DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 600, de 19/09/2018
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 2018 XII LEGISLATURA Núm. 600
PARA EL ESTUDIO DEL MODELO POLICIAL DEL SIGLO XXI
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JAIME MIGUEL MATEU ISTÚRIZ
Sesión núm. 3
celebrada el miércoles,
19 de septiembre de 2018
ORDEN DEL DÍA:
Comparecencias. Por acuerdo de la Comisión para el estudio del modelo
policial del siglo XXI:
- Del señor Moya Acedo (secretario general de la Asociación Unificada de
Guardias Civiles, AUGC). (Número de expediente 219/001338) ... (Página2)
- Del señor Moreno Catena (catedrático de Derecho Procesal Universidad
Carlos III). (Número de expediente 219/001339)... (Página14)
COMPARECENCIAS. POR ACUERDO DE LA COMISIÓN PARA EL ESTUDIO DEL MODELO
POLICIAL DEL SIGLO XXI:
- DEL SEÑOR MOYA ACEDO (SECRETARIO GENERAL DE LA ASOCIACIÓN UNIFICADA DE
GUARDIAS CIVILES, AUGC). (Número de expediente 219/001338).
El señor PRESIDENTE: Señorías, buenas tardes. Damos comienzo a esta sesión
de la Comisión para el estudio del modelo policial del siglo XXI.
Siguiendo con las comparecencias que se habían establecido, de acuerdo
con lo dispuesto en la Mesa del día 20 de junio y sobre la base del
artículo 72.3 del Reglamento del Congreso de los Diputados, que establece
las facultades de esta Presidencia para la ordenación del debate, paso a
comentarles cómo va a ser el mismo: en primer lugar, dispondrá de un
turno de quince minutos el compareciente; a continuación, cada grupo, de
menor a mayor, dispondrá de siete minutos; luego cinco minutos de
contestación por parte del compareciente y, por último, cerrarán los
grupos, con tres minutos de intervención cada uno de ellos. Damos la
bienvenida a esta Comisión a don Alberto Moya Acedo, secretario general
de la AUGC, quien tiene la palabra por tiempo de quince minutos. Muchas
gracias por su presencia.
El señor MOYA ACEDO (secretario general de la Asociación Unificada de
Guardias Civiles): Gracias, señor presidente. Gracias, señorías.
En primer lugar, debo decir que valoramos la oportunidad emprendida por
esta Comisión con el fin de abordar la configuración del modelo policial
para el siglo XXI, porque, si las sociedades son organizaciones que
cambian, también los sistemas de seguridad deben ser dinámicos, para
adaptarse a las necesidades de la sociedad, y no a la inversa. Lo que
AUGC puede aportar a esta Comisión lo hará desde el posicionamiento de
ser la asociación profesional decana en el cuerpo, con veinticinco años
de trayectoria en la defensa de los derechos sociolaborales de los
guardias civiles y en la mejora de la propia institución; una asociación
que es mayoritaria, con más de 30 000 afiliados y afiliadas -en estos
momentos uno de cada dos guardias civiles pertenece a la Asociación
Unificada de Guardias Civiles- y una representación de siete vocales en
el Consejo de la Guardia Civil de los quince posibles.
Esta presentación la dividiremos en cuatro partes: unas consideraciones
previas, la propuesta de AUGC propiamente dicha sobre el modelo policial,
un desarrollo más específico en cuanto a la modernización de la Guardia
Civil y unas conclusiones finales. Esta exposición la completaremos con
un documento por escrito que haremos llegar a sus señorías.
Nuestro modelo policial se está enfrentando a retos importantes. El
primero que señalamos es si España está preparada para afrontar la
cooperación que supone alcanzar uno de los objetivos más importantes de
la Unión Europea, que es ofrecer a la ciudadanía un espacio común de
libertad, seguridad y justicia, porque nos estamos dando de bruces con
una realidad que ya está aquí, desde el momento en que la Unión Europea
ha puesto en marcha un proyecto con una inversión inicial de 2000
millones de euros para establecer una auténtica policía europea de
fronteras que debe disponer en el año 2020 de 10 000 integrantes, lo que
en la práctica significa que pasaremos de un Frontex como agencia europea
de mero intercambio de información a federalizar la vigilancia exterior
de la Unión Europea, con la correspondiente cesión de soberanía que se
supone para los países afectados.
La segunda cuestión es el hecho derivado del desarrollo constitucional del
Estado de las autonomías, porque no es descabellado pensar que irrumpan
otros cuerpos policiales en el modelo policial español, lo que en la
práctica pondría en cuestión -no nos engañemos- la propia sostenibilidad
del sistema. Debo puntualizar que desde la UAGC entendemos que la
existencia de policías regionales o locales, siempre que estén
subordinadas al Gobierno por ser la seguridad una competencia exclusiva
del Estado, puede ser un buen sistema organizativo para combatir una
delincuencia que se adapta a una velocidad pasmosa a todos los niveles y
estratos de la sociedad. Por tanto, podemos pensar que las posibles
deficiencias de nuestro modelo policial no son tanto por la existencia de
diferentes cuerpos policiales sino por cómo coexisten, porque, desde
luego, nuestro sistema está dando síntomas de agotamiento: duplicidad de
competencias, deficiente distribución de las mismas, un panorama donde se
aprecia en algunos casos despilfarro de recursos, en otros lagunas
considerables y casi siempre descoordinación. Un dato para visualizar
esta cuestión: la ratio de policías en España es de 4,8 agentes por cada
mil habitantes; pues bien, en Cataluña, dada la superposición de varios
niveles policiales, casi se dobla esta tasa, y nos
encontramos con una cifra aproximada a 7,5 agentes, y, sin embargo, los
datos sobre criminalidad de esta comunidad autónoma no son especialmente
inferiores al resto del país.
¿Es, por tanto, la reforma de nuestro modelo policial un problema de
números? No lo parece, porque nuestro país, con 250 000 agentes, ocupa el
primer lugar en el ranking de policías por habitantes en Europa. Sin
embargo, estos datos deben matizarse y considerarse otros puntos de
vista, porque la crisis surgida en otros modelos policiales lo primero
que puso de manifiesto fue el hecho de descubrir el exceso de personal
policial que se dedicaba a tareas burocráticas. Por ejemplo, en el Reino
Unido se constató que los agentes ocupaban entre un 45 y un 55 % de su
tiempo en labores administrativas, tendencia que comenzó a invertirse
cuando se llegó a la conclusión de que la mayoría de estas tareas podían
ser desempeñadas sin ningún problema por personal civil, además del
consiguiente ahorro que supuso en su momento, ya que su sueldo suele ser
la mitad que el de los agentes policiales. Lo cierto es que si se incluye
al personal civil ocupado en tareas policiales, como pueden comprobar,
dichas magnitudes cambian las tendencias. Ello se debe, a diferencia de
en la cultura anglosajona, a que en el área continental europea se ha
tratado de encontrar otras vías para cubrir las tareas burocráticas,
concretamente por medio de agentes en segunda actividad o reserva,
situaciones administrativas en que se encuentran los agentes de mayor
edad o han perdido condiciones psicofísicas. Esta opción, que,
lógicamente, tiene ventajas e inconvenientes, ha tratado de llevarse a
efecto en España con el anterior Gobierno enmarcada en un plan de
modernización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para
mejorar la calidad de prestación del servicio y alcanzar la equiparación
salarial entre policías, lo que se plasmó en el acuerdo del día 12 de
marzo de 2018, negociado y firmado con las organizaciones representativas
de Policía Nacional y Guardia Civil, un acuerdo que el actual Ejecutivo
ha asumido y está llevando a efecto salvo en la cuestión de recolocación
del personal en segunda actividad y en reserva, donde nada parece que se
ha hecho hasta ahora, y ello pese a que existe una partida presupuestaria
aprobada a cargo de la Secretaría de Estado de Seguridad de cien millones
para configurar estos puestos de trabajo. Estamos esperando a que se
impulse, porque, desde luego, los pocos puestos de este tipo que ahora
existen en la Guardia Civil ni siquiera están al alcance de todos, sino
que son libremente designados por los mandos respectivos. En realidad, en
España no se ha hecho una auditoría rigurosa sobre los efectivos
policiales dedicados a tareas burocráticas, aunque se estima que de una
plantilla actual de 77 574 servidores públicos en el caso de la Guardia
Civil aproximadamente un 11 % de estos agentes, es decir, unos 8000
agentes, se dedican exclusivamente a servicios burocráticos, cuando
apenas llegan a 500 los funcionarios civiles que trabajan en las
dependencias oficiales de la Guardia Civil.
Realizadas estas consideraciones iniciales, vamos a exponer la propuesta
de AUGC encaminada a mejorar en el futuro la eficacia de nuestro modelo
policial, y comenzaremos a hacerlo analizando la conveniencia o no de la
unificación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policía
Nacional y Guardia Civil, en un solo cuerpo de policía estatal.
Originariamente, ambos cuerpos se distribuyeron geográficamente como
policías de ocupación, es decir, divididos y fraccionados, grosso modo,
de manera que la Guardia Civil era competente en el ámbito rural y la
policía armada, la Policía Nacional, en el medio urbano, con una división
del país a efectos de seguridad que podía ser útil en el siglo XIX pero
que hoy por hoy está desfasada y, a nuestro juicio, apunta a una de las
mayores deficiencias de las que adolece la Ley Orgánica de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado del año 1986, que es su incorrecta
distribución de competencias. La ley sigue dos criterios para esta
distribución: el geográfico y por materias. En cuanto al primero, es
difícilmente justificable, ya que nadie puede explicar por qué, por
ejemplo, localidades como Astorga o Jaca, con menos de 15 000 habitantes,
son competencia de la Policía Nacional, mientras que en Torrevieja o
Rivas Vaciamadrid, con más de 80 000 habitantes, la seguridad ciudadana
corresponde a la Guardia Civil. Desde luego, siguiendo el criterio
exclusivo de la eficiencia, si solo seguimos ese criterio, no existen
argumentos de peso para mantener un modelo dual de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, ello desde el momento en que la unificación
supondría, de entrada, acabar con las llamadas guerras de policías, que
suponen un mayor empleo de recursos sencillamente porque se subordina el
objetivo de la seguridad a las existencias corporativas de unos u otros.
Por supuesto, también existen argumentos en contra de la unificación.
Quizás el que más se esgrime es que el actual modelo duplicado consigue
evitar los riesgos de concentrar demasiado poder en una superpolicía,
criterio que no parece muy aceptable en la España del siglo XXI, en
primer lugar porque supondría aceptar que un Estado de derecho, donde
rige la división de poderes, no tiene resortes democráticos para
controlar a su propia policía y, en segundo lugar, porque ello quedaría
relativizado en el marco de las diferentes y descentralizadas estructuras
policiales actuales.
En realidad, más que un motivo, la mayor dificultad para la unificación de
los cuerpos estatales radique en que uno de ellos, la Guardia Civil, es
una policía militarizada. Lo cierto es que, por encima de motivos más
aparentes que objetivos, no se ha podido acreditar que el carácter
militar de la Guardia Civil sea un ingrediente que añada más eficacia. La
cuestión real es que la Guardia Civil por estar militarizada no es que
sea más eficaz; sencillamente, es más barata. La cuestión económica es
bien simple: hablamos del mayor cuerpo de seguridad pero que soporta
peores condiciones laborales y económicas, y cerramos el círculo con la
prohibición de derechos como el de libertad sindical, que, a fin de
cuentas, es la única herramienta útil para avanzar en la consecución de
estas condiciones. No obstante, esta discusión hay que contextualizarla,
porque no pensemos que el debate sobre uno o varios cuerpos es exclusivo
de España. En otros modelos militarizados, como en Francia y Holanda,
también ha existido esta polémica sobre la unificación de sus
gendarmerías con las policías nacionales, un debate que ha ido bajando en
intensidad cuando se han ido equiparando las condiciones económicas, de
calidad de vida y de prestación del servicio ente policías civiles y
policías militares. Por el contrario, en España no parece haber demasiada
preocupación desde fuentes oficiales por estudiar esta cuestión. En la
AUGC sí lo hemos analizado, y hemos comprobado sus resultados, y la
primera reflexión a la que hay que llegar viendo las gráficas es que hay
que descargar el debate sobre la posible desmilitarización de la Guardia
Civil de circunstancias que son corregibles, porque, si la naturaleza
militar del cuerpo lleva aparejada peores condiciones sociolaborales, ya
pueden adivinar lo que han contestado mayoritariamente en nuestras
encuestas los guardias civiles.
El segundo criterio sobre reparto de competencias de la Ley Orgánica de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es de tipo material,
distribución que también es difícil fundar en algún criterio racional y
cuyo resultado es la superposición de tareas. Fijémonos, por ejemplo, en
la colisión de competencias, producto de no poca conflictividad, entre
ambos cuerpos en puertos y aeropuertos. La Policía Nacional actúa dado
que los puertos forman parte del término municipal de las ciudades,
mientras que la Guardia Civil lo hace atendiendo a su responsabilidad en
el resguardo fiscal del Estado. Desde luego, la solución más factible
para superar esta deficiencia que aparece en la ley orgánica pasa por
establecer un nuevo mapa de seguridad, con un reparto de competencias
mucho más especializado, donde estas no se dupliquen. Pero ¿qué hacer
donde inevitablemente concurran? Debemos ser realistas, porque la
coordinación entre estructuras policiales independientes pero con las
mismas competencias es algo casi imposible en la práctica, lo que supone
otro de los puntos flacos de la ley orgánica, que, a nuestro juicio, ha
conllevado a que la misma haya llegado al límite de su inoperatividad.
Nosotros abogamos por la implementación de mecanismos de colaboración, es
decir, tenemos que aspirar no ya a la coordinación sino ir más allá y
comenzar con la puesta en marcha de actuaciones conjuntas. ¿Qué criterios
pueden ser útiles para una mayor colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad? Lo primero es la utilización de mecanismos directivos
transversales. No se trata de designar a responsables políticos comunes
para ambos cuerpos. Si realmente queremos una colaboración efectiva no
queda más camino que comenzar a integrar en los mismos organigramas
operativos a los mandos de ambos cuerpos, y no solo hablamos de dirección
general sino también de otras cuestiones puntuales, como, por ejemplo, el
mando único del estrecho de Gibraltar. La siguiente medida que proponemos
va dirigida a mejorar la relación entre los sistema de información en los
cuerpos policiales. Todos ellos necesitan de este tipo de servicios; lo
que tiene que ser común son las bases de datos, y, por supuesto, su
tratamiento y custodia debe ser única. Además, para superar errores
pasados, abogamos por que las materias especialmente sensibles, como
puede ser la información contraterrorista, fueran competencias exclusivas
de un solo cuerpo, por supuesto estatal. Pero hay que ir más lejos, se
deben compartir los procedimientos de actuación, y eso solo se logra si
se unifica lo más básico, que, lógicamente, son los procesos de formación
de los cuerpos policiales, y es que las personas que han recibido la
misma formación profesional tienen bastante más fácil compartir y
colaborar activamente. Por tanto, lo lógico es que de manera paulatina se
reoriente la situación hacia centros comunes de formación básica para
todos los policías, impartiéndose la específica de cada cuerpo en los
centros propios de cada institución.
Pero todo lo anterior no es suficiente, porque si la decisión del
legislador es mantener un modelo policial dual a nivel estatal, deben
emprenderse otros cambios de calado. Nos referimos a la modernización del
cuerpo de la Guardia Civil. En este sentido, consideramos en primer lugar
la eliminación de la dependencia de la Guardia Civil del Ministerio de
Defensa. Es bien sabido que las dobles dependencias son más funcionales,
pero en el caso de la Guardia Civil llega a ser sencillamente
distorsionadora. Por tanto, abogamos por la dependencia orgánica y
funcional de la Guardia Civil exclusivamente del Ministerio
del Interior. En segundo lugar, somos partidarios de una reorganización
territorial y funcional profunda en la Guardia Civil, orientada a una
mejor gestión de las funciones desempeñadas por sus integrantes. La
reorganización territorial de las unidades del cuerpo viene sustentada en
la constatación de que el ámbito rural ha cambiado y, sin embargo, el
despliegue de la Guardia Civil sigue siendo el mismo que en el siglo XIX,
lo que en la práctica deja a las unidades de ámbito rural prácticamente
inservibles. Tenemos puestos de la Guardia Civil que no son capaces de
hacer una sola patrulla en días en su demarcación. AUGC propone
reestructurar territorialmente a la Guardia Civil, pasando de las 2700
unidades existentes en la actualidad a la comarcalización de la misma,
que supondría la agrupación de efectivos en unidades capaces de afrontar
plenamente sus funciones, lo que permitirá impulsar un enfoque
geoestratégico de la seguridad. Para ello la reorganización debe apoyarse
firmemente en la tecnología: sensores, drones, trabajo funcional en red;
en suma, servirse de los avances que hay en los ámbitos de comunicación e
inteligencia artificial, que permitirán ir relegando las funciones más
estáticas o preventivas, para potenciar las orientadas a un concepto
policial más moderno, hacia una actuación proactiva, es decir, más
próxima y accesible al ciudadano.
Complementario con lo anterior, consideramos necesaria una reorganización
de las funciones que realizan sus integrantes. Como estamos señalando, la
Guardia Civil dispone de un excesivo número de unidades. Lo anterior
traducido a cifras supone que aproximadamente 14 000 guardias civiles, es
decir, un 20 % de la plantilla total, se dedica exclusivamente a
funciones de mando o tareas burocráticas. La agrupación de efectivos con
una gestión de recursos humanos más racional permitirá emplear a más
personal en funciones netamente policiales. Otra de las iniciativas
básicas que proponemos es la homologación de las condiciones
sociolaborales entre servidores públicos que desarrollan una misma
función. Aquí pierde significativamente la Guardia Civil, y como síntoma
de ello señalo solo un dato: el porcentaje de mujeres en la institución
es de un lamentable 7 %. Además, esta homologación profesional de la que
hablamos pasa por una segunda generación de derechos en la Guardia Civil.
Desde luego, hay que repensar ya la actual configuración del derecho de
asociación profesional en este cuerpo y avanzar hacia un nuevo concepto,
hacia un nuevo modelo de representación colectiva, que debe ser el
sindicalismo.
Como conclusiones, en primer lugar hemos señalado algunas de las
principales deficiencias de nuestro modelo policial. La sociedad cambia y
tenemos que afrontar con decisión los retos que ya están aquí. A este
respecto AUGC hace las propuestas que hoy hemos podido señalar de forma
sintetizada: frente a duplicidad de competencias, especialización; frente
a un deficiente reparto competencial, colaboración activa; frente a
circunstancias históricas que nos lastran, reorganización territorial y
nueva gestión de los recursos humanos, porque el reto de la modernización
es aún mayor si nos referimos a la Guardia Civil, pues, querámoslo o no,
en el futuro se cuestionará la existencia de cuerpos policiales
militarizados. Por supuesto, admitimos que la revisión del modelo
policial es compleja y que requiere un análisis sosegado, pero se puede
ir dando pasos, y ustedes, señorías, tienen la capacidad para ello.
Hablamos de proyectos legislativos que ya están en marcha, concretamente
nos referimos a la no aplicación del Código Penal Militar a los guardias
civiles en sus funciones policiales -hay dos proposiciones de ley
planteadas y esperamos su tramitación, lógicamente-, y nos referimos
también a la reforma de la Ley de Régimen del Personal de la Guardia
Civil, cuya tramitación va a iniciarse en breve en el Congreso de los
Diputados. Se trata de homologar la política de personal de todos los
cuerpos policiales y dotarla de mecanismos dinámicos, como puede ser la
pasarela entre cuerpos policiales. Y, por supuesto, en tercer lugar,
afianzar la equiparación salarial de policías nacionales y guardias
civiles con sus homólogos autonómicos, porque el pasado día 12 de marzo
ocurrió un hecho sin precedentes, y es que por primera vez un Gobierno
negociaba conjuntamente con las organizaciones representativas en Policía
Nacional y Guardia Civil para alcanzar de forma responsable el mencionado
acuerdo. Es esta una cuestión de justicia y de reconocimiento a nuestra
labor que esperamos que sea culminada en los Presupuestos Generales del
Estado para los años 2019 y 2020, e igualmente aspiramos a que se
articulen los mecanismos legales, también recogidos en el citado acuerdo,
para que se garantice que nunca más se vuelva a repetir este tipo de
agravios entre los profesionales de la seguridad pública.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Alberto.
A continuación, empezamos con las intervenciones de los portavoces de los
grupos parlamentarios, como hemos dicho, de menor a mayor.
El representante del Grupo Mixto no se encuentra en la sala.
El representante del Grupo Parlamentario Vasco tampoco se encuentra en la
sala.
No hay nadie del Grupo de Esquerra Republicana.
A solicitud del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú
Podem-En Marea, va a intervenir en primer lugar el señor Delgado,
alterando el orden previamente establecido, por cuestiones -vamos a
decirlo en terminología militar- de servicio en el Parlamento. Tiene la
palabra por siete minutos.
El señor DELGADO RAMOS: Gracias.
Como es lógico, lo primero que quiero hacer es saludar y dar la bienvenida
al señor Moya y felicitarle por esta gran ponencia que ha hecho,
aprovechando también para trasladar no solo a sus afiliados -sé que está
aquí en representación de esos 30 000 afiliados-, sino también al resto
de guardias civiles, hombres y mujeres que componen la institución -igual
no soy del todo neutral, porque yo también he estado durante mucho tiempo
en la Guardia Civil- esta felicitación de parte de mi grupo a todas y
todos los guardias civiles.
La verdad es que me ha parecido una exposición muy interesante. Se nota
que lleva muchos años preparándolo y recogiendo toda esa información.
Evidentemente, cuando una exposición se hace con tanta claridad, con unas
conclusiones tan claras, es difícil preguntar, porque prácticamente lo ha
dicho casi todo y muy bien. En todo caso, voy a incidir sobre algunas
cuestiones muy concretas.
Ha hablado usted sobre el tema militar de la Guardia Civil y su eficacia,
es decir, la diferencia entre ser un cuerpo civil y militar. ¿Está
probado científicamente, por decirlo de alguna manera, que el carácter o
la naturaleza militar de la Guardia Civil la haga más eficaz? Entiendo
que el carácter militar siempre ha limitado ciertos derechos a estos
trabajadores. Recuerdo que se decía que el carácter militar hace a la
Guardia Civil un poquito -permítame la expresión- más barata y obediente.
Por ejemplo, en el caso de los sindicatos de la Guardia Civil, me
gustaría conocer el número de expedientes en referencia a las
dificultades que encuentran ustedes a la hora de poner en práctica el
libre ejercicio de representantes de las asociaciones. No sé si tiene
datos de los últimos años, de los últimos meses sobre la dificultad o la
represión que se sufre cuando se ejerce la labor sindical.
Me ha interesado mucho el tema de la redistribución de los cuarteles. Dice
usted que en algunos no se puede realizar una patrulla cada equis tiempo.
No es cuestión ya de que una nueva redistribución beneficie a los
guardias civiles, lo que se busca es una mayor eficacia, incluso un
ahorro, pero no para el Estado, es decir, si tenemos en pie cuarteles de
dos, tres, cinco guardias civiles que no son efectivos, he entendido que
los podemos convertir en cuarteles con un mayor número de agentes que sí
sean efectivos, y, por lo tanto, se ofrezca una mayor seguridad o
eficacia en el servicio por que haya patrullas suficientes. En relación
con esto, nos encontramos con muchas informaciones sobre la situación que
hay en los campos -que es la zona de la Guardia Civil- en los que muchos
agricultores han formado patrullas ciudadanas. No estoy hablando ni de la
época del Partido Popular ni de la del Partido Socialista, lo digo en
general, para que nadie se sienta aludido, porque creo que tenemos que
tener un poco más de visión de lo que es un modelo policial. No estamos
hablando de los errores que se hayan cometido políticamente, sino de en
qué podemos mejorar y de cuáles son las propuestas.
En cuanto al Código Penal militar, me gustaría que me hablase del número
de suicidios en Guardia Civil y de los agentes que pasan a la jubilación
anticipada por enfermedad psicológica, de por qué se va más gente por
cuestiones psicológicas que por cuestiones físicas, cuando en la Guardia
Civil puede ser normal -entre comillas- que alguien se caiga de la moto o
que en el servicio marítimo tenga un accidente. Se hizo una pregunta
parlamentaria hace unos días relativa a que se jubilan más guardias
civiles por cuestiones psicológicas que físicas. En relación con el resto
de los cuerpos de policía, los guardias civiles tienen un alto índice de
suicidios. ¿A qué se debe esa situación? ¿Tienen ustedes algún estudio?
Ha dicho usted que en la Guardia Civil hay una plantilla de mujeres del 7
%. Me gustaría saber si tiene algún dato de la Policía Nacional o del
ejército. Lo digo para comparar la cifra de mujeres en la Guardia Civil y
en la Policía Nacional. Entiendo que las mujeres no están en la Guardia
Civil desde 1844, sino que no hace tantos años que se incorporaron al
cuerpo, por lo que es difícil que haya una mujer general, porque no han
tenido tiempo. ¿Qué porcentaje representa la mujer en la escala de
oficiales? Usted ha hablado del 7 %, pero a lo mejor eso es de la escala
básica. Tal como va ascendiendo, ¿va bajando ese porcentaje o va
subiendo? ¿Cuál es la representación total de la mujer en la Guardia
Civil?
En cuanto a las bases de datos y la coordinación, creo que en este país el
11M marcó un antes y un después, ya que fue cuando se puso de manifiesto
el tema de las descoordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado -aunque ya hemos tenido muchos capítulos-. En este Congreso se
creó una Comisión de investigación, hubo sentencias judiciales, etcétera.
De ahí se extrajo la conclusión de que tenemos grandes profesionales,
pero que la falta de coordinación resta efectividad al trabajo de tantos
policías y de tantos guardias civiles. No echamos la culpa a nadie, sino
a la falta de coordinación de bases de datos. No sabemos por qué todavía
en este país no hay una base de datos en la que puedan entrar todos los
policías, incluso los policías municipales, que sea por niveles, aunque
lógicamente en una base de datos sobre terrorismo no puede entrar todo el
mundo, ni siquiera de la propia Guardia Civil. ¿Cómo ven ustedes que haya
una base de datos conjunta? Eso sería beneficioso, porque al final de lo
que estamos hablando es de dar un mejor servicio a la sociedad; es decir,
no se trata de quitar el Código Penal o de desmilitarizar a la Guardia
Civil para que los guardias civiles vivan mejor, sino para facilitar un
mejor servicio a la sociedad. Lógicamente, cuando en cualquier tipo de
trabajo alguien está más incentivado trabaja mejor. Al final -creo que
usted lo ha dicho muy bien- parece que militar quiere decir que cobra
menos, que no tienes una jornada laboral, que te aplican el Código Penal
militar, y que si eres sindicalista te llueven los expedientes. Eso es lo
que entienden muchos guardias civiles por el tema militar. Estoy
convencido de que si los guardias civiles cobrasen más que el resto de
los policías que tienen una jornada laboral, nadie querría dejar de ser
militar. Y eso lo digo yo que estoy a favor de la desmilitarización de la
Guardia Civil. Lo que los agentes de la Guardia Civil asimilan es que son
militares y están en peores condiciones sociolaborales.
Ha hablado de la libre designación. Me parece muy importante. Hay que
decir que hace algunos años otra organización, que no fue la suya, puso
una denuncia -ustedes también la han puesto- por lo de la libre
designación, lo que se conoce como nombramiento a dedo o cargo de
confianza. Eran 25 000, bajaron a 5000 y ahora vamos otra vez por 10 000.
¿Al final se confunde la eficacia del servicio que se da a los ciudadanos
con algunos jefes? Y siempre digo algunos, porque no me gusta meter en el
saco ni a todos los de arriba ni a todos los de abajo, porque en todas
partes hay gente que hace las cosas muy bien o no tan bien. Hay unidades
pequeñas en la Guardia Civil en las que de comandancia para arriba todo
es de libre designación.
También está la cuestión de las recompensas. ¿Cree que se corresponde con
la realidad de lo que los guardias civiles piensan, que es que resulta
más fácil condecorar a alguien que está haciendo servicios burocráticos
que a alguien que se la está jugando en la calle?
Agradeciendo la generosidad del señor presidente, le vuelvo a felicitar
por su exposición. Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Delgado Ramos.
Agradezco a don Saúl la gentileza que ha tenido permitiendo alterar el
orden de las intervenciones.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Ramírez
Freire.
El señor RAMÍREZ FREIRE: Muchas gracias, señor presidente.
Quiero dar la enhorabuena de nuevo al señor Moya, así como las gracias por
la claridad en su explicación. La verdad es que en esta Comisión teníamos
el miedo de que algunas organizaciones al venir a explicar su modelo de
sistema policial para el siglo XXI cayeran, lógicamente, en las
reivindicaciones justas y legítimas, pero que exceden con mucho nuestra
competencia. Por tanto, vuelvo a agradecerle que se haya centrado en lo
importante, que es saber cuál es el modelo, cuáles son las deficiencias,
cuál es la situación actual del modelo policial.
Le precedió la semana pasada o la anterior un representante del SUP, y me
parece que las conclusiones son las mismas: el modelo de la Ley 2/86 es
irracional en cuanto a estructuras, es un modelo arcaico que se basa en
una división de país arcaica, que ya no se ajusta a la realidad, y que
tiene problemas en el reparto de competencias.
No voy a reiterar muchas de las preguntas que ha hecho el portavoz de
Podemos, porque coincidimos en lo que iba a decir, pero sí quiero hacer
algunas preguntas concretas. Según usted -y comparto su opinión- el
modelo de competencias existente no funciona: es deficiente, tiene
lagunas y está descoordinado. Esas han sido sus apreciaciones. La
pregunta es si aboga por un modelo en el que la Policía Nacional y la
Guardia Civil sigan separadas, como ahora, o por que puedan constituir un
mismo cuerpo, habida cuenta que, como bien ha dicho, Europa está poniendo
en marcha una especie de policía federal de fronteras, que creo que es un
precedente y vamos a acabar teniendo una especie de modelo
federal para algunos delitos que sean de ámbito supranacional. Me gustaría
saber si abogan por una fase unitaria, por una Policía Nacional, la
llamemos como la llamemos, en la que estén unificados y coordinados ambos
cuerpos.
Ha dicho que la base podrían ser esos centros comunes de formación.
Quisiera saber si también abogaría por que hubiese infraestructuras
compartidas no solo en formación, sino también en el modelo operativo, es
decir, si podría haber una especie de comisaría mixta que sirviese para
facilitar esa coordinación, esa colaboración activa de la que estaba
hablando. Atendiendo a esas conclusiones que amablemente nos ha
comentado, me gustaría que nos dijera qué posibles soluciones habría para
esa colaboración activa mientras establecemos un nuevo modelo policial,
mientras cambiamos la legislación vigente.
Me preocupa mucho, y eso tiene que ver con las condiciones laborales, que
su cuerpo bata todos los récords negativos en el nivel de suicidios.
Presentamos varias PNL a este respecto. Creemos que el protocolo
antisuicidios no funciona, no es operativo, y ahí están los datos. Por
tanto, si una medida se puede valorar por su eficacia, por sus
resultados, está claro que el protocolo antisuicidios en la Guardia Civil
no funciona. Me gustaría saber si tiene alguna propuesta a ese respecto.
Estoy seguro de que tendrá alguna que nos vendrá muy bien.
Me parece interesante que profundice y amplíe el modelo que ha comentado.
Ha dicho que había 2700 unidades y que ustedes apuestan más bien por una
comarcalización. Quisiera saber en qué sentido iría y si la figura que he
comentado de infraestructura compartida podría facilitarlo.
Desde luego, el 7 % de mujeres nos parece una tasa baja. Creemos que es un
modelo que no se ajusta a la realidad de la sociedad. Comentaba el
portavoz que me ha precedido que es verdad que las mujeres no se
incorporaron a la Guardia Civil en 1840, cuando la fundó el duque de
Ahumada, pero tampoco se incorporaron a la Policía Nacional cuando se
fundaron los cuerpos de la Policía Armada, entraron mucho más tarde, y
por suerte, hay mucha más presencia de mujeres en la Policía Nacional.
Esperemos que con el tiempo suceda lo mismo en la Guardia Civil.
Para empezar, creo que con esto está muy bien. Le agradezco mucho su
exposición, que ha sido muy clara, en la que ha contestado a la mayoría
de las preguntas que tenía preparadas. Espero que pueda profundizar en
las que le acabo de hacer.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Muñoz.
El señor MUÑOZ GONZÁLEZ: Gracias, señor presidente.
Señor Moya, gracias por su exposición, que ha sido clara y que ha puesto
sobre la mesa elementos importantes de un debate de actualidad, y de ahí
la necesidad de creación de esta Comisión de estudio. Es un tema
complicado, vidrioso. Es verdad que la Ley 2/86 en algunos casos está
superada, pero también es cierto que no está claro por dónde debe ir su
reforma. Por ello, en esta Comisión escuchamos con mucha atención las
intervenciones de los comparecientes, porque nos valen como ilustración
para elaborar las conclusiones. Pero ya verá usted cómo cuando lleguemos
a dichas conclusiones tendremos dificultades con la Ley 2/86 y para
proponer un modelo que concite el mayor consenso. Nosotros vamos a
intentar hacerlo, y de ahí la necesidad de este tipo de comparecencias,
que tienen más importancia en relación con asociaciones como la suya, con
una fuerte implantación en un cuerpo como el de la Guardia Civil. También
quiero expresarle nuestro reconocimiento a la labor que lleva a cabo su
asociación, así como a los miembros de la Guardia Civil que prestan sus
servicios a lo largo de todo nuestro país.
Quiero poner de relieve algunas cuestiones que nos parecen importantes. En
sus conclusiones, se ha centrado en la necesidad de buscar un nuevo
despliegue territorial. Le pedimos alguna ampliación en relación con este
asunto, que es una cuestión difícil. Creemos que la disociación de un
cuerpo tan querido en el ámbito rural como es el de la Guardia Civil
sería profundamente negativo para el propio cuerpo. La valoración que
hace la sociedad española de la Guardia Civil está precisamente unida a
ese hecho, a la cercanía de ese cuerpo. Déjeme que se lo diga de otra
forma. La Guardia Civil es querida en función de que se mantiene en los
lugares más dispersos, más diversos, más alejados, más despoblados. Hay
otros servicios públicos que han iniciado el camino hacia la
centralización y la concentración, y según lo hacían iniciaban el
decaimiento en la consideración de los ciudadanos. Como he dicho, es un
tema complicado y vidrioso y que tenemos que tener cuidado. Pero junto a
eso, hay otro campo, que ha puesto usted de manifiesto, que es el de la
eficacia, el de la eficiencia, el de hacer que los servicios tengan
sentido. No tiene lógica la estructura que usted ha mencionado, en la que
la Guardia Civil no puede realizar la labor
de patrullaje. Pero es verdad que eso tiene algunos otros componentes, y
habrá que buscar la forma de conjugarlo para que no conlleve una
desaparición o un desafecto del ámbito rural, donde tan querida es la
labor que realiza la Guardia Civil para las personas que vivimos en él.
Debemos avanzar también en la realización de algún tipo de estructura que
pueda ser distinta de la actual, en la que impliquemos, por ejemplo, a
los ayuntamientos, a través de convenios de colaboración con la
Federación Española de Municipios y Provincias. De todas formas, lo que
hagamos no debe significar en ningún caso la lejanía de la Guardia Civil,
porque creo que sería un error.
Ha hablado usted de la necesidad de mecanismos de colaboración, de bases
de datos conjuntas. En pos de conseguir que eso sea así tenemos que
trabajar y poner lo mejor de cada uno de nuestros grupos. En el fondo, de
lo que estamos hablando es de la efectividad, de la eficiencia y de algo
tan importante como es la protección de la seguridad ciudadana, que a su
vez es la protección del libre ejercicio de los derechos y libertades de
los ciudadanos.
Queremos indicarle que en algunas de las labores importantes y típicas de
la Guardia Civil que se llevan a cabo, por ejemplo, en materia de medio
ambiente, puede haber alguna estructura que no sea simplemente la
existente en la actualidad, porque ahí hay peligros que tienen que ver
con la protección del medio ambiente. También queremos que nos diga en
qué medida es posible ganar en eficiencia en el ámbito rural en la lucha
contra la violencia de género. En esta cuestión, ¿qué medidas podrían
ponerse sobre la mesa?
Hablando del acceso de la mujer a la Guardia Civil, los datos que tenemos
-corríjanos si no es así- es que según se asciende en la escala hay más
mujeres que hombres. El problema está en el acceso, porque ahí se
conjugan algunas otras cuestiones, como, por ejemplo, la expectativa en
los destinos de las personas. Creemos que ahí es donde tenemos que
realizar actuaciones proactivas para conseguir que haya un aumento en el
acceso de la mujer a la academia de la Guardia Civil. Hasta donde
sabemos, se está trabajando en este tema, que para nosotros es
sustancial. Es verdad que en algunas otras escalas de oficiales se
corrige, porque a veces los destinos no están ligados a situaciones en
las que se encuentran más desfavorecidos.
Usted ha citado tres iniciativas de reformas legislativas y le tengo que
decir que dos son de nuestro grupo parlamentario, como lo es también el
acervo legislativo en función de conseguir esa situación de dar voz a las
personas que están en la Guardia Civil a través de asociaciones como la
que usted representa y que tienen fuerte implantación.
En definitiva, nos gustaría que profundizase en varias cuestiones: en la
reorganización territorial; en qué otros mecanismos de colaboración
serían importantes para usted; en qué actuaciones podríamos trabajar en
relación con la erradicación de la lacra de la violencia de género ligada
al mundo rural.
Por último, quiero decirle que este grupo está a su disposición, igual que
al resto de las asociaciones de la Guardia Civil, para que nos hagan
llegar cualquier otra iniciativa que puedan formular en relación con el
objeto de esta Comisión.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Popular, para cerrar este primer turno de
intervenciones, tiene la palabra el señor Martín-Toledano.
El señor MARTÍN-TOLEDANO SUÁREZ: Muchas gracias, señor presidente.
Agradezco al secretario general de AUGC su comparecencia y que nos haya
dado la opinión de una asociación tan importante como la que usted
representa. Tengo el honor de haberme reunido con usted y con sus
representantes en multitud de ocasiones y de haber disertado largamente,
porque hemos hablado durante horas sobre todas estas materias; conozco
incluso los cambios de percepción de su organización en relación con las
materias que hoy nos ha expuesto.
Creo que el diseño de un nuevo modelo policial básicamente tiene que
seguir un camino de diálogo, de consenso, de información, pero también
tiene que ser una política de Estado. De nada serviría que aquí
estudiáramos un nuevo modelo que no implicara a la gran mayoría de los
grupos parlamentarios, porque estaría sometido a un cambio constante en
función de las mayorías. Eso sería peligroso y malo para la seguridad
ciudadana, que es lo que busca un nuevo modelo policial. Para ello, hay
que contar con los profesionales que, a través de sus asociaciones y
sindicatos, tienen no solo la representación, sino un conocimiento muy
directo de cómo debe funcionar cada uno de los cuerpos, la seguridad, la
coordinación y la colaboración.
Le tengo que decir sinceramente que ha faltado una pata, porque usted lo
ha citado de pasada en su intervención pero el resto de los portavoces
no, y es que aquí tenemos un modelo que evidentemente no es el del siglo
XIX, porque entonces no había, por ejemplo, policías autonómicas. ¿Qué
participación deben tener las policías autonómicas? Estamos padeciendo lo
que sucede en Cataluña con los Mossos d'Esquadra, que desde el Gobierno
autonómico están intentando conseguir una policía política al servicio
del nacionalismo. Esa es una distorsión muy grande del modelo, y por eso
quizá haya una ratio de policías en Cataluña superior a la del resto,
porque la desconfianza hacia la policía autonómica por el abuso político
que se hace de ella hace que el Estado no quiera reducir su presencia a
través de Guardia Civil y Policía Nacional. Hay que pedir lealtad a los
partidos nacionalistas, porque si no el modelo no puede evolucionar. Si
hablamos de integración de los cuerpos como una manera de mejorar la
eficacia, no tiene mucho sentido que haya policías autonómicas. Si para
que la Policía Nacional sea más eficaz se tiene que fusionar con la
Guardia Civil, entonces las policías autonómicas tendrían que fusionarse.
Entiendo que esto no debe ser así, que el modelo tiene que ser de
colaboración, de coordinación y de lealtad institucional. Con esa lealtad
en la función principal, sin ser una policía política, sino una policía
al servicio de los ciudadanos y garantía de la seguridad ciudadana,
mejoraríamos mucho. En caso contrario, es muy difícil.
Nosotros no somos partidarios de la fusión de los cuerpos. En la primera
reunión que tuve con usted me dijo que sí y luego hemos variado. Me llegó
a decir: No es lo principal, porque hay otras cosas que son más
importantes, por ejemplo, la equiparación salarial. Cuando me reuní con
usted la primera vez me dijo: Los guardias civiles cobramos menos que los
miembros de la Policía Nacional. Nos pusimos a trabajar para superarlo,
pero hemos ido más allá y al final ha habido una equiparación con los
Mossos d'Esquadra. Hay mucho camino que recorrer en la mejora de las
condiciones laborales, que son muy importantes, no solo salariales, sino
también de los derechos de los agentes de Guardia Civil y Policía
Nacional.
¿El modelo es el sindicato? Usted y yo lo hemos discutido muchas veces. Mi
modelo, y creo que es adecuado, porque si no entraríamos en una
discrepancia notable, es que las asociaciones de la Guardia Civil cada
vez deben ir asumiendo funciones más cercanas a las que desarrolla un
sindicato, aunque no tenga ese nombre. El nombre no es lo esencial, lo
importante son las funciones y qué reclamaciones pueden hacer de los
derechos de los guardias civiles.
En cuanto a la coordinación, es evidente que se producen
descoordinaciones. A veces los celos profesionales entre Policía Nacional
y Guardia Civil pueden generar distorsiones en la colaboración que
perjudiquen la realización de un buen servicio. Hay que estudiar cómo
superar esto, pero también con las policías locales y con las policías
autonómicas. ¿Por qué no poner todos los medios que tiene el Estado al
servicio de la seguridad? ¿Qué pasa con las policías administrativas?
¿Deben colaborar en la seguridad ciudadana? Me refiero a la policía
portuaria, agentes forestales, etcétera. ¿Deben colaborar o no, aunque
sea supeditados a la Guardia Civil o a la Policía Nacional? Posiblemente
sí. Si tenemos más recursos, ¿por qué no los utilizamos todos? Para las
labores de vigilancia del campo, que haya agentes forestales no quiere
decir que no haya guardias civiles. ¿Por qué no se pueden coordinar
aunque sea dirigidos por la Guardia Civil? Si hay cuatro ojos en lugar de
dos, será más positivo.
La presencia de la Guardia Civil en las zonas rurales no puede
desaparecer, porque generaría una crispación social muy importante. Se
han dado algunos pasos para coordinar cuarteles, actuaciones, etcétera,
que puede ser el camino hacia una mayor eficacia, pero sin olvidar el
sentimiento de una población, porque aunque sean pocos en el mundo rural
no se les puede dejar abandonados. La despoblación, la pérdida de
servicios en el mundo rural requiere un mayor esfuerzo del Estado, de las
comunidades autónomas y de los ayuntamientos. No se puede abandonar a la
población del mundo rural. Un repliegue de la Guardia Civil, que sé que
no es lo que usted propone, sino una mayor coordinación para una mayor
eficacia, hay que tratarlo con mucha delicadeza.
Hay problemas. La policía de fronteras a lo mejor viene a solucionar
problemas como los que tiene la Guardia Civil en las vallas de Ceuta y
Melilla. Hay que ser claros y no podemos dar bandazos. La Guardia Civil
asume en sus actuaciones en Ceuta y Melilla una responsabilidad peligrosa
y no puede estar al albur de lo que diga un Gobierno o de lo que diga la
oposición, sino que tiene que sentirse respaldada y tener seguridad
jurídica. Esto lo he hablado con algún compañero suyo. El rechazo en
frontera lo han hecho siempre los Gobiernos, pero ahora tiene un amparo
legal. Si se retira el amparo legal, no se puede pedir a un guardia civil
que haga un rechazo en frontera, porque puede recibir una denuncia,
cuando a lo mejor es una instrucción que ha recibido de sus mandos o de
los mandos políticos.
Actuemos con prudencia y caminemos hacia un modelo policial de consenso,
de mejora, que pueda servir para muchos años, para que cada cambio de
Gobierno no suponga un cambio de modelo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Martín-Toledano.
Para responder a las cuestiones planteadas, tiene la palabra el señor Moya
por un tiempo de cinco minutos. No se preocupe, porque como ha habido
muchas preguntas y muy interesantes las puede contestar por escrito. Se
las hace llegar a la secretaria de la Comisión que se las pasará a los
grupos.
El señor MOYA ACEDO (secretario general de la Asociación Unificada de
Guardias Civiles, AUGC): Muchas gracias, señor presidente.
En cualquier caso, el documento que les vamos a hacer llegar argumenta y
detalla muchas de las cuestiones que estamos abordando y que me han
preguntando. Ahora daré algunos datos y luego haré lo que el presidente
sugiere, que es contestar por escrito a las preguntas que me han
realizado.
Nos preocupan mucho los suicidios en la Guardia Civil, porque ya van dos
planes de prevención de suicidios en la Guardia Civil y cada vez tenemos
más. ¿Qué podemos hacer? Hay que empezar por pensar que los guardias
civiles son personas y que como todos tienen problemas personales,
familiares, etcétera. Si además se les obliga -porque así es nuestro
trabajo- a trabajar en situaciones límites, como en el trabajo policial,
obviamente se recrudecen esos problemas. Si encima están sometidos a un
control férreo de disciplina, como pasa en la Guardia Civil por estar
militarizada, también se recrudecen los problemas. Si admitimos eso,
empezaremos a encontrar soluciones. La primera que se nos ocurre, y la
hemos trasladado públicamente, es que necesitamos ayuda externa
especializada. Nuestros controles médicos y psicológicos no son
suficientes y hay que buscar alternativas.
La presencia de la mujer en la Guardia Civil. En efecto, el porcentaje
varía si subimos en la pirámide. Pronto vamos a tener mujeres generales
en la Guardia Civil. Están entrando mujeres oficiales en la Guardia
Civil. Por donde no están entrando es por abajo. Ahí está el problema y
es donde bajamos del 7 %. En eso tenemos que trabajar.
Estamos en contra de los puestos de trabajo de libre designación. La libre
designación en la Administración tiene una función muy específica, son
cargos de confianza y prácticamente todos tienen niveles alto, son nivel
29 o 30 de funcionarios. En la Guardia Civil hay unidades enteras de
libre designación. Todos los servicios de información y de investigación
de la Guardia Civil ya son de libre designación, incluso los guardias
civiles de base.
Pasa lo mismo con las recompensas, que están muy devaluadas. En la Guardia
Civil las condecoraciones por el sistema de reparto están muy devaluadas.
En realidad, el personal operativo, que es la gran parte de la Guardia
Civil, no respeta este reparto.
En cuanto a la reorganización territorial de la unidad de la Guardia
Civil, quiero decir que esto no es una idea feliz de la Asociación
Unificada de Guardias Civiles, ni mucho menos. Hay un informe detallado y
elaborado por la Dirección General de la Guardia Civil, lo tenía el
anterior Gobierno y ahora está a disposición del actual. Obviamente, van
a pasar por aquí ponentes y le podrán explicar mucho mejor de qué trata.
Básicamente se trata de reorganizar y buscar agrupaciones de efectivos en
cuarteles grandes. La idea que se está planteando es empezar con una
experiencia piloto, empezar con alguna provincia y ver si eso da
resultado o no.
¿La unificación? He tratado de exponer argumentos a favor y en contra.
Desde el punto de vista de la eficacia la unificación es factible, lo que
tampoco deseamos los guardias civiles es que por una especie de pinza el
ejército vaya teniendo cada vez más competencias en materia de seguridad,
que de hecho lo está haciendo, y seamos presionados a su vez por la
policía civil y la Guardia Civil muera de inanición. Eso es lo que no
queremos los guardias civiles, queremos un planteamiento serio y concreto
sobre la cuestión.
Señor presidente, creo que he contestado lo más básico.
El señor PRESIDENTE: Dispone de más tiempo, si lo necesita.
El señor MOYA ACEDO (secretario general de la Asociación Unificada de
Guardias Civiles, AUGC): No, creo que no lo necesito.
Quizás me haya quedado por contestar algo de la pregunta sobre violencia
de género. La Guardia Civil está pidiendo unidades especializadas.
Volvemos a lo mismo, necesitamos especialización de
nuestros componentes. No hay unidades especializadas de la Guardia Civil
dedicadas a la violencia de género, sino que lo abordan los compañeros y
compañeras que están destinados en seguridad ciudadana en las poblaciones
pequeñas.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Si queda alguna cuestión más por contestar, tiene
todavía más tiempo dentro de los parámetros de los cinco minutos.
El señor MOYA ACEDO (secretario general de la Asociación Unificada de
Guardias Civiles, AUGC): En principio creo que he contestado a la mayoría
de las preguntas.
El señor PRESIDENTE: Bueno, yo no le quiero forzar a seguir hablando en
este sentido. Muchísimas gracias, sobre todo por su capacidad de
síntesis.
Ahora pasamos al tiempo de los grupos parlamentarios, por orden de menor a
mayor, por tres minutos. ¿Grupo Mixto? (Pausa). No se encuentra ningún
miembro en la sala. ¿Grupo Parlamentario Vasco? (Pausa). Tampoco está.
¿Grupo Esquerra Republicana de Catalunya? (Pausa). Tampoco está. Entonces
inicia este turno, por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos
Podemos-En Comú Podem-En Marea, el señor Delgado Ramos.
El señor DELGADO RAMOS: Muchas gracias, señor presidente.
No voy a hacer ninguna pregunta más, pero sí quisiera hacer una reflexión
en voz alta. Llevamos dos sesiones, el señor Moya comparece en la tercera
sesión y prácticamente algunos grupos han aportado la conclusión. Es
decir, se supone que tenemos que estar muchos meses, mucho tiempo,
escuchando a los profesionales y después intentar extraer conclusiones.
Se dice que esta es una cuestión de consenso. Hace cuarenta años el
consenso del viejo bipartidismo era la persecución a los sindicalistas.
Se empezó metiendo en las cárceles a los guardias civiles, tanto el
Partido Socialista como el Partido Popular. Hace veinticinco años los
guardias civiles consiguieron el derecho de asociación profesional. Por
tanto, los cambios normativos también hay que conquistarlos y no siempre
esperando el apoyo de todos los partidos políticos. Al final se han
limitado a afirmar, en vez de preguntar, que a la Guardia Civil se la
quiere mucho. Aquí nadie dice que a la Guardia Civil no se la quiera,
aquí lo que se está abordando es un trabajo profesional para mejorar el
modelo policial del siglo XXI y poco más. Al final si empezamos diciendo
que es muy bonito y que es muy bueno, ocurre lo de siempre. Cada uno que
lo diga como quiera, pero yo me siento en la obligación de hacer esta
reflexión, ya que es importante escuchar y preguntar a todos los
ponentes, y no manifestar respuestas como "mi partido no quiere esto",
"mi partido no quiere lo otro", "mi partido tampoco" y "la Guardia Civil
es muy bonita". Vamos a aprovechar que tenemos aquí a los ponentes, vamos
a preguntar y a empaparnos, y a partir de ahí llegaremos a todas las
conclusiones, si hablamos de consenso. Si venimos aquí a decir "que esto
no", "que sindicatos no", "que le ponemos otro nombre", "que
desmilitarización no", señores, lo dejamos todo como está. Al final se ha
puesto en evidencia la reticencia del viejo bipartidismo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Delgado Ramos.
A continuación tiene la palabra don Saúl Ramírez, en representación del
Grupo Parlamentario Ciudadanos.
El señor RAMÍREZ FREIRE: Gracias, señor presidente.
Quiero reiterarle, señor Moya, mi agradecimiento por la explicación, por
la brevedad y por ir al asunto, a la cuestión, así como mi reconocimiento
también a lo que representa, a todos los hombres y mujeres de la Guardia
Civil, que yo creo que es uno de los cuerpos más valorados en la
sociedad. La verdad es que sí he echado de menos que profundice algo más
-espero que así lo pueda hacer vía presidente- en su modelo de
coordinación. Algunos están poniendo la tirita antes de la herida, algo
preocupante. Pero sí quisiéramos saber cuál es ese modelo de coordinación
que pueda haber entre las dos policías de ámbito nacional con las
policías autonómicas, y por supuesto con las policías locales, más allá
de otros cuerpos que también tenemos como Autoridad Portuaria.
Yo no creo que nadie haya de abandonar las zonas rurales, nosotros
hablamos de eficiencia. Eso no quiere decir que no vaya a haber
compañeros de la Guardia Civil en las zonas rurales vigilando y haciendo
labores fundamentales, que las hacen, de seguridad ciudadana.
Hablaba el portavoz del Grupo Socialista del tema de medio ambiente. La
Policía autonómica canaria, que no es una policía integral como puede ser
la Policía vasca o la Policía catalana, tiene competencias en medio
ambiente, y una vez desarrollado el Seprona, las lleva la Policía
autonómica canaria con cien efectivos en siete islas -ocho, después del
último estatuto de autonomía-. La verdad, no creo que ese sea el modelo
actual, hay que ir un poco más allá.
En el tema de la formación estoy totalmente de acuerdo con usted, creo que
tenemos que avanzar también en formación especializada, sobre todo en
áreas como la violencia de género y otras muchas. Pero es fundamental
también saber a quién se lo damos y dónde porque los recursos son
limitados. Lo que tiene sentido es que aboguemos por que haya una
eficiencia de los mismos. Espero que entre todos consigamos quitarnos esa
tirita que están poniendo algunos grupos antes de la herida, porque me
parece muy preocupante. Desde luego, si hay voluntad, podremos llegar a
unas conclusiones de un nuevo modelo y superar la obsoleta, a todas
luces, Ley Orgánica 2/1986, que no da respuesta a la realidad actual.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Saúl.
A continuación, en nombre y representación del Grupo Socialista,
intervendrá don Pedro José Muñoz.
El señor MUÑOZ GONZÁLEZ: Gracias, presidente.
De nuevo, señor Moya, muchas gracias. Desde luego, la representación del
Grupo Parlamentario Socialista en esta Comisión viene aquí a aprender, a
aprender de ustedes. Tanto es así que llevamos pocas Comisiones, pero
tampoco parece muy oportuno que dé lecciones alguien que no ha estado en
todas, o que cuando intervienen se va. Dicho esto, indicaríamos también
que la ampliación que ha dado a las preguntas que le hemos formulado, así
como aquella que ha quedado emplazado en hacernos llegar, nos parece que
importante. A nosotros nos va a servir para elaborar ese tipo de acuerdo,
que nosotros vamos a procurar. Nos vamos a empeñar en ello, para que sea
lo más unánime posible entre todos los grupos que componen esta Comisión,
los que asisten, los que asisten algunas veces y los que no asisten.
Vamos a trabajar en ese sentido.
Por cierto, he de decirles, ya que ha sacado el tema de la equiparación el
portavoz del Grupo Popular, que el Gobierno actual está trabajando en la
implementación de ese acuerdo. Ha hablado de esos 100 millones para la
segunda actividad sin destino y la reserva no ocupada. Quiero indicar,
creo recordar, que el texto del acuerdo establece que se trata de buscar
y promover el reingreso. Digo esto porque hay algunos grupos políticos
que luego en las mociones de algunas de las Cámaras hablan de detraer ese
dinero y dedicarlo a otras cosas. Nosotros creemos que esa es una gran
oportunidad, pero también es una gran oportunidad para ustedes, que son
los firmantes del acuerdo, para que junto con el Gobierno actual lleguen
a esa necesaria fórmula que haga que aquellos que se pudieron sentir
alejados y acabaron en estas dos situaciones, según el cuerpo, puedan
volver a ellas. Por tanto, nosotros les emplazamos a que ahí trabajen.
Tendrán nuestro apoyo y nuestra ayuda, en la medida de nuestras
posibilidades, para que eso pueda llevarse a cabo.
Asimismo, se ha vuelto a sacar el tema de la reorganización. El problema
es que hay un Gobierno que realizó un informe que establecía el cierre de
varias unidades. Nosotros creemos que lo prudente es lo que ha hecho este
Gobierno, es decir, parar ese tema, dejarlo ahí en hibernación y buscar
soluciones que lleven a que el despliegue -no solo hay que predicar sino
dar trigo- no sea una eliminación, sino a que se busquen otras funciones
o formas de llevarlo a cabo. Cuando nosotros poníamos el ejemplo de la
Federación Española de Municipios y Provincias estábamos diciendo que a
lo mejor a través de convenios con ayuntamientos se pueden buscar
estructuras físicas para que se haga esa prestación, bien que se pueda
llevar a cabo en algunos días, o bien de alguna otra forma. No hay que
utilizar en este tema la brocha gorda, no hay que hacer informes que
digan que se suprimen no sé cuántas unidades, sino que hay que aplicar el
pincel de forma fina para ver cómo conjugamos esa necesidad de
coordinación con esa necesidad de que no desaparezca la Guardia Civil del
medio rural.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Muñoz.
Para terminar esta comparecencia de don Alberto Moya, por el Grupo
Parlamentario Popular, tiene la palabra don José Alberto Martín-Toledano.
El señor MARTÍN-TOLEDANO SUÁREZ: Muchas gracias, señor presidente.
Yo también coincido con el portavoz del Grupo Socialista en cuanto a
plantear temas y marcharse sin escuchar las respuestas. Lo digo porque
aquí, hasta esa intervención del señor Delgado, todo el mundo estábamos
escuchando y realizando propuestas y formulando preguntas, así como dando
nuestra opinión de cómo debe ser el modelo policial del siglo XXI. Aquí
nadie viene a hacer algo distinto, y creo que esta es una buena fórmula.
Además, si conociera lo que yo he hablado con el señor Moya estaría de
acuerdo conmigo. El señor Moya y yo hemos estado de acuerdo en que a lo
mejor la fusión de los cuerpos podía ser lo ideal para su asociación,
pero a lo mejor no era posible; que a lo mejor lo ideal era el
sindicalismo, pero a lo mejor la vía de la asociación de guardias
civiles, aumentando sus derechos de participación y sus funciones, era un
camino adecuado. Lo hemos hablado usted y yo. No entiendo que alguien se
rompa las vestiduras ni salga corriendo, diciendo que esto es poco menos
que dinamitar el diálogo.
¿Cambios hay que realizar? Desde luego. ¿Hay que modificar leyes? ¿Hay que
aumentar la coordinación? Por supuesto. Pero apelar al consenso más
amplio y al diálogo no creo que sea nada negativo. No se trata de
alargar, sino de escuchar. Si existen varias asociaciones, sindicatos,
expertos, ¿lo cerramos en la segunda sesión y ya no escuchamos a nadie
más? Yo creo que habrá que escuchar a todo el que tiene que opinar, ser
honestos en nuestros planteamientos, es decir, no ser obstruccionistas y
plantear un modelo que pueda ser compartido por los diferentes Gobiernos,
el que esté y el que venga. El modelo policial del siglo XXI no puede ser
un modelo de partido, tiene que ser un modelo de la sociedad. Si embargo,
parece que el señor Delgado lo que quiere es que el modelo policial sea
el de su partido, el de Podemos, pues lo siento.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias por su intervención, señor
Martín-Toledano.
Terminamos agradeciendo la comparecencia del señor Moya, sobre todo por la
aportación de documentación que ha hecho inicialmente, que será aún más
amplia porque la hará llegar a todos ustedes a través de la secretaría de
esta Comisión. Le despedimos, agradeciéndole todo lo que ha hecho por
esta Comisión. Muchas gracias.
Despedimos al señor Moya, pero el siguiente interviniente tiene un
problema logístico, con lo cual suspendemos momentáneamente la sesión
hasta prácticamente las diecisiete y treinta minutos para dar tiempo a
que llegue el siguiente compareciente. Muchas gracias. (Pausa).
- DEL SEÑOR MORENO CATENA (CATEDRÁTICO DE DERECHO PROCESAL UNIVERSIDAD
CARLOS III). (Número de expediente 219/001339).
El señor PRESIDENTE: Señorías, reanudamos la sesión dando la bienvenida a
esta Comisión a don Víctor Moreno Catena, que ha hecho un esfuerzo
volviendo de una preciosa capital de España para estar aquí con nosotros,
por lo que le agradecemos doblemente su presencia. Señor Moreno, tiene la
palabra durante quince minutos, entendidos de forma generosa, flexible,
para que usted vuelque todo lo que realmente nos quiere trasladar a esta
Comisión.
El señor MORENO CATENA (catedrático de Derecho Procesal Universidad Carlos
III): Muchas gracias, señor presidente.
Señorías, siempre es un motivo de satisfacción y un gran honor poder
comparecer ante los representantes del pueblo español y, especialmente,
en una Comisión de estudio de una materia en la que, hace muchos años,
tuve la oportunidad de trabajar durante una época de cinco años en la que
estuve desempeñando algunos cargos en el Ministerio del Interior. Tal vez
esa experiencia fue lo que motivó que me propusieran para comparecer ante
ustedes. Como fui -digamos- espectador privilegiado de algunas de las
modificaciones normativas -quiero recordar, por ejemplo, la inicial Ley
Orgánica del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil o la primera Ley
de Seguridad Privada-, quisiera compartir algo con ustedes esta tarde
sobre el modelo policial, someterme, por supuesto, a las preguntas o
cuestiones que ustedes estimen conveniente, y trasladarles mis
preocupaciones, que algunas tengo en esta misma materia.
Aunque ahora corren épocas en las que se habla de modificación de la
Constitución, para hablar del modelo policial necesariamente hay que
partir del marco normativo en el que nos estamos desenvolviendo. Y el
marco normativo de la Constitución española diferencia de un modo muy
claro cuál es el papel de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el
artículo 104, las diferencia perfectamente. Aquella discusión, que
ustedes por su edad más joven probablemente no conocerán, fue realmente
de calado para diferenciarlas
de forma clara de las Fuerzas Armadas que se regulan en el artículo 8. El
artículo 104 dispone que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bajo la
dependencia del Gobierno, tienen como misión proteger el libre ejercicio
de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana. Otro
precepto enormemente relevante por los cometidos o las misiones que
desempeñan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es el artículo 126 relativo
a sus funciones de Policía judicial, que depende de los jueces, los
tribunales y del Ministerio Fiscal, para la averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la
ley establezca. Este es el marco de actuación y de los cometidos que
constitucionalmente se encomiendan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
pero la Constitución también se refiere a la seguridad ciudadana o
seguridad pública en otros dos preceptos en sede de delimitación de
competencias, que no es cuestión baladí, en los artículos 148 y 149.
Aunque la evolución normativa de los estatutos de autonomía ha ido
equilibrando, no digo ya en aquel famoso café para todos, pero
equilibrando el ámbito competencial de las distintas comunidades
autónomas, es evidente que la reserva competencial para el Estado del
artículo 149.1.29 es la seguridad pública -dice la Constitución-, sin
perjuicio de la posibilidad de creación de Policías por las comunidades
autónomas en la forma establecida en los estatutos de autonomía en el
marco de una ley orgánica. En el artículo 148.1.22 se atribuye en general
a cualquiera de las comunidades autónomas, las del 148 y las del 149, la
vigilancia y protección de edificios e instalaciones, la coordinación y
demás facultades en relación con las Policías locales.
La Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
también fruto de una larga discusión, regula un modelo policial que yo
diría que fue superado desde el principio. Desde el propio marco de la
Ley Orgánica de 1986 o poco tiempo después, dicho modelo se vio superado
por el empuje del desarrollo normativo de las disposiciones finales
primera, segunda y tercera de esta misma ley orgánica, en las que se
reconoce y permite la creación de la Policía autonómica en el País Vasco,
de la Ertzaintza, de los Mossos d'Esquadra en Cataluña o de la Policía
foral en Navarra. Ese es el marco de esta ley orgánica que señala o
establece cómo se van a distribuir y quién tiene competencia para diseñar
el modelo policial, reservándose la seguridad pública al Estado, repito,
en el artículo 149.1.29. Nos encontramos con tres niveles de
administraciones que tienen o pueden asumir responsabilidad en materia
policial; por un lado el Estado, y luego hablaremos de la Policía y la
Guardia Civil y de otros cuerpos que también ejercen funciones
policiales, por otro lado, las comunidades autónomas y, por último, los
municipios. Respecto a las comunidades autónomas, alguna de ellas, en
concreto la Comunidad Autónoma de Canarias, ha creado el Cuerpo General
de la Policía Canaria a través de la Ley 2/2008, un cuerpo que realmente
tiene pocos efectivos, cien policías autonómicos, pero que asume la
coordinación e integra también a los 3800 policías locales de las Islas
Canarias. El resto de comunidades autónomas que tienen competencia
estatutaria y podrían dar el paso de crear un cuerpo de Policía
autonómico, no han tomado esa decisión, no sé si por falta de
presupuesto, no sé si por falta de recursos o, probablemente, porque
tengan otras preocupaciones más recientes y más relevantes que asumir la
dirección y la coordinación de la seguridad pública en su territorio. Hay
una Ley 8/2007 que no se ha puesto en marcha o no se ha desarrollado, que
es la referida a la Policía de Galicia. El tema se ha reconducido, con un
número de efectivos ciertamente escaso, con las unidades del Cuerpo
Nacional de Policía adscritas a las comunidades autónomas, a Galicia en
1991, a Valencia en 1992, a Andalucía en 1993 y a Aragón y Asturias, más
recientemente, en el año 2005. En las Islas Baleares el Parlamento ha
pedido al Gobierno que regule y desarrolle una Policía, pero eso no ha
tenido ningún efecto y, que yo sepa, no se ha tomado ninguna iniciativa
al respecto.
Aparte de las funciones, las competencias y el marco normativo
constitucional, otro punto es el número de efectivos. Quisiera compartir
con ustedes alguna preocupación. El número de efectivos policiales en
España da lugar a la ratio más elevada de los países de la Europa
comunitaria, sin duda la más alta de los países de la eurozona. Tenemos
alrededor de 78 000 -no recuerdo si son 78 200 o 77 800- miembros de la
Guardia Civil y 65 000 del Cuerpo Nacional de Policía. En plantilla hay
20 000 más, la plantilla de la Guardia Civil es de 85 000 efectivos y la
del Cuerpo Nacional de Policía de 78 000 efectivos; en definitiva, 143
000 policías y guardias civiles en activo que prestan servicio a la
sociedad española. Además de eso, dependiendo del Estado o del Gobierno
central tenemos el Servicio de Vigilancia Aduanera, que no podemos
olvidar que constituye un cuerpo policial, no excesivamente numeroso,
pero relevante en funciones singularmente de Policía judicial con 1800
personas; 5000 miembros del CNI que de algún modo también ejercen en
materia de protección de la seguridad pública; 26 200 policías
autonómicos, de las cuatro Policías, las tres reconocidas desde el inicio
más la Policía de Canarias; y unos 70 000 policías locales; en total, 246
000 policías. Eso da una tasa por habitantes del 4,9 por mil,
prácticamente del 5 por mil; la eurozona tiene una tasa del 3,6; Francia,
3,5; Alemania, 3; Reino Unido, 2,24; Estados Unidos, 2,29. Es decir, la
ratio de policías por habitante en España es extraordinariamente elevada.
Bien es verdad, y yo no estoy convencido del todo de que sea producto del
número de policías, que la función de garantizar la seguridad pública sí
parece que la cumplen nuestros cuerpos policiales; las tasas de
inseguridad son relativamente bajas, una de las más bajas de Europa. En
concreto, según cifras del Ministerio del Interior de 2015, España sería
el tercer país más seguro de la Unión Europea, por más que en las
estadísticas de 2017 haya habido un repunte del 1 %.
Junto con eso quisiera compartir con ustedes otra preocupación, España que
es uno de los países con menor índice de delincuencia, España que es el
país europeo, después de Austria, que tiene menos homicidios dolosos por
cada 100 000 habitantes, es decir, contados en relación con la población
o el número total de habitantes; sin embargo, tiene una regulación
penológica, de penas y de ejecución de penas, de las más severas de todo
el territorio europeo, sobre todo en lo que se refiere a delitos menores,
a los que algún sector de la doctrina denomina delitos de pobres. Tenemos
una tasa de encarcelamiento de las más altas de Europa, en el año 2010
llegó a 165 personas privadas de libertad por cada 100 000 habitantes.
Estamos ahora en 131 personas, pero nos situamos en la parte de arriba de
la tabla, es un país con muchos presos, con muchas personas en prisión.
Estos elementos, tasas de inseguridad bajas, mucha gente en prisión y un
sistema penológico de los más represivos o severos de Europa, conforman
el panorama de la seguridad pública en nuestro país. Y a esto tiene que
responder nuestra Policía, a mantener un nivel razonable de seguridad, a
mejorar en lo que quepa la seguridad pública con respeto y garantizando
el libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos. En el artículo 5 de
la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se marcan los
principios de actuación, y en el artículo 11 se establecen las funciones
de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Son funciones muy
amplias en su enumeración y en su ámbito y sería conveniente que fueran
conocidas por todos.
Quisiera referirme ahora a otro aspecto, a la seguridad privada, ya de
forma muy esquemática, ya que si hablamos del modelo policial es un
elemento que no se puede olvidar porque -hoy he venido con muchas cifras-
tenemos 80 000 agentes o vigilantes de seguridad privada, 80 000
empleados de las 1900 empresas de seguridad. Y claro, si sumamos 80 000 a
los 246 000 policías, nos da una cifra excesiva o bastante escandalosa en
comparación con los estándares europeos. La nueva Ley de Seguridad
Privada de 2014, que sustituyó a la Ley de 1992, dice en su exposición de
motivos que se modifica la óptica, y en lugar de una actividad
subordinada a la seguridad pública, se regula como una actividad de
cooperación, de corresponsabilidad, de complementariedad de la seguridad
pública. Quiero llamar la atención porque en tanto los controles
administrativos no sean lo suficientemente potentes para mantener bajo el
criterio de la responsabilidad a 80 000 vigilantes, la mayoría de ellos
armados, este es un problema no menor. En este sentido, la Ley de
Seguridad Privada establece también que se trata de una actividad propia
y que es una parte integrante de la seguridad pública. Me parece que el
foco hay que colocarlo en los problemas de coordinación, de acompasar las
actividades de todos aquellos que están interesados o concernidos por
garantizar el libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos. Eso del
Consejo de Política de Seguridad no funciona y las Juntas de Seguridad,
dependiendo de dónde, tampoco funcionan demasiado.
Daré dos notas sobre lo que quizás se cuestiona con más frecuencia, que es
uno de los dos cuerpos policiales, en concreto el que tiene mayor número
de efectivos, el Cuerpo de la Guardia Civil, que prevé la Constitución
que tenga naturaleza militar, la Constitución permite y alude a cuerpos
policiales sometidos a disciplina militar. Y está en discusión, yo he
oído debates o polémicas, la conveniencia de desmilitarizar la Guardia
Civil, de unificar la Guardia Civil y la Policía. A este próposito,
cuando hablamos de un cuerpo militar y de las fuerzas de seguridad no
podemos olvidar y no me resisto a mencionar de dónde veníamos en el
franquismo; en concreto de la Ley Orgánica del Estado de 1967 con aquel
artículo 37 que disponía que las Fuerzas Armadas de la nación,
constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las Fuerzas de
Orden Público, garantizan la unidad e independencia de la patria,
etcétera, etcétera. La Guardia Civil es un cuerpo que ustedes conocen
-creo que me ha precedido un compareciente de la Guardia Civil-, nace o
se crea por el duque de Ahumada en 1844, por tanto, un cuerpo de vieja
data. Sin embargo, hay cuerpos policiales de naturaleza similar en no
pocos países europeos. En concreto hay un tratado de 2012 publicado en el
Boletín Oficial de Estado, que España suscribe, en el que se crea la
Fuerza de Gendarmería Europea, la Eurogendfor, integrada por países como
Francia, donde existe la Gendarmería, por Italia con el Arma de
Carabineros, por Holanda con la Koninklijke Marechaussee y por Portugal
con la Guardia Nacional Republicana. Es decir, son países del núcleo duro
de la Unión Europea y todos ellos tienen cuerpos policiales sometidos a
disciplina militar, que dependen del Ministerio del Interior en las
funciones policiales, pero que de alguna manera están vinculados con sus
respectivos ministerios de Defensa y, además, con más fuerza incluso que
la propia Guardia Civil que depende de Defensa exclusivamente para el
escalafón, para la administración de su estatuto funcionarial profesional
o militar, pero que en todo el ejercicio de sus funciones depende del
Ministerio del Interior. Aparte de estos cuerpos de países próximos a los
que acabo de referirme, en la Europa comunitaria también Polonia y
Rumania tienen cuerpos de Policía sometidos a disciplina militar.
Por estas razones y en este momento histórico, sin perjuicio de cómo
evolucionen las cosas, creo que la unificación o, por decirlo en
positivo, el mantenimiento de los dos cuerpos es una decisión política
deseable. El mantenimiento de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de
Policía como dos cuerpos que de algún modo compiten en el mismo campo -y
créanme que el reparto de funciones que hacen los artículos 11 y 12 de la
Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es difícil de cumplir
porque, sin duda, se generan tensiones-, hay que resolverlo con un serio
compromiso por la coordinación de los cuerpos policiales, y con la
autoridad suficiente por parte de los responsables, de los altos cargos
de ambos cuerpos policiales y del Ministerio del Interior, para embridar
de algún modo y hacer desaparecer o disminuir las fricciones entre ambos
cuerpos y, en definitiva, mejorar en lo que se pueda y dar un servicio,
ya que garantizar la seguridad ciudadana es un servicio público que
compete a todos los poderes públicos, singularmente al Estado. Y estas
Cortes Generales en una posible y futura reforma o modificación de una
ley de nueva planta de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tendrán que
plantearse por qué modelo policial optan. Yo he intentado darles algunas
claves, poner encima de la mesa algunos problemas que se me plantean
cuando pienso en cómo podemos mejorar el modelo policial y hacer más
eficaz la garantía de la seguridad, con respeto y la mejora del disfrute
de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Muchas gracias, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Víctor.
A continuación, vamos a proceder a la fase de intervención de los
portavoces de los grupos parlamentarios. Veo al señor Armendáriz,
señoría, don Luis Miguel tenía una urgencia y, si a usted no le importa,
creo que podemos atenderla. (Asentimiento). Perfectamente. Tiene la
palabra don Luis Salvador.
El señor SALVADOR GARCÍA: Gracias, señor presidente.
En primer lugar, agradezco a mi tocayo la deferencia. De igual manera
agradezco a don Víctor Moreno su comparecencia y que hoy esté aquí con
nosotros. Como estas intervenciones quedan grabadas y, por tanto, podemos
acceder a ellas, aunque yo no le podré escuchar en la réplica, escucharé
atentamente su réplica a todos los portavoces y también a este que le
está hablando. Primero, evidentemente, se nota que tiene un conocimiento
detallado, no solo estadístico, sino en profundidad del funcionamiento
del modelo policial en España, cómo ha ido evolucionando y en lo que ha
ido derivando. En base a lo que usted ha expuesto, me gustaría que me
aclarara un poco más alguna que otra cuestión, entre otras cosas porque
nosotros estamos aquí en este momento precisamente para que personas como
usted y el resto de comparecientes nos aporten su visión, incluso lo que
consideran que habría que hacer para tener los mayores elementos de
juicio posibles en el momento en que tengamos que acometer la
conclusiones de esta Comisión.
Por una parte, ha detallado la evolución de la Policía, señalando la
irrupción en un momento determinado de la Policía autonómica a través de
una prerrogativa definida en sus propios estatutos. Ha hablado también
del número de efectivos en el conjunto de las fuerzas policiales de todo
tipo y en sus distintos niveles, manifestando claramente que tenemos una
ratio muy superior a la media de la Unión Europea, incluida también, como
es lógico, la seguridad privada. Y por otra parte, con independencia de
los datos que ha dado sobre nuestro sistema penal, el número de personas
que están en prisión, etcétera, también ha venido a decir que somos el
tercer país más seguro de la Unión Europea y, por tanto, en este sentido
hay cosas que se tienen que estar haciendo bastante bien. Entonces, si
vemos que la ratio de profesionales que están en el ámbito de la
seguridad es mucha más alta que en el resto de la Unión Europea, podemos
entender que lo mismo quizás haya más profesionales de los que serían
necesarios, pero si al mismo tiempo decimos que los resultados que se
están consiguiendo son muy buenos, yo quisiera preguntarle entonces por
el número de efectivos, incluso qué es lo que usted piensa de esa
pluralidad de cuerpos y cómo afecta como resultado final a nuestros
indicadores o a nuestras tasas.
En cuanto a las competencias y la coordinación, yo no voy a entrar a
juzgar como grupo parlamentario en este momento nada porque, repito,
estamos en la fase de esponja, de recibir, pero por su conocimiento del
modelo policial, cómo entiende usted que están desarrolladas las
competencias. Al final de su
intervención ha dicho que sería deseable el mantenimiento de los dos
cuerpos, Policía y Guardia Civil, pero el tema es: ¿alguien está hablando
de que desaparezca algún cuerpo? No, pero ¿deben seguir funcionando como
están funcionando hasta ahora? ¿Hay que hacer algo dentro de cada cuerpo
para que se adapten mejor a las necesidades globales y colectivas que
tenemos, para que puedan ser más eficaces todavía y gestionar mejor sus
recursos? Un ejemplo muy claro está en la Guardia Civil, el debate está
abierto, es decir, si debe seguir funcionando como lo está haciendo hasta
este momento, o sea, con el nivel de esparcimiento territorial actual y
con una situación en la que cada alcalde que tiene en su municipio un
cuartel de la Guardia Civil, si es necesario hace manifestaciones para
que no se lo quiten jamás. Quisiera conocer su opinión acerca de si el
modelo actual es más eficiente, o si entiende que habría que pasar a otro
modelo de gestión de los recursos diferente. Si usted piensa, como ha
dicho, que es deseable el mantenimiento de los dos cuerpos y la
coordinación, me gustaría que nos hablara un poquito de la redundancia de
tener varios cuerpos policiales atendiendo los mismos temas. Y no me
refiero en este caso solo a la Policía y la Guardia Civil, hay ámbitos
donde pueden concurrir hasta tres y cuatro policías para una misma
cuestión. Me gustaría sobre todo aprovechar su experiencia para que se
mojara un poco, aunque fuese a modo indicativo, y nos diera sus
valoraciones personales en base a su conocimiento. Usted está aquí por su
reputación para darnos visiones que nos puedan resultar de interés. Por
una parte, estamos hablando del número de efectivos, de la coordinación y
la redundancia, pero también me gustaría que opinara sobre el tema de la
incorporación de la mujer a la seguridad y a los cuerpos policiales.
¿Cuál es su opinión sobre los modos de acceso? Estamos hablando de que, al
final, todos forman parte de un pack de la seguridad pública, pero al
mismo tiempo los niveles de acceso a cada uno de los cuerpos, por sus
propias características, son totalmente diferentes, aunque después a
veces las exigencias son muy parecidas, independientemente de cuál sea el
cuerpo policial, aunque nosotros entendemos que en ese sentido hay
diferencias. Y quizás también pueda aportarnos algo con relación a la
promoción interna.
Y con relación al modelo policial, surge también un nuevo contexto, el de
la globalización, que también ha alterado el modo de funcionamiento. La
Guardia Civil, que en su momento fue diseñada para desarrollar un tipo de
trabajo y se adaptaba a una necesidad, a unas determinadas amenazas, hoy
en día, con la globalización, se enfrenta a las mafias y a todo el crimen
organizado, con material de altísima tecnología y muchos medios. A veces
he hablado con profesionales de la seguridad y siempre dicen que los
malos tienen muchos más medios y están más actualizados. ¿Qué podría
decir al respecto en cuanto al efecto de la globalización? ¿Qué habría
que cambiar?
Y para terminar, la irrupción del mundo digital, que parece algo distinto.
La primera comparecencia fue la de alguien que perfectamente podía haber
comparecido en la ponencia que tenemos abierta sobre ciberseguridad. El
señor Enrique Ávila la semana pasada dijo algo que es muy clarificador:
donde hay un escenario de crimen hay un escenario de cibercrimen, lo que
también altera todos los elementos, tanto en la forma de ejercer la
investigación, como en la forma de ejercer la vigilancia, la seguridad,
la gestión de los recursos humanos e incluso en la propia capacitación,
detectándose que en determinados ámbitos podemos no ser competitivos con
el mercado.
En definitiva, he abierto una serie de espacios sobre los que, después de
esas fantásticas estadísticas que nos ha mostrado, con ese conocimiento
profuso que se ve que tiene, quisiera que nos aportase su propia opinión.
Y no tema mojarse en esta Comisión, porque para nosotros es un placer que
usted lo haga, nos da una información mucho más relevante, ya que otras
quizás son más accesibles para nosotros.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Luis Salvador.
A continuación, tiene la palabra el portavoz del Grupo Mixto, don Carlos
Salvador.
El señor SALVADOR ARMENDÁRIZ: Muchas gracias, señor presidente.
Buenas tardes, señor Moreno. Quisiera darle la bienvenida a esta Comisión
y agradecerle las explicaciones y la descripción que ha hecho de nuestro
actual modelo. No obstante, me va a ser difícil poder formular preguntas
distintas, porque son muchas las que ya se han hecho y, realmente, como
estamos al inicio de esta Comisión, ha tenido usted la suerte de que
todavía no nos lo sabemos del todo, como para exprimirle. Como digo,
agradezco sus explicaciones y descripción.
Quiero empezar reivindicando la labor de nuestros profesionales de la
seguridad, de la Policía y de la Guardia Civil. Yo vengo de Navarra y le
puedo asegurar que no seríamos hoy el país que somos si no fuera por la
actividad profesional que durante muchos años han tenido en mi tierra
tantos policías y guardias civiles. Lo cierto es que -hoy no lo vivimos-
hemos tenido un problema de inseguridad, de ataque a la libertad y a la
paz como no ha habido en ningún otro país de la Europa con la que
nosotros nos relacionamos; una banda terrorista con un apoyo social
impresionante durante muchos años, y la labor de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado ha sido intensa, ha sido eficaz y ha sido necesaria,
y hoy de alguna manera muchos podemos gozar de seguridad, paz y libertad
gracias a su labor. Por tanto, aprovecho la suerte que tenemos de
estudiar el futuro del modelo policial para empezar agradeciéndoles su
labor.
Usted ha descrito cuál es la situación y mi primera pregunta es si se
podría mantener el ratio de seguridad. Creo que ha dicho que somos los
terceros de Europa con menos profesionales; no sé si, en total, son 326
000 los profesionales públicos y privados que existen en España. Es
decir, ¿con el actual modelo o uno similar se podrían mantener esos
ratios? ¿El éxito en la seguridad depende de que, efectivamente, tengamos
ese ratio de profesionales de la seguridad por número de personas?
De ahí surge la pregunta que ya le ha formulado mi compañero, y es, en
definitiva, si el actual modelo cumple la función constitucional para la
que está señalado, es decir, desde su punto de vista, como experto, cómo
podríamos cambiarlo o mejorar. Eso es lo que nosotros podemos pedir que
nos sugiera en esta Comisión. ¿Ruptura o reforma? Quisiéramos saber si, a
su juicio, lo que se requiere para el futuro son ciertos retoques que
hagan más eficaz u óptima la labor de todos estos hombres y mujeres.
Y en esa modificación -yo no compartiría que debiera haber una ruptura-,
¿cuáles deberían ser los cambios legislativos que nosotros deberíamos
iniciar para un nuevo modelo? Quisiéramos saber también si en esa
revisión normativa para hacer más eficiente la labor de las distintas
policías, central, autonómica y local, debiéramos revisar los cuadros de
competencias.
Ha hablado usted de colaboración y creo que es importante. Tras el último
atentado en Barcelona se produjo una polémica sobre la comunicación. Creo
que si mantenemos un sistema heterogéneo habrá que reforzar esos
vínculos, esa cooperación o colaboración. El problema es quién pone orden
en todo ello, quién es el que determina el cómo, y, obviamente, también
jugar con la lealtad de aquellos cuerpos que quieran integrarse en un
sistema que les haga obligatorio estar coordinados. En el fondo, lo
importante es que el modelo sirva para cumplir la función constitucional
que recoge nuestra Carta Magna.
Coincido con usted en que no es necesaria en ningún caso la
desmilitarización de la Guardia Civil y que, desde luego, los dos cuerpos
cumplen correctamente sus funciones. Pero si hubiera que hacer algún tipo
de cambio para que hubiera más colaboración, le agradaría que, si lo
sabe, nos lo expresara. En todo caso, ¿cómo percibe usted que son los
cambios que habría que hacer en el actual modelo para que cumpla mejor su
función en el futuro?
Siento preguntarle así, de manera tan abstracta, pero no soy un experto en
la materia, pertenezco a un grupo muy pequeñito, soy un político orquesta
y tengo que estar en muchos sitios. Desde luego, poco a poco, conforme
vayamos entrando en las distintas comparecencias, aprovecharemos sus
comentarios mucho mas.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Salvador.
A continuación, convocamos a la palabra al portavoz del Grupo
Parlamentario Vasco. (Pausa). No hay nadie en la sala.
¿Grupo de Esquerra Republicana? (Pausa).
Tiene su turno de intervención don Manuel Monereo, en representación del
Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.
El señor MONEREO PÉREZ: Gracias, señor presidente.
Gracias, señor Moreno Catena, porque nos ha dado una visión nueva sobre lo
que hasta ahora hemos estado debatiendo. Básicamente habíamos hablado de
un subsistema de un sistema, de las Fuerzas de Seguridad y de su
organización y distribución, pero usted nos da el sistema penal completo,
es decir, su intervención incardina un tema que he notado en la otra
intervención y ahora usted sitúa: el control social formal, es decir, el
sistema penal en su conjunto y, dentro de él, qué papel juegan las
fuerzas de seguridad y policía en nuestro país. Creo que tiene mucho
interés esta cuestión y usted ha hecho una descripción muy sugerente y
solvente de ese sistema penal en su conjunto. Por cierto, creo que es muy
típico de los
procesalistas: cruzan el sistema continuamente, de arriba abajo y de abajo
arriba, lo cogen al principio y lo sueltan prácticamente al final.
Ha hecho usted tres caracterizaciones interesantes. Una de ellas dice que
es un sistema penal especialmente duro; dramáticamente duro, diría yo. Es
un sistema con muchas penas, con penas muy altas y mecanismos muy fuertes
de prevención negativa general. No llega al derecho penal del enemigo
pero ya tenemos muchas zonas próximas a eso. En segundo lugar, dice que
es un sistema que provoca una altísima tasa de penados, es decir, tenemos
unas cárceles diría que engrandecidas, con una altísima tasa de
encarcelamiento. En tercer lugar, diseña un sistema de organización y
distribución de las Fuerzas de Seguridad enorme. Y la primera pregunta
es: ¿Resulta eficaz el sistema penal? Y la segunda: ¿El sistema penal es
eficiente? Y dentro de eso hay que ver cómo se pueden articular las
fuerzas de seguridad y orden y policial. ¿El sistema penal es eficaz
porque quien la hace la paga y funciona o el sistema eficaz es evitar que
haya delitos y que la gente termine encarcelada? Seguramente es una
pregunta de metafilosofía penal, pero creo que tiene una cierta
importancia. Si no, parecería que la Policía funciona para dar seguridad
pero no sabemos qué tipo de seguridad y cómo nos la da. Muchas veces
cuando hablamos de la Policía y de los asuntos que estamos tratando
ahora, básicamente con los sindicatos y asociaciones, parece que son casi
un fin en sí mismo; funcionan porque son parte de un sistema que genera
determinadas consecuencias. Y la segunda pregunta: ¿Es eficiente el
sistema? Creo que no, por lo que usted plantea. La relación entre medios
y fines demuestra que, por las ratios que usted ha señalado, no es un
sistema eficiente. No sé si será eficaz, pero eficiente parece que no. ¿O
sí? Es decir, ¿que seamos el tercer país en esta ratio de seguridad es
producto de eso o no? Tiene una cierta importancia. ¿Por qué? Porque es
la dimensión del sistema de nuestras fuerzas de seguridad.
En el muñeco que estamos construyendo de lo que podamos llamar el
diagnóstico general de estas fuerzas de seguridad aparecen tres o cuatro
aspectos que nos van dando pistas de por dónde van las cosas. El primero
es un cierto despilfarro. Económicamente, somos el sistema más costoso de
Europa, con mucho, por encima de la media europea. En segundo lugar, la
duplicidad de instancias es enorme; la duplicidad, el solapamiento y una
inadecuada división de funciones y de competencias. Y luego, al final
siempre nos queda la duda de que la articulación entre los cuerpos que
componen nuestra seguridad es profundamente inadecuada. Claro, uno
siempre acaba preguntándose si desmilitarizamos o no a la Guardia Civil.
Dejemos eso a un lado en este momento. Es decir, ¿es aconsejable que en
un país como este haya cuatro cuerpos de seguridad que no se conozcan ni
se entiendan y difícilmente se coordinen? Por ejemplo, en el País Vasco,
que conozco bien, ¿cuál es la diferencia entre el campo y la ciudad? Allí
hay cuatro cuerpos de seguridad que están chocando, y lo que nos dicen es
que ni se conocen, y algunas veces ni se saludan. ¿Funciona esa
metodología?
Para terminar, porque no quiero pasar de mi tiempo, decía Polibio que el
mérito de Roma estaba en que mantenía las tres formas de Gobierno en una
y que eso hizo que Roma se desarrollara. En este proceso sobre el que
estamos discutiendo, en el que inevitablemente vamos a tener que meter
mano al melón de la Constitución en el tema de las comunidades autónomas,
¿no sería más interesante pensar que los que hasta ahora hemos definido
como los tres tipos de modelos policiales se pudiesen concretar en un
modelo único de policía, con tres grandes funciones que las distintas
instancias policiales pudieran cumplir? Pongo un ejemplo, la idea de un
servicio de seguridad a la británica. ¿No sería eso lo que tendría que
cumplir la policía municipal? ¿Es creíble que la policía municipal tenga
fuerza antidisturbios? Digo esto porque alguna vez lo he tenido que
sufrir en mi vida y siempre me llena de emoción. ¿Es eso factible? ¿No
sería mejor una policía de proximidad que básicamente fuese la policía
municipal, muy diferenciada en funciones de las demás? Tampoco digo que
sean los bobbies.
En segundo lugar, el papel de las policías de las comunidades autónomas.
Como el Estado es el que las paga, es una dea; así trabaja cualquiera y
por eso los demás no las tienen. Pero imaginen que Baleares dice que
quiere tener su policía. Al final, este tipo no es más que la duplicidad
de la policía del Estado, no algo diferente. ¿Y para qué queremos dos
policías que compitan?
Y, finalmente, la tercera idea, relativa a la competencia. Esto no es el
libre mercado, ¿no? No es la competencia entre capitales que luchan entre
sí maximizando la ganancia. Estas son organizaciones que tienen
estructura, y la competencia entre sí no genera por la mano invisible el
bien común; lo que genera es ineficacia y ruptura. Por eso, si no
unificamos los cuerpos el problema es que vamos a tener niveles continuos
de enfrentamiento de policías entre sí y, al final, nuestra supuesta
eficacia será a costa de una gran ineficiencia.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Monereo.
A continuación, dando voz al Grupo Parlamentario Socialista, tiene la
palabra don Pedro Muñoz.
El señor MUÑOZ GONZÁLEZ: Gracias, señor presidente.
Señor Moreno, decía al inicio que era un honor para usted comparecer ante
las Cámaras. Para nosotros también lo es que comparezca, por esa doble
condición académica y práctica, por haber estado en la sala de máquinas y
saber cómo funciona un Gobierno, máxime en un tema tan complicado como es
el que hoy nos ocupa.
En principio las cosas podrían parecer claras, pero, como se ha encargado
de manifestar el anterior interviniente, las cosas no están tan claras,
tienen muchos perfiles y muchísimas dificultades. Si uno coge la Ley
Orgánica 2/1986, verá que su artículo 1 deja claro que la seguridad
pública es una competencia exclusiva del Estado, y, si avanza, verá que
las comunidades autónomas participan en el mantenimiento en los términos
establecidos en sus propios estatutos y en lo que dispone la propia ley;
y si sigue avanzando, ya encuentra algún problema más, porque dice que
las corporaciones locales participan en el mantenimiento a través de la
Ley de Bases de Régimen Local. En primer lugar, lo de las comunidades
autónomas solo se podría salvar si se las da aquello que se las dio, la
condición de policía integral; si no, tienen dificultades. De ahí que,
acerca de cuando usted hablaba de que las disposiciones finales de esta
ley establecían algún problema, creo que también establecían alguna
claridad: al menos, dejaban un marco. El problema ha venido después -no
tanto por esas tres disposiciones finales para cada uno de los cuerpos,
la policía vasca, la policía de Cataluña y la policía navarra-, fue
entonces cuando empezaron los experimentos, a los que se ha referido
usted, o algunos que ni siquiera han definido con el nombre de la policía
autonómica pero que se acercaban a ella. Ahí está la famosa Bescam en la
Comunidad de Madrid y ahí está la adscripción de unidades de la Policía
Nacional a las comunidades autónomas, lo que, por ejemplo, lleva al
sinsentido de que esas unidades estén haciendo investigación en materia
de incendios forestales, cuando debería hacerlo el Seprona, de la Guardia
Civil. Como es la adscrita a la comunidad autónoma, los organismos
relacionados con el medio ambiente en esa comunidad autónoma utilizan a
esos funcionarios. En definitiva, quizás estaban mejor aquellas que
quedaron definidas en la propia disposición final, porque lo que vino
después fue peor.
Si hablamos de las corporaciones locales, nos encontramos con que esa
referencia hoy ya estaría en entredicho, porque si la referencia es la
Ley de Bases de Régimen Local, cuando el propio desarrollo autonómico
posterior habla de las competencias plenas en esa materia por parte de
las comunidades autónomas, es que ya está hasta entredicho que se pueda
fijar mediante una Ley de Bases de Régimen Local un listado de
competencias, porque hay comunidades autónomas que tienen esa capacidad
plena en cuanto a la legislación de régimen local. Y ahí la solución la
podría aportar la necesidad de una ley marco con relación a las policías
locales o que esa función marco también la pudiera desarrollar la
modificación que se haga de la Ley Orgánica 2/1986, porque algo habrá que
hacer. Si no, nos enfrentamos a una situación que a veces crea confusión,
y que a veces haya confusión en materia de seguridad y Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad tiene mal arreglo.
Hablaba usted también del servicio de vigilancia aduanera, a lo que
sumamos las policías administrativas y agentes medioambientales. ¿En qué
términos debería ser recogida toda esta situación? ¿En qué términos
debería avanzarse en ese carácter de agente de la autoridad? Lógicamente,
todo ello es algo que habría que definirse en esta reforma necesaria de
la Ley Orgánica 2/1986.
Después se ha referido a otra cuestión también importante, la regulación a
través del decreto de 1987, sobre las policías judiciales, y la
modificación de 2002. Creo que aquel fue un decreto modélico, prueba de
ello es que continúa en vigor. Es verdad que la gente que se empleó en él
era de primer nivel. No obstante, ¿habría de avanzar más hacia la
garantía de autonomía de los miembros de la Policía Judicial y hacia ese
acercamiento entre esas unidades, más de lo que ya se determina en el
propio decreto en cuanto a la función que deben tener asignada por los
juzgados, tribunales y el ministerio fiscal? ¿Cómo podría avanzarse en
ello y regularse más? ¿No sería necesario incluir y elevar el rango de
esa norma, para que la garantía llegase por la vía de una ley, y no con
una reglamentación a través de decreto? Creo que debería avanzarse en
ello.
Es verdad que estamos en un país donde hay un importante número de
miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero esta
situación atípica con relación a los países de nuestro entorno también
genera unos niveles de delincuencia, en consonancia con ello, menores que
en otros países. Es cierto que ello no debe corregirse por la vía
puramente penal, y mucho menos por la vía del populismo
punitivo, porque eso al final lo que está generando es una hiperinflación
en los establecimientos penitenciarios y, sobre todo, una elevación
desmesurada de las penas por la represión de algunas de las conductas.
Creo que ese camino que se avanzó con la aprobación del Código Penal de
1995 ha ido produciendo una labor de deconstrucción del mismo, para no
potenciar las medidas alternativas que se daban a las penas de prisión y
sí incidir en cada una de las reformas, sobre todo en las últimas que se
llevaron a cabo por los Gobiernos conservadores de este país en el
aumento de las penas. Creo que eso no es lo correcto. Lo correcto debería
haber ido por el avance hacia aquellas penas alternativas que se
establecían en nuestro modelo del Código Penal de 1995. En este sentido,
nos parece que tiene mucha importancia que se retome este tema, porque si
unimos un número mayor de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
y un aumento de las penas estamos creando una situación que no tiene
lógica; o una cosa o la otra. Pero tampoco despreciemos el que haya un
número importante de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
porque unos niveles bajos de delincuencia también aporta al país
seguridad, aporta a la propia economía que se viene de vacaciones a
países seguros. En fin, todas estas cosas están unidas y, por lo tanto,
creo que el concepto no debe ser simplemente quedarnos en el dato de que
haya más o menos efectivos.
Asimismo, se ha referido a la seguridad privada, y lo puede decir con
conocimiento de causa porque estuvo en la primera. De la subordinación a
la complementariedad, ha dicho usted. Claro, ese es el problema. Es que
el modelo de acción política llevó a la complementariedad y dejó de ser
subordinada. Y cuando deja de ser subordinada y empieza a ser
complementaria, llega a la calle y ocupa espacios públicos. Aquello que
se decía de que se salía fuera porque era fin de semana, se había roto un
cajero y había que estar de vigilancia para la seguridad, no; la
seguridad privada debe estar constreñida a desarrollar una función
subordinada de lo que es la seguridad pública, porque esta se ejerce a
través del poder público y sus agentes, que son las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. Por tanto, creo que habría que dar una vuelta en
esta regulación, para encaminarla hacia la subordinación y eliminar ese
otro factor.
Coincido con usted con relación a la Guardia Civil. Lo importante es
dignificar la función de sus componentes, dignificar su estatus, su
situación laboral, darles los derechos que les corresponden. Pero no creo
que sea un problema que se subordine única y exclusivamente a que sea un
instituto de carácter militar. Lo importante es que tengan esa función,
que es lo que a nosotros nos interesa.
Estas son algunas de las cuestiones acerca de las que si puede profundizar
en su segunda intervención se lo agradeceríamos.
Gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Muñoz, por su intervención.
Pasamos pues a la respuesta condensada, como decía un profesor mío: con
sisa y con seso, y dispone de cinco minutos para todas estas cuestiones.
Pero tampoco se apure, porque, si usted quiere hacer las contestaciones
en condiciones, lo puede remitir por escrito...
Perdón, he olvidado al Grupo Parlamentario Popular; me he lanzado
indebidamente. Discúlpeme, señora Vázquez. Tiene la palabra su señoría.
La señora VÁZQUEZ BLANCO: Gracias, señor presidente. Aunque seamos los
últimos somos el grupo mayoritario en el Congreso de los Diputados.
Agradezco la comparecencia del señor Víctor Moreno Catena. Muchas de las
preguntas ya han sido formuladas por mis compañeros. Mis reflexiones no
van a tener mucha importancia. Pertenezco a uno de los cuerpos y debo
intentar reflexionar lo menos posible, no vaya a opinar sobre la
militarización de la Guardia Civil, en lo que, obviamente, puedo
coincidir con el Grupo Socialista y con usted en que no es un problema
lógicamente, y hay casos y ejemplos en la Unión Europea en los que
conviven los cuerpos perfectamente. Me gustaría que fuera valiente cuando
conteste a las preguntas, porque he estado mirando su currículum y sé que
ha sido secretario general técnico y subsecretario, y entonces es una
persona que conoce muy bien la casa, cómo funciona. Aquí la prensa no
suele venir, no suele hacer mucho caso a esta Comisión. En cambio,
nosotros, el Grupo Popular, sí la hemos dado mucha importancia, fue uno
de los acuerdos a los que habíamos llegado con el Grupo Ciudadanos para
la investidura del presidente Rajoy en su momento, y es una Comisión para
cuya composición -al igual que he hecho referencia a su pasado- también
nosotros hemos tirado de referentes que han tenido que lidiar con las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, coordinar y gestionar en el
día a día. Entonces, el que tiene a su lado es el presidente y ha sido
delegado del Gobierno en Castilla y León, la que tengo detrás de mí ha
sido delegada del Gobierno en Baleares y hace un momento estaba la que
fue delegada del Gobierno en
Canarias. Todos entramos con mucha ilusión de cambiar el modelo y la Ley
2/1986, que creo que es el principio de todo esto, y debemos ser
valientes y afrontar esa reforma.
A raíz de algunas de las consideraciones hechas, el otro día hubo un
incendio en un parque natural, en mi pueblo, y de repente veo,
efectivamente, tres cuerpos investigando. Era la policía autonómica de
Galicia, la adscrita, que tiene competencias medioambientales, el Seprona
y los agentes forestales y medioambientales. Lógicamente, es una
barbaridad, porque, por otro lado, también tenemos el servicio de
atención de llamadas, es decir, desde hace muchos años esa llamada va a
otro cuartel más grande. El otro día hacíamos una valoración con el
presidente de la Comisión y nos preguntábamos por qué no cedemos una
parte del territorio a los agentes forestales y medioambientales que
andan en los pueblos, por qué no pueden tener a lo mejor un carácter
disuasorio, porque muchas veces son los primeros que están al lado del
ciudadano. Es un ejemplo, simplemente son ideas.
Me gustaría saber si en este modelo usted abogaría por la especialización
o por la territorialidad. Creo que la Ley 2/86 hizo algo ambiguo y ahora
ya no se cumple. Estamos todos en todo. Cuando era ministro el señor
Rubalcaba le hice una pregunta sobre cómo se perjudica en Galicia una
operación contra el narcotráfico en la que estuvieron involucradas la
policía y la Guardia Civil y no acabaron a tiros entre ellos de
casualidad. Al final, se beneficiarían las langostas que se comieron toda
la coca. Esto, que es un ejemplo de hasta dónde se puede llegar -habrá
pasado más veces, pero en su momento ese tuvo repercusión en la prensa-,
no puede volver a pasar.
Coincidimos en que la ratio de efectivos es extensa. El Grupo Popular no
se va a meter en la seguridad privada. Dentro del modelo policial del
siglo XXI no los vamos a meter. El otro día ya hice un resumen de lo que
considerábamos que era en lo que debíamos trabajar y hemos solicitado las
comparecencias de policía, Guardia Civil, policías locales, agentes
forestales, aduanas, portuarios... Señor presidente, lo puede decir en
alto porque estamos en casa.
El señor PRESIDENTE: Policía de la Agencia Tributaria.
La señora VÁZQUEZ BLANCO: Los de la Agencia Tributaria y las autonómicas.
La coordinación con las autonómicas. Sé que aquí no les preocupa, no
vienen a ninguna de las comparecencias. A nosotros sí que nos preocupa
cómo es la coordinación, qué debemos reforzar, si deben tener o no todas
las competencias. Es verdad que en la lucha contra el terrorismo se les
ha dado la posibilidad de estar en CICO y no quieren estar. ¿Qué
cambiaríamos respecto a la coordinación con las tres policías
autonómicas? Queremos saber si debemos seguir así o debemos cambiar.
En la Ley de seguridad ciudadana -usted conoce la anterior y ahora la
hemos cambiado-, para apoyar de alguna manera a la Guardia Civil, porque
así nos lo pedían, introdujimos las devoluciones en caliente, es decir,
que la Guardia Civil pueda hacer esa entrega en frontera inmediatamente.
Quisiéramos saber si está de acuerdo con que se siga con ese
procedimiento. ¿Cómo podemos ayudar a la Guardia Civil en Ceuta y en
Melilla?
La formación. Nos gustaría saber si considera que deberíamos regular en
una ley de bases toda la formación para todos los agentes portuarios,
para todas las policías locales, porque nos consta que el acceso es
distinto en cada uno de los municipios, en cada uno de los puertos.
Se ha puesto de relieve que acceden menos mujeres a los cuerpos. Yo no sé
si ahora en los procesos selectivos hay cuotas para mujeres y para
hombres, pero creo que no. Cuando yo accedí a la escala ejecutiva de la
Policía Nacional nuestras pruebas eran diferentes, ya que por nuestras
características físicas son más fáciles que las de los hombres; por
ejemplo, si nosotras corríamos mil metros, los hombres corrían dos mil.
No sé si ahora hay plazas reservadas para hombres y para mujeres, aunque
creo que no. Me parece que partimos de un error, porque decimos que
estamos discriminando el acceso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado. Creo que en algún cuerpo, no sé si en policías locales y en el
resto, no son diferenciadas. Quisiera saber si debemos hacer un
apercibimiento para que se puedan hacer de manera diferenciada los
procesos selectivos.
Finalmente, en cuanto a la estructura de la Guardia Civil en el mundo
rural, voy a apoyar al Grupo Socialista si hay que tomar medidas, porque
somos leales. Hoy aquí el portavoz del Grupo Socialista decía que el
cierre de cuarteles había que hacerlo con pinceles de forma fina. Hace
dos meses el Partido Socialista en un ayuntamiento en Orense le presentó
a esta diputada una moción en la que instaban a que no se procediera al
cierre del cuartel. Me llamó el secretario del ayuntamiento para saber
dónde me notificaba la moción que se aprobó contra mí. Yo dije: Hombre,
será contra el ministro o contra el Gobierno, pero no contra esta
diputada. No vayamos a los personalismos ahora que hemos pasado de las
bombas
láser de precisión y no digamos que vamos a cerrar cuarteles con pinceles
de forma fina. Seamos sensatos y escuchemos a los expertos. Lo que
tenemos que hacer es dar seguridad. Yo no quiero que se cierre el cuartel
de mi pueblo, pero si no cerrarlo es estar disponible todo el tiempo
esperando que suene el teléfono, creo que estamos engañando a los
ciudadanos. Le agradecería que nos dijera por qué aboga usted en el medio
rural para mantener unos niveles óptimos de seguridad, si podemos evitar
cerrar cuarteles o qué fórmula cree que es mejor desde su experiencia.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Vázquez. Le pido disculpas por
el olvido.
Reitero al compareciente que dispone de un tiempo limitado a cinco minutos
para responder al importante volumen de consideraciones. También le digo
que no se apure, porque puede hacer llegar por escrito a la secretaria de
la Comisión sus conclusiones y respuestas a las cuestiones que han
planteado los señores diputados.
El señor MORENO CATENA (catedrático de Derecho Procesal Universidad Carlos
III): Lo voy a intentar, sin perjuicio de que, sin duda, enviaré por
escrito algunas respuestas.
Les agradezco sus intervenciones, que han sido bastante densas. He tomado
un montón de notas. Hay una preocupación general -yo también la tengo-
por el tema de la falta de coordinación entre varios cuerpos policiales.
Inicialmente, quiero referirme a una cuestión. La función de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado es doble, y por eso he hablado de los
artículos 104 y 126 de la Constitución. Primero está la seguridad
preventiva, impedir la comisión de delitos, garantizar la tranquilidad y
la vida pacífica de la gente, de la ciudadanía, es decir, que el
ciudadano pueda ejercitar sus derechos fundamentales y su libertad -esa
es la función fundamental de la policía-; segundo, una vez que se ha
producido el delito, porque se incurre en conductas tipificadas en el
Código Penal, hay otra función policial, que es la de la Policía
Judicial, la de descubrir los delitos y poder perseguir las conductas
delictivas. A eso hace referencia la política criminal a la que se
refería el diputado señor Monereo. Efectivamente, la política criminal
empieza casi siempre con la actuación policial y termina, si se descubre
el delito y se dicta una sentencia condenatoria, en la inmensa mayoría de
los casos -a mí no me parece demasiado adecuado-, con una pena de
prisión. La respuesta punitiva no tiene por qué ser siempre la prisión,
pero en nuestro sistema, en la deconstrucción -me parece que alguien ha
utilizado ese término- del Código Penal de 1995 hemos llegado a que la
actuación de la Policía Judicial, del descubrimiento y la persecución, en
definitiva, de la política criminal es responsabilidad de la policía, y
en esa función tengo que hacer referencia a que el Decreto de 1989 es
manifiestamente mejorable, por decirlo en términos muy suaves.
Para empezar, habrá que decidir si en cumplimiento del mandato
constitucional del artículo 126 se hace depender a la Policía Judicial,
es decir, a la policía de investigación criminal, solo de los fiscales
investigadores (si es que finalmente esta casa termina aprobando una
nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal y adecuamos la realidad del proceso
penal español a lo que es común en toda Europa y en todo el mundo
occidental y nos quitamos de una vez la rémora, pero de eso no toca
hablar hoy), porque entonces podríamos estructurar un cuerpo
especializado en investigación criminal, en las distintas partes de la
criminalística, que es muy compleja, que incluso pudiera depender, como
se dice en algunas de las propuestas -en concreto la del Código Procesal
Penal, que presentó el Gobierno del Partido Popular-, del ministerio
fiscal; es decir, que fuera el que mandara sobre la policía judicial
-este es un modelo que existe en algunos países-, de tal manera que la
responsabilidad de las autoridades del Ministerio del Interior derivara
en el responsable de la investigación, en el responsable de la política
criminal, que sería el ministerio fiscal. Pero el grueso de las fuerzas
de seguridad se dedica a la policía de seguridad, no a la policía
judicial, y también a las unidades de intervención, eso a lo que antes se
refería el diputado señor Monereo. Esta policía de seguridad ejerce
funciones fundamentalmente de policía administrativa y de prevención del
delito. El concepto de seguridad lo aprendí hace muchos años, cuando en
alguna comparecencia en el Parlamento Europeo, en una comisión de
estudio, se planteaba que en la seguridad pública también era un elemento
muy importante el alumbrado público, porque una calle iluminada frente a
una calle oscura genera distintos grados de sensación de seguridad o de
tranquilidad, incluso hay menos delincuencia en el primer caso. El
concepto de seguridad es muy amplio y en él entran, sin duda, los
elementos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Me parece enormemente importante la especialización. Creo que a estas
alturas el policía, sea autonómico, del cuerpo nacional, de la Guardia
Civil, que sirve para todo, que es capaz de hacer todo,
resulta absolutamente ineficiente y también ineficaz. Para mejorar el
sistema, probablemente habría que hacer un estudio más detallado de qué
parte de la policía se dedica a cada cosa.
El diputado de Ciudadanos, señor Salvador García, se ha referido a las
amenazas del mundo digital, a los problemas de delincuencia digital. La
investigación de esas amenazas requiere, sin duda, una especialización de
los encargados de evitarlas.
A don Carlos Salvador le tengo que decir que creo que hay que revisar los
cuadros de competencia sin perder de vista que si tenemos varios cuerpos
policiales en un mismo territorio nos vamos a encontrar, por muy
perfectos que hagamos dichos cuadros, con situaciones de conflicto, de
fricción que hay que resolver con un concepto muy caro para mí, muy
querido, que es el de lealtad, aplicable a otras muchas cosas y a otras
muchas situaciones, también en la vida política. La lealtad, desde luego,
y la coordinación son fundamentales. No hay que perder de vista para qué
están ahí los policías, las fuerzas de seguridad, que no están para
ponerse medallas unos u otros, sino para que vivan mejor los ciudadanos,
para servir a los ciudadanos. La mayoría de los policías, de los guardias
civiles y de los policías autonómicos -yo los conozco menos- tienen bien
interiorizada esa función; otra cosa es que en algunos momentos se les
pueda obnubilar la mente o que algún mando pretenda llevar adelante
alguna operación.
Hay muchas duplicidades. Se quiere dar a un policía un sentido de policía
integral y parece que un policía integral es un policía orquesta que sabe
hacer de todo y que es capaz de investigar un homicidio, de acudir a
investigar un incendio forestal, etcétera. Tenemos que tener muy claro
que cada cuerpo policial debe hacer cosas distintas.
El señor Muñoz y la señora Vázquez han hablado de las investigaciones
medioambientales, que es un tipo de policía administrativa, como los
agentes portuarios. En todo caso, se trata de policía preventiva, no son
agentes de la autoridad. Esa definición está muy oscura en la ley y creo
que se necesita que el Poder Legislativo tenga las ideas mucho más claras
de lo que las tuvimos o tuvieron en el año 1986 o al hacer el Decreto de
1987 de Policía Judicial.
El despliegue territorial es un elemento fundamental. Me acuerdo de que en
mi época en el Ministerio del Interior se hizo una modificación del
despliegue territorial de la Guardia Civil, y hubo protestas por todos
lados. Pero eso mismo de la moción del ayuntamiento de un municipio de
Orense pasó en el ministerio multitud de veces. Es exactamente igual que
si a un pueblo le quitan el juzgado, el alcalde se pone en pie de guerra
para mantenerlo. Es como si la presencia institucional fuera determinante
para el bienestar de los ciudadanos. Lo que hay que hacer en el
despliegue territorial del cuerpo que tradicionalmente ha tenido más
presencia en el territorio, que ha sido el de la Guardia Civil, es
adecuar el tamaño de los cuarteles a la prestación de un servicio
efectivo; no ya eficaz, sino efectivo. En cuanto uno parta de la base
-desciendo mucho más al detalle- de que ha de haber cinco turnos, si hay
cinco guardias civiles estarán ocupados, porque uno tiene que estar en la
puerta y no puede hacer nada más, ni salir ni nada. Habrá que hacer
cuarteles dimensionados para permitir que el guardia civil no esté solo
en la puerta o cogiendo el teléfono, sino que pueda salir a una
emergencia, que pueda patrullar por el pueblo o por varios pueblos de
alrededor. Tenemos que dimensionar el tamaño de los cuarteles para
permitir a la Guardia Civil cumplir con su función preventiva, y no estoy
hablando de descubrir un delito o de perseguir a alguien que haya
cometido un robo o un atraco, sean grupos rurales o cualquier formación
de la Guardia Civil. Hay que dimensionar los cuarteles de la Guardia
Civil para que den servicio al ciudadano, porque si se tienen que limitar
a cerrar la puerta a las cuatro de la tarde, a abrir de nueve a tres, eso
será una oficina de Correos o una oficina administrativa, pero no un
centro policial que tiene que dar un servicio las veinticuatro horas del
día. Tendrá que haber uno o dos guardias que puedan salir si la gente lo
necesita.
Son muchas sus funciones: desde las unidades de intervención y la
presencia en el territorio hasta labores asistenciales ayudando a los
ciudadanos para el mejor ejercicio de sus derechos. Evidentemente, estas
últimas tienen que ser realizadas por las policías locales, pero esta es
otra cosa. La pregunta es, ¿cómo implicamos a las comunidades autónomas
en la seguridad pública? ¿Sería necesaria la coordinación de las policías
locales, sin llegar a la Bescam que tanto se ha discutido en Madrid?
¿Tendríamos que responsabilizar a las comunidades autónomas, a los
responsables políticos de seguridad pública de cada administración
autonómica por la vía de la coordinación de policías locales? ¿Se deben
desentender de la seguridad todas las comunidades autónomas? ¿Deberían
existir dos niveles de responsables políticos de seguridad, el Estado,
por un lado, y las comunidades autónomas por otro? Tengo un criterio muy
incipiente.
Si la legislatura tuviera recorrido y esta Comisión continúa, estaría
encantado de compartir con ustedes más adelante algunas ideas más
concretas, sin perjuicio de que intentaré responder por escrito a la
Comisión remitiendo algunas observaciones.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Moreno.
Vamos terminando esta comparecencia con una nueva intervención de los
grupos parlamentarios. No veo a ningún representante del Grupo Mixto,
tampoco del Grupo Parlamentario Vasco ni de Esquerra Republicana y el
portavoz del Grupo Parlamentario Ciudadanos ha tenido que ausentarse.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En
Marea, tiene la palabra el señor Monereo.
El señor MONEREO PÉREZ: Solo me cabe agradecerle su intervención que ha
iluminado una parte muy importante de nuestro debate, porque nos sitúa en
otro punto de vista que creo que es fundamental.
Repito que le agradezco su intervención y estaré atento a dos cosas: a lo
que usted nos responda por escrito y a la posibilidad de seguir
profundizando en el tema en función de las necesidades de esta Comisión.
Le agradezco su presencia.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Monereo.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Muñoz.
El señor MUÑOZ GONZÁLEZ: Señor Moreno, muchas gracias por su
comparecencia.
Desde luego, el problema es que esta intervención ha creado nuevas
expectativas, porque nos ha abierto algunos temas que nos crearían un
problema hasta con los servicios de la Cámara, porque estaríamos aquí
bastante más tiempo. Para hablar ni más ni menos que de la atribución al
ministerio fiscal de la instrucción primero tendríamos que ponernos de
acuerdo en la reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Creo
que el orden sería: primero, saber qué fiscal queremos y, segundo, ver si
le dejamos la instrucción. Eso sí, como partido, en este aspecto estamos
de acuerdo con lo que ha dicho, pero creo que las dos cosas deberían ir
unidas.
Habla del despliegue. El problema es que no es solo una cuestión de
seguridad, sino de la sensación subjetiva de seguridad, y habiendo
cuarteles la hay. ¿Es eficaz? Ese es otro tema.
El último asunto del que ha hablado, la demarcación territorial, sería
para la Comisión de Justicia. Esas son palabras mayores. No olvidemos que
si las fuerzas de seguridad son queridas es porque permanecen en el
territorio. El concepto que se debe tener de una fuerza, en este caso
progresista, debe ser que los servicios deben acercarse al ciudadano, no
los ciudadanos a los servicios.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Para cerrar este turno de intervenciones, tiene la palabra la portavoz del
Grupo Popular, señora Vázquez.
La señora VÁZQUEZ BLANCO: Muchas gracias, señor presidente.
Agradezco la comparecencia de don Víctor Moreno Catena. Espero la
respuesta a las preguntas que le hemos realizado y estamos abiertos a que
vuelva y profundice en estas cuestiones desde la experiencia que ha
tenido por sus responsabilidades en el Ministerio del Interior.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.
Damos por terminada la sesión del día de hoy agradeciendo a don Víctor su
presencia y lo interesante de su exposición, que esta Comisión, por
supuesto, sabrá aprovechar y sacar la rentabilidad oportuna.
Como cuestión de orden interno, les comunico que tendremos una reunión de
Mesa para ordenar el trabajo de las siguientes sesiones.
Muchas gracias a todos ustedes por su asistencia, y también a los
servicios de la Cámara por su amabilidad y por permitirnos seguir
trabajando.
Se levanta la sesión.
Eran las seis y cincuenta y cinco minutos de la tarde.
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