DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 486, de 07/05/2002
CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 2002 VII Legislatura Núm. 486
ASUNTOS EXTERIORES
PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª ISABEL TOCINO BISCAROLASAGA
Sesión núm. 30
celebrada el martes, 7 de mayo de 2002
ORDEN DEL DÍA:
Comparecencia del señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores (Nadal
Segala) para informar sobre: - Los compromisos del Estado español con el
futuro del Sahara Occidental y la celebración de referédum de
autodeterminación. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida. (Número de expediente 213/000476) ... (Página 15675)
- Las actuaciones del Gobierno en relación con el referéndum de
autodeterminación del Sahara. A solicitud del Grupo Parlamentario Federal
de Izquierda Unida. (Número de expediente 213/000522) ... (Página 15675)
- La posición del Gobierno en la elaboración y aplicación de la resolución
de Naciones Unidas sobre el Sahara. A solicitud del Grupo Parlamentario
Federal de Izquierda Unida. (Número de expediente 213/000656) ... (Página 15675)
- La valoración que hace el Gobierno del ataque lanzado por los Estados
Unidos y el Reino Unido a Irak el pasado día 16 de febrero de 2001. A
solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente
213/000330) ... (Página 15686)
- La posición del Gobierno ante la anunciada intención del Gobierno de
Estados Unidos de América de atacar militarmente a algunos países
incluidos en el definido como "eje del mal" y de manera más concreta a
Irak. A solicitud del Grupo Parlamentario Mixto. (Número de expediente
213/000700) ... (Página 15686)
- Las medidas que está tomando en ayuda a la cooperación, en relación a la
protección de la población civil en Afganistán. A solicitud del Grupo
Parlamentario Federal de Izquierda Unida. (Número de expediente
213/000546) ... (Página 15697)
- Sobre la reciente Cumbre del Mediterráneo en Valencia. A petición del
Gobierno. (Número de expediente 212/001069) ... (Página 15697)
Proposición no de ley sobre condena a los secuestros de las FARC en
Colombia. Presentada por el Grupo Parlamentario Catalán. (Convergència i
Unió). (Número de expediente 161/001404) ... (Página 15703)
Dictamen sobre:
- Convenio entre el Reino de España y la República Francesa en materia de
protección y de seguridad civil, hecho en Perpiñán el 11 de octubre de
2001. (Número de expediente 110/000159) ... (Página 15706)
- Convenio de cooperación científico-técnica entre España y Ucrania, hecho
en Kiev el 7 de noviembre de 2001. (Número de expediente 110/000160) ... (Página 15706)
- Acuerdo para la conversión de la Oficina Internacional de la Viña y el
Vino en Organización Internacional de la Viña y el Vino, hecho en París
el 3 de abril de 2001. (Número de expediente 110/000162) ... (Página 15706)
- Acuerdo entre el Reino de España y la República Dominicana relativo a la
regulación y ordenación de los flujos migratorios laborales, hecho en
Madrid el 17 de diciembre de 2001. (Número de expediente 110/000163) ... (Página 15706)
- Convenio entre el Reino de España y la República de Islandia, para
evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de
Impuestos sobre la renta y sobre el patrimonio y protocolo, hechos en
Madrid el 22 de enero de 2002. (Número de expediente 110/000164) ... (Página 15706)
- Convenio entre España y Australia sobre Seguridad Social, hecho en
Madrid el 31 de enero de 2002. (Número de expediente 110/000165) ... (Página 15706)
- Convenio celebrado por el Consejo de la Unión Europea de conformidad con
lo establecido en el artículo 34 del Tratado de la Unión Europea,
relativo a la asistencia judicial en materia penal entre los Estados
miembros de la Unión Europea, firmado en Bruselas el 29 de mayo de 2000 y
declaraciones que España desea formular en el momento de su aceptación.
(Número de expediente 110/000166) ... (Página 16706)
- Declaraciones sobre la admisión de la jurisdicción del Tribunal
Internacional del Derecho el Mar. (Convención de las Naciones Unidas
sobre derecho del mar, Montego Bay, 10 de diciembre de 1982). (Número de
expediente 110/000167.) ... (Página 15706)
Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la mañana.
COMPARECENCIA DEL SEÑOR SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (NADAL
SEGALA) PARA INFORMAR SOBRE:
- LOS COMPROMISOS DEL ESTADO ESPAÑOL CON EL FUTURO DEL SAHARA OCCIDENTAL Y
LA CELEBRACIÓN DE REFERÉNDUM DE AUTODETERMINACIÓN. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA. (Número de expediente
213/000476)
- LAS ACTUACIONES DEL GOBIERNO EN RELACIÓN CON EL REFERÉNDUM DE
AUTODETERMINACIÓN DEL SAHARA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO FEDERAL
DE IZQUIERDA UNIDA. (Número de expediente 213/000522)
- LA POSICIÓN DEL GOBIERNO EN LA ELABORACIÓN Y APLICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN
DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL SAHARA. A SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO
FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA. (Número de expediente 213/000656)
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Buenos días, señoras y
señores diputados. En ausencia de la presidenta de la Comisión, doña
Isabel Tocino, ocupo esta presidencia hasta que se incorpore a la
sesión.
El primer punto del orden del día es la solicitud de comparecencia del
ministro de Asuntos Exteriores (en su lugar lo hace el secretario de
Estado) para explicar la posición del Gobierno en relación con el Sahara
Occidental. Como los dos puntos siguientes afectan al mismo asunto, si la
representante de Izquierda Unida no tiene inconveniente, los vamos a
agrupar.
Sin más prolegómenos, tiene la palabra el señor secretario de Estado.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Empiezo explicando la posición del Gobierno en relación al Sahara
Occidental. Como saben SS.SS., en las últimas semanas se viene asistiendo
a una serie de acontecimientos relacionados con el futuro del contencioso
del Sahara Occidental. Ello viene determinado, en primer lugar, porque en
la resolución 1394 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
adoptada el 27 de febrero pasado, se prorrogó por dos meses el mandato de
Minurso, hasta el 30 de abril pasado. Durante estos dos meses el Consejo
de Seguridad se debería dar tiempo para examinar las propuestas
contenidas en el informe del secretario general de 19 de febrero del año
2002; informe que a su vez se produjo en cumplimiento de la resolución
1380, de 27 de noviembre del año 2001, por la que se prorrogó el mandato
de Minurso hasta el 28 de febrero, y donde se recogían los planteamientos
del enviado personal del secretario general, señor Baker. En dicho
informe el secretario general planteó la necesidad de que, a la vista del
estancamiento en el que se encontraban las negociaciones llevadas a cabo
por su enviado personal, el señor Baker, el Consejo de Seguridad debía
pronunciarse sobre cuatro alternativas para el futuro del territorio. Las
alternativas que proponía el secretario general en su informe eran las
siguientes.
La primera, continuar con el plan de arreglo, que prevé, como es conocido,
la celebración de un referéndum de autodeterminación. La segunda,
desarrollar y adaptar el denominado acuerdo marco, que prevé un régimen
de autonomía bajo soberanía marroquí. La tercera opción era la partición
del territorio entre Marruecos y la parte saharaui. Y la cuarta opción
que planteaba el secretario general en su informe era la retirada de
Minurso.
El informe del secretario general plantea también -y ello es innovador en
el contexto de Naciones Unidas- la posibilidad de que el Consejo de
Seguridad imponga una de las opciones, ya sea la segunda, es decir, el
acuerdo marco adaptado y modificado teniendo en cuenta las observaciones
que al mismo hicieron las partes a James Baker, o la partición si tras
una fase de negociación no se llegase a un acuerdo entre las partes.
Estas opciones son bien conocidas por todos ustedes y, por tanto, no me
voy a extender ni en una descripción pormenorizada de las mismas ni en
sus contenidos detallados.
De las cuatro opciones planteadas, la primera y la segunda no hacen sino
constatar que el plan de arreglo y el acuerdo marco solamente serían de
aplicación mediante una imposición a las partes, hipótesis, por otro
lado, difícilmente contemplable pues ello acrecentaría los obstáculos y
los problemas que ya existen en la actualidad.
Por lo que a la tercera opción se refiere, es decir, la de la partición,
esta es la primera vez que Naciones Unidas plantea esta opción de la
partición mencionando el informe del secretario general en dos ocasiones
el precedente de la partición en el acuerdo del año 1976. Se trata,
además, de una opción relativamente abierta, con posibilidades de ser
explorada, para lo cual se brinda un plazo a las partes, hasta el 1 de
noviembre de 2002, para que lleguen a un acuerdo. A falta de acuerdo, el
señor Baker presentaría al Consejo de Seguridad una propuesta de
partición. El Consejo de Seguridad a su vez presentaría esta propuesta a
las partes sobre una base no negociable.
Hay que decir que hasta ahora las reacciones de las partes han sido muy
contrarias a aceptar por principio unas u otras opciones y hay que tener
en cuenta, por
otra parte, que entre los propios miembros permanentes del Consejo de
Seguridad no existe un consenso en torno a la opción de la partición.
Esta idea ha sido rechazada por Francia, no es considerada viable por el
Reino Unido y tampoco gusta ni a los Estados Unidos ni a Rusia, ya que se
considera el riesgo de desestabilización que esta opción supondría no
sólo para Marruecos sino para el conjunto de la región.
Ante esta situación, una semana antes de que terminara el mandato de
Minurso, los Estados Unidos presentaron, primero al Grupo de Amigos del
Sahara Occidental -Grupo de Amigos compuesto, como es sabido, por cinco
países: Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña y España-, después
al propio Consejo de Seguridad, un borrador de resolución el día 23 de
abril de 2002. Este borrador tenía el siguiente contenido. Primero,
extendía el mandato de Minurso hasta el 31 de julio de este año, de 2002;
segundo, instaba al secretario general de Naciones Unidas para que
urgiera a su enviado especial a preparar un acuerdo marco que tuviese en
cuenta las preocupaciones expresadas por las partes y otros con
experiencia en la elaboración de tales documentos pero que no persiguiese
la concurrencia de las partes y que además la modificación del plan marco
fuese presentada sin que cupiese una negociación posterior con las
partes. Este borrador de resolución suscitó, como es conocido, reacciones
adversas entre determinados Estados como es el caso de Argelia, por
ejemplo, achacándole al mismo, entre otros aspectos, la falta de consulta
con otros miembros del Consejo de Seguridad así como con las partes.
Al no haberse alcanzado un acuerdo en torno a la adopción en su totalidad
de este borrador de resolución, sí se decidió contemplar el primero de
los puntos, es decir, la prórroga del mandato de Minurso, tal y como se
reflejó en la resolución 1406 finalmente adoptada.
¿Cuál es la posición del Gobierno de España en relación con este
contencioso? El Gobierno ha manifestado repetidamente su posición
respecto al mismo, una posición que no ha variado en los últimos tiempos
a pesar de las diferentes tomas de postura y de las variadas alternativas
que se han ido planteando. Nuestra posición se basa en una postura de
neutralidad activa, principio que ha guiado nuestra actuación desde hace
mucho tiempo y que tiene en cuenta por eso distintas tomas de posición
aprobadas en el propio Congreso de los Diputados. En este sentido, el
Gobierno ha manifestado repetidamente su compromiso con los esfuerzos de
Naciones Unidas en la búsqueda de una solución que sea aceptable para las
partes. De forma concreta la postura del Gobierno de España se basa en
los siguientes puntos. Primero, continuar apoyando los esfuerzos de
Naciones Unidas, del secretario general de Naciones Unidas y de su
enviado personal, para encontrar una solución al conflicto. Segundo,
reafirmar nuestra disposición a apoyar cualquier solución que resulte
consensuada y viable para las partes entre las incluidas en el último
informe del secretario general de Naciones Unidas, en el convencimiento
de que sólo desde el acuerdo o sólo desde el consenso será posible
garantizar la estabilidad regional. Tercero, España no considera
recomendable la cuarta opción, retirada de Minurso y reconocimiento de la
incapacidad de Naciones Unidas para resolver el problema. Consideramos
que Minurso sigue desempeñando funciones esenciales para el mantenimiento
del alto el fuego y su intervención sería además necesaria para aplicar
cualquiera de las tres opciones propuestas por el señor Baker. Asimismo,
en cuarto lugar, España constata que el único marco que ha contado hasta
la fecha con el acuerdo de las partes sigue siendo el plan de arreglo
que, como es sabido, prevé la celebración de un referéndum. En quinto
lugar, España considera necesario insistir en los aspectos humanitarios
del conflicto con independencia de la solución política de fondo, en
particular, debería insistirse al Frente Polisario en la necesidad de ir
liberando los más de 1.300 prisioneros de guerra marroquíes que aún
permanecen en Tinduf y a las autoridades de Marruecos para que permitan
el encuentro entre refugiados y sus familiares en los territorios del
Sahara.
En definitiva, el Gobierno considera que la situación no debe perpetuarse
y que estamos asistiendo en los últimos meses a un gran esfuerzo por
parte de la comunidad internacional por salir del aparente callejón sin
salida en el que se encuentra el contencioso. En este contexto, el
Gobierno está haciendo todos los esfuerzos por impulsar las
negociaciones, fomentar medidas de confianza entre las partes y paliar el
problema humanitario mencionado.
Muchas gracias.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Tiene la palabra la
representante del Grupo de Izquierda Unida.
La señora CASTRO FONSECA: En nombre del Grupo Parlamentario Federal de
Izquierda Unida y en el mío propio quiero darle la bienvenida, señor
secretario de Estado, a esta Comisión de Exteriores. También quiero
agradecer las explicaciones sobre la postura del Gobierno español que
usted ha reiterado aquí en la Comisión.
Superado el trámite protocolario de la bienvenida, quiero decirle, señor
secretario de Estado, que la historia admite interpretaciones, pero
realmente es más objetiva de lo que muchísimas veces leemos en los
libros, por eso hay gente que se dedica a escribir historias contadas
para escépticos, etcétera. Pero la verdad es que este es un conflicto
vivo, es un conflicto que todos conocemos. Hay una parte que es el Reino
de Marruecos que no sólo no ha realizado ningún esfuerzo -así lo
entendemos nosotros- por celebrar el referéndum, sino que está poniendo
todas las trabas posibles, incluso las imposibles, para impedir la
celebración
de ese referéndum porque de antemano creo que les mueve el saber que lo
tienen perdido. Desde nuestro punto de vista para el conflicto no hay
otra salida posible que la celebración del referéndum de
autodeterminación y que, naturalmente, este referéndum cuente con todas
las garantías democráticas.
Nosotros queremos también aprovechar esta comparecencia para manifestar
que es preciso que en todos los foros internacionales se alce la voz para
aclarar las múltiples denuncias sobre violaciones de derechos humanos,
así como exigir o pedir a Naciones Unidas una mayor implicación en esta
situación para garantizar la seguridad y el respeto de los derechos
humanos de la población saharaui, y lo hacemos, señorías, porque la
defensa de los derechos humanos ha quedado claro en los foros
internacionales que no puede ser en caso alguno considerada como una
cuestión interna de ningún Estado. Además, en el caso del Sahara
Occidental, cuando se habla de una ocupación militar de más de 25 años y
cuando las denuncias sobre violación de los derechos humanos son
constantes, la comunidad internacional no puede mirar hacia otro lado sin
convertirse en cómplice; no se puede desarrollar un proceso de paz
mínimamente creíble si no se garantiza un total respeto a los derechos
humanos de la población saharaui. Por último, queremos resaltar la
necesidad de continuar e intensificar la ayuda humanitaria, como usted
mismo ponía encima de la mesa, a la población afectada por el conflicto
para que, como nosotros proponemos, en los próximos seis meses el
Gobierno presente un plan específico de ayuda.
No puedo por menos, señorías -y me lo van a permitir ustedes-, que
aprovechar esta intervención para rendir un homenaje a todo un pueblo que
ha tenido el coraje y la fuerza de voluntad de mantener su identidad como
pueblo en las peores condiciones, un pueblo heroico, que ha sabido
transformar una sociedad feudal en una auténtica nación, con índices de
formación y de articulación social muy por encima de otros Estados del
entorno. Y dentro de este homenaje, cómo no, permítanme, señorías, que
haga una mención especial a las mujeres saharauis que en el frente, en la
retaguardia, en las tareas de gobierno o en la asunción de las
responsabilidades familiares, se han ganado un lugar en la historia de
los pueblos que luchan por el reconocimiento de su personalidad y por su
dignidad colectiva.
Señorías, es necesario intensificar, por tanto, la ayuda humanitaria,
porque es una obligación de toda la comunidad internacional, pero también
porque es una obligación de nuestro país, como responsable o
corresponsable de la situación que ha llevado al desierto a miles de
ciudadanos que llevaban siglos viviendo en unas tierras que, sin ser
ricas, habían sabido hacer habitables. Nuestra deuda con ellos y con
ellas nos obliga a un mayor esfuerzo de solidaridad, solidaridad que, por
cierto, tiene bien asumida el pueblo español, que se organiza, como
ustedes saben, en cientos de comités de ayuda a la República Árabe
Democrática Saharaui a lo largo y ancho de toda la geografía española;
solidaridad que podría empezar por una mayor dotación de medios
materiales y de recursos humanos de nuestra embajada en Argel para
facilitar los trámites administrativos de los miles de niños que vienen a
nuestro país cada año que, como todos ustedes saben, cada vez tienen más
dificultades. Hay trabas burocráticas y administrativas que no son de
recibo porque no estamos hablando sólo de excursiones que se plantean
para que los niños puedan estar fuera de esa realidad un rato al año,
sino que también muchos de estos niños vienen a nuestro país porque
generosamente se les presta asistencia sanitaria de la que, por
desgracia, carecen en la situación que vive el pueblo saharaui. Por
tanto, señorías, Izquiera Unida reitera una vez más en esta Comisión cuál
es nuestra posición respecto a este asunto. Ojalá que entendamos que el
tiempo es muy importante, que aquí somos madres y padres, que algunas y
algunos de nosotros tenemos hijos y si hubieran nacido en ese territorio
no conocerían la paz, a pesar de tener ya hoy 25 años. Por consiguiente,
el tiempo es importante para el pueblo saharaui, y lo que le pedimos al
Gobierno español es que trabaje en la dirección de tener en cuenta que el
tiempo es importante pero también de arreglar el conflicto para siempre,
no de buscar soluciones que históricamente son muy recurrentes pero que
históricamente también nos han demostrado que son pan para hoy y hambre
para mañana.
Reitero el agradecimiento de mi grupo al señor secretario de Estado.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): ¿Grupos que deseen
fijar posición? (Pausa.)
De acuerdo con el Reglamento, empezaremos por el Grupo Parlamentario
Mixto. El señor Vázquez tiene la palabra.
El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Señor presidente, quiero agradecer, cómo no, al
señor secretario de Estado las explicaciones sobre la posición del
Gobierno español en este contencioso.
Yo supongo que el señor secretario de Estado y también los demás miembros
de la Cámara no podemos ocultar una preocupación por la forma en como
están evolucionando los acontecimientos acerca del reconocimiento
internacional del derecho de los saharauis a vivir libremente en su
territorio. Es evidente que hay una preocupación, en general, en todos
los grupos, porque está claro que la línea dominante en la escena
internacional tiende a no tener en cuenta para nada ni estos derechos ni
siquiera los acuerdos que en su momento se firman, unos acuerdos que,
muchas veces, con el paso del tiempo, tienden a convertirse en papel
mojado. Yo quiero expresar esta preocupación porque existe esa tendencia
o esa línea dominante de apoyar al fuerte
frente al débil o de considerar los intereses económicos, políticos y
socioestratégicos por encima de los derechos reconocidos como
universales, en este caso, los derechos saharauis.
Ahondar en lo que aconteció desde el momento del abandono por el Estado
español de ese territorio hasta ahora sería un ejercicio casi inútil
porque todos lo conocemos. En todo caso, quisiera hacer hincapié en una
cuestión. La propia Organización de Naciones Unidas reconoce el caso de
Sahara como un caso de descolonización, también otros organismos
internacionales, y después de un proceso bélico se llega a un plan de
arreglo que, como usted decía muy bien, fue aceptado por las partes, un
plan de arreglo que incluía realizar un referéndum de autodeterminación
para que fueran los propios saharauis, con una solución bien democrática
y pacífica, quienes decidieran sobre su futuro. A partir de ahí lo que
hay que reconocer -nosotros lo creemos así- es que fundamentalmente
Marruecos estuvo poniendo todo tipo de obstáculos a la realización de
este referéndum, el problema de la aceptación o no de los censos es
conocido por todos; en esencia, dejar pasar el tiempo e ir recolonizando,
a su vez, ese territorio para intentar llegar a una solución de anexión
pura y simple del territorio saharaui. Es verdad, ya hizo referencia la
señora Castro a esta cuestión, que, mientras tanto, hay miles de personas
viviendo en condiciones lamentables
Hay que decir que fundamentalmente Francia y también Estados Unidos
prestan y están prestando un apoyo a las tesis marroquíes. En cuanto a la
ONU, este planteamiento que puede aparecer como novedoso y flexible sobre
la resolución del problema del Sahara, este planteamiento, aparte del
plan de arreglo, de introducir nuevas variantes de solución, yo, con
todos los respetos, lo que pienso es que lo único que significa es una
cesión respecto a una posición que debería haberse mantenido con claridad
y, por consiguiente, una cesión en favor de las pretensiones de
Marruecos. No se puede ver de otra manera, porque cuando el señor
secretario general alude al estancamiento del proceso y para evitar ese
estancamiento nada menos que propone, entre otras cuestiones, la retirada
de la Minurso y, por tanto, la anexión del territorio saharaui a
Marruecos o un proceso autonómico en el que yo creo que todos podemos
coincidir que nadie podría querer, en realidad lo que está haciendo para
desestancar ese proceso es irse arrimando paulatinamente a la tesis
marroquíes.
En ese contexto internacional nada favorable sería importante, para dar
una solución democrática a este conflicto, la firmeza del Gobierno
español en defensa de lo establecido en el plan de arreglo. Señor
secretario de Estado, tal y como están las cosas, nosotros valoramos que
el Gobierno no se deje arrastrar hasta el momento sin más por la posición
hegemónica del contexto internacional. Para nosotros sí es importante que
tenga una posición política propia e independiente, basada en el respeto
a la justicia y, por lo tanto, basada en el apoyo -como usted decía y yo
también valoro esta posición, insisto- al plan de arreglo en tanto que
fue el único que contó con el aval de las partes. El Pleno de la Cámara
recientemente manifestó su opinión favorable a una solución democrática
para el Sahara y nosotros ahora tenemos que reiterar que la única
solución viable y con futuro es que se lleve a cabo un referéndum de
autodeterminación con todas las garantías y que sean los propios
saharauis los que decidan sobre su futuro. En ese futuro pueden decidir
la anexión a Marruecos, pero no parece que sea el caso. Quiero
expresarle, señor secretario de Estado, nuestra posición en el sentido de
que se mantengan firmes en este contexto.
Le voy a formular una pregunta que no sé si tiene respuesta. Nos gustaría
saber si durante la visita del señor Aznar a Washington se abordó el
problema del Sahara o hizo llegar la posición del Gobierno español al
Gobierno norteamericano. Si es posible contestar a esta pregunta, nos
gustaría conocerla.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Por el Grupo
Parlamentario de Coalición Canaria, tiene la palabra doña María del Mar
Julios.
La señora JULIOS REYES: Quiero agradecer la presencia del señor secretario
de Estado en esta Comisión, así como la información que nos acaba de
facilitar.
La posición de Coalición Canaria sobre este contencioso es conocida, es un
conflicto internacional que dura más de 25 años y es conocida la
preocupación que significa no sólo para mi grupo sino en general para la
sociedad canaria y el Gobierno de Canarias, como es evidente por la
propia cercanía además de por los lazos históricos, el estancamiento que
en estos momentos se vive en torno a este conflicto. Están ahí las
resoluciones de las Naciones Unidas y son muchas las declaraciones
realizadas en este sentido en diferentes resoluciones no sólo de Naciones
Unidas, sino también del Parlamento Europeo y del Parlamento español, que
han venido ratificando que estamos ante uno de los últimos procesos de
descolonización pendientes y que han venido ratificando también lo que
avala el derecho internacional en este sentido, que es el derecho a la
autodeterminación de los países en proceso de descolonización y, por lo
tanto, el compromiso que ha existido -y esperemos que siga así- por la
propia comunidad internacional en la necesidad de desarrollar la única
vía -como usted bien ha dicho- consensuada en su momento por todas las
partes, que es la celebración de un referéndum.
Nos preocupa el punto muerto en el que se está desde hace tiempo.
Entendemos que deberían evitarse por todos los medios situaciones de
conflicto en la zona, como la situación que puede estar representando
el enquistamiento actual de la solución a este conflicto, el bloqueo y el
estancamiento de lo que supone llevar a cabo las resoluciones de las
Naciones Unidas, que en definitiva es la dificultad que ha existido y
existe para hacer prevalecer el derecho internacional frente a cualquier
otro tipo de interés. Nos parece fundamental seguir manteniendo la
posición actual de España, la posición que ha de prevalecer en Naciones
Unidas, y ahora que España ocupa la presidencia europea, el transmitir a
la Unión Europea cuál debiera ser la correcta solución de este conflicto.
Es importante, por tanto, seguir apoyando la prevalencia del derecho
internacional en la solución de este conflicto. Entendemos que España,
por razones históricas y geográficas y ahora que ocupa la presidencia
europea, no solo debe desarrollar un papel de neutralidad activa, sino
también un papel protagonista desde el punto de vista de su
participación como plataforma de paz a la hora de buscar el consenso en
la solución de este conflicto. En este sentido Canarias debe jugar un
papel importante como plataforma de paz hacia los pueblos del Magreb,
porque España es la frontera sur de Europa con el Norte de África y
Canarias lo es desde el punto de vista atlántico. A nosotros nos va la
vida en el sentido de asegurar la solución pacífica del conflicto en todo
el territorio del Magreb. Por ello creemos que la Minurso, lleva ya
muchos años desplazada la Misión de las Naciones Unidas para el
Referéndum del Sahara Occidental. Coincidimos con que la cuarta opción,
que es la retirada de la Minurso, significaría un fracaso de las Naciones
Unidas que no debiera ni mencionarse, sería un fracaso del derecho
internacional y podría representar un peligroso antecedente hacia los
principios establecidos por la comunidad internacional.
Desde Canarias nosotros vivimos históricamente este conflicto con una
preocupación producto de la propia cercanía y nos preocupa que se esté
jugando con elementos de inestabilidad, puesto que esta situación, de no
resolverse adecuadamente y a corto plazo, puede crear problemas en la
zona. Entendemos que España y Europa deben mantener relaciones con todos
los países y con todos los pueblos del Magreb, tanto económicas como
comerciales, pero también políticas y de solidaridad. Esta sería la mejor
contribución a la paz en la zona, reequilibrar las relaciones no sólo con
Marruecos, sino con el resto de los países que intervienen en este
conflicto. Entendemos que la mejor contribución es apostar por el
desarrollo democrático y por el progreso de dichos países. Nos preocupa
-y solicitaría, si fuera posible, que en su segunda intervención hiciera
alguna mención- el conflicto diplomático entre España y Marruecos, la
situación actual y qué perspectivas se pueden dar a corto plazo.
Quiero hacer una mención a otra cuestión que en este momento tiene un peso
importante en este conflicto y consideramos que debe ser encauzado
correctamente en ese papel diplomático de España y del resto de Europa,
me refiero a la inmigración ilegal que, como sabe, afecta de forma
importante a Canarias. Es precisamente desde las costas que están bajo
ocupación marroquí desde donde salen las pateras. Es importante insistir
en Europa en que Marruecos debe asumir su responsabilidad para evitar
esta situación. Hoy en día todo lo que se mueve en esa franja es
conocido; no se mueve nada que no esté bajo un control hasta militar de
la zona. Por tanto, se puede hacer un esfuerzo más eficaz para controlar
la salida de las pateras y sobre todo de las mafias que,
desgraciadamente, están actuando con bastante tranquilidad. Hace poco se
han visto nuevamente escenas de fallecidos en las costas de Canarias.
Quiero recordar también la importancia de que España siga manteniendo un
papel protagonista como plataforma de paz a la hora de resolver este
conflicto. En el informe de los servicios jurídicos de Naciones Unidas,
de 29 de enero, realizado a instancia del propio Consejo de Seguridad, se
pedía que se valorara la situación de legalidad de las contrataciones
realizadas por las autoridades de Marruecos con empresas extranjeras para
la explotación de los recursos minerales del Sahara Occidental. En ese
informe se recuerda que el Sahara español (así lo denomina el informe) se
incluyó desde el año 1963 en la lista de territorios sin
autodeterminación en el apartado undécimo de la Carta de Naciones Unidas.
También recuerda el informe que el acuerdo tripartito de 1975 no supuso
un traspaso de soberanía ni concedió un estatus de potencia
administradora a ninguno de los firmantes, por tanto, tampoco a
Marruecos; en realidad hoy por hoy no es la potencia administradora pero
si la potencia ocupante. Dice también el informe que España, por
supuesto, tampoco podía decidir unilateralmente ceder o traspasar dicho
estatus. Es necesario que Naciones Unidas asuma un papel protagonista que
de alguna forma viene reclamado por la propia historia.
Hay que seguir instando a todas las partes en el compromiso de avanzar
hasta conseguir el consenso en este proceso, buscando actuaciones
políticas y diplomáticas que permitan negociar y llegar a fórmulas que
resuelvan de una forma justa y sobre todo sin demora la situación que
vive el pueblo saharaui que, como ya han dicho los anteriores portavoces,
viene padeciendo este conflicto desde hace más de 25 años. Coincido
también con lo dicho por los anteriores portavoces y por usted mismo
sobre la necesidad de continuar con la ayuda humanitaria ante la
situación del pueblo saharaui. En los últimos informes oficiales que
hemos pedido desde esta Cámara se constata una disminución de la ayuda
del Gobierno español al pueblo saharaui en lo que se refiere a conceptos
de ayuda humanitaria; el Gobierno español debe ser receptivo en este
tema, encauzando adecuadamente la ayuda humanitaria necesaria, reclamada
también recientemente por Naciones Unidas en uno de sus últimos
informes.
Señorías, la única vía reconocida por Naciones Unidas y expresada en sus
propias resoluciones es la consecución del derecho a la
autodeterminación, que ha de ser respetado, porque hoy por hoy es la
única vía para garantizar una convivencia en libertad y en democracia,
así como la única vía para asentar las bases del desarrollo de la zona
del Magreb y de sus pueblos, por supuesto incluido, el pueblo saharaui.
Es urgente seguir alertando a la comunidad internacional, a la Secretaría
General de Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad que esa llamada
tercera vía, que en última instancia no es más que la postura de una de
las partes en conflicto, de Marruecos en este caso, no es la solución
sino que llevaría a un callejón sin salida desde el punto de vista de la
inestabilidad de la zona. Todas las partes en conflicto han manifestado
su rechazo y no debe ser amparada por España, como creo que no lo es, ni
tampoco por la comunidad internacional. La solución ha de ser
consensuada, justa y no puede ser impuesta unilateralmente, y menos desde
el punto de vista de la postura unilateral de una de las partes en
conflicto puesto que ello produciría un elemento de inestabilidad muy
peligroso para la zona. Debemos continuar ayudando a los pueblos del
Magreb para que convivan en paz y para que esta sea una zona de progreso.
Es importante seguir apostando por desbloquear el proceso de
autodeterminación puesto en marcha por Naciones Unidas como vía para
dotar de garantías de estabilidad, de paz a la zona y a los pueblos que
en ella viven.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benitez de Lugo): Por el Grupo Catalán
(Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Guardans.
El señor GUARDANS I CAMBÓ: Señor secretario de Estado, yo creo que hoy va
a salir usted de aquí con un gran consenso. Quedan todavía un par de
portavoces por intervenir, pero estamos todos en la misma dirección. Se
respira una atmósfera un poco curiosa en esta Comisión porque estamos
todos de acuerdo -yo me sumo a ello, lo digo de entrada- con su
intervención; sin embargo, flota un poco en el ambiente una cierta
sensación de que todos estamos haciendo una serie de pronunciamientos y
de deseos de cómo querríamos que fueran las cosas con una conciencia que
siempre en política exterior es clara, pero aquí lo es de forma muy
particular porque las cosas pueden acabar no siendo como nosotros
querríamos que fueran. Así está el equilibrio de poderes en este momento
y así es la política real, que en política exterior no es muchas veces la
política del deseo. De todos modos, pase lo que pase en el futuro
próximo, por lo menos sepa usted que cuenta con el apoyo de mi grupo y,
por lo que estoy viendo, también con el de otros. La coherencia que está
manteniendo el Ministerio de Asuntos Exteriores, y el Gobierno por tanto
en este tema, no separándose de lo que ha sido la posición tradicional
española respecto del conflicto del Sahara, tiene el apoyo y la
legitimidad que le da esta Comisión de Asuntos Exteriores. Eso tiene todo
su valor y como tal le recomiendo que lo haga notar y valer en las
conversaciones que puedan existir tanto en términos de presidencia, que
también, como estrictamente de España.
A mí me queda poco que añadir a lo dicho por la portavoz de Izquierda
Unida, el portavoz del Grupo Mixto o la portavoz de Coalición Canaria.
Realmente estamos todos en la misma línea de profundo respeto al pueblo
saharaui, a su drama personal, a sus derechos históricos y a la debilidad
con la que se encuentra en la arena internacional. Es el único pueblo que
se encuentra en esa situación. Estamos en un momento en el que
comprobamos claramente cómo la fuerza y la razón no siempre van juntas, y
eso puede ir incluso en negación de derechos humanos y de derechos
colectivos. Éste no es el único caso. Evidentemente, todos tenemos en la
cabeza otro caso, en el que los derechos colectivos de un pueblo están
siendo aplastados ante la ignorancia y el desprecio de la comunidad
internacional, más allá de retóricas y ante la propia debilidad de
Naciones Unidas, que se ve absolutamente incapaz. Aquí estamos en otro
caso en el que Naciones Unidas está a punto de tirar la toalla; si
empezamos a pasar lista de los temas en los que Naciones Unidas es capaz
de llevar a cabo su tarea, el panorama es bastante desolador.
Por tanto, de las distintas opciones planteadas por el secretario general
de Naciones Unidas comparto que la única que es absolutamente inaceptable
-hay que decirlo bien claro- es la constatación del fracaso y la retirada
de Minurso. Aunque no deja de ser un argumento, esto hay que dejarlo
claro y nítido por el propio presidente de Naciones Unidas, para evitar
lo que evidentemente provocaría en la zona: no a la retirada de Minurso,
sin matices y con toda claridad. ¿Que se reformule? Es posible, no lo sé;
a lo mejor hay que reformularlo, hay que darle un nuevo impulso, hay que
convertir la misión en otra distinta; tenemos opciones y posibilidades
reales de darle un impulso distinto, porque es verdad que en este momento
Minurso, tal como está, me da la sensación de que está languideciendo,
porque no se sabe realmente donde va. Ha sido muy oportuno que entre
otras cosas la portavoz del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria nos
recordara que Minurso significa Misión de las Naciones Unidas para el
Referéndum en el Sahara Occidental. Es interesante que todos lo tengamos
presente. Por tanto, si el referéndum se aleja en el horizonte, a lo
mejor hay que reformar Minurso, sin descartar por ello el referéndum, en
absoluto. Es posible intentar plantearse la separación de las dos cosas.
No lo sé, pero en todo caso sí sé -y es lo único que quería decir- que
apoyamos la posición del Gobierno aunque en este momento es difícil,
vista la posición que han tomado los Estados Unidos y vista la posición
no clara que está tomando la Unión Europea. No se trata de enfrentarse
frontalmente con
Marruecos, mi grupo no defiende esto, sino la máxima prudencia, y desea
-hemos tenido ocasión de comentarlo cuando hemos hablado de las
relaciones bilaterales- que en ningún caso se entienda por parte del
Gobierno marroquí que hay una sensación de que el amigo de mi enemigo es
mi enemigo; esto no es así. Esta no es la posición, usted lo ha definido
como una neutralidad activa, pero hay muchas otras palabras para definir
lo mismo, es una neutralidad relativa; en todo caso hay que tener claro
que sólo será posible lo que sea consensuado y viable entre los dos. No
se trata de enfrentarse o de dar la sensación de que se está dando la
razón a uno para enfrentarse con el otro, porque esto no tendría sentido
y no se corresponde con la realidad.
Termino brevísimamente, dando pleno apoyo a la posición del Gobierno. Me
gustaría sumarme a la pregunta que le ha formulado uno de los portavoces
que me ha precedido -no sé hasta que punto puede usted desarrollar un
poco ese tema, pero en este momento tiene más conocimiento que todos
nosotros- sobre cuál es la posición de Estados Unidos, el porqué de fondo
de la posición de Estados Unidos, si nos lo puede aclarar y, sobre todo,
cuál es el fruto o el tono de esas conversaciones bilaterales que se han
desarrollado estos días, porque usted mismo fue testigo en lo que a este
tema se refiere.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Por el Grupo
Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Marín.
El señor MARÍN GONZÁLEZ: Gracias, señor secretario de Estado.
La ventaja y el inconveniente de intervenir después de que lo hayan hecho
otros portavoces es que ahorra tiempo y permite una mayor concisión. Voy
a intentar expresar cuál es el punto de vista del Grupo Parlamentario
Socialista respecto al tema que estamos debatiendo.
En primer lugar, le quiero confirmar que en nuestro grupo compartimos la
posición del Gobierno español, que usted calificaba de neutralidad
activa, en los puntos que usted ha señalado. Dicho esto, voy a ser breve,
porque este era el inconveniente que teníamos, como ya lo han expresado
otros portavoces. Habiéndole manifestado que compartimos la posición del
Gobierno, me gustaría intentar explicar dónde podríamos encontrar un
cierto grado de preocupación respecto al futuro. Me explicaré, señor
secretario de Estado. Al hacer el análisis de lo acontecido y explicando
el porqué de la resolución 1406, de su contenido y de sus consecuencias
de cara al futuro -no lo repito por ganar tiempo-, usted terminaba su
intervención diciendo: Nos encontramos en un aparente callejón sin
salida. Aquí es donde, desde nuestro punto de vista naturalmente,
considero que no es del todo cierto. Señor secretario de Estado, nos
encontramos en una situación en la que por un lado está el plan de
arreglo, es decir, autodeterminación vía referéndum versus acuerdo
marco-autonomía. Estas son las dos cuestiones que en este momento se
están enfrentando como una posible solución al problema. De un lado
tenemos a una de las partes, Marruecos, para quien la única solución es
el acuerdo marco y la autonomía, y del otro lado tenemos al Frente
Polisario para el que la solución en un primer momento es mantener el
plan de arreglo y, si no es posible mantenerlo, estarían dispuestos a
discutir sobre la partición del territorio. En ningún caso -y han
manifestado su rechazo total-, aceptarían el acuerdo marco o la
autonomía. Es decir, nos encontramos con dos posiciones radicalmente
enfrentadas, con lo cual en este momento encontrar una solución para este
problema parece que es muy difícil, por no decir imposible. Disiento de
su análisis, porque no nos encontramos en un aparente callejón sin
salida, sino frente a un auténtico callejón sin salida. Esta es la
definición correcta del momentum que está conociendo este proceso.
Teniendo en cuenta que usted tuvo la posibilidad de asistir a estas
reuniónes, le requeriría que nos explicara la trastienda, porque el
problema que ha habido hasta hace escasamente un mes es que se han
aportado datos nuevos que son muy importantes respecto a la forma de
tratar el tema no sólo en el plano bilateral, sino multilateral, en el
propio seno de Naciones Unidas. Me explicaré, hay un dato nuevo, ya
sabíamos las posiciones de este -denominado de una forma un poco
eufemística- grupo de amigos, pero ha habido un corrimiento -en el
sentido político del término- absolutamente fundamental, que es el
interpretado por los Estados Unidos. Me gustaría saber -ya se lo han
preguntado otros portavoces-, porque es un dato fundamental, si Estados
Unidos ha confirmado la opción marroquí como la suya, teniendo en cuenta
que los Estados Unidos, después del 11 de septiembre, están redefiniendo
prácticamente a diario su nuevo concepto de seguridad nacional. Nos
gustaría saber si efectivamente el presidente Bush le confirmó al
presidente Aznar que para los Estados Unidos la autonomía o la
integración del territorio saharaui, en una fórmula autonómica, al Reino
de Marruecos es una opción hecha desde el punto de vista de los intereses
de la seguridad nacional de los Estados Unidos. Este es un tema nuevo que
me parece absolutamente fundamental para comprender lo que está pasando.
Usted ha dicho que efectivamente el consenso, al menos entre los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad, no se alcanzó. No se podría
descartar -el señor Guardans, con su capacidad de ver el futuro, ha hecho
un apunte interesante- cierto interés en la actitud que ha tenido Rusia.
¿Qué intereses puede tener en la zona? Puede ser simplemente una actitud
rusa típica de su diplomacia de los últimos tiempos de ir metiendo toda
una serie de puntos en el paquete con los Estados Unidos, para luego
negociarlos en bloque respecto a otros asuntos mucho más importantes; nos
estamos entendiendo
todos. Es más que previsible que la posición rusa sea táctica, de añadir
un elemento de distorsión con los Estados Unidos, interesados en una
fórmula concreta, para el día de mañana poder intercambiarlo en un
paquete mucho más amplio respecto a otros temas que interesarán mucho más
a Moscú que lo que pueda pasarle al Frente Polisario. Lo digo con toda
crudeza, pero como estamos en la Comisión de Asuntos Exteriores conviene
decir las cosas en este momento. Usted mismo significaba el dato de la
abstención china.
Por seguir con el apunte del señor Guardans y planteándolo de una manera
muy fría -que es lo que tenemos que hacer-, no deberíamos descartar que,
nos encontramos ante un auténtico callejón sin salida: si sumo el
corrimiento que han hecho los Estados Unidos, probablemente confirmado
por su nuevo concepto de seguridad nacional después del 11 de septiembre
-aunque no es el debate de hoy-, nos podríamos encontrar con que a medio
plazo -estoy hablando del medio plazo, en los próximos meses- se pueda
producir una situación que tenga que ver con hipotéticos corrimientos por
parte de otros países que puedan llevarnos a una situación determinada. A
este respecto, señor secretario de Estado, me gustaría entrar en una
situación que es delicada, pero tenemos que hacerlo en la medida en que,
como han señalado otros portavoces, existe un gran consenso en esta
Cámara, a través de proposiciones de ley que todos hemos votado por
unanimidad, pero precisamente porque hay unanimidad conviene que vayamos
precisando las situaciones de futuro. La posición española es
determinante para encontrar una solución justa, dialogada entre las
partes y que permita obtener un resultado positivo, sabiendo, como he
dicho, que nos encontramos frente a un auténtico callejón sin salida.
Pues bien, señor secretario de Estado, mi opinión -el tiempo lo dirá, tal
vez estoy cometiendo un error y si es así me excusaré cuando pase el
tiempo- es que la posición española está siendo cada vez menos
determinante. Está siendo menos determinante porque intuyo que se van a
producir corrimientos de carácter estratégico o diplomático entre quienes
están actuando en este momento, como consecuencia de este orden
internacional que se está prefigurando, que a mí particularmente no me
gusta nada, pero qué le vamos a hacer. También está bien lo que ha dicho
el señor Guardans: una cosa es lo que queremos y deseamos y otra cosa es
lo que es. A mí no me gusta nada este nuevo orden internacional pero
entiendo que la posición española, si se produjeran estos corrimientos,
que por otro lado son previsibles, pudiera empezar a ser menos
determinante.
Mi conclusión es la siguiente -sin pretender jugar el papel de Casandra-:
Señor secretario de Estado, el tema del Sahara a corto plazo se va a
convertir en el mayor problema de nuestra política exterior. La política
exterior española no tiene sustanciales y grandes problemas, hay algunas
negociaciones importantes que están en curso, pero este va a ser -repito-
a corto plazo el mayor problema de nuestra política exterior. ¿Por qué?
En primer lugar porque tenemos un problema de principios; usted lo ha
dicho, lo han dicho los otros portavoces y nosotros lo confirmamos. En
segundo lugar, porque tenemos la responsabilidad de un proceso de
descolonización. Tenemos que aceptarlo, España es un país maravilloso por
muchos conceptos, pero probablemente en la historia de la humanidad no
pasaremos como buenos administradores de los procesos de descolonización
en nuestra historia ¡Qué le vamos a hacer! No ha sido ese el punto fuerte
de nuestras relaciones exteriores ni con el franquismo ni con la
democracia ni con nuestro sistema de gobierno durante siglos. Como decía,
si, tenemos un problema de principios y de responsabilidad de una
descolonización lamentable, no nos engañemos -y en cierto modo así hago
yo la lectura de las intervenciones del resto de los grupos-, tenemos un
problema muy serio de opinión pública, basado en un argumento que he
desarrollado mucho en esta Comisión. A la opinión pública española la
política exterior -aceptémoslo, seamos modestos y humildes- es algo que
normalmente le suele ser lejano o ajeno-; desgraciadamente es así. Es muy
difícil crear sentimientos profundos en la opinión pública española sobre
temas de política exterior. La política exterior española tiene dos
cuestiones que son sustancialmente emocionales, que sí entiende la
opinión pública española, una es Cuba y otra el Sahara. Por ello, tenemos
un serio problema para el manejo diplomático de esta situación, en el
supuesto de hipotéticos corrimientos, porque la opinión pública española
difícilmente los va a entender. Hablemos claro entre nosotros.
En consecuencia, a partir de ahí, señor secretario de Estado -repito, sin
intentar jugar a Casandra-, quisiera alertarle respecto a que se avecinan
momentos críticos y conviene que lo sepamos. Entretanto, nos parece
válida la posición del Gobierno, y desde luego es la mejor solución para
esta Cámara, sabiendo los problemas internos que tenemos en España, que
obviamente los terceros también los conocen, respondiendo a alguna de la
cuestiones que han planteado otros portavoces. En el exterior otros
países saben perfectamente cómo bloquear al Reino de España, precisamente
porque tenemos un problema de principios, una responsabilidad histórica y
un problema de opinión pública. Sabiendo que éste puede constituirse en
el principal problema de la política exterior, ojalá, señor secretario de
Estado -termino-, se consiga que el Consejo de Seguridad encuentre una
fórmula que permita encontrar una solución entre las partes, que hoy por
hoy sinceramente me parece imposible. Esta es la expresión que le quería
exponer en nombre del Grupo Socialista. Es mucho más -lo reconozco- una
parte de análisis de futuro -como ha dicho antes, el tiempo dirá si es
correcto o incorrecto-, que puede ser erróneo, pero
me preocupa que salgamos de la reunión de esta mañana sin ser conscientes
de que con los datos nuevos que se están integrando en el proceso,
teniendo en cuenta también las difíciles relaciones que tenemos con una
de las partes en el conflicto, con las consecuencias que esto puede tener
para las relaciones bilaterales con el Reino de Marruecos, nos
encontremos a corto plazo, probablemente, con el principal problema que
va a tener la política exterior española.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Por el Grupo
Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor de Arístegui.
El señor DE ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Muchas gracias, señor secretario de
Estado por su comparecencia y sus explicaciones.
Como no podía ser menos, el Grupo Parlamentario Popular apoya plenamente
al Gobierno en esta iniciativa, y además quiere felicitarle por haber
adoptado una posición realmente valiente y de coraje en un momento en que
la corriente general de la opinión pública de los principales países
implicados, sobre todo de los gobiernos, no sólo de la mayoría de los
Estados miembros del grupo de amigos sino de las principales potencias
del mundo, no parece estar muy en la línea de nuestra política exterior.
Lo fácil habría sido plegarse al viento como un junco, doblarse y
simplemente adaptarse a la nueva circunstancia, haciendo apelación a la
real polítik; sin embargo, España ha mantenido una posición completamente
coherente en este contencioso. Tenemos que seguir utilizando la palabra
contencioso y tratar de evitar que el contencioso degenere en conflicto.
España ha mantenido esa posición coherente desde el año 1977. Todos sus
gobiernos democráticos desde entonces hasta hoy han buscado y defendido
siempre ese principio de neutralidad activa que usted nos ha recordado;
neutralidad activa que muchas veces ha irritado a las partes, a las dos.
Decía Kissinger -aunque muchas veces se le atribuyan frases que no son
suyas, esta sí lo es- que cuando se irrita a dos partes en un conflicto o
en un contencioso en el que uno media es que seguramente ha acertado. La
posición española nunca ha satisfecho ni a los unos ni a los otros,
porque hemos sabido ver cuál era la responsabilidad de España: histórica,
personal, de opinión pública.
Los principios sobre los que se ha basado la posición española siempre han
sido los mismos: que la solución fuese viable, que fuese aceptable por
ambas partes -siempre hemos subrayado este punto-, y que además fuese en
beneficio de la estabilidad de la región. Una cosa es que nos pongamos en
el plano utópico -algún portavoz lo ha mencionado- y otra bien distinta
que nos olvidemos de que vivimos en el mundo de hoy, a principios del
siglo XXI, con crecientes inestabilidades en algunos países, con
crecimientos demográficos explosivos, con carencias muy graves en los
ámbitos económico, material y de recursos básicos, como el agua. Todo eso
viene a añadir mayores dificultades a este contencioso de las que ya de
por sí tenía hace 25 años.
España también ha tenido lo que llamamos una posición referida. Siempre
hemos apoyado los esfuerzos de Naciones Unidas y sus resoluciones,
siempre que tuviesen una coherencia mínima con los principios básicos de
nuestra posición. Justamente en la medida en que la posición de Naciones
Unidas evolucionaba con ella evolucionaba la nuestra, en la medida en que
lo hacía nuestra posición y cuando Naciones Unidas adoptaba matices sobre
sus posiciones anteriores, a veces alguna de las partes concernidas no
acababa de entender ese aparente cambio, que no era tal, sino simplemente
seguir uno de los principios que siempre hemos defendido, que es
justamente el de referir nuestra posición a la de Naciones Unidas. Por
tanto, aquí siempre andamos buscando el consenso, el que la solución sea
viable y aceptable para ambas partes. Eso significa que España muchas
veces sin que se supiese o sin que hubiésemos hecho alarde de ello, y
-nos constan los esfuerzos del Gobierno en este sentido-, ha hecho lo
imposible para que las partes concernidas dejasen de lado su maximalismo,
porque eso ha llevado a este callejón sin salida. A diferencia de otros
portavoces, creo que el maximalismo, que nos ha llevado a este callejón
sin salida, como digo, no es insoluble, tiene una solución. La solución
es justamente seguir presionando a las partes para que dejen el
maximalismo, porque no sólo existen las cuatro posiciones que tenemos hoy
encima de la mesa y seguro que con imaginación podemos acabar encajando
las piezas.
Para referirnos a cuestiones más concretas y específicas, la importancia
del aspecto humanitario es evidente. Los esfuerzos del Gobierno español
han sido importantes. Nuestros deseos no se pueden corresponder muchas
veces con la realidad y la escasez presupuestaria. El esfuerzo se seguirá
haciendo -espero yo y todos creemos que será así-, pero también hay que
pedir a otros países concernidos que hagan un esfuerzo material y
económico para tratar de paliar la tragedia humanitaria que se vive.
Ahora bien, cuando hablamos de este contencioso no debemos perder de
vista el equilibrio necesario. La posición de España es equilibrada y lo
creemos porque es esencial que lo sea. En ese sentido, no olvidamos
nuestra responsabilidad hacia el pueblo saharaui, pero tampoco podemos
olvidar nuestra responsabilidad hacia la estabilidad en la región y
nuestras relaciones de buena vecindad con el Reino de Marruecos. Por
consiguiente, cuando pedimos que la solución que se adopte sea sólida y
no coyuntural, que sea estable y no temporal, tenemos que aplicar los
principios que hemos dicho, y para eso tenemos que defender, proteger,
fomentar, alentar la estabilidad. Si olvidamos o dejamos de lado la
estabilidad ninguna solución a la que se llegue será sólida ni duradera
en el
tiempo. Consecuentemente, apliquemos el realismo, la racionalidad, el
equilibrio y la coherencia, que es exactamente lo que se ha venido
produciendo desde el año 1977 y además en este caso concreto contra
viento y marea. Esperemos que en ese callejón sin salida, al que tantos
portavoces han hecho mención, consigamos abrir una vía de escape al final
de esa calle y que sea el camino hacia la paz.
El señor VICEPRESIDENTE (Soriano Benítez de Lugo): Tiene la palabra el
secretario de Estado para contestar a las preguntas formuladas por los
distintos intervinientes.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala): Lo que
procede, en primer lugar, es agradecer el tono y el contenido de todas
las intervenciones porque como se ha dicho reflejan un grado de consenso,
de unanimidad grande en la Cámara y un apoyo importante a la postura del
Gobierno; como miembro del mismo sólo puedo empezar agradeciendo ese
apoyo que refuerza lo que es nuestra posición en la medida en que le da
no sólo más legitimidad, sino también más credibilidad política. Repito:
muchas gracias a todos por sus intervenciones. Se han dicho muchas cosas
en ellas y me gustaría tratar de abordarlas todas de la forma más
integrada posible. Al hilo de las intervenciones que ha habido, voy a
hacer algunas reflexiones que tratarán de contestar a dudas que pueda
haber o de matizar o enriquecer algunos de los comentarios que se han
hecho.
Decía el señor Marín que no estamos ante un aparente callejón sin salida,
sino ante un auténtico callejón sin salida. Entiendo el matiz porque la
situación es muy complicada, pero precisamente por eso y porque los
principios en los que se basa nuestra política son tan firmes y tan
claros no debemos cejar en el empeño de buscar una solución que responda
a esos principios. De ahí esa expresión que utilizaba de que en el fondo
quería transmitir un cierto sentimiento de ánimo o de posibilidad de
encontrar esa luz. (La señora presidenta ocupa la presidencia.)
Hay que hacer varias consideraciones a la hora de plantearnos la vía a
seguir. Primero -se ha recalcado por distintos intervinientes, por
ejemplo el señor Guardans-, existe la necesidad de asegurar la
continuidad de Minurso en la gestión de este contencioso. Minurso lleva
once años sobre el terreno. Es cierto que en ese tiempo no se ha avanzado
en una solución política al conflicto, pero es verdad también que en esos
once años ha habido paz sobre el terreno. Ese es un elemento que todos
queremos conservar. Por tanto, esa es una primera vía de actuación
importante. Segundo. Como decía el representante del Grupo Popular, el
señor Arístegui, debemos concentrar nuestros esfuerzos en tratar de
convencer a las partes para que abandonen posturas de maximalismo. Me
parece que eso es esencial, porque desde posturas maximalistas no
alcanzaremos una solución -y el retrato que ha hecho el señor Marín era
muy claro-, y es esencial también porque a veces perdemos la perspectiva
de este conflicto. Todos hemos insistido aquí en la necesidad de una
solución consensuada. Eso quiere decir, en primer lugar, que la
responsabilidad para alcanzar esa solución recae en las partes. A veces
parece que estuviésemos ante un contencioso que pudiese ser resuelto sin
más por la comunidad internacional; es cierto que la comunidad
internacional y las Naciones Unidas en particular tienen un papel muy
importante, pero lo tienen a partir de la actuación, de la flexibilidad
de las partes. La solución al contencioso del Sahara está
fundamentalmente en el Magreb, y la comunidad internacional puede jugar
un papel de acompañamiento positivo, pero si estamos de acuerdo en que la
solución debe ser consensuada, esa solución está fundamentalmente dentro
del Magreb y debe ser una solución que respete la dignidad -es una
palabra que ha mencionado la representante de Coalición Canaria y es muy
importante- del pueblo saharaui, respete sus legítimos derechos y tenga
en cuenta también, como apuntaba el señor Arístegui, la necesidad de
asegurar la estabilidad regional. Este es el contexto en el que nos
debemos mover inicialmente. Hay que tener en cuenta que el papel y la
responsabilidad de las partes es fundamental. Cuando digo las partes no
me refiero solo al Polisario o al pueblo saharaui y a Marruecos, sino que
debemos tener en cuenta también posiciones como las de Argelia o
Mauritania ¿Por qué no? La comunidad internacional, repito, tiene un
papel importante a jugar para apoyar y complementar pero no para imponer
soluciones. Como decía el señor Marín, hemos asistido en los últimos
tiempos a ciertos movimientos y novedades en cuanto a las posiciones,
tanto de partes directamente involucradas en el contencioso, como también
de partes relevantes de la comunidad internacional.
Quisiera referirme, por ejemplo, a lo que es la postura de Argelia.
Argelia es un país que ha defendido siempre la vigencia del plan de
arreglo, pero también, junto a esa defensa cerrada del plan de arreglo,
ha insistido en la importancia de asegurar la estabilidad regional. Hoy
en día Argelia es muy consciente de que la estabilidad de su propio país
depende de la estabilidad marroquí y de que la estabilidad de Marruecos y
de sus instituciones depende, a su vez, de la solución que se dé al
contencioso del Sahara. Creo que eso, que es una postura que ha ido
evolucionando, puede abrir vías interesantes de flexibilidad a la hora de
encontrar una solución que, como decía el señor Arístegui, puede tener
múltiples posibilidades, las cuatro que ha planteado el secretario
general en su informe u otras que podamos encontrar entre todos.
Se ha comentado mucho la novedad que ha significado el posicionamiento por
parte de los Estados Unidos al presentar su última resolución en Naciones
Unidas. Aquí quiero ser muy claro. La novedad de ese borrador de
resolución que presenta Estados Unidos no
está tanto en la opción que hace por la autonomía, por el acuerdo marco
revisado, sino que está, sobre todo, en el hecho de que en ese borrador
inicial -insisto en que era un borrador inicial- se planteaba que se
explorase el marco de la autonomía sin el consenso de las partes y que el
resultado acabase imponiéndose a esas partes sin que hubiese posibilidad
de negociación. Esa es la novedad. Porque recuerdo, y eso se olvida a
veces, que el explorar la vía de la autonomía, sin que eso signifique
abandonar el plan de arreglo, es una posibilidad que está desde hace
algún tiempo encima de la mesa. En este sentido quiero recordar que en el
mes de junio del año pasado hubo una resolución muy importante del
Consejo de Seguridad que iba precisamente en la línea de pedirle al señor
Baker que explorase esa vía de la autonomía, sin que eso significase el
abandono o la congelación del plan de arreglo. Por tanto, insisto, en que
la novedad de ese borrador inicial por parte de Estados Unidos está más
en el hecho de que propugnaba una solución o una vía impuesta que en la
vía en sí que propugnaba, porque ésa se conocía de antes y de hecho había
sido impulsada por el propio Consejo de Seguridad en su resolución del
mes de junio.
En este sentido puedo decir que, como es sabido, en las conversaciones que
hubo el viernes y el sábado pasado en Camp David entre el presidente
Aznar y el presidente Bush se habló brevemente del contencioso del
Sahara. Lo que hizo el presidente Aznar fue exponer cuál es la posición
española, que es exactamente la que he indicado hoy aquí, e insistir
precisamente en la necesidad de asegurar soluciones consensuadas porque,
de alguna forma, toda solución que no sea consensuada difícilmente podrá
resolver el problema.
La representante de Coalición Canaria preguntaba qué novedades hay con
relación a las relaciones entre Marruecos y España. Pues bien, debo decir
que ahora mismo no hay novedades. Se mantiene los contactos entre los dos
gobiernos, pero no hay novedades en cuanto a la posible vuelta del
embajador a Madrid. Quiero decir también que creo que los últimos
episodios con relación al contencioso del Sahara no deben afectar a
nuestra relación bilateral por dos razones: primero, porque sería un
error pensar que la posición de España vaya a cambiar por el hecho de que
se haya retirado el embajador, y eso lo compartimos todos; segundo,
porque, en contra de lo que se ha sugerido aquí, quiero dejar claro
también que la postura de España con relación a este contencioso, que es
clara y está basada en los principios que he mencionado aquí, no está en
contradicción o que por sí misma deba significar una posición de
enfrentamiento con Marruecos. España ha dicho dos cosas, y lo he dicho ya
a lo largo de mi intervención: en primer lugar, que constata que el plan
de arreglo sigue siendo la base fundamental para la solución del
contencioso en la medida que es la única base consensuada existente; en
segundo lugar, que apoya todos aquellos esfuerzos que se hagan para
encontrar soluciones alternativas al plan de arreglo que se basen sobre
el consenso; soluciones en las que puede estar incluida la de la
autonomía, siempre y cuando esté basada en el consenso. Por tanto, no
debemos deducir que de la posición de España se extrae como consecuencia
una actitud de contradicción o enfrentamiento con Marruecos; al revés,
España apoya todas aquellas soluciones que contribuyan a la estabilidad
regional y en este sentido ese es también un objetivo perseguido por
Marruecos.
Se ha mencionado por parte de la representante de Coalición Canaria la
necesidad de apoyar todas aquellas actuaciones indirectas que contribuyan
a la generación de confianza dentro del Magreb como plataforma para que
se pueda encontrar una posible solución al contencioso. Comparto
plenamente la observación. España, tanto de forma bilateral como desde la
Unión Europea, está trabajando en todos los frentes, en el político, el
económico, el cultural, el humanitario, el de cooperación al desarrollo,
para que esas vías de relación con los países del Magreb se refuercen de
la mejor manera posible. En este sentido, está previsto que a finales del
mes de junio haya una cumbre de la UMA, es decir, de los países que
forman parte de la Unión del Magreb Árabe, a nivel de jefes de Estado.
Nos parece que es una cumbre en cierto modo histórica y que puede ser una
vía indirecta interesante para contribuir a la resolución de este
contencioso; un contencioso que ahora mismo tiene una víctima clara, que
es el pueblo saharaui. Comparto todo lo que se ha dicho en relación al
sufrimiento físico y moral del pueblo saharaui. Desde el Gobierno se
están haciendo todos los esfuerzos para tratar de aliviar esas carencias.
No es cierto que la ayuda humanitaria al pueblo saharaui haya bajado, se
ha mantenido, e incluso ha subido un poco en relación al año 2001.
Estamos hablando de una ayuda por parte de España que alcanza los 450-500
millones de pesetas/año para los refugiados saharauis.
La representante de Coalición Canaria decía también que hacía falta actuar
con urgencia, es decir, que el tiempo corría y que corría en contra del
pueblo saharaui. Esta es una observación muy pertinente y muy adecuada
por dos razones. Primero, porque después de 25 años de vivir en
campamentos, la situación es insostenible; segundo, y desde un punto de
vista más político, no debemos olvidar que estamos ante un contencioso
que tiene una peculiaridad importante, y es que tenemos un pueblo, que es
el pueblo saharaui, que reivindica su derecho sobre un territorio que
ahora mismo no ocupa y que está siendo ocupado de forma creciente por
ciudadanos marroquíes. Esa es una tendencia que se va acelerando, de
forma que estamos ante un contencioso donde, por decirlo de alguna forma,
el statu quo no existe. El statu quo se decanta cada vez más por una
creciente ocupación de ciudadanos marroquíes del territorio del Sahara.
Eso hace que en sí mismo el contencioso devenge en que cada vez sea más
difícil de solucionar porque, quiérase o no, esos ciudadanos marroquíes
están allí y habrá que tenerlos en cuenta
en la solución que finalmente se adopte. Esto en parte liga con los
problemas que hay para la aplicación del referéndum. Como se ha dicho, el
referéndum tiene problemas de aplicación derivados de la renuencia por
parte de Marruecos a facilitar su aplicación. En este sentido, el informe
que el señor Baker presentó en el mes de febrero a Naciones Unidas tiene
aproximadamente 22 ó 23 hojas, de las cuales 19 están dedicadas a
especificar todos los problemas que ha encontrado la puesta en marcha del
referéndum, muchos de ellos derivados de una cierta falta de colaboración
de Marruecos, pero otros derivados también del hecho de que el paso del
tiempo hace que cada vez sea más difícil determinar cuál es exactamente
el censo relevante, en la medida en que durante todos estos años los
jóvenes han alcanzado la mayoría de edad y, por tanto, en principio deben
tener derecho a voto, creando en todo caso una nueva situación.
No quiero alargarme más. Acabo agradeciendo el apoyo de todos los grupos a
lo que es la postura del Gobierno. Insisto en que desde el Gobierno vamos
a seguir trabajando para tratar de convencer a las partes, insisto en
eso, porque las partes son quienes tienen la llave de este contencioso,
para que sea posible encontrar soluciones, que difícilmente van a dar
plena satisfacción a alguna de las partes, pero que de lo que se trata es
de encontrar una solución que, preservando ciertos principios, haga que
todos se sientan mínimamente cómodas o, si se quiere, mínimamente
incómodas.
La señora PRESIDENTA: Señorías, llegado este punto del orden del día, he
de comentarles a ustedes que tenemos que hacer uso del artículo 68 del
Reglamento, por el que se permite alterar el orden del día para
incorporar otros puntos. Se cumple en este caso concreto y en este
momento, por eso no lo hemos hecho con anterioridad, el artículo 68 en su
párrafo tercero, que dice que para alterar ese orden del día, cuando se
trata de incluir un asunto, que es de lo que estamos hablando en este
momento, éste tendrá que haber cumplido los trámites reglamentarios que
le permitan estar en condiciones de ser incluido. En este momento, y
puesto que la Mesa de la Cámara se ha reunido a primera hora de esta
mañana y han acordado ya la calificación de los puntos que a continuación
voy a proponer a SS.SS., quiero someterles la inclusión de los siguientes
puntos: En primer lugar, tendríamos una comparecencia más a continuación
de la del punto 4, que será la que haga el secretario de Estado. El punto
quinto, que se refiere a Irak, quedaría unido al cuarto. El sexto punto
del orden del día es otra comparecencia sobre Afganistán. También a
petición del Gobierno se pidió, y ha sido calificado por la Mesa de la
Cámara, la comparecencia del secretario de Estado en este caso para
informar sobre la Conferencia Euromediterránea de Valencia. Antes de
pasar a los dictámenes, que son el punto séptimo, es cuando iría
incorporada esa comparecencia del secretario de Estado para informar
sobre la reciente cumbre Euromediterránea en Valencia. Asimismo, ha sido
calificada por la Mesa otra iniciativa, que ha sido presentada después de
haber fijado nosotros el orden del día, y que hace referencia a una
proposición no de ley que ha presentado el Grupo Catalán (Convergència i
Unió), sobre condena a los secuestros de las FARC en Colombia. En este
sentido, y si se aprueba la inclusión de este punto en el orden del día,
figuraría quizás también antes de los dictámenes, luego sería el punto
octavo, puesto que el séptimo sería la nueva comparecencia del secretario
de Estado sobre la conferencia de Valencia, y los dictámenes pasarían a
ser el punto noveno. Con relación a esta proposición no de ley, también
deberíamos salvar lo que dice el artículo 69, y es que en principio
ningún debate -en este caso concreto de una proposición no de ley-
debería ser traído a la Comisión sin que al menos 48 horas antes todos
los miembros de la Comisión hubieran podido acceder al texto que se va a
debatir. Habida cuenta de que este texto de Convergència i Unió ha
entrado en registro estos días y no ha sido calificado hasta esta mañana,
lo único que hemos podido hacer es repartir el texto a primera hora de
hoy. Por eso quiero preguntar a los distintos portavoces de los grupos si
pueden aceptar con estas excepciones, pero sabiendo que de esta forma
cumpliríamos todo lo que está establecido en el Reglamento de la Cámara y
de la Comisión, la inclusión de estos dos puntos del orden del día: una
comparecencia del secretario de Estado, que el secretario de Estado
accede a celebrar hoy a continuación y, posteriormente, el debate sobre
la proposición no de ley de condena a los secuestros de las FARC en
Colombia, teniendo en cuenta también que, como no se han podido presentar
enmiendas, si existe alguna de algún grupo parlamentario, aceptaríamos el
procedimiento de presentarla in voce. ¿Aceptan SS.SS. esta modificación
del orden del día? (Asentimiento.)
- LA VALORACIÓN QUE HACE EL GOBIERNO DEL ATAQUE LANZADO POR LOS ESTADOS
UNIDOS Y EL REINO UNIDO A IRAK EL PASADO DÍA 16 DE FEBRERO DE 2001. A
SOLICITUD DEL GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente
213/000330.)
- LA POSICIÓN DEL GOBIERNO ANTE LA ANUNCIADA INTENCIÓN DEL GOBIERNO DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA DE ATACAR MILITARMENTE A ALGUNOS PAÍSES
INCLUIDOS EN EL DEFINIDO COMO "EJE DEL MAL" Y DE MANERA MÁS CONCRETA A
IRAK. A SOLICITUD DE GRUPO PARLAMENTARIO MIXTO. (Número de expediente
213/000700.)
La señora PRESIDENTA: Se lo agradezco muchísimo y pasamos a continuación,
siguiendo el orden del día previsto, al punto 4 que se une con el 5, y
que se refieren a la comparecencia del secretario de Estado para
informar, conforme al punto 4, del ataque lanzado por los Estados Unidos
y el Reino Unido a Irak el 16 de febrero de 2001, solicitud que hacía el
Grupo Parlamentario Mixto, y también a solicitud de este mismo grupo
parlamentario, la comparecencia sobre esta misma materia articulada como
la explicación del Gobierno ante la anunciada intención del Gobierno de
los Estados Unidos de América de atacar militarmente a algunos de los
países incluidos en el definido como "Eje del mal", y de manera más
concreta a Irak.
Para sustanciar esta comparecencia, tiene la palabra, en primer lugar, el
secretario de Estado, agradeciendo mucho que nos haya permitido este
paréntesis para el funcionamiento correcto de la Comisión.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala): Paso a
explicar cuál es la posición del Gobierno de España en relación a Irak y
particularmente sobre las cuestiones que se han suscitado.
Como es conocido, el Gobierno de España sigue con gran preocupación y
atención el desarrollo de los acontecimientos en Oriente Medio y
participa activamente en la búsqueda de una solución política a los
diversos conflictos en la región. En este contesto regional, dramático y
difícil, la situación de Irak es motivo de una especial preocupación.
Irak, en una coyuntura internacional compleja, ha sido, por un lado, el
único país en la región que no ha condenado el atentado del 11 de
septiembre y, por otro lado, sigue sin cumplir las resoluciones de
Naciones Unidas y no permite la entrada de inspectores en su territorio,
lo que provoca el mantenimiento de las sanciones. España, como
presidencia de la Unión Europea y miembro activo de la misma, apoya la
posición europea en relación con Irak, tal y como ha sido reiterada en
diversas ocasiones por parte del Gobierno.
Permítanme que me refiera brevemente a los puntos más destacados de esa
posición europea que también es la española. En primer lugar, la Unión
Europea reitera que Irak debe cumplir plenamente las resoluciones
pertinentes del Consejo de Seguridad, y en particular lo dispuesto en las
resoluciones 687 y 1284 de Naciones Unidas. Al mismo tiempo la Unión
Europea manifiesta su preocupación por la situación humanitaria en Irak y
considera necesario aliviar el sufrimiento de la población iraquí, y por
ello la Unión Europea continúa comprometida con los esfuerzos para
revisar las presentes disposiciones del llamado programa petróleo por
alimentos, con objeto de mejorar la eficiencia de las sanciones. Como
SS.SS. conocen en noviembre de 2001 el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas aprobó, por unanimidad, la resolución 1382, que genera
expectativas de un replanteamiento de las sanciones mediante la
introducción de nuevos mecanismos y abre la vía a una eventual revisión
de la resolución 1284. Esta resolución, adoptada en diciembre de 1999,
fue el resultado de los intentos de consensuar un tratamiento global en
Naciones Unidas de la cuestión iraquí y se aprobó con la abstención de
tres de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Rusia, Francia
y China. Esta resolución implica modificaciones en el régimen de
inspecciones y sanciones. Desaparece así la llamada UNSCOM y se crea la
UNMOVIC, como mecanismo de inspección; se prevén una serie de controles
nuevos para el comercio exterior iraquí y se introducen disposiciones
destinadas a agilizar adjudicaciones de contratos relacionados con las
necesidades civiles y humanitarias básicas. En virtud de la resolución
1382 se están desplegando los esfuerzos pertinentes para mejorar el marco
legal de la resolución 1284 y superar las deficiencias del actual
sistemas de sanciones.
Por otro lado, es muy importante resaltar que desde el 7 de marzo de este
año el Gobierno iraquí ha iniciado conversaciones con el secretario
general de Naciones Unidas tendentes a lograr que Irak colabore
plenamente en la aplicación de la legalidad internacional. Como no puede
ser de otro modo, España y la Unión Europea apoyamos el desarrollo de las
mismas y la labor que el secretario general de Naciones Unidas, el señor
Kofi Annan, está haciendo a favor de la paz y la seguridad
internacionales. En este sentido puedo decir que ha habido conversaciones
este mismo mes de mayo y que se ha decidido que las mismas continúen a lo
largo del mes, y en todo caso antes de que finalice el mes volverá a
haber conversaciones exploratorias entre Irak y el secretario general de
Naciones Unidas.
Otro punto relevante de la política de la Unión Europea es que ésta
continúa siendo el mayor contribuyente de asistencia y ayuda humanitaria
a Irak. En los últimos meses la Unión Europea ha proseguido con las
actividades de ECHO, que es la Oficina humanitaria de la comunidad, y en
este sentido una delegación ha visitado el país del 25 de enero al 6 de
febrero para verificar el impacto de la acción de la Agencia en Irak,
recabar información sobre la situación en el país y comenzar a elaborar
una estrategia de acción para el futuro.
Igualmente es un punto importante dentro de la posición de la Unión
Europea prevenir la nueva adquisición de armas de destrucción masiva por
parte del Gobierno de Irak, en el convencimiento de que ese es un aspecto
clave para la seguridad y la estabilidad regionales. Todos los países de
la Unión Europea compartimos una voluntad común de colaborar para
prevenir la proliferación de este tipo de armas y para evitar que puedan
terminar siendo utilizadas por grupos terroristas. Como saben, algunas de
estas armas, como las químicas y las biológicas, son relativamente poco
costosas y no requieren tecnologías muy sofisticadas, por lo que se
considera que son las armas preferidas por los grupos terroristas.
Existen, de hecho, diversas instituciones internacionales en las que se
centran estos esfuerzos contra la proliferación y el control de
exportaciones, especialmente organizaciones como el organismo
internacional de energía atómica, la Organización para la prohibición de
las armas químicas, la Convención sobre armas biológicas o el régimen de
control de tecnología de misiles. En el seno de la Unión Europea existe
una estrecha coordinación sobre todas las cuestiones de no proliferación
y control de exportaciones entre los quince Estados miembros.
Como último punto de su política, la Unión Europea reitera su adhesión a
la independencia, a la integridad territorial y la soberanía de todos los
países de la región.
Quiero decir también que en el debate que tuvo lugar en el Consejo de
Seguridad el 26 de junio del año 2001, la Unión Europea como tal realizó
una declaración sobre Irak en la que se subrayaba el compromiso de la
Unión Europea con la completa aplicación de las resoluciones de Naciones
Unidas sobre Irak y la esperanza en la futura reintegración de Irak en la
comunidad internacional y en una vida mejor para la población civil,
pero, insisto, para ello es necesario que Irak cumpla planamente con sus
obligaciones internacionales. Estos son los principios que sustentan la
posición de España y de la Unión Europea y quiero aquí manifestar el
compromiso pleno del Gobierno español con los mismos.
Para acabar no quisiera dejar de hacer referencia a las dos cuestiones
puntuales que se han planteado, una referida a la posibilidad de ataques
militares a Irak y la otra en relación con la acción de Estados Unidos y
el Reino Unido del pasado 16 de febrero del año 2001.
En relación con la posibilidad de un ataque militar a Irak, quisiera
señalar lo siguiente. Primero, que el Gobierno de España no tiene
constancia de que el Gobierno de Estados Unidos o cualquier otro país
tenga planes específicos al respecto. De hecho es importante señalar que
el propio secretario de Estado, Colin Powell, cuando estuvo en Madrid el
pasado 10 de abril para la reunión del Cuarteto, tuvo ocasión de indicar
este punto de forma pública durante la conferencia de prensa que tuvo
lugar después de la reunión.
En segundo lugar, quiero decir que la posición de España y de la Unión
Europea es que para considerar la posibilidad de una acción militar en
Irak deberían darse las siguientes circunstancias: primero, un
incumplimiento de las resoiluciones de Naciones Unidas por parte de Irak;
segundo, que existan pruebas de apoyo a organizaciones terroristas o de
desarrollo y almacenamiento de armas de destrucción masiva por parte del
Gobierno de Irak, y, tercero, que cualquier actuación debería realizarse
en un marco concertado a nivel internacional, fundamentalmente en el
marco de Naciones Unidas.
En relación con la acción de Estados Unidos y el Reino Unido sobre Irak el
pasado 16 de febrero del año 2001, voy a remitirme a las declaraciones
que en su momento realizó ya el señor ministro en esta misma Comisión de
Asuntos Exteriores, concretamente el día 28 de febrero. Decía el señor
ministro literalmente estas palabras que reproduzco: Probablemente seria
deseable que esas operaciones no se produjeran, pero para que esas
operaciones no se reproduzcan lo que pace falta es que el Gobierno de
Irak, el Gobierno de Sadam Husein, que creo recordar que ha estado fuera
de la legalidad internacional y que sigue sin cumplir las resoluciones de
Naciones Unidas en machos puntos, cumpla con esas resoluciones y con la
legalidad internacional. En definitiva, el tratamiento y la solución a la
cuestión iraquí pasa por la aplicación y el cumplimiento de esa legalidad
internacional recogida en las distintas resoluciones del Consejo de
Seguridad. Asimismo, como un lógico corolario de lo anterior, es que
cualquier medidas que se adopte por la comunidad internacional, incluido
Estados Unidos, en relación con este asunto, debe hacerse, como ya he
dicho, en ese mismo marco escrupuloso respecto a la legalidad
internacional, y en este contexto España siempre ha apoyado un
tratamiento político y diplomático de esta cuestión que tenga en cuenta
todos sus aspectos.
Por ello, quiero reiterar desde aquí, nuestro apoyo a los esfuerzos que,
como he dicho, está haciendo el secretario general, en la esperanza de
que sirvan para encontrar definitivamente una vía de solución a este
conflicto que dura ya demasiado tiempo.
La señora PRESIDENTA: En primer lugar, tiene la palabra el representante
del Grupo Parlamentario Mixto, señor Vázquez.
El señor VÁZQUEZ VÁZQUEZ: Señora presidenta, efectivamente, nosotros
solicitamos una comparecencia del Gobierno sobre estas cuestiones, una de
ellas sobre el bombardeo en concreto, si no me equivoco, el 16 de febrero
del año pasado, y solicitábamos esa comparecencia en ese momento porque
se producía casi al inicio de la presidencia del señor Bush hijo, por lo
que queríamos saber cual es la opinión del Gobierno español en ese
momento ante la reanudación de las hostilidades de Estados Unidos contra
Irak. Sin duda esa decisión del Gobierno norteamericano de volver a
bombardear ese país expresaba una tendencia, una posición determinada por
la Casa Blanca. En definitiva, Irak seguía siendo un, enemigo a batir, y
esa tendencia, según el tiempo va pasando, se va confirmando. Para
nosotros es importante conocer con exactitud la posición del Gobierno
sobre esta cuestión, porque sobre este tipo de asuntos no nos parecen
indiferentes las posiciones de los distintos gobiernos, del Gobierno
español y también de otros. Me parece que estamos
ante un problema que no lo podemos despachar pasando de puntillas sobre
él.
Quisiera hacer referencia, señor secretario de Estado -ya sé que
manteniendo, en principio, una posición del Gobierno favorable a la
actuación política y diplomática y no militar-, a algunas cuestiones que
se dejan caer, porque a mí me da la impresión, señor secretario de
Estado, de que aquí estamos ante el típico conflicto de buenos y malos,
establecido sobre las mismas bases de las películas de indios y vaqueros,
que no sé si acuerda usted en su infancia. Alguien determina que una de
las partes es malísima, malisima, y otra de las partes buenísima,
buenísima y, a partir de ahí, se justifica casi todo, y luego haré
referencia a estas cuestión. Digo esto porque usted menciona, por
ejemplo, que Irak, es el único país que no ha condenado los atentados del
11 de septiembre pasado. No quiero entrar demasiado en eso, pero, al
margen de cualquier otra consideración, ¿a usted le parece que un país
que esta siendo bombardeado, agredido desde hace muchos anos, sometido a
un embargo como esta sometido, se le pueden pedir tamañas cuestiones?
Casi sería francamente hipócrita. También está el tema del cumplimiento
de las resoluciones de las Naciones Unidas, que nosotros somos
absolutamente favorables, en este caso y en otros, a que se cumplan. Sin
embargo, usted fíjese que hay otros Estados del planeta que no cumplen
ninguna de las resoluciones de las Naciones Unidas, ninguna, y no por eso
se les bombardea, se les invade o se adoptan las resoluciones que se
están adoptando con el caso de Irak. Podemos referirnos a un caso bien
reciente y bien de actualidad, como es el caso de Israel. Israel ha
incumplido todas las resoluciones de las Naciones Unidas habidas y por
haber y, sin embargo, nadie está planteando, nosotros tampoco, que se
adopten posiciones militares sobre este Estado para que las cumpla.
Quería decir que el problema, desde nuestro punto de vista, es que Estados
Unidos sigue calificando a Irak como una amenaza para la paz, no sé si
del mundo o de la región, y lo incluye entre los países a abatir, dentro
de lo que el presidente norteamericano definió y calificó,
unilateralmente, como Eje del mal. Aparte de que el Gobierno español,
como usted dice, no tenga constancia concreta de planes específicos para
invadir Irak, pienso que es evidente, y cada vez más evidente, que esos
planes, existen, son conocidos públicamente. Recientemente, no recuerdo
qué periódico norteamericano volvía, en teoría, dar a conocer planes de
invasión de Irak para el año 2003, incluso con determinado número de
efectivos, etcétera. Eso está expresado públicamente, otra cosa es que al
Gobierno español no se lo haya hecho llegar el Gobierno norteamericano,
de una manera concreta. Por tanto, como decía antes, ante esta situación
tal como esta planteada, hay un interés de Estados Unidos, una intención
de intervenir militarmente en Irak, y a nosotros no nos parece
indiferente ni la posición del Gobierno español ni la de otros gobiernos
del mundo. No es lo mismo que el Gobierno de Estados Unidos cuente con el
apoyo entusiasta de otros Estados a que no cuente con él.
A nosotros nos preocupa, y ya sé que probablemente a otros muchos no, y
nos gustaría que otros compartiesen esta preocupación, el hegemonismo
militar de Estados Unidos en el mundo, para que lo vamos a llamar de otra
manera, que decide a su antojo y en función de sus intereses exclusivos
que Estados son democráticos, cuales no, que grupo son amigos, cuales no,
quienes son, por ejemplo, hablando de armas, los que disponiendo de armas
semejantes son peligrosos para la paz mundial y otros no. No digo que no
sea un peligro que determinados estados dispongan de armas y las puedan
pacer llegar a grupos llamados terroristas, para que se realicen masacres
en otros lugares. No sé si es afortunada la comparación, pero,
recientemente, con la desintegración de la Unión Soviética, se decía -es
lo que leo en los periódicos, naturalmente, porque no dispongo de otras
informaciones- que desde el ámbito de las ex repúblicas soviéticas se
vendía tecnología militar de diverso calibre, atómica, biológica,
etcétera eso, por lo menos, se comentó y, sin embargo, nadie adoptó una
resolución contra Rusia en términos semejantes. Con esto, quiero decir
que, a veces, se mide con distintas varas según de quien se trate.
Nosotros somos también partidarios de que ese hegemonismo militar, que no
lo creemos nada bueno para el devenir de los acontecimientos, cuente con
contrapesos políticos, si no, no hará más que crecer y estoy convencido
de que va a ser una fuente de futuros problemas y de incertidumbres nada
deseables. Nosotros estabamos convencidos de que los hegemonismos, ni
ahora ni antes, fueron buenos; a veces, incluso, acaban volviéndose
contra quienes los apoyaron.
En el caso de Irak, es evidente que en su día fue un aliado occidental
usado por propia iniciativa y probablemente también como ariete contra
otros estados de la zona. Es evidente también que invadió Kuwait, cosa
que, por supuesto, nosotros no compartimos en absoluto, y como
consecuencia de ello fue atacado duramente, pienso que muy duramente. En
aquel entonces, aparte de la invasión de Kuwait y la defensa de la
democracia kuwaití, de la que, por cierto, no se volvió a hablar, nada se
sabe como va avanzando la democracia en Kuwait, es decir, los derechos de
los ciudadanos, se utilizarón otro tipo de argumentos. Por ejemplo, el
poderío militar del ejército de Sadam Husein. Yo recuerdo -aquello que
nos hablaban de una guardia republicana absolutamente imbatible, el
cuarto ejército, del mundo o el tercero, algo así, ya no me acuerdo, una
cosa tremenda; la potencia de misiles, de armas de destrucción, todas
aquellas cosas, que luego resultaron -dicho coloquialmente- menos lobos.
Efectivamente había una cierta potencia militar, pero nada de nada de lo
que nos estaban contando. A partir de ahí usted ya se ha referido ha
ello, al embargo de la ONU. Y tengo
que decir que hay esfuerzos de algunos estados del mundo. Esta cuestión la
tratamos en esta Cámara no hace mucho tiempo. Coloquemos ese embargo a
que está sometido Irak en parámetros mínimamente racionales, porque este
embargo lo único que está ocasionando es la muerte de personas, de niños,
el retroceso del nivel de vida; es un programa este, de petróleo por
alimentos, que es muy difícil compartir. De hecho, algunas personas
encargadas de vigilar este tipo de cuestiones acabaron dimitiendo.
Señor secretario de Estado, yo no acabo de entender -a lo mejor es una
dificultad mía- una vez alcanzado el objetivo de que Irak abandonase
Kuwait, etcétera, qué razones habría en este momento para desarrollar una
actuación militar sobre Iraq. Ya sé que usted no me contestará cuál es la
posición del Gobierno, porque usted parte de la idea de que al Gobierno
aún no le han comunicado esa intención. Lo dejaremos todo en el terreno
de las hipótesis y la pregunta sería la siguiente. Si el Gobierno tuviese
conocimiento de la intención de Estados Unidos de atacar militarmente
Iraq, ¿lo apoyaría o no? ¿Y el Gobierno prestaría el uso de las bases
instaladas en territorio español para esa actuación militar? Dejando a un
lado el régimen político, -no voy a entrar a considerarlo porque puedo no
compartir muchas de las actuaciones políticas del presidente iraquí; por
ejemplo, me viene ahora a la cabeza con claridad la actuación en
Kurdistán-, dejando eso, digo, a nosotros nos parece que un ataque de
estas características, como se está planteando en el horizonte, sería
inaceptable y creemos, modestamente, que el Gobierno debería oponerse y
por lo tanto no contribuir a ese ataque ni por activa ni por pasiva.
Debería tener una actitud en ese sentido en los foros internacionales y
no contribuir por supuesto a la escalada bélica y al hegemonismo
unilateral, sino más bien -y esperemos que esa sea la posición del
Gobierno- intentar que los programas se solucionen por las vías pacíficas
y democráticas, sobre la base de la justicia y sobre todo evitando
sufrimientos innecesarios a unos pueblos que seguro que ya tienen
bastantes para dar satisfacción a determinados intereses, en este caso
los intereses de Estados Unidos.
La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean fijar su posición?
Por el Grupo de (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Guardans.
El señor GUARDANS I CAMBÓ: Muchas gracias, señor secretario de Estado por
su intervención sobre este tema, porque efectivamente es muy útil.
También habría que felicitar al grupo que ha traído esta cuestión, porque
en realidad es tremendamente delicada la situación respecto de Irak en
este momento.
Podríamos hablar en general del eje del mal, cosa que no voy a hacer en
este momento, pero sí quiero dejar clara y nítida la absoluta oposición
de mi grupo a una acción armada contra Irak en este momento y en un
futuro previsible. Por tanto, la petición clara a la presidencia española
de la Unión Europea y al Gobierno español de que haga oír su voz con
nitidez en ese sentido. Lo primero que le pediría además, no sólo a la
presidencia española, sino a los Estados Unidos, sería que no juegue en
vano con la legalidad internacional. Utilizar demasiadas veces en vano la
terminología y los conceptos de la legalidad internacional lo que va a
acabar haciendo y está haciendo es vaciarla de contenido; reconvierte a
Naciones Unidas, como decíamos antes, poco a poco, en el doble moderno y
contemporáneo de la sociedad de naciones y el marco jurídico
internacional en algo que cada vez se vacía más de contenido y se
utiliza, no ya como el uso alternativo del derecho, sino sencillamente
como una cobertura que intente legitimar decisiones que son puras
decisiones de poder o decisiones de interés. Que el mismo Estado o el
mismo Gobierno que en este momento se ha planteado algo tan absurdo y sin
precedentes como desfirmar (lo pongo entre comillas porque no tiene
traducción, pero es exactamente la expresión que están usando en inglés:
unsign) el Tratado de Roma, por el cual se creó el Tribunal Penal
Internacional, algo que no está previsto en ningún sitio y que además
violenta formalmente el Convenio de Viena de derecho de tratados, que,
conscientes de ello, el propio Gobierno norteamericano diga a través de
un portavoz que, como en su momento tampoco ratificaron el Convenio de
Viena de derecho de tratados sino que sólo lo firmaron sin llegarlo a
ratificar, también lo desprecian y no se sienten vinculados por él; que
desprecian formalmente las resoluciones de Naciones Unidas, algunas de
las cuales ellos mismos han votado, sobre Israel y las ignoran, sin poner
el más mínimo empeño político en su ejecución o incluso legitimando que
sean despreciadas en su aplicación concreta; que esos mismos Estados
Unidos y que ese mismo Gobierno en este momento pretenda ampararse en el
incumplimiento de la resolución de la ONU para legitimar un ataque armado
a un país soberano es una auténtica barbaridad y es un desprecio a esa
propia legalidad internacional que teóricamente pretenden defender. Es
muy importante que la Unión Europea, desde ese marco de real politik, que
decíamos antes, y desde la realidad de que las cosas son como son en el
escenario internacional no se deje llevar por la fuerza espectacular que
puede tener en este momento Estados Unidos. Nosotros, desde la Unión
Europea, probablemente no podremos impedir formalmente un ataque a Irak,
probablemente se podrá dificultar tremendamente ese ataque a Irak. La
responsabilidad de hacer eso está en la Unión Europea y está en los
aliados de Estados Unidos en Europa. Aquí lo que hay no es un problema
ficticio, teatral, por no decir cínico, de incumplimiento o no
incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, porque si ése
fuera el problema estaríamos en
otro sitio respecto de otros muchos estados. A Estados Unidos no le
interesa para nada Naciones Unidas, lo han demostrado, y no será el
incumplimiento mayor o menor de una resolución lo que provoque una acción
armada. Lo que hay es una percepción real o ficticia, no lo sabemos, de
amenaza. Eso es lo único que hay. Hay un Estado, que hoy por hoy es el
Estado más poderoso de la tierra, que se siente amenazado por otro Estado
al que considera un paria. Y lo que tenemos que hacer todos los demás que
estamos en el mundo en este momento es tomar posición y saber si
realmente reconocemos el derecho de Estados Unidos a sentirse amenazado
(evidentemente el derecho a sentirse amenazado es libre) y le damos la
posibilidad, o incluso le apoyamos, que es lo que en su momento espera, a
reaccionar unilateralmente, al margen de cualquier norma, al margen de
cualquier principio y al margen de otros mecanismos que tiene a su
disposición y rechaza utilizar, contra esa amenaza que estima directa a
sus propios intereses y a su propia supervivencia.
Dejémonos de andar diciendo si el problema es si se ha cumplido o no se ha
cumplido la resolución de Naciones Unidas, porque eso no lo cree nadie.
Además, uno, que no tiene por qué andar con las delicadezas con las que
necesariamente tiene que andar el secretario de Estado, que al fin y al
cabo representa a un Gobierno, sabe que ésa es la realidad en Washington.
Este portavoz, junto con otros aquí presentes, hemos tenido ocasión de
encontrarnos muy recientemente con altos representantes del Pentágono, de
la Casa Blanca, de foros de influencia en la política exterior
norteamericana y lo que diga o no diga Naciones Unidas les trae al
fresco, si me permite la expresión. Lo que hay es el miedo a tener un
Hitler en Irak, un diablo -las expresiones son múltiples-, que amenaza su
propia supervivencia, porque puede tener armas nucleares a corto plazo,
porque está desarrollando armas químicas, según su propio planteamiento.
Lo que hay es: o ustedes nos apoyan para deshacernos de él o lo haremos
solos, porque ustedes son unos cobardes y lo único que quieren es
comerciar, mantener su bienestar económico y a la hora de la verdad somos
nosotros los que tenemos que defendernos solos. Ese es el esquema en el
que se mueve la realidad de si Estados Unidos ataca o no a Irak y si
Europa deberá apoyar o no ese ataque y legitimarlo o no. Llamemos a las
cosas por su nombre, intentando superar los eufemismos que la política
exterior o las obligaciones del cargo imponen. En ese marco, la posición
de la Unión Europea es tremendamente tibia en este momento, ya que uno de
los dos tiene razón y el otro, no.
Si es cierto que Estados Unidos tiene su supervivencia amenazada por las
armas químicas y nucleares de Irak, la actuación de la Unión Europea hoy
es cínica, irresponsable y culpable y deberá responder ante la historia,
apoyando a Irak, no comprometiéndose en este momento formalmente con
nuestro aliado para atacar a Irak y poniendo todos los instrumentos a su
disposición para enfrentarse a ese régimen, que es un enemigo potencial
gravísimo. Ahora, si no es cierto, que es lo que uno cree que ocurre, que
realmente la amenaza sea de tal calibre o no es cierto que, aún siéndolo,
no haya otros instrumentos que la actuación armada, lo que no puede hacer
la Unión Europea en una situación así es mantener una especie -utilizo la
terminología anterior- de neutralidad activa, de ver pasar cómo a medio
plazo, en un plazo, según se nos anuncia, de nueve o diez meses, podemos
tener... (El señor secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Nadal
Segala, hace gestos negativos.) No nos lo han anunciado formalmente con
un télex. El señor Colin Powell habrá dicho lo que quiera en Madrid y
-además ha dicho lo que ha dicho-, pero el secretario de Estado de
Defensa, que representa al Gobierno norteamericano tanto o más que el
señor Powell, ha dicho lo contrario, el señor Wolfensohn ha dicho lo
contrario y el señor Cheney, a lo largo de su gira por toda esa zona, ha
dicho lo contrario. Luego son tres hoy, en declaraciones contra uno.
Usted me cita las declaraciones del señor Powell y yo le cito las otras.
Que formalmente el Gobierno de España no se tiene por enterado. Por
supuesto. Probablemente se tenga por enterado cuando reciba la
comunicación oficial para utilizar la base de Rota y haya que decidir qué
se hace con ello. Hasta entonces, formalmente no creo que se tenga por
enterado oficialmente el Gobierno de España de un eventual ataque, pero
todos los demás, que no tenemos que andar con comunicaciones oficiales
para saber cómo son las cosas, sabemos que se habla de 250.000 tropas y
de ir a derrocar frontalmente ese régimen, con una dotación armada de
máximo calibre a preparar en nueve o diez meses.
Si eso es así, la Unión Europea tiene que reaccionar, aunque le cueste un
disgusto y tensionar las relaciones con Estados Unidos en este tema. En
primer lugar, por supuesto, presionando con muchos más medios que los que
está utilizando ahora Irak -eso lo dejo bien claro- e intentando
transmitir a Irak la realidad y la seriedad de esta amenaza. No sé hasta
qué punto esto se está haciendo como se debe, pero evidentemente la Unión
Europea tiene instrumentos para presionar a Irak directamente e
indirectamente a través de Rusia, que es un amigo fantasma en todo este
escenario. Cuando llegue el momento de un eventual ataque, si llega,
habrá que ver cuál es su papel, pero hoy está jugando a dos o tres
bandas, porque la relación de Rusia con Irak es clara y la capacidad de
presión de la Unión Europea y de Estados Unidos sobre Rusia también es
clara. Digo esto porque hay muchos instrumentos para forzar o intentar
forzar a Irak para aceptar inspectores y para exponer cuál es su
situación en este tema, el desarrollo de armas biológicas y químicas, que
tiene muchas más posibilidades reales, si se quisiera utilizar, que el
simple, por un lado, lanzar tropas y, por otro, quedarse mirando desde la
barrera.
El ataque sería tremendamente grave también para los intereses de la Unión
Europea -esta es la otra afirmación que quería hacer, y voy terminando,
señora presidenta-, entre otras cosas porque, desde la posición de
Estados Unidos, la percepción que se tiene es que no hay un posataque.
Este portavoz, que lleva un tiempo estudiando este tema, porque le va en
el cargo, no ha encontrado ni un solo papel serio del Gobierno
norteamericano ni de nadie que le asesore sobre qué es lo que esperan o
prevén para después. No lo hay. Lo que hay es que hay que deshacerse de
un enemigo grave, un enemigo que puede causar daños enormes y que se
compara con el Hitler de los años treinta, como la tecnología es
superior, tremendamente más dañino. Pero ¿después qué? Después nadie sabe
nada, porque no lo prevén, entre otras cosas porque probablemente cuentan
con que el después nos tocará a nosotros, como ya ha ocurrido otras
veces. El después seremos nosotros. La crisis humanitaria que se pueda
provocar con un ataque o con medio ataque -si me permiten la expresión-
de este estilo a quien le corresponderá responder y ocuparse de ella será
a la Unión Europea, que sentirá esa necesidad de actuar. ¿Qué ocurre con
el Kurdistán iraquí, que será quien directamente va a recibir en un
primer momento ese ataque? El Kurdistán iraquí está hoy en una situación
de paz, de estabilidad y de crecimiento económico, fruto precisamente del
programa petróleo por alimentos. Ese programa ha desarrollado la economía
del Kurdistán iraquí de una forma espectacular, como ni ellos mismos lo
creían cuando empezó ese programa. ¿Quiénes son los primeros que van a
recibir el ataque de Irak, la respuesta de Irak a un ataque exterior?
Lógicamente esa zona que hoy tiene un nivel de riqueza muy superior a la
del resto del territorio y que, desde el punto de vista del Gobierno de
Irak, es parte integrante de su territorio. ¿Quién ha previsto la crisis
humanitaria que se va a derivar ahí? ¿Quién piensa en esa población civil
que va a ser atacada o desplazada? ¿Quién está pensando en todo eso?
Simplemente, como no podemos ofender a la Casa Blanca, porque las
relaciones transatlánticas son fundamentales, dejamos hacer a los
halcones. Sé que estoy utilizando una terminología muy periodística, pero
es la real. En la política exterior no podemos sólo esperar a las
comunicaciones formales para tomar posición. Es tremendamente grave lo
que se está cociendo y es tremendamente grave la pasividad con la que la
Unión Europea lo está afrontando. En este momento, con Francia como está,
con Holanda como está y con Alemania donde está, es comprensible que la
Unión Europea tiene sus problemas para mirarse el ombligo y para no
preocuparse excesivamente de lo que ocurre alrededor. Como se nos da un
plazo de nueve o diez meses para intentar poner orden en este tema,
esperemos que para entonces algunos gobiernos que hoy no son tales estén
ya en funcionamiento y puedan tomar una posición. El único que sí es tal,
y previsiblemente lo va a seguir siendo durante un tiempo largo, es el
español, que además ostenta la presidencia. Y como tal, no porque tenga
más responsabilidad que los demás, sino por esa responsabilidad que a
cada uno le impone la historia, la geografía y la realidad política, ha
de tener un papel más firme en este tema. Tiene que dejar claro a los
Estados Unidos que Irak no es atacable y que a esos tres requisitos que
ha puesto usted en nombre de la Unión Europea, que los ha explicado, y
que son el incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que
existan pruebas de apoyo al terrorismo o de fabricación de armas y que se
dé en un marco concertado, hay que añadir más. Primero, hay que tomarse
en serio esos tres requisitos, porque cada uno de ellos podría ser
interpretado de una forma que lo vacíe totalmente de contenido, pero hay
que añadir más, entre otras cosas una muy sencilla; que sea el último
recurso posible, que el uso de la fuerza sobre población civil, que es
finalmente quien lo acabaría recibiendo, sea el último recurso posible. Y
de eso estamos tremendamente lejos.
Ya sé que esto no es un problema sólo de España, que no es un problema
sólo bilateral ni toda la responsabilidad es suya, en la parte que le
toca como presidencia española. Y en la parte que le toca como uno de los
pocos gobiernos de los países grandes en Europa, al margen del Reino
Unido, tiene una cierta posibilidad de actuar, porque los demás cada uno
tiene problemas tremendamente graves. La estabilidad tiene también esa
cuota de responsabilidad. Aquí hay estabilidad y además tienen una
relación privilegiada con los Estados Unidos, luego ustedes tienen la
obligación de transmitir con firmeza este planteamiento, la oposición
real de la Unión Europea y de este Parlamento a un ataque armado de
Irak.
La señora PRESIDENTA: Señorías, simplemente les recuerdo que el Reglamento
nos permite hacer uso de todo este tiempo, pero tenemos todavía bastantes
puntos del orden del día y el Pleno empieza a las cuatro de la tarde. Lo
digo por si SS.SS. tienen a bien utilizar los tiempos reglamentarios con
un poquito más de flexibilidad y no agotando lo que el Reglamento nos
permite.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Puig.
El señor PUIG I OLIVÉ: Señor secretario de Estado, le doy las gracias por
sus informaciones que nos satisfacen a medias. ¿Por qué? Podemos
compartir con usted lo que ha dicho sobre cualquier actuación ante el
caso de Irak o de estos otros países llamados el eje del mal. Se han
unificado las dos comparecencias, y en su primera intervención, no he
oído que se refiriera al punto quinto del orden del día, a cuál es la
posición del Gobierno ante la anunciada intención de Estados Unidos de
atacar militarmente alguno de los países incluidos
en el definido eje del mal, y vale la pena decir algo. Yo al menos lo voy
a decir. Podemos estar de acuerdo en que cualquier actuación debe
realizarse dentro de la legalidad internacional, bajo el paraguas de
Naciones Unidas, como usted ha dicho, y en principio estamos de acuerdo
con la posición europea. Pero le tengo que decir que no nos satisface del
todo su intervención, y tampoco la posición europea mostrada hasta el
presente, porque no estamos de acuerdo en absoluto con este tipo de
actuaciones geoestratégicas. Por principio, rechazamos el unilateralismo
que se está imponiendo; rechazamos las actuaciones absolutamente
bilaterales, ya sean del país más importante del mundo o del más modesto.
Nos parece que a estas alturas no podemos concebir un orden mundial que
se mueva a expensas de las decisiones de uno o dos gobiernos, por
importantes que sean y, como a otros intervinientes, nos parece que la
Unión Europea podría hacer algo más. (La señora vicepresidenta, García
Arias, ocupa la presidencia.) Sin embargo, si le digo que no me ha
satisfecho del todo es porque usted ha planteado la posición del Gobierno
español diciendo: Nosotros estamos en la legalidad internacional, en lo
que dicen Naciones Unidas y en lo que dice Europa. Pero es que en este
momento estamos presidiendo Europa. Y no se trata sólo de lo que ha dicho
Europa hasta este momento y en este aspecto, sino que, como presidencia,
valdría la pena saber si están dispuestos a seguir un poco más allá, si
hay iniciativas, si realmente tienen mayor información de la que nos ha
dado usted y de la que podemos leer en la prensa internacional sobre las
posibilidades de una intervención en Irak o en estos otros países.
Desde luego, está bien que la Unión Europea diga que está dispuesta a
revisar los programas -que por otra parte se están ya revisando, y usted
ha citado la 382 y la 384- por parte europea, quizá a la revisión de las
sanciones de Naciones Unidas, a la previsión de mecanismos de inspección
distintos, a nuevas políticas comerciales, etcétera. De acuerdo, eso está
bien, pero ¿es eso suficiente? Nosotros creemos que no. Por otra parte,
esto evita que pueda existir en un momento dado la intervención. Tampoco
creemos que Europa esté tan radicalmente decidida a enfrentarse, en tanto
que Europa, a una decisión de este tipo. No quiero caer en la demagogia
de afirmar que nunca y en ninguna circunstancia se puede intervenir en
Irak, y voy a poner un ejemplo. La comunidad internacional, con los
europeos de acuerdo, ha intervenido en Afganistán. Si se dieran en Irak
unas condiciones parecidas, paralelas u homologables a la situación de
Afganistán, supongo que habría que planteárselo. Tampoco se puede ser tan
radical cuando hablamos de la posibilidad de una intervención, porque es
evidente que, si se cumplieran algunos o todos los elementos que usted ha
señalado como condiciones para una intervención, habría que pensárselo y
habría que estudiarlo.
En primer lugar, usted se refería al encubrimiento de las resoluciones de
Naciones Unidas. Es una broma. Que vaya a haber una intervención militar
en Irak por incumplimiento de resoluciones de Naciones Unidas es una
broma. Si en este planeta hubiera intervenciones militares por
incumplimiento de Naciones Unidas, apaga y vámonos. Esto no se sostiene,
aunque es verdad que hay resoluciones y resoluciones de Naciones Unidas y
no son lo mismo unas que otras. En nuestra idea de lo que es el orden
internacional, esto nunca se podría justificar una intervención militar.
¿Apoyo a los terroristas? En cualquier caso, habría que ver en qué casos
y con qué condiciones. Lo que sucede es que hasta ahora no tenemos ni una
sola evidencia de ello. Mientras no haya evidencias, cómo se puede
plantear una intervención. En tercer lugar, desarrollo de armas de
destrucción masiva. Tampoco tenemos ninguna certeza. Es evidente que se
ha hablado mucho de ello y llevamos años diciendo eso, pero nunca se ha
podido demostrar que en Irak se fabriquen un determinado tipo de armas.
Otra cosa es si se demostrara. Hablemos claro. Si vamos a intervenir
militarmente en Irak por desarrollar armas de destrucción masiva, qué
pasa con aquellos países de occidente y también de Europa que no cumplen
las convenciones de las armas químicas y la convención de armas
biológicas. El mayor peligro que existe hoy de utilización de elementos
biológicos es que algunas personas lleguen a los stocks existentes de
estas armas en los países en que no las destruyen. Veamos exactamente
hasta dónde y hasta qué punto llevamos nuestro razonamiento. Discrepo de
lo que ha dicho usted, la fabricación de armas químicas y biológicas es
muy difícil. Estamos hartos de oír y de leer que, sin el apoyo de un
Estado, es prácticamente imposible que se puedan fabricar este tipo de
armas. Esto está escrito en todas partes y es evidente que no es fácil.
Afortunadamente no hay hasta ahora ninguna prueba de ese desarrollo,
porque, si ciertas armas biológicas cayeran en manos que ya conocemos, la
que se habría armado. Si no hay certeza, si no hay seguridad, si no hay
amenaza real, no podemos siquiera considerar que se pueda actuar
militarmente.
Siguiendo lo que dijo Powell -aunque Cheney le contradice en otras
declaraciones-, afirmó que no está previsto una intervención en Irak. Muy
bien, pero todos sabemos y de todos es conocido a qué respondía el viaje
de Cheney a la región. Usted, responsable de un Gobierno, sabe
perfectamente que el vicepresidente de Estados Unidos realizó un viaje a
la región para consultar la posibilidad de una intervención en Irak y se
fue con un gran chasco; no pudo demostrar absolutamente nada de esta
amenaza y se fue con la negativa de todo el mundo. Volvió a Washington
malparado, no se salió con la suya. Inmediatamente después, oímos a
Powell y a otros que no había previsión de una intervención en Irak.
Además, sólo el hecho de anunciar la posibilidad de una intervención en
el momento de la
historia en que vivimos, después del 11 de septiembre, después del marco
posterior al 11 de septiembre, después de la intervención en Afganistán,
después del agravamiento claro de la situación de la crisis en Oriente
Medio, después de no haber saldado ninguno de los problemas de relación
con el mundo islámico árabe, me parece que es hacerle un mal favor a ese
orden mundial que queremos cambiar, al menos nosotros queremos cambiarlo.
Creemos que es ir en contra de las necesidades de apaciguar la tensión en
la región y es una insistencia en un cierto hegemonismo y en una voluntad
de estar mandando y dirigiendo todos los asuntos del mundo, que no es
positivo en este momento. Y Europa tendría que decir algo al respecto. No
sólo decir que, mientras no se cumplan estas condiciones que han dicho
las Naciones Unidas, mientras no se agrave la situación, no se
interviene; ya nos aseguran que no intervienen y nosotros nos quedamos
aquí. No. Nosotros tenemos que señalar la gravedad de anunciar la
posibilidad de intervención. Tendríamos que pronunciarnos sobre todo esta
-me voy a referir al eje del mal- semántica, no sólo ya en lo que pueda
tener de arrière pensée, la semántica del eje del mal, de la guerra del
mal, de la guerra santa, de la cruzada ¿Podemos aceptar los europeos que
se hable de esta manera en el ámbito internacional, en las relaciones
internacionales? Además sin pruebas, simplemente calificando con
adjetivos ¿Cómo pueden ayudar a la estabilidad, cómo pueden ayudar a la
buena relación, a mejorar las relaciones? Decía usted que hay que forzar
a Irak a reintegrarse a la política internacional. No debe ser con ese
tipo de amenazas y de sombras como acerquemos Irak a los cambios
necesarios. Eso no ha sido nunca así en la política internacional y
tampoco lo será ahora. Sólo podremos hacerlo dando alternativas,
ofreciendo ayuda y cooperación al mismo tiempo que dejando las cosas
claras y Europa puede hacerlo por la razón que usted ha señalado, porque
hay una determinación de Europa de revisar antiguas concepciones, de ir a
nuevas políticas y, si Europa es el mayor contribuyente de ayuda
humanitaria ante Irak alguna cosa tiene que decir. Lo que pasa es que no
la oímos y nuestro país, que tiene en este momento la presidencia, quizá
debería proponer a la Unión Europea que haya un posicionamiento, que se
produzcan actitudes y propuestas que vayan un poco más allá del simple
seguimiento de aquello que puede ocurrir en Naciones Unidas o de aquello
que dicta la gran potencia. Soy partidario de ser aliado de los aliados y
de no buscar líos, pero también soy partidario de que Europa juegue un
papel en el mundo que todavía no está jugando y, si nuestro Gobierno si
el Gobierno, de España quiere que Europa juegue ese papel, ahora que está
en la presidencia, que por favor actúe en consecuencia y que, en temas
como éste, haga propuestas y que vayan más allá de esa neutralidad o
prudencia a que nos han acostumbrado.
La señora VICEPRESIDENTA (García Arias): El señor Arístegui tiene la
palabra, en nombre del Grupo Popular. Espero que no lo tome a mal, pero
le rogaría que fuera breve, porque todavía tenemos otro punto que tocar
antes de pasar a los dictámenes sobre convenios.
El señor ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: Siendo el representante del grupo
mayoritario de la Cámara, seré tan breve como lo han sido quienes me han
precedido en el uso de la palabra. (Risas.)
Muchas gracias, señor secretario de Estado. Me gustaría empezar por hablar
del eje del mal. A nosotros nos parece no diremos desafortunado pero sí
desacertado haber utilizado esa semántica, que se ha criticado también
aquí meter en el mismo saco a países completamente distintos,
heterogéneos, que no tienen casi nada que ver y en algún caso incluso son
enemigos históricos, como es el caso de Irán e Irak, que desde el año 637
de nuestra era hasta hoy, pasando por la primera guerra del Golfo, han
tenido gravísimos problemas de vecindad. Además hay que defender con
claridad la postura de diálogo crítico que ha tenido la Unión Europea con
Irán, que ha sido el único motor, el único impulso para su evolución
política. En este momento Irán se encuentra inmerso en un proceso de
evolución política claro, hacia una creciente democratización de su
régimen, y esta semántica lo único que hace es apoyar a los elementos más
radicales del régimen iraní en detrimento de los más moderados y más
realistas que están tratando de hacer una aproximación cada vez más clara
hacia occidente. Incluso, como sabemos que los elementos más radicales no
han dejado de apoyar a grupos violentos y terroristas en el extranjero,
han empleado esta retórica para justificar la inutilidad de un
acercamiento a occidente.
En todo caso, ya para pasar a la cuestión de Irak, aquí nos encontramos
todos con sentimientos encontrados. Es evidente que Irak vive una
tragedia humanitaria, en parte obviamente por las sanciones que han sido
impuestas al régimen iraquí por una transgresión gravísima del derecho
internacional. No lo olvidemos, no sólo es la falta de cumplimiento de
las resoluciones de Naciones Unidas, sino la invasión de un vecino por
medios militares violentos y haber provocado miles de víctimas mortales y
muchos miles de desaparecidos y de prisioneros de guerra. Por lo tanto,
no estamos hablando de un régimen que pueda ser un dechado de virtudes
democráticas ni de respeto de derechos humanos, estamos hablando de una
dictadura militar de partido único extraordinariamente violenta y que ha
demostrado en el pasado ser muy agresivo. Además, es el único país que en
la segunda mitad del siglo XX ha empleado armas de destrucción masiva
contra su propia población civil -eso lo hemos visto-, no ha dudado en
ningún momento en cuanto lo ha tenido. Si eso no es prueba de que existen
armas de destrucción masiva, ¿qué más prueba podemos querer? Si emplearon
toda clase de agentes químicos agresivos en contra de la población
kurdistán-iraquí, ¿eso es o no es prueba de la existencia de arsenales de
armas de destrucción masiva?
La UNSCOM, recientemente sustituida, descubrió en todas sus inspecciones
la existencia de arsenales importantes de armas de destrucción masiva. Se
sabe de la existencia de un programa de misiles, para poder utilizar
tecnología binaria y poder enviar agentes químicos y biológicos con
misiles en contra de sus potenciales enemigos u objetivos. También existe
un programa de armas nucleares que descubrió UNSCOM en su día. Todas
éstas son pruebas irrefutables. Ahora, es verdad que llevamos cuatro años
sin que existan inspecciones. Que no haya existido inspección alguna, no
quiere decir que no existan los arsenales. Más bien al contrario. Al no
tener ningún tipo de inspección Irak parece evidente que habrá hecho lo
imposible para reconstruir y reconstituir sus arsenales de armas de
destrucción masiva. (La señora presidenta ocupa la presidencia.) En todo
caso, hay que decir que el régimen iraquí, tal y como está concebido hoy
y con la prueba que tenemos de su agresividad anterior y de sus arsenales
de armas de destrucción masiva descubiertos por inspectores de Naciones
Unidas o empleados contra su población civil, como decimos, es una grave
amenaza, no sólo para la paz regional sino para la paz en general.
Dicho esto, es evidente que tenemos que seguir apoyando la posición de la
Unión Europea, la posición del Gobierno español, en la que dice: Ataque
sólo en el caso de que se pueda demostrar de manera fehaciente y clara
que siguen existiendo esos arsenales. Cuando se niegue una vez más el
régimen iraquí a la inspección por parte de Naciones Unidas, cuando se
demuestre, como al parecer se está demostrando últimamente, el apoyo del
régimen iraquí a toda clase de actos terroristas... Sí quiero decir una
cosa, que pagar altísimas pensiones a las familias de los terroristas
suicidas es una forma evidente no sólo de apoyar al terrorismo sino de
fomentarlo. Esto es un hecho innegable. Además, hay que decir que Irak ha
sido un país agresivo y expansivo y por lo tanto cualquier acción que se
tome en el futuro tiene que ser en prevención de esa capacidad
demostrada, agresiva y expansiva que ha tenido Irak. El marco concertado
es evidente. Nosotros siempre hemos querido actuar en el marco de las
Naciones Unidas y que fuese por medio del cumplimiento de una resolución
aprobada del Consejo de Seguridad.
En cuanto a la situación humanitaria, esto nos llevaría a una reflexión
distinta. Es evidente que hoy por hoy el sistema de sanciones que se
emplea en Naciones Unidas golpea con mucha mayor virulencia a la
población civil que a los regímenes odiosos de los que ellos mismos, la
población civil, son la primera víctima. Esto, algún día, nos tendrá que
llevar a una revisión, a una reflexión nueva, más profunda, sobre cuál es
la estrategia a seguir por parte de la comunidad internacional ante
quienes transgreden gravemente la legalidad internacional. Nosotros
estamos de acuerdo con que no debe hacerse de cualquier manera, tiene que
hacerse en el marco concertado y con pruebas irrefutables, con pruebas
claras, y además tiene que hacerse de manera que no dañemos el consenso
logrado para luchar contra el terrorismo internacional. En este momento,
si no damos una salida viable al conflicto de Oriente Próximo y si no
conseguimos un consenso suficiente en torno al problema de Irak,
estaremos resquebrajando gravemente la coalición internacional que hemos
hecho el esfuerzo de construir.
En cuanto a la situación post Sadam, quiero compartir la preocupación del
portavoz de Convergència i Unió, señor Guardans, puesto que yo he tenido
oportunidad de estar en muchas ocasiones en Irak. En mi profesión como
diplomático de carrera, desde Amman yo llevaba la embajada, que estaba
cerrada, pero no habíamos roto relaciones diplomáticas con Irak, y he
estado en muchas ocasiones en Bagdad. Yo les puedo decir que lo que vi
allí era realmente espeluznante, pero era tan culpa de las sanciones como
del propio régimen, y lo que yo sí vi es que no hay una oposición seria y
estructurada, y me permito poner en duda que el Congreso Nacional Iraquí,
la oposición legal, entre comillas, que está en el exilio, sea una
oposición sólida y con una capacidad de gobierno demostrada. En todo
caso, lo que no podemos hacer aquí es decir que Irak es un país que tiene
toda clase de riesgos y que ha demostrado ser agresivo y expansivo y al
mismo tiempo decir que la comunidad internacional no puede tomar las
medidas necesarias para prevenirlo en caso de que se demuestren, como
decimos, de forma irrefutable todas las alegaciones que Naciones Unidas,
a través de la UNSCOM, y las acciones mismas del régimen han demostrado a
lo largo de tantos años.
La señora PRESIDENTA: Para responder a los distintos portavoces
parlamentarios tiene la palabra el señor secretario de Estado.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Agradezco las intervenciones, muchas de las cuales advierto que han sido
discrepantes respecto a la postura que yo he expresado en mis palabras
iniciales. Por eso me gustaría hacer un comentario de fondo sobre cuál es
nuestra posición, cuál es nuestro pensamiento, en relación a los puntos
de vista que aquí se han expresado.
Ante todo en este conflicto conviene no perder la perspectiva, porque el
representante de Izquierda Unida decía: Aquí se han definido unos buenos
buenísimos y unos malos malísimos, y esto no puede ser. Yo creo que el
historial de malo malísimo -por utilizar su terminología, que no me
gusta- de Irak está acreditado, y el señor Arístegui nos ha hecho un buen
recordatorio. En todas las intervenciones que ha habido, el origen del
contencioso y del conflicto del que estamos tratando apenas ha salido, y
el origen es que hace diez u once años Irak invadió Kuwait. Ese es el
origen. Estamos hablando de una actuación muy grave que es la que trae
como consecuencia lo que hemos vivido durante todos estos años. Por
tanto, creo que ese origen no lo debemos olvidar, al revés, debemos
tenerlo muy en cuenta.
Segundo, en la misma línea no debemos olvidar que la posición respecto a
Irak es una posición del conjunto de la comunidad internacional. Las
resoluciones de Naciones Unidas están aprobadas por los quince países del
Consejo de Seguridad, con un protagonismo, por supuesto, de los miembros
permanentes, pero no estamos hablando de la política de Estados Unidos en
relación a Irak o del boicot o de la política de sanciones de Estados
Unidos en relación a Irak, estamos hablando de la política del conjunto
de la comunidad internacional en relación a Irak, y creo que ese es un
punto también importante.
En tercer lugar, como recordaba el señor Arístegui, la situación
humanitaria de Irak, al margen de la mejora que se pueda hacer en el
ámbito de las sanciones, que sin duda se puede hacer y a eso me voy a
referir, deriva fundamentalmente de las actuaciones del propio régimen
iraquí, un régimen que ha sido denunciado por todas las organizaciones
humanitarias relevantes en relación a sus políticas despóticas y de
nefasta gestión económica del país. Ese es el origen de la situación
humanitaria tan dramática que vive Irak. Sin duda, la política de
sanciones que se ha aplicado es mejorable. Nosotros pensamos que la
aprobación de una próxima resolución con relación a esa política de
sanciones es una oportunidad magnífica para mejorar ese régimen de
sanciones en el sentido de afinar mejor los objetivos que se persiguen,
porque los objetivos que persiguen las políticas de sanciones no son en
ningún caso sancionar al pueblo iraquí, sino que tiene como objetivo el
régimen. Por tanto, esa es una oportunidad que se nos plantea ahora en
estas próximas semanas cuando se proceda a la revisión del régimen de
sanciones, un régimen de sanciones que, de paso, me permito recordar,
está avalado por Naciones Unidas en distintas resoluciones,
fundamentalmente la 12/84, de forma que el proceso de aligeramiento de
esas sanciones que hemos visto a lo largo de los últimos años está
amparado por unas resoluciones que, sin embargo, Irak se niega a aplicar
en su totalidad. Estamos en una situación en la cual Irak, por decirlo de
alguna forma, se beneficia de un régimen de sanciones cada vez más laxo,
instaurado por las resoluciones de Naciones Unidas y, sin embargo, no
aplica aquellas partes de las resoluciones que no le gustan o que no le
favorecen, como es el caso de las inspecciones. Hasta aquí la situación
originaria de todo esto, porque a veces la olvidamos y me parece
importante recalcarla y hacerlo en primer lugar.
Respecto a la posición de Estados Unidos el señor Guardans ha hecho una
digresión que no he entendido del todo. Yo no voy a entrar en si Naciones
Unidas interesa a Estados Unidos o no. Creo que le interesa más de lo que
usted ha sugerido. En todo caso, Naciones Unidas es el marco que tenemos
y es un marco perfectible. Qué duda cabe que ese marco perfectible de
legalidad internacional puede mejorarse a través de la puesta en marcha
del Tribunal Penal Internacional, y así se lo hemos dicho a Estados
Unidos. No tenemos la misma visión que Estados Unidos con relación al
mejor marco de legalidad internacional para el funcionamiento de la
agenda internacional. Lo cierto es que el marco que tenemos es el que es,
aunque sea perfectible, y me parece bastante irrebatible el que, para
cualquier tipo de actuación con relación a Irak o cualquier otro asunto
que nos incumba, digamos que es necesario utilizar ese marco por muchas
imperfecciones que tenga.
El diputado del Grupo Socialista ha mostrado su decepción porque no he
hecho una referencia a esa expresión que ha hecho mucho ruido: ve el eje
del mal. Señoría, no he venido a hablar del eje del mal. He venido a
hablar de la política de Estados Unidos con relación a Irak, pero, como
decía el señor Arístegui, primero se ha dado una importancia excesiva a
una expresión que uno puede considerar como no afortunada y yo la
considero no afortunada por dos razones: primero por una razón de forma,
porque todo lo que se refiera a ejes en Europa tiene reminiscencias no
muy positivas. Segundo, porque, como decía el señor Arístegui, pensamos
que claramente los casos de Irán por un lado e Irak y Corea del Norte,
por otro, son muy distintos y no conviene poner en un mismo paquete.
¿Cuál es la posición de la Unión Europea y de España? Es una posición
basada en los principios que yo he mencionado aquí que, como alguno de
ustedes ha recordado, son los principios sobre los que cabría considerar
la eventual actuación en Irak. Por tanto, son unos principios previos que
hay que coger en su totalidad. Decir que pedir que se cumplan las
resoluciones de Naciones Unidas es un sarcasmo nos parece que es un punto
de partida básico en el cual todos estamos de acuerdo, pero sobre eso hay
como mínimo dos principios más que se han puesto encima de la mesa y que
forman parte de un todo, y lo que no vale es desgajarlo sin más. En eso
podemos estar plenamente de acuerdo. De los principios que se han
enumerado hay uno por el que se ha pasado de forma muy rápida, que es el
de la concertación internacional, que es fundamental por una razón a la
que me voy a referir después. Por tanto, pensamos que a la hora de
considerar la posibilidad de un ataque el cumplimiento de esos principios
es fundamental, y en la medida en que ahora mismo no se cumplen pensamos
que no se justifica ese ataque. Quiero reiterar que la prioridad de
España y de la Unión Europea, como he dicho en mi intervención, es
insistir
en la vía diplomática y explotar todas las posibilidades. He hecho
referencia a las conversaciones que las autoridades iraquíes están
teniendo con Naciones Unidas, que nosotros las apoyamos, pero quiero
decir también que España, y en este caso fui yo la persona que hizo la
visita, fue el primer país de la Unión Europea que visitó Irak a nivel
ministerial desde la guerra con Kuwait, y esa visita se produjo el año
pasado. Creemos firmemente en la vía diplomática, creemos firmemente en
el diálogo crítico, y creemos, por supuesto, que las soluciones militares
sólo pueden ser de última instancia. Es más, llegado el momento de
considerar esa alternativa habrá que ver realmente cuál es el objetivo
que se está persiguiendo y cómo esa alternativa contribuye a conseguirlo,
porque si al final, como creo que estaremos todos de acuerdo, el objetivo
es aumentar la seguridad y la estabilidad en la región, habrá que ver si
una medida de este tipo realmente contribuye a ello. En eso creo que
todos podemos estar de acuerdo, es una postura defendida siempre por la
Unión Europea que en algún caso puede llevar a puntos de vista
divergentes con Estados Unidos.
Aquí entro a hablar de la relación entre la Unión Europea y Estados Unidos
y qué es lo que podemos hacer, porque podemos hacer una política de
fuegos de artificio, una política de grandes declaraciones, una política
de centrarnos en las formas sobre si el eje del mal es una expresión que
nosotros no podemos aceptar y que no contribuye a la paz, que es lo que
todos perseguimos, podemos hacer una política de grandilocuencia que a mi
parecer no nos conducirá a nada, por dos razones. Primero, porque tenderá
a separarnos de Estados Unidos y a que perdamos capacidad de influencia.
Y, segundo, y muy importante -y aquí empalmo con lo que usted ha
mencionado de la presidencia española-, porque nosotros como presidencia
de la Unión Europea tenemos una responsabilidad esencial a la hora de
mantener la unidad dentro de la Unión Europea, sobre todo en temas de
política exterior. Aunque debamos renunciar a ciertos planteamientos que
nos gustaría hacer en el ámbito más bilateral o más como España, la
responsabilidad básica de la presidencia es preservar la unidad de
criterio y de valoración dentro de la Unión, porque si no la capacidad de
la Unión Europea de tener una voz y de tener un influencia, desaparece.
Eso es lo que estamos haciendo desde la presidencia española: tratar de
ser activos y tratar de preservar esa unidad. Puedo asegurarle que en las
conversaciones que la Unión Europea tiene con autoridades americanas, que
son frecuentes, y en distintos foros, se plantean estas cuestiones. Al
margen de lo que esté pasando en Irak, tenemos un ejemplo interesante de
cuál debe ser la vía de actuación de la Unión Europea, basada en los
posicionamientos de fondo, no diré en la discreción pero sí en actitudes
poco grandilocuentes, en el caso del proceso de paz de Oriente Medio. Con
todas las carencias y limitaciones que se quieran, la Unión Europea ha
logrado articular, en primer lugar, una posición conjunta y, en segundo
lugar, se ha logrado tener una interlocución clara con Estados Unidos,
atraer a Estados Unidos al consenso internacional posible y que en el
fondo hubiese una asunción por parte de Estados Unidos de lo que han sido
los planteamientos de la Unión Europea con relación al conflicto de
Oriente Medio, fundamentalmente en el sentido de que hay que avanzar en
la solución política del conflicto y que esa solución no puede ser, en
ningún caso, rehén de los esfuezos que se hagan por parar la violencia o
el terrorismo. Esa es la vía que vamos a utilizar, la vía del diálogo
permanente con Estados Unidos, pero no a través de posturas altisonantes,
que no servirían para tener una influencia efectiva con Estados Unidos,
al revés, muchas veces provocarían ciertas desuniones dentro de los
Estados miembros de la Unión Europea.
- LAS MEDIDAS QUE ESTÁ TOMANDO EN AYUDA A LA COOPERACIÓN, EN RELACIÓN A LA
PROTECCIÓN DE LA POBLACIÓN CIVIL EN AFGANISTÁN. A SOLICITUD DEL GRUPO
PARLAMENTARIO FEDERAL DE IZQUIERDA UNIDA. (Número de expediente
213/000546)
La señora PRESIDENTA: A continuación, pasamos al punto 6 del orden del
día, sin dejar descansar ni un minuto al señor secretario de Estado,
puesto que el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida pidió la
comparecencia del Gobierno para explicar las medidas que se están tomando
en ayuda a la cooperación en relación a la protección de la población
civil en Afganistán. (Pausa.) Lo que me sorprende es que no está el grupo
proponente. Por lo tanto, señor secretario de Estado, decae esta
iniciativa.
SOBRE LA RECIENTE CUMBRE DEL MEDITERRÁNEO EN VALENCIA. A petición del
Gobierno. (Número de expediente 212/001069)
La señora PRESIDENTA: Pasamos al siguiente punto del orden del día, que es
la comparecencia, que hemos incorporado esta mañana, a solicitud del
Gobierno, sobre la reciente cumbre del Mediterráneo en Valencia.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala):
Brevemente porque tuve el honor de comparecer ante esta Comisión para
explicar cuáles eran los objetivos que planteaba la presidencia española
para la reunión de Valencia. Entonces expliqué con detalle cuáles eran
los contenidos que íbamos a tratar de aprobar. Puedo decir con
satisfacción que, a pesar del contexto delicadísimo, dramático, diría yo,
en que tuvo lugar esa reunión, la
mayoría de las iniciativas que planteó la presidencia española para el
reforzamiento del proceso de Barcelona salieron adelante. Hemos
conseguido el objetivo de dar un salto cualitativo en lo que es el
partenariado euromediterráneo. Como digo, la reunión de Valencia tuvo
lugar en un contexto dificilísimo, en el contexto más delicado que se ha
dado nunca en Oriente Medio en los últimos años, y creo que el solo hecho
de que la conferencia tuviese lugar muestra la fortaleza del proceso de
Barcelona y el interés de los Estados miembros en beneficiarse del mismo
y en relanzarlo. No sólo tuvo lugar la conferencia ministerial de
Valencia, sino que ha tenido un nivel de participación más elevado que
todas las que se han celebrado. En Valencia estuvieron presentes catorce
ministros de la Unión Europea, todos salvo la ministra de Luxemburgo, y
los diez ministros de los países del sur del Mediterráneo, con la
excepción del ministro marroquí que estaba acompañando a Su Majestad
Mohamed VI en el viaje a Washington. Por tanto, hubo una participación
importante. Los únicos países que no participaron en Barcelona, y fue una
decisión de última hora muy meditada y tomada con cierto disgusto por su
parte, porque creo que hicieron un esfuerzo importante para asistir,
fueron Siria y Líbano, como es conocido, pero sí estuvieron presentes,
como observadores, los ministros de Mauritania y Libia y el secretario
general de la Liga Árabe, el señor Amr Moussa.
En Valencia se habló, por supuesto, de la situación en Oriente Medio y
salió una declaración de la presidencia en relación a la situación en la
región. Esa declaración es conocida y no me voy a extender sobre la
misma. Voy a centrarme en lo que fueron los contenidos en relación
estrictamente al relanzamiento del proceso de Barcelona. Como digo, la
reunión de Valencia ha servido para marcar un hito en el relanzamiento de
ese proceso desde dos puntos de vista: desde el punto de vista de la
forma y desde el punto de vista del fondo. En cuanto a la forma, en
Valencia se aprobó un plan de acción que por primera vez significó que el
conjunto de los países participantes en la reunión, en este caso 25,
aprobaron de forma consensuada un documento de alto calado. Creo que el
valor político del consenso no debe ser minimizado, sobre todo en las
circunstancias en que tuvo lugar la reunión y teniendo en cuenta también
que se trata de un documento de mucho contenido, que aborda cuestiones
políticas delicadas. Creo que el hecho de que haya sido aprobado por
consenso refleja el compromiso de todos los participantes en el proceso
de fortalecer la relación euromediterránea. En cuanto al fondo, ese plan
de acción que se ha aprobado también representa un hito, en la medida en
que contiene aproximadamente una treintena de iniciativas concretas que
tratan de cubrir lo que yo llamaría uno de los grandes agujeros del
proceso de Barcelona, que era el de las realizaciones concretas. El
proceso de Barcelona es un proceso que, iniciado bajo presidencia
española en el año 1995, dibujó una visión política muy clara y muy
acertada de la importancia del Mediterráneo como frontera estratégica de
la Unión Europea, pero que después de siete años de funcionamiento había
tenido carencias importantes en términos de resultados. Por eso, el que
se apruebe un plan de acción con un conjunto de acciones concretas,
claras y de gran calado, tiene un valor importante. La aprobación de este
plan de acción buscaba una serie de objetivos en términos de
reforzamiento de ciertos principios como, por ejemplo, el de la
copropiedad. Es decir, se trata de mejorar la percepción de los países
del sur del Mediterráneo de los beneficios que les genera el proceso de
Barcelona, de aumentar la visibilidad del mismo, puesto que hablamos de
un proceso desconocido en gran parte, que hay que dar más a conocer; de
aumentar su capilaridad, es decir, que llegue a más colectivos de los que
ha llegado hasta ahora -por ejemplo, a estudiantes, profesores, ciudades,
parlamentarios..., colectivos todos ellos muy importantes desde el punto
de vista político y social-; de mejorar la estructuración del proceso, ya
que, habiendo carecido de una articulación institucional clara, en
Valencia se han dado pasos importantes para estructurarlo mejor.
Me voy a referir rápidamente a los contenidos del plan y lo voy a hacer
dividiendo mi explicación entre el capítulo político e institucional del
proceso de Barcelona -lo que se llama el primer cesto-, la parte
económica -segundo cesto-, y la parte social y cultural -tercer cesto-.
En el capítulo político e institucional, las iniciativas de mayor calado
son las siguientes: En primer lugar, la aprobación de la creación de una
asamblea parlamentaria euromediterránea entre el Parlamento Europeo y los
representantes de cada uno de los parlamentos de los 12 países del sur
del Mediterráneo. Se trata de una medida de gran calado político, que se
ve reforzado por el hecho de que el Parlamento Europeo es, como saben,
autoridad presupuestaria dentro de la Unión y puede ser instrumento útil,
por tanto, a la hora de fortalecer la relación euromediterránea.
Asimismo, se desarrollan nuevos mecanismos de cooperación política entre
los 27 países miembros del proceso de Barcelona y se adoptan medidas de
creación de confianza y de partenariado. También es muy importante desde
el punto de vista político que en la agenda del proceso de Barcelona se
incluyera por primera vez el terrorismo respondiendo, como es lógico, a
las preocupaciones planteadas a raíz de los sucesos del 11 de
septiembre.
Por lo que respecta al capítulo económico y financiero, el plan de acción
de Valencia reafirma, en primer lugar, el objetivo de crear una zona de
libre comercio en el año 2010. Valencia ha servido para que Argelia firme
el acuerdo de asociación con la Unión Europea, de manera que, de los 12
países del sur del Mediterráneo, 11 de ellos tienen ya un acuerdo de
asociación con la Unión Europea -el acuerdo con Líbano se firmará
en el mes de junio-, y sólo queda Siria por firmar, que esperamos pueda
hacerlo antes de que acabe este año. En la línea de reforzar el libre
comercio en el Mediterráneo, el plan de acción de Valencia aprobó una
medida importante por la cual se encargó a la Comisión la realización de
un estudio sobre los costes y los beneficios del libre comercio en el
ámbito agrícola. Este es un ámbito fundamental en el comercio de los
países mediterráneos, que no queda plenamente liberalizado en el contexto
del proceso de Barcelona, y pensamos que, a efectos de generar debate,
opinión y criterio, es muy importante que se realice el estudio, para
tener una plataforma sólida sobre la que articular la discusión futura de
la liberalización del comercio agrícola.
En el ámbito financiero, el plan de acción contempla la puesta en marcha
de un nuevo instrumento financiero, lo que se llama una facilidad
financiera, dentro el Banco Europeo de Inversiones, que esperamos sirva
de plataforma de lanzamiento el año que viene de un banco
euromediterráneo. La iniciativa de este último ha sido impulsada por la
presidencia española, como saben SS.SS., y, aunque no se ha consumado
todavía, se han dado pasos importantes en ella a través de la creación de
esta facilidad financiera. Esta facilidad implica un aumento importante
de los recursos que el Banco Europeo de Inversiones dedica a la zona. En
la actualidad, está dedicando alrededor de 1.200-1.300 millones de euros
por año a los países del sur de Mediterráneo, y la idea es que, con la
creación de esta facilidad financiera, esos recursos aumenten hasta los
2.000 millones por año en el entorno de 2006; estamos hablando de un
aumento de un 60 o un 70 por ciento. Asimismo, el plan recoge también las
decisiones adoptadas en las reuniones ministeriales de comercio e
industria celebradas en Toledo y en Málaga. Debe hacerse especial
referencia también en el capítulo económico y financiero a las medidas
que se contemplan en el plan destinadas a promover las inversiones en
infraestructuras y la interconexión de las redes de transporte,
telecomunicaciones y energía con los socios mediterráneos. En este ámbito
quiero destacar especialmente la voluntad de la Unión Europea de
facilitar la incorporación de los socios mediterráneos a la red de
navegación por satélite Galileo.
Finalmente y por lo que respecta al capítulo social, cultural y humano
creo que el plan de acción responde a los desafíos que se han planteado
de forma evidente después del 11 de septiembre en relación con la
necesidad de articular seriamente el llamado diálogo de civilizaciones;
es decir, las relaciones entre sociedades y entre personas. En este
sentido en el plan se contemplan actuaciones que creo que son muy
importantes. Por un lado, el plan incluye la aprobación de un documento
marco sobre justicia y asuntos de interior que marca el inicio de la
cooperación euromediterránea en este ámbito. Creo que esta es una
cuestión que, desde el punto de vista político, es muy relevante porque a
partir de este documento marco deben desarrollarse actuaciones de
cooperación entre los países euromediterráneos en ámbitos tan delicados
como el terrorismo, la inmigración ilegal o el tráfico de drogas. Más
allá de la importancia objetiva de todas estas actuaciones, el que haya
sido aprobado este documento creo que tiene una significación política de
primer orden en la medida en que estamos hablando de cuestiones muy
delicadas en el ámbito doméstico de cada uno de los países. Asimismo
quiero destacar que para el fomento de ese diálogo de civilizaciones se
decidió en Valencia la creación de una fundación euromediterránea
dedicada específicamente a los intercambios culturales, intelectuales y
sociales. Esta fundación nace con el objetivo de dar mayor visibilidad a
los programas que hace la Comisión, de impulsarlos y también de coordinar
actuaciones que otras instituciones están haciendo ya en el ámbito
cultural en relación con los países mediterráneos. También en Valencia se
adoptó un programa de acción para el diálogo de culturas y civilizaciones
centrada en tres ámbitos: juventud, educación y medios de comunicación.
Este programa contará con contribuciones no sólo de la Comisión sino
también de los 27 países socios del proceso de Barcelona. En este
sentido, dentro de este programa, quiero hacer especial mención a la
decisión de poner en marcha un programa de intercambio entre
universidades del Mediterráneo, entre profesores y estudiantes, un
programa que quiere ser un embrión del que ya existe en la Unión Europea
que es el programa Erasmus. Creo que esta es una vía que, desde una
perspectiva a largo plazo, sin duda debe servir para cerrar la brecha
social y cultural que existe hoy entre la ribera norte y sur del
Mediterráneo.
El plan contempla una batería de distintas medidas a las que no me voy a
referir. Creo que el plan está a disposición de SS.SS. en una de las
mesas a la salida de la sala. Sólo quiero acabar insistiendo en la
importancia de la reunión de Valencia, en que se ha logrado hacerla a
pesar de un contexto muy difícil y creo que eso sirve para fortalecer
mucho el proceso de Barcelona y, en parte, aislarlo de la influencia
negativa que hasta ahora ha tenido la mala evolución del proceso de paz
de Oriente Medio. Creo que Valencia en este sentido, como ya he dicho,
marca un punto de inflexión en el proceso euromediterráneo en la medida
en que sirve para complementar lo que se hizo en Barcelona, donde hubo,
como he dicho, una visión política que era acertada y correcta y creo que
ahora se llena de contenido con este plan de acción, que viene, de alguna
forma, a completar y articular cosas que se han ido haciendo a lo largo
de los últimos siete años, pero que ahora se refuerzan de forma
sustancial.
Es mucho lo que nos queda por hacer, pero creo que se ha dado un paso
adelante importante y ahora, obviamente, de lo que se trata es de que
este plan de acción se ponga efectivamente en marcha y podamos de aquí a
un año y medio, cuando tenga lugar la próxima conferencia ministerial del
proceso de Barcelona, que será
durante la presidencia italiana, comprobar que efectivamente esas medidas
se han puesto en marcha y que el proceso de Barcelona ha ganado en vigor
y fortaleza.
La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean intervenir? (Pausa.)
Por el Grupo de Convergència i Unió, tiene la palabra el señor Guardans.
El señor GUARDANS I CAMBÓ: Lo primero que quiero hacer es agradecer que se
haya introducido este punto y que hayamos podido tener conocimiento de
primera mano, y con proximidad a los acontecimientos, de la Conferencia
Euromediterránea y, en segundo lugar, felicitar al secretario de Estado
por los resultados de esa Conferencia. Efectivamente, el contexto era
tremendo, lo sabíamos todos y, por tanto, las expectativas, primero, de
que se llegara a celebrar -empecemos por ahí porque a veces parece obvio
lo que no lo es- la Conferencia Euromediterránea y, después, que de ahí
saliera algo eran realmente bajas. Finalmente se celebró y salió no sólo
algo sino un documento de trabajo que es bueno, que es, insisto, no sólo
superior a las expectativas sino superior, como mínimo, por tomar un
referente claro, a la Conferencia Euromediterránea anterior, claramente
muy superior en cuanto al resultado porque allí no fue posible llegar a
aprobar ningún documento y, por tanto, el contenido de ese documento, no
sólo su existencia, es también algo tremendamente positivo.
Como en todo documento ambicioso, lo que hay que hacer ahora es esperar y
ver, vamos a esperar, trabajar y ver, por ese orden. Trabajar le va a
corresponder a usted, le corresponderá a su ministerio y nos
corresponderá a todas las demás partes implicadas. Es bueno en ese
sentido que se haya ido hacia una cierta institucionalización de este
proceso y, por tanto, que se creen mecanismos de seguimiento; es bueno ir
creando instituciones, establecimientos -por decirlo de forma un poco
impropia- que mantengan esto con vida. Por ejemplo, recibo de forma muy
particularmente positiva la Fundación Cultural Euromediterránea porque
creo que puede ser un instrumento de espectacular incidencia si realmente
funciona como debe y si tiene en su momento los medios para desarrollar
su tarea.
No creo que sea el momento ahora de entrar a valorar cada uno de los
puntos de este documento de trabajo, lo ha hecho el secretario de Estado.
Yo sólo quería destacar éste. Hay otros que podría desarrollar, el ámbito
agrícola, el que se estudie eso y empecemos a hablar en serio de lo que
sería extender el libre comercio al ámbito agrícola; ya he mencionado la
fundación, la dimensión de la colaboración universitaria estudiantil;
evidentemente el tema del terrorismo tiene su interés. Hay distintos
elementos aquí que realmente suenan muy bien, de forma tremendamente
positiva y es un avance que estén en un documento. Me corresponde hacer
de abogado del diablo, una de nuestras funciones como parlamentarios es,
además de controlar, impulsar; aquí no hay que controlar, hay que
impulsar; y por tanto esperemos que esto no sea un papel mojado, un
documento de los que ha habido en la historia que han quedado como una
carta de intenciones, sino que sea realmente un mapa de navegación que
sea utilizado como tal y que entre todos se pongan los medios para que
cumpla con su finalidad.
La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la
palabra el señor Marín.
El señor MARÍN GONZÁLEZ: Gracias, señor secretario de Estado, por su
intervención y su presentación. Aprovecho para recordarle que cuando vino
aquí hará más o menos un mes, en su comparecencia previa para presentar
cuáles eran los objetivos de la Conferencia Euromediterránea de Valencia,
usted se enfadó discretamente conmigo porque tuve una intervención muy
corta y le dije: ya le daré mi opinión cuando se produzca la reunión de
Valencia. Hoy puedo dársela, y créame que no cometo ningún acto de
petulancia porque un poco intuía lo que podía pasar.
Creo que ustedes han tenido un mérito, que no les niego, que es el de
salvar los muebles en una circunstancia dramática, que ya de por sí es
suficiente, esto es totalmente cierto. Yo no iría tan lejos, señor
secretario de Estado, y compréndalo, afirmando, como usted ha hecho, que
Valencia marca un hito o un punto de inflexión. Sinceramente esto me
parece un ejercicio que no se corresponde con la realidad o tal y como yo
veo la realidad; reconociéndoles el mérito de haber salvado los muebles
en unas circunstancias que eran tremendamente difíciles y complicadas de
resolver en el plano diplomático incluso siquiera en el plano de las
formas. Creo que Valencia -y ahora le doy mi opinión formal- o cualquier
otro Valencia marcará un hito y será un punto de inflexión el día que
cuando hable un israelí no se salgan los árabes -que pasó- y viceversa;
entonces se podrá decir realmente que se ha marcado un punto de
inflexión, que se ha marcado un nuevo hito. Es decir, que esa conferencia
se conduzca con los objetivos que tiene. Pero no ha sido el caso y aunque
usted ha pasado de puntillas por ello, y lo comprendo, todo el mundo ha
asistido en Valencia y todo el mundo ha comprobado por los medios de
comunicación algo que dramáticamente se esperaba y es que no estamos
todavía -y ojalá llegue algún día- en este punto de inflexión. Por mucho
que se empeñe la presidencia española hay algo que es un poco lo que
justificaba que no interviniera la otra vez, que hoy por hoy el conflicto
de Oriente Medio está provocando las circunstancias que se conocieron en
Valencia, y manejar ese tipo de situaciones, como yo las he tenido que
vivir en el pasado, tiene un enorme mérito y por eso le felicito. Pero
insisto en que no vayamos tan lejos para marcar la idea
de que estamos en un punto de inflexión. El punto de inflexión pienso que
se producirá el día en que no se produzcan más fracturas entre la parte
israelí y la parte árabe. El día que eso se produzca se podrá decir:
señores, se ha recuperado lo que se pretendía. Este no ha sido el caso.
El segundo dato que le doy, señor secretario de Estado, para intentar
reflejar que estamos ante una inflexión de verdad, no de presentación,
es: señores, anunciamos que la próxima Conferencia Euromediterránea se
hará en Rabat, en Túnez, en El Cairo, en un país árabe. Que de nuevo nos
vayamos a tener que reunir en Italia marca que no ha habido un punto de
inflexión. Ojalá se produjera y se hiciera durante la presidencia
italiana. Pero insisto en que si durante la presidencia italiana se
consigue decir: esto se hace a partir de ahora en un país árabe, usted y
yo ese día nos sentiremos -estoy convencido- profundamente felices porque
sí que se habrá producido ese punto de inflexión. Creo que no es el caso,
tal como van las cosas en este desdichado y dramático episodio del
conflicto de Oriente Medio que tanto daño le ha hecho y le está haciendo
a este proyecto euromediterráneo, ya que tengo una visión, digamos, de
una cierta distancia.
Insisto en que el trabajo que se ha hecho es bueno; en unas circunstancias
dramáticas, complicadas, difíciles, se han tomado decisiones que le
confieso que no pensaba que se pudieran tomar. En ese sentido quiero
felicitarle porque ha habido un aspecto que nunca se había aceptado
anteriormente por parte de la Unión Europea y que para mí, habiendo leído
rápidamente el documento esta mañana, es un notable progreso, que es que
finalmente se acepte este famoso estudio de impacto, que nunca se logró
antes, para poner de manifiesto que se puede liberalizar el comercio
agrícola entre las dos orillas del Mediterráneo y probablemente este
estudio nos permitirá demostrar que por parte de algunos Estados
miembros, también del lado español, por parte de todas las fuerzas
políticas se ha atisbado un mito, un fantasma respecto a lo que supondría
este ejercicio de liberalización. Como algo sé de este tema, señor
secretario de Estado (yo no sé si voy a perder mi escaño en las próximas
elecciones), una vez más diré aquí en las Cortes que creo sinceramente
que no pasaría nada si se produjera o se iniciara un proceso de
liberalización agrícola con la otra parte del Mediterráneo, porque hay un
auténtico mito, hay un auténtico fantasma y ojalá este estudio hecho
público ponga de manifiesto que podemos progresar en esta vía. Comprendo
que esto, trasladado de una manera maliciosa a las organizaciones
agrarias, me podrá crear el peor de los males, pero prefiero decirlo aquí
abiertamente porque siempre lo he pensado. Es pues, señor secretario de
Estado, un punto muy importante -así se lo concedo yo- que se haya dado
este salto, que reconozca que nunca se había logrado.
También me parece importante la Conferencia sobre emigración, lleva toda
la razón, con la verticalización unilateral que se hizo en los distintos
acuerdos de asociación con la famosa cláusula de readmisión. Es evidente
que en aquel momento hicimos un buen ejercicio de voluntad, pero esto, o
se trata horizontalmente, a través de una política regional, mediante un
cuadro de cooperación regional en un tema tan delicado como la
emigración, o será muy difícil que las cláusulas de readmisión insertas
en cada acuerdo de asociación sean capaces de resolver el problema que
estamos conociendo todos los países, y de una manera muy particular el
nuestro. Sinceramente creo que estos dos puntos del programa de acción
son muy importantes y, junto a otros que desde un punto de vista técnico
a lo mejor no tienen mayor relieve, van a suponer una mejora; en ese
sentido, le felicito.
Finalmente, después de este rápido análisis -y espero que comprenda que mi
conexión con el señor Guardans no tiene nada de misterioso-, el problema
que hay es que, leyendo este documento, usted se habrá dado cuenta de que
se resuelven las cuestiones a base de adjetivos y adverbios. Uno, por la
vida profesional que ha tenido, sabe que cuando se tiene un problema
complicado y para resolverlo se echa mano del adjetivo y de los
adverbios, eso quiere decir lo que quiere decir. No lo digo en absoluto
con malicia, pero cuando uno lee: sección de inversión reforzada, diálogo
económico reforzado, es que se consiguen los objetivos sobre la base de
meter adjetivos y, cuando no basta el adjetivo -podría mencionarle otros
casos, pero no lo voy a hacer-, se echa mano del adverbio. Mi experiencia
me dice que cuando se combinan adjetivos con adverbios o muchos adjetivos
con muchos adverbios en una resolución final hay que desear -porque todos
queremos cooperar- que salga hacia delante, pero esto vale lo que vale.
En resumen, me parece que la presidencia española ha hecho un magnífico
trabajo, no porque crea que se ha marcado un hito, un punto de inflexión.
Mi mensaje es que esto se logrará el día que todos estemos tranquilamente
en el foro y no se produzcan estas escapadas y, sobre todo, algo que
nunca se logró, ojalá se pueda abrir esta conferencia en suelo árabe,
pues determinará que hemos entrado en una fase de normalidad.
Con respecto a la liberalización de los flujos agrarios, tiene usted mi
compromiso personal -no sé si de mi grupo-, se lo digo de antemano; le
felicito francamente, porque este es un tema que hasta ahora, hasta
Valencia, nadie quería tocar. Que se haya tocado me parece que es de
agradecer a la presidencia española. Ya que se va a hacer una conferencia
sobre la emigración con los países del Mediterráneo, y lo que esto
conlleva en términos de relaciones políticas, compromisos, dificultades,
tensiones, espero que seamos capaces de hacer una reflexión de carácter
horizontal. No lo vinculo al debate que hemos tenido esta mañana pero,
tratando
estos temas no desde una perspectiva bilateral, cláusulas de readmisión
que no están funcionando, si somos capaces de deslizar un lenguaje
horizontal nos ayudaría enormemente y, de una manera particular, al caso
español.
La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra
el señor Arístegui.
El señor ARÍSTEGUI Y SAN ROMÁN: El riesgo grave de contaminación que
existía del proceso euromediterráneo de Barcelona como consecuencia del
estancamiento del proceso de paz era muy alto. Desde hace ya muchos años
algunos Estados miembros de la Unión Europea han intentado divorciar o
separar los dos procesos para evitar justamente las sinergias negativas.
Creo que la presidencia española ha buscado y ha encontrado el equilibrio
exacto entre cerrar la puerta a las sinergias negativas y no cerrar la
puerta a las sinergias positivas. Desaparecida la banda multilateral del
proceso de paz, hoy no existe ningún otro instrumento válido para
fomentar la cooperación en los ámbitos político, cultural, económico y
financiero. En este momento, la única manera que tenemos los europeos de
tratar de crear una densa red de intereses, en el mejor sentido del
término, y de buscar con un instrumento eficaz, como creemos que es la
política euromediterránea, el desarrollo económico, cultural y
sociológico, pero también la paz, la estabilidad, de crear cauces de
diálogo y buscar toda clase de desarrollos con nuestros vecinos del sur,
eso, hoy por hoy, sólo lo puede producir la política euromediterránea de
la Unión Europea, Creo, además, que el Gobierno español ha sido
protagonista claro en este terreno; lo ha sido el Gobierno anterior y lo
ha sido este Gobierno, y pienso que no sólo hay que felicitar al Gobierno
por haber logrado que la participación en la Conferencia Euromediterránea
de Barcelona haya sido altísima y de alto nivel, que haya tenido como
representantes observadores a los ministros de Libia y de Mauritania, que
también es una señal muy positiva de normalización creciente de las
relaciones políticas y financieras en la cuenca del Mediterráneo, sino
porque además creo que este documento de trabajo que nos ha presentado el
secretario de Estado es un excelente esquema de trabajo; es un esquema de
trabajo que apunta en las direcciones correctas, con los ritmos correctos
y con los contenidos correctos. Estamos ante una de las cuestiones
trascendentales de toda Europa, no sólo de la presidencia española.
Europa tiene vocación mediterránea y la tiene que seguir manteniendo, y
uno de los méritos principales que quizás España ha tenido junto con
otros socios mediterráneos, pero me voy a atrever a decir que en mayor
medida España, ha sido el de convencer al resto de los socios que esta
vocación mediterránea es positiva para todos, que no sólo es un capricho
de los sur, que es una necesidad para todos, para los del centro y los
del norte, especialmente en estas circunstancias en las que aparentemente
el eje o el equilibrio político se desplaza hacia el este y hacia el
norte, tratar de inculcar también esta vocación mediterránea en los
países candidatos, y eso se está haciendo. De la misma manera que se les
está inculcando la filosofía de las reformas de Lisboa, de la misma
manera que se les está inculcando otras filosofías esenciales y la
aceptación y el cuidado del acervo comunitario. La vocación
euromediterránea, la vocación mediterránea de la Unión Europea debe ser,
de alguna forma, acervo político de la Unión, y eso es lo que yo creo que
ha subrayado con éxito y con acierto la presidencia española.
Señorías, sólo me queda decir que nos gustaría mucho que en lo que queda
de presidencia, ya sea en la subcomisión de Política Euromediterránea y,
desde luego, para las cuestiones de nivel político en comparecencias como
ésta, que nos siga informando el secretario de Estado o el ministro de
Asuntos Exteriores sobre el desarrollo tan importante que nosotros
consideramos que se está produciendo en este terreno. Como decía el
portavoz socialista, señor Marín, obviamente, el día que podamos celebrar
una Conferencia Euromediterránea en suelo árabe, el día que ningún
ministro se levante cuando intervenga el de otro país, ese día sabremos
que se ha producido un avance sustancial en el otro proceso, en el
proceso de paz, que es otra cuestión que indudablemente sabemos que
contamina, que afecta, como ha sido el caso. Creo que se han limitado los
daños y que se ha convertido la gestión de daños en un éxito evidente, y
esto sí es un punto de inflexión, porque hemos podido poner el acento y
focalizar la luz en aquellas cuestiones que son de interés mutuo. Por
ello creo que estamos en el camino correcto y esperamos poder seguir con
interés todos los futuros desarrollos porque, en comparación con cumbres
euromediterráneas como la de Marsella o la de Malta, la de Valencia fue
infinitamente más positiva.
La señora PRESIDENTA: Antes de dar la palabra al señor secretario de
Estado, quiero recordar a SS.SS. que aproximadamente a las dos de la
tarde se ejecutarán las votaciones sobre la proposición no de ley y los
dictámenes de los últimos puntos del orden del día sobre convenios y
acuerdos.
El señor secretario de Estado tiene la palabra.
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES (Nadal Segala): Señora
presidenta, quiero agradecer los comentarios y hacer alguna reflexión
sobre lo que se ha dicho.
Como decía el señor Arístegui en relación al comentario del señor Marín
sobre el significado de la cumbre de Valencia, yo creo que salvar los
muebles hubiese sido haber hecho, sin más, la reunión de Valencia. Eso
hubiese sido salvar los muebles, es decir, asegurar la continuidad del
proceso y punto, cuando, como decía
el señor Guardans, había un riesgo claro, y lo digo abiertamente porque
hasta el último momento tuvimos incertidumbre sobre si iba a tener lugar
o no la reunión de Valencia. Lo cierto es que tuvo lugar, pero cuando he
dicho que creo que la reunión de Valencia es un punto de inflexión lo he
dicho por la aprobación del plan de acción y lo que eso significa para el
proceso de Barcelona. Está claro que hay una relación entre el proceso de
paz y el proceso de Barcelona. No hay duda, pero lo que está claro
también es que el proceso de Barcelona va mucho más allá del proceso de
paz. El proceso de Barcelona no puede ser rehén del proceso de paz. Hay
muchas cuestiones y muchos ámbitos del proceso de Barcelona que no tienen
nada que ver con el proceso de paz y por eso decía lo del punto de
inflexión, porque en todos esos ámbitos que no tienen nada que ver con el
proceso de paz se ha avanzado de forma muy sustancial. Ojalá, como usted
ha dicho, llegue el día en que nadie se levante, pero creo que todos
éramos conscientes de que Valencia no era una reunión de negociación
sobre el proceso de paz, sino que era una reunión donde el proceso de paz
era un elemento más pero no el único. En esa otra parte se ha avanzado
mucho y creo que cabe hablar de punto de inflexión. Estamos hablando de
que se ha aprobado un plan donde se han tocado temas, como usted, señor
Marín, muy bien ha dicho, que hasta ahora no se habían tocado y que son
fundamentales como la inmigración, la agricultura o el terrorismo. Como
decía el señor Guardans, el plan de acción de Valencia ha servido para
estructurar el proceso, la aprobación, el lanzamiento de la asamblea
parlamentaria o la creación de la fundación. El plan de acción de
Valencia ha servido también para aumentar de forma importante los
recursos que desde la Unión Europea se van a dedicar al Mediterráneo. Por
tanto, creo muy sinceramente -y no soy muy dado a las euforias o a los
pronunciamientos grandilocuentes-, señor Marín, que sí podemos hablar de
punto de inflexión, precisamente por esa disociación que creo que hay que
hacer. Considero que Valencia marca, de alguna forma, el fin del
monopolio del proceso de paz sobre el proceso de Barcelona.
Como decía el señor Arístegui, creo que la reunión de Valencia también ha
servido para aumentar el grado de conciencia de nuestros socios
comunitarios en relación con la frontera sur y para incorporar el proceso
de Barcelona al acervo político de la Unión Europea. Es cierto que se ha
hecho mucha pedagogía pero no puedo acabar sin decir que hace falta hacer
muchísima más. Creo que es urgente que hagamos un esfuerzo de explicación
a nuestros socios, sobre todo a los del norte de la Unión Europea, sobre
la importancia de esa frontera sur, no sólo para los países del sur de la
Unión Europea sino para el conjunto de Europa.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor secretario de Estado, y muy
sinceras por estas cuatro horas que nos ha dedicado de debate en el que
nos ha explicado con claridad, extensión y profundidad los temas que eran
de interés para todos los grupos parlamentarios.
PROPOSICIÓN NO DE LEY SOBRE CONDENA A LOS SECUESTROS DE LAS FARC EN
COLOMBIA. PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO CATALÁN (CONVERGÈNCIA I
UNIÓ). (Número de expediente 161/001404)
La señora PRESIDENTA: El siguiente punto del orden del día es la
proposición no de ley del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió) sobre condena a los secuestros de las FARC en Colombia. Para su
defensa, tiene la palabra el portavoz, señor Guardans.
El señor GUARDANS I CAMBÓ: Querría comenzar esta intervención, que será
breve atendida la hora y atendido el hecho de que se haya introducido en
el último momento este punto en el orden del día, agradeciendo tanto a la
presidencia de la Comisión como a los demás grupos parlamentarios, sin
cuyo consentimiento no se hubiera podido llevar a cabo esta modificación,
que se permita la defensa de esta iniciativa y su votación en esta
Comisión en este momento.
La realidad es que cuando uno presenta una iniciativa concreta, que hace
referencia a la crisis de Colombia, puede tener el escrúpulo o la
sensación de que hablar sólo de secuestro, tal y como están las cosas
allí, es una visión parcial, es decir, o se condena todo o no se condena
nada. Durante la presentación de esta proposición no de ley y el debate
que estamos teniendo en este momento ya ha habido otros ataques de las
FARC, concretamente uno de consecuencias desastrosas en términos de
mortandad de civiles. Sin embargo, creo que no por eso deja de ser útil
presentar esta iniciativa que tiene como detonante, y se explica en su
exposición de motivos, el último de los secuestros de un responsable
político, como es el del gobernador de Antioquia, que estando en misión
de paz acompañado de otros ciudadanos y responsables políticos -
particularmente de un ex ministro de defensa que ha actuado como
consejero de paz en el Gobierno de Antioquia- fue secuestrado junto con
varios obispos. Los obispos fueron liberados más tarde y el gobernador de
Antioquia, junto con este consejero de la paz, pasó a engrosar la lista
de secuestrados políticos que están en este momento en poder de las FARC.
Se trata de una lista que, según se explica en esta iniciativa, es
amplia. No es que los responsables políticos nos merezcan más respeto o
tengan más dignidad, pero sí es cierto que destacan sobre el conjunto y
que están dedicando su vida a la lucha por la paz, a la reconciliación de
la sociedad de Colombia y que han sido secuestrados uno detrás de otro.
No voy a leer la lista que aparece en el texto, pero figuran desde la
candidata a la presidencia Ingrid
Betancurt hasta el citado gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, un
ex ministro, varios diputados locales y nacionale. Es decir, es una lista
muy amplia la de responsables políticos que están en este momento
secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia como un
mecanismo de autodefensa que se está convirtiendo en un instrumento de
lucha, en parte financiero, en parte como posible intercambio de
prisioneros o, según algunos, como instrumento de protección, lo que se
suele llamar escudos humanos.
Creo que no está de más poner esta iniciativa sobre la mesa, porque la voz
de esta Comisión vale mucho y a veces los que estamos aquí cada día y hoy
mismo después de cuatro horas de sesión que terminaremos con esta
iniciativa y los convenios que siguen a continuación, perdemos un poco de
vista el papel de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento
español. La realidad es que un pronunciamiento firme y claro de esta
Comisión sobre un punto concreto del conflicto colombiano tiene su
repercusión. Puedo acreditarlo con un detalle muy tonto y es que apenas
tres horas después de que se presentara esta iniciativa -sin que yo la
transmitiera, sino que tuvieron conocimiento de ella a través de
Internet- recibí tres peticiones de tres medios de comunicación de
Colombia para explicar qué significaba, qué consecuencias y qué alcance
tenía, por qué se estaba debatiendo aquí esto y si alguien iba a votar en
contra. Querían conocer qué resultado iba a tener esta iniciativa que hoy
votaremos y que, probablemente, tendrá una repercusión discreta en los
medios de comunicación españoles, pero tiene su repercusión. Esta
iniciativa tiene un doble sentido: en primer lugar, en el primer párrafo
de la proposición no de ley se trata de hacer un pronunciamiento firme de
condena del secuestro. Condenar el secuestro no es defender que otras
cosas que no son el secuestro sean posibles, es condenar formalmente y
expresamente el secuestro como instrumento de lucha política y militar
que están desarrollando en este momento las FARC. Se pretende dejar claro
que es un instrumento intolerable y exigir la inmediata liberación de
todas las personas que están en ese momento detenidas, tanto las que
conocemos con nombre y apellidos porque han representado o representan
cargos públicos, como aquellas otras que desde el anonimato han pasado a
estar en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Por
tanto es un pronunciamiento firme de la autoridad de este mismo
Parlamento. ¿Qué consecuencias tiene? No lo sabemos. Ninguna llamada a la
paz, ningún puñetazo sobre la mesa, ningún manifiesto que se firme,
ninguna concentración, ningún minuto de silencio, ninguna manifestación
sabemos qué efectos va a tener ni sabemos si tiene una consecuencia
directa. Sí sabemos que será escuchada, sabemos que hay cauces directos
para que esta resolución, si finalmente es aprobada, llegue a
conocimiento de las FARC y se sepa que un parlamento democrático, cuya
voluntad se puede escuchar más o menos, se pronuncia firme y rotundamente
contra el secuestro y solidarizándose con todas las personas que están
ahí retenidas.
En segundo lugar, me pareció oportuno introducir aquí una referencia muy
expresa a lo que viene siendo la actitud del Gobierno español, de éste y
de los que lo han precedido, y además, en este caso vale para todo lo que
es política exterior de una forma muy clara. Quiero hacer una mención
expresa a los diplomáticos que encarnan la política exterior española,
porque cuando estamos hablando de Colombia, de la mediación por la paz y
del trabajo por la paz en Colombia, no hablamos solo de decisiones que se
toman en el Ministerio de Asuntos Exteriores, sino también de la actitud
valiente que están desarrollando los diplomáticos españoles que están
allí, que no tienen filiación política, que lo han hecho con este
Gobierno, con otros gobiernos y que han gastado muchas energías por
intentar la reconciliación en un país que la tiene lejos y que además no
sabe exactamente cómo la va a alcanzar, y las próximas elecciones son
buena prueba de ello. Hay distintas opciones para saber cuál es la mejor
manera de afrontar la paz en Colombia. Lo único que está claro es que
todo el mundo la quiere, que el Gobierno español ha hecho todo lo posible
hasta este momento para lograr esa reconciliación y esa paz en Colombia y
que con esta iniciativa desde aquí le instamos a que siga también en esa
dirección.
La señora PRESIDENTA: ¿Grupos que desean fijar su posición? (Pausa.)
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora García
Manzanares.
La señora GARCÍA MANZANARES: Parecería justo hablar solamente del tema de
los secuestros, pero comparto con el autor de la proposición no de ley la
oportunidad de esta iniciativa por cuanto que al tema de los secuestros,
dentro del conflicto de Colombia, se está dando una vuelta de tuerca más
y no era lo habitual, dentro de lo habitualmente terrible que viene
siendo la situación de Colombia. El pueblo colombiano está en una
situación extremadamente grave, ya lo sabemos, y en cuatro pinceladas
aquí habíamos puesto de relieve en anteriores iniciativas que es grave la
degradación y la extensión del conflicto armado; es grave el
empobrecimiento de la población; es grave la situación de los desplazados
y es grave la crisis de derechos humanos que padece Colombia. Todo esto
se viene constatando desde el año 1998 en los informes posteriores a las
sesiones celebradas en el Alto Comisionado de los Derechos Humanos, donde
se pone de relieve que las infracciones del derecho internacional
humanitario son graves, masivas y sistemáticas. Cada año,
desgraciadamente, se reproduce la misma calificación a la situación de
Colombia. El paisaje de la población es desolador, en todos lugares del
país la vida no
vale nada, los ciudadanos no valen nada, los sindicatos no pueden ejercer
su actividad, no se respetan los derechos humanos de los trabajadores y
son víctima de estos grupos armados. En los últimos cinco años esta
situación también afecta a los representantes políticos y el conflicto
armado -si todavía se puede llamar así- nace hace más de cuarenta años
-todos lo sabemos, señorías-, surge la guerrilla por motivos políticos en
su momento, sin remontarnos a los orígenes que todos conocemos, pero hoy
la realidad es la que es y así hay que calificarla. Hay una fuerte guerra
de intereses entre grupos armados. Es una guerrilla absolutamente sin
ideología, que constituye un ejército paralelo de más de 25.000 hombres y
mujeres, fuertemente armados, autofinanciados que utilizan el secuestro
como transacción comercial. Se podrían contar veintitantos grupos
armados, aunque los más conocidos sean los tres grandes: las FARC, el
ELN, el Ejército de Liberación Nacional, y los Grupos de Autoprotección
Unificados de Colombia. Bien es cierto que estos últimos no secuestran;
son los más sanguinarios y directamente matan. ¿Quién ha sufrido, quién
sufre las consecuencias de esta situación? Lógicamente, la población
civil, que ha sido y es utilizada como escudos humanos, lo que ha
provocado grandes masas de desplazados, podemos hablar de 800.000, un
millón, un millón y medio, la realidad es que son cientos de miles de
ciudadanos que quedan a su suerte, que viven de la ayuda exterior, de
organizaciones no gubernamentales y de la Iglesia y que, por tanto,
también ellos son objeto de amenazas, de secuestros y de asesinatos.
Según las estadísticas, desde el año 1970 se pueden contar más de 20.000
asesinatos políticos.
Todo esto hizo que el presidente Pastrana, en el año 1999, presentara un
plan de paz, ofreciera zonas de despeje y de diálogo a las FARC, y la
evolución ha ido mostrando algún pequeño avance, grandes esperanzas,
muchos retrocesos, hasta llegar a la total degradación de la situación.
Hoy, todavía no sabemos si continúa el diálogo entre el Gobierno y la
guerrilla, no sabemos si todavía se puede llamar diálogo para el proceso
de paz, pero sí sabemos que no se pueden calificar como efectos del
conflicto los hechos, las sangrías y las barbaridades que está sufriendo
la población civil. ¿Cómo calificar de efectos del conflicto la
colocación indiscriminada de coches bomba? ¿Cómo calificar de efectos del
conflicto el lanzamiento de artefactos explosivos contra la población
civil, que ocasiona verdaderas masacres, como la recientemente ocurrida
sobre la iglesia de Bojayá, a la que también ha hecho referencia el señor
Guardans. La población civil, en medio de una guerra entre las FARC y los
grupos autónomos de Colombia, para entendernos los paramilitares, se
había refugiado en la iglesia y, sin embargo, son atacados con artefactos
explosivos y hay más de cien muertos y heridos niños, mujeres y personas
inocentes. ¿Cómo calificar de efectos del conflicto los secuestros de
ciudadanos anónimos, de empresarios, de representantes políticos, de
representantes del proceso de paz, de manifestantes pacíficos, de
servidores públicos, sin otro interés que el intercambio, la transacción
comercial para seguir autofinanciándose, para seguir en su escalada de
poder y de terror? No parece que estos métodos sean compatibles con un
conflicto político armado; estos métodos son propios de grupos que tienen
otra denominación y deberíamos ser capaces de desenmascararlos ya. No es
comprensible, y mucho menos admisible, la utilización de estos métodos en
un supuesto proceso de paz; no es comprensible, y mucho menos admisible,
utilizar estos métodos como pretexto para resolver un conflicto o para
obtener un objetivo político. Estas prácticas -extorsión, chantaje,
secuestro- son prácticas terroristas y queremos manifestar, una vez más,
en primer lugar, nuestra condena total, sin paliativos, a los secuestros
como instrumento de lucha política y exigir la inmediata liberación de
todos los secuestrados y, en segundo lugar, nuestro apoyo y nuestra
solidaridad con el pueblo colombiano, con los legítimos representantes
políticos, con los trabajadores de derechos humanos, con las
instituciones del país, con los servidores públicos; en definitiva, con
todas las víctimas y con sus familias. Por tanto, bienvenida sea esta
iniciativa, la consideramos oportuna, nunca de más y la vamos a apoyar
con toda nuestra fuerza, con toda nuestra convicción. Seguiremos
trabajando desde esta Comisión y desde este Parlamento para tratar de
resolver de una vez por todas este supuesto conflicto colombiano que cada
vez está más degradado y cada vez tiene menos sentido.
La señora PRESIDENTA: Por el Grupo Popular, tiene la palabra el señor
Herrera.
El señor HERRERA ANTONAYA: Señora presidenta, seré muy breve porque estoy
de acuerdo con los portavoces que me han precedido en el uso de la
palabra.
No es la primera vez, por desgracia, que en esta Comisión nos vemos
obligados a adoptar una proposición no de ley condenando la violencia a
la que se ve sometida la población civil colombiana. Recuerdo que en el
mes de diciembre adoptamos una proposición en términos muy similares
condenando la violencia a la que se veían sometidas las mujeres de la
asociación de Barranca Bermeja. Por tanto, como en aquella ocasión,
queremos denunciar una vez más y sin paliativos el uso de la violencia en
Colombia instando a que esta Cámara y el Gobierno de España actúen en la
medida de sus posibilidades en apoyo del Gobierno democrático de Colombia
y de la sociedad a la que legítimamente representa. Teniendo en cuenta
que el colectivo afectado es en esta ocasión el de los muy frecuentemente
denostados políticos, creo que es oportuno, además de sumar nuestra voz y
nuestro voto al de los restantes
grupos de esta Comisión, reivindicar la dignidad de la actuación política
máxime cuando esta se realiza en condiciones de presión insoportable por
el abuso y la coacción de los grupos terroristas.
La señora PRESIDENTA: Pasamos, señorías, a la votación.
Efectuada la votación, dijo
La señora PRESIDENTA: Queda aprobada por unanimidad.
DICTAMEN SOBRE:
- CONVENIO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA REPÚBLICA FRANCESA EN MATERIA DE
PROTECCIÓN Y DE SEGURIDAD CIVIL, HECHO EN PERPIÑÁN EL 11 DE OCTUBRE DE
2001. (Número de expediente 110/000159)
- CONVENIO DE COOPERACIÓN CIENTÍFICO-TÉCNICA ENTRE ESPAÑA Y UCRANIA, HECHO
EN KIEV EL 7 DE NOVIEMBRE DE 2001. (Número de expediente 110/000160)
- ACUERDO PARA LA CONVERSIÓN DE LA OFICINA INTERNACIONAL DE LA VIÑA Y EL
VINO, EN ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE LA VIÑA Y EL VINO, HECHO EN PARÍS
EL 3 DE ABRIL DE 2001. (Número de expediente 110/000162)
- ACUERDO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA REPÚBLICA DOMINICANA RELATIVO A LA
REGULACIÓN Y ORDENACIÓN DE LOS FLUJOS MIGRATORIOS LABORALES, HECHO EN
MADRID EL 17 DE DICIEMBRE DE 2001. (Número de expediente 110/000163)
- CONVENIO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y LA REPÚBLICA DE ISLANDIA, PARA
EVITAR LA DOBLE IMPOSICIÓN Y PREVENIR LA EVASIÓN FISCAL EN MATERIA DE
IMPUESTOS SOBRE LA RENTA Y SOBRE EL PATRIMONIO Y PROTOCOLO, HECHOS EN
MADRID EL 22 DE ENERO DE 2002. (Número de expediente 110/000164)
- CONVENIO ENTRE ESPAÑA Y AUSTRALIA SOBRE SEGURIDAD SOCIAL, HECHO EN
MADRID EL 31 DE ENERO DE 2002. (Número de expediente 110/000165.)
- CONVENIO CELEBRADO POR EL CONSEJO DE LA UNIÓN EUROPEA DE CONFORMIDAD CON
LO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 34 DEL TRATADO DE LA UNIÓN EUROPEA,
RELATIVO A LA ASISTENCIA JUDICIAL EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS
MIEMBROS DE LA UNIÓN EUROPEA, FIRMADO EN BRUSELAS EL 29 DE MAYO DE 2000 Y
DECLARACIONES QUE ESPAÑA DESEA FORMULAR EN EL MOMENTO DE SU ACEPTACIÓN.
(Número de expediente 110/000166)
- DECLARACIONES SOBRE LA ADMISIÓN DE LA JURISDICCIÓN DEL TRIBUNAL
INTERNACIONAL DEL DERECHO DEL MAR. (CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE EL DERECHO DEL MAR, MONTEGO BAY, 10 DE DICIEMBRE DE 1982.) (Número
de expediente 110/000167)
La señora PRESIDENTA: Señorías, tenemos a continuación ocho dictámenes
sobre convenios y distintos acuerdos, y querría consultar a SS.SS. si
algún grupo desea fijar posición en alguno de estos convenios o acuerdos.
(Pausa.) Si ninguno va a tomar la palabra, podríamos pasar a una votación
conjunta, si les parece a SS.SS. ( Pausa.)
Pasamos entonces a la votación de conjunto.
Efectuada la votación, dijo
La señora PRESIDENTA: Quedan aprobados por unanimidad todos los dictámenes
que figuraban en el orden del día.
Se levanta la sesión.
Eran las dos de la tarde.
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