DS. Cortes Generales, Comisiones Mixtas, núm. 53, de 28/09/2017
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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES
COMISIONES MIXTAS
Año 2017 XII LEGISLATURA Núm. 53
PARA LA UNIÓN EUROPEA
PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MARÍA SORAYA RODRÍGUEZ RAMOS
Sesión núm. 18
celebrada el jueves,
28 de septiembre de 2017
en el Palacio del Congreso de los Diputados
ORDEN DEL DÍA:
Comparecencia de la señora directora general de Presupuestos de la
Comisión Europea (Calviño Santamaría), para la presentación del papel de
reflexión sobre el futuro de las finanzas en la Unión Europea. Por
acuerdo de la Comisión Mixta para la Unión Europea. (Número de expediente
del Congreso de los Diputados 219/000815 y número de expediente del
Senado 713/000474) ... (Página2)
Debate sobre control de subsidiariedad de iniciativas legislativas de la
Unión Europea:
- Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo que
modifica el Reglamento (UE) número 1095/2010, por el que se crea una
Autoridad Europea de Supervisión (Autoridad Europea de Valores y
Mercados), y el Reglamento (UE) número 648/2012 en lo que respecta a los
procedimientos de autorización de las ECC, las autoridades que participan
en la misma y los requisitos para el reconocimiento de las ECC de
terceros países (texto pertinente a efectos del EEE) (COM (2017) 331
final) (COM (2017) 331 final Anexo) (2017/0136 (COD) (SWD (2017) 246
final) (SWD (2017) 247 final). (Número de expediente del Congreso de los
Diputados 282/000089 y número de expediente del Senado 574/000087) ... (Página15)
COMPARECENCIA DE LA SEÑORA DIRECTORA GENERAL DE PRESUPUESTOS DE LA
COMISIÓN EUROPEA (CALVIÑO SANTAMARÍA), PARA LA PRESENTACIÓN DEL PAPEL DE
REFLEXIÓN SOBRE EL FUTURO DE LAS FINANZAS EN LA UNIÓN EUROPEA. POR
ACUERDO DE LA COMISIÓN MIXTA PARA LA UNIÓN EUROPEA. (Número de expediente
del Congreso de los Diputados 219/000815 y número de expediente del
Senado 713/000474).
La señora PRESIDENTA: Buenas tardes.
Estimados colegas, vamos a comenzar la sesión de esta Comisión Mixta
Congreso-Senado para la Unión Europea con el primer punto del orden del
día de esta Comisión, que es la comparecencia de la directora general de
Presupuestos de la Comisión Europea, doña Nadia Calviño Santamaría, para
la presentación del papel de reflexión sobre el futuro de las finanzas en
la Unión Europea.
Quiero agradecerle en mi nombre y en nombre de la Comisión su presencia
hoy aquí, y también su disposición a compartir debates con esta Comisión
Mixta para la Unión Europea, ya que además con anterioridad nos mostró su
interés por tener una sesión de trabajo. Por tanto quiero agradecerle
esto, y espero que esta primera comparecencia de reflexión de la
directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, además
española, no sea la última.
Tras la intervención de la compareciente, será el turno de los portavoces
de los diferentes grupos parlamentarios en reacción a su intervención, y
finalmente usted cerrará esta comparecencia. Tiene la palabra.
La señora DIRECTORA GENERAL DE PRESUPUESTOS DE LA COMISIÓN EUROPEA
(Calviño Santamaría): Muchísimas gracias por la invitación, y muchas
gracias por la disponibilidad para dedicar un poco de tiempo a
reflexionar sobre el tema del presente y el futuro del presupuesto
comunitario. Visito España dos veces al año, intento venir, y siempre me
parece muy importante poder asistir al Congreso, poder visitar no solo al
Ejecutivo, sino también al Legislativo, que debe tener un papel muy
importante, sabiendo lo que pasa, controlando lo que pasa y también
dándole forma al futuro de esta Europa común, que no solamente depende
del Parlamento Europeo, sino también de los parlamentos nacionales. Así
que estoy encantada de estar aquí.
Voy a hacer una presentación breve del documento de reflexión que publicó
la Comisión Europea a finales de junio sobre el futuro de las finanzas de
la Unión, y estaré encantada después de tener una discusión y escuchar
sus preguntas y sus comentarios al respecto. Antes de entrar en faena,
antes de entrar en el detalle de los aspectos presupuestarios, solo por
dar el contexto, como todos ustedes saben bien a partir del 60.º
aniversario de la Unión, celebrado en Roma, el presidente Juncker lanzó
un proceso de reflexión sobre el futuro de la Unión, primero con el Libro
Blanco sobre el Futuro de Europa y luego con una serie de documentos de
reflexión que cubrían aspectos concretos e importantes para nuestro
futuro: la defensa, la respuesta a la globalización, la profundización de
la unión económica y monetaria. Y para cerrar esta serie de documentos de
reflexión, el referido al futuro de las finanzas de la Unión. Es
importante esta secuencia porque en cierto sentido las reflexiones sobre
el presupuesto tienen que ser una consecuencia de las reflexiones
políticas. Como todos ustedes saben mejor que nadie, el presupuesto es un
reflejo fiel de las prioridades políticas y de las decisiones de un país
o de una comunidad sobre en qué quiere gastarse el dinero de los
contribuyentes, el dinero público. Por tanto sea cual sea el futuro de la
Unión que decidan los representantes públicos de los veintisiete Estados
miembros, ese futuro tiene que tener su traducción en un determinado
marco presupuestario que permita financiar esas prioridades. Por eso se
hizo esta publicación de los documentos de reflexión y por eso el de los
aspectos presupuestarios es el que cierra, digamos, ese proceso; un
proceso que no ha hecho sino abrirse. Estamos ahora mismo en medio de esa
reflexión, y mi comparecencia hoy aquí es parte del proceso de reflexión.
Estamos en un modo de escucha, de atención a las preocupaciones de los
ciudadanos y a las prioridades de sus representantes públicos para que
cuando la Comisión Europea proponga el próximo marco financiero, en mayo
del año que viene, hayamos podido integrar todas esas preocupaciones y
esas prioridades en un proyecto que pueda ser una buena base para la
negociación.
¿Por qué es importante el presupuesto de la Unión? Creo que aquí no tengo
que elaborarlo demasiado; además tienen ustedes un folleto en el que
hemos puesto las variables más importantes del presupuesto comunitario.
Es importante recordar que el presupuesto de la Unión es aproximadamente
del 1 % del PIB comunitario, unos 150 000 millones de euros al año -como
un 2 % del gasto público total de los veintiocho
Gobiernos de los países miembros-, pero tiene una función muy importante,
porque complementa esos presupuestos nacionales. Como todos sabemos la
provisión de los servicios públicos más esenciales -la educación, la
seguridad, la sanidad- es una responsabilidad de los Estados, y la Unión
Europea completa esos presupuestos financiando las políticas comunes. En
ese sentido tiene un papel muy importante, que yo a veces defino como de
estabilizador, y sobre el que volveré en un momento.
Hasta ahora el presupuesto comunitario ha ido financiando las políticas
principales de la Unión, desde la política agrícola de los principios,
pasando por la política de cohesión, hasta las políticas más recientes
que se han reforzado en el marco financiero actual: la innovación y el
desarrollo, la investigación, la seguridad, más recientemente la
respuesta a la crisis migratoria y el control de las fronteras exteriores
de la Unión, el desarrollo de proyectos estratégicos como la red de
satélites Galileo o la representación de la Unión en el mundo y nuestro
importante papel, como todos ustedes saben, como donantes de ayuda al
desarrollo, ayuda humanitaria o líderes en la lucha contra el cambio
climático. Así que, desde una cierta perspectiva, podríamos ser
complacientes y decir que el presupuesto de la Unión ha jugado ese papel,
que ha conseguido una importante convergencia económica, que ha
conseguido financiar una serie de políticas que, en cierto sentido, damos
todos por sentadas y que son muy próximas a los ciudadanos, como la
política agrícola o Erasmus, y tenemos que dejarlo así, pero en este
momento la Unión se enfrenta a retos importantes, que ustedes conocen tan
bien como yo, y que en términos presupuestarios se pueden consolidar en
dos principales: uno, la salida del Reino Unido de la Unión, que
naturalmente, tratándose de un país importante y de un contribuyente
importante al presupuesto comunitario, supone un reto de cara al futuro,
cuando ya no sea uno de los Estados miembros. Por otra parte, el hecho de
que cada vez más los ciudadanos y los Gobiernos de la Unión quieren que
Europa haga más, que Europa proporcione servicios en terrenos que hasta
ahora estaban vedados a la actuación comunitaria, porque estaban muy
relacionados con la soberanía nacional, temas de seguridad, lucha contra
el terrorismo o incluso defensa. Es decir, nos encontramos en un momento
en el que parece que habrá menos recursos en términos de contribución de
los Estados miembros, pero al mismo tiempo hay más necesidades en
términos de nuevas políticas sobre las que los ciudadanos tienen cada vez
más expectativas de que Europa tiene que responder. Por eso es importante
lanzar este proceso de reflexión y plantearse preguntas como las que
tenemos en esta diapositiva: ¿Para qué debe utilizarse el presupuesto de
la Unión Europea? ¿Qué podemos hacer para garantizar que cada euro
gastado da el máximo de resultados en términos de bienestar para los
ciudadanos? ¿Qué puede hacer el gasto a nivel europeo que no se puede
hacer a nivel nacional, y por tanto cuál es el valor añadido de este
presupuesto común? Y en último lugar, ¿cómo podemos hacer que este
presupuesto sea más cercano a los ciudadanos, también en la forma en la
que se ejecuta? ¿Cómo hacer procedimientos más sencillos y más
transparentes?
¿Cuál es el punto de partida para enfrentarnos a estos retos? Tenemos un
presupuesto que en su mayor parte financia las dos grandes políticas
comunitarias tradicionales: la política agraria y los fondos
estructurales, la política de cohesión. Como decía cada vez tienen más
peso las otras políticas, pero no hay que olvidar que más o menos el 75 %
son estas dos grandes políticas comunitarias que están gestionadas
conjuntamente, a nivel comunitario y más directamente por parte de los
Estados miembros, como saben muy bien. Se ha incrementado en los últimos
años -me referiré a ello seguramente más tarde- la parte correspondiente
a la seguridad, a la respuesta al reto migratorio, a la Europa global, a
la actuación en terceros países, pero no deja de ser un porcentaje
relativamente reducido del total de gasto que realiza la Unión Europea.
Esta evolución se refleja en esta diapositiva en la que se ve que la
política agrícola ha ido reduciendo poco a poco su participación en el
presupuesto; la cohesión económica, social y territorial se ha
estabilizado relativamente, después de la gran ampliación del 2004, y los
otros programas han ido aumentando su porcentaje relativo, en una
tendencia importante a lo largo del tiempo pero que alguien describió
esta semana -no soy yo, pero me pareció un comentario gracioso- como una
evolución glaciar, un ritmo más bien de décadas que de años.
Se ha producido también un cambio importante en la forma de financiación
de la Unión. En un primer momento teníamos las contribuciones de la
Comunidad del Carbón y el Acero y luego los aranceles de aduanas, pero la
progresiva liberalización nacional y por tanto la caída de la recaudación
debida a los aranceles de aduanas y también la ampliación en la que
terceros Estados pasan a ser Estados miembros, por lo que dejan de pagar
los aranceles, ha ido reduciendo el peso relativo de este recurso de la
Unión. Para compensar esta pérdida se creó el recurso IVA, una
participación en la recaudación de IVA de los distintos Estados miembros
y finalmente, como elemento compensatorio, la contribución relativa al
PIB de los distintos países. Pero lo que ha ocurrido en estos últimos
años es que esta contribución que viene de
los presupuestos nacionales ha ido creciendo hasta ser prácticamente más
del 80 % del sistema de financiación de la Unión, lo cual ha suscitado
una serie de reflexiones sobre si tenemos que seguir así, es este un
sistema justo y transparente o deberíamos buscar otros recursos propios u
otras fuentes de financiación para las políticas comunitarias.
Entrando ya en las grandes cuestiones de las que me interesaría mucho
escuchar sus opiniones y sus preguntas diré que la acción de la Unión
debe centrarse allá donde tiene mayor valor añadido, allá donde los
Estados miembros por sí solos no pueden realizar bien sus funciones o hay
una sinergía derivada de la acción conjunta. En este sentido nuestro
punto de partida es que los objetivos fijados en el tratado son per se
contribuyentes al valor añadido, y que luego la Unión deberá centrarse en
la provisión de bienes públicos de dimensión europea, un concepto que ha
ido evolucionando a lo largo del tiempo, no es estático. Finalmente todo
el gasto comunitario tiene que estar impregnado del objetivo de promoción
de los valores europeos y de las cuatro libertades fundamentales. Hay
algunos programas del presupuesto que son ejemplos claros de este valor
añadido comunitario, como los programas transfronterizos; las grandes
infraestructuras; los grandes proyectos estratégicos como Galileo, al que
me he referido, o el acelerador de partículas, ITER; el papel del
presupuesto para garantizar esta estabilidad macroeconómica y la
resistencia social para tener un crecimiento sostenible, el papel
fundamental de la política de cohesión; garantizar la provisión de
alimentos sanos y seguros a todos los ciudadanos, y además proteger las
zonas rurales y los paisajes; el control de las fronteras; la movilidad
de los estudiantes; la excelencia científica, y el fomento de la paz y la
estabilidad en los países vecinos y de más allá. Debo decir que este
último aspecto a veces se olvida, es decir, se olvida cuál es el papel
que tiene la Unión Europea fomentando la extensión del Estado de derecho
y los valores fundamentales en nuestro vecindario.
Una vez que tengamos una decisión y una visión clara y común sobre cuáles
son las funciones que queremos que ejecute la Unión Europea, debemos
consecuentemente asignar el nivel de cofinanciación o financiación por
parte del presupuesto comunitario, de forma que aquellos aspectos en los
que haya un alto valor añadido comunitario deberían ser totalmente
financiados por el presupuesto de la Unión, y podemos hacer una gradación
de esa cofinanciación dependiendo de la medida en la cual se trate de un
bien público más bien nacional o más bien supranacional.
De cara al futuro hay unas claras tendencias y retos, que en definitiva no
son solo del presupuesto, sino que son tendencias y retos comunes a toda
la Unión Europea, y que han sido señalados por el presidente Juncker en
el libro blanco y que nos tienen que guiar cuando diseñamos el
presupuesto del futuro. Por ejemplo, responder a los retos derivados de
la globalización y del cambio tecnológico, que están generando cambios
tan importantes en nuestra sociedad y en nuestras prioridades políticas;
también el desarrollo sostenible; la protección de las cadenas
alimentarias, muy de actualidad lamentablemente; la gestión de la
emigración, etcétera. Estos retos sirven más o menos como parámetros para
diseñar estas prioridades políticas de cara al futuro. A la hora de
diseñar este presupuesto futuro para poder hacer frente a los retos es
importante que logremos el buen equilibrio entre distintos objetivos, que
a veces no son perfectamente compatibles, me refiero a cómo financiar las
políticas tradicionales y seguir protegiendo esos valores y esos
principios, y a la vez poder responder a los retos. ¿Cómo garantizar y
preservar la estabilidad que ha dado el presupuesto comunitario, que en
estos últimos años ha sido una especie de suelo para los ingresos de los
agricultores, pero también para la inversión pública en muchos de
nuestros Estados miembros, y al mismo tiempo tener suficiente
flexibilidad para redirigir el gasto hacia aquellas nuevas prioridades
que puedan surgir? ¿Cómo podemos atender a las normas sobre el
procedimiento de gasto, y asegurarnos de que se gasta todo correctamente
atendiendo a las leyes y a las normas, y al mismo tiempo fijarnos en los
resultados? ¿Es nuestro objetivo que no haya ningún error administrativo
en el gasto o conseguir resultados efectivos? Un ejemplo que me parece
muy ilustrativo de esto es que a veces los gestores públicos tienen los
objetivos un poco confusos en el sentido de decir: hemos tenido un gran
resultado, hemos gastado todo el presupuesto, o hemos tenido un gran
resultado, hemos gastado todo el presupuesto con un cero de error. Como
decía una de mis comisarias podemos construir un puente hacia ninguna
parte con un error cero, o sea que al final no solo hay que reflexionar
sobre el dinero y el gastar sin error, sino también conseguir objetivos y
poder demostrar dichos objetivos, poder comunicar en ese sentido.
En este contexto el documento de reflexión dice que hay distintas opciones
y tenemos que ir identificándolas juntos para poder responder a los
nuevos retos, reformar las políticas tradicionales para que sean más
efectivas en el logro de sus objetivos, y lograr el buen equilibrio entre
estos elementos que he mencionado anteriormente. Este proceso de
reflexión también tiene que incluir el tema de cómo se
financia el presupuesto, lo que he mencionado antes de los recursos
propios. Debemos establecer nuevos tipos de impuestos, de tasas o de
fuentes de recaudación que estén alineados con las políticas
comunitarias, por ejemplo en el ámbito medioambiental, para que esto
proporcione una fuente de ingresos que no dependa del pago directo de los
contribuyentes a nivel nacional.
La última parte del documento de reflexión es probablemente la más
atractiva en el sentido de que es la más provocativa para un debate, y es
intentar traducir en términos presupuestarios los cinco escenarios
posibles de futuro que el presidente Juncker incluyó en el libro blanco,
que como saben bien son: seguir igual, hacer menos en común, algunos
harían más, un cambio radical, en el que se hace mucho más de algunas
cosas y mucho menos de otras, o hacer mucho más juntos. Hace un par de
semanas el presidente Juncker dijo que él tenía un sexto escenario, pero
aún no hemos tenido tiempo de añadirlo en esta tabla. Lo que intentamos
reflejar aquí es cómo se podría de forma sinóptica traducir en ese
presupuesto de futuro estos distintos escenarios políticos.
Hemos presentado el documento de reflexión, estamos en este proceso de
consulta con actos públicos, encuentros informales, visitas por parte de
los comisarios y por parte de los altos funcionarios, como es el caso, a
los Estados miembros, y en este momento el statu quo o más bien la
situación en la que nos encontramos en el proceso de reflexión nos lleva
a la conclusión o a la convicción de que el statu quo es probablemente
insostenible de cara al futuro. En una Unión a veintisiete, y cuando
tenemos cambios tan importantes en términos de los retos a los que debe
hacer frente la Unión Europea, tenemos que repensar el presupuesto
comunitario y adecuarlo a ese futuro de la Europa a veintisiete que se
debe diseñar más allá del año 2020, y para el futuro de nuestros hijos y
de nuestros nietos. Cuando se acabe este proceso de reflexión en
principio habría algunas conclusiones que deberían adoptarse o acordarse
a finales de año en el Consejo Europeo, y habrá otros desarrollos en la
primavera del año que viene. En mayo del año próximo la Comisión Europea
presentará su propuesta de marco financiero plurianual a partir de 2020.
Esta propuesta tiene una complejidad importante, no solo por la situación
delicada que está viviendo la Unión Europea en este momento, con
importantes tensiones que todos conocemos, sino también porque exige un
ejercicio de visualización del futuro bastante importante, teniendo en
cuenta que propondríamos este marco financiero en mayo de 2019 para ser
aplicado a partir de 2021. Será importante ver cuál es la respuesta a
esta propuesta por parte de los Estados miembros, y por supuesto también
del Parlamento Europeo, pero en la negociación del presupuesto
comunitario es el Consejo el que lleva la voz cantante. Y en términos del
ritmo de la negociación hay dos escenarios posibles. En primer lugar,
como ha sucedido en ocasiones anteriores, que nuestra propuesta esté
sobre la mesa y en términos de negociación no ocurra nada hasta que nos
estemos acercando al final del marco financiero actual, y sea necesario
adoptar un nuevo presupuesto, porque si no, no se pueden continuar las
políticas comunitarias. El segundo escenario, que es el preferido -no
desvelo ninguna gran sorpresa- del presidente Juncker y del comisario
Oettinger en este momento, sería que los Estados miembros demuestren su
compromiso y su capacidad de acción rápida, y que por tanto intenten
lograr un acuerdo, al menos sobre algunos principios fundamentales, antes
de las elecciones del Parlamento Europeo en 2019. Es una ventana de
oportunidad muy corta, pero si hay voluntad política la negociación -lo
que es el compromiso, la acción positiva y el avance real de la
negociación- entre los distintos Estados miembros al final no lleva
normalmente más de seis meses.
Así que tenemos un reto importante por delante, y me gustaría terminar mi
introducción con la idea de que es un reto que nos atañe a todos. No se
trata solo de un tema de interés para la Comisión Europea, no se trata de
un tema que puede interesar solo a los primeros ministros o a los
ministros de Asuntos Exteriores o de Hacienda, no interesa solo al
Parlamento Europeo, sino que por su incidencia sobre todos los ciudadanos
de la Unión, y muy especialmente los ciudadanos europeos, implica también
a los parlamentos nacionales. Por eso mi interés hoy en hacer esta breve
presentación y sobre todo en escuchar atentamente.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias por su intervención.
Seguidamente van a intervenir los portavoces de los grupos parlamentarios.
En primer lugar tiene la palabra, por el Grupo Mixto, el señor Martínez
Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Buenas tardes.
Junto a la representante de Nueva Canarias, la senadora López Santana, del
Grupo Parlamentario Mixto en la Cámara Alta, quiero también dar la
bienvenida a esta Comisión a la señora Calviño Santamaría,
directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, para informar
sobre el futuro de las finanzas en Europa. Gracias por su documento
gráfico y también por sus explicaciones.
Usted viene ocupando desde hace algunos años responsabilidades muy
relevantes de la Comisión Europea, y además lo ha hecho en un periodo de
vacas flacas, de crisis galopante, lo cual ahora que la economía da
signos de repunte es un mérito añadido. En este tiempo se han culminado,
por ejemplo, la regulación de las agencias de calificación, el control
del mercados de derivados y la unión bancaria, aunque en este último
caso, a la vista de lo sucedido en España recientemente en torno a la
intervención del Banco Popular, permítame que exprese algunas dudas
razonables sobre la cesión de soberanía, porque discrepo -ayer mismo, en
esta Cámara, se lo manifesté al presidente del FROB- del papel sucursal
asumido por nuestras autoridades económicas frente a Europa.
Como usted ha subrayado el departamento del que usted es directora general
tiene que administrar el presupuesto de la Unión Europea, es decir,
propone y aplica el marco financiero y uno de los recursos que han
acordado aportar los países de la Unión Europea. Tiene el departamento
del que usted forma parte destacada un sinfín de responsabilidades, y
todas ellas importantísimas: preparar las propuestas presupuestarias;
administrar gastos; recaudar contribuciones de los países; informar de la
ejecución del presupuesto, y muchísimas más. La Comisión Europea asumió
para 2017 un seguimiento muy preciso junto con el Parlamento Europeo y el
Consejo sobre la revisión del marco financiero plurianual 2014-2020, con
un presupuesto revisado que refuerza el apoyo a las prioridades de la
Unión y es más capaz de responder a circunstancias imprevistas. Le
pregunto por el grado de cumplimiento de este compromiso, y si tal y como
ustedes se plantearon el presupuesto de la Unión Europea permite percibir
resultados tangibles.
Otra cuestión es sobre la propuesta global en el futuro marco posterior al
año 2020 y las evaluaciones que la Comisión Europea realiza sobre los
instrumentos y las políticas de gasto. Veo en este documento de reflexión
que hay Estados miembros que han tenido un comportamiento que ha incidido
en un mecanismo de financiación más complejo y opaco. Señora Calviño, le
pregunto cuál es, dentro de ese marco de control y dado que España como
Estado miembro tiene un papel corresponsable en la gestión del 80 % del
presupuesto, el comportamiento español en el seguimiento de todos los
proyectos financiados. Asimismo, para preparar mi intervención, he
repasado un interesante documento fechado exactamente hace dos años, en
septiembre de 2015, titulado Un presupuesto de la Unión Europea centrado
en los resultados, en el que se manifiesta, tal y como usted acaba de
expresar esta tarde, el compromiso para tratar de sacar el máximo partido
a cada euro, es decir, el uso eficiente de los recursos públicos que
maneja la Unión Europea. No es que antes no se hiciera, sino que ahora se
ha incidido todavía más. En este sentido le pregunto por el grado de
cumplimiento de una de las grandes prioridades para Europa, y
específicamente para España, como son las políticas de crecimiento
económico, de creación de empleo y de competitividad. Igualmente otro de
los objetivos que la Comisión Europea se planteó es la celebración anual
de una conferencia sobre el presupuesto de la Unión Europea centrado en
los resultados. Le pregunto por el cumplimiento de este objetivo, sobre
su utilidad y qué previsiones tienen para la celebración de un próximo
evento de estas características.
Por último, voy a hacer una pequeña mención -usted también lo recordaba-
sobre el Brexit. Precisamente esta mañana finalizó la cuarta ronda de
negociaciones para la salida de Gran Bretaña y, según refieren los
teletipos, se ha avanzado en la negociación. Quisiera hacer una pequeña
referencia a la importancia que para Asturias, mi comunidad de origen,
como para las demás regiones de los veintisiete Estados miembros de la
Unión Europea tendrá el Brexit. Le pregunto si cree usted que nuestras
finanzas se resentirán, es decir, si el Brexit tendrá graves
repercusiones financieras, y por la prioridad del Comité de las Regiones
para defender de manera general un porcentaje superior al 1 % del PIB
europeo para avanzar en el proceso de integración europea. En Asturias,
como en otras muchas comunidades, nos preocupa expresamente la
continuidad de los fondos de cohesión porque la cohesión es sin duda
parte del futuro de la Unión Europea.
Por mi parte nada más, señora presidenta. Solamente reiterarle el
agradecimiento a la directora general de Presupuestos de la Unión Europea
por su presencia esta tarde ante las Cortes Generales.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Martínez Oblanca.
Por el Grupo Parlamentario Vasco tiene la palabra el señor Bildarratz
Sorron.
El señor BILDARRATZ SORRON: Muchas gracias, señora presidenta.
Señora Calviño, bienvenida a esta Cámara y sobre todo a este foro de
reflexión ante una serie de planteamientos que nos ha puesto encima de la
mesa, una serie de preguntas y esta especie de coloquio-debate que
siempre nos va a hacer crecer en este sentido.
Uno de los acuerdos que yo creo que hemos obtenido después de haber pasado
todos estos años de crisis en los que todavía estamos inmersos es que
necesitábamos una Europa diferente, mucho más cercana a la ciudadanía, y
eso quiere decir una Europa mucho más social. Creo que todos lo hemos
reconocido y en ese sentido entiendo que los presupuestos, en un sentido
u otro, deberían tener algún tipo de traslación. Estamos viviendo un
entorno todavía incierto, y un ejemplo es la referencia que usted misma
ha hecho al Brexit y el efecto directo que eso mismo va a tener en las
finanzas europeas. Va a haber una evidente reducción de los ingresos y,
por lo tanto, la primera pregunta sería de qué manera eso va a tener una
consecuencia en este proceso de integración, que además tiene una
contradicción en sus propios términos en el sentido de que tenemos que
avanzar hacia una Europa social pero también tenemos que avanzar en otra
serie de ámbitos que se nos están abriendo desde el punto de vista de la
seguridad, etcétera. ¿Cómo vamos a compatibilizar esos avances y esas
cercanías de las cuales todos tenemos que ser conscientes? Otra cosa es
que, después, en los discursos, digamos unas cosas u otras, utilicemos la
demagogia, pero estamos preocupados; estamos preocupados en el ámbito de
la seguridad, estamos preocupados en el ámbito social y en cómo
compatibilizar ambos aspectos. En definitiva, queremos una Europa mucho
más social, mucho más federal y, en ese sentido, mucho más eficiente.
Voy a pasar a hacerle tres preguntas, una de tipo general y otra más
relacionada con el tema que nos está presentando hoy. Las elecciones en
Alemania. Todos estamos hablando de más Europa; Juncker está hablando de
más Europa en el debate del estado de la Unión, pero es evidente que los
resultados de las elecciones alemanas no nos hacen ser tremendamente
optimistas. Es cierto que después del Brexit todos hemos intentado ir a
una y poner en punta de lanza una dirección, pero no sé si el resultado
de las elecciones alemanas no nos frena un poco, y me refiero al
resultado obtenido por Alternativa Alemana y esos noventa y cuatro
escaños y, quizá, el limitado espacio que puede tener la señora Angela
Merkel para poder configurar un Gobierno. ¿Cuál es su visión en ese
sentido?
La segunda pregunta estaría relacionada con el documento al que usted ha
hecho referencia, el documento de reflexión publicado a finales de junio,
que viene a decir que hay que pasar, en cuanto a medidas de financiación,
de un sistema -tal y como dice el informe- opaco y plagado de mecanismos
de corrección complejos -es lo que dice el texto- a un sistema mucho más
sencillo, justo y transparente. Le pregunto qué medidas van a adoptar
para llevar adelante ese objetivo, con el que -creo- todos los presentes
podemos estar de acuerdo.
No puedo terminar esta pequeña intervención sin hablar del proceso
migratorio, ya que mi querido amigo me ha invitado a hablar de
refugiados, etcétera. No hablaré tanto de refugiados como del proceso
migratorio. Uno de los avances que se han obtenido ha sido ese Fondo
Fiduciario Unión Europea-África, en ese concepto de trabajar en origen
para evitar una serie de situaciones que para nadie son favorables. Pero
en estos momentos hemos visto que los Estados miembros en conjunto -y
esto lo decía, si mal no recuerdo, Juncker en el último debate de la
Unión- hasta ahora únicamente han aportado 150 millones de euros y el
fondo está llegando a su límite, y nos recordaba cómo en 2015, cuando ya
hubo un problema de financiación, es cuando empezamos a recibir mayor
número de emigrantes. Me gustaría saber cómo se va a superar esto y si no
es un poco la situación en que se encuentra la Unión Europea: todos
tenemos claros los objetivos, todos tenemos claros cuáles son los fines,
pero cuando tenemos que aportar y tenemos que ejecutar una serie de
medidas nos encontramos con los problemas.
De todas maneras, muchas gracias por su documentación y sus explicaciones;
encantado de escucharla.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Tiene ahora la palabra, en nombre del Grupo Parlamentario Ciudadanos, don
Francisco de la Torre.
El señor DE LA TORRE DÍAZ: Muchas gracias, señora presidenta.
Señora Calviño, muchas gracias por su intervención; bienvenida en nombre
de mi grupo a esta Comisión Mixta para la Unión Europea. Yo quiero
empezar por la cuestión del brexit, que ha puesto de manifiesto por
primera vez el hecho de que un país quiera abandonar la Unión Europea, lo
cual nos debería hacer reflexionar sobre el proyecto europeo. Respecto al
procedimiento de salida, quiero señalar que va a tener una incidencia
presupuestaria, pero no deberíamos olvidar, respecto a la negociación de
salida, que si permitimos que los países abandonen la Unión Europea sin
que las libertades comunitarias se fraccionen, se siga accediendo al
mercado único y haya libertad de circulación de personas, si permitimos
que pueda haber situaciones de competencia desleal si no se acepta una
misma jurisdicción -en un caso de veintisiete contra uno, tendría que ser
el Tribunal de Justicia de la Unión Europea-, y sobre todo si dejamos que
un país salga y no contribuya a las instituciones comunes,
lamentablemente podemos esperar que haya más países que sean
contribuyentes netos que decidan optar por la misma vía, lo cual puede
ser el principio del fin del proyecto europeo. Por tanto, una cuestión
básica sobre la que se debería incidir en las negociaciones de salida es
que el que quiera acceder a un mercado único tendrá que pagar un coste,
aunque este sea inferior al de los Estados miembros.
En segundo término y en cuanto a las políticas comunes, se ha avanzado de
una forma dispar. El señor Martínez Oblanca y yo asistimos ayer a una
comparecencia muy interesante en la Comisión de Economía, la del
presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, y hay un
proyecto de unión bancaria. El señor Martínez Oblanca cree que estamos
ante señores que solamente ejecutan, es decir ante meros jefes de
sucursal. En nuestro grupo creemos que la unión bancaria es positiva,
pero hay un problema grave de rendición de cuentas democrática cuando una
comisión de investigación en España no puede acceder a los documentos
fundamentales de, por ejemplo, la resolución del sexto banco español, el
Banco Popular. Es decir, las evidentes ventajas que tienen las políticas
comunitarias necesitan sistemas de financiación, y en el caso bancario
son aportaciones a una unión bancaria, pero también necesitan un sistema
de rendición de cuentas democrática. Si no es así, creemos que se está
creando desafección. Si esta misma decisión se hubiese tomado en España
nos parece absolutamente imposible que el Gobierno español o el Banco de
España no hubiese puesto esta información en manos del Congreso de los
Diputados y de una comisión de investigación.
Hay otra cuestión que quería tratar. Se ha hablado mucho en Bruselas -esta
Comisión tuvo la suerte de poder ir de visita hace unos meses a la
Comisión de la Unión Europea- sobre la política exterior y de seguridad
común que debería constituir uno de los nuevos pilares. Yo le pregunto,
¿cree que es realista poder sustituir a los Estados Unidos? Ya sé que
quizá el presidente Trump en estos momentos no es una institución de
máxima confianza, pero en cualquier caso parece muy complicado que se
pueda sustituir el esfuerzo que realizan los Estados Unidos.
Voy a poner encima de la mesa alguna cuestión desde una perspectiva más
positiva. Efectivamente, existen problemas para las políticas comunes
desde el punto de vista de que parece que existen más necesidades que
recursos. Creo que la política europea en este tema debería evolucionar
hacia una exigencia a las multinacionales que operan en toda Europa, que
están pagando muy pocos impuestos como reconoce todo el mundo. Deberíamos
ir hacia impuestos europeos y hacia una agencia tributaria europea como
la única forma de que los europeos crean que todo el mundo juega con las
mismas reglas, como una forma de dar mayor solidez al proyecto europeo,
pero también como una forma de financiar algunas políticas a futuro
mediante recursos que sean propiamente europeos. Creo que existe la
posibilidad de una mayor eficiencia en las operaciones transeuropeas
mediante una mejora de la coordinación y un embrión de una agencia
tributaria europea. Y, en segundo término, creemos también que las
grandes multinacionales que operan en toda Europa -voy concluyendo, señor
presidenta- deben tener enfrente una agencia tributaria europea. Desde la
experiencia de los que hemos estado en agencias tributarias estatales, si
nos enfrentamos a contribuyentes que operan en los veintisiete Estados lo
tenemos mucho más complicado. Creo que esta podría ser una vía de futuro
para obtener mayores recursos para el presupuesto de la Unión Europea y a
la vez legitimar su actuación.
Muchísimas gracias por su comparecencia.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En
Marea, tiene la palabra el señor Montero.
El señor MONTERO SOLER: Muchas gracias, presidenta y bienvenida, señora
Calviño, en nombre de nuestro grupo parlamentario.
El inicio de la reflexión de los portavoces que me han precedido en el uso
de la palabra estaba marcado por la misma línea: el marco financiero
plurinacional lo debemos hacer en un contexto concreto y este contexto
concreto es de profunda desafección de la ciudadanía con respecto al
proyecto europeo, desafección que se manifiesta de forma diferente. En
aquellos lugares donde se ha procedido a celebrar un referéndum se ha
traducido en la salida del Reino Unido del proyecto europeo y en otros
lugares se
traduce en la aparición de grupos políticos de corte nacionalista y en
contra de un proyecto europeísta de otra naturaleza. Esa desafección
debería hacernos reflexionar a todos sobre qué tipo de Unión Europea
estamos construyendo porque creo que estamos construyendo un monstruo
político sin parangón, un experimento excesivamente arriesgado y que pone
en peligro la vida de millones de personas. Crear un área monetaria única
con Estados con profundas diferencias estructurales, con economías
asimétricas en sus ciclos, que además no cuenta con ningún mecanismo
potente y suficientemente intenso de carácter redistributivo, de carácter
reequilibrador, de carácter corrector de esos desequilibrios de partida y
de convergencia hacia un espacio de bienestar común es un experimento
peligroso. Solo hay que ver el monto del presupuesto de la Unión Europea
para los distintos periodos que muestra el informe que nos remitían para
ver que apenas llega al 1 % de la renta nacional bruta. Y usted sabe
perfectamente, mejor que yo, que en el proyecto europeo el problema de
fondo es que las instituciones que dieron en su momento viabilidad a los
Estados modernos no están siendo replicadas en los mismos términos. Usted
sabe perfectamente que el tránsito de los Estados feudales a los Estados
modernos se produce en el momento en que el soberano deja de tener la
discrecionalidad sobre los ingresos y los gastos y se transmite al
parlamento. Ese es el fundamento del Estado moderno. Sin embargo, estamos
en la construcción de un proyecto europeo que ha olvidado ese fundamento,
que ha olvidado la historia y que ha puesto los bueyes delante del carro.
Eso hace que, al obviar los mecanismos de redistribución, al obviar los
mecanismos de reequilibrio, al obviar los mecanismos de convergencia, que
se centran en cualquier economía del mundo desarrollada en los
presupuestos, estamos desarrollando un proyecto mercantil y no un
proyecto político, social y económico viable.
Por ceñirme a los cinco escenarios que planteaba -para el sexto ya nos
haga llegar cuál es el contenido concreto-, si nos tuviera que preguntar
por la posición de nuestro grupo parlamentario nos inclinaríamos por el
quinto, hacer mucho más en común. Pero ese más no tiene una dimensión
exclusivamente cuantitativa, sino que tiene una dimensión esencialmente
cualitativa. Es más importante cómo se manifiesta y en qué se concreta
ese más, porque ese más va a determinar si lo que queremos es construir
una Europa de los ciudadanos o una Europa de los consumidores, si
queremos construir una Europa de los pueblos o una Europa de los
mercaderes, por utilizar terminología al alcance de todos. Ese más debe
estar marcado esencialmente por un incremento de los ingresos. Por la vía
de los ingresos hay que incrementar y potenciar la capacidad fiscal de
las instituciones supranacionales con un modelo que sea esencialmente
progresivo y que, por tanto, dé lugar a un mejor reparto del esfuerzo
presupuestario entre los distintos países. Hay que hacer que ese esfuerzo
esté en función de la renta per cápita y del peso económico de los
distintos países y se eliminen los descuentos de los que vienen gozando
muchos países de manera injustificada durante mucho tiempo.
Hay que apostar por una Europa que no deje a nadie atrás. Si ese es
nuestro proyecto también para este Estado, entenderá perfectamente que lo
defendamos a nivel europeo con mayor intensidad. Eso significa que el
presupuesto tiene que tener capacidad de inversión y de redistribución
social y regional, cuando en estos momentos yo creo que podríamos
compartir que sus capacidades redistributivas son excesivamente pequeñas.
Hay que invertir hacia ese futuro -voy terminando, presidenta-, hay que
buscar un plan de inversión de naturaleza socioecológica que permita
reequilibrar socialmente a nuestros pueblos y al mismo tiempo transitar
hacia un modelo mucho más respetuoso con el medio ambiente. Hay que
reforzar las políticas de cohesión social y hay que repensar el modelo de
la PAC y el modelo agroganadero para que sea un modelo que realmente
vertebre territorial y socialmente y de forma ecológica a los
territorios, que apueste por la soberanía alimentaria, por la seguridad
alimentaria y por la economía de proximidad.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Ahora tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Socialista, el señor
Montilla Aguilera.
El señor MONTILLA AGUILERA: Muchas gracias.
El Grupo Socialista también agradece su presencia, señora Calviño. Usted
ha utilizado una expresión en su exposición, que el status quo es
insostenible, ligándolo al libro blanco del presidente Juncker y por
tanto a la situación de la Unión en el corto y medio plazo, podríamos
decir. Nosotros compartimos esta situación y abogamos por que ojalá los
Estados miembros demuestren su compromiso y se logren algunos acuerdos
antes de las elecciones europeas de mayo de 2019, porque seguramente
después habrá nuevas dificultades, sobre todo si vemos los
acontecimientos políticos más recientes. Si la derrota del populismo
de derechas en Francia fue una buena noticia para los europeístas, la
situación en Alemania crea nubarrones e incertidumbres. Las políticas
nacionales condicionan las políticas europeas y en los últimos años este
condicionamiento ha ido en aumento, razón para no ser excesivamente
optimistas respecto al futuro europeo y sus finanzas, de las que usted ha
venido a hablar aquí. A los socialistas, que además somos federalistas,
nos gustaría un presupuesto de la Unión que no fuera del 1 % del PIB, que
se fuera acercando, siendo realistas, al presupuesto que por ejemplo
tiene la Administración federal americana. Ya sabemos que los Estados
Unidos de Europa son una utopía, pero ojalá que pudiéramos caminar en esa
dirección. En ese sentido, los refuerzos y las propuestas que se puedan
hacer para incrementar los recursos de la Unión Europea merecerán nuestra
consideración y estudio.
Nosotros pensamos que la corrección que se ha ido efectuando a los
presupuestos comunitarios para mantener una proporción, que algunos
consideran desproporcionada -valga la redundancia-, del 75 % del gasto
entre la política agraria comunitaria y los fondos estructurales e
incrementado los recursos para las nuevas políticas, aquellas que tienen
que ver con la seguridad y con solventar la presión migratoria, así como
para otras políticas que tiene que hacer la Unión Europea. La Unión
Europea debe centrarse en la provisión de bienes de dimensión europea,
siendo realista y sabiendo que las políticas tradicionales durante mucho
tiempo van a suponer la parte principal del gasto. Conviene ponerlo de
relieve.
Quiero hacerle algunas preguntas, cuestiones a las que ya se han referido
algunos de los portavoces que me han precedido en el uso de la palabra.
En primer lugar, en relación con el impacto del brexit en el presupuesto
comunitario, en el conjunto del marco financiero actual, si no hubiera
ese periodo transitorio del que se habla de dos años, desde finales de
marzo de 2019 a diciembre de 2020, el marco financiero quedaría tocado
por esta menor aportación de un socio que, hay que recordar, aporta entre
9000 y 11 000 millones al presupuesto comunitario, según las diversas
estimaciones. Quería saber si han barajado los diversos escenarios que se
pueden dar; si no hay acuerdo, si hay un acuerdo que permita un periodo
transitorio, en cuyo caso seguramente afectaría al nuevo marco financiero
plurianual al que se ha referido, que se tiene que presentar y empezar a
discutir a partir de mediados del año que viene. En cualquier caso, se
pierde un contribuyente neto fundamental y eso tendrá un impacto en las
políticas de la Unión en función de cómo se pacte, si es que hay acuerdo,
el nuevo estatus del Reino Unido.
Respecto a los recursos nacionales, que representan el 80 %, en el debate
público se barajan nuevas figuras. En este sentido, más allá del debate
público, la Comisión tiene previsto iniciar un debate de carácter
informal con los Estados miembros, por supuesto incentivando que en el
Parlamento Europeo, más allá de estudios que se han hecho a este
respecto, se pueda avanzar para compensar en parte los posibles ingresos
que dejarán de existir y por supuesto para tratar de incrementar el
presupuesto comunitario para atender esas nuevas políticas. Si puede,
amplíenos un poco esto.
Nada más. Repito que agradezco su presencia y la exposición que ha hecho.
Espero que pueda contestar algunas de las inquietudes y preguntas que
hemos formulado.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Finalmente tiene la palabra, por el Grupo Parlamentario Popular, la señora
De Santa Ana Fernández.
La señora DE SANTA ANA FERNÁNDEZ: Muchas gracias, presidenta.
Señora Calviño, en nombre de mi grupo parlamentario también quiero darle
la bienvenida a esta Comisión. Nos congratulamos de que una española esté
en un puesto de tanta relevancia como el que usted viene ostentando en
los últimos años. No cabe duda de que en el Parlamento nacional
consideramos que estas visitas son realmente útiles porque nos permiten
mantener un diálogo directo y fluido con miembros de la Comisión pero
además nos permiten ser partícipes de todo aquello que en estos momentos
inquieta a la ciudadanía.
Quiero destacar la importancia del presupuesto europeo -coincido
plenamente con usted- como una herramienta fundamental y decisiva para
financiar proyectos que no serían factibles a partir de un gasto nacional
descoordinado y en los que además la Unión Europea aporta un gran valor
añadido. Creo que es de gran importancia el hecho de que el presidente
Juncker en el debate del estado de la Unión ante el Parlamento Europeo el
pasado 13 de septiembre anunciara la creación este mismo mes de un grupo
sobre subsidiariedad y proporcionalidad de las finanzas europeas con el
señor Timmermans como presidente para tener la certeza de que solamente
se va a actuar allí donde la Unión Europea verdaderamente aporta su valor
añadido. Por tanto, esta es una iniciativa importantísima que va a hacer
que ese presupuesto tenga una mayor eficiencia y también una mayor
efectividad.
Permítame destacar que el papel de su negociado vertebra el funcionamiento
de la Unión Europea y ha sido crucial para superar la crisis económica,
luchar contra el desempleo y sostener el crecimiento económico del
conjunto de la Unión y de todos sus Estados miembros. Durante la crisis
el presupuesto europeo demostró ser un importantísimo instrumento de
apoyo a la inversión y consiguió efectos muy positivos orientados, como
digo, a la creación de empleo, al crecimiento y a la competitividad.
España ha sabido aprovechar el apoyo europeo y, gracias también a las
reformas emprendidas por un Gobierno del Partido Popular, que fue capaz
de hacer frente a la crisis económica, en estos momentos se ha convertido
en un referente económico ante el resto de nuestros socios. Coincido con
usted en que desde Bratislava, tras una importante etapa de reflexión,
somos conscientes de que es necesario seguir tomando decisiones para
seguir avanzando. Estamos convencidos de que España tiene un gran
potencial para ser un referente en la Unión Europea. Lo hemos visto en
las dos recientes cumbres de Versalles, en las que España ha liderado
-entre otras- la estrategia de defensa, la lucha contra el terrorismo, ha
exportado el modelo español en materia de inmigración y está liderando
-como he dicho anteriormente- el crecimiento económico gracias a las
importantísimas reformas llevadas a cabo por el Gobierno del señor Rajoy.
Creemos que es importante continuar reforzando la integración europea a
través de un fortalecimiento de la arquitectura financiera de la zona
euro para convertir nuestra unión monetaria en una unión económica más
integrada y dar un nuevo impulso para culminar la unión bancaria y
avanzar hacia una unión fiscal. Creemos que el presupuesto europeo debe
contribuir también a esos mismos objetivos y debe tener como prioridad
general invertir en las personas. ¡Claro que hay que invertir en las
personas! El verdadero éxito del proyecto europeo es que se perciba como
un proyecto político finalmente destinado a los ciudadanos.
No quiero que usted se lleve la sensación de que en esta Comisión no somos
europeístas. Me he quedado un poco sorprendida por la expresión que ha
utilizado el portavoz del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos
Podemos-En Comú Podem-En Marea al decir que estamos construyendo un
monstruo político. Yo quiero decir, y creo poder manifestar la unanimidad
de esta Comisión, que Europa es una historia de éxito, es una historia de
paz, es una historia de prosperidad, es una historia de progreso. Y hay
un hecho que es muy importante: todos podemos comparar lo que fue Europa
antes del año 1957 y lo que ha sido Europa después del año 1957. ¿Qué
sería del mundo rural sin esa PAC? Y hablando, por ejemplo, de seguridad
alimentaria, cuando hacemos una comparativa a nivel mundial, los
principales estándares de calidad y de seguridad alimentaria precisamente
se dan en Europa.
El presupuesto centrado en resultados supone un importante avance en
transparencia y responsabilidad, somos conscientes del efecto
multiplicador que se consigue a través del presupuesto gracias a la
continua ampliación de la arquitectura financiera de la Unión, y, por
ejemplo, a través del Fondo Europeo para las Inversiones Estratégicas se
ha puesto también de manifiesto cómo el presupuesto europeo puede
responder de manera rápida y eficaz a esas amenazas emergentes.
Termino. Me gustaría plantearle dos preguntas. Ha sido mencionado en la
Comisión, todos hemos hablado del brexit, estamos asistiendo y estamos
siendo observadores de unas negociaciones que son complejas y complicadas
en las que hay que establecer esa liquidación en ese proceso de
separación entre el Reino Unido y la Unión Europea. Me gustaría conocer
su opinión en lo referente a cómo afecta al marco financiero plurianual
actual esa cuantía que aún no está establecida y que tiene que
establecerse en ese proceso de separación. Y haciendo referencia, ya que
usted lo ha mencionado, al proyecto ITER, me gustaría conocer su opinión
acerca de las posibilidades de éxito que puede y deseamos que tenga la
candidatura española.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias.
Tiene de nuevo la palabra la directora general de Presupuestos, la señora
Calviño.
La señora DIRECTORA GENERAL DE PRESUPUESTOS DE LA COMISIÓN EUROPEA
(Calviño Santamaría): Muchísimas gracias por estas preguntas y estos
comentarios. Déjenme decirles que en general tomo muy buena nota y
reflexionaremos sobre todas estas cuestiones, y si alguna no la respondo
ahora de manera concreta no tengo ningún problema en seguir después el
diálogo por escrito o enviarles los datos concretos si necesitan
cualquier otra aclaración.
Aquí y ahora me gustaría reaccionar a algunas de las cuestiones que se han
suscitado, algunas están fuera de mi ámbito actual de responsabilidad,
como el tema de la unión bancaria, al que he dedicado mis días y mis
noches durante muchos años, como el señor Martínez Oblanca recordaba; ya
no está en mi
negociado, pero me parece que el punto que ha suscitado no sé si usted o
el señor De la Torre, el tema de la accountability, de la responsabilidad
y la transparencia, me parece extraordinariamente importante y lo voy a
mirar cuando vuelva porque me parece que necesita un seguimiento al que
no puedo dar respuesta en este momento porque no estoy ya en esos
detalles.
Tampoco puedo responder de manera muy institucional a las preguntas sobre
la situación en Alemania y cuáles son las perspectivas puesto que las
elecciones son muy recientes, son muchas las incertidumbres, pero sí -y
aquí empiezo ya con las respuestas- soy muy optimista. Si leemos el
discurso del presidente Macron de hace escasos días, vemos una apuesta
muy ambiciosa por Europa, un discurso muy europeísta y no solo grandes
ideas imposibles, sino proyectos concretos, propuestas concretas, lo cual
supone un paso adelante muy importante en cuanto al compromiso de
Francia, su participación y su liderazgo en la construcción del proyecto
europeo. Al mismo tiempo, la canciller Merkel ha sido claramente
proeuropeísta y ha sabido dar una respuesta a los distintos retos a los
que nos hemos enfrentado en los últimos años. Así que no digo que tenga
la respuesta o la varita mágica, no digo que vaya a ser fácil, pero yo
soy optimista respecto a que al final encontraremos ese liderazgo que nos
hace falta de cara al futuro y se podrá mantener la unidad de los
Veintisiete tan preciosa que hemos visto construir en los últimos meses,
como señalaba también.
Ha habido varias preguntas sobre el tema del brexit, cuál es la
importancia, cuál es la posible incidencia, y no solamente la dimensión
cuantitativa y presupuestaria sino la dimensión política, y me ha gustado
mucho esa referencia porque, en efecto, me parece que cuando estamos
discutiendo el tema del brexit, el tema presupuestario, aun siendo
importante como es, sobre todo estando donde estoy, no es el más
importante. Lo más importante es asegurarnos que está claro que la Unión
Europea supone una serie de compromisos, es una unión de derecho, es una
unión de confianza mutua por parte de los Estados miembros y, por tanto,
un Estado que decide separarse tiene que honrar los compromisos asumidos
por la Unión mientras que ese Estado formaba parte de ella. No se trata
de un club en el que uno puede irse por la puerta y dejar de responder a
esos compromisos.
A lo largo de la historia nunca se ha producido una situación así, siempre
que ha habido una separación de países o un proceso similar ha habido
evidentemente una serie de compensaciones financieras y ha habido una
responsabilidad compartida por el periodo de pertenencia, y estoy segura
de que en este caso también será así. Eso explica que la negociación se
esté llevando en dos fases y que esta primera fase se centre,
precisamente, en cuáles son los términos del divorcio, por decirlo de
forma a pie de calle, y cuál es la situación en la que se va a producir
esa separación, esa salida de la Unión. Solo cuando podamos ver que hay
una situación de confianza entre esos dos socios podremos discutir del
futuro porque ¿cómo se va a producir una negociación sobre el futuro
marco con un socio cuando no hay esa relación de confianza?
¿Cuál es el impacto en el presupuesto? Es evidente que tiene un impacto en
el presupuesto porque el Reino Unido es un país importante, representa en
torno a un 15 % del PIB, es un contribuyente al presupuesto y, por tanto,
eso produce un primer reto. Creo que el señor Montilla es el que ha
preguntado de manera más concreta: ¿Cómo vamos a compensar esto? En esa
reflexión estamos. Hay dos opciones que son las más evidentes, que son o
con mayores contribuciones de los otros socios o con un recorte del
presupuesto, pero hay muchas vías de reflexión y de trabajo en las que
estamos inmersos. Una es buscar otras fuentes de financiación, el tema de
los nuevos recursos propios es importante en este terreno, y otra es ver
si podemos buscar eficiencias dentro del funcionamiento del presupuesto
comunitario para lograr lo mismo con menos dinero, y este es el proceso
de reflexión que está produciéndose en el seno de la Unión Europea
esperando a que cuando vengamos con una propuesta en mayo del año que
viene hayamos logrado el buen equilibrio entre todas estas distintas
opciones. Y como he dicho creo en mi introducción, la salida del Reino
Unido es un reto, pero también es una oportunidad para que tengamos un
presupuesto más moderno, que quizá deshaga o modernice o cambie algunos
de los elementos que han venido arrastrándose a lo largo de los últimos
marcos plurianuales.
Varios de ustedes han señalado también la importancia de una Europa más
social, más próxima a los ciudadanos y la importancia de la política de
cohesión. Estas tres ideas son absolutamente cruciales también desde la
perspectiva de la Comisión Europea, y no estoy hablando por hablar, es
que el presidente Juncker en cada discurso que hace habla de la Europa
social y del pilar de derechos sociales. En el discurso sobre el Estado
de la Unión ha propuesto, señor Bildarratz, precisamente la creación de
una agencia incluso de supervisión de los estándares laborales, algo que
puede estar relacionado con la
agencia que está precisamente en Bilbao. El presidente no habla con
palabras vacías, sino que pone la carne en el asador de nuevo con
propuestas concretas de esta Europa más social.
El compromiso con la política de cohesión también está claro, el comisario
alemán Günther Oettinger en todos sus discursos públicos reconoce la
importancia de la política de cohesión y la considera uno de los grandes
pilares de la construcción europea. Por tanto, la idea no es abandonar
esta política, sino intentar ver si es necesario revisarla y modernizarla
para que tenga una mayor adecuación a los retos de futuro. En este punto
no tengo que discrepar, pero quiero hacer una puntualización con esta
idea de que no existe un mecanismo redistributivo o que hay que
incentivar o que el papel del presupuesto no tiene este carácter
redistributivo porque el presupuesto comunitario tiene un carácter
redistributivo. Tiene un carácter redistributivo por la parte del gasto,
por la importancia de estas políticas; la política agrícola y la política
de cohesión, que son redistributivas, son también de generación de
inversiones productivas para el futuro, pero son redistributivas en el
seno de la Unión. No hay que olvidar que los fondos estructurales tienen
la vertiente de infraestructuras y de cohesión regional, pero tienen
también el Fondo Social Europeo y tiene en su seno programas tan
importantes como el FEAD para los más desfavorecidos, gracias al cual se
financian en nuestro propio país actuaciones desde las de Cáritas, bancos
de alimentos, la Cruz Roja, etcétera. Es decir, hay una dimensión muy
importante social dentro del gasto de los fondos estructurales. Esto en
cuanto a las funciones tradicionales. Además, este carácter se ha visto
aumentado si cabe en este marco financiero con la creación de la
iniciativa de empleo juvenil, que también ha sido muy importante para
España y que supone un flujo de fondos importantes para intentar luchar
contra el desempleo juvenil, que es una de las grandes lacras de nuestro
país. Así que siempre hay espacio para la mejora; por supuesto, hay que
tener en mente ese importante papel del presupuesto redistributivo entre
países y dentro de las distintas sociedades, pero no cabe ignorar esa
función que ya ha jugado el presupuesto comunitario en la realidad hasta
ahora.
Ha habido también referencias a la importancia del reto migratorio y qué
se está haciendo al respecto. En los últimos tres años, lo que hemos
estado haciendo básicamente es intentar utilizar todos los márgenes de
flexibilidad del presupuesto para aumentar las partidas de respuesta a
este reto, a este flujo de personas sin precedentes en nuestra historia,
y casi diría con pocos precedentes en términos cuantitativos en el mundo.
Lo que hemos hecho es reforzar de forma muy importante las partidas de la
Europa global para gastar en los terceros países, y esto es la ayuda
humanitaria. Muchas veces no lo vemos y a mí personalmente -si puedo
añadir un color personal- me indigna cuando veo en la televisión toda la
ayuda que se está haciendo y nunca hay una bandera europea. Estamos
financiándolo nosotros, pero no se pone la bandera europea por razones de
seguridad -que me parece muy bien- para no atraer las bombas y otras
veces porque los intermediarios de la Cruz Roja o Acción Refugiados
tienen un papel más neutro que puede facilitar el poner en común los
fondos. Me parece bien, pero tenemos que intentar darle más visibilidad a
ese papel que tiene Europa como principal donante en el mundo de ayuda
humanitaria y de ayuda al desarrollo. En todos los conflictos estamos
presentes, al igual que ocurre con la respuesta al problema de los
refugiados en Grecia.
Como decía, estamos actuando fuera de nuestras fronteras, actuando
mediante la triplicación de la capacidad de rescate en el Mediterráneo
con las operaciones Tritón y Poseidón, que ha tenido una clara incidencia
en términos de reducción del numero de los muertos; por supuesto,
cualquier muerto es uno de más, pero es indudable que sí que está
teniendo un impacto en ese sentido. Asimismo, actuamos mediante el
acuerdo con Turquía para intentar facilitar, favorecer y financiar la
ayuda a los refugiados en Turquía, pero quiero ser muy concreta en esto.
Lo que se está proporcionando es financiación a los refugiados y a su
atención allí. También actuamos a nivel de nuestras fronteras para
intentar tener medios eficaces de control, identificación y movimiento y
control de los flujos de personas y también apoyando la integración de
estas personas en nuestras sociedades, de nuevo, sobre todo a través del
Fondo Social Europeo. Con este tipo de actuaciones hemos conseguido
duplicar los fondos del presupuesto relacionados con la migración hasta
llegar a 17 000 millones entre 2015 y 2017.
A título personal, si alguien me pregunta si esto es suficiente, tendría
que contestar que no, que tendríamos que estar haciendo más; es indudable
que hay potencial para hacer más, pero también es cierto que es un
esfuerzo muy importante desde el punto de vista financiero el intentar
apoyar la actuación de todos aquellos operadores que estén actuando.
El Fondo fiduciario para África es muy importante, el fondo fiduciario en
Siria es muy importante y el acuerdo con Turquía también es muy
importante. Todos estos instrumentos están sirviendo, y la revisión
de medio plazo -sobre la que me preguntaba, me parece, el señor Martínez
Oblanca- ha sido útil en este sentido porque hemos conseguido tener un
margen de flexibilidad adicional para de aquí a 2020 poder responder si
es necesario proporcionar más financiación. En este terreno, quiero hacer
una reflexión también más política en el sentido de que si todo se
resolviese con dinero sería fácil; lamentablemente, los problemas los
causan las guerras y otro tipo de desarrollos -por ejemplo, el cambio
climático-, y no todo se puede resolver simplemente con el presupuesto
comunitario. Pero es un aspecto en el que creo que el presupuesto ha
respondido con la máxima agilidad posible y ha estado ahí para apoyar las
actuaciones de la Unión.
Se ha hablado de otras prioridades, como la seguridad, en las que creo que
estamos todos de acuerdo. Un tema muy interesante que se ha apuntado es
-me parece que sido el señor De la Torre o el señor Montero- el tema de
la armonización de los impuestos, que es un tema recurrente. Como saben
bien, el ámbito fiscal es un ámbito en el que se exige la unanimidad, es
decir, que no es tan fácil avanzar como donde hay mayoría cualificada,
pero yo sí noto una determinación reforzada de intentar buscar soluciones
a los problemas derivados del fraude del IVA o de la falta de recaudación
fiscal causada por la divergencia de los tipos impositivos del impuesto
de sociedades. El presidente Macron ha hecho propuestas hace unos días en
este sentido, el comisario Moscovici también está haciendo propuestas y
se está avanzando; quizá podríamos avanzar más, pero la dirección es la
correcta y creo que ahora puede ser el momento para dar pasos más
decididos en este terreno.
En cuanto al tema de los recursos propios, estamos trabajando en
propuestas concretas. En una de las diapositivas estaban las propuestas
que ha analizado un grupo de alto nivel, presidido por el expresidente
Monti, que ha estado trabajando durante año y medio precisamente en el
análisis de las distintas opciones de financiación alternativas y en la
identificación de las ventajas y los inconvenientes. Sobre esa base
estamos realizando ahora un trabajo técnico serio para ver cuáles podrían
ser viables, cuáles podrían ser los óptimos en línea con las prioridades
políticas comunitarias. Aquí, la protección del medio ambiente, que me
parece que el señor Montero ha señalado, es un ámbito que claramente
tenemos que mirar con mucha atención puesto que nos afecta a todos.
Me gustaría terminar con una reflexión general sobre algunos de los
comentarios y las preguntas sobre el presupuesto centrado en resultados.
En este sentido, hemos lanzado hace tres años esta iniciativa
-presupuesto centrado en resultados- y al principio yo me encontraba con
mucha incomprensión. ¿Qué quiere decir esto? ¿Es que ahora se va a pagar
solo cuando haya resultados? ¿Es que ahora quieren acabar con la política
agrícola? He tenido todo tipo de preguntas, y me siento muy satisfecha de
que después de tres años la gente entienda que lo que estamos intentando
es que en todo el proceso decisorio y en todo el proceso de ejecución del
presupuesto el agente público que lo esté haciendo no solo piense en: me
tengo que gastar el dinero, sino en: y para qué y cómo puedo explicar lo
que he conseguido con este dinero. Si no logramos explicar mejor lo que
se consigue con el gasto público, es indudable que los ciudadanos no
pueden saber cuáles son los beneficios de esta pertenencia a la Unión
Europea, una Unión que, en mi opinión, tiene que tener en el futuro un
proyecto común ambicioso, pero también realista. Hay veces que... -voy a
utilizar una expresión familiar, y que nadie lo tome a mal-, hay veces
que el amor mata. Tenemos que ser realistas en nuestras ambiciones
porque, si lo que decimos es que esta Unión no funciona porque no puede
conseguir la perfección, estamos, en definitiva, creando o atacando un
proyecto que hasta ahora ha proporcionado a los ciudadanos europeos un
nivel de libertad, de protección de los derechos fundamentales y de
bienestar absolutamente sin parangón con ningún otro momento de nuestra
historia, por no hablar de la paz. Creo que la Comisión Europea está
trabajando en ese sentido, en el sentido de hacer propuestas ambiciosas,
pero también realistas, que puedan ser apoyadas por todos los Gobiernos
europeos, porque al final necesitaremos que todos ellos apoyen la
propuesta de la Comisión si queremos tener un presupuesto mejor, más
fuerte y más adecuado a las necesidades del futuro después de 2020.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchísimas gracias por su intervención, por su
reacción a las observaciones de los distintos portavoces.
Finalizamos aquí el primer punto del orden del día de esta sesión, pero
continuamos porque tenemos un segundo punto del orden del día sobre
subsidiariedad.
DEBATE SOBRE CONTROL DE SUBSIDIARIEDAD DE INICIATIVAS LEGISLATIVAS DE LA
UNIÓN EUROPEA:
- PROPUESTA DE REGLAMENTO DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO QUE
MODIFICA EL REGLAMENTO (UE) NÚMERO 1095/2010, POR EL QUE SE CREA UNA
AUTORIDAD EUROPEA DE SUPERVISIÓN (AUTORIDAD EUROPEA DE VALORES Y
MERCADOS), Y EL REGLAMENTO (UE) NÚMERO 648/2012 EN LO QUE RESPECTA A LOS
PROCEDIMIENTOS DE AUTORIZACIÓN DE LAS ECC, LAS AUTORIDADES QUE PARTICIPAN
EN LA MISMA Y LOS REQUISITOS PARA EL RECONOCIMIENTO DE LAS ECC DE
TERCEROS PAÍSES (TEXTO PERTINENTE A EFECTOS DEL EEE) (COM (2017) 331
FINAL) (COM (2017) 331 FINAL ANEXO) (2017/0136 (COD) (SWD (2017) 246
FINAL) (SWD (2017) 247 FINAL). (Número de expediente del Congreso de los
Diputados 282/000089 y número de expediente del Senado 574/000087).
La señora PRESIDENTA: Continuamos con la Comisión y vamos al punto
relativo al debate sobre control de subsidiariedad de iniciativas
legislativas de la Unión Europea. Vamos a ver la propuesta de reglamento
del Parlamento Europeo y del Consejo que modifica el Reglamento
1095/2010, por el que se crea una autoridad europea de supervisión y el
Reglamento 648/2012, en lo que respecta a los procedimientos y
autorización de las autoridades que participan en la misma y los
requisitos para el reconocimiento de estas entidades con países terceros.
Se ha recibido informe del Gobierno, e interviene para presentarlo la
señora doña María del Carmen Leyte Coello, del Grupo Parlamentario
Popular, en turno de cinco minutos.
La señora LEYTE COELLO: Muchas gracias, presidenta. Señorías, buenas
tardes a todos.
En el informe que ya tienen sus señorías está explicado el porqué, el cómo
y el cuándo surgió el Reglamento de Infraestructuras de Mercados
Europeos, llamado EMIR, y por qué ciertos contratos de derivados
estandarizados deben ser compensados a través de una contraparte
centrada, que llamaremos CCP para minimizar el tiempo, y poder así
reducir el riesgo sistémico y mejorar la estabilidad financiera. La
propuesta actual se valora positivamente desde el Gobierno de España,
puesto que es preciso redefinir el marco supervisor de las contrapartes
por su creciente importancia sistémica y por su interconexión, a fin de
garantizar la estabilidad financiera y el funcionamiento correcto de las
infraestructuras del mercado.
La propuesta no centraliza por completo la supervisión en la nueva
ejecutiva de ESMA, que es la Autoridad Europea de Valores y Mercados,
aunque sí le confiere muchos poderes en detrimento de los actuales
supervisores nacionales, los cuales hay que decir que han sido efectivos
en su conjunto, al igual que el sistema de las contrapartes. Por ello, si
bien es preciso un cambio en el marco supervisor que permita un enfoque
más europeo, también debe preservarse el papel de los supervisores
nacionales, equilibrando la organización, composición y derecho de voto
de la nueva sesión ejecutiva de ESMA, así como su ámbito. Los poderes de
consent, amen or reject pueden crear ineficiencias graves en el
procedimiento si se aplican a demasiados ámbitos decisorios del
supervisor nacional. Por tanto, su uso debe ser limitado. Sí se evalúa
positivamente la importancia adquirida por el Sistema Europeo de Bancos
Centrales y de los bancos centrales de emisión. Las contrapartes tienen
relevancia para varias de sus actividades esenciales como el
mantenimiento de la estabilidad de los precios, los sistemas de pago y la
política monetaria en sentido amplio. Sin merma de lo anterior, es
importante compatibilizar este rol protagonista con la articulación
institucional típica de la supervisión de las contrapartes y con otras
infraestructuras de mercado.
Un tema muy importante por el que más bien sale esta propuesta es la
supervisión de las contrapartes situadas en terceros Estados.
Efectivamente, hace falta que sea una supervisión más robusta. Este tema
cobra aún más importancia con el brexit porque en Londres están situadas
algunas de las contrapartes más sistémicas como la LCH -la Cámara de
Compensación-, en la que se liquidan el 75 % de las permutas de tasas de
interés. Un enfoque adecuado es la clasificación en tramos. Por ejemplo,
en el tramo 1 hay que tener en cuenta que hay que sopesar estabilidad
financiera y eficiencia, garantizando una cierta proporcionalidad y
racionalidad en los requisitos exigidos. En el tramo 2 el uso de la
posibilidad de forzar la relocalización de una contraparte de un tercer
Estado en la Unión Europea para que así pueda seguir prestando servicios.
En ese caso debe ser extremadamente restrictivo y prudente porque acarrea
costes importantes de fragmentación o de disrupción de servicios. En el
tramo 3 es muy importante que
en cualquiera de los escenarios se garantice el acceso de ESMA a las
contrapartes del tercer país para poder hacer inspecciones y ejercer las
tareas supervisoras de manera efectiva.
Para finalizar, el reglamento EMIR se encuadra en el ámbito de una
competencia compartida entre la Unión Europea y los Estados miembros, y
es obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicado en cada
Estado miembro que EMIR establezca el marco regulatorio aplicado tanto a
las contrapartes establecidas en un Estado como en un tercer Estado que
den servicios de compensación o miembros de plataformas de trading
establecidas en la Unión Europea. Bajo EMIR el Estado miembro donde está
establecida la contraparte juega un papel principal, pero los Estados
miembros unilateralmente no pueden resolver los riesgos sistémicos de las
contrapartes interconectadas con un ámbito de operaciones
supranacionales. Por eso el objetivo de este reglamento no puede ser
alcanzado suficientemente por los Estados miembros individualmente, y por
esa razón debe ser logrado por la Unión Europea. Con la creación de la
Autoridad Europea de Supervisión de Valores y Mercados se cumple con este
cometido, con el principio de subsidiariedad establecido en el artículo 5
del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias por su intervención.
Si algún portavoz de algún grupo parlamentario quiere intervenir, puede
hacerlo. (Pausa). Si no es así, se daría por aprobado por asentimiento
este informe de subsidiariedad. ¿Es así? (Asentimiento).
Muchas gracias. Damos por finalizada la sesión de esta Comisión.
Se levanta la sesión.
Eran las cinco y treinta minutos de la tarde.
Corrección de error.
En el "Diario de Sesiones" número 44, correspondiente a la Comisión Mixta
para la Unión Europea, sesión número 16, celebrada el miércoles 21 de
junio de 2017 en el Palacio del Senado, en las páginas 1 y 2, en el
título relativo a la comparecencia del secretario de Estado para la Unión
Europea, don Jorge Toledo Albiñana, para informar con carácter previo,
sobre el Consejo Europeo de los días 22 y 23 de junio de 2017, el número
de expediente del Congreso es el 212/000843 y el número de expediente del
Senado es el 713/000440.
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