Ruta de navegación

Publicaciones

DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 395, de 13/05/2021
cve: DSCD-14-CO-395 PDF



CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


COMISIONES


Año 2021 XIV LEGISLATURA Núm. 395

ASUNTOS EXTERIORES

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. PAU MARÍ KLOSE

Sesión núm. 15

celebrada el jueves,

13 de mayo de 2021



ORDEN DEL DÍA:


Dictamen sobre:


- Declaración de aceptación por España de la adhesión de la República de Nicaragua al Convenio sobre la obtención de pruebas en el extranjero en materia civil o mercantil, hecho en La Haya el 18 de marzo de 1970. (Número de expediente
110/000058) ... (Página2)


Comparecencias. Por acuerdo de la Comisión de Asuntos Exteriores:


- Del señor Molina Álvarez de Cienfuegos (investigador principal del Real Instituto Elcano), para dar cuenta de los trabajos y estudios propios del interés de la Comisión. (Número de expediente 219/000497) ... href='#(Página2)'>(Página2)


- De la señora Ayuso (investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre for International Affairs, CIDOB), para dar cuenta de los trabajos y estudios propios del interés de la Comisión. (Número de expediente 219/000498) ... href='#(Página14)'>(Página14)



Página 2





Se abre la sesión a las cuatro y veinticinco minutos de la tarde.


DICTAMEN SOBRE:


- DECLARACIÓN DE ACEPTACIÓN POR ESPAÑA DE LA ADHESIÓN DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA AL CONVENIO SOBRE LA OBTENCIÓN DE PRUEBAS EN EL EXTRANJERO EN MATERIA CIVIL O MERCANTIL, HECHO EN LA HAYA EL 18 DE MARZO DE 1970. (Número de expediente
110/000058).


El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Se abre la sesión.


Procedemos a tramitar el orden del día. Tenemos que dictaminar sobre un convenio internacional y después habrá dos comparecencias. Con respecto al convenio, seguiremos la práctica habitual, como ya se advirtió en Mesa y portavoces. Ningún
grupo ha expresado la voluntad de intervenir en relación con el mismo. No sé si alguien a última hora habrá cambiado de opinión. (Pausa). No es el caso, es decir, no hay turno de intervenciones.


Convenio internacional. Declaración de aceptación por España de la adhesión de la República de Nicaragua al Convenio sobre la obtención de pruebas en el extranjero en materia civil o mercantil, hecho en La Haya el 18 de marzo de 1970.


Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 26; abstenciones, 1.


El señor PRESIDENTE: En consecuencia, queda aprobado el dictamen.


COMPARECENCIAS. POR ACUERDO DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS EXTERIORES:


- DEL SEÑOR MOLINA ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS (INVESTIGADOR PRINCIPAL DEL REAL INSTITUTO ELCANO), PARA DAR CUENTA DE LOS TRABAJOS Y ESTUDIOS PROPIOS DEL INTERÉS DE LA COMISIÓN. (Número de expediente 219/000497).


El señor PRESIDENTE: A continuación, celebraremos dos comparecencias. En primer lugar, tendremos la comparecencia de don Ignacio Molina, investigador principal de Instituto Elcano, para dar cuenta de los trabajos y estudios propios de
interés para esta Comisión. El tiempo de intervención será de un máximo de 25 minutos para el compareciente; a continuación, un turno de portavoces de los grupos de menor a mayor por cinco minutos, y terminaremos con la contestación por parte del
compareciente.


Por favor, don Ignacio Molina, acérquese a la Mesa. Quiero decir unas breves palabras para presentar al compareciente, que va a hablar sobre política exterior e imagen de España tras el año de la pandemia, básicamente dando a conocer
estudios del Real Instituto Elcano. Ignacio Molina Cienfuegos es investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid. Es doctor en
Ciencia Política por la Universidad Autónoma, máster en Ciencias Sociales del Instituto Juan March, en Madrid, y máster en Derecho de la Unión Europea por la Universidad de Granada. Es un investigador con un trabajo prolífico, ha publicado
extensamente sobre política exterior, sobre política europea de España: El futuro de la Unión Europea, La europeización del sistema político español, El análisis de la capacidad institucional del Estado y La calidad del Gobierno en España. Posee
tres sexenios de investigación; ha dirigido cinco tesis doctorales; tiene una proyección pública bastante importante, seguramente lo han visto más de una vez en los medios de comunicación; publica habitualmente en El País, en el blog Agenda
Pública. Por tanto, seguramente es conocido por todos ustedes. Por favor, don Ignacio, tiene 25 minutos, como he dicho antes.


El señor MOLINA ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS (investigador principal del Real Instituto Elcano): Muchísimas gracias, presidente. (Apoya su intervención en un powerpoint).


Buenas tardes a todos y a todas. La verdad es que es un honor estar aquí, en esta Comisión de Asuntos Exteriores. Es verdad que ya he comparecido aquí, la última vez en la Comisión de Reconstrucción.


Se me ha solicitado comparecer y quiero felicitar a la Comisión por la idea de que expertos del mundo académico, de los think tank, podamos compartir con sus señorías nuestra visión sobre la política exterior de España en el momento actual.
Es evidente que se trata de hablar en 25 minutos y sería posible hablar de muchísimas cosas. Entonces, lo que propongo creo que es algo más adecuado, más rico, para que aprovechemos mejor el tiempo. Por un lado -y esto sí se ha circulado-, quería
decirles que todo aquel



Página 3





diputado o diputada de esta Comisión que quisiera tener una versión en papel de este documento, que yo he enviado en PDF a la secretaría de la Comisión y que imagino que se circulará, que nos lo pida, porque en el Departamento de
Publicaciones seguimos haciendo papel, lo que pasa es que nos dicen que el papel tiene que ser a demanda por una cuestión de sostenibilidad, pero todos aquellos de ustedes que quieran tenerlo en papel, aparte de la versión que hemos circulado,
mañana mismo se lo estamos enviando aquí a la sede del Congreso. Es un documento presentado a finales de febrero, es decir, hace dos meses y medio, y en unas setenta páginas recoge todos los desafíos de la acción exterior, por un lado, con una
visión de coyuntura, porque se refiere al año 2021. Hace un poco de repaso del año anterior, que fue un año muy especial por todo lo que tiene que ver evidentemente con la pandemia y cómo afectó a la posición de España. Hace también algo de
prospectiva en el corto plazo y trata de hacer un repaso, por un lado, temático -retos de economía, de seguridad y los demás retos de la agenda global en el ámbito climático, energético de la Agenda 2030-, y pone especial atención al momento de la
integración europea, el posicionamiento de España y los distintos espacios geográficos en los cuales España tiene también retos y oportunidades en el año. Evidentemente eso es mucho, porque es un elemento exhaustivo de repaso, no tiene sentido que
lo hiciéramos aquí, apenas podría ser una especie de compendio telegráfico, y he preferido -si les parece bien- centrarme en dos o tres cuestiones, que me parece que son las más estratégicas.


Aprovechando que en esta Comisión recientemente se ha hablado de la Estrategia de Acción Exterior, que ha presentado el Gobierno, yo lo voy a hacer de una manera completamente tangencial; obviamente, no voy a entrar a valorar si la
estrategia es buena o es mala, pero sí que me parece interesante, al hilo de ese ejercicio que ustedes mismos han tenido aquí, cuáles son, a mi juicio o también a juicio de mis compañeros en el Instituto Elcano, las dos o tres cuestiones más
importantes -y, como no tenemos mucho tiempo, las dos cuestiones- desde el punto de vista del posicionamiento estratégico, que es cómo colocar a España en la creciente competencia geopolítica entre China y Estados Unidos -eso tiene que ver también
con el debate sobre la autonomía estratégica-, hasta qué punto un país de tamaño medio, miembro de la Unión Europea, debe de comportarse en esa cuestión, en esa rivalidad geopolítica creciente. Por tanto, eso nos coloca también en los debates
europeos sobre la autonomía estratégica y los debates de cualquier potencia media o de cualquier país miembro de la Unión Europea que aspire a tomar posición en esta cuestión, que creo que en este momento de la Agenda es la más importante. Y,
luego, a dar un paso adicional para entrar dentro del debate europeo sobre el posicionamiento español en relación con sus socios europeos, tanto por lo que se refiere a la parte más estratégica del futuro de la integración, pero también el propio
debate de la autonomía estratégica. Son dos elementos que ahora intentaré explicar la importancia que pueden tener, y luego vamos a pasar también a hacer ese repaso de temas de imagen, que creo que les va a resultar interesante. Este será el plan,
el contexto -como ya he dicho- de la crisis sanitaria, la nueva estrategia, esa realidad geopolítica dominante de esa competición en ascenso y otras cuestiones.


En primer lugar, voy a hablar muy brevemente de cómo posicionar a un país como España en esta rivalidad. Lo cierto es que España, y prácticamente cualquier país europeo, cuando acabó la Guerra Fría y comenzó el ascenso de China, en la
década de los noventa y llevamos ya dos décadas de este siglo, es decir, en los últimos treinta años, ha tenido una evolución en torno a una actitud más pragmática y más de realpolitik en relación con China. En un primer momento, había una idea de
que los foros de gobernanza multilateral y las organizaciones como la OMC -recuerden que China va a ingresar en la OMC; que el propio G-20 se había creado diez años antes de que en 2008 adquiriera relevancia como foro de jefes de Estado y de
Gobierno, pero previamente ya era un foro de encuentro que se había creado por la crisis asiática-, la propia gobernanza climática... Bueno, había esa especie de idea de que el multilateralismo era suficiente como para digerir el auge de China en
la realidad internacional, también en un contexto de cierto optimismo después la Guerra Fría sobre hasta qué punto la gobernanza multilateral iba a ser eficaz.


Recuerden que la propia Unión Europea, en su anterior estrategia -no en la actual-, en su doctrina estratégica hablaba del multilateralismo eficaz; ese concepto, siendo el señor Solana Alto Representante de Política Exterior, era el
concepto para decir que es la manera para los europeos de gestionar la situación. Es verdad que los europeos, en general, se sienten mucho más cómodos en ese contexto. La Unión Europea, como tal, y los Estados miembros, salvo en aquel momento
Francia y Reino Unido, no tienen capacidad militar de poder duro, tampoco es su vocación. Por tanto, un mundo de gobernanza multilateral guiado por reglas de comercio abierto es donde los europeos se sienten más cómodos.



Página 4





Sin embargo, no hace falta que les diga a ustedes que esto se ha demostrado no suficiente para gestionar el desafío que supone no solo el auge de China en sí mismo y la creciente dependencia en el terreno industrial y tecnológico de los
países europeos con respecto a China, sino también la creciente rivalidad geopolítica con Estados Unidos en el ámbito tecnológico, pero también en el ámbito de la seguridad, aunque en este momento los desafíos de seguridad están más centrados en el
área del sudeste asiático y del mar de China; no nos afectan de la misma manera como la idea de una guerra fría, como pudo ser hasta el año 1989, pero es evidente, sobre todo desde la llegada de Xi Jinping al poder en China y desde la victoria de
Donald Trump en las elecciones, que esto se ha acelerado mucho.


Es verdad que con la llegada de Biden a la Casa Blanca ha cambiado un poco el panorama, pero lo cierto es que el desafío estratégico sigue estando ahí. El desafío estratégico es doble, insisto: cómo posicionar a un país del tamaño de
España, con la vocación abierta de España, con su tamaño de potencia media, Estado miembro de la Unión Europea, que tiene esta vocación de país nodal, que es otra manera de hablar de potencia media, que tiene una serie de activos, pero también una
serie de vulnerabilidades, cómo posicionar a un país así enfrente de este desafío y cómo posicionarse también en esa rivalidad entre Washington y Pekín.


Lo cierto es que hay un dilema de posicionamiento de equidistancia, de posicionamiento de autonomía, de tratar de distanciarse o de alineamiento con Estados Unidos. Por supuesto, España no es equidistante desde el punto de vista de los
valores y de los intereses; somos democracias liberales; los países europeos y Estados Unidos somos socios en la Alianza Atlántica, en la OTAN. Lo que ocurre es que la idea de una dinámica frentista creemos que es evitable, y lo cree también la
propia doctrina de la Unión Europea y de la política exterior europea, aunque es verdad que hay desavenencias entre los Estados miembros, porque resucitar un orden internacional bipolar es lo peor para el posicionamiento europeo. Digamos que un
mundo multilateral y multipolar es mucho mejor, teniendo en cuenta cuáles son nuestros recursos, nuestros activos, nuestras fortalezas y nuestras debilidades.


Durante la pandemia se han visto muy claramente las vulnerabilidades de todos los países europeos con respecto a los suministros estratégicos en el ámbito industrial y sanitario, incluso en el ámbito industrial textil, que ni siquiera la
Unión Europea tenía capacidad en el corto plazo de abastecimiento de mascarillas y, por supuesto, de material médico. Y luego también está todo el debate en relación con la tecnología 5G. En esta cuestión, la Unión Europea -como saben- en
diciembre aprobó este acuerdo de inversiones, en pleno proceso de relevo entre la Administración Trump y la Administración Biden, que no es muy del agrado de Estados Unidos, en la medida en que Europa quiere tener un marco en aquello que la Unión
Europea se siente cómoda, un marco regulatorio de derecho, de gobernanza, de multilateralismo, en relación, en este caso, con las inversiones y con la protección de inversiones. Y este va a ser un gran debate en el que posicionarse en el futuro.


Segundo. Antes de pasar a hacer el análisis de la imagen de España, que seguro que también les va a gustar y les va a interesar -y luego me quedan las preguntas para profundizar-, creo que el debate sobre eso llevado al terreno europeo,
dentro de la Unión Europea -no voy hablar aquí del futuro de la integración europea, que sería una materia más propia de la Comisión Mixta de Unión Europea-, es el posicionamiento de los distintos Estados miembros en relación con lo que acabamos de
hablar, hasta qué punto hay unas desavenencias, en el contexto, eso sí, del año. En este sentido, es muy importante tener en cuenta que en septiembre hay elecciones en Alemania, donde habrá un relevo seguro del canciller federal -no sabemos en qué
sentido, probablemente una canciller federal verde, un canciller federal de la CDU-; habrá elecciones en Francia también el año que viene, en 2022, sin que sea seguro que vaya a ser reelegido Macron; tenemos este contexto de la Conferencia sobre
el futuro de Europa, que se inicia ahora y que hay una parte muy importante sobre el posicionamiento de Europa en el mundo y de sus Estados miembros, en ese debate sobre la autonomía estratégica, y una vez que se ha superado el gran debate sobre el
brexit, pero no cuál va a ser la relación futura con el Reino Unido. Pero en julio, en el Consejo Europeo, y en diciembre pasado, con el acuerdo de Next Generation, se ha conseguido que, desde el punto de vista de la gestión económica de la
postpandemia, haya un relativo acuerdo o un acuerdo entre los socios que va a permitir -y que también ayuda a entender por qué se produce- que el debate sea sobre la posición de Europa en esa rivalidad geopolítica y no tanto estar consumidos en
nuestros propios debates.


Aquí hay un elemento muy interesante, muy novedoso, por parte de la política exterior de España. Es un papel presentado poco antes de las elecciones en los Países Bajos sobre autonomía estratégica, y lo digo porque es un papel común entre
España y Países Bajos. Si ustedes lo leen -un paper sobre



Página 5





autonomía estratégica y preservando una economía abierta- es un documento que, desde el punto de vista de contenido, no es especialmente controvertido, no lo es. Es verdad que España y Países Bajos tienen unos elementos que hacen que uno
pueda predecir cuál va a ser la orientación, países de economía abierta preocupados de que la industria francesa y alemana, que son más potentes que la española o que la neerlandesa -España es el cuarto PIB de la Unión Europea y Países Bajos es el
quinto; estamos hablando de que después de Francia y Alemania, Italia es la tercera, somos la cuarta y quinta economía-, tengan un elemento de concentración de las apuestas industriales estratégicas. Pero, aparte de eso, digamos que el contenido
no es especialmente llamativo.


Pero lo que sí es muy interesante, y tiene que ver con algo que a lo mejor han visto al hilo de la estrategia, es que España haga algo tan estratégico con un país como Holanda muy pocos meses después de que Holanda protagonizara el liderazgo
de los países frugales en relación con la oposición al acuerdo Next Generation. Finalmente Holanda lo ha apoyado, pero es muy interesante porque, en el contexto de una España que tradicionalmente, desde el año 86, siempre ha tenido el acierto de
tener una relación estratégica privilegiada con Alemania y con Francia, y solamente de segundo plano ha atendido a los demás países del sur -Portugal e Italia-, pero que ha concentrado su esfuerzo de alianzas por supuesto con las instituciones -y en
general estaba bien priorizar esos aliados-, ahora está ensayando -y es algo que sí que contenía la estrategia, era una de las cosas novedosas de ese documento- la idea de que puede haber distintas alianzas o geometrías variables de alianzas. Es un
papel que, más bien, viene a decir que España no se siente cómoda en antagonismos entre los Estados miembros. Sabemos que están los grupos Visegrado o los propios grupos frugales o algunos intentos de decir que el sur también hace un frente en
relación con la Unión Europea. A veces Francia tiende a asumir que habla en nombre de esos países del sur en algunos temas, y lo que es interesante es que España está diciendo que con un Estado miembro tan importante como Países Bajos, con el que
me estaba peleando hace poco por el Plan de recuperación pospandémico -y Países Bajos exactamente lo mismo-, nos ponemos de acuerdo para entender, primero, una especie de llamada de atención a los dos grandes, a Francia y Alemania, que hay que
contar con todos los Estados miembro en este debate de autonomía estratégica, pero también para superar esta idea de que la manera en la cual un Estado miembro del sur se tiene que posicionar es de forma antagónica. Yo creo que tiene bastante
interés.


Es verdad que se inserta en un intento por parte de España de ganar influencia en la Unión Europea desde, al menos, el año 2014 -2015 para, una vez que la economía se ha ido recuperando, intentar recuperar el peso que se había ido perdiendo
durante la gran recesión. Es verdad que ha habido una serie de problemas que no hace falta que les mencione, en particular los dos largos periodos de interinidad de las legislaturas fallidas en 2016 y 2019, pero es cierto que el interés que, a
nuestro juicio, tiene la estrategia en el lado europeo tiene que ver con la idea de que España y otros países europeos evitarán el antagonismo China-Estados Unidos -teniendo claro que está mucho más cerca obviamente de los valores e intereses de
Estados Unidos- pero que no le conviene una competición bipolar. Y exactamente lo mismo en la Unión Europea. No le conviene a España aparecer como un país antagonista del sur frente al norte, acreedores-deudores, si quiere ser un país influyente.
Es esta idea de tener alianzas distintas. Por ejemplo, no sé si recuerdan ustedes que, en el debate sobre el futuro de la OTAN, justamente hubo una discrepancia entre Francia y Alemania, y uno tiende a pensar que España va estar más cerca de
Francia en esto por ser un país europeísta y, sin embargo, los intereses de España, en ese caso, estaban más cerca de Berlín en la idea de seguir apoyando a la OTAN y no en pensar, como decía presidente francés, que la OTAN estaba en muerte
cerebral. Es decir, que en algunos casos es estar con Francia, en otros con Alemania, en otros es estar con un país como Holanda y en otros casos es estar con países del sur. A nuestro juicio, estos son los dos grandes debates estratégicos en los
cuales posicionarse y sobre los que tiene interés discutir.


Antes de pasar a las cuestiones de imagen, que es con lo que voy a terminar, hay un elemento que también está en el documento que se ha entregado y forma parte del trabajo que quiere desarrollar el Instituto Elcano, que tiene que ver con la
influencia de España como esa potencia media, ese país nodal. Es cómo conseguir que un país de las características de España tenga una política exterior que sea más eficaz a la hora de influir, de posicionarse en los grandes debates y, al mismo
tiempo, ser más democrático, que es algo que obviamente interesa mucho a esta Comisión. Hay una serie de dimensiones -no vamos a descubrir el Mediterráneo- en las que estamos trabajando, como son la coordinación interna en el Gobierno, que a veces
es más complicada que cualquier otro tipo de coordinación dentro de las administraciones públicas o también incluso con el sector privado. Hay una cosa muy importante que este



Página 6





ministerio ha empezado a llamar ecosistema de pensamiento. Nosotros tenemos muy claro que la capacidad de un país como España de influir tanto en el debate europeo como en política exterior es su capacidad de estar presente en los grandes
debates con ideas, porque esa capacidad de ser un poco más proactivos y de posicionarse en esos debates es lo que nos hace, además de una potencia media, una potencia útil y un país que puede influir.


Creemos que también hay un papel a jugar en relación con la ciudadanía, que esta sienta más la importancia que tiene la política exterior, por qué es importante para España estar presente en esos debates. Creo que es verdad que durante el
año pasado se vieron de forma muy evidente cuáles eran los problemas de una excesiva dependencia de suministros y, en el futuro, se va a ver con más claridad por parte del ciudadano en relación con el tema tecnológico, pero también, como se vio, en
cuestiones industriales o sanitarias.


Si les parece, paso a presentar el último trabajo del barómetro de imagen exterior de España, que es un trabajo que realizamos haciendo unos paneles de internautas en todos estos países. Hicimos el trabajo de campo a final de enero y la
idea es mirar cuál es en términos de imagen y prestigio de España, pero también explorar algunos elementos de coincidencias o de diferencias entre los Estados. Los países a los que hicimos entrevistas fueron siete países de Europa -Alemania, Reino
Unido, Francia, Italia, Portugal y Países Bajos-, además de España y, luego, Estados Unidos, China, India y Corea, con lo cual la muestra es bastante interesante. La primera gran conclusión es que, cuando se hace una valoración en una escala 0-10
de la imagen de los países, la crisis económica y la situación pandémica ha provocado un descenso generalizado de la evaluación de todos los países. Esto ya ocurrió en la anterior recesión. Si ven ustedes, hay una caída muy clara de la propia
valoración, de cómo valoran el resto de los encuestados a Alemania, a España o a Italia. En el caso de China es muy relevante la caída en relación con la anterior, que fue en 2017. Es verdad que España cae como caen todas pero, desde el punto de
vista ordinal, mantiene su posición. Entre los países europeos, España está por encima de Italia, Francia y Reino Unido y por debajo de Alemania. La verdad es que la posición es muy equilibrada entre todos. Es decir, cuando se pide a los
entrevistados valorar a los países, tienden a valorar a los europeos de manera común. Con el Reino Unido, desde el brexit, observamos una reducción mantenida desde el referéndum de 2016, pero, como ven, España tiene una posición que viene de lejos,
pero compatible con una caída en términos absolutos, como he dicho.


Se pregunta de dónde sale esto de la valoración de España. Cuando se pregunta a holandeses, coreanos, indios, por la valoración de España, todos los aspectos reciben un aprobado, porque luego se pregunta por aspectos concretos. Pero, como
ven, el elemento de la comida, del turismo, elementos de poder particularmente blando, son los más destacados. No es una sorpresa. Quiero decir que, cuando decimos cómo se construye este elemento de valoración, tenemos que tener claro que no es
por el nivel tecnológico, aunque el nivel tecnológico del país también obtiene una nota relativamente buena, y ahora verán que hacemos un elemento de modernidad que deja a España todavía con algunos estereotipos, pero bien parada. Es verdad que la
vida política, por ejemplo, no sale en lo más alto, pero tampoco queda suspensa. En cuanto al porcentaje de gente que ha visitado alguna vez España, que es una pregunta que se hace a los europeos porque, evidentemente, incluir aquí a los coreanos o
indios no tiene mucho sentido, vemos que los portugueses son los que tienen un porcentaje más alto, pero, como ven, el grado de flujos de viajes entre los países europeos, y sobre todo con España como destino, es muy alto. Por parte de los
españoles la valoración es más baja. Esto es un clásico. Además, lo que valoran peor los españoles es la vida política y la economía, aunque eso puede ser más o menos lógico del punto de vista de la autovaloración y puede ocurrir en otros países
también. Lo que es muy llamativo de España es que sea un país que sistemáticamente se valora a sí mismo por debajo de lo que los demás lo valoran; esto solamente ocurre con Italia. Es el otro caso donde la autovaloración es negativa con respecto
a cómo te valoran terceros.


Cuando se les pregunta por dicotomías, como decía antes, sobre si el país lo consideran democrático o autoritario, si lo consideran moderno o tradicional, si lo consideran solidario o egoísta, hay una escala que está aquí y que también tiene
bastante interés. Es verdad que todavía sigue habiendo una imagen muy interesante y muy consolidada de España como un país religioso. También tiene que ver con que esa imagen relacionada con viajes y turismo está asociada a algunas expresiones
como la Semana Santa y a otras que tienen ese contexto religioso. La opinión pública española, como pueden ver ahí, como país, es la barra roja y la opinión media de los europeos es la barra azul. Verán que en el caso de la corrupción,



Página 7





en el caso de país débil, país que no inspira confianza, país pobre en relación con país rico, país solidario, país fuerte, es absolutamente consistente con lo que he dicho.


Cuando se pregunta por la media de cada país en la gestión de la pandemia y sobre cómo se valora a los otros por cómo han reaccionado ante la pandemia, como verán, hay una valoración relativamente positiva en el caso de los países
occidentales, incluida China. Aquí el único país que sale malparado es Estados Unidos. España está por encima de la media, porque la pandemia no ha afectado a la imagen de España, no ha sido un país al que singularmente, desde esa perspectiva de
la visión exterior, le haya perjudicado.


Sobre el optimismo acerca del futuro, sobre si habrá un mundo más cooperativo o menos cooperativo, en general hay optimismo, aunque se ve claramente que los países emergentes, como China, India o Corea, son mucho más optimistas, en un ciclo
de ascenso. En el caso de España es una sensación de que todo seguirá más o menos igual, que es muy propio de los países europeos, donde solo destaca por su pesimismo el Reino Unido.


Para terminar -no sé si me he pasado de tiempo, pero ya estoy terminando-, hay una cosa muy interesante cuando se pregunta a los países sobre cuál es su principal aliado. En el caso de los países europeos, todos señalan a Alemania como país
de referencia, todos sin excepción, salvo, por supuesto, los propios alemanes, que señalan a Francia, pero el posicionamiento de España como segundo país potencialmente aliado es muy interesante. En el caso de Francia, es el segundo, por delante de
Bélgica e Italia; en el caso de Italia, es el segundo, por delante de Francia; en el caso de Países Bajos, es verdad que queda cuarto, pero queda por delante de Italia -Alemania siempre el primero, Bélgica como vecino y luego Francia como segundo
gran país de la Unión, pero España queda interesantemente alto-; en el caso de Portugal, incluso superamos a Alemania por poco como aliado preferido, que es la pregunta que se formula; en el caso alemán, después de Francia y después de los vecinos
que comparten lengua, como Austria, quedaría España, también por delante de Países Bajos o de Italia.


Esta sí que es la última. En relación a cómo se valora a Rusia o a China, es muy interesante ver que España, Portugal, Países Bajos y, como luego veremos, Reino Unido son una serie de países que ven con mucha desconfianza a Rusia. Eso no
es así cuando nos comparamos con Alemania. Los alemanes sí consideran que Rusia es un aliado o un país a tener en cuenta, el segundo después de Estados Unidos. En el caso de Italia, también es el segundo. Y si miramos qué es lo que opinan países
como India o como la propia China, China lo coloca en primer lugar e India en segundo. Esto también es una cosa interesante y señalada.


En cuanto a las prioridades de acción exterior, es muy interesante ver cómo hay una gran coincidencia. Aquí he elegido algunos países de la muestra, como España, Italia y Alemania, donde la lucha contra el cambio climático, la cooperación
al desarrollo y evitar la llegada de inmigrantes irregulares son una serie de prioridades de acción exterior en las que la opinión pública tiene un posicionamiento bastante parecido. En el caso de Alemania, la lucha contra el cambio climático es un
poco más alto que en España, pero España, como ven, está en la media; no hay un elemento diferencial en cuanto a las prioridades de los españoles a la hora de posicionarse en esos grandes temas.


Creo que me he extendido mucho por problemas de inicio de la presentación. Lo siento. Paro aquí y quedo, por supuesto, a su disposición.


El señor PRESIDENTE: No se preocupe, le agradecemos mucho esta presentación tan clarificadora.


Aprovecho para felicitarle, como representante del Real Instituto Elcano, por la posición tan destacada, el segundo puesto, en el TTCSP, en el índice de referencia de think tanks de la Universidad de Pennsylvania. Es un orgullo para
cualquier país tener un instituto de investigación como el suyo, tan bien situado, en el segundo lugar.


Sin más dilación, paso a dar turnos de intervención a los distintos grupos, comenzando por el Grupo Parlamentario Vasco. El señor Esteban tiene cinco minutos.


El señor ESTEBAN BRAVO: Muchas gracias.


Le agradezco al señor Molina su comparecencia. Creo que este tipo de comparecencias son muy enriquecedoras para la Comisión.


Como hay muy poco tiempo, me centraré en tres cositas. En el informe ustedes apuntan -y yo estoy de acuerdo- que si España quiere tener cierta influencia tiene que hacerse visible. Para hacerte visible normalmente solo hay dos maneras:
una, que seas molesto, y otra, que seas útil. Y yo me estoy preguntando y le quiero preguntar a usted lo siguiente. Evidentemente, en Estados Unidos hay un cambio



Página 8





de agenda hacia su frontera sur, hacia América. ¿España no puede hacerse visible ahí e incluso útil para Estados Unidos? Evidentemente, definiendo de manera más clara su política.


El segundo asunto es esa pugna China-Estados Unidos y la situación que hay. Yo he creído entender -al menos es lo que yo pienso, y entonces estaríamos de acuerdo- que vale de poco una estrategia particular en este asunto, más bien tiene que
ser una estrategia europea dentro de las diferencias que podamos tener los socios europeos. Ya ha explicado usted que apuesta por ni con uno ni con otro, aunque tenemos más afinidad evidentemente con Estados Unidos, pero yo quería apuntarle a usted
el posicionamiento geoeconómico chino en Europa y preguntarle si eso debería ser preocupante y cómo debería reaccionar la Unión Europea. Estoy hablando del Pireo y de la implantación de Cosco, pero también hemos visto hace muy poco tiempo la
noticia de que Montenegro puede entrar en una grave crisis y que eso podría dar entrada también a China directamente. Aunque no es un país de la Unión Europea, está ahí y está en el centro de la geografía europea. En ese sentido, geográficamente
China está siendo mucho más agresiva que lo que se pueda ser con ella.


En tercer lugar, hay un tema que no ha comentado usted, pero creo que para el Estado español es un tema estratégico importante. Uno tiene la sensación -y más que la sensación, objetivamente; hay que decirlo claro- de cierta debilidad ante
Marruecos a la hora de adoptar posiciones o ser un poco más libre en la toma de posiciones. Evidentemente, es un país estratégico no solo para España, sino también para Europa, pero con el que España tiene que tomar constantes decisiones, y hay una
serie de condicionantes, como el control fronterizo, pero también -no nos olvidemos- condicionantes económicos, lazos e intereses económicos importantes. Es un país con una idiosincrasia particular, no está en los mismos parámetros que pueda estar
la Unión Europea, pero uno siente que está en una posición geoestratégica. Y no sé qué es lo que pasará ahora con el Gobierno Biden, pero desde luego con el Gobierno Trump hubo una apuesta clara, incluso en ese movimiento con respecto al Sáhara
Occidental, para conseguir el acercamiento con Israel o la aceptación de las relaciones diplomáticas con Israel, etcétera. Yo le quería preguntar cómo debería reforzarse la posición española -lo voy a decir muy claro- para ser más libre a la hora
de tomar decisiones. ¿Dónde cree usted que debería estar la estrategia?


Nada más, muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Esteban.


Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor López-Bas.


El señor LÓPEZ-BAS VALERO: Gracias, señor presidente,


Quiero agradecer la presencia del señor Molina hoy aquí y decirle que en cinco minutos, evidentemente, va a ser complicado exponerle no tanto preguntas, sino algún tipo de reflexiones para las que nos hubiera encantado tener mucho más
tiempo, porque este tipo de documento, el informe sobre las perspectivas y los desafíos de la posición española en el mundo, da para mucho comentario, para mucha matización y sobre todo para mucha interpretación de los datos que nos aporta.


Después de haberlo leído y de haber tenido en cuenta algunas de las perspectivas que se plantean en él, nos preocupa enormemente el tema de la imagen de España, porque, evidentemente, una vez que pase esta pandemia, la imagen de España
tendrá que recuperar su lugar en el mundo, y ahí nos plantea usted que este estudio dice que estamos fuertes en elementos blandos. Claro, si la economía depende de un sector como el turismo, que está sometido a vaivenes, como hemos descubierto
precisamente a raíz de esta pandemia, nos preocupa mucho que una evolución no deseada de la economía mundial y sobre todo de la economía española, si no conseguimos recuperar un nivel de estabilidad y crecimiento sobre todo en ese sector, pudiera
ser un peligro, un riesgo real para la totalidad de la economía española, por ser precisamente uno de los elementos blandos que otros países ven en nosotros.


Nos interesa mucho también la presencia de España en un lugar del mundo en el que no la ha tenido tradicionalmente, como es el Sudeste Asiático. Sobre todo le pregunto si cree usted que podríamos, de alguna manera, generar alianzas con
países de la zona del Pacífico que podrían hacer frente a China; algún país conjuntamente con España o incluso con la Unión Europea, porque nuestra tradición en ese aspecto ha sido más la multilateralidad, salvo en cuestiones de América Latina, por
nuestros lazos históricos y sociales, pero ahí, quizás, sí deberíamos movernos en conjunto con la Unión Europea. Queremos saber si tenemos alguna alternativa que plantear en esa dicotomía entre China y Estados Unidos con países como puedan ser
Nueva Zelanda, Corea o los nuevos países emergentes en el Sudeste Asiático, que por su potencial económico no sé si tienen también cierto anhelo de independizarse, de volver a constituir esa especie de países no alineados de los setenta, que
tuvieron su importancia. Me



Página 9





gustaría saber si habría alguna posibilidad de que la Unión Europea planteara una alternativa en ese aspecto, desde luego con España dentro.


Muchas gracias. Ojalá hubiéramos tenido mucho más tiempo para comentar todos estos temas.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor López-Bas.


Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Asarta.


El señor ASARTA CUEVAS: Muchas gracias, presidente. Buenas tardes.


Señor Molina, muchas gracias por sus reflexiones acerca de España en el mundo 2021.


En primer lugar -no nos hemos puesto de acuerdo en nada el presidente y nosotros; yo lo tengo preparado aquí-, me gustaría reconocerles tanto a usted como al resto de investigadores del Real Instituto Elcano la magnífica labor académica que
realizan, que se ha visto premiada por el Global Go To Think Tanks Index 2020 de la Universidad de Pennsylvania, que les sitúa, como bien ha dicho el presidente también, como segundo mejor think tank de Europa Occidental. Mi más sincera
enhorabuena.


El documento que hoy se nos presenta desgrana uno a uno los desafíos a los que se enfrenta nuestro país. No obstante, me gustaría incidir en una serie de cuestiones, con algunas preguntas implícitas, que quizás por deformación profesional
me suscitan un particular interés.


Tal y como se indica en el panorama de tendencias geopolíticas Horizonte 2040, que usted conocerá, elaborado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos, el panorama internacional se caracteriza por el incremento permanente de la
velocidad de cambio, en el que cada vez es más frecuente la aparición de hechos disruptivos, especialmente de la mano de la tecnología o de actores no estatales capaces de convertirse en riesgos y amenazas poliédricas cambiantes, difíciles de
evaluar y de predecir. Por ello, la anticipación y la proactividad por parte de los servidores públicos se tornan perentorias, al objeto de poder afrontar los desafíos y las amenazas que deparan los nuevos tiempos.


Como usted bien sabe, señor Molina, el sistema internacional se configura en torno a dos aspectos -usted lo ha mencionado también antes casi así, de pasada-, que no son otros que los intereses y los valores. España, como actor estratégico
regional, pero que quiere tener un impacto global, debe establecer alianzas y compromisos al objeto de poder alcanzar aquellos intereses que por sí sola no puede, es decir, la pertenencia de España a organizaciones como la OTAN, la ONU o la misma
Unión Europea debería obedecer de forma primigenia a la consecución de sus intereses nacionales propios. Por tanto, la cuestión que deberíamos plantearnos y que deberían plantearse usted y sus señorías es la siguiente: ¿qué tanto sirven las
organizaciones y las alianzas de las que forma parte España para la consecución de nuestros intereses nacionales? Esta cuestión será imposible de responder si ni siquiera somos capaces de definir nuestros propios intereses; hay que partir de ahí:
¿cuáles son nuestros intereses?


De otro lado, más allá de una esfera puramente cuantitativa, se encuentran los valores. Autores como Samuel Huntington o Robert Putnam han destacado el papel que ejercen factores como la religión o el idioma en la composición de los
diferentes órdenes internacionales. Nuestro país, pese a contar con una economía de tamaño medio y una población menguante, gracias a su rico pasado, cuenta con un vínculo histórico, cultural y por supuesto económico con Iberoamérica.
Concretamente, según el informe de inversiones exteriores directas del año 2018, realizado por la Secretaría de Estado de Comercio, el 31 % de la inversión española en el exterior tiene como destino esta región del globo -aquí es donde tenemos
intereses- y suma una cantidad de 142 000 millones de euros en 2018, siendo únicamente superada por Europa, que tiene el 44,1 %. Esta reflexión que le voy a hacer ahora es importante, porque si bien Europa es nuestro marco natural de desarrollo y
progreso, Iberoamérica debe ser nuestra casa común, en la que España actúe como puente con el viejo continente.


Asimismo, España debe priorizar la relación trasatlántica. En su informe afirman que la presencia de Trump no parecía tener fin. Señor Molina, usted sabe que los intereses de Estados Unidos siguen siendo los mismos, independientemente del
signo político de la Administración que gobierne; lo ha dejado también entrever en sus palabras. En VOX creemos en la unidad de Occidente y en el sostenimiento de orden liberal internacional, que es sin lugar a dudas el más garantista en materia
de derechos humanos -ese es otro de nuestros intereses-, y es justamente la protección de los derechos humanos uno de los ejes que deben vertebrar nuestra acción exterior. Sin embargo, nuestro Gobierno sigue empecinado en incluir constructos
posmodernistas que discriminan, como el concepto de género. Señorías, cada persona debe ser respetada por el mero hecho de serlo y no por su género. Por tanto, es en la promoción y en el respeto a los derechos humanos donde España, que fue pionera
y es pionera en la materia desde la Escuela de Salamanca, puede y debe aportar su visión en los foros de gobernanza multinacional.



Página 10





No obstante, nuestro país no puede abstraerse de la realidad en la que vive, sin ir más lejos, del Magreb. Esta zona del mundo es prioritaria para España, puesto que además es un área de paso intermedia entre Europa y el Sahel, que es donde
actualmente confluyen las mayores amenazas para nuestra sociedad. En nuestra frontera avanzada proliferan los grupos criminales y terroristas, que se aprovechan de la inexistencia de controles por parte de los Estados, frágiles en el mejor de los
casos, fallidos en su mayoría, para ejercer su violencia. Por ello, España, a pesar de la pandemia, no puede perder de vista la amenaza del terrorismo yihadista, sobre todo actualmente, cuando una parte importante de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado se encuentra ocupada en el mantenimiento del orden público por el tema del COVID, de la pandemia. ¿Pertenecer a organizaciones internacionales en pos del desarrollo de las naciones a la vez que establecer alianzas estratégicas?
Nosotros decimos que sí, pero sin descuidar nunca nuestros intereses nacionales. Recuerde, señor Molina, que, como vino a decir hace unos días aquí el señor ministro Margallo -bueno, fue por videoconferencia-, países como Reino Unido y Estados
Unidos no tienen aliados y amigos permanentes, lo que tienen son intereses permanentes, y así deberíamos hacer nosotros también.


En resumen, en VOX somos conscientes de que nuestro país se enfrenta a multitud de desafíos y creemos que la mejor solución es encontrar el baricentro entre democracia, globalización y soberanía nacional. En este caso en concreto sí es
posible apuntar que en el término medio está la virtud.


Muchas gracias, y gracias también, presidente, por el tiempo adicional que me ha concedido.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias a usted, señor Asarta.


Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la señora Pastor.


La señora PASTOR JULIÁN: Muchas gracias, presidente. Muchas gracias, don Ignacio Molina, por su intervención.


En primer lugar, en nombre de mi grupo, quiero que dé las gracias al presidente saliente y nuestra enhorabuena al nuevo presidente. Le deseamos todo lo mejor y también le felicitamos por ese resultado que ha obtenido Elcano en ese barómetro
tan prestigioso. Por lo tanto, enhorabuena a usted y a todas las personas de alto nivel que trabajan en el Instituto Elcano.


Lo primero de lo que quería hablar, si me lo permite, es de un tema metodológico que me suscita algunas dudas. Ha pasado mucho tiempo desde el último barómetro, por un tema que no hace falta explicar, que es la pandemia. Por lo tanto, me
gustaría que nos contara qué previsión tiene el instituto con respecto a lo que va a hacer de aquí en adelante, más que nada para ir viendo con un margen de tiempo suficiente la distinta evolución del barómetro.


En segundo lugar, hacen referencia a la muestra, a las cuatro mil muestras. Todos los países hacen el mismo tamaño muestral, es verdad que con una significación estadística y con un chi-cuadrado que es el adecuado para los estudios
sociológicos -no para los médicos, si me permite, pero sí para los sociológicos- con un índice de confianza. ¿Por qué toman la decisión de que sea el mismo tamaño muestral? ¿Qué sesgo se puede introducir en el análisis que ustedes han hecho, por
ejemplo, de que en Estados Unidos haya más de ciento ochenta personas que no conocen España? Ese es un sesgo de toma de muestra. Me interesa casi más profesionalmente que en lo que tiene que ver con esta comparecencia.


Ahora le voy a hacer varias preguntas con respecto al contenido. Le agradezco el análisis geopolítico que nos ha hecho, que nos viene siempre muy bien, sobre todo viniendo de personas como ustedes, que están permanentemente analizando en
profundidad nuestro país y, sobre todo, su posición, la posición de España y la posición de Europa con respecto a la política internacional y a la situación geopolítica de la propia Europa. Por lo tanto, este estudio es siempre muy bienvenido.


Con respecto a la valoración general de los países europeos en los entrevistados, es verdad que España se mantiene en el mismo lugar, pero ¿a qué se debe que bajemos más que otros países, como por ejemplo Francia? ¿Es comprensible que
bajemos lo mismo que el Reino Unido en pleno brexit?


Preferencia por la inversión extranjera. España es el último país preferido de la inversión extranjera de fondos de capital. Sabemos que lo que un fondo busca a la hora de invertir es estabilidad, previsibilidad y seguridad jurídica.
¿Cómo explica este posicionamiento de España?


Tercera pregunta. La valoración general de la reacción de España en comparación con otros países. El barómetro sostiene que, casi un año después, la opinión pública internacional aprueba la gestión de China de la pandemia, así como la de
Rusia o el Reino Unido -España, está por encima de la media- y, sobre todo, de Alemania, que obtiene la mejor calificación. ¿Cómo lo valora usted? ¿Qué valoración tienen Italia y Francia y por qué no aparecen en el diagrama? A lo mejor yo no lo
he visto, no los he visto en el diagrama.



Página 11





Siguiente aspecto. La valoración general de la reacción de España desde los diferentes países. ¿Esa nota se la otorgan otros países a España o los españoles a España? Me llama la atención, también que en algunas de las opiniones con
respecto España no aparece recogida la opinión de Portugal. No sé a qué se debe.


Después, hay un tema que no se ha tratado aquí con respecto a las marcas, qué marcas conocen. Es curioso, por ejemplo, que hay marcas como Zara que son de las más valoradas, pero después, a la hora de valorar sectores, aparecemos muy abajo.
Me gustaría saber si tienen una explicación para ello, si han cruzado variables. ¿A qué se debe? Hay productos españoles muy prestigiosos, como el aceite de oliva o como el vino, y hay países que los valoran de una manera admirable, como por
ejemplo nuestros vecinos portugueses. ¿Cómo lo valora usted? Me parece una parte muy interesante, porque al final somos conocidos por muchas cosas, por la política, por las inversiones, pero también por la marca España, por el conjunto de la marca
España. ¿Qué valoración le merece a usted esto?


Imagínese, después de haber hecho este estudio tan interesante, que usted tuviera que hacer una valoración global, atendiendo, por ejemplo, a la inversión extranjera. Es curioso que nos valoren mejor en todo que como un sitio para invertir.
Curiosamente, nos consideran mejor sitio los americanos o los chinos. La pregunta que yo le hago es: ¿Por qué tenemos esta valoración? ¿Por qué hay distinta valoración dependiendo de las comunidades autónomas de España? Algunas pueden quedar a
la cabeza, como Madrid. ¿Qué es lo que usted, como analista, entiende que se está percibiendo fuera para que vayamos en ese ranking? Por ejemplo, los portugueses dicen de nosotros -se lo agradezco muchísimo, aunque no tenemos caldo verde aquí, en
España- que la comida es estupenda, lo cual es cierto, pero ¿por qué la valoración de la inversión es la que va a la cola?


Muchísimas gracias. Espero y deseo verle mucho por esta Comisión


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Pastor.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Ramírez.


El señor RAMÍREZ CARNER: Moltes gràcies, president.


Doctor Molina, es un honor tener a alguien como usted, con su trayectoria y con su experiencia, compartiendo sus conocimientos y sus estudios y los de su equipo aquí. Me sumo a las felicitaciones y al reconocimiento que el resto de
portavoces han hecho del papel que Elcano desempeña.


La verdad es que en todos los ámbitos de la vida, especialmente en políticas relevantes, como la diplomacia o la acción exterior un Gobierno, es muy importante poder hablar con los datos y con una visión realista de aquello que nos atañe.
Por lo tanto, sus aportaciones, sus informes y sus documentos son muy relevantes para poner blanco sobre negro y para que nosotros y nosotras aquí, cuando debatimos, sepamos de qué estamos hablando y de qué no estamos hablando.


Es cierto que hoy la intervención del Partido Popular ha sido un poco más sosegada, pero yo creo que es muy relevante, cuando hablamos con datos de la imagen exterior de España, que hagamos un repaso de lo que el Grupo Popular y el Partido
Popular vienen diciendo de la política exterior del Gobierno de España en los últimos tiempos, que hoy no se ha dicho.


Hace muy pocos días el señor Pablo Casado dijo algo como que España no pinta nada y que se la ve como un problema. Eso es algo que se dice rápido, pero que es bastante profundo. El señor Casado se estrenó en Bruselas como líder del Partido
Popular acusando al Gobierno de financiar su campaña con dinero destinado a políticas sociales, como si las políticas sociales no fueran relevantes. En septiembre del año 2020 se hizo una insólita reunión con embajadores de los Veintisiete en la
que el señor Casado puso en duda la capacidad del Gobierno de España para gestionar los 140 000 millones de euros. (Rumores). Cuando hablamos con documentos como este -creo que tengo el uso de la palabra- de esta fantástica novena oleada del
barómetro de imagen de España, seguramente tener una oposición que va por Europa diciendo que el estado de alarma es un ataque a las libertades -aunque ahora vuelvan a pedirlo, porque ya han pasado las elecciones en Madrid- o que se dirige con
cartas a la Comisión Europea y, concretamente a justicia, cuestionando el Estado de derecho en España, pues hombre, no ayuda a esa imagen exterior de España. Luego, cuando vienen profesionales que dedican su trayectoria y sus conocimientos a
estudiar, a preguntar, con datos, sobre la imagen exterior que tienen de España, vemos como -por ejemplo, en esta novena oleada- cómo, efectivamente, España tiene su prestigio en el mundo. España es de los segundos países más apreciados de entre
los encuestados como potencial aliado. Las personas españolas que valoran en qué deberíamos priorizar la política exterior del Gobierno de España, están diciendo que debemos apostar claramente por el combate contra el cambio climático,



Página 12





algo que ustedes ningunean en esta Comisión. Con esto que les digo y con este tono en que se lo digo, no pretendo atacar a nadie, no pretendo molestar a nadie. (Rumores). Lo que digo es que cuando hay expertos que nos traen datos, yo creo
que estos datos tienen que ser utilizados para desmentir toda esa campaña de acoso y derribo, antipatriótica y antiespañola, que el Partido Popular va haciendo por las instituciones europeas. Yo creo que en un día como hoy, que ustedes no han dicho
nada de eso, sería relevante que dijeran lo que han dicho hasta ahora. Yo les animo a que, como principal partido de la oposición, critiquen por supuesto aquello que creen que tienen que criticar, pero creo que sería muy bonito, además de útil,
hacer alguna propuesta más allá de críticas, sobre todo, cuando ustedes llevan dos o tres años diciendo que la imagen de España en el exterior es espantosa por culpa del Gobierno filocomunista. Sin embargo, cuando tenemos sesiones como las de hoy
con datos de gente que sabe mucho más que nosotros, seguramente, diciendo lo contrario, también deberían reconocerlo. A mí me gustaría, en ese sentido, plantear esa reflexión, hasta qué punto puede mejorar la imagen de nuestro país tener una
oposición que va por las instituciones europeas diciendo que si somos un Estado fallido como Somalia, que si el Estado de derecho está en peligro en España o que si el Gobierno trabaja para todo menos para lo que toca. Yo, de verdad y sin ganas de
molestar, les trasladó también esa reflexión.


Muchísimas gracias.


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ramírez.


Tiene de nuevo la palabra el señor Molina. (La señora Pastor Julián pide la palabra). Sí, señora Pastor.


La señora PASTOR JULIÁN: Pido la palabra por el artículo 71 del Reglamento, por alusiones.


El señor PRESIDENTE: Haga uso, pero tengo la sensación de que han sido reflexiones sin...


La señora PASTOR JULIÁN: Será muy breve.


El señor PRESIDENTE: Haga la reflexión. Por favor, no se pase de un minuto.


La señora PASTOR JULIÁN: Solamente voy a decirle que por respeto a esta Cámara, y especialmente por respeto al compareciente, reitero de nuevo el agradecimiento al Instituto Elcano y quiero trasladarles a los ciudadanos que afortunadamente
la política sigue siendo una herramienta poderosa para mejorar el país.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Pastor.


Tiene la palabra, de nuevo, el señor Molina. Por favor, le pido que sea breve, que no se pase quizá de diez o quince minutos.


El señor MOLINA ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS (Investigador principal del Real Instituto Elcano): Menos, porque creo que antes me pasé y ahora voy a ser breve.


Sus señorías comprenderán que hay unos elementos en los que yo no voy a entrar, cuestiones que me parecen muy legítimas pero por las que yo no me siento aludido, evidentemente. En el tema de la imagen -para empezar con esto, que puede ser
lo más controvertido-, antes me ha preguntado la señora Pastor por Zara. Quiero empezar con esto, que es una cosa tal vez anecdótica, pero para ilustrar lo que quiero decir. ¿Cuántos españoles, si hacemos un muestreo significativo de la población
española que compra en HM -gran competidor de Zara- saben que es una empresa sueca? Poquísimos, muy pocos. Esto tiene que ver también con la capacidad que tiene la coyuntura política de afectar a la imagen de países tan asentados como España, que
es muy escasa. Y esto lo digo tanto para los que piensan que una labor de Gobierno en un año y medio puede ser fantástica como para los que piensan que puede ser terrible. Un encuestado en Países Bajos o en Francia ha creado, ha generado su imagen
de España a través de su experiencia, normalmente en estos elementos que son muy de apreciar del turismo, de un país grato, de un país donde ha pasado buenos momentos. Es verdad que también tenemos que ser capaces de darnos cuenta de que ahí hay
debilidades estructurales, de que no tenemos un elemento tecnológico ni de sofisticación -y eso también tiene que ver con la pregunta de las inversiones-, pero es totalmente imposible salvo grandes catástrofes -es verdad que hay situaciones en el
mundo, desgraciadamente, donde puede haber una situación política que sí que pueda llevar a eso-, que eso sea así.


Dicho lo cual, y esa también es una pregunta interesante sobre el efecto de la pandemia, sepan ustedes que la pandemia ha sido controvertida absolutamente en todos los países, en los debates



Página 13





nacionales. Acabamos de publicar un informe en EPIM, que es nuestra red de think tank europeos, y el debate es muy interesante. No les descubro nada, pero si ustedes ven cómo ha sido la relación Gobierno-oposición en Grecia, en Alemania,
en Francia, en Reino Unido -algunos lo conocen- y lo miran con detalle es muy parecida. En la primera ola de la pandemia es cierto que había países, como Italia, España, Reino Unido -estos tres sobre todo- que tuvieron un señalamiento especial por
los resultados pero, por desgracia -o quizá, entre paréntesis, por suerte, aunque sea un consuelo, como se dice, de tontos- no hay un señalamiento especial de ningún Estado después de las olas de la pandemia. Esto también tienen ustedes que
comprenderlo cuando ven cómo ha sido la pandemia en el conjunto de occidente. Ni siquiera Alemania se salva en términos relativos cuando se compara. Ahora mismo la situación es terrible en Europa del Este, terrible -en Hungría, República Checa-,
pero si uno empieza a mirar los datos de exceso de muertes en el Cáucaso, en Rusia, en todos los Balcanes, es muy difícil que nadie de nuevo en un muestreo de este tipo, teniendo en cuenta cómo ha sido la evolución a largo del año -porque el trabajo
de campo fue en febrero pasado-, señale de forma significativa a España. Lo que quiero decir con esto es que no hay que darle tampoco un gran valor ni en positivo ni en negativo.


España es un país con una imagen muy asentada; los países con imágenes muy asentadas tienen dificultad para variar. Hay una única excepción que es Estados Unidos que sí observamos que oscila mucho, que su imagen ha oscilado mucho en los
últimos veinte años, pero es una cosa muy excepcional por el elemento de exposición política, por la naturaleza de su sistema político y porque es la superpotencia. O el brexit, que sí que es algo sistémico, que sí que es un elemento de ruptura.
Si no, es muy complicado que esto afecte. Lo digo para intentar reducir esa sensación. Yo comprendo la lectura política que hay que hacer de estos datos, también porque mi interés es, obviamente, pensar más en grandes desafíos que tienen un
alcance muchísimo mayor que la coyuntura, aunque el informe sea un informe de coyuntura.


Muy rápidamente ya. Agradezco todas las preguntas porque son especialmente interesantes. Hay una cosa que pone en contacto la pregunta que ha hecho el señor Esteban con el general Asarta en el sentido del espacio iberoamericano y el valor
añadido que eso puede tener. España tiene una ventaja que, si lo piensan ustedes, casi ningún otro Estado europeo tiene, que es pertenecer a cuatro espacios distintos: pertenece al espacio europeo; pertenece al espacio atlántico; pertenece al
espacio mediterráneo y pertenece, a través del espacio iberoamericano, a América Latina. No hay ningún otro país que lo tenga, cuando uno piensa en términos, no de que sean regiones prioritarias sino a las cuales pertenece como actor. Es verdad
que, desgraciadamente, en el Mediterráneo la gobernanza es mucho menor que en el espacio europeo o incluso en el atlántico, en donde tenemos la OTAN, o en el iberoamericano con América Latina, pero eso es una gran ventaja.


Eso lleva a que, sin embargo -se me ha preguntado también por el sudeste asiático-, tengamos una debilidad, que yo creo que España se posiciona, junto a otros países europeos, como esa idea de democracia liberal, de potencia media. Me
preguntaban antes: ¿Podemos realmente ser equidistantes? No es una cuestión de equidistancia, es que Japón o Corea del sur, a pesar de su evidente alineamiento estratégico con Estados Unidos también piden ese margen porque no va en los intereses
de Japón o de Corea del sur tener un enfrentamiento o confrontación con China. Entonces, en ese sentido, claro que hay ejemplos, y no solo de Japón y Corea del sur, sino de otros en la región, de países que ni mucho menos están condenados al
autoritarismo y que son claramente países like-minded. Sí que hay un problema con América Latina. Esta mañana en el Instituto Elcano el alto representante Borrell ha presentado su libro, justo esta mañana a las doce; he estado con él, y una de
las cosas que ha subrayado es que es malo para Europa, y particularmente para España, que América Latina no esté en el debate. Son potenciales aliados y si ustedes ven las votaciones en la Asamblea General de Naciones Unidas casi todos -no todos,
pero casi todos- los países de América Latina tienen unos valores similares en cuanto al entendimiento del mundo abierto, derechos humanos y, sin embargo, no los consideramos porque Europa no aprecia la importancia que tiene América Latina, y ese es
un gran desafío que tenemos por delante.


Me han preguntado por Marruecos. Es muy interesante porque yo creo que España apostó, y todos los Gobiernos lo han mantenido, por una manera parecida -la idea del colchón de intereses- a cuando Francia y Alemania, después de la Segunda
Guerra Mundial -quiero hacer este parangón con todas las cautelas del mundo- decían: Evitemos el enfrentamiento a partir de la interdependencia. Francia y Alemania jamás podrán volver a enfrentarse. La idea de España -de una manera mucho menos
sofisticada, porque no tenemos una integración económica con Marruecos- es crear un colchón de intereses, es decir, deliberadamente hacernos un poco débiles en el sentido de tener una interdependencia en el ámbito de las inversiones o de las
exportaciones, del flujo de personas, de temas de radicalización



Página 14





violenta, de la cuestión energética, la cuestión pesquera, los contenciosos que tenemos, etcétera. Este es un elemento o es una manera de crear un colchón para que tanto un país como el otro sean conscientes de la importancia sistémica que
tiene esa relación, aunque eso, por otro lado, conlleve debilidades. No sé si me he explicado, pero es una decisión que curiosamente nos hace difícil estar más libres, aunque eso no quita que podamos tener mucha más claridad a la hora de defender
los derechos humanos o incluso -en el Instituto Elcano lo hemos dicho ya muchas veces- tener una posición un poco más activa en la cuestión del Sáhara. Es decir, no es necesariamente determinar una solución, sino estar más activos en la búsqueda de
la solución, y desde luego es de interés estratégico de España conseguir la reconciliación entre Marruecos y Argelia. Si hubiera que decir cuál es el gran problema del norte de África para nuestra política exterior, sería que esa frontera esté
cerrada y que haya una mala relación entre nuestros dos vecinos de África del norte. Eso es algo a lo que quizás la diplomacia debería dedicar más energía; eso nos daría, por cierto, un poco más de libertad, una relación mejor entre Marruecos y
Argelia nos ayudaría mucho.


Hay muchísimas preguntas. En cuanto a todas las preguntas técnicas de Ana Pastor, yo las he señalado todas, son muy interesantes y me gustaría contestar a todas, aunque obviamente no aquí. Además, yo he participado en este estudio, pero no
soy el director, es Carmen González Enríquez. Hay que distinguir el barómetro de la imagen de España del barómetro de lo que opinan los españoles del Real Instituto Elcano -ese es de 2020 y este sí es de 2021-, pero sí que hay un estudio de todos
los resultados que le voy a enviar. Recuerdo que a todo el mundo que nos pida por correo electrónico a través de la secretaría de la Comisión una versión en papel también se la enviaremos.


Muchas gracias por las felicitaciones. España tiene la suerte de que no solo el Instituto Elcano, sino también el CIDOB, puntúan muy alto en ese ranking. Nos llevamos muy bien entre los think tanks españoles, también hay que decirlo, y a
mi juicio es una cosa muy positiva; CIDOB, Elcano, la oficina de ECFR en España, Fundación Alternativas o FAES trabajamos y hacemos cosas conjuntamente. Yo creo que estar presentes, eso que decía de que las ideas españolas estén presentes en los
debates y en las redes europeas, es especialmente importante. Creo -me felicito por ello- que hay un acuerdo, es verdad, España tiene que ser consciente de sus intereses nacionales, y eso me parece bien, pero creo que estos intereses nacionales de
España están alineados con una Europa fuerte, están alineados con una relación transatlántica más equilibrada y fuerte y con una gobernanza global sólida, multilateral, fiable. Es decir, está en nuestro interés que esas estructuras multilaterales
sean sólidas. No es una relación de intercambio. Creo que ser más autónomos nos llevará a la conclusión de que hay que apostar por esas estructuras.


Muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Molina.


Le agradezco de nuevo su disposición siempre positiva a colaborar con esta Comisión. Quiero recordar que el Parlamento tiene un convenio con el Real Instituto Elcano que yo les animo a utilizar, porque siempre encontrarán a alguien
dispuesto a ayudarles en el Instituto Elcano, y yo creo que es un instrumento al que tenemos que sacarle partido. Me alegra mucho que haya mencionado la posición destacada de CIDOB -yo la iba a señalar después- y la buena relación con otros think
tanks. De hecho, nosotros en Mesa y portavoces tenemos la voluntad de ir incorporando a los think tanks a las dinámicas de esta Comisión.


De nuevo, muchas gracias, y espero verle pronto.


El señor MOLINA ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS (Investigador principal del Real Instituto Elcano): Gracias, presidente, muchas gracias.


El señor PRESIDENTE: Por favor, un minuto mientras despido al señor Molina. (Pausa).


- DE LA SEÑORA AYUSO (INVESTIGADORA SÉNIOR PARA AMÉRICA LATINA DEL BARCELONA CENTRE FOR INTERNATIONAL AFFAIRS, CIDOB), PARA DAR CUENTA DE LOS TRABAJOS Y ESTUDIOS PROPIOS DEL INTERÉS DE LA COMISIÓN. (Número de expediente 219/000498).


El señor PRESIDENTE: Volvemos a tomar asiento.


De nuevo tenemos la oportunidad de sacar partido a la representante de un think tank de primer nivel, como se ha dicho antes. Creo que nos debemos felicitar de estas posibilidades de trabajar con los think tanks españoles, y en este caso
tenemos la intervención de Anna Ayuso, que es doctora en Derecho Internacional Público, máster en Estudios Europeos por la Universidad Autónoma de Barcelona, investigadora sénior del CIDOB, profesora asociada en el Instituto Barcelona de Estudios
Internacionales IBEI, forma parte



Página 15





de distintos consejos consultivos, consejos asesores, grupos de reflexión sobre innumerables temas -evidentemente el que aquí nos interesa más es la integración y el desarrollo de América Latina-, ha realizado estancias de investigación en
la Fundación Getulio Vargas de Río de Janeiro, en el Colegio de México, en el SOAS de Londres, y podría estar recitando otros institutos de máximo prestigio donde ha investigado.


Para nosotros, de nuevo, es un orgullo tener la posibilidad de debatir y deliberar con ella. Nos va a hablar de la agenda americana de Joe Biden, oportunidades para una revitalización, cooperación con América Latina en el espacio atlántico.
Tiene veinticinco minutos y seguiremos la dinámica de la anterior intervención.


La señora AYUSO POZO (investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre For International Affairs, CIDOB): Me voy a poner este dispositivo para ir viendo lo que me queda, porque a estas horas no quiero abusar de la paciencia de
sus señorías.


Muchas gracias por invitarnos. Es la primera vez que participo en una sesión como esta. He estado en el Parlamento Europeo pero no había estado aquí. ¿No se me oye?


El señor PRESIDENTE: Sí, pero se tiene que orientar hacia el micrófono (Rumores).


La señora AYUSO POZO (investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre For International Affairs, CIDOB): Decía que es la primera vez que estoy en esta Comisión y esperamos colaborar desde la institución muchas más veces con
ustedes.


De los diferentes temas que propusimos, nos invitaron a participar y nos pidieron este. Por eso estoy aquí, porque soy la persona que dentro de CIDOB lleva la línea de investigación sobre América Latina y el espacio atlántico. A lo mejor
se preguntarán por qué tenemos esa idea del espacio atlántico. Es un enfoque en el que venimos trabajando ya desde hace aproximadamente diez años, que está en sintonía con esa visión que tiene la Estrategia Global de la Unión Europea, que incluye
esa referencia al espacio atlántico. Nosotros empezamos a trabajar hace tiempo, a raíz de un proyecto europeo que se llamaba Atlantic Future, que se hizo entre 2013 y 2016, y que de alguna manera trataba hacer una visión de las relaciones
transatlánticas más global, una visión hemisférica en la que se conectaran las políticas entre la Unión Europea y Estados Unidos -la tradicional relación transatlántica- con las relaciones con América Latina e incluso con África.


De hecho, después de ese proyecto se creó una red de trabajo que está financiada por los fondos de la Unión Europea y también con proyectos de Erasmus Plus, con las redes Jean Monnet, de las cuales tuvimos una entre 2016 y 2019 y ahora
estamos con otra 2019-2022. Lo que hacemos con estos proyectos es intentar analizar cuáles son las dinámicas de cooperación y conflicto en ese espacio pero, como decía, no viéndolo como un espacio separado sino dentro del conjunto de la globalidad
y, por tanto, entendiendo y analizando también la presencia de actores extrarregionales, como se ha estado mencionando aquí con el caso de China, que también es un actor relevante en el espacio atlántico, a pesar de no ser atlántico.


Además de esto, en esta línea estamos trabajando bastante las relaciones interregionales Europa-América Latina y no solamente dentro del espacio atlántico. También tenemos acuerdos con el Ministerio de Asuntos Exteriores, con el cual
estamos realizando unos diálogos de política exterior. Llevamos ya dos años haciéndolo y este año en concreto hicimos uno sobre cómo revitalizar las relaciones Unión Europea-Celac dentro del nuevo marco de relaciones. Anteriormente, el año pasado,
lo hicimos con Venezuela, para ver cuál era la posibilidad de cooperación internacional para el intento de resolución del conflicto en ese país. Además, tenemos otro proyecto que es el Foro Europa-Cuba, con el cual tratamos de analizar con un
conjunto de instituciones europeas y con la Universidad de La Habana y el CIPI cuáles son, desde la academia, los posibles mecanismos para que Europa colabore con las transformaciones y las reformas político-institucionales, económicas y las
relaciones internacionales.


Esto es para explicarles un poco el bagaje de dónde viene esta intervención. Lógicamente, cuando estamos hablando de la Administración Biden estamos haciendo un trabajo un poco más de prospectiva. Por lo tanto, no estoy hablando de un
informe -como ha hecho mi predecesor- que ya está hecho y terminado, sino que es más bien una intervención para dejar sobre la mesa una serie de análisis que estamos haciendo sobre cómo pueden afectar esos cambios de la política exterior de Biden a
América Latina tanto a las relaciones transatlánticas como, sobre todo, enfocadas en América Latina, en el sentido de tratar más bien de generar sinergias entre las políticas europeas y españolas hacia la región, también dentro de esa idea de
revitalizar las relaciones.



Página 16





En principio, el cambio en la Presidencia de los Estados Unidos de Trump a Biden ha generado expectativas de cambio y desde algunos sectores -sobre todo, desde una parte de países de América Latina que, digamos, fueron afectados por las
políticas más unilaterales de Trump- hay unas expectativas de mejora, como también las hay desde Europa, que de alguna manera también se enfrentó a una falta de sintonía respecto a las relaciones transatlánticas. Esas expectativas positivas vienen
dadas por las propias declaraciones de Biden y por el hecho de que este lo conoce ya, puesto que es un presidente que llega a la Presidencia conociendo mucho mejor la región que otros presidentes, incluso que Obama. ¿Por qué? Porque lleva ya
muchos años trabajando en temas americanos, conoce bastante bien la región y cuando fue vicepresidente fue él quien tuvo más relación con la región realizando viajes, y sobre todo en el caso de Centroamérica, donde incluso lideró un proyecto de
cooperación.


Por lo tanto, eso ya nos da una idea de que Trump llega a la Presidencia con ciertas ideas, y hay cosas importantes con las que tiene que lidiar. Entre ellas se trata de rehacer un poco la maltrecha relación en las instituciones
hemisféricas como es el caso de la OEA -que es una organización que está fracturada en los últimos años en los que ya no se da un diálogo; organización en la que ahora mismo no se está generando consenso, sino que es un escenario más bien de
conflicto entre las diferentes posiciones que se dan en la región- o incluso el Banco Interamericano de Desarrollo, que siempre había quedado un poco al margen de las disputas hasta que en el último tramo de la Presidencia de Trump hubo una
imposición de un presidente norteamericano, rompiendo la tradición de que fuera siempre latinoamericano. Esto también generó un conflicto con la región y creó fricciones entre los diferentes países. Esas fricciones después se han trasladado a
otras instancias, entre ellas la ruptura de Unasur -aquí no voy a entrar porque ya no existe-, pero también a la Celac, que es nuestro interlocutor. Esas fricciones que se han generado en la región, que no es que las generara Estados Unidos, pero
que las ha avivado o no contribuyó a relajarlas, han tenido consecuencias dentro de la Celac, como institución regional y como nuestro interlocutor, de tal manera que la Unión Europea no ha podido celebrar cumbres con la Celac desde 2015, y todavía
estamos viendo si un día se podrán celebrar. Por tanto, tenemos expectativas positivas. Tenemos que enmarcar esto en cien días, tampoco tenemos mucho para valorar, pero sí podemos ver qué direcciones se han tomado y qué iniciativas se han
impulsado, teniendo en cuenta las capacidades de cambio. Antes decíamos que las políticas exteriores son también cuestión de intereses y que estos intereses no cambian, lo que cambia es la manera de hacer la política o de defender esos intereses.
Por lo tanto, no podemos esperar cambios copernicanos en los intereses del país, pero sí en la manera de afrontar esos cambios. Así pues, veremos continuidades y veremos cambios, pero teniendo en cuenta que, aunque la política exterior es una
acción de Gobierno, también hay muchas políticas que tienen que pasar por consensos en el Congreso y en el Senado y que las mayorías que tiene Biden en ambas Cámaras son muy ajustadas. Por lo tanto, va a ser difícil modificar algunos temas porque
no hay consenso bipartidario y si no hay consenso bipartidario no es posible hacer grandes cambios.


Una de las cuestiones en las que casi todos los analistas coinciden es en resaltar que la pérdida de peso de Estados Unidos en América Latina tiene mucho que ver con su propia acción, por el descuido que ha tenido hacia la región en los
últimos años. Por una parte, la relación de proximidad con algunos países ha hecho que algunas cuestiones, como pueden ser las migraciones, la seguridad o incluso la relación con Cuba o con Venezuela, por la presencia de población en el país, se
hayan convertido en un asunto doméstico que genera polarización en algunos casos y en otros casos no. En el caso de Venezuela podemos decir que hay más bien consenso, pero genera unas dinámicas internas que impiden tener una posición más
pragmática.


Por otra parte, hay un sentimiento generalizado de que Estados Unidos ha dejado la región. Es verdad. Obama anunció que se había acabado la Doctrina Monroe y después Trump intentó resucitarla, pero en realidad ninguno de los dos tenía a
América Latina como principal prioridad. Tenían otros temas más candentes, básicamente Oriente Medio, las rivalidades con Asia-Pacífico y la creciente rivalidad con China, y en este caso también las relaciones transatlánticas. En los últimos años
la relación con Cuba nunca ha sido una prioridad, ni siquiera en el caso de Obama, que sí que tuvo más iniciativas. De hecho, las grandes decisiones de Obama con la región las tomó al final de la segunda legislatura, cuando ya el coste político era
menor para él. En todo caso, lo que sí vemos es que hay un cambio de orientación en la política hacia América Latina y Biden ha demostrado una mayor voluntad de diálogo frente al unilateralismo y una apuesta por poner en el centro los valores de la
democracia, los derechos humanos y las libertades. En este sentido, él ha sido muy claro al poner en el centro de la agenda la defensa de los derechos humanos y de la democracia. Por tanto, eso va a suponer una mayor



Página 17





convergencia con Europa a la hora de plantear determinados temas, pero también puede ser objeto de fricción con algunos países de la región.


En todo caso, la prioridad inmediata que tuvo Biden fue la política migratoria. Esto lo sabemos todos. Es su principal problema con América Latina y, por tanto, fue allí donde tomó las primeras decisiones que estuvieron prácticamente
vinculadas a esa agenda de derechos humanos. Lo que hizo no fue cambiar la política migratoria, porque no ha cambiado en sí la política migratoria; lo que ha cambiado es el enfoque de derechos humanos, tratando de evitar los efectos más nocivos:
la política de separación de familias, el tema de asilo y el tema de protección de menores. Todas esas acciones, evidentemente, no sirven para solucionar el tema migratorio, sirven para solucionar el problema humanitario. De hecho, está teniendo
muchas críticas por parte de los dos sectores: por parte de los republicanos, porque dicen que hay un efecto llamada, y de hecho se han incrementado las migraciones, y por parte de los sectores más pro derechos humanos, que dicen que no se protegen
lo suficiente y, en realidad, no se está haciendo un cambio de política real. En todo caso, como digo, hasta ahora ha estado haciendo uso de las órdenes ejecutivas presidenciales en aquello que podía cambiar con estas órdenes. Para otras cosas de
mayor calado va a necesitar el apoyo del Congreso. Por ejemplo, la ley de ciudadanía, con la que pretende regularizar a casi 11 millones -dicen- de ciudadanos, va a requerir el apoyo de las Cámaras y, por tanto, eso va a ser un problema.


En todo caso, es verdad que Biden entiende el problema migratorio no solo como un tema de seguridad, sino que le da un enfoque más global y eso puede hacer más factible que se incorpore de alguna manera a las iniciativas internacionales,
como el Global Compact sobre migraciones, del cual Trump se desmarcó totalmente. Biden todavía no ha dicho nada al respecto pero, por ejemplo, el secretario de Naciones Unidas ha invitado a Estados Unidos a integrarse. Ahí puede haber un espacio
de diálogo que vaya más allá y genere sinergias también entre Europa y Estados Unidos, que viven situaciones que no son iguales, aunque tienen una presión y decisiones similares, pero que no han entrado en diálogo sobre las políticas a aplicar.


En todo caso, la regulación de las migraciones no es una cuestión solo de flujos ni de regularización de estos, sino que tiene que ver también con las causas de esas migraciones. Eso lo sabe Biden. Por ello, otra de las iniciativas que ha
lanzado es el plan con Centroamérica. Cuando él fue vicepresidente ya presentó un plan de 700 millones de dólares, que obtuvo la aprobación del Congreso con republicanos y demócratas. Lo que ha hecho ahora ha sido una cosa mucho más grande y ha
sido una de sus primeras acciones. Ha dicho: voy a hacer un plan con Centroamérica para promover la seguridad y la economía, un plan no solamente migratorio, sino que tenga que ver con los dos factores que son causa de expulsión de los
inmigrantes, y le voy a dedicar 4000 millones de dólares, es decir, es un salto cualitativo.


Ha puesto justamente en el centro la lucha contra la corrupción, la mejora de las instituciones y el apoyo a las sociedades civiles. En este enfoque ya viene dado implícito una cierta desconfianza con los Gobiernos de la región. Hay que
decir cuál es la situación institucional en varios países de la región. En Nicaragua está el presidente Ortega desde hace catorce años, que ya sabemos que está acusado de fraudes electorales. El caso de El Salvador es más reciente, pero también
hay indicios de que pueda haber una involución institucional dentro del país. En Honduras el actual presidente está acusado de vínculos con el crimen organizado, aunque ya está acabando su legislatura. Y en Guatemala, aunque el presidente solo
lleva un año, también hay ya algunos indicios de corrupción.


¿Esto qué quiere decir? Que tienes el plan, tienes unos recursos, pero a la hora de implementarlo va a ser complicado. Eso va a requerir enfoques regionales, unos enfoques que vayan más allá de las relaciones bilaterales, y eso es una
novedad ya que Estados Unidos está más acostumbrado a tratar bilateralmente que a nivel regional, y eso da oportunidades también de cooperación con Europa, que está en un momento de renovar su acuerdo regional. El periodo del Programa regional de
Europa con América Central terminó en 2020 y ahora se iniciará el nuevo programa para el periodo 2021-2027, en el que una de las mayores preocupaciones es la recuperación después del COVID, pero también los temas de cambio climático. Ahí existe la
oportunidad de buscar un enfoque regional. Ya hubo un enfoque regional en un plan de seguridad con Centroamérica que quedó paralizado por problemas institucionales. Biden ha pedido que se implique Naciones Unidas en la recuperación de
Centroamérica. Ahí también hay una oportunidad de mejorar las sinergias entre la cooperación europea y la cooperación de Estados Unidos, buscando trabajar conjuntamente.


Eso no solo ocurre con Centroamérica, porque Biden también ha reconocido el fracaso de la guerra contra las drogas y la necesidad de cambiar el enfoque de seguridad y militar sobre ese problema. Eso



Página 18





también abre la posibilidad de mejorar la cooperación entre Europa y Estados Unidos. Ya hay cooperación, porque a través de la OEA hay programas en los que participa también la Unión Europea, como el PAcCTO, y además se ha creado un Comité
Latinoamericano de Seguridad Internacional con ayuda europea. Sumar a Estados Unidos a esas iniciativas sería un paso adelante, y es factible, aunque hay cierto peligro, porque cuando Estados Unidos se incorpora a un instrumento multilateral tiene
tendencia a ejercer un liderazgo que a lo mejor desvirtúa otro tipo de cooperación.


Más allá de Centroamérica, este problema institucional del que hablaba se está reproduciendo por toda la región. Todos hemos oído hablar de las protestas que se han extendido por América Latina. Hay un problema de estabilidad, porque con
las dos potencias regionales tradicionales que pueden servir de estabilizadoras dentro de la región y que tradicionalmente lo habían sido en los últimos años, como son México y Brasil, Biden no ha tenido muy buena entrada. Aunque con México,
probablemente, las cosas se redireccionen por pragmatismo, porque es necesario y porque, más allá del entendimiento entre los dos presidentes, hay unas interdependencias que son inevitables, también es verdad que hay factores de fricción y uno de
ellos es el tema ambiental: las políticas energéticas de México entran en contradicción con las iniciativas de Biden. Eso ha afectado a la Unión Europea, sobre todo a las inversiones europeas en México, que iban más bien dirigidas a la inversión
en nuevas energías, en energías renovables, que se han visto afectadas por los cambios en la legislación europea. Es muy poco probable que eso se pueda enfocar en una negociación bilateral. Seguramente, lo mejor sería llevarlo al ámbito
multilateral de las negociaciones internacionales. Ahí Europa y Estados Unidos podrían ejercer un trabajo conjunto para intentar acomodar las políticas mexicanas al consenso internacional.


Con Brasil ocurre una cosa parecida o peor, porque allí sí ha habido una mala relación desde el principio con Biden. Uno de los temas de mayor roce con Brasil ha sido el tema ambiental de la Amazonia. Ese es el mismo tema que está
impidiendo la ratificación del acuerdo entre Unión Europea y Mercosur. Hemos visto cómo la iniciativa de Biden de la cumbre climática virtual que hizo en abril ha conseguido que Bolsonaro por lo menos acepte empezar a tomar medidas frente a la
deforestación. Aunque haya dudas sobre su compromiso real, por lo menos tenemos un cambio de actitud. Por eso, planteo la necesidad de que Europa se replantee si lo mejor es no firmar o ratificar el tratado con Mercosur o lo mejor es firmarlo y, a
cambio, exigir el cumplimiento a través de instrumentos multilaterales como el que se está planteando, y sobre todo a partir de la COP26.


Como me queda poco tiempo, solo voy a apuntar dos temas que no quiero dejar de mencionar, porque seguramente habrá debate, que son Venezuela y Cuba. Son dos temas que están en la agenda y en los que Estados Unidos y la Unión Europea no
siempre han ido de la mano. En el caso de Venezuela, no parece que Biden vaya a hacer grandes cambios. La Unión Europea está intentando apostar por el diálogo entre las partes, aunque no directamente, sino a través de iniciativas externas. En el
caso de Estados Unidos se ha reconocido de alguna manera que fracasó la política de acoso y de cambio de régimen, y que las sanciones no han conseguido acabar con la presencia de Maduro, pero parece que, por el momento, tampoco hay intención de
reducir las sanciones, si no hay cambios evidentes. Hemos visto que hay algunos signos por parte de Maduro, por ejemplo, con el nuevo nombramiento de la Comisión Nacional Electoral. Habrá que ver cómo evoluciona, pero, en todo caso, la Unión
Europea ahora tiene la oportunidad de, en lugar de encontrarse con las políticas unilaterales de Trump y tener que elegir entre sí o no, entre blanco o negro, tratar de buscar puntos intermedios, y las coincidencias mayores están en el tema de apoyo
a la sociedad civil, ayuda humanitaria y fortalecimiento o defensa de los derechos humanos en la región.


En Cuba es donde hay más divergencias, las había claramente con Trump. Biden, a pesar de las expectativas que había de volver a la política de acercamiento, ha dicho que no tiene prisa y que si no hay cambios importantes, se hará poco a
poco. Eso no quiere decir que no vayan a dialogar, porque seguro que están dialogando. No creo que tomen decisiones muy rápidamente. Las dos cuestiones que están sobre la mesa son, por una parte, sacar a Cuba de la lista de patrocinadores del
terrorismo, que es un tema fundamental en foros internacionales y, por otra parte, la suspensión de la Ley Helms-Burton, sobre todo el título tercero, que afecta directamente a los intereses de la Unión de Europa y de España en particular. En estos
dos temas la Unión Europea podría tener posibilidad de influir. Aunque hemos visto que ha habido roces al respecto, es uno de los aspectos en los que se puede avanzar. En cualquier caso, cambios importantes no se van a ver hasta el final de la
legislatura, porque tienen un coste político; hasta después de las elecciones de medio término muy difícilmente va a haber cambios de rumbo muy grandes.



Página 19





Y aquí termino, pero no quiero dejar de mencionar, porque se ha citado antes, el tema de China. Uno de los grandes temas para Biden en América Latina es la penetración de China, y ahí va a ejercer presión. Igual que vino al G-7 a decirle a
Europa que o con China o con ellos, en América Latina está pasando lo mismo, y probablemente será lo mismo que contará en la próxima Cumbre de las Américas que se tiene que celebrar este mismo año en Estados Unidos y que supongo que será un punto de
inflexión respecto hacia dónde quiere plantear Biden la relación con la región. En todo caso, es verdad que ahí Europa y América Latina tienen la oportunidad de buscar ese punto intermedio del que hablábamos antes. Tenemos demasiados intereses con
China como para enfrentarnos con ella, pero también tenemos muchos intereses con Estados Unidos. Entonces, buscar esa autonomía significa buscar también alianzas para defender posiciones en los ámbitos internacionales. Lo dejo aquí, porque ya he
agotado el tiempo.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, doctora Ayuso.


Tenemos solo tres intervenciones de portavoces. La primera es la intervención de VOX. El señor González Coello de Portugal tiene la palabra por cinco minutos.


El señor GONZÁLEZ COELLO DE PORTUGAL: Muchas gracias, señor presidente.


Señora Ayuso, muchas gracias por estar hoy con nosotros; gracias por su comparecencia y su exposición. Usted hablaba de que uno de los ejes de la política de Biden que habría que prever es la defensa de la democracia y los derechos humanos
-si he entendido bien-, y a mí más que la defensa de la democracia y los derechos humanos lo que me interesa es combatir a aquellos que violan los derechos humanos y que gobiernan desde la tiranía, y le hago la siguiente reflexión. Ha dejado para
el final lo que más me interesaba: Cuba, Venezuela y China. No ha mencionado Irán, que es un país que en Venezuela está ganando presencia, lo cual me sorprende -parece ser que en Bolivia también-, y me gustaría que hiciese alguna reflexión sobre
la penetración de Irán en algunos países de la esfera especialmente suramericana. En Mesoamérica también, pero menos.


También me gustaría que nos diese algunas pinceladas sobre las próximas elecciones que va a haber en Nicaragua, cuál va ser la posición de Estados Unidos y de la Administración Biden sobre ese proceso, sobre unas elecciones yo creo que
fraudulentas desde cualquier punto de vista.


Y en el caso de Cuba, usted decía que lo que deben estar negociando es sacar a Cuba de la lista de países terroristas, lo cual a mí me parece que es imposible, porque yo estoy convencido y creo firmemente que Cuba es un país terrorista, y le
voy a dar un dato. En Cuba hay unos 90 000 presos y luego hay 37 458 personas exactamente bajo control policial o judicial; en total, unas 128 000 personas entre convictos y condenados. El 9 % de la población cubana es negra, representa casi el
70 % de los presos. En el año 2002 Fidel Castro dio un discurso en el Teatro Karl Max y dijo literalmente que el 80 % de los presos eran negros y que había que hacer un estudio sociológico al respecto. Yo creo que Cuba, además de estar donde debe
estar, que es en la lista de países terroristas, también debería figurar como el país número uno en racismo del mundo y habría que explicar el Black Lives Matter especialmente en ese país. ¿Cree usted que es posible que realmente se llegue a un
acuerdo para que Estados Unidos la saque de la lista? ¿Sobre la base de qué?


En el tema de la colisión con Bolsonaro, ha hablado usted de uno de los ejes, el tema del clima. La quema de masa forestal por parte de Bolivia, en concreto del Amazonas, es cuatro veces la que se produce en Brasil, y corríjame si me
equivoco. En la franja sur del Orinoco tenemos la deforestación, el desplazamiento forzoso de tribus indígenas, la contaminación de ríos y acabamos de tener una mancha de crudo enorme, por cierto, hace unos días. ¿Cree que eso no va a influir en
la política del señor Bolsonaro respecto a Suramérica?


Y luego, China es un tema que a nosotros nos preocupa muchísimo. China es un peso pesado ya en Suramérica y en Mesoamérica. Venezuela tiene una deuda enorme con China, la tiene Ecuador también y la tiene Argentina. China es acreedora de
los grandes países de esa zona, con consecuencias geoestratégicas clarísimas, y veo muy difícil que eso se solucione en el corto plazo. ¿Qué papel debería jugar la Unión Europea para que esa posición de predominio por lo menos económico, con todo
lo que ello significa, no crezca y que España especialmente pueda mantener y recuperar la tradición de los lazos y la importancia que ha tenido en muchas de estas naciones de la mano de nuestro aliado natural, que es Estados Unidos?


Nada más, y muchas gracias. (Aplausos).



Página 20





El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor González Coello de Portugal.


Por el Partido Popular, tiene la palabra la señora Jiménez-Becerril.


La señora JIMÉNEZ-BECERRIL BARRIO: Muchísimas gracias, señora Ayuso.


Para mí es un placer y un gusto escucharla. Estoy prácticamente de acuerdo en todas las cosas que usted nos ha mostrado, pero quería hacer unas reflexiones. Yo creo, al igual que usted, que Europa ve con esperanza la llegada de Biden al
poder porque, como ya sabemos, aparte de revitalizar la relación trasatlántica, ya muestra unos signos hacia los europeos que son interesantes. Se acerca al multilateralismo, se regresa al Acuerdo de París sobre el cambio climático, se permanece en
la Organización Mundial de la Salud, y algo importante es que tiende o ha hecho gestos para reducir los conflictos comerciales.


Yo no sé si usted estará al corriente, pero España, por ejemplo, ha sido duramente castigada respecto a los aranceles, y particularmente en mi región y mi ciudad, o sea, Andalucía y Sevilla, el aceite de oliva y la aceituna de mesa desde
hace años están siendo muy castigados. Me gustaría saber si después de esta moratoria de cuatro meses, que es cortísima y se está acabando, cree usted que se va a seguir en esa línea o no.


Luego, respecto a la OTAN, también es importante que se haya hecho en la Unión Europea una directiva, una resolución para que se produzca un cambio y para que junto con Estados Unidos se prepare el eje de una nueva alianza global basada en
la idea de socios afines -lo cual también nos da esperanza-, así como una estrategia común respecto a China, pero yo veo que ahí todavía no hay mucho acercamiento. ¿Cree usted posible que haya acercamiento entre los europeos y la visión de Estados
Unidos respecto a China? Por otra parte, considero también importante reforzar la alianza trasatlántica con una distribución equitativa de las vacunas. Ya se están viendo muchos gestos respecto a cómo están cooperando Estados Unidos y la Unión
Europea; se ha avanzado mucho en ese diálogo que parecía que estaba roto.


Me interesa también saber de qué manera cree que la salida del Reino Unido influirá en la relación de Estados Unidos con la Unión Europea. Por ejemplo, yo conozco bien los temas de seguridad y defensa, y ahí le debo decir que el socio
prioritario era Inglaterra; así es como siempre cooperaban. Por tanto, me gustaría saber de qué manera ahora España puede posicionarse ahí, sobre todo en la lucha contra el terrorismo, y respecto a defensa, qué ocurre con las bases de Rota y
Morón, que se tienen que ampliar.


Asimismo, como investigadora a nivel internacional me gustaría que me dijera cuál cree que es la posición de España, cómo nos ven en el mundo, en Latinoamérica y en Europa, cómo ven a España en cuestión de gestión de la pandemia, y espero no
ser tachada de antipatriota por esto, porque cada vez que hablamos a nivel internacional de algo que es un problema en España nos dicen rápidamente que hablamos mal de España. Espero que no se me malinterprete por esto.


Respecto a Latinoamérica, es muy importante ver cómo nosotros aprovechamos este nuevo papel de España con respecto a Latinoamérica y Estados Unidos. Yo he sido, como diputada, presidenta de la Delegación de México en la Unión Europea y le
digo que el 90 % de los que estaban apuntados eran españoles; luego estaban los portugueses y un poco Brasil. Es decir, no les interesaba y había que atraerlos para que viajaran a México; si no, no venían. Por tanto, ¿de qué manera cree usted
que España puede ser un vínculo fuerte en Europa, potenciar a Latinoamérica y servir como vínculo en Estados Unidos? Porque Latinoamérica, sobre todo México, que es un país muy fuerte, está mirando desde hace años hacia Asia y no hacia Europa.
Cuando hicimos el acuerdo comercial, curiosamente no les importaba tanto el acuerdo comercial con Europa, porque para ellos tenían prioridad otros acuerdos.


Finalmente, ha hablado usted de Cuba, pero me preocupa y me gustaría que ampliara el tema; lo mismo que otros países de América, como lo que está sucediendo en Colombia con la violencia, muchos policías hospitalizados y muchos civiles que
están en el medio de esta violencia. También en El Salvador, en temas de justicia; en Nicaragua, con la prensa y, por supuesto, Venezuela. Cuando ha hablado de inmigración, ha dicho usted que la prioridad de Biden -y yo estoy de acuerdo- son los
derechos humanos. Podemos hablar de todos estos países, pero donde actualmente existe una máxima violación de derechos humanos, con una migración, una pobreza y unos índices de violencia inimaginables es en Venezuela. Por tanto, me gustaría saber
cuál cree usted que será el posicionamiento que va a tener hacia Venezuela, porque a veces cuando se ponen sanciones se dice que se castiga a los ciudadanos -y termino, presidente, perdone-, pero es que también hay muchos ciudadanos que nos piden
que hagamos algo y no nos mantengamos con los brazos cruzados.


Muchas gracias. (Aplausos).



Página 21





El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora JiménezBecerril.


Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Alonso.


La señora ALONSO SUÁREZ: Buenas tardes y bienvenida, señora Ayuso. Muchas gracias por su comparecencia y, sobre todo, por la información que nos ha proporcionado. Tiene el reconocimiento de este Grupo Parlamentario Socialista por el
trabajo realizado personalmente por usted y sobre todo también por el CIDOB, que es un centro de investigación, el think tank más antiguo de España y uno de los más influyentes en su área a nivel europeo. Esta tarde hemos tenido la suerte de poder
escuchar a los representantes de los dos centros de mayor prestigio internacional, que están situados entre los cincuenta mejores, según ese ranking de Pensilvania.


La verdad es que estamos en un panorama internacional cada vez más convulso y las consecuencias de la irrupción mundial de esta pandemia se están notando muchísimo. Nuestro país tiene que ser un agente activo en la lucha contra esas
dificultades que se han creado. Hay quien piensa que en esta situación internacional los problemas se solucionan levantando muros, pero nosotros aquí pensamos que lo más importante es tender puentes y no levantar murallas. Por eso es necesario
reforzar el multilateralismo y trabajar juntos, sobre todo con Iberoamérica, que es con la que compartimos más vínculos históricos, humanos, económicos y lingüísticos. Se hablaba de distintos países iberoamericanos y este es el momento de liderar
el avance y, sobre todo, la consolidación de la democracia. Es importantísimo, porque un mundo más democrático es también un mundo más pacífico y más seguro. Eso sucede en la región y es necesario trabajar para que sea más estable y se respeten
los derechos humanos. Tanto Estados Unidos como España debemos seguir defendiendo sistemas democráticos con Gobiernos plenamente respaldados por las urnas y, sobre todo, la búsqueda de soluciones pacíficas y negociadas como mecanismo para resolver
conflictos. Es verdad que en Iberoamérica la situación es complicada y sobre todo este año. El año 2021 es un año excepcional en convocatorias electorales; se han celebrado en febrero en El Salvador, en marzo en Bolivia, pero también se van a
celebrar en Ecuador, Perú, Nicaragua, Chile y Honduras. Es un momento complicado y hay que estar ahí y vigilar esa zona. Una de las cosas que ha hecho España y que tiene dentro de su Estrategia de Acción Exterior 20212024, presentada hace poco, es
fortalecer la Conferencia Iberoamericana y el sistema de cumbres, como la que se ha celebrado hace poco en Andorra. Creo que es importantísimo, porque reforzar las acciones y los compromisos que implican pertenecer a una misma comunidad nos lleva a
enfrentarnos a desafíos comunes y, sobre todo, a tener un papel más importante en esa nueva construcción que necesitamos.


Lo que más preocupa en este momento es la situación sanitaria y humanitaria, y ahí se está trabajando. España está poniendo mucho para solucionar esas situaciones, tanto desde el punto de vista sanitario con el último compromiso del
presidente del Gobierno de los 7,5 millones de vacunas como también anteriormente con la Conferencia de Donantes para tratar de paliar las crisis migratorias de las que se estaba hablando. Creo que es importantísimo, es la función que tenemos como
país. Asimismo, antes se comentaba algo muy importante, y es que es fundamental reforzar ese vínculo que debe tener la Unión Europea con la comunidad iberoamericana. Me ha llamado la atención que antes Ignacio Molina dijera que Europa no tiene en
cuenta a América Latina, pero es verdad. Esto es necesario, sobre todo, como se ha mencionado antes, para algo tan fundamental como hablar de acuerdos entre Europa y algunos de los países, por ejemplo, Brasil con Mercosur. Es importante para todo
y necesitamos esos estudios para ver qué se puede hacer. Es verdad que la pandemia nos ha castigado a todos, pero quienes estaban en una situación más precaria, hoy en día están con unas amenazas mucho más graves. El compromiso tiene que ser con
los derechos humanos, y eso hay que exigírselo a Biden y también tenemos que exigírnoslo a nosotros mismos. Ese tiene que ser el compromiso. He visto que el lema del CIDOB es 'Las personas en el centro de las relaciones internacionales'. Para
nosotros, los socialistas, la prioridad también son las personas y, por eso, frente al 'sálvese quien pueda' de hace unos años, nuestro lema es 'No dejar a nadie atrás'. Ese es uno de los lemas en el que en este momento tenemos que seguir
trabajando.


El director del Instituto Elcano en algún momento dijo que los think tanks no van a cambiar el mundo, pero quizá puedan ayudar a que este mundo sea algo mejor. Por lo menos este Gobierno y este grupo parlamentario, ahora más que nunca,
vamos a trabajar para transformar a través de la política este mundo, porque en realidad el mundo que vamos a dejar lo tenemos que construir nosotros entre todos.


Gracias. (Aplausos).



Página 22





El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Alonso.


Tiene de nuevo el turno de palabra la señora Ayuso y, al igual que le dije al señor Molina, le informo de que tiene un tiempo máximo de diez o quince minutos, porque posteriormente tenemos reunión de Mesa y portavoces.


La señora AYUSO (investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre for International Affairs, CIDOB): He tomado nota de todo, pero, obviamente, ahora no puedo contestar a cada una de las cuestiones que se han expuesto. Creo que
en el fondo la intención era poner sobre la mesa las cuestiones de debate que hay en la agenda. Las respuestas las estamos buscando, porque entre las labores de los think tanks está plantear las preguntas, ver cuáles son las posibles alternativas y
hacer propuestas que posteriormente los políticos tendrán que llevar a término cuando se pongan de acuerdo. Nosotros simplemente planteamos las cuestiones.


América Latina estuvo durante unos años en lo que se llamó la 'década ganada' y parecía que ya había superado los grandes problemas -quitando América Central y algunos países-, porque, en general, todo iba bien. Entonces, nadie se
preocupaba de América Latina y no se quisieron ver los problemas estructurales que estaban debajo, como la corrupción que afecta a las instituciones. Si no se ataca el tema de la corrupción, de ahí no vamos a sacar nada, porque el ataque a los
derechos humanos y la democracia viene de la corrupción. La corrupción es un tema sistémico y no solamente de los países, y creo que la Unión Europea tiene que plantear una batalla frente a la corrupción a nivel internacional. Biden puede ser una
persona que se preste, porque ya nos ha dado sorpresas con los impuestos que, aunque es una cuestión importante, no la he comentado tanto. Sin embargo, el tema de la corrupción es fundamental si realmente queremos avanzar en fortalecer las
democracias y las instituciones y, por lo tanto, en tener instituciones que puedan defender los derechos humanos; si no, no es posible. Ese es un tema fundamental.


Otra cuestión que ha salido en varias de las preguntas es la lucha geopolítica. Desgraciadamente, América Latina se ha convertido en un escenario de la lucha geopolítica y eso es perjudicial para esta región porque se ideologiza cualquier
cuestión. Por ejemplo, la presencia de Irán. La presencia de Irán en sí no es tan importante, porque su capacidad de incidencia es poca y está muy vinculada a la relación con Venezuela. No tiene incidencia en toda la región, pero es una muestra
de que América Latina se ha convertido en un tablero de la geopolítica sin que tenga la capacidad de gestionar sus propias respuestas. ¿Qué podemos hacer desde Europa? Apoyar visiones alternativas. Por ejemplo, no podremos competir en inversiones
con China, pero sí podemos hacer otro tipo de inversiones; no inversiones extractivas que lo que hacen es fortalecer un sistema que es insostenible, sino fortalecer inversiones que generen mejoras tecnológicas, que generen productividad y que
realmente creen empleos de calidad, que es el gran problema que se ha visto ahora con la crisis. Más de la mitad de los trabajadores en América Latina son informales, en algunos países son el 70, 80 o el 90 %; en Perú me parece que son el 80 %.
¿Qué puede hacer Europa? Trabajar en estos temas, porque se ha preguntado muchas veces cuánta injusticia puede soportar la democracia y muchas de las protestas y los problemas institucionales tienen que ver con un sentimiento de injusticia y de
pérdida de esperanza. La pandemia ha sido terrible, pero en los dos años anteriores a la pandemia América Latina ya estaba camino de una disminución de la calidad de vida de los ciudadanos. Por lo tanto, Europa tiene que replantearse una relación
en la que esos valores se traduzcan también en acciones conjuntas de cooperación y que sea una cooperación de calidad. Ya digo que en cantidad probablemente no podremos competir, pero en calidad sí podemos.


El tema comercial va a ser importante. Biden vuelve a introducir a Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio y allí Europa se tiene que implicar en que haya unas normas que den respuesta a los grandes retos que hay ahora con un
cambio en los flujos comerciales. La manera en que se comercia y en que se hacen los intercambios está cambiando. Por lo tanto, hay que dar respuestas regulatorias a otros temas que no estaban todavía allí y creo que en esto hay posibilidades de
entrar con Biden.


En cuanto a los aranceles, esta es una negociación que tendrá que ser prácticamente bilateral entre la Unión Europea y Estados Unidos; no me refiero a bilateral con España, porque no tiene competencia siquiera. (La señora Alonso Suárez:
Pero también). Sí, también, pero quiero decir que el tema es importante para quien lo sufre. La cuestión es cómo se recupera todo el sistema multilateral y Biden nos da la gran oportunidad de volver a hacerlo. Ahora bien, no lo podemos hacer a la
antigua usanza, cuando nos poníamos de acuerdo Estados Unidos y Europa. Esto ya no es posible. Ahora lo tenemos que hacer con otros, como, por ejemplo, América Latina.



Página 23





Francamente, yo mucho más no pudo decir. Les invito a que lean las publicaciones sobre ese tema que están disponibles.


No sé si tenemos un convenio con el Parlamento.


El señor PRESIDENTE: No, pero podríamos llegar a tenerlo.


La señora AYUSO (investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre for International Affairs, CIDOB): Podríamos llegar a tenerlo y estar a disposición de sus señorías para cualquier cosa.


El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias.


En todo caso, estoy dispuesto a trabajar para que tengamos convenio y podamos plantear las mismas dinámicas de cooperación que he mencionado antes respecto al Instituto Elcano, porque estamos convencidos de que eso enriquece nuestras
deliberaciones, nuestras proposiciones y, en definitiva, la configuración de la política exterior española.


Muchas gracias, espero verla pronto aquí. Será un placer.


Se levanta la sesión.


Eran las seis y cincuenta minutos de la tarde.