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BOCG. Congreso de los Diputados, serie D, núm. 532, de 12/01/2000
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BOLETÍN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

VI LEGISLATURA

Serie D: 12 de enero de 2000 Núm. 532 GENERAL

Otros textos

COMISIONES, SUBCOMISIONES Y PONENCIAS

154/000019 Votos particulares presentados al Informe de la

Subcomisión, creada en el seno de la Comisión de Industria, Energía y

Turismo, para el seguimiento de los procesos de privatización y

reconversión de las empresas pertenecientes al sector público.


En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 97 del Reglamento de

la Cámara, se ordena la publicación en el BOLETÍN OFICIAL DE LAS

CORTES GENERALES de los votos particulares presentados al Informe de

la Subcomisión, creada en el seno de la Comisión de Industria,

Energía y Turismo, para el seguimiento de los procesos de

privatización y reconversión de las empresas pertenecientes al sector

público (núm. expte. 154/000019), publicado en el «BOCG. Congreso de

los Diputados», serie D, núm. 522, de 21 de diciembre de 1999.


Palacio del Congreso de los Diputados, 29 de diciembre de 1999.-El

Presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo-Figueroa

Martínez-Conde.


Ala Mesa de la Comisión de Industria, Energía y Turismo

Los Grupos Parlamentarios abajo firmantes tienen el honor de

dirigirse a esa Mesa, a fin de presentar votos particulares al

Informe de la Subcomisión para el seguimiento de los procesos de

privatización y reconversión de las empresas pertenecientes al sector

público (núm. expte. 154/000019).


Palacio del Congreso de los Diputados, 20 de diciembre de 1999.-María

Teresa Fernández de la Vega Sanz, Portavoz del Grupo Socialista del

Congreso. Mariano Santiso del Valle, Portavoz del Grupo Parlamentario

Federal de Izquierda Unida.-Ricardo Peralta Ortega, Portavoz del

Grupo Parlamentario Mixto.- José María Chiquillo Barber, Portavoz del

Grupo Parlamentario Mixto.


Voto particular al «Informe sobre la Subcomisión para el seguimiento

de los procesos de privatización y reconversión de las empresas

pertenecientes al sector público»

I. Sobre la naturaleza y objetivos de la Subcomisión

La Subcomisión nace de una iniciativa de octubre de 1996 del Grupo

Parlamentario de CiU, ya formulada en la anterior legislatura, con el

objetivo de «conocer los criterios del Gobierno respecto a la

creación y ordenación de los grupos sectoriales con importante

dimensión financiera, capacidad tecnológica y presencia

internacional». Según el grupo proponente, el interés de la

Subcomisión se deriva directamente del Programa de Modernización del

Sector Público Empresarial del Estado, aprobado por el Gobierno en la

reunión del Consejo de Ministros de fecha 28 de junio de 1996.


La razonable pretensión de que el Congreso -a través de la Comisión

de Industria, Energía y Turismo- conociera ex ante los proyectos de

privatización del Gobierno a fin de emitir su opinión sobre los

mismos se vio truncada inmediatamente. En la reunión de la Comisión,

de fecha 10 de diciembre de 1996, el Grupo Parlamentario de CiU

acepta tres enmiendas del Grupo Parlamentario Popular que, en lo aquí

interesa, transforman sustancialmente la naturaleza y objetivos de la

Subcomisión:


- El objetivo será «conocer, sin necesidad de emitir informe, las

operaciones concretas de privatización que se hayan realizado con

previa aprobación del Gobierno según lo previsto en el Acuerdo del

Consejo de Ministros de 28 de junio de 1996 por el que se establecen

las bases




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del Programa de Modernización del Sector Público Empresarial del

Estado». Se trata, por tanto, de una Subcomisión que conocerá a

posteriori lo que el Gobierno haya aprobado, función para la que no

se necesitaría la existencia de un órgano específico, ya que

corresponde a una actividad normal del Congreso.


- La naturaleza de la Subcomisión se transforma en la medida en que

no deberá emitir informes específicos sobre los procesos de

privatización y que no podrá influir de forma relevante en las

actuaciones del Gobierno por cuanto que se limitará a conocer las

decisiones adoptadas por éste. Las posteriores precisiones sobre el

significado y alcance de la frase «sin necesidad de emitir informe»

no cambian en lo sustancial el enfoque adoptado.


Con estas características, la Subcomisión nace herida de muerte. El

desarrollo posterior de su lánguida vida mostrará su ineficacia y

sinsentido. La ceremonia de la confusión se ha iniciado.


II. Sobre el desarrollo de los trabajos de la Subcomisión

II.1 Sobre el ritmo de los trabajos de la Subcomisión

El ritmo de los trabajos de la Subcomisión ha sido lento, irregular y

sometido a las necesidades y deseos del Gobierno. Los siguientes

hechos avalan las afirmaciones realizadas:


- Transcurre un año entre la aprobación de la creación de la

Subcomisión en la Comisión de Industria, Energía y Turismo (diciembre

de 1996) y la aprobación por el Pleno del Congreso (diciembre de

1997).


- En tres ocasiones (junio de 1998, diciembre de 1998 y junio de

1999) el Pleno del Congreso ha debido acordar sucesivas prórrogas del

período de vida de la Subcomisión a efectos de la conclusión de sus

trabajos.


- Entre octubre y noviembre de 1998 se realizan dos sesiones de la

Subcomisión en las que comparecen tres altos cargos. Hay que esperar

hasta marzo y abril de 1999 para que, en otras tres sesiones,

comparezcan otros diez altos cargos. Después, la Subcomisión ha

permanecido inactiva hasta los días 13-14 de diciembre.


- Cuando se producen las primeras comparecencias, en octubre de 1998,

el Gobierno ya había adoptado acuerdos autorizando la privatización

del 81 por 100 del total de las empresas privatizadas en el período

1996-1999.


- Posteriormente a las últimas comparecencias, el Gobierno ha

adoptado, al menos, cuatro acuerdos de privatización.


II.2 Sobre las comparecencias de los altos cargos

El proceso y ritmo de las comparecencias de altos cargos ha puesto de

manifiesto la falta de respeto del Gobierno a los trabajos de la

Subcomisión y, por tanto, al propio Parlamento. Así:


- No han tenido lugar las comparecencias solicitadas de los tres

Ministros (Economía y Hacienda, Industria y Energía y Fomento) con

competencias en la materia.


- Las comparecencias de los Presidentes de la Sociedad Estatal de

Participaciones Industriales (SEPI) y de la Sociedad Estatal de

Participaciones Patrimoniales (SEPPa) agentes gestores del proceso de

privatización, se realizaron antes de que se recibiera la información

solicitada por los grupos parlamentarios; consecuentemente, fue

imposible que los representantes de los citados grupos realizaran

eficazmente su tarea.


- En varias ocasiones, las comparecencias señaladas no han podido

realizarse en las fechas previstas, porque los Presidentes de las

empresas privatizadas llamados han alegado motivos de agenda o

similares, mostrando, así, su incapacidad para observar los usos

propios de respeto al Parlamento en una sociedad democrática. Ante

tales comportamientos, el Gobierno se limitó a ejercer una función de

mensajero diligente.


- Las sesiones de la Subcomisión, celebradas los días 25 y 26

-elevado número de comparecientes concentrados en pocas horas- son la

respuesta hipócrita del Gobierno para salvar la cara y cumplir

formalmente el procedimiento; misteriosamente, respetables

Presidentes de empresas privatizadas, con apretadas agendas de

trabajo, coinciden en el mismo día para cumplir sus obligaciones

ciudadanas antes olvidadas. La precipitada convocatoria de los días

25 y 26 se produce inmediatamente después de que el Grupo

Parlamentario Socialista anunciara su retirada de la Subcomisión ante

las reiteradas negativas de determinados Presidentes de empresas

privatizadas a comparecer ante la Subcomisión y la inacción del

Gobierno que amparaba este comportamiento insultante para el

Parlamento.


II.3 Sobre la información puesta a disposición de la Subcomisión

La información dispuesta para los trabajos de la Subcomisión ha sido

insuficiente, de baja calidad y de accesibilidad limitada:


- Insuficiente tanto en relación con las solicitudes concretas de los

grupos parlamentarios como en lo que afecta a la petición realizada

por el propio Presidente de la Subcomisión el 10 de junio de 1998.


Sin carácter exhaustivo, pueden citarse las siguientes carencias:


* Cuadernos de privatización de las empresas cuya enajenación se ha

realizado por procedimientos distintos a las ofertas públicas de

venta en los mercados de valores.


* Privatización de Aceralia: (i) Acuerdos del Consejo de Ministros y

de la Agencia Industrial del Estado sobre el inicio del proceso y

otras fases del procedimiento; (ii) Valoraciones realizadas por tres

expertos independientes de las acciones de las empresas filiales de

Arbed intercambiadas por acciones de Aceralia; (iii) Valoraciones de

las empresas del Grupo Aristrain que se incorporaron a Aceralia.


* Privatización de lnespal: (i) Valoraciones realizadas por expertos

independientes de lnespal; (ii) Acuerdos entre comprador y vendedor

respecto de las condiciones futuras de suministro de energía

eléctrica a las plantas de electrolisis.





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* Informes-dictámenes prometidos por el Presidente del Consejo

Consultivo de Privatizaciones (en adelante, CCP) sobre el resultado

de las OPV de las empresas privatizadas por este procedimiento.


* Informes de auditoría emitidos por la Intervención General de la

Administración del Estado (en adelante, IGAE) sobre las operaciones

de privatización según lo establecido en el Acuerdo del Consejo de

Ministros de 28 de junio de 1996 por el que se aprueba el Programa de

Modernización del Sector Público Empresarial del Estado.


* Distribución por conceptos de los gastos asociados a los procesos

de privatización.


* Aplicaciones detalladas por conceptos, empresas y años de los

ingresos derivados de privatizaciones obtenidos por la SEPI.


- De baja calidad, porque el Gobierno ha sustituido las informaciones

documentales solicitadas por otras referentes a tales materías, pero

procedentes de reelaboraciones o resúmenes de la documentación

original. En particular, cabe destacar que: (i) el Presidente del CCP

ha enviado a la Subcomisión los resúmenes elaborados para los medios

de comunicación de los acuerdos aprobatorios de los informes

emitidos, y (ii) que los informes de los Agentes gestores se limitan

a describir las fases del procedimiento y resumir algunas de las

ofertas sin que se adjunten las copias de los documentos originales

relevantes solicitados por los grupos parlamentarios.


- De accesibilidad limitada en la medida en que: (i) la Subcomisión

ha conocido los informes no originales de los acuerdos del CCP con

posterioridad a que éstos hayan sido divulgados públicamente y con el

mismo contenido; (ii) el Gobierno, mediante escrito de fecha 10 de

octubre de 1998, en contestación a la solicitud de documentación

realizada por la Subcomisión, contesta que: «El elevado volumen de

documentación solicitada por la Subcomisión dificulta, en gran

medida, su duplicación y traslado al Congreso. En consecuencia, la

documentación relativa a los procesos de privatización culminados por

la sociedad Estatal de Participaciones Industriales estará disponible

para su consulta por la Subcomisión en la sede de la SEPI, plaza del

Marqués de Salamanca, número 8». ¡Curiosa manera de facilitar a los

miembros de la Subcomisión el ejercicio de sus funciones!

III. Sobre las características, procedimientos y resultados del

proceso de privatización

III.1 Características

- Predominio de los motivos ideológicos sobre las razones de carácter

industrial. El Gobierno ha pretendido la desaparición del sector

público empresarial del Estado, apoyándose en argumentos puramente

ideológicos (ventajas de la propiedad privada frente a la pública,

mayor eficiencia del sistema económico, creación de un accionariado

disperso como forma de capitalismo popular, etcétera) que no resisten

el mínimo análisis riguroso desde las perspectivas teórica y de

política económica.


- La pretensión de generalidad, indiscutible en la formulación

gubernamental, se ha visto confrontada con

la dificultad de privatizar empresas con problemas de viabilidad

financiera o con necesidades de reestructuración. Por ello, el

Gobierno ha concentrado sus actuaciones en aquellas cuya enajenación

era sencilla, bien porque eran de pequeño tamaño, sea porque eran

empresas muy rentables en sectores en proceso de liberalización o con

características de monopolio natural o de hecho (servicios públicos,

como telefonía, electricidad, gas; distribución de tabaco), sea

porque eran empresas con fuertes posiciones en el mercado nacional y

recientemente reestructuradas y/o saneadas (Aceralia, Inespal, Indra,

Grupo Potasas). La simple enumeración de la cartera actual de

participaciones industriales de la SEPI (defensa, minería del carbón,

construcción naval, etc.) es indicativa, de una parte, del

incumplimiento de los objetivos gubernamentales (recuérdense

declaraciones del tipo «en el año 2000, sólo quedará Hunosa en el

sector público empresarial) y, de otra, de las limitaciones objetivas

del proceso de venta acelerado y generalizado.


- La obtención de ingresos para el saneamiento de las cuentas

públicas ha sido un objetivo explícito, aunque matizado por criterios

formales de tipo industrial y social, y razonablemente logrado. No

obstante, es necesario hacer algunas consideraciones críticas: (i) la

buena coyuntura económica ha favorecido notablemente la colocación de

acciones en las Bolsas de Valores, especialmente de las empresas con

posiciones dominantes en los mercados; (ii) la falta de información

en algunos procesos instrumentados mediante procedimientos distintos

dificulta emitir una opinión fundada sobre la adecuación entre los

ingresos obtenidos y los valores reales de las empresas vendidas.


III.2 Procedimientos

Los procedimientos reales utilizados, contradiciendo las previsiones

formales contenidas en el Programa de Modernización y de las

autoalabanzas habituales del Gobierno, se han caracterizado por la

falta de transparencia, la ausencia de mecanismos democráticos de

control y la confusión entre los intereses públicos y privados.


- Falta de transparencia ante los representantes de los intereses

generales y particulares, ya que:


* El Gobierno no ha proporcionado información suficiente ni

participación a los Sindicatos.


* El Gobierno no ha reunido en toda la legislatura la Conferencia

Sectorial de Industria, que es el órgano institucional establecido

para la cooperación de la Administración General del Estado con las

Comunidades Autónomas.


* El Gobierno ha impedido y obstaculizado el trabajo de la

Subcomisión creada en el Congreso, según se explica anteriormente.


- Ausencia de mecanismos democráticos de control, porque:


* El CCP es un órgano de naturaleza indefinida cuando no

fantasmagórica, no sometido al derecho administrativo, cuyos miembros

han sido designados por el




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Gobierno, cuyo Presidente es diputado nacional por el Partido

Popular, y cuyas recomendaciones han sido y son sistemáticamente

desoídas e incumplidas por los agentes gestores. Resulta obsceno que

a pesar de las reiteradas críticas realizadas en los informes del CCP

al comportamiento de los agentes gestores, siempre se concluya que

«se han cumplido suficientemente los principios de transparencia,

publicidad y libre concurrencia».


* Aún no se conocen los Informes de auditoría que debe elaborar la

IGAE.


* Los trabajos de la Subcomisión no se han podido desarrollar por las

obstrucciones del Gobierno; sus actas no son públicas, y su

desarrollo ha estado plagado de imposiciones de los grupos

parlamentarios que apoyan al Gobierno.


* No existe ningún mecanismo institucional que permita que el

Congreso realice un seguimiento de los compromisos industriales y

laborales suscritos por los compradores de las empresas privatizadas.


- Confusión entre los intereses públicos y privados plasmada en

diversos hechos y fenómenos:


* Algunos de los miembros iniciales del CCP (tres, al menos) han sido

o son miembros de los Consejos de Administración de las empresas

privatizadas respecto de las que emitieron informes positivos cuando

eran integrantes del CCP.


* Entidades financieras que participaban en el capital social de las

empresas han cumplido funciones de asesoría o aseguramiento en los

procesos de privatización.


* La mayoría de los Presidentes de las empresas nombrados por el

Gobierno cuando tenía el control de las mismas se han mantenido en

sus puestos en la fase posterior a la privatización en claro

incumplimiento de las normas más elementales de ética pública.


Además, en las fases anteriores a la privatización, el Gobierno, a

través de los Presidentes designados, nombró a su vez a Consejeros

-independientes según su eufemismo habitual- de entre sus clientelas

habituales que se han mantenido en los órganos de gobierno de las

empresas. Ésta es la forma en la que el Gobierno materializa su noble

e innovadora iniciativa de «separación de la propiedad y la gestión

de las empresas».


III.3 Resultados

El proceso de privatizaciones realmente desarrollado ha tenido y

tendrá efectos negativos y rechazables en relación con los intereses

generales y el bienestar de la mayoría de los españoles. Algunos de

ellos son:


1. El Estado ha perdido instrumentos para hacer política económica e

influir en decisiones que afectan a la estructura industrial: (i) al

privatizar, antes de liberalizar, empresas en sectores que, en parte,

han sido o son monopolios de derecho o de hecho, los poderes públicos

no pueden utilizar la empresa estatal para ordenar y, en su caso,

acelerar los procesos de liberalizaciones sectoriales en curso; el

caso de Telefónica es paradigmático y patético es observar al

Ministro de Fomento intentando tumbarle el brazo al exultante

Presidente de la empresa; (ii) además, las políticas tecnológicas, de

inversiones

industriales y de internacionalización de tales grandes empresas, que

tienen gran capacidad de arrastre sobre otras empresas españolas, se

han escapado del ámbito de influencia de los poderes públicos y

quedan al arbitrio de accionistas y gestores más motivados por el

valor en la Bolsa a corto plazo (aquí, de nuevo, Telefónica se lleva

la palma de oro) que por la rentabilidad a largo. Mejor para los

intereses de todos hubiera sido que las privatizaciones definitivas

de tales empresas se hubiesen realizado en una fase posterior y una

vez que los respectivos sectores estuviesen más abiertos a la

competencia; claro que, en tal situación, las empresas hubieran

tenido probablemente un menor precio relativo, pero ello indicaría

que los ciudadanos estarían mejor, aunque el Gobierno y sus amigos

sufriesen algo.


2. La oscuridad, el maquillaje contable y la falta de control

parlamentario se han instalado y han dominado el proceso de

privatizaciones:


(i) Sólo el 33,5 por 100 de los ingresos obtenidos se han

contabilizado en los capítulos correspondientes de los Presupuestos

Generales del Estado; el resto, más de tres billones de pesetas, han

sido utilizados por los gestores de la SEPI para cubrir pérdidas y

deudas de empresas en dificultades -lacras del pasado socialista,

dice el Ministro Piqué- sin que el Parlamento conozca y apruebe con

detalle la aplicación de tales recursos. (ii) Sonroja ver cómo los

ilustres miembros del Consejo Consultivo de Privatizaciones (este

órgano semifantasma que debe garantizar la limpieza del proceso)

justifican en sus informes las decisiones del Gobierno y, cada vez

con más melancolía, formulan recomendaciones que éste incumple. (iii)

Con el sistema contable diseñado, el Gobierno puede presentar mejores

cifras de déficit público, ya que no computa como gastos las

aportaciones que hace la SEPI a sus empresas por un importe total,

para el conjunto de la legislatura, superior a 1,8 billones de

pesetas. Lo grave del asunto es que el chanchullo, la manipulación

contable y la propaganda sobre la transparencia se han enseñoreado

del paisaje y no será fácil sacarlas del cuadro.


3. El proceso de privatizaciones recompone y concentra la estructura

del poder económico en España mediante una singular alianza entre

viejos oligarcas y nuevos mandarines, casi todos afectos

ideológicamente a la derecha política española, cuyos efectos

negativos sobre la deseable autonomía del poder político serán

percibidos y sufridos por la mayoría de los españoles en los próximos

años. La secuencia de acontecimientos es tan precisa que no puede ser

casual:


- Primero, el Gobierno nombra a los Presidentes cuando las empresas

son públicas y no los cesa cuando las privatiza. Con ello: (i) viola

sus compromisos electorales sobre la profesionalización de los

directivos de las empresas públicas (el plantel de profesionales es

espléndido: ¿qué experiencia previa tenían buena parte de los

actuales Presidentes de las empresas en los sectores, o en otros

aledaños, en los que ahora deciden?); (ii) burla la normativa sobre

incompatibilidades de altos cargos de la Administración; (iii) impone

sus amigos a los accionistas




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dispersos que han comprado acciones de las empresas privatizadas.


Probablemente, todo dentro de la legalidad, mas poco ético.


- Segundo, antes de privatizar nombra a otros de sus amigos que, bajo

la falacia de «consejeros independientes», toman el poder en la

empresa. Casualmente, estos «consejeros independientes» suelen ser

próximos al Gobierno, muchos no tienen experiencia en los sectores de

actividad de las empresas y se sitúan en varias de las empresas

privatizadas; algunos, incluso, han informado o decidido previamente

sobre las operaciones de venta (el último episodio es el nombramiento

como consejeros de Red Eléctrica de España del ex Director general

del Patrimonio del Estado y, a la vez, Presidente de la SEPPa y del

ex Vicepresidente de la SEPI). El curioso podría descubrir ciertas

tramas: el núcleo duro de los amigos de Aznar; los militantes del PP;

los de siempre; los antiguos agentes de cambio y bolsa; las

relaciones sociales de Piqué; viejos franquistas reconvertidos; los

advenedizos.


- Tercero, una vez nombrados y ya privatizadas las empresas, adoptan

dos decisiones urgentes: 1.a se suben el sueldo, de forma sencilla o

sofisticada (el caso de las opciones sobre acciones del Grupo

Telefónica es el más escandaloso, aunque probablemente no único),

pero siempre en cuantías que producen alarma; curiosa costumbre de

las empresas que han devenido en oligopolios privados; 2.a se blindan

ante los accionistas y frente a cualquier operador del mercado

(restricción de los derechos de voto, exigencia de antigüedad para

formar parte del Consejo, exigencia de acciones para asistir a las

Juntas), poniendo de manifiesto sus arraigadas creencias en el

mercado de valores y en el mercado de compraventa de empresas; en

plata, pretenden perpetuarse en el poder sobre las empresas

incumpliendo de forma burda las recomendaciones de los códigos

deontológicos sobre el gobierno de las empresas.


En la segunda fase del proceso, los responsables de las empresas

privatizadas en sectores regulados -energéticos, telecomunicaciones,

TV- empiezan una frenética danza de alianzas empresariales y tomas de

participaciones cruzadas, entre sí y con las entidades financieras,

con la finalidad de evitar la competencia en los sectores en proceso

de liberalización, consolidar su poder en los medios de comunicación

y aumentar su capacidad de presión e influencia sobre el Gobierno y

contra los consumidores. El Gobierno y los diversos órganos

encargados de la defensa de la competencia en los mercados

permanecen, salvo pocas dignas excepciones, impávidos ante el

proceso; cuando hablan de él, se refieren a actividades propias del

mercado entre empresas privadas.


El resultado del proceso, ya evidente, es un aumento alarmante del

grado de concentración del poder económico en España y de la

capacidad de los grandes grupos económicos y financieros para

influenciar y presionar al Gobierno. ¿Qué hacen estos nuevos

mandarines del poder económico?:


- Acuerdan, en secreto, con el Gobierno las nuevas normas reguladoras

de los sectores en proceso de liberalización para que después el

Gobierno o el PP las tramiten

en el Parlamento; así ha ocurrido y ocurre en los sectores eléctrico,

hidrocarburos, tabaco y telecomunicaciones.


- Presionan al Gobierno para que las políticas de tarifas y precios

regulados beneficien a sus intereses y perjudiquen a los nuevos

competidores potenciales y a los consumidores y usuarios.


- En suma, empiezan a conseguir el más utópico sueño del

administrador de monopolios: que el Estado, aunque pequeño, se ponga

a su servicio.


IV. Conclusiones y propuestas

IV.1 Conclusiones

1. La creación y desarrollo de la Subcomisión responde a los

intereses del Gobierno de crear un marco ficticio de control

parlamentario del proceso de privatizaciones.


2. Los trabajos realizados por la Subcomisión han sido ineficaces o

de poca relevancia. Las trabas impuestas por el Gobierno a los

parlamentarios de la oposición para disponer de información

suficiente, de calidad y a tiempo han hecho imposible el cumplimiento

de las tareas de control parlamentario.


3. Los resultados del proceso de privatizaciones no son favorables a

los intereses generales: la venta del patrimonio público empresarial

rentable acumulado por el esfuerzo de los españoles está creando una

casta de personas afines al partido que soporta al Gobierno que

concentra en sus manos un elevado poder económico y mediático.


Cualquier Gobierno democrático futuro distinto del actual se

encontrará con enormes dificultades para tomar decisiones que

subordinen los intereses económicos generados a los intereses de la

mayoría de los ciudadanos.


IV.2 Propuestas

1. Rechazar el «informe sobre la Subcomisión para el seguimiento del

proceso de privatización y reconversión de las empresas

pertenecientes al sector público» por su contenido incompleto,

parcial e infundado.


2. Declarar que, por las razones expuestas anteriormente, la

Subcomisión ha resultado inútil e ineficaz para conocer el desarrollo

del proceso de privatizaciones realizado en la legislatura por el

Gobierno del Partido Popular.


3. Declarar la necesidad de que continúe la investigación sobre el

proceso de privatizaciones, recabar el envío al Parlamento de toda la

documentación anteriormente solicitada y habilitar un procedimiento

de urgencia para que, en el período correspondiente a la actual

legislatura, comparezcan ante la Comisión de Industria, Energía y

Turismo los Presidentes de todas la empresas privatizadas y los

Ministros de Industria y Energía, Economía y Hacienda y Fomento.


Palacio del Congreso de los Diputados, 20 de diciembre de 1999.





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A la Mesa de la Comisión de Industria, Energía y Turismo

Por medio del presente escrito, el Grupo Parlamentario Federal de

Izquierda Unida pone en conocimiento de esa Mesa el siguiente voto

particular que se realiza al informe de la Subcomisión para el

seguimiento de los procesos de privatización y reconversión de las

empresas pertenecientes al sector público (núm. expte. 154/000019).


Palacio del Congreso de los Diputados, 20 de diciembre de 1999.-

Mariano Santiso del Valle, Diputado. Felipe Alcaraz Masats, Portavoz

del Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida.


Voto particular

El Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida presenta el

siguiente voto particular al informe realizado por la Subcomisión

para el seguimiento de los procesos de privatización y reconversión

de las empresas pertenecientes al Sector Público, dado, por un lado,

nuestra ya conocida posición política en contra de la privatización

total de las empresas públicas rentables y, por otro, por entender

que la Subcomisión no ha respondido a los criterios solicitados por

nuestro Grupo, puesto que en nuestras

propuestas solicitábamos que esta Subcomisión sirviera para

analizar el proceso de privatizaciones en todas sus fases, y no como

al final se ha realizado, analizando las privatizaciones una vez

hechas y aprobadas por el Consejo de Ministros, desvirtuándose así el

carácter y resultados de esta Subcomisión.


Desde nuestro punto de vista el informe que se presenta sólo intenta

ser un documento de cobertura de las irregularidades existentes en el

proceso de privatizaciones de algunas empresas, como puede ser el

caso de INITEC, en donde el propio Consejo Consultivo de

Privatizaciones encuentra distintas irregularidades y a pesar de esto

el propio Consejo Consultivo emite dictamen favorable a la

privatización cuando todavía no se ha aprobado el Plan de Futuro de

esta empresa, ni se llegado a acuerdo con los representantes de los

trabajadores.


Por lo anteriormente expuesto, el Grupo Parlamentario Federal de

Izquierda Unida rechaza el Informe de la Ponencia y solicita que esta

Subcomisión, ante las próximas privatizaciones, deberá seguir abierta

en la siguiente Legislatura, recuperando, no obstante, el carácter

inicial de la propuesta, analizando el proceso de privatizaciones en

todas sus fases, con el fin de asegurar la concurrencia, aumentar la

transparencia y, sobre todo, garantizar lacontinuidad de las empresas

y sus puestos de trabajo.