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DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 19, de 21/09/1993
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 1993 V Legislatura Núm. 19
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENTE: DON JORDI SOLE TURA
Sesión núm. 2
celebrada el martes, 21 de septiembre de 1993



ORDEN DEL DIA:
-- Aprobación, en su caso, de la delegación en favor de la Mesa, a la que
hace referencia la Resolución de la Presidencia de la Cámara, de 2 de
noviembre de 1983, en relación con el artículo 44 del Reglamento del
Congreso de los Diputados. (Número de expediente 42/000007.) (Página 124)
-- Aprobación de la celebración de la comparecencia del señor Secretario
de Estado para las Comunidades Europeas. A propuesta de la Mesa y
Portavoces de la Comisión, acordada en su reunión del día 16 de
septiembre de 1993. (Número de expediente 212/000001.) (Página 124)
-- Comparecencia, a petición propia, del señor Secretario de Estado para
las Comunidades Europeas (Westendorp y Cabeza), para informar sobre los
efectos del Acuerdo del Espacio Económico Europeo (EEE) y del Protocolo
Adicional al mismo. (Número de expediente 212/000001.) (Página 124)



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Se abre la sesión a las doce y diez minutos del mediodía.




- APROBACION, EN SU CASO, DE LA DELEGACION EN FAVOR DE LA MESA, A LA QUE
HACE REFERENCIA LA RESOLUCION DE LA PRESIDENCIA DE LA CAMARA DE 2 DE
NOVIEMBRE DE 1983, EN RELACION CON EL ARTICULO 44 DEL REGLAMENTO DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. (Número de expediente 42/000007.)



El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a dar comienzo a la sesión.

El primer punto del orden del día, como ustedes saben, es la petición de
aprobación por parte de la Comisión de la delegación en favor de la Mesa
para decidir las comparecencias, a la que hace referencia la resolución
de la Presidencia de la Cámara de 2 de noviembre de 1983, en relación con
el artículo 44 del Reglamento.

Pregunto a la Comisión si otorga esa delegación. (Pausa.) Se entiende
aprobada por asentimiento.




- APROBACION DE LA CELEBRACION DE LA COMPARECENCIA DEL SR. SECRETARIO DE
ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (número de expediente 212/1), A
PROPUESTA DE LA MESA Y PORTAVOCES DE LA COMISION, ACORDADA EN SU REUNION
DEL DIA 16 DE SEPTIEMBRE DE 1993. (Número de expediente 212/000001.)



El señor PRESIDENTE: El segundo punto del orden del día trae causa del
anterior, porque la comparecencia del Excmo. Sr. Secretario de Estado
para las Comunidades Europeas la decidió la Mesa precisamente sin tener
todavía esa delegación. Por conseguiente, tenemos que someter esa
decisión a la ratificación de la Comisión.

¿La Comisión ratifica el acuerdo de la Mesa? (Pausa.) Entendemos que, por
asentimiento, se considera ratificado.




- COMPARECENCIA, A PETICION PROPIA, DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO PARA
LAS COMUNIDADES EUROPEAS (WESTENDORP Y CABEZA), PARA INFORMAR SOBRE LOS
EFECTOS DEL ACUERDO SOBRE EL ESPACIO ECONOMICO EUROPEO (EEE) Y DEL
PROTOCOLO ADICIONAL AL MISMO. (Número de expediente 212/000001.)



El señor PRESIDENTE: Entramos en el tercer punto del orden del día y doy
la palabra al señor Secretario de Estado para las Comunidades Europeas,
para informar, a petición propia, puesto que la comparecencia es a
petición propia, sobre los efectos del Acuerdo sobre el Espacio Económico
Europeo y del Protocolo Adicional al mismo.

Tiene la palabra, señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Señor Presidente, señorías, dada la situación de no haberse
formado todavía la Comisión Mixta y ante la necesidad de proceder a
entablar el proceso de examen por el Parlamento del Protocolo Adicional
al Espacio Económico Europeo, para que pueda entrar en vigor lo antes
posible, he solicitado esta comparecencia ante SS. SS. para recordarles
brevemente el contenido de dicho Acuerdo y sus ventajas e inconvenientes
para Europa, en general, y para España, en particular, para después
darles cuenta de la evolución del Espacio Económico Europeo y su
situación en estos momentos.

Como SS. SS. recordarán, el Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo
fue presentado ya, en la anterior legislatura, en la Comisión y en el
Pleno del Congreso de los Diputados y también fue enviado por el Gobierno
al Senado, pero se decidió la interrupción de dicha presentación ante el
resultado negativo del referéndum en Suiza. En Suiza, como SS. SS.

recordarán, se produjo un referéndum en el que el pueblo suizo se
pronunció en contra de la ratificación del Espacio Económico Europeo, por
una escasa diferencia en cuanto a la población se refiere -un 49,7 por
ciento a favor y 50,3 en contra-, pero en lo que se refiere a los
cantones, hubo una mayoría que se pronunciaron negativamente, dieciséis,
frente a siete que lo hicieron de manera positiva. En esa situación y
dado que en el propio Acuerdo del Espacio Económico Europeo no estaban
previstos los mecanismos de ajuste de la salida de un Estado miembro por
parte de la EFTA, hubo que renegociar un protocolo adicional que tuviera
en cuenta la salida de Suiza del Acuerdo del Espacio Económico Europeo
por la parte EFTA.

Sus señorías recordarán cuáles fueron y son los argumentos en favor de
una ratificación del Espacio Económico Europeo. El Espacio Económico
Europeo es algo que empieza a gestarse una vez que la Comunidad realiza
de una manera irreversible el mercado interior. Dado que la Comunidad
tenía una serie de vínculos con los países de la EFTA, unas zonas de
libre cambio industrial, y dado también que se amplía el concepto de la
gran zona de libre cambio y unión aduanera que es la Comunidad con el
mercado interior, era necesario adaptar las relaciones con la EFTA a
través de un acuerdo que supusiera la extensión de las ventajas del
mercado interior a los países de la EFTA.

Era, en aquellos momentos, una concepción intermedia entre la situación
de Estado miembro de la comunidad y la mera zona de libre cambio a través
de unos acuerdos puntuales de libre cambio industrial, sin mayor
contenido en otros terrenos como en el social, en el de la cooperación
para la investigación y el desarrollo o en el de las concesiones
agrícolas. De esta manera se completaba, por así decirlo, una teoría de
círculos concéntricos en Europa en donde el núcleo central sería la
Comunidad Europea y otros círculos serían, por una parte, los países



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de la EFTA y, por otra, las nuevas democracias del centro y del este de
Europa.

La negociación del Espacio Económico fue rápida, relativamente corta dada
la complejidad del tema, unos dos años, y las principales dificultades
vinieron del lado institucional, es decir, la cuestión de la
participación en el proceso de toma de decisiones en el marco del Espacio
Económico Europeo. Por una parte, había que preservar la autonomía de
decisión de la Comunidad, que las decisiones de los países de la EFTA no
influyeran en la autonomía de la decisión comunitaria y, por otra parte,
tener también debidamente en cuenta las aspiraciones legítimas, las
observaciones de los países de la EFTA, dentro del Espacio Económico
Europeo, cuando se tratase de una modificación de la legislación interna
comunitaria. Esto es lo que llevo más tiempo e incluso cuando se
estableció el sistema institucional jurisdiccional, es decir, de qué
manera se podrían resolver los litigios en el Espacio Económico Europeo,
hubo un dictamen del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas
diciendo que el primer esquema que se había previsto, un tribunal mixto
compuesto por tres miembros del Tribunal de Justicia de la Comunidad y
dos miembros de la EFTA, era susceptible de introducir una fisura en la
unidad jurisdiccional de la Comunidad; esto es, que las sentencias o las
interpretaciones del Derecho comunitario que pudiera realizar el tribunal
«ad hoc» del Espacio Económico Europeo podrían, dada la distinta
composición de sus miembros, ir en contra de la unidad jurisprudencial
del Tribunal de Justicia. De ahí que hubo que reformar y renegociar con
los países de la EFTA un sistema jurisdiccional en el que la autonomía y
la unidad jurisdiccional del Tribunal de Justicia queda preservada,
puesto que el Comité Mixto del Organo, que es el órgano permanente y día
a día, del Espacio Económico Europeo, es el que debe resolver los
litigios y, en caso de desacuerdo en el seno del Comité Mixto, será el
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas el que dictará sentencia
y no un tribunal mixto que podría dictar unas sentencias en un sentido
diferente. Evidentemente, este tipo de negociación alargó el proceso de
negociaciones, pero, al final, el Espacio Económico Europeo pudo firmarse
en Oporto en 1992.

El Espacio Económico Europeo va más allá de una zona de libre cambio. No
es una unión aduanera, en el sentido de que cada uno de los países puede
conservar su propia política comercial y sus aranceles frente al
exterior, pero suprimen todos los aranceles en el interior y se aplican
unas reglas comunes para las cuatro libertades: libre circulación de
mercancías, de capitales, de trabajadores y de servicios.

Además de esto, además de ser una zona de libre comercio ampliada, es
también un mercado interior, en el sentido de que se aplican las cuatro
libertades y se aplican también las normas comunitarias, lo que se llama
el acervo comunitario, en su totalidad.

La EFTA tiene que constituirse, que no lo había hecho hasta ahora, en un
bloque similar a la Comunidad, tiene que dotarse de un órgano
jurisdiccional, tiene que dotarse también de una especie de comisión
europea que vigile el derecho de la competencia, entre otras cuestiones
importantes a dilucidar. Por tanto, se extiende el concepto de espacio
económico y mercado interior a los países de la EFTA sin que se supriman
-y ésta es una diferencia importante- las fronteras interiores entre los
países de la EFTA y los países de la Comunidad, cosa que, en cambio, sí
ocurrirá en el seno de la Unión Europea.

Además de eso, se añade una serie de mecanismos de cooperación en
distintos campos. El más importante es la cooperación para la
investigación y el desarrollo y la participación de los países de la EFTA
en los programas marco y algunos otros programas, no ya de investigación,
sino otros, como el Programa ERASMUS, en educación, el Programa MEDIA y
otros programas importantes comunitarios.

Las ventajas para España del Acuerdo del Espacio Económico Europeo son
evidentes. Por una parte, se consiguió una serie de concesiones agrícolas
para nuestras exportaciones a estos países. Hay que tener en cuenta que
un 25 por ciento de todas nuestras exportaciones a dichos países son
agrícolas. El 95 por ciento del tráfico entre la EFTA y la Comunidad está
ya liberalizado; ya había una zona de libre comercio entre la Comunidad y
los países de la EFTA y lo que se adquiere es un plus sobre lo que ya
existía, es decir, la posibilidad de una serie de reducciones
arancelarias que, más o menos, en lo que se refiere al arancel reducido,
equivale a unos 300 millones de pesetas al año y afecta a 71 productos de
exportación española.

Por otra parte, en materia de libre circulación de capitales, se facilita
la inversión de capital de estos países en España. Son países altamente
industrializados, que tienen una capacidad de inversión industrial
considerable y la libre circulación de capitales, el flujo, va más en
dirección hacia España que de España hacia esos países; por tanto, es
lógico que beneficie a nuestro país.

Otro tema importante era que se conseguía la igualdad de trato de
nuestros trabajadores en dichos países con relación a los países de la
Comunidad y de los propios países de la EFTA, aparte de que se preveía
una libre circulación de trabajadores a lo largo de unos períodos
transitorios.

Otra ventaja importante fue las concesiones que, por primera vez,
obtuvimos en Noruega para la pesca del bacalao; empezó siendo de 6.000
toneladas a repartir entre España y Portugal y al final del período
llegaría a 12.000 toneladas en las aguas noruegas, rompiendo así el
famoso principio de estabilidad relativa, que significa que España y
Portugal, que no habían participado en las negociaciones de pesca en
Noruega, según la Comunidad deberían estar siempre excluidos de la pesca
en dichas aguas.

Por último, se establecía un mecanismo financiero, un mecanismo de
cohesión, según el cual los países de la EFTA prestaban 1.500 millones en
concepto de préstamos del Banco Europeo de Inversiones, 500 millones de
ecus en donaciones y los préstamos estarían bonificados en un tres por
ciento en los tipos de interés.




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Todas estas ventajas, ya expuestas en su día y que constan en la Memoria
presentada por el Gobierno, se vieron alteradas ciertamente por la salida
de Suiza. Hay que tener en cuenta que Suiza es uno de los principales
clientes de España dentro de la EFTA, donde las concesiones agrícolas
eran más importantes y donde ahora el mercado agrícola es más cerrado;
persisten una serie de trabas a la exportación de nuestros productos
agrícolas en Suiza. En segundo lugar, Suiza era una de las partes más
importantes en la contribución a ese fondo al que me he referido, a ese
fondo de cohesión, y, al salir, lógicamente, ya la parte suiza no iba a
seguir prestando esos fondos a la EFTA para que ésta los otorgara a las
regiones del objetivo uno de la Comunidad, a las regiones más atrasadas
de la Comunidad, en que España se llevaría más del 50 por ciento, por el
tamaño geográfico y por su población. También hay que tener en cuenta que
el contingente más importante de trabajadores españolas en los países de
la EFTA estaba en Suiza y los problemas sociales de la situación de los
trabajadores en ese país era acuciante resolverlos.

Pues bien, dentro de la Comunidad se llegó a una serie de negociaciones
para llegar a este Protocolo adicional y, en lo que se refiere a la
cohesión económica y social, se consiguió que, a pesar de la salida de
Suiza, se mantuvieran los volúmenes de donaciones y de préstamos que ya
se habían alcanzado con todos los países de la EFTA. La única diferencia
es que hubo una reducción del 3 al 2 por ciento en la bonificación de los
tipos de interés.

Sin embargo, en lo que se refiere a las concesiones agrícolas y a las
concesiones de libertad de circulación de trabajadores no se había podido
resolver este problema ni se ha podido resolver hasta ahora en el marco
del Espacio Económico Europeo y hay que resolverlo bilateralmente con
Suiza. Recientemente ha habido conversaciones bilaterales y a nivel
comunitario con los suizos. Los suizos quieren tener las ventajas que
tenían en el Espacio Económico Europeo por otras vías; políticamente no
pueden todavía someter de nuevo a su pueblo a referéndum el Espacio
Económico Europeo, la situación no está madura en el pueblo suizo, pero
sí les gustaría rellenar de alguna manera las lagunas que el Espacio
Económico Europeo les ha dejado fuera. Básicamente les interesa la
homologación de diplomas, los transportes a través de Suiza, la
participación en los programas de investigación y desarrollo de la
Comunidad. Esto es lo que les interesa a los suizos y, evidentemente, lo
que interesa a la Comunidad, y concretamente a España, es recuperar las
ventajas que habíamos tenido en el Espacio Económico Europeo. De ahí que
estas conversaciones bilaterales, y que recientemente han concluido con
una visita del Ministro de Asuntos Exteriores suizo, van por buen camino;
los suizos están dispuestos a resolver no sólo una parte, los viejos
contenciosos bilaterales en Suiza, que son que no podemos exportar queso
semiduro, el queso manchego; los brandies de Jerez embotellados tienen
una discriminación con relación a los brandies franceses; no podemos
exportar carne de cerdo, como lo hacemos a la Comunidad, por aplicar
todavía una normativa veterinaria anterior; y también tenemos
dificultades para la exportación de ciertos vinos donde no se nos
reconoce las denominaciones de origen, concretamente el Moriles y
Montilla.

Este tipo de problemas bilaterales va por buen camino, parece que se
pueden resolver, y habrá que negociar, ya a nivel comunitario, las
concesiones agrícolas que Suiza nos tiene que dar para compensar la
pérdida de las mismas por su salida del Espacio Económico Europeo y la
situación de los trabajadores españoles en Suiza. En un primer tiempo
habría una equiparación de los trabajadores españoles con relación a los
otros trabajadores de países comunitarios que tienen una situación mejor,
sobre todo en materia de Seguridad Social, para en un plazo algo más
dilatado tener el trato nacional, es decir, el mismo trato que tienen los
trabajadores suizos.

Esta es la situación del Espacio Económico Europeo en estos momentos.

Como SS. SS. recordarán, hubo una reunión, en el mes de marzo, con la
Comunidad, cuando se realizó la firma del Protocolo, en la cual el
Ministro de Asuntos Exteriores español, ante la fijación de la fecha de
primero de julio de este año para la entrada en vigor del nuevo Espacio
Económico Europeo, del Protocolo del Espacio Económico Europeo, señaló
que la fecha del uno de julio una vez más, como hace la Comunidad, no era
realista, y no lo era, entre otras cosas, porque necesitaba un trámite de
ratificación en los países de la EFTA y en los países de la Comunidad, y
evidentemente esto en sí mismo dilataba enormemente el proceso. En aquel
momento todavía no se sabía que iba a haber una convocatoria de
elecciones, una disolución de las Cámaras y añadía, además, una
dificultad para la ratificación del Espacio Económico Europeo.

Asimismo hizo otra consideración y es que el Espacio Económico Europeo
forma parte de la nueva arquitectura europea en la cual una pieza
fundamental es el Tratado de la Unión. Es evidente que cualquier
Parlamento, sea el español o sea cualquier otro, tendría que conocer y
valorar el estado de la ratificación del Tratado de la Unión, porque
tendría necesariamente que influir también en la ratificación del Espacio
Económico Europeo.

En estos momentos, una vez despejados los dos problemas digamos políticos
más importantes que pesaban sobre la ratificación del Tratado de
Maastricht, el problema de Dinamarca y el del Reino Unido, habiendo
depositado estos dos países los instrumentos de ratificación, pensamos,
con un altísimo grado de probabilidad, que el Tratado de la Unión va a
entrar en vigor muy pronto, probablemente lo hará el primero de
diciembre. Podría hacerlo el primero de noviembre, siempre y cuando el
Tribunal de Karlsruhe, en Alemania, emitiera su dictamen antes del final
de octubre; porque, según el Tratado de la Unión, entrará en vigor el mes
siguiente al último día de ratificación por el último país, y si Alemania
depositara su instrumento de ratificación en octubre, podría entrar en
vigor el primero de noviembre. Pero pensamos que los plazos son un poco
ajustados y lo más probable es que entre en vigor el primero de
diciembre.

Esta declaración española causó cierta preocupación



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en los países de la EFTA que vieron una maniobra dilatoria por parte del
Gobierno, cuando realmente era una constatación honesta de una situación
real; en primer lugar, no era realista el plazo y, en segundo lugar,
había que tener una evaluación de la situación de toda la arquitectura
europea, en la cual el Tratado de Maastricht era una pieza fundamental.

Una vez que el Tratado de Maastricht está en vías próximas de entrada en
vigor y dado que, por otra parte, ante esta reacción de los países de la
EFTA, se les aseguró que, aunque era algo que no compete al Gobierno sino
a las Cortes, previsiblemente no íbamos a ser los últimos en ratificar,
el Gobierno decidió enviar a las Cortes el Protocolo del Espacio
Económico Europeo en trámite de urgencia para que pueda entrar en vigor
lo antes posible.

Querría decirles que en estos momentos faltan seis países comunitarios
por terminar su ratificación; por parte de la EFTA lo han hecho todos
menos Liechtenstein y por parte de la Comunidad faltan Luxemburgo,
Italia, Bélgica, Francia y el Reino Unido. Lo más probable es que
Luxemburgo, Italia y Bélgica lo hagan en el curso del mes de octubre y
Francia y el Reino Unido en los primeros días de noviembre.

Esta es la situación del Espacio Económico Europeo, que tiene ventajas
indudables para España. Con el complemento de la negociación con Suiza se
recuperarán las ventajas completas que el antiguo Espacio Económico
Europeo había supuesto para España y para la Comunidad.

Gracias.




El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Westendorp.

Vamos a iniciar el turno de intervenciones y doy la palabra al portavoz
del Grupo Popular, señora Tocino.




La señora TOCINO BISCAROLASAGA: Gracias, señor Presidente, y gracias al
señor Secretario de Estado de Comunidades Europeas por su comparecencia
esta mañana; gracias también por la hospitalidad que la Comisión de
Exteriores nos brinda esta mañana y sirva esto de recuerdo para que
cuanto antes se cree esa Comisión Mixta de Comunidades Europeas que
tantos trabajos tiene que desarrollar.

Señor Westendorp, vaya por delante la postura clara de nuestro Grupo que
siempre ha sido totalmente a favor de la ampliación de la Comunidad
Europea; nunca hemos querido la fortaleza europea y, por tanto, nuestra
firme decisión política ha sido y será siempre a favor de esa ampliación,
eso sí, cumpliendo los compromisos adquiridos, porque parece, más en
política comunitaria, inclusive en temas de política de convergencia, que
esa frase que estudiamos los juristas de «pacta sunt servanda» pudiera
estar en este momento un poco en entredicho.

En cualquier caso, hoy no vamos a enjuiciar la decisión política de si
ampliación sí o ampliación no, pero sí nos alegrábamos de tener la
presencia del Secretario de Estado para las Comunidades Europeas para
analizar en profundidad la relación que tiene el Espacio Económico
Europeo, máxime con este protocolo adicional, que es la novedad que hoy
se nos incorpora, con el impacto que representa sobre la economía
española.

Señor Westendorp, la verdad es que las críticas sobre el déficit
democrático -y recuerdo que yo misma, en nombre de mi Grupo, presenté un
detallado cuestionario de por qué veíamos que no se había informado y qué
tipo de información pedíamos en este tema concreto del Espacio Económico
Europeo el 25 de noviembre pasado- tengo que reiterarlas hoy; esa crítica
del déficit democrático, de la ausencia de información coherente y en
profundidad la tenemos que mantener hoy. Y le voy a explicar las razones.

Usted ha terminado sus palabras diciendo: Se recuperarán -se entiende-
las ventajas evidentes que, tanto usted como el Secretario de Estado de
Comercio, el señor Feito, en aquella comparecencia, nos dijeron que eran
tan evidentes, que era obvio y que no hacía falta ni explicarnos cuáles
iban a ser. Tengo frases textuales de la comparecencia del señor Feito.

La verdad es que la situación en que nos encontramos hoy es muy distinta.

En primer lugar, no se nos informó entonces del impacto económico. Pero
yo me quería fijar hoy mucho más en que estamos en una situación
completamente distinta, en primer lugar, como usted muy bien ha dicho,
porque Suiza no ratificó y, por tanto, es un Protocolo adicional el que
hoy se nos incorpora; en segundo lugar, por la propia situación de la
Unión Europea en la que hoy nos encontramos, que tampoco es la del año
pasado, en noviembre de 1992, y eso, desde mi punto de vista, hace que,
hasta cierto punto, creo, cambie un poco la función, la finalidad o el
objetivo primordial por el que se constituyó el Espacio Económico
Europeo.

En primer lugar digo que no se nos informó y no se hizo porque se dijo
que en el sector agrícola las ventajas que se obtenían eran claramente
favorables para los agricultores españoles; se añadió sin reservas; los
cítricos, decía específicamente, y me refiero a ello porque, como usted
muy bien sabe, Suiza, por ejemplo, ha hecho unos acuerdos mucho más
preferenciales, desde luego, con países terceros, como pueden ser Israel
y Turquía, que no son los que tenemos en este momento concedidos y a
España la afecta muy específicamente. Además, decía el señor Feito, el
Espacio Económico Europeo mejora la situación de las exportaciones
españolas de los cítricos a los países EFTA y como región especialmente
beneficiada señalaba precisamente la valenciana.

Aparte de que la cuantificación de esas ventajas no se nos hizo entonces,
resulta que hoy lo fiamos todo a que las concesiones agrícolas están por
negociar y van por buen camino, esa frase que al Grupo Socialista como
eslogan le dio resultados; pero no podemos fiarlo todo, con los
perjuicios que para España se pueden derivar, que va por buen camino.

La perla del señor Feito era cuando decía que no es correcto pensar que
son necesarios estudios suplementarios muy específicos, porque sobre el
impacto que puede tener el Espacio Económico Europeo hay suficiente
información para formarse una opinión. Ya no es que podamos



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pensar que la oposición tiene que oponerse siempre, que está
desinformada, que no se informa, etcétera; es que el propio Gobierno nos
ha sometido en este tema, como usted muy de pasada decía, a la ceremonia
de la confusión más absoluta. El 12 de enero de 1993, después de que
habíamos sido los alumnos más aventajados, porque éramos el primer país,
de los 19, que estuvimos a punto, si Suiza no se decide a marcharse del
Espacio Económico Europeo, de ratificar el Espacio Económico Europeo, los
primeros de la clase, no sabemos con qué ventajas, el Gobierno, cuando la
Comisión Europea piensa que es bueno renegociar, dice, a mi juicio con
muy buen criterio, que es una simple operación de maquillaje, que
pretenden retirar la palabra «Suiza» de donde está puesta y que lo demás
siga. Y rápidamente, para no dar todavía peor impresión no sólo de que
Maastricht no se ratifica y no entra en vigor el 1.º de enero, sino que
ni siquiera el Espacio Económico Europeo va a poder entrar en vigor, como
estaba previsto, el 1 de enero, junto con el mercado interior, España,
digo, con buen criterio, exige reequilibrar, como muy bien decía el señor
Westendorp, porque la pérdida de concesiones agrícolas y la contribución
de Suiza con el 25 por ciento del fondo de cohesión, inclusive las
ventajas para nuestros trabajadores, eran lo suficientemente importantes
para reconocer que había habido un desequilibrio inmenso en lo que era el
Protocolo del Espacio Económico Europeo y que hacía falta ese protocolo
adicional.

Nos pareció correcta esa postura, postura que se mantiene el 20 de enero,
cuando el señor Solana textualmente llega a decir en el Parlamento
Europeo: Me cuesta pensar que el Parlamento español ratifique el Espacio
Económico Europeo en estas condiciones. Lo dijo ante el Parlamento
Europeo el 20 de enero de 1993. El 1 de febrero de 1993, sin que medie
ninguna explicación, señor Westendorp, un mes más tarde, después de estas
declaraciones en el Parlamento Europeo, sin que conozcamos que se haya
producido ningún tipo de modificaciones, el señor Solana dice que se
levantan los reparos al Espacio Económico Europeo y dice textualmente
también el mismo interviniente: Hemos obtenido satisfacción suficiente
para levantar las reservas que hemos mantenido en concesiones agrícolas,
mecanismos financieros y libertad de circulación. Pues bien, yo no he
oído, en principio, ni entones ni ahora, a qué se debió ese cambio, dónde
se habían obtenido esas compensaciones, qué es lo que habíamos obtenido
realmente como ventajas para recuperar la situación que, según el
Gobierno, era ventajosa y según la oposición se demostró por qué no lo
era tanto antes de que Suiza se marchara del Espacio Económico Europeo y,
desde luego, nada nos dijeron de en qué iban a consistir esas
concesiones. Eso sí, el señor Solana dejó la puerta abierta a que a lo
mejor España se reservaba la posibilidad de comprobar al final de las
negociaciones si ese acuerdo resultaba equilibrado. Esto le ocurre al
Gobierno el 1.º de febrero de 1993. El 8 de marzo de 1993 el propio señor
Westendorp, supongo que plenamente de acuerdo con el Gobierno y sin
mediar ninguna explicación, da marcha atrás y sin saber más dice el señor
Solana, que le acompañaba en aquella reunión, o usted acompañaba al señor
Solana, que en igualdad de condiciones que el 1 de enero de 1993, que es
donde nos encontrábamos, es una discriminación inaceptable para España lo
que entonces se está negociando y que, por tanto, España liga -que es lo
único a lo que usted se ha referido- la aprobación de ese protocolo
adicional que se pueda ratificar el Espacio Económico Europeo al
cumplimiento y a la entrada en vigor del Tratado de la Unión.

España se siente resentida, se dice entonces textualmente por nuestro
Gobierno, por la traición de los futuros socios de la Unión Europea.

Fundamentalmente se referían ustedes entonces a esos acuerdos agrícolas
que yo le he dicho, en donde los acuerdos preferenciales eran más bien
desde Suiza con Turquía y con Israel en el tema de cítricos y nos habían
dejado completamente abandonados. Por otra parte, dicen ustedes, con buen
criterio, que se vincula el apoyo a la ratificación de Maastricht, con lo
cual se deja pasar un poquito el tiempo a ver qué ocurre.

Añade, además, que el señor Presidente del Gobierno, en una comparecencia
que tenía prevista para mediados de abril y que se produce el 22 de abril
de 1993, explicará, fundamentalmente entonces al Gobierno austriaco, las
razones de la oposición del Gobierno de España que se queda en marzo el
único de los 17, digamos, sin querer vincularse al Espacio Económico
Europeo, lo cual, en parte, tenía justificación, como hemos comentado,
por la salida de Suiza, pero era un poco anacrónico ante los demás
negociadores cuando España era la primera de la clase dispuesta a
ratificar antes de que Suiza se saliera. Llega el 22 de abril de 1993 y
el señor González, que iba a explicar por qué nos oponíamos, lo que dice
a las autoridades austriacas es que no condiciona la aprobación del
Espacio Económico Europeo a la ratificación de Maastricht; es decir, que
por parte de España no hay ningún tipo de problemas, que todo sigue
adelante, que nosotros siempre hemos querido el Espacio Económico Europeo
y que esto es maravilloso y, más o menos, que por qué no lo hemos hecho
antes. Estábamos ya en época de elecciones y la verdad es que la gran
baza del señor González, su europeísmo, no iba a quedar aquí vacía de
contenido, pareciendo antieuropeístas, aunque fuera en esta parte mínima.

Nuevamente no se nos explicó dónde estaba el contenido de todos esos
cambios. Luego el señor Feito no es que quisiera engañar a la oposición,
es que tenía engañado al Gobierno, porque él, como Secretario de Estado
de Comercio, tendría que haber hecho informes fidedignos de si era verdad
que hacían falta nuevos informes o no, no ya para que la oposición, que
también, sino al menos el Gobierno, en declaraciones públicas y
fundamentalmente a nivel internacional, como por otra parte nuestro
Gobierno hace con cierta frecuencia, no hubiera tenido ése ahora sí,
ahora no, sin dar ningún tipo de explicaciones.

¿Por qué quiero insistir en estas contradicciones? Porque nuevamente hoy,
señor Westendorp, mi Grupo se encuentra con que no nos satisfacen las
explicaciones que



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nos da ante la situación que vive hoy la Unión Europea. Decía que era el
segundo punto que me preocupa. Porque efectivamente se han salvado ya
innumerables escollos que se plantearon en la Unión Económica y Monetaria
y en la Unión política para que Maastricht puede ser ratificado, pero
esto no significa que se vaya a aplicar este Maastricht tal y como está
ahí previsto; no sólo hay una conferencia intergubernamental prevista
para el año 1996, sino que entiendo que es el propio Espacio Económico
Europeo el que ha cambiado de sentido.

Los países del EFTA estaban muy a gusto en esa situación hasta que la
caída del muro de Berlín, hasta que el proyecto de construcción europea
les demuestra a ellos que no tienen por qué quedarse al margen de esa
situación y es cuando el señor Delors propone lo del Espacio Económico
Europeo. Pero el mayor problema que yo entiendo que existe es que si
antes, cuando se empiezan las negociaciones del Espacio Económico
Europeo, estos países del EFTA que querían incorporarse estaban un poco,
a través del Espacio Económico Europeo, jugando, como si dijéramos a la
antesala para la negociación, para la adhesión plena, en este momento,
donde se experimenta el parón que vive la Comunidad Económica Europea,
donde se experimentan los problemas de turbulencias monetarias, no
hablemos de recesión económica, de fracaso del Sistema Monetario Europeo,
en fin, no voy a recordar lo que en alguna ocasión tendremos oportunidad
de comentar, sin duda, en esta Cámara, entiendo, repito, y me gustaría
que me corrija si cree que me equivoco, hoy es mucho más un salvavidas,
una salvaguardia, diría yo, de estos países que con tanta urgencia nos
están obligando a firmar el Espacio Económico Europeo que una antesala.

Porque, si fuera una simple antesala, las negociaciones, incluso
incumpliendo ya casi lo de Lisboa, están tan avanzadas que van a entrar,
prácticamente. Si la intención fuera incorporarse plenamente no
necesitaban esta prisa. El propio Gobierno pensó en alguna ocasión -y de
ahí sus vacilaciones- olvidarse del Espacio Económico Europeo y decir: No
negociemos -por la cláusula «rebus sic stantibus»-, porque las cosas han
variado. No negociemos el Espacio Económico Europeo, vayamos a incorporar
estas negociaciones en lo que son las negociaciones de la ampliación,
unamos el Espacio Económico Europeo de estos países que están en cabeza a
la negociación que está a punto de finalizar. Y esto llevó, yo creo, a
esa especie de traspiés del Gobierno que no sabía muy bien qué hacer.




El señor PRESIDENTE: Señora Tocino, le ruego vaya terminando.




La señora TOCINO BISCAROLASAGA: Voy terminando, señor Presidente.

Por tanto, es mucho más importante que antes el Espacio Económico
Europeo. Y por una razón, porque es probable que esos países que quieren
incorporarse se sientan a gusto en el Espacio Económico Europeo que
estamos dispuestos a ratificar. Porque ellos han obtenido todas las
ventajas y nosotros, fundamentalmente España, ninguna. Por ejemplo -y con
esto termino-, en el tema institucional -al que usted aludía-, el comité
mixto es una pequeña modificación; que posteriormente haya un tribunal de
justicia de la Comunidad Europea y ventile los conflictos -y esto lo
celebramos muchísimo-. Pero lo grave -que usted no ha comentado-, señor
Westendorp, es que para aquellas cosas que afecten a los países de la
EFTA y que les suponga una decisión del Consejo de las Comunidades
Europeas negativa, lo primero que se va a hacer es que no se aplique esa
legislación a los países de la EFTA. En segundo lugar, se inician
negociaciones en ese comité mixto del Espacio Económico Europeo -la
Comisión, los doce, más los seis-, la solución a los seis meses y la
solución puede ser o un período transitorio para que se vayan adaptando,
una solución especial -que no sabemos en cada caso cuál pudiera ser- o un
«opting out» negociado. Es decir, ellos han conseguido todo, ellos sí que
han sabido amarrar las condiciones más favorables y nosotros, señor
Westendorp, no.

Quiero terminar diciéndole que mi Grupo no ve la urgencia, sin
explicaciones un poco más profundas de lo que han sido las negociaciones
y de unas garantías mayores de cómo vamos a conseguir estas ventajas,
para que nosotros, deprisa ya, tengamos que ratificar, una vez más,
cuando, además, no somos los últimos. No sea, señor Westendorp, que usted
siga pensando en esa magnífica frase que dijo al principio de las
negociaciones: Quizá hayamos escrito una carta a los Reyes Magos en
algunos apartados. Esto está bien -como usted decía- para empezar a
negociar, pero no sea que, cerradas las negociaciones, sigamos creyendo
que existen los Reyes Magos.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea contestar el señor Secretario de Estado Grupo
por Grupo? (Pausa.)



El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Contestaré directamente.

En primer lugar, ha dicho la señora Tocino que la salida de Suiza cambia
los objetivos del Espacio Económico Europeo. Yo creo que no los cambia;
lo que sí hace, en determinados casos, es aminorar las ventajas globales
que para un determinado país -y en este caso España- tenía el Espacio
Europeo con Suiza. Eso es indudable. Lo cual no quiere decir que el
espacio económico para España sin Suiza sea malo por eso, es decir, es
menos bueno que el espacio económico con Suiza. Y es menos buenos porque
ventajas importantes se podían perder inmediatamente. Ahora bien, estas
ventajas, que pudieran haberse perdido inmediatamente, se han ido
compensando en gran parte. Por una parte, en lo que se refiere al fondo
de cohesión y a los préstamos financieros, se mantienen las cantidades
cuando Suiza tenía más de un 25 por ciento de participación en dicho
fondo. Es decir, que lógicamente las cantidades hubieran tenido que
disminuir en ese 25 por ciento. Se mantienen las cantidades, se negocia
que se mantengan las cantidades y la única cesión



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-por así decirlo- que hay que hacer es la rebaja de un punto en la
bonificación de los tipos de interés.

En las concesiones agrícolas lo que se hace -dado que se pierden las
concesiones que nos ofrecía Suiza- es intentar minimizar los daños
negociando una ampliación de las concesiones agrícolas que nos habían
dado los demás países -Suecia, Austria, Finlandia, Noruega, Islandia,
etcétera- a base de suprimir la discriminación que en esos países todavía
nuestros productos agrícolas sufrían con relación a otros exportadores
agrícolas a la Comunidad y que tienen mejores concesiones que nosotros
precisamente por tratarse de países en vías de desarrollo, como, por
ejemplo, Turquía, país con un nivel de renta inferior al nuestro y que
recibe concesiones de esos países en función precisamente del sistema de
preferencias generalizadas y del sistema de cooperación al desarrollo.

En cuanto a los problemas de tipo social, se consigue la equiparación de
trato para nuestros trabajadores en los países que siguen en el Espacio
Económico Europeo, pero ciertamente se pierden todavía algunas de las
ventajas que Suiza nos otorgaba; precisamente por eso es por lo que en
estos momentos España ha dicho muy claramente a los suizos, por una
parte, y a la Comunidad, por otra, que necesitamos un reequilibrio de
aquella situación, no vaya a ser que Suiza se quedara solamente con
aquellos que le interesa al renegociar con la Comunidad, es decir,
participar en los programas de investigación o tener una homologación de
títulos, etcétera, y no esté a las duras de las concesiones que tiene que
hacer en materia de trabajadores y en materia agrícola.

Como antes le decía a la señora Tocino, estas negociaciones van por buen
camino y no invalidan una ratificación del Espacio Económico Europeo que
en sí mismo sigue siendo beneficioso. Y no solamente por estas más o
menos pequeñas o más o menos grandes concesiones que obtiene España
específicamente, sino por el contexto global de un nuevo mercado de 380
millones de consumidores que se unen a los 340 de la Comunidad, con un
nivel de desarrollo elevado y donde el aumento de la competencia que
pueda venir de ellos en el terreno industrial es prácticamente nulo, dado
que ya existía una zona de libre cambio con dichos países. El Espacio
Económico Europeo sigue siendo algo positivo, válido, pero hay que
compensar las pérdidas de ventajas concretas que teníamos con Suiza. Y
esto es lo que claramente se está diciendo a dicho país y a la Comunidad.

Estoy seguro que se obtendrán acuerdos satisfactorios porque las
negociaciones van bien, pero no podemos condicionar la ratificación del
Espacio Económico a que lleguemos o no a una solución con Suiza.

Ha dicho también S. S. que el panorama europeo ha cambiado. Ciertamente
ha cambiado y ha cambiado para peor. Esto no tiene duda. Yo he dicho
algunas veces que hemos vivido un año entre paréntesis, Europa ha estado
un año entre paréntesis. Esperemos que próximamente -y así lo creemos- el
Tratado de la Unión entre en vigor de nuevo y sin ninguna modificación,
salvo la que le impone la coyuntura exterior, por así decirlo, que
ciertamente se ha deteriorado de un año a esta parte.

Cuando España dijo, a nivel de Gobierno, que no condicionábamos el
Espacio Económico Europeo a la entrada en vigor en Maastricht, era
cierto, porque las palabras textuales que se dijeron en aquel momento de
que la entrada en vigor el 1 de julio no eran realistas, eran simplemente
que el Espacio Económico era una pieza importanto dentro de la
arquitectura europea, de la cual el Tratado de la Unión era la clave del
arco de dicha arquitectura. Y no estaba pensando en un Gobierno, estaba
pensando en la soberanía de los parlamentos.

Es lógico, y así se explicó a los distintos países de la EFTA, que,
cuando se somete a la ratificación de un Parlamento el Espacio Económico
Europeo, el Parlamento tenga que valorar cómo está el resto de la
situación europea, cómo está el núcleo fundamental, la clave del arco,
que es el Tratado de la Unión. El Tratado de la Unión en estos momentos,
salvo que ocurriera algo que no prevé prácticamente nadie, que es un
dictamen negativo del Tribunal Constitucional de Karlsruhe, va a entrar
en vigor en las próximas semanas.

Evidentemente, esto no es una condición suficiente para remediar la
situación europea en general y la crisis económica generalizada, pero sí
es una condición necesaria. A partir de ahí, hay que hacer más cosas y el
Ministro Solana, que creo que tiene una comparecencia mañana, dará cuenta
de la situación en Europa de la política exterior en general ante esta
misma Comisión.

Dice la señora Tocino que antes la EFTA era una antesala para los países
que han pedido la adhesión y que ahora se ha convertido en otra cosa.

Tiene toda la razón. Es más, al principio no era ya una antesala, era un
deseo de canalizar las ansias ampliadoras de algunos países en un
circuito concéntrico, donde se tuviera una serie de ventajas de tipo
económico, y también de tipo político, y que estos países no necesitaran
solicitar la adhesión a la Comunidad. Este fue, digamos, el espíritu que
inspiró a Jacques Delors cuando presentó el Espacio Económico en el
Parlamento Europeo hace unos dos años y medio o tres años. Esto era algo
ingenuo, porque un país que desea participar en el proceso de toma de
decisiones, quiere entrar en la Comunidad, prefiere participar en el
proceso de toma de decisiones que no esperar a que las decisiones se le
impongan desde fuera. Y esto es lo que ha motivado la petición de
adhesión de muchos países de la EFTA a la Comunidad.

Yo no creo que el sentimiento de los países de la EFTA sea el que expresa
la señora Tocino, en el sentido de que ellos han obtenido más ventajas
que nosotros, que ellos están a las maduras pero no a las duras. Es más,
ha habido una serie de críticas importantes en muchos parlamentos de los
países de la EFTA, diciendo que era una satelización de dichos países con
relación a la Comunidad. ¿Por qué? Simplemente porque no participan en el
proceso de toma de decisiones de la Comunidad y, sin embargo, se les
aplica el acervo comunitario que la Comunidad decide día a día y caso a
caso. Sí participan en



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algo que se llama el «decision shaping», la configuración de la decisión;
se les consulta. Cuando en un grupo de trabajo se va a adoptar algún tipo
de legislación, se les pregunta qué les parece; pero es una simple
consulta. Se les podrá tener en cuenta, pero no están sentados en la
Mesa, como estamos los otros Doce, votando y diciendo que sí o que no y
cambiando el curso de la legislación comunitaria. Esto unido al problema
jurisdiccional; ya ni siquiera tienen ningún juez dichos países en un
tribunal de las Comunidades Europeas; es el Tribunal de las Comunidades
Europeas, con jueces solamente de los Doce países el que sienta la
doctrina, el que impone multas en el caso necesario, el que hace cambiar
legislaciones. De manera que yo creo que el sentimiento de dichos países
es más bien el contrario, es un acuerdo desigual, como no podía ser de
otra manera, porque, si se hubiera introducido algún mecanismo por el
cual estos países tuvieran una influencia en la toma de decisión
comunitaria, se hubiera roto el principio de autonomía de decisión de la
propia Comunidad.

Ahora bien, esto que, ingenuamente, en un principio se había considerado
que era un desvío para que no hicieran la petición de adhesión y se ha
demostrado que no, que la petición de adhesión se hizo, fue como una
antesala a la adhesión, sigue siendo una antesala para las ventajas del
mercado interior. Porque hay que tener en cuenta que la adhesión a las
Comunidades, como muy pronto, según se ha dicho en la última cumbre, no
estará en vigor hasta el 1.º de enero de 1995. Esta es una de estas
fechas expuestas como desiderátum por parte de los países comunitarios;
es más bien voluntarista. Es posible que sea esa fecha y es posible que
sea algo más tarde. En cualquier caso, existen todavía de aquí a 1995
unos años donde los países de la EFTA, desde un punto de vista económico,
quieren de alguna manera influir en el proceso de toma de decisiones, en
la configuración de un mercado interior que se les va a aplicar en
cualquier caso, estén o no estén en el Espacio Económico, estén o no
estén en la Comunidad, y prefieren, evidentemente, poder tener unos
mecanismos de mayor influencia. Por lo tanto, en cierta manera, sí es una
antesala pero de corta duración; también es -como ha dicho muy bien- un
salvavidas; es una red de seguridad, en el caso de que algún país, por
decisión soberana de su pueblo, alguno de los países candidatos, diga que
no a la adhesión a las Comunidades Europeas, cosa que no es de descartar.

No es descartar en estos momentos, haciendo un sondeo en las opiniones
públicas de dichos países, que lo están haciendo constantemente. En el
caso de Noruega el porcentaje de noes es impresionante, es cercano al 60
por ciento, mientras que el porcentaje de síes no pasa del 35 por ciento,
la diferencia que son los indecisos, pero ya realmente el porcentaje es
muy importante. En Suecia y Austria no son tan dramáticamente negativos,
pero también son preocupantes. Y Finlandia es probablemente el país que
tiene un mayor índice de síes en su opinión pública, pero hay que tener
en cuenta que una adhesión sola de Finlandia a la Comunidad es
problemática por su vinculación sobre todo con los otros dos países
nórdicos y concretamente con Suecia. Esto por una parte.

Por otra parte, hay países, como Islandia, que no piensan participar ni
entrar en la Comunidad y de alguna manera hay que buscarles también un
lugar en el sol.

Estas son un poco las razones por las cuales los países de la EFTA desean
que entre en vigor cuanto antes el Espacio Económico Europeo. Nosotros
seguimos pensando que el Espacio Económico tiene ventajas, es bueno, es
positivo. Las ventajas que hemos perdido las hemos recuperado en parte y
tendremos que completar esa recuperación en una negociación bilateral con
Suiza. Esa es la situación. (La señora Tocino pide la palabra.)



El señor PRESIDENTE: Señora Tocino, le propongo que hagamos un turno
ahora para los demás, y, al final, si vemos que es necesario un segundo
turno, lo abrimos.

Tiene la palabra el representante de Izquierda Unida, señor Vázquez.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Quiero empezar por saludar la presencia del
señor Secretario de Estado para las Comunidades Europeas, señor
Westendorp, comparecencia que, al menos formalmente, debería haber sido
la segunda a producirse en esta Comisión, precedida, a nuestro juicio,
por la del Ministro de Asuntos Exteriores, para enmarcar el cuadro global
de la política exterior española, y, a partir de ella, la política en la
Comunidad Europea.

Quisiera hacer un comentario que estoy seguro que no hace falta
recordárselo al señor Westendorp, pero quizá formalmente convenga
hacerlo. Desde mi punto de vista, personalmente, creo que no es correcto
cuestionar si el referéndum suizo se ganó o se perdió por poco o por
mucho; ha habido otros sustanciales para la construcción europea que se
han ganado, en ambos casos por poco, y nos alegramos de que haya sido
así, pero siempre ha sido por muy poco. Un ejercicio de un derecho
democrático que en nuestro país no tuvimos ocasión de ejercer respecto al
Tratado de la Unión por la oposición de diferentes fuerzas a ese
referéndum, que, desde nuestro punto de vista, podría haber sido un
relanzamiento del sentimiento europeo en nuestro país.

Entrando en concreto en lo que ha sido su comparecencia, señor
Westendorp, en el debate que se produjo en el Pleno de la Cámara el 26 de
noviembre de 1992, nuestro Grupo mostró su posición respecto al Espacio
Económico Europeo de no permitir por una parte el voto negativo al mismo,
votando en contra de las enmiendas de totalidad que se produjeron y, al
mismo tiempo, tampoco dar un sí incondicional, una luz verde a que el
Espacio Económico Europeo fuera adelante por una serie de razones que
sustancialmente siguen siendo las mismas y que, en parte, coinciden con
alguno de sus comentarios al final de su intervención. Sin duda, el
Espacio Económico Europeo y el Tratado de la Unión eran piezas
sustanciales, absolutamente necesarias de esa construcción europea. Ese
Tratado de la Unión -como usted bien ha señalado- es un poco la piedra
central del arco de la construcción



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europea y sigue estando por ratificar. Cuando lo discutimos en el Pleno
había más problemas con la ratificación del Tratado de la Unión, pero
ahora seguimos pendientes de que el Tribunal Constitucional alemán, el
Tribunal de Karlsruhe, dé luz verde definitiva a ese Tratado, con lo que
seguiremos construyendo parcialmente, sin el equilibrio necesario, esa
Europa que todos decimos querer construir.

Es cierto, como se ha señalado antes, que los aspectos más positivos, no
sólo para España, en tanto que interés esencial nuestro, sino para todo
el proceso de construcción europeo, del Espacio Económico Europeo
significaba una especie de miniadhesión o de antesala a la adhesión de
los países de la EFTA y que, tras la negativa de Suiza, como bien se ha
dicho, es más un salvavidas que una antesala; salvavidas o antesala, en
cualquier caso, en que nosotros estamos interesados, porque compartimos
la idea de una Europa ampliada por el norte y por el este. Repito que
espero que este salvavidas nos acabe llevando a buen puerto y no sirva,
como la aprobación del Espacio Económico Europeo, como una especie de
pretexto para que los países que tienen dificultades internas para
ratificar esa posible adhesión a la CEE no lo hagan. Creo que tendríamos
que actuar políticamente para que esas circunstancias no se produjeran.

Es cierto que la salida de Suiza del Tratado del Espacio Económico
Europeo disminuye sensiblemente las ventajas que tenía para España y
aumenta las dificultades. Las negociaciones agrícolas -de las que ya se
ha hablado y no voy a insistir en ellas-, junto con las condiciones
sociales de nuestros trabajadores en aquel país, nos sitúan en peor
posición que antes de esa salida de Suiza del Espacio Económico Europeo.

Esencialmente, las razones que en su día llevaron a nuestro Grupo,
Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, a mantener esa posición de
abstención participativa, de abstención activa respecto al Tratado que
nos ocupa, creo que siguen siendo sustancialmente válidas. Comparto la
opinión expresada por el señor Solana, a la que ha hecho usted referencia
antes, de una especie de ingenuidad o poco rigor en la fijación del
calendario de las diferentes puestas en vigor de los diferentes tratados
que terminan configurando ese todo que queremos que acabe siendo Europa.

No se era para nada realista cuando se pretendía que entrara en vigor en
julio de 1993, y, repito, estando pendiente todavía la ratificación por
parte del Tribunal Constitucional del Tratado de la Unión, puede que
estemos insistiendo en el mismo error, puede que sigamos sin ser
realistas respecto a la necesidad de la ratificación, ya del Tratado del
Espacio Económico Europeo y también que seamos poco realistas respecto a
sus fechas de aplicación, fechas todas ellas presuntas, a las que usted
se ha referido anteriormente.

Acabo, señor Presidente, señalando que para nosotros es fundamental que
esa arquitectura europea avance equilibradamente, porque de lo contrario
-y se han señalado algunos de los riesgos existentes- puede que acabemos
convirtiendo Europa única y exclusivamente en ese mercado que ya en gran
parte es y que las cuestiones que desde la óptica de los trabajadores
españoles en España y fuera de España más sustancialmente positivas
pueden ser, como es todo lo que significa la cohesión social, económica y
también política, tengan un ritmo muchísimo más lento e incluso se
pospongan «in eternum».

Repetimos que nuestro Grupo es absolutamente partidario de la ampliación
de Europa al norte y al este cuando las condiciones para la misma se
produzcan, sin ser poco realistas en la fijación de las fechas de entrada
en vigor de tratados, que en una necesaria arquitectura multifocal se nos
escapan de nuestras posibilidades. Decíamos en noviembre y seguimos
diciendo ahora que no entendemos las prisas por ser el primero de la
clase -ahora seríamos, en cualquier caso, el séptimo de la clase, puesto
que ya hay seis países que han ratificado- cuando el Tratado de la Unión,
pieza esencial de esa construcción europea, sigue sin ser ratificado y
sin entrar en vigor.




El señor PRESIDENTE: Quisiera recordar a las señoras y señores Diputados
que intervengan que la acústica de esta sala no es ninguna maravilla y
que, por consiguiente, tendrán que ajustarse más al micrófono, como los
buenos cantantes de rock. (Risas.)
Tiene la palabra el señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Creo que el objetivo de ratificación del Tratado de la Unión
Europea no es solamente algo que propugne el Gobierno, sino que es algo
que interesa a España en su conjunto. De ahí que el Gobierno no pueda
evitar recomendar su ratificación en un tiempo razonable. Se ha pedido
trámite de urgencia precisamente por intentar acortar los plazos perdidos
o recuperar el tiempo perdido en este tiempo, en el que no ha habido
Cortes, con un Parlamento que pudiera hacerlo. También para que, desde el
punto de vista de la imagen internacional, España no sea el último país
en hacerlo. Pienso que éste es un objetivo razonable y lógico y que se
puede alcanzar. Ahora bien, también hay que decir que el Parlamento es
soberano, que puede perfectamente adoptar las decisiones que tenga por
conveniente y que ser o no ser el último no va a cambiar nada si ya se
sabe que hay una voluntad, tanto por parte del Gobierno como por parte de
los grupos de la Cámara, en abordar seriamente la ratificación y
realizarla, es decir, ratificar el Tratado del Espacio Económico Europeo.

De hecho, al recomendar esta ratificación voy a repetir las palabras que
pronunció el ponente del Senado francés cuando ratificó el Tratado del
Espacio Económico Europeo: «El ponente que suscribe, sin ilusiones y sin
entusiasmo, pero con lucidez y con convicción, les propone la
ratificación del Tratado del Espacio Económico Europeo.»



El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Catalán de Convergència i Unió, tiene
la palabra el señor Casas.




El señor CASAS I BEDOS: Señor Presidente, nosotros quisiéramos hacer una
reflexión, un poco del momento



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en el que estamos viviendo. Estamos avanzando en el proceso de unión
europea y, además, ampliando en temas económicos lo que es el mercado
único, que es lo que viene a ser el acuerdo del Espacio Económico
Europeo, en un momento de una importante recesión económica y que de
alguna manera tiene desorientada, en parte, a un gran sector de la
opinión pública española. Es precisamente después de la ratificación del
Tratado de Maastricht cuando se pone de manifiesto una grave recesión
económica al conjunto de Europa. Y es un poco de contrasentido para el
poco experto en cuestiones económicas que estemos avanzando para mejorar
la situación económica del conjunto de la Comunidad y justo cuando
alcanzamos un acuerdo como el de Maastricht empieza una recesión de esta
magnitud.

Por tanto, en términos de política interior es imprescindible que todo
este tipo de cuestiones se expliquen muy bien a la opinión pública y que
tengan la garantía de que esto, en ningún caso, puede perjudicar a
nuestros intereses económicos. Es decir, se trata de que la posición del
Gobino genere confianza y, de alguna forma, proyecte ilusión al conjunto
de la ciudadanía, en el sentido de que ir hacia esta vía es positivo para
la economía española. Lo que yo pediría son actitudes como las del Primer
Ministro francés cuando discute del acuerdo agrícola en el marco de la
Ronda Uruguay. Hay un liderazgo, hay una posición de defensa de
intereses, que no está en contra del proceso de una unión europea, ni
mucho menos, pero que parte del punto de vista de que lo más importante,
de entrada, es proteger tus legítimos intereses. Por tanto, creo que esto
es lo que hemos de proyectar a la opinión pública. Por consiguiente, hay
que ver si ahora -quiero decir estos días- es el momento oportuno para,
con trámite de urgencia, ratificar este acuerdo.

A mí me da la sensación, por la explicación -que, por cierto, agradezco,
porque, a mi juicio, ha sido muy importante- del Secretario de Estado,
entre otras razones porque ha despejado algunas incógnitas del tema
suizo, de que van por buen camino; creo que sí y, evidentemente, da la
sensación de que los flecos pueden finalmente resolverse.

Sin embargo, lo que yo quería decir es que, más que que venga el señor
Ministro de Asuntos Exteriores a explicarnos cómo están estos flecos,
quizá sería más oportuno que el Ministro de Economía explicara qué
política económica interior se va a seguir para que todo esto sea
positivo para el conjunto de España. De nada sirve que tengamos más
espacio económico para vender nuestros productos manufacturados si no
tenemos una política económica que proteja precisamente esta economía
productiva; porque firmar un acuerdo para que, más que que nosotros
exportemos nuestros productos, cedamos nuestro mercado a otros países, no
tiene mucho sentido. Es verdad que hoy en día prácticamente ya no existen
barreras arancelarias entre los países EFTA y España en productos
manufacturados, es cierto, y en productos agrícolas muy pocas, es cierto,
pero, de todas maneras, insisto, lo más fundamental para la opinión
pública -que es la que tiene que entender que esto es positivo, porque el
reto europeo lo ganaremos si el ciudadano español lo hace suyo y, por
tanto, trabaja con la ilusión de ser más competitivo- es que esto vaya
acompañado de una clara política económica que proteja nuestros sectores
productivos, porque si no no vamos a conseguir nada.

Por tanto, creo que el momento oportuno para plantearnos la ratificación
-a mí me da igual ser el primero o ser el último; me importa que sea el
momento oportuno para los intereses del conjunto del Estado- debe ser
cuando veamos una política económica clara, interior, que nos haga a
todos alcanzar la confianza suficiente como para decir que vamos a ganar
el reto europeo. Porque el reto europeo ni lo va a ganar Maastricht ni lo
va a ganar este acuerdo, sino que lo va a ganar la sociedad española si
hace suyo el proyecto de futuro y, por tanto, entiende que los términos
de nuestra política económica han de ser más insistentes en lo que es el
tejido productivo español. Este será el momento oportuno y, por tanto,
nuestro Grupo, que, evidentemente, es favorable a todo lo que sea la
integración europea y a ampliarla, incluso, a lo que significa este
acuerdo con los países EFTA, espera algo más, no sólo el aspecto de
política internacional, sino que espera precisamente una política
económica decidida que sea capaz de generar al conjunto de la sociedad
española la confianza suficiente para ganar el reto que significa este
acuerdo.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Señor Casas, creo que sus afirmaciones pueden ser compartidas
por el Gobierno en todos sus términos. Realmente ha sido, en primer
lugar, una coincidencia desgraciada de la recesión con la negociación y
firma del Tratado de Maastricht, que se firmó prácticamente el último día
antes de la crisis. También estoy de acuerdo en que hay que hacer todo lo
posible para que las soluciones a los problemas de esa crisis no vengan a
través de la búsqueda de la salvación nacional y del aislamiento de cada
uno de nosotros, porque el problema no es Europa, Europa es la solución.

Por otro lado, cuando habla de un marco de política económica que nos
permita sacar todas las ventajas de este gran espacio, ese marco de
política económica creo que pasa por un marco de competitividad.

Quiero recordarles brevemente el contenido de dicho acuerdo y sus
ventajas e inconvenientes para Europa en general y para España, porque
cuando hablamos de protección puede ser ambiguo, ambivalente, es decir,
que yo creo que la mejor receta es ser competitivo y no protegernos
frente a los otros que son más competitivos a través de barreras
artificiales. Es cierto que estamos viviendo unos momentos de ajuste
estructural a nivel internacional importantísimo, donde existe una
competencia a veces desleal porque se produce un «dummping» social y un
«dumping» ecológico por parte de algunos países que acceden al nivel de
potencias industrializadas y que es



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necesario encontrar de alguna manera medidas de defensa comercial para
que, caso por caso, podamos ir resolviendo los problemas que se derivan
precisamente de esas exportaciones en «dumping» social y en «dumpping»
ecológico. Pero eso no quiere decir que tengamos que montar nuestro
esquema como un esquema de protección, sino más bien en un esquema de
productividad, y yo tengo entendido que ésa es la política que el
Gobierno está siguiendo en esta materia.

También estoy plenamente de acuerdo con el señor Casas en que éste no es
un reto de burócratas o un reto para políticos o un reto para gobiernos;
es un reto de la sociedad, sin duda alguna. Es decir que en estos
momentos yo tengo entendido que la situación es fundamentalmente una
crisis de civilización en el mundo desarrollado, ya no sólo en Europa,
sino en el mundo desarrollado, y que se tienen que producir una serie de
ajustes y esos ajustes solamente los puede realizar la sociedad, si toda
la sociedad está implicada en la solución, en la salida de esos
problemas, que más que coyunturales son problemas estructurales. Pero yo
creo que a toda esta situación internacional se referirá mañana el
Ministro de Asuntos Exteriores.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el representante del Grupo
Socialista señor Costa.




El señor COSTA COSTA: Señorías, pemítanme, antes de matizar la postura de
nuestro Grupo respecto a ese Tratado, el considerar algunas de las
manifestaciones que se han hecho anteriormente. Hay una pauta de
comportamiento que se refiere al déficit democrático de esta institución
-entiendo yo, que no de otras-, y yo considero que estamos aquí
precisamente para ejercer la democracia. El déficit democrático se
refiere siempre a la falta de información, y yo he analizado, yo diría
que profundamente, las comparecencias que ha tenido ya el Secretario de
Estado y las peticiones de información que ha hecho algún Grupo y éstas
han sido respondidas en su totalidad sin que quedara ninguna por
responder. Luego lo del déficit democrático debe ser el déficit de
capacidad de conocer más que el déficit de información que se suscita
continuamente en esta información y que la semana pasada era opacidad,
hoy es déficit democrático, mañana no sabremos qué será, pero, en
cualquier caso, casi siempre suele ser utilizado para no comprometerse
firmemente en instrumentos y en políticas que favorecen en conjunto a
nuestro país.

Dicho esto, quiero hacer una referencia a que la posición de algún Grupo
no ha diferido sustancialmente de noviembre de 1992 a septiembre de 1993.

Si antes se hubiera hecho un discurso diciendo que este Tratado era
positivo para nuestro país, que España ganaba diez con la creación del
espacio económico europeo, hoy tal vez se podría haber hecho el discurso
de decir: En vez de ganar diez, once meses después vamos a ganar tan sólo
ocho, pero siempre nos referiremos en términos de ganancia, en términos
positivos y no negativos a este Tratado.

Antes de entrar en el fondo, quiero hacer una última consideración.

Estamos aquí debatiendo un instrumento que afecta a siete países
extracomunitarios, a los países de la EFTA. Estos países están sumamente
interesados en conocer cuál es la posición no sólo del Gobierno, sino del
conjunto del Parlamento respecto a este espacio económico europeo y, en
este sentido, creo que hay que aclarar que sería bueno el ser los
primeros de la clase, el ser los primeros en confiar en este instrumento,
porque si este instrumento se va a llevar a buen término, como todos
deseamos y esperamos, es bueno que estos países que nos miran hoy por su
interés nacional, naturalmente, sepan que nosotros estamos también
abiertos a esa amistad, a esta cooperación, a esta actuación conjunta
para crear una Europa unida más allá de lo que es hoy, del Tratado de la
Unión. Por tanto, quisiera dejar claras estas cuestiones antes de entrar
a fondo en la postura del Grupo Parlamentario Socialista sobre la
creación del Espacio Económico Europeo. Este espacio, como muy bien ha
explicado el Secretario de Estado, supone la extensión del mercado
interior comunitario, previsto en el Acta Unica, a los países de la EFTA,
que, como conocen SS. SS., se basa fundamentalmente en la aplicación por
parte de los países de la EFTA de todo el acervo comunitario y del acervo
por venir.

El acuerdo se extiende en el mercado interior a un espacio de 380
millones de personas y se basa en la aplicación de las cuatro libertades:
la libre circulación de personas, de servicios, de mercancías y de
capitales, a las que se aplica -como he dicho ya anteriormente- el acervo
comunitario existente y el que pueda venir en el futuro en estas
materias.

El Grupo Parlamentario Socialista valora muy positivamente la creación de
este Espacio Económico Europeo y las condiciones que del acuerdo se
derivan para nuestro país, muy especialmente para el sector agrícola y
pesquero. En el sector agrícola, es verdad que la salida de Suiza supone
algún retroceso respecto a la negociación que se había establecido, pero
no es menos cierto que aún contiene ventajas importantes respecto a otros
países. En el problema pesquero, el hecho de romper el «statu quo»
existente con anterioridad, muy especialmente respecto de Noruega, nos
debería hacer valorar este asunto de una manera muy positiva.

Pero, aun por encima de los beneficios sectoriales o coyunturales que
este acuerdo supone para determinados sectores productivos españoles, lo
que el Grupo Parlamentario Socialista quiere destacar, insisto, por
encima de los beneficios inmediatos que ello pueda suponer para España,
son las potencialidades, el escenario de oportunidades que representa la
creación de este Espacio Económico Europeo, con 380 millones de personas
consumidores, con un alto poder adquisitivo, y por ello el Grupo
Parlamentario Socialista centra su posición favorable a la creación de
este Espacio en dos líneas argumentales, y una de ellas coincide
fundamentalmente con la posición expresada por el Grupo Catalán de
Convergència i Unió.

Este escenario de oportunidades es un reto del conjunto de la sociedad
española, no un reto de una Administración pública determinada. Es verdad
que son las



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empresas españolas y es el marco jurídico español el que va a determinar,
de alguna manera, la capacidad de estas empresas de aprovecharse de este
escenario de oportunidades.

Sin embargo, como decía anteriormente, son dos las líneas fundamentales
por las cuales nosotros consideramos favorable la creación de este
Espacio: una, económica; la ampliación del mercado y el nuevo escenario
de oportunidades que ello representa para estas empresas, y la segunda, y
nada desdeñable, política: la firme voluntad de avanzar en la
construcción europea que ha mostrado nuestro país bajo el mandato del
Gobierno socialista.

Respecto a la primera, la económica, la extensión del mercado interior a
los países de la EFTA supone la incorporación a este mercado de siete
países con un alto grado de poder adquisitivo, situado por encima de la
media de los países comunitarios, al ser la renta «per capita» media de
estos países de 20.000 ecus anuales, frente a los 14.000 ecus de renta
media de los países comunitarios.

El acontecer demuestra que la economía española mejora notablemente sus
posiciones en esos procesos de apertura, resultando, a la vez, un
estímulo a la competitividad de nuestras empresas.

Asimismo, el Tratado resulta beneficioso -como ya he dicho antes- para
los sectores pesquero y agrícola. La reducción de derechos arancelarios
para 71 productos mediterráneos, fundamentalmente frutas, hortalizas y
vinos, con lo cual los exportadores españoles se ahorrarán cientos de
millones de pesetas que repercutirán sobre su margen comercial.

También, en el apartado de la competencia que existe entre los países de
la EFTA y los países de la Comunidad, se extiende a la EFTA la
legislación comunitaria en materia de ayudas públicas, ayudas de Estado y
competencia, con lo cual se evitan perjuicios importantes para España,
especialmente en la competencia de atracción de inversión extranjera, así
como en el régimen de competencia a que se sometan el conjunto de
empresas, incluidas las empresas públicas de esos países, que pasan a
estar bajo el control de un comité específico en este sentido.

Por otra parte, y entrando en el segundo aspecto, el Espacio Económico
Europeo tiene una indudable dimensión política: mostrar la firme voluntad
de avanzar en la construcción europea, demostrando así un alto grado de
compromiso. Y ésta es la posición que tiene nuestro Grupo Parlamentario:
el compromiso firme de avanzar en todos los mecanismos que nos lleven a
construir la Comunidad Europea.

Cuando la debilidad de algunos liderazgos ha enfriado excesivamente el
ambiente de la construcción europea, mostrando una falta de confianza
preocupante en las virtudes de esta construcción; frente a este
enfriamiento, frente a este pesimismo, los países de la EFTA, algunos
países de la EFTA, han mostrado su voluntad de incorporarse a la
Comunidad solicitando la apertura de negociaciones. Estamos, pues, si no
en la antesala, sí en puertas de una ampliación comunitaria, de una
integración definitiva en cuanto la Comunidad esté en condiciones de
aceptarlo; y ello, admitiendo estos países todo el acervo comunitario.

Desde el Grupo Socialista entendemos que, por encima de particularismos,
es bueno para España y es bueno para la Comunidad la ratificación de este
Tratado; que es bueno que la ratificación se produzca con la mayor
urgencia posible, a efectos de no ser los últimos, de no crear
reticencias innecesarias ante algunos países que nos están observando con
bastante profundidad, para ver qué es lo que España hace ante este
Tratado y, quizás, despejar algunas de las dudas suscitadas en el largo
camino de la negociación.

A este conjunto de actuaciones hay que añadir dos, que yo también
quisiera destacar, aunque sea muy brevemente, si el señor Presidente me
lo permite.

En primer lugar, la previsión de cooperación, prevista en el artículo 78,
en materias tan importantes para el futuro europeo y el bienestar de los
ciudadanos, como son la investigación y el desarrollo tecnológicos, la
educación, formación y juventud, la protección de los consumidores, el
turismo, la pequeña y mediana empresa o el medio ambiente, entre otros,
para los que se establece la participación en los programas-marco
comunitarios de los países de la EFTA.

También quiero destacar a nivel institucional las disposiciones de la
parte séptima, capítulo primero, que prevén distintos comités para la
difusión y control del Tratado, de entre los cuales quiero resaltar el de
cooperación parlamentaria y, concretamente, el Comité Parlamentario Mixto
del Espacio Económico Europeo, que podrá exponer sus opiniones, en forma
de resoluciones o informes, así como examinar el informe anual del Comité
Mixto del Espacio Económico Europeo.

En conjunto, lo que mi Grupo piensa -para cerrar esta intervención- es
que, apoyando este instrumento, estamos en un proceso de construcción o
estamos en el proceso de construcción europea, y que sus efectos, sin
duda, comportarán unas grandes ventajas al bienestar de los ciudadanos de
nuestro país, que es el fin último de las políticas que apoya nuestro
Grupo.




El señor PRESIDENTE: El señor Westendorp tiene la palabra.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Gracias, señor Costa, por la brillante presentación de las
razones por las cuales el Gobierno coincide con sus apreciaciones,
considera que es buena la ratificación del Espacio Económico Europeo y
que es bueno también hacerlo en tiempo útil; y el tiempo útil yo creo que
lo tenemos delante de nosotros y que la reflexión que el Gobierno pensaba
que el Parlamento iba a realizar se está realizando. Es una reflexión no
sólo acerca del Espacio Económico Europeo, sino de la situación de Europa
en general y de la situación de Europa en el esquema de relaciones
internacionales en la situación económica en la que vivimos, pero que
ello no debe impedir, sino todo lo contrario, esta ratificación del
Espacio Económico Europeo, que es una pieza importante en la nueva
arquitectura europea.




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Evidentemente, la pieza central es el Tratado de la Unión que, como digo,
salvo imprevistos va a entrar en vigor. El Espacio Económico Europeo es
importante y beneficioso para todos los europeos. Amplía la esfera de
influencia de Europa en el mundo y amplía también el margen de
competencia dentro de este espacio interior europeo. Existirá, por lo
tanto, un gran mercado interior, el mayor del mundo con 380 millones de
habitantes, con un alto nivel de desarrollo. Países que también están
atravesando en estos momentos dificultades económicas no se podían
sustraer a las mismas, con los cuales tenemos que contribuir a resolver
entre todos las dificultades económicas que a todos nos preocupan.

Le agradezco al señor Costa la brillante presentación que ha hecho y le
señalo que comparto plenamente sus afirmaciones.




El señor PRESIDENTE: Esta Mesa tiene el deseo de llevar a cabo una
interpretación flexible de sus propias normas. Aunque ha pasado el turno,
quiero preguntar a los señores Diputados de Coalición Canaria si quieren
hacer uso de la palabra. (Pausa.)
Tiene la palabra el señor Mardones.




El señor MARDONES SEVILLA: Le agradezco la deferencia, señor Presidente,
porque hemos estado en la Junta de Portavoces, reunidos con el Presidente
de la Cámara.

Aprovechando la presencia del señor Westendorp, le pediría, si él
pudiera, que nos matizara las dudas que tiene Coalición Canaria... (El
señor Mardones Sevilla pronuncia palabras que no se perciben.)



El señor PRESIDENTE: Señor Mardones, si no se acerca más al micrófono es
imposible poder oírle bien y la señoras taquígrafas y estenotipistas no
van a poder escribir nada.




El señor MARDONES SEVILLA: Decía, señor Presidente, que desde el punto de
vista de Coalición Canaria, quisiéramos que el señor Secretario de Estado
nos hiciera alguna precisión sobre el alcance que tiene, en la
legislación específica para Canarias, tanto en el marco del Poseican, que
él conoce bien, como de las peculiaridades que se refieren en este
Tratado a la Ronda Uruguay y al GATT, con respecto a las negociaciones
que se hacen con los países del Caribe, del área dólar, en la competencia
de entrada de plátanos en el territorio europeo y concretamente el
comunitario. Nos gustaría saber cuál es el alcance del capítulo II
referido a Canarias en los productos de la agricultura y de la pesca, lo
que se refiere al artículo 19, que nos está llenando de dudas o sospechas
en el sentido de que si esto se firma así podría implicar determinadas
hipotecas a la línea que en este momento el Gobierno español, en defensa
de las producciones plataneras canarias, está manteniendo, tanto ante la
Ronda Uruguay y el GATT, como las presiones diplomáticas o de todos los
órdenes de países del área productora bananera en el Caribe, el área
dólar, y en la cuestión de la cooperación en asuntos aduaneros y de
agilización del comercio. Nos asaltan dudas que no sé si en este momento
el señor Secretario de Estado está en condiciones de podernos despejar.

En determinados centros de opinión política y económica del Archipiélago
de Canarias, la cuestión de la ratificación por parte de España de este
acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo y el protocolo adicional del
pasado mes de marzo, nos dejan, señor Secretario de Estado, con una
cierta preocupación.

Nada más y muchas gracias por su benevolencia, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Señor Mardones, querría señalarle que dado que el Espacio
Económico Europeo supone, por parte de los países de la EFTA, la
aceptación del acervo comunitario, dichos países tendrán que aceptar todo
el esquema, trabajosamente elaborado y creo que conseguido con éxito,
específico para Canarias en el marco de la Comunidad. Por lo tanto, a
Canarias se le ampliarán las ventajas que ya obtiene de la Comunidad y se
le dará a ese mercado interior, extendido a los países de la EFTA, el
mismo esquema, que es bastante satisfactorio para Canarias, en el marco
de las Comunidades Europeas. El Espacio Económico no altera, sino que
amplía dicho régimen.

En lo que se refiere al tema del banano y a sus posibles implicaciones en
la Ronda Uruguay, le quiero señalar tres elementos que estoy seguro que
S. S. conoce. En primer lugar, que se ha incluido una tarifación
específica en el marco comunitario, como oferta frente a las
exportaciones de bananos procedentes de otras áreas distintas de las
comunitarias y de los países ACP. Que esa tarifación especial protege
adecuadamente dichas producciones. Que en el marco del GATT no se ha
planteado necesidad específica alguna en relación con el banano y, sin
embargo, hay una propuesta de un PANEL cuya celebración está aplazada por
la Comunidad, en la cual las posiciones de los distintos países en dicho
PANEL va a ser favorable a las tesis comunitarias, porque se dispone de
una mayoría de países, dado que los países ACP interesados en el banano
más los países de la Comunidad, son una mayoría más que suficiente para
mantener las tesis de esa organización de mercado del banano, que creemos
es una organización satisfactoria.

Por otra parte, también querría señalarle que el recurso contra dicha
organización de mercado, interpuesto por la República Federal de Alemania
ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, que pedía la
suspensión de la aplicación de dicha OCM, que ha entrado en vigor el
primero de julio, ha sido rechazado por el Tribunal, entre otras cosas
por la defensa que hicieron algunos países que defendemos el banano
comunitario, concretamente, por parte de España. De manera que hay que
mirar confiadamente la situación de las Islas Canarias en el marco de la
Ronda Uruguay y, sobre todo, en el marco



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del Espacio Económico Europeo que yo creo que sólo presenta ventajas para
las islas.




El señor PRESIDENTE: Vamos a abrir un breve segundo turno para los grupos
que deseen hacer uso de la palabra, recordándoles que, según el
Reglamento, es para que puedan escuetamente formular preguntas o pedir
aclaraciones sobre la información facilitada.

¿Algún grupo desea hacer uso de la palabra? (Pausa.)
Tiene la palabra la señora Tocino.




La señora TOCINO BISCALORASAGA: Con toda brevedad, quiero agradecer
nuevamente al señor Secretario la información que me ha dado en su
segunda intervención y contestar a los demás intervinientes.

Querría aclarar -a lo mejor me entendió mal- que yo no he dicho nunca que
ha sido la salida de Suiza la que ha cambiado la función que cubría el
Espacio Económico Europeo, sino que ésas son las ventajas o desventajas
que España obtiene. Lo que sí ha cambiado la función -usted lo ha
reconocido posteriormente- del Espacio Económico Europeo es la propia
situación que vive hoy la Comunidad Europea, que he dicho y reitero
-usted está de acuerdo según nos lo ha confirmado-, no vivía cuando
tuvimos la comparecencia anterior sobre este tema e, incluso, ratificamos
en el Parlamento en noviembre del año pasado.

Al señor portavoz del Grupo Socialista me gustaría decirle que eso es lo
que España quiere. Los intereses de los españoles quieren hablar de
cualquier tipo de protocolos y protocolos adicionales en términos de
ganancia. Nadie quiere perder, pero, lamentablemente, no es que sea un
discurso ni siquiera parecido. Parecido, no. Idéntico en lo que no se ha
mejorado desde entonces en ese déficit democrático del que luego hablaré.

En cuanto a las ventajas a las que se ha referido antes el señor
Westendorp, y que por no alargarme no quise comentar, no eran tantas
ventajas ni de tal cuantificación. Son ventajas sobre lo que se ha
conseguido, pero no se ha dicho que no se parece, en absoluto, a lo que
pedía España en temas de pesca. Si se pedía, por ejemplo, pescar 90.000
toneladas de bacalao y se nos conceden seis mil, que se supone se van a
elevar a once mil hasta el año 1997 y, además, se va a compartir con
Portugal, nada tiene que ver con lo que era una ventaja para España. Si
en el fondo de cohesión, por ejemplo, España pedía mil mecus al año y lo
que nos van a dar son dos mil mecus en cinco años, a repartir, 1.500
ademas en créditos blandos y los otros 500 en donaciones en cinco
partidas muy concretas, para nada son las ventajas que España pensaba
obtener. Eso hay que decirlo.

En cuanto al sector agrícola que tantas ventajas se dice que obtiene,
seamos sinceros y llamemos a las cosas por su nombre. Esperamos hoy, como
muy bien ha dicho el señor Secretario de Estado, que las cosas lleguen a
buen término, pero él ha reconocido que espera recuperar. Si espera
recuperar las ventajas, significa que hoy no las tenemos en la mano. Por
tanto, ¡ojo con los acuerdos bilaterales! En temas agrícolas todos
sabemos donde nos encontramos hoy, con dificultades inmensas en temas,
por ejemplo, de política agrícola comunitaria y no digamos nada en los
relativos al GATT. Quiero decir que todo esto tiene relación con esos
acuerdos agrícolas bilaterales que hay que concretar y que, desde luego,
si ha costado y cuesta ponerse de acuerdo a Doce, no me quiero imaginar
lo que será ponerse de acuerdo a diecinueve. Grecia, en cambio, sí que ha
conseguido ya, antes de la ratificación -es lógico, pues, que ratifique-,
en algo que le afectaba mucho más que el tema agrícola, como es lo
relativo al transporte, esos acuerdos bilaterales para que,
efectivamente, sin tanto rodeo pueda pasar a través de Suiza y tiene
cuantificados ya cuántos viajes puede hacer al año.

Se recuperarán, pero no podemos dejarnos llevar de sentimientos. Yo no
comparto que me haya dejado llevar por el sentimiento de los países EFTA,
señor Westendorp, creyendo que ellos han ganado la batalla. Me dejo
llevar por la realidad, por la concreción de lo que han logrado, y vuelvo
a repetírselo en temas institucionales o, por ejemplo, en temas en los
que se les aplica el acervo comunitario en el 80 por ciento, pero, en el
resto, usted sabrá mucho mejor que yo que en ese círculo concéntrico de
la ampliación que formaría parte de esos países del EFTA, nos encontramos
con que estos países, en esa cooperación nórdica, para nada quieren lo
que pudiéramos llamar una Europa de corte federalista. Están más bien a
lo que pudiera ser una intención de cooperación entre naciones
independientes y, aunque parezca una paradoja, defienden luego el
principio de subsidiariedad, pero a su favor, diciendo: algunos problemas
son una solución en la política comunitaria, pero el resto, lo que
nosotros digamos en nuestros países. Luego, también esto hay que
analizarlo con calma, porque estamos hablando de una ampliación de otro
signo. Estamos en un momento en el que no se ha clarificado todavía nada
y hay una conferencia intergubernamental en 1996. Señor Westendorp, estoy
de acuerdo con ese matiz del DECISION SHAPING y DECISION MAKING, pero la
experiencia nos dice que, de momento, el DECISION SHAPING ya se lo hemos
concedido a estos países, aunque no haya Espacio Económico Europeo,
simplemente por pertenecer a EFTA, según se acordó en la Cumbre de
Lisboa, si se cumple. En cambio, tenemos también la experiencia de que
por ahí se empieza, por el DECISION SHAPING, porque si no, ahí tenemos el
caso de Dinamarca, cómo el DECISION SHAPING nos ha hecho aceptar a todos
el DECISION MAKING.

Para terminar, quiero decirle al portavoz del Grupo Socialista, que
siempre hablan de la importancia de la ampliación en temas económicos o
políticos, y puesto que como tal portavoz es nuevo en esta Comisión que
empezará a reunirse, que vamos a dejar a un lado las coletillas si
queremos trabajar seriamente. Que la ampliación es buena para la
economía, no lo duda nadie; es un estímulo para la competitividad. Pero
si algún problema tiene nuestro país en este momento es el de la
competitividad y, por tanto, lo que necesitamos son esos estudios de
competitividad en los sectores más débiles y afectados también por ese
Espacio Económico Europeo.




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Desde luego, necesitamos que el Gobierno internamente ponga ya en marcha
un marco financiero, fiscal, incluso laboral, para que podamos ser
competitivos.

Termino, señor Presidente, diciendo que el déficit democrático no es
tanto la capacidad de conocer, es más bien la capacidad de ocultar que
tiene el actual Gobierno Socialista. De acuerdo con la convergencia de
los convergentes, esto es lo bueno, es la nueva política del cambio sobre
el cambio, a base de ocultar no se compromete absolutamente a nada y
realmente quien tiene que comprometerse y hacer esos estudios de
competitividad es, ni más ni menos, que el Gobierno.

Yo no digo cuándo hay que ratificar, si los primeros o los últimos, pero,
desde luego, esta situación que mi Grupo plantea de pedir estudios más
profundos, no invalida -habíamos ratificado ya la vez anterior- la
ratificación aunque sí la demora un poco para que podamos hacer unos
estudios, incluso de información a los sectores más afectados, con el fin
de saber cuáles van a ser las medidas concretas a adoptar, aunque sea en
período transitorio, para conseguir esas ventajas, cuando nos las conceda
Suiza y qué es lo que el Gobierno va a hacer como salvavidas (ya reconoce
el señor Westendorp que también ellos buscan esos salvavidas de
cooperación nórdica), con medidas concretas y con estudios que podamos
llevar a la práctica pronto, y comprobar cómo este Espacio Económico
Europeo tiene realmente esas ventajas que, por ahora, le aseguro que no
son tan evidentes como desearíamos para todos los españoles.




El señor PRESIDENTE: Señora Tocino, creo que nos hemos excedido un poco
respecto a la previsión reglamentaria.

Tiene la palabra el señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): La señora Tocino ha dicho que para nada las ventajas obtenidas
son las que pensaba obtener el Gobierno. Quiero decirle que el Gobierno
nunca pensó obtener las ventajas que había pedido. En una negociación
internacional, para obtener algo es necesario partir de unas posiciones,
digamos, más duras, más extremas. Nos habría gustado obtener aquellas
peticiones, pero puedo asegurarle que cuando las hicimos pensamos que
eran, en algunos casos, excesivas. Por ejemplo, las 90.000 toneladas de
bacalao (que ojalá se pudieran obtener, dada la penuria de la flota en
cuanto a capacidad de pesca en aguas exteriores que de este pescado se
tiene) son tres veces y media más de lo que pesca toda la Comunidad en
aguas de Noruega en estos momentos. Sin duda alguna, era una petición
excesiva.

Al final, la negociación fue muy dura y, como sabe la señora Tocino, se
obtuvieron una serie de ventajas. Pero no es que ahora intentemos
recuperar esas ventajas para que el Espacio Económico Europeo sea bueno
para España, sino, simplemente, para que sea mejor de lo que ya en sí
mismo es. Quiero decir que ya las hemos recuperado en parte, como antes
he señalado. Si no hubiera sido porque Suiza se sale, Austria o Suecia no
nos hubieran dado concesiones adicionales, ni tampoco pagan más del fondo
de cohesión y pagan, digamos, la parte suiza. Cuando negociemos con Suiza
ya veremos qué podemos obtener. No me quiero comprometer a nada, pero,
probablemente, alguna ventaja de cohesión económica y social adicional
podremos obtener de Suiza.

Creo que las hemos recuperado en gran parte, pero las que faltan por
recuperar no invalidan las ventajas del Espacio Económico Europeo para
España. Ciertamente, no son países, por así decirlo, federalistas. La
tradición nórdica da que pensar en eso y su defensa del principio de
subsidiariedad, como muy bien ha señalado, que es un arma arrojadiza,
porque la subsidiariedad entendida como manera de quitar competencias a
la unión no es federalista, es la forma como la entiende, por ejemplo, el
Reino Unido, por eso tiene tanto empeño en que se aplique el principio de
subsidiariedad, pero como principio que sirva, como han dicho, para
«achatarrar» la normativa comunitaria; de hecho ya hay algunas propuestas
de «achatarramiento» en ese sentido. Es decir, hágase al nivel del Estado
nacional todo lo posible porque a nivel de la unión es peor. Parte de una
petición de principio que no va en la dirección de la subsidiariedad
federal, por así decirlo.

Eso no quiere decir que no deban entrar en la Comunidad Europea. A fin de
cuentas, cada país tiene su propia concepción dentro de la Comunidad
Europea: unos son federalistas, los otros son intergubernamentales, y en
medio sigue existiendo ese sistema híbrido entre lo uno y lo otro en el
que se va avanzando, creo, fructíferamente.

En cuanto al análisis de ventajas, costes y beneficios, quiero decirle
que son sumamente difíciles de hacer de una manera adecuada. Los costes
de un espacio económico cuando ya existe libre circulación de productos
industriales son prácticamente nimios o nulos. Los beneficios, en cambio,
son muy amplios porque, por ejemplo, un fabricante de electrodomésticos
en nuestro país antes tenía que cumplir la normativa Suiza si quiere
exportar a ese país algún aparato de aire acondicionado y hoy tendrá que
aplicar Suiza (si entra dentro de estos acuerdos bilaterales, o bien
Austria o Suecia, en cualquier caso, dentro del Espacio Económico
Europeo) la normativa comunitaria, con lo cual el fabricante español no
tendrá que pasar por todas esas trabas técnicas que tendría que cumplir
caso de no haberse hecho el espacio económico. Este es simplemente un
ejemplo de cómo se amplían las posibilidades de actuación económica y
comercial en un marco más amplio.

Yo soy muy escéptico en los estudios, porque o sirven para poco y cada
uno de los especialistas a los que se encarga el estudio llega a
conclusiones diferentes, o bien sirven para que te digan lo que quieres
oír; es decir, son estudios hechos de encargo. En cualquier caso, lo que
sí son es caros. Si la utilidad es incierta y es caro el estudio, yo me
inclino más bien por no realizar ese estudio, sino simplemente aplicar
las normas del sentido común.




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El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro grupo desea hacer uso de la palabra?
(Pausa.)
Tiene la palabra el señor Vázquez, por el Grupo de Izquierda Unida.




El señor VAZQUEZ ROMERO: Quiero comentar, de forma breve, algunas de las
afirmaciones hechas, tanto por el señor Westendorp como por el señor
Costa.

Sin duda, el déficit democrático es algo que se critica, yo creo que con
absoluta razón, en todo el proceso de construcción europea. Atribuir la
solución al déficit democrático aumentando exclusivamente el caudal de
información, creo que es una visión bastante estrecha del asunto. El
déficit democrático en la construcción europea se resuelve no sólo con
tener la información adecuada -condición necesaria, pero no suficiente-,
sino también en función de todo lo que es un proceso democrático: la
participación en la conformación de esa voluntad y de esa opinión de los
Estados. Eso quizá nos llevaría a otra discusión, que no es el caso.

Ha dicho el señor Costa que algún Grupo (supongo que en referencia al
mío, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya) mantiene ahora, en
septiembre de 1993, una posición similar a la que sostuvo en noviembre de
1992. Es que, en esencia, las condiciones que nos hicieron abstenernos en
aquel trámite, en Pleno, siguen siendo las mismas. Es cierto que se ha
salvado el obstáculo, importante, del referéndum francés, de los dos
referéndums daneses, e incluso de la posición de Gran Bretaña, pero sigue
estando por ratificar el Tratado de la Unión Europea; sigue sin estar en
vigor el Tratado de la Unión Europea; parte esencial de ese desarrollo
equilibrado, de esa construcción armónica de lo que entendemos todos que
debe ser Europa.

Traigan ustedes el Tratado del Espacio Económico Europeo a esta Comisión
o al Pleno, cuando esté ratificado el Tratado de Unión Europea por parte
de todos los países firmantes, y probablemente la posición de mi Grupo se
modifique, ya que en esencia, independientemente de que fueran antes tres
y ahora sea uno solo, las condiciones, no sólo formales sino de fondo
político que hacían que entonces fuera inadecuada desde nuestro punto de
vista la ratificación del Espacio Económico Europeo, lo siguen siendo
hoy.

Traigan ustedes el Tratado del Espacio Económico Europeo cuando esté
ratificado el Tratado de la Unión, cuando esa construcción europea sea
una construcción armónica y equilibrada.




El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Westendorp.




El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Comprendo y respeto plenamente la posición de su Grupo.

Posiblemente, la entiendo más en el momento en el que había una duda
seria sobre la intención de ratificación del Tratado de la Unión Europea,
desde el punto de vista político. No se trataba de un accidente de
recorrido, como puede ser el recurso al Tribunal Constitucional, cuya
solución está dentro del ámbito jurídico; no hay una intencionalidad,
salvo en el recurrente, de que no entre en vigor el Tratado de la Unión.

Sin embargo, en el otro caso sí que existía una duda razonable de que
políticamente hubiera una intencionalidad de no ratificación del Tratado
de la Unión. En ese sentido, entiendo plenamente las razones de su Grupo,
como S. S. también tiene que entender cuáles son las razones del
Gobierno, aunque bien pudiera comprender esas preocupaciones expresadas,
que coinciden con las de su Grupo, de que el Tratado de la Unión es la
pieza angular. Mantener como rehén del Tratado de la Unión al Espacio
Económico Europeo, en cierta manera era matar moscas a cañonazos, porque,
en definitiva, el Espacio Económico Europeo es una pieza dentro de la
construcción europea y responde más bien al Acta Unica de 1988 y al
Mercado Unico. No es necesariamente algo que tenga que hacerse junto con
el Tratado de la Unión.

Comprendo que en aquel momento había razones, pero ahora el proceso que
va a conducir a la ratificación del Tratado es claro. No hay ninguna
intencionalidad política por parte de ningún país miembro de no ratificar
el Tratado de la Unión. Creo que el momento de empezar con urgencia el
proceso de ratificación es ahora.

Espero que su Grupo pueda también cambiar su punto de vista en relación
con el Espacio Económico Europeo dentro de la arquitectura europea, que
coincide con la visión del Gobierno.




El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor
Costa.




El señor COSTA COSTA: Señor Presidente, haciendo uso de su magnanimidad
yo quisiera aprovechar el turno de réplica para aclarar dos cuestiones
que creo interesan a todos los grupos pero, especialmente, al Grupo
Parlamentario Socialista.

En primer lugar, es deseable que las políticas europeas tengan el máximo
consenso de los grupos de esta Cámara. Por lo tanto, es deseable que
todos evitemos las coletillas y yo seré nuevo en la Comisión Mixta,
cuando ésta se constituya, pero no soy nuevo en el diálogo. Hago una
oferta para dialogar profundamente sobre cualesquiera de los temas que
sean objeto de comparecencia o de actuación de esta Comisión.

En segundo lugar, efectivamente yo he entendido de las segundas
intervenciones que se produce un avvance en las posiciones de los grupos,
que ha habido una manifestación positiva respecto a este Tratado por la
mayoría de los grupos y una indecisión en Izquierda Unida. Yo creo que
hay que pedirle que reflexionen porque éste no es un proyecto de una
administración concreta, ni de un gobierno concreto. El proyecto europeo
debería ser un proyecto de la comunidad que forman los distintos pueblos
de España y, por lo tanto, un proyecto a impulsar y a sostener entre
todos.




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En este espíritu de diálogo espero que podamos trabajar. Me brindo a ello
desde el Grupo que sostiene al Gobierno y que lo va a hacer con todas sus
fuerzas en esta Cámara.




El señor PRESIDENTE: ¿Desea añadir algo el señor Secretario de Estado?
(Pausa.)



El señor SECRETARIO DE ESTADO PARA LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Westendorp y
Cabeza): Yo creo que el señor Costa ha puesto el broche a lo que yo he
querido transmitir en esta comparecencia. No sé si lo he conseguido, pero
creo que es conveniente ratificar el protocolo adicional al Espacio
Económico Europeo y ello no tiene por qué condicionarse a la ratificación
efectiva del Tratado de la Unión, porque estoy convencido de que va a
entrar en vigor en breve plazo.

Muchas gracias.




El señor PRESIDENTE: Damos las gracias al señor Secretario de Estado para
las Comunidades Europeas y levantamos la sesión.




Eran las dos de la tarde.