único que le preocupaba era que no dejasen establecerse al Jorasán, al Estado Islámico. En
las conversaciones ya se dice que se van a ir, y se está hablando... Dice usted que pensábamos que íbamos a resistir más, pero que ya sabíamos.... Yo no sé, pero el día 16 de abril la señora González Laya dijo: España mantendrá su embajada en
Kabul -después de hablar con Gani- y explorará los medios e instrumentos más adecuados para intensificar la cooperación con Afganistán, con el objetivo prioritario de asegurar los logros alcanzados tras casi veinte años de presencia y cooperación en
la sociedad afgana. ¿De verdad creían que iba a haber un Gobierno conjunto entre el Gobierno oficial afgano, que ha caído ahora, y los talibanes, cuando ni siquiera habían podido participar en esas conversaciones directamente porque lo habían
impedido los talibanes, y a Estados Unidos tampoco le preocupaba mucho? Por lo tanto, si había esa sensación de que el Gobierno se mantenía por la fuerza occidental y porque ellos estaban absolutamente divididos y había muchos intereses personales
de mucha gente y porque Afganistán es lo que es -en definitiva, es un Estado tapón creado artificialmente-, si ustedes sabían todo eso y, si se mandan esos mensajes aunque sea privadamente de que al menos durante meses aguantarían o de que se iban a
retirar completamente, ¿cómo rayos pensamos que va a haber una resistencia seria? Claro, la gente se rinde e intenta buscarse la vida y eso ha acelerado la debacle. Sé que Estados Unidos no podía irse de repente porque eso sí hubiera generado
todavía más debacle. Lo anunció con un tiempo, etcétera, pero países que tenían ya muy pocas personas allí, que si no me equivoco había veinticuatro con presencia militar, al menos desde abril, con tan poco comparativamente como tenía España, ¿por
qué España no podía haber iniciado una retirada ya, más allá de ese mensaje que ustedes mandaron? Porque quizás algunos países con reducida presencia sí lo podían haber hecho, no así Estados Unidos porque eso hubiera acelerado esto; si esto ha
sido un desastre, hubiera sido todavía peor.


Sé que es difícil y quiero felicitarle para decirle también lo bueno. Creo que han estado bien en estas circunstancias, creo que han dado ejemplo y que han dado cobertura además para otros países, intentando buscar soluciones, y eso hay que
decirlo y es de agradecer. Sin embargo, no hablemos de Afganistán en términos de que fuimos para defender los derechos de las mujeres..., porque ahora qué, cuánto dinero se ha gastado. De eso nos tienen que dar cuenta también, tanto en gasto
militar como de cooperación al desarrollo. Usted hablaba de que ahora van a intentar facilitar la salida de los que.... ¿Cómo vamos a implementar eso? El presidente dijo: buscaremos otras fórmulas para dar salida para los refugiados, etcétera.
¿Eso cómo se va a implementar? Y usted habla de mantener la ayuda humanitaria. ¿De verdad que se puede enviar ayuda humanitaria que sepamos que se va a usar para lo que se debería usar?


Proteger a las mujeres. Se dice que lo intentaremos desde fuera, pero, vamos a ver, no hablemos de esto cuando sabemos que no es cierto, cuando sabemos que en estos momentos no podemos asegurar eso. No sé cómo va a evolucionar el nuevo
Gobierno afgano, pero no apunta precisamente en esta dirección. Por tanto, centrémonos en lo que podemos hacer ahora, ¿de verdad podemos abrir un corredor y una especie de línea segura para algunos refugiados afganos? ¿Puede haber acuerdo entre
todos los países para un reparto de estos refugiados? Porque con declaraciones de derechos humanos con Australia, con la Unión Europea..., que están muy bien, señor Ministro, pero no vale. Porque hablar ahora de los derechos de las mujeres cuando
han retirado todas las tropas y todo el apoyo... Ustedes mismos lo han reconocido y los americanos también, dijeron que iban a aguantar unos meses. Entonces, ¿qué pasa con todo lo que habían construido, con toda la defensa de derechos, que se
caiga y no pasa nada? Hay una cierta contradicción, vamos a ver las cosas como son.


Más cosas y voy avanzando y voy acabando, presidente. Su antecesora mencionó un asunto importante, el nuevo pacto de inmigración o asilo, pero que está unido también al proceso de Rabat. La situación tal y como está ahora Marruecos -no me
refiero solo a la relación marroquí con España, sino también a la ruptura de relaciones por parte de Argelia con Marruecos-, sabiendo que países clave para España son Marruecos, Argelia y Mauritania, ¿todo eso cómo está? ¿Cree que se va a poder
avanzar? Porque no sé si en estos momentos, con esa ruptura, va a haber oportunidad.


Marruecos. Yo sinceramente tengo la sensación de que es como si pasar a negro la pantalla, como si de repente no se viera nada. Me gustaría que nos dijesen qué rayos ha pasado durante este último mes y medio o dos meses, desde que se
inicia la crisis impulsada por Marruecos. Sinceramente, no es presentable en un Estado -ya no voy a hablar de democracia, sino de un Estado que se precie- utilizar a menores, empujándolos a lo desconocido. Cuando de tu país quiere salir tanta
gente es algo que te



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debería preocupar. Pero, dejando eso a un lado, ¿qué ha pasado para que ocurra después la última comparecencia de Hassan II? ¿Cómo ha sido el recorrido? ¿Qué es lo que desencadenó eso, incluso en el propio Gobierno? ¿Cuáles son las
medidas que ha tomado? ¿Qué se ha rectificado o no se ha rectificado o se ha firmado por parte del Gobierno español con respecto a Marruecos? Porque está Comisión ahí tiene una especie de paréntesis y no conoce nada al respecto. No sé si lo puede
decir aquí o lo tiene que decir en privado, pero creo que sería bueno saberlo; nos situaría mejor ante el reto, ya que en esta Comisión y en este Parlamento cada vez vamos a tener que hablar más de Marruecos.


El tema de vacunación usted lo ha mencionado. Por cierto, a Iberoamérica sé que le tiene un cariño especial, y de ahí la nueva estructuración que ha hecho. Quizás Iberoamérica necesitaría una reunión específica de esta Comisión, pero
últimamente surgió la inquietud sobre los últimos acontecimientos ocurridos en Nicaragua y su toma de posición, etcétera. Sería bueno que pudiera ahondar en esta cuestión, pero es algo ante lo que el Gobierno español no puede permanecer impasible.


Por cierto, retomando el tema de Marruecos, tampoco se puede pasar del asunto del Sáhara. España tiene unos compromisos con la población saharaui y eso tiene que entenderlo Marruecos, lo tiene que entender porque lo que no puede hacer
España es como si no existiera ese asunto, un asunto que ella misma creó.


Volviendo a las vacunas, ya ha hablado de los 7,5 millones. También en Francia y Alemania hablaban de 30 millones, pero me parece que tienen que seguir impulsando la iniciativa Covax y en eso estoy absolutamente de acuerdo. Pero, con
respecto a las patentes, que quizás sea el paso decisivo, ¿va España a intentar implementar algo, a intentar convencer a Alemania y Reino Unido?


Por último -porque me temo que se me ha acabado el tiempo, presidente-, le pido -se lo dije también a su antecesora y quiero decírselo a usted- que no confundan nunca la política exterior con la acción exterior. La acción exterior es
aquella a la que tienen todo el derecho constitucionalmente las comunidades autónomas, porque tienen que ceder también en el ámbito exterior de las fronteras del Estado con respecto a sus propias competencias. Ahí yo creo que se han puesto muchas
veces dificultades por ponerse muchas veces la venda antes que la herida y se ha provocado o han sucedido algunos conflictos que sinceramente no tendrían que haber sucedido. Así que espero de usted que sepa distinguirlo y que sepa actuar en
colaboración con otros actores también importantes en el exterior como son las comunidades autónomas.


Por mi parte nada más y muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Esteban.


Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Muchas gracias, presidente.


Muy buenos días, ministro. También le damos la bienvenida.


Creemos que la primera reflexión que hay que hacer es que nadie que no esté cegado por el sectarismo puede negar la valiosa tarea que se ha hecho en estos últimos días, que se han impulsado desde diferentes ministerios, a la hora de plantear
la evacuación de cooperantes de familiares y refugiados en un verdadero infierno de fuego cruzado que todavía hoy está costando muchas víctimas. Nosotros creemos que eso tiene que mejorarse, tiene que profundizarse, debe continuar, pero nos parece
que una de las lecciones importantes que deberíamos sacar de la intervención militar de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán es que se trata de una oportunidad para que Europa pueda replantear de manera significativa el rumbo de su política
exterior con más autonomía de la que ha tenido las últimas décadas. Creo que aquí -hay que decirlo de manera muy clara- la intervención militar que se ha hecho en Afganistán por parte de Estados Unidos y la OTAN ha sido un fracaso estrepitoso y, el
papel de Europa en esto no funcionó; ha sido un papel de implicación que ha tenido por toda respuesta el unilateralismo y la marginación en realidad de Europa, y en nuestro caso también nuestra como país a la hora de la toma de decisiones. Eso
quiere decir que ha llegado el momento de replantear esa política exterior. Tenemos una gran oportunidad para hacerlo, para que sea efectivamente una política basada en el multilateralismo, que apueste por la paz y por el reconocimiento de los
derechos humanos. Eso, en nuestra opinión, exige acabar con el camino nefasto que en el año 2001 abrió George Bush erosionando Naciones Unidas, erosionando al orden jurídico internacional, construyendo Guantánamo, permitiendo Abu Ghraib y
autorizando, por ejemplo, la tortura.



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Una cosa que tenemos que entender es que la guerra, los bombardeos, sean pilotados o por drones, son un instrumento, además de inmoral y de ilegal, absolutamente ineficaz para la lucha contra el terrorismo. Por tanto, esto exige acabar con
la guerra como instrumento de intervención en la política exterior, para apropiarse de petróleo, de recursos naturales en países extranjeros, para enriquecer a los grandes productores de armamentos...


Como usted hablaba de valores, eso es lo que intentaba de algún modo reconocer la Constitución republicana, de 1931 (Un señor diputado: ¡Hala!), cuando en su artículo 6 planteaba la renuncia a la guerra como instrumento de política
exterior, por muchas razones. Una de esas razones es el coste humano y económico que tienen todas estas guerras de ocupación. En el caso de Afganistán los números son tremendos. Desde que en 2001 George Bush declaró la guerra infinita como
respuesta a los terribles atentados de Al Qaeda, los Estados Unidos han gastado más de 2,3 billones de dólares en Afganistán, es decir, unos 254 millones de euros, según el Watson Institute, y las cifras de los beneficios obtenidos por los grandes
productores de armamento en Estados Unidos son tremendas: Boeing, unos beneficios totales de más del 974 % desde 2001; Raytheon, del 331 %; Lockheed Martin, 1235 % de aumento en los beneficios; General Dynamics, 625 %; Northrop Grumman, 1196 %.
Es decir, que el objetivo de fondo aquí no era democratizar Afganistán, no era defender los derechos de las mujeres afganesas (Un señor diputado: ¡Afganas!), y la prueba de ello es que buena parte del dinero fue para reforzar a este tipo de grupos.
Hoy tenemos periodistas -ya lo dijimos aquí- como Craig Whitlock para The Washington Post o el propio Julian Assange que desde un comienzo denunciaron estos crímenes de guerra y la falta de transparencia que había en buena parte de lo que se está
haciendo. Hoy sabemos que Julian Assange está preso y se le piden 175 años precisamente por informar sobre esto. En el caso del Reino Unido se han gastado 40 000 millones de euros en esta guerra; Alemania, 12 500 y España, según el diario El
País, unos 3500 millones de euros, aunque hace unos años decía 3700 millones.


Esto tenemos que saberlo porque han muerto muchos soldados, ha muerto mucha gente en esta incursión y, por tanto, hay que hacer una fiscalización de la guerra, de los gastos que supone la guerra. Esto lo decíamos y lo compartíamos con otros
diputados, necesitamos que a través del Tribunal de Cuentas y de la IGAE se realice una fiscalización íntegra de la intervención española también en Afganistán. Necesitamos una fiscalización rigurosa para saber dónde fueron los recursos por
cooperación, las misiones de policía de la UE, los fondos del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores o cualquier otro recurso. ¿Por qué? Porque me parece que es la única forma en que vamos a conseguir que pase lo que usted planteaba, que
entendamos que la salida que hoy necesitamos en este mundo atravesado por una pandemia inédita tiene que ver no tanto con reforzar el militarismo y los gastos militares, que a nivel global es absolutamente desorbitado, sino con reforzar el gasto
social, el gasto para la sostenibilidad ambiental, para la seguridad ambiental del planeta, que es lo que deberíamos estarnos planteando hora.


Obviamente yo soy consciente de que para tener una política exterior propia y autónoma, para no hacer un seguidismo ciego, deberíamos tener una oposición que no tenemos, y que ha vuelto a demostrar en una coyuntura como esta un
comportamiento bastante vergonzoso e indigno. Es verdad que el señor Pablo Casado y el Partido Popular no se conformaron con intentar sabotear la mutualización de la deuda en Europa y los fondos europeos simplemente por razones partidistas, sin
importarles para nada sus conciudadanos y la patria con la que tantas veces se llenan la boca. No les bastó con eso, también intentaron -harto ridículo- utilizar la situación de Afganistán para sacar un miserable provecho partidista con
intervenciones que han oscilado entre la mala fe y la ignorancia más absoluta, porque, la verdad, es que ha sido lamentable escuchar a Pablo Casado hablando de condenar el integrismo islámico mientras al mismo tiempo alababa a Ronald Reagan, el
presidente que financió a los muyahidines en Afganistán y que derivó más de 80 millones de dólares a libros de texto que servían para fomentar el yihadismo en suelo pakistaní. Producía auténtica vergüenza ver a Pablo Casado, arrogándose el papel de
adalid de la transparencia, los mismos días que el Departamento de Estado norteamericano revelaba que en 2003 su jefe, José María Aznar, había donado secretamente más de 17 000 toneladas de armas al ejército afgano solo porque se lo había pedido
George Bush, amigo de Bin Laden, por cierto. Indignaba bastante estos días escuchar a Pablo Casado mencionar a los soldados españoles fallecidos en acto de servicio cuando despreció a los 62, del Yak-42, que murieron no por enfrentarse al
integrismo islámico, sino a causa de la desidia del Partido Popular, que los metió en un auténtico ataúd con alas. Daba vergüenza, la verdad, escuchar a Pablo Casado pidiendo contundencia contra el integrismo islámico cuando su partido llegó a
decir que los atentados del 11-M los había cometido ETA y cuando él mismo se mostró incapaz de



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distinguir a los talibanes de Isis, que no nacieron en 2001, sino cuando la OTAN ya llevaba varios años en Afganistán.


Cada día una mentira nueva para tapar otra mentira. Pero bueno, ¿qué podemos esperar, señorías, como acaba de decir el hispanista Ian Gibson, de unas derechas que critican el integrismo mientras siguen protegiendo y vindicando a talibanes
como Queipo de Llano, que exhortaban alegremente a sus tropas a violar y asesinar? ¿Qué crítica del integrismo podíamos esperar, para ser sinceros, del jefe de un partido que en pleno 2021 decide quitar el nombre de una maestra de las calles de
Madrid para ponérsela a un asesino que se complacía en gritar 'viva la muerte' y en vindicar el fanatismo y la mentira? (El señor Sánchez del Real: ¡Lo ha ordenado el juez!).


A pesar de eso, ministro, tenemos que mostrar que otra política de relaciones exteriores es posible porque, en nuestra opinión, esta respuesta no pasa por responder al terror con más guerras y con más bombardeos. Por el contrario, pasa por
un camino diferente que incluye cosas como cortar las vías de financiación y abastecimiento logístico del Isis y de otras fuerzas terroristas, que es todo lo contrario a lo que hicieron Reagan, Bush o Trump, esos presidentes tan admirados por
nuestra derecha vernácula. Pasa por apoyar a las fuerzas democráticas de la región, pasa por proteger a los civiles y por abandonar las políticas intervencionistas que -ya digo- se han mostrado un fracaso. Lo que nosotros pensamos, para ser
sinceros, es que no se trata ahora de fortalecer el complejo militar industrial norteamericano o de convertir a la OTAN en una herramienta para instigar conflictos o guerras con Rusia o con China, que sería algo auténticamente suicida en un contexto
como el actual. Lo que necesitamos ahora es en parte hacernos responsables de lo que han supuesto estas intervenciones militares al desplegar corredores humanitarios con Afganistán y los países limítrofes y también teniendo una política de
inmigración y de asilo integral, que en nuestra opinión debe incluir la activación del artículo 38 de la Ley de asilo y que no puede consistir -seamos sinceros también en esto- en abrir nuestros corazones a niños afganos que llegan a Torrejón o
Rota, mientras deportamos a niños marroquíes desamparados en Ceuta. Pasa también por garantizar las condiciones materiales para la paz, reformar y fortalecer a las propias Naciones Unidas, a la Organización Mundial de la Salud, que es lo que Trump
quería cerrar, a la FAO; pasa por conseguir que la vacuna contra el COVID-19 sea gratuita y universal, que es lo que venimos pidiendo en Europa y a nivel internacional desde hace mucho tiempo; pasa por hacer llegar alimentos y agua potable a
millones de personas que no la tienen, que sería uno de los mejores antídotos contra el crecimiento del integrismo y del terrorismo; y pasa naturalmente por impulsar una gobernanza energética global que erradique las guerras, los golpes de Estado y
las alianzas con dictaduras execrables simplemente para obtener el acceso a gas, petróleo, litio u otro tipo de recursos. En nuestra opinión, ese era ya el mensaje del movimiento europeo global contra la guerra de 2003 que llenó las plazas y calles
del mundo con ese reclamo y que todavía hoy nos sigue interpelando.


En un momento como el actual nos parece especialmente importante que la política europea defienda el multilateralismo, la democracia y los derechos humanos, también en relación con América Latina. Hace poco más de un mes esta Comisión
aprobó una proposición de ley exigiendo que el respeto en Colombia de los acuerdos de paz y los derechos humanos en general fuera inmediato, pero desde entonces hasta ahora hemos vivido una escalada de horror con nuevos asesinatos de activistas,
miembros de la población civil, así como otras vulneraciones flagrantes de derechos civiles, políticos y sociales. Uno de los más terribles fue el asesinato de Esteban Mosquera, un estudiante de música, un líder estudiantil que ya había perdido un
ojo durante las protestas estudiantiles de 2018 y que acabó asesinado muy presumiblemente por fuerzas de seguridad del Estado.


Los números siguen hablando por sí solos. Solo en 2001 se produjeron 67 masacres con 243 víctimas, fueron asesinados 109 líderes sociales y 35 firmantes del acuerdo de paz, y volvieron los desplazamientos masivos de poblaciones como los
ocurridos hace unas semanas en el departamento de Ituango. La mayoría de estos crímenes sigue afectando sobre todo a la población campesina afroindígena, líderes comunitarios, ex guerrilleros movilizados y defensores de derechos humanos. Y a eso
hay que sumarle, ahora que se están acercando ya las elecciones, amenazas y actuaciones contra miembros de la oposición, como el propio senador Gustavo Petro, así como contra cargos electos democráticamente como el gobernador del departamento de
Magdalena, Carlos Caicedo, que tuvo que salir del país amenazado de muerte por la organización paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Muchas de estas violaciones, ministro, se dispararon desde que Iván Duque llegó al Gobierno y nada hace
previsible que eso vaya a disminuir. Y, lo que es peor, muchas de estas violaciones siguen remitiendo a la figura del ex presidente Álvaro Uribe que, según el propio ex presidente Santos, amparó el asesinato de miles de



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civiles inocentes acusándolos sin pruebas de terroristas y narcotraficantes. Como ya denunció en Colombia el senador Iván Cepeda, los propios servicios secretos de Estados Unidos señalaron a Álvaro Uribe en 1991 como uno de los mayores
narcotraficantes de Colombia, y hoy Uribe mantiene vínculos estrechos con José María Aznar, con la ultraderecha de VOX a través de la red Atlas Network creada por el mismo presidente Ronald Reagan (rumores) que impulsó a los talibanes y al
integrismo islámico igual que otros presidentes norteamericanos como Bush y Donald Trump. Son hechos muy graves, señorías. -Voy acabando-. La política española y europea autónoma y comprometida con los derechos humanos debería también denunciar y
condenar estos hechos y debería exigir que cesen estos crímenes en Colombia, que se respeten los derechos de la oposición, que personas como el gobernador Caicedo puedan regresar al país con garantías suficientes y que se celebren elecciones limpias
y sin proscripciones.


Gracias, ministro, por la intervención. Luego en la réplica incorporaré algún otro tema.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Muchas gracias, presidente.


Señor Albares, bienvenido a la casa de la soberanía nacional donde esperamos verle muy a menudo, entre otras cosas porque dar cuenta de sus decisiones y de sus acciones ante esta Cámara no es una opción, es una obligación. Usted ha venido
hoy aquí arrastrado por la petición de comparecencia urgente del Grupo Parlamentario Popular en la Diputación Permanente, aunque haya preferido convertirla en un popurrí de asuntos con el fin de evitar una próxima para asuntos de su ministerio y que
no podamos entrar al detalle de los mismos, como es evidente.


La decisión de hacer el envío de tropas para la evacuación de Afganistán sin el preceptivo mandato de esta Cámara, el papel que han decidido dar a España como hub de distribución de refugiados de la Unión Europea y la negativa del presidente
del Gobierno tanto de informar al líder de la oposición como de comparecer ante este Congreso, son motivos más que suficientes para que usted, ante quien hoy se escuda el presidente, empleara esta comparecencia exclusivamente para dar cuenta de uno
de los mayores fracasos internacionales que ha vivido occidente en los últimos veinte años.


Este grupo parlamentario, que como ha visto hoy aquí tiene más sentido de Estado que muchos miembros de su Gobierno, quiere contribuir a que España tenga una política exterior fuerte y una imagen exterior a la altura de nuestro país. Pero
ustedes insisten en negarse. Si de verdad quisiera tener una política de Estado, como ha dicho, trataría a la oposición con respeto, nos proporcionarían información relevante y tratarían de consensuar seriamente los asuntos con los que tendremos
que lidiar nosotros más pronto que tarde. Nada de todo esto se ha producido tampoco con usted. No me dirá ahora que una llamada de seis minutos para felicitarse por lo bien que estaba diseñado el plan de evacuación e informarnos de lo que ya
conocíamos por la prensa, es tener interlocución con la oposición. ¿O acaso es esa su idea de construir diálogo y consenso que nos va a permitir tener una política de Estado? Señor Albares, lo único que demuestra con su actitud, la vanagloria de
este Gobierno, es la falta de consideración y de respeto sin igual tanto a las instituciones como a las leyes. Lo ha oído muy bien: una falta de respeto a la ley, porque les guste o no el despliegue de tropas que nosotros apoyamos tenía que haber
sido autorizado por esta Cámara. (Una señora diputada: ¡No!) Nuestras tropas, las que volvieron el 13 de mayo, a las que usted se ha referido, estaban allí en misión de formación y con mandato OTAN, y esta última operación, realizada tan
brillantemente por nuestras Fuerzas Armadas, ha sido una operación de rescate de nacionales, misiones Petersberg, y al cambiar la naturaleza de la misión se requiere autorización del Congreso. (Una señora diputada: ¡No!). Eso lo estableció su
partido en la Ley de Defensa Nacional antes de que el presidente Sánchez pidiese eliminar el Ministerio de Defensa. Usted lo sabe, pero ha decidido circunvalar la legalidad de la misma manera que hicieron con la entrada de Ghali o con la salida de
los menores de Ceuta.


Vayamos por partes. Es usted el tercero de los cuatro ministros de Exteriores que nos trae aquí las líneas generales de su ministerio en tres años de Gobierno, y todos han venido con el mismo adanismo que usted ha desplegado hoy: antes de
mí el diluvio y gracias a mí el oasis. Así que le pediría en su réplica que se ajuste mucho más a la realidad y se olvide por unos minutos de la propaganda.


Como nos ha contado, lo primero que hizo tras tomar posesión fue viajar a Londres con el fin de tranquilizar a su homólogo ante la negativa a aceptar la propuesta enviada por la Comisión Europea sobre Gibraltar. Así, el señor Raab tiene la
suerte de conocer la posición de su Gobierno pero esta Cámara no. ¿Podría detallarnos cuál es la posición que tiene usted exactamente ante esa propuesta? Se lo pregunto



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porque hasta donde sabemos -que siempre es por la prensa- usted ha aceptado que sea Frontex quien guarde la frontera, el puerto y el aeropuerto con Gibraltar, lo que nos hace dudar de eso que llama la posición firme que España debería
mantener en una negociación histórica. Así que cuéntenos concretamente, ¿va a haber Guardia Civil guardando la frontera española? ¿Sí o no?


Sobre la relación trasatlántica, le felicito por haber revertido la decisión de la anterior ministra y recuperado la Secretaría de Estado de Iberoamérica. Sin embargo y dado que -usted lo ha dicho- su política quiere que esté respaldada en
hechos y acciones no ha realizado usted ningún gesto concreto que haga entender que su Gobierno quiere recuperar para España un papel de actor relevante en América latina. En las negociaciones que han comenzado en Venezuela, ¿dónde está España?
Ausente. En la situación que atraviesa la sociedad civil cubana que ha salido a las calles desde el día 11 de junio para pedir libertad, ¿dónde está España? Ausente y negando que aquello sea una dictadura. En la dramática situación en la que se
encuentra Venezuela, con ataques concretos a nuestro país y por la que hemos pedido también su comparecencia, ¿dónde está España? Ausente. En la destrucción de nuestro legado histórico en México y en otros países, ¿dónde está España? Ausente. En
el proceso constituyente de Chile, clave para la región, ¿dónde está España? En la defensa de los derechos fundamentales que están siendo pisoteados por el Gobierno de Bolivia, la ex presidenta Áñez, ¿dónde está España? Ausente. Señor Albares, ni
siquiera cuando fue humillado el jefe del Estado en su presencia en Perú hubo una reacción a la altura de tamaña ofensa por parte del Gobierno de España.


España lleva desde el año 2018 absolutamente ausente en los temas clave de América latina, al volver la espalda a una región con la que nos unen lazos históricos, económicos, geopolíticos y culturales únicos. ¿Va a defender la libertad, la
democracia y los derechos humanos activamente en América latina? ¿Va a liderar usted la posición europea con respeto a la región latinoamericana o dejaremos que lo hagan otros? Y, sobre todo, ¿lo haremos conforme a los principios de las
democracias avanzadas o contagiados de la deriva ultra que hemos visto aquí de sus socios, partidarios del socialismo del siglo XXI? ¿Va a participar usted, como hizo su antecesora, en las reuniones del Grupo de Puebla?


Con respecto a los Estados Unidos, después de la cumbre de veintinueve segundos y del viaje que hizo Sánchez, es verdad que esta crisis de Afganistán le ha salido a usted al rescate. El problema aquí lo tiene dentro de su Gobierno, lo ha
visto aquí. El sábado era la ministra Belarra quien pedía reflexionar sobre nuestra política exterior y dejar de hacer seguidismo de Estados Unidos, cuando han hecho más por los derechos de las mujeres afganas en veinte años que todo el buenismo de
la izquierda en el que ustedes se envuelven. ¡Puro cinismo e hipocresía hasta con el horror talibán! Así que le pregunto -esta pregunta, ministro, es clave y le pido que la responda-: ¿Quién marca la política exterior del Gobierno? ¿Usted o sus
socios de Podemos? Porque ya lo ha visto aquí, con respecto a la frontera sur hay diferencias de criterio que no son menores entre los miembros del Ejecutivo que son los que verdaderamente pueden dificultar ese diálogo que usted pretende iniciar
con Marruecos.


En mi grupo parlamentario lo que sí nos gustaría saber es si existen o no líneas rojas en su posición negociadora, porque como usted ha dicho, la política exterior afecta y mucho a la vida de los españoles, y sabe que estamos viviendo un mes
de agosto con máximos históricos en el precio de la electricidad. La suspensión de relaciones entre Marruecos y Argelia puede encarecer todavía más el precio de la luz este invierno, teniendo en cuenta que más de la mitad del gas que consumimos en
España viene de Argelia. Dado que quiere que en todo conflicto -lo ha dicho usted- tengamos una posición, ¿cuál es la que usted va a defender frente a este conflicto? ¿Tiene algo previsto en caso de que empeoren las circunstancias? ¿O aplicaremos
el modo imprevisión, improvisación?


Sobre China, no nos ha dicho nada con respecto al 5G que nos gustaría conocer; tampoco sobre el futuro de la misión en Irak tras el fracaso que hemos tenido en Afganistán ni si va a ser capaz de mantener la sede de la Organización Mundial
del Turismo en España. Y sobre Rusia se ha olvidado de mencionar que llevamos tres meses con el embajador cesado. La política de nombramientos del ministerio daría para una comparecencia completa porque es el único Gobierno de la historia que se
ha autoenmendado en sus peticiones de plácet.


Vayamos al objeto real de esta comparecencia. Si algo ha evidenciado la crisis de Afganistán es el modus operandi típico de este Gobierno, el mismo que con la pandemia y el mismo que con la crisis de Marruecos. Primero, desinformación;
después, descoordinación; le sigue la improvisación y, por último, apuntarse méritos ajenos entre aplausos de los propios. La misión de repatriación ha sido un éxito, sí, pero la gestión de la crisis de Afganistán no, porque hay una gran
diferencia. La primera dependía de unos magníficos servidores públicos -policías, militares y diplomáticos-, que, incluso cesados, optaron por



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servir con excelencia. Y la segunda dependía de un Gobierno que, negándose a volver de vacaciones, se apuntó los tantos que lucharon otros. De nuevo nuestro reconocimiento más profundo y sincero a esos servidores públicos que han mostrado
una vez más lo mejor de España: vocación de servicio, honorabilidad y espíritu de sacrificio.


Vayamos a los hechos, porque la propaganda ya la ha hecho usted. El 8 de julio Biden anunciaba que el día 31 de agosto sus tropas se retirarían definitivamente del territorio afgano y nuestro embajador en Afganistán se apresuraba a advertir
a la colonia española que abandonasen el país lo antes posible, consciente de lo que se avecinaba. Durante todo el mes de julio nada indicaba que usted tuviese un ojo puesto en Afganistán. Las primeras semanas en el ministerio las dedicó
exclusivamente a la reestructuración interna y dejó al margen la gestión política. Tanto es así que en un ejercicio que no sé si calificar de bisoñez, de imprevisión o de falta de conocimiento, decide usted llevar al Consejo de Ministros del 3 de
agosto el cese del embajador en Kabul. ¿Señor Albares, cuál es la razón para que en medio de esta crisis decidiese el cese del señor Ferrán? ¿Es usted consciente de que si el embajador hubiese regresado esa misma semana, como estaba previsto, la
operación de repatriación tan brillantemente pensada y con tanta antelación, según usted, no se habría podido llevar a cabo? ¿Es usted consciente de que la misión de repatriación fue un éxito gracias a que su decisión no se ejecutó? Aun así, aquí
le tenemos, sacando pecho y hablando de previsión y de coordinación cuando nuestras Fuerzas Armadas se habían retirado en mayo, pidiendo coordinar la evacuación de nuestros colaboradores, como ya hacían Italia, Francia o el Reino Unido -ni Draghi ni
Macron ni Johnson han salido a aplaudirse-, y ni caso. El embajador de España alertó a la comunidad española y al ministerio para que se saliesen en junio y nos ha dicho aquí que no fue hasta el 10 de agosto cuando pusieron en marcha una reunión de
coordinación. No hubo tal previsión porque no había nadie al mando de la decisión. No mientan, no.


Le diré lo que significa lo que usted ha llamado perfecta coordinación ministerial. Mientras los talibanes tomaban Kabul y las delegaciones extranjeras organizaban la retirada, Bolaños decía que lo más importante era garantizar la seguridad
de nuestra embajada. Mientras Estados Unidos sacaba in extremis a nuestro personal a un aeropuerto tomado por masas desesperadas, Marlaska decía que aquel era un lugar seguro. Mientras los aviones italianos, checos y canadienses huían de
Afganistán, usted convocaba plazas para cubrir vacantes en Kabul. Y mientras los portavoces nos informábamos de lo que pasaba gracias a los medios de comunicación, usted nos llamaba para vanagloriarse de lo bien que habían realizado un perfecto
plan de evacuación, pero es la realidad y no esta oposición la que le desmiente. El plan de evacuación no estaba realizado con tanta antelación porque la situación se fue resolviendo sobre la marcha de los slots que nos daba Estados Unidos. No
fuimos el primer contingente de la Unión Europea en salir porque cuando salimos habían llegado más de 2500 personas a Europa. El esfuerzo empleado en realizar una lista de personas a repatriar fue en vano, a juzgar por las palabras que dijo el
propio presidente del Gobierno en su comparecencia.


Por último, señor Albares -esto lo va a entender-, ya ha visto usted que no, que no habría sido posible coordinar esta misión de evacuación por teléfono, como me dijo. La coordinación y el éxito de esta misión de evacuación fue gracias a la
valiente y personal decisión del embajador cesado de España y su segunda, una decisión que ni usted ni el plan de evacuación contemplaban. Perdieron por imprevisión un tiempo clave, un tiempo que habría supuesto que hoy se hubiese cumplido con ese
mantra que les gusta repetir: 'No dejaremos a nadie atrás'. Claro que han dejado, claro que hemos dejado a mucha gente atrás. Todo este disfraz gubernamental de éxito envuelve una enorme tragedia. Dígaselo si no a los centenares de colaboradores
de las Fuerzas Armadas en Badghis y Herat y a sus familias, que no han podido llegar a Kabul porque ustedes, simplemente, no dieron la orden de evacuación a tiempo. Tanto es así que, conscientes de esa imprevisión, corrieron a refugiarse en los
brazos de la Unión Europea. Improvisaron hacer de España el hub de recepción de refugiados que anunció Escrivá sobre la marcha al aterrizar el primer avión, sin que a día de hoy se haya tomado una sola decisión a nivel europeo de cómo se va a hacer
el reparto de los mismos.


Voy terminando, señor presidente. Tapan un error con una improvisación y por eso le pedimos que lideren ya en la Unión Europea esa distribución antes de que la situación se desborde y acabemos con una crisis como la de 2015. El Partido
Popular apoya la acogida de todos los refugiados que han colaborado con España a lo largo de estos veinte años, pero eso no se improvisa. Eso se trabaja, se decide y se gestiona. Olvídense esta vez de las fotos y de los tuits y ocúpense del fondo.
Señor Albares, tiene usted un tiempo precioso por delante para, por fin, dar a España el lugar que se merece. Para acometer ese proyecto y dejar atrás las chapuzas, la vergüenza, la dejadez y la desconsideración, yo



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quedo a su disposición. No tenga usted duda de que este grupo parlamentario está a su lado si viene a trabajar por la mejora de España. Para los golpes de efecto, la propaganda o el escaqueo en sede parlamentaria no cuente con nosotros.


Muchas gracias. (Una señora diputada: ¡Muy bien!-Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez Ferro.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Gómez.


El señor GÓMEZ HERNÁNDEZ: Muchas gracias, señor presidente.


Señorías, señor ministro de Exteriores, en primer lugar, quiero agradecerle su comparecencia en esta Comisión de Asuntos Exteriores, en el Congreso de los Diputados, solicitada una semana después de tomar posesión, el pasado día 19 de julio.
También quiero agradecerle la voluntad de interlocutar con todos los portavoces parlamentarios en este proceso, pero sobre todo la voluntad que ha manifestado por solucionar, por actuar con máxima celeridad en la resolución de esta terrible realidad
que se ha vivido en Afganistán. Hablo de la interlocución con el secretario Blinken, con los socios de la Unión Europea y con el homólogo de Emiratos y de todo ese esfuerzo que se ha realizado en tiempo récord.


Lamentablemente, hemos podido ver en esta comparecencia, en esta última intervención, que con el Partido Popular no podemos contar. Ni en el contenido ni en el tono se puede interpretar que sea compatible con el sentido de Estado que se
requiere a un partido que ha gobernado España. La voluntad se manifiesta con palabras y con hechos. Se rechaza la interlocución del ministro, se rechaza el reconocimiento, porque al fin y al cabo, si comparece el presidente, si comparece el
ministro, si hay declaraciones públicas, todo es criticado por el Partido Popular. No hay espacio para el entendimiento, no hay espacio para la interlocución. La respuesta es la agresión, el insulto y la patada política porque interpretan que de
esta manera van a sacar rédito político. Eso es lo que hace el Partido Popular con la política exterior, que la ha convertido, como en numerosas ocasiones hemos trasladado en esta Comisión y en el Pleno, en un auténtico lodazal. Eso es lo que
quiere hacer el Partido Popular con la política exterior, debilitando la imagen de España en el exterior. Lo comentaba el portavoz de Unidas Podemos, no solo boicoteando y torpedeando la acción del Gobierno para los fondos europeos, sino también
deslizando declaraciones tan, tan, tan peligrosas como que España está al borde de ser un Estado fallido, que no es un Estado social y democrático de derecho. Esa es la deriva a la que nos lleva el Partido Popular desde una perspectiva
extremadamente peligrosa, atendiendo a la realidad que estamos viviendo con el fenómeno migratorio.


Ministro, Canarias, por la vía del Mediterráneo, también está sufriendo un auténtico desafío migratorio y sé que usted va a liderar esa estrategia en Europa para contrarrestarlo, no solo con un pacto de migración y asilo, sino también con
una actuación contundente en origen que permita frenar esta hemorragia que se está cobrando ya demasiadas vidas. Para eso, para esas acciones del Gobierno, del Ejecutivo, se requiere, se demanda, responsabilidad política, coherencia y respeto
político e institucional, porque si lo que hacemos es jugar con esto, que es lo que ha sucedido en los últimos tiempos en España, mal camino, mala dirección está tomando un partido de Gobierno, como lo fue el Partido Popular. Lo digo desde el
conocimiento de lo que ha sucedido en Canarias en los últimos dos ejercicios, y lo digo desde el conocimiento de la agresión a España que perpetró el líder del Partido Popular, Pablo Casado, interlocutando con formaciones ultranacionalistas de
Marruecos, también a espaldas del Gobierno de España, y de eso no hablan. Lo dije en la anterior Diputación Permanente y lo digo aquí. Lo único que se plantea en este tipo de encuentros es debilitar la imagen de España en el exterior. Si exigimos
al ministro y al presidente del Gobierno de España transparencia e interlocución, ¿por qué no lo hace el Partido Popular? ¿Por qué el Partido Popular no ofrece esa capacidad que traslada aquí una y otra vez para resolver conflictos? ¿Por qué no
tienden la mano para colaborar? ¿Por qué lo único que encontramos, lo único que nos brindan son agresiones?


Eso es lo que nos sorprende de una formación política venida a menos que lo único que persigue es atacar, atacar y atacar a un Gobierno en materia de política exterior sin medir las consecuencias negativas que tiene para nuestro país,
incluso en materia migratoria, uno de los aspectos más sensibles a los que nuestro país se enfrenta, especialmente algunas comunidades autónomas.


Señor ministro, contactos operativos. Finaliza la primera fase, fase reconocida tanto por la presidenta de la Comisión Europea, como por el presidente del Consejo, el secretario de Defensa de Estados Unidos, el secretario general y la
portavoz de la OTAN como una actuación importante, destacada y bien coordinada, porque el éxito, independientemente de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, organizaciones



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y acción del equipo diplomático, se ha fundamentado y ha pivotado también sobre la coordinación con los socios europeos, con los socios de la OTAN, y evidentemente, como bien comentaba usted, con su homólogo en Emiratos y otros colaboradores
que han facilitado este operativo. Pongamos en valor la gestión política realizada por el presidente del Gobierno y por el ministro precisamente para canalizar todas estas acciones. Aquí no podemos venir a desdibujar el esfuerzo político por
coordinar estas acciones; los operativos no se ponen en marcha de manera espontánea, hay que coordinarlos, los países tienen que trabajarlos desde la perspectiva de la coordinación, y es un éxito -así lo manifiesta este grupo parlamentario- el hub
montado en Torrejón de Ardoz para dar cobertura a la repatriación en el conjunto de la Unión Europea, como también la interlocución con Estados Unidos para dar respuesta en Morón y en Rota para que este operativo se vea complementado con éxito.
Señor ministro, no le deben extrañar este tipo de acciones y de agresiones verbales, como digo, incompatibles con el sentido de Estado que deben manifestar otras formaciones. En cualquier caso, sí quiero agradecer el tono empleado por el resto de
los grupos parlamentarios, que al menos han manifestado su voluntad de colaborar y defender los intereses de nuestro país. En ese sentido, el Grupo Parlamentario Socialista sí que está y sí vamos a estar trabajando de la mano; no así de aquellos
que entienden absolutamente todo como una oportunidad para atacar al Gobierno.


Señor ministro, nos gustaría trasladarle también nuestra felicitación. Entendemos que la acción del Gobierno en Iberoamérica, de la mano de la Unión Europea en el marco del multilateralismo, como siempre hemos defendido, debe ser
fundamental y clave. No me gustaría dejar pasar la oportunidad de ridiculizar a aquellos que defienden la acción en Iberoamérica cuando en siete años de Gobierno solo proyectaron en Venezuela menos de medio centenar de ayudas de protección
internacional y en tres años del Gobierno actual se han superado las setenta mil. Esta es una realidad indiscutible, más allá de utilizar la bandera, el sufrimiento y la desgracia que sufren numerosos países en América Latina para atacar al
Gobierno de España; lamentablemente es una práctica en esta legislatura, que ha pivotado la mayor parte del tiempo en atacar al Gobierno con la crisis de Venezuela, con el drama de Venezuela, y eso demuestra la altura política del Partido Popular
en materia de política exterior.


Señor ministro, nos gustaría también poner en valor la acción del Gobierno y la voluntad de donar esas 7,5 millones de vacunas, manifestado recientemente, así como de liderar y ser socio o formar parte de la creación del mecanismo Covax, que
tantas soluciones está dando a la realidad que están viviendo algunos países que en estas fechas encuentran numerosas dificultades para llevar a cabo una vacunación aceptable. Nos llama mucho la atención que después de 49 días frente a un ministro
que comparece y que tiene en diferentes fases interlocución con la oposición, que próximamente en el inicio del periodo de sesiones tendrá comparecencias en esta Comisión y en el Pleno, así como control al Gobierno, la acción de la oposición se
limite única y exclusivamente a insultar. Aquí, desde luego, me gustaría realmente hacer un ejercicio de reflexión y llamar a la responsabilidad en determinados temas sensibles para España en materia de política exterior. Aquí se ha lanzado un
auténtico órdago desautorizando la acción del Gobierno en la intervención en Afganistán para llevar a cabo un ejercicio de repatriación faltando a la verdad, eso sí, una vez más, y lo dice una formación política que llevó a cabo un operativo bélico,
una confrontación, aquella famosa foto de las Azores que dejó a España en una situación extremadamente sensible, sin interlocutar absolutamente con nadie. Estas declaraciones grandilocuentes a las que nos tiene habituados el Partido Popular nos
llevan sinceramente a extremar la precaución a todos los grupos parlamentarios sin excepción. Estamos hablando de una formación política que atiende única y exclusivamente a atacar a un Gobierno, a debilitar el proyecto de España, e
independientemente de la posición de las formaciones políticas tenemos que hacer frente común a estas agresiones permanentes a la estabilidad de nuestro país. Este grupo parlamentario, ante comentarios como uno de los mayores fracasos de Occidente,
ante agresiones como las que ha sufrido el presidente del Gobierno de España, o el ataque que se ha hecho al propio ministro en apenas 49 días en el ejercicio de su responsabilidad diciendo que ha tratado de desmantelar a un ministerio cuando justo
hace unos meses pedían precisamente el cese del secretario de Estado y de la propia ministra, esas contradicciones nos obligan sinceramente a hacer un mayor esfuerzo por contrarrestar esta deriva de confrontación máxima y de derribo de España, no de
un Gobierno. Aquellos que hacen gala de tumbar ministros y ministras, que presumen del número de ministros y ministras que son capaces de derribar poco pueden demostrar a la ciudadanía de nuestro país de lo que son capaces de hacer por España.
Eso, desde luego, desde el Grupo Parlamentario Socialista lo vamos a defender con uñas y dientes.



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Señor ministro, para finalizar, nos preocupan determinados aspectos que consideramos prioritarios, pero en el escaso tiempo que lleva al frente del ministerio ha dado pasos notables, y ya no digo de restablecer relaciones con Marruecos,
socio estratégico, que se deben entablar dentro de un nuevo marco de relaciones de vecindad, y muy importante también con Estados Unidos, creo que es fundamental fortalecerlo, pero desde luego con el continente africano. No quiero dejar pasar esta
oportunidad para trasladarle nuestro apoyo, nuestro arrope por avanzar en esa dirección. Ahí tenemos un desafío extremo. Usted relacionaba el crecimiento, cómo se va a duplicar la población de aquí al año 2050, y todos los esfuerzos que podamos
hacer en ese sentido y, sobre todo, el papel que debemos desempeñar en el marco de la Unión Europea para contrarrestar ese desafío de enorme magnitud.


Sin más, señor ministro, quiero trasladarle nuestro apoyo, nuestro respaldo, nuestro arrope, y decirle que el Grupo Parlamentario Socialista va a estar en la defensa de los intereses de España con absoluta lealtad a nuestro país,
evidentemente, y a la acción de gobierno defendiendo los intereses de nuestro país, como no puede ser de otra manera.


Muchísimas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gómez.


Tiene de nuevo la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Voy a retirarme de nuevo la mascarilla, ya que estaba todo el mundo de acuerdo salvo el Grupo Popular, aunque he visto que su portavoz se la ha retirado
cuando ha hablado y es la única que lo ha hecho.


Hay varias cosas que han salido y que son comunes a todos los grupos. Sobre Afganistán empezaré haciendo una exposición respondiendo globalmente, porque creo que así respondo a varias cosas de las que han planteado. Ha habido preguntas
sobre el número de personas, cuántos pertenecen al contingente español, etcétera. Como he dicho en mi exposición, se han acogido 2206 personas, de las cuales 400 son unidades familiares, 1671 pertenecen al contingente español, 333 al SEAE, digamos
al contingente europeo, 131 han sido de los Estados Unidos, 50 de la OTAN y 21 de Portugal; vino un pequeño contingente porque nuestro país vecino, amigo y socio, nos pidió que lo incorporáramos. Se han mezclado varias cosas en sus exposiciones.
Se ha mezclado lo que es un centro de tránsito, y en ocasiones se ha dado la impresión de que este era un centro para refugiados o de refugiados, y se ha mezclado claramente lo que era una operación de evacuación para españoles y colaboradores
afganos de España y de la Unión Europea con una operación mucho más amplia, que no es para lo que estaba pensada, de rescate, salvamento de otras categorías, de las que también hemos incluido por motivo humanitario, y mucho más prácticamente de
cualquier afgano que esté en peligro. Entonces yo lo voy a intentar desbrozar. Señorías, yo creo que aquí han mezclado complejidad con contradicción. Una cosa es que una operación sea compleja y otra cosa es que sea contradictoria. Miren, en
política exterior -un poco como en la vida- nadie escoge nunca las circunstancias que le vienen impuestas, pero uno siempre puede escoger su actitud ante ellas, y eso es lo que ha hecho el Gobierno de España, escoger su actitud en consonancia con la
sociedad española.


Yendo por partes, la operación es una operación de evacuación en un primer momento -y así se planteó- de los poquísimos españoles que quedaban ya en Afganistán -gracias a la previsión que habíamos hecho-, que eran cinco y que están todos
evacuados, de su personal de la embajada, que se ha mantenido hasta el último momento posible mientras había condiciones de seguridad, y que ha sido completamente evacuado, y ahí esa 'misión cumplida'; ¡claro que sí, misión cumplida! Esa misión
cumplida. Y nos felicitamos, claro, nos felicitamos de no tener que lamentar, como los Estados Unidos -y lo sentimos mucho y hemos emitido un comunicado-, que no hayamos tenido ningún muerto. Esa es la misión cumplida, porque la misión sigue. Y
ahí, señora Martínez, usted decía que no habíamos venido aquí al Congreso a pedir... Ya sabe que esto está bajo el mandato de una Operación OTAN, que es Resolute Support, que seguía y, por lo tanto, está dentro de ese mandato y no era necesario
venir. La ministra de Defensa lo ha explicado. El tono de mi llamada y el tono utilizado la primera vez que nos vimos, a instancia mía -soy el ministro de Asuntos Exteriores, acabo de llegar y lo sé muy bien, y yo le agradezco que usted acudiera a
esa videoconferencias porque estaba de vacaciones, había dificultades y, aun así, se pudo conectar, cambiamos la hora para que usted se pudiera conectar aun estando de vacaciones y se lo agradezco-, la verdad es que fue un tono de intentar crear un
consenso en política exterior, intentar que España hable con una misma voz. Por eso, palabras como 'mentira' no creo que sea ni el sitio ni el motivo, ni en una operación como esta, ya que seguimos teniendo colaboradores de España en riesgo.



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Sobre la evacuación, como decía, tenía esos parámetros y unos colaboradores afganos de España, y de esos colaboradores no han podido salir todos, por supuesto, por motivos de seguridad, los de España y los de todos los países del mundo,
porque el aeropuerto ha estado operativo, por motivos de seguridad, un menor tiempo del previsto, y eso no dependía evidentemente de España, sino sobre todo de las fuerzas norteamericanas y de las fuerzas dentro de la operación OTAN. Entonces, una
vez que eso no fue posible, en un momento dado se abre la posibilidad de incluir otros grupos, pero la operación de evacuación en un primer momento no estaba pensada para eso. Por eso, señorías, aquellos que han criticado que se ha quedado tal o
cual persona, tal o cual grupo, en un primer momento no era para ello. España ha hecho todo lo que ha podido y seguirá haciéndolo. Igual que hemos dicho que no nos resignamos y que no dejaremos a nadie atrás, eso también es cierto, en la medida de
nuestras posibilidades, ya que dependemos de una acción conjunta de la comunidad internacional y de los miembros de la Unión Europea, donde más cercanos estamos de ir avanzando. Ayer se publicó un comunicado, al que ninguno de ustedes ha hecho
referencia, de cien países, entre ellos España, en el cual se habla de la posibilidad de que los colaboradores afganos de todos los países puedan abandonar Afganistán después del 31 de agosto. En eso estamos ahora, en este momento, y en eso no
vamos a cejar.


En segundo lugar, sobre refugiados y colaboradores se han mezclado todas esas cosas. El hub de Torrejón no es un sitio donde lleguen refugiados afganos, ni siquiera cualquier afgano, a pesar de que en nuestra misión de evacuación hemos
traído minorías, defensores de los derechos humanos, personas muy señaladas, jueces; un poco lo que íbamos pudiendo hacer. Es un centro de tránsito; tanto es así, que el contingente español, es decir, los colaboradores afganos de España, pasa una
media de treinta y una horas en ese centro de Torrejón, y los de la Unión Europea -porque tienen que venir de fuera los distintos países de la Unión Europea- cincuenta y seis horas. Y en eso está implicada toda la Unión Europea. Son muchísimos los
países que han recogido ya a su contingente de colaboradores afganos. Destacan algunos países como Alemania, como Dinamarca, pero, en fin, la lista es muy grande y exhaustiva y, por no alargarme, si quieren, se la puedo facilitar más tarde.


Sobre la posible previsión o imprevisión, los dos principales países con número de personas sobre el terreno, Estados Unidos y Alemania, el presidente Biden reconoce públicamente -lo pueden ver porque esto ha sido en estos días-: 'esto pasó
más rápido de lo que esperábamos'. Angela Merkel -leo literalmente-: 'juzgamos mal la situación, no solo Alemania, sino generalizadamente'. Entonces, cuando se habla de imprevisión no es España, será la imprevisión de España, la Unión Europea,
Estados Unidos, la OTAN, China, Rusia, será la imprevisión de la comunidad internacional. Es decir, era imposible prever la salida del presidente del Gobierno afgano y la entrada de los talibanes en Kabul con esa rapidez. ¿Por qué? Lo han
preguntado varios de ustedes; bueno, lo he dicho en mi exposición, porque los análisis cifraban el Ejército afgano en 300 000 efectivos y un apoyo de fuerza aérea; porque tras veinte años de presencia y de apoyo internacional, las Fuerzas Armadas
podemos considerar que estaban relativamente bien formadas, se calcula un gasto en defensa de 83 000 millones de dólares; y frente a ello había 75 000 talibanes sin apoyo de la fuerza aérea.


¿Autocrítica? Por supuesto; lo que ocurre es que yo hoy venía a centrar mi comparecencia sobre todo en explicar el operativo de evacuación e iniciar unas líneas de futuro. Pero, por supuesto, la autocrítica no puede ser solo de España.
Eso no quiere decir que nosotros no tengamos que hacer internamente nuestra propia autocrítica, y sobre todo autocrítica no para flagelarnos, porque quedan operaciones de ese estilo sobre el terreno muy importantes para España y tenemos que extraer
las mejores lecciones para que esto no ocurra allí, que afectan directamente a nuestra seguridad. Pero era una operación OTAN y, por lo tanto, esa autocrítica permítanme que la haga en el seno de la OTAN y luego podemos volver aquí y hablar de eso.
Ya lo hemos empezado a hacer; hubo un Consejo extraordinario de la Unión Europea y un Consejo Atlántico extraordinario, a nivel de ministros de Asuntos Exteriores, donde, por supuesto, el grueso fue la evacuación, pero también empezamos a analizar
esto.


Nuevamente, sobre la previsión o la imprevisión, recuerdo lo que he dicho en mi comparecencia, a finales de julio todos los análisis de inteligencia de los países implicados señalaban que o bien esta situación iba a tardar años en llegar o
iba a durar, en la estimación más cercana, por lo menos seis meses, y el 11 de agosto, a días de que los talibanes entraran en Kabul, las fuerzas norteamericanas estimaban que eso ocurriera en noventa días. Por lo tanto, sinceramente, si
imprevisión hubo fue del mundo de la comunidad internacional, por decirlo de alguna manera.



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Voy a pasar ahora, grupo por grupo, a algunas preguntas más detalladas que me han hecho. En primer lugar, a la señora Martínez, del Grupo Ciudadanos, le agradezco sinceramente sus palabras de reconocimiento y su tono en momentos muy
difíciles para muchos españoles y para muchas familias de colaboradores afganas, para las que siguen siendo momentos difíciles. Hablaba de condecorarles; no he citado nada al respecto, ya que eso es algo de lo que, estoy seguro, que hablará el
presidente del Gobierno y lo explicará. Ese es el motivo por el cual yo no he comentado nada aquí, pero, por supuesto, reitero y subrayo -como he hecho en mi exposición- la extraordinaria labor que han hecho todas esas personas. Nos desplazamos
todos los ministros que estuvimos involucrados en la coordinación del Gobierno y el propio presidente a recibirles y, desde luego, recibirán su justo homenaje, pero permítame que no diga nada más que eso al respecto.


Han señalado -y lo ha hecho también el señor Espinosa de los Monteros y la señora Martínez- que aquí tenía que estar el presidente del Gobierno. Siento mucho que mi persona no les sea suficiente, que un ministro de Asuntos Exteriores, Unión
Europea y Cooperación de España no les sea suficiente. Yo les puedo garantizar que el presidente del Gobierno ha estado donde tenía que estar en esos momentos, que es al frente de todo el dispositivo y en la coordinación de todo el dispositivo.
Tantos ministerios implicados, tantos funcionarios implicados, eso no responde más que a un impulso del propio presidente del Gobierno.


Asimismo, me ha preguntado por acciones concretas en relación con el régimen talibán, y hay varias cosas que no le puedo decir ahora mismo públicamente porque debe comprender que hay ciertos nombres de personas que están allí y planes
operativos muy concretos sobre cuáles pueden ser las posibles vías alternativas que no les puedo trasladar, de la misma forma que no podíamos trasladar nada del operativo que he mencionado hoy aquí, el del puente aéreo una vez que está terminado,
porque esa operación sigue en marcha, ese no dejar a nadie atrás no es ningún eslogan, es una voluntad y una determinación. Y en eso estamos trabajando, no solamente España sino todos los países de la Unión Europea, de la OTAN y el resto. Pero
claramente hay tres líneas de acción, como le decía: conseguir que los colaboradores afganos de España y sus familias pueden abandonar Afganistán, en la medida de lo posible introducir ayuda de emergencia -y subrayo de emergencia- para las personas
que siguen en Afganistán y que van a sufrir muy directamente las consecuencias de nuestra ausencia, y finalmente el respeto de los derechos humanos de todos los grupos que los ven amenazados: mujeres, niñas minorías, jueces, periodistas; la lista
es inmensa. Entonces, le puedo dar el marco general, pero permítame que no entre en más detalles al respecto.


El señor Espinosa de los Monteros decía que España ha dejado a mucha gente atrás. No lo comparto, señor Espinosa de los Monteros. España ha cerrado la primera fase de esa evacuación, pero nadie está atrás porque nosotros no la damos por
terminada. ¿Se ha vuelto más compleja? Sí. ¿Se ha vuelto más difícil? Sí. ¿Se ha cerrado una vía rápida en la que hemos conseguido sacar a 2206 personas, como era el puente de Kabul? Sí. Pero -y, por favor, ahí sí les voy a pedir
responsabilidad- esto que decimos aquí esas personas lo oyen y esas personas tienen que saber que el Gobierno de España sigue comprometido con ellos, que no les hemos dejado atrás. Su situación es muy difícil; es fácil decir aquí, en esta sala,
esas cosas, pero pongámonos en la piel de los que se han quedado allí, pero no se han quedado atrás. De verdad, lean el comunicando que ayer firmamos cien países porque hay información muy interesante al respecto.


En cuanto a las minorías cristianas, soy muy consciente de la dificultad en la que se encuentran e intentaremos protegerlos al igual que al resto de las minorías y que a todas aquellas categorías de personas que por su profesión, por su
pertenencia a una religión, por su opción sexual, se van a encontrar amenazadas. No lo voy a engañar, no podremos hacerlo todo, pero haremos todo lo que podamos, como hemos venido haciendo hasta ahora.


Sobre el hub, espero que en esta segunda exposición haya quedado claro que el hub no es un hub de acogida de refugiados, sino de acogida -permítanme la expresión- de nuestros afganos, de los afganos españoles y los afganos europeos, y que
las horas que pasan allí es de tránsito antes de ir al sistema de acogida español los que han estado colaborando con España o van hacia otros países de la Unión Europea. Por cierto, todo ese coste de la parte europea lo cubre el Servicio de Acción
Exterior de la Unión Europea, España lo único que hace es dar esas facilidades, poner esa base a su disposición. Por tanto, cada vez va quedando menos gente y en muy poco tiempo no quedará nadie, exactamente igual que el convenio que hemos firmado
con Estados Unidos para el tránsito de sus colaboradores. Morón y Rota se utilizarán como un centro de tránsito para hasta 4000 colaboradores, no refugiados, de los Estados Unidos y por un máximo de catorce días. Para los refugiados afganos la
situación es mucho más complicada -no



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conocemos las cifras- pero la reflexión se inicia ya. ¿Cómo lo vamos a hacer? En un primer momento tenemos que concertarnos y hablar con los Estados, los países que están en la región, en torno a Afganistán, que son los primeros que lo van
a sufrir. Ayer, por ejemplo, el presidente del Gobierno en un artículo que publicaba el diario El País ofrecía algunas pistas enmarcándolo en un marco más grande que desborda a Afganistán, que es el Pacto de Inmigración y Asilo europeo. A un
desafío de ese tamaño ni España ni ningún país de la Unión Europea puede enfrentarse solo, y tampoco ningún país de la comunidad internacional, nos tenemos que enfrentar unidos a nivel europeo y trabajando conjuntamente tanto con los países de la
región como con aquellos países que han decidido mantenerse en Kabul, como Turquía, Rusia o China, en la medida en la que sea posible. Hay países que se mantienen allí.


Por el Grupo Plural el señor Miquel me preguntaba por los colectivos y cómo se ha priorizado. Creo que ha quedado aclarado en mi exposición el plan para que no sea destruido lo que hemos hecho. En un primer momento, como le digo, vamos de
urgencia en urgencia y en estos momentos la urgencia son esos tres objetivos que tenemos: nuestros colaboradores, intentar que si es necesario -y sinceramente creo que lo va a ser- pueda llegar ayuda de emergencia a la población y, en tercer lugar,
intentar que se respeten los derechos humanos lo máximo posible. Desde luego, a largo plazo esa es una reflexión que empieza en estos momentos.


La portavoz de Junts me ha planteado varias preguntas -y luego volveré con el señor Espinosa de los Monteros que me ha hecho algunas preguntas sobre Cuba, lo veo aquí anotado- y me ha preguntado usted por qué he citado solamente esos dos
casos consulares. Si quiere, si está de acuerdo, luego, en privado, le puedo hablar más de esos casos consulares. Yo les pediría que no aireemos mucho aquí los casos consulares porque a veces complicamos la situación de esas personas. Por tanto,
los que he citado, los he citado, uno, porque se ha resuelto felizmente ayer y se puede ya mencionar, y, el otro, porque el propio ministro de Asuntos Exteriores de Israel hizo público que yo había hablado con él sobre ese caso. Pero, por supuesto,
conozco los casos de los que usted me habla, y hay otros que están en mi lista pero que usted no tiene por qué conocer; usted se interesa por esos y hace muy bien. Le puedo decir, sin darle el nombre, que uno de los casos que usted me ha citado
recibe asistencia consular habitualmente y que se han producido ocho visitas consulares hasta la fecha. Probablemente usted sabe que la cónsul general ha asistido al juicio de vista oral personalmente por indicación del ministerio y le puedo decir
que el número de contactos que se están produciendo entre mi ministerio y la embajada de ese país es abundante. Conozco perfectamente el caso, lo sigo y me involucro personalmente pero, como le digo, no puedo hablar más al respecto. En cuanto al
otro caso, nuestra embajada en ese país está en contacto con esa persona que usted me citaba y con la otra persona detenida, con sus abogados y con sus familiares, y en cada visita que se produce se les entrega una ayuda económica a ambas personas.
Si quiere usted más detalles, por supuesto los tendrá, pero una vez que sabe que yo estoy pendiente y que tuvimos ocasión de hablarlo por teléfono aquel día, mejor lo hablamos después porque, créame, desde luego no facilitamos nada con que sepan que
sus nombres están aquí porque hay ciertos países a los que esto no les gusta.


Vuelvo un segundo al señor Espinosa de los Monteros, que me hablaba de Cuba y decía que no hemos hecho nada -perdone; había mezclado las intervenciones-. Eso no es justo, señor Espinosa de los Monteros, y usted lo sabe. Hubo un comunicado
del ministerio el mismo día que yo tomaba posesión como ministro y yo mismo puse un tuit pidiendo la libertad de los manifestantes y exigiendo la liberación de la corresponsal de ABC. No lo digo yo, o no lo iba a decir yo, pero lo dijo él. Yo
hablé con Yotuel, ya que usted citaba Patria y Vida, para que él me informara de primera mano. Entonces, sí se hacen cosas. Sobre Nicaragua, sobre Venezuela -y contesto a la señora Martínez que también lo señalaba; más para la señora Martínez que
para usted, señor Espinosa de los Monteros-, si somos justos, España ha emitido comunicados, uno sobre Nicaragua al que se han sumado, sin que nadie les pidiera nada, Estados Unidos, Francia, Colombia, Chile y el Alto Representante de la Unión
Europea -no debía de ser mal comunicado-. Y en ese comunicado reclamábamos derechos políticos, anunciamos ya que no creemos en esas elecciones y hemos retirado a nuestra embajadora. Y con respecto a Venezuela, llevo 49 días de ministro; me da
tiempo a mucho pero no a todo. Con respecto a Venezuela, el miércoles -si es posible- empezaré a tener encuentros personales con todos los actores de ese diálogo, que espero que salga adelante y que lleva ya mucho tiempo fraguándose aunque no
termina de concretarse, y que son tanto el encargado de negocios de Venezuela aquí como Leopoldo López -por cierto, a Leopoldo López y a su familia los trajo este Gobierno a España, y no otro, porque se les consideraba amenazados, como con el señor
Capriles, con el que evidentemente no me podré reunir pero tendré una conversación telefónica



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para tener una visión lo más amplia posible de cómo puede España ayudar en ese diálogo. Y también me reuniré con otros miembros de la oposición venezolana si fuera necesario.


La señora Rosique me hablaba de cuál había sido -más allá de la participación de España en las operaciones militares- la intervención del Estado español. En mi exposición -no se lo detallaré, podría hacerlo otra vez, pero por no alargar
porque ya lo he hecho- detallé las escuelas que se construyeron, la alfabetización que se ha dado, los kilómetros de carretera que se han construido de manera específica en la región de la que se ocupaba España y cómo pasó de ser la penúltima en
estándares de vida al sitio en el que se encuentra hoy. Y luego, de manera mucho más genérica, no tiene más que ver en todos los estándares de vida que daba Naciones Unidas cómo se encontraba Afganistán hace veinte años y cómo se encuentra ahora.
En realidad, más que preguntar eso, nos tenemos que preguntar todos -y a eso la invito- es qué podemos hacer. ¿Cómo podemos conseguir que esto no sea un paréntesis? Es mucho más difícil ahora, es mucho más complicado, pero vamos a intentarlo,
aunque no depende solo de España.


Decía que había huidos, personas que habían sido heridas en el aeropuerto de nuestro contingente. A día de hoy -y si usted tiene esa información, por favor, al final me la facilita- no tenemos conocimiento de nadie con salvoconducto español
que haya sido herido en ninguno de esos atentados. La verdad es que no me consta, pero sí estaré muy atento, si usted tiene esa información, a que, por favor, me la pueda dar. Y sobre las vías para la evacuación, como le digo, más allá de lo que
he expuesto no puedo ir, no puedo ser más explícito.


Al señor Botran le haré unas cuantas precisiones. Usted ha venido a decir que España estaba en un ejercicio de autocomplacencia. Aquí ha estado Ursula von der Leyen, ha estado el presidente Charles Michel, y ellos se han pronunciado como
se han pronunciado. Sí hay una cosa que me ha preocupado. Usted decía que esos 5500 trabajadores que yo he citado -y los vuelvo a citar y subrayo su profesionalidad- trabajaban en contra de los intereses de Cataluña. Perdone, no le puedo dejar
pasar eso. Esos trabajadores trabajan en favor de los intereses de Cataluña y de todas las comunidades autónomas de España. Otra cosa es que si puntualmente se producen desbordamientos del marco constitucional de las competencias, esos
trabajadores los señalen y actúen en consecuencia. Pero le aseguro que esos trabajadores todos los días piensan en hacer avanzar los intereses de España y hacer avanzar los intereses de todas las comunidades autónomas de España, la de Cataluña
también. Quería hacer esa precisión porque ellos tienen muy claro que España es diversa y que es una democracia plena. Eso es lo que ellos tienen en la cabeza.


Cuando me hablaba de la presencia de militares españoles en países bálticos lo dejaba así un poco... como de suspense, parecía como que había algo espurio en todo ello. Esto es transparente, están en el marco de la OTAN. De sus palabras
parecía que España había escogido, que España daba un apoyo bilateral de alguna forma; es en el marco de la OTAN, exactamente igual que se estaba en Afganistán. Y ese avión que usted decía que pasaba y que tenía que salir, a lo mejor es por eso
que están. Porque hay aviones que vuelan tan cerca como para que el presidente de ese país no pueda dar una rueda de prensa tranquilamente.


Sobre la liberalización de vacunas - me ha preguntado usted, señor Botran, pero ha habido también otros portavoces- la posición del Gobierno de España la ha marcado el presidente del Gobierno y es clara. Nosotros estamos a favor porque nos
parece que es una buena forma de luchar contra la pandemia, pero evidentemente para eso se necesita un consenso internacional. Nosotros trabajamos en favor de ese consenso, pero hay otros países, tanto en el seno de la Unión Europea como más
ampliamente en la comunidad internacional, que se oponen. Pero nuestra posición sí es clara.


Al señor Iñarritu le agradezco sus palabras hacia mí y le aseguro que la llamada no la hice para decir que la había hecho; habrá más. Por cierto, respecto a la llamada, que parece que es como un hito -ya que alguna portavoz ha desvelado el
tiempo y las cosas que decía y todo eso, pero en la llamada di la misma información a todos ustedes, no es como si solo hubiera llamado a una persona-, les digo lo mismo que les dije en aquella llamada: mi teléfono está abierto para lo que quieran
cuando quieran. Creo que es bueno que intercambiemos; yo creo que en cuarenta y nueve días de ministro haber hecho una videoconferencia antes de quince días como ministro, esa llamada diciendo que me podía llamar cuando quieran y una comparecencia
a petición propia en periodo extraordinario, no está mal.


Entonces, quiero decirle varias cosas al respecto. Sobre Marruecos, preguntaba usted y ha habido algún portavoz más que ha preguntado, si usted ha leído la entrevista de La Vanguardia -que me decía que la ha leído-, con respecto al Sáhara,
que usted me hablaba, el marco de Naciones Unidas es el marco, pero la relación con Marruecos es mucho más que todo eso, y eso es algo que tienen que



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comprender. La relación con Marruecos es una relación muy amplia, muy rica, es un país amigo, es un país socio, es un país vecino. Y en la relación con Marruecos yo quiero llevarme extraordinariamente bien, como quiero llevarme
extraordinariamente bien con todos los países del mundo. Pero no busquen tal o cual tema, yo les doy la solución de cuál va a ser la clave de la relación con Marruecos y con cualquier país del mundo: yo quiero llevarme extraordinariamente bien con
ellos, pero sobre todo quiero llevarme extraordinariamente bien con España. Son los intereses de España y de los españoles los que me van a guiar en todo momento, no le quepa la menor duda.


Sobre el proceso en Oriente Medio, Israel y Palestina, ayer se ha producido un avance muy esperanzador. Por primera vez en mucho tiempo ayer el ministro de Defensa de Israel y el presidente palestino se han reunido. Eso es lo que queremos.
Por ahí queremos transitar. Y no ha cambiado la posición de España; no creo que haya nada además que le haga pensar que ha cambiado: dos Estados y una PNL de aquí, del Congreso, de esta casa, de la soberanía nacional; una PNL de 18 de noviembre
de 2015; no ha cambiado nada, ahí está España y ahí va a seguir.


El señor Esteban hablaba de la situación entre Argelia y Marruecos. Yo estoy hablando desde hace varios días tanto con nuestros amigos argelinos como con nuestros amigos marroquíes sobre este tema. El suministro de gas a España no está en
peligro, pero además no está en peligro porque nuestros amigos argelinos y nuestros amigos marroquíes quieren trabajar conjuntamente con nosotros en ese terreno. Por lo tanto, nadie tiene que inquietarse en nuestro país.


Señor Pisarello, le agradezco mucho, de verdad, sus palabras, su tono hacia la posición del Gobierno. Le aseguro que yo no considero la guerra como un instrumento de política exterior pero es un elemento con el que tenemos que toparnos en
la política exterior. Como le decía al inicio, uno en política exterior nunca escoge las circunstancias, le vienen impuestas, lo que puede escoger es su actitud, y aquí tiene un ministro que escogerá siempre, con determinación, no la que yo quiera,
sino la que siento que quieren los españoles: una actitud de solidaridad, de compromiso y de búsqueda de la paz. De eso no le quepa la menor duda.


Desde el multilateralismo vamos a apoyar -por supuesto que sí- el incremento en gasto social; no solo con instrumentos de seguridad se puede alcanzar la estabilidad, es necesario mucho más. Para la política de asilo se dará una respuesta
europea y le aseguro que este Gobierno no deporta niños marroquíes, todo se hace escrupulosamente en el marco de un tratado de 2007 y acorde con las garantías de la Ley de Extranjería. Y los derechos humanos -eso lo sabe usted, lo hemos hablado ya
en varias ocasiones- y los defensores de los derechos humanos en toda América Latina estarán en el centro de nuestra acción.


Termino con la señora Martínez, del Grupo Popular, aunque creo que ya he contestado a algunas de las cosas y si me dejo algo, en su turno de réplica me lo dice. Hay una cosa que me sorprende de verdad y a lo mejor me lo puede explicar
ahora, que tiene tres minutos. La he oído felicitar a los militares, a los diplomáticos y a todas las personas que han estado en el operativo, pero la he oído también demoler al Gobierno. ¿Quién piensa usted que da las instrucciones, que coordina,
que da el impulso a todo eso? ¿Cómo es posible felicitar a la Administración y no felicitar al Gobierno que dirige esa Administración? Es algo que no comprendo.


Sobre la autorización de la Cámara le reitero: la evacuación está dentro del mandato del Resolute Support, no había terminado Resolute Support.


Sobre el Reino Unido, le aclaro que no fui a hablar del mandato de la Unión Europea, fui al día siguiente de que la Comisión hiciera público el mandato de la Unión Europea, del que España es parte. Fui a ser el primero -porque España tiene
la última palabra- de todos los miembros de la Unión Europea que pulsaba qué pensaba el Reino Unido de ese mandato y cuál iba a ser, por decirlo así, el mandato británico. Y yo creo que mi viaje fue muy positivo. En ese mandato sabe perfectamente
que España tiene garantías extra sobre la aplicación del acervo comunitario y sobre la forma en que se va a entrar al espacio Schengen, porque se adelanta la frontera de la verja al puerto y al aeropuerto, y porque en todo momento quien impulsa todo
eso es España. Por lo tanto, no podemos más que felicitarnos y sobre todo quien se felicita de verdad son todos los municipios y todas las personas que se van a beneficiar de un espacio de prosperidad compartida, que es lo que buscamos, y estoy
seguro de que ahí van a estar ustedes.


Me ha hablado de Venezuela, de Cuba, de Nicaragua, de Chile. Sobre Venezuela ya le he dicho cuál es mi actitud, que me voy a reunir tanto con el representante del Gobierno de Venezuela en Madrid como con Leopoldo López, hablaré con Capriles
e iré contactando con todas las personas en esa idea, que sean los venezolanos quienes decidan cuál va a ser su futuro.



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Sobre Cuba, al señor Espinosa de los Monteros le he comentado ya ese comunicado, la exigencia de la liberación de la corresponsal de ABC y mi reunión con Yotuel. Y sobre Nicaragua, ya le he dicho antes y lo sabía de todas formas usted,
estoy seguro.


Luego, me preguntaba una cosa un poco sorprendente: quién marca la política exterior del Gobierno. El presidente del Gobierno, no le quepa la menor duda, nadie más; sobre eso que no le quepa la menor duda.


Y sobre la Organización Mundial del Turismo, le garantizo que el Gobierno español va a defender que esa sede se mantenga aquí y que sea la nueva sede. De hecho, podemos ir a visitar juntos esa obra e incluso con todos ustedes; podemos ir a
ver esa sede que va a estar en el Palacio de Congresos.


Me hablaba del cese del embajador en Kabul como un motivo de imprevisión. Ya le he dicho cuáles eran las previsiones el 11 de agosto; insisto, el 11 de agosto. La solicitud de plácet, de cambio de embajador, se hace al Gobierno afgano el
8 de junio y llega el 8 de julio, cuando, como le decía -y podemos repasar las fechas-, todavía los análisis incidían en que los talibanes tardarían en llegar a Kabul entre varios años y seis meses. Pero, previéndolo, se consideró que alguien que
llevaba tres años al frente y que es un extraordinario profesional, como ha demostrado una vez más, merecía ya pasar a otro destino -porque Afganistán es un sitio muy duro, de los más duros de servicio exterior- y que una persona se ocupara de esa
fase de evacuación. No pudo ser así y, cuando se inicia la evacuación, yo hablo con él por teléfono y le digo que considero que él debe seguir sobre el terreno ya que no hay tiempo para que vaya una nueva persona a ocuparse de la evacuación. No lo
duda ni un minuto y lo ha hecho con absoluta profesionalidad; más allá de la profesionalidad, con sentido de servicio público, que yo le reconozco.


Entiendo que usted hacía un poco de mofa de que yo en la conversación le dije que se haría por teléfono. Lo siento mucho, ¿cómo cree que se ha hecho el contacto con los colabores afganos, no de España sino del mundo entero? Por teléfono.
Teníamos unas pocas personas concentradas en el aeropuerto. El embajador o la segunda jefatura no podían llamar a miles de personas. Lo he descrito aquí, es transparente; lo he descrito, no sé si me ha escuchado. Se formó una célula de varias
personas que iban rotando en turnos de manera permanente y que llamaban... Al final, ha sido el Whatsapp -¡benditas redes sociales!- lo que ha sido más eficaz porque no siempre se les localizaba. Hubo que llamarles varias veces, y se ha llamado y
se ha contactado a todos, por teléfono. Puede que le sorprenda pero ha sido por teléfono como se les ha localizado. E insisto en la determinación que tenemos al respecto y en la voluntad que tenemos: no queremos dejar a nadie atrás. Lo digo por
si alguien quiere llevarme la cuenta y quiere decirme que al final me he dejado a dos atrás. Bueno, pero voy a intentar que no quede nadie atrás, por la vía que sea.


Señor Gómez, muchas gracias por sus palabras, muchas gracias por su actitud para con este Gobierno, pero sobre todo muchas gracias por su responsabilidad hacia España y hacia lo que no puede ser más que una política de Estado. Créame, sé
que compartimos ese deseo de que Iberoamérica pese en el mundo y que esa forma iberoamericana de ser y de estar en el mundo se vea. Y no tenga la menor duda, África será una prioridad. Tengo a Canarias también presente, esa parte de España que
tiene que ser la plataforma hacia África, son los que mejor lo conocen y los que son más receptivos a ello.


Con respecto a las vacunas, Covax, la cesión de vacunas y la donación de vacunas a América Latina, ese va a ser un gran esfuerzo de este ministerio, en colaboración por supuesto con Sanidad y con la ministra Darias, que es quien pilota todo
esto. Lo dejaría aquí, presidente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Tenemos otra ronda. Ruego que las intervenciones se ciñan a los tres minutos disponibles para cada grupo. Por el Grupo Parlamentario VOX tiene la palabra el señor Espinosa de los Monteros.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Gracias, señor presidente.


Gracias de nuevo, señor ministro. Usted hizo mención en su intervención inicial a un problema que ha identificado, que es el de la inmigración ilegal -irregular, ha dicho usted- y después ha habido algún miembro más de esta casa, de la
izquierda, que también ha puesto el acento en la importancia de la inmigración ilegal. Y les quiero felicitar porque van llegando, con algún retraso, a las mismas conclusiones que nosotros llevamos defendiendo hace años. Ha habido también algún
otro miembro de esta casa, algún peninsular, que ha cambiado de postura de manera vehemente en los últimos meses. Nos alegramos de que la gente vaya evolucionando. Yo creo que a lo largo de los próximos tres años, si van evolucionando un poco sus
ideas, hacia el año 2024 llegarán donde estaba VOX en 2014, con diez años de retraso.



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Podemos, no; ustedes no se preocupen, ustedes siguen en 1917, Revolución Bolchevique, ustedes llevan ciento cuatro años de retraso. Ahí no hay ningún riesgo de evolución.


Señor ministro, ha dicho usted que en Afganistán tenemos una misión cumplida. Una misión cumplida, no digo la misión cumplida; usted ha dicho una misión cumplida. La ministra de Defensa, sin embargo, en declaraciones de esta mañana, ha
dicho que el final de la operación de veinte años ha sido un fracaso sin paliativos -palabras de la ministra de Defensa-. Han dicho ustedes también, una y otro, que hemos traído 2200 personas al hub de España entre refugiados, colaboradores y lo
que sea, y luego ha dicho usted que la misión sigue o que hay una nueva misión. Me gustaría preguntarle cuántos quedan por traer a España aproximadamente, si tiene usted una cifra, y también me gustaría preguntar, de los 2000 que han pasado por el
hub, cuántos van a quedarse en España y si ello corresponde con algún tipo de precisión al número de colaboradores que ha tenido España en Afganistán y a sus familiares o, si ese número es más amplio y de cara al futuro, si dice usted que van a
venir muchos más, cuántos tiene previsto acoger el Gobierno español.


Cuando el Gobierno define los ejes de la política exterior no en función de los intereses de España y de los españoles, sino en función de la perspectiva de género, del feminismo radical o de la religión progre climática, nuestro país va
perdiendo enteros y se convierte en un gran experimento globalista carente de soberanía. Esto es lo que ha sucedido con su antecesora. Yo celebro que usted no haya pronunciado esas mismas palabras. El representante del PNV le decía a usted que
carecía de un marco claro de entendimiento de por dónde va a ir su política exterior. Yo le agradezco mucho que no sea el mismo marco de entendimiento que la anterior ministra, porque eso nos conduciría al desastre. Si eso es lo que define nuestra
política exterior, al menos hasta ahora, la pérdida de credibilidad de España y de su influencia en el mundo es segura, y eso es lo que ha sucedido desde que ha llegado Pedro Sánchez a nuestro Gobierno, algo que es trágico para el interés de España,
y las consecuencias lamentablemente las pagamos todas. Usted ha mencionado que no va a pasar, pero nos preocupa mucho y espero que no pase, la pérdida de la sede de la Organización Mundial del Turismo, que está bajo amenaza. Como digo, espero que
no suceda, pero no quiero atribuir de antemano un fracaso adicional.


Por último, quería recordar lo que dijo nuestro portavoz en la Comisión, el general Asarta, cuando por primera vez compareció aquí la ministra González Laya, y es que la política exterior se tiene que fundamentar en la defensa de los
intereses nacionales, y no podemos renunciar a ello. Sin embargo, lo que ha definido la dirección de su antecesora en el ministerio ha sido una enorme ligereza y sectarismo. Usted puede comenzar su mandato cambiando el rumbo y este sería un buen
momento para fijar la posición. Yo le pregunto: ¿va a seguir siendo el feminismo radical y la perspectiva de género el elemento definitorio de nuestra política exterior, sí o no? ¿Va a seguir ignorando la inmigración ilegal como uno de los
principales problemas que afectan a nuestra soberanía, sí o no?


El señor PRESIDENTE: Por favor, vaya acabando.


El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Por último, VOX estará siempre en la defensa de los intereses de España y de los españoles.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.


Por el Grupo Parlamentario Plural tiene la palabra la señora Illamola.


La señora ILLAMOLA DAUSÀ: Moltes gràcies, senyor president.


Señor Ministro, yo le pido disculpas por adelantado si no me puedo quedar hasta el final, pero le seguiré telemáticamente. Le tomo la palabra para hablar en otro momento, cuanto antes mejor, por favor, de los casos consulares que hemos
mencionado.


Hay varias cuestiones al hilo de sus respuestas. Algunas cosas no me las ha contestado, otras han sido más generales, algunas entiendo que no las puede concretar, como ha dicho, pero hay alguna cosa concreta, aunque igual está en este
comunicado que usted dice que no he podido leer. ¿En el caso concreto, por ejemplo, de una persona que sí estuviese en la lista hecha por España -hablo de Afganistán- y ahora consigue salir del país y va a un país vecino, España tiene intención de
evacuar a estas personas del país vecino de Afganistán porque ya estaban en la lista de personas a evacuar prioritarias o colaboradoras? ¿Podremos conocer la lista de personas que ya han sido evacuadas? Yo lo he pedido por distintas vías y no hay
forma de conseguir esta información. Cuando usted ha hablado de



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que la misión ha sido una misión cumplida, una misión con éxito, una puntualización, ¿se refiere a evacuar a los cinco españoles que quedaban o se refiere a españoles y a los colaboradores? ¿O lo de los colaboradores ya va en la segunda
fase y ya no lo clasificamos como éxito?


Hay un par de cosas más que antes no he podido decir. Cuando usted ha hablado en su exposición de las líneas generales de los acuerdos comerciales de España, ¿en esta relación con terceros países van a primar los intereses económicos o va a
primar el respeto de los derechos fundamentales en estos países terceros? Ya ha hablado de Marruecos, no me voy a referir al mismo, pero, por ejemplo, ¿en las relaciones con China, en el asunto de la minoría uigur, va a pesar en las relaciones que
España pueda tener con este país? ¿O, por ejemplo, España puede reconocer el genocidio armenio, o aquí pesarán las relaciones con Turquía, que quizá lo dificulten? Son distintos casos que nos generan dudas.


Celebramos, como no puede ser de otra forma, que España se acoja al programa temporal de defensores de derechos humanos. Lo que pasa es que quizá celebraríamos que también se aplicase internamente, y recuerdo que Jordi Sánchez y Jordi
Cuixart, que han estado en prisión, son defensores de los derechos humanos. Para terminar, usted ha hablado mucho del multilateralismo y ha hablado un momento de incendios. ¿La cooperación transfronteriza también la contemplan? Lo digo porque en
la cooperación transfronteriza entre Francia y España hay algún acuerdo que Francia ya ha firmado y que España todavía no, y mejoraría la colaboración en relación con los incendios.


Muchas gracias y reitero las disculpas si me voy antes.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Illamola.


Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra la señora Rosique.


La señora ROSIQUE I SALTOR: Muy brevemente. Gracias por las respuestas.


Hechas las precisiones que usted ha hecho respecto del campamento de Torrejón, yo tenía algunas preguntas. Cuando usted dice que hay 1671 personas que se quedan en el Estado español, ¿cuánto tiempo van a estar en este campamento? ¿Ya se
están distribuyendo en las comunidades autónomas? ¿Cómo se hace esta distribución exactamente? ¿A estas personas se les está concediendo la asistencia jurídica por la que preguntaba antes? ¿Qué planteamiento hay para garantizar que haya una buena
acogida y que no se queden al margen de la ley, como ha sucedido con tantos otros casos de gente con otros orígenes?


Por lo que respecta a todo el flujo migratorio que vendrá acompañado del conflicto en Afganistán, del mismo modo que ya hay y se mantiene el conflicto de Siria, que produce también cada año muchos refugiados que también han llegado a nuestro
territorio, tengo una pregunta: ¿qué planteamiento está haciendo la Unión Europea para garantizar una acogida digna? ¿Está planteando acoger a las personas que se vean obligadas a huir de Afganistán o va a cerrar fronteras? ¿Va a aceptar los
decretos que están aprobando desde el Gobierno griego? ¿Va a haber otra vez un acuerdo con Turquía, que no acepta el Convenio de Ginebra para las personas que no vengan de Europa, para que ellos desde Turquía acojan a estas personas? Es decir,
¿cómo se está gestionando este planteamiento de lo que viene ahora también, que es garantizar la vida digna de las personas refugiadas, que se han visto obligadas a huir de su territorio? ¿Cómo se está preparando? ¿Cuál está siendo el papel del
Gobierno español al respecto de ello?


Gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Rosique.


Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el señor Botran.


El señor BOTRAN PAHISSA: Gracias, señor presidente.


Señor ministro, podemos entender la diferencia que existe entre una operación de evacuación y la acogida de refugiados, que formalmente es distinto y que incluso después de una se prevé la otra, etcétera, pero todos sabemos que ahora
Afganistán está en el foco de las cámaras, es un punto de interés internacional y que por eso se le exigen compromisos derivados también de haber participado en la ocupación, y ahora largarse y dejar a mucha gente que sufrirá el nuevo régimen.
Sabemos, sin embargo, que si esto se va demorando, Afganistán dejará de ser una prioridad política y puede que el interés que ahora se pone en estas personas refugiadas que quieren asilo político vaya minorando. Por eso, aunque formalmente usted
tiene la razón en la distinción de un operativo y del otro, el deber de todos es exigir que se abran las puertas a refugiados políticos porque pueden ser víctimas de la represión del nuevo régimen.



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Con relación a la política exterior española y Cataluña, yo no me invento nada. El propio ministro Borrell, cuando culminó su ejercicio, dijo que calculaba que cerca de un tercio de su tiempo como ministro lo había dedicado a contrarrestar
el independentismo. Sabemos también que en su momento hubo ceses. Para algunas cuestiones tenemos que basarnos en la información que tenemos, que no es toda ni mucho menos. Por eso yo le planteaba algunas preguntas concretas en relación, por
ejemplo, con la nueva diplomacia que se desarrolla en los países bálticos. Por eso le preguntaba, no es que fueran insinuaciones; utilizo la información que puedo obtener. Incluso en este tiempo he llegado a encontrar algo más concreto que
procede de fuentes de su propio ministerio. En un reportaje del diario ABC sobre el aumento de la presencia española en los países bálticos una fuente diplomática lo decía: sin duda es la gran baza diplomática que España tiene en la región, cambió
la percepción de España para mejor y nos preparó para desafíos internos que hemos tenido que afrontar. Es decir, no es ninguna novela de espías lo que le estoy planteando, ha aumentado la presencia militar; en el marco de la OTAN, sí, pero la
última palabra la tienen ustedes, por ejemplo, sobre el número de efectivos que pueden destinar. Eso obedece, evidentemente, a un replanteamiento de las relaciones exteriores con una serie de países bálticos, que alguna cosa tendrá que ver también
con lo que ustedes piensan sobre Rusia y, sin duda, con lo que afirmaba esta fuente.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Botran.


Por el Grupo Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor Iñarritu.


El señor IÑARRITU GARCÍA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, usted mencionaba que quizás ha habido una confusión de concepto o equivocación en alguna de las fases o cómo se estaban bordando los diferentes operativos, ya fuera el de evacuación de españoles, después el de evacuación de
colaboradores con España y, posteriormente, formar parte de esa coalición de países que han extraído a 120 000 personas, de las cuales España ha evacuado al 2 % de ellos, por su situación de riesgo o por ser perteneciente a colectivos vulnerables.
Tampoco ha dejado muy claro si la misión cumplida era la de los españoles o la de los colaboradores, pero da igual, confío y creo que harán todo lo posible por ayudar a salir de Afganistán a las personas que están en riesgo. Pero la pregunta que le
hacía era: ¿Ahora qué? Ahora qué en términos de Unión Europea. ¿Cuáles van a ser las políticas que van a fomentar ustedes en el marco de la Unión Europea para la posible llegada de cientos de miles de personas que huyen de esa situación? ¿Cuál
es la previsión que hacen una vez que los focos, que las cámaras se aparten y pueda quedar, como otros casos de frozen conflicts, olvidado del interés mediático como ya ha ocurrido antes?


Señor ministro, cuando hablaba de Marruecos -he estado atento porque usted es muy claro cuando quiere, pero cuando no quiere también lo consigue- ha dicho que defenderá los intereses de los españoles. A mí me recordaba a esa frase de Lord
Palmerston cuando decía que el Reino Unido no tiene ni aliados eternos ni enemigos permanentes, sino que lo que tiene son intereses eternos y permanentes y por eso está vigilante. Yo entiendo que ustedes tengan intereses, pero ante la situación del
Sáhara occidental -no voy a ahondar más, ya digo, en la responsabilidad del Estado español- ¿cuál es su posición? ¿O también quiere ser el gran amigo del pueblo saharaui? ¿Qué va a hacer ante ellos, ante esa situación de colonización? Yo le hacía
una pregunta muy clara: a ver si tienen intención de que se modifique el planteamiento de Naciones Unidas ante la situación del Sáhara. También decía que Marruecos es mucho más que ese asunto concreto, y lo comparto. Además, es un Estado vecino y
yo entiendo perfectamente que se quieran llevar lo mejor posible, al igual que se quieren llevar con Argelia o con quien sea. Pero, por ejemplo, ante la situación de pinchazo telefónico a un periodista como es Ignacio Cembrero, gran especialista en
el Magreb, por un Estado que no respeta los derechos -ya sabe, hay Estados que se dedican a grabar y a intervenir conversaciones ya sea de políticos ya sea de periodistas- ¿han presentado alguna queja formal ante Marrruecos? ¿Han presentado algún
tipo de iniciativa ante esa grave vulneración de derechos? ¿O es cierta esta noticia que ha salido en prensa -acabo, señor presidente- de que al señor Villariño, que era propuesto para embajador en Rusia, se le haya retirado el plácet y ello ha
sido así como una concesión a Marruecos? (El señor ministro de Asuntos Exteriores, Albares Bueno, hace gestos negativos). Se lo pregunto porque ha aparecido en prensa, señor ministro, y por eso se lo pregunto. Ya digo, parece que Marruecos es win
win en este caso y usted no quiere hablar de Marruecos por mucho que le preguntamos.


El señor PRESIDENTE: Vaya acabando, por favor.



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El señor IÑARRITU GARCÍA: Por eso me gustaría que nos aclarase un poco cuál es el posicionamiento, ya sea ante la situación del Sáhara occidental como ante la situación de Marruecos.


Muchas gracias por su comparecencia hoy aquí y muchas gracias, señor presidente.


El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Pisarello.


El señor PISARELLO PRADOS: Gracias, presidente.


Ya ve, ministro, que la extrema derecha, que odia el feminismo y que practica la misoginia de manera abierta hoy lo ha invocado para defender a la señora Jeanine Áñez, responsable de un golpe de Estado y, según los expertos de la Comisión
Interamericana, de gravísimas violaciones a derechos humanos como las de Sacaba y Senkata en Bolivia. Lo mismo ha hecho el Partido Popular. Yo creo que eso no es una buena noticia en la lectura de lo que es Iberoamérica, sobre todo porque estoy
pensando en otro caso como el del presidente Jair Bolsonaro que amenazó con un cierre violento del Tribunal Supremo y con un golpe de Estado para el 7 de septiembre, apoyado por sectores de la Policía y del Ejército. Eso es gravísimo. Puede ser
una bravuconada más del peor presidente que haya tenido Brasil en la historia, pero es un muy grave porque el señor Bolsonaro apoyó abiertamente el golpe de Estado contra Joao Goulart en 1964, apoya la tortura, sigue los pasos de Trump que consiste
en no reconocer ningún resultado electoral que no lo beneficie y no lo favorezca. Por lo tanto, es grave que se haga esto aquí, y es grave que se haga porque lo hacen fuerzas políticas que cuando hablan de Iberoamérica entienden a Iberoamérica en
realidad simplemente como una alianza entre élites y como una alianza entre minorías.


El partido del señor Espinosa de los Monteros es muy antiguo, mucho más antiguo, tiene más de cinco siglos; es el viejo partido de los hacendados, es el viejo partido de los encomenderos, de los facendeiros también en Brasil. (Rumores).
Por eso no les molesta lo que pueda hacer allí Bolsonaro, por eso no les molesta que hayamos tenido una movilización como nunca se había visto de más de 176 pueblos indígenas en Brasil que están denunciando eso que ustedes, de manera absolutamente
infame, llaman el consenso progre climático, que es la deforestación de la Amazonia y el saqueo de las tierras ancestrales de esos pueblos. Esos pueblos se están movilizando contra eso, y pero eso no les interesa. Por eso me parece, ministro, que
desde ese punto de vista de quienes consideramos que la idea de Iberoamérica puede ser una idea ilusionante siempre que se conciba como una alianza entre pueblos libres e iguales, entre ciudadanos, hombres y mujeres, libres e iguales tenemos que
denunciar esa concepción. No podemos mantenernos neutros frente a eso porque los que defienden esos golpes de Estado de Bolivia o en Brasil o callan son los mismos que aquí poco a poco han ido naturalizando el golpe de Estado, incluso el
franquista, como una forma de intervenir en la política. Eso es enormemente grave. Yo celebro que para este nuevo ministerio la política iberoamericana tenga una prioridad. Creo que tenemos que ser valientes, pues hay una mayoría suficiente en
esta Cámara que cree que esa política debe inspirarse en principios de derechos humanos, en defensa de la democracia, en la defensa e incluso en la lucha contra la emergencia climática. No podemos aceptar ese negacionismo. La verdad es que le
deseo fortuna, audacia y valentía para cumplir con esa misión. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Pisarello.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Martínez Ferro.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Gracias, señor presidente.


Señor ministro, con el tono que usted quiera -no nos vamos a pelear por el tono, porque además el tono se puede modular-, lo que conviene no modular es la verdad. Usted ha dicho aquí que la misión no se ha acabado. El 30 de abril la OTAN
pone fin a la misión y, el 12 y el 14 de mayo respectivamente, tanto la página web del Ministerio de Defensa como la del Departamento de Seguridad Nacional, de su Gobierno, daban por finalizada la misión OTAN Resolute Support en Afganistán. Eso no
se lo inventa la oposición, con el tono que usted quiera. Entendemos que debido a la aceleración de acontecimientos el 16 de agosto es cuando se envían 110 militares para realizar una nueva misión de repatriación de nacionales en el exterior. Por
eso le exigimos, con el mejor tono posible, que ya que no lo han hecho antes al menos háganlo ahora. Háganlo ahora: vengan y cuéntennoslo.


Usted ha calificado esta operación como una de las más complejas a las que la comunidad internacional ha tenido que enfrentar desde la crisis de Berlín de 1948, ni más ni menos. Y que quien ha estado al mando -lo ha dicho usted también- ha
sido el presidente del Gobierno. ¿Me puede decir



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entonces por qué razón el presidente del Gobierno se ha negado a llamar al líder de la oposición en tamaña operación? ¿Me puede explicar por qué se niega a comparecer el presidente del Gobierno en esta Cámara para dar explicaciones de
semejante operación? Francamente, este grupo parlamentario considera que así no se respeta a las instituciones, ni tampoco a la oposición. Esta retirada de Afganistán tiene implicaciones en terrorismo, en narcotráfico, en violencia contra la
mujer, contra el patrimonio cultural, en tráfico de seres humanos y en crisis de refugiados, además de toda una geopolítica de una región en la que todos los vecinos tienen armamento nuclear. Estamos ante un tremendo reto internacional. De verdad,
señor ministro, ¿no cree que merecemos, que esta Cámara merece conocer y tener un debate mucho más en profundidad que el que hemos tenido hoy aquí, esta mañana, intentando meter todos los temas que usted va a llevar en su ministerio? Puedo entender
que el señor presidente del Gobierno le utilice como escudo humano para evitar dar aquí unas explicaciones de altura, pero lo que no puede hacer es escudarse y utilizar el tono y la exigencia de esta oposición para evitar darlas usted.


No es verdad que nos haya informado, y usted lo sabe. Informar es dar información relevante y no información que ya conocemos cuando usted nos llama. Usted llamó para poner -se lo han dicho aquí- un tuit que dijese que había llamado.
Usted llamó para poder contarlo. Bien, pero eso no es hacer política de Estado, ministro. Eso no es hacer política de Estado. Efectivamente, nosotros -lo ha acogido muy bien- hemos diferenciado entre el buen hacer de los servidores públicos y el
éxito de la operación gracias a ellos y la imprevisión en la toma de decisiones de los dirigentes políticos. Así es. Esto lo demuestra la torpeza de decidir cesar a un embajador en medio de semejante crisis.


Insiste en decir que hicieron lo máximo posible teniendo en cuenta que Estados Unidos creía que quedaban meses, y la verdad es que me sorprende, ministro. Las informaciones aparecían en El País y me sorprende que la embajada no les dijese
que el espectacular avance talibán iba creciendo exponencialmente según pasaban los días. ¿Cómo se explica entonces que la Operación Aquila Omnia, de Italia, estuviese diseñada desde el mes de mayo y desarrollada en los meses de junio y julio y que
eso les haya permitido salvar a 3700 italianos y afganos? No se confunda...


El señor PRESIDENTE: Señora Martínez, vaya acabando, por favor.


La señora MARTÍNEZ FERRO: Voy acabando.


No se confunda ni intente confundir a los españoles. Nosotros estamos aquí cumpliendo con nuestra obligación, que es la de controlar la acción de Gobierno y obligarles a hacer las cosas mejor. Sabemos que con ustedes es difícil y no porque
nosotros no seamos buenos, sino porque a veces ustedes se sienten inmejorables. España necesita un Gobierno que defienda sus valores e intereses de la misma manera que lo han hecho sus servidores públicos, con vocación de servicio, con
honorabilidad y con espíritu de sacrificio.


Muchas gracias, señor ministro.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Martínez.


Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra el señor Gómez.


El señor GÓMEZ HERNÁNDEZ: Muchísimas gracias, señor presidente.


Señorías, señor ministro, cumplir con la obligación de la oposición no es mentir; es interlocutar, plantear alternativas, soluciones, colaborar, prestarse, precisamente, a impulsar medidas por el interés de España aquí y en el exterior.
Eso es cumplir con las obligaciones de la oposición más allá de lo que única y exclusivamente se está planteando aquí, que es criticar, destrozar, insultar y agredir. ¡Ese es el ejercicio sano de la oposición!


Señor ministro, tenemos por delante numerosos desafíos. Los hemos relacionado ya en la primera intervención y también en esta segunda algunos portavoces los han trasladado. Quiero que entienda bien, que interprete que desde luego el Grupo
Parlamentario Socialista no le considera un escudo humano, sino un ministro en el que depositamos numerosas expectativas. Ante los numerosos desafíos que afrontamos en el contexto internacional, España ha demostrado en estas últimas semanas
proactividad, voluntad de colaborar, diálogo con los socios -Unión Europea, OTAN, Transatlántica y otros países- y ese planteamiento que usted hace, esa reflexión a propósito de poner en valor la gestión del funcionario, pero no así la del Gobierno,
es ir en contra de las decisiones que se han tomado en el caso concreto de Afganistán en el ámbito de la Unión Europea y de la OTAN, por ejemplo. No solo estamos atacando al Gobierno porque nos interesa debilitarle, sino también a la Unión Europea
y a la OTAN y de paso a Joe



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Biden y al que se ponga por delante. Desde esa perspectiva, seamos coherentes. Vamos a plantearnos de una vez la política exterior como política de Estado y vamos a ser respetuosos. No todo vale para insultar a Sánchez, no todo vale para
insultar al ministro de Exteriores, no todo vale para poner en riesgo a España. Seamos responsables y desde este grupo parlamentario trasladamos este mensaje, orientado, precisamente, a ser res-pon-sa-bles con nuestro país. No es una cuestión de
Gobierno, no es una cuestión de oportunidad, no es una cuestión de buscar un titular en un medio de comunicación, en dos o en tres; es cuestión de ser responsables. Nos estamos jugando mucho y los hechos son los que marcan la diferencia. La
acción del Gobierno marca la diferencia y hay aspectos. Lo ha comentado el ministro y lo comentó el presidente del Gobierno. Hay una primera fase, una primera fase en la que España, la Unión Europea y la OTAN van a seguir trabajando por esta
terrible situación que se ha dado en Afganistán y no solo para poder repatriar, para poder sacar a más gente de allí, sino también para contrarrestar la deriva a la que va ese país, lamentablemente, y que lamentamos con profundidad.


Muchísimas gracias. Muchas gracias, señor ministro, por comparecer en esta Comisión. Este grupo parlamentario queda a su entera disposición.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor Gómez.


Para responder y hacer las últimas puntualizaciones tiene de nuevo la palabra el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.


El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN (Albares Bueno): Muchas gracias, presidente.


Señor Espinosa de los Monteros, le aclaro qué misión estaba cumplida. La felicitación -lo vuelvo a reiterar- sobre la misión cumplida se refería a la de aquellos que fueron para la evacuación y que han regresado. Estoy seguro de que
estaremos todos de acuerdo en que debemos felicitarnos por el hecho de que hayan vuelto sanos y salvos. Nos podemos felicitar también porque una parte de esa evacuación se ha cumplido totalmente, la de los españoles en Afganistán, y al completo el
personal español y afgano que trabajaba en la Embajada, aunque quedan otros. Usted y otros me han preguntado -lo entiendo, es legítimo- cuántos quedan y quiénes son, pero la misión de los que fueron a la evacuación del aeropuerto ha terminado. Se
abre otra y de la misma forma que he dado los datos y los puedo seguir dando, tanto como quieran, de aquellos que han llegado ya, aún hay en marcha una segunda fase de evacuación. Así, pues, una misión se ha cumplido y se ha cumplido con éxito. El
resto sigue, pero no solo en cuanto a España, sino de todos los países que estaban allí. A veces oigo cosas que hacen parecer que España es una excepción, tanto en cómo ha hecho la evacuación como en la situación en la que quedan esos
colaboradores. La situación de las mujeres en Afganistán y los incendios en Levante, en Ávila, en Cataluña, en Grecia y en Turquía demuestran que esas sí son causas que merecen atención porque nos jugamos mucho en ello.


Me ha preguntado además por cifras. Las vuelvo a dar: Hay 2206 personas, 400 unidades familiares, 1671 del contingente español. En cuanto a los que quedan, permítanme que por reserva no les pueda decir nada. Esa gente sigue allí y su
seguridad sigue en peligro. Por lo que se refiere al listado de personas evacuadas, por el que la portavoz de Junts me ha preguntado, como decía, son 2206 en total, 1671 del contingente español (Un señor diputado: ¿Los cinco también?), 333 del
SEAE, 131 de Estados Unidos, 50 de la OTAN y 21 de Portugal. Me preguntaba por una relación de esos nombres. Hay dos motivos. El principal -digamos-, el legislativo, es la protección de datos. Esas personas tienen derecho a su intimidad y a que
no se desvele su identidad, pero hay uno más importante y es que esas personas siguen teniendo amigos, familias en Afganistán, y hay que protegerlos. Por eso, evidentemente, no puedo desvelar aquí esos nombres, pero créame que no es más que eso.
Ya que hablan de una exageración en cómo el Gobierno ha presentado esto, dar esos nombres sería muy beneficioso para que los españoles comprendieran el alcance y el esfuerzo de lo que han hecho tantos ministerios, tantos funcionarios, el ejército y
los diplomáticos.


Me preguntaba también sobre los acuerdos comerciales, intereses económicos y derechos humanos. Se observan en todos los acuerdos comerciales, por ejemplo el de Mercosur, estándares medioambientales, derechos humanos; claro que son una
prioridad, y hay que intentar el equilibrio. Los acuerdos comerciales se hacen para avanzar los intereses comerciales, pero no en detrimento de los estándares medioambientales y de los derechos humanos, sobre esto quiero ser muy claro.



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La señora Rosique, de Esquerra, me pedía que explicara un poco cómo era el procedimiento de entrada. El procedimiento de entrada para nosotros y para todos los países del mundo, para los colaboradores afganos del servicio exterior de la
Unión Europea, ha sido exactamente igual. Cuando se concentra todo el mundo en el aeropuerto de Kabul y hay que evacuar las embajadas, físicamente evacuarlas, evidentemente ya nadie puede expedir visados, ni España, ni nadie, porque están cerradas,
el personal diplomático está en el aeropuerto. Por lo tanto, cuando esas personas llegan, aunque se ha hecho todo ese cribado que le he descrito, Ministerio del Interior, CNI, ese cribado que se hace después en el aeropuerto, que se hace en la base
de Dubái, es necesario entregarles un permiso temporal de estancia a partir del cual se produce la solicitud de protección a través del asilo por el procedimiento normal, en España para aquellos que quedan en España, y en los distintos países de la
Unión Europea cuando ya se trasladan allí, y a partir de ahí les cubren las mismas garantías y tienen los mismos derechos que cualquier otro solicitante de asilo.


Señor Botran, me preguntaba cuál es el plan de España para los refugiados. Vamos a intentar que ese plan no sea solamente de España, que sea de la Unión Europea, y de eso estamos ya empezando a hablar. Como le decía, así es como yo lo veo
hoy en día, y es un poco lo que voy a plantear. El próximo jueves vamos a tener una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores en el marco de la Presidencia de la Unión Europea. Voy a ver al ministro de Asuntos Exteriores que tiene ahora
mismo la Presidencia rotatoria de la Unión Europea según termine aquí, el tiempo que tarde en llegar del Congreso al Ministerio de Asuntos Exteriores, donde estará él. Vamos a hablar todos de eso. ¿Cuál puede ser la respuesta? Que lo que
propondré, y haremos expresar la voz de España, por supuesto, sea de la Unión Europea y tiene que ser todo lo estrechamente posible con los países de la región, que son los primeros que van a recibir esa salida, por supuesto. Luego, insistía sobre
los bálticos. La operación es una operación en el marco OTAN, no la ha decidido España. España está en muchas operaciones en el marco OTAN, no solamente esa, también estaba en Afganistán; y en el marco de la Unión Europea y en el marco de
Naciones Unidas está en muchísimas operaciones. Hombre, usted me pregunta si España puede escoger el número de efectivos que envía. Lo que no puede escoger son los objetivos de la misión, que entiendo que es un poco lo que usted dejaba sobrevolar
en esta mesa y que me veo obligado a aclarar.


El señor Iñarritu -que ha debido de salir- me hablaba de qué entendía por la misión cumplida. Me he referido a ello y le he explicado al señor Espinosa de los Monteros qué se entendía por misión cumplida, y esa misión cumplida es la
satisfacción de que quien fue y estuvo en el dispositivo de evacuación, sale sano y salvo. Yo le agradezco al señor Iñarritu que señale que la relación entre España y Marruecos va mucho más allá del Sáhara, que hay muchísimos intereses en juego.
Le aseguro que la retirada del plácet para el embajador de Moscú no tiene nada que ver con Marruecos; lo que tiene que ver -y eso lo dejo muy claro, porque va a ser una línea mientras yo sea ministro dentro del departamento- es que hay que buscar
una cierta especialización en las jefaturas de emisión, especialmente en países muy relevantes -Rusia es un país muy importante, como lo es China, como lo es India o como lo es Japón-, y todo ello en la medida de lo posible, pues a veces no será
posible encontrar un profesional de ese perfil, pero es importante que hablen el idioma del destino, es importante que tengan experiencia previa en ese país o en la región o que hayan estado en contacto con ellos. Por supuesto, todas las personas
que tenía mi antecesora, González Laya -cuyo trabajo subrayo y señalo para que no quede ninguna duda- y que iban destinadas a una jefatura de emisión lo van a seguir siendo en una jefatura de emisión más adaptada a su perfil.


Señor Pisarello, le agradezco de nuevo sus buenos deseos hacia mi misión, por decirlo de alguna forma. Le reitero, Iberoamérica estará en el centro, y en el centro de nuestra política exterior los derechos humanos y la democracia, por
supuesto. Como le decía, lo que yo deseo para todos los ciudadanos de América Latina es lo mismo que deseo para los españoles: democracia, libertad, derechos humanos, prosperidad, progreso social, créame, y ese es el espíritu que me va a animar.


Señora Martínez, yo no me considero, desde luego, ningún escudo humano. Ahora, se lo dejo muy claro, me considero un miembro solidario del Gobierno, detrás del presidente del Gobierno, en el sentido de que él es el que dirige, como ha
estado haciendo con Afganistán. Pero tenemos la suerte de que este es un Gobierno cohesionado, solidario, donde todos recibimos un impulso, todos los miembros del Gobierno. Entonces ustedes dicen: venga aquí y cuéntelo. Si no recuerdo mal, yo
debí tomar posesión el 12 de julio y el primer avión español en esta crisis arranca el 16 de agosto. Horas antes de que despegara le llamé a usted y al resto de los portavoces. Puede contrastar con los demás lo que les dije, ya que esa
conversación es tan importante, para que vea que era la misma información para todos.



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Repito, el 16 de agosto despega el primer avión y hoy es 30 de agosto, es decir, catorce días, si no me equivoco. Sinceramente, en catorce días yo llamo a todos los portavoces de Exteriores, usted incluida, y les digo que estoy a su
disposición para lo que quieran. Tampoco usted me llamó. Segundo, el ministro de la Presidencia, Bolaños, llama a todos los portavoces parlamentarios. Tercero, acudo aquí, a esta Comisión, en periodo extraordinario y a petición propia, y
sinceramente, lo hago en catorce días y en medio de una evacuación. Esto no es una línea política prevista hace años que se pudiera hacer con tranquilidad y con sosiego; el foco estaba en salvar vidas humanas. Yo sé que a usted le parecía más
importante a lo mejor que yo hubiera llamado más veces -me parecía muy importante, por eso llamé antes de que despegara el primer avión-, pero no se lo oculto, hubo un momento en el que yo sobre todo estaba pensando en salvar cuantas más vidas
humanas fuera posible, eso era lo que me animaba y espero que a usted también. Insiste en la imprevisión, en el cese del embajador en esa fecha, en que Italia en julio... Lo he dicho en mi exposición, pero yo se lo repito por si quiere tomar nota.
Vamos a ver, el Gobierno tomó medidas inmediatamente ante el anuncio estadounidense para retirar nuestras tropas con suficiente antelación. Por eso, el 13 de mayo salen de Afganistán veinticuatro efectivos militares y los dos intérpretes afganos
que trabajaban con ellos. El 11 de mayo se acuerda firmar el MOU con la embajada de Estados Unidos, que ha facilitado la evacuación del embajador, la segunda jefatura y el resto del personal diplomático por helicóptero; el 11 de mayo, imagínese
qué imprevisión. Desde nuestra embajada se ha mantenido el contacto permanente con la escasa colonia que quedaba allí. ¿Por qué había tan escasa colonia? Porque ya en julio muy rápidamente se avisó a todo el mundo, uno por uno, de que bien
salieran de Afganistán, bien si estaban fuera, no regresaran. Por eso, cuando todo se agrava el 14 y 15 de agosto, algo que nadie preveía -bueno, entiendo que usted sí, pero no lo preveían ni Boris Johnson, ni Angela Merkel, ni el secretario
general de la OTAN, ni el alto representante de los Estados Unidos, ni el presidente de los Estados Unidos-, cuando toda esa gente no lo preveía, únicamente quedaban en el país seis personas. Algo preveíamos nosotros, pero no tan rápido. Nos
pusimos a trabajar con rapidez, y en ese marco es donde se decide el reemplazo del embajador para que alguien, después de tres años, pueda descansar y alguien fresco se enfrente a algo tan complicado como hemos visto, que es la evacuación. Yo sé
que usted le quiere dar el giro de la imprevisión, etcétera. Mire, para que vea que nadie lo podía prever, en plena evacuación Estados Unidos publica una plaza -pero no porque lo publicara alocadamente, sino porque quedaba ahí en el tubo
administrativo- de relaciones públicas de la embajada. Bueno, no hay que darle mayor trascendencia, lo único que quiere decir es que los servicios administrativos trabajaban con que todavía quedaban... Bueno, no hay que rasgarse las vestiduras;
hay que apoyar, hay que apoyar a España, hay que apoyar el sentido de Estado. Eso es lo que hay que apoyar, y sobre todo no porque lo pida el Gobierno o yo como ministro, sino porque lo piden los españoles. Entonces, de verdad, yo le tiendo la
mano; hagámoslo, hagámoslo; juntos somos más fuertes; hagámoslo, como lo he hecho con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, que son de su partido político, para desbloquear la Casa de América y para conseguir que el eje
Prado-Recoletos sea lo que merece, lo que ya es, patrimonio de la humanidad. El otro día hablaba con el presidente de la Junta de Andalucía, de su partido político, y le informaba sobre el tránsito de colaboradores afganos. Le animo a que se sume
a ese espíritu, que es también el de su partido o parte de su partido.


Al señor Gómez le agradezco la responsabilidad, de verdad, le agradezco la responsabilidad con esta actuación del Gobierno y con España, y no me extraña; yo le conozco a usted y sé el espíritu político que le anima, y también -si me lo
permite- no me extraña como socialista, yo sé que lo traemos de casa.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Espero que se haya sentido a gusto. Espero que vuelva a honrarnos con su presencia y que esta Comisión pueda sentirla como lo que es, su casa.


Muchas gracias.


Se levanta la sesión.


Eran las tres y cuarenta y cinco minutos de la tarde.