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DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 232, de 21/10/2014
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CORTES GENERALES


DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE


Año 2014 X LEGISLATURA Núm. 232

PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JESÚS POSADA MORENO

Sesión plenaria núm. 217

celebrada el martes,

21 de octubre de 2014



ORDEN DEL DÍA:


Debates de totalidad de iniciativas legislativas:


- Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2015. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie A, número 118-1, de 2 de octubre de 2014. 'BOCG. Congreso de los Diputados', serie A, número 118-3, de 3 de octubre de
2014. (Número de expediente 121/000118) ... (Página3)



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SUMARIO


Se abre la sesión a las doce y cinco minutos del mediodía.


Debates de totalidad de iniciativas legislativas ... (Página3)


Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2015 ... (Página3)


El señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas (Montoro Romero) presenta ante la Cámara el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2015, aprobada por el Gobierno y remitida al Congreso de los Diputados en
cumplimiento del mandato constitucional.


Se suspende la sesión a la una y diez minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.


El señor Sánchez Pérez-Castejón, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista, defiende la enmienda a la totalidad de devolución presentada por su grupo parlamentario.


En nombre del Gobierno contesta el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


Replica el señor Sánchez Pérez-Castejón y duplica el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


El señor Duran i Lleida, en nombre del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), defiende la enmienda a la totalidad de devolución presentada por su grupo parlamentario.


En nombre del Gobierno contesta el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas (Montoro Romero).


Replica el señor Duran i Lleida y duplica el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


Los señores Garzón Espinosa, Coscubiela Conesa y Sanz Remón, del Grupo Parlamentario de IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural, defienden la enmienda a la totalidad de devolución presentada por su grupo parlamentario.


En nombre del Gobierno contesta el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas (Montoro Romero).


Replican los señores Lara Moya y Coscubiela Conesa y duplica el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


La señora Díez González, en nombre del Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia, defiende la enmienda a la totalidad de devolución presentada por su grupo parlamentario.


En nombre del Gobierno contesta el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas (Montoro Romero).


Replica la señora Díez González y duplica el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


Se suspende la sesión a las nueve y veinte minutos de la noche.



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Se abre la sesión a las doce y cinco minutos del mediodía.


DEBATES DE TOTALIDAD DE INICIATIVAS LEGISLATIVAS:


- PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2015. (Número de expediente 121/000118).


El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.


Debate de totalidad del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2015.


Para la presentación del proyecto, tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Señor presidente, señor presidente del Gobierno, señoras y señores miembros del Gobierno, señorías, ocupo la tribuna para defender el proyecto de ley de
Presupuestos Generales del Estado para el año 2015, los cuartos de la actual legislatura y sin duda los presupuestos más esperanzadores. Los presupuestos que hoy vamos a debatir aquí, en la Cámara, en el Congreso de los Diputados, son los de una
nueva etapa, una etapa de mayor creación de empleo y de fortalecimiento del crecimiento económico. Por eso son los más esperanzadores. Hasta ahora hemos tenido que dedicar los mayores esfuerzos a superar una herencia muy difícil, a vencer un
pasado de crisis e inestabilidad. Ahora podemos asomarnos con confianza, con seguridad, a un futuro de mayor prosperidad y, sobre todo, a un futuro de creación de empleo. Y lo hacemos desde la coherencia, desde la coherencia de una política
económica que ha transitado por la única senda posible, que es la que nos ha traído hasta aquí, la senda de la estabilidad presupuestaria y de las reformas estructurales de nuestra economía. Esto nos está ya permitiendo crecer en el año 2014, nos
está permitiendo que en el año 2014 exista una creación neta de empleo, un importante repunte de la afiliación y la cotización a la Seguridad Social que hace que tengamos en descenso esa tasa de paro que en 2013 llegó a situarse incluso por encima
del 26 %. Eso es posible porque ya en 2014 el producto interior bruto está creciendo, está creando empleo, y ese crecimiento alcanzará al menos el 1,3 %.


En efecto, hemos mejorado las previsiones del cuadro macroeconómico que hicimos hace ahora un año. Hace un año, cuando presentaba los Presupuestos Generales del Estado para el año 2014, decíamos que la economía podía crecer en 2014 un 0,7
%. Hoy estamos hablando de casi el doble y finalizado septiembre de 2014 podemos decir que hay 356.258 afiliados más a la Seguridad Social. Esa no es una cifra, esas son personas que han encontrado un puesto de trabajo, son personas que están
realizando su puesto de trabajo. La evolución de la encuesta de población activa en el cuadro macroeconómico durante el ejercicio actual y el próximo permite afirmar que durante los años 2014 y 2015 vamos a ser capaces de crear 620.000 puestos de
trabajo en España. Esta es la cifra que necesitamos, cientos de miles de personas que dejan el paro en 2014 y en 2015 para incorporarse a ese gran proyecto nacional, que es una España en prosperidad y en creación de empleo. Es la sorpresa
positiva. Para eso sirven los presupuestos, para eso sirven las reformas estructurales, para crear empleo. La sorpresa positiva es la creación de empleo, que es el resultado de un crecimiento económico, casi el doble en el año 2014 de lo que el
Gobierno previó en el año 2013. Respecto de 2015, el proyecto de presupuestos prevé un crecimiento de la economía del 2 %, en gran parte por una causa, porque estamos ante la recuperación de la demanda nacional.


¿Qué es lo que nos permite traer estos presupuestos que centran sus objetivos en la creación de empleo y en el crecimiento económico? Lo es porque estamos recorriendo el camino correcto, porque los presupuestos que hemos ido aprobando, año
a año, presupuestos muy difíciles cargados de rigor y de austeridad, eran efectivamente los que necesitaban España y los españoles, porque las reformas estructurales que hemos ido sacando adelante eran las que necesitaba nuestra economía, porque no
hay atajos ni milagros, hay esfuerzo, trabajo y voluntad, hay seriedad, hay unas políticas adecuadas para cada momento impulsadas por el Gobierno y hay trabajo y mucho esfuerzo de una sociedad, que es la sociedad española, que está dándonos a todos
una lección, una vez más, de cómo se saca a un país hacia delante. (Aplausos).


Ya nos pasó en la etapa anterior de gobierno. En los años noventa también España era un problema para Europa. Con una España descartada del camino de Maastricht en los años noventa, la unión monetaria era imposible. Se articulaba con
naturalidad una Europa a dos velocidades, la Europa del sur y



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el resto de Europa. Ya nos pasaba en esos años con nuestros desequilibrios estructurales, ya nos pasaba que el déficit público en los años noventa del último Gobierno socialista, en 1996, era del 7 %, y la tasa de desempleo entonces era del
23 %. No nos olvidemos de que ya pasamos por estos tiempos, ya estuvimos ahí y ya hubo unos Gobiernos socialistas que dejaron esa herencia. También en esos años el Gobierno socialista nos dijo que no había crisis económica, con un 25 % de tasa de
paro. ¡En los años 1994 y 1995 tampoco había crisis económica! Entonces como ahora, ayer como hoy, teníamos que hacer una política de austeridad y de reformas en aquellos años para cumplir con los objetivos de Maastricht y entrar en una Europa
nueva y diferente por la puerta grande, creando empleo, haciendo un proyecto de crecimiento económico y de creación de empleo el más largo de nuestra historia. Fue la época en la que España apuesta por la estabilidad macroeconómica y las reformas y
vino acompañada de unos excelentes resultados en materia de crecimiento económico y de empleo.


Ahora, como entonces, lo que ha planteado el Gobierno del Partido Popular es un proyecto para España a largo plazo, que pone sus cimientos en la corrección de los desequilibrios macroeconómicos. Solo así es posible una recuperación
duradera; solo así es posible que el crecimiento económico y la creación de empleo se proyecten durante años, como ya ocurrió durante las dos legislaturas de los Gobiernos del Partido Popular. Es verdad que para hacerlo ahora hemos tenido que
aplicar medidas duras, hemos tenido que enfrentarnos a sacrificios, pero la realidad nos muestra ahora que eran inevitables. Lo hemos hecho siendo conscientes de que, aunque salir adelante era una tarea de todos, millones de españoles especialmente
vulnerables no podían cargar sobre sus espaldas las consecuencias de una crisis que no habían provocado ni las consecuencias de los errores que sí había provocado una determinada política económica. Me refiero a esos más de 3 millones de españoles
que han perdido su puesto de trabajo durante la anterior legislatura; me refiero a los más de 8 millones de pensionistas a los que el anterior Gobierno llegó a congelar sus pensiones, merecidas tras el trabajo de toda una vida (Protestas); me
refiero a los millones de ciudadanos con menores salarios a los que costaba enormes esfuerzos llegar a final de mes. Me refiero a aquellos Gobiernos socialistas que se presentaban como el adalid de la política social.


Lo que hubo en la anterior legislatura fue una absoluta falta de compromiso con la sociedad española. Cuando se hace un discurso social y se ignora la realidad, se acaba haciendo la política más antisocial, que es la que paga el conjunto de
los ciudadanos. (Rumores). Cuando se comienza una legislatura poniendo en marcha medidas electoralistas, pero no se dispone del dinero para financiarlas, se termina la legislatura congelando las pensiones, rebajando los sueldos de los funcionarios
y dejando las facturas pendientes para el siguiente. (Aplausos). Cuando no se quiere reconocer que viene una crisis, se aprueban políticas equivocadas que acaban profundizando en la crisis y en la recesión. Eso fue lo que sucedió durante un
tiempo con esa política fiscal, supuestamente expansiva, del último Gobierno socialista, que creó una especie de ilusión fiscal. Anunció medidas de gasto cuando no había financiación y, desde el punto de vista de los ingresos, contemplaba un
desmedido incremento de los incentivos fiscales que no podían soportarse en una fase de crecimiento económico. (Rumores). Entre 2008 y 2009 la presión fiscal cayó en España 6 puntos porcentuales, es decir, quince veces más que la media del resto
de Europa. El importe total de esa pérdida de ingresos públicos fue de 67.000 millones de euros, de los que más de 27.000 millones de euros se debieron a las actuaciones discrecionales. A partir de ahí, se generaron esas facturas que ahora
explicaré; esas facturas en los cajones, esas facturas de los proveedores de los grandes servicios públicos -educación, sanidad y prestaciones sociales- sin pagar. Se dejó a un Estado en riesgo claro de bancarrota y devastado en sus cimientos
económicos. En aquel tiempo también el entonces líder de la oposición, don Mariano Rajoy, advirtió de la emergencia fiscal que se había producido ante el descontrol de las cuentas públicas y de que las comunidades autónomas y los ayuntamientos
tenían enormes dificultades para hacer frente a sus pagos mientras la Administración central no hacía más que aumentar su déficit y su deuda a un ritmo nunca visto. Ese es el panorama que nos encontramos al llegar al Gobierno.


El presidente del Gobierno, en su discurso de investidura desde esta tribuna, dijo lo que efectivamente teníamos que hacer: controlar el déficit público y garantizar el sostenimiento del Estado de bienestar. Y puso como ejemplo que ese
sostenimiento del Estado del bienestar no debía llevar nunca a la congelación de las pensiones, cuya revalorización debería sentarse. Ese fue el diseño de la política económica y presupuestaria que se traza en ese discurso de investidura: lo
primero que había que hacer era diseñar nuestra propia salida de la crisis. Frente a aquellas numerosas peticiones procedentes de todos lados sobre el rescate de España, el presidente del Gobierno puso todo su empeño en evitarlo. De no haber sido



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por la determinación con que el presidente Rajoy actuó desde el primer momento, el rescate nos habría dejado sin una política económica soberana, el rescate nos habría atado de pies y manos y ya no habríamos podido tener la capacidad de
convencer, de generar credibilidad a partir de las medidas de política económica que adoptáramos. Nadie hubiera creído en los compromisos de una España intervenida, porque serían otros los que dictarían nuestras políticas. Así ha ocurrido en los
países de nuestro entorno, países hermanos de nuestro entorno que fueron objeto de esa intervención y que vivieron profundos recortes en las políticas sociales, incluidas las pensiones. Así pues, evitamos la intervención, empezamos a controlar el
déficit público, hemos podido hacer la política que necesitaba España y ya estamos ante estos cuartos presupuestos del Estado que ha hecho el actual Gobierno en un plazo de solo dos años y medio. ¡Y cuánto han cambiado las cosas desde entonces!


Recuerdo que llegué a esta Cámara a finales de abril de 2012, después de que hubiéramos tenido que redactar el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2012 en un tiempo récord y aún sumido en la sorpresa, en el
estupor y en el punto de indignación que nos había provocado comprobar el grado de deterioro con que el anterior Gobierno había desahuciado las cuentas públicas del Estado. Aquellos días que ahora parecen lejanos, no por el tiempo transcurrido sino
por lo distinta que es la situación que afrontamos, eran días de zozobra extrema, días en los que los ciudadanos vivían en una extraña mezcla de contenida esperanza y abrumada desesperación porque el derrumbe no parecía tener fin y encima el
Gobierno, y yo mismo como ministro de Hacienda y de Administraciones Públicas, tuve que subir los impuestos (Varios señores diputados: ¡Oh!-Rumores). Recuerdo que entonces me dirigí a esta Cámara para anunciar los presupuestos más austeros de la
democracia y, también les dije desde esta tribuna, los más realistas, los presupuestos que necesitaba España para empezar a superar la crisis económica; unos presupuestos que pretendían ser el primer paso para recuperar la confianza, la de la
sociedad española, la de nuestros socios europeos y también la de los mercados, conscientes como éramos de que sin esa amplia confianza era imposible que soñáramos salir hacia delante.


Esa misma filosofía de austeridad y ese mismo realismo presidieron meses después los Presupuestos Generales del Estado para el año 2013 y los del año siguiente, los presupuestos de 2014. Al presentar las que iban a ser las cuentas públicas
para el año 2013 anuncié en esta Cámara que ese año, el 2013, iba a ser el último año de recesión económica en nuestro país. Acertamos. La recesión acabó en el verano de 2013; efectivamente, aquel año terminó la recesión. El año pasado, cuando
presentaba los presupuestos en esta Cámara insistía en que gracias al esfuerzo que está haciendo la sociedad estábamos atisbando la salida del túnel de la crisis económica, que estábamos saliendo de esa crisis económica y estábamos, por tanto, en el
camino de recuperar un crecimiento económico suficiente y para crear empleo. Cuando decía esas palabras sobre el año 2014, fueron contestadas por algunos de los portavoces de esta Cámara. Dijeron: Lo peor está por llegar, en el año 2014. ¿Para
quién? ¿Para los españoles o para algunos de los que están en esta Cámara? (Aplausos). Esta es la diferencia: la responsabilidad de un Gobierno. Los Gobiernos estamos obligados a traer presupuestos realistas, presupuestos que se cumplan y
presupuestos que promuevan el crecimiento económico y la creación de empleo. Decían que era imposible que se creara empleo en el año 2014, y se está creando empleo en el año 2014. Insisto: eso es fruto de una política, de una política de
estabilidad presupuestaria y fruto de esas políticas de reformas estructurales, a las que ahora me referiré; eso es lo que ha hecho que se rompan los pronósticos económicos.


Esa política presupuestaria del Gobierno fue uno de los pilares que permitieron que España fuera conquistando paulatinamente territorios de confianza. Los otros dos fueron un continuado proceso de desapalancamiento de nuestra economía, en
el que ya años antes empresas y particulares habían sido más diligentes que la Administración pública, y por otra parte, las reformas estructurales que han ido jalonando la legislatura, desde la reforma del mercado de trabajo, que aprobamos en un
Consejo de Ministros en febrero del año 2012, hasta la reforma del sistema financiero, a la que acudimos para recabar el apoyo financiero del MEDE, la reforma de las pensiones, o la reforma energética o la reforma de la Administración pública
incluyendo en ella la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Cuando todas estas iniciativas fueron dando sus frutos y todo el mundo comprobó que la seriedad política había vuelto a nuestro país, el rescate de España dejó de estar en las agendas, los
mercados volvieron a creer en nuestra recuperación y la economía regresó a la senda del crecimiento después de cinco años de recesión, cinco años de caída continuada de la actividad económica.


Recuerdo que cada vez que he subido a esta tribuna a presentar las cuentas públicas del Estado y también en otras innumerables ocasiones de intervención en esta Cámara he tratado de explicar la política del Gobierno que estábamos haciendo,
me he dirigido a sus señorías para asegurarles que los



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presupuestos, rigurosos en el control del gasto público y sensibles en su contenido social, eran los únicos posibles que nos podían conseguir facilitar una salida sólida de la crisis; insisto: comprometidos, rigurosos en el control del
gasto y cargados de sensibilidad social, con alto contenido social. Y recuerdo -seguramente ustedes también- que en todas esas ocasiones les he dicho que la acción conjunta del rigor presupuestario y las reformas que las han ido acompañando iban a
recuperar nuestra credibilidad internacional, iban a provocar que volviera el crédito al Estado y a las empresas, iba a terminar con la recesión y a iniciar una nueva etapa de crecimiento y que iban a frenar la destrucción de empleo como paso previo
a que nuestro mercado de trabajo recuperara su fortaleza y empezara a crear de nuevo empleo neto después de tantos años consecutivos de aumento del paro. Vale la pena recordar haber dicho tantas cosas desde esta tribuna desde la convicción de que
ese era nuestro futuro irrenunciable y también desde la seguridad de que se está haciendo la tarea con el rigor que necesita nuestro país; una tarea aplicada, insisto, con fórmulas que funcionaron en los años noventa y en los comienzos de los años
dos mil.


Recuerdo también haber tratado de transmitir esa esperanza a estos millones de españoles que con razón han caído en una profunda desazón, a esos millones de españoles que han vivido en un país que ha estado acariciando el pleno empleo y que
la posterior recesión ha sumido en la peor pesadilla, en la pesadilla de la tasa de paro más alta de Europa. También debemos recordar el contenido de esos debates porque una vez más debemos llamar a la responsabilidad que tenemos todos los grupos
políticos de esta Cámara -y el primero el Gobierno- de despejar de una vez por todas un futuro y comprometernos con las políticas que acertadamente están haciendo ganar ese futuro para esta gran sociedad española que hoy puede considerar a ese
pasado como un pasado vencido y derrotado.


Lo estamos consiguiendo, estamos saliendo de la crisis, con mucho esfuerzo; nos falta muchísimo por hacer, pero también estamos haciéndolo a una velocidad que no estaba en el pronóstico de la mayoría de los analistas y organismos
internacionales. Por supuesto, sabemos que queda mucho por hacer; lo principal es fortalecer la creación de empleo para que la recuperación llegue a todos los hogares, pero ahora nuestra economía ya está en condiciones de afrontar ese reto. Hoy
la recuperación económica es un hecho y ya hoy nadie, nadie, la discute. Estoy seguro de que esta tarde tendremos un debate sobre la continuidad y la fortaleza de la recuperación, pero nadie discutirá desde la tribuna del Congreso de los Diputados
que la recuperación económica es una realidad. España, por primera vez a finales del año 2012, en su último trimestre, alcanzó un superávit por cuenta corriente de la balaza de pagos; superávit que se ha mantenido durante 2013 y 2014, y a lo largo
de la proyección del cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado. Este superávit, que refleja la capacidad excedentaria de la nación para financiar sus compromisos de deuda externa, es resultado de las decisiones que
antes he mencionado de desapalancamiento del sector privado, de familias y empresas en nuestro país. Pero también lo es de un proceso de consolidación decidida de nuestras administraciones públicas que al añadir la reducción del déficit público,
especialmente en sus componentes estructurales, ha facilitado ese saldo financiero neto frente al exterior, que tenemos que saber conservar como la mejor garantía de continuidad de la recuperación económica y de la salida definitiva de la crisis.


En términos del sector privado el desapalancamiento de las familias y sociedades no financieras ha ascendido desde finales de 2011 a más de 278.000 millones de euros; casi 30 puntos de producto interior bruto han desapalancado empresas y
familias desde finales de 2011 hasta ahora. Eso también está propiciado por la política tributaria que ha llevado a cabo el Gobierno desde el comienzo de la legislatura para promover ese desapalancamiento financiero, insisto, en estas proporciones.
En lo que respecta al sector público España ahora está cumpliendo con sus objetivos de déficit, que son los que marca la senda de estabilidad presupuestaria; incluso por parte del Gobierno nos hemos propuesto para el año 2014 objetivos más
ambiciosos, frente a lo que ocurrió al inicio de legislatura, cuando lo que vivíamos eran redefiniciones en la senda de estabilidad presupuestaria, tras el reconocimiento de la recesión económica; teníamos que proceder a la actualización de esa
senda para que nuestras cuentas pudiesen ir absorbiéndolo.


Hoy los mercados nos financian a unos tipos de interés históricamente bajos porque ven que nuestra economía tiene capacidad para devolver la deuda, aunque esta deuda pública se haya incrementado para hacer frente a las deudas del pasado, a
las facturas sin pagar, a las reforma del sistema financiero, y como decía a esa deuda comercial tan elevada radicada, residente en nuestras administraciones públicas. Hoy el superávit estructural primario, que se consiguió ya en 2012 y se amplió
en 2013, se va a mantener e incrementar, porque esa es la coherencia de la gestión de nuestras cuentas públicas. Hoy sumamos



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cuatro trimestres de crecimiento económico, después de casi cinco años de caída de actividad, estando en la actualidad a la cabeza de la zona euro en crecimiento económico y también en creación de empleo. Es verdad que somos el país que más
necesita esa creación de empleo, junto a otros obviamente, pero eso no es óbice para reconocer que por fin ya estamos a la cabeza de ese crecimiento económico creador de empleo, tras haber superado tres años de caída neta. Ahora como decía la duda
-y supongo que será la duda que mantendremos esta tarde en los sucesivos debates- es la fortaleza y la continuidad de la recuperación económica.


En mi condición de portavoz del Gobierno quiero trasladarles la confianza de que España está creciendo sobre bases sólidas, que son las bases que permiten esa recuperación económica. Estas bases proceden de la mejora de la financiación por
parte de nuestros mercados financieros, de la mejora de las estructuras productivas básicas, empezando por el sector bancario, de la mejora de las relaciones laborales y de su modernización en nuestro país, algo que está sirviendo para atraer
importantes flujos de inversión externa, ya que siendo un país altamente endeudado diariamente vemos la noticia de cómo los grandes fondos de inversión del mundo invierten en España. Eso solo es posible hacerlo porque existe confianza, confianza en
las posibilidades de nuestro crecimiento económico y en la consiguiente creación de empleo. Eso es lo que va a hacer y a fortalecer nuestro crecimiento económico. También el aumento de demanda interna que se está yendo, en primer lugar, a la
formación, a la inversión en bienes de equipo, que es el primer componente dinámico de nuestra demanda interna para vivir también ya el inicio de una recuperación del consumo de las familias, que se ha adelantado al segundo trimestre del año 2014
respecto a todas las previsiones. Y al mismo tiempo el sector de la construcción, que es también un sector muy importante en cualquier economía, y lo es en España, está dejando de caer para empezar también a vivir un determinado repunte. Incluso
en sus informes más recientes el Fondo Monetario Internacional, por cierto tan cauteloso con España en los tiempos de crisis, nos da ahora la razón, y después de asegurar en abril que nuestro país crecería un 0,9 % este año y el 1 % en 2015, casi ha
duplicado las previsiones iniciales para subirlas al 1,3 % en 2104 y el 1,7 % el año próximo. Con esta revisión, la única por cierto que se ha hecho al alza en la eurozona, el Fondo Monetario Internacional pone a España a la cabeza del crecimiento
europeo, y no a la cola como algunos tuvimos la oportunidad de escuchar el año pasado a los portavoces de los diferentes grupos en el momento del debate de los Presupuestos Generales del Estado correspondientes al año 2014.


Por supuesto que todos sabemos, que todos somos conscientes de que nuestro crecimiento todavía es moderado. Claro que es moderado, pero cada vez lo va siendo menos. Por supuesto que sabemos que la creación de empleo es insuficiente, muy
insuficiente para lo que significan las cifras de paro en España, pero también somos conscientes, y queremos decírselo a los ciudadanos, de que lo más complicado ya ha pasado, que lo hemos dejado atrás, que ha costado mucho, mucho esfuerzo y mucho
sacrificio, pero que este es el momento para asentar bases sólidas de confianza, porque se han puesto bases sólidas sobre las que cimentar nuestro crecimiento económico, para que ese crecimiento sea cada vez más vigoroso y sea cada vez también más
accesible la creación de empleo; para que cada vez haya listas de parados en el Servicio Público de Empleo que vayan a menos y no a más.


Además España ha hecho un gran esfuerzo de consolidación fiscal para restablecer la confianza sin demoras en una situación crítica. En ese esfuerzo hemos puesto un empeño todas las administraciones; digo, con razón, todas las
administraciones. También hemos sido capaces de movilizar mucho recurso público y articular un proceso de reforma de la Administración, dirigido y coordinado por la vicepresidenta del Gobierno, la señora Sáez de Santamaría, que ha implantado reglas
de responsabilidad a los gestores públicos y modernizado su funcionamiento. En el terreno del control del déficit las críticas por supuesto pueden venir siempre de un extremo y de otro. Hay quien dice que el Estado no ha ahorrado o no ha ahorrado
lo suficiente, que el esfuerzo lo han hecho los ciudadanos y las empresas con sus impuestos. Y hay otros representantes, políticos y también de medios de comunicación, que siguen hablando de que tenemos una Administración gigantesca. Un mito. Es
un mito, créanme: estamos en niveles de Administración muy parecidos a lo que era el sector público en el año 2004. Hemos hecho un gran esfuerzo para sanear las estructuras de las administraciones públicas, y también para cerrar organismos y
empresas públicas ineficientes y que por tanto no tenían razón de existir: dos mil se han cerrado en estos años. Y hemos hecho realmente un gran ahorro en términos de plantillas, y también un gran esfuerzo en términos de Función pública en el
ámbito de sus salarios. Por tanto la realidad es que hemos corregido en estos años una situación absurda por la que la Administración pública seguía ensanchando sus estructuras e incluso sus empleos, mientras que el sector privado destruía más de 3
millones de puestos



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de trabajo. A esto se le ha dado la vuelta y hoy tenemos en la Administración una plantilla que, en términos EPA, asciende a 2.900.000 funcionarios y empleados públicos, una cifra muy parecida a la que teníamos en el año 2004, y esto
precisamente nos permite abordar unos contenidos en materia de Función pública que tenemos que consolidar, puesto que los funcionarios han hecho un gran esfuerzo en el ejercicio de su actividad con una extraordinaria profesionalidad.


Por otro lado, como he dicho desde el principio, hemos preservado el gasto social para atender a los servicios públicos de nuestro Estado del bienestar, y esto es lo que nos permite ahora presentar unos Presupuestos Generales del Estado como
los que traemos a la Cámara. Son unos presupuestos enormemente sociales, unos presupuestos de la Administración General del Estado en los que de cada 100 euros 54 van destinados al gasto social; unos presupuestos que habría que verlos
complementados con el resto de las administraciones públicas para entender y valorar qué hemos hecho en estos años. Permítanme que se lo resuma en algunas cifras sobre las que creo pertinente insistir en esta Cámara, puesto que son objeto de los
mecanismos de liquidez de suficiencia financiera que hemos puesto en marcha durante estos años. En total hasta 2014 han sido 136.789 millones de liquidez los que hemos destinado a las administraciones territoriales, de los cuales el 70 %, 95.752,
se ha destinado a sanidad, educación y servicios sociales. En concreto, teniendo en cuenta la distribución funcional del presupuesto de las comunidades autónomas, estimamos que casi 52.000 millones de euros -el 38 %- se han destinado a financiar la
política de sanidad pública. Insisto en la cifra: 52.000 millones de euros se han destinado por parte de esos mecanismos de financiación a los proveedores de la sanidad pública. Preguntémonos cuántos hospitales se habrían cerrado en nuestro país
si no se hubieran articulado esos mecanismos de proveedores y de Fondo de liquidez autonómica, cuando otros insisten en reflejar los ajustes y los presupuestos a la baja de esos servicios públicos: 52.000 millones de euros solo en sanidad pública.


Señorías, el proyecto de presupuestos que hoy debatimos mantiene la senda de consolidación fiscal. No contiene recortes, los recortes no son necesarios. (Rumores.-Una señora diputada: ¡No!). El escenario de crecimiento económico positivo
y la supresión del componente estructural del déficit de las administraciones públicas nos permiten que, con la contención del gasto nominal, se cumpla la senda prevista de la consolidación fiscal, igual que ocurría en los años noventa y en los años
dos mil.


En términos de reparto del presupuesto entre los diferentes ministerios el gasto disponible se ha reducido en un 18,4 % desde 2011, es decir, en 7.800 millones de euros. El esfuerzo de austeridad se mantiene, pero con un incremento de gasto
contenido en los ministerios. En 2015 los departamentos dispondrán de 34.526 millones de euros, con una reducción mínima del menos 0,2 respecto a 2014, lo que en la práctica supone la congelación del total del gasto. Ello unido al crecimiento
nominal del PIB previsto en el 2,7 es por lo que el total del gasto pierde peso sobre el conjunto de nuestra actividad económica, sobre nuestro PIB, y que presentemos unos presupuestos comprometidos con la consolidación presupuestaria. A ello se
añade el ahorro derivado de las partidas de gasto de interés, donde la previsión para el año 2015 en términos de contabilidad nacional llega a los 31.658 millones de euros frente a los 34.458 en el presupuesto para 2014, y esto supone un ahorro en
torno a 3.000 millones de euros, y también un ahorro importante en prestaciones de desempleo que procede precisamente de que muchos, cientos de miles de españoles, no van a perder su puesto de trabajo, y por tanto no van a necesitar el uso de esa
prestación por desempleo, lo que permitirá también un ahorro del orden de 4.000 millones de euros.


Tengo que recordar también, señorías, que en los Presupuestos Generales del Estado, además de los presupuestos de la Seguridad Social, también hay un alto contenido, en lo que se refiere a la Administración Central del Estado, de carácter
social. Son los presupuestos destinados, por un lado, al complemento de mínimos, a las pensiones no contributivas -la separación de fuentes del Pacto de Toledo-, y son también los presupuestos destinados a complementar el seguro de desempleo que,
como decía, necesita ya afortunadamente menos aportación por parte del Estado. Aun así, el presupuesto del Estado para el año que viene programa algo más de 23.000 millones de euros relativos a gasto puramente social, que es -insisto- resultado de
la división de las fuentes de la Seguridad Social.


En lo que se refiere a la Función pública el presupuesto del Estado incorpora también importantes novedades. La primera es la devolución de la paga extra de diciembre de 2012; entonces ya advertimos que no la suprimíamos, sino que la
desplazábamos hacia el año 2015 en función de las disponibilidades presupuestarias, y ahora estamos ya en condiciones de incorporar a los Presupuestos Generales del Estado una cuarta parte de la paga extra de diciembre de 2012, que será abonada a
comienzos del



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próximo ejercicio 2015. En segundo lugar, también cambiamos -es muy relevante hacerlo- la tasa de reposición media en los sectores públicos esenciales. Aquí me gustaría aclarar que respecto a esa tasa media tiene que determinarse por parte
de cada Administración -cada comunidad autónoma, cada ayuntamiento, cada corporación local- cuáles son las áreas prioritarias en las que debe reforzar su personal para prestar una mejor atención; por tanto, la tasa de reposición podría elevarse
incluso al cien por cien, siempre que esa Administración lo considere oportuno, y siempre y cuando el conjunto de las reposiciones no supere el 50 %. Se trata de que no continúe adelgazando la plantilla del sector público puesto que tenemos que
garantizar la prestación de los servicios públicos en las mejores condiciones, aparte de que aprovecho para agradecer públicamente a los funcionarios públicos lo que ha sido su papel durante toda esta crisis, estos larguísimos años de crisis
económica; es el reconocimiento que se merecen. Yo soy uno de ellos, me considero fundamentalmente un servidor público que acumula trece trienios en la nómina dedicados a la Función pública. Todos entendemos y valoramos lo que significa su
aportación, su trabajo y su esfuerzo en la prestación de unos servicios públicos que definen a España como un país desarrollado, como un país moderno. Ahora podemos sentarnos en la mesa de la Función pública, con sus representantes, con los
sindicatos, para poder llevar adelante una nueva tarea en la definición de la Función pública cara al próximo futuro, ahora ya que las disponibilidades presupuestarias nos permiten acometer realmente no ya un reconocimiento del pasado, sino lo que
debe ser el contenido de la Función pública en el futuro más inmediato.


También traemos en los presupuestos un incremento de inversión pública, un incremento todavía moderado, todavía modesto. Es un incremento de inversión pública regionalizada que llega hasta el 14 %, una vez que hemos conseguido que también
por parte de los mercados financieros se reconozca la viabilidad de nuestras empresas públicas, de manera que con un aumento moderado de la inversión de los grandes ministerios inversores, fundamentalmente Fomento y Medio Ambiente, podamos completar
esa inversión con la de las empresas públicas, y de esa manera modernizar nuestras infraestructuras.


Hemos llegado hasta aquí, hasta empezar a salir de esta crisis económica, sin mayor inversión pública. Quiero recordar también que eso es exactamente lo que ya nos pasaba en los años noventa, donde tuvimos un crecimiento económico muy
sólido que no vino de la inversión pública, sino que vino precisamente de la financiación de la economía de nuestro país, de la mejora de la financiación de nuestras pequeñas y medianas empresas y de nuestros autónomos, que fueron los protagonistas
de la recuperación del crecimiento económico y de la creación de empleo.


Igualmente quiero destacar de estos presupuestos los objetivos relativos a la acogida de otras grandes reformas del Gobierno, como es la Lonce, la ley que reforma la educación, y que también tiene su acogida en este presupuesto en el seno
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, además de los aumentos correspondientes a la política de investigación, desarrollo e innovación, que son otra de las prioridades del Gobierno que se añaden al territorio de las desgravaciones fiscales
que se potencian en la reforma fiscal que también tiene lugar en este presupuesto.


El presupuesto incorpora el Plan Crece, que es el plan de acción contra el desempleo juvenil, que pretendemos que sea un instrumento eficaz para combatir esas escandalosas tasas de paro juvenil que sigue padeciendo España, y devolver la
confianza y la esperanza a este sector de la población. También en este presupuesto dentro del Plan Crece hacemos usos de los fondos Feder, fondos de préstamos procedentes del Banco Europeo de Inversiones, por un importe de más de 1.067 millones de
euros para facilitar el préstamo que las entidades bancarias deben hacer llegar cada vez en mayor cuantía a la pequeña y mediana empresa en proyectos innovadores. Si a este dinero unimos el que se compromete por parte de las comunidades autónomas
el importe de estos presupuestos se eleva a 3.200 millones de euros.


La financiación territorial es algo absolutamente fundamental en estos presupuestos y donde también existe ese programa que sus señorías conocen. La financiación de las comunidades autónomas aumenta el 2,8 %, y en el caso de las entidades
locales, de acuerdo con los programas actuales de financiación autonómica y local y las previsiones económicas para el año próximo, se incrementa un 4,8 %. Solo un segundo para reconocer la importancia de nuestros ayuntamientos y de nuestras
corporaciones locales en la salida de esta crisis. El saneamiento de los ayuntamientos está facilitando que España sea hoy un país creíble, y por tanto que haya vuelto la confianza de los mercados, y podamos estar financiando nuestra recuperación
económica y nuestro crecimiento económico. Por tanto, además de ese reconocimiento, trataremos también en fechas próximas de llevar adelante las reformas que necesitan



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nuestros ayuntamientos para consolidar sus cuentas presupuestarias, y al mismo tiempo también fortalecer sus capacidades a la hora de facilitar los servicios públicos a los ciudadanos de toda España.


Estamos en un proceso que solo voy a mencionar de mutualización de deuda pública de las administraciones territoriales, un proceso de mutualización de las deudas de las comunidades autónomas. Es también una transformación porque el Estado
ha suplido en esas cifras algo que hubieran sido emisiones, que no se podían hacer, puesto que esas administraciones públicas no tenían acceso a la renovación de sus créditos y el Estado las ha suplido. Eso ha propiciado unas mejores condiciones
financieras, y ha sido un ejercicio que no me atrevo a calificar de solidaridad ni a dar más argumentos. El Estado somos todos, somos todas las administraciones, y el Gobierno de España no ha hecho sino cumplir su palabra cuando, a comienzo de
legislatura, dijimos que no dejaríamos caer a ninguna Administración, que no dejaríamos caer a ninguna comunidad autónoma, y efectivamente eso es lo que estamos haciendo posible a través de los mecanismos excepcionales de financiación, pero también
entendiendo que esa deuda, como les decía, ha servido para mantener abiertos los colegios, los hospitales, para mantener en pie las residencias de la tercera edad o de discapacitados, para atender a las personas con dependencia. Eso es algo que
tenemos que simultanear con la corrección del déficit público.


También los nuevos Presupuestos Generales del Estado amparan la reforma fiscal, la bajada de los impuestos a la que nos habíamos comprometido. Esa reforma fiscal significa que millones de españoles -prácticamente todos los asalariados de
España- a partir de enero del año 2014 van a tener una mejora en su renta disponible, en las retenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas, en función no solo de su nivel de renta, sino también fundamentalmente de sus condiciones
familiares, puesto que la bajada del impuesto sobre la renta de las personas físicas es una bajada en forma de protección e impulso a la familia. Por ejemplo, para las familias numerosas y con descendientes con discapacidad a su cargo creamos un
impuesto negativo sobre la renta de 1.200 euros anuales, 100 euros al mes, y eso va a beneficiar a 750.000 familias que se encuentran en esa situación en nuestro país. Además esa reforma fiscal también se completa con importantes cambios en la
tributación del ahorro, y con la mejora fiscal para impulsar la competitividad de nuestras empresas en la reforma del impuesto sobre sociedades, favoreciendo la continuidad del desapalancamiento empresarial que tanto rendimiento nos está dejando en
términos de financiación de nuestra economía.


La deuda pública constituye una gran preocupación y también lo es en estos presupuestos. Por eso el Gobierno tiene prisa para alcanzar el superávit primario nominal cuanto antes, algo que tendremos al alcance de nuestras estadísticas
presupuestarias en el año 2016, y por tanto podremos hacer que vaya reduciéndose esa deuda pública. La deuda pública ha servido en nuestro país, insisto, para pagar todo lo pendiente, para hacer frente a las reestructuraciones como las del sector
bancario, absolutamente fundamentales en esta recuperación económica. Por eso tenemos que seguir reduciendo el déficit público, tenemos que seguir comprometidos en esa reducción del déficit público, porque esa es la mejor garantía para que a
nuestras empresas, a nuestra sociedad, a nuestros trabajadores y a nuestros funcionarios podamos decirles que efectivamente la crisis ha quedado atrás.


Señorías, en nombre del Gobierno solicito a la Cámara su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para el año 2015. Me gustaría pensar que no son solo los presupuestos de los grandes números, sino los de todas y cada una de las
personas a las que van dirigidos. Por eso solicito también su apoyo, y lo hago desde la convicción de que son los presupuestos que necesita España para consolidar la mejora de la situación económica conseguida a lo largo de esta difícil
legislatura, en una incesante lucha contra el déficit y la inestabilidad. Lo hacemos desde el Gobierno convencidos de que son los presupuestos que necesitan los españoles que buscan empleo y que confían en que creemos las condiciones económicas
para lograrlo; de que son los presupuestos que necesitan las familias, que tanto esfuerzo han tenido que hacer para sacar adelante a los suyos en esta crisis; de que son los presupuestos que necesitan las personas con menor nivel de renta, que
confían en que la política social pública les garantice el bienestar que merecen.


Solicito el apoyo de la Cámara porque estos son los presupuestos que necesitan nuestros pensionistas para mantener su tranquilidad en el futuro (Rumores), los presupuestos que necesitan nuestros jóvenes para romper con la desesperanza de un
futuro laboral que no puede seguir cerrándoles las puertas, los presupuestos que necesitan nuestros estudiantes para garantizarles la igualdad de oportunidades en la educación (Rumores.-Aplausos), los presupuestos que necesitan quienes trabajan en
la Función pública, en la educación, en la sanidad, en las fuerzas de seguridad del Estado, en las Fuerzas Armadas, en nuestros ayuntamientos, en nuestras comunidades autónomas y que buscan cada



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día un mejor servicio al ciudadano. Son los presupuestos que necesitan los trabajadores para que, a través de la reforma fiscal, sus nóminas aumenten, ganen valor a partir del 1 de enero; son los presupuestos que necesitan los autónomos
para que el riesgo de emprendimiento valga la pena y son los presupuestos que necesitan las empresas para crecer y crear nuevos puestos de trabajo. Por eso solicito su apoyo para estos presupuestos, porque son los adecuados para esta nueva etapa en
la que los españoles van a poder mirar hacia delante con optimismo y confianza, conscientes de que el trabajo que nos queda sigue siendo muy exigente, pero esperanzados en que el país está en condiciones de ganarse un futuro de bienestar, de
crecimiento y de empleo.


Señorías, la crisis de España no es tan diferente. Hace ya muchas décadas, economistas de prestigio como John Maynard Keynes escribían: El problema político de la humanidad es combinar los tres principios: la eficiencia económica, la
justicia social y la libertad individual. Seguimos teniendo los mismos desafíos: la eficiencia económica, la justicia social y la libertad individual; pero hoy los podemos afrontar desde estas nuevas condiciones, como los pudimos afrontar en los
años noventa cuando parecía que solo algún grupo político creía en este gran país.


España es un gran país, España es ese gran país que cuando se pone en marcha es capaz de sorprender, como ha hecho otra vez, España es ese gran país del que nos tenemos que sentir orgullosos todos, pero especialmente lo estamos aquellos que
formamos parte de una generación que en los años cincuenta teníamos 2.000 dólares per cápita y que hoy tenemos 30.000 dólares per cápita, que hemos pasado de una dictadura a una democracia, a un Estado de derecho pleno. Hemos hecho una
descentralización política y administrativa que no ha hecho nadie en el mundo y, cuando nos hemos comprometido con los principios de estabilidad económica y presupuestaria, este gran país ha puesto en marcha procesos de crecimiento económico, de
bienestar para todos, de creación de empleo, de internacionalización económica, y por eso hoy las empresas españolas tienen invertido fuera de España el 50 % de nuestro producto interior bruto. (Aplausos).


Estos presupuestos, señor presidente, tratan de confirmar esa posición que hoy España tiene también en Europa. Es la España de la recuperación de la confianza, y juntos estamos demostrando que podemos crecer más de lo que lo hacen nuestros
socios europeos. Esa es la España donde todos reunidos, aprovechando esas fuerzas y esas sinergias, podemos y debemos hacer lo que ya hemos demostrado que sabemos hacer porque lo hemos hecho en el pasado. Ese es el compromiso del Gobierno de
España.


Esta tarde tendremos el debate de las enmiendas a la totalidad, y voy a pedir a los grupos políticos que hagamos un debate constructivo, de confianza, de aportar proyectos y soluciones, no solo críticas. Las críticas ya nos las sabemos,
cada uno vamos a estar en nuestro sitio, pero a ver si hacemos un debate de ideas, de soluciones y de alternativas, que es lo que nos requiere la sociedad española. El Gobierno concreta sus proyectos en leyes como la ley de Presupuestos Generales
del Estado para el año 2015. Vamos a recabar la confianza de esta Cámara insistiendo en que es la forma, es la vía para reforzar el crecimiento económico y la creación de empleo.


Muchas gracias, señor presidente. (Prolongados aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.


Se suspende la sesión hasta las cuatro de la tarde.


Era la una y diez minutos de la tarde.


Se reanuda la sesión a las cuatro de la tarde.


El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión.


Debate de las enmiendas de totalidad presentadas a este proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2015. Han sido presentadas doce enmiendas a la totalidad de devolución a este proyecto. Para la defensa de cada una de
ellas, en primer lugar, por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Sánchez. (Aplausos.-Rumores.-El señor Matarí Sáez pronuncia palabras que no se perciben).


Silencio. ¡Señor Matarí!


El señor SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN: Gracias, señor presidente.


Señorías, señor Montoro, le he escuchado a lo largo de esta mañana y estoy convencido de que la inmensa mayoría de los españoles piensa lo mismo que yo. Basta ya de mentiras (Aplausos), basta ya de engaños, señor Montoro. Llevan tres años
defraudando a muchos españoles. Ustedes dicen que con



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estos presupuestos se va a consolidar la recuperación económica y yo creo que lo que se consolida es un proyecto político basado en la desigualdad y una forma de hacer política que es el engaño masivo, señor Montoro. Su verdadero cuadro
macroeconómico es el de una legislatura fracasada, el de una legislatura agotada. Le voy a dar tres datos que lo refrendan. Primero, 800.000 empleos menos; segundo, 400.000 jóvenes fuera de España; y tercero, 262.000 millones más de deuda
pública desde que ustedes gobiernan.


Señor Montoro, hoy denunciaba Cáritas que solo en un año han tenido que atender a 600.000 personas más en riesgo de exclusión social; es decir, 2,5 millones de personas en riesgo de exclusión social, cifra equiparable a la población de
Castilla y León. Este es su triste récord. Con sus políticas, lo que echa raíces es el paro, la pobreza laboral y la exclusión social. Sus presupuestos, señor Montoro, consolidan la desigualdad. (Aplausos). Solo el año pasado, mientras el
sueldo medio de los trabajadores en este país cayó un 3 %, el sueldo de los altos directivos subió un 7 %; y aún hoy tenemos que escuchar las virtudes de la devaluación salarial a algunos de los miembros del Gobierno o a usted mismo cuando en el
año 2013 dijo que no bajaban los sueldos de los trabajadores en este país. Ustedes consolidan la desigualdad y también una forma de hacer política que es la mentira y el fraude electoral. Señor Montoro, se lo recuerdo. El señor Rajoy dijo antes
de las elecciones generales de 2011 que no iba a subir ningún impuesto y no ha dejado impuesto sin subir. Dijeron que el rescate financiero no iba a costar ni un céntimo de euro a las arcas públicas y ya son 44.000 millones de euros los que llevan
gastados, mientras, por desgracia, el año pasado se produjeron 38.000 desahucios en nuestro país.


Señor Montoro, si a usted algo le molesta es la verdad. (Aplausos). Usted ha llegado a indignarse ante las cifras de pobreza infantil publicadas por algunas organizaciones no gubernamentales, pero al igual que muestra su indignación ante
esas cifras, es muy complaciente con el fraude fiscal. Lo que le quiero decir, señor Montoro, es que en España esas dos realidades existen; existe el fraude fiscal y también la pobreza infantil. Lo indigno es su respuesta, porque con una mano
aprueba amnistías fiscales vergonzantes y con la otra recorta y recorta los fondos de lucha contra la pobreza infantil. Eso es lo que hace usted, señor Montoro. (Aplausos). Digan la verdad. Digan que estos presupuestos son una sorpresa positiva
para un 10 % de la población. Cuando ustedes dicen que la recuperación ha venido para quedarse y que cuenta con raíces vigorosas, ustedes se están dirigiendo a un 10 % de la población, señor Montoro. Yo le voy a hablar del 90 % restante. Le voy a
hablar de los jóvenes que han tenido que marcharse fuera de España como consecuencia de la falta de oportunidades dentro y que su ministra de Empleo califica como de movilidad exterior. Le voy a hablar de las personas que son desahuciadas de sus
casas mientras el Estado se gasta el dinero que recauda con los impuestos que cobra a esas personas desahuciadas en la compra de viviendas vacías a los bancos. Le voy a hablar de los autónomos, que han dedicado toda su vida a esforzarse y a los que
ustedes han subido las cotizaciones y los impuestos y han recortado las prestaciones sociales. Le voy a hablar de las familias de clase media a las que ustedes bajan el sueldo pero les suben la luz, el IVA, el IBI y los libros de texto les quitan
las becas y también les cobran copagos y repagos. Incluso, señor ministro de Justicia, cuando tienen que ir a la justicia tienen que pagar tasas judiciales. Señor Montoro, para ese 90 %, los recortes, y para el 10 %, las amnistías y las rebajas
fiscales. Para el 10 %, los beneficios, y para el 90 %, los sacrificios. Señor Montoro, esa es su política. (Aplausos).


Señor Montoro, prácticamente el 60 o el 70 % de su intervención ha sido sobre la herencia. Ustedes hablan tanto de la herencia que se han olvidado de hablar del futuro. En toda su política no hay ni una sola medida de futuro. Por cierto,
reivindicar estos días el legado de Rato y de Acebes me parece que es obsceno, señor Montoro. Vienen ustedes con unos presupuestos que no son los que necesita España; quizá son los que necesita el presidente del Gobierno para un año electoral.
Esto de incluir un crecimiento del 6,8 % de las cotizaciones a la Seguridad Social con un aumento del empleo de un 1,4 % es la muestra más palmaria de que para ustedes el papel lo aguanta todo, pero yo le digo una cosa, señor Montoro, los españoles
ya no aguantan más mentiras de este Gobierno. (Aplausos). Vender rebajas de impuestos aunque sea para unos pocos y confiar, sobre la base de unas previsiones irreales, en que los ingresos fiscales van a aumentar no es economía, señor Montoro, es
ficción; ficción, señor Rajoy, de serie B, como la contabilidad de su partido. (Aplausos).


Señor Montoro, usted es el artífice de una de esas citas que pasarán a la historia del parlamentarismo cuando dijo aquello de: que caiga España, que ya vendremos nosotros a resolverlo. (El señor ministro de Hacienda y Administraciones
Públicas, Montoro Romero, hace signos negativos). Sí dijo eso, claro que lo dijo. (Rumores.-Varios señores diputados: ¡Sí!). Entiendo que se avergüence, pero usted lo dijo, señor Montoro. (Rumores). El problema es que cuando ustedes acusan a
los demás de no ser rigurosos, lo que le tengo que decir es que sus previsiones son inverosímiles. Ustedes llevan gobernando



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este país durante tres años y es verdad que han ajustado cuentas con la clase media y con las clases trabajadoras utilizando como pretexto la crisis.


Señor Montoro, usted hacía una apelación a la política económica de su Gobierno, y ustedes han utilizado dos instrumentos para conducir a las mayores cotas de desigualdad social de la historia democrática de este país; por un lado, la
política presupuestaria y, por otro lado, la política laboral. Usted ha reivindicado ambas. Su política laboral ha sido una auténtica trituradora de empleo, porque en el primer año desde su puesta en marcha se han destruido más empleos que en los
dos años anteriores previos a su aprobación. Señor Montoro, ¿se acuerda usted de los mileuristas? Hace apenas cinco o seis años ser mileurista en nuestro país era una extendida queja de un gran número de jóvenes que cobraban mil euros y que no
podían llegar a fin de mes. Esto es algo que ustedes sí han solucionado. Ustedes han acabado con el mileurismo; ha dejado de ser una frustración y lo han convertido en una aspiración imposible. Esa es la estrategia más común de su Gobierno,
señor Montoro; si hay un problema, en vez de encararlo, ustedes se dan la vuelta y deja de existir el problema, pero solo para su vista, señor Montoro. En el año 2013 usted dijo que los sueldos no habían bajado, para asombro de todos los españoles
usted dijo que los sueldos no habían bajado en este país; no serán los de aquellas personas con las que usted se codea, pero para el común de los mortales en este país sí han bajado y mucho los sueldos. La OCDE y la Organización Internacional del
Trabajo le están diciendo que la bajada de sueldos constante y permanente a lo largo de estos tres últimos años de Gobierno lo que hace es acelerar la pobreza y deprimir la demanda interna. Lo que usted está haciendo tiene muy poco que ver con la
economía y tiene mucho que ver, señor Montoro con la ideología. Esto es lo que está pasando. (Aplausos).


Señores del Gobierno, ustedes saben que la política fiscal no es solamente un instrumento de recaudación, es un instrumento de redistribución de renta y de lucha contra la desigualdad social. Pero si hay una palabra que define su política
fiscal es precisamente la regresividad, y les voy a dar varios datos. Primero, ustedes han bajado los impuestos directos a las rentas más altas y a las grandes corporaciones con amnistía fiscal incluida. Segundo, ustedes prometieron que no iban a
subir el IVA -¿se acuerda, señor Rajoy, usted incluso firmando que no iba a subir el IVA?- y han subido la imposición indirecta durante estos tres años, que precisamente a quien ha perjudicado ha sido a las clases medias y a las clases bajas. Por
cierto, señor Rajoy, ya que estamos hablando del IVA, le propongo que rebaje al 5 % el IVA cultural para que la industria de la cultura al menos pueda sobrevivir durante estos años de crisis. (Aplausos).


Que estamos hablando de una política redistributiva es más que evidente, señor Montoro, y que es regresiva, también. Ustedes vuelven a recortar donde más duele, porque por ejemplo desde el año 2011 hasta el año 2014 ustedes van a recortar
un 22 % en la lucha contra la violencia de género; y no quiero olvidarme tampoco del indigno desmantelamiento que ustedes están practicando al Sistema Nacional de Dependencia. Con su política fiscal, señor Montoro, las clases medias y las clases
trabajadoras transfieren renta y bienestar al 10 % de la población para la cual ustedes gobiernan, y este es un regalo a los más pudientes que, además de ser injusto e indigno, no se lo puede permitir este país. España no se puede permitir,
señorías, que haya 4.862 españoles que declaren más de 600.000 euros y que con su reforma fiscal se vayan a ahorrar una media de 72.000 euros al año, mientras que el 40 % de los contribuyentes, es decir, 8 millones de españoles, solo se vayan a
ahorrar una media de 52 euros. Regalos fiscales para las grandes fortunas y para las grandes empresas, que se ahorran hasta 3.000 millones de euros, mientras ustedes recortan y recortan los servicios públicos esenciales en nuestro país. ¿Cómo
ocurre esto? Les voy a poner un ejemplo, señorías. Desgraciadamente, en nuestro país hoy tenemos 3.300.000 personas paradas que no tiene ningún tipo de protección, el mayor nivel de nuestra historia, y -¡atención!- llevamos instalados en él, señor
Montoro, un año y medio. En España hay casi 2 millones más de españoles parados que no cuentan con ningún tipo de protección que en enero de 2010. Pues bien, este Gobierno -atentos- plantea seguir recortando el gasto por desempleo un 15 %, más de
4.000 millones de euros, y, al mismo tiempo, ofrece una rebaja fiscal a los ingresos más altos que cuesta lo mismo, 3.700 millones de euros. Es decir, ustedes practican una política presupuestaria que consiste en quitar con una mano 4.000 millones
de euros a los que más lo necesitan y regalárselos con la otra a quienes menos lo necesitan, a quienes no han sufrido la crisis y las consecuencias de esta maldita crisis, señor Montoro. (Aplausos). Eso es una decisión política que nada tiene que
ver con la crisis, señor Montoro. Ustedes redistribuyen, pero al revés, de abajo arriba: quitan a los que menos tienen para dárselo a los que menos lo necesitan. Esa su política, señor Montoro. (Aplausos).



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Déjenme que les hable también de otro colectivo al que ustedes vuelven a castigar, señor Montoro, como es el de los pensionistas. Usted mira para atrás para dar una imagen bastante distorsionada de la realidad, señor Montoro. En los ocho
años del Gobierno anterior las pensiones mínimas aumentaron un 27 %, señor Montoro, y con ustedes, por primera vez en la historia de una democracia de más de treinta y cinco años, van a congelar el poder adquisitivo a las pensiones más bajas, a las
pensiones mínimas. (Protestas). Sí, señor Montoro, sí que lo hacen. Incluso a usted le he escuchado decir aquello de que no va a ser así porque la inflación va a ser negativa. Deben ser ustedes el único Gobierno de un país endeudado de la
eurozona que está deseando que haya deflación para excusar sus injustas decisiones, señor Montoro. (Aplausos). Por cierto, ha sido muy emotiva la defensa que han hecho de los empleados públicos, la que usted ha hecho en esta tribuna, señor
Montoro, a lo largo de esta mañana. ¿Saben cuál es el problema? Que tiene un secretario de Estado de la Función Pública que les dijo a los funcionarios que ya estaba bien de cafelitos y de leer los periódicos. Así que, si usted quiere defender a
los funcionarios, pida perdón y no tenga más a ese secretario de Estado de la Función Pública en el Gobierno de España. (Rumores.-Aplausos). Eso es lo que tiene que hacer, señor Montoro. Respete, pida perdón y reconozca en esta Cámara al conjunto
de empleados públicos de España que devuelven una cuarta parte de esa paga extraordinaria porque han perdido un juicio con los empleados públicos en los tribunales, señor Montoro, no como consecuencia de una decisión política. (Rumores.-Aplausos).
Si ustedes de verdad quieren defender el servicio público y a los empleados públicos, menos halagos y más defensa de los servicios públicos. Usted hacía referencia, por ejemplo, a la sanidad pública. ¿Sabe cuánto se ha recortado, desde que ustedes
son Gobierno, el presupuesto del Ministerio de Sanidad? Un 22 %, y hay 28.200 profesionales menos en la sanidad pública desde que ustedes llegaron al Gobierno. Así que lecciones sobre el servicio público y los empleados públicos, señor Montoro, no
dé ninguna.


Los grandes dogmas conservadores para vencer esta crisis, que tiene mucho que ver con su política económica... (Varios señores diputados: No, no). Sí, tiene que ver con la austeridad expansiva, tiene que ver con la devaluación salarial,
tiene que ver también con la política fiscal regresiva; algo que ya han puesto en cuestión todos los organismos internacionales, y no estaría de más que su Gobierno tomara nota de esto y empezara a abandonar los fundamentalismos ideológicos por
injustos e inútiles. Le digo una cosa, señor Rajoy, lo que tiene que hacer usted es derogar la reforma laboral. Lo que usted tiene que hacer es aprobar una reforma fiscal que actúe en defensa y no en contra de los intereses de la clase media y de
la clase trabajadora. Eso es lo que tiene que hacer. (Un señor diputado: Muy flojo ¿eh?). Señor Montoro, cuando uno lee sus presupuestos no encuentra ningún objetivo de política económica, porque el déficit público, su control, es una
restricción, pero nunca es un objetivo de política económica, y ustedes lo han convertido en su único objetivo, señorías. En sus presupuestos no hay una sola política que impulse ni la ciencia ni la innovación, ni defensa de la cultura, ni reforzar
la igualdad de oportunidades, ni tampoco redistribuir la riqueza, ni industrializar España, ni modernizar las infraestructuras, ni digitalizar nuestra economía, señor Montoro. ¡Si es que no hay nada en estos presupuestos que prepare para el futuro
a esta economía! Ahí es donde creo que tenemos que poner también especial énfasis, señor Montoro. Los sacrificios que ustedes están pidiendo a la gente son dolorosos pero, sobre todo, son inútiles; sufrimiento a cambio de nada, señor Montoro.


España sufre desde hace tres décadas o más tres problemas estructurales en la economía. El primero es el paro y la precariedad, el segundo es la baja competitividad y, el tercero, es el elevado endeudamiento privado. Ustedes, durante estos
tres años, han sido incapaces de resolver ninguno de los dos. Es más, han hecho una cosa más grave, que es añadir dos problemas estructurales más: uno, la desigualdad inaceptable y, dos, el endeudamiento público disparado. Si hoy la economía
española se ha estabilizado y tiene posibilidades de poder crecer en términos de producto interior bruto interanual es, precisamente, por el gobernador del Banco Central y por la política monetaria expansiva; por nada más, señor Montoro. La prueba
más palmaria de que ustedes no han resuelto ningún problema económico de fondo de este país es que estamos de nuevo con un déficit comercial; tenemos un problema de competitividad, señor Montoro. Si miramos cuáles son los índices de competitividad
de muchos de los organismos internacionales veremos que no hemos subido en ninguno de esos puestos. Seguimos teniendo un problema de competitividad que no va a resolver la bajada de salarios y que tampoco va a resolver los recortes que ustedes
están practicando a la principal fuente de crecimiento de una sociedad moderna, que es el conocimiento. Por mucho que ustedes se empeñen en sostener lo contrario, reducir el 35 % las políticas activas de empleo es incompatible con la mejora de
nuestro capital humano, señor Montoro. Recortar la investigación, el desarrollo y la innovación en un 25 %, como ustedes hacen, en nada va a



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contribuir a la modernización de nuestro país, señor Montoro. Subir las tasas universitarias, recortar las políticas educativas en un 20 % y congelar las becas atenta contra el principio de igualdad de oportunidades, señor Montoro. Por
cierto, todavía hoy, señor Rajoy, estoy esperando que nos expliquen por qué un hijo de una familia humilde que tiene un 6,5 de nota no puede estudiar y, en cambio, uno que proviene de una familia pudiente sí puede hacerlo con su infame reforma
educativa. Eso es lo que pasa señor Montoro. (Aplausos).


Ustedes llaman recuperación a consolidar la desigualdad, y más desigualdad, señorías, no va a sacar a España de la crisis. Esto no solamente lo dicen los organismos internacionales, lo dice también el sentido común. Por eso, sus
presupuestos -para nosotros- lo que hacen es consolidar la desigualdad y demostrar lo insolidario de su política económica. Son insolidarios dentro y son insolidarios también fuera para el conjunto de la comunidad internacional, y ustedes deberían
saber que nos va mucho en ello. Hace unos meses, Naciones Unidas lanzó un llamamiento a la comunidad internacional para recaudar 1.000 millones de euros en la lucha contra el ébola en África occidental. ¿Sabe cuál ha sido la respuesta del Gobierno
de España? Sí la sabe: 500.000 euros (Un señor diputado: ¡Qué vergüenza!). Ese es el compromiso que tienen ustedes en la lucha contra el ébola en África occidental. Error tras error, señor Montoro, error tras error.


Ustedes -ahora que veo gesticular a la señora vicepresidenta del Gobierno- aprobaron la Ley de Transparencia y presumieron mucho de ello. ¿Sabe cuál es el problema, señor Montoro? Que ustedes no consignan ninguna partida en los
presupuestos generales de ninguno de los ministerios para poder llevarla a cabo. Por tanto, engaño tras engaño, señor Montoro. Si la corrupción es la principal de las preocupaciones de los ciudadanos, ¿sabe lo que han hecho ustedes durante estos
años de Gobierno? Han recortado el presupuesto del Ministerio de Justicia en un 12 % y el presupuesto de la Agencia Tributaria en un 8 %. Fraude tras fraude, señor Montoro.


Señor ministro de Hacienda, España necesita otra política económica, sí, y es posible. Es necesaria una inversión pública en la eurozona que impulse la demanda interna. Europa se acerca peligrosamente -usted no ha hecho referencia a ello
en su intervención- a su tercera recesión en cinco años. Hay que dar un volantazo a la política europea y para ello España debería de contar y ser uno de los principales protagonistas porque nos va la vida en ello. Hace una semana le entregué al
señor Rajoy un decálogo para el Pacto por la competitividad, la cohesión social y la creación de empleo. En ese decálogo, señorías, el Partido Socialista proponía cosas tan razonables como que el Banco Central Europeo no solamente se dedicase a
controlar la estabilidad de los precios públicos, sino también a crear empleo como se está haciendo en Estados Unidos. Proponíamos en ese decálogo la reindustrialización de Europa; que el presupuesto comunitario fuese de verdad, un presupuesto
financiado por la tasa Tobin a partir del cual se pudiesen impulsar inversiones públicas transeuropeas. Ustedes lo que han hecho ha sido rechazarlo y seguir instalados en su autocomplacencia. Lamentable, señor Montoro.


Se habla mucho por parte de la ciudadanía de la necesaria transición política, de la necesidad de regenerar la vida democrática en nuestro país, y yo lo comparto, pero más urgente aún, señor Montoro, es la transición económica que necesita
España, el salto de modernización económica y social que necesita nuestro país con nuevas políticas y reformas institucionales, así como un cambio de la cultura empresarial y de las relaciones laborales adaptadas y más acordes al siglo XXI y a la
era de la globalización; una transición económica que cambie el modelo productivo y lo haga más competitivo, que apueste decididamente por la mejora del capital humano, la industria cultural, la industria verde, la ciencia y la innovación; un
cambio que también debe de implicar una transición energética que reduzca el consumo, que abarate la factura de la luz, que desarrolle fuentes de energías renovables, los sectores verdes y la eficiencia energética, que luche contra el cambio
climático. Se trata de avanzar hacia una economía que acabe con los privilegios, con los corporativismos, que acabe con los monopolios, que fomente la competencia real y que ponga a los ciudadanos en el centro del sistema económico, que es
precisamente lo que no ocurre ahora.


La agenda de la transición económica que vamos a impulsar los socialistas va a ser mucho más ambiciosa, pero al calor de este debate a mí me gustaría proponer a sus señorías cuatro medidas concretas. La primera pasa por hacer un rescate
financiero a las familias y a los autónomos en situación límite. Les propongo que hagamos en España lo que se está haciendo en Islandia, en Estados Unidos o en Alemania y que está proponiendo precisamente el Fondo Monetario Internacional, un
organismo nada sospechoso de izquierdoso, que está diciendo que tenemos que reestructurar la deuda hipotecaria de nuestra economía, de todas aquellas familias y autónomos que están pasando por dificultades y que están



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a punto de perder o bien su negocio o bien su vivienda. Un rescate, señorías, que podría beneficiar a más de 500.000 familias en nuestro país. (Aplausos). Porque si hay recursos, señor Montoro, para rescatar a la banca e incluso a las
radiales -lo hemos visto durante estas últimas semanas- debe haberlo también para rescatar a familias y autónomos que están pasando por las mayores dificultades. El objetivo es que las familias y los autónomos tengan, al igual que las empresas, las
personas jurídicas, en nuestro país, una segunda oportunidad, porque es de justicia que aquellas familias y pequeños negocios que están en situación límite, y que con sus impuestos lo que han hecho ha sido rescatar a los bancos, vean compensados sus
esfuerzos en forma también de rescate. Con ello no solamente estaríamos aliviando el endeudamiento privado, que es una losa en las posibilidades de recuperación económica de nuestro país, sino que estaríamos también dando fortaleza a esa hipotética
recuperación económica.


La segunda propuesta que les hago, señor Montoro, señor Rajoy, tiene que ver con algo que va al corazón de uno de nuestros principales problemas: la pobreza infantil. (Rumores.-Varios señores diputados: No, no.-Varios señores diputados:
Sí, sí).


El señor PRESIDENTE: Por favor, ruego silencio y atención al orador.


El señor SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN: Una pobreza infantil que no ha hecho más que crecer durante estos años de crisis, que es moralmente inaceptable, aunque les duela a ustedes, para este país, y que también representa una hipoteca inasumible
para el futuro de nuestro país. Lo que les propongo, señor Montoro, señor Rajoy, es que trabajemos todos los grupos, todas las instituciones, para alcanzar un gran pacto sobre la pobreza infantil, pacto que se puede inspirar perfectamente en el
Pacto de Toledo (El señor Ayllón Manso pronuncia palabras que no se perciben), que sirvió para garantizar el futuro de nuestros mayores. Tenemos, en consecuencia, que reformular nuestro sistema de protección social para atender a aquellas familias
con menos recursos y con hijos a cargo. Empecemos, señor Montoro, por una de las propuestas que hemos puesto en marcha nosotros y que les hemos hecho: que haya prestaciones para todos aquellos desempleados con hijos a cargo. (Aplausos).


Señor Montoro, señor Rajoy, la tercera propuesta debería ser la reindustrialización de nuestro país. (El señor Merino López pronuncia palabras que no se perciben). Sí, sí, claro que sí: la reindustrialización de nuestro país. Para ello
empecemos por lo más importante, algo que sé que a ustedes les suena a chino, y es la formación. (El señor Ayala Sánchez: ¡Sí, a chino!-El señor Merino López pronuncia palabras que no se perciben). Sí, la formación.


El señor PRESIDENTE: Señor Ayala, guarde silencio.


El señor SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN: Señorías, ¿cómo es posible que nuestro país tenga un 11 % de jóvenes que quieren matricularse en formación profesional y no puedan? (Rumores). ¿Cómo es posible que en plena sociedad del conocimiento, señor
Wert, haya muchos jóvenes en nuestro país que no puedan matricularse en una formación profesional a distancia? ¿Cómo es posible, señor Wert? Hay más empleo juvenil y desarrollo industrial donde la formación profesional tiene un mayor protagonismo,
por ejemplo en el País Vasco, con una matriculación del 40,6 % de titulados en formación profesional de grado superior y de grado medio, que en otras comunidades autónomas donde no hay matriculación de jóvenes en la formación profesional, como en
Murcia o Baleares, con un 15 y un 11 % respectivamente. (Rumores). Lo que les proponemos, señorías del Partido Popular, es que demos un salto de calidad en la formación profesional, que aprobemos entre todos un plan nacional de referencia para un
nuevo impulso industrial que se apoye en la formación profesional. Hay muchos sectores punteros que necesitan del apoyo del Gobierno, sectores ligados a las tecnologías de la información, a las energías renovables, a la biotecnología, a los
sectores audiovisuales, y todos ellos demandan empleo, pero lamentable e inexplicablemente con los tiempos que corren no encuentran trabajadores cualificados para ello. No debemos perder más tiempo ni desperdiciar recursos ni capital humano,
tenemos que apostar, señorías, por la formación profesional.


La cuarta propuesta, señor Montoro, es relativa a uno de los principales problemas que tiene su política económica: que ustedes no dan respuesta a los 5,6 millones de personas que están en situación de desempleo. Tenemos que articular e
impulsar dos palancas: la primera tiene que ver con las políticas activas de empleo y la segunda tiene que ver con los salarios. Ustedes en poco más de tres años lo que han hecho ha sido recortar en 3.000 millones de euros las políticas activas de
empleo. Tenemos hoy más parados pero con menos recursos para ayudarles; esa es la gran contradicción. Nosotros proponemos un



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incremento drástico en su dotación, porque lo que queremos es que no haya una generación perdida de jóvenes, que ahora mismo se tienen que marchar fuera de España como consecuencia de la falta de oportunidades dentro, así como que no haya
una generación olvidada, sobre todo de parados con más de cuarenta y cinco años, que son los damnificados por la quiebra del sistema económico que ustedes pusieron en marcha en los noventa. (Aplausos). Nos preocupan, y mucho, los parados de larga
duración porque son un colectivo, señor Montoro, señorías, que no ha parado de crecer durante sus tres años de Gobierno, y este es quizás el problema más agudo de nuestro país. En primer lugar, por el drama social y el drama personal que
representan y, en segundo lugar, por el despilfarro que representa que tengamos una economía con millones de hombres y mujeres parados, que llevan años desempleados. Por eso es necesario, mientras las políticas activas no funcionen, señor Montoro,
ofrecerles una renta que les garantice una vida en condiciones mínimas de dignidad tanto a ellos como a sus familias. (Aplausos).


Además, señor Montoro, debemos abordar urgentemente el problema de la profunda desigualdad salarial. Tenemos que aumentar el salario mínimo interprofesional; hacer lo que nos dice el Consejo de Europa: que llegue al 60 % del sueldo medio
en nuestro país. Tenemos que cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres y por eso estamos proponiendo una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres. (Aplausos). Y también, señorías, al tiempo que ayudamos a los trabajadores más
humildes, lo que tenemos que hacer es poner coto a los aumentos escandalosos de las retribuciones de los altos ejecutivos y de los consejeros de las grandes empresas, que por cierto no han dejado de crecer y que no tienen ninguna relación ni con la
productividad ni con el talento innovador, tienen única y exclusivamente que ver con la extracción de rentas. No se trata de evitar que los altos ejecutivos tengan salarios justos, señorías, pero existe una gran diferencia entre tener sueldos
buenos y tener sueldos obscenos. (Aplausos). Por ello les propongo, señorías, que en el ámbito del derecho societario abramos un debate sobre el tipo de medidas fiscales, de transparencia y de control necesarias para poner freno a los desorbitados
sueldos y bonificaciones que en muchos casos, innecesariamente, están obteniendo las élites económicas de nuestro país. Existe una oportunidad ahora mismo en la tramitación parlamentaria tanto de la Ley de Sociedades de Capital como del proyecto de
ley del Código Mercantil. Por eso, señor Montoro, señor Rajoy, les pido que aprovechemos esta oportunidad. (Rumores).


Termino, señor presidente. Señorías, señor Montoro, no es un destino escrito en piedra que España tenga que sufrir tasas de paro de dos dígitos o que el nuevo proletariado sea al precariado. No somos víctimas de una maldición que nos
impida contar como único motor de crecimiento con el turismo. Nosotros, desde luego, no nos resignamos a salir de la crisis por la misma puerta por la que entramos. Tenemos que cambiar lo que no funciona y hacer mejor lo que hacemos bien.
Contamos con las tasas más altas de población universitaria de la OCDE, con una de las mejores redes de infraestructuras de transporte de Europa, con altos niveles de seguridad ciudadana, con industrias competitivas -como la del automóvil o la
agroindustria-, con empresas que conquistan sin complejos los mercados extranjeros y hasta el momento y pese a su empeño y sus recortes, señor Montoro, contamos también con una buena red de servicios públicos. Tenemos una lengua hablada por más de
400 millones de personas, señor Montoro. España cuenta en consecuencia con fortalezas estructurales que son envidiadas por muchísimos países en nuestro entorno. No es un problema, señorías, de falta de recursos, es un problema de falta de voluntad
política, de proyecto y de un Gobierno decidido a impulsarlo. España necesita responder al presente mirando al futuro y necesitamos para ello confianza, ambición, ganas y también sensibilidad y justicia social, señor Montoro, la que ustedes no
tienen. Tenemos que ser ambiciosos porque la resignación no va a sacar a España de la crisis, y ustedes, señor Montoro, señor Rajoy, se han resignado. Se han resignado porque se escudan en unas pocas buenas cifras macroeconómicas a las cuales
permanece ajeno el 90 % de la ciudadanía, para la cual ustedes no gobiernan. Sus números, señor Rajoy, nada tienen que ver con los números del conjunto de los españoles.


Señor Rajoy, señor Montoro -termino ya-, sus presupuestos les retratan. Les retratan porque consagran el engaño como forma de hacer política y la desigualdad como proyecto político. Son unos presupuestos que no construyen futuro, señor
Montoro, y solamente por eso merece la pena retirarlos. Piénselo.


Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario Socialista, puestos en pie).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sánchez. (Rumores).


Por favor, silencio.


Tiene la palabra el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.



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El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Señor presidente, señorías, en primer lugar, quiero darle la bienvenida a este debate, señor secretario general del Partido Socialista Obrero Español. Hace usted
el número cinco de los líderes socialistas con los que tengo el honor de debatir en esta cuestión. Número cinco. (Aplausos.-Rumores).


El señor PRESIDENTE: Un momento, señor ministro.


¡Silencio! Se ha escuchado al orador con respeto, pido que ahora se escuche de la misma forma.


Tiene la palabra el señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Presupuestos Generales del Estado de 2001, don Jesús Caldera. Presupuestos Generales del Estado de 2002, don Jordi Sevilla. Presupuestos Generales del Estado de
2003, señor Rodríguez Zapatero. Presupuestos Generales del Estado de 2004, señor Rodríguez Zapatero. Presupuestos Generales del Estado de 2012, señor Pérez Rubalcaba. El año 2013, el señor Pérez Rubalcaba. El año 2014, el señor Pérez Rubalcaba.
Entiendo que el señor Pérez Rubalcaba ya se ha incorporado a su puesto en la universidad. En cuanto al señor Rodríguez Zapatero... (Rumores.-Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben).


El señor PRESIDENTE: ¡Señora Seara!


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): ... que tuve el honor de debatir con él, no sé por qué me ha venido a la memoria el debate de 2004. Yo subí a la tribuna e hice un anuncio esa tarde, a estas horas
-yo tenía unos cuantos años menos-, dije que España por primera vez había conseguido el déficit cero en sus administraciones públicas. El señor Rodríguez Zapatero subió a continuación y dijo: Con los Gobiernos socialistas no habrá déficit cero.
(Rumores). Y dijo más: Hay tantas necesidades por cubrir... Y como la memoria es así, señor Sánchez, la memoria es traidora, recuerdo que subí a la tribuna y dije: Tiene razón el señor Rodríguez Zapatero, un día habrá un Gobierno socialista en
España y ¿saben lo que ocurrirá? Que habrá mucho más déficit público y millones de parados en España. (Aplausos). Ese fue exactamente el debate de presupuestos de 2004. La verdad, señor Sánchez, no sé por qué me ha venido a la memoria ese debate
en el día de hoy.


Yo esperaba a un líder socialista, el primero no, porque ya ha habido otros, como he mencionado antes, y también lo fueron el señor Almunia y el señor Borrell, la historia es así. (Protestas). Sus señorías socialistas también deben conocer
la historia; les es útil conocer su propia historia. El señor Sánchez es el nuevo, flamante secretario general del Partido Socialista, profesional de la economía, y algo me decía que hoy íbamos a escuchar un debate económico de altura por su
planteamiento, sobre todo de contenidos. Estaba seguro, algo me convencía internamente de que íbamos a escuchar un debate de altura. Pero, señor Sánchez, ¿sabe lo que me ha parecido? Que ha traído una espuerta de demagogia a esta tribuna.
(Aplausos). Espuertas de demagogia. Pero repite prejuicios que algo queda; repite prejuicios que algo queda.


Ha llamado hipotética a la recuperación económica. ¿El Partido Socialista Obrero Español niega que España esta creciendo? ¿Lo niega? Suba aquí y diga que niega que España está creciendo. (Aplausos). ¿El Partido Socialista Obrero Español
niega que en España hay 325.000 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año? ¿Lo niega? ¿Esos son unos pocos? ¿Unos pocos que tienen empleo, como ha dicho esta mañana?


El señor Sánchez habla de cifras macroeconómicas. ¿Existen las cifras macroeconómicas, profesional de la economía, profesor, doctor en economía? Señor Sánchez, ¿estamos creciendo o no estamos creciendo? ¿Está creciendo España porque hay
una inversión de las empresas o no está creciendo? ¿No está creciendo la formación bruta de capital fijo en España porque están aumentando los bienes de equipo? ¿Eso qué es, señor Sánchez? ¿Se están rearmando las empresas en equipamiento o no?
¿Eso no es que se rearman las empresas? ¿No invierten las empresas? ¿No se reindustrializan, como dice usted? ¿Está viniendo la inversión extranjera a España o no está viniendo? (Protestas). ¿Están viniendo a invertir en industria o no? (Una
señora diputada: No). ¿No? ¿No están viniendo a invertir en industria? ¿Son cifras macroeconómicas la inversión en industrias como la del automóvil, la química, la petroquímica, la propia sanidad? ¿Están invirtiendo o no los inversores
internacionales en España, en los servicios públicos de los españoles? ¿Eso son cifras macroeconómicas, señor Sánchez, o se lo tiene que



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consultar a su asesor? (Protestas). Pregúntele a su asesoría, señor Sánchez, si eso es así o no es así, porque si no realmente no vamos a saber de qué estamos debatiendo. (Aplausos). Francamente, no me he enterado de qué estamos
debatiendo. Usted sube a la tribuna a negar que España esté creciendo. El consenso de estimaciones internacionales -no solo nacionales, sino internacionales- prevé que España va a crecer el año que viene -consenso de todas las estimaciones
internacionales- el 1,9 %. Y este consenso ha aumentado en los últimos tres meses el crecimiento del 1,7 a 1,9 % para el año 2015. Y además es un consenso que coincide con el planteamiento del Gobierno para el año 2015. ¿Eso no es así? Pero, de
verdad, ¿al Partido Socialista le estorba la recuperación económica? (Protestas.-Varios señores diputados: No). ¿Cómo puede negarla si la está haciendo la gente? ¿No es la gente la que la está haciendo? (Rumores). ¿No son esos autónomos, no
son esos empresarios, no es la confianza que se está generando en España? Si quiere, no en este Gobierno; no en este Gobierno, señor Sánchez, sino confianza en España, en la capacidad de este país, en sus empresas, en sus trabajadores. ¿No son
los trabajadores españoles, con sus sindicatos, los que están llevando adelante una negociación colectiva? ¿O es el Gobierno de España? ¿No son los trabajadores y sus sindicatos mayoritarios los que están haciendo que tengamos los mejores
convenios colectivos de Europa y eso está trayendo inversión a España? (Aplausos.-Protestas). ¿O no son los trabajadores españoles? ¿Lo está haciendo el Gobierno o lo están haciendo los trabajadores? En fin, yo tenía una cuestión pendiente esta
tarde que, francamente, como ahora tendrá su réplica, espero que repare, señor Sánchez, porque parece que es el Gobierno de España el que está haciendo la negociación colectiva. En un país libre, la hacen los trabajadores y los empresarios
(Protestas); lo hacen a través de las relaciones laborales. Ellos son los que están haciendo que haya recuperación económica y que se esté atrayendo inversión y fomentando esa inversión. Eso es lo que está pasando.


También son cifras macroeconómicas las siguientes: Nunca en España la exportación había pesado tanto sobre el producto interior bruto. ¿Eso es así o no, señor Sánchez? (Varios señores diputados: No). ¿No es así tampoco? ¡La exportación
no la está haciendo nadie, nadie exporta! No exporta ese fabricante de maquinaria de pintura, que ya he citado aquí su empresa, en Sabadell; ¡no está exportando! No están exportando los empresarios españoles; ¡no lo están haciendo! Solo que el
porcentaje de su exportación sobre el producto interior bruto es el mayor de nuestra historia. Nunca en España se había exportado tanto, nunca. Eso tendrá que ver algo con la capacidad de emprender de este país; tendrá que ver con esa gente que
ha reaccionado a la crisis económica saliendo a buscar otros mercados. Tendrá que ver con la internacionalización de España a la que yo me he referido antes. Tendrá que ver con todas esas cuestiones. Cifras macroeconómicas le llama a eso;
exportar, ¡cifras macroeconómicas! La exportación in situ, el turismo, la mayor de nuestras exportaciones in situ, récords históricos de turistas en España. Vienen a España 65 millones de personas porque somos un ¡país al que no se puede venir!
¿Para qué van a venir? (Risas). Vienen. ¿Y sabe cuánta gente vive con nosotros, personas mayores que son pensionistas de otros países? Millones de personas tienen su residencia física en España. ¡También son cifras macroeconómicas! Pues 700.000
británicos, 800.000 alemanes, viven con nosotros permanentemente. ¡Pero son cifras macroeconómicas agregadas!


Señor Sánchez, con mucho gusto le voy a dar la explicación a la frase a la que se refería, que no es mía. Eso dice la diputada señora Oramas que le dije un día. Tiene que ver con la diferencia entre usted y yo. Usted ya ha sido diputado
en esta Cámara; yo también. Éramos diputados en la época en la que supuestamente yo pronuncié esa frase. Era 2010. ¿Y qué hacía usted en 2010 en esta Cámara? ¿Qué estaba apoyando? ¿La recuperación económica de España o el hundimiento de
España? (Aplausos). ¿Qué estaba apoyando desde esta Cámara? ¿Qué estaba apoyando el profesional de la economía? Usted llegó a esta Cámara, si mal no recuerdo, para sustituir en la lista de Madrid al señor Solbes. ¿No fue así? Más o menos. Es
que yo estaba en esta Cámara cuando ustedes estaban en el Gobierno y la diferencia entre ustedes y yo es que yo dije que trabajaba para que en este país hubiera otro Gobierno. (Rumores). Y lo decía claramente. Se lo decía a ese Gobierno, a
ustedes cuando estaban en ese Gobierno. (La señora López i Chamosa pronuncia palabras que no se perciben). Quería un cambio de Gobierno y yo trabajaba para eso.


El señor PRESIDENTE: Señora López i Chamosa, le voy a llamar al orden por primera vez.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Afortunadamente, hubo un cambio de Gobierno, cambio que apoyó... ¿Quién lo apoyo? Porque he oído esa otra estadística del señor Sánchez. Ha dicho que el Gobierno
de España trabaja para el 10 % de la



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población. Yo juraría que nos apoyó el 44 % de los votantes; casi 11 millones de personas votaron para que hubiera un cambio de Gobierno en España. (Rumores). Efectivamente eso produjo un cambio de Gobierno. ¿Sabe por qué hubo un cambio
de Gobierno? Porque el anterior, del que alguna de sus señorías está tan orgullosa de haber pertenecido,... (La señora Jiménez García-Herrera y la señora Aguilar Rivero pronuncian palabras que no se perciben). Por supuesto, yo no les digo nada,
señora Aguilar y señora Jiménez. Ustedes pueden estar orgullosos de lo que quieran, pero fueron miembros de un Gobierno que tiró la toalla (La señora Aguilar Rivero hace gestos negativos), que convocó elecciones anticipadas. (Rumores). ¿Saben por
qué? Para no hacer el presupuesto siguiente, para no hacer lo que había que hacer en España. (Aplausos). Ustedes fueron parte de ese Gobierno.


Yo subí a la tribuna representando al Grupo Parlamentario Popular en abril de 2008 ante el primer decreto-ley que trajo el Gobierno de Zapatero en su segunda legislatura, el decreto-ley de los 400 euros -así empezábamos la legislatura de
2008-, y en esa intervención de abril de 2008 -ahí estará el 'Diario de Sesiones'- yo ya dije una cosa, señor Sánchez. Dije que este Gobierno -el anterior, ese al que me refería en aquel momento- está negando la crisis económica, está promoviendo
una desgravación en el impuesto sobre la renta de las personas físicas de 400 euros cuando no lo puede hacer. No está afrontando el endeudamiento externo de España y en esta legislatura vamos a tener elecciones anticipadas. Abril de 2008. Y
efectivamente tuvimos elecciones anticipadas porque hubo un Gobierno que negó la crisis y su origen, que era el endeudamiento externo que teníamos en nuestro país. ¿Quién subió el endeudamiento externo de España? ¿Lo hicieron los Gobiernos del
Partido Popular o lo hicieron los Gobiernos socialistas en cuatro años? Nosotros dejamos una deuda externa neta equivalente a la que tiene Francia hoy, más o menos el 35 % de nuestro producto interior bruto. (Protestas.-Algunos señores diputados:
No, no). Hoy está en el 90 % o 92 %, en cuatro años. Y tengo que escuchar al señor Sánchez referirse a eso como si no hubiera estado ahí, ni ninguno de ustedes, ninguno de la bancada socialista, a los que tanto les ha gustado la intervención del
señor Sánchez. (Rumores).


Segundo, una nueva política energética. ¡Pero si ustedes fueron los del déficit tarifario! ¿O es que tampoco? ¿Eso lo hicimos los Gobiernos del Partido Popular, que bajamos las tarifas eléctricas un 30 % y no había déficit tarifario?
(Protestas). Ahí tiene los años. Usted es un profesional de la economía, ¿no? ¿Maneja bien la estadística? Porque el déficit tarifario se originó con ustedes y con su política energética. Ahora sube a la tribuna a hablar de otra política
energética. (Aplausos). ¿Cuál? ¿En qué consiste su política energética?


Y sigo con sus propuestas, ahora relativas a cifras macroeconómicas de desendeudamiento. Se lo he dicho esta mañana, pero por lo visto no me ha escuchado. En dos años y medio de legislatura la deuda externa del sector privado de la
economía ha bajado casi 300.000 millones de euros. ¿Sabe por qué? (Algunos señores diputados: No, no). Porque las grandes empresas han entrado en un proceso de desapalancamiento muy rápido y eso tiene que ver con las medidas de política
tributaria que trajo el Gobierno desde la primera mitad del año 2012, políticas tributarias de desapalancamiento del sector privado. Limitamos la deducibilidad de los gastos financieros en el impuesto sobre sociedades, limitamos la libertad de
amortización, endurecimos la aplicación del Fondo de comercio financiero... ¿Y ustedes, cuando estaban en el Gobierno, por qué no hacían eso? Y ahora sube a decir aquí que lo que ha hecho el Gobierno del Partido Popular es una política tributaria
a favor de las grandes empresas. Esto sí que ha sido definitivo esta tarde, señor Sánchez. (Aplausos). Eso para los mítines locales le queda muy bien, pero para un líder de la oposición que maneja las cifras le queda raro, por una razón. Le voy
a dar las cifras de memoria. Cuando llegamos al Gobierno la recaudación del impuesto sobre sociedades era de 16.000 millones de euros. Llegó a superar los 40.000 millones de euros y estaba en 16.000. ¿Cuánto es ahora? ¿Ha subido o ha bajado?
(Rumores). Pregunte, pregunte al asesor. Como ahora estamos tan bien conectados, pregúnteselo al asesor. Se lo voy a adelantar. Son 20.000 millones de euros. ¿Usted cree que esa recaudación mayor ha venido de la pequeña y mediana empresa, de
los autónomos? ¿Lo dice de verdad, con las cifras de recaudación de la Agencia Tributaria en la mano, o es que no se las ha leído el profesional de la economía? (Protestas.-Aplausos). No se las ha leído el profesional de la economía y viene con
el topicazo.


Otra cifra que ha manejado con gran fluidez su señoría y que se ha olvidado. ¿Qué hizo el Gobierno del Partido Popular? Subir el IRPF, sí, en el recargo transitorio por el que el 80 % de la recaudación viene de los contribuyentes de mayor
renta. Eso es lo que hizo el Gobierno del Partido Popular en diciembre de 2011. ¿Por qué? Porque había un déficit, un déficit oculto de más de 30.000 millones de euros, porque hay que sumar la deuda comercial, que no estaba pagada.



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Otra cifra. Su señoría ha vuelto a confundir una cifra muy elemental cuando ha criticado la reforma fiscal que está en marcha respecto de la bajada del IRPF. Ha dicho literalmente: El Gobierno del Partido Popular propone bajar 3.700
millones de euros a las rentas superiores. Le han equivocado otra vez, le han equivocado, señor Sánchez. Su señoría tiene que empaparse de las cifras, porque ha confundido toda la rebaja del IRPF con lo que afecta a las rentas de tramo superior,
lo cual es imposible, si es que es imposible. ¿Cómo van a venir 3.700 millones de euros del 1 % de los contribuyentes? El 70 % de los contribuyentes está en torno a los 24.000 o 25.000 euros, que, por cierto, coincide bastante bien con la renta
per cápita de España: 24.500 euros per cápita. Ante esas estimaciones, como no puede ser de otra manera, en relación con la pobreza infantil, que es un tema muy serio, lo que se hace es una comparación estadística relativa respecto de la renta
media de España. Por eso, cuando se está diciendo una cosa tan seria como que la pobreza infantil es más aguda en un país como España que en otros países que pertenecen a la Unión Europea, como Bulgaria y Rumania, se está olvidando nada menos que
la diferencia de renta per cápita es muy grande respecto de esos países. Por tanto, una cosa es reconocer ese problema social, que tenemos que atajar entre todos, y otra olvidarse de que estamos hablando de un país, España, que tiene una renta
media per cápita de 24.500 euros. ¿No es así en ese país? ¿Ese país no existe? Señor Sánchez, ¿no existe ese país del que yo hablaba esta mañana, que ha podido pasar de 2.000 dólares per cápita en los años cincuenta y sesenta a 30.000 euros per
cápita actuales, que se vienen a corresponder con esa renta media per cápita?


Por lo demás, también son objeto de preocupación máxima del Gobierno los parados de larga duración. Por eso el Gobierno está negociando con los agentes sociales precisamente la extensión de la protección social para los parados de larga
duración con cargas familiares, para completar ese programa Prepara. Entonces usted, más que ser tan original como venir a exponerlo aquí, lo que tiene que hacer es sumarse positivamente a ese acuerdo (Aplausos) para llegar realmente a ese sistema
de protección social, que es lo que tiene que hacer, no presentarlo como si fuera una iniciativa propia, porque ya se está negociando, como sabe su señoría. Por tanto, usted tiene que venir aquí a declarar cuál es su postura, la de su partido,
respecto de esa negociación y ser constructivo.


Señor Sánchez, está usted en lo mismo. Supongo que para usted y para su grupo parlamentario está bien. Está usted en lo mismo, pero le voy a recordar en este final de mi réplica algo que es como si fuera una ley inexorable en España, por
no referirme también a los temas demagógicos de las becas, de la formación profesional... (Rumores). Es que es así. La dotación de becas que hay en España, esos 1.400 millones de euros largos que hay en los presupuestos, significa una dotación
históricamente elevada en nuestro país y no se entiende por qué saca a pasear el caso de un joven que no tiene acceso a esas becas, en función de sus necesidades de renta, cuando lo compara con un joven que venga de una familia de renta superior.
Eso es realmente parcial y hacer demagogia. (Rumores). Le voy a recordar que este es el primer año que entra en vigor la Lomce, la nueva Ley de Educación, en la que se renueva... (Rumores), sí, el primer año de la democracia en el que entra en
vigor una reforma de la educación promovida por el Gobierno del Partido Popular, el primer año de la democracia. (Aplausos). Cuando en España lo que hemos tenido ha sido una tercera parte de nuestros más jóvenes en fracaso escolar, eso será
responsabilidad de los Gobiernos que han hecho esas leyes educativas. ¿O no, señor Sánchez? Tenemos que mejorar mucho en términos de favorecer la igualdad de oportunidades y dar nueva ocasión a nuestros jóvenes, pero estamos con la mejor voluntad
intentando perfeccionar ese sistema educativo, pero no venga siempre con la misma historia de la discriminación y de la creación de desigualdad, cuando lo que se pretende desde esas leyes es precisamente hacer un sistema educativo mucho más acorde
con la realidad de nuestro tiempo.


Igual que en el caso del ébola y su financiación. Le voy a dar la cifra del total de nuestros presupuestos a través de todas las organizaciones que están financiadas desde el presupuesto del Estado, cifra que asciende a 3.065.000 euros.
Esa es la cifra que completamos con el crédito extraordinario, que trajimos aquí también, que nos había pedido en concreto el Gobierno de Liberia, razón por la que lo trajimos, pero añadimos otro aspecto más, señor Sánchez. Añadimos que la
disposición del Gobierno es completar esa cifra. Nos parece un asunto tan importante, tan de vital importancia que estamos predispuestos a completar esa dotación y combatir al ébola en sus orígenes, en los países donde está siendo más mortal. Ahí
nos tendrá, por supuesto, y esperamos coincidir en esos planteamientos.


He escuchado su discurso, que ha venido a ser la antítesis de la realidad. Donde más énfasis se ha puesto en la lucha contra el fraude fiscal, donde las cifras de lucha contra el fraude fiscal y del afloramiento de patrimonios ocultos -que
son el origen de lo que estamos viviendo hoy en términos de escándalos



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públicos- nunca habían alcanzado cotas como las actuales, ustedes siguen con su planteamiento demagógico de negarlas y de hablar de perdón fiscal donde no ha habido ningún perdón fiscal. Sí lo hubo en tiempos de los Gobiernos socialistas.
Ahora lo que ha habido es un afloramiento de bases imponibles de patrimonios que son precisamente las que están haciendo mejorar la recaudación tributaria. A partir de ahí, como estamos viendo constantemente en los medios de comunicación, las
personas que no puedan explicar correctamente, porque pueda ser -digo que pueda ser- ilegal el origen de esas rentas, tendrán que hacer frente a sus responsabilidades. Eso es lo que estamos viendo y no esa crítica fácil que no tiene ningún sentido
ni se asienta en la realidad, que es la crítica respecto a la política de lucha contra el fraude que está habiendo.


Señoría, hoy, francamente, me ha recordado a antecesores suyos. (Rumores). Demasiado, demasiado. Hay una regla inevitable en España, que espero que algún día -lo digo con sinceridad- podamos superar los españoles, pero con discursos y con
planteamientos como los de hoy de política económica, la verdad es que no. Hay una regla que es inexorable. Cuando gobierna el Partido Socialista, paro y déficit público: descrédito de España. (Protestas). Tiene que venir a continuación un
Gobierno del Partido Popular a arreglar lo que otros han destrozado. (Aplausos.-Varios señores diputados pronuncian palabras que no se perciben). Esa es en resumen la historia de la democracia y la he querido revelar así y no me he referido solo a
la última herencia sino a la anterior. Hágase la pregunta si quiere intelectualmente, señor Sánchez: ¿es verdad o no es verdad... (Rumores).


El señor PRESIDENTE: Silencio y dejen expresarse al orador.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): ... que con ustedes, en dos ocasiones que han sido relevados en la democracia, ha habido un déficit público, y en la última no ya del 6 %, como nos anunciaron, sino
del 9 %, más la deuda comercial impagada? Por cierto, es una de las causas principales de por qué se ha incrementado la deuda pública en nuestro país (Rumores), algo que también usted conoce como economista profesional. Se ha incrementado por tres
causas: por la apelación al MEDE para el saneamiento bancario; por pagar a través de proveedores y del FLA las deudas comerciales acumuladas, que son los déficits o no reconocidos o no financiados (Rumores), y por atender a los compromisos
europeos de España, compromisos necesarios para financiar la recuperación de países que hoy afortunadamente están fuera ya del mecanismo de intervención o muy pronto han de estarlo. Esa es la evolución de la deuda pública.


Señor Sánchez, cuando ustedes gobiernan, déficit público alto (Rumores) y facturas sin pagar; tasa de paro en el 23 %, año 1996 y año 2011, una y otra vez, una y otra vez. (El señor Campos Arteseros pronuncia palabras que no se perciben).


El señor PRESIDENTE: Señor Campos, ya le he oído.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Señor Sánchez, su responsabilidad debería ser superar la historia, pero a partir del planteamiento en términos de política económica que ha hecho en la tarde de hoy
me ha recordado usted que efectivamente es un fiel seguidor de una estela de los que han sido líderes del Partido Socialista, que espero que podamos cambiar entre todos, porque, si no es así, puedo asegurarle que yo confío en una España que se
merece otra cosa.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor ministro.


Señor Sánchez.


Ruego a todos silencio, atención al orador y dejar que se exprese. (Rumores).


El señor SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN: Señor Montoro, usted se enzarza en el pasado porque no tiene nada que ofrecer de futuro, eso es lo que le pasa. Sí, le pasa eso. (Aplausos). Sigue usted reivindicando el legado de los Gobiernos de Rato,
de Acebes, en los que no solamente estuvo usted, también estuvo el señor Rajoy. (Aplausos). Habla usted de cifras macroeconómicas. ¿Es cierto que va a acabar la legislatura con 800.000 empleos menos? ¿Es cierto que va a acabar la legislatura con
335.000 parados más? (Un señor diputado: ¿Sí o no?). ¿Es cierto que va a acabar la legislatura con 265.000 millones de euros más de deuda pública, señor Montoro? ¿Es cierto que se han destruido 235.000 empleos en la industria, señor Montoro?
Pues claro que sí. Esas son las cifras, ese es el verdadero



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cuadro macroeconómico que usted solamente puede exhibir aquí, el que están sufriendo los españoles, señor Montoro.


Usted lo decía. Sí, nosotros los criticamos porque gobiernan para un 10 % y abandonan al 90 % restante, señor Montoro. La prueba está ahí. Su reforma fiscal hace que 4.862 personas que declaran más de 600.000 euros tengan rebajas fiscales
por importe de 72.000 euros de media, mientras que 8 millones de contribuyentes, que representan el 40 % de los contribuyentes con menos renta, solamente van a ver rebajados sus impuestos en 52 euros de media, y eso nada tiene que ver con la crisis,
tiene que ver con sus decisiones políticas, señor Montoro, tiene que ver con sus decisiones políticas. (Aplausos).


Señor Montoro, usted ha descalificado nuestra propuesta de reestructuración de la deuda hipotecaria de la peor de las maneras, porque ha defendido el desapalancamiento de la economía española vinculándose con las grandes empresas, y por eso
ustedes gobiernan para el 10 %, y nosotros queremos gobernar para el 90 % restante, señor Montoro. Nosotros estamos proponiendo lo que propone el Fondo Monetario Internacional, lo que han hecho Estados Unidos, Alemania e Islandia, que es
reestructurar la deuda hipotecaria para las pequeñas empresas, para los autónomos y para las familias. Ustedes, en cambio, en su réplica, lo único que han hecho ha sido defender el desapalancamiento de las grandes empresas.


Señor Montoro, ¿a qué viene tanta satisfacción? España ha sufrido una sacudida con esta crisis, un terremoto de una violencia extrema, señor Montoro, sí, extrema, y como consecuencia de ello la ciudad en la que vivíamos ha sufrido un duro
golpe. ¿Y cuál ha sido su primera actuación? Proteger las mansiones y los grandes barrios, los barrios más pudientes, señor Montoro. Ustedes han rescatado a los bancos con el argumento de que así se estaba protegiendo a los ciudadanos. Para
ustedes la solución no pasaba ni por más justicia ni por evitar los abusos, sino por inyectar miles de millones de euros al sistema financiero a fondo perdido. Eso es lo que ustedes han hecho. Las grandes mansiones de las ciudades estaban llenas
de escombros por dentro y lo que ustedes han hecho ha sido echar todos esos escombros por las ventanas a las calles colindantes. Es verdad que hoy los bancos por dentro están deslumbrantes, dan grandes beneficios y ya reparten suntuosos salarios
entre sus altos ejecutivos, pero mientras tanto, señor Montoro, los preferentistas siguen litigando ante los jueces porque su Gobierno les ha dado la espalda (Rumores.-Aplausos), y a quien ustedes no han dado la espalda es al señor Rato, sobre quien
no le he escuchado al señor Rajoy ni una sola crítica, ni un solo reproche, y a quien no han sido ustedes ni tan siquiera capaces de expulsar de su partido. (Aplausos.-Rumores). Eso es lo que ha pasado, señor Montoro. A usted, señor Montoro, le
he visto en algunas entrevistas afligido por el comportamiento de Rato. El señor Rato fue su mentor y el señor Rodríguez-Ponga su colaborador, dos usuarios de las tarjetas negras de Caja Madrid. (Aplausos).


Señor Montoro, usted habla de rigor y se pavonea mucho, permítame esta expresión coloquial, sobre su gestión, pero, claro, los datos le contradicen. En el año 2011 la Administración central y la Seguridad Social cerraron con un déficit del
5,2 % del PIB; en 2013 han cerrado con un déficit del 5,5 % del producto interior bruto, pero mientras ustedes lo que están haciendo es volver a recortar los presupuestos autonómicos, es decir, van a volver a recortar en educación y en sanidad
pública. En su primera intervención de esta mañana usted ha hecho una loa del esfuerzo que están haciendo los ayuntamientos, pero lo que no dice es que van a recortar en 5.000 millones de euros los presupuestos de los ayuntamientos, de los cuales
3.721 millones son de gasto social, gasto que ustedes califican como de impropio y que nosotros calificamos como de necesario, porque es para atender a los mayores, para construir escuelas infantiles y para habilitar comedores escolares.
(Aplausos). Su rigor, señor Montoro, siempre es a costa de los demás. Esta es la cuestión, señor Montoro.


¿Cómo se atreve usted decir que el Partido Popular cada vez que gobierna es el ejemplo de buena gestión? Pero si la deuda externa está en el cien por cien del producto interno bruto, señor Montoro. Si la deuda pública está por encima del
cien por cien del producto interior bruto. Si, señorías, ustedes han rescatado bancos por 11.500 millones de euros y los están malvendiendo por 1.500 millones de euros. Ustedes, cuando dejen el Gobierno en noviembre de 2015, señor Montoro, van a
haberse pulido -pulido- 40.000 millones de euros de los 70.000 millones de euros que heredaron del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. (Aplausos). Eso es lo que ustedes están dejando, señor Montoro. Por tanto, no venga usted aquí dando
lecciones de rigor y de buena gestión, señor Montoro, porque no es cierto. Ustedes no son buenos gestores y, si no, mire la deuda pública que nos van a dejar a quienes les sucedamos en el Gobierno. (Un señor diputado: ¡Muy bien!).



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Señor Montoro, he escuchado al presidente del Gobierno incluso criticarme y calificarme de mezquino porque no hayamos apoyado la candidatura del señor Cañete como comisario de la Comisión Europea. Le voy a decir una cosa, señor Rajoy.
Ustedes son la peor tarjeta de presentación para un pueblo honesto y trabajador como es el español. (Aplausos). Lo son, lo son. Le voy a contar una cosa, señor Montoro, a lo mejor usted no la sabe. La señora Merkel, la canciller de Alemania,
hizo dimitir a una ministra por plagiar una tesis doctoral. Aquí en España, en cambio, tenemos un presidente del Gobierno que cuando estaba entrando el tesorero en la cárcel estaba mandándole mensajes de apoyo. Esa es la gran diferencia, señor
Montoro, entre ustedes y nosotros. (Aplausos). Eso es, señor Montoro.


Señor Montoro, ¿cómo es posible que sea tan diferente su realidad, la realidad que pretende usted vendernos aquí, con la realidad que padecen y que sufren los españoles? Señor Montoro, se lo he dicho en la primera intervención y se lo digo
de verdad, clara pero tranquilamente. Ustedes llegaron al poder mintiendo y aspiran a permanecer en el poder mintiendo. En la retina de muchos españoles, señorías, hay una fotografía, una fotografía en el año 2011 de un candidato a la Presidencia
del Gobierno, el señor Rajoy, que se hizo una foto frente a la cola del INEM. Prometió en esa entrevista que iba a resolver el problema del paro en dos años. El balance durante estos tres años y cómo van a acabar ustedes la legislatura, señor
Montoro, es con 800.000 empleos menos. ¿Saben cuál es la resultante, señor Montoro, señor Rajoy? Que estoy convencido de que la mayoría de españoles están contando las horas y los días para mandarles a usted, a usted y a todos ustedes al paro en
noviembre de 2015.


Muchísimas gracias. (Prolongados aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Sánchez.


Tiene la palabra el señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. (La señora López i Chamosa: ¡Montoro, al paro sin paga!-Varios señores diputados: Ahí, ahí.-Risas).


El señor PRESIDENTE: ¡Señora López i Chamosa, la llamo al orden por segunda vez! La próxima vez la echo del Pleno, sintiéndolo mucho ¿eh?, pero la echo del Pleno. (Rumores).


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Señor Sánchez, seguimos en el debate de altura, debate de Presupuestos Generales del Estado: debate Rato, Bárcenas; debate de altura. (Protestas). Hemos venido a debatir los Presupuestos Generales del Estado, si España tiene una
recuperación económica o no tiene una recuperación económica y cómo se consolida la recuperación económica. Nos hemos enterado todos esta tarde de lo que propone el Partido Socialista para la recuperación de la economía española. Nos hemos
enterado todos esta tarde. Brillante idea, reestructurar la deuda. Es exactamente lo que estamos haciendo. (Rumores). Sí, estamos haciendo eso. Estamos limitando el sueldo de los directivos bancarios de las empresas intervenidas. Por cierto,
¿por qué no hacían ustedes eso? (Aplausos). Porque, que yo sepa, usted, señor Sánchez, ha sido miembro de la asamblea de Cajamadrid ¿no? (Protestas.-Aplausos). Estaba ahí para controlar la gestión y las cuentas (Un señor diputado: ¡Al lado de
Blesa!), ¿no? Pues enhorabuena, enhorabuena. (Un señor diputado: ¡Con Blesa y Rato!). Yo le voy a dar la enhorabuena más sincera por la calidad de su trabajo antes de lo que está haciendo. (El señor Ruiz Llamas pronuncia palabras que no se
perciben).


El señor PRESIDENTE: Señor Ruiz Llamas, silencio.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Con personalidades públicas y políticas con tanto conocimiento, las cajas de ahorros y los bancos de España están seguros, como lo estaban con su Gobierno.
¿Recuerdan ustedes todo ese paso de la anterior legislatura, que estaba usted aquí ya? Efectivamente, ya estaba el asunto resuelto. Octubre de 2008, había que financiar a la banca española, había que movilizar avales del Estado para la banca
española, octubre de 2008. ¿Cuál fue la postura del Partido Popular en la oposición? Apoyar, apoyar y pedir que ese aval fuera retribuido y fuera remunerado. Eso es lo que hacíamos nosotros, porque obviamente detrás estaban los millones de
depositantes de España, con los que no se hace demagogia. ¿Usted sabe lo que ha ocurrido en los países donde ha quebrado el sector bancario? ¿Qué les ha pasado a esos países? Usted se sube aquí y, argumentario del Partido Socialista: yo no he
sido, yo nunca estuve allí. Sí estuvo allí, señor Sánchez, sí estuvo allí, y muchas de sus señorías estuvieron allí. No me venga con historia del pasado respecto de lo que es el currículum de cada uno (Rumores), porque, efectivamente, yo tuve el



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honor de ser miembro de los Gobiernos de España desde 1996 a 2004, secretario de Estado de Economía, en los tiempos en que fundamos el euro y abrimos toda una nueva perspectiva para la unión monetaria europea. (Rumores.-Risas). Sí, ríanse,
ríanse. Con el señor González estábamos fuera de la carrera y estábamos en la segunda división de Europa. Ríanse, ríanse, señorías. (Aplausos). Estábamos con el déficit público en el 7 % y con la tasa de paro en el 23 %. ¿Sabe cuántas mujeres
trabajaban en España en el año 1996? (Rumores). Porque no es la tasa de paro femenina, no, es la participación de la mujer en la fuerza laboral con los Gobiernos socialistas. Eso es lo que realmente ocurría en nuestro país. De cada tres mujeres
que trabajan hoy en España, dos lo hacen desde la mitad de los años noventa acá, señor Sánchez, dos de cada tres. Antes no estaban ni en el paro, estaban en su casa, con ustedes. Con ustedes los modernos, los progres del Partido Socialista,
estaban en su casa. Eso es lo que ocurría. (Rumores.-Aplausos.-La señora Álvarez Álvarez pronuncia palabras que no se perciben).


El señor PRESIDENTE: Señora Álvarez.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Eso es lo que ocurría. Efectivamente, yo he tenido el honor de estar en Gobiernos del Partido Popular, cuatro años como secretario de Estado de Economía, cuatro
años como ministro de Hacienda, dejando a la salida del Gobierno las cuentas de todas las administraciones públicas, no de la Administración General del Estado, cuadradas, sin mácula y sin posibilidad de que hubiera variación alguna, como no la hubo
en la auditoría de gestión que se hizo a continuación. ¡Lo mismo que nos hemos encontrado ahora, exactamente lo mismo que nos hemos encontrado ahora, señor Sánchez!


¿Sabe por qué tiene la Administración General del Estado un déficit tan alto? Se lo he explicado ya. En el año 2013 la Administración General del Estado dedicó más de 33.000 millones de euros a financiar el seguro de desempleo, las
pensiones no contributivas y los complementos a mínimos: más de 3 puntos del producto interior bruto. ¿Sabe por qué? Porque, efectivamente, teníamos una recesión y cada vez había más gente que estaba entrando al paro y eso exigía financiarlo
correctamente. Como he dicho esta mañana, en modo alguno se podía resentir nuestro sistema público de pensiones que, además de las pensiones contributivas, está compuesto por los complementos a mínimos y las pensiones no contributivas, que están en
los presupuestos del Estado. Hay que leerse los presupuestos del Estado (Rumores), hay que leérselos para entenderlos, para no expresar esa crítica sobre lo que es el déficit. ¿Usted se imagina que los presupuestos del Estado no hubieran tenido
que dedicar esos tres puntos, como tuvimos que hacerlo en el año 2013, para financiar a quienes más lo necesitan, porque son las pensiones más bajas de nuestro país? ¿Usted se imagina el déficit que tendríamos? Ninguno. No hace falta suprimir el
Ministerio de Defensa, que es una de sus brillantes aportaciones al debate político español. (Rumores.-Aplausos). Los gastos de defensa no llegan en España al 1 % del producto interior bruto, no llegan a esa cifra. No hace falta reducir los
gastos de seguridad ciudadana, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que cuestan 2 puntos del producto interior bruto. En España -eso deben saberlo claramente los españoles- el gran gasto, y es el que hay que hacer, es el del Estado del
bienestar: 28 puntos del producto interior bruto, frente a no llega al 1 % del gasto de Defensa y no llega al 2 % lo que cuestan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para entendernos. No digo nada de la justicia, que no llega tampoco a
un punto del producto interior bruto. Ese es el gasto de España y es lo que tenemos que preservar. Lo estamos preservando, esa es la realidad de los presupuestos y la realidad que están percibiendo los españoles. Los españoles queremos salir de
esta crisis y estamos en el Gobierno para salir de esta crisis. Yo estuve en esos Gobiernos obviamente y muy honrado de haber estado en ellos. De hecho, esa es la causa por la que hoy sigo en el Gobierno de España, porque tuve esa experiencia de
Gobierno y aprendí lo que era España. Aprendí a respetar a este gran país que es España y aprendí lo que es capaz de hacer este país cuando se compromete y marcha hacia delante. Ahí estuvimos, en esos Gobiernos de España.


Decía usted que el señor Rajoy. Sí, y la señora Sáenz de Santamaría y el señor Catalá y el señor Fernández Díaz estuvieron allí (Rumores), y a los demás no les dio tiempo a estar. (Risas). Ahí estuvimos más de medio Gobierno, por eso
estamos en el Gobierno de España hoy. (Rumores). Hoy estamos en el Gobierno para decirles a los españoles que hay un Gobierno comprometido con la salida de la crisis económica; que hay un Gobierno comprometido con las reformas y la reducción del
déficit público; que hay un Gobierno comprometido con la gente de este país, que nos está volviendo a dar a todos la mejor y la mayor de las lecciones, gente que entiende que hay que hacer lo que realmente hay que hacer. Para lo otro, para hacer
demagogia, todos valen; para tomar decisiones serias, responsables, de gobierno,



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ya es otra cosa. Tomar decisiones de gobierno es absolutamente fundamental en cualquier momento, sobre todo en momentos de crisis económica. Estamos saliendo de la crisis económica; estamos recuperándonos. Ese es el reconocimiento que
hoy tiene España en Europa y en el mundo; es el comienzo, el principio de un camino. Decía esta mañana que nos queda muchísimo por recorrer -muchísimo- para volver a ser lo que realmente fuimos en otro momento (Rumores), un país que podía romper
los pronósticos -estamos empezando a hacerlo- (Rumores); un país que puede y debe ganar en materia de cohesión social, no dejar a nadie atrás en esa recuperación económica; un país fiel socio de una Europa donde la Comisión Europea juega un papel
fundamental, importantísimo, donde no se juega a hacer política demagógica con la Comisión Europea y con el nombramiento de los comisarios europeos. Una institución fundamental como lo es el Banco Central Europeo, de la que no cabe ni el Gobierno
de España espera en modo alguno políticas monetarias absolutamente laxas que no lleven a ningún lado, como se ha demostrado tantas veces en la historia económica, no ya de España sino del mundo. Necesitamos instituciones europeas serías,
comprometidas con la solución de esta crisis y desde el Gobierno de España pretendemos estar a la altura de esa circunstancia y pedimos al Partido Socialista que en este tramo final de legislatura acompañe en medidas, que acompañe en reformas, que
acompañe en lo que debe ser la salida de esta crisis económica.


Hasta ahora no hemos contado absolutamente para nada con el Partido Socialista, señor Sánchez; no lo hemos tenido al lado en ninguna de las grandes leyes, de las grandes reformas que hemos traído a esta Cámara; absolutamente en ninguna
(Rumores). Sí hemos tenido a nuestro lado a otros grupos políticos en esas reformas, y hoy esas reformas están rindiendo sus frutos y están acelerando la salida de la crisis de España. La labor de oposición no es un argumentario fácil, demagogo,
encaminado a resaltar únicamente prejuicios; la labor de la oposición es hacer de control del Gobierno y presentar propuestas y alternativas de gobierno. Lamentablemente esta tarde -desde luego, esa es mi impresión- no puedo concluir que tengamos
una alternativa de gobierno delante (Rumores), pero, señor Sánchez, le deseo ánimo, estímulo en su nueva tarea y espero que el año que viene volvamos a tener un debate, pero que en este caso sea más constructivo y más positivo que el de esta tarde.


Gracias, señorías. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. (Rumores). Por favor, ruego que los diputados que no vayan a asistir al debate abandonen con toda rapidez el hemiciclo.


Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió, tiene la palabra el señor Macias.


El señor MACIAS I ARAU: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, señoras y señores diputados, ahora en la intimidad vamos a hablar de presupuestos. (Aplausos.-El señor vicepresidente, Barrero López, ocupa la Presidencia). Señor ministro, ¿qué espera la sociedad de unos presupuestos
generales? En primer lugar, que resulte creíble que contribuyan a resolver los problemas de los ciudadanos, que den respuesta a las grandes problemáticas sociales, que sintonicen con los anhelos de justicia, equidad y progreso, y a nadie se le
oculta que hoy y aquí esto significa encarar sin ambages nuestro gran problema, el desempleo, con todas las consecuencias de pobreza, desigualdad y falta de esperanza que atenazan a amplias capas de la población. Asimismo, señor ministro, estos
presupuestos generales podrían y deberían contribuir si no a resolver el grave contencioso entre Cataluña y España, al menos a crear las condiciones para plantear soluciones de futuro y, como mínimo, no deberían agravar la percepción de trato
injusto del Estado para con los catalanes, cosa que, por desgracia, sí sucede.


Vayamos por partes. ¿Cree el señor ministro que estos presupuestos resultan creíbles? Permítame efectuar la valoración de sus previsiones macroeconómicas a partir de los comentarios, siempre tan cautos, del gobernador del Banco de España
en la Comisión de Presupuestos. Entre sus conclusiones el gobernador señalaba que el marco de recuperación anunciado por el Gobierno no estaba exento de riesgos. Algunos de ellos, singularmente los que provienen del entorno exterior, se han
acentuado en las últimas semanas. Otros están relacionados con los efectos de la crisis sobre la situación real de las familias y las empresas, en un contexto en el cual debe proseguir el desapalancamiento privado y la consolidación fiscal. A
pesar de todo ello, señor ministro, el Gobierno ha previsto un crecimiento real del PIB del 2 %. Es bueno ser optimistas, pero los presupuestos deben contener expectativas realistas. Estamos en una Europa con serios problemas económicos, donde
muchos países revisan sus expectativas de crecimiento. Vamos a analizar ahora otra cuestión que ha estado presente ya aquí. ¿Son estos, señor ministro, unos



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presupuestos sociales? Usted ha defendido el carácter social de los presupuestos, poniendo énfasis en la gran magnitud de los gastos sociales que contempla. A pesar de ello la OCDE manifestó recientemente... (Rumores).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Señor Macias, un momento. Ruego silencio, por favor. Gracias, señor Macias.


El señor MACIAS I ARAU: ... digo que la OCDE manifestó recientemente que España es el país donde más han aumentado las desigualdades en estos años de crisis. Las desigualdades crecen cuando el paro se desborda, cuando el Estado del
bienestar se tensiona -y en España se está tensionando mucho con el ahogo financiero al que el Gobierno somete a las comunidades autónomas- y cuando la política fiscal no es adecuada. Las dos grandes partidas presupuestarias destinadas a políticas
sociales corresponden a pensiones y a políticas de empleo. Veamos. Prestaciones de desempleo. Las previsiones sobre la reducción del desempleo apuntan a una disminución el año próximo en 450.000 personas. Ello significa que el paro podría
reducirse en un 7 %. Sin embargo, los recursos previstos para pagar las prestaciones bajan el 15 %. El Gobierno pretende ahorrarse 4.427 millones en prestaciones y subsidios de desempleo. No hay concordancia entre la minoración del desempleo y el
ahorro en prestaciones. El Gobierno se ahorra el doble en prestaciones, un 15 %, de lo que se reduce el paro. Como todos sabemos, la clave está en que cada día hay más parados que agotan su período de cobro de las prestaciones contributivas sin
encontrar un nuevo empleo. Es así de crudo, señoras y señores diputados. El Estado ahorra porque los parados dejan de percibir prestaciones. Para corregir esta situación lo lógico sería reforzar las políticas activas de empleo para que las
personas en paro adecuen su formación y puedan reincorporarse al mercado laboral. Lo que ahorramos en prestaciones lo deberíamos dedicar a políticas activas y a subsidios para parados, por ejemplo, de larga duración con cargas familiares. Por lo
que se refiere a las políticas activas, hay que recordar que la principal medida de austeridad adoptada por su Gobierno en 2012 y 2013, fue reducir a la mitad los recursos destinados a políticas activas de empleo que gestionaban las comunidades
autónomas. De un plumazo pasaron a ahorrarse 3.500 millones anuales que estaban destinados a facilitar la reocupación de las personas en paro. En 2015, los presupuestos destinados a políticas activas solo se incrementan en 450 millones. ¿Por qué
digo solo? Porque es una décima parte del ahorro en prestaciones. Debemos decirle al Gobierno que esto demuestra muy poca ambición en la lucha contra el paro.


Un segundo elemento de análisis en relación con el carácter social de los presupuestos son las pensiones. Los presupuestos prevén un aumento del 0,25 %, el menor de los incrementos legales posibles. Una persona con una pensión de 600 euros
al mes, el año que viene va a percibir 1,5 euros más, 601,5 euros. Quizás podría admitirse un crecimiento reducido para las pensiones más elevadas, pero no para las más bajas. ¿Ha pensado, señor Montoro, que una pensión no contributiva de 300
euros, de muchos autónomos por ejemplo, en 2015 va a ver cómo se incrementa en 75 céntimos? Así ni se reduce la pobreza ni se eliminan las desigualdades. ¿Estamos ante unos presupuestos sociales? A juicio de CiU no lo son ni por las políticas de
empleo que incorporan ni tampoco por las pensiones que contemplan. Pero la versión más antisocial tiene que ver con la política de ahogo financiero de las comunidades autónomas protagonistas de las políticas de sanidad, servicios sociales,
dependencia y educación. Como sabe, señor ministro, más del 70 % del presupuesto de las comunidades se destina a financiar estas políticas. Si los ingresos de las comunidades autónomas se reducen de año en año, a los Gobiernos autonómicos no les
queda otro remedio que aplicar lo que en la calle se conoce como recortes. Maquiavelo no lo hubiera hecho mejor. Señor Montoro, mantiene sus políticas y obliga a las administraciones territoriales a cerrar servicios y a eliminar prestaciones. Le
voy a dar unos datos a ver si reconoce la profunda deslealtad de la actuación del Estado. En 2015, el Gobierno piensa recaudar, según los presupuestos, 31.000 millones de euros más que los que recaudó en la liquidación de 2012. Mientras, el
conjunto de las comunidades autónomas ha sufrido una fuerte reducción en sus ingresos de 2013 y de 2014. Los presupuestos para 2015 -sus presupuestos- prevén que las transferencias del Estado a las comunidades autónomas serán un 18 % inferiores a
las transferencias de 2012 -18 % inferiores-, pero usted ha recaudado 31.000 millones más. ¿De verdad el Gobierno considera sostenible esta situación? No lo es, señor ministro, y no es nuestra opinión; es la opinión, por ejemplo, de la Autoridad
Independiente de Responsabilidad Fiscal, que acaba de decirle a usted que el objetivo de estabilidad de 2015, fijado en el 4,2, es muy exigente y de difícil cumplimiento para las comunidades autónomas. Este incumplimiento autonómico -dice la
autoridad independiente- no se debe tanto a un desfase en los gastos como -textualmente- a un agotamiento



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del modelo de los ingresos de las comunidades. Dice: Es altamente probable que el cierre estimado de 2014 desborde el objetivo de estabilidad.


Señor ministro, han impuesto ustedes unos ritmos draconianos de corrección del déficit a las comunidades autónomas, especialmente a aquellas que los tenían más desbocados, mientras que han sido muy benevolentes con su minoración por parte de
la Administración central. El año pasado, por ejemplo, todas las administraciones redujeron el déficit. Las comunidades en tres décimas; usted lo incrementó. En el periodo 2010-2013 las comunidades han realizado el 56 % del ajuste global
correspondiente a todo el Estado; las corporaciones locales -a quien usted se lo ha agradecido, por cierto, esta mañana- el 31 %, mientras que la Administración central solo ha asumido el 12 % del ajuste. La capacidad de ajuste de las comunidades
autónomas, señor ministro, ha llegado al límite; sobrepasar este límite comporta poner en grave peligro el Estado de bienestar que tanto nos ha costado construir. Señor ministro, estamos a final de año. Una corrección de los objetivos de
estabilidad no derivaría en mayores posibilidades de gasto para las comunidades. La autoridad independiente ya le ha señalado al Gobierno que el cumplimiento global de los objetivos de estabilidad deberá compensarse con el resultado positivo del
subsector Estado. Le proponemos, por tanto, que antes de finalizar el año corrija la distribución de los objetivos de estabilidad para 2014 y 2015 o que aproveche estas tres décimas de déficit que nos dio Europa para destinarlo a las comunidades
autónomas, para evitar desviaciones que tanto hacen sufrir a los ciudadanos. El ahogo financiero a las comunidades autónomas corrobora, a nuestro entender, lo antisocial de este presupuesto, señor ministro. Bien podría ser que ustedes hubieran
sacrificado el carácter social de estos presupuestos apostando claramente por unos presupuestos dinamizadores de la actividad económica. Creemos sinceramente que esto no es así, y tenemos buenas razones para sostenerlo.


Empecemos por analizar su política de empleo. Es cierto que en lo que llevamos de 2014 se está generando empleo, se ha creado de manera moderada, pero no hay garantía alguna de que esta evolución se consolide, ya que, aparte de la reforma
laboral -que CiU suscribió, por cierto-, la implantación de la tarifa plana y la iniciativa joven para el empleo propiciada por la Unión Europea, no parece haber más políticas para el empleo. Hace años que CiU solicita un plan de choque para el
empleo, complementario a la reforma laboral. La única medida adoptada por el Gobierno que podía ir en esta dirección ha sido la tarifa plana y su implantación ha tenido un cierto impacto positivo para el empleo. Sin embargo, debe reconducirse.
Hoy la tarifa plana se aplica por igual para contratar a un ingeniero que para contratar a un peón, con la diferencia de que la ocupabilidad de una persona que ha finalizado sus estudios universitarios nada tiene que ver respecto a la ocupabilidad
de una persona con niveles bajos de formación. Proponemos al Gobierno que prorrogue la tarifa plana para los empleos de menor cualificación, tal y como reclama la OCDE, y a su vez dinamice iniciativas destinadas a contratar personas en formación,
como la garantía joven, los contratos en prácticas o para formación o las becas destinadas a contratar doctores por parte de las empresas. Por cierto, señor ministro, ¿puede decirnos por qué razón todavía no están disponibles los recursos relativos
a la garantía juvenil para el empleo? Una de las conclusiones más relevantes de la Cumbre de la Unión Europea de diciembre de 2013 fue que a partir de enero de este año deberían estar en marcha las iniciativas de empleo joven. Estamos en octubre,
el año se acaba y en España la iniciativa joven sigue paralizada. Los recursos de esta iniciativa deberían ser gestionados por las comunidades autónomas. Sin embargo, el Gobierno ha decidido distribuir solo el 50 % de los recursos a estas y
gestionar directamente el 50 % restante. No compartimos la decisión. Una vez más, centralismo; una vez más, ineficiencia, porque la iniciativa joven, el empleo debe gestionarse desde la proximidad. La confusión sobre estos recursos, sobre cuándo
van a estar disponibles, es grande. Agradeceríamos, señor ministro, que clarificase y comprometiera un calendario para que las comunidades y la propia Administración central dispusieran de los recursos necesarios a fin de que la garantía juvenil
empiece su andadura.


Señor ministro, nosotros coincidimos con los agentes sociales en la valoración de la escasa eficacia de sus políticas económicas. Usted sabe que para patronales, sindicatos y autónomos los presupuestos de 2015 no son bien valorados, ni
desde la perspectiva del empleo ni del autoempleo ni de la inversiones ni de las políticas de competitividad. Esperaban más, muchísimo más de estos presupuestos. Esperaban, por ejemplo, que la inversión global del Estado creciera. Hay que
subrayar además que las prioridades de inversión no se corresponden con las que necesita un país que sale de una profunda crisis. La prioridad de estos presupuestos es construir más líneas de alta velocidad, 3.332 millones de euros en una red
ferroviaria que el presidente de ADIF manifiesta que no es sostenible si no se dobla el número de viajeros que la utiliza, y usted, en lugar de doblar el número de pasajeros, dobla el número de kilómetros. ¡Menuda



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genialidad, señor ministro! (Aplausos). ¿Por qué tanto dinero al AVE y por qué tan poco a los corredores de transportes de mercancías por ferrocarril, como el corredor del Mediterráneo? ¿Por qué solo presupuestan 30 millones de euros, lo
que cuesta un kilómetro de AVE, para las inversiones del Plan de cercanías de Barcelona?


Señor ministro, tampoco parece que evolucione favorablemente la política de I+D+i, una inversión imprescindible para la mejora del modelo productivo. El gasto no financiero que usted destina es solo un 1,2 % superior al del año pasado y
prácticamente un tercio inferior a lo que invierte en alta velocidad. ¿Adónde va el Gobierno? ¿Cuál es el futuro que persigue? La Confederación de Sociedades Científicas de España avisa: no se puede decir que se apueste por la I+D+i como motor
de crecimiento con estos presupuestos; solo se consolidan las pérdidas de años anteriores. Esto es lo que le dicen a usted las sociedades científicas. Señor ministro, permítame que le ilustre con un ejemplo la falta clamorosa de objetivos de
industrialización por parte de su Gobierno. Se trata de la reciente supresión de las desgravaciones en el impuesto sobre sociedades por inversiones ambientales. Desde 1997 -usted lo sabe- existía un marco normativo que permitía optar a
bonificaciones fiscales en materias ambientales. Con un bajo coste para la Hacienda, 0,4 % del impuesto, la medida ha impulsado la transformación de muchos procesos productivos, no solo adecuándolos a las normas europeas, sino -lo que es igualmente
relevante- contribuyendo a la modernización de las fábricas y, por tanto, de la competitividad de nuestros productos. Ahora, la presión ejercida por la Unión Europea en materia ambiental exige que este esfuerzo deba continuar. No sé si usted
conoce la Directiva de Emisiones Industriales, ya traspuesta a España, que regula lo que se llaman las mejores técnicas disponibles. Cuando la Unión Europea aprueba para un sector productivo una mejor técnica disponible, disponemos de cuatro años
para garantizar los nuevos valores límite de emisiones, y en España, señor ministro, hay nada más y nada menos que 7.000 actividades industriales afectadas por la normativa. Si no se invierte en la modernización del proceso, las fábricas quedarán
obsoletas y la producción se trasladará a otro país. Sectores como la fabricación de metales, de acero, de vidrio o de la producción de corchos y derivados se encuentran en esta situación; sin inversión tenemos fecha de caducidad. ¿Y qué hace el
Gobierno para salvar estos sectores? ¿Tiene alguna lógica la eliminación de unas ayudas tan importantes para la salud de los ciudadanos y también para el mantenimiento de miles de puestos de trabajo? En otro sector relevante, el de la cultura, la
actuación del Gobierno raya, a nuestro juicio, la obscenidad. Tras la desafortunada subida del IVA cultural, todas las esperanzas se habían situado en la anunciada y comprometida Ley del Mecenazgo, que, por cierto, alcanza además a otros sectores,
ambientales, sociales, tercer sector, etcétera. Usted mismo, señor ministro, había rechazado la proposición de CiU bajo el pretexto de que aprobarían la suya. No se ha cumplido y está condenando a un sector tan importante como el cultural a un
papel secundario en nuestra economía, cuando podría ser uno de los pilares de la recuperación. Baja, muy baja, señor ministro, su sensibilidad para con nuestra industria, especialmente con las pymes, con los autónomos, auténtica columna vertebral
de nuestra economía. Mientras Europa busca revivir la industria -el titular no es nuestro, es de un rotativo de este fin de semana-, España es el tercer país donde más ha caído la ocupación industrial entre 2008 y 2011, nada más y nada menos que un
20 %, y España no parece estar dispuesta a fomentar políticas industriales. Usted sabe que si se ejecutan políticas sectoriales coherentes los resultados son perceptibles; las ayudas al sector de la automoción como ejemplo. ¿Qué habría sido de
nuestras empresas de fabricación de automóviles y de toda la industria auxiliar sin los planes PIVE y PIMA? Los costes presupuestarios de estos planes son compensados con creces por la riqueza y la ocupación generadas.


Señor ministro, hay una cuarta pregunta que me gustaría que usted respondiera. ¿Por qué en Cataluña hay una percepción tan extendida de que estos son unos presupuestos que la castigan? Yo creo que, en primer lugar, por un motivo común que
afecta a todas las comunidades: ustedes, señor ministro, no creen en las autonomías. Su prioridad constante es la centralización, y para ello no reparan en utilizar todos los medios a su alcance. Especialmente han resultado muy aplicados en
materia de financiación. Los ingresos liquidados por presupuestos directos e indirectos en sus primeros presupuestos del Estado en 2012 se elevaron a 103.600 millones. Los presupuestos para 2015 que debatimos hoy incorporan al efecto la reforma
fiscal, es decir, con alguna rebaja, aun así, usted espera ingresar 134.600 millones de euros. Es decir, en solo tres años, en plena crisis, cuando todo el mundo, especialmente la sufrida clase media, se abrocha el cinturón, el Estado ha logrado
incrementar sus ingresos en casi 31.000 millones de euros, el 30 %. Espectacular, señor ministro. Podemos compartir con usted que para corregir el déficit era necesario aumentar temporalmente los ingresos. Sin embargo, lo que no podemos
comprender son las



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razones por las que el Gobierno ha negado a las comunidades autónomas la posibilidad de participar en este aumento de impuestos. ¿Por qué razones ni un solo euro del aumento del IVA o de los impuestos especiales puede ir destinado a mejorar
la sanidad, la educación o las prestaciones de dependencia? El reparto de los esfuerzos a realizar por las comunidades autónomas y por la Administración General del Estado es tremendamente injusto. El incremento de la presión fiscal no puede ir
solo a mejorar las cuentas del Estado, a garantizar el pago del alocado programa de compra de armamento que emprendió en su día el Gobierno Aznar y que aún nos hipoteca, no puede ir solo a financiar la Administración central, que sigue sin
estructurarse a fondo. Y encima, usted mismo hace pocos días manifestaba que las comunidades deberían aumentar sus impuestos para equilibrar sus cuentas. Por enésima vez Convergència i Unió planteará al Gobierno una enmienda a estos presupuestos
para que el aumento de ingresos por IVA e impuestos especiales se asigne en su justa proporción a las comunidades autónomas, sin que ello suponga minorar el Fondo de suficiencia.


En la misma línea, señor Montoro, hay que recordar que este año debería haber estado trabajando en un nuevo sistema de financiación aplicable a 2015 que mejorase los recursos disponibles de las comunidades. Hasta el momento el Gobierno ha
incumplido este mandato legal. Hemos visto que recursos los hay, los ha conseguido usted, el Gobierno los ha conseguido, es verdad. Repártalos y cumpla la ley aunque no le acabe de gustar, aunque le obligue a tomar decisiones complicadas. La ley,
señor Montoro, es la ley. No tiene sentido que ante Europa y ante los ciudadanos el Gobierno pretenda demostrar que el problema de ajustar presupuestos está en las comunidades autónomas. Si hoy hay comunidades autónomas con problemas es porque el
Gobierno impide que puedan cumplir. Consecuencia, señor ministro: deje de atribuir a las comunidades autónomas la responsabilidad del déficit y gobierne con lealtad para que los déficits se puedan corregir.


Sé que después de estas demandas, señor Montoro, nos va a hablar de las bondades del FLA, como ha hecho esta mañana. Ya le avanzo que mi grupo parlamentario considera el FLA como un buen instrumento. Estamos de acuerdo, pero permítame una
aclaración. Una cosa es la financiación neta y otra la liquidez. Las comunidades autónomas necesitan mejorar la financiación neta, un aumento de los ingresos netos procedentes de la fiscalidad, una recuperación de las transferencias que en la
anterior legislatura recibían y ahora no. Señor ministro, a usted le gusta explicar que las farmacias han cobrado las deudas de la Generalitat gracias a los préstamos que facilita el Gobierno, pero en Cataluña todo el mundo sabe que lo que necesita
la Generalitat son ingresos netos y no préstamos a devolver. Como señalaba recientemente un exministro de Industria, en Cataluña se pagan impuestos que después devuelven a la Generalitat en forma de préstamos. (Aplausos). Señor ministro -iba a
decir señor presidente del Gobierno, pero no está-, ¿no se da usted cuenta de la grave discriminación que este presupuesto supone para Cataluña? La sociedad civil ha denunciado con claridad el trato discriminatorio. Por ejemplo, el señor Gay de
Montellà, presidente de Fomento del Trabajo nacional, dice: Resulta sorprendente que el Gobierno destine 1.400 millones al rescate de Castor y limite a 1.072 millones la inversión del Estado en Cataluña. En 2015 el Estado invertirá en Cataluña un
exiguo 9,5 %, equivalente a la mitad del peso de Cataluña en el PIB del Estado, inferior al del año pasado y al del anterior; es el porcentaje más bajo que el Estado ha invertido en Cataluña en los últimos diecisiete años. Si la prioridad del
Gobierno es crecer, ¿por qué el Estado invierte tan poco en el territorio que más le aporta? La comparación de las inversiones prevista para 2015 respecto a las presupuestadas en Cataluña para 2011 muestra que han bajado un 58 %, una reducción que
casi dobla el descenso de la media estatal, del 33 %.


Señor ministro, más allá de la inversión pública del Estado están los recursos de financiación directa de la Generalitat. El señor ministro conoce bien el déficit fiscal de Cataluña con España. Aportamos mucho más de lo que recibimos:
16.000 millones anuales, el 8,5 % del PIB. Lo ha intentado minorar un poco con el invento de las cuentas regionales del señor De la Fuente, pero más o menos importante este gran déficit de Cataluña con el Estado está ahí. No se comprende, señor
ministro, por qué razón el Estado se muestra tan avaro con Cataluña para impedir que tenga una financiación más justa. No creo que esta actitud de pensar hasta el límite las finanzas de la Generalitat le convenga al Estado, como evidentemente no le
conviene a la sociedad catalana. El Estado tiene deudas con Cataluña que legalmente está obligado a pagar: los 750 millones correspondientes a la disposición adicional tercera del Estatut, que fueron acordados en su día por la Comisión mixta. La
financiación de la Generalitat y de las demás comunidades autónomas puede mejorarse haciéndolas partícipes de una parte de los incrementos de recaudación derivados del aumento de IVA en los impuestos especiales. Hay otras vías para mejorar la
financiación de las comunidades autónomas, por ejemplo otorgar anticipos correspondientes al Fondo de



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competitividad 2014-2015. Si no se dan estos anticipos, la Generalitat y otras comunidades no van a percibir nada hasta 2016. Parece lógica la demanda de avanzar unos pagos a cuenta, tal como le ha solicitado formalmente el conseller de
Economía de la Generalitat. Otra posibilidad de mejorar la financiación presupuestaria de las comunidades para evitar su dependencia del FLA es incrementar los anticipos del sistema de financiación, en un momento en el cual la recaudación de los
impuestos por parte del Estado es superior a las previsiones, lo cual va a dar liquidaciones positivas. Más propuestas, señor ministro: impuestos sobre depósitos bancarios. El impuesto armonizador del Gobierno central genera unos recursos
tributarios que significan tan solo un 10 % del impuesto regulado por la Generalitat. Una de dos, o bien permite que la Generalitat aplique ese impuesto o bien la compensa por la pérdida de ingresos que el Estado genera, tal y como ha hecho con
otras comunidades. Todavía podemos hablar de más ingresos que corresponden a la Generalitat y a otras comunidades autónomas; por ejemplo, la compensación por las exenciones impositivas a las transacciones de la Sareb impuestas por el Estado y que
las comunidades autónomas han dejado de percibir -son nada más y nada menos que 850 millones de euros- o la compensación por el incremento del IVA del material sanitario, que tantos costes va a comportar a las comunidades autónomas.


Señor ministro, creemos sinceramente que las comunidades autónomas merecen más; y Cataluña, sin duda, merece otro trato. Incluso le diré, señor ministro, que el continuado y constante desdén del Gobierno hacia Cataluña es uno de los
elementos que más ha radicalizado las posiciones de la gran mayoría de los catalanes frente a las instituciones del Estado. Le insto y le invito a modificar estos presupuestos y a corregir injusticias, especialmente en relación con la Generalitat y
con la actuación inversora del Estado en Cataluña. A nuestro juicio sus presupuestos no son los adecuados para consolidar la mejora que experimenta la economía. No son los adecuados para corregir las desigualdades y mitigar la pobreza ni para
crear empleo; no son los adecuados para impulsar un nuevo modelo económico basado en la innovación, en la industria y en la actividad productiva. Tampoco contribuyen para nada a reconducir las pésimas relaciones presupuestarias entre Cataluña y
España. Si hoy nos escandalizamos con el enorme déficit fiscal, ¿qué ocurrirá cuando analicemos la evolución de 2013 y 2014, con enormes aumentos de la presión fiscal que principalmente están gravando a los territorios que más riqueza crean, como
Cataluña? Comprenderá que todo ello nos obliga a presentar esta enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos. Más allá de la sustanciación y defensa de la misma, nuestro grupo le va a proponer una batería de enmiendas con el objetivo de
corregir las deficiencias del proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Usted ha hecho hoy una invitación a participar y ha dicho que es franca. Su trayectoria en este caso no le avala mucho. El año pasado solamente se aprobaron tres
enmiendas en Comisión, muy pocas. Señor ministro, usted ha hecho la invitación; sea consecuente.


Empezaba mi intervención subrayando la trascendencia del trámite de aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. El presente debate, señor ministro, es de suma importancia si creemos en la política como el arte de resolver los
problemas de los ciudadanos. Señor ministro, si me permite el símil litúrgico, hoy estamos en el oficio solemne de la democracia. Nuestras decisiones pueden y deben contribuir a resolver los problemas de los ciudadanos. Por ello, me permito
acabar con una sugerencia. ¿No le parece que deberíamos aprovechar a fondo este trámite? Señor ministro, no podemos permitirnos más oportunidades perdidas.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Gracias, señor Macias.


Señor ministro de Hacienda.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Señor Macias, representante esta tarde de Convergència i Unió, efectivamente estamos en un momento pleno de la democracia. Las democracias en la forma en que hoy las conocemos y valoramos nacen precisamente para el control del dinero del
soberano en términos de los presupuestos. Ese es el sentido mismo de la democracia instalada e implantada a partir de los últimos siglos en los diferentes países europeos y siempre animada por ese espíritu de control del presupuesto, del tesoro
público y, por descontado, por la representación ciudadana a la hora de fijar los impuestos. También le pediría -aprovechando el final de su intervención- que su grupo político -no su señoría, sino su grupo político-, protagonizado o liderado por
el señor Duran, fuera consecuente en términos de retirar la enmienda a la totalidad. Francamente, los argumentos que ha utilizado no justificarían una enmienda a



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la totalidad, en cambio la retirada lograría una mayor coincidencia respecto de las enmiendas parciales que su grupo va a presentar a estos Presupuestos Generales del Estado. Tratamos de fortalecer la recuperación económica -su señoría no
lo ha negado-, fortalecer la inversión, que haya más empleo. A este respecto, voy a subrayarle el planteamiento de lo que hoy está ocurriendo en Cataluña.


Cataluña está creciendo y creando empleo. En Cataluña está creciendo la afiliación a la Seguridad Social por encima del 2 % -dato último de cotizantes a la Seguridad Social del mes de septiembre-, prácticamente como la media nacional. Esta
es la primera necesidad de Cataluña, que haya más empleo, que haya nuevas oportunidades de empleo. Eso está ocurriendo contra pronóstico, como he insistido en las fases previas de este debate. Se debería llevar a la consideración de Cataluña y de
los catalanes por qué hay crecimiento económico en Cataluña y por qué se está creando empleo en Cataluña. Esta es la gran cuestión. La respuesta es que si Cataluña fuera una comunidad autónoma, una región de otro Estado europeo, y bien cercano, no
estaría creciendo ni creando empleo; eso sería sencillamente por una razón, porque el gran mercado de Cataluña es el conjunto de España. Cuando España respira, Cataluña respira y actúa como uno de los grandes pulmones de la recuperación económica
de España; eso es así, y lo estamos viviendo otra vez, lo estamos testimoniando en una realidad de evolución económica y de creación de empleo, que es lo que necesitamos. Como su señoría estaba insistiendo, ¿para qué estamos aquí esta tarde? Para
resolver problemas de los catalanes y del conjunto de los españoles; efectivamente, para eso estamos aquí esta tarde y para eso hacemos una apuesta de política económica en Cataluña y en toda España.


Le voy a dar algunos datos sobre la reforma tributaria y su impacto en Cataluña. Hay 271.720 contribuyentes residentes en Cataluña que van a dejar de tributar por el IRPF; desde enero se les practicarán retenciones menores que el año
anterior y tendrán que declarar en junio de 2016 para presentar su solicitud de devolución, pero su cuota final es cero. Repito, serán 271.720 contribuyentes en Cataluña. Solo en Barcelona provincia hay 196.242; de ellos, el IRPF deja de existir
para 126.666 residentes en Cataluña que ganan menos de 12.000 euros al año. Desde el 1 de enero de 2015 no sufrirán retención fiscal en sus nóminas y podrán disponer de su salario íntegro. Solo en la provincia de Barcelona -la más grande, por
supuesto- habrá más de 92.000 contribuyentes que se van a ver liberados de la retención de su nómina, por tanto del impuesto sobre la renta de las personas físicas. En Cataluña hay 67.481 catalanes que son autónomos y que ya se están beneficiando
de la rebaja de los tipos de retención a profesionales autónomos con ingresos inferiores a 15.000 euros anuales; el tipo de retención ya ha bajado del 21 actual al 15 %, algo que hicimos en el Real Decreto-ley 8/2014, de 4 de julio. De los 67.481
autónomos potenciales beneficiados, hay 52.945 en la provincia de Barcelona. En Cataluña 82.986 familias numerosas se beneficiarán de la nueva devolución anticipada de 100 euros mensuales, 1.200 euros anuales; de las 82.986 familias, hay 4.072
familias numerosas de categoría especial que sumarán el doble, 200 euros mensuales. Los impuestos negativos también beneficiarán a 41.781 familias a cargo de descendiente con discapacidad y 4.435 familias a cargo de ascendiente con discapacidad.
Por otro lado, la Cataluña emprendedora, la Cataluña empresarial, va a recibir el impacto positivo de la reforma del impuesto sobre sociedades, que va a impulsar la actividad económica. Eso es lo que tienen los Presupuestos Generales del Estado.


Como todo, son apuestas políticas, son preferencias. Preferimos bajar los impuestos. ¿Ustedes no? ¿Convergència i Unió no quiere bajar los impuestos? Eso es lo que me tiene que responder. Estoy seguro de que sí; no me va a decir que
no. No es una pregunta retórica sino con mucho contenido. Si bajamos los impuestos, aunque ya tenemos un nivel de presión fiscal del 38 %, tendremos todavía una diferencia respecto de nuestro nivel de gasto público del 44 %; y no es correcto
decir, como ha dicho su señoría en la tribuna, que a Cataluña le faltan ingresos impositivos. Y a España -ya se lo digo- nos faltan 6 puntos de PIB, que es el déficit público. Eso es lo que nos falta al conjunto. ¿Cómo lo estamos resolviendo en
Cataluña y en toda España?


Hay una frase que tengo que rechazar de plano: El Gobierno no cree en las comunidades autónomas. No me puede decir eso a estas alturas de legislatura, cuando este Gobierno, entre otras herencias, recibió la crisis fiscal del Estado más
seria de la historia de la Hacienda pública en su conjunto; pero recibió como parte de esa crisis fiscal del Estado el rechazo de los mercados, de los acreedores bancarios, a las finanzas de buena parte de las comunidades autónomas de España. Esto
no lo inventó el Gobierno del Partido Popular; esta realidad nos la encontramos: el no acceso a la refinanciación de las deudas y -no digo ya- la imposibilidad de tomar nueva deuda. ¿Qué hemos hecho desde entonces? Hemos implantado diferentes
mecanismos, que ya he descrito esta misma mañana. Hemos movilizado 160.000 millones de



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euros en forma de liquidez para nuestras comunidades autónomas y corporaciones locales. Buena parte de ese mecanismo (proveedores, FLA) ha ido a Cataluña. Además, para el año próximo hemos programado una nueva inyección de liquidez del FLA
para las comunidades autónomas, que representa 5.000 millones de euros, de los cuales 1.700 son solo para Cataluña. Es lo que podemos hacer. Añado esta tarde: ¿Es lo único que podemos hacer? No. Le voy a hacer también un anuncio, señor Macias:
vamos a hacer más. Vamos a completar esa acción en términos también de reestructurar deudas para favorecer la financiación de nuestras comunidades autónomas, porque efectivamente de ellas dependen servicios públicos fundamentales en los ámbitos de
protección social, de educación y de sanidad. Por tanto, en esa línea vamos a hacer más. El Gobierno está trabajando y dentro de pocas fechas podremos decir que, con el Gobierno de la Generalitat y con el conjunto de los Gobiernos de las
comunidades autónomas de España, seguiremos avanzando, como estaba diciendo, para mejorar los términos de esas deudas que hemos generado como garantía de los servicios públicos.


Hoy estamos en condiciones de hacerlo. ¿Por qué? Porque hoy el Tesoro público se está financiando a tipos de interés mínimos históricos. Se ha entendido perfectamente lo que estamos haciendo en el Estado de las autonomías: suplir
aquellas administraciones que no tenían acceso a los mercados. Lo hemos hecho desde el Tesoro público. Por tanto, como he dicho también esta mañana, no hemos hecho otra cosa que cumplir con nuestra obligación. No puedo aceptar que eso no haya
representado un puente financiero importantísimo para Cataluña. Tengo que decirlo con respecto a Cataluña y al resto de comunidades autónomas que han estado en esos mecanismos. Efectivamente, porque todos somos el Estado y estamos cubriendo la
financiación, hoy esos hospitales -no solamente las farmacias- están abiertos, así como los colegios públicos. Si no hubiera sido así; si no hubiéramos sido capaces de hacer frente con el pago a proveedores que promovimos en 2012 y con los
sucesivos mecanismos de los fondos de liquidez autonómica, ¿cuántos de esos servicios públicos habrían tenido que cerrar? Eso es exactamente lo que hemos evitado en Cataluña y en el conjunto de España. Por eso, ante el reproche de que se está
exigiendo a las comunidades autónomas más que a quién, le pregunto: ¿más que a quién?


La otra cuestión es -como ya he explicado, y con mucho gusto repito- dónde se gasta el Estado sus recursos presupuestarios, los recursos de sus ingresos tributarios. Ya lo he dicho esta mañana y también esta tarde; casi 3 puntos del PIB se
gastan en completar el seguro de desempleo, en pensiones no contributivas y en complementos a mínimos. Eso quiere decir que esas pensiones bajas, a las que se ha referido usted, en Cataluña están financiadas desde el Estado -no desde la Seguridad
Social en la parte contributiva sino desde el Estado-; por tanto, eso es lo que tenemos que trasladar a los ciudadanos, porque, si no, con la separación de fuentes de financiación de la Seguridad Social que hicimos en el Pacto de Toledo y hemos
culminado en los presupuestos del Estado, lejos de haber aclarado las cosas hemos logrado confundirlas. El Estado -ya se lo he dicho- está financiando la cohesión social; es lo que estamos haciendo fundamentalmente. Tampoco es justa, señor
Macias, la afirmación que ha hecho sobre que el Estado está ahorrando a costa del parado de larga duración. Eso no es así; no lo es por la sencilla razón de que la persona que agota su prestación la habría agotado de cualquier manera, porque la
genera para un periodo de tiempo. En este momento, además de tener el programa Prepara, el Gobierno está trabajando con los agentes sociales para mejorar esa cobertura para el parado de larga duración con prestaciones familiares a su cargo. En eso
estamos trabajando, y seguro que contaremos con su colaboración para llegar a buen término y dar una mejor cobertura a ese parado de larga duración. Por eso le manifestaba que una cosa es que no se esté destruyendo empleo ya en 2014 y estén bajando
las necesidades de financiación del gasto de desempleo, del subsidio de desempleo -ya está ocurriendo en 2014 y proyectamos para 2015 un ahorro parecido o similar al que ya se está produciendo en 2014-, y otra que de esta manera estamos quitando a
alguien el derecho a la prestación. No se está quitando ese derecho a la prestación a nadie; repito, a nadie. Estamos consiguiendo que esos millones de personas no pierdan su puesto de trabajo; estamos consiguiendo -en eso se resume cuando
decimos que se está creando empleo en términos netos- que no se repitan esas situaciones, incluyendo 2012 y 2013 que fueron años de recesión económica. Este año no es de recesión económica sino de recuperación económica, y se está creando empleo
neto. Esto significa que respecto del que se destruye se crea más; hay 365.000 afiliados a la Seguridad Social más que hace un año. Por tanto, tenemos que impulsarlo porque no solo necesitamos 365.000 afiliados, sino 3 millones de nuevos
afiliados a la Seguridad Social. Ese es un proceso que ahora está abierto y en el que tenemos que pedir que todos los esfuerzos de los grupos políticos se dediquen a ese objetivo, crear empleo en Cataluña y en toda España.



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En cuanto a las cifras de inversión -con todo mi respeto a las personas que ha citado en esta tribuna- esos estudios que fundamentan esa opinión no están diciendo todo. ¿Cuánto aumenta en los Presupuestos Generales del Estado la inversión
regionalizada en Cataluña? ¿Cuánto aumenta? Quince sobre catorce. Más del 13 %. ¿Cuánto aumenta la inversión regionalizada, la que podemos regionalizar, en el conjunto de España? Un 14 %. Ese es el presupuesto del Estado que traemos a esta
Cámara. Luego hay otras ratios que dicen que siguen siendo insuficientes respecto de la población, del nivel de desarrollo o de lo que ustedes quieran, pero estamos subiendo la inversión. ¿Por qué no lo dicen? ¿Por qué no se publica esa cifra en
Cataluña? ¿Por qué las patronales no publican esa cifra en Cataluña, si son las cifras de los Presupuestos Generales del Estado? Porque están en otra cifra. Me parece correcto y legítimo, pero déjeme que yo les recrimine que no publican las
cifras de los presupuestos del Estado. Cogen el total y nos dicen que es poco, insuficiente. Lo es para todo el mundo. Ya lo he dicho: No estamos saliendo de esta crisis con más inversión pública porque no podemos, porque estamos invirtiendo en
las personas. Estamos en otra clase de inversión, estamos invirtiendo en las personas, en gasto social. Por tanto, estamos dando esa primacía, y eso es también hacer política. Si hay que renunciar a invertir en infraestructuras, se renuncia.
Además se produce una recuperación económica, fíjense qué cosas. Al igual que ocurrió en los noventa -ya lo he dicho- la inversión en construcción cayó en los primeros años de los Gobiernos del Partido Popular -por cierto, esos presupuestos fueron
apoyados por Convergència i Unió-; y así entramos en Maastricht, así recuperamos la economía, así creamos empleo y así nos dedicábamos todos a lo que nos teníamos que dedicar, en vez de a otras cosas ni a otros objetivos políticos. Si nos
dedicáramos todos a lo que teníamos que dedicarnos, que es a favorecer la creación de empleo en Cataluña y en toda España, mejor nos iría a todos. Señor Macias, eso es hacer política; es dedicarse a lo que de verdad piden los ciudadanos que nos
dediquemos a hacer: a no dividirnos, a estar juntos en los grandes proyectos -por supuesto desde las diferencias y desde planteamientos distintos-, en lo esencial.


Somos una España dentro de Europa que como tal necesitamos tener unas respuestas a la globalización. Por eso, aprovecho el turno de réplica a Convergència i Unió para facilitar datos que espero que los medios de comunicación de Cataluña
resalten hoy y mañana, porque son datos importantes de estos presupuestos. ¿Cuántos contribuyentes se benefician de la reforma fiscal en Cataluña? ¿Cuánto se incrementa la inversión en Cataluña? ¿Cuánto podemos todavía seguir mejorando esa
relación de deuda entre Estado y comunidades autónomas? Porque sí creemos en el Estado de las autonomías; porque sí creemos en la Constitución, que es la que define el Estado de las autonomías; porque sí creemos en el entendimiento entre
ciudadanos y que desde nuestras diferencias ideológicas podemos estar en un proyecto político común. Ese es el sentido y el presupuesto trae un proyecto de recuperación económica y de creación de empleo. Por cierto, en lo que se refiere al
capítulo de empleo juvenil el Gobierno de España y la ministra de Empleo y Seguridad Social están haciendo un trabajo muy intenso para que lleguen cuanto antes los fondos europeos, que también están incluidos moderadamente en el Plan Crece que se
incluye en los Presupuestos Generales del Estado para luchar contra el desempleo juvenil. Ahí están esos más de 400 millones de euros movilizados en los Presupuestos Generales del Estado para el año próximo que tendrán retorno a través de fondos
europeos y que obviamente tratamos de movilizar también con las capacidades de las comunidades autónomas.


Señor Macias, retire la enmienda a la totalidad, no tiene ningún argumento para defenderla. Usted, frente a otros grupos políticos, no discute que haya recuperación económica; no lo discute. No puede discutir con las cifras en la mano que
estos no sean unos presupuestos sociales, no me lo puede discutir porque las cifras están ahí; son las grandes cifras de los presupuestos del Estado, así que no me lo puede discutir. Ya se lo he explicado en términos de proveedores y de Fondo de
liquidez autonómica: qué hacen esas operaciones, a quién financian -a los proveedores de las administraciones públicas-, qué porcentaje representa la sanidad en el presupuesto de la Generalitat de Catalunya. ¿Un 38 o un 40 % solo la sanidad?
Entonces, ¿qué es lo que estamos haciendo con proveedores en su momento y con el FLA? Estamos financiando la sanidad pública de los catalanes y del conjunto de los españoles; ya se lo he traducido y no me puede decir que cuando estamos siendo
capaces de hacer esa movilización de recursos estamos descuidando o estamos haciendo algo distinto de lo que supone esa inversión de gasto social, eso que llamaba antes inversión en las personas y que es prioritaria a la inversión en
infraestructuras.


Señoría, el corredor mediterráneo es un gran proyecto de infraestructuras para Cataluña y para toda España y tiene que ver también con la movilización de recursos que desarrollará el año próximo el gestor de infraestructuras ferroviarias,
donde también podemos y debemos reforzar proyectos de infraestructura



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europea como el corredor mediterráneo, del que depende también, como usted destacaba, que favorezcamos y promovamos nuestra competitividad.


Seamos consecuentes. He tratado de darle respuesta con las cifras en la mano y, con el mejor tono posible, también he tratado de dar otras cifras respecto a lo que representa Cataluña en los presupuestos y en los proyectos de España.
Rogaría no solo a los presentes en esta sala sino a los ausentes, a los medios de comunicación, que me recogieran esas cifras porque sería uno de los éxitos del día de hoy. (Rumores). Si no los catalanes no son informados del contenido de estos
presupuestos y de la reforma tributaria. (Rumores). Por eso le decía que tengo que insistirle en la importancia de que además, y reconociendo el valor de las otras aportaciones que ha citado aquí -vaya por delante también mi máximo respeto-, las
cifras que se contienen en estos presupuestos sean publicadas y difundidas porque, como le decía, Cataluña es una de las principales preocupaciones para el Gobierno de España. Por cierto, en financiación autonómica ya sabe que nuestro proyecto
político es llevar adelante la reforma en cuanto podamos en términos de recuperación económica y de aumento de la recaudación a ese respecto. Porque lo que ya está ocurriendo es que las subidas anteriores de impuestos sí se incorporan al sistema de
financiación pasado el tiempo, pero ni ustedes como grupo político, ni el Gobierno de España, ni el Partido Popular hemos estado a favor de esta financiación autonómica. Nosotros -y lo hemos dicho activamente- estamos en contra de esta financiación
autonómica pero no hemos tenido tiempo en esta legislatura de acometer la reforma. Había una prioridad, que es promover esa recuperación económica. También es una prioridad en nuestra opinión promover una reforma tributaria que baje los impuestos,
es una prioridad para estimular el crecimiento económico, la creación de empleo y la competitividad de nuestra economía. A partir de ahí, por descontado, el Gobierno está dispuesto a seguir abordando esta cuestión pero cuando tengamos los recursos
disponibles y no suponga un elemento de agravio entre territorios y entre ciudadanos, y que así lo hagamos de forma constructiva. Para eso necesitamos un determinado clima político y la obligación de todos es favorecer que exista ese clima político
positivo desde el que podamos emprender el camino de sembrar las condiciones para que Cataluña y el conjunto de los catalanes se encuentren cómodos en una España próspera, en una España europea, donde como ahora está ocurriendo juntos podemos hacer
muchas más cosas, podemos y debemos salir cuanto antes de la crisis.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Gracias, señor ministro.


Señor Macias.


El señor MACIAS I ARAU: Muchas gracias, señor presidente.


Señor ministro, un tema muy relevante de nuestra intervención y por tanto de la enmienda a la totalidad tiene que ver con el nuevo sistema de financiación. El nuevo sistema de financiación no es un capricho, es un mandato legal, el nuevo
sistema de financiación tiene que resolver un problema -luego hablaré de impuestos- que existe, que causa graves perturbaciones a la Hacienda de la Generalitat y por tanto a los ciudadanos y por ello no me parece que sea muy de recibo que usted lo
liquide diciendo que no ha tenido tiempo. Podría ser muy simple diciéndole: Trabaje usted un poquito más, señor Montoro. (Risas.-Aplausos). Podría decirle esto simplemente pero como supongo que usted ya trabaja bastante, me permito aconsejarle
que priorice bien. Este es un problema grave.


Señor Montoro, usted ha dicho una frase: No sabe por qué se quejan las patronales catalanas, las cámaras de comercio catalanas, los economistas catalanes, los ingenieros catalanes, los sindicatos catalanes, una gran mayoría de catalanes no
sé por qué se quejan. He intentado explicárselo. Seguramente de manera pedagógica y a lo mejor en esta casa hay que ir con poca pedagogía y repartir más, pero yo seguiré haciendo pedagogía en este sentido. Se quejan, y si los ciudadanos se quejan
y lo hacen racionalizando, con estudios solventes, me parece que atenderlos es razonable. Despacharnos diciéndonos que no tenemos razón no me parece que sea buen camino.


Hay un tema que es muy relevante, el tema impositivo. Estamos de acuerdo, ¡faltaría más! A nosotros no nos gusta subir los impuestos, nuestra trayectoria es obvia. Incluso llegamos a comprender que para salvar una situación compleja usted,
transitoriamente, subiera los impuestos. Ahora anuncia a bombo y platillo y pide a toda la prensa mundial que le dé a usted mañana su chance. Muy bien. ¡Oído cocina! Van a oírlo. En cualquier caso, señor ministro, usted baja menos de lo que
subió. Hay otra cuestión más relevante, que también he intentado relatar y voy a volver a insistir. Todo este esfuerzo fiscal que han hecho las familias, las empresas, las pymes, los autónomos, la clase media ¿dónde ha aflorado? En las arcas del
Estado, no en las comunidades. No en Cataluña. En Murcia tampoco se han beneficiado.



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El esfuerzo de la sanidad catalana lo ha hecho la sanidad catalana, los profesionales de la sanidad catalana, la Generalitat, intentando organizarlo, los sindicatos comprendiendo muchas cosas. ¿El Estado? ¡Faltaría más! Señor Montoro, esta
es la realidad que hay que reconocer pura y simplemente. Esta mañana ha agradecido su esfuerzo a los ayuntamientos. Está muy bien y me ha gustado, aunque solo sea como exalcalde. Pero ni una palabra por la gran labor meritoria que están haciendo
las comunidades autónomas para mantener en unas condiciones de financiación cada vez más precarias unos servicios sociales mínimamente dignos. O podíamos hablar también de las universidades españolas. ¿Qué están haciendo las universidades, los
rectores, los profesores, el personal? Están aguantando lo indecible. ¿Por qué? Porque sufren esta presión. Señor Montoro, es urgente el nuevo sistema de financiación. No es un tema de tener tiempo. Si tengo tiempo voy a ver el partido del
Barça de esta noche. Está bien, pero esto no es cuestión de tiempo, es una cuestión de ley. Usted puede comprender perfectamente que en una situación como la actual hay que ser especialmente rigurosos en estos temas. En estos momentos hay que
entenderlo más que nunca.


Inversiones. Si quiere montamos un monográfico las horas que haga falta. La cruda realidad percibida por todos los ciudadanos de Cataluña es que las inversiones del Estado están en unos niveles ínfimos. Aumentan algo, sí. Aumentan por un
tema, por la contabilidad creativa, porque este año se han regionalizado muchísimo más de lo que se había regionalizado. (Aplausos). Está bien, está en su derecho, pero regionalizar más no quiere decir invertir más. Si antes los trenes no se
computaban y ahora se dividen por provincia, está muy bien, pero no es comparativo. La realidad es que el porcentaje sigue disminuyendo. Va a disminuir y le voy a contar por qué, señor Montoro, porque yo sí que me he leído los presupuestos y he
visto que, por ejemplo, en un momento determinado dicen: Vamos a proponer un nuevo plan de autovías con financiación del nuevo método alemán, que de momento no tiene reflejo presupuestario, de 500 millones de euros. ¿Cuántas de estas nuevas
autovías van a Cataluña? Porque como sabe muy bien en Cataluña es donde menos autovías hay y más autopistas de peaje hay. A los ciudadanos no les gusta pagar, a estos ciudadanos que usted dice que van a dejar de pagar impuestos, no les gusta
pagar. A estos ciudadanos les decimos que hemos leído estos presupuestos y ven que el Estado va a aprobar un plan de 500 millones en nuevas autovías y resulta que donde menos hay, ni una, es en Cataluña. Claro que la Cámara de Comercio, claro que
los empresarios y los sindicatos no le van a dar la razón a usted, porque no la tiene. Y si alguien desde Cataluña le suministra una información equivocada, yo me pongo a su disposición para ayudarle, pero la realidad es esta.


Un último tema muy importante para nosotros. La reforma fiscal. Nosotros creemos, y así lo hemos defendido en el trámite, que los más castigados son los autónomos, las clases medias y las pymes. Por eso nos hemos abstenido. Nosotros
defendemos que las retenciones de los autónomos pasen del 21 al 15 %. Una propuesta. Otra propuesta: que el impuesto sobre sociedades para las pymes también descienda 5 puntos, como ha descendido para las grandes empresas. Para acabar ya, señor
Montoro, el IVA de caja -en expresión afortunada de mi amigo Sánchez i Llibre- como Dios manda. Sobre dos millones y medio de potenciales empresas que pueden aplicarlo, lo aplican 20.000. Parece que no es un IVA de recibo, si me permite usted la
expresión.


Señor Montoro, nosotros hemos presentado una enmienda a la totalidad y la vamos a mantener. No puede ser de otra manera, pero yo quisiera que el debate sirviera para algo. Convénzase usted, señor Montoro, y su grupo, hay muchas deudas
pendientes con Cataluña, muchísimas. Por más que a usted mañana le den su cachito de gloria en algún medio de comunicación y diga a los ciudadanos de Cataluña que son beneficiarios de sus rebajas -que fueron antes subidas, por cierto-, los
ciudadanos van a seguir circulando mal en cercanías y van a seguir pagando por circular. Estos ciudadanos vienen aquí y ven que las cercanías de Madrid son las mejores del mundo. Es verdad, es mérito de todos y yo me alegro. Y van a muchas
regiones en las que no saben qué es una cabina de peaje. Por más que usted consiga este momento de gloria en los medios catalanes los ciudadanos de Cataluña no van a atender sus razones. A mí me gustaría que usted se convenciera en este sentido.
Solo por esto ya habría valido la pena nuestro debate.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Gracias, señor Macias.


Señor ministro de Hacienda.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.



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Señor Macias, claro que vale la pena el debate; el debate, como decíamos antes, es la esencia de la democracia y lo desarrollamos en esta Cámara con motivo de los Presupuestos Generales del Estado, precisamente para completar y enriquecer
un proyecto que es el del Gobierno. Claro que vale la pena. No le quepa ninguna duda de que tomo muy buena nota de todas las cuestiones que está planteando su grupo político. A partir de ahí, se trata de mejorar.


Esta mañana he ensalzado la posición financiera de las corporaciones locales que han cerrado el año 2013 con un superávit del 0,5 %, cuando estaban en el año 2011 en un déficit del menos 0,4. Estamos hablando, por tanto, de una mejora en
dos ejercicios de casi 1 punto de producto interior bruto. Estamos hablando de 8.100 ayuntamientos en toda España, sumadas diputaciones y otras entidades locales. Estamos hablando de un gran núcleo y recuerden ustedes que al comienzo de
legislatura se suscitaba por muchos grupos políticos y medios de comunicación que habría que cerrar en España miles de ayuntamientos. No había que cerrarlos, había que sanearlos como ha demostrado nuestra propia experiencia. Porque tener una
Administración cercana al ciudadano es un principio fundamental del Estado de las autonomías de España y de quienes creemos no en Estados centralizados sino en la descentralización política y administrativa. Sin embargo, junto a ello, decía usted
que me ha faltado reconocer públicamente lo que han hecho las comunidades autónomas. Pues lo hago con mucho gusto, porque ciertamente el esfuerzo de reducción del déficit público de las comunidades autónomas ha sido un elemento fundamental a la
hora de que fuéramos capaces de bajar nuestro déficit público desde el 9 % -cierre de 2011- hasta el 6,3 %, con el que finalmente hemos cerrado el año 2013. Ello no hubiera sido posible si no se hubiera producido esa reducción del déficit público
en las comunidades autónomas. Por tanto, por descontado que aprovecho la ocasión y la oportunidad de hacerlo. Además, voy a celebrar el trabajo de reducción del déficit público que ha hecho la Generalitat de Catalunya. La Generalitat de Catalunya
recogió un déficit público muy elevado, consecuencia de un Gobierno tripartito, como he tenido ocasión de decirlo y recordarlo en esta Cámara, que en un momento en el que no había ni crisis económica generó un déficit público enorme y además por las
mismas formaciones políticas que componían aquel tripartito y que, sentadas en esta Cámara, apoyaron el sistema de financiación autonómica vigente. Ustedes no, nosotros tampoco. No nos van a buscar ahora como responsables, pero también reconozca
que llevamos dos años y medio de legislatura. ¿En dos años y medio de legislatura podríamos haber hecho todavía más? No lo sé, francamente. Siempre le queda a uno la sensación de que podría haber hecho más, pero hemos andado mucho y no hubiera
sido posible sin esa reducción de déficit público. Por eso hemos pedido un esfuerzo a los ciudadanos, a los profesionales de esos servicios públicos, pero también vamos a explicar a los ciudadanos que hemos tenido un Estado que ha sido capaz de
tomar recursos de los mercados para financiar esos servicios públicos, porque, si no, no se entiende para qué hacemos todo esto de la deuda, para qué hemos hecho todas estas operaciones de deuda. Esto ha sido para mantener esos servicios públicos.
¿No podemos decirlo así? No se preocupe que en los medios catalanes voy a tener el momento justo de gloria. Ya nos conocemos todos, no voy a tener ninguno.


Sigo con las cifras propias, que no resuelven elementos como el que usted ha planteado correctamente, y además añado: Ojalá pudiera resolverlos, pero tenemos que ir por partes. Tenemos que andar un camino porque, si no, si nos desviamos,
si retrocedemos en lo que hemos conseguido juntos hasta aquí, creo que cometeríamos todos un gravísimo error, aunque a medida que tengamos más actividad económica recuperaremos también la acción, la capacidad inversora del Estado. Por eso también
programamos PPP, toda la participación privada en las inversiones públicas, lo que aprendimos a hacer en los noventa. ¿Se acuerdan que aprendimos a hacerlo en los noventa? No sabíamos hacer aquello, el método alemán. El método alemán ahora es
distinto. En aquel momento era el que era y ahora ya se computa por cada anualidad en la que se va realizando la obra pública, no al final de la obra pública. Pero es igual, en España nos hemos hecho líderes en PPP. Tenemos también la industria
de gestión de infraestructuras y las empresas de construcción y de gestión de infraestructuras mejores del mundo y, por tanto, también tenemos una capacidad operativa de hacer muchas cosas ahora y podernos financiarnos en los mercados. Financiarnos
era fundamental. Sin esto no tendríamos ni recuperación ni ninguna posibilidad de evolución ni de creación de empleo ni en Cataluña ni en ningún lugar de España. Por tanto, ahora estamos en lo principal.


Francamente, señor Macias, estamos coincidiendo en lo fundamental. Las críticas que he escuchado de su grupo comprendo que tenga que hacerlas. Sube a la tribuna y tiene que criticar, lo comprendo -faltaba más, oficio ya tenemos todos-,
pero las críticas no son fundamentales. Ustedes y el Gobierno de España sabemos que hay una recuperación económica en Cataluña, sabíamos que era fundamental



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que la hubiera, sabemos que debemos fortalecerla con prioridades como lo es la reforma tributaria, aunque no sea completa y así se lo digo. Nos hubiera gustado hacer todavía más en el ámbito de la reforma tributaria, pero la política
implica un posibilismo. No podemos ir a la velocidad del rayo cuando ya estamos yendo en la buena dirección a una velocidad que nos haga garantizar la evolución de nuestra sociedad, de la sociedad catalana y del conjunto de la sociedad española.


Acabo reconociendo la labor que están haciendo las comunidades autónomas, la labor que está haciendo la Generalitat de Catalunya en el cumplimiento de los objetivos de déficit público y en esa materia, en la financiación de esos servicios
públicos, tiene todas las garantías del Gobierno de España, todos los apoyos del Gobierno de España. Ya le decía que aprovechaba su primera intervención desde esta tribuna para trasladarle que, si ya hemos hecho mucho, vamos a hacer todavía más,
todavía vamos a dar otro paso, todavía estamos en condiciones de seguir mejorando esa financiación. Estamos trabajando en ello. Yo espero que pronto podamos concretar esos proyectos e ir ensamblando este Estado de las autonomías, donde juegue cada
uno el papel que tiene que jugar, el papel político que tiene que desarrollar. Tenemos que confirmar esa transición política que se hizo sobre esas bases, las bases de la España plural, de las diferencias, que son exactamente las mismas bases que
estamos utilizando para salir de esta crisis, recuperar el crecimiento económico y la creación de empleo, volviendo a mostrar a todos que este empeño juntos vale la pena, que cuando progresamos es cuando fijamos como objetivo político la
prosperidad, el desarrollo y el empleo, y la garantía en la financiación de esos servicios públicos es el compromiso de todas las administraciones.


Muchas gracias, señor presidente.


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Gracias, señor ministro.


Por el Grupo de IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural, tiene la palabra en primer lugar el señor Garzón.


El señor GARZÓN ESPINOSA: Muchas gracias, señor presidente.


Señor Montoro, subo hoy a esta tribuna para decirle tres cosas. La primera es que usted lo está haciendo francamente mal; su terapia está matando al paciente. La segunda es que usted está mintiendo a los ciudadanos; sabe perfectamente
que esa receta, ese tratamiento, es letal para los ciudadanos, para el paciente, y se ve obligado a mentir; eso es lo que ha hecho usted esta mañana aquí. La tercera es que la gente está sufriendo las consecuencias de sus negligencias y de su
política, que aparece reflejada en estos presupuestos, y sin duda tarde o temprano, el año que viene sin ir más lejos, pediremos explicaciones en las urnas. Usted nos ha planteado un panorama que no existe, una realidad a la que usted no ha
descendido. Estamos viviendo una tragedia social y, sin embargo, usted nos ha venido con música celestial. (Aplausos). Eso no obedece a la realidad.


Veamos sus presupuestos. Una vez que echamos un vistazo general, lo que vemos es que es usted el alumno aventajado de la señora Merkel, de los bancos y de los sistemas financieros alemán y francés. Está siguiendo literalmente todas las
políticas suicidas que se están exigiendo desde el ámbito financiero para la economía española, a saber: represión y precariedad salarial y desmantelamiento del Estado social. Estas son las consignas. Seis años de sacrificios para la mayoría
social, esperando una promesa de futuro que nunca llega. Su promesa de futuro, señor Montoro, es como el horizonte de Galeano. Cada vez que nosotros damos dos pasos, el horizonte se aleja otros dos. Su promesa es como el porvenir de Ángel
González, que -ya sabe- se le llama porvenir porque nunca llega. En realidad estamos ya muy cansados de esperar, porque usted nos plantea lo de la recuperación económica, pero no es creíble, eso no es lo que ve la gente. Parece que usted vive en
otro mundo. Y entre sacrificios y sacrificios se nos va el tiempo, pero también la vida. (Aplausos).


Señor Montoro, sacrificios. Ya tuvimos oportunidad -personalmente la tuve yo- de decirle una vez que usted y su Gobierno me recordaban a los antiguos mayas. Recordará usted ese debate. Los antiguos mayas hacían sacrificios y sacrificios,
esperando que llegara la ansiada lluvia y, a final, mucho sacrificio, mucha sangre y poco agua. La pregunta que tenemos que hacerle, señor Montoro, es si es usted un chamán, un torturador de datos o quizá un mago. Alguna explicación habrá para que
usted siga empeñado, seis años después, en la misma receta fracasada. Estamos mucho peor que hace seis años y siguen dando una vuelta de tuerca al neoliberalismo. Alguna razón habrá para esa obsesión.


Permítame, señor Montoro, que comparta con usted mi primera hipótesis, y es que usted no es un representante del pueblo español. Lógicamente, no me estoy refiriendo al ámbito legal, que eso está muy claro, sino a algo mucho más importante,
al nexo que existe con el pueblo y el Gobierno en función de los



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intereses y de la representación política, porque estos presupuestos dejan muy claro que no están representando los intereses de la mayoría social. (Aplausos). ¿A quién están representando, señor Montoro? Está muy claro: a las grandes
fortunas, a las grandes empresas, a lo que históricamente hemos llamado -con acierto- la oligarquía; esa minoría social que se beneficia de la política económica que está haciendo este Gobierno, ese matrimonio feliz entre la élite económica y la
élite política, que explica su riqueza, su renta y su poder en la explotación de la mayoría social. Esa es la representación que hace este Gobierno. En estos presupuestos no se está consolidando la recuperación económica, se está apuntalando un
modelo de sociedad altamente regresivo, desigual e injusto. Eso es lo que aparece detrás de los presupuestos, detrás de los números, detrás de esa política neoliberal que está aprobando con estos presupuestos.


Señor Montoro, usted apuesta en estos presupuestos y en su política por la precariedad salarial, es decir, por el empobrecimiento generalizado de las clases trabajadoras con la descomposición del mercado de trabajo. Usted cambia los
trabajos estables e indefinidos por trabajos temporales y parciales, esperando que esa pirueta aparezca nublada en las estadísticas y en las encuestas. Sin embargo, la realidad que hay fuera de este Congreso, señor Montoro, es que hoy no es
suficiente con tener un trabajo para poder vivir con dignidad, es que el 93 % de los contratos que se firman en este país son temporales, es que hay que retrotraerse a 1990 para encontrar salarios medianos igual de miserables (Aplausos). Esa es la
realidad que usted no está describiendo en su retórica, pero sí en sus presupuestos. Ha presentado un plan llamado Crece que solo es para maquillar las cifras de paro, porque la realidad es la que nosotros le estamos indicando aquí. Pero no es
solo una cuestión de indicadores, es que usted, señor Montoro, está rompiendo los vínculos sociales, promoviendo el desarraigo de la sociedad y quebrando la solidaridad; está condenando a los jóvenes a una vida sin horizonte, a una vida de pobreza.
Nuestros jóvenes huyen del país en busca de un futuro y si no llega a ser por el esfuerzo acumulado de sus padres y de las generaciones anteriores, hoy estarían mendigando en la calle. Esa es la realidad de nuestro país. Usted está obligando a la
gente a ganarse la vida a salto de mata; los está empujando a un ajuste permanente, a una crisis permanente. Señor Montoro, no hay libertad en el reino de la necesidad y ese es, desgraciadamente, el reino que impera en la mayoría social.


El mundo que describen estos presupuestos se parece mucho, señor Montoro, al que vivieron nuestros abuelos. Usted, que también es andaluz, está poniendo de relieve la nueva figura del manijero, muy vieja en realidad; aquella persona que
iba a la plaza del pueblo y decía: tú tienes trabajo, tú no tienes trabajo. A eso es a lo que nos está empujando la política neoliberal de este Gobierno y del bipartidismo cuando estuvo gobernando, a los contratos basura, al trabajo temporal, a la
emigración como alternativa, a una sociedad claramente regresiva. ¿Para qué, señor Montoro? ¿Quién se beneficia de la precariedad salarial? Usted dice que todos y todas. Dice que seremos más competitivos, que las empresas venderán más, que se
generará empleo. Miente. Los datos le traicionan. Los precios de los productos industriales de exportación han bajado en tres años un 0,12 % y los salarios lo han hecho mucho más. ¿Qué ha pasado aquí? Algo muy sencillo. La política del
Gobierno está sirviendo para incrementar los márgenes de beneficio de las grandes empresas exportadoras, pero a la vez usted está provocando con esa política el desplome de la demanda interna. Está provocando que las pequeñas y medianas empresas se
queden sin clientes, está empujando a la desaparición del tejido empresarial que precisamente más empleo genera, y eso lo está haciendo con esa política que aparece en los presupuestos. (Aplausos). Dice usted también, señor Montoro, que todos
saldremos de esta. En realidad no me parece que estemos saliendo de esta ni que todos estemos transitando la misma penitencia, porque mientras una mayoría social se ve abocada al abismo de la pobreza, hay una minoría social -esa oligarquía a la que
hacía referencia- que se está enriqueciendo con el mercadillo de lo público que usted y sus compañeros han puesto en marcha. La última hazaña es la privatización de AENA. Están vendiendo el Estado a trozos. (Aplausos). Están haciendo lo que
Milton Friedman y su hijo dijeron: vender el Estado a trozos. ¿Sabe cómo se llama eso, señor Montoro? Traición al pueblo español, porque usted ha olvidado que es el representante de las finanzas públicas y no de las finanzas de las grandes
fortunas y de las grandes empresas. (Aplausos). Al final, usted está actuando como simple intermediario. En este país mandan los banqueros y las grandes empresas, aquellos que no se presentan a las elecciones, y el Gobierno obedece sus intereses.
Siempre hemos reflejado que este es el principal problema democrático de nuestro país, que mandan quienes no se presentan a las elecciones. Por ello, invitamos al Partido Popular a que en las próximas elecciones generales presenten en sus
candidaturas a Florentino Pérez, a Ana Patricia Botín, a algún March o a



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alguna otra gran fortuna. Así, entre otras cosas, nos ahorraremos los intermediarios. Esa es la política reflejada en última instancia. (Aplausos).


Señor Montoro, segunda hipótesis para explicar su obsesión con las recetas fracasadas que no dan frutos para la mayoría social, aunque sí para una minoría. Quizá sea usted un antisistema. Esa es la segunda hipótesis. ¿Por qué? Porque
nuestra Constitución de 1978 establece una serie de garantías positivas conseguidas con el esfuerzo de las generaciones precedentes que lucharon contra la dictadura y la oligarquía franquista: derecho al empleo, derecho a la vivienda, derecho a la
Seguridad Social. Una serie de garantías positivas que son el Estado social, son el sistema; ese sistema contra el que usted está operando. Por eso usted es un antisistema, porque está destruyendo las bases de aquello que se conquistó. Ha sido
la troika y su proyecto político, el bipartidismo y el neoliberalismo, quienes han dinamitado el pacto social de 1978. Lo han hecho saltar por los aires. La sociedad de 1978 ya no existe; no existe por culpa de la dinamitación del Estado social.
Pero no es que ustedes hayan visto el cadáver pasar por delante, es que ustedes son los asesinos de ese pacto social. Son quienes están acelerando el grado de putrefacción de las conquistas sociales que a las generaciones precedentes a la mía tanto
les costó conseguir. Ustedes han matado la Constitución de 1978, esas garantías de 1978. ¿Pero por qué las garantías positivas? Porque, en el fondo, ustedes siguen manteniendo una retórica setentayochista para usar la Constitución como parapeto
para esconder su verdadero programa. Si verdaderamente creyeran en la Constitución, aplicarían los artículos que significan una garantía positiva. Sin embargo, tenemos un estado de excepción para liquidar las conquistas sociales. Eso es lo que se
ve en la calle y en estos presupuestos.


Señor Montoro, la educación pública ya no parece pública ni de calidad, precisamente por los recortes. Hoy tiene usted el inicio de una huelga educativa. No es casualidad. No es casualidad tampoco que aquellas viejas consignas de los años
setenta y anteriores de universidad para el hijo del trabajador estén hoy de actualidad. No es casualidad que la sanidad también esté en peligro y que las empresas estén haciendo su agosto comprando los hospitales. ¿Y qué decir de la Seguridad
Social? ¿Qué decir de las pensiones? Recortadas y elevada la edad de jubilación. ¿Qué decir de la dependencia? Machacada. ¿Qué decir de las transferencias sociales? ¿Y qué decir, señor Montoro, de nuestro derecho a la vivienda? En Madrid y en
prácticamente todas las partes del Estado tenemos a fondos de inversión, fondos buitre comprando viviendas y desahuciando a la gente. Tenemos entidades públicas que ustedes gestionan desahuciando a la gente. (Aplausos). ¿Ese es el Estado social?
No. Y todo eso en un país donde 750.000 hogares carecen de ingresos, donde el 17 % de los hogares tienen pobreza energética y donde -¡qué casualidad!- el 11 % es el porcentaje en que han crecido los multimillonarios.


Señor Montoro, sabe usted también que en Europa se han repartido de nuevo las cartas. Merkel es la líder y Draghi es su guardia de seguridad, privada, por supuesto. Sabe usted que en ese reparto de cartas, a España -como a Grecia y a
Portugal- no le han tocado las conquistas sociales ni ser un país desarrollado. No, señor Montoro, nuestras cartas están marcadas. A nuestro país, a nuestra economía, le ha tocado la ultraperiferia, la desindustrialización, el bajo valor añadido y
el subdesarrollo, y ustedes, en vez de competir y combatir ese hecho, se subordinan política y económicamente a la oligarquía europea y, qué casualidad, en este punto, señor Montoro, el Partido Popular comparte diagnóstico y soluciones con la
oligarquía vasca, catalana y europea. Aquí no hay banderas, fronteras ni excusas; comparten ese diagnóstico y comparten sus soluciones. (Aplausos). Ustedes también saben que el capitalismo realmente existente y esta Unión Europea neoliberal
están poniendo encima de la mesa un dilema, y es la incompatibilidad de las conquistas sociales con sus propias infraestructuras y estructuras jurídicas. Ustedes lo saben bien porque el bipartidismo ha sido el responsable de diseñar la arquitectura
institucional de la Unión Europea actual. Desde Maastricht hasta el Tratado de libre comercio, pasando por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la fracasada constitución europea. En este punto, socialistas y populares han construido los
mecanismos que son hoy responsables de nuestra miseria; PP y PSOE comparten el bipartidismo, un proyecto político y un proyecto de sociedad que ha quedado muy claro en esta Unión Europea. Por si no fuera poco, usted, señor Montoro, como médico
antisistema, ha dictaminado que todos los demás están locos y está por ahí creando y otorgando camisas de fuerza a todo lo que se mueva. Ha creado la entidad independiente de responsabilidad fiscal, ha instaurado techos de gasto, límites del
déficit, ha cambiado con el Partido Socialista la Constitución en el año 2011 para atarnos aún más. Todos locos, piensa usted. ¿Pero y si al final el loquero Montoro no tuviera razón? ¿Y si al final realmente usted se equivocara y fuera el
temerario? ¿Qué haríamos con esas camisas de fuerza, qué haríamos con algo tan grave como institucionalizar una ideología? Desgraciadamente, ese es el verdadero dilema que



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tenemos que enfrentar como sociedad. Ustedes, que se atan al mástil esperando salvar las vidas, como Ulises, no se dan cuenta de que las sirenas que se escuchan no son de agua, son de alarma por lo que está sucediendo en la sociedad. Cada
día que pasa más gente cae en la miseria, cada día que pasa un informe internacional cambia de bando. Ya no es raro encontrar informes internacionales diciendo que hay que cambiar de rumbo, que es necesario que la realidad se modifique, porque es
una realidad terrible.


Señor Montoro, tengo la sensación de que ambas hipótesis son ciertas; es usted un antisistema y representa a la oligarquía. Esos son los presupuestos, no es nada personal, es sencillamente lo que se describe de ideología detrás de sus
presupuestos, porque por supuesto son presupuestos ideológicos, como todo en economía, pero usted lo está dejando muy claro; no en su retórica huidiza, escurridiza, sino en los presupuestos. Su reforma fiscal es imperceptible para la mayoría de
los contribuyentes y, sin embargo, un alivio enorme para aquellos que ganan más de 300.000 euros. Su rescate al sistema financiero, sus rescates a las autopistas, su indemnización y rescate a Florentino Pérez, son propuestas aplaudidas a rabiar por
la oligarquía de este país, como también lo es que nuestro país tenga cinco veces menos inspectores fiscales por contribuyente que Francia o Alemania. Pero no es la política de la mayoría social, es la política de la oligarquía, la política de una
minoría social. Su política incrementa la desigualdad, que es la principal causa de la inestabilidad política, y si el Gobierno entendiese esto, se ahorraría miles de millones de euros, entre otras cosas en políticas de represión policial. Si el
Gobierna cambiara su política de luchar contra los pobres por luchar contra la pobreza, nos iría mejor como sociedad y como país. (Aplausos). Ustedes criminalizan la protesta social combatiendo los síntomas de la enfermedad, pero se olvidan de
combatir la enfermedad misma, y lo peor de todo es que convierten un problema político y social en un problema de orden público haciéndonos creer que se trata de meros salvajes la gente que protesta, la gente que va a las huelgas, a los piquetes;
los sindicalistas que entran en la cárcel porque estaban defendiendo los derechos que usted y su Gobierno les arrebatan. (Aplausos). Señor Montoro, ustedes están sembrando con su política un clima de inestabilidad social, están echando gasolina al
fuego, porque la austeridad quema a la gente, la austeridad quema a fuego rápido, como piden el PP y Merkel, y quema también a fuego lento, como piden el Partido Socialista y Hollande; la austeridad no es la solución. Nosotros ofrecemos
soluciones, señor Montoro, lo hemos hecho en muchos debates en esta Cámara, hemos puesto muchas propuestas encima de la mesa. Nosotros creemos que hay que empezar diciendo que Margaret Thatcher no tenía razón, que sí hay alternativas al
neoliberalismo; que no estamos condenados a transitar ese camino hacia el infierno; que no estamos obligados ni condenados al empobrecimiento, a la precarización y a la rendición. Tenemos alternativas, y partimos de una filosofía: el mercado
puede ser un buen esclavo, pero es un horrible señor. La economía tiene que estar subordinada a la política, tiene que estar subordinada a las necesidades sociales. Necesitamos un nuevo modelo productivo, social y ecológicamente sostenible, y,
señor Montoro, eso no se puede hacer si se penalizan a las renovables como en estos presupuestos; eso no se puede hacer si se recorta en ciencia, innovación y desarrollo un 40 %, como en los últimos años; eso no se puede conseguir con esa política
del Gobierno.


Se requiere urgentemente una priorización del gasto. Es cuestión de prioridades, señor Montoro. Para Izquierda Unida no es un drama que los acreedores no reciban su dinero en tiempo y forma, pero sí lo es que los ingresos de los hogares no
existan. Para Izquierda Unida no es una prioridad pagar a los bancos alemanes y franceses, pero sí lo es pagar la sanidad y la educación. Para Izquierda Unida no es un drama que los traficantes de armas no vendan misiles ni tanques al Gobierno de
España, pero sí lo es que las pequeñas y medianas empresas no puedan vender porque no hay clientes en sus barrios. Para Izquierda Unida no es un drama que Florentino Pérez no sea indemnizado, pero sí lo es que los médicos y los profesores no
reciban sus derechos económicos aprobados. Para Izquierda Unida no es un drama que el bipartidismo no esté en el Gobierno y, sin embargo, sí lo es que lo esté. Por eso, señor Montoro, frente a su filosofía de socialización de las pérdidas y
privatización de las ganancias, Izquierda Unida propone que cambiemos esa filosofía inmediatamente, cada uno según su capacidad y según su necesidad, y eso se puede poner en los presupuestos, eso se puede traducir en unos presupuestos. Hay que
emanciparse del reino de la necesidad para entrar en el reino de la libertad. (Aplausos).


Termino ya, señor Montoro. Nuestro grupo cree profundamente en la democracia y cree en las garantías positivas de los textos constitucionales, por eso consideramos que el Estado ha de ser el garante último del empleo, que el Estado tiene la
obligación de garantizar una vivienda, un empleo y los derechos fundamentales a todos los ciudadanos. Esa es la prioridad del Estado, eso es subordinar la economía a la política, la economía a la democracia. Señor Montoro, la democracia no son
solo procedimientos, son contenidos, y los contenidos aparecen reflejados en los presupuestos. No hay democracia si no hay



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justicia fiscal; no hay democracia si no hay reparto de cuidados; no hay democracia si no hay un mercado esclavo de la política; no hay democracia sin empleo. En definitiva, señor Montoro, no hay democracia en estos presupuestos, porque
la democracia es contenido, y en este contenido de los presupuestos no hay democracia. Ni siendo un chamán, un mago o un torturador de datos; ninguna de las formas podrá convencer a la realidad, porque la realidad está ahí fuera, señor Montoro, la
realidad son esos jóvenes que huyen del país, la gente que tiene suerte de tener un contrato de horas y tener que tener hasta veinte contratos al mes y no llegar a fin de mes, y usted señala eso como veinte contratos más, en ese discurso
grandilocuente y complaciente. Señor Montoro, nuestra enmienda a la totalidad es también una enmienda a la totalidad a este Gobierno, al que consideramos un alumno espléndido de Merkel, pero un nefasto representante de la mayoría social. Por todas
estas razones, señor Montoro, nuestro grupo le pide que retire estos presupuestos.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Gracias, señor Garzón.


Interviene el señor Coscubiela.


El señor COSCUBIELA CONESA: Gracias, señor presidente.


Sinceramente, señor Montoro, lo más grave de estos presupuestos es el engaño, la estafa social en que se sustentan. Hoy, supongo que se lo dirá alguno de sus compañeros, con la soberbia que le caracteriza se ha burlado de los ciudadanos de
este país. No es verdad que esté creciendo significativamente el empleo, y usted lo sabe; solo se reparte solidariamente con la generalización del tiempo parcial, que castiga especialmente a las mujeres, y un estancamiento de las horas totales
reales trabajadas. Esa es la realidad. Hoy los salarios continúan a la baja. Mi compañero Alberto Garzón le ha dado un dato y yo le voy a dar otro. Los jóvenes de este país hoy entran en su primer empleo con un salario mediano, que no medio, que
es idéntico al del año 1990: 801 euros brutos al mes. Esa precariedad contractual y salarial es la que está provocando una caída en la recaudación de la Seguridad Social y de verdad poniendo en riesgo su futuro, porque sus políticas laborales nos
llevan ahí, y usted en vez de cambiar de política lo que hace es compensar eso con una congelación sistemática y permanente de las pensiones y, además, pretende venderlo como mantenimiento del poder adquisitivo. Se ha vuelto usted a burlar hoy de
los pensionistas de este país, señor Montoro. Estos son unos presupuestos hechos de espaldas al empleo y a los desempleados, y se vuelve usted a burlar; usted y su Gobierno. Llevan tres años anunciando el Plan de empleo juvenil, tres años, y aún
no lo tenemos aquí. ¿Usted cree que los jóvenes pueden esperar a que ustedes hagan márquetin y política permanentemente con el Plan de empleo juvenil sin poner el dinero encima de la mesa para la contratación? ¿Hasta cuándo van a continuar ustedes
burlándose de los jóvenes? Señor Montoro, no se puede continuar así.


La situación es difícil, es verdad, pero lo único que no puede hacer uno es burlarse permanentemente de los ciudadanos, especialmente de los mayores, de la gente parada de larga duración, mayores de cincuenta años, a los que sus reformas de
la prestación por desempleo les está llevando a un callejón sin salida, con un comportamiento de ustedes que, como ya he dicho alguna vez, me parece sádico políticamente. Las políticas activas de empleo han caído con ustedes un 34 % desde el año
2011. El escándalo mayor es que ustedes presenten como un éxito el ahorro de 10.000 millones en dos años en prestaciones por desempleo, mientras cae en picado la cobertura a los parados. Hoy usted nos ha anunciado negociaciones con los sindicatos;
bienvenidas sean, señor Montoro, pero aquí, en sede parlamentaria, le digo que usted lo que tiene que hacer es comprometerse a devolver esos 10.000 millones de euros a los parados, a los cuales usted les ha robado esos derechos a través de esos
cambios (Aplausos). Esos 10.000 millones de euros vienen del Decreto-ley 20/2012, el que ustedes aprobaron a cambio del rescate a los bancos. Si, sí, viene de ahí. La caída de las prestaciones por desempleo no cae del cielo, no es una maldición
bíblica.


Estos presupuestos, si no lo evitamos, van a ser una fábrica de desigualdad y pobreza. Continúan ignorando a las personas más desprotegidas, y usted lo sabe. Para el PP no existe la pobreza energética. Incluso hemos tenido que asistir a
que su grupo se riera cuando se hablaba de pobreza infantil. (El señor Tarno Blanco: No, no). Pues sí, existe, aunque ustedes no entiendan que eso existe; pobreza energética, en la que están sumidas miles y miles de familias españolas. En su
Constitución, esa con la que se llenan la boca todos los días, y en sus presupuestos no existe el derecho a la vivienda, ha desaparecido. Las políticas de inmigración han desaparecido literalmente. ¿Sabe usted que le dedican 50.000 millones de
euros a las políticas de inmigración de todas las administraciones públicas? Además, estas políticas



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antisociales tienen un profundo sesgo de género, porque afectan fundamentalmente a las mujeres, porque cuando se impulsa el contrato a tiempo parcial a quien se castiga es especialmente a las mujeres. Cuando se sitúa una carencia de
prestaciones sociales y se hunde la dependencia a quienes se castiga es a las mujeres, que tienen que hacer doble jornada para cubrir esas necesidades. Estos presupuestos son especialmente misóginos, es decir, antimujeres. (Aplausos).


Ustedes continúan riéndose de los empleados públicos. Señor Montoro, a los empleados públicos no les hable usted de conocimiento, no les envíe flores; lo que tiene que hacer es reconocerles su trabajo con salarios. Nos ha anunciado hoy -y
lo presenta como un éxito- el retorno de la cuarta parte de la paga extraordinaria de 2012. Lo que no nos ha dicho es que está usted obligado por los tribunales; que son los tribunales los que le han obligado a hacer eso. ¡Una cuarta parte de la
paga de 2012 y encima se pavonea, después de lo que está usted haciendo! No, por favor, a los empleados públicos menos flores y más frutos en forma de dignidad salarial.


Sus presupuestos -se lo hemos dicho ya- son para un modelo productivo obsoleto. Las inversiones en infraestructuras ignoran el transporte colectivo. El ferrocarril convencional recibe el 10 % de las inversiones en AVE. El 67 % de la
partida de eficiencia energética se va para la compra de coches, y no nos parece mal, pero ¿y el resto de sectores que sí apuestan por la energía energética? No existen en sus presupuestos. Ustedes ignoran el cambio climático. La partida de 2015
es la mitad de la de 2011. Y una vez más ustedes ignoran y tienen la ceguera de desaprovechar la oportunidad que les da una apuesta por un modelo sostenible como elemento de creación de empleo.


Señor Montoro, se lo ha dicho el portavoz de Convergència i Unió -al cual usted, si lo abraza más, con el abrazo del oso, me lo asfixia y me lo mata; vigile esas cosas: tiene unos presupuestos profundamente centralizadores que pretenden
matar tres pájaros de un tiro. Castigan a las comunidades autónomas y a las administraciones locales, a las que les imponen un mayor ajuste del déficit. De cada 100 euros de aumento previsto en los ingresos de este año, 90 son para el Estado y 10
para las comunidades autónomas. Con eso, además, pretenden, castigando a las comunidades autónomas, hacer más pequeño el Estado social porque comunidades autónomas es igual a Estado social. Al reducir ese Estado social, lo que pretenden en el
fondo es dar oportunidades de negocio a sus amiguetes, a los cuales se les ha ido el negocio en otras cosas y ustedes les están vendiendo hospitales y servicios públicos por otro lado. Ese es en el fondo la estrategia de asfixiar comunidades
autónomas y administraciones locales, no es una voluntad de racionalizar el gasto. Racionalizar el gasto es dejar de salvar autopistas, operaciones de Castor y otras cosas que ustedes están haciendo hasta este momento.


Déjeme que le diga que estos presupuestos son obsesiva y enfermizamente anticatalanes. Esta es una palabra que no he dicho en la tribuna, creo que es la primera vez que la digo. Son ustedes unos pirómanos de la convivencia. Con el
ambiente social que hay en Cataluña, dedicar a infraestructuras el 9,5 % del PIB, que es exactamente la mitad de lo que supone el PIB catalán en el conjunto del Estado, además de ser mezquino con Cataluña, es antieconómico, señor Montoro. Porque lo
que usted no invierte en Cataluña no es verdad que lo dedique a desarrollo y solidaridad en otros territorios, en otras comunidades autónomas, sino que lo malgasta en proyectos faraónicos al servicio de sus amiguetes. Siempre es exactamente lo
mismo. Están ustedes atrapados en la ideología de la España aznariana, que se la voy a reflejar en tres imágenes. La España aznariana de la que ustedes son hijos y que pretenden mantener es su España antes radial que conectada, que impide que se
construya el corredor mediterráneo. Su España es la de una Endesa antes alemana que catalana, que ha terminado no siendo ni pública ni española ni multinacional sino troceada y vendida, eso sí, con Pizarro y sus amiguetes forrados en la
especulación. Su España es la de una AENA antes privada que descentralizada, que todo apunta a que, desgraciadamente, va a terminar, a medio plazo, como otras operaciones, en manos de los fondos buitre, a los que ustedes están preparando España
como pista de aterrizaje de una compra a precio de saldo de los activos. Están ustedes desguazando el país y se lo están entregando a los fondos buitre, se lo he dicho en muchas ocasiones y ustedes no quieren hacer ese debate en este Congreso.
(Aplausos).


Termino. Alternativas, que las tenemos. Primero, un giro fiscal de 180 grados. Los 9.000 millones de euros que van a dejar de recaudar por su política de regalos fiscales, especialmente a las rentas altas para recaudar votos, dedíquelos a
política contra la exclusión social. Le ha hecho una pregunta al Grupo de Convergència i Unió que ellos le contestarán; yo lo hago por mi grupo. Los trabajadores y los ciudadanos de este país con menos ingresos no necesitan que usted les dé una
propinita de un aguinaldo fiscal, lo que necesitan es que no les bajen los salarios drásticamente y sobre todo tener acceso a derechos sociales, porque si usted con una mano les da una propinita fiscal y con otra les hace inaccesibles los



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servicios sociales les hace más pobres vitalmente. Por tanto, guárdese su propinita a todo el mundo y especialmente los regalos fiscales a los más poderosos. Con eso tendrá 9.000 millones de euros para hacer otras políticas que deben
utilizarse, por ejemplo, para incentivar el empleo, apoyando y dando más recursos formativos para los jóvenes y más recursos humanos para el Servicio Público de Empleo; el Servicio Público de Empleo más deteriorado en recursos humanos de toda
Europa. Segundo, mejore la protección para los parados de larga duración. Me gustaría que no se escaqueara de la pregunta que le hecho: ¿está dispuesto a dedicar los 10.000 millones de euros que se está ahorrando en prestaciones por desempleo
para que vuelvan a tener esas prestaciones los parados que no la tienen -menos del 50 % con cobertura en estos momentos-? Conteste usted y no se escude en las negociaciones con los sindicatos porque encima les va a echar la culpa del recorte que
usted ha hecho; lo ha hecho muchas veces con el tema salarial también. Otra manera de burlarse de la gente. Tercero, pongan en marcha la renta mínima garantizada de ciudadanía. Señor Montoro, hay personas que están en desempleo que
desgraciadamente no van a tener empleo por condiciones formativas y de mercado de trabajo en los próximos años. A esas personas no las pueden dejar tiradas, deben de darles una garantía. Y sobre todo garantice el poder adquisitivo. (Rumores.-El
señor Tarno Blanco pronuncia palabras que no se perciben).


El señor COSCUBIELA CONESA: Hay presidente, usted a callar. ¡A callar! (Rumores.-El señor Tarno Blanco: ¡A callar tú!).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): No hace falta que me ayude en la moderación.


El señor COSCUBIELA CONESA: Hay presidente. ¡A callar! Cuando el presidente me lo diga, yo le haré caso. (Rumores.-Un señor diputado: Hay un Reglamento).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Señorías, guarden silencio.


Señor Coscubiela, vaya terminando.


El señor COSCUBIELA CONESA: Señor presidente, ahora termino. (Rumores.-El señor Tarno Blanco pronuncia palabras que no se perciben). ¡A callar! (Rumores).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Señorías, guarden silencio, por favor.


Señor Coscubiela, tiene que terminar.


El señor COSCUBIELA CONESA: Si fueran un poco más tranquilos sabrían que solo me queda una frase. Hay recursos para hacer otra política, pero para eso hay que ponerla al servicio no de la recuperación de los votos, sino de la recuperación
de los derechos de la ciudadanía. Pero, sobre todo, dejen de engañar y de burlarse de los ciudadanos. (Rumores). Ya sé que las verdades no les gustan, pero esas son las verdades de la calle y aquí alguien se lo tiene que decir. Se lo vamos a
decir nosotros, aunque a ustedes les fastidie.


Gracias. (Aplausos.-Rumores.-El señor Tarno Blanco: Son siete y hablan tres).


El señor VICEPRESIDENTE (Barrero López): Señorías, por favor, guarden silencio.


Señor Sanz, tiene la palabra.


El señor SANZ REMÓN: Señorías, señor Montoro, nos enfrentamos a los que desde La Izquierda Plural, desde la izquierda de Aragón, deseamos sean los últimos presupuestos de la historia, de su historia, porque de no serlo van a devolver a
España a la Edad Media, van a devolvernos al medievo. Por mucho que se empeñen y nos cuenten otra, señor Montoro, han diseñado una España en la que los señores feudales han pasado a ser los señores deudales, en la que a la mesa redonda están
sentados los caballeros de la troika, del G-20, del Foro de Davos, y ustedes son simplemente sus lacayos. Una España en la que al racionamiento se le llama racionalización y a la ciudadanía -a la plebe- se la considera clientela. Su cortoplacismo
planificado intenta ocultar que no tienen otra propuesta que la de institucionalizar este oscuro presente perpetuo de sacrificios innecesarios, de paro, de precariedad, de desigualdad y de represión para el conjunto de la gente y para el conjunto de
los pueblos que integran el Estado español. A Dios rogando, como dicen el señor Fernández Díez o la señora Báñez cuando se encomiendan a la Virgen para acabar con la crisis, y con el mazo dando, como hace usted con sus cuentas y sus presupuestos,
señor Montoro. Como ve, todo muy medieval.



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Lo cierto es que sus presupuestos han contribuido y van a contribuir a expulsar a miles, y miles, y miles de ciudadanos del sistema, y para muestra un botón. En Aragón, en mi tierra, el 46 % de los parados no percibe ni un euro de
prestación y desde que usted está sentado ahí, señor Montoro, desde que ustedes ocupan el Gobierno de la nación, se ha incrementado un 60 % la pobreza. Eso no es salir de la crisis; eso es institucionalizar un modelo feudal, agresivo y lesivo para
la gente. Tomo prestadas las palabras de Eduardo Galeano cuando decía que la justicia que inspira estos presupuestos, sus presupuestos, es como las serpientes, que solo muerden a los que ya están descalzos.


Han jugado durante décadas con las demandas de la gente y de los territorios. Desde la izquierda de Aragón estamos hartos de ver cómo año tras año los partidos del bipartidismo consignan las mismas partidas, sin infraestructuras
imprescindibles para nuestra tierra, jugando con los plurianuales, como han hecho este año otra vez más e hicieron el pasado y el anterior de forma vergonzosa. Le hago una pregunta, señor Montoro: ¿qué opina de que haya inversiones que lleven
veinte años consignadas en los presupuestos y aún no estén ejecutadas? Se lo diré yo: eso es una tomadura de pelo, no hay por dónde cogerlo. Como es una tomadura de pelo que tampoco atiendan las necesidades vitales e inmediatas que tiene no solo
Aragón sino también el conjunto del Estado. ¿O no considera usted imprescindible limpiar la zona y las aguas del Gállego del pesticida del que está infectado? Ustedes no han consignado nada, pero nosotros esperamos ver algo en estas cuentas. Ya
me dirá después qué partida presupuestaria hay para ello. El tijeretazo del 70 % de las inversiones en Aragón desde que estalla la crisis es un claro ejemplo de su indolencia, de su poca vocación para la superación de problemas tan básicos como la
despoblación en zonas como Cuenca, Soria o Teruel. ¿Tienen alguna política concreta? ¿Qué van a hacer ustedes? ¿Qué cantidad hay en estos presupuestos para acabar con esta situación de desvertebración y desmantelamiento de la vida que vive la
España interior? Se lo pregunto; cuéntenoslo. Yo no la he encontrado.


Señor Montoro, su política es lesiva por inacción, también en Aragón, y aquí tenemos que hablar de infraestructuras. Ya sé que usted lo ha escuchado muchas veces desde esta tribuna, pero no nos cansaremos de decirle aquello que no está
hecho. Ejemplos básicos como los ejes ferroviarios fundamentales para el conjunto del Estado y para Aragón en particular, el Canfranc, el Teruel-Sagunto, ¿dónde están? ¿Puede garantizar desde esta tribuna que para 2020 el Canfranc estará abierto,
como se han comprometido a hacer? ¿Puede garantizarlo desde aquí? Espero que me conteste, como esperaba que hiciese vía Chesús el año pasado, y el anterior y el anterior, y tampoco lo hizo. (El señor presidente ocupa la Presidencia). Estos
presupuestos ejemplifican su falsa voluntad política, porque aparecen al albur del ciclo electoral. En los años electorales sí que aparecen determinadas partidas y determinadas propuestas. Son electoralistas, y eso también se lo tenemos que decir.


Pasa lo mismo con los ejes carreteros básicos, son ya más de 400 los kilómetros que están abandonados a esta suerte.


El señor PRESIDENTE: Señor diputado, tiene que terminar.


El señor SANZ REMÓN: Concluyo ya, señor presidente.


Estos presupuestos y el grado de ejecución de los anteriores nos demuestran que ustedes nos son de fiar y esta realidad es general y aplicable al conjunto del Estado, y demuestra también que el expolio y la privatización son realmente las
cuestiones que los inspiran. Ahora mismo hay procesos de privatización encima de la mesa en nuestra tierra, por ejemplo el de Alcañiz, y nosotros sabemos por qué pasa, porque ustedes están al servicio de aquellas empresas, de las que luego forman
parte y acaban siendo consejeros delegados. ¿Sabe cómo llamaba a esto Lázaro de Tormes? Arrimarse a los buenos, señor Montoro, esto es arrimarse a los buenos.


El señor PRESIDENTE: Tiene que terminar.


El señor SANZ REMÓN: Acabo ya.


Hay alternativas, señor Montoro, vótelas; hay alternativas, nosotros se las vamos a poner encima de la mesa en este trámite y en los trámites siguientes. Hay alternativas que además les pueden servir para abandonar esa práctica tan
medieval de repartirse el botín tras muros blindados mientras mandan a la caballería fuera a aplacar a la gente que está denunciando esta situación, exigiendo derechos y desde luego diciendo basta. Diciendo basta, señor Montoro...


El señor PRESIDENTE: Basta es lo que tiene usted que decir.



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El señor SANZ REMÓN: ... porque, como decía el poeta aragonés José Antonio Rey del Corral, cuando el pueblo dice basta es bastante lo que dice.


Gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Sanz.


Señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Señor presidente, señorías, cuando escucho los discursos de los representantes de La Izquierda Plural me hago una pregunta con inquietud intelectual. Siempre
afirman que hay alternativas, y yo me pregunto, ¿ustedes no gobiernan en Andalucía? (Un señor diputado: Ahí duele, ahí duele). ¿Ustedes no han gobernado en Cataluña? (Un señor diputado: No, qué va). Ahí han dejado Cataluña, ahí la han dejado.
¿Ustedes no gobernaron en Baleares? Ahí lo han dejado, todo quebrado. Claro que hay alternativas, la quiebra del Estado, esa es la alternativa del discurso retórico político que acabamos de escuchar aquí, porque lo que son datos... (Aplausos).
Además eso de repartirse el tiempo debe de ser para buscar su propio espacio; son tan plurales, tienen tantas ideas diferentes que no se concretan en ninguna alternativa. Yo no he escuchado nada. ¿Qué es lo que ha propuesto? (Un señor diputado:
Un millón de euros para los parados). Para los parados lo que hay que hacer es crear trabajo, que es lo que estamos empezando a hacer en España. (Un señor diputado: ¡Muy bien!).


Le voy a resumir algo, y también obviamente para los más jóvenes, porque el señor Garzón ha citado a Friedman. A Friedman -yo esta mañana citaba a Keynes- le preguntaron sobre el cambio en la Europa del Este. Cayó el muro de Berlín en el
año 1999 y ciertamente hubo un cambio que ya les he recordado, y ustedes no es que estén en el muro de Berlín, es que están más allá de Siberia en los planteamientos de esta izquierda que estamos viviendo en España, porque siguen con unos
discursos... La cita de Friedman es respecto a la conversión de esos países, la reconversión de las estructuras económicas nacionalizada, la gran quiebra de los países que se conocieron como del socialismo real, donde por cierto, señor Garzón, no
había ninguna libertad. (Rumores.-Aplausos). Donde domina el comunismo no hay ninguna libertad. Ustedes establecen sus premisas de igualdad, pero con el comunismo el ser humano carece de las más básicas libertades. Libertad, exacto, qué gran
nombre. Decía Friedman que él recomendó para esas economías, para esos sistemas productivos tres palabras respecto de lo que eran esas grandes empresas, todas nacionalizadas, trabajos improductivos, falta de eficiencia y en definitiva, como saben
sus señorías, situación de subdesarrollo. Él recomendó tres términos: privatizar, privatizar y privatizar. Y luego, viendo los resultados, Milton Friedman añadió: Me he equivocado; efectivamente yo recomendaba la privatización, pero debí añadir
con regulación, con reglas básicas, con reglas de competencia, con reglas de mercado. Eso es lo que estamos haciendo en el mundo moderno, en eso es en lo que estamos basando el desarrollo. Aquí suben unos representantes de la izquierda, que ellos
mismos se llaman La Izquierda Plural, que representan -ellos dicen- al pueblo, los demás no, a los demás no nos han votado. Señor Garzón, señor Coscubiela, a los demás no nos ha votado nadie. Estamos aquí cada uno de nosotros porque nos han puesto
los amigos poderosos. Esta es una tesis política fantástica y que está muy completa en términos argumentales. No nos ha votado la gente. Ya lo he dicho antes respecto de otras fases de este debate: nos han votado 11 millones de personas. Yo soy
diputado por Sevilla. Antes lo he sido por Jaén, también lo he sido por Madrid. Yo sé lo que es la responsabilidad de acudir a las urnas cada vez que se nos ha convocado a las urnas en España.


Y yo sé lo que es estar en un Gobierno que propició la mayor creación de empleo de la historia de España. En 1996 trabajábamos en España 12.500.000 personas. Hace veinte años trabajábamos en España 12.500.000 personas. Después de ese
proceso de creación de empleo, fruto de la entrada en Maastricht, fruto de los principios de estabilidad económica, hemos llegado a trabajar en España 20.500.000 personas. Han venido a trabajar con nosotros casi 5.000.000 de personas desde otros
países. Por cierto, muchas personas de esos países, que venían del socialismo real, están trabajando y viviendo con nosotros, además de mucha gente que viene de países del norte de África y de países de Latinoamérica. Han venido a trabajar en esa
España que era, como decía usted, la de la conversión aznarista y la de Merkel. ¿A la señora Merkel no la votan? ¿Es otra institución de los poderosos del mundo? ¿No la votan en Alemania? ¿No gobierna la señora Merkel con el socialismo en
Alemania? ¿El socialismo en Alemania es muy distinto del socialismo español? Bueno un poco sí, para que vamos a decir otra cosa. (Risas). Un poco distinto sí es, en términos de lo que significa realmente la práctica del equilibrio
presupuestario, el rigor de las cuentas públicas, la modernización de nuestras economías y de nuestro sistema productivo.



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Mire, estamos en Europa. Europa es un club de democracias, es un club de libertades. Como decía esta mañana, a los miembros de mi generación claro que nos ha costado llegar a esto. Sabemos lo que es vivir en un país sin libertades,
sabemos lo que es vivir en un país sin desarrollo económico. Ya lo he dicho esta mañana, 2.000 dólares per capita. ¿Sabe usted, señor Garzón, lo que son 2.000 dólares per cápita? ¿Sabe cuál es la renta per cápita de países de África denominados
subdesarrollados? ¿Sabe que esa era la España de los años cincuenta y de los años sesenta? Claro que sabemos lo que es esa España una generación que todavía estamos no solo en activo, estamos en primera línea política y tomando decisiones
públicas. Yo no estaba en política cuando se votó la Constitución de 1978, pero aunque no estaba en política hacía vida pública. Era profesor de universidad y trabajaba en un banco, y venía a tener la edad que tiene usted. Ya tenía una hija; era
una persona casada, con hijos y voté con una gran ilusión esa Constitución, la Constitución que traía la libertad a mi país, la Constitución que traía un nuevo orden del Estado en mi país, la Constitución que iba a hacer que ingresáramos en la Unión
Europea, en ese club que he llamado antes de democracias y de libertades, el club de democracias y libertades más avanzado del mundo, el que tiene estado del bienestar, la única zona desarrollada del mundo que tiene estado del bienestar. ¿Sabe lo
que es el estado del bienestar? Es la intervención del Estado para cubrir aquellas facetas de la economía de mercado que por diferentes razones no son cubiertas por el mercado. Eso es el estado del bienestar. ¿Quién introdujo el Estado del
bienestar en Europa? ¿Quién lo introdujo? La democracia cristiana. (Un señor diputado: No). Sí, la democracia cristiana; ahora resultará que no, que tampoco es así, que la historia hay que reescribirla todos los días. Igual que la
construcción europea, que hay que reescribirla todos los días. No tienen nada que ver unos tales Schuman, Adenauer, Monnet... Esos no tienen nada que ver, no hicieron nada por esa Europa, no fueron nadie en la construcción de esa Europa. Todos
ellos, del Partido Comunista. (Risas). Cuando uno escucha determinados planteamientos desde esta tribuna a lo que menos suenan es a modernos, créame. Sus discursos son exactamente los que escuchábamos en la universidad en los años sesenta
(Aplausos), exactamente los mismos, los de las oligarquías que dominan la tierra, los de la explotación de las masas. Ese es el discurso marxista clásico. A ellos les parece que es muy actual, muy moderno, pero es lo que yo he llamado ya
repetidamente desde esta tribuna la vuelta de la izquierda clásica, la más clásica. (El señor Centella Gómez pronuncia palabras que no se perciben). La más clásica que allí donde se aplica no es compatible con el sistema de libertades (Una señora
diputada: Efectivamente), no es compatible con el sistema de democracia. La democracia es representación y la democracia, como bien describe Giovanni Sartori, siempre que funciona es con representación y con delegación de confianza. Lo otro no es
democracia. (Un señor diputado pronuncia palabras que no se perciben). No, en Grecia no era democracia; aquello era una asamblea donde daban el poder por turnos, y así pasaba lo que pasaba. Eso no es democracia; la democracia es un sistema
político de representación, de delegación de voto y de confianza. Eso es la democracia. Léanse a Sartori, que no tiene nada de dudoso. ¿O Giovanni Sartori tampoco les gusta como autor para entender cuál es el funcionamiento de la democracia
moderna? Lo que nos ha costado -también en España- tener esas democracias, lo que nos ha costado llegar hasta aquí. 'Nos ha costado'; digo 'nos ha costado'. Lo que hemos puesto todos los españoles para llegar hasta aquí, para tener este sistema
de libertades y estas reglas de entendimiento, de confianza y de respeto mutuo. Lo que nos ha costado también un proceso de descentralización política que es modelo en el mundo. En los años setenta, cuando yo votaba con tanta ilusión -desde fuera
no, insisto, desde la vida pública, desde el trabajo, realizando tu vida social y familiar-, yo ya oía hablar en los proyectos de gobierno de las democracias más avanzadas del mundo de la devolución -la devolution en términos británicos- y me
planteaba si hacer mi tesis doctoral sobre descentralización. Mire por dónde en España hemos hecho un proceso de descentralización política que fue la admiración del mundo. Ningún país ha sido capaz en treinta y cinco años de tomar el Estado en
términos de un poder concentrado de gasto del 95 % y llegar al Estado de las autonomías, integrando en el mismo haciendas forales, únicas en el mundo -no hay Estado federal que tenga haciendas forales- y regímenes económicos fiscales como el Régimen
Económico y Fiscal de Canarias o de Ceuta y de Melilla, únicos en el mundo. Eso es todo lo que hemos avanzado en España.


Por cierto, insisto, si sus señorías de La Izquierda Plural tuvieran a bien decirme dónde estos presupuestos están reduciendo el Estado del bienestar, a lo mejor me lo plantearía, pero han subido aquí a echarme, si me permiten la expresión,
una filípica. Yo estoy para eso, por supuesto; están ustedes en su derecho, pero este es un debate de presupuestos. ¿Me quieren decir dónde está el recorte del Estado del bienestar en estos presupuestos? (La señora Carcedo Roces: Sí, sí). ¿Me
lo quieren decir?



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¿Me quieren decir dónde está? Porque no me he enterado con el aluvión de calificativos con los que han regado su discurso Alguno ni lo ha intentado; otro lo ha intentado confundiendo el ahorro derivado de que la gente no pierda su puesto
de trabajo con la necesidad de que demos una mayor cobertura social al parado de larga duración, especialmente con cargas familiares, que es lo que está negociando el Gobierno con los agentes sociales, con los sindicatos. Por cierto, tengo que
recordarles que en un país libre, como es España, los sindicatos y los empresarios libremente acuerdan sus salarios. Solo faltaba que lo hiciera el Gobierno. Esto en el sóviet sí se hacía así, pero en España no hay sóviet ni intención de que haya
esa política, aquí lo deciden los trabajadores y los empleadores libremente, lo deciden porque eso es democracia; también esa decisión es absolutamente democracia. Yo he celebrado esta mañana -y no hay nada de retórica en esas palabras- la actitud
y el comportamiento de los sindicatos en España, que son los que, como he dicho antes, están firmando los mejores convenios en Europa y en buena parte del mundo desarrollado. Gracias a esa actitud está viniendo la inversión extranjera a España,
están viniendo a invertir, como he dicho antes, en España en todas las ramas, están invirtiendo en actividades agrícolas, en actividades de servicios, en actividades industriales; están contribuyendo a desarrollar España. Eso es responsabilidad de
los trabajadores, de gente que lo está entendiendo y lo está haciendo posible. ¿Eso tampoco es así? ¿Es un invento del Gobierno? ¿El Gobierno es el que firma esos convenios? (El señor Centella Gómez: Lo encargaron). ¡Ah, lo encargamos! ¡Qué
poder adjudican al Gobierno! No sé si será cuando ustedes gobiernan que ejercen ese tipo de poder, porque desde luego un Gobierno como el actual es un Gobierno que sabe cuáles son los límites del poder -lo tiene muy claro- y también los límites y
las capacidades de su responsabilidad.


Me alegro de que ya no hablen de la deuda, porque han llegado a decir en un momento determinado que esa deuda no hay que pagarla; ahora estamos en reestructurar la deuda. Menos mal que eso ya ha pasado, porque lo de no pagar la deuda que
decía la izquierda son palabras mayores. Si no pagáramos la deuda, en un solo día colapsábamos el país entero. ¿Usted sabe lo que representaría eso en un país endeudado? Dicen: La prioridad no es pagar la deuda. Si a usted no le renuevan los
vencimientos de la deuda, colapsa inmediatamente el conjunto del país, cierran los bancos inmediatamente, cierra todo y, por tanto, colapsa financieramente el país. Pero como ahora algunos de ustedes ya van por Bruselas, se han enterado de la
gravedad de todas esas afirmaciones y dicen que van a reestructurar la deuda. En todo este ensamblaje de la nueva izquierda, ¿qué será reestructurar la deuda? Exactamente lo que está haciendo el Gobierno español. Eso sí lo estamos haciendo;
estamos haciendo que se financie el Tesoro público, que somos todos los españoles, a los tipos de interés mínimos históricos. ¿Sabe por qué? Porque hay confianza, y confianza también es confianza en el régimen y en el sistema político. Eso es
absolutamente fundamental. Confianza desde luego no son las propuestas -que no son ninguna- que he escuchado de sus señorías, representantes de La Izquierda Plural, que vienen a representar la voz de la sociedad, como si los demás no fuéramos
representantes legítimos de esa voz en una democracia representativa. Lo que les pido es cordura y dejarse de frases, porque las suyas sí que son grandilocuentes.


Les voy a hacer una pregunta a aquellos de ustedes que son profesionales de la economía, que han estudiado economía, que son licenciados en Economía. ¿Hay crecimiento económico o no hay crecimiento económico en España? Es que esto de negar
la realidad... ¿Qué significa que hay crecimiento económico? Ya lo he explicado esta mañana, que aumenta la producción interior bruta. Eso significa. ¿De dónde viene ese aumento de la producción interior bruta? ¿De dónde viene el incremento de
las importaciones? Lo he explicado esta mañana. Hay incremento porque las empresas están invirtiendo en bienes de equipo, bienes de equipo que son de fabricación nacional y exterior, de otros países. ¡Cómo no va a haber consumo si el IVA que se
está recaudando en la Hacienda pública procedente de autónomos y de la pequeña y mediana empresa está creciendo casi un 7 %! Alguien está vendiendo algo y está pagando el IVA, y no es este desastre que ustedes pintan. Alguien está haciendo algo en
este país, se está esforzando todos los días, está levantándose para trabajar y está esforzándose y arriesgando para invertir. Alguien está haciendo algo realmente importante por el bienestar de los españoles, y ese alguien, que está ahí -yo
coincido con ustedes en una cosa, que no tiene nada que ver con los grandes nombres que salen en la prensa y en los medios de comunicación-, sí se está moviendo y está haciendo que nuestro país salga de la crisis económica. Son esos millones, sus
representantes no, son ellos, la mayoría silenciosa de este país, que son los que se ponen en marcha, y cuando se ponen en marcha vuelven a demostrar que esta España es una España que vale la pena, que ha hecho un recorrido, como decía antes, por la
libertad y por el entendimiento de todos los españoles, que ha sido capaz de integrarse en Europa y de estar en la primera división de los europeos, que ha sido una España fiable y que puede volver a ser lo que fue, líder



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en crecimiento económico y en creación de empleo. Por eso, cada uno en nuestro sitio, además de escuchar, por supuesto, cómo ustedes tratan de representar a una España que lo ha pasado muy mal en esta crisis, deberíamos todos celebrar hoy
que estamos saliendo de la crisis, aunque no al mismo ritmo en toda España, no toda la gente está participando con la misma intensidad de la salida de la crisis, por eso tenemos que hacer políticas que lleguen a la gente, como la reforma tributaria.
Tenemos que hacer políticas para la gente, políticas que lleguen a esos millones de personas que no se pueden quedar atrás en la recuperación económica, desde la sensibilidad de que esta crisis, la más larga de nuestra historia, no es la única que
hemos tenido en nuestra historia. Insisto en el planteamiento y en la idea. Ahora, esta izquierda, que se autodenomina a sí misma plural -yo creo que para identificarse menos todavía con ninguna perspectiva, si me permiten la expresión; es tan
plural que no sabemos cuáles son sus ideas-, es la que hoy tiene que ser constructiva. Sean constructivos y aporten soluciones desde su perspectiva ideológica. Eso es la democracia, y no venir aquí a hacer discursos tremendistas, que es lo que
hemos escuchado esta tarde. Me tienen a su disposición para escuchar ese tipo de discursos, faltaría más, pero tengan una actitud más constructiva y más positiva, con propuestas realistas, y además aplíquenlas donde gobiernan, que no se notan donde
gobiernan (Aplausos), y a partir de ello contribuirán a la recuperación económica, que tan importante es en Andalucía, que necesita mucho la creación de empleo.


Muchas gracias. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Tienen ustedes cinco minutos de réplica, y en la réplica sí voy a ser estricto.


Señor Garzón.


El señor GARZÓN ESPINOSA: Señor Montoro, en su réplica no estaba claro si defendía los Presupuestos Generales del Estado español, los de la Unión Soviética o su biografía personal (Aplausos), porque la realidad es que no ha hablado de nada
de lo que le hemos puesto encima de la mesa. Ha utilizado de hecho una falacia del hombre de paja, hablar del socialismo real, hablar de lo que a usted le interesaba para intentar meter todo en el mismo saco. Sin embargo, sabe usted que eso es una
falacia, es una falacia absoluta y no estábamos hablando de eso. Si usted quiere, entramos en ese juego -nosotros no lo vamos a hacer-, que sería hablar del liberalismo de Haití o del liberalismo de Pinochet, del liberalismo de Pinochet, por
cierto, entre cuyos asesores ya sabe a quién tuvo, a Friedman, al que acaba de citar usted, cierto. ¿Hablaríamos de eso? No, evidentemente no. Vamos a ser un poquito más serios. Sin embargo, parece que a usted se le ha olvidado que hablamos de
una crisis capitalista, no de la Unión Soviética, de una crisis capitalista. No hay un muro que se haya caído. Se han caído muchos muros en esta crisis actualmente. Y nos llama antiguos a nosotros por defender efectivamente los derechos humanos,
porque son los derechos humanos los que se están vulnerando en este país: el derecho a la vivienda, el derecho a la libertad, el derecho a la sanidad, a la educación pública. Todas las garantías positivas están siendo incumplidas.


Usted ha hablado de libertad en su intervención desde el punto de vista liberal, aquella que significa que un mendigo puede entrar en un supermercado -una libertad negativa- y, como nadie le impide entrar, esa persona, aunque sea mendigo, es
libre. Nosotros no hablamos de esa libertad. Hablamos de una libertad positiva, para poder hacer, y nuestras sociedades -y desgraciadamente España también- están llenas de mendigos que pueden entrar en los supermercados, pero no pueden comprar,
por lo tanto se mueren de hambre, se mueren de miseria, y entonces nuestro país no es libre. Ha hablado usted de negociación colectiva. El derecho al trabajo surgió precisamente para poder facilitar la negociación colectiva y que se rompa esa
asimetría que existe entre el empleado y el empleador, esa asimetría entre el empresario y el trabajador. Por tanto, no hay libertad haciendo lo que usted hace, que es atacar la negociación colectiva dejando al trabajador desamparado ante los
caprichos del mercado.


Ha hablado del Estado del bienestar. Fue Bismarck quien empezó a hacerlo con la seguridad social. Fue un conde, no fue un marxista, no fue tampoco un liberal. Fue Bismarck y lo hizo por miedo a la revolución socialista, por ese motivo.
Sin embargo, está usted siendo parte de los que quieren acabar con ella. (Aplausos). Le pongo ejemplos, hay muchos desgraciadamente en este país. Hoy en Madrid, por el mero hecho de ser inmigrante, no puedes tener médico de cabecera, y si eres un
inmigrante que va a urgencias, te pasan una factura. Eso pasa aquí por el mero hecho de ser inmigrante y la gente ya muere por esos recortes en sanidad, en su Estado del bienestar que usted dice que construye y que sin embargo destruye. En
educación incrementa las tasas. ¿Para qué? Barreras de entrada, en un país donde 750.000 hogares no tienen ingresos. ¿Qué barrera de entrada? Nadie puede estudiar si tiene que pagar esas



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tasas. Másteres públicos, oficiales, a 8.000 euros. ¿Quién puede pagar 8.000 euros para que su hijo estudie? ¿Sabe quién? Los ricos, a los que usted está haciendo el trabajo sucio.


Dice usted que tiene votos. Claro que tiene votos, yo no he puesto en duda su legalidad, el 40 % de voto. Tampoco está tan claro, porque podríamos hablar de la financiación irregular, de la Gürtel, de todo lo que ha financiado al Partido
Popular en tiempo de elecciones, pero da igual. ¿Sabe lo que me preocupa? Que el Gobierno y el poder sean dos cosas diferentes, que el Gobierno sea una cosa y el poder otra, y al Gobierno le toca gestionar lo que usted está dejando de Estado
social, lo que usted -y el bipartidismo cuando estuvo- y lo que ha sido el neoliberalismo en las últimas décadas están dejando, instrumentos que están siendo retirados. No hay banca pública, no hay empresas grandes, se están privatizando, se está
generando un mercadillo. ¿Cómo no va a venir la inversión extranjera directa si tiene todo a precio de saldo? ¿Para qué? Para regalar las grandes empresas a los amiguetes, para que los amiguetes reubiquen a los ministros después con grandes
sueldos. (Aplausos). ¿Dónde está Felipe González, dónde están Aznar, Piqué, Solbes, Zaplana? ¿Dónde están? Están en esas mismas grandes empresas a las que se ha favorecido desde los Gobiernos. Las puertas giratorias, la disociación entre
Gobierno y poder, esa es la realidad.


Habla usted también de Merkel. Hablemos de Merkel, hablemos de su política económica. Señor Montoro, ¿dónde se debatió el rescate bancario español? Aquí no. Nosotros no pudimos debatirlo, ningún miembro de esta Cámara pudo votar el
rescate del sistema financiero español. ¿Sabe dónde se votó? En Alemania. ¿Por qué? Porque no fue un rescate a los ahorradores. Fue un rescate a los acreedores, a los grandes acreedores, que eran los bancos alemanes y los bancos franceses.
Somos una colonia de la banca francesa y alemana y usted está gestionando esa colonia. Por eso se vota allí y no se vota aquí. ¿No le parece eso un ejemplo perfecto de la falta de democracia incluso procedimental, pero sobre todo de contenido?
¿Qué tienen que hacer los Gobiernos? ¿Pedir por favor a la señora Botín, pedir por favor a Amancio Ortega, pedir por favor a los mercados que se comporten bien y que nos bajen la prima de riesgo? Eso no es democracia, señor Montoro. Eso es una
farsa, que es en última instancia lo que está operando en esta crisis capitalista, pero eso no nos puede servir de excusa para no debatir lo importante.


Lo importante es que sí hay alternativas, señor Montoro. Nosotros le hemos presentado a lo largo de esta legislatura miles de alternativas, tantas que cada año en los presupuestos le presentamos más de quinientas enmiendas que son todas
rechazadas. Resulta que no se lo hace solo a La Izquierda Plural, se lo hace a todos los grupos. El año pasado se aprobaron tres enmiendas de más de tres mil que se presentaron. No vengan a hablar ustedes de negociación y de lo bien que se
comportan con el resto cuando al final acaban actuando de esa forma.


Hemos hablado muchas veces de la reforma fiscal, no me voy a detener en ella. Progresividad, cumplir el artículo 31 de la Constitución, eso no se hace, este Gobierno no lo hace. Les baja los impuestos a los más ricos, como hizo el Partido
Socialista cuando gobernó. Aplicar el artículo 128 de nuestra Constitución: toda la riqueza del país debe estar subordinada al interés general. Señor Montoro, en nuestro país un 17 % de los hogares tiene pobreza energética. No pueden calentar su
hogar en invierno, no sale agua del grifo y usted está malvendiendo las empresas públicas. ¿Sabe lo que hay que hacer? Nacionalizar las empresas energéticas (Rumores), utilizar el artículo 128 para que en un país desarrollado nadie pase pobreza
energética. (Aplausos). Esa es una alternativa. ¿Sabe qué pasa, señor Montoro? Que a usted no le gusta, pero no diga que es imposible, diga que no la quiere. No diga que no hay alternativas, diga que no quiere aplicar esas alternativas, que
prefiere que la gente siga pasando hambre, que siga pasando miseria en sus casas, antes que atacar a las grandes empresas.


El señor PRESIDENTE: Señor Garzón, debe usted terminar.


El señor GARZÓN ESPINOSA: Termino, señor presidente.


Nosotros vamos a traerle una propuesta a este Gobierno: trabajo garantizado. El Estado tiene que ser el prestador en última instancia del empleo. Solo un 2,88 % del PIB sería suficiente. A modo de botón: se gasta un 3,77 % en gastos de
intereses de deuda y un 6,3 %, hasta 2012, es lo que costó el rescate financiero. Señor Montoro, ha citado a Friedman, ha citado a Keynes y ha citado la promesa de futuro. Yo volveré a citar a Keynes entonces. Keynes decía que a largo plazo todos
estaremos muertos. Pues parece que con usted se puede aplicar para una mayoría social, metafóricamente y quizás en algunos casos no tan metafóricamente, porque si seguimos esperando sus promesas, al final la sociedad estará muerta y ¿sabe quién?
El Estado social, lo que usted destruye.


Gracias. (Aplausos).



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El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Garzón.


Aunque ha consumido todo su tiempo, señor Coscubiela, tiene usted dos minutos.


El señor COSCUBIELA CONESA: Gracias, señor presidente.


Señor Montoro, como nos ha pedido usted rigor, voy a intentar aportarlo respondiendo a algunas de las falsedades que usted ha vertido en su intervención, primero en relación con el salario y la negociación colectiva. No son los sindicatos y
los convenios colectivos los que han provocado la bajada de salarios y usted lo sabe. ¿Quién ha bajado el salario mínimo interprofesional congelándolo durante los últimos años? Su Gobierno, especialmente afectando a aquellos que más lo necesitan.
¿O no? Señor Montoro, ¿qué libertad tiene la gente para negociar convenios colectivos cuando usted ha hecho una reforma laboral con Convergència i Unió que establece tres posibilidades de descuelgue de los convenios colectivos? En primer lugar, la
modificación unilateral por parte del empresario de las condiciones de trabajo; en segundo lugar, el descuelgue colectivo de todo el contenido del convenio colectivo y, en tercer lugar, la caída de la vigencia de los convenios que permite incluso
que la gente pase a tener el salario mínimo interprofesional. ¿Eso es libertad? No, esa es la libertad de la pobreza y de la miseria, porque cuando no hay igualdad no puede haber libertad contractual.


Señor Montoro, nos ha dicho usted que no hemos hecho propuestas. Usted sabe que sí. Le recuerdo dos: prestaciones para los parados de larga duración y renta mínima garantizada de ciudadanía. Empiece usted a abordarlas. Hay recursos para
hacerlo. No se ahorre usted 10.000 millones de euros, devuélvalos al cajón de la prestación por desempleo y así podrá dar cobertura devolviendo aquello que usted usurpó a los trabajadores parados a cambio del rescate de los bancos. Hay recursos.
No dé ese regalo fiscal de 9.000 millones de euros, no lo dé. Dedíquelo a eso y luche contra el fraude fiscal. Por cierto, dar lecciones de democracia para terminar utilizando el concepto pluralismo como una cuestión negativa, sinceramente, no lo
entiendo. Sí, somos plurales. ¿Pasa algo? Creo que no, ¿verdad? (Rumores). Pues entonces no lo utilice negativamente. Por cierto, ¿podría usted responder a las preguntas que se le han hecho sobre Aragón? ¿O es que en sus presupuestos Aragón
tampoco existe? (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Coscubiela.


Señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Desde luego que Aragón existe. (Aplausos). También he tenido el honor de participar en el Plan de desarrollo para Teruel, que se inició en los tiempos del anterior Gobierno del Partido Popular siendo yo ministro de Hacienda, y actualmente
ese plan está en marcha, está reforzado. Por tanto, claro que existe Aragón y se están cumpliendo los compromisos con el Gobierno de Aragón en materia de infraestructuras.


Respecto de lo plural, yo creo en la España plural. Otra cosa es que determinadas formaciones políticas se llamen plurales porque no se aclaran los miembros entre sí, eso es distinto, es una cobertura, pero cada uno elige lo que puede hacer
y lo que tiene que hacer en términos de formulación. Ustedes -me parece correcto- por lo demás se quieren llamar así. Yo trataba de identificarles en términos ideológicos, que es lo que les gusta.


En cuanto a las propuestas respecto del sistema capitalista o no capitalista, estamos en un debate mucho más modesto, que es el de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2015, y el debate mucho más modesto es también el de si en
España hay una recuperación económica y una incipiente creación de empleo. El debate por tanto debe completarse y reflexionarse sobre lo que se puede hacer desde unas posiciones ideológicas entre tanto no cambia el régimen capitalista. El día que
lo cambien, ya hablaremos de otra cosa, pero mientras lo cambian o no lo cambian, a ver si hacen aportaciones constructivas, porque esto que acaba de decir sobre la reforma laboral es una exégesis que ciertamente no tiene nada que ver. (El señor
Coscubiela Conesa hace signos negativos). No, estoy hablando de convenios colectivos firmados, no descolgados, firmados, y eso lo hacen libremente los sindicatos. ¿O no lo hacen libremente los sindicatos? (Los señores Coscubiela Conesa y Centella
Gómez pronuncian palabras que no se perciben). ¡Ah, ya! ¿Por quién, por ustedes? ¡Vaya, no lo hacen libremente los sindicatos! Menos mal que tenemos sindicatos mucho más moderados que determinadas fuerzas políticas presentes en esta Cámara, menos
mal. (Rumores). Tenemos que valorar socialmente lo que significa tener lo que estamos teniendo, que son esos sindicatos responsables que están ayudando con su actitud, empresa a empresa, para salir de la crisis económica.



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Estamos hoy de citas y, si me lo permiten, ya me viene otra a la cabeza. Decía Keynes que ciertamente todo político y todo hombre público es también una consecuencia, que a veces no conoce, de un economista, de un científico social que ya
falleció, que ya estaba muerto. Por eso decía que todos somos consecuencia de esos procesos ideológicos, intelectuales propios del tiempo de la historia que nos toca recorrer. También decía ese gran autor británico que cuando uno debe un millón al
banco está en manos del banco, pero cuando debe 100 millones es el banco el que está en manos de uno. Es solo otra reflexión. En función de todo ello vamos a ir haciendo las políticas para recuperar esa confianza, la confianza de los acreedores,
que es absolutamente fundamental para consolidar la recuperación económica y la creación de empleo. Yo invito a esa fuerza política que ustedes representan -y donde están también, insisto, en términos de gobierno- a que hagan aportaciones
positivas, porque necesitamos el esfuerzo de todos para centrar nuestras energías políticas en el objetivo de creación de empleo, y será la sociedad entera la que nos devuelva con creces los resultados de esas políticas.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


A efectos de que tengan una idea de sus planes, vamos a tratar ahora la enmienda a la totalidad del Grupo de Unión Progreso y Democracia, que será la última que debatamos esta tarde. Tiene la palabra la señora Díez.


La señora DÍEZ GONZÁLEZ: Gracias, presidente.


Señorías, señor ministro Montoro, aunque sean las ocho y cuarto de la noche en mi reloj, vamos a ver si hablamos un rato de presupuestos. Ya que llevamos aquí todo el día presumiblemente para hablar de los Presupuestos Generales del Estado
del año 2015, vamos a ver si conseguimos centrarnos y hablar un rato de presupuestos.


No sé si a usted, señor ministro, le habrá pasado, pero a nuestro grupo le ha llamado poderosamente la atención que gran parte de los comentarios y opiniones en relación con estos presupuestos antes de llegar a esta Cámara se han centrado en
si el cuadro macroeconómico que los sustenta es un cuadro creíble. Lo que me pregunto es a qué nivel de podredumbre y desconfianza habremos llegado cuando lo primero que se discute en España cuando el Gobierno presenta los presupuestos es si el
Gobierno nos está engañando una vez más con las cifras. Y es que ustedes acaban la legislatura como la empezaron, falseando las cuentas y engañando al país. Estos presupuestos vuelven a reflejar lo que ustedes entienden por salida de la crisis,
esto es, en vez de utilizar los recursos económicos para tirar del país y combatir la desigualdad, en vez de echarse -coloquialmente, entiéndanme- el país a sus espaldas y tirar para delante, se suben ustedes a las espaldas de los ciudadanos para
mantener sus chiringuitos -los suyos, no los de los ciudadanos-. Por eso, su salida de la crisis se traduce en más desigualdad, más desprotección y más injusticia.


Como luego explicaré, ni la desigualdad ni la pobreza son consecuencia de la crisis económica. Son consecuencia de sus políticas, señor ministro. La austeridad, ministro, no puede ser una disculpa. Usted ha hablado de ello esta mañana.
La austeridad, o al menos el ritmo de su aplicación, es una decisión política con efectos devastadores sobre la igualdad. La desigualdad no es el resultado no deseado o inevitable de la austeridad. Es más bien la forma que ustedes han elegido para
salir de la crisis: más desigualdad para salir de la crisis. La crisis se puede enfrentar, esta y todas, de otra manera. Se pueden obtener recursos recortando gastos superfluos, persiguiendo el fraude, acabando con la corrupción, metiendo en la
cárcel a los corruptos para hacer justicia y dar ejemplo. Se puede redistribuir la carga de la crisis con equidad, sin que se incremente la desigualdad. Como dije, la desigualdad no es resultado inevitable de la austeridad, sino de la política de
su Gobierno; de eso sí es resultado la desigualdad.


Ustedes llevan tres años tomando decisiones para que la salida de la crisis se soporte sobre las espaldas de los más débiles, y por eso nos traen hoy estos presupuestos, unos presupuestos que mantienen el despilfarro y consolidan la
desigualdad, unos presupuestos elaborados al servicio del poder económico y del poder financiero, porque su supervivencia, la suya, la de su Gobierno, depende de la supervivencia de este sistema político viejo e injusto. Como dije, España, los
españoles no estamos condenados a ser gobernados por quienes prefieren mantener los chiringuitos de poder partidario, las estructuras opacas, tan negras como las tarjetas, consecuencia directa de esa forma de gobernar. No estamos condenados a ser
gobernados por quienes prefieren mantener el modelo viejo a invertir en educación, en investigación, en sanidad, en empleo, en futuro. En definitiva, como tantas veces decimos, gobernar es decidir, y ustedes deciden mantener toda esa estructura de
poder partidario, todos esos



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chiringuitos de poder, todo esto que nos ha llevado a la situación en la que hoy nos encontramos, en vez de invertir en todas estas cuestiones que son las que verdaderamente nos permitirían salir de la crisis y hacerlo en condiciones de
dignidad para todos los españoles. Nosotros no nos resignamos, señor ministro. No aceptamos como un designio divino esa cutre -cutre, sí- y mala política. Insisto, hay alternativa y se puede salir de la crisis de otra manera, antes y mejor. Se
lo voy a tratar de explicar analizando una parte al menos de los presupuestos. (El señor vicepresidente, Barrero López, ocupa la Presidencia).


Empezaré por analizar los números, sus falsas previsiones. El exagerado optimismo del cuadro macroeconómico se ha ido convirtiendo en una tradición presupuestaria desde el inicio de la crisis y el fingido entusiasmo de estos presupuestos no
desmerece del de los anteriores -ciertamente de otros Gobiernos también-. Analicemos las tres partidas en las que el Gobierno, su Gobierno, basa esa afirmación de que estamos ante una recuperación sostenible e irreversible. La primera es la
evolución positiva del consumo privado. Hagámonos, señor ministro, una sencilla pregunta. Si la renta disponible de las familias no ha aumentado, ¿cómo lo ha hecho el consumo de las mismas? Es muy sencillo y usted lo sabe. Se ha hecho ahorrando
menos y endeudándose más. ¿Es ese un patrón de crecimiento sostenible? La respuesta también es sencilla: no. Tan sencilla como la pregunta. Segunda variable, el aumento de la inversión. Es cierto que la inversión está creciendo, pero se ha
destruido tanto que hay margen para hacerlo. Con respecto a la inversión, lo importante es la inversión extranjera directa. Usted hablaba esta tarde de la inversión extranjera. Yo voy a insistir en ello pero en la dirección contraria. Usted lo
sabe, lo importante es la inversión extranjera directa, porque es realmente la que indica que hay confianza en el país porque se invierte en el sector productivo. Según el Banco de España -nada sospechoso de estar influido por esta portavoz-, esta
inversión, la extranjera, sigue cayendo en su participación sobre el total de inversiones recibidas. Son los últimos datos. Por tanto, ¿de qué presume? El último de estos tres factores, la evolución del sector exterior. La evolución de nuestras
exportaciones depende de nuestra competitividad -lo sabe todo el mundo-, pero también de la evolución de otras economías. Dígame usted cómo hacer esto sostenible, porque ni la coyuntura exterior -dos tercios de nuestras exportaciones se dirigen a
la Unión Europea y las tres principales economías de Europa están estancadas o en recesión- ni la competitividad basada en abaratar el trabajo permiten suponer que el sector exterior seguirá recuperándose al ritmo visto hasta ahora. De hecho, los
últimos datos -y usted lo sabe- son ya datos negativos, preocupantemente negativos en términos de exportaciones.


Una vez más cuadran ustedes las cuentas sobre el papel para cumplir el trámite presupuestario con la falta de rigor que les caracteriza. Ustedes siguen igual, o sea, su Gobierno sigue haciendo las cosas de la misma manera y al país,
consecuentemente, le va peor. Lo que importa, señor ministro, no son las grandes cifras, los grandes números en los que la gente se pierde. Lo que importa para saber si el presupuesto es un buen presupuesto es que la gente de hoy vive peor
-consecuencia de los presupuestos anteriores también-, con más desigualdad, con más desigualdad entre territorios y entre las personas que viven en cada uno de los territorios, y son también datos oficiales. (Aplausos). Es lo que importa, que hay
más pobreza y hay menos esperanza, las dos cosas.


Nuestro grupo considera que esta ha sido una legislatura perdida, perdida para la recuperación económica sobre la base de dos variables, la tasa de paro y la deuda pública. Cuando ustedes llegaron al Gobierno, en España había un paro del
22,85 %. La palabra que más ha repetido usted esta mañana en su intervención ha sido paro, por lo menos que yo me haya dado cuenta, porque me he puesto a poner palotes y me he perdido en el número 20. La palabra que más ha repetido esta mañana ha
sido paro. Como decía, cuando llegaron al Gobierno había un paro del 22,85 %, un paro que duplicaba el de nuestros vecinos europeos, pero tras su paso por el Gobierno, aunque se cumplan sus previsiones más optimistas, las que vienen acompañando a
estos presupuestos, la tasa de paro se quedará prácticamente igual, en el 22,2 %. La media europea es el 10,10 %. ¿En que hemos avanzado pues? Dígamelo, señor ministro. Con respecto al empleo, ustedes llegaron al poder con 17.800.000 personas
ocupadas y en la última EPA había casi medio millón menos de personas ocupadas. Incluso si se cumplen también aquí sus previsiones, las más optimistas -350.000 empleos, dicen ustedes, en el año 2015-, no se habrá creado empleo en toda la
legislatura. ¿Pues a qué viene tanto repetir empleo? ¿Por esto de los refranes de dime de qué presumes y te diré de qué careces: de haberlo creado?


La otra variable a considerar es la deuda pública, que ha crecido 30 puntos en tres años. Este sí que es un legado y lo voy a explicar luego. Esta sí que es una herencia que pesará como una losa sobre todos los españoles en los años
venideros. Efectivamente, este sí que es un legado de su Gobierno. Mis nietos -los dos pobres, Luca y Galder, pequeñitos- aún no lo saben, pero han recibido de ustedes una deuda



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de 21.500 euros cada uno, sin haber hecho nada. ¿Qué les han hecho estos chiquillos? Sin haber hecho nada, ya tienen una deuda de 21.500 euros. Una familia media de cuatro miembros tiene una deuda de 86.000 euros. Ustedes les dejan una
herencia -¡ya lo creo!-, un legado de 86.000 euros de deuda. Nos dirán que España necesitaba endeudarse, usted lo suele repetir. Necesitaba endeudarse para hacer frente a las necesidades derivadas de la crisis económica y también para pagar las
facturas que encontraron en los cajones, según el viejo latiguillo. Ustedes nos lo dicen siempre que salen aquí, que era para eso. Pero hay que explicar a los ciudadanos, señor Montoro, a qué han dedicado ustedes esos ingentes recursos, porque
ustedes se han endeudado, pero hay que explicar a la gente a qué lo han dedicado. Hay que explicarles también que no era inevitable dedicarlo a lo que ustedes lo han dedicado, o por lo menos no todo. (El señor ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, Montoro Romero, hace signos negativos). Déjeme, que le voy a explicar lo que a mí me parece; ojalá de la contradicción lleguemos luego a una vía de encuentro. Ustedes lo han dedicado básicamente al rescate generalizado
de las cajas de ahorros y de las comunidades autónomas, básicamente, prácticamente todo. La deuda privada de las cajas de ahorros -de las cajas de ahorros politizadas y parasitadas por políticos, sindicalistas y empresarios sin escrúpulos- se ha
convertido en un problema de deuda pública. Los chiringuitos que ustedes montaron y quieren mantener nos están saliendo muy caros a todos los españoles: 107.000 millones de euros invertidos ahí.


En cuanto al rescate generalizado de las comunidades autónomas, los mecanismos extraordinarios -entre comillas- de apoyo han proliferado hasta convertirse en ordinarios: 113.000 millones de euros, sí, apoyo a las comunidades autónomas que,
como hemos explicado en muchas ocasiones y a lo mejor en la réplica tenemos que insistir, no está condicionado. Ustedes pagan facturas, pero no está condicionado. Ellas siguen endeudándose en lo mismo y recortando en sanidad y en educación
fundamentalmente, en aquello que es la partida más grande que tienen en los presupuestos. Ustedes llevan años tratando los síntomas, pero no han hecho nada por combatir las causas. Sirva como botón de muestra el caso, por más reciente, del Consejo
Consultivo de la Comunidad de Madrid, al que se aferra el bipartidismo reinante como un percebe a una roca cuando sube la marea.


Déjeme que le haga alguna reflexión también sobre las principales propuestas de actuación de su presupuesto. El Gobierno ha presentado estos presupuestos generales como los presupuestos -como decía antes- para el crecimiento y el empleo y
ha destacado cuatro actuaciones: el aumento del 16,5 % del dinero destinado a fomentar el empleo; un incremento del 4,8 % en investigación y desarrollo; un 4,5 % de incremento en educación y un 4,4 % en cultura. Vistas así las cifras, se puede
pensar que se ha incrementado en partidas importantes. El problema, señor ministro, usted lo sabe bien, es que los porcentajes son muy sufridos y según con qué se compare pueden dar una visión muy distinta de dónde pone el énfasis el Gobierno. Si
comparamos el aumento presupuestario en las partidas de fomento del empleo, educación, investigación y desarrollo con el rescate, con dinero público, de Bankia, se obtiene otra comparación que me voy a permitir hacerle. El incremento de fomento de
empleo supone el 3 % del dinero público inyectado en Bankia; el incremento en educación supone el 0,43 % de lo destinado a Bankia; el incremento en I+D+i supone el 1,3 % de lo destinado a Bankia. O sea, el esfuerzo presupuestario que según el
Gobierno convierte a estos presupuestos en los del crecimiento y el empleo supone un 4,73 % del rescate a Bankia. No se trata, ministro, de introducir el debate sobre si el dinero es para el capital o el dinero es para el pueblo; se trata
simplemente de ver la magnitud, entre comillas, del esfuerzo. O sea, se trata de desenmascararles a los presupuestos y a ustedes.


Estos son también unos presupuestos en los que se perjudica la cohesión social y el crecimiento, ya que en ellos se consolidan los brutales recortes en el gasto social y productivo de años anteriores, porque son consecuencia de otros, no son
los primeros que hacen. Grandes grupos sociales -se le ha dicho aquí, pero voy a insistir en ello-, los que más necesitan del Estado, resultan perjudicados y quedan al margen de los beneficios de la supuesta recuperación: los pensionistas, los
empleados públicos y los parados. Todos esos damnificados -y con ellos todas sus familias- que usted ha señalado esta mañana como si fueran los beneficiarios de sus políticas y como si tuvieran algo que agradecerle. Aunque ya se ha dicho, hemos de
repetirlo. A los 9 millones de pensionistas se les suben las pensiones un 0,25 %. Es decir, un año más prácticamente nada; pierden poder adquisitivo. ¿Está de acuerdo conmigo? (El señor ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Montoro
Romero, hace signos negativos). Pierden poder adquisitivo. Y lo más grave es que, como nuestro grupo ya advirtió, la reforma de las pensiones que ustedes impusieron frente a todos hará que esa injusticia se repita en el futuro; una injusticia



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intolerable que afecta a personas que han cotizado a lo largo de toda su vida, que ya no tienen capacidad de reacción y que en muchos casos están colaborando al sustento de sus descendientes en paro.


Otra decisión relevante de su Gobierno consiste en congelar por quinto año consecutivo el salario de los 3 millones de empleados públicos. El efecto acumulado de estas decisiones que ha tomado su Gobierno contra los empleados públicos ha
supuesto una intolerable, injustificable, injusta, pérdida de poder adquisitivo del 30 %. ¿Por qué tienen ustedes tanta manía a los empleados públicos, aunque esta mañana nos haya recordado que tiene trece trienios? (El señor ministro de Hacienda
y Administraciones Públicas, Montoro Romero, hace signos negativos). Sí, porque cuando los denigró -su Gobierno lo hizo-, cuando dudó de su capacidad, cuando dudó de su eficiencia y cuando dudó de su esfuerzo -porque esto lo hemos debatido también
en esta tribuna; yo personalmente con usted-, eso fue un insulto y creo que hoy los vuelve a insultar al equiparar su esfuerzo -el que ellos hacen- con el que hace usted.


Alrededor de 3 millones de personas -otro elemento importante-, más de la mitad de los parados, no tienen cobertura, y ustedes reducen el gasto para la protección de los parados en un 15 %. Señor ministro, presumir de este menor gasto como
si fuera un ahorro atribuible a una supuesta salida del paro hacia el empleo me parece francamente -voy a decir una palabra que igual es fuerte e inadecuada- una obscenidad. Presumir de que esto se hace porque es una salida, porque han encontrado
empleo, me parece una obscenidad, porque además ni siquiera se corresponde con los datos de paro que usted reconoce en los presupuestos que vamos a tener a final del año que viene. O sea, para los 15 millones de pensionistas, empleados públicos y
parados sin prestación -para todas sus familias- resulta un insulto que ustedes califiquen estos presupuestos como los de la cohesión social y la recuperación. Para todos ellos, para mi grupo, estos son los presupuestos del abandono de los más
débiles y de la insolidaridad; los presupuestos del sálvese quien pueda; los presupuestos de un Gobierno sin empatía, sin sensibilidad social y sin ambición de país. Una política de empleo inteligente debiera ayudar a los desempleados, muchos de
ellos con formación escasa o inadecuada, a adaptar sus conocimientos, facilitando que puedan dirigirse hacia nuevos sectores de actividad, pero eso no será posible -y usted lo sabe, señor ministro- mientras los recursos destinados a esas políticas
sean poco más de la mitad de lo presupuestado en 2010. Para decirlo de otra manera, con estos presupuestos que nos traen, en 2015 se gastará por desempleado un 14 % menos de lo que se presupuestó en 2012. ¿Usted cree que esa es una fórmula para
rescatar a los parados? ¿O cree usted que los contratos de dos horas a la semana es crear empleo? ¿Usted cree de verdad que eso es crear empleo y que eso es sacar al país de la crisis?


Desenmascaremos otra patraña. El incremento del 4,5 % en educación y del 4,8 en I+D+i, dos pilares fundamentales del crecimiento que suponen recuperar, estos dos incrementos, solo el 8,4 % de los recortes acumulados en estas dos partidas a
lo largo de su mandato. Esto hay que recordarlo. Han subido estas partidas, sí. ¿Y cómo se quedan? Pues esto supone recuperar el 8,4 % de todo lo que han recortado en los años anteriores. Esa es la verdadera dimensión de las subidas. Hay que
desenmascarar también esta patraña porque a la gente hay que decirle la verdad. Vale que estemos en un año electoral, señor ministro. Vale que estemos ante unos presupuestos electorales que usted esta mañana presentaba diciendo que otros también
los hicieron en años anteriores. No creo que sea una disculpa, pero hay que tener muy poquita vergüenza para afirmar que con estos datos estamos ante los presupuestos del crecimiento, invirtiendo esto en estas partidas tan esenciales. Lo mismo
ocurre en partidas como la sanidad o los servicios sociales, fuertes recortes desde el inicio de la legislatura y ahora una subida mínima, el 2,4 %. ¡Impresentable!


Lo mismo se podría decir de la inversión en nuevas infraestructuras -esto también es clave para el desarrollo y la competitividad de un país-, cuyo presupuesto se ha recortado en estos años desde el inicio de la crisis en dos tercios. Pero
no solamente se ha recortado mucho y se incrementa un poquito, sino que lo peor es que de este presupuesto menguado, ustedes, por eso de que gobernar es decidir, convierten en la prioridad inversora la ampliación de la alta velocidad, pese a que
todos los estudios académicos coinciden -todos absolutamente- en el exceso de inversión que ya existe en alta velocidad frente a cercanías y transportes y en su insuficiente rentabilidad social. Importante, económica, pero también y
fundamentalmente social. (El señor presidente ocupa la Presidencia). O sea, este es un ejemplo más de electoralismo y despilfarro, claro está, al servicio de una causa, ganar las elecciones locales aunque se hunda el país.


Haré una breve reflexión sobre sus optimistas previsiones de ingresos. Para que cuadren las cuentas, el Gobierno hace una estimación bastante optimista de dos partidas fundamentales, una de las partidas,



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los ingresos fiscales, otra, las cotizaciones a la Seguridad Social. Sigue el engaño, señor ministro. En cuanto a los ingresos fiscales sigue el engaño porque creo que es preciso aclarar que, a pesar de la propaganda de su ministerio, en
estos presupuestos se mantiene la mayor parte de las enormes subidas de impuestos sobre las rentas medias y bajas perpetradas en años anteriores. La cacareada reforma fiscal de su Gobierno devolverá a los sufridos contribuyentes a la situación de
partida antes de que el Gobierno subiera los impuestos de IRPF -eso si también las comunidades autónomas actúan- y mantendrá todas las subidas del IVA, del IBI, de los impuestos especiales... En cuanto al uso del márquetin, ministro, piense un poco
en esto que le digo, bueno, ya sé que piensa en todo pero también en esto, ¿usted cree que el márquetin en año electoral va a volver a servirles? Yo creo que no, que se va a volver en su contra, porque los ciudadanos saben perfectamente el dinero
que sale de sus bolsillos, lo que tienen que pagar y saben también las dificultades que tienen para llegar a final de mes. No se puede engañar a todos todo el tiempo; a unos pocos, durante un cierto tiempo; a todos, todo el tiempo, es imposible.
Los ciudadanos cuentan los días que les faltan para perderles de vista. En tanto sigan haciendo presupuestos así, los contarán todavía con más afición.


Tampoco debemos olvidar los nefastos efectos de la amnistía fiscal; los efectos nefastos que ya conocemos y los que irán saliendo a la luz por acción de los tribunales, no por la colaboración y transparencia de su Gobierno. A los
ciudadanos cumplidores se les han exigido tipos marginales nórdicos, mientras que a los defraudadores se les ha aplicado un tipo efectivo del 3 %, libre de multas, intereses de demora o recargos de ningún tipo. Como ya hemos denunciado en
anteriores ocasiones, las amnistías fiscales violentan principios éticos y constituyen una renuncia a las responsabilidades tributarias, pero perseguir el fraude fiscal y mantener a los amiguetes puede que les resulte incompatible y por eso hacen
una opción, no perseguir el fraude fiscal. En la lucha contra el fraude, ministro, ustedes han tirado la toalla, y no sé si eso es un piropo. A lo mejor es que no la cogieron nunca. Mientras se mantenga su política en materia fiscal, mientras la
Agencia Tributaria no pueda reponer más que a una de cada dos bajas, ni se hará justicia, ni se incrementará la recaudación, ni se perseguirá a los defraudadores. Pero, ¡ah, la familia! Respecto a las cotizaciones a la Seguridad Social, sus cifras
son también insostenibles, porque aunque se cumplieran sus previsiones, el aumento de la recaudación de las cotizaciones a la Seguridad Social sería prácticamente la mitad de lo que ustedes presupuestan. Ustedes presupuestan 6.993 millones y si se
cumplen sus previsiones serían 3.496 millones. ¿No les da vergüenza prever que las cotizaciones se incrementarán en un 6,8 % cuando según los últimos datos de ejecución presupuestaria -los suyos- las cotizaciones están creciendo solamente un 1 %?


Una última consideración para ir acabando. Es un clásico de mi grupo, pero no quiero dejar de recordar que estos presupuestos reflejan también el carácter cada vez más residual del Estado. Detrás de las grandes cifras, lo que subyace es un
Estado que ha ido perdiendo capacidad para articular políticas comunes que nos permitan salir de la crisis en condiciones de justicia e igualdad para todos los españoles. En estos años de dura crisis económica y social las comunidades autónomas
competentes, como le decía antes, en las políticas con más capacidad para la cohesión y la igualdad española, como lo son la educación, la sanidad o las políticas sociales, han recortado gastos principalmente en esas áreas, mientras mantenían las
estructuras improductivas sin que ustedes se lo condicionaran; y todo ello, a pesar de recibir ingentes cantidades de dinero de todos los españoles para sanear sus economías. Para ejemplo, aunque me repita, entre miles, recuérdese por su reciente
notoriedad el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, que por cinco veces consecutivas hemos intentado disolver y se han negado, eso sí, con alguna compañía que también está en esta Cámara.


Como dije al inicio de esta intervención, hay alternativas tanto a sus políticas como a su forma de gobernar. Se puede hacer otra política y se puede hacer política de otra manera. No es posible salir de la crisis sin regenerar la
democracia y no es posible regenerar la democracia con unos presupuestos elaborados para mantener unas estructuras opacas, duplicadas e inservibles que sangran al Estado, a sus ciudadanos y frenan la recuperación. Entiéndame, señor Montoro, la
corrupción política y económica está en el diseño, en el modelo que estos presupuestos consolidan, está en los organismos parasitados por los partidos políticos, en las instituciones inservibles, en los consejos, en las sociedades públicas, en todas
esas que ustedes sostienen para mantener el poder y para garantizarse un retiro de lujo. La corrupción está en la justicia politizada. La corrupción está en las reformas estructurales pendientes. La corrupción está en la falta de transparencia
con la que funcionan las instituciones. La corrupción está en el entramado insostenible de comunidades autónomas, ayuntamientos y diputaciones que ustedes no quieren abordar. La corrupción está en una reforma fiscal injusta. La corrupción, señor
ministro, no solo es robar o no es



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solo robar, la corrupción es esencialmente el diseño de un sistema que permita, consienta y posibilite la impunidad de los corruptos. Porque un sistema opaco, plagado de duplicidades, sin órganos de control independientes termina
indefectiblemente corrompido, y esto, lamentablemente, es lo que ocurre en España. ¿Sirven estos presupuestos para reformar este sistema? No, no sirven. Lo mantienen y lo consolidan. Por eso le pedimos su devolución, porque son unos malos
presupuestos que ni sirven para desmantelar este sistema corrupto, ni sirven para resolver los problemas de los españoles, y porque no nos resignamos -por eso les pedimos también la devolución- a que siga creciendo la desigualdad y la pobreza
mientras se sostiene y se mantienen los chiringuitos de poder. Sabemos que a lo mejor en este momento ni pueden ni saben o ni quieren y no saben hacer otra cosa que lo que están haciendo, pero eso les convierte en una rémora. ¿Hay solución? ¿Hay
alternativa? ¿Hay esperanza? Sí. Esa España que usted ha alabado, esa sociedad tan justa, tan valiente, tan sufrida de la que usted ha hablado en varias ocasiones esta mañana y también esta tarde, es capaz de salir adelante a pesar de ustedes.
Es capaz de salir adelante, sí. Esa sociedad sabe que hay esperanza, que el tiempo apremia, pero que el tiempo no está perdido del todo, que es verdad que cuanto antes escuchen y rectifiquen, que cuanto antes terminen, que cuanto antes dejen el
Gobierno, antes empezaremos a salir de la crisis. Por eso, porque creemos que hay esperanza, porque creemos que son unos malos presupuestos, porque creemos que consolidan una sociedad más injusta y más desigual es por lo que presentamos esta
enmienda a la totalidad y por lo que pedimos su devolución al Gobierno.


Gracias, presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Díez.


Señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Señorías, señora Díez, ha acabado usted igual que el líder socialista, pidiendo exactamente lo mismo que don Pedro Sánchez; cada vez se parece usted más a lo que son sus orígenes. Es lo que pasa en esta vida, que pretendemos ser distintos
y nos volvemos coherentes con esos orígenes. Es así, ya se lo dije en el debate de presupuestos del año pasado. La señora Díez, que es nueva en política, que nunca ha estado en el Partido Socialista, que no estuvo ocupando un escaño con el Partido
Socialista cuando la corrupción estaba en el Banco de España, en la Dirección General de la Guardia Civil; ella no estaba en el Grupo Socialista ni en el Parlamento; ella es nueva y como es nueva habla con esa libertad de cátedra que le da esa
categoría. (Aplausos). Es así, y esos son los discursos de la señora Díez. Ya le digo, se parece usted a don Pedro Sánchez, ha acabado exactamente igual. Será casualidad, coincidencia, pero todos volvemos a los orígenes. Es cuestión también del
tiempo e incluso de la madurez de la edad.


A partir de eso, señora Díez, tiene usted mucha razón en su planteamiento. Usted, UPyD no ha hecho nada por superar la crisis económica en España, nada. Usted no ha apoyado nada fundamental de las propuestas que ha traído el Gobierno, no a
los Presupuestos Generales del Estado. Es más, lo negó el año pasado y lo ha vuelto a negar hoy: en España no hay recuperación económica. Lo ha dicho así y se queda igual que La Izquierda Plural; está en la misma línea. UPyD, que está cada vez
más centrada en sus planteamientos, niega que haya crecimiento económico. Lo que le digo a tantos grupos políticos, ¿está creciendo o no está creciendo el producto interior bruto en España? ¿Está creciendo o no, señora Díez? ¿Hay crecimiento?
(La señora Díez González pronuncia palabras que no se perciben). Sí, si ya sé que me oye, lo estoy diciendo para que luego suba aquí y responda. Usted dice que no, no hay crecimiento. ¿Hay 365.000 afiliados más a la Seguridad Social que hace un
año? ¿Sí o no? Le pregunto. Nada, eso no es nada, 365.000 cotizantes en el último año cumplido, desde septiembre del año pasado a septiembre de este año. Podía haber ocurrido que siguiéramos cayendo.


Hemos vivido una recesión económica en España y en toda Europa en 2012 y en 2013. Su señoría la conoce. Ahora estamos liderando desde España la salida de la crisis económica de la zona euro. Es lo que nos dicen todos los organismos
internacionales, incluyendo el Fondo Monetario Internacional, que de Europa el único país que ha revisado al alza sus previsiones ha sido España. Eso, ¿es verdad o no? ¿No es verdad? ¿Tampoco? Eso también lo hace el Gobierno. Todo lo que hace
el Gobierno es mantener un sistema político, como a ellos les gusta decir, un entramado político que llaman de corrupción. ¡Qué discursos políticos! Señora Díez, ¿usted pidió el rescate de España en agosto del año 2012 o no?, ¿no era usted?, ¿era
su reproducción? (Risas). Usted quería que España fuera rescatada; usted quería que España fuera intervenida; usted quería que a España le pasara lo que les ha pasado a los países europeos



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hermanos. Eso fue lo que usted pretendía en el año 2012. A partir de ahí, ¿cuál está siendo su aportación a las reformas que hemos traído a esta Cámara? ¿Cuál ha sido su aportación a los Presupuestos Generales del Estado? Lo que ha hecho
esta tarde: mantener que en España no hay crecimiento, no hay creación de empleo, no se está creando ningún empleo, no hay más cotizantes a la Seguridad Social, la recaudación tributaria no está yendo mejor porque la economía no está yendo mejor
-eso no existe, todo son cifras pintadas-, el fraude fiscal campa por sus respetos en nuestro país. Por eso, aumenta la recaudación tributaria, por eso hay tantos casos de fraude fiscal conocidos. ¿Usted se ha preguntado por qué hay tantos casos
de fraude fiscal conocidos? ¿En eso no tiene nada que ver el Gobierno? Qué coincidencia, el Gobierno pasaba por allí y resulta que hay muchos más casos de fraude fiscal. Esa es otra mera coincidencia. Sube a decir que no se está luchando contra
el fraude fiscal con las leyes antifraude más severas que ha habido en nuestra historia, con un afloramiento de bases declaradas fuera de España, con un afloramiento de bases patrimoniales afloradas dentro de España que hoy se están conociendo, como
ya les he dicho. No ha habido amnistía fiscal en España, ha habido una declaración tributaria extraordinaria cuya información está en la Agencia Tributaria, nombre a nombre, y junto a ello está la declaración 720, que permitió aflorar más de 80.000
millones de euros por parte de casi 40.000 contribuyentes. Información nombre a nombre, en la que la Agencia Tributaria, como decía recientemente el director en un acto público, está inspeccionando la legalidad del origen de esas rentas y -por
descontado, porque es su obligación- si ha habido patrimonios ocultos aflorados. ¿Eso está ocurriendo o no? ¿Es otra fantasía? Son cifras, como dice su señoría. Ahora sube la política de I+D+i. Pero sube, como dice su señoría. ¿Estamos subiendo
o no estamos subiendo la inversión? ¿No sube más de un 3 % el gasto público de pensiones? Y sin inflación. No hay inflación. Por primera vez en la historia económica de España no hay inflación. La inflación es el impuesto más injusto que puede
existir, el que más profundiza en la división social, el que más perjudica a las personas, a las familias que tienen menos capacidad económica. Eso es lo que no hay en España en este momento: inflación. No hay inflación. Por tanto, no hay
pérdida de poder adquisitivo si no hay inflación; antes al contrario, se gana poder adquisitivo con la misma renta monetaria que tienes. Esa es la diferencia con lo que estamos viviendo como consecuencia de los cambios económicos que se están
produciendo en nuestro país. No hay inflación.


A partir de esto hay algunas afirmaciones que me han dejado tocado. ¿O sea que las familias españolas se han endeudado más? Le han asesorado mal, señora Díez. Ya le he dicho esta mañana que las familias españolas en los dos últimos años y
medio se han desendeudado, han desapalancado -que significa que se han desendeudado-, en 70.000 millones de euros, en 200.000 millones de euros las empresas de nuestro país, obviamente las grandes empresas, porque las pequeñas ya no tenían problema
de apalancamiento financiero ninguno después de tantos años de crisis. Ya se lo he dicho. ¿Cómo dice que hay consumo porque se están apalancando las familias? Formidable explicación de teoría económica. Eso significa que se están apalancando
porque hay más crédito bancario, ¿o no? ¿O se están apalancando porque las familias van al mercado de capitales y emiten como familias bonos o diferentes emisiones de deuda? Me parece formidable el argumento que acabo de escuchar respecto de que
en España, ya lo saben, hay mucho crédito bancario, las familias vuelven a tomar mucho crédito bancario, se están endeudando y por eso aumenta el consumo. Magnífica explicación de UPyD en el debate de Presupuestos Generales del Estado para el año
2015. Va a pasar a los anales de la historia económica de España, señora Díez. Eso le pasa porque usted sube y lee unos papeles. Para esto del debate de presupuestos hay que tener una cierta base, porque no se puede subir aquí diciendo:
despilfarro, corrupción, desigualdad... Se parece usted a esa otra izquierda que teníamos antes, cada vez está usted más en esa posición (Aplausos) respecto de la desigualdad. ¿Pero estamos subiendo las partidas de protección social o no? ¿Cuánto
suben?


Habla de presupuestos electoralistas. ¿Cuánto sube el gasto de los ministerios? Nada. Lo he explicado esta mañana. No sube nada. Vaya forma de hacer electoralismo, no sube nada el conjunto del gasto de los ministerios. Por cierto, ¿es
tan malo hacer electoralismo? ¿La gente no entiende? ¿A la gente la engañas con una cifra de presupuestos? ¿No lo viven en su propia realidad? Cuando haces una reforma tributaria que baja los impuestos, ¿eso es hacer electoralismo o es promover
una política para que mucha gente que no puede ver las consecuencias positivas de la recuperación económica, millones, lo reciban a través de la reforma fiscal? ¿No es eso? ¿Qué es hacer electoralismo o qué es hacer políticas públicas? ¿Estamos
saliendo de la crisis o no? Según UPyD, no estamos saliendo de la crisis. Por eso les decía que están cada vez más cerca de una posición política de La Izquierda Plural, con la que ya hemos tenido el honor de debatir antes. No hay esa salida de
la crisis en nuestro país. Todo esto que dicen los organismos



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internacionales, todos los analistas dentro y fuera de España, no es verdad porque UPyD lo niega desde su autoridad moral, que es la que tiene la señora Díez especialmente para hablar de todo esto, de chiringuitos..., siempre con la misma
terminología. ¿Pero usted cómo llama chiringuitos a unas administraciones públicas? ¿Por qué los llama así? ¿Cómo vamos a rescatar a comunidades autónomas si lo que hemos hecho ha sido financiar el pago de esos servicios públicos? ¿Le tengo que
explicar otra vez lo que son proveedores? ¿Le tengo que explicar el Fondo de liquidez autonómica? ¿Pues no ha dicho su señoría que hemos promovido el Fondo de liquidez autonómica sin condiciones? ¿Que hemos promovido la operación proveedores sin
condiciones? ¿Eso se lo ha preguntado a alguien que esté gobernando un ayuntamiento y que haya entrado en proveedores? ¿Eso se lo ha preguntado a alguien que haya gobernado una comunidad autónoma que esté en proveedores y en el FLA, si está sin
condiciones? Para eso estamos, como le decía, para escuchar las propuestas, pero también tengo que subir a la tribuna a poner de relieve sus contradicciones. Usted no se ha leído la normativa, ni de proveedores, que vino aquí en forma de
decreto-ley para la corporaciones locales y fue voluntario para las comunidades autónomas, ni del Fondo de liquidez autonómica, que por supuesto está regulado por ley y se le imponen unas condiciones. Esas condiciones son las que llevan a que los
Gobiernos autonómicos y municipales busquen el cumplimiento del objetivo de déficit y facilitan un crédito que está sirviendo para rescatar a los servicios públicos, a la educación, a la sanidad, a las prestaciones sociales. Ya lo he explicado
incluso cuantitativamente esta mañana, pero como la señora Díez tenía escrito su discurso, esta mañana no le han servido las explicaciones de cuánto hemos financiado en materia de sanidad pública. Ya le he dicho esta mañana que, a través de la
movilización de los diferentes recursos puestos por el Gobierno de España desde el comienzo de la legislatura, hemos inyectado solo en la sanidad pública de las comunidades autónomas más de 50.000 millones de euros. Pero esto es rescatar
comunidades autónomas, es rescatar chiringuitos, es rescatar el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. Este es todo el argumento. Esto es hacer política de altura, de la que realmente promueve la recuperación económica. Ya lo saben. Si se
suprime el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid salimos de la crisis económica, en conclusión.


Señora Díez, estamos hablando de un proyecto político que está detrás de este presupuesto, que está ayudando a la recuperación económica de España. Lo está haciendo mediante el gasto social de comunidades autónomas y de corporaciones
locales. Vamos a seguir promoviendo ese gasto social y a hacer lo que estamos llamando ese FLA social para las corporaciones locales, para que aquellos ayuntamientos a los que no paga la comunidad autónoma el convenio delegado de la política social
puedan garantizar ahora esa financiación a través del Estado. Todo esto es lo que estamos haciendo. ¿A quién estamos rescatando entonces? ¿No rescatamos a los ciudadanos? ¿No? ¿A quién rescatamos, según ustedes? Tienen una teoría política que
a ver si me la explican, pero con números y con contenidos de lo que estamos aprobando en esta Cámara, porque para hacer lo que ha hecho aquí... Sobre todo, a ver si nos aclara si usted es la misma líder de UPyD que pedía el rescate de España en
agosto de 2012; a ver si es la misma o se ha transformado. (Aplausos).


Rescate de la banca. Ese rescate no está cubriendo las responsabilidades de los gobernantes de la banca, como estamos viendo todos los días. En absoluto las está cubriendo, ni siquiera tapando; todo lo contrario, está permitiendo una
clarificación de conductas que puedan entenderse como impropias en la gobernanza de la banca. Eso se está haciendo porque ha habido un proceso de intervención, porque ha habido un proceso de recuperación de las reglas de buena gobernanza
corporativa en nuestro país. Si no se hubiera hecho la reestructuración del sector bancario y de las cajas de ahorros, ahora estaríamos pagando las consecuencias, como ha ocurrido en otros países en los que ha quebrado el sector bancario. Se está
rescatando a los depositantes, a los clientes del sector bancario y, como he dicho antes, la confianza de España entera, porque un país no puede tener una banca que no esté saneada. Ahora se van a hacer los test de estrés elaborados por las
autoridades de supervisión bancaria de Europa; vamos a ver qué sale de esas pruebas, porque el sector bancario ahora es solvente y está saneado, y sin él sería completamente imposible que estuviéramos hablando de salir de la crisis económica, de
recuperarnos.


Deuda pública. También lo he explicado, señora Díez, esta mañana. ¿De dónde viene la deuda pública? ¿De dónde viene: del despilfarro, del Gobierno, de que nos ha dado por endeudarnos hasta nuestros nietos? Tiene que cuantificar sus
argumentos, ¿o no? Queda mejor así: mis nietos... Si no salimos de la crisis económica, tendremos una España muy empobrecida; como usted sabe muy bien, tendríamos una España que sería imposible que estuviera en la unión económica y monetaria
europea. Estamos viviendo precisamente la confianza de quienes internacionalmente nos están prestando sus



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recursos, porque ellos están entendiendo lo que estamos haciendo con esa toma de deuda pública; lo están entendiendo. Es la deuda originada por ese saneamiento bancario para dar cobertura a tantos servicios públicos que estaban pendientes
de pago; es una deuda que está siendo compatible con la reducción del déficit público y con la posición de las administraciones públicas, porque si no se hubieran generado esos recursos financieros cada vez con más confianza de los mercados...
¿Por qué nos prestan a estos tipos de interés los mercados? Desde luego, si la escucharán a usted, ¡qué atrocidad estaríamos haciendo en términos de política de financiación del Estado! Usted ya estaba por el rescate de España, y eso es lo que
hubiera convenido -no sé dónde- políticamente a su grupo. Como le digo, señora Díez, si rebajara un poco el tono de sus intervenciones respecto de lo que está significando... (La señora Lozano Domingo hace gestos al orador). ¿Le gusta, doña
Irene? Se lo dedico también a usted. (Aplausos). Si rebajaran el tono de sus intervenciones e introdujeran un punto de sensatez; si hicieran una aportación más sensata a la política económica de España, seguro que tendríamos ocasiones para
realizar un debate. No sé dónde está UPyD, francamente; no sé exactamente cuáles son sus alternativas y sus posiciones fuera de esta crítica fácil que se contrarresta haciendo la consideración siguiente. Hay una recuperación económica en marcha
en España y un crecimiento económico todavía corto que tenemos que fortalecer en la segunda parte de la legislatura. ¿He hablado mucho de paro esta mañana? No, he hablado mucho de empleo, que es lo que importa. Con las políticas hay que generar
empleo, que es el sentido último del conjunto de las políticas, incluyendo las políticas de educación y de formación profesional. Ese es el sentido de la política y el que obviamente también debe tener la política en la oposición. Dice que es una
legislatura perdida. Ese es su balance. En una España en recuperación económica usted es -si me permite que le devuelva la expresión, señora Díez- la que se está perdiendo en términos de contenidos políticos. (Aplausos). Súmese a la voluntad de
los españoles, que es superar esta crisis cuanto antes.


Gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Señora Díez. Cinco minutos.


La señora DÍEZ GONZÁLEZ: Sí, presidente, cinco minutos. Seguro que voy a tener tiempo, telegráficamente, de darle alguna respuesta al ministro Montoro.


La primera es que estoy aquí, porque dice que me he perdido. Llevo un vestido de unicornios. ¿Sabe usted esa canción de Mi unicornio se perdió? Pues no me he perdido, estoy aquí. Si quiere usted saber dónde está UPyD, nos mira y, sobre
todo, mira lo que hacemos. Así nos ubica inmediatamente. ¿Por qué se conoce ahora tanto fraude y tanta corrupción? Entre otras cosas, porque este partido político, que usted no sabe dónde está, está en los tribunales para limpiar. (Aplausos).
¿Me comprende?


Segunda consideración. Como usted no ha hablado de presupuestos en todo el día no se ha dado cuenta, pero este es el debate de las enmiendas a la totalidad. Por eso todos los grupos acabamos de la misma manera: pidiendo la devolución. Yo
he acabado igual que el Grupo Parlamentario Socialista y que los demás. Todos terminamos pidiendo la devolución. Cuando ustedes estén en la oposición, terminarán pidiendo la devolución y otros les contestaremos desde el Gobierno (Risas.-Un señor
diputado: ¡Ah!-Rumores), pero ahora todos terminamos de la misma manera. No; si no tengo prisa, no se preocupen. ¿O sí? La prisa la tienen los españoles por que se vayan ustedes.


Tercera cuestión. Ha dicho usted esta tarde hablando con el representante de Convergència i Unió que pedía a los medios de comunicación que sacaran algunas de las frases que usted estaba diciendo. Yo también pido a los medios de
comunicación, por favor, que saquen esa frase en la que el ministro Montoro ha dicho que no hemos apoyado ninguna de sus políticas económicas. Por favor, sáquenla, porque la voy a utilizar para los videos. Quiero que saquen que no somos
responsables de lo que ha hecho su Gobierno. Por favor, saquen esa cita porque nos sentimos bien identificados con ella. Ustedes decían al Gobierno de Zapatero en la anterior legislatura que sería suicida que apoyaran sus políticas. Sería suicida
y muy antipatriótico que nosotros apoyáramos sus políticas y sus posiciones. Por cierto, le apoyamos una ley, la de estabilidad financiera, que ustedes no han querido aplicar. Condicionaba mucho más el rescate a las comunidades autónomas que lo
que ustedes hacen, pero no ha tenido ninguna voluntad de aplicarla; por eso les apoyamos una, pero luego no la han aplicado, fíjese por dónde.


Comentaba si era yo la que dije lo del rescate. Sí, era yo y estaba allí arriba; era un debate en el que yo le hacía preguntas al presidente del Gobierno y le animaba a que dijera conmigo: res-ca-te. Ustedes dicen que no ha habido un
rescate. ¿Por qué será que han venido esta semana los llamados hombres de



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negro a evaluar si ya habíamos cumplido definitivamente con las condiciones del rescate financiero? ¿Por qué celebraron ustedes el fin del rescate financiero si no había habido rescate en España? ¿Por qué celebramos algo que no ha
ocurrido? ¿Me lo cuenta usted también? ¡Pero si han estado esta semana aquí haciendo la última valoración, la evaluación final! Sí, ha habido 40.000 millones de rescate financiero; res-ca-te. Ha sido financiero, parcial, sí; pero rescate. No
cuesta nada decirlo, porque es la verdad, rescate financiero. (Aplausos). Sí, lo ha habido; son 40.000 millones y lo tenemos que devolver con intereses -ya veremos cómo-.


Me anima usted a que mire los datos de empleo. Si ya los he mirado, he utilizado los suyos, hombre. Yo los he utilizado -se lo he dicho- con la evolución de los tres años; lo he comparado con cuando llegaron, porque este es un buen
momento para hacer balance. Usted lo compara con el año pasado; comparando con el año pasado, sí, pero no comparado con cómo cogieron el país. ¿O no lo cogieron? Usted, que tanto habla de la herencia recibida... ¿O no lo cogieron? Pues lo
dejan igual, con el doble de parados en España que la media europea. Son sus datos, no los míos; ya lo creo que he mirado los datos, naturalmente que sí.


Me decía usted también que había que rescatar a las comunidades autónomas y que estaría bueno que no rescataran a las comunidades autónomas o a las cajas de ahorros; que si yo no considero que estén ustedes rescatando a los ciudadanos.
Pues no, no lo considero. Dice usted que han rescatado en las cajas a los depositarios. No diga esas cosas; han garantizado los 100.000 euros, sí, pero el dinero no se ha dedicado para rescatar a los depositarios; no diga usted esto. ¿O han
rescatado a los preferentistas? ¿No hay damnificados de esas cajas de ahorros que ustedes han rescatado? ¿No son ciudadanos comunes y corrientes a los que se ha engañado y quienes les han engañado -suerte que están a los tribunales ahora- han sido
después recolocados en otros sitios? No diga usted que ustedes han rescatado los ciudadanos, porque no los han rescatado. Efectivamente gobernar es optar, y ustedes han optado por hacer una determinada política en la que se rescata la enumeración
que ustedes han hecho esta mañana, en la que no están los ciudadanos. Esta mañana usted ha dado la lista de personas afectadas negativamente por sus políticas, y se ha querido atribuir algún mérito respecto de ellos. Miramos los números, sí.


El señor PRESIDENTE: Señora diputada, tiene usted que terminar.


La señora DÍEZ GONZÁLEZ: Termino.


Miramos los números y sabemos compararlos. Dice que qué es eso de los chiringuitos. Oiga, fue el presidente del Gobierno con tres años de retraso quien reconoció que, si se terminaba con todas las duplicidades montadas sin ninguna
utilidad, nos ahorraríamos 28.000 millones de euros. Por cierto, es una cifra que yo le di tres años antes y que usted me desmintió; de eso hablamos.


Termino, señor presidente. Muchas gracias.


Finalizo haciéndole una petición que sé que no va a tener éxito, porque no lo tiene ni conmigo ni con nadie, pero igualmente se la voy a hacer. Yo no vengo aquí para que usted me examine, yo le estoy examinando a usted. Usted está en el
Gobierno y yo estoy en la oposición. No vengo aquí a hacer oposiciones, y si las hiciera usted no sería la persona que me tendría que examinar. Yo hago oposiciones -porque vivimos en democracia- cuando me presento a las elecciones; si me votan
las apruebo y si no las suspendo, pero usted no me suspende jamás. (Aplausos.-Un señor diputado: Bien.-Rumores).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Díez.


Señor ministro.


El señor MINISTRO DE HACIENDA Y ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Montoro Romero): Gracias, señor presidente.


Lejos de mi ánimo examinarla, ¡por Dios! (Risas). No le voy a dar una calificación, pero si le tengo que señalar las contradicciones que su señoría ha expuesto en la tribuna, ¿o no tengo ese derecho? Usted no ha respondido a nada de lo que
yo le he planteado respecto de las cosas que ha dicho de endeudamiento de las familias. Usted ha subido ahí a leer un discurso que tenía prefabricado y con falta de autenticidad. Lo único que me ha quedado claro en el día de hoy son dos cosas:
primera, que UPyD y la señora Díez estaban por el rescate de España -eso ha quedado claro, sentenciado- y, segunda, que de ayudar en términos de arrimar el hombro, de apostar políticamente, nada -eso también está ahí para los anales-.


Hemos sacado dos buenas conclusiones, que usted maneja bien los presupuestos... No, esa no la hemos sacado, ¡solo me faltaba! Voy a añadir algo, señora Díez. Déjeme que le diga que no es lo mismo,



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como país, bajar su actividad, que tengamos una recesión, que subir, que tengamos un crecimiento económico y que se haya frenado la destrucción de puestos de trabajo y pasemos a una fase de creación de puestos de trabajo. Es muy distinto.
Entiendo que se traten de hacer balances, pero no es lo mismo; lo que estamos ganando ahora es una trayectoria alcista, y tenemos que consolidarla. ¿Esa es una responsabilidad primero del Gobierno de España? Sí, pero no es únicamente del Gobierno
de España. Ustedes hacen un flaco favor a nuestra sociedad, a España, cuando niegan que este país se pueda recuperar, como se está recuperando. Es grave lo que usted ha hecho esta tarde, señoría, porque ha entendido que los balances son resultado
de unos procesos o de unos calendarios legislativos. Es algo muy diferente estar viviendo una recesión de seis años, en la que realmente se han perdido más de tres millones y medio de puestos de trabajo, a estar mejorando, como me ha reconocido, el
último año en empleo. El siguiente año tenemos que seguir mejorando en empleo, y el siguiente del siguiente, con independencia de quién esté sentado aquí, en los asientos azules del Gobierno de España. Esa es la responsabilidad de los que hoy
ocupamos estos escaños, señoría. (Aplausos). Su señoría no ha apostado por nada eso, y ese también es su balance de legislatura. Apostaron por la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera, y ahí se quedó la cosa. A
partir de ello, cada uno va a sacar su balance de lo que ha sido la contribución a esa recuperación económica, con crecimiento del empleo; a esa recuperación de la credibilidad internacional de España y a esa credibilidad europea.


Usted sabe perfectamente que España está sometida a procedimientos de corrección de déficit excesivo; esa es la gobernanza europea. Eso va mucho más allá del MOU, del llamado rescate bancario. Estamos sometidos porque somos miembros de
ese club, y queremos seguir siéndolo. Somos europeístas, no solamente europeos, y queremos más integración en Europa. Por eso no pasa nada porque vengan desde las instituciones europeas, porque ya estamos en ellas. UPyD debería celebrar que
estemos en esas instituciones europeas y apostar por ellas, con independencia de las personas de UPyD que estén representando a su grupo en las mismas; lo importante son los proyectos políticos. En ese terreno, señora Díez, permítame que le haga
también el saldo de lo que ha sido la intervención de esta tarde. Usted calificará la legislatura de perdida, y yo creo que la ocasión la acaba de perder usted como líder de UPyD por no hacer una apuesta mucho más positiva de país, de España dentro
de Europa, para fortalecer esa recuperación económica y la consiguiente creación de empleo.


Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).


El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.


Se suspende la sesión.


Eran las nueve y veinte minutos de la noche.